La estrategia polarizadora del Gobierno social-populista

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En memoria de los ciudadanosespañoles víctimas

de la COVID-19 y de susfamilias, desterrados al olvido.

“La democracia, como democracia,es decir, estricta y exclusivamentecomo norma del derecho político,parece una cosa óptima. Pero lademocracia exasperada y fuera de sí,la democracia en religión o en arte,la democracia en el pensamiento yen el gesto, la democracia en elcorazón y en la costumbre es el máspeligroso morbo que puede padeceruna sociedad. (...) Como lademocracia es una pura formajurídica, incapaz deproporcionarnos orientación algunapara todas aquellas funcionesvitales que no son derecho público,es decir, para casi toda nuestra vida,al hacer de ella principio integral dela existencia se engendran lasmayores extravagancias. Por lopronto, la contradicción delsentimiento mismo que motivó lademocracia. Nace ésta como nobledeseo de salvar a la plebe de su bajacondición. Pues bien, el demócrataha acabado por simpatizar con laplebe, precisamente en cuanto

plebe, con sus costumbres, con susmaneras, con su giro intelectual.(...) Vivimos rodeados de gentesque no se estiman a sí mismos, ycasi siempre con razón. Quisieranlos tales que a toda prisa fuesedecretada la igualdad entre loshombres; la igualdad ante la ley noles basta; ambicionan ladeclaración de que todos loshombres somos iguales en talento,sensibilidad, delicadeza y alturacordial. Cada día que tarda enrealizarse esta irrealizablenivelación es una cruel jornadapara esas criaturas ‘resentidas’, quese saben fatalmente condenadas aformar la plebe moral e intelectualde nuestra especie. Cuando sequedan solas les llegan del propiocorazón bocanadas de desdén parasí mismas. Es inútil que por mediode astucias inferiores consiganhacer papeles vistosos en lasociedad. El aparente triunfo socialenvenena más su interior,revelándoles el desequilibrioinestable de su vida, a toda horaamenazada de un justicieroderrumbamiento. Aparecen antesus propios ojos como falsificadoresde sí mismos, como monederos

falsos de trágica especie, donde lamoneda defraudada es la personamisma defraudadora. Este estado deespíritu, empapado de ácidoscorrosivos, se manifiesta tanto másen aquellos oficios donde la ficciónde las cualidades ausentes es menosposible. ¿Hay nada tan triste comoun escritor, un profesor o unpolítico sin talento, sin finurasensitiva, sin prócer carácter?¿Cómo han de mirar esos hombres,mordidos por el íntimo fracaso, acuanto cruza ante ellos irradiandoperfección y sana estima de símismo? Periodistas, profesores ypolíticos sin talento componen, portal razón, el Estado Mayor de laenvidia, que, como dice Quevedo,va tan flaca y amarilla porquemuerde y no come. Lo que hoyllamamos ‘opinión pública’ y‘democracia’ no es en grande partesino la purulenta secreción de esasalmas rencorosas”.

José Ortega y Gasset, “Democracia morbosa”, 1917, en

Obras Completas, Tomo II, ElEspectador (1916-1934). Madrid:

Revista de Occidente, 1963: 135-139.

JOSÉ A. OLMEDA

Catedrático de Ciencia Política, UNED.

La estrategia polarizadoradel Gobierno

social-populista

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E l cambio de época propiciado por lacondensación de las importantestransformaciones tecnológicas, socia-

les y económicas que trae la IV RevoluciónIndustrial, se ha intensificado por la Gran Re-cesión (2007-2013), propiciando la apariciónglobal del momento populista. Este ha traídoconsigo la elección y permanencia en el poderde líderes populistas como Narendra Modi enla India, Jair Bolsonaro en Brasil, ViktorOrbán en Hungría, Vladimir Putin en Rusia,Jarosław Kaczyński en Polonia y Recep TayyipErdoğan en Turquía. Que la oleada populistahaya inundado los Estados Unidos con Do-nald Trump, donde el fenómeno cuenta conraíces profundas y añejas, o Gran Bretaña conel Brexit y Boris Johnson, es muestra de sumagnitud y profundidad. De manera análoga,Sánchez es también un líder demagógico, ple-biscitario, populista que quiere polarizar la si-tuación política en España impulsando políti-cas divisivas, con ayuda de su socio Iglesias,para mantenerse en el poder.

La aparición de la COVID-19 (Coronavi-rus Disease 2019) a finales de 2019 no hahecho sino agravar el momento populista.

Según la interpretación populista, las opinio-nes de la mayoría, temporal o espuria, son co-rrectas necesariamente y así deben ser respe-tadas porque constituyen la voluntad delpueblo, homogénea y no plural. En la inter-pretación liberal dicha identificación mágicano existe. El resultado de una votación esúnicamente una decisión y carece de un ca-rácter moral especial. Esta nueva fisura polí-tica es ya visible en todo el mundo occiden-tal, pues el populismo aprovecha laselecciones democráticas, pero se opone a lademocracia liberal. Impugna las virtudes y laesencia del liberalismo que consiste en creer,como señala Sartori, que el poder incontro-lado es insufrible y desastroso; que los juecesy tribunales deben ser verdaderamente inde-pendientes y que las constituciones son unaestructura garantista específica que limita yrestringe a quienes ejercen el poder1. En Es-paña, esta fractura fundamental separa aquienes defendemos la Constitución y el Es-tado de Derecho frente a quienes quierendestruir ambos por la vía de hecho.

La atención se centra, sin embargo, en lasmanifestaciones del fenómeno en la derecha



del espectro, quedando en la penumbra susexpresiones en la izquierda, menos frecuentesen Europa, aunque abundantes en Iberoamé-rica. La dinámica política que está sufriendoel régimen político2 definido por la Consti-tución de 1978 resulta muy preocupantecualquiera que sea el criterio empleado parajuzgarla. Desde la perspectiva de la llegada alpoder del Gobierno de coalición social-po-pulista encabezado por Sánchez es algo peor.De hecho, su gestión de la crisis ocasionadapor la COVID-19 ha supuesto un ejercicioarbitrario del poder más que uno meramentediscrecional. Si un jurista ilustre y prestigiosoya calificó como exorbitante la utilizacióndel estado de alarma en marzo de 20203, cabepreguntarse qué pensará del aprobado con laanulación del control parlamentario del Go-bierno durante seis meses hasta mayo de2021, pues ya entonces advertía que “las si-tuaciones de excepción no permiten el esta-blecimiento, para intentar resolverlas, de unadictadura constitucional” [subrayado en el ori-ginal]. Para evaluar esta situación se analizael desarrollo político que nos ha conducidohasta aquí, examinando primero el diseñoinstitucional y la evolución de sus protago-nistas para explorar después la actuación gu-bernamental.

EL ESTADO DE PARTIDOS Y LACENTRIFUGACIÓN POLARIZADADEL BIPARTIDISMO

Dentro del abanico de transformaciones es-tructurales de la vida política contemporáneade mayores repercusiones destacan tres que,además, se hallan estrechamente entrelaza-das. Primero, la presidencialización de los re-gímenes parlamentarios que adquieren rasgospropios de los sistemas presidenciales sin mo-dificaciones de su estructura formal4 con con-

secuencias sobre los gobier-nos, los partidos y las campa-ñas electorales. Segundo, lapersonalización, entendidacomo el incremento del pesodel actor individual en elproceso político a lo largodel tiempo, mientras quedecae la trascendencia delgrupo, el partido político porejemplo5. Tercero, la media-tización, los actores e institu-ciones políticas dependen yestán configuradas cada vezmás por los medios de comu-nicación de masas, la televi-sión especialmente, por lahibridación de medios tradi-cionales y digitales que configura los sistemasmediáticos contemporáneos; y esto tieneefectos políticos muy notables: refuerzo de lapersonalización de la política y del liderazgo,la comunicación de su lenguaje como espec-táculo y mercadotecnia, lo que provoca,entre otros efectos, un cambio en los proce-dimientos de selección de las élites políticas6.Estos tres desarrollos han abonado el terrenopara el surgimiento de liderazgos, estrategiasy discursos populistas7. El sistema político-ad-ministrativo español ha sufrido los efectos deestas mutaciones desde los inicios de la Tran-sición democrática.

Pese a sus aciertos indudables y haberalumbrado el período histórico más fecundode estabilidad política y prosperidad econó-mica de nuestra historia, lo cierto es que hoyson bien visibles algunos de los defectos es-tructurales del diseño institucional del régi-men constitucional. Destaca en primer lugar,su relativa indefensión frente a las maniobras

Sánchez es unlíder demagógico,plebiscitario,populista quequiere polarizar lasituación políticaen Españaimpulsandopolíticas divisivas,con ayuda de susocio Iglesias,para mantenerseen el poder



LA ESTRATEGIA POLARIZADORA DEL GOBIERNO SOCIAL-POPULISTA / JOSÉ A. OLMEDA

desleales de sus enemigos declarados, su con-dición de democracia no militante por suspropias características constitucionales8 y porla falta de voluntad defensiva de buena partede sus élites dirigentes. Ello ha permitido elacceso a “la dirección del Estado” a tres par-tidos antisistema –como Podemos, ERC yBildu– con decidida vocación de destruirlo.

La ofensiva secesionista contra nuestrademocracia constitucional fue visible desdeque un grupo de intelectuales catalanes, inclu-yendo a todos los rectores de las universida-des y un obispo, remitieron un manifiesto alAlto Comisionado para lasMinorías de la Organizaciónpara la Seguridad y la Coo-peración en Europa (OSCE)en marzo de 1996 en el quepedían la reforma de laConstitución de 1978 paraconvertir al Estado en unaconfederación de las “nacio-nes” castellana, catalana,vasca y gallega. La carta sos-tenía que el Estado autonó-mico había supuesto unanueva frustración de las aspi-raciones catalanas de auto-gobierno, porque “durantelos 17 años de democracia, elEstado español se ha vueltoa configurar como un estadocentralizado”. Poco despuésPNV, CiU y BNG firmabanla Declaración de Barcelonade julio de 1998, exigiendola articulación “plurinacio-nal” del Estado. Ofensivaque se recrudece tras el pactode ETA con el PNV ese

mismo agosto y produce, junto con otrasfuerzas nacionalistas e IU, la Declaración deEstella-Lizarra. Que culmina en la afirmaciónde Arzalluz el día del PNV: “no estamos deacuerdo con la Constitución. Espero queentre todos consigamos que no haya másmuertes en esta tierra, pero como nacionalis-tas vascos, hoy por hoy no aceptamos nin-guna Constitución, ni esta ni otra, en la queel pueblo vasco no pueda elegir estar o noestar, o cómo estar en esa Constitución”, re-chazando incluso sus disposiciones adiciona-les “que no valen para nada, desde el mo-mento en que se dice que, en su caso, sepodrán desarrollar en el marco de la Consti-tución, y ahí no hay marco para nuestro cua-dro”9. Ante esta embestida y su intento dedeslegitimación de nuestra democracia, seproduce la única reacción de defensa enér-gica del régimen constitucional hasta lafecha con la ofensiva policial contra el na-cionalismo vasco terrorista y la ilegalizaciónde su brazo político en 2003.

Destaca también la configuración del ré-gimen como Estado de partidos, partitocraciao democracia de partidos10. De hecho, la ins-titucionalización de los partidos políticos ennuestro régimen constitucional proporcionaejemplos abundantes para ilustrar el texto deKatz y Mair sobre lo que denominan su car-telización11. Y los resultados de este protago-nismo con escasos controles y equilibrios hansido devastadores: predominio del Ejecutivoen un sistema sin suficientes contrapesos deotros poderes; patrimonialización, politiza-ción y clientelismo partidista de las Adminis-traciones Públicas; politización del gobiernode la justicia y desprofesionalización de su ad-ministración; hundimiento del sector de lascajas de ahorro por su politizada gestión; co-

Pese a susaciertosindudables yhaber alumbradoel períodohistórico másfecundo deestabilidadpolítica yprosperidadeconómica denuestra historia,hoy son bienvisibles algunosde los defectosestructurales del diseñoinstitucional delrégimenconstitucional


en una sobrefinanciación organizada medianteel cupo que garantiza privilegios a los residen-tes en esa región y también en Navarra. En elcaso catalán, el lugar del terrorismo ha sidomenor, aunque importante en términos prác-ticos y simbólicos, y el protagonismo ha corres-pondido al etnonacionalismo lingüístico im-pulsado desde el poder y ha servido parasubordinar social, económica y políticamentea los sectores hispanohablantes, provocando laexclusión de quienes no aceptasen el marcocultural y político dominante.

Si a su hegemonía política y cultural te-rritorial unimos su rechazo a participar en elGobierno de la nación; que el sistema elec-toral les concede una representación propor-cional en sus circunscripciones, a diferenciade las fuerzas que compiten en todo el terri-torio nacional; y el antagonismo y la falta de


rrupción en el ámbito de la financiación entodo el espectro partidista; manipulación delos medios de comunicación públicos. Dehecho, la elevada politización de las Admi-nistraciones Públicas y la burocratización dela política configuran uno de los nudos másintricados que dificultan todo tipo de refor-mas y es fuente de corrupción12.

El Estado de las autonomías ha implicadola desnacionalización de España, pues con lainstitucionalización de las Comunidades Au-tónomas se ha dado carta de naturaleza a laspolíticas de nacionalización de las masas im-pulsadas por los partidos nacionalistas separa-tistas y secesionistas especialmente en el PaísVasco y Cataluña. Está pendiente el análisispolitológico de la edificación de estos regíme-nes políticos subnacionales iliberales, auténti-cos enclaves autoritarios en el seno de nuestrademocracia y fruto de sus compromisos apócri-fos constitucionales, en línea con las contribu-ciones más recientes sobre la investigaciónsubnacional en la política comparada13. Enestos enclaves, la hegemonía política y culturalde los etnonacionalismos respectivos ha con-solidado un marco de referencia simbólico do-minante y autoritario fuera del cual no se ad-mite el pluralismo político y cultural.

En el caso vasco, el papel principal para laimposición del control político y social ha co-rrespondido al nacionalismo vasco terrorista ya sus legatarios, con apoyo del resto de partidosy organizaciones nacionalistas, incluyendo laIglesia local y la aquiescencia de buena partede la sociedad civil. En la práctica, el terro-rismo nacionalista ha efectuado una limpiezaétnico-política mediante el crimen y la extor-sión que ha consolidado la hegemonía de lasfuerzas políticas nacionalistas. Todo ello basado




tenía poco de democrático, pues en su mayoríaconsideraba la democracia “burguesa” un meropaso hacia la dictadura del proletariado y en-tonces como ahora preferían la democracia“popular”. Ocultan, por ejemplo, tanto su par-ticipación en la violencia política sectaria du-rante la II República y la Guerra Civil como laresponsabilidad de los regímenes comunistasen el asesinato por medios diversos de millonesde personas17. O se niega el evidente caráctertotalitario de las religiones políticas nazi y co-munista y su equivalencia moral y, comoafirmó el primer ministro socialista francés Jos-pin, y antes Mitterrand, consideran “intrínse-camente perverso asignar una culpa equiva-lente al comunismo y al nazismo”18. O comoha manifestado recientemente el actual secre-tario general del PCE, Enrique Santiago, quienaseveró en la Comisión Constitucional delCongreso: “Equiparar nazismo con cualquierotra ideología es banalizar elmal y los crímenes contra lahumanidad que Hitler y Mus-solini perpetraron. El únicorégimen político que ha pla-nificado y ejecutado la elimi-nación sistemática de formaindustrial de colectivos y pue-blos enteros ha sido el na-zismo (...). Cualquier equipa-ración del nazismo con otrosistema político es complici-dad y negacionismo”19.

• En segundo lugar,emprende la negociacióncon la organización terro-rista ETA y su brazo políticocon los que acuerdan lavuelta a la legalidad de esteúltimo, pese haber perpe-

acuerdo miope y torpe del PP y PSOE, en-tenderemos por qué el sistema de partidos hagravitado en torno a ellos cuando no ha exis-tido mayoría absoluta, ya que les ha conver-tido en el fulcro para articular las mayoríasde unos u otros.

EL CAMBIO DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS

Además, el cambio generacional, organizativoy de bases sociales de apoyo electoral atrave-sado por los principales partidos ha sido muyconsiderable, aunque la marca subsista. Así, elPSOE de la época de Felipe González era com-parado favorablemente con las prácticas po-pulistas del PASOK14, pero desde el acceso deRodríguez Zapatero al poder su giro estratégicoen favor de los etnonacionalismos periféricosy su deriva populista son constatables15. Enefecto, Zapatero, además de introducir a ma-chamartillo las políticas postmodernas de laidentidad, tomadas de la cultura política esta-dounidense y sus guerras culturales16, tan ale-jadas de la socialdemocracia, quebró el con-senso de la Transición en tres direccionesfundamentales.

• Primero, se cubre con una suerte depseudo-antifranquismo retrospectivo con elimpulso de la legislación sobre la Memoria His-tórica para aliarse estratégicamente con la ex-trema izquierda y los nacionalistas y aislar per-manentemente al Partido Popular como falsoheredero de un imaginario franquismo mono-lítico, manteniéndole siempre bajo sospecha,confinado extramuros de la corrección política“progre”, demonizándolo y vilipendiándolo.Así, socialistas y comunistas intentan imponersu propia visión inmaculada del pasado al restode la sociedad, utilizándolo para la política delpresente. Disimulan que el antifranquismo real

La hegemoníapolítica y culturalde losetnonacionalismosvasco y catalán haconsolidado unmarco dereferenciasimbólicodominante yautoritario fueradel cual no seadmite elpluralismo políticoy cultural


trado la mayoría de sus crí-menes en la democracia yno haber efectuado la másmínima autocrítica ni labanda ni la fuerza políticaque los ha justificado. Suilegalización por Aznarjunto con la eficacia estra-tégica y policial de la Guar-dia Civil y la Policía Nacio-nal habían conducido a suderrota operativa en la prác-tica20, aunque el voto nacio-nalista es ya mayoritario y elpluralismo político está muylimitado. Zapatero, en vezde aplastar la cabeza de laserpiente, facilitó su recon-versión como partido polí-tico antisistema pero legal,un error inconmensurable.

• En tercer lugar, cedióirresponsablemente a las de-

mandas del socialismo nacionalista catalán deun nuevo Estatuto en su pugna por la hege-monía nacionalista con Pujol, excluyendo alPP mediante el pacto del Tinell. Ante esaofensiva, la celebración del XVI Congreso delPP en 2008 supuso la consolidación del difusoproyecto político de Rajoy, quien días anteshabía manifestado: “Quiero que este partidosea lo que es, un partido popular, moderado,abierto e integrador y no un partido de doctri-narios. Eso no lo quiero. (...) y si alguien sequiere ir al partido liberal o al partido conser-vador que se vaya”21. Poco tiempo después esofue precisamente lo que ocurrió.

La desaparición de Zapatero de la Secre-taría General trajo una época convulsa para


el PSOE. Ya antes, en el Congreso de 1984,la contraposición entre el partido en los car-gos públicos y el aparato había traído consigoel comienzo de su centrifugación y la crista-lización de los “barones” regionales. Enefecto, se impone un sistema de incompati-bilidades para lograr que los ministros queformaban parte de la Comisión Ejecutiva Fe-deral (CEF) la abandonen, permaneciendoen ella únicamente el presidente y el vicepre-sidente del Gobierno. Fórmula que se gene-raliza a todas las federaciones, y con ello dis-minuyen las capacidades de coordinación yde control central, pues este se descentraliza,debilitándolo. Estas tendencias se agudizancon la aparición de Sánchez como secretariogeneral para sustituir a Pérez Rubalcaba en2014, con su destitución por el Comité Fe-deral y su renuncia al acta de diputado parano abstenerse en la investidura de Rajoy a fi-nales de 2016. El regreso de Sánchez a la Se-cretaría General se produce por una ampliamayoría (50,2%), tras vencer a Díaz(39,9%) y López (9,8%) en un proceso par-ticipativo abierto a la militancia y tras ape-lar en persona y en Facebook a los afiliados yvotantes con su lema “Sí es sí”, en un periploque vuelve a recorrer las agrupaciones comohiciera también para lograr su apoyo en2014. Poco más tarde organiza el XXXIXCongreso del PSOE, que modifica los Esta-tutos concentrando todo el poder organiza-tivo interno en la CEF, en manos del aparatodesignado por la nueva mayoría, y elimi-nando los contrapesos internos y las posibi-lidades de debate. Y se establece una suertede “primarias” cerradas para la SecretaríaGeneral, así como la posibilidad de consul-tas a la militancia por apelación directa dellíder plebiscitario. La posible disidenciatiende a cero.

Zapatero, además deintroducir amachamartillo laspolíticaspostmodernas dela identidad,tomadas de lacultura políticaestadounidense ysus guerrasculturales, tanalejadas de lasocialdemocracia,quebró elconsenso de laTransición


gunas variedades del islam político. La pre-sunta apertura participativa ha conducido aPodemos a un vaciamiento organizativo sinuna democratización efectiva del poder, de-bido a su uso plebiscitario para primarias yconsultas manipuladas. Al contrario, ha con-solidado una práctica leninista que sirviópara apuntalar primero la vanguardia queideó el proyecto en el otoño de 2014, y luegoel hiperliderazgo de Iglesias después de quedepurase a los ideólogos que no aceptaron sucaudillaje en febrero de 201726.

Esta profunda mutación de la extrema iz-quierda comunista es visible en el contrasteentre la reivindicación de la contribución delPCE al cambio, y en concreto a los Pactos dela Moncloa, y la “resignificación” del pasado,denostándola, elaborada por Iglesias y Pode-mos: “Nuestro punto de partida político es, en realidad, un análisis crítico de la Transi-ción” (...) “a diferencia del PCE, nosotros norenunciamos a nada, no transamos (...). No

***Por su parte, la evolución del PCE, cuya

legalización y moderación política resultaroncruciales para el éxito de la Transición, siguióla decadencia de todos los partidos comunistasoccidentales: disminución de apoyos electora-les, pérdida de afiliados, conflictos organizati-vos y pérdida de referentes ideológicos, con laextraña desaparición del marxismo22, y de re-cursos simbólicos y dinerarios con el derrumbede la Unión Soviética y su imperio en Europacentral y oriental. La reacción consistió enapuntarse a los denominados nuevos movi-mientos sociales (ecologismo, feminismo, pa-cifismo). Y así se orientaron a imitar las polí-ticas de identidad antidiscriminatoriasestadounidenses de los años 60 y 70 del sigloXX. Pero en junio de 2008, el PCE proclamóenfáticamente su “ruptura con el pacto cons-titucional de 1978” y su irrenunciable apuestarepublicana y federal como “objetivo estraté-gico para la etapa presente”23.

A su vez, las nuevas generaciones neoco-munistas se miraban en las experiencias ibe-roamericanas24 imitando sus prácticas popu-listas más tenebrosas y autoritarias. Laaparición en 2014 de Podemos constituye alprincipio un proyecto populista inspirado poremprendedores políticos, que intenta apro-vechar el ambiente simbólico creado por lasmovilizaciones del 15-M frente a las medidasde ajuste impulsadas por Zapatero, y una reacción a la insatisfacción con el funciona-miento del régimen constitucional y con lainoperancia transformadora del PCE e IU.Pero el discurso transversal acompañado porel uso populista de los medios de comunica-ción, en particular de la televisión25, era laforma que recubría un contenido ideológiconeocomunista con abiertas simpatías por al-





transamos, ni siquiera en lo simbólico”. Peroel gozne ideológico que facilita su proyecciónterritorial, dada su inexistente implantaciónorganizativa, para agruparse con las denomi-nadas confluencias primero, y su alianza estra-tégica con Bildu y ERC después, es su afirma-ción: “España es un país plurinacional (...) almenos en tres dimensiones: económica, cultu-ral y política” 27. Pero las adhesiones naciona-listas son efímeras, como se ha visto con el fra-caso paulatino de las confluencias. El resultadofinal es que Podemos absorbe en la práctica losrestos de IU, incorporando a sus dirigentes asus listas para las generales de 2016 y 2019. Enestas últimas con la marca Unidas Podemos,para certificar la agregaciónoportunista de la ideología degénero, cuando significativa-mente había relegado al femi-nismo en sus comienzos.

Se produce, por tanto, unaconvergencia táctica y estra-tégica con el PSOE, reorien-tado por Zapatero y del que seha adueñado Sánchez, nacidade una clara frustración polí-tica y social de un sector de laizquierda española con elfranquismo y la Transición,pero se trata de una aproxi-mación circunstancial queterminará, pues está en la na-turaleza de ambas fuerzas po-líticas. Todo ello supone la reapertura de las heridas denuestra guerra y el impulso dela política del resentimientobasada en una falsificación dela realidad histórica de la II República y la Guerra Civil.

***A la muerte de Franco, las derechas cris-

talizan en tres sectores: la derecha conti-nuista utópica en torno a Fuerza Nueva, lossectores reformistas agrupados por Fraga yAlianza Popular, y la derecha pragmática yoportunista liderada por Suárez y la Unión deCentro Democrático. En este contexto detradiciones fragmentadas se solidifica la frac-tura de las derechas nacionalistas en el PaísVasco y Cataluña, muy favorecidas por la ne-gociación estatutaria cuando aún no eranmuy significativas en sus regiones. Al otor-garles un papel preponderante se dio vía librea su consolidación como fuerzas hegemónicasen sus territorios respectivos. Asimismo, ladescabellada abstención en el referéndumsobre la integración de España en la OTAN,aconsejada por el inefable Arriola28, debilitógravemente la credibilidad política deAlianza Popular. Recuérdese que el No a lapermanencia triunfó en Cataluña, Navarra,País Vasco y Gran Canaria.

Ante este dividido panorama, la contri-bución de Aznar, uniendo política y organi-zativamente bajo su liderazgo todas las fac-ciones a la derecha del PSOE, sobresale muydestacadamente, pues constituía y constituyeuna condición necesaria para la victoria elec-toral. No en vano se ha subrayado cómo lapresencia de un partido conservador unifi-cado, fuerte y pragmático es imprescindiblepara un proceso histórico de democratizaciónestable. La debilidad y fragmentación de lasderechas resulta devastadora en dos aspectos:deja a los gobiernos a merced de las oleadascrónicamente desestabilizadoras de los extre-mos políticos; y les impide tomar las riendasen baluartes tradicionales como los militares,la Iglesia Católica, los intereses económicos

La profundamutación de laextremaizquierdacomunista esvisible en elcontraste entre lareivindicación dela contribucióndel PCE alcambio, y enconcreto a losPactos de laMoncloa, y la“resignificación”del pasado,denostándola,elaborada porIglesias yPodemos


más poderosos29, como hamostrado históricamente elcaso español30.

En lo que respecta al espa-cio de las derechas, el hitofundamental es su fragmenta-ción como consecuencia de lagobernación de Rajoy (2011-2018). La contundente ca-dena de victorias electoralesdel letárgico Rajoy en 2011,en las municipales, autonó-micas y generales, le situabaante problemas que no pudoo no quiso resolver, pues seconcentró casi exclusiva-mente en la gestión de la cri-sis económica. Supuso unaenorme concentración depoder y de capital político,pero tuvo consecuencias ne-gativas para el PP. Implicó undesplazamiento muy importante de cuadrosy dirigentes hacia una de las tres caras orga-nizativas de los partidos –hacia el partido enel poder, los cargos públicos en gobiernos yparlamentos–, pero trajo consigo el debilita-miento de las otras dos. La estructura centraly regional quedó sin autonomía ni recursospersonales cualificados, y los afiliados y mili-tantes sobre el terreno quedaron huérfanosde argumentaciones de las políticas guberna-mentales. Como consecuencia, la estructuraorganizativa y los apoyos electorales se handesvanecido prácticamente en el País Vascoy Cataluña. Al descargar todo el peso políticosobre el Gobierno, muy escaso de argumentopolítico pues todo lo fio a la fría gestión tec-nocrática, la militancia quedó huérfana en labatalla de las ideas. Esa concentración trajo



consigo el debilitamiento de los vínculos conlos militantes del partido sobre el terreno porel abandono de políticas y razonamientos quelo habían caracterizado en la etapa de Aznar.

Para la descomposición del espacio de laderecha fueron clave cuatro factores: la au-sencia de reformas políticas y de caráctermoral y cultural de calado; la continuidadcon la política apaciguadora de Zapatero y sulenidad con el nacionalismo vasco terro-rista31; la falta de asunción de responsabilida-des frente a la corrupción en una parte de losdirigentes de su partido; y la pasividad y la inacción del Gobierno de Rajoy frente a laradicalización secesionista del nacionalismocatalán, dejando hacer sus prácticas ilegaleshasta la insuficiente aplicación del 155 porlos obstáculos del PSC y Cs. Todo ello trajoconsigo un proceso de “destrucción creativa”de los partidos políticos con el debilitamientodel bipartidismo y la fractura paulatina deesos espacios de competición con la apari-ción de la denominada nueva política.

Primero aparece Ciudadanos en Cataluñaen 2006, una formación cercana a la social-democracia, pero opuesta frontalmente al na-cionalismo catalán –encarnado tanto porConvergencia como por el PSC– y a la im-posición de un modelo educativo monolin-güe en una sociedad bilingüe, sin respeto alos derechos de la mayoría hispanohablante.Sin embargo, en su expansión al resto de Es-paña levantó la bandera de un centrismo li-beral, de lucha contra la corrupción y enfavor de las reformas y la renovación demo-crática32, pero realizó una apuesta polariza-dora, inexperta y arriesgada de disputar la he-gemonía al PP de Rajoy que no se habíaenfrentado a estos asuntos. Así, tanto Pode-

La contribución de Aznar, uniendopolítica yorganizativamentebajo su liderazgotodas lasfacciones a laderecha delPSOE, sobresale muydestacadamente,pues constituía yconstituye unacondiciónnecesaria para la victoriaelectoral


mos como Ciudadanos, representantes de lanueva política, fracasaron en sus intentos po-larizadores de hacerse con la hegemonía enlos espacios políticos ocupados por los repre-sentantes del bipartidismo, que siguen siendolos partidos de referencia en cada polo, aun-que debilitados significativamente. El resul-tado final, por el momento, ha sido un ciertoregreso al multipartidismo de los inicios de laTransición en un escenario bloqueado y po-larizado33.

Este es el paisaje político en el que hairrumpido VOX. Esta formación es todavíaincipiente, dista de estar consolidada, y de-bido a la falta de receptividad a su mensajeen los medios tradicionales, públicos y priva-dos, emplea los medios sociales (Youtube,Twitter, Facebook, Whatsapp e Instagram) conmayor eficacia e intensidad que sus rivales delestablishment. Pese a los epítetos con que hasido descalificada, su caracterización más ri-gurosa por el momento es la de derecha iden-titaria. Sin embargo, su proyecto presenta di-versas dudas respecto a su viabilidad política,por ejemplo, con su cuestionamiento de ladescentralización del Estado, o con su invo-cación de los valores familiares y religiosostradicionales en una sociedad secularizadadesde hace décadas. Además, persigue unasíntesis difícilmente compatible de libera-lismo económico y conservadurismo moralen un contexto como el español34. De hecho,recientemente parece haber emprendido uncierto giro social, quitando énfasis al alegatoliberal y consiguiendo apoyos electorales enlas clases trabajadoras, que puede ampliar conlas consecuencias económicas de la COVID-19. No obstante, su discurso de brocha gordapresenta afirmaciones, contradicciones y la-gunas inaceptables desde una óptica liberal


–como muestra la alocución de Abascal ensu moción de censura, de retórica incendiariacon ribetes antieuropeos, por ejemplo– difí-cilmente asumibles35.

A este complejo panorama estratégico seune la presencia de las fuerzas nacionalistas ysecesionistas vascas y catalanas. Tanto en elPaís Vasco como en Cataluña, las fuerzas na-cionalistas han conseguido una hegemoníapolítica y cultural que deja sin representaciónpolítica a los ciudadanos de identidad espa-ñola exclusiva o dual. El comportamiento delos partidos semileales o antisistema en cadaregión ha diferido tras sus respectivos procesosde radicalización. Así, tras elrechazo del Congreso al de-nominado Plan Ibarretxe36, elPNV eligió una direcciónmoderada, pero extractora,como está en su naturaleza, yoptó por la reincorporación ala vía constitucional me-diante el ejercicio de su habi-tual semilealtad en defensa desus privilegios de financia-ción derivados del cupo. Sinembargo, las fuerzas secesio-nistas catalanas, una vez re-chazada su solicitud de dele-gación en la Generalidad dela competencia para autori-zar, convocar y celebrar un referéndum sobre el futuropolítico de Cataluña37, se ra-dicalizaron e impulsaron elputsch para el intento de sece-sión en septiembre-octubrede 2017. Buena parte de susdirigentes todavía mantienenque lo volverán a hacer, su

Podemos yCiudadanosfracasaron en susintentospolarizadores dehacerse con lahegemonía enlos espaciospolíticosocupados por elbipartidismo. El resultado hasido un ciertoregreso almultipartidismode los inicios dela Transición enun escenariobloqueado ypolarizado


privación de libertad ha sido insuficiente paradisuadirlos de la reiteración de su comporta-miento y para cumplir las previsiones consti-tucionales de reeducación y reinserción socialdel encarcelamiento. Y el Gobierno de Sán-chez les ha retirado el último y frágil controlteórico de Hacienda sobre los gastos de la Ge-neralidad, el 155 financiero en expresión deRufián38, entre otras muchas concesiones.

CASCADAS DE APROPIACIONES DE PODER, MENTIRAS Y MANIPULACIÓN: UNAESTRATEGIA POLARIZADORA DE OCULTACIÓN DE LA PANDEMIA

Una vez en el poder, los gobernantes popu-listas suelen utilizar un determinado modeloque permite su consolidación en el cargo du-rante largos períodos de tiempo a expensasde las instituciones liberales y la moderaciónpolítica. Tras la moción de censura que des-plazó a Rajoy, Sánchez ha operado una in-tensificación polarizadora sobre las divisivasfracturas abiertas por Zapatero. Su renova-ción en el poder tras las elecciones generalesde noviembre de 2019 mediante un Go-bierno de coalición con Podemos, ha coin-cidido con la crisis abierta por la COVID-19y la ha aprovechado para sus fines. El iniciorápido del juego de la culpa en cualquier cri-sis deriva de su propia naturaleza, pues soncriaturas muy difíciles de manejar ya quecombinan una amenaza existencial, urgenciay un océano de incertidumbre. De ahí queenseguida se empiece a señalar qué ha idomal y quién es responsable. Por parte guber-namental se intenta presentar la situación detal manera que se refuerce su capital políticoy evadir la culpa y las responsabilidades desu materialización. La oposición suele unirsetras la bandera en culturas políticas consen-



suales, como sucedió al prin-cipio del primer estado dealarma. Sin embargo, apa-rece pronto una dinámicadivisiva cuando impera lapolítica de adversarios comoen España. Así ocurrió conlos ataques terroristas del 11de marzo de 2004 o, en unacrisis muy menor en compa-ración como la del Ébola,cuando las izquierdas volvie-ron a politizar selectivamenteel necesario sacrificio de unperro portador del virus.

En toda crisis se produceun conflicto de encuadres(frames) para interpretar losacontecimientos, sus causasy las responsabilidades, demanera que se adapten a lospropósitos políticos de los distintos actores.En contextos políticos con élites polarizadas

El estallido de laCOVID-19 haencontrado unGobierno conapoyoparlamentario frágily extremista,dependiente departidos semilealeso antisistema, queimpulsa laradicalización y elantagonismo encontra del régimendemocrático y departe de lasociedad española


como el nuestro, el estallido de una crisis in-sidiosa y de combustión lenta como laCOVID-19 ha encontrado un Gobierno conun apoyo parlamentario frágil y extremista,dependiente de partidos semileales o antisis-tema, que impulsa la radicalización y el an-tagonismo en contra del régimen democrá-tico y de una parte importante de la sociedadespañola.

Los gobernantes populistas emprendenuna conquista casi total del poder del Estado,lo que a menudo va en contra de la políticaconstitucional establecida y de la ética. Esaocupación del poder adopta muy diversas for-mas, que suelen incluir el nombramiento deleales al partido en todos los niveles de la bu-rocracia estatal; el otorga-miento de poderes al Ejecu-tivo a expensas de otrospoderes del Estado; la emas-culación de las autoridadesindependientes y otras insti-tuciones de responsabilidadhorizontal; el control de losmedios de comunicación, elpoder judicial y el sistemaeducativo; el capitalismo deamigos y, en última instan-cia, el cambio de régimenmediante la introducción deuna mutación constitucionalal carecer de apoyo para unareforma legal. Los populistasen el poder tienen como ob-jetivo consolidar sus mayo-rías electorales por mediosno liberales39.

La estrategia seguida porSánchez intenta alcanzar tres


objetivos simultáneamente: evadir la culpapor su ineficaz gestión de la pandemia, evitarla rendición de cuentas respecto a ella y go-bernar con un estilo comunicativo y un dis-curso de impronta populista. Para ello ha des-arrollado una práctica política configuradapor una serie de discursos y gestos propagan-dísticos, con decisiones arbitrarias que siste-máticamente excluyen y estigmatizan a laoposición poniéndola en desventaja, y queerosionan los ya deteriorados controles yequilibrios de nuestra democracia. El popu-lismo como estilo distintivo de comunica-ción política se caracteriza por tres elementosclave: comunicación de arriba hacia abajo,centrada en el líder; discurso antagónico con-tra la oposición y los críticos, incluidos losperiodistas y los medios de comunicación noafines, y obsesión con la cobertura de las no-ticias, con la fijación de la agenda40.

Sánchez ha seguido estrechamente ese gé-nero y ha desarrollado un telepopulismo, unestilo de comunicación política hiperactivo,personalista, directo, no mediado, en un en-torno mediático dominado por las televisio-nes, en el que la mayor parte de ellas son apo-yos activos de su ideología, dadas sufinanciación indirecta y el sesgo de la mayo-ría de sus redacciones, simpatizantes entusias-tas con el populismo de izquierdas guberna-mental. La actividad ha sido frenética: accesodirecto y creación de pseudoeventos, gestiónde la imagen presidencial como mera merca-dotecnia de su máscara telegénica, relacionespúblicas epistolares dentro de un PSOE sinalternativa y, sobre todo, gestión de la infor-mación manipulándola de manera directa oencubierta sistemáticamente, llegando a lacensura previa que provocó una protesta delos periodistas no sumisos.

La estrategiaseguida porSánchez intentaalcanzar tresobjetivossimultáneamente:evadir la culpa por su ineficazgestión de lapandemia, evitarla rendición decuentas respectoa ella y gobernarcon un estilocomunicativo y un discurso deimprontapopulista


El populismo de Sánchez se acredita encuatro características interrelacionadas típicasque se refuerzan mutuamente41. Primero, laconfianza en un liderazgo carismático extraor-dinario caracterizado por el personalismo divi-sivo y el radicalismo. La autoridad personalistasignifica que el líder tiene una influencia plenay sin trabas sobre un partido que él ha (re)crea-do, concibiendo la relación con sus seguidorescomo directa y sin intermediarios. Los objeti-vos radicales son deslegitimar de hecho el statuquo para erigir en su lugar un nuevo sistema deautoridad política42.

Segundo, la búsqueda incesante y estra-tégica de la polarización política. Al ocuparel poder, el Gobierno de Sánchez-Iglesias re-formula la división “pueblo/élite” como frac-tura izquierda-derecha en el eje ideológicosobre el que se superpone además el eje cen-tro-periferia. Este se había abierto por el fallidointento secesionista en Cataluña; y ahora sefomenta el antagonismo nosotros/ellos, elbloque de fuerzas de la moción de censura,que se reproduce en la investidura y en la vo-tación de los presupuestos en oposición al dePP, Ciudadanos y VOX. La polarización po-pulista es obra de los políticos en el poder queven ventajas en favorecer el conflicto enlugar de buscar el consenso. Esa polarizaciónayuda a hacer más ampliamente perceptible,y a solidificar, la división que nuestro popu-lismo requiere entre las izquierdas y las dere-chas, entre los etnonacionalismos periféricosy el nacionalismo español cívico o identita-rio. La naturaleza descarnada y omnicom-prensiva de esta división (o bien se está conun polo o con el otro) promueve una compe-tencia de alto riesgo y suma cero en la que lalegalidad institucional, el compromiso polí-tico y la moderación social cuentan poco.



El extremismo de cada polo –el Gobiernode Sánchez e Iglesias y VOX en la oposición–se refuerza mutuamente. Una vez que el sis-tema político se divide entre una oposicióninflamada y reavivada y un Gobierno cadavez menos moderado, cada lado experimentauna sensación de amenaza política en espiral.La competencia política y partidista tiende areducirse a solo dos grupos ampliamente de-finidos, los populistas y los liberales, sin dejarespacio para otros partidos significativos enel centro. En el polo populista se refugianfundamentalmente el neosocialismo de Sán-chez, los neocomunistas de Podemos y sualianza estratégica con ERC-Bildu, prefigu-rada esta última ya en las conversaciones deCarod con ETA. La polarización es atractivapara Sánchez porque dada la fragmentaciónproduce más partidarios que adversarios; conla radicalización absorbe el electorado de Po-demos –cuya presencia en el Gobierno leresguarda, por el momento, de las moviliza-ciones de protesta en la calle– y disminuyeconsiderablemente el número de posibles de-sertores del bloque social-populista que élencabeza.

El populismo de Sánchez se acreditaen la búsqueda incesante yestratégica de la polarizaciónpolítica. Al ocupar el poder, elGobierno de Sánchez-Iglesiasreformula la división “pueblo/élite”como fractura izquierda-derecha enel eje ideológico sobre el que sesuperpone además el eje centro-periferia


Tercero, el ataque institucional consisteen un impulso para tomar el control del Es-tado, amputar las instituciones liberales e im-poner, si es factible, una nueva Constituciónantiliberal y, si no lo es, provocar al menossu mutación. Los siguientes objetivos princi-pales de los populistas son las institucionesque sirven de pilares de la democracia liberal,incluidos principalmente el poder judicial,los medios de comunicación, el sistema edu-cativo, así como otras organizaciones inde-pendientes del Estado u organizaciones de lasociedad civil que se consideran posibles ám-bitos disidentes del Gobierno social-popu-lista. Sin ánimo de exhaustividad considé-rense los hechos siguientes:

• Vetos y ataques reiterados a la Corona ya su lugar institucional en nuestra demo-cracia constitucional desde el propio Go-bierno y consentidos por Sánchez.

• Declaración del estado de alarma con res-tricción de derechos fundamentales pordos veces, e inhibición gubernamentalcon el camelo de la “cogobernanza” en el


interludio. La segunda vez durante seismeses y con eliminación del control par-lamentario habitual.

• Designación de una exministra socialistacomo fiscal general del Estado. Proyectode transferencia de la instrucción penalde los jueces a los fiscales cuando estos de-penden del Ejecutivo en España, no comosucede en otros países en los que la Fisca-lía es independiente.

• Amenaza de aumentar el control parti-dista del Consejo General del Poder Ju-dicial o de sus actuaciones, invocando uninexistente mandato constitucional parasu renovación que ha provocado repeti-das llamadas de atención de la ComisiónEuropea.

• Nuevo impulso a la política del resenti-miento con la llamada “Memoria demo-crática”.

• Modificación de la ley de Educación poroctava vez, sin comparecencias de ex-pertos o de miembros de la comunidadeducativa, para eliminar el españolcomo lengua vehicular en las comuni-dades bilingües, rebajar los criterios aca-démicos para cursar los estudios y elimi-nar las pruebas externas al final de laESO, congeladas por el propio PP.

• Aprobación de una ley de Eutanasia amatacaballo mediante el procedimientode proposición de ley, para evadir infor-mes técnicos o jurídicos, sin audiencia pú-blica, sin estudios demoscópicos bien ma-tizados o sin permitir las comparecenciasde expertos.

El extremismo de cada polo –el Gobierno de Sánchez e Iglesias y VOX en la oposición–se refuerza mutuamente. En el polo populista se refugianfundamentalmente elneosocialismo de Sánchez, los neocomunistas de Podemos y su alianza estratégica con ERC-Bildu


• Control de la información difundida enlos medios sociales e impresos, dado queindirectamente se controla la televisiónpública y la mayoría de las televisiones pri-vadas mediante las subvenciones directasy la inserción de la publicidad institucio-nal, con redacciones sesgadas ideológica-mente en favor de la coalición guberna-mental.

Cuarto, el uso sistemático del cliente-lismo de los partidos coaligados para recom-pensar a los seguidores, con independenciade su capacidad profesional, méritos e idonei-dad, para crear y ocupar el máximo posiblede puestos de confianza. Además, se utiliza elEstado para aumentar el gasto público haciasus bases electorales sociales y territoriales,para crear redes clientelares. La prodigalidaden el gasto del Gobierno social-populista yaha recibido también un aviso significativodel Banco Central Europeo. El populismo enel poder, sin embargo, y precisamente por sutendencia a anular las instituciones existen-tes, exhibe una variante del clientelismocuyas características son notablemente máscomplejas que las reconocidas por la teoríaconvencional, es decir, la distribución debienes y otros derechos que son tangibles ybeneficiosos tanto a nivel individual comogrupal, como ha subrayado Pappas43. Ademásde los beneficios tangibles, la política de pa-trocinio populista implica recompensas notangibles, u otros derechos, relacionados es-pecialmente con los bienes públicos. Los másimportantes son la impunidad preferentecuando se viola la ley, el trato privilegiadoque contraviene el principio de equidad ins-titucional o el comportamiento discrimina-torio hacia los opositores políticos que in-fringe la imparcialidad formal.



Sánchez ha alcanzado elpoder por medios legales,pero se presentó a las elec-ciones con un programa con-trario a gobernar en coali-ción con la fuerza con queluego lo ha hecho. Esto y suejercicio del poder fuera dela lógica de lo apropiado, demanera ajena a las percep-ciones y expectativas decomportamiento de un pre-sidente del Gobierno de Es-paña, le restan autoridadfuera de su séquito y credibi-lidad frente a la opinión pú-blica. Como ha señaladoagudamente Del Palacio, elobjetivo estratégico de Sán-chez es “redimensionar a labaja el poder del resto departidos. No solo dividiendoa la oposición y sembrandola discordia entre sus parti-dos para dificultar cualquier colaboración ointeligencia en el campo de la derecha. Sinotambién estimulando un nuevo equilibrio depoder entre los partidos de la mayoría de Go-bierno. Objetivo que Sánchez persigue azu-zando la desconfianza y la competencia entrelos mismos”44. Esperar un cambio de estrate-gia en un personaje tan ambicioso comoamoral entra siempre dentro de lo posiblepero las fuerzas de la oposición harían mejoren construir una alternativa democrática y li-beral frente a tantos desmanes. Comenzarpor elaborar una argumentación política es-tratégica merecedora de ese nombre resultaimprescindible para hacer frente al bombar-deo de políticas públicas divisivas arrojadaspor el Gobierno.

El ataqueinstitucionalconsiste en unimpulso paratomar el controldel Estado,amputar lasinstitucionesliberales eimponer, si esfactible, unanuevaConstituciónantiliberal y, si nolo es, provocar almenos sumutación


NOTAS

1 Sartori, Giovanni (1988). Teoría de la demo-cracia 2. Los problemas clásicos. Madrid:Alianza, 478.

2 Linz, Juan J. (2000). Totalitarian and Author-itarian Regimes. With a major new introduc-tion. Boulder: Lynne Rienner, 160, define lanoción de régimen político centrándose enla manera de ejercer el poder, de organi-zarlo, de vincularlo a la sociedad, sobre lanaturaleza de los sistemas de creencias quelo sostienen y en el papel desempeñadopor los ciudadanos en el proceso político.

3 Aragón, Manuel (2020). “Hay que tomarsela constitución en serio”, El País, 10/04/20.

4 Poguntke, Thomas y Webb, Paul (2005).The presidentialization of politics: a com-parative study of modern democracies. Ox-ford: Oxford University Press.

5 Rahat, Gideon y Kenig, Ofer (2018). FromParty Politics to Personalized Politics? PartyChange and Political Personalization inDemocracies. Oxford: Oxford UniversityPress, 117.

6 Mazzoleni, Gianpietro (2010). La comunica-ción política. Madrid: Alianza, 110-115.

7 Mazzoleni, Gianpietro (2008). “Populismand the Media”, en Daniele Albertazzi yDuncan McDonnell (comps.): Twenty-FirstCentury Populism: The Spectre of WesternEuropean Democracy. Nueva York: PalgraveMacmillan, 49-64.


8 Vidal Prado, Carlos (2009). “Spain”, enThiel, Markus (comp.): The militant democ-racy principle in modern democracies. Farn-ham: Ashgate, 243-262.

9 Efe/Europa Press (1998). “Arzalluz dice queel pueblo vasco ‘no cabe en esta Constitu-ción’”, El Mundo, 27/09/98.

10 Manin, Bernard (1998). Los principios delgobierno representativo. Madrid: Alianza,en línea con lo apuntado por análisis polito-lógicos ya clásicos como García Pelayo,Manuel (1986). El Estado de partidos. Ma-drid. Alianza, o Ramírez, Manuel (2003). Es-paña de cerca. Reflexiones sobre veinti-cinco años de democracia. Madrid: Trotta,61-71, y del mismo autor (2006): Siete leccio-nes y una conclusión sobre la democraciaestablecida. Madrid: Trotta, 49-63.

11 Katz, Richard S. y Mair, Peter (2018).Democracy and the Cartelization of PoliticalParties. Oxford: Oxford University Press.

12 Dahlström, Carl y Lapuente, Víctor (2017).Organizing Leviathan. Politicians, Bureau-crats, and the Making of Good Government.Cambridge: Cambridge University Press.

13 Behrend, Jacqueline y Whitehead, Lau-rence (2016). Illiberal Practices. TerritorialVariance within Large Federal Democracies.Baltimore: Johns Hopkins; Giraudy,Agustina, Moncada, Eduardo y Snyder,Richard (2019). Inside Countries. Subna-tional Research in Comparative Politics.Cambridge: Cambridge University Press.

14 Pappas, Takis (2010). “Macroeconomic Pol-icy, Strategic Leadership, and Voter Behav-iour: The Disparate Tales of Socialist Re-formism in Greece and Spain during the1980s”, West European Politics, 33, 6,noviembre, 1241-1260.

15 En realidad, Zapatero ejecuta buena parte delos diseños elaborados por González y Ce-brián, este último muy airado tras la segundavictoria electoral de Aznar ya por mayoría ab-soluta en 2000. González, Felipe y Cebrián,Juan Luis (2001). El futuro ya no es lo queera. Una conversación. Madrid: Aguilar.

16 En este ámbito es determinante la introduc-ción de la ideología de género en contra del

PALABRAS CLAVEPolarización • Gobierno socialpopulista • Sánchez • Iglesias

• Populismo • Etnonacionalismo • Liberalismo • Aznar

• Zapatero • Rajoy • PSOE • Podemos • PP • Ciudadanos

• VOX • Democracia • Constitución • COVID-19


feminismo de la igualdad de raigambre li-beral.

17 Courtois, Stéphane, Werth, Nicolas, Panné,Jean-Louis, Paczkowski, Andrzej, Bartošek,Karel, y Margolin, Jean-Louis (1999). TheBlack Book of Communism: Crimes, Terror,Repression. Cambridge, Mass.: Harvard Uni-versity Press.

18 Le Monde, 14/11/97, 8.

19 Se trata de su respuesta a la presentaciónpor el PP de una Proposición No de Leypara instar al Gobierno a adherirse a la re-solución del Parlamento Europeo de 19 deseptiembre de 2019 de condena de los to-talitarismos nazi y comunista, véase Diariode Sesiones del Congreso de los Diputa-dos, Comisión Constitucional, XIV Legisla-tura, 229, 19/11/20, 12.

20 La derrota había sido reconocida en la prác-tica incluso por dirigentes históricos encar-celados (Pakito, Makario, Iñaki de Lemona,Pedrito de Andoain, entre otros) en unacarta a la dirección de la banda en noviem-bre de 2004, véase Redacción (2004). “His-tóricos presos de ETA piden el cese de lalucha armada: ‘Nunca nos hemos encon-trado tan mal’”, El Mundo, 2/11/04.

21 Rajoy, Mariano (2008). Intervención de Ma-riano Rajoy en un acto con interventores yapoderados del PP de Alicante. PartidoPopular: Elche, 19 de abril, 7.

22 Gottfried, Paul Edward (2005). The strangedeath of Marxism: the European left in thenew millennium. University of MissouriPress: Columbia, Mo.

23 Conferencia Política del PCE, 28-29 junio2008. http://2001-2018.pce.es/docpce/

24 Alcántara, Manuel y Rivas, José Manuel(comps.) (2019). Los orígenes latinoamerica-nos de Podemos. Madrid: Tecnos. Significa-tivamente se toma el término “latinoameri-cano” popularizado por la influencia políticay cultural de Francia a mediados del sigloXIX. Quizá sea conveniente aclarar en pro-vecho de las jóvenes generaciones que nin-guno de los países a los que se refiere elapelativo formó pare del Imperio Romano,ninguno tiene o ha tenido el latín como su



lengua oficial y la mayoría tienen poblacio-nes no-europeas.

25 Iglesias comenzó a dirigir y presentar LaTuerka en Tele K en 2010. En enero de 2013,comenzó a presentar Fort Apache, programarealizado por Producciones CMI, financiadopor Irán; entre febrero y marzo realizó uncurso intensivo de 100 horas titulado “Locu-ción y presentación de programas de televi-sión”, organizado por el Instituto RTVE y enabril de ese mismo año comenzó su partici-pación en debates y tertulias de diferentesmedios de comunicación: Intereconomía, LaSexta Noche (la Sexta), Las mañanas de Cua-tro (Cuatro), Te vas a enterar (Cuatro) y Lanoche en 24 horas (24 horas).

26 Rendueles, César, Sola, Jorge (2018). “TheRise of Podemos: Promises, Constraints, andDilemmas”, en García Agustín, Óscar, Bri-ziarelli, Marco (comps.). Podemos and theNew Political Cycle. Left-Wing Populismand Anti-Establishment Politics. Cham: Pal-grave: 25-47.

27 La cita es de Iglesias y proviene de las con-versaciones entre él y Enric Juliana, antiguomilitante del PSUC en la Transición. Iglesiasse afilió a las juventudes comunistas con 15años en 1993, lo que denota una socializa-ción familiar peculiar. Su padre perteneció ala organización terrorista FRAP –emanacióndel PCE (m-l), una escisión del PCE en 1964por su oposición a la política de reconcilia-ción nacional propugnada por este desde1956 y a la desestalinización–, y su madreera abogada de CC.OO. Véase Iglesias,Pablo y Juliana, Enric (2008). Nudo España.Barcelona: Arpa, 125, 186 y 330.

28 Herrero de Miñón, Miguel 1993. Memoriasde estío. Madrid: Temas de Hoy, 305.

29 Ziblatt, Daniel (2017). Conservative Partiesand the Birth of Democracy. Cambridge:Cambridge University Press. DOI:10.1017/9781139030335.

30 Maravall, José Antonio (1964). “La ausen-cia de un partido conservador”, Cuadernospara el Diálogo, 4, enero, 22-23.

31 Alonso, Rogelio 2018. La derrota del ven-cedor. La política antiterrorista del final deETA. Madrid: Alianza.


32 Rodríguez Teruel, Juan y Barrio, Astrid(2015). “Going National: Ciudadanos fromCatalonia to Spain”, South European So-ciety and Politics, 21, 4: 587-607. DOI:10.1080/13608746.2015.1119646.

33 Véanse González, Juan Jesús (2019). “El 10-N y el fin de la ‘nueva política’”, El Mundo,26/11/19; del mismo autor (2017). “Crisis dela democracia de partidos y nueva transi-ción”, Revista de Derecho Político, 100, sep-tiembre-diciembre, 615-638.

34 González Cuevas, Pedro Carlos (2019).“VOX. Entre el liberalismo conservador y laderecha identitaria”. San Sebastián: La Tri-buna del País Vasco.

35 Véase el Diario de Sesiones del Congreso delos Diputados, XIV Legislatura, 55, 21/10/20.

36 El resultado fue: votos emitidos, 344; a favor,29; en contra, 313; abstenciones, dos. Véaseel Diario de Sesiones del Congreso de losDiputados, VIII Legislatura, 65, 01/02/05.

37 El resultado fue: votos emitidos, 345, más 2votos telemáticos, 347; a favor, 47; en contra,297, más 2 votos telemáticos, 299; absten-ciones, 1. Véase el Diario de Sesiones delCongreso de los Diputados, X Legislatura,192, 08/04/14.

38 Como señala Martín Seco, durante los últi-mos años la Generalitat ha desviado cuan-tiosos fondos de sus objetivos para financiarel procés y promocionar la secesión, lo quele ha obligado, por una parte, a elevar losimpuestos y, por otra, a endeudarse cuan-tiosamente. El control, desde que Sánchezganó la moción de censura, era ya casi sim-bólico, aunque, no obstante, el indepen-dentismo lo consideraba una humillación.En realidad, el gobierno catalán continúa fi-nanciando con dinero público toda clase degastos destinados al objetivo de la indepen-dencia, incluso a preparar un nuevo golpemejor organizado y que evite el fracaso. Losindependentistas no han abdicado de con-seguir sus objetivos, aunque sea por proce-dimientos totalmente ilegales, incluso delic-tivos. Véase Martín Seco, Juan Francisco(2020): “Un presupuesto Frankenstein”, Re-pública de las ideas, 3/12/20. Enhttps://www.republica.com/contrapunto/2020/12/03/un-presupuesto-frankenstein/


39 Pappas, Takis (2014). Populism and CrisisPolitics in Greece. Houndmill: Palgrave;Pappas, Takis (2019a): Populism and LiberalDemocracy. A Comparative and TheoreticalAnalysis. Oxford: Oxford University Press.

40 Stewart, Julianne, Mazzoleni, Gianpietro,y Horsfield, Bruce (2003). “Conclusion:Power to the Media Managers”, en Maz-zoleni, Gianpietro, Stewart, Julianne,Horsfield, Bruce (comps.). The Media andNeo-Populism. A Contemporary Compara-tive Analysis. Westport: Praeger, 217-236.

41 Corrales, Javier (2005). “In Search of a The-ory of Polarization: Lessons from Venezuela,1999-2005”, Revista Europea de EstudiosLatinoamericanos y del Caribe, 79, octubre:105-118, y del mismo autor (2011). “Why Po-larize? Advantages and Disadvantages of aRational-Choice Analysis of Government-Opposition Relations under Hugo Chávez”.En Thomas Ponniah y Eastwood, Jonathan(comps.): The Revolution in Venezuela So-cial and Political Change under Chávez.Cambridge, Mass.: Harvard University Press;Pappas, Takis (2019a). Populism and LiberalDemocracy. A Comparative and TheoreticalAnalysis. Oxford: Oxford University Press; ydel mismo autor (2019b). “Populists inPower”, Journal of Democracy, 30, 2, abril,70-84.

42 Pappas, Takis (2016). “Are Populist Leaders“Charismatic”? The Evidence from Europe”,Constellations, 23, 3, septiembre, 378-390.

43 Pappas, Takis (2019a). Populism and LiberalDemocracy. A Comparative and TheoreticalAnalysis. Oxford: Oxford, 204-209.

44 Palacio, Jorge del (2020). “Método Sán-chez”, El Mundo, 27/11/20.


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La estrategia polarizadora del Gobierno social-populista