La Alabanza Profética Apóstol Pedro Rodríguez Escuela para Profetas

Guatemala, 22 de junio del Año De La Revelación

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Dentro de nuestra congregación, la alabanza y adoración tienen un papel muy importante, sin embargo, es necesario que comprendamos que esta no debe ser movida por sentimientos o circunstancias externas, sino debe ser a través del Espíritu Santo que está en nosotros, pues Él será el encargado de administrar lo que Dios quiere ministrar a Su iglesia. Mateo 26:68 (BTA 2003) …diciendo: Cristo, profetízanos, adivina ¿quién es el que te ha herido? El mover profético de la alabanza no puede ser guiado por el deseo o gusto del pueblo solamente, sino debe estar guiado por el mover de Dios, pues la alabanza es para agradarlo a Él y no a los hombres. Juan 7:38 (TSJ) El que cree en mí, según dijo la Escritura —ríos de su vientre fluirán de agua viva». Si creemos, nuestro vientre será fructífero y saldrá de nosotros el fruto de labios por medio de la alabanza y adoración hacia nuestro Dios. Apocalipsis 19:10 (BAD) Entonces me postré a sus pies para adorarlo, pero me dijo: —¡No! ¡No lo hagas! Soy un siervo de Dios al igual que lo eres tú y tus hermanos cristianos que proclaman su fe en Jesús. Adora a Dios, pues el propósito de las profecías y de lo que te he mostrado es manifestar a Jesús Jesús es el que debe inspirar la profecía, por lo que la alabanza profética debe surgir por inspiración de Cristo, guiados por el Pastor de la congregación. El fluir del espíritu de la profecía en nuestros devocionales, determinará la unción dentro del servicio, tanto del grupo de alabanza como de los dones y de la prédica, por lo tanto, el grupo de la alabanza debe moverse dentro de lo profético y esto ocasionará que todos los demás dones fluyan adecuadamente dentro del servicio, pues la alabanza y la adoración habrá establecido una base adecuada. Es necesario que el pastor supervise constantemente el grupo de alabanza y se involucre en esto, para que fluyan en un mismo sentir, dado que la alabanza y la adoración es también una ministración de los cinco ministerios a la iglesia. 2 Reyes 3:15-16 (CEE 2011) Traedme ahora un músico. Mientras el músico tañía, la mano del Señor vino sobre Eliseo, [16] que profetizó: «Así dice el Señor: “Excavad en este valle albercas y más albercas” … La unción profética de la alabanza provoca la profecía y que la mano de Dios descienda. La alabanza y la adoración, son un vehículo poderoso de lo profético que debe ser utilizado por los profetas para desatar la unción profética en la congregación, de tal forma que sobre muchos sea derramado este don. 1 Samuel 10:5 (BSO) Después de esto llegarás al collado de Dios, donde está la guarnición de los filisteos; y cuando entres en la ciudad encontrarás una compañía de profetas que descienden del lugar alto, precedidos de salterio, pandero, flauta y arpa, y ellos profetizando.

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En este verso vemos el fluir de una alabanza profética, que debe estar conectada con el ministro, para fluir en un mismo sentir. La alabanza profética suelta lo profético, por lo que los profetas deberían desenvolverse en el área de alabanza y adoración, aunque es entendible que no todos los profetas pueden fluir en esta unción, pues algunos tienen mucha dificultad para armonizar o entonar una canción. Todos los ministros en general deberían tener algún conocimiento respecto a la música, pues hemos aprendido que el Pastor de la congregación debe ser quien dirija la alabanza, no estando al frente, pero si tomando las decisiones más importantes. Cuando el ministro está constantemente en la alabanza, su oído y nivel de espiritualidad se desarrollará más para que igualmente, le sea más fácil discernir los ambientes que se mueven dentro del servicio. Éxodo 15:1 (LBLA) Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron este cántico al Señor, y dijeron: Canto al Señor porque ha triunfado gloriosamente; al caballo y a su jinete ha arrojado al mar. El ministro debe estar presente supervisando constantemente lo que se refiere a la alabanza, pues es bueno delegar, pero no podemos delegarlo todo, porque como pastores somos los delegados y ungidos para dirigir la congregación. Éxodo 15:20 (LBLA) Y Miriam la profetisa, hermana de Aarón, tomó en su mano el pandero, y todas las mujeres salieron tras ella con panderos y danzas. Es importante también el papel de las mujeres en la alabanza profética, la cual producirá un mover también en la danza, con unción profética, pues la alabanza profética libera de ataduras a aquellos que no pueden alabar y danzar con libertad. Es importante hacer énfasis en que nada del mover profético debe ser usado para manipular el alma a nadie, pero es necesario que conozcamos que cada instrumento musical ministra diferentes áreas de nuestro ser: espíritu, alma o cuerpo. Mateo 13:11 (BTA 2003) El cual les respondió: Porque a vosotros se os ha dado el privilegio de conocer los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no se les ha dado; La ministración de una alabanza profética traerá a nuestra congregación un fluir de revelación de los misterios de Dios. Es necesario que comprendamos que así como hay ciertas características para identificar a los verdaderos profetas de los falsos, también hay diferencias en el fluir de cada verdadero profeta, es decir que no necesariamente todos fluirán en la alabanza, por ejemplo, Juan el Bautista no hizo milagros pero fue considerado el más grande entre los nacidos de mujer (Mateo 11:11); Elías y Eliseo resucitaron muertos e hicieron milagros de sanidad y provisión; Moisés fue un grande administrador, cantor y libertador; Ezequiel y Zacarías tuvieron muchas visiones y sueños, por lo que es necesario que cada profeta sea ubicado según su fluir. 1 Crónicas 25:1 (BJ3) David y los jefes del ejército separaron para el servicio a los hijos de Asaf, Hemán y Yedutún, profetas, que cantaban con cítaras, salterios y címbalos. Éste es el número de personas que se encargaban de este servicio:

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Asaf, Hemán y Jedutún representan el fundamento de la alabanza que David estableció, esto quiere decir que toda la alabanza debe ser profética, pues esto provocará un avivamiento constante en nuestra congregación. El Espíritu es el que usará como vehículo la música y la letra de las alabanzas para ministrar y provocar la unción y los dones en la congregación. Pidamos al Señor la unción del profeta David por medio del Espíritu Santo y la sensibilidad para poder recibirlo, ministrarlo e impartirlo en nuestra congregación.