Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

Embed Size (px)

Citation preview

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    1/158

    1

    Falange: una reflexin crtica

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    2/158

    2

    Falange: una reflexin crtica

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    3/158

    3

    Falange: una reflexin crtica

    Len Klein

    FALANGEUNA REFLEXIN CRITICA

    SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL

    NACIONALSINDICALISMO

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    4/158

    4

    Falange: una reflexin crtica

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    5/158

    5

    Falange: una reflexin crtica

    A todos aquellos que hanvivido en Falangelos mejores aos de su vida

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    6/158

    6

    Falange: una reflexin crtica

    Ttulo: FALANGE, UNA REFLEXION CRITICA

    Len Klein. 2002

    Pyre, SLPortada: Alejandro Csar

    1 Edicin: Noviembre 2002

    Dep. Legal: B-XXXXX-2002

    Impreso en Espaa

    Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorizacin escrita de los titulares delCopyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproduccin total o

    parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos lareprografa y el tratamiento informtico, y la distribucin de ejemplares de ellamediante alquiler o prstamos pblicos.

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    7/158

    7

    Falange: una reflexin crtica

    INTRODUCCION

    Hubo un tiempo en el que fui falangista. Era muy joven ycrea sinceramente en que el nacionalsindicalismo era el idealms noble y puro por el que nadie hubiera luchado jams. Era

    a principios de los aos 70 y bajo las lonas del Frente de Ju-ventudes recuerdo aquellos aos como los mejores momentosde mi vida. Y es posible que lo fueran. De todo aquello, hoy,queda solamente el recuerdo. Polticamente no comparto bue-na parte de los ideales de aquel tiempo, pero los respeto. En elfondo, lo que nos una era el sueo de una Espaa ms justa

    cmo podramos renunciar alguna vez a ello?Hoy sigo mirando con simpata a Falange y a sus ideales

    en la medida en que la organizacin que los encarnaba ha des-aparecido solo que no los comparto. Como me deca un ami-go hace poco: Falange tiene historia, pero no tiene nada ms;otros no tenemos historia, pero tenemos futuro. Este conoci-do haba resumido en unas pocas palabras el drama actual delos ltimos falangistas.

    El da antes de esa conversacin, Miguel Angel Vzquez,conocido de hace muchos aos y director de BarbarrojavunaEditorial especializada en historia de Falange me haba lanza-do el reto para que escribiera el presente libro. No se trata deuna obra de la que se vayan a vender miles de ejemplares. Es

    simplemente un tributo a los mejores aos de nuestra vida.Y as es, en efecto. Por que todava hay falangistas que militancon la misma ilusin que habamos tenido nosotros hace 30aos. Solo que entonces nosotros no tuvimos a nadie que nosdijera: Camaradas, no perdis el tiempo, el ideal falangista

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    8/158

    8

    Falange: una reflexin crtica

    est muerto; hablar sobre l es como hablar sobre las gue-rras napolenicas, el sitio de Numancia o las campaas de

    Alejandro de Macedonia. El drama consiste en defender unmodelo histrico perteneciente al tiempo pasado, como si fue-ra aplicable al tiempo que vendr.

    Nosotros consideramos un tributo hacia nuestra militanciapasada, de la que no hemos renunciado, pero s superado, elescribir las pginas que siguen. Son el balance de un ideal ams de sesenta aos de su enunciado. Son el balance la gestinde tres generaciones de falangistas. Son la crnica digmosloya de un fracaso. El por qu se ha producido ese fracaso y el

    por qu es insuperable es algo que vamos a tratar en las pgi-nas que siguen. Sobre el por qu las cosas no pudieron ir mejor

    para la Falange es algo que trataremos con cierto detenimiento.

    Este es un libro difcil, ni convencer a los enemigos de la

    Falange (para los que este libro habr sido escrito por alguienirreductiblemente apegado al ideal joseantoniano a pesar de sucarga crtica), ni por los ltimos mohicanos de Falange (paralos que el autor de este libro ser, ni ms ni menos, un traidor).Pero, ms all de los maximalismos, de las declaraciones exal-tadas a favor y en contra, este libro es una obra sincera, escrita

    con el corazn (y el cerebro) por alguien que un da fuefalangista, pero ya no se considera tal, pero aun sintindonosexteriores al mbito falangista, bien es cierto, que no nos sen-timos predispuestos a la condena. Todo lo contrario: queremosentender cmo se ha producido la ruina del ideal falangista.

    Para realizar este trabajo vamos a despojarnos de cualquiertipo de apriorismos. Ningn mito, ningn dogma ser respeta-do como tal. Lo que pretendemos es provocar en los ltimosfalangistas un choque con la realidad. A partir de ese choqueque cada cual obre segn su leal saber y entender. Si al acabarla lectura de estas pginas el lector ha sido penetrado por laidea de que Falange ha muerto, entonces deber actuar en

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    9/158

    9

    Falange: una reflexin crtica

    consecuencia enterrando el ideal y la organizacin. A partir deese momento se ver libre para repensar sus opiniones polti-

    cas, libertad de la que no dispone ahora, cuando est sometidoal esquema de una ideologa concreta.

    Poco antes de empezar a escribir estas lneas, en un forofalangista de Internet alguien ironizaba sobre una frase relativaa la globalizacin. En efecto, ni la globalizacin ni nada que nohubiera sido mencionado expresamente en las Obras Comple-tas de Jos Antonio, tena gran inters y relevancia. Pero, adedir verdad, muy poco de lo dicho o escrito por Jos Antonio,tiene hoy actualidad. Se trata de frases que aluden a un mo-mento pasado en la historia de Espaa, situado entre 1933 y1936. La historia en los ltimos 70 aos se ha acelerado, lasideologas, en consecuencia, se han visto superadas y rebasa-das por la realidad. Falange no ha podido soportar esa acelera-

    cin de la historia y de ah ha surgido su profunda inadecua-cin.

    Esto ha provocado una seleccin a la inversa en las filasfalangistas. Han permanecido los que se sentan vinculados alideal de manera emotiva y sentimental, aquellos a los que eldebate de ideas les importaba, literalmente, un carajo, los des-

    ocupados que a partir de las 6 de la tarde no tenan nada quehacer salvo ver a otros falangistas igualmente desocupadospero nunca han proseguido en activo quienes queran hacerpoltica real. Estos han ido desapareciendo, poco a poco, de lasfilas falangistas en las que cada vez se ha notado ms la ausen-cia de los intelectuales, los pragmticos, los polticos capacesde transformar un ideal en actividad contingente. Y, en contra-

    partida, han abundado los dogmticos, los talmudistas, los in-genuos, los inmaduros, etc. Y, a la postre, eso es lo que haquedado en las filas falangistas en el momento de escribir es-tas lneas. Estos son los ltimos mohicanos del falangismoen toda su ingenuidad, inconsciencia o buena fe.

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    10/158

    10

    Falange: una reflexin crtica

    Pues bien, a ellos y a los que se han retirado en los ltimosaos despus de advertir la inadecuacin entre el ideal y la

    realidad, van dirigidas estas pginas.Este no es un libro contra la falange. Es un libro que pre-

    tende ser objetivo: nosotros no tenemos la culpa de que la rea-lidad haya dejado atrs a falange. Nosotros nos limitamos a sernotarios de la situacin. Nada ms.

    Madrid, 4 de octubre de 2002

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    11/158

    11

    Falange: una reflexin crtica

    I

    LAS SIETE MUERTES DEFALANGE ESPAOLA

    Falange Espaola no ha muerto en el filo del milenio a se-senta y tantos aos de su fundacin. Falange Espaola ha muertoen siete ocasiones y su situacin actual de inanicin poltica noes sino la muestra ms fehaciente de esos siete bitos.

    Cada una de estas muertes no es sino la constatacin de unasituacin de crisis no resuelta, o ms bien resuelta en contra delos intereses de Falange como partido poltico. Cada una deestas muertes seala un momento de crisis insuperable quesitu a Falange al borde de su extincin pero que, por s mis-ma, no fue suficiente como para sellar la desaparicin del par-

    tido. En cada una de estas etapas el partido fue perdiendo ra-zn de ser y existir y as se dio la paradoja de que siguieronexistiendo falangistas aun cuando el ser falangista se fue con-virtiendo en cada vez en algo ms imposible. Y as, de muerteen muerte, el partido se convirti a la postre en eso absoluta-mente estril que es hoy.

    Estas son las siete trgicas muertes del partido que fue fun-dado con el nombre de Falange Espaola y que, en la hora desu extincin final, como la hidra de Lerna, tena media docenade denominaciones diferentes para llamar al mismo ideal, em-

    pobrecido y vaco de contenido.

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    12/158

    12

    Falange: una reflexin crtica

    PRIMERA MUERTE:ELECCIONES DE FEBRERO DE 1936

    Falange Espaola muri joven, extremadamente joven, cuan-do an no haba alcanzado la mayora de edad, en febrero de1936. En esas elecciones la mayora fue a parar al Frente Popu-lar situando al pas en la antesala de la guerra civil que, finalmen-te, deba estallar cinco meses despus.

    Falange Espaola muri cuando Jos Antonio no result ele-

    gido diputado y el partido obtuvo unos resultados no precisamen-te relevantes ni esperanzadores. A partir de ese momento, Fa-lange percibi que el camino del poder a travs de las eleccionesiba a ser excesivamente largo y problemtico y, en cualquier caso,distara mucho de ser una marcha triunfal.

    Vale la pena preguntarse qu fue lo que inhibi el voto

    falangista en 1936. Porque razones, las hubo y fueran de tal ca-libre que resultaba absolutamente increble el pensar cmo enesas circunstancias Falange concurri a las elecciones y por quno accedi a un pacto previo con la derecha tal que le garantiza-ra al menos unos cuantos escaos con los que preservar de larepresin republicana a sus principales lderes. Por que el pactofue posible y slo las exigencias maximalistas de algunos lderesde Falange lo hicieron imposible.

    Ese pacto, en efecto, hubiera sellado algo que la historia seencarg de certificar: el posicionamiento de Falange a la dere-cha del espectro poltico, en comandita con la CEDA, algo quehorrorizaba a algunos falangistas. Cinco meses despus, esosmismos falangistas se alzaban contra la repblica, junto al ejr-cito y junto a la derecha sociolgica y poltica. Pues bien, en eltrnsito que medi entre febrero de 1936 y julio del mismoao, resultaron encarcelados y represaliados la mayora de l-deres falangistas y el partido, si bien se vio fortalecido por eltrnsito de cientos de jvenes de las Juventudes de Accin

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    13/158

    13

    Falange: una reflexin crtica

    Popular a sus filas, se vio mermado de lderes que vieron el 18de julio desde la crcel y muchos de ellos fueron fusilados en

    meses siguientes en las sacas con que los republicanos ob-sequiaron a sus enemigos polticos.

    A partir de 1936, la derecha espaola se fue fascistizando enun fenmeno que Ramiro Ledesma describi perfectamente ydel que dio cuenta en su Fascismo en Espaa?. La dere-cha, especialmente la derecha juvenil, adopt las formas, los usosy las consignas del fascismo espaol, es decir, de Falange Espa-ola. Ellos tambin gritaban Arriba Espaa, ellos tambin te-nan un saludo particular, ellos tambin tenan su lder (el jefe,

    jefe, jefe, versin celtibrica del fhrer germano y del duce ita-liano) e incluso, oh maravilla de maravillas, esos fascistizados delas J.A.P. tenan sus ideales sociales y clamaban por la revolu-cin nacional. Y lo hacan teniendo detrs todo el peso poltico y

    toda la fuerza que tena la derecha espaola de la preguerra conel concurso de una Iglesia que comparta sin reservas sus objeti-vos, ideales y estrategias.

    En estas condiciones, Falange Espaola, pequeo grupsculode unos pocos cientos o miles de afiliados en toda Espaa, difcil-mente poda destacar junto a coloso de la CEDA y de las JAP.

    Para colmo, el partido falangista se haba comprometido en unainsensata espiral de violencia contra la extrema-izquierda.

    En efecto, llama la atencin que en aquellos mismos aosotro partido fascista, el Partido Nacionalista Espaol desarro-llara su actividad teniendo los incidentes normales que el des-madre republicano de la poca haca obvios. El Partido deAlbiana y sus legionarios, debilitados ciertamente por laconcurrencia falangista y de las JAP, todava segua existiendoen Navarra, Madrid y dispona de algunas decenas de militantesesparcidos por toda Espaa que desde el perodo pre-republica-no realizaban trabajo poltico. Los albianistas se haban enzar-zado en peleas y disputas a tiros con otras fuerzas polticas de

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    14/158

    14

    Falange: una reflexin crtica

    izquierdas, si, pero nunca con el volumen y la intensidad de vio-lencia con que Falange Espaola se implic desde el momento

    mismo de su fundacin.Y en cuanto a las JONS que sobrevivieron a la integracin y

    posterior ruptura con Falange, en el nmero 6 de la revista LaPatria Libre, se lee la siguiente nota:

    Victoria falangista. () salieron a la calle cuarenta ydos camaradas jonsistas que se distribuyeron por Madrid para

    vocear y vender LA PATRIA LIBRE. Tenamos noticia de quelas terribles escuadras falangistas estaban preparadas paraimpedir la venta de nuestro peridico. Los jonsistas, repeti-mos, se distribuyeron por Madrid y qued UNO SOLO encada puesto de venta. Transcurri una hora sin el menor in-cidente, a pesar de que los grupos falangistas pasaban y re-

    pasaban junto a nuestros camaradas. Bien es cierto que stos

    haban sido previamente seleccionados entre los ms robus-tos del Partido. En vista de que no pasaba nada, a pesar delos informes, el Comit encargado de la venta quiso poner a

    prueba los propsitos falangistas. E hizo lo siguiente: Colocen la Cibeles, esquina al Banco de Espaa, dos voceadores

    profesionales, dos chiquillos de diez y de doce aos, de los

    que se dedican a la venta de los peridicos diarios. Y ocurrinada menos que esto: A los cinco minutos, los mismos gruposfalangistas que haban estado pasando por delante de nues-tros camaradas adultos sin permitirse el ms mnimo gestode disgusto, se lanzaron sobre los dos nios -repetimos queuno tiene diez aos y otro doce- y les arrebataron treceejemplares!!! He ah sencillamente narrada la gran victoria

    falangista. Digna de Alejandro, de Csar, de Anbal, deNapolen.

    Es posible que haya en el relato algo de imaginacin, perolo que nos interesa resaltar es el hecho de que las JONS podanen esos momentos distribuir su propaganda en Madrid sin que se

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    15/158

    15

    Falange: una reflexin crtica

    produjera ningn altercado y en cambio en ese mismo tiempo,distribuir el semanario FE era prcticamente una accin de

    guerra. Y el radicalismo antiizquierdista de las publicaciones deLedesma no era menor que el de las falangistas.

    La dialctica de los puos y de las pistolas fue unafrase arriesgada que llev al partido a una espiral de represaliasy contrarrepresalias que fueron creciendo de intensidad a medi-da que el partido fue desarrollndose. Y esto sentenci al par-tido. Falange Espaola no sera un partido ms que iba a entablaruna lucha electoral contra otros partidos, a los cuales tena laambicin de derrotar; en absoluto: Falange Espaola fue un par-tido cuya imagen de marca, desde casi el momento mismo de sufundacin estuvo implicada en acciones continuas de violencia.

    No importa quien fue el primero en disparar, ni desde luego esta-mos tentados de atribuir a Falange Espaola una responsabilidad

    en estos episodios de terrorismo urbano menor que la que co-rresponde a otros partidos republicanos, al Partido Comunista ya las Juventudes Socialistas y, muy en especial, a sectores de laFAI que desde siempre haban hecho de la Star 9 mm un objetode culto. El clima era violento. La II Repblica Espaola fueviolenta como pocos regmenes lo han sido en la historia de Eu-ropa. Pero Falange no midi bien sus fuerzas, ni supo evitar o

    comprometerse lo menos posible con todo este clima de violen-cia, sino, antes bien, lo espole, se zambull en l y lo estimul

    por activa y por pasiva.

    Para qu votar a un partido que no tena la ms mnimaposibilidad de ganar unas elecciones por que sus miembros,muy buenos chicos ellos, estaban implicados en una batalla a

    muerte contra la izquierda? para qu votar a una formacinque no era un partido convencional sino una milicia paramilitarapta slo para responder a la izquierda con las armas en lamano? para qu votar a una formacin poltica que no habademostrado capacidad poltica sino potencia activista? Por que

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    16/158

    16

    Falange: una reflexin crtica

    lo que haba mostrado la historia de Falange Espaola desde sufundacin a las elecciones de 1934 era que una cosa eran los

    deseos iniciales de Jos Antonio y de sus primeros camaradas(el edificar un partido en el que la parte cultural y formativa estu-viera muy presente; recurdese los primeros nmeros del sema-nario FE en los que se hablaba de las ruinas de Roma, de cues-tiones intelectuales y en donde muchos intelectuales, surrealistasincluso algunos de ellos, haban ido a militar) y otra la imagen queel partido estaba dando de s mismo y que lo configuraban a ojos

    de la opinin pblica espaola como una fuerza paramilitar dechoque contra la izquierda, el cual, precisamente, fue creciendoa medida en que el choque se present como ineludible.

    El gran drama de Falange Espaola consisti en haber nacidoen una poca turbulenta y en no haberse sabido inhibir de esasmismas turbulencias. Todo lo contrario: el partido se implic tan-

    to que el electorado le castig ignorando sus listas. A decir ver-dad, si hoy examinamos lo que fue Falange en aquellos aos seadvierte que resultaba imposible tener sindicatos, tener una acti-vidad poltica normal, tener afiliados que fueran al local a tomarunas copas y tener ncleos organizados de simpatizantes. Porque Falange Espaola, toda Falange Espaola, era la PrimeraLnea. No haba, en la prctica ms lneas que la primera.

    Todo el partido estaba implicado en el activismo cotidiano y quienno quera participar de ese activismo no tena sitio en el partido.

    En esas condiciones no puede reprocharse algo que tratare-mos en otro lugar de este pequeo ensayo, a saber, la escasateorizacin poltica de Falange Espaola en el perodofundacional. Era sencillamente imposible que ningn falangista

    se dedicara a la elaboracin ideolgica, por que las balassilvaban en torno a sus cabezas habitualmente. En una situacinas, no es el tiempo de las palabras, ni de las reflexiones, es, encambio, el tiempo de la accin.

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    17/158

    17

    Falange: una reflexin crtica

    Tambin hay que tener presente las responsabilidades. Quelos mitos no impidan ver el bosque de responsabilidades que

    se abren sobre los lderes histricos de Falange Espaola. Y enespecial sobre la figura de Jos Antonio. En los partidos en losque el poder es personal y su ejercicio prerrogativa del lder, al es a quien hay que pedir responsabilidades. Digmoslo ya:esta primera muerte fue debida a la poca pericia de Jos Anto-nio a la hora de conducir al movimiento poltico. Impericia porque no logr zafarlo de la espiral de violencia que se gener en

    sus lindes, impericia por que no logr darle un cuerpo doctri-nal suficientemente compacto; impericia por que no fue capazde adivinar el escenario que se avecinaba para Falange y queiba a entraar la muerte de muchos de sus militantes y cuadrosy la suya propia; impericia, finalmente, por que no supo dar al

    partido una imagen de madurez que generara confianza en lasociedad espaola y animara a sus mejores hijos a ingresar ensus filas. Impericia por que, la imagen de marca del partido en1936 era la de un grupo juvenil y activista, nada ms. Y efecti-vamente, esa imagen se corresponda con la realidad.

    El carcter juvenil de Falange es posiblemente uno de losmayores atractivos que el partido tuvo siempre para quienesnos comprometimos con l en algn momento de nuestra vida.

    Era un partido de jvenes, con ideales jvenes y en donde elcanto a la juventud era una constante. Pero tambin esa ima-gen tuvo las consecuencias que podan preverse. Los partidos

    jvenes ganan la confianza y la adhesin de los jvenes, y losjvenes son siempre los ms generosos y los ms radicales. Lajuventud si bien no es una garanta de inmadurez poltica, si lo

    es de maximalismo, de falta de apreciacin de la realidad obje-tiva, de poca experiencia para prever escenarios (y dramas) fu-turos, etc.

    Ciertamente, una de las caractersticas ms universales delfascismo fue ese canto a la juventud que est muy presente

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    18/158

    18

    Falange: una reflexin crtica

    especialmente en los sectores ms intelectuales. El futurismo deMarinetti y del Partido Futurista que luego dio vida al Partido

    Fascista era, a la postre, un canto a la juventud. El fascismofrancs y en especial el fascismo intelectual de Brasillach y Drieula Rochelle, era constantemente una exaltacin de los valores yvirtudes de los jvenes. Y otro tanto ocurra en Alemania en don-de la nueva Alemania, a remolque de su juventud, iba a susti-tuir a la vieja Alemania de pap y mam. Y, desde luego, elmismo modelo se repeta en el fascismo belga que incluso hizo

    de su lder Leon Degrelle un personaje de cmic que aun gozadel favor de la juventud, Tintn, y en el fascismo ingls el msescnico y populista de todos los fascismos con Mosley o en elfascismo rumano en el que a la idea de exaltacin de la juventudse uni la idea sacrificial. Era una constante y como tal estuvorepresentada en el Fascismo Espaol. Pero

    Pero a diferencia de otros fascismos, el espaol no lograrrancar polticamente. Desde el principio se vi comprimidoentre una derecha suficientemente slida y asentada que nosupo encandilar (cuando el partido neg la entrada de CalvoSotelo, la izquierda sigui vindolo como un partido de dere-chas, mientras que la derecha se sinti como rechazada por suextremismo juvenil) y una izquierda que no supo ganar, ni siquie-

    ra neutralizar (en dos aos y medio de actuacin, result eviden-te que los primeros esfuerzos de las JONS por atraer sectoresdel sindicalismo se haba consumado con el fracaso. A este res-

    pecto resulta grotesco recordar que, si bien Angel Pestaa mani-fest cierto inters por Falange Espaola fue, en tanto que Pes-taa crea que Falange era, efectivamente, el brazo armado del

    capital y que, por tanto, ah encontrara el apoyo y la financia-cin para su exange Partido Sindicalista). Cogido en esta pinzaderecha-izquierda, el partido se vio comprimido en su crecimien-to y no logr encontrar un espacio poltico propia sobre el queasentar su crecimiento, ni contar con el favor de grupos sociales

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    19/158

    19

    Falange: una reflexin crtica

    concretos en donde pudiera crecer sin discusin y sin grandesconflictos.

    El resultado de todas estas circunstancias objetivas fue queFalange Espaola, al no haber obtenido votos suficientes como

    para estar presente en las Cortes Republicanas de 1934, evi-denci su infecundidad poltica. Desde entonces ya nunca msvolvera a ser considerada como un partido poltico, serauna milicia, sera una primera lnea, sera un movimiento, peronunca ms, nunca, sera un partido adaptado para ganar elec-ciones. Y es por ello que esta primera muerte enlaza, comoveremos con la ltima, cerrando ambas un ciclo vital y sellan-do la extincin definitiva del partido falangista.

    SEGUNDA MUERTE18 DE JULIO DE 1936

    El 18 de julio de 1936, Falange Espaola era un partidoextremadamente dbil. Ciertamente entre las elecciones de fe-

    brero y el 18 de julio, el partido se haba visto reforzado concontingentes procedentes de las JAP. Pero, el partido haba sidoilegalizado y a duras penas poda mantenerse en la clandestini-dad. A decir verdad, Falange Espaola se vio envuelta en la cons-

    piracin militar por un doble motivo: por que era la nica salidaestratgica que le quedaba tras la ilegalizacin y por que,vocacionalmente, el partido era golpista desde el momento mis-mo de su fundacin.

    Pero dar un golpe de Estado es una cuestin meramentetcnica. Basta con tener la decisin y, a partir de ah, con esta-

    blecer una estrategia golpista. Pero, a fin de cuentas qu dia-blos es un golpe de Estado? Pues apenas es otra cosa que uncambio de gobierno en el que la fuerza militar entra en juego enun momento concreto y puntual. Un golpe de Estado es un hecho

    poltico en el que la fuerza militar deja sentir su peso en un mo-

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    20/158

    20

    Falange: una reflexin crtica

    mento concreto. Fenmeno poltico-militar, un golpe no puededarse sin el respaldo de una parte de la poblacin. No existe el

    golpe militar-militar; para que un golpe militar pueda prolongar suexistencia el franquismo sobrevivi 40 aos precisa el apoyode una clase poltica civil. Al da siguiente del golpe el precisoseguir resolviendo los asuntos de la res publica y esto no pue-de hacerse por la va de la orden ni del recurso al sargento mayoro a la cadena de mandos. Es un hecho poltico y, por tanto, preci-sa de polticos.

    Todo esto lo decimos para recordar que el 18 de julio de 1936,los grupos falangistas dispersos por toda la geografa nacional,iban creciendo en la clandestinidad, limitadamente, pero crecany Falange se perfilaba como la fuerza ms combativa contra elcomunismo, el socialismo y el anarquismo. Ciertamente, si selea la letra pequea de sus documentos daba la sensacin de

    que aquellos jvenes tenan veleidades sociales, pero esto pasa-ba a segundo plano por que en el fragor de los combates calleje-ros con los chiribs y los faieros, lo social importaba muy

    poco. Por lo dems, en Falange exista un amplio elenco de nom-bres ilustres de la nobleza espaola, tradicionalmente alineadacon la derecha salvo algn que otro raro aristcrata galdosianoy librepensador con los que existan puentes tendidos. Y, por

    qu no recordarlo, el propio Jos Antonio Primo de Rivera erahijo del Dictador, as con maysculas. El tiempo de la dictadu-ra de Primo de Rivera estaba demasiado prximo como para quela derecha pudiera olvidar que el hijo del dictador lideraba, desdela crcel, a aquel partido, pequeo pero tan bien dispuesto a com-

    batir al marxismo y al anarquismo con sus propias armas. La

    derecha inst al ejrcito a golpear y ste acept el reto. Y paragolpear, las fuerzas armadas acudieron a aquellos sectores mscombativos que podan ayudarle en el momento decisivo y pun-tual del golpe militar: la falange y el carlismo. Lo que ocurridespus era perfectamente previsible.

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    21/158

    21

    Falange: una reflexin crtica

    Era justo dar un golpe de Estado contra la Repblica? Hoy,lo polticamente correcto es negarlo. Ya se sabe, los golpes de

    Estado gozan de poco predicamento. As que vamos a plantearla cuestin en otros trminos: la Repblica era inviable; loscuatro aos de distintos gobiernos republicanos no haban con-seguido modernizar mnimamente a Espaa. Exista una gue-rra civil larvada en los corazones que precedi a la guerra civilque estall en los campos de batalla. No creo que haya algoms trgico que una guerra civil. No creo que en 1936 hubiera

    muchos espaoles que la desearan y, desde luego, no creo queninguno estuviera en la direccin de ninguno de los dos ban-dos. Unos pensaban en un golpe militar rpido que abriera el

    paso a una modernizacin global del pas no menos rpida talcomo haba ocurrido en Alemania e Italia. Otros vean a laRepblica como el vehculo de esa modernizacin.

    El engao de esta polmica consiste en suponer que los repu-blicanos de la poca eran moderados, dialogantes y sensatos comolos socialistas de hoy tienden a presentarlos. La II Repblicatuvo golpistas desde el momento mismo de sus orgenes y estosgolpistas fueron, precisamente, socialistas. Para colmo, losanarquistas, siempre mantuvieron grupos armados que vivan delatraco puro y simple. Y la patronal tena sus pistoleros a sueldo.

    Como tambin los tenan los comunistas e incluso partidos abso-lutamente moderados, como Izquierda Republicana o losEscamots de Estat Catal, no se privaban de mantener grupo de

    potencia ofensiva que eran mucho ms que meros servicios deorden. Si a esto unimos el subdesarrollo y la corrupcin que apa-reci con la misma Repblica, solamente los muy inconscientes

    pueden sostener que aquello poda llegar a algo bueno. Si la Re-pblica era inviable, estaba claro que iba a morir rematada por laderecha o por la izquierda. La derecha golpe, como ya lo habahecho la izquierda y los separatistas catalanes en octubre de 1934.Y si no hubiera sido la derecha, la izquierda habra vuelto a gol-

    pear en el 36 o en el 39.

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    22/158

    22

    Falange: una reflexin crtica

    Para Falange Espaola el estallido de la guerra supuso undrama por que en su programa exista un sincero deseo de supe-

    rar la dicotoma entre las dos Espaas. Imaginamos la rupturainterior que debieron sentir en aquella poca algunos dirigentesfalangistas que deseaban ardientemente una Espaa mejor nosometida a las discordias partidistas.

    Exista otra salida estratgica? Creemos que no. Que Falan-ge Espaola hizo en aquel momento lo nico que poda hacer. Yen este episodio reside la segunda muerte de Falange porque el

    partido era todava muy dbil como para poder pesar decisiva-mente en los escenarios que se generaran a partir de entonces.Diferente hubiera sido si el 18 de julio de 1936, Falange hubierasido ilegalizada pero entre sus militantes figurasen diputados, se-nadores, alcaldes y si sus filas hubieran respondido con manifes-taciones masivas al decreto de prohibicin. Pero no hubo tal.

    Falange era dbil y no poda aspirar ms a ser mera comparsa enel golpe militar. Para colmo la mayora de sus lderes estabanentre rejas y el partido, con Hedilla al frente, apenas poda hacerotra cosa que estructurar redes clandestinas y prepararse parauna lucha en la ilegalidad que el 18 de julio aceler y cambi deorientacin.

    El compromiso de Falange con el alzamiento militar de juliode 1936, aun constituyendo la segunda muerte de Falange, con-tradictoriamente, supuso su despegue definitivo. En pocas sema-nas, aquella pequea formacin poltica cuyas siglas no apare-can ms que en la crnica de sucesos, pas a constituir un am-

    plio movimiento de milicias como no se haba visto nunca en lahistoria de la Espaa contempornea.

    En efecto, el xito de la sublevacin en algunas zonas, la co-barda de la derecha que qued virtualmente desmantelada in-cluso en aquellas zonas en las que la sublevacin triunf y elmpetu de los pocos falangistas que estaban en libertad y con-tribuyeron al xito del golpe en algunas zonas, gener un clima

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    23/158

    23

    Falange: una reflexin crtica

    de adhesin y entusiasmo. Muchos jvenes y no tan jvenesse hicieron el siguiente razonamiento: ahora que el golpe de

    Estado se ha producido, los focos de resistencia republicanasern vencidos tarde o temprano y, finalmente, nuestro paspodr homologarse con otros pases europeos en donde hantriunfado regmenes antimarxistas. As pues, la opcin msaconsejable para las gentes que as pensaban era ingresar enlas milicias falangistas, esto es, en las milicias del fascismoespaol.

    Otros sentan que haba que hacer algo por la patria y que,aparte del ejrcito, los nicos que haban dado el paso al frenteeran los falangistas (a excepcin de Navarra en donde el car-lismo tuvo un peso decisivo en la conspiracin) as pues, a ellosiba a corresponder el honor y gloria del triunfo. Sea como fuerey por las razones que llevaban a cada cual a las filas de Falan-

    ge, lo cierto es que a las pocas semanas del alzamiento, losncleos falangistas originarios haban sido desbordados por lasnuevas adhesiones que se produjeron en masa. Generalmente,los recin llegados eran conservadores de derechas, ms omenos aguerridos, que tenan de Falange Espaola una idea

    bastante bsica. Y tampoco haba cuadros suficientes comopara formarlos polticamente. Afortunadamente muchos de ellos

    eran jvenes estudiantes que aprendan bien y pronto. Les bas-t leer unos cuantos discursos de Jos Antonio para entenderque aquello era una forma espaola de fascismo y que vala la

    pena luchar e incluso morir por l. Y, ciertamente, muchos deestos nuevos afiliados dieron su vida en los campos de batallaen los tres aos que siguieron. Pero no nos adelantemos.

    Al problema generado por la debilidad estructural de FalangeEspaola en las elecciones de febrero, se una ahora el problemade afrontar un crecimiento brutal sin tener cuadros capacitados.El resultado de este proceso liquid muchas de las ilusiones quehaban dado vida a Falange en el discurso del Teatro de la Come-

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    24/158

    24

    Falange: una reflexin crtica

    dia. Cmo iban a pensar aquellos jvenes bienintencionados ypatriotas que se iban a ser envueltos en una guerra civil en la que

    posiblemente deban enfrentarse con su hermano o con su amigode la infancia? Qu triste es un conflicto civil, qu dramas perso-nales debieron vivir aquellos jvenes militantes Lo ms dra-mtico era que el ideal falangista no haba terminado de ser defi-nido.

    En otra parte de esta pequea obra abordaremos la cuestinideolgica, pero es preciso recordar ahora que Falange apenastuvo de 1934 a 1936, es decir, algo ms de dos aos en nacer a

    partir casi de cero, crecer, desarrollar un nivel mnimo de acti-vidad poltica y un mximo de actividad de choque y apenas

    pudo dedicarse a la elaboracin ideolgica. Esto es tan claroque apenas merecen comentarse las numantinas defensas deaquellos falangistas que opinan que el ideal nacionalsindicalista

    estaba completado, clasificado y cerrado el 18 de julio de 1936.Como mximo lo nico que pudo establecerse fue un pequeoideario y un programa poltico de 27 puntos, pero en cuanto alo que se refiere a una ideologa esto ya es otra cosa. No hubotiempo, fuera de Ramiro Ledesma, no existi ningn idelogodigno de tal nombre y, por lo dems, Ramiro estaba fuera de ladisciplina del partido hasta el punto de que resulta un enigma

    histrico el por qu el movimiento creado por Franco se llamFalange Espaola Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva

    Nacional Sindicalista, nombre no precisamente corto, que ade-ms inclua a sectores muy diversos de los que, sin duda, lasJONS eran una pieza prcticamente virtual y con una derivaideolgica muy especial en julio de 1936.

    No haba idelogos, no hubo tiempo para redactar una ideolo-ga as pues no es de extraar que Falange fuera como untimn quehacia donde se le da, gira. Efectivamente, uncatlico estaba predispuesto a ver en Falange a un partido de-fensor de los valores tradicionales de la Espaa Catlica y, por

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    25/158

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    26/158

    26

    Falange: una reflexin crtica

    La participacin de Falange Espaola en la contienda tuvootra consecuencia histrica que ha pesado como una losa desde

    entonces sobre la actividad del partido: su vinculacin a la dere-cha y a la extrema-derecha. El drama ha sido todava mayor enla medida en que la totalidad del partido, segua voceando la con-signa de ni derechas ni izquierdas ignorando o fingiendoignorar que tras el 18 de julio de 1936 todo estaba mucho msque claro: ni derechas, ni izquierdas, pero ms bien con laderecha. A partir de ese momento empez a existir una contra-

    diccin creciente entre lo que el partido deca y la imagen que lasociedad tena del mismo. Esta brecha se ha ido ampliando conel paso del tiempo. Aun hoy muchos falangistas estn convenci-dos de que su partido encarna la opcin ms revolucionaria que

    podra buscarse en el panorama poltico espaol y la sociedadignora en su conjunto que Falange Espaola siga existiendo como

    partido. Incluso personas con cierto grado de conocimiento ycultura poltica, como Amando de Miguel, hace unos aos, en elcurso de una tertulia a la que asistimos en Radio Intercontinentalde Madrid, aludi a Falange Espaola como a un partido que seextingui en la transicin y del que, por lo dems, no tena ningu-na duda que se ubicaba a la derecha de la derecha.

    TERCERA MUERTEEL DECRETO DE UNIFICACION

    Cuando Falange estaba desangrndose en los campos de ba-talla y movilizando la retaguardia de la zona nacional, muy po-cos de entre sus cuadros y militantes dudaban que el mayor es-fuerzo deba estar orientado a ganar la guerra. Franco lo veatambin de la misma forma, pero en su mentalidad militar re-cordaba un viejo axioma de la profesin que recordaba que unmal mando era mejor que varios mandos distintos. Por lo dems,la zona republicana era el reflejo especular de aquello que nohaba que hacer. Y Franco, con una lgica precisa y extremada-

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    27/158

    27

    Falange: una reflexin crtica

    mente lcida, se aprest a crear un soporte poltico que asegura-se la existencia de una clase dirigente para su gobierno, durase lo

    que durase.Con esta lgica se hilvan el Decreto de Unificacin entre la

    Falange y el Carlismo. A partir de entonces, se consagr el man-do nico de Franco que durara por los siguientes 38 aos. Falan-ge Espaola dej de ser un partido autnomo para ser otra cosa,como mnimo bastante extraa. Por que la unificacin fue msterica que real. Siguieron existiendo carlistas que no utilizabancamisa azul y siguieron existiendo falangistas que siempre lleva-

    ban la boina roja en el bolsillo o simplemente la denostaban visi-blemente.

    Con todo es innegable que Falange sali beneficiada de laUnificacin. Algunos de sus cuadros de la preguerra alcanza-ron carteras ministeriales y pasaron, de ser activistas callejeros,

    a funcionarios del nuevo Estado. Ciertamente, la Falange no fuela ms beneficiada por el nuevo reparto del poder y es inclusoaceptable que su aportacin a la contienda no se tradujera en unmayor peso en el nuevo Estado. Pero as estaban las cosas y lasresistencias falangistas a la unificacin, aun existiendo, no fue-ron excesivas. Y, por lo dems, no existi alternativa falangista al

    decreto de unificacin, esa es la triste realidad.La unificacin se produce con la mayora de dirigentes, inclu-

    so los ms significativos, presos, fusilados o muertos y sin que elcuadro ideolgico estuviera completado. La gran paradoja es queun partido de dimensiones mnimas pudo llegar a compartir el

    poder gracias a la iniciativa golpista. El decreto de unificacin,en la prctica, supuso que la Falange dej de carecer de mandoy pas a tener un nuevo e inesperado Jefe Nacional, FranciscoFranco, alguien que, ante todo, era una persona pragmtica.

    Fruto de ese pragmatismo fue la fascistizacin del rgimenen la primera etapa de su larga andadura. En efecto, quien vea

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    28/158

    28

    Falange: una reflexin crtica

    en el franquismo un fenmeno poltico que fue homogneo a lolargo de sus 40 aos, se equivoca.

    El franquismo atraves cuatro etapas bien diferenciadas ensu evolucin histrica. La primera de todas ellas fue el giro fas-cista que se produjo a lo largo de la guerra civil. Era evidente quelos Estados fascistas estaban aportando armas, municiones yvoluntarios a la causa nacional, as que contra ms se parecierael nuevo rgimen a quienes tan generosamente le ofrecan ayuday patronazgo, ms podra obtenerse de ellos. Adems, a medida

    que la guerra segua su curso, la situacin internacional iba de-gradndose y pronto result claro que las potencias del Eje y losEstados democrticos terminaran batindose. Esos Estados ma-nifestaban un apoyo no disimulado a la causa republicana, Fran-cia especialmente y, por tanto, si haba conflicto, la nueva Espa-a franquista estara frente a ellos. El rgimen adopt en pocas

    semanas todos los rasgos propios de la coreografa fascista mselemental: guilas imperiales, retrica expansionista, uniformes,consignas para la poblacin, banderas alemanas, italianas y es-

    paolas hermanadas. La Espaa franquista se fascistiz y la fuer-za poltica que en esos momentos era ms similar a otros parti-dos fascistas europeos era, sin duda, Falange Espaola. Las ne-cesidades de la fascistizacin hicieron que el rgimen adoptara,

    con una mezcla de conviccin y criterios de conveniencia, losideales de Falange y los elevara a paradigmas del nuevo Estado.Mera cscara sin gran contenido

    Falange dej de ser un partido autnomo y pas a ser unaparte de algo mucho mayor, en la que, por cuestiones de merooportunismo poltico e imagen de cara a los pases amigos, su

    presencia fue sobredimensionada. Pero, Falange haba muer-to, una vez ms. Haban muerto lderes falangistas, militantesde primera hora y el fundador. Con ellos haba muerto tam-

    bin, por tercera vez, Falange Espaola.

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    29/158

    29

    Falange: una reflexin crtica

    CUARTA MUERTELA DERROJA DEL EJE

    Por si todo este cmulo de desgracias histricas fueran poco,las potencias del Eje, a cuya imagen y semejanza haba sidoconstituido el nuevo Estado franquista, perdi la guerra. LaDivisin Azul que fue enviada para evidenciar el decantamientode la Espaa franquista hacia las potencias del Eje cuando lavictoria sonrea a sus armas, fue repatriada tras haber pagado

    un elevado tributo de sangre generosa en la lucha contra el co-munismo. El plan de expansin de Espaa en Marruecos fuearchivado y olvidado, al igual que los planes de ocupacin deGibraltar y el rgimen comprob horrorizado que la imagenfascista que haba adquirido poda convertirse en un serio pro-

    blema, especialmente despus de la derrota de Stalingrado, eldesembarco americano en Marruecos y la ocupacin de Sicilia.

    Cuando se produjo el desembarco de Normanda ya quedabaclaro que el Eje estaba destinado a perder inevitablemente laguerra y que haba que despojarse a prisa y corriendo de buena

    parte de los ideales y de la coreografa que caracterizaron a laprimera fase de evolucin del franquismo, travestido ennacionalsindicalismo.

    Las medidas que adopt Franco fueron dos: la transforma-cin de Espaa en Reino, no ya en Estado Totalitario al ser-vicio del bien comn, sino en reino bajo la situacin de unaregencia y de otro lado la sustitucin de la ideologanacionalsindicalista, dominante hasta entonces, por el nacio-nal-catolicismo. Los propagandistas catlicos y, algo ms tarde,los primeros ncleos del Opus Dei, tomaron el relevo de los fun-cionarios falangistas al frente de los ministerios ms preciados yla enseanza del catolicismo ms acrisolado sustituy a los vein-tisiete puntos de Falange que, por el camino, por cierto, ya haban

    perdido el ltimo.

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    30/158

    30

    Falange: una reflexin crtica

    El resultado de todo esto fue una segunda fase en la evolu-cin del franquismo que abarca un perodo de lmites relativa-

    mente bien definidos: de la sustitucin de Serrano Suer a lavisita de Eisenhower a Madrid, recibido en olor de multitudes einspirador de Berlanga y de su Bienvenido Mister Marshall,comedia negra que evidenciaba la precariedad de un pas quehasta ese momento encontraba dificultades para salir del subde-sarrollo.

    Pero Falange en esta reconversin muri una vez ms. Fuesu cuarta muerte. Era preciso que el rgimen evitara el cercoexterior y, justo es reconocer, que la retrica imperial, que los

    postulados anticapitalistas de Falange que algunos lderes in-tegrados en el franquismo todava seguan sosteniendo, quelas alusiones a la revolucin nacional, a la formacin de unEstado Nacional Sindicalista y la coreografa exterior, que-

    daran relegados a un segundo plano. La habilidad de Francoconsisti en operar esta transformacin sin inmutarse. De he-cho, l era un catlico de derechas y, en cuanto advirti losriesgos de persistir con unas formas y principios que iban aestar marginados en la Europa democrtica que empezaba alevantarse de las ruinas, se apresur a dar al rgimen una pati-na de nacional-catolicismo como ideologa de sustitucin del

    nacionalsindicalismo.

    Pero hubo otro factor sin el cual es imposible entender comopudo resultar creble la operacin. A partir de 1946 y especial-mente a 1947, se evidenciaron los resultados del triste y abo-minable Pacto de Yalta en el que Roosevelt, Churchill y Stalin,sellaron el destino de media Europa. En efecto, con Alemania

    dividida, todos los territorios que quedaban entre la frontera delas dos Alemanias y la rusa quedaban bajo el control de la UninSovitica. Para colmo, los partidos comunistas de Europa Oc-cidental, especialmente el francs y el italiano, gracias a su

    participacin en el movimiento de resistencia antifascista (es-

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    31/158

    31

    Falange: una reflexin crtica

    pecialmente tras el desencadenamiento del conflicto germano-sovitico, no antes), gozaban de una posicin preponderante en

    sus pases que amenazaba incluso, no slo con aproximarse alpoder, sino con llegar al poder.

    Frente a esto, la recin constituida Alianza Atlntica presen-taba debilidades. Por un lado existan menos de dos mil kilme-tros entre el Teln de Acero y Hendaya. Desde el punto de vistaestratgico, la OTAN careca de profundidad. Y por otra parte,

    los pases de la OTAN, tenan atadas las manos por su propiaestructura democrtica y parecan inermes ante el ascenso delos partidos comunistas. Menos mal que ah estaba la Espaafranquista para resolver en parte este problema. Por que si bienEspaa no entr hasta muy tardamente en la OTAN, si es ciertoque, a partir de 1939 y con mucha mayor nitidez cuando terminla Segunda Guerra Mundial, si era algo era, sobre todo, un pas

    anticomunista en el que, por lo dems, el partido comunista esta-ba prohibido y no exista una oposicin de izquierdas digna de talnombre. Era evidente que Espaa no podra sobrevivir por mu-cho tiempo en su esplndido aislamiento y que las necesidadesdel desarrollo laminaran progresivamente las nfulas autrquicasde algunos. As que Espaa era un aliado natural de la OTAN a

    pesar de permanecer fuera de la misma por sus estructuras po-lticas, digmoslo as, predemocrticas. El rgimen logr sobrevi-vir al aislamiento internacional que no se tradujo en movimientosque atentaran contra la integridad nacional (a parte de la accinde los maquis comunistas en el Valle de Arn, loca aventura sin

    pies ni cabeza preparada por estrategas que, probablemente lonico que deseaban era el desmantelamiento y la aniquilacin de

    los ncleos antifranquistas ms agresivos).Fue as como Falange muri por cuarta vez. El

    adoctrinamiento nacionalsindicalista en las escuelas cedi pasoal adoctrinamiento nacional-catlico, pero este, cada vez msse mostraba inadecuado para servir de soporte ideolgico a la

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    32/158

    32

    Falange: una reflexin crtica

    construccin de un Estado moderno. A decir verdad, el nacional-catolicismo supuso un lastre para Espaa. Probablemente fuera

    cierto que, en la nueva coyuntura histrica, si el rgimen querasobrevivir deba necesariamente atemperar su imagen fascista,pero en lugar de realizar una evolucin hacia delante y encontrarfrmulas modernas y basamentos ideolgicos ms acordes conlos tiempos que se avecinaban, realiz una sntesis entre la doc-trina social de la Iglesia y los valores del catolicismo ultramonta-no, que ya empezaban a ser cuestionados en la prctica por la

    propia sociedad y, solo unos aos despus, por el mismo Vatica-no. Ahora bien, si el perodo nacionalsindicalista se tradujo en lacreacin de estructuras de encuadramiento de la sociedad (Fa-langes Juveniles, SEU, Guardia de Franco, Seccin Femenina,etc.), el dbil impacto del nacional-catolicismo en la sociedad nofue suficiente como para que se constituyeran ncleos de encua-dramiento social. El rgimen empez a perder fuerza social.

    De hecho, y a decir verdad, la poblacin apenas experimentel cambio de signo ideolgico del rgimen. Interiormente se si-gui cantando el Cara al Sol en el intermedio de las proyeccionesde cine y a la entrada de los colegios, las organizaciones de en-cuadramiento del rgimen siguieron con sus uniformes

    paramilitares y su coreografa, ms o menos, inspirada en el pe-

    rodo fascista y no existi una ruptura notable. Esa ruptura, sinembargo, se produjo a nivel de cpulas y de orientacin generaldel rgimen. El peso de los propagandistas catlicos creci enla misma intensidad que disminuy la presencia falangista en lasaltas esferas. Ciertamente, esta presencia sigui existiendo has-ta ltimo hora, por que, con mayor o menos intensidad, los nicos

    que lograron movilizar masas durante el franquismo fueron aparte de los franquistas de estricta observancia los falangistasen los que una parte de la poblacin vera a gentes con ciertosentido social y, por lo dems, el yugo y las flechas segua pre-sente en los pueblos de Espaa en obras sociales, casas baratasy ayudas a los necesitados. Pero el Estado que un da pretendi

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    33/158

    33

    Falange: una reflexin crtica

    ser nacionalsindicalista, ya evidenciaba otra vocacin: la de Rei-no. Y aqu las cosas estaban claras.

    Por que si los lderes falangistas supervivientes de la primerahora y aquellas nuevas adhesiones que haban venido con lamovilizacin del 18 de julio o los que acudieron al estallar la paz,a poco que hubieran ledo algunos prrafos de las Obras Com-

    pletas de Jos Antonio, pudieron advertir que si alto tenan claroera el distanciamiento enorme de Falange Espaola de cualquierforma de monarqua. Se propona un Estado Nacionalsindicalistaque no sera, en absoluto monrquico. Tanto Jos Antonio, comoRamiro Ledesma, haban expresado crticas muy profundas yradicales a la monarqua borbnica de la que el primero dijo enun alarde de generosidad que haba gloriosamente fenecido (lagloria de la huida de Espaa de Alfonso XIII que abri el pasoa la Repblica y a la guerra civil, no quedaba, de todas formas,

    aclarada) y el segundo, pasando balance en el captulo inicial desu Primera Digresin sobre el destino de las juventudes de Es-paa concluy su anlisis sobre los ltimos 150 aos de historiaespaola resaltando la incapacidad de los borbones para gober-nar, concluyendo que tras esta pirmide de fracasos, la con-

    signa es Revolucin Nacional. No haba nada, absolutamen-te nada, ningn elemento doctrinal en el magro patrimonio ideo-

    lgico de Falange que permitiera pensar en una convivencia po-sible con monarqua alguna, en especial con la borbnica (al menoscon los carlistas exista una hermandad de sangre vertida en laguerra civil, no desde luego con los alfonsinos ausentes, salvomuy escasas excepciones, de los campos de batalla).

    Espaa fue, a partir de entonces, Reino; Falange falleci

    por cuarta vez. Fue vctima de incompatibilidad de formas deEstado. Tambin hubo otro drama: la poblacin sigui teniendo aFalange como el motor del rgimen, de un rgimen que ya no erasuyo -de hecho, nunca lo haba sido- y que tena una forma quechocaba explcitamente con lo propuesto por los fundadores.

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    34/158

    34

    Falange: una reflexin crtica

    QUINTA MUERTELOS ACUERDOS CON EE.UU.

    La brecha se fue ensanchando. Si en la anterior ruptura, sehizo en funcin del adaptacionismo del rgimen a la realidadinternacional, la siguiente muerte tendra mucho ms que vercon el adaptacionismo econmico. Espaa era, no lo olvide-mos, una sociedad que pugnaba desesperadamente por salirdel subdesarrollo, pero que a principios de los aos cincuenta

    todava languideca en la pobreza. Hasta bien entrados los aos50 existieron restricciones de energa; y hasta un poco anteshaba racionamiento de alimentos. La situacin no era particular-mente boyante. La realidad es que Franco, con una habilidad

    propia del gran estadista que fue, sobrevivi a las peores crisis ysupo llevar al pas desde el subdesarrollo econmico y eldesmantelamiento generalizado de 1939, a una sociedad con buena

    salud econmica e incluida en el pelotn de cabeza de los pasesdesarrollados. Justo es reconocer que Franco, en este trnsito dela ms absoluta miseria a la abundancia, se vio ayudado por unaserie de factores y el primero de todos ellos fueron la firma delos acuerdos de cooperacin y ayuda con los Estados Unidos en1954.

    En esa poca el rgimen era nacional-catlico en su proyec-cin exterior, nacionalsindicalista en su proyeccin interior y,la poblacin, pareca cada vez menos interesada por los mati-ces ideolgicos, los Cara al Sol, los rosario en familia del Pa-dre Peyton, el Congreso Eucarstico Internacional y las adora-ciones nocturnas; la poblacin quera sobrevivir y ms que eso,algunos insensatos, pretendan incluso vivir feliz y prsperamen-te. Y Franco lo saba. Lo exiguo de la oposicin antifranquistadelata que por esas fechas el pueblo espaol antepona la resolu-cin de los problemas cotidianos a la reconquista de las liberta-des democrticas y a la revolucin nacional Raimundo FernndezCuesta comparta tambin ese criterio. Cuando se le pregunt en

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    35/158

    35

    Falange: una reflexin crtica

    1972 por qu no se haba hecho la revolucin nacional, se limi-t a sonrer y decirHombre, es que hubiera sido el reparto

    de la miseria. Y tena razn. Pero all estaba el flamante Pre-sidente Eisenhower, Ike, para situarse en una lnea de ayudamucho ms profunda que el peronismo argentino, y garantizarlas bases del futuro desarrollo econmico espaol.

    Cuando Franco abraz a Ike en Barajas, la etapa nacional-catlica del rgimen se cerr y se abri otra nueva: la del desa-rrollo econmico. Y una vez ms, Falange muri en ese abrazo.En primer lugar por el patriotismo inherente a la doctrinafalangista que difcilmente poda compatibilizar una dependenciadel rgimen con una potencia que era, en primer lugarextraeuropea, en segundo lugar demoliberal y en tercer lugar, elcoto de caza del capitalismo ms avanzado y agresivo. Por que,si haba otra cosa que la mayora de falangistas tena claro, era

    que falange, aun no teniendo una doctrina econmica particular-mente clara y bien teorizada, era, ms o menos, anticapitalista.De hecho, sus nfulas de justicia social tenan como contraparti-da una limitacin a los excesos del capitalismo. La presencia deIke, aun sin decirlo, implic: Si queris desarrollo ponerosen el furgn de cola.

    Y as la bandera de las barras y estrellas empez a ondear enEspaa. No fue del todo mal. Si bien se renunci a parcelas desoberana, el adscribirnos al bloque occidental hizo que losembajadores regresaran a sus embajadas, que se normalizaranlas relaciones diplomticos y que las fronteras se abrieran al tu-rismo y a los capitales. La economa se reactiv y los exceden-tes de capital se reinvirtieron en nuevas industrias. En 1961 una

    chica de aspecto ingls y bobalicn fue la turista un milln. Enlos quince aos siguientes se llegara a la turista veinte millo-nes.

    El turismo trajo algo ms que dinero. Trajo otras formas, otrascostumbres, otros ritmos. El fenmeno no vino solo, la televisin

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    36/158

    36

    Falange: una reflexin crtica

    avanz tambin paralelamente. Y con las series nuevas importa-das del extranjero, tambin se vieron otras formas, otras costum-

    bres y otros ritmos. Nuestros padres y nosotros mismos, no losabamos, pero estbamos asistiendo al despuntar de un fenme-no que corriendo el tiempo ha sido llamado mundializacin. Yeste fenmeno iba a acarrear profundos cambios en la sociedadespaola. En este momento de nuestra exposicin queremos abor-dar un punto extremadamente crucial y decisivo en la historia deFalange. Un punto todava no resuelto razonadamente por las

    distintas fracciones que hoy sobreviven del falangismo. Se tratade la valoracin global que hacen del franquismo. Hay que reco-nocer que, sobre este tema, no ha existido ninguna obra definiti-va, ningn anlisis que tuviera en cuenta la multiplicidad de fac-tores en juego y que, finalmente emitiera una valoracin crticade lo que gan y lo que perdi Falange en su colaboracin porque, a la postre se trat de eso, de una colaboracin del sectormayoritario con el franquismo. Es evidente que excede de loslmites de estas pginas un estudio de tales caractersticas, perosi sera bueno recordar algunos puntos que quizs otros se sien-tan tentados a desarrollar.

    A diferencia de los defensores de lo polticamente correc-to, nosotros sostenemos que el franquismo fue necesario en

    la historia de Espaa. A lo largo del siglo XIX se haba eviden-ciado y Ramiro Ledesma lo explica con una claridad que lehonra entre Espaa y Europa. El desastroso siglo XIX espa-ol fue una acumulacin de tragedias y desgracias sin sentido niinterrupcin cuyos efectos se vieron en 1898 en el plano nacionaly en el plano econmico en un desfase entre los pases de Euro-

    pa Occidental y Espaa. Este abismo de 150 aos de retrasoexistente en 1936, se super durante el perodo franquista. Aspues, si hoy nos encontramos en el pelotn de cabeza del desa-rrollo mundial no se debe ni a los buenos oficios de las dos rep-

    blicas a cual ms catastrfica ni a la accin de los borbones

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    37/158

    37

    Falange: una reflexin crtica

    no menos catastrfica, por lo dems sino a las iniciativas asu-midas durante el perodo franquista que se pueden resumir en

    una sola: concentrar todos los esfuerzos nacionales en una solatarea, lograr el desarrollo econmico. Y las libertades polticas?Franco responda: la primera libertad es la seguridad de llevarseun bocado de pan al da. Y el libremercado? A la porra, setrataba de planificar el desarrollo, no de dar va libre al mercado.

    As, con estas dos orientaciones: concentracin de poderesen lo poltico y planificacin econmica, Espaa, entre 1954 y1975 logr despegar econmicamente. La historia todava noha juzgado convenientemente este perodo de nuestro pasadoque, por s mismo, legitima al franquismo, al menos desde el

    punto de vista del bienestar material de los ciudadanos, lo cualno es poco. Hubiera podido conseguirse tal desarrollo en unrgimen de libertades? Lo dudamos. No es lo mismo reem-

    prender la reconstruccin de un pas que, como Alemania oFrancia, ya estaban insertados en el siglo XX cuando se pro-dujeron las catstrofes de las dos guerras mundiales, que re-construir un pas sin tejido industrial, sin cuadros directivos,sin personal especializado, como era la Espaa agraria y sub-desarrollada de 1936.

    Para que en tan poco tiempo pueda darse un salto de tantaenvergadura hay una serie de condiciones que se deben asumir:la primera de todas ellas es la concentracin de poderes. Es im-

    posible planificar la economa a largo plazo estando pendientesde elecciones cada cuatro aos. Es imposible planificar una ta-rea de desarrollo de tal magnitud, sabiendo que el electorado

    puede dar la espalda, por cualquier capricho, a la opcin que ha

    asumido la tareas. As pues, la concentracin de poder y el rele-gar a segundo plano las libertades formales es casi una condicinnecesaria para un desarrollo acelerado. Lo ocurrido en Espaano es una excepcin. Rusia pas de ser el paraso de los mujiks aser una potencia mundial de primer orden gracias a la espantosa

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    38/158

    38

    Falange: una reflexin crtica

    concentracin de poder que supuso el perodo bolchevique. EnEspaa, las cosas anduvieron de la misma manera

    Y Falange volvi a morir. Por que en ese momento lo queFranco requera eran, sobre todo, economistas, planificadores,cuadros tcnicos y cientficos. Y falange no los tena; apenastena otra cosa que movilizadores de masas a lo Girn. Basta-

    ba con un resoplido del len de Fuengirola para que los tra-bajadores y las clases medias a las que les empezaba a lucir elrgimen, se lanzaran a la calle, no en apoyo de la revolucin

    nacionalsindicalista, sino en apoyo del rgimen y tras las bande-ras de Falange. Siempre son buenos los baos de multitudes,

    pero tambin es mejor que esas multitudes tengan un motivo parasalir a la calle y la satisfaccin de sus necesidades es, desdeluego, el ms atractivo. La gran contradiccin era que esas ma-sas seguan saliendo a la calle tras las banderas de Falange, pero

    el rgimen era cada vez menos falangista, si es que en ese mo-mento lo era algo, aparte de desarrollista.

    En este perodo se gest otro fenmeno cuyo desarrollo nosupieron predecir ni los falangistas del rgimen ni los escasosncleos que se situaban extramuros del mismo. El capitalismoincipiente se sigui desarrollando en Espaa. Conviva ml que

    bien con las estructuras de poder centralizado y autoritario. Yahemos visto por qu, era una condicin para el desarrollo. Pero,con el paso del tiempo, haca principios de los aos 70, se eviden-ci que todo lo que poda desarrollarse en aquel marco poltico,ya se haba desarrollado. Faltaba un impulso definitivo para laeconoma espaola: el trnsito de una economa cada vez menosautrquica, a una economa integrada en la Europa Comunitaria.

    Y aqu ya existan problemas, por que la forma poltica espaola,confirmada en el referndum sobre la Ley Orgnica del Estadode 1967, implicaba que nuestro pas segua sin alcanzar losstandares democrticos preceptivos para entrar en el club euro-

    peo.

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    39/158

    39

    Falange: una reflexin crtica

    Lo que haba ocurrido es que la aristocracia econmica tradi-cional los grandes latifundistas y las dinastas industriales cata-

    lanas y vascas que hasta entonces haban convivido perfecta-mente con el franquismo, a partir de ahora precisaban de otromarco poltico para desarrollar sus negocios. Todo el pas preci-saba de un salto cualitativo que el franquismo, por muchos moti-vos, ya no poda aportar. As se produjo la contradiccin entre uncrecimiento econmico que alcanz tal nivel de desarrollo que, a

    partir de cierto momento, tuvo que afrontar una reforma poltica

    inevitable. De hecho, a una estructura econmica capitalista, co-rresponde una estructura social en la que la burguesa es la clasehegemnica y la democracia formal su forma poltica ms adap-tada. Las necesidades de la estructura econmica, en definitiva,arrastraron la necesidad de una reforma poltica.

    A mediados de los aos 60, el rgimen empez a dar mues-

    tras de debilidad. Apareci una contradiccin en su interiorentre los miembros del Opus Dei y los que remotamente te-nan una inspiracin falangista (o, ms bien, movimentista).Los primeros haban constituido los cuadros que sustituyerona falangistas y propagandistas cuando las necesidades del de-sarrollo precisaron el recurso de tecncratas y cuadros directi-vos, mucho ms que el de movilizadores y moralizadores de

    las masas. Pero eran tecncratas fros y adems castos. Algocon poco atractivo para la poblacin. Si bien sigui existiendouna mayora social que apoy al franquismo, tambin es ciertoque esa mayora era silenciosa y que empezaban a orse losecos de las protestas de minoras menos silenciosas.

    Y adems Franco estaba envejecido. Era evidente que el r-

    gimen, a pesar de las promesas de la Ley Orgnica y de la jurade Juan Carlos como Prncipe de Espaa y heredero de la Co-rona, no haban disipado las dudas sobre el porvenir; se dudabade su capacidad de liderazgo. Para casi todos resultaba altamen-te improbable una supervivencia del franquismo sin Franco. Y

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    40/158

    40

    Falange: una reflexin crtica

    mucho menos con Juan Carlos, si bien para ello, el Caudillo colo-c junto a l el brazo tutelar del Almirante Carrero Blanco.

    Todos estos desarrollos estaban implcitos en el abrazo queintercambiaron Eisenhower y Franco en 1954. En ese abrazomuri de nuevo Falange Espaola vctima del desarrollo eco-nmico que Espaa necesitaba pero al que sus cuadros no po-dan ni saban estimular. Para eso estaba el Opus-Dei y conellos cont Franco que, en el fondo, haba dicho en esa poca aun conocido:Hgame caso, no se meta en poltica, actitudmuy gallega que implicaba que la poltica de Franco, volunta-riamente no era cosa ms que una forma de pragmatismo porencima de ideologas concretas. Como mximo, las formasautoritarias (derivadas de su pertenencia al estamento militar)y catlicas (derivadas de su propia concepcin religiosa), im-

    pidieron que ese pragmatismo fuera absoluto.

    SEXTA MUERTE20 DE NOVIEMBRE DE 1975

    Los ltimos aos del franquismo registraron un alto nivelde actividad de los grupos falangistas disidentes del movimientoque, contrariamente a lo pretendido por algunos, pudieron desa-rrollar su actividad sin grandes obstculos y sin que debieranafrontar una represin comparable a la izquierda comunista. Ytambin, intramuros del rgimen, se produjeron distintos movi-mientos de rectificacin de posiciones que cobraran forma enlos aos siguientes.

    En efecto, contrariamente a lo que se tiende a pensar, la tran-

    sicin democrtica empez en vida de Franco. O al menos unaforma de transicin. En efecto, Carrero Blanco era perfecta-mente consciente de que, tarde o temprano, los caminos de Es-

    paa convergeran con los de Europa. Era un simple problemade geografa: Espaa era un extremo de Europa; era imposible

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    41/158

    41

    Falange: una reflexin crtica

    negar esta realidad geopoltica. Y Europa se empezaba a articu-lar en torno al entonces llamado Mercado Comn. Espaa ten-

    dra el paso vedado mientras no adquiriera formas poltica demo-crticas. Para Carrero la evolucin del rgimen era inevitable acorto plazo. El problema era que el rgimen haba advertido afinales de los aos 60 que careca de base organizada. La trans-formacin del movimiento organizacinenmovimiento co-munin de todos los espaoles en los ideales del 18 de ju-lio, no haba estimulado la creacin de una base social organi-

    zada. Y lo que era peor, las organizaciones del movimiento seestaban vaciando de militantes justo despus de vaciarse de con-tenidos. Los Servicios de Informacin de Carrero advirtieron alAlmirante de la situacin y ste decidi actuar en consecuencia.

    Transicin hacia una democracia formal, si, pero limitada, talera la posicin de Carrero Blanco quien lo haba comentado con

    sus ayudantes y colaboradores ms prximos: Hasta los so-cialistas todo, desde los comunistas nada. La idea era ani-mar a los socialistas a que se integraran en un sistema demo-crtico limitado que excluyera a sus principales concurrentes,los comunistas. El plan de Carrero no era absurdo; solamenteas poda mantenerse la institucin monrquica como conti-nuadora del franquismo y evitarse la ruptura democrtica que

    preconizaban comunistas y socialistas. Para Carrero se tratabade romper el frente de la oposicin democrtica. Por otra par-te, el Almirante intent en los ltimos meses de su gobiernoestimular el comercio espaol en los pases del Este europeocon la idea de disminuir la dependencia espaola del MercadoComn.

    Era una estrategia lcita para asegurar la supervivencia delrgimen, pero fracas en la medida en que el delfn Carreroresult asesinado por ETA en diciembre de 1973. A partir de ahlos casi dos aos que Franco le sobrevivira demostraron la inca-

    pacidad del rgimen por evolucionar interiormente. Y al mismo

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    42/158

    42

    Falange: una reflexin crtica

    tiempo demostraron otra cosa: la incapacidad de Falange paraprever escenarios futuros.

    La muerte Franco cogi a Falange Espaola debatiendo so-bre su unidad, cuando, en realidad lo ms oportuno habra sidodebatir sobre las ideas, orientaciones y programa que deberande impulsar al partido en los aos siguientes. Pero no haba par-tido. Haba asociaciones falangistas y activistas azules, pero

    partido nada que se le pareciera. A partir del 20 de noviembre de1975 una cosa estaba clara: el rgimen estaba obligado a evolu-cionar si quera salvar algo. Surez lo entendi. Fraga lo enten-di. El propio Fernndez de la Mora lo entendi. Blas Piar, Girn,Raimundo, Diego, incluso los militantes que dieron vida a la Fa-lange Autntica no lo entendieron. El que esto escribe, tampocolo quiso entender en su momento. Una etapa nueva se aproxima-

    ba para Espaa, pero los distintos grupos falangistas no iban a

    estar en condiciones de subirse al tren de la democracia. El daen que muri Franco, era evidente que un captulo de la historiade Espaa se cerraba. El rgimen estaba obligado a abrirse o delo contrario a perecer arrastrado por la marea democratizadora.Y Falange estuvo ausente de este proceso. Por eso, por sextavez en su historia, muri.

    A partir de 1968, se haban formado distintas asociaciones ycrculos falangistas que disponan de una notable base humana,cuantitativamente numerosa y con perspectivas de un crecimientofuturo. Haba militantes capaces de dar vida a un partido falangistaadaptado al tiempo nuevo. Pero lo peor no es que no hubieraunidad que no la haba es que no se pensaba en trminos de

    partido y, por tanto, no se actuaba con la lgica de un partido que

    est dispuesto a competir con otros en la conquista del poder.Los ncleos juveniles que dieron vida a la Falange Autntica

    optaron por la va del activismo y asumieron una lnea poltica enla que toda la actividad poda sintetizarse en un izquierdismoobrerista que incluso empezaba a estar en desuso en la extrema-

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    43/158

    43

    Falange: una reflexin crtica

    izquierda. Consignas como Falange con el obrero caan en sacoroto por que haban pocos obreros en Falange y, por lo dems, a

    la clase obrera le daba absolutamente igual si la Autntica estabacon ellos; a la vista de como iba la inflacin en aquellos aos, eraevidente que afrontaban problemas mucho ms realistas.

    Los intentos, completamente obsesivos e intiles por demos-trar que Falange era un movimiento de oposicin que buscaba laruptura democrtica, las recogidas sistemticas de yugos yflechas en todos los pueblos de Espaa, no consiguieron levantarla pesada losa que tena Falange desde el altofranquismo. Esms, los autnticos no se dieron cuenta nunca de que el pro-

    blema no era si Falange haba colaborado o no con el rgimen algo que era muy difcil de desmentir sino como mirar hacia elfuturo, con qu programa, con qu estrategias, con qu tcticas,con que objetivos y sobre esto, las clamorosas acciones de

    Falange Autntica no aportaron absolutamente nada, aparte deun verbalismo hiperrrevolucionario que no poda ocultar la ver-genza y el complejo de inferioridad de este sector hacia la iz-quierda marxista. Por supuesto, no hubo nada que hacer; aquelloestaba condenado al fracaso antes de empezar a actuar.

    Pero es que otros sectores falangistas tampoco tuvieron me-

    jor fortuna. Los Crculos Doctrinales Jos Antonio que habanlogrado constituir algo mas de un centenar de ncleos a media-dos de los aos 70, estaban preocupados por lograr la unidadde accin con otros sectores. Las conversaciones eran intermi-nables. Los avances escasos. Cada paso adelante era bloquea-do por la inestabilidad misma de estos grupos y por el hechode que ni siquiera interiormente cada sector tena una opinin

    uniforme sobre nada.A poco de morir Franco, en diciembre de 1975 se convoc el

    intento unitario ms ambicioso de este sector, el llamado Congre-so Nacional Falangista. No se produjeron avances significativos.Los autnticos recin constituidos aprovecharon para repartir

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    44/158

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    45/158

    45

    Falange: una reflexin crtica

    He de confesar que, personalmente no entenda nada de todoesto, fue un querido amigo y camarada de Barcelona quien me

    lo explic de regreso del Congreso Nacional Falangista: Fa-lange me dijo es eso: 27 puntos, un himno, el brazo en alto,la camisa azul, el yugo y las flechas quita eso y acabars conFalange. Y entonces entend la obstinacin de las distintasfracciones falangistas por disputarse ese patrimonio. Solo queesta disputa, enmarcada dentro de la inalcanzable perspectivaunitaria, no tena ya sentido poltico en unos momentos en los

    que era preciso conquistar a las masas, y conquistarlaselectoralmente, por que, a fin de cuentas, de lo que se tratabaentonces era de tener las parcelas de poder al alcance de cual-quier partido democrtico.

    Esto pareca que les interesaba a muy pocos. Los autnti-cos se situaban ms all de cualquier legalidad, lo que que-

    ran era un indefinida e indefinible revolucin sindicalista,mal definida y peor planteada por el camino del activismo in-sensato. Los falangistas franquistas se fueron enrocando en con-cepciones golpistas. El resto de grupsculos languidecan entreintentos unitarios sin porvenir y pequeas actuaciones activistassin norte ni gua. En definitiva, una situacin que era extremada-mente parecida a la que se haba producido en los ltimos aos

    del franquismo. Falange no adverta que empezaba a ser historia,que el tiempo jugaba inexorablemente en su contra y que a medi-da que pasaban los aos y se eluda hacer una adaptacin de losideales fundacionales a la realidad de la transicin, quizs, porque se intua que negar al Libro, es decir a las Obras Comple-tas de Jos Antonio parcelas de actualidad, hubiera supuesto un

    sacrilegio. Y la falta de valor para revisar la doctrina entrael alejamiento de la realidad.

    Falange muri y una vez ms, la mayora de falangistas nose enteraron el 20 de noviembre de 1975. Para mayor fatali-dad, el bito de Franco se produjo exactamente 38 aos des-

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    46/158

    46

    Falange: una reflexin crtica

    pus del fusilamiento de Jos Antonio. Incluso en cuestin defechas fnebres el franquismo cultiv el equvoco con Falan-

    ge. El inters de algunos falangistas en desvincularse del rgi-men era una empresa tan absolutamente irreal que no vala lapena intentarla. Los autnticos lo hicieron y su actividad fre-ntica agot a toda una generacin de militantes.

    SEPTIMA MUERTE

    LA UNION NACIONAL DE 1979Llegamos a la ltima muerte con la que se cierra el crculo yse concreta la desaparicin de un movimiento poltico que haagrupado en el siglo XX a buena parte de las energas juveni-les de Espaa. Por otra fatalidad del destino, la ltima de lasmuertes engarza con la primera, aquella que tuvo lugar en laselecciones de febrero de 1934. En ambas ocasiones ningndiputado falangista se sent en las Cortes. En ambos casos, elfracaso sirvi para variar de rumbo las orientaciones polticasdel partido. Entre 1975 y 1979, Falange estuvo dividida en tresopciones mayoritarias y un sin fin de opciones menores. Por unlado, los falangistas que haban colaborado con el Movimiento

    Nacional de Franco, agrupados en torno a Raimundo Fernndez

    Cuesta; por otro los falangistas disidentes moderados del Movi-miento agrupados en los Crculos Jos Antonio que haban orga-nizado un Partido Nacional Sindicalista, y, finalmente los miem-

    bros de la Falange Autntica.

    Pero haba otra fuerza, Fuerza Nueva, que haba crecido ex-traordinariamente entre 1977 y 1979, gracias a la particular ora-

    toria de su lder y fundador, Blas Piar Lpez. Piar era un fran-quista, ante todo; su ideologa era catlica ms que falangista. Sumodelo de franquismo era el derivado del perodo nacional-cat-lico que haba absolutizado y convertido en el rasgo distintivo delfranquismo, cuando, como hemos visto, apenas fue la lnea domi-

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    47/158

    47

    Falange: una reflexin crtica

    nante en un perodo de su historia. Conservador en lo poltico yen lo religioso, Blas Piar impregn con estos principios a su

    movimiento que fue percibido por una parte de la poblacin, comola opcin de los descontentos con la democratizacin. Y, en efec-to, mientras la transicin fue generando problemas interiores deadaptacin y asentamiento, Fuerza Nueva progres. Pero cuan-do la democracia estuvo suficientemente asentada, Fuerza Nue-va lleg a su techo y se desintegr vertiginosamente.

    Los coqueteos de los falangistas colaboradores con elfranquismo con Fuerza Nueva fueron constantes desde el prin-cipio de la transicin. En las primeras elecciones democrticasse present una Alianza Nacional del 18 de Julio formada porcarlistas, fuerzanuevistas y falangistas. No tuvo mucho xito.Sin embargo, es rigurosamente cierto que tras la campaa elec-toral de junio de 1977, Fuerza Nueva empez a recoger el

    fervor de una parte sustancial de la poblacin, especialmenteen Madrid, Valencia, Cantabria, Asturias y Sevilla. En otras pa-labras, Fuerza Nueva creci mucho ms de lo que lo hicieron elPartido Nacional Sindicalista de Diego Mrquez y Falange Es-

    paola de Fernndez Cuesta. As, cuando se convocaron las elec-ciones de 1977, Fernndez Cuesta y Blas Pilar se aproximaronen la Alianza Nacional. Sin resultados. A los dos aos siguientes,

    a estas dos fuerzas polticas se adhiri el Partido Nacional Sindi-calista excepcionalmente debilitado por la presin de los autn-ticos por un lado y de los colaboradores por otro. La nuevacandidatura de Unin Nacional llev a Blas Piar al congreso delos diputados fue, sin duda, un xito para Blas, pero no desdeluego para las Falanges. Por lo dems y tratndose de una coa-

    licin, lo normal hubiera sido que con posterioridad a las eleccio-nes se intentara proseguir con el trabajo unitario. No hubo tal. NiFernndez Cuesta, ni Diego Mrquez, nmeros dos y tres de lacandidatura hubo un lugar en el Congreso, ni inters posterior

    por profundizar en la iniciativa unitaria.

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    48/158

    48

    Falange: una reflexin crtica

    Esa fue la ltima muerte de Falange Espaola. La camisaazul era utilizada tambin por los fuerzanuevistas, que lucan

    el yugo y las flechas en los bolsillos de sus camisas. El nombrede Jos Antonio sala frecuentemente de los labios de Blas Piarcomo en los cuarenta aos anteriores haba sido pronunciadofrecuentemente por personalidades no falangistas. Las centu-rias paramilitares de Fuerza Nueva rememoraban las miliciasfalangistas La bandera de Falange ondeaba junto a la cruzcarlista y la bandera azul y roja (azul de falange, roja del requet)

    de Fuerza Nueva. Y adems, Blas Piar fue el poltico ms mal-dito de toda la transicin, por lo tanto, el nombre de Falange rara-mente era considerado como el de una entidad independiente,sino que se le consideraba como una especie de aliado y prolon-gacin del piarismo. En estas condiciones el mensaje falangistauna vez ms se desfigur. Las opciones del FE(i), por no decirde la autntica, sealando que el franquismo y la falange eranentidades completamente diferentes, resultaba increble para la

    poblacin que vea como los mismos smbolos falangistas eranutilizados por la extrema-derecha fuerzanuevista.

    Pero hubo algo peor. Los cuadros falangistas parecan seguirsin tener inters por adecuar su doctrina a la nueva realidad es-

    paola. Hubo estudiantes falangistas, universitarios falangistas,

    cuadros tcnicos falangistas, pero que resultaron absolutamenteincapaces de reelaborar y adaptar el programa de 1936 a la rea-lidad de 1979. Y Falange muri a causa de esa incapacidad.

    Por puro respeto hemos fechado en las elecciones de 1979 laltima de las muertes de Falange, la sptima. En realidad nohabra que perder de vista la fecha del 23 de febrero de 1981,

    como fecha alternativa a esta ltima y definitiva muerte de Fa-lange. A partir de 1977, cuando la evolucin democrtica eraimparable, la mayora de miembros de Fuerza Nueva y de Fa-lange Espaola, sector raimundista, haban renunciado a ven-cer en unas elecciones democrticas. Se les antojaba un proceso

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    49/158

    49

    Falange: una reflexin crtica

    excesivamente largo y dificultoso para el que no se sentan adap-tados. Surgi as la hiptesis golpista como una alternativa. Pero,

    a decir verdad, pocos fueron los que entendieron lo que significa-ba el golpe militar. Para la mayora se trataba simplemente deapoyar al Ejrcito. A diferencia de la situacin de la preguerra,esta nueva Falange de la transicin jams tom contacto conmedios militares, jams conspir con ellos y jams tuvo noticiasde las intentonas golpistas antes de que se produjeran. Eranvocacionalmente golpistas, pero estaban alejados de cualquier

    prctica golpista. El 23 de febrero les cogi de sorpresa a casitodos y, desde luego, al grueso del movimiento falangista. El 23de febrero, uno de esos momentos olvidables de la historia deEspaa, se cerr con una Falange que, en buena medida, com-

    parta las posiciones golpistas pero que no haba sabido ni podidohacer nada para colaborar con ellas. Falange, por ltima vez muri.

    El ciclo iniciado en febrero de 1936 se haba cerrado. Comoentonces Falange no super la prueba electoral. Como enton-ces Falange el sector mayoritario de Falange en la pocaasumi la va golpista. A diferencia de entonces, acaso por can-sancio, acaso por que el movimiento era de pequeas dimen-siones, acaso por impreparacin o por lo que fuera, Falange no

    particip activamente en la iniciativa golpista de febrero de

    1981, como tampoco, por lo dems, Fuerza Nueva.

    Aquella fecha murieron muchas cosas. Falange se vio acom-paa en su bito por Fuerza Nueva quien, a los pocos meses seautodisolvera reconociendo su fracaso. A Falange no le quedni siquiera eso. Incluso la Autntica, el sector de Pedro Con-de, se haba autodisuelto en 1980 a la vista de los malos resulta-

    dos del partido y de la deriva problemtica adoptada. Cuandoeso ocurra, Falange haca muchas dcadas que haba dejado deser un partido unitario, existan muchas fracciones, todas ellasigualmente desorientadas, desprovistas de medios, de estrategia,y sobre todo, de ideas nuevas.

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    50/158

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    51/158

    51

    Falange: una reflexin crtica

    ALGUNAS CONCLUSIONESPROVISIONALES

    Estas siete muertes son, cada una por s misma, y todas ellasen conjunto, episodios dramticos en la historia del movimien-to falangista y en algunos casos en la historia misma de Espa-a.

    Ahora, cuando se llega al centenario del nacimiento de JosAntonio, es fcilmente perceptible que lo nico que tiene el

    movimiento falangista en sus alforjas, es historia. No tiene fu-turo, slo historia. A diferencia de otros movimientos surgidosen el tiempo nuevo que carecen de historia pero pueden tenerel futuro que sus miembros sean capaces de conquistar. Falangees historia, Falange forma parte de la historia. En esa historia,Falange tiene un punto importante en su haber: el haber consti-

    tuido la levadura de buena parte de la juventud espaola durantevarias generaciones. Por que, Falange naci de los jvenesextasiados con la experiencia del fascismo. Falange facilit a los

    jvenes una causa para vivir y una buena excusa para morir porla Patria. Falange, finalmente, tambin muri entre los jvenes eincluso hasta ltima hora, sus ltimos militantes, esos que no per-ciben que se han adherido a un movimiento que ya es historia,

    siguen siendo jvenes en edad. Pero entre tanto canto a la juven-tud, tantas lonas y claros de luna en campamentos juveniles, faltmadurez de ideas, incluso entre los ms maduros de sus militan-tes que seguan pensando en Falange, no tanto como una opcin

    poltica de futuro, sino como una opcin emotiva y sentimentalque les remita a los mejores aos de su vida, esos en los quetenan energas y optimismo para afrontar las duras pruebas dela vida que se les avecinaban.

    Falange no pudo evitar que la historia de Espaa discurriera amayor velocidad que su propia historia. Casi puede decirse quetodo en Falange se hizo tardo y a destiempo: el movimiento fue

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    52/158

  • 8/9/2019 Klein, Leon - Falange. Una Reflexion Critica Sobre El Pasado y El Futuro Del Nacionalsindicalismo

    53/158

    53

    Falange: una reflexin crtica

    rica ampulosa fuera de lugar ayer y hoy: Falange es una idearomntica que vive en los corazones de millones de espao-

    les de buena voluntad. En otras palabras, se nos haca saberque nuestra tesis era acertada: que Falange haba muerto. Y no-sotros nos limitbam