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Ius marxismo En el siglo XIX apareció por primera vez el marxismo, corriente de pensamiento y acción que define la época contemporánea. Para Marx, las tesis en el campo del derecho se refieren a éste como una superestructura que se deriva de la estructura económica sobre la que descansa la sociedad. La finalidad del jurista siempre es buscar la comprensión relacionada con su adaptabilidad al caso presente, pero para precisar exactamente el contenido normativo que ha de ser aplicado a su caso concreto no puede omitir el aspecto histórico, esto es, debe considerar en qué condiciones los actos legislativos son convenientes a la ley, ya que las condiciones originarias han cambiado y por consiguiente la ley, en cuanto a su función tiene que sufrir determinaciones. Cuando un juez intenta adecuar la ley transmitida a las necesidades del presente tiene claramente la intención de resolver una tarea práctica. Lo que en modo alguno quiere decir que su interpretación de la ley sea una traducción arbitraria. También en su caso comprender e interpretar significa conocer y reconocer un sentido vigente. El juez intentará responder a la idea jurídica mediándola con el presente. Es evidente una mediación jurídica. Lo que intenta reconocer es el significado jurídico de la ley, no el significado histórico de si promulgación o unos cuantos casos cualesquiera de su aplicación. No se comporta como un historiador, pero sí se ocupa de su propia historia, que es su propio presente. En consecuencia puede en todo momento asumir la posición del historiador frente a las cuestiones que implícitamente le han ocupado ya como juez.

Ius marxismo

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Ius marxismo

En el siglo XIX apareció por primera vez el marxismo, corriente de pensamiento y

acción que define la época contemporánea.

Para Marx, las tesis en el campo del derecho se refieren a éste como una

superestructura que se deriva de la estructura económica sobre la que descansa la

sociedad.

La finalidad del jurista siempre es buscar la comprensión relacionada con su

adaptabilidad al caso presente, pero para precisar exactamente el contenido

normativo que ha de ser aplicado a su caso concreto no puede omitir el aspecto

histórico, esto es, debe considerar en qué condiciones los actos legislativos son

convenientes a la ley, ya que las condiciones originarias han cambiado y por

consiguiente la ley, en cuanto a su función tiene que sufrir determinaciones.

Cuando un juez intenta adecuar la ley transmitida a las necesidades del presente

tiene claramente la intención de resolver una tarea práctica. Lo que en modo

alguno quiere decir que su interpretación de la ley sea una traducción arbitraria.

También en su caso comprender e interpretar significa conocer y reconocer un

sentido vigente. El juez intentará responder a la idea jurídica mediándola con el

presente. Es evidente una mediación jurídica. Lo que intenta reconocer es el

significado jurídico de la ley, no el significado histórico de si promulgación o unos

cuantos casos cualesquiera de su aplicación. No se comporta como un historiador,

pero sí se ocupa de su propia historia, que es su propio presente. En consecuencia

puede en todo momento asumir la posición del historiador frente a las cuestiones

que implícitamente le han ocupado ya como juez.

¿En que consiste el Iusmarxismo?

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El Marxismo es el conjunto de doctrinas políticas y filosóficas derivadas de la obra de Karl

Marx, filósofo, economista, periodista y revolucionario del siglo XIX y de su amigo Friedrich

Engels. Para Marx, el comunismo sería una forma social en la que la división en clases habría

terminado y la estructura económica sería producto de la asociación de los productores libres,

y el producto social se distribuiría según el criterio “de cada cual según su capacidad; para cada

cual según sus necesidades”.

Los marxistas consideran que la sociedad capitalista se divide en clases sociales, de las que

toman en consideración principalmente dos: La clase trabajadora o proletariado. Marx definió

a esta clase como los individuos que venden su mano de obra y no poseen los medios de

producción, a quienes consideraba responsables de crear la riqueza de una sociedad. La

burguesía. La forman quienes poseen los medios de producción y emplean al proletariado. El

principio comunista postula una igualdad entre los hombres en cuanto al factor trabajo-

producto. Pero resulta que este principio no tiene en cuenta las diferencias de capacidad de

trabajo existentes entre los hombres, por lo tanto no es un derecho justo. Para Marx, las tesis

en el campo del derecho se refieren a éste como una superestructura que se deriva de la

estructura económica sobre la que descansa la sociedad. Con ello postula que el sistema de

producción es el que amolda tanto a la cultura como a las ciencias, es decir, éstas responden a

los intereses de los que poseen los medios de producción, en las que no escapa el derecho.

En pocas palabras el derecho responde a los intereses de la burguesía que se apropia de la

riqueza de los trabajadores en el sistema de producción capitalista; sin embargo, bajo esta

óptica de pensamiento, se soslaya el hecho de que las ciencias en su conjunto, incluyendo al

derecho, tanto en el comunismo como en el capitalismo están hechas para proteger a quienes

detentan el poder, ya sea económico o político.

Marxismo o comunismo científico

Karl Marx funda la Liga de los Comunistas (también conocida como Liga de los Justos) en 1847

en Bruselas, después de dos años de estancia en la capital belga. La Liga encarga a Karl Marx y

a Friedrich Engels una proclama del movimiento comunista. En 1848 publican el Manifiesto

Comunista (Manifest der Kommunistischen Partei).4

Para Marx y Engels, la clase obrera industrial es la única que, por su imposibilidad de una

adquisición privada, puede superar mediante la síntesis comunista la contradicción sin salida

de la socialización estatal: es la negación comunista de la sociedad porque no puede

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transformarse en nueva clase explotadora, es la negación comunista del Estado porque sólo

transformándose ella misma en poder público puede superar su carácterasalariado remanente

de la sociedad burguesa, y es la negación comunista de la propiedad porque sólo distribuyendo

de acuerdo a las necesidades y las capacidades puede adquirir los frutos de los medios de

producción.5 De ello se deriva el lema De cada cual, según sus capacidades; a cada cual según

sus necesidades.

El Manifiesto Comunista es considerado uno de los tratados políticos más influyentes de la

historia.

Relación con el anarquismo En la Asociación Internacional de los Trabajadores se evidenciaron

los conflictos ideológicos entre anarquismo y marxismo. La principal diferencia entre estos dos

grupos fue que los marxistas proponían un período de transición después de la revolución

social antes de la disolución final del estado, idea que los bakuninistas no aceptaban

considerando que la revolución debía acabar inmediatamente con el estado. El resultado final

de esta división fue la expulsión de los anarquistas y anarcosindicalistas de la Primera

Internacional y su posterior disolución en 1876.

El anarcocomunismo es una corriente anarquista cercana al comunismo, representada entre

otros por Pedro Kropotkin y Errico Malatesta.

Desarrollos posteriores a la Revolución Rusa .-En los desarrollos posteriores a Marx del

comunismo marxista, ha existido cierto debate sobre cuales son los métodos más eficaces para

lograr un cambio del sistema socioeconómico capitalista. En gran parte estos debates y

desarrollos de estrategias consiguientes han estado ligados a personas influyentes dentro del

movimiento comunista internacional. En ocasiones el debate ha estado más caracterizado por

alineamientos personales con los principales teóricos, que por verdaderas e irreconciliables

posturas ideológicas.

Marxismo-leninismo El marxismo-leninismo engloba en realidad a varios desarrollos del

marxismo posteriores al propio Marx. En esencia todos estos enfoques sugieren la necesidad

de una élite intelectual o un partido centralizado que acelere o dirija propiamente el fin del

sistema capitalista, que otras ramas del marxismo veían como un proceso auto-organizado que

se daría por sí mismo sin la necesidad de dirigirlo. Por tanto, como política el marxismo-

leninismo aboga por el dirigismo centralista de los procesos revolucionarios anti-capitalistas.

Maoísmo

Denominado habitualmente en occidente como maoísmo pero originalmente y oficialmente

en China «Pensamiento Mao Tse Tung» (chino simplificado: 毛泽东思想, chino tradicional: 毛

澤東思想 ) o «Pensamiento Mao». Esta corriente son los aportes teóricos y prácticos que

desarrolló Mao Zedong (1893-1976) en la guerra civil china y que significaron un desarrollo

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sustancial del leninismo. Los aportes son la adaptación del marxismo-leninismo a un país

principalmente agricultor y con muy pocas industrias y una sociedad feudal.

Comunismo de consejos

Surgido a partir de la revolución alemana y de la ruptura de la izquierda comunista germano-

holandesa con el bolchevismo ruso, el comunismo de consejos hizo centro en la

autoorganización de la clase proletaria en losconsejos obreros, en vez de la dirección política

de la misma de un "partido revolucionario". Sus principales referentes fueron Otto Rühle,

Anton Pannekoek y Paul Mattick

Nuevas Corrientes Comunistas

Austromarxismo .-El austromarxismo surge a partir de la mezcla de principios del capitalismo

con principios leninistas.

El proletariado (del latín proles, linaje o descendencia) es un término utilizado para designar a

la clase social más baja de la época de la edad moderna que, en el modo de producción

capitalista, se ve obligada a vender su fuerza de trabajo a la burguesíapor carecer de los

medios de producción. Un miembro de tal clase es llamado un proletario.

En la Roma imperial, los proletarii eran los ciudadanos de la clase más baja, que no tenían

propiedades y cuya única utilidad para el Estado era generar proles (hijos) para engrosar los

ejércitos del imperio. El término se utilizó inicialmente en un sentido despectivo, hasta que

Karl Marx lo utilizó en un sentido positivo para identificar lo que él llamó la clase obrera,

diferenciando proletariado y lumpenproletariado y colocándole como un grupo antagónico a la

clase burguesa.

Las raíces filosóficas del marxismo

Primera edición del Manifiesto del Partido Comunista.

Marx tuvo dos grandes influencias filosóficas: la de Feuerbach, que le aportó y afirmó su visión

materialista de la historia, e indudablemente la de Hegel que inspiró a Marx acerca de la

aplicación de la dialéctica al materialismo. Aunque para su trabajo de disertación doctoral

eligió la comparación de dos grandes filósofos materialistas de la antigua Grecia, Demócrito y

Epicuro, Marx ya había hecho suyo el método hegeliano, su dialéctica. Ya en 1842 había

elaborado su Crítica de la filosofía del derecho de Hegel desde un punto de vista materialista.

Pero a principios de la década del 40, otra gran influencia filosófica hizo efecto en

Marx:Feuerbach. Especialmente con su obra La esencia del cristianismo. Tanto Marx como

Engels abrazaron la crítica materialista de Feuerbach al sistema hegeliano, aunque con algunas

reservas. Según Marx, el materialismo feuerbachiano era inconsecuente en algunos aspectos,

idealista. Fue en las Tesis sobre Feuerbach (Marx, 1845) y La ideología alemana (Marx y Engels,

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1846) donde Marx y Engels ajustan sus cuentas con sus influencias filosóficas y establecen las

premisas para la concepción materialista de la historia.

Si en el idealismo de Hegel la historia era un devenir contradictorio que reflejaba el

autodesarrollo de la Idea Absoluta, en Marx son el desarrollo de las fuerzas productivas y de

las relaciones de producción las que determinan el curso del desarrollo socio-histórico. Para

los idealistas el motor de la historia era el desarrollo de las ideas. Marx expone la base material

de esas ideas y encuentra allí el hilo conductor del devenir histórico.

Influencias intelectuales en Marx y Engels

Marx y Engels se basaron en la filosofía alemana de Hegel y de Feuerbach, la economía política

inglesa de Adam Smith y de David Ricardo, y el socialismo y comunismo francés de Saint-Simon

y Babeufrespectivamente, para desarrollar una crítica de la sociedad que fuera tanto científica

como revolucionaria. Esta crítica alcanzó su expresión más sistemática en su obra más

importante dedicada a la sociedad capitalista,El capital: crítica de la economía política.

Además de las raíces mencionadas, algunos pensadores marxistas del siglo XX, como Louis

Althusser o Miguel Abensour, han señalado en la obra de Marx, el desarrollo de temas

presentes en la obra de Maquiavelo oSpinoza. También diversos sociólogos y filósofos, como

Raymond Aron y Michel Foucault, han rastreado en la visión marxista del final del feudalismo

como comienzo del absolutismo y la separación del Estado y la sociedad civil, la influencia de

Montesquieu y Tocqueville, en particular en sus obras sobre el bonapartismo y la lucha de

clases en Francia.

La concepción materialista de la historia

Marx resumió la génesis de su concepción materialista de la historia en Contribución a la crítica

de la economía política1 (1859):

El primer trabajo emprendido para resolver las dudas que me azotaban, fue una revisión crítica

de la filosofía hegeliana del derecho, trabajo cuya introducción apareció en 1844 en los

“Anales francoalemanes”, que se publicaban en París. Mi investigación me llevó a la conclusión

de que, tanto las relaciones jurídicas como las formas de Estado no pueden comprenderse por

sí mismas ni por la llamada evolución general del espíritu humano, sino que, por el contrario,

radican en las condiciones materiales de vida cuyo conjunto resume Hegel siguiendo el

precedente de los ingleses y franceses del siglo XVIII, bajo el nombre de “sociedad civil”, y que

la anatomía de la sociedad civil hay que buscarla en la economía política.

En Bruselas a donde me trasladé a consecuencia de una orden de destierro dictada por el

señor Guizot proseguí mis estudios de economía política comenzados en París. El resultado

general al que llegué y que una vez obtenido sirvió de hilo conductor a mis estudios puede

resumirse así: en la producción social de su vida los hombres establecen determinadas

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relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que

corresponden a una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El

conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la

base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden

determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material

condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la conciencia del

hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su

conciencia.

Al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la

sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o, lo que no es

más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se

han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones

se convierten en trabas suyas, y se abre así una época de revolución social.

Al cambiar la base económica se transforma -más o menos rápidamente- toda la inmensa

superestructura erigida sobre ella. Cuando se estudian esas transformaciones hay que

distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos en las condiciones económicas de

producción y que pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las

formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en una palabra las formas

ideológicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo.

Y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que él piensa de sí, no

podemos juzgar tampoco a estas épocas de transformación por su conciencia, sino que, por el

contrario, hay que explicarse esta conciencia por las contradicciones de la vida material, por el

conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción.

Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas

que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más elevadas relaciones de producción

antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado dentro de la

propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos

que puede alcanzar, porque, mirando mejor, se encontrará siempre que estos objetivos sólo

surgen cuando ya se dan o, por lo menos, se están gestando, las condiciones materiales para

su realización. A grandes rasgos, podemos designar como otras tantas épocas de progreso en

la formación económica de la sociedad el modo de producción asiático, el antiguo, el feudal y

el moderno burgués.

Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del proceso social de

producción; antagónica, no en el sentido de un antagonismo individual, sino de un

antagonismo que proviene de las condiciones sociales de vida de los individuos. Pero las

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fuerzas productivas que se desarrollan en la sociedad burguesa brindan, al mismo tiempo, las

condiciones materiales para la solución de este antagonismo. Con esta formación social se

cierra, por lo tanto, la prehistoria de la sociedad humana.

La economía marxista

En su labor política y periodística Marx y Engels comprendieron que el estudio de la economía

era vital para conocer a fondo el devenir social. Fue Marx quien se dedicó principalmente al

estudio de la economía política una vez que se mudó a Londres. Marx se basó en los

economistas más conocidos de su época, los británicos, para recuperar de ellos lo que servía

para explicar la realidad económica y para superar críticamente sus errores.

Vale aclarar que la economía política de entonces trataba las relaciones sociales y las

relaciones económicas considerándolas entrelazadas. En el siglo XX esta disciplina se dividió en

dos.

Marx siguió principalmente a Adam Smith y a David Ricardo al afirmar que el origen de la

riqueza era el trabajo y el origen de la ganancia capitalista era el plustrabajo no retribuido a los

trabajadores en sus salarios. Aunque ya había escrito algunos textos sobre economía política

( Trabajo asalariado y capital1 de 1849, Contribución a la Crítica de la Economía Política1 de

1859, Salario, precio y ganancia1 de 1865) su obra cumbre al respecto es El Capital.

El capital ocupa tres volúmenes, de los cuales sólo el primero (cuya primera edición es de

1867) estaba terminado a la muerte de Marx. En este primer volumen, y particularmente en su

primer capítulo (Transformación de la mercancía en dinero), se encuentra el núcleo del análisis

marxista del modo de producción capitalista. Marx empieza desde la "célula" de la economía

moderna, la mercancía. Empieza por describirla como unidad dialéctica de valor de uso y valor

de cambio. A partir del análisis del valor de cambio, Marx expone su teoría del valor, donde

encontramos que el valor de las mercancías depende del tiempo de trabajo socialmente

necesario para producirlas. El valor de cambio, esto es, la proporción en que una mercancía se

intercambia con otra, no es más que la forma en que aparece el valor de las mercancías, el

tiempo de trabajo humano abstracto que tienen en común. Luego Marx nos va guiando a

través de las distintas formas de valor, desde el trueque directo y ocasional hasta el comercio

frecuente de mercancías y la determinación de una mercancía como equivalente de todas las

demás (dinero).

Así como un biólogo utiliza el microscopio para analizar un organismo, Marx utiliza la

abstracción para llegar a la esencia de los fenómenos y hallar las leyes fundamentales de su

movimiento. Luego desanda ese camino, incorporando paulatinamente nuevo estrato sobre

nuevo estrato de determinación concreta y proyectando los efectos de dicho estrato en un

intento por llegar, finalmente, a una explicación integral de las relaciones concretas de la

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sociedad capitalista cotidiana. En el estilo y la redacción tiene un peso extraordinario la

herencia de Hegel.

La crítica de Marx a Smith, Ricardo y el resto de los economistas burgueses residen en que su

análisis económico es ahistórico (y por lo tanto, necesariamente idealista), puesto que toman a

la mercancía, el dinero, el comercio y el capital como propiedades naturales innatas de la

sociedad humana, y no como relaciones sociales productos de un devenir histórico y, por lo

tanto, transitorias. Junto con la teoría del valor, la ley general de la acumulación capitalista, y

la ley de la baja tendencial de la tasa de ganancia, son otros elementos importantes de la

economía marxista.

Análisis de clases

Los marxistas consideran que la sociedad capitalista se divide en clases sociales, de las que

toman en consideración principalmente dos:

la clase trabajadora o proletariadoL: Marx definió a esta

clase como «los individuos que venden su mano de obra y no poseen los medios de

producción», a quienes consideraba responsables de crear la riqueza de una sociedad

(edificios, puentes y mobiliario, por ejemplo, son construidos físicamente por miembros de

esta clase; también los servicios son prestados por asalariados). El proletariado puede

dividirse, a su vez, en proletariado ordinario y lumpenproletariado, los que viven en pobreza

extrema y no pueden hallar trabajo lícito con regularidad. Éstos pueden ser prostitutas,

mendigos o indigentes.

La burguesía: quienes «poseen los medios de

producción» y emplean al proletariado. La burguesía puede dividirse, a su vez, en la burguesía

muy rica y la pequeña burguesía: quienes emplean la mano de obra, pero que también

trabajan. Éstos pueden ser pequeños propietarios, campesinos terratenientes o comerciantes.

Para el marxismo, el comunismo sería una forma social en la que la división en clases habría

terminado, la estructura económica sería producto de «la asociación de los productores

libres», y la producción y distribución de los bienes se efectuaría según el criterio «de cada cual

de acuerdo a su capacidad; para cada cual según sus necesidades».

El marxismo y la religión

El marxismo ha sido tradicionalmente opuesto a todas las religiones. Marx escribió al respecto

que "el fundamento de la crítica irreligiosa es: el ser humano hace la religión; la religión no

hace al hombre" y la frase cuyo final se haría célebre:

La miseria religiosa es, por una parte, la expresión de la miseria real y, por la otra, la protesta

contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo

sin corazón, así como es el espíritu de una situación carente de espíritu. Es el opio del pueblo.2

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La referencia al opio ha prestado a una interpretación vulgar ya que éste no es -como suele

suponerse- un estupefaciente ni tampoco un alucinógeno, sino un narcótico analgésico. Este

equívoco del lector contemporáneo ha derivado en una confusión frecuente respecto de la

sentencia marxista. La cita completa revela el por qué de la referencia a un opiáceo: jamás

pretende que la religión se considere una forma de degradación intelectual ni tampoco una

mera ilusión generada por las clases dominantes (interpretación no marxista que suprimiría la

idea que éste tenía de la ideología, esto es, la ilusión de universalidad dentro de cada clase),

sino que la religión sea, por el contrario, el anestésico necesario de la sociedad entera frente a

la alienación social y de las clases oprimidas frente a sus condiciones materiales de existencia.

En Marx, la crítica de la religión no es una defensa del ateísmo, sino la crítica de la sociedad

que hace necesaria a la religión. La supresión de estas condiciones y la realización plena de la

comunión humana se desvincula de la condición biológica, proyectándose "al cielo" como

intervención divina en una parusía futura, particularmente en el especial caso del

cristianismo,3 en vez de construirse políticamente mediante la abolición de la propiedad

privada y la división del trabajo. El fundamento filosófico del rechazo marxista de la religión ha

estado vinculado al desarrollo del materialismo dialéctico por parte de Engels y Lenin.

En cualquier caso, ha habido diversos teóricos que consideran que ser marxista y religioso es

compatible. Dentro de ellos se puede señalar al irlandés James Connolly y a diversos autores

dentro de la teología de la liberación como Camilo Torres yLeonardo Boff. Pero la crítica

teórica hacia cualquier religión se basa en que ésta es concebida como el resultado de la

producción de la superestructura de la sociedad, es decir, de la fabricación de ideas ideológicas

que se hace una sociedad sobre sus propios modos de producción económicos. Así, la religión

siempre es una concepción de ideas políticas que tienden a reafirmar la estructura económica

existente. Los textos marxistas donde se puede encontrar información sobre la concepción

marxista de la religión son: La ideología alemana de Marx y Engels, y La filosofía como arma de

la revolución de Louis Althusser. Marx describe a la religión como un ente alienador, el cual le

pone como meta alcanzar a Dios, situación imposible para un humano pues Dios es la esencia

humana deificada, es decir: la humanidad le ha dado sus mejores características a Dios. La

religión haría conformista al hombre y lo obligaría a no luchar en este mundo, pues este es

solo un preludio del verdadero. La síntesis cristiano-marxista de los teólogos de la liberación

replica que el marxismo no implica este aserto y que, de ser así, también las clases dominantes

impregnadas de espíritu religioso serían conformistas respecto de su existencia material e

incluso serían pasivas frente a un conflicto con otras clases sociales. Para estos, en cambio, la

religión -y en particular la cristiana- siempre exige una lucha en este mundo en función de una

comunidad religiosa: sea con o sin clases dependiendo de cómo se la entienda políticamente.

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Debe recordarse que para el catolicismo la resurrección es el regreso al edén en la tierra y que,

aunque dependa de Dios, ningún esfuerzo individual tendría sentido si estuviera coronado por

una muerte sin retorno (incluso si la realización plena de la humanidad pudiera hacerse sólo

socialmente y no biológicamente como en la resurrección cristiana), ya que la salvación de

cada hombre de acuerdo a su esfuerzo dentro del alienado mundo presente sólo puede ser

asegurado con la eternidad y la participación en el mundo venidero. Esto es igualmente cierto

tanto para el ideario de autorrealización personal de la derecha cristiana (calvinista o al menos

reconciliada con la burguesía), como para la lucha de clases de la izquierda cristiana (marxista

o no), como para las originarias posiciones ascéticas y apolíticas del cristianismo primitivo.

Estas últimas en particular dieron forma estamental a la dicotomía interna entre la vida

económica y la religiosa del occidente medieval extramundano y a su peculiaridad histórica de

fusión entre "sociedad civil" y "sociedad política" descrita con atención por Marx en su obra

Sobre la cuestión judía, cuya visión llegaría, junto con la opuesta de Nietzsche, a Max Weber, y

que entroncaría en el debate marxista-weberiano sobre la influencia económica de la religión.

En su versión más ortodoxa, la interpretación marxista de la religión sería la de una forma de

alienación cuya consecuencia para el hombre sería perder sus virtudes para adjudicárselas a un

inventado ser supremo. Según Karl Marx, esto es lo que ocurriría en particular con la religión

monoteísta: el hombre toma toda virtud que posee y toda idealización metafísica posible, y se

la atañe a un ser supremo de su propia creación, devaluándose a sí mismo y dedicando su ser y

propio destino a su voluntad y una trascendencia irreal posibilitada por su existencia.

Partidos, movimientos y gobiernos inspirados en el marxismo

Desde la muerte de Marx en 1883, varios grupos del mundo entero han apelado al marxismo

como base intelectual de sus políticas, que pueden ser radicalmente distintas y opuestas. Una

de las mayores divisiones ocurrió entre los reformistas, también denominados

socialdemócratas, que alegaban que la transición al socialismo puede ocurrir dentro de un

sistema pluripartidista y capitalista, y los comunistas, que alegaban que la transición a una

sociedad socialista requería una revolución para instaurar ladictadura del proletariado. La

socialdemocracia resultó en la formación del Partido Laborista y del Partido Socialdemócrata

de Alemania, entre otros partidos; en tanto que el comunismo resultó en la formación de

varios partidos comunistas; en 1918 en Rusia, previo a la formación de la Unión de Repúblicas

Socialistas Soviéticas, dimanan 2 partidos del Partido Obrero Social Demócrata de Rusia: el

Partido Comunista, formación comunista, y el Partido Social Demócrata de Rusia. Aún sigue

habiendo muchos movimientos revolucionarios y partidos políticos en todo el mundo, desde el

final de la Unión Soviética, aunque el internacionalismo obrero ha sufrido una grave crisis.

Aunque hay partidos socialdemócratas en el poder en varias naciones de Occidente, hace

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mucho que se distanciaron en aspectos relevantes de sus lazos históricos con Marx y sus ideas.

En la actualidad en Laos, Corea del Norte, Vietnam, Cuba, la República Popular China y

Moldavia hay en el poder gobiernos que se autoproclaman marxistas.

Muchos gobiernos, partidos políticos, movimientos sociales y teóricos académicos han

afirmado fundamentarse en principios marxistas. Ejemplos particularmente importantes son

los movimientos socialdemócratas de la Europa del siglo XX, el bolchevismoruso, la Unión

Soviética (Lenin, Trotsky, Stalin) y otros países del bloque oriental, Mao Zedong, Fidel Castro,

Ernesto "Che" Guevara, Santucho, Kwame Nkrumah, Patrice Lumumba, Julius Nyerere, Thomas

Sankara y otros revolucionarios en países agrarios en desarrollo. Estas luchas han agregado

nuevas ideas a Marx y, por lo demás, han transmutado tanto el marxismo que resulta difícil

especificar el núcleo de éste. Actualmente las transformaciones socio-económicas han

obligado a repensar al marxismo en una línea llamada posmarxismo en la cual se encuentran

autores como Ernesto Laclau y Chantal Mouffe.

La Revolución de Octubre de 1917, encabezada por los bolcheviques (cuyas figuras principales

eran Vladímir Lenin y León Trotsky) fue el primer intento a gran escala de poner en práctica las

ideas socialistas de un Estado obrero.

Se suceden otra serie de gobiernos o dobles poderes obreros de relativamente breve duración,

impulsados por revueltas proletarias con activa participación de los partidos comunistas

locales, inspirados en el modelo de república de consejos obreros. La mayoría de estos son

aplastados por las fuerzas de la reacción capitalista de las distintos gobiernos y potencias

burguesas y fracasan. Son el caso de la Revolución de Noviembre de 1918, encabezada por los

espartaquistas en Alemania, la República Soviética Húngara de 1919, la República Soviética

Bávara de 1919, el bienio rojo o movimiento de consejos de fábrica del norte de Italia de 1919

a 1920, el Sóviet de Nápoles, la República Socialista Soviética Galiciana en 1920, la República

Popular Soviética de Bujara de 1920 a 1925, la República Socialista Soviética de Persia o

República Soviética de Gilan, de 1920 a 1921, etc.

Tras morir Lenin, Iósif Stalin se había hecho con una gran concentración de poder en sus

manos en el seno del Partido Comunista y del Estado soviético, el cual fue fortaleciendo en

detrimento de los propios soviets (ya de por sí debilitados durante el hambre, la bancarrota

económica y las masacres ocasionadas por la Guerra Civil Rusa). Hasta su muerte, numerosas

purgas se vivieron en la URSS, bajo consignas tales como la "lucha contra el trotskismo", "los

sabotajes", o "los agentes del fascismo", en las que se logró inhabilitar a los principales

elementos críticos del PCUS y la sociedad soviética, muchos de ellos comunistas, testigos

directos de la Revolución y opositores en mayor o menor medida a la deriva burocrática y la

concentración de poderes que se estaba generando en seno de la URSS, encarnada en una

Page 12: Ius marxismo

casta de funcionarios y burócratas del partido, cuya divergencia de intereses respecto a la

clase trabajadora y el peligro que entrañaban para la revolución obrera comienzan a

manifestarse desde la primera mitad de los años 20, aún en vida del propio Lenin. Dichas

purgas sólo logran fortalecer el poder de la nueva dirección del PCUS, encabezada ahora por

Stalin, y pronto se extenderán a las secciones nacionales del Komintern, que, a nivel

internacional, comienza a ser dirigido desde el comisariado de asuntos exteriores en Moscú.

Aunque llevaron a cabo pequeñas aportaciones teóricas al marxismo, Stalin y sus seguidores se

caracterizan por haber dado cobertura ideológica a sus métodos y posicionamientos tácticos y

políticos, encaminados al fortalecimiento del control sobre los medios de producción y

administración del Estado por parte de la burocracia y dirección central del partido, a través de

la falsificación o la adaptación de los principios ideológicos del marxismo y del leninismo a sus

propios fines. Esto derivará en un sistema de gobierno y pensamiento formulado bajo el

nombre de marxismo-leninismo y la teoría del socialismo en un solo país, también llamado

estalinismo, considerado por sus críticos marxistas como un alejamiento o distorsión de los

postulados y principios de la tradición marxista y pensadores como Marx, Engels o Lenin;

particularmente insistentes en esta postura son aquellas corrientes basadas en los

planteamientos de Trotsky y Lenin (trotskismo) y las del denominado comunismo de izquierda,

el marxismo libertario o el comunismo de consejos, también críticos en este sentido con la

denominada corriente del leninismo (y por ende el trotskismo). A raíz de la muerte de Stalin,

esta burocracia termina por acaparar el poder y afianzarse en la llamadanomenklatura. Ésta

comenzará a medio plazo un proceso de progresiva liberalización de la economía, que

culminará con la perestroika.

Al final de la II Guerra Mundial se produjo una expansión, por la vía militar, del poder político

de la URSS, que se consolidó mediante el establecimiento de los llamados Estados satélites o

del Pacto de Varsovia, en los países del Este que quedaron bajo su zona de influencia tras los

acuerdos de Yalta y de Postdam. Estos Estados reprodujeron estructuras políticas y sociales y

tipos de economía y de gobierno muy similares a los de la Unión Soviética. Fueron gobernados

mediante la formación de Partidos Comunistas, encuadrados en la Komintern, y adscritos a las

fórmulas del marxismo-leninismo oficial. Algunos de los partidos adscritos a la Internacional

Comunista que llegaron a formarse por sí mismos, lograron a la postre tomar el poder a través

de insurrecciones guerrilleras y, en algunos casos, con bastante apoyo popular, y establecer un

estado que seguía el modelo marxista-leninista oficial. Estas naciones comprendían a la

República Popular China, Vietnam, Corea del Norte, Yugoslavia, Albania,Etiopía, Yemen del Sur,

Angola, y otros. Después de la invasión militar por parte de Vietnam de Kampuchea

Page 13: Ius marxismo

Democratica, gobernada por el Jemer Rojo, un gobierno de estructura similar a aquél será

establecido en Camboya.

En Chile, el gobierno de la Unidad Popular, encabezado por Salvador Allende, que duró desde

1970 hasta el golpe de estado de 1973, tenía una fuerte inspiración marxista. Si bien cambió

radicalmente la formas de lucha conocidas al concretar un gobierno por la vía electoral, la

revolución a la chilena buscaba la transformación de la sociedad con miras hacia el socialismo.

Al mismo tiempo, la coalición que llevó a Allende al gobierno estaba construida por la unión

del Partido Comunista y el Partido Socialista, ambos declarados marxistas-leninistas en ese

tiempo.

En 1991, la Unión Soviética se disolvió y el nuevo Estado ruso ya no se identificó con el

marxismo. Otras naciones del mundo siguieron el mismo camino. Actualmente el socialismo

científico ha dejado de ser una fuerza política prominente en la política mundial. China, donde

gobierna el Partido comunista chino, relajó su concepción económica del marxismo en 1978

avanzando progresivamente hacia un sistema económico más cercano al libre comercio. Este

proceso continúa hoy en día.

Desde el comienzo de la democrácia en España, en 1975, el PSOE se presentó a las elecciones

como un partido Marxista, proclamandose primera fuerza de oposicion en el gobierno hasta

que en 1982, con Felipe González a la cabeza, abandonaron su postura Marxista, ganando las

elecciones.

Críticas al marxismo

La crítica liberal

Los miembros de la escuela austríaca fueron los primeros economistas liberales en criticar

sistemáticamente la escuela marxista, ya que trataban en forma casi opuesta cuestiones como

el dinero, el capital, los ciclos económicos y los procesos económicos. Entre estos se cuenta

principalmente a Eugen von Böhm-Bawerk quién se dedicó a refutar la teoría del valor

marxista, tanto desde la Escuela Austríaca (La teoría de la explotación) como desde dentro de

la propia teoría marxista (La conclusión del sistema marxiano). Rudolf Hilferding hizo una

contrarréplica que salteó ciertas cuestiones puntuales para rescatar la validez holística del

marxismo como crítica a la "teoría económica burguesa". El debate que sucedió a este fue

entre Ludwig von Mises(discípulo de Böhm-Bawerk) y el economista marxista polaco Oskar

Lange. Mises impactó profundamente en los planificadores soviéticos preocupados por la poca

consecución de sus objetivos, con una observación empírico-deductiva sobre las razones del

creciente fracaso de los proyectos económicos del socialismo, su inminente colapso o

dependencia de países extranjeros capitalistas. Esta primer exposición sobre la necesidad de

precios para los factores de producción se volvería una obra completa titulada El socialismo.

Page 14: Ius marxismo

Más tarde Mises se extendió más allá de la imposibilidad del cálculo económico en el

socialismo (problema observado con especial atención por su colega Max Weber en Economía

y sociedad), alcanzando su crítica a la misma metodología marxista de interpretación histórica

con su análisis del polilogismo clasista en Teoría e historia, que había sido la base de la crítica

de Hilferding. Oskar Lange propugnó una economía socialista con un mercado estatal en la que

los precios fuesen determinados según un método de ensayo y error, hasta hallar un precio

adecuado. El debate entre ambos economistas continuó durante varios años, hasta que Oskar

Lange afirmó que von Mises tenía parcialmente razón, asimilando el aporte de von Mises al

análisis de la acción humana: la praxeología, pero sin explicar con ella toda la teoría

económica. La respuesta austríaca a los argumentos de Oskar Lange se vio completada con el

análisis no-praxeológico y evolucionista de Friedrich Hayek, cuyos escritos al respecto fueron

compilados en el libro Individualismo y orden económico. Un amigo de Hayek, el epistemólogo

Karl Popper, realizaría paralelamente una crítica muy conocida a la filosofía social del

marxismo, en un aspecto nuclear de dicha doctrina: el historicismo. Economistas austríacos

como Joseph Schumpeter han revisado los orígenes del capitalismo y han rechazado la noción

marxista de acumulación originaria como una contradicción autorreferente que requiere

capital inicial para la actividad de una supuesta burguesía violenta originaria. En El capitalismo

y los historiadores, Hayek junto a T.S. Ashton, Louis Hacker y otros historiadores del progreso

tecnológico, proponen una relectura no-marxista de la historia del desarrollo del capitalismo,

en particular la Revolución industrial.

Desde premisas económicas no tan dispares a las marxistas, el ala más liberal de las escuelas

económicas clásicas así como del mainstream neoclásico, ha entrado en conflicto con

interpretaciones teóricas e históricas de los seguidores de Marx. Entre estos cabe mencionar a

Gary Becker para la comprensión de la historia desde la sociología económica y James

Buchanan con una visión maquiavelista de la filosofía política desde la teoría de la elección

racional. Thomas Sowell desde la economía yRobert Nozick desde la filosofía (en Anarquía,

Estado y utopía) han reabierto el debate sobre las contradicciones gnoseológicas en el análisis

económico marxista. El institucionalista Douglass North en su estudio clásico El nacimiento del

mundo occidental: una nueva historia económica ha ofrecido una revisión de la historia del

capitalismo que ha sido tenido muy en cuenta entre los historiadores marxistas.

En contraposición a la antropología del americano Lewis H. Morgan que Marx y Engels hicieron

suya en El origen de la familia y según la cual todas las economías comunitarias primitivas

habrían sido comunistas, el liberalismo se ha nutrido de la antropología de diferentes autores

e historiadores como Bronisław Malinowski y Fustel de Coulanges entre otros, para elaborar

una visión casi opuesta del origen de la propiedad privada que luego sería resumida en la obra

Page 15: Ius marxismo

del historiador Richard PipesPropiedad y libertad. Respecto de la noción marxista de "ideología

de clase", el autor liberal-conservador Kenneth Minogue fue uno de los primeros en invertirla

en La teoría pura de la ideología, volviendo contra las propias doctrinas sistémico-clasistas

(que tratan de "ideológico" a todo pensamiento) la acusación de reificación ideológica por

parte de intereses revolucionarios en una lucha de clases cuya existencia no puede ser puesta

en duda sin apelar a una instancia neutral.

La crítica anarquista

Tanto el anarquismo como el comunismo marxista buscaban en última instancia la abolición de

la propiedad privada y la sociedad sin clases sociales ni Estado mediante una revolución social.

No obstante, anarquistas y marxistas han estado enfrentados desde que Pierre Joseph

Proudhon, que conocía a Marx y Bakunin, afirmó que así como la tesis del capitalismo

garantiza la libertad aboliendo la igualdad, la antítesis comunista sufre la contradicción

opuesta; aplicando la dialéctica hegeliana en su libroSistema de las contradicciones

económicas o filosofía de la miseria (1847), señaló que sólo con la síntesis del mutualismo se

pueden resolver estas contradicciones, lo que provocó la ruptura de Marx con Proudhon,

expresada en su escrito crítico Miseria de la filosofía (1847).4

El enfrentamiento entre marxistas y anarquistas alcanzó su clímax en la lucha entre los

partidarios de Marx y los de Mijaíl Bakunin por el control de la Primera Internacional, y que

acabó con la ruptura de la misma en 1872. La base del conflicto se centraba en que, así como

los marxistas creían en la necesidad transicional de un Estado bajo control de los trabajadores

(la «dictadura del proletariado») y que a su vez se encargara de controlar la economía

(«planificación central»), los anarquistas pensaban que el camino al socialismo (o al

comunismo) pasaba por la destrucción del Estado. Para los anarquistas, un Estado socialista

repetiría las características de opresión y privilegio contra las que luchaban, al tiempo que, al

extender los poderes a la organización de la vida económica, resultaría ser incluso más

opresivo.5

Otra confrontación se encontraba en el papel que tenían lucha económica y la lucha política en

la emancipación de la clase obrera. Para los marxistas, como el objetivo de la lucha proletaria

era la conquista del poder político, la lucha política ocupaba un lugar central. Para los

anarquistas, la única lucha política válida era la lucha por la destrucción revolucionaria del

Estado, que esperaban surgiera espontáneamente de la lucha económica. La socialdemocracia,

heredera del marxismo, se inclinó hacia el parlamentarismo y la actividad legal; mientras que

el anarquismo se inclinó hacia los ataques a las instituciones y agentes estatales (propaganda

por el hecho) y a la organización obrera apolítica (anarcosindicalismo).

Page 16: Ius marxismo

La confrontación entre marxistas y anarquistas continuó luego bajo otro cariz a partir de la

revolución rusa. El bolchevismo ruso, encabezado por Lenin, dio nueva vida a la teoría del

Estado revolucionario. En su obra El Estado y la Revolución, Lenin explica que el estado

burgués debe ser destruido para luego instaurar un Estado revolucionario y que sería este

estado quien se extinguiría conforme desaparezcan las contradicciones de clase. Los

anarquistas, ante las consecuencias de la dictadura bolchevique, continuaron reivindicando,

con nuevo brío, la teoría bakuninista de la destrucción inmediata del Estado como objetivo de

la revolución social.

Actualmente, la controversia entre anarquistas y marxistas pasa más por las formas de

organización y métodos de lucha de las masas explotadas y la relación de los revolucionarios

con éstas. Mientras los herederos del marxismo (partidos leninistas de distinto cuño)

continúan reivindicando las prácticas político-partidarias con sus métodos centralistas, los

herederos del anarquismo reivindican la organización asamblearia, la federación y la

democracia directa.

Características capitalismo

El capitalismo es concebido, al menos, de tres formas diferentes dependiendo del énfasis en la

consideración de ciertas características como determinantes o intrínsecas, desde enfoques

respectivamente políticos, culturales y sociales, sin que esto implique una exclusión mutua de

las diferentes definiciones.

En cada caso existe una referencia en el origen etimológico de la palabra capitalismo a la idea

de capital, y estas referencias son codependientes: quienes invierten, crean o adquieren

capital permanecen como legítimos propietarios (capitalistas) durante el proceso de

producción; la rentabilidad del capital invertido en un libre mercado de productos y servicios

es el eje central de la vida económica.

Estas definiciones serían:

El régimen económico en el cual la titularidad de los

medios de producción es privada, entendiéndose por esto su construcción sobre un régimen

de bienes de capital industrial basado en la propiedad privada.

La estructura económica en la cual los medios de

producción operan principalmente en función del beneficio y en la que los intereses directivos

se racionalizan empresarialmente en función de la inversión de capital y hacia la consecuente

competencia por los mercados de consumo y trabajo asalariado.

El orden económico en el cual predomina el capital

sobre el trabajo como elemento de producción y creación de riqueza, sea que dicho fenómeno

Page 17: Ius marxismo

se considere como causa o como consecuencia del control sobre los medios de producción por

parte de quienes poseen el primer factor.

Salvo en su específica combinación ninguna de las siguientes características es exclusiva del

capitalismo: la motivación basada en el cálculo costo-beneficio dentro de una economía de

intercambio basada en el mercado, el énfasis legislativo en la protección de un tipo específico

de apropiación privada (en el caso del capitalismo particularmente lockeana), o el predominio

de las herramientas de producción en la determinación de las formas socioeconómicas. Así,

sólo el conjunto codependiente de tales características puede ser considerado un sistema

capitalista, organizativamente en torno a las relaciones sociales que produce en determinados

espacios, independientemente se vea de forma favorable o no, sería:

El sistema económico en el cual las relaciones sociales

de producción y el origen de la cadena de mando –incluyendo la empresaria por delegación–

se establece desde la titularidad privada y exclusiva de los accionistas de una empresa en

función de la participación en su creación en tanto primeros propietarios del capital. La

propiedad y el usufructo queda así en manos de quienes adquirieron o crearon el capital

volviendo interés su óptima utilización, cuidado y acumulación, con independencia de que la

aplicación productiva del capital se genere mediante un trabajo colectivo y conjunto, material

e inmaterial, por cada uno de los actores de la misma empresa.

Para definir al capitalismo es necesario describir todos sus principios básicos, ya que si bien

existe un consenso sobre su definición, este es de un nivel muy básico y suelen confundirse las

características atribuidas al capitalismo (algunas suelen ser erróneas) con el capitalismo como

sistema.

Una de las interpretaciones más difundidas señala que en el capitalismo, como sistema

económico, predomina el capital sobre el trabajo como elemento de producción y creador de

riqueza. El control privado de los bienes de capital sobre otros factores económicos tiene la

característica de hacer posible negociar con las propiedades y sus intereses a través de rentas,

inversiones, etc. Eso crea el otro distintivo del capitalismo que es el beneficio o ganancia como

prioridad en la acción económica en función de la acumulación de capital que por vía de

apropiación lockeana puede separarse del trabajo asalariado.

En las democracias liberales se entiende muchas veces el capitalismo como un modelo

económico en el cual la distribución, la producción y los precios de los bienes y servicios son

determinados en la mayoría de las veces por alguna forma de libre mercado. Ciertas corrientes

de pensamiento discuten si esta es la definición exacta de capitalismo o si sólo se trataría de

una de sus características.

Page 18: Ius marxismo

Generalmente, el capitalismo se considera un sistema económico en el cual el dominio de la

propiedad privada sobre los medios de producción desempeña un papel fundamental. Es

importante comprender lo que se entiende por propiedad privada en el capitalismo ya que

existen múltiples opiniones, a pesar de que este es uno de los principios básicos del

capitalismo: otorga influencia social a quienes detentan la propiedad de los medios de

producción (o en este caso el capital), la burguesía, dando lugar a una relación jerárquica de

funciones entre el empleador y el empleado. Esto crea a su vez una sociedad de clases móviles

en relación con el éxito o fracaso económico en el mercado de consumo, lo que influye en el

resto de la estructura social según la variable de capital acumulada; por tal razón en el

capitalismo la pertenencia a una clase social es movible y no estática.

Sobre la propiedad privada, el capitalismo establece que los recursos invertidos por los

prestadores de capital para la producción social, deben estar en manos de las empresas y

personas particulares que los adquieran. De esta forma a los particulares se les facilita el uso,

empleo y control de los recursos que utilicen en sus labores productivas, de los que, a fines

empresariales, podrán usar como mejor les parezca.

La libertad de empresa propone que todas las empresas sean libres de conseguir recursos

económicos y transformarlos en una nueva mercancía o servicio que será ofrecido en el

mercado que éstas dispongan. A su vez, son libres de escoger el negocio que deseen

desarrollar y el momento para entrar o salir de éste. La libertad de elección se aplica a las

empresas, los trabajadores y los consumidores, pues la empresa puede manejar sus recursos

como crea conveniente, los trabajadores pueden realizar un trabajo cualquiera que esté

dentro de sus capacidades y los consumidores son libres de escoger lo que desean consumir,

buscando que el producto escogido cumpla con sus necesidades y se encuentre dentro de los

límites de su ingreso.

Competencia se refiere a la existencia de un gran número de empresas o personas que ofrecen

y venden un producto (son oferentes) en un mercado determinado. En dicho mercado también

existe un gran número de personas o empresas, denominadas consumidores (también

llamados demandantes), las cuales, según sus preferencias y necesidades, compran o

demandan esos productos o mercancías. A través de la competencia se establece una

«rivalidad» o antagonismo entre productores. Los productores buscan acaparar la mayor

cantidad de consumidores/compradores para sí. Para conseguir esto, utilizan estrategias de

reducción de precios, mejoramiento de la calidad, etc.

El capitalismo se basa ideológicamente en una economía en la cual el mercado predomina,

esto usualmente se da, aunque existen importantes excepciones además de las polémicas

sobre qué debe ser denominado libre mercado o libre empresa. En éste se llevan a cabo las

Page 19: Ius marxismo

transacciones económicas entre personas, empresas y organizaciones que ofrecen productos y

las que los demandan. El mercado, por medio de las leyes de la oferta y la demanda, regula los

precios según los cuales se intercambian las mercancías (bienes y servicios), permite la

asignación de recursos y la distribución de la riqueza entre los individuos.

Cada uno de los actores del mercado actúa según su propio interés; por ejemplo, el capitalista,

quien posee los recursos y el capital, busca la maximización del beneficio propio por medio de

la acumulación y reproducción de los recursos, del capital; los trabajadores, quienes trabajan

por la recompensa material que reciben (el salario) y, por último, los consumidores, quienes

buscan obtener la mayor satisfacción o utilidad adquiriendo lo que quieren y necesitan al

menor precio posible.

La doctrina política que históricamente ha encabezado la defensa e implantación de este

sistema económico y político ha sido el liberalismo económico y clásico del cual se considera

sus padres fundadores a John Locke, Juan de Mariana, Adam Smith yBenjamin Franklin. El

pensamiento liberal clásico sostiene en economía que la intervención del gobierno debe

reducirse a su mínima expresión. Sólo debe encargarse del ordenamiento jurídico que

garantice el respeto de la propiedad privada, la defensa de las llamadas libertades negativas:

los derechos civiles y políticos, el control de la seguridad interna y externa (justicia y

protección), y eventualmente la implantación de políticas para garantizar el libre el

funcionamiento de los mercados, ya que la presencia del Estado en la economía perturbaría su

funcionamiento. Sus representantes contemporáneos más prominentes son Ludwig von Mises

y Friedrich Hayek por parte de la llamada Escuela de Viena de economía; George Stigler y

Milton Friedman por parte de la llamada Escuela de Chicago, existiendo profundas diferencias

entre ambas.

Existen otras tendencias dentro del pensamiento económico que asignan al Estado funciones

diferentes. Por ejemplo los que adscriben a lo sostenido por John Maynard Keynes, según el

cual el Estado puede intervenir para incrementar la demanda efectiva en época de crisis.

También se puede mencionar a los politólogos que dan al Estado y a otras instituciones un rol

importante en controlar las deficiencias del mercado (una línea de pensamiento en este

sentido es el neoinstitucionalismo)

Origen

Sede del Banco Mundial.

Tanto los mercaderes como el comercio existen desde que existe la civilización, pero el

capitalismo como sistema económico, en teoría, no apareció hasta el siglo XVI en Inglaterra

sustituyendo al feudalismo. SegúnAdam Smith, los seres humanos siempre han tenido una

fuerte tendencia a «realizar trueques, cambios e intercambios de unas cosas por otras». De

Page 20: Ius marxismo

esta forma al capitalismo, al igual que al dinero y la economía de mercado, se le atribuye un

origen espontáneo o natural dentro de la edad moderna.1

Este impulso natural hacia el comercio y el intercambio fue acentuado y fomentado por las

Cruzadas que se organizaron en Europa occidental desde el siglo XI hasta el siglo XIII. Las

grandes travesías y expediciones de los siglos XV y XVI reforzaron estas tendencias y

fomentaron el comercio, sobre todo tras el descubrimiento del Nuevo Mundo y la entrada en

Europa de ingentes cantidades de metales preciosos provenientes de aquellas tierras. El orden

económico resultante de estos acontecimientos fue un sistema en el que predominaba lo

comercial o mercantil, es decir, cuyo objetivo principal consistía en intercambiar bienes y no en

producirlos. La importancia de la producción no se hizo patente hasta la Revolución industrial

que tuvo lugar en el siglo XIX.

Sin embargo, ya antes del inicio de la industrialización había aparecido una de las figuras más

características del capitalismo, el empresario, que es, según Schumpeter, el individuo que

asume riesgos económicos no personales. Un elemento clave del capitalismo es la iniciación de

una actividad con el fin de obtener beneficios en el futuro; puesto que éste es desconocido,

tanto la posibilidad de obtener ganancias como el riesgo de incurrir en pérdidas son dos

resultados posibles, por lo que el papel del empresario consiste en asumir el riesgo de tener

pérdidas o ganancias.

El camino hacia el capitalismo a partir del siglo XIII fue allanado gracias a la filosofía del

Renacimiento y de la Reforma. Estos movimientos cambiaron de forma drástica la sociedad,

facilitando la aparición de los modernos Estados nacionales que proporcionaron las

condiciones necesarias para el crecimiento y desarrollo del capitalismo en las naciones

europeas. Este crecimiento fue posible gracias a la acumulación del excedente económico que

generaba el empresario privado y a la reinversión de este excedente para generar mayor

crecimiento, lo cual generó industrialización en las regiones del norte.