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Historia, memoria y pasado reciente Anuario N° 20 2003/2004 Escuela de historia Facjitad de Humanidades y Artes Uriversidad Nacional de Rosario njE.ua

Historia, Memoria y Pasado Reciente

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Historia, Memoria y Pasado Reciente

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  • Historia, memoria ypasado reciente

    Anuario N 202003/2004

    Escuela de historiaFacjitad de Humanidades y ArtesUriversidad Nacional de Rosario

    njE.ua

  • Historia oral y contemporaneidad*

    Paul Thompson**

    Cul debera ser nuestra visin acerca de las potencialidades futurasde la historial oral en el umbral del Nuevo siglo? Hacerse tal preguntainmediatamente dispara una segunda: qu entendemos por "historiaoral"? Para ofrecer algunas respuestas amplias a este desafo quisierarecurrir a mi propia experiencia de 30 aos de Lrabajo en el campo de lahistoria oral.

    En primer lugar, decididamente me inclino por una definicin ampiade "historia oral'' como la interpretacin de la historia, las sociedades ylas culturas en proceso de cambio a travs de la escucha y registro de lasmemorias y experiencias de sus protagonistas, y por lo Unto no me pare-ce apropiado concebirla ni como un mtodo de trabajo minuciosamentedeterminado y con reglas lijas ni como una sub-disciplina separada., En primer lugar, podramos decir que es un mtodo que siempre hasido esencialmente interdiciplinaro, una especie de cruce de caminosentre la sociologa, !a antropologa, a historia y los anlisis literarios yculturales. Haber sido testigo en mi propia experiencia de investigacinde cmo disciplinas particulares pueden ser transformadas por nuevasmodas metodolgicas, me revel en cierta medida que "a fuerza crucialde la historia oral descansa sobre una forma fundamental de interaccinhumana que trasciende las fronteras disciplinarias.

    * Este texto fue originalmente presentado como una conferencia pblica en laUniveisidade Federal de Mints Gerais en Helo Horrme, el 29 de agosto ds 2000.Traduccin del Ingls: MarisaArmida.

    ** Master of Arts: Gndo acadmico situado entre la licenciatura en letrns y el doctorado(N.deT.).

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  • Historia, nemoria y pasudo reciente

    Mi propio trabajo con la historia oral surge de tal contexto interdisci-plinario ya que, formado en la historia social, a partir de 1964 me dedi-qu a la enseanza en el Departamento de Sociologa en la Universidadde Essex. Fueron mis colegas socilogos de esa Universidad quienes,cuando- me ofrecieron escribir la historia social de Gran Bretaa en lasprimeras dos dcadas del siglo XX -que luego se convertira en mi libroThe Edwardians (1975)- me alentaron a entrevistar hombres y mujeresque haban vivido durante ese perodo. Gran parte del mcodo que adop-t, incluyendo el uso de muestras estadsticas > de una extensa gua deentrevistas, tambin vena de a influencia sociolgica. Por otro lado, enesa etapa conceb este "mtodo" -y apelo a este trmino porque en aque-lla poca no se hablaba todava de "historia oral1'- como el utilizado enlas entrevistas en historia social y por consiguiente mi inters estabapuesto en el pasado de mis entrevistados ms que en sus experiencias devida ms recientes. La consecuencia de ello fue que a ninguno de los 444hombres y mujeres que grab les pregunt nada acerca de sus experien-cias despus de 1920, una omisin que hizo que sus testimonios fueran,tanto histrica corno sociolgicamente, menos \aliosos de lo que poten-cialmente eran, hecho que retrospectivamente lament mucho.

    El desarrollo de mi trabajo en el marco de la sociologa, y particular-mente la influencia de colegas socilogos como Daniel Bertaux, me con-dujeron hacia una perspectiva ms amplia que fusionara e! inters tantoen el pasado como en el presente a travs del uso de entrevistas basadasen una nica historia de vida o de grupos de entrevistas transgeneracio-nales realizadas a determinadas familias. Dos de mis recientes libros queejemplifican este abordaje son Patkways to Social Ctass (1997) yGrowing Up In Stepfamtties (1997), estudios ambos de carcter tanto his-trico como sociolgico. Para el libro sobre familias postizas, grabamosentrevistas de historia de vida con 50 hombres y mujeres, todos nacidosen 1958 y quienes alrededor de los lanos de edad haban experimenta-do el nuevo casamiento de uno de sus padres. Los entrevistados fueronelegidos para un estudio grupal nacional, por loque haban sido interpe-lados en intervalos a lo largo de su vida, pero nunca en profundidad, y apesar de que cuando grabamos estas entrevistas estaban recin en mitadde sus treinta aos, fue muy llamativo constatar cmo aquellas infanciasmuy cercanas pertenecan sin embargo a una poca ya desaparecida -porejemplo, un perodo de pleno empleo, donde el uso de drogas no tena laprofusin que adquirira luego y donde el divorcio era todava infrecuen-Ic- lo que las converta en experiencias histricas.

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    P. Thompson - Historia oral y contemporaneidad

    Indudablemente tambin hay vnculos muy estrechos entre el trabajode la historia eral y la antropologa. Por supuesto que existe una larga

    .-tradicinjle trabajo con historias de vida en la antropologa norte y lati-noamericana, incluyendo clsicos tales como Pedro Martnez de OscurLewis o Worker in the Cae de Sdney Mintz. Si bien es lamentable quetales entrevistas no sean siempre grabadas y Lcwis ha sido a menudo cri-ticado por sus ideas simplistas sobre la "cultura de a pobreza", stos hansido libros sumamente eficaces a la hora de transmitir la experiencia deotras culturas a vastas audiencias occidentales. Y viceversa, en jni propiotrabajo he estado influenciado por la antropologa, tanto en la interpreta-cin como eji el mtodo, al punto que he venido interesndome crecien-temente en el poder del mito sobre la modelacin de nuestra vida coti-diana as como en la influencia transgeneracional desarrollada al interiorde las familias (The Myths Wg Uve By, 1990, y Between Generations,1993). En algunas de mis investigaciones, junto con entrevistas grabadashe utilizado tambin abordajes antropolgicos tales como la observacinparticipante para Uving the Fishing y para mi trabajo actual sobre fami-lias jamaiquinas transnacionaes. En el marco de estas investigaciones,por ejemplo, me involucr personalmente en la vida cotidiana de misentrevistados navegando junio a ellos en los botes de pesca de la caballa,hablando en el puerto con viejos capitanes retirados, viviendo con unafamilia en una villa rural jamaiquina o participando de un oficio funera-rio local, por supuesto que siempre manteniendo en mente en todos esosmomentos los detalles claves para poder volcarlos luego en mis notasrelativas al trabajo de campo. Creo que ese tipo de combinacin nterdis-cplinaria de mtodos tiene el mayor potencia] para la investigacin en elfuturo.

    Tambin existen importantes conexiones entre la historia oral y el tra-bajo social. Hl equipo de investigacin que trabaj en Growing Up InSfpfamilies era multidisciplinar!o, incluyndome a m como historiadorsocial y socilogo junto con dos terapeutas familiares y un psiquiatra.Todos estbamos interesados en que el libro fuera no slo una interpreta-cin retrospectiva sino que tambin ofreciera sugerencias prcticas parafuturos padres e hijos involucrados en la experiencia de convivir en elseno de familias poslizas. Ms en general, creo que los historiadores ora-les pueden realizar un anlisis de mayor riqueza si al interpreta]- las his-torias de vida que registran son sensibles a los aspectos psicolgicos y eneste sentido, si bien existen por supuesto importantes hallazgos del psi-coanlisis, como las nociones de memoria y represin, de sexualidad y

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  • Historia, meniwia v pasado reciente

    especialmente de fijaciones, usunlrnente es muy difcil conectarlos en laprctica con las evidencias de la historia oral que tratan ms con lo recor-dado que con lo reprimido, ms con la adultez que con la infancia. Porestas razones, es a menudo ms fcil recurrir a la evidencia surgida de lainvestigacin psiquitrica sistemtica, como la de Michael Rutter oeorge Brown, o de las teoras y prcticas incorporadas por terapistasfamiliares, quienes interpretan a las familias como sistemas estructuralesentrelazados, tanto a nivel afectivo como social. Algunas veces sinembargo me ha sorprendido el nivel de resistencia que pueden llegar aoponer los socilogos al anlisis de la dimensin psicolgica. Recien-temente estuve discutiendo con una amiga brasilea su investigacinsobre turismo sexual, en el cual aparecen como elementos manifiesta-meine cruciales tanto ta desigualdad social (la pobre/a de las mujeresbrasileas en contraste con el poder adquisitivo de los turistas) como lasimgenes opuestas que unos tienen de los otros: los turistas imaginan a lamujeres brasileas corno altamente sexuales, "tropicales", mientras lasmujeres conciben a los varones extranjeros como fros y sexualmente nodemandantes. Pero si bien estas presiones estructurales establecen el con-texto para el turismo sexual, no explican porqu determinadas mujeres seconvierten en prostitutas y otras no. Uno puede suponer que en esta situa-cin se hallan involucrados factores de orcen psicolgico, tales como elabandono en la niez, una madre distante y fra o podres o abuelos abu-sivos. Creo que tanto las perspectivas sociales como psicolgicas sonigualmente relevantes a la horade abordar este tipo de interpretacin.

    En trminos de trabajo social, en Gran Bretaa el desarrollo msimportante de historia oral desde la dcada de 1970 fue la "reminiscenciateraputica", que tuvo su origen en un efecto accidental que notamos enalgunas de nuestras primeras entrevistas: algunas veces, una personamayor que haba estado enferma, muy dolorida o deprimida, luego de laentrevista, y tal como surgiera de subsecuentes reportajes a algn fami-liar, experimentaba una mejora tanto fsica como emocional. El trabajode reminiscencia, fue desarrollado en Gran Bretaa especialmente bajo ladireccin de Joanna Bornat, que estudi conmigo en Essex durante ladcada del '70, y se centra en grupos de discusin scbre experiencias devida compartida, estimulados medante una combinacin de viejas foto-grafas, msica y registros de memorias de tempranos perodos de la vidade sus participantes. Se ha descubierto que para mucha gente mayor -yesto es particularmente notable en aquellos que estn aislados o deprimi-dos, an al extremo de ya ni siquiera querer hablar- estas reminiscencias

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    P. Tlwtnpson - Hixloria oral y contemporaneidad

    pales se convierten en un punto de inflexin vital al reavivar un inte-rs activo en la vida y en las relacionss sociales con otros y, por esta

    ^faan,-esta._tcnica est siendo ampliamente utilizada por trabajadoressociales y sanitarios..Desde el punto de vista del desarrollo del rea laboral, tal como HugoSHmy yo hemos argumentado en Listening for a Change (1993), la nece-sidad de recurrir a la experiencia plasmada en las historias de vida de laente, del lugar, ricos y pobres, hombres y mujeres es crucial si hay algndeseo de tener xito en el diseo de programas asistenciales adecuados.As, por ejemplo, un programa de asistencia para la industria de la pesca

    : en Kerala se centr completamente en el financia miento para la adquisi-cin de botes de mayor envergadura, porque estu era lo que los pescado-res reclamaban. Sin embargo, los hombres representaban solamente lamitad de la industria, el procesamiento y la comercializacin del pescadoera llevado adelante por las mujeres de las mismas familias y posterior-mente, escuchando tambin sus historias, se reconoci que adems de losbotes exista una necesidad igualmente imperiosa de inversin en infraes-tructura y equipos para faenar, conservar y vender los productos de lapesca.

    En segundo trmino, creo que la mejor investigacin de historia orales aquella que abarca tanto la comprensin e interpretacin de vidas indi-viduales como un anlisis social ms amplio, en otras palabras la quearticula los resultados de la investigacin cualitativa con los de la inves-tigacin cuantitativa. Esta perspectiva ha estado siempre presente en mipropia prctica, por ejemplo, en el caso de Growing Up In Stepfamilies,las familias postizas fueron extradas de una muestra nacional mientrasque para The. Edwanlians construimos nuestra propia muestra nacional.Sin embargo, muchos investigadores sociales se concentran exclusiva-mente en uno u otro tipo de anlisis de modo que tenemos, por un lado,investigadores que se centran exclusivamente en estadsticas, utilizanencuestas basadas su cuestionarios nacionales y que tal vez en muchosaos no han llevado a cabo personalmente trabajo con entrevistas o, porotro lado, investigadores que utilizan slo mtodos cualitativos enfrasca-dos en un precioso puado de entrevistas realizadas por ellos mismospero incapaces de extraer ninguna probable conclusin, y por lo tanto amenudo conducidos a retraerse o bien a un anlisis puramente narrativoo bien a una reflexin personal en relacin a los registros orales. La his-toria oral que presta atencin a la muestra, o mejor an, que se vinculacon muestras de una encuesta ms abarcativa representa un importante

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  • Historia, memoria V patatio reciente

    potencial para cerrar la brecha y de esta manera fortalecer ambos tipos deinvestigacin.

    Por supuesto que existen lmites claros a lo que podemos extraer sola-mente de las estadsticas. En el tema de la migracin por ejemplo, de granimportancia tanto a nivel mundial como particularmente en Brasil, tene-rnos numerosas estadsticas acerca de la procedencia de los migrantes, laproporcin de hombres y mujeres, los salarios comparativos, etc. (hayque tener en cuenta sin embargo, que an estas estadsticas oficiales pue-den tener severas limitaciones: por ejemplo, en Estados Unidos se estimaque tal vez haya dos veces ms nativos de las Indias Occidentales que losque legalmentc entraron y las cifras respecto a los mexicanos son todavams dudosas), pero la informacin que arrojan no puede explicar por smisma porqu las personas de algunas culturas migran frecuentemente yotras no, por esto, los informes narrativos son esenciales. Por ejemplo, enInglaterra cerca del 90% de restaurantes hindes son manejados por fami-lias originarias de una pequea ciudad de Bangladesh: Sylhet, ubicada enel delta del ro Ganges. A partir de sus historias de vida se puede descu-brir que estas personas, tradicin al mente navegantes expertos de las vas-tas redes de canales fluviales y crecidas estacionales, se convirtieron entripulantes de la manna mercante britnica entre las dcadas de 1920 y1940. Algunos se establecieron en los puertos britnicos y unos pocosinstalaron restaurantes para abastecer a su propia e incipiente comuni-dad. Su xito puso en marcha una dramtica cadena migratoria en la lti-ma parte de] siglo. Desde las estadsticas puede eslimarse el nmero defamilias banglades inmigrantes, si sus hombres y mujeres tienen trabajospagos, aun sus ingresos y pobreza relativa. Pero sin una descripcin afondo, es imposible entender porqu han venido a Inglaterra determina-das familias y vecinos y no otros, cmo han experimentado el moverseentre dos culturas tan marcadamente diferentes, qu significa para unamujer banglad transitar portando un velo por las altamente sexualizadascalles de un pas occidental, cules son sus deseos y aspiraciones para elfuturo. La historia ora! nos puede decir esto no soto acerca de ellos sinode una interminable serie de grupos migratorios, en Brasil o en otras par-tes del mundo.

    Un segundo ejemplo de la potencialidad que tiene la combinacin deambos tipos de evidencia, es la dinmica del cambio demogrfico. Lamayora de los pases en el mundo estn preocupados ya sea por el estan-camiento o cada de sus poblacin (como ocurre mayormente en Europa)o, ms comunmente, por el excesivamente rpido nivel de crecimiento de

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    '. Thompson - Historia oral y contemporaneidad

    la misma que amenaza con condenarlos a una pobreza perpetua. Losintentos gubernamentales para incidir sobre las tendencias de la pobla-

    _cjn raramente han tenido un claro impacto. Por ejemplo, tanto la Italiafascista como la Rusia comunista llevaron a cabo sostenidos pero total-mente ineficaces intentos para elevar la tasa de nacimiento en sus pases.Una vez ms, desde hace mucho tiempo una serie innumerable de esta-dsticas sobre el tema han estado disponibles pero la problemtica a laque apuntaban estaba basada en las presunciones del sentido comn de laclase media. En la dcada de 1970, Diana Gittins llev adelante unainvestigacin de historia oral como parte de un M.A.2 en la Universidadde Essex, sobre la transmisin de conocimiento de tcnicas de control dela natalidad entre mujeres de la clase obrera. Hasta entonces, se habadado por sentado que el conocimiento sobre el control de la natalidad fueadquirido primero por las clases medias educadas y difundido luego alresto de la poblacin a travs de ellas. Pero en sus primeras veinte entre-vistas, Gittins, descubri que aquellas mujeres de clase obrera ms cerca-nas a las clases medias, corno las empleadas domsticas, no obtenan nin-gn conocimiento de stas, mientras que las mejor informadas eran lasmujeres que trabajaban juntas en fbricas y oficinas y que intercambia-ban informacin entre ellas mismas, independientemente de la burguesa.

    Hubo as ms de una corriente de influencia social de clase en lareduccin del tamao de la familia en Gran Bretaa entre finales del sigloXIX y mediados del siglo XX. En suma, la importancia de la cultura bur-guesa en esta transformacin haba sido groseramente sobreestimada.Tambin se haba supuesto que el agente cruca! en la iniroduccin de lacontracepcin haba sido el varn y esto se reflej en las estadsticas mis-mas, que marcaban los niveles de fertilidad solamente por la ocupacinde los maridos. Con las hiptesis deducidas de sus primeras entrevistasde historia oral, Gittins fue capaz de reanalzar las estadsticas para sulibro Fair Sex, y demostrar que la ocupacin de las mujeres fue tan cru-cial como la de les hombres en la determinacin del tamao de las fami-lias de clase obrera.

    A la inversa, como historiadores orales debemos poner especial cuida-do en no extraer conclusiones forzadas de nuestros entrevistados. Fin cadaproyecto necesitamos prestar especial atencin a la formulacin de estra-tegias apropiadas para la seleccin de las muestras. Por supuesto que haydiferentes tipos de muestras posibles y para crear una totalmente repre-sentativa tal vez debemos tomar una sub-muestra de un estudio o gnjpode estudios ya existentes o bien llevar adelante un nuevo muestreo, ya sea

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  • Historia, menora y pasado ntcltnto

    a nivel tai o nacional. Otra alternativa, especialmente aplicable parainterpretar cambios sccales, es tomar una muestra do familias y entrevis-tar dos o ms generaciones pertenecientes a las mismas o bien utilizar abor-dajes ms flexibles como una "muestra esi-atgicit" o deliberada, cuando elplan de muestra evoluciona en respuesta al hallazgo de los primeros entre-vistados. Siempre hay que tener en cuenta que diferentes proyectos conobjetivos y problemas distintos requieren eluciones diferente.

    El punto clave es que los historiadores orales siempre deben conside-rar las implicancias cuantitativas de su investigacin, adoptando unaestrategia de maestreo que se ajuste u BUS objetivos y con capacidadexplicativa tanto a nivel cualitativo como cuantitativo.

    Cules son, en trminos temticos, las fuerzas y potencialidades peralas investigaciones de La historia oral? Quisiera eifatizar cuatro: vocesocultas, esferas escondidas, tradicin oral y establecimiento de conexio-nas entre vidas.

    En primer lugar, las voces ocultas. De hecho, cada hombre y mujertiene una historia de vida histrica y soctalmente interesante que contar.En general, tenemos acceso a muchas historias de vida de personas per-tenecientes sectores poderosos y privilegiados: hacendados, abogados,sacerdotes, hombres de negocios, banqueros, etc. Pero la historia oraltiene el singular poder de permitirnos acceder tambin a las experienciasde aquellas personas cuyas vidas estn al margen del poder y cuyas vocespermanecen ocultas porque sus vivencias improbablemente sean docu-mentadas en los registros. Estas voces escondidas pertenecen sobre todoa las mujeres y por ello la historia oral ht sido tan fundamental en la cre-acin de la historia de gnero, pero incluyen tambin a muchos otros sec-tores sociales como las trabajadores no sindical!/.ados, la poblacin pau-perizada, los discapacitados, los sin techo o los grupos marginados. BnBrasil pueden incluirse en esta categora los pueblos indgenas, las comu-nidades rurales de ex esclavos que viven en quilombos y sobre todo, lasfamilias de \Mfavelas de las grandes ciudades.

    Bn segundo lugar, las esferas escondidas, esto es, los aspectos de lamayora de las vidas de las personas que raramente aparecen representa-dos en los registros histricos. Probablemente, la esfera ms importantede todas sea la de las relaciones familiares, incluyendo las diferentesexperiencias de la infancia que cruzan todas las escalas sociales, desdelos sectores ms privilegiados hasta los chicos de la calle en las grandesciudades. Sin embargo, hay un rea descuidada tanto por los historiado-res orales como por otros, y es la experiencia de U ancianidad. La vejez

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    I'. Thompson - Hisiora oral y contemporaneidad

    es una experiencia extraordinariamente oculta, a menudo concebidacomo una fase de manso retiro y decadencia, pero corno pude descubriren las entrevistas realizadas para m libro I Don 't Fed Od (1990) repre-senta, por el contrario, una etapa altamente desafiante de cambios radica-les, en la cuai las personas tienen que utilizar creativamente las expe-riencias ms tempranas db su vida para luchar contra la depresin y laenfermedad. Fue sorprendente cmo algunos de los ms vitales entrevis-tados se haban lanzado haca nuevas actividades, como el caso de unamujer que se dedic a los arreglos florales encontrando en esta actividaduna conexin con su padre que haba sido artista, u otros que se habanvuelto a casar, encarando un nuevo perodo de juvenil romanticismo apesar ce la edad.

    Otra esfera escondida es la de! crimen, la violencia y las drogas. Elabordaje de un trabajo contemporneo sobre esta problemtica es difcily a veces peligroso, pero ha sido uno de los temas principales de la escue-la de historias de vida de Chicago. Tambin es posible entrevistar viejosex criminales y en este sentido, han habido algunos valiosos libros basa-dos en testimonios de hombres que permanecen an en prisin.

    Una tercera esfera oculta es la cultura informal del trabajo: desde lafbrica de autos hasta la plantacin y molienda de azcar. En mi propiainvestigacin realizada sobre una fbrica inglesa de automviles en ladcada de los '80 qued asombrado por el grado en que los trabajadoreseran capaces de mantener una cultura secreta en el trabajo que ni lossupervisores podan entender y que se expresaba en actividades recreati-vas tan dismiles como jugar al ajedrez, leer libros, desollar conejos quecazaban en los terraplenes del ferrocarril, y organizar fiestas de cumple-aos y celebraciones navideas. En una navidad, por ejemplo, haban cre-ado grandes sistemas de luces intermitentes sobre la lnea de montaje, uti-lizando partes de implementos automotrices, un juego que conclu, repre-sentaba tambin un intento por demostrar que, a pesar da estar condena-dos a la rutina del trabajo en Ja lnea de montaje, conservaban todavaintactas sus habilidades como verdaderos trabajadores calificados.

    Ms recientemente, en mis registros sobre la lite financiera de la citylondinense para mi trabajo City Lives (1996), encontr que otros juegosigualmente asombrosos haban sido comunes por lo menos hasta los '70entre corredores de bolsa en la city londinense.

    En la Bolsa de Valores, por ejemplo, se generaban frecuentementeincidentes entre ellos surgidos de la prctica de arrojarse unos a otros pro-yectiles de papel o prenderle fuego a los papeles de trabajos de los dems.

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  • Historia, memoria y pasado reciente

    as como tambin eran frecuentes las bromas verbales, el gritero y losabucheos. Los corredores de bolsa haban sido en su mayora educadosen internados para varones y como adultos continuaban llevando adelan-te el mismo tipo de juegos que practicaban en sus colegios. Fue sola-mente cuando se vieron obligados a admitir mujeres que la atmsfera de"club" se desvaneci y modales ms serios se convirtieron en norma. Nosorprende por tanto que esta cultura de trabajo sea escasamente referidaen las historias oficiales sobre el mundo financiero.

    Otro aspecto del mundo financiero ha sido expuesto recientemente porJunko Sakai, quien ha completado su investigacin en Essex sobre Josbancos japoneses en Londres. Su estudio es fascinante: encontr que elpersonal masculino japons e ingls mantena culturas de trabajo com-pletamente separadas. Excepcionalmente, algunos japoneses fueron in-fluenciados por la insistencia de sus colegas ingleses en concluir el hora-rio laboral a las 5.30 pm y comenzaban a abandonar la oficina por s mis-mos, pero slo para regresar furtivamente una hora ms tarde. Sin embar-go, en general ingleses y japoneses encontraban la comunicacin directasumamente dificultosa, con el resultado de que el funcionamiento de losbancos dependa completamente del rol articulador jugado por el perso-nal japons femenino que haba sido contratado localmente en Londres yque mayormente haba elegido migrar a Inglaterra y casarse con hombresingleses para escapar a las restricciones sociales a las que las mujeresdeban enfrentarse en Japn. Esta fisura en la cultura laboral ofrece unaexplicacin al llamativo fracaso que estos bancos japoneses han experi-mentado en el contexto occidental.

    En tercer lugar, se encuentra el campo de los mitos y las, tradicior.esorales. Los mitos y las tradiciones pueden ser considerados desde dife-rentes ngulos: como instancias de formacin social de la memoria, comofolklore, como deformaciones de la verdad histrica, como invencionesde la tradicin, etc. Para m, los ngulos ms salientes son los que refie-ren directamente a la experiencia de vida contempornea. 1 amo en Nortecomo en Sudamrica, las tradiciones orales se han transformado en unaforma clave de evidencia en las luchas por los derechos de la tierra de lacomunidades indgenas y tambin de los negros libres de los quilombos.El meticuloso estudio oral realizado por Hugh Brody en Maps andDreams sobre el territorio de caza de un grupo de indios canadienses, esun ejemplo modlico de este tipo de trabajos. Y como Raphacl Samuel yyo sostuvimos en The Myths Ufe Lve By(I990), los mitos y las tradicio-nes pueden ser tambin cruciales para la identidad cotidiana y la lucha en

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    P. Thompson - Historia oral y contemporaneidad

    muchas esferas y puede corroborarse en situaciones muy distintas: en laapelacin que hacen en sus desfiles a las batallas del s. XVII entre pro-testantes y catlicos en Irlanda, entre judos y palestinos en OrienteMedio, entre hombres y mujeres en el trabajo o entre generaciones den-tro de una misma familia

    Las influencias transgeneraciondes en las familias son un ejemplo fas-cinante de cmo las tradiciones pueden ser una mezcla de, por un lado,modelos directamente observables -como el de una abuela que provee asu nieta de un ejemplo de maternidad independiente- y, por el otro, demitos simblicos que no obstante pueden ser una poderosa influenciapara la formacin de identidad. Por ejemplo, en mis actuales registrossobre familias jamaiquinas transnacionales, basta ahora ni una sola per-sona ha retrotrado su linaje a un esclavo negro. Los nicos ancestrosnegros mencionados se refieren a los cimarrones que lucharon por con-seguir su libertad. Sin embargo, la mayora de los entrevistados refiere aalgn un antecesor blanco, incluyendo en el caso de una familia a unHighknder escocs vencido, quien haba sido transportado a Jamaica encautiverio come preso poltico. Hay miembros de muchas de estas fami-lias que an cultivan las "tierras familiares" transmitidas directamentedesde los primeros ex esclavos de su propio linaje a mediados del sigloXIX, por lo que sus apellidos deben haber fcilmen:e pasado de unageneracin a otra y todos ellos deben haber tenido ms aiepasados escla-vos que ubres, sin embargo y en tanto que familias migrantes transnacio-nales, esto es, personas viviendo con una gran independencia y determi-nacin, lo que necesitan conocer, > lo que recuerdan, no es la herenciaesclavista sino su descendencia de hombres libres.

    Una de los ejemplos ms desuicables de la influencia de las tradicio-nes familiares sobre el comportamiento de las generaciones posteriores,me fue referido por John Byng-Hall en una entrevista que incluimos enThe Myths Whe Uve By, John Byng-Hall es descendiente del almirantebritnico Byng, famoso por haber perdido, aparentemente por su cobar-da en combate, la isla de Mallorca a mediados del s. XVIII. Como cas-tigo, fue ejecutado en el alczar de s propio barco. Byng-Hall afirma quedesde esa humillacin pblica, en cada generacin hay ostentaciones deun desmesurado coraje, como el caso de su propio abuelo que, siendoGobernador de Nigeria, sofoc una rebelin parndose desarmado y solo,vistiendo una tnica blanca, en la cima de una colina (estrategia que fun-cion porque los rebeldes lo confundieron con un fantasma), o el caso desu propio padre, que an en los momentos ms lgidos del terror Mau

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  • Historia, memoria y pasado reciette

    Mau, permaneci en su remota granja, durmiendo siempre abrazado a suescopeta. John mismo comprendi cuan internalizado estaba el mito tam-bin en l cuando en su juventud, regresando a Inglaterra desde frica enbarco, fue atacado por la polio y en el delirio provocado por la fiebre soque haba siJo herido por una bala de can, al igual que su ancestro dos-cientos aos antes.

    Finalmente, en lo que se refiere al potencial temtico quisiera enfa-zar el poder especial que en el marco de la historia oral tienen las entre-vistas que apuntan al registro de historias de vidas al permitir el estable-cimiento e conexiones. La mayora de la documentacin tiende a ser cla-sificada en diferentes categoras que no son fciles de conectar entre s.Por ejemplo, en lo que respecta a la migracin, mientras tal vez hayaabundancia de informacin tanto acerca del contexto original como delnuevo, slo una historia de vida puede conectar ambos puntos en unanarracin explicativa que d cuenta de los dos extremos del proceso: qutipo de personas elige emigrar y por qu, cules son sus logros y qu sig-nifican para ellos, por qu deciden quedarse o retomar?

    He estado particularmente interesado en las conexiones entre familia ytrabajo y ste fue un tema principal en mi anlisis sobre las comunidadespescadoras en Escocia publicado bajo el nombre tiving Tiie Fisking. Eneste trabajo me centr en cuatro reas diferentes, cada una de las cualespresentaba variaciones llamativas en lo que respecta a la estructura fami-liar y la relacin empresarial, llegando a la conclusin de que ambas esfe-ra? estaban estrechamente relacionadas. La pesca ms exitosa se encon-traba en reas tales como las Islas Shetlard o el Estuario Moray, que con-taran con botes familiares y donde los nios haban crecido en familiasigualitarias y haban sido alentados a pensar por s mismos desde tem-prana edad. Esto pareca generar pescadores afanosos e inventivos, capa-ces de modificar o desarrollar su equipamiento as como de buscar nue-vos mercados y reas de pesca. En contraste, en otros sitios como las IslasOccidentales, donde las familias eran ms patriarcales y sometan a losnios a una frrea disciplina en la que se priori/aba la emulacin de losmayores y donde los adultos demostraban ser renuentes a las innovacio-nes, encontr estancamiento o decadencia, un alto porcentaje de alcoho-lismo entre los varones y violencia familiar. Recuerdo particularmente elrelato de un hombre de las Islas Occidentales sobre la historia de su abte-lo, quien haba regresado de una estada en Canad con nuevas ideas,imbuido de las cuales haba adquirido un bote de pesca ms grande y lamayor carreta del pueblo, experimentando un gran progreso econmico

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    P. Thompson - Historia ortil y contemporaneidad

    en poco tiempo, Peni alrededor de dos aos despus este prspero pesca-dor iiuri al volcarse la nueva carreta sobre l y entonces el comentario delos isleos ante el suceso fue que el accidente haba sido un castigo divino,el pescador haba muerto aplastado por el peso de sus propios bienes.

    Las races sociales de la creatividad individual continan siendo unode los principales intereses en mi trabajo de historia oral. Ms reciente-mente he estadc registrando historias de vida de pioneros en la investiga-cin social y aqu, otra vez, un anlisis completo de las mismas hace posi-ble establecer sorprendentes conexiones: por ejemplo, en mi entrevista aPeter Tbwnsend, quien durante los ltimos cincuenta aos ha sido el prin-cipal investigador britnico sobre pobreza, ancianidad y familia, surgi elhecho de que ! mismo es el hijo Chico de una madre soltera, pur lo queel tema de la crisis de la familia ha representado una problemtica que loinvolucra personalmente. En el mismo sentido, en la Coleccin Nacionalde Historia de Vida de la Biblioteca Britnica en Londres, hemos estadorecopilado entrevistas "en profundidad" con pintores y escultores y, msrecientemente, artistas y artesanos, tratando de explorar cmo sus propiasvidas haban incidido en su creatividad personal.

    La primera ve?, que vine a Brasil, hace diez aos, conoca un ceramistaextraordinario en Pernambuco, Manuel Galdino, quien combinaba tcni-cas tradicionales con la inventiva temtica de un escultor, a la vez que eraun nolable y fluido improvisador. Ana Dourado, historiadora oral deRecife y yo, proyectamos la realizacin de un libro sobre Manuel, com-binando fotografas de su trabajo, textos de su poesa oral y su propiavida: l estaba entusiasmado y Ana comenz a entrevistarlo, pero repen-tinamente y debido a las condiciones de pobreza en que viva, muri deuna enfermedad menor y evitable. Creo sin embargo, que existen enBrasil muchos artistas poco conocidos cuyos testimonios seran muyvaliosos tanto para s mismos como para permitir el acceso a un conoci-miento profunde de las pebres pero creativas comunidades de las cualesemergieron.

    Permtaseme volver ahora sobre algunos de los desafos claves con losque deoer enfrentarse la historia oral en el futuro.

    En primer lugar nos topamos con un constante problema, el tema de la"verdad", o sea, la naturaleza de la memoria podemos fiarnos de ella?Dado que esta cuestin siempre seii fundamental para tos historiadoresorales, dediqu una seccin completa a ella en The Voice of ihe Past(captulos 4 y 5), por consiguiente no voy a explayarme aqu sobre el tema.Dicho simplemente, los testimonios combinan dos tipos de contenido. Por

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  • Historia, memoria y panudo reciente

    un lado, pueden redituar mucbc en cuanto a valiosa informacin fctica,por ejemplo: dnde vivi una persona, su estructura familiar, los tipos detrabajo que desarroll, etc. -informacin cuya veracidad puede probarsede varias maneras, pero junto con esto, .os testimonios tambin llevanla igualmente reveladora marca de la fuerza modeladora de la memo-ria as como de la conciencia individual y colectiva Hay silencios, comolos que Luisa Passerin not en las memorias de aquellos que vivieronbajo el fascismo, que pueden representar una marca de cunto sufrieronestas personas, as como os nios pueden reprimir recuerdos de abusosexual cometido por un familiar. Y existe tambin la reconstruccinacci va de la memoria en orden a dotar de sentido el pasado vivido o inclu-so de conectarlo con sueos perdidos, corno tan elocuentemente demostrAlcssandro Portelli en sus entrevistas a viejos comunistas de Terni. enItalia central.

    Portelli mostr cmo muchos, aunque -y esto debe ser destacado-ciertamente no todos los activistas locales que entrevist, haban asimila-do los recuerdas de una antigua huelga contra el ingreso de Italia a laOTAN en la cual la polica haba asesinado a uno de los manifestantes,con la memoria de huelgas posteriores contra las aceas, presumible-mente porque el tema de la OTAN result ser pasajero, mientras que lalucha por mantener el empleo fue sostenida durante dcadas. Portellitambin detalla cmo un viejo comunista, para reconciliarse con unarevolucin que nunca sucedi, le cont la historia de un pasado quehabra podido ser; segn su relato, cuando los comunistas tomaron ladecisin crucial de participaren las primeras elecciones de posguerra enlugar de seguir la lucha armada como partisanos, l mismo haba habla-do con su lder nacional Togliatti, a quien advirti sobre la prdida de esaoportunidad nica dicindole: 'Como dice Marx, cuando el tordo estvolando es el niomer.to para disparar". De hecho, ni el entrevistadohaba tenido jams la ocasin de mantener esta charla personal con ellder del PC, ni Marx haba dicho nada parecido acerca de los tordos; enverdad, la cita era un proverbio tradicional de los campesinos de la Italiacentral. Pero, aunque en ambos ejemplos las memorias recolectadas porPortelli eran objetivamente falsas, proporcionan en cada caso -precisa-mente por la forma en que los entrevistados cambiaron o inventaronrecuerdos sobre algunas experiencias- ura vivida evidencia de cmo laconciencia ce los militantes comunistas locales se desarroll como res-puesta i los acontecimientos as como el modo en que fueron capaces deentrecruzar su marxismo con la antigua cultura popular de su regin.

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    P. Thompson - Historia oral \

    Esta reconstruccin de la memoria tambin puede revelarse respectode los valores familiares y es especialmente posible que emerja entrevis-tando a ms de una generacin perteneciente a una misma familia. Porejemplo, recientemente entrevist en Gran Bretaa a una mujer jamai-quina mayor que haba trabajado como enfermera y haba sido una acti-va figura en una de las iglesias quien refiri un sincero relato sobre sumatrimonio con un pastor y sobre sus hijos. Pero no fue sino ms tarde,cuando entrevist a su nieta, que comprend algunos aspectos que no apa-recan cxplicitacos en la entrevista: que la mujer haba tenido a su hijomayor como madre soltera antes de conocer al pastor, si bien ambos hab-an criaJo a este nio como propio y que adems, despus de la muerte delpastor ella haba tenido un segundo, breve y fracasado matrimonio, in uncontexto jamaiquino ampliado, una historia familiar corri sta sera com-pletamente normal, de hecho la mayora de las mujeres tuvieron sus hijosfuera del matrimonio; pero para mi entrevistada, esta especie de correc-cin de su historia era claramente beneficiosa para su identidad y respe-tabilidad como referente de su iglesia.

    Una vez ms, y para sintetizar, dir que tenemos tanto que aprenderacerca de la reconstruccin de la memoria como de los hechos mismos,y, en este caso, ambos surgen de los registros orales. El problema de lamemorii siempre ser una cuestin fundamental pai los historiadoresorales, pero creo que debemos abordarlo teniendo en cuenta la doble fuer-za, objetiva y subjetiva, que contiene la historia oral.

    Un segundo y ms reciente desafo fue introducido por el nuevo entu-siasmo por leer las entrevistas como narraciones. Hay muchos recursospara su abordaje, desde las tcnicas especiales para la interpretacin des-arrolladas por Gabriele Roienthal psra entrevistar a viejos nazis alema-nes pasando por el anlisis literario de gneros autobiogrficos y discur-sivos, hasta las perspectivas antropolgicas sobre la conformacin de losregistros producidas por el contexto y el gnero que tan persuasivamenteha fundamentado Elizabeth Tonkin en su libro Narrating Our Pasis. Heencontrado fascinantes las perspectivas ofrecidas por el abordaje narrati-vo y en coautora con Mary Chamerlain edit recientemente un volumende artculos sobre el tema: Narrativa and Gener (1998).

    No hay ninguna duda que se puede aprender mucho de la lectura de'nuestras entrevistas a partir de esta clase de sensibilidad. Es muy sor-prendente, por ejemplo, cuan diferentes pueden ser el lenguaje y el estilode una historia de vida cuando el narrador es alguien habituado a las pre-sentaciones pblicas: la frise bblica en el activista de la iglesia, por

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  • Hisioria, memoria y pasado rdenle

    ejemplo o las destrezas en contar ancdotas adquiridas por un hombreque ha pasado muchas noches contando historias en el bar local.Generalmente, tambin hny notables contrastes ure la forma en quehombres y mujeres narran sus historias de vida: los hombres enfatizan un"yo" activo, ponindose a s mismos en c. centro de la escena, mientrasque las mujeres mucho ms frecuentemente enfazan el concepto de"gmpo", utilizando el pronombre "nosotros" o el trmino neutral "uno".Una notable y entretenida descripcin de cmo hombres y mujeres difie-ren en las conversaciones cotidianas puede ser leda en el libro You JustOon'! Vnderstand de Deborah Tanner.

    Hay que advertir sin embargo, que aunque todo esto sea completa-mente valide, se corre un serio peligro: muchos historiadores orales estntan absorbidos en la lectura de los testimonios desde una perspectiva queprioriza los aspectos narrativos y que se centra casi exclusivamente encmo los entrevistados dicen lo que dicen, que dejan de lado la ineludi-ble reflexin sobre qu es lo que los stos realmente estn expresando.Por eso creo que si bien es necesario ser ssnsible al aspecto narrativo, nose debe ir demasiado lejos en esa direccin porque se corre el peligro deperder todos aquellos propsitos originales y potencialidades de la histo-ria oral.

    Un tercer y tambin nuevo desafo se encuentra en las oportunidadesde compartir nuestro material. Una parte considerable del trabajo en his-toria oral, especialmente en Estados Unidos, est archivado y consiste enproyectos originalmente destinados a crear fuentes biogrficas pblicas.Pero muchas otras entrevistas son realizadas en el marco de investigacio-nes especficas y en estos ltimos casos, generalmente una vez que lostrabajos son publicados, las cintas y grabaciones languidecen en algnes:ante en las casas u oficinas de los investigadores, no disponibles paraotros y son en general desechadas cuando el investigador se muda o seretira. Muchas veces, este tipo de entrevistas "en profundidad" son reali-zadas por socilogos tanto como por historiadores orales, sin embargo, enambos casos contienen el mismo valor po:encial como recursos para otrasinvestigaciones.

    Al principio me interes en esta situacin porque habamos decididodejar las transcripciones de las entrevistas realizadas para The Edwardianscomo un archivo informal en Essex y de hecho un gran nmero de perso-nas las han utilizado; alrededor de diez publicaciones de otros investiga-dores se han basado en este material que he puesto a disposicin, lo quepara m es una inesperada fuente de gratificacin y placer.

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    P. Thonyson Hisioriti oral y contemporaneidad

    Hacia fines de la dcada de 1980 estuve en condiciones de establecerla Coleccin Nacional de Historia de Vida en el Archivo de Sonido de laBiblioteca Nacianal Britnica creada en primera instancia como un cen-tro nacional para el archivo de historia oral y que luego se convirti en unespacio destinado tanto a conservar como a generar material. En esemarco, pudimos llevar a cabo una acotada recopilacin de investigacio-nes sociales que mostraron tanto las entrevistas como las nota.1; de campode los proyectos significativos desarrollados desde la dcada de 1950, delos cuales solamente un 10% haba sido archivado y el resto estaa prc-ticamente destruido o corra serio riesgo de perderse. En 1994, el Consejode Investigaciu Econmica y Social fund el "Qualidata" a travs delcual hemos locJizado y rescatado el ms preciado material temprano yestableci una poltica para proteger el material de entrevistas que surjande futuras investigaciones.

    Sin embargo, uno de los riesgos que se corren es poner demasiadoesfuerzo en generar o conservar enlrcvistas que nadie usar en el futuro,por ello existe ina necesidad urgente de compartir la experiencia inter-nacional sobre este punto. Estoy particularmente impresionado por lapoltica que viene llevando adelante Suecia en esta materia, a travs delapoyo a la generacin de material autobiogrfico sobre una base regularcomo un recurso disponible en las bibliotecas pblicas, las escuelas y elsistema universitario. Por nuestra experiencia en Gran Bretaa, podernosdecir sin embargo que el grupo entrevistas ms probablemente consulta-da es, en primer trmino, aqul basado en algn tipo de muestreo nacio-nal o regional, en segundo lugar, las historias de vidas completas, sustan-cialmente profundas, que abarcan una amplia gama de temas y en tercertermina, material transcripto, compendiado y organizado temticamente.Con el nuevo material, todos los textos pueden ser coir.putarizados y lasgrabaciones digitali/.adis de modo tal que una vez escogido y organiza-do, habra nuevas posibilidades de ponerlo a disposicin de bibliotecas ydel sistema educativo y de investigacin.

    Y es entonces aqu donde nos encontramos con nuestro cuarto desafo,el de las nuevas tecnologas de la comunicacin. Debamos considerar-las como una extraordinaria oportunidad o reconocerlos como los porta-voces de nuestro olvido futuro? Despus de todo, la historia oral como laconocemos fue indudablemente hija de la dorada poca del sonido, cuan-do la radio era la vanguardia de la comunicacin de masas, una era queya ha pasado largamente ai olvido. Personalmente no creo que los logrosde los Historiadores orales devengan de las condiciones de los adelantos

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  • Historia, memoria y pasado rdenle

    tcnicos, de hecho, muchos de los videos de historia oral que se han pro-ducido son muy rgidos y repetitivos porque sus realizadores no han cap-tado la necesidad de aplicacin de tcnicas diferentes para lograr que elproducto audiovisual transmita su mensaje atrayendo al mismo tiempo elinters de los espectadores. Lamentablemente, las mismas debilidades serepiten en la mayora de los proyectos sobre historia oral realizados contcnicas de multimedia en CD's que he tenido oportunidad de observar.

    Por otro lado, sin embargo, no podemos desconocer que tanto la poten-cial audiencia como el alcance que la historia oral puede adquirir a travsde los medios modernos de comunicacin, es enorme. Por ejemplo, unprograma reciente basado en testimonios filmados en Gran Bretaa pro-ducido por Steve Huraphries, narraba las historias de mujeres que habanvivido en los hogares "Magdalena" en Irlanda, lugares sospechados deirregularidades sexuales. De hecho, con frecuencia estas mujeres eranvctimas de abusos por parte de figuras locales prominentes como algu-nos clrigos y por lo tanto eran encerradas en estos hogares como unaforma de silenciarlas. Pero an peor era el tratamiento al que se las some-ta, das enteros de duro trabajo a lo que se sumaba la brutalidad fsica delas monjas y los asaltos sexuales por parte de sacerdotes visitantes,Cuando se film el programa, ninguna de las protagonistas que an vivaen Irlanda autoriz a que sus memorias fueran transmitidas, por lo cual eldocumental tuvo que basarse en los testimonios de mujeres que habaninmigrado posteriormente a Inglaterra. Pero cuando el canal de televisinproporcion una lnea telefnica de ayuda durante los tres das siguientesa la emisin del programa, se recibieron alrededor de 400 llamados demujeres desde la Repblica de Irlanda reportando experiencias similares.Este es un caso en el cual la transmisin de voces ocultas ayud a des-pertar la conciencia nacional sobre estos hechos.

    Hay tambin nuevas y excitantes posibilidades para la difusin de lahistoria oral a travs de canales de multimedia y de internet. El formatode multimedia tiene un potencial especial debido a que integra sonido,imgenes y texto y puede tal vez transformarse en una va importantepara atraer a un pblico ms joven. La creacin de sitios en internet y lacombinacin de diferentes tipos de documentos abren tambin perspecti-vas nuevas y prometedoras. Varios proyectos de historia oral en Europa yAmrica han sido producidos ei estos nuevos formatos, pero con muchafrecuencia no resultan dinmicos a la vez que carecen de un diseo gil.En este sentido, el trabajo realizado en el Museo da Pessoa en San Pablo,que abarca una amplia gama de temas -sindicatos, grandes empresas,

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    P, Thompson - Historia oral y contemporaneidad

    clubes de ftbol, viajantes de subterrneos, etc.- es pionero en eleganciay sofsticacin.

    Nuestro ltimo desafo es esclarecer el papel que le cabe a la historiaoral en la formacin de la identidad en una era globalizada. En este sen-tido, creo que la influencia de la globalizacin y las tendencias Naca unmundo cultural homogneo producidas por nuestra creciente integracinen el marco de una economa global, hacen mucho ms necesario el for-talecimiento de nuestras races locales. El sentido ci pertenencia, deidentidad comn y de comunidad puede ser crucial para permitir el des-arrollo de la accin social a nivel local y la historia oral puede contribuirindudablemente a ello. Para el trabajo titulado Lisfeningfor a Change, hedesarrollado un estudio de caso de dos favelas en Recife: BrasiliaTeimosa y Casa Amarela, en las cuales la creacin de una historia colec-tiva que es enseada ahora en las escuelas locales sobre la forma en quese realizaron las ocupaciones de tierra, se transform en un estmulo muyimportante para el desarrollo de la exitosa campara por la posesin de latierra y la provisin de servicios de agua potable y electricidad, que final-mente fueron concedidos por el Municipio de la ciudad.

    Creo tambin que la historia oral tiene un gran potencial en la genera-cin ds entendimientos humanos internacionales, el ras extendido eneste sentido es el utilizado por las ONG's en su bsqueda de contribu-ciones para fondos destinados a paliar las consecuencias de desastres.Podemos tambin utilizar a historia oral para entender ms acerca de laspersonas que viven transnacionalmente, entre quienes se destacan tam-bin aquellos que forman parte del personal de las ONG's, tal como serefleja en ei estudio realizado por AndraZhouris sobre veteranos britni-cos que trabajan en la preservacin de la selva amaznica. En poco tiem-po, con la comp-itarizacin de las traducciones quizs sea posible crearun banco internacional y purilingstico de historias de vidas en internet,que signifique no slo una fuente de recursos sino simplemente una va atravs de la cual gente comn efe diferentes nacionalidades pueda cono-cer ms acerca de otros y descubrir cunto tienen en comn entre ellos.Desde una perspectiva ms dramtica y despus de presenciar los a vecesterrorficos testimonios de] aparheid en las audiencias de la ComisinSudafricana por la Verdad televisados diariamente a toda la nacin cabeimaginar el papel que puede j ugar la historia eral en tender un puente enconflictos tan profundamente arraigados como los de Irlanda del Norte oel Medio Oriente?

    Para concluir, quisiera expresar mi convencimiento acerca del rico

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  • Historia, memoria y pasado reciente

    potencial abierto a la historia oral en el presente y hacia el futuro, tantoen Brasil como internacionalicen te. Aprender a escuchar es una habilidadhumana fundamental: ella est all para ayudarnos a entender nuestropasado en forma ms acabada a travs de la creacin de memorias nacio-nales pero tambin para construir un mejor y ms democrtico futuro.

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    El uso de la entrevista en la historia oral:

    Alcssandro Portelli

    En 1994, durante la convencin de Are'.zo llamado "In rnemory",sobre los estragos na/.is en Europa, escuch por primera vez hiblar de lamasacre de San Pancrazio y Civitella, en Toscana, cerca de Aruzzo.1 Laderecha haba ganado las elecciones, y la izquierda estaba convencida deque las haban ganado porque haba razones. Se atravesaba un perodo degrave crisis de legitimacin por parte de los intelectuales de izquierdademocrticos, an ti fascistas. Aquello que encontr sorprendente, fue laimpresin -ms bien el escndalo epistemolgico, por citar al amroplo-go Pieiro Clemente- con el cual mis colegas historiadores y antroplogosdescubrimos que la gente de Civitella antes que a los ntzis, culpaba a lospartisanos, y tomaban por buena esta memoria. Estaba mpactado porquerelatos de este gnero los haba escuchado durante toda la vida: casi nin-guno pudo estar exento de la memoria antiparlisana, y en particular, mipensamiento corri hacia los relatos que flotaban en la atmsfera acercade la responsabilidad de los partisanos en la masacre de las FosasArdeatinas en Roma, una historia que me ha obsesionado desde entonceshasta liDy.

    Ahora bien, en Civitella como en Roma, el problema se situaba en dosniveles: el lema de qu cosa ha ocurrido, cmo han ocurrido las cosas; yqu cosa se ha relatado. Esla es una distincin metodolgica siempre

    * Traduccin: I.iiuraPasqiiii. remisin del Departamento de Miomas Modernos, Facultadde Humanidades y Artes. UNK.

    ' Cfr. a cargo de Leonardo Paggi, Sioa e monona di un mas sacro ot-linarlo,Manifiesinlibr, Ruma, 1996.

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