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Herencia Publicado en Periódico Diagonal (https://www.diagonalperiodico.net) Nuestros ojos crecieron y aprendieron a ver guerra. Guerra primero en blanco y negro, que se encendía y se apagaba con el televisor, se leía en las páginas de un periódico. Las bombas, el fuego y la sangre en blanco y negro no impresionan tanto como en color. La página se pasa. El telediario se acaba. La guerra permanece. La primera que tuvo para mí un nombre fue la del Golfo. Recé para que acabara esa guerra varias noches seguidas. He dicho alguna vez, y lo mantengo, que el dios de los niños es el único al que podría uno fiar el destino de la humanidad. La guerra acabó en febrero de 1991, unos meses antes de que yo cumpliera diez años. Empecé a recortar algunas fotografías unos años más tarde. No me preguntes por qué. Fotografías de los periódicos. La guerra de Bosnia, la de Angola, Chechenia, las masacres en Liberia; guerras de las que no recuerdo el nombre e incluso ahora tendría problemas para ubicar en un mapa; guerras que cambiaron los mapas. Un día interrumpí la secuencia, la rutina de acciones concatenadas que hacían de las fotografías de las noticias de guerra un residuo orgánico; que las trasladaba de mis manos al interior de una bolsa en el cubo de la basura, junto a los restos de otras suciedades, sobras de pescado o de carne, y de allí al contenedor. Nunca sabemos muy bien qué pasa después, en dónde acaba toda esa basura que producimos a diario, pero en el trayecto el tiempo deviene detritus, desecho. Quizás presentía que me olvidaría y era esa la razón que me hacía recortar las fotografías de los niños, ancianos, soldados, muertos; personas a quienes únicamente los supervivientes llorarían, si es que alguien conseguía sobrevivir para recordar. Había algo de ritual funerario en todo esto, ahora que lo pienso, pero es tarde para encontrar una explicación exacta. Las recorté y las guardé. Eso es todo. Hace unos días volví a abrir mi pequeña tumba. De ella salieron los cadáveres y heridos de Sarajevo del 1995. Una anciana chechena seguía llorando al lado de su ganado muerto en un camino. Muerte recortada y anónima, muerte masticada a diario a mis doce, mis trece, mis catorce años. Guerra en Europa. Página 1 de 2

Herencia - Diagonal

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HerenciaPublicado en Periódico Diagonal (https://www.diagonalperiodico.net)

Nuestros ojos crecieron y aprendieron a ver guerra. Guerra primero en blanco y negro, que seencendía y se apagaba con el televisor, se leía en las páginas de un periódico. Las bombas, el fuegoy la sangre en blanco y negro no impresionan tanto como en color. La página se pasa. El telediariose acaba. La guerra permanece. La primera que tuvo para mí un nombre fue la del Golfo. Recé paraque acabara esa guerra varias noches seguidas. He dicho alguna vez, y lo mantengo, que el dios delos niños es el único al que podría uno fiar el destino de la humanidad. La guerra acabó en febrerode 1991, unos meses antes de que yo cumpliera diez años. Empecé a recortar algunas fotografíasunos años más tarde. No me preguntes por qué. Fotografías de los periódicos. La guerra de Bosnia,la de Angola, Chechenia, las masacres en Liberia; guerras de las que no recuerdo el nombre eincluso ahora tendría problemas para ubicar en un mapa; guerras que cambiaron los mapas. Un díainterrumpí la secuencia, la rutina de acciones concatenadas que hacían de las fotografías de lasnoticias de guerra un residuo orgánico; que las trasladaba de mis manos al interior de una bolsa enel cubo de la basura, junto a los restos de otras suciedades, sobras de pescado o de carne, y de allíal contenedor. Nunca sabemos muy bien qué pasa después, en dónde acaba toda esa basura queproducimos a diario, pero en el trayecto el tiempo deviene detritus, desecho. Quizás presentía queme olvidaría y era esa la razón que me hacía recortar las fotografías de los niños, ancianos,soldados, muertos; personas a quienes únicamente los supervivientes llorarían, si es que alguienconseguía sobrevivir para recordar. Había algo de ritual funerario en todo esto, ahora que lo pienso,pero es tarde para encontrar una explicación exacta. Las recorté y las guardé. Eso es todo.

Hace unos días volví a abrir mi pequeña tumba. De ella salieron los cadáveres y heridos de Sarajevodel 1995. Una anciana chechena seguía llorando al lado de su ganado muerto en un camino. Muerterecortada y anónima, muerte masticada a diario a mis doce, mis trece, mis catorce años. Guerra enEuropa.

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HerenciaPublicado en Periódico Diagonal (https://www.diagonalperiodico.net)

La Orden Ministerial ECC/2490/2014, de 22 de diciembre, acordó “la emisión, acuñación y puesta encirculación de monedas de colección con el lema «Herencia Europea»”. En la página de la FábricaNacional de Moneda y Timbre leo que “La emisión conmemora los 70 años de paz en Europa, tras elfinal de la Segunda Guerra Mundial en 1945”. En el anverso de la moneda aparece el monarca FelipeVI, vestido con traje militar. En el reverso se reproduce la imagen de una paloma, con una rama deolivo en el pico y el lema “70 años de paz”.

Si nuestros ojos pudieran gritar...

cuerpos

letras en la televisión en la sopa en el plato primer plato una cabeza un cuerpo una cabeza separada de un cuerpo dos cuerpos tres cuerpos toma la sopa no te distraigas traga la r de rabia no llores la m de muerte cuatro cuerpos cinco cuerpos no juegues con la comida seiscuerpos no pienses en la muerte siete cuerpos ocho cuerpos acaba de comer nueve cuerpos una explosióndiez cuerpos once cuerpos cien cuerpos mil cuerpos sin vida aún la sopa en el plato cuerpos pares cuerpos primos cuerpos múltiplos de tres pero quieres acabar acábate de una vez la sopa no pierdas la cuenta en el ábaco incesante de lamuerte cómete el miedo

(Cuerpos aparece en Noelia Pena: El agua que falta, Caballo de Troya, 2014) Ver serie fotográfica completa del Mercat de Santanyí de Ferran Petit.

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