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HABACUC Introducción - Capítulo 1:1 , llegamos hoy al pequeño libro de Habacuc. Debemos decir que este es un libro del cual no se ha predicado muchos mensajes. Hace algún tiempo, no eran muchos los que se atrevían a dar mensajes basados aquí en este Libro de Habacuc, pero ahora en el presente son muchos más los que han descubierto el camino a este pequeño libro de Habacuc, y de allí presentan mensajes. Este es uno de aquellos llamados profetas menores, pero que ya nos hemos dado cuenta que cada uno de ellos puede ser considerado mayor. Ahora, nosotros estamos considerando juntos los libros de Nahum, Habacuc y Sofonías, loscuales tienen mucho en común. Cada uno de estos libros nos presenta una faceta diferente de laforma en que Dios trata con la humanidad, en lo que se refiere al gobierno de Dios como si fuera integrado en el gobierno de los hombres, y la forma en que Dios trata con la persona individual. Esa es una de las razones importantes por la cual estudiamos estos tres libros juntos. Ahora, otra forma en que son muy similares, es que los tres provienen aproximadamente del mismo período. De hecho, los tres pudieron haber sido contemporáneos. Existe la posibilidad de que lo eran, pero es muy difícil señalar una fecha específica, con muchos de estos profetas. Y en realidad, eso ocurre con muchos libros de la Biblia, cuando uno no puede señalar una fecha exacta. La razón para esto es que eso no es algo realmente importante. Pero es obvio que Habacuc, Nahum, y Sofonías; todos entran en un período entre Josías y Joaquín. En ese mismo período uno puede también incluir a Jeremías. Él entra en este período, cuando el reino del norte había ido a la cautividad, y cuando el reino del sur estaba a punto de entrar en la cautividad también. Y después de Josías, cada rey que le siguió a él, era un rey malo. Cada uno trataba de superar en su maldad al otro. Así es que, tenemos que decir esto, y colocar aquí a tres profetas en el mismo período de tiempo, en la misma cápsula del tiempo, por así decirlo, ya que aparentemente ellos pertenecen juntos. Ellos eran, por así decirlo, contemporáneos. Ahora, debemos decir que Habacuc es por cierto diferente a los demás. Es diferente a Nahum. Nahum trató solamente con una nación, y específicamente con Nínive, la capital del imperio asirio. Y decía que Dios tenía razón al castigarles; no sólo estaba en lo correcto, sino que Dios era justo y que Dios era un Dios de amor. Y aún Él podía juzgarlos a ellos, porque Él continúa siendo así. Ahora, Habacuc enfrenta este problema desde un punto de vista diferente. Aquí tenemos un hombre que tiene problemas. Y su problema era que él pensaba que Dios no estaba haciendo algo en cuanto a la iniquidad de Su pueblo. Y eso le molestaba. Y él preguntaba: ¿Por qué no hace algo Dios? Nosotros pensamos que hay muchas personas hoy, que piensan de la misma manera. Y dicen: ¿Por qué no actúa Dios en los asuntos de los hombres en el presente? ¿Por quéno hace Dios algo en cuanto a la posición en la que se encuentra el mundo en la actualidad? ¿Por qué Dios no actúa? ¿Por qué permite Dios que el hombre no sufra las consecuencias de lo que está haciendo? Bueno, amigo oyente, vamos a ver que ese era el problema que tenía Habacuc. En realidad, debemos señalar que su problema se había multiplicado. Dios le respondió esa pregunta y le dijo:

Habacuc j.v. Mcgee

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estudio de libro Habacuc profetas menores

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HABACUCIntroduccin - Captulo 1:1, llegamos hoy al pequeo libro de Habacuc. Debemos decir que este es un libro del cual no se ha predicado muchos mensajes. Hace algn tiempo, no eran muchos los que se atrevan a dar mensajes basados aqu en este Libro de Habacuc, pero ahora en el presente son muchos ms los que han descubierto el camino a este pequeo libro de Habacuc, y de all presentan mensajes. Este es uno de aquellos llamados profetas menores, pero que ya nos hemos dado cuenta que cada uno de ellos puede ser considerado mayor.Ahora, nosotros estamos considerando juntos los libros de Nahum, Habacuc y Sofonas, loscuales tienen mucho en comn. Cada uno de estos libros nos presenta una faceta diferente de laforma en que Dios trata con la humanidad, en lo que se refiere al gobierno de Dios como si fuera integrado en el gobierno de los hombres, y la forma en que Dios trata con la persona individual. Esa es una de las razones importantes por la cual estudiamos estos tres libros juntos.Ahora, otra forma en que son muy similares, es que los tres provienen aproximadamente del mismo perodo. De hecho, los tres pudieron haber sido contemporneos. Existe la posibilidad de que lo eran, pero es muy difcil sealar una fecha especfica, con muchos de estos profetas. Y en realidad, eso ocurre con muchos libros de la Biblia, cuando uno no puede sealar una fecha exacta. La razn para esto es que eso no es algo realmente importante. Pero es obvio queHabacuc, Nahum, y Sofonas; todos entran en un perodo entre Josas y Joaqun. En ese mismo perodo uno puede tambin incluir a Jeremas. l entra en este perodo, cuando el reino del norte haba ido a la cautividad, y cuando el reino del sur estaba a punto de entrar en la cautividad tambin. Y despus de Josas, cada rey que le sigui a l, era un rey malo. Cada uno trataba de superar en su maldad al otro. As es que, tenemos que decir esto, y colocar aqu a tres profetas en el mismo perodo de tiempo, en la misma cpsula del tiempo, por as decirlo, ya que aparentemente ellos pertenecen juntos. Ellos eran, por as decirlo, contemporneos. Ahora, debemos decir que Habacuc es por cierto diferente a los dems. Es diferente a Nahum. Nahum trat solamente con una nacin, y especficamente con Nnive, la capital del imperio asirio. Y deca que Dios tena razn al castigarles; no slo estaba en lo correcto, sino que Dios era justo y que Dios era un Dios de amor. Y an l poda juzgarlos a ellos, porque l contina siendo as. Ahora, Habacuc enfrenta este problema desde un punto de vista diferente. Aqu tenemos un hombre que tiene problemas. Y su problema era que l pensaba que Dios no estaba haciendo algo en cuanto a la iniquidad de Su pueblo. Y eso le molestaba. Y l preguntaba: Por qu no hace algo Dios? Nosotros pensamos que hay muchas personas hoy, que piensan de la misma manera. Y dicen: Por qu no acta Dios en los asuntos de los hombres en el presente? Por quno hace Dios algo en cuanto a la posicin en la que se encuentra el mundo en la actualidad? Por qu Dios no acta? Por qu permite Dios que el hombre no sufra las consecuencias de lo que est haciendo? Bueno, amigo oyente, vamos a ver que ese era el problema que tena Habacuc. En realidad, debemos sealar que su problema se haba multiplicado. Dios le respondi esa pregunta y le dijo:Yo estoy preparando una nacin que vendr y llevar esta nacin a la cautividad, a no ser que cambie su forma de actuar; ellos irn a la cautividad en Babilonia, y Yo estoy preparando a Babilonia. Y si usted piensa que Habacuc tena un problema antes, ahora s que lo tiene de veras. Su problema es: Por qu utilizars a Babilonia, una nacin que por cierto, es mucho ms impa que Tu propio pueblo, mucho ms pagana que Tu propio pueblo, que se ha entregado ms a la idolatra y al pecado que Tu propio pueblo. Y a ellos vas a utilizar para castigar a Tu pueblo? Y Dios respondi que s. Que esto era lo que l iba a hacer. Pero, Dios tambin dice: An no he terminado Mi labor con Babilonia. Yo juzgar a Babilonia. Y ste es mi mtodo. Vamos a ver esto al entrar al estudio de este pequeo libro, As es que, ante nosotros tenemos a una persona muy interesante, en la persona de Habacuc. l ha escrito un libro muy hermoso. En realidad, son muchos los que han expresado su admiracin en cuanto a la excelencia literaria de este pequeo Libro. Tiene solamente tres captulos, y el ltimo es en realidad un cntico o un Salmo de alabanza y adoracin a Dios. Esto es algo realmente muy hermoso, y este libro tambin es muy importante en lo que se refiere al Nuevo Testamento. Vemos que por lo general se acepta que los tres grandes libros de doctrina del Nuevo Testamento son los libros de Romanos, Glatas, y Hebreos. Estos tres libros del Nuevo Testamento citan cosas que se mencionan en Habacuc. La realidad es que todos ellos citan de este libro, y lo que all se dice forma el antecedente de su mensaje. Ya veremos eso ms adelante. Hay un versculo, en el captulo 2, versculo 4, que se cita mucho y que dice: Mas el justo por su fe vivir.As es que este libro aparece en el horizonte de las Sagradas Escrituras, como un libro de bastante importancia. No deje usted que la brevedad de este libro le engae, porque llega a seralgo muy importante. En realidad, no es cunto usted dice, lo que cuenta, sino lo que dice. Y aqu tenemos esto.Ahora, el nombre de Habacuc significa abrazar. Y esto es todo lo que sabemos en cuanto a Habacuc, en cuanto a su vida personal. l no nos dice nada en cuanto a s mismo. Ni siquierapone una fecha a su libro. Muchos profetas cuando comienzan, usted habr notado, dicen que han profetizado durante el reino de tal o cual rey de Israel, o rey de Jud. Y por supuesto, uno puede sealar a stos. Pero, Habacuc ni siquiera usa eso para ayudarnos. Martn Lutero present una exhibicin muy notable en cuanto al nombre Habacuc, lo que significa, como ya dijimos, abrazar. Y quisiramos que usted escuche lo que Martn Lutero dijo: Habacuc significa un abrazo, o alguien que abraza a otro, lo toma entre sus brazos, l abraza a su gente. l los toma en sus brazos, es decir, los consuela, los levanta como cuando uno abraza a un nio que est llorando, para calmarle, con la seguridad de que si Dios quiere, eso se har. Ahora, esa es una cita bastante hermosa, digamos de paso, que nos revela tambin algo ms, algo relacionado al corazn mismo de Martn Lutero. Usted puede comprender por qu Martn Lutero, que antes haba sido un monje, por qu l se cas. l era una persona muy romntica, digamos de paso, y esta declaracin que hemos ledo nos revela eso tambin. Ahora, eso es todo lo que se conoce en cuanto al escritor de este libro, con la excepcin de otra cosa que debemos agregar a esto. Y esto es que nosotros le hemos llamado, El Toms del Antiguo Testamento. Parece que l por cerebro, tena un signo de pregunta. Su libro es algo muy fuera de lo comn. En el sentido exacto de la palabra, no es una profeca. Es muy similar al libro de Jons, en el sentido de que l presenta su propia experiencia. Y su experiencia es que l tena una pregunta. Y que l no tena ninguna respuesta para esa pregunta. Y que la respuesta que l encontr finalmente, cre una pregunta mucho ms grande que la anterior. Por cierto que se le puede comparar con Toms. Quiz podramos presentar esto de otra manera y decir que el apstol Toms, es el Habacuc del Nuevo Testamento, porque ese pequeo libro de Habacuc nos revela a un hombre que tena por cierto un gran problema. l quera tener una respuesta a su pregunta. Habacuc naci, en el caso objetivo, en el tiempo pasado pluscuamperfecto, y en el modo subjuntivo. Y l escribe sobre l un signo de interrogacin. Y finalmente, cuando uno llega al ltimo captulo, y especialmente en los ltimos dos o tres versculos, entonces, uno puede colocar un signo de admiracin. Pero, sobre todo este libro se puede escribir un signo de interrogacin. Y eso era lo que este hombre tena por cerebro. Y la pregunta es por qu? Por qu? Y nosotros creemos que podemos reducir la duda de Toms en el Nuevo Testamento, o la de Habacuc en el Antiguo Testamento, o las preguntas que se hacen todos los hombres en el presente, a una sola palabra: por qu? Y creemos que sta es fundamentalmente la pregunta de la raza humana. Usted recuerda lo que dice Job, que consideramos ser el libro ms antiguo de las Escrituras. Uno puede escribir sobre todo ese relato all, un por qu? Por qu? Por qu tuvo que sufrir Job? Esa era su pregunta. Y, sa tambin es su pregunta, no es cierto? Y es la ma. Podemos reducir todas las preguntas al mnimo comn denominador, y es algo que es bsico a todas las preguntas - , por qu? Por qu Dios no hizo algo en cuanto al mal en la tierra de Israel? Por qu no comienza Dios a juzgar a Su pueblo? Y esa es la pregunta que se presenta a veces en el presente. Ahora, para Nahum es casi la pregunta opuesta, porque Dios estaba actuando all. Y all habra aquellos que podran presentar la pregunta de cmo puede Dios ser un Dios de amor y juzgar de la manera en que lo hizo? Y aqu tenemos lo opuesto: Por qu no hace Dios algo encuanto al mal que existe en este mundo?Permtanos decir, amigo oyente, algo en cuanto a la ltima declaracin que encontramos en este pequeo libro de Habacuc, que dice al final: Al jefe de los cantores, sobre mis instrumentos de cuerdas. Esto nos revela, por supuesto, que esto es un cntico aqu; esto fue colocado all para que lo leyera la orquesta, y para que lo leyera el director del coro. Y como ya hemos dicho, este ltimo captulo es un cntico, un Salmo. Y toda esta profeca en su totalidad, es en realidad una preciosidad. Permtanos decir esto, y es en relacin a lo que otros han dicho; porque hace un momento quiz usted pens que estbamos hablando en forma demasiado elocuente, en cuanto a la belleza de este libro. Pero esto tambin ha sido notado por otros. Daylich escribi: Su lenguaje es en su totalidad algo clsico. Lleno de expresiones y palabras raras. Y Morehouse dijo lo siguiente: Se distingue por su poesa magnfica. Ahora, este pequeo libro comienza en la penumbra. Pero concluye en la gloria. Comienza con un signo de interrogacin y concluye con un signo de admiracin. El libro de Habacuc es un gran por qu. Por qu permite Dios el mal? Es la pregunta que cualquier persona que piensase ha hecho. Y creemos que este libro es la respuesta a esa pregunta. Arreglar Dios las injusticias de este mundo? Bueno, este libro responde a esa pregunta. Va a hacer Dios algo en cuanto a las cosas equivocadas de este mundo? Bueno, este libro dice que va a hacer algo. Y este libro es el relato personal del profeta, expresado de manera potica, as como Jons se expres en la prosa. Ahora, el tema del libro es la fe. Habacuc ha sido llamado el profeta de la fe. Y esa gran declaracin suya en el captulo 2, versculo 4 que dice: . . . ms el justo por su fe vivir, es citada tres veces en el Nuevo Testamento. La podemos encontrar en la epstola a los Romanos (1 :17). En la epstola a los Glatas (3:11) Y en la epstola a los Hebreos, (10:38).

Y cuando lleguemos a esto, vamos a presentar una explicacin. Ahora, al entrar en este pequeo libro, quisiramos presentar nuestro bosquejo de lo que tenemos en nuestras notas y bosquejos. En el cap. 1, tenemos laperplejidad del profeta. En el cap. 2, tenemos la claridad del profeta. Podramos haber dicho, la percepcin del profeta; pero quiz sea expresada mejor en esta otra palabra que hemos utilizado. Y en el cap. 3, tenemos el placer del profeta. Usted puede darse cuenta, que este es un libro pequeo, pero muy destacado, dividido como expresamos, de esta manera. Llegamos ahora al captulo 1. apreciamos el primer problema del profeta. Y eso lo vemos en los primeros cuatro versculos. Por qu permite Dios el mal? Esta es la pregunta. La segunda divisin nos presenta la respuesta de Dios para esa pregunta en los versculos 5 al 11. Dios estaba levantando a los caldeos para castigar a Jud, porque Dios castiga el pecado. Y entonces, tenemos la tercera divisin que presenta el profeta. Y es el segundo problema del profeta que es mayor que el primero. Por qu permite Dios que Su pueblo sea castigado por una nacin que es ms impa que lo que son ellos? Por qu no destruye Dios a los caldeos? Bueno, ese es nuestro problema; y ese era su problema. Y ahora, va a ser nuestro problema al observarle a l. As es que, observemos ahora a Habacuc, el hombre con los problemas. Y vamos a comenzar con el (1: 1), que dice: 1La profeca que vio el profeta Habacuc. (Hab. 1:1) Ahora, esto se refiere al juicio que observ o que vio el profeta Habacuc. Y no se refiere a la pregunta que l hace aqu, sino a la respuesta que da el Seor. Y la respuesta del Seor es en realidad la profeca. Y es el juicio o castigo, es decir, la forma en que esto encaja en este cuadro Y con esto, concluimos este primer versculo del captulo 1 de Habacuc; pensamos que es bueno establecer una base slida para esta maravillosa profeca que vamos a considerar, Dios mediante, continuaremos nuestro recorrido por este libro de Habacuc, observando a este hombre, a quien hemos llamado el Toms del Antiguo Testamento, el hombre que tena un signo de interrogacin por cerebro. Aunque debemos decir de paso, que hizo muy buenas preguntas y recibi tambin, muy buenas respuestas de parte de Dios. Esto es pues, lo que vamos a observaral recorrer este libro de HabacucCaptulo 1:2 - 9 Continuamos nuestro estudio de este pequeo libro de Habacuc No podemos acusar a este hombre por las preguntas que hizo, porque fueron preguntas muy buenas, y demandan una buena respuesta. Y Dios le dio a l muy buenas respuestas a sus preguntas. La primera pregunta que l hace, es una pregunta que, estamos seguros, muchos de nosotros hemos hecho tambin, y llegamos a ella ahora en esta primera seccin que tenemos aqu. En el cap. 1 tenemos la perplejidad del profeta. Y l presenta aqu su primer problema diciendo: Por qu no hace Dios algo en cuanto al mal? Y como vimos en el versculo 1, la profeca que tenemos aqu es la respuesta que Dios le da a las preguntas que presenta el profeta. El versculo 2 de este captulo 1 de Habacuc, dice: 2Hasta cundo, oh Jehov, clamar, y no oirs; y dar voces a ti a causa de la violencia, y no salvars? (Hab. 1:2) Habacuc, en realidad, est dicindole al Seor, que Dios est negndose a responder sus oraciones. En una noche de desespero, l clama porque ve violencia a su alrededor, y nota que Dios no est haciendo nada en cuanto a eso. Y aparentemente, l no est diciendo nada tampoco. Esta es la elega de Habacuc, y l llegar a concluir este libro, sin embargo, con un himno de alabanza que expresa gozo. Pero, si usted, tiene alguna pregunta, opinamos que debera llevarla al Seor, de la misma manera en que lo hizo este hombre, y usted recibir la respuesta de Dios, si usted es sincero en la pregunta que presenta ante l. Habacuc contina ahora, y su pregunta es un gran Por qu? Leamos los vrs. 3 y 4 de este cap. 1 de Habacuc: 3Por qu me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia? Destruccin y violencia estn delante de m, y pleito y contienda se levantan. 4Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale segn la verdad; por cuanto el impo asedia al justo, por eso sale torcida la justicia. (Hab. 1:3-4) Aqu est su pregunta: Por qu? Es decir, l est diciendo: Por qu Dios permite que contine el mal y que aumente la iniquidad y la injusticia, el pleito, la contienda, y la violencia, y no hace nada en cuanto a esto? Y esa es una pregunta mayscula la que l se hace. POR QU? Y l hace esta pregunta con bastante nfasis. Ahora, esta es una pregunta antigua y a la vez, es una pregunta nueva, una pregunta que usted puede hacerse hoy. Observemos esto en detalle. Ya hemos sugerido que este hombre escribi su libro en una poca durante el reinado de Josas, o despus de Josas, ya que l fue el ltimo rey bueno que hubo. A l, le sigui Joacaz, quien fue un rey malo, y l rein solamente tres meses. Luego lleg Joaqun, y ste rein once aos, y tambin fue un rey muy malo. Esta era una poca de desintegracin, era una poca de deterioro y degradacin del reino. Era una poca cuando la ley de Moiss estaba siendo quebrantada. Y por supuesto, era un momento cuando ellos se estaban apartando de Dios. Por qu? Ahora, uno puede resumir todo esto diciendo: Por qu Dios permite el mal? Por qu permite l, el mal? En cierta ocasin un profesor universitario estaba conversando con otro, en cuanto a la actitud de algunos profesores universitarios que son incrdulos, y que utilizan cierto mtodo para poner dudas en las mentes de los estudiantes que creen en Dios. Ahora, estos dos profesores que conversaban eran creyentes. Y lo que un profesor impo utiliza es un mtodo que trata de destruir la fe de los jvenes, y que ataca la integridad de la Palabra de Dios. Y lo que ellos hacen, en primer lugar, es presentar una pregunta como sta: No me diga que usted cree que un Dios de amor, permitira el mal en el mundo, verdad? Piensa usted que un Dios de amor, un Dios amante, de un corazn tierno, permitira el sufrimiento en el mundo? O sea que, tales profesores destruyen la confianza en Dios. Y destruyen, entonces, la confianza en la Palabra de Dios. Usted recordar que el enemigo, utiliz este mismo mtodo con Eva. Me quieres decir dijo la serpiente que Dios no quiere que t comas del fruto de ese rbol? Por qu? ste es el rbol ms delicioso de todo este jardn, y abrir tus ojos, y llegars a ser como Dios. Y no puedo creer que un Dios tan bueno no quiera que t no comas del fruto de ese rbol. Eso no lo puedo comprender. Y l estaba destruyendo una creencia en Dios, de si l era bueno o no lo era. Y ese es siempre el mismo mtodo que utiliza. Observemos ahora la pregunta que hizo Habacuc, de cmo sta calza bien en la situacin local de su da. La gente pareca estar salindose con la suya, en cuanto a los pecados. Dios, pareca que no estaba haciendo nada; por lo menos, eso era lo que pensaba Habacuc. Y su pregunta era: Por qu no acta Dios en cuanto al pecado? Por qu no juzga Dios al impo? Por qu permite Dios que los hombres impos, as como tambin las mujeres impas, prosperen? Y, no es sta una buena pregunta para hoy? No es sta una pregunta que usted se hara en el presente? Estamos seguros de que muchos de los hijos de Dios han dicho: Bueno, y por qu no acta Dios ahora? Por qu permite Dios que ocurra todo este mal a nuestro alrededor? Por qu permite que los ricos se salgan con la suya? Y, por qu tiene que llevar tal carga, una familia normal y corriente? La persona normal y corriente tiene que pagar sus impuestos, tiene que pagar ms cuando aumenta la gasolina, mientras que aquellos que son ricos no notan mucho la diferencia. Ellos tienen mucho ms dinero para poder pagar estas cosas. Por esa razn, no sufren tanto. Por qu, pues, Dios no hace algo en cuanto a esto? No es esa su pregunta? Debemos decir que esa era la pregunta de David. Esta pregunta, esta duda, casi le roba a David su propia fe. David dijo, usted recordar, all en el Salmo 73, versculos 2 y 3: En cuanto a m, casi se deslizaron mis pies; por poco resbalaron mis pasos. Porque tuve envidia de los arrogantes, viendo la prosperidad de los impos. Bueno, David deca: Yo miraba a mi alrededor, y quin es aquel que est prosperando? Es el impo. Por qu no hace Dios algo en cuanto a eso? Y esa era la pregunta que se haca Habacuc. Por qu no acta Dios en el da de hoy? Por qu permite esto? Eso aparentemente, estaba ocurriendo durante el reino de este rey impo, y no se estaba obedeciendo la ley entonces. En esa poca abundaba la anarqua y el desorden, la maldad se poda apreciar por todas partes, y pareca que la gente se estaba saliendo con la suya. Hasta pareca que la nacin no iba a sufrir por eso. Y eso le molestaba mucho a Habacuc. Este hombre est preocupado por eso, porque l tena un corazn muy tierno. A l no le gustaba ver cmo era agobiado el pueblo, como estaba sucediendo entonces. Ahora, si usted observa lo que est ocurriendo a su alrededor, en el mundo presente, lo que est sucediendo an en su propia nacin, lo que est sucediendo en su propia ciudad, pensamos que es lo mismo que lo que me ocurre a m. Ah, los polticos expresan mucha preocupacin por m. Ellos van a reducir los impuestos que tengo que pagar, sin embargo, suben todos los aos. Ellos dicen que se estn preocupando mucho por m, tanto en la capital de la nacin, como en la capital de la provincia, y que siempre estn pensando en m, pero tengo la impresin de que no se acuerdan mucho de m. Parece que estn pensando mucho ms, en cuanto a ellos mismos. Estamos viviendo en la misma clase de da que viva este profeta, amigo oyente, cuando abunda la impiedad. A quin puede creer uno en el presente? Y por qu no hace Dios algo en cuanto a esto? Por qu no acta en la nacin? Esa era la pregunta que se haca Habacuc. Este hombre tena un corazn muy tierno. Y Dios est diciendo que l tiene una respuesta para el profeta. Y Dios tambin tiene una respuesta para usted en el da de hoy. Notemos lo que dice el versculo 5 de este captulo 1 de Habacuc: 5Mirad entre las naciones, y ved, y asombraos; porque har una obra en vuestros das, que aun cuando se os contare, no la creeris. (Hab. 1:5) Dios est diciendo: Habacuc, cuando Yo te diga lo que en realidad estoy haciendo, va a ser difcil para ti creerlo, porque en vez de no estar haciendo nada, estoy haciendo mucho, por cierto. Y lo que va a ocurrir es que finalmente Habacuc le va a pedir a Dios que no acte tan rpido, cuando descubra todo lo que l est haciendo, y cun pronto est actuando, cuntas cosas l est haciendo. As es que, Dios le est diciendo a Habacuc: Quiero que sepas que yo estoy actuando entre las naciones. Y a pesar de toda la anarqua y de toda la guerra, y los pecados en todas las naciones, Dios dice Yo las estoy gobernando, Yo estoy actuando en juicio. Ahora, cmo va a hacer esto l? Dios le va a dar a Habacuc la respuesta. Dios va a hacer algo en cuanto a todo esto, y esto va a crear una pregunta mucho ms grande para Habacuc, pero por cierto que l se dio cuenta que Dios est haciendo algo. Ahora, notemos lo que dicen los vrs .6 y 7 de este cap.1 de Habacuc: 6Porque he aqu, yo levanto a los caldeos, nacin cruel y presurosa, que camina por la anchura de la tierra para poseer las moradas ajenas. 7Formidable es y terrible; de ella misma procede su justicia y dignidad. (Hab. 1:6-7) l est hablando aqu de los caldeos, los babilonios que vendrn. Los babilonios eran ley para s mismos. No reconocan a nadie como superior a ellos. En efecto, eran la raza superior. Y cundo hemos escuchado eso antes? Ellos pensaban que eran la raza dominante. Y que ellos eran quienes iban a establecer las normas para el resto del mundo. As es como ellos lo vean. Ellos hacan sus propias leyes; y ellos iban a venir contra el pueblo de Dios. Ahora, notemos lo que dice aqu el versculo 8: 8Sus caballos sern ms ligeros que leopardos, y ms feroces que lobos nocturnos, y sus jinetes se multiplicarn; vendrn de lejos sus jinetes, y volarn como guilas que se apresuran a devorar. (Hab. 1:8) Qu cuadro el que tenemos aqu! De paso, digamos que los babilonios utilizaban la caballera ms que cualquier otra nacin. Usted recuerda que los asirios utilizaban los carros. Y tambin hacan eso los egipcios. Ahora, los asirios tenan el ltimo modelo en cuanto a carros de guerra se refiere. Pero, los babilonios tenan un mtodo diferente. Ellos utilizaban la caballera. Y ellos iban a bajar contra el pueblo de Dios. O sea que, Dios est diciendo aqu: Yo no voy a permitir que ustedes se salgan con la suya, que ustedes queden impunes en cuanto a sus pecados. Ustedes piensan que Yo no estoy haciendo nada. Bueno, Yo estoy preparando a una gran nacin que caer sobre ustedes, procedente de las riberas del ro Eufrates, y cuando llegue el tiempo apropiado, si Mi pueblo no se vuelve a M, entonces, voy a soltar contra ellos a los babilonios. Y eso ocurri. Y la historia de la destruccin de Jerusaln es algo, que es feroz y terrible; y casi es indescriptible las cosas que ellos hicieron cuando llevaron a esa gente cautiva. Ahora, esto provoc una nueva pregunta de parte de Habacuc. Si l antes tena algo que preguntar, ahora s que es cierto que lo tena. Y aqu en el versculo 9, comenzamos leyendo en su primera parte: 9Toda ella vendr a la presa; el terror va delante de ella, (Hab. 1:9a) O sea que, el Seor dice: Mi pueblo antes ha estado tomando parte en la violencia, pero hasta ahora no han visto nada. Esperen hasta que lleguen los babilonios y vern. Y el versculo 9 en su totalidad, dice: 9Toda ella vendr a la presa; el terror va delante de ella, y recoger cautivos como arena. (Hab. 1:9) Y ellos capturaron a este pueblo. Nabucodonosor atac tres veces la ciudad de Jerusaln. La ltima vez, quem la ciudad y tambin el templo y se los llev cautivos a ellos. El profeta Habacuc era quien haba dicho que Dios no estaba haciendo nada. Y usted recuerda lo que dijo el escritor del libro de Eclesiasts, all en el cap. 8, vers. 11, dice: Por cuanto no se ejecuta luego sentencia sobre la mala obra, el corazn de los hijos de los hombres est en ellos, dispuesto para hacer el mal. En la primera ocasin que ellos hicieron el mal, quiz se preguntaron qu sucedera, quiz iban a ser castigados del cielo, o algo por el estilo. Un gran nmero de jvenes, si tienen ocasin, cuando son muchachos, se pueden robar la fruta del vecino. Y hay veces que cuando hacen algo as, puede tronar o relampaguear, y piensan que puede ser el Seor que los est juzgando en ese mismo instante. Pero pronto se dan cuenta que eso no es as. Que el trueno y los relmpagos no son el juicio de Dios contra ellos, y pueden continuar haciendo eso sin temor, por lo menos de parte de Dios. Y eso es lo que la gente piensa cuando cometen algn pecado. En el pasado, los pecados se cometan tanto como ahora, pero se hacan a escondidas. Hay algunos que opinan que la naturaleza humana ha cambiado. Sin embargo, la naturaleza humana es siempre la misma. La diferencia con el da de hoy, es que lo que antes se haca en secreto, en forma encubierta, hoy se est haciendo abiertamente. A mucha gente no le preocupa pecar abiertamente. As es que, no ha habido ninguna clase de mejora. En cierta ocasin, una pareja joven fue entrevistada en la televisin; no estaban casados sino que estaban viviendo juntos. Y todo el mundo comentaba de la honradez de ellos. Y nosotros nos preguntamos, de qu clase de honradez les estaban alabando? En tiempos pasados, cuando alguien haca algo as, lo haca a escondidas. No se presentaba as abiertamente. Pero hoy ocurre todo lo contrario. Ahora, hace esto que el pecado sea algo diferente? Cambia eso el hecho de que esta clase de cosas es pecaminosa y mala ante los ojos de Dios? Bueno, ante l, es la misma clase de pecado que antes. Y eso es lo que sucedi con la nacin de Israel. Pensamos que la primera vez que desobedecieron los Diez Mandamientos, quiz temblaron; se preguntaban si el juicio no caera sobre ellos de forma inmediata. Si no descendera fuego del cielo para consumirlos. Pero, ya que el castigo contra una obra mala no se realiza en forma inmediata, los corazones de los hombres se endurecen, y es como lemos anteriormente: Por cuanto no se ejecuta luego sentencia contra la mala obra, el corazn de los hijos de los hombres est en ellos dispuesto para hacer el mal. Y eso hace que continen cometiendo pecados, uno tras otro. Y estamos viviendo en una poca cuando la gente no piensa o no cree en el castigo de Dios. Son como lo era Habacuc, en esta ocasin. Habacuc estaba rogando que Dios hiciera algo en cuanto a la nacin. Estaban pecando, y se empeoraban cada da y cometan sus pecados abiertamente. l dice que ellos eran malos, que eran violentos. Que exista una gran inmoralidad. Y que Dios no estaba haciendo nada en cuanto a eso. Y piensa usted lo mismo en cuanto a las condiciones del da de hoy? Est Dios haciendo algo en cuanto a esto? Bueno, parece que no fuera as, verdad? Y esto ha provocado que un grupo de telogos saliera con una idea nueva, la cual no es muy nueva, por cierto, pero ellos dicen que Dios ha muerto, que l ya no est aqu. Y lo que quieren decir es que nunca ha habido un Dios, que no hay Dios. Eso es lo que estn tratando de decir. Por qu? Porque l no interfiere en los asuntos de los hombres. Pero, es acaso cierto que l no est interfiriendo en los asuntos de los hombres en el presente? No est acaso Dios en control en el da de hoy? No est actuando hoy? Cuando una nacin progresa y se hace rica, la gente se despreocupa, hasta los mismos hijos de Dios se despreocupan. Y a veces nos preguntamos: cunto viviremos, cunto ms existiremos? Y se hace la pregunta: Hace algo Dios en cuanto al mal? Y Dios est diciendo que s, que lo hace. Dios dice: Habacuc, t pensabas que Yo no estaba haciendo nada; bueno, t no sabas en cuanto a esto, pero en las riberas del ro Eufrates se encuentra una de las naciones ms brutales; y cuando llegue la ocasin, ellos descendern contra esta nacin, y ellos vendrn contra Mi pueblo y lo cautivarn, lo llevarn cautivo, para que no escapen del castigo por su pecado. T pensabas que Yo no responda a tu oracin. T pensabas que Yo no estaba haciendo nada en cuanto al pecado. Pero, Yo estoy haciendo mucho en cuanto al pecado. Y pensamos, que si usted pudiera observar detrs del pecado y ver lo que Dios est haciendo, de seguro que le aterrara en este mismo instante. Sera aterrador para usted, poder ver que Dios en realidad est actuando contra Su propia nacin. Y l acta de esta manera contra cualquier nacin que antes haya tenido algn conocimiento de l. Y usted sabe que hay algunas naciones que se dicen ser cristianas, y el mundo las conoce como naciones cristianas, porque en el pasado han tenido algn conocimiento superficial de Dios. Y en ellas, se reverenciaba la Biblia. No haba muchos que conocieran mucho en cuanto a la Biblia, pero, la Palabra de Dios se reverenciaba. Pero, en el presente, es totalmente ignorada, es despreciada por toda la nacin. Y a veces cuando una persona va a ocupar un cargo oficial en el gobierno, pone su mano sobre la Biblia para jurar, pero pronto se olvida de lo que dice dentro de ella. no est haciendo Dios nada hoy? Bueno, nosotros pensamos que s lo est haciendo. Y si nosotros solo pudiramos contemplar, si pudiramos saber lo que Dios est haciendo, por cierto que nos aterrara en alto grado vamos a ver cmo Dios responde a la segunda de las preguntas que tiene Habacuc, la cual ahora es de ms importancia que lo que era la primera preguntaCaptulo 1:10 - 12 Continuamos hoy, nuestro recorrido por este maravilloso aunque pequeo libro de Habacuc, y vemos que este es un hombre con un problema. l tena una pregunta. l haba observado a su alrededor a su propia nacin. Y al observar a su alrededor, l pudo ver el pecado de su pueblo. Y hablando honestamente, l fue tocado por esto y se preguntaba por qu Dios no haca algo en cuanto a esto. Hay muchos que opinan que esto fue durante el reinado del rey Joacim. Esto podra haber sido en ese entonces, o algn tiempo antes de eso. Creemos que l comenz su ministerio durante el reino de Josas, y luego los reyes se sucedieron rpidamente despus de eso. O sea que, ellos no duraban mucho tiempo en el poder. Y todos ellos eran malos. Era una poca de anarqua. La ley de Dios se haba dejado de lado, y haba mucha violencia en la tierra. Y la pregunta de este profeta a Dios era: Por qu no haces algo en cuanto a esto? Por qu permite Dios el mal? Por qu permite l que su pueblo se salga con la suya en todo esto? Y, por qu es que en el presente el pecador es quien est prosperando? No son los humildes los que estn prosperando en la tierra hoy. Por el contrario, son los orgullosos, los arrogantes, los impos. Y uno mira a su alrededor y puede preguntarle a Dios: Por qu? Y esa es la misma pregunta que este hombre le ha hecho a Dios. Por qu me haces ver iniquidad? Por qu ests permitiendo esto? Ahora, Dios tena una respuesta para l. Y en el versculo, 5 dice: 5Mirad entre las naciones, y ved, y asombraos; porque har una obra en vuestros das, que aun cuando se os contare, no la creeris (Hab. 1:5) Es decir, que Dios le est diciendo que abra los ojos, que mire, que observe a su alrededor. Le dice: Yo estoy haciendo algo en cuanto a esto. Y le est diciendo que tenga una visin ms amplia, que tenga una perspectiva, que vea lo que Dios est haciendo. Y que si l observaba a su alrededor, l podra ver que estaban ocurriendo algunas cosas, una crisis suceda a otra. Hoy el imperio asirio en el norte ha sido conquistado y su capital, la ciudad de Nnive, ha sido destruida. Y ahora, est levantndose en las orillas del ro Eufrates un reino que ser conocido como el reino babilnico. Y ellos ya han avanzado contra Egipto. Ya tuvo lugar la batalla de Carquemis. Nabucodonosor ha obtenido la victoria. Y ahora se est convirtiendo en un gran poder mundial. Ahora, Dios dice: Piensas que no estoy haciendo nada? Dios est diciendo: Yo estoy muy ocupado. Estoy tomando parte en todo esto. No estoy solamente sentado a un lado tomando nota de lo que est sucediendo en este pequeo mundo. Estoy tomando parte activamente en todo esto. Usted sabe que hay un punto de vista, aun de parte de aquellos que creen en un Dios, de que la creacin de Dios es como un reloj; que Dios lo cre, le dio cuerda, y luego lo dej y se fue. Y luego, por supuesto, existe otro punto de vista, opuesto a se, y es el pantesmo, que es la suma total de todo. Bueno, ninguno de estos puntos de vista es, por supuesto, un punto de vista bblico. La realidad es que la creacin no es un reloj, y Dios no est atado por el papeleo de esta tierra. l no es parte de esto, de ninguna manera. l puede y es capaz de moverse en el presente. Usted probablemente recuerda algo de la mitologa griega, cuando los griegos se estaban apoderando de la ciudad de Troya, de algo que se menciona all en la Ilada de Homero. Se trata del sacerdote Laocoonte, quien acompaado de sus hijos cometi una equivocacin y fueron atacados por serpientes. Y usted recuerda que estas serpientes se entretejieron, por as decirlo, con estos hombres, y al enroscarse alrededor de sus cuerpos, los asfixiaron; estas serpientes quebraron todos los huesos de sus cuerpos. Bueno, Dios no est envuelto en Su creacin a tal punto donde l quede sujeto a ella. Y l tiene que hacer ciertas acciones, ciertas cosas, porque est obligado a hacerlo. Dios no est envuelto de esa manera. Dios est actuando de manera soberana en este universo. Y l estaba haciendo algo por cierto Y el Apstol Pablo, en ese gran sermn que l predic en Antioqua de Pisidia, el cual nosotros siempre consideramos como uno de sus mejores sermones, es un sermn al que desafortunadamente se presta poca atencin en el presente, pero, en ese sermn l cita algo del libro de Habacuc. Y vamos a ver lo que nos dice all en el libro de los Hechos de los Apstoles, captulo 13, versculos 38 al 41. Dice: Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de l se os anuncia perdn de pecados, y que de todo aquello de que por la ley de Moiss no pudisteis ser justificados, en l es justificado todo aquel que cree. Mirad, pues, que no venga sobre vosotros lo que est dicho en los profetas: Mirad, oh menospreciadores, y asombraos, y desapareced; porque yo hago una obra en vuestros das; obra que no creeris, si alguien os la contare. En este versculo 41 del captulo 13 de los Hechos, l est citando el versculo 5 del primer captulo de Habacuc. Nosotros nunca hubiramos credo que iba a ser usado de esta manera, pero Pablo lo utiliz as. O sea que, l est diciendo que Dios ha provisto una salvacin; y eso tuvo lugar, como l dice en otra ocasin; esto no fue hecho en algn rincn porque judos de todas partes se encontraban all. Y ellos llevaron ese mensaje, esa palabra, a todas partes: de que Jess de Nazaret haba muerto en una cruz; y la noticia de que l haba resucitado de entre los muertos, se esparci y que tambin, en el da de Pentecosts donde ellos estaban otra vez reunidos, el Espritu Santo descendi sobre un pequeo grupo, y multitudes fueron salvadas durante ese momento y en das siguientes. Ese mensaje sali, pero el mundo lo ignor. El mundo romano lo ignor al principio. Y Pablo est diciendo que Dios est haciendo una obra, y el mundo dice hoy: Por qu no hace Dios algo en cuanto a esto? Dios ha hecho algo en cuanto a esto. Hace ms de 2.000 aos l envi a Su Hijo a morir en la cruz. l entr as en los asuntos de este mundo y dice que va a volver a entrar otra vez en los asuntos del mundo. Y hoy, el mundo sigue tranquilamente adelante, sin preocuparse, divirtindose - Ah, comamos y bebamos que maana moriremos. Y en efecto, vamos a morir; esa es una realidad. Pero, Dios est actuando. Y es algo realmente maravilloso la forma en que Pablo ha utilizado este pasaje de las Escrituras. Ahora, volviendo aqu a la profeca de Habacuc, en el primer captulo, Dios est especificando lo que est haciendo; y en el versculo 6, podemos leer: 6aPorque he aqu, yo levanto a los caldeos, nacin cruel y presurosa, (Hab. 1:6a) Dios le dice a Habacuc: Mira a tu alrededor, all en las orillas del ro Eufrates, se est levantando una nacin que llegar a ser una gran potencia mundial. Y por cierto que lleg a ser eso. Era la cabeza de oro. De las cuatro bestias, es el len. Es la nacin nmero uno en el desfile de Dios de las grandes naciones del mundo. Y en ese entonces, tena una gran civilizacin. Y Dios dice que l est levantando a esa nacin. Ahora, escuche usted lo que dice aqu en el versculo 6: 6Porque he aqu, yo levanto a los caldeos, nacin cruel y presurosa, que camina por la anchura de la tierra para poseer las moradas ajenas. (Hab. 1:6) Ellos se van a apoderar de sus tierras. Esto es algo que realmente sacudi a Habacuc, de que algo as llegara a ocurrir. Y lo que tenemos aqu es una descripcin muy buena del imperio babilnico. Son sealados muy claramente aqu. Se la describe como una nacin cruel, que est tratando de llevar a cabo una conquista mundial.Dijimos en el programa anterior, que se haban apoderado de la ciudad de Jerusaln. Tres veces la tomaron, y en la ltima vez la dejaron hecha cenizas. Y ahora aqu en el versculo 7, leemos: 7Formidable es y terrible; de ella misma procede su justicia y su dignidad (Hab. 1:7) O sea que, ellos tenan mucha confianza en s mismos. Se jactaban de su gran poder, y dependan de l. Esto lo vimos representado de una manera muy clara en la persona de Nabucodonosor, el fundador de este gran imperio. Usted recordar que l tena este problema. En realidad, era un tipo de enajenacin mental, la que l tena. l sufra de egomana. Puede ser que los siquiatras del presente le llamen histeria, una sicosis manaco-depresiva, lo que tena este hombre. Pero, lleg un momento cuando l ni siquiera saba quin era. l sali y coma hierba con los animales. De paso, digamos que Habacuc sugiere eso aqu. Pero l describe algo de esa nacin, y lo vimos en la oportunidad anterior, y lemos esto en el versculo 8, que deca: 8a Sus caballos sern ms ligeros que leopardos (Hab. 1:8a) Y ellos le daban mucha importancia a la caballera. Y este mismo versculo contina diciendo: 8 b y ms feroces que lobos nocturnos, (Hab. 1:8b) Y, los lobos hambrientos son sumamente feroces. Y quienes viajan por regiones donde hay muchos lobos aconsejan que si uno se encuentra con lobos que no han podido comer por algn tiempo, quiz porque todo est cubierto de nieve, dicen que la mejor forma de defenderse es dando muerte a uno de los lobos, y cuando uno de estos animales est muerto y comienza a sangrar, entonces los dems lobos caen sobre ese animal muerto para comrselo. Y entonces, cualquier persona o grupo de personas que se encuentren viajando por esa zona, tendr oportunidad de escapar, porque los animales ya no le prestarn atencin. Ahora, el profeta los est describiendo aqu. Y dice en la tercera parte del versculo 8: y sus jinetes se multiplicarn; vendrn de lejos sus jinetes, y volarn como guilas que se apresuran a devorar. (Hab. 1:8c) Esta gente se comporta como animales feroces, como aves feroces que se dan un festn con sus vctimas. Y esa es la historia de los caldeos, los babilonios. Ahora, el versculo 9 dice: 9Toda ella vendr a la presa; el terror va delante de ella, y recoger cautivos como arena. (Hab. 1:9) Usted debe recordar lo que vimos al principio, y que fue algo que seal Habacuc en cuanto a su propio pueblo, y nos estamos refiriendo a la violencia. La violencia era una de las cosas que caracterizaba el pecado. Y Dios est diciendo: Yo le voy a dar a esta gente una buena cantidad de violencia, es decir que ellos iban a recoger el fruto de sus acciones. Todo lo que el hombre sembrare, eso tambin segar. (Gal. 6:7). Y ellos iban a saber lo que era en realidad la violencia. Y aqu dice: el terror va delante de ella, y recoger cautivos como arena. Es decir, que ellos tienen delante de s un slo propsito, y es el de capturar gran cantidad de naciones, tantas naciones o pueblos o personas como sea posible apoderarse, y hacer esclavos de ellos. Eso fue lo que hicieron con el reino del sur de Jud. Y ahora aqu en el versculo 10, continuamos leyendo: 10 Escarnecer a los reyes, y de los prncipes har burla; se reir de toda fortaleza, y levantar terrapln y la tomar. (Hab. 1:10) Usted puede ver que ellos se burlan de los dems reyes. Podemos decir, que ellos confan en su propia fortaleza, en sus propios dioses paganos, y con la misma arrogancia que haban demostrado los asirios antes de ellos, marchan ahora a travs de la tierra. Este es pues, el cuadro que se nos presenta aqu. Notemos ahora lo que se nos dice aqu en el versculo 11 de este primer captulo de Habacuc: 11 Luego pasar como el huracn, y ofender atribuyendo su fuerza a su dios. (Hab. 1:11) Y eso fue precisamente lo que sucedi con Nabucodonosor. No vamos a tomar el tiempo de ir aqu a ver lo que se nos dice all en el libro de Daniel, porque ya hemos recorrido ese territorio antes. Pero, usted quiz pueda recordar que, cuando estudibamos el libro de Daniel, all en el captulo 4, versculo 30, lleg un da cuando el rey Nabucodonosor dijo lo siguiente: No es esta la gran Babilonia que yo edifiqu? l estaba lleno de orgullo. Era una de esas personas egocntricas que sufren de una mana egosta. Y en el da de hoy hay unas cuantas personas que son as tambin y confan en s mismas, no confan en Dios. Podemos decir, sin lugar a dudas, que en muchas naciones, en el ambiente poltico especialmente, falta mucho la humildad. No hay ninguna duda en cuanto a eso. Cuando habla este partido poltico o aquel otro, ninguno en particular para sealar, por supuesto, sino que todos hablan del mismo modo, se jactan de lo que pueden hacer, o de lo que han hecho. Y sealan a los dems como que no son capaces, que no tienen facultades de hacer esto o aquello. Sin embargo, todo esto es como nos est explicando aqu el profeta, que estamos confiando en nuestra propia fuerza, en nuestra propia fortaleza, en nuestra propia habilidad. A veces nos cansamos de mirar los programas de televisin donde uno escucha a personas que se estn jactando de todo lo que han logrado, lo que en realidad no es mucho. Nos hace recordar de esa montaa que concibi y que dio a luz. Y, qu fue lo que dio a luz? Otra montaa? No. Lo que dio a luz fue un ratn. Y as son los logros de muchas personas en el presente. Se jactan tanto que se parecen a esta montaa. Sin embargo, lo que han realizado no es ms grande que un ratoncito. Qu cuadro el que tenemos aqu! Y este es un cuadro de Babilonia. Ahora, esto caus mucha impresin en Habacuc. Si usted piensa que l tena un problema antes, l por cierto que lo tiene ahora. Y es un verdadero problema. Y su verdadero problema es este; l dice: Yo pensaba que Dios no estaba haciendo nada, pero ahora veo que l est haciendo algo. Pero, l no est haciendo lo que yo pensaba que hara. Y l est haciendo las cosas de una manera diferente a lo que yo pensaba que l hara. O sea que, ahora su pregunta es esta: Por qu va a usar Dios a los babilonios, que son mucho ms impos que los de Jud, ms impos que el mismo pueblo de Dios? Por qu usa l una nacin que es ms cruel que lo que eran ellos para castigarlos a ellos, que eran menos crueles? Por qu hara Dios eso? Bueno, ese es el mismo problema que encontramos all en el libro de Isaas, como usted bien recuerda. Dios dijo en Isaas, captulo 10, versculo 5: Oh, Asiria, vara y bculo de mi furor. Dios estaba diciendo que l iba a usar a Asiria como ltigo. La iba a usar para castigar al reino del norte. Y l hizo eso, pero tambin Dios dijo: Pero luego yo voy a juzgar a la nacin de Asiria. Y Dios tambin hizo eso. Y aqu tenemos la misma cosa. Dios dice que l va a utilizar a la nacin de Babilonia para castigar a Su propio pueblo; y cuando l termine con esa tarea, entonces va a juzgar a Babilonia. Y Dios hizo eso. Dios acta en los asuntos de los hombres en el presente. Pero el problema all es este: Cmo puede un Dios santo utilizar a una nacin pecaminosa como esa? Y quiz esto sea un pensamiento nuevo para usted. A veces uno escucha a predicadores que dicen desde el plpito, que Dios no va a usar a una nacin mala para disciplinar a otra que quiz no sea tan mala, por lo menos ante nuestros propios ojos. Pero, permtanos decirle que esto es algo que quiz le haga erizar el cabello, si usted cree en la Palabra de Dios, ya que Dios ha seguido un mtodo de utilizar a una nacin pecaminosa para juzgar a un pueblo que es menos pecaminoso. Ahora, si a usted no le gusta este sistema, pues, tiene que decrselo al Seor, no nos cuestione a nosotros por esto. Esto es lo que expresa la Palabra de Dios aqu. Y ese era el problema que tena Habacuc. Por qu usaba Dios a Babilonia para disciplinar a Su propio pueblo? Y Dios va a responder a esa pregunta. Y debemos decir de paso que l tiene una buena respuesta para esta pregunta. Dios mediante, usted se va a enterar de la queja que tiene Habacuc. Y es algo verdaderamente elocuente, aun de parte suya. Y permtanos abrir un poquito la puerta aqu, en el versculo 12 dice: 12No eres t desde el principio, oh Jehov, Dios mo, Santo mo? No moriremos. Oh Jehov, para juicio lo pusiste; y t, oh Roca, lo fundaste para castigar. (Hab. 1:12) O sea que, Habacuc le pregunta a Dios si no ha cometido algn error. Tal vez te has equivocado, tal vez ests haciendo las cosas al revs. Y le dice a Dios: No vas a utilizarnos a nosotros para castigarlos a ellos? Y Dios le dice: No. Ests equivocado. Yo, lo que quiero es utilizarlos a ellos para castigarlos a ustedes.

Captulo 1: 12 - 17 Continuamos, nuestro estudio partiendo del versculo 12. Y aqu tenemos la segunda pregunta que hizo Habacuc. La primera pregunta que l haba hecho, Dios la respondi ya. El problema con este hombre Habacuc era que al mirar a su alrededor, l pensaba que Dios no estaba haciendo nada en cuanto al mal. Parecera como que Dios demostrara complacencia, como que Dios se hubiera apartado de la escena, que nada estaba ocurriendo de Su parte; pero luego, Dios le dice a l: Quiero darte una mirada global, para que puedas tener una vista mundial de lo que ocurre, y luego, cuando regreses, t podrs apreciar que Yo estoy actuando en todas las naciones del mundo. En este mismo instante, estoy levantando un gran poder mundial, y esta gente los va a llevar a ustedes a la cautividad, aunque son una gran nacin pagana. Voy a permitir que ellos hagan esto de la misma manera en que utilic a los asirios para castigar a Mi pueblo. Ellos fueron una vara en Mi mano; luego, cuando termin de usarlos, los quit de la faz de la tierra como nacin; y voy a tratar tambin con Babilonia cuando llegue el momento. Pero ahora, voy a usar a Babilonia para castigar a Mi pueblo, porque ellos estn continuando en pecado. Y, este hombre, Habacuc, ahora s tiene un verdadero problema. Por qu Dios, que es un Dios santo, usa a una nacin, a un pueblo pagano para castigar a Su pueblo? Es verdad que ellos eran pecadores; pero no eran tan malos como los otros. Bueno, notemos ahora parte de esa gran pregunta que l hace, aqu en el vrs.12: 12No eres t desde el principio, oh Jehov, Dios mo, Santo mo? No moriremos. Oh Jehov, para juicio lo pusiste; y t, oh Roca, lo fundaste para castigar. (Hab. 1:12) Ahora, Dios viene de la eternidad. l es un Dios eterno. Y Habacuc dice: Santo mo. T eres un Dios santo. Cmo puedes usar una nacin como Babilonia? Nunca hubiera credo que esto estuviera sucediendo hoy. Se nos ha contado que una gran nacin se est levantando en esa zona. Pero nunca habra soado siquiera que T la llegaras a usar. Ellos siempre han sido muy amigables con nosotros ya que han enviado embajadores al rey Ezequas y l les ha mostrado el palacio, y les mostr el tesoro y ellos vieron donde estaba guardado el oro. Y por supuesto que el embajador de Babilonia tom atenta nota de todo esto porque ellos iban a regresar un da, y ellos iban a necesitar ese oro, y en efecto, llegaron a apoderarse de ese oro. Pero, lo que queremos sealar, es que este hombre Habacuc no se daba cuenta de eso. l no se daba cuenta que Dios estaba haciendo eso. Dios estaba utilizando ese mtodo. Dios es un Dios santo. Y luego, l dice: No moriremos. Y l tiene razn. Este hombre puede descansar en las promesas que Dios les haba hecho a Abraham y a Isaac, y a Jacob. Promesas que l le hizo a Moiss; las promesas que l le hizo a Josu; las promesas que l le hizo a David; y las promesas que los profetas que haban venido antes, haban presentado. Dios haba dicho que l no iba a permitir que ellos murieran. Entonces, Habacuc dice: No moriremos. Y de paso, digamos que esta es una buena expresin para mencionarles a muchos de nuestros amigos a-milenarios que creen que Dios ya no tiene nada que ver con la nacin de Israel. Dios no ha terminado de actuar con ellos. Dios tiene un propsito eterno para con ellos, tal cual lo tiene con la iglesia que l est llamando de este mundo hoy. Nosotros no moriremos. Y gracias a Dios que el hijo de Dios, el creyente, puede decir: No moriremos. Ahora, el Seor Jesucristo vino a este mundo a morir. l dijo que iba a hacer eso. l vino para morir en su lugar y en el mo, l dice: Yo soy la resurreccin y la vida. (Jn. 11:25). l regres de entre los muertos. l fue herido por nuestras rebeliones, resucitado para nuestra justificacin. Pero, l poda decirles a esas dos hermanas que estaban llorando: Yo soy la resurreccin y la vida; el que cree en m, aunque est muerto, vivir. (Jn. 11:25-26). Piense en eso, aunque est muerto, el que cree en m, aunque est muerto vivir. Y Habacuc est diciendo: No moriremos. l tena razn, ellos no iban a morir. Y todo aquel que vive y cree en M, dijo Jess, no morir eternamente. Crees esto? Y ese es el mensaje del evangelio hoy. Es algo para que usted crea. Usted va a morir algn da fsicamente, pero, est usted muerto espiritualmente ahora? Si lo est, entonces no hay resurreccin para eso. Es decir, que usted estar muerto en sus delitos y pecados para el resto de la eternidad. Y esto quiere decir, separado de Dios eternamente, porque Dios es un Dios santo, y l no va a permitir que el pecado entre en el cielo. Pero l ha prometido, l ha dicho, que si usted confa en Su Hijo, l le dar vida eterna. Y si usted cree que es un pecador, que usted no merece la salvacin, y que usted no puede trabajar por la salvacin, entonces Dios dice: Yo tengo que ofrecrtela como regalo. Por gracia sois salvos. (Ef. 2:8). Usted recibe entonces, vida eterna. l que tiene al Hijo tiene la vida. (1Jn. 5:12). tiene usted hoy al Hijo? Entonces usted tiene la vida. Usted no morir. Habacuc tiene razn aqu. Pero l no puede comprender como muchos de nosotros tampoco podemos comprender algunas de las obras o realizaciones de Dios en este mundo. Pero Dios le pide que d un paso atrs y que obtenga una buena perspectiva de lo que est ocurriendo. Y usted y yo, tenemos la ventaja tremenda en el presente. Nosotros tenemos la ventaja de la perspectiva de Israel. Y nosotros podemos mirar hacia atrs, desde donde nos encontramos hoy, podemos observar hacia el da de Habacuc, y l, por supuesto, nunca poda ver ese perodo como lo podemos ver nosotros. Pero nosotros podemos ir hasta el momento de Habacuc y mirar hacia atrs al mismo principio. Nosotros tenemos hoy una perspectiva muy buena de la forma en que Dios trata con este mundo, y de la forma en queDios trata con las naciones, de la forma en que Dios trata con la nacin de Israel. Y Dios est tratando hoy con Su iglesia que est en el mundo. As es que, aqu tenemos una declaracin verdaderamente tremenda: No moriremos. Dios est actuando de una forma misteriosa para hacer Sus maravillas, y l dijo all en Isaas, cap. 55, vers. 8 y 9: Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehov. Como son ms altos los cielos que la tierra, as son mis caminos ms altos que vuestros caminos, y mis pensamientos ms que vuestros pensamientos. As es que, usted no debe preocuparse si no est pensando como Dios. Usted no es Dios. Hay muchos hombres que parecen haber ocupado Su lugar hoy. Hay otros que estn tratando de ocuparlo y lograr por s mismos su salvacin. Piensan que pueden hacer algo. Piensan que su carcter hoy y sus buenas obras servirn para algo, y que algn da Dios les va a dar una palmadita en la cabeza y les va a decir: Bueno, t te has comportado como una persona muy buena all en la tierra. Cuando, en realidad, usted es un pecador corrupto, inmundo, separado completamente de la vida de Dios, y que no tiene ninguna capacidad para con Dios. Hay muchas personas pobres que son ignorantes en realidad, y que piensan que van a entrar por s mismas a la presencia de Dios. Y como ya hemos dicho anteriormente, tienen la impresin de que van a acercarse a Dios y le van a decir: Bueno, hazte a un lado, porque ya hay dos de nosotros ahora. Y yo voy a llegar al cielo a mi manera, no como T quieres. Pero, si usted va a ir al Padre, si usted va a ir al cielo, tiene que ir como l quiere; de otra manera, no va a llegar nunca all. Creemos que es necesario llegar a comprender eso muy bien. Es necesario que nos desinflemos como un globo al que se le ha pinchado. Porque estamos llenos de orgullo, y necesitamos doblar nuestras rodillas ante Dios en lugar de estar sealando a los dems. Debemos decir: Yo soy esa persona. No es mi hermano, ni mi hermana, sino yo, Seor. Y eso es muy difcil de decir. Y eso es lo que sucede hoy, ese es el problema de la iglesia en el presente. Es fcil decir que es culpa de otro miembro de la iglesia, o que es la culpa del predicador y que nosotros siempre tenemos razn. Pero, somos nosotros los que tenemos la culpa y debemos reconocer eso. Pero estas personas no estaban dispuestas a reconocerlo; pero si nosotros confiamos en Cristo, no moriremos. Ahora, aqu sigue diciendo vrs. 12: Oh, Jehov, para juicio lo pusiste. Es decir, que Habacuc aqu est sealando con su dedo. De pronto, l se convierte en uno de esos muchachitos buenos, y todos los suyos son los buenos de la historia. Pero Dios no ve las cosas de esa manera. A nosotros, nos parece que siempre nuestro lado es el que tiene razn, y que es donde estn los buenos. En cierta ocasin, un Pastor indio, una persona bastante joven y muy inteligente por cierto, dijo: En el pasado, cuando los indios atacaban y daban muerte a algunos de los blancos, la gente llamaba a eso una masacre. Pero cuando los blancos atacaban un campamento indio y destruan a todos sus habitantes, eso se llamaba una victoria. Es interesante notar como nosotros nos identificamos siempre con los que llamamos personas buenas. Y ahora, Hab. se est colocando a s mismo en ese lugar y dice: Oh Jehov, para juicio lo pusiste. No somos nosotros, Seor, quienes somos los malos; sino que son los del otro lado. Y T, oh Roca, lo fundaste para castigar. Es con esos otros, Seor, con los cuales T debes tratar. Y l ya se ha olvidado que haba ido al Seor y que le haba dicho: Por qu no haces algo en cuanto al mal entre Tu propio pueblo? Ellos estn burlndose de la ley. No le estn prestando ninguna atencin. Te han ignorado y T no ests haciendo nada. Pero Dios le responde: T piensas que no estoy haciendo nada, ah? Pero estoy haciendo mucho. Estoy actuando. Y, queremos decirle que Dios est haciendo la mismo en el presente. Escuche ahora el argumento de Habacuc. Y de paso, digamos que es un argumento muy bueno. l dice en la primera parte del versculo 13: 13a Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio; (Hab. 1:13a) Eso es cierto, Dios no lo ve. Esa es la razn, por la cual usted no va a ir al cielo con su pecado. Usted tiene que tener el perdn de sus pecados. Es necesario que sea lavado en la sangre del Cordero. S, usted necesita una nueva naturaleza. Usted tiene que nacer de nuevo. Aun Nicodemo tuvo que hacer eso. l era un hombre religioso, pero l no fue al cielo basndose en su religin, sino que l va basndose en que Cristo muri por l, en que el Hijo del Hombre fue levantado en una cruz. Y Dios no puede mirar la iniquidad. l no puede posar sus ojos sobre eso. l no le aceptar a usted hasta que sus pecados hayan sido quitados. Cuando Dios le perdona a usted, es porque la pena, el castigo, ha sido pagado ya. Dios no es un anciano sentimental que est ocupando un rinconcito en alguna nube blanca. l no se est lamentando porque no tiene valor para juzgar al hombre a quien encontramos aqu en esta tierra. Mi Dios es un Dios santo. l no mira la iniquidad. Esto tiene que ser atendido antes de que uno pueda acercarse a l. Luego, sigue diciendo: Por qu ves a los menospreciadores? l est diciendo que no se puede confiar en los de Babilonia. Ellos son pecadores, son malvados, y tena razn porque as lo eran. Pero Dios los iba a usar. Y eso es lo que nos da temor. No cree usted que Dios puede utilizar a una nacin impa para juzgar a una nacin que se dice justa? Nosotros podemos apreciar lo que est ocurriendo en nuestro alrededor, y ver que las naciones europeas, el hombre blanco en general, ha sido humillado. Estas grandes naciones, orgullosas, que a travs de los siglos han gobernado el mundo. Todo lo que hicieron fue cerrar la vlvula, y los dems se quedaron sin petrleo. No tenemos ms petrleo para ustedes. Y de repente, todos caemos de cabeza. Por qu? Porque Dios obra de manera muy interesante. Uno puede observar lo que est ocurriendo en el mundo con mucho inters. Y puede llegar a la conclusin de que Dios est actuando entre las naciones de este mundo. usted y yo podemos sentirnos atemorizados en el presente, pero Dios no lo est. l an est en control; no hay nada que se pueda decir que est fuera de Su control. l est a cargo de todo lo que ocurre. Y aqu en este vrs. 13 del primer cap. de Habacuc, leemos: 13Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio; por qu ves a los menospreciadores, y callas cuando destruye el impo al ms justo que l, (Hab. 1:13b) Creemos que Habacuc tropez un poco aqu, y quiz se mordi la lengua. l dijo lo que no deba haber dicho, ya que no podemos decir que hay una persona que sea ms justa que otra, porque se nos dice que no hay justo, ni an uno. Deberamos decir que es un pecador ms grande que lo que l es. Pero Dios no dijo que l juzgara en base a eso. Dios va a utilizar a los babilonios. Y ahora lo que sigue, porque aqu nos encontramos en una de las secciones ms elocuentes de la Palabra de Dios. Tambin es una de las grandes secciones de la Palabra de Dios. Y Dios va a hablar en forma muy especfica cuando responda a este hombre el cap. 2 de Habacuc. Y notemos ahora lo que l dice aqu, en el vrs. 14: 14y haces que sean los hombres como los peces del mar, como reptiles que no tienen quien los gobierne? (Hab. 1:14) Dios puede tratar con el hombre de tal forma que l puede hacer que los hombres sean como animales. Ahora, debemos decir que Dios no sac al hombre de los animales, pero s podemos decir que l es capaz de hacer descender al hombre. El hombre, a causa de su pecado hoy, desciende mucho ms bajo que el animal. Y Dios cre al hombre superior al mundo animal, porque cuando Dios estaba buscando una ayuda idnea para el hombre, y cuando decimos esto nos referimos a una ayuda apropiada para Adn, l necesitaba a alguien. Dios le trajo todos los animales, y Adn les dio nombres. Pero ninguno de ellos poda ser la ayuda que l necesitaba, ninguno de ellos poda ser buena compaa para l. Ahora, alguien quiz diga: Bueno, y qu del perro? No. Este hombre necesitaba algo ms que un perro o un pjaro o cualquier otra clase de animal como compaa. As es que, Dios cre a la mujer para l. Y la mujer es la otra parte del hombre. Es lo que el hombre necesita exactamente. Ella es esa persona que responde al hombre, y tambin que le corresponde. Y ella es la que puede hacer del hombre un hombre completo. Porque antes era solamente medio hombre. Y todo esto est sobre el mundo animal. Pero este hombre ha pecado. Y a causa de su pecado ha descendido ms bajo que el mundo animal en la forma en que vive, y hemos visto eso antes aqu. Y Dios dice que l hace que sean los hombres como los peces del mar, como reptiles que no tienen quien los gobierne. l hace que los hombres se comporten como animales. Quiz eso sea un cumplido al decir eso, porque puede ser un insulto para los animales, ya que el hombre puede descender mucho ms bajo que el animal. Y ahora, en el versculo 15, contina Habacuc y dice: 15 Sacar a todos con anzuelo, los recoger con su red, y los juntar en sus mallas; por lo cual se alegrar y se regocijar. (Hab. 1:15) El hombre puede pescar peces, y Dios puede pescar hombres. Recuerda que eso fue lo que el Seor Jesucristo le dijo a los pescadores: Ustedes han estado atrapando peces, y eso es maravilloso. Pero yo les voy a dar a ustedes una tarea de pescar hombres. Y creemos que esa es la mejor labor en la que uno se puede encontrar. Todo lo que yo puedo decir que soy, es un pescador, eso es todo. Un pescador, o un pastor, son ocupaciones o tareas muy humildes. No queremos que se nos llame reverendos porque el significado de esa palabra es terrible. Eso es lo que quiere decir, terrible. Y lo que tenemos que hacer hoy es pescar hombres. Qu declaracin ms tremenda la que tenemos aqu! Y estos vers. 15 y 16 dicen: 15Sacar a todos con anzuelo, los recoger con su red, y los juntar en sus mallas; por lo cual se alegrar y se regocijar. 16Por esto har sacrificios a su red, y ofrecer sahumerios a sus mallas; porque con ellas engord su porcin, y engras su comida. (Hab. 1:15-16) Hay personas que opinan que porque ellos van y bendicen a la flota de pesqueros que esa es la razn por la cual tienen buena pesca. Pero, eso no tiene nada que ver con la pesca. La nica razn por la cual pueden pescar mucho para comer es porque Dios es bueno. La nica. Dios es bueno. l es quien provee todo. Por eso, debemos notar lo que dice el vers.17: 17Vaciar por eso su red, y no tendr piedad de aniquilar naciones continuamente? (Hab. 1:17) Es decir, vas a permitir a esa gente que sigan en el futuro destruyendo a un pueblo despus de otro? Y Dios contesta que no. Voy a enviarlos a ustedes a la cautividad all; los voy a castigar; los voy a juzgar. T queras saber si yo estaba haciendo algo. Pues bien, lo estoy haciendo. Y luego, l dice que va a juzgar a Babilonia. Y Dios juzg a Babilonia. Babilonia se encuentra hoy debajo del polvo y los escombros de los siglos. Ese es un testimonio elocuente pero silencioso de que Dios s hace algo en cuanto al mal. l lo juzga, an en nuestro propio da. Y nosotros vamos a poder trasladar esta interrogacin de Habacuc a nuestro propio da: Por qu permite Dios el mal? La respuesta a esta pregunta es sencillamente, la cruz de Cristo. Esa es la respuesta de Dios para esto. Por qu permite Dios el mal? Bueno, l lo permite y nos deja continuar a causa de Su paciencia. l no desea que ninguno perezca y lo ha probado sobre una cruz de que no hay razn para que ninguno perezca. Ese es el significado de la venida de Cristo. Por qu no juzga Dios a los impos? Bueno, la respuesta a eso es la segunda venida de Cristo. l viene. Y l viene a juzgar. Todo lo que usted y yo necesitamos es una perspectiva. El autor de estos estudios bblicos, el Dr. J. Vernon McGee, contaba que cuando su padre muri, l era un jovencito de 14 aos, y que lloraba mucho al lado de su tumba. Y l se preguntaba por qu se haba llevado Dios a su padre? Y l dice que ms tarde tuvo la respuesta para eso. Haba pasado ya mucho tiempo, pero l saba que ese fue el mtodo de Dios para entrar con un joven que nunca hubiera llegado a ser predicador de la Biblia. Por eso fue que Dios permiti que ocurriera eso. Es necesario agradecer a Dios por la forma en que nos trata muchas veces, aunque en muchas ocasiones tengamos tambin una pregunta que hacer. Bien, , Vamos a dejar aqu por hoy y continuaremos, Dios mediante. Captulo 2:1 - 3 Continuamos hoy, recorriendo el libro de Habacuc. Y en el da de hoy, deseamos hacer un pequeo repaso. En este primer captulo de este pequeo y hermoso libro de Habacuc, hemos visto la perplejidad del profeta. El observ alrededor de su propia nacin, y pudo ver que exista la violencia. Se haba quebrantado la ley. Y pareca como que Dios no estuviese haciendo nada en cuanto a eso. l pensaba que pareca que Dios se haba retirado de la escena, y que haba cerrado Sus ojos, y no haba observado nada de lo que ocurra. Y luego, Dios le da una respuesta a este hombre, a Habacuc, el hombre que tena un signo de interrogacin por cerebro. Y Dios le dice: Piensas que no estoy haciendo nada. Tienes una gran pregunta por cerebro y esa es tu interrogante. Te ests preguntando por qu permito el mal? Y Dios le responde que l tiene una respuesta para eso. l dice que en la primera venida de Cristo proveer una cruz. Y que le proveer al hombre un camino de escape de su pecado. Esa es la razn por la cual l permite el mal. Y esa es la razn por la cual l lo est permitiendo en nuestro da. Porque Dios quiere que los hombres se aparten del mal. En cualquier momento que usted sienta en su propio corazn que est harto del pecado, que est cansado de pecar, usted puede ser salvo al volverse a Cristo Jess. El problema con el hombre, nunca est en su cabeza. Jons no es su problema, si usted no es un creyente. Y su problema no es en realidad en cuanto a la inspiracin de las Escrituras,. El problema es que la Biblia condena la vida que usted est viviendo, y a usted no le gusta eso. Pero en cualquier momento en que usted est dispuesto a venir al Seor Jesucristo, l le salvar. Hay una respuesta para su pregunta de por qu? Ahora, la segunda pregunta es: Por qu no juzga Dios al impo? Y Dios le ha dado a Habacuc una respuesta. Dios le dice: Yo quiero que t sepas esto. Yo me estoy preparando para hacer algo en cuanto a esto. Existe una nacin all a las orillas del ro Eufrates, y Yo la estoy preparando para que esta nacin descienda y tome a Mi pueblo en cautividad. Y ellos van a pasar setenta aos all y Yo voy a castigar a Mi pueblo. Ellos no se van a salir con la suya; no van a quedar impunes con el pecado. Y Dios juzga al impo. Debemos confesar que parece como que los impos se estuvieran saliendo con la suya en el presente. As parece hoy. Pero, la segunda venida de Cristo va a ser una respuesta a esto, porque entonces l vendr con una corona. La primera vez que vino lo hizo para llevar una corona de espinas y morir en una cruz. En la prxima oportunidad que l venga, l vendr con una corona de gloria; en Su mano tendr un cetro para gobernar aqu en esta tierra. Y este era el gran problema al que se enfrentaba este hombre Habacuc. Si usted piensa que la primera respuesta que recibi fue suficiente, usted est equivocado. Lo que hizo fue crear una pregunta ms grande para Habacuc. Y la pregunta ms grande era sencillamente esta: Por qu ests permitiendo que nosotros suframos a manos de una nacin que es ms impa que nosotros? Los caldeos son ms impos, por tanto ellos deben ser juzgados y no nosotros. Bueno, miremos lo que dice aqu, el versculo 12 del captulo 1 de Habacuc: 12No eres t desde el principio, oh Jehov, Dios mo, Santo mo? No moriremos. Oh Jehov, para juicio lo pusiste; y t, oh Roca, lo fundaste para castigar. (Hab. 1:12) Dios dice: Eso est correcto. Pero Yo acto de manera misteriosa, para realizar Mis maravillas. Y Yo acto lenta, pero justamente. Y Yo voy a resolver todo esto. Y Yo obro segn Mi propio plan y propsito. Y ahora, la pregunta es esta: Por qu tiene que sucedernos esto? Por qu nosotros vamos a tener que ser juzgados ahora y ellos no? Y la respuesta de Dios a esto es: Yo les juzgar a ellos oportunamente. Y el versculo 13 de este captulo 1 de Habacuc, dice: 13Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio; por qu ves a los menospreciadores, y callas cuando destruye el impo al ms justo que l, (Hab. 1:13) Es decir que el profeta est diciendo: Nosotros somos mejores que ellos. Y por qu vas a utilizar a ellos para castigarnos a nosotros? As es que l cambia su forma de expresarse aqu. Y este es el mismo problema que antes tuvo Isaas. Usted recuerda que Dios le dijo: Isaas, Yo voy a utilizar a los asirios para tomar el reino del norte. Y voy a utilizar a los asirios para castigarlos a ustedes en el reino del sur. Y ellos realmente van a causar problemas. Ellos van a llegar a rodear a Jerusaln. En el libro de Isaas captulo 10, versculo 5, Dios dice: Oh Asiria, vara y bculo de mi furor, en su mano he puesto mi ira. Y Dios agrega: Yo los voy a usar a ustedes como una vara para castigar. Cuando Yo termine con ustedes, entonces, voy a juzgarles porque ustedes son malos. Y Dios hizo eso, y ahora l va a hacer la misma cosa con los babilonios. Y l presenta de una manera muy clara aqu, que eso es lo que va a hacer. Ahora, la respuesta que Dios le da a Habacuc, es una respuesta directa y especfica, por cierto. As es que, Dios le est diciendo esto a Habacuc. Y, pensamos que l tambin nos est diciendo esto a usted y a m en el presente. Usted no tiene por qu hacerle preguntas a Dios. Qu derecho tiene usted, de cuestionar a su Hacedor? Y qu derecho tiene este pequeo hombre de levantar su cabeza hacia el cielo y mirar al cielo de frente y decir: Por qu haces esto? Bueno, para comenzar debemos decir que no es ningn asunto suyo. Es asunto de Dios. Este es el universo de Dios. Y l lo est dirigiendo de la manera que a l le place. Nosotros debemos creer en Dios. El Dr. J. Vernon McGee, contaba la siguiente experiencia de su vida personal. Dijo l: Puedo recordar que cuando era un muchachito, mi pap se levantaba durante la noche y me despertaba, y me tomaba en sus brazos. Entonces, yo comenzaba a llorar y le preguntaba adonde bamos. l me contestaba: te voy a llevar al stano porque se acerca una tormenta. Y all era muy oscuro, era un lugar muy hmedo. No era un lugar muy cmodo para estar. Pero, lo que suceda es que de vez en cuando esa zona era azotada por huracanes, y cuando mi pap me tomaba en sus brazos y me llevaba all, l no me daba ninguna respuesta, l solamente tomaba a ese muchachito llorando y lo llevaba all y lo acostaba en un catre. Y, deca el Dr. McGee: yo aprend a creer en mi pap. Y con el pasar del tiempo lleg un momento cuando l me llev de noche a ese lugar, y yo aprend una cosa, yo aprend a confiar en l. Y continuaba el Dr. McGee, diciendo: Mi padre falleci cuando yo tena catorce aos, y desde entonces he tenido un Padre Celestial. Y ha habido muchas veces cuando l ha hecho cosas que no me ha explicado. l se llev a mi primer hijo, por ejemplo, y yo tena preguntas en cuanto a eso; y debo confesar que an tengo esas preguntas. Pero yo s esto, conclua el Dr. McGee que l tiene la respuesta. Y algn da l me va a dar esa respuesta. Hasta aqu, la experiencia personal del Dr. McGee. Notemos ahora lo que hace Habacuc en el captulo 2. En este captulo 2, tenemos la percepcin del profeta. Antes habamos hablado de la perplejidad del profeta, ahora tenemos la percepcin del profeta. Usted puede notar que el profeta ha aprendido que Dios tiene una respuesta. l le respondi al profeta su primera pregunta, y Habacuc no crea que podra haber una respuesta para eso, pero l descubri que s haba una respuesta. La pregunta que l tiene ahora es mucho ms grande, y l reconoce que Dios tiene una respuesta para eso. Pero es una pregunta. Y lo que deseamos sealar aqu, es que si usted tiene una pregunta, no tiene que taparla u ocultarla con frases piadosas. Existe demasiado de esto en algunos crculos. Hay personas que dicen: Ah, yo confo en el Seor. Bueno, amigo oyente, usted no est confiando en l, sino que le est haciendo preguntas a cada paso que est tomando. Si usted tiene alguna pregunta, no es ningn pecado el preguntarle al Seor. Sencillamente dirjase a l y dgale que usted no comprende esto o aquello. Y eso es lo que est haciendo Habacuc. l ha aprendido que Dios tiene una respuesta. Y en este primer versculo del captulo 2 de Habacuc, leemos: 1Sobre mi guarda estar, y sobre la fortaleza afirmar el pie, y velar para ver lo que se me dir, y qu he de responder tocante a mi queja. (Hab. 2:1) Este versculo es algo maravilloso aqu en las Escrituras. l dice que ir a la fortaleza y que va a esperar all. Y cuando l dijo que iba a estar de guardia all, l no quiso decir que iba a ese lugar a leer una revista. l explica que va a la fortaleza para ver lo que se le va a decir, y esa es una expresin que utilizan varios de los profetas. Usted recuerda, por ejemplo, que Ezequiel dijo que era como un atalaya en la noche. Y el profeta era el atalaya que iba a profetizar a la nacin. Y Dios le dice que l le consideraba a l responsable. Ahora, el atalaya es aquel que est de guardia durante la noche. Si hace su tarea fielmente, entonces, la ciudad est segura. Pero, si l traiciona a la ciudad, o no hace sonar la alarma cuando se acerca el enemigo, debemos decir, que esa ciudad se va a encontrar en un serio peligro. As es que este hombre dice que l es profeta de Dios y dice: sobre mi guarda estar, y sobre la fortaleza afirmar el pie, y velar. Ese es el lugar donde uno vela y vigila. All es donde l ira a esperar, a ver qu es lo que se le va a decir. Habacuc dice: y velar para ver lo que se me dir, y qu he de responder tocante a mi queja. De modo que, l est diciendo que va a subir a la atalaya, y que all va a esperar. Que va a ser muy paciente. Voy a esperar dice voy a esperar all porque s que l tiene una respuesta. No s cul es la respuesta en este momento; pero l tiene una respuesta, y l me dar a su debido tiempo esa respuesta. As es que ir all y esperar pacientemente all. Debemos pues, notar, que este es un versculo maravilloso. Y el profeta esperaba que Dios le fuera a dar la respuesta correcta. Entonces, l comprendera y no tendra ya ms preguntas. Ese es el pensamiento que se expresa aqu en este versculo. Dios le iba a dar a l la respuesta, y eso sera en el futuro, y l tena que esperar. Ahora, esa es una demora. Y la razn por la cual Dios no acta inmediatamente para decirle algo, es porque Dios acta lentamente en todo lo que hace, en todo lo que l realiza. Y l va darle una respuesta, pero eso ser en el tiempo que Dios considere apropiado. Ahora, nosotros somos los que siempre estamos de prisa, estamos siempre apurados. Hay varias expresiones que utilizamos y que en realidad no son bblicas. Por ejemplo, escuchamos mucho hablar de la prontavenida de Cristo. Puede usted mostrarnos dnde dice eso? No lo hemos encontrado.No encontramos nada as. Ahora, ya sabemos que alguien puede sealar esa expresin que dice: He aqu, yo vengo pronto! que se encuentra en la primera parte del libro de Apocalipsis, captulo 3, versculo 11. Pero, amigo oyente, l no dijo que iba a venir pronto, con relacin al tiempo, porque si hubiera dicho eso, ese pronto indicara ms de dos mil aos. l no quiso decir eso. l dijo: pronto indicando que las cosas que se mencionan all en Apocalipsis, que le traern a l a esta tierra, van a suceder rpidamente. La revista TIME, hace algn tiempo public al fin del ao, sucesos que tuvieron lugar en los ltimos diez aos. Hizo como un resumen de lo que haba acontecido en diez aos. Y all presentaron las diez grandes crisis que tuvieron lugar en diez aos. Bueno, eso es nada, comparado con lo que suceder en los ltimos siete aos antes de que Cristo venga a la tierra a establecer Su reino. Y lo que introducir esos siete aos ser el Rapto de la iglesia. Cuando la iglesia salga, ser como los golpes de un mazo sobre una estaca: un golpe tras otro; un hecho suceder a otro muy rpidamente, y habr mucho ms que diez crisis o sucesos, en esos siete aos. Tendrn lugar uno tras otro. As es que la Biblia no ensea una pronta venida. Lo que ensea es la inminente venida de Cristo. Tenemos luego otra expresin que se usa mucho en el presente. Y nosotros hemos usado la otra tambin, la de la pronta venida; pero nunca hemos utilizado sta: Si el Seor demora Su venida. Y a veces uno escucha a un hermano piadoso decir: No, si el Seor demora Su venida. Bueno, tenemos algo que informarle a ese hermano. El Seor no va a demorar Su venida. l va a llegar a la hora exacta, segn Su propio horario. No segn el mo, ni el suyo sino segn su propio horario. Y l no se demorar, Pero debemos recordar que el Seor es muy paciente. l no desea que ninguno perezca. En Babilonia habr un grupo de personas que Dios va a salvar. As es que, ese perodo que los hijos de Israel pasarn en la esclavitud, en la cautividad, esos setenta aos, va a ser un perodo de tiempo glorioso para Dios. l va a tocar el corazn mismo de Nabucodonosor. As es que, aqu tenemos este versculo maravilloso. Habacuc est diciendo que l se va a retirar a la fortaleza, a su torre de viga (o a su atalaya). l no tiene la respuesta, pero va a ir all a esperar la respuesta de parte de Dios. El Apstol Pablo, en 2 Corintios, captulo 5, habla del Tiempo cuando nuestros cuerpos van a ser colocados en la tumba; y que vendr un da cuando Cristo regresar y resucitar estos cuerpos; pero mientras tanto, lo que est ausente del cuerpo, est presente con el Seor. Y cuando dejemos estos cuerpos, vamos a estar presentes con el Seor. Pero el Seor se est moviendo ms bien lentamente. As es que, el Apstol Pablo, dice en su Segunda epstola a los Corintios, captulo 5, que debemos andar por fe y no por vista. De modo que, en el presente, andamos por fe. Amigo oyente, tiene usted alguna pregunta que no ha sido respondida? Si usted no la tiene, yo s la tengo. Tengo varias preguntas para las cuales no tengo respuesta. Pero he aprendido que el Seor obra de cierta forma conmigo, y hay cosas que me suceden, y que a veces causan que tenga ciertas interrogantes. Y quiero decir que he aprendido esto: que l tiene la respuesta, y que algn da l me dar esa respuesta. As es que, he andado ya algunos aos de esta vida por fe. Andamos por fe, no por vista. Y este es el da cuando nosotros debemos confiar en l, y es importante que aprendamos esto. Ahora, Habacuc dice en la primera parte del versculo 2, de este captulo 2 de su profeca: 2aY Jehov me respondi, y dijo: Escribe la visin, (Hab. 2:2a) Notemos esto. l est diciendo aqu que l quiere que la gente de este siglo XXI, aquellos que tienen alguna pregunta, que le escriban, para que as tengan una respuesta de Dios, durante estos das, cuando uno est andando por la fe. Y creemos que l puede haber estado pensando en usted tambin, Y en este versculo 2, leemos: 2Y Jehov me respondi, y dijo: Escribe la visin, y declrala en tablas, para que corra el que leyere en ella. (Hab. 2:2) Ahora, muchas veces, algunos de nosotros, cambiamos un poco esto y hacemos que diga: Para que el que corriere, lea en ella. Pero, eso no es lo que est diciendo. l dice: para que corra el que leyere en ella. Es decir, que uno necesita tener un mapa consigo. Uno necesita saber a dnde va. Uno necesita saber mucho en cuanto al camino para que corra el que leyere en ella. No dice aqu que: El que corra pueda leer, sino, que corra el que leyere en ella. Es decir, que l debe ser el mensajero de esta visin. Y vamos a decir algo aqu, que quiz no sea del agrado de muchos, pero alguien necesita decirlo. Hay muchos hoy, que estn predicando o tratando de predicar, o tratando de ensear que necesitan leer un poco ms, antes de empezar a correr. Necesitan prepararse mejor. Es como un joven que quiere dejar de lado los estudios seculares para entrar directamente a estudiar en una escuela bblica. Pero, es mucho mejor aprender a leer, antes de comenzar a correr; antes de comenzar a testificar, es bueno saber cual es la razn de la esperanza que est en uno. Ahora, l dice en el versculo 3: 3Aunque la visin tardar an por un tiempo, (Hab. 2:3a) Y es importante saber esto. Y contina en este versculo 3: mas se apresura hacia el fin, y no mentir; aunque tardare, espralo, porque sin duda vendr, no tardar. (Hab. 2:3b) Usted puede depender de Dios, de que l tendr una respuesta para usted y para m algn da, para todas esas preguntas que tenemos. Esto va a ser algo fantstico.

Hay muchos que hablan de las maravillas del cielo, de las calles de oro, y todo eso. Bueno, podemos decir que nosotros no vamos a ir a inspeccionar las calles, ni siquiera vamos a echarle una mirada a esas calles de oro, pero s esperamos recibir muchas respuestas a las muchas preguntas que tenemos hoy. Pero, mientras tanto, el Apstol Pablo nos dice que debemos andar por la fe. Y con esto, amigo oyente, llegamos al versculo 4, que consideraremos Dios mediante, Y debemos decir que quiz este sea el mayor o el ms importante de los versculos que tenemos en el Antiguo Testamento. Y ya veremos por qu, Dios mediante en la prxima oportunidad. Mientras tanto, le recomendamos leer todo el captulo 2 de la profeca de Habacuc, para estar as ms familiarizado con su contenido.