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colectivo GRITOS DEL RACO DICIEMBRE 2013 01 Colectivo Raco

Gritos del Raco Vol. 01

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colectivo

GRITOS DEL RACO

DICIEMBRE 201301

Colectivo Raco

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QUIENES SOMOS Y ADONDE VAMOSSomos un grupo de amigos que decidimos organizarnos colectivamente, principal-mente por la constatación cotidiana de las grandes desigualdades y contradicciones que impone el sistema político, económico y social imperante en chile. Durante mucho tiempo el capitalis-mo, expresado en su fase neoliberal, ha despojado a la población de sus más esen-ciales derechos como son el derecho a la salud, a la educación, a la vivienda, a una vejez digna, etc. Lo que refleja que estamos en uno de los países con mayores desigual-dades. Y esta situación es posibilitada por la institucionalidad vigente, instaurada por la derecha chilena durante la dictadura y profundizada por los gobiernos de la con-certación. Mientras que el pueblo, disperso y atomizado, se ha encontrado por décadas resistiendo solo a través de luchas reivindi-cativas y parceladas.

Afortunadamente esto está cambiando. Nos encontramos en un periodo histórico de ascenso de luchas políticas y sociales, no solo en chile sino en todo el mundo. La lucha de clases ha entrado en un nuevo ciclo.Hoy, es necesario que el pueblo vuelva a luchar por una sociedad que le asegure dignidad y justicia en todos los planos de la vida. Si bien, la construcción de alter-nativa y de un nuevo proyecto popular la han comenzado a asumir los sectores más avanzados en conciencia social y politi-zación, consideramos que la tarea funda-mental de una organización de base como la nuestra, es contribuir al aumento significativo de una masa crítica (todavía minoritaria) que sea partícipe de los tiempos de lucha y de cambios que se avecinan. Creemos en la educación popular integral como herramienta de lucha y de concientización territorial para avanzar en tal propósito.A la vez, consideramos válidos todos los métodos de construcción alejados de las lógicas cupulares, sean estos a nivel electoral, en la generación de alianzas, ejerciendo métodos de presión (tomas, paros, barrica-das), por nombrar algunos; unos más priori-tarios y eficaces que otros dependiendo del contexto específico y coyuntural.Somos conscientes que solo la unidad del pueblo y de la izquierda posibilitará un real, profundo y duradero cambio que nuestra sociedad necesita. Por consiguiente, estamos abiertos a trabajar y compartir con toda organización que se encuentren en la misma línea anticapitalista y antineoliberal, dejando de lado todos los vicios característicos de la izquierda cegada por disputas pasadas.Como parte del movimiento social debemos, por sobretodo, estar a la altura de los desafíos que esta nueva etapa de la historia nos está poniendo sobre la mesa.

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RACOEn la zona del valle del Maipo, donde se encuentra Santiago, corre un viento proveniente de la cordillera de los andes, al que se le denomina “Raco”, por provenir aparentemente de ese lugar precordille-rano del rio Maipo. Es una brisa cálida y agradable, aviso de lluvia; si bien la geografía de la zona central impide que este viento alcance demasiada velocidad, se percibe no-toriamente y a veces causa alguna voladera de techumbre, en la comuna de Puente Alto.Así como en la zona centro, existe un viento similar en la zona sur del país denominado puelche. Se dice que tanto mapuches como pobladores montañeses chilenos arman

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sus casas con la puerta hacia el este para aprovechar tanto el sol de la mañana como el cálido puelche.El colectivo Raco, que centra su trabajo principalmente en Puente Alto, adopta este nombre por ser un fenómeno conocido y representativo de la zona, además de ser un nombre proveniente del mapudungun, con lo cual se pretende rescatar de cierta forma la identidad del pueblo mapuche en este territorio, central y urbano.

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Creemos que el actual sistema electoral es reproductor de esta seudodemocra-cia heredada de la dictadura, en la cual no se ven reflejados los intereses del pueblo ni hay cabida para las demandas sociales levantadas por las movilizaciones de diversos actores. En cambio, funciona bajo un duopolio político que no permite cambios estructurales al sistema, favore-ciendo constantemente los intereses de la clase patronal. Antes esta situación, creemos que el ejercicio del voto en estas circunstan-cias no será la vía que nos lleve a derribar el actual sistema que nos explota y oprime a diario; será la participación real, esa que podemos y debemos realizar cotidiana-mente con nuestros vecinos la que nos lleve a tal objetivo.Sin embargo, no nos perdemos en la falsa disyuntiva de: o votar o construir organización y poder popular. Se debe pensar en esta herramienta como una táctica política (sin cuestionamientos morales), en base a análisis de coyuntura necesarios para adoptar una buena decisión que favorezca nuestros intereses

SOBRE LAS ELECCIONES

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como clase. En algún momento se puede optar por una abstención con objetivos como la profundización de la crisis de representación del actual sistema político. O bajo una lectura diferente, se puede apostar por algún proyecto (no personali-dad) que presente buenas posibilidades de fortalecimiento de nuestro sector, tanto en la convergencia de las distintas organizaciones como en la politización del ciudadano no militante. Una postura como esta última, no es sinónimo a dejar de realizar trabajo de bases, sino por el contrario, se debe fortalecer, para así combatir y dar disputa al sistema capitalista neoliberal en todas las esferas de la lucha política. En definitiva, defendemos y respetamos cualquier forma de lucha en tanto colabore con el aumento cualitativo y cuantitativo del nivel organiza-tivo del pueblo.

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El Servicio Electoral (Servel) es un organismo estatal autónomo, que goza de personalidad jurídica y patrimonio propio, que se relaciona con el Presidente de la República a través del Ministerio del Interior. Es el encargado de la administración electoral en Chile, por tanto, ejecuta, supervigila y fiscaliza el proceso más importante (según los que creen en un sistema representativo) para el funcionamiento de la democracia y el “ejercicio de ésta”, la única instancia de par-ticipación real que le queda a la gran mayoría de la población. Sí, esa misma “democracia” que funciona bajo la Constitución Política autoritaria heredada de la dictadura pinochetista, que mantiene enclaves antidemocráticos como el sistema binominal, y que mantiene una forma de Estado estrecha, que margina de una participación política activa a la ciu-dadanía, dejándolas así con escasas posibili-dades de mejoras reales en su calidad de vida. El Servel, en tanto, siendo fiel reflejo de este sistema “democrático”, opera bajo procedimientos arcaicos y rudi-mentarios por un lado (al igual que la mayoría de los organismos públicos institucionales), que son defendidos por su jefatura para conservar cuotas de poder y resguardar trabajos y salarios, propio de so-ciedades estancadas y renuentes al cambio; y por otro lado, bajo reales condiciones de explotación de sus trabajadores, en razón de cumplir con los plazos electorales y de reducir los costos económicos del proceso de implementación de las elecciones.Durante los meses previos a las elecciones, el organismo debe preparar todo lo relacionado a la jornada, desde los votos mismos hasta los lápices que se ocuparán. Para esto, se despliega todo un

EXPLOTACIÓN EN EL SERVELfiel reflejo de la democracia criolla

operativo logístico, administrativo, trabajo en bodega, etc. Para cumplir con su labor se vieron en la necesidad de contratar personal externo bajo la modalidad jurídica del contrato a honorarios. Sin embargo, los trabajadores debieron sufrir pésimas condi-ciones laborales: extensas jornadas laborales (llegando a 18 horas seguidas los últimos días) sin días de descanso (trabajar de lunes a domingo, incluyendo festivos), falta de elementos de seguridad mínimos para trabajos de fuerza (guantes, fajas, zapatos de seguridad), mínimas condiciones de higiene para almorzar (que los mismos trabajadores debían llevar), situaciones de robo al interior del recinto de trabajo, incumplimiento con los plazos de pago, y así un gran etcétera que la mayoría de la clase trabajadora debe sufrir a diario, tanto en el sector privado como en el sector público, y es en este último donde hay una gran precarización del trabajo en virtud de los regímenes a contrata y honorarios.Hacemos pública esta situación porque creemos que es de interés general saber cómo operan y funcionan organismos estatales como el Servel, por tanto, que funcionan con recursos de todos los chilenos, y más aún ante la contradicción que significa el que un organismo que vela por el buen funcionamiento de la jornada electoral, símbolo de nuestra “democracia”, opere de una forma tan deficiente, desprolija e improvisada. Pero más paradójico resulta el trato precario, inseguro, irregular, y en definitiva, las condiciones de explotación que mantiene a sus empleados, debiendo el organismo promotor de la democracia entender además a la democracia como respeto irrestricto por los derechos funda-mentales, y en lo particular, en los derechos

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La idea de tener una salud “gratuita y de calidad”, como se ha escuchado durante el último tiempo con las demandas en educación, resulta irreal e imposible. La sociedad parece no convencerse aún de que TODAS sus necesidades básicas, en el actual sistema capitalista y neoliberal, son una posibilidad más para hacer negocios y transacciones económicas que no le entregan valor a éstas como lo que son realmente. El área de la salud no queda al margen de todo esto. Visualizamos que las condiciones de precaridad que se ven en el sector público (que atiende más del 80% de la población) son una consecuencia directa de este sistema económico en el que vivimos y que, al igual que ocurre con la educación, agua, semillas, alimentos, recursos naturales y minerales, etc. resulta ser una excelente oportunidad de inversión el aumentar y fomentar una salud privada donde se compita y entreguen “servicios” y no atenciones a “clientes” y no pacientes.No hace mucho tiempo, parecía de otro mundo pensar en privatizar la salud, ahora parece inconcebible plantear lo contrario.Esta idea se ve favorecida y es llevada a cabo concretamente con leyes,

SALUD EN CHILE UN LARGO CAMINO POR RECORRER

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de los trabajadores.Finalmente, según los datos entrega-dos por Dirección de Presupuestos, un 64% de los trabajadores del Estado están contratados bajo las modalidades a hono-rarios y a contrata, ergo, debemos señalar que el Estado de Chile debe terminar con el aumento de la precarización laboral de sus funcionarios que se encuentran bajo una relación de subordinación y dependencia y que se rigen a través del contrato de hono-

rarios, e incluso los a través del personal a contrata, y avanzar a una nueva legislación de trabajadores públicos que vean garanti-zados sus derechos laborales; y por su parte, el Servicio Electoral debe promover no sólo los procesos electorales como una arista de la democracia, sino que también debe garantizar los derechos de sus trabajadores, lo que finalmente se traduce en el respeto y promoción de la democracia.

planes y medidas que, a pesar de estar floridamente embellecidos y disfrazados de beneficios absolutos para la población, van sepultando cada vez más el sistema de salud pública, empobreciéndolo y llevándolo final-mente a su desaparición como alternativa mínimamente digna a la que todos quisieran acceder sin tener que cuestionar la atención que se recibe en estos lugares. Concesiones de Hospitales públicos y el Plan Auge/GES son ejemplos actuales y claros de acciones que van perpetuando el empobrecimiento de un sistema de salud público ya agónico debido a la poco evidente filtración de recursos estatales hacia el sistema de salud privado.Promoveremos el empoderamiento de nuestra propia salud física, nuestra vida, cuerpo, mente y una saludable vida comunitaria que nos permita tener conciencia más adelante de que nos pertenece de manera tan esencial y básica como el aire, el agua y los alimentos y así, pa-ralelamente, se comience a sentir, se tome, levante y escuche como demanda política de las bases y toda la población, el análisis de un sist ema de salud público como debiese ser.

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Si bien, desde los pensadores del siglo XVIII y XIX, se identifica que las fuerzas antagonistas que se disputan la hegemonía y el poder son la clase burguesa y la clase trabajadora, hoy sin embargo, quedarse con esa mera diferenciación tan simplista en un mundo tan diverso como el que corren en estos tiempos, es asumir sin mayor reflexión, esquemas que sirven más para facilitar el análisis y estudio de la sociedad que para la acción política.

Resguardarse en este concepto, válido en los fundamentos estratégicos últimos de la lucha de clases, implica una estrechez de criterios en la identificación de problemáticas derivadas del capitalismo pero que afectan a grupos transversales, lo que causa aislamiento político y escasa posibilidad de alianzas. Esta limitada lectura deriva muchas veces en posturas

ELUN LARGO CAMINO POR RECORRER COLABORACIONISMO

DE CLASES

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divisionistas, sectarias y de marginalidad, atentando muchas veces con ese maximalis-mo en el real avance de las causas del pueblo.

Se comparte que el trabajo en conjunto, ni en lo práctico ni en lo estratégico, se debe llevar con el gran capital y la clase burguesa, pero siempre identificando claramente cuál es el verdadero enemigo detrás de esa burguesía. En cambio, es absurdo plantear que todo aquel que no tiene orientación u horizonte socialista no merece nuestro apoyo; es este un largo proceso de educación popular para la conciencia de clase que nos permitirá dar batalla al capitalismo en todas sus formas y construir una sociedad sin clases.

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A cuarenta años del golpe la voz trémula de los animadores mandándonos a comer-ciales, los aplausos sentidos del público, la lágrima única que cae dificultosa después de un largo esfuerzo, ofrece a la conciencia del pueblo chileno uno de los espectáculos más groseros que la tv ha podido concebir. El show mediático del golpe, en el que se sacrifica toda la proyección y valor que esta experiencia histórica nos puede entregar en pos de una contemplación pasiva de telespectador conmovido efímeramente por los acontecimientos de un pasado ahora có-modamente visual, y que invisibiliza, además, toda una historia de pronunciamiento militar en el país, la historia de la estrategia llevada a cabo sin vacilaciones por esta fracción del poder chileno que, amalgamado con la burguesía y su seudoaristocracia lacaya del imperio yanki, ha forzado al país a una cronología llena de sangre. Hablo de los milicos, el ejército chileno, que desde tiempos de O’Higgins ha roto los huesos y las alianzas a los que han querido hacer más digno el país.¿Qué pasó con el movimiento obrero allá en el norte? ¿Qué pasó con la masacre de la federación obrera en Magallanes en los años veinte, con los pobladores el marzo del 69’ allá en Puerto Montt ó con los Mapuche asesina-dos en democracia? Lo mismo siempre, aplacados todos sin remordimiento por los militares y en compañía de los infal-tables pacos. A cuarenta años del golpe la ofensa sigue creciendo, el gobierno sale por la tv poniendo sus mejores máscaras de indignación y reconciliación, salen los representantes de la democracia a pedir perdón sonrientes, porque no hubo nada mejor para ellos que la dictadura; y los “mea culpa”, los discursos de campaña, junto a

los favores eclesiásticos y el apretón de manos entre los “viejos enemigos” pintan ese cuadro patético de la envilecida política institucional chilena, en el que priman los intereses económicos del presente nomás. Ese intenso trabajo ejecutado por el gobierno que sigue oliendo a pinocho, que sigue displicente como Videla, hipócrita como la gordi, y que tras el telón tiene una sombra aún más es-peluznante que nuestros pacatos peleles nacionales. Los programas lastimeros, las teleseries cortas, el bombardeo noticiero, etc., todo un dispositivo desplegado para entregar a las conciencias el placer y la tranquilidad del olvido sufrido, “digno”, del que cuenta alguna que otra anécdota a la familia en la comodidad de su pieza, lejos de la crudeza de la realidad; el homo tv-sapiens sintético con la faltriquera espiritual llena tan sólo de pelusas, que no se esfuerza en percibir con sus sentidos ni su propia crónica. ¿Resul-tados? Un mundo bastante feo y separado de nuestro conocimiento por interferencias ideológicas reproducidas en masa por la tecnología, la ignorancia que subyuga a los pueblos –un cliché de todos los tiempos- en beneficio de la burguesía para ser estrujados por este sistema económico y producir las riquezas que nos sepultan. En este sentido va la manipulación mediática de nuestra historia, en que no conozcamos al enemigo de todos los tiempos ni entendamos su accionar histórico, para así, desarmados ideológicamente, aletiemos como crías de-sesperadas y atomizadas ante el abismo que se nos abre a la hora de resolver los objetivos y los métodos de la lucha contra el capitalismo chileno, tanto en su perspectiva inmediata como en su horizonte más lejano y vasto.

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UN SHOW MÁS