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5/18/2018 GonzalezdeLuna-Filosofiadelsentidocomun.PDF-slidepdf.com http://slidepdf.com/reader/full/gonzalez-de-luna-filosofia-del-sentido-comunpdf  Portada: Remedios Varo, Ciencia inútil o El alquimista , 1955, Óleo/masonite. Colección INBA /Museo de Arte Moderno.

Gonzalez de Luna - Filosofia del sentido comun.PDF

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  • Portada: Remedios Varo, Ciencia intil o El alquimista, 1955, leo/masonite. Coleccin INBA/Museo de Arte Moderno.

  • Prlogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

    Parte I. Thomas Reid. La voz del sentido comn en la epistemoliga moderna

    Captulo 1. El sentido comn y el escepticismo en la epistemologamoderna

    Antecedentes histricos de la nocin del sentido comn . . . . . . . . . 2 3El escepticismo y la teora cartesiana de las ideas . . . . . . . . . . . . . . . . 2 6

    La duda metdica cartesiana y la teora de las ideas . . . . . . . . . . . 27El escepticismo moderado en el empirismo de Locke . . . . . . . . . . 2 9El escepticismo radical de Berkeley . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 1La crtica de Hume al escepticismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 3

    Captulo 2. La filosofa del sentido comn de Thomas ReidArgumentos de Reid contra el escepticismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 7La crtica de Reid a la teora cartesiana de las ideas . . . . . . . . . . . . . . 4 0La concepcin reidiana del sentido comn . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 3Los principios del sentido comn como dones naturales . . . . . . . . . . 4 8La teora reidiana de la percepcin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 0

    La percepcin de los objetos extern o s . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 0P e rcepcin y sensacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 3

    Comentarios finales de la Parte IEl sentido comn reidiano y el realismo directo . . . . . . . . . . . . . . 5 7El carcter fundamentista del sentido comn reidiano . . . . . . . . . 5 8El papel de la epistemologa en el proyecto reidiano . . . . . . . . . . . 6 1

    N D I C E

  • Parte II. Sentido comn, epistemologa y realismo en la filosofade Karl Popper

    Captulo 3. La filosofa crtica del sentido comn de PopperEl sentido comn crtico de Peirce: un puente entre Reid y Popper . . 6 8La crtica de Popper a la epistemologa del sentido comn . . . . . . . 70

    El progreso del conocimiento del sentido comn . . . . . . . . . . . . . 70La crtica a la epistemologa del sentido comn . . . . . . . . . . . . 71

    El realismo de sentido comn de Popper . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74El realismo metafsico de sentido comn . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74La ontologa de tres niveles y la epistemologa sin sujetocognoscente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77

    La filosofa crtica del sentido comn . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79Comentarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81

    Captulo 4. La epistemologa evolucionista y la filosofa crticadel sentido comn

    La epistemologa evolucionista de Popper . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8 5El modelo de seleccin natural y el mtodo de conjeturasy refutaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8 5Los tres niveles de adaptacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8 6

    Sentido comn y tradicin desde la perspectiva evolucionista . . . . . 8 9El sentido comn como conocimiento inmediato . . . . . . . . . . . . . 8 9El papel de la tradicin desde la perspectiva evolutiva . . . . . . . . . 9 2

    C o m e n t a r i o s . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 4

    Captulo 5. Popper y la tradicin del racionalismo crticoLa funcin de la tradicin y el racionalismo crtico . . . . . . . . . . . . . . 9 7El sentido comn como conocimiento momentneamentea c r t i c o . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 0 0La crtica al relativismo: el mito del marco comn . . . . . . . . . . . . 1 0 2Lenguaje y tradicin. El problema de la inconmensurabilidad . . . . . 1 0 3C o m e n t a r i o s . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 0 6

    Comentarios finales de la Parte IIEl sentido comn como ncleo firme de las tradiciones . . . . . . . 1 1 1El sentido comn ordinario y el sentido comn cientfico . . . . . 1 1 3

    C o n c l u s i o n e s . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 1 5B i b l i o g r a f a . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 2 1

    8 Filosofa del sentido comn

  • ste libro analiza un tema central de la filosofa de la ciencia con-tempornea: la relacin entre sentido comn y conocimientoc i e ntfico.Desde el siglo X V I I ha predominado la idea de que el conocimien-

    to cientfico requiere de un trabajo previo de carcter profilctico pa-ra eliminar toda prenocin o prejuicio proveniente del sentido comnque toda comunidad hereda y trasmite de generacin en generacin.Una vez eliminados los engaosos prejuicios es necesario encontrarbases firmes para construir el conocimiento a travs de mtodos rigu-rosos, ya sean de carcter analtico y deductivo o emprico-inductivo.As, tanto en la vertiente racionalista iniciada por Descartes o en laempirista propuesta por Bacon, el conocimiento autntico se constru-ye a partir de fundamentos slidos (ideas innatas o datos sensoriales)descontaminados de prejuicios del sentido comn, a travs de reglasmetodolgicas que pretenden ser algortmicas.

    Contra esta nocin fundacionista y metodolgica del conocimien-to, desde el mismo siglo X V I I se levantaron varias opiniones en contra,entre las que destacan las de Vico y Thomas Reid.

    Vico defenda el sentido comn como una facultad de los hom-bres para juzgar prudencialmente y criticaba la excesiva confianzaen los mtodos propuestos por Descartes. Por eso, con razn, IsaiahBerlin lo considera como uno de los pensadores contracorriente.

    Por otro lado, el escocs Thomas Reid consideraba que el sentidocomn es la fuente de nuestras certezas ms afianzadas, sobre la quese basa todo nuestro conocimiento. Reid, a diferencia de Vico, con-sideraba que los principios del sentido comn eran universales.

    E

    PR L O G O

  • Es precisamente Thomas Reid uno de los autores centrales queanaliza Eduardo Gonzlez de Luna; segn l, Reid consider imposi-ble suspender o eliminar los prejuicios o prenociones propias del sen-tido comn, pues ste es parte constitutiva de la historicidad de lossujetos. Los principios del sentido comn son evidentes y no requie-ren demostracin. Principios como la creencia indudable de que unomismo es quien critica o que el mundo externo existe, son ejemplosde las ideas bsicas del sentido comn.

    El autor vincula la nocin de sentido comn en Reid a la de tra-dicin. Por tradicin puede entenderse, en general, un conjunto deconceptos, observaciones, principios, valores, creencias, teoras, nor-mas y prcticas, a veces incorporadas en instituciones y no siempreexplcitas, que constituyen un marco global en el que vive una comu-nidad y que en varios aspectos le proporcionan identidad. Es eviden-te el paralelismo entre ambos conceptos pero, para Gonzlez de Luna,el sentido comn y la tradicin se manifiestan a distintos niveles.Una tesis de este trabajo es que las creencias de sentido comn pue-den verse como la parte ms medular de la red de creencias de unatradicin. Sin embargo, desde un punto de vista fundacionista sobreel sentido comn, como el que sostena Reid, sus creencias son ver-dades inmutables y permanentes emanadas de la propia esencia dela razn humana, y por tanto trascienden cualquier marco cultual otradicin. Seran, entonces, el ncleo comn de toda tradicin vli-da desde el punto de vista racional, y proporcionaran un criterio dedecisin sobre qu creencias o prcticas son errneas o absurdas, a sa-ber, aquellas que vayan contra el sentido comn.

    De manera muy pertinente, el autor selecciona a Karl R. Popperpara analizar su concepcin de sentido comn y de tradicin; muestrala relevancia de estos conceptos para comprender la racionalidad deldesarrollo cientfico. Luego seala que, de acuerdo con Popper, nues-tra aceptacin de la tradicin no se debe a que sea una fuente decertezas indubitables, sino a que toda tradicin nos permite orientar-nos en el mundo mediante la elaboracin de historias y mitos. Es-tos mitos o teoras sobre el mundo constituyen lo que Popper llamatradiciones de primer orden y ocurren en toda cultura pasada opresente. Pero lo que distingue a la tradicin racionalista de otras tra-diciones es la discusin crtica del mito. La discusin crtica consti-

    10 Filosofa del sentido comn

  • tuye entonces una tradicin de segundo orden, o metatradicin, me-diante la cual se cuestionan las tradiciones de primer orden. En lo querespecta a la tradicin cientfica, sta se diferencia de otras tradicio-nes no porque la ciencia produzca menos mitos que, por ejemplo, lareligin, sino porque los mitos o teoras cientficas dice Popperpueden cambiar y desarrollarse, mediante la crtica racional, paracrear cada vez mejores explicaciones del mundo. El crecimiento de laciencia, lejos de ser una mera acumulacin de conocimiento, se pro-duce mediante el mtodo crtico que destruye y modifica todo, in-cluso el lenguaje en el que se formulan sus propias teoras. De estamanera, el conocimiento de sentido comn ordinario se transformamediante procesos de crtica racional en conocimiento cientfico, elcual es, como la filosofa, sentido comn ilustrado.

    En este trabajo tambin se aborda el enfoque de la epistemologanaturalizada planteado por Popper: la epistemologa evolucionista.Desde esta perspectiva, es posible proponer tratamientos novedosospara problemas ontolgicos clsicos, como por ejemplo el del realis-mo, desde una concepcin naturalista y biologicista. El papel de latradicin tiene dos facetas en la epistemologa evolucionista popperia-na. Las tradiciones de primer orden se manifiestan en el nivel conduc-tual, de sentido comn y del cientfico, al transmitir el conocimientohistricamente acumulado. Mientras que el mtodo de ensayo y eli-minacin del error se considera parte de una tradicin de segundo or-den, que no es una forma de conocimiento propiamente dicha, sinouna actitud epistmica y pragmtica, de la cual depende el procesoevolutivo del conocimiento y el mejoramiento en la adaptacin almedio en todos los niveles.

    Con respecto al papel de las tradiciones desde el modelo evolu-cionista, las tradiciones de primer orden se relacionan con el procesode instruccin, juegan el papel de preservar y heredar las estructurasbsicas: tcnicas, conductuales y tericas. Mientras que la seleccinnatural, con su mtodo de ensayo y eliminacin del error del cualla tradicin racionalista crtica es una forma del desarrollo del cono-cimiento puede ser vista como una tradicin de segundo orden.

    De esta manera, en el enfoque popperiano, paralelamente a la no-cin de sentido comn, el concepto de tradicin se revaloriza comoun elemento de racionalidad en el marco de la filosofa de la ciencia

    Prlogo 11

  • anglosajona. Pero el concepto de tradicin ha sido y es un conceptode relevancia especial en otros mbitos filosficos. Despus de habersido objeto de un ataque continuo por parte del racionalismo ilus-trado que la consider la anttesis de la razn, para la concepcinactual de la hermenutica filosfica y de la filosofa contemporneade las ciencias sociales, la tradicin, en tanto que constituida me-diante el lenguaje, o tal vez incluso trascendindolo, cumple la fun-cin de ser una fuente de conocimiento del mundo y constituye unparmetro de racionalidad, al proporcionar una base comn para laevaluacin de las creencias y las acciones de los individuos de una co-munidad epistmica.

    Como puede observarse en este trabajo, tanto Reid como Popperasignan al sentido comn y a las tradiciones importantes funcionesepistmicas. En el caso de Reid los principios del sentido comn sonuniversales y fijos, no sujetos a crtica y renovacin. En cambio, Pop-per reconoce que los contenidos del sentido comn como cualquierotro elemento de la tradicin s estn sujetos a cuestionamientos ycambio. En todo caso, ambos autores reivindican la relevancia del sen-tido comn y las tradiciones para el desarrollo progresivo del cono-cimiento cientfico.

    Sin embargo, me parece importante sealar que en esta concep-cin del sentido comn no se reconoce con suficiente nfasis el carc-ter histrico y culturalmente dependiente del sentido comn de cadacomunidad relevante. Reid inclusive le da un carcter universal a losprincipios del sentido comn que estn presentes en todas las tra-diciones culturales especficas. Esta visin universalista del sentidocomn contrasta con la perspectiva de Vico quien s seala la depen-dencia del sentido comn a sus contextos culturales especficos. Eneste sentido, este libro nos invita a continuar y desarrollar el anlisisdel sentido comn bajo la controversia universalismo-contextualismo.

    Otro de los puentes muy interesantes que tiende el maestro Gon-zlez de Luna en su anlisis del sentido comn, es con la hermenu-tica filosfica, principalmente la gadameriana.

    12 Filosofa del sentido comn

  • Desde el primer captulo de Ve rdad y mtodo, Gadamer muestra larelevancia del sentido comn para el desarrollo de las humanidadesa travs del concepto de formacin de las personas. Gadamer analizala recuperacin del concepto romano antiguo de sensus communis c o-mo crtica a la idea ilustrada moderna de racionalidad, a partir de Vi-co y de otros humanistas de los siglos X V I I I y X I X como Shaftsburry,Hutcheson y Bergson. A travs de este anlisis histrico, Gadamersostiene que el sentido comn constituye la herencia terica y axio-lgica que la tradicin transmite y desarrolla de generacin en ge-neracin en cada comunidad especfica. Por ello, el sentido comnopera como un conjunto de prejuicios que orientan y conducen nues-tra percepcin del mundo, nuestras interpretaciones y nuestros jui-cios. A partir de esta idea contextualmente situada del sentido comn,de los prejuicios y de la tradicin, Gadamer desarrolla una teora her-menutica alternativa a la visin metodolgica propuesta por Dilthey,Max Weber y el mismo Popper, entre otros.

    Si bien la hermenutica filosfica de Gadamer reconoce que ca-da intrprete tiene una determinada situacin hermenutica definidap o r los prejuicios del sentido comn en el que se ha formado, no porello acepta un relativismo epistemolgico. Los prejuicios de todo in-trprete, si bien condicionan su percepcin y juicio, tambin definenun horizonte hermenutico que le permite acceder y dialogar con ex-presiones culturales de otras tradiciones y de otros sentidos comunes.Gracias a este dilogo plural es posible someter a crtica reflexiva lospropios prejuicios, el sentido comn que se hereda para enriquecerloy desarrollarlo. Por ello, Gadamer concluye que la comprensin her-menutica no slo es un modo de conocer en las ciencias humanas,sino tambin un modo de vivir en el mundo y transformarlo hacia unsentido comn universal, no como presupuesto como lo pensara Reidy quizs el mismo Popper, sino como ideal regulativo.

    As pues, la hermenutica filosfica de Gadamer constituye unreferente importante para la filosofa de la ciencia contempornea.Al mostrar estos puentes comunicantes entre tradiciones filosficas

    Prlogo 13

  • a j enas, Gonzlez de Luna contribuye a propiciar un dilogo enrique-cedor para la filosofa de la ciencia y a ensanchar sus horizontes. Estaes sin duda una de las grandes virtudes de este libro.

    Ambrosio Velasco Gmez*

    14 Filosofa del sentido comn

    * Obtuvo la maestra en filosofa de la ciencia en la UAM en 1986 y el doctorado enel rea de historia y filosofa de la teora poltica en la Universidad de Minnesota.En 1994 obtuvo el Premio Distincin Universidad para Jvenes Acadmicos en elrea de docencia en humanidades. Fue coordinador de la maestra y el doctoradoen filosofa de la ciencia desde su fundacin, en 1993, hasta su designacin comodirector de la Facultad de Filosofa y Letras, en febrero de 2001. Es InvestigadorN acional Nivel III y Catedrtico Universitario Nivel II. Es autor de cuatro librosy ha publicado ms de 80 artculos en libros y revistas especializadas en el pas y enel extranjero.

  • or sentido comn suele entenderse, en su nocin ms general,un conjunto de principios, percepciones, expectativas, prcticasy creencias que son compartidos por los miembros de una comu-

    nidad, y que se consideran inmediatos y autoevidentes. Tambin seentiende como una habilidad, el buen sentido, que permite a los in-dividuos acceder y disponer de manera inmediata de los principios,las percepciones, las expectativas, las prcticas y las creencias que soncomunes a su sociedad. El sentido comn constituye el saber msbsico, primario e inmediato de que dispone todo individuo comomiembro de una comunidad, siendo este saber, adems, un elementofundamental para la integracin de la misma. Los elementos del sen-tido comn muchas veces no son claros o explcitos para los integran-tes de la propia comunidad; en ocasiones, la reflexin y el anlisisfilosfico pueden elucidarlos, pero en ciertos casos como en el sabertcito incorporado en la actividad prctica no son siquiera formu-lables sin prdida de significado mediante proposiciones.

    Existe una larga lista de filsofos en Occidente que se han inte-resado por el sentido comn. La mayor parte de los estudios filos-ficos sobre el tema se han enfocado en aquellos de sus elementos quepodemos enunciar mediante el lenguaje, es decir, en un conjunto deproposiciones que conforman lo que se ha denominado los principiosy las creencias del sentido comn. stas constituyen una red ampliade creencias interconectadas acerca del mundo y de nuestra relacincon l, que se expresan en nuestro comportamiento y sirven comobase para guiarlo, y a las cuales apelamos explcita o tcitamente co-mo una instancia de justificacin de otras creencias menos bsicas yde nuestra conducta. Presuponemos que todos aquellos individuos

    P

    IN T R O D U C C I N

  • racionales con los que interactuamos y que pertenecen a nuestra mis-ma comunidad epistmica comparten este transfondo de creenciasbsicas, las cuales constituyen una perspectiva comn del mundo enque vivimos. El supuesto de que el punto de vista del sentido comnes esencialmente correcto, es fundamental en nuestra capacidad paracomunicarnos e interactuar entre nosotros, y para funcionar adecua-damente en la vida cotidiana.

    En relacin a su origen y su dinmica, dentro de los filsofos quese han interesado por las creencias del sentido comn encontramosprincipalmente dos posturas. Algunos, como Reid, adoptan una pers-pectiva fundamentista: consideran al sentido comn como un conjun-to de principios que son creencias a - p r i o r s t i c a s o innatas, intuicionesfundamentales para el conocimiento, producto de alguna facultad in-nata y constitutiva del mismo nivel que la razn, o aun ms profundo.Por su origen tan bsico, casi instintivo, son creencias prcticamenteinamovibles e indubitables; son fruto, posiblemente, de nuestra cons-titucin fisiolgica y de las caractersticas psicolgicas ms constituti-vas de todo ser humano racional normal. Son una instancia ltimade apelacin, por lo que dudar de su evidencia es en la prctica unav i olacin a nuestra racionalidad.

    Otros filsofos, como Popper, han adoptado una perspectiva mspragmtica del desarrollo del sentido comn. Al poseer todos nosotrosestas creencias como integrantes de una sociedad, resultan ser una he-rencia que nos es transmitida mediante el lenguaje y la tradicin enque estamos inmersos. No son verdades eternas e indubitables. Sloson creencias fuertemente atrincheradas las cuales damos por senta-das y no cuestionamos porque, en un cierto momento histrico, cons-tituyen el conocimiento disponible ms inmediato, el cual, adems,ha probado su adecuacin en el uso permanente y cotidiano. Soncreencias autoevidentes por motivos pragmticos al ser la gua denuestras acciones; pero podemos criticarlas y modificarlas cuandotenemos razones suficientes para cuestionarlas.

    La concepcin del sentido comn como un ncleo de creenciasfuertemente atrincheradas por la prctica cotidiana puede ligarse aotra nocin fundamental para la filosofa contempornea: el concep-to de tradicin. Por tradicin puede entenderse en general un con-junto de normas, creencias, prcticas, etctera, a veces incorporadas

    16 Filosofa del sentido comn

  • en instituciones y no siempre explcitas, que constituyen un marcoglobal en el que vive una comunidad, y que en varios aspectos leproporcionan identidad. Es evidente el paralelismo entre ambos con-ceptos, pero el sentido comn y la tradicin se manifiestan a distintosniveles. Una tesis de este trabajo es que las creencias de sentido co-mn pueden verse como la parte medular de la red de creencias deuna tradicin. Desde un punto de vista fundamentista sobre el sen-tido comn, sus creencias son verdades inmutables y permanentesemanadas de la propia esencia de la razn humana y que por tantotrascienden cualquier marco cultural o tradicin. Seran, entonces,el ncleo comn de toda tradicin vlida desde el punto de vista ra-cional, y proporcionaran un parmetro fuerte de decisin sobre qucreencias o prcticas son errneas o absurdas, a saber, aquellas que va-yan en contra del sentido comn. Desde una perspectiva ms prag-mtica, las creencias del sentido comn, siendo las creencias msbsicas, las ms atrincheradas de la red, corresponden al ncleo durode una tradicin (en analoga con los axiomas bsicos de una teoracientfica). Pero son susceptibles de cambio, y cualquier mod i f i c a c i nde este ncleo conllevara una modificacin ms o menos paulatina det oda la tradicin. Incluso no sera imposible que la mod i f i c a c i nde alguna parte ms externa de la red incidiera en un cambio en elncleo de creencias del sentido comn, o que hubiera mod i f i c a c i o n e sprovenientes de la influencia de otras tradiciones diferentes.

    Los conceptos de sentido comn y de tradicin han compartidouna problemtica muy similar en la filosofa moderna. Algunos de losproblemas comunes son de tipo epistemolgico, por ejemplo: en qusentido puede el sentido comn servir como un fundamento parajustificar o evaluar el conocimiento del mundo?, es racional o irra-cional la confianza en el sentido comn?, la tradicin obstaculiza oimpulsa el progreso del conocimiento?, es racional el compromisocon la tradicin o no lo es? Otros problemas son de tipo ontolgico:en qu medida las verdades del sentido comn corresponden a la ma-nera como en realidad es el mundo?, la ontologa del mundo en quevive una comunidad es independiente o no del marco global que cons-tituye su tradicin? El presente trabajo no pretende dar respuesta aestas interrogantes, sino ilustrar la manera en que los anlisis sobre elsentido comn han sido y pueden ser sugerentes en el tratamiento

    Introduccin 17

  • de estos problemas; expongo para este fin los enfoques epistemolgi-cos de Thomas Reid y Karl Popper, dos de los filsofos ms represen-tativos de lo que se ha llamado la filosofa del sentido comn.

    Thomas Reid es considerado el fundador de la escuela escocesadel sentido comn, una defensa del sentido comn surgida como reac-cin contra las tesis escpticas de la epistemologa moderna. Los plan-teamientos y cuestionamientos de Reid sentaron las bases para unaconsideracin positiva del sentido comn y, a la luz de la filosofa con-tempornea, son de inters puesto que anticipan formas actuales detratar los problemas epistemolgicos; especficamente en lo que serefiere al anlisis del sentido comn desde una perspectiva pragm-tica y naturalista, considerndolo como un parmetro de valoracinepistmica.

    Popper es un filsofo contemporneo que ha hecho importantesanlisis sobre los conceptos de sentido comn y de tradicin. En la se-gunda parte de este trabajo adoptaremos la perspectiva popperianasobre el tema para mostrar la manera como el problema del sentidocomn en relacin con la tradicin puede ser relevante para la epis-temologa naturalizada contempornea; as como tambin para eltratamiento de problemas ontolgicos desde una perspectiva natura-lista y cientfica. Segn Popper, hay una continuidad que lleva des-de el sentido comn hasta la filosofa y la ciencia, siendo stas dosltimas sentido comn ilustrado.

    Puede apreciarse una tendencia a la revaloracin del sentido co-mn en el inters de muchos filsofos contemporneos por las formasdel uso del lenguaje comn u ordinario. El racionalismo y el empi-rismo clsicos haban desconfiado del sentido comn al considerarlouna fuente de errores, y el constructivismo kantiano, aunque ms in-dulgente, le di tambin un sentido negativo al verlo como parte dela opinin poco reflexiva del vulgo. Por el contrario, los primeros fi-lsofos del sentido comn de la llamada escuela escocesa en elsiglo X V I I I observaron que ste es un inevitable punto de partidadel conocimiento. Ms all de las nociones fundamentistas sostenidaspor los primeros filsofos de esa escuela, que consideran al sentidocomn una fuente de justificacin racional prcticamente indudable,en un anlisis de inters para la filosofa contempornea se le puedever como un fundamento epistemolgico confiable, aunque no infa-

    18 Filosofa del sentido comn

  • lible, el cual se desarrolla mediante la crtica racional al interior decomunidades epistmicas. Su confiabilidad proviene de que represen-ta el nivel ms bsico del conocimiento de una comunidad o socie-dad en una poca determinada: representa, por as decirlo, el ncleocompartido de nuestra cosmovisin vigente. El sentido comn puedeverse, desde esta perspectiva, como el punto de partida para cualquierconstruccin ulterior de conocimiento; pero tambin como el puntoculminante al que ha llegado el conocimiento a travs de procesospaulatinos de depuracin hasta cristalizar en nuestro conocimientopresente. Por otra parte, es interesante la revaloracin de este concep-to, porque la filosofa del sentido comn histricamente repres e n t una alternativa a las tres corrientes epistemolgicas dominantes: elracionalismo, el empirismo, y el constructivismo kantiano, si bien,ciertamente, siempre fue una alternativa marginal. Algunos filsofoscontemporneos han visto en el estudio de la escuela del sentido co-mn, y en el anlisis filosfico de este concepto, una perspectiva pocoexplorada con un considerable potencial para proponer tratamientosnovedosos de problemas actuales.

    Paralelamente, la nocin de tradicin tambin se ha revaloradorecientemente como un elemento de racionalidad en la filosofa dela ciencia, en la hermenutica filosfica y en las ciencias sociales,despus de haber sido objeto de un ataque continuado por parte delracionalismo ilustrado que consider a la tradicin la anttesis de lar a z n .1 En su concepcin actual, la tradicin, en tanto que est cons-tituda mediante el lenguaje, o tal vez incluso trascendindolo, cum-ple la funcin de ser una fuente de conocimiento del mundo y deconstituir un parmetro de racionalidad al proporcionar una base co-mn para la evaluacin de las creencias y las acciones de los indivi-duos de una comunidad epistmica.

    La organizacin del trabajo es la siguiente: en el primer captu-lo se menciona muy brevemente el desarrollo histrico de la nocindel sentido comn, desde Aristteles hasta la crtica que la episte-mologa moderna hizo de esa nocin con base en el mtodo cartesia-no. Se destacan las implicaciones escpticas en las epistemologas deDescartes, Locke, Berkeley y Hume, las cuales motivaron la reaccinde Reid y de la llamada escuela escocesa del sentido comn.

    Introduccin 19

  • En el captulo dos se presentan los lineamientos principales de lafilosofa del sentido comn de Thomas Reid, considerado el ms re-presentativo fundador de la escuela escocesa. Se expone la crtica deReid al escepticismo de los racionalistas y empiristas de su tiempo, sudefensa del sentido comn como un tribunal vlido de apelacin yvaloracin para el conocimiento filosfico y cientfico, y su compro-miso con el realismo. Esta primera parte concluye con comentariossobre el sentido comn reidiano y el realismo directo, su carcter fun-damentista y el papel de la epistemologa en el proyecto de Reid.

    La segunda parte del libro comienza con el captulo tres, dondese menciona primeramente la nocin del sentido comn crtico pro-puesta por Peirce, como un antecedente de la nocin popperiana.Se expone posteriomente la llamada filosofa crtica del sentido co-mn de Popper; se destaca su crtica a lo que llama la epistemologadel sentido comn de la filosofa tradicional y se presentan sus argu-mentos a favor del realismo de sentido comn.

    En el captulo cuatro se exponen los lineamientos de la epistemo-loga evolucionista de Popper y el enfoque naturalista del sentidocomn y de la tradicin en el contexto de dicha epistemologa.

    El quinto captulo expone la teora popperiana de la tradicindel racionalismo crtico y su relacin con el progreso del conocimien-to. Se ilustra esta tesis con crticas al relativismo y al problema de lainconmensurabilidad entre tradiciones. La segunda parte concluyecon comentarios sobre el sentido comn como ncleo firme de lastradiciones, el sentido comn ordinario y el sentido comn cien-tfico.

    Finalmente, las conclusiones plantean algunas relaciones entreReid y Popper sobre el sentido comn, la dimensin tcita del cono-cimiento de sentido comn y un resumen de las tesis propuestas eneste trabajo y de la motivacin del mismo.

    NOTAS

    1 Velasco, 1997, pp. 157-178.

    20 Filosofa del sentido comn

  • PA RT E 1

    Thomas Reid. La vozdel sentido comn

    en la epistemologa moderna

  • Antecedentes histricos de la nocin del sentido comn

    os orgenes de la filosofa del sentido comn se remontan a Aris-tteles, quien es el primer filsofo que se interes por elucidar lanocin de sentido comn (sensus communis) y plantear al respec-

    to problemas que se han mantenido vigentes hasta nuestros das. Noes fcil determinar un significado nico de la nocin aristotlica delsentido comn, pero puede verse como una especie de sensibilidadpresente en todo individuo, la cual ejerce una funcin de unifica-cin de los dems sentidos proporcionando una conciencia de todaaprehensin o experiencia sensible. Para Aristteles, no habra un r-gano especializado sensible responsable del sentido comn como enel caso de los dems sentidos: la vista, el odo, etctera, sino que esm s propiamente dicho una funcin encargada de discriminar, com-parar e integrar los sentires provenientes de los diferentes sentidos.

    Si partimos de la perspectiva aristotlica, los escolsticos (entreellos Santo Toms) elaboraron una doctrina del sentido comn natu-ral (sensus communis naturae) presuponiendo tambin una especie desentir unificante, si bien esta doctrina es distinta de la aristotlicapor cuanto enfatiza no la aprehensin de varios sentires por un mis-mo individuo, sino el carcter comn de las aprehensiones de dife-rentes individuos que pertenecen a una misma comunidad, con laidea de un acuerdo universal respecto a ciertos principios o verda-des que se suponen aceptables para todos debido a una inclinacinnatural que reside en toda naturaleza racional. Estos principios o ver-dades comunes son de alguna manera sentidos como evidentes porlos miembros de una comunidad de individuos racionales.

    L

    CA P T U L O 1

    El sentido comny el escepticismo en laepistemologa moderna

  • En la filosofa moderna, la bsqueda de fundamentos indubitablespara el conocimiento hizo que el cuestionamiento al sentido comnse volviera un asunto de gran importancia epistemolgica. Tanto losracionalistas como los empiristas modernos partieron de la duda me-tdica cartesiana acerca de las creencias del sentido comn sobre losobjetos del mundo externo y trataron de encontrar otros puntos departida ms seguros. Las corrientes epistemolgicas mencionadas ha-llaron este fundamento para el conocimiento en los contenidos dela conciencia, a saber, las ideas y las sensaciones; pero difirieron enrelacin a cules de estos contenidos deban considerarse una fuentesegura de certeza. En el mtodo de Descartes, todo lo que creemos es-t sujeto a duda filosfica hasta que tomamos como fundamento lasideas claras y distintas. Los empiristas modernos, como Berkeley, Loc-k e y Hume, consideraron que el nico fundamento seguro del cono-cimiento es lo dado en las sensaciones. Un problema compartido portodos ellos fue el encontrar un camino que llevara de los contenidosde la conciencia, cuya existencia no se pona en duda, a la justifica-cin racional de nuestras creencias acerca del mundo externo, si eseconocimiento era posible o si, tal vez, no era conocimiento genuino.Sin embargo, las respuestas ofrecidas por estos sistemas al problemadel escepticismo sobre la existencia de los objetos del mundo exter-no no fueron totalmente satisfactorias, pues mientras unos deposita-ban la justificacin ltima en una instancia suprarracional, el podery la benevolencia de Dios, otros terminaron concluyendo que no ha-ba una autntica justificacin racional para sostener la creencia enla realidad de los objetos externos, creencia que, por otra parte, eraconsiderada medular para el sentido comn.

    Una concepcin positiva del sentido comn empez a desempe-ar un papel epistemolgico fundamental en los argumentos de la lla-mada escuela escocesa del sentido comn. Esta escuela buscabareconciliar a la filosofa con el sentido comn al reconocer que tod oconocimiento tiene como puntos de partida indudables e inevitablesal sentido comn y al mundo cotidiano, y por consiguiente ningnsistema filosfico debera partir de un cuestionamiento o negacin destos. Para los primeros filsofos modernos del sentido comn, no eraposible hacer tabula rasa de todas nuestras creencias, como lo preten-dan hacer las epistemologas racionalistas y empiristas, y reacciona-

    24 Filosofa del sentido comn

  • ron contra el escepticismo de estas doctrinas que llevaba a paradojasy contradicciones entre las creencias ordinarias y las filosficas. Laincongruencia entre ambos tipos de creencias era considerada comoun indicio de la incorrecin de los argumentos de los filsofos escp-ticos, y por esto era juzgado inaceptable el proyecto epistemolgicode fundar el conocimiento sobre la base de los contenidos de la con-ciencia.

    A la escuela escocesa del sentido comn pertenecieron ThomasReid, George Campbell, Alexander Gerard, James Beattie, James Os-wald, William Hamilton, entre otros, en el transcurso de los siglosX V I I I y X I X. Stuart Mill y H. Spencer tambin han sido considerados co-mo pertenecientes a esta corriente, y Peirce la reconoci como un an-tecedente de su propio sistema filosfico. Para la escuela escocesa, elsentido comn es un criterio irrevocable de juicio y un tribunal capazde dirimir todas las dudas filosficas. Thomas Reid, considerado suprincipal exponente y fundador, concibe al sentido comn bsicamen-te de tres maneras diferentes, aunque mutuamente complementarias.Para Reid, por una parte, el sentido comn es una facultad originariay natural que es parte constitutiva de la mente, una capacidad men-tal que ayuda a percibir, razonar y actuar con correccin a los sereshumanos maduros de cualquier poca y cultura. Por otra parte, en suinteraccin con el mundo, en el ser humano se origina una serieindeterminada de creencias o primeros principios muy bsicos e in-cuestionables tambin llamados los principios del sentido co-mn que hacen posible la formulacin precisa de enunciados yjuicios llamados juicios de sentido comn capaces de guiar coneficacia a los seres humanos en sus percepciones sensibles, sus razo-namientos y sus acciones en el curso normal de la vida. Por ltimo,el sentido comn es equivalente al llamado buen sentido la sen-satez o prudencia una habilidad para aplicar con correccin losprimeros principios a las situaciones prcticas de la vida y emitir asjuicios de carcter prudencial. Reid aplica en ocasiones el nombre desentido comn a la facultad mental, en ocasiones al conjunto de esosprincipios reguladores, y a veces a la habilidad mencionada.

    Segn Reid, los primeros principios no siempre pueden definirsecon precisin. La falta de una definicin clara de dichos principiosse debe en gran medida a que se encuentran profundamente arraiga-

    El sentido comn y el escepticismo en la epistemologa moderna 25

  • dos en nosotros por el uso continuado y el hbito; los advertimos slocuando los cuestionamos o cuando los confrontamos con otros prin-cipios, como los racionalistas o los empiristas. Sin embargo, una vezque nos percatamos de ellos, los principios del sentido comn son lasverdades que nos parecen ms obvias e inmediatas, son autoeviden-tes: lo autoevidente... es la provincia, y la nica provincia, del senti-do comn, dice Reid. El sentido comn, en tanto que coincide conla capacidad del juicio en lo relativo a las verdades autoevidentes, esuna forma de conocimiento que est siempre supuesto de manera t-cita en nuestras acciones y creencias ms bsicas, y, en opinin deReid, sta es una de las razones por las que toda filosofa debera pre-suponer al sentido comn y no cuestionarlo o contradecirlo.

    El escepticismo y la teora cartesiana de las ideas

    La filosofa del sentido comn de Thomas Reid parte de una crtica alos sistemas escpticos de los racionalistas y los empiristas. Para Reid,ms all de sus notables diferencias, todos los sistemas escpticos com-parten una misma teora en relacin con la naturaleza de las ideas.Dicha teora, aunque se desarrolla en su versin moderna con Des-cartes, tiene races en el mismo Platn. En la teora cartesiana de lasideas, que Reid llama a veces el sistema idealista, el factor clave esla premisa de que los nicos objetos del conocimiento son los conte-nidos mentales, en el sentido de que stos son los nicos objetospresentes a la conciencia en todos los procesos de conocimiento, seanpercepciones, ideas, juicios, razonamientos, etctera. Los sistemas es-cpticos pueden diferir en relacin a cules de los contenidos menta-les se postulan como el fundamento ltimo del conocimiento; ciertotipo de ideas, en el caso del racionalismo cartesiano o de algunas for-mas de empirismo (Locke o Berkeley), o las sensaciones o impresionesde los sentidos (Hume). Pero, segn Reid, todos parten de una nega-cin del sentido comn y pretenden hacer tabula rasa del conocimien-to ya establecido, postulando una base nueva mediante la reificacinde las ideas (Reid suele llamar comnmente ideas a los contenidosmentales en general). La filosofa reidiana del sentido comn negabala validez y viabilidad de tal programa de investigacin filosfica puesparta de un falso escepticismo que resultaba insalvable.

    26 Filosofa del sentido comn

  • El sistema reidiano daba una importancia primordial a la crtica delos sistemas escpticos. Por esto, a continuacin mencionar algunosaspectos importantes de las epistemologas de Descartes, Locke, Ber-keley y Hume en relacin al escepticismo, manteniendo presente loscuestionamientos de Reid a estos sistemas, cuestionamientos que sernexpuestos con ms detalle en el siguiente captulo conjuntamentecon la filosofa reidiana del sentido comn.

    La duda metdica cartesiana y la teora de las ideas

    Descartes comienza El discurso del mtodo con una crtica a las preten-siones de conocimiento basadas en el sentido comn del vulgo; diceeste autor:

    El buen sentido es la cosa mejor repartida en el mundo; pues cada uno piensaestar tan bien provisto de l que aun aquellos que son ms difciles de conten-tar en todo lo dems, creen que tienen bastante y, por consiguiente, no deseanaumentarlo.

    No es verosmil que todos se equivoquen: eso nos demuestra, por el contra-rio, que el poder de juzgar rectamente, distinguiendo lo verdadero de lo falso,poder llamado por lo general buen sentido, sentido comn o razn, es igual entodos los hombres; por eso la diversidad que en nuestras opiniones se observa,no procede de que unos sean ms razonables que los otros, porque, como aca-bamos de decir, el buen sentido es igual en todos los hombres; depende de losdiversos caminos que sigue la inteligencia y de que no todos consideramos lasm i smas cosas.1

    Descartes propone entonces un mtodo para aumentar el conocimien-to, siendo la primera de sus reglas:

    No recibir como verdadero lo que con toda evidencia no reconociese como tal,evitando cuidadosamente la precipitacin y los prejuicios, y no aceptando comocierto sino lo presente a mi espritu de manera tan clara y distinta que acercade su certeza no pudiera caber la menor duda.2

    Se introduce as una duda metdica sobre las verdades adquiridas di-rectamente mediante la experiencia de los sentidos, pues bien sabe-mos que las cosas no son siempre como aparentan ser. Uno de los

    El sentido comn y el escepticismo en la epistemologa moderna 27

  • principales argumentos cartesianos para dudar se basa en un anlisisreferente al sueo: cuando soamos, aquello que experimentamos esprcticamente indistinguible de nuestra experiencia de vigilia; y si es-to es as, no tenemos garanta de que lo que percibimos en nuestraexperiencia actual sea verdadero, ya que bien podramos estar soan-do en este momento. Debemos buscar entonces un fundamento delconocimiento ms firme que la mera experiencia.

    Para Descartes, el mtodo de la duda sistemtica es aplicable a to-do. Aun las proposiciones matemticas deben ponerse en duda, puesen principio es posible que un genio maligno estuviera controlandomis capacidades de juicio y razonamiento para convencerme de laverdad de esas proposiciones, sin serlo. No basta, pues, que me parez-can obviamente verdaderas, para que lo sean. Sin embargo, el anli-sis cartesiano concluye que hay una creencia que puede considerarseindudable: este genio maligno no puede engaarme con respecto a lacreencia en mi propia existencia. Puesto que pienso, existo. Mi pen-samiento es una garanta de mi existencia y, por tanto, no puedo creerfalsamente que yo mismo existo.

    El argumento de Descartes, una vez establecido que la creencia enmi existencia es indudable, prosigue considerando la existencia de mispensamientos. Puesto que pienso, puedo estar seguro de que algo pien-so: mis pensamientos estn simple e indudablemente presentes en m.Yo estoy inmediatamente consciente de esto y no requiero de ningnargumento ulterior para sostener la verdad de esta creencia.

    En la teora cartesiana de las ideas, stas son objetos mentales queestn presentes a la conciencia en todo acto mental. Aunque las ideasson objetos que por sentido comn suponemos que representan co-sas que estn fuera de la mente, sin embargo, al analizar nuestro es-tado de conciencia actual, constatamos que los nicos ingredientespresentes en la conciencia son los actos mentales (o actos del pen-samiento) y sus correspondientes objetos mentales, las ideas. SegnDescartes, esto es autoevidente; pero no lo es que exista un mundofuera de la mente adems de m mismo y de los actos del pensamientoy las ideas. Aunque estamos inclinados a creer que algunas de las ideasson representaciones de objetos externos e independientes de la men-te, existe siempre la posibilidad de que est soando, o de que un geniomaligno me est engaando sobre esta creencia. Y, como no hay ga-

    28 Filosofa del sentido comn

  • rantas de que lo anterior no est sucediendo, la nica salida para elescepticismo es mostrar que este engao sera inconsistente con la be-nevolencia de Dios, de cuya existencia da una prueba.

    Si bien para Descartes, la creencia en la existencia de un mundoexterno e independiente de nuestras ideas est justificada por la razndebido en parte a que algunos componentes de nuestras ideas sobrelos objetos de ese mundo son claros y distintos; no es la razn la ins-tancia ltima de justificacin para las ideas claras y distintas, sinoque es la idea innata de la benevolencia divina lo que permite garan-tizar que esas ideas sean verdaderas.

    El escepticismo moderado en el empirismo de Locke

    Locke, contra Descartes, niega que haya principios innatos o no-ciones comunes en el entendimiento. Sin embargo, comparte conaqul el supuesto de que las nicas cosas inmediatamente presentesen la mente son las ideas, y que todas las creencias tienen como obje-to a las ideas. Un problema crucial para la teora de Locke era darcuenta de nuestras ideas y creencias sobre objetos externos a la mente,segn lo concibe el sentido comn. La mente es como una tabla rasaen la cual la experiencia escribe.3 El razonamiento es una operacinmental sobre las ideas que conduce al conocimiento o a la creencia.En el empirismo de Locke, la nica fuente de nuestras ideas es la ex-periencia; ya sea la experiencia sensible, que nos produce ideas desensacin, o la experiencia de las operaciones de nuestra mente, quenos produce ideas de reflexin. Las ideas de sensacin se producenen la mente por la accin de las cosas del mundo fsico sobre nuestrosrganos sensoriales: Llamo idea a cualquier cosa que la mente per-cibe d e n t ro de s o que es el objeto inmediato de la percepcin, el pen-samiento o el entendimiento; y al poder de producir cualquier idea ennuestra mente, lo denomino cualidad del sujeto en quien reside esep od e r. 4 Nuestras ideas de sensacin representan cualidades de los ob-jetos fsicos. En la percepcin sensorial, las cualidades de los objetosp r oducen ideas en nosotros. Nuestros nicos objetos de percepcinson las ideas, a partir de las cuales inferimos la existencia de objetosexternos y la creencia en que sus cualidades se asemejan a las ideasque tenemos de ellas.

    El sentido comn y el escepticismo en la epistemologa moderna 29

  • Adems, las ideas pueden ser simples, aquellas que son inanaliza-bles y se reciben en la mente pasivamente, o complejas, aquellas quese forman por la actividad de la mente. Como Descartes, Locke haceuna distincin entre dos tipos de cualidades de los objetos fsicos:primarias y secundarias. Las cualidades primarias son aquellas quep r oducen ideas simples en nosotros. Nuestras ideas de las cualida-des primarias realmente se asemejan a las cualidades mismas y, paraLocke, nuestra creencia de sentido comn de que los objetos externosse parecen a nuestras ideas de ellos es correcta slo en lo que respectaa las cualidades primarias. Contra la creencia del hombre comn, lascualidades secundarias no se asemejan a nada que realmente existaen el objeto que produce las ideas en nosotros, pues se producen a par-tir de ciertos poderes que tienen los objetos para afectarnos al hacersurgir determinadas sensaciones en nuestros sentidos; pero no poresto son completamente subjetivas, ya que dependen tanto de las cua-lidades primarias como de nuestros rganos sensoriales.

    Sin embargo, aunque moderado, subsiste en la epistemologa deLocke un escepticismo en relacin con el conocimiento de los ob-jetos de la experiencia comn, ya que stos no tienen que ser en elmundo externo tal y como los percibimos ordinariamente. Nuestraexperiencia de los objetos del mundo externo es slo parcial, y de esemundo nicamente podemos experimentar de manera mediata suscualidades a travs de las ideas, que son representaciones de aquellas:

    Es evidente que la mente no conoce las cosas inmediatamente, sino slo por laintervencin de las ideas que tiene de ellas. Nuestro conocimiento entonceses real slo mientras haya una conformidad entre nuestras ideas y la realidad delas cosas. Pero cul ser aqu el criterio? Cmo la mente, cuando no percibenada ms que sus propias ideas, conocer que ellas corresponden con las cosasmismas? 5

    La respuesta a la que llega Locke parece una peticin de principio:puesto que nuestras ideas simples de sensacin son impuestas en nues-tras mentes, no podemos crearlas; son entonces el resultado de algoexterno actuando sobre nosotros, y las ideas simples debern estar enconformidad con aquellas cualidades que las producen. El supuestosobre la existencia de algo externo a nuestras mentes es esencial en elargumento de Locke; pero nunca demuestra la necesidad de ese su-

    30 Filosofa del sentido comn

  • puesto para dar cuenta de la existencia de las ideas, como Berkeleynot posteriormente.

    Para Locke, entonces, si bien es la propia razn humana lo quejustifica la creencia en los objetos externos, slo lo hace en referenciaa las cualidades primarias de stos, es decir, aquellas cualidades queson inseparables de los cuerpos e independientes de nuestras mentes;pues las cualidades secundarias, al no estar en los objetos mismos,no pueden ser totalmente independientes. Por consiguiente, Lockeafirma la existencia de un mundo externo, y en esto se opone al es-cepticismo radical. Pero adopta una forma particular de escepticismo,pues aunque sabemos de su existencia mediante las ideas que son re-presentaciones de ciertas cualidades del mismo, no podemos nuncallegar a saber cmo es realmente este mundo.

    El escepticismo radical de Berkeley

    Berkeley comienza los Principios del conocimiento humano con una men-cin al escepticismo que, paradjicamente, parece ser inherente a lafilosofa en oposicin a la aparente seguridad del conocimiento desentido comn del vulgo:

    La filosofa no es otra cosa que el cultivo de la sabidura y la bsqueda o inves-tigacin de la verdad. Parece, pues, razonable suponer que aquellos que le hanconsagrado su tiempo y sus esfuerzos han de tener un espritu ms apto y des-pierto en orden a la elucubracin con un conocimiento ms claro y evidente,por hallarse ms desembarazados que los profanos de las dificultades y dudasque en alguna manera puedan oscurecer la verdad.

    Y a pesar de ello, vemos que la gran masa de iletrados que forman el vulgo,el incontable nmero de los que desarrollan su vida mental dentro de los sende-ros trillados del sentido comn y se gobiernan por los dictados instintivos de lanaturaleza, gozan en su mayora de una serenidad y fijeza imperturbables en loque a sus conocimientos se refiere. Para ellos, todo lo que les es familiar resultaperfectamente explicable y nada es difcil de comprender. No les aqueja falta al-guna de evidencia en sus sentidos y estn por completo a salvo de llegar a serescpticos.

    Mas en cuanto tratamos de elevarnos por encima de los sentidos y del ins-tinto para seguir la luz de principios superiores... nos asaltan inumerables difi-cultades, precisamente sobre cosas que antes creamos haber comprendidoperfectamente. A cada paso... se delatan los prejuicios y errores del sentido [co-

    El sentido comn y el escepticismo en la epistemologa moderna 31

  • mn]; y al pretender corregirlos mediante la razn, insensiblemente caemos enburdas y extraas paradojas, dificultades y falacias... hasta que por fin... veni-mos a encontrarnos en el mismo punto de partida; o lo que es todava peor, es-tacionados en un peligroso y despechado escepticismo.6

    Berkeley atribuye las dificultades en la bsqueda de la verdad a quelos filsofos han tomado como punto de partida un principio falso:el de que la mente puede elaborar ideas abstractas. Estas ideas seranlos elementos constitutivos y simples de los objetos que percibimos, loscuales, a su vez, seran conglomerados de ideas mezcladas o compues-tas. Para Berkeley es la percepcin y no la abstraccin, la base delconocimiento; niega la realidad de las ideas abstractas tomadas comoentidades subsistentes por s mismas, pues stas son, a lo sumo, com-puestos significativos de percepciones individuales. Las ideas se fun-dan, entonces, en la experiencia y no en la abstraccin. Es la falsacreencia en el poder de la abstraccin, es decir, el especular con baseen abstracciones, lo que ha llevado a la creencia en una substanciamaterial para los objetos externos. No existen, dice, realidades exter-nas al espritu (humano y divino).

    Sin embargo, la teora de las ideas de Berkeley es similar a las teo-ras de Descartes y los dems empiristas en cuanto a que los nicosobjetos directos del conocimiento son los contenidos mentales, enel caso particular de Berkeley, las ideas como signos de las percepcio-nes. Con base en esta concepcin concluye que la creencia en unasustancia material independiente de la mente es falsa, y que la nicarealidad de los objetos materiales reside en percibir y ser percibidos:

    Porque es incomprensible la existencia absoluta de los seres que no piensan,p r e scindiendo totalmente de que puedan ser percibidos. Su existir consiste enesto, en que se los perciba; y no se los concibe en modo alguno fuera de lamente o ser pensante que pueda tener percepcin de los mismos.7

    Adopta as la doctrina de que los objetos de la percepcin comn noson objetos materiales externos sino colecciones de ideas en la mente.Sin embargo, Berkeley intenta reconciliar su postura con el sentidocomn arguyendo que la nocin de objeto material es una nocin fi-losfica y que su propia doctrina es acorde con la nocin del hombrecomn con respecto a los objetos cotidianos:

    32 Filosofa del sentido comn

  • Que ni nuestros pensamientos, ni las pasiones, ni las ideas formadas por la ima-ginacin pueden existir sin la mente, es lo que todos admiten .

    Y..., no es menos evidente que las varias sensaciones o ideas impresas, porcomplejas y mltiples que sean las combinaciones en que se presenten (es decir,cualesquiera que sean los objetos que as formen), no pueden tener existenciasi no es en una mente que las perciba. Estimo que puede obtenerse un conoci-miento instintivo de esto por cualquiera que observe lo que significa el trminoexistir cuando se aplica a las cosas sensibles. As, por ejemplo, esta mesa en queescribo, digo que existe, esto es, que la veo y la siento; y si yo estuviera fuera demi estudio, dira tambin que ella existe, significando con ello que, si yo estuvie-ra en mi estudio, podra percibirla de nuevo, o de que otra mente que estuvieraall presente la podra percibir realmente.8

    Berkeley acepta abiertamente que, en su sistema, el escepticismo conrespecto a un mundo externo material que subsista por s mismo esinevitable, y en este sentido su escepticismo es radical. Pero, para sal-var el problema, decide hacer una reinterpretacin de las creenciasdel sentido comn a la luz de su teora, y de esta manera reconciliarambas.

    La crtica de Hume al escepticismo

    Las epistemologas de la modernidad en su conjunto partan, en buenaparte, de un solipsismo del momento presente que conduca a la ne-gacin de las creencias del hombre comn sobre los objetos de la vidaordinaria. Por su parte, la epistemologa de Hume tomaba como fun-damento ltimo del conocimiento las percepciones de cierta clase: lasimpresiones de los sentidos y sus ideas correspondientes. Al llevar suspremisas hasta sus ltimas consecuencias, mediante un anlisis lgi-co preciso, Hume mostr que era inevitable cierto grado de escep-ticismo sobre nuestra pretensin de conocer, o incluso de creer conjustificacin racional, en un mundo externo de objetos independien-tes de las impresiones e ideas de nuestra mente.

    Aunque Hume no neg la posibilidad de que los objetos externosfueran la causa de las impresiones de sensacin, encontr que la raznno poda justificar tal creencia. En este sentido, el escepticismo deHume con respecto al mundo externo es moderado, es decir, ms pa-recido a una suspensin del juicio que a una negacin. En general, la

    El sentido comn y el escepticismo en la epistemologa moderna 33

  • bsqueda de causas ltimas y ocultas a la percepcin era, para Hume,un problema metafsico que deba ser eliminado de la filosofa. Eranlos hbitos o la utilidad prctica de las creencias sobre la causalidad loque nos impela a creer en su existencia; pero el anlisis filosfico nosindicaba que lo nico que podemos conocer indudablemente son lasimpresiones y sus ideas correspondientes, y por esto deberamos res-tringirnos al conocimiento fundado en las percepciones:

    Dado que nada hay presente a la mente sin las percepciones, y que todas lasideas se derivan de algo que con anterioridad se hallaba ya ante la mente, sesigue que nos es imposible concebir o formar una idea de algo que sea especfi-camente distinto a las ideas e impresiones. Dirijamos nuestra atencin fuerade nosotros cuanto nos sea posible; llevemos nuestra imaginacin a los cielos,o a los ms extremos lmites del universo: nunca daremos realmente un pasofuera de nosotros mismos, ni podremos concebir otra clase de existencia quela de las percepciones manifiestas dentro de esos estrechos lmites.9

    Segn Hume, slo podemos entrar en contacto con los contenidos denuestra conciencia. La propia identidad personal (y toda identidadsubstancial en general) no es ms que una ficcin provocada por lapercepcin de una corriente de impresiones y de sus ideas corres-pondientes relacionadas entre s. La razn es incapaz de justificar lascreencias sobre la permanencia de nosotros mismos o de los objetosexternos, o sobre la causalidad o sobre las intuiciones morales.

    Al mismo tiempo, el propio Hume reconoca que era imposiblevivir de acuerdo con las conclusiones escpticas excesivas de algunasdoctrinas filosficas. Expresaba su insatisfaccin ante la incongruen-cia que significaba el sostener creencias filosficas que contradijeranlas propias creencias cotidianas, en los siguientes trminos:

    Aqu se encuentra pues la principal y ms delicada objecin contra el escep-ticismo excesivo, que no puede resultar de l ningn bien duradero... Slo te-nemos que preguntar a un escptico cules son sus intenciones y qu se proponecon todas sus investigaciones sutiles. Inmediatamente se desconcierta y no sabeque contestar... Y aunque [un escptico] se precipitara (...) a un momentneoasombro y confusin con sus profundos razonamientos, el primer y ms trivialsuceso en la vida pondra en fuga todas sus dudas y escrpulos y le igualara ent odo punto de accin y de especulacin a los filsofos de todas las dems sectas,

    34 Filosofa del sentido comn

  • o a aquellos que nunca se ocuparon de investigaciones filosficas. Cuando des-pierte de su sueo ser el primero en participar en la risa contra l.10

    Sin embargo, reconoca que desde su papel de filsofo se senta obli-gado a aceptar las consecuencias escpticas de su sistema, si bien deuna manera moderada. En varias partes del Tratado de la naturaleza hu-mana (1739) y de la Investigacin sobre el entendimiento humano ( 1 7 5 1 ) ,Hume expresa cierta inconformidad por la contradiccin que hay en-tre el escepticismo al que lleva su filosofa y las formas de la vida co-tidiana basadas en el sentido comn. Por ejemplo:

    He aqu, pues, que me veo absoluta y necesariamente obligado a vivir, hablar yactuar como las dems personas en los quehaceres cotidianos. Pero a pesar deque mi inclinacin natural y el curso de mis espritus animales y pasiones mereduzcan a esta pasiva creencia en las mximas generales del mundo, sigo sin-tiendo tantos vestigios de mi anterior disposicin que estoy dispuesto a tirar to-dos mis libros y papeles al fuego, y decidido a no renunciar nunca jams a losplaceres de la vida en nombre del razonamiento y la filosofa.11

    Pero, por otra parte, Hume reconoca para la filosofa el papel de juz-gar sobre los fundamentos racionales de las dems disciplinas y delsaber ordinario. Argumentaba que la adopcin prctica de una creen-cia no justificaba por ese mero hecho su verdad: Se dice que la prc-tica refuta las dudas... Como persona que acta estoy muy satisfechoen este punto, pero como filsofo que tiene un poco de curiosidadno dir escepticismo quiero saber el fundamento de esta infe-rencia.12

    La crtica de Reid contra el escepticismo parte en gran medida delpredicamento al que lleva el argumento de Hume: el escepticismofilosfico es incongruente con las formas de la vida diaria. Y esto esun indicio de la incorreccin de su programa epistemolgico, en opi-nin de los filsofos del sentido comn. La semilla de la reaccin deReid a favor del sentido comn estaba ya en los propios argumentosde Hume, como veremos a continuacin.

    El sentido comn y el escepticismo en la epistemologa moderna 35

  • NO TA S

    1 Descartes, 1637, p. 9.2 I b i d ., p. 16.3 Como veremos ms adelante, Popper critica esta teora de las ideas compartida

    por el racionalismo y el empirismo clsicos, a la que llama la teora de la mentecomo un cub o .

    4 Locke, 1694, II, 8, 8, p. 186.5 Ibid., IV, 4, 3, p. 295.6 B e r k e l e y, 1710, pp. 13-14.7 I b i d ., p. 45.8 I b i de m .9 Hume, 1739, I, 2, 6, p. 169.

    1 0 Hume, 1751, pp. 198-199.1 1 Hume, 1739, pp. 423-424.1 2 Hume, 1751, p. 47.

    36 Filosofa del sentido comn

  • escartes, Locke y Hume buscaron escapar del escepticismo alque llevaban sus programas epistemolgicos, e incluso Berkeleyintent reconciliar su postura con la opinin del hombre co-

    mn. Sin embargo, ninguna de las soluciones a las que llegaron estosfilsofos fueron del todo satisfactorias, y sus crticos las apreciabancomo artificiales e incongruentes con el resto de sus premisas. Noobstante, en gran parte de la epistemologa posterior prevaleci laaceptacin de la duda metdica sobre las creencias del sentido comncomo un punto de partida obligado para el anlisis epistemolgico.Sin embargo, la validez misma de ese programa y de sus tesis escpti-cas fue cuestionada por Reid y otros filsofos modernos defensores delsentido comn.

    A rgumentos de Reid contra el escepticismo

    Reid consideraba al escepticismo de las tesis epistemolgicas impe-rantes en la filosofa de su tiempo como un defecto, resultado de lainconsistencia entre las creencias filosficas y las creencias habitualeso de sentido comn. Tanto los racionalistas como los empiristas ado-lecan de una errnea comprensin de las facultades de la razn hu-mana; el desprecio mostrado hacia el sentido comn les conduca anegar los objetos y hechos habituales y a reemplazarlos por los con-tenidos de la conciencia, que eran, para Reid, meras representacionesmentales de aqullos.

    D

    CA P T U L O 2

    La filosofa del sentido comnde Thomas Reid

  • El escepticismo es una atrevida filosofa que rechaza, sin miramiento alguno,principios que gobiernan irresistiblemente la creencia y la conducta de la huma-nidad en los aspectos comunes de la vida, y ante los cuales el filsofo mismonecesita ceder, aunque imagine que los ha refutado. Tales principios son msviejos y con mayor autoridad que la filosofa misma, la cual descansa en elloscomo su base, y no al revs. Si la filosofa pudiera derribar estos principios, ha-bra que enterrarla en esas ruinas.1

    Si un hombre se halla a s mismo atrapado en estas labores metafsicas, y no lo-gra encontrar una forma de escapar, dejmosle cortar decididamente el nudoque no puede aflojar, maldecir a la metafsica y disuadir a otros de mezclarsecon ella... Si la filosofa se contradice a s misma, engense sus devotos...2

    Debemos entonces descartar a la filosofa? No, dice Reid, Yo mismohe encontrado que en otras materias ella es una agradable compa e-ra, una fiel consejera y una amiga del sentido comn, para fortuna dela humanidad.3 Entonces, debemos reconciliar nuestros sistemas fi-losficos con aquellos primeros principios que son la base de todo co-nocimiento, es decir con los principios del sentido comn.

    En sus libros Una investigacin de la mente humana bajo los princi-pios del sentido comn [An Inquiry into the Human Mind, on the Principlesof Common Sense] (1764) y Ensayos sobre las capacidades intelectua-les del hombre [Essays on the Intellectual Powers of Man] (1785) Reidhace una crtica de los sistemas filosficos escpticos. En particular,su ataque se dirige directamente a la teora cartesiana de las ideas, lacual en su opinin comparten todos los sistemas escpticos y es el ci-miento de lo que Reid llama la filosofa de la mente o filosofaideal. Dice:

    Es factible observar que los defectos y fallas de la heredada filosofa de la menteque la expusieron al desprecio y al ridculo de los hombres sensatos se handebido principalmente a que los partidarios de esta filosofa, al partir de un pre-juicio natural en favor suyo, buscaron afanosamente extender su jurisdiccinms all de sus lmites justos, y someter a juicio los dictados del sentido comn.Pero stos no reconocen esa jurisdiccin; ellos desdean al tribunal del razo-namiento e ignoran su autoridad. Nunca reclamaron su ayuda, ni temen a susataques.

    En esta desigual disputa entre el sentido comn y la filosofa, la ltima resul-tar siempre con prdidas y deshonrada, y no podr salir adelante hasta quedicha rivalidad decaiga; hasta que cedan sus atrevimientos y sea restaurada la

    38 La filosofa del sentido comn

  • amistad cordial entre ambas, ya que, en realidad, el sentido comn no tienenada en contra de la filosofa, ni necesita de su ayuda. Pero, por otra parte, lafilosofa, si se me permite modificar la metfora, no tiene ms races que losprincipios del sentido comn; ella surge de stos y all encuentra su nutricin.Separada de esa raz sus mtodos declinan.4

    Por otra parte, contra Berkeley, quien continuamente apelaba al sen-tido comn y a las nociones naturales de la humanidad en apoyo asu postura escptica con respecto a los objetos materiales, y para quienla creencia en objetos materiales era slo una nocin filosfica sinfundamento en el uso comn, Reid afirmaba que no poda dudarse decreencias del sentido comn tan bsicas como que nuestros actosde percepcin presuponan la existencia nuestra y la de objetos mate-riales independientes a nosotros, y que hay, por tanto, algo separablede la corriente de las sensaciones. Asimismo, contra la opinin deHume, para Reid las creencias sobre las causas que tiene todo even-to eran indudables.

    Reid argumentaba repetidamente que todo filsofo debera man-tener como regla la consistencia entre sus ideas filosficas y el sentidocomn; debera asegurarse de que su sistema no contradijera sus pro-pias creencias y formas de inferencia habituales.

    El escptico puede quiz persuadirse a s mismo, en general, de que no tiene ba-ses para creer en sus sentidos o en su memoria; pero, en casos particulares... suincredulidad se desvanece, y se encuentra bajo la necesidad de creer en ambas.5

    Aun quienes rechazan [la existencia de un mundo material] en la especulacin,se hallan en la necesidad de gobernarse por sta en su prctica; y as pasar siem-pre que la filosofa contradiga a los primeros principios.6

    El violar esta regla de consistencia lleva necesariamente a paradojas,y Reid consideraba que lo contradictorio o absurdo de una conclusineran seales de su incorreccin: Las opiniones que contradicen losprimeros principios se distinguen de otros errores por esto; que noson solamente falsas, sino absurdas.7 Para Reid, el filsofo escpti-co se autorrefutaba al suscribir cotidianamente las mismas creenciasdel sentido comn que repudiaba en su papel de filsofo, como vere-mos ms adelante.

    La filosofa del sentido comn de Thomas Reid 39

  • La crtica de Reid a la teora cartesiana de las ideas

    Reid utiliza en varias ocasiones contra sus oponentes argumentos adh o m i n e m que buscaban mostrar que un primer principio que rechaceun hombre se puede ubicar en el mismo nivel que otro principio ques admite. Cuando ste sea el caso, habr que culpar de inconsistenciaa quien sostenga un principio pero no acepte el otro.8 Reid dirigeas contra la filosofa cartesiana y contra los escpticos argumentoscomo el siguiente:

    Al no hallar nada establecido en esta parte de la filosofa y con el propsito dedisponer sus fundamentos en lo ms profundo, Descartes resolvi no creer en supropia existencia hasta que se supiera capaz de ofrecer una buena razn para ello.l fue, quizs, el primero en adoptar esta resolucin, aunque si en verdad hu-biera llevado a cabo su propsito, y realmente hubiera perdido la confianza ensu existencia, su situacin hubiera sido deplorable y sin remedio alguno desdeel punto de vista de la razn o de la filosofa. Un hombre que descrea de su pro-pia existencia es seguramente tan inepto para que se razone con l, como elque piensa que est hecho de vidrio. Podra haber desrdenes en la construccinhumana que produzcan extravagancias tales, pero ellos nunca sanarn median-te el razonamiento.

    Descartes nos hizo creer, en verdad, que sali de su delirio por el argumentolgico del cogito, ergo sum, pero lo evidente es que se mantuvo en sus cabalestodo el tiempo, y que nunca dud seriamente de su existencia, porque la dabapor supuesta en el argumento, hasta acabar sin probar nada. Estoy pensando,dijo l, y por lo tanto soy. Pero no sera igualmente un buen razonamiento decirque estoy durmiendo y, por lo tanto, soy?; o que no estoy haciendo nada y, porlo tanto, soy? 9

    En primer trmino, la crtica de Reid busca mostrar la debilidad e im-plausibilidad de las consecuencias inferidas de las premisas de los sis-temas escpticos, y a partir de ah concluye que tales premisas soninaceptables. Adems, Reid hace una referencia de tipo personal almostrar que el filsofo escptico es inconsistente con sus propias pre-misas, pues en la vida cotidiana acta sin siquiera considerarlas, y aunen el desarrollo del mismo argumento filosfico estn implcitas lascreencias ordinarias; la contradiccin prctica entre las creencias filo-sficas y las creencias de sentido comn de los mismos filsofos escp-ticos, son vistas como un indicio de la incorreccin de sus sistemas.10

    40 La filosofa del sentido comn

  • Una regla bsica en el sistema reidiano es sta: un juicio puede sercontradictorio con otro, pero un hombre no puede suscribir al mismotiempo dos juicios que perciba como contradictorios.1 1 Reid cuestio-na a los escpticos por violar esta regla metodolgica.

    Por otra parte, Reid cuestiona las razones por las que Descartesa s uma en su argumento la existencia del pensamiento como funda-mento ltimo para, partiendo de l, inferir la existencia de una menteo de un sujeto pensante:

    Pero por qu no demostr la existencia de su pensamiento? Pudiera decirse quees la conciencia quien responde por ello. Pero quin responde por la concien-cia? Es posible que un hombre pruebe que su conciencia es incapaz de enga-arlo? Ningn hombre podra, y no sabramos dar una mejor razn para confiaren esa conciencia que el que cada hombre, mientras su mente est sana, se en-cuentra determinado por la constitucin de su naturaleza a concederle un crdi-to implcito, y a rerse o sentir pena por quien ponga en duda su testimonio.12

    Para Reid, todos los filsofos, de Platn a Hume, coincidan en queno percibimos los objetos externos de manera inmediata, y que el ob-jeto inmediato de la percepcin debe ser algn objeto presente a lamente, es decir, una idea o una impresin:

    Afirmo que creer en la existencia de las impresiones e ideas est tan poco sus-tentado en la razn como la creencia en la existencia de las mentes o de los cuer-pos. Ningn hombre ha ofrecido ni podido ofrecer una razn para esta creen-cia... El escptico consistente y completo nunca ceder en este punto... Para talescptico no tengo nada que decir, pero a los escpticos a medias les solicitaraque investigaran por qu creen en la existencia de sus impresiones e ideas. Meparece que la verdadera razn estriba en que no pueden evitarlo, y la misma de-bera conducirlos a creer en muchas otras cosas que niegan.13

    Para Reid, entonces, es la reificacin que los filsofos hacen de los con-tenidos del pensamiento, aunada a la consideracin de stos comolos nicos objetos que pueden estar presentes directamente en la con-ciencia, lo que lleva al escepticismo con respecto a los objetos ex-ternos:

    La filosofa del sentido comn de Thomas Reid 41

  • As es como la sabidura de la f i l o s o f a se ha colocado en contradiccin con elsentido comn de la humanidad. La primera pretende demostrar a priori, que nohay tal cosa como un mundo material; que el sol, la luna, las estrellas y la tierray los cuerpos animales y vegetales, de hecho son y no pueden ser ms que sensa-ciones en la mente o imgenes de esas sensaciones en la memoria y la imagi-nacin; pretende demostrar que, al igual que el sufrimiento o la alegra, estasentidades no pueden tener existencia mientras no ocurran en el pensamiento.1 4

    Y aade:

    Siendo [en los sistemas escpticos] las ideas los nicos objetos del pensamientoy no teniendo existencia alguna, salvo cuando somos conscientes de ellas, deah se sigue necesariamente que no hay ningn objeto de nuestro pensamientocapaz de tener una existencia continua y permanente.15

    Esta reificacin de los contenidos mentales a costa de la negacin delmundo material es arbitraria, en opinin de Reid, pues tanto o msvlido sera el partir de la reificacin de la propia persona o de los ob-jetos externos, como lo pide el sentido comn:

    ...si los objetos externos son percibidos de manera inmediata, tenemos la mismarazn para creer en su existencia que la que los filsofos tienen para creer en laexistencia de las ideas, en tanto que son mantenidas por ellos como los objetosinmediatos de la percepcin.1 6

    Es importante notar que ms que una negacin de la existencia de lasideas en general, Reid argumenta a favor de que, en relacin a nuestrapercepcin de los objetos externos, son stos los objetos inmediatosde la percepcin y no las ideas que tenemos de ellos. Sin embargo,Reid no niega que en el caso de las sensaciones, stas sean los obje-tos que estn presentes a la conciencia. Segn Reid, muchos de losproblemas filosficos surgen de una confusin entre las percepcionesy las sensaciones, por lo cual en su teora de la percepcin hace unacuidadosa distincin entre ellas, como veremos ms adelante.

    42 La filosofa del sentido comn

  • La concepcin reidiana del sentido comn

    Para Reid, todo razonamiento necesita partir de primeros principiosque estn fundados en la constitucin de nuestra propia naturaleza,tales principios son una parte de nuestra constitucin, tan importan-te como nuestra capacidad de pensar:

    [A los primeros principios] no hay razn alguna que los demuestre o los destru-ya y sin ellos es imposible hacer algo. Con ellos sucede lo que con el telescopio,que puede ayudar a un hombre a ver ms lejos... slo si tiene ojos; sin stos, eltelescopio no le mostrara nada. Ningn matemtico se halla en posibilidad dedemostrar la veracidad de sus axiomas, ni puede probar algo ms que mediantela adopcin de esos axiomas. Somos incapaces de probar la existencia de nues-tras mentes y nuestros pensamientos y sensaciones. Un historiador o un testigonada son capaces de probar a menos que den por sentada una confiabilidad enla memoria y en los sentidos, y un filsofo natural tampoco puede probar nadaa menos que suponga que el curso de la naturaleza es uniforme y constante.1 7

    La imposibilidad de probar los primeros principios hace necesaria laapelacin al tipo de saber que nos proporciona el sentido comn. Reidha sido criticado a veces por presentar sus argumentos de maneradogmtica, sin demostrar sus axiomas, pero, en nuestra opinin, staes una crtica injustificada. Ni los axiomas racionalistas ni los empi-ristas son susceptibles de una prueba distinta de la apelacin a la ex-periencia personal de cada individuo, y en los argumentos de estosfilsofos encontramos a menudo este tipo de justificacin en apoyode sus tesis, de manera similar a como Reid apela al sentido comnpara mostrar lo plausible de su doctrina y lo absurdo de las tesis escp-ticas. De esta manera, Reid opta por tomar como un fundamento epis-temolgico al sentido comn en vez de adoptar los fundamentos desus adversarios, que considera ms inciertos.

    Por otra parte, en los Ensayos sobre las capacidades activas delh o mbre [Essays on the Active Powers of Man] (1788), Reid hace unadistincin entre las capacidades intelectuales, las capacidades de ra-zonamiento y de concepcin, que haba tratado ya en los Ensayos so-b re las capacidades intelectuales del hombre, y las capacidades activas,que se refieren a las capacidades de impulsos y deseos que llevan en

    La filosofa del sentido comn de Thomas Reid 43

  • parte a determinar, o determinan directamente, las acciones huma-nas, estas ltimas capacidades no las trataremos en este trabajo.1 8

    Con respecto a las capacidades intelectuales del hombre, u ope-raciones mentales, Reid propone una clasificacin: 1 ) la percepcin,que es la capacidad mediante la cual conocemos inmediatamente losobjetos externos presentes, a travs de los sentidos; 2 ) la memoria,que es la capacidad para adquirir un conocimiento inmediato de lasentidades pasadas; 3 ) la concepcin o captacin simple, que es la capa-cidad para imaginar cosas, existentes o inexistentes; 4 ) la abstraccin,que es la capacidad de componer los objetos simples en complejos yde resolver y analizar los objetos complejos; 5) el juicio, que es el ac-to de la mente por el que alguna cosa se afirma o se niega de otra;1 96) el razonamiento, que es la operacin en la cual, a partir de dos oms juicios, derivamos una conclusin; 7) el gusto; 8) la percepcinmoral; y 9 ) la conciencia, que es el conocimiento inmediato sobrenuestros pensamientos y propsitos presentes y, en general, de las ope-raciones actuales de la mente.20

    Reid introduce la discusin sobre el sentido comn en relacin conla capacidad intelectual del j u i c i o. Cabe reiterar que, como hemos vis-to en el prrafo anterior, el juicio es un acto de la mente diferente dela mera concepcin (o captacin simple), pero que presupone a sta.Mientras los juicios son imposibles sin una concepcin de las cosassobre las cuales se juzga, la concepcin puede ocurrir sin un juicio.21Segn Reid, una de las ms importantes distinciones de nuestros jui-cios es que algunos de ellos son intuitivos, y otros basados en argu-m e n t o s .2 2 Adscribimos a la razn dos funciones o grados: la primerade estas funciones es juzgar de cosas autoevidentes, la segunda,extraer conclusiones que no son autoevidentes a partir de aquellasq u e lo son. La primera de stas es la provincia y la sola provincia delsentido comn, dice Reid. Es entonces cuando el sentido comncoincide con la razn en toda su extensin, y es solamente otro nom-bre para un aspecto o grado de la razn: cuando sta juzga sobre lo quees evidente de suyo. En la segunda funcin de la razn entra en juegola capacidad de razonar correctamente, siguiendo las correctas reglasdel pensamiento.

    44 La filosofa del sentido comn

  • Pero la capacidad de juzgar en proposiciones autoevidentes, que son entendidasclaramente, puede compararse a la capacidad de tragar nuestro alimento. Espuramente natural, y entonces comn a lo aprendido y lo no aprendido; a loeducado y lo no educado: requiere madurez de entendimiento y libertad de pre-juicio, pero nada ms.23

    El lenguaje representa un importante papel, pues los juicios slo pue-den expresarse mediante proposiciones. Por esto, los juicios del sen-tido comn se expresan mediante una serie de proposiciones que Reidllama los primeros principios, o los principios del sentido comn,los cuales se dividen en dos clases: contingentes y necesarios. Losprincipios del sentido comn relativos a la verdad contingente soncomo los siguientes: 1 ) existe todo aquello de lo que soy consciente;2) los pensamientos de los que soy consciente son los pensamientosde un ser que llamo mi propio yo, mi mente, mi persona; 3 ) las cosasrealmente han sucedido como yo claramente las recuerdo; 4 ) n u e s t r aidentidad personal y existencia continua son acordes a como clara-mente las distinguimos; 5 ) las cosas que distinguimos claramente me-diante los sentidos realmente existen, y son lo que percibimos queson; 6) tenemos algn grado de poder sobre nuestras acciones, y sobrela determinacin de nuestros deseos; 7 ) las facultades naturales por lasque distinguimos la verdad del error no son falaces; 8) hay vida e in-teligencia en nuestros semejantes con quienes tratamos; 9 ) que ciertosrasgos del semblante, sonidos de la voz, y gestos del cuerpo, indicanciertos pensamientos y disposiciones de la mente; 1 0 ) hay cierta con-sideracin por el testimonio humano en cuestiones de hecho, y aunpor la autoridad humana en cuestiones de opinin; 1 1 ) hay muchoseventos que dependen de la voluntad humana en los que hay una pro-babilidad autoevidente, mayor o menor, segn las circunstancias;1 2 ) en los fenmenos de la naturaleza, lo que ha de ser probablemen-te ser como ha sido en similares circunstancias.24

    Adems, los principios relativos a las verdades necesarias se divi-den en: 1) principios gramaticales; 2) axiomas lgicos; 3) axiomasmatemticos; 4) axiomas en materia de gusto; 5 ) primeros principiosen la moral; 6) principios metafsicos.25

    Por otra parte, es importante notar que Reid sostiene una nocindel sentido comn de tipo heurstico y pragmtico, al destacar el as-

    La filosofa del sentido comn de Thomas Reid 45

  • pecto del sentido comn como un conjunto de principios que guannuestras acciones:

    Cuando una opinin es tan necesaria para la conducta vital, que, sin la creen-cia de ella, un hombre sea llevado a miles de situaciones absurdas en la prcti-ca, tal opinin, cuando no podemos dar otra razn para ella, puede sin riesgoser tomada como un primer principio.25

    Adems, en cada motivo de accin est presupuesta una creencia, lacual se basa a su vez en los primeros principios:

    Nuestra conducta en la vida diaria se construye a partir de primeros principios,al igual que nuestras reflexiones en filosofa. Cada motivo de accin presuponeuna creencia, de tal manera que cuando encontramos un acuerdo general entrelos hombres sobre los primeros principios que cimentan sus vidas, deberemosconcluir que ello slo puede ganarles una inmensa autoridad en cada mentem adura que ame la verdad.26

    Y, en otra parte, se destaca la dimensin social del sentido comn, entanto parte del conocimiento compartido por una comunidad de ind i-viduos, y construdo y fijado mediante el acuerdo de sta.

    Considero que el consentimiento de todas las edades y todas las naciones, as co-mo el de los instruidos y los no instruidos, que suele otorgarse a los primerosprincipios de los que todo hombre es un juez competente, puede procurar-les una enorme autoridad.2 7

    El juicio tiene un carcter social... Es decir, que otros juicios procuran nimo yfuerza a cualquier individuo y nulifican esa fragilidad que acompaa natural-mente al juicio en solitario y al del hombre aislado en el estado de naturaleza...Por consiguiente, hemos de juzgar por nosotros mismos, pero sin desdear laayuda que provenga de la autoridad de otros jueces calificados. A esa ayuda,inclusive un matemtico estima conveniente considerarla para su ciencia, lacual es, entre todas, la que menos se relaciona con la autoridad.28

    En lo que respecta al sentido comn como sinnimo de buen juicio,es decir, la habilidad de valernos de los primeros principios para juz-gar correctamente, y que equivale a un juicio prudencial, Reid afirma:

    46 La filosofa del sentido comn

  • En el lenguaje comn, sentido siempre implica juicio. Un hombre de sentidoes un hombre de juicio. El buen sentido es buen juicio. Sinsentido es lo que esevidentemente contrario al juicio recto. El sentido comn es ese grado de juicioque es comn a todos los hombres gracias al cual podemos conversar y hacernegocios.29

    Un asunto importante es si los principios de sentido comn son sus-ceptibles de cambiar. Reid parece dejar abierta la posibilidad de queun juicio de sentido comn sea modificado, pero esto slo podra ocu-rrir en el caso de que haya un acuerdo general sobre que la aceptacinde dicho juicio conduce a un error, en cuyo caso deber buscarse lacausa del mismo:

    En los asuntos del sentido comn, el individuo comn no es menos competen-te para juzgar que el matemtico en las demostraciones matemticas. Habra quep r e s u p o n e r, francamente, que el juicio de la humanidad, en tales materias, esun resultado natural de las facultades con las que Dios la ha obsequiado. E sp robable que semejante juicio sea err n e o, pero slo cuando interviene alguna cau-sa de error tan general como el error pueda serlo. Cuando se demuestra que di-cha situacin es el caso, debe reconocerse entonces la necesidad de consideraraquella causa en su debido peso. De todos modos, suponer que la humanidadcometa desviaciones generales con respecto a la verdad en cosas evidentes desuyo, en las que es imposible detectar causa de error alguna, parece enormemen-te irrazonable.30

    Debemos notar que los juicios del sentido comn son juicios que estnbasados directamente en los primeros principios, en conjuncin conotros factores como percepciones, concepciones sobre los objetos dela experiencia, creencias de menor nivel de generalidad que la de losprincipios, etctera, todos los cuales podran ser causa de errores. Pe-ro, aunque Reid no lo dice explcitamente, s parece dejar abierta lapuerta para que el error en un juicio del sentido comn pueda sercausado por un cambio en el ncleo de los principios del sentido co-mn, si bien esto es altamente difcil ya que casi siempre ser ms ra-zonable buscar la fuente del error en factores menos fundamentales.

    En Reid se aprecian, hasta aqu, varias nociones del sentido co-mn, las cuales me parece que son mutuamente compatibles. Por unaparte, el trmino sentido comn denota para Reid un aspecto dela razn, en tanto que es la capacidad que sta tiene para juzgar sobre

    La filosofa del sentido comn de Thomas Reid 47

  • lo autoevidente; con este significado, el sentido comn es una capa-cidad reguladora e integradora de otras capacidades mentales comola percepcin, la memoria, etctera. Por otra parte, el sentido comncomo buen sentido o juicio prudencial es una habilidad para hacerbuen uso de las diferentes capacidades mentales. Aunque tiene racesen la propia naturaleza humana, en tanto que es poseda por los hom-bres maduros de cualquier condicin, esta habilidad podra ser suscep-tible de evolucionar en cierta medida mediante la comunicacin, laeducacin y el entrenamiento. Desde esta perspectiva, el sentido co-mn podra no ser una corte de apelacin infalible, pero nos ayuda asalvar muchos errores, pues tanto en ciencia, en filosofa, o en la vidadiaria, el buen sentido nos impide aceptar cualquier doctrina quese nos proponga. Por ltimo, como producto de esta capacidad men-tal nos hallamos predeterminados a aceptar un conjunto de princi-pios naturales, que estn como implantados en la mente de todos loshombres maduros, y los cuales operan correctamente en circunstan-cias ordinarias. Reid emplea estos significados del trmino en sus ar-gumentos contra Descartes, Locke, Berkeley y Hume, hombres que,pese a la gran capacidad intelectual que les reconoce, tienen en con-tra al slido juicio prctico que representa el buen sentido.

    Los principios del sentido comn como dones naturales

    Reid tiene una manera de plantear el problema del conocimiento queparece anticipar el enfoque de la epistemologa naturalizada contem-pornea, pues localiza el origen de los primeros principios del senti-do comn en la constitucin fisiolgica de los seres humanos. SegnReid, estos principios primarios aparecen en nosotros muy tempranoen nuestras vidas. Pero no se adquieren mediante instruccin, sino queparecen ser un efecto inmediato de nuestra constitucin, es decir,son dones naturales: Para los primeros principios no puede darse otrarazn que sta, que, por la constitucin de nuestra naturaleza, tene-mos la necesidad de asentirlos.3 1 Puesto que se generan desde la edadms temprana, los principios del sentido comn son los mejores can-didatos para ser los primeros principios del razonamiento:

    48 La filosofa del sentido comn

  • H a y, entonces, principios comunes que son el fundamento de todo razonamien-to y de toda ciencia. Tales principios comunes rara vez admiten una prueba di-recta, ni la necesitan. Los hombres no requieren ser instruidos en ellos; puestoque son tales que todos los hombres de comn entendimiento conocen; o, almenos, tales, que les dan un pronto asentimiento, en cuanto son propuestos yc o m p r e n d i d o s .3 2

    Y en otra parte dice:

    Todo razonamiento es a partir de principios. Los primeros principios del razona-miento matemtico son axiomas matemticos y definiciones; y los primerosprincipios de todo nuestro razonamiento sobre existencias son nuestras percep-ciones. Los primeros principios de toda clase de razonamiento nos son dadospor la naturaleza, y son de igual autoridad con la facultad de la razn misma, lacual es tambin un regalo de la naturaleza.33

    Opiniones que aparecen tan tempranamente en las mentes de los hombresque no pueden ser el efecto de la educacin o del falso razonamiento, bien pue-den tener la pretensin de ser consideradas como primeros principios. As, lacreencia que tenemos de que las personas que nos rodean son seres vivientese inteligentes, es una creencia para la cual, quizs, podemos dar alguna razn,una vez que somos capaces de razonar; pero tuvimos esta creencia antes de quepudiramos razonar, y antes de que pudiramos aprender por instruccin. Pare-ce, entonces, ser un efecto inmediato de nuestra constitucin.3 4

    Adems, sin estas creencias autoevidentes no podramos sobrevivir:

    Tuve confianza implcita en las informaciones de la Naturaleza a travs de missentidos por una parte considerable de mi vida, antes de que hubiera aprendidola suficiente l