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GEC GEC REVISTA DIGITAL DE INTERÉS CULTURAL/PRIMAVERA 2011/Nº 1 LECTURAS NO RECOMENDADAS/SPERANZA SPALDING/CULTURA Y ESTADÍSTICA EL CANTAR DE LAS TORRES/FOTOSECUENCIA/RECOMENDACIONES MUSICALES/ LA MADRE NOCHE/¿DONDE ESTÁ CLÍO?/...

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REVISTA DIGITAL DE INTERÉS CULTURAL

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GECREVISTA DIGITAL DE INTERÉS CULTURAL/PRIMAVERA 2011/Nº 1

LECTURAS NO RECOMENDADAS/SPERANZA SPALDING/CULTURA Y ESTADÍSTICAEL CANTAR DE LAS TORRES/FOTOSECUENCIA/RECOMENDACIONES MUSICALES/LA MADRE NOCHE/¿DONDE ESTÁ CLÍO?/...

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GECEDITA

GIBRALEONESCULTURA

DIRECTOR/ EDITOR/ DISEÑADORCayetano Landero Quintero

COLABORADORESRosa Mª Gómez Santos

Tania González RedondoCarmen RamosChari Murillo

Juan Manuel BlancoJuan Luís Martín

[email protected]

http://gibraleonescultura.blogspot.com/

Gec es una revista mensual en formato digital. El contenido de las imágenes y artí-culos es responsabilidad exclusiva de los autores y colaboradores. Los artículos escritos por colaboradores externos no representan necesariamente el punto de vista de la editorial. Todos los derechos de imágenes son propiedad de sus autores y no pueden ser reproducidas sin permiso de ellos.

índiceEN PORTADA

pág 6-9CULTURA Y ESTADÍSTICA

pág 11LECTURAS NO RECOMENDADAS

pág 12-13EL CANTAR DE LAS TORRES

pág 15-17RECOMENDACIONES MUSICALES

pág 18¿DONDE ESTÁ CLÍO?

pág 19LA MADRE NOCHE

pág 20-23DOMINGOS DE PIPAS Y FÚTBOL

pág 24-25

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anunciate

SI TIENES UNA EMPRESA Y

QUIERES DARTE

A CONOCER,

ESTE ES TU ESPACIO

"1"UNO es el principio, la unidad, un número entero, el triunfo, llegar el primero, es singular e individua-lista, aunque queramos ser plura-les, la mitad de dos, la marca del inicio de este periplo por la cultura

EDITORIAL

Fueron los 4 de Liverpool los que tararearon una y otra vez aquello de : “lo intentaré con un poco de ayuda de mis amigos”. Con esta frase nace la idea de crear una revista que sólo pretende acercar un poco de nuestra cultura a todos y cada uno de nuestros paisanos y paisanas. Gibraleón es Cultura surge, como todas las buenas ideas, de un sueño hace ya algún tiempo atrás. Un tiempo , ahora lejano , donde las cosas aun se hacían con lápiz y papel y cuando aun la energía de la adolescencia llenaba nuestras cabezas de pájaros. Fue por aquel entonces, cuando nos propusimos llevar a cabo una revista digital que hablara de nuestra cultura, la de los Olontense, la que nos define.Esta revista digital quiere ser un ejemplo de difusión cultural, dando pie a la participación de todas aquellas personas que quieran publicar un artículo relacionado o no, con cualquier aspecto que tenga que ver con nuestro pequeño gran pueblo, con la cultura en general y en particular.

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EN PORTADAFOTOSECUENCIA / RAQUEL MARTÍN

Quedaba sola la habitación, con un reflejo de luz impertinente que a nadie le hubiese conveni-do observar. Pero allí estaba ella, intentando contrastar la quietud con el posible movimiento. La foto no era más que el reflejo de lo vivido hacía ya algunas horas. Nada parecía poseer la verdad del instante al mismo tiempo que nada parecía ser más fiel al reflejo instantáneo. De tanto mirar la foto comenzó a pensar que cualquier ilusión previa no sería igual de intensa sin un cuadro de haluros de espíritu expuestos al placer o al capricho del escultor de imágenes. Quisiera romper todo el papel previo, quemar todas las reglas y la memoria. Atravesar las palabras y que sólo quedaran cuadros fotográficos. Estaba enamorada y viviendo sólo por imágenes reales inexistentes. Pero que malicia la del ser que cree en la eternidad, si sólo es un niño incapaz de ver la realidad. Quedose sentada con sus fotos en un intento inútil de aura. Quedose así, de por vida, empezando a caminar sólo por lo que era imposible que existiera. Ha marchado con su álbum. Ha querido decirse que no existimos y como castigo ya cualquier verdad sólo le parecerá el reflejo real de cualquier momento perpetuable

Se va la voz y vuelve la imagen, Se va la imagen y queda el tiempo

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Con este texto nos introduce Raquel Martín a su obra: Foto-secuencia. Una muestra fotográ-fica compuesta por un total de 29 imágenes que son parte de una o varias historias. ¿Cómo surge tu pasión por la fotografía? Mi pa-sión surge de forma inconsciente. De niña siempre me gustó retra-tar y pasar horas observando a las personas que me rodeaban. Pero no sería hasta los 23 años cuando empecé a estudiar cine que co-mencé a hacer sesiones de foto de forma casera. Primero conmi-go y más tarde con amigos acto-res y mis sobrinos. Lo que más me llama la atención de la fotografía es el retrato y la puesta en escena para realizarlo. No imagino dedi-carme a hacer fotos de paisaje o fotografía de viaje, por ejemplo.¿Como definirías tu obra? o ¿qué se esconde bajo el título Foto-Secuencia? Encuentro una forma de expresar una preocupación estética y vividencial, a través de mis personajes intento reflexionar sobre el paso del tiempo, la ma-durez, el amor....Temas universa-les puestos a disposición de la fra-gilidad que creo desprenden mis personajes. . El título de la exposición es un homenaje al cine. Mi amor por el cine me ha acompañado toda la vida y como siempre ha estado ahí supongo que influye en toda mi obra, en la forma que tengo de ver y hacer las cosas. ¿Que esconden los personajes que aparecen en tus secuencias? Mis personajes forman parte de mi intimidad. Soy yo, son mis so-brinos, son mis mejores amigos...Me gusta trabajar con esa especie de complicidad que surge la inti-midad de una amistad. Ellos sin palabras son quienes mejor me entienden. ¿Qué fue lo que te impulso a lle-var a exponer tu obra en estas tierras tan alejadas de tu Madrid

natal? La oportunidad única y mo-tivadora que me ofreció la Sala Iti-nerantes y que hasta este momen-to nadie me había propuesto. La exposición se completa con la proyección de dos cortometrajes, ¿podría adelantarnos que vamos a encontrarnos en ellos? Estos cortometrajes son en realidad videos que pertenecen más a la video-creación en forma de docu-mental de creación. Están más cer-ca de un ensayo debido a que son videos realizados para asignaturas de la Universidad. Me gustaría que mi forma de expresión en esta dis-ciplina viviera una necesaria muta-ción, que se volviera más visceral, que el público no necesitara saber cómo interpretarla para que le gustara. Vuelvo a repetir que aun-que la fotografía me apasiona, es el video con lo que realmente me siento plena.

A través de mis perso-najes intento reflexio-nar sobre el paso del tiempo, la madurez, el amor....

Por último, ¿tienes algún proyec-to en mente para realizar a corto plazo? Llevo un par de meses con un aluvión de ideas para esta expo-sición y un trabajo muy entregado para mi último video. Ha coincidi-do que los dos han estado a punto en las mismas fechas. Ahora que he vuelto a Madrid y con el traba-jo hecho, sólo se me ocurre leer y ver exposiciones para pensar en lo próximo. Tengo todas las ganas ahora que veo que mis fotos y mi forma de decir no se quedarán guardadas en mi ordenador

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La sección música y poesía dentro de nuestro Festival es considerada ya por muchos como un gran acierto. La poesía interesa a mas gente de lo que parece, pue-de, eso si, que tenga mas lectores que compradores. Como decía nuestro querido Juan Ramón Jiménez “la poesía no tiene publico, tiene lectores”.

Últimamente están surgiendo festivales literarios como los de Barcelona, Granada o Córdoba, con in-tención de acercar al gran público este genero. Nos recuerda el escritor Carlos Pardo que “dicha, la poe-sía no asusta tanto como escrita. Las lecturas de poe-mas muestran muy bien la doble faceta del genero: intima, pero universal, que apela al yo de las socie-dades”

La salida de la poesía fuera de los libros tiene mu-cho de vuelta al origen. El género nació asociado a la música, y los versos son mucho más antiguos que el papel y que la escritura.Al hablar de la tradición poética, el académico Fran-cisco Rico, que acaba de publicar la antología bilingüe Mil años de poesía europea (Backlist), lo expresa así: “Tan importante o mas que la letra eran la música, la calidad de ejecución y la mímica”

La subida a los escenarios y su asociación con la mú-sica son, precisamente, otros de los canales que es-tán sacando la poesía de su reservado entorno.

En nuestra opinión, esta formula de integración en festivales, sirve para que los no habituados a la poe-sía se acerquen a ella. Y para ganar lectores. Las mi-norías, como decía el anteriormente citado Juan Ra-món Jiménez, también pueden ser inmensas.

La poesía interesa a mas gente de lo que parece, puede, eso si, que tenga mas lectores que comprado-resLa poesía, en efecto, es mucho mas antigua que los libros. Puede que parte de su supervivencia este en la vuelta a momentos como aquellos en los que, mu-cho antes siquiera de pensar en escribirla, un griego empezó a darle vueltas en su cabeza a una frase que empezaba: “Cuéntame, Musa…”. Y hasta hoy.

MÚSICA Y POESIA

Según la UNESCO, la cultura debe ser considerada como el conjunto de los rasgos distintivos espiri-tuales y materiales, intelectuales y afectivos que ca-racterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, las tradiciones y las creencias.La diversidad cultural amplia las posibilidades de elección que se brindan a todos; es una de las fuen-tes del desarrollo.Los derechos culturales son parte integrante de los derechos humanosLa cultura se ha convertido en datos, registros, cifras y estadísticas.Es cierto que hemos comenzado a dejar de ver lo cultural como algo elitista, sagrado, intocable; pero la cultura (sobre todo el arte) no se realiza desde una perspectiva pedagógica seria. Muchas actividades ar-tísticas se planifican mas por ser una actividad bonita y bien vista, que lo que supone de enriquecimiento.La cultura y la educación artística están de moda, pero lo que vemos da ganas de llorar. Ese concepto de cultura basada en lo cuantitativo, mucha cantidad de actividades, sin una programación, sin tener en cuenta criterios esenciales, sin ver la necesidades del entorno, sin adaptarla al ámbito local donde se desarro-llan, puede alcanzar efectos contrarios a los deseados. Las fuerzas del mercado por si solas no pueden garanti-zar la preservación y promoción de la diversidad cultural. Conviene fortalecer la función primordial de las políticas públicas, en asociación con el sector privado y la sociedad civil.Es preferible organizar menos actividades, pero las que se lleven a cabo tenga un mínimo de calidad, interés, buen gusto, con los medios necesarios, que sean pedagógicos y persigan una línea definida.

CULTURA - ESTADÍSTICAPor José Manuel Blanco

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A ti, que andabas suelto por los balcones,corriendo siempre tras los ratones

de mis zapatos.

- ¡Oida Voda, que no te metas en los tomates

ni el la albahaca!- ¡Oida Voda,

no me despiertes con tus besitoscada mañana.

A ti.Me recibías cada visita ya en la escalera

Y me alegrabas con los saltitosY con tus juegos la tarde entera.

- ¡Estate quieto, no me molestes!¡Vete de aquí! ¡Raus!

¡Raus!¡Que no me brinques, que no me corras!

- Ahora me escondo en un calcetín ¡Miau!¡Miau!

Ingenuo enano con rabo rojo y el pelo cano,dientes de leche, carita china

merodeando por la cocina. ¡Cuántas veces te dijeron!:

- ¡Ay! Monchito, pórtate bien que te voy a regalar.¡Ay! Gatito, qué penita, ya no te puedo cuidar.

A ti, gato travieso.Ya no desarmas las cosas,

y no cazas abejitas ni persigues mariposas.Ahora estás tranquilito.

- ¡Oida Voda!,que te han matado, lindo gatito,

¡qué mala suerte!¡Oida Voda!,

que te me has ido con el veranoya para siempre.

A ti, testigo último de confesiones…y no es su cama ni en sus canciones,

quiero decirte: Con el verano nos fuimos¡Maldita sea! ¡Confiésalo! Sin molestias queda ellaY sin su amor quedo yo

ELEGÍA AL GATOBASADO EN UNA HISSTORIA REAL

Enrique Adrados Maestre, Salzburg, 23 de agosto de 2004

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lecturas no obligatorias

Por Carmen Ramos

Con “Lecturas no Obligatorias” iniciamos una sección para hablar de una amistad labrada durante años, de amigos incondicionales, de compañeros de viajes. Sí, hablo de los libros. Hablaremos de todos esos libros que consideró pueden ser leídos sin que defrauden al lector, que al acabarlos se sentirá mejor persona. O quizás, no. Eso es lo de menos. Lo de más es aceptar aquello que el autor nos ha querido regalar en sus líneas. Serán pequeñas reseñas de libros hechas desde el corazón, desde mi experiencia de lectora, por lo que carecen de ningún rigor científico, filológico o semiótico. Porque la lectura es ante todo un placer. Con todos ustedes, los libros.

“EL GRAN NÚMERO, FIN Y PRINCIPIO Y OTROS POEMAS” WISLAWA SZYMBORSKA

Detrás de esta autora de nom-bre impronunciable se esconde la Premio Nobel de Literatura de 1996. Desconocida para el gran público la considero sin embargo una autora imprescindible si se quiere conocer la poesía del siglo XX y casi que me atrevería a decir la poesía que esta por venir. Conocí a Wislawa Szymborska a través de mi amigo y persona libro Paco Cebrián, que recitaba alguno de sus poemas. Pronto descubri-mos que tras esa mezcla de len-guaje claro e imágenes sencillas, se escondía algo más. Algo que sin querer sacudía. La certeza la tuve cuando oí que Patxi López en su toma de posesión como nuevo Lehendakari leyó su poema “Nada dos veces”Wislawa Szymborska es una mujer de mirada pacífica, coqueta (en la última entrevista publicada en el suplemento “Babelia” del diario “El País” enredó al fotógrafo para que no la fotografiase y se llevase una foto de unos años atrás) Lleva una vida tranquila en un pueblo cerca de Crakovia en Polonia don-de nació el año 1923. El discurso de la entrega del Pre-mio Nobel (incluido en este libro y que es de una enorme belleza) lo comienza con la siguiente frase: “Parece ser que en un discurso lo más difícil es la primera frase. Así que ya la he dejado atrás…” Esto nos da una idea del personaje al que no vamos a enfrentar durante la lectura de este libro, una anto-logía en la que se desgranan poe-mas de sus primeros títulos (“Lla-mada al Yeti”, “Sal” “Si acaso”) hasta sus dos grandes poemarios “El Gran Número” y “Fin y Princi-pio”. Son destacables también su libro en prosa “Lecturas no Obli-gatorias” (del cual tomamos pres-tado el título de esta sección) y su último poemario titulado sencilla-mente “Aqu픿Qué podemos encontrar en este

libro? ¿Qué nuevo nos puede apor-tar? Pues todo y nada a la vez. A lo largo de sus poemas la autora va ju-gando con nosotros, estableciendo un inocente juego que tiene como único fin, dejarnos con la pregunta en los labios. Y esta la grandeza de este libro, que sin grandes alaridos, sin gran-des discursos nos enciende el espíritu crítico. El citado poema “Nada dos veces”, “Tarsio”, “Son-risas”, “Cebolla” o “La realidad exi-ge”, donde con rotundidad afirma: “Quizás no haya un lugar que no haya sido un campo de batalla” son algunos ejemplos claros de esta lí-nea.

Mención aparte merecen esos poemas que hablan del dolor, de la soledad. Poemas de una dureza inclasificable, sin llegar a tocar el morbo, como pasando de puntillas. Y sin embargo, punzantes. “Despe-dida de un paisaje” (Te he sobrevi-vido suficiente/ y sólo lo suficiente / para recordar desde lejos) o “La habitación del suicida” o el rotundo “Un gato en un piso vacío”, donde jugando con la imagen del gato es capaz de transmitir la sutilidad de la venida de la soledad:

Parece que nada ha cambiado y, sin embargo, ha cambiado.

Y que finaliza con una última estro-fa que nos pone delante del espejo y nos muestra tal como somos:

Ya verá cuando regrese, ya verá cuando aparezca.

¿Qué podemos encontrar en este libro? ¿Qué nuevo nos puede apor-tar? Pues todo y nada a la vez. A lo largo de sus poemas la autora va ju-gando con nosotros, estableciendo un inocente juego que tiene como único fin, dejarnos con la pregunta

en los labios. Y esta la grande-za de este libro, que sin grandes alaridos, sin grandes discursos nos enciende el espíritu crítico. El cita-do poema “Nada dos veces”, “Tar-sio”, “Sonrisas”, “Cebolla” o “La realidad exige”, donde con rotun-didad afirma: “Quizás no haya un lugar que no haya sido un campo de batalla” son algunos ejemplos claros de esta línea. Mención aparte merece el trata-miento dado a dos grandes temas: el oficio y la creación poética y la mujer. Al primero lo desnuda de todo artificio inútil, dotándolo sin embargo de la elegancia que tiene la sencillez. Podemos apreciar este tratamiento en poemas como “A algunos les gusta la poesía” o en el divertido poema “Velada Litera-ria”, donde finaliza con la imagen de ese viejecito que en la primera fila, soñisquea.

En el tema de la mujer utiliza a mi-tos como Casandra o la mujer de Lot para darles una vuelta más, para desprenderlas del tópico y llevar su leyenda más allá, al te-rritorio de lo que realmente im-porta, aunque fuera mirar atrás y perder la vida, una vida absoluta-mente aburrida al lado de Lot. ¿Y por qué no?

Podría seguir páginas y páginas hablando con verdadera pasión de “la tita Wisly”, como entre la broma y la admiración la llama-mos un grupillo de amigos que nos confesamos verdaderamente cautivados por esta sencilla mujer de verso firme. Pero os cansaría, y no hay nada mejor que conocer de primera mano y bajo la experi-mentación: diseccionen su poéti-ca, digiéranla, repósenla, póngala a secar al sol si hace falta. Pero acérquense, con valentía. Y lean. Con gusto.

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PARA CONOCER MÁS: •“El gran número, fin y principio y otros poemas” Wislawa Szymborska. Editorial Hiperión (2010)•“Lecturas no obligatorias” Wislawa Szymborska. Editorial Alfabia (2009)•“Aquí”. Wislawa Szymborska. Bartleby Editores (2009) 05-12-2009: http://www.elpais.com/articulo/portada/Pequenos/detalles/Szymborska/elpepuculbab/20091205elpbabpor_3/Tes•Entrevista a Wislawa Szymborska. Suplemento Ba-belia. Diario El País.

Ya a la venta en el Estanco de Bartolomé.

c/ Sacatapón

Otros títulos y novedades en: www.enhuida.es

por Juan Luís Martín

Allá desde donde la divise se presenta altanera, gallarda y hermosa, muy hermosa pero a la vez tímida, recatada y respe-tuosa, sobre todo, respetuosa. Sus plumas blancas y negras muestran y reconocen su co-nexión con nuestra localidad a través de los colores de nues-tro escudo y el inexorable peri-plo por el tiempo. Gentil como siempre, Gibraleón la espera ansioso.Ha sido fiel a su cita con el san-toral y con el refranero popular que la coloca a inicios del cada vez menos frío invierno del mes de febrero en nuestras latitudes regresando de su anual peregri-naje de lugares más cálidos de nuestra vecina África y anida en nuestro territorio para perpe-tuar su especie.Este sublime idilio que mantie-ne con San Blas y que anuncia su llegada, nos aporta el recon-fortante mensaje de que hoy en día el ser humano todavía recibe visitas de sus amigos. De hecho, en algunos municipios como Malpartida de Plasencia, en la provincia de Cáceres, se citan más de 3000 parejas que convierten en un verdadero es-pectáculo su venida a este rin-cón de España, conocido por su turista más ejemplar.Me refiero, claro está, a la ci-güeña blanca. Ciconia ciconia para aquellos que como yo aún alabamos el trabajo de Linneo como fundador de la moderna taxonomía de las especies que pueblan el ancho mundo, cada vez menos ancho y más sucio y despiadado.

EL CANTAR DE LAS TORRES

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FOTOGRAFÍAS, RELATOS, PUBLICIDAD ,ETC.

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Pero ahí están perennes a su cita. Y las observo arro-parse entre sus plumajes cuando la anochecida llena de estrellas el cielo olontense y el relente hace acto de presencia. Se abrigan y se limitan a contemplarse, a esperar el lento devenir de los minutos mientras se acerca de manera paulatina el amanecer y con él, los primeros, fugaces y tibios rayos solares.De manera laboriosa han levantado su hogar, su hu-milde morada, sobre los techos de nuestras iglesias, en especial de la de Santiago, que se transforma en toda una comunidad de cigüeñas que no molestan a nadie, que no se acogen al movimiento okupa y que hacen más hermosos los atardeceres junto al río Odiel cuando se acercan con las últimas luces del vencido día a dar el último trago de las aguas que sur-can nuestro municipio y regresan de manera enérgi-ca antes de que las campanadas anuncien como el sueño de Cenicienta languidece y se esfuma ante la pasmosa realidad.Las contemplo ensimismado como se comunican en-tre ellas con sus intensos crotoreos desde los vesti-gios más altos de nuestras iglesias anunciando el can-tar de las torres. Una sinfonía de acordes genuinos. Naturaleza en estado puro entre ruidos de claxon y atmósferas contaminadas de dióxido de carbono. Verdadera música celestial, quizás lo de habitar en edificios eclesiásticos tenga aquí su explicación, para nuestros oídos cansados de acumular sensaciones que golpean con insistencia el yunque, el martillo y el tímpano de un sentido más afinado en escuchar lo que dicen del vecino que en oír a nuestra propia voz de la razón. Pentagrama de sonidos que relajan nuestra alma en vilo por el ajetreo del ritmo de vida que nos impone la sociedad en la que (mal)vivimos inmersos y que nos lleva a la deriva, a su ritmo y compás hacia donde no dictaminen ni el sentido común, ni la cordura ni la olvidada conciencia.Melodía dulce y melosa, sabrosa para los paladares oxidados de viejos recuerdos y añoranzas de antaño cuando vivir no era una imposición si no una condi-ción. ¿Vivimos o estamos vivos?

Música para el recuerdo de épocas pretéritas pero no tanto, donde la cigüeña era símbolo de fertilidad y de traer consigo buenas nuevas. Antes los niños venían de París en el pico de una cigüeña. Ahora se engen-dran en un mensaje privado de tuenti o en el mando de una Playstation. ¡Cómo hemos cambiado! Ya lo anunciaba Presuntos Implicados en uno de sus temas más recordados. ¡Qué razón contenía su mensaje!

Por eso te envidio, cigüeña, porque a pesar de los años si-gues fiel a tus costumbres y no te va del todo mal. Eso sí, hay que adaptarse a los tiempos y como especie sabia que eres, cada vez emigras menos para hacernos menos dolorosas las despedidas y tus necesidades de viajar en este mundo global intensamente in-terconectado se te hacen más livianas, superfluas.Así, la proliferación de verte-deros hace que la cigüeña en-cuentre alimento de manera más o menos abundante du-rante todo el año. Curiosamen-te, lo que para el hombre es un verdadero obstáculo o proble-ma, se convierte en solución para tus necesidades alimenti-cias.Como todas las especies exis-tentes presenta una serie de problemas de conservación que castigan su población y merman su plena confianza en el hombre. Desde el abuso de los pesticidas que acaba con los insectos de los que se alimenta hasta la destrucción y transfor-mación de los lugares donde vive, pasando por los tendidos eléctricos, hasta culminar, por supuesto, en nuestro avance, el avance del hombre que preten-de que toda la tierra sea suya. La tierra y lo que no es tierra.

Sin miramientos y sin com-prender que simplemente so-mos una especie más. Ni tan inteligente ni tan esencial. Una especie que desequilibra más la balanza de la equidad. Una especie que debiera aprender de las cigüeñas, que allí donde van son siempre bien recibidas. Con música e incluso sin ella.

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Recomendaciones musicales

Esperanza

Spalding

Por José Manuel Blanco

Esta nueva luz que asoma por el horizonte es en ocasiones, una vocalista conmovedora; otra puede ser una instrumen-tista de un virtuosismo sin igual o una compositora brillante. Esperanza Spalding es todo eso y mucho más. Dotada de un do-minio insólito del contrabajo, de una voz de sirena y de unas habilidades como compositora que combina lo mejor de la vie-ja escuela con los sonidos mas progresivos, esta joven de 25 años aborda el Jazz desde una perspectiva refrescante.En el mes de Julio de 2009, du-rante nuestra visita al festival de Jazz de San Sebastián, nos encontramos con ella desayu-nando en el Hotel Costa Vasca y la verdad, es que desprende unas sensaciones de diva hu-milde que capta todo lo que su-cede a su alrededor para trans-formarlo en sonidos.

Cada cierto tiempo asistimos a la irrupción de un nue-vo artista que da muestra de un talento que desafía y redefine los lugares comunes de lo que entendemos por Jazz y hacia donde se dirige esa música.

Para tod@s aquell@s que no lo sepan… Clío es la musa de la Historia y el título de este artículo no es un mero capricho, ni siquiera casualidad es una reflexión en voz alta, a través de estas líneas o quizás el grito desesperado de aquell@s que buscamos incansablemente a nuestra musa.Cuando me ofrecieron acercarme a las páginas de “Gibra-león es Cultura” y, cuando acepté la oferta, me entró el miedo, no sé si escénico, pero si sé que era miedo. Así que hice lo que me pareció más fácil, en lugar de arriesgarme y equivocarme, pregunté “¿Sobre qué quieres que escri-ba?” y la respuesta me dejó helada “Pues, sobre que va a ser, no has hecho Historia…pues escribe sobre la historia. De lo que tú quieras, hombre, mejor si es sobre la historia de Gibraleón”. Y ahí empezó mi verdadero problema. Ni siquiera “busqué” un tema, hecho o un lugar sobre el qué escribir, me quedé pensando en lo que me habían di-cho “…escribir sobre historia”. Y mi pensamiento me llevó a conclusiones que me aterraron, fue como si toda mi vida dejase de tener sentido y se hubiese quedado suspendida en esas pocas palabras “…sobre la historia”. Y por qué narices digo esto…. Pues porque hoy día cualquier persona se acerca a la HIS-TORIA de forma “autodidacta” o “es aficionado a la his-toria”, cualquier persona con curiosidad y tiempo, puede acercarse, de forma casi milimétrica, a conocer un perso-naje, una dinastía, un monumento, un pintor….y escribir algún artículo y, por ello, “hace historia”, “escribe histo-ria”, “es conocedor de la historia”. ¿Dónde quedó ese pro-fesor de facultad que tanto me enseñó sobre el tratamien-to de los datos, la objetividad al tratarlos, la hipótesis a demostrar y, por supuesto, el método a seguir? ¿Dónde quedó aprender que seleccionar un dato u otro puede no demostrar tu hipótesis o “viciarla”? Porque… ¿hasta qué punto un “historiador” es imparcial y objetivo? ¿Dónde está insertar y, no conjeturar, con tus conclusiones, una vez demostrada o no la hipótesis de inicio, en el conjun-to, el hecho en sí? Para eso… ¿estudiamos HISTORIA? Realmente, ¿por qué y para qué? No he conseguido dar-le respuestas a estas preguntas, aunque sí tengo las mías propias.No pretendo hacer una reflexión filosófica sobre el estu-dio de la historia ni plantear cuestiones sobre el objeto o no de ésta, método y corriente a seguir. Simplemente me planteo lo fácil que resulta, a simple vista o “plumazo”, como queramos llamarlo, “escribir” o “enseñar” Historia (no olvidemos, que si falta el profesor de química en el instituto, el de historia los deja estudiar química esa hora, pero si falta el de historia, el de química puede seguir ade

lantando materia, sólo ha de abrir el libro por la página adecuada….no hace falta ser licenciado para ello, no?) y, a todos aquellos, que como yo, dedicamos nuestro tiempo y vocación a comprenderla, desentrañarla, amarla y como no, explicarla nos sentimos frustrados ante tanto “intru-sismo desleal”, llamémoslo así.Por eso quiero aprovechar la oportunidad que me han brindado para revindicar desde esta líneas que ni todo es tan sencillo ni siquiera tan complicado, pero si quiero revindicar el papel que se merece la HISTORIA (con ma-yúsculas) y aquellos que nos dedicamos a ella, que no nos ninguneen pensando que “hacer”, “enseñar” ni siquiera “explicar” historia es tan simple y sencillo como parece, si no que es algo mucho más complicado, interesante (no la reduzcamos a fechas y nombres) y con más conexio-nes diversas de las que podamos presuponer. Dejemos de decir que la HISTORIA solo es cuestión de estudiar….si no, no habremos aprendido nada de lo que realmente es “nuestra historia”.

Por Rosa Mª Gómez

¿DONDE ESTÁ CLÍO?

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Nunca creí que el poderoso somnífero del metro pudiera afectarme también a mí. Allí sentada, so-bre aquel asiento tapizado de plástico azul, mecida por el continuo traqueteo de la máquina sobre las vías,... iba dejando caer mis párpados al tiempo que perdía de vista las líneas de aquel libro de Arte. A mi alrededor, el resto de los viajeros, aunque de cuerpo presente, tenían ausentes sus conciencias presas de un pesado sueño contra el que la lucha se juzgaba imposible. De repente, una gran curva y el chirrido insistente del freno junto a unas fuertes sacudidas me hicieron li-bre y pude volver al mundo de la conciencia.Fue entonces cuando vi claramente a todos los de-más, a todos aquellos ausentes a los que el omnipo-tente dios de los sueños, “el gusano de las entrañas de la ciudad”, había sumido

en las profundidades, no sólo de la tierra, sino tam-bién en las oníricas. Y yo estaba allí, en el último va-gón de la línea 13 que conducía hasta Saint Denis, según rezaba en el mapa de itinerario sobre la puerta de salida. Pero no puedo decir ni que estuviese sola, ni que aquellos cuerpos inmóviles constituyeran al-gún tipo de compañía para mí. En ese momento de felicidad, pues me sentía liberada, el miedo se apo-deró de mi alma, no sabía qué significaba aquella extraña situación, ni cómo había llegado hasta ella. Había conseguido escabullirme de las garras del Sue

ño, pero había despertado en una extraña realidad de invernantes. Los recuerdos me asaltaron. Yo ha-bía subido a aquel tren porque necesitaba ir a algún lugar. En efecto, ya apenas lo recordaba, sólo como algo muy vago: imágenes y sensaciones se agolparon en mi mente y se hicieron visibles para mí en for-ma de pequeños fragmentos fílmicos que parecían atravesar mi mirada y proyectarse sobre una de las ventanas. Aquellos fragmentos inconexos hechos de sensaciones y sentimientos a jirones parecían querer comunicarme algo de mi pasado más próximo, sin ir más lejos, algo acaecido esa misma mañana, unas horas antes de subir a aquel vagón de metro. En ellos se reflejaban la candidez de la leche del desayuno al tiempo que sentía caer sobre mi cuerpo una lluvia fría en el interior de una ducha, y mi propia semi-desnudez oliendo a tostadas recién hechas. Una voz humana disfrazada con sonidos metálicos comple-taba la proyección. Su distorsión me impedía saber con exactitud qué era lo que decía, aunque paradó-jicamente su familiaridad me hacía sentir cercana a aquellas palabras. Pensé que se trataba de una radio, o quizás de un teléfono, pese a que en ningún mo-mento tuve ningún indicio visual de ningún aparato. La proyección concluía con la imagen de personas por la ciudad moviéndose pesadamente como si sus vidas se hubiesen ralentizado o incluso congelado, hecho que incrementaba el gélido frío de una ma-ñana de invierno que sentía en mi rostro. El caos y la anacronía con que se mostraban estos recuerdos en mi mente, habían construido un jeroglífico que juz-gaba de difícil solución, y que me dejaba estupefac-ta y llena de desazón. Procuré el orden en mi mente perturbada por el profundo sueño del que acababa de salir, pero la sed y la sequedad de una boca recién despierta determinaron que mi prioridad era atajar de algún modo aquella necesidad. Buscando el antí-doto, una sonrisa infantil atrajo mi mirada. Se trataba de una niñita que se hallaba sentada junto a mí, ella también estaba despierta y reclamaba mi atención ofreciéndome la solución a mi problema:

-Mamá, ¿quieres un poquito de agua de mi botella?- me dijo. Sin mediar palabra y con los ojos clavados en ella, recogí de su pequeña mano de muñeca la botella y bebí como si fuera la primera vez en mi vida que rea-lizara aquel acto. Sentí como el líquido se deslizaba desde mi boca hacia la garganta y refrescaba lo más profundo de mis entrañas. Era como si algo en mi interior se renovase. En ese momento, ella volvió a dirigirse a mí:-¡Mamá, mira! A que nos pasamos la parada…De pronto, sentí una gran felicidad en mi interior, porque creí haberlo recordado todo y resuelto el enigma de mi identidad. Aquella era mi niña y debía acompañarla al colegio como cada día. Sin embargo, aquella mañana era distinta, porque el dios gusano, engullidor de conciencias adormecidas, había conse-guido de algún modo detener el tiempo, o al menos, dentro de aquel tren. Al reloj le ocurría algo extraño: mientras el segundero continuaba corriendo y dando vueltas a la esfera temporal, las otras dos agujas per-manecían inmóviles. “Sin duda, –pensé- este reloj o se está quedando sin pilas o se ha estropeado”. Una explicación prosaica y racional, pero muy alejada de la realidad.Restando importancia a aquella apreciación tempo-ral, levanté la mirada para, seguidamente, posarla dulcemente sobre algo mucho más bonito, mi niña:-No te preocupes, cariño; todavía no nos hemos pa-sado nuestra parada.- En aquel momento el tren pa-saba por la estación de Saint François Xavier:-Lo ves, esta no es nuestra parada; ya sabes que no-sotros nos bajamos siempre en Miromesnil.Pero sucedió algo un tanto extraño: el tren no se de-tuvo; lo que suscitó en mí y en la niña una cierta in-tranquilidad. Eso no era algo normal; por lo general, cuando el tren no para en una estación, el conductor informa a los viajeros; y en el plano de ruta que está sobre las puertas, el punto de dicha estación suele estar marcado con un aviso. Sin embargo, ninguno de esos elementos se daba en este caso. A pesar de ello, intenté racionalizar mis sospechas:-Qué raro que no hayan avisado de que la estación está cerrada... Seguramente, el conductor lo habrá olvidado.

De esta manera, permanecí allí sentada durante unos minutos más, todavía con la enajenación propia de quién acaba de despertar de un pesado sueño. Al lle-gar a la siguiente parada, Varenne, el tren tampoco se detuvo. Este hecho comenzaba ya a inquietarme y a despertar en mí sospechas más que fundadas de que algo extraño estaba pasando. La inmovilidad de las estatuas que decoraban aquella estación, homenaje a August Rodin, en las que se re-producían algunas de las obras más importantes del genial escultor, estaba en consonancia con la inmovi-lidad de las personas que se encontraban alrededor de mí. Todo era en la estación y en el vagón quietud, calma y silencio sepulcral sólo roto por el ruido del tren al desplazarse sobre las vías. Daba la impresión de que el tiempo se había detenido, aunque, para-dójicamente, seguía fluyendo. Era como si hubiesen hecho una foto en la que la que ciertos elementos podían seguir moviéndose. “El Pensador” se reflejaba en una ventana frente a mí, y yo me reflejé en aquella imagen que, al fin y al cabo, no era más que el reflejo de una reproduc-ción. No había nada de verdad en todo aquello: eso era lo que quería creer porque, para mí, la situación escapaba a toda lógica, y era inútil intentar buscar una explicación; aunque, sin darme cuenta, eso era lo que estaba haciendo: racionalizar lo irracional. Balzac con su gesto severo y arrogante me miró, y yo sentí el frío del miedo a lo desconocido. El tren continuó su viaje y abandonó la estación de Varenne, que quedó solitaria en el vacío de la luz, mientras no-sotros nos adentrábamos de nuevo en la oscuridad de los túneles.Al principio, la niña parecía no percatarse de la ex-traña situación en que nos encontrábamos, y yo lo prefería así, pues no tenía ninguna explicación que darle y tampoco quería que se asustara. No sabía qué hacer, no tenía ni idea de a qué me enfrentaba. Mi niña comenzó a mirarme con decepción, como esperando la respuesta a una pregunta que lanzó sin abrir la boca, sólo con aquellos ojillos preocupados.Yo empezaba a desconfiar de todo y todo me era sos-pechoso. Pensé que realmente, no había manera de comprobar el lugar de la ciudad donde nos encontrá

Extracto del itinerario de la línea 13 del Metro de París

LA MADRE NOCHECAPÍTULO I

UNA EXTRAÑA SITUACIÓN

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bamos, ni siquiera si de verdad estábamos allí. Tam-poco tenía manera de saber cuánto estaba durando nuestro viaje, ni por cuánto tiempo se había prolon-gado mi letargo.La nena, contrariada al no hallar respuesta en mi gesto inmóvil y frío tallado por la desconcertante si-tuación, se levantó del asiento y se dirigió hacia un hombre que estaba de pie, agarrado a un barrote, frente a las puertas del vagón:-Oiga señor, ¿sabe si pararemos en Miromesnil?Pero el hombre, de conciencia evaporada por el ca-lor de aquel sueño infernal, ni se inmutó, permane-ció en la misma postura, con el mismo gesto.La niña asustada ante tal reacción, o mejor dicho, ante tal no-reacción, volvió a mi lado y se sentó co-giéndome del brazo y agazapándose a él con la fuer-za que sólo el miedo es capaz de desencadenar en nosotros. No dijo nada de lo que acababa de suce-derle, pero intentaba esconder su pequeño rostro detrás de mí, buscando protección, y evitando tener que ver aquel espectáculo absurdo y chocante en que nos encontrábamos inmersas las dos.De pronto el tren se paró. Estábamos en la estación de Invalides. Instintivamente cogí la mano de mi niña, me lancé hacia el botón que abre la puerta y lo apreté para poder salir de allí lo antes posible. No te-nía ni idea de si había tomado una buena decisión...

Extraido de la obra: La Madre Noche

de Tania González.

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DOMINGOS DE PIPAS Y FUTBOL

Son pocos los recuerdos que uno conser-va de su infancia. Añoro como me pasa-ba largas horas jugando en la calle con los amigos hasta bien entrada la noche. En cada barriada, en cada esquina, había unas improvisadas porterías donde colar un par de goles y recibir alguna que otra patada en las espinillas. Era un niño más, con sus sueños e ilusiones de convertirse algún día en jugador de futbol de la talla de Butragueño, Arconada, Gordillo, rin-cón, Quini, Santillana, y algún otro que se escapa a mi memoria. Soñaba con vestir los colores de mi equi-po, con ir cada sábado al polideportivo a competir con la barriada de “los pisos”, o con los niños de “el Paseo” por un par de caseras de naranja y un paquete de

patatas. Dejaba aparcado los deberes del fin de semana para ir con mi padre a pasar las tardes de domingos viendo al gran O´lont luchando por otra victo-ria. En esas tardes fue donde comencé a vociferar y animar a mi equipo, a sen-tir el sonido del balón en un tiro a puer-ta, a enfadarme cuando no marcaba o cuando mi padre empezaba a insultar al árbitro por su mala labor. Hoy miro a mi equipo, observo a sus jóvenes jugadores que tal y como yo soñé tiempo atrás, an-sían convertirse en grandes futbolistas. Hoy admiro la voluntad y el empeño de esos once por conseguir el merecido gol. Hoy daría lo que fuera por volver a sabo-rear un enorme paquete de pipas y pasar otra tarde de domingo con mi padre.

Graderio del Olont C.F en un

Domingo cualquiera

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