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La montaña es algo más que un inmenso campus verde: transición de estudiantes universitarios a guerrilleros del FSLN Integrantes: Luciano Fuentealba Vicente Galaz Vicente Haefele Leonardo Marchant Pamela Pino Carlos Urizar Profesor: Daniel Fauré Ayudante: Sergio Parra

Fauré Culiao

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La transición del sujeto estudiantil al sujeto guerrillero (FSLN) en la Nicaragua del dictador Somoza

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Page 1: Fauré Culiao

La montaña es algo más que un inmenso campus verde: transición de estudiantes universitarios a guerrilleros del

FSLN

Integrantes:Luciano Fuentealba

Vicente GalazVicente Haefele

Leonardo MarchantPamela Pino

Carlos Urizar

Profesor:Daniel Fauré

Ayudante:Sergio Parra

Page 2: Fauré Culiao

Introducción.

Desde tiempos previos a los procesos de emancipación, la historia de los países latinoamericanos

se caracterizó por una profunda vinculación y dependencia a las economías extranjeras. Esto

implicó que la vida interna de las propias regiones latinoamericanas estuviese condicionada por

la política externa de las potencias mundiales. Nicaragua al igual que el resto de los territorios,

no fue la excepción a esto.

La intervención de Estados Unidos en territorio nicaragüense tiene sus inicios directos en 1854

con la lucha por el canal interoceánico, que facilitaría el transporte de pasajeros en búsqueda de

oro. Es así como se inicia un proceso de tensiones y conflictos latentes que terminaría por definir

el futuro de Nicaragua.

Bajo el mandato de José Santos Zelaya (1893-1909), se establecieron relativamente buenas

relaciones con el gobierno de Estados unidos, sin embargo, las ansias de expansión política y

económica por parte de estos últimos y la negativa del presidente nicaragüense por ceder los

derechos sobre el canal interoceánico, terminaron por deteriorar el positivo escenario que se

venía forjando.

1912 significó la primera gran intervención de Estados unidos en Nicaragua,esta intervención

duraría unos agonizantes 13 años. El ejército extranjero, abandonó el suelo centroamericano solo

para volver, un año después, en 1926, recargados en fuerzas y armas. A pesar de esto, la

interferencia político-militar, sería obstruida por el líder de la expresión popular: Augusto César

Sandino, quien en conjunto con un ejército conformado principalmente por campesinos y obreros

sin mayor armamento que algunos fusiles y machetes, logró la retirada de las fuerzas

norteamericanas.

Lo que se pensó era el fin de un periodo conflicto, resultó ser solo el inicio de la batalla y un

cruento episodio en la historia Nicaragüense. Luego del repliegue de las fuerzas estadounidenses,

se instaló de manera fuerte y clara la presencia de la Guardia Nacional, que estaría bajo el

mandato de Anastasio Somoza García. Este primer acercamiento de Somoza al poder, se

reconoce como el inicio de una dictadura familiar que sometería a Nicaragua por 45 años.

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Page 3: Fauré Culiao

El siglo XX se caracterizó por la acumulación constante de tensiones, que incentivaron la

creación de testimonios como medio principal para plasmar los acontecimientos ocurridos y,

asimismo, vincularlos con los movimientos antidictatoriales. De este modo, hoy es posible la

recopilación de estos escritos con el objetivo de analizarlos, para así, entender el contexto en el

que se sumergió Nicaragua por aproximadamente medio siglo.

Adentrarse en el escenario político-social de Nicaragua en el siglo XX, además de permitir una

contextualización de la época, permite acercarse a la mente de los actores protagonistas de la

revolución. De esta forma, resulta interesante cuestionarse cuáles fueron los sujetos que

impulsaron y configuraron estos movimientos en oposición a Somoza.

Los antecedentes a esta reflexión tienen sus orígenes en 1920, periodo de una crisis oligárquica

generalizada¸ que resalta la aparición y el fortalecimiento del estudiantado universitario como

figura política relevante que se hará parte de los principales movimientos sociales, mediante la

agrupación con sus pares.

En su publicación, Salvador Martí i Puig otorga fundamental relevancia a los jóvenes, indicando

que fueron estos, efectivamente, quienes “a la luz de la Revolución Cubana, fundaron los grupos

guerrilleros en América Latina”1. Ahora bien, este proceso implica comprender cuáles fueron las

razones que motivaron a esta emergente figura política a adentrarse en el mundo de las guerrillas.

Puig propone que, estos jóvenes, poseedores de una capacidad de acción impresionante y líderes

de un movimiento que aumentaba sus adeptos exponencialmente, no conocían las razones por las

cuales decidían integrarse a los movimientos revolucionarios.

El autor postula, que la generación dominante de jóvenes estudiantes del siglo XX, fue guiada

por el instinto, influenciada por los patentes ideales de la revolución cubana, que fueron

internalizados en sus mentes. La vergüenza, el reconocer las precarias condiciones generales en

las que se encontraba el país, es otra motivación que, según Martí i Puig, hay que considerar. En

concordancia a esto el propio Carlos Fonseca, uno de los fundadores del Frente Sandinista de

Liberación Nacional, señala que “algunos sandinistas decidieron ser militantes más por

1 Salvador Martí i Puig. La izquierda revolucionaria en Centroamérica: El FSLN desde su fundación a la insurrección popular. Universitat Autònoma de Barcelona, Institut de Ciències Politiques i Socials. (2002) pp. 1-28.

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vergüenza que por conciencia”2, esto, se ve reflejado en el libro autobiográfico La montaña es

algo más que una inmensa estepa verde3, donde el autor y protagonista de las historia, Omar

Cabezas, un estudiante universitario en el periodo de dictadura que relata el proceso a través del

cual se convirtió en guerrillero, indica claras dudas sobre el Frente y sus objetivos, sin embargo,

decide unirse a él con el fin de complacer a su amigo y reclutador, Juan José Quezada,

manteniendo su hombría ante él.

Si bien, la ignorancia puede constituir una variable por al cual los frentes guerrilleros

consiguieron adeptos, Martí i Puig no explica cómo surgen en un inicio estos movimientos, por

lo que las motivaciones que dieron origen a estas agrupaciones se mantiene como una incógnita.

Existen otros libros, testimonios autobiográficos, como el libro de Gioconda Belli donde se

plasma de igual manera la transición de un civil a un guerrillero, empero, se realiza desde un

sujeto perteneciente a la burguesía de la época. Mientras que Gioconda Belli viaja a Estados

Unidos para cursar sus estudios y describe su hogar como una “amplia y hermosa casa señorial

de techos de tejas y gruesas paredes”4, Omar Cabezas describe a su barrio como “una cuadra

donde había nada más como unas seis casas; unas eran de madera, otras eran de barro,

blanqueadas con cal”5. El análisis complementario de ambas obras, permite recrear un panorama,

de cierto modo, más inclusivo, donde se vislumbra el contraste entre las clases sociales

nicaragüenses, que entran en pugna al momento de decidir el futuro del país.

Por otra parte, las autobiografías, indica Verónica Rueda, exponen los radicales cambios

sociopolíticos que experimentaba el país, que abarcan desde la lucha contra la dictadura

Somocista hasta la implementación de políticas contrarrevolucionarias, como la Guardia

Nacional, que fueron apoyadas por Estados Unidos6.

2 Ileana Rodríguez y Adriana Palacios, Interioridades/exterioridades: Mujeres y frente interno en Nicaragua. En Cuadernos de literatura del Caribe e Hispanoamérica, n°17, Barranquilla, Enero-Junio 2013, pp.29-48.

3 Omar Cabezas, La montaña es algo más que una inmensa estepa verde, Siglo XXI editores, México, 2002

4 Gioconda Belli, El país bajo mi piel, Plaza & Janes editores, Barcelona, 2001, pp.11.

5 Omar Cabezas, La montaña es algo más que una inmensa estepa verde, Siglo XXI editores, México, 2002, pp.10.

6 Verónica Rueda, Testimonios, confesiones y memorias del sandinismo. En Cuadernos Americanos, n°27, 2009, pp.145-162.

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Dentro de la lógica de las autobiografías, es importante considerar las declaraciones realizadas

por Tomás Borges, miembro fundador del FSLN, en su publicación autobiográfica. Además de

entregar un referente sobre el escenario causado por la intervención de Estados Unidos, La

paciente impaciencia7, otorga aspectos que contextualizan las condiciones económicas y

políticas del periodo. En relación a la primera dimensión se establece que Nicaragua se

encontraba en una crisis. Dicha decadencia económica, tiene su origen en la década de 1920,

cuando se ejecuta la petición de un empréstito a la banca norteamericana. La crisis económica de

1929 y el posterior terremoto de 1931 en Managua imposibilitaron el pago de esta deuda externa,

lo que implicó la devaluación del córdoba. El banco nacional, vinculado con Eximport Bank,

endeudó, desde 1939 en adelante, a Nicaragua. Es así como, en 1942 la deuda externa se

aproximaba a los 2 millones y medio de dólares. En el ámbito político, Borges expone

principalmente que, los ideales del marxismo llegaron a América Latina, y en especial a su país,

con un retraso considerable. Estos postulados, al ser introducidos, sufrieron un proceso de

deformación ideológica, la cual se utiliza para explicar que el Partido Socialista Nicaragüense

apoyó la dictadura de Somoza.

Los postulados de Borges convergen con la tesis de Martí i Puig al señalar que los esquemas

fueron rotos por la llegada de la revolución cubana, la cual influyó la vida política de los

ciudadanos e introdujo al país personajes como el Che y Lenin. Sin embargo, en la paciente

impaciencia, Borges, proclama que la revolución vecina fomentó la adquisición de una

conciencia clara y fuerte de la existencia de una dictadura Somocista, la que, inició movimientos

sociales, principalmente en Managua, pero cuyas repercusiones se extendieron por suelo

nicaragüense gracias a la importancia del periódico El Universitario. Por el contrario, Martí i

Puig, indica que los efectos de los acontecimientos ocurridos en Cuba, fueron internalizados a tal

extremo que se impidió una conciencia clara.

Independiente de las motivaciones que impulsaron a los universitarios a integrarse al FSLN, la

consolidación de la autoridad de esta asociación ante sectores estudiantiles fomentó las ansias de

establecer un régimen revolucionario que transformara a Nicaragua. El protagonismo, de este

modo, quedaría en las manos de los jóvenes estudiantes.

7 Tomás Borges, La paciente impaciencia, Ediciones Casa de las Américas, La Habana, 1989, pp. 53-72.

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A partir de los testimonios autobiográficos presentados, en adhesión a los documentos y artículos

históricos, se pretende abordar la posición del estudiante en el contexto nicaragüense, con el

objetivo de reconocer y relacionar las motivaciones por las cuales se inicia la transición de este

sujeto a un guerrillero militante del FSLN, identificando, a su vez, la importancia que tuvieron

los estudiantes en la formación de las agrupaciones antidictatoriales.

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Page 7: Fauré Culiao

¿En qué contexto surge el FSLN?

“En Nicaragua señores, le pega el ratón al gato.”

Eduardo Galeano.

El Frente Sandinista de Liberación Nacional surge como tal en el año 1962, si bien usualmente

se reconoce la fecha de inicio en 1961, ese año se crea el FLN (Frente de Liberación Nacional),

el que pasó a incorporar el término sandinista en 1962 a petición de uno de sus fundadores y

grandes líderes: Carlos Fonseca.

Los grupos guerrilleros de izquierda se forman como respuesta antagónica al sistema imperante y

con un claro horizonte de alcanzar el socialismo, se cree que la revolución socialista es el único

medio para superar el subdesarrollo y la dependencia causada por el imperialismo y también,

mediante el proceso revolucionario, eliminar las injusticias y la explotación por parte de las

oligarquías locales dominantes.

Las guerrillas no plantean solamente un cambio en la estructura social, sino que se requiere

también una transmutación de valores, un cambio en la carga valórica de cada individuo que

permita crear al hombre nuevo, un sujeto con voluntad por el trabajo colectivo, sacrificado y por

sobre todo, solidario. Ante la dificultad de llegar a lo anteriormente planteado, surgen dos tipos

de izquierda (Dinamarca Opazo), una gradualista, que apuestan a una vía institucional para llegar

a los cambios, y otra rupturista, que ve una actitud ingenua en la postura gradualista y, por lo

tanto, apuesta a la violencia política, generalmente encarnada en la lucha armada para llegar a la

toma del poder que les permita llegar a sus fines, es en este último grupo en donde encontramos

a la guerrilla nicaragüense.8

¿Qué diferencia entonces presenta el FSLN frente a otros contextos donde se formaron grupos

guerrilleros? la respuesta está en el sistema político imperante de la época, una dictadura de 43

años (desde sus inicios hasta el triunfo sandinista) que generaba condiciones indignas de vida en

8 Renato Dinamarca. Una aproximación a la guerrilla urbana: El Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros (MLN-T). Revista Divergencia nº2 (2012).

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Page 8: Fauré Culiao

conjunto con una fuerte represión que no permitía el tratar de organizarse para combatir aquella

injusta y desigual vida.

La dictadura no fue ejercida por un sujeto en particular ni por un partido político, sino que por

una familia, la familia Somoza.

Nicaragua históricamente se ha caracterizado por ser un lugar de especial atención por parte de

Estados Unidos debido a su posición estratégica para una defensa continental y a ser un lugar de

construcción potencial de otro corredor transoceánico que eventualmente pueda reemplazar al

Canal de Panamá9, esto provocó que fuese invadido por esta potencia varias veces durante su

historia, sin embargo, es en la que se dio entre los años 1926 y 1933 donde parte nuestra historia.

La invasión mencionada anteriormente fue realizada por los Estados Unidos con la excusa de

detener los enfrentamientos armados que se estaban dando entre liberales y conservadores. Uno

de los generales liberales más prestigiosos, Augusto César Sandino, rechazó tajantemente esta

invasión, iniciando una resistencia desde las zonas boscosas del norte de Nicaragua, las Segovias

mediante un ejército fundado por él para ese fin, el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional.

Eduardo Galeano describe a los sandinistas:

“Durante siete años, su pequeño ejército en harapos peleó, a la vez, contra los doce mil invasores norteamericanos y contra los miembros de la Guardia Nacional. Las granadas se hacían con latas de sardinas llenas de piedras, los fusiles Springfield se arrebataban al enemigo y no faltaban machetes; el asta de la bandera era un palo sin descortezar y en vez de botas los campesinos usaban, para moverse en las montañas enmarañadas, una tira de cuero llamada caite”.10

Los avances sandinistas, el contexto interno de los Estados Unidos y las crecientes protestas

internacionales en rechazo a la ocupación obligaron al gobierno norteamericano a buscar otras

fórmulas para mantener el control sobre Nicaragua y acabar con los sandinistas11. En 1933 la

marina estadounidense se retiró del país, no sin antes dejar constituida la “Guardia Nacional” a

cargo de Anastasio Somoza García quien en su nuevo cargo mandó a asesinar a Sandino en

febrero de 1934 y tomó el poder para si en 1936 dando por iniciada la dinastía Somoza.

9 María Méndez. Medio siglo de dictadura en Nicaragua. Nueva Sociedad Nro 35 (1978). Formato PDF

10 Eduardo Galeano. Las venas abiertas de América Latina. Edición Pehuén (2013). Página 146

11 Sergio Guerra Vilaboy. Breve Historia de América Latina. Editorial de Ciencias Sociales (2006)

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¿En que se sustentó el régimen y cuáles fueron sus principales políticas y lineamientos?, María

Méndez12 plantea que las principales fortalezas de la dictadura eran la gran fidelidad de la

Guardia Nacional y el apoyo de Estados Unidos, evidenciándose este de gran manera en el hecho

que todo el apoyo financiero que prestaba la potencia al régimen nicaragüense se depositaba en

las cuentas personales de la familia Somoza. En términos de números, el 70% de la población era

analfabeta, solamente había 5 médicos por cada 10.000 habitantes y se decía que un 95% de la

población urbana vivía en la miseria., en contraste con aquella desigualdad vemos la privilegiada

posición de la familia dominante:

“La familia Somoza es dueña del 60% de las tierras cultivables, de la línea naviera… de cadenas hoteleras,... del canal 6 de televisión, …. de la industria de los metales… y controla bancos, financieras, urbanizadoras, …. de Plasmorféresis Blood Blank, empresa dedicada a comerciar sangre humana; contra la que pese a haber extraído la totalidad del flujo sanguíneo a opositores encarcelados y sentenciados a muerte por la Guardia Nacional”.13

¿Era tan brutal la represión?, la respuesta parece ser que si, Carlos Fonseca, fundador del FSLN

hace una enumeración de varios asesinatos, desde el de Sandino, pasando por campesinos,

sujetos individuales, matanzas masivas, etc, todos desde el 1934 hasta 196414. Parecía ser un

círculo vicioso, la gente salía a protestar por las matanzas, los asesinatos y las masacres, pero

eran a masacrados en esas mismas protestas contra la violencia.15 En aquel mismo sentido, Omar

Cabezas plantea de que, incluso antes de tener noción de la revolución en Nicaragua, que “esa es

la primera impresión que yo tengo de la Guardia. Los golpeaban, eran unos salvajes

golpeándolos en la cara con las culatas. Se miraba la sangre… La sangre es fea cuando uno está

chiquitito, ¿verdad?”.16

Por otro lado, el 60% del campesinado padecía de hambre y el 25% estaba cesante, de acuerdo a

datos oficiales del 197617, las fuerzas revolucionarias se colgaban de esto para tratar de crear

12María Méndez. Medio siglo de dictadura en Nicaragua. Nueva Sociedad Nro 35 (1978)

13 Ídem. Página 5

14 Carlos Fonseca. Desde la cárcel yo acuso a la dictadura. En León, Editorial Antorcha, Managua, (1964)

15 Tomás Borges. La paciente impaciencia, Ediciones Casa de las Américas, La Habana, (1989) pp. 151.

16 Omar Cabezas. La montaña es algo más que una inmensa estepa verde. Siglo XXI editores, México, (2002).

17 María Méndez. Medio siglo de dictadura en Nicaragua. Nueva Sociedad Nro 35 (1978)

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lazos y contactos con los campesinos, siempre hablando sobre el tema de la tenencia de la tierra,

¿si ustedes la trabajan por qué no les pertenece lo que sacan de ella?:

“Para los campesinos la tierra era un sueño… y claro, nosotros dirigíamos el trabajo político hacia el por qué la tierra no era de ellos… ¿como aguantarse y no combatir por lo que para él es madre, mujer, medio de vida, cariño, sentimiento, relacion secreta, como lo es la tierra?”18

Todos los elementos anteriores provocaron que el régimen cavara su propia tumba, esto debido a

que, en palabras de Martí i Puig, “(el régimen) terminó por desarrollar una conciencia popular en

la que el rechazo a la miseria, a la falta de trabajo y de tierra, se sumó al repudio de las

particularidades del somocismo, a saber, de la arbitrariedad policíaca, la corrupción y la

exclusión política.”19

Pero, ¿quiénes son estos sujetos que canalizan todo el descontento y la conciencia popular

mencionada anteriormente?, ¿quiénes son estos sujetos que resisten a la dictadura del resto de la

dinastía Somoza?, ¿quienes son estos nuevos sandinistas en una época donde el antiguo

guerrillero estaba casi en el olvido?

El Frente Sandinista de Liberación Nacional no fue el primer movimiento en surgir para

enfrentarse a la dictadura somocista, tiene antecedentes en el Frente Unitario Nicaragüense, la

Juventud Patriótica, el Movimiento Nueva Nicaragua, entre otros. Tomás Borges (uno de los

fundadores del FSLN) afirma, a fines de los 50’, casi haberse embarcado en una expedición,

organizada por el Partido Liberación Nacional desde Costa Rica para liberar a Nicaragua, sin

embargo era preciso tener paciencia, el momento apropiado llegaría.20

Los aciertos y fracasos de la resistencia contra la dinastía Somoza demostraron que en

Nicaragua, sin una conducción revolucionaria, combativa y armada, era imposible derrocar a la

dictadura21, es bajo estas ideas que surge el FSLN, sin embargo, de acuerdo a lo planteado por

Marti Puig, “antes de fundar el Frente, apenas conocían la teoría política. Dicha generación se

18 Omar Cabezas. La montaña es algo más que una inmensa estepa verde. Siglo XXI editores, México, (2002). pp. 111.

19 Salvador Martí i Puig. La izquierda revolucionaria en Centroamérica: El FSLN desde su fundación a la insurrección popular. Universitat Autònoma de Barcelona, Institut de Ciències Politiques i Socials. (2002), pp. 18.

20 Tomás Borges. La paciente impaciencia, Ediciones Casa de las Américas, La Habana, (1989) pp. 151.

21 Ídem. pp 157

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guió por el instinto. Como diría su principal fundador, Carlos Fonseca, la creación de dicha

organización fue más por vergüenza que por conciencia.”22

¿Quienes compusieron en su mayoría al Frente? Es de gran importancia para esta investigación

mencionar que un 30% de los participantes del Frente eran estudiantes, siendo el grupo

mayoritario, seguidos por la gente de oficio, tales como artesanos, empleados en talleres y

trabajadores independientes con un 22%, la extrema juventud de los participantes también vale la

pena ser mencionado (el 71% tenía entre 15 y 24 años)23. La descripción de una madre

nicaragüense explica de cierta manera este fenómeno: “Y yo le dije a mis chavalos que mejor se

metían al Frente, porque si no, de todos modos la Guardia me los mataba, por ser jóvenes, no

más, figúrese”.24

Es interesante ver también cómo se da el origen del nombre de la organización, ya que, entre los

fundadores habían tres opciones, el Frente de Liberación Nacional, el Frente Sandinista de

Liberación Nacional (aludiendo a la figura de Sandino y su lucha antiimperialista) y el Frente

Libertador del Pueblo (aludiendo a un brazo armado igual al de Bolívar, un Ejército Libertador),

si bien durante un año primó la primera opción, al año de fundarse el organismo revolucionario

se aceptó la segunda idea, la de Carlos Fonseca, quien afirmaba que para formar un frente amplio

con la suficiente fuerza para derrocar al dictador, se necesitaba una idea, un término capaz de

aglutinar a distintos actores sociales, y la palabra sandinista, aludiendo a la lucha de Sandino

contra la invasión norteamericana le daba un sello revolucionario a la organización, sin por ello

hacerla sectaria25.

Omar Cabezas nos describe de gran forma el sentimiento que implicaba el término “sandinista”

en el nombre de la guerrilla:

“Esa era la historia del pueblo de Nicaragua; ellos tenían una historia sandinista, una historia de rebelión contra la explotación, contra el dominio norteamericano… No era irresponsabilidad, sino la historia, la vergüenza del pueblo, la rebeldía histórica del pueblo. Los sandinistas quedaron

22 Salvador Martí i Puig. La izquierda revolucionaria en Centroamérica: El FSLN desde su fundación a la insurrección popular. Universitat Autònoma de Barcelona, Institut de Ciències Politiques i Socials. (2002), pp. 3.

23 Salvador Martí i Puig. La izquierda revolucionaria en Centroamérica: El FSLN desde su fundación a la insurrección popular. Universitat Autònoma de Barcelona, Institut de Ciències Politiques i Socials. (2002)

24 Ídem. pp. 16.

25 Tomás Borges. La paciente impaciencia, Ediciones Casa de las Américas, La Habana, (1989)

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aislados después de la muerte de Sandino y empezaron a educar a sus hijos en esa tradición, a alimentar ese sentimiento contra los yanquis que nos ocupaban, que nos intervenían y que nos humillaban”.26

Esa idea de unidad fue la gran fortaleza de los revolucionarios nicaragüenses. La estrategia de la

guerrilla fue una de Guerra Popular Prolongada, de acuerdo a Dinamarca27 esta implicó, durante

la década de los 60’ un gran desarrollo de la teoría del foco guerrillero, sin embargo, llegando a

los 70’ el movimiento se dio cuenta de que no bastaba con solamente aquel elemento, por lo que

se buscó organizar al campesinado, crear una política de masas y desarrollar la politización de

los sectores urbanos, por ejemplo “Subtiava era un sector combativo, un territorio liberado

políticamente casi por completo”28, fue justamente aquella dependencia con organizaciones a

favor del Frente, la articulación entre la guerrilla y el resto del movimiento popular la mayor

ventaja de la organización. La participación de miles y miles de ciudadanos, quizás sin un perfil

político definido, en los órganos que el Frente iba creando fue decisiva para la victoria sobre la

dictadura:

“Este fue nuestro principal logro: el habernos ganado la autoridad, el cariño y la confianza del pueblo. Nosotros no habíamos logrado ni siquiera una estructura partidaria, ni un aparato de agitación intermedia de masas, y mucho menos una organización militar. Lo que habíamos logrado, sin embargo, era lo fundamental: la autoridad política y moral.”29

Las autobiografías nuevamente nos indican la importancia de este tipo de trabajo para propagar

la insurrección:

“Pasábamos largas horas persuadiendolos (a un grupo de zapateros) de lo que ya estaban persuadidos: de lo perfecto que era el regreso (a Nicaragua desde el exilio), de lo hijueputa que era Somoza, de que los campesinos serían los dueños de la tierra, de que aquello no era vida… cuando tuviésemos el coraje de arriesgarla”.30

Omar Cabezas plantea también una idea similar:

26 Omar Cabezas. La montaña es algo más que una inmensa estepa verde. Siglo XXI editores, México, (2002). pp. 115.

27 Renato Dinamarca. Una aproximación a la guerrilla urbana: El Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros (MLN-T). Revista Divergencia nº2 (2012).

28 Omar Cabezas. La montaña es algo más que una inmensa estepa verde. Siglo XXI editores, México, (2002). pp. 81.

29 Salvador Martí i Puig. La izquierda revolucionaria en Centroamérica: El FSLN desde su fundación a la insurrección popular. Universitat Autònoma de Barcelona, Institut de Ciències Politiques i Socials, 2002, p 16.

30 Tomás Borges. La paciente impaciencia, Ediciones Casa de las Américas, La Habana, 1989, p. 154.

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“Es más, como no teníamos formas organizativas para contactar, para estudiar con la gente, para convencerla, para persuadirla, para hacerla que se rebelara, entonces esos pocos minutos en que nosotros les dábamos ese contacto a través del fuego, tratábamos de desarrollar al máximo nuestra capacidad persuasiva sobre la gente.”31

En las dos citas anteriores vemos la importancia del trabajo cotidiano, del involucrar al resto del

pueblo en la lucha ya que el FSLN no tenía la suficiente fuerza para tomar el poder por si solo,

sin embargo, una insurrección popular desde todos los sectores sociales si tendría esa fuerza

para, apoyado por una vanguardia armada, vencer y derrocar a la dictadura.

Hemos visto como el Frente Sandinista de Liberación Nacional surgió, se desarrolló y cuál fue su

estrategia preponderante para triunfar por sobre la Guardia Nacional y la dictadura somocista en

1979, sin embargo, el siguiente paso es analizar cual es todo el componente subjetivo, ideológico

y las influencias que tuvo el movimiento para constituirse como tal y, también, para constituir a

sus militantes desde sujetos políticos clásicos a guerrilleros.

31 Omar Cabezas. La montaña es algo más que una inmensa estepa verde. Siglo XXI editores, México, 2002, p. 24

13

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¿Cuáles son las influencias e ideologías detrás del FSLN y sus guerrilleros?

F de Fuerza insobornable

S de sol de libertad

L de lucha inclaudicable

N de no retroceder

Carlos Mejia Godoy

Cuando llegó el hombre europeo al continente americano trajo consigo su cosmovisión del

mundo en el cual estaba inmerso, donde sin lugar a dudas la religión católica jugaba un papel

estelar, con el correr de las décadas esta cosmovisión sufrió varios cambios de la mano a

diversos procesos, no obstante la religión siempre ha tenido un rol preponderante dentro de la

sociedad latinoamericana, dentro de este contexto de conformación social y cultural la iglesia

siempre abogo por mantener los esquemas sociales. Sin embargo, en los años sesenta se

comienza gestar un movimiento eclesiástico especialmente de carácter católico que abogaba a la

liberación de las masas populares de sus opresores, ellos basaban su doctrina teológica en el

“evento del éxodo en el Pentateuco y la naturaleza política del reino que Jesús y sus apóstoles

anunciaron”32. Además de que tenía una fuerte influencia de los ideales marxistas detrás de sus

precursores, aunque cabe recalcar que esta no se asemeja tanto al marxismo que viene del

continente europeo (específicamente la URSS), sino a una construcción que viene desde el

pueblo Latinoamericano, donde las ideas de una praxis social y una fuerte crítica al modelo que

imperaba en ese momento en la América Latina son la base para este movimiento. Es en este

mismo sentido es que se produce un cambio en la mirada más clásica de algunas visiones de la

iglesia, los que tenían “su conservadurismo y apatía eran notables; también la calificó de

negativa, desunida y poco accesible al pueblo.”33, donde la nueva forma intentaba cambiar la

religiosidad que impusieron con ese fuerte carácter Medieval. Ya que para los teólogos de la

liberación era de vital importancia dejar la religión como solo una serie de normas, sino que

debía pasar a ser una práctica activa de las enseñanzas que impartía. Es por esto que “rechazan

32 Emilio A. Nuñez. Teologia de la Liberación. Editorial Caribe. (1988). pp. 8

33 Juan Monroy Garcia. La Teología de la Liberación y su participación política en Nicaragua. dialéctica, nueva época, número 42. Noviembre 2009. pp 27

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la idea de que la cultura capitalista es el modelo de desarrollo para la América Latina (...) por

consiguiente lo que se necesita no es desarrollo o evolución, sino revolución, el cambio radical

de las estructuras sociales, y el establecimiento del sistema socialista”34

Son quizás estas enseñanzas que impartían lo que hizo que fueran aceptadas y entendidas por los

pueblos latinoamericanos.

Uno de los países en los que se vieron más influenciadas fue el de Nicaragua, especialmente para

el FSLN, donde algunos de sus grandes líderes provinieron de estas ideologías como lo fueron

Nestor Cardenal, Joaquin Cuadra Lacaya, Luis Carrion Cruz, entre otros, quienes ademas

declaraban que “no veía dicotomía entre el evangelio y la política”35. Es por esto que en 1968 se

comienzan a gestar la una nueva interpretación de la iglesia la cual consistió “poniendo énfasis

en la problemática político social, tratando de estimular la participación del pueblo en asuntos

políticos (…) despertó en la gente la conciencia crítica ante la realidad que vivía en ese momento

el país, agudizada por las contradicciones de la dictadura somocista.”36 . Este mensaje logró una

gran aceptación dentro del pueblo Nicaragüense, dentro de estos se vio un gran avance, esto

evidenciado en un grupo de jóvenes estudiantes universitarios que fueron fuertemente

influenciados por un sacerdote jesuita, quienes se fueron a vivir al Barrio el Riguero, el cual

estaba compuesto principalmente por trabajadores que vinieron desde el campo hacia la ciudad,

para buscar mejoras salariales y en sus condiciones de vida. Cabe destacar que dentro de

estudiantes que se fueron a vivir este barrio, surgieron generales y posteriores ministros del

FSLN cuando esta derrocó a la dictadura de Somoza. Esta vivencia que lograron los estudiantes,

sumado a la ideología marxista, logró un proceso de crítica social frente al modo de vida en la

estuvieron inmersos, esto provocó una fuerte crítica hacia a las violaciones de los DDHH que

fueron provocadas por esta dictadura en Nicaragua.

En conclusión, el pueblo nicaragüense, se vio fuertemente influenciado por la doctrina teológica

de la liberación , debido a que las propuestas teóricas que esta proponía, intentaban ayudar a

cambiar las condiciones de desigualdad que estaba sufriendo Nicaragua, lo que trajo una fuerte

34 Emilio A. Nuñez. Teologia de la Liberación. Editorial Caribe. (1988). pp. 23

35 Idem. pp.4336 Juan Monroy Garcia. La Teología de la Liberación y su participación política en Nicaragua. dialéctica, nueva época, número 42. Noviembre 2009. pp 28

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aceptación de esta, sumado al fuerte carácter marxista que influyó en este movimiento social-

popular.

Aparte de las dos influencias ya mencionadas que recibió el FSLN, debemos sumar una de vital

importancia para todo movimiento revolucionario, hablamos de la Revolución Cubana, esa épica

historia de 20 barbudos que derrotaron a todo un ejército profesional y derrocaron a una

sangrienta dictadura. La revolución derrotó al discurso revolucionario dogmático y mecanicista

para reemplazarlo por uno histórico, donde la revolución podía ser llevada sin tener que esperar

al auge de las contradicciones capitalistas, al desarrollo de una clase obrera numerosa, al

progreso histórico por etapas, etc. Finalmente, se podría decir que “Cuba apareció como un

trueno en medio del escepticismo y la legalidad. Demostró que la victoria de una revolución anti-

imperialista en América Latina era posible, y en ese mismo instante”.37

“Fidel ha sido nuestro maestro. De la revolución cubana aprendimos a vincular al marxismo con

nuestra propia tradición.”38 Carlos Fonseca reconoce en esta cita la importancia de la revolución

cubana. Fidel creía en una revolución continental y que Cuba era simplemente el primer

territorio liberado, esta idea de que “las revoluciones no se exportan, las hacen los pueblos” 39 se

propagó por todo el continente instando a los sujetos históricos a asumir su rol y realizar la

revolución en cualquier rincón que se encontrasen. Esta invitación y el estipular el deber de todo

latinoamericano de luchar por la emancipación del territorio caló hondo en los militantes del

FSLN.

Tomás Borges cuenta que, al visitar al “legendario comandante (Ernesto Guevara)” como él lo

llama, iba poseído por una admiración ilimitada, lo describe como “aquel hombre que consumía

la luz com consume el agua la tierra reseca”40, y no era solamente el Che, sino que, al describir al

resto de los jóvenes asilados en La Habana, los describe como “jóvenes que anhelaban, por

encima de cualquier otra consideración, ser la reproducción de Fidel Castro, revolucionarios por

37 Salvador Martí i Puig. La izquierda revolucionaria en Centroamérica: El FSLN desde su fundación a la insurrección popular. Universitat Autònoma de Barcelona, Institut de Ciències Politiques i Socials. (2002). pp 3.

38 Néstor Kohan. Fidel para principiantes. Era Naciente. Buenos Aires (2007). pp. 163

39 Idem. pp. 89

40 Tomás Borges. La paciente impaciencia, Ediciones Casa de las Américas, La Habana, (1989). pp. 166

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vocación, deseosos de comprender cómo la Revolución Cubana había barrido con todos los

alfiles, desacreditando con tanto júbilo momias, recetas y manuales”.41

La admiración vemos que va más allá de los líderes de la revolución como los grandes mesías

que trajeron el cielo a la tierra, se manifiesta una admiración a todo el proceso de la Revolución

Cubana, el cómo rompió con recetas y manuales sobre cómo y cuándo hacer revoluciones, a

cómo demostraron que era posible, si aquellos sujetos pudieron internarse en la montaña y desde

allí liberar a un pueblo, los nicaragüenses también podían hacerlo. “Un pequeño grupo de

hombres decididos y sin miedo a la muerte, con el apoyo popular, pueden vencer a un ejército

regular”.42

Omar Cabezas también, al hacer referencia a Guevara, nos habla de la importancia que tuvo la

revolución para el desarrollo de la guerrilla sandinista. Cabezas cuenta que, al momento de

ingresar a la montaña y acercarse al campamento guerrillero, pensaba en que “por fin con mis

propios pies estaba acercándome, iba a conocer personalmente a esos famosos hombres, a los

guerrilleros, a la gente como el Che”43 y al sufrir los dolores físicos y la soledad de la montaña

nos cuenta sus pensamientos, “ya mediodía yo llevaba en la mente la película del hombre nuevo,

ser como el Che, ser como el Che”.44

En las figuras del Che y de Fidel se veía la resurrección de Sandino, y su revolución demostraba

que los actores históricos tienen un amplio espectro de herramientas, las que, usadas de acuerdo

a cada contexto, pueden resultar en el triunfo de las fuerzas revolucionarias.

Frentes estudiantiles: Politización del movimiento

41 Idem. pp. 167

42 Salvador Martí i Puig. La izquierda revolucionaria en Centroamérica: El FSLN desde su fundación a la insurrección popular. Universitat Autònoma de Barcelona, Institut de Ciències Politiques i Socials. (2002). pp 5

43 Omar Cabezas. La montaña es algo más que una inmensa estepa verde. Siglo XXI editores, México, (2002). pp. 35

44 Idem. pp. 51

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Entonces, si están cansados,

si están rendidos, olvídense de eso,

suban al cerro y cuando lleguen allí ustedes

van a tener un pedacito del hombre nuevo.

René Tejada45

La orgánica del FSLN se compuso mayoritariamente por agrupaciones estudiantiles que surgen

en el seno de la actividad universitaria. A partir de esto, preguntarse cómo se desarrolló la vida

de este sujeto histórico, es decir, del estudiante universitario, en relación a la ebullición política

de la Nicaragua Somocista nos permite indagar en las motivaciones de los estudiantes para tomar

las armas y contraatacar a la dictadura.

El movimiento estudiantil nicaragüense tiene sus orígenes, aproximadamente, en el año 1944

como respuesta a una de las tantas reelecciones de Somoza. Sin embargo, la proyección de aquel

movimiento era de una política pasiva, en donde los sectores hegemónicos de las organizaciones

estudiantiles, principalmente en el CUUN (Centro Universitario de la Universidad Nacional)

creían poder derrocar a Somoza y su séquito mediante la vía electoral. Las políticas oportunistas

guiadas por falsos marxistas influenciaron a los grupos revolucionarios, lo que explica que, en un

primer momento, las asociaciones de universitarios optaran por métodos pacifistas para lograr

concretar sus ideales46. No obstante, es posible reconocer pequeños nichos de estudiantes más

insurreccionales que planteaban la necesidad de agudizar y profundizar la lucha armada, sin

embargo, su influencia a nivel político aún no adquiere mayor relevancia.

Carlos Fonseca47 hace un balance bastante duro sobre la realidad estudiantil en Nicaragua. En

1968, 6 años después de haber formado el Frente, emite un comunicado hacia los estudiantes

revolucionarios hablando sobre la fuerte penetración de la ideología capitalista dentro de las

45 Omar Cabezas. La montaña es algo más que una inmensa estepa verde. Siglo XXI editores, México, 2002, p. 16.

46 Carlos Fonseca. Mensaje del Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, a los estudiantes revolucionarios. En: https://memoriasdelaluchasandinista.org. Nicaragua, (1968)

47 Mónica Baltodano. Memorias de la lucha sandinista. Tomo I: De la forja de la vanguardia a la montaña, La

misión de los estudiantes revolucionarios: Liberación y justicia. Fundación Roxa Luxemburg. Managua, 2010.

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casas de estudio que habían terminado por aminorar fuertemente los procesos de movilización

del estudiantado.

El elemento de pasividad es criticado fuertemente por Carlos Fonseca, quien afirma que

“mientras los estudiantes mueren en la guerrilla, los que se quedan en las aulas se han cruzado de

brazos”48. Responsabilizaba a las dirigencias estudiantiles de esta falta de acción ante la

inminente revolución. El FER (Frente Estudiantil Revolucionario) trataba de proyectar aquella

lucha, sin embargo, el tener que compatibilizar los encuentros políticos con los estudiantiles, al

menos en un comienzo, debilitaba su presencia en los primeros. Los líderes intentaron enfrentar

esta situación desde un enfoque creativo:

“Nosotros siempre estábamos inventando algo distinto para incentivar a los estudiantes, para que no decayera el entusiasmo y la motivación moral, no sólo para conseguir nuestros objetivos académicos, sino también los políticos; la cosa era inventar cualquier originalidad coyuntural. Los estudiantes en ese tiempo éramos muy inventores”49.

Omar Cabezas, militante del FER en aquella época, utilizaba las demandas gremiales del

movimiento estudiantil para poder ir politizando a sus compañeros y proyectar su lucha más allá

de las paredes de la universidad, contra la dictadura misma. Reconoce que cuando los estudiantes

“encontraban motivación dentro de la lucha reivindicativa, entonces podíamos hacer trabajo

político sobre ellos”50.

El quiebre entre los sectores pacifistas y radicales se da, según Hugo Mejía, después de la

masacre de Pancasán, donde una columna completa del FSLN fue aniquilada.51 Esta tragedia

inicia un proceso de concientización del pueblo, que le indica al estudiantado que la solución a la

dictadura es la que plantea el Frente y no la lucha electoral que hasta entonces se habían venido

proponiendo.

48 Mónica Baltodano. Memorias de la lucha sandinista. Tomo I: De la forja de la vanguardia a la montaña, La misión de los estudiantes revolucionarios: Liberación y justicia. Fundación Roxa Luxemburg. Managua, 2010, p. 5.

49 Omar Cabezas. La montaña es algo más que una inmensa estepa verde. Siglo XXI editores, México, 2002, p. 16.

50 Omar Cabezas. La montaña es algo más que una inmensa estepa verde. Siglo XXI editores, México, 2002, p. 51.

51 Mónica Baltodano. Memorias de la lucha sandinista. Tomo I: De la forja de la vanguardia a la montaña, La

misión de los estudiantes revolucionarios: Liberación y justicia. Fundación Roxa Luxemburg. Managua, 2010.

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La masacre de 1967 y el mensaje de Carlos Fonseca en el 1968, al ser este “fundamental para

mejorar la calidad del trabajo que se había realizado, y expresa valoraciones sobre el rol de los

estudiantes en ese momento”52, dan paso a una radicalización del movimiento estudiantil.

Para ese entonces la efervescencia política era tal “que al muchacho que se metía al CUUN luego

lo pasaban al FER y de allí al Frente, para mandarlo de allí a la montaña”53. Irving Dávila es un

fiel reflejo de este dinamismo: apenas ingresó a la universidad se incorporó a la lucha, como si

hubiese estado esperando el momento de entrar a la universidad para luchar, afirmó que aquello

se dio por “ese ambiente represivo que yo sentía; eso me provocó rebeldía”54

Las actividades concretas que se llevaron a cabo dentro de las organizaciones estudiantiles se

relacionan tanto con las problemáticas internas de la universidad, como con los conflictos

político-sociales que inundaban Nicaragua, es decir:

“La agenda que desarrolló a nivel interno es sobre la reforma universitaria, para enfatizar en la necesidad de fortalecer las carreras de Humanidades, lo cual toma fuerza. Luego, la movilización para incrementar el porcentaje del presupuesto asignado a las universidades. Una de las actividades fue tomar cívicamente el Palacio Nacional. También hubo actividades de vinculación con el movimiento popular. Hacíamos trabajo organizativo en los sectores sociales, con los sindicatos y en los barrios.”55

Dentro de estos mismos márgenes, avanzada ya la revolución, la relación entre las filas Frente y

el movimiento estudiantil se vuelve más estrecha, siendo los miembros de las universidades los

que impulsaban y hasta financiaban las actividades del FSLN:

“El Gato Munguía se puso a la cabeza de los estudiantes y tras el Gato nosotros, los mismos de siempre, agitando, organizando, haciendo mítines, tomándonos los edificios de la universidad, discursos, canciones, guitarras, poemas, diálogo con las autoridades, comisiones para acá comisiones para allá… Ganamos la lucha por los cien en medicina y volvieron nuevas luchas, y nos planteamos la reforma universitaria, estudiamos la reforma de Córdoba, y queríamos cambiar

52 Mónica Baltodano. Memorias de la lucha sandinista. Tomo I: De la forja de la vanguardia a la montaña, Aceptamos el desafío de Carlos Fonseca. Fundación Roxa Luxemburg. Managua, 2010, p. 7.

53 Omar Cabezas. La montaña es algo más que una inmensa estepa verde. Siglo XXI editores, México, 2002, p. 3.

54 Mónica Baltodano. Memorias de la lucha sandinista. Tomo I: De la forja de la vanguardia a la montaña, Aceptamos el desafío de Carlos Fonseca. Fundación Roxa Luxemburg. Managua, 2010, p. 3

55 Mónica Baltodano. Memorias de la lucha sandinista. Tomo I: De la forja de la vanguardia a la montaña, La misión de los estudiantes revolucionarios: Liberación y justicia. Fundación Roxa Luxemburg. Managua, 2010, p. 10.

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nuestra universidad, y luchábamos para cambiar el contenido de los programas de estudio y podíamos pasarle fuertes sumas de dinero al Frente, de las arcas del CUUN.”56

Las agrupaciones estudiantiles protagonistas de la revolución, intentaron fomentar la unión de

sus filas con otros movimientos, que fueron fortaleciendo la resistencia a la dictadura:

“Ésa era una de las tareas (la vinculación del movimiento estudiantil con los movimientos de barrios y los movimientos sindicales) que nosotros más desarrollábamos desde el CUUN y desde el FER. Organizábamos grupos de compañeros estudiantes que estaban articulados en las células, o eran activistas del CUUN, y después de las cuatro, cinco de la tarde, salían a las calles en grupos de dos o tres, a distribuir volantes, a hacer mítines”57

De esta forma, el sujeto estudiantil pasó de ser un sujeto que hablaba de política en asambleas y

se proponía votar en contra del dictador para derrocarlo, a ser un actor activo y combativo que

sabía que la caída de Somoza no se conseguiría de manera pasiva.

Muchos de los estudiantes protagonistas de la revolución y que hoy se conocen como figuras

políticas importantes: Sergio Ramírez, Omar Cabezas, Edgardo “El Gato” Munguía, Hugo

Mejía, pasaron de la lucha estudiantil callejera a la lucha armada en la montaña y en el campo.

56Omar Cabezas. La montaña es algo más que una inmensa estepa verde. Siglo XXI editores, México, 2002, p. 16.

57 Mónica Baltodano. Memorias de la lucha sandinista. Tomo I: De la forja de la vanguardia a la montaña, Aceptamos el desafío de Carlos Fonseca. Fundación Roxa Luxemburg. Managua, 2010, p. 6.

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Conclusión.

¿Hemos podido dar cuenta de las motivaciones de los estudiantes para pasar de la universidad,

del combate callejero a la lucha armada en la montaña?, creemos que sí, sin embargo, para poder

concluir, es necesario precisar aquellas ideas para esclarecerlas.

La primera motivación, y quizás la más obvia, es el de tomar las armas como respuesta al sentido

de impotencia e inseguridad que provocaba una dictadura sanguinaria y asesina, como ya hemos

evidenciado a lo largo del trabajo. Lo vimos anteriormente cuando Carlos Fonseca habla de que

el FSLN se forma más por vergüenza que por convicción, el testimonio de la madre que instaba a

sus hijos a ingresar al frente ya que era la única manera de sobrevivir apunta a lo mismo y con

Tomás Borges, quien hace siempre referencia a su impaciencia en la espera del momento

apropiado para combatir frente a la dictadura. Es reconocido en general que, debido al contexto

en el que se encontraba Nicaragua, la lucha armada era la única opción viable.

¿Toda dictadura es derrocada por las armas?, esto sabemos que no es así, por lo que las

motivaciones de los estudiantes debieron ser aún más profundas, es en este sentido que la historia

de Nicaragua, y el contexto histórico marcan la transición desde estudiante a guerrillero. En la

página 16 expusimos un testimonio de Carlos Fonseca quien afirmaba hallar en Fidel Castro al

“maestro” de su revolución, también hablamos de cómo la Revolución Cubana demostró que en

América Latina sí era posible hacer revoluciones y tomar el poder para crear un mundo distinto,

todo esto creó, y no sólo dentro de Nicaragua, un sentimiento efervescente, los jóvenes tenían la

convicción de que la lucha armada funcionaba, así lo habían demostrado 20 barbudos en Cuba.

La historia de Nicaragua también es relevante en este sentido, relacionando también con la

Revolución Cubana es que hablamos de cómo se veía, en el Che y Fidel, la resurrección de

Sandino. Finalmente, en la página 20 se expuso un testimonio de Omar Cabezas donde refería al

sentimiento de rebeldía nicaragüense casi como una herencia histórica, una tradición

revolucionaria. Él afirma:

“Don Bacho, Don Leandro (antiguos combatientes que lucharon junto a Sandino, bastante viejos al momento de la entrevista) son los padres de la patria, y nunca me sentí más hijo del sandinismo, más hijo de Nicaragua que en ese momento… siento que soy hijo de la historia,

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comprendo mi propio pasado, me ubico, tengo patria, reconozco mi identidad histórica con aquello que me decía Don Leandro”.58

Ese sentimiento histórico de rebeldía y lucha fue utilizado, mediante una jugada magistral por

Carlos Fonseca para nombrar a su organización y así lograr la convergencia vital de distintos

sectores en torno a una causa común.

La última motivación que pudimos encontrar es la que hace referencia a la idealización que se

tenía de la guerrilla en esa época por parte de la juventud revolucionaria nicaragüense. Martí i

Puig habla constantemente del “mito” entorno al guerrillero, como se desarrolló toda una mística

en torno a la lucha armada, mística descrita a la perfección por el título del texto de Omar

Cabezas, la montaña era efectivamente algo más que una inmensa estepa verde, era el lugar

donde estaban los mejores hombres, los más valerosos, los más valientes, los más arriesgados,

los más concientes. “Había un momento de alegría, era nuestra primera noche guerrillera. Todos

nos sentíamos guerrilleros allí. Nos sentíamos hombres guerrilleros.”59

Omar Cabezas siempre habla de cómo aquel sentimiento era compartido, del “brillo” en los ojos

de los nuevos a la montaña, a lo largo de los comentarios de otros participantes de la guerrilla

vemos siempre esta idealización como una constante, ya no basta solamente con manifestarse en

las calles, la lucha de verdad, donde las personas de verdad se la jugaban por lo que creían era en

la acción guerrillera. Es quizás nuevamente Omar Cabezas el más indicado para verificar aquello

y cerrar el tema:

“Como que la montaña y el lodo, el lodo y la lluvia también, la soledad, como que nos fueron lavando un montón de taras de la sociedad burguesa. Nos fueron lavando una serie de vicios. Allí aprendimos a ser humildes porque vos no valés ni mierda ahí adentro, aprendés a apreciar los valores estrictamente humanos que ahí van saliendo a fuerza, y poquito a poco se van muriendo todas las lacras, por eso nosotros decimos que la génesis del hombre nuevo está en el FSLN.”60

58 Omar Cabezas. La montaña es algo más que una inmensa estepa verde. Siglo XXI editores, México, 2002, p. 115

59 Ídem. pp. 37

60 Ídem. pp. 47

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Referencias Bibliográficas

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