64
FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO 1

Falange una reflexión crítica

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 1/64

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

1

Page 2: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 2/64

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

2

Page 3: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 3/64

León Klein

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA 

SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DELNACIONALSINDICALISMO

 

A todos aquellos que han 

vivido en Falange 

los mejores años de su vida 

 

Título: FALANGE, UNA REFLEXION CRITICA © León Klein. 2002 © Pyre, SL

Portada: Alejandro César 1a Edición: Noviembre 2002 Dep. Legal: B-XXXXX-2002 Impreso enEspaña

SUMARIO

INTRODUCCIÓN.................................................................................................................................4

I. LAS SIETE MUERTES DE FALANGE ESPAÑOLA.........................................................................6

II. LA INADECUACION IDEOLOGICA .............................................................................................. 23

III. LAS NECESIDADES MINIMAS DE LA LUCHA POLITICA..........................................................42

IV. EL PROCESO DE GROPUSCULARIZACION.............................................................................56

CONCLUSIÓN...................................................................................................................................59

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

3

Page 4: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 4/64

 INTRODUCCIÓN 

Hubo un tiempo en el que fui falangista. Era muy joven y creía sinceramente en que elnacionalsindicalismo era el ideal más noble y puro por el que nadie hubiera luchado jamás. Era aprincipios de los años 70 y bajo las lonas del Frente de Juventudes recuerdo aquellos años como losmejores momentos de mi vida. Y es posible que lo fueran. De todo aquello, hoy, queda solamente elrecuerdo. Políticamente no comparto buena parte de los ideales de aquel tiempo, pero los respeto.

En el fondo, lo que nos unía era el sueño de una España más justa ¿cómo podríamos renunciaralguna vez a ello?

Hoy sigo mirando con simpatía a Falange y a sus ideales - en la medida en que la organizaciónque los encarnaba ha desaparecido- solo que no los comparto. Como me decía un amigo hace poco: «Falange tiene historia, pero no tiene nada más; otros no tenemos historia, pero tenemos futuro».  Este conocido había resumido en unas pocas palabras el drama actual de los últimos falangistas.

El día antes de esa conversación, Miguel Angel Vázquez, conocido de hace muchos años ydirector de «Barbarroja» una Editorial especializada en historia de Falange me había lanzado el retopara que escribiera el presente libro. «No se trata de una obra de la que se vayan a vender miles de ejemplares. Es simplemente un tributo a los mejores años de nuestra vida». Y así es, en efecto. Porque todavía hay falangistas que militan con la misma ilusión que habíamos tenido nosotros hace 30

años. Solo que entonces nosotros no tuvimos a nadie que nos dijera: «Camaradas, no perdáis el tiempo, el ideal falangista está muerto; hablar sobre él es como hablar sobre las guerras napoleónicas, el sitio de Numancia o las campañas de Alejandro de Macedonia». El drama consisteen defender un modelo histórico perteneciente al tiempo pasado, como si fuera aplicable al tiempoque vendrá.

Nosotros consideramos un tributo hacia nuestra militancia pasada, de la que no hemosrenunciado, pero sí superado, el escribir las páginas que siguen. Son el balance de un ideal a más desesenta años de su enunciado. Son el balance la gestión de tres generaciones de falangistas. Son lacrónica -digámoslo ya- de un fracaso. El por qué se ha producido ese fracaso y el por qué esinsuperable es algo que vamos a tratar en las páginas que siguen. Sobre el por qué las cosas nopudieron ir mejor para la Falange es algo que trataremos con cierto detenimiento.

Este es un libro difícil, ni convencerá a los enemigos de la Falange (para los que este libro habrásido escrito por alguien irreductiblemente apegado al ideal joseantoniano a pesar de su carga crítica),ni por los últimos mohicanos de Falange (para los que el autor de este libro será, ni más ni menos, untraidor). Pero, más allá de los maximalismos, de las declaraciones exaltadas a favor y en contra, estelibro es una obra sincera, escrita con el corazón (y el cerebro) por alguien que un día fue falangista,pero ya no se considera tal, pero aun sintiéndonos exteriores al ámbito falangista, bien es cierto, queno nos sentimos predispuestos a la condena. Todo lo contrario: queremos entender cómo se haproducido la ruina del ideal falangista.

Para realizar este trabajo vamos a despojarnos de cualquier tipo de apriorismos. Ningún mito,ningún dogma será respetado como tal. Lo que pretendemos es provocar en los últimos falangistasun choque con la realidad. A partir de ese choque que cada cual obre según su leal saber y entender.

Si al acabar la lectura de estas páginas el lector ha sido penetrado por la idea de que «Falange hamuerto», entonces deberá actuar en consecuencia enterrando el ideal y la organización. A partir deese momento se verá libre para repensar sus opiniones políticas, libertad de la que no dispone ahora,cuando está sometido al esquema de una ideología concreta.

Poco antes de empezar a escribir estas líneas, en un foro falangista de Internet alguien ironizabasobre una frase relativa a la globalización. En efecto, ni la globalización ni nada que no hubiera sidomencionado expresamente en las Obras Completas de José Antonio, tenía gran interés y relevancia.Pero, a decir verdad, muy poco de lo dicho o escrito por José Antonio, tiene hoy actualidad. Se tratade frases que aluden a un momento pasado en la historia de España, situado entre 1933 y 1936. Lahistoria en los últimos 70 años se ha acelerado, las ideologías, en consecuencia, se han vistosuperadas y rebasadas por la realidad. Falange no ha podido soportar esa aceleración de la historia y

de ahí ha surgido su profunda inadecuación.Esto ha provocado una selección a la inversa en las filas falangistas. Han permanecido los que se

sentían vinculados al ideal de manera emotiva y sentimental, aquellos a los que el debate de ideas

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

4

Page 5: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 5/64

les importaba, literalmente, un carajo, los desocupados que a partir de las 6 de la tarde no teníannada que hacer salvo ver a otros falangistas igualmente desocupados... pero nunca han proseguidoen activo quienes querían hacer política real. Estos han ido desapareciendo, poco a poco, de las filasfalangistas en las que cada vez se ha notado más la ausencia de los intelectuales, los pragmáticos,los políticos capaces de transformar un ideal en actividad contingente. Y, en contrapartida, hanabundado los dogmáticos, los talmudistas, los ingenuos, los inmaduros, etc. Y, a la postre, eso es loque ha quedado en las filas falangistas en el momento de escribir estas líneas. Estos son los «últimos

mohicanos» del falangismo en toda su ingenuidad, inconsciencia o buena fe.Pues bien, a ellos y a los que se han retirado en los últimos años después de advertir la

inadecuación entre el ideal y la realidad, van dirigidas estas páginas.

Este no es un libro «contra la falange». Es un libro que pretende ser objetivo: nosotros notenemos la culpa de que la realidad haya dejado atrás a falange. Nosotros nos limitamos a sernotarios de la situación. Nada más.

Madrid, 4 de octubre de 2002 

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

5

Page 6: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 6/64

LAS SIETE MUERTES DE FALANGE ESPAÑOLA

Falange Española no ha muerto en el filo del milenio a sesenta y tantos años de su fundación.Falange Española ha muerto en siete ocasiones y su situación actual de inanición política no es sinola muestra más fehaciente de esos siete óbitos.

Cada una de estas muertes no es sino la constatación de una situación de crisis no resuelta, omás bien resuelta en contra de los intereses de Falange como partido político. Cada una de estasmuertes señala un momento de crisis insuperable que situó a Falange al borde de su extinción peroque, por sí misma, no fue suficiente como para sellar la desaparición del partido. En cada una deestas etapas el partido fue perdiendo razón de ser y existir y así se dio la paradoja de que siguieronexistiendo falangistas aun cuando el ser falangista se fue convirtiendo en cada vez en algo másimposible. Y así, de muerte en muerte, el partido se convirtió a la postre en eso absolutamente estérilque es hoy.

Estas son las siete trágicas muertes del partido que fue fundado con el nombre de FalangeEspañola y que, en la hora de su extinción final, como la hidra de Lerna, tenía media docena dedenominaciones diferentes para llamar al mismo ideal, empobrecido y vacío de contenido.

PRIMERA MUERTE: ELECCIONES DE FEBRERO DE 1936 Falange Española murió joven, extremadamente joven, cuando aún no había alcanzado la

mayoría de edad, en febrero de 1936. En esas elecciones la mayoría fue a parar al Frente Popularsituando al país en la antesala de la guerra civil que, finalmente, debía estallar cinco meses después.

Falange Española murió cuando José Antonio no resultó elegido diputado y el partido obtuvounos resultados no precisamente relevantes ni esperanzadores. A partir de ese momento, Falangepercibió que el camino del poder a través de las elecciones iba a ser excesivamente largo yproblemático y, en cualquier caso, distaría mucho de ser una marcha triunfal.

Vale la pena preguntarse qué fue lo que inhibió el voto falangista en 1936. Porque razones, lashubo y fueran de tal calibre que resultaba absolutamente increíble el pensar cómo en esas

circunstancias Falange concurrió a las elecciones y por qué no accedió a un pacto previo con laderecha tal que le garantizara al menos unos cuantos escaños con los que preservar de la represiónrepublicana a sus principales líderes. Por que el pacto fue posible y sólo las exigencias maximalistasde algunos líderes de Falange lo hicieron imposible.

Ese pacto, en efecto, hubiera sellado algo que la historia se encargó de certificar: elposicionamiento de Falange a la derecha del espectro político, en comandita con la CEDA, algo quehorrorizaba a algunos falangistas. Cinco meses después, esos mismos falangistas se alzaban contrala república, junto al ejército y junto a la derecha sociológica y política. Pues bien, en el tránsito quemedió entre febrero de 1936 y julio del mismo año, resultaron encarcelados y represaliados lamayoría de líderes falangistas y el partido, si bien se vio fortalecido por el tránsito de cientos de jóvenes de las Juventudes de Acción

Popular a sus filas, se vio mermado de líderes que vieron el 18 de julio desde la cárcel y muchos deellos fueron fusilados en meses siguientes en las «sacas» con que los republicanos obsequiaron asus enemigos políticos.

A partir de 1936, la derecha española se fue fascistizando en un fenómeno que Ramiro Ledesmadescribió perfectamente y del que dio cuenta en su «¿Fascismo en España?». La derecha,especialmente la derecha juvenil, adoptó las formas, los usos y las consignas del fascismo español,es decir, de Falange Española. Ellos también gritaban «Arriba España», ellos también tenían unsaludo particular, ellos también tenían su líder (el «jefe, jefe, jefe», versión celtibérica del führergermano y del duce italiano) e incluso, oh maravilla de maravillas, esos fascistizados de las J.A.P.tenían sus ideales sociales y clamaban por la «revolución nacional». Y lo hacían teniendo detrás todoel peso político y toda la fuerza que tenía la derecha española de la preguerra con el concurso de una

Iglesia que compartía sin reservas sus objetivos, ideales y estrategias.En estas condiciones, Falange Española, pequeño grupúsculo de unos pocos cientos o miles de

afiliados en toda España, difícilmente podía destacar junto a coloso de la CEDA y de las JAP. Para

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

6

Page 7: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 7/64

colmo, el partido falangista se había comprometido en una insensata espiral de violencia contra laextrema-izquierda.

En efecto, llama la atención que en aquellos mismos años otro partido fascista, el PartidoNacionalista Español desarrollara su actividad teniendo los incidentes normales que el desmadrerepublicano de la época hacía obvios. El Partido de Albiñana y sus «legionarios», debilitadosciertamente por la concurrencia falangista y de las JAP, todavía seguía existiendo en Navarra, Madrid

y disponía de algunas decenas de militantes esparcidos por toda España que desde el período pre-republica- no realizaban trabajo político. Los albiñanistas se habían enzarzado en peleas y disputas atiros con otras fuerzas políticas de izquierdas, si, pero nunca con el volumen y la intensidad de vio-lencia con que Falange Española se implicó desde el momento mismo de su fundación.

Y en cuanto a las JONS que sobrevivieron a la integración y posterior ruptura con Falange, en elnúmero 6 de la revista «La Patria Libre», se lee la siguiente nota:

«Victoria falangista.- (...) salieron a la calle cuarenta y dos camaradas jonsistas que se distribuyeron por Madridpara vocear y vender LA PATRIA LIBRE. Teníamos noticia de que las terribles escuadras falangistas estaban preparadas para impedir la venta de nuestro periódico. Los   jonsistas, repetimos, se distribuyeron por Madrid y quedó UNO SOLO en cada puesto de venta.Transcurrió una hora sin el menor incidente, a pesar de que los grupos falangistas pasaban y re- 

pasaban junto a nuestros camaradas. Bien es cierto que éstos habían sido previamente seleccionados entre los más robustos del Partido. En vista de que no pasaba nada, a pesar de los informes, el Comité encargado de la venta quiso poner a prueba los propósitos falangistas. E hizo lo siguiente: Colocó en la Cibeles, esquina al Banco de España, dos voceadores profesionales, dos chiquillos de diez y de doce años, de los que se dedican a la venta de los periódicos diarios. Y ocurrió nada menos que esto: A los cinco minutos, los mismos grupos falangistas que habían estado pasando por delante de nuestros camaradas adultos sin permitirse el más mínimo gesto de disgusto,se lanzaron sobre los dos niños -repetimos que uno tiene diez años y otro doce- ¡ ¡ ¡y les arrebataron trece ejemplares!!! He ahí sencillamente narrada la gran victoria falangista. Digna de Alejandro, de César, de Aníbal, de Napoleón».

Es posible que haya en el relato algo de imaginación, pero lo que nos interesa resaltar es elhecho de que las JONS podían en esos momentos distribuir su propaganda en Madrid sin que seprodujera ningún altercado y en cambio en ese mismo tiempo, distribuir el semanario «FE» eraprácticamente una acción de guerra. Y el radicalismo antiizquierdista de las publicaciones deLedesma no era menor que el de las falangistas.

La «dialéctica de los puños y de las pistolas» fue una frase arriesgada que llevó al partido a unaespiral de represalias y contrarrepresalias que fueron creciendo de intensidad a medida que el partidofue desarrollándose. Y esto sentenció al partido. Falange Española no sería un partido más que iba aentablar una lucha electoral contra otros partidos, a los cuales tenía la ambición de derrotar; enabsoluto: Falange Española fue un partido cuya imagen de marca, desde casi el momento mismo desu fundación estuvo implicada en acciones continuas de violencia. No importa quien fue el primero endisparar, ni desde luego estamos tentados de atribuir a Falange Española una responsabilidad enestos episodios de terrorismo urbano menor que la que corresponde a otros partidos republicanos, al

Partido Comunista y a las Juventudes Socialistas y, muy en especial, a sectores de la FAI que desdesiempre habían hecho de la Star 9 mm un objeto de culto. El clima era violento. La II RepúblicaEspañola fue violenta como pocos regímenes lo han sido en la historia de Europa. Pero Falange nomidió bien sus fuerzas, ni supo evitar o comprometerse lo menos posible con todo este clima deviolencia, sino, antes bien, lo espoleó, se zambulló en él y lo estimuló por activa y por pasiva.

¿Para qué votar a un partido que no tenía la más mínima posibilidad de ganar unas eleccionespor que sus miembros, muy buenos chicos ellos, estaban implicados en una batalla a muerte contrala izquierda? ¿para qué votar a una formación que no era un partido convencional sino una miliciaparamilitar apta sólo para responder a la izquierda con las armas en la mano? ¿para qué votar a unaformación política que no había demostrado capacidad política sino potencia activista? Por que lo quehabía mostrado la historia de Falange Española desde su fundación a las elecciones de 1934 era que

una cosa eran los deseos iniciales de José Antonio y de sus primeros camaradas (el edificar unpartido en el que la parte cultural y formativa estuviera muy presente; recuérdese los primerosnúmeros del semanario FE en los que se hablaba de las ruinas de Roma, de cuestiones intelectualesy en donde muchos intelectuales, surrealistas incluso algunos de ellos, habían ido a militar) y otra la

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

7

Page 8: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 8/64

imagen que el partido estaba dando de sí mismo y que lo configuraban a ojos de la opinión públicaespañola como una fuerza paramilitar de choque contra la izquierda, el cual, precisamente, fuecreciendo a medida en que el choque se presentó como ineludible.

El gran drama de Falange Española consistió en haber nacido en una época turbulenta y en nohaberse sabido inhibir de esas mismas turbulencias. Todo lo contrario: el partido se implicó tanto queel electorado le castigó ignorando sus listas. A decir verdad, si hoy examinamos lo que fue Falange

en aquellos años se advierte que resultaba imposible tener sindicatos, tener una actividad políticanormal, tener afiliados que fueran al local a tomar unas copas y tener núcleos organizados desimpatizantes. Por que Falange Española, toda Falange Española, era la Primera Línea. No había,en la práctica más «líneas» que la primera. Todo el partido estaba implicado en el activismo cotidianoy quien no quería participar de ese activismo no tenía sitio en el partido.

En esas condiciones no puede reprocharse algo que trataremos en otro lugar de este pequeñoensayo, a saber, la escasa teorización política de Falange Española en el período fundacional. Erasencillamente imposible que ningún falangista se dedicara a la elaboración ideológica, por que lasbalas silvaban en torno a sus cabezas habitualmente. En una situación así, no es el tiempo de laspalabras, ni de las reflexiones, es, en cambio, el tiempo de la acción.

También hay que tener presente las responsabilidades. Que los mitos no impidan ver el bosque

de responsabilidades que se abren sobre los líderes históricos de Falange Española. Y en especialsobre la figura de José Antonio. En los partidos en los que el poder es personal y su ejercicioprerrogativa del líder, a él es a quien hay que pedir responsabilidades. Digámoslo ya: esta primeramuerte fue debida a la poca pericia de José Antonio a la hora de conducir al movimiento político.Impericia por que no logró zafarlo de la espiral de violencia que se generó en sus lindes, impericia porque no logró darle un cuerpo doctrinal suficientemente compacto; impericia por que no fue capaz deadivinar el escenario que se avecinaba para Falange y que iba a entrañar la muerte de muchos desus militantes y cuadros y la suya propia; impericia, finalmente, por que no supo dar al partido unaimagen de madurez que generara confianza en la sociedad española y animara a sus mejores hijos aingresar en sus filas. Impericia por que, la imagen de marca del partido en 1936 era la de un grupo juvenil y activista, nada más. Y efectivamente, esa imagen se correspondía con la realidad.

El carácter juvenil de Falange es posiblemente uno de los mayores atractivos que el partido tuvosiempre para quienes nos comprometimos con él en algún momento de nuestra vida. Era un partidode jóvenes, con ideales jóvenes y en donde el canto a la juventud era una constante. Pero tambiénesa imagen tuvo las consecuencias que podían preverse. Los partidos jóvenes ganan la confianza yla adhesión de los jóvenes, y los jóvenes son siempre los más generosos y los más radicales. La  juventud si bien no es una garantía de inmadurez política, si lo es de maximalismo, de falta deapreciación de la realidad objetiva, de poca experiencia para prever escenarios (y dramas) futuros,etc.

Ciertamente, una de las características más universales del fascismo fue ese «canto a la juventud» que está muy presente especialmente en los sectores más intelectuales. El futurismo deMarinetti y del Partido Futurista que luego dio vida al Partido Fascista era, a la postre, un canto a la juventud. El fascismo francés y en especial el fascismo intelectual de Brasillach y Drieu la Rochelle,

era constantemente una exaltación de los valores y virtudes de los jóvenes. Y otro tanto ocurría enAlemania en donde la «nueva Alemania», a remolque de su juventud, iba a sustituir a la «viejaAlemania» de papá y mamá. Y, desde luego, el mismo modelo se repetía en el fascismo belga queincluso hizo de su líder Leon Degrelle un personaje de cómic que aun goza del favor de la juventud,«Tintín», y en el fascismo inglés el más escénico y populista de todos los fascismos con Mosley o enel fascismo rumano en el que a la idea de exaltación de la juventud se unió la idea sacrificial. Era unaconstante y como tal estuvo representada en el Fascismo Español. Pero...

... Pero a diferencia de otros fascismos, el español no logró arrancar políticamente. Desde elprincipio se vió comprimido entre una derecha suficientemente sólida y asentada que no supoencandilar (cuando el partido negó la entrada de Calvo Sotelo, la izquierda siguió viéndolo como unpartido de derechas, mientras que la derecha se sintió como rechazada por su extremismo juvenil) y

una izquierda que no supo ganar, ni siquiera neutralizar (en dos años y medio de actuación, resultóevidente que los primeros esfuerzos de las JONS por atraer sectores del sindicalismo se habíaconsumado con el fracaso. A este respecto resulta grotesco recordar que, si bien Angel Pestañamanifestó cierto interés por Falange Española fue, en tanto que Pestaña creía que Falange era,

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

8

Page 9: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 9/64

efectivamente, el «brazo armado del capital» y que, por tanto, ahí encontraría el apoyo y la financia-ción para su exangüe Partido Sindicalista.). Cogido en esta pinza derecha-izquierda, el partido se viocomprimido en su crecimiento y no logró encontrar un espacio político propia sobre el que asentar sucrecimiento, ni contar con el favor de grupos sociales concretos en donde pudiera crecer sindiscusión y sin grandes conflictos.

El resultado de todas estas circunstancias objetivas fue que Falange Española, al no haber

obtenido votos suficientes como para estar presente en las Cortes Republicanas de 1934, evidenciósu infecundidad política. Desde entonces ya nunca más volvería a ser considerada como un «partidopolítico», sería una milicia, sería una primera línea, sería un movimiento, pero nunca más, nunca,sería un partido adaptado para ganar elecciones. Y es por ello que esta primera muerte enlaza, comoveremos con la última, cerrando ambas un ciclo vital y sellando la extinción definitiva del partidofalangista.

SEGUNDA MUERTE 18 DE JULIO DE 1936 

El 18 de julio de 1936, Falange Española era un partido extremadamente débil. Ciertamente entrelas elecciones de febrero y el 18 de julio, el partido se había visto reforzado con contingentesprocedentes de las JAP. Pero, el partido había sido ilegalizado y a duras penas podía mantenerse en

la clandestinidad. A decir verdad, Falange Española se vio envuelta en la conspiración militar por undoble motivo: por que era la única salida estratégica que le quedaba tras la ilegalización y por que,vocacionalmente, el partido era golpista desde el momento mismo de su fundación.

Pero dar un golpe de Estado es una cuestión meramente técnica. Basta con tener la decisión y, apartir de ahí, con establecer una estrategia golpista. Pero, a fin de cuentas ¿qué diablos es un golpede Estado? Pues apenas es otra cosa que un cambio de gobierno en el que la fuerza militar entra en juego en un momento concreto y puntual. Un golpe de Estado es un hecho político en el que la fuerzamilitar dej a sentir su peso en un momento concreto. Fenómeno político-militar, un golpe no puededarse sin el respaldo de una parte de la población. No existe el golpe militar-militar; para que un golpemilitar pueda prolongar su existencia -el franquismo sobrevivió 40 años- precisa el apoyo de unaclase política civil. Al día siguiente del golpe el preciso seguir resolviendo los asuntos de la «res

publica» y esto no puede hacerse por la vía de la orden ni del recurso al sargento mayor o a lacadena de mandos. Es un hecho político y, por tanto, precisa de políticos.

Todo esto lo decimos para recordar que el 18 de julio de 1936, los grupos falangistas dispersospor toda la geografía nacional, iban creciendo en la clandestinidad, limitadamente, pero crecían yFalange se perfilaba como la fuerza más combativa contra el comunismo, el socialismo y elanarquismo. Ciertamente, si se leía la letra pequeña de sus documentos daba la sensación de queaquellos jóvenes tenían veleidades sociales, pero esto pasaba a segundo plano por que en el fragorde los combates callejeros con los «chiribís» y los «faieros», lo social importaba muy poco. Por lodemás, en Falange existía un amplio elenco de nombres ilustres de la nobleza española,tradicionalmente alineada con la derecha -salvo algún que otro raro aristócrata galdosiano ylibrepensador- con los que existían puentes tendidos. Y, por qué no recordarlo, el propio José Antonio

Primo de Rivera era hijo del «Dictador», así con mayúsculas. El tiempo de la dictadura de Primo deRivera estaba demasiado próximo como para que la derecha pudiera olvidar que el hijo del dictadorlideraba, desde la cárcel, a aquel partido, pequeño pero tan bien dispuesto a combatir al marxismo yal anarquismo con sus propias armas. La derecha instó al ejército a «golpear» y éste aceptó el reto. Ypara golpear, las fuerzas armadas acudieron a aquellos sectores más combativos que podíanayudarle en el momento decisivo y puntual del golpe militar: la falange y el carlismo. Lo que ocurriódespués era perfectamente previsible.

¿Era justo dar un golpe de Estado contra la República? Hoy, lo políticamente correcto es negarlo.Ya se sabe, los golpes de Estado gozan de poco predicamento. Así que vamos a plantear la cuestiónen otros términos: la República era inviable; los cuatro años de distintos gobiernos republicanos nohabían conseguido modernizar mínimamente a España. Existía una guerra civil larvada en loscorazones que precedió a la guerra civil que estalló en los campos de batalla. No creo que haya algomás trágico que una guerra civil. No creo que en 1936 hubiera muchos españoles que la desearan y,desde luego, no creo que ninguno estuviera en la dirección de ninguno de los dos bandos. Unospensaban en un golpe militar rápido que abriera el paso a una modernización global del país no

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

9

Page 10: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 10/64

menos rápida tal como había ocurrido en Alemania e Italia. Otros veían a la República como elvehículo de esa modernización.

El engaño de esta polémica consiste en suponer que los republicanos de la época eranmoderados, dialogantes y sensatos como los socialistas de hoy tienden a presentarlos. La IIRepública tuvo golpistas desde el momento mismo de sus orígenes y estos golpistas fueron,precisamente, socialistas. Para colmo, los anarquistas, siempre mantuvieron grupos armados que

vivían del atraco puro y simple. Y la patronal tenía sus pistoleros a sueldo. Como también los teníanlos comunistas e incluso partidos absolutamente moderados, como Izquierda Republicana o losEscamots de Estat Catalá, no se privaban de mantener grupo de potencia ofensiva que eran muchomás que meros servicios de orden. Si a esto unimos el subdesarrollo y la corrupción que apareciócon la misma República, solamente los muy inconscientes pueden sostener que aquello podía llegara algo bueno. Si la República era inviable, estaba claro que iba a morir rematada por la derecha o porla izquierda. La derecha golpeó, como ya lo había hecho la izquierda y los separatistas catalanes enoctubre de 1934. Y si no hubiera sido la derecha, la izquierda habría vuelto a golpear en el 36 o en el39.

Para Falange Española el estallido de la guerra supuso un drama por que en su programa existíaun sincero deseo de superar la dicotomía entre las dos Españas. Imaginamos la ruptura interior quedebieron sentir en aquella época algunos dirigentes falangistas que deseaban ardientemente una

España mejor no sometida a las discordias partidistas.¿Existía otra salida estratégica? Creemos que no. Que Falange Española hizo en aquel momento

lo único que podía hacer. Y en este episodio reside la segunda muerte de Falange porque el partidoera todavía muy débil como para poder pesar decisivamente en los escenarios que se generarían apartir de entonces. Diferente hubiera sido si el 18 de julio de 1936, Falange hubiera sido ilegalizadapero entre sus militantes figurasen diputados, senadores, alcaldes y si sus filas hubieran respondidocon manifestaciones masivas al decreto de prohibición. Pero no hubo tal. Falange era débil y nopodía aspirar más a ser mera comparsa en el golpe militar. Para colmo la mayoría de sus líderesestaban entre rejas y el partido, con Hedilla al frente, apenas podía hacer otra cosa que estructurarredes clandestinas y prepararse para una lucha en la ilegalidad que el 18 de julio aceleró y cambió deorientación.

El compromiso de Falange con el alzamiento militar de julio de 1936, aun constituyendo lasegunda muerte de Falange, contradictoriamente, supuso su despegue definitivo. En pocas semanas,aquella pequeña formación política cuyas siglas no aparecían más que en la crónica de sucesos,pasó a constituir un amplio movimiento de milicias como no se había visto nunca en la historia de laEspaña contemporánea.

En efecto, el éxito de la sublevación en algunas zonas, la cobardía de la derecha que quedóvirtualmente desmantelada incluso en aquellas zonas en las que la sublevación triunfó y el ímpetu delos pocos falangistas que estaban en libertad y contribuyeron al éxito del golpe en algunas zonas,generó un clima de adhesión y entusiasmo. Muchos jóvenes -y no tan jóvenes- se hicieron elsiguiente razonamiento: ahora que el golpe de Estado se ha producido, los focos de resistenciarepublicana serán vencidos tarde o temprano y, finalmente, nuestro país podrá homologarse con

otros países europeos en donde han triunfado regímenes antimarxistas. Así pues, la opción másaconsejable para las gentes que así pensaban era ingresar en las milicias falangistas, esto es, en lasmilicias del «fascismo español».

Otros sentían que había que hacer algo por la patria y que, aparte del ejército, los únicos quehabían dado el paso al frente eran los falangistas (a excepción de Navarra en donde el carlismo tuvoun peso decisivo en la conspiración) así pues, a ellos iba a corresponder el honor y gloria del triunfo.Sea como fuere y por las razones que llevaban a cada cual a las filas de Falange, lo cierto es que alas pocas semanas del alzamiento, los núcleos falangistas originarios habían sido desbordados porlas nuevas adhesiones que se produjeron en masa. Generalmente, los recién llegados eranconservadores de derechas, más o menos aguerridos, que tenían de Falange Española una ideabastante básica. Y tampoco había cuadros suficientes como para formarlos políticamente.

Afortunadamente muchos de ellos eran jóvenes estudiantes que aprendían bien y pronto. Les bastóleer unos cuantos discursos de José Antonio para entender que aquello era una forma española defascismo y que valía la pena luchar e incluso morir por él. Y, ciertamente, muchos de estos nuevos

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

10

Page 11: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 11/64

afiliados dieron su vida en los campos de batalla en los tres años que siguieron. Pero no nosadelantemos.

Al problema generado por la debilidad estructural de Falange Española en las elecciones defebrero, se unía ahora el problema de afrontar un crecimiento brutal sin tener cuadros capacitados. Elresultado de este proceso liquidó muchas de las ilusiones que habían dado vida a Falange en eldiscurso del Teatro de la Comedia. ¿Cómo iban a pensar aquellos jóvenes bienintencionados y

patriotas que se iban a ser envueltos en una guerra civil en la que posiblemente debían enfrentarsecon su hermano o con su amigo de la infancia? Qué triste es un conflicto civil, qué dramas personalesdebieron vivir aquellos jóvenes militantes... Lo más dramático era que el ideal falangista no habíaterminado de ser definido.

En otra parte de esta pequeña obra abordaremos la cuestión ideológica, pero es preciso recordarahora que Falange apenas tuvo de 1934 a 1936, es decir, algo más de dos años en nacer a partircasi de cero, crecer, desarrollar un nivel mínimo de actividad política y un máximo de actividad dechoque y apenas pudo dedicarse a la elaboración ideológica. Esto es tan claro que apenas merecencomentarse las numantinas defensas de aquellos falangistas que opinan que el idealnacionalsindicalista estaba completado, clasificado y cerrado el 18 de julio de 1936. Como máximo loúnico que pudo establecerse fue un pequeño ideario y un programa político de 27 puntos, pero encuanto a lo que se refiere a una ideología esto ya es otra cosa. No hubo tiempo, fuera de Ramiro

Ledesma, no existió ningún ideólogo digno de tal nombre y, por lo demás, Ramiro estaba fuera de ladisciplina del partido hasta el punto de que resulta un enigma histórico el por qué el movimientocreado por Franco se llamó Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva NacionalSindicalista, nombre no precisamente corto, que además incluía a sectores muy diversos de los que,sin duda, las JONS eran una pieza prácticamente virtual y con una deriva ideológica muy especial en julio de 1936.

No había ideólogos, no hubo tiempo para redactar una ideología. así pues no es de extrañar queFalange fuera como un timón que «hacia donde se le da, gira». Efectivamente, un católico estabapredispuesto a ver en Falange a un partido defensor de los valores tradicionales de la EspañaCatólica y, por lo demás, José Antonio era terciario franciscano, así que. Para un fascista de estrictaobservancia, Falange era, sin más y sin matiz de ningún tipo, un partido fascista o nazi, incluso. Para

alguien preocupado por «lo social», falange podía ser perfectamente el partido de defensa de lostrabajadores. Así se entiende como hubo una falange de izquierda, como hubo una falange dederechas, como hubo una falange-falange y una falange fascista, una falange franquista y unafalange antifranquista, una falange que daba más importancia a lo sindical que a lo nacional, al ladode otra que primaba el término nacional sobre el sindical.

Cualquier versión del nacionalsindicalismo (y su contraria) eran válidas y podían justificarse enfunción de alguna frase perdida en las obras completas de José Antonio, o en su defecto en las deRamiro Ledesma o en las de Onésimo Redondo. Pero el hecho esencial que vale la pena reteneraquí es que cuando se produjo la llegada masiva de recién llegados al partido, ni existían cuadrospolíticos en número suficiente para asegurar el encuadra- miento y la disciplina ideológica, ni, por lodemás, existía una ideología que difundir más allá de un programa mínimo y unos puntos doctrinales

básicos.De la misma forma que antes del 18 de julio, lo importante para Falange era asegurar la

supervivencia de sus militantes, a partir de esa fecha, los mayores esfuerzos se concentraron en lasnecesidades del momento: ganar la guerra y preparar la paz. Esta fue la segunda muerte de FalangeEspañola, porque, a pesar de que Falange impulsó decisivamente la acción de uno de los dosbandos, aquella guerra civil no era su guerra civil, pues no en vano se habían definido como "ni dederechas, ni de izquierdas", y el impulso falangista surgió de un sincero deseo de superación de lasdivisiones históricas que habían arruinado el siglo XIX y el primer tercio del siglo XX español.

La participación de Falange Española en la contienda tuvo otra consecuencia histórica que hapesado como una losa desde entonces sobre la actividad del partido: su vinculación a la derecha y ala extrema-derecha. El drama ha sido todavía mayor en la medida en que la totalidad del partido,

seguía voceando la consigna de «ni derechas ni izquierdas»... ignorando o fingiendo ignorar que trasel 18 de julio de 1936 todo estaba mucho más que claro: «ni derechas, ni izquierdas, pero más bien con la derecha». A partir de ese momento empezó a existir una contradicción creciente entre lo que elpartido decía y la imagen que la sociedad tenía del mismo. Esta brecha se ha ido ampliando con el

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

11

Page 12: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 12/64

paso del tiempo. Aun hoy muchos falangistas están convencidos de que su partido encarna la opciónmás revolucionaria que podría buscarse en el panorama político español. y la sociedad ignora en suconjunto que Falange Española siga existiendo como partido. Incluso personas con cierto grado deconocimiento y cultura política, como Amando de Miguel, hace unos años, en el curso de una tertuliaa la que asistimos en Radio Intercontinental de Madrid, aludió a Falange Española como a un partidoque se extinguió en la transición y del que, por lo demás, no tenía ninguna duda que se ubicaba a laderecha de la derecha.

TERCERA MUERTE EL DECRETO DE UNIFICACIÓN 

Cuando Falange estaba desangrándose en los campos de batalla y movilizando la retaguardia dela zona «nacional», muy pocos de entre sus cuadros y militantes dudaban que el mayor esfuerzodebía estar orientado a ganar la guerra. Franco lo veía también de la misma forma, pero en sumentalidad militar recordaba un viejo axioma de la profesión que recordaba que un mal mando eramejor que varios mandos distintos. Por lo demás, la zona republicana era el reflejo especular deaquello que no había que hacer. Y Franco, con una lógica precisa y extremadamente lúcida, seaprestó a crear un soporte político que asegurase la existencia de una clase dirigente para sugobierno, durase lo que durase.

Con esta lógica se hilvanó el Decreto de Unificación entre la Falange y el Carlismo. A partir deentonces, se consagró el mando único de Franco que duraría por los siguientes 38 años. FalangeEspañola dejó de ser un partido autónomo para ser otra cosa, como mínimo bastante extraña. Porque la «unificación» fue más teórica que real. Siguieron existiendo carlistas que no utilizaban camisaazul y siguieron existiendo falangistas que siempre llevaban la boina roja en el bolsillo o simplementela denostaban visiblemente.

Con todo es innegable que Falange salió beneficiada de la Unificación. Algunos de sus cuadrosde la preguerra alcanzaron carteras ministeriales y pasaron, de ser activistas callejeros, afuncionarios del nuevo Estado. Ciertamente, la Falange no fue la más beneficiada por el nuevoreparto del poder y es incluso aceptable que su aportación a la contienda no se tradujera en unmayor peso en el nuevo Estado. Pero así estaban las cosas y las resistencias falangistas a la

unificación, aun existiendo, no fueron excesivas. Y, por lo demás, no existió alternativa falangista aldecreto de unificación, esa es la triste realidad.

La unificación se produce con la mayoría de dirigentes, incluso los más significativos, presos,fusilados o muertos y sin que el cuadro ideológico estuviera completado. La gran paradoja es que unpartido de dimensiones mínimas pudo llegar a compartir el poder gracias a la iniciativa golpista. Eldecreto de unificación, en la práctica, supuso que la Falange dejó de carecer de mando y pasó atener un nuevo e inesperado Jefe Nacional, Francisco Franco, alguien que, ante todo, era unapersona pragmática.

Fruto de ese pragmatismo fue la «fascistización» del régimen en la primera etapa de su largaandadura. En efecto, quien vea en el franquismo un fenómeno político que fue homogéneo a lo largode sus 40 años, se equivoca.

El franquismo atravesó cuatro etapas bien diferenciadas en su evolución histórica. La primera detodas ellas fue el giro fascista que se produjo a lo largo de la guerra civil. Era evidente que losEstados fascistas estaban aportando armas, municiones y voluntarios a la causa nacional, así quecontra más se pareciera el nuevo régimen a quienes tan generosamente le ofrecían ayuda ypatronazgo, más podría obtenerse de ellos. Además, a medida que la guerra seguía su curso, lasituación internacional iba degradándose y pronto resultó claro que las potencias del Eje y losEstados democráticos terminarían batiéndose. Esos Estados manifestaban un apoyo no disimulado ala causa republicana, Francia especialmente y, por tanto, si había conflicto, la nueva Españafranquista estaría frente a ellos. El régimen adoptó en pocas semanas todos los rasgos propios de lacoreografía fascista más elemental: águilas imperiales, retórica expansionista, uniformes, consignaspara la población, banderas alemanas, italianas y españolas hermanadas. La España franquista se

fascistizó y la fuerza política que en esos momentos era más similar a otros partidos fascistaseuropeos era, sin duda, Falange Española. Las necesidades de la fascistización hicieron que elrégimen adoptara, con una mezcla de convicción y criterios de conveniencia, los ideales de Falange ylos elevara a paradigmas del nuevo Estado. Mera cáscara sin gran contenido

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

12

Page 13: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 13/64

Falange dejó de ser un partido autónomo y pasó a ser una parte de algo mucho mayor, en la que,

por cuestiones de mero oportunismo político e imagen de cara a los países amigos, su presencia fuesobredimensionada. Pero, Falange había muerto, una vez más. Habían muerto líderes falangistas,militantes de primera hora y el fundador. Con ellos había muerto también, por tercera vez, FalangeEspañola.

CUARTA MUERTE LA DERROTA DEL EJE 

Por si todo este cúmulo de desgracias históricas fueran poco, las potencias del Eje, a cuyaimagen y semejanza había sido constituido el nuevo Estado franquista, perdió la guerra. La DivisiónAzul que fue enviada para evidenciar el decantamiento de la España franquista hacia las potenciasdel Eje cuando la victoria sonreía a sus armas, fue repatriada tras haber pagado un elevado tributo desangre generosa en la lucha contra el comunismo. El plan de expansión de España en Marruecos fuearchivado y olvidado, al igual que los planes de ocupación de Gibraltar y el régimen comprobóhorrorizado que la imagen fascista que había adquirido podía convertirse en un serio problema,especialmente después de la derrota de Stalingrado, el desembarco americano en Marruecos y laocupación de Sicilia. Cuando se produjo el desembarco de Normandía ya quedaba claro que el Eje

estaba destinado a perder inevitablemente la guerra y que había que despojarse a prisa y corriendode buena parte de los ideales y de la coreografía que caracterizaron a la primera fase de evolucióndel franquismo, travestido en nacionalsindicalismo.

Las medidas que adoptó Franco fueron dos: la transformación de España en Reino, no ya en  «Estado Totalitario al servicio del bien común», sino en reino bajo la situación de una regencia y deotro lado la sustitución de la ideología nacionalsindicalista, dominante hasta entonces, por elnacional-catolicismo. Los propagandistas católicos y, algo más tarde, los primeros núcleos del OpusDei, tomaron el relevo de los funcionarios falangistas al frente de los ministerios más preciados y laenseñanza del catolicismo más acrisolado sustituyó a los veintisiete puntos de Falange que, por elcamino, por cierto, ya habían perdido el último.

El resultado de todo esto fue una segunda fase en la evolución del franquismo que abarca unperíodo de límites relativamente bien definidos: de la sustitución de Serrano Suñer a la visita deEisenhower a Madrid, recibido en olor de multitudes e inspirador de Berlanga y de su «Bienvenido Mister Marshall», comedia negra que evidenciaba la precariedad de un país que hasta ese momentoencontraba dificultades para salir del subdesarrollo.

Pero Falange en esta reconversión murió una vez más. Fue su cuarta muerte. Era preciso que elrégimen evitara el cerco exterior y, justo es reconocer, que la retórica imperial, que los postuladosanticapitalistas de Falange que algunos líderes integrados en el franquismo todavía seguíansosteniendo, que las alusiones a la revolución nacional, a la formación de un «Estado NacionalSindicalista» y la coreografía exterior, quedaran relegados a un segundo plano. La habilidad deFranco consistió en operar esta transformación sin inmutarse. De hecho, él era un católico dederechas y, en cuanto advirtió los riesgos de persistir con unas formas y principios que iban a estar

marginados en la Europa democrática que empezaba a levantarse de las ruinas, se apresuró a dar alrégimen una patina de nacional-catolicismo como ideología de sustitución del nacionalsindicalismo.

Pero hubo otro factor sin el cual es imposible entender como pudo resultar creíble la operación. Apartir de 1946 y especialmente a 1947, se evidenciaron los resultados del triste y abominable Pactode Yalta en el que Roosevelt, Churchill y Stalin, sellaron el destino de media Europa. En efecto, conAlemania dividida, todos los territorios que quedaban entre la frontera de las dos Alemanias y la rusaquedaban bajo el control de la Unión Soviética. Para colmo, los partidos comunistas de Europa Oc-cidental, especialmente el francés y el italiano, gracias a su participación en el movimiento deresistencia antifascista (especialmente tras el desencadenamiento del conflicto germano- soviético,no antes), gozaban de una posición preponderante en sus países que amenazaba incluso, no sólocon aproximarse al poder, sino con llegar al poder.

Frente a esto, la recién constituida Alianza Atlántica presentaba debilidades. Por un lado existíanmenos de dos mil kilómetros entre el Telón de Acero y Hendaya. Desde el punto de vista estratégico,la OTAN carecía de profundidad. Y por otra parte, los países de la OTAN, tenían atadas las manos

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

13

Page 14: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 14/64

por su propia estructura democrática y parecían inermes ante el ascenso de los partidos comunistas.Menos mal que ahí estaba la España franquista para resolver en parte este problema. Por que si bienEspaña no entró hasta muy tardíamente en la OTAN, si es cierto que, a partir de 1939 y con muchamayor nitidez cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, si era algo era, sobre todo, un paísanticomunista en el que, por lo demás, el partido comunista estaba prohibido y no existía unaoposición de izquierdas digna de tal nombre. Era evidente que España no podría sobrevivir por mu-cho tiempo en su «espléndido aislamiento» y que las necesidades del desarrollo laminarían

progresivamente las ínfulas autárquicas de algunos. Así que España era un aliado natural de laOTAN a pesar de permanecer fuera de la misma por sus estructuras políticas, digámoslo así,predemocráticas. El régimen logró sobrevivir al aislamiento internacional que no se tradujo enmovimientos que atentaran contra la integridad nacional (a parte de la acción de los maquiscomunistas en el Valle de Arán, loca aventura sin pies ni cabeza preparada por estrategas que,probablemente lo único que deseaban era el desmantelamiento y la aniquilación de los núcleosantifranquistas más agresivos).

Fue así como Falange murió por cuarta vez. El adoctrinamiento nacionalsindicalista en lasescuelas cedió paso al adoctrinamiento nacional-católico, pero este, cada vez más se mostrabainadecuado para servir de soporte ideológico a la construcción de un Estado moderno. A decirverdad, el nacional- catolicismo supuso un lastre para España. Probablemente fuera cierto que, en la

nueva coyuntura histórica, si el régimen quería sobrevivir debía necesariamente atemperar su imagenfascista, pero en lugar de realizar una evolución hacia delante y encontrar fórmulas modernas ybasamentos ideológicos más acordes con los tiempos que se avecinaban, realizó una síntesis entrela doctrina social de la Iglesia y los valores del catolicismo ultramontano, que ya empezaban a sercuestionados en la práctica por la propia sociedad y, solo unos años después, por el mismo Vaticano.Ahora bien, si el período nacionalsindicalista se tradujo en la creación de estructuras deencuadramiento de la sociedad (Falanges Juveniles, SEU, Guardia de Franco, Sección Femenina,etc.), el débil impacto del nacional-catolicismo en la sociedad no fue suficiente como para que seconstituyeran núcleos de encuadramiento social. El régimen empezó a perder fuerza social.

De hecho, y a decir verdad, la población apenas experimentó el cambio de signo ideológico delrégimen. Interiormente se siguió cantando el Cara al Sol en el intermedio de las proyecciones de ciney a la entrada de los colegios, las organizaciones de encuadramiento del régimen siguieron con susuniformes paramilitares y su coreografía, más o menos, inspirada en el período fascista y no existióuna ruptura notable. Esa ruptura, sin embargo, se produjo a nivel de cúpulas y de orientación generaldel régimen. El peso de los «propagandistas católicos» creció en la misma intensidad que disminuyóla presencia falangista en las altas esferas. Ciertamente, esta presencia siguió existiendo hasta últimohora, por que, con mayor o menos intensidad, los únicos que lograron movilizar masas durante elfranquismo fueron -a parte de los franquistas de estricta observancia- los falangistas en los que unaparte de la población vería a gentes con cierto sentido social y, por lo demás, el yugo y las flechasseguía presente en los pueblos de España en obras sociales, casas baratas y ayudas a losnecesitados. Pero el Estado que un día pretendió ser nacionalsindicalista, ya evidenciaba otravocación: la de Reino. Y aquí las cosas estaban claras.

Por que si los líderes falangistas supervivientes de la primera hora y aquellas nuevas adhesiones

que habían venido con la movilización del 18 de julio o los que acudieron al estallar la paz, a pocoque hubieran leído algunos párrafos de las Obras Completas de José Antonio, pudieron advertir quesi alto tenían claro era el distanciamiento enorme de Falange Española de cualquier forma demonarquía. Se proponía un Estado Nacionalsindicalista que no sería, en absoluto monárquico. TantoJosé Antonio, como Ramiro Ledesma, habían expresado críticas muy profundas y radicales a lamonarquía borbónica de la que el primero dijo en un alarde de generosidad que había«gloriosamente fenecido» (la «gloria» de la huida de España de Alfonso XIII que abrió el paso a laRepública y a la guerra civil, no quedaba, de todas formas, aclarada) y el segundo, pasando balanceen el capítulo inicial de su «Primera Digresión sobre el destino de las juventudes de España»concluyó su análisis sobre los últimos 150 años de historia española resaltando la incapacidad de losborbones para gobernar, concluyendo que «tras esta pirámide de fracasos, la consigna es Revolución Nacional». No había nada, absolutamente nada, ningún elemento doctrinal en el magro patrimonioideológico de Falange que permitiera pensar en una convivencia posible con monarquía alguna, enespecial con la borbónica (al menos con los carlistas existía una hermandad de sangre vertida en la

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

14

Page 15: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 15/64

guerra civil, no desde luego con los alfonsinos ausentes, salvo muy escasas excepciones, de loscampos de batalla).

España fue, a partir de entonces, Reino; Falange falleció por cuarta vez. Fue víctima deincompatibilidad de formas de Estado. También hubo otro drama: la población siguió teniendo aFalange como el motor del régimen, de un régimen que ya no era suyo -de hecho, nunca lo habíasido- y que tenía una forma que chocaba explícitamente con lo propuesto por los fundadores.

QUINTA MUERTE LOS ACUERDOS CON EE. UU.

La brecha se fue ensanchando. Si en la anterior ruptura, se hizo en función del adaptacionismodel régimen a la realidad internacional, la siguiente muerte tendría mucho más que ver con eladaptacionismo económico. España era, no lo olvidemos, una sociedad que pugnabadesesperadamente por salir del subdesarrollo, pero que a principios de los años cincuenta todavíalanguidecía en la pobreza. Hasta bien entrados los años 50 existieron «restricciones» de energía; yhasta un poco antes había racionamiento de alimentos. La situación no era particularmente boyante.La realidad es que Franco, con una habilidad propia del gran estadista que fue, sobrevivió a las

peores crisis y supo llevar al país desde el subdesarrollo económico y el desmantelamientogeneralizado de 1939, a una sociedad con buena salud económica e incluida en el pelotón de cabezade los países desarrollados. Justo es reconocer que Franco, en este tránsito de la más absolutamiseria a la abundancia, se vio ayudado por una serie de factores y el primero de todos ellos fueronla firma de los acuerdos de cooperación y ayuda con los Estados Unidos en 1954.

En esa época el régimen era nacional-católico en su proyección exterior, nacionalsindicalista ensu proyección interior y, la población, parecía cada vez menos interesada por los matices ideológicos,los Cara al Sol, los rosario en familia del Padre Peyton, el Congreso Eucaristico Internacional y lasadoraciones nocturnas; la población quería sobrevivir y más que eso, algunos insensatos, pretendíanincluso vivir feliz y prósperamente. Y Franco lo sabía. Lo exiguo de la oposición antifranquista delataque por esas fechas el pueblo español anteponía la resolución de los problemas cotidianos a lareconquista de las libertades democráticas y a la revolución nacional Raimundo Fernández Cuestacompartía también ese criterio. Cuando se le preguntó en 1972 por qué no se había hecho la«revolución nacional», se limitó a sonreír y decir «Hombre, es que hubiera sido el reparto de la miseria». Y tenía razón. Pero allí estaba el flamante Presidente Eisenhower, «Ike», para situarse enuna línea de ayuda mucho más profunda que el peronismo argentino, y garantizar las bases delfuturo desarrollo económico español.

Cuando Franco abrazó a «Ike» en Barajas, la etapa nacional- católica del régimen se cerró y seabrió otra nueva: la del desarrollo económico. Y una vez más, Falange murió en ese abrazo. Enprimer lugar por el «patriotismo» inherente a la doctrina falangista que difícilmente podíacompatibilizar una dependencia del régimen con una potencia que era, en primer lugar extraeuropea,en segundo lugar demoliberal y en tercer lugar, el coto de caza del capitalismo más avanzado yagresivo. Por que, si había otra cosa que la mayoría de falangistas tenía claro, era que falange, aun

no teniendo una doctrina económica particularmente clara y bien teorizada, era, más o menos,anticapitalista. De hecho, sus ínfulas de justicia social tenían como contrapartida una limitación a losexcesos del capitalismo. La presencia de «Ike», aun sin decirlo, implicó: «Si queréis desarrollo poneros en el furgón de cola». 

Y así la bandera de las barras y estrellas empezó a ondear en España. No fue del todo mal. Sibien se renunció a parcelas de soberanía, el adscribirnos al «bloque occidental» hizo que losembajadores regresaran a sus embajadas, que se normalizaran las relaciones diplomáticos y que lasfronteras se abrieran al turismo y a los capitales. La economía se reactivó y los excedentes de capitalse reinvirtieron en nuevas industrias. En 1961 una chica de aspecto inglés y bobalicón fue la «turistaun millón». En los quince años siguientes se llegaría a la «turista veinte millones».

El turismo trajo algo más que dinero. Trajo otras formas, otras costumbres, otros ritmos. Elfenómeno no vino solo, la televisión avanzó también paralelamente. Y con las series nuevas importa-das del extranjero, también se vieron otras formas, otras costumbres y otros ritmos. Nuestros padresy nosotros mismos, no lo sabíamos, pero estábamos asistiendo al despuntar de un fenómeno que

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

15

Page 16: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 16/64

corriendo el tiempo ha sido llamado «mundialización». Y este fenómeno iba a acarrear profundoscambios en la sociedad española. En este momento de nuestra exposición queremos abordar unpunto extremadamente crucial y decisivo en la historia de Falange. Un punto todavía no resueltorazonadamente por las distintas fracciones que hoy sobreviven del falangismo. Se trata de lavaloración global que hacen del franquismo. Hay que reconocer que, sobre este tema, no ha existidoninguna obra definitiva, ningún análisis que tuviera en cuenta la multiplicidad de factores en juego yque, finalmente emitiera una valoración crítica de lo que ganó y lo que perdió Falange en su

colaboración -por que, a la postre se trató de eso, de una colaboración del sector mayoritario- con elfranquismo. Es evidente que excede de los límites de estas páginas un estudio de talescaracterísticas, pero si sería bueno recordar algunos puntos que quizás otros se sientan tentados adesarrollar.

A diferencia de los defensores de lo «políticamente correcto», nosotros sostenemos que elfranquismo fue necesario en la historia de España. A lo largo del siglo XIX se había evidenciado -yRamiro Ledesma lo explica con una claridad que le honra- entre España y Europa. El desastrososiglo XIX español fue una acumulación de tragedias y desgracias sin sentido ni interrupción cuyosefectos se vieron en 1898 en el plano nacional y en el plano económico en un desfase entre lospaíses de Europa Occidental y España. Este abismo de 150 años de retraso existente en 1936, sesuperó durante el período franquista. Así pues, si hoy nos encontramos en el pelotón de cabeza del

desarrollo mundial no se debe ni a los buenos oficios de las dos repúblicas -a cual más catastrófica-ni a la acción de los borbones - no menos catastrófica, por lo demás- sino a las iniciativas asumidasdurante el período franquista que se pueden resumir en una sola: concentrar todos los esfuerzosnacionales en una sola tarea, lograr el desarrollo económico. ¿Y las libertades políticas? Francorespondía: la primera libertad es la seguridad de llevarse un bocado de pan al día. ¿Y ellibremercado? A la porra, se trataba de planificar el desarrollo, no de dar vía libre al mercado.

Así, con estas dos orientaciones: concentración de poderes en lo político y planificacióneconómica, España, entre 1954 y 1975 logró despegar económicamente. La historia todavía no ha juzgado convenientemente este período de nuestro pasado que, por sí mismo, legitima al franquismo,al menos desde el punto de vista del bienestar material de los ciudadanos, lo cual no es poco.¿Hubiera podido conseguirse tal desarrollo en un régimen de libertades? Lo dudamos. No es lomismo reemprender la reconstrucción de un país que, como Alemania o Francia, ya estabaninsertados en el siglo XX cuando se produjeron las catástrofes de las dos guerras mundiales, que re-construir un país sin tejido industrial, sin cuadros directivos, sin personal especializado, como era laEspaña agraria y sub- desarrollada de 1936.

Para que en tan poco tiempo pueda darse un salto de tanta envergadura hay una serie decondiciones que se deben asumir: la primera de todas ellas es la concentración de poderes. Es im-posible planificar la economía a largo plazo estando pendientes de elecciones cada cuatro años. Esimposible planificar una tarea de desarrollo de tal magnitud, sabiendo que el electorado puede dar laespalda, por cualquier capricho, a la opción que ha asumido la tareas. Así pues, la concentración depoder y el relegar a segundo plano las libertades formales es casi una condición necesaria para undesarrollo acelerado. Lo ocurrido en España no es una excepción. Rusia pasó de ser el paraíso delos mujiks a ser una potencia mundial de primer orden gracias a la espantosa concentración de poder

que supuso el período bolchevique. En España, las cosas anduvieron de la misma manera.Y Falange volvió a morir. Por que en ese momento lo que Franco requería eran, sobre todo,

economistas, planificadores, cuadros técnicos y científicos. Y falange no los tenía; apenas tenía otracosa que movilizadores de masas a lo Girón. Bastaba con un resoplido del «león de Fuengirola» paraque los trabajadores y las clases medias a las que les empezaba a lucir el régimen, se lanzaran a lacalle, no en apoyo de la revolución nacionalsindicalista, sino en apoyo del régimen y tras las bande-ras de Falange. Siempre son buenos los baños de multitudes, pero también es mejor que esasmultitudes tengan un motivo para salir a la calle y la satisfacción de sus necesidades es, desde luego,el más atractivo. La gran contradicción era que esas masas seguían saliendo a la calle tras lasbanderas de Falange, pero el régimen era cada vez menos falangista, si es que en ese momento loera algo, aparte de desarrollista.

En este período se gestó otro fenómeno cuyo desarrollo no supieron predecir ni los falangistas delrégimen ni los escasos núcleos que se situaban extramuros del mismo. El capitalismo incipiente sesiguió desarrollando en España. Convivía mál que bien con las estructuras de poder centralizado y

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

16

Page 17: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 17/64

autoritario. Ya hemos visto por qué, era una condición para el desarrollo. Pero, con el paso deltiempo, hacía principios de los años 70, se evidenció que todo lo que podía desarrollarse en aquelmarco político, ya se había desarrollado. Faltaba un impulso definitivo para la economía española: eltránsito de una economía cada vez menos autárquica, a una economía integrada en la EuropaComunitaria. Y aquí ya existían problemas, por que la forma política española, confirmada en elreferéndum sobre la Ley Orgánica del Estado de 1967, implicaba que nuestro país seguía sinalcanzar los standares democráticos preceptivos para entrar en el club europeo.

Lo que había ocurrido es que la aristocracia económica tradicional -los grandes latifundistas y lasdinastías industriales catalanas y vascas- que hasta entonces habían convivido perfectamente con elfranquismo, a partir de ahora precisaban de otro marco político para desarrollar sus negocios. Todo elpaís precisaba de un salto cualitativo que el franquismo, por muchos motivos, ya no podía aportar.Así se produjo la contradicción entre un crecimiento económico que alcanzó tal nivel de desarrolloque, a partir de cierto momento, tuvo que afrontar una reforma política inevitable. De hecho, a unaestructura económica capitalista, corresponde una estructura social en la que la burguesía es la clasehegemónica y la democracia formal su forma política más adaptada. Las necesidades de la estructuraeconómica, en definitiva, arrastraron la necesidad de una reforma política.

A mediados de los años 60, el régimen empezó a dar muestras de debilidad. Apareció unacontradicción en su interior entre los miembros del Opus Dei y los que remotamente tenían una

inspiración falangista (o, más bien, «movimentista»). Los primeros habían constituido los cuadros quesustituyeron a falangistas y propagandistas cuando las necesidades del desarrollo precisaron elrecurso de tecnócratas y cuadros directivos, mucho más que el de movilizadores y moralizadores delas masas. Pero eran tecnócratas fríos y además castos. Algo con poco atractivo para la población. Sibien siguió existiendo una mayoría social que apoyó al franquismo, también es cierto que esamayoría era «silenciosa» y que empezaban a oírse los ecos de las protestas de minorías menossilenciosas.

Y además Franco estaba envejecido. Era evidente que el régimen, a pesar de las promesas de laLey Orgánica y de la jura de Juan Carlos como «Príncipe de España y heredero de la Corona», nohabían disipado las dudas sobre el porvenir; se dudaba de su capacidad de liderazgo. Para casitodos resultaba altamente improbable una supervivencia del franquismo sin Franco. Y mucho menos

con Juan Carlos, si bien para ello, el Caudillo colocó junto a él el brazo tutelar del Almirante CarreroBlanco.

Todos estos desarrollos estaban implícitos en el abrazo que intercambiaron Eisenhower y Francoen 1954. En ese abrazo murió de nuevo Falange Española víctima del desarrollo económico queEspaña necesitaba pero al que sus cuadros no podían ni sabían estimular. Para eso estaba el Opus-Dei y con ellos contó Franco que, en el fondo, había dicho en esa época a un conocido: «Hágame caso, no se meta en política», actitud muy gallega que implicaba que la política de Franco, volunta-riamente no era cosa más que una forma de pragmatismo por encima de ideologías concretas. Comomáximo, las formas autoritarias (derivadas de su pertenencia al estamento militar) y católicas(derivadas de su propia concepción religiosa), impidieron que ese pragmatismo fuera absoluto.

SEXTA MUERTE 20 DE NOVIEMBRE DE 1975 

Los últimos años del franquismo registraron un alto nivel de actividad de los grupos falangistasdisidentes del movimiento que, contrariamente a lo pretendido por algunos, pudieron desarrollar suactividad sin grandes obstáculos y sin que debieran afrontar una represión comparable a la izquierdacomunista. Y también, intramuros del régimen, se produjeron distintos movimientos de rectificación deposiciones que cobrarían forma en los años siguientes.

En efecto, contrariamente a lo que se tiende a pensar, la transición democrática empezó en vidade Franco. O al menos una forma de transición. En efecto, Carrero Blanco era perfectamenteconsciente de que, tarde o temprano, los caminos de España convergerían con los de Europa. Era unsimple problema de geografía: España era un extremo de Europa; era imposible negar esta realidadgeopolítica. Y Europa se empezaba a articular en torno al entonces llamado Mercado Común. Españatendría el paso vedado mientras no adquiriera formas política democráticas. Para Carrero la

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

17

Page 18: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 18/64

evolución del régimen era inevitable a corto plazo. El problema era que el régimen había advertido afinales de los años 60 que carecía de base organizada. La transformación del «movimiento organización» en «movimiento comunión de todos los españoles en los ideales del 18 de julio», nohabía estimulado la creación de una base social organizada. Y lo que era peor, las organizacionesdel «movimiento» se estaban vaciando de militantes justo después de vaciarse de contenidos. LosServicios de Información de Carrero advirtieron al Almirante de la situación y éste decidió actuar enconsecuencia.

Transición hacia una democracia formal, si, pero limitada, tal era la posición de Carrero Blancoquien lo había comentado con sus ayudantes y colaboradores más próximos: «Hasta los socialistas todo, desde los comunistas nada». La idea era animar a los socialistas a que se integraran en unsistema democrático limitado que excluyera a sus principales concurrentes, los comunistas. El plande Carrero no era absurdo; solamente así podía mantenerse la institución monárquica como conti-nuadora del franquismo y evitarse la ruptura democrática que preconizaban comunistas y socialistas.Para Carrero se trataba de romper el frente de la oposición democrática. Por otra parte, el Almiranteintentó en los últimos meses de su gobierno estimular el comercio español en los países del Esteeuropeo con la idea de disminuir la dependencia española del Mercado Común.

Era una estrategia lícita para asegurar la supervivencia del régimen, pero fracasó en la medida enque el delfín Carrero resultó asesinado por ETA en diciembre de 1973. A partir de ahí los casi dos

años que Franco le sobreviviría demostraron la incapacidad del régimen por evolucionarinteriormente. Y al mismo tiempo demostraron otra cosa: la incapacidad de Falange para preverescenarios futuros.

La muerte Franco cogió a Falange Española debatiendo sobre su unidad, cuando, en realidad lomás oportuno habría sido debatir sobre las ideas, orientaciones y programa que deberían de impulsaral partido en los años siguientes. Pero no había partido. Había «asociaciones falangistas» y activistasazules, pero partido nada que se le pareciera. A partir del 20 de noviembre de 1975 una cosa estabaclara: el régimen estaba obligado a evolucionar si quería salvar algo. Suárez lo entendió. Fraga loentendió. El propio Fernández de la Mora lo entendió. Blas Piñar, Girón, Raimundo, Diego, incluso losmilitantes que dieron vida a la Falange Auténtica no lo entendieron. El que esto escribe, tampoco loquiso entender en su momento. Una etapa nueva se aproximaba para España, pero los distintos

grupos falangistas no iban a estar en condiciones de subirse al tren de la democracia. El día en quemurió Franco, era evidente que un capítulo de la historia de España se cerraba. El régimen estabaobligado a abrirse o de lo contrario a perecer arrastrado por la marea democratizadora. Y Falangeestuvo ausente de este proceso. Por eso, por sexta vez en su historia, murió.

A partir de 1968, se habían formado distintas asociaciones y círculos falangistas que disponían deuna notable base humana, cuantitativamente numerosa y con perspectivas de un crecimiento futuro.Había militantes capaces de dar vida a un partido falangista adaptado al tiempo nuevo. Pero lo peorno es que no hubiera unidad -que no la había- es que no se pensaba en términos de partido y, portanto, no se actuaba con la lógica de un partido que está dispuesto a competir con otros en laconquista del poder.

Los núcleos juveniles que dieron vida a la Falange Auténtica optaron por la vía del activismo y

asumieron una línea política en la que toda la actividad podía sintetizarse en un izquierdismoobrerista que incluso empezaba a estar en desuso en la extrema- izquierda. Consignas como«Falange con el obrero» caían en saco roto por que habían pocos obreros en Falange y, por lodemás, a la clase obrera le daba absolutamente igual si la Auténtica estaba con ellos; a la vista decomo iba la inflación en aquellos años, era evidente que afrontaban problemas mucho más realistas.

Los intentos, completamente obsesivos e inútiles por demostrar que Falange era un movimientode oposición que buscaba la «ruptura democrática», las recogidas sistemáticas de yugos y flechas entodos los pueblos de España, no consiguieron levantar la pesada losa que tenía Falange desde elaltofranquismo. Es más, los «auténticos» no se dieron cuenta nunca de que el problema no era siFalange había colaborado o no con el régimen - algo que era muy difícil de desmentir- sino comomirar hacia el futuro, con qué programa, con qué estrategias, con qué tácticas, con que objetivos. y

sobre esto, las clamorosas acciones de Falange Auténtica no aportaron absolutamente nada, apartede un verbalismo hiper-revolucionario que no podía ocultar la vergüenza y el complejo de inferioridadde este sector hacia la izquierda marxista. Por supuesto, no hubo nada que hacer; aquello estabacondenado al fracaso antes de empezar a actuar.

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

18

Page 19: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 19/64

Pero es que otros sectores falangistas tampoco tuvieron mejor fortuna. Los Círculos Doctrinales

José Antonio que habían logrado constituir algo mas de un centenar de núcleos a mediados de losaños 70, estaban preocupados por lograr la unidad de acción con otros sectores. Las conversacioneseran interminables. Los avances escasos. Cada paso adelante era bloqueado por la inestabilidadmisma de estos grupos y por el hecho de que ni siquiera interiormente cada sector tenía una opiniónuniforme sobre nada.

A poco de morir Franco, en diciembre de 1975 se convocó el intento unitario más ambicioso deeste sector, el llamado Congreso Nacional Falangista. No se produjeron avances significativos. Los«auténticos» recién constituidos aprovecharon para repartir su propaganda. Mientras, en el interior,las cosas no avanzaban: las ponencias habían sido redactadas por anticipado; no era un congreso enel sentido riguroso del término, sino una intento de traslado de ponencias elaboradas por la«superioridad», ponencias, por lo demás, de muy escasa calidad y que, de nuevo volvían a eludir elproblema fundamental: no preveían un escenario democrático. Les preocupaba solamente la unidady el salvar el programa de 27 puntos. Por lo demás, el nivel político era muy bajo. Se llegó a votarpunto por punto el programa fundacional del 34. Al llegar a la consideración del hombre como«portador de valores eternos» la votación arrojó un escaso margen de cinco puntos, margensuficiente para que la concepción del ser humano resultara como en el texto fundacional. Era la«primera fase» de un proceso que debía de haber llevado a la unidad, pero que constató, para los

que asistimos, el pobre nivel político y la ignorancia del mundo real al que habían caído los dirigentesdel movimiento en aquella época. En realidad, la «auténtica» era más práctica y, por tanto, másagradable a muchos. Convencidos de que las conversaciones por la unidad eran absurdas por quelas brechas entre las distintas fracciones eran excesivas -lo cual era una apreciación rigurosamentecierta- se dedicaron a realizar unilateralmente agitación política. Crecieron como crece toda masa quese agita, pero su despiste político y lo infumable de sus planteamientos hicieron imposible que tantasenergías desplegadas pudieran ser capitalizadas.

Sorprende hasta la exasperación como ninguno de los grupos falangistas fuera capaz de elaborardocumentos que preveyeran la evolución del régimen y explicaran cual podía ser el papel de losfalangistas ante la nueva situación. Sorprende que en ese período previo a la muerte de Franco, losgrandes problemas que se planteaban los distintos núcleos falangistas eran: seguir manteniendo elprograma de 27 puntos, rescatar el yugo y las flechas del «secuestro» de que habían sido objeto porel régimen de Franco, de disputarse con otros grupos azules el nombre y las siglas.

He de confesar que, personalmente no entendía nada de todo esto, fue un querido amigo ycamarada de Barcelona quien me lo explicó de regreso del Congreso Nacional Falangista: «Falange -me dijo- es eso: 27 puntos, un himno, el brazo en alto, la camisa azul, el yugo y las flechas. quita esoy acabarás con Falange». Y entonces entendí la obstinación de las distintas fracciones falangistaspor disputarse ese patrimonio. Solo que esta disputa, enmarcada dentro de la inalcanzableperspectiva unitaria, no tenía ya sentido político en unos momentos en los que era preciso conquistara las masas, y conquistarlas electoralmente, por que, a fin de cuentas, de lo que se trataba entoncesera de tener las parcelas de poder al alcance de cualquier partido democrático.

Esto parecía que les interesaba a muy pocos. Los «auténticos» se situaban más allá de cualquier

legalidad, lo que querían era un indefinida e indefinible «revolución sindicalista», mal definida y peorplanteada por el camino del activismo insensato. Los falangistas franquistas se fueron enrocando enconcepciones golpistas. El resto de grupúsculos languidecían entre intentos unitarios sin porvenir ypequeñas actuaciones activistas sin norte ni guía. En definitiva, una situación que era extremada-mente parecida a la que se había producido en los últimos años del franquismo. Falange no advertíaque empezaba a ser historia, que el tiempo jugaba inexorablemente en su contra y que a medida quepasaban los años y se eludía hacer una adaptación de los ideales fundacionales a la realidad de latransición, quizás, por que se intuía que negar al «Libro», es decir a las Obras Completas de JoséAntonio parcelas de actualidad, hubiera supuesto un sacrilegio. Y la falta de valor para «revisar» ladoctrina entrañó el alejamiento de la realidad.

Falange murió -y una vez más, la mayoría de falangistas no se enteraron- el 20 de noviembre de1975. Para mayor fatalidad, el óbito de Franco se produjo exactamente 38 años después delfusilamiento de José Antonio. Incluso en cuestión de fechas fúnebres el franquismo cultivó elequívoco con Falange. El interés de algunos falangistas en desvincularse del régimen era una

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

19

Page 20: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 20/64

empresa tan absolutamente irreal que no valía la pena intentarla. Los «auténticos» lo hicieron y suactividad frenética agotó a toda una generación de militantes.

SEPTIMA MUERTE. LA UNIÓN NACIONAL DE 1979 

Llegamos a la última muerte con la que se cierra el círculo y se concreta la desaparición de unmovimiento político que ha agrupado en el siglo XX a buena parte de las energías juveniles deEspaña. Por otra fatalidad del destino, la última de las muertes engarza con la primera, aquella quetuvo lugar en las elecciones de febrero de 1934. En ambas ocasiones ningún diputado falangista sesentó en las Cortes. En ambos casos, el fracaso sirvió para variar de rumbo las orientacionespolíticas del partido. Entre 1975 y 1979, Falange estuvo dividida en tres opciones mayoritarias y unsin fin de opciones menores. Por un lado, los falangistas que habían colaborado con el MovimientoNacional de Franco, agrupados en torno a Raimundo Fernández Cuesta; por otro los falangistasdisidentes moderados del Movimiento agrupados en los Círculos José Antonio que habían orga-nizado un Partido Nacional Sindicalista, y, finalmente los miembros de la Falange Auténtica.

Pero había otra fuerza, Fuerza Nueva, que había crecido extraordinariamente entre 1977 y 1979,

gracias a la particular oratoria de su líder y fundador, Blas Piñar López. Piñar era un franquista, antetodo; su ideología era católica más que falangista. Su modelo de franquismo era el derivado delperíodo nacional-católico que había absolutizado y convertido en el rasgo distintivo del franquismo,cuando, como hemos visto, apenas fue la línea dominante en un período de su historia. Conservadoren lo político y en lo religioso, Blas Piñar impregnó con estos principios a su movimiento que fuepercibido por una parte de la población, como la opción de los descontentos con la democratización.Y, en efecto, mientras la transición fue generando problemas interiores de adaptación yasentamiento, Fuerza Nueva progresó. Pero cuando la democracia estuvo suficientemente asentada,Fuerza Nueva llegó a su techo y se desintegró vertiginosamente.

Los coqueteos de los falangistas colaboradores con el franquismo con Fuerza Nueva fueronconstantes desde el principio de la transición. En las primeras elecciones democráticas se presentóuna Alianza Nacional del 18 de Julio formada por carlistas, fuerzanuevistas y falangistas. No tuvomucho éxito. Sin embargo, es rigurosamente cierto que tras la campaña electoral de junio de 1977,Fuerza Nueva empezó a recoger el fervor de una parte sustancial de la población, especialmente enMadrid, Valencia, Cantabria, Asturias y Sevilla. En otras palabras, Fuerza Nueva creció mucho másde lo que lo hicieron el Partido Nacional Sindicalista de Diego Márquez y Falange Española deFernández Cuesta. Así, cuando se convocaron las elecciones de 1977, Fernández Cuesta y BlasPilar se aproximaron en la Alianza Nacional. Sin resultados. A los dos años siguientes, a estas dosfuerzas políticas se adhirió el Partido Nacional Sindicalista excepcionalmente debilitado por la presiónde los «auténticos» por un lado y de los «colaboradores» por otro. La nueva candidatura de UniónNacional llevó a Blas Piñar al congreso de los diputados, fue, sin duda, un éxito para Blas, pero nodesde luego para las Falanges. Por lo demás y tratándose de una coalición, lo normal hubiera sidoque con posterioridad a las elecciones se intentara proseguir con el trabajo unitario. No hubo tal. Ni

Fernández Cuesta, ni Diego Márquez, números dos y tres de la candidatura hubo un lugar en elCongreso, ni interés posterior por profundizar en la iniciativa unitaria.

Esa fue la última muerte de Falange Española. La camisa azul era utilizada también por losfuerzanuevistas, que lucían el yugo y las flechas en los bolsillos de sus camisas. El nombre de JoséAntonio salía frecuentemente de los labios de Blas Piñar como en los cuarenta años anteriores habíasido pronunciado frecuentemente por personalidades no falangistas. Las centurias paramilitares deFuerza Nueva rememoraban las milicias falangistas... La bandera de Falange ondeaba junto a la cruzcarlista y la bandera azul y roja (azul de falange, roja del requeté) de Fuerza Nueva. Y además, BlasPiñar fue el político más maldito de toda la transición, por lo tanto, el nombre de Falange raramenteera considerado como el de una entidad independiente, sino que se le consideraba como unaespecie de aliado y prolongación del piñarismo. En estas condiciones el mensaje falangista una vezmás se desfiguró. Las opciones del FE(i), por no decir de la «auténtica», señalando que el franquismoy la falange eran entidades completamente diferentes, resultaba increíble para la población que veíacomo los mismos símbolos falangistas eran utilizados por la extrema-derecha fuerzanuevista.

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

20

Page 21: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 21/64

Pero hubo algo peor. Los cuadros falangistas parecían seguir sin tener interés por adecuar su

doctrina a la nueva realidad española. Hubo estudiantes falangistas, universitarios falangistas,cuadros técnicos falangistas, pero que resultaron absolutamente incapaces de reelaborar y adaptar elprograma de 1936 a la realidad de 1979. Y Falange murió a causa de esa incapacidad.

Por puro respeto hemos fechado en las elecciones de 1979 la última de las muertes de Falange,la séptima. En realidad no habría que perder de vista la fecha del 23 de febrero de 1981, como fecha

alternativa a esta última y definitiva muerte de Falange. A partir de 1977, cuando la evolucióndemocrática era imparable, la mayoría de miembros de Fuerza Nueva y de Falange Española, sector«raimundista», habían renunciado a vencer en unas elecciones democráticas. Se les antojaba unproceso excesivamente largo y dificultoso para el que no se sentían adaptados. Surgió así lahipótesis golpista como una alternativa. Pero, a decir verdad, pocos fueron los que entendieron lo quesignificaba el golpe militar. Para la mayoría se trataba simplemente de «apoyar al Ejército». Adiferencia de la situación de la preguerra, esta nueva Falange de la transición jamás tomó contactocon medios militares, jamás conspiró con ellos y jamás tuvo noticias de las intentonas golpistas antesde que se produjeran. Eran vocacionalmente golpistas, pero estaban alejados de cualquier prácticagolpista. El 23 de febrero les cogió de sorpresa a casi todos y, desde luego, al grueso del movimientofalangista. El 23 de febrero, uno de esos momentos olvidables de la historia de España, se cerró conuna Falange que, en buena medida, compartía las posiciones golpistas pero que no había sabido ni

podido hacer nada para colaborar con ellas. Falange, por última vez murió.El ciclo iniciado en febrero de 1936 se había cerrado. Como entonces Falange no superó la

prueba electoral. Como entonces Falange -el sector mayoritario de Falange en la época- asumió lavía golpista. A diferencia de entonces, acaso por cansancio, acaso por que el movimiento era depequeñas dimensiones, acaso por impreparación o por lo que fuera, Falange no participó activamenteen la iniciativa golpista de febrero de 1981, como tampoco, por lo demás, Fuerza Nueva.

Aquella fecha murieron muchas cosas. Falange se vio acompaña en su óbito por Fuerza Nuevaquien, a los pocos meses se autodisolvería reconociendo su fracaso. A Falange no le quedó nisiquiera eso. Incluso la «Auténtica», el sector de Pedro Conde, se había autodisuelto en 1980 a lavista de los malos resultados del partido y de la deriva problemática adoptada. Cuando eso ocurría,Falange hacía muchas décadas que había dejado de ser un partido unitario, existían muchas

fracciones, todas ellas igualmente desorientadas, desprovistas de medios, de estrategia, y sobretodo, de ideas nuevas.

La falta de ideas nuevas y de salidas estratégicas hizo que, a partir de 1981, las fraccionesfalangistas enarbolaran la consigna de la «unidad» como única alternativa. Poco importaba que amedida que pasaba el tiempo, la realización de esa consigna quedara cada vez más lejos y que enesas intentonas frustradas, menudearan los conflictos y se crearan barreras insalvables, pocoimportaba que las iniciativas unitarias fracasaran una tras otra, poco parecía importarles que la únicadiscusión fuera sobre los términos en los que debía realizarse la unidad, ¡pero nunca sobre losprincipios y los esfuerzos de adaptación, sobre la estrategia y la táctica que eran las cuestionesverdaderamente importantes! Poco importaban, en definitiva, los contenidos de esa unidad, lo queimportaba era la unidad en sí. Unidad inalcanzable que jamás terminó de formalizarse. Unidad

remota. Unidad perdida, totalmente y para siempre. Unidad que, incluso, aun cuando se hubieraconsolidado, habría aportado muy poco.

A partir de 1980, no la historia de España, sino la historia de la humanidad se acelera. Cada vezcon mayor velocidad el rostro de la civilización va cambiando. Aparece la microinformática, cae elmundo comunista, guerra del golfo, fin de la historia, crisis de Yugoslavia, masacres en Africa, nuevastecnologías de la información, era de las redes, atentados del 11 de septiembre... eran los signosinequívocos de una mutación que afectaba a toda la humanidad y ante la cual, Falange y losfalangistas permanecieron mudos y sin emitir documento alguno de altura capaz de integrar cada unode estos hitos de la humanidad.

Al filo del milenio, era evidente que Falange había resistido mal la mutación de la humanidad.Ahora si que estaba muerta, definitivamente muerta, inhábil para pesar políticamente y para salir del

exiguo gueto en el que se encuentra cada vez más aislada. Solo quedaba constatar esa muerte yactuar en consecuencia. A los cadáveres se les entierra antes de que se deterioren más.

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

21

Page 22: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 22/64

 

ALGUNAS CONCLUSIONES PROVISIONALES 

Estas siete muertes son, cada una por sí misma, y todas ellas en conjunto, episodios dramáticosen la historia del movimiento falangista y en algunos casos en la historia misma de España.

Ahora, cuando se llega al centenario del nacimiento de José Antonio, es fácilmente perceptibleque lo único que tiene el movimiento falangista en sus alforjas, es historia. No tiene futuro, sólohistoria. A diferencia de otros movimientos surgidos en el tiempo nuevo que carecen de historia peropueden tener el futuro que sus miembros sean capaces de conquistar. Falange es historia, Falangeforma parte de la historia. En esa historia, Falange tiene un punto importante en su haber: el haberconstituido la levadura de buena parte de la juventud española durante varias generaciones. Por que,Falange nació de los jóvenes extasiados con la experiencia del fascismo. Falange facilitó a los  jóvenes una causa para vivir y una buena excusa para morir por la Patria. Falange, finalmente,también murió entre los jóvenes e incluso hasta última hora, sus últimos militantes, esos que no per-ciben que se han adherido a un movimiento que ya es historia, siguen siendo jóvenes en edad. Peroentre tanto canto a la juventud, tantas lonas y claros de luna en campamentos juveniles, faltómadurez de ideas, incluso entre los más maduros de sus militantes que seguían pensando enFalange, no tanto como una opción política de futuro, sino como una opción emotiva y sentimental

que les remitía a los mejores años de su vida, esos en los que tenían energías y optimismo paraafrontar las duras pruebas de la vida que se les avecinaban.

Falange no pudo evitar que la historia de España discurriera a mayor velocidad que su propiahistoria. Casi puede decirse que todo en Falange se hizo tardío y a destiempo: el movimiento fuefundado en un momento en el que ya existían las JONS que defendían exactamente lo mismo, sutardía fundación hizo que solamente estuviera presente durante algo más de dos años antes de queestallara la guerra civil; ese tiempo de retraso es lo que selló la debilidad del movimiento en esas jornadas, lo que hizo que sus filas fueran rebasadas en los primeros meses de contienda por reciénllegados que intuían el ideal, pero no lo conocían en profundidad, o por simples ambiciosos. Falangellegó tarde a su cita con la historia: Franco la utilizó mientras le convino y la sustituyó cuando laconveniencia fue otra. Cuando eran precisos técnicos y economistas, Falange no dispuso de ellos. ElOpus Dei, en cambio, si. Cuando la situación requería estrategas hábiles y lúcidos, durante los añosde Carrero Blanco y en la transición política, las distintas Falanges se enrocaron en posicionesdifícilmente digeribles unas (los «auténticos») y políticamente nostálgicas (los «raimundistas»). Paracolmo, el fracaso electoral de 1979 y el fin del golpismo les dejaron huérfanos de estrategia. Elresultado fue una muerte lenta, por etapas, una extinción triste y aplazada en la que cada etapa eramás oscura y deprimente que la anterior, las esperanzas eran cada vez menores y las dificultades aremontar cada vez más infranqueables, al mismo tiempo que la esterilidad política fue creciendo y lainadaptación al tiempo presente de cada instante cada vez más palpable.

Si la situación de Falange no es la de un cadáver velado cada vez por menos partidarios y másenfrentados entre sí, nos gustaría saber qué es... Lo hemos preguntado en algunos foros de Internety la respuesta nos ha confirmado precisamente en la necesidad de escribir estas líneas. Siempre senos ha contestado con retórica, mera retórica y nada más que retórica: «Falange está en las calles y 

en los campos de España» nos decía uno; otro aludía «a los actos y manifestaciones que se celebran en todos los puntos de España»; los había que utilizaban una retórica ampulosa fuera de lugar ayer yhoy: «Falange es una idea romántica que vive en los corazones de millones de españoles de buena voluntad». En otras palabras, se nos hacía saber que nuestra tesis era acertada: que Falange habíamuerto. Y nosotros nos limitábamos a recordarles a sus últimos mohicanos que era mejor enterrarlacon dignidad.

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

22

Page 23: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 23/64

LA INADECUACION IDEOLOGICA

En los documentos originarios de Falange histórica se percibe en ocasiones un peligrosoequívoco entre programa y doctrina. El programa es un elemento táctico que resume las propuestasque un partido puede efectuar en un momento dado de su historia. Cuando se alteran lascircunstancias, cambia necesariamente el programa. En cuanto a la ideología, a diferencia del progra-ma, es fija e inmutable. En principio, por que las ideologías terminan siempre siendo esquemas

rígidos que pierden pronto actualidad. Resulta evidente que al leer las páginas de las ObrasCompletas estamos ante un libro que nos ayuda a comprender la historia de la Segunda República;así mismo al leer las «Disgresiones sobre el Futuro de las Juventudes» de Ramiro, estamosrepasando la historia de Europa hasta ese momento y otro tanto ocurre con el «Discurso a lasJuventudes de España». Hace falta, pues, establecer exactamente que es lo que hay de presente yde futuro en todo este material histórico.

La primera impresión es que hay poca actualidad en los textos históricos. Ciertamente JoséAntonio y Ramiro atacaron al capitalismo y hoy esta temática tiene una actualidad inequívoca, pero elcapitalismo que conocieron ambos tiene muy poco que ver con el capitalismo moderno. Nada se dicesobre los procesos que conforman la realidad del capitalismo moderno: la automatización de losprocesos de trabajo, la revolución de las comunicaciones generada en la postguerra y la revolución

de la microinformática experimentada a principios de los años 80, el proceso de globalización con lacreación de un mercado único global, los procesos de deslocación industrial de Norte hacia el Sur ylos procesos de inmigración masiva del Sur hacia el Norte, las necesidades de nuevas dimensionesnacionales que respondan a este proceso, la desaparición del comunismo, lo efímero de la nuevaizquierda, la creación de la Unión Europea, la elevación de los Estados Unidos y de sus contenidosculturales al rango de único «imperio», etc., todo ello implica nuevo elementos ante los cuales noexisten respuesta en las Obras Completas, ni en los textos históricos, capaces de aportarplanteamientos adecuados sobre ninguno de estos temas. Ni, por lo demás, existen ideólogos en lasfilas de las distintas fracciones falangistas capaces de revisar de manera indiscutible estos temas yproponer respuestas concretas.

A decir verdad, este problema se viene arrastrando desde los tiempos de la postguerra cuando elpartido advierte que los líderes históricos han sido asesinados durante la guerra. En ese momento,los militantes falangistas tienen demasiado reciente el impacto de la contienda y el hecho de quealgunos de ellos estén ocupando puestos directivos en el nuevo Estado, hace que se obvie elcompletar las lagunas ideológicas. Cuando se está en el poder se piensa en gestionarlo, no en  justificarlo o interpretarlo. Por lo demás, en un primer momento, el fascismo parecía que lograríaimponerse a los Estados democráticos y las perspectivas eran buenas, así que las únicas cosas quese rectificaron afectaban a la «cuestión nacional» (ingenuas rectificaciones territoriales en Marruecos,Sahara y Guinea) y poco más. Pero, en un segundo momento, cuando las cosas se torcieron para lasfuerzas del Eje, algunos empezaron a advertir la naturaleza del conflicto que estaba ante la vista: obien Falange se democratizaba (algo difícil por que la impronta y la estética fascista estabandemasiado presentes y constituían el alma de Falange, tanto de la disidente del Movimiento, como dela franquista. Llama la atención que, muy frecuentemente, los disidentes les Movimiento, los

falangistas antifranquistas, eran, contra lo que se tiene tendencia a pensar, eran más proclives alfascismo y al nazismo, que los sectores oficialistas.

A partir de ese momento empezó el fraccionamiento en cadena: la mayoría del movimientofalangista adoptaron posiciones seguidistas hacia el franquismo; una minoría muy exigua pasó aengrosar la disidencia falangista, más o menos clandestina, otros, desengañados, por la imposibilidadde realizar al «revolución nacional» a la vista de la derrota del Eje, se desmovilizaron. Los hubo -como Ridruejo- que se dejaron ganar por las tesis de recuperación de las libertades democráticas yabandonaron el falangismo.

En una segunda fase del conflicto ideológico, se produjo una decantación hacia los doselementos que componían la síntesis «nacional-sindicalista». Aparecieron los falangistas «más na-cionalistas que sindicalistas» y los que se consideraban más «sindicalistas que nacionalistas». Los

primeros se identificaban casi completamente con los falangistas del Movimiento Nacional, lossegundos fueron a engrosar los movimientos «hedillistas» y «falangistas de izquierda» quesobrevivieron hasta finales de la década de los 70. Existió un último sector que intentó mantener lasíntesis situándose en una posición equilibrada entre los dos términos en nombre de la «ortodoxia».

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

23

Page 24: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 24/64

Nos referimos al F.E.S., si bien es cierto que todos los sectores se consideraban herederos de laFalange fundacional.

A medida que se hizo evidente que España debía confluir, antes o después, con Europa, algunosfalangistas intentaron formas de adaptación a las formas políticas que entonces imperaban enEuropa. Fue así como Cantarero del Castillo, haciendo una lectura unilateral y selectiva de los textos joseantonianos (excluyó por supuesto cualquier otro) concluyó en posiciones socialdemócratas que

sostuvo desde su Asociación de Antiguos Miembros del Frente de Juventudes, quedando muy lejosdel tronco central falangista. Su libro «Falange y socialismo» fue contestado con particular energíapor el FES.

Pero otros se alejaron aun mucho más. A principios de los años sesenta núcleos universitarios delas Juventudes Falangistas pasaron directamente al Partido Comunista de España e incluso, como enBarcelona, algunos se integraron en la extrema-izquierda (J. Colomar pasó al Front Obrer Catalá yfue uno de los fundadores de la Liga Comunista Revolucionaria, "Anibal Ramos" siguió la mismatrayecto, pero pasó luego a la Organización Trotskysta y luego al Partido Obrero Revolucionario yfueron dos ejemplos entre un par de centenares). Otros, como Miguel Hedilla Larrey, al reemprenderla actividad política constituyó un Frente Nacional de Alianza Libre, de difícil definición, pero, encualquier caso oficialmente no-falangista. En el libro «Hacia una historia del FES» se explica eseproceso: «Por aquella época el FSR, producto de una escisión del FES, ya había hecho su aparición 

intentando evitar las formas falangistas para hacer más vendible su mercancía. Según la historiadora inglesa Ellwood actuaba como Presidente del FSR Manuel Hedillla quien aprovechando un viaje de Narciso Perales, auténtico líder del grupo, a Iberoamérica, había convertido el FSR en Frente Nacional de Alianza Libre». 

Hay que dedicar un pequeño párrafo a Miguel Hedilla. Tras se condenado a muerte pasó unatemporada en prisión y luego en el destierro. En 1965, Narciso Perales contactó con él, pero Hedillano estaba dispuesto a participar en nada que tuviera como rótulo la palabra «falange» o«nacionalsindicalista». De hecho, esta posición vería ya de la postguerra. Un falangista barcelonésque lo visitó con una delegación en su destierro para pedirle consejo y orientación me dijotextualmente: «Nos mandó a paseo». Hedilla murió en 1969 y Fuerza Nueva fue una de las pocasrevistas que publicaron su esquela. El mito, absurdo, pueril y, entre ingenuo y malintencionado,

consistió en la creación de una «falange hedillista», cuando Hedilla murió incuestionablemente como«no-falangista» e incluso muy contestado en medios «ortodoxos» del FES que le dedicaron un artí-culo titulado «Gerontocracia (la coalición de los abuelos con el afán de mandar»). 

El programa del FNAL era difícilmente definible, recordaba algo al de Falange, pero no aparecíanlas referencias clásicas. Tampoco da la sensación de que nunca tuviera una gran extensión niprofundidad y todo induce a pensar que se trató apenas de una extensión del FSR extendido a unaspocas provincias. Y, por lo demás, no está claro que todos los militantes del FNAL fueran no-falangistas. Sin embargo, todas estas indefiniciones, dificultades para entender realmente lo quepasó en aquellos momentos, versiones diferentes y contrapuestas, no pueden hacer olvidar quehacia finales de los años 60 algunos sectores falangistas empezaron a ser víctimas de un complejode inferioridad hacia la extrema-izquierda que les hizo, poco a poco, virar hacia posiciones situadas

mucho más allá de la izquierda situada en la oposición democrática.Es fácil entender por qué esos falangistas «acomplejados» nacieron de núcleos estudiantiles. La

universidad española en aquella época era un coto cerrado de grupos, partidos y partidillos marxistas.Era practicamente imposible actuar políticamente en la universidad con otros planteamientos. Así desencillo. Algunos falangistas, disidentes del FES (los «lupulinos») en Madrid y miembros de lasJuventudes Falangistas en Barcelona se fueron corriendo, primero poco a poco y luego a velocidadde vértigo, estos núcleos fueron virando hacia posiciones más izquierdistas, con incorporación deelementos marxistas, anarquistas, sindicalistas, admiración a las experiencia armadas de la izquierdaiberoamericana, etc. El caso extremo lo componen las Juntas de Oposición Falangista en Madrid y laAcción Revolucionaria Sindicalista de Barcelona, que se manifestó junto a la CNT en variasocasiones y a la que, fatalmente, terminaron integrándose algunos de sus miembros, tras una larga ytortuosa evolución en la que existieron etapas intermedias: Confederación de GruposAutogestionarios, junto al Partido Sindicalista, mezcla de pestañistas en Barcelona y de antiguosmiembros del FSR en Madrid, todo para terminar diluidos en la CNT en el tiempo en el que esta

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

24

Page 25: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 25/64

Page 26: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 26/64

europeo y lograra mantener unas décadas su inercia interior. Como máximo, aprovechando algunasfrases dispersas en las Obras Completas, se creó la ficción -increíble a todos menos a quienesestaban predispuestos a aceptarlo- que la Falange no era un partido fascista. Esta tendencia fuecreciendo a lo largo de los años 60 y 70, hasta convertirse en un clamor de buena parte de lossectores azules. Se negaba lo que para toda

España y para los historiadores y comentaristas políticos, para la opinión pública y para los

observadores extranjeros, era obvio, a saber: que la Falange si tenía un «origen» y una inspiraciónen los movimientos fascistas de los años 30. El error de los distintos núcleos falangistas consistió enpensar ingenuamente que sólo con unas pocas frases dispersas en los textos clásicos podíanlevantarse la pesada losa que pesaba sobre Falange. Era completamente imposible. Por lo demás,había quienes compartían la visión de la falange como partido fascista y estaban dispuestos acontrarrestar los esfuerzos de quienes negaban la mayor.

El error consistió en no reconocer que el fascismo había perdido la guerra, que Falangepertenecía al tronco de ideologías de los años 30 que habían nacido inspiradas en el fascismoitaliano y que era precisa una reconversión urgente. Eso era evidente a partir de 1945. Cuando veinteaños después, eso fue evidente, las actitudes fueron tres: negarlo defendiendo una ortodoxia queafirmaba justamente lo contrario (FES), dar una orientación obrerista-izquierdista (neo-hedillistas yfalangistas de izquierda), dar una orientación franquista al partido (Fernández Cuesta, Girón, etc.).

Pero, aparte, del intento de Cantarero y de su «Falange Socialdemócrata», de muy escasapenetración en la clase política, a nadie se le ocurrió, incluso en una fecha tardía en modificar laspautas del partido y convertirlo en una fuerza política democrática y homologable a los partidos queempezaban a despuntar y que, antes o después, deberían competir en unas elecciones libres. Quizáses que no era posible. Quizás es que nadie reparó en la necesidad. O que nadie tuvo la capacidadpara hacerlo.

Existía otra posibilidad: la de llevar al franquismo hacia posiciones progresivamente másfalangistas. Pero esta perspectiva encontraba dos obstáculos: indefinición e inadecuación ideológicade un lado y de otro falta de cuadros para afrontar el período desarrollista, tal como hemosmencionado antes. Solamente en el terreno sindical Falange podía aportar algo. La legislación socialdel franquismo era un producto de los falangistas enclastrados en el régimen. Pero, a partir de los

Planes de Desarrollo, cuando el país vivió un período de crecimiento económico, los trabajadores,fueron distanciándose progresivamente del régimen -solo puede pensarse en cambios profundos conel estómago lleno- y los núcleos falangistas fueron, poco a poco, desbordados por ComisionesObreras, entre cuyos miembros fundadores se encontraban algunos antiguos falangistas.

La vía de la evolución del régimen hacia posiciones falangistas era imposible. La vía de laconstitución de un partido democrático homologado a otros partidos y con capacidad para obtenerbuenos resultados en unas elecciones democráticas, tampoco pudo concretarse. No había dirigentesprestigiosos que, además, fueran ideólogos o estrategas capaces de darse cuenta del estado de lacuestión: el tiempo de Falange había pasado, sólo quedaba el renovarse o morir. Y el conjunto no serenovó de manera razonable, lógica y que pudiera ser apreciada por la población.

Por que los puntos en los que se producía una inadecuación creciente de la doctrina falangista

eran varios. Vamos a analizar algunos.

IDEA DE ESPAÑA

«España es una unidad de destino en lo universal». Bien, esto es aceptable pero no resuelvecompletamente la «cuestión nacional» especialmente en este momento histórico en donde la«dimensión nacional» es fundamental para la supervivencia del Estado. Y, por lo demás, estotampoco resuelve la cuestión histórica de «cuándo empezó España a existir?». Para la escuelatradicionalista fue a partir de la conversión de Recaredo y durante la Reconquista y, por tanto,España está íntimamente ligada a la catolicidad. Y esto lleva a otro planteamiento sobre elcatolicismo en Falange. Y, a partir de aquí, las discusiones ideológicas que derivan evidencias, no

sólo los desfases entre la doctrina fundacional y la realidad actual.Por que estamos en el período de los grandes bloques continentales. Para afrontar el reto del

«imperio americano» y de la globalización un solo Estado Nacional no basta. Carece de la

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

26

Page 27: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 27/64

«dimensión» adecuada. Esto no ocurría en 1933, ahora sí. Algunos falangistas lo percibieron inclusoen los primeros tiempos del franquismo cuando la añoranza del Imperio reavivó la idea de«hispanidad» o de «comunidad hispánica de naciones». Era una vía, desde luego, pero que ignorabatres hechos fundamentales: la geografía que hacía que España estuviera alejada del Iberoamérica yque éste subcontinente, a partir de la Doctrina Monroe fuera coto privado de los EE.UU.; la propiaactitud de los Estados iberoamericanos poco interesados en establecer vínculos preferenciales detipo político con España que supusieran un menoscabo a la posición norteamericana: y, finalmente,

los propios nacionalismos iberoamericanos que generaban innumerables focos de conflicto entre lospaíses fronterizos (Argentina y Chile, Bolivia y Paraguay, Bolivia y Perú, Colombia y Panamá,Honduras y Guatemala) y por la situación interior de debilidad creciente de esos países (inestabilidaden los años 50, guerrillas en los 60, golpes de Estado en los 70, corrupción en los 80, dependenciaeconómica en los 90 y bancarrota en el siglo XXI).

Estaba claro pues que era preciso rectificar algunos aspectos de la doctrina falangista.Especialmente a partir de la muerte de Franco. Pero a principios de 1976, cuando tuvo lugar elCongreso Nacional Falangista, en la «Ponencia Internacional», David Jato siguió sosteniendo lanegativa a orientar la política exterior del partido hacia Europa y a seguir insistiendo en los vínculospreferenciales con Iberoamérica. Bruscamente, en 2002, una de las fracciones falangistas, «LaFalange», descubrió que Europa existía. Siguió sin rectificar la «política europea» contraria a la U.E.,

pero, eso sí, empezó a tener contactos con otros grupos europeos, frecuentemente contradictorios yenfrentados entre sí (Le Pen, el NPD, el grupúsculo italiano católico Fuoza Nuova) llegando a afirmarque había constituido un «frente Europeo prolongación del Frente Español». Tarde.

La cuestión no era solo «contactar» con otros grupos de manera superficial, sino de rectificarideas respecto a la «cuestión nacional». España en 1975 estaba destinada a converger con Europa.Lo único que podía defenderse ya a partir de entonces era: 1) un acuerdo ventajoso para España ensu integración a Europa y 2) una concepción particular de Europa que no tenía por qué coincidir conla oficial del entonces Mercado Común. Frente a la «Europa de los Mercaderes» y una «Federaciónde Estados Nacionales». En lugar de esto, la postura imperante en las distintas fracciones falangistasera, pura y simplemente, negar Europa, la integración en la U.E. y seguir afirmando la perspectivaiberoamericana.

Muy pocos en Iberoamérica tienen idea de lo que es la «Hispanidad». A unos cuantos millones devenezolanos, ecuatorianos, peruanos y colombianos, España solamente es la posibilidad de huir dela inestabilidad y la miseria. En algunos círculos falangistas a principios del 2000 se sostenía laabsurda teoría -y entre los que lo sostenían figuraban algunas «cabezas pensantes» del sector- queera necesario estimular y admitir la inmigración iberoamericana en Europa para estimular la«españolización» de Europa. En efecto, la llegada masiva de inmigrantes andinos a Europa deberíasuponer un estímulo a la lengua y a la cultura española en el nuevo continente. Con análisis así nohacen falta estudios críticos. Ni siquiera enemigos...

LA CUESTION RELIGIOSA

Luego estaba la cuestión del catolicismo. José Antonio y Onésimo eran católicos. Ramiro,simplemente ateo. La mayoría de los militantes históricos, seguramente, eran católicos en un tiempoen el que el catolicismo era hegemónico en la sociedad española. Hoy no ocurre lo mismo. Desde losaños 60 y, especialmente, a partir de las reformas conciliares, el catolicismo fue perdiendo influenciahasta ser hoy una comunidad religiosa en recesión y crisis, especialmente en vocacionessacerdotales. A partir de los años 50, los distintos sectores falangistas han hecho del Opus Dei unaespecie de «bestia negra», ese mismo Opus que se ha convertido en uno de los pilares de la Iglesiaactual.

Cada vez resultaba más evidente que, a partir de los años 60, había que situar al partido fuera dela influencia de la Iglesia. precisamente por que no se sabía -o más bien las intuiciones que se teníaneran absolutamente negativas- hacia donde iba a evolucionar la institución.

Pero, contrariamente a esa lógica, los núcleos falangistas siguieron una evolución completamentediferente: los falangistas colaboradores con el franquismo, colaboraron luego con Blas Piñar, católicoante todo y católico tradicionalista en un momento en que la influencia de esta corriente en la Iglesiaespañola eran mínima; otros, como el FES siempre ligaron el catolicismo a su comunidad política; a

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

27

Page 28: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 28/64

partir de los años 80, la fracción FE(i) abundó en esa perspectiva; ya en el 2000, algunos elementosde la fracción La Falange, dieron muestras de estar más en la línea de Fuerza Nueva de 1977 que enla de la Falange histórica, sosteniendo, contradictoriamente, posturas tradicionalistas en lo religiosoque no les impidió colaborar con un grupo valenciano infumable para cualquier sector católico ¿Quépuede pensarse de todo esto?

Las actitidudes de las distintas fracciones falangistas son, como mínimo, contradictorias en el

terreno religioso y varían desde el indiferentismo, hasta el integrismo, pasando por los que han op-tado por la inercia de seguir sosteniendo sin mucho interés los textos fundacionales en los que sealude al catolicismo. Pero no existen entre los documentos falangistas actuales, ninguno que hayaanalizado en profundidad la situación en relación al catolicismo moderno y definiendo una ética y unamoral. A esto se une una interpretación errónea de la historia de España.

Identificando España con Catolicidad lo único que se logra es interpretar UN período en la historiade España, pero no la TOTALIDAD de la historia de España. Hubo un antes y un después de laEspaña católica, de la misma forma que hubo un origen y habrá un futuro. Los hispanos existíandesde que la Península fue romanizada. La existencia de pueblos íberos y celtas es, incluso, unabase para justificar la aproximación de la España moderna a Europa en donde también existíantroncos étnicos similares. Falange siempre ha eludido el planteamiento desde el punto de vista étnico.

El problema era que las posturas fundacionales eran bastante confusas al respecto. Ya hemosrecordado que Ramiro era ateo y José Antonio católico. El problema fue que los herederos deFalange debieron definirse a la vista de las posiciones de los fundadores. En el FES, en el quereconocemos el intento más esforzado por perseguir la «pureza joseantoniana», el planteamientosobre la cuestión religiosa en los años 60 era original. Citamos un fragmento de «Hacia una historiadel FES»: «Precisamente esa cosmovisión le llevó a entender la política como algo completo, total.Es decir, se preparaba a la formación de una milicia que asumiera voluntariamente valores religiosos,semejante a una orden militar, y que sería el "ejército " encargado de hacer realidad los postulados falangistas. Esa vena de sentimiento religioso, donde se entendía que el sacrificio era camino de perfección contaba con la aceptación sin reservas de los dogmas católicos, no ya por tradición históri- ca inherente a los nacionalismos, sino por acto de aceptación voluntaria de lo que se entendía verdadero. De los textos de Primo de Primo de Rivera se desprende más una llamada al ejercicio 

personal del compromiso que a la simple participación política».Y más adelante se amplían estos datos: «Sin ambigüedad alguna se llegaban a declarar 

"católicos, apostólicos y romanos sin ninguna reserva mental". Desarraigar la espiritualidadfalangista de los dogmas católicos podía conducir a una pseudorreligión " que, si en principio pasara por buena,no tardaría en producir hedor y pestilencia". Se rechazaban posibles posturas de confusión mantenidas por sectores falangistas en la época republicana, en guerra y después de ella. Se trataba, evidentemente, de una decisión individual y voluntaria la aceptación o no de la doctrina católica para los falangistas. Había habido ejemplos de personajes agnósticos como Ledesma Ramos o Manuel Mateo, e incluso hay recogido algún caso aislado de repudio religioso lo que no deja de ser anecdótico.

De las tendencias menos religiosas de la Falange, y por lo que interesa a este estudio, estaba la 

de Ledesma Ramos, quien con su agnosticismo, llegó a contagiar a sectores falangistas muy posteriores, que veían la mordiente revolucionaria en el fundador de las JONS e intentaban identificar su "radicalismo revolucionario " con posturas poco religiosas. Conocidos como "ramiristas" estos sectores del falangismo contaron con la oposición radical del FES, quien a su vez recibía de ellos los improperios de "parecer más el Opus que de la Falange ", la calificación de "meapilas " o el tachar a alguna de sus publicaciones de "hoja parroquial". El FES reivindicaba la conversión religiosa de última hora de Ledesma y tildaba de inconsistencia y no falangista la postura de estos "feroces guevolucionarios ", quienes fundamentalmente hacían gala de una de las constantes asignadas al fascismo: la del radicalismo verbal, y no resultaban novedosos pues a lo largo de la historia de la Falange ya habían surgido núcleos que se adscribían a Ledesma Ramos como el "auténtico revolucionario " de la ideología falangista. Los textos y la biografía de Ledesma se hacían con ópticas distintas según los intérpretes. Y aunque su figura fuera en ocasiones reivindicada por el FES,quedaba bastante apartado de su devocionario».

El asunto de las relaciones entre la Iglesia y el Estado lo tomaba el FES partiendo de su esquemaideológico, plena y exclusivamente joseantoniano, esto es, aceptando el magisterio de la Iglesia y

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

28

Page 29: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 29/64

teniendo por válido el planteamiento que se realizó durante la época republicana y que significaba lano interferencia en asuntos políticos concretos por parte de la Iglesia y de sus formaciones y, encontrapartida, la no intervención del Estado en asuntos propios de la vida de la Iglesia.

La norma programática 25 de Falange Española planteó problemas de conciencia para algunosmilitantes falangistas que aprovecharon la ocasión (caso del Marqués de la Eliseda) para abandonarla asociación política escudándose en el mencionado principio. El estudio pormenorizado de lo que

significaba tal norma ha sido estudiado por Cecilio de Miguel en su libro «El pensamiento religioso de José Antonio» concluyendo ser admisible para la Iglesia el sentido de separación allí expresado. Peroni siquiera en este punto ha existido unanimidad.

La postura de la Falange hacia la Iglesia había sido de sumisión en el terreno ideológico-moral y de separación de funciones en el político. Ya durante la guerra civil española y en los primeros años de la conflagración mundial se asistió a una lucha entre los sectores más totalitarios del partido y la   jerarquía de la Iglesia católica, que acabó con el sometimiento de la Falange a las imposiciones eclesiales. Desde los primeros tiempos, las organizaciones del régimen consideradas más falangistas contaron con el claro influjo de la Iglesia católica en sus presupuestos ideológicos y también con la participación de religiosos en sus quehaceres. En las formaciones juveniles y en los sindicatos existían asesores religiosos; la moral católica era asumida y estudiada en las parcelas más azules del régimen.

Todo ello no fue obstáculo para la antipatía hacia la Falange de prelados como Segura o Pla y Deniel y el apoyo de otros como Eijo y Garay. En las filas de la organización más falangista del Régimen, el Frente de Juventudes, se vivía un clima religioso aunque en modo alguno clerical, y las inclinaciones políticas más vaticanistas no eran precisamente juzgadas con benevolencia. Asimismo hubo motivo de discordia en la competencia que en el terreno juvenil planteaban organizaciones religiosas y que representaban el único contrapunto al monopolio de organización de jóvenes que suponía el Frente de Juventudes».

Para el FES resultaba de una claridad meridiana, como ya ha quedado expresado, que los fundamentos del pensamiento falangista pertenecían a la filosofía católica y que la revolución que habría que hacer en España sólo era posible con la aceptación de sus presupuestos espirituales. El pensamiento de José Antonio y el magisterio de la Iglesia eran, según decía el FES, las fuentes que utilizaba para fijar su postura. Se pedía, en consecuencia, la independencia de ambos estamentos vía complementariedad. La Iglesia no debía intervenir en asuntos políticos concretos de forma parti- dista, sus organizaciones laicas como la A.C., si adoptaban esa forma de participación quedaban expuestas a la "respuesta contundente " tal y como anunciaba el FES en sus publicaciones. El Estado tampoco debía inmiscuirse en cuestiones internas de la propia Iglesia como ocurría con el his- tórico Derecho de Presentación, que el régimen se obcecaba en mantener».

Es interesante constatar que el FES de los años 60 y principios de los 70, reconocía la "relajacióndel clero" (cuando en realidad habría que haber aludido a los primeros síntomas de crisis de laIglesia). En el citado libro se escribe:

"En consecuencia, para luchar contra la relajación del clero, se veía positiva la supresión de 

privilegios como exenciones fiscales o jurisdicción particular. Los bienes disponibles por parte de la Iglesia seguirían perteneciendo a ella condicionados al cumplimiento de una función social, en caso contrario habría que acudir a la incautación. El Estado debería controlar esos bienes para impedir su libre enajenación y, adelantándose en el tiempo, se pedía que la jerarquía eclesiástica decidiera, con el control estatal, si deseaba que el clero viviera de la caridad pública o impusiera el Estado a los ciudadanos católicos el pago de un impuesto. Se acoplaba el FES en lo referido a la doctrina a los cauces más tradicionales de la Iglesia católica, mientras que en el aspecto relativo al poder social que la Iglesia podía tener apuntaba soluciones mucho más progresistas».

Y, sobre el Opus Dei «Hacia una historia del FES» explica:

«De entre las formaciones integrantes de la Iglesia católica por el papel que desde finales de los 50 representaron en la sociedad española y por las controversias habidas con la Falange hay que 

prestar atención preferente al Opus Dei. El enfrentamiento de falangistas con el Opus Dei era un viejo asunto que se ponía más de manifiesto ahora, cuando hombres vinculados a la Obra ocupaban puestos en el gobierno. No resulta extraño que hable Hermet de multiplicidad de grupos de "falangistas de izquierdas " cuando el ascenso de los opusdeístas. Pero tal planteamiento al FES le 

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

29

Page 30: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 30/64

resultaba inválido y efectivamente lo era. La crítica contra el Opus Dei no se hacía por competencia de ocupar puestos en la Administración (a los que nunca optó el FES, ni por defender el sillón de francofalangistas a los que se criticó suficientemente su gestión ministerial) sino por entender, con evidente error de apreciación, que esa organización religiosa había fracasado. Así, no resulta acertada la consideración de Ernest Milá acerca de que "El FES fue el enemigo jurado del Opus Dei al que vio siempre como la vanguardia confesional del capitalismo y como la bestia negra de la Falange... " porque si hay mucho de cierto en cuanto a lo primero, para el FES quedaba claro que la 

lucha por el control de los resortes del poder se hacía entre miembros del Opus y francofalangistas a los que el grupo falangista criticaba y despreciaba como elementos falsificadores de la verdadera Falange  (se nos permite aprovechar para seguir sosteniendo la postura que sosteníamos cuandoescribimos aquellas líneas, diremos que el autor de «Hacia una historia del FES» se muestraexcesivamente puntillista y no terminamos de entender qué intenta decirnos, cuando dábamos porsupuesto que los miembros del FES hacían una distinción entre ellos y los francofalangistas, pero nopor ello ignoraban que el Opus Dei se estaba haciendo con el control del Estado franquista. Podemosañadir ahora que la crítica que puede hacerse a los miembros del FES de la época es no habertenido claro que el régimen no era algo homogéneo sino que existían facciones, algunas de las cua-les pertenecían al mismo tronco que el propio FES y otro no. Se podía hablar -y de hecho se hablócon los primeros- pero era imposible encontrar territorios comunes con el Opus. 

La crítica que se realizaba entraba más en las consideraciones éticas que políticas, eso al menosse desprende de los razonamientos hechos en las publicaciones del grupo falangista sobre el tema.Resulta curioso, por otra parte, que en las filas del grupo falangista se estableciera como libro decabecera «Etica y estilo falangistas» un texto al que casi todos ven en su forma y por su función conclaros influjos del «Camino» de Monseñor Escrivá de Balaguer.

«Concluyendo podríamos decir que el molde elegido era puramente joseantoniano, que al analizar cualquier situación se requería del pensamiento de Primo de Rivera y sobre todo que se buscaba el «estilo» del falangista, desvirtuado durante el paso de los años por las traiciones y por el sentimiento acomodaticio que había acompañado el transcurrirfalangista. Aquello semejaba más el intento de una orden religiosa que un partido político.

Curiosamente relanzaban y vivían el catolicismo inherente a su doctrina, lo que podía resultar 

chocante con otras actitudes presentes en la historia de la Falange. El idealismo del grupo, en el que predominaban los jóvenes, les hacía vivir la política como una obligación de servicio hacia la cons- trucción de una sociedad nueva, entendiendo ésta con los parámetros propios de la juventud. Sin embargo tales pensamientos tenían fuertes barreras que vencer porque la juventud de los sesenta y setenta no se encontraba motivada precisamente por las ideas que proclamaba el FES».

El FES fue, de entre todos los grupos falangistas, el único que logró realizar una síntesis entremilitancia política y credo religioso. Para el resto de grupos falangistas, de dentro y fuera delmovimiento, la religión apenas era otra cosa que una opción personal que tenía poco que ver con lapolítica. Ciertamente, todos aceptaban una influencia del catolicismo en Falange, pero, en general,sin llegar a las posiciones de Fuerza Nueva para quien todo giraba en torno al hecho religioso.

En algunos casos, las referencias al catolicismo eran pura inercia; así por ejemplo, Pedro Conde,

líder de la «Autentica», entrevistado por «Interviú», cuándo le preguntaron en qué se diferenciaba suideología del marxismo, solo acertó a decir: «En lo espiritual», que era como no decir nada o como elreclamo de una sesión de espiritismo según se mirara. Otros eran ateos. Y progresivamente fueganando espacio cierto indiferentismo religioso. En la actualidad, en los distintos grupos falangistasse encuentran todas las tonalidades religiosas posibles: desde musulmanes hasta algún que otrobudista disperso, desde católicos integristas del «nada sin Dios», hasta ateos matacuras, pasandopor indiferentistas, católicos no practicantes, católicos practicantes, católicos medianamentepracticantes, etc, etc, etc. En este tema, como en botica, en las fracciones falangistas actuales hay detodo. Y ese «todo», en cierto sentido, no es más que un reflejo de las distintas corrientesfundacionales.

DOCTRINA ECONOMICA

Henos aquí ante uno de los aspectos, posiblemente más interesantes, pero también máscontrovertidos, de la doctrina nacionalsindicalista, por que si bien inicialmente quedaba claro que se

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

30

Page 31: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 31/64

contestaba en los años 30 a las concepciones socialistas y capitalistas, tampoco estaba muy clarocuáles eran las respuestas en positivo.

Una aproximación a lo que suele ser un programa político fue incluido en el manifiesto titulado «Elmovimiento JONS quiere», entre cuyos puntos se encuentran las bases de lo que luego seráconsiderada la doctrina económica nacionalsindicalista. Véase:

«(...) 9. -La sindicación obligatoria de todos los productores, como base de las corporaciones 

hispanas de Trabajo, de eficacia económica y de unanimidad social española que el Estado nacional -sindicalista afirmará como su primer triunfo.

10. -El sometimiento de la riqueza a las conveniencias nacionales, es decir, a la pujanza de España y a la prosperidad del pueblo.

11. -Que las corporaciones económicas y los Sindicatos sean declarados organismos bajo la especial protección del Estado.

12. -Que el Estado garantice a todos los trabajadores españoles su derecho al pan, a la justicia y a la vida digna.

13. -El incremento de la explotación comunal y familiar de la tierra. Lucha contra la propaganda antinacional y anárquica en los campos españoles.

16. -Penas severísimas para aquellos que especulen con la miseria y la ignorancia del pueblo.

Sesenta años después un grupo de epígonos del jonsismo reinterpretaron este manifiesto, sinavisar de que se trataba de una reelaboración y que habían cambiado el orden de los conceptos y losconceptos mismos. Lo que había quedado fue lo siguiente:

-Nacionalización de los transportes, como servicio público notorio.

-Control de las especulaciones financieras de la banca.

-Garantía democrática de la economía popular.

-Regulación del interés o renta que produce el dinero empleado en las explotaciones de utilidad nacional.

- Democratización del crédito, en beneficio de los sindicatos.

- Agrupaciones comunales y de las industrias modestas.

- Abolición del paro forzoso, haciendo del trabajo un derecho de todos los españoles, como garantía contra el hambre y la miseria.

- Igualdad ante el Estado de todos los elementos que intervienen en la producción (capital,trabajo y técnica).

-Justicia rigurosa en los organismos encargados de disciplinar la economía nacional.

-Abolición de los privilegios abusivos e instauración de una jerarquía del Estado que alcance y se nutra de todas las clases españolas.

-Rotunda Unidad de la Patria.

- Imposición a las personas y a los grupos sociales el deber de subordinarse a los fines de la Patria.

-Máximo respeto para la tradición religiosa de nuestra raza.

-Expansión de España y política nacional de prestigio en el extranjero.

-Suplantación del régimen parlamentario por un régimen español de autoridad, que tenga su base en el auxilio moral y material del pueblo.

-Propagar la cultura hispánica entre las masas.

-Sometimiento de la riqueza a las conveniencias nacionales y a la prosperidad del pueblo.-Extirpación radical de las influencias extranjeras.

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

31

Page 32: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 32/64

Era evidente que se daba la máxima importancia a los conceptos económicos y sociales, frente alos nacionales. Pero también era evidente que se ignoraban las tendencias y enseñanzas derivadasde la aplicación de algunos de estos principios. Hablar en los años 80 de «extirpación radical de influencias extranjeras», parecía, cuanto menos ingenuo en un mundo que cabalgabaaceleradamente hacia la globalización irreversible. Podríamos ir punto por punto demostrando lainviabilidad de la mayoría de propuestas, pero lo que nos interesa aquí es resaltar la tendencia dealgunos falangistas que creían que la colaboración de Falange con el franquismo les sería

globalmente perdonada a condición de que colocaran en primer lugar los contenidos económico-sociales de su programa. Craso error por que en esos momentos la izquierda navegabaaceleradamente hacia posturas neoliberales en lo económico. Y, por lo demás, en el citado manifiestoseguían apareciendo referencias que ya entonces estaban fuera de lugar (cuestión religiosa,referencias a la «expansión» de España, «régimen español de autoridad», etc.).

Falange, lo que a lo largo de toda su trayectoria, no ha podido evitar la búsqueda subjetiva de unavía propia, al margen de que esa vía estuviera o no contestada por toda la sociedad. No está claroque es lo que podría traer de beneficio, por ejemplo, la «nacionalización de la banca y del servicio de crédito», muletilla que aparecía en todos los programas de todas las fracciones falangistas. Nisiquiera está claro si eso sería posible. No está claro que las nacionalizaciones y las estatizacionesaporten un beneficio a la economía nacional. Pero, sobre todo, lo que no está claro en ninguno de los

documentos ideológicos o doctrinales es exactamente cómo se iba a realizar el tránsito de un Estadoliberal capitalista a un Estado Nacionalsindicalista. Y cuando alguien ha intentado explicarlo, el saltoal vacío aparecía de tal magnitud que lo más razonable era lo aconsejado por la sabiduría popular:  «Más vale malo conocido que bueno por conocer». 

Pero, lo peor, es que durante los sesenta y tantos años de vida de Falange el capitalismo hacambiado extraordinariamente de rostro. Lejos de humanizarse, se ha mundializado, ha llevado pros-peridad a unas zonas, pero ha desertizado otras, ha elevado el nivel de vida de la población, perotambién agudizado las desigualdades sociales. Las gigantescas acumulaciones de capitales y suestructura multinacional hacen imposible que en un pequeño país pueda abordarse una serie deaventuras revolucionarias con mínimas garantías de éxito.

En su afán de encontrar los caminos de una «economía sindical», los falangista se han dedicado

a dar fórmulas inaplicables que, cada vez más, desconsideraban la situación de la economía real y laevolución acelerada del sistema capitalista. Podemos dudar sobre si las soluciones económicaspropuestas por el nacionalsindicalismo hubieran sido aplicables y hubiera tenido éxito en su época,hace setenta años, pero lo que no podemos dudar es que en la actualidad tales medidas estáncompletamente fuera de lugar y no responden a las necesidades económicas reales. Para colmo,buena parte de las medidas propuestas (sindicación obligatoria, por ejemplo, chocan con losstándares generalmente admitidos en nuestros días y ofrecen la sensación de ser algo «demodé»,rancio y fuera de lugar. No basta con desear un mejor régimen de justicia social, hace falta que esemodelo sea aplicable, adaptado a la realidad de cada momento, posibilista y, sobre todo, que nosuponga una aventura de problemático desenlace. Pues bien, ninguno de los sectores falangistas halogrado jamás -ni siquiera la Falange fundacional- disipar la sensación de irrealismo y aventurerismode sus propuestas políticas.

Cuando en los 27 puntos de Falange, del 9° al 16° están agrupados bajo el epígrafe «Economía,trabajo, lucha de clases», su lectura nos confirma en la inadecuación al momento presente de lasconcepciones económicas nacionalsindicalistas.

Concebir a España como un gigantesco «sindicato de productores y organizar corporativamente ala sociedad española» (punto 9) carece de sentido en un momento en que el peso de la actividadeconómica se ha desplazado de la producción de bienes y el sector agrario, al sector servicios. Eltrabajo industrial y el sindicalismo que le era implícito quedan muy lejos. Por lo demás, Falange espresa de la ideología de la época basada en la absolutización del trabajo y en creer que la únicaactividad digna que puede realizar un ser humano es el trabajo, solo el trabajo y nada más que eltrabajo.

Así mismo en el punto de 10 se evidencia, igualmente, la influencia de una época en la que elmovimiento obrero estaba controlado por el marxismo. En 1990, la caída del Muro de Berlín, selló lamuerte del comunismo. Por lo demás cuando en ese mismo punto, José Antonio escribía:  «Repudiamos el sistema capitalista, que se desentiende de las necesidades populares, deshumaniza 

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

32

Page 33: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 33/64

la propiedad privada y aglomera a los trabajadores en masas informes propicias a la miseria y a la desesperación», no preveía que dos décadas después ese capitalismo iba a dar acceso alproletariado español a los bienes de consumo y a la propiedad de la vivienda. El drama no era que elcapitalismo depauperara a la clase obrera, sino que había hecho del obrero algo mucho peor: lo hatransformado en un productor alienado y, a la vez, en un consumidor integrado. Algo que JoséAntonio no previó.

Así mismo, en el punto 11 se evidencia el mito corporativo de la «armonización posible entretrabajo y capital»: «Nuestro régimen hará radicalmente imposible la lucha de clases, por cuanto todos los que cooperan a la producción constituyen en él una totalidad orgánica». Ciertamente, esteplanteamiento podía ser justo en una sociedad en la que el patrono y el obrero se conocíanperfectamente y existía una proximidad entre ambos, pero no, desde luego, en una sociedad en laque los grandes consorcios industriales hacen que el obrero, el cuadro técnico, incluso el director deuna empresa conozcan a los propietarios del accionariado. Los fundadores no supieron anticiparse algigantismo de la economía y a la aparición de una economía financiera y especulativa casicompletamente desvinculada de los procesos de producción.

Los puntos 12 y 13, son propuestas para alcanzar un régimen de justicia social, pero el 15 alude aalgo hoy insostenible -a pesar de que lo sostienen todos los partidos y movimientos políticos-. Enefecto: «Todos los españoles tienen derecho al trabajo. Las entidades públicas sostendrán 

necesariamente a quienes se hallen en paro forzoso. Mientras se llega a la nueva estructura total,mantendremos e intensificaremos todas las ventajas proporcionadas al obrero por las vigentes leyes sociales». Un orden de ideas que se amplía en el punto 16: «Todos los españoles no impedidos tienen el deber del trabajo. El Estado nacionalsindicalista no tributará la menor consideración a los que no cumplen función alguna y aspiran a vivir como convidados a costa del esfuerzo de los de- más». Todo esto apenas tiene sentido hoy cuando es innegable la aparición de un fenómeno nuevo«la muerte del trabajo». 

Puede ser un drama constatarlo, gustar o no gustar, pero es una realidad incuestionable. Eltrabajo está muriendo. Ciertamente, cada día se crean nuevos puestos de trabajo, pero siobservamos las cifras absolutas, en 20 años se ha duplicado la capacidad productiva, pero laocupación sólo ha ascendido un 5%. ¿Qué quiere decir esto? Que cada vez menos personas hacen

más trabajo. ¿Por qué? Por la automatización de los procesos. Constatar este hecho es el elementosociológico de mayor interés en nuestro tiempo. Sin olvidar el tránsito odioso de la economía pro-ductiva a la especulativa.

Llama la atención que, justo en el momento en que el trabajo está agonizando, éste se hayaconvertido en un mito universal: tanto la derecha, como el centro, como la izquierda veneran eltrabajo, considerándolo como una obligación social. Todos los partidos lanzan medidas para«estimular el trabajo», «cortar el fraude en el desempleo», «reciclar trabajadores», etc. Ningunoexplica -acaso por que en su estupidez no lo advierten- que el resultado de la era tecnotrónica es laeliminación progresiva del trabajo físico.

En los campos hace 10 años eran precisos 12 trabajadores para realizar la vendimia de 1hectárea. Hoy, ese mismo trabajo se realiza mediante una máquina provista de sensores que

detectan los racimos y otra persona que, a pie, examina si ha quedado algún racimo no detectado.En la construcción hace 20 años ladrillo a ladrillo se construía una cosa; hoy se tiende a lasestructuras prefabricadas. Incluso en los autobuses hasta no hace mucho había un conductor y uncobrador y dentro de poco solamente habrá un programa que llevará a los pasajeros al destino de lalínea guiado por balizas. El trabajo agoniza, sin embargo, el culto al trabajo pertenece a la mitologíamoderna. Es universal, pero es un mito.

Diariamente legiones de desempleados viven un drama que todavía parecen no haber entendido:están dispuestos a vender una fuerza trabajo. que nadie está interesado en comprar. Esas personasvan a engrosar las filas del desempleo y la asistencia social o aceptan realizar trabajos malremunerados, que no precisan cualificación profesional y para los cuales deben competir con otrosmiles de trabajadores. El resultado es un descenso del precio de la fuerza del trabajo y la

proliferación de trabajos-basura que se remuneran con salarios-basura que apenas permiten unamínima subsistencia.

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

33

Page 34: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 34/64

En los últimos 20 años hemos asistido a una mutación imperceptible pero continua.Paralelamente a la muerte del trabajo, está en trance de morir también la economía de producciónque se convierte progresivamente en economía de especulación.

En las Bolsas, la locura inversionista no tiene nada que ver con la economía productiva. Antes,los inversores invertían en tal o cual empresa por que creían en las posibilidades productivas de esaempresa que se reflejarían a la hora de repartir dividendos. Ahora todo esto ha cambiado: se invierte

en bolsa sólo durante unas horas, luego el dinero, al registrar una leve subida, se retira y la diferenciaentre el valor en el momento de la inversión y el registrado dos horas después, ya constituye unbeneficio notable. Luego el dinero migra a otras empresas, en otras fronteras, en otras bolsas. Noexiste ninguna relación entre la economía productiva y la especulación financiera. Estas prácticas es-peculativas no hacen sino acelerar la muerte del trabajo.

En primer lugar hay que considerar a la muerte del trabajo como algo irreversible: los procesos deautomatización irán avanzando y empequeñecerán progresivamente el mercado del trabajo. Esteproceso no es bueno, ni malo: es bueno si se reconoce en su verdadero rostro y se actúa enconsecuencia. Es malo, en la medida en que los partidos políticos mienten y se niegan a decir a lapoblación la realidad de la muerte del trabajo. Imaginemos una sociedad en la que el trabajo no seael gran valor universal. Hay otras actividades humanas, que no rinden beneficios económicos, peroque son indispensables para el equilibrio psicológico de la vida humana: el ocio, el estudio, la investi-

gación, el ejercicio de la paternidad, todas estas actividades pueden disponer de un tiempo liberadoen una sociedad en la que el trabajo haya muerto.

Por que resulta evidente que en estas circunstancias hay que reducir las jornadas laborales(trabajar menos para trabajar mejor) y aumentar las ayudas sociales del Estado. ¿Es posible unprograma basado en estos dos puntos? Es cada vez más posible. Basta con reconocer los hechos,estimular los canales educativos de la población y realizar una mej or distribución de los ingresos delEstado que debe aumentar sus ingresos castigando impositivamente a la economía especulativa.

Reconocer que le trabajo está muriendo es reconocer también que hay que desterrar de losprogramas de los partidos políticos de nuevo estilo, cualquier referencia al culto al trabajo, es precisoser realistas: el trabajo es una actividad como otra cualquiera. Ciertamente, desde el nazismo,cualquier partido político ha promovido un «culto al trabajo». Y esto ha generado una distorsión de larealidad: por que el trabajo no es la única tarea que puede realizar el ser humano. Afortunadamentela vida humana es extremadamente rica en matices. A parte del trabajo existen muchas formas deactividad: la creación artística, el ocio, la investigación, el aprendizaje, el estudio, cuya naturaleza esmuy distinta de la del trabajo y que, habitualmente, es generada por intereses no económicos.

La muerte del trabajo es una de esas formas que adquiere la norma aconsejada por Julius Evolade «cabalgar el tigre»: por que si bien la muerte del trabajo es una tragedia, lo es, sobre todo, para lasociedad burguesa surgida de la Ilustración y de la práctica político-económica del siglo XIX, peropara aquellos que queremos un mundo nuevo y original en el que la posibilidad de no morirse dehambre no se dé necesariamente a cambio de la de morirse de aburrimiento.

En 1965 Herbert Marcuse estableció que la diferencia entre nuestra época y las anteriores,

consistía en que ahora era posible la realización práctica de los ideales utópicos dado el crecimientode las fuerzas productivas. Marcuse se adelantó casi 40 años a su tiempo: para que la utopía fueraposible era preciso una mayor automatización de los procesos productivos... y una decidida voluntadde contener el crecimiento de la economía especulativa. Eso no ocurría en 1965, pero si ocurre hoy.

La utopía es posible, pero a condición de adoptar unas medidas drásticas: en primer lugar esnecesario, cortar radicalmente el flujo de inmigrantes a la UE, luego invertir la tendencia y proceder ala repatriación progresiva de los inmigrantes. La consigna en este terreno es: «Españoles primero». Así se pone coto al crecimiento de población que pretende vender fuerza de trabajo y, enconsecuencia, su valor del aumenta.

La segunda medida, es la reducción drástica de los horarios de trabajo. Hoy es posible descenderesos salarios a menos de las 3 5 horas semanales. Por lo demás, las reducciones de horarios deben

ir acompañadas por medidas sociales: subvención al trabajo en el hogar, protección a la familia, etc.Así mismo las coberturas por desempleo, lejos de disminuir como ha ocurrido hasta ahora, debenaumentar. Y todo esto que implica un fuerte aumento del gasto público, se obtiene mediante unamayor distribución de la renta y una mejor administración de los caudales públicos.

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

34

Page 35: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 35/64

Finalmente, la utopía es posible a condición de poner coto a la economía especulativa. La tasa

Tobin parece una medida oportuna, pero no la única, ni siquiera la más aplicable. Es preciso gravarimpositivamente las grandes acumulación de capital. Es imposible abolir el capital, pero si es posibleorientar al capital hacia la inversión en producción, en lugar de hacia la especulación. Las rentasprocedentes de la especulación deben restringirse al máximo. Hoy, la utopía es posible, pero lautopía ya no está en la nueva izquierda sino que pasa por quien tenga el valor de denunciar elprincipal hecho de nuestro tiempo: la muerte del trabajo.

SINDICALISMO 

Hay que recordar que la doctrina de la Falange es el «nacionalsindicalismo». Menudo drama el deuna organización en la que el «sindicalismo» es el eje doctrinal. pero que es inexistente en el mundosindical. Sobre este tema hemos oído verdaderas barbaridades. Todavía no hemos podido olvidarcomo en el Congreso Nacional Falangista en la ponencia de organización se sostenía la absurda yperipatética idea de que ¡ el partido debía de ser la «correa de transmisión del sindicato» y no a lainversa tal como era habitual!. Esta forma de hacer «obrerismo» no supuso en modo alguno unavance de las fracciones falangistas de la época en el mundo del trabajo, pero si sumió a laorganización en un caos en cuanto a «modelo de partido». Por que, incluso en 1976, ya no existía

nada que pudiera llamarse «sindicato falangista», fuera, claro está de los «Sindicatos Verticales» ini-ciales y de la «Organización Sindical» posterior, estructuras ambas del régimen franquista.

Ni las Centrales Obreras Nacional Sindicalistas (de las que existieron varias versiones a partir de1975), si la Unión Nacional de Trabajadores (ligado a la tendencia «histórica» de Fernández Cuestaentre 1977 y 1980) lograron tener relevancia alguna, como tampoco la Acción Nacional Sindicalistade Trabajadores (dirigida por Antonio Asiego Verdugo, primero hedillista, luego fuerzanuevista, mástarde expulsado y en guerrilla y finalmente en el entorno de Ruiz Mateos -quien tardará en olvidarlo-y, finalmente creador de un Partido Nacionalista

Español en pleno 2002 del que en los tres años siguientes no ha vuelto a tenerse noticia), lograránque sus «sindicatos» superen la etapa subgrupuscular. En la transición no existieron sindicatosfalangistas dignos de tal nombre. Antes, en los años 60, hubieron conatos y momentos en los que,

efectivamente, existió cierta presencia azul en los movimientos de oposición al sindicalismo fran-quista. En estas iniciativas Ceferino Maestu siempre tuvo un especial relieve.

Entre los primeros núcleos de Comisiones Obreras, se suele contar, que existieron algunosfalangistas. Maestu creó la Unión de Trabajadores Sindicalistas en 1963 como resultado de la re-flexión que realizó en el opúsculo «La Falange y los Sindicatos Obreros». Las ideas básicas eran dos:repasar las vinculaciones de la Falange histórica con el sindicalismo (haciendo especial énfasis en lasiniciativas jonsistas) y utilizar estos argumentos para reivindicar un lugar en el movimiento obrero.Maestu, por supuesto, no establecía ningún vínculo entre la Falange y el régimen de Franco.Criticaba la realidad obrera de la época con más de medio millón de parados y dos millones deemigrantes. Pero eludía lo esencial: que ya en aquel momento no existían grandes núcleos obrerosfalangistas, e incluso que, más bien, en los círculos de la Guardia de Franco, lo que existían eran

núcleos obreros favorables y colaboradores con el régimen. La que ya en la época los falangistasolvidaban era que no bastaba con querer defender los intereses de los trabajadores, había que tenerpresencia militante entre las clases trabajadoras. El drama consistía en que esa presencia eramínima y, por una extraña contradicción, contra más pequeños han sido los núcleos falangistassiempre han tenido más tendencia a acentuar sus tendencias «obreristas» y «sindicalistas».

Maestu fundó la revista «Sindicalismo» que con sucesivas «épocas» siguió existiendo hasta bienentrada la transición. El primer número apareció en el año 64 y, cuentas las crónicas que se agotócon facilidad. De esa primera época solo pudieron publicarse cinco números. Ese mismo añoMarcelino Camacho y Julián Ariza, ya militantes comunistas, frecuentaban el Círculo Manuel Mateo,en donde se encontraban con Narciso Perales, Maestu y otros disidentes falangistas. Se habíaproducido la huelga de los mineros de La Camocha y los núcleos comunistas estaban impulsandouna incipiente red que en pocos meses se transformaría en Comisiones Obreras. La esperanza delos falangistas era poder dar a este nuevo movimiento un cariz nacional-sindicalista. Pero losdesacuerdos eran muchos. Camacho y Ariza que se presentaban como «socialdemócratas», yaestaban militando en el Partido Comunista. Fue en esa época cuando Maestu se alejó del ambiente

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

35

Page 36: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 36/64

falangista. Siguió existiendo una intención de crear un movimiento falangita de oposición sindical enla iniciativa de Perales de constituir un Frente Nacional de los Trabajadores. Llama la atención que,mientras la estrategia comunista consistía en ganar peldaños en la Organización Sindical, el FNTdescartó cualquier contacto con el sindicalismo del régimen. Tal era la diferencia entre elpragmatismo y el fundamentalismo. Y tal fue, sin duda, el motivo por el que los resultados fueron dife-rentes: mientras FNT desapareció pronto, CC.OO. goza hoy de buena salud.

En 1964, FNT hacía del desmantelamiento del capitalismo la piedra angular de su estrategiasindical. Era la época del 600 y de las hipotecas y pocos estaban dispuestos a oír mensajes tanradicales. Y, por lo demás, lo que FNT pretendía tampoco estaba tan alej ado de la OrganizaciónSindical. Buscaban un «sindicato único, representativo y obligatorio». Esto se completaba con lamuletilla sobre la «nacionalización de la banca» y esa otra de «la tierra para el que la trabaja». Habíamucho de utopía y quizás mucho más de demagogia no percibido por sus difusores. En 1966, la FNTpasó a llamarse Frente Sindicalista Revolucionario y a ostentar como símbolo la espiral dextrógira.Eran los tiempos en los que el FES y el FSR mantenían estrechos vínculos. Pero, por las razonesque fueran -y hay versiones para todos los gustos- en 1967, se había producido una crisis que llevó alalejamiento de Perales y a una progresiva autonomía de FSR en relación al FES y a la progresivaerradicación de la presencia falangista en el mundo obrero. Por que el FSR en 1967-68, oficialmente,ya había abandonado cualquier referencia falangista. Los intentos de reconstruir sindicatos

falangistas en la transición se saldaron con fracasos. Siempre el verbalismo revolucionarioanticapitalista fue parejo a la infecundidad de las iniciativas: la «Auténtica» tuvo sus sindicato, lasJONS reconstituidas en 1975 tuvieron el suyo, FE-JONS de Raimundo tuvo el suyo, incluso FuerzaNueva lo tuvo. pero, en suma, todo esto fue poco, apenas nada.

Esto no hubiera sido muy grave de no ser por que dos factores. En primer lugar por que lavertiente más «social» de las distintas fracciones falangistas intentaba siempre aludir al «sin-dicalismo» sin darse cuenta de que esas ideas caían en saco roto y no estaban destinadas a serrecogidas por ningún sector social en concreto; y en segundo lugar por que el mensaje de un partidoque se decía «nacionalsindicalista» y carecía de implantación en el mundo sindical era,prácticamente, un chiste. Aún hoy, los núcleos falangistas más obtusos, recomiendan a sus afiliadosque se afilien a estructuras sindicales inexistentes más allá del papel con le problema añadido deque, al hacerlo, carecen por completo de «protección» sindical.

En fin, este terreno -extremadamente pedestre, por lo demás- no debería aparecer en estecapítulo de no ser por la componente «sindicalista» del falangismo que está incorporada a su médulaideológica. Ya hemos recordado que Ramiro dio un giro «sindicalista» a su movimiento en la medidaen que pensaba que era posible «nacionalizar a la clase obrera» y esta se encontraba,mayoritariamente encuadrada dentro del sindica- municipio y sindicato», era situar a la población anteuna confusión, porque eso mismo era lo que había hecho Franco. Si, claro, estaba la cuestión delcapitalismo y todo lo demás, pero, insistimos ¿a quién le interesaba? En el fondo toda la teoría sobrela revolución nacionalsindicalista era un buñuelo de viento, una discusión situada entre el nunca jamás y la nada por que no existía ninguna posibilidad de que Falange liderase tal proceso si es quealguna vez se producía. Las distintas fracciones falangistas no entendían que era peligroso confundirlos deseos por realidades. En sus arrebatos «sociales», todas las fracciones falangistas estaban de

acuerdo en la necesidad de una perspectiva social y en definir un nuevo modelo de Estado. Y sobreeste segundo punto, el que proponían se parecía demasiado al que proponía Franco. Si a estoañadimos que la TV terminaba por la noche con el Cara al Sol y el retrato de José Antonio, se veráque difícilmente tal intento de diferenciación entre franquismo y falange podía ser creíble. Pero, en elfondo, ¿qué se pretendía?. Ramiro Ledesma en el Manifiesto de la Conquista del Estado, un textoprefalangista, explica el concepto de Estado:

"SUPREMACÍA DEL ESTADO.—El nuevo Estado será constructivo, creador. Suplantará a los individuos y a los grupos, y la soberanía última residirá en él, y sólo en él. El único intérprete de cuanto hay de esencias universales en un pueblo es el Estado, y dentro de éste logran aquéllas plenitud. Corresponde al Estado, asimismo, la realización de todos los valores de índole política,cultural y económica que dentro de este pueblo haya. Defendemos, por tanto, un panestatismo, un 

Estado que consiga todas las eficacias. La forma del nuevo Estado ha de nacer de él y ser un producto suyo. Cuando de un modo serio y central intentamos una honda subversión de los contenidos políticos y sociales de nuestro pueblo, las cuestiones que aludan a meras formas no tienen rango suficiente para interesarnos. Al hablar de supremacía del Estado se quiere decir que el 

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

36

Page 37: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 37/64

Estado es el máximo valor político, y que el mayor crimen contra la civilidad será el de ponerse frente al nuevo Estado. Pues la civilidad -la convivencia civiles algo que el Estado, y sólo él, hace posible. ¡¡Nada, pues, sobre el Estado!!»

En este terreno se permanece pues en plena ortodoxia fascista, sin más matices. En los añossiguientes no se producirían cambios excesivos en la doctrina del Estado. Así por ejemplo el 1 de  junio de 1934 (cuando el partido aún no había cumplido un año de vida, José Antonio Primo de

Rivera y Pedro Sainz Rodríguez, un hombre de la derecha acordaron los siguientes puntos enrelación a la forma de Estado: «(…) 3°. El Estado español no estará subordinado a ninguna exigencia de clase. Las aspiraciones de clase serán amparadas condicionándolas al interés total de la nación.(...) 5°.- La condición política del individuo se justifica solamente cuando cumple una función dentro de la vida nacional. Por tanto, se proscribe el sufragio inorgánico y la necesidad de los partidos políticos como instrumentos de intervención en la vida pública. 6°. La representación popular se establecerá sobre la base de los municipios y de las corporaciones. (...) 8°. Ante la realidad histórica de que el régimen religioso y el sentido de la catolicidad son elementos sustantivos de la formación de la nacionalidad española, el Estado incorpora a sus filas el amparo a la religión católica, mediante pactos previamente concordados con la iglesia. 9°. Será fin primordial del Estado recobrar para España el sentido universal de su cultura y de su historia. 10°. La violencia es lícita al servicio de la razón y de la justicia».

Como puede verse se permanecía en las mismas coordenadas. Lo interesante de estedocumento es, el acuerdo en sí (con un conspicuo representante de la derecha) que parecía desdecirel «ni derechas ni izquierdas» y el contenido en la medida en que se definía un modelo de Estadotípicamente fascista, con la coletilla católica por añadidura.

En un texto más tardío, las posiciones seguían sin cambiar. Se hacía, como en este artículoextraído de la edición de «Arriba» correspondiente al 04.04.35, énfasis en los sindicatos y en la cues-tión social, pero en un lenguaje que indicaba poca comprensión sobre la realidad de los sindicatosobreros de la época: «Los sindicatos son cofradías profesionales, hermandades de trabajadores,pero a la vez órganos verticales en la integridad del Estado. Y al cumplir el humilde quehacer cotidiano y particular se tiene la seguridad de que se es órgano vivo e imprescindible en el cuerpo de la Patria. Se descarga así el Estado de mil menesteres que ahora innecesariamente desempeñan.

Sólo se reserva los de su misión ante el mundo, ante la Historia. Ya el Estado, síntesis de tantas actividades fecundas, cuida de su destino universal. Y como el jefe es el que tiene encomendada la tarea más alta, es él el que más sirve. Coordinador de los múltiples destinos particulares, rector del rumbo de la gran nave de la Patria, es el primer servidor; es como quien encarna la más alta magistratura de la tierra, "siervo de los siervos de Dios».

En el documento «Puntos Iniciales», publicado a poco de la fundación del Partido, y que, en elfondo constituían su justificación y su razón de ser, se percibe esa misma componente clásica delfascismo. Véase sino:

« V. SUPRESIÓN DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS. - Para que el Estado no pueda nunca ser de un partido hay que acabar con los partidos políticos. Los partidos políticos se producen como resultado de una organización política falsa: el régimen parlamentario. En el Parlamento, unos cuan- 

tos señores dicen representar a quienes los eligen. Pero la mayor parte de los electores no tienen nada común con los elegidos: ni son de las mismas familias, ni de los mismos municipios, ni del mismo gremio. Unos pedacitos de papel depositados cada dos o tres años en unas urnas son la úni- ca razón entre el pueblo y los que dicen representarle.

¿Para qué necesitan los pueblos de esos intermediarios políticos? ¿Por qué cada hombre, para intervenir en la vida de su nación, ha de afiliarse a un partido político o votar las candidaturas de un partido político? Todos nacemos en UNA FAMILIA. Todos vivimos en un MUNICIPIO. Todos trabaja- mos en un OFICIO o PROFESION. Pero nadie nace ni vive, naturalmente, en un partido político. El partido político es una cosa ARTIFICIAL que nos une a gentes de otros municipios y de otros oficios con los que no tenemos nada de común, y nos separa de nuestros convecinos y de nuestros compañeros de trabajo, que es con quienes de veras convivimos.

Un Estado verdadero, como el que quiere Falange Española, no estará asentado sobre la falsedad de los partidos políticos ni sobre el Parlamento que ellos engendran. Estará asentado sobre las auténticas realidades vitales: La familia. El Municipio. El gremio o sindicato. Así, el nuevo Estado 

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

37

Page 38: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 38/64

habrá de reconocer la integridad de la familia, como unidad social; la autonomía del Municipio, como unidad territorial, y el sindicato, el gremio, la corporación, como bases auténticas de la organización total del Estado».

Es innegable que estamos hablando de conceptos que resultan familiares a las distintasvariedades de fascismo. Pero no es eso lo que nos interesa recalcar, sino la inadecuación presentede este planteamiento.

En un mundo en el que la familia, el municipio y el sindicato ha sido sustituida por la inestabilidady el divorcio, las bajas tasas de natalidad, las megalópolis y el sindicalismo de gestión, en donde hanaparecido nuevas formas de convivencia (el concepto de «redes» que acompaña al nacimiento de lasociedad surgida de las aplicaciones de la microinformática), el mismo proceso de globalización, todoesto junto, ha hecho inviable la organización de un Estado en función de «familia, municipio y sindicato». Y es que el ritmo de vida en 1933 era muy diferente al que tendría lugar 70 años después.El «Estado Nacional Sindicalista» que luego el franquismo remedó en forma de DemocraciaOrgánica», difícilmente podría aplicarse hoy cuando la democracia liberal y el régimen de partidos seha convertido en quintaesencia de las libertades públicas. La cuestión es que una forma de Estadoen la que los partidos estén presentes (aun cuando no estén omnipresentes), en que el Estado sehaya sacudido la tutela de los grupos de presión y en donde el sistema de pesos y contrapesosimpida que existan gigantescas acumulaciones de poder, un Estado en el que cada cuatro años

convoque elecciones libres en las que todos los ciudadanos puedan expresarse, parece que otorgaun razonable nivel de representatividad. Ciertamente, en el marco presente la representatividadpuede ser mejorada e incluso introduciendo formas corporativas de participación (especialmente degrandes colectivos: universidad y enseñanza, industria y sindicatos, autonomías y municipios, etc.),pero resulta difícil pensar en el sentido que puede tener una «representación familiar» (máximecuando tenemos muy próximo el fracaso del franquismo en este terreno) y cómo podría estructurarseen la práctica, dejando aparte que la crisis de la institución familiar está presente en la sociedad y noparece remitir.

Falange está presa del modelo de Estado descrito por José Antonio. En este terreno, han existidoalgunos intentos de afinar algo más. La tendencia sindicalista de Falange dio un giro, definiendo elmodelo como «Estado Sindicalista» en el que la columna vertebral representativa serían los

sindicatos: era España concebida como «gigantesco sindicato de productores» (con airesexpresionistas de «Metrópolis»). Pero los textos clásicos pesaban como una losa sobre lossindicalistas. En la norma programática de Falange se definía al Estado como «instrumento totalitario al servicio de la integridad patria. Todos los españoles participarán en él a través de su función familiar, municipal y sindical. Nadie participará a través de los partidos políticos. Se abolirá implacablemente el sistema de los partidos políticos con todas sus consecuencias: sufragio in- orgánico, representación por bandos en lucha y Parlamento del tipo conocido». 

Lo importante es recalcar que todo este planteamiento tenía lógica en 1933, cuando la variantealemana del fascismo había convulsionado Europa llegando el poder, cuando el fascismo italiano sehabía anexionado Etiopía y cuando, en mayor o menor medida, en toda Europa las formacionesfascistas realizaban avances importantes. Hoy, todo esto carece de sentido. El sistema de partidos,

con todas sus imperfecciones ofrece un razonable modelo de representatividad que puede sercorregido sin necesidad de aventuras «totalitarias» o «sindicalistas» en las que nadie apuesta. Perolas distintas fracciones falangistas disidentes del franquismo no comprendieron que, en este terrenodel Estado, lo que José Antonio había teorizado, Franco -más o menos- lo estaba aplicando. Y enestas circunstancias la salida lógica era aprovechar la estructura franquista para «corregir» el tiro ycorregir su vinculación a la forma liberal de economía y producción. En lugar de eso, resultaba muchomás «juvenil» actuar a la contra y considerar a los falangistas que actuaban dentro del régimen como«traidores». A estos, por su parte, les resultaba mucho más fácil aprobar la gestión franquista antesque criticar algunos rasgos visiblemente antifalangistas de su política. Nadie, ni dentro ni fuera delrégimen, tomó la situación de hecho creada por Franco como algo a corregir y llevar a posicionesnacionalsindicalistas. Cuando se produjo la transición, los falangistas no entendieron que durante elfranquismo ellos no eran el único poder, pero estaban cerca del poder, lo suficientemente cerca como

para que una política planificada para corregir los aspectos problemáticos del franquismo pudiera serabordada. En la transición no advirtieron que ya no eran el poder y que debían competir con otrospartidos. Habían bajado un peldaño. La situación era mucho más difícil que mientras existieron

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

38

Page 39: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 39/64

funcionarios falangistas en el régimen de Franco. La prueba es que Falange pudo mantenerse 40años activa bajo el franquismo, pero apenas logró mantener actividad real a partir de la transición.

El no estar en condiciones de diseñar un modelo de Estado diferenciado del franquismo y deltotalitarismo fascista de los años 30, selló la incapacidad de las distintas tendencias falangistas paraofrecer propuestas en positivo. Quienes intentaron teorizar un nuevo modelo de Estado se perdieronen utopías ingenuas y descabelladas (especialmente la izquierda falangista que hizo de la candidez y

el irrealismo una constante).

LAS GRANDES LAGUNAS IDEOLÓGICAS 

Desde hace tiempo sostenemos que la ideología nacionalsindicalista es una ideología incompletaque une al deterioro causado por el tiempo, algunos huecos que los fundadores no tuvieron tiempode rellenar y que sus herederos tampoco estuvieron en condiciones de completar. El resultado hasido una ideología cuyos partidarios han tenido que recurrir sistemáticamente a otras fuentes paralograr ampliar su radio de acción. Depende de las afinidades particulares de los herederos que estoscomplementos se tomaran en una dirección u otra. Así por ejemplo, los falangistas impregnados deun cierto catolicismo progresista y de un humanismo acusado tendieron durante los años 60 yprincipios de los 70 a impregnarse con las lecturas de Emmanuel Mounier y adoptar posturas

personalistas. Esos mismos falangistas, progresivamente más virados a la izquierda, incorporaron asus concepciones económicas determinados conceptos que Mounier sostenía; especialmente el de«autogestión» que, por lo demás, había alcanzado cierta fama y notoriedad a partir de la contestaciónestudiantil y la aparición de la nueva izquierda. De hecho, entre 1968 y 1977, la «izquierdafalangista» devoró literalmente los textos que aludían a la autogestión y los libros de editorial ZYX,ubicados entre el progresismo católico de izquierda y el anarquismo. El confusionismo ideológico nohizo sino aumentar.

Otros grupos experimentaron las carencias de la ideología falangista de distintas maneras.Cuando se advertía un hueco ideológico se realizaba un razonamiento extremadamente simple: JoséAntonio era católico; Falange es un partido de inspiración católica; luego hay que buscar respuestasen la doctrina de la Iglesia. También los hubo que identificaban casi por completo Falange con el

Franquismo y terminaban incorporando a la ideología falangista los vaivenes ideológicos que se ibangenerando en la Secretaría General del Movimiento. Y finalmente, una inmensa mayoría de militantesfalangistas no experimentaban las carencias ideológicas limitándose a leer y recomendar las «ObrasCompletas» de José Antonio a modo de «libro sagrado» en cuyo interior se encontraban todas lasrespuestas y que anualmente era reeditado por la Sección Femenina. Así mismo existían distintascompilaciones de textos que ordenaban los contenidos del «libro» en función de distintos objetivos ademostrar. En este terreno, Agustín del Río Cisneros publicó no menos de media docena de libros deestas características publicados regularmente por la Editora Nacional. Pero todo esto era poco paraevitar el desfase creciente entre una historia que iba acelerándose progresivamente y dej aba atrás laactualidad y vigencia del «libro» y las posiciones falangistas en él reflejadas. Cuando estalló la con-testación estudiantil y se forjó la ideología contestataria esta brecha se evidenció. No se trataba ya deque Falange no estuviera en condiciones de elaborar una línea estratégica que contemplara a la vez

«rigor» (lo que preocupaba mucho a algunos grupos garantes y buscadores impenitentes de laortodoxia), sino también la «eficacia» (algo que nunca ha parecido importar excesivamente enninguna de las corrientes falangista que siempre la han subordinado al «rigor doctrinal»). Si habíaque elegir entre rigor y eficacia, la mayoría de falangistas disidentes del franquismo se decantabanpor el rigor en detrimento de la eficacia, mientras que los falangistas adictos a Franco, defendían susposiciones en función del pragmatismo a pesar de que su rigor ideológico fuera cuestionable.

Pero entre 1967-69 todo cambió. Aparecieron, en la universidad especialmente y en la sociedad,problemas nuevos ante los cuales los falangistas no tenían respuestas. Eran los años de la liberaciónsexual, la contestación estudiantil, la minifalda y el pop. Frente a los sofisticados planteamientos de lacontestación, Falange apenas pudo oponer un voluntarismo bienintencionado y la doctrina católica.Eso, o bien, sumarse a las novedades y «superar al marxismo por la izquierda», ansia que

caracterizó a la izquierda falangista desde su nacimiento a su extinción.A todo esto, Fernández de la Mora decretó la muerte de las ideologías en esos mismos años. El

nacionalsindicalismo que no había terminado de explicar si era una ideología (o doctrina) y en

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

39

Page 40: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 40/64

ocasiones aludía a sí mismo como «una forma de ser» pero que no terminaba por renunciar aadoptar la forma de ideología, experimentó en su propia piel la inadecuación creciente de su marcodoctrinal a la realidad social... como el marxismo, como el anarquismo, como cualquier forma deconservadurismo. Por lo demás en Falange se daba un problema añadido: nunca se terminaba dedistinguir entre ideología y programa. La cacareada «nacionalización de la banca» es apenas unasolución programática al problema de la justicia social, sin embargo, para los falangistas disidentesera algo fundamental a tenor del énfasis que colocaban en la traición de los colaboracionistas con el

Movimiento franquista que no la habían realizado. En el fondo de la cuestión, lo que estaba presenteera el olvido de lo que una ideología es y debe aportar.

Una ideología es la suma de distintos factores: una cosmogonía, una interpretación de la historia,una interpretación del ser humano, una interpretación de las relaciones sociales y de la sociedad, unainterpretación de la realidad, una teoría del Estado. Todo esto, es posible que estuviera disperso, enparte y de manera muy sucinta, en el «Libro», pero resulta extremadamente forzado -tal como se hizoen el libro «Falange y Filosofía»- inferir a partir de frases aisladas de José Antonio, toda una filiacióndoctrinal. Por ejemplo, ciertamente, José Antonio explicaba que «el nacimiento del socialismo fue  justo»... pero de esta frase no puede deducirse necesariamente que detrás existiera una «concepciónde la historia» digna de tal nombre.

Ledesma es, desde luego, el gran teórico del nacionalsindicalismo, pero su radicalismo

ideológico, su intransigencia, su adhesión a lo que en Italia fue el fascismo de izquierdas quecaracterizó el inicio y el fin del ciclo mussoliniano o la izquierda nacionalsocialista alemana o lasformas más completas de la versión francesa encarnadas por Doriot y el Partido Popular Francés,unido al agnosticismo que jamás ocultó, hacían de Ledesma un autor problemático. De hecho, inclusoen los círculos falangistas disidentes, el FES en concreto, se albergaban ciertas reservas en relacióna Ledesma. En Ledesma, por lo demás, las componentes fascistas son demasiado evidentes comopara que pudieran negarse. Pero si hubo un ideólogo en el nacionalsindicalismo digno de tal nombreese era Ledesma y si existen libros teóricos sobre el fascismo español, ese es el «Discurso a lasJuventudes de España» y las «Disgresiones sobre el Destino de las juventudes».

Quizás en el terreno en el que todo estaba más claro es en el de la concepción del mundo comolucha, conquista, destino. La idea de la persona como portadora de valores eternos (a pesar de que

se eludía recordar que esos valores o se actualizaban o bien permaneciendo en estado de latenciaapenas eran suponían nada). Una concepción ascética de la vida que podía inspirar a una clasepolítica dirigente organizada en forma de orden. Y esto tiene vigor, actualidad y lo tendrá siempre.

Lo importante es recordar la distinción platónica entre el mundo de las ideas y el mundo de locontingente. Falange no estuvo en condiciones de distinguir entre uno y otro. La libertad, por ej em-plo, es la capacidad de dominio del ser humano sobre todo lo que es capaz de someterlo. Desde elmiedo hasta el heroísmo, todo puede ser controlado o controlar al ser humano. Un náufrago en unaisla desierta, a pesar de no estar sometido a ninguna ley ni estructura coercitiva, puede no serconsiderado libre si es sometido a sus pulsiones interiores, sus vicios, su mente, etc. Este es elconcepto ideal de libertad; en el momento en que se hace preciso descender del terreno de lo ideal alde lo real y contingente el concepto de libertad se proyecta como la luz en un prisma, dividiéndose en

matices. Así pues, en el mundo de lo contingente no existe «la libertad», sino «las libertades».Algunas, como la libertad de pensamiento son positivas y otras como el matar al vecino, sonnegativas. Toda sociedad para poder cumplir sus funciones requiere una limitación a las libertades.En Falange jamás se realizó un análisis que distinguiera entre doctrina y aplicación práctica. Todo seencontraba excesivamente esquematizado, próximo, inextricablemente confuso. Era difícil distinguirentre teoría y práctica, entre ideología y programa, entre mundo de las ideas y mundo de locontingente. .

Las lagunas ideológicas han forzado a lo largo de la historia de Falange una búsqueda obsesivade la «ortodoxia» en detrimento de la eficacia en unos grupos, mientras que otros han centrado susobsesiones en la «justicia social» y el «sindicalismo», en su intento de diferenciarse de la derechafranquista y los ha habido que han hecho del franquismo una forma de pragmatismo falangista.ninguna de estas corrientes ha demostrado la más mínima eficacia política. Eficacia, rigor ypragmatismo deben caminar juntos, o de lo contrario, aislados, son solo obsesiones.

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

40

Page 41: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 41/64

Por que la doctrina es uno de los elementos a tener en cuenta en la lucha política que conduce

por los caminos del éxito, pero no el único. Existen unas necesidades mínimas que deben estarpresentes en la lucha política si lo que se pretende es alcanzar unos mínimos de eficacia.

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

41

Page 42: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 42/64

III. LAS NECESIDADES MINIMAS PARA UNA LUCHA POLITICA

La técnica política es universal. Vale para todos. Socialdemó- cratas o liberales, conservadores oprogresistas, si pretenden adquirir peso e influencia política, estarán obligados a seguir algunasreglas del juego. Vayamos a analizarlas para ver hasta qué punto han estado ausentes de la Falangefundacional y de sus sucesivos avatares e incluso en nuestros días, los últimos falangistas hanperdido incluso la noción de su existencia.

La técnica política se basa en cuatro principios básicos:

- La existencia de una organización política

- La adquisición de fuerza social

- El método de masas y

- La división del "tiempo político" en fases.

Vamos a explicar cada uno de estos elementos:

ORGANIZACION POLITICA

La organización política es el instrumento que utiliza determinada comunidad política para llevarsus ideales a la práctica. No todo agregado de activistas o afiliados a una asociación constituye unaorganización política. Es preciso que estén presentes una serie de factores sin los cuales unagregado humano no puede ser considerado como tal. Estos factores son:

A. Ideología 

Es el conjunto de principios doctrinales y programáticos que definen una opción política, leimprimen un carácter propio y lo diferencian de los demás.

La ideología es útil solamente cuando responde a los problemas planteados por la sociedad en laque es enunciada y cuando es comprendida y compartida por la comunidad militante que se nucleaen torno a ella.

En el período fundacional de Falange existía la tendencia a estructurar «ideologías cerradas» quedaban respuesta esquemática y orgánica a todos los problemas sociales. Marxismo, anarquismo,fascismo, respondían a estos criterios: tenían una concepción del mundo, una concepción de lahistoria, una concepción del ser humano, una concepción de la realidad, una concepción del Estado,una concepción de las relaciones sociales y la economía e incluso una concepción de las relacionessexuales. Esto se completaba, así mismo, con una teoría de la conquista del Estado.

Ramiro Ledesma, impenitente lector de la filosofía centroeuropea fue el primero en advertir que siel nacionalsindicalismo quería competir en el terreno político con las ideologías en boga en aquelmomento precisaba dotarse de un corpus doctrinal capaz de ofrecer respuestas a los militantes. Dehecho, Ramiro Ledesma fue el gran ideólogo del nacionalsindicalismo cuya obra fue olvidada prontopor los falangistas. Pero Ledesma jamás estuvo en condiciones de completar todos los aspectos dela doctrina nacionalsindicalista. Su increíble capacidad para unir teoría y práctica, algo que hizo a lolargo de toda su vida, le resto tiempo y energías para completar el cuadro ideológico delnacionalsindicalismo. Y aunque lo hubiera hecho, probablemente sus trabajos apenas hubieran pe-sado en Falange Española, dado que su vinculación al partido duró muy pocos meses y prontoabandonó de la organización. Por lo demás, Ramiro encarnó ese fascismo temprano, extremista,radical, nietzscheano y socialmente muy virado hacia la izquierda que estuvo presente también en losprimeros tiempos del fascismo italiano y en el nazismo alemán en figuras de la talla de Goebels o losStrasser. Esa tendencia del fascismo mundial - que tuvo su postrero revival con la República SocialItaliana- pronto fue abandonado allí en donde el fascismo prendió y realizó las componendasinevitables con el viejo orden. En España, la deriva que se advertía en los últimos escritos de Ramiropocas semanas antes de estallar la guerra civil, generan dudas sobre hacia dónde habrían

evolucionado sus posiciones.Y esa es la cuestión por que en José Antonio las dudas no eran menores. Resulta difícil

establecer cuáles eran sus concepciones del mundo a partir de dos o tres frases dispersas en las

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

42

Page 43: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 43/64

Obras Completas. Suele hablarse -y probablemente con razón- de una evolución del pensamiento  joseantoniano. El problema radica en preguntarse dónde habría terminado esa evolución con eldiscurrir del tiempo e incluso a breve plazo. Por que de la misma forma que es aceptable pensar encierta evolución de sus posiciones desde el discurso del Teatro de la Comedia, es aventurado pensarque el José Antonio de los últimos discursos en la campaña electoral de 1936 y en sus escritos deprisión o ante el tribunal popular de Alicante, suponían una evolución final de su pensamiento político.

Al estallar la guerra, Falange Española no había completado su acervo ideológico. Está claro quese trataba de una forma de fascismo adaptado a la nación sobre la que tenía que desarrollar suactividad y que todos los elementos propios de la doctrina fascista estaban implícitos en FalangeEspañola. En cierto sentido no era «fascismo» por que el fascismo era la forma italiana de estacorriente, pero desde luego no era antifascismo por que recogía los elementos universales de esacorriente: anticomunismo, primacía del Estado, patriotismo social, antiliberalismo, forma orgánica ocorporativa de estructuración de la sociedad, etc. Ciertamente no estaba presente -salvo enOnésimo- la componente antisemita (como tampoco lo estaba presente en el fascismo italiano), niracista, pero también es cierto que otras formas de fascismo (el peronismo argentino, por ejemplo),tampoco las consideraban. Cada forma de fascismo tuvo sus particularidades nacionales que lohacían relativamente diferente a otros fascismos, pero también relativamente similar a los mismos.

En los dos documentos ideológicos indiscutibles -la Norma Programática de Falange y los 27

Puntos- la influencia de las corrientes fascistas es notable e incuestionable. Pero es rigurosamentecierto que determinadas frases de José Antonio dispersas en las cien últimas páginas de sus ObrasCompletas, preludian cierta mutación. También es cierto que es imposible saber hasta qué punto setrataban de «variaciones ideológicas» o bien de estrategias electoralistas.

Sea como fuere, esta discusión nos llevaría a caminos insospechados y demasiado aventurados;la cuestión que nos interesa resaltar aquí es que, cuando se desencadenó la guerra civil, Falange nohabía completado su ideología, ni la había cerrado. Existían huecos y muchos; dudas por todaspartes; se ignoraba cómo sustituir el capitalismo por una forma económica no-capitalista, sindicalista,pero incluso en este terreno habría que haber precisado mucho más las líneas generales del «EstadoSindical», especialmente cuando la articulación de la sociedad en función de la familia, el municipio yel sindicato, más que «sindical» lo que auguraba era un «Estado Orgánico» que, por lo demás el

franquismo intentó poner en práctica sin excesivo éxito. De ahí que las polémicas entre partidarios deuna y otra opción no puedan basarse en la «ortodoxia» en la medida en que ésta era inexistente.

Pero dejemos sentado, en cualquier caso -ya hemos hablado de la doctrina nacionalsindicalista-que no hay lucha política posible sin doctrina política. Y ésta tenía serias deficiencias y huecos deteorización en el momento de estallar la guerra. Esto es comprensible por que el movimientofalangista era joven, apenas había cumplido tres años de existencia. Lo que ya no resultó tancomprensible es que, una vez llegada la paz, la teorización no siguiera y los textos que fueronredactados desde 1939 hasta 1975 -no digamos con posterioridad- adolecen casi todos de unaingenuidad exasperante y se trata de reiteraciones que en ningún caso van más allá del límiteestablecido por las «Obras Completas».

B. La clase política dirigente 

Es el núcleo dirigente del proceso político, un colectivo de cuadros políticos perfectamenteidentificados con la doctrina, que viven para y por ella, para su difusión y su transformación enprincipios rectores de la sociedad. Falange tuvo desde el principio una clase política dirigente. Noeran grandes teóricos, pero si buenos militantes y jefes de militantes. En pocos años crecieron.Ciertamente la situación internacional se prestaba al desarrollo de movimientos de este tipo, perotambién es cierto que las dificultades que tuvieron que sobremontar, en especial la agresividad de laextrema-izquierda, marxista y anarquista, supuso un handicap para ellos y un yunque en el que elacero de su carácter indómito salió reforzado.

Pero esta clase política dirigente, si bien bastaba para hacer progresar al partido falangista antesde la guerra, no estaba en condiciones de asumir, digerir e incorporar el extraordinario crecimientoque experimentó la organización en los primeros meses de la guerra. A esto hubo que añadir el viejoadagio de la mitología clásica: «Morirán los mejores» y de la mitología nórdica: «Los amados de los dioses mueren jóvenes». A los pocos meses de estallado el conflicto, Falange ya había pagado unelevado tributo de sangre. A esto hubo que añadir los fusilamientos, las checas y todas las

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

43

Page 44: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 44/64

monstruosidades de las que solo el stalinismo fue capaz en la historia universal de la infamia. Tras lapaz, vino la campaña de Rusia y en la División Azul buena parte de los fogosos activistas del SEU,decenas de alféreces provisionales que habían ingresado en las milicias nacionales y allí recibieronadoctrinamiento político, fueron a morir a las estepas rusas. En esas condiciones, la clase políticafalangista de la preguerra resultó diezmada primero y ahogada después por aquellos que sin habervivido la falange de la preguerra, se incorporaron a los ideales falangistas a partir del movimientofranquista. Más que falangistas eran falanjo-franquistas.

A lo largo de los 38 años de franquismo, los distintos núcleos falangistas no estuvieron encondiciones ni supieron articular una nueva clase política. Si bien es cierto que se formaron muchaspromociones en el Frente de Juventudes y que la vida bajo las lonas «imprimió carácter» no esmenos cierto que se trataba de educación en el esfuerzo y en el sacrificio, en el patriotismo y en lavida sana, mucho más que en unos ideales políticos concretos. En cuanto al FES, por suscaracterísticas mismas se trató siempre de un grupo estudiantil y juvenil que jamás tuvo excesivasperspectivas ni una importancia real extramuros de la universidad. Intramuros de los recintosestudiantiles pronto quedó rebasada por la marej ada izquierdista que a partir de 1965 ya tenía elcontrol total del movimiento estudiantil y despreciaba a cualquier forma de falangismo.

Nunca después de la guerra hubo una clase política dirigente de carácter falangista. Y entre losfalangistas que colaboraron con el régimen su destino político jamás fue independiente de la

dinámica franquista incluso hasta bien entrada la transición. A principios de 1977, cuando AdolfoSuárez estaba labrando lo que luego sería la UCD, reunió a los lugartenientes provinciales de laGuardia de Franco de toda España y les propuso que se adhirieran al nuevo partido, lo cual hicieronsin pestañear; solamente el lugarteniente de Lérida se negó. Ni siquiera en el momento final, cuandoel Movimiento-Comunión fue disuelto se produjeron conatos de resistencia. Los falangistas delrégimen aceptaron ir al matadero mansamente y sin ninguna muestra de rebelión por su parte.

Era el resultado de cuarenta años de esperar las instrucciones del mando y de carecer deiniciativa política. Pero, ni superada la transición, ni zambullidos en la normalidad democrática, lasdiferentes fracciones falangistas pusieron mucho interés en formar cuadros políticos. Si bien es ciertoque el Congreso Ideológico realizado a mediados de los años 80, insistió en la necesidad de adecuary actualizar la ideología y de unir a todos los falangistas en un tronco ideológico común, sus resul-

tados fueron más que modestos y las conclusiones no eran lo suficientemente sólidas como para quea partir de ellas fuera posible forjar una clase política dirigente con un grado de preparaciónadecuado, capaz de conquistar a las masas.

Más adelante, la entrada en la fase grupuscular situó a los distintos movimientos ante unaencrucijada real: o bien afrontar una travesía del desierto con muy pocos militantes y abordar en lainsignificancia política la creación de esa clase dirigente, o bien intentar crecer realizando unactivismo continuo. Se eligió la segunda opción, quizás por que se ignoraba la necesidad de laprimera o por que a la vista de lo escueto e inadecuado del marco ideológico, resultaba imposiblecrear cuadros capaces de interpretar la realidad del siglo XXI a la luz de una ideología que no habíasufrido ni la más mínima reactualización

C. Objetivos políticos.

El tercer elemento necesario para que un partido político sea considerado como tal son losobjetivos políticos. Una ideología, defendida por una clase política dirigente, precisa marcarse unosobjetivos políticos para saber hacía dónde orientar su actividad. Todo esto parece demasiadoelemental como para qué tengamos que recordarlo y, sin embargo, es muy frecuente que determina-dos movimientos políticos eludan el plantearse cuáles son sus objetivos en cada momento.

En evidente que el objetivo político final de cualquier partido político (o presunto tal) es laconquista del poder. Para alcanzar éste objetivo es preciso cubrir unas etapas intermedias lo queimplica, necesariamente, la parcelación del recorrido hasta el objetivo final en distinto tramos uobjetivos intermedios. Pues bien, la dificultad para la mayoría de agregados políticos -y Falange entreellos incluso desde el período fundacional- radica en establecer esta gradación de obj etivos.

Ni en los documentos fundaciones de las JONS, ni de Falange Española, queda claro cuales sonlos objetivos políticos a alcanzar en ese momento. Da la sensación de que José Antonio perseguía lafundación de una forma de «fascismo español» desde, como mínimo, un año antes del discurso delTeatro de la Comedia. Era un objetivo, desde luego; pero todo induce a pensar que eran causas

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

44

Page 45: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 45/64

subjetivas las que impedían que ese movimiento fuera creado: no terminaba de haber acuerdos entrelas partes, Ramiro Ledesma realizaba una actividad unilateral por su cuenta y quizás tenía en esemomento más claro que las JONS se encontraban en una etapa de «construcción del partido» y que,por tanto, se trataba de crear cuadros, elaborar los documentos ideológicos y realizar ensayos deactivismo político. Pero, da la sensación de que, al menos en el período pre-fundacional, para JoséAntonio el objetivo consistía en lanzar un partido, olvidando que la salida a la superficie de unaformación política de esas características precisaba de una fermentación previa de tipo doctrinal y

humano. Y no tanto para poner de acuerdo a distintas fracciones y personalidades, sino para forjaruna clase política dirigente capaz de saber hacia qué dirección deberían operar al día siguiente deldiscurso de la Comedia. No, las cosas no estaban claras, a nivel de objetivos, ni siquiera en elperíodo fundacional.

Posteriormente existen serias dudas sobre si la intención de José Antonio era la víainsurreccional, las elecciones o simplemente mantener el activismo callejero y los niveles de respues-ta a la violencia de la extrema-izquierda. Estas distintas estrategias se confunden y superponen enmuy poco período de tiempo y permiten dudar sobre, si a nivel de objetivos, José Antonio se diocuenta de la necesidad de crearse objetivos políticos intermedios a conquistar.

Quizás fue durante el período bélico cuando los falangistas tuvieron más claro que nunca que elúnico objetivo que podía perseguirse no era otro que la victoria. Y a ella aprestaron la casi totalidad

de sus esfuerzos con la contrapartida negativa de que el partido perdió su autonomía. Pero lasconsecuencias de esa ausencia de objetivos políticos intermedios se pagó luego: nadie sabíaexactamente como alcanzar el objetivo político final, la «revolución nacional», nadie tenía muy claroen qué consistían las etapas intermedias. pero no para todos. Seguramente existían falangistas queconsideraban que no existían objetivos políticos intermedios, tan solo un objetivo final al cual sepodía saltar sin etapas. Era absurdo, ingenuo e irreal, máxime a tenor de las dimensiones de Falangeen la preguerra y al crecimiento brusco que se produjo con posterioridad y que, como hemos visto,desfiguró el perfil originario del partido.

Tampoco da la sensación de que en los movimientos disidentes de los años 50-70, existiera lalucidez necesaria para enunciar un listado de objetivos políticos que conquistar inexorablemente.Como máximo, lo que encontramos son aproximaciones subjetivas: primera se constituye una

disidencia obrera, luego esta disidencia constituye el FES, luego el FES intenta ampliar su radio deacción creando círculos culturales integrando a aquellos que no quieren o pueden dedicarse alactivismo. bien, sí, todo esto son «objetivos», pero no son «objetivos políticos», son objetivosestructurales que no van acompañados de una intencionalidad política.

En el fondo, la política no es otra cosa que la vía para conseguir niveles de poder y lo que losfalangistas se estaban planteando era apenas cómo conseguir niveles organizativos para ampliar suradio de acción. Pero, en ningún momento, nadie -que nosotros sepamos y si hubo alguien sumensaje fue completamente eludido por las distintas fracciones que se encontraban intramuros oextramuros del régimen- explicó de qué manera se podía pasar de una situación de hecho, elfranquismo, a una situación en la que los falangistas pudieran actuar dentro y fuera del régimen paraforj ar una alternativa política nacionalsindicalista que, por lo demás, jamás existió.

Existieron, eso sí, documentos políticos, muchos panfletos, algunos manifiestos, un cierto númerode revistas y revistillas muy críticas con el régimen (o bien que lo apoyaban sin excesivas reservasque de todo hubo). pero incapaces de enunciar un plan de trabajo. Lo esencial en un plan es elmarcado de los objetivos a alcanzar. Los documentos emitidos en aquellos años por las fraccionesfalangistas eran respuestas emotivas a situaciones políticas concretas: cuando se vota la Ley Orgáni-ca del Estado, los falangistas recuerdan su antimonarquismo. pero no establecen de qué maneraproponían transitar del régimen de facto que era el franquismo a una «República Sindical» para unoso a una «República Nacional Sindicalista» otros, o a un «Estado Sindical» como proponían unosterceros. Personalmente asistí a interminables reuniones en las que se el cerebro de turno nosexplicaba interminablemente como serían las estructuras económicas del «Estado Sindical», hasta elmás mínimo detalle nadie nos explicó nunca de qué manera construir ese Estado, qué objetivospolíticos se nos proponía para mañana ni para una etapa siguiente. Jamás. Recuerdo que en unaocasión nos encontramos a Stanley Payne, hispanista y primer historiador extranjero de Falange, alas puertas de la Facultad de Económicas de Barcelona. Lo invitamos a una reunión en el HogarExtremadura en donde un economista falangista debía de darnos una lección magistral sobre las

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

45

Page 46: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 46/64

características del nuevo Estado. La dio; al terminar se preguntó a Payne qué opinaba y lo explicócon breves palabras: «Me parece que ustedes tienen poco que hacer» se limitó a decir. En tanto quenorteamericano, Payne era un pragmático.

Por que no se trataba solo de crear una imagen ideal del obj etivo político final, sino de saber dequé puñetera manera se iba a poder llegar a él. Y aquí ni los falangistas históricos, ni los falangistasdisidentes del movimiento, ni los falangistas franquistas, ni los falangistas de izquierda, ni los

falangistas raimundistas, ni los falangistas dieguistas, ni los falangistas posteriores se plantearon jamás un régimen gradual de objetivos. Y así ha ido.

D. Estrategia 

La estrategia es el plan general de trabajo que lleva a una organización política, guiada por unaclase política dirigente a la conquista de los objetivos políticos. Ya hemos visto que no estaba claro sila Falange histórica había optado por la vía insurreccional, la resistencia clandestina o la vía electoral.Solamente en los primeros meses de 1936 se evidenciaron las tres vías: presentación a laselecciones en listas de un Frente Nacional (con partidos de la derecha), luego intentos de constituirun «Frente Nacional Revolucionario» de cara a las elecciones de febrero de 1934; posteriorprohibición del partido y resistencia clandestina incluso con cierto éxito y capacidad para atraer a lasJAP; y finalmente, participación en la conspiración cívico- militar.

Estos tres niveles estratégicos demuestran que Falange Española no estuvo en condiciones deprever los escenarios que se crearían. Por que si de lo que se trataba era de ganar las elecciones, unpar de años antes se habría debido admitir la entrada de Calvo Sotelo en el partido y si esto no sehizo ¿por qué antes de las elecciones de 1934 existieron contactos entre Falange y la CEDA de caraa una cooperación electoral de la que todos los analistas explican que fracasó por las exigenciasmaximalistas de Falange? Y, por lo demás ¿es que no era evidente que entrar en una espiral deviolencia con los partidos de extrema-izquierda iba a hacer planear el fantasma de la disolucióngubernamental? Y si de lo que se trataba era de conspirar, como quedó claro en el Consejo Nacionalde Falange celebrado en Guadarrama ¿por qué perder el tiempo con monsergas electorales en lugarde preparar un aparato clandestino? Todas estas preguntas son de difícil respuesta. Es más, no latienen, pero dejan entrever que Falange no fue dueña de su propia estrategia sino que esta le vinoexpuesta por unas condiciones exteriores que no supo prever ni mucho menos controlar. En otraspalabras: faltaba capacidad de análisis político y sobraba entusiasmo juvenil. En buena medida elmaterial con que están hechos los sueños es precisamente entusiasmo juvenil.

En la etapa siguiente, cuando la guerra civil se había desencadenado, Falange asumió unagigantesca tarea de movilización nacional: en los frentes y en la retaguardia. En los frentesarticulando milicias que destacaron por su combatividad y efectividad en los combates. En laretaguardia organizando la ayuda humanitaria, la asistencia social y el encuadramiento de las masas.Desgraciadamente el crecimiento exorbitante de Falange en las primeras semanas del conflicto hizo -como ya hemos dicho- que sus filas se desdibujaran por la afluencia masiva de activistas de laextrema-derecha que practicaban, ante todo y sobre todo, un anti-izquierdismo visceral y unnacionalismo primario. Es a estos elementos, sin ningún tipo de identificación con el ideal falangistalos que -como en toda guerra civil- aprovecharon para realizar sus ajustes de cuentas personales en

la retaguardia. Hubo excesos cuya responsabilidad cayó a espaldas de la Falange. Y si bien en elbando vencedor, el partido reconvertido en «Movimiento Nacional» gozó de la admiración y el apoyode las masas «nacionales», en la zona republicana el nombre de Falange quedó para siempreconfundido con luctuosos sucesos de los que la muerte de García Lorca no fue sino la punta deliceberg. Si a esto unimos los episodios de violencia anteriores a la guerra y las tareas auxiliares delos cuerpos de seguridad del Estado que realizaron las organizaciones del Movimiento Nacional hastaprácticamente los últimos tiempos del franquismo, se entenderá por qué una parte sustancial de lapoblación -la otra media España- siguió y sigue considerando a quien lleve una camisa azul con elyugo y las flechas como a alguien «peligroso».

La mayor parte de Falange tuvo momentáneamente claro cual era el objetivo perseguible en1936: acabar la guerra. Pero la mayoría olvidó que en el nuevo Estado iban a tener que convivir con

otras fuerzas políticas con las que sólo tenían en común un evidente anticomunismo, un rechazo a larepública y poco más. Por que los carlistas no veían con buenos ojos a las potencias del Eje; lasfuerzas de la derecha recelaban de los ímpetus sociales de Falange y, finalmente, los militares nopodían permitir la más mínima autonomía a grupos paramilitares que no controlaran directamente. A

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

46

Page 47: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 47/64

decir verdad, Franco apenas encontró resistencias cuando impuso el decreto de unificación. Laresistencia de Hedilla y de algunos miembros del Consejo Nacional del partido fue débil ymomentánea. Franco supo que debía hacer valer su autoridad en ese momento o, de lo contrario, jamás lograría imponerse completamente a Falange. Y lo hizo. Hedilla lo pagó en sus carnes con uncondena a muerte, finalmente conmutada por una dura estancia en prisión. En una web titulada«Movimiento Falangista» se encuentra un resumen escueto de aquella circunstancia: «En un ambiente de progresiva pérdida de identidad se celebra el 21 de noviembre de 1936 el III Consejo 

Nacional en Salamanca, sin que se llegue a acuerdos importantes para la pervivencia de Falange una vez asesinado el Jefe Nacional. El IV Consejo Nacional, celebrado el 17 y 18 de abril de 1937 en Salamanca será conocido como el de los Sucesos de Salamanca. En este Consejo se designa II Jefe Nacional a Manuel Hedilla y pocas horas después se finiquitará, por parte del Dictador, la historia de Falange». Se podrán negar los adjetivos, pero el proceso queda perfectamente definido.

El drama fue que siguieron existiendo falangistas intramuros del régimen y extramuros y nosiempre fue posible establecer nítidamente las fronteras. De ahí que los distintos grupos que hoyactúan con el nombre de Falange Española no hayan podido jamás demostrar su «extrañeidad» alrégimen franquista y que la percepción de la población los vincule directamente al franquismo, parabien (para su exaltación) o para mal. Y ni todos los esfuerzos de FE-JONS(A) durante la transición, nilos esfuerzos de los falangistas disidentes del Movimiento Nacional en la postguerra bastaron para

establecer una visión más acorde con la realidad, entre otras cosas, por que en su maximalismo los«falangistas de izquierda» negaban algo que era evidente: que existían falangistas en las estructurasfranquistas, de trayectoria honesta y que era imposible negar su credo político.

Resulta evidente que los falangistas debían haberse planteado una estrategia de reagrupamientoy de acción política en el interior del franquismo de cara a pesar lo máximo posible en el

Estado que se estaba constituyendo en ese momento. Hubo intentos, tanto dentro como fuera de lasestructuras franquistas, pero tales intentos se fueron extinguiendo con el tiempo y, por lo demás,siempre se subordinaron a la jefatura de Franco o bien contra Franco.

Da la impresión de que entre los años 40 y 50, los falangistas, en general, empezaban a acumularproblemas: tras la derrota del fascismo, su estética empezaba a estar fuera de lugar. Era necesario,rectificar algunos principios y aprovechar la paz y la desaparición de los fascismos europeos, paracompletar el bagaje teórico. Pero en ese momento existía otra sombra: la del franquismo. Intentarteorizar algún aspecto de la doctrina nacionalsindicalista que no hubiera sido expuesta por José An-tonio y que no coincidiera con los principios rectores del franquismo, parecía una tareaexcesivamente arriesgada. Por lo demás, no nos engañemos, ni los falangistas del Movimiento, ni losdisidentes, abordaron estas cuestiones. No dudamos que existieron algunos documentos teóricosque tendían a ello -especialmente en el núcleo fundacional del FES e incluso en el FSR- pero lo ciertoes que apenas tuvieron influencia, no sólo en la sociedad, sino en el grueso del falangismo que esta-ba, mayoritariamente incluido -no lo olvidemos- en las estructuras franquistas. En esos documentosno quedaba clara la estrategia que debían seguir los falangistas para reconstituir un movimiento concapacidad para influenciar sobre las masas.

El por qué todo esto no quedaba claro resulta evidente: no existía un objetivo político previamente

enunciado y, por tanto, no podía haber una reflexión estratégica. Por lo demás, dado que la Falangehistórica no había enunciado una estrategia clara, sus distintos herederos tampoco consideraron lanecesidad de actuar sistemáticamente redefiniendo la doctrina, marcando obj etivos concretossurgidos del análisis político y, a partir de ahí, estableciendo estrategias de aproximación a talesobjetivos.

Existieron muchos análisis políticos, si, pero el denominador de todos ellos era la subjetividad y elapriorismo. Dependía desde donde se partiera para hacer el análisis que las conclusiones fueranunas u otras. Y los análisis estratégicos lo que requieren para ser eficaces es objetividad o de locontrario tienden a confundir los deseos con realidades. Esto fue lo que les pasó tanto a losfalangistas disidentes como a los falangistas del Movimiento franquista. Las posiciones de la épocaestán explicadas en el texto «Hacia una historia del FES», donde se puede leer al respecto: «Al 

principio se consideraba la existencia de una verdadera Falange -ellos (el FES)- y de otras formaciones más o menos espurias y alejadas de la ortodoxia. Se trataba de una postura excluyente,basada en el análisis riguroso e intransigente. Con el tiempo aquella visión se fue suavizando y se  juzgaría la variedad de manera positiva, intuyendo el posibilismo político. Estimaría entonces el FES 

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

47

Page 48: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 48/64

que cada uno de los grupos había tenido "especializaciones " distintas y que en la unidad, una vez conseguida, se verían las ventajas que ello aportaría. Había una dosis de optimismo que se podría resumir en el refrán de "no hay mal que por bien no venga ". La división, las traiciones y la separación de años habrían producidos "expertos " en distintas materias. Una vez conseguida la unidad, cada antigua sociedad aportaría su saber en la "división " correspondiente de ese "ejército " que habría de ser la Falange. Naturalmente el papel del "Estado Mayor ", se pensaba el FES, habría de ser para ellos».

Si consideramos que, desde el punto de vista intelectual, el núcleo falangista que realizó unamayor reflexión en profundidad fue el FES, especialmente desde 1963 hasta 1969, se entenderá laslimitaciones que tuvo la elaboración de una estrategia falangista.

Cuando en 1969, el régimen franquista lanzó la idea del «asociacionismo político», varios núcleosfalangistas respondieron a la llamada y en ese momento salió a la superficie que la división existenteno era solo entre falangistas franquistas y falangistas disidentes, sino que ninguno de estos sectoresera interiormente uniforme. En aquel momento ya estaba claro que en la universidad actuaban gruposfalangistas muy diversos y con diversos matices de antifranquismo, pero todos ellos con un nivel muyinferior al del FES de la primera época. Y en cuanto a los falangistas más o menos franquistas.existían distintas corrientes alguna de las cuales como la encabezada por Cantarero del Castillo,advirtiendo con justeza la inadecuación creciente del pensamiento joseantoniano, había llegado a

consideraciones sorprendentes (la de la Falange como socialde- mocracia). Por su parte, los CírculosDoctrinales José Antonio jamás fueron una estructura uniforme y, si bien es cierto, que se les impulsódesde la Secretaría General del Movimiento, no es menos cierto de que, en la mayoría de los casos,eran formaciones autónomas muy diferentes unos de otros.

Hacia finales de los años 60, los Círculos José Antonio, organizados en «Juntas Promotoras deFalange Española» se plantearon un objetivo de envergadura: reconstruir Falange Española comorealidad autónoma. De ese período recordamos algunos textos y análisis de la revista «No Importa»que tenían la virtud de acertar en cuanto a la evolución del Régimen franquista, pero que teníanenormes huecos a la hora de teorizar una línea política y una adaptación doctrinal a la realidad cam-biante. En ese período, como 17 años después, cuando Diego Márquez una vez nombrado JefeNacional de Falange, convocó el Congreso Ideológico, ya en un ambiente de crisis insuperable, se

evidenció que la teorización estratégica de Falange tenía un límite: más allá de la construcción (oreconstrucción) del partido, no había nada, solo brumas y buenas intenciones. Esto ocurrió en 1968cuando se formaron las Juntas Promotoras y en el momento en que Diego Márquez sustituyó aRaimundo Fernández Cuesta al frente del partido. En estas ocasiones el objetivo planteado fue el«arranque» del partido (en el primer caso) y el logro de la «unidad» en el segundo (por que en 1984,todos los sectores falangistas, prácticamente sin excepción, o bien habían convergido en FE-JONS obien se habían disuelto). Pero más allá de la intención de constituir una estructura orgánica en elcaso de Juntas Españolas o de la meta unitaria, leit motiv del programa de Diego Márquez. no existíaabsolutamente ninguna reflexión estratégica.

Nunca se explicó qué hacer después de alcanzar la unidad, nunca se señalaron temas deagitación y propaganda susceptibles de ser recogidos por un sector social, nunca se marcaron

objetivos estratégicos, jamás se redactó un programa político realista, ni se explicó cuales eran lasvías a través de las cuales el partido quería hacer realidad los objetivos de Falange Española, nisiquiera se redefinieron esos objetivos con realismo, más bien se recurrió a los viejos documentosincluso en los nuevos congresos ideológicos.

Pero ya era tarde para hacer cualquier cosa. A partir de las elecciones de 1979 o del 23-F, eraimposible recuperar el tiempo perdido. En 1969 si hubiera sido posible reorganizar un partidofalangista si éste hubiera advertido que en pocos años la democracia formal era nuestro destino yque para participar en las elecciones de manera eficaz no era preciso demostrar un antifranquismofuribundo tal como algunos entendieron sino demostrar a la sociedad que se podía confiar en elpartido falangista, que ese partido había sabido evolucionar, adaptarse a las circunstancias y renovarsu programa, que contaba con mentes preclaras, con cuadros políticos en los que podía confiarse. Enlugar de esto, la sociedad española sabía que existían las Juntas Promotoras por que, cada año enAlicante o en cualquier otro sitio, el 20 de noviembre, convocaban algún acto político del que laprensa daba escueta mención. Falange empezaba entonces a ser historia, por que no era capaz dehacer algo más que rememorar su propia historia.

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

48

Page 49: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 49/64

E. Tácticas 

Las tácticas son las iniciativas tendentes a cumplir el plan estratégico. Para un viaj ero, lo primeroes disponer de un obj e- tivo. Ese objetivo le marca una dirección a seguir (el camino más corto).Para recorrer esa dirección podrá elegir entre distintos medios de transporte, avión, tren, a nado, apie, etc. Pues bien la dirección es la estrategia y los medios de transporte las tácticas.

Es posible llevar este símil a un partido político. Veamos un caso extremo. Un movimiento realiza

una teorización a partir de la cual subyace un objetivo a alcanzar, desmontar el poder del capital. Yatenemos un objetivo marcado. Ahora hace falta ver como y de qué manera concreta se alcanzará.Esa misma teorización continúa diciendo que las estructuras de ese capitalismo a destruir sonexcesivamente duras e impiden la penetración por cualquier otra vía que no sea la lucha armada. Yatenemos entonces una estrategia definida: la guerrilla, cercar las ciudades a través del campo y lograrla paralización de la producción industrial y el tráfico de mercancías, lo que acarreará el colapso delsistema capitalista. A la hora de planificar las operaciones, este movimiento explica que realizaráatentados selectivos contra las plantas de producción industrial y contra las vías de comunicación. Aesto le llamará «propaganda armada». Pues bien, esta «propaganda armada» constituye una formade táctica entre otras muchas que se pueden seguir. Se trata de un caso extremo, pero también hayotras estrategias mucho más apacibles: la estrategia electoral, la estrategia cultural, la estrategiaclandestina, etc. Lo importante es destacar que para poder emplear eficazmente un arsenal de

tácticas es preciso antes definir objetivos y estrategias.En Falange esto no se hizo y todo se convirtió, tanto en el período histórico, como en el

franquista, como durante la transición democrática, en un mero tacticismo. O, si se quiere, en unactivismo frenético pero imposible de capitalizar por ninguna estrategia predefinida. Un buen día, apoco de incorporarse a Falange, Ramiro y sus jonsistas, atraen a cientos de trabajadores a lasCONS. Es una táctica solamente comprensible dentro del esquema jonsista de «nacionalización de laclase obrera», es decir, una estrategia que pretendía ganar a las masas sindicalistas para larevolución nacional, tal y como se había hecho en Alemania. Sin pretender entrar en la exactitud delanálisis jonsista de la época, lo cierto es que ahí encontramos una reflexión estratégica que dio unosfrutos, frutos que al cabo de unas semanas - como el mismo Ledesma reconoce en «¿Fascismo enEspaña?»- ya se habían deshecho como un azucarillo en una balsa. La movilización de los parados

era, en cualquier caso, una táctica. En esos mismos días se empieza a responder a las agresionesarmadas y a los asesinatos de militantes. Es lícito considerar a las represalias como otra tácticasiendo conscientes de que sitúan al partido al borde de la ilegalización, como así ocurrió. Difícilmentepodían compaginarse las dos tácticas (movilización de parados y devolver golpe por golpe). Comotampoco podían compaginarse el participar en una competición electoral (que requiere tácticas muyconcretas que afectan, particularmente a la «imagen» y que con incompatibles con represaliasarmadas) con la estrategia golpista (que implicaba el énfasis en la construcción de un aparatoclandestino difícilmente compatible con un aparato electoral).

Lo esencial es comprender que un núcleo de militantes puede desarrollar un activismo frenético ysostenido durante años, pero que, por sí mismo, ese activismo no es garantía de avance. La imagena retener es la de un punto (el núcleo político concreto) que genera un vector en una dirección (una

táctica) y acto seguido otro en una dirección diferente (otra táctica) y otro y otro más siempre endirecciones diferentes (más tácticas). El resultado de todos estos vectores es que se anulanmutuamente, ¿por qué? Simplemente por no existir un obj etivo y una estrategia capaz de marcar ladirección global hacia la que deben orientarse todos los vectores. Si la vía estratégica elegida es laelectoral, es evidente que cualquier cosa que perturbe la imagen del partido - como, por ejemplo,represalias armadas- está fuera de lugar. Y si estas se producen el «vector» electoral se verádisminuido o incluso anulado por el «vector» armado que «empuja» en otra dirección. Esto no lo supover la Falange histórica quizás por que se vio obligada a actuar en un marco político de pasionesviscerales encontradas y no supo zafarse del clima general de violencia generado por una Repúblicainviable. Pero es menos disculpable que en la postguerra y en la transición los falangistas nopercibieran la necesidad de detener por un momento su actividad para ponerla al servicio de un planestratégico. Por que cuando las tácticas no son organizadas en el contexto de un plan estratégico lo

que se produce es mero activismo y, a la postre, crecimiento ficticio y limitado y desgaste de lamilitancia. Y eso fue precisamente lo que ocurrió: promociones enteras han sido quemadas al serviciode un activismo inorgánico y descontrolado que, aun hoy, parece no haber cesado entre los últimosnúcleos falangistas.

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

49

Page 50: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 50/64

El bienio 1977-79 fue paradigmático en cuanto a la actividad desarrollada por todos los gruposfalangistas. Los «auténticos» denunciando al franquismo (que ya había sido superado), pintando«Falange con el obrero» por todos los rincones de España (sin pensar en lo que «al obrero» leinteresaba el tema), desatornillando placas con el yugo y las flechas (haciendo un favor a Suárez,partidario de olvidar el pasado). En 1979, estaban agotados. Poco después se autodisolvían. Elcrecimiento que experimentaron no se había producido por efectividad de su trabajo político, sinomás bien como resultado de la «politización» de la juventud española en aquel momento.

En ese mismo tiempo, los núcleos falangistas situados entre las llamadas «fuerzas nacionales»(básicamente FE-JONS), desarrollaron el mismo activismo. La Primera Línea movilizó a estudiantes yorganizó manifestaciones callejeras contra ETA, contra el separatismo, por la unidad nacional, etc.,etc. Se colocaron miles de carteles, caravanas de coches recorrieron media España. No había día enel que no hubiera alguna actividad que realizar. El resultado fue que muchos estudiantes falangistasperdieron el curso, fueron suspendidos o renunciaron a presentarse a los exámenes. El partido noavanzó. El crecimiento fue ficticio. Se cometieron los mismos errores que durante el período histórico:por una parte Raimundo pactó la Unión Nacional con Blas Piñar, esto es, un acuerdo electoral, y porotro, los jóvenes falangistas se vieron implicados en peleas, conflictos y tiroteos con alguna muerteen las calles. Era evidente la incompatibilidad entre una y otra tácticas que se neutralizaban comodos vectores de la misma intensidad y sentido opuesto.

Y es que solamente vale la pena realizar acción política militante cuando está claro que exista unplan estratégico. De lo contrario, antes o después, el agotamiento impone una tregua en la militanciay siempre unas tácticas contrarrestan la eficacia de otras. Un movimiento político debe preguntarsesiempre: tal acción concreta ¿favorece nuestro avance hacia la conquista de los objetivos políticos? Yen esto debe ser inflexible: si la favorece, vale la pena hacerla, de lo contrario debe abstenerse o sedesgastará y desgastará a su militancia.

La suma: El Movimiento Político 

Lo hemos dicho al principio, la suma de todos estos factores (ideología, clase política dirigente,objetivos políticos, estrategia y táctica) da como resultado el «Movimiento Político». Cuando estosfactores faltan o están incompletos lo que existe es otra cosa, pero nunca un movimiento político decarácter alternativo que pueda pretender realizar un cambio en profundidad en la sociedad. ¿Cómollamar a un núcleo que intenta ser considerado como «movimiento político» pero que carece de todoso de alguno de estos elementos, es algo complicado?

Falange no es ni una cosa ni otra. Frecuentemente hemos oído «Falange somos los falangistas», hermosa tautología sin desembocadura real, como otras muchas del mismo estilo que solemos oír enel mismo ambiente y que no han hecho otra cosa que reducir la lógica, la razón y la técnica política alenguaje panfletario y amasijo de tópicos sin sentido. Una organización debe ser necesariamente algomás que un bagaje emotivo y sentimental, debe ser frialdad, planificación, análisis, síntesis,respuestas sencillas a problemas complejos, método, eficacia, decisión, conducción. Si nada de estoexiste o está presente sólo en muy débil medida, la organización política no existe. Al núcleo deactivistas puede llamársele de cualquier otra manera, menos «organización política».

FUERZA SOCIALY ahora entramos en el segundo principio de la eficacia política: la fuerza social. Una

organización política solo es eficaz en cuanto alcanza fuerza social. La distancia que separa a unaorganización política desde el momento en que «arranca», del objetivo político final, la conquista delpoder, pasa necesariamente por el pueblo. Frecuentemente se ha concebido a la lucha política comouna forma de guerra en la que la población es el terreno a conquistar. Y es rigurosamente cierto. Elpoder pasa por el pueblo, por la conquista de sus corazones, voluntad y adhesión. Incluso en lahipótesis golpista es preciso contar con el apoyo de un amplio sector de la población o de lo contrariola situación de ese gobierno de hecho es insostenible.

Cualquier otro criterio que no tenga presente la conquista de la población puede ser entendidocomo cualquier cosa menos como una lucha política. Se trata de que una organización sepa entender

e interpretar las «sanas reacciones populares» y adicionarlas mostrándoles que la resolución de susproblemas pasa por las soluciones expuestas en el propio programa político. Cuando unaorganización política alcanza el favor de un sector de las masas, se dice entonces que dispone de«fuerza social». Ahora bien, la «fuerza social» puede expresarse en forma de producto matemático,

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

50

Page 51: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 51/64

como resultado de multiplicar la agitación, por la propaganda y por la organización. Sabemos lo quees la organización, veamos qué es la agitación y la propaganda.

Agitación 

Cualquier actividad desarrollada en la calle consistente en difundir pocas ideas y consignasdestinadas a una amplia franja de la población puede ser considerada «agitación». La agitación pue-de desarrollarse a través de innumerables elementos: el panfleto, el cartel, el mitin, la manifestación.

Todas estas son tareas de agitación que tienen como fin el hacer fermentar en las masas las ideasque guían al movimiento político.

A nadie se le escapa que la mayor penetración de un movimiento político en las masas dependemuy en especial de la capacidad de identificación de las masas con las consignas que difunde. Noexiste agitación posible si las consignas e ideas-fuerza que se pretende difundir no encuentran ecoentre las masas. Agitar difundiendo consignas sobre una teórica «República Sindical» tal comohicieron y hacen algunos grupos falangistas en la postguerra e incluso en la actualidad, o repetircientos de veces «Falange con el obrero», tal como hizo la «Auténtica» durante casi tres años, sonpuro sinsentido. En efecto, a muy pocos obreros les interesaba si alguna de las falanges estaban ono con ellos y apenas ningún ciudadano entendió jamás que diablos podía significar eso de«República Sindical». Para que las consignas de agitación surtan efecto, deben ser extremadamente

simples, sencillas en su comprensión y lineales en su explicación. De hecho, la consigna ideal esaquello que no precisa explicación y que ya está en el corazón de las masas.

¿Ha tenido agitadores dignos de tal nombre el movimiento falangista? Creemos que sí,especialmente en el período histórico. José Antonio fue el primero de todos ellos y el Discurso delTeatro de la Comedia, probablemente una de sus piezas más afinadas. Las ideas que se desprendende ese discurso son extremadamente simples, pueden entenderse sin apenas prestarle atención, alacabar de leer el discurso por primera vez, permanecen retenidas en la mentalidad del lector un aserie de ideas- fuerza: patria, ni derechas, ni izquierdas, superar la partitocracia, crisis nacional,necesidad de una lucha en el terreno social, llevar estos ideales mediante una línea difícil yarriesgada, pero necesario en pro de la patria y de las clases sociales más desfavorecidas, etc. JoséAntonio fue un buen agitador, a diferencia de Ramiro Ledesma quien no podía evitar ser, ante todoun intelectual. Cada consigna de Ramiro Ledesma precisaba un manual de instrucciones parapoderla entender: esas consignas a favor de la «Alemania de Hitler, la Italia de Mussolini y la Rusiade Stalin» fueron siempre difíciles de entender. Habitualmente el intelectual encuentra dificultades entrasladar sus concepciones teóricas al lenguaje directo y escueto necesario en las tareas deagitación. Pero en la postguerra todo cambio. El genio agitativo de José Antonio estaba ausente ysus herederos tenían dificultades por encontrar nuevas consignas.

Hacia principios de los años 60, el FES empieza a actuar en Madrid y esta dificultad resultapalpable. Tanto el FES entonces como la FE-JONS(A) trece años después estaban interesados endemostrar que el franquismo no tenía nada que ver con Falange. Algo completamente imposible yademás que interesaba a muy pocos españoles, j usto en el período desarrollista, cuando, viviera deDios o del diablo, de lo que se trataba para la mayoría de la población es de tener acceso a losescaparates del consumo. Esto jamás lo entendieron los falangistas disidentes que difícilmente

podían entender que organizaciones universitarias franquistas como AUN tuvieran un crecimientomayor que ellos que, en definitiva, disponían de mejores teóricos cuando la respuesta era muysimple: AUN iba dirigida a un determinado sector de la población estudiantil, a aquellos que seoponían a la presencia de la agitación comunista en las aulas. El FES, por su parte, iba dirigido aestudiantes mucho más sofisticados: para entender su mensaje debían existir unoscondicionamientos previos, tales como experimentar la necesidad de un cambio social y que esecambio no fuera en la órbita marxista, tener una opinión positiva de Falange, entender que existíauna diferencia entre Falange y Franco, etc. Y esto no estaba al alcance de todos. Mucho más lineal,escueta y directa fue la consigna «Opus no» que utilizaron la mayor parte de grupos falangistas yque, al menos, tenía la virtud de la claridad aun por la vía de la negación. El problema fue que, enese mismo momento otros grupos de izquierda se declaraban fervientemente antiopusdeistas, sinoque además insertaban el discurso contra los siervos de Escrivá de Balaguer en un discurso muchomás amplio.

Por que una consigna no basta para alumbrar la andadura de un movimiento político. No existenmovimientos que hayan experimentado un crecimiento sostenido utilizando solamente una idea-

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

51

Page 52: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 52/64

Page 53: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 53/64

transición, los movimientos falangistas estuvieran muy comprometidos con el aquí y el ahora y noestuvieran en condiciones de preparar cuadros. La filosofía, en general, era que la propia luchapolítica ya forjaría buenos militantes y que la mejor escuela era la calle y el activismo. una idea quepuede sonar bien, pero que no deja de ser un tópico cuya inexactitud se ha demostrado.

Hemos dicho que el cuadro político debe estar perfectamente entrenado en tres niveles:

1. El ideológico le debe dar fuerza interior, razones para el combate que vayan más allá del día a

día, debe facilitarle el unir el destino de su vida personal al de su idea y para ello es preciso un altogrado de convencimiento doctrinal y, sobre todo, la capacidad de convencer a otros, como un fuegoque se traslada de antorcha en antorcha. Este elemento no estuvo presente en ninguna de lasfalanges. Lo que se transmitió fue entusiasmo juvenil, pero no una doctrina fría, metódica ysistemática. Cuando ese entusiasmo juvenil aminoró el militante empezó a tener dudas y abandonó lalucha política. O bien, la misma vida se encargó de integrarlo en la sociedad y hacer de él unexrevolucionario reconvertido en honesto burgués medio. La convicción ideológica no era suficiente,o bien el nivel de comprensión de la ideología era bajo, o bien se trataba de alguien emotivo ysentimental que desdeñaba la preparación ideológica y, por tanto, carecía de capacidad deconvencer a otros, etc. Las posibilidades eran muchas, pero lo que vale aquí la pena retener es quepara que una ideología pueda ser transmitida precisa tener tres condiciones: globalidad (debeinterpretar todos los campos de actividad humana), claridad (debe estar expuesta de manera nítida) y

oportunidad (debe responder a problemas reales de la época). Si estos elementos faltan la ideologíano está en condiciones de responder a la necesidad del movimiento político. De hecho, en la práctica,una ideología suele ser un esquema cerrado de interpretación de una realidad histórica concreta quepronto pierde actualidad. Cuando se evidencia esta pérdida de actualidad -algo que ocurrió ya en elmarxismo de los años 50- sus partidarios terminan haciendo casar a martillazos la realidad con laideología. Cuando esto ocurre es que la ideología ya se ha convertido en algo esclerotizado y sinvida. En este momento esa es la percepción que tenemos de la doctrina falangista tal como veremosen otro capítulo de esta obra.

2. El político: el cuadro político debe estar en condiciones de interpretar cualquier acontecimientopolítica a la luz de la doctrina difundida por su partido y debe estar, así mismo, en condiciones deexplicar ante cualquier suceso la posición que sostiene su partido. En este terreno lo que se precisa

es un "programa político" que aborde las más variadas cuestiones de la vida nacional, económica ysocial. La política es lo que más interesa al ciudadano medio. Difícilmente el cuadro político estable-cerá una discusión ideológica en esos centros primordiales de agitación política que en España sonlos bares y las tabernas. Pero en estos mismos lugares si será oído cuando «hable de política», porque la política es lo cotidiano. Si tiene dudas y vacilaciones, si tiene espacios en blanco o no sabesintetizar sus ideas, si desdeña la lectura del programa y elude leer la prensa o seguir la actualidadpolítica desde cualquier otro medio de comunicación, entonces ese militante no tendrá un buen nivelde formación política y, por tanto, será, en buena medida infértil para su movimiento. En este terrenoJosé Antonio tenía un alto grado de conocimiento y dominio sobre la actualidad política de su tiempo.Sin embargo en él no estaba presente una cualidad necesaria: la de saber prever los acontecimientosy los escenarios políticos. Ese mismo fallo ha estado presente en sus sucesores y esto ha explicadoalgunos bruscos giros copernicanos: hoy unos eludían cualquier compromiso frentista, mañana lo

protagonizaba, unos no querían oír hablar de resistencia a la inmigración, esos mismos poco despuéselevaban el tema a los altares, y así sucesivamente. Mientras que la formación ideológica atañe casiexclusivamente al convencimiento interior del militante para llevar adelante su lucha política (es laideología la que le debe dar fuerza para resistir todos los problemas y las dificultades), la formaciónpolítica tiene que ver con el análisis del día a día, con la oportunidad para encontrar la consignaadecuada.

3. El nivel técnico, finalmente, es el último al que debe dedicarse el cuadro político en su tarea deformación. Lo peor que puede haber en la lucha política es abordarla con entusiasmo juvenil. Eseentusiasmo, evidentemente, debe existir, pero si el militante -y más que él, la organización a la quepertenece- no es capaz de transformar ese entusiasmo en conciencia política, no hay nada quehacer. Cuando aparece la conciencia política, el cuadro entiende que la lucha cotidiana no puede

hacerse de manera ingenua o por inercia: es preciso afrontarla con una técnica. La técnica política esuniversal, aquí entran desde recursos de oratoria, de psicológica, entender lo que es el método demasas, saber cómo organizar un mitin o una manifestación, todo ello forma parte del arsenal técnicoque un cuadro debe conocer si pretende ser útil a su movimiento. En este terreno en Falange ha

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

53

Page 54: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 54/64

habido de todo, pero repartido de manera desigual. No parece que hayan abundado quienesconocían la psicología de las masas, pero sí en cambio militantes que han servido para solventaralgunos aspectos técnicas de la lucha política. Es imposible ignorar, por ejemplo, que la capacidad deFalange para organizar la acción directa contra sus enemigos políticos ha estado siempre presente.También hay que reconocer a la Falange histórica cierta prontitud en respuestas puntuales (lamanifestación contra los sucesos de Asturias, por ejemplo, o la misma movilización en las jornadasinsurreccionales de julio de 1936). Pero, poco a poco, especialmente a partir del cierre de la

transición, todo pareció ponerse cuesta arriba y el partido dio la sensación de esclerotizarse a niveltécnico. Las campañas electorales fueron decreciendo en intensidad y resultados, el número demilitantes fue disminuyendo, los más veteranos y mejor preparados se retiraron y el partido entró enuna selección a la inversa que no redundó en unos mayores niveles de captación. Esto hasta losestallidos en cadena de 1995, 1999, 2000 y 2002. No solamente las masas no acudieron al partido,sino que el mismo partido empezó a verse corto de militantes. El por qué las masas permanecíanalejadas tenía también su causa objetiva.

EL «METODO DE MASAS»

Ya que el poder pasa por la conquista de una parte de la población, hay que preguntarse cómo selogra incorporar a las masas. Los técnicos son contundentes a este respecto: la afluencia de lasmasas a una organización depende de la aplicación del llamado «método de masas». Este método

consiste en aplicar tres principios básicos: Unir la teoría a la práctica, uUnir lo particular con lo global,unir la vanguardia a las masas.

Por lo primero se entiende que exista una relación directa entre la teoría que se defiende y lapráctica política cotidiana. Resulta, por ejemplo, imposible defender una ideología nacional«sindicalista» sin que, especialmente se ponga especial énfasis en el «sindicalismo». No hacerlo asísupone desvincular la teoría de la práctica.

El segundo principio se basa en proponer a la población soluciones simples a problemascompletos, señalar problemas básicos que el ciudadano siente como propios para luego, en unasegunda fase, explicar que estos problemas solo tendrán solución aplicando las fórmulas propuestaspor la ideología que se defiende. Habitualmente la propaganda falangista ha seguido el caminoopuesto: ir de lo global a lo particular; pero lo global es demasiado abstracto para la mentalidad de lasmasas, extremadamente simple en sus planteamientos y en su nivel de comprensión tal como sesabe desde que se inició el estudio de la psicología de masas.

En cuanto al tercer principio tiene mucho que ver con los dos anteriores. Cuando unaorganización política se considera una élite de privilegiados que desprecian a las masas en tanto queéstas no comprenden los objetivos finales del movimiento político, estamos delante de un movimientoque ha rota su vinculación con la población. La selección de temas de agitación y propaganda nopuede sino salir del examen de la realidad de las masas, de sus aspiraciones, exigencias ynecesidades. No se trata de practicar el oportunismo o «ir hacia el pueblo» como la vaca va al toro,sino de realizar una tarea de guía y encauza- miento de los intereses populares. Si los ejes deagitación no tienen nada que ver con las aspiraciones de las masas, ese movimiento ha cortado surelación con ella. El camino del poder -que pasa, repetimos, por las masas- le estará siempre vedado.

Falange desdeñó siempre la técnica política. Solamente muy escasos agitadores ypropagandistas fueron capaces, con su ejemplo, de hacer avanzar al partido en el período histórico yen la postguerra. Pero nunca existió una escuela de mandos centralizada por que nunca estuvieronsuficientemente definidos los aspectos ideológicos, estratégicos, tácticos y los objetivos que debíanhaberse divulgado entre los cuadros. Por tanto, no existió la posibilidad de que pudiera aplicarsetécnica política alguna. Incluso, aun hoy, los distintos grupos falangistas siguen teniendo un vacío eneste terreno y en foros de Internet es frecuente que se alardee de esto mismo. Pero ello equivale aarrinconar a Falange Española entre los movimientos testimoniales de los cuales las páginas dehistoria registran decenas de casos similares. No es que el pasar a la historia sea algo negativo, esque lo peor que puede ocurrir es que se siga teniendo aspiraciones a realizar actividad política,cuando la realidad de los hechos indica que ya se ha ingresado en la historia de España. Creemos

que éste es el caso de Falange Española en el momento actual. Falange tiene historia, pero carecede futuro fuera de los libros de historia.

ALGUNAS CONCLUSIONES 

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

54

Page 55: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 55/64

Hemos intentando establecer cuáles son las reglas fijas para lograr unos mínimos de efectividad

política; hemos intentando exponer algo que no es idea nuestra sino que ha sido aplicado por todoslos movimientos que han pretendido un cambio radical en la sociedad. Lo que hemos definido aquí esalgo tan simple que lo entienden las máquinas y sus lenguajes de programación con las notaciones<IF>, <THEN> y <ELSE>, es decir, si se dan estas circunstancias ocurre el efecto esperado y si sedan otras, ocurre otro efecto, igualmente esperado.

Falange no ha podido arraigar en las masas por que no ha seguido el método de masas. Falangeno ha podido tener fuerza social por que algunos elementos de la multiplicación agitación porpropaganda por organización eran próximos a cero. Falange no ha podido tener organizaciónrevolucionaria y sólo ha tenido intención revolucionaria por que tenía serios déficits en la suma cuyoresultado nos da la organización (ideología mas clase política dirigente mas objetivos mas estrategiamas tácticas). En el fondo todo esto no es complicado: se trata de aplicar a la vida política la lógica yla razón que gobiernan lo cotidiano. Hemos visto que, una constante en la historia de Falange es quesu realidad organizativa (la suma) siempre ha sido débil. Esto ha comprometido el resultado de lafuerza social, por que uno de los elementos del producto era próximo a cero. En esas condiciones lasituación actual de Falange Española no se debe a la impericia de sus actuales dirigentes, sino queestá implícita en algunos desarrollos de la Falange de los orígenes. Constatar esto no supone faltar alrespeto a los caídos, ni a los fundadores, sino simplemente rendir un tributo a su entusiasmo juvenil y

reprochar a ellos y a la situación española de la época, que no se dieran mejores condiciones para eldesarrollo de formas más maduras de actividad política. Pero, sobre todo, lo que percibimos enFalange como principal problema es su ignorancia de que las funciones humanas radican en tresórganos: el cerebro, el corazón y los testículos. En el cerebro anidan las facultades del pensamiento yla razón lógica, la capacidad intelectiva y discursiva. En el corazón el elemento emotivo y sentimental.En los testículos el valor y el coraj e para afrontar una lucha política. En la Falange fundaciones losdos últimos elementos eran preponderantes, a excepción de la personalidad de Ramiro en donde lacomponente cerebral fue desarrollada sistemáticamente. Emotividad y valor son cualidadesesenciales para una lucha política. Pero faltan otras. Por que si el cerebro no guía al valor, se llegafrecuentemente a la temeridad. Y de ahí al fracaso o a la extinción. Si el cerebro y el corazón noestán suficientemente equilibrados en la ecuación personal de los militantes pueden ocurrir desfases.Si prima lo primero sobre lo segundo no hay forma de hacerse entender por las masas que, en

realidad tienen un alto grado de emotividad tal como explica la sicología de masas. Si, por elcontrario, el corazón priva sobre el cerebro, el resultado son militantes "todo corazón", pero incapacesde racionalizar sus actos y con cierta tendencia a recurrir al órgano por el que se sienten másatraídos en muchos casos: por la agresividad que reside en el bajo vientre. El militante se sienteatraído a una causa, siempre, por la emotividad, por el corazón. Percibe, primero de manera confusa,que esa formación política le atrae, le interesa por algo que todavía no es capaz de definir conexactitud, pero ahí está una corriente de simpatía que lo captura y lo convierte en militante. Es decir,el militante se siente atraído por la agitación. En una segunda etapa, la sabiduría de una organizaciónpolítica, consiste en desplazar el eje de esa atracción al cerebro mediante las tareas de propaganda yla formación intelectual. Así el militante transformará su visceralidad originaria en conciencia política.Y a partir de ese momento podrá (y necesariamente deberá) recurrir a su bajo vientre para afrontarmomentos difíciles con valor y espíritu de sacrificio, con agresividad. pero también con lucidez.

Tal es el esquema presente en los movimientos políticos de carácter alternativo. Un esquema queFalange debería haber tenido en cuenta. Al no hacerlo, Falange, ya desde los orígenes, selló buenaparte de su destino.

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

55

Page 56: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 56/64

IV. EL PROCESO DE GROPUSCULIZACION

Cuando se produjo el conato de golpe del 23 de febrero, sonó el canto del cisne para todos losque habían apostado, por pasiva o por activa, comprometidos o no, por el golpe de Estado. Aquellofue la debacle de las llamadas «fuerzas nacionales». La de los «hedillistas» se había producido dosaños antes. Huérfanos de estrategia, aquel sector político que se había obnubilado con lasconcentraciones oceánicas de la Plaza de Oriente, no cayó en la cuenta de que no tenía una

estrategia alternativa al golpismo y que, cuando los problemas de adaptación y asentamiento del ré-gimen democrático desaparecieran, desaparecería también la razón de ser de estos grupos. Y asíocurrió. Como por ensalmo, los flujos de militantes se detuvieron.

En aquellos momento, el FE(I) desempeñaba una actividad muy reducida, la «Auténtica» habíadesaparecido y estaba reducida a un grupo minúsculo que apenas daba señales de vida enBarcelona. En los años siguientes se produjo una pérdida progresiva de actividad falangista que lallegada a la jefatura nacional de Diego Márquez no pudo atajar. De hecho, poco importaba quienestuviera en la cúpula, por que los elementos generadores de la crisis no se referían a una persona oa un grupo concreto, sino que estaban insertados en el alma del movimiento. La agudización de lacrisis tras la llega de Diego Márquez, al igual que la agudización de la crisis siguiente tras la llegadade Gustavo Morales y la agudización de la crisis tras la llegada a la j efatura nacional de Javier

López, demuestran lo que decimos: el problema no es de personas, es de estructuras, de tradición,de adaptación a la sociedad, en definitiva.

A partir del 23 -F salió a la superficie la realidad del proceso de gropuscularización que ya sehabía evidenciado años antes. Este proceso se caracterizó por:

1)Dogmatismo. - rigidez ideológica creciente, falta de imaginación para afrontar problemasnuevos. Recurso a las soluciones ya experimentadas.

2) Lenguaje iniciático.- las consignas del partido tienden a ser solo comprensibles por susmilitantes; se crea un lenguaje inaccesible para el resto de la población.

3) Fraccionamiento progresivo. - una vez iniciada la espiral de la gropuscularización nuncatermina, el movimiento tiende a empequeñecerse en su tronco central y en sus escisiones. El proceso

fraccional nunca termina deteniéndose del todo.4) Aventurerismo.- Aparecen ideas peregrinas que se proponen con la mayor naturalidad y son

aprobadas: una candidatura exclusivamente de mujeres, una manifestación en Bilbao en el peormomento, etc.

5) Maximalismo.- A pesar de la endeblez estructural del movimiento, las fases degropuscularización están caracterizadas por una retórica maximalista en la que las reivindicaciones,los objetivos y la fraseología carecen de sentido de la medida.

6) Activismo. - aparecen tendencias activistas para compensar la endeblez numérica. Se piensasolo que mediante una hiperactivismo es posible dar la sensación de crecimiento. La actividad políticase convierte en mero activismo y tacticismo.

7)Reducción a lo virtual. - Desde la proliferación de Internet, muchas organizaciones falangistashan pasado casi completamente a una vida larvaria en el virtual sin ninguna conexión con la realidad.

8) Marginalización.- el movimiento tiene la sensación de que todos están contra él y su trabajo deagitación en la calle se convierte en desafío a la sociedad antes que en intento de captar a parte de lasociedad.

9) Mesianismo.- la práctica política se transforma en una actividad salvífica que, a despecho de larealidad, aportará la victoria final que revestirá tintes escatológicos.

10)Fuga de la realidad.- frases del género de «falange es una forma de ser» se convierten enelementos dominantes del discurso interior, lo que implica una renuncia a hablar en términos deprograma («nunca se cumplen»), o de método («España y yo somos así»).

Estas características ya estaban implícitas en la actividad falangista anterior a la muerte deFranco. A pesar de la talla intelectual y el prestigio de los falangistas que acudieron a las reunionesdel Club Don Hilarión, las conversaciones no pudieron avanzar mínimamente, ni tampoco su

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

56

Page 57: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 57/64

consecuencia, la Federación de Grupos Falangistas. En «Hacia una historia del SEU» puede leerse: «Prosiguieron los contactos y se llegó incluso a conseguir la vieja aspiración del FES, formar una Federación de Grupos Falangistas. Era la época de las asociaciones de Arias y la Federación se aprestaba a formar una con el nombre de Frente Español, cuyas iniciales coincidían con las de Falange Española, titulación que "al ser patrimonio de todos los españoles " no se otorgaba a ningún intento asociativo. La Federación llegó a su fin en julio del 75. La figura del general Franco y todo lo que ella representaba era un obstáculo insalvable para los falangistas. Fernández Cuesta mantenía 

la necesidad de elogio al general, mientras el FES anunciaba su crítica. La "devotio ibérica " de los falangistas históricos no era asumida en absoluto por los jóvenes falangistas y lo que resultaba más grave, remover aquello, que no era sino analizar la historia, destapaba la caja de los truenos. Según algunos de los presentes, por allí planeó el fantasma de Salamanca, abril de 1937y pudo terminar la reunión como el rosario de la aurora».

Es de destacar que todos los asistentes eran personas maduras o estaban en el borde de lamadurez unos o de la tercera edad otros. Se trataba, así mismo, de personas cultas. Pero eldenominador común de la mayoría parecía ser la inflexibili- dad. Esta es otra característica de losprocesos terminales que aparecen en determinadas formaciones políticas. Al igual que determinadosmateriales, incluso al igual que el mismo organismo humano, ha medida que la oxidación lo vaenvejeciendo, tienden a perder la elasticidad originarias y a adquirir una rigidez creciente que

finalmente termina siendo mero rigor mortis. Esta tendencia ya estaba planeando sobre las reunionesfalangistas de mediados de los años 70. Ninguno de los presentes advertía que la democracia eraimparable y que todas las fuerzas políticas, de derecha, centro o izquierda, se estaban yaorganizando para actuar como partidos legales en un marco democrático formal. Cuando se cerrabanlas puertas del Club Don Hilarión y se deliberaba, daba la sensación de que los allí reunidosignoraban qué estaba ocurriendo en el mundo real. Y la cosa es todavía más incomprensible por quese trataba de gentes hechas y derechas, cultas e identificadas con el ideal que defendían. Desdenuestro punto de vista, esas reuniones fueron la última oportunidad para adecuar Falange al futuro. Yla oportunidad se malogró completamente.

Este proceso de gropuscularización ha proseguido imparable hasta nuestros días. En el año 2000la fracción dirigida por Jesús López convocó un nuevo congreso. Dos candidaturas se disputaban ladirección; la oficialista encabezada por Jesús López, obtuvo 57 votos, la de Miguel Angel Vázquez,31 votos. Tras el resultado, la tendencia «Vértice» a la que pertenecía Vázquez, abandonó el partido.Pero la victoria de López iba a ser amarga. La enseñanza de la salida de «Vértice», no se tradujo enuna democratización del partido, sino en una abolición de las corrientes internas. Poco después, el 2de septiembre de 1999, el grupo La Falange boicoteó el intento unitario de presentar una candidaturaa las elecciones autonómicas catalanas asegurando que ellos iban a presentar candidatos en lacuatro provincias. FE(I), también presente en la reunión, hizo otro tanto y, finalmente, losrepresentantes de FE-JONS, sector Diego Márquez, apoyaron la iniciativa unitaria que no pudoconcretarse finalmente. Para colmo, a la hora de la verdad, la candidatura del FE(I) no fue admitidapor defectos evidentes de forma que nadie se preocupó de subsanar y el grupo de López solopresentó candidatura en una provincia obteniendo un pobre resultado a la altura de la ausencia decampaña. En esta ocasión, Democracia Nacional se implicó en iniciativas unitarias con falangistas.

Pero los problemas no habían hecho nada más que empezar.El 20 de abril de 2001, en un asamblea en Cantabria, los asistentes exteriorizan la preocupación

de la militancia por la trayectoria de la fracción (en ese momento la más numerosa). En efecto, lasentencia publicada poco antes por la que se negaba a este grupo el nombre de «Falange Españolade las JONS», no había sido recurrida y se dejaba, por tanto, vía libre a la otra fracción encabezadapor Diego Márquez para que utilizara legalmente y en exclusividad la sigla. En el Congreso de eseaño, la fracción se desdice de su inhibición unitaria de hacia un año y medio y se aprestaba aconsiderarse como la «casa común falangista», integrando a grupúsculos heteróclitos y mal definidoscomo «Legión de la Juventud», procedente de la extrema-derecha clásica. En estas mismascircunstancias se aprueba la creación de un «Frente Español» que suscitará muy pocos entusiasmosentre falangistas y apenas la incorporación momentánea del grupo local valenciano España 2000.Este remedo de estrategia resulta aprobado en el I Congreso Nacional de esta fracción en noviembrede 2001. La asistencia de militantes fue reducida, lo cual no fue obstáculo para el lanzamiento delFrente Español. Durante el verano de ese año, empiezan a producirse fugas en esta fracción. De unlado se reactiva una sigla olvidada y perdida de la que nadie se acordaba desde principios de los

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

57

Page 58: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 58/64

años 80, Falange Española Auténtica. A partir de aquí, resulta difícil seguir la evolución de estasescisiones. Con las reservas oportunas damos la versión de los hechos incluida en la web titulada«Movimiento Falangista»: «Aun antes del Congreso de la ruptura se produce una reunión en el Hotel Bahía de Santander. El 23 de febrero de 2002 se celebra en el Restaurante Edén de Barcelona un histórico encuentro, entre dos de los mandos territoriales que acababan de abandonar Falange y el Presidente de FEA, firmándose un documento de reconocimiento con fecha de 16. Se convoca, a continuación un Seminario, que pretende ser constituyente, a celebrar los días 20 y 21 de abril de 

2002 en Viznar (Granada), al que acuden la Mesa Nacional Falangista, los Círculos Narciso Perales,el MSR y otros militantes. Del seminario saldrán dos nuevos grupos falangistas: la Mesa Nacional Falangista (en la que entran los escindidos de Canarias, Cantabria, Barcelona, Córdoba, Cádiz y Asturias) y Falange Auténtica (con las territoriales escindidas de Levante y Extremadura, más Madrid,resto de Andalucía y otros militantes escindidos. Poco después se incorpora también Tenerife)». 

Pero las cosas no terminan ahí. Aparece una publicación falangista en Internet, «Falange Hoy»que inmediatamente se enzarza en una polémica con la fracción dirigida por López. Al parecermenudearon las amenazas y coacciones. Un militante llegó a ver pintada el rellano de su casa conconsignas amenazadoras procedentes, al parecer, de militantes adscritos a la fracción-López. hubodenuncias, negativas de responsabilidad, cruce de acusaciones, baja. en definitiva, una situacióndifícilmente comprensible para quien no la ha vivido muy de cerca y que, por lo demás tiene sólo

importancia para ellos.En cuanto a los otros grupos viven una situación generada por su propia inercia anterior. FE(I)

parece reducida a una mínima expresión, de tanto en tanto sale a la luz pública, pero no da lasensación de haber realizado avances notables. Otro tanto ocurre con Diego Márquez del que sesabe que sigue siendo el titular de las siglas históricas y es fácil seguir sus conferencias y charlas porlas referencias dadas en Internet. España 2000, dirigida por José Luís Roberto (antes fundador de lasJONS, luego de las CONS, luego de FENS, finalmente asesor jurídico de ANELA, una asociación quelucha por la legalización de las prostitutas extranjeras) realizó un llamado a la fracción de López paraformar un frente común; tal es el origen del Frente Español al cual invitaron a unirse a Blas Piñar.Resulta difícil ver sentado a Blas junto al polémico defensor de la prostitución. Pero, a decir verdad,cosas más sorprendentes se han visto. Al llegar al momento actual, cuando se cumplen sesenta ytantos años desde la constitución de la Falange histórica, todo esto parece un culebrón que muy pocoo nada tiene que ver con la política.

Frecuentemente en estos ambientes se olvida que la política es lucha, creación, destino, en lugarde rivalidad, regate en corto y disputa familiar. Para los que observamos las últimas evoluciones delos acontecimientos en el sector falangista, especialmente a partir del 23-F, está claro que lo quepercibimos es un inmenso caos y desorden, una ineficacia absoluta para enderezar la situación yunas energías quemadas en el altar de la ineficacia. Incluso los que permanecemos fuera delambiente falangista, pero no muy alejados del mismo, nos resulta altamente incomprensible entenderqué es lo que ha ocurrido en los tres últimos años, máxime cuando son comprensibles las disputascuando lo que está en juego es grande y suculento. Pero, la lucha a navajazos es por los despojos deuna sigla y de un cadáver de difícil recuperación.

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

58

Page 59: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 59/64

CONCLUSIONES

BASES PARA UNA FALANGE QUE YA NO LO SERA

Llegamos a la última parte de nuestro pequeño trabajo. A la vista de todo lo anterior es lícitopreguntarnos ¿qué puede proponerse a los «últimos mohicanos» que militan hoy en las distintasfracciones falangistas?

Justo cuando nos preparábamos para escribir estas líneas en nuestro oficina de Madrid, a las8'00 de la mañana del 9 de octubre de 2002, un chaval nos entregó un ejemplar del diario gratuito«Metro» en cuya página 2 podía leerse la siguiente noticia: «Paliza de unos falangistas a miembros de IU: Un grupo de falangistas apaleó el sábado por la noche en un área de servicio de Aranda de Duero (Burgos) a varios miembros de Comisiones Obreras e Izquierda Unida de la Rioja que regresa- ban de la manifestación de Madrid contra el decretazo». Las distintas fracciones falangistas puedennegar el pasado negro que algunos les atribuyen y están en su derecho de explicar exactamente quepasó en esa gasolinera de Aranda. Lo que no pueden evitar unas fracciones es que sobre susespaldas recaigan los destrozos que realizan otros. Y lo que no puede evitar el conjunto es resultarperjudicados por un «pasado negro» del que no han sabido o podido zafarse.

Un partido debe cuidar su imagen pública. Desde 1934, el nombre de Falange está repetidamente

relacionado con represalias y episodios de violencia. El 20 de octubre de 2002, la fracción LaFalange, y el grupo valenciano España 2000 habían convocado una manifestación en Bilbao. justo eldía antes unos 125.000 manifestantes habían desfilado en San Sebastián con banderas españolascontra el nacionalismo vasco. Fue un éxito y se produjo sin incidentes. Al día siguiente, 200 o 250falangistas y miembros de España 2000 se manifestaron en Bilbao. Los incidentes proliferaron. Loque el día anterior fue un éxito de masas, el día siguiente apenas fue una escaramuza. A decirverdad, las cosas podían haber acabado peor. La manifestación falangista no pasará a la historia,salvo para sus asistentes. Es significativo lo que contaron al volver: «la mayor movilización nacionalen 25 años» y otras lindezas por el estilo demostraban ampliamente el sentido de estos grupos paraalterar, modificar y reinterpretar la realidad. Una manifestación incidentada y extremadamente mi-noritaria fue presentada como un «éxito histórico».

Quince días antes, entre 30 y 60 miembros de España 2000 entraban en acción en el barrioValenciano de Velluters. Habitualmente un grupo político realiza una acción para lograr insertar sulucha en la de un grupo social más amplio; los pequeños comerciantes, por ejemplo. España 2000,concretamente, pretende «limpiar de toxicómanos y camellos el barrio». Han existido precedentes enValencia y a cada convocatoria de España 2000 se producían incidentes con los grupos de extrema-izquierda; así que los pequeños comerciantes -los más afectados por las actividades ilícitas en lazona-, en lugar de apoyar a la manifestación, optaron por cerrar sus comercios ante los eventualesincidentes que pudieran provocarse. No, definitivamente, una organización política no puede permitirque su nombre se vea implicado constantemente en operaciones que invariablemente puedan tenerel riesgo de un entendimiento continuo con la violencia.

Y no importa que otras fracciones falangistas, prudentemente, se mantengan alejadas de estosepisodios. Lo que importa es que hay un fantasma que recorre la política española y que despunta de

tanto en tanto, y ese fantasma tiene un nombre genérico: «falange española» que colocamos conminúsculas, para distinguirla del partido histórico. Para la opinión pública cualquiera que utilice elyugo y las flechas, la bandera rojinegra, la camisa azul y el Cara al Sol, es lo mismo y no importa sise trata de activistas de extrema-izquierda obrerista falangista (que los hubo) como si se trata deguerrilleros de Cristo Rey en camisa azul (que también los hubo). La opinión pública y sus gestorestienden a simplificar: para ellos sólo hay una Falange, la que aparece en los medios de prensa y éstasale casi exclusivamente a la superficie cuando hay episodios de violencia. Falange es noticia cuandoprotagoniza incidentes de este tipo.

Este pequeño episodio casual aparecido en el diario «Metro» es para nosotros suficientementesignificativo de una situación de hecho, con ribetes dramáticos para unos y merecidos para otros: conlas siglas Falange Española, con todo el acompañamiento ritual y la parafernalia que viaja con ella,

es imposible realizar ningún tipo de trabajo político que pretenda tener un mínimo de viabilidad yeficacia. Tal es nuestra conclusión.

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

59

Page 60: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 60/64

Pero hay algo más. No se trata sólo de que, tal como hemos visto en las páginas precedentes,hayan existido errores de concepción en la actividad política del partido, incluso desde los orígenes,no se trata tampoco de que existan limitaciones teóricas y doctrinales y una inadecuación formal. setrata, fundamentalmente, de que el núcleo originario está tan absolutamente fragmentado y reducidoa una dimensión grupuscular, que resulta imposible realizar, con nada que tenga alguna similitud conel partido histórico, un trabajo político que pueda obtener unos beneficios mínimos.

El tiempo de Falange ha terminado. El partido histórico y sus distintos avatares fraccionales,hoy carecen de posibilidades para pesar mínimamente en la política española. Algunos de susmilitantes permanecen por cabezonería, irresponsabilidad o romanticismo. Ninguno de los que hoy semantienen activos en las distintas fracciones del partido se plantean problemas de efectividadpolítica. Ninguno se plantea los objetivos que serían normales para cualquier partido político: obtenercuotas de poder, influir en la sociedad, generar reformas en las estructuras del Estado. tan solo existeuna voluntad de supervivencia y una inercia que lleva de un pasado reciente, absolutamente infecun-do, a un futuro en el que la único objetivo ante la vista es la mera supervivencia. Y si esto es así -yresulta difícil que pueda negarse- ¿para qué seguir realizando actividad política callej era?

¿Sobrevivir? ¿para qué? ¿para aparecer en la edición del «Metro» de dentro de 5 añosprotagonizando un episodio similar en Bobadilla o Sabiñánigo? ¿para mantener una vida virtual enforos de Internet cada vez más fragmentados y con militantes más desmoralizados, más escépticos o

nuevas captaciones más inmaduras e ingenuas? No, camaradas, cuando las cosas llegan a undeterminado límite hay que reconocer que no pueden ir peor. Y las cosas, en el momento de escribirestas líneas, no pueden ir peor para las distintas fracciones falangistas y para la misma doctrinafalangista, primera víctima de las disputas, los conflictos interiores, las amenazas, las rivalidades, elfraccionamiento, que alcanzan hoy los niveles más alarmantes, sin duda, los peores que se hanregistrado jamás... justo en los tiempos en los que las distintas fracciones del partido están reducidasa la más mínima expresión.

Esta situación contribuye a degradar constantemente la herencia histórica de Falange Española.Por que, digámoslo ya, aun a riesgo de enfrentarnos a todas las fracciones: hoy no existe ningúngrupo que pueda, legítimamente, ser considerado heredero director de la Falange de José Antonio,Onésimo y Ruiz de Alda. Ninguno.

Los más ingenuos entre los falangistas, reconocen que el partido ha sufrido una erosión histórica,pero que, «Falange son los falangistas» y si estos dan «ejemplo», el partido remontará su crisis.Sobre cómo dar ejemplo, las respuestas ya son muy diferentes: para unos se trata de que losfalangistas den ejemplo de defender la unidad nacional acudiendo al País Vasco a manifestarse, paraotros se trata de insertarse en las luchas sindicales, los habrá que considerarán que solidarizándosecon el POLISARIO se mostrará cierta tendencia a la «apertura»... Todos, sin excepción se equivocan.Falange Española no reconstruirá su unidad y su prestigio en base a ninguna de estas iniciativas, nide ninguna otra que pudiera realizarse. Falange Española es una «marca hundida» y esto esirreversible, pero aunque no lo fuera.

... En cualquier curso de marketing y publicidad se dan ejemplos de marcas de mucho prestigioque, en un momento dado, han encontrado un problema. Habitualmente se dan los ej emplos de

marcas alimenticias en las que ha aparecido alguna bacteria o alguna irregularidad sanitaria.Inmediatamente esas marcas se han hundido. Cuando se ha optado por «levantarlas» ha resultadoimposible ni aun contando con cuantiosas dimensiones en operaciones imagen. La conclusión es quecuando una marca «cae», cuesta menos crear otra marca, antes que levantarla.

Y lo que vale en términos de marketing y publicidad, vale en términos políticos. Sin excepción. Lohan comprendido los partidos comunistas del Este europeo para los cuales la marca «comunismo» esuna marca que se ha visto perjudicada por una gestión negativa en los asuntos públicos durante 40años. De ahí que, ninguno de los partidos resultantes del desmantelamiento de los PartidosComunistas en Europa del Este haya proseguido con la misma «denominación de origen» y hayarecurrido a otras. Y, a tenor del destrozo que dej aron detrás, tampoco les ha ido tan mal.

Ahora bien, estamos hablando de Falange Española y de los falangistas. La pregunta es: siaceptamos lo anterior ¿ahora qué futuro se abre ante los falangistas? Lo primero es reconocer lamuerte de Falange Española, partido que ha entrado desde hace años en la historia de España,partido que es, a la postre, historia, esto es, pasado. Y lo que se hace con los cadáveres, es enterrar-

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

60

Page 61: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 61/64

los antes de que la degradación que sufra el cuerpo ya sin vida sea mayor. Hoy, las distintasfracciones falangistas afrontan una situación de degradación creciente. El ambiente que se percibe através de los foros de Internet es extremadamente enrarecido, denso, pesado y tortuoso. Losexabruptos son frecuentes, las salidas de tono el pan de cada día, los malentendidos y losenfrentamientos con otros grupos y el desencuentro, lo único que se tiene en el panorama del día adía. Y ayer menos que mañana. El problema de la degradación de los grupúsculos falangistas escreciente. Quien quiera comprobarlo que abra Internet. Allí, en las bases de datos de distintos

servidores, están incluidos los problemas que han vivido los falangistas los cuatro últimos años.Insistimos: la crisis es menor hoy que lo será mañana.

Claro está que quien quiere engañarse puede hacerlo libremente: el que en un mitin en Burgos sepublique que han ido 250 falangistas llega a todos los rincones de España, y el militante de Canariasse lleva la impresión de que el falangismo avanza. La información no va acompañada de fotos, por locual la cifra, evidentemente, está crecida. Se ocultan los aspectos negativos de la convocatoria, comoque por ejemplo, los autobuses llegados de otros sitios hacen que los burgaleses presentes seanpocos y los jóvenes menos aún. Quien quiere engañarse puede hacerlo libremente, excusas no lefaltan. Pero apelamos a la sensatez y a la racionalidad: las tesis expuestas en esta pequeña obrarecopilada aprisa y corriendo en apenas siete días de octubre indican que Falange Española hamuerto. Y acto seguido se impone una consecuencia lógica: hay que enterrarla con dignidad, antes

de que el proceso de degradación alcance tales niveles de vileza que el nombre del partido históricopase a ser sinónimo de vergüenza, bochorno e irrisión. Aún queda tiempo.

¿Cómo enterrar a Falange Española con dignidad?

Reconocemos que muchos de nosotros estamos vinculados emocional y vivencialmente aFalange Española. Militamos en nuestra juventud y conservamos de aquel tiempo recuerdos ex-celentes y horripilantes. Como humanos que somos, tendemos a relegar al olvido lo que de negativohubo en aquellos años y recordamos aquello que nos puede alegrar la vida que tenemos por delante.Además, aquellos eran los ideales de nuestra juventud. Podemos variar nuestras opiniones y nuestraforma de ver la vida, podemos rectificar nuestra opinión política, pero no podemos renunciar al hechode que un día nos consideramos falangistas y lo asumimos como una experiencia más que no po-demos -ni queremos- desterrar de nuestro pasado.

Y no creemos ser los únicos que experimentemos esta sensación. Por tanto, no se trata deenterrar al partido y seguir con lo cotidiano como si nada hubiera pasado. Se trata de enterrar alpartido político en sus distintas fracciones y la idea de que puede seguirse realizando actividadpolítica con esa sigla, esa estética y esa «marca». Y, una vez hecho esto, sentar las bases de unaFundación de carácter cultural destinada a la convivencia entre sus miembros (como hubo unaAsociación de Antiguos miembros del Frente de Juventudes o como hay una Hermandad deAlféreces Provisionales). Una fundación cuya misión no sería otra que rescatar la memoria histórica,reconstruir un ambiente en el que los que se sienten falangistas desde el punto de vista emotivoestén a gusto y donde se reivindique la historia del partido. El hecho de que la unidad no haya sidoposible en la acción política, no implica que una unidad no pueda realizarse cuando las pasionespolíticas y las luchas fraccionales hayan quedado atrás. Por lo demás, una Fundación puede

estructurarse de forma democrática y con «departamentos» interiores en los que los distintos afiliadospuedan organizarse por afinidad, o por pasado, o por origen: los que estuvieron en JuventudesFalangistas, los exmiembros del FES, los ex del FSR, los que estuvieron en los Círculos JoséAntonio, entre los hedillistas, los interesados por la historia del partido, los divisionarios, etc., etc., etc.

Una Fundación de este tipo tendría la ventaja de inhibir el nombre de Falange Española dellozadal político en el que se encuentra hoy. De otra parte, se impulsarían estudios históricos, tareasde investigación, de recopilación de documentos que hoy se encuentran dispersos en decenas dearchivos privados. Pero, sobre todo, se asumiría el hecho de que Falange es historia y que la historiapuede investigarse, dignificarse, restablecer la verdad histórica, reconstruirse. pero nunca revivirse.

Esto solucionaría una parte del problema, pero no la totalidad del mismo. Es posible que algunosmilitantes estuvieran interesados en continuar la lucha política. A ellos les decimos: camara- das,

precisáis una inevitable reconversión, precisáis romper las pautas de comportamiento político quehabéis tenido hasta ahora, rectificar la forma de hacer y entender la política. Por de pronto, es precisoarrojar lejos la mentalidad de marginación.

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

61

Page 62: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 62/64

Un militante político que pretenda atraer a las masas, ni siquiera en la situación másdesfavorable, puede adquirir la mentalidad de marginado. Incluso en zonas en las que el trabajopolítico es difícil en las actuales circunstancias -en el País Vasco, por ejemplo- es posible seguirtrabajando utilizando otras tácticas: no desde luego la manifestación o la acción directa, pero si laspequeñas reuniones de captación, el establecimiento de redes clandestinas en las que lapropagación de la idea se haga boca- oído y en donde la seguridad de los militantes y la extensión dela idea queden asegurados.

Pero es rigurosamente necesario abordar un proceso de «homologación democrática». Ya hemosvisto que, mientras persistan las actuales circunstancias, el desencadenamiento de un procesorevolucionario, es imposible y, por tanto, lo que cualquier partido tiene ante la vista es una larga luchapolítica por la conquista de las instituciones democráticas y un logro de mayores áreas de poder.Mientras se persista en consignas revolucionarias que caen en el vacío, el programa, sea el que sea,quedará ignorado por las masas.

Es preciso que los militantes reconvertidos asuman la interpretación gradualista de la luchapolítica según la cual la conquista de los objetivos políticos, desde el inicio de la lucha política, esdecir, cuando se está próximo al "nivel 0" y la conquista del objetivo político final, es decir, laconquista del Estado -"nivel 10"- no puede hacerse mediante un salto en el vacío (tesisrevolucionaria) sino mediante una progresión constante (tesis gradualista). La imagen a tener en

cuenta es la de una escalera, en la que cada peldaño supone una progresión hacia el lugar que sepretende alcanzar. Subirlo es un avance, descender un retroceso. Trasladado a la política, estoimplica necesariamente, tener la habilidad de identificar la naturaleza de cada peldaño, es decir decada etapa de lucha política.

La vía gradualista es, por lo demás, una forma de reformis- mo. A fuerza de dar consignas por la"revolución nacional" o por la "revolución sindical", muchos han perdido de vista que en los tiemposque corren no soplan vientos revolucionarios, sino todo lo contrario. El conformismo de buena partede las masas, está en contradicción con la necesidad que tienen de reformar algunas estructuras delEstado y del sistema económico, para poder progresar. Esta es la brecha que puede encontrar lapalanca reformista para arraigar entre las masas. La experiencia enseña que el maximalismorevolucionario no puede penetrar en un marco social que no experimenta la necesidad de un salvo

revolucionario.Hemos hablado de "homologación", no de pérdida de identidad. Entendemos por "homologación"

la voluntad de actuar políticamente como un partido democrático más. Pero no con el mismoprograma de un partido al uso. En este sentido, un partido de esas características debe tener unprograma reformista muy bien definido. Desde Carl Schmidth se sabe que lo esencial en política es ladistinción entre el "amigo" y el "enemigo": el amigo -con el que es posible la alianza, el trabajo encomún, el recorrer juntos una trayectoria- se le conoce por una razonable identidad con los objetivosy los ideales que defendemos.

Un partido reformista y democrático no puede sino estructurar un programa alternativo realista yposibilista, si pretende arraigar en la sociedad. Alejado de la demagogia, está obligado a elegir unoscuantos puntos que constituyan problemas reales y ante los cuales, el partido tenga algo que decir: la

inmigración ilegal, la amenaza a la seguridad nacional para España que constituye Marruecos, laespañolidad de Ceuta, Melilla y Canarias, la lucha contra la inseguridad ciudadana, la oposición a loscontratos basura y la búsqueda de la estabilidad laboral, defensa y protección a las familiasespañolas, evitar la pérdida del Estado del bienestar, la defensa de la Unidad Nacional y la revisióndel Estado de la Autonomías, la revisión del acuerdo de integración en la Unión Europea, la luchacontra el narcotráfico, la limitación a las grandes concentraciones de capital y a los beneficios exage-rados procedentes de la especulación, etc., etc., etc. Todo esto constituyen puntos de un programareformista que, defendidos por un partido político pueden conectar con las aspiraciones de un sectorde la población.

Algunos militantes de los actuales grupúsculos falangistas nos dirán: "Bueno, más o menos, esoes lo que defendemos hoy". Si, es posible, pero no hay que olvidar que el mantenimiento de las

referencias a la "falange", las siglas, los colores, todo lo que constituye la "marca", es al mismotiempo un lastre. Solo soltando lastre se emprende el vuelo.

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

62

Page 63: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 63/64

Cuando algunos falangistas nos replican que un partido que ha tenido una historia de más de

sesenta años ha dejado un poso en la sociedad española y que es preciso aprovechar ese poso, seequivocan. Si colocamos a un lado el activo de ese patrimonio histórico (que en las últimaselecciones no ascendió a más de 30.000 votos en las distintas fracciones falangistas que se pre-sentaron) y a otro el pasivo de lo que supone el lastre, se verá que el desfase es extraordinario afavor de ésta última. Los votos que se pueden recoger por el pasado histórico de Falange, cierran elpaso a nuevos votos que nunca jamás votarían a algo que consideran -razonablemente, por lo

demás- como patrimonio del pasado.La encrucijada que tienen que entender los militantes falangistas consiste en que tienen que

elegir entre el pasado y el futuro. Falange tiene historia. Solo historia. Nada más que historia. Laacción política es, en cambio, futuro. 

Es probable que todas estas conclusiones desilusiones a los últimos falangistas conscientes.Pero no hay mucho margen de maniobra: «autonomía histórica» frente a «modelo histórico», tal es laencrucijada. «Gradualismo» frente a «revolucionarismo». Presente frente a pasado. Realismo frente aromanticismo. Pragmatismo frente a idealismo ingenuo. Método político frente a expontaneismo einercia. Análisis político cotidiano frente a referencias esclerotizadas en libros sagrados eincuestionables. Eficacia frente a activismo frenético y deslabazado... tales son algunas de lasencrucijadas que tienen los últimos falangistas ante la vista.

La vida es una constante elección. Cada día estamos obligados a elegir entre distintasposibilidades. Y debemos de quedarnos con una sola opción frente a las muchas disponibles. Estoelimina de nuestro futuro potencialidades que podrían haberse desarrollado si hubiéramos elegidosiempre la opción justa. Los últimos falangistas tienen ante la vista unas encrucijadas difíciles deresolver, pero, finalmente, la cuestión es que haciendo lo que han seguido haciendo hasta ahora, elresultado será el que ya han experimentado en otras ocasiones; por el contrario, el rectificar susposiciones y buscar opciones nuevas, no es una garantía necesariamente de éxito. sino simplementesaber que los

fracasos anteriores ya vividos no volverán a repetirse.

* * *

Después de 200 folios de escritura apresurada sentimos la necesidad de resumir nuestraandadura en una sola conclusión.

Por todo ello, por lo visto y deducido, nuestro mensaje al ambiente falangista es nítido y diáfano.Se puede resumir en dos frases: Falange ha muerto. Enterradla con dignidad. Emprended rumbosnuevos coherentes con vuestro origen. Abriros, en definitiva, a la realidad del siglo XXI. Todo paraque los ideales de ayer se actualicen y puedan convertirse en práctica política. Todo para que cuandolleguemos a los últimos años de la vida no consideremos nuestro tránsito por la política como un ceroabsoluto, la crónica de un fracaso o una mera actividad de juventud. Una vez creímos en unosideales que debían transformar nuestra Patria en grande y justa. Es imposible claudicar de idealescomo estos. De lo que se trata, en definitiva, es de elegir vías más adecuadas y eficaces parahacerlos realidad.

Esta es nuestra crítica. Esta es nuestra propuesta.

Barcelona, 12 de octubre de 2002 

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO

63

Page 64: Falange una reflexión crítica

8/2/2019 Falange una reflexión crítica

http://slidepdf.com/reader/full/falange-una-reflexion-critica 64/64

SUMARIO

INTRODUCCION 7

I.  LAS SIETE MUERTES DE FALANGE ESPAÑOLA11

II.  LA INADECUACION IDEOLOGICA 54

III.  LAS NECESIDADES MINIMAS

DE LA LUCHA POLITICA 104

IV.  EL PROCESO DE GROPUSCULARIZACION140 CONCLUSION:

FALANGE. UNA REFLEXIÓN CRITICA SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DEL NACIONALSINDICALISMO