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Existía algo en su sonrisa , en sus ojos, y en su eleganc ia natural . Esto fue escrito por Audrey Hepburn, cuando le pidieron que compartiera los secretos de

Existía algo en su sonrisa, en sus ojos, y en su elegancia natural. Esto fue escrito por Audrey Hepburn, cuando le pidieron que compartiera los secretos

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Page 1: Existía algo en su sonrisa, en sus ojos, y en su elegancia natural. Esto fue escrito por Audrey Hepburn, cuando le pidieron que compartiera los secretos

Existía algo en su sonrisa, en sus ojos, y en su elegancia natural.

Esto fue escrito por Audrey Hepburn, cuando le pidieron que compartiera los secretos de su belleza.

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Para tener unos labios atractivos, dí siempre palabras amables.

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Para tener ojos adorables, mira siempre las cosas buenas de la gente.

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Para una figura esbelta, comparte tu comida con los que padecen de hambre.

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Para tener un pelo lindo, permite que un niño a niña pase sus deditos por él por lo menos una vez al día.

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Para mantener la elegancia, camina con la certeza de que nunca estás sola.

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Recuerda, si necesitas una mano amiga, la encontrarás en el extremo de cada uno de tus brazos.

Con el tiempo y la madurez, descubrirás que tienes dos manos: una para ayudarte a tí misma y la otra para ayudarle a los demás.

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La gente, más que las cosas, tiene derecho a ser reestablecida, revivida, reivindicada y redimida; Nunca rechaces ni deseches a nadie.

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La belleza de una mujer no está en su figura, en la ropa que viste o en la forma como se peina. La belleza de una mujer tiene que ser vista en sus ojos, por que son la puerta de su alma, el lugar donde habita el amor.

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La belleza de una mujer crece con el pasar de los años.

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La belleza de una mujer no está en la moda superficial.

La verdadera belleza de una mujer se refleja en su alma. En la bondad con la que dá amor y en la pasión que demuestra.

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No hay otro como tú

 Dios te quiere tal como te hizo. A Sus ojos eres una persona hermosa.

Todos somos seres singulares y extraordinarios. Para Él no

hay persona fea, sea cual sea nuestra figura.

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Oración para hoy Pudiste haberme hecho una persona perfecta según mi propio concepto de la perfección o el de alguien más. Sin

embargo, no lo hiciste, Jesús. Más bien me creaste tal como querías que fuera, y me dotaste de perfección a Tu manera.

Dudar de ello equivale a dudar de Tu amor. Aceptarlo es hallar completa paz, seguridad y reposo en Tu amor. Acógeme ahora, tal como soy, en Tu corazón. Amén.

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