Es Por Amor

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Milagros Ortíz (2007). Argentina.

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Es por Amor

Compilado por Milagros Ortiz

Ortiz, Milagros Es por Amor: las condiciones de creacin, empleo y produccin cultural en una ciudad ex-cntrica. - 1a ed. - Crdoba: baco - Cultura Contempornea, 2009. 131 p. ; 21x21 cm. ISBN 978-987-23782-1-9 1. Gestin Cultural. I. Ttulo CDD 306

Coleccin baco Cultura para la accin Primera Edicin, Septiembre de 2009, Crdoba, Argentina baco Cultura Contempornea Es por Amor se enmarca en el proyecto de la Fundacin baco -Formacin en cultura y desarrollo para funcionarios de ciudades perifricas- financiado con una Convocatoria Abierta y Permanente (CAP) de la Agencia Espaola de Cooperacin Internacional para el Desarrollo (AECID). Diseo y diagramacin: Iguen (Victoria Patrignani) Correccin: Mari Biain Asistencia: Carolina Chvez ISBN: 978-987-23782-1-9 Queda hecho el depsito que marca la ley 11.723 Libro de edicin argentina

A la Universidad Blas Pascal por su apoyo al equipo de investigacin, su aval al proyecto, que luego se hizo acreedor de la Beca Banco Ro Universia en el Concurso de Proyectos de Investigacin Cientfica para el Desarrollo Regional 2005, y la ayuda para la implementacin de la segunda etapa del trabajo de campo. Durante el transcurso de la investigacin, parte del equipo de trabajo se desempe como docente en el Diplomado de Gestin y Produccin Cultural de la Universidad Blas Pascal. Esto propici un espacio de dilogo y discusin que enriqueci enormemente el proceso investigativo. Al Lic. Pablo Canedo y especialmente al Lic. Adolfo Sequeira, integrantes de la presidencia y vicepresidencia respectivamente de la entonces Agencia Crdoba Cultura S.E. del Gobierno de la Provincia de Crdoba, quienes alentaron el trabajo considerando la relevancia que un estudio de este tipo tiene para la ciudad de Crdoba y contribuyeron econmicamente a la presente publicacin. A Luis Gregoratti, Susana Frozzi y Susana Mazzarella, funcionarios de la Subsecretara de Cultura de la Municipalidad de Crdoba, quienes contribuyeron y apoyaron la difusin de los resultados de la investigacin. A Gerardo Greco, Gabriela Halac, Marcelo Massa, Andrea Musso, Luz Novillo Corvaln, Andrs Oddone, Federico Pulisich, Claudia Santanera, Marcela Santanera, Esteban Tazzioli, Pablo Belzagui, Natalia Arrazcaeta y Carina Bustamante. A todas las instituciones, organizaciones, entidades, empresas y personas que accedieron amablemente a brindarnos informacin para que este estudio fuera posible.

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Introduccin AgradecimientosEs por Amor

La Investigacin Impacto de la cultura en la economa cordobesa. Identificacin de las cadenas de valor que integran el sector cultural cordobs: produccin editorial, escnica, musical y visual obtuvo la beca econmica 2005 en el concurso de Proyectos de Investigacin Cientfica para el desarrollo Regional, implementada por el Banco Ro en Argentina como parte del Plan de impulso a la Educacin Superior del Grupo Santander para investigadores pertenecientes a Universidades miembros del Portal Universia.

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Es por AmorLas condiciones de creacin, empleo y produccin cultural en una ciudad ex-cntricaPrlogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .9 Presentacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 Captulo 1: Las discusiones conceptuales frente a las realidades perifricas A priori Industrializacin de la cultura

Caractersticas y cuestiones generales Bienes y servicios culturales en el nuevo paradigma de produccin y consumo Enfoques conceptuales Enfoque adoptado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

La teoria, contrastada Economa y cultura: La discusin bibliogrfica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37 Captulo 2: La investigacin y el panorama general Panorama glocal Contexto internacionalMercosur Breve panorama nacional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45

Panorama de la cultura en la ciudad de Crdoba: Instituciones y espacios culturales Los espacios de la cultura Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53 Captulo 3: La investigacin y sus resultados La cadena de valor culturaL Cmo observar la cadena de valor cultural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67 Los sub-sectores culturales: anlisis y resultados Los mapeos

Las artes visuales Las artes escnicas Las editoriales La msica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71

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Introduccin SumarioEs por Amor

Es por AmorEntidades, organismos e instituciones no gubernamentales (1) que regulan o fomentan la produccin culturalArtes visuales Msica Artes escnicas Editorial Anlisis de conjunto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104

El empleo cultural de los artistas y creadores La actividad artstico-cultural Relacin entre profesin y empleo El perfil socio-demogrfico de artistas y creadores . . . . . . . . . . . . . . . . . 112 Consideraciones finales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125 Bibliografa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127

(1) Conclusiones en base a los resultados obtenidos de las organizaciones entrevistadas.

Introduccin SumarioEs por Amor Es por Amor

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PrlogoTal como se dice en el inicio de este trabajo, la realizacin en nuestro pas de un estudio sobre la incidencia de las actividades culturales en la economa y el desarrollo es, como mnimo, un hecho novedoso lo que equivale tambin a inusual. Ms novedoso e inusual todava cuando est referido a una ciudad del interior, como es en este caso Crdoba. Lo cual representa un mrito mayor, si entendemos que cualquier tentativa destinada al mejoramiento de una determinada realidad -urbana, provincial, nacional- necesita de aportes novedosos (inusuales) que estn a la altura de lo que se pretende lograr. Es sabido, aunque ello sea poco practicado, que toda poltica de desarrollo requiere para su diseo e implementacin de estudios, investigaciones, datos confiables, sin los cuales habr de resultarle muy difcil sostenerse en el tiempo y cumplir los objetivos proyectados. Y aunque la informacin resultante no siempre alcance el nivel de lo ms deseable, cualquier tentativa para hacerla posible ofrece suficientes mritos cuando se la entiende como parte de un proceso ms que como producto aislado, en cuyo transcurso habrn de irse perfeccionando los resultados y en consecuencia, tambin las polticas a implementar. Muy pocos aos atrs habra sido casi impensable la realizacin de estudios como el que ahora se presenta. Economa y Cultura aparecan entonces en nuestro pas -y en la mayor parte de Amrica Latina- como campos altamente diferenciados a la vez que incomunicables. La razn de ello estaba originada en aquella vieja concepcin de los prohombres de la economa clsica que, aferrados a los esquemas del valor de uso y el valor de cambio de los bienes y servicios econmicos, no haban entendido an la importancia del valor simblico, a la vez que econmico, que apareca con los nuevos bienes y servicios culturales. O lo que es igual, con la naciente mercantilizacin de estratgicos campos de la cultura. A lo cual se sumaba en nuestros pases -y ms an en el interior de los mismos- una visin muy estrecha de parte de quienes conducan las polticas locales, circunscrita a entender las diversas actividades de la cultura ms como gasto -necesario de ser reducido al mximo en los presupuestos de los organismos pblicos- que como una inversin para el desarrollo.

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Prlogo IntroduccinEs por Amor Es por Amor

Recin despus de la Segunda Guerra Mundial aparecieron otros paradigmas nacidos de la irrupcin en Naciones Unidas de numerosas y diversas culturas originarias de pases que hasta entonces haban estado colonizados o semicolonizados y que imponan su papel coprotagnico en el debate de los problemas mundiales, entre ellos el de la cultura y los medios de comunicacin. Adems, obviamente, de reclamar y exigir un nuevo marco de relaciones internacionales y un mundo ms justo y equitativo. No es casual entonces que recin a partir de esa poca, el concepto de cultura, entendida ella en sus trminos ms amplios y holsticos, como expresin de los procesos identitarios y de la diversidad que ellos traan consigo, fuera incorporado por primera vez en las nuevas constituciones que se sancionaron en distintos pases de Amrica Latina en las ltimas dcadas del siglo pasado. Un tema, como vemos, tambin bastante inusual y novedoso para la historia de nuestros pueblos. A partir de estos cambios aparecieron tambin y en trminos cada vez ms frecuentes, estudios y debates sobre la dimensin econmica de la cultura y tambin sobre su incidencia en el desarrollo nacional, regional o internacional. Muchos de esos aportes quedaron circunscriptos, como todava sigue ocurriendo en nuestros das, a un espacio tal vez demasiado academicista, un tanto endogmico con relacin a las polticas y las prcticas que llevaban (y llevan) a cabo -sea por presencia o por ausencia- los agentes pblicos, privados y sociales, para la creacin, produccin y circulacin de bienes y servicios artsticos y culturales. Lo ms importante de esas contribuciones tericas est lcidamente descrito en este trabajo, lo que permite conocer las distintas miradas aparecidas en la ltima dcada sobre las relaciones de la economa con la cultura, y que dieron pie a numerosos debates para definir trminos tales como industrias y economas culturales, industrias y economas creativas, industrias y economas del copyright, economas del ocio y el entretenimiento y tambin, como es de esperar, las nuevas definiciones que con seguridad ya se estn elucubrando en diversos crculos acadmicos. En tal contexto, el estudio que ahora se presenta tiene entre otros de sus distintos mritos el de intentar trascender el mero litigio conceptual y proporcionar datos e informacin altamente necesarios para quienes se propongan elaborar e implementar polticas culturales. Una contribucin sin duda que puede ser de suma utilidad a quienes, como los autores y artistas, se ocupan de la creacin de contenidos, y tambin a los numerosos agentes relacionados con la gestin,Prlogo IntroduccinEs por Amor Es por Amor

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produccin, difusin o comercializacin de un tipo de bienes y servicios en los que, por sobre cualquier otra cosa, prevalece el valor de lo simblico. El pas y cada una de sus provincias y principales centros urbanos, requieren de estudios e investigaciones como el que ahora se presenta y es de esperar que a travs de su continuidad y sostenibilidad, unos y otros puedan intercambiar las experiencias y las reflexiones que surjan de esa labor para beneficio mutuo. Que ser tambin para enriquecimiento de los campos estudiados. Por ejemplo, no parecera verosmil en pases como Colombia, Chile o Uruguay, la elaboracin de polticas y legislaciones para el desarrollo cultural -a la vez que econmico y social- sin la existencia previa de lo que fueron all los estudios que se llevaron a cabo sobre la incidencia de distintos campos de la cultura en la economa, tanto nacional como provincial o citadina, en materia de consumos e imaginarios culturales. Tampoco sera muy verosmil en nuestro pas la existencia de una legislacin cinematogrfica, tal vez la ms avanzada que hoy existe a escala regional, o el debate en torno a una nueva ley para los servicios audiovisuales, sin los estudios y aportes que tuvieron lugar a finales de los aos 80, cuando el novedoso concepto de Espacio Audiovisual Nacional, abri camino a una poltica en la que tienden a converger el cine, la televisin, el video y las nuevas tecnologas de este sector. En este sentido, el hecho de que un aporte local se constituya en claro referente de lo que puede ser posible -y deseable- en otros lugares del pas, contribuye a todo aquello que se est intentado en el plano nacional en esta materia, como son los avances producidos en la Secretara de Cultura de la Nacin con el Laboratorio de Industrias Culturales, el Sistema de Informacin Cultural de Argentina y las gestiones para la creacin de una Cuenta Satlite de Cultura, en una creciente articulacin con otros pases de Amrica del Sur y de Iberoamrica cuyos propsitos son similares. Y a nivel de grandes ciudades, este aporte se entronca a su vez con las experiencias que tuvieron lugar en lo que fue el Observatorio de Industrias Culturales de la Ciudad de Buenos Aires, hoy reconvertido en Observatorio de Industrias Creativas, o con aquellas otras que han tenido lugar ltimamente en distintas grandes ciudades de Amrica Latina como, por ejemplo, La Paz, Montevideo, Mxico DF, Bogot, Caracas, Santiago de Chile, Mxico, La Habana, entre otras, sea para medir en trminos cuantitativos la incidencia econmica y social de los distintos campos de la cultura, como para evaluar sus efectos cualitativos en la construccin de una ciudadana ms justa, solidaria y democrtica. En resumen: ms culta.

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Mrito, insisto, el de un trabajo como ste, que se acenta al elegir lo local como punto de partida, sin que ello omita o subestime los aportes tericos y las experiencias concretas del contexto nacional y mundial en el que tiene lugar. Pero la eleccin de un sitio concreto como sujeto de estudio y anlisis, incorpora elementos que rara vez figuran en los estudios de carcter macro, nacionales o regionales. Es ms, los enriquece, sin duda, al otorgarles datos y reflexiones particularizadas que dan una idea ms completa sobre la complejidad y riqueza de las relaciones entre cultura, economa y desarrollo. Contribuye a lo que convencionalmente podramos definir como nacional, pero desde un sitio particular. O lo que es igual elige una mirada nacional pero localmente situada. Un claro ejemplo de lo que puede representar para el pas una insercin en lo universal, cuando ella, antes que perderse en los intrincados laberintos de lo global, acepta aquello pero a partir de una mirada nacionalmente situada. Es en esta diversidad y complementacin de aportes -en el ida y vuelta del reconocimiento de unos y otros- que la cultura en general se complejiza y se fortalece, y es tambin en ella donde deberan acrecentarse y mejorarse las relaciones entre cultura y desarrollo. Para ello se hace recomendable que trabajos como ste -hecho y concebido por amor al arte en una ciudad excntrica-, no queden como productos aislados sino como captulos de un proceso que debera convocar a todos los sectores a posibilitar su sostenibilidad en el tiempo, tanto para avanzar en su perfeccionamiento como para aprovechar sus resultados en favor del conjunto de la sociedad. Octavio Getino Buenos Aires, agosto 2009

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PresentacinSin dudas una investigacin de campo sobre el impacto econmico de la cultura, en una ciudad como Crdoba - Argentina, es una novedad. La motivacin del equipo de trabajo es haberla concretado -humildementepor amor al arte. De hecho, cada uno de los participantes, adems de vivir cautivados por el arte y la cultura, trabajan y forman parte de proyectos, acciones, entidades y propuestas diversas. Y todos se vincularon a este proyecto en particular convencidos de que la produccin cultural de la ciudad de Crdoba debe empezar a mostrarse y manifestarse con otra impronta. Seguramente el lector esbozar una sonrisa, ya que, en general, toda obra artstica se muestra y pone de manifiesto la creatividad, destreza, tcnica, talento y trabajo de los artistas y creadores. Y vale la pena una aclaracin. Las manifestaciones de la cultura, como tambin los artistas, los creadores y los ciudadanos, no pueden (ni deben) reducirse a una mnima expresin, es decir, reducir la cultura a un sector productivo. Algo que lamentablemente suele ocurrir. En ese caso la discusin queda recortada, en un extremo, a pensar en bienes de consumo (culturales) y sus posibilidades de produccin, distribucin y circulacin en trminos de rentabilidad; en el otro extremo, a pensar a los ciudadanos como potenciales consumidores, lo que implica limitar el acceso a la cultura a la posibilidad de comprar o pagar por una experiencia cultural. Desde esta ptica se gestan polticas culturales y legislacin poco inclusivas que no pueden dar cuenta, ni incentivar, ni proteger (de cara al presente y al futuro) otras formas de creacin cultural. En este enfoque restrictivo las industrias culturales ocupan un lugar central en la investigacin, en los debates intelectuales y, en menor medida, en los discursos y programas polticos. As se menosprecia y descuida todo fenmeno cultural ajeno a la industria. Entonces la pregunta de la que partimos fue: qu sucede cuando existe una produccin cultural que no coincide estrictamente con las definiciones ms o

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menos ortodoxas de aquella produccin que es resultado de las industrias culturales? Esta perspectiva, que se presenta en las pginas siguientes, no es reduccionista, sino un recorte analtico que busca dimensionar el dinamismo endgeno de la produccin cultural y su impacto en la economa cordobesa. Perspectiva que pretende ambiciosamente aportar elementos a un nuevo debate sobre la relacin entre cultura y economa. La tentativa es acercar una realidad expuesta de otro modo para brindar argumentos fundados en un serio trabajo que -si bien se origina desde un mbito acadmico- tiene un perfil mucho ms sociocultural en su aplicacin. Adems pueden entre-leerse acciones concretas a realizar tanto por parte del sector pblico, como del privado, y, finalmente, por los productores, los creadores y artistas, que son el principio de esta cadena de valor cultural. Finalmente resta decir que esta publicacin retoma algunos ejes tericos conceptuales y los resultados del informe final de la Investigacin Impacto de la cultura en la economa cordobesa. Identificacin de las cadenas de valor que integran el sector cultural cordobs: produccin editorial, escnica, musical y visual, complementado con los materiales Informe sobre Industrias Culturales, realizado por la licenciada Milagros Ortiz con la colaboracin de la licenciada Carolina Pita (rea de Gestin y Polticas Culturales - Agencia Crdoba Cultura - Gobierno de la Provincia de Crdoba - 2007) y Panorama de la Cultura en la Ciudad de Crdoba: Instituciones y Espacios Culturales, documento realizado por la licenciada Daniela Bobbio. Milagros Ortiz Compiladora Agosto de 2009

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IntroduccinLa presente publicacin da cuenta de la labor desarrollada desde noviembre de 2005 hasta noviembre de 2006 en el marco del proyecto de Investigacin Impacto de la cultura en la economa cordobesa. Identificacin de las cadenas de valor que integran el sector cultural cordobs: produccin editorial, escnica, musical y visual. El equipo de investigacin estuvo compuesto por Alejandro Romanutti, Paula Beaulieu, Daniela Bobbio, Pancho Marchiaro, Daniela Monje, Milagros Ortiz y Mariana Pirra (2). Sin embargo, este compendio no se limita a presentar la investigacin, su modalidad y sus resultados, sino que pretende transmitir al lector las reflexiones y caminos recorridos antes, durante y post proceso de estudio de campo como modelo que utiliza conceptos tericos y metodolgicos para observar una realidad de carcter local y perifrico. La dedicacin de todo el equipo a la investigacin y a la formacin en cultura en sus curriculum personales ha devenido en la necesidad de practicar y ensayar cmo funcionan aquellos (conceptos, afirmaciones, generalizaciones, observaciones y conclusiones) contrastados con la realidad del sector cultural de la ciudad de Crdoba. A partir de la idea de que la cultura se manifiesta en las sociedades a travs de sus mltiples producciones, que constituyen esencialmente la base de la construccin y de la expresin de una identidad social, pero que para ello, la cultura requiere de un conjunto de condiciones para generar estas producciones. Se presume que en las sociedades actuales de mercado, como el caso de la ciudad de Crdoba, los emprendimientos de base cultural adquieren un rol fundamental y se naturalizan rpidamente las instancias de consumo cultural. Este escenario no se ve necesariamente acompaado por el diseo de polticas culturales especficas y adecuadas. Y la industrializacin de la cultura, ya sea

(2) Alejandro Romanutti. Magister en diseo arquitectnico. Docente de la Universidad Nacional de Crdoba y de la Universidad Blas Pascal. Investiga y escribe sobre arte y arquitectura. Paula Beaulieu. Licenciada en Comunicacin Social. Investiga sobre economa y cultura. Public el libro Quin asiste al teatro? Investigacin sobre consumo cultural de teatro independiente en la ciudad de Crdoba. Daniela Bobbio. Licenciada en Letras Modernas. Directora Acadmica de la Diplomatura en Gestin Cultural de la Universidad Catlica de Crdoba. Encargada de la Mediateca Enterate y del rea de Cooperacin para el Desarrollo del Centro Cultural Espaa-Crdoba. Autora del libro Latidos Urbanos: Nueva dramaturgia brasilea y compiladora de Inconsciente Colectivo. Producir y gestionar cultura desde la periferia y Tensiones. Seleccin de conferencias del Programa de Formacin en Gestin Cultural. Pancho Marchiaro. Director del Centro Cultural Espaa-Crdoba. Docente de la Diplomatura en Gestin Cultural de la Universidad Catlica de Crdoba. Autor del libro Cultura de la Gestin. Reflexiones sobre el oficio de administrar proyectos para la cultura. Daniela Monje. Magister en Comunicacin y Cultura. Tesista del doctorado en Ciencias Sociales de FLACSO. Investiga sobre comunicacin y cultura.

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a travs de la implementacin de tcnicas de reproduccin y/o comercializacin masivas, ha dado lugar a la aparicin de nuevos actores que mediatizan la relacin entre el creador y el pblico, siendo estos dos ltimos el comienzo y el final de la cadena de produccin. En este contexto, las instituciones gubernamentales y no gubernamentales, en nuestro pas y en particular en la ciudad de Crdoba, muestran un retraso en investigacin, produccin y anlisis de informacin en relacin a la produccin cultural y su impacto en la economa regional y nacional; que es el punto de partida imprescindible para la actualizacin de las polticas vigentes, tanto las que se orientan al crecimiento cuantitativo del sector (PGB, PBI, incentivos, desarrollo regional, etc.) o bien a propiciar un mejoramiento cualitativo de los contenidos simblicos producidos. Por su parte, el sector privado, de pequeas y medianas empresas culturales, demanda y necesita de datos con los cuales argumentar y plantear su accionar frente a nuevas reglas de juego de intercambio cultural. Basada en ello, surge un primer interrogante respecto a cul es el dinamismo endgeno del sector cultural en una ciudad perifrica y cul es su impacto en la economa de la ciudad, con nfasis en el papel del empleo y la capacidad productiva del sector. Antes de poder dar una respuesta a travs de un proceso investigativo es necesario revisar las distintas ideas o definiciones de sector o industria cultural que permitan luego el diseo metodolgico apropiado para responder a ese interrogante. El primer captulo, en consonancia con el primer momento de indagacin, da cuenta de los distintos enfoques que definen industria cultural y los debates que se sostienen en la actualidad entre las posiciones ms difundidas. Ninguno de estos enfoques pudo ajustarse a la produccin cultural cordobesa. Fue necesario entonces, a partir de algunos ejes, construir una definicin ms inclusiva de esta produccin. As surge un segundo momento, que se traduce en este libro en el captulo dos, que presenta un panorama general y particular de la cultura en la ciudad, tomando para ello publicaciones culturales, secciones de artes y espectculos de diarios locales, comunicados de prensa y registros institucionales de diferentes entidades, grupos y espacios culturales. Es este panorama el que per-

Milagros Ortiz. Licenciada en Ciencias Polticas. Docente de Administracin de la Cultura en la Diplomatura en Gestin Cultural de la Universidad Catlica de Crdoba. Mariana Pirra. Licenciada en Comunicacin Social. Bailarina y docente de Medida x Medida.

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mite identificar cuatro subsectores culturales de inters: editorial, musical, escnico y visual. Los dos primeros, aqu denominados subsectores, pueden encontrarse en varias sino todas las definiciones de industria cultural. Las artes visuales y las artes escnicas slo se incluyen en pocas definiciones y siempre de una manera incmoda. Son actividades culturales que demandan poca intermediacin, casi nula posibilidad de estandarizacin y serializacin y requieren la presencia del pblico en vivo. As entonces, el tercer captulo comienza conceptualizando la cadena de valor cultural, sus componentes y sus fases de produccin, que dan cuenta del crecimiento, evolucin y potencialidad de estas producciones con especial nfasis en los flujos de produccin, la relacin entre los agentes que intervienen y las caractersticas y condiciones del empleo que se producen. El objetivo general de la investigacin fue un acercamiento a la estimacin de la importancia econmica de la produccin editorial, musical, escnica y visual en la ciudad de Crdoba a travs del anlisis de los flujos de actividades e ingresos -cadenas de valor- implicados en estos sub-sectores culturales. Finalmente, fue necesario discriminar en trminos de empleo aqul que da cuenta del trabajo de los artistas o creadores. Los datos, por cierto escasos y siempre presentados en trminos cuantitativos en Latinoamrica, hacen referencia al empleo cultural y cuntos puestos laborales de las estadsticas de empleo nacional corresponden a cultura. Pero estos datos poco discriminan entre empleo calificado y sin calificacin y en menor medida cuntos corresponden a los artistas y creadores. Esta situacin oficia de doble encubrimiento, por un lado ocultan cuntos artistas y creadores pueden vivir de su trabajo, por el otro disimulan la precaricarizacin frente al empleo en blanco, a la cobertura social y lo que es ms grave an sus posibilidades de futuro de acceder a una jubilacin. La presentacin de los resultados de una exhaustiva encuesta a artistas y creadores de los cuatro subsectores respecto a las condiciones de empleo, su relacin con su profesin y sus condiciones de subsistencia cierran este volumen.

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Captulo 1Las discusiones conceptuales frente a las realidades perifricasA PrioriIndustrializacin de la culturaCaractersticas y cuestiones generales Bienes y servicios culturales en el nuevo paradigma de produccin y consumo Enfoques conceptuales Enfoque adoptado

La teoria, contrastadaEconoma y cultura: La discusin bibliogrfica

A prioriIndustrializacin de la cultura (3)Caractersticas y cuestiones generales La cultura, y en especial las industrias culturales, tienen un papel protagnico en el alcance del desarrollo, por su aporte a la economa, al empleo y al bienestar material. Pero ante todo, porque son constructoras de identidades sociales y son lugar donde se desarrolla innovadoramente la civilidad. En ellas se canalizan las demandas colectivas de amplios sectores sociales. As, desde esta perspectiva, la construccin del desarrollo tiene una dimensin cultural inherente. Sin embargo, la importancia de la cultura considerando su dimensin econmica radica, no slo en su incidencia sobre los procesos de desarrollo cultural o formativo, sino tambin en las relaciones de poder existentes en el interior de cada sociedad o entre naciones. Las industrias culturales se han convertido en los medios de mayor difusin y promocin de la cultura y las artes. stas, junto con los medios de comunicacin, posibilitan una multiplicacin del intercambio cultural entre las naciones y el interior de cada comunidad, constituyendo una de las principales bases de la industria y el comercio de las naciones ms desarrolladas. La UNESCO, con el propsito de articular dimensiones tan abstractas como la cultura, el arte, la creacin o la creatividad con otras y tan concretas como la industria, la economa o el mercado, vincula su definicin de industrias culturales con el derecho de autor sobre la produccin de contenidos. Y sobre este tipo de industrias, describe sus principales rasgos distintivos: - Su materia prima es una creacin protegida por el derecho de autor y fijada sobre un soporte tangible o electrnico. - En ellas se incluyen los bienes y servicios culturales fijados sobre soportes tangibles o electrnicos y producidos, conservados y difundidos en serie, con circulacin generalmente masiva. - Poseen procesos de produccin, circulacin y apropiacin social. - Estn articulados a las lgicas del mercado y a la comercializacin o tienen el potencial para entrar en ellas.(3) La mayora de los conceptos vertidos en este ttulo -Industrializacin de la cultura- y en el captulo siguiente, panorama glocal, corresponden al Informe sobre Industrias Culturales, realizado por la Coordinadora del rea de Gestin y Polticas Culturales, Lic. Milagros Ortiz, con la colaboracin de Lic. Carolina Pita. Agencia Crdoba Cultura, gobierno de la provincia de Crdoba, 2007.

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- Son lugares de integracin y produccin de imaginarios sociales, conformacin de identidades y promocin de ciudadana. Cabe observar que, en esta descripcin, se entiende como bienes culturales aquellos que transmiten ideas, valores simblicos y modos de vida, e informan o entretienen, contribuyendo a forjar y a difundir la identidad colectiva, as como a influir en las prcticas culturales. Estos bienes estn basados en la creatividad, individual o colectiva. Su singularidad consiste en que se transmiten sobre soportes capaces de ser reproducidos industrialmente y multiplicados para su circulacin masiva. Asimismo, los servicios culturales estn representados por las actividades que, sin asumir la forma de un bien material adquirible por el consumidor, atienden un deseo, inters o necesidad de cultura y se traduce en aquellas infraestructuras y medidas de apoyo a las prcticas culturales que los Estados, las instituciones y empresas privadas o de derecho semipblico, las fundaciones o las organizaciones sociales, ponen a disposicin de la comunidad para la apreciacin de los bienes ofertados. En esta lnea, se entiende que una mercanca cultural tiene un valor de uso ligado a la personalidad de los creadores; desde un punto de vista econmico, este tipo de mercanca se caracteriza por el carcter aleatorio de su valoracin. De hecho, los productores realizan numerosos ensayos antes de acertar y/o definir el producto, ya que el talento de un realizador o un artista, y la factibilidad de comunicacin con determinados pblicos, son hechos no siempre reproducibles. Esto es as porque el artista, creador o diseador de productos culturales incorpora un valor agregado a su trabajo (creatividad), que constituye el valor ms significativo para su supervivencia. De este modo, la creacin cultural no es slo resultado de la accin humana en cuanto produccin de valores de uso, sino aquella que comienza a definirse como tal cuando dicha produccin se ocupa de valores de cambio, objetos o servicios que los dems desean tener o utilizar y que se negocian en un determinado mercado. La creacin es tanto un acto individual como colectivo, pero asume su significado cultural cuando ella es encarada por determinados segmentos sociales, cuando tiene un reconocimiento colectivo. Es el colectivo el que le da significacin y dimensin a la creacin individual, que a travs de un mercado se enajena del creador y asume su rol como producto cultural (Rama, 1999).Captulo 1Es por Amor

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Sin embargo, en otro orden de anlisis -acciones, declaraciones, recomendaciones, entre otras-, la UNESCO no reduce la creacin cultural a lo comercializable, sino que reconoce el valor cultural de la creacin y produccin en s mismo y como modo de expresin y de ser de los individuos, las comunidades, etc. Bienes y servicios culturales en el nuevo paradigma de produccin y consumo "En la dcada de 1980, en parte debido a los cambios tecnolgicos por los cuales la nacin ha dejado de ser el lmite "natural" del mercado para los bienes culturales, y en parte como efecto del nfasis poltico en el uso de las fuerzas del mercado en lugar de las fuerzas estatales para determinar las inversiones y las decisiones de produccin, hubo en Amrica del norte y en Europa occidental y oriental una "desregulacin" generalizada que tuvo un impacto comercial en las industrias culturales. ste fue el contexto para un nuevo uso del trmino "industrias culturales": la referencia a su contribucin (en comparacin con otras industrias) para la creacin de riquezas y empleo. En primer lugar, se trataba de una respuesta nacional a la globalizacin de la produccin cultural". Desde mediados de los aos 80, "el sector de la cultura y de la comunicacin comienza a vivir una transformacin casi tan radical como la experimentada con la invencin de la imprenta. La aparicin de equipamientos multimedia, la digitalizacin de los contenidos as como los avances en las tecnologas de las telecomunicaciones, comportan un cambio radical en las formas de produccin y consumo" (4). Las ciudades son el actor que aparece revalorizado en este nuevo contexto mundial, generando identidades y valorizando lo urbano en s, estableciendo nuevos circuitos de produccin y de consumo, insertadas en el mercado internacional. Alain Touraine sostiene que "en una sociedad post-industrial, los servicios culturales han reemplazado a los bienes materiales en el ncleo de la produccin". "La era del acceso" Jeremy Rifkin (5), en su libro La era del acceso. La revolucin de la nueva economa (2000) nos habla de un cambio fundamental que est sucediendo en la naturaleza del comercio:(4) Segn Diccionario de teora crtica y estudios culturales (ver bibliografa). (5) Autor de El fin del trabajo. Profesor de Wharton, la escuela de negocios ms prestigiada del planeta, fundador y presidente de la "Foundation on Economic Trends" (fundacin que examina el impacto econmico, social y cultural de las nuevas tecnologas en la economa mundial).

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"... Hacia la mitad del siglo XXI, mercados, de contraste del capitalismo convencional, desaparecen, y sern reemplazados por un nuevo y favorable sistema econmico basado en conexin de redes. Antes vivamos en la era del capitalismo y de la propiedad y nuestro mbito era la geografa, pero ahora hemos evolucionado hacia la era del acceso y del ciberespacio; lo importante es tener acceso. Ahora lo que se comercializa es el tiempo y las experiencias humanas de los clientes". La nueva informacin en tecnologas de telecomunicaciones, e-commerce y globalizacin estn haciendo posible una nueva era econmica diferente del capitalismo de mercado. El cambio ms radical que se ha producido en la economa es la prdida del valor de los productos o de los bienes materiales, tanto por parte de los compradores como de los vendedores. El objetivo de la economa-red es vender a un mismo cliente tantos productos como sea posible, durante el mayor tiempo y con diferentes productos de diferentes lneas o mbitos y as crear un lazo de fidelizacin con ellos a largo plazo. La clave est en crear comunidades con estas relaciones, de forma que ser miembro de una comunidad o ser cliente de una compaa se convierta en algo tan importante o ms que ser propietario. En esta era, lo importante es disfrutar de las cosas y no es necesario ser propietario de ellas. Lo importante es disfrutar, formar parte, tener acceso. A partir de todo esto, Rifkin afirma que la aventura capitalista, que comenz con la mercantilizacin de bienes y la tenencia de propiedades, "llega a su culminacin con la mercantilizacin del tiempo y la experiencia humana. Y de ah a un sistema sustentado en la venta de la propia experiencia cultural slo hay un paso. Los viajes y el turismo global, las ciudades y los parques temticos, la moda y la cocina, los juegos y los deportes, la msica, el cine, la televisin e incluso las causas sociales estn convirtindose rpidamente en el centro de una economa cuyo objetivo comercial bsico son los recursos culturales. la cultura es mercanca, las relaciones interpersonales de pago son la norma, y la experiencia de vida se pone en venta, el yo autnomo se convierte en pura representacin en una sociedad concebida como un gran teatro. (...) El capital es el intelecto y la experiencia". Y de ah que Rifkin acabe advirtindonos que, cuando la economa absorbe a la cultura, slo quedan los lazos econmicos para mantener unida a la socieCaptulo 1Es por Amor

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dad. La gran pregunta de nuestro tiempo, entonces, es si la civilizacin podr sobrevivir cuando la esfera comercial quede como nico rbitro de la vida humana. Son preocupantes las implicaciones que expone Rifkin, en especial si reflexionamos sobre lo siguiente: no todos tienen acceso a la nueva economa. De la misma manera nos deja con una preocupacin respecto al mbito local, regional, nacional e internacional: cmo evitar que la brecha contine amplindose no slo entre pases, sino tambin entre los sectores de la sociedad que tienen acceso a la educacin de calidad, y aquellos cuyo trabajo y lo que producen va perdiendo valor en el gran intercambio de bienes y servicios? Al respecto, Nstor Garca Canclini -en una entrevista- opina sobre el acceso relacionando los conflictos entre lo local y lo global, y la actuacin de los gobiernos y de las grandes empresas afirmando: "Los conflictos se producen, en primer lugar, entre tendencias unificadoras y otras tendencias que actan a favor de la diversidad. Por otra parte, existen conflictos desencadenados por la desigualdad en los accesos. Lo que es interesante y novedoso es que no slo son accesos desiguales a los repertorios culturales globalizados, sino tambin accesos desiguales a lo local". En el acto de encender la televisin, con cuatro, diez o cien canales, se manifiesta la desigualdad de acceso. Tambin se manifiesta en el uso de Internet, que slo est al alcance del 2% de la poblacin mundial. Adems tenemos que recordar que los medios nos permiten acceder a lo local. As, en la medida en que lo local est atravesado por procesos de globalizacin, lo local se reformula, cambia. Y sus discursos e informaciones tambin se ven repartidas por el conjunto de sociedades. "La industria del ocio": la mercantilizacin de la cultura y espectacularizacin del arte Un estudio realizado en Valladolid, Espaa titulado Economa, ocio y cultura: Nuevas posibilidades de anlisis, plantea que la denominada "Civilizacin del ocio" del mundo actual tiene su fundamento "no porque se piense que los ciudadanos estn viviendo en una sociedad afluente, sin necesidad de trabajar y en perpetuo descanso, sino porque el ocio ha pasado a ocupar un lugar

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central en la jerarqua de valores de la sociedad contempornea y el trabajo se considera como una servidumbre, un peaje necesario". Obsrvese, en este sentido, cmo el ocio, de ser una caracterstica de los segmentos extremos de la poblacin (infancia y vejez), ha pasado a ser una condicin irrenunciable de la edad adulta, que ha cambiado los valores de produccin y laboriosidad tpicos de la sociedad industrial del siglo XIX, por la tica absolutamente hedonista de la contemporaneidad (Ruiz, 1996; Harvey, 1989). En este contexto, se explican multitud de empleos del tiempo de ocio de la sociedad actual, como son el boom del deporte, la extensin del turismo, el consumo de cultura, etc. Sin embargo, lo verdaderamente importante de estos nuevos comportamientos es que tienen una trascendencia econmica, en cuanto que las decisiones sobre el disfrute del tiempo libre responden a preferencias individuales y, por lo tanto, los distintos usos del ocio constituyen un bien comercializable y entran en la rbita del clculo econmico. En definitiva, el ocio se ha privatizado y, en su transformacin como mercanca, participa en el sistema de flujos econmicos de una sociedad. Este fenmeno reciente tiene que ver, en efecto, con el nuevo comportamiento de la sociedad actual respecto de la cultura; porque sta, de ser un placer escaso, ha pasado a convertirse en una exigencia de muchos ciudadanos; de ser un producto para la distraccin, a uno de los consumos ms habituales; de minoritaria y elitista, al consumo en masa. Los autores reconocen el concepto de mercantilizacin de la cultura, cuyo exponente ms expresivo quiz sea, precisamente, la modalidad del turismo cultural, puesto que, con esta forma de hacer turismo, la cultura, como manifestacin de la identidad, del saber y de la historia de los pueblos, se convierte en una mercanca, es decir, en un bien que puede ser demandado y consumido. En definitiva, en el turismo cultural se produce una simbiosis perfecta entre las nociones de cultura como proceso (identificacin de pueblos y pocas) y cultura como producto (manifestaciones artsticas e histricas de dichos pueblos y pocas), que se identifican, ambas, en un segmento determinado del mercado turstico. En este contexto se entiende, tambin, la transformacin del uso y la concepCaptulo 1Es por Amor

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cin de los museos actuales, que ms que santuarios de cultura se proyectan, en la actualidad, como lugares de masas, capaces de atraer a la sociedad por sus grandes exposiciones y por la osada de su arquitectura. De esta manera, toda ciudad que se precie a nivel nacional o internacional, parece que est compitiendo por disponer de un museo, lo ms espectacular posible y firmado por un arquitecto de renombre con el que ilustrar una nueva mitologa en las guas de viaje y, en ltima instancia, como forma de competir en la atraccin de visitantes y residentes. La creacin de este tipo de museos, en los que podramos decir que prima el continente sobre el contenido, la capacidad de exhibicin y de espectculo, sobre la coleccin musestica propia, se refiere fundamentalmente a instalaciones de arte de vanguardia y, en realidad, se corresponde con un elenco relativamente reducido de ciudades grandes, dentro de un sistema urbano nacional o internacional. De esta forma, en un mundo como el actual, marcado por el fenmeno de la globalizacin, el imperio de lo efmero y la uniformidad de comportamientos, se est produciendo un retorno a la nostalgia y bsqueda de elementos de identificacin en la historia, en la tradicin y en los valores cercanos al individuo (lo local, lo regional, etc.). Este reciclaje de lo pasado y de lo domstico, ha supuesto la recuperacin y valoracin de multitud de legados patrimoniales, que explican el enorme crecimiento de establecimientos musesticos y atracciones culturales. Llus Bonet Agust examina el fenmeno de la mercantilizacin de la cultura de forma clara y contundente: "La mercantilizacin creciente de los mercados de la cultura permite que se pueda hablar sin complejos de la dimensin econmica del hecho cultural. Esta mercantilizacin no afecta nicamente a la cultura industrializada (la edicin literaria o musical, la radiodifusin o la produccin audiovisual), sino tambin a todas aquellas manifestaciones de la alta cultura, la gestin del patrimonio o la cultura tradicional con un valor social reconocido. De algn modo se puede hablar de una integracin creciente de los sectores de la comunicacin y la cultura, englobando en este complejo desde el patrimonio y las bellas artes, al mundo de las artes escnicas, el libro o la televisin". Desde una perspectiva histrica, el fenmeno probablemente ms importante

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de los ltimos 150 aos sea la transformacin de la cultura popular, de base eminentemente agraria, en una cultura de masas industrializada, situacin predominantemente urbana, donde los contenidos y las formas de consumo y de produccin son ms homogneos, masivos y universales. Se ha quebrado la equiparacin entre cultura popular y cultura tradicional. El proceso de mercantilizacin que vive la cultura popular permite la produccin de nuevos bienes y servicios, y la distribucin de la produccin hacia mercados que se amplan a medida que se estandarizan los lenguajes comunicativos y se uniformizan los cdigos estticos y de valores a escala nacional e internacional. Por otro lado, los avances tecnolgicos posibilitan, con una precisin y calidad considerables y en aumento, la creacin y reproduccin de la mayora de productos musicales, audiovisuales, plsticos o literarios que se hallan en el mercado. En la actualidad, la posibilidad de rentabilizar una produccin en todos los formatos de difusin existentes explica el crecimiento de la inversin en la produccin y distribucin de los formatos reproducibles. Del mismo modo, las actividades de concepcin y gestin ms individual, autnoma o de carcter espontneo, como las actuaciones de artistas de calle o las de iniciativa festiva vecinal, tienden a desaparecer o a ocupar espacios marginales en el contexto de la oferta y los mercados culturales, cuando no se hibridan con las formas de la cultura de masas. La creacin desvinculada del mercado tiende a dejar paso a manifestaciones cada vez ms programadas y estables, en manos de empresas o de organizaciones sin fines de lucro consolidadas y profesionales. Los mercados de esta transformada cultura popular se caracterizan por ser bastante competitivos a pesar del dominio oligoplico de los mismos por parte de un nmero relativamente reducido de grandes corporaciones, en especial en la distribucin. Al lado de este grupo de grandes empresas, en la produccin contina existiendo un nmero muy elevado de pequeas y medianas empresas especializadas. Su flexibilidad, costos de produccin no excesivamente elevados y dominio sobre sus respectivos mercados locales, les permite innovar y ser competitivos en subsectores de actividad altamente especializados.Captulo 1Es por Amor

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Sin embargo, el proceso de mercantilizacin no se da nicamente en el campo de la cultura popular, que como se ha visto resulta transformada y procesada por las industrias culturales, sino tambin en el campo de la cultura tradicional y de la cultura de lite. La primera no se escapa del proceso, se inserta en el mercado, sea como factor complementario de atraccin turstica, sea como instrumento de identificacin colectiva, llegando a jugar un papel fundamental en el desarrollo social, econmico y cultural de muchas comunidades. La cultura de lite, por su parte, se mercantiliza a travs de la diferenciacin de sus contenidos, al amparo de un sistema educativo que sacraliza la herencia cultural y el trabajo artstico. Para finalizar estas reflexiones, y retomando los anteriores conceptos de Rifkin, los expertos locales Pablo Heinig y Emilio Graglia, abordan la cuestin desde la perspectiva de "La industria del tiempo libre", en la que incluyen deporte, turismo, cultura y recreacin. Estos autores hablan de la "experiencializacin" de los productos de la industria del tiempo libre, entendiendo que las experiencias son el resultado de la confluencia entre un suceso o evento y un sujeto o persona que lo vive en el plano fsico, emocional, intelectual y an espiritual. Aplicado al concepto de tiempo libre, son los sucesos o eventos que posibilitan a un sujeto o persona vivir experiencias de desarrollo personal, diversin, vnculo con el ambiente o contacto con la gente. Pero la caracterstica fundamental es que las experiencias son memorables y valoradas, ya que son vividas por las personas y, es esto a lo que apuntan, por lo que compiten y lo que buscan lograr estos nuevos modos y ofertas de uso del ocio y tiempo libre: involucrar al usuario en experiencias de entretenimiento -conectadas a los sentidos- para divertirse, educativas para aprender, escapistas -trasladarse a vivir la experiencia- para hacer o de dominio esttico para estar. Siendo posible y ptimo que la experiencia integre los cuatro dominios y la persona vivencie los cuatro estados. Enfoques conceptuales Ante el auge que han tenido los estudios culturales en las ltimas dcadas en Latinoamrica, los referidos a la economa de la cultura se concentraron fun-

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damentalmente en las industrias culturales, con la organizacin de actividades y espacios de reflexin y discusin, acompaadas de la creacin de reas especficas en el mbito pblico ubicadas -paradjicamente- a veces en reas culturales y otras en econmicas o de desarrollo y planeamiento, es fundamental entonces abordar el debate sobre la perspectiva ideolgico-conceptual tomada. Esclarecer la cuestin del debate de fondo sobre qu es o no industria cultural, si ello implica una industrializacin de la cultura o mercantilizacin del arte, o si slo es aquella "porcin" de las artes y la cultura que admiten una produccin de tipo industrial (discos, libros, etc.); preguntar si la industria del entretenimiento y el espectculo son el teatro, la msica en vivo, el cine, la televisin producidos para el consumo masivo, etctera, son debates que deben hacerse a los fines de tomar una posicin seria y reflexiva, sin dejar de atender que en realidad esto es "la cola" del debate sobre la propiedad (que sea apropiado) o la conveniencia o no de tomar la "Economa de la cultura" como disciplina habilitada para dar sentencia sobre qu debe hacerse en materia de artes y cultura. A continuacin, se presentan tres grandes nodos tericos que se advierten claramente en la diversa bibliografa en la materia como modos posibles para abordar los bienes, productos y servicios culturales. 1. Industria propiamente dicha Es la visin de quienes diferencian en el campo cultural a las industrias culturales, que son slo aquellas que -si bien parten de un acto creativo- se adecuan a procesos de produccin, distribucin y consumo semejantes a los de cualquier otro bien. Generalmente asocian y/o incluyen las tradicionales industrias culturales -editorial, disco y cine- a las de comunicacin, informacin, multimediales e incluso la publicidad. Llus Bonet Agust (6) afirma que "el anlisis de la cultura estructurado alrededor del concepto de las industrias culturales (...) concibe la cultura, definida en trminos de produccin y circulacin de sentidos simblicos, como un proceso material de produccin e intercambio que forma parte de -y de forma significativa son determinados por- los procesos econmicos ms amplios de

(6) Investigacin realizada para la Oficina para Europa del Banco Interamericano de Desarrollo: Economa y cultura: Una reflexin en clave latinoamericana, Barcelona, enero de 2001.

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la sociedad, con la que comparte muchas de sus formas. No obstante, la mayora de los autores limitan el uso del trmino industrias culturales a los sectores donde es posible la reproduccin seriada: el audiovisual, el libro y los fonogramas". sta es la acepcin a la que l adhiere aunque rene actividades propiamente industriales (produccin y distribucin de libros, vdeos, pelculas o fonogramas) junto con los servicios de radiocomunicacin. Segn Sandra Rapetti -destacada experta e investigadora uruguaya- la cultura, para la economa de la cultura, puede clasificarse segn las distintas lgicas de produccin en: - espectculos en vivo; - bellas artes; - patrimonio, museos y galeras; - industrias culturales: editorial, discogrfica, cine, prensa, tv, radio y publicidad. La autora destaca que las industrias culturales son empresas con fines de lucro destinadas a mercados de consumo y que en los dems casos hay otros factores en juego, y hasta pueden ser sin fin de lucro. 2. Sector econmico creativo Es la postura de la mayora de los documentos y organismos internacionales, pero sobre todo de los discursos gubernamentales a nivel de integracin regional, nacional y local. Para comprenderlo, se destacan los esfuerzos de la UNESCO por definir y advertir el papel protagnico de la cultura como un sector econmico en s, con los aditamentos y beneficios altamente apreciados de vehiculizar valores de identidad, diversidad y cohesin social. Asimismo pone de relieve la importancia de la cultura como promotor de desarrollo y empleo: "Las industrias creativas constituyen un componente cada vez ms importante en las economas post-industriales basadas en el conocimiento. No slo contribuyen al crecimiento econmico y la creacin de empleo, sino que tambin actan como elementos vehiculares en la transmisin de la identidad cultural, aspecto ste esencial en la difusin y promocin de la diversidad cultural".

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Durante la ltima dcada, diferentes gobiernos de todo el mundo han empezado a reconocer este hecho y han comenzado a desarrollar polticas especficas para la promocin de las industrias creativas. Respecto a esto, UNESCO y la Alianza Global para la Diversidad Cultural en el documento "Comprender las industrias culturales" esclarecen una importante cuestin al diferenciar las industrias culturales y las industrias creativas. El trmino industria cultural se refiere a aquellas industrias que combinan la creacin, la produccin y la comercializacin de contenidos creativos que sean intangibles y de naturaleza cultural. Estos contenidos estn normalmente protegidos por copyright y pueden tomar la forma de un bien o servicio. Las industrias culturales incluyen generalmente los sectores editorial, multimedia, audiovisual, fonogrfico, producciones cinematogrficas, artesana y diseo. El trmino industria creativa supone un conjunto ms amplio de actividades que incluye a las industrias culturales ms toda produccin artstica o cultural, ya sean espectculos o bienes producidos individualmente. Las industrias creativas son aquellas en las que el producto o servicio contiene un elemento artstico o creativo substancial e incluye sectores como la arquitectura y publicidad. El estudio (7) La Cultura como generadora de crecimiento econmico, empleo y desarrollo realizado para la II Reunin Interamericana de Ministros y Altas Autoridades de Cultura de la Organizacin de los Estados Americanos (OEA) Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral (CIDI), apunta conceptos claros sobre este enfoque: "Algunas de las actividades ligadas a la cultura generan adicionalmente un impacto econmico anlogo al producido por otros sectores en la economa. ...la cultura es (...) un sector econmico tan o ms importante que cualquier otro sector productivo. Las transacciones econmicas en el seno de la cultura generan efectos econmicos positivos como el aprendizaje y el conocimiento". Este trabajo incorpora una visin que abarca las artes tradicionales y que se extiende hasta la industria cultural, en la cual se redefine el concepto mismo de cultura y se juegan grandes intereses econmicos y sociales. As, reconoce plenamente la condicin econmica inherente a las industrias culturales en el marco de un mercado globalizado, que incluye: radio, televisin, revistas, msica, libros, prensa, cine, video, artes escnicas, artes visuales, artesana,

(7) Javier Machicado, candidato a Doctorado en Estudios Iberoamericanos. Universidad de Pars X.

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publicidad, nuevas tecnologas, educacin artstica, patrimonio material e inmaterial y turismo cultural. 3. Perspectiva del Derecho de Autor y derechos conexos Para entender este enfoque debemos situarnos en los trabajos realizados por la Organizacin Mundial de la Propiedad Intelectual -OMPI-, que plantea el marco general de esta perspectiva. Primeramente, debemos presentar la propiedad intelectual que tiene que ver con las creaciones de la mente: las invenciones, las obras literarias y artsticas, los smbolos, los nombres, las imgenes y los dibujos y modelos utilizados en el comercio. sta, se divide en dos categoras: la propiedad industrial (invenciones, patentes, marcas, dibujos y modelos industriales e indicaciones geogrficas de origen) y el derecho de autor (obras literarias y artsticas). El derecho de autor y los derechos conexos son conceptos e instrumentos jurdicos a travs de los cuales se protege el derecho de los creadores sobre su obra, y se contribuye al desarrollo cultural y econmico de los pueblos. El derecho de autor tiene un papel importante, y actualmente muy discutido, en la articulacin de las contribuciones y los derechos de los distintos grupos interesados que participan en las industrias culturales y la relacin entre stos y el pblico. A nivel mundial, esta institucin y en el mbito nacional, el INPI -Instituto Nacional de Propiedad Industrial- despliegan el marco conceptual de esta temtica, que se muestra en los siguientes puntos: - La expresin derecho de autor hace referencia al acto principal, respecto de las creaciones literarias y artsticas, que slo puede ser ejecutado por el autor o bajo su consentimiento. Ese acto es la produccin de copias de la obra literaria o artstica, como un libro, una pintura, una escultura, una fotografa, una pelcula. La segunda expresin, derechos de autor (o derechos de los autores), hace referencia a los derechos de la persona creadora de la obra artstica, reconocido en la mayor parte de las legislaciones, de que el autor tiene ciertos derechos especficos sobre su creacin.

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- El tipo de obras que abarca el derecho de autor incluye: - obras literarias como novelas, poemas, obras de teatro, documentos de referencia, peridicos y programas informticos; - bases de datos; - pelculas, composiciones musicales y coreografas; - obras artsticas como pinturas, dibujos, fotografas y escultura; - obras arquitectnicas; publicidad, mapas y dibujos tcnicos. - Los derechos conexos al derecho de autor se desarrollan en torno a las obras protegidas por ste y conceden derechos similares, aunque ms limitados y de ms corta duracin, a: - los artistas intrpretes o ejecutantes (tales como los actores y los msicos); - los productores de grabaciones sonoras (por ejemplo, las grabaciones en casettes y discos compactos); - los organismos de radiodifusin respecto de sus programas de radio y de televisin. - Muchas obras creativas protegidas por el derecho de autor requieren una gran distribucin, comunicacin e inversin financiera para ser divulgadas (publicaciones, grabaciones sonoras, pelculas); por consiguiente, los creadores suelen ceder los derechos sobre sus obras a particulares o empresas ms capaces de comercializar sus obras, por el pago de un importe. Estos importes suelen depender del uso real que se haga de las obras y por ello se denominan regalas. Enfocadas desde esta visin estos conceptos son abordados por la OMPI en el estudio "Importancia econmica de las actividades protegidas por Derechos de Autor y conexos en los pases del Mercosur y Chile", para identificar las instituciones dedicadas a derechos de autor y los problemas relacionados. All se plasman los conceptos de "Industrias de derechos de autor y conexos" y "Actividades relacionadas con los derechos de autor y conexos", que es un concepto ms amplio, ya que actividades como la distribucin, creacin de software, servicios tcnicos, fabricacin de aparatos de televisin, radio y ordenadores se incluyen dentro del concepto. Se definen conceptos bsicos como: - Derechos intelectuales: conjunto de los derechos de autor, conexos, de patentes, de los cientficos, de dibujos y modelos industriales, de marcas, nombres y denominaciones industriales, y de proteccin contra la competencia desleal.Captulo 1Es por Amor

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- Derecho de autor: se inscribe dentro de los derechos intelectuales y se refiere a la proteccin de las creaciones expresadas de forma literaria, musical, artstica y/o cientfica. - Se hace una diferenciacin entre la concepcin del derecho de autor latina y la concepcin angloamericana del copyright. Luego se plantea que ante el contexto de avance tecnolgico que lleva a un incremento de la piratera (muy generalizada en Amrica Latina) es importantsima la legislacin de propiedad intelectual y su efectividad. Se parte de la base de que la propiedad intelectual es un instrumento importante de desarrollo; los pases en desarrollo requieren legislaciones que se vayan reformulando y un control efectivo de la propiedad intelectual, para poder desarrollar ventajas competitivas en ciertos sectores con gran incidencia en su economa. Para definir las "Actividades relacionadas con los derechos de autor" el estudio aplica la metodologa de Siwek & Mosteller adoptada por Carvalho, que considera cuatro grandes grupos de actividades y en base a estas, cuatro tipos de "Industrias relacionadas con derechos de autor": Actividades Industrias CaractersticasDedicadas a la creacin de productos como: libros-revistas-peridicos-folletosotros escritos, conferencias-sermonesexplicaciones didcticas, radio, televisin, cine-otras obras audiovisuales, discos-cintas, composiciones musicales, teatro, publicidad, obras de arte aplicado, planos y obras de arquitectura, obras fotogrficas, ilustraciones-mapas-croquis relativas a la geografa-topografa-arquitectura-ciencias, software y procesamiento de datos. Ofrecen servicios requeridos para "Actividades de derecho de autor": negociacin, servicios de arquitectura, servicios de diseo, ingeniera de asesoramiento especializada

Protegidas plenamente Industrias por los derechos de au- principales tor (actividades centrales o core)

Protegidas parcialmen- Parcialmente te por los derechos de relacionadas autor

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De distribucin

De distribucin o comercio

Realizan la distribucin del material protegido por los derechos de autor: transporte de mercaderas, libreras, disqueras, distribucin minorista, comercio mayorista ... Relacionadas con las industrias principales: fabricacin de papel, fabricacin de porta CD, fabricacin de equipamientos usados para material protegido por derechos de autor (fabricacin de ordenadores, aparatos de radio y televisin, instrumentos de msica...) y asistencia tcnica de dichos equipamientos.

De produccin y asisten- Industrias cia tcnica de aparatos relacionadas que se usan para materiales protegidos por los derechos de autor

De modo que se analizan no slo las industrias directamente vinculadas a derechos de autor, sino tambin todas aquellas actividades conexas tanto hacia atrs (fabricacin de televisores, ordenadores...) como hacia adelante (distribucin, comercializacin...). El enfoque comnmente adoptado Sector econmico creativo, ampliamente denominado como industrias culturales es todo lo artstico-cultural, porque cualquier obra, producto, bien o servicio, o "experiencia" es susceptible de ser comercializado con fines mercantiles e industriales. Lo industrial no depende del modo de fabricacin sino de la finalidad al acercarlo al pblico. Y si esa finalidad es la comercializacin, a ello se asocia el modo de consumo. Al respecto, podemos decir (8): - En principio, son aquellas que tienen por objeto producir bienes o servicios culturales, en el sentido restrictivo del trmino cultura. Pues en la medida que, si bien todos los productos que el hombre genera (y precisamente por ello) pueden ser llamados culturales, los que aqu se apartan son aquellos que tienen una vinculacin inmediata con la creacin de sentido. - As, el listado de los objetos o servicios que puede llamarse culturales estara compuesto por aquellos que respondan a la caracterizacin de productos con valor simblico agregado, reconocibles en tanto tales por

(8) Segn ideas y conceptos vertidos por el Lic. Adolfo Sequeira, ex vicepresidente de Agencia Crdoba Cultura, gobierno de la provincia de Crdoba, Argentina.

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el comn. (Por ejemplo, si bien un cd de msica es claro que porta un bien cultural, no est muy claro, por lo menos para el conjunto y a los efectos que hemos determinado, que un cd conteniendo la base de datos de un centro mdico tambin lo sea. Ello motiva, a nuestro entender, que el adjetivo de culturales reconoce siempre una seleccin que nace de las necesidades de quien trabaja con ellas.) - No pueden escapar a la necesidad de que su producto contribuya a abastecer a algn mercado. - Algunos criterios que pueden ayudar a orientar la seleccin: 1. Un mismo bien o servicio cultural puede estar tomado, para su promocin, desde distintos mbitos. Por ejemplo, el patrimonio cultural puede ser abordado desde un rea gubernamental de cultura, de turismo o de manejo de los suelos (vg. minera). 2. Asimismo, la seleccin puede estar referenciada en las habilidades con que se cuentan para su manejo, pues los nichos que ofrece la economa global precisamente adquieren esa caracterstica porque necesitan de una singular capacidad de usufructo. (La produccin de sofware, por ejemplo, resultar propicia en donde existan, como en Crdoba, ocho universidades.) - En otro sentido, pero en vinculacin con los anteriores, podemos decir que se trata, en general, de formas de produccin aptas para la generacin de empleo.

(9) Luis Stolovich, de nacionalidad uruguaya, fue economista, profesor de la Universidad de la Repblica de Uruguay, especializado en aspectos sociales y culturales del desarrollo. Tambin fue Miembro de la Asociacin Culturec. (10) Nstor Garca Canclini, de nacionalidad argentina, es filsofo y antroplogo, doctorado en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de La Plata. Desde 1976 est radicado en Mxico. Se desempea como profesor e investigador de la Universidad Autnoma Metropolitana de Mxico. (11) Octavio Getino nacido en Espaa, pero naturalizado argentino. Es guionista y estudioso de la cultura. Fue coordinador del Observatorio de Industrias Culturales de la ciudad de Buenos Aires. (12) Germn Rey es colombiano. Es investigador de comunicacin y cultura. Es asesor general del proyecto de Economa y Cultura del Convenio Andrs Bello. (13) Llus Bonet Agust es espaol. Director de los cursos de postgrado en Gestin cultural, Universitat de Barcelona. (14) George Ydice es estadounidense. Profesor y ensayista. Director del Centro de Estudios Latinoamericanos y del Caribe y del Centro de Investigaciones de Polticas Culturales, de la Universidad de Nueva York.

La teora, contrastadaEconoma y cultura: la discusin bibliogrficaOtra forma de acercamiento menos condescendiente con la idea llana de industrializacin cultural expuesta en el apartado anterior resulta de comenzar el recorrido a partir del cruce entre Economa y Cultura en el marco de la reflexin latinoamericana. Reflexin que convoca a voces de intelectuales y acadmicos como a Luis Stolovich (9), Nstor Garca Canclini (10), Octavio Getino (11), Germn Rey (12), Llus Bonet Agust (13), George Ydice (14), entre otros, que desde su vasta produccin ensaystica se destacan por su aporte a los estudios de cultura en Latinoamrica.

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El primer antecedente sobre la dimensin econmica de la cultura es el estudio de Baumol y Bowen en la dcada de los 60 (15) y luego, economistas de renombre como Paul Samuelson, John Galbraith y Gary Becker pusieron en evidencia que en el sector cultural las leyes de oferta y demanda no se manifestaban como en otros mercados y consumos. A fines de los 70, con la publicacin de Journal of Cultural Economics y los primeros congresos internacionales de Economa de la Cultura, comienza a instalarse la discusin. Jess Prieto de Pedro (16) que la controversia se genera en los aos 40 con Adorno y Horhkeimer (Escuela de Frankfurt) y hasta entrados los aos 80 donde todava se observa la resistencia a asociar mtodos y procesos industriales a bienes culturales en una reunin organizada por la UNESCO en Montreal donde se determina que "Existe una industria cultural cuando los bienes y servicios se producen, reproducen y conservan segn criterios industriales... aplicando una estrategia de tipo econmico, en vez de seguir una finalidad de desarrollo cultural". Llus Bonet Agust (17) pone de manifiesto que en los pases anglosajones, arts and culture forman un mismo concepto, vinculado al fenmeno de la creatividad literaria, plstica o de las artes escnicas; aunque en Estados Unidos los productos de la industria fonogrfica y audiovisual o el mundo de los espectculos de Broadway se incluyen en el sector del ocio y espectculos, el mundo del show business, y -como dice Prieto de Pedro- "se ensancha hasta la duda al incluir el entertainment". En otro tipo de abordaje George Ydice (18) afirma que "Las industrias culturales han jugado un papel importante en la historia de la consolidacin de la identidad nacional de los pases latinoamericanos y cita los peridicos del siglo XIX, el libro en el siglo XX, el auge de la radio y la msica popular en los aos 30, el cine en la dcada de los 40 y 50, y la televisin a partir de 1960. Ydice sostiene "que en la ltima dcada y media la implantacin del modelo econmico neoliberal ha erosionado la participacin del Estado en el fomento de las industrias culturales", permitiendo de este modo la "penetracin de los conglomerados globales de entretenimiento, que no slo adquieren los derechos a los repertorios latinoamericanos sino que estrangulan gran nmero de productoras y editoriales, en su mayora pequeas y medianas empresas"... En esta lnea, concluye proclamando que "es necesario recordar que las industrias culturales no slo son instrumento de los conglomerados de

(15) W. J Baumol y W. G Bowen. Performing Arts - The Economic Dilemma. New York. The Century Fund, 1966. (16) Jess Prieto de Pedro, Cultura, Economa y Derecho, tres conceptos implicados, Pensar Iberoamrica - revista virtual, N 1 Junio-Septiembre, 2002, www.oei.es (17) Llus Bonet Agust, Economa y cultura: Una reflexin en clave latinoamericana, investigacin realizada para la Oficina para Europa del Banco Interamericano de Desarrollo, Barcelona,

2001.(18) George Ydice, Las industrias culturales: ms all de la lgica puramente social, el aporte social, Pensar Iberoamrica - revista virtual , N 1 JunioSeptiembre, 2002, www.oei.es

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entretenimiento que amenazan "aplanar" sonidos, estandarizar imgenes, coreografiar gestos, logotipizar la vida e imponer el ingls. Son tambin patrimonio histrico y vivo, y recurso que proporciona empleo e ingresos, actividad econmica que produce retornos tributarios, pero sobre todo son medios para coordinar los deseos, aspiraciones y preocupaciones ciudadanas, de todo aquello que viene de fuera y queda al margen del espacio pblico, y as hacerlo asequible para que a partir de all siga gestndose la creatividad, y transformndose en el combustible ms importante de la nueva economa". Octavio Getino (19) -director de la primera investigacin sobre la dimensin econmica de las industrias culturales nacionales en 1992- las considera centro de gravedad de la cultura, definindolas como "un vasto e intrincado universo de industrias, que apenas tiene poco ms de un siglo y medio de vida, en el que se incluyen distintos y a la vez complementarios sistemas, representativos de la informacin, la comunicacin, la educacin, el entretenimiento, la cultura y el conocimiento". Getino habla de la necesidad de polticas proteccionistas para contrarrestar lo que llama la concentracin y transnacionalizacin de la economa, pero haciendo la salvedad que este tipo de poltica "podra tener muy poco futuro si no se la enmarca en finalidades ms ambiciosas, como son las de promover y potenciar, segn las circunstancias de cada pas o regin, los recursos econmicos, humanos y tcnicos existentes para equilibrar fuerzas y ser capaces de crecer en trminos locales o regionales en la competencia con las transnacionales que hoy tiene la hegemona o el dominio del sistema". Esto se sostiene en sus ideas fundamentales de que la cultura en general es el alma de los pueblos, las industrias culturales el motor que la moviliza y que las Pymes expresan la diversidad cultural de una sociedad en mayor medida -al no estar condicionadas- y que continan respondiendo a demandas culturales de la poblacin por tratarse de mercados donde las empresas locales pueden competir en mejores trminos. Respecto a las polticas culturales, en los ltimos aos se han desarrollado nuevas formas de analizar y planificarlas pasando de un modo unidireccional, verticalista y fuertemente cargado de ideologa poltica y partidaria, a un modo ms democrtico de consenso y con diagnsticos y estrategias relacionadas a la atencin y dimensionamiento de cultura y su asociacin con materias como medios de comunicacin, turismo, gastronoma, desarrollo local y sustentable, integracin social, desarrollo regional, etc.

(19) Octavio Getino, Las industrias culturales: entre el proteccionismo y la autosuficiencia, Pensar Iberoamrica revista virtual , N 4 Junio-Septiembre, 2003, www.oei.es

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Sobre esto, y a partir de un anlisis de las sociedades modernas y la realidad latinoamericana, nos dice Gerardo Caetano (20): "En el marco de estos nuevos conceptos, obviamente ya no se puede pensar la cultura y las polticas culturales como soporte de la integracin social y desarrollo desde los viejos conceptos", y agrega: "se debe asumir con radicalidad este desafo de renovacin terico y las polticas culturales deben pensarse en tanto polticas sociales, al tiempo que tambin nunca result tan necesario el atender debidamente las bases culturales de cualquier desarrollo consistente y sostenido". Para concluir, afirma que las polticas culturales constituyen una variable del desarrollo en cualquier sociedad, "y es muy bueno que volvamos a hablar de desarrollo en Amrica Latina ... no solamente en economa sino tambin en cultura y en poltica...". Hctor Schargorodsky (21) afirma que la falta de polticas especficas para desarrollar las industrias culturales es histrica, acentundose en que "La reproduccin en serie de los productos de creacin artstica, su resguardo y conservacin, difusin, distribucin, comercializacin y consumo, son distintos aspectos de un sector de la produccin nacional cuyo anlisis resta incompleto, tanto desde el punto de vista econmico como desde la perspectiva de sus implicancias sociales". Sobre esto, agrega que las industrias culturales juegan un rol insoslayable en la construccin de la identidad social "pues contribuyen directamente a fortalecer y afianzar el sentido de pertenencia de una comunidad determinada" y las llama industrias de contenido. En su opinin, para "poner realmente en acto el potencial existente en el sector de las industrias culturales, sera necesario producir un encuentro fundacional entre el sector pblico y el sector privado, y si el resultado de este encuentro es la constitucin de una poltica consensuada entre los principales actores pblicos y privados, podra obtenerse como resultado a corto plazo un crecimiento de la economa real a travs de la creacin de nuevos puestos de trabajo directo (tcnicos, productores, artistas, etc.) e indirectos (turismo, transporte, gastronoma)". Respecto a la importancia de la generacin de estudios, estadsticas e indicadores culturales, entre muchos otros Caetano, Schargorodsky y Teixeira Coelho sostienen que las polticas y las decisiones sobre cuestiones econmicas de la cultura deben apoyarse no slo en el consenso, sino sobre todo en un conocimiento cierto del sector basado en investigacin especfica y a travs de indicadores culturales mensurables y comparables.

(20) Gerardo Caetano, Polticas culturales y desarrollo social. Algunas notas para revisar conceptos, Pensar Iberoamrica revista virtual, N 4. (21) Director del Observatorio Cultural de la Facultad de Ciencias Econmicas Universidad de Buenos Aires. Hctor Schargorodsky, Industrias Culturales: el desafo es la productividad, nota publicada en www.leedor.com/sociedad/ industriasculturales, 15/3/01.

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Teixeira Coelho (22) avanza en una fundamentacin holista y profunda de la necesidad de indicadores culturales y bancos de datos, al reconocer que "por admitirse que la accin del planeador de la cultura, generalmente el Estado, pero hoy no slo l, debe limitarse a ofrecer las condiciones formales para que la sociedad invente la cultura que desea. En ese instante surge la necesidad de conocer quin al final hace qu, dnde, a qu costo y quin, al final, desea tener acceso a qu, sea lo que fuere. El banco de datos surge en ese contexto como un instrumento de empoderamiento, viabilizando decisiones. Hay dos esferas a empoderar: el Estado, y -tal vez: mejor- la sociedad". Sobre las prioridades de conocimiento se pronuncia por mapas de la economa interna de la cultura y de indicadores de los procesos de interaccin entre diferentes dinmicas culturales nacionales, as como la armonizacin de los indicadores que permita la homogenizacin de los datos, y posibilite el diseo de estrategias de posicionamiento de la cultura nacional en mercados internacionales. Ydice en su libro El recurso de la cultura plantea tal vez la visin ms crtica, y la ms intelectualizada, de las relaciones entre cultura y economa, y entre cultura y mundo global. Para l la cultura se invierte, se distribuye de las maneras ms globales, se utiliza como atraccin para promover el desarrollo del capital y del turismo, como el primer motor de las industrias culturales y como un incentivo inagotable para las nuevas industrias que dependen de la propiedad intelectual. Por lo tanto, el concepto de recurso absorbe y anula las distinciones, prevalecientes hasta ahora, entre la definicin de alta cultura, la definicin antropolgica y la definicin masiva de cultura. La alta cultura se torna un recurso para el desarrollo urbano en el museo contemporneo. Los rituales, las prcticas estticas cotidianas tales como canciones, cuentos populares, cocina, costumbres y otros usos simblicos son movilizados tambin como recursos en el turismo y en la promocin de industrias que explotan el patrimonio cultural (23). Pensar la cultura como recurso, segn Ydice, implica su gestin a la vez que sta, la cultura como recurso, circula globalmente con creciente velocidad. En consecuencia, su manejo est coordinado hoy tanto local como globalmente por las corporaciones y por el sector no gubernamental internacional. As, atribuye a esta circulacin global el surgimiento de una nueva divisin internacional del trabajo cultural que yuxtapone la diferencia local a la administracin y la inversin transnacionales, siendo sus efectos profundamente heterogneos. Las diferencias nacionales y regionales entendidas como campos de fuerza

(22) Teixeira Coelho, Banco de datos: de lo inerte (inactivo) cultural a la cultura de la vida, relatora final de orientacin al proyecto de creacin de un banco de datos para la cultura encargado en el seminario sobre el mismo tema por UNESCO Brasil y el Instituto de Investigacin Econmica Aplicada, rgano del gobierno federal del Brasil, agosto 2002. (23) Ydice, George. Introduccin en El recurso de la cultura, pg. 16. (ver bibliografa consultada).

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diversamente estructurados que configuran el significado de cualquier fenmeno, desde una cancin pop hasta el activismo medio-ambiental y antirracial, son funcionales al comercio global y al activismo global (24). De este modo, estos autores reconocen que la industrializacin de la cultura ha significado una fuerte conmocin en el panorama cultural. La aparicin de la radio, la televisin y las nuevas tecnologas, la expansin de los medios grficos, el auge del cine, el video, la publicidad produjeron modificaciones radicales en la naturaleza, cobertura, sistemas de creacin y formas de apropiacin de las expresiones culturales. Inclusive, manifestaciones ms tradicionales, como las artes plsticas, la msica, la danza o el teatro, recibieron el impacto de esta transformacin, algunas con ms implicaciones que otras (25). As, se fortalecen empresas, aparecen nuevos oficios, se diversifican mercados y audiencias. La produccin se racionaliza y todos los procesos de las cadenas productivas empiezan a operar bajo circuitos de planeacin y a travs de mecanismos racionalizados de la creacin. Estas caractersticas de racionalizacin, control y administracin de la produccin cultural, por un lado, no pueden ser ciento por ciento predecibles (se encuentran casos de importantes inversiones en msica o cine que han sido estrepitosos fracasos, de la misma forma que producciones ms informales han resultado un xito inesperado para el mercado). Por otro lado, generan numerosas crticas referidas a la homogeneizacin, estandarizacin y la prdida de diversidad. Para concluir, en los ltimos 20 aos se ha constituido en Latinoamrica un extenso campo de estudios sobre cultura desplazndose desde una visin crtica de la sociedad hacia una nocin ms instrumental en relacin con la necesidad de regulacin social del nuevo orden mundial bajo la gida de los nuevos imperativos de la gestin simblica de los ciudadanos y de los consumidores por los Estados y las grandes unidades econmicas. Las redes e industrias de la cultura y la comunicacin estn en el origen de nuevas formas de construccin de lo social y lo poltico (26). El anlisis de lo cultural sigue siendo una prioridad, teniendo en cuenta: - La importancia de la cultura en la sociedad actual, como una expresin de un modo de ser y hacer del ser humano. Tmidamente comienza a ponerse

(24) Ibidem. (25) Rey, Germn. Trabajo publicado por el Convenio Andrs Bello. (26) Mattelart, Armand y Neveu, rik. Introduccin a los estudios culturales. Paids, Barcelona, 2003.

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en agenda a la cultura como fundamental para el desarrollo humano y social, como pilar econmico imprescindible, y como modo de cohesin social e instrumento de mejora en la calidad de vida de los ciudadanos. - El papel asignado a la cultura y las artes es motivo de ambigedades, en cuanto a los contenidos que incluyen las distintas polticas de promocin, las diferentes propuestas y la inestabilidad de stas. La discusin sobre qu es y qu no es arte, o el salto de la cultura culta y elitista a la cultura popular y las industrias culturales, son slo los titulares de profundos cambios en la cosmovisin del campo cultural. - El aporte de las ciencias sociales, y en especial los estudios culturales, a ampliar el campo de indagacin cultural, permiti la gradual incorporacin de herramientas econmicas y de administracin en el anlisis y procedimientos de las artes y la cultura, reas tradicionalmente alejadas. El resultado de este aporte se va altamente complejizado por la tecnologa multimedial y de telecomunicaciones que impulsan los mercados de las industrias culturares y creativas de contenidos simblicos a travs de circuitos de distribucin, comercializacin y difusin en sintona con la globalizacin imperante. - En las ltimas dcadas se evidencia una tendencia a la especializacin para el desempeo laboral dentro de estructuras empresariales, pequeos emprendimientos e incluso en organizaciones no gubernamentales y tambin movimientos sociales que comienza a tener su correlato en la oferta educativa de nivel superior, universitario y terciario. - Dentro de esta nueva oferta educativa, aparece la gestin cultural como herramienta transversal para el trabajo cultural y de las polticas culturales como instrumento de accin especfica junto a industrias culturales, derechos culturales, economa de la cultura, etc. De este modo, el "hacedor cultural" debe proveerse de saberes y herramientas que le permitan actuar con mayor fluidez y profesionalismo en sus acciones culturales. - Los esfuerzos de las mediciones culturales sobre el impacto cuantitativo de las industrias culturales en trminos de aporte al PBI y puestos de trabajo se convierten en el sustento de estrategias de fomento del desarrollo local

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y econmico constituyendo un espacio nico para la defensa, afianzamiento y promocin de la cultura y las artes. - Si bien se ha constituido un extenso campo de estudios sobre cultura, la dispersin de estos estudios o la discontinuidad de estos generan "lagunas" o "blancos" de conocimiento, que dificultan su aplicacin en polticas culturales estatales que tiendan a proteger aquellos sectores o espacios que no resultan atractivos para el desarrollo de las industrias culturales. - El trabajo intelectual, reflexivo, de crtica, junto al estudio, investigacin, y recopilacin de informacin se torna indispensable para su aplicacin desde el mbito pblico gubernamental, as como un replanteo de los sectores privados y de produccin independiente que permita equilibrar las disparidades que se producen entre industrias culturales y producciones culturales de bajo atractivo para el sector privado, en la distribucin estatal de los recursos culturales que se concentra principalmente en los grandes centros urbanos y el acceso a la cultura por parte de la ciudadana.

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Captulo 2La investigacin y el panorama generalPanorama GlocalContexto internacional

Panorama de la cultura en la ciudad de Crdoba: instituciones y espacios culturalesLos espacios de la cultura

El captulo anterior, Las discusiones conceptuales frente a las realidades perifricas, pretendi disparar la cuestin terico-conceptual y los ensayos al tema de la investigacin para su aplicacin o anlisis en realidades perifricas. En este captulo, se presenta un panorama global del sector cultural y a continuacin una sntesis del panorama de la cultura en la ciudad de Crdoba que muestra la actividad artstica y cultural, realizado a partir de las publicaciones de medios grficos locales, anuarios e investigaciones previas sobre este sector. En este panorama cultural de la ciudad de Crdoba, se da cuenta de aquellas actividades, espacios, producciones y eventos que son realizados o dependen tanto del sector privado, del tercer sector, como del Estado nacional, provincial y municipal. Esta aproximacin permite contextualizar la produccin escnica, visual, literaria y musical, recorte que corresponde a la indagacin realizada y que se presenta en el captulo 3.

Panorama GlocalContexto internacionalLas industrias culturales expresan el sector ms dinmico de la produccin cultural, y a diferencia de cualquier otra industria presentan, junto con su dimensin econmica (inversin, facturacin) y su dimensin social (empleo, etc.), la de expresar y a su vez dinamizar el capital simblico. La cultura pasa as a ser vista como una actividad clave en las estrategias internacionales de dominio de los nuevos mercados de las telecomunicaciones y el ocio. Este hecho provoca un proceso acelerado de integraciones empresariales verticales y horizontales, y de globalizacin de las estrategias de los grandes grupos empresariales del sector. El crecimiento acelerado de las industrias culturales ocurri precisamente en las naciones con mayor capacidad competitiva en los mercados mundiales y de mayor desarrollo, convirtindose en los sectores industriales y econmicos de mayor dinamismo. Sus ndices de crecimiento sectorial superan en la ac-

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tualidad los del producto nacional bruto real. Los medios de informacin, desde el telfono y el correo, hasta el libro, la TV y la informtica, han crecido con ms rapidez que la economa en general y que la poblacin misma. Como resultado de los procesos de convergencia tecnolgica y la creciente importancia econmica y simblica de las actividades culturales, se viene dando, a escala global, un proceso de progresivas articulaciones entre los distintos sectores de la produccin cultural. Hace algunas dcadas, cada industria del sector tena caractersticas propias y diferenciadas, con relativa autonoma de unas con respecto a las otras. Hoy, sin embargo, la articulacin entre el televisor, el telfono y la computadora personal, la digitalizacin de todo el sector, induce a la conformacin de grandes conglomerados a partir de fusiones que se suceden con inusitada velocidad. Segn Jeremy Rifkin, en esta era, que algunos comienzan a definir como "la sociedad de la informacin", las industrias culturales conforman el ncleo central de la circulacin de significados y por tanto es imprescindible conocer su conformacin en nuestro pas en el marco de la creciente globalizacin. Por otro lado, los aspectos de integracin hemisfrica y la liberacin de los flujos de intercambios y capitales, presentan un desafo no siempre abordado por el sector cultural. En las instancias de integracin y negociacin (Mercosur, Grupo Andino, ALCA, TLCAN, entre otros), el sector de las industrias culturales es dejado de lado o es sujeto de excepciones que no corresponden a marcos de discusin apropiados para defender estrategias sectoriales que sirvan para enfrentar la liberacin de los flujos comerciales y de capitales. En instancias de cooperacin internacional, bajo la forma de co-produccin y co-distribucin de productos y servicios culturales, de reconocimiento e intercambio de saberes y estrategias de mercado, ha demostrado ser un elemento esencial para el desarrollo de la produccin cultural diversa y para la extensin de los mercados nacionales. Las industrias culturales estn relacionadas directamente con una riqueza que va ms all de una economa de las artes. A escala internacional, las industrias culturales y de la comunicacin son a su vez, desde hace ms de dos dcadas, las que generan ms empleo que cualquier otro sector cultural. Adems hay en este proceso, oportunidades y riesgos para el desarrollo de laCaptulo 2Es por Amor

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diversidad de las identidades culturales de los pueblos. Los riesgos estn presente