Enrique Flores - A Qué Vino Artaud a México

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  • 8/12/2019 Enrique Flores - A Qu Vino Artaud a Mxico

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    34 | REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MXICO

    A qu vinoA rtaud a

    M x i c o ?Enrique Flore s

    Qu fue lo que motiv la visi-

    ta de Antonin Artaud a Mxi-

    c o ? Fue la magia de una cul-

    tura profunda; la fuerza de

    una raza; el ir y venir de la

    m u e rte a la vida de los anti-guos mexicanos, o las sonori-

    dades, las respiraciones, los

    silencios, los ritmos y las vo-

    ces de la cultura indgena?

    Enrique Flores escritor y

    ensayista nos relata los

    motivos del viaje de Art a u d

    en 1936 a nuestro pas.Antonin Artaud, Autorretrato con cuchillo, 1947

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    A rtaud lleg a Mxico el 7 de febre ro de 1936. El 26,

    el 27 y el 29 de ese mes pronunci tres confere n c i a s

    en la Escuela Nacional Preparatoria en las cuales esbo-

    zaba una pregunta que iba a reiterar en escritos ulterio-

    res y a la que aluda el ttulo de un artculo publicado

    en julio del mismo ao en el peridico El Na c i o n a l:

    Lo que vine a hacer a Mxico .1

    A qu vino Artaud a Mxico? La primera re s p u e s t a

    a esa pregunta surga, todava, del m i s t e r i o del surre a-

    lismo una re v u e l t a que, segn Artaud, se haba su-

    mergido en el inconsciente y haba generado una m s t i c a

    o c u l t a, un ocultismo de una nueva especie. Re c h a zo

    y violencia eran los dos polos significativos que definan

    un estado orgnico, un inconsciente fsico una

    especie de e x u d a c i n corporal, una intoxicacin del

    e s p r i t u. Pe ro la re vo l u c i n de Artaud no era la del

    s u r realismo que se haba conve rtido, l tambin, en

    un part i d o: la suya quera sondear la geografa inte-

    r i o r, la cultura pro f u n d a donde brota la inmateriali-

    dad de la vida. Y, afirmaba Artaud, hay lugares pre d e s-

    tinados para hacer surgir las fuentes de la vida, como el

    Tibet y Mxico; aunque la antigua cultura de Mxico

    no vale slo para los c a d ve re s: los sentidos interio-

    re s rompen en ella su barrera. Hace re s u c i t a d o s :

    Toda ve rdadera cultura se apoya en la raza y en la san-

    g re. La sangre india de Mxico guarda un antiguo se-

    c reto de raza, y antes de que la raza se pierda, pienso

    que hay que reclamarle la fuerza de ese antiguo secre-

    to (...). Vine a la tierra de Mxico a buscar las bases de

    una cultura mgica que puede surgir todava de las

    f u e rzas del suelo indio.2

    Hay cuatro palabras que reclaman la atencin en

    esta cita: r a z a, s a n g re, m a g i a y s e c re t o. Todas ellas

    p rovienen de un universo de lecturas esotricas o her-

    m t i c a s .3 Pero la palabra sangretiene una connotacin

    especial violenta que alude al sacrificio humano. Y

    A rtaud viene a Mxico a reclamarle precisamente la

    f u e rz a de ese antiguo secre t o de ra z ay de s a n g re, de-

    positado en las f u e rzas del suelo indio que surgen con

    el s a c r i f i c i o.

    La segunda conferencia de Artaud ofrece desde

    su ttulo: El hombre contra el destino mltiples

    puntos de contacto con La conqute du Mexique.4

    Contra la idolatra y la mstica europeas, represen-

    tadas por el materialismo histrico, y sus alucinaciones

    del espritu, Artaud apela a la supuesta idolatra de los pa-

    ganos que crean en sus sueos, en el valor de signi-

    ficacin de sus sueos no en las formas soadas :

    Detrs de sus sueos y gradualmente, los antiguos pre-

    sentan fuerzas y se sumergan en medio de esas fuerz a s .

    Tenan un sentimiento fulgurante de la presencia de

    esas fuerzas, y buscaban en su organismo entero, si era

    p reciso a travs de un ve rd a d e ro vrtigo, el modo de

    permanecer en contacto con la fuga de esas fuerz a s .

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    A QU VINO ARTAUD A MXICO?

    1 El texto original francs de estas conferencias fue enviado por

    Artaud a Jean Paulhan y se conserva, por lo tanto, en copias mecano-

    grafiadas. El 21 de mayo de 1936 Artaud le anunciaba a Paulhan la

    intencin de un editor mexicano de publicar, en un volumen titulado

    Mensajes revolucionarios, todos sus textos relativos a la cultura autc-

    tona de Mxico, aunque no fue sino hasta 1962 que el poeta Luis Car-

    doza y Aragn los public en un volumen titulado Mxico.2 Cf. Surralisme et rvolution, primera conferencia de Artaud

    en Mxico. La traduccin castellana original puede encontrarse en la

    edicin de Schneider de las obras mexicanas de Artaud: MxicoyViaje

    al pas de los tarahumaras. Una resea de este texto apareci en El Uni -versalel da 28 de febrero, con alusiones a los gestos, las actitudes y la

    entonacin del conferenciante.3 Cf. Mi anlisis de la antroposofaesotrica y sacrificial que con-

    figura la Atlntida tarahumara de Artaud. Un estudio amplio y siste-

    mtico sobre el retorno a los orgenes y la unidad de los esoterismos en

    Antonin Artaud es el de Monique Borie. Especialmente el captulo

    Mexique et culture synthtique.

    4 Cf. LHomme contra le destin. La traduccin castellana origi-

    nal puede encontrarse de nuevo en la edicin de Schneider. La conferen-

    cia fue reseada en El Universalel 29 de febrero y re p roducida en cua-

    t ro entregas en El Na c i o n a l, entre el 26 de abril y el 17 de mayo.

    Antonin Artaud, Autorretrato, 1946

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    Slo la poesa de los poetas esa fuerza mgica

    interna ofrece un camino a la vida y permite actuar

    s o b re la vida, constituyendo una potica del pensa-

    m i e n t o. Y es en el espacio teatral donde esasf u e rz a s

    a las que alude Artaud repetidamente encarnarn los

    acontecimientos: de ah la aparicin de expresiones que

    remiten a sus textos sobre el teatro y a La conqute du

    Me x i q u e: g r i t o s, v i b r a c i n y armnica de las pasio-

    n e s; grito de la enfermedad, e s t e rt o r, e p i d e m i a ,

    grito del pestfero; ru i d o s, t e m b l o res de tierra, a r-

    monas de ru i d o y ruido del acontecimiento; r i t m o

    de los estert o re s, temblor de las epidemias, ruido de

    plantas y enfermedades; modulaciones del sollozo .

    Toda la tortura humana despedazada por el destino se

    e x p resa a travs de esas sonoridades que ayudan a re e n-

    contrar el movimiento de la historia y a re m o n t a r

    el curso del destino :

    Los juegos antiguos se basaban en este conocimiento

    que por la accin doma al destino. El teatro antiguo en

    su totalidad era una guerra contra el destino. Pero, para

    domar al destino, hay que conocer la naturaleza comple-

    ta, y en el hombre la conciencia completa, puesta al rit-

    mo de los acontecimientos.

    As volvemos a la pregunta de Artaud acerca de su

    venida a Mxico, que tiene que ver con la idea de una

    cultura unitaria en la que todas las manifestaciones de

    la naturaleza vibran al ritmodel pensamiento. Porque,

    segn Artaud, es un ignorante el que pretende que hay

    varias culturas en Mxico maya, tolteca, azteca, chi-

    chimeca, zapoteca, totonaca, tarasca, otom, igual

    que el que diferencia entre el esoterismo musulmn y e l

    brahmnico, el del G n e s i soculto y el del Zo h a r, y aqu

    en Mxico, al Chilam Balamdel Popol Vuh:

    Quin no ve que todos esos esoterismos son los mismos,

    y quieren en espritu decir la misma cosa? Indican una

    misma idea geomtrica, numeral, orgnica, armoniosa,

    oculta, que reconcilia al hombre con la naturaleza y con

    la vida. Los signos de esos esoterismos son idnticos.

    Poseen analogas profundas entre sus palabras, sus gestos

    y sus gritos.

    Ha y, sin embargo, una diferencia sealada por

    A rtaud que no rompe realmente con ese esoterismo

    u n i versal, pero s ayuda a explicar su venida a Mxico.

    Me re f i e ro, ms all de la idea de una cultura unitaria

    que justifica tericamente su viaje, a una prctica como

    la del teatro o los juegos antiguos y que tiene por

    finalidad absoluta domar al destino. Es la a c c i n del

    s a c r i f i c i o. Y es que, como escribe Artaud, de todos los

    esoterismos que existen, el esoterismo mexicano es el

    ltimo que se apoya en la s a n g re .

    El teatro y los dioses, ltima de las tres conferen-

    cias pronunciadas por Artaud, tiene una cercana an

    mayor con La c onqute du Mexique.5Artaud reivindi-

    ca, ah, la idea de una cultura orgnica, de una cul-

    tura basada en el espritu en relacin con los rganos.

    Y una idea tal de la cultura significa por fuerza hablar

    de una cultura en el espacio: la cultura de un esp-

    ritu que no cesa de respirar y de sentirse vivo en el espa-

    cio, y que llama hacia l a los cuerpos del espacio como

    los objetos mismos de su pensamiento, pero que, en

    tanto que espritu, se sita en mediodel espacio, es decir,

    en su punto muerto. La cultura es inseparable de la

    v i d a, aade Artaud, pero el renacimiento de la vida es

    inseparable de la destruccin, la muerte, el s a c r i f i c i o:

    La cultura es un movimiento del espritu que va del vaco

    hacia las formas y de las formas vuelve al vaco, en el va-

    co como en la muerte. Ser cultivado es quemar las formas,

    quemar las formas para ganar la vida. Es aprender a man-

    tenerse erguido en el movimiento incesante de formas

    que se destruye sucesivamente.

    Los antiguos mexicanos, dice Artaud, no co-

    nocan otra actitud que ese ir y venir de la muerte a la

    vida. Y el teatro es el lugar privilegiado de accin de

    esas fuerzas: el lugar del sacrificio. El teatro es un arte

    del espacio, y creciendo por los cuatro puntos del

    espacio, se arriesga a tocar la vida, el latir de la vida .

    Es como la cruz de seis brazos, cuya oculta geometra,

    segn Artaud, viene de una idea mgica, y se proye c t a

    en los cdices mexicanos como espacio ritual y teatral

    de otraescritura, o que niega la escritura y afirma una

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    5 Cf. Le Thtre et les dieux. Una parte de esta conferencia se

    public en El Nacionalel 24 de mayo de 1936, en una traduccin fir-

    mada por Jos Ferrel que aparece en la edicin de Schneider. La nota

    que la acompaa comienza: Lleg a Mxico, viniendo no se sabe de

    dnde....

    Pero Artaud no vino a Mxico a estudiarel sacrificio, sino a adentrarse en sus signos

    y a someterse a su violencia.

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    escritura alternativa, abierta a la respiracin de las

    formas y al vaco una escritura invisible y cruel que

    invoca siempre la ceremonia del sacrificio:

    Para hacer la cruz, el antiguo mexicano se pone en el cen-

    tro de una especie de vaco, y la cruz crece a su alrededor.

    No es una cruz para cifrar el espacio, como piensan los

    sabios de hoy en da; es una cruz para revelar cmo entra

    la vida en el espacio, cmo reencontrar, desde afuera, en

    el espacio, el fondo de la vida.

    Siempre el vaco, siempre el punto, en torno del cual

    se espesa la materia.

    La cruz de Mxico indica el renacimiento de la vida.

    He mirado largamente a los dioses de Mxico en

    los cdices, y me pareci que esos dioses eran sobre

    todo dioses en el espacio y que la mitologa de los c-

    d ices ocultaba una ciencia del espacio con sus dioses

    como agujeros de sombras, y sus sombras donde retum-

    ba la vida.6

    Estos dioses, afirma Artaud, estn en la vida co-

    mo en un teatro. Y son las expresiones del teatro de la

    crueldadyLa conqute du Mexiquelas que aparecen en

    la ltima conferencia de Artaud, como cuando habla

    de el espritu indio que sabe hacer vibrar la fuerza de

    los dioses; o cuando habla de msicas de fuerz a s ,

    de una distribucin musical de fuerzas que convoca

    la potencia de los dioses; o cuando habla de el espa-

    cio vibrante de imgenes, o de los dioses que salen

    hacia nosotros por un grito o un rostro, o del grito,

    que hace pesar a las imgenes en el espacio en que ma-

    dura la vida. Es como si estas conferencias ocultaran

    un sustrato invisible, que se haba manifestado inten-

    samente en las cartas de la La conqute du Mexiquey

    que parece haberse desvanecido, aunque sigue latiendo

    en la visinartaudiana de Mxico y su cultura orgni-

    ca y oculta.

    Pe ro hay algo ms, algo que se manifiesta en L a

    c o nqute du Mexiquey que, a la vez, la desborda. Los

    dioses de Mxico, afirma Artaud, muestran cmo el

    hombre podra salir de s: tienen lneas abiertas, indi-

    can todo lo que ha salido, pero ofrecen la manera, al

    mismo tiempo, de entrar en algo. A eso vino Artaud a

    Mxico. Pues, como concluye: la mitologa de Mxi-

    co es una mitologa abierta, es el nico lugar de la

    tierra que nos propone una vida oculta,y la propone en

    la superficie de la vida.

    Entre los meses de mayo y agosto de 1936, Artaud

    publica una serie de artculos en el El Nacional, con la

    idea de obtener fondos para prolongar su estancia en el

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    A QU VINO ARTAUD A MXICO?

    6 Sobre la cruz mexicana y el espacio, cf. Symboles et mdiations

    dans lespace mexicain.

    Antonin Artaud, Autorretrato,ca. 1924-1926 Antonin Artaud, Autorretrato, 1947

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    pas.7 Uno de ellos, publicado el 19 de mayo, de carc-

    ter completamente distinto a los otros al grado de

    presentarse como una autntica declaracin o mani-

    fiesto poltico, es la Carta abierta a los goberna-

    dores de los estados.8Artaud comienza hablando de la

    m i s i n que re p resenta de parte de la Se c retara de Ed u-

    cacin Nacional de Francia. Estratgicamente, se trata de

    abrirse un camino hacia la Sierra Tarahumara, a travs

    de los burocratismos y los cacicazgos de la poltica

    nacional, pero de manera abierta, desmantelando los

    discursos que reincorporan la cultura indgena y la

    hacen perder sentido. Si los ritos y las danzas sagradas

    de los indios son la nica forma teatral que, en re a-

    l idad, puede justificarse, como propone A rt a u d ,

    habra, por ejemplo, que olvidarse de los discursos de

    los arquologos, que los han descrito como sabios, es

    decir, muy mal, o del discurso de los artistas, que, con-

    trariamente a lo que era de esperar, los han descrito

    como artistas, es decir, peor an. A Artaud le intere s a

    p a rt i r, ir a la sierra, provocar el v i a j e inicitico, expulsar

    de los rganos el sueo conservar los nervios en un

    estado de exaltacin perpetua.9

    En otro texto, titulado Primer contacto con la

    Revolucin Mexicana y destinado a pronunciarse en

    la Liga de Escritores y Artistas Re volucionarios (L E A R) ,

    A rtaud fustiga a la re volucin claudicante: Lo que yo

    he venido a buscar a la tierra de Mxico es, justamente,

    un eco o ms bien una fuente, una fuente fsica ve rd a d e-

    ra de esta fuerza re vo l u c i o n a r i a y agrega: Yo pido a la

    j u ventud de Mxico, pido a la Re volucin Mexicana un

    e s f u e rzo que ser grande, pero que ha de ser terriblemen-

    te eficaz .1 0 Mexicanos, un esfuerzo ms para ser re vo-

    lucionarios, para ser indios dice Camille Du m u o l i ,

    aludiendo al grito de Artaud y a la famosa incitacin de

    7 Los artculos fueron recogidos por Luis Cardoza y Aragn en el

    volumen Mxico, de 1962. Schneider los recoge en su edicin. Los tex-

    tos franceses originales no se conservan y se sabe que las traducciones

    se hacan a ltima hora, alrededor de una mesa de caf, usando a veces

    una servilleta para escribir. De ah que los traductores Jos Ferrel,

    Jos Gorostiza, Xavier Villaurrutia, Bernardo Ortiz de Montellano,

    Luis Cardoza y Aragn, en algunos casos comprobables, se alejen

    por completo del sentido original.

    8 La carta apareci en El Na c i o n a ly fue reeditada en la Revista de laUn i ve r s i d a den febre ro de 1968. No se incluye, por lo tanto, en la edicin

    de Cardoza y Aragn.

    9Artaud se sumerge en la burocracia para llegar a la Sierra Tarahu-

    mara: He de agradecer aqu al gobierno de Mxico el haberme permi-

    tido tomar contacto con la verdadera cultura de Mxico; y he de

    agradecer de antemano a los ciudadanos gobernadores de los Estados

    su ayuda, esperando que se servirn llevarme a todos los lugares en

    donde la tierra roja de Mxico contina hablando el mejor lenguaje.

    La edicin francesa sustituye hablando el mejor lenguaje por parler

    vraiment son langage.10 El texto fue publicado en El Nacionalel 3 de junio de 1936. En

    una carta a Jean Paulhan fechada el 26 de marzo, Artaud hablaba de la

    co n f e rencia y le anunciaba que hablara en contra del marxismo y a

    f a vor de la Re volucin India que todo el mundo olvida aqu. Sin embar-go, segn el testimonio de Luis Cardoza y Aragn, y a pesar de coincidir

    con el tema del artculo, la conferencia nunca lleg a re a l i z a r s e .

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    Antonin Artaud, Autorretrato, 1947 Antonin Artaud, Autorretrato, 1946

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    Sade durante la Re volucin Francesa: He ah el senti-

    do de sus Mensajes re vo l u c i o n a r i o s .1 1As se va proye c-

    tando, o va re velndose, una respuesta a la pregunta de

    A rtaud, pero tambin una p o l t i c a art a u d i a n a :

    Habis de saber, quiz, que en este momento existe en

    Europa una inmensa fantasmagora, una especie de alu-

    cinacin colectiva con respecto a la Re volucin de Mxico.

    Poco falta para que se vea a los actuales mexicanos, reves-

    tidos con los trajes de sus ancestros, haciendo realmente

    sacrificios al sol sobre las escaleras de la pirmide de Te oti-

    huacn (...). En todo caso, se ha odo hablar de grandes

    reconstrucciones teatrales en esta misma pirmide (...).

    Esta fantasa circula en los medios intelectuales ms ava n-

    zados de Pars. En una palabra, se cree que la Revolucin

    de Mxico es una re volucin del alma indgena, una revo-

    lucin para reconquistar el alma indgenatal como exista

    antes de Corts.

    Ahora bien, lanza su tirada Artaud, no me pare-

    ce que la juventud re volucionaria de Mxico se cuide

    mucho del alma indgena. Su fantasmagora apenas

    disfrazada se proyecta ms all de la decepcin. Po d e-

    mos imaginar la cara de los burcratas de la re vo l u c i n

    y la cultura al escuchar las palabras de Artaud pala-

    bras que, por cierto, resuenan hoy de manera muy dis-

    tinta. Y podemos imaginar la ofensa que las exhort a-

    ciones de Artaud produciran en los odos de nuestro s

    liberales, que lo acusaran flagrantemente de f u n d a-

    mentalista indgena. Puede decirse, en cierto modo,

    que Artaud vino a Mxico p a ra ser sacrificado, tema

    elaborado en textos como La danza del peyo t e o El

    rito del peyote entre los tarahumaras, que analizar

    en otro trabajo,1 2 y que el e s f u e rzo re vo l u c i o n a r i o

    que impulsaba iba por el lado de la vuelta al sa c r i f i c i o,

    o por lo menos, de su re c o n s t ru c c i n teatral la

    forma ms primitiva y espontnea del t e a t ro de la

    c ru e l d a d. Pe ro se encontr con un obstculo: Ha y

    un m ovimiento antieuropeo en Eu ro p a, seala: Me

    temo mucho que haya un movimiento antiindgena

    en Mxico .

    Lo que vine a hacer a Mxico es otro artculo de

    Artaud que reitera la dimensin poltica y revolucio-

    naria de su viaje.13 He venido a Mxico en busca de

    polticos, dice al comenzar, no de artistas. Y su aspi-

    racin es absoluta: Se trata nada menos que de rom-

    per con el espritu de todo un mundo, y de reemplazar

    una civilizacin con otra. Mxico, que ha hecho dos

    o tres revoluciones en un siglo, asegura Artaud, no

    tiene por qu temer una ms, y su posibilidad radica

    en que su estructura poltica sutil (...) no ha cambiado

    desde los tiempos de Moctezuma. La clave de esta

    revolucin se encuentra en las antiguas relaciones

    anmicasdel hombre y la naturaleza, o en las fuerzas

    analgicas que asocian al organismo del hombre

    con el organismo de la naturaleza y estas corres-

    pondencias se descubren siempre en el Popol Vuh. Pero

    aqu hablamos de un Popol Vuhesotrico, teido de

    alquimia y pitagorismo, que afirma que el hombre es el

    catalizador del universo y que las fuerzas morales del

    hombre vibran de acuerdo con las fuerzas del univer-

    so. Y al mismo tiempo, la imagen de la cruz en el espa-

    cio nos devuelve al Teatro de la Crueldad, a esa estruc-

    tura ritual y potica que abre el espacio del sacrificio

    del toro en El rito de los reyes de la Atlntida:

    La cruz de Palenque contiene justamente la imagen de

    esta doble accin. Hay all inscrita en la piedra la re p re s e n-

    tacin jeroglfica de una energa nica que va del hombre

    al animal y a las plantas, a travs de la cruz del espacio, es

    d e c i r, a travs de los cuatro puntos card i n a l e s .

    La cultura eterna de Mxico, ltimo artculo de

    A rtaud al que es preciso referirse aqu, comienza como

    un poema escrito aos ms tarde: He venido a Mxico

    para entrar en contacto con la tierra ro j a .1 4 En ese texto

    A rtaud comienza por afirmar que conoce casi todo lo

    que ensea la historia sobre las diversas r a z a s de Mxi-

    co, y confiesa, como poeta, que ha s o a d olo que la his-

    toria no ensea: un margen inmenso separa a esos

    REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MXICO | 39

    A QU VINO ARTAUD A MXICO?

    11 Mexicains, encore un effort pour tre rvolutionnares, pour

    tre Indians... voil le sens de ses Messages revolutionnares. Cf. Lex-

    prience potique du Sud, sobre la poltica de Artaud.12 Cito, bajo la clave Tarahumaras, la edicin francesa del Viaje al

    pas de los tarahumaras, de Artaud.

    13 El texto fue publicado en El Nacionalel 5 de julio de 1936. Lapregunta de Artaud ritma sus artculos previos al viaje a la Sierra

    Tarahumara y les insufla la unidad profunda expresada en un ttulo

    que como afirma Camille Dumouli no tiene nada de casual ni de

    retrico: Mensajes revolucionarios.1 4 El artculo se public en El Na c i o n a lel 13 de julio de 1936 . El

    poema se llama La culture indienne y comienza as: Je suis venu au

    Mexique pre n d re contact avec la Te r re Ro u g e .

    La cultura es un movimiento del esprituque va del vaco hacia las formas y de las formas

    vuelve al vaco

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    hechos de la vida re a l, y en ese margen es donde pueden

    actuar libramente la imaginacin y la a d i v i n a c i n .1 5 Pa r a

    A rtaud, Mxico se encuentra en el camino del sol, y

    haba que perseguir, precisamente, el secreto de aquella

    f u e rza de luz que haca girar las pirmides sobre su base,

    hasta situarlas en la lnea de atraccin magntica del

    s o l. Las figuras trazadas por Artaud tienen, obv i a m e n-

    te, una raz esotrica y neoplatnica, con los mitos y ritos

    s o l a res como re f e rentes simblicos ms onricos que

    experimentales, pero que nos exponen, interiormente,

    al ritual del s a c r i f i c i oy a la experiencia c h a m n i c a:

    El sol, para usar el antiguo lenguaje de los smbolos,

    a p a rece como el mantenedor de la vida. No es solamente

    el elemento fecundante, el soberano provocador de la

    germinacin. Es todo eso, madura lo que existe, pero esta

    es, si se puede decir, la menor de sus facultades. Qu e m a ,

    consume, calcina, elimina, pero no destru ye todo lo que

    suprime. Mantiene la eternidad de las fuerzas por medio

    de las cuales la vida se conserva bajo el amontonamiento

    de la destruccin y merced a la destruccin misma.

    La destruccin es transformadora, dice Art a u d .

    Y habla de Sh i va, el destru c t o r, cuyos adoradore s

    tienen por emblema el espritu del fuego, la gran co-

    rriente devoradora de formas pero tambin del s e -

    c re t o de la cultura eterna de Mxico, que postula

    que el sol es un principio de muerte y no un principio

    de vida. La visin de Artaud no es ajena, a pesar de

    su formulacin esotrica, a la economa del sacrificio

    humano entre los aztecas que sistematiza Christian

    Du verger en La flor letal. Pe ro Artaud no vino a M-

    xico a estudiar el sacrificio, sino a adentrarse en sus

    signos y a someterse a su violencia. El fondo mismo de

    la antigua cultura solar consiste en haber sealado la

    s u p remaca de la muert e :

    Realizar la supremaca de la muerte no equivale a inuti-

    lizar la vida presente. Es poner la vida presente en su lugar,

    hacerla cabalgar sobre varios planos a la vez (...). He

    venido a buscar en el Mxico moderno la superv i vencia de

    estas nociones o a esperar su re s u r re c c i n .

    40 | REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MXICO

    1 5 La re t r a n s c r i p c i n francesa de Marie Dzon y Philippe So l l e r s

    se muestra cauta ante la versin del traductor mexicano: en vez de a d i-

    vinacin individual propone intuition personnelle .

    Antonin Artaud, Autorretrato, 1923