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“El Domingo, día del Señor”. Semanario Litúrgico. Con las debidas licencias. Importante: Este subsidio no sustituye el uso de los libros litúrgicos. Editor: Pía Sociedad de San Pablo. Director: Jorge Bruera, ssp. Dirección, redacción y administración: Avda. L. B. O’Higgins 1626, Santiago Centro - Tel.- 227200300; Tel.- Fax: 226728469 E-mail: [email protected] - ISSN: 0717-4896 - www.sanpablochile.cl Impresor: B & B impresores. Tel.- 227578500 - Los Lingues 750, Quilicura. Año XLII, Nº 2.209 Pascua de la Resurrección del Señor. 16 de abril de 2017 Lu 17: Hech 2, 14. 22-33; Sal 15, 1-2. 5. 7-11; Mt 28, 8-15. LUNES DE LA OCTAVA DE PASCUA (S. Benito José Labré) Ma 18: Hech 2, 36-41; Sal 32, 4-5. 18-20. 22; Jn 20, 11-18. MARTES DE LA OCTAVA DE PASCUA (S. Wladimir) Mi 19: Hech 3, 1-10; Sal 104, 1-4. 6-9; Lc 24, 13-35. MIÉRCOLES DE LA OCTAVA DE PASCUA (S. León/ Sta. Ema/ S. Expedito) Ju 20: Hech 3, 11-26; Sal 8, 2. 5-9; Lc 24, 35-48. JUEVES DE LA OCTAVA DE PASCUA (S. Edgardo) Vi 21: Hech 4, 1-12; Sal 117, 1-2. 4. 22-27; Jn 21, 1-14. VIERNES DE LA OCTAVA DE PASCUA (S. Anselmo) 22: Hech 4, 13-21; Sal 117, 1. 14-16. 18-21; Mc 16, 9-15. SÁBADO DE LA OCTAVA DE PASCUA (S. Lucio/ Sta. Karina) Do 23: 2° de Pascua o de la Divina Misericordia Hech 2, 42-47; Sal 117, 2-4. 13-15. 22-24; 1Ped 1, 3-9; Jn 20, 19-31. (S. Jorge/ S. Adalberto) Dios Nos Habla Cada Día EL PERDÓN ES EL SIGNO MÁS VISIBLE DEL AMOR DEL PADRE El perdón es el signo más visible del amor del Padre, que Jesús ha querido revelar a lo largo de toda su vida. No existe pági- na del Evangelio que pueda ser sustraída a este imperativo del amor que llega hasta el perdón. Incluso en el último momento de su vida terrena, mientras estaba siendo crucificado, Jesús tiene palabras de perdón: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen» (Lc 23, 34). Nada de cuanto un pecador arrepentido coloca delante de la misericordia de Dios queda sin el abrazo de su perdón. Por este motivo, ninguno de nosotros puede poner condiciones a la misericordia; ella será siempre un acto de gratuidad del Padre celeste, un amor incondicionado e inmerecido. No podemos correr el riesgo de oponernos a la plena libertad del amor con el cual Dios entra en la vida de cada persona. La misericordia es esta acción concreta del amor que, perdonando, transforma y cam- bia la vida. Así se manifiesta su misterio divino. Dios es misericordioso (Cfr. Éx 34, 6), su misericordia dura por siempre (Cfr. Sal 136), de generación en generación abraza a cada persona que se confía a él y la transforma, dándole su misma vida. Carta Apostólica Papa Francisco: Misericordia et misera EL DOMINGO MARZO - ABRIL 2017 00200720 De otro modo vana sería nuestra fe, así nos lo dice san Pablo. Pero el mundo de hoy está cansado de slogans automáticos que poco parecen decirles. Testimo- niar a Cristo vivo y presente en el hoy de la historia, es todo un desafío que sólo impulsados por la fuerza del Espíritu Santo po- dremos encender el mundo, así como lo hicieron aquellos que de vacilantes testigos prime- ros se transformaron en alegres anunciadores de una verdad, que les marcó de tal manera que no temieron ni siquiera su propia muerte, para dar testi- monio del que Vive. Nos reunimos en torno al altar que ha de transformarse en nuestro “sepulcro vacío” y renovar nuestras palabras, que son las de siem- pre pero con una luz histórica nueva, desde las cual salgamos convencidos y convincentes de que Cristo Vive y que actúa en nuestra historia, él ha venci- do y seguirá venciendo al poder del mal en nuestra vida actual. Es Pascua, y cada domingo del año, celebramos con intensidad diferente este mismo anuncio esperanzador: Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo. COMISIóN NACIONAL DE LITURGIA Q uizás no deba ser noticia, pero lo es. El amor, la vida, la espe- ranza, han derrotado a la muerte, a la frustración, a la desesperanza, en la que muchas veces vivimos sumidos. Hubo una primera vez que este grito movilizó a los hombres y a las mujeres de una época, en carreras que culmi- naron en el corazón de quienes bus- caban a ciegas entre los muertos, al Viviente… esta marcha ha traspasado la historia misionera de la Iglesia y ha llegado hasta hoy, donde nos vemos impulsados tú y yo. Nosotros, la Co- munidad que ora y celebra hoy. La experiencia del retorno a la vida nueva es algo que verdaderamen- te marca y define la fe del cristiano. ¡EL AMOR HA TRIUNFADO! Mi pasión es llevar la Palabra de Dios con los medios de comunicación social y “todo lo hago por el evangelio” (1Cor 9, 23) Como Pablo, discípulos misioneros P. Martín Dolzani, ssp. [email protected] Tel.: 227200300 Sacerdotes y hermanos Paulinos, presentes en 38 países.

EL PERDÓN ES EL SIGNO MÁS VISIBLE DEL AMOR …sanpablochile.cl/lit/archivos/domingo/20170410102156.pdf · madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magda-lena fue al sepulcro

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“El Domingo, día del Señor”. Semanario Litúrgico. Con las debidas licencias.Importante: Este subsidio no sustituye el uso de los libros litúrgicos.Editor: Pía Sociedad de San Pablo. Director: Jorge Bruera, ssp.Dirección, redacción y administración: Avda. L. B. O’Higgins 1626,Santiago Centro - Tel.- 227200300; Tel.- Fax: 226728469 E-mail: [email protected] - ISSN: 0717-4896 - www.sanpablochile.clImpresor: B & B impresores. Tel.- 227578500 - Los Lingues 750, Quilicura.

Año XLII, Nº 2.209 Pascua de la Resurrección del Señor. 16 de abril de 2017

Lu 17: Hech 2, 14. 22-33; Sal 15, 1-2. 5. 7-11; Mt 28, 8-15. LUNES DE LA OCTAVA DE PASCUA (S. Benito José Labré)Ma 18: Hech 2, 36-41; Sal 32, 4-5. 18-20. 22; Jn 20, 11-18. MARTES DE LA OCTAVA DE PASCUA (S. Wladimir)Mi 19: Hech 3, 1-10; Sal 104, 1-4. 6-9; Lc 24, 13-35. MIÉRCOLES DE LA OCTAVA DE PASCUA

(S. León/ Sta. Ema/ S. Expedito)Ju 20: Hech 3, 11-26; Sal 8, 2. 5-9; Lc 24, 35-48.

JUEVES DE LA OCTAVA DE PASCUA (S. Edgardo)Vi 21: Hech 4, 1-12; Sal 117, 1-2. 4. 22-27; Jn 21, 1-14. VIERNES DE LA OCTAVA DE PASCUA (S. Anselmo)Sá 22: Hech 4, 13-21; Sal 117, 1. 14-16. 18-21; Mc 16, 9-15. SÁBADO DE LA OCTAVA DE PASCUA (S. Lucio/ Sta. Karina)Do 23: 2° de Pascua o de la Divina Misericordia Hech 2, 42-47; Sal 117, 2-4. 13-15. 22-24; 1Ped 1, 3-9; Jn 20, 19-31.

(S. Jorge/ S. Adalberto)

Dios Nos Habla Cada Día

EL PERDÓN ES EL SIGNO MÁS VISIBLE DEL AMOR DEL PADRE

El perdón es el signo más visible del amor del Padre, que Jesús ha querido revelar a lo largo de toda su vida. No existe pági-na del Evangelio que pueda ser sustraída a este imperativo del amor que llega hasta el perdón. Incluso en el último momento de su vida terrena, mientras estaba siendo crucificado, Jesús tiene palabras de perdón: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen» (Lc 23, 34).

Nada de cuanto un pecador arrepentido coloca delante de la misericordia de Dios queda sin el abrazo de su perdón. Por este motivo, ninguno de nosotros puede poner condiciones a la misericordia; ella será siempre un acto de gratuidad del Padre celeste, un amor incondicionado e inmerecido. No podemos correr el riesgo de oponernos a la plena libertad del amor con el cual Dios entra en la vida de cada persona.

La misericordia es esta acción concreta del amor que, perdonando, transforma y cam-bia la vida. Así se manifiesta su misterio divino. Dios es misericordioso (Cfr. Éx 34, 6), su misericordia dura por siempre (Cfr. Sal 136), de generación en generación abraza a cada persona que se confía a él y la transforma, dándole su misma vida.

Carta Apostólica Papa Francisco: Misericordia et misera

EL DOMINGO MARZO - ABRIL 2017

00200720

De otro modo vana sería nuestra fe, así nos lo dice san Pablo. Pero el mundo de hoy está cansado de slogans automáticos que poco parecen decirles. Testimo-niar a Cristo vivo y presente en el hoy de la historia, es todo un desafío que sólo impulsados por la fuerza del Espíritu Santo po-dremos encender el mundo, así como lo hicieron aquellos que de vacilantes testigos prime-ros se transformaron en alegres anunciadores de una verdad, que les marcó de tal manera que no temieron ni siquiera su propia muerte, para dar testi-

monio del que Vive. Nos reunimos en torno al altar que ha de transformarse en nuestro “sepulcro vacío” y renovar nuestras palabras, que son las de siem-pre pero con una luz histórica nueva, desde las cual salgamos convencidos y convincentes de que Cristo Vive y que actúa en nuestra historia, él ha venci-do y seguirá venciendo al poder del mal en nuestra vida actual. Es Pascua, y cada domingo del año, celebramos con intensidad diferente este mismo anuncio esperanzador: Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo.

Comisión naCional de liturgia

Quizás no deba ser noticia, pero lo es. El amor, la vida, la espe-

ranza, han derrotado a la muerte, a la frustración, a la desesperanza, en la que muchas veces vivimos sumidos. Hubo una primera vez que este grito movilizó a los hombres y a las mujeres de una época, en carreras que culmi-naron en el corazón de quienes bus-caban a ciegas entre los muertos, al Viviente… esta marcha ha traspasado la historia misionera de la Iglesia y ha llegado hasta hoy, donde nos vemos impulsados tú y yo. Nosotros, la Co-munidad que ora y celebra hoy.

La experiencia del retorno a la vida nueva es algo que verdaderamen-te marca y define la fe del cristiano.

¡EL AMOR

HA TRIUNFADO!

Mi pasión es llevar la Palabra de Dios

con los medios de comunicación social y “todo lo hago por el

evangelio” (1Cor 9, 23)

Como Pablo, discípulos

misioneros

P. Martín Dolzani, [email protected]

Tel.: 227200300

Sacerdotes y hermanos Paulinos, presentes en

38 países.

Aclamación al Evangelio Aleluia. Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado. Celebremos, entonces, nuestra Pascua Aleluia.

5. Evangelio Jn 20, 1-9

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan. El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magda-lena fue al sepulcro y vio que la

piedra había sido sacada. Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto”. Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes. Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró. Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro; vio las vendas en el suelo, y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte. Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: El también vio y creyó. Todavía no habían comprendido que, según la Escritura, Él debía resucitar de entre los muertos. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ReflexiónHoy se nos invita a manifestar un gran gozo, que con serena alegría ha de ma-nifestar claramente nuestra actitud de ser Buena Noticia para los hermanos. Puede que este gozo caiga en gélidas aguas de mucha gente. Pero no por eso podemos callar ni menos esconder la misión. ¿Te re-conoces como uno de aquellos que debe ENCENDER al mundo? ¿Tienes el fuego del amor en tu corazón? ¿Vives como un resucitado de entre los muertos?

6. Oración UniversalM. Oremos con gran espíritu de fe, para que el gozo Pascual penetre las almas de todos y se propague en todo el mundo. Digamos:

R. ¡Jesús resucitado, escúchanos!

1.- Para que Jesús resucitado fortalez-ca la fe, esperanza y caridad en nues-tro Papa y obispo N. y de todos los que celebramos la victoria de Cristo sobre la muerte. Roguemos al Señor. R.2.- Para que todos sepamos servir al Se-ñor en los más humildes y postergados generando espacios de mayor justicia social y fraternidad con todos, especial-mente con los migrantes. Roguemos al Señor. R.3.- Por todos aquellos que en nuestras parroquias han recibido o recibirán su bautismo o confirmación, por sus familias y catequistas. Roguemos al Señor. R.4.- El Señor nos regale un corazón alegre y lleno de esperanza de modo de vivir con mayor intensidad que somos una Iglesia en salida y con una gran misión de ser-vicio y escucha. Roguemos al Señor. R.(Se pueden añadir otras intensiones de la comunidad)

M. Señor resucitado, envíanos tu Espíritu y penetra nuestro gozo para encender al mundo con tu resurrección. Tú que vives y reinas…

Alabanza y Preparación a la ComuniónPara las Asambleas Dominicales en Ausencia del Presbítero (ADAP) y la comunión a los enfermos.

M. A ti Señor resucitado, elevamos nues-tra acción de gracias. Digamos: R. ¡Gracias Señor!1.- Por tu gloriosa resurrección. R.2.- Por tu Pan de vida Nueva. R. 3.- Por tu victoria sobre la muerte. R.4.- Porque renuevas nuestra vida. R.5.- Porque acercas tu mano santa sobre todo enfermo de alma o cuerpo. R.M. Por esto y mucho más gracias Señor y únenos en la oración que nos dejaste: Padre nuestro…

Sugerencias de cantosCristo, Resucitó/ Juntos nos acercamos/ El Señor resucitó/ Álzate Vencedora.

3. Salmo Sal 117, 1-2. 16-17. 22-23

R. Éste es el día que hizo el Señor: alegrémo-nos y regocijémonos en él. ¡Den gracias al Señor, porque es bueno, por-que es eterno su amor! Que lo diga el pueblo de Israel: ¡Es eterno su amor! R.La mano del Señor es sublime, la mano del Señor hace proezas. No, no moriré: viviré para publicar lo que hizo el Señor. R.La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto ha sido hecho por el Señor y es admirable a nuestros ojos. R.

4. Segunda Lectura Col 3, 1-4

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Colosas. Her-manos: Ya que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo donde

Cristo está sentado a la derecha de Dios. Tengan el pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra. Porque ustedes están muertos, y su vida está desde ahora oculta con Cristo en Dios. Cuando se manifieste Cristo, que es la vida de ustedes, entonces ustedes también aparecerán con Él, llenos de gloria.

Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Secuencia (Debe proclamarse hoy; en los días de la octava, es optativa).

Cristianos, ofrezcamos al Cordero pas-cual nuestro sacrificio de alabanza. El Cordero ha redimido a las ovejas: Cristo, el inocente, reconcilió a los pecadores con el Padre. La muerte y la vida se enfrentaron en un duelo admirable: el Rey de la vida estuvo muerto y ahora vive. Dinos María Magdalena, ¿qué viste en el camino? He visto el sepulcro del Cristo viviente y la gloria del Señor resucitado. He visto a los ángeles, testi-gos del milagro, he visto el sudario y las vestiduras. Ha resucitado Cristo, mi esperanza, y precederá a los discípulos en Galilea. Sabemos que Cristo resucitó realmente; Tú, Rey victorioso, ten pie-dad de nosotros.

1. AmbientaciónHoy es una gran fiesta donde los ecos de la Vigilia deben amplificar el gozo del corazón. Nada ni nadie puede quitarnos el gozo del Resucitado. Todo nos habla de vida nueva, nos congregamos rebosantes de gozo pascual y renovados por el Espíritu, en los sacramentos pascuales grabamos a fuego la consigna: ¡¡¡La Muerte ha sido vencida!!!

Introducción a las Lecturas BíblicasEn Pascua leeremos el libro de los Hechos de los Apóstoles, y hoy contemplamos el discurso de Pedro en casa de Cornelio, y nos insiste que los discípulos somos desde ahora TESTIGOS. El salmo nos invita a cantar las grandezas del Señor. San Pablo manifiesta que desde hoy hay vida nueva en los cristianos. Finalmente, en el evangelio nos encontramos con el her-moso y fundante encuentro: el sepulcro vacío. Ellos vieron y creyeron, lo mismo se nos pide a nosotros.

2. Primera Lectura Hech 10, 34. 37-43

Lectura de los Hechos de los Apóstoles. Pedro, toman-do la palabra, dijo: “Ustedes ya saben qué ha ocurrido en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautis-

mo que predicaba Juan: cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo, lle-nándolo de poder. Él pasó haciendo el bien y sanando a todos los que habían caído en poder del demonio, porque Dios estaba con Él. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en el país de los judíos y en Jerusalén. Y ellos lo mataron, suspendiéndolo de un patíbulo. Pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió que se manifestara, no a todo el pueblo, sino a testigos elegidos de ante-mano por Dios: a nosotros, que comimos y bebimos con Él, después de su resurrec-ción. Y nos envió a predicar al pueblo, y a atestiguar que Él fue constituido por Dios Juez de vivos y muertos. Todos los profetas dan testimonio de Él, declarando que los que creen en Él reciben el perdón de los pecados, en virtud de su Nombre”.

Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Ciclo A - Color Blanco