52
KOBIE (Serie Paleoantropología), Bilbao Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia N.º XXVI, pp. 147-198, 2000/01/02 ISSN 0214-7971 EL ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES < 1 l The Antonine Itinerary in Britain and in Italy in the light of the meaning of grammatical cases Gonzalo Arias* RESUMEN La interpretación del Itinerario de Antonino, recopilación de rutas del Imperio romano, siempre ha ofrecido dificultades. Durante siglos, la mayoría de los estudiosos han convenido en que las distancias que da entre ciu- dades o mansiones son rara vez compatibles con las distancias reales medidas sobre el terreno. Se hacía a los copistas medievales responsables de muchos errores en la transmisión de los números. La hipótesis de que las desinencias de acusativo indican que las distancias no han de contarse hasta la ciu- dad mencionada, sino hasta una encrucijada de donde parte un ramal hacia la ciudad, abre nuevos y prometedo- res horizontes. Se consideran aquí, desde esta nueva perspectiva, los sectores británico e italiano del Itinerario. Se comentan también las resistencias con que tropieza esta nueva lectura de viejos textos. Palabras clave: Vías romanas, Itinerarios, Antonino, Britania, Italia SUMMARY The interpretation of the Antonine ltinerary, a compilation of routes of the Roman Empire, has always been difficult. For centuries, most scholars have agreed that the distances it gives between civitates or mansiones are very rarely compatible with real distances as measured on the ground. Mediaeval copyists were made responsi- ble for very many errors in the transmission of numbers. The suggestion that the accusative case-endings mean that distances are not to be counted up to the stated town, but rather to a crossroad from where a branch road leads to the town, opens new and prornising horizons. The British and ltalian sections of the ltinerary are here discussed under this new approach. The opposition to this new reading of old texts is also commented. Key words: Roman roads, Itineraries, Antonine, Britannia, Italy LABURPENA Antoninoren Ibilbidea, Erromatarren Inperioko bidatzen laburbilketa dena interpretatzea, beti izan zeregin zaila. Mendeetan zehar, ikertzaile gehienek, hiri edo etxeen artean ematen dituen distantziak, lurzoruaren gai- neko egiazkoekin inoizka bakarrik bateragarriak direla uste izan dute. Erdi Aroko kopiatzaileak, zenbakiak tras- rnititzean oker askoren erantzule egiten ohi ziren. Akusatiboko desinentziak, distantziak, aipatu hiriraino baino, hirirantz bidexka bat ateratzen den bidagurutze bateraino zenbatu behar direla da hipotesia, azterbide berri emankorrak ireki eginaz. Ibilbideko britaniar eta italiar sektoreak, ikuspegi berri honetatik kontsideratzen dira. Aintzinako testuen irakurketa berri honek dituen zailtasunak ere komentatzen dira. (1) Los dos trabajos que se ofrecen a continuación han permanecido prácticamente inéditos durante trece años, salvo una limitadísima tirada del pri- mero de ellos realizada por el propio autor. Aunque el marco geogrdfico sea diferente y estén escritos en distintos idiomas, su presentación como un todo unitario se justifica no sólo por la identidad del tema sino también por las vicisitudes de su gestación y las dificultades con que ha trope- zado su publicación ante ciertas resistencias que podríamos llamar paracientíficas, por darles algún calificativo. Algo de esto se explicará al final. El autor, que agradece profundamente el interés que el Consejo de Redacción de la revista Kobie ha puesto en facilitar la difusión de estos trabajos, ha ofrecido una explicable resistencia a reescribirlos o actualizarlos. Se ha convenido, pues, en una fórmula híbrida. El primer tra- bajo se ofrece en su versión original en inglés, sin más retoques que los puramente formales o la corrección de erratas. El segundo mantiene también casi todo el texto original, aunque se han suprimido al principio algunos párrafos para evitar repeticiones y se han abreviado las refe- rencias a nuestras investigaciones en España. Finalmente, se hace referencia a la no siempre fácil acogida, entre arqueólogos y romanistas, de la nueva interpretación que aquí se propugna del Itinerario de Antonino. * Director de El Miliario Extravagante. Los Rosales 20, 29380 Cortes de la Frontera (Málaga).

EL ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA A … · La hipótesis de que las desinencias de acusativo indican que las distancias no han de contarse hasta la ciu dad mencionada,

  • Upload
    haanh

  • View
    214

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

KOBIE (Serie Paleoantropología), Bilbao Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia N.º XXVI, pp. 147-198, 2000/01/02 ISSN 0214-7971

EL ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES <

1l

The Antonine Itinerary in Britain and in Italy in the light of the meaning of grammatical cases

Gonzalo Arias*

RESUMEN La interpretación del Itinerario de Antonino, recopilación de rutas del Imperio romano, siempre ha ofrecido

dificultades. Durante siglos, la mayoría de los estudiosos han convenido en que las distancias que da entre ciu­dades o mansiones son rara vez compatibles con las distancias reales medidas sobre el terreno. Se hacía a los copistas medievales responsables de muchos errores en la transmisión de los números.

La hipótesis de que las desinencias de acusativo indican que las distancias no han de contarse hasta la ciu­dad mencionada, sino hasta una encrucijada de donde parte un ramal hacia la ciudad, abre nuevos y prometedo­res horizontes. Se consideran aquí, desde esta nueva perspectiva, los sectores británico e italiano del Itinerario. Se comentan también las resistencias con que tropieza esta nueva lectura de viejos textos.

Palabras clave: Vías romanas, Itinerarios, Antonino, Britania, Italia

SUMMARY The interpretation of the Antonine ltinerary, a compilation of routes of the Roman Empire, has always been

difficult. For centuries, most scholars have agreed that the distances it gives between civitates or mansiones are very rarely compatible with real distances as measured on the ground. Mediaeval copyists were made responsi­ble for very many errors in the transmission of numbers.

The suggestion that the accusative case-endings mean that distances are not to be counted up to the stated town, but rather to a crossroad from where a branch road leads to the town, opens new and prornising horizons. The British and ltalian sections of the ltinerary are here discussed under this new approach. The opposition to this new reading of old texts is also commented.

Key words: Roman roads, Itineraries, Antonine, Britannia, Italy

LABURPENA

Antoninoren Ibilbidea, Erromatarren Inperioko bidatzen laburbilketa dena interpretatzea, beti izan zeregin zaila. Mendeetan zehar, ikertzaile gehienek, hiri edo etxeen artean ematen dituen distantziak, lurzoruaren gai­neko egiazkoekin inoizka bakarrik bateragarriak direla uste izan dute. Erdi Aroko kopiatzaileak, zenbakiak tras­rnititzean oker askoren erantzule egiten ohi ziren. Akusatiboko desinentziak, distantziak, aipatu hiriraino baino, hirirantz bidexka bat ateratzen den bidagurutze bateraino zenbatu behar direla da hipotesia, azterbide berri emankorrak ireki eginaz. Ibilbideko britaniar eta italiar sektoreak, ikuspegi berri honetatik kontsideratzen dira. Aintzinako testuen irakurketa berri honek dituen zailtasunak ere komentatzen dira.

(1) Los dos trabajos que se ofrecen a continuación han permanecido prácticamente inéditos durante trece años, salvo una limitadísima tirada del pri­mero de ellos realizada por el propio autor. Aunque el marco geogrdfico sea diferente y estén escritos en distintos idiomas, su presentación como un todo unitario se justifica no sólo por la identidad del tema sino también por las vicisitudes de su gestación y las dificultades con que ha trope­zado su publicación ante ciertas resistencias que podríamos llamar paracientíficas, por darles algún calificativo. Algo de esto se explicará al final. El autor, que agradece profundamente el interés que el Consejo de Redacción de la revista Kobie ha puesto en facilitar la difusión de estos trabajos, ha ofrecido una explicable resistencia a reescribirlos o actualizarlos. Se ha convenido, pues, en una fórmula híbrida. El primer tra­bajo se ofrece en su versión original en inglés, sin más retoques que los puramente formales o la corrección de erratas. El segundo mantiene también casi todo el texto original, aunque se han suprimido al principio algunos párrafos para evitar repeticiones y se han abreviado las refe­rencias a nuestras investigaciones en España. Finalmente, se hace referencia a la no siempre fácil acogida, entre arqueólogos y romanistas, de la nueva interpretación que aquí se propugna del Itinerario de Antonino.

* Director de El Miliario Extravagante. Los Rosales 20, 29380 Cortes de la Frontera (Málaga).

148 GONZALO ARIAS

GRAMMAR IN THE ANTONINE ITINERARY A Challenge to British archaeologists

When dealing with the Antonine Itinerary, most British scholars, as well as those from other countries, have agreed that the distances it gives between civita­tes or mansiones are very rarely compatible with real distances as measured on the ground. Several explana­tions have been tried, but none is conclusive.

Having studied the Hispanic part of the Antonine Itinerary for many years, 1 am convinced that I am in possession of certain clues - especially one critical clue - that enable me to understand many Hispanic iti­nera. 1 The purpose of this paper is to explore how the methods of study which I have tested on the Hispanic itinera would apply to the British provinces of the Roman Empire.2 My work would not have been pos­sible without the protracted and minute researches previously made by many British scholars. 1 am parti­cularly indebted to Professor A.L.F. Rivet3 and to the excellent map of Roman Britain by the Ordnance Sur­vey (edition of 1978 - hereafter referred to as «ÜS»).

. ' ... B : . ;

.,_/··) /. A ..

• -. .. .

In 1963-1968 severa! studies of this writer on the subject, together with contributions from other authors, appeared in a mímeographed bulletin called El Miliario Extravagante, with very limited circulation. For severa! reasons I discontinued my researches on Roman roads, and it is only in September 1987 that a comprehensive volume appeared under the title Repertorio de caminos de la Hispania romana (570 pages, published by the author). It may seem pretentious or overly ambitious for a person who has been in Britain only six or seven times, and never for more than three months at a stretch, to claim to have discovered something new on such a specialised subject as the Roman roads of Britain. I am aware of this risk, but'hope nevertheless that the reader will not reject my thesis without having giving it careful attention. A.L.F. Rivet, 'The British section of the Antonine Itinerary', Britannia I, 1970, 34 ff; A.L.F. Rivet and Colin Smith, The Place-Names of Roman Britain (London, 1979). I am very grateful to professor Rivet for bis benevolent comments to an early version of this paper, which gave me the opportunity to correct two or three flagrant inconsistencies.

A study by W. Rodwell4, although 1 differ with his

main conclusions, has also been enormously useful to me, as it contains a substantial amount of information, and because he very honestly sets forth the difficulties encountered in his own interpretation of the Itinerary.

Among the explanations for the above mentioned incompatibilities that have been suggested by diffe­rent authors, the most common one is to make the mediaeval copyist responsable for very many errors in the transmission of the recorded distances. But the presumed inaccuracies are too numerous to be explai­ned in that way. According to Rivet, there would be in the British section of the Itinerary not less than 87 inaccurate figures (i.e. 62 per cent) as against 54 accurate ones (38 per cent).

Realizing how difficult it would be to sustain against the meritorious mediaeval copyists an accusa­tion on the basis of 62 per cent of errors - especially when, as it happens, ali the manuscripts repeat the same 'errors' - and noting that most of the presumed errors are small 'minus errors', both Rivet and Rod­well (more elaborately the latter) have developed a

D . .

~· . ' .~y·· ... '. ~-·

Fig. 1

theory according to which many distances are to be measured not from the center but from the pomerium or the boundary of the town-zone. For instance, if we have between the cities A, B, C and D the distances x, xii and viii, and these prove to be inadequate to tra­vel as the crow flies from centre to centre of the cities, the solution would be such as showed in Fig. 1.

Even on this basis, Rivet feels compelled to amend 20 out of a total of 141 figures, i.e. more than 14 per cent 'errors'. 1 consider this still too high, and 1 would defend the honour of the good scribes of the 8t11 and 9'h centuries.

My contention is that they made no error at ali, or at most one single error, in the process of copying the

W. Rodwell, 'Milestones, civic territories and the Antonine Itinerary', Britannia VI, 1975, 76 ff.

ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA 149 A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES

THE ANTONINE ITINERARY IN BRITAIN ANO IN ITALY IN THE LIGHT OF THE MEANING OF GRAMMATICAL CASES

figures, although they did commit sorne mistakes of a different kind.

Here, in four sentences, is the main clue - though not the only one - which makes possible a radically new understanding of the Antonine Itinerary:

1. The lost archetype of the Itinerary presumably used three grammatical cases for the cities or sta­tions listed - accusative, ablative and locative.

2. This was not meaningless: the ablative and locati­ve were used when the road actually reached the city, town or mansio; but the accusative was used to mean that the place listed lay apart from the road, at a distance which might be considerable.

3. For the stations quoted in accusative, the number of miles given is to be measured to a junction on the main road; from this point another road would lead to the city, but the length of the branch road is not stated.

4. The mediaeval scribes apparently were no longer aware of the conventional value of the grammati­cal terminations and, in an effort to correct what they thought wrong, they caused most accusatives to be lost.

The consequences of this new approach, using the above example, would be more or less as showed in Fig. 2.

• B I

I

A I

I

e ~

There are sorne other minor clues or principles worth mentionning:

• an accusative preceded by the preposition ad (Ad Pontem, Ad Ansam, Ad Portum) has the geograp­hical value of an ablative;

• in sorne cases a line has been inadvertedly omitted in the manuscripts, or perhaps in the archetype itself;

• the fact that two or even three consecutive stations appear in differente itinera does not necessarily

mean that they are describing the same road, as the points of junction represented by the same word may be different.

A few more remarks are necessary befare consi­dering each of the itinera.

Many Roman towns in Britain have been identi­fied with a reasonable degree of certitude. This fact facilitates the task of presenting a coherent interpre­tation of the different mutes. In sorne cases, however, I feel obliged to cast doubt on traditional and long­standing identifications.

On the other hand, I find that the Hispanic sec­tions of our document have kept the accusatives more consistently than the other parts of the Antonine Iti­nerary. Perhaps for that reason the discovery of the grammatical clue had to be made in Spain. In the Bri­tish section, if we exclude the titles of each iter and the nouns preceded by ad, we are left with thirteen accusatives; but there were certainly more in the archetype.

For an easy understanding of the discussion of each iter, it will be useful to keep in mind the follo­wing:

• in order to facilitate the references and compari­sons, I adopt the conventional numbering of the British itinera (I to XV);

.D V\H

Fig. 2

for the text of the Antonine Itinerary I rely, of course, on the critica! edition by Cuntz5

;

• I use the sketch maps traced by Rivet as a basis for my own sketch maps, so that the coincidences and the differences of our respective conclusions can be easily seen;

• the data and the interpretation of each iter are also summarized in a table;

O. Cuntz, Itinera romana, I (Leipzig, 1929).

150 GONZALO ARIAS

• unless otherwise stated, I use the ablative forms of the place names when I refer to the places them­selves (i.e. Corscopito, Eburaco, Venta, etc.) and the accusative forms ( Corscopitum, Eburacum, Ventam) when I refer to the corresponding junc­tion used in counting the mileages;

• the miles here mentioned are Roman miles; nevert­heless, the British archaeologists are not unanimous concerning the value of the Roman mile in Britain, which is either 1,480 or 1,536 metres.6 In my view, the Roman legions had adopted, during the initial

period of their conquest of Spain, a Greek mile of 1,538 metres, and the introduction in Britain of this mile by a Hispanic legion is not unthinkable. It seems, however, that as yet nobody has been able to lay a Roman miledown side by side with a Statute mile and measure the difference accurately.

But I shall not extend this preamble, as the reader is probably impatient to see how this new approach applies to the Itinerary in Britain, and I am equally impatient to present my conclusions.

lter 1 A limite, id esta vallo, Praetorio m.p. CLVI:

Itinerarium Antonini

Rivet (in brackets, actual distance according to Rivet)

a Bremenio High Rochester

Corscopitum m.p.XX Corbridge (25)

Vindomora m.p. VIII/ Ebchester (10)

Vinovia m.p. XVIIII Binchester (20)

Cataractoni m.p. XXII Catterick (22)

Isurium m.p. XXIII/ Aldborough (25)

Eburacum York (17) leug. VI Victrix m.p. XVII

Derventione m.p. VII Malton (20)

Delgovicia m.p. XIII 1970: Millington? (13) 1979: Wetwang ? (13)

Praetorio m.p.XXV Brough ? (22)

Rivet, Rodwell and the Ordnance Surbey adopt the mile of 1,480 m. On the other hand, Ivan D. Margary (Roman roads in Britain, 1973, p. 524) writes: «In practice the mile seems to have measured about 1,680 yards». Also Richard W. Bagshawe (Roman roads, Shire Publications Ltd, 1979) accepts that «the length of a Roman mile works out at 1,680 yards (1,536 m)».

Proposed identifications

Arias (in brackets, actual distan ces)

City or place referred to

Haltwhistle?

Corscopito = Corbridge

Ebchester (9)

Binchester (19)

Catterick (22)

lsurio = Aldborough

Eburaco =York

Malton (7)

Delgovicia = area of Rudston-Harpharn

Brough ? (25)

Junction

Corscopitum = junction, one mile South of Corbridge (20)

Isurium = junction, E. of Sessay (24)

Eburacum = junction, at Slingsby (17)

Delgovicia[m] = crossroad indicated by OS, near Wetwang (13)

\ \

ITERI

:::::: As reconstructed byRivet

- As now suggested

VINQVIA

~~'·"· OlflVf lo!TIONE

,f ,,;f:l..&Ov1TIA ! ... \ rll1'CTcHllo! --~

ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA 151 A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES

THE ANTONINE JTINERARY IN BRITAIN ANO IN ITALY IN THE LIGHT OF THE MEANING OF GRAMMATICAL CASES

If we assume that Corscopito, Vindomora, Vino­bia and Cataractoni have been correctly identified, and if we try to adapt Iter I as much as possible to the Roman roads indicated by the Ordnance Survey for the area, we find that the accusative Corscopitum, together with the mileage to Vindomora (nine miles, which is too short to cover the distance Corbridge­Ebchester ), provides a hint for a solution. This iter could proceed from the west and by-pass Corscopito, at a distance of one mile.

In that case, Bremenio would be close to Hadrian's Wall, maybe in Haltwhistle. It will be objected that two inscriptions found in High Roches­ter reveal that the explorers of a military unit based in Bremenio erected there one or two altars. Though I am no expert on the question, I assume that the «explorers» were often on mission far away from their base and liked to leave on the ground sorne sign

of their passage. In any case, my faith in the accuracy of the Antoninian mileages does not allow me to admit an error of 5 miles in the first stage of this iter.

I situate the road from Catterick to Malton along a line that passes from Catterick to Northa­llerton; then follows the stretch indicated by OS as far as Easingwold; from there I trace the route to Malton running through Hovingham. Thus there would be an «Eburacum-junction» at the point where the road shown by OS, reaching as far as Cawthorn going in the direction of York, crossed Iter l.

As we see, three well transmitted accusatives help to explain this iter in such a way that all the distances are exact. A fourth possible accusative may have been lost: Delgovicia[m]. In that case Delgovicia should be sought towards Bridlington or, more likely, the area of Rudston and Harpham.

lter 11 Item a vallo ad portum Ritupis m.p. CCCCLXXXI, sic:

Itinerarium Antonini Proposed identifications

Rivet Arias (in brackets, actual distance (in brackets, actual distances) according to Rivet) City or place referred to Junction

a Blatobulgio Birrens Birrens

Castra Exploratorum Netherby (14). Castris = Broomholm, Castra = junction, near m.p. XII or any camp in the area Netherby (12)

Luguvallo m.p. XII Carlisle (11) Carlisle ( 12)

Voreda m.p. Xll/I Old Penrith (14) Old Penrith ( 14)

Brovonacis m.p. Xlll Kirkby Thore (14) Kirkby Thore (13)

Verteris m.p. Xlll Brough (13) Brough (13)

Lavatris m.p. XIIl/ Bowes (14) Whaw (14)

Cataractone m.p.XVI Catterick (21) Cataractone = Catterick Cataractone[m] = junction, 2 miles W. of Catterick

Isuriam m.p. XXIl/I Aldborough (25) Isuria = Aldborough Isuriam = junction, at Markington (24)

Eburacum m.p. XVII York (17) Eburaco =York Eburacum = junction, at Adel (17)

Cale aria m.p. VII/l Tadcaster ( 1 O) Bradford ? (9)

Camboduno m.p.XX 1970: nr. Dewsbury Castleshaw ? (20) 1979: Leeds ? (14)

Mamucio m.p. XVIll Manchester (23) Stretford, SW of Manchester (18)

152 GONZALO ARIAS

Condate m.p. XV/Il Northwich (20) Northwich (18)

Deva leg. XX Vici m.p.XX Chester (20) Chester (20)

Bovio m.p.X Holt? (10) Bovio =somewhere on the Bovi[um] = junction, at road to Llanfor and Caer Gai Leeswood (10)

Media/ano m.p.XX Whitchurch (15) Whitchurch (20)

Rutunio m.p. XII Hartcourt Mill

Uriconio m.p.XI (River Roden) (12) Uxacona m.p. XI Wroxeter (11) Pennocrucio m.p. XII Red Hill (11) Total agreement

Water Eaton (12)

Etoceto m.p. XII Wall, nr. Lichfield (14) Etoceto = Wall Etocet[um] =junction, nr. Aldridge (12)

Manduesedo m.p. XVI nr. Manceter ( 16) Manduesedo = nr. Mancetter Manduesed[um] = junction, nr. Maxstok (16)

Venonis m.p. XII High Cross (11) Venonis = High Cross Venon[em] = junction, at The Lunt (12)

Bannaventa m.p. XVII Whilton Lodge (19) Bannaventa = Whilton Lodge Bannaventa[m] = junction, SW. of Daventry (17)

Lactodoro m.p. XII Towcester (12) Towcester (12)

Magiovinto m.p. XVII Dropshort (16) Dropshort (16,5)

Durocobrivis m.p. XII Dunstable (12) Dunstable (12)

Verolamio m.p. XII St. Albans (12) St. Albans (12,5)

Sulloniacis m.p. VIII/ Brockley Hill (9) Brockley Hill (9)

Londinio m.p. XII London (13) Londinio = London Londini[um] = junction, at Marble Arch (12)

Noviomago m.p. X Crayford (13) Noviomago = Chichester Noviomag[um] = junction, on the road A-24, nr. Merton (10)

Vagniacis m.p.XVIIII Springhead (8) nr. Otford (19)

Durobrovis m.p. VIII/ Rochester (9) Duribrivis = Rochester Durobriv[as] = junction, W. of West Malling (9)

Duro levo m.p. XIII Between Sittinboume nr. Sutton Valence (13) and Faversham (27)

Duroruemo m.p. XII Canterbury Durovemo = Canterbury Durovern[um] = junction, W. of Ashford

Ad portum Ritupis m.p. XII Richborough (13) Lympne (12)

ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA 153 A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES

THE ANTONINE ITINERARY IN BRITAIN ANO IN ITALY IN THE LIGHT OF THE MEANING OF GRAMMATICAL CASES

ILATOBULG~

RUlUNIO

Castra Exploratorum: An accusative which could pass unnoticed. Castra is an accusative plural of a neu­ter noun of the second declension. The only other case it could be is nominative plural, but we may take far granted that there were no nominatives in the archetype Itinerary. This may not be the name of a specific place. The meaning is: «Here you leave the road leading to the camp(s) of the scouts». It is worth comparing this with Castris ( Cáceres) in the Spanish section of the Itinerary, which is an ablative and in fact líes clase to the road.

Brovonacis: 1 count 13 miles from Voreda, where Rivet counts 14, because 1 do not see the need to devia­te through Brougham (Brocavo) following Iter V.

ITERll

As reconstructed by Rivet As now suggested

Branch roads

Verteris: K. Jackson7 gives the meaning of 'upper part' or 'summit'. 1 think ofthe verb verto, in connec­tion with the Spanish vertiente and the French versant (watershed). In any case, the fort of Brough is very near the highest point of this iter, clase by the waters­hed between the North See and the Irish See.

In Appendix JI to Rivet's study of 1970.

154 GONZALO ARIAS

Cataractone[m]: The loss of the accusative ending is suggested by the different distance to Lava­tris in Iter V.

Eburacum: The branch road to Eburaco would be the road indicated by OS in Adel.

The road from Bovi[um] to Whitchurch would actually be the continuation of Watling Street.

I assume that the original Watling Street was com­pletely straight from Pennocrucio to Lactodoro. In that case, all the mileages fit with the terrain.

My reconstruction ofthe final section oflter II, from London on, will undoubtedly meet with sorne resisten­ce, as it challenges severa! long established convictions. Here are, very briefly, four arguments against the tradi­tional interpretation and four in favour of the new one:

Against the traditional version: • A road in lowlands and quite near the sea is not

consistent with the strategic conceptions of the Roman armies. I admit that this road must have existed, especially when the pax romana was firmly imposed; but it was certainly not the one preferred by the Roman general in campaign and is probably not the one descri­bed in the Antonine Itinerary. Practically no single distance given fits with the real one; this is for me the strongest argument.

• The existence of a second Noviomago, diffe­rent from Chichester, is unlikely to say the least. In my view there was only one Novioma­go and the iter refers here to a junction where, having followed the road which was leading to Noviomago (Chichester), it changes direction abruptly and runs east.

• The fort of Richborough was built only in the fourth century8 «On a knob of higher ground, which perhaps was then surrounded, or almost surrounded, by water».9 I am not certain there­fore that there are sufficient grounds for iden­tifying Richborough with Ritupis.

In favour of the southern route: • «Durovernum-junction» (which, as will be

seen, is also referred to in itinera III and IV) is a strategic point, at the parting of rivers Beult and Stour.

• This same point is a crossroads in the OS map. • The route through the highlands (partially

admitted by OS) is much more likely as a Roman military road.

• All distances are in perfect agreement. In any case, the Roman roads of Kent must be dis­

cussed in connection with itinera III and IV.

Iterm Item a Londinio ad portum Dubris m.p. LXVI, sic:

Itinerarium Antonini

Rivet (in brackets, actual distance according to Rivet)

Dubobrius m.p. XXVII Rochester (30)

Durarueno m.p.XXV Canterbury (27)

Ad portum Dubris m.p. XII// Dover (16)

Proposed identifications

Arias (in brackets, actual distances)

City or place referred to Junction

Durobrivis = Rochester Durobriv[ as] = junction, W. of West Malling (27)

Durovemo = Canterbury Durovem[um] = junction, SW. of Ashford, nr. Kingsnorth (25)

Dubris = Dover Portu Dubris = Hythe (14)

P. Salway, Roman Britain, Oxford University Press, 1984, p. 308. According to Frank W. Jessup, Kent History Illustrated (Kent County Council, 1966).

Itinerarium Antonini

Durobrivis m.p. XXVII

Durarueno m.p.XXV

Ad portum Lemanis m.p.XVI

ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALlA A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES

THE ANTONINE ITINERARY IN BRITAIN ANO IN JTALY IN THE LIGHT OF THE MEANING OF GRAMMATICAL CASES

Iter IV Item a Londinio ad portum Lemanis m.p. LXVIII

Proposed identifications

Rivet Arias (in brackets, actual distance (in brackets, actual distances) according to Rivet) City or place referred to Junction

Same as Iter III

Lympne (16) Folkstone? (16) nr. Beckley? (16)

ITER 111 ITERIV

As reconstructed by Rivet

As nowsuggested

Branch roads

~ Probable coastline in Reman times

155

156 GONZALO ARIAS

The proposed locations of the two ports in itinera III and IV are admitedly quite conjectural, but not many other solutions seem possible if, on the one hand, we take into account the fact that in Roman times the s.ea covered most of Walland Marsh, and the River Rother formed a large estuary1°; and, on the other hand, we take seriously the figures of the Anto­nine Itinerary, as I contend we must do.

My suggestion that Lemanis (or its port) could be near Beckley or at any other point in the Rother's estuary depends on my prevíous choice of Hythe for Portu Dubris; it seems illogícal to put Lemanis in Folkestone) i.e. between Dubris and portu Dubris).

lterV

ITERV

As reconstructed by Rivet

- As now suggested

... . ... Branch roads

Item a Londinio Luguvalio ad vallum m.p. CCCCXLII:

Itinerarium Antonini Proposed identifications

Rivet Arias (in brackets, actual distance (in brackets, actual distances )-according to Rivet) City or place referred to Junction

Caesaromago m.p. XXVIII Chelmsford (30) Caesaromago = Chelmsford Caesaromag[um] = junction, nr. Pleshey (28)

Colonia m.p. XXIIII Colchester (24) Colonia = Colchester Colonia[m] = junction, Gestingthorpe (24)

Villa Faustini m.p.XXXV Scole (41) or Stoke Somewhere in Peddars Ash (36) Way (35)

/cinos m.p. XVIII Caistor ( 18 or 23) Iceni = the whole area Icinos = crossroad with Fen of Norfolk Causeway (18)

Cambo rico m.p.XXXV Lackford? (37) Lackford? (35)

Duroliponte m.p.XXV Cambridge (25) Cambridge (25)

Durobrivas m.p.XXXV Water Newton (36) Durobrivis =Water Newton Durobrivas = junction, nr. Water Newton (35)

Causennis m.p.XXX Saltersford or Causennis = Saltersford Causenn[os] = junction, nr. Sapperton (30) Saltersford (30)

Lindo m.p. XXVI Lincoln (26) Lincoln (26)

Segeloci m.p. XIIII Littleborough (15) Littleborough (14 Greek miles)

10 Frank W. Jessup, op. cit.

ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA 157 A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES

THE ANTONINE ITINERARY IN BRITAIN ANO IN ITALY IN THE LIGHT OF THE MEANING OF GRAMMATICAL CASES

Dan o m.p.XX! Doncaster (23)

Legeolio m.p.XVI Castleford ( 18)

Eburaco m.p. XXI York (23)

Isubrigantum m.p. XVII Aldborough ( 17)

Cataractoni m.p. XXIII! Catterick (25)

Levatris m.p. XVIII Bowes (21

Verteris m.p. XIII! Brough (14) Brocavo m.p.XX Brougham (20) Luguvalio m.p. XXI Carlisle (21)

The first part of Iter V is rather confusing, not only because of the apparent inadequacy of the mileages, but also because of its capricious course and the hesitations about the location of at least three stations. In my reconstruction I rely mainly on the roads recorded (as «certain» or «uncertain» in the map of the Ordnance Survey and take account of the accusative Icinos; but on geograp­hical grounds one may presume that there were originally two more accusatives: Caesaro­mag[ um] and Colonia[m]. This last junction would be in a presumed road Cambridge-Colches­ter. Iter V would fallow Peddars Way until its intersection with Fen Causeway: there I put Ici­nos, accusative plural, meaning «towards the lands of the lceni»; there is no need, therefare, to suppo­se that what is meant is exactly Venta Icenorum. As far Camborico, I agree with Rivet and with the Ordnance Survey.

Durobrivas is again accusative. The city would be slightly apart from the road: this may help to explain the apparent shortfall of one mile to Water Newton.

As far Causennis, let me quote what Rodwell (loc.cit. p. 88) writes after discarding the locations of Ancaster and Sapperton:

«The only other likely candidate ( ... ) known at present is Saltersford (Little Ponton). Here, an extensive settlement Iies on the bank of the River Witham, at the same distance from Lincoln as Sapperton (27,5 miles), but further from Water Newton (30,5 miles). The mileage correspondence is so close that it must surely be regarded as plau­sible candidate for Causennae.

One objection must, however, be raised, in that Saltersford Iies on a east-west road, a mile off the line of Ermine Street and thus requires a short deviation from the main road. This is a departure

Dano = Doncaster Dan[um] =junction, E. of Doncaster (21)

Legeolio = Castleford Legeoli[um] = junction, at Beal Bridge, S. of Birkin (16)

York (21)

Isubriganto = Aldborough Isubrigantum = junction, (17)

Catterick (24)

Whaw? (18)

Total agreement

from the norm and cannot be accepted without sorne reservations, but the distances quoted do take the deviation into account.»

This remarkable quotation shows that Rodwell puts bis finger on what has been far centuries one of the riddles of the Itinerarium Antonini and has almost faund the solution ... but he fails to see the evidence! The «short deviation from the main road» is far from being «a departure from the norm». What we can guess is that in this case also the short deviation ( one mile) was originally announced by a grammatical device, as explained above: either Causenn[as] or Causenn[os].

From Lindo (Lincoln) to Eburaco (York), the Ord­nance Survey offers us two Roman roads, both rough­ly consistent with the mileages of Iter V. In a first draft of this paper I preferred the eastern route as shorter and more convenient, crossing the River Ou­se sorne miles upstream from Kingston. But even­tually I changed my mind, although I still have sorne reservations concerning the western route.

Rivet locates Segeloci at Littleborough, which is, in fact, exactly at 14 Greek miles from Lincoln on the proposed road. I am sure that this is not the only case in which the mileage correspondence is very precise using the Greek mile of 1,538 metres, but I have not always used the more accurate 1:25,000 OS sheets.

The locations of Dano at Doncaster and Legeolio at Castlefard, however, cannot be so easily validated. Here again, I suggest two original accusative endings. We need a shorter road from Littleborough to York, and part of it could be Margary's No. 281.

Eburaco is now ablative whereas it was in the accusative in Iter I and Iter 11; but Isubrigantum sems to be again accusative, and this may explain the short­fall of one mile in the distance to Catterick. From Ver­teris on, I completely agree with Rivet.

158 GONZALO ARIAS

In view of the analogies of Iter VI and Iter VIII we shall examine them jointly.

Iter VI Item a Londinio Lindo m.p. CLVI sic:

Itinerarium Antonini Proposed identifications

Rivet Arias (in brackets, actual distance (in brackets, actual distances) according to Rivet) City or place referred to Junction

Vero/ami m.p. XXI St. Albans (22) St. Albans (21 from Marble Arch)

Durocobrius m.p. XII Dunstable (13) Dunstable (12,5)

Magiovinio m.p. XII Dropshort (12) Dropshort (12)

Lactado ro m.p. XVI Towcester (16) Towcester (16,5)

Isannavantia m.p. XII (read Bannaventa) Whilton Lodge (12) Whilton Lodge (12)

Tripontio m.p. XII Cave's Inn (11) Heath Farm, NW of Cave's Inn (12)

Ve no nis m.p. VIII High Cross (8) Venonis = High Cross Venon[ em ] = junction, nr. Ashby Magna (8)

Ratas m.p. XII Leicester (12) Ratis = Leicester Ratas= Thurmaston (12)

Verometo m.p. XIII Willoughby (14) Verometo = Willougbly Veromet[um] = junction, on road A606 (14)

Margiduno m.p. XII Castle Hill (12) Margiduno = Castle Hill Margidun[um] = junction, at Bottesford (12)

Ad Pontes m.p. VII East Stoke (7) Claypole (7)

Crococalana m.p. VII Brough (8) Crococalana = Holme? Crococalana[ m] = junction, nr. Stapleford (7)

Lindo m.p. XII Lincoln (13) Lincoln (12)

ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA 159 A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES .

THE ANTONINE ITINERARY IN BRITAIN ANO IN ITALY IN THE LIGHT OF THE MEANING OF GRAMMATICAL CASES

Iter VIII Item ab Eburaco Londinio m.p. CCXXVII:

Itinerarium Antonini Proposed identifications

Rivet Arias (in brackets, actual distance (in brackets, actual distances) according to Rivet) City or place referred to Junction

Lagecio m.p. XXI Dan o m.p. XVI Coincident with Iter V, except for the spelling of two names Ageloco m.p. XXl Lindo m.p. Xll/I

Crococalano m.p. XIIII Brough (13) Crococalano = Holme? Crococalan[um] = junction, SW. of Brough (14)

Margiduno m.p. XII/l Castle Hill (15) Castle Hill (14)

Vernemeto m.p. XII Willoughby (12) Willougbly (12)

Ratis m.p. XII Leicester ( 14) Ratis = Leicester Rat[as] = Thurmaston (12)

Vennonis m.p. XII High Cross (12) Venonis = High Cross Venon[ em ] = junction, nr. Ashby Magna (12)

Bannavanto m.p. XVIIII Magiovinio m.p. XXVIII Durocobrivis m.p. XII See locations proposed under Iter VI and following discussion Vero lamo m.p. XII Londinio m.p. XXI

To discuss itinera VI and VIII we may consider three distinct segments:

(i) From Londinio to Bannaventa. This segment is common to itinera II, VI and VIII. The mention of Sulloniacis in Iter II and the ornission of Lactodoro in Iter VIII do not a:ffect the almost perfect agreement between the three.

I have little to add, except that in this case, unlike other parts of my study, I wonder if I am not being too unimaginative in the search for new solutions. I have been considering the possibility of a more direct course from Brockley Hill to Towcester, leaving to the right hand (in the accusative) Verolamium, Duro­cobrivas and Magiovinium. I cannot find, on the other hand, a convincing explanation for the fact that the starting point seems to be Marble Arch and not the city of London11

• In any case, the course accepted by

This is the only case, in my view, which could lend support to Rodwell's theory about a «civic territory» around London from whose boundaries the mileages would be counted. Ali other pre­sumed shortfalls may be explained otherwise, as this study shows.

all the writers also fits well enough with the Antoni­nian data.

(ii) From Bannaventa to Lindo, the route seems to be common to itinera VI and VIII, although they run in opposite directions.

When dealing with Iter VI, Rivet simply com­ments: «This iter need not detain us, since it is near­perfect, with no error of more than one rnile». Ironi­cally, the second segment of this iter is one of those on which I spent most time, precisely because I can­not accept a constant repetition of severa! errors of one mile on a single route.

Nobody has doubted that both itinera describe the same route, in spite of the differences. After sorne hesitation, I take a different view. Only 15 to 20 miles in the vicinity of Leicester would be common to them.

In order to visualize their coincidences and their differences, and to illustrate my approach to the pro­blem, I subrnit three sketches which represent: (a) the two itinera in linear form and on the same scale; (b) an effort to compel them to adapt to each other, assu­ming that Ratas-junction and Venonem-junction were common points; and ( c) the final proposal.

160 GONZALO ARIAS

~ Lindo T Lincio

"' ~

X\11\ ¡ XII

~ . ¡ (¡·OlOl" 1&\n"" c .. ,.,~1 ... r

VII

AJ Po1_,"\~m Xllll ;

VII

j

~ Lind• 1, Li\1do

"' ' ~ ' -.::: ' .r11 • XUU ¡ "

">¡ Í Ct·otot.A.l..,.n"\ Ct·ococ.."lQ.no-.,:

1 Vu

' X \\lt f Al P .. nieCTl

VII

L 1nAa /•

, Cruoc"""'"ª ! ,/

•)Y.· ....

'

I I

/ I

I

I I

I

M1u·-:i;Juno·f MQ.t"'~;Jv\\o

MO\r"'jidvno~ Ma.r~\d.UilO / ...•... I ,

XI\ ' '

Vero'fmctot

' Xil ' ' '

R~-+;1 t X\\ :

Y<tnncni~ f

')(\"\\\\

XII

l/en•1,,e=.to

1'111

f{o,:i~s

XII

v'eni:ini~

1 V'lll

Tr; pont;o ~

o:: .....

XII f..

' ' Xl\ ~

Ve.ro(tneto ~ ' ' .

X\I ~

\

(_l.)

XII

}..\\!

i

APPROACH TO ITINERA VI ANO VIII

The total mileage from Bannaventa to Lindo (83 miles in both cases) is inadequate to reach all the supposed locations of the intermediate stations. This shortfall is clear if we consider the distance Leicester-Lincoln: 52 miles as the crow flies. Taking into account that lter VIII gives 52 and lter VI 51 miles from Ratis to Lindo, it seems neces­sary to conclude that both Ratas and Ratis refer to a juntion somewhere north of Leicester, and not to the city itself.

On that basis, I propose the course indicated in the sketch maps and in the tables, fully aware that I do not give an answer to all the problems and that other solutions are possible. The differences up to two miles between both itinera with regard to Veno­nis, Ratas (or Ratis), Verometo, Margiduno and Cro­cocalana are best explained if we suppose that all five words were accusative in lter VI (one of them, Ratas, is in fact accusative), pointing to a town off the road; and that in lter VIII two or three were also accusative.

1 1 l 1

\Jet<orne\o 1 •• • • •• 1 1

1

Ra.ti~ • 1 l

1 1 1 1 1 1 1

(c.)

The main objection to my reconstruction may be that the point designed with the terms Ratas and Ratis seems to be about 3 miles north of Leicester. lt is not easy in this case to argue on the assumption of a junc­tion at Thurmaston, as the road runs southwards through Leicester, or very close to the center of the town. I leave open this problem. 12

Both itinera VI and VIII would follow, in my view, Margary's road 572 from Leicester to Lutterworth.

12 Denis Van Berchem ( «L' annone militaire dans l'Empire Romain au IIIe. siecle», in Mémoires de la Société nationale des Anti­quaires de France; «Les itinéraires de Caracalla et l'Itinéraire Antonin», in Actes du !Xe Congrés international d'études sur lesfrontieres romaines, Bucarest 1974) has argued that the sta­tions of most itinera refer to points were units of the army collected the annona, a tax paid in kind. Such points, often in crossroads, could be at sorne distance of the towns. From this point of view, the location of a silo or storage uuder military control out of the town, even on the main road, seems not unli­kely. (Note of January 2000)

It is worth noting that Iter VI in the section near Lincoln coincides, as I see from my maps, with a road which seems to be a traditional entry to the city from the south.

As for Tripontio, I have hesi­tated. Whether the meaning is

· «three bridges» or trivii-ponte (a bridge in which three ways con­verge), it seems unescapable that it has to be situated near a river; but there is no river either at Cave's Inn or at Heath Farm. I venture to suggest the meaning «Between three bridges», all the three being at distances of two or three miles: one on the road to Venonis, one on the road to Bannaventa, and one on the road to Lindo as now proposed.

ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES

THE ANTONINE ITINERARY IN BRITAIN AND IN ITALY IN THE LIGHT OF THE MEANING OF GRAMMATICAL CASES

LINDO taOtllt.l\L.Att

ITE R VI

.. .,,....,.,fo\ M-ARGIDU NO

LONOINIO

ITER VI and ITER VIII (iii) The third segment of

MAGIOVINIO

OUROCOBRIVIS

VE ROL AMO

Iter VIII - or rather the first one, as we have followed the inverted order - i.e. Eburaco­Lindo, has been studied as Iter V, so that nothing needs to be added.

As reconstructed by Rivet

As now suggested

Branch roads

1 Tí R VIII - LONOINIO

lter VII ltem a Regno Lundinio m.p.XCVI, sic:

Itinerarium Antonini Proposed identifications

Rivet Arias (in brackets, actual distance (in brackets, actual distances) according to Rivet) City or place referred to Junction

(Regno Chichester Chichester)

Clausentum m.p.XX Bitteme (30) Clausento = Portchester? Clausentum = junction, NW. or Wickham (20) of Petersfield (20)

Venta Belgarum m.p.X Winchester (10 or 15) Venta Belgarum = Winchester Venta[m] Belgarum = junction, at Cheriton (10)

Galleva Atrebatum m.p. XXII Silchester (25) Galleva Atrebatum = Galleva[m] Atrebatum = Silchester junction, at Crookham

Village (22)

Pontibus m.p. XXII Staines (27) Staines (22)

Londinio m.p. XXII London (21) London (22)

161

162 GONZALO ARIAS

ITERVll

- As reconstructed by Rivet

- As now suggested

.. · · · · Branch roads

Regno has been identified with Noviomagus (Chichester), the capital of the kingdom of Cogidub­nus. To doubt that Venta Belgarum is Winchester or that Galleva is Silchester would be tantamount to contesting the identity of Pontibus with Staines or Londinio with London. And yet, a very tight rape connecting all those points would measure at least 105 miles, instead of the 96 recorded in the Antoni­ne Itinerary. Not surprisingly, scribes are made the scapegoat of our inability to understand. «At sorne stage of transmission» comments Rivet, referring to this iter, «a scribe's writing was becoming unusually careless.»

I categorically refuse to put that charge on a per­son who, remate as he may be, is represented in my mind as a learned mediaeval monk, with ample time for his work and executing it with dedication and careful attention. The fact that all manuscripts have transmitted the same figures (with very few excep­tions) is a convincing proof of the scribes' professio­nal competence.

An accusative well transmitted, together with two others which became ablative because the scribe (or the original compiler) thought this was the correct case, are enough to enable us to map this iter in a coherent way.

LUNOI N 10

A few remarks will be useful. The branch road to Clausento could lead to any other point besides Port­chester. But I chose this place because a Roman fort existed there, and also because the word could mean a very «closed» harbour, as is the case for Portchester.

The east-west segment leading to Venta may be understood as a prolongation either of the road Old Sarum-Winchester or of the road !sea-Venta as sug­gested under Iter XV.

The main road east of Galleva, as I guess it, follows sorne ten miles along the county boundary between Surrey and Berkshire, exactlywhere it makes an angle of about 115º, near Camberley.

It is also worth noting that between Noviomago and Pontibus, the different segments of Iter VII run more or less along watersheds.

As for the distance Pontibus-Londinio (XXII miles), an opinion of Rodwell deserves sorne com­ment. «This entry» he writes «is certainly wrong, as Staines-London is only 20 3/4 miles, even between centres» ( op.cit. p. 92). In point of fact, there are two pos si ble Roman roads from. Staines to the centre of London: (i) through Marble Arch. where I believe it is possible to measure more than 21 Roman miles; and (ii) through Hyde Park Comer, Westminchester, Southwark and London Bridge, which gives 22 miles.

ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA 163 A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES

THE ANTONINE IDNERARY IN BRITAIN AND IN ITALY IN THE LIGHT OF THE MEANING OF GRAMMATICAL CASES

Iter IX Item a Venta Icinorum Lundinio m.p. CXXXVIII, sic:

Itinerarium Antonini

Rivet (in brackets, actual distance according to Rivet)

(Venta Icinorum Caistor St. Edmund

Sitomago m.p. XXXII nr. Yoxford? (32)

Conbretovio m.p. XXII Baylham House (23)

AdAnsam m.p.XV Higham (15)

Camoloduno m.p. VI Colchester (7)

Canonía m.p. VIII! Kelvedon (10)

Cesaromago m.p. XII Chelmsford (13)

Duro lito m.p. XVI Chigwel? (16)

Lundinio m.p.XV London (16)

Starting Iter IX in Caistor St. Edmund (Venta Ici­norum), the best thing to do in order to adjust the first two distances is to follow sorne of the roads partially recorded by the Ordnance Survey. I would take de SE. direction. No convenient site for Sitomago appears at 32 miles, and I take it we are again in the presence of a lost accusative. That is why I suggest Aldeborough.

The two other accusatives presumed ( Camulodu­num and Canonium) are inevitable, as otherwise the­re is a clear shortfall in the distances.

Proposed identiflcations

Arias (in brackets, actual distances)

City or place referred to Junction

Caistor St. Edmund)

Sitomago = Aldebourgh? Sitomag[um] = junction, nr. Leiston (32)

Baylham House (22)

nr. Nayland (15)

Camoloduno = Colchester Camolodun[ um] = junction, . nr. Eight Ash Green ( 6)

Canonía = Kelvedon Caniní[um] = junction, nearby (9)

Chelmsford (12)

? (16)

London (16)

The last two figures of this iter, i.e. XVI and XV, conceal perhaps the sole error - one unit - that I was able to detect in the figures of the whole British section of the Itinerary (titles excluded) on the basis of 1 mile = 1,480 metres. The distance Chelmsford­London is in fact 32 miles, not 31. The possible omis­sion of a «l» is supported by the fact that the stated total for the iter is 128 (CXXVIII), but adding up the stages we get only 127. Notwithstanding, if we take the value of 1,538 for the mile, there is no need to admit here an error.

164

-

\

ITER IX

As reconstructed by Rivet

As now suggested

Branch roads

GALA\/A

GONZALO ARIAS

C ONB RfTOVIO

--/ "'~'"º

LUNDINIO -A_

--....... '

---

ITERX

As reconstructed by Rivet

, As now suggested

Branch roads

ltinerarium Antonini

(Clanoventa

Gala va m.p. XVIII

Alone m.p. XII

Galacum m.p. XVIIII

Bremetonnaci m.p. XXVII

Coccio m.p.XX

Mamcunio m.p. XVII

Condate m.p. XVIII

Medio/ano m.p. XVIII!

ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES

THE ANTONINE ITINERARY IN BRITAIN AND IN ITALY IN THE LIGHT OF THE MEANING OF GRAMMATJCAL CASES

Iter X Item a Clanoventa Mediolano m.p.CL, sic:

Proposed identifications

Rivet Arias (in brackets, actual distance (in brackets, actual distances) according to Rivet) City or place referred to Junction

Ravenglas Ravenglas)

Ambleside (20) Galava =Ambleside Galava[ m] = junction, nearby (18)

1970: Low Borrow Alone = Low Borrow Alone[m] = junction, Bridge (16) Bridge to the SW. (12) 1979: Watercrook? (13)

Burrow in Lonsdale Galaco = Burrow in L. Galacum = junction, to the (19 or 13) sw. (19)

Ribchester (31) Ribchester (27)

1970: Wigam (22) Two miles north 1979: nr. Edgeworth? (15) of Wigam (20)

Manchester (18 or 15) Mamcunio = Stretford, SW. Mamcuni[um] = junction, at of Manchester Warrington (17)

Northwich (20) Condate = Northwich Condate[m] = crossing

165

with road Condate-Deva (18)

Whitchurch (24) Whitchrch (19)

Iter X is most uncertain. My way of dealing with it is only one possibility, retaining as far as po¡¡sible the locations commonly admitted; but it is necessary then to restore at least five accusative endings presumably lost.

The position of Mamcunio (if it is the same city as Mamucio) and Condate are conditioned also by Iter II.

Iter XI Item a Segontio Devam m.p.LXXIIII, sic:

ltinerarium Antonini Proposed identifications

Rivet Arias (in brackets, actual distance (in brackets, actual distances) according to Rivet) City or place referred to Junction

(Segontio Caemarvon Caemarvon)

Conovio m.p. XXIII! Caerhun (24) Caerhun (24)

Varis m.p. XVIII St. Asaph? (18) Varis = Prestatyn Var[as] or Var[os] = juntion, at St. Asaph (18)

Deva m.p. XXXII Chester (29) Chester (32)

166 GONZALO ARIAS

ITER XI

As reconstructed by Rivet

As now suggested

Branch roads

Referringto the short route described in Iter XI, Rivet writes that «the only query it raises is the iden­tity of Varis. A fort is clearly missing from the con­trol grid of Wales in this area and the mileage fits St. Asaph well enough, but the fort has yet to be found» (Britannia, op.cit., p. 54). As we now know that the search for a such fort may be extended off the road, I propose Prestatyn, where a fort has actually been found. The junction would be at St. Asaph.

Q,~ VARI!.

~~DEVA SEGONTIO / •• . ··.

!TER XI

But there is a second query: the distance to Deva. For Rivet this is not important, as he somewhat too readily assumes that when the scribe put XXXII he meant XXVII. I do not agree, and I propose a longer route to Deva, which is to be understood as segments of two different roads: (i) from Prestatyn to Medio/a­no (actually, the continuation of Watling Street); (ii) from Deva to Bovio (Iter II).

lter XII Item a Muridono Viricorni[um] m.p.CLXXXVI, sic:

ltinerarium Antonini Proposed identifications

Rivet Arias (in brackets, actual distance (in brackets, actual distances) according to Rivet) City or place referred to Junction

(I omit here the intrusiVe repetition of Iter XV, a mistake acknoledged by all the authors)

(Muridono Carmarthen Carmarthen)

Leucaro m.p.XV 1970: Hendy? (16) Leucaro = Loughor Leucar[ um] = junction, at 1979: Loughor? (19) Llandebie (15)

Nido m.p.XV Neath (12+ or 13) Nido= Neath Nid[um} = junction, at Coelbren (15)

Bomio m.p.XV 1970: River Ewenny? (20) Pen-y-Darren (15) 1979: Cowbridge? (27)

/scae leg. //Augusta Caerleon (28 or 27) Caerleon (27) m.p. XXVII

Burrio m.p. VIII/ Usk (8) Gobannio m.p. XII Abergavenny (11) Total agreement Magnis m.p. XXII Kenchester (23) (for the distances, see below) Bravonio m.p. XXIII/ Leintwardine (23) Viriconio m.p. XXVII Wroxeter (27)

ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA 167 A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES

THE ANTONINE ITINERARY IN BRITAIN AND IN ITALY IN THE LIGHT OF THE MEANING OF GRAMMATICAL CASES

VIRICONIO

BRAVONIO

To the SE. of Penn-y-Darren, I follow a road recorded by OS until Caerphilly. A road certainly existed along the shore, as shown by the milesto­nes found there, but it cannot be the road here des­cribed.

As for the 'plus errors' of one unit found by Rivet in three of the distances, I simply believe his measu­rements are inaccurate. This is especially clear for the distance Usk-Abergavenny, where a detour is neces­sary to keep the road in the highlands, well away from the course of River Usk. 13

13 The following comment of Professor Rivet applies mainly to this iter: «You seem to have argued far 19 roads that have never been found and at least four of them are impossible geographically -especially that in !ter XII. You really should visit south Wales to see why I say this and I should a/so mentían the fact that the Welsh Royal Commission, when working on the volume that covers that area (called then Glamorganshire) afew years ago dealt very carefully with possible alternative routes (ali of them south ofyours) but could not accept any. You really should look more carefully at the geography in every area (the inadequate colouring of the fourth edition of the Map of Roman Britain is no help in this: look back to the 3rd edition!)» (Letter to the aut­hor, May 1987).

ITERXll

As reconstructed by Rivet

- As now suggested

Branch roads

In August 1987 I followed Professor Rivet's advice. I visited south Wales and I spent a week-end trying to find out why my Iter XII was impossible geographically. Considering the rugged­ness of the mountains through which ran sorne of the Roman roads familiar to me in Spain, I was curious to see those Welsh mountains that had been such a formidable obstacle for the Roman engineers. What I found was a pleasantly hilly country, with heights in the range of 300 to 600 metres (1,000 to 2,000 feet), open grass­lands and gentle. slopes typically associated with geologically old mountains. Nothing dreadful, indeed, for the people who paved their roads across the somewhat rougher ridges of the Apenines, the Alps, the Pyrenees, etc., often climbing up to 1,800-2,000 metres or more. I followed along modero roads, as clase as I could, that part of «my» Iter XII which Professor Rivet rejects as impossible: Road 456 from Merthyr Tydfil (Roman fort of Pen-yDarren, suggested site for Bomio) to River Neath (Pont Nedd Fechan); Roads 4221, 4067 and 4068 to Ystradgynlais and Ystradowen; according to my Welsh informers, the element «Ystrad-» in a place-name proceeds from the Latin strata - a Roman road;

Smaller roads to Llandybie (suggested site for Leucarum-junc­tion), and finally road 48 to Carmarthen (Muridono). At no time did I ha ve the feeling of being confronted with an insurmontable obstacle for a Roman engineer. As for the ina­dequate colouring of the Map cif Roman Britain, I am glad to reassure Professor Rivet. I admit that trying to have an idea of the relief of a country on the basis of the colouring of a map would not be a very scientific way of working; that is why I prefer usually to rely on a careful consideration of contour lines.

168 GONZALO ARIAS

lter XIII /ter ab /sea Calleva m.p.CVIIII, sic:

Itinerarium Antonini Proposed identifications

Rivet (in brackets, actual distance according to Rivet)

(/sea Caerleon

Burrio m.p. VIII/ Usk (8)

Blestio m.p.XI Monmouth (13)

Ariconio m.p.XI Weston under Penyard (12)

Clevo m.p.XV Gloucester ( 15)

[Corinio m.p. XVIII/] Cirencester (18)

Durocornovio m.p. XIII/ Wanborough (16)

[Cunetione m.p. XVIII/] -

Spinis m.p.XV Woodspeen (20)

Calleva m.p.XV Silchester (16)

ITER XIII

As reconstructed by Rivet -- As now suggested

Branch roads

Arias (in brackets, actual distances)

City or place referred to Junction

Caerleon)

Usk (9)

Chepstow (11)

NE. of Lydney (11)

Clevo = Gloucester Clev[um] junction, nr. Uley (15)

-

Durocornovio = Cirencester Durocornovi[um] = junction, SW of Cirencester (14)

East of Swindon (19)

Woodspeen (15)

Silchester (15)

CALLEVA

ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA 169 A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES

THE ANTONINE ITINERARY IN BRITAIN AND IN ITALY IN THE LIGHT OF THE MEANING OF GRAMMATICAL CASES

Very regretfully, I have to admit that in Iter XIII the early scribe for whom I am pleading did commit a serious fault. He inadvertedly omitted a whole line. In my view, Rivet is right when he points out: «The figures clearly indicate that a stage has been omitted and the shortfall as compared with the stated total shows that the missing stage should be 19 miles long.» Rivet inserts the missing line after Clevo and assumes it to be Corinio, a city mentioned in Pto­lemy's Geography and in the Ravenna Cosmography;

but in his interpretation of this road, no mileage fits with the actual distances.

My guess is that this route crossed the River Sevem downstream from Gloucester, and that the missing stage has to be restored after Durocornovio. The 'visual jump' overa XVIII! after a XIIII is much more likely than after a XV. On the other hand, the identity of the last two stages of this iter with the last two of Iter XIV suggests that the missing station could be Cunetione.

lter XIV Item afio itinere ah /sea Calleva m.p.CIII, sic:

Itinerarium Antonini Proposed identifications

Rivet Arias (in brackets, actual distance (in brackets, actual distances) according to Rivet) City or place referred to Junction

(!sea Caerleon Caerleon)

Venta Silurum m.p. VIIII Caerwent Abone m.p. XIIII Sea Mills (14) Total agreement Traiectus m.p. VIII! nr. Bitton (10) Aquis Sulis m.p. VI Bath (6)

Verlucione m.p.XV Sandy Lane (15) Studley (15)

Cunetione m.p.XX Mildenhall (17) East of Swindon (20)

Spinis m.p.XV Woodspeen (15) Woodspeen (15)

Calleva m.p.XV Silchester (16) Silchester (15)

ISCA ~(, ~VENTA SILURUM _,,/l

ITER XIV

- - - - As reconstructed by Rivet ""'1ABOHL lv"r" C\JNETIONl.

~ _...__,___'-S~IHI~ il\11'."tlvS~-----.

As now suggested AOUIS SULIS CALLEVA

1TER XIV

170 GONZALO ARIAS

Rivet discusses in sorne detail, in his comment on Iter XIV, the problem raised by the word Traiectus, which seems to mean in this case «a place where a river is crossed, whether or not the route followed required the crossing to be made: here the word seems simply to indicate a ferry or ford rather than a bridge.» Rivet deems it quite possible that a small sta­tion near Bitton might bear this name, which would refer to a crossing of the River Avon; but he wonders why «the much more important traiectus of the Severn itself should escape notice», and the explana­tions he propases are not very convincing.

1 have two remarks on that point. First, Traiectus seems to be an accusative plural; unless 1 am much mistaken the only other possible cases would be nominative (singular or plural) or genitive singular. The translation would then be «To the ferries». But this remark alone seems not to be of much help here ..

The second remark (and here 1 must apologise for my ignorance of English geography) is that per-

haps the River Avon was navigable for the Romans, at least downstream, from near Bitton on. It would then be possible to embark there and to land on the other side of the Severn, near Venta Silurum. How to explain, in that case, the mention of a intermedia­te station, Abone? Very simply: the troops that were following this route, and whose commander wrote the iter later integrated in the Antonine compila­tion, proceeded eastwards, not westwards. It was only reasonable not to strive against the current of the Avon, but rather to walk from Abone to Traiec­tu.

The location of Verlucione at Studley is not capri­cious: a temple and other substantial Roman buil­dings have been found there, according to the map of the Ordnance Survey.

As for Cunetione, 1 wonder if this word could be a corruption of conectione or conexione, and therefo­re stand for a crossroads or junction rather than a city.

lter XV Item a Calleva /sea Dumnoniorum m.p.CXXXVI, sic:

ltinerarium Antonini Proposed identifications

Rivet Arias (in brackets, actual distance (in brackets, actual distances) according to Rivet) City or place referred to Junction

(Calleva Silchester Silchester)

Vindomi m.p. XV 1970: Neatham (15)) ? (15) 1979: Wheatsheaflnn (12)

Venta Velgarum [m.p.X Winchester (20 or 12) Winchester (10)

Corinium} m.p. XXI - Corinio? = Old Sarum [Corinium] = junction, nr. Dowton (21)

Erige m.p.XI 1970: nr. Broughton (11) nr. Bowerchalke (11) 1979: Ashley (6)

Sorbiodoni m.p. VIII Old Sarum (13 or 18) nr. Ashmore (8)

Vindiocladia m.p. XII Badbury (23) Lydlinch (12)

Durnonovaria m-p- VIII Dorchester (20) Durnonovaria = Dorchester Durnonovaria = junction, South of Sherbome (8)

Moriduno m.p. XXXVI 1970: nr. Gittisham (39) Moriduno = Sidford Moridun[um] = junction, nr. 1979: Sidford (42) Gittisham (36)

!sea Dumnoniorum m.p.XV Exeter (15) Exeter (15)

ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA 171 A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES

THE ANTONINE ITINERARY IN BRITAIN ANO IN ITALY IN THE LIGHT OF THE MEANING OF GRAMMATICAL CASES

Rivet remarks that the stage lengths of Iter XV add up to 126 miles, as against 136 given as a total; but he <loes not suggest that the same kind of omis­sion he detected in Iter XIII could occur again in Iter XV. The reason is, no doubt, that even 136 miles fall short of connecting by means of much zigzagging sites as distant as Silchester, Winchester, Old Sarum, Dorchester and Exeter.

I am trying to show that the zigzagging is not necessary, but I have to work on the basis of an omis­sion of a ten-mile stage. 14 Now it is my tum to blame the copyist. Amicus, Plato, sed magis amica veritas. I should say, however, that the blame is probably to be put on the compiler himself, rather than on any mediaeval monk-copist.

The merits of the correction I suggest are as follows:

- the 'visualjump' would be in this case from one -um ending to another similar ending, omitting an intervening line;

- the total distance Calleva-Venta thus restored (25 miles) is in fact the distance Silchester-Winches­ter;

- if the omitted station had an -um ending, it could be off the road, and that is the case of Old Sarum (my choice of Corinium is conjectural, I admit; it could be sorne other name);

It must be noted, however, that not ali the stated totals are reliable. Far that matter, the fifteen British itinera give the following results: 11 stated totals are correct (including itinera XIII and XV), Itinera VIII and IX show an error of one unit each (but the error could al so be in one of the stages ), !ter II shows an important minus error of 21 units, which could be reduced to only one unit if the indication a vallo (from the wall) is taken seriously, i.e. excluding the mileages north of Hadrian's Wall, !ter XII is a real puzzle, originated by the intrusion of !ter XV.

ITER XV

As reconstructed by Rivet

As now suggested

Branch roads

- the transfer of XXI miles to the section west of Winchester will enable us to reach Exeter.

As the proposed direct road between Venta and !sea runs through a highland that was probably scar­cely populated, no important town is to be expected there. We must not discard the possibility that all the intermediate stages in this section were originally accusatives. Two, at least, look self-evident: Durno­novariam, since Durnonovaria has been apparently identified with certitude as the Roman city of Dor­chester, and Moridunum, since we are told that the meaning of Moriduno is 'sea fort'. The logic and grammar of the Antonine Itinerary point to a branch road leadin to a fort by the sea.

CONCLUDING REMARKS

No doubt the careful reader will have realised by now the far-reaching implications of the new approach here proposed to the Antonine Itinerary. Not only <loes the network of communications in ancient Britain appear in a different light - which raises the exciting expectation of finding Roman roads where they have never been looked for before - but also the identification and the situation of more than one city and more than one fort have to be re-thought.

Before concluding, let us consider again the dis­dain, so to speak, shown by many roads for important cities which they by-pass at various distances. Is this fact really surprising? «In lawless times» writes Peter Salway «it could be a disadvantage for a town (or villa) to be on or near a main road» 15

• I would add: and not only in lawless times. The roads of Roman Britain were no doubt frequently patrolled by armies or military units of different sizes. Many years ago, as River rightly recalls, Van Berchem suggested that the

15 Op.cit. p. 608, n. 3.

172 GONZALO ARIAS

routes set farth in the Antonine Itinerary represent troop movements. Now, both the civil magistrates of a colonia or municipium, concemed far the tranqui­llitas of their towns, and the military chiefs mindful of discipline among their troops, would have good reasons far not wanting soldiers in the urban centres.

The city might have existed befare the road, or vice versa. An example of the farmer case could be Durovemo. When the Roman first designed the origi­nal road from the shore to the heart of the country, they had no interest and no need to pass through the indigenous town. That is why it is my guess that this

SUMMARY MAP

Proposed course of itinera I to XV:

coincident with Reman roads recorded by the Ordnance Survey as certain or uncertain. ar suggested by Rivet,

newly suggested in the present study,

branch roads.

Other Reman roads (see text, 11 Concluding remarks")·

-- course certain,

- - - -course now suggested.

0 Main new identifications proposed.

ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA 173 A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES

THE ANTONINE ITINERARY IN BRITAIN ANO IN ITALY IN THE LIGHT OF THE MEANING OF GRAMMATICAL CASES

road passed at a good distance from Canterbury. Centuries later this town became more and more important, and Watling Street in its mediaeval version overshadowed the original Roman road.

London could be an example of a town built in the vicinity of an already existing road. In fact, it is likely that the crossing of the Thames took place originally near Westminster, not near London Bridge. The town was built, therefore, at sorne distance off the ro ad. It was only later that London became the central cross­roads of England.

These remarks might lead us to develop a theory about a sort of long rivalry, during the Middle Ages, between the towns and the roads, or at least those roads which had been constructed without regard far the interests of the towns. Usually the winners were the towns. The old roads designed for troop move­ments and for the purpose of military control of the country were deserted; travellers, pilgrims and emi­grants, attracted to the towns, traced new roads. But sometimes victory went to the old Roman road. In Spain, more than one mediaeval and modem town owes its prosperity to the fact that it developed on a previous Roman road, or still better at a crossroads, whereas the original Roman town, tenor fifteen miles off the road, languished and perished.

I have referred to the Middle Ages, but in fact the road-town rivalry perhaps began earlier, during the late Roman period. This might be the lesson to be learnt from the two itinera between Ratis and Lindo: Iter VI, the more direct, would be the older one; Iter VIII, resulting from the attraction of Verometo, Mar­giduno and perhaps Crococalana, is still alive in oilr day as modem road A46.

Let us now have a look at our summary map. Our attention is drawn to two main features. On the one hand, the seemingly capricious course of many itine­ra shows clearly that we are not dealing with a guide for the traveller, but rather with an account of actual patrolling expeditions or troop movements, as Van Berchem first explained. On the other hand, once tho­se expeditions are seen on a map, and taking into account other well-known Roman roads, we can deduce that the first Roman engineers who designed the main lines of penetration in Britain had a compre­hensive and far-reaching concept of a communication network. 16

16 The study of Alfred Watkins The old straight track. which was unknown to me when I wrote my paper, argues in a very convincing way about the existence of very straight tracks in pre-Roman Britain. Sorne of the Roman roads would have followed those tracks.

We can see at least three main continuous mutes that stand out and deserve further consideration.

The first one follows the line SE-NW from the Kent shores to North Wales, which is the original ver­sion of mediaeval Watling Street. The straightness of this road in its central part, as it results from the pre­sent study, is striking. A study of old maps and air photographs might reveal the likelihood of the line Towcester-Water Eaton. The possibility that the origi­nal Roman road would run even straighter, on the line Sulloniacis-Pennocrucio (Brockley Hill - Water Ea­ton) should also be considered.

The second one follows Foss Way: from the sho­res of Devon to Lincoln. The route suggested here is the course proposed for Iter VI.

The third route is an entirely original suggestion, as far as I know: a road from Exeter to the heart of Kent, keeping as far as possible on the watersheds. This would be, in my opinion, a very logical line from the point of view of the Roman conquerors, and would run through an area with high concentration of iron mines.

* * * This article was meant as a challenge. When I

wrote that word in the title, I was thinking basically of the challenge presented to all of us by the Antoni­ne Itinerary, a seemingly simple document, but actually a puzzle in more than one aspect. I have tried to answer that challenge to the best of my ability.

But in doing so I became aware that, deep in my heart, what I wished was to present my own personal challenge to British archaeologists and antiquaries. Why not? Here is then my challenge:

If you think that this grammatical and geographi­cal interpretation of the Antonine Itinerary is incon­sistent, I urge you to offer a more consistent interpre­tation.

If, as I hope, you think that in spite of the inevita­ble errors and shortcomings there is a sound basis in what has been written here, yours is the responsibility to proceed further along this line of research, confir­ming and enlarging what is suggested, completing what is defective, and correcting what is wrong.

174 GONZALO ARIAS

EL ITINERARIO DE ANTONINO EN ITALIA Una nueva interpretación gramatical

El estudio de los itinerarios romanos plantea pro­blemas que son comunes a las diversas provincias del Imperio: longitud de la milla romana, exactitud o inexactitud de las cifras miliarias transmitidas por los manuscritos, posibles omisiones en éstos, trazado zigzagueante y al parecer carente de lógica de algu­nos caminos descritos, etc. Parece, pues, deseable que los estudiosos de la red viaria antigua en cada uno de los países a los que se extendió el dominio de Roma estén al corriente de los estudios análogos en los demás países, al menos en sus orientaciones generales.

El presente trabajo tiene por objeto explorar has­ta qué punto es aplicable a las vías romanas de la actual península italiana descritas en el Itinerario de Antonino un criterio de interpretación que el autor ha sometido ya a prueba, con resultados a su juicio satisfactorios, respecto a las secciones hispánica y británica de dicho Itinerario. La hipótesis que vamos a desarrollar es probablemente trasladable a otros iti­nerarios romanos, pero éstos quedan por el momen­to -salvo. ocasionales referencias- fuera de nuestro campo de estudio.

Nuestro plan expositivo será el siguiente: 1. Los casos gramaticales en el Itinerario de Anto­

nino. 2. Significado de la diversidad de desinencias. 3. La comprobación de la hipótesis en Hispania y

en Britania. 4. Posibles aplicaciones de la hipótesis en Italia. 5. Estudio especial de la Vía Aurelia. 6. Consideraciones finales.

l. LOS CASOS GRAMATICALES EN EL ITINERARIO DE ANTONINO.

Como es sabido, el Itinerario de Antonino (en adelante, IA) es esencialmente una recopilación de itinera que, después de presentar cada ruta con la mención del punto de partida, el de llegada y la dis­tancia total (p.ej. Item ah Arimino Dertonam m.p. CCXXVIII) y algunas veces una somerísima indica­ción complementaria (p.ej. el nombre de la vía o la región por donde transita), menciona las ciudades o estaciones intermedias cm~ las distancias de cada eta­pa en millas (excepcionalmente en leguas o en esta­dios). Pues bien, lo que aquí nos interesa son las desi­nencias de caso de los nombres de lugar que marcan las etapas.

La lógica pediría, a primera vista, que el caso gra­matical fuera siempre el mismo. No hay texto grama­tical propiamente, no hay frases ni oraciones: simple

enumerac10n de nombres geográficos. ¿Por qué habrían de ir en casos diferentes?

Sin embargo, la realidad no es esa. Basta una rápi­da lectura de cualquiera de las secciones del IA para comprobar que los nombres de lugar se mencionan, por lo menos, en tres casos gramaticales: ablativo, locativo y acusativo.

Ya en el título o encabezamiento de cada iter pare­ce haber motivos para dudar de la corrección grama­tical del texto tal como ha llegado a nosotros. Parece que lo correcto y normal es que la ciudad de partida esté en ablativo (ad Arimino =desde Arimino) y la de llegada en acusativo (Dertonam =hasta Dertona), mas las excepciones a esta regla son numerosas. Pero dejemos de lado, por el momento, el problema de los encabezamientos. Son las listas de estaciones inter­medias las que van a atraer nuestra atención.

Veamos ante todo cada uno de los tres casos gra­maticales citados.

El ablativo es sin duda el más frecuente. Hay ablativos del singular en -a, en -o y en -e, y del plural el -is o -ibus (Florentia, Bononia; Clusio, Tarento; Praeneste, Frusinone; Minturnis, Hostis; Turribus, Aquis Apollinaribus).

. Los locativos en -i no son raros: Neapoli, Semi, Corneli, Ocriculi.

Los códices nos han transmitido pocos acusativos en -am. En Italia sólo veo Cosam y Anconam. Más abundantes son los acusativos en -um (Firmum, Mediolanum, Altinum, Ticinum, Barium, etc.). En -em sólo veo, en Italia, Salebronem (y no en todos los códices). Hay acusativos del plural en -as (Alifas, Fregenas, Vercellas, Ecas), en -os (Pirgos, Rubos, Acidias, Tarquinios, Carsiolos, etc.) y algún raro en -es (Canales). Añadamos finalmente que hay gran número de acusativos precedidos de la preposición ad: Ad Palatium, Ad Cerasias, Ad Tanarum, Ad Calo­rem, Ad Columnam, etc.

¿Hay ciudades o estaciones que se citen en otros casos gramaticales? Aunque el sistema de desinen­cias latino no es tan perfecto que evite toda posibili­dad de equívoco, creo que podemos excluir sin discu­sión, ante todo, el vocativo, el genitivo1 y el dativo. Pese a coincidencias desinenciales siempre posibles, estos casos no tienen nada que hacer en los textos iti­nerarios, y puede darse por seguro que no se presen­tan nunca.

Queda el nominativo. Hay evidentemente una tendencia entre los eruditos modernos a citar en nominativo los nombres que en los manuscritos apa-

Salvo en términos compuestos como Ostia Aeterni (=desembo­cadura del Aeternus), donde el segundo componente aparece en genitivo; pero en tales casos lo que nos interesa es el caso gra­matical del elemento principal, Ostia.

ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA . 175 A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES

THE ANTONINE ITINERARY IN BRITAIN AND IN ITALY IN THE LIGHT OF THE MEANING OF GRAMMATICAL CASES

recen en otros casos2, y esta tendencia lleva a inter­

pretar como nominativos nombres que probablemen­te no lo eran.

Yo no soy latinista, pero sospecho que si un escri­tor latino clásico tuviese que enumerar una serie de ciudades fuera de un contexto gramatical no las men­cionaría en nominativo, sino más bien en uno de los tres casos cuyo uso hemos comprobado en el IA. De hecho, la práctica totalidad de los nombres que podrían ser interpretados como nominativos en el Iti­nerario admiten también otra interpretación:

los terminados en -a pueden ser nominativo singu­lar de la 1 a declinación, pero también ablativo sin­gular, o bien acusativo plural de un neutro de la 2ª; los terminados en -um pueden ser nominativo de un neutro de la 2ª, pero también acusativo de la 2ª o de la 4ª; los terminados en -us, además de nominativo, pueden ser acusativo singular si son neutros de la 3ª (como tempus) o acusativo plural si son mascu­lino o femenino de la 4ª (como lacus). Sobre la base de lo dicho hasta aquí, creo que pue­

do ya defender los tres siguientes corolarios. Ruego al lector que los considere con atención antes de aceptarlos, pues de la buena fundamentación lógica de estos corolarios depende la solidez de los postula­dos que vendrán a continuación.

Primer corolario: Todos los manuscritos del Itinerario de Antonino coinciden en presentar los nombres de lugar en cuatro formas gramaticales: locativo, ablativo, acusativo precedido de «ad», acusativo sin preposición.

Los términos que no tienen una de estas cuatro formas son poquísimos y pueden desdeñarse, sea· como errores de copista o como nombres no latinos indeclinables.

Segundo corolario: Si los manuscritos coinci­den en esas cuatro formas, es porque las cuatro se utilizaban también en el arquetipo de nuestro documento.

No quiero decir con esto que no haya habido erro­res de transmisión en tal o cual palabra. Al contrario,

Por ejemplo el alemán Radke (obra que comentaremos más ade­lante), al tratar de la Vía Appia cambia las estaciones antoninia­nas Tribus Tabernis, Api Foro, Fundís, Fonnis, Minturnis respec­tivamente en Tres Tabernae, Appi forum, Fundí, Fonniae, Min­turnae. Análogamente el británico A.LE Rivet, tras dedicar tres páginas de su obra (The Place-Names of Roman Britain, 1979; reimpresa en 1981) a examinar la cuestión de las desinencias en el IA, se inclina por pensar que en este documento no hay «lógi­ca lingüística» y opta por citar las estaciones en nominativo.

el reconocimiento de tales errores es fundamental en mi interpretación, como luego explicaré. Lo que quie­ro decir es que no es posible que el arquetipo emplea­ra un único caso gramatical. Con un documento ori­ginal uniformemente escrito en un único caso grama­tical, sería inexplicable la diversificación ulterior. ¿Qué copista antiguo o medieval habría podido tener la ocurrencia de introducir una caprichosa diversidad de desinencias en un documento gramaticalmente congruente? El fenómeno contrario, en cambio, pue­de explicarse lógicamente: ante una diversidad desi­nencia! cuya razón no entiende, es muy verosímil que el copista tienda a corregir lo que cree un error o una incongruencia y a uniformar las desinencias. Esto ocurrió probablemente, como veremos, con muchos acusativos sin preposición, que se transformaron en ablativos sencillamente porque este último es el caso más frecuente. Pero no anticipemos.

Tercer corolario: Si el arquetipo utilizaba cua­tro formas gramaticales, debía haber una razón para ello.

Es decir, que hay motivo más que suficiente parq sospechar que el uso de diversos casos gramaticales era un signo convencional, que remitiría en cuanto tal a una cierta situación geográfica o a una determi­nada configuración del camino, o a una relación especial entre el camino y la ciudad. En una palabra: el caso gramatical decía algo de interés para los caminantes.

2. SIGNIFICADO DE LA DIVERSIDAD DE DESINENCIAS

Con esto salimos por el momento del campo de los hechos comprobados y entramos en el terreno de la hipótesis, que sólo podrá darse por buena cuando se compruebe que sirve para explicar satisfactoria­mente numerosas rutas del IA que hasta ahora presen­taban problemas difíciles.

He aquí la hipótesis, formulada en cuatro postula­dos:

Postulado primero: Las vías descritas en el IA no siempre tocaban en las ciudades mencionadas, sino que podían pasar a una notable distancia de ellas.

Este hecho no debe extrañarnos. En el trazado de una vía romana -lo mismo que ocurre con las auto­pistas modernas- contaba comúnmente más el objeti­vo remoto que la ciudad inmediata, la cual (sobre todo si era más antigua que la vía) podía quedar a un lado, encaramada en un monte.

176 GONZALO ARIAS

Postulado segundo: Cuando la ciudad quedaba apartada de la vía, este hecho se indicaba mencio­nándola en acusativo; la distancia parcial consig­nada no ha de contarse entonces hasta la ciudad, sino hasta el punto de la vía principal de donde salía un diverticulum en dirección a la ciudad.

Esto es lo fundamental, y con esta perspectiva se revolucionan muchas de las interpretaciones tradi­cionales de los itinerarios romanos. Lamentablemen­te, los itinerarios no nos dicen la longitud del diver­ticulum, es decir el alejamiento de la ciudad respec­to a la vía. Por otra parte, también hay que lamentar que los copistas que nos transmitieron el documento no comprendieron este artificio gramatical y pusie­ron poco cuidado en reproducir fielmente las desi­nencias.

Postulado tercero: El ablativo y el locativo se utilizaban para indicar que la vía tocaba material­mente la ciudad o estación.

Es decir, que la vía podía pasar contigua a la muralla de la ciudad, o bien penetrar en ella identifi­cándose con el cardo maximus o con el decumanus.

Postulado cuarto: El acusativo precedido de «ad» significa <<junto a», «al lado de», y por lo tan­to no es aplicable a estas estaciones el segundo pos­tulado.

Conviene notar que la forma gramatical de acusa­tivo con ad se utiliza siempre con nombres que desig­nan accidentes geográficos, monumentos, casas aisla­das, etc., pero no ciudades.3

Recordemos ahora, antes de considerar las posi­bles aplicaciones de la hipótesis, las dificultades con que siempre han tropezado los estudiosos del IA. Entre éstos, es común la creencia de que las cifras miliarias que los copistas medievales nos han trans­mitido están plagadas de errores. En efecto, hasta ahora se creía que muchísimas veces era imposible armonizar aquellos datos numéricos con una realidad geográfica bien conocida. Así ocurría, sobre todo, cuando el Itinerario indicaba entre dos ciudades de ubicación bien conocida una distancia inferior a la que realmente existe a vuelo de pájaro. ¿Podía acaso sostenerse que los romanos hubieran encontrado la manera de unir dos puntos mediante un camino más corto que la línea recta?

Hay un estudio muy completo a este respecto de J.M. ROLDÁN HERVÁS: «Sobre los acusativos con 'ad' en el Itinerario de Antonino», Zephyrus XVII (1966).

Para explicar tales errores, los paleógrafos creían pisar terreno seguro refiriéndose a la errabilidad intrínseca del sistema numeral romano: un II mal tra­zado se confunde con un V y viceversa, un V con un X y un X con un V, donde hay un IIII es fácil leer por error III, etc. Con estos principios paleográficos, a partir de cualquier cifra supuestamente errónea era fácil «restituir» la que se creía acertada.

Tomemos, por ejemplo, la más completa obra de conjunto sobre las vías romanas antiguas del actual territorio italiano: Viae publicae romanae, del alemán Gerhard Radke, a la que tendremos que referimos más adelante muy extensamente. Un repaso de sus interpretaciones del IA nos permite comprobar que, sobre un total de 223 cifras miliarias de las rutas anto­ninianas de que se ocupa (incluidas algunas de la Galia), Radke considera erróneas 44. Es decir, casi el 20 por ciento de errores.

Esta manera de enfrentarse con el IA tropieza con dos grandes obstáculos.

Primero, hay que aceptar como normal que los meritorios copistas medievales (monjes de meticulo­sidad proverbial y que disponían de tiempo sobrado) cometieran unos errores que serían intolerables en un copista de hoy. ¿Aceptaría un editor o un empresario que su impresor o su mecanógrafa, puesto a reprodu­cir una lista de cifras, se equivocaran en 20 de cada 100?

Segundo, queda sin explicar el hecho de que, en la mayoría de los casos, los diversos manuscritos coin­ciden en los supuestos errores.

Si nuestra teoría fuera acertada, habríamos encon­trado una manera de resolver estas dificultades, al menos en buen número de casos. La que parecía una cifra insuficiente no tendrá ya que estirarse para cubrir la distancia a vuelo de pájaro entre dos ciuda­des, sino que se aplicará al trayecto entre una ciudad y una encrucijada próxima a otra, o entre dos encru­cijadas.

Evidentemente, esto es una simplificación. Nues­tra teoría deja en pie otros problemas, a algunos de los cuales nos referiremos en estas páginas. Pero ofrece una base suficiente para intentar una interpre­tación enteramente nueva de muchas vías o sectores de vías de la recopilación antoniniana.

3. LA COMPROBACIÓN DE LA HIPÓTESIS EN IDSPANIA Y EN BRITANIA

La formulación y los primeros intentos de aplica­ción a las vías hispánicas de la «teoría de los empal­mes» o «interpretación gramatical del IA» datan de 1963 y se ofrecieron en un muy modesto boletín lla­mado El Miliario Extravagante. Desde entonces he trabajado de manera intermitente sobre esta cuestión,

ffiNERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA 177 A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES

THE ANTONINE ITINERARY IN BRITAIN AND IN ITALY IN THE LIGHT OF THE MEANING OF GRAMMATICAL CASES

aunque por motivos diversos no he puesto en ella la debida asiduidad. En 1987 apareció el volumen impreso4 que recoge mis primeros trabajos al respec­to, y el siguiente año reapareció El Miliario Extrava­gante, que todavía sigue publicándose.

Aquí me limitaré a mencionar, sin explicaciones pormenorizadas, algunos ejemplos en que las rutas hispánicas del IA quedan significativamente ilumina­das desde la nueva perspectiva:

• Ruta 27: la consideración de los acusativos Cluniam, Vasamam (Uxamam) y Numantiam (este último conservado en uno solo de los manuscritos) permite enmendar un clásico tra­bajo de Eduardo Saavedra y afirmar que nun­ca una vía romana cruzó el Duero a la altura de Numancia, sino por la actual Soria, ciudad medieval nacida al calor de la vía.

• Ruta 25: la vía principal de Mérida a Zaragoza se buscaba siempre por Toledo y Alcalá de Henares; pero siendo acusativos Toletum y Complutum, estas ciudades debían quedar apartadas, y la vía seguiría un trazado mucho más directo, que coincide sorprendentemente con la calle de Alcalá de Madrid. De deduc­ción en deducción, se descubre que Madrid se desarrolló en un cruce de dos importantes vías romanas.

• Ruta 24, parcialmente coincidente con la famosa Vía de la Plata: la estación Sibarim, antes buscada inútilmente, pudo ubicarse a partir de la valoración de la desinencia de acu­sativo.5

• Rutas 1 y 32: la distinta manera de citar la Huesca romana (Osca, Oscam) pone de mani­fiesto que estas dos rutas no se identifican en su recorrido aragonés, pues una de ellas pasa­ba lejos de la ciudad.

Estos ejemplos son sólo una muestra. En casi todas las rutas de la recopilación antoniniana había probablemente una o varias ciudades en acusativo (aunque la desinencia de acusativo se haya perdido), porque la función de una vía romana no siempre con­sistía en ir ensartando las ciudades una tras otra como el hilo que ensarta las cuentas de un collar.

Una observación importante antes de dejar las provincias hispánicas. No sé por qué razón -tal vez por simple azar- el sector hispánico conserva más desinencias de acusativo que otros sectores del IA.

G. ARIAS, Repertorio de caminos de la Hispania romana. 1987, ed. por el autor. Cf. J.M. ROLDÁN HERVÁS, /ter ab Emerita Asturicam, Salamanca 1971.

Esta casualidad puede explicar que el descubrimiento del significado convencional del acusativo haya teni­do que hacerse en España.

En cuanto a Britania, he dedicado al tema un estu­dio que lamentablemente no ha encontrado acogida en las páginas de las revistas especializadas británicas para las que fue escrito. Quizá el enfoque era dema­siado revolucionario, quizá pareció excesiva osadía poner en duda varias de las conclusiones corriente­mente admitidas por quienes hasta ahora han pontifi­cado allí sobre el IA. Me limitaré a decir aquí que de los contactos que he tenido con algunos arqueólogos británicos y de las observaciones que han hecho a mi estudio quienes lo han leído no deduzco ningún argu­mento válido contra mi teoría.

4. ALGUNAS POSIBLES APLICACIONES DE LA IDPÓTESIS EN ITALIA

Cuando me acerqué al tema de las antiguas vías romanas de Italia, tuve un momento de desánimo debido a la dispersión y al carácter fragmentario de los estudios publicados. Parecía casi imposible llegar a tener una idea de conjunto del estado actual de las investigaciones en este sector sin dedicar muchas horas a rebuscar en las bibliotecas entre los números atrasados de revistas, boletines, anuarios, etc.

Afortunadamente, no tardé en descubrir que este trabajo estaba ya hecho en buena medida por el alemán Gerhard Radke.6 Su excelente obra me servirá como referencia fundamental para someter a prueba en Italia nuestra interpretación gramatical del IA.

Como ya he dicho, Radke tropieza muy a menudo con aparentes incongruencias de las cifras miliarias transmitidas por los copistas, y por lo general opta por suponer erradas tales cifras. Nuestra interpreta­ción no pretende resolver la totalidad de estas dificul­tades; a veces el error puede estar en la omisión de una línea por salto visual,7 o en la confusión de una ciudad con otra, sin excluir la posibilidad de que en contados casos haya efectivamente error en las cifras. Pero muchas de las aparentes incongruencias -proba­blemente la mayoría- pueden explicarse perfecta­mente con nuestra teoría. Veamos unos cuantos ejem­plos, empezando por los acusativos conservados de más fácil interpretación.

G. RADKE, Vzae publicae romanae. Publicado primero en ale­mán, en 1971, como artículo de laPauly's Realeneyclopiidie des clasischen Altertumwissenschaft, Suplemento XIII. Edición ita­liana publicada en 1981 por Capelli editare, Bologna, 426 p., completada con fotos e índices. Radke señala con acierto uno de estos saltos de línea en la lla­mada Vía Appia de Estrabón (Wess. 120,1-121,7). Op.cit., p. 176.

178 GONZALO ARIAS

4.A. Acusativos conservados cuya explicación parece satisfactoria

- Firmum

Datos del Itinerario (316, 7-317, 1 )8

Urbe Salvia ( ... ) Firmum m.p. XVIII Aselo m.p. XXIIII

Las cifras miliarias de estas dos etapas equivalen a las distancias entre las respectivas ubicaciones a vuelo de pájaro, y es imposible que en esta zona mon­tañosa hubiera caminos totalmente rectos. Se deduce

.... .• F/t-mo

Figura 1

- Alifas

Datos del IA (121,12-122,3 y 304,1-4)

Theano (. .. ) Alifas m.p. XVII Telesia m.p.XXV Benevento m.p. XVIII

No parece que se pueda cubrir con 17 millas la distancia de Teano a Alife; en cambio, las cifras de las otras dos etapas son excesivas para corresponder a un camino directo entre las ciudades citadas.

8 Citaré siempre el IA por los números de Wesseling, adoptados en la edición crítica de O. Cuntz (Itineraria romana, Berlín 1929).

Identificaciones admitidas como seguras

Urbiságlia Fermo Ascoli

que Firmo estaba apartado del camino seguido y el acusativo Firmum correspondía a un empalme, según el siguiente esquema (Figura 1):

)l."\/11

Figura 2

Identificaciones admitidas como seguras

Teano Alife Tele se Benevento

Teniendo en cuenta la geografía del terreno, propon­go el esquema de la figura 2, para explicar el cual debo aclarar que supongo perdida una desinencia de acusativo en Telesia[m].

ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA 179 A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES

THE ANTONINE ffiNERARY IN BRITAIN AND IN ITALY IN THE LIGHT OF THE MEANING OF GRAMMATICAL CASES

- Fregenas

Datos del IA (300,8-301,1)

In Portum ( ... ) Fregenas m.p. VIIII Al'sio m.p. VIII/

Una vía directa entre estos puntos, pegada a la costa, mediría ciertamente menos de 9+9 millas. De la topografía de la región se deduce que la vía pasaba a cierta distancia de Fregene, hacia el interior (véase la figura 8).

- Careias y Tarquinios

(Véanse más adelante los datos del IA, epígrafe 4.E.i).

- Mediolanum

Datos del JA (127,8-10)

Laude civitas ( ... ) Mediolanum civitas m.p. XVI Bergome civitas m.p. XXXIII

La distancia de Lodi Vecchio a Milán a vuelo de pájaro es superior a 17 millas, de manera que hay que

11 eJiol1t1u>

/.. 4 1.tcie •

Figura 3

Identificaciones admitidas como seguras

Puerto de Ostia Fregene Palo

Radke (p. 317) observa extrañado que la vía rodea por el norte la localidad de Careiae («non si com­prende perché la moderna via Claudia aggiri a nord l'antica localita di Careiae». También Romolo A. Staccioli9 supone que la ciudad estaba apartada de la vía. La desinencia de acusativo concuerda con estas observaciones.

Más adelante volveremos sobre el trazado de esta vía. De momento basta observar que Tarquinia queda muy apartada, de manera que también el acusativo Tarquinios está plenamente justificado.

Identificaciones admitidas como seguras

Lodi Vecchio Milán Bérgamo

suponer un giro hacia el este algo más de una milla antes de llegar a Milán (Figura 3)

R.A. STACCIOLI, Itinerari archeologici, 11: Lazio settentrionale, Roma 1985, p. 202.

180 GONZALO ARIAS

En contra de esta interpretación puede argmrse que en otro lugar del IA (98,6) encontramos lo siguiente: A Mediolano Laude civitas m.p. XVI. Es

- Tannetum

Datos del JA (287,7-9)

Regio ( ... ) Tannetum m.p. X Parma m.p.VIII

La observación de un mapa permite deducir que la vía iba directamente de Réggio a Parma, dejando

- Vercellas

Datos del JA (344,5-345,1 y 350,7-351,1)

Novaría ( ... ) Vercellas m.p. XVI Eporedia m.p.XXXIII

En este caso las cifras parecen pecar más por exceso que por defecto. De Novara a Vercelli es difí­cil poner más de 14 millas. Me inclino a creer que el

- Altinum

Datos del JA (128,3-5 y 281,3-5)

Patavis civitas (. . .)

decir, que Mediolano se cita en ablativo, es cabeza de ruta y pese a ello la distancia sigue siendo 16 millas. Volveremos sobre este problema.

Identificaciones admitidas como seguras

Réggio Tanneto Parma

Tanneto ligeramente de lado.

Identificaciones admitidas como seguras

Novara Vercelli Ivrea

acusativo Vercellas designa un empalme situado dos o tres millas al sur de Vercelli.

Identificaciones admitidas como seguras

Padova Altinum civitas m.p. XXXIII/ XXXlI ruinas de Altino Concordia civitas m.p.XXXI

Aunque no conozco la región, la observación de los mapas me convence de que la vía no podía pasar

- Ecas y Erdonias

Datos del JA (115-7-116,3)

( Equo Tutico) Ecas m.p. XVIII Erdonias m.p. XVIIII Canusio m.p. XXVI

Concordia Sagittana

directamente por Altino, sino unas tres millas al noroeste, por Quarto d' Altino.

Identificaciones admitidas como seguras

Contracta S. Eleuterio Tróia Ordona Canosa

ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA 181 A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES

THE ANTONINE ITINERARY IN BRITAIN AND IN ITALY IN THE LIGHT OF THE MEANING OF GRAMMATICAL CASES

Radke al trazar la vía de manera que una sucesi­vamente ~stos puntos, elude el problema de la insufi­ciencia de las millas indicadas para dar tal rodeo. Tampoco Giovanna Alvisi en su detenido estudio de esta vía1º consigue dar una explicación satisfactoria; pero los datos que aporta pueden apoyar m~y bien nuestra interpretación, que resumimos en la figura 4.

\~cls •• Jl.111111 ¡¡,.Jonis

Figura 4

El empalme de Ecas estaría en las cercanías de Bovino, y el de Erdonias apenas una milla al su_r de ~a ciudad; esto último se deduce de las fotografias ae­reas publicadas por G. Alvisi. Esta autora identifica claramente una vía romana coincidente con el traza­do que aquí se propone; pero, dado q~e es.ta vía no conduce directamente de Canosa a Troia, piensa que se trata de la que ella llama «vía di Strabone».

- Ad Fines sive Casas Caesarinas (285,3)

Está claro que del mismo lugar llamado Ad Fines, donde la vía cruzaba un límite de circunscripciones (o tal vez rozaba tangencialmente el límite entre Etruria y Umbría, más o menos paralelo a la vía de Florentia a Arretio ), salía un ramal hacia un lugar llamado Casae Caesarinae.

- Viam Belloio (276,2)

Esta es, indudablemente, otra manera de designar mediante un acusativo el entronque con otra vía; pero esta vez el acusativo no está en el nombre de la dema­siado lejana Belloio (= Belluno), sino en la palabra viam. Este mismo lugar se designa en otro iter (279,4) con referencia a la columna 1?iliaria qu~ allí debió existir: Ad Tricensimum. Combmando la via de Aquileiaa Veldilena con la vía de Aquileia a Lauria­co, tenemos el esquema de la figura 5.

"' G. ALVISI: La viabilita romana della Daunia, 1970. Radke desconoce este interesante trabajo.

Bel/oio ..

(//<>.c."• Vdvidt••~

.ruUo Cqr-ttt"co

Figura 5

4.B Otros acusativos conservados que no contradicen Úl hipótesis

Cutilias en la Vía Salaria, Carsiolos en la Vía Valeria Gabios en la vía Praenestina, Compitum en la Vía Latina-Lavicana y Baccanas en la Vía Cassia pueden perfectamente corresponder ª.sendos emp~l­mes, a partir de los cuales un cammo secundano (que podía ser muy corto) llevaría a la ciudad res­pectiva.

Laumellum (= Lomello) es citado dos veces en acusativo (340,2 y 347,2) y otras dos en ablativo, es decir Laumello (282,9 y 356,9). Probablemente es la forma de acusativo la correcta, y el empalme de la vía estaría hacia Villa Biscossi.

La actual Yerres aparece en la forma Vitricium en dos de las tres descripciones antoninianas de la vía del valle de Aosta (345,2 y 347,5), contra Vitri­cio en la tercera (351,2). También aquí puede supo­nerse que la ciudad estaba ligeramente apartada de la vía. .

De Anconam y Auxinum me ocupo más adelante. En la Vía Appia Traiana, el acusativo Rubos per­

mite suponer que el camino pasaría al norte de la actual Ruvo, mientras que los acusativos Spelucas y Lupias requerirían más detenido estudio: .

La vía Ab Equo Tutico per Roscianum Regio (111,3-115,6) es muy mal conocida, de manera que es difícil dar una opinión sobre los diez acusativos que contiene: nueve en -um y uno en -os.

Otros acusativos en Italia meridional que no pare­cen contradecir nuestra hipótesis son Interpromium, Venusium, Acidias, Angelum, Histonios, Barium, Sil­vium y Canales.

182 GONZALO ARIAS

4.C. Acusativos que tal vez no lo eran en el arquetipo del Itinerario de Antonino

Aunque estoy convencido de que en el IA, tal como ha llegado hasta nosotros, se han cambiado indebidamente en ablativo numerosos nombres que estaban originalmente en acusativo, no excluyo la posibilidad de que en algún caso se haya realizado el proceso inverso. Citaré sólo dos ejemplos de acusati­vos a mi juicio improcedentes.

En la Vía Cassia (mal llamada Clodia en el IA), Florentia aparece en la forma Florentiam (285,2) en el códice D, contra los demás códices. La forma Florentia se repite en la vía de Faventia a Luca (284,2).

Datos del IA

100,5-101,3: Pisauro civitas (. .. ) Senagallia[m} civitas m.p. XXVI Ultra Anconam mp IIII m.p. XXVI Potentia[m} civitas m.p. XVI Castello Firmano m.p.XX

312,3-313,2: Septempeda (. .. ) Trea[m} m.p. VI/// Auxinum m.p. XVIII Aneo na m.p. XII Numana[m} m.p. VIII Potentia[m} m.p.X Castello Fi1mano m.p. XXII

315,7-316,5: Ab Helvillo Anconam m.p. L [Sentinum m.p. XII//] Ad Calem m.p. XII// Ad Pirum m.p. VI// Sanagallia m.p. VI// AdAesim m.p. XII Aneo na m.p. VI//

Ticinum aparece tres veces en esta forma (340,1, 347,1 y 356,8). Si la ciudad romana coincidía con la actual Pavía, no parece explicable este acusativo. Por lo demás, en 283,1 se registra la forma Ticino.

4.D. Acusativos no conservados cuya restitución podría aclarar problemas no resueltos

4.D.i) La red viaria en torno a Ancona

Los siguientes segmentos de vías presentan varias incongruencias aparentes, para cuya comprensión conviene considerarlos en bloque. Anticipo, entre corchetes [ ], las correcciones que a mi juicio convie­ne introducir.

Identificaciones admitidas

Pésaro Senigállia Ancona Potenza Fermo

2 km E. de S.Severino Marche Tréia Ósimo Ancona Numana Potenza Fermo

Borgo di Fossato di Vico Ancona Sassoferrato ? ? Senigállia Río Esino Ancona

ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA 183 A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES

THE ANTONINE ITINERARY IN BRITAIN ANO IN ITALY IN THE LIGHT OF THE MEANING OF GRAMMATICAL CASES

Las incongruencias con que se tropieza si no se valoran las desinencias de caso son las siguientes: • La etapa Pisauro-Senagallia no requiere, en el

mapa, más de 22 millas, y el IA consigna XXVI. • De Senigallia a Ancona hay de hecho 18 millas,

que sumadas a las 4 que se cuentan ultra Anconam dan 22; pero el IA consigna XXVI. Radke trata de resolver esta contradicción suponiendo que «Ultra Anconam mp IIII» es un error por «Ultra Anconam mp VII» y que la Ancona designada por el Itinerario estaba a 1 milla de la actual.11

• De Ancona a Numana hay 10 millas a vuelo de pájaro, y el IA pone sólo VIII. Radke da por bue­na aquí la lectura «XIII», altamente dudosa en uno solo de los manuscritos, pasando en silencio la que Cuntz considera más autorizada.

• Igual problema en el tramo Numana-Potenza: 11 millas a vuelo de pájaro, y X en el Itinerario.

• De Potentia a Castello Firmano el IA da dos cifras distintas: XX y XXII, lo que obligaría a suponer error en una.

• La distancia total de Helvillo a Senagallia es según el IA 30 millas (XIIII + VIII + VIII), pero la línea recta entre estos puntos mediría 39 millas. Radke no hace mención de este problema. Pues bien, la solución que yo propongo (para cuya

exposición, más que extenderme en largas explica­ciones, prefiero invitar al examen atento del mapa esquemático de la figura 6) no necesita suponer error alguno en las cifras. Supone, en cambio, otros dos tipos de errores de transmisión del documento:

i) La omisión de las desinencias de acusativo en cuatro nombres de la primera declinación: Senaga­llia[ m], Trea[m}, Numana[m}, Potentia[m].

ii)La omisión de una etapa entera por .salto visual de una línea: [Sentinum m.p. XIIII}. 12

Para suponer que se ha omitido Sentinum me apo­yo en la insuficiencia manifiesta de las millas consig-

12

Op.cit. p. 238. El pasaje está oscuro en la traducción italiana por la mala puntuación y el desplazamiento de unas comillas. Del original alemán se deduce lo que digo en el texto. Por mi parte, pienso que Ultra Anconam mp Ill puede significar dos cosas: «4 millas más allá de Ancona» o «4 millas más allá del empalme denominado Anconam». En mi mapa esquemático tienen cabi­da ambas posibilidades. Aunque trato de defender a los copistas medievales contra quie­nes les acusan de frecuentes errores en la transcripción de las cifras, es cierto que tengo que reprochar al escribiente original del arquetipo (quizá su propio recopilador) este tipo de omisión por salto de línea. Esto no es una arbitrariedad mía, sino que es un fenómeno comprobado por varios autores (p.ej. A.L.F. RIVET, The Place-Names of Roman Britain, p. 175; G. RAD­KE, op.cit., p. 176; véase también mi Repertorio .. ., p. 125-126. Hay ocasiones en que la omisión es evidente, cuando la misma ruta se describe correctamente en otro iter (p.ej. compárese en Hispania 449,2-4 con 453,9-454,1). La distracción del escri­biente se explica cuando la terminación de la estación omitida es

nadas para cubrir la distancia Helvillo-Senagallia y en el hecho de que la vía tenía que pasar necesaria­mente por Sentina o al lado de esta ciudad. El hecho de que la distancia total de este iter (50 millas) corresponda a la suma de las parciales realmente transmitidas no debe extrañarnos, pues muy a menu­do tales distancias totales se han confeccionado a posteriori, sin incluir por lo tanto la etapa supuesta­mente omitida.

e q stetf •• fi'r mq: o

Figura 6 Reconstrucción esquemática de la red viaria en torno a Ancona

(Los números indican las distancias parciales en millas)

Al tratar de rastrear los caminos convergentes en Ancona (figura 6) he procurado adaptarme a los tra­zados que me parecen más lógicos, siguiendo en lo posible las divisorias de aguas tal como se deducen de los mapas militares a escala 1:25.000. Conviene añadir que me baso en la suposición de que la desem­bocadura del río Esino ha cambiado a través de los siglos, por ló que coloco la estación Ad Aesim al este del curso actual del río. Por otra parte, Potentia esta­ría ligada a la vía costera por dos diverticula, uno de

análoga a la de la línea anterior (conservada), y más fácilmente cuando las distancias respectivas son iguales. Leyendo a Umberto ECO tuve, inesperadamente, una clara comprensión de las condiciones materiales de trabajo que hacían incurrir en esta falta: <<Accanto ogni scriba, o al culmine del piano inclina­to di ogni tavolo, stava un leggio, su cui posava el codice a copiare, la pagina coperta da mascherine che inquadravano la linia che in quel momento veniva trascritta» (ll nome della rosa, XVIII ed., p. 80). Cada yez que la «mascherina» se deslizaba unos milímetros por el plano inclinado, al volverla a colocar era grande el riesgo de equivocarse de línea.

184 GONZALO ARIAS

los cuales arrancaría del punto en que se cruzaba el río Potenza.

Sin embargo, es evidente que mi reconstrucción no pretende ser sino una entre las varias que es posi­ble intentar a partir de los supuestos de interpretación gramatical del IA, y que sólo podría darse por buena tras un estudio minucioso del terreno.

4.D.ii) Otros acusativos presumiblemente perdidos

Ereto es la primera estación citada en la Vía Sala­ria, y sin embargo las ruinas de esta ciudad se conser­van bastante alejadas de la vía. Originalmente debió escribirse Eretum.

En la Vía Praenestina, Fabrateria[m} (= Falvate­rra), Venafr[um] y Telesia[m} pueden suponerse tam­bién, por las mismas razones, acusativos perdidos.

El caso de Sermione[m], a medio camino entre Brescia y Verona, no puede ser más evidente. Al ocu­par una península con un estrecho istmo en el lago de Garda, sólo es posible llegar a ella por un diverticu­lum que salga de la vía principal.

Creo que deben restituirse igualmente los acusati­vos Cottia[s] (= Cozzo), Rigomag[um], Mutina[m} (en 282,1, vía de Aquileia a Bononia, no en otras) y probablemente algunos más.

4.E.i)La vía de Roma a «Cosam»

Datos del IA (300,1-5)

Aliter a Roma Cosa m.p. LXI Careias m.p.XV Aquis Apollinaribus m.p. XVIIII Tarquinios ·m.p. XII Cosam m.p.XV

4.E. El caso especial de las cabezas y términos de ruta

Cabe preguntarse si todo lo dicho respecto al sig­nificado del acusativo en los itinerarios es aplicable a las ciudades que ocupan las posiciones de cabeza o fin de un iter. A primera vista, la respuesta tendría que ser negativa. Una vía puede dejar a un lado una ciudad, incluso importante; pero parece que una vía debe empezar y terminar en una ciudad, y no en un lugar despoblado.

Sin embargo, una reflexión más detenida nos hace observar:

- que de hecho hay en el IA algunos acusativos en los extremos de un iter. En Italia, encuentro los siguientes: Cosam (300,5), Brundisium (119,l; sólo en el códice P), Vercellas (282,8), Ariminum (286,7; sólo en el códice P). Los tres últimos ofrecen la par­ticularidad de que van precedidos de la preposición de ablativo a o ab, de manera que la anomalía lingüís­tica salta más a la vista-

- que la topografía o la comparación con otras vías nos hacen sospechar la posibilidad de que algunas etapas iniciales o finales se cuenten también desde o hasta un empalme. Tal es el caso, por ejemplo, de Mediolano en 98,3 y de Ancona en 316,5.

Veamos estos casos un poco más de cerca.

Identificaciones admitidas como seguras

Galéria Bagni di Vicarello (o B. di Stigliano?) Tarquínia

Asedó ni a

Datos del IA (286,6) Identificaciones admitidas como seguras

Item a Roma Foro Clodi m.p. XXXII

Suele opinarse que el camino descrito en estos dos fragmentos del IA es la antigua Vía Claudia o Clodia. Pero dicha vía ni pasaba por Aquis Apollinaribus (en cualquiera de las dos ubicaciones posibles de éstas) ni podía llegar a Cosa con un total de 61 millas desde Roma (la distancia real es de más de 80 millas a vue-

Oriolo Romano (o San Liberato?)

lo de pájaro). Radke, al tratar de la Vía Claudia, elu­de estos problemas por el sencillo procedimiento de no citar ni Cosa ni Aquis Apollinaribus.

Quizá el esquema de la figura 7 pueda ofrecer una solución satisfactoria.

ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA 185 A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES

THE ANTONINE ITINERARY IN BRITAIN AND IN ITALY IN THE LIGHT OF THE MEANING OF GRAMMATICAL CASES

Figura 7

Se acepta aquí el trazado probable de la Vía Clo­dia13, y se supone un acusativo perdido en Aqu[ as] Apollinar[ es], además de los conservados Careias, Tarquinios y Cosam. El empalme correspondiente a Aquas Apollinares estaría dos millas al norte de Foro Clodi, el correspondiente a Tarquinios estaría hacia Blera y la referencia a Cosam se situaría en Tuscánia o sus cercanías, punto en que la Vía Clodia alcanza­ba (¿o cruzaba?) la vía de Cosa a Viterbo.

4.E.ü) A Brundisium, A Vercellas, Ah Ariminum

Hay que reconocer que estos tres ejemplos son dudosos; pero alimentan la sospecha de que las dis­tancias se contaron desde un cruce de caminos próxi­mo a la ciudad. 14

4.E.iii) Mediolano

«A Mediolano Laude civitas m.p. XVI», dice el IA en 98,6. Pero ya hemos observado supra que de Milán a Lodi Vecchio hay más de 17 millas en línea recta. Puede sospecharse, pues, que el comienzo del cómputo no estaba en el centro de la ciudad.

13

14

He tenido en cuenta no sólo las informaciones de Radke, sino las de Romolo A. STACCIOLI (ltinerari archeologici 11, Lazio settentrionale, 1983) y de Roberto ZANINI («Vía Clodia: una strada da riaprire perla storia», Antiqua XI,2, 1986. La etapa Vercellas-Laumello de XXV millas (282,8-9) debe compararse con la etapa Laumellum-Vercellas de XXVI millas en 347,1-2. Asimismo la etapa Ariminum (o Arimino)-Curva Caesena de XX millas en 286,7-8 ha de compararse con Arimino-Caesena en 126,10 y con Cesena-Ariminum en 100,3-4, todas de XX millas. A falta de estudios topográficos minuciosos, me guardo de extraer conclusiones.

[Fig.7]

4.E.iv) Ancona

Para explicar la etapa de VIII millas entre Ad Ae­sim (río Esino) y Ancona, que actualmente sería de unas 11 millas, he supuesto antes que el curso del río habría variado desde la época antigua. Otra explica­ción podría ser que la vía terminara en un cruce de caminos a tres millas de la ciudad, supliendo el con­siguiente acusativo Ancona[m].

Después de estas consideraciones, preguntémonos de nuevo: ¿Hay alguna lógica en el hecho de que la descripción de un iter se inicie o termine en un cruce de caminos, y que tal cruce no tenga más expresión en el Itinerario que la desinencia de acusativo de una ciudad más o menos cercana?

Para responder, hay que desprenderse de una vez para siempre de la idea de que el IA es una guía de caminos. No es esa la naturaleza de nuestro documento. Recorde­mos que Denis Van Berchem sostuvo en 1937, 15 con muy sólida argumentación a mi juicio, que la recopilación antoniniana se formó sobre la base de una serie de edic­tos imperiales, usuales en el siglo III, que fijaban por anticipado la ruta que debía seguir cada una de las expe­diciones armadas encargadas de recaudar el impuesto de la annona, que se pagaba en especie, no en dinero.

«En fait -dice Van Berchem-, ce qui a dé terminé l'emplacement de la mansio, c'est la présence d'une comunauté de contribuables. Les stations ainsi appe­lées remplissent un double role: elles re9oivent les impots prélevés en nature dans la contrée environ­nante et les conservent dans des greniers élevés a cette fin; elles servent au ravitaillement des troupes,

15 Denis VAN BERCHEM: L'annone militaire dans l'Empire romain au Ille siecle. París 1937 (Extrait desMémoires de la Société nationale des Antiquaires de France, 1936).

186 GONZALO ARIAS

les denrées de l 'annone étant réparties sur les routes de marche ou dirigées vers l'emplacement des gami­sons. Dans l 'ensemble, les mansiones constituent la réserve sur laque lle vivent l 'armé e et, en fin de comp­te, taus les services publics.» (Op.cit., p. 69).

Continúa Van Berchem observando que la arqueo­logía apoya esta interpretación de los textos: según el arqueólogo francés Grenier, muchas ruinas dispersas por la antigua Galia y llamadas vagamente villae son en realidad mansiones, reconocibles por los almace­nes donde se acumulaban las provisiones, y casi siempre fortificadas.

Siendo esto así, no tiene por qué parecer extraño que un iter se inicie o termine en un cruce de caminos estratégico, donde muy bien pudo haber una mansio.

5. Estudio especial de la Vía Aurelia

La Vía Aurelia puede ser por sí sola una excelen­te ilustración de las ideas expuestas en este trabajo. Hay en ella casos clarísimos en que las desinencias de acusativo se explican tal como aquí se ha expuesto, otros casos en que se impone la necesidad de suponer acusativos originales perdidos, y no falta el problema de la insuficiencia notoria de millas que sólo puede explicarse recurriendo a la hipótesis de la omisión de una línea. Como, pese a las dificultades, la mayoría de las ciudades citadas son de ubicación conocida y la vía está bastante estudiada (al menos en sus primeras 50 a 100 millas), me ha parecido útil dedicarle una atención especial, lo que incluye algunas exploracio­nes sobre el terreno realizadas en 1986 con la ayuda de un velomotor alquilado.

S.A. Desde Roma hasta el río Marta (Fig. 8)

Datos del IA. 289,3-291,3: Via Aurelia A Roma per Tusciam et Alpes Marítimas Arelatum usque m.p. DCCXCVI: Loria m.p. XII Ad Turres m.p. X Pyrgos m.p. XII Castro Novo m.p. VIII Centum Cellis m.p. V Martha m.p. X

300,6-301,5: Item a Roma per Portum Centum Cellis m.p. LXVIIII: In Portum m.p. XVIIII Fregenas m.p. VIII! Alsio m.p. VIII! Ad Turres m.p. IIII Pirgos m.p. XII Castro Novo m.p. VIII Centum Cellis m.p. VIII

Este segmento de la Vía Aurelia (con la variante de la Vía Portuense y su prolongación hasta Centum Cellis) es el que he considerado con más detenimien­to. Me han sido de especial utilidad los datos muy precisos que aporta Staccioli (op.cit. en n.9). Para mayor claridad, ordenaré mis observaciones y opinio­nes con referencia a los números del mapa (figura 8).

(1) Se equivoca Radke (op.cit. p. 294) al calcular que el recorrido de la Aurelia Nova (por el Pon­te Sant'Angelo y el Campo Vaticano) es 2 millas más largo que el de la Aurelia Vetus (por la Porta Aurelia o Porta S. Pancrazio). La dife­rencia entre una y otra, hasta su confluencia en Val Canuta, es sólo de unos 400 metros. Este error inicial se arrastra en sus cálculos a lo lar­go de toda la vía, ya que, según él, el IA cuen­ta las distancias por la Aurelia Nova.

(2) Loria = La Bottaccia (Staccioli)

(3) Puentecilla-alcantarilla en el riachuelo que cru­za la actual carretera entre La Bottaccia y Cas­tel de Guido, no mencionado por los autores que he consultado. Observado por debajo, se aprecia lo siguiente:

Primeramente hubo un vado muy bien empe­drado, con típicas losas romanas afirmadas con argamasa;

Después se hizo un puente de 4,5 m de anchu­ra, de piedra y trozos de ladrillos;

En tiempos modernos se ensanchó hasta unos 8 metros.

(4) En el Fosso Arrane, al lado y aguas abajo del puente de la actual Vía Aurelia, subsiste un arco del puente viejo. La Bóveda central es de piedra, al parecer romana, y ha sido ensancha­da después con ladrillo a ambos lados. Staccio-. li no lo menciona, pero hace en cambio esta interesante observación: «dopo aver superato il Fosso Arrane (ant. Aro), all'altezza del km 25, sulla des., poco prima della curva, rimane un bel tratto dell 'antico selciato con i grosi basoli poligonali ancora pelfettamente in pasto ma ora quasi del tutto ricoperti da terra e vegeta­zione» (op.cit. p. 33). Yo no encontré ese enlo­sado (en 1986), pero deduje que la Aurelia anti-

(5)

(6)

gua, después del río, iba a la derecha de la actual, pegada a ella, durante unos 2 km.

Palidoro, supuesto emplazamiento de la esta­ción Baebiana, citada en la Tabula Peutingeria­na pero no en el IA.

Ad Turres se sitúa en Statua. En efecto, en este lugar hay, junto a las ruinas de un puente, res-

ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES

THE ANTONINE ITINERARY IN BRITAIN ANO IN ITALY IN THE LIGHT OF THE MEANING OF GRAMMATICAL CASES

Figura 8

187

\ '1_

188 GONZALO ARIAS

tos de edificaciones en opus latericium y opus reticulatum, así como un sepulcro de planta cir­cular (Radke 296, Staccioli 33-34).

Dejemos ahora de momento la Vía Aurelia y vol­vamos la mirada a la Vía Portuense y a su enlace con aquélla.

(7) A juzgar por las 19 millas desde Roma, el Por­tum mencionado por el IA debe ser el puerto de Augusto, así llamado en el /tinerarium mariti­mum. Se sabe la situación exacta del puerto de Claudia (8) y del de Trajano (9), pero sobre el de Augusto no encuentro nada. Las 19 millas podrían llevarnos enfrente de la ciudad de Ostia, e incluso al fondo del meandro que en tiempos antiguos describía allí el Tíber, en la parte sur de la Isola Sacra.

(10) Fregenas, acusativo que designa el punto de donde salía el ramal de Fregenis, como ya hemos dicho.

(ll) Alsio (= Palo). «Se la via Aurelia da Lorium passasse per Alsium oppure per !'interno del territorio, non lo possiamo stabilire con certez­za» (Radke, p. 296). Es explicable la perpleji­dad de Radke, dada la importancia de esta colo­nia romana fundada en el 247 a.C., pero no citada en el IA en la Vía Aurelia. Para mí está claro que la vía iba por el interior. La ruta pro­cedente del Puerto de Ostia, en cambio, pasaba efectivamente por Alsio.

Entre Castello Odescalchi y Ladíspoli, e incluso más allá, hay varios vestigios de grandes villas marí­timas (Staccioli 36-37), y en efecto las 9 millas desde Fregenas parecen llevarnos más allá de Palo. En todo caso el IA, al citar por este orden Fregenas, Alsio y Ad Turres, obliga a trazar esta rura en zigzag, e inclu­so tal vez a desandar parte del camino, más o menos así (Figura 9):

Figura 9

(12) «11 Castellaccio». Entre este punto y Statua dejé pendiente una exploración que convendría hacer a pie. Si entendí bien la información de un campesino, el río o torrente ( «fosso») que discurre entre estos puntos se pasaba antaño por un vado del que quedan piedras informes, y ahora está intransitable.

(13) Desde 11 Castellaccio hasta volver a empalmar con la Aurelia moderna, el camino es una estre­cha carretera asfaltada que sigue una lengua de tierra ligeramente elevada. Podría muy bien haberse superpuesto a la vía romana.

(14) (Situación aproximada) En la actual Vía Aure­lia, observo un mojón cuadrado con las inscrip­ciones «VIA AVRELIA/ROMA/M.XXXIII» y « VIA AVRELINCIVITAVECCHIA/XIV ». No sé de qué época data este mojón, pero las dis­tancias corresponden exactamente a las del IA.

(15) Pyrgi = Castello di Santa Severa. «La statio di Pyrgi doveva trovarsi a nord-est dell'abitato poco lantano dalla costa» (Radke, 296). La observación del terreno obliga a Radke a hacer esta distinción entre statio y «abitato», que corresponde a nuestra distinción entre Pysgos y Pyrgi. El ramal era de unos 500 metros (Stac­cioli 38).

(16) Lápida monumental de mármol en un jardín privado, visible desde la carretera (km 59,5), perfectamente legible, datable en el 205/6 d.C. Los emperadores Septimio Severo y Caracalla rehacen el «Puente de Apolo»: « ... PONTEM APOLLINIS MARIS ET FLUMINUM VIO­LENTIA EVERSVM A FVNDAMENTIS PECVNIA SVA FECERVNT».

(17) Cuatro puentes o restos de puentes pueden ver­se siguiendo las detalladas indicaciones de

[Fig. 9]

ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA 189 A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES

THE ANTONINE ITINERARY IN BRITAIN ANO IN ITALY IN THE LIGHT OF THE MEANING OF GRAMMATICAL CASES

Staccioli (p 42-43) a la altura de los km 58,9 -60,4 - 60,8 y 62,3 de la actual carretera. Dos de ellos están en fincas privadas, y el último se encuentra más retirado de la costa, en la actual Vía Verdun, nº 6.

(18) Castello Odescalchi de Santa Marinella (no confundir con el cast. homónimo de Palo), don­de según Staccioli estaría la colonia marítima Punicum, colocada por la Tabula Peutingeriana a 6 millas de Pyrgi y a 9 de Castro Novo. Por su parte Radke (p 296), citando a Nissen, cree más probable que Punicum se encontrase tierra adentro, al término de una vía lateral. La dis­tancia de 9 millas a Castro Novo puede ser un argumento a favor de esta hipótesis.

(19) Castro Novo estaba en Capo Linaro, a la salida de Santa Marinella, según Staccioli (43-44). La distancia desde Pyrgos es exacta.

(20) Es curioso que el muy importante conjunto arqueológico designado un poco arbitrariamen­te con los nombres de «Terme Taurine» o «Ter­me di Traiano» (mucho más importante que los confusos restos encontrados en Castello Odes­calchi, Santa Marinella o Civitavecchia) no haya podido ser asignado a ninguno de los núcleos de población de esta zona conocidos por los itinerarios.

(21) Tal vez la distancia de 8 millas que propone entre Castro Novo y Centum Cellis una de las rutas del IA (301,2), a diferencia de las 5 millas de la verdadera Vía Aurelia (291,2), pueda explicarse porque se nos propone aquí una ruta dando un rodeo por las «Terme Taurine».

(22) Ruinas de Cencelle. En una primera versión de este trabajo me obstiné equivocadamente, con­tra el parecer de los arqueólogos italianos, en buscar aquí la Centum Cellis del IA. Pero los testimonios de Plinio el Joven (VI,31), del Iti­nerarium maritimum y de Procopio (Bello Got­hico, al narrar la toma de Centum Cellae por Belisario en el s. VI) no dejan lugar a dudas sobre la ubicación de la ciudad en la costa, y más concretamente en Civitavecchia. Las rui­nas de Cencelle son las de la ciudad construida por el papa León IV en 854 para acoger a los habitantes de Centum Cellae, destruida por los sarracenos en 838.

(23) Es posible, de todas maneras, que existiese una vía romana antigua en la línea Cencelle - Ter­me Taurine, según testimonio que recogí de dos campesinos de la región, y que podría ser pro­longación del tramo Santa Marinella - Terme Taurine.

(24) Centum Cellis = Civitavecchia. De las dos medidas que da el IA en sendas rutas para la etapa Castro Novo - Centum Cellis, la buena es 5 millas. La única explicación para la otra (8 millas), aparte de la posibilidad de un error, es lo que apunto en la nota 21.

(24) Doy por buena la afirmación de Radke de que, al atravesar el río Marta, la Vía Aurelia «passava press'a poco dove oggi passa la ferrovia» (p 297), según se deduce de los restos de un puente que yo no pude ver. Staccioli, por su parte, supo­ne que el trazado antiguo de la Aurelia iba bas­tante más cerca de la costa que el actual (p 52).

La mansión Martha no pudo estar, según las dis­tancias, a orillas del río del mismo nombre, sino un par de millas más al sur. También hay que dar por seguro que la vía no pasaba ni por la vieja Tarquinii ni por Graviscae, ya que el IA no cita ni a una ni a otra.

S.B. Desde el río Marta hasta el río Bruna (Fig. 10)

Datos del IA. 291,3-292,3: Martha ( ... ) Forum Aureli m.p. XIIII Cosam m.p. XXV Ad lacum Aprilem m.p. XXII Salebrone m.p. XII

(26) La identificación corrientemente admitida de Foro Aureli con Montalto di Castro tropieza con varias dificultades: no parece que se hayan encontrado allí restos romanos ni vestigios de la vía; está demasiado cerca de la mansión anterior (unas 12 millas, donde el IA señala XIIII); está también demasiado cerca de Cosa (unas 19 millas en lugar de XXV). 16

Sin embargo, conviene observar que Forum Aureli se cita en acusativo, hecho que merece desta­carse si se tiene en cuenta que todos los demás foros de las vías italianas del IA se mencionan en ablati­vo: siete en total, uno de ellos (Foro Corneli) tres veces. De nuevo, pues, viene en nuestra ayuda la gramática.

(27) En este punto podría estar el empalme indicado con el acusativo Forum, y Foro Aureli podría estar efectivamente en Montalto di Castro o en

!& Para Radke, la corrección de XXV en XVII es «senza difficolta sotto il profilo paleografico». Pero entonces se queda corto, pues entre Montalto y Cosa hay más de 18 millas en línea recta. No estando muy seguro de esta solución, propone también con­tar las 25 millas de Montalto a Cosa pasando por Vulci.

190

5 f(J

~----~--~~-E-s·c-~-r~

GONZALO ARIAS

en

ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA 191 A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES

THE ANTONINE ITINERARY IN BRITAIN AND IN ITALY IN THE LIGHT OF THE MEANING OF GRAMMATICAL CASES

otro lugar vecino. Entre los puntos 25 y 27 el iter descrito daría un rodeo que podría explicar­se por la conveniencia de buscar terrenos altos y firmes, eludiendo una zona que antaño pudo ser pantanosa.

(28) No excluyo, no obstante, la posibilidad de una Aurelia primitiva por Montalto, abandonada más tarde; o bien conservada en servicio, pero no recorrida por la patrulla o unidad militar concreta cuya hoja de ruta se convertiría en la Vía Aurelia de la recopilación antoniniana. La principal razón para suponer esto es la extrañe­za de que la Vía Aurelia no pase por Foro Aure­li, limitándose a citarlo en acusativo. En modo alguno deseo impugnar la teoría, bien docu­mentada por Radke en el capítulo VII de su obra, de que los Jora tomaban nombre del cons­tructor de la vía y se construían exactamente en la mitad de su recorrido.

(29) Ponte dell' Abbazia o Ponte della Badia, de ori­gen etrusco. En la foto publicada en el libro de Radke (frente a la p. 112) se asigna a la Vía Aure­lia, cosa que no corrobora el texto de la obra.

(30) El miliario encontrado en Vulci contiene la cifra XX. Basta ver el mapa para comprender que es imposible que se trate de la distancia a Foro Aureli como pretende Radke (p. 297). La distancia de 20 millas debe estar contada desde Cosa.

(31) Strada dell' Abbadia. Todos los autores coinci­den en llevar por aquí una vía romana (que sería continuación de la Vía Clodia de Blera; por Tuscania, hacia Cosa. Sin embargo, el iter descrito en el IA sólo coincidiría con ésta hasta Pescia Fiorentina más o menos.

(32) Cosam, de nuevo un acusativo revelador de un diverticulum hacia Cosa.

(33) Tal como yo mido las distancias, las XXII millas de la etapa Cosam-Ad lacum Aprilem nos llevan justo antes de Grosseto. Indudable­mente esta zona era un lago hace dos milenios.

No es posible llevar la vía más cerca de la cos­ta, pues entonces, como observa Radke, las 22 millas resultan insuficientes.

(34) Salebrone podría ponerse en relación con el río Bruna, donde se cumplen las XII millas de la etapa. Pero conviene observar que el más anti­guo de los códices (el Escurialense) da a la esta­ción la forma Salebronem, lo que de nuevo nos hace pensar en un ramal conducente a la ciudad, que podría estar por ejemplo en Vetulonia.

5.C. Desde el río Bruna hasta Génova (Fig. 11)

Datos del IA. 292,3-294,4: Salebrone ( ... ) Manliana m.p. VIII! Populonium m.p. XII Vadis Volaterranis m.p. XXV Ad Herculem m.p. XVII Pise m.p. XII Papiriana m.p. XI Lune m.p. XII Boacias m.p. XII Bodetia m.p. XXVII Tegulata m.p. XII Delphinis m.p. XXI Genua m.p. XII Según Radke, la Vía Aurelia primitiva terminaba

en Salebro. Su continuación es la Vía Emilia di Scau­ro; sólo mucho más tarde se extendió el nombre de la Aurelia a la segunda citada, e incluso a la Vía Julia Augusta, hasta Arles en Provenza.

En el IA, en efecto, bajo el título « Via Aurelia» se describe el camino hasta Arelatum; pero no es seguro que el iter descrito corresponda exactamente a la Aurelia.

Me limitaré a unas observaciones someras sobre al recorrido desde Salebro hasta Genua (Figura 11).

Entre Salebronem y Pise, si no queremos culpar de nuevo a los copistas, será preciso encontrar un camino muy recto. Populonium (quizá «Populoniam» en la forma original) es un acusativo, y es evidente que la vía no pasaba por la ciudad misma. 17 Parece lógico, además, que la vía evitara la zona de la «Maremma Pisana». Opino que también Vadis Vola­terranis debió tener originalmente desinencia de acu­sativo, en cuyo caso nada impide situar el poblado en la actual Vada, donde hay restos romanos. 18

Conviene detenerse en el miliario hallado in situ en Rimazzano, a unos 25 km al sur de Pisa por la carretera de Colle Salvetti (CIL XI, 6664). Los cál­culos que hace Radke a partir de la Porta Aurelia romana y restando cuatro unidades de las cifras anto­ninianas no me parecen aceptables, como ya he dicho.

El miliario tiene la cifra CLXXXVIII. Se trata de ver si hasta el lugar en que fue hallado hay, por la Vía Aurelia, 188 millas desde el Foro romano.

l8

También Radke reconoce aquí que la vía «non entrava nella cita di Populonia, posta su altura in riva al mare, né l'attraversava» (p. 299), y pone la correspondiente statio a una decena de kiló­metros. Radke se engaña al decir que las distancias del IA ponen a Vada Volaterrana en S. Pietro in Palazzi: las 29 millas desde Pisa que marca el IA cubren apenas la distancia a vuelo de pájaro.

192 GONZALO ARIAS

........ . ..

. ·

o 'º 2,0 30 "º S'D

Figura 11

.. Pise

111(¡., rio .¿, R<motn'\nP

CL.¡l.lCXVlll

·.

·.

. ·

· .

·. .. · ......

ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA 193 A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES

THE ANTONINE ITINERARY IN BRITAIN ANO IN ITALY IN THE LIGHT OF THE MEANING OF GRAMMATICAL CASES

Pues bien: la suma de las distancias que da el IA de Roma a Pisa (289,3-293,2) es 205 millas. Si resta­mos las 17 equivalentes a los 25 kilómetros de aleja­miento del miliario respecto a Pisa, tenemos precisa­mente las 188 millas que marca el miliario.

Esta coincidencia puede hacer pensar que, en efecto, los miliarios de la Vía Aurelia hacían el cóm­puto por el trayecto marcado por el Itinerario de Antonino. Si esto fuera así, habría que suponer que antes del año 143 d.C. (fecha del miliario) el rodeo que hemos señalado, donde el iter parece apartarse del camino más corto, huyendo de Montalto di Cas­tro para acercarse a Vulci, había prevalecido sobre la vía primitiva, que caería en desuso.

Entre Pise y Lune es forzoso reconocer que las 23 millas (XI + XII) del IA se quedan muy cortas. Pue­de haberse omitido una estación (que sería la Taber­nae frigidae consignada en la Tabula Peutingeriana), o bien excepcionalmente habrá que admitir un error de cifra, como quiere Radke.

Un nuevo acusativo conservado, Boacias. podría remitirnos a una población en el golfo de La Spezia; tal vez haya un eco de aquel nombre en las localida­des de Biassa o de Volastra.

En las etapas restantes hasta Génova, no creo que sea acertado buscar la vía pegada a la costa, como la carretera actual. Por una parte, el número de millas disponible parece obligar a un recorrido más largo; por otra parte, está el hecho de que el IA pasa en silencio las ciudades de Monilia y Segesta, cuya ubi­cación en Monéglia y Sestri parece segura.19 A mi parecer, convendría buscar la vía primero por el valle del río Vara y después por el del río Lavagna; uno y otro discurren, durante una parte de su curso, más o menos paralelos a la costa.

6. CONSIDERACIONES FINALES

Me gustaría que, de lo expuesto en este estudio, el lector sacara ante todo la conclusión de que los escri­bientes de los siglos VII a XV que nos transmitieron con paciente trabajo una árida lista de ciudades y de números no fueron tan culpables como se ha solido pensar de haber cometido faltas de inatención o lige­reza al copiar las cifras.

Insisto en que, al enfrentarnos con el Itinerario de Antonino, debemos partir del supuesto de la exacti­tud de las cifras. Dar por errónea una cifra en cuanto

¡q En cuanto a Monilia, citada en la Tabula Peutingeriana, Radke deduce (p. 292) que se encontraba en una vía lateral. Segesta Tigulliorum, citada por Plinio y en el Itinerarium Maritimum, se identifica con Sestri Levante según R. CHEVALLIER, La roma­nisation de la Ce/tique du Po, École Fran~aise de Rome, 1983.

surge la primera dificultad de interpretación no me parece una correcta actitud exegética. Si los números antoninianos no casan fácilmente con la geografía, haremos bien en comprobar los extremos siguientes:

• Desinencias de acusativo, conservadas o supues­tamente perdidas, reveladoras de que la vía no pasa­ba por la ciudad;

• Posible omisión de una línea por salto visual; • Crédito que merecen las identificaciones corrien­

temente admitidas de las ciudades antiguas; • Papel que pueden jugar los límites de provincia

o de convento jurídico en la redacción de los itinera. Este caso no se me ha presentado al estudiar las vías italianas, pero en Hispania estoy convencido de que hay ocasiones en que la mención de una ciudad (p.ej. Caesaraugusta o Braceara) encierra de hecho la alu­sión al límite de convento jurídico del que era capital.

Sólo en último término, si no hay otras posibilida­des de explicación, habrá que recurrir a la hipótesis de error en las cifras.

Este planteamiento abre perspectivas nuevas en el estudio de la red viaria del Imperio Romano, pero suscita al mismo tiempo nuevos interrogantes. Evo­caré simplemente dos aspectos a los que desearía que los especialistas prestasen atención

Por una parte, sería deseable explorar la aplica­ción de la hipótesis central de este artículo a otros iti­nerarios romanos: Tabula Peutingeriana, Itinerario Burdigalense, Vasos de Vicarello.2º

Por otra parte, los lingüistas podrían ayudar a los arqueólogos tratando de aclarar las tendencias o leyes fonéticas o gramaticales que entraron en juego para impulsar el abandono de las desinencias de acusativo. Es sabido que desde fines del siglo ID la m final del acusativo había quedado reducida en la pronunciación a una simple resonancia nasal de la vocal precedente. Pero ¿por qué los acusativos en -am se han conserva­do peor que los en -um? ¿Hasta qué punto la tenden­cia a la analogía impuso las desinencias de ablativo? ¿Puede saberse siempre a cuál de las cinco declinacio­nes latinas pertenecían los nombres de las ciudades? ¿Hay algún criterio firme, por ejemplo, para distinguir entre un acusativo de un neutro de la 2ª y un ablativo singular de la 1 ª, ambos terminados en -a?

Si estas páginas animan a otros investigadores a profundizar en el estudio de estos problemas, habrán cumplido su propósito.

20 Respecto a los Vasos de Vicarello, puedo decir que, en la parte de trayecto comprendida en Hispania, parecen inspirados en una fuente que utilizó efectivamente el sistema de combinar acusa­tivo con ablativo, pero que los orfebres que los grabaron no comprendieron el valor de las desinencias: uno de ellos (vaso 1 º) unificó casi todas las estaciones en el acusativo, mientras que los otros tres conservaron de manera desigual las desinencias originales.

194 GONZALO ARIAS

INNOVACIÓN VERSUS RUTINA: ALGUNOS DATOS SOBRE LOS ENTRESIJOS DE LA POLÉMICA

Mi estudio sobre el IA en Britania se elaboró en 1986-1987, y el relativo a Italia en 1987-1989, uno y otro con ocasión de breves períodos de residencia en los respectivos países como traductor de organismos de las Naciones Unidas. Ni uno ni otro encontraron acogida en las revistas especializadas a las que fueron ofrecidos. En ambos casos las explicaciones que se me dieron fueron vagas, elusivas, o no hubo explica­ción en absoluto. En realidad, la suerte negativa que corrieron ambos trabajos tenía un trasfondo común que por entonces estuve muy lejos de sospechar.

En el caso británico, la verdad es que las dificul­tades encontradas no me sorprendieron. El gran maestro en todo lo referente al Itinerario de Antonino era allí A.L.F. Rivet, constantemente citado en mis páginas, y era previsible que, como me pronosticó un arqueólogo simpatizante, el profesor «may not be too happy» ante la perspectiva de publicación de mis ideas. En un sector de investigación tan especializa­do, no podía extrañar que una sola persona impusiese sus criterios.

Más me extrañaron las reticencias o el desinterés de los medios universitarios y académicos italianos. Como modesto investigador venido de una provincia excéntrica, tendía a suponer que en la antigua capital del Imperio debía haber un nutrido plantel de estudio­sos de la historia romana en sus más arcanos aspec­tos.

Pero la realidad se fue imponiendo. Una tras otra, varias revistas universitarias e instituciones académi­cas romanas y de otras ciudades italianas fueron mos­trando su desinterés por el asunto. Sólo ocho años más tarde, en 1997, tuve inesperadamente un vislum­bre de los entresijos de la cuestión. El Director de la revista de Perugia Geographia Antiqua, a la que (¡un año antes!) había ofrecido mi artículo, tuvo esta vez la cortesía de darme explicaciones: el comitato scien­tifico de la revista se había pronunciado en contra y el Director me transmitía «le motivazioni».

Lo curioso es que las «motivazioni» en cuestión eran página y media en inglés, sin firma, pero que por su estilo y su contenido no tuve duda en atribuir al profesor Rivet.

El asunto empezó a adquirir tintes de una novela de intriga cuando al poco tiempo me enteré de que Rivet había fallecido hacia 1992.

Resumiendo: mi convencimiento, mientras no se me pruebe otra cosa, es que Rivet escribió hacia 1988/89 su dictamen a petición de alguna institución o revista italiana, y que ese dictamen, tras rodar unos años por las redacciones de Dios sabe qué revistas, fue aprovechado en 1997 por el comitato scientifico

de Geographia Antiqua. La mención de Geographia Antiqua al final del dictamen no se opone a esta inter­pretación, pues puede perfectamente ser un añadido o adaptación ulterior. Una carta mía al director de la revista, en que expresaba mi extrañeza por el hecho de que el comitato italiano se inclinara ante la opinión del británico Rivet, quedó sin respuesta.

No quisiera incurrir, por mi parte, en el abuso de poder (¡si poder tengo!) de amordazar a un contradic­tor para esquivar sus críticas. Pido pues a Kobie que, ya que amablemente me ha abierto sus páginas, dé cabida también a la opinión del profesor A.L.F. Rivet, reencarnado en el comitato scientifico de Geographia Antiqua. Hela aquí:

«Gonzalo Arias, «El Itinerario de Antonino en Ita­lia: una nueva interpretación gramatical» General Report

Arias is here trying to prove once more his theory that all those places listed in the accusative case in the Antonine Itinerary lay off the roads described by the itinerary rather than directly on them. This is offered as a means of explaining the frequent discre­pancies between the mileages stated by the itinerary and those known actually to be the case, without such frequent recourse to the expedient of emendation of the transmitted text. He pioneered this theory in rela­tion to Spain, then tried it on Britain ( see nn. 4 & 7) and is now attempting the same far Italy. I remain agnostic as to the validity of his case in the former two areas and will confine my comments to his argu­ments far /taly, with which this paper is primarily concerned.

While A. makes sorne valid points on the likeli­hood that towns mentioned in the It. Ant. need not be located directly upan majar Roman roads and the tendency far unwary modern scholars to cite names from the itineraries as if they were in the nominative case, ultimately his hypothesis seems based on seve­ra! false assumptions.

Firstly A. assumes the lists of the It. Ant. to form an integral document; that is to have been composed by a single controlling author/editor and according to a single rationale. This seems far from certain. Individual lists may have had complex histories of transmission befare they were ever included in this compilation. Thus where alt MSS of the It. Ant. agree on a mileage this does not mean it is any more likely to be correct than where the MSS disagree. Without a single originating «author» we cannot assume a con­sistent connotation far the occasional appearance of the accusative.

Secondly, and perhaps more fundamentally, A. too readily assumes an identity between the mutes (itine­ra) described in the It. Ant. and physical roads (viae)

ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA 195 A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES

THE ANTONINE ITINERARY IN BRITAIN ANO IN ITALY IN THE LIGHT OF THE MEANING OF GRAMMATICAL CASES

on the ground. He fails to appreciate that the It. Ant. is not a description of the road network but of routes open to the traveller between various places; largely coincident perhaps, but subtly dijferent. A. may be right that sorne of the discrepancies in mileages deri­ve from measurements taken from milestones and iti­nerary stones on the public highways but his exam­ples do not demonstrate his thesis that all places indi­cáted in the accusative consistently indicate tums off the main mute «to X».

Nor do A. 's Italian examples seem to support his case well. For example, in arder to preserve the mileage totals as transmitted, A. would have the road between Alifae and Beneventum bypass Tele­sia, which, despite his protestation, makes little sen­se of the geography of the area. In any case, in arder to make this fit with his theory he has to emend the Telesia transmitted to Telesiam. Cf also the zig-zag course A. would have the route describe between Alsium and Ad Turres in arder to preserve the milea­ges as transmitted. However, it is his example 4.E (i) which really stretches the bounds of credibility. For why should a route labelled as the alternative route from Rome to Cosa, listing Aquae Apollinares, Tar­quinii and Cosa as the last places, actually go through Forum Clodii, Blera and end at Tuscania, without mentioning those places at all, except in the for of «turn to Tarquinii» etc.? This example brings out the problem with A. 's method quite clearly. Firs­tly he has made the mistake of assuming an identity between the mute described by the lt. Ant. and the

· archaeologically attested roadfrom Rome to Tusca­nia and on beyond to Saturnia, despite the f act that the rubric clearly labels the route as one to Cosa. Secondly he has made the assumption that Aquae Apollinares can be identified with Vicarello (which is far from certain). Thirdly having decided these two things, in arder to save his theory, he has to argue that the Aquis Apollinaribus of the MSS is a mistake for an accusative, which is paleographi­cally implausible given that this would be Aquas Apollinares - a whole syllable shorter and quite dif­ferent in appearance (not to mention the fact that A. seems to think that the accusative of Apollinaribus is Apollinarias ).

A. 's one certain example of a side-road noted in the lt. Ant. hardly supports the general theory. Here the road to Bellunum is listed as viam Belloio (sic). This is a far cry from the bald Bellunum A. s theory would have us expected.

In short A. 's theory does not seem to work ( at least in Italy) without the recourse to a leve! of emendation in the names of places which he has found reprehen­sible when applied to the mileage figures. Moreover A. 's theory seems occasionally to run counter com­mon se ns e ( e.g. his 4.E ( i) above ). Therefore, in its

present forin, I cannot recommend the publication of this article in Geographia Antiqua.

Small points: - for Ariminio & Ariminium read Arimino/Ari­

minum. - for Firmun read Firmum. - in figures 1 & 2 [*], for the distance B -C read

XX rather than Xll (just the sort of mistake of which A. claims scholars have been too ready to accuse medieval scribes).

- for diverticuli read diverticula (better deverticula). - for Apollinarias read Apollinares. - f or maritumum re ad maritimum.»

[*] Se trata de las figuras 1 y 2 del estudio británi­co, que se repetían en la versión original del estudio italiano y aquí se han suprimido para evitar duplica­ciones. Es una .tontería, pero Rivet yerra a su vez en la corrección: lo que había que corregir no son las figuras sino su texto explicativo, diciendo read XII rather than XX (Nota de GA).

El severo dictamen que antecede tuvo respuesta en las páginas de El Miliario Extravagante (nº 63, diciembre 1997). Creo ineludible reproducirla aquí, sin más que leves adaptaciones, y advirtiendo que cuando la escribí ignoraba el fallecimiento del profe­sor británico.

LOS PREJUICIOS DEL PROFESOR RIVET

Despacharé primero las pequeñeces o Small points (dos erratas, dos descuidos y dos verdaderos errores debidos a mi malísimo conocimiento del latín) con mi muy sincero agradecimiento al profesor por leerme tan atentamente (al menos en esos pun­tos), lo que me permitirá hacer las oportunas correc­ciones con miras a una publicación a la que todavía no renuncio. Lamento, no obstante, que R. (simplifi­caré la cita del nombre, siguiendo su ejemplo) no haya mantenido al parecer una atención tan sostenida a lo largo de las 27 páginas no muy densas de mi estu­dio, lo que podría deberse a que su dominio de la len­gua española no esté exactamente a la altura de su incuestionable dominio de la latina.

Quizá sea también esa barrera lingüística la que explique su «agnosticismo» respecto a la validez de nuestros trabajos en Hispania. En efecto, me extraña­ría muchísimo que R. haya leído, o haya tenido siquiera entre sus manos, nuestro Repertorio de cami­nos de la Hispania romana, para no hablar de El Miliario Extravagante. En cambio, puedo asegurar que conoce y ha leído con atención el folleto Gram­mar in the Antonine Itinerary - A Challenge to British

!96 GONZALO ARIAS

Archaeologists, de manera que en este caso yo no diría que «agnóstico» sea la palabra adecuada, sino más bien «escéptico» (siendo educado) o «antagóni­co» (siendo realista).

Es seguramente explicable que un buen latinista que ha dedicado sus desvelos al estudio de un docu­mento como el IA pueda experimentar una sensación . no claramente definible pero en todo caso molesta si un ignorante en latín aparece de pronto pretendiendo que en la gramática latina hay una clave de interpre­tación del documento anteriormente ignorada. Pero R. debería comprender que eso no es ningún desdoro para él: está en compañía de innumerables sabios que durante muchos siglos y en muchas naciones tampo­co habían imaginado la posible significación itinera­ria del acusativo. Así son las cosas. De hecho, no fui yo quien tuvo la primera intuición de esa clave, sino alguien que, no dudo en decirlo, sabía mucho menos latín que yo: mi llorado compañero Víctor Hurtado Martí.

Bien, el caso es que mi impresión es que el dicta­men de R., lejos de ser objetivo, responde a sus pre­juicios, es decir al juicio previo desfavorable que data ya de algunos años. Razonaré esta impresión.

Para empezar, las severa! false assumptions que me atribuye se reducen a dos, que efectivamente son falsas, pero su falsedad radica no sólo en el conteni­do mismo de las suposiciones sino también en el hecho de endosármelas. Siento pena y vergüenza aje­na cuando veo que un ilustre profesor recurre al manido truco de atribuir al contradictor afirmaciones u opiniones fácilmente rebatibles, pero que no son suyas, para darse el gusto de rebatirlas.

¿Qué el IA no fue compuesto por un único autor/editor? ¿Cuándo y dónde he dicho yo lo contra­rio? Ya en 1964, por ejemplo, suscribía yo lo afirma­do por Parthey y Pinder en 1848: Non ab uno sed a compluribus neque eodem tempore opus, quale nunc habemus, confectum esse patet ex diversa eius par­tium forma et indole, (Por la diversa forma e índole de sus partes, la obra, tal como hoy la tenemos, no parece de uno sino de varios autores, ni de una mis­ma época). Y comentaba yo: «La diversidad de manos que han intervenido explica, quizá, que la obra carezca de un sistema uniforme de 'signos conven­cionales'.» (Repertorio, p. 107). Pase que R. no conozca este y otros textos míos, pero nada en los que ha tenido en sus manos le autoriza a colgarme una assumption que yo no suscribo.

Pero además, aunque la diversidad de autores difi­culte la uniformidad expositiva, ¿por qué habría de excluir por completo el empleo general de un cierto signo convencional, si tal signo estuviese bastante extendido en un tiempo y una cultura determinados? Pondré un ejemplo: R. emplea la abreviatura MSS para significar manuscrito. Si otro u otros colegas

universitarios, romanistas o medievalistas, utilizan la misma abreviatura, ¿tendremos que preguntarnos si ellos quieren decir otra cosa, por ejemplo Manufactu­rers' Standardization Society o multispectral scan­ner?

Segunda suposición que se me cuelga gratuita­mente: la falsa identidad entre itinera y viae, entre rutas y vías. Los lectores medianamente informados comprenderán mi sorpresa. ¿Cómo es posible que se me diga eso a mí, que tanto he insistido siempre en distinguir ambos conceptos? Esta vez R. no tiene la excusa de no conocer el Repertorio. En el trabajo objeto de su dictamen, sección 4.E.iv), habría podido leer: « ... hay que desprenderse de una vez para siem­pre de la idea de que el IA es una guía de caminos. No es esa la naturaleza de nuestro documento. Recorde­mos que Denis Van Berchem sostuvo en 1937, con muy sólida argumentación a mi juicio, que la recopi­lación antoniniana se formó sobre la base de una serie de edictos imperiales, usuales en el siglo III, que fija­ban por anticipado la ruta que debía seguir cada una de las expediciones armadas encargadas de recaudar el impuesto de la annona, que se pagaba en especie, no en dinero.»

Desactivadas pues las severa! false assumptions (de hecho, dos), vayamos a los Italian examples. Son éstos, en mi estudio, unos 18 que yo considero expli­can satisfactoriamente el papel del acusativo; unos 25 que no contradicen la hipótesis pero de los que no puedo afirmar más por no conocerse bien el trazado de la vía o la situación de las ciudades; 2 acusativos que parecen improcedentes, pero que no son apoya­dos por todos los manuscritos; y una decena más o menos de acusativos que supongo perdidos y que conviene restituir para explicar debidamente las rutas correspondientes. Pues bien, de este no pequeño sur­tido, R. escoge para su crítica solamente cuatro, sin duda los que le parecen más vulnerables, y pasa en silencio el resto.

En el caso de Alifas y Telesia, basa su oposición en no creer mi afirmación de haber tenido en cuenta la geografía del terreno. Dejémoslo así, pues esta dis­crepancia sobre la geografía italiana no es para que un español y un inglés la ventilen a dos mil o tres mil kilómetros del lugar.

En el caso de Alsium y Ad Turres me reprocha el zigzagueo. Tal zigzagueo es evidente para la ruta de la costa (no confundir con la Vía Aurelia), no sólo en atención a las distancias sino también al orden en que se citan cuatro estaciones de ubicación bien conocida (dos de ellas con acusativos que denotan empalmes): Fregenas, Alsio, Ad Turres, Pyrgos. Obsérvese que el reconocimiento por mi parte de esta hoja de ruta en Z, impuesta sin duda por razones de oportunidad oca­sional, debería bastar para convencer a R. de que no confundo iter y via.

ITINERARIO DE ANTONINO EN BRITANIA Y EN ITALIA 197 A LA LUZ DEL SIGNIFICADO DE LOS CASOS GRAMATICALES

THE ANTONINE ITINERARY IN BRITAIN AND IN ITALY IN THE LIGHT OF THE MEANING OF GRAMMATICAL CASES

Mi visión, que tanto escandaliza a R., de la «ruta alternativa de Roma a Cosa» puede verse en el cro­quis correspondiente (Fig. 7). Las preguntas de R. tienen fácil respuesta. En efecto, las «etiquetas» de las rutas (puestas probablemente por el compilador que trabajó muy lejos del terreno y sin buen conoci­miento de éste) son a veces arbitrarias e inducen a error: así lo he sostenido para las rutas hispánicas A20, que aunque diga a Bracara no empieza en Bra­ga sino en su límite conventual, o la A31 que no ter­minaría en Caesaraugusta sino en un límite provin­cial. La ruta no menciona Blera ni Tuscánia porque estos son los nombres modernos de los lugares en que antaño estarían los empalmes que nuestro docu­mento denomina Tarquinios y Cosam. La omisión de Foro Clodi puede extrañar, pero no es la única omisión extraña en el IA y puede explicarse por estar sólo a dos millas del empalme Aqu[as] Apolli­nar[es]. En cuanto a la objeción de que el cambio de Aquas Apollinares a Aquis Apollinaribus es paleo­gráficamente inaceptable, he de decir que tal obje­ción se refiere a la hipótesis de un error material o mecánico del copista; pero no es esa mi hipótesis. Cuando yo supongo que un copista corrige el manuscrito del que copia poniendo ablativo donde había acusativo, no pienso que lo hace por estar dis­traído, sino por ultracorrección, es decir porque se pasa de listo. El copista medieval, lo mismo que el erudito moderno, ha perdido la noción de lo que sig­nifica el acusativo y, como por otra parte domina bien el latín, tiende a corregir lo que para él es una incongruencia: el empleo de casos gramaticales dife­rentes en una lista de palabras.

El último ejemplo en que apoya R. su dictamen negativo puede también volverse contra él en un doble sentido. La mansión denominada Viam Belloio pone de manifiesto, por un lado, la evidencia de los ramales citados en acusativo: él mismo reconoce que se trata del camino a Belluno. Y por otro lado revela que en el uso del acusativo con ese valor convencio-

nal había ciertas variaciones: yo me refiero al caso como «otra manera de designar mediante un acusati­vo el entronque con otra vía», lo que me desmarca del pensamiento que R. me había atribuido de que el IA fuese compuesto por un único autor/editor.

Por cierto, que ese anómalo Belloio que sigue al acusativo viam, del que también R. parece extrañarse como revela su «(sic)», me pregunto ahora si no será un dativo con el sentido de «para Belluno/Belloio». En una gramática latina veo que uno de los usos del dativo era el complemento de destino, y leo este ejem­plo: Diem constituere colloquio = Fijar un día para la entrevista.

¿Queda algo en pie de las objeciones de Rivet a mi estudio? Sí, queda la cuestión de las enmiendas o correcciones al texto del IA transmitido por los copis­tas. Todos estamos de acuerdo en que el IA requiere alguna enmienda para hacerlo concordar con la reali­dad geográfica. R. prefiere suponer que los escribas medievales (o el primer compilador) erraron al copiar las cifras simplemente por torpeza o inadvertencia, y ello en un elevadísimo número de casos. Yo prefiero suponer que los errores no son tantos ni numéricos, sino de desinencias de caso y porque el que los come­tió creyó mejorar así el texto.

¿Y EN HISPANIA?

Quien, sin haberse asomado anteriormente a estos temas, haya prestado alguna atención a todo lo expuesto en estas páginas, es probable que se pregun­te por el grado de aceptación de la nueva lectura del IA en España, o más exactamente en lo que era la Hispania romana. Esa es otra historia. Digamos sim­plemente que, aunque no falten escépticos y contra­dictores, la situación es bastante más favorable. El tema ha sido objeto de una comunicación en el Tercer Congreso de Arqueología Peninsular (Vila Real, Por­tugal, septiembre de 1999)21

21 Actas publicadas en 2000 por la Associa<¡:áo para o Desenvolvimento da Coopera1;ao em Arqueología Pensinular (ADECAP).