El Cuento de Hadas

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  • El irresistible cuento de hadasHistoria cultural y social de un gnero

    ornEspacios para la Lectura

  • Primera edicin en ingls, Primera edicin en espaol,

    Zipes, Jack El irresistible cuento de hadas : historia cultural y social de un gne-ro. - 1a ed. - Ciudad Autnoma de Buenos Aires : Fondo de Cultura Econmica, 2014. 401 p. ; 21x14 cm. - (Espacios para la Lectura)

    Traducido por: Silvia Villegas ISBN 978-987-719-003-8

    1. Estudios Literarios. 2. Historia de la Literatura. I. Villegas, Silvia, trad.

    CDD 809

    Vieta de portada: Juan Pablo FernndezIlustracin de tapa: fragmento de ilustracin de Harry Clarke en Th e Fairy Tales of Charles Perrault, Londres, Harrap, 1922

    Edicin: Fabiana Blanco y Mariana ReyFormacin: Silvana Ferraro

    Ttulo original: Th e Irresistible Fairy Tale. Th e Cultural and Social History of a GenreISBN de la edicin original: ---- , Princeton University Press

    D.R. , Fondo de Cultura Econmica de Argentina, S.A.El Salvador ; CBQE Buenos Aires, [email protected] / www.fce.com.arCarr. Picacho Ajusco ; Mxico D.F.

    ISBN: ----

    Comentarios y sugerencias: [email protected]

    Fotocopiar libros est penado por la ley.

    Prohibida su reproduccin total o parcial por cualquiermedio de impresin o digital, en forma idntica, extractadao modifi cada, en espaol o en cualquier otro idioma,sin autorizacin expresa de la editorial.

    Impreso en Argentina Printed in ArgentinaHecho el depsito que marca la ley .

  • El irresistible cuento de hadasHistoria cultural y social de un gnero

    orn

    Jack Zipes

    Traduccin deSilvia Villegas

    orn

    FONDO DE CULTURAECONMICA

  • Como fuente primaria de informacin, instrumento bsico de comu-nicacin y herramienta indispensable para participar socialmente o construir subjetividades, la palabra escrita ocupa un papel central en el mundo contemporneo. Sin embargo, la refl exin sobre la lectura y la escritura generalmente est reservada al mbito de la didctica o de la investigacin universitaria.

    La coleccin Espacios para la Lectura quiere tender un puente en-tre el campo pedaggico y la investigacin multidisciplinaria actual en materia de cultura escrita, para que maestros y otros profesionales dedicados a la formacin de lectores perciban las imbricaciones de su tarea en el tejido social y, simultneamente, para que los inves-tigadores se acerquen a campos relacionados con el suyo desde otra perspectiva.

    Pero en congruencia con el planteamiento de la centralidad que ocupa la palabra escrita en nuestra cultura tambin pretende abrir un espacio en donde el pblico en general pueda acercarse a las cuestiones relacionadas con la lectura, la escritura y la formacin de usuarios activos de la lengua escrita.

    Espacios para la Lectura es pues un lugar de confl uencia de distintos intereses y perspectivas y un espacio para hacer pblicas realidades que no deben permanecer solo en el inters de unos cuan-tos. Es, tambin, una apuesta abierta en favor de la palabra.

    orn

  • ndice

    Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

    i. La evolucin cultural de la narracin y los cuentos de hadas: la comunicacin humana y la memtica . . . . .

    ii. El cuento de hadas en la evolucin de la cultura . . . . . . iii. La remake de Barba Azul o el adis a Perrault . . . . . . iv. La bruja como hada/el hada como bruja:

    las insondables Baba Yagas . . . . . . . . . . . . . . . . . v. Cuentos de inocentes heronas perseguidas

    y sus ignoradas narradoras y recopiladoras . . . . . . . . vi. Giuseppe Pitr y los grandes recopiladores

    de cuentos folclricos del siglo xix . . . . . . . . . . . . . vii. Choques de cuentos de hadas o la explosin

    de un gnero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Apndice A

    Erudicin sensacionalista: una nueva historia de los cuentos de hadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

    Apndice BErudicin reduccionista: una nueva defi nicin del cuento de hadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

    Bibliografa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Referencias de ilustraciones . . . . . . . . . . . . . . . . . ndice de nombres y conceptos . . . . . . . . . . . . . . . .

  • A Klaus Doderer, amigo y mentor

  • Prefacio

    En los ltimos cincuenta aos, el estudio acadmico de los cuentos folclricos orales y los cuentos de hadas literarios ha fl orecido en todo el mundo y parece haberse difundido de ma-nera proporcional al auge irresistible de los cuentos de hadas en todos los mbitos culturales y comerciales. Si bien muchos enfo-ques de ambos tipos de cuento han adoptado posiciones enfren-tadas y aunque las universidades han eliminado muchos pro-gramas dedicados al folclore, se ha mantenido por lo general una actitud pacfi ca, si no tolerante, entre las posturas antag-nicas dentro del mundo acadmico. Nadie presumi jams de saber todo sobre el cuento maravilloso oral ni sobre el cuento de hadas literario. De hecho, la mayora de los folcloristas y cr-ticos literarios ha coincidido en gran medida en que el cuento de hadas surgi de las tradiciones orales y en que la historia de los tipos de cuentos relacionados con los de hadas es muy com-pleja y no puede reducirse a explicaciones simples o positivis-tas. La diversidad de enfoques acadmicos sobre los cuentos populares y de hadas ha enriquecido, en trminos generales, los campos de la antropologa, la literatura comparada, los es-tudios culturales, la literatura infantil, la psicologa, la fi loso-fa, entre otros. Si existe un gnero que ha cautivado la imagi-nacin de todo tipo de gente en el mundo entero, este es, sin duda, el cuento de hadas. Sin embargo, an nos resulta muy difcil comprender cmo surgi, evolucion y se difundi, y por qu tiene un atractivo irresistible para tanta gente, inde-pendientemente de la forma que adopte.

  • En mi caso personal, en los ltimos cuarenta aos he tra-tado de forjar un vnculo mayor con las ciencias sociales y na-turales para explicar el irresistible e inexplicable atractivo del cuento de hadas. He intentado, en particular, ampliar mi pro-pio enfoque sociopoltico sobre este y he explorado nuevos avances en la psicologa evolutiva, la antropologa cultural, la biologa, la memtica, la fi losofa cognitiva y la lingstica. En trminos generales, me he propuesto demostrar que la evolu-cin histrica de la narracin refl eja los esfuerzos de los seres humanos en el mundo entero por adaptarse a entornos natu-rales y sociales cambiantes. La evolucin cultural del cuento de hadas tiene un estrecho vnculo histrico con todos los ti-pos de narracin y los diferentes procesos civilizadores que han afi anzado la formacin de los Estados nacin.

    No creo en la nocin de progreso ni en que se llegue a una mayor comprensin de las artes en virtud de avances tecnol-gicos y mayores procesos civilizadores racionalizados. Pero s creo en la evolucin, la adaptacin, la innovacin y la trans-formacin que es posible distinguir en diversos patrones cul-turales y que se remontan a sociedades antiguas muy previas al surgimiento de los Estados nacin. Me fascinan la mediacin de la escritura, la imprenta, las artes visuales (la pintura y la ilustracin), la electrnica, la fotografa, el cine e Internet, que le han dado al cuento de hadas la posibilidad de cambiar y am-pliarse de maneras inusuales e innovadoras. En este sentido, he investigado la forma en que la nocin de memes postulada por Richard Dawkins podra resultar til para explicar la re-plicacin, evolucin y difusin de los cuentos folclricos y de hadas. Otros tericos de la evolucin cultural tambin han in-fl uido en mi trabajo.

    En , publiqu Why Fairy Tales Stick. Th e Evolution and Relevance of a Genre [Por qu persisten los cuentos de hadas. Evolucin y relevancia de un gnero]. All plante que el desa-

  • rrollo de los cuentos de hadas se basa en las tradiciones orales que surgen de las disposiciones biolgicas y culturales de los se-res humanos. Desde su publicacin, han aparecido en un breve lapso numerosos estudios importantes dedicados a la evolucin cultural, los memes, la socionarratologa, los orgenes de la na-rracin y la historia de los cuentos de hadas. Estos estudios in-fl uyen en nuestra comprensin de su naturaleza y su historia. En su mayor parte, han reforzado mi idea de que no podemos explicar el inexplicable cuento de hadas, pero podemos llegar a comprender cmo y por qu ha evolucionado en las tradiciones oral y literaria y por qu nos sentimos impulsados y obligados a usarlo para encontrarle sentido a nuestra vida.

    En cierta manera, vivimos y respiramos cuentos de hadas, o como postula reiteradamente Arthur Frank en su inspirador libro Letting Stories Breathe. A Socio-Narratology [Dejar respi-rar a los cuentos. Socionarratologa], ellos tienen vida propia, que luego nosotros personifi camos. Si bien el cuento de hadas como lo entendemos hoy no exista cuando hace miles de aos los seres humanos desarrollaron la capacidad de hablar, comu-nicarse y contar, haba, ciertamente, simientes lingsticas me-tafricas en sus comunicaciones, que contribuyeron a la for-macin gradual de los cuentos maravillosos orales. Este libro investiga la historia de las mediaciones que les han permitido a las simientes de los cuentos de hadas fl orecer y desarrollarse hasta convertirse en uno de los gneros culturales ms irresis-tibles y al mismo tiempo ms inexplicables del mundo. Mi li-bro responde tambin a ciertos esfuerzos acadmicos deplo-rables que han procurado ignorar sus races orales y reducirlo a un gnero que privilegia la palabra impresa por sobre la ora-lidad. He realizado una revisin crtica de estas obras en los dos apndices para que mi postura quede expuesta con fi rmeza y claridad, porque creo que es importante no guardar silencio cuando se difunden ideas engaosas como si fueran hechos.

  • El primer captulo, La evolucin cultural de la narracin y los cuentos de hadas: la comunicacin humana y la memtica, ampla lo presentado en mis libros ms recientes Why Fairy Ta-les Stick y Relentless Progress [Progreso implacable], e incluye la nueva investigacin realizada por Michael Tomasello, Mi-chael Trout, Kate Distin, Arthur Frank y otros acadmicos in-teresados en los enfoques interdisciplinarios de la evolucin cultural. Aclara por qu y cmo se crearon y se contaron los cuentos de hadas y formaron la base de la cultura. En mi opi-nin, los cuentos orales fueron imitados y reproducidos en la antigedad como memes hasta llegar a formar la fi bra de la cul-tura y la tradicin. Las taxonomas del siglo xix fueron esta-blecidas para responder a los rasgos reconocibles de los cuen-tos tanto como para organizar y ordenar los tipos de historias. Los gneros modernos se originaron durante la Ilustracin y son bsicamente instituciones sociales que han defi nido arte-factos y patrones culturales, los han dividido racionalmente en disciplinas y han establecido reglas para su estudio. Los cuen-tos de hadas escapan a tales defi niciones y categorizaciones.

    El segundo captulo, El cuento de hadas en la evolucin de la cultura, est centrado en la importancia de madame Cathe-rine-Anne dAulnoy y de los escritores franceses de cuentos de hadas de la dcada de . Demuestra cmo la oralidad se combin con la literatura hasta llegar a formar la base de la mayor parte, si no de la totalidad, de las formas narrativas bre-ves que la palabra escrita tom para s y adapt. Sostengo que la oralidad sigue siendo de suma relevancia para la creacin y difusin de los cuentos de hadas.

    El tercer captulo, La remake de Barba Azul o el adis a Perrault, postula que la apropiacin flmica que hiciera Cathe-rine Breillat de Barba Azul de Charles Perrault es parte de un proceso memtico que implica imitacin, innovacin y transformacin. Su interpretacin del cuento de Perrault es un

  • desafo y, si bien intenta remplazar su versin por una doble interpretacin, destaca tambin su importancia y demuestra cmo todos los cuentos sobre Barba Azul son parte de un pro-ceso discursivo singular dentro del gnero mayor del cuento de hadas. Es llamativo que tanto Perrault como Breillat se ha-yan convertido en meras pautas en la historia evolutiva de un tipo de cuento acerca de los asesinatos en masa que contina respirando y reclamando nuestra atencin mediante estmu-los supernormales.

    El cuarto captulo, La bruja como hada/el hada como bruja: las insondables Baba Yagas, est centrado en la evolucin his-trica de los cuentos sobre brujas como Baba Yaga. Numero-sas antroplogas feministas y crticos literarios han estudiado la manera en que las brujas de los cuentos folclricos y de ha-das eran en realidad reutilizaciones patriarcales de antiguas diosas. Reexamino sus teoras para comprender cmo se rela-cionan las brujas con las hadas, cmo fueron demonizadas las brujas y cmo se difundieron y adaptaron los cuentos para re-forzar los estereotipos dominantes sobre las mujeres.

    El quinto captulo, Cuentos de inocentes heronas persegui-das y sus ignoradas narradoras y recopiladoras, est dedicado a una categora de cuentos folclricos y de hadas del siglo xix tan signifi cativo como deliberadamente ignora do que me-rece mayor atencin: los que han sido relatados, recopilados y escritos por mujeres. Casi nadie esto incluye a folcloristas y estudiosos de los cuentos de hadas tiene informacin sobre los cuentos de Laura Gonzenbach, Boena Nmcov, Nannette Lvesque ni Rachel Busk, a pesar de los grandes avances en

    Vase Deirdre Barrett, Supernormal Stimuli. How Primal Urges Overran their Evolutio-nary Purpose, Nueva York, W. W. Norton, . Barrett observa: La biologa animal de-sarroll un concepto que es crucial para la comprensin de los problemas que crean los instintos cuando son desconectados de su entorno natural, el del estmulo supernormal []. La esencia del estmulo supernormal es que la intencin exagerada puede ejercer una atraccin mayor que lo real (p. ).

  • los estudios de gnero que llevaron al redescubrimiento de importantes escritoras europeas de cuentos de hadas desde el siglo xvii hasta la actualidad. Los cuentos de Gonzenbach, Nmcov, Lvesque y Busk no solo son pertinentes por lo que revelan sobre las creencias y costumbres de ciertas comuni-dades especfi cas en el siglo xix y sobre el rol de las mujeres; tambin son valiosos en el estudio del folclore para aclarar los aspectos problemticos de la cultura oral y la literaria as como la interpretacin de ciertos personajes, como la inocente he-rona perseguida.

    Giuseppe Pitr y los grandes recopiladores de cuentos fol-clricos del siglo xix, el captulo vi, contina examinando cuentos y recopiladores de cuentos folclricos, ignorados hasta hoy. Analiza la importancia de las colecciones en Alemania, Francia, Italia y otros pases europeos, que llevaron a un ma-yor inters cultural por el folclore. Entre los folcloristas desta-cados de la segunda mitad del siglo xix, decid dedicarle un tratamiento ms extenso a la coleccin de Pitr, porque es re-presentativa del trabajo de los folcloristas en general y revela tanto la profundidad de la tradicin oral como los motivos que llevaron a los profesionales de clase media a examinar los cuen-tos que provenan de la gente comn.

    El captulo vii, Choques de cuentos de hadas o la explo-sin de un gnero, ampla la discusin de la contribucin de las mujeres al gnero, centrndose en dibujos, pinturas, escul-turas y fotografas contemporneas referidas a cuentos de ha-das que, en su totalidad, revelan la manera en que este gnero se ha ampliado hasta llegar a incluir otras formas de arte. Lo interesante acerca de las obras de arte referidas a cuentos de hadas es que ofrecen una metacrtica de las versiones impre-sas cannicas. No es casual que hayan cobrado nueva vida con el surgimiento del feminismo en los aos setenta, un fervor por el cambio que perdura hasta el presente. Ciertamente, el

  • cambio siempre conduce a confl ictos y los cuentos de hadas se han visto involucrados en todo tipo de batallas.

    Las interpretaciones y los debates sobre esta materia se han basado siempre en diferencias ideolgicas y en los intereses creados de intelectuales y sus objetivos. La historia tal como la conocemos siempre est escrita por los victoriosos y por go-bernantes que permiten una cierta medida de disenso, o bien lo que Herbert Marcuse llamara tolerancia represiva. En el pasado remoto, quienes saban leer y escribir estaban al servi-cio de victoriosos y gobernantes y no se interesaban por la cul-tura de la gente comn, cuyas historias y relaciones sociales eran ignoradas o dejadas de lado. Sabemos poco y proba-blemente nunca sabremos ms de lo que sabemos ahora acerca de la variedad de cuentos maravillosos que la gente ha contado en todo el mundo desde los tiempos paganos hasta el presente. Pero debemos asumir que, de hecho, contaron mi-llones de cuentos y siguieron contndolos aun despus de la invencin de la imprenta, como han revelado las numerosas colecciones de los siglos xix y xx. Si los acadmicos no se dig-nan a mirarlas y a escuchar las prcticas comunes de la mayo-ra de las personas, parecer que en el transcurso de la historia la gente era muda y no contaban activamente sus propios cuen-tos, que incluan los motivos milagrosos y mgicos que for-maron la base de los cuentos maravillosos orales y los de ha-das literarios. Afortunadamente, los folcloristas pioneros del siglo xix abrieron sus ojos y sus odos y comenzaron a preser-var las ricas tradiciones narrativas del pueblo.

    Quisiera destacar aqu que no me propongo dar una visin romntica del pueblo. Como Alan Dundes, el gran folclorista estadounidense, le dijo una vez a una audiencia de estudiantes de clase media: Nosotros somos el pueblo. Somos parte del pueblo. La formacin de clases no excluye el intercambio en-tre clases y la transmisin de artefactos culturales por medio

  • de la oralidad y otras formas de comunicacin. Los patrones culturales y sociales dependen de tipos variados y complejos de participacin de clase que deben estudiarse cuidadosamente. La oralidad, es decir, la transmisin oral de cuentos, siempre nos ha vinculado y sigue siendo efectiva en los medios masi-vos, en nuestros hogares y escuelas y en las esferas pblicas. En cierto modo, los cuentos de hadas han tenido un lugar de pri-vilegio en los procesos culturales y civilizadores de las socieda-des en el mundo entero. Se han convertido en un rasgo natural de nuestras vidas cotidianas. Cmo y por qu llegaron a serlo? Qu es lo que los hace tan irresistibles? Cmo operan mem-ticamente en la evolucin cultural? Me propongo abordar estas cuestiones relevantes y algunas otras, ofrecer hiptesis de tra-bajo que tengan en cuenta la vida social y la teora, sin propor-cionar explicaciones defi nitivas sobre la historia de los cuentos de hadas.

    orn

  • I. La evolucin cultural de la narracin y los cuentos de hadas:

    la comunicacin humana y la memtica

    Hasta la ms simple y esttica de las culturas humanas es un motor de ingeniosa infl uencia mutua y de cambio. Ade-ms, la cultura humana preserva, por lo menos en forma oral, registros histricos, imaginarios o reales, expresados en una lengua humana. El pasado est presente en la con-ciencia en cierta medida hasta en las sociedades ms sim-ples, y las discusiones de acontecimientos pasados na-rrando, a veces con caractersticas dramticas, comentando la narracin, rebatiendo hechos o razonamientos o cons-truyendo conjuntamente una serie de cuentos ocuparon ms de una velada durante quiz trescientos mil aos, aunque no durante millones de aos anteriores. Y mien-tras nuestros antecesores discutan, muchas comunidades de simios en los bosques no muy lejanos hacan sus nidos tradicionales, de hecho y se iban a dormir. Los ni-cos simios modernos que han aprendido el lenguaje lo han aprendido de maestros humanos, y ninguno de sus equivalentes salvajes presenta algo similar. Aun si sus men-tes preservan algo de historia privada de manera indivi-dual, es difcil pensar cmo podran tener una historia colectiva sin la posibilidad de relatarla a los dems y a sus hijos. Todas las culturas humanas tienen la posibilidad de hacerlo, lo hacen, de hecho, y probablemente tienen tam-bin la necesidad de hacerlo.

    Melvin Konner, Th e Evolution of Childhood [La evolucin de la infancia],

  • Puede ser que los cuentos no respiren de manera real, pero pueden dar vida. El aliento que les adjudica el ttulo de este libro es el aliento de un dios en los cuentos sobre la creacin, cuando ese dios le da vida al puado de tierra que se convertir en un ser humano. Los cuentos dan vida a la existencia humana, esa es su tarea. Los cuentos actan con la gente, para la gente; los cuentos siempre ac tan so-bre la gente, afectando lo que la gente puede percibir como real, como posible, como digno de hacerse o de evitarse. Qu es lo que tienen los cuentos cules son sus pecu-liaridades que les permite operar de esa manera? Lo que est en juego en esta pregunta es ms que simple cu-riosidad, porque la vida humana depende de los cuentos que contemos: el sentido de identidad que ellos imparten, las relaciones construidas en torno a cuentos comparti-dos y el sentido de un objetivo que las historias proponen y excluyen.

    Arthur Frank, Letting Stories Breathe [Dejar respirar a los cuentos],

    Si bien es imposible rastrear los orgenes histricos y la evolu-cin de los cuentos de hadas hasta un momento y lugar espe-cfi cos, sabemos, de hecho, que los seres humanos comenzaron a contar cuentos apenas hubieron desarrollado la capacidad de habla. Pueden incluso haber utilizado el lenguaje de seas an-tes de que se originara el lenguaje oral, para comunicar infor-macin que era vital para la adaptacin al medio ambiente. Estas unidades de informacin formaron de manera gradual la base de narraciones que les permitieron a los seres humanos aprender acerca de s mismos y de los mundos que habitaban.

    Vase Jean-Louis Dessalles, Why We Talk. Th e Evolutionary Origins of Language, trad. ing. de James Grieve, Oxford, Oxford University Press, , pp. -.

  • Estos relatos informativos no recibieron ttulo alguno. Se con-taban simplemente para marcar un acontecimiento, dar un ejemplo, advertir sobre un peligro, obtener alimentos, o expli-car lo que pareca inexplicable. La gente relataba historias para comunicar conocimiento y experiencia en contextos sociales.

    Si bien muchas historias antiguas podran parecernos m -gicas, milagrosas, fantasiosas, supersticiosas o irreales, la gente las crea; esta gente no era ni es muy diferente de la gente que hoy cree en religiones, milagros, cultos, naciones y nociones como la de democracias libres, que tienen poco fundamento en la rea-lidad. En verdad, las historias religiosas y patriticas tienen ms en comn con los cuentos de hadas de lo que percibimos, ex-cepto por el hecho de que estos ltimos tienden a ser seculares y no se basan en un sistema prescriptivo de creencias ni en c-digos religiosos. Los cuentos de hadas estn imbuidos de la dis-posicin humana a la accin, a transformar el mundo y hacerlo ms adaptable a las necesidades del ser humano, mientras que al mismo tiempo tratamos de cambiar y de adecuarnos ms al mun- do. Por lo tanto, ya sean escritos, orales o cinematogrfi cos, siem-pre han estado centrados en encontrar instrumentos mgicos, tecnologa extraordinaria o personas y animales poderosos que les permitan a los protagonistas transformarse a s mismos junto con el medio ambiente hacindolo ms apropiado para vivir en paz y satisfaccin. Los cuentos de hadas comienzan con un con-fl icto, porque todos comenzamos nuestra vida con un confl icto. No estamos adaptados al mundo y debemos encontrar la manera de adaptarnos, adaptarnos a las dems personas; debemos in-ventar o encontrar el mtodo, a travs de la comunicacin, de satisfacer y resolver los deseos e instintos en confl icto.

    Los cuentos de hadas tienen sus races en la tradicin oral y, como mencionamos antes, nunca recibieron ttulos ni existie-ron en la forma en que se los cuenta, imprime, graba, acta, fi lma y confecciona hoy. Los folcloristas suelen hacer una dis-

  • tincin entre cuentos folclricos maravillosos, que se origina-ron en las tradiciones orales del mundo entero, y los cuentos de hadas literarios, que procedieron de las tradiciones orales con la mediacin de los manuscritos y la imprenta, y cuya creacin contina en diversas formas mediadas en todo el mundo. Tanto en la tradicin oral como en la literaria, los ti-pos de cuentos que surgieron bajo la infl uencia de patrones culturales son tan numerosos y diversos que es casi imposible defi nir un cuento maravilloso o un cuento de hadas o expli-car la relacin entre am bos modos de comunicacin. Hay ca-tlogos de tipos de cuentos que resultan de utilidad, adems de enciclopedias de cuentos de hadas como Th e Types of the Folktale [Tipos de cuentos folclricos] (), de Antti Aarne y Stith Th ompson, revisado en por Hans-Jrg Uther [atu]; mi Oxford Companion to Fairy Tales [Gua Oxford de cuentos de hadas] (); Ariadnes Th read. A Guide to International Tales Found in Classical Literature [El hilo de Ariadna. Gua de cuentos internacionales en la literatura clsica] (), de Wi-lliam Hansen; Greenwood Encyclopedia of Folk Tales and Fairy Tales [Enciclopedia Greenwood de cuentos folclricos y de ha-das] (), de Donald Haase; y el valioso proyecto Enziklop-die des Mrchens [Enciclopedia de cuentos de hadas], comen-zado en y que no se ha completado an. Sin embargo, a pesar del valor de estas obras, la intrincada relacin entre los cuentos de hadas y los folclricos y su compleja evolucin son difciles de captar y defi nir. De hecho, los cuentos orales y los literarios conforman conjuntamente un gnero inmenso y com-plejo porque existe entre ellos una dependencia indisoluble.

    Esta es la razn por la cual, en este libro, uso el trmino mo-derno cuento de hadas para incluir la tradicin oral como pro-genitora fundamental del gnero y tratar de explicar el inexpli-cable cuento de hadas, as como su evolucin y difusin. En otras palabras, el uso que hago aqu del trmino se refi ere a la relacin

  • simbitica entre la corriente oral y la literaria, aun si establezco a veces distinciones histricas en cuanto a la mediacin y recep-cin de los diferentes tipos de cuentos. Al centrarme en la inte-raccin entre diversas formas de mediacin del cuento de hadas, me propongo refutar dicotomas intiles como versin impresa versus versin oral que todava promueven algunos acadmicos para pintar una historia errnea del gnero. Quiero tambin ex-plorar las teoras ms sofi sticadas e innovadoras de la narracin, la evolucin cultural, la comunicacin humana y la memtica, y ver as cmo nos pueden ayudar a comprender el motivo de nues-tra predisposicin a los cuentos de hadas y la manera en que les infunden vida a nuestras empresas cotidianas.

    En su libro ms reciente, Letting Stories Breathe, Arthur Frank destaca que los cuentos incluyen capacidades que debe-mos considerar para articular y discutir cuestiones problem-ticas en nuestra vida. Frank sostiene que no desea interpretar-los. Ms bien, usa diferentes tipos de narraciones para explicar las aserciones y premisas operativas de la socionarratologa. No le interesa interpretarlos, porque los crticos tienden a usar la heurstica y las metodologas crticas para establecer los sig-nifi cados de los cuentos. Frank quiere analizar la manera en que funcionan centrndose en el modo en que dialogan entre s, con las experiencias de la gente y con las sociedades. Las ideas de Frank sobre narratologa dialgica tienen por fuente al crtico ruso Mijal Bajtn, que elabor principios de fi loso-fa dialgica en sus numerosas obras. Para Frank, es clave la

    Vanse, por ejemplo, Ruth Bottigheimer, Fairy Tales. A New History, Albany, State University of New York, , y Willem de Blcourt, Tales of Magic, Tales of Print, Man-chester, Manchester University Press, . Estos libros se discuten con mayor detalle en los apndices.

    Arthur Frank, Letting Stories Breathe. A Socio-Narratology, Chicago, University of Chicago Press, .

    Vanse, por ejemplo, Mijal Bajtn, Th e Dialogic Imagination. Four Essays, ed. de Mi-chael Holquist, trad. ing. de Caryl Emerson, Austin, University of Texas Press, [trad. esp.: Teora y esttica de la novela, Madrid, Taurus, ], y Problems of Dostoyevskys Poetics,

  • nocin de que todos los enunciados son dialgicos en esencia porque dependen de la interaccin de signifi cados diversos y a veces opuestos. Es importante tener en cuenta tambin que todo uso del lenguaje es producto de fuerzas sociales en con-fl icto que generan reinterpretacin permanente.

    Dada la naturaleza dialgica del lenguaje y la forma en que lo usamos para crear narraciones que nos caracterizan, Frank establece las siguientes premisas:

    . Los cuentos no les pertenecen a los cuentistas ni a los oyen-tes, porque todos ellos son nuevos ensamblajes de fragmen-tos tomados en prstamo y dependen de fuentes narrativas compartidas.

    . Los cuentos no solo contribuyen a la construccin de nuestra identidad narrativa, tambin tejen los hilos de las relaciones sociales y producen vida social.

    . Los cuentos tienen ciertas capacidades distintivas que les per-miten hacer lo que mejor hacen, y pueden ser entendidos como tipos o gneros narrativos. Si bien se distinguen unos de otros, los gneros de los cuentos son interdependientes, ya que no existe un gnero puro y todos los tipos de cuentos tie-nen una relacin simbitica entre s.

    . La socionarratologa alienta una forma dialgica de interpre-tacin, de modo tal que puedan escucharse todas las voces y la historia quede as abierta a diversas interpretaciones y usos posibles.

    . La socionarratologa, aunque es siempre relacional en cuanto reconoce que todos las partes actan, le presta mayor aten-cin a la accin que ejercen los cuentos. Analiza cmo respi-

    ed. y trad. de Caryl Emerson, Minepolis, University of Minnesota Press, [trad. esp.: Problemas de la potica de Dostoievski, trad. de Tatiana Bubnova, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, ].

    Arthur Frank, Letting Stories Breathe, op. cit., p. .

  • ran al inspirar, reunir, entretener y esclarecer a la gente, pero tambin engaarla y dividirla.

    . El anlisis exige que aprendamos de los cuentistas. La ense-anza fundamental de los cuentistas es que aprenden a traba-jar con historias que no les pertenecen, sino que estn all, como realidades. Los cuentistas magistrales saben que los cuentos respiran.

    Entre los cuentos que respiran, los cuentos de hadas son ni-cos, pero no independientes, as como la mayora de los gne-ros son nicos en algn sentido, pero interdependientes. Para comprender el carcter nico de aquellos y su impacto en nues-tras vidas, debemos discutir primero los orgenes del lenguaje y su evolucin, porque una vez que una pltora de cuentos co-menz a circular por las sociedades de todo el mundo, llev en s la simiente de los cuentos de hadas, que, irnicamente, eran cuentos sin hadas en un principio, formados a partir de la me-tfora y la metamorfosis y por la tendencia humana a comuni-car experiencias relevantes. Estos cuentos primitivos les dieron a los seres humanos la posibilidad de inventar y reinventar sus vidas; crear y recrear dioses, poderes divinos, hadas, demonios, parcas, monstruos, brujas y otros personajes y fuerzas sobre-naturales. Y hay otro mundo que est muy vivo en los cuentos de hadas, gracias a nuestra condicin de cuentistas.

    La comunicacin humana y los orgenes de los cuentos de hadas y otros gneros

    Es imposible ubicar y estudiar la historia de los cuentos y la evolucin de los gneros, porque la gente comenz a hablar y

    Ibid., p. . Ibid., p. .