149
EL ARTE DE AMAR OVIDIO

El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

O V I D I O

Page 2: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

3

LIBRO PRIMERO

Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte deamar, lea mis páginas, y ame instruido por sus ver-sos. El arte impulsa con las velas y el remo las lige-ras naves, el arte guía los veloces carros, y el amorse debe regir por el arte. Automedonte sobresalía enla conducción de los carros y el manejo de las flexi-bles riendas; Tifis acreditó su maestría en el gobier-no de la nave de los Argonautas; Venus me haescogido por el confidente de su tierno hijo, y espe-ro ser llamado el Tifis y el Automedonte del amor.Éste en verdad es cruel, y muchas veces experi-menté su enojo; pero es niño, y apto por su cortaedad para ser guiado. La cítara de Quirón educó aljovenzuelo Aquiles, domando su carácter feroz conla dulzura de la música; y el que tantas veces intimi-dó a sus compañeros y aterró a los enemigos, dícese

Page 3: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

4

que temblaba en presencia de un viejo cargado deaños, y ofrecía sumiso al castigo del maestro aque-llas manos que habían de ser tan funestas a Héctor.Quirón fué el maestro de Aquiles, yo lo seré delamor: los dos niños temibles y los dos hijos de unadiosa. No obstante, el toro dobla la cerviz al yugodel arado y el potro generoso tiene que tascar el fre-no; yo me someteré al amor, aunque me destroce elpecho con sus saetas y sacuda sobre mí sus antor-chas encendidas.

Cuanto más riguroso me flecha y abrasa con sinpar violencia, tanto más brío me infunde el anhelode vengar mis heridas.

Yo no fingiré, Apolo, que he recibido de ti estaslecciones, ni que me las enseñaron los cantos de lasaves, ni que se me apareció Clío con sus hermanasal apacentar mis rebaños en los valles de Ascra. Laexperiencia dicta mi poema; no despreciéis sus avi-sos saludables: canto la verdad. ¡Madre del amor,alienta el principio de mi carrera! ¡Lejos de mí, te-nues cintas, insignias del pudor, y largos vestidosque cubrís la mitad de los pies! Nosotros cantamosplaceres fáciles, hurtos perdonables, y los versoscorrerán limpios de toda intención criminal.

Page 4: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

5

Joven soldado que te alistas en esta nueva mili-cia, esfuérzate lo primero por encontrar el objetodigno de tu predilección; en seguida trata de intere-sar con tus ruegos a la que te cautiva, y en tercerlugar, gobiérnate de modo que tu amor viva largotiempo. Éste es mi propósito, éste el espacio pordonde ha de volar mi carro, ésta la meta a la quehan de acercarse sus ligeras ruedas.

Pues te hallas libre de todo lazo, aprovecha laocasión y escoge a la que digas: «Tú sola me places.»No esperes que el cielo te la envíe en las alas delCéfiro; esa dicha has de buscarla por tus propiosojos. El cazador sabe muy bien en qué sitio ha detender las redes a los ciervos y en qué valle se es-conde el jabalí feroz. El que acosa a los pájaros, co-noce los árboles en que ponen los nidos, y elpescador de caña, las aguas abundantes en peces.Así, tú, que corres tras una mujer que te profesecariño perdurable, dedícate a frecuentar los lugaresen que se reunen las bellas. No pretendo que en supersecución des las velas al viento o recorras lejanastierras hasta encontrarla; deja que Perseo nos traigasu Andrómeda de la India, tostada por el sol, y elpastor de Frigia robe a Grecia su Helena; pues Ro-ma te proporcionará lindas mujeres en tanto núme-

Page 5: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

6

ro, que te obligue a exclamar: «Aquí se hallan reuni-das todas las hermosuras del orbe.» Cuantas miesesdoran las faldas del Gárgaro, cuantos racimos llevanlas viñas de Metimno, cuantos peces el mar, cuantasaves los árboles, cuantas estrellas resplandecen en elcielo, tantas .jóvenes hermosas pululan en Roma,porque Venus ha fijado su residencia en la ciudadde su hijo Eneas.

Si te cautiva la frescura de las muchachas adoles-centes, presto se ofrecerá a tu vista alguna virgencandorosa; si la prefieres en la flor de la juventud,hallarás mil que te seduzcan con sus gracias, vién-dote embarazado en la elección; y si acaso te agradala edad juiciosa y madura, créeme, encontrarás deéstas un verdadero enjambre. Cuando el sol quemelas espaldas del león de Hércules, paséate despacio ala sombra del pórtico de Pompeyo, o por la opu-lenta fábrica de mármol extranjero que publica lamunificencia de una madre añadida a la de su hijo, yno olvides visitar la galería, ornada de antiguas pin-turas, que levantó Livia, y por eso lleva su nombre.Allí verás el grupo de las Danaides que osaron ma-tar a los infelices hijos de sus tíos, y a su feroz pa-dre, con el acero desnudo. No dejes de asistir a lasfiestas de Adonis, llorado por Venus, ni a las del

Page 6: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

7

sábado que celebran los judíos de Siria, ni pases delargo por el templo de Menfis que se alzó a la terne-ra vendada con franjas de lino; Isis convierte a mu-chas en lo que ella fué para Jove.

Hasta el foro, ¿quién lo creerá?, es un cómplicedel amor, cuya llama brota infinitas veces entre laslides clamorosas. En las cercanías del marmóreotemplo consagrado a Venus surge el raudal de lafuente Appia con dulcísimo murmullo, y allí milveces se dejó prender el jurisconsulto en las amoro-sas redes, y no pudo evitar los peligros de que de-fendía a los demás; allí, con frecuencia, el oradorelocuente pierde el don de la palabra: las nuevasimpresiones le fuerzan a defender su propia causa; yVenus, desde el templo vecino, se ríe del desdicha-do que siendo patrono poco ha, desea convertirseen cliente; pero donde has de tender tus lazos sobretodo es en el teatro, lugar muy favorable a la conse-cución de tus deseos. Allí encontrarás más de una aquien dedicarte, con quien entretenerte, a quienpuedes tocar, y por último poseerla. Como las hor-migas van y vuelven en largas falanges cargadas conel grano que les ha de servir de alimento, y las abejasvuelan a los bosques y prados olorosos para libar eljugo de las flores y el tomillo, así se precipitan en los

Page 7: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

8

espectáculos nuestras mujeres elegantes en tal nú-mero, que suelen dejar indecisa la preferencia. Másque a ver las obras representadas, vienen a ser ob-jeto de la pública expectación, y el sitio ofrece milpeligros al pudor inocente.

¡Oh Rómulo, tú fuiste el primero que alborotólos juegos escénicos con la violencia, cuando elrapto de las Sabinas regocijó a tus soldados, quecarecían de mujeres! Entonces los toldos no pen-dían sobre el marmóreo teatro, ni enrojecía la esce-na el líquido azafrán; con el ramaje que brindaba laselva del Palatino, dispuesto sin arte, levantábase elrústico tablado; el pueblo se acomodaba en grade-rías hechas de césped, y el follaje cubría de cualquiermodo las hirsutas cabezas. Cada cual, observandoalrededor, señalaba con los ojos la joven que para sícodiciaba, y revolvía muchos proyectos a la calladaen su pecho; y mientras el danzante, a los rudos so-nes de la zampoña toscana, golpea cadencioso tresveces el suelo con los pies, en medio de los aplau-sos, que entonces no se vendían, el rey da a su pue-blo la señal de lanzarse sobre la presa. De súbitosaltan de los asientos, y con clamores que delatan suintención, ponen las ávidas manos en las doncellas.Como la tímida turba de palomas huye las embesti-

Page 8: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

9

das del águila, como la tierna cordera se espanta enpresencia del lobo, así huyen, aterradas, de aquelloshombres sin ley que las acometen, y no hubo unasola que no reflejase la palidez en la cara. El espantofué en todas igual, mas no se manifestó de la mismamanera. Las unas se arrancan los cabellos, las otraspierden el sentido; éstas guardan un sombrío silen-cio, aquéllas llaman a sus madres; quiénes se la-mentan, quiénes quedan embargadas de estupor,algunas permanecen inmóviles y no pocas se dan ala fuga. Las doncellas robadas, presa ofrecida al diosGenio, desaparecen de allí, y el temor multiplicó enmuchas los naturales encantos. Si alguna se resistetenaz a seguir al raptor, éste la coge en brazos, yestrechándola contra el ávido seno, la consuela contales palabras: «¿Por qué enturbias con el llanto tuslindos ojos? Lo que tu padre es para tu madre, esoseré yo para ti.» Rómulo, tú fuiste el único que su-po premiar a los soldados; si me concedes el mismogalardón, me alisto en tu milicia. Desde entoncessigue la costumbre en las funciones teatrales, y hoytodavía son un peligro para las hermosas.

No dejes tampoco de asistir a las carreras de losbriosos corceles; el circo, donde se reúne públicoinnumerable, ofrece grandes incentivos. Allí no te

Page 9: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

10

verás obligado a comunicar tus secretos con el len-guaje de los dedos, ni a espiar los gestos que descu-bran el oculto pensamiento de tu amada. Nadie teimpedirá que te sientes junto a ella y que arrimes tuhombro al suyo todo lo posible; el corto espacio deque dispones te obliga forzosamente, y la 1ey delsitio te permite tocar a gusto su cuerpo codiciado.Luego buscas un pretexto cualquiera de conversa-ción, y que tus primeras palabras traten de cosasgenerales. Con vivo interés pregúntale a quién per-tenecen los caballos que van a correr, y sin vacila-ción toma el partido de aquel, sea el que fuere, quemerezca su favor. Cuando se presenten las imágenesde marfil en la solemne procesión, aplaude con en-tusiasmo a la diosa Venus, tu soberana. Si por acasoel polvo se pega al vestido de la joven, apresúrate aquitárselo con los dedos, y aunque no le haya caídopolvo ninguno, haz como que lo sacudes, y cual-quier motivo te incite a mostrarte obsequioso. Si elmanto le desciende hasta tocar el suelo, recógelo sindemora y quítale la tierra que lo mancha, que bienpronto recabarás el premio de tu servicio, pues consu consentimiento podrás deleitar los ojos al descu-brir su torneada pierna. Además, observa si el quese sienta detrás de vosotros saca demasiado la rodi-

Page 10: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

11

lla y oprime su ebúrnea espalda. La menor distin-ción cautiva a un ánimo ligero. Fué útil a muchoscolocar con presteza un cojín o agitar el aire con elabanico, y deslizar el escabel bajo unos pies delica-dos. El circo brinda estas ocasiones al amor na-ciente, como la arena del foro que entristecen lascontiendas legales. Allí descendió a pelear mil vecesel hijo de Venus, y el que contemplaba las heridasde otro, resultó herido también; y mientras habla,toca la mano del adversario, apuesta por un comba-tiente, y, depositada la fianza, pregunta quién salióvictorioso, solloza al sentir el dardo que se le clavaen el pecho, y, simple espectador del combate, vienea ser una de sus víctimas.

¿Qué espectáculo iguala en lo emocionante alsimulacro de una batalla naval en la que César lanzalas naves de Persia contra las de Atenas? Desde unoy otro mar acuden mozos y doncellas, y el orbe en-tero se da cita en Roma. Entre tanta muchedumbre,¿quién no hallará la mujer de su predilección? ¡Ah,cuántos se dejaran abrasar por una hermosa extran-jera! César se dispone a sojuzgar pronto lo que lefalta del orbe, y pronto serán nuestros los últimosconfines del Oriente. ¡Reino de los parthos, vas asufrir rudo castigo¡ ¡Alborozaos, manes de Craso;

Page 11: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

12

estandartes que, a pesar vuestro, pasasteis a poderde los bárbaros, aquí está vuestro vengador, acredi-tado de insigne caudillo en los primeros encuentros,pues muy joven obtiene victorias no concedidas a lajuventud! ¡Espíritus apocados, no preguntéis el díanatal los dioses: el valor de los Césares se adelantasiempre a la edad, su genio soberano brilló desde lostiernos años, rebelde a los tardíos pasos del creci-miento! Hércules, de niño, ahogó con sus manosdos serpientes, y ya en la cuna se mostró dignovástago de Jove. ¡Tú, Baco, que seduces con tusgracias juveniles, cuán grande apareciste en la India,conquistada por tus tirsos victoriosos! Joven prínci-pe, combatirás alentado por los auspicios y el valorde tu padre, y gracias a los mismos reportarás lavictoria; debes ilustrar con hazañas heroicas tunombre glorioso, y si hoy eres el príncipe de la ju-ventud, luego lo serás de la vejez. Hermano genero-so, venga la injuria de tus hermanos; modelo dehijos, defiende los derechos de tu padre. Tu padre,que lo es también de la patria, te puso las armas enla mano; el enemigo arrebató con violencia el reinoal autor de tus días, pero tus dardos serán sagrados,y las saetas de aquél sacrílegas; la justicia y la piedadcombatirán bajo tus enseñas, y el partho, ya vencido

Page 12: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

13

por su mala causa, lo será asimismo por las armas, ymi joven héroe añadirá a las del Lacio las riquezasdel Oriente. ¡Marte, que eres su padre, y tú, César,su padre también, prestad ayuda al guerrero, ya queuno de vosotros es dios, y el segundo lo será presto!Sí, te lo aseguro: vencerás; yo cantaré los versosofrecidos a tu gloria, y tu nombre resonará en elloscon sublime acento. A punto de combatir, animaráslas huestes con mis palabras, y ojalá no sean indig-nas de tu esfuerzo. Pintaré al partho fugitivo, el bríoanimoso de los romanos, y los dardos que lanza elenemigo, volviendo las riendas de su caballo. Par-tho, si huyes para vencer, ¿qué dejas a los vencidos?Al fin tu Marte te amedrenta con presagios funes-tos. Pronto lucirá el día en que tú, el más hermosode los hombres, aparezcas resplandeciente en el ca-rro de cuatro blancos corceles. Delante de ti cami-narán los jefes enemigos con los cuellos cargados decadenas, sin que puedan, como antes, buscar su sal-vación en la fuga; los jóvenes, al lado de las donce-llas, contemplarán regocijados el espectáculo, y estedía feliz ensanchará todos los corazones. Entonces,si alguna muchacha te pregunta los nombres de losvencidos reyes, y cuáles son las tierras, los montes ylos ríos de las imágenes conducidas en triunfo, res-

Page 13: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

14

ponde a todo, aunque no seas interrogado, y afirmalo que no sabes como si lo supieses perfectamente.Esa imágen con las sienes ceñidas de cañas es elÉufrates; la que sigue, de azulada cabellera, el Tigris;aquélla, la de Armenia; ésta representa la Persia,donde nació el hijo de Dánae; estotra, una ciudadsituada en los valles de Aquemenia; aquél y el demás allá son generales; de algunos dirás los nombresverdaderos, si los conoces, y si no, los que puedanconvenirles.

Las mesas de los festines brindan suma facilidadpara introducirse en el ánimo de las bellas, y pro-porcionan además de los vinos otras delicias. Allí,con frecuencia, el Amor de purpúreas mejillas sujetacon sus tiernos brazos la altiva cabeza de Baco;cuando el vino llega a empapar las alas de Cupido,éste queda inmóvil y como encadenado en supuesto; mas en seguida el dios sacude las húmedasalas, y entonces, ¡desgraciado del corazón que bañaen su rocío! El vino predispone los ánimos a infla-marse enardecidos, ahuyenta la tristeza y la disipacon frecuentes libaciones. Entonces reina la alegría;el pobre, entonces, se cree poderoso, y entonces eldolor y los tristes cuidados desaparecen de su rugo-sa frente; entonces descubre sus secretos, ingenui-

Page 14: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

15

dad bien rara en nuestro siglo, porque el dios esenemigo de la reserva. Allí, muy a menudo, las jó-venes dominan al albedrío de los mancebos: Venus,en los festines, es el fuego dentro del fuego.

No creas demasiado en la luz engañosa de laslámparas; la noche y el vino extravían el juicio sobrela belleza. Paris contempló las diosas desnudas a laluz del sol que resplandecía en el cielo, cuando dijoa Venus: «Venus, vences a tus. competidoras.» Lanoche oculta las macas, disimula los defectos, y en-tre las sombras cualquiera nos parece hermosa. Exa-mina a la luz del día los brillantes, los trajes de púr-pura, la frescura de la tez y las gracias del cuerpo.¿Habré de enumerar todas las reuniones femeninasen que se sorprende la caza? Antes contaría las are-nas del mar. ¿A qué citar Bayas, que cubre de velassus litorales y cuyas cálidas aguas humean con vapo-res sulfurosos? Los que salen de allí con el dardo -mortal en el pecho dicen de ellas: «Estas aguas noson tan saludables como publica la fama.» Contem-pla el ara de Diana en medio del bosque próximo anuestros muros y el reino conquistado por el acerode una mano criminal; aunque la diosa es virgen yodia las flechas de Cupido, ¡cuántas heridas causa asu pueblo y cuántas causará todavía!

Page 15: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

16

Hasta aquí mi Musa, exponiendo sus adverten-cias en versos desiguales, te advirtió dónde encon-trarías una amada y dónde has de tender tus redes;ahora te enseñará los hábiles recursos que necesitasponer en juego para vencer a la que te seduzca.Quienesquiera que seáis, de esta o de la otra tierra,prestadme todos dócil atención, y tú, pueblo, oye mipalabra, pues me dispongo a cumplir lo prometido.Primeramente has de abrigar la certeza de que todaspueden ser conquistadas, y las conquistarás prepa-rando astuto las redes. Antes cesarán de cantar lospájaros en primavera, en estío las cigarras y el perrodel Ménalo huirá asustado de la liebre, antes queuna joven rechace las solícitas pretensiones de suamador: hasta aquella que juzgues más difícil serendirá a la postre; los hurtos de Venus son tan dul-ces al mancebo como a la doncella; el uno los ocultamal, la otra cela mejor sus deseos. Conviene a losvarones no precipitarse en el ruego, y que la mujer,ya de antemano vencida, haga el papel de suplicante.En los frescos pastos la vaca llama con sus mugidosal toro y la yegua relincha a la aproximación del ca-ballo. Entre nosotros el apetito se desborda menosfurioso y la llama que nos enciende no traspasa loslímites de la naturaleza. ¿Hablaré de Biblis, que con-

Page 16: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

17

cibió por su hermano un amor incestuoso, expiadovalerosamente echándose un lazo al cuello? Mirraamó a su padre, no como debía amarle una hija, yconvertida en árbol, oculta bajo la corteza su crimeny hoy nos sirven de perfumes las lágrimas que des-tila el tronco oloroso que aun lleva su nombre. Pa-cía en los opacos valles del frondoso Ida un toroblanco, gloria del rebaño, señalado por leve manchanegra en la frente; era la única, pues el resto de sucuerpo igualaba la blancura de la leche. Las ternerasardientes de Gnosia y Cidón desearon sostenerlosobre sus espaldas, y la adúltera Pasifae, que se re-gocijaba con la ilusión de poseerlo, concibió unodio mortal contra las que consideraba más hermo-sas. Cuento hechos harto conocidos. Creta, la de lascien ciudades, y nada escrupulosa en mentir, no osa-rá negarlo. Dícese que ella misma cortaba con pocahabilidad las hojas recientes de los árboles y las tier-nas hierbas de los prados, ofreciéndoselas al toro;ella seguía al rebaño sin que la contuviese el temorde su esposo, y Minos quedó vencido por el cornu-do animal. ¿De qué te sirve, Pasifae, ponerte precio-sas vestiduras, si tu adúltero amante desconoce elvalor de esas riquezas? ¿De qué el espejo que llevasen tus excursiones por las montañas y para qué, ne-

Page 17: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

18

cia, cuidas tanto el peinar tus cabellos? Mírate en eseespejo, y te convencerás de no ser una ternera; mas¿con qué ardor no desearías que te naciesen loscuernos en la frente? Si aun quieres a Minos, renun-cia a torpes ayuntamientos, y si pretendes engañar atu esposo, engáñale con un hombre. Pero la reina,abandonando su tálamo, vaga errante por montes yselvas como la Bacante soliviantada por el dios deAonia. ¡Ah!, ¡cuántas veces distinguía a una vaca conceño iracundo y exclamaba!: «¿Por qué ésta agrada ami dueño? Mira cómo retoza en su presencia sobrela fresca hierba. Sin duda cree en su imbecilidad es-tar así más bella. Dice, y al momento ordena separara la inocente del rebaño y someter su cerviz al pesa-do yugo, o la obliga a caer ante el ara del sacrificio,como víctima, y alegre recoge en sus manos las en-trañas de una rival. Muchas veces aplacó a los nú-menes con tan cruentos espectáculos y apostrofabaasí las carnes palpitantes: «Ea, id a cautivar al queamo. Ya deseaba convertirse en Europa, ya en laninfa Io; en ésta porque se transformó en vaca, enla otra porque fue arrebatada sobre la espalda de untoro. El jefe del rebaño se juntó con Pasifae enga-ñado por el cuerpo de una vaca de madera, y el

Page 18: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

19

fruto de esta unión descubrió la naturaleza del pa-dre.

Si la otra Cretense hubiera resistido las persecu-ciones de Tiestes, ¡oh, qué difícil es a la mujer agra-dar a un sólo varón! Febo no habría detenido sucarro y sus corceles en mitad del camino, revolvién-dolos hacia las puertas de la Aurora. La hija de Ni-so, por haberle robado sus purpúreos cabellos, cayódesde la popa de un navío y convirtióse en ave.Agamenón, que desafió victorioso los peligros deMarte en la tierra y las borrascas de Neptuno en elpiélago, vino a perecer víctima de su adúltera espo-sa. ¿Quién, no ha llorado la suerte de Creusa de Co-rinto y no ha maldecido a la inicua madre bañada enla sangre de sus hijos? Fénix, la de Amintor, vertiótorrentes de lágrimas por sus órbitas privadas deluz, y los caballos espantados destrozaron al infelizHipólito. Fíneo, ¿por qué saltas los ojos de tus ino-centes hijos? ¡Ay!, tan horrendo castigo caerá un díasobre tu cabeza. Tales crímenes hizo cometer la li-viandad femenina, más ardiente que la nuestra y conmás furor en sus arrebatos.

Ánimo, y no dudes que saldrás vencedor en to-dos los combates; entre mil apenas hallarás una quete resista; las que conceden y las que niegan se rego-

Page 19: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

20

cijan lo mismo al ser rogadas, y dado que te equivo-ques, la repulsa no te traerá ningún peligro. ¿Mascómo te has de engañar teniendo las nuevas volup-tuosidades tantos atractivos? Los bienes ajenos nosparecen mayores que los propios; las espigas sonsiempre más fértiles en los sembrados que no nospertenecen y el rebaño del vecino se multiplica conportentosa fecundidad. Ante todo haz por conocera la criada de la joven que intentas seducir, para quete facilite el primer acceso, y averigua si obtiene laconfianza de su señora y es la confidente de sus se-cretos placeres; inclínala en tu favor con las prome-sas y ablándala con los ruegos; como ella quiera,conseguirás fácilmente tus deseos. Que ella escoja elmomento, los médicos suelen también aprovechar-lo, en que el ánimo de su señora, libre de cuitas, estémejor dispuesto a rendirse; el más favorable a tupretensión será aquel en que todo le sonría y le pa-rezca tan bello como la áurea mies en los fértilescampos. Si el pecho está alborozado y no lo oprimeel dolor, tiende a dilatarse y Venus lo señorea hastael fondo. Ilión, embargada de tristeza, pudo defen-derse con las armas, y en un día festivo introdujo ensu recinto el caballo repleto de soldados. Acometela empresa así que la oigas quejarse de una rival, y

Page 20: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

21

esfuérzate en que no quede sin venganza la injuria.La criada que peina sus cabellos por la mañana, avi-ve el resentimiento y ayude el impulso de tus velascon el remo, y dígale suspirando en tenue voz: « Porlo que veo, no podrás vengarte del agravio.» Des-pués hable de ti con las palabras más persuasivas yjúrele que mueres de un amor que raya en locura;pero revélate decidido, no sea que el viento calme ycaigan las velas. Como el cristal es frágil, así se cal-ma pronto la cólera de la mujer.

Me preguntas si es provechoso conquistar a lamisma sirvienta; en tal caso te expones a gravescontingencias; ésta, después que se entregue, te ser-virá más solícita; aquélla, menos celosa; la una tefacilitará las entrevistas con su ama, la otra te reser-vará para sí. El bueno o mal suceso es muy even-tual. Aun suponiendo que ella incite tu atrevimien-to, mi consejo es que te abstengas de la aventura.No quiero extraviarme por precipicios y agudas ro-cas; ningún joven que oiga mis avisos se dejará sor-prender; no obstante, si la criada que recibe y vuelvelos billetes te cautiva por su gracia tanto como porlos buenos servicios, apresura la posesión de la se-ñora y siga la de la criada; mas no comiences nuncapor la. conquista de la última. Una cosa te aconsejo,

Page 21: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

22

si tienes confianza en mis lecciones y el viento no selleva mis palabras y las hunde en el mar: o no in-tentes la empresa, o acábala del todo; así que ellatenga parte en el negocio, no se atreverá a delatarte.El pájaro no puede volar con las alas viscosas, eljabalí no acierta a romper las redes que le envuelveny el pez queda sujeto por el anzuelo que se le clava;pero si te propones seducirla, no te retires hasta salirvencedor. Entonces ella, culpable de la misma falta,no osará traicionarte, y por ella conocerás los dichosy hechos de la que pretendes. Sobre todo, gran dis-creción; si ocultas bien tu inteligencia con la criada,los pasos de tu dueño te serán perfectamente cono-cidos.

Grave error el de creer que sólo los pilotos y la-briegos deben consultar el tiempo. No convienearrojar fuera de sazón en el campo la semilla quepuede engañar nuestras esperanzas, ni en todo tiem-po librar a los embates de las olas una frágil embar-cación, ni siempre es de seguros resultados atacar auna tierna beldad; a veces importa aprovechar laocasión favorable, ya se aproxime el día de un nata-licio, ya el de las calendas de marzo, que Venus segoza en prolongar. Si el circo resplandece no ador-nado como antes con figuras de relieve, sino con los

Page 22: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

23

despojos de los reyes vencidos, difiere algunos díastu pretensión. Entonces reina el triste invierno yamenazan las lluviosas Pléyadas; entonces las tími-das Cabrillas se sumergen en las aguas del Océano;no acometas nada de provecho, pues si alguien seconfía entonces a los riesgos de la navegación, ape-nas podrá salvar los ateridos miembros en la tablade su bajel hecho piezas. Tus ataques han de co-menzar el día funesto en que las ondas del Allia setiñeron con la sangre de los cadáveres romanos o elúltimo de cada semana que consagra al reposo y alculto el habitante de Palestina. Mira con santo ho-rror el natalicio de tu amada, y como nefastos losdías en que es ineludible el ofrecer presentes. Aun-que lo evites con cautela, te sonsacará algo; la mujertiene mil medios para apoderarse del caudal de suapasionado amante. Un vendedor con la túnica des-ceñida se presentará ante tu dueño deseoso decomprar, y delante de ti expondrá sus mercaderías.Ella te rogará que las examines para juzgar tu buengusto; después te dará unos besos, y por último tepedirá que le compres lo que más le agrade, jurán-dote que con eso quedará contenta por largos añosy diciéndote: «Ahora tengo necesidad de ello y aho-ra se puede comprar a precio razonable.» Si te excu-

Page 23: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

24

sas con el pretexto de que no tienes en casa el dine-ro necesario, te pedirá un billete, y sentirás haberaprendido a escribir. ¡Cuántas veces te exigirá el re-galo que se acostumbra en el natalicio y cuántas re-novará esta fecha al compás de sus necesidades!¿Qué harás cuando la veas llorar desolada por unafalsa pérdida y te enseñe las orejas sin los ricos pen-dientes que ostentaban? Las mujeres piden muchascosas en calidad de préstamo, y así que las recibense niegan a la devolución. Sales perdiendo y nuncase tiene en cuenta tu sacrificio. No me bastaríandiez bocas con otras tantas lenguas, si pretendiesereferir los astutos manejos de nuestras cortesanas.

Explota el camino por medio de la cera que bar-niza las elegantes tablillas, y que ella sea la primeranunciadora de la disposición de tu ánimo, que ellale diga tus ternuras con las expresiones que usan losamantes, y seas quien seas, no te sonrojen las máshumildes súplicas. Aquiles, movido por las preces,entregó a Príamo el cadáver de Héctor; la voz delsuplicante templa la cólera de los dioses. No econo-mices el prometer, que al fin no arruina a nadie, ytodo el mundo puede ser rico en promesas. La espe-ranza acreditada permite ganar tiempo; en verdad esuna diosa falaz; mas nos complace ser por ella en-

Page 24: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

25

gañados. Los presentes que le hubieses hecho po-drían incitarla a abandonarte, y por lo pronto se1ucraría con tu largueza sin perder nada. Confíesiempre en que le vas a dar lo que nunca pensaste;así un campo estéril burla mil veces la esperanza dellabrador, así el jugador empeñado en no perder,pierde a todas horas, y sus ávidas manos no sueltanlos dados que le prometen pingües ganancias. Loprincipal y más dificultoso es alcanzar de gracia losprimeros favores; el temor de darlos sin provecho lainducirá a seguir concediéndolos como antes; dirí-gele tus billetes impregnados de dulcísimas frases,con el fin de explorar su disposición y tentar las difi-cultades del camino. Los caracteres trazados sobreun fruto burlaron a Cidipe, y la imprudente donce-lla, leyéndolos, se vió cogida por sus propias pa-labras.

Jóvenes romanos, os aconsejo que no aprendáislas bellas artes con el único objeto de convertiros endefensores de los atribulados reos; la beldad se dejaarrebatar y aplaude al orador elocuente, lo mismoque la plebe, el juez adusto y el senador distinguido;pero ocultad el talento, que el rostro no descubravuestra facundia y que en vuestras tablillas no selean nunca expresiones afectadas. ¿Quién sino un

Page 25: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

26

estúpido escribirá a su tierna amiga en tono decla-matorio? Con frecuencia un billete pedantescoatrajo el desprecio a quien lo escribió. Sea tu razo-namiento sencillo, tu estilo natural y a la vez insi-nuante, de modo que imagine verte y oírte al mismotiempo. Si no recibe tu billete y lo devuelve sinleerlo, confía en que lo leerá más adelante y perma-nece firme en tu propósito. Con el tiempo los torosrebeldes acaban por someterse al yugo, con el tiem-po el potro fogoso aprende a soportar el freno quereprime su ardor. El anillo de hierro se desgasta conel uso continuo y la punta de la reja se embota afuerza de labrar asiduamente la tierra. ¿Qué másduro que la roca y más leve que la onda? Con todo,las aguas socavan las duras peñas. Persiste, y vence-rás con el tiempo a la misma Penélope. Troya resis-tió muchos años, pero al fin cayó vencida. Si te lee yno quiere contestar, no la obligues a ello; procurasolamente que siga leyendo tus ternezas, que ya res-ponderá un día a lo que leyó con tanto gusto. Losfavores llegarán por sus pasos en tiempo oportuno.Tal vez recibas una triste contestación, rogándoteque ceses de solicitarla; ella teme lo que te ruega ydesea que sigas en las instancias que te prohibe. Note descorazones, prosigue, y bien pronto verás satis-

Page 26: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

27

fechos tus votos. En el ínterin, si tropiezas a tuamada tendida muellemente en la litera, acércatecon disimulo a su lado, y a fin de que los oídos decuriosos indiscretos no penetren la intención de tusfrases, como puedas revélale tu pasión en términosequívocos. Si se dirige al espacioso pórtico, debesacompañarla en su paseo, y ora has de precederla,ora seguirla de lejos, ya andar de prisa, ya caminarcon lentitud. No tengas reparo en escurrirte entre laturba y pasar de una columna a otra para llegar a sulado. Cuida que no vaya sin tu compañía a ostentarsu belleza en el teatro; allí sus espaldas desnudas teofrecerán un gustoso espectáculo; allí la contempla-rás absorto de admiración y le comunicarás, tus se-cretos pensamientos con los gestos y las miradas.Aplaude entusiasmado la danza del actor que repre-senta a una doncella, y más todavía al que des-empeña el papel del amante. Levántate si ella se le-vanta, vuelve a sentarte si se sienta, y no te pesedesperdiciar el tiempo al tenor de sus antojos. Tam-poco te detengas demasiado en rizarte el cabellocon el hierro o en alisarte la piel con la piedra pó-mez; deja tan vanos aliños para los sacerdotes queaúllan sus cantos frigios en honor de la madre Ci-beles. La negligencia constituye el mejor adorno del

Page 27: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

28

hombre. Teseo, que nunca se preocupó del peinado,supo conquistar a la hija de Minos; Fedra enloque-ció por Hipólito, que no se distinguía en lo elegante,y Adonis, tan querido de Venus, sólo se recreaba enlas selvas. Preséntate aseado, y que el ejercicio delcampo de Marte solee tu cuerpo envuelto en unatoga bien hecha y airosa. Sea tu habla suave, luzcantus dientes su esmalte y no vaguen tus pies en elancho calzado; que no se te ericen los pelos malcortados, y tanto éstos como la barba entrégalos auna hábil mano. No lleves largas las uñas, que hande estar siempre limpias, ni menos asomen los pelospor las ventanas de tu nariz, ni te huela mal la boca,recordando el fétido olor del macho cabrío. Lo de-más resérvalo a las muchachas que quieren agradar ypara esos mozos que con horror de su sexo se en-tregan a un varón.

Mas ya llama a su poeta Baco, el que ayudasiempre a los amantes y atiza las llamas en que élmismo se consume. Ariadna erraba loca por la de-sierta arena que ciñe la isla de Naxos combatida porel mar; apenas sacude el sueño medio cubierta conla sencilla túnica, con los pies descalzos y sueltos losrubios cabellos, se dirige a las sordas olas llamandoal cruel Teseo, y un raudal de lágrimas se desliza por

Page 28: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

29

sus frescas mejillas; gritaba y lloraba a la vez, y elllanto y las voces, lejos de amenguar su belleza,contribuían a realzarla de un modo extraordinario.Ya golpeándose el pecho sin cesar con mano des-piadada, gritaba: «El pérfido ha partido; ¿qué será demí, qué suerte me espera?» En aquel momento re-suenan por el extenso litoral los címbalos y los tím-panos golpeados con frenéticas manos, caedesvanecida, las últimas palabras expiran en sus la-bios y diríase que en su cuerpo no quedaba una gotade sangre. De súbito aparecen las Bacantes con loscabellos tendidos por la espalda, y detrás la turba delos Sátiros que preceden al dios; después el viejoSileno, tan borracho, que gracias si se mantiene enequilibrio cogiéndose a las crines del asno cabizbajo,persigue a las Bacantes que huyen y le acometen deimproviso; como es tan pésimo jinete, hostiga conla vara al cuadrúpedo que monta y al fin se apea debruces por las orejas del paciente animal. Los Sáti-ros entonces gritan: «Levántate, padre Sileno; le-vántate.» Preséntase al fin, en su carro ceñido depámpanos, el dios que gobierna los domados tigrescon riendas de oro. Pálida de terror Ariadna, nonombra más a Teseo, porque la voz se le hiela en lagarganta; tres veces quiso huir, y el miedo la detuvo

Page 29: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

30

inmóvil otras tantas; estremecióse como las espigasestériles agitadas por el viento y la débil caña quetiembla en las orillas del húmedo pantano. El dios laconforta así: «Depón tus temores; yo seré unamante más fiel que Teseo, y tú serás, Ariadna, laesposa de Baco. El cielo premiará tu dolor; comouna constelación reinarás en el cielo, y las navesguiarán su rumbo por tu corona de brillantes.» Dijo,y para que los tigres no la espantasen desciende delcarro, salta sobre la arena de la playa, que cede a suspies, y la arrebata en los brazos, sin que ella pugnepor defenderse; que no es fácil resistir al poderío deun inmortal. Unos entonan los cantos de Himeneo,otros gritan: «Evoe, Evoe», y entre el común albo-rozo, el dios y la joven desposada se reclinan en eltálamo nupcial.

Así, cuando asistieres a un festín en que abun-den los dones de Baco, si una muchacha que teatrae se coloca cerca de ti en el lecho, ruega a estepadre de la alegría, cuyos misterios se celebran porla noche, que los vapores del vino no lleguen atrastornar tu cabeza. Allí te será permitido dirigir atu bella insinuantes discursos con palabras veladasque no escaparán a su perspicacia y se los aplicará así misma; escribe en la mesa con gotas de vino dul-

Page 30: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

31

císimas ternuras, en las que tu amiga adivine tu pa-sión avasalladora, y clava en los suyos tus ojos respi-rando fuego: un semblante mudo habla a las vecescon singular elocuencia. Arrebata presuroso de sumano el vaso que rozó con los labios, y bebe por elmismo lado que ella bebió. Coge cualquiera manjarque hayan tocado sus dedos, y aprovecha la ocasiónpara que tu mano tropiece con la suya; ingéniate,asimismo, por ganarte al esposo de tu amada; osserá muy útil a los dos el tenerlo por amigo. Si lasuerte te proclama rey del festín, concédele la honrade beber primero y regálale la corona que ciñe tucabeza; ya sea tu igual, ya inferior a ti, déjale quetome de todo antes y no dudes dirigirle las expre-siones más lisonjeras. Con el falso nombre de amigose burla multitud de veces sin riesgo a un marido, yaunque el hecho quede casi siempre impune, nodeja de ser un crimen. En tales casos el procuradorsuele ir más lejos de lo que se le encomienda, y secree autorizado para traspasar las órdenes que reci-bió.

Quiero darte la medida a que te atengas en el be-ber: es aquella que no impide al seso ni a los piescumplir con su oficio. Evita, en primer término, lasreyertas que provoca el vino, y los puños demasiado

Page 31: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

32

prontos a repartir golpes. Euritión murió por haberbebido desatinadamente. Entre el vino y los manja-res sólo ha de reinar la alegría. Si tienes buena voz,canta; si tus brazos son flexibles, baila, y no descui-des, si las tienes, revelar aquellas dotes que favore-cen la seducción. La embriaguez verdaderaperjudica, y cuando es fingida puede ser útil. Estro-pee tu lengua solapada la pronunciación de las vo-ces; así, lo que hagas o digas fuera de lo regular,creerán todos que lo ocasiona el exceso de la bebi-da. Desea mil felicidades a la señora de tus pensa-mientos y al que tiene la dicha de compartir sutálamo; mas en lo recóndito del alma profiere con-tra este último cien maldiciones. Cuando las mesasse levantan y los convidados se retiran, aprovechalas circunstancias del lugar y la confusión de la mul-titud para aproximarte a ella; mézclate entre la tur-ba, colócate sin sentir a su lado, pásale el brazo porel talle y toca su pie con el tuyo. Esta es la ocasiónde abordarla; lejos de ti el agreste pudor; Venus y laFortuna alientan siempre a los audaces.

No esperes que yo te dicte los preceptos de laelocuencia; rompe atrevido el silencio, y las frasesespontáneas y felices acudirán a tus labios. Tienesque representar el papel de un amante y tus palabras

Page 32: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

33

han de quemar como el fuego que te devora; te se-rán lícitos todos los argumentos para persuadirla detu pasión y serás creído sin dificultad. Cualquiera sejuzga digna de ser amada y aun la más fea da granvalor a sus atractivos; mil veces el que simula elamor acaba por sentirlo de veras y termina por serlo que al principio fingía. ¡Oh jóvenes!, tened tole-rancia con los que se aprestan a engañaros; muchasveces un falso amor se convierte en verdadero. Es-fuérzate por apoderarte de su albedrío con discretaslisonjas, como el arroyo filtra sus claras ondas en lasriberas que lo dominan. Prodiga sin vacilación tusalabanzas a la belleza de su rostro, a la profusión desus cabellos, a sus finos dedos y su pie diminuto; lamujer más casta se deleita cuando oye el elogio desu hermosura, y aun las vírgenes inocentes dedicanlargas horas a realzar sus encantos. ¿Por qué Juno yPalas se avergüenzan hoy todavía de no haber obte-nido el premio en el certamen de los montes de Fri-gia? El ave de Juno despliega orgullosa su plumaje,viéndolo alabado; si lo contemplas en silencio, reco-ge sus tesoros. En el certamen de la veloz carrera,los corceles se encienden con los aplausos que setributan a sus cuellos arrogantes y bien peinadascrines. No seas tímido en prometer; las jóvenes

Page 33: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

34

claudican por las promesas, y pon a los dioses quequieras como testigos de tu sinceridad. Júpiter desdelo alto se ríe de los perjurios de los amantes y dis-pone que los vientos de Eolia los sepulten en lasolas; por las aguas de Estigia solía jurar con engañoser fiel a Juno, y su mal ejemplo alienta hoy a todoslos perjuros.

Conviene que existan los dioses, y como con-viene creer en su existencia, aportemos a las anti-guas aras las ofrendas del incienso y el vino. Ellosno yacen sumidos en quietud reposada y semejanteal sueño; vivid en la inocencia y velarán por voso-tros. Volved el depósito que se os ha confiado,acatad las piadosas leyes, aborreced el fraude, y quevuestras manos estén limpias de sangre. Si sois lis-tos, engañad impunemente a las jóvenes; fuera deesto observaréis siempre la buena fe. Burlad a lasque pretenden burlaros; casi todas son gente de po-ca confianza; caigan presas en los lazos que os tien-den. Es fama que el Egipto, por la sequía queabrasaba la tierra, vió estériles sus campos durantenueve años. Trasio entonces se present6 a Busiris yle anunció que sería fácil aplacar a Jove con la san-gre de un extranjero, y Busiris le contestó: «Tú serásla primer víctima ofrecida al padre de los dioses, y

Page 34: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

35

como huésped de Egipto, tú nos traerás el agua.»Fálaris tostó en el toro de bronce los miembros dePerilo, su inventor, que experimentó el primero tanatroz suplicio: uno y otro fueron justos. ¿Qué leymás equitativa que condenar a los artífices de tor-mentos a morir con su propia invención? Es razo-nable castigar a las perjuras con el perjurio, y nopueden quejarse más que de ellas mismas, puestoque su ejemplo alienta la falsía.

También son provechosas las lágrimas, capacesde ablandar al diamante: si te es posible, que veahúmedas tus mejillas, y si te faltan las lágrimas, por-que no siempre acuden al tenor de nuestros deseos,restrégate los ojos con los dedos mojados. ¿Quépretendiente listo no sabe ayudar con los besos laspalabras sugestivas? Si te los niega, dáselos contra suvoluntad; ella acaso resista al principio y te llamemalvado; pero aunque resista, desea caer vencida.Evita que los hurtos hechos a sus lindos labios lalastimen y que la oigas quejarse con razón de tu ru-deza. El que logra sus besos, si no se apodera de lodemás, merece por mentecato perder aquello que yaha conseguido. Después de éstos, ¡qué poco falta ala completa realización de tus votos! La estupidez yno el pudor detiene tus pasos. Aunque diga que la

Page 35: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

36

has poseído con violencia, no te importe; esta vio-lencia gusta a las mujeres: quieren que se les arran-que por fuerza lo que desean conceder. La que se veatropellada por la ceguedad de un pretendiente, seregocija de ello y estima su brutal acción como unrico presente, y la que pudiendo caer vencida saleintacta de la contienda, simula en el aspecto la ale-gría, mas en su corazón reina la tristeza. Febe serindió a la violencia, lo mismo que su hermana, y losdos raptores fueron de sus víctimas muy queridos.

Una historia harto conocida, y no por eso indig-na de contarse otra vez, es la de aquella hija del reyde Seiros, cuyos favores alcanzó el joven Aquiles.Ya la diosa vencedora de sus rivales en el monte Idahabía mostrado su reconocimiento a Paris, que ladesignó como la más hermosa; ya de extraño reinohabía llegado la nuera al palacio de Príamo y losmuros de Ilión encerraban a la esposa de Menelao;los príncipes griegos juraron vengar la afrenta delesposo, que si bien de uno solo, recaía por igualsobre todos. Aquiles ocultaba su sexo con rozagantevestidura de mujer, cosa torpe en verdad si no obe-deciera a los ruegos de una madre. ¿Qué haces,nieto de Éaco? No es ocupación digna de ti el hilarla lana. Arribarás a la gloria siguiendo otra arte de

Page 36: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

37

Palas. No convienen los canastillos al brazo que hade soportar el escudo. ¿Por qué sostienes la ruecacon esa diestra que derribara un día la pujanza deHéctor? Arroja los husos que devanan el estambrelaborioso, y empuña en tu recia mano la lanza dePelias. Por acaso durmieron una noche en el mismotálamo Aquiles y la real doncella, que descubrió consu estupro el sexo de quien la acompañaba. Ella, nocabe duda, cedió a fuerza mayor, así hemos decreerlo; pero tampoco sintió mucho que la fuerzasaliese vencedora, pues cuando el joven apresurabala partida, después de trocar la rueca por las armas,le dijo repetidas veces: «Quédate aquí.» ¿Dónde estála violencia? Deidamia, ¿por qué detienes con pala-bras cariñosas al autor de tu deshonra?

Si la mujer por un sentimiento de pudor no re-vela la primera su intención, se conforma a gustocon que el hombre inicie el ataque. Excesiva con-fianza pone en las gracias de su persona el manceboque espera que la mujer se anticipe al ruego. Es élquien ha de comenzar, quien ha de dirigirle la pala-bra, expresando esas tiernas solicitudes que ella aco-gerá con agrado. Para obtener su aquiescencia,ruega; es lo único que ella exige; declárale el princi-pio y la causa de tu inclinación. Júpiter se mostraba

Page 37: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

38

siempre rendido con las antiguas heroínas, y contodo su poder no consiguió que ninguna se le ofre-ciese primero. Mas si ves que tus rendimientos sólosirven para hincharla de orgullo, desiste de tu pre-tensión y vuelve atrás los pasos. Muchas suspiranpor el placer que huye y aborrecen al que se lesbrinda; insta con menos fervor y dejarás de pare-cerle importuno. No siempre han de delatar tus aga-sajos la esperanza del triunfo; en ocasiones convieneque el amor se insinúe disfrazado con el nombre deamistad. He visto más de una mujer intratable su-cumbir a esta prueba, y al que antes era su amigoconvertirse por fin en su amante.

Un cutis muy blanco no dice bien al marino, quelo debe tener tostado por las aguas salobres y los ra-yos del sol, y tampoco al labriego que sin descansoremueve la tierra a la intemperie con la reja o lospesados rastrillos; y sería vergonzoso que tu cuerporesplandeciese de blancura persiguiendo con afán lacorona del olivo. El amante ha de estar pálido; es elcolor que publica sus zozobras, y el que le cuadra,aunque muchos sigan diferente opinión. Con pálidorostro perseguía Orión por las selvas a Lirice, y pá-lido estaba Dafnis por los desvíos de una Náyadecruel. Que la demacración pregone las angustias que

Page 38: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

39

sufres, y no repares en cubrir con el velo de los en-fermos tus hermosos cabellos. Las cuitas, la penaque nace de un sentimiento profundo y las nochespasadas en vela aniquilan el cuerpo de las jóvenes;para lograr tu intento has de convertirte en un serdigno de lástima, tal que quien te vea exclame alpunto: «Está enamorado.»

¿Lamentaré la confusión que reina al apreciar lojusto y lo injusto, o más bien os la aconsejaré? Laamistad, la buena fe, son entre nosotros nombressin sentido. ¡Qué dolor!; es peligroso ensalzar a laque amas en presencia del amigo; como estime me-recidas tus alaban zas, trata de quitártela. Mas Pa-troclo -dirás- no mancilló el lecho de Aquiles, yFedra conservó su pudor al lado de Piritoo. Píladesamó castamente a Hermíone, como Febo a Palas,como los gemelos Cástor y Pólux a su hermanaHelena. Si alguien espera hoy ejemplos semejantes,espere coger los frutos del tamariz y encontrar lamiel en la corriente de un río. Nos atrae con fuerzala culpa; cada cual atiende a sus placeres, y le resul-tan más intensos gozándolos a costa de un desdi-chado. ¡Qué maldad!; no es al enemigo al que ha detemer el amante; guárdate de los que considerasadictos a tu persona, y vivirás seguro; desconfía del

Page 39: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

40

pariente, del hermano y del caro amigo, porque to-dos te infundirán graves sospechas.

Iba a terminar, pero como son tan varios lostemperamentos de la mujer, hay mil diversas mane-ras de dominarla. No todas las tierras producen losmismos frutos: la una conviene a las vides, la otra alos olivos, la de más allá a los cereales. Las disposi-ciones del ánimo varían tanto como los rasgos fiso-nómicos; el que sabe vivir se acomoda a la variedadde los caracteres, y como Proteo, ya se convierte enun arroyo, fugitivo, ya en un león, un árbol o uncerdoso jabalí. Unos peces se cogen con el dardo,otros con el anzuelo, y los más yacen cautivos en lasredes que les tiende el pescador. No uses el mismoestilo con mujeres de diferentes edades: la ciervacargada de años ve desde lejos los lazos peligrosos.Si pareces muy avisado a las novicias y atrevido a lasgazmoñas, unas y otras desconfiarán de ti, ponién-dose a la defensiva. De ahí que la que teme entre-garse a un mozo digno, venga tal vez a caer en losbrazos de un pelafustán.

He concluído una parte de mi trabajo, otra mequeda por emprender: echemos aquí el áncora quesujete la nave.

Page 40: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

41

LIBRO SEGUNDO

Cantad ¡vítor Peán!, cantad por segunda vez¡vítor Peán!: la presa que acosaba cayó en mis redes.Que el amante risueño ciña mis sienes de verde lau-ro, y me eleve por encima del cantor de Ascra y elviejo Homero. Tal el hijo de Príamo, huyendo a to-da vela de la belicosa Amiclas, arrebató la esposa desu huésped, y tal era, Hipodamia, el que en su carrovencedor te conducía lejos de los patrios confines.Joven, ¿por qué te apresuras?; tu barco navega enalta mar, y el puerto a que te guío está muy lejano.No basta que mis lecciones hayan rendido en tusbrazos una bella; por mi arte la conseguiste, y miarte te ayudará a conservarla. No arguye menos mé-rito que la conquista el guardar lo conquistado: louno es obra del azar, lo otro consecuencia del arte.Ahora, pues, Cupido y Citerea, si alguna vez me

Page 41: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

42

fuisteis propicios, venid en mi ayuda; y tú, Erato,cuyo nombre quiere decir amor. Voy a exponer losmedios eficaces de fijar los pasos de ese niño vaga-bundo que recorre por acá y allá el vasto universo.Tiene gran ligereza y dos alas para volar; por consi-guiente, es muy difícil sujetarle al freno.

Minos había previsto cuanto pudiese impedir lafuga de su huésped; mas éste con las alas se abriócamino a través de los aires. Apenas Dédalo huboencerrado aquel monstruo, medio hombre y mediotoro, que concibiera una madre criminal, se pre-sentó al justiciero Minos y le dijo: «Espero que pon-gas término a mi destierro, y que mi pueblo natalreciba mis cenizas; y ya que no me permitió vivir enmi patria la iniquidad del destino, séame lícito moriren ella. Si consideras mi vejez indigna de tu gracia,pon en libertad a mi hijo; y si rehusas perdonarlo,perdona a su anciano padre.» Así dice, y refuerzaéstas con otras mil razones; pero Minos permanecíainflexible, y comprendiendo la inutilidad de los rue-gos, se dijo a sí mismo: «Ahora, Dédalo, ahora se teofrece la ocasión de acreditar tu inventiva. Minosimpera en la tierra y domina sobre el mar; la tierra ylas aguas se oponen a nuestra fuga; mas la ruta delcielo queda libre, y por ella intento abrirme camino.

Page 42: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

43

¡Júpiter poderoso, dígnate favorecer mi audaz ten-tativa; no me propongo escalar las celestes mansio-nes, pero no encuentro más que esta vía abierta a misalvación! Si la Estigia me ofrece un pasaje, atrave-saré las ondas de la Estigia: séame permitido cam-biar mi propia naturaleza.»

Las desgracias avivan a menudo el ingenio.¿Quién hubiese nunca creído que el hombre llegaríaa viajar por el aire? Con Plumas hábilmente dis-puestas, que enlaza un hilo de lino, y uniendo lasextremidades con cera derretida al fuego, terminaun día la artística labor. Icaro, gozoso, maneja lacera y las plumas, ignorando que fuesen las armasque había de cargar en sus hombros. El padre ledijo entonces: « Con estas naves hemos de abordara la patria, y gracias a su auxilio escaparemos a latiranía de Minos. Nos atajó todos los caminos, masno pudo impedirnos el de los aires; y pues éste senos permite, aprovecha mi invento para atravesarlo,pero evita aproximarte a la virgen de Tegea y aOrión, que, espada en mano, acompaña al Boyero.Mide tu vuelo por el mío, yo te precederé, y si-guiéndome próximo, caminarás con seguridad bajomi dirección. Si voláramos por el eterno elementocerca del sol, la cera no soportaría el calor; y si con

Page 43: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

44

vuelo humilde nos deslizásemos hasta la superficiede las olas, las plumas, humedecidas por el agua,perderían su movilidad. Vuela entre estos dos peli-gros; sobre todo, hijo, teme los vientos, y deja quetus alas obedezcan a su impulso.» Después de darleestos avisos, adapta las alas al muchacho, y le ense-ña a moverlas, como el ave instruye en volar a susdébiles polluelos; en seguida ajusta a sus hombroslas que fabricó para sí, y ensaya con timidez elvuelo por la nueva ruta. Ya dispuesto a volar, abrazay besa a su hijo, y las lágrimas resbalan por sus me-jillas paternales.

Destacábase no lejos una colina que, sin alcan-zar la altura de un monte, dominaba los campos, ydesde ella se lanzan los dos a la peligrosa evasión.Dédalo mueve las alas, y no pierde de vista las de suhijo, sosteniendo la marcha con uniforme velocidad.Lo nuevo del viaje les produce indecible satisfac-ción, y el audaz Icaro traspasa las órdenes prescritas.Un pescador los vió al tiempo que sorprendía lospeces, y del asombro, la flexible caña se le escapó dela mano. Ya habían dejado a la izquierda Samos yNaxos, Paros y Delos, tan amada de Febo, y a ladiestra Lebintos, Calimne, que sombrean los bos-ques, y Astipalea, ceñida de pantanos abundantes en

Page 44: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

45

pesca, cuando el joven, incauto y temerario con ex-ceso, se eleva más alto en el aire y abandona a supadre; al momento se relaja la trabazón de las alas,la cera se derrite a la proximidad del sol, y por másque mueve los brazos, no acierta a sostenerse en latenue atmósfera; aterrado, desde la celeste alturapone en el mar las miradas, y el espanto que le pro-duce cubre sus ojos de un denso velo. La cera sehabía derretido; en vano agita los brazos, despoja-dos de las alas; falto de sostén, tiembla, cae, y al ca-er, exclama : «¡Padre, padre mío, me veoarrastrado!»; y las verdes olas ahogan sus voces las-timeras. El infeliz padre, que ya no lo era, grita:«Icaro, Icaro!, ¿por qué región del cielo caminas?» Yaun le llamaba, cuando distingue las plumas sobrelas ondas: la tierra recibió sus despojos, y el mar to-davía lleva su nombre. Minos no pudo impedir queIcaro volase, y yo me empeño en detener a un diosmás voluble que los pájaros.

Se equivoca lastimosamente el que recurre a lasartes de las hechiceras de Hemonia y se vale del Hi-pomanes extraído de la frente de un potro juvenil.Las hierbas de Medea y los ensalmos de los Marsos,con sus acentos mágicos, no consiguen infundir elamor. Si los encantamientos lo pudiesen crear, Me-

Page 45: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

46

dea hubiera retenido al hijo de Esón, y Circe al as-tuto Ulises. De nada aprovecha a las jóvenes tomarfiltros amorosos, que turban la razón y excitan elfuror. Rechaza los artificios culpables; si quieres seramado, sé amable; la belleza del rostro ni la aposturaarrogante, bastan a asegurar el triunfo. Aunque fue-ses aquel Nireo tan celebrado por Homero, o eltierno Hilas, a quien arrebataron las culpables Ná-yades, si aspiras a la fidelidad de tu dueño y a noverte un día abandonado, has de juntar las dotes delalma con las gracias corporales. La belleza es donmuy frágil: disminuye con los años que pasan, y supropia duración la aniquila. No siempre florecen lasvioletas y los lirios abiertos, y en el tallo donde seirguió la rosa quedan las punzantes espinas. Lindojoven, un día blanquearán las canas tus cabellos, ylas arrugas surcarán tus frescas mejillas. Eleva tuánimo, si quieres resistir los estragos del tiempo yconservar la belleza: es el único compañero fielhasta el último suspiro. Aplícate al cultivo de lasbellas artes y al estudio de las dos lenguas. Ulises noera hermoso, pero sí elocuente, y dos divinidadesmarinas sufrieron por él angustias mortales. ¡Cuán-tas veces Calipso se dolió viéndole apresurar la par-tida, y quiso convencerle de que el tiempo no

Page 46: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

47

favorecía la navegación! Continuamente le instaba arepetir los sucesos de Troya, y él sabía relatar elmismo caso con amena variedad. Un día que esta-ban sentados en la plaza, la hermosa Calipso le pi-dió que le refiriese de nuevo la trágica muerte delpríncipe de Odrisia, y Ulises, con una varilla delgadaque al azar empuñaba, trazó en la arena el cuadrodel suceso, diciéndole: «Ésta es Troya (y dibujó losmuros en el suelo arenoso); por ahí corre el Símois,y aquí estaba mi campamento. Más lejos se dis-tingue el llano (y en seguida lo traza) que regamoscon la sangre de Dolon, la noche que intentó apo-derarse de los caballos de Aquiles; por allí cerca sealzaban las tiendas de Reso el de Tracia, y por allíregresé yo la misma noche con los corceles robadosa este príncipe.» Proseguía la descripción, cuandouna ola repentina destruyó el contorno de Pérgamoy el campo de Reso, con su caudillo. Entonces ladiosa dijo: «Ya ves las olas que crees favorables a túpartida cómo destruyen en un momento nombrestan insignes.»

Seas quien seas, pon una débil confianza en elprestigio de tu lindo semblante y adórnate con pren-das superiores a las del cuerpo. Una afectuosa com-placencia gana del todo los corazones, y la rudeza

Page 47: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

48

engendra odios y guerras enconadas. Aborrecemosal buitre, que vive siempre sobre las armas, y a loslobos, siempre dispuestos a lanzarse sobre el tímidorebaño, mientras todos respetan a la golondrina, y lapaloma Chaonia habita las torres que levantó la in-dustria humana. Lejos de vosotros las querellas yexpresiones ofensivas; el tierno amor se alimenta dedulces palabras. Con las reyertas, la esposa aleja desí al marido, y el marido a la mujer; obrando así cre-en devolverse sus mutuos agravios; esto conviene alas casadas: las riñas son el dote del matrimonio;mas en los oídos de una amiga sólo han de sonarveces lisonjeras. No os habéis reunido en el mismolecho por mandato de la ley; el amor desempeñacon vosotros sus funciones; al acercarte a su lado,prodígale blandas caricias, y dile frases conmovedo-ras si quieres que se regocije en tu presencia. No esa los ricos a quienes me propongo instruir en el arteamatorio: el que da con largueza no necesita mislecciones. Se pasa de listo el que dice cuando quiere:«Acepta este regalo», y desde luego le cedo el primerpuesto: para vencer, sus dones valen más que misconsejos. Soy el poeta de los pobres porque amésiendo pobre, y como no podía brindar regalos, pa-gaba con mis versos. El pobre ame con discreción,

Page 48: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

49

el pobre huya la maledicencia y soporte resignadomuchas cosas que no toleran los ricos. Recuerdoque en cierta ocasión mesé frenético los cabellos demi querida, y este instante de cólera lo pagué con lapérdida de días deliciosos. Ni me di cuenta, ni creoque le rompiese la túnica; pero ella lo afirmó, y tuveque comprarle otra nueva. Vosotros, si sois cuerdos,evitad los desplantes en que incurrí desatinado, ytemed las consecuencias de mi falta. Las guerras,con los parthos; con vuestras amigas vivid en paz, yayudaos con los juegos y las delicias que mantienenla ilusión. Si fuese dura y un tanto esquiva a tuspretensiones, paciencia y ánimo: con el tiempo seablandará. La rama del árbol se encorva fácilmentesi la doblas poco a poco, y se rompe si la tuercesponiendo a contribución todo tu vigor. Aprove-chando el curso del agua, pasarás el río, y como teempeñes en nadar contra la corriente, te verás porella arrastrado. Con habilidad y blandura se domanlos tigres y leones de Numidia, y paso a paso se so-mete el toro al yugo del arado. ¿Hubo criatura másselvática que Atalanta, la de Arcadia? Pues con todasu fiereza sucumbió a los rendimientos de un joven.¡Cuántas veces Milanión (así se dice) lloró a la som-bra de los árboles su tormento y la crueldad de la

Page 49: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

50

doncella!; ¡cuántas, por obedecerla, cargó sobre loshombros las engañosas redes, y atravesó con losdardos al cerdoso jabalí, hasta que se sintió heridopor el arco de su rival Hileo, aunque otro arco mástemible había hecho blanco un su corazón!

Yo no te ordeno que así armado recorras las as-perezas del Ménalo, ni que lleves las redes en tus es-paldas, ni que ofrezcas el pecho a las saetas dirigidascontra ti. Un mozo previsor halla suma facilidad enseguir los preceptos de mi arte. Cede a la que te re-sista; cediendo cantarás victoria. Arréglate de ma-nera que hagas las imposiciones de su albedrío. ¿Re-prueba ella una cosa?; repruébala tú y alábala si laalaba; lo que diga, repítelo, y niega aquello que nie-gue, ríete si se ríe, si llora haz saltar las lágrimas detus ojos, y que tu semblante sea una fiel copia delsuyo. Si juega, revolviendo los dados de marfil, jue-ga tú con torpeza, y en seguida pásale la mano; si terecreas con las tabas, evítale el disgusto de perder yamáñate por que te toque siempre la fatal suerte delperro, y si os entretenéis a las tablas robándoos laspiezas de vidrio, deja que las tuyas caigan en poderde la parte contraria; coge por la empuñadura lasombrilla abierta cuando haya necesidad, y si atra-viesa por medio de la turba, ábrele camino; al recli-

Page 50: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

51

narse en el blando lecho, no descuides ofrecerle unescabel, y quita o calza las sandalias a su pie delica-do. A veces tiritando de frío tendrás que calentar sumano helada en tu seno, y aunque sea vergonzosopara un hombre libre, no te abochorne sostenerle elespejo: ella te lo agradecerá. El héroe vencedor delos monstruos que le suscitó una madrastra, cuyoodio consiguió vencer; el que ganó por sus méritosel cielo que antes sostuvo en sus recias espaldas, esfama que manejaba los canastillos e hiló la lana en-tre las doncellas de Jonia. El héroe de Tirinto obe-deció los mandatos de una mujer; anda, pues, y qué-jate de sufrir lo que aquél sufrió. Si te ordena pre-sentarte en el foro, acude con antelación a la horaque te indique, siendo el último que te retires. ¿Teda una cita en cualquiera otro lugar? Olvida todoslos quehaceres, corre apresurado, y que la turba detranseuntes no logre embarazar tus pasos. Si vol-viendo a casa de noche después de un festín llama asu esclavo, ofrécele tus servicios, y si estás en elcampo y te escribe «ven en seguida», el amor odia lalentitud, a falta de coche emprende a pie la camina-ta, y que no te retrase ni el tiempo duro, ni la ar-diente Canícula, ni la vía cubierta con un manto denieve.

Page 51: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

52

El amor, como la milicia, rechaza a los pusilá-nimes y los tímidos que no saben defender sus ban-deras. Las sombras de la noche, los fríos delinvierno, las rutas interminables, la crueldad deldolor y toda suerte de trabajos, son el premio de losque militan en su campo. ¡Qué de veces tendrás quesoportar el chaparrón de la alta nube y dormir a lainclemencia sobre el duro suelo! Dicen que Apoloapacentó en Fera las vacas de Admeto y se recogíaen una humilde cabaña. ¿Quién no resistirá lo queApolo lleva en paciencia? Despójate del orgullo, yaque pretendes trabar con tu amada lazos perdura-bles. Si en su casa te niegan un acceso fácil y seguroy se te opone la puerta asegurada con el cerrojo,resbálate sin miedo por el lecho o introdúcete furti-vamente por la alta ventana. Se alegrará cuando sepael peligro que corriste por ella, y en tu audacia verála prenda más segura del amor. Muchas veces pu-diste, Leandro, abstenerte de la compañía de Hero;sin embargo, pasabas el estrecho a nado para queconociese los arrestos de tu ánimo.

No menosprecies solicitar la ayuda de las cria-das, según el puesto que cada cual ocupe, y si espreciso, el favor de los siervos. Saluda a cada cualcon su nombre, esto no te perjudicará, y amante

Page 52: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

53

ambicioso, estrecha en las tuyas sus manos serviles.Conforme a tus medios de fortuna, haz algún rega-lillo de poco coste al que te lo pida, y lo mismo a lassirvientas en el aniversario de aquel día en que dis-frazadas de matronas burlaron y exterminaron lahueste de los galos. Créeme, cáptate el favor de laplebe menuda y no te olvides del portero ni delguardián de su dormitorio.

No te incito a dar ricos presentes a tu amada, si-no modestos y que los haga valiosos la oportunidad.Cuando la cosecha sea abundante y los árboles re-bosen de fruto, ofrécele por tu siervo en un canas-tillo los dones del campo, y dile, aunque los hayascomprado en la Vía Sacra, que proceden de unhuerto vecino a la ciudad. Envíale la cesta de uvas olas castañas tan apetecidas por Amarilis, bien que alas jóvenes de hoy les gustan poco, y una docenadetordos o un par de palomas le testificarán mejorque la tienes presente en la memoria. Con tales ob-sequios se conquista también la herencia de un viejosin prole; pero mala peste destruya a los que ofrecendádivas con criminal intención.

¿Te recomendaré por igual que le escribas en tusbilletes versos delicados? ¡Ay de mí! Los versos go-zan ahora poco prestigio; son alabados, eso sí, pero

Page 53: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

54

se acogen con más gusto los dones magníficos. Porbarbarote que sea un rico, nunca deja de agradar.Hoy vivimos en el siglo de oro, al oro se tributanmil honras, y hasta el amor se consigue a fuerza deoro. Infeliz Homero, si vinieses acompañado de lasMusas y con las manos vacías, serías despedido ig-nominiosamente. Sin embargo, hay un corto núme-ro de mujeres instruídas y otras que no lo son yquieren parecerlo; a éstas y aquéllas encómialas entus versos, y buenos o malos, al leerlos, dales relievecon el primor del recitado; doctas e ignorantes aca-so consideren corno un pequeño regalo los cantoscompuestos en su alabanza.

Avíate de modo que tu amiga te pida en cual-quier ocasión aquello mismo que pensabas realizar,creyéndolo conveniente. Si has prometido la liber-tad a alguno de tus siervos, ordénale que vaya a in-terponer el favor de la señora de tus pensamientos,y si lo indultas de un castigo o lo libras de las cade-nas, deba a su intercesión lo que estabas resuelto adisponer. El honor será de tu amiga, la utilidad tuya,y no perderás nada en que ella crea ejercer sobre tiun dominio absoluto.

Si tienes verdadero empeño en conservar tusrelaciones, persuádela que estás hechizado por su

Page 54: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

55

hermosura. ¿Se cubre con el manto de Tiro?; alabasla púrpura de Tiro, ¿Viste los finos tejidos de Cos?;afirma que las telas de Cos le sientan a maravilla. ¿Seadorna con franjas de oro?; asegúrale que sus for-mas tienen más precio que el rico rnetal. Si se de-fiende con el abrigo de paño recio, aplaude su de-terminación; si con una túnica ligera, dile queencienda tus deseos, y con tímida voz ruégale que seprecava del frío. ¿Divide el peinado sus cabellos?;alégrente por lo bien dispuestos. ¿Los tuerce en ri-zos con el hierro?; pondera sus graciosos rizos.Admira sus brazos en la danza, su voz cuando can-te, y así que termine, duélete de que haya acabadotan pronto. Admitido en su tálamo, podrás venerarlo que constituye tu dicha y expresar a voces lassensaciones que te embargan, y aunque sea más fie-ra que la espantosa Medusa, se convertirá en dulce ytierna para su amante. Ten exquisita cautela en quetus palabras no le parezcan fingidas y el semblantecontradiga tus razones; aprovecha ocultar el artifi-cio, que una vez descubierto llena de rubor, y conjusticia destruye por siempre la confianza.

Al declinar de un año abundantísimo, cuandolos maduros racimos se pintan con un jugo de púr-pura y el tiempo inconstante ya nos encoge con el

Page 55: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

56

frío, ya nos sofoca de calor, y sus bruscas transicio-nes rinden los cuerpos a la languidez, ella puede re-bosar de salud; mas si cae enferma en el lecho ysiente la maligna influencia de la estación, entonceshas de patentizar tu amor y solicitud; siembra en-tonces para recoger después una abundante cose-cha; no te enoje el fastidio que produce una largaenfermedad, rindan tus manos los servicios que ellaconsienta, vea las lágrimas suspensas en tus ojos yno advierta que la repugnancia te impide besar susyertos labios y humedecerlos con tu llanto. Hazvotos por su saluden alta voz, y si se ofrece la oca-sión, cuéntale el sueño de feliz augurio que has te-nido y ordena que una vieja purifique el dormitorioy el lecho, llevando en las trémulas manos el azufrey los huevos de la expiación. Ella conservará gratorecuerdo de tus servicios, y con tal conducta mu-chos se abrieron camino para conquistar una heren-cia; pero evita provocar el odio de la enferma por tuexcesiva oficiosidad, y guarda la justa medida en tusolícito celo. No le impidas que coma, y si tiene quetomar una poción amarga, que se la sirva tu rival.

El viento que hincha tus velas a la salida delpuerto, no te servirá cuando navegues en alta mar.El amor débil en su nacimiento, hecho costumbre,

Page 56: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

57

cobra fuerzas, y si lo nutres bien, con el tiempo ad-quiere gran robustez. El becerrillo que solías halagarcon tus caricias, ya hecho toro infunde pavor; elárbol a cuya sombra descansas ahora, fué un débilplantón; el arroyuelo humilde dilata el caudal en sucurso, y por donde pasa recibe multitud de corrien-tes que lo transforman en río impetuoso. Que seacostumbre a tratarte, tiene gran poder el hábito, yno rehuyas penas o tedios por ganarte su voluntad.Que te vea y escuche a todas horas, y que noche ydía estés presente a su imaginación. Cuando abri-gues la absoluta confianza de que sólo piensa en ti,emprendes un viaje, para que tu ausencia la llene deinquietud: déjala que descanse; en los barbechosfructifican abundantes las semillas, y la árida tierraabsorbe con avidez el agua de las nubes. Mientrastuvo presente a Demofón, Fílida le atestiguó unamor moderado, y así que aquél se hizo a la vela,ésta se consumió en una llama voraz; el cauto Ulisesatormentaba a Penélope con su ausencia, y Laoda-mia languidecía separada de su caro Protésilas; perono retardes la vuelta, en obsequió a tu seguridad; eltiempo debilita los recuerdos, el ausente cae en elolvido, y otro nuevo amante viene a reemplazarlo.En la ausencia de Menelao, por no dormir sola, se

Page 57: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

58

entregó Helena a las ardientes caricias de su hués-ped. ¡Qué insensatez la tuya, Menelao, partir solo, ydejar bajo el mismo techo a tu esposa con un ex-tranjero! ¡Imbécil!, confías las palomas a las uñas delmilano y entregas tu redil al lobo de los montes. Noes culpable Helena ni su adúltero amante por hacerlo que tú, lo que otro cualquiera hubiese hecho ensu lugar. Tú la indujiste al adulterio brindándole elsitio y la ocasión; ella es sólo responsable de seguirtus consejos. ¿Qué había de suceder, con el maridoausente, a su lado un amable extranjero, y temiendodormir sola en el vacío lecho? Que Menelao pienselo que quiera, yo la absuelvo de responsabilidad; nopecó en aprovecharse de la complacencia de su ma-rido.

Mas ni el feroz jabalí, cuando colérico lanza arodar por el suelo los perros con sus colmillos ful-minantes, ni la leona cuando ofrece las ubres a suspequeñuelos cachorros, ni la violenta víbora queaplasta el pie del viajero inadvertido, son tan cruelescomo la mujer que sorprende una rival en el tálamodel esposo: la rabia del alma se pinta en su faz, elhierro, la llama, todo sirve a su venganza, y de-puesto el decoro, se transforma en una Bacanteatormentada por el dios de Aonia. La bárbara Me-

Page 58: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

59

dea vengó con la muerte de sus hijos el delito deJasón y los derechos conyugales violados. Esa go-londrina que ves fue otra cruel madrastra: mira supecho señalado con las manchas sangrientas delcrimen. Los celos rompen los más firmes lazos, lasuniones venturosas, y el hombre cauto no debeprovocarlos jamás. Mi censura no pretende conde-narte a que te regocijes con una sola bella; líbrenmelos dioses; apenas las casadas pueden resistir talobligación. Diviértete, pero cubre con un velo loshurtos que cometas, y nunca te vanaglories de tusfelices conquistas. No hagas a la una regalos que laotra pueda reconocer, y cambia de continuo las ho-ras de tus citas amorosas, y para que no te sorpren-da la más suspicaz en algún escondite que le seaconocido, no te reunas con la otra a menudo en elmismo lugar. Cuando le escribas, vuelve a releer denuevo las tablillas antes de enviárselas: muchas leenen el escrito lo que no dice realmente. Venus, ofen-dida, prepara con justicia las armas, devuelve losdardos que la hieren, y fuerza al combatiente a so-portar los males que ha ocasionado. Mientras Aga-menón vivió contento con su esposa, ésta semantuvo fiel, y sólo el ejemplo del marido la incitó aclaudicar. Clitemnestra había sabido que Crises, con

Page 59: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

60

el ramo de laurel en la mano y en la frente las cintassagradas, no logró rescatar a su hija; había oído ha-blar, ¡oh Briseida!, del rapto que te causó tan vivosdolores, y de los motivos vergonzosos que retrasa-ron la conclusión de la guerra. Esto lo había oído,pero con sus propios ojos vió la hija de Príamo, y alvencedor que volvía sin sonrojo hecho, esclavo desu propia cautiva. Entonces la hija de Tíndaro aco-gió en su pecho y su tálamo a Egisto y vengó con elcrimen la infidelidad del esposo.

Si a pesar de las precauciones, tus furtivasaventuras llegan un día a traslucirse, aunque seanmás claras que la luz, niégalas rotundamente, y no temuestres ni más sumiso ni más amable de lo queacostumbras: estas mudanzas son señales de unánimo culpable; pero no economices tu vigor hastadejarla satisfecha: la paz se conquista a tal precio, yasí desarmarás la cólera de Venus. Habrá quien teaconseje el empleo de hierbas nocivas, corno la aje-drea o una mezcla de pimienta con la semilla de lapunzante ortiga, o la del rojo dragón diluída en vinoañejo; todas, a mi juicio, son venenosas, y la divini-dad venerada en el monte Erix, poblado de bosque,no consiente que con estas drogas se alcancen susplaceres; puedes aprovecharte del blanco bulbo que

Page 60: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

61

nos envía la ciudad de Megara y la hierba estimu-lante que crece en nuestros jardines, con los huevos,la miel del Himeto y los frutos que produce el arro-gante pino.

Docta Erato, ¿a qué te entretienes en discurrirsobre el arte médica? Corramos por el camino dedonde nos hemos separado. Tú, que obediente amis consejos ocultabas ayer tus infidelidades, modi-fica la conducta, y por orden mía pregona tus hurtosclandestinos. No culpes mi inconsecuencia; la corvanave no obedece siembre al mismo viento, ya la im-pulsa el Bóreas de Tracia, ya el Euro; unas veceshincha las velas el Céfiro y otras el Noto. Mira có-mo el conductor del carro ora afloja las tendidasriendas, ora reprime con pericia la fogosidad de loscorceles. Sirve mal a muchas una tímida indulgencia,pues su afecto languidece si no lo reanima la sospe-cha de alguna rival; se embriaga demasiado con losprósperos sucesos y le cuesta gran trabajo sobrelle-varlos con ánimo sereno. Como un fuego ligero seextingue poco a poco por falta de alimento y desa-parece envuelto por la blanca ceniza, mas con elauxilio del azufre vuelve a surgir la llama que despi-de una nueva claridad; así, cuando el corazón lan-guidece por exceso de seguridad indolente, necesita

Page 61: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

62

vivos estímulos que le devuelvan la energía. Infún-dele agudas sospechas, vuelve a encender de nuevoel fuego apagado, y que palidezca con los indiciosde tus malos pasos. ¡Oh, cien y mil veces feliz aquelde quien se querella su prenda justamente ofendida!Apenas la noticia de la infidelidad llega a lastimarsus oídos, cae desmayada y pierde al mismo tiempoel color y la voz. ¡Ojalá fuese yo la víctima a quienarrancase furiosa los cabellos y cuyas tiernas mejillassangrasen destrozadas por sus uñas! ¡Ojalá al vermese deshiciese en llanto y me contemplase con torvasmiradas, y aunque quisiera no acertase a vivir unmomento sin mí. Si me preguntas cuánto tiempohas de conceder al desahogo de la ofendida, teaconsejaré que el menor posible, para que la dila-ción no avive la fuerza del resentimiento. Apre-súrate a estrechar con tus brazos su marmóreocuello, y acoge en tu seno su rostro bañado en lá-grimas; cúbrelas de besos y enjúgalas con los delei-tes de Venus; así firmarás las paces y con elrendimiento desarmarás su cólera. Si ella se desatinaen extremo y te declara abiertamente la guerra, in-vítala a las dulzuras del lecho y allí se ablandará, allídepone sus armas la pacífica Concordia, y de allí,créeme, surge pronto el perdón. Las palomas que

Page 62: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

63

acaban de reñir, juntan sus picos acariciadores, ydiríase que sus arrullos suenan como palabras deternura.

La naturaleza al principio era una masa confusay desordenada, donde giraban revueltos los astros,la tierra y el mar; después el cielo se elevó sobre latierra y ésta quedó ceñida por las olas del Océano ysurgieron del informe caos los diversos elementos:el bosque recibió por habitantes a las fieras, el aire alas aves y los peces escogieron las aguas por mora-da. Entonces el linaje humano erraba en los desier-tos, campos y la fuerza constituía el don máspreciado de sus rudos cuerpos; las selvas les dabanhabitación, las hierbas comida, las hojas lecho, y porlargo tiempo vivió cada cual desconocido de sussemejantes. La voluptuosidad se dice que dulcificólos instintos feroces, el varón y la hembra, reunidosen el mismo lugar, aprendieron lo que debían hacersin necesidad de maestro, y Venus no tuvo que re-currir al arte para cumplir su grata misión. El aveama a su compañera que le llena de gozo, el pezsolicita a su hembra en medio de las aguas, la ciervasigue al ciervo, la serpiente se une a la serpiente, laperra se entrega al adulterio con el perro, la ovejarecibe los halagos del carnero del carnero, la vaca se

Page 63: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

64

regocija con el toro, la cabra aguanta al inmundomacho cabrío y las yeguas se agitan furiosas, y porjuntarse a los potros recorren largas distancias yatraviesan a nado los ríos.

Ánimo, pues; emplea tan eficaz remedio en cal-mar el enojo de tu amada; es el único que curará suacerbo dolor: esta medicina supera a los jugos deMacaón, y con ella, si hubieses pecado, volverás aganarte su perdida voluntad. Así cantaba yo. Apolose me aparece súbitamente, pulsando con sus dedoslas cuerdas de la lira de oro, con un ramo de laurelen la mano, ceñida por una guirnalda de sus hojas ladivina cabellera, y en tono profético me habla deesta suerte: «Maestro del amor juguetón, guíapronto tus discípulos a mi templo, donde se lee lainscripción conocida en todo el universo que orde-na al hombre conocerse a sí mismo: el que se co-nozca a sí mismo guiará con sabiduría sus pasos porla difícil senda y jamás intentará empresas que so-brepujen a sus fuerzas. Aquel a quien la naturalezadotó de hermosa cara, saque de ella partido; el quese distingue por el color de la piel, reclínese ense-ñando los hombros; el que agrada por su trato, evitela monotonía del silencio; cante el hábil cantor, be-ba el bebedor infatigable; pero el orador imperti-

Page 64: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

65

nente no interrumpa la conversación con sus dis-cursos, ni el poeta vesánico se ponga a recitar susensayos.» Así habló Febo; obedeced sus mandatos:las palabras del dios merecen la mayor confianza.Vuelvo a mi asunto: el que ame con prudencia y sigalos preceptos de mi arte, saldrá victorioso y alcanza-rá cuanto se proponga. No siempre los surcos de-vuelven con usura las semillas que se les arroja, nisiempre el viento favorece la ruta de las naves. Elamante tropieza en su camino más tedios que satis-facciones, y ha de preparar el ánimo a rudas prue-bas. No corren tantas liebres en el monte Athos, nivuelan tantas abejas en el Hibla, ni produce tantasolivas el árbol de Palas, ni se ven tantas conchas aorillas del mar, como penas se padecen en las con-tiendas amorosas: los dardos que nos hieren estánbañados en amarga hiel. Si te dicen que ha salidofuera, aunque la veas andar por casa, cree que ha sa-lido fuera y que tus ojos te engañan. Si te ha prome-tido una noche y encuentras la puerta cerrada, llé-valo en paciencia y reclina tu cuerpo en el durosuelo. Tal vez alguna criada embustera pregunte entono insolente: «¿Por qué este hombre asedia nues-tras puertas?» Ea, dirige a este intratable bicho fra-ses cariñosas desde los umbrales, y adórnalos con

Page 65: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

66

las rosas que arrancaste a la guirnalda de tu cabeza.Cuando se digne recibirte, apresúrate a complacerla;si se niega, retírate: un hombre discreto nunca esimportuno. ¿Quieres que tu amiga pueda exclamar:«No hallo medio de despedirle»? Como no siemprela mujer da pruebas de buen sentido, no considerestorpe acción aguantar las injurias y si es preciso losgolpes, ni besar tiernamente sus lindos pies.

Mas ¿por qué me detengo en minucias insignifi-cantes? Álcese el ánimo a mayores. Cantaré grandescosas: vulgo de los amantes, préstame dócil aten-ción. El trabajo es arduo, pero no hay esfuerzo sinpeligro, y el arte que enseño se recrea en las dificul-tades. Tolera en calma a tu rival y acabarás por ven-cer, y aun entrarás triunfante en el templo del sumoJove. Cree mis vaticinios, que no los profieren la-bios mortales, sino las encinas de Dódona. Mi ense-ñanza no conoce preceptos más sublimes. ¿Seentiende por señas con tu rival?; sopórtalo indife-rente. ¿Le escribe?; no te apoderes de sus tablillas,déjala ir y volver por doquiera al tenor de su capri-cho. Algunos maridos tienen esta complacencia consus legítimas esposas, sobre todo cuando el dulcesueño viene a facilitar los engaños: en este punto, loconfieso, yo no he llegado a la, perfección. ¿Qué

Page 66: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

67

partido tomar? Los consejos que prescribo rebasanla medida de mis fuerzas. ¿Toleraré que en mis bar-bas un cualquiera se entienda por gestos con miamada, sin que estalle el volcán de mi cólera? Re-cuerdo que cierto día ella recibió un beso de su ma-rido y me quejé amargamente; tan locas eran lasexigencias de mi pasión. Este defecto me perjudicóno poco en múltiples ocasiones. Es más ladino e1que permite que otros se regodeen con su prenda;pero yo estimo lo mejor ignorarlo todo. Déjala queoculte sus trapacerías, no sea que la obligada confe-sión de la culpa haga huir el pudor de su rostro. Así,jóvenes, no queráis sorprender a vuestras amigas;consentid que os engañen y que os crean convenci-dos con sus buenas razones. Los amantes cogidosinfraganti se quieren más desde que su suerte esigual, y el uno y el otro se aferran en seguir la con-ducta que los pierde.

Se cuenta una hazaña bien conocida en todo elOlimpo: la de Venus y Marte sorprendidos por laastucia de Vulcano. El furibundo Marte, poseído deun amor insensato hacia Venus, de guerrero terribleconvirtióse en sumiso amador, y Venus, ningunadiosa es tan sensible a los ruegos, no se mostró hu-raña y dificultosa al numen de la guerra. ¡Cuántas

Page 67: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

68

veces dicen que puso en ridículo la cojera de su ma-rido y las manos callosas de andar entre el fuego ylas tenazas! Delante de Marte simulaba la marchatorcida de Vulcano, y en estas burlas realzaba suhermosura con gracia sin rival. Supieron celar bienlos primeros deslices, y su trato culpable aparecíalleno de verecundo pudor. Mas el Sol, ¿quién puedeocultarse a sus miradas?, el Sol descubrió a Vulcanola infiel conducta de la esposa. ¡Oh Sol, qué ejemplodiste tan pernicioso! ¿Por qué no reclamaste el pre-mio de tu silencio, ya que ella tenía con qué pagarlo?Vulcano urde en torno del lecho una red impercep-tible, que desafiaba la vista más perspicaz, y simulaun viaje a Lemnos. Los amantes llegan a la cita, ydesnudos uno y otro caen presos en la red. El mari-do convoca a los dioses y les ofrece en espectáculoa los prisioneros. Venus apenas podía contener laslágrimas; en vano intentaba taparse la cara y cubrircon las manos las partes vergonzosas, y no faltó unchusco que dijese al tremebundo Marte: «Si te pesanesas cadenas, échalas sobre mis hombros.» Obligadopor las instancias de Neptuno, se resolvió Vulcano alibertar a los cautivos. Marte se retiró a Tracia y Ve-nus a Pafos. Vulcano, ¿qué ganaste con tu estrata-gema? Los que antes celaban el delito, hoy obran

Page 68: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

69

con entera libertad y sin átomo de pudor. Muchasveces habrás de arrepentirte de tu necia insensatez yde haber escuchado los gritos de la cólera. Osprohibo estas venganzas, como os las prohibe eje-cutar la diosa que fué víctima de tales insidias. Notendáis lazos a vuestro rival, ni penetréis los secre-tos de una misiva cuya letra os sea conocida: dejadestos derechos a los maridos, si estiman que los de-ben ejercer, pues a ello les autorizan el fuego y elagua de las nupcias. De nuevo os lo aseguro: aquísólo se trata de placeres consentidos por las leyes, yno asociamos a nuestros juegos a ninguna matrona.

¿Quién osará divulgar los profanos misterios deCeres y los sacros ritos instituidos en Samotracia?Poco mérito encierra guardar silencio en lo que senos manda, y al contrario, revelar un secreto es cul-pa harto grave. Con justicia Tántalo, por la indiscre-ción de su lengua, no alcanza a tocar los frutos delárbol suspendidos sobre su cabeza y se ahoga enmedio de las aguas. Citerea, sobre todo, recomiendavelar sus misterios: os lo advierto para que ningúncharlatán se acerque a su templo. Si los de Venus nose ocultan en las sagradas cestas, si el bronce no re-percute con estridentes golpes, y todos estamos ini-ciados en ellos, es a condición de no divulgarlos. La

Page 69: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

70

misma Venus, cuantas veces se despoja del vestido,se apresura a cubrir con la mano sus secretas per-fecciones. Con frecuencia los rebaños se entreganen medio del campo a los deleites carnales; mas alverlos, la honesta doncella aparta ruborizada la vis-ta. A nuestro hurtos convienen un tálamo oculto yuna puerta ce- rrada, con nuestros vestidos cubri-mos vergonzosas desnudeces, y si no buscamos lastinieblas, deseamos una medio obscuridad; todomenos la luz radiante de día. En aquellos tiemposen que aún no se habían inventado las tejas que res-guardasen del sol y la lluvia, y la encina nos servíade alimento y morada, no a la luz del día, sino en lasselvas y los antros, se gozaban los placeres de lavoluptuosidad: tanto respetaba el pueblo rudo lasleyes del pudor. Mas ahora pregonamos nuestrashazañas nocturnas, y nada se paga a tan alto preciocomo el placer de que las sepa todo el mundo. ¿Vasa reconocer en cualquier sitio a todas las mucha-chas, para decir a un amigo: «Esa que ves fué rnía»,y para que no te falte una a quien señalar con el de-do, la comprometes, de modo que sea la comidillade la ciudad? Digo poco: hay sujetos que fingen co-sas que negarían si fuesen verdaderas, y se vanaglo-rian de que ninguna les ha negado su favor, y si no

Page 70: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

71

mancillan los cuerpos, afrentan los nombres y po-nen en duda la reputación de mujeres honradísimas.

Anda, pues, odioso guardián de una mujer,atranca las puertas y échales por más seguridad ciencerrojos. ¿De qué sirven tus precauciones si la ca-lumnia se ensaña en la honra y el adúltero pregonalo que nunca ha existido? Nosotros en cambio ha-blarnos con reserva de nuestras conquistas verdade-ras, y con un velo tupido encubrimos nuestroshurtos misteriosos. No reprochéis nunca los defec-tos de una joven; el haberlos disimulado fué a mu-chos de gran utilidad. Aquel que llevaba un ala encada pie no reprobó en Andrómeda el color delsemblante. Andrómaca sorprendía a todos por sutalla desmesurada, pero Héctor encontró que nopasaba de la regular. Acostúmbrate a lo que te pa-rezca mal, y lo conllevarás bien: el hábito suavizamuchas cosas y la pasión incipiente se alborota poruna nonada. Cuando el ramillo injerto se nutre en laverdadera corteza, cae al menor soplo del viento,mas con el tiempo arraiga y desafía la violencia delhuracán, y ya rama vigorosa, enriquece al árbol quela adoptó con frutos exquisitos. Las deformidadesdel cuerpo desaparecen un día, y lo que notamoscomo defectuoso llega por fin a no serlo. Un olfato

Page 71: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

72

poco acostumbrado repugna el olor que despidenlas pieles de toro, y a la larga concluye por so-portarlo sin repugnancia.

Dulcifiquemos con los nombres las macas reco-nocidas: llamemos morena a la que tenga el cutismás negro que la pez de Iliria; si es bizca, digamosque se parece a Venus; si pelirroja, a Minerva; con-sideremos como esbelta a la que por su demacra-ción más parece muerta que viva; si es menuda, dique es ligera; si grandota, alaba su exuberancia, ydisfraza los defectos con los nombres de las buenascualidades que a ellas se aproximan. No le pregunteslos años que tiene o en qué consulado nació; dejaestas investigaciones al rígido censor, máxime si semarchitó la flor de su juventud, si su mejor tiempoha pasado y ya comienzan a blanquear las canas en-tre sus cabellos. Mancebos, esta edad u otra másadelantada cuadra a vuestros placeres, estos camposhabéis de sembrar porque producen la mies enabundancia. Mientras los pocos años y las fuerzas osalientan, tolerad los trabajos, que pronto vendrá contácitos pasos la caduca vejez. Azotad las olas con losremos, abrid la tierra con el arado, o empuñad brio-sos las sangrientas armas del combate, o entregaosen cuerpo y alma al servicio de las bellas, que como

Page 72: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

73

el de la guerra os ofrecerá ricos despojos. Se ha deañadir que las mujeres de cierta edad son más du-chas en sus tratos, tienen la experiencia que tantoayuda a desarrollar el ingenio, saben, con los afeites,encubrir los estragos de los años y a fuerza de ardi-des borran las señales de la vejez. Te brindarán siquieres de cien modos distintos las delicias de Ve-nus, tanto que en ninguna pintura encuentres mayorvariedad. En ellas surge el deseo sin que nadie loprovoque, y el varón y la hembra experimentan sen-saciones iguales. Aborrezco los lazos en que el de-leite no es recíproco: por eso no me conmueven loshalagos de un adolescente; odio a la que se entregapor razón de la necesidad y en el momento del pla-cer piensa indiferente en el huso y la lana. No agra-dezco los dones hijos de la obligación, y dispenso ami amiga sus deberes con respecto a mi persona.Me complace oír los gritos que delatan sus intensosgoces y que me detenga con ruegos para prolongarsu voluptuosidad. Me siento dichoso si contemplosus vencidos ojos que anubla la pasión y que langui-dece y se niega tenaz a mis exigencias.

La naturaleza no concede estas dichas a los añosjuveniles, sino a esa edad que comienza después delos siete lustros. Los que se precipitan demasiado

Page 73: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

74

beben el vino reciente; yo quiero que mi tinaja meregale con el añejo que data de los antiguos cónsu-les. El plátano sólo después de algunos años resistelos ardores del sol, y la hierba recién segada de losprados hiere los desnudos pies. ¡Qué!, ¿osarías ante-poner Hermíone a Helena y afirmar que Jorge valíamás que su madre? El que pretenda coger los frutosde Venus ya maduros, si tiene constancia alcanzaráel debido galardón.

He aquí que recibe a los dos enamorados el le-cho confidente de sus cuitas. Musa, no abras lapuerta cerrada del dormitorio. Sin tu ayuda las pala-bras elocuentes brotarán espontáneas de los labios;allí las manos no permanecerán ociosas y los dedossabrán deslizarse por las partes donde el amor tem-pla ocultamente sus flechas. Así en otros días lo hi-zo con Andrómaca el valeroso Héctor, cuyoesfuerzo no brillaba sólo en los combates, y así elgran Aquiles con su cautiva de Lirneso, cuando can-sado de combatir se retiraba a descansar en el lechovoluptuoso. Tú, Briseida, permitías que te tocasenaquellas manos que aun estaban empapadas con lasangre de los frigios. ¿Acaso no fué esto mismo loque más te soliviantaba, viendo orgullosa cómo aca-riciaba tu cuerpo su diestra vencedora? Créeme, no

Page 74: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

75

te afanes por llegar al término de la dicha; demóraloinsensiblemente, y la alcanzarás completa. Si das enaquel sitio más sensible de la mujer, que un neciopudor no te detenga la mano; entonces observaráscómo sus ojos despiden una luz temblorosa, seme-jante al rayo del sol que se refleja en las aguas crista-linas; luego vendrán las quejas, los dulcísimosmurmullos, los tiernos gemidos y .las palabras ade-cuadas a la situación; pero ni te la dejes atrás des-plegando todas las velas, ni permitas que ella se teadelante. Penetrad juntos en el puerto. El colmo delplacer se goza cuando dos amantes sucumben almismo tiempo. Esta es la regla que te prescribo, sipuedes disponer de espacio y el temor no te obliga aapresurar tus hurtos placenteros; mas si en la tar-danza se oculta el peligro, conviene bogar a todoremo y hundir el acicate en los ijares del corcel.

Me acerco al fin de la obra: mozos agradecidos,concededme la palma y ceñid mis cabellos perfuma-dos con guirnaldas de mirto. Cuanto sobresalía Po-dalirio entre los griegos por su arte en curar, Pirropor su pujanza, Néstor por su elocuencia, Calcaspor sus veraces vaticinios, Telamón por su destrezaen las armas y Automedonte por su habilidad enguiar los carros, tanto sobresalgo yo en el arte de

Page 75: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

76

enamorar. Jóvenes, ensalzad a vuestro poeta, cantadsus alabanzas, y que su nombre corra triunfante por1a redondez del orbe. Os he provisto de armas cor-no las que Vulcano entregó a Aquiles; éste venciócon ellas; venced vosotros con las que os puse enlas manos, y el que con mi acero triunfe de una fe-roz amazona, inscriba sobre su trofeo: «Ovidio fuemi maestro.»

Mas a su vez las tiernas doncellas me suplicanles de algunas lecciones, que serán el tema del librosiguiente.

Page 76: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

77

LIBRO TERCERO

Armé a los griegos contra las amazonas, y ahoradebo armar contra ellos a Pentesilea y su belicosahueste. Volad al combate con medios iguales ytriunfen los protegidos de la encantadora Venus y elniño que recorre en su vuelo el vasto universo. Noera justo que las mujeres peleasen desnudas contraenemigos bien armados, y en estas condiciones lavictoria de los hombres sería altamente depresiva.Tal vez alguno del montón me objete: «¿A qué su-ministras ponzoña a la víbora y entregas el rebaño ala loba furiosa?» Respondo que es injusto extender atodas las culpas de unas pocas, y que cada cual debeser juzgada según los propios méritos. Si Menelaose queja con motivo de Helena, con mucho mayorAgamenón puede acusar a Clitemnestra, la hermanade Helena; si por la maldad de Erifile, la hija de Ta-

Page 77: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

78

laión, Anfiarao descendió vivo a los infiernos sobresus briosos corceles, tenemos a Penélope casta y fiela su marido, en los dos lustros de la guerra de Troyay en los otros dos que anduvo errante por los ma-res. Acuérdate de Laodamia, que acabó sus días enla flor de la edad por unirse a su esposo en la tum-ba, y de Alcestes, que redimió de la muerte a su ma-rido, Admeto, con el sacrificio de la propia vida.«Recíbeme, Capaneo, y que nuestras cenizas se con-fundan», clama la hija de Ifis, y en seguida se lanzaen medio de la hoguera.

La virtud es femenina por el traje y el nombre;¿qué tiene de extraño que favorezca a su sexo? Peromi arte no pretende alentar almas tan grandes; a mihumilde bajel convienen velas más reducidas. Conmis lecciones aprenderán amores fáciles y les ense-ñaré el modo de conseguir sus propósitos. La mujerno sabe resistir las llamas ni las flechas crueles deCupido; flechas que, a mi juicio, hieren menos hon-das en el corazón del hombre. Éste engaña muchasveces; las tiernas muchachas, si las estudias, verásque son pérfidas muy pocas. El falso Jasón abando-nó a Medea ya hecha madre, y bien pronto buscóotra desposada que ocupase su lecho. Teseo,¡cuánto temió por tu causa Ariadna servir de pasto a

Page 78: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

79

las aves marinas, abandonada en el desierto litoral!Pregunta por qué Filis corrió nueve veces a la playa,y oirás que, dolidos de su infortunio, los árboles sedespojaron de su cabellera. Eneas goza fama depiadoso, y, no obstante, Elisa, en premio de la hos-pitalidad te dejó la espada y la desesperación, instru-mentos de tu muerte. Voy a manifestaros lo quecausó vuestra ruina: no supisteis amar, os faltó elarte, sí, el arte que perpetúa el amor. Hoy tambiénlo ignoraríais, mas Citerea me ordenó enseñároslo,deteniéndose delante de mí y diciéndome: «¿Quémal te han hecho la infelices mujeres, que las entre-gas como desvalido rebaño a los jóvenes armadospor ti? Tus dos cantos primeros los adoctrinaron enlas reglas del arte, y el bello sexo reclama a su vezlos consejos de tu experiencia. El poeta que llenó deoprobio a la esposa de Menelao, mejor aconsejado,cantó después sus alabanzas. Si te conozco bien, tecreo incapaz de ofender a las bellas, y mientras vivasesperan de ti el mismo proceder.»

Dijo, y de la corona de mirto que ceñía sus cabe-llos arrancó una hoja y varios granos y me los rega-ló. Apenas recibidos, sentí la influencia de un nu-men divino, la luz brilló más pura a mis ojos, y elpecho quedó aliviado de su carga abrumadora.

Page 79: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

80

Puesto que me alienta el ingenio, aprended, lindasmuchachas, los preceptos que me permiten daros elpudor, las leyes y vuestro propio interés. Tened pre-sente que la vejez se aproxima ligera, y no perderéisun instante de la vida. Ya que se os consiente porfrisar en los años primaverales, no malgastéis eltiempo, pues los días pasan como las ondas de unrío, y ni la onda que pasa vuelve hacia su fuente, nila hora perdida puede tampoco ser recuperada.Aprovechaos de la juvenil edad que se desliza silen-ciosa, porque la siguiente será menos feliz que laprimera. Yo he visto florecer las violetas en mediodel matorral, y recogí las flores de mi corona entrelos abrojos de la maleza. Pronto llegará el día en queya vieja, tú, que hoy rechazas al amante, pasesmuerta de frío las noches solitarias, y ni los preten-dientes rivales quebrantarán tu puerta con sus riñasnocturnas, ni al amanecer hallarás las rosas esparci-das en tu umbral. ¡Desgraciado de mí!, ¡cuán prestolas arrugas afean el semblante, y desaparece el colorsonrosado que pinta las mejillas! Esas canas quejuras tener desde la niñez, se aprestan a blanquearsúbitamente toda tu cabeza. La serpiente se rejuve-nece cambiando de piel, lo mismo, que el ciervodespojándose de su cornamenta; a nosotros nada

Page 80: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

81

nos compensa de las dotes perdidas. Apresúrate acoger la rosa; pues si tú no la coges, caerá torpe-mente marchita.

Añádase a esto que los partos abrevian la juven-tud, como a fuerza de producir se esterilizan loscampos. Luna, no te ruborices de visitar a Endi-mión en el monte Latinos; diosa de los dedos depúrpura, no te avergüences de Céfalo, y por no ha-blar de ti, Adonis, a quien Venus llora desolada, ¿nose debió al amor el nacimiento de Encas y Harmo-nia? Imitad, jóvenes mortales, el ejemplo de las dio-sas, y no neguéis los placeres que solicitan vuestrosardientes adoradores. Si os engañan, ¿qué perdéis?Todos vuestros atractivos quedan incólumes, y ennada desmerecéis aunque os arranquen mil condes-cendencias. El hierro y el pedernal se desgastan conel uso; aquella parte de vosotras resiste a todo y notiene que temer ningún daño. ¿Pierde una antorchasu luz por prestarla a otra? ¿Quién os impedirá quetoméis agua en la vasta extensión del mar? Sin em-bargo, afirmas no ser decoroso que la mujer se en-tregue así al varón y respóndeme, ¿qué pierdes sinoel agua que puedes tomar en cualquiera fuente?

No pretendo que os prostituyáis, sino librarosde vanos temores; vuestras dádivas no os han de

Page 81: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

82

empobrecer. Que el leve soplo de la brisa me ayude,a salir del puerto; después en alta mar volaré al im-pulso de vientos más impetuosos. Comenzaré porlos artificios del adorno. A un excelente cultivo sondeudoras las viñas de su fecundidad, y las espigasdel grano que en abundancia producen. La hermo-sura es un don del cielo, mas cuán pocas se enorgu-llecen, de poseerlo; la mayor parte de vosotras estáprivada de tan rica dote, pero los afeites hermoseanel semblante que desmerece mucho si se trata condescuido, aunque se asemeje en lo seductor al de ladiosa de Idalia. Si las mujeres de la antigüedad nogastaban, su tiempo en el aderezo personal, tampo-co los esposos con quienes trataban se distinguíanpor el asco. Andrómaca vestía una túnica suelta.¿De qué maravillarse?; era la esposa de un duro sol-dado. ¿Había de presentarse cargada de adornos lacónyuge de Ayax, a este héroe que cubría su cuerpocon un escudo de siete pieles de toro? Antes impe-raba una rústica sencillez, mas hoy Roma brilla conlas espléndidas riquezas del orbe que ha sometido.Considera, lo que fué antiguamente el actual Capi-tolio, y creerás que es otro el Júpiter que veneramos.Esa curia donde se reunen los dignísimos senadores,en el reinado de Tacio era una humilde cabaña.

Page 82: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

83

Donde ahora deslumbra el suntuoso templo consa-grado a Febo y nuestros insignes caudillos, existíaun prado en que se apacentaban los bueyes. Queotros prefieran lo antiguo, yo me felicito de habernacido en época que conforma con mis gustos; noporque hoy se explota el oro oculto en el seno de latierra, y las playas remotas nos envían la concha dela púrpura; no porque decrece la altura de los mon-tes a fuerza de extraer sus mármoles, ni porque serechazan de la costa las cerúleas olas con los mue-lles prolongados, sino porque domina el adorno yno ha llegado hasta nosotros la rusticidad primitivaque heredamos de nuestros abuelos. Mas vosotrasno abruméis las orejas con esas perlas de alto precioque el indio tostado recoge en las verdes aguas; noos mováis con dificultad por el peso de los recama-dos de oro que luzcan vuestros vestidos; el faustocon que pretendéis subyugarnos, tal vez nos ahu-yenta, y nos cautiva el aseo pulcro y el cabello pri-morosamente peinado, cuya mayor o menor graciadepende de las manos que se ejercitan en tal faena.Hay mil modos de disponerlo; elija cada cual el quele siente mejor, y consulte con el espejo. Un rostroovalado reclama que caiga dividido sobre la frente:así lo usaba Laodamia; las caras redondas prefieren

Page 83: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

84

recogerlo en nudo sobre la cabeza y lucir al descu-bierto las orejas: los cabellos de la una caigan tendi-dos por la espalda, como los del canoro Febo en elmomento de pulsar la lira; la otra líguelos en tren-zas, como Diana cuando persigue en el bosque lasfieras espantadas. A ésta cae lindamente un peinadohueco y vagoroso; la otra gusta más llevándoloaplastado sobre las sienes; la una se complace ensujetarlo con la peineta de concha; la otra lo agitacomo las olas ondulantes; pero ni contarás nunca lasbellotas de la espesa encina, ni las abejas del Hibla,ni las fieras que rugen en los Alpes, ni yo me sientocapaz de explicar tantas modas diversas, númeroque aumenta con otras cada día que pasa. A muchasda singular gracia el descuido indolente; crees que sepeinó ayer tarde, y sale ahora mismo del tocador.Que el arte finja la casualidad; así vió Alcides a Joleen la ciudad que tomaba por asalto, y dijo al ins-tante: «La amo»; y tal aparecía Ariadna abandonadaen las playas de Naxos, cuando Baco la arrebató ensu carro entre los gritos de los Sátiros que clama-ban: «Evoe.» ¡Qué indulgencia tiene la naturalezacon vuestros hechizos, y cuántos medios os brindapara ocultar los defectos! Nosotros los disimulamosbastante mal, y con la edad huyen nuestros cabellos,

Page 84: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A M A R

85

mujer, cuando encanecen los suyos, los tiñe con lashierbas de hermoso que el natural; la mujer se nos presentacon de ajenos convertidos en propios, sin avergonzarse

mo Hé -cules y el coro de las Musas.

de los bordados ni de la lana dos veces teñida en lapúrpura de Tiro. Pudiendo usar tantos colores de

en el traje todas vuestras rentas? Ved el color azula-sparente y limpia de las nu-

otro semejante al del carnero que salvó a Frixo yIno: este verde recibe el

nombre de verdemar porque imita sus ondas, y creo

fas; aquél se asemeja al azafrán, color de la túnica dela Aurora, que esparciendo rocío apareja en su carro

Pa-fos y de las purpúreas amatistas, el de la rosa en-

otra parte tampoco falta, Amarilis, el color de tus

Page 85: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

86

castañas, de las almendras, y de la estofa a que lacera ha dado su nombre.

Cuantas flores produce de nuevo la tierra a lallegada de la primavera, en que brotan las yemas dela vid sin temor del invierno perezoso, tantas y másvarias tinturas admite la lana; elige con acierto, puesel mismo color no conviene a todas personas porigual.

El negro dice bien a las blancas como la nieve, aBriseida sentaba admirablemente, y cuando fué arre-batada vestía de negro. El blanco va mejor a las mo-renas; Andrómeda lo prefería, y vestida de este co-lor descendió a la isla de Serifo. Casi me disponía aadvertiros que neutralizaseis el olor a chotuno quedespiden los sobacos, y pusierais gran solicitud enlimpiaros el vello de las piernas; mas no dirijo misadvertencias a las rudas montañesas del Cáucaso, nia las que beben las aguas del Caico de Misia. ¿A quérecomendaros que no dejéis ennegrecer el esmaltede los dientes y que por la mañana os lavéis la bocacon una agua fresca? Sabéis que el albayalde prestablancura a la piel y que el carmín empleado con artesuple en la tez el color de la sangre. Con el artecompletáis las cejas no bien definidas y con los cos-méticos veláis las señales que imprime la edad. No

Page 86: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

A R T E D E A M A R

teméis aumentar el brillo de los ojos con una cenizafina o con el azafrán que crece en tus riberas, ¡oh

Cidno! Yo he compuesto un libro sobre el modo de reparar los estragos de la belleza, depocas páginas, pero donde hallaréis mucha doctrina.

las feas; en mi arte aprenderéis mil útiles consejos, sievitáis que el amante vea expuestos sobre la mesa

n-

mejunjes con que os embadurnáis la cara, que porpio peso resbalan hasta vuestro seno?; ¿a

quién no apesta la grasa que nos envían de Atenase-

sencia de testigos uséis la medula delciervo u os resaumentan la belleza, pero son desagradables a lavista. Muchas cosas repulsivas al hacerlas, agradan

por el laborioso Mirón, antes de labrarse fueronbloques informes de pesado mármol. Para formar

se tejen las vestiduras que os cubren; la que era unau-n-

Page 87: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

88

do el líquido humor de su cabellera. Imaginemosque te hallas durmiendo mientras arreglas tu tocado,y no aparezcas a nuestros ojos hasta después dedarte la última mano. ¿Por qué he de reconocer elafeite que blanquea tu tez? Cierra la puerta de tudormitorio y no dejes ver tu compostura todavíaimperfecta. Conviene a los hombres ignorar muchascosas: la mayor parte les causaría repulsión si no sesubstrajeran a su vista. ¿Ves los áureos adornos queresplandecen en la escena de los teatros?; pues sonhojas delgadas de metal que recubren la madera, yno se permite a los espectadores acercarse a ellos sinestar acabados. Así, no preparéis vuestros encantosficticios en presencia de los varones; mas no osprohibo ofrecer a la peinadora los hermosos cabe-llos, porque así los veo flotar sobre vuestras espal-das; os aconsejo, sí, que no eternicéis estaoperación, ni retoquéis cien veces los lindos bucles,y que la peinadora no tema vuestro furor. Odio a laque le clava las uñas en la cara y le pincha con laaguja en el brazo, obligándola a maldecir la cabezade su señora que tiene entre las manos, y a mancharcon lágrimas y sangre sus cabellos aborrecidos. Laque esté medio calva, ponga un guardia a la puerta ovaya a componerse al templo de la diosa Bona.

Page 88: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

A R T E D E A M A R

Un día se anunció mí súbita llegada a cierta joven, y en su turbación se puso al revés la cabellerapos iza. Que tan vergonzoso accidente no ocurramás que a mis enemigos, y caiga sólo tal deshonor

parthos. Es repulsivo un animal mutilado, un campo sin verdor, un árbol s-

vienen a oír mis lecciones Semele o la que atravesó el mar, sobre las espaldas de un falso

Menelao, reclamas contanta raen retener. La turbamulta que oye mis palabras se

ne de feas y hermosas; estas últimas abundanme p-

l-

Cuando el mar duerme tranquilo, el piloto descansa

un momento el timón. Cierto que son pocas las caras sin defectos; atiende a disimularlos, y a serte posible, también las macas del cuerpo. Si eres de cortaesta da hallándote de pie; si diminuta, extiende tus miembros a lolargo del lecho, y para que no puedan medirte vié -dote tendida, oculta los pies con un traje cualquiera.

Page 89: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

90

La que sea en extremo delgada, vístase con estofasburdas y un amplio manto descienda por sus espal-das; la pálida tiña su piel con el rojo de la púrpura, yremédiese la morena con la substancia extraída alpez de Faros. El pie deforme ocúltese bajo un cal-zado blanco, y una pierna desmedrada manténgasefirme, sujeta por varios lazos. Disimula las espaldasdesiguales con pequeños cojines, y adorna con unabanda el pecho demasiado saliente. Acompaña conpocos gestos la conversación, si tienes gruesos losdedos y toscas las uñas, y a la que le huele la boca lerecomiendo que no hable nunca en ayunas, y siem-pre a regular distancia del que la oye. Si tienes losdientes negros, desmesurados o mal dispuestos, larisa te favorecerá muy poco ¿Quién lo creerá? Lasjóvenes aprenden el arte de reír, que presta gran au-xilio a la beldad; entreabre ligeramente la boca, demodo que dos lindos hoyuelos se marquen en tusmejillas, y el labio inferior oculte la extremidad delos dientes superiores. Evita las risas continuas y es-truendosas, y que suenen en nuestros oídos las tuyascon un no sé qué de dulce y femenino que los hala-gue. Ciertas mujeres, al reír tuercen con muecas ho-rribles la boca; otras dan suelta a la alegría con talesrisotadas, que diríase que lloran o lastiman los oídos

Page 90: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

A R T E D E A M A R

con estrépito tan ronco y desagradable como el re-buzno de la borrica que da vueltas a la piedra de

Aprenden a llorar con gracia, a llorar cuando quieren y del modo que les conviene.

¿Qué diré de las que se comen letras indispensa-

lengua a pronunciarlas tartamudeando? El vicio deestropear las voces lo toman a gracia, y se ingenian

estas pequeñeces, que os aprovechará conocerlas.Aprended a andar como os favorezca más; en el

vimiento de los pies hay tesoros de gracias ine -timaÉsta mueve con intención las caderas, dejando flotar la túnica a capricho del viento y avanza el pie enacti i-

da del habitante de Umbría, en su marcha abre

en otras mil cosas, guárdese un término medio. Oschode la otra el excesivo abandono. Realizarás grandesconquistas si dejas al descubierto la extremidad de la

s-

Page 91: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

92

nieve; yo, ante tales hechizos, quisiera en mi arre-bato cubrir de besos lo que devoran mis ojos.

Las Sirenas eran unos monstruos marinos quedetenían el curso de las naves con su voz encanta-dora; apenas Ulises oyó sus acentos, estuvo a puntode romper los lazos que le sujetaban, mientras suscompañeros, con la cera puesta en los oídos, desco-nocían el peligro. El canto es cosa muy seductora:muchachas, aprended a cantar; no pocas, con ladulzura de la voz consiguieron que se olvidase sufealdad, y repetid ora las canciones que oísteis en lossuntuosos teatros, ora los temas ligeros compuestosen el ritmo de Egipto. La mujer aleccionada por misavisos sepa manejar el plectro con la derecha, y conla izquierda sostener la cítara. Orfeo, el de Tracia,movió las rocas y las fieras, el lago del Tártaro y elCancerbero de tres cabezas; y tú, Anfión, justísimovengador de la afrenta de tu madre, ¿no viste, a losacentos divinos de tu voz, obedecer las piedras quealzaron los muros de Tebas? Es harto conocida lafábula de Arión: un pez, aunque mudo, se sintióconmovido por su canto. Aprende así a tocar conlas dos manos las cuerdas del salterio, cuya músicadespierta las efusiones amorosas. Séante conocidaslas poesías de Calímaco, las del cantor de Cos, las

Page 92: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E

93

del viejo de las de Safo, poetisa en extremo voluptuosa, ni las

por las astucias del siervo Geta, y puedes leer ad -más los versos del apasionado los mejores trozos de Galo, del dulce Tibulo o el

Varrón sobre el Vellocino deOro, ¡oh n-

Eneas, que echó los cimientos de lasoberbia Roma, obra maestra con la cual ninguna se

con los de tan egregios Poetas, librando mis escritosde las aguas del elegantes versos del maestro que ha instruído porigual a los dos sexos, y de los tres libros que intitulóLos Amores, escoge el que hayas de recitar con vozsuave y conmovedora, o declama en tono elevadouna de sus Heroidas, género desconocido del cualse tiene por inventor.» Así accedan a mis votos Fe-bo; Baco, el de los cuernos en la frente, y las nuevehermanas, diosas propicias a los poetas.

¿Quién dudará que exijo de una hermosa quesepa la danza, y que mueva, dejando la copa del fes-tín, los torneados brazos al compás de la música? Seaplaude con estrépito a las que saben cimbrear las

Page 93: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

94

caderas en los espectáculos teatrales: tanta seduc-ción encierra su movilidad sugestiva. Casi me son-roja detenerme en estas minuciosidades, mas quieroque las jóvenes sean hábiles en echar los dados ycalcular la fuerza con que los arrojan en la mesa, yya sepan sacar el número tres, ya adivinar con vivapenetración el lado que se ha de evitar y el que se lesdemanda; que discurran, si juegan al ajedrez, y com-prendan que un peón no puede resistir a dos ene-migos; que el rey, cuando pelea sin ayuda de lareina, se expone a caer prisionero, y que el contrarioa menudo tiene que volver sobre sus pasos. Si di-viertes las horas jugando a la pelota con ancha ra-queta, no toques más que la que debes lanzar. Hayotro juego que divide una superficie en tantos cua-dritos como meses tiene el año; sobre la pequeñamesa se ponen tres piedras en cada uno de sus la-dos, y vence quien los coloca en la misma línea.Aprende estos juegos tan divertidos; es de mal tonoque una joven los desconozca, y muchas veces ju-gando suele brotar el amor. No requiere gran ta-lento el aprenderlos a la perfección; más difícil es aljugador aparecer dueño de sí mismo. A veces porfalta de prudencia la pasión nos arrebata, y un acci-dente cualquiera deja ver nuestro carácter al desnu-

Page 94: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

95

do; estalla la cólera, siempre aborrecible, el afán delucro suscita cuestiones y produce quejas amargas,se apostrofan los contendientes unos a otros, el aireresuena con los clamores, y cada cual invoca en sufavor a los dioses irritados, piérdese la confianzaentre los que juegan, y piden que se cambien lostableros; hasta muchas veces noté que las lágrimashumedecían sus mejillas. Que Júpiter preserve detales torpezas a la que solicita parecer agradable.

Estos son los juegos que os permite la debilidadde vuestro sexo; los hombres se ejercitan en otrosmás esforzados, como el de la pelota, el dardo, elaro de hierro, las armas y el manejo de la rienda queobliga a caracolear al caballo. No tenéis cabida en elcampo de Marte, ni acudís a nadar en las aguas he-ladas de la fuente Virginal o las plácidas ondas delTíber; en cambio se os consiente, y os resultará deprovecho, pasear a la sombra del pórtico de Pompe-yo, así que los ardientes corceles del Sol llegan alsigno de la Virgen, visitar el suntuoso palacio con-sagrado a Febo, que ganó sus laureles sumergiendoen el abismo las naves egipcíacas, y los monumen-tos que alzaron la esposa y la hermana de Augustocon su yerno ceñido por la corona naval. Visitadtambién las aras donde se quema el incienso en ho-

Page 95: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

96

nor de la vaca de Menfis y los tres teatros ocupandolos sitios más visibles. Acudid a la arena del circo,húmeda todavía con la tibia sangre, y fijaos en laardiente rueda que pasa al ras de la meta. Lo ocultopermanece ignorado, y nadie desea lo que no ve.¿Qué partido sacarás de tu hermosura si ninguno lacontempla? Aunque superes en el canto a Tamiris yAmebea, no conseguirá el aplauso tu lira desconoci-da. Si Apeles, el de Cos, no hubiese pintado a Ve-nus, aun yacería ésta sepultada en el fondo de lasaguas. Los poetas sagrados, ¿qué piden a los diosessino la fama? Este es el galardón que esperan de sustrabajos. En otros días los vates eran amados dehéroes y reyes, y los antiguos coros alcanzabanmagníficos premios: el título de poeta infundía ve-neración como el de la majestad, y con el honor sele prodigaban cuantiosas riquezas. Ennio, nacido enlos montes de Calabria, mereció juntar sus cenizas alas del gran Scipión; mas al presente las coronas dehiedra yacen sin honor y los frutos de las vigiliaslaboriosas de las Musas se desprecian como pro-ductos de la holgazanería. A pesar de ello, aspira-mos con tesón a la fama. ¿Quién conocería aHomero si no sacase a luz La Ilíada, su poema in-mortal? ¿Quién tendría noticias de Dánae si, siem-

Page 96: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A M A R

97

en la torre?Jóvenes hermosas, os será útil de vez en cuando

lejos de vuestras moradas. El lobo asedia muchasovejas para sorprender a una, y el ave de Júpiter

ofrézcase a las miradas del pueblo; entre tantos nodejará de encontrar uno a quien sorprenda. Véasela

n-

sus prendas. Por doquiera reina el azar; ten siempredisdonde menos te figures. Mil veces los perros olfatean en vano los escondrijos de la selva, y el ciervoviene a caer en las redes sin que ninguno lo acose.

Andrómeda, sujeta a una roca,podía es a-

esposo encontrar el sucesor, y entonces nada sientaa la mu r-

la peste de esos mozos que se pagan de su gallardíay elegan l artificio de suscabezas. Lo que te dicen ya lo han dicho a otras mil,

Page 97: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

98

y sin norte fijo corren vagabundos de acá para allá.¿Qué hará la mujer con un mozalbete más afemina-do que ella, y que acaso sostenga tratos con mayornúmero de amantes? Apenas me creeréis, y debéiscreerme. Troya permanecería en pie si hubieseaprovechado, los consejos de su rey Príamo. Algu-nos se insinúan con los agasajos de un falso rendi-miento, y por tales medios aspiran a gananciasdeshonrosas. No os seduzca su cabellera perfumadade líquido nardo, ni el estrecho ceñidor que sujetalos pliegues de su túnica ni la toga de hilo fino, ni lamultitud de anillos que casi les cubren los dedos.Acaso el más elegante de éstos sea un ratero que seencienda en el deseo de apoderarse de vuestros ri-cos vestidos. «Vuélveme lo mío», gritan a todas ho-ras las muchachas despojadas, y el foro resuena enrepetidas exclamaciones: «Vuélveme lo mío.»

Desde sus templos rutilantes de oro, Venus y lasdiosas de la vía Appia oyen sin inmutarse tales que-rellas. Entre estos sujetos hay algunos de fama tanvil, que la mujer engañada por ellos merece entrar ala parte de su oprobio. Aprended en las quejas deotras a temer vuestro daño, y no abráis nunca lapuerta a un falaz seductor. Hijas de Cecrops, nofiéis en los juramentos de Tesco; lo que hizo antes,

Page 98: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

A R T E D E A M A R

lo hará mañana poniendo a los dioses por testigosde su perjurio. Y tú, r-

dia de Teseo, ¿qué confianza mereces después deFilis? Si os dan buenas promesas,

pagad en la misma moneda; si las cumplen, no rehu-

fuego siempre encendido de Vesta, arrebatar los ob-Inaco y

brindar a su esposo el ónito mezclado en la infu-

amante le niega la satisfacción de Venus.Mas he ido harto lejos; Musa, refrena los corc -

les y evita que en su impetuosidad se desboquen. Si

en las tablillas de abeto, encarga a una cauta sirviente recoger sus misivas; reflexiona al leerlas, ycolige de su propia confesión si es fingida o nace de

demora: el retraso, como no se prolongue mucho,aguijonea al amor. Ni te muestres demasiado as -quible al que te solicita, ni te niegues a sus prete -siones con excetema y espere a la vez, y a cada repulsa crezcan lasesperanzas y el temor disminuya. Redacta las co -testaciones en estilo sencillo y natural: el lenguaje

Page 99: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

100

corriente es el que mejor impresiona. ¡Cuántas vecesuna carta bien escrita produjo el incendio de un co-razón vacilante, y, al contrario, un lenguaje bárbaroechó por tierra el influjo de la beldad! Mas puestoque renuncian vuestras frentes al honor de las sa-gradas cintas, y a toda costa os proponéis engañar avuestros maridos, entregad las tablillas a la criada oal siervo más redomado, y no confiéis tan carasprendas a un amante novicio. Yo he visto mujeres,pálidas de terror por tal imprudencia, pasar la míse-ra vida en continua esclavitud. Es pérfido de verasel que se reserva pruebas semejantes, pero tiene ensu poder armas tan terribles como los rayos del Et-na. En mi sentir, debe rechazarse el fraude con elfraude, y las leyes nos permiten ofender a los quenos acometen armados. Procurad que vuestra manose ejercite en trazar diferentes formas de letra. ¡Ah!,perezcan los traidores que me obligan a tales con-sejos. No es prudente responder en las tablillas sinodespués de borrar los signos anteriores, por que laescritura no denuncie dos manos distintas. Las mi-sivas al amante han de parecer dirigidas a una amiga,y en sus frases, el pronombre el debe substituirsepor ella.

Page 100: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

A R T E D E A M A R

Ya es hora de renunciar a pequeñeces; tratemosasuntos de mayor importancia, desplegando al

carácter favorece los atractivos físicos; ingenua pazconviene a los hombres, la cólera brutal a las fieras.

las venas de sangre y enciende los ojos con las siniestras miradas de las flauta; no te estimo en tanto!», dijo Palas, viendo en

o-batos de la furia os miráis al esp -

jo, apenas habrá quien reconozca su propia cara.r-

ta de dulcísimas miradas. e-

aborrecible, y un aspecto altanero lleva consgérmenes del odio. Mirad al que os contempla, n-

ríe, y a sus gestos re -ponded con señales de intelipreludios, el niño vendado renuncia a los dardos

aljaba.También aborrecemos a las melancólicas. Ame

ena a cijada, nos dejamos vencer por mujeres de genio

Page 101: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

102

alegre. Nunca hubiera yo rogado a Andrómaca ni aTecmesa que una y otra me dispensasen su íntimaamistad, y hasta me resistiría a creer, si los hijos noatestiguasen lo contrario, que se ofrecieron en eltálamo sus respectivos esposos. La compañerasombría de Ayax ¿pudo decirla nunca «luz de mivida», ni esas frases que tanto nos seducen? ¿Quiénme prohibirá aplicar el ejemplo de las grandes a lascosas menores, y compararlas a las disposiciones deun hábil caudillo? El jefe experto entrega a un ofi-cial el mando de cien infantes, a otro un escuadrónde caballos, al tercero la defensa de las águilas; vo-sotras del mismo modo examinad para qué sirvecada uno de nosotros, y dadnos el empleo que noscorresponda. Pedid al rico valiosos presentes y norechacéis al jurisconsulto que con su elocuencia de-fiende vuestra causa. Los que componemos versos,solamente versos podemos enviar; pero sabemosamar como ninguno y cubrimos de gloria el nombrede la que supo conquistarnos. Grande es la fama deNémesis y no menor la de Cintia; a Licoris se la co-noce desde el Occidente a las regiones de la Aurora,y son muchos los que desean saber quién se ocultabajo el seudónimo de Corina. Además, la perfidia esaborrecida por los hijos de Apolo, y el arte que cul-

Page 102: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

103

tivan dulcifica sus costumbres. No nos dejamos so-bornar por la ambición o la sórdida codicia, yamantes del reposo y la sombra, despreciamos lospleitos del foro. Se nos vence con facilidad, nos en-cendemos en el fuego más vivo y sabemos amar consobra de buena fe: la dulzura del arte suaviza eltemperamento rudo, y nuestros hábitos conformancon la inclinación al estudio. Muchachas, sed com-placientes con los vates de Aonia: el numen les ins-pira, las Musas les conceden su favor, un dios viveen ellos, traban relaciones con el cielo, y de la bóve-da celeste desciende sobre sus cabezas el geniocreador. Es un crimen exigir el pago del placer a losdoctos vates; pero, ¡ay de mí!, un crimen que ningu-na teme perpetrar.

Valeos del disimulo, encubrid por algún tiempovuestra codicia; si no, el amante novel escaparápronto a la vista de las redes: el hábil jinete no go-bierna lo mismo al potro que las riendas acaban desometer, que al acostumbrado a tascar el freno. Note has de conducir de igual modo para dominar a unmancebo en la flor de la juventud, que a un hombrecuya razón han madurado los años. Aquél, campeónbisoño que ejercita sus primeras armas en la miliciadel amor, y presa recientemente caída en los lazos

Page 103: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

104

de tu tálamo, no debe conocer otra que tú, ni sepa-rarse un momento de ti; es una débil planta que seha de resguardar con alta cerca; teme a las rivales,vencerás mientras seas la única: el imperio de Venusy el de los reyes no consiente división: éste, comosoldado viejo, amará sin despeñarse, usará de cau-tela y conllevará prudente lo que un novicio no sabesoportar. No romperá ni intentará incendiar lapuerta, ni te clavará las uñas en las tiernas mejillas,ni desgarrará su túnica ni la tuya, ni serán motivo dellanto los cabellos que te arranque: tales excesos sonpropios de un jovenzuelo, en el arrebato de la pa-sión y la edad. El hombre ya hecho aguanta resigna-do los golpes crueles, se enciende en fuego máslento, como la leña húmeda todavía, o el ramaje re-cién cortado en la selva del monte; su amor es másseguro; el del otro, más vivo y pasajero, coge conpresteza el fruto que se te escapa de la mano.

Que todo se rinda de golpe, que las puertas seabran al enemigo y se crea seguro en medio de latraición; lo que se alcanza de modo tan fácil noalienta la perseverancia, y de vez en cuando precisamezclar la repulsa a la condescendencia; que notraspase los umbrales, que llame cruel a la puerta, yya ruegue sumiso, ya amenace colérico. Nos dis-

Page 104: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

105

gusta lo dulce y renovamos el apetito con jugosamargos. Más de una vez perdió a la barca el tiempofavorable; por esta razón no aman los maridos a susmujeres, porque disponen de ellas como les place.Cierra la puerta, y que el encargado de vigilarla mediga en tono adusto: «No se puede pasar»; la prohi-bición exaltará mis deseos. Arrojad, ya es tiempo,las armas embotadas, y substituidlas por otras másagudas; aunque temo se vuelvan contra mí los dar-dos de que os he provisto. Cuando caiga en el lazoel amante novel, será de gran efecto que al principiose imagine único poseedor de tu tálamo, mas luegomortifícale con un rival que le robe parte de su con-quista: la pasión languidece si le faltan estos estí-mulos. El potro generoso vuela por la arena delcirco, viendo los otros que se le adelantan o le si-guen detrás. Cualquier dosis de celos resucita el fue-go extinguido; yo mismo, lo confieso, no sé amar sino me ofenden; pero cuida no se patentice dema-siado la causa de su dolor; importa que sospechemás de lo que realmente sepa; exacérbalo con la en-fadosa vigilancia de un supuesto guardián o la mo-lesta presencia de un esposo severo; la voluptuosi-dad que se goza sin riesgo tiene pocos incentivos;finge temor aun siendo más libre que Tais, y aunque

Page 105: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

106

puedas abrirle de par en par las puertas, dile quesalte por la ventana; lea en tu semblante indicios deterror, y que una astuta sierva entre apresurada ygrite. «Somos perdidos», y oculte en cualquier es-condite al joven lleno de espanto. En compensa-ción, permítele que te acompañe algunas nocheslibre de miedos, no vaya a creer que no valen lossustos que le cuestan:

Quisiera pasar en silencio las estratagemas queburlan a un marido astuto o un guardián incorrupti-ble. Casadas, temed a vuestros esposos, que tienenel derecho de espiar vuestros pasos: es lo justo, y asílo demandan las leyes, la equidad y el pudor; mas¿quién tolera ver sometida a esta vigilancia la libertaque ha poco redimió la varilla del pretor? Ven a miescuela, y aprenderás el arte de los engaños. Aunquete vigilen tantos corno ojos tenía Argos, si te empe-ñas con decisión te reirás de todos. ¿Podrá ningúnguardián impedirte que escribas tus billetes en lashoras que dedicas al baño, y que la confidenta loslleve ocultos en el seno cubierto por un chal, o quelos substraigas a la vista metidos en el calzado obajo la planta del pie? Y demos que se descubrantus ardides; la misma confidenta te prestará sus es-paldas a guisa de tablillas, y en la piel de su cuerpo

Page 106: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

107

volverá las respuestas. Los signos que se trazan conleche recién ordeñada burlan la perspicacia de unlince, y se leen claramente echándoles un polvillo decarbón. El mismo efecto obtendrás con la punta dela caña del húmedo lino, y en las tablillas, al parecerintactas, quedarán grabados caracteres invisibles.

Grande empeño demostró Acrisio en guardar asu hija Dánae; ésta, sin embargo, con su falta le hizopronto abuelo. ¿Qué conseguirá impedir un guar-dián cuando hay en Roma tantos teatros, cuando lamujer puede asistir, si lo desea, a las carreras del cir-co, o acude a las fiestas celebradas en honra de Isis,donde no se permite la entrada a los vigilantes desus pasos, porque la diosa Bona excluye de su re-cinto a los varones, fuera de aquellos que le placeadmitir; cuando los siervos quedan a la guarda delos vestidos de la señora, a la puerta del baño, ydentro se oculta el amante libre y seguro? Siempreque ella quiera, encontrará una amiga que se finjaenferma y le ceda por complacerla su lecho. Elnombre de adúltera que damos a una llave falsa in-dica bien claro su uso, y la puerta no es el únicomedio de penetrar en la casa que se solicita. Seadormece la vigilancia del más taimado haciéndolebeber en demasía, aunque sea el jugo de la vid cose-

Page 107: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

108

lo sumen en profundo sopor y obscurecen sus ojoscon la negra noche del teo. La acuerdo contigo, puede detener al odioso con sus caricias, y ella a la vez regodearse largas horas. ¿Mas a qué andar con rodeos y consejos de tanpoco fuste, si con cualquier regalo se consigue

sobornan a los hombres y los dioses, y el mismoJúpiter se aplaca con las ofren a-

mismo marido cerrará la boca desde el momentoque las reciba; pero basta que compres el silencio

a todas horas la mano que alargó la primera vez.Me quejaba, bien lo recuerdo, de que no se p -

diealcanza exclusivamente a los hombres. Si eres cr -dula con exceso, gozarán otras las dichas que se te

e-

citas y le cede su lecho, en más de una ocasión hizosuyo a tu amante. No te sirvas tampoco de criada

sa, porque algunas veces ésta ocupóconmigo el lugar de su señora. ¿Adónde me desp -

Page 108: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

109

ña la insensatez? ¿Por qué descubro el pecho a losdardos del enemigo y me hago traición a mí mismo?No enseña el ave al cazador el modo de sorpren-derla, ni la cierva a la traílla de perros cómo la hande perseguir; mas si resultan útiles, continuaré expli-cando mis lecciones con fidelidad, aunque en midaño suministre las armas a las mujeres de Lemnos.Arreglaos de manera, la cosa es fácil, que nos juz-guemos amados por vosotras: se cree con facilidadlo que se desea ardorosamente. Trastornad al doncelcon vuestras miradas, arrojad hondos suspiros, yreprobadle el haber venido tan tarde; acudid a laslágrimas por los fingidos celos de una rival, y seña-ladle la cara con vuestras uñas; él, compadeciendotanto dolor, exclamará persuadido: «Esta mujer estáloca por mí.» Sobre todo, si tiene lindas facciones yse lo advierte el espejo, se sentirá capaz de infundiramor a las mismas diosas.

Seas quien seas, que la ofuscación no te llevemuy lejos, ni llegues a perder el seso oyendo elnombre de una rival. No creas con ligereza: Procriste ofrece un lastimoso ejemplo de lo perjudicial queresulta el creer sin reflexión. Cerca de los colladosque matizan de púrpura las flores del Himeto brotauna fuente sagrada cuyas márgenes están cubiertas

Page 109: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

110

de césped; los árboles y arbustos, sin formar bos-que, defienden del sol, y esparcen sus perfumes ellaurel, el romero y el obscuro mirto; crecen allí losbojes recios, las frágiles retamas, el humilde cantue-so y el pino arrogante, y las flexibles ramas con lasaltas hierbas se balancean al blando impulso del Cé-firo y las auras saludables. Allí descansaba el joven

n-

«Aura voladora, ven, alivia mi calor y refresca miardiente seno.» Un malinocentes palabras, corre y advierte a la suspicazesposa, la cual, tomando el nomde una concubina, se desploma abrumada al peso detan súbito dolor. Palidece como después de la ve -dimia las hojas tardías de la vid que el próximo i -vierno destruye, o como los maduros membrillos

del cornejo aun no sazonados para que se puedan

que viste su cuerpo, y se ensangrienta la cara con lasuñas. Precipitada, furibunda, con los ca l-

Bacanteagita el tirso en su delirio, y no bien llega al lugar

Page 110: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

111

decidida en la selva evitando que se sienta el rumorde sus pasos. ¿Cuáles eran, Procris, tus designioscuando así te ocultabas? Insensata, ¿qué volcán es-tallaba en tu pecho alborotado? Sin duda temías queiba a llegar esa Aura que te mortificaba y ver con tuspropios ojos la traición de que eras víctima. Ya qui-sieras no haber emprendido tal viaje, ni sorprendera los culpables; ya te confirmas en tu resolución, ylos celos te anegan en cruel incertidumbre. El lugar,el nombre y el delator incitan tu crueldad, por esainclinación de los amantes a creer siempre lo quetemen, y así que nota en la hierba las señales delcuerpo que la había hollado, siente acelerarse lostrémulos latidos de su corazón.

Ya el sol en la mitad de su carrera acortaba lastenues sombras, y partía por igual la distancia delOriente al Ocaso, cuando he aquí que Céfalo, el hijode Cileno, vuelve a descansar en la selva y apaga lased que le devora en la fuente vecina. Procris, es-condida y llena de ansiedad, le ve tenderse en lahierba y oye que llama de nuevo al Aura y los blan-dos Céfiros: entonces se da cuenta la mísera delerror a que la indujo aquel nombre, vuelve a mejoracuerdo y su faz recobra los perdidos colores. Álza-se ligera, con el movimiento del cuerpo agita el fo-

Page 111: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

112

llaje y corre a precipiy éste, creyendo que se le acerca una fiera, coge conpresteza el arco y toma en la diestra el dardo fatal.

qué desgracia!, tu esposa cae «¡Ay de mí! -grita la -, has atravesado el corazón de tu amante en el sitio profundo siempre herido por Céfalo. Muero prematuramente, mas sin

más leve sobre mi cuerpo: ya mialas del Aura que me engañó con su nombre; ven, yque tu querida mano cierre mis ojos.» Él, aterrado,

Procris y con su llanto riega la mortal herida, por dondeexhala el alma, víctima de funesta imprudencia, y en

timo suspiro.Pero volvamos a nuestro camino; tengo que ex-

plicar sin ambages, porque mi barca fatigada deseaarribar al puerto. Sin duda esperáis que os conduzcaa la sala del festín, y deseáis oír todavía mis leccio-nes. Acude allí tarde y no hagas ostentación de tusgracias hasta que se enciendan las antorchas: el es-perar favorece a Venus y la demora es una gran se-ducción. Si eres fea, parecerás hermosa a los queestán ebrios y la noche velará en las sombras tus

Page 112: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

113

defectos. Toma los manjares con la punta de losdedos, la distinción en comer tiene gran precio, ycuida que tu mano poco limpia imprima señales desuciedad en tu boca. No pruebes nada antes de ir alfestín, y en la mesa modera tu apetito, y aun comealgo menos de lo que te pida la gana. Si el hijo dePríamo viera a Helena convertida en una glotona, lahubiese aborrecido, diciendo: «¡Qué rapto tan estú-pido el mío!» Mejor sienta a una joven el exceso enla bebida; Baco y el hijo de Venus fraternizan ami-gablemente; pero no bebas más de lo que soporte tucabeza, y no se enturbien tus razones, ni vacilen tuspies, ni veas dobles los objetos. Repugna la mujerentregada a la embriaguez; en tal situación mereceser la presa del primero que llega; y de sobremesatampoco se rendirá sin peligro al sueño, que es muypropicio a los ultrajes hechos al pudor.

Me avergüenza proseguir mis enseñanzas, mas lahermosa Dione me alienta y dice: «Eso que te son-roja es lo principal de mi culto.» Cada cual se co-nozca bien a sí misma y preste a su cuerpo diversasactitudes: no favorece a todas la misma postura. Laque sea de lindo rostro, yazga en posición supina, yla que tenga hermosa la espalda, ofrézcala a los ojosdel amante. Milanión cargaba sobre sus hombros las

Page 113: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

114

piernas de Atalanta: si las tuyas son tan bellas, lúce-las del mismo modo. La mujer diminuta cabalguesobre los hombros de su amigo. Andrómaca, queera de larga estatura, nunca se puso sobre los de suesposo Héctor. La que tenga el talle largo, oprimacon las rodillas el tálamo y deje caer un poco la ca-beza; si sus músculos incitan con la frescura juvenily sus pechos carecen de máculas, que el amante enpie la vea ligeramente inclinada en el lecho. No tesonroje soltar, como una Bacante de Tesalia, loscabellos y dejarlos flotar sobre los hombros, y siLucina señaló tu vientre con las arrugas, pelea comoel ágil partho, volviendo las espaldas. Venus sehuelga de cien maneras distintas; la más fácil y demenos trabajo es acostarse tendida a medias sobreel costado derecho.

Nunca los trípodes de Febo ni los oráculos deJúpiter Amnón os responderán las verdades que osdicta mi Musa. Si merece alguna confianza el arte deque hice larga experiencia, creed que mis cantosnunca os engañarán. Siéntase la mujer abrasadahasta la medula de los huesos, y el goce se dividirápor igual entre los dos amantes; que no cesen lasdulces palabras, los suaves murmullos y los deseosatrevidos que estimulan el vigor en tan alegres com-

Page 114: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

115

bates. Y tú, a quien la naturaleza negó la sensaciónde los placeres de Venus, finge sus gratos deliquioscon falsas palabras. Desgraciada de aquella que tieneembotado el órgano en que deben gozar lo mismola hembra que el varón, y cuando finjas, procura quetus movimientos y el brillo de tus ojos ayuden alengaño, y lo acrediten de verdadero frenesí, y que lavoz y la respiración fatigosa solivianten el apetito.¡Oh vergüenza!, la fuente del placer oculta misterio-sos arcanos. La que al dejar los brazos del amante leexige el pago de sus complacencias, ella misma privade todo valor a los ruegos. No consientas que la luzpenetre por las ventanas abiertas: hay cosas en tucuerpo que parecen mejor vistas entre sombras.Aquí terminan mis juegos: ya es hora de soltar loscisnes sujetos a la lanza de mi carro, y que las lindasmuchachas, como antes lo hicieron los jóvenes, ins-criban en sus trofeos: «Tuvimos a Nasón por maes-tro.»

FIN DE «EL ARTE DE AMAR»

Page 115: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

116

NOTAS

LIBRO PRIMERO

Verso 5. Automedon.- Automedonte, el cocherode Aquiles y Pirro, que aun designa a todos los deloficio.

V.6. Tiphys.- El piloto de la nave de los Argo-nautas.

V. ii. Phillvrides. - El centauro Quirón, maestrode Aquiles e hijo de la ninfa Filira.

V. 27. Clío. - La musa de la Historia.V. 28. Ascra. - No guardé en Ascra los ganados como

Hesíodo.V. 31. Este procul vittae tenues.-Las doncellas, co-

mo las vestales, recogían sus cabellos con graciosacinta, y Ovidio las designa por este distintivo, y lesadvierte que sus escabrosas lecciones van dirigidas a

Page 116: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A M A R

117

a-jeras y cortesanas, dando pruebas

del respeto que le merecen el candor y la modestia

que ocultan casi los pies con la franja, instita, bordea su vestido, recatándolos de miradas impertinentes y procaces.

V. 6 1. - Cima meridional del Ida, en la

V. 6 1 . -Ciudad de Lesbos al Norte

nombre.V. 71. Pompeva lentus. uando el sol de

paseos el de Pompeyo, tan frecuentado por su magnifice -cia, la fresplátanos; el cual se alzaba próximo al teatro paraque en él hallasen refulluvia repentina e imprevista interrumpía la representación. Había otros muchos pórticos, corno el de

Octavia, el de Livia, etc.; todos ellos

apretaba el calor.

Page 117: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

118

V. 76. Cultuque Iudaeo. - Los romanos tuvieroncon la religión de los hebreos una tolerancia quenegaron a los cristianos, tal vez porque los sectariosde Moisés no aspiraban a catequizar y dominar ellinaje humano.

V. 77. Neu fuge linigerae. - Había varios templosconsagrados a Isis; aquí alude al edificado en elcampo de Marte, y las palabras del poeta, junto conotros testimonios, prueban que sus misterios favo-recían las intrigas amorosas, las citas convenidas ylas aventuras locas que tanto seducen a la juveniledad.

V. 112. In medio plausu. - Dichosos los tiemposde Rómulo, que no conocieron en el teatro todavíarudimentario la claque insolente que hoy se imponeal público sensato, y decreta los éxitos escénicossegún conviene al empresario, al autor o a los co-mediantes. En los albores de Roma no existía estaplaga, que en los días del imperio de Nerón llegó aconstituir un oficio lucrativo, y ¡ay del que asistiese alas lecturas imperiales, y no se entusiasmara y aplau-diera a rabiar los cantos y poemas del César semi-diós!

V. 147. At quum pompa frequens. - Antes de co-menzar los juegos del circo dados en honor de Ci-

Page 118: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

119

beles y Ceres, paseábanse procesional mente las es-tatuas de dichas diosas con las de otras divinidades,y no había de faltar la de Venus, madre de Eneas ynumen predilecto de los amantes.

V. 159. Fuit utile multis. -Estos finos obsequioscon que el galanteador se insinuaba en el ánimo dela que pretendía, nos advierten que el uso de losabanicos para defenderse del calor, y el de los coji-nes para no sentirse los espectadores molestadospor la dureza de los asientos, se habían casi genera-lizado, y también el de los taburetes, que lo alto delas gradas hacía indispensables a las personas decorta estatura, ya que sin ellos debían tener forzo-samente los pies al aire, posición incómoda y fasti-diosa en espectáculos de largas horas.

V. 171 Belli navalis. - Describe una de esas nau-maquias que enloquecían a los romanos como anuestro pueblo los toros, y que al principio se reali-zaron en espaciosos lagos a orillas del Tíber, y conel tiempo llegaron a consumir cuantiosas sumas porel lujo y esplendidez que en ellas se derrochaba.Después estos combates se verificaron en la arenade los anfiteatros, inundada con tal prontitud pormedio de canales subterráneos, que el espectadorapenas se daba cuenta del tiempo transcurrido en

Page 119: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

120

convertir el suelo firme donde luchaban los gladia-dores, en la móvil superficie que sustentaba las na-ves prestas a chocar y destrozarse desesperada-mente, para satisfacer con la sangre vertida araudales los instintos feroces de aquel pueblo inac-cesible a la compasión.

V. 194. Nunc juvenum princeps. - Llamábase prín-cipe de la juventud al que figuraba en primer lugaren el censo de los caballeros.

V. 234. Purpureus... Amor. -Le da el epíteto depurpureus, o por ser éste su natural color, o porque lasangre encendía sus mejillas a causa de las frecuen-tes libaciones. En cuanto a los cuernos que los anti-guos pusieron en la frente de Baco, como signos defortaleza y arrogancia, acaso respondan a su cos-tumbre de viajar cubierto con la piel de un machocabrío, animal que se sacrificaba en las Dionisíacasen conmemoración del que rumiaba las cepas deIcario, que dió origen al himno que entonaron losvendimiadores, convertido más tarde por Tespis enun diálogo del cual surgió, andando el tiempo, latragedia de Esquilo, llena de fuego y espíritu religio-so.

V. 257. Quid referam Baias. - Bayas, en el golfo deNápoles, alcanzó gran predicamento por sus aguas

Page 120: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A M A R

121

furosas, y allí se daban cita en primavera la riqueza, la elegancia y la disipación, ansiosas de agotar lacopa de los placeres, aun a costa de la salud tan a -dorosamente bu cada en sus cálidos manantiales.

V. 285. - Biblis, hija de o-Cauno, y le persiguió a través de

varias comarcas, hasta que, rendida a la fatiga, segúndiciones, quedó convertida en fuente, y se

gún otras, se echó un lazo al cuello.V. 287. . - Mirra, esposa de e-

foseada por su inclinación criminal en el árbolque lleva el mismo nombre.

V. 329. Cressa Thyesteo. – Aeropa, esposa deAtreo, a la cual sedujo Tiestes, hermano de aquél.

V. 336. Conjugis Attrides.- Clitemnestra, enamo-rada de Egisto.

V. 337. Creusa. - La hija de Creón, rey de Co-rinto, abrasada por el fatal regalo de boda que leenvió Medea el día de su desposorio con Jasón.

V. 339. Phoenix. -Fenix, el hijo de Amíntor, acu-sado por una concubina de su padre de haber pre-tendido violentarla, fué condenado a la ceguera sinmás averiguaciones.

V. 341. Phineu. – Fineo privó de la vista a sushijos por las imputaciones calumniosas de una ma-

Page 121: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

122

drastra, y las Harpías le atormentaron horriblementehasta que Zeto y Cálais vinieron en su auxilio.

V. 457. Cydippen. -Calímaco escribió un poematotalmente perdido sobre las desdichas de esta don-cella ateniense, que causó profunda impresión almancebo Aconcio en el templo de Diana, cuyafiesta se conmemoraba. Sabedor de que todo jura-mento en este sitio pronunciado debía cumplirsepor necesidad, escribió sobre una manzana el suyo,reducido a desearla por legítima esposa, y echó ro-dando el fruto a sus pies. Cogiólo Cidipe, leyó lainscripción en alta voz, y luego lo arrojó con des-dén; pero cuantas veces se dispuso a dar la mano deesposa a otros pretendientes, le acometía grave en-fermedad, impidiendo la realización del pacto ma-rital hasta que supo el padre la causa de sus miste-riosos dolores, y la concedió al enamorado Aconcio.

V. 479. Legerit et nolit rescribere. - El consejo es dehombre experimentado; en las contiendas de Venusnadie se deje abatir al primer aparente revés de lafortuna.

V. 505. Torquere capillos -Usábanse diferentesformas de peinado entre los jóvenes, ya en rizos, yaen trenzas sueltas, ya recogidas en nudo, usurpandoa las doncellas los atributos y gracias de tina bien

Page 122: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

123

compuesta y artística cabellera; vanidad que apenas,según el autor, conviene a los eunucos sacerdotes deCibeles, o a esos entes afeminados que denuncian elerror más craso de la naturaleza al crearlos casihombres por el organismo, y menos que mujerespor sus gustos e inclinaciones.

V. 524. Quaerit habere virum. -En medio de la li-bertad que respiran los dísticos de El Arte de Amar,tres atenuantes poderosas disminuyen en grado má-ximo la responsabilidad en que incurre Ovidio contan poco ejemplares lecciones. Es la primera, que suobra se dirige a las muchachas de vida alegre, res-petando el decoro de las matronas y el poder de lasdoncellas criadas en el recogimiento del hogar do-méstico; la segunda, que a pesar de las escabrosida-des del terreno que pisa, jamás se deslizan vocablostorpes o frases nauseabundas, licencia indisculpableen la que incurren a menudo otros poetas, porquesu distinción y finura le impedían descender al len-guaje soez de la abyecta plebe; y la tercera, queconstituyendo en aquel tiempo el amor de los man-cebos un vicio casi general, del que nadie se recata-ba, y muchos lo pregonaban con cierta orgullosasatisfacción, Ovidio lo repugna con asco, abominalos placeres de Venus que no sean recíprocos y se

Page 123: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

124

revuelve contra la aberración de la pederastia, quesin convertir a los hombres en mujeres, los ponemuy por debajo de las bestias irracionales.

V. 543. Ebrius... Silenus. - Sileno, el ayo y peda-gogo de Baco, era un viejo de cabeza calva, chatanariz, vientre panzudo, genio alegre y casi siempreborracho, que por la debilidad de piernas y ser pé-simo jinete, montaba sobre un asno, acompañandoen sus correrías al dios de las cepas, y con frecuen-cia se apeaba por las orejas del paciente animal,provocando la hilaridad de los Sátiros y las Bacan-tes.

V. 581. Huic si sorte bibes. - Por la suerte de losdados se elegía el rey del festín con autoridad paraprescribir lo concerniente a la bebida de los comen-sales, y constituía una deferencia delicada renunciaral nombramiento y ofrecerlo a otra persona, de locual se valían muchas veces los libertinos en me-noscabo de los maridos.

V. 593. Eurition -En el duodécimo libro de LasMetamorfosis refiere con su brillantez acostumbradala descomunal batalla de los Centauros y Lapitas,que provocó la embriaguez y lujuria de Euritión,hasta el punto de arrebatar a Piritoo la hermosísimaHipodamia, y cogerla por los cabellos; hazaña que

Page 124: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

125

imitaron los suyos apoderándose por fuerza de lasmujeres que asistían al festín de tan célebres y luc-tuosas nupcias. Pero Tesco vuelve por su amigoPiritoo, arrebata al ladrón la presa, rechaza su aco-metida, le arroja una enorme copa a la cabeza y se laparte en pedazos, dejándolo cadáver sobre el charcode sangre y de vino que en sus últimos instantesarrojaba por la boca.

V. 679. Vim passa est Phoebe. - No alude a Febe, lahermana de Apolo, sino a la hija de Leucipo que,con su hermana Hilaira, estaba prometida la primeraa Idas y la segunda a Linceo. Cástor y Pólux, ena-morados de ellas, las raptaron, y fueron perseguidospor sus rivales, con quienes trabaron enconada lu-cha, muriendo Cástor a manos de Linceo y éste a lasde Pólux. Ovidio relata esta leyenda trágica al finaldel libro quinto de Los Fastos.

V. 696. Pelias hasta. - La llama Pelias, porque Pa-las se la entregó a Peleo el día de sus nupcias, o bienporque el centauro Quirón, maestro de Aquiles, latuvo oculta en el monte Pelión.

V. 731. Pallidus.. Orion. -Nada sabernos de losamores de Lirice con Orión, diestro e infatigablecazador que acompañaba a Diana en las selvas, y

Page 125: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

126

que a su muerte fué transformado en una constela-ción.

V. 732. Daphnis. -Pastor siciliano, hijo de Mercu-rio, y ciegamente enamorado de una Náyade, que sevengó más tarde de su infidelidad dejándole ciego.

Page 126: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

127

LIBRO SEGUNDO

Verso 1. Paean. -Grito en que estallaba la satis-facción de los cazadores cuando caía en tierra lapresa perseguida, y sobrenombre dado a Apolo co-mo dios de la caza.

V. 8. Hippodamia. -La hija de Oenomeno, rey dePisa y Élida, arrebatada por Pelops.

V. 21. Hospitis effugio. - La fábula de Dédalo y suprimer vuelo por las regiones aéreas es tan conoci-da, que no insistimos en su relato, perfectamentedesempeñado por el poeta; mas como observa unsagaz comentador, es algo dudoso que venga acuento en esta ocasión, por la poca similitud entrelas congojas del hombre que ve cerrados los cami-nos de su libertad y decide romper sus prisiones,fabricándose con plumas unidas por cera las alasque facilitasen su audaz evasión, y los vuelos de Cu-

Page 127: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

128

pido que nacen de la versátil edad juvenil, demasia-do fogosa para que su llama no se extinga más omenos presto en los corazones donde arde potentey amenazadora.

V. 43. Quis crederet unquam? -Levantando los ojosal cielo, vemos cómo las aves atraviesan la atmósfe-ra que nos envuelve con la ligereza y soltura peculiarde las que se encuentran en su propio elemento, ynos sentimos envidiosos de no poseer sus raudasalas que nos permitan el vuelo. La fábula del inge-nioso Dédalo personifica esta eterna aspiración, ylos primeros ensayos de aviación, seguidos de ine-vitable catástrofe. Cuando la fantasía de los poetascede el lugar a la ciencia, Dédalo se transforma en elinsigne Leonardo de Vinci, que consagra su genio ytalento a tan arduo problema, sin que los repetidosfracasos entibiaran el fervor que puso en llegar auna feliz resolución; pero estaba reservado a nues-tros días progreso tan sorprendente, y hoy los diri-gibles, monoplanos y biplanos patentizan en su via-jes que el fabuloso prisionero de Minos y el sabioitaliano no eran unos locos visionarios, sino los pre-cursores que anunciaban de lejos lo que el retrasode las ciencias impidió realizar en sus respectivasedades.

Page 128: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

129

V. 49. Tractabat ceramque. -En el séptimo libro deLas Metamorfosis vuelve a relatar la trágica ascensiónde Dédalo e Icaro, exornando la leyenda con por-menores que le dan infinita gracia, como el de laingenua curiosidad del mancebo, que toca maravi-llado las plumas y la cera, y retrasa la ejecución delnovísimo artefacto que su padre fabricaba.

V. 55. Virgo Tegeaea. -La Virgen de Tegea, ciu-dad de la Arcadia fundada por el hijo de Licaón.

V. 56. Ensiger Orion -La leyenda refiere de di-versos modos los hechos del cazador Orión, puestoa su muerte entre las constelaciones celestes, dondeaparece con la figura de un gigante blandiendo laespada.

V. 66. Ut sua mater aves. -Felicísima comparaciónque Valerio Flacco imita en el poema de Los Argo-nautas.

V.100. A teneri fronte. -El Hipomames que excita-ba el apetito sexual, según la opinión más generali-zada, consistía en una excrecencia nacida en lafrente de los potros, con la que se confeccionabanfiltros de maravillosos efectos.

V. 102. Naenia marsa. -Los Marsos de Italia, des-cendientes de Marso, hijo de la encantadora Circe,

Page 129: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

130

gozaban fama de hábiles confeccionadores de bre-bajes que trastornasen los sentidos y potencias.

V. 107. Ut ameris, amabilis esto. -Es el filtro máspoderoso y eficaz. Nada nos atrae tanto a una per-sona como el saber que no le somos indiferentes, ynada cautiva a ésta como los agasajos y asiduidades,reveladores de la estimación en que la tenemos.

V. 109. Nireus. -El hijo de Caropo y Aylaya, elmás hermoso de los soldados griegos que pelearonen el sitio de Troya.

V. 110. Raptus Hylas. –Teócrito, en su idilioXIII, narra el sentimiento de Hércules por el raptode Hilas,

TOMO 1. 19y los latinos trasladaron a sus poemas tan bellí-

simo y conmovedor episodio.V. 122. Et linguas edidicisse duas. -El conocimiento

del griego era indispensable a los sujetos mediana-mente instruídos. Desde la toma de Tarento losmaestros griegos se trasladaron a la capital de Italiapara iniciar a la juventud romana en las ciencias y lasletras, y el transcurso de dos siglos no les restó unátomo del prestigio que gozaban en su calidad depedagogos, antes se cimentaba más sólido cada díaen la conciencia del pueblo vencedor. De aquí que

Page 130: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

131

el estudio del griego fuera en absoluto preciso a losque aspiraban a recibir una brillante instrucción, yque como corolario emprendiesen un viaje a la Gre-cia, para beber en la misma fuente la sabiduría,aquellos que poseían medios de realizarlo con apro-vechamiento.

V. 130. Odrysii fata cruenta. -Reso, rey de Tracia,llamado Odrisio por este monte de la región, aquien Ulises y Diomedes dieron muerte cuandoacudía en socorro de los troyanos y le arrebataronlos blancos corceles, de los que pendía la suerte dela ciudad.

V. 150. Chaonis ales. -La Caonia, comarca delEpiro, donde reinó el príncipe troyano Caón. Enella radicaba la selva de Dódona con un templo eri-gido a Júpiter, y en las encinas que le rodeaban te-nían su albergue las palomas que proferían oráculoscon voces semejantes a las humanas. Aquí ales Chao-nis se aplica a cualquiera especie de palomas.

V.191. Sensit et Hylaei. - El centauro Hileo, segúnunos, murió a manos de Atalanta; según otros, en lacontienda de los Lapitas, y no falta quien le suponeaplastado por la clava de Hércules.

Y. 209. Ipse tene distenta. -Los parasoles o sombri-llas de aquel tiempo consistían, como las nuestras,

Page 131: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

132

en una tela extendida sobre las varillas, y agradecíasecomo fina atención el desplegarla en obsequio de lamujer amada, lo cual permitía al galanteador acer-carse a ella lo justo y un poco más, velando el atre-vimiento con la delicadeza del servicio.

V. 258. Gallica... manus. - Las sirvientas celebra-ban su fiesta especial el aniversario del famoso díaen que salvaron a Roma sitiada por los galos, vis-tiéndose lo trajes de sus señoras, entregándose a losenemigos y aniquilándolos a mansalva cuando dor-mían hartos de placer y de vino.

V. 267. Quas Amaryllis amabat. -Alude a la se-gunda égloga de Virgilio; pero bien pronto se leocurre la observación de que si las zagalas aprecia-ban este rústico ofrecimiento, las cortesanas no erantan candorosas que quedasen satisfechas con unpuñado de nueces.

V. 271. Spes mortis et orba senectus. - Horacio y Ju-venal se desatan en improperios contra los captado-res de pingües herencias, que se prestabanvoluntarios a mil bajezas y humillantes servicios,con esperanza de heredar a los viejos sin descen-dencia, o cuyos vástagos enfermizos tuviesen pro-babilidades de fenecer antes que los autores de susdías, y Ovidio considera un crimen el regalo que

Page 132: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

133

oculta tan dañada intención, salvo cuando se pro-pone conquistar la gratitud femenina, como avancede más decisivas victorias.

V. 309. Torva... Medusa. -La única mortal de lasGórgonas que degolló Perseo, y cuya horrible cabe-za erizada de serpientes petrificaba a los que teníanla desgracia de mirarla. En la logia de la plaza de Flo-rencia se admira la magnífica estatua, atribuída aBenvenuto Cellini, que reproduce este fabuloso su-ceso.

V. 329. Lustret anus. - Las lustraciones en los crí-ticos momentos del peligro corrían a cargo de lasviejas que traían los huevos de la purificación y elazufre que pasaban encendido por la cabeza del en-fermo tres veces consecutivas, porque el númerotres tenía un poder de mágicos efectos.

V. 353. Fyllida Demophoon. -Enamorado Demo-fón de la hermosa Filis, hija del rey de Tracia, antesdel desposorio pidióle permiso para arreglar en Áti-ca sus asuntos particulares, y como tardase más delo convenido en volver, la infeliz doncella, creyén-dose abandonada y víctima de una traición, se suici-dó y quedó convertida en árbol que un día, al sentirlos abrazos de su prometido, se cubrió de flores,hojas y frutos.

Page 133: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

134

V. 356. Laodamia. –Laodamia obtuvo de losdioses permiso para conversar algunos instantes consu amado Protésilas, muerto en el sito de Troya, ycuando este héroe descendió por segunda vez a laregión de las sombras, ella le siguió por no vivir enla soledad y desventura de la viudez.

V. 420. Altus Erix. -En el Erix, monte de Sicilia,tenía Venus un suntuoso templo.

V. 457. Candida jamdudum. - Este cuadro de la re-conciliación de los amantes, después del altercadoque provoca la sospecha de una rival, casi converti-da en certidumbre, es gracioso y patético a la vez,irónico y tierno corno un idilio, y los consejos queda el poeta a la víctima cogida entre la espada y lapared son tan oportunos como podían prometersede su experiencia en los negocios femeniles.

V.468. Unaque erant facies. -En Los Fastos y LasMetamorfosis sostiene la misma teoría de los átomosque formaban el Caos, hasta que las atracciones yrepulsiones de los mismos crearon los elementosdel universo.

V. 477. Blanda... voluptas. -Hesíodo y Lucrecio,como Ovidio, atribuyen al Amor, contemporáneodel Caos, la generación de los distintos seres quepueblan el mundo; y aunque no desatan el nudo de

Page 134: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

135

la dificultad, acaso insoluble, hay que reconocer elingenio con que explican el origen de las especies,ascendiendo a las fuentes de la vida universal.

V. 491. Machaonios. -Macaón, hijo de Esculapio ymédico de los griegos durante el sitio de Troya, mu-rió a manos de Euripilo, el hijo de Telefo.

V.561. Fabula narratur. -¡Con qué dañina com-placencia relata los hurtos amorosos de Marte y Ve-nus, sorprendidos por la astucia de Vulcano, y conqué humorismo sazona anécdota tan poco edifi-cante la sal y pimienta de su travieso ingenio, paraexponer al ridículo al esposo ultrajado, que con lasmanos callosas, el pie cojo y la cara tiznada, se atre-vió a tomar por cónyuge a la diosa de la hermosura,cuya tiranía dominará eternamente a los hombres,por las delicias y placeres que acompañan la ejecu-ción de sus imperiosos mandatos! ¡Qué satisfacciónexperimentaría el poeta al considerar que sus auda-cias se quedaban tamañitas en comparación de lasque se permitían los dioses del Olimpo, que contales ejemplos guiaban a las gentes por la senda de larectitud y el honor! Nunca el juez se atreve a serriguroso con el culpable de un delito en que él mis-mo ha incurrido, y la seguridad de la absolución di-

Page 135: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

136

vina alentaba los desafueros que la juventud ma-leante se permitía sin escrúpulos ni miramientos.

V. 598. Quos faciunt justos. -En las ceremoniasnupciales, los prometidos dispuestos a forjar lazosindisolubles, tocaban el agua y el fuego, los doselementos más necesarios a la vida, para que lleva-sen entendido que en adelante todo debía ser co-mún entre ellos, única manera de asegurar la dicharecíproca; por consiguiente, el esposo legítimo ad-quiría el derecho de interceptar las misivas que sedirigiesen a su esposa, ya que entre marido y mujerno cabía el secreto, sin quebrantar los deberes de lamutua fidelidad a que venían obligados.

V. 644. Cui penna fuit. -Perseo.V. 657. Fusca vocetur. -A los ojos del enamorado

siempre resplandecen con brillo deslumbrante lasperfecciones de su amada, y los defectos pasaninadvertidos, y aun los considera tal vez prendasdignas de singular estimación, y este optimismo quetanto contribuye a la felicidad humana, quisiera Ho-racio que reinase por igual en los vínculos de laamistad, para no reparar en las flaquezas del quecon ella nos distingue, o disimularlas con términossuaves que atenuaran su gravedad; la pasión y la in-justicia tienen próximo parentesco y viven en ínti-

Page 136: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

137

mas relaciones, ya las impulse el amor, ya las ofus-que el aborrecimiento.

V. 699. Hermionen -Hija de Helena y Menelao,casada en primeras nupcias con Pirro y después conOrestes.

V. 7oo. George. -Hija de Oeneo y Altea y herma-na de Deyanira.

V. 736. Aeacides dextra. Llamado Pirro por su ca-bellera rubia, y Neoptolemo por haber sido de losúltimos en acudir al sitio de Troya, donde se revelódigno vástago de su padre, sacrificando al viejoPríamo y la infeliz Polixena: fué muerto por Ores-tes, a quien estaba prometida su esposa Hermíone.

V. 737. Calchas. - El adivino griego que declaró aAgamenón la causa de la peste que diezmaba elejército.

V. 737. Telamonius. - Hijo de Eaco y Eudeis yhermano de Peleo.

Page 137: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

138

LIBRO TERCERO

V. 2. Pentesilea. -La hermosísima reina de lasAmazonas, muerta por Aquiles, quien al ver des-truidas de golpe tanta belleza, juventud y bravura,derramó amargo llanto sobre su cadáver.

V. 13. Si scelere. -Anfiarao, hijo de Oicleo, esposode Erífile y dotado de la inspiración adivinatoria,negóse a complacer a Adrasto siguiéndole a la gue-rra de Tebas, cuyos funestos resultados preveía; massu esposa, sobornada por el collar de perlas que leregaló Polinices, le indujo a formar parte de la de-sastrosa expedición que le costó la vida a la proxi-midad del río Ismeno. Después de muerto se lereverenció como a un dios.

V. 21. Capaneu. -Uno de los siete contra Tebasvíctima de las iras de Jove, a quien desafió su impie-dad. Cuando la pira devoraba sus despojos morta-

Page 138: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

139

les, su fiel esposa Evadne se arrojó a las llamas ypereció abrasada con él.

V. 23. Ipsa quoque et cultus. -El poeta, que parecíano tener otra preocupación que la de seducir muje-res, considerando las conquistas de Venus preferi-bles a las que a costa de ríos de sangre alcanzabanlos ejércitos de su patria, acaba por reconocer quenos aventajan en la abnegación y la virtud, femeninapor naturaleza, por el nombre y por el traje, y losejemplos de Penélope, Evadne y Alcestes le arran-can gritos de asombro, como otros tantos himnoselevados en honor y gloria del sexo capaz de tanheroicos sacrificios.

V.53. Dixit et e myrto. -Alude a Hesíodo en elmomento de morder algunas hojas de laurel cogidasen el Helicón, que le infundieron el numen poéticorevelado en sus inmortales poemas.

V. 71. Nec tua frangetur. –No es extraño queleamos este mismo pensamiento en Lucrecio, Hora-cio, Tibulo y Propercio, ni que Ovidio lo repita enotros lugares, pues los amantes coléricos provoca-ban a diario el escándalo golpeando con estrépitolas puertas cerradas a sus deseos ardorosos, rom-piendo contra ellas las antorchas que iluminaban elcamino de sus trapisondas, y lanzándoles terribles

Page 139: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

140

maldiciones si se veían burlados por la astucia o elrecato de la mujer que solicitaban.

V. 83. Latmius Endimion. -El arrogante Endimióndormía con sueño no interrumpido sobre el monteLatmos de Caria; la Luna lo vió, y hechizada por sugentil apostura, descendió del cielo, le abraza efusi-vamente y reposa junto a él, persuadiendo a losmortales de que no era tan helada como se presumíala condición de la reina de la noche.

V. 84. Nec Cephalus. -La Aurora con su espléndi-da belleza no pudo vencer la resistencia de Céfalo,esposo de Procris, v hubo de recurrir a criminalesestratagemas que la desembarazasen de su rival.

V. 86. Harmonienque. -Harmonía, hija de Marte yVenus, y esposa de Cadmo.

V. 121. Prisca juvent alios. -Le sobra razón al ante-poner los presentes a los pasados tiempos. Losbuenos patriotas, sin embargo, opinaban de dife-rente modo, v no se prestaban a reconocer que lasvirtudes bélicas de los siglos anteriores, como inde-clinable consecuencia, trajeron el absolutismo impe-rial, y con él se entronizó el fausto, el libertinaje y elrefinamiento que agotaron las energías del pue-blo-rey, hasta entonces venturoso en sus audacesempresas.

Page 140: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

141

V. 152. Adjicitornatus. -La fiebre de novedadesque trastornaba el juicio del mundo elegante roma-no tenía que envidiar bastante poco a la edad actual,abrumada con el insufrible bagaje de sus modas es-trafalarias, sus pelucas de colorines y las cuentas desus modistos y modistas, que infunden en los mo-zos de limitados recursos un santo horror al matri-monio, más por las exigencias intolerables de lavanidad que por los gastos que reclama el sustento yeducación de la familia.

V. 156. Folem. - La hija de Eurito, amada porHércules.

V. 163. Femina canitiem. - Los galos y germanos seteñían el pelo con los jugos de hierbas especiales.Tibulo, para disimular las canas, aconseja el empleode la corteza de nuez, y es verosímil que también seles ocurriese a las romanas el uso de pelucas de di-versos colores con que falsifican sus cabezas ennuestros días las damas de alto copete, exponiéndo-se como bichos raros a la expectación de la curiosi-dad y a las críticas de la sensatez.

V. 165. Crinibus emtis. -La moda de las pelucas, sicomo ornato de la elegancia es ridícula, como recur-so de la necesidad que repare al menos en la apa-riencia los estragos del tiempo o las dolencias, es

Page 141: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

142

harto ble, y antes que ver calva la cabeza detáculo a que los ojos vienen poco

acostumbrados, prefeajenas, por parecernos repulsivo un cráneo femenino que a la falta de seso añada la del cabello.

Quis furor est. se presentaban en público llevando sobre su cuerpoen joyas y vestidos una fortuna, tal vez amasada por

dre o el marido con artes vituperables.. Frixon Hellem. –

de perecer a consecuencia de las intrigas de su madrastra Ino, debiendo la salvación a al carnero de áureos vellones que le transportó porlos aires lejos de su ingrata tierra, acompañado de su

Helle. Esta infeliz, desvanecida por la rapidez de la marcha, cayó al mar, que recibió elnombre de Frixo arribó a la Cólqu -da, sacrificó a Etes su dorada piel, que más tarde le arrebataron los

V. 192. Seriphos -Pequeña isla del grupo de lasCi , que en tiempo de la dominación romanaservía de lugar de destierro.

Caice. Caico, río de Misia, cuyafuente surge en el monte

Page 142: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

143

V. 201. Arte supercilii. -Las cejas poco pronun-ciadas se unían y alargaban con polvos de hollín yotros ingredientes del mismo jaez, hasta que pare-ciesen casi juntas, al contrario de lo que reclama laestética moderna, que las prefiere bien definidas ycorrectas, pero guardando la justa separación.

V.224. Nuda Venus. -La Venus Anadiómene,atribuída a Escopas, que se admiraba en la galeríapróxima al templo de Júpiter, es fama que sobrepu-jaba en perfección a la esculpida por Praxiteles.

V.270. Ad Pharii...piscis opem. -El pez de Faros esel cocodrilo, de cuyo excremento se valían las mo-renas para blanquearse el cutis, suciedad atestiguadapor Horacio en uno de sus epodos.

V.273. Conveniunt tenues analectides. -Los analectideseran pequeños cojines que disimulaban la imper-fecta disposición de las espaldas.

V.293. Quid quum legitima fraudatur littera voce. -Lasdamas acostumbraban a comerse algunas letras delas palabras, especialmente las que hallaban difícilesde pronunciar; afectación ridícula que ha tenidoimitadores en otros tiempos y países, y que si pro-cede de la monería v el prurito de distinción, resultaatrozmente antipática. No se ha de confundir coneste vicio, que estropea el lenguaje, la natural ten-

Page 143: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

dencia a suprimir sonidos que no sean indispens -bles para el conocimiento de las voces, en virtud de

b-a-

ble, perosiempre real y necesaria.

Pars humeri. con el hombro descubierto y el brazo desnudo, a finde pro a-

zuelas de vida tumultuosa, no a las doncellas y matronas, en quienes el recato es el verdaderoescudo del pudor.

Et modo Niliaeis -Aires ligeros con que sei-

V.332. Luditur arte Getae -Quiénes presumenque alude a Menandro,del que el primero tomó prestado el argumento de

Formión, donde los viejos Demofón quedan burlados por la astucia del siervoGeta.

. Nec vos campus . -La fuente VirginalFrontino, porque se

debió a una virgen el descubrimiento del sitio enPlinio sostiene que se le dió tal

Page 144: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

145

nombre por correr en parte de su curso próximo elriachuelo de Hércules, y separarse en seguida, comosi huyese de un enemigo: en sus aguas casi heladasse limpiaban el polvo y el sudor los atletas del cam-po de Marte.

V.390. Paraetonias rates. -Las naves de Pareto-nio, ciudad marítima del Egipto, cuya escuadra huyódestrozada en las aguas de Accio. En conmemora-ción de la victoria, Augusto ordenó levantar en elPalatino un templo a Apolo Naval, que resplandecíacon los tesoros de la riqueza y el arte. Properciodescribe su magnífica suntuosidad en la elegíaXXXI del libro segundo.

V.391. Quaeque soror conjuxque. -Octavia, la her-mana de Augusto, y Livia, su esposa; ésta mandólevantar sobre el Esquilino el Pórtico de su nombre,que rodeaba al templo de la Concordia, y aquélla, omás bien su hermano, erigió en el campo de Marteuna soberbia construcción, enriquecida con admira-bles obras de arte, y una copiosa biblioteca, dondese reunía el Senado para tratar los negocios trascen-dentales de gobierno; de aquí que se la llamase CuriaOctavia.

V. 392. Gener cinctus. -Mareo Agripa, casado conJulia, la hija de Augusto, por su victoria sobre la

Page 145: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

146

flota de Sexto hermoseó la ciudad con magníficos edificios, termas, acueductos y el pórtico vecino del Panteón,templo que hoy guarda los restos mortales de Víctor

Humberto, y monumento el mejor

V. 399. Tamiris y . - n-Filamnón y la ninfa Argíope, por

de la voz y los ojos. Se le representa con la lira rotaen las Amebea, citarista ateniense.

. -Cree al pintor Apelescido en la isla de Cos; pero

natural de Éfeso. Pintó la Venus es, saliendo de las olas, tabla por Augusto colocadaen el templo de Julio

V. 446. Annulus in . -Los afeminados y d -sohoy los petimetres y tenorios de menor cuantía noabusan del número, pero sí del tamaño de las pi -dras preciosas en ellos engarzadas, que den una alta

y bambolla, con que intentan pescar a las incautas ydesvanecidas.

Page 146: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

147

V.452. Appiadesquedeae .-Los templos de Palas,Vesta, la Paz y la Concordia, próximos a la fuenteAppia.

V.457. Cecropides. -Hijas de Cecrops, primer reyde Ática y fundador de Atenas.

V.483. Quanvis vittae careatis honore. -Las mujeresde libre condición, doncellas y matronas, gozaban elderecho de anudar con una cinta sus cabellos; lasextranjeras, esclavas y libertas estaban privadas detal honor, y a ellas se dirige el vate en sus diabólicasenseñanzas.

V. 506. Ut vidit vultus Pallas. -En otro lugar expu-simos lo que cuenta Ovidio en Los Fastos sobre lainvención de la flauta, atribuída a Minerva, la cual,viendo que el tañerla descomponía sus mejillas son-rosadas, la arrojó con desdén por el daño que oca-sionaba a su celestial belleza.

V. 519. Tecmessa. -La cautiva de Ayax, hija deTelentas, rey de Frigia, cuyo territorio devastaronlos griegos.

V. 527. Vite regendos. - Los centuriones empuña-ban como signo de autoridad un recio sarmiento,que sacudían sobre las espaldas de los soldados, sitrabajaban remisos en los campamentos o no obe-decían con presteza las órdenes recibidas.

Page 147: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

148

V. 536. habet Nemesis - Como no le erapoen el valor de los dones poéticos que dieron a Némesis, Lesbia Y Cintia la fama en vida y después lanmorta

V. 550. Sedibus . -Los cantos de los subli-vates supónense inspirados por un numen d -

vino que les dicta desde el cielo estrofas arrebatad -ras, y es innegable que la excitación y calor del alma

cia de lo bello, heroico y grandioso tieneno poca simiexcelsa forma a sus ideas y sentimientos, como sisurgiesen de un cerebro sobrenatural que llega hasta

V. 564. Non cum sociis Venusque manentEn cuestiones de amor y autoridad es antiguo eladagio de que y ni los reyesrenuncian voluntarios a su dominio absoluto, ni el

sesión de una mujer adorada consiente en dividir con nadie los goces que saborea. Elamor es tan exclusivista como el príncipe persuad -do del derecho divino que le asiste para gobernar su

tengan las extralimit -ciones del poder.

Page 148: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

E L A R T E D E A M A R

149

V. 613. Nupta virum timeat. -Las leyes autorizabanal marido a poner un guardián que vigilara los pasosde su consorte, y la suspicacia de los celos extendióla jurisdicción a las amigas, a quienes el poeta se di-rige para cegar los ojos del Argos que velaba a todashoras por su conducta. oc

V. 627. Fallitque oculos. -La estratagema de escri-bir simulada- mente, de modo que no acierte a des-cifrar lo escrito más que la persona que esté en elsecreto, por lo que se deduce de aquí, es bastanteantigua, aunque no llegase a la perfección que alcan-za en la actualidad, que ha multiplicado las tintassimpáticas al compás de los descubri- mientos quí-micos.

V. 672. Lemniasi gladios. -Las mujeres de Lemnosdegollaron una noche a todos los varones, sin ex-ceptuar a los propios maridos, hazaña que Estaciorefiere en el libro quinto de La Tebaida por boca deIpsitila, reina de la isla.

V. 686. Procris. -La tragedia de Procris la hemosnarrado en nota anterior.

V. 725. Cyllenia proles. –Céfalo, así llamado porser hijo de Mercurio, que vió la luz en el monte Ci-leno, de Arcadia.

Page 149: El arte de amar - latertuliadelagranja.com - El arte... · EL ARTE DE AMAR 3 LIBRO PRIMERO Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis páginas, y ame instruido

O V I D I O

V. 769. pudet docuisse. –pero debía instancias de Venus, que lo conducían por camino

broso, sin añadir leña al fuego ni mancharlas páginas, harto atrevidas, de su poema con una

ndalosa.