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    EL ANARQUISMO DE MASFERRER(l)Jos Salvador Guandique

    1Cuando fuimos a San Jos rematando una gira de conferencias por las Univer-sidades Centroamericanas en 1964, se nos brind la oportunidad de tratar a un distin-guido catedrtico, el doctor Constantino Lscaris c., con quien alternaramos en uncambio de impresiones acompaando al rector Monge Alfaro y al doctor TeodoroOlarte -pas por los canales de Radio Universidad- del cual algn da hablaremos.Pero ahora queremos referimos a Lscaris, acucioso investigador que public en 1964,bajo el rubro de "Desarrollo de las Ideas Filosficas en Costa Rica" nutrido volumen,de 631 pginas, cuidadosamente impreso por la Editorial Costa Rica. Nuestro hombre,de nacionalidad espaola -aunque lleva ya unos 10 aos de residir en el culto ambiente

    josefino tiene en preparacin Desarrollo de las Ideas Filosficas en Centro Amricaobra de oportunidad indudable, pues en el Istmo no nos conocemos, si bien algunosquieren integramos mediante el cmodo procedimiento de pasarse unos cuantos das enpaseos y coloquios, siempre a costa de don presupuesto desde luego. Si llega a darcima a ese libro anunciado a travs de la documentacin y juicio usados en el primero,pronto contaramos con un material valiossimo para ir captando el pensamiento de lafilosofa centroamericana, porque varios exponentes de ella han surgido, pese a quelos retrgrados y extranjerizantes lo nieguen, dispuestos a concederle ese rango a cual.quier mediana cuyo nombre y apellidos sean difciles de escribir y peor para pronunciar.No sera posible en los cortos lmites de este comentario glosar el extenso yvalioso panorama ofrecido por Lscaris, desde los aos de gracia en que Jos Liendo yGoicoechea imparta su ctedra sobre Escoto, y al par introdujo las ciencias experi-mentales en el medio de la Universidad de San Carlos hasta la organizacin de laactual Universidad de Costa Rica en cuanto a la enseanza de la filosofa, donde, sinalharacas ni exigencias presupuestarias desmesuradas, encuntrase originalidad y trabajo,no el pobre rnarxleninismo de cuarta o quinta fila, tpico de tantos seudohumanistasa soldada, que padecemos en El Salvador, dado que algunos de los llamados ex-camaradas, como no entienden ms que su larvado repertorio de lugares comunes,marxleninianos, apenas balbucean a los grandes de la filosofa, afanados en politiqueartras de puestos ms jugosos o incapaces de escribir algo, cual si padecieran alergiaincurable a la palabra que queda en el artculo o en el libro.

    Muchos nombres de alto significado captamos en las Secciones (IV) muyamplias por cierto mediante las cuales Lscaris distribuye su labor: Lorenzo Montfar,Nicols Gallegos entre los liberales ilustrados; Juan de Dios Trejos y Domingo Rivas,entre los doctrinarios catlicos; Mximo Jerez y Antonio Zambrana como positivistas;Jos Mara Cspedes y Salvador Jimnez, krausistas. Dentro del anarquismo -y ahel tema principal de estas lneas- nada menos que Alberto Masferrer encabezando acuatro: Elas Jimnez Rojas, Joaqun Garca Monge y Ornar Dengo. En la lnea liberalRicardo Jimnez y Cleto Gonzlez Vquez, bien rodeados desde luego. Vctor Sanabria( 1) La Prensa Grfica (San Salvador, 18 mayo 1966 y fechas SS).

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    184 JOSE SALVADOR GUANDIQUEy Rafael Angel Caldern Guardia en el socialcristianismo. Jos Figueres y RodrigoFacio afiliados al socialestatismo. El solidarismo de Alberto Martn y el marxismo deManuel Mora; ste sigue en la brega, porque no es de las magdalenas arrepentidas.Roberto Brenes Mesn, Moiss Vincenzi y Abelardo Bonilla, cultivadores de la filo-sofa general. La Neoscolstica con Claudio Mara y Jorge Volio. Rmulo Tovar yMario Sancho en la Filosofa Social. Vctor Brenes y Pablo Luros, moralistas. En laesttica Rogelio Sotela, Max Jimnez -yrecordamos aquellas pginas escritas en A lolargo del corto Camino por Yolanda Oreamuno- y Alfredo Cardona, el laureadopoeta que nos prestara en la ya lejana juventud unas pginas de Ornar Dengo, cuandoestudiaba aqu el bachillerato. Fernando Centeno Gell y Manuel Picado, en filosofapotica. Clodomiro Picado y Antonio Balli, tericos de la ciencia. Carlos Jos Guti-rrez con su filosofa del Derecho. Mariano Coronado y Lilia Ramos, psiclogos. EmmaGamboa e Isaac Felipe Azofeifa en filosofa de la educacin... Pedimos cumplidadisculpa a los omitidos que s aparecen en el catlogo de Lscaris, pues nos limitamos aaquellos que conocemos o nos traen reminiscencias o incitaciones. Y tal vez al leer esto,numerosos salvadoreos salgan de la errnea creencia de que en Costa Rica preponderanlos que ellos consideran despectivamente y sin razn, simples "profesores norrnalistas",cuando hay all copiosa labor filosfica, y en cambio, entre nosotros medran prestigiostristemente apoyados en una esculida tesis profesional premiada por hbrida coalicinde ignorancia y oportunismo, mas sus autores permanecen despus aos y aos enincurable mudez mental, aunque propagandeados por quienes confunden literatura conciencia, o verbalismo con filosofa.La cita de "Alberto Masferrer en Costa Rica" nos llam de inmediato la aten-cin. Est de primero enfila do dentro del anarquismo a tono con Lscaris : "Ya en elsiglo XIX se hicieron presentes en Costa Rica las ideas anarquistas de manera clara.Zambrana y Masferrer las dieron a conocer y Elas Jimnez, aunque lo estudiamos enel XX, las sigui en el XIX. Pero es de sealar una caracterstica peculiar del anan-quismo en Costa Rica: su pacifismo. Los anarquistas que vamos a encontrar fuerontodos ellos hombres rectos, desinteresados, embebidos de sentido social, hombres conven-cidos de la bondad natural del hombre" (p. 249).Por otro Jado, agrega: "El salvadoreo Alberto Masferrer (1867-1932), en surecorrido centroamericano, pas por Costa Rica donde fund el Diario de Costa Ricaen 1885. Pero adems de esta estancia, su influencia fue grande a travs de suslibros". Y cita a Rogelio Sotela: "A l se le puede dar un calificativo, un atributosingular, un nombre que hace tiempo no puede sonar: el de Apstol. Esto fue elMaestro querido: un Apstol del idealismo" (1).Lscaris remat: "Varios de sus libros fueron publicados en Costa Rica, y muyledos. Su ideologa puede verse concentrada en la siguiente frase: "Las palabras sobe-rana, independencia, autonoma carecen de sentido para los desmedrados, para losmiserables, para los mendigos". Y claro que se pona de parte de los mendigos"(p. 251-52).Public el maestro Masferrer en la patria de Juan Santamara: "En Costa Rica"(1900), Las Nieras (1916), Una Vida en el Cine, (Ed. Garca Monge, 1922),Pensamiestos y Formas. Notas de Viaje (misma Edit., 1921). Ornar Dengo le dedic"Palabras sobre Don Alberto Masferrer", La Tribuna, No. 189, 1920; Y Rogelio Sotela,Carta ... (1933, En torno a Masferrer, San Salvador, 1956).Dejaremos para un segundo artculo el calificativo que nos mueve a escribirestas cuartillas: Fue anarquista Alberto Masferrer?, extremo un tanto alarmante, pesea que Lscaris le aada la nota de pacifismo. Cuando all por el 19 de marzo de1945 escribimos un trabajo en su nombre, publicado en "Letras de Mxico", distin-

    (1) El doctor Juan Felipe Toruo, tan exacto en sus fechas, menciona en "Desarrollo Lite-

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    EL ANARQUISMO DE MASFERRER 185guiendo su cosmogona de su sociologa, de "Las Siete Cuerdas de la Lira al MnimumVital", no se nos pas por la mente tal connotacin que conectara a Masferrer conCalicles y Trasmaco en el anarquismo antiguo, o con Stirner en el moderno. Yahabr tiempo para resolver tal antinomia.

    -II-La connotacin pacifista para atemperar un tanto el mote alarmante de ser donAlberto anarquista, a la usanza de los grupos chilenos de la antepasada generacin, dejaen pie la duda sobre lo substantivo. Fue Masferrer partidario de Stirner con su ten-dencia individualista o de Kropotkin o Bakunin, del pintoresco noble al comba-tiente de Marx en la organizacin de la II Internacional, mejor llamada la espuriapor los "ortodoxos"?Tanto el autor solitario de "El Unico y Su Propiedad", libro que nos trae a

    Calicles y Trasmaco, aquellos polemistas del "Gorgias" defendiendo su superhombre,siglos antes de Nietzsche, ante la acerada argumentacin socrtica, cual los dos rusosmencionados, ostentan en comn el ms absoluto repudio a las normas sociales, ticaso jurdicas, porque el anarquismo se enfrenta, no slo al Estado, sino tambin a lasociedad. Que los individualistas vayan al elogio del hombre en lucha contra losprejuicios de sus semejantes y el socialista suee con una colectividad perfecta, dondecada uno tenga lo que es suyo -por repetir el adagio romano-s- nada quita a laactitud caracterstica.Oigamos los denuestos de Miguel Bakunin, el de "Dios y El Estado",al iniciar lo que Eliseo Reclus comprendera como "un largo fragmento de carta orelato", y algo de ello flamea en esas pginas incendiarias: "Tres elementos o tresprincipios fundamentales constituyen las condiciones propias de todo desarrollo humano,colectivo o individual, en la historia: 19-La animalidad humana; 2Q-El pensamiento,y 3-la rebelin. A la primera corresponde propiamente la economa social yprivada; la ciencia al segundo, y la libertad, a la tercera" (p. 13). Y desde luego a aquelbarbado beligerante que declaraba, ante la estupefaccin de los burgueses, telogos ometafsicos: "todo lo existente en el mundo, no es otra cosa que un producto dela vil materia", se interes vehementemente por la revuelta y por la ciencia. Esto fueradefinitivo en semejante agitador, de los verdaderos, nunca esas imitaciones que pade-cemos, pobres burcratas del segundo presupuesto que han dejado la lucha de clasessustituyndola con la lucha por las clases, a quince pesos hora desde pronto.Hemos dicho en artculo anterior que el pensamiento masferreriano se abreen dos fecundas vertientes: su Cosmogona, contenida en "Las Siete Cuerdas de laLira" y su Sociologa. Masferrer cumple en las primeras como un espiritualista con-vencido y confeso, a tenor de sus propias palabras: "Segn la pureza de tus ojos, asvers. Enalteci tu entendimiento y purific tu corazn? Entonces, era verdad"(Editorial "Casa de Amrica", Mxico D. F. p. 13). Jams se alcanzar el mensajesocial del cuzcatleco en perenne lucha contra la mediocridad aplastante del medio-y todava pesa en este 1966- sin conocer cmo "nuestro saber es como la sombrade una nube que el viento arrebata. Que si alzamos los ojos, ya no hay nube; si losbajamos, ya no hay sombra:'

    "Las Siete Cuerdas de la lira", por encima de crticos a la violeta, repre-senta en estos ambientes tropicales en que lo mejor -a tono con los Sanchos delmunicipio-- consiste en no hacer nada, un libro filosfico y potico; ya sabemos, cono sin Heidegger, cunto en los verdaderos aedas palpita una honda y definitiva entraa.Cabe tal cordaje, entre datos orientalistas y modernos, flota, radical y angustiosamente,el misterio de la divinidad. Nuestro Alberto -nunca el de los materialistas, postrados

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    186 JOSE SALVADOR GUANDIQUE"Nada es aquella substancia nica y total que llenaba el abismo antes de quefueran los mundos". En esa nada -acotamos- concebida metafsicamente al visode Kierkegaard y no mera negacin del ser, nacen bajo el influjo de Dios dos fuerzasantagnicas; una constructiva, que trata de multiplicarse, y otra, unitaria, buscando laintegridad plena. Aquella tiende a la movilidad. Esta a la quietud. La dualidadexpuesta -recordemos al Zoroastro autntico, no al nietzscheano vociferante- inte-

    gra el caos. Pero ste, gracias a esa doble influencia energtica, deviene en Cosmos.De lo heterogneo vamos a 10 homogneo, por emplear el lenguaje spenceriano, caroa don Mariano H. Cornejo en su "Sociologa General", obra admirable pero del siglopasado, y as supe desde 1945 eliminada como texto en la que fuera Facultad deJurisprudencia -muy antes de la pedestrera maostalinista, reinante hoy- hastaescribir "Datos de Sociologa", que todava permanecen sin adversario, pues los llama-dos socilogos de la antipatria permanecen incurablemnte inditos.El Cosmos -pregona 'Masferrer- florece en 7 manifestaciones esenciales:Tierra, Agua, Aire, Fuego, Energa, Atraccin y Luz. Estos fluidos son formas demovimiento, vibrar etreo. As concibe "las Siete Cuerdas de la Lira Divina en lacual un artista supremo tae la sinfona del Universo."Lo anterior rememora un tanto a los presocrticos, tan diestramente sintetizadospor Empdocles de Agrigento al ofrecemos su teora de los cuatro elementos, puestosa maravilla en la cpula del Hospicio Cabaas, capilla sixtina de Amrica, por JosClemente Orozco de Guadalajara, la Perla de Jalisco; Masferrer hace reflexin csmicay poesa trascendente, proclive a signos asiticos, tales llegaron a Atenas bajo la avizo-rante mirada de Pitgoras, ms ritmo que nmero. Y ese intento de explicar almundo -de caos a Cosmos- nada tiene ni tendr que ver con ningn materialismooriginado o larvado, precisamente por su intocada espiritualidad.La cosmogona masferreriana analizada a fondo, no en las interjecciones delos retricos que apenas tartamudean al salvadoreo de las rebeldas, incansable lapidadorde los figurones que sufrimos por inercia, por abulia, por cobarda, la cosmogonamasferreriana -repetimos- en vez de quedarse en un esquema cosista lleva al hombrecomo problema, angustia iluminada clara cierta vez Gonzlez y Contreras refirindosea esa antorcha mental.

    Puede ser anarquista o materialista alguien as? Y previo a exponer su antro-pologa filosfica que nuestro intuitivo de estirpe, escribi tal vez sin saberlo, deja-mos probado que el del Mnimum Vital nunca se alineara entre los repudiadores detoda norma, cuando l las estaba formulando y para alto nivel, cual salmodian lostecncratas actuales. Y su parasociologa procede de aquel meditar originario. Nadams pero tampoco nada menos.

    - III-Entre nosotros, stalinistas o trotzkystas desorientados u obedientes a las consig-nas de sus amos, sovitico o chino, pretenden apropiarse de Masferrer para seguir en

    su prdica criminal. Jams han justificado esa maniobra limitndose a amparar conel nombre del maestro sus griteras, como no podrn decimos por qu atacan a losPrceres, ya que esto ltimo apenas constituye parte de los "trabajos" encargadospor el partido a algn kamarada otrora expulsado por feln a sueldo fijo. Pero volva-mos a Masferrer, dejando a los homnculos en sus mesas redondas prefabricadas, inca-paces de sostener lo que pregonan ms all del grupillo ignorante y aplaudidor, en elcual no faltan renegados de la Iglesia.Concebimos la forma del hombre -aclara la prosa sin par- y la de todo serviviente compuesta por el Cuerpo o substancia material, por el Alma o substancia

    anmica y por la Mente o substancia lumnica. El primero es lo sensible, lo emprico.

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    EL ANARQUISMO DE MASFERRER 187imperativos histricos, no histricos. Tal ocup su sitio entre los irrequietos: Una-muno, apoyndose en la tragedia de lo vivido mientras Ortega se autoconstrua -yaqu tiene tantos imitadores- su propio monumento. Scheler desde las alturas desu saber eidtico. Kierkegaard, angustia teolgica cabe el pecado original. Heideggerbregando con su inacabable nadologa. .. Masferrer est en medio de los atormen-tados, con algo de Ivn y mucho de Aliocha, aquellos Karamazov. Mal haramosen situado bajo la frula de los neohegelianos de izquierda, de Marx a Engels, deLenn a Stalin, porque Khrushchev y los plidos burcratas del Kremlin hoy emergenadoctrinarios y en ello les gana la partida Mao.La sociologa masferreriana es tambin espiritualista, no fruto de materialismosdialcticos. Preocupado noblemente por las clases humildes plantea el maestro su"mnimum vital", que concepta: "La satisfaccin constante y segura de nuestrasnecesidades primordiales", postulado bsico desenvuelto en dos rdenes: derecho parael necesitado; deber para el poderoso. Derecho de vivir para el primero. Lmite delatesorar para el segundo. Todo sin amarguras, sin resentimientos, sin lucha de clasesni del proletariado, sin barbas ni metralletas.La tesis no resulta nica, dado el repertorio doctrinario, pero el maestro lapresenta con renovado impulso: "El Estado, la Comuna, tiene como finalidad y obli-gacin primarias, trabajar ante todo para que las necesidades vitales sean procuradasigualmente a todos los habitantes del pas". Se esboza all lo que tcnicamente llama-mos derecho al trabajo, no derecho del trabajo. En tal sentido, el vitalismo masfe-rreriano, cuyo origen fue cosmognico -recurdense las Siete Cuerdas de la Lira-surgi ostentando indudable eficacia social.A veces adquiere tonalidades humanitarias de especial relieve: "Tratndose delnio, asegurade el mnimum vital es apenas devolverle el centsimo de lo que es suyo".Aqu tenemos al educador nato, no pedagogo por soldada, cuyas expresiones de autn-tica justicia colectiva alarmaron a los panurgos, abundantes en nuestras latitudes:"El obrero que da su trabajo: palabra que expresa brevemente este hecho com-plicado e inconmensurable: dar a cada uno la vida acumulada en s". El trabajador,obrero o campesino, debe gozar antes que nadie del mnimum vital anhelado, no pormaostalinismos importados, sino simple y sencillamente, porque hay que haced e justi-cia. De esas directrices los fariseos sacaron que Masferrer era comunista y los ques lo son han contribuido a dicha farsa pugnando por usufructuar su prestigio yvalindose de su mensaje para cubrir sus pobrezas mentales o hinchar el bolsillo,pues los kamaradas que padecemos son prcticos y medran cuanto pueden del segundopresupuesto, bebiendo buen whisky y paseando en Mercedes-Benz, cual los soviticoscon sus dachas y sus temporadas de veraneo en tierras georgianas.Masferrer vivi y muri pobre. Nunca hubiese bajado la cabeza ante las est-pidas consignas del partido comunista, ahito de tarados o genuflexos. Su sociologafue de liberacin y armona, espiritual izada, no digestiva como la de los mentoresaburguesados de la ex-Alma Mter en alianza con democretinos, no democristianos. Elmaestro queda por encima de turbias maquinaciones presupuestvoras, de mediocresinsuficientes para escribir siquiera una pasable semblanza de quien se llam AgustnFarabundo Mart, al servicio de una ideologa falsa, mas siendo, l mismo, digno deanlisis, cual lo sera Alberto Masferrer, infinitamente superiores a estas medianas quesiguen la paranoia de un mediquillo fracasado por llenarse el estmago, atentos a supitanza.

    Lo repetimos: la doctrina no aparece novedosa en su fondo, pero es suyo elimpacto, tal fuerza persuasiva, su anhelo de superacin. El maestro intentando volver-nos menos injustos, expres su manera de sentir. Nada tiene esto de anarquista -yle pedimos disculpa a Lscaris, autor del magnfico panorama de las ideas filosficasen Costa Rica- y menos de comunista, aunque los rojinegros insistan en querer

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    188 ]OSE SALVADOR GUANDIQUEhasta dnde se resisti a publicar la mayora de sus versos -as detallo en "Gavidia,Amigo de Daro", dentro del segundo tomo por aparecer, si se apura Luis Aparicio--poemas, donde encontraremos mltiples piedras preciosas ... Don Alberto se expresa travs de una "sinceridad ntima, callada y humilde", seal para Rilke y para nosotrosde los aedas verdaderos no esas imitaciones inaguantables, expectorando incongruenciasen renglones cortos, sin ilacin, ni ortografa. Aquellas narraciones del terruo-quin las rescatar de nuestras hemerotecas?- con olor a trpico -verdad, ArturoAmbrogi?- e impregnadas de campo, de paisaje, de luz. Las dolorosas imprecacionesdel dinero maldito. Los flamgeros editoriales de Patria. All hay tambin otrosendero: "Ojos limpios requiere la Verdad. Y puesto que la mente anda enlazada conel alma y el cuerpo en unin ntima y perenne, si el alma y el cuerpo van recargadosde impurezas, la visin mental resultar escasa, turbia y vacilante. Segn la purezade tus ojos, as vers".Masferrer, sediento de eternidad, era espiritualista -pone alma antes quecuerpo en el prrafo citado-- y jams anduvo por ms que sus avatares fueron muchos,entre el fango de las clulas subversivas. Los karnaradas le abandonaron cuando yano pudieron explotado. Ahora lo tienen perdido irremisiblemente, si bien en suspanfletos apeen siempre al luchador que no supieron secundar.

    El Dr. ]OSE SALVADOR GUANDIQUE, salvadoreo, estudi en Mxico, donde tambinha sido profesor, adems de en El Salvador. En Sociologa y Filosofa es uno de los pensa-dores centroamericanos ms destacados por sus publicaciones.