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El Aldeano (1929-1933). ESTUDIO INTRODUCTORIO. Xabier F. Coronado

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EXCMO. AYUNTAMIENTO DE CASTROPOL

2003

Introducción deXabier F. Coronado

 Reproducción facsimilar 

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 © EDICIONES NOBEL, S.A.Ventura Rodríguez, 433004 OVIEDOwww.ed-nobel.es

ISBN: 84-8459-021-6

Impresión: Gráficas Summa, S.A., Llanera (Asturias)Depósito Legal: AS. 3.179-99

Prohibida la reproducción total o parcial,incluso citando la procedencia

Hecho en España

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CARTA DEL PRESIDENTE DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS

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¿CONSEJERA DE CULTURA?

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INTRODUCCIÓN

La colección completa del periódico  El Aldeano, ediciónfacsímil que se publica gracias a la iniciativa del Ayunta-miento de Castropol, supone la posibilidad de volver a vivirde manera directa unos años claves en la historia del sigloXX español. Durante este periodo, que abarca de 1929 a1933, se produce el fin de la dictadura del general Primo de

Rivera y la proclamación de la II República. La repercusiónpopular que produjeron estos acontecimientos en los conce-

 jos del extremo occidental de Asturias es recogida por  El

 Aldeano, un periódico comarcal editado por jóvenes estu-diantes, naturales de Castropol, que lo utilizaron como ór-gano de expresión de sus ideas y como medio de difusiónde la labor cultural que realizaban. En sus páginas podemosencontrar toda una gama de artículos literarios, políticos oculturales; información de la mayoría de los pueblos y alde-as de la comarca; noticias de los emigrantes residentes enAmérica; y, en definitiva, todo el pulso de la vida rural deloccidente astur.

El estudio preliminar que introduce esta edición preten-

de ser una guía que anime a los lectores a sumergirse en losejemplares del periódico y los conduzca por los diferentescaminos de lectura que se proponen. Se analiza la génesis yel desarrollo de la publicación; la labor de los redactores,colaboradores y corresponsales; las diferentes secciones; y,para finalizar, se incluye un índice que puede servir de guíapara lectores e investigadores.

Lo planteado en este exordio es producto del estudio yanálisis de una publicación que, a pesar de la evolución so-cial y el tiempo trascurrido, mantiene una actualidad in-quietante en muchas de sus propuestas políticas, educativaso culturales.

Por todo lo expuesto, consideramos que la recuperación

de El Aldeano es un paso importante para completar la me-moria histórica del Principado de Asturias. Además, suponela oportunidad de ofrecer una base de datos fundamental aespecialistas e investigadores para la realización de futurosestudios.

GENERALIDADES

En la historia periodística española de finales del siglo XIXy comienzos del XX, hasta la paralización que a todos losniveles de la vida pública supuso la guerra civil y posteriordictadura, nos encontramos con un sinnúmero de publica-

ciones periódicas, de ámbito local o comarcal, que cum-plían una importante función informativa. Estos periódicos(semanales, decenales, quincenales o mensuales) cubrían el

déficit informativo que padecía, en comarcas alejadas de lascapitales de provincia o de los grandes centros urbanos re-gionales, una población suficientemente preparada para serreceptiva a una publicación que les comunicara las noticiasproducidas en su entorno más próximo.

A nivel regional los ejemplos son numerosos y, para ha-cernos una idea, tan sólo citaremos alguna de las publica-ciones editadas en el occidente de Asturias:   La Semana

 Luarquesa, Renovación, Río Navia, Hoy, El Faro de Tapia,Castropol, El Aldeano y Ecos Vegadenses .

La vida de estos periódicos era, generalmente, efímera.Las causas hay que buscarlas en los problemas de tipo eco-nómico: la mayoría eran de iniciativa privada, carecían desubvenciones y el bajo poder adquisitivo de la limitada po-blación a la que iban dirigidos no permitía una gran tirada.Estas deficiencias económicas determinaban la condiciónno profesional de sus redactores y casi todos los ingresos seempleaban en el mantenimiento de la publicación, lo querepercutía en la calidad del producto final. Otro inconve-niente era la carencia de imprentas, esto obligaba a que losperiódicos se imprimiesen en lugares distantes, lo que enca-

recía todo el proceso productivo.  El Aldeano (1929-1933), publicación que nos ocupa,

compartía con otros periódicos comarcales casi todas esascaracterísticas. Tuvo una periodicidad quincenal; estaba ela-borado por redactores que no eran profesionales del perio-dismo; iba dirigido a una población totalmente rural, de es-casos recursos y bajo índice de escolarización; y se impri-mía en la vecina localidad de Ribadeo, en la provincia deLugo.

CABECERA Y MAQUETACIÓN

Los tres primeros números del periódico se publican conuna cabecera sencilla que recoge un título, El Aldeano; y unsubtítulo, “Periódico de Información Regional”. A partir delcuarto se produce un cambio que se mantendrá hasta el cie-rre del periódico en 1933. La nueva cabecera tiene un dise-ño más artístico, en consonancia con la tradición periodísti-ca de la época, que incluye un dibujo en la parte derecha.En él se representa a un labrador vestido a la usanza comar-cal, con pucha y galochas (boina y madreñas), que se apoyaen un sacho (azada) en actitud de descanso. La figura, quepersonifica la imagen típica de un aldeano, recuesta sucuerpo en los símbolos del escudo de Castropol (cuerno dela abundancia, águila y torre) que completan el dibujo.

El diseño, como se acredita en el número seis del perió-dico, es obra de Manolo Marinero, uno de sus redactoresmás entusiastas y comprometidos. La nueva cabecera man-

 EL ALDEANO. Un estudio preliminar

GUÍA PARA LECTORES E INVESTIGADORES

Xabier F. Coronado

A Mª Ramona Loriente Penzol

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tiene el título y subtítulo anterior, informa del precio de lassuscripciones, del carácter quincenal del periódico y no es-pecifica el nombre del director, tan sólo el del administra-dor de la publicación1.

Aunque elaborado en Castropol y dirigido a los concejosde la comarca occidental de Asturias, El Aldeano se impri-mía en Artes Gráficas «La Comarca» de Ribadeo. Los re-dactores de El Aldeano siempre tuvieron la pretensión de

recuperar la antigua imprenta del periódico Castropol e im-primirlo en la villa. Este objetivo no pudo lograrse por laajustada economía de la publicación y por la falta de asis-tentes, realidades que no permitían aspirar a otra cosa quevolver a salir a la calle cada quincena2.

La impresión era realizada por el antiguo sistema demoldes. Mediante este procedimiento un operario o cajistadebe componer las páginas que se van a imprimir ordenan-do los tipos gráficos que reproduzcan el texto. Generalmen-te este método produce numerosos errores tipográficos de-bidos, por una parte, a la falta de concentración o interés delcajista y, por otra, a que la mayoría de los textos llegaban ala imprenta escritos a mano. Este tipo de erratas era una

constante en las publicaciones de la época.En el caso de El Aldeano nos encontramos con multitud

de erratas debidas a la manipulación de los tipos de impren-ta. De todas ellas, las más graves son las que se produjeronen la numeración de los periódicos. La correlación numéri-ca se ve alterada con la repetición del n° 62 (15 de mayo de1932), que tendría que ser el n° 63. Este error se arrastrahasta que el periódico del 15 de junio retoma la numeracióncorrecta con el n° 65. En consecuencia, el n° 64 nunca apa-recerá en la cabecera del periódico.

Por otra parte, los periódicos numerados como 98, 99 y100 (del 30 de enero, 15 de febrero y 28 de febrero de1933), corresponderían a los números 80, 81 y 823.

El periódico El Aldeano presenta una maquetación de sucontenido informativo que se mantiene, con pequeñas varia-ciones, a lo largo de toda su existencia. La distribución delos artículos y noticias, así como la información integradaen las diferentes secciones, podemos considerarlas peculia-res por su aparente desorganización. Esta característica, deartículos y notas en supuesto desorden, se debe a un diseñode edición un tanto deslavazado, unido a un sistema de im-presión que no permitía muchas posibilidades en este terre-no. Los textos están separados por una delgada barra hori-zontal que marca la solución de continuidad entre artículos,secciones o anuncios. Esta manera de editar origina en oca-siones cierta confusión y desequilibrio entre las columnas.

Algunos redactores eran conscientes de este desarreglo ypropusieron ordenar las secciones, sobre todo la relativa ainformación regional. La manera en que editaba otro perió-dico de la comarca ( Río Navia) era el ejemplo a seguir pro-puesto por Manuel Marinero a Vicente Loriente Cancio4.

El diseño de edición fue mejorando a medida que se su-cedían los números. Al cambio de cabecera del periódico sefueron uniendo otros como el encuadre de notas o anuncios

a base de grecas y el uso de encabezamientos específicospara cada una de las secciones.

Los títulos de las secciones son grabados tallados sobrelinóleo, diseñados por Paco Marinero, que representan unaimagen relativa al apartado que encabezan.

La inclusión de fotografías en algunos números fue otrade las novedades que se fueron incorporando al periódico.Entre los ejemplares que incluyen material gráfico destacanel dedicado a la proclamación de la II República en Castro-pol (n° 38) y el especial dedicado a los diez años de exis-tencia de la Biblioteca Popular Circulante (nº 59). Ambosejemplares son de lectura recomendada por representar dosde los números más celebrados de El Aldeano.

GÉNESIS, OBJETIVOS Y CONCLUSIÓN

Fundado y elaborado por el círculo de personas que habíanorganizado la Biblioteca Popular Circulante de Castropol(BPCC), El Aldeano nace con la idea de llenar el vacío in-formativo que, para toda la comarca, había supuesto la de-saparición del decenario Castropol en 1925.

Otro de los objetivos de sus fundadores era poder contarcon un medio de comunicación al servicio de la BPC. Estepropósito se concretó con la publicación, dentro del perió-dico, de una sección fija dedicada a la biblioteca.

El primer número de El Aldeano apareció el 15 de octu-bre de 1929 y en su editorial, escrita por Vicente LorienteCancio, se pone a disposición de la juventud (“que no losea solo en años”) como medio donde poder exponer susopiniones e inquietudes, y define los propósitos del periódi-co. Los objetivos eran: estar a favor del avance y la renova-ción; ser un órgano de expresión dinámico y veraz, compro-metido con sus ideas, pero abierto al debate; y realizar unalabor informativa dirigida tanto a los habitantes de la co-marca como a los emigrantes residentes en América.

Su aparición fue precedida por la distribución de unanuncio que informaba sobre la próxima publicación delperiódico. Dicho anuncio incluía los precios de suscripción,

adelantaba parte de los contenidos y señalaba a MiguelGonzález como administrador. La etapa de éste al frente dela administración fue corta ya que a partir del sexto númerofue sustituido por José Ramón Martínez, hasta ese mo-mento corresponsal en Piñera, quien ejerció el cargo hastala desaparición del periódico.

El periódico se vendía por medio de suscripciones queiban destinadas a lectores locales, con un costo de 4 pesetasal año; a lectores regionales o nacionales, cuya tarifa anualse incrementaba 50 céntimos; y a lectores residentes en

1 Sobre este tema recomendamos la lectura del artículo de José Luis Pé-rez de Castro “Las cabeceras artísticas en el periodismo astur: su represen-tación y simbolismo”. Publicado en el número 33 de la revista Asturamética,noviembre de 1956.

2 En referencia a este tema es interesante transcribir una carta inédita re-mitida a Vicente Loriente Cancio, a quien se puede considerar director delperiódico, por Manuel Marinero. La carta carece de fecha pero, por los te-mas tratados en ella, la podemos datar en la primavera de 1930. “(...) si lasganancias se gastan en mejorarle [se refiere a El Aldeano], se puede conse-guir que vayan en aumento y llegue un momento en que podamos realizaralgunas cosas que nos son necesarias y por ahora son imposibles. Solo afuerza de mejoras constantes podrá conseguirse que algún día podamos po-ner en marcha la imprenta del “Castropol” pues hasta que llegue ese mo-mento no se podrá decir que el periódico tenga vida propia”.

3 En el presente estudio se respetan los números de cabecera y se inser-ta, a continuación, la numeración correcta entre corchetes, por ejemplo: n°63 [64] y n° 98 [80].

4 En carta inédita, Manuel Marinero escribe a Vicente Loriente una seriede propuestas para mejorar el periódico: “3º Tener una información regional

abundante y completa (...), y ordenada —vuelvo a insistir— como en el RíoNavia, porque así hace más bonito, parece más y se puede colocar muchísi-mo más sin necesidad de aumentar el número de páginas”.

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América para los que el costo se incrementaba hasta las 8pesetas anuales. Estos precios se pueden considerar carospara la época, sobre todo al tratarse de una publicaciónquincenal, ya que cada ejemplar le costaba al suscriptor 16céntimos, precio poco competitivo en el mercado regional ynacional.5.

A pesar de ello las suscripciones aumentaron rápidamen-te y en el n° 6 se publica una nota de la redacción que co-menta la buena acogida que tiene el periódico en toda la co-marca. Posteriormente solían presentarse problemas a la ho-ra de renovar las suscripciones y también en la entrega de

los periódicos, sobre todo entre los lectores americanos. Es-tos problemas eran motivados por la falta de coordinación ycomunicación entre la administración del periódico y losabonados. En diferentes épocas se insertaron en las páginasde El Aldeano notas, firmadas por el administrador, en lasque se pedía a los lectores que renovasen la suscripción,efectuasen el pago y comunicasen los cambios de domici-lio6.

Los redactores de El Aldeano eran conscientes de estascuestiones y, entre sus objetivos, estaba imprimir volantespara facilitar el trámite de renovación a los suscriptores yposibilitar la búsqueda de otros nuevos. Para conseguir unprecio más competitivo la estrategia consistía en elevar elcosto de los anuncios y editar la publicación con una perio-dicidad decenal o semanal7.

La dinámica de publicación se fue asentando y el perió-

dico mantuvo la frecuencia quincenal y el mismo precio du-rante sus cinco años de existencia.

 El Aldeano deja de publicarse en el verano de 1933. Des-pués de cinco años y 93 números publicados, el 15 de agos-to sale a la calle la última edición de este importante pe-riódico comarcal sin que en sus páginas se informe de la in-minente conclusión del mismo. Las causas no hay quebuscarlas en problemas estrictamente económicos, puestoque la publicación, a pesar de no tener unas finanzas holga-das, se mantenía sin mucha dificultad gracias a las suscrip-ciones de los lectores y a la publicidad impresa.

Los motivos fueron también de tipo político y profesio-nal. La enfermedad, y posterior fallecimiento, de Manuel

Marinero había dejado una vacante en la redacción del pe-riódico difícil de cubrir. También habían ido desapareciendootros miembros fundadores como Franco Vior y VictorianoG. Paredes. En los últimos meses de existencia de El Aldea-

no, Vicente Loriente Cancio y Mª Ramona Penzol llevabancasi todo el peso de la publicación. Por otra parte VicenteLoriente Cancio se ausentaba con frecuencia de la comarca,sus viajes a Madrid, por motivos de trabajo o de salud, ledejaban el tiempo justo para dedicarse a la organización y elsostenimiento de la Biblioteca Popular Circulante.

Antes de la desaparición de El Aldeano, en el transcursode la II Asamblea de las Bibliotecas del Concejo celebradael 18 de junio de 1933, se acordó la publicación de un bole-

tín, de distribución gratuita, pagado por los socios protecto-res de la BPC. Un mes después aparece una nota, en el pe-núltimo número de El Aldeano, que da cuenta de las cuotasrecaudadas para sufragar la nueva publicación. Se puede de-ducir que la seguridad de contar con un boletín propio parala biblioteca fue otra de las causas que influyeron en la de-cisión de dejar de editar el periódico8.

ORGANIZACIÓN

 El Aldeano fue un periódico de condición no profesional,elaborado por jóvenes estudiantes y escritores que no reci-

bían compensación económica alguna por su trabajo. Esta

Volante que se distribuyó por la comarca de Castropol anunciando laaparición de El Aldeano.

5 Por ejemplo, los diarios regionales, La Voz de Asturias , El Carbayón, Región, La Voz de Avilés o El Noroeste , tenían un precio de 0,10 pesetas elejemplar suelto. Por suscripción se abarataba considerablemente el precioque, por trimestre y para la provincia, tenían un costo medio de 7 pesetas. A

nivel comarcal el periódico Hoy de Navia tenía un precio de 0,10 pesetas yel Río Navia de 0,15 pesetas.

6 nº 45, 15-8-1931; nº 78, 30-12-1932.

7 En una carta inédita que remite Manuel Marinero a Vicente LorienteCancio, al tratar los objetivos del periódico, escribe varios puntos: “1° Subirla tarifa de los anuncios a un precio remunerador; (...). La subida de preciosse puede justificar con el aumento de la tirada. 2° Hacerle decenal [a El Al-

deano] en cuanto haya quien te ayude. Los periódicos de “El Aldeano” soncarísimos para quincenal, e impide que pueda hacer la competencia a otrosperiódicos, quitándonos muchos suscriptores, nuestro ideal debe ser poderlehacer semanal con un duro en España y dos en América. (es decir, 10 cénti-mos el número suelto).(...) 4º Luego falta evitar que se borren los suscripto-res y buscar otros nuevos. Para ello costaría poco imprimir unas tarjetas (...),para mandárselas a los suscriptores avisándoles que se les terminó el plazode suscripción y animándoles a renovarla”.

8 Coronado, Xabier F. “ Dossier : La Biblioteca Popular Circulante de

Castropol (1922-1936). El libro como semilla y herramienta para labrar co-nocimiento”, en Educación y Biblioteca. Año 15, n° 133. Madrid enero/fe-brero 2003, pp.74-75.

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característica no repercute en la calidad de la publicaciónque alcanza, a lo largo de toda su existencia, un reconocidonivel como periódico.

 El Aldeano nunca incluyó en su cabecera un director no-minal y funcionó con una dirección plural alrededor de Vi-cente Loriente Cancio, último responsable de casi todoslos asuntos relacionados con el periódico. En la práctica fueVicente Loriente Cancio quien ejerció como director de la

publicación y, aunque las decisiones eran tomadas de mane-ra conjunta por los integrantes de la redacción, su liderazgoera reconocido por todos9.

A la labor del grupo de redactores se une el trabajo delos corresponsales y colaboradores que contribuyen, consus textos e informaciones, a la consecución de un productofinal bien elaborado.

Redactores

La redacción de El Aldeano estaba integrada por un grupode personas que también estaban implicadas en el proyecto

de la Biblioteca Popular Circulante. Todos ellos se conocí-an desde la infancia y compartían ideas e inquietudes.

Agustín García, Manuel Marinero, Franco Vior, Clau-dio Penzol, Pedro Penzol, Eduardo Canel, Victoriano G.Paredes, Antonio y Ricardo López, Mª Ramona Penzol,Paco Marinero y Alejandro Sela, entre otros, formaronparte de un consejo de redacción que nunca tuvo, como tal,una existencia real. Muchos de ellos residían fuera de Cas-tropol, la mayoría estudiando en diferentes universidades, yse comunicaban con Vicente Loriente, a través de cartas otelefonemas, para enviar sus artículos, sugerencias o cola-boraciones editoriales.

A lo largo de los años fueron produciéndose bajas en la

redacción del periódico. Primero murió Franco Vior (enero1931), uno de los pilares del proyecto. Su fallecimiento de- jó una sensación de vacío difícil de llenar, no sólo en El Al-

deano sino también en la vida política y social del concejo.Más adelante le tocó el turno a Victoriano G. Paredes

(abril 1931), conocido escritor y uno de los personajes másqueridos y respetados de toda la comarca. García Paredeshabía sido un apoyo fundamental, por su prestigio y recono-cimiento, para todos los proyectos que la juventud de Cas-tropol había planteado a lo largo del siglo.

De estas dos importantes pérdidas se hace eco el periódi-co publicando, en números sucesivos editoriales, notas ne-crológicas y elegías que glosan la figura de estos dos perso-

najes (nº 31, 32, 40, 45 y 49).En ese mismo año (septiembre 1931) salen de la redac-ción los hermanos Ricardo y Antonio López, que habíanformado parte de la misma desde su fundación. Esta separa-ción es anunciada a todos los lectores mediante una notapublicada en el periódico10.

La pérdida más significativa, y que de alguna manera re-sultó determinante para la desaparición de El Aldeano , fue

el fallecimiento de Manuel Marinero. Desde el comienzoformaba parte de la redacción y era, junto a Vicente Lorien-te Cancio, uno de los más implicados en el proyecto. Traba-

 jador infatigable tanto en la BPC como en El Aldeano, susnumerosos artículos constituyen uno de los legados más in-teresantes que podemos encontrar en las páginas del perió-dico.

Corresponsales

Uno de los objetivos de El Aldeano era cubrir, de la maneramás completa posible, toda la información de la comarcaoccidental de Asturias. Su radio de influencia abarcaba losconcejos de Boal, Tapia, El Franco y Castropol; siendo tam-bién muy leído en Vegadeo y en Ribadeo donde tenía quecompetir con otros periódicos locales11.

Para conseguir este objetivo contaba con una serie de co-rresponsales en las villas y pueblos más importantes de lacomarca. Estos corresponsales, vecinos de dichas localida-des, colaboraban de manera gratuita en el periódico, llegan-

do incluso a tener que pagar ellos mismos el franqueo de lascartas que enviaban con sus crónicas a la redacción. En re-lación con este tema encontramos, en una carta inédita deManuel Marinero a Vicente Loriente Cancio, la idea de re-galar a los corresponsales una caja de cartas con sobres tim-brados para animarles a seguir colaborando con la publica-ción12.

Por estas causas, y por cierta falta de iniciativa de los ve-cinos de la comarca, la redacción de El Aldeano publica no-tas animando a la gente a enviar sus colaboraciones con lossucesos más significativos de la vida cotidiana de su comu-nidad. Entre los argumentos expuestos para convencer a losvecinos a que colaboren, esgrimen la necesidad de aportar

noticias de la comarca a los emigrantes que reciben el pe-riódico en América. Esta necesidad se demostraba con lapublicación de cartas, enviadas por emigrantes, lamentandola ausencia de noticias sobre sus aldeas de origen13.

La comunicación en el sentido contrario, de América aAsturias, estaba cubierta por las colaboraciones periódicasque desde Cuba y Buenos Aires enviaban algunos emigran-tes. Hay que destacar entre todos ellos a José Gómez, se-cretario de la “Agrupación Castropol” de La Habana, que ennumerosas ocasiones hace un reporte de los sucesos y even-tos más importantes relacionados con la comunidad asturia-na en la isla. Entre todas sus colaboraciones, se recomiendala lectura de “La fiesta de Santiago en La Habana” (nº 70)

porque describe un interesante retrato de época, que permi-te hacernos una idea de cómo se desarrollaban aquellas reu-

9 Existen numerosos datos que demuestran que Vicente Loriente Cancioejercía como director del periódico. Citaré tan sólo un ejemplo: En una notaeditorial titulada “Bienvenido” publicada en el n° 72 (30-9-32), con motivode la llegada de Vicente Loriente Acevedo a Castropol, se reconoce a Lo-riente Cancio como director de El Aldeano , “los lazos que le unen con nues-

tro director, moverían a éste a reducir el acontecimiento a sus límites fami-liares”.

10 “A nuestros lectores”, El Aldeano, n° 47, 15-9-31.

11 En Vegadeo se publicaba Ecos Vegadenses y en Ribadeo Las Riberas

del Eo, ambos con amplia distribución.12 “Los corresponsales tienen que ser muy abnegados para tomarse la

molestia de tener que escribir, tener que pagar encima el sello y hasta sopor-tar correcciones y tijeretazos. Yo he pensado que para animarles se podíanhacer en cualquier fábrica de cartón unas cuantas cajas de cartas, bonitas ybien presentadas, con su viñeta de El Aldeano en la tapa, y que contuviesen24 o 36 cartas con sus correspondientes sobres y todas con su sello de 0,25pegado. Se les enviaba una atenta carta dándoles las gracias por la colabora-ción, animándoles a seguir y rogándoles que no dejasen pasar una sola quin-cena sin echar al correo las noticias por pocas e insignificantes que fuesen”.

De una carta, no fechada, de Manuel Marinero a Vicente Loriente.13 Ver “Propósitos” en El Aldeano n° 1 y “Noticias y corresponsales” en

 El Aldeano , n° 57.

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niones sociales, y por el gran número de nombres de veci-nos de la comarca, emigrados en Cuba, que aporta.

El periódico consiguió mantener corresponsalías esta-bles en Castropol, Figueras, Barres, Las Campas, Seares,Piñera, S. Juan de Moldes, Vilavedelle y Tapia de Casarie-go. Desde otros pueblos, de dentro y fuera del concejo, sereciben noticias esporádicas que también se publican en lasección “Información Regional”. Estas colaboraciones eran

enviadas por vecinos que se convertían en corresponsalesocasionales del periódico14.

Debido a la ausencia de firmas nominales (en la mayoríade los casos se finalizan las notas con un impersonal “el co-rresponsal”) y al común uso de iniciales o seudónimos, re-sulta difícil identificar, con nombres y apellidos, a los co-rresponsales que cumplían esta importante función15. Algu-nos de ellos son identificables como el caso de ConradoVillar, corresponsal en Tapia de Casariego que firmaba co-mo Pepe de Mingo; Enrique del Río, de Vilavedelle comoFlúminis; Florentino López, maestro de Tol como Floro;Francisco Fidalgo , de Figueras como Villabeirán (que erasu segundo apellido); José Méndez como  El novio de la

noche y Ángel Pérez de Barres; y Francisco Manuel Fue-yo, de Las Campas como X .

En otros casos la firma de las crónicas se realizaba connombre y apellido, pero se trata casi siempre de colabora-ciones relacionadas con algún asunto concreto en el que es-tá interesado el comunicante, son circunstanciales y pocossuelen repetir la experiencia.

Colaboradores

Además de los redactores y los corresponsales, El Aldeano

contó en sus páginas con la firma de algunos colaboradores

que contribuyeron a elevar el nivel periodístico y literariode la publicación.Entre ellos destacamos a Pedro G. Arias, escritor natu-

ral de Castropol, que firma media docena de artículos de ca-rácter literario. Otros colaboradores son: Eugenio D’Ors,Marino Rico, José Aixalá y Paulino Rodríguez. En el nú-mero 59, dedicado íntegramente al décimo aniversario de laBPC, se publican textos de Valentín Andrés Álvarez, Mi-guel Artigas, Pío Baroja, Francisco Beceña, Ramón Ote-ro Pedrayo, Luis A. Santullano y Jorge Rubió.

SECCIONES

A pesar de que El Aldeano contaba con una serie de sec-

ciones fijas y otras de aparición discontinua, el periódico

no presenta una estructura informativa cerrada. Los temas

son introducidos en función de las necesidades dictadas

por la actualidad, lo que convierte a El Aldeano en una pu-

blicación dinámica. Por esta causa, para analizar los conte-

nidos del periódico, vamos a agrupar los diferentes artícu-

los, además de respetar las secciones diferenciadas por la

propia publicación, siguiendo criterios de índole periodís-

tica.

Editoriales

La primera de las cuatro páginas habituales de  El Aldeanoestá dedicada a un editorial que expresa la opinión del pe-riódico. Los editoriales, considerando bajo este epígrafe to-dos los artículos que no llevan firma, están dedicados a muydiversos asuntos. Se refieren a temas y acontecimientos deactualidad, de cualquier índole, siempre que afecten a losintereses de la comarca y, en particular, del concejo. Sontextos que analizan la política nacional, regional y local, lascuestiones culturales, y los asuntos relacionados con elcampo y la vida rural.

La línea de pensamiento que expresa la publicaciónsiempre mantiene una celosa independencia y no se puedeencasillar fácilmente dentro de un movimiento o partido po-

lítico determinado. La gran mayoría de los editoriales sonde carácter político y se posicionan a favor de la repúblicacomo forma de gobierno. Analizándolos detenidamente nosencontramos con una postura clara frente a temas sociales ypolíticos de la época. Aparte del ya citado republicanismo,suficientemente probado en multitud de escritos, y el conse-cuente rechazo a la monarquía, podemos considerar el pen-samiento político de El Aldeano como regionalista, agraris-ta y antimilitarista. A pesar de su defensa de los valorestradicionales se trata de una publicación progresista, noaborda el tema de la tradición en el sentido inmovilista deltérmino, sino en el aspecto cultural.

Muchas veces eran más de uno los temas tratados y, en

esas ocasiones , nos encontramos con dos o tres editoriales.La mayor parte de estos artículos de fondo eran redactadospor Vicente Loriente Cancio quien ejercía como portavoz dela redacción. Franco Vior, Manuel Marinero, Eduardo Ca-nel, Agustín García, María Ramona Penzol y otros miem-bros del equipo participaban con sus opiniones y, esporádi-camente, redactaban algún editorial y pequeñas notas infor-mativas que también eran anónimas.

 El Aldeano fue una publicación avanzada que propugna-ba un nuevo estilo de hacer política alejado de los viejosconvencionalismos, ya caducos para ellos en aquella época,de las derechas y las izquierdas. Se oponían frontalmente acualquier forma de caciquismo y militarismo; proponían un

agrarismo que buscara nuevas formas de desarrollo, basadasen el cooperativismo, para poder mejorar las condiciones devida en el medio rural y hacer más competitivo este sectoreconómico; propugnaban un regionalismo que mantuvieralas señas de identidad de las regiones del norte del paísfrente al sempiterno centralismo del estado; eran defensoresy promotores de la cultura tradicional: lengua vernácula,folclore, etc.; y se entregaron al objetivo de promocionar lalectura en todos los sectores sociales de la comarca que ha-bitaban.

Para hacerse una idea de los “Propósitos” de El Aldeano

nada mejor que leer el editorial que, con este título, publicael periódico en su primer número. Léanse las tres entregas

de “Aldeanadas” para saber las razones del nombre, ente-rarse de las críticas que levantó en la villa y conocer los ar-gumentos planteadas a los aldeanos para que se integraran

14 Encontramos eventualmente noticias de Tol, Presno, El Valín y Bal-monte dentro del concejo de Castropol; de La Roda y Serantes (Tapia deCasariego); San Juan de Prendonés, El Franco y La Caridad (El Franco); yde Boal, San Tirso de Abres y Taramundi en los concejos vecinos.

15 Algunos ejemplos: El novio de la noche y El pirata de Sagaz, de Ba-

rres; Véritas veritatis, de San Juan de Prendonés; Un charlot , de Serantes; Aguazur , de Las Campas; El abeyón, de Seares; Mosta cero y Pelamio, deFigueras.

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activamente en la vida social y política del concejo (n° 2, 3y 5)16.

En la serie “Pim-pam-pum” hay cinco ejemplos de co-mentarios sobre la actualidad más inmediata. Todos son in-teresantes y mordaces, como corresponde a toda la línea deeditoriales. Se recomienda el último, donde podemos leeruna especie de decálogo sobre lo que quería la juventud; notiene desperdicio y refleja con claridad un ideario de fobias

y afinidades cotidianas escritas de manera directa y radical(n° 18).

En este mismo texto podemos enterarnos de la campañaque lanzó un lector, que firmaba con el seudónimo Newton,en varios periódicos de la comarca contra la sucursal de laBPCC en Tol17. Desde El Aldeano se entabla la polémica yel responsable de la biblioteca de Tol, Manuel Fernández,escribe una carta, de recomendada lectura, defendiendo elcarácter cultural, progresista y popular de la biblioteca (n°20). Los responsables de la Biblioteca de Castropol, losmismos que editaban El Aldeano, se enteran de la identidadde Newton, Valentín García, maestro del Valle de San Agus-tín, y descubren que su hermano Manuel García, cura de

Tol y activo opositor a la labor cultural que realizaba la bi-blioteca en el pueblo, era el instigador de la campaña. En-tonces no se andan con rodeos y publican, en el número 21del periódico, una nota titulada “Faraguyas” (palabra conla que se designa en la zona las cosas sin importancia; v. gr.

las virutas de madera o las migas de pan), en la que desve-lan la identidad de Newton y lanzan una amenaza a su her-mano en forma de adivinanza18. La advertencia surte talefecto que el propio Newton, nos imaginamos que aleccio-nado de nuevo por su hermano, envía a El Aldeano una car-ta “A los Sres. Patronos de la B.P.C. de Castropol”, quefirma con nombre y apellido, donde se disculpa por todo loocurrido y se retracta de haber “escrito frases injuriosas pa-

ra Vds. por completo injustificadas” (n° 30).Estas “Faraguyas” son las primeras de una docena deepístolas dirigidas a los opositores del periódico que se pu-blicaron, con el mismo estilo socarrón y punzante, en variosnúmeros19. Son notas breves, escritas en cursiva, y forma-das por comentarios cáusticos sobre la realidad más próxi-ma.

La autoría de todos estos editoriales resulta difícil de es-clarecer. En algunos parece evidente quién los escribe pero,en otros, es problemático afirmar que se deban a una plumaen concreto, sobre todo cuando sabemos que muchos eranelaborados de manera conjunta por varios redactores. A ve-ces eran escritos por uno de ellos y luego “recortados”,

“suavizados” o “arreglados” por Vicente Loriente, MaríaRamona Penzol u otros miembros del equipo. Otro factorimportante a tener en cuenta es que se había creado un esti-lo y una manera de pensar común entre los redactores, loque hace aun más difícil dilucidar autorías de manera cate-górica20.

Lo anteriormente expuesto se confirma en un comenta-

rio, que Manuel Marinero hace en una carta dirigida a Vi-cente Loriente Cancio, sobre la autoría de unos editorialesaparecidos en el periódico. Los redactores residentes enMadrid habían supuesto que estaban escritos por LorienteCancio: “Ya nos enteramos por Eduardo Canel que él habíaescrito varios anónimos que te habíamos atribuido”. En otracarta remitida por Paco Marinero podemos leer: “una de lasactas que envié la redacté muy en tu estilo”.

Por todo lo manifestado se concluye que lo importanteno es determinar la autoría de un escrito en concreto, sinodarse cuenta de que la línea editorial, reflejada en todos es-tos textos anónimos, era compartida por los miembros delperiódico. Todo ello sin olvidar que Vicente Loriente Can-

cio fue quien realizó la mayoría de estos artículos de fondoy tuvo más responsabilidad que ningún otro en esta sec-ción.

Recomendamos la lectura de los siguientes editorialesque se resumen con un breve comentario:

“Una manera de pensar”. En este editorial los miem-bros de El Aldeano definen su posición favorable a la repu-blica (n° 18).

“...Y va un año”. Texto que recapitula un año de anda-dura del periódico. Reitera su apoyo a la juventud y la vo-cación rural de El Aldeano (n° 25).

“Hombres de orden” y “Tonterías de los «hombres deorden»”.Artículos satíricos en los que se define a los lla-

mados «hombres de orden». Interesante para comprobar eltono sarcástico de algunos editoriales (n° 31 y 37).“Elecciones en puerta”. La redacción de El Aldeano se

desmarca de la próxima contienda política, las eleccionesmunicipales de abril de 1933. Termina diciendo que no sonapolíticos, sino políticos, “queremos que la política tengaun contenido real y genuino, y no se contente con encubrircon palabras y más palabras la ambición de mandar” (n° 98[80]).

16 Estos editoriales firmados por “El Aldeano” son atribuidos a FrancoVior.

17 Las Riberas del Eo, n°5776, El Magisterio Español n° 8232; Ecos ve-

gadenses n° 14118 “Adivinen quién seráun curilla que usa lentesy anda haciendo oposiciones

a perder dos o tres dientes”19 Encontramos “Faraguyas” en los números: 21, 24, 25, 26, 28, 30, 33,

35, 37, 54, 66, y 75.

20 En varias cartas remitidas por Manuel Marinero a Vicente Lorientepodemos leer frases como: “No hace falta que te diga que en el artículo queos mandé podéis suprimir todo lo que os parezca inoportuno, y también po-

déis suprimir párrafos enteros, sin destruir el sentido, para hacerlo más cor-to”, o, “te lo mando a ti directamente por si quieres hacer alguna modifica-ción para que hermane mejor con los demás artículos que lo acompañarán”.

Alguno de los fundadores de El Aldeano con Leopoldo Alas Argüelles.De izquierda a derecha: Claudio Penzol y Vijande, Vicente LorienteCancio, Manolo Marinero, Leopoldo Alas, Antonio López, Ricardo López,y Agustín García.

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“Después de las Elecciones. Nuestra actitud”. Edito-rial muy interesante en donde se hace un análisis de la si-tuación política comarcal en tiempos de la república. Justi-fica la actitud de neutralidad adoptada por El Aldeano y sedefine sobre sus tendencias en temas económicos, “desea-mos ardientemente la sustitución de la economía capitalista,fuente de injusticias y calamidades sin cuento. Queremosun régimen económico y político en el que todos los hom-

bres, económicamente libres, puedan desarrollar librementesu espíritu” (n° 86).

Otros editoriales de interés:“La futura organización de Asturias” (n° 39); “Viejos y

Jóvenes” (n° 51); “El papel de los jóvenes” (n° 56); “Gritossubversivos” (n° 75); “Cultura y política” (n° 87).

Artículos de firma

Normalmente la primera página de El Aldeano no está ocu-pada en su totalidad por los artículos editoriales y en ellaencontramos escritos, de variada naturaleza, firmados por

redactores o colaboradores del periódico. Se trata de artícu-los de opinión sobre temas políticos, culturales, literarios,educativos o de investigación histórica. En muchas ocasio-nes, cuando el volumen del texto sobrepasa las posibilida-des de espacio, estos artículos se publican en varias entre-gas.

Entre las firmas más destacadas, tanto por el número decolaboraciones como por la calidad de las mismas, tenemosque nombrar a Manuel Marinero. Del amplio volumen detextos que publica en El Aldeano resaltan los de divulgaciónhistórica, centrados casi todos ellos en el análisis de docu-mentos antiguos sobre el concejo de Castropol. Estos ensa-yos le valieron el calificativo, escrito por Pedro G. Arias, de

“cronista del Castropol tradicional”. Desde estas páginas serecomienda la lectura de alguno de ellos por considerarlosuna interesante aportación a la difusión de la historia de lacomarca:

“Entretenimientos históricos. Un Monasterio castropo-lense en el siglo X” (n° 21).

“Tres Momentos, en la organización armónica del mun-do” (n° 31).

“Los primeros pobladores de Castropol” (n° 69).“Unas elecciones municipales en el Campo Tablado hace

366 años” (I y II) (n° 72 y 73).También es interesante leer alguno de sus numerosos ar-

tículos sobre tradiciones y folclore: “El folklore de la noche

de San Juan” (I-V) (nº 16-20); sobre temas relacionadoscon la vida rural y el espíritu aldeano: “Los nombres del al-deano” (I-III) (n° 50-53); textos políticos: “Hacia la organi-zación de Asturias” (n° 39); literarios y de actualidad: “Su-gerencias de una tragedia” (n° 84).

En definitiva, más de cuarenta artículos sobre estos yotros temas que llenan las páginas del periódico desde suprimera colaboración, ”Ingenuidades” (nº 1), hasta la últi-ma, “Unas monedas. Contemporáneas de la fundación deCastropol”, publicada en mayo de 1933 poco antes de sumuerte (nº 87).

Otro articulista habitual de la publicación es ClaudioPenzol y Vijande, también miembro de la redacción del pe-

riódico, que firma una veintena de textos. En su mayoríason artículos literarios que tratan sobre impresiones de via- jes y recuerdos que Claudio Penzol remite desde Madrid o

Valladolid donde estudiaba medicina. En otras ocasionesescribe sobre la cultura rural y la tradición, trata temas demedicina e higiene o hace comentarios sobre la actualidadlocal y nacional. La lectura de su escrito titulado “Asturia-no, Aldeano” nos da oportunidad de conocer las ideas que,sobre los aldeanos y la cultura de la aldea, se difundían des-de las páginas del periódico (n° 11).

Agustín García, maestro de la localidad de Barres desde

septiembre de 1930, secretario del Consejo Local de Prime-ra Enseñanza y presidente de la Asociación de Maestros delPartido Judicial de Castropol, destaca por sus artículos rela-cionados con la educación y la enseñanza. Sus ideas peda-gógicas quedan plasmadas en una decena de escritos que,bajo el epígrafe “Escuelas y Maestros”, publica en El Alde-

ano. Es interesante leer el artículo “La escuela única”, unensayo sobre la gratuidad de la enseñanza y la igualdad an-te la educación (n° 14).

Entre los comentaristas políticos de El Aldeano está Ri-cardo López, que enviaba sus colaboraciones desde Ma-drid. Desde la primera época del periódico hasta su salidade la redacción en septiembre se 1931, publicó una decena

de artículos políticos. En el texto titulado “La función so-cial de la propiedad” (I y II), defiende la socialización de lapropiedad en contra del individualismo que implica la pro-piedad particular (n° 36 y 37).

Pedro Penzol fue otro de los fundadores del periódico.Su residencia en Inglaterra, donde era profesor de la univer-sidad de Leeds, tan sólo le permitía pasar en Castropol losveranos. Intelectual y escritor de reconocido prestigio, dejóen las páginas de El Aldeano una serie de interesantes escri-tos que ocupan un lugar importante dentro de la totalidad desu obra. Como lectura imprescindible recomendamos el ar-tículo “Un autógrafo de Unamuno”, que relata su encuentrocon Miguel de Unamuno en Hendaya donde el escritor vas-

co estaba exiliado durante la dictadura de Primo de Rivera(n° 7).También publicó, en tres entregas, un análisis sobre el

pensamiento filosófico de José Vasconcelos, “Dejemos ha-blar a José Vasconcelos” (nº 89, 91 y 92); y una elegía dedi-cada a Victoriano G. Paredes escrita en fala (nº 45).

Vicente Loriente Cancio, a pesar de ser quien más artí-culos escribió para  El Aldeano, tan sólo firma dos de sustextos: “Las Bibliotecas Populares Catalanas” (nº 62 [63]) y“Extensión de la labor de la Biblioteca”, una de las ponen-cias presentadas en la primera asamblea de la BPC que fue-ron publicadas en el n° 47 bajo el título “La reunión de laBiblioteca”.

Esta ausencia de protagonismo por parte de Vicente Lo-riente Cancio, manteniéndose siempre en un discreto segun-do plano, fue una constante en las actividades que desarro-lló durante su vida, a pesar de ser en todas ellas el reconoci-do impulsor y organizador.

Se sabe que Vicente Loriente Cancio utilizó seudónimopara firmar alguno de sus artículos en El Aldeano y en Las

 Riberas del Eo. Creemos reconocer su pluma en los textosfirmados por RHYWUN . Son tres artículos de opinión, unosobre política nacional, “Los estudiantes frente a la dictadu-ra” (n° 35); otro sobre regionalismo, “La lección de Gali-cia” (n° 99 [81]); y un análisis de política internacional so-bre la figura del dictador cubano Gerardo Machado y Mora-

les, “Machado” (n° 100 [82]).En otra serie de interesantes artículos, firmados por M.

 L. Zeebold , nos encontramos con los temas que suele tratar

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Vicente Loriente Cancio en sus textos: “Norte y Sur” (n°55), “Bibliotecas” (n° 67) y “Ejemplos de fuera” (n° 75).Puede reconocerse su estilo en ellos aunque, en determina-dos párrafos, también nos parece identificar la prosa de Ma-nuel Marinero. Después de consultar con otras fuentes quequisieron colaborar en este trabajo, nos inclinamos a supo-ner que ambos, Vicente Loriente y Manuel Marinero, po-drían haber escrito de manera conjunta estos artículos.

Alejandro Sela fue otro de los redactores de El Aldeanoy vocal de la junta de la BPC. En 1930, con apenas veinteaños, se había licenciado como perito agrícola en la escuelade la Moncloa en Madrid,

A pesar de su juventud desarrolla una gran actividad enestos dos proyectos. Para el periódico escribe una serie deocho artículos escritos en la fala popular del occidente deAsturias. Estos textos son ensayos etnográficos que relatancostumbres vinculadas a las labores del campo y las fiestaspopulares. El primero, “Os santurrois” (nº 30), está firmadocon el seudónimo Fulano de Tal21, y los siete restantes co-mo  El Tío Pepe. De todos ellos recomendamos la lecturadel titulado “Os caleiros de Vilavedelle”, que relata la im-

portancia de los antiguos fornos da cal, nos informa cómose obtenía y lo necesaria que era esta sustancia en las labo-res del campo (nº 44). Estos artículos publicados en El Al-

deano fueron recopilados y editados por la Secretaría Llin-güística del Navia-Eo en un volumen titulado El Tío Pepe22.

Alejandro Sela escribe también otros artículos relaciona-dos con su profesión y firmados con su nombre. Son textosque van dirigidos a los campesinos y que explican cuestio-nes relativas a la agricultura y la ganadería. De ellos desta-camos el titulado “Prados”, que se publicó en dos entregas;trata sobre la importancia de los prados en Asturias, los cui-dados necesarios para su mantenimiento, los abonos, etc.(nº 78 y 79).

Paco Marinero, hermano de Manuel, es el diseñador delos grabados que encabezan las secciones fijas del periódi-co. Tan sólo escribe tres colaboraciones, todas ellas de ca-rácter literario, entre las que destacamos la titulada “Tascamadrileña”, que se publica en el número 78.

Pedro G. Arias es uno de los colaboradores más signifi-cativos del periódico. Es autor de media docena de artículosque dejan en El Aldeano una muestra de su quehacer litera-rio. Entre ellos destacamos un texto que describe una visitaque el autor realiza a la Academia de la Historia: una seriede interesantes y personales reflexiones sobre lo que en-cuentra en el interior de la institución. Irónico e inspiradoen sus críticas, deductivo y claro en sus conclusiones, es un

buen ejemplo de la calidad que, en ocasiones, alcanza laprosa del escritor castropolense, “La Real Academia de laHistoria” (n° 35).

Además de estos artículos literarios, también publica en El Aldeano una serie de escritos necrológicos dedicados a lamemoria de personas notables de la comarca. Franco Vior,

Victoriano García Paredes, Quirolo el gaitero y LeopoldoCalvo Sotelo son objeto del homenaje póstumo de Pedro G.Arias.

Otros artículos interesantes son los firmados por el escri-tor cubano de origen español, José Aixalá, “Mi adiós a EvaCanel”, (nº 63); y los de Eugenio D’Ors, Pío Baroja, Va-lentín Andrés Álvarez, Jorge Rubió y Miguel Artigas,colaboradores del número 59 dedicado al décimo aniversa-

rio de la BPC.En las páginas de El Aldeano se publican artículos com-

puestos por varios textos individuales que se reagrupan ba- jo un epígrafe general común. El primer ejemplo lo encon-tramos en el n° 7 cuando el periódico publica, con el títulogeneral “Año nuevo, vida nueva”, unas propuestas con el finde esbozar “un programa de acción comarcal”. Estas pautasfueron elaboradas por miembros de la redacción sobre te-mas relacionados con sus áreas profesionales: Manuel Ma-rinero, “Costumbres”; Claudio Penzol, “Higiene”; Fran-cisco F. Prieto (Franco Vior), “Política”; Fernando Piñei-rúa, “Agricultura”; y Agustín García, “Educación”.

Existen más ejemplos de este tipo de artículos monográ-

ficos, casi todos ellos en números dedicados a la BibliotecaPopular Circulante.

Textos en fala

Entre los artículos y textos que llenan las páginas de El Al-

deano encontramos algunos de ellos escritos en la fala po-pular de la comarca, una lengua con raíces asturianas y ga-llegas que se habla en la zona occidental de Asturias, desdela cuenca del río Navia hasta la ría del Eo. Son textos queconstituyen una de las mejores colecciones de literatura es-crita en  fala. Relatos, editoriales, artículos de actualidad,

poesías y cartas, encuentran en las páginas de El Aldeano elmedio para expresarse en el habla característica del occi-dente astur.

De todos ellos destacan los relatos, ya citados, que Ale- jandro Sela firma con el seudónimo El Tío Pepe. Tambiénhallamos editoriales como la serie “Aldeanadas”, atribuidosa la pluma de Franco Vior23.

Entre el resto de textos destacamos los tres artículos titu-lados “Cuentíus”, escritos por Mª Ramona Penzol con elseudónimo El Aldeano d’a praza. En ellos se da una visiónfemenina, algo excepcional en los periódicos de la época,sobre temas de actualidad enfocados desde una perspectivalocal e irónica. Se recomienda la lectura del publicado en el

n° 52, que trata el tema del divorcio.Xuanín da Xonte escribe dos colaboraciones interesan-tes: la titulada “El libro n’aldea”, que es un diálogo entredos aldeanos ante los carteles propagandísticos de la Biblio-teca Popular Circulante (n° 71), y el relato intimista “Outo-no”, que describe un paseo melancólico por las montañasque rodean la marina (n° 99 [81]).

Hay también poesías como la elegía que Pedro Penzolhace a la figura de Victoriano García Paredes, “In Memo-21 En la introducción de la edición que Xosé Miguel Suárez Fernández

hace de los textos de Sela, le atribuye la autoría de este relato con los si-guientes argumentos: “Polas fechas, pol xeito d’escribir y polos detalles or-tográficos, podemos dar cuase como seguro qu’el artículo “Os santurróis”firmao col pseudónimo de “Fulano de Tal” en decembre de 1930 é taménd’Alejandro Sela”.

Sela, Alejandro. El Tío Pepe. Colaboracióis periodísticas en gallego-as-turiano (1931-1948). Academia de la Llingua Asturiana. Uviéu 2000, p.17.

22 Idem.

23 Con motivo de la muerte de Franco Vior se publicó en  El Aldeano uneditorial, firmado por La Redacción, que daba a entender que el redactor de-saparecido era el autor de estos editoriales: “uno de cuyos fundadores fue

[de  El Aldeano] y en cuyas columnas deja bastantes trabajos, zumbonesunos –como los escritos en dialecto comarcal en los primeros números- yterminantes y enérgicos otros”. “Nuestro tributo”, (n° 32).

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riam” (n° 45); o los tres poemas firmados por  Naide queson muestras significativas de poesía lírica escrita en  fala

(n° 4, 6 y 9).

La Biblioteca Popular Circulante

Como ya fue comentado anteriormente, uno de los objeti-

vos perseguidos con la publicación de El Aldeano era podercontar con un medio de comunicación al servicio de la Bi-blioteca Popular Circulante de Castropol. La práctica totali-dad de los fundadores del periódico eran, a su vez, miem-bros de la Junta Permanente, organismo rector de esta insti-tución bibliotecaria que desarrolló una importante labor deculturización en la comarca occidental de Asturias desde1922 hasta 1936, año en que fue clausurada24.

Por este motivo, en las páginas del primer número de El

 Aldeano ya encontramos una sección fija titulada “De la Bi-blioteca”. A partir del n° 13 la sección está encabezada porun dibujo de Paco Marinero con las siglas “B.P.C.” y poste-riormente, desde el n° 60, se utiliza el ex-libris dibujado por

el pintor Suárez Couto.

ponsales desde los pueblos que cuentan con una sucursal dela red de bibliotecas de Castropol.

En septiembre de 1930,  El Aldeano publica un suple-mento adjunto de cuatro páginas que se titula “La Bibliote-ca”. Este suplemento es una guía del lector que incluye artí-culos sobre escritores, comentarios de libros, índices par-ciales de las secciones de la biblioteca, listado de nuevasadquisiciones y, en definitiva, las notas o avisos relaciona-

dos con la BPC que, hasta entonces, se venían publicandoen el periódico.

La numeración que aparece en el encabezamiento nos re-vela la intención de continuidad de este suplemento. Esteproyecto no se llevó a cabo debido a la escasez de recursoseconómicos y a la ausencia de personas que pudieran dedi-carse a trabajar en él. Por todos estos factores las noticiasrelacionadas con la biblioteca retornaron a su sección habi-tual dentro del periódico.

El n° 41 está dedicado casi íntegramente a la primeraasamblea de la BPC. En él se publican, con el título conjun-to “La reunión de la Biblioteca”, las ponencias presenta-das por Agustín García (“Bibliotecas Infantiles”), Alejandro

Sela (“La Biblioteca y la Agricultura”), Vicente LorienteCancio (“Extensión de la labor de la Biblioteca”) y ManuelMarinero (“La cultura tradicional asturiana”), así como lasconclusiones de la asamblea.

En marzo de 1932, al cumplirse el décimo aniversario dela inauguración de la BPC,  El Aldeano publica un númeromonográfico dedicado a glosar la historia de la instituciónbibliotecaria (nº 59). Esta edición especial se abre, en porta-da y en su segunda página, con una serie de colaboracionesagrupadas bajo el título “Las Bibliotecas Populares”. Enestos textos personalidades relevantes de la cultura españo-la, Valentín Andrés Álvarez, Miguel Artigas (director de laBiblioteca Nacional), Pío Baroja, Francisco Beceña (cate-

drático de la Universidad Central de Madrid), Ramón OteroPedrayo (diputado y director del Instituto de Orense), LuisA. Santullano (secretario del Patronato de Misiones Peda-gógicas) y Jorge Rubió, (director de la Biblioteca de Cata-luña) expresan su opinión sobre la importante labor culturalque realizaban las bibliotecas populares.

El número se completa con seis páginas dedicadas a ha-

cer una recapitulación de los diez años de existencia de la

biblioteca de Castropol. Se explican las dificultades en-

contradas, se detallan todas las actividades organizadas,

los avances logrados y los proyectos. También se publican

estadísticas precisas sobre el incremento del fondo biblio-

gráfico, los libros prestados, el número de lectores, los au-

tores más leídos, etc. Este ejemplar de  El Aldeano es undocumento básico para cualquier investigación sobre la

BPCC.

El n° 90 vuelve a dedicarse casi íntegramente a informa-ciones sobre la biblioteca. Bajo el epígrafe “La II Asam-blea de Bibliotecas del Concejo”, se hace una detalladareseña sobre lo acontecido en la reunión anual de las biblio-tecas de la red. En el mismo número se publica una intere-sante carta abierta, dirigida a las bibliotecas populares detodo el estado, que firma la Junta Permanente de la Biblio-teca Popular Circulante de Castropol. Estas dos informacio-nes, junto a la habitual sección sobre noticias de la bibliote-ca, ocupan tres de las cuatro páginas del periódico y se

vuelve a confirmar la importancia que tuvo El Aldeano en ladifusión de la labor realizada por esta ejemplar instituciónbibliotecaria.

La sección funciona como un boletín bibliotecario: hacereseñas de libros, publica las estadísticas de lectura de la bi-blioteca, hace públicos los avisos y notas que la Junta quie-re comunicar a sus usuarios, publica cartas y todo tipo deasuntos relacionados con la biblioteca.

Las noticias de la Biblioteca Popular Circulante tambiéntienen cabida en las informaciones que envían los corres-

24 Coronado, Xabier F. Op. Cit. pp. 76-82.

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Información Regional

La sección de “Información Regional” tiene un espacio im-portante dentro de la estructura de El Aldeano, pues cubrirlas noticias procedentes de pueblos y aldeas de la comarcaera otro de los objetivos que el periódico se había propues-to realizar. Por un lado, se trataba de mantener informada ala población residente en la zona y, por otro, de llevar hasta

los paisanos emigrados en América las noticias de sus loca-lidades de origen.

En las informaciones procedentes de pueblos y aldeas seincluyen fallecimientos, natalicios, bodas y otros eventossociales. También se da referencia sobre los vecinos queviajaban y todo tipo de reseñas: fiestas, actividades políticasy culturales, nombramientos, sucesos, etc. Esto convertía alperiódico en una especie de registro civil que recogía todala información social, cultural y política de la comarca.

En algunas ocasiones, las notas enviadas por los corres-ponsales generaban alguna respuesta y en el periódico serecibían cartas que se publicaban en números sucesivos. Serecomienda la lectura de la polémica suscitada a raíz de la

crónica que el corresponsal de Las Campas, Francisco Ma-nuel Fueyo, realiza en clave de humor sobre una cacería. Laréplica de uno de los cazadores, la contrarréplica, la inter-vención de otros corresponsales, así como el fin que da a ladisputa la redacción del periódico, son un ejemplo de la re-percusión y vitalidad de El Aldeano. “Las Campas. Excur-sión cinegética”, (n° 58); “Sobre la cacería de Las Campas”(nº 62) [63]; “Las Campas. Replicando”, (n° 63) [64]; “To-davía la cacería de Las Campas”, (n° 65); “Un ruego”, (n°66).

A partir del n° 7 un grabado de Paco Marinero se con-vierte en cabecera de esta sección. En el n° 43 se sustituyeeste encabezamiento por otro, diseñado por el mismo autor,

que representa una visión de la ría del Eo y la ermita de laAtalaya de Figueras desde Castropol.

las noticias de actualidad política y legislativa que se produ-cen a nivel nacional, regional o comarcal. Esta sección eraun medio de comunicación puesto al servicio de las socie-dades agropecuarias existentes en la comarca.

La sección “Vida Marinera” aparece por primera vez,con encabezamiento propio diseñado también por Paco Ma-rinero, en el n° 21 de El Aldeano. El hecho de que la pobla-ción marinera del concejo fuera menor a la dedicada a labo-

res campesinas, hace que esta sección tenga una frecuenciamenor en las páginas del periódico. A pesar de ello, su im-portancia para informar de los asuntos de la mar queda demanifiesto en los interesantes artículos que tratan sobre lasactividades del Pósito de Pescadores de Figueras25.

Vida Agraria y Vida Marinera

Las noticias específicas relacionadas con el campo y la martienen su sección diferenciada dentro de El Aldeano. A par-tir del n° 13 aparece, encabezada por un dibujo de Paco Ma-rinero, la sección “Vida Agraria” que va a informar sobre

temas relativos al agro en cualquiera de sus vertientes. Esuna sección ocasional que recoge las informaciones que en-vían los corresponsales desde los pueblos. También publica

Reseñas de librosy carpeta de prensa

En las páginas de El Aldeano se pueden encontrar reseñassobre libros publicados por autores locales, como Pedro G.Arias o Manuel Pérez Sanjulián. También se comentan y re-comiendan títulos de obras de la literatura universal en lasección dedicada a la BPC. Incluso se transcribe, en treceentregas, un libro de interés general para la población, El

 fantasma de la tuberculosis de Valdés Lambea (nº 81 al 93).Con su publicación se buscaba instruir a los lectores sobre

esta enfermedad, tan letal durante aquellos años26

. El Aldeano también dedicó parte de su espacio a comen-tar o reproducir artículos publicados por periódicos y revis-tas de la época. La carpeta de prensa incluye artículos deperiódicos editados en América, entre ellos el Diario de la

 Marina de La Habana; otros de ámbito nacional como  El

Sol, El Debate, Gaceta Universitaria; periódicos regionalescomo  El Carbayón y  Avance de Oviedo,  La Prensa y  El

 Noroeste, de Gijón, o El Pueblo Gallego; y locales como La

Semana Luarquesa, Ecos vegadenses o Las Riberas del Eo.

25 Estas dos secciones se siguieron publicando pero a partir del número28 , por razones que desconocemos, perdieron su dibujo de cabecera.

26 La tuberculosis se cobraba en Asturias, durante esa década, miles demuertes al año. Tan sólo en el mes de abril de 1930 se registraron 148 dece-sos en la región

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De todos estos artículos destacamos el publicado por Pe-dro G. Arias en  La Libertad con el título “Nuevas figurasespañolas. Pedro Penzol” que El Aldeano transcribe en losnúmeros 77 y 78. Y el publicado por la Gaceta Universita-

ria de Madrid, escrito por Francisco Marinero, que trata so-bre el servicio militar obligatorio (n° 84).

OTRAS SECCIONES

Aparte de las secciones tratadas con anterioridad podemosencontrar en las páginas de  El Aldeano otro tipo de infor-maciones y artículos que a veces se agruparon bajo un títu-lo determinado.

En los últimos tiempos de la publicación comenzaron aaparecer con más asiduidad informaciones sobre eventosdeportivos, sobre todo en relación con partidos de fútbolque se celebraban en la comarca con motivo de las fiestas.El apogeo que comenzaba a tener este deporte llega hastalas páginas de  El Aldeano y, desde el n° 68, comienzan aaparecer crónicas de partidos de fútbol enviadas por los co-

rresponsales. En ese mismo número se publica un editorialtitulado “Foot-Ball”, donde se comenta la sugerencia de unlector americano para que se incluya en el periódico unasección dedicada al deporte. En el número siguiente El Al-

deano publica por primera vez una sección titulada “Depor-tes”, que incluye la crónica de un partido entre los equiposde Vegadeo y Castropol. La sección no tiene continuidadpero, a partir de ese número, comienzan a aparecer esporá-dicamente noticias relacionadas con el fútbol. Este interésse materializó, a partir del n° 89, en una sección denomina-da “Fútbol”, que incluye como cabecera el dibujo de unos

 jugadores practicando este deporte.

tes se anuncian con precios razonables, bien; sino, se pres-cinde de ellos (sobre todo de los de gran tamaño) [a conti-nuación sugiere un nuevo baremo de cobro para los anun-cios y concluye]. Con este sistema todos los anuncios pro-ducirán dinero, y por lo tanto se podían aceptar sinvacilación, y se facilitaba los anuncios pequeños y se pres-cindía de los grandes, que son muy feos e inutilizan medioperiódico”27

A partir del n° 22 El Aldeano comienza a incluir anun-cios sobre la Biblioteca Popular Circulante de Castropol,son textos que promocionan la lectura y llaman a acudir alas bibliotecas del concejo. De estos anuncios, que ocupa-ban la mitad de la última página, se publican tres versionesdiferentes que continuaron apareciendo hasta el cierre delperiódico.

Desde su aparición, El Aldeano destinó un gran espacioa publicidad. Los diferentes anuncios ocuparon, en la ma-yoría de los números, la totalidad de la última página, loque representa una cuarta parte del espacio total. La necesi-dad de un aporte económico inmediato y fijo, hasta que seconsolidaran las suscripciones, fue el motivo de otorgar unaapartado tan importante a los anuncios publicitarios.

En la correspondencia mantenida entre Manuel Marine-ro y Vicente Loriente Cancio, podemos leer los comentariosque suscitaba el tema de la publicidad entre los redactoresde El Aldeano: “Nuestro programa por ahora es el siguien-te:1º Subir la tarifa de los anuncios a un precio remunera-

dor; esa tarifa ridícula estaba bien cuando necesitábamosdinero a toda costa pero ahora no debemos soportar esa rui-na puesto que podemos prescindir de ella: si los anuncian-

27 Carta inédita enviada por Manuel Marinero a Vicente Loriente Can-cio. No está fechada pero, por referencias a asuntos del periódico, la pode-mos datar en la primavera de 1930.

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ÍNDICE-GUÏA PARA LECTORESE INVESTIGADORES

Con el presente índice se pretende facilitar a los lectores einvestigadores de El Aldeano, la búsqueda de los artículosque más les interesen. No pretende ser una guía completade la publicación, tan sólo se trata de compartir las fichasque el autor de este estudio fue obteniendo a través de la

lectura y análisis del periódico.

Editoriales

Se clasifican dependiendo de la temática que abordan. Mu-

chos de ellos se podrían clasificar en varios apartados al mis-

mo tiempo, lo que así se hace cuando se considera necesario.

Política local y regional

“¡Dios mío; que solos...” (n° 11); “Intolerable” (n° 14);

“Sobre nuestro pleito” (n° 19); “Nuestra política” (n° 21);“Faraguyas” (n° 24 ); “...Y va un año” (n° 25); “Faraguyas”(n° 28); “Otro más” (n° 36 ); “Lo que Castropol no hace”(n° 40); “Nuestra protesta” y “Un meeting” (n° 42); “Nuevapolítica” y “Nuestro Ayuntamiento” (n° 45); “Cantos de si-rena” (n° 53); “Cantos de sirena. Postdata” (n° 54 ); “Undeslinde necesario” (n° 77); “Elecciones en puerta” (n° 98[80]); “Al Margen” (n° 85); “Después de las Elecciones.Nuestra actitud” (n° 86).

Política nacional

“Política e intereses materiales” (n° 15); “Ya es tarde”(n° 18); “Así se hace” (n° 22); “13 de septiembre” (n°

23); “El dinero del país” (n° 25); “Realidades” (n° 27);

“La amenaza de la dictadura” y “La esclavitud de los

ayuntamientos” (n° 28); “Las Elecciones” y “A los elec-

tores” (n° 33); “Vuelta a empezar” (n° 34); “Las eleccio-

nes” (n° 35); “¡Adelante!” (n° 37); “Cada cual en su

puesto” (n° 49); “Ante la crisis de cuba. Una iniciativa”

(n° 52); “El orden y las gentes de orden” y “La ley elec-

toral” (n° 55); “Elecciones” y “Moderación” (n° 56);

“Ante todo, obras” y “La mujer y la política” (n° 57);

“Nuestra protesta” (n° 69); “Al margen de un discurso”

(n° 73); “Notas” (n° 83);

Política y juventud

“Del momento. La juventud y la política” (n° 13); “Del Mo-mento” (n° 14); “¡Orden, orden caballeros!” y “Jóvenes pu-trefactos” (n° 16); “Pim-pam-pum” (n° 18); “Juventud bu-llanguera” (n° 24); “¡Muy bien, estudiantes!” (n° 36); “Vie-

 jos y Jóvenes” (n° 51); “El papel de los jóvenes” (n° 56);“Las razones de la juventud” (n° 74).

Republicanismo

“Cosas de “El Debate” (n° 15); “Una declaración terminan-te” (n° 16); “Una manera de pensar” (n° 18); “Agrupación

al servicio de la República” (n° 36); “¡Adelante!” (n° 37);“Faraguyas” (n° 37); “La proclamación de la República enCastropol” y “Los derechos del Bourbon” (n° 38); “En fran-quía”, “La beatería democrática” y “Fiesta Nacional” (n°53); “Como nos ven” (n° 54); “Doce meses de República”(nº 61); “Azaña” (n° 63 [64]); “A otra cosa” (n° 67).

Antimilitarismo

“Del Momento” (n° 14); “El dinero del país” (n° 25 ); “¿To-davía es poco?” (n° 26); “Maniobra militarista” (n° 30);“Aumentos de sueldo en el Ejército” (n° 31); “Lo aldeanosy el servicio militar” (n° 54); “¿A qué se espera?” (n° 66);“Gritos subversivos” (n° 75); “El presupuesto de Guerra”(n° 78).

Asuntos sociales

“Una idea” (n° 17); “¿Por qué?” (n° 22); “Por última vez”

(n° 26); “Hombres de orden”; (n° 31); “¡Por Fin!” (n° 32);“Tonterías de los “hombres de orden” (n° 37); “Para “LaSemana Luarquesa” (n° 42); “Para “La Semana Luarquesa”(n° 43); “Las comunicaciones de la comarca” (n° 48);“Bienvenido” (n° 72); “Una obra de gran trascendencia pa-ra Castropol” (n° 78).

Asturianistas

“Pim-pam-pum” (n° 18); “La Futura Organización de Astu-rias” (n° 38); “El Estatuto Asturiano” (n° 45); “El estatutoasturiano y los periodistas madrileños” (n° 46); “Asturias y

el Estatuto Catalán” (nº 62 [63]); “Nunca es tarde...Asturiastendrá su estatuto” (n° 63 [64]); “Asturias y la reformaAgraria” (n° 65); “Desintegración” (n° 89).

Educativos

“El problema escolar en Castropol” (n° 21); “Más sobre

nuestro problema escolar” (n° 29); “El consejo local de 1ª.

enseñanza” (n° 48, 55, 56, 57, 61); “Una injusticia” (n°

60); “Las escuelas que faltan” (nº 62); “Escuelas y maes-

tros” (nº 62 [63], 63 [64], 65, 66); “Dimisión” (n° 69);

“De 1ª Enseñanza” (n° 72); “Asociación del magisterio del

Partido” (n° 76); “Escuelas” (n° 77); “Un proyecto intere-sante. La enseñanza en el Concejo: algunas cifras” (n° 98

[80]); “Notas. Por fin habrá escuela.” (n° 100 [82]); “Sus-

cripción” (n° 83).

Agrarismo e información agropecuaria

Además de los editoriales que se señalan a continuación,también existen numerosas informaciones con temáticaagropecuaria, de ámbito comarcal, en la sección “VidaAgraria” y en las notas de los corresponsales.

“La libre importación del maíz” (n° 19); “También los

labradores” (n° 20); “El Partido Agrario” y “Vida Agraria”(n° 34); “La cuestión del maíz” (n° 48); “Otro golpe a nues-tra ganadería” (n° 49); “En defensa de nuestra ganadería”

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(n° 52); “Reivindicaciones de clase” (n° 53); “Tomen Notalos Labradores” (n° 58); “Asturias y la reforma Agraria” (n°65); “Una Ley trascendental” (n° 75); “La Ley de Arrenda-mientos Rústicos” (n° 75); “Nuestra agricultura necesitaorientación” (n° 76); “Vida agraria” (n° 84).

Culturales

“«El Sol» ha muerto” (n° 36); “Los primeros pobladores deCastropol” (n° 48); “Foot-Ball” (n° 68); “Huésped Ilustre.José Vasconcelos en Castropol” (n° 70); “La visita de D. Jo-sé Vasconcelos”, “La Barraca” (n° 71); “Hacia la aldea delMañana” (n° 76); “Para los gaiteros. El premio “Quirolo”(n° 75); “Nuevo periódico. «Atalaya» de Figueras” (n° 98(80); “Cultura y política” (n° 87); “Más sobre el premio«Quirolo»” (n° 88).

Necrologías

“Nuestro Tributo” (n° 32); “Franco” (n° 55); “D. VictorianoGarcía de Paredes” (n° 40); “Eva Canel” (nº 62 (bis) [63]);“Quirolo” (n° 72)

Articulistas

José Aixalá

“Mi adiós a Eva Canel” (n° 63 [64]); “Divagaciones de unespañol. «El Aldeano» de Castropol” (n° 70).

Pedro G. Arias

“Aportes históricos. La etimología de Castropol” (n° 22);“Una conferencia en el Lyceum Club” (n° 24); “Mis recuer-dos de Franco F. Prieto”(n° 32); “La Real Academia de laHistoria” (n° 35); “Las regatas” (n° 40); “Victoriano G.deParedes” (n° 49); “Diálogos superrealistas” (n° 58); “Lora”(nº 61); “Nuevas figuras españolas. Pedro Penzol (I y II) (n°77 y 78); “Castropol visto con lupa...” (n° 83); “Gijón. Per-fil de los pueblos” (n° 88); “Quirolo, el gaitero”(n° 85);“Leopoldo Calvo Sotelo” (n° 91).

Agustín García

“Escuelas y maestros —Educación y Enseñanza” (n° 4);“Escuelas y maestros —Obligatoriedad y asistencia” (n° 5);“Escuelas y maestros —Obligatoriedad y asistencia” (n° 8);“Escuelas y maestros —La Escuela de Piñera” (n° 11); “Es-cuelas y maestros. La escuela única” (n° 14) “Escuelas ymaestros. “Instituto nacional de Sanidad y Pedagogía” (n°16); “Escuelas y maestros. Aprobado en examen” (n° 18);“Escuelas y maestros. Nuestra escuela” (I y II) (n °22 y 23);“Escuelas y maestros. ¿Porqué no se construyen las escue-las que nos faltan?. Para los Sres. Concejales” (n° 27); Es-

cuelas y maestros. Una Asamblea” (n° 34); “Escuelas y ma-estro. Cuatro decretos de Instrucción Pública” (n° 46); “La

Reunión de la Biblioteca. Bibliotecas Infantiles. Museo cir-culante. Cine escolar” (n° 47).

Ricardo López

“Constitución y plebiscito” (n° 2); “El Ideal de Wilson” (n°4); “Ciudadanía y patriotismo” (n° 9); “Recuerdos y espe-

ranzas” (n° 12); “Decencia política y democracia” (n° 19);“Francisco Fernández Prieto” (n° 32) ;“La función social dela propiedad” (I y II) (n° 36 y 37); “Sensibilidad” (n° 40) ;“La Faya” (n°43); “Los partidos políticos. El único rumbo”(n°45).

Vicente Loriente Cancio

“La reunión de la Biblioteca. Extensión de la labor de la Bi-blioteca” (n° 47); “Las Bibliotecas Populares Catalanas” (nº62 (bis) [63])

Manuel Marinero

“Ingenuidades” (n° 1); “Fiestas y otras cosas”, “Bibliotecasinfantiles” (n° 4); “Año nuevo, vida nueva. Costumbres” (n°7); “El Bueno de Pepito” (n° 8); “Motivos rurales. La orga-nización agraria” (n° 12); “Motivos rurales. Una ciudad enAsturias” (n° 14); “Comentarios” (n° 15); “El folklore de lanoche de San Juan” (I-V) (n° 16-20); Entretenimientos his-tóricos. Un Monasterio castropolense en el siglo X” (n° 21);“Aclaraciones a la etimología y la historia de Castropol” (n°23); “De mis recuerdos. La segunda enseñanza” (n° 25);“España y Asturias” (n° 26); “El viajero desconocido” (n°

28); “La educación de la infancia. Cuentos de bandidos” (n°29); Tres momentos, en la organización armónica del mun-do” (n° 31); “Los deportes espontáneos” (n° 36); “Hacia laorganización de Asturias” (n° 39); “De cacique en cacique”(n° 41); “Puntos para un programa. El servicio militar obli-gatorio” (n° 42); “Algo sobre agrarismo” (n° 43); “Dos sis-temas económicos” (n° 44); “La reunión de la Biblioteca.La cultura tradicional asturiana” (n° 47); “Los nombres delaldeano” (I-III) (n° 50-53); “Tema de Actualidad” (n° 56);“Asturias intransitiva. Comentarios a un discurso” (nº 62);“Hay tiempo y tiempo” (nº 62 (bis) [63]); “Arte sin vida”(n° 65); “Madrid y los Pueblos” (n° 66); “Los primeros po-bladores de Castropol” (n° 69); “Unas elecciones municipa-

les en el Campo Tablado hace 366 años” (I y II) (n° 72 y73); “Los problemas del Concejo hace 160 años” (I y II) (n°79 y n° 98 [80]); “Guías de la Biblioteca. De siglo en siglo.Hace 100 años” (n° 100 [82]); “Sugerencias de una trage-dia” (n° 84); “Ensimismados y alterados” (n° 86); “Unasmonedas. Contemporáneas de la fundación de Castropol”(n° 87).

Paco Marinero

“Tasca Madrileña” (n° 78); El Teatro del Pueblo (n° 100[82]); “Posibilidades de extensión universitaria. El servicio

militar obligatorio” (n° 84); “Castilla. Guisando pueblomontañero (n° 85).

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Pedro Penzol

“In memoriam (Victoriano García de Paredes)” (n° 45);“Un autógrafo de Unamuno” (n° 7); “La Biblioteca del Bri-tish Museum” (n° 18); “La República española en el Ex-tranjero. La Noticia española en Londres” (n° 45); “Deje-mos hablar a Don José Vasconcelos” (I-III) (n° 89, 91, 92).

Claudio Penzol y Vijande

“Divanes de Pombo” (n° 2); “La reforma de la torre de la

iglesia” (n° 3); “Las Navillas” (n° 5); “El Aguinaldo” (n°

6); “Año nuevo , vida nueva. Higiene” (n° 7); “Asturiano,

Aldeano” (n° 11); “Ocurrencias” (n° 14); “Unas ideas so-

bre política” (n° 15); “Nuestro San Juan” (n° 16); Una ex-

cursión en Castilla (n° 20); “Labor cultural de la B.P.C.

Conferencia «La juventud y la política»” (n° 24); “La lu-

cha contra la tuberculosis en Asturias” (n° 25); “Salime y

Grandas de Salime” (n° 27); “Por qué soy regionalista”

(n° 30); “Castropol. Paisaje de Otoño” (n° 31); “Tradicio-

nalismo” (n° 33); “La exposición de Couto” (n° 43); “Unpueblo de la Mancha. La Solana”(I y II) (n° 58 y 60); “Va-

lladolid” (n° 76); “Valladolid. El Ateneo y su conserje” (n°

86); “Valladolid. El conserje del Ateneo cuenta sus aven-

turas” (n° 87).

Marino Rico

“Por las exposiciones” (n° 6); “Recordando” (n° 19); “Laexcursión a Doiras” (n° 93).

Alejandro Sela

“Mejora de la ganadería” (n° 41), “Prados” (I y II) (n° 78 y79)

Conrado Villar

“¿Casa Rectoral o seminario?” (n° 4); “Éramos pocos...”(n° 12); “Galán y García Hernández” (n° 36); “Tapia. ¡Vi-va la República Española!” (n° 39); “In memorian. Victoria-no García de Paredes” (n° 40); “Limaduras Tapiegas.¡No quiero saber nada!” (n° 45); “Desde Tapia. José Gon-

zález Galea” (n° 51).

Seudónimos

“M. L. Zeebold”

“Bibliotecas” (n° 67); “Norte y Sur” (n° 55); “Ejemplos defuera” (n° 75).

“Rhywun”

“Los estudiantes frente a la dictadura” (n° 35); “La lecciónde Galicia” (n° 99 [81]); “Machado” (n° 100 [82]).

Biblioteca Popular Circulante

La sección dedicada a la Biblioteca Popular Circulante deCastropol aparece desde el primer número de  El Aldeano,por lo tanto el volumen de información sobre esta institu-ción es muy abundante. En esta recopilación de artículos seincluyen las notas e informaciones que se consideran másinteresantes y significativas. También se engloban otras in-

formaciones sobre bibliotecas aparecidas en el periódico.“Nuestra vernáculo” (n° 1); “Bibliotecas infantiles” Artí-

culo de Manuel Marinero, Reglamento de la Biblioteca deSeares (n° 4); “Un autógrafo de Unamuno” Artículo de Pe-dro Penzol (n° 7); “Vilavedelle. Revisión necesaria” (n°12); “La Biblioteca del British Museum” Artículo de PedroPenzol, “BPC. —La sección infantil” (n° 18); “Tol. Más so-bre la Biblioteca” (n° 20); “Conferencias de la Biblioteca.—«Esquema de la Biología actual» por José Cuervo” (n°22); “España y Asturias” Artículo de Manuel Marinero (n°26); “Del Momento”, “Para la Historia de la comarca. UnArchivo Local” (n° 29); “Un cursillo para maestros” (n°36); “La reunión de la Biblioteca” (n° 47); “Un llamamien-

to” (n° 49); “Una fecha” (n° 50); Extraordinario sobre losdiez años de la BPC (n° 59); “La Bibliotecas Populares ca-talanas”Artículo de Loriente Cancio (n° 62[63]); “Bibliote-cas” (n° 67); “La Visita de D. José Vasconcelos” (n° 71);“Conferencias de la Biblioteca. «Doce libros emplares»por Antonio J. Onieva” (n° 74); “Los currillos”, “Regla-mento de la BPC” (n° 79); “Hacia la aldea del mañana. Pi-ñera” (n° 98 [80]); “Guías de la Biblioteca. De siglo en si-glo. Hace 100 años” Artículo de Manuel Marinero (n° 100[82]); “Notas.-Técnicos y políticos” (n° 83); “BPC.-Unacarta y un donativo” (n° 88); “La II Asamblea de Bibliote-cas del Concejo”, “A las Bibliotecas Populares”, “Intercam-bio con América. Una carta” (n° 90); “El Premio Quirolo”,

“La excursión a Doiras” Artículo de Marino Rico (n° 93).

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Textos en fala

El Aldeano d’a Praza

“Cuentíus” (n°39); “Cuentíus” (n° 52); “Cuentíus” (n° 58).

El Tío Pepe

“El Antroido” (n° 34); “Cousas del tempo” (n° 37); “Os ca-leiros de Vilavedelle” (n° 44); “Cuento” (n° 50); “El Mon-dongo” (n° 54); “¿Cómo se y’a poñer al neno?” (n° 68);“Por esos esfoyois” (n° 76).

Fulano de Tal

“Os santurrois” (n° 30).

Naide“Grito” (n° 4); “¡Donde!” (n° 6); “A veya” (n° 9).

X.

“Bromas en verso” (n° 15)

Xuanín de Xonte

“El libro n’aldea” (n° 71); “El Outono” (n° 99 [81]).

Noticias de América

“Castropol en la Habana. La fiesta de Santiago en el belloparque de San Francisco” (n° 1); “De la Habana” (n° 17);“A los mozos de Barres y Figueras” (n° 22); “De la Haba-na” (n° 41); “De Cuba. La Agrupación «Castropol»”(n°.46); “Desde Cuba. Filantrópica labor de la agrupación«Castropol»” (n° 51); “De Cuba. La Agrupación Castropol”(n° 55); “Desde Cuba” (n° 60); “Desde La Habana” (n° 65);“De Cuba” (n° 69); “La fiesta de Santiago en La Habana”(n° 70); “De Cuba” (n° 76).

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