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Dubet, El Declive de Las Instituciones

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Artículo sobre el declive de las instituciones....

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  • 39RevistadeAntropologaSocial

    ISSN:1131558X2007,163966

    Eldecliveylasmutacionesdelainstitucin

    TheInstitutionsDeclineandMutations

    LedclinetlesmutationsdelinstitutionFranoisDUBETCadis.UniversitdeBordeaux2.EHESSfrancois.dubet@sociologie.ubordeaux2.fr

    Recibido:6dejuniode2006Aceptado:4denoviembrede2006

    ResumenEsteartculotratasobrelaformainstitucionaldelaeducacinescolar.Durantemuchotiemposeconstruyestaformacomounprogramaestructuradordeunaeconomasimblicacaracterizadaporcuatroprincipios:valoressagrados,vocacindelosmaestros,santuarioescolar,liberacinatravsdeladisciplina.Lastransformacionesdelaescuelaenlassociedadesmodernasconllevaneldeclivedeesteprogramainstitucionalyengendraunprofundosentimientodecrisisenlosactores.Msalldeestacrisisesimportantedefinirloqueestenjuegoenestatransformacindelainstitucinylaobligacinquetienedevolversemsdemocrticaymspoltica.

    Palabrasclave:educacin,institucin,socializacin,vocacin.

    AbstractThispaperdealswiththeinstitutionalformofschooleducation.Foralongtime,thisformwasbuiltasaprogramstructuringasymboliceconomy,itselfcharacterizedbyfourprinciples:sacredvalues,vocationofthemasters,schoolsanctuary,liberationthroughdiscipline.Thetransformationsofschoolinmodernsocietiesinducethedeclineofthisinstitutionalprogramandgenerateadeepfeelingofcrisisfortheactors.Beyondthiscrisis,itisimportanttodefinetheissueslinkedtothistransformationandtheobligationthattheinstitutionhastobecomemoredemocraticandmorepolitical.

    Keywords:education,institution,socialization,vocation.

    RsumCetarticleportesurlaformeinstitutionnelledelducationscolaire.Longtemps,cetteformeatconstruitecommeunprogrammestructurantuneconomiesymboliquecaractriseparquatreprincipes:valeurssacres,vocationdesmatres,sanctuairescolaire,librationparladiscipline.Lestransformationsdelcoledanslessocitsmodernesentranentledclindecepro

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    gramme institutionnel et engendrent un profond sentiment de crise chez les acteurs. Audel de cette crise, il importe de dfinir les enjeuxliscettetransformationdelinstitutionetlobligationquiluiestfaitededevenirplusdmocratiqueetpluspolitique.

    Motscl:ducation,institution,socialisation,vocation.

    SUMARIO

    : 1. Introduccin. 2. Socializacin y subjetivacin. 3. El programa institucional. 4. La fuerza de un programa. 5. El declive del programa institucional. 6. Crisis y decepcin. 7. Del pro grama institucional a la experiencia social. 8. Conclusin. 9. Referenciasbibliogrficas.

    1.IntroduccinInstitucinformapartedeesaspalabrasdelasqueunonopuededeshacerseapesardeoacausadesupolisemiaydesusambigedades.Sepuedendistinguirtresgrandessignificaciones.Laprimera,heredadadelatradicinantropolgica,especialmentedeMauss,definecomoinstitucionestodaslasprcticassocialesmsomenosrutinariasyritualizadas,todoslossistemassimblicos,comolasreligionesylaslenguas,queseimponenalosactorescomohechosqueprecedenasuaccin.Enestecasolalistadeinstitucionesescasiinfinita:lasmaneras,lascostumbres,loshbitosalimenticios,loscdigosdecortesa...soninstituciones.Elsegundosignificadoprovienedelasociologapoltica.Lasinstitucionessonunconjuntodemarcosyprocedimientosconstituyentesdelasoberana,quepermitenqueseregulenlosconflictosyquesetomenlasdecisioneslegtimas:lasconstitucionespolticas,losparlamentos,losprocedimientosdearbitraje,lossistemaspolticos...Eltercersignificadodeestanocinidentificalasinstitucionesconorganizacionesyempresasbeneficiariasdeunaantigedadlegtima:lasempresasylasadministracionesidentificadasconelintersgeneralyconlanacinaccederanalestatusdeinstitucinacausadesufuertelegitimidadFIATseraunainstitucinturinense,ylaSNCF*unainstitucinfrancesa....

    En este texto utilizaremos la nocin de institucin en un sentido particu lar: el que tiene la funcin de instituir y de socializar. La institucin es defi nida entonces por su capacidad de hacer advenir un orden simblico y de for mar un tipo de sujeto ligado a este orden, de instituirlo. En este sentido, la Iglesia, la Escuela, la Familia o la Justicia son instituciones porque inscribenunordensimblicoyunaculturaenlasubjetividaddelosindividuos,porque

    *(N.delT.)ElequivalenteenespaolseralaRENFE,esdecir,lainstitucinpblicaencargadadeltransporteferroviario.

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    institucionalizan valores, smbolos, porque instituyen una naturaleza social en la naturaleza natural de los individuos. Segn esta acepcin, la nocin de institucin no designa solamente un tipo de aparato o de organiza cin, sino que tambin caracteriza un tipo especfico de socializacinydetrabajosobreelotro.

    Si nos interesamos por estas instituciones, y ms particularmente por la escuela, es porque a da de hoy muchas de ellas parecen estar en crisis. Nues tra hiptesis central es que esta crisis no es slo una dificultad de adaptacin a un entorno en movimiento, sino que es una crisis del propio proceso de socializacin, una crisis inscrita en una mutacin profunda del trabajo sobre el otro. Esta mutacin est ligada a las transformaciones de la modernidad que trastocan el ordenamiento simblico de la socializacin, de la formacin de los individuos, y, por consiguiente,delamaneradeinstituiralosactoressocialesyalossujetos.

    2.SocializacinysubjetivacinLasociologaclsicaotorgaunlugarcentralalasocializacinenlaexplicacindelaestabilidaddelavidasocial.Cuando,paralossocilogos,elordensocialnoestfundadoeneldesigniodelosdiosesycuandonoesreductiblealordennaturalengendradoporelmercado,seexplicaporelhechodequelosindividuosinteriorizanunasnormasyunosvaloresquelesllevanareproducirelordensocialenelcursomismodesuaccin.Lasocializacinformateaalosindividuosdetalmaneraqueseconducen,sinqueamenudoellosmismoslosepan,conformealasnecesidadesdelsistema.Deacuerdoconesto,laintegracinsocialylaintegracinsistmicavienenjuntas(Lockwood,1964).

    En cualquier caso, esta concepcin de la socializacin descansa sobre una paradoja. Por un lado, afirma que siendo todo social, los actores interiorizan modelos, valores, sentimientos, marcos cognitivos colectivos, habitus que terminan por clonar a los individuos. En definitiva, slo le quedara a uno un estilo personal debido a los vaivenes de su historia singular y, an ms, si le prestamos ms atencin, este estilo probablemente no sera ms que una mera ilusin. Pero, por otro lado, las sociedades modernas tambin son socie dades individualistas en las que cada uno se percibe como un sujeto libre y autnomo, como un individuo capaz de ser el autor de sus propios juicios y de sus propias acciones. Cuando, segn la frmula de Durkheim, el individuo se convierteeneldiosdelasociedadmoderna,debeserdefinidoporsuRevistadeAntropologaSocial

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    autonoma y por su libertad. As, la socializacin de los individuos est domi nada por una ambivalencia fundamental puesto que supone, a la vez, que los actores estn perfectamente socializados y que, al mismo tiempo, cada uno de ellos disponga de un sentimiento de libertad fundamental, aquel que lo constituye como sujeto singular y no simplemente como un caso particular de un modelo social general. En gran medida la sociologa clsica se ha esforza do porresponderalaparadojasegnlacuallasocializacinestambinunasubjetivacin.

    La primera serie de respuestas es la de Durkheim y Parsons y, en cierta medida, la de Freud (Durkheim, 1924 Parsons, 1964 Freud, 1992). sta afir ma que a la modernidad subyacen valores universales y generales, a los cua les se adhieren los individuos sin que, sin embargo, estos valores constituyan cdigos rgidos que determinen las respuestas de los individuos a todas las situaciones. Aunque existe un gran nmero de conductas rutinarias, los indi viduos tambin son capaces de producir acciones singulares que ponen a prue ba su autonoma y su libertad en el seno de una divisin de trabajo compleja. Puesto que los valores son universales y racionales, ellos engendran una introdeterminacin, un fuero interno gracias al cual el personaje social no se corresponde totalmente con la subjetividad de cada uno (Riesman, 1964). Del mismo modo, para Freud existe una distancia entre el Yo y el Ideal del Yo, distancia que se funda en la autonoma y la capacidad crtica de los actores: para ser un sujeto, hace falta dejar de identificarse con su padre a fin de iden tificarse con los marcos simblicos con los cuales es, a su vez, identificado su propio padre, es el pasaje de la identificacin particular a la ley simblica. Esta concepcin de la socializacin lleva a afirmar que cuanto ms se socializa el individuo en valores y principios universales, ms distancia puede poner con el mundo y ms libre puede ser. Despus de todo, es la misma socializacin la que engendra la subjetivacin y, segn Durkheim, dos grandes desgracias amenazan al individuo: la anomia cuando la socializacin es demasiado dbil el fatalismo cuando es demasiado fuerte. En pocas palabras, el individuo est amenazado por un dficit de socializacin que lo desgarra de la sociedad, y por un exceso de socializacinquelosofocayloconducealaneurosis.

    Otra tradicin sociolgica, ms sensible a los efectos de la Reforma y de la Ilustracin insiste en el hecho de que la socializacin genera subjetivacin cuando el control social cambia de naturaleza. La obra de Elias (1991) puede ser la ms claramente identificada con esta perspectiva. Con la modernidad y particularmente con la modernidad poltica instaurada por las costumbresde

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    la corte, el control social ya no descansa sobre el juicio de los otros, sobre la vergenza y el castigo, sino sobre la interiorizacin profunda de las normas, sobre la culpabilidad y sobre el dominio de s como virtud esencial. El indi viduo tiene menos la sensacin de obedecer a los dems que la de obedecer se a s mismo, de ser a la vez libre y su propio censor. En la sociedad de los individuos, cada uno se constituye como el autor de su propia moral y de sus propias conductas, incluso cuando las normas que lo guan son las de la sociedad en su conjunto. Tambin en este caso, puesto que la socializacin es eficaz y conseguida, puede llevar a que el individuo se perciba como un suje to capaz de autocontrolarse y de asumir su propia libertad. El mundo social se presenta entonces como un paisaje de fondo mientras que el individuo se refiere a su propia moral y a su propia subjetividad. As, la modernidad, la civilizacin segn Elias, produce a la vez una socializacin y una subjeti vacin el individuo es enteramente social y, sin embargo, se puede percibir como un individuo relativamente libre en sus elecciones y en sus gustos1. En todo los casos la socializacin moderna desarrolla un fuero interno, una distancia entre el personaje social identificado con sus roles sociales, y una subjetividad propia porque el individuo est determinado desde el interior y acta en nombre de principios generales que le permiten simultneamente adaptarse al mundo y criticarlo, estar totalmente dentro del mundo y percibir lo como distante y no reducible a las expectativas sociales. De esta manera, la tradicin sociolgica consigue conciliar lo irreconciliable, afirmar que la subjetivacin resulta de la socializacinyqueestanopuedeserunaclonacinpeseasertotalmentesocial.

    3.ElprogramainstitucionalLarealizacindeestasocializacinparadjicay,hayquedecirlo,algomilagrosa,exigeundispositivo,unatcnicadesocializacincuyosorgenesseencuentranenlaIglesiaymsconcretamenteenlaformaescolartalcomolahainventadolaIglesia.ComosubrayanDurkheim(1990)yDumont(1983),silaIglesiahainventadolaescuela,siellaharacionalizadolapedagogasacandoalosalumnosdelasfamilias,creandoclases,niveles,disciplinas,profesionalesdelaeducacin,reuniendoyracionalizandoenunsololugarloquelospreceptoresllevabanacaboindividualmenteenlasfami

    1Estovaenlamismalneaquelascrticasquesedesarrollan,particularmentelasdeFoucault,quienidentificasubjetivacinysujecinconvirtiendoasalsujetoenunardiddelasujecin.

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    lias aristcratas, fue para crear un tipo particular de sujeto: un creyente, un hombre capaz de actuar estando guiado por la fe. Desde el punto de vista de la Iglesia, la socializacin de los cristianos no se poda reducir a su adhesin a las costumbres y a los hbitos de las familias, haca falta sacar a los nios de la pequea sociedad como deca Durkheim, y elevarlos hasta la gran sociedad, aquella cuyos valores universales dan forman a los creyentes autn ticos capaces de aplicar los principios del dogma transformando los dogmas generales en fe personal. Para alcanzar este objetivo, la Iglesia ha inventado una forma, un dispositivo simblico, un tipo de trabajo educativo que yo denomino un programa institucional. Digamos de entrada que si fue la Iglesia la que construy este programa a partir del siglo IX, este programa se ha ido distanciando progresivamente de su marco inicial hasta el punto de ser retomado por aquellos que han querido combatir a la Iglesia, como los repu blicanos franceses o los revolucionarios rusos... Ms all de los valores y de los principios que promueva, ms all de los dioses o las razones a las que se asocie, el programa institucional es una composicin simblica y prctica al que se pliegan aquellos que estn encargados de llevarlo a cabo. Cmo defi nir el tipo ideal de esteprograma?(Dubet,2002).

    UnconjuntodevaloresydeprincipiossagradosElprimerelementodelprogramainstitucionalradicaensuidentificacinconunconjuntodeprincipiosydevalorestenidosporsagrados.Sagradosignificaaququeesosvaloressonconsideradoscomoestandofueradelmundo,situadosporencimadelasociedadyqueparecenindiscutiblesdentrodelmarcodelainstitucin.SecomprendefcilmenteestaafirmacincuandosetratadelaIglesiaydeprincipiosreligiososconsideradostrascendentesydadosaloshombresenlaformadeunaobligacinticaydeunconjuntodedogmasuniversalesyobjetivos.Perolafuerzadelprogramainstitucionaldesbordalainfluenciadeloqueessagradoensentidoreligioso,comoindicademaneraluminosaelcasodelaescuelarepublicanafrancesaencargada,sinembargo,decombatirlainfluenciadelaIglesia.AligualquelaIglesia,estaescuelaafirmaelcarctersagrado,nonegociable,deunciertonmerodevaloresplanteadoscomoapriori,losdelaRazn,losdelanacin,losdelprogresoylaciencia.Enestesentido,elprogramainstitucionalsedesarrollaenelsenodeuntemploinscritoenlaarquitecturaylaiconografadelasescuelas,loshospitales,loscuartelesylostribunalescuyaestticasehatomadoprestadadurantemuchotiempodeladelosmonasterios.Sindudala

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    discusin de los principios es posible, pero esta crtica es siempre interna al orden institucional y adquiere una forma teolgica ms que pragmtica, se discuten creencias en nombre de estas creencias, principios en nombre de los principios. El carcter universal y sagrado de los principios que dirigen la ins titucin no puede ser impugnado sin crear un escndalo y sin desbordarsehacialaviolenciaylarepresin.

    Concebida como universal, la cultura escolar se sita por encima de la sociedad y, durante mucho tiempo, ha valorado la abstraccin y la inutili dad social de los aprendizajes distinguidos de la formacin profesional, hecha sta en la sociedad. Durante mucho tiempo las lenguas muertas, las matemticas y la filosofa han sido consideradas como las disciplinas escola res ms dignas y ms selectivas, mientras que las disciplinas ms enraizadas en la vida social, como la tecnologa y las lenguas vivas, tenan una dignidad inferior. Notemos que este tipo de jerarqua que va de la abstraccin gratuita a la prctica til ha dominado mucho tiempo la escuela republicana y laica francesa de la misma manera que las escuelas religiosas estn encargadas de elevar a los alumnos hacia Dios, ella ha querido elevar a los alumnos hacia la Razn y la cultura, relegando a las formaciones ms instrumentales a aque llos que son menos dignos de los valores ms universales de la institucin, valores que se consideran capaces de fomentarelespritucrticoylalibertad.

    EltrabajosoreelotrocomovocacinEnelprogramainstitucional,laprincipalvirtuddelosmaestrosessuvocacin,elhechodequecreanenlosprincipiosdelainstitucinyquelosencarnen.Estoesevidenteparaelsacerdote,perotambinvaleparaelmaestrodeescuelaqueencarnalosvaloresdelaescueladesdeelmomentoenqueensea.Durkheimpodaasafirmarqueelmaestrodeescuelaestansagradocomoelsacerdoteporque,comol,transmiteunosprincipiossuperiores.Seesperadelmaestroydelprofesorquerepresentenlosvaloresdelainstitucinsacrificndoseaellos,adoptandounavidavirtuosayejemplar.

    En el programa institucional, la autoridad del maestro sacerdote, maestro de escuela, mdico, juez... es muy carismtica en la medida en la que la obe diencia que se le debe trasciende a su propia persona. Al obedecer al maes tro, el alumno obedece antes que nada a aquello que el maestro representa y encarna. Si duda su carisma est rutinizado, banalizado, pero eso no quita que el maestro se apoye sobre los principios que le sobrepasan. Y, porque encarna una figura de losacro,alobedecerleelalumnoobedeceaesosmisRevistadeAntropologaSocial

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    mos valores. No obedezco al maestro o al mdico porque tenga una persona lidad simptica o autoritaria, sino porque acta en nombre de la Razn, de la Nacin, de la Cultura, de la Ciencia... As, al someterse a una autoridad sin gular, el alumno se pliega a la autoridad de los valores de la institucin. De hecho, tanto en la escuela como en la Iglesia, se espera del maestro que sea modesto y virtuoso, y en los dos casos, el alumno y el creyente no deben amar demasiado al sacerdote y al maestro para que, mediante esta distan cia y esta frustracin, el alumno y el creyenteseelevenhacialosprincipiostrascendentalesdelainstitucin.

    En el programa institucional, la principal virtud del actor encargado de socializar al otro no es su competencia tcnica y profesional, sino el hecho de que crea, que tenga una vocacin, que encarne los principios y se sacrifi que por ellos. As, el individuo socializado no est preso en una simple rela cin particular como la que propone la familia, por ejemplo, sino en una rela cin que lo eleva hacia los valores que el maestro representa con una cierta majestad. Esto no impide recurrir ni a la simpata, ni a veces a la violencia, pero por la mediacin de la vocacin, la educacinnoesniunapuraseduccinniunsimpleadiestramiento.

    Durante un largo periodo, la escuela republicana francesa ha formado a sus maestros como la Iglesia formaba a sus sacerdotes. Se aseguraba ms de sus convicciones y de su moralidad personal que de sus competencias pedaggi cas propiamente dichas. Los profesores de primaria franceses estaban forma dos como una especie de sacerdotes civiles capaces de sacrificarse totalmente por su vocacin y la Repblica, siguiendo de esta manera las recomendacio nes de Condorcet, la repblica se ha opuesto desde hace mucho tiempo al derecho de los profesores a sindicarse,ahacervalersusinteresesparticularesendetrimetnodesuvocacin.

    ElsantuarioEnlamedidaenlaquelosvaloresdelainstitucinestnfueradelmundo,hacefaltaquelainstitucinmismaestfueradelmundo,queellaseaunsantuarioprotegidodelosdesrdenes,losinteresesylaspasionesdelasociedad.LaescuelaesentoncesconcebidacomounaOrdenRegular,comounconventoseparadodelasociedad.DehecholadisciplinaescolarseinspiraenlaRegladelosconventos,ensuregularidad,ensudominiodeltiempoydelosejerciciosescolares,porsurepeticinyprecisin,estnacompasadoscomolosritosreligiosos(Vincent,1980).

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    La conversin en santuario de la escuela exige que la naturaleza social del alumno sea ella misma santuarizada. En la iglesia, durante la misa, los creyentes se despojan de sus adscripciones sociales, de sus pasiones y de sus intereses el rito se dirige a unas almas separadas de la sociedad y de los cuerpos, y son almas iguales entre s las que se dirigen a Dios. Se encuen tra la misma separacin en la escuela republicana francesa que distingua radicalmente a los nios y a los adolescentes, atrapados por su psicologa y la sociedad, de los alumnos, considerados sujetos participantes de la razn e iguales entre s en la medida en que la razn es lo ms compartido del mundo como escriba Descartes. Entonces, el maestro encarnando la Razn se dirige a la razn de los alumnos por encima de sus singularidades psico lgicas y sociales y cada actor escolar es, dentro de una cierta medida, san tuarizado porque est dividido entre una parte sagrada, el alma o la razn, y una parte profana, las adscripciones y los intereses sociales. La santuariza cin exige una distincin latente entre el sujeto y el individuo psicolgicoysocial.

    La escuela republicana francesa ha impulsado muy lejos su santuariaza cin al negarse a que los padres participen en ella, al negarse a que los empre sarios y los sindicatos de asalariados y de patrones intervengan en los asun tos escolares. De la misma manera, esta escuela, a pesar de estar fundada en la igualdad, separ mucho tiempo a los alumnos en funcin de su sexo con el fin de que los deseos y las pasiones no pervirtiesen el orden de un santua rio construido al margendelavidasocialnormal.

    LasocializacinescolaresunasubjetivacinAprimeravista,elprogramainstitucionalsepresentacomounaempresadeenderezamientoreligiosoolaico.Eshaciaestainterpretacinalaquenosinvitaraunalecturafoucaultianadelprogramainstitucional.Sinembargo,sepuederechazarestalecturaenlamedidaenlaqueestaobedienciayesteadiestramientotienenporobjetivoconstruirlalibertadylaautonomadelsujeto.Elalumnonoseliberapor,sinoentantoobedece,lasreglasquelepermitenaccederalosuniversalesdelafeylaRazn.Cuandoaprendeestosprincipiosuniversales,cuandoloshacesuyos,elalumnopuedealejarsedelosritos,delasdisciplinasydelaobedienciaciegaconelfindeserelmaestrodesupropiaaccin.Yseesperadelbuenalumnoquetermineporalejarsedelosejerciciosescolaresporqueestosejercicioslehandadoarmasasulibertad.Delamismamanera,enelespacioreligiososeconsideraconfreRevistadeAntropologaSocial

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    cuenciaquelafeautnticaesvividacomounacreencialibreenlaqueobedezcomsamipropiareglaquealadelosritosylasrutinasreligiosas.

    El programa institucional reposa sobre una concepcin fuerte de la sociali zacin, la que Pascal ya haba descrito al escribir Rezad y atontaos, la razn vendr por aadidura. A travs del entrenamiento de los ritos y las discipli nas se forja una libertad subjetiva, la de la fe que es un sentimiento personal. Los profesores defienden el mismo razonamiento cuando explican a los alum nos que su libertad, su inteligencia y su espritu crtico surgirn de su larga sumisin a las disciplinas escolares. Es en este sentido que la escuela, como la Iglesia, es una institucin, porque instituye un sujeto arrancado de su pro pia naturaleza y de su propia naturaleza social. Se podra mostrar fcilmente como Platn y Freud, por ejemplo, uno anterior a la Iglesia y el otro desde fuera, desarrollaron concepciones cercanas de la educacin en las cuales la religin no desempeaba ningn papel, aunque suponen tambin que lo sacro, la cultura y lo universal se articulan en disciplinas que instituyen un sujeto capaz de decir yo y de conducir por s mismo su vida dentro de la sociedad gracias a la escuela liberadora como dicen los maestros de escue la franceses. Por supuesto, el programa institucional est adaptado necesaria mente a la sociedad y dirigido a producir actores conformes a sus demandas. Pero tambin est construido en tensin con esta sociedad y esta tensin es la que separa la socializacin y la subjetivacin generalmente el ejercicio tiene xito cuando el alumno es capaz de criticar la escuela y su formacin y, sobre todo, cuando lo hace en nombre de los principios de la escuela porque sta no ser jams totalmentedignadelosprincipiosquepromueve.

    4.Lafuerzadeunprograma

    El hecho de que el programa institucional haya desbordado ampliamente el mero marco de la Iglesia, que se haya ampliado a la escuela republicana y a otras instituciones como el hospital o la justicia, indica que posee una fuer za y una plasticidad particulares. Tres grandes caractersticaspuedenexplicarestapersistenciayestaextensin.

    LalegitimidaddeltrabajosobreelotroLarelacinpedaggica,perotambinlarelacindecuidadoolarelacindeayuda,implica,alavez,unaautoridadyunavoluntaddeliberaralotroydeconvertirleenigual.Estaparadojaestsuperadaporelprogramainstitucionalqueconfiereunafuertelegitimidadalosprofesionalesdelaeducacin

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