Embed Size (px)
Citation preview
Dr. Raúl Romero Ramírez
Módulo IV: La región y su dimensión geopolítica en México.
1) 2.4 La región y la dimensión étnico-cultural
2.4.1 Los estudios regionales y la antropología social en México
(Guillermo de la Peña).
2.4.2 Los congresos nacionales de los pueblos indígenas (Lourdes Arizpe)
2) 3.1. Región e identidad
3.1.1 La identidad nacional (Judit Bokser).
3.1.2 Identidad nacional: lo sagrado y lo profano (Carlos Monsiváis).
3.1.3 Identidad e una región particular: Espacio y tiempo en la conformación
de la región del Totonacapan (Victoria Chenaut).
3) 3.2 Regiones y nacionalidad
3.2.1 México: experiencias y perspectivas del desarrollo
(Horacio Flores de la Peña).
4) 3.3 Regiones y globalización
3.3.1 Tradición y modernidad cultural ante el TLC (Néstor García Canclini)
3.3.2 Los empresarios y la política en México 1982-1986 (Matilde Luna y otros)
3.3.3 Asignación de la inversión pública federal y el desarrollo regional
desigual: el caso de Michoacán (Guillermo Vargas Uribe)
3.3.4 Los empresarios y el proceso político electoral de 1985 en México
(Teresa Inchaústegui)
El análisis de la región dimensionada a las variables étnico-culturales, de
acuerdo con Emanuel Leroy Ladurie (Escuela de los Annales) posee dos
constantes:
1) La estructura que presenta la sociedad agraria étnico-cultural es
producto de largos procesos acumulativos; su historia es
estratigráfica; perdura el pasado por sobre la evolución tecnológica,
los movimientos demográficos o las catástrofes naturales; es una
sabiduría cristalizada en símbolos que debe estudiarse para
comprender sus relaciones.
1 La región y la dimensión étnico-cultural
2) El comportamiento de una unidad social determinada (grupo doméstico,
parentela, cofradía, comunidad local), implica condicionamientos de
relaciones horizontales (con unidades semejantes) y verticales (con el
feudo, el hacendado, el cacique, la iglesia, el Estado, la ciudad, etc.);
un grupo agrario no se basta ni explica en sí mismo, se inserta en una
estructura de clases o en un sistema de dominación social más amplio.
Guillermo de la Peña, considera que para el caso de México, el análisis de
la región dimensionada a las variables étnico-culturales, aplica la regla
Ladurie, pues desde la Antropología Social, se ha mostrado
empíricamente que el espacio, el territorio, esta socialmente creado
porque esta socialmente vivido.
Por su parte, Armand Frémont desde 1976 explicó que la región “integra
lugares vividos y espacios sociales con un mínimo de coherencia y
especificidad, que hacen de la región un conjunto que posee una
estructura propia, distinguible por ciertas representaciones en la
percepción de sus habitantes y los extraños. La región es menos
netamente percibida y concebida que los lugares de lo cotidiano o los
espacios de familiaridad. Pero constituye, en la organización del espacio-
tiempo vivido, una envoltura esencial, anterior al acceso a entidades
mucho más abstractas, mucho más desviadas de lo cotidiano”.
Armand Frémont distingue tres tipos de regiones étnico-culturales:
Regiones Fluidas.- Trashumantes.
Regiones Arraigadas.- Campesinos.
Regiones Funcionales.- Sociedades orgánicamente planeadas.
Lucien Febvre y Marc Bloch (Escuela de los Annales) para el estudio
histórico del análisis de la región dimensionada a las variables étnico-
culturales, parten de dos subdisciplinas históricas:
1) la Geografía Histórica (relación entre recursos naturales y fuerzas
productivas) y
2) la Historiografía Coyuntural (series estadísticas de largo plazo).
Basadas ambas en datos cuantitativos y cualitativos sobre fenómenos
sociales locales, hechos parroquiales como: oleadas de poblamiento,
sistemas de propiedad territorial, patrimonio y herencia, sistema de
producción agraria, organización de trabajo, movilidad de mano de obra,
formas de dominación administrativa e ideológica, configuraciones
simbólicas, conciencia del espacio propio, etc.
La región, socialmente hablando, integra lugares vividos y espacios
sociales comunes y específicos, con una estructura propia, distinguible
por ciertas representaciones que hablan de una identidad en común de
quienes la viven o la transitan.
Las personas, individuos, sujetos o ciudadanos en forma individual, en
familia, colectivo, comuna o sociedad, pertenecen a una forma de
etnicidad propia, caracterizada biológica y culturalmente establecida por
su grupo o los grupos con los que interactúan; poseen conciencia
espacial con respecto al lugar que ocupan, localidad rural, urbana,
municipal, estatal o federal; y tienen un proyecto político de vida, de
trabajo, de esparcimiento, etc.,
En pocas palabras, la identidad en común, es característica de quienes
conforman una región, por lo que su historia, actividades, pensamiento y
encuentros, conforman una unidad y alteridad al mismo tiempo.
2 Región e Identidad
Dialécticamente, la unidad y alteridad son parte de una región.
La unidad se refiere a la cualidad de ser único, irrepetible, sólo, singular;
por lo que quienes integran la región son uno.
La alteridad es el principio filosófico de "alternar" o cambiar la propia
perspectiva por la del "otro", considerando y teniendo en cuenta el punto
de vista.
Ambos son ingredientes básicos de la Identidad, y dependen de la
memoria histórica y la conciencia histórica.
La memoria histórica es un concepto historiográfico que viene a designar
el esfuerzo consciente de los grupos humanos por entroncar con su
pasado, sea éste real o imaginado, valorándolo y tratándolo con especial
respeto.
La Conciencia histórica representa claridad de pensamiento, acción y
convicción sobre nuestras raíces, orígenes que yacen en el pasado
cercano o remoto y que representan un sentido en la existencia de cada
persona, sociedad o nación.
La memoria histórica y la conciencia histórica son patrimonio de dos
instituciones constituyentes de toda asociación humana, la familia y la
empresa.
La familia es por antonomasia la base de todo grupo humano, se ubica
dentro del sistema socio-económico de la sociedad y es considerada un
grupo de personas relacionadas por la herencia; este grupo se distingue
fácilmente porque tiene padres, hijos y sus descendientes. Aunque
también pueden entrar los vínculos y las relaciones de parentesco, así
como los roles que se desempeñan.
La Familia conserva y resguarda valores morales que representan
actitudes ante la vida, éstos valores pueden ser costumbres familiares
muy propias, valores cívicos, valores religiosos, valores políticos, valores
deportivos, etc., cualquiera de ellos pueden unir o alterar a los integrantes
de una familia.
Estudiar estos valores será importante pues mediante ellos la cohesión y
sentido de la familia podría descubrirse y con ello caracterizar la empresa
familiar, es decir, qué es lo que hacen los miembros de una familia para
sobrevivir y cohabitar juntos.
Existen muchos tipos de familia al respecto, por ejemplo aquellas que son
típicas, como la Familias nucleares o elementales, donde el esposo
(padre), provee el medio de subsistencia con o sin ayuda de la esposa
(madre); La Familias monoparentales que se constituye por uno de los
padres y su(s) hijo(s) ya sea porque los padres se han separado, o por el
fallecimiento de uno de los cónyuges, o por ser madre soltera, en donde
el hijo(a) deberá ayudar con trabajo al padre o madre para subsistir; hasta
aquellas Familias sin vínculos, pues son un grupo de personas, sin lazos
consanguíneos, que comparten una vivienda y sus gastos, como
estrategia de supervivencia.
Asi pues, la empresa familiar es el compromiso de quienes integran la
familia para lograr subsistir y llevan a cabo acciones de trabajo que les
proporcionen estabilidad económica.
A decir de Carlos Monsiváis, la empresa familiar, culto al esfuerzo
individual que prolonga el sentido de lo familiar en el horizonte de las
transacciones (comercio), debe ser estudiado con detenimiento, pues
mezcla valores morales individuales y familiares, con el intercambio de
materias primas o manufacturas a fin de que éstas sirvan para dar
sustento material y espiritual a la familia.
Esta mezcla da como resultado una actitud de quien emprende su
actividad comercial, dicha actitud es una forma de cultura particular que
ha sido creada bajo las formas de unidad y alteridad, memoria histórica y
conciencia histórica, familia y empresa.
Esta cultura crea pertenencia, posesión y sentido a la familia y a su
empresa, genera un proyecto de vida para subsistir y resistir las
catástrofes de las fuerzas naturales, así como a las catástrofes de las
fuerzas sociales, como lo son hoy su mercadeo, consumismo,
tecnologización, productividad, y otras males.
La Cultura creada así, debe ser comprendida a partir de todos estos
elementos de análisis.
3 Región y nacionalismo.
Hablar de nacionalismo es referirse al nacimiento del Estado-Nación
creado en Europa en el siglo XVIII en las circunstancias históricas de la
Era de las Revoluciones, y generado en México tras su independencia en
el siglo XIX.
El Estado (gobierno), se une a la nación (pueblo) para representarlo y
guiarlo hacia un mayor bien común, que desde la política, intenta alcanzar.
Este mayor bien es el bienestar individual y social. De esta manera para el
siglo XIX nace un Estado que, idealmente, intenta cobijar a su pueblo de
acuerdo a un consenso o mayoría a través de gobiernos republicanos
capaces de centrar o federalizar sus acciones por ese bien común.
Pero la nación, debe comprender las acciones de ese Estado y deberá
comunicarse con él para solicitarle y exigirle en su caso, de acuerdo a una
Constitución o Carta Magna de derecho, le otorgue dicho bienestar.
Este pronunciamiento del pueblo esta mediatizado por el propio Estado a
través de canales civiles que son designados por el pueblo mediante el
ejercicio de la elección libre de representantes.
Los representantes del pueblo estarán obligados a escuchar las
demandas, sugerencias y necesidades que el pueblo, por derecho, les
solicite.
Esta acción civil, ciudadana, requiere de una conciencia social que
caracteriza al nacionalismo, esto es, una ideología y movimiento social y
político tendientes a lograr las reclamaciones del pueblo, que posee un
sentimiento de pertenencia propia, incorporando contenido doctrinal o
acción política en un sentido concreto.
El nacionalismo puede ser integrador, que pretende la unificación nacional
de las poblaciones con características comunes que habitan en distintos
territorios; o bien puede ser desintegrador, que pretende la secesión de
una parte del territorio de un Estado habitado por una población con
características, cuyas diferencias con la considerada mayoritaria, puedan
definirla como minoría nacional.
El nacionalismo plantea necesidades morales y condiciones sociales
particulares, esto es, un tipo particular de pensamiento (filosofía) y actitud
moral (costumbres) así como un nacionalismo económico particular.
Es preciso estudiar las características que componen el pensamiento y la
actitud moral del grupo en cuestión.
Lo que toca al nacionalismo económico, éste sostiene la necesidad de que
sectores y empresas básicas de la economía permanezcan en manos de
capitales nacionales, muchas veces estatales, cuando el sector privado no
está en condiciones. Sin embargo se plantean dos mecanismos que los
países subdesarrolados poseen: dependencia o neocolonialismo.
La dependencia es una situación de sujeción en la que se encuentra una
entidad estatal (gobierno) o una comunidad nacional (pueblo), de otra
entidad estatal, de modo tal que su voluntad se encuentra anulada o
limitada para tomar decisiones fundamentales. De acuerdo al tipo de
sujeción se distingue entre dependencia política, dependencia económica,
y dependencia cultural.
En la historia de las ideas políticas el concepto de «independencia»
apareció entre las colonias británicas en América del Norte para
reaccionar contra el colonialismo europeo, en el cual las decisiones que
afectaban a los pobladores americanos eran tomadas en Gran Bretaña, sin
ninguna participación de aquellos. El impuesto del té que generó la
revolución es un claro ejemplo de ello.
Quienes no logran su independencia política y quedan atados a la antigua
metrópoli bajo un pacto de acuerdo común, se denominan neocolonias.
Así pues, el Neocolonialismo, se distingue del Colonialismo porque éste
último ejerce un control autoritario y directo, mientras que el
neocolonialismo (proceso ejercido desde 1950) el control es indirecto, lo
ejercen las antiguas potencias coloniales sobre sus antiguas colonias.
Sin embargo, como en la Colonia, los países (territorios) neocoloniales no
disfrutan de una independencia plena, sino que están sometidos a los
dictados culturales, políticos, lingüísticos y, especialmente, económicos,
de otro.
Pero la dependencia, en un sentido amplio, también significa que los
Estados hegemónicos (desarrollados) dicten la política, la economía y los
proyectos sociales sobre sobre los países (territorios) subdesarrollados,
limitándolos y haciendo de ellos sus espacios geoestratégicos para
mantener su desarrollo.
Fue así que nació a partir del nacionalismo económico las Teorías del
Imperialismo y de la Dependencia.
La Teoría del Imperialismo tiene su origen en la doctrina política que
justifica la dominación de un pueblo o Estado sobre otros; habitualmente
mediante distintos tipos de colonización (de poblamiento, de explotación
económica, de presencia militar estratégica) o por la subordinación
cultural (aculturación). Los términos "imperialismo" y colonialismo, muy
relacionados, no son estrictamente sinónimos.
Más concretamente, la expresión teórica sobre el Imperialismo, utilizada
por Lenin, se refiere a la fase superior del capitalismo.
Por su parte, la Teoría de la Dependencia, elaborada por la escuela
desarrollista latinoamericana, sostiene que el sistema económico mundial
ha establecido una división internacional del trabajo que atribuye a los
países centrales la producción industrial, de alto valor agregado, y a los
países periféricos la producción de materias primas, de bajo valor
agregado.
El desarrollismo sostiene que existe una tendencia general al deterioro de
los términos de intercambio en perjuicio de la producción agrícola-
primaria, y que los países periféricos necesitan impulsar agresivas
políticas industriales para romper el círculo vicioso del subdesarrollo.
De acuerdo a la Teoría del Imperialismo, o a la Teoría de la Dependencia, la
Región posee características de dependencia particulares al interior de
una nación (pueblo) y éstas se hallan en las relaciones económicas que se
dan a partir de una explotación tanto de las materias primas (naturales y
humanas), como de las relaciones sociales que se originan también en
una forma de explotación hacia la cultura de dicha nación.
Será menester investigar las características de explotación económica y
social a que son expuestos los índices y/o elementos y/o agentes
existentes en el proceso de crecimiento económico y desarrollo
socioeconómico que se hallan bajo una formulación de dependencia.
El análisis de explotación de materias primas o formas culturales se
requerirá para entender el impacto de dependencia de quienes se hallen
en este proceso o alrededor de él, pues se verán impactados.
Este análisis de explotación de materias primas o formas culturales,
evidenciará también quiénes son y cómo controlan los recursos, y por
tanto, el control de la relación hombre-naturaleza y hombre-sociedad,
explicando la dinámica de explotación como una de tipo natural y otra de
tipo social.
Este análisis de explotación basado en el supuesto de que México es una
nación dependiente y por lo tanto no desarrollada, implica también que
debe ser explicado el proceso de conformación regional a partir del
análisis de la capacidad de una economía para absorber, adaptar y crear
innovaciones tecnológicas al proceso productivo con el fin de hacer un
uso más eficiente de los recursos disponibles y aumentar la
productividad.
Esto es, explicar cuál es, o cómo puede realizarse, una política económica
para el crecimiento.
El crecimiento económico es el primer paso para poder alcanzar el
desarrollo socioeconómico, por lo tanto, de acuerdo al NEOLIBERALISMO
actual, cada nación dependiente deberá comprender que sus metas deben
estar enfiladas, de acuerdo a Horacio Flores de la Peña, hacia cuatro
objetivos generales por los cuales deberán crearse propuestas específicas
a cada región:
1) Lograr un desarrollo (crecimiento empresarial) rápido de la economía,
pero compatible con la estabilidad y el equilibrio macroeconómico
nacional o global.
2) Garantizar la justicia social (apoyos estatales) cuya meta central es
reducir la desigualdad de ingresos y de oportunidades.
3) Defender y perfeccionar los sistemas democráticos (pragmatismo
político) para disminuir las desigualdades sociales y aumentar los
niveles de educación (re-educar tecnológicamente).
4) La defensa del interés nacional (patrimonio cultural).
La defensa del interés nacional, desde el punto de vista actual ya no recae
en conservar las empresas “estratégicas” para el bienestar común que
debía ofrecer el Estado, ahora, el interés nacional esta situado en la
superestructura, en la conservación del patrimonio cultural.
De acuerdo a los neoliberales, existen claramente dos posiciones en lo
que ha desarrollo regional se refiere: los tradicionalistas y los
modernizadores.
Los tradicionalistas (liberales y conservadores) suponen que la apertura
hacia el exterior mediante acuerdos arancelarios o “tratados” de libre
comercio, tendrá efectos catastróficos sobre la identidad y las costumbres
étnico-nacionales.
Los modernizadores (neoliberales y posmodernos) sostienen que los
acuerdos arancelarios o tratados de libre comercio, serán solo, un
reordenamiento comercial, indispensable para elevar la competitividad de
la economía nacional y reubicarla en un mundo globalizado e
interdependiente.
4) Regiones y globalización
De acuerdo a los neoliberales, los tradicionalistas se olvidan de la
heterogeneidad cultural y la coexistencia de diferentes tiempos históricos
en las varias modernizaciones de un país (territorio) y de sus regiones.
Los neoliberales preguntan:
- ¿Por qué debemos optar entre la herencia (lo tradicional) y la
innovación (lo posmoderno), cuando la capacidad de sobrevivir deriva
de haber sabido combinarlas? (mayor mercado diferenciado)
- ¿Por qué renunciar a la hibridez cultural en que se sintetiza nuestra
historia, si esto ocasiona un resorte de creatividad y elocuencia?
(estandarizar)
- ¿Por qué evitar la complejidad sociocultural si ésta guía mucho mejor la
producción? (competencia)
- ¿Por qué no aceptar que esta complejidad gracias a los procesos de
libre comercio traerá como resultado una recomposición nacional e
internacional de los mercados culturales? (atracción y diversificación
de la explotación)
De acuerdo a los neoliberales los cambios más evidentes que creó el libre
comercio desde el ingreso de los tecnócratas al poder fueron, según
Néstor García Canclini:
1) El predominio de las industrias culturales sobre las formas
tradicionales de producción y circulación de la cultura, tanto ilustrada
como popular.
2) El incremento de la cultura privada a domicilio (MMCC) y el incremento
del uso de los sistemas de telecomunicación (TIC´s).
3) La transferencia de responsabilidades del Estado a las empresas
privadas en la producción, el financiamiento y la difusión de los bienes
culturales.
4) La competitividad entre las empresas privadas por ofrecer industria
cultural, gracias a la desincorporación de los mmcc que disminuirá la
dependencia tecnológica.
Estos cambios, a decir de los neoliberales, se ven favorecidos cuando
deja de existir favoritismo político; es decir, dejar atrás las acciones
proteccionistas, paternalistas o nepotistas, a favor de unas “nuevas
formas de conciencia y acción política, detectables en México desde 1982,
en el que el empresario aparece con una voluntad política de nuevo tipo”.
El empresariado esta dispuesto a transformar diversos aspectos del
sistema político mexicano mediante un discurso empresarial bajo nuevos
puntos en su proyecto de corte neoliberal:
1) Una nueva memoria, que recupere las lecciones extraídas de las
experiencias de las luchas empresariales del pasado.
2) Una nueva concepción de la política, que incluye una fuerte crítica al
presidencialismo y al autoritarismo del régimen pasado.
3) El autorreconocimiento de los empresarios mismos como autores
políticos legítimos.
4) Convocar a la acción política de los propios empresarios y de la
ciudadanía en general a favor de los valores neoliberales políticos y
económicos.
Las estrategias políticas de estos nuevos empresarios con una nueva
voluntad política, contienen nuevos elementos como:
1) El despliegue de una campaña de defensa de la libre empresa en los
campos de la educación, la comunicación social y la cultura.
2) El apoyo a la formación y multiplicación de “organizaciones
intermedias” para la “vertebración” de la sociedad civil.
3) El impulso a una amplia gama de movimientos sociales y cívicos a
favor de preservación y enaltecimiento de valores, tradiciones y
convicciones propias de la iniciativa privada.
4) El involucramiento directo de un nutrido numero de empresarios en la
política electoral partidista al interior del partido tradicional del
empresario (PAN) y del PRI, que había estado excluido por un pacto
político y solo actuaba en una cúpula de decisión de altos funcionarios
o bien actuando coyunturalmente o reactivamente.
5) La demanda por la toma de decisiones mediante un ejercicio racional
técnico basado en el mercado y la tecnología, por lo que son
“antipopulistas” por excelencia.
La convocatoria empresarial para la acción social o cívica en el país, la
región o la localidad, ha involucrado tres importantes operaciones
ideológicas:
1) La extensión de la noción y el ámbito de la política válida (bien individual).
2) La oposición gobierno/sociedad civil como eje más relevante para
comprender y redefinir la organización misma de la sociedad.
3) La postulación de una identidad entre las nociones de iniciativa privada y
sociedad civil.
El despliegue cada vez más organizado de esta estrategia discursiva conduce
enfáticamente a orientar el creciente descontento social hacia una
identificación entre sectores medios (e inclusive asalariados) y empresarios,
como articulación ideológico-política alternativa a la del sistema político.
La acción cívica presenta diferentes variantes: 1) la de la difusión de los
valores asociados a la libre empresa en los campos de la opinión pública y
los mmcc, la educación y la cultura; 2) la del apoyo a la constitución y
multiplicación de asociaciones civiles (organizaciones intermedias) y 3) la del
impulso a determinados movimientos sociales.
1) La difusión de los valores asociados a la libre empresa en los campos
de la opinión pública y los mmcc, la educación y la cultura.- mediante una
intervención directa en los mmcc, sobre todo en noticieros o programas
de entretenimiento por TV nacional; en la organización de la cultura y en
el campo de la opinión pública; en la consolidación de un sistema de
educación privada y en la participación de círculos empresariales a través
de fundaciones, museos de ciencias y artes.
2) El apoyo a la constitución y multiplicación de asociaciones civiles
(organizaciones intermedias).- mediante una intervención directa y
fomento del asociacionismo, puesto que constituye una amplia red de
asociaciones civiles y “organismos intermedios” que “vertebren” a la
sociedad haciendo contrapeso al gobierno.
3) El impulso a determinados movimientos sociales.- mediante una
intervención directa en algunos organismos patronales, ocupándose de
aspectos como, movimientos cívicos por la defensa del voto, movimientos
relacionados con la intervención del estado en la economía y con la
política económica, movimientos encaminados a plantear demandas
específicas de carácter social (particularmente moral y educativo), o
movimientos de opinión pública y catalización de descontentos latentes.
Finalmente, respecto a la acción cívica y corporativa al interior del país, de
la región o la localidad, los empresarios están divididos en dos alas, una
radical y otra moderada.
El ala radical del empresariado en México (PAN), se distingue por su
insistencia en el agotamiento definitivo del modelo económico y político
liberal, que a su manera, descansó en la sustitución de importaciones, el
proteccionismo el intervencionismo estatal, el corporativismo y el
autoritarismo populista.
Esta ala, propone que el empresario sea el agente hegemónico de las
relaciones socioeconómico-políticas, en una “economía social de
mercado”, basada en las “ventajas comparativas” que posee la nación
(pueblo y fuerza de trabajo) y el país (territorio y recursos naturales), a
través del “libre juego de las fuerzas del mercado”, hacia la búsqueda del
“bien común”, que mediante un régimen social pluralista y bipartidista,
fortalecido por una sociedad civil que hace de contrapeso al gobierno.
El ala moderada del empresariado en México (PRI), se distingue por
considerar cierto agotamiento del modelo económico y político liberal,
pero que postula, en lugar de sustituir por completo el viejo modelo,
realizar ajustes (reformas) para hacer funcionar pragmáticamente las
adecuaciones necesarias ante las “nuevas realidades”.
Esta ala, reconoce que el modelo de sustitución de importaciones y el
proteccionismo están encontrando sus límites, y aceptan que es necesaria
una apertura lenta y gradual de la economía exterior, de tal modo que la
industria nacional pueda resistir el embate de la competencia extranjera;
por esto es necesario, redefinir el papel del Estado.
Esta ala intenta no inmiscuirse demasiado en la práctica política partidista
y no se alía con los tradicionales representantes empresariales o
conservadores como el PAN o la Iglesia; en cambio proponen la
formulación de políticas públicas, proponiendo modificaciones para el
corporativismo y promoviendo un sistema mixto de economía, así como
planeación técnica.
Tanto el ala moderada como el ala radical del empresariado en México,
reconocen que la iniciativa privada, las libertades individuales y el libre
mercado son necesarios para el crecimiento y desarrollo del país, la
región o la localidad, y que el estado debe ser facilitador y observador de
los procesos y las normas, a fin de mantener el orden democrático en el
comportamiento de todos los elementos y agentes que intervienen en la
“vida de la esfera civil”.
Sin embargo, el comportamiento político democrático de la esfera civil
difiere entre ambas partes, pues el ala moderada cree que son condiciones
de lo democrático, su efectiva participación en las políticas de desarrollo y
una menor intervención del Estado en la economía. Por su parte, el ala
radical cree que son condiciones de lo democrático, el equilibrio de los
poderes y unas elecciones y política de partidos, limpias y transparentes.
Si bien ambas difieren en cuanto a dichos comportamientos, las dos están
de acuerdo en descalificar y neutralizar cualquier otro significado sobre
comportamiento político democrático, tales como democracia
multipartidista, democracia de base, democracia deliberativa, democracia
participativa, democracia social, democracia popular, democracia
socialista (centralismo democrático) o dictadura democrática del pueblo.
Tanto el ala moderada como el ala radical del empresariado en México,
están de acuerdo en que el único comportamiento político democrático, es
aquél que se ajusta al neoliberalismo y la tecnocracia, tales como la
democracia republicana y demócrata (EE.UU.), la democracia de mercado
o la E-democracia (o democracia tecnológica).
En resumen, dos son los objetivos de este tipo de discurso democrático
utilizado para el desarrollo del país, la región o la localidad, uno táctico y
otro estratégico:
El táctico:
a) Ensanchar las bases sociales del empresariado para negociar sus
demandas con el gobierno
b) Ampliar sus espacios de participación articulando su discurso con el
de otras fuerzas políticas.
El estratégico:
a) Descalificar y neutralizar otros significados de lo democrático al
contraponer al estado democrático neoliberal contra el estado
populista autoritario.
b) Lograr una intervención más autónoma y decisiva en las decisiones
políticas nacionales.
