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El Clima Cambia, Cambia Tú También Adaptación al cambio climático en comunidades locales de Bolivia con el apoyo de:

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  • El Clima Cambia, Cambia T Tambin

    Adaptacin al cambio climtico en comunidades locales de Bolivia

    con el apoyo de:

  • El Clima Cambia, Cambia T Tambin. Adaptacin al cambio climtico en comunidades locales de Bolivia

    Autores de los estudios de casoVernica Villaseor, Juan Peter Nina Laura y Florinda Gonzales Prez

    EdicinManuel Ruiz , Thomas J. Mller y Luca Flrez

    Edicin de contenidosEleana Llosa

    FotografaThomas J. Mller

    Diseo y diagramacinRenzo Rabanal Prez-Roca

    ImpresinLucent Per S.A.C.Calle Elas Aguirre 126 of. 1002. Miraflores

    Primera edicin, mayo de 2012Lima, PerHecho el depsito legal en la Biblioteca Nacional del Per N 2012-05773

    Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA)Av. Prolongacin Arenales 437, [email protected]

    Las opiniones o ideas expresadas en esta publicacin, no comprometen las posiciones institucionales de UICN, AECID ni la SPDA.

  • ndice

    Presentacin ................................................................................................................... 4

    Aprovechando lo que el bosque nos brinda: El cusi y la Comunidad de Colorado en la Chiquitana boliviana ............................... 7Una comunidad en la Chiquitana ................................................................................... 8El bosque seco chiquitano como ecorregin .................................................................. 9Los recursos naturales locales .................................................................................... 10La economa de la familia chiquitana ........................................................................... 11Siembra asociada y parcela diversificada .................................................................... 12Presiones en el bosque ................................................................................................ 14Cambios en el clima ..................................................................................................... 14Cmo percibe la comunidad los cambios en el clima y sus nuevas caractersticas? ................................................................ 15La importancia de mantener el bosque chiquitano ..................................................... 16La comunidad acta para enfrentar los cambios del clima ........................................ 17El cusi: un fruto lleno de energa ................................................................................ 18Don Pedro Marmaa y el pltano en Colorado ............................................................ 19Usos tradicionales y proyectados del cusi ................................................................... 20El potencial del cusi ..................................................................................................... 21El pltano orgnico y el cusi en Colorado: nuevos productos que generan ingresos a las familias ........................................... 22

  • Organizacin para el logro de cambios comunales en lo productivo .......................... 23Chiquitana: Reflexiones finales .................................................................................. 24Recomendaciones preliminares a nivel de polticas ................................................... 25

    Sacando partido del cambio climtico: El cultivo de quinua en la zona intersalar del Altiplano .......................................... 27Las comunidades de la zona intersalar ....................................................................... 28La zona intersalar de Uyuni y Coipasa y sus comunidades ......................................... 30Caractersticas principales de las comunidades de la zona intersalar ....................... 31 Recursos naturales; flora, fauna, suelo y minerales ................................................... 32Agricultura y ganadera: el cultivo de quinua y la crianza de llamas .......................... 32Mecanizacin de la agricultura y reduccin de la ganadera ....................................... 33Cmo perciben los comunarios el cambio climtico? ............................................... 34Enfrentando los efectos en la produccin ................................................................... 35Cultivo y venta de la quinua real ................................................................................... 37Organizaciones que impulsan la produccin y comercializacin de la quinua ........... 38La apuesta por la quinua y el compromiso familiar, comunal y social ........................ 40Aportes del III Congreso Mundial de la Quinua. ........................................................... 41Zona intersalar: Comentarios finales........................................................................... 42Recomendaciones preliminares a nivel de polticas .................................................... 43

  • El Proyecto El Clima Cambia, Cambia T Tambin es una iniciativa impulsada por la ofi-cina regional para Amrica del Sur de la Unin Internacional para la Conservacin de la Naturaleza (UICN) y la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), proyecto que busca integrar actividades de documentacin y testimonios sobre adaptacin al cambio climtico de comunidades rurales y sus conocimientos y saberes, lo mismo que el inter-cambio de saberes de diferentes culturas y pensamientos y estrategias empleadas en las polticas de desarrollo. A partir de ello y a travs de la convivencia, la comunicacin entre comunidades, la presencia en medios masivos de comunicacin y materiales audio-visuales e impresos, se busca una mayor incidencia poltica en relacin al cambio clim-tico y las prcticas de las comunidades respecto a l.

    Entre sus objetivos centrales, este proyecto pretende demostrar y hacer visibles y recono-cidas las formas de adaptacin al cambio climtico que las comunidades rurales apli-can, generalmente con xito. Para ello, se estn realizando actividades en cuatro pases andinos con acciones especficas en Huasta en los Andes de ncash y Tamshiyacu en la Amazona de Loreto (Per), la Chiquitana y los salares de Uyuni y Coipasa (Bolivia), San Andrs y San Juan en Chimborazo (Ecuador) y El Guacamayo, en Araracuara, medio ro Caquet (Colombia).

    Presentacin

    C H I Q U I TA N ALa Paz

    Santa Cruz de la Sierra

    Palmarito dela frontera

    San Ignaciode Velasco

    Oruro

    N

    Leyenda Capital del pas Capital departamental Centro poblado Carretera Ro Lmite departamental Lmite del pas

    Salar de Uyumi

    Salar de Coipasa

    Lago Poop

    Cochabamba

    Trinidad

    Sucre

    Potos

    Ro Desagadero

    Z O N AI N T E R S A L A R

    ComunidadSan Ignacitode Colorado

    Ro Paragua

    i

    Lago Lago

    o

    R

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  • Est debidamente corroborado que los conocimientos tradicionales de las comunidades y los pueblos indgenas son una fuente inagotable de experiencias y respuestas frente a las presiones ambientales. La adaptacin y la resiliencia de estas comunidades y pueblos es, sin duda, su rasgo distintivo. Y, en el contexto actual de cambio climtico global, se empie-za a acumular evidencia en el sentido de que tales conocimientos y saberes son una herra-mienta central para enfrentar las presiones e impactos de este cambio. Desde las prcticas de manejo de los agroecosistemas hasta las tcnicas de conservacin y seleccin de semi-llas, pasando por el manejo de fuentes de recursos renovables, se hace evidente la nece-sidad de promover, consolidar y fortalecer estos verdaderos sistemas de conocimiento.

    El proyecto El Clima Cambia, Cambia T Tambin espera, pues, generar cambios en los instrumentos y las polticas pblicas en diferentes niveles a partir de informacin y evi-dencia documentada que ayuden a valorar, aplicar y replicar esos saberes colectivos como alternativa para propiciar una adaptacin efectiva.

    En una primera etapa, se han documentado tales manifestaciones, se han recogido tes-timonios y se han producido materiales informativos. Se pasa ahora a un momento de dilogo de saberes y de incidencia poltica utilizando la evidencia recogida para generar polticas pblicas e instrumentos jurdicos que fortalezcan las actividades de adaptacin de las comunidades y pueblos indgenas.

    La presente publicacin incluye los casos de las dos comunidades en las que se ha ve-nido trabajando en Bolivia. Para ambas se han elaborado estudios especficos, que son la base sobre la cual se han elaborado los resmenes aqu publicados.

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  • Aprovechando lo que el bosque nos brinda: El cusi y la Comunidad de Colorado en la Chiquitana boliviana

    El bosque seco chiquitano es una regin ubicada entre la Amazona y el Chaco, con clima tropical subhmedo clido, lluvioso en verano y seco en invierno. La conserva-cin de este bosque, la agricultura principalmente de autoconsumo y el uso y apro-vechamiento del cusi, palmera aceitera que abunda naturalmente en los bosques de la regin, constituyen para las comunidades chiquitanas un potencial de ingresos al-ternativos que les ayuda a enfrentar las presiones ambientales que afectan sus huer-tas tradicionales, incluyendo el intenso cambio climtico que experimentan.

    La vida y la cotidianidad de las comunidades se centra en el manejo de los chacos, parcelas agrcolas mixtas que sustentan la autosubsistencia, y en algunos cultivos nuevos como el pltano y el ajonjol, que se producen para el mercado. Pero el mayor potencial en la zona est en la gestin y conservacin del cusi, a partir de la elabora-cin de planes para su manejo y de la comercializacin de sus aceites en los merca-dos internacionales. A lo largo del tiempo, la degradacin y deforestacin del bosque han conllevado problemas serios en los acuferos y en las dinmicas de este eco-sistema, pero la palmera de cusi no sola-mente es muy resistente a estos fenmenos, sino que invade de forma na-tural los potreros en desuso, que abun-dan en la zona.

    Este trabajo de investigacin se realiz con el apoyo de la Fundacin para la Con-servacin del Bosque Chiquitano y, en especial, con el esfuerzo y la orientacin de Roberto Vides y Vernica Villaseor, quienes hicieron adems importantes recomendaciones para las visitas de campo del equipo de documentadores.

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  • Una comunidad en la Chiquitana

    La Comunidad de San Ignacito de Colora-do, fundada en 1959, est ubicada en el bosque seco chiquitano en las inmediacio-nes del Alto Paragua, en el distrito N 8 del Municipio de San Ignacio, Provincia Velas-co, al Noreste del Departamento de Santa Cruz. Est cercana a la ciudad de San Igna-cio y tiene acceso carretero a Santa Cruz de la Sierra, la capital departamental.

    Es una comunidad representativa del sis-tema de produccin chiquitano tradicio-nal y de uno de los pueblos indgenas del oriente boliviano, el pueblo chiquitano, que agrupa aproximadamente a 100.000 personas. Los chiquitanos actualmente son principalmente campesinos, habitan en unas 400 comunidades y poblados de las distintas provincias de la regin chi-quitana y estn afiliados a la Organiza-

    cin Indgena Chiquitana (OICH), creada en 1995 como plataforma organizativa en relacin, prioritariamente, al acceso al territorio y a la autonoma.

    Colorado tiene 186 habitantes y es una de las 14 comunidades de su distrito, asenta-da en uno de los municipios ms grandes del pas, con casi 49.000 km y 50.000 ha-bitantes. Parte de su poblacin emigra a las ciudades por razones de estudio o tra-bajo, en muchos casos en forma temporal.

    La infraestructura y los servicios bsicos son mnimos en Colorado: el abastecimien-to de agua proviene de pozo y no cuenta con alcantarillado; la energa elctrica depende de un motor y en el poblado existe una muy reciente red domiciliaria. Los nios estu-dian en Campamento, comunidad distante en dos kilmetros, donde hay educacin hasta octavo grado. Tambin en Campa-mento est el centro de salud ms cercano.

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    El bosque seco chiquitano es una ecorre-gin localizada entre el clima hmedo de la Amazona y el clima rido del Chaco, en los pases de Bolivia, Paraguay y Bra-sil, siendo la parte boliviana el 66% del total de esta ecorregin.

    Se trata de una enorme llanura ondulan-te, cuya altitud vara entre 300 y 450 msnm, incluyendo algunos picos monta-osos. Los numerosos arroyos y ros que por all discurren drenan hacia el Norte, a la cuenca de la Amazona, y hacia el Este y el Sur, a la cuenca del Ro de la Plata, lo que muestra que es una ecorregin tran-sicional.

    El clima chiquitano es tropical subhme-do clido, con un perodo lluvioso en ve-rano (entre septiembre y abril) y uno seco en invierno (entre mayo y agosto) y con poca variabilidad de temperatura a lo lar-go del ao: la mnima promedio anual en julio llega a 14 C y la mxima a 24 C.

    El bosque seco chiquitano contiene re-cursos maderables muy importantes y es clave como regulador del equilibrio hdri-co de los suelos en una regin donde falta agua casi la mitad del ao. Su destruc-cin tendra efectos drsticos, propician-do desertizacin, erosin y prdida de suelos en amplias reas. Se trata, pues, de suelos con vocacin y potencialidad

    mayormente forestales, teniendo en cuenta su escasa fertilidad natural y la severidad de la poca seca.

    El Alto Paragua, donde se localiza la co-munidad de Colorado, es parte de esta ecorregin de bosque seco y se caracteri-za por una heterogeneidad de ambientes, al contener numerosas extensiones de humedales y sabanas inundables, los chaparrales del Cerrado e islas de bos-ques chiquitanos, todos los cuales gene-ran una rica diversidad biolgica en flora y fauna procedente de las sabanas del Beni y del Pantanal.

    El bosque seco chiquitano como ecorregin

  • Como toda comunidad chiquitana, Colora-do est organizada en un cabildo, mxima instancia comunal, la cual es liderada por el primer cacique y el segundo cacique; sus eventos ms importantes son la min-ga y la fiesta del santo patrn, San Ignacio. Adems, es una Organizacin Territorial de Base (OTB), lo que le permite acceder y participar en instancias de gobierno local y establecer alianzas. Ambas instancias son elegidas en la comunidad.

    En cuanto a organizacin en relacin a las actividades productivas, la comunidad ha organizado la Asideccol (Asociacin Inte-gral de la Comunidad de Colorado) para impulsar emprendimientos productivos, como el mejoramiento del cultivo del pl-tano y el manejo de la palmera de cusi.

    Los recursos naturales locales

    La cobertura boscosa es muy importante en esta ecorregin, sin embargo, la activi-dad forestal selectiva ha dejado zonas de bosque descremado, es decir, espacios donde se han depredado las especies de mayor valor, lo que va acompaado de apertura de caminos, contaminacin por derrame de carburantes y caza ilegal. Por estas razones, el estado general de conser-vacin de este bosque es de medianamente a muy degradado, con especies como las siguientes que indican su estado de altera-

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    cin: cusi (llamado tambin babas, Attalea speciosa), tota, guap y yambaibo blanco. Sin embargo, tambin existen zonas en muy buen estado de conservacin, como lo estn algunas concesiones forestales y reas naturales protegidas.

    En todo el municipio se observa un consi-derable avance de la deforestacin desde el ao 2004, debido principalmente a la siembra de pastos para la ganadera, la ampliacin de cultivos comerciales y los desmontes resultantes de emprendi-mientos agroindustriales. Tambin el Bajo Paragua ha sido afectado por la ex-plotacin de la goma y la tala selectiva de madera; y es de mencionar que a esta zona se accede por la comunidad de Co-lorado. Adems, en esta rea existi co-mercio legal de fauna silvestre durante la dcada de 1980, sobre todo caimn ne-gro y lobo de ro, cuya situacin es toda-va ahora crtica. Finalmente, la poblacin desva el cauce del ro para almacenar agua en atajados, para uso del ganado.

    Todo ello presiona los ecosistemas, afec-tando la recarga del acufero y la dinmica de la cuenca alta del Paragua y despertan-do inquietud entre los habitantes de la par-te baja. Adems, se refleja en cambios del clima, como la escasez de agua durante los periodos de estiaje.

    La economa de la familia chiquitana

    Las familias de Colorado combinan la economa de autoconsumo con el logro de ingresos monetarios. El autoconsumo

    proviene de la agricultura en los chacos o parcelas, complementada con pesca, caza y recoleccin en espacios de libre acceso y con cra de animales de corral (gallinas, cerdos y patos).

    Los ingresos en dinero los consiguen por la venta de cultivos agrcolas producidos por ellos y por trabajo como jornaleros. En este aspecto, es importante sealar que en la ltima dcada se introdujo el cultivo de pltano con fines comerciales, de tal manera que la comunidad dedica actual-mente 50 hectreas a este cultivo y algu-nas familias estn logrando ingresos importantes con l. Tambin se est sem-brando ssamo con el mismo objetivo.

    La actividad agrcola se caracteriza por la asociacin de diferentes cultivos, siendo el manejo del chaco diversificado chiquita-no la base de un sistema de produccion

    Lo que ahora estamos haciendo es compensar lo que se pierde en el chaco por el clima con el aceite del cusi que crece solito en nuestros bosques.

    Agustina Ponte

  • Los chiquitanos han desarrollado un sis-tema de produccin agrcola diversificado para asegurar la alimentacin de sus fa-milias. En Colorado, estas mantienen en los tiempos actuales las parcelas diversi-ficadas, en las que se logra identificar entre diez y dieciocho productos en cada parcela, algunos de los cuales son anua-les (maz y camote, por ejemplo) y otros semiperennes (yuca y caa de azcar, en-tre otros).

    Este sistema, transmitido por generacio-nes y que supone una sostenida observa-cin ambiental, es reconocido como una forma de agricultura sostenible, puesto que los cultivos se ajustan a las caracte-rsticas de los suelos y se practica la aso-ciacin y rotacin de cultivos.

    En general, en los chacos familiares se cultiva habitualmente, en forma asociada o en terrenos de diferente dimensin: maz, arroz, pltano, yuca, man, camote, papa balusa, frejol, caa de azcar, san-da, meln, pia, arveja, joco, zapallo, pavi (bejuco), ssamo, papaya y algodn.

    Ver un campo en el que se practica la asociacin de cultivos da la sensacin de desorden, sin embargo, esto es solo una apariencia. Se trata ms bien de una es-trategia de proteccin contra enfermeda-des y plagas, as como de manejo del suelo y de proteccin de unas plantas frente a otras respecto al viento y la ra-diacin solar.

    Siembra asociada y parcela diversificada

  • sostenible bajo principios agroecolgi-cos, lo que permite hasta ahora resistir las condiciones del ecosistema y la din-mica de cambios socioeconmicos en la zona. Esto es importante porque las pre-siones cada da son mayores para las co-munidades y familias que carecen de oportunidades viables para diversificar sus medios de vida o no disponen de re-cursos para afrontar nuevos desafos del ambiente y del mercado, del cual no es-tn aisladas. Aunque, esta estrategia se est perdiendo, sustituida por los mono-cultivos o la ganadera, existe tambin inters en la comunidad por realizar ac-tividades productivas no depredadoras. Este es el caso del manejo de recursos silvestres como la palmera de cusi.

    En Colorado la poblacin dispone tanto de canchones familiares cerca a las viviendas, en donde se tienen frutales y animales me-nores, como de tierras de cultivo de pro-

    piedad comunal y uso familiar y, adems, del bosque y la pampa, donde se accede a recursos silvestres: madera, pesca, caza y recoleccin (de hojas de palmera, plantas alimenticias, medicinales, cosmticas y para cestera, frutos, miel, etc.). Aunque el acceso a estos recursos es individual, se suelen aprovechar en forma grupal.

    En el proceso productivo, todos los inte-grantes de cada familia cumplen con realizar actividades que los proveen de sustento. Ello es claro especialmente en las labores agrcolas: los hombres reali-zan el chaqueado de la tierra tumba, roza y quema del monte; la siembra ma-nual es realizada por toda la familia; las labores culturales son responsabilidad de todos los adultos; finalmente, la cose-cha manual se hace con participacin de hombres, mujeres y nios y, a veces, a travs de minga, es decir, con ayuda de los vecinos.

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  • Presiones en el bosque

    La poblacin de la comunidad de Colora-do siente e identifica presiones respecto a los recursos naturales y los ecosiste-mas, algunas originadas desde fuera de la comunidad y otras originadas dentro de ella. Las principales presiones que se sealan son:

    Fuegoseincendiosforestalesdebidosa quemas no controladas, causadas en parte por los colonos recientes que

    desconocen las condiciones y las prc-ticas locales.

    Cambiodeusodelsuelo,deforestandopara poder realizar la actividad agrcola.

    Sobrepastoreoenelbosque. Descremeporextraccinforestalse-

    lectiva. Disminucindefaunaporcacera. Desvodecursosdeagua.

    Cambios en el clima

    En la Chiquitana se estn registrando va-riaciones en el clima, particularmente en el rgimen de lluvias, con prolongacin de los periodos con sequa o falta de agua y con aumento en la temperatura. Estos cambios se relacionan probablemente con el calentamiento global, pero tambin con la aceleracin en la ampliacin de la fron-tera agropecuaria y la realizacin de prc-ticas inadecuadas de manejo del suelo, lo

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    En los aos recientes, los pobladores vienen sintiendo, por una parte, una tem-porada seca cada vez ms prolongada, as, las lluvias que se esperan normal-mente en octubre han retrasado su inicio hasta diciembre o enero. Por otra parte, ellos perciben la disminucin de la canti-dad de agua que nutre el ro y tambin una mengua de los recursos que se ob-tienen de l.

    Aunque no todos los pobladores expre-san que sienten tales cambios, existe cierta unanimidad respecto a variacio-nes notorias de los ltimos aos respec-to a que la poca de lluvia llega ms tarde y dura menos. Y, dado que los campesinos de la Chiquitana siembran a temporal, sin riego, el ciclo agrcola se reduce de seis a cuatro meses, lo que afecta el volumen y la calidad de los ali-mentos producidos.

    Es de anotar que se perciben tambin temperaturas ms altas, lluvias menos predecibles y el incremento de fenme-nos climatolgicos extremos.

    Cmo percibe la comunidad los cambios en el clima y sus nuevas caractersticas?

    Nuestros padres contaban que haba un mes, una fecha acertada para ir a sembrar la semi- lla en el chaco, ahora ya todo est mezclado. Luis Coria Mndez

  • que parece influir en la prdida de regula-cin del clima local en cuanto a temperatu-ra, humedad, precipitacin y vientos.

    Tales variaciones presentan efectos nega-tivos para la poblacin en cuanto al rendi-miento de las cosechas. Sin embargo, la diversidad de cultivos producidos por la poblacin chiquitana encierra un conoci-miento que permite a las familias enfren-tar estos cambios y asegurar su provisin de alimentos. Tal conocimiento permite prcticas adecuadas para enfrentar el cambio climtico, como sembrar en otra poca, introducir semillas precoces de maz y arroz, sembrar nuevos cultivos y, tambin, colectar y manejar especies sil-vestres, como el cusi.

    En Bolivia ha habido importantes inten-tos de sistematizacin de la informacin sobre el cambio climtico y sus impactos para el pas, como los realizados por

    Oxfam, el PNUD y Minga. El Gobierno Autnomo Departamental de Santa Cruz y la Fundacin Amigos de la Naturaleza (FAN) estn ejecutando un proyecto que contempla proyecciones climticas y el anlisis de escenarios para los aos 2030 y 2100 con respecto a temperatura, precipitaciones, humedad relativa, velocidad de viento y escorrenta subterrnea.

    El estudio de Minga, por ejemplo, muestra que en San Ignacio hubo una precipitacin media anual de 1.073 milmetros entre 1986 y 2000, mientras que en los ltimos aos el promedio ha sido de solo 900 mil-metros. Adems se ha constatado que las lluvias se han ido volviendo irregulares y se acentan los meses de sequa hasta mediados de noviembre, limitando la acti-vidad agrcola a una sola cosecha.

    La importancia de mantener el bosque chiquitano

    El bosque seco chiquitano hasta ahora posee grandes reas muy bien conserva-das, lo que posibilita que siga cumpliendo en gran parte su rol de regulador del cli-ma, mediante procesos como la captura y almacenaje de dixido de carbono y los efectos positivos que se proporciona al clima en relacin al albedo (el reflejo lu-minoso) y los patrones de lluvias y condi-ciones de los vientos.

    Este tipo de bosque es tambin un impor-tantsimo regulador del equilibrio hdrico de los suelos, lo que es significativo en una regin caracterizada por muy pocas

    El cusi, esta nuestra palmerita, no tiene casi problemas porque, bueno, es de la seca, de la lluvia, de todo no?

    Pedro Marmaa

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  • lluvias durante la mitad del ao. Su des-truccin, pues, tendra efectos drsticos, propiciando sequa, erosin y prdida de suelos en amplias reas, las cuales se veran progresivamente carentes de re-cursos naturales y sin posibilidad de prestar servicios ambientales, afectando la calidad de vida de sus habitantes.

    La comunidad acta para enfrentar los cambios del clima

    Desde tiempos antiguos, la poblacin chiquitana ha aprendido a adaptarse y a reaccionar ante los cambios de su medio ambiente. As, actualmente, en San Ig-nacito de Colorado se observa una com-binacin de ajustes para hacer frente a los cambios ambientales y sociales, en-tre los cuales se han identificado los si-guientes:

    Semantienelaparcelaconunasignifi-cativa variedad de cultivos.

    Seajustaelcicloagrcolaenfuncindel clima.

    Secambianlasvariedadesdesemilla,introduciendo variedades precoces y ms resistentes a la sequa.

    Serecolectanrecursossilvestresparacomercializarlos.

    Seincorporancultivoscomercialesparaacceder a mayores ingresos monetarios.

    Seorganizannuevasestructurasinter-nas para la toma de decisiones y la de-fensa de los derechos de propiedad y de acceso a los recursos naturales.

    Adems, en el Municipio de San Ignacio de Velasco se vienen realizando esfuerzos para innovar la produccin familiar en fun-cin de la actual problemtica y para lograr posibles soluciones en el tema productivo. Por ejemplo, en relacin al manejo y la re-novacin de las semillas, en particular en el caso del maz, se ha trabajado en fun-cin del calendario agrcola, la adaptacin de nuevas variedades para la zona y la me-jora de tcnicas de cosecha de agua.

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  • El cusi: un fruto lleno de energa

    Por iniciativa de un grupo de comunarios y con apoyo de proyectos de la FCBC (Fundacin para la Conservacin del Bos-que Seco Chiquitano), en Colorado se pro-yect el manejo de un rea de bosque dentro de la propiedad comunal para la recoleccin de frutos de la palmera de cusi, con el objetivo tanto de venderlo en el mercado, como, eventualmente, de fa-bricar carbn ecolgico.

    Para recolectar la cala de cusi, es decir, la semilla o almendra, se cuenta con un plan de manejo forestal aprobado por las autoridades forestales, cuyo objetivo es: desarrollar y potenciar la recoleccin de cusi para su inclusin en la economa de la regin como fuente de empleo digno y sostenible mediante un potencial de apro-vechamiento sostenible.

    El cusi es una palmera grande y muy abundante en Bolivia, principalmente en la Chiquitana y en algunas provincias de Santa Cruz, la cual ha sido y sigue siendo la principal fuente de aceite silvestre para uso domstico del mundo. Esta pal-mera alcanza hasta 20 metros de alto y su tronco tiene entre 30 y 40 centmetros de dimetro. Las flores del cusi estn reunidas en racimos y desarrollan mu-chos frutos alargados y oblongos, cuyas semillas contienen gran cantidad de aceite.

    El cusi es una especie del bosque seco tropical resistente al fuego, por lo tanto se desarrolla con eficiencia en zonas de chaqueo y potreros y donde ocurren in-cendios forestales. Sin embargo, cuando se quema su hoja es altamente inflama-ble y sus frutos densos y aceitosos se transforman en un carbn difcil de apa-gar en un incendio forestal.

  • Don Pedro Marmaa y el pltano en Colorado

    El pltano como cultivo para la comercia-lizacin fue introducido hace aproximada-mente diez aos a iniciativa de uno de los comunarios, Pedro Marmaa, el cual siendo promotor de Minga visit el Cha-pare. A partir de esto, solicit apoyo al municipio y a otras instituciones para conseguir algunas bolsadas de papa de pltano. As, don Pedro inici este cultivo en su parcela, a partir de lo cual se fue propagando por toda la comunidad.

    Actualmente el cultivo de pltano genera un importante ingreso para las familias de Colorado, lo mismo que para otras co-munidades del Alto Paragua. El problema

    ahora es que no se produce suficiente de acuerdo a la gran demanda existente, por lo que don Pedro dice: Antes no haba a quin vender, ahora falta produccin para la venta. Ya no se vende de a poco, los comerciantes quieren cantidad.

    En este producto, a partir del ao 2010, los comunarios cuentan con el apoyo de Va-lentn, un tcnico con experiencia en ma-nejo del cultivo de pltano. Adems se han capacitado en el mejoramiento del cultivo a travs de Asideccol, organizacin que va integrando a ms miembros de la comuni-dad y cuyo proyecto es incrementar la ven-ta de pltano y exportarlo al Brasil.

  • En Bolivia, el cusi tiene un uso tradicional muy amplio, principalmente en Guarayos y el Alto Paragua, a travs de la utiliza-cin de sus hojas y frutos. Las hojas se usan como materia prima para la cons-truccin de techos, lo mismo que para tejer canastos, abanicos y bolsas. De la cala de cusi se extrae aceite, el cual an-tes se empleaba para cocinar y actual-mente se usa para elaborar cosmticos y medicinas. Adems, partes de esta pal-mera sirven para la fabricacin de arte-sanas o como plantas ornamentales.

    Otros usos no tan frecuentes, pero con un importante potencial, son la incorporacin del fruto del cusi en alimentos balanceados para animales o el aprovechamiento de sus restos, tras la extraccin del aceite, en la elaboracin de tortas para ganado lechero.

    Tambin pueden emplearse otras partes del fruto como fuentes de energa: el

    mesocarpio o pulpa para la produccin de alcohol y el endocarpio o cscara de la semilla para la produccin de carbn y gases.

    La cala de cusi, adems de los usos tradi-cionales, puede destinarse a la produc-cin de aceite para biodiesel y el epicarpio o cscara del fruto como lea.

    Finalmente, otros subproductos posi-bles de elaborar a partir del cusi son: almidn, champ, cremas, jabones y medicinas.

    Usos tradicionales y proyectados del cusi

  • El potencial del cusi

    En el Alto Paragua la palmera de cusi cu-bre grandes extensiones en las cuales cre-ce en forma silvestre, porque no hay plantaciones. Los planes de industrializa-cin se basan en la recoleccin de sus fru-tos, para lo cual se viene elaborando un mapa de su distribucin en el pas, lo mis-mo que un estudio de su potencial para una cadena de valor en el Alto Paragua y un estudio sobre este producto como base para un plan de manejo de la especie en el territorio de las comunidades de Colorado, Campamento y Candelaria.

    Se ha determinado que el cusi domina en 231.097 hectreas en ocho municipios, 70% de las cuales se concentran en el Municipio de San Ignacio de Velasco. En el municipio de San Ignacio, el cusi se encuentra en ma-yor medida mezclado dentro del bosque con otras especies silvestres; esto en contraste

    con la Provincia Guarayos, donde las reas de cusi corresponden a zonas que fueron potreros, hoy abandonados, que son cupesi-sales con muy pocos elementos del bosque.

    El estudio de produccin de cusi seala, entre otros resultados, que se obtienen hasta dos toneladas de frutos por hect-rea en el Alto Paragua, de manera que con su recoleccin una familia que apro-vecha el cusi puede lograr importantes ingresos sin abandonar su chaco y explo-tando una proporcin importante de las reas productivas y manteniendo una parte menor para asegurar su regenera-cin. Por otro lado, se concluye que el cusi se puede industrializar localmente mediante una planta de procesamiento, con lo cual se generara empleo e ingre-sos. En forma asociada, adems, se pue-de desarrollar la apicultura y el manejo forestal, enriqueciendo las zonas donde hay cusi con especies maderables.

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  • La abundancia de cusi en Colorado motiv a la comunidad a iniciar un emprendi-miento con esta semilla, lo cual fue uno de los objetivos para la conformacin de la Asideccol. La idea es dar valor econmico a este recurso mediante una alternativa de manejo territorial que no implique la des-truccin o deforestacin del bosque.

    Por ahora, en Bolivia la comercializacin de la cala de cusi est dirigida fundamentalmente a procesadoras que producen harina de ami-lcea, torta, carbn vegetal y aceite. La expor-tacin de aceite de cusi es mnima, aunque con un atractivo potencial en cosmetologa y tambin con finalidades teraputicas.

    Para ello, como experiencia piloto, Asi-deccol inici tanto la colecta en su rea comunal como el acopio de cala de cusi de otras comunidades y vendi la primera cosecha tanto a una empresa como a una organizacin comunal de mujeres.

    En Brasil tambin existe inters por in-cluir esta especie como una alternativa para elaborar biodiesel, lo que supondra una produccin industrial con un alto riesgo, tanto al atropellar la actividad tra-dicional como al crear impactos ambien-tales y sociales aun no evaluados.

    El pltano orgnico y el cusi en Colorado: nuevos productos que generan ingresos a las familias

    En Colorado, en los ltimos aos se ha logrado el mejoramiento del cultivo or-gnico de pltano y la cosecha de cusi como elementos de diversificacin de la parcela chiquitana. Estos dos productos se muestran como alternativas agroeco-lgicas importantes que no se oponen al sistema diversificado de produccin en las parcelas.

  • As, con el cusi y con el pltano orgnico se logra dar valor a los productos del bosque me-jorando los ingresos para las comunidades e incentivando la conservacin y el uso soste-nible de los recursos naturales y el paisaje.

    Es importante mencionar que no ocurre lo mismo con algunos cultivos convencionales nuevos en la zona, como el ssamo, que requieren el uso de agroqumicos y cuyo desarrollo se proyecta como monocultivo. Sin embargo, todava no se han evaluado las consecuencias e impactos que el cultivo de ssamo trae a las parcelas diversificadas.

    Organizacin para el logro de cambios comunales en lo productivo

    Las iniciativas descritas para el manejo del cusi han requerido un proceso de auto-organizacin con un enfoque de sustenta-bilidad socioecolgica. La conformacin de Asideccol (Asociacin Integral de la Comu-nidad de Colorado) fue un paso importante que diferencia a Colorado de las dems comunidades, las cuales estn atentas al desarrollo de esta experiencia. Esta aso-ciacin est integrada actualmente por cerca de 20 socios, entre hombres y muje-res, los cuales estn decididos a afrontar nuevos desafos.

    Asideccol se encuentra en una fase de consolidacin, en la que es importante, en primer lugar, el liderazgo basado en la confianza entre socios y en las redes de parentesco, vecindad y amistad; en se-

    gundo lugar, el reconocimiento de otras comunidades del Alto Paragua donde es acopiadora del fruto de cusi; y, en tercer lugar, su empeo en dar valor econmico al cusi, en la perspectiva de contar con una alternativa de manejo territorial que no implique la destruccin o la deforesta-cin del bosque. Esto tiene un realce es-pecial en contraposicin a la tendencia de ampliacin de la frontera agrcola con monocultivos como el ssamo.

    En cuanto a una ms general aplicacin de estrategias de adaptacin al cambio climtico en la comunidad, se requiere acciones a nivel de cada familia con apoyo de la organizacin comunal en aspectos productivos y en cuanto a defensa de los derechos a la tierra y el territorio, por ejemplo, en informacin, reflexin partici-pativa y construccin de alianzas.

    El negocio de cusi no solo beneficia a la comu-nidad de Colorado. El negocio de cusi repre-senta a todas las comunidades del distrito 8 de la Chiquitana. Es un negocio inclusivo.. Luis Coria Mndez

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  • El sistema de produccin chiquitano se fundamenta en la produccin agrcola en parcelas familiares, la cual es comple-mentada por actividades de caza, pesca y recoleccin en espacios de libre acceso comunitario.

    Sin embargo, la vida comunitaria chiquita-na enfrenta crecientes e intensificadas presiones humanas a partir de las ten-dencias a la deforestacin, quema de bos-ques, sobrepastoreo, sobreextraccin de especies de fauna silvestre y erosin de los suelos, a todo lo cual se suman com-probados cambios en los patrones clim-ticos. Entre los pobladores chiquitanos existe conciencia de estas alteraciones y,

    algunos de ellos, tambin son consecuen-tes con la necesidad de llevar adelante prcticas de manejo y gestin que permi-tan por ejemplo, a travs del manejo del bosque y del cusi adaptar sus formas de vida sosteniblemente en el tiempo.

    La principal estrategia de los chiquitanos para enfrentar estos problemas, lo mismo que los cambios ambientales y climticos visibles y crecientes, como sequas ms prolongadas, es la parcela diversificada, donde se incluye cultivos tales como arroz, maz, arveja, camote, yuca y frejol, entre otros. Esta es, adems, una estrategia co-mn y extendida entre los pobladores ru-rales de los pases andinos.

    Chiquitana: Reflexiones finales

  • En forma especfica en el caso del bosque chiquitano, la palmera de cusi es una im-portante especie silvestre sujeta al ma-nejo y la gestin comunitaria, recurso que provee una multiplicidad de servicios a la poblacin local. Hojas, frutos, semillas y madera de esta palmera son aprovecha-dos por los pobladores de la Chiquitana para sus propias necesidades y para co-mercializarlos, esto ltimo, en especial por parte de la Comunidad de Colorado a travs de la Asideccol. El uso tradicional de la palmera de cusi y las nuevas opor-tunidades comerciales para sus produc-tos (aceites, hojas, frutos) no implican actualmente una presin sobre este re-curso, ya que el cusi en la zona de Colo-rado es abundante y los riesgos de sobreexplotacin, muy lejanos.

    Es importante sealar que estudios pre-liminares sobre el bosque de la Chiqui-tana han comprobado el rol regulador del clima de la palmera de cusi. Esto es as porque contribuye a la captura y al-macenamiento de carbono gracias al efecto albedo que genera y a sus efectos sobre las lluvias y las condiciones del viento. Asimismo, el control hdrico que se produce por la presencia de los bos-ques de esta palmera resulta funda-mental para garantizar sistemas

    sostenibles de produccin, incluyendo la agrcola.

    Recomendaciones preliminares a nivel de polticas

    Para aportar a procesos de adaptacin al cambio climtico, es posible identificar pre-liminarmente reas de trabajo e incidencia en la Chiquitana, como las siguientes:

    1. Fortalecimiento de estructuras institu-cionales locales, como la Asideccol o el sistema de produccin chiquitano, a partir de la intensificacin de los pro-pios esfuerzos comunitarios.

    2. Investigacin a profundidad de los efectos de un creciente acercamiento al mercado a partir de la palmera de cusi y de lo que esto significa a nivel de presiones sobre el bosque chiquitano y de la afectacin de servicios ambienta-les generales que proporciona.

    3. Diseminacin de la experiencia de ges-tin y manejo comunitario de la comu-nidad de Colorado y otras.

    4. Estudio de las percepciones locales sobre el cambio climtico de los pobla-dores en la regin chiquitana y verifica-cin de su validez con un sistema de monitoreo y seguimiento.

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  • Conocimientos tradicionales en condiciones climticas adversas: El cultivo de quinua en la zona intersalar del Altiplano

    La zona intersalar de Uyuni y Coipasa, en los departamentos de Oruro y Potos, cuya altura es de alrededor de 4.000 msnm, alberga principalmente poblaciones aymaras que se dedican al pastoreo de camlidos y a la produccin de la quinua real, uno de los pocos cultivos adaptados en un proceso de cientos de aos para sobrevivir en este extremadamente adverso ecosistema andino, con suelos cidos y ridos. En este contexto, es de resaltar que la FAO ha declarado al ao 2013 como Ao Interna-cional de la Quinua, propuesta presentada por Bolivia que ha sido respaldada por 130 pases.

    La adaptacin al cambio climtico de parte de los pobladores de la zona intersalar tiene que ver con el reto de incorporar actividades agrcolas tradicionales en la din-mica socioeconmica del cultivo intensivo de quinua para mejorar las condiciones de productividad, para generar alternativas productivas de autoconsumo y para renovar las condiciones de un ecosistema tan frgil como el altoandino. Las tecnologas tra-dicionales de cultivo que combinan el pastoreo lo que fertiliza las tierras en descan-so con la rotacin de cultivos que ayuda a descansar la tierra, son algu-nas de las prcticas que se estn incor-porando. Es tarea de la organizacin comunal y gremial, representada por la Asociacin Nacional de Productores de Quinua, Anapqui, la recuperacin de es-tas tcnicas. De esta manera, el buen vivir tiene su sustento hoy en la organi-zacin social, uno de los mecanismos tradicionales que han fortalecido al pue-blo aymara durante siglos.

    El trabajo en la primera fase de documen-tacin e interpretacin de las imgenes y testimonios asociados a la adaptacin en la zona intersalar fue llevado a cabo por la Sociedad Peruana de Derecho Ambien-tal (SPDA), cuyo equipo viaj a la zona e

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  • interactu con los pobladores de la locali-dad. Adems, se cont con la participacin de Juan Peter Nina y Florinda Gonzales, de Agrnomos y Veterinarios sin Fronte-ras, en la elaboracin del estudio de caso respectivo. Asimismo, en esta fase de visi-ta se tuvo el apoyo, como documentado-res, de Germn Nina de la Anapqui y de miembros de la Fundacin Proinpa.

    Las comunidades de la zona intersalar

    Huanaque, Vilque, Hizo, Caquena, Otuyo y Luca son algunas de las comunidades que se encuentran entre los salares de Uyuni y Coipasa en Bolivia; las tres primeras en el municipio de Llica, la cuarta en el de Tahua (las cuatro en la provincia de Daniel Cam-pos, Potos) y las dos ltimas en Salinas de Garci (provincia de Ladislao Cabrera, Oru-ro). Todas ellas tienen poca poblacin esta-

    ble, de manera que viven entre 15 y 65 familias en cada una. Huanaque y Luca, por tener escuelas ms grandes, albergan a una importante poblacin escolar de los alrededores. En la zona, especialmente donde hay menos tierras productivas o poca agua, existe una fuerte cantidad de migrantes que salen hacia ciudades del pas, de Chile y Argentina; pero ellos siguen siendo parte de sus comunidades.

    Esta regin de Bolivia es de origen aymara y su idioma se mantiene vigente all, espe-cialmente entre las personas mayores, ya que los nios y jvenes en su mayora no lo conservan.

    El acceso hacia la zona intersalar es difcil, especialmente en temporada de lluvias. Las vas de comunicacin hacia las comu-nidades son carreteras de tierra con muy escaso mantenimiento estatal y conserva-das solo a travs de faenas comunales, es

  • decir, de trabajos colectivos obligatorios organizados por las comunidades.

    Por su ubicacin, las comunidades del municipio de Salinas tienen ms contac-to con las reas urbanas y los centros de administracin del pas, por lo cual a menudo son consideradas por el Estado para proyectos de desarrollo; lo contra-rio ocurre en las comunidades de los municipios de Llica y Tahua, tenidas por pueblos de frontera y por lo cual son marginadas y no participan en esferas de decisin poltica.

    Estas comunidades son parte de ayllus (divisin territorial ancestral que incluye a varias comunidades) y de markas (territo-rios formados por varios ayllus, tambin de origen ancestral). Cada una tiene auto-ridades elegidas en forma rotativa entre los comunarios en relacin a su derecho al

    acceso a tierras y todos ocupan cargos se-gn un rol establecido. Las decisiones comunales se comunican va el consejo de autoridades, las reuniones comunales zonales y el cabildo de ayllus. A partir de esta organizacin tradicional existen obli-gaciones comunales, como reuniones, cabildos y faenas de trabajo. En algunas comunidades, por otra parte, se mantiene el trabajo en ayni1 y minka2, especialmente en relacin a la produccin de quinua. Si bien estas formas de trabajo van desapa-reciendo por los cambios de prcticas en la agricultura, hay muchas familias que las realizan, especialmente en crculos de parentesco. La comunidad de Hizo es re-marcable en este aspecto, ya que es pio-nera en impulsar la organizacin comunal en relacin a temas productivos, como ga-rantizar la fertilidad de los suelos y la complementacin entre agricultura y ga-nadera.

    1. Trabajo de ayuda mutua cuyo lema es: Hoy por ti maana por m.2. Trabajo comunal remunerado en dinero o productos.

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    Uno de los varios pisos ecolgicos del amplio territorio de Bolivia, especfica-mente en el Altiplano, en los departa-mentos de Oruro y Potos, es la llamada zona intersalar, territorio entre los sala-res Uyuni y Coipasa, cuyas caractersticas agroclimatolgicas sorprenden a propios y extraos. Este piso marca una diferencia con el resto del Altiplano del sur, ya que la geografa y la vida de las comunidades est altamente influenciada por los sala-res, que son los ms grandes del mundo. En el mbito de estas comunidades exis-ten dos temporadas marcadas en el ao: la seca y la hmeda, las cuales en los l-timos aos han variado, volvindose muy imprevisibles y con manifestaciones de altas temperaturas y fuertes y variadas precipitaciones.

    Las comunidades aqu estn entre los 3.500 y 4.100 msnm, por lo que su pobla-cin ha desarrollado una adaptacin a su

    medio ambiente que ha logrado marcar un hito en la produccin agrcola y en la organizacin social en base a estructuras tradicionales capaces de incidir tanto en lo social como en lo poltico.

    Sin embargo, las comunidades estudiadas no comparten exactamente las mismas caractersticas geogrficas, lo cual se re-fleja en diferencias de recursos y acceso. As, Huanaque se ubica entre montaas y tiene bastante agua disponible; Villque est entre salares y casi no dispone de agua dulce; Hizo, Caquena y Otuyo se en-cuentran a orillas del salar y tienen am-plias pampas de cultivo y suficiente agua; finalmente, en Luca hay buenos suelos, pero el agua est disminuyendo.

    La zona intersalar de Uyuni y Coipasa y sus comunidades

  • Caractersticas principales de las comunidades de la zona intersalar

    Comunidad Ubicacin Tipo de tierras y altura PoblacinAcceso y

    servicios en la comunidad

    Organizaciones sociales, polticas

    y productivas

    Huanaque

    Ayllu Huanaque, marka y municipio Llica, provincia Daniel Campos (Potos). A 35 km del poblado de Llica.

    Montaoso, con agua de manantiales. 4.100 msnm.

    50 familias, 200 personas; adems 250 estudiantes.Mucha migracin.

    Difcil acceso.Escuela y colegio; centro de salud; no hay telfono ni correo.

    Autoridades originarias y polticas. Hay integrantes de Anapqui; Aturcahua (turismo); organizacin de madres; cooperativa minera.

    Villque

    Ayllu Hornillo, marka y municipio Llica, en la provincia Daniel Campos (Potos). A 45 km del poblado de Llica.

    Entre salares, no tiene agua dulce. 4.000 msnm.

    15 familias, 60 personas. Mucha migracin.

    Muy difcil acceso.Escuela primaria; no hay telfono.

    Autoridades originarias y polticas.Hay socios de Approquygan.

    Hizo

    Ayllu Hornillo, marka y municipio Llica, en la provincia Daniel Campos (Potos). A 35 km del poblado de Llica.

    A orillas del salar, cerros rocosos, extensas pampas.3.700 msnm.

    15 familias.Poca migracin.

    Difcil acceso en poca de lluvia. Escuela primaria; telefona limitada.

    Autoridades originarias y polticas.Hay socios de Approquygan.

    Caquena

    Ayllu Aransaya, marka y municipio Tahua; en la provincia Daniel Campos (Potos). A 20 km del poblado de Tahua.

    A orillas del salar. Bastante agua.3.900 msnm.

    40 familias.Mucha migracin.

    Difcil acceso. Escuela primaria y parte de segundaria; electricidad; posta de salud; telefona.

    Autoridades originarias y polticas. Hay integrantes de Coproquirc y Approquygan; asociacin de extractores de sal.

    Otuyo

    Ayllu Huatari, marka y municipio Salinas de Garci, en la provincia Ladislao Cabrera (Oruro). A 15 km del poblado de Salinas.

    A orillas del salar. Bastantes tierras de cultivo y pampas.3.800 msnm.

    65 familias, 390 personas. Mucha migracin.

    Acceso relativamente fcil. Escuela multigrado; acceso a servicios de salud en Salinas.

    Organizacin ancestral y autoridades polticas. Hay integrantes de Aproquirga, socios de Anapqui y otros de Apquisa.

    Luca

    Ayllu Huatari, marka y municipio de Salinas de Garci, en la provincia Ladislao Cabrera (Oruro). A 30 km del poblado de Salinas.

    A orillas del salar. Tierras cultivables, arenales, quebradas, etc.3.650 msnm.

    56 personas; adems 150 estudiantes.Poca migracin

    Acceso difcil, se requiere dar un rodeo. Escuela y colegio; agua potable; posta sanitaria; electricidad; telefona limitada.

    Organizacin comunal y poltica. Muchos son socios de Apquisa.

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  • Recursos naturales; flora, fauna, suelo y minerales

    Adems de amplias pampas, laderas y cerros que se usan para agricultura y ga-nadera en las especiales condiciones que supone la altura en que se encuentran, la zona intersalar cuenta con otros recursos. Se trata de una regin rida y seca que posee una muy particular riqueza de flora y fauna, concentrada bsicamente en las partes altas y en las faldas o pie de monte, zonas que an se mantienen conservadas gracias al manejo racional de la flora que se hace tanto para recoleccin de medicinas tradicionales como para energa domstica.

    Sin embargo, existen acciones de particu-lares y de empresas mineras que causan desequilibrios ambientales y sociales en esta parte del pas. Pero felizmente son po-cas operaciones de este tipo y, adems, se est avanzando en la reflexin sobre la con-

    servacin en coordinacin con las autorida-des y las comunidades a travs de acuerdos colectivos o normas comunales que, tenien-do a la cabeza a las autoridades originarias y polticas, son garantes de una adecuada gestin de los recursos naturales y tambin de una agricultura y ganadera sostenibles.

    Agricultura y ganadera: el cultivo de quinua y la crianza de llamas

    Las comunidades de la zona intersalar estn comprometidas en la produccin de quinua y en el cuidado de llamas, por lo cual su vida est marcada segn el calendario productivo que relaciona agricultura y ganadera.

    La quinua (Chenopodium quinoa) es el nico cultivo de importancia econmica en la zona y en los ltimos aos se ha con-vertido en una oportunidad, ya que con el

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  • La produccin de quinua se ha ido adap-tando a la demanda del mercado, lo que marca tanto las actividades productivas que se realizan como la tecnologa que se viene desarrollando. En este ltimo aspec-to, actualmente se han difundido mqui-nas para cortar, abonar, trillar y ventear la quinua y se usan tractores para el barbe-cho y la siembra.

    La produccin se realiza en terrenos co-munales en los que se combinan cultivos y pastoreo del ganado; terrenos acerca de los cuales se toman decisiones producti-vas y se realizan prcticas que buscan controlar la erosin y prepararse para he-ladas y sequas. Sin embargo, y al mismo tiempo, se estn generando problemas por la ampliacin de tierras dedicadas a la agricultura, lo cual afecta la cantidad de reas de pastoreo y de reserva de la comunidad, aunque esto se discute en forma comunal y existen sanciones para quienes no acatan los acuerdos.

    Pero es un hecho que cada vez menos familias se dedican a la ganadera, lo que sucede por dos razones: por un lado, es una actividad que requiere tiempo y dedi-cacin que ahora los comunarios prefie-ren dedicar a la quinua; y, por otro lado, porque optan por producir quinua, exis-tiendo cierta incompatibilidad entre am-bas actividades. Sin embargo, el ganado no deja de ser importante, tanto porque es la base del ahorro familiar como por-que contribuye a la sostenibilidad de la produccin agrcola por el abono orgnico que brinda.

    Mecanizacin de la agricultura y reduccin de la ganadera

    Desde diciembre hasta febrero, marzo. Por all sabe ser la lluvia seguidita. Pero hace unos dos o tres aos ya casi no llueve. Y donde no ha llovido hay demasiada helada Paulina Mendoza

  • cambio climtico se puede cultivar en las pampas de altura, donde antes no era po-sible a causa de las continuas heladas. Y gracias a los ingresos que genera la venta de la quinua, las familias pueden dar edu-cacin a sus hijos, mejorar sus viviendas, comprar bienes necesarios para sus fami-lias y para potenciar la produccin o tener oportunidad de capitalizarse con inversio-nes en el mbito urbano. Es por ello que todos los miembros de cada familia se de-dican al cultivo de la quinua, realizando diferentes tareas en el proceso productivo.

    La produccin ganadera es fundamental-mente de llamas y, en segundo lugar, de ovejas. Estos animales se destinan en parte al autoconsumo y en parte a la ven-ta de su carne y lana, lo que se hace para salvar de apuros en casos de emergen-cia familiar. El guano que producen, ade-ms, sirve de abono.

    En las seis comunidades se cultiva quinua y se cra ganado, pero adems existen al-gunas otras actividades productivas que los comunarios desarrollan: procesamiento de la quinua para la venta de productos como smola, hojuelas y harina; servicios de tu-rismo comunitario; minera artesanal de extraccin de sal; y siembra de hortalizas, papa, plantas medicinales y flores para au-toconsumo. Es importante sealar que, gracias a la creciente importancia de la produccin de la quinua y a la extraccin de sal, algunos comunarios migrantes estn regresando a trabajar en las comunidades.

    Cmo perciben los comunarios el cambio climtico?

    Las dos estaciones en la zona, seca y llu-viosa, eran anteriormente fijas y la pobla-cin segua los bioindicadores que se manifestaban con regularidad. Pero aho-ra, dicen los comunarios, en cualquier momento puede hacer calor, fro, viento o lluvia. A veces en la poca de calor conge-la por las maanas, luego en junio y julio puede hacer calor como si fuera verano y, ms adelante, el fro suele quedarse hasta noviembre. Y el viento cada ao va aumen-tando: destecha las casas, causa daos a ganados y personas, entierra las plantitas. Mientras tanto, en el salar hace demasia-do calor, quemando la piel de quienes tra-bajan all, por lo cual han empezado a usar lentes oscuros, bloqueador de sol y mscaras. Son cambios notorios y a los pobladores les cuesta acostumbrarse.

    Para atajar el fro y el viento, o para que llueva, los abuelos antes hacan rituales

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    Siempre que ha existido la quinua ha podido sobrellevar estos fenmenos climticos. Este ao nos castig el viento y otro ao ha sido la falta de humedad. A pesar de eso ustedes es-tn viendo que todava hay plantas de quinua.

    Jos Garca, Tcnico de Proinpa

  • que ahora ya no se realizan. Muchos con-sideran que esto se debe a que en la comu-nidad no hay unidad, a que los comunarios se han vuelto personalistas. As, unos quie-ren hacer algo mientras otros no quieren hacer nada.

    Actualmente, los agricultores dicen que no pueden programar bien la siembra con los indicadores naturales que ellos cono-cen. Antes saban cundo, qu y dnde sembrar, tambin cundo reducir la can-tidad de ganado. Por ejemplo, manifies-tan que este ao la semilla de quinua se ha quemado con el fro y han tenido que volver a sembrar.

    Los pobladores perciben tambin que en estos aos llueve menos o a destiempo, ya no desde diciembre hasta carnavales, en el tiempo necesario para los cultivos. Y cuan-do llueve viene demasiada agua y se malo-gran los caminos y las chacras. Mientras

    tanto, en la poca seca falta agua para el ganado y tambin para el consumo huma-no, la cual entonces ha subido de precio.

    Tambin los comunarios dicen que el agua de las vertientes est disminuyendo y no es suficiente para regar. Para enfrentar esto se estn aprovechando al mximo las vertientes y se usa riego para la quinua y los dems cultivos.

    Enfrentando los efectos en la produccin

    Como consecuencia de todos esos cam-bios, los pobladores de la zona intersalar encuentran que las cosechas han dismi-nuido y los animales no engordan como solan porque no hay humedad suficiente para que crezcan las plantas y los pastos y porque el tiempo de siembra y de barbe-cho no es tan definido como antes, cuando

  • la quinua, por ejemplo, se sembraba a partir del 15 de agosto y hasta el 8 de sep-tiembre. Adems, se tena la siembra ade-lantada, media y atrasada. Por otra parte, se recuerda que siempre haba tres aos buenos y tres aos malos, pero ahora se presiente que puede pasar cualquier cosa.

    Como ahora enfra ms tarde en el ao, hay que cuidar ms los cultivos de las he-ladas. No se puede sembrar cuando toda-va est escarchando porque las plantitas se queman o demoran en salir. La siem-bra entonces tiene que ser necesariamen-te a pulso: retrasndola, sin tener miedo a cosechar en mayo, experimentando.

    A la quinua la aqueja ms el viento y el calor. El viento lleva arena a las chacras y rompe las plantitas; el calor las quema. Y si la lluvia no llega a tiempo tampoco cre-cen y hay que regarlas. Por todo eso hay

    que sembrar hasta tres veces, insistir por-que se tiene poco terreno de cultivo. Sin embargo, ahora se siembra ms quinua, porque necesita poca agua para crecer y porque hay zonas donde ahora ya no se producen heladas en el periodo de cultivo.

    Cuando suceden fenmenos extremos, los comunarios piden proteccin a la Ma-dre Tierra llamando un auqui o haciendo la kua a los ujwiris para los enojos de la Madre Tierra, que se manifiestan a travs de la helada, el viento, la sequa. Cuando se hace esto, los comunarios consideran que el ao ser siempre bueno o regular, pero no malo.

    Tambin hay cabildos y reuniones de co-munidades, ayllus y markas donde se analiza y advierte sobre los cambios cli-mticos y la necesidad de actuar. Una co-munidad, por ejemplo, decidi realizar un proyecto de microrriego para combatir la

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    sequa cuando no llega a tiempo la lluvia. En otros casos se pide apoyo al Estado, para lo cual es necesario tener registrada la cantidad de terrenos sembrados.

    Se hacen tambin otras actividades de proteccin: usar semilla buena y resis-tente, dar sombra a las plantitas de qui-nua para protegerlas del sol, defenderlas de las plagas con preparados naturales, abonarlas con guano de llama o de oveja.

    En la ganadera el cambio no genera tanto impacto, segn los campesinos. Solo se requiere cuidarse de las nevadas que llegan imprevistamente y acaban con el pasto o de la falta de agua para que este crezca. Ahora almacenan forra-je, aunque no tenan la costumbre de ha-cerlo. As, pues, la falta de agua no solo impide sembrar mucho a cada familia sino tambin tener ms ganado.

    La reforestacin es una actividad que se considera importante para paliar los da-os en el territorio comunal. Se est pen-sando en reforestar con plantas nativas, como chiqarwaya, huayllas y lampaya. Los rboles ayudan tambin a evitar los perjuicios del viento.

    En cuanto a la escasez de agua, se estn organizando juntas para construir pozos para consumo humano y del ganado. Tam-bin se han buscado formas de cosechar agua de lluvia, pero el suelo es muy are-noso; y se intenta construir atajados o re-presas, pero son muy costosos.

    Cultivo y venta de la quinua real

    La quinua se cultiva en terrenos peque-os. Cada familia tiene algunas hectreas distribuidas en mantos3 y cada ao cultiva ms o menos la tercera parte de ellas, mientras el resto descansa. En un ao bueno se cosecha entre 15 quintales por hectrea en las planicies y 30 quintales en las laderas, pero en aos regulares solo se llega a 6 u 8, respectivamente.

    No se trata de un cultivo que pueda hacer-se en cualquier terreno. Por un lado, es riesgoso sembrar quinua en las pampas por la erosin y los fenmenos climticos; por otro lado, no puede sembrarse en tie-rras marginales porque son muy pobres, muy duras para el barbecho y la mayora estn expuestas a heladas.

    3. El manto es un rea amplia en la cual cada familia tiene dos o tres parcelas en diferentes lugares.

    La quinua es una planta realmente extraor-dinaria, produce en condiciones extremas Con apenas un poquito de humedad la sem-bramos y germina en esas condiciones. Germn Nina

  • Los agricultores de las comunidades es-tn integrados en asociaciones quinueras de la regin que promueven la produccin orgnica de la quinua y cumplen un rol articulador con los mercados nacionales e internacionales. La organizacin ms representativa de la regin es la Asocia-cin Nacional de Productores de Quinua (Anapqui), que trabaja desde 1983 en el Altiplano sur y cuenta con apoyo del Pro-grama de Quinua Natural (Proquinat), el cual utiliza metodologas especiales de capacitacin.

    Anapqui tiene bases regionales distribui-das en los departamentos de Oruro y Poto-s, con las cuales se ha posicionado como pionera en la articulacin de los producto-res de quinua en el mercado internacional, especficamente en Estados Unidos y algu-nos pases de Europa, de manera que es lder en comercializacin en el mercado orgnico y justo.

    En las comunidades estudiadas, las ba-ses regionales de Anapqui son:

    LaAsociacinProvincialdeProductoresde Quinua y Ganadera (Approquygan), de la que forman parte socios de Huanaque, Caquena y Luca, entre otras comunidades.

    LasComunidadesProductorasdeQui-nua Real y Camlidos (Coproquirc) en el ayllu Thunupa de Salinas, organiza-cin en la cual hay asociados de la Co-munidad Caquena.

    Yotrasorganizaciones,comolaAso-ciacin de Productores Agropecuarios Thunupa (Aproath).

    Por otra parte, en algunas comunidades existen organizaciones locales, como suce-de en Otuyo, donde algunos comunarios han formado la Asociacin de Productores de Quinua y Camlidos Ramos Laca (Apro-quirga), organizacin que recibe apoyo estatal del Proyecto de Alianzas Rurales (PAR). Tambin algunos agricultores de Otuyo y Luca pertenecen a la Asociacin de Productores de Quinua Salinas (Apquisa).

    Los comunarios afiliados a estas asocia-ciones son los ms comprometidos en el cultivo de quinua y los que tienen ms parcelas dedicadas a este producto, lo cual se relaciona con el grado de confian-za que se establece entre productores y asociaciones en cuanto a cumplimiento de pagos y de cantidad de productos.

    Organizaciones que impulsan la produccin y comercializacin de quinua

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    En un ao de ciclo climtico ms o menos normal, se prepara la tierra cuando han llegado las lluvias, es decir, en enero y fe-brero, lo que puede hacerse con tractor en la pampa y solo manualmente en el cerro. Ms adelante, en agosto y septiembre, se siembra; para hacerlo ms adelante, en noviembre, se debe usar una semilla espe-cial, el noventn, porque la otra ya no ma-dura. La cosecha empieza en abril y se hace de manera gradual, en tres oportunidades, segn vaya madurando la quinua. En ese momento se selecciona la semilla. Luego, para separar el grano, o bien se trilla con tractor en la pampa, o bien se desgrana y ventea manualmente, si es en el cerro.

    Con el tiempo se han ido desarrollando actividades y tecnologa acordes a los suelos de la zona intersalar y a la dinmi-ca del mercado demandante. Incursionar en el mercado orgnico, por ejemplo, su-pone cumplir ciertas normas, por ejem-

    plo respecto al corte, para lo cual se han inventado cortadores a motor, al igual que maquinaria para tareas previas, como el abonado, trillado y venteado de la quinua. Todo esto mejora la produccin y potencia la relacin con el mercado de exporta-cin, Respecto a la decisin de uso de esta nueva tecnologa, no hay uniformi-dad entre los comunarios ni influencias entre ellos. En esto se observa individua-lismo y el afn de cada hogar por supe-rarse de acuerdo a sus posibilidades.

    Al mismo tiempo, no se dejan de lado cos-tumbres tecnolgicas antiguas y efectivas, como colocar cordones para combatir a los conejos, mantener barreras vivas y plantar barreras muertas para combatir el viento en la madrugada, antes de que salga el sol, para dar calor a las quinuitas.

    Las parcelas son abonadas generalmente cada tres aos con guano del ganado,

  • aunque la tierra se puede mantener frtil por ms tiempo.

    En cuanto a plagas, hay algunas que afec-tan a la quinua sobre todo cuando la chacra est en la pampa y en hoyadas. Las plagas se combaten tradicionalmente con prepa-rados elaborados con plantas que crecen en la zona. La Anapqui est interesada en desarrollar esta tecnologa, de manera que tcnicos y comunarios estn investigando productos naturales para desarrollar in-secticidas biolgicos que defiendan la qui-nua orgnica de las plagas. Los cultivos tambin se protegen mediante el uso de feromonas colgadas en recipientes sobre las plantitas, con lo cual se evita que los insectos pongan sus huevos en ellas.

    La comercializacin de la quinua se realiza a travs de asociaciones de las comunida-des y de intermediarios. Pero tambin exis-ten actualmente empresas privadas que compran la quinua a los comunarios a precios razonables, adems de certificar y realizar el seguimiento necesario de la produccin orgnica. Esto se hace a veces a travs de las asociaciones de agricultores y otras por venta directa de cada productor.

    La apuesta por la quinua y el compromiso familiar, comunal y social

    La quinua, conocida como el grano de oro y siendo un cultivo que goza de prefe-

    rencia a nivel internacional, ha creado en la zona intersalar una dinmica compleja para propios y extraos por su capacidad de sobrevivencia en las condiciones edafo-climticas del lugar y por la dinmica co-munal de sus productores en relacin a los precios y oportunidades creados por el mercado internacional.

    Si bien el manejo de las tierras es comu-nal, con reas de cultivo familiar y pastoreo comunal, cada productor es responsable de su producto, respetando normas y acuerdos colectivos, ya que es muy impor-tante la organizacin local en relacin a la produccin, razn por la cual los comuna-rios se renen para mantener una adecua-da convivencia entre familias. Su objetivo es producir quinua orgnica, la cual permi-te que las familias campesinas de la zona intersalar capitalicen su economa y sean menos vulnerables ante los cambios socio-polticos y ambientales.

    Ante los efectos ineludibles del cambio climtico, muchos agricultores vienen asumiendo el reto y la responsabilidad de adaptar y experimentar en relacin a su produccin, en base a experiencias veci-nas o de expertos. Al mismo tiempo, ac-tores externos como universidades, ONGs e institutos de investigacin estn gene-rando tecnologa para optimizar el cultivo de quinua en reas reducidas, investiga-cin que no hubiera sido posible sin la intervencin participativa de quinueros innovadores y tcnicos investigadores.

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  • La investigacin cientfica es una activi-dad que favorece a la agricultura, espe-cialmente ahora que los cambios climticos y la escasez de alimentos lle-van a reflexionar sobre la seguridad y la soberana alimentarias. As, en el III Con-greso Mundial de la Quinua, realizado en Oruro el 2010, se presentaron una serie de investigaciones que aportan a la pro-duccin de quinua y a su adaptacin al cambio.

    Los temas discutidos en este congreso giraron fundamentalmente en torno a lo agronmico, pero tambin a lo econmi-co, social y productivo y a la transforma-cin de la quinua. En cuanto a lo primero, sobresalieron los trabajos sobre ecotipos y sobre validacin de insumos para la produccin de quinua. Los trabajos rela-cionados a efectos del cambio climtico y adaptabilidad no abundaron, pero existen investigaciones en curso.

    Entre los estudios presentados, resaltan los siguientes:

    Rescate de acciones tradicionales que se han ido perdiendo por influencia del mercado. Se valora la variabilidad gen-tica de la quinua a partir de la seleccin de cultivos por precocidad, tolerancia a heladas, sequa y calor y resistencia a enfermedades.

    Prctica de riego deficitario en ciertas fases del cultivo de quinua para incre-mentar su rendimiento o asegurar la co-secha, actividad que no es muy comn e implica un costo adicional, pero se ha ve-nido realizando desde hace dos dcadas.

    Un grupo de trabajos se refirieron a la fertilizacin de suelos, prctica que an-tes no era relevante, pero hoy es tras-cendental para asegurar la produccin. La investigacin recomienda fertiliza-ciones orgnicas con abonos naturales, lo cual no solo contribuye a un mejor rendimiento sino tambin a la posibili-dad de acceder a mercados orgnicos.

    Aportes del III Congreso Mundial de la Quinua

  • Zona intersalar: Comentarios finales

    Las comunidades aymaras estudiadas ha-bitan uno de los ecosistemas ms comple-jos y demandantes del planeta. La altitud en la que se ubican, las temperaturas ex-tremas que padecen y, especialmente, su cercana a los salares de Uyuni y Coipasa las han conducido a desarrollar habilida-des particularmente especiales para adaptarse a su entorno. Por otra parte, la salinidad de los suelos de esta zona del Altiplano hace que en ellos sea prctica-mente imposible la siembra de tubrcu-los, races, hortalizas y frutales.

    Siendo las principales actividades econ-micas la agricultura de la quinua y la ga-nadera de camlidos, este estudio se ha

    centrado en la quinua por varios motivos. En primer lugar, se trata de un cultivo an-cestral que recientemente se produce en forma intensiva, con alta produccin y pro-ductividad y con nfasis en la intervencin y promocin de organizaciones como la Anapqui. En segundo lugar, pese a la re-conocida resiliencia de la quinua a las presiones ambientales ejercidas por el ecosistema salar, la intensificacin de su cultivo promovida adems por polticas nacionales empieza a generar problemas y presiones en trminos de la erosin de suelos y el desplazamiento del ganado. En tercer trmino, las escasas fuentes de agua de este ecosistema han empezado tambin a sufrir por efectos, segn algu-

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    nos sostienen, del propio cambio climtico recalentamiento, evaporacin, prdida de glaciares y filtraciones en general. Final-mente, a consecuencia del aumento del precio internacional de la quinua y sus mayores posibilidades de cultivo en la zona, se est dando un proceso de migra-cin de retorno de la poblacin de las co-munidades.

    Recomendaciones preliminares a nivel de polticas

    1. La disyuntiva entre produccin intensi-va y produccin diversificada, como es-trategias frente al cambio climtico, especialmente para comunidades rura-les, es especialmente favorable a la se-gunda opcin. Sin embargo, las condiciones realmente extremas en las que se dan actividades agrcolas en las zonas aledaas a los salares de Uyuni y Coipasa plantean una paradoja intere-sante, en tanto la intensificacin como medio de supervivencia est empezan-do a afectar ese mismo ecosistema ex-tremo; entonces se hace necesario que los productores y quienes los promue-ven reflexionen en torno a esto y bus-quen una alternativa viable y sostenible.

    2. Se debe evaluar con mucho ms dete-nimiento si la estrategia de intensifica-cin en la siembra de quinua va a seguir teniendo efectos en la disposi-cin de mercados favorables y precios en alza continuos como medio de in-

    greso y satisfaccin de necesidades de la familia campesina. Esto incluye adems, analizar el rol de Anapqui y la funcin promotora del Estado boliviano en relacin a la siembra de quinua.

    3. Es importante disear polticas y pro-gramas en relacin al efecto indirecto del cambio climtico sobre la migracin de retorno de comunarios por la opor-tunidad de sembrar quinua en nuevos terrenos y con precios de venta en alza, lo cual crea conflictos en las comunida-des en relacin a la tenencia de la tierra y, al mismo tiempo, presiona producti-vamente la zona con un cultivo nico.

  • Nosotros los aymaras tenemos un dicho que dice as: Que todos vayamos juntos, que nadie se quede atrs, que todos tengan todo y que a nadie le falte nada. Germn Nina

  • Sociedad Peruana de Derecho Ambientalwww.spda.org.pewww.cambia.pe

    Unin Internacional para la Conservacin de la Naturalezawww.iucn.org/sur

    Agencia Espaola de Cooperacin Internacional para el Desarrollowww.aecid.es

    Fundacin para la Conservacin del Bosque Chiquitanowww.fcbc.org.bo

    Agrnomos y Veterinarios sin Fronteraswww.avsf.org/