Diterlizzi Tony - Cronicas de Spiderwick 5 - El Ogro Malvado

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DiTerlizzi, Tony & Black, Holly - Crnicas de Spiderwick 5 - El ogro malvado [R2]

T. DiTerlizzi & H. Black Crnicas de Spiderwick 5 El ogro malvado

**Tony DiTerlizzi y Holly Black**Traduccin de Carlos Abreu

Ttulo Original: The Wrath of MulgarathTraduccin: Carlos Abreu

Diseo del libro: Tony DiTerlizzi y Dan Potash

Tony DiTerlizzi y Holly Black, 2004

Ediciones B, S. A., 2005Depsito legal: B. 3085-2006Fotocomposicin: punt groc & associats, s. a., Barcelona

Impresin y encuadernacin: Printer industria grfica

N. II, Cuatro caminos s/n, 08620 Sant Vicen dels Horts

Barcelona, 2005. Impreso en Espaa

ISBN 84-672-1399-XN. 23879Edicin digital: Adrastea, Febrero 2008Para mi abuela Melvina, que me aconsej

que escribiera un libro como ste, y a quien

le dije que nunca lo hara.

H.B.

Para Arthur Rackbam: que contine

inspirando a otros como

me ha inspirado a m

T.D.

NDICE

CARTA DE HOLLY BLACKCARTA DE LOS HERMANOS GRACEMAPA DE LA ESTANCIA SPIDERWICKCaptulo unoDonde el mundo se vuelve patas arribaCaptulo dosDonde reaparece un viejo amigoCaptulo tresDonde Jared se entera de cosas que preferira no saberCaptulo cuatroDonde todo acaba en las llamasCaptulo cincoDonde descubren el significado de Ms all hay dragonasCaptulo seisDonde los acontecimientos se precipitanEplogoDonde concluye la historia de los hermanos GraceSobre Tony DiTerlizziy sobre Holly BlackAGRADECIMIENTOS

CARTA DE HOLLY BLACK

Querido lector:

Tony y yo somos amigos desde hace aos, y siempre hemos compartido cierta fascinacin por la literatura fantstica. No siempre habamos sido conscientes de la importancia de esa afinidad ni sabamos que sera puesta a prueba.

Un da, Tony y yo junto con varios otros autores estbamos firmando ejemplares en una librera grande. Cuando terminamos, nos quedamos para ayudar a apilar libros y charlar, hasta que se nos acerc un dependiente y nos dijo que alguien haba dejado una carta para nosotros. Cuando le pregunt exactamente a quin iba destinada, su respuesta nos sorprendi.

A vosotros dos seal.

La carta aparece transcrita ntegramente en la siguiente pgina. Tony se pas un buen rato contemplando la fotocopia que la acompaaba. Luego, en voz muy baja, se pregunt dnde estara el resto del manuscrito. Escribimos una nota a toda prisa, la metimos en el sobre y le pedimos al dependiente que se la entregase a los hermanos Grace.

No mucho despus alguien dej un paquete atado con una cinta roja delante de mi puerta. Al cabo de pocos das, tres nios llamaron al timbre y me contaron esta historia.

Lo que ha ocurrido desde entonces es difcil de describir. Tony y yo nos hemos visto inmersos en un mundo en el que nunca cremos realmente. Ahora sabemos que los cuentos de hadas son algo ms que relatos para nios. Nos rodea un mundo invisible, y queremos desvelarlo ante tus ojos, querido lector.

Holly Black

CARTA DE LOS HERMANOS GRACE

Queridos seora Black y seor DiTerlizzi:

S que un montn de gente no cree en los seres sobrenaturales, pero yo s, y sospecho que ustedes tambin. Despus de leer sus libros, les habl a mis hermanos de ustedes y decidimos escribirles. Algo sabemos sobre esos seres. De hecho, sabemos bastante.

La hoja que adjunto es una fotocopia de un viejo libro que encontramos en el desvn. No est muy bien hecha porque tuvimos problemas con la fotocopiadora. El libro explica cmo identificar a los seres mgicos y cmo protegerse de ellos.

Seran tan amables de entregarlo a su editorial?

Si pueden, por favor metan una carta en este sobre y devulvanlo a la librera. Encontraremos el modo de enviarles el libro. El correo ordinario es demasiado peligroso.

Slo queremos que la gente se entere de esto. Lo que nos ha pasado a nosotros podra pasarle a cualquiera.

Atentamente.

Mallory, Jared y Simon Grace.

MAPA DE LA ESTANCIA SPIDERWICK

Ante la verja de la finca de Spiderwick.Captulo uno

Donde el mundo se vuelve patas arribaL

a tenue luz del sol del alba haca brillar las gotas de roco en la hierba mientras Jared, Mallory y Simon avanzaban penosamente por una carretera provincial. Estaban cansados, pero el deseo de llegar a casa los impulsaba a seguir. Mallory, con su fino vestido blanco, tiritaba, sujetando su espada con tanta fuerza que los nudillos se le haban puesto plidos. A su lado, Simon caminaba arrastrando los pies, dando patadas de vez en cuando a los trozos sueltos de asfalto que encontraba. Jared tambin iba callado. Cada vez que cerraba los ojos, aunque fuese slo por un momento, vea trasgos, cientos de trasgos, con Mulgarath a la cabeza.

Intent distraerse pensando en lo que le dira a su madre cuando llegaran a casa. Seguramente estara enfadada con ellos porque haban pasado toda la noche fuera, y furiosa con Jared por el incidente de aquel ser que llevaba una navaja. Pero l se lo explicara todo. Le contara lo del ogro que cambiaba de forma, la manera en que haban rescatado a Mallory de los enanos y engaado a los elfos. Su madre vera la espada y entonces tendra que creerles. Y entonces le perdonara todo a Jared.

Un ruido muy agudo, como el silbido de una tetera amplificado a todo volumen, lo devolvi al presente de golpe. Se encontraban ante la verja de Spiderwick. Horrorizado, Jared advirti que el csped estaba cubierto de basura, papeles, plumas y muebles rotos.

Qu es todo eso? exclam Mallory, boquiabierta.

Al or un grito, Jared levant la vista hacia el tejado, donde el grifo de Simon persegua a un ser pequeo, desprendiendo pedazos de pizarra.

Byron! lo llam Simon, pero el grifo no lo oy, o decidi no hacerle caso. Simon, exasperado, se volvi hacia su hermano. No debera estar ah arriba. Todava no se le ha curado el ala.

Qu est persiguiendo? pregunt Mallory, achicando los ojos.

A un trasgo, creo respondi Jared, despacio. El recuerdo de los dientes y las garras baados en sangre despertaron en l un terror profundo.

Mam! Mallory solt un grito ahogado y ech a correr hacia la casa.

Jared y Simon la siguieron a toda prisa. Al acercarse vieron que las ventanas de la vieja finca estaban rotas y la puerta principal colgaba de una sola bisagra.

Entraron como una exhalacin y atravesaron el zagun, pisando llaves desperdigadas y abrigos hechos jirones. El grifo de la cocina estaba abierto; el agua desbordaba el fregadero lleno de platos rotos y se escurra hasta el suelo, donde los alimentos que haban cado del congelador volcado se apilaban descongelndose en montones hmedos. Algunos de los tabiques estaban agujereados a golpes, y el polvo del yeso, mezclado con harina derramada y cereales, recubra los fogones de la cocina.

La mesa del comedor segua en su sitio, pero varias de las sillas estaban tumbadas y tenan los asientos de mimbre desgarrados. Alguien haba rajado uno de los cuadros de su to abuelo, y el marco estaba resquebrajado, aunque an colgaba en la pared.

Es culpa ma, es culpa ma.

La sala se hallaba incluso en peores condiciones: haban destrozado la pantalla del televisor atravesndola con la consola de videojuegos. La tapicera de los sofs estaba rasgada, y el relleno, esparcido sobre el suelo de madera en montoncitos que parecan de nieve. Y all, sentado sobre los restos de una banqueta para los pies revestida de brocado, estaba Dedalete. Cuando Jared se aproxim al pequeo duende, advirti que tena un profundo araazo en el hombro y que no llevaba su sombrero. Dedalete alz hacia l sus ojos llorosos y negros, parpadeando.

Es culpa ma, es culpa ma se lament. No he podido vencerlos con mi hechicera. Una lgrima le resbal por la delgada mejilla, y l se la enjug con rabia. Contra los trasgos me basto y me sobro, pero estoy perdido si me enfrento a un ogro.

Dnde est mam? pregunt Jared en tono apremiante.

Se dio cuenta de que estaba temblando.

Poco antes de la madrugada, se la llevaron de aqu atada contest Dedalete.

No puede ser! grit Simon, y su voz son casi tan aguda como un chillido. Mam! llam, subiendo las escaleras hasta el siguiente rellano. Mam!

Tenemos que hacer algo dijo Mallory.

La hemos visto murmur Jared, sentndose en el sof destrozado. Estaba mareado, y tena fro y calor al mismo tiempo . En la cantera. Ella era la persona adulta a quien los trasgos retenan, y ni siquiera nos hemos dado cuenta. Deberamos... yo debera haber hecho caso de las advertencias. Nunca tendra que haber abierto el estpido cuaderno del to Arthur.

El duende sacudi la cabeza vigorosamente.

Proteger esta casa es mi deber, con el cuaderno o sin l.

Pero si yo lo hubiese destruido como t me indicaste, nada de esto habra ocurrido!

Jared se descarg un puetazo en la pierna.

Dedalete se frot los ojos con la base de la mano.

Quiz sea cierto, quiz sea falso, pero yo lo escond y mira qu ha pasado.

Queris dejar de compadeceros? No estis siendo de mucha ayuda! Mallory se acuclill junto a la banqueta y le alarg al duende su sombrero. Adnde pueden haberse llevado a mam?

Dedalete mene la cabeza apesadumbrado.

Son muy sucios los trasgos y an peor es su amo. Estarn en un sitio de lo ms repugnante, pero ms seas de l yo no sabra darte.

Por encima de ellos se oy un silbido y un correteo.

Todava queda un trasgo en el tejado dijo Simon, mirando hacia arriba. l lo sabr!

Jared se puso en pie.

Ms vale que detengamos a Byron antes de que se lo coma.

Tienes razn convino Simon, corriendo escaleras arriba.

Los tres chicos llegaron al primer piso y enfilaron el pasillo en direccin al desvn. Las puertas estaban abiertas, y el corredor estaba sembrado de ropa desgarrada, plumas de almohadas y tiras arrancadas de sbanas. Fuera de la habitacin de Jared y Simon, haba depsitos de vidrio resquebrajados y vacos tirados por el suelo. Simon se qued paralizado, con una expresin de horror en la cara.

Lemondrop? llam. Jeffrey? Kitty?

Vamos lo apremi Jared.

Mientras tiraba de Simon para alejarlo de la habitacin patas arriba, Jared se fij en el armario del pasillo. Haba toallas desperdigadas y empapadas en la locin y el champ que goteaban de los estantes. Y al fondo, la pared presentaba unos araazos profundos y alguien haba sacado de sus goznes la puerta secreta de la biblioteca de Arthur.

Cmo la habrn encontrado? pregunt Mallory.

Simon sacudi la cabeza.

Supongo que han registrado toda la casa hasta dar con ella.

Jared se puso en cuclillas y entr gateando en la biblioteca de Arthur Spiderwick. La brillante luz que penetraba por la nica ventana le revel con claridad todo el estropicio. Las lgrimas acudieron a sus ojos mientras caminaba sobre una alfombra de pginas arrancadas. Alguien haba desencuadernado las libretas de Arthur y desparramado las hojas. El suelo estaba cubierto de bosquejos rasgados y libreras volcadas. Jared pase la vista por la habitacin con una sensacin de impotencia.

Y bien? pregunt Simon desde fuera.

Destrozado respondi Jared . Todo est destrozado.

Vamos dijo Simon en voz alta. Hay que atrapar a ese trasgo.

Jared asinti con la cabeza, pese a que sus hermanos no podan verlo, y, aturdido, se dirigi hacia la puerta.

Haba algo en la profanacin de esa habitacin en particular una habitacin que haba permanecido oculta durante aos que haca pensar a Jared que nada volvera a ir bien a partir de entonces.

Junto con Simon y Mallory, subi trabajosamente las escaleras hasta el desvn, pasando por encima de fragmentos relumbrantes de adornos navideos y un maniqu. En la penumbra, Jared alcanzaba a vislumbrar el polvo que se desprenda del techo al tiempo que se oa sobre su cabeza el repiqueteo de las garras de un trasgo, acompaado de chillidos.

Un nivel ms y podremos salir al tejado dijo Jared, sealando el ltimo tramo de escaleras. Conduca a la habitacin ms alta de la casa, una pequea torre con las ventanas parcialmente cerradas con tablas por los cuatro costados.

Me parece que he odo un ladrido dijo Simon mientras suban. El trasgo debe de estar sano y salvo todava.

Todo est destrozado.Cuando llegaron a lo alto de la torre, Mallory rastill las tablas de las ventanas a golpes de espada y Jared intent desprender lo que quedaba de ellas haciendo palanca.

Yo ir primero dijo Simon, y acto seguido subi de un salto al alfizar para salir al tejado pasando con cuidado entre los listones dentados.

Espera! le grit Jared. Qu te hace pensar que podrs controlar al grifo?

Pero Simon no pareci hacerle caso. Mallory se puso un cinturn y sujet la espada de modo que colgaba de su cintura.

Vamos!

Jared pas las piernas por encima del reborde de la ventana y sus pies se posaron sobre la superficie de pizarra. La luz del sol prcticamente lo ceg, y por un momento ote con ojos deslumbrados el bosque que se extenda ms all del jardn.

Entonces vio que Simon se acercaba al grifo, que haba arrinconado al trasgo contra una de las chimeneas de ladrillo. El trasgo era Cerdonio.

Qu hacis ah parados, papirotes?Captulo dos

Donde reaparece un viejo amigo

Q

u hacis ah parados, papirotes? chill Cerdonio. Echadme una mano!

Con la espalda contra una chimenea, se sujetaba con una mano el abrigo bajo el que ocultaba algo, mientras blanda amenazadoramente con la otra un tirachinas descargado.

Cerdonio? Jared sonri al ver al trasno, pero de pronto se detuvo, con el ceo fruncido. Qu ests haciendo aqu?

Simon se haba interpuesto entre Cerdonio y el grifo e intentaba aplacar a la fiera a gritos. Byron volvi su cabeza de halcn a un lado y luego rasc la pizarra del tejado con las garras, como si fuese ms felino que ave. A Jared le pareci que el grifo crea que todo aquello era un nuevo juego.

Cerdonio vacil, con la vista clavada en Jared.

No saba que sta era vuestra casa hasta que apareci el grifo.

T los has ayudado a capturar a mam? Jared not que el rostro se le congestionaba. A poner la casa patas arriba y matar los animales de Simon?

Dio dos pasos hacia Cerdonio, con los puos apretados. Se haba fiado de l. Incluso le haba cado bien. Y ahora el trasgo los haba traicionado. Senta tanta rabia que notaba un zumbido en los odos y apenas poda pensar.

Yo no he matado a nadie.

Cerdonio se abri el abrigo ligeramente, dejando al descubierto una bola de pelo color naranja.

Kitty! exclam Simon, distrado por la visin del gatito.

En ese momento, Byron se abalanz hacia delante, esquivando a Simon, y aprision el brazo del trasgo con el pico.

Aaaaaaayyy! aull Cerdonio.

Con un maullido, el gato salt al tejado.

Byron, no! grit Simon. Sultalo!

El grifo agit la cabeza, zarandeando a Cerdonio. Los alaridos del trasgo sonaron ms fuertes.

Haz algo! exclam Jared, presa del pnico.

Simon se acerc al grifo y le propin un manotazo en el pico. NO! bram.

Joln, Simon, no hagas eso! le advirti Mallory llevndose la mano a la espada.

Pero en vez de atacar, el grifo dej de sacudir a Cerdonio y se qued mirando a Simon, alarmado.

Lo siento, alfandoques.

Sultalo! repiti ste, apuntando con el dedo al tejado de pizarra.

Cerdonio forcejeaba en vano, metindole los dedos en la nariz a Byron y tratando de morderle el cuello emplumado con sus inofensivos dientecillos. El grifo no le prestaba atencin, pero tampoco hizo el menor ademn de soltarlo.

Ten cuidado le advirti Jared a su hermano. Ms vale que se coma a Cerdonio antes que a nosotros.

Noooo! Lo siento, alfandoques gimi Cerdonio sin dejar de retorcerse. No lo he hecho a propsito, en serio. Sacadme de aqu! Socooooorro!

Jared, sujeta a Cerdonio, vale? le indic Simon.

Jared asinti con la cabeza y se acerc cautelosamente. Desde esa distancia, le llegaba el olor del grifo; un olor salvaje, como el que despide el pelaje de un gato.

Simon agarr el pico de Byron por arriba y por abajo con las dos manos y empez a abrrselo.

Bueeeen chico lo calmaba mientras tanto. Eso es. Suelta al trasgo.

Trasno! lo corrigi Cerdonio.

Te has vuelto loco? le chill Mallory a su hermano. El grifo se volvi bruscamente hacia ella, tumbando a Simon de espaldas. Lo siento aadi ella, en voz mucho ms baja.

Jared agarr a Cerdonio por las piernas.

Lo tengo.

Oye, cagarrache, no nos pondremos ahora a jugar a tira y afloja con mi cuerpo, verdad? Eh?

Jared se limit a sonrer con malicia. Simon trat de nuevo de abrirle el pico a Byron por la fuerza.

Mallory, ven y aydame. Sujtale la parte de abajo del pico, mientras yo le sujeto la parte de arriba.

Ella cruz con cuidado la vertiente inclinada del tejado. El grifo le lanz una mirada inquieta.

Cuando yo te lo diga, tira con fuerza le dijo Simon. Ahora!

Juntos intentaron separar las mandbulas del grifo. Los dedos de Mallory se deslizaron hasta el interior de la boca de Byron mientras ella se esforzaba por abrrsela, tirando con todo su peso, casi hasta el punto de colgarse del grifo. Byron se resista, pero de pronto cedi, abriendo la boca y dejando caer por completo a Cerdonio en brazos de Jared. ste perdi el equilibrio, se tambale hacia atrs sobre las tejas y solt a Cerdonio, buscando desesperadamente un sitio de donde agarrarse. El trasgo resbal tambin y desprendi con los pies la teja a la que Jared se aferraba. El muchacho se desliz hasta el borde del tejado, donde se asi al canaln antes de precipitarse desde lo alto.

Simon y Mallory se quedaron mirndolo con los ojos muy abiertos. Jared trag saliva. Mientras sus hermanos se acercaban para ayudarlo a encaramarse de vuelta al tejado, l se percat de que Cerdonio sala disparado hacia la ventana abierta.

Se escapa! grit Jared, intentando auparse. Su codo se hundi entre las hojas secas y el barro que obstruan el canaln.

Olvdate de ese estpido trasgo repuso Mallory. Agrrate a m.

Lo izaron sobre el borde del tejado. Tan pronto como estuvo de nuevo en pie, Jared ech a correr detrs de Cerdonio, seguido de cerca por Mallory y Simon. Bajaron ruidosamente las escaleras.

Cerdonio yaca despatarrado en el pasillo que conduca a las habitaciones de los chicos, mientras un hilo amarillo se enrollaba por s mismo en torno a l. Jared observ boquiabierto el hilo, que finalmente se at formando un lazo.

De pronto, Dedalete se subi de un salto sobre la cabeza de Cerdonio.

Os ayudar a combatir contra este ser. Es lo menos que puedo hacer.

Se escapa!Jared pase la vista desde el hilo hasta Dedalete.

No saba que supieras hacer eso!

Entonces se acord del modo en que los cordones de sus zapatos se haban atado entre s, aparentemente por s solos, y de repente lo entendi todo.

El duendecillo sonri de oreja a oreja.

No basta con no ser visto para dejarlo todo listo.

Eh! chill Cerdonio . Quitadme este gorgojo chiflado de encima! Yo no estaba huyendo de vosotros, sino de ese monstruo mangn que hay en el tejado!

Cllate orden Mallory.

No hagis caso a este trasgo dijo Dedalete. Algo avieso tiene en el seso.

Este duende currutaco tiene un pico de oro observ Cerdonio.

Y ahora vas a decirnos todo lo que sabes o te embadurnaremos de ketchup y te llevaremos de vuelta al tejado lo amenaz Jared.

Estaba tan furioso que en ese momento hablaba completamente en serio.

Dedalete salt a la pata de una mesa de centro tumbada.

Algo peor que eso merece este trasgo tan perverso. No, lo echaremos a las ratas para que le muerdan las patas, le coman los ojos y le roan la nariz hasta dejrsela chata. Te arrancaremos los dedos con nuestros propios dientes, y no pararemos hasta que confieses.

Simon empalideci, pero no abri la boca. Cerdonio se retorci entre sus ataduras.

Os dir todo lo que queris saber, bruscos botarates. No hay por qu amenazarme!

Dnde est mam? inquiri Jared. Adnde se la han llevado?

La guarida de Mulgarath est en el depsito de chatarra de las afueras. Con las basuras se ha construido un palacio, que est custodiado por su ejrcito de trasgos, adems de otros seres. No seas cabeza de calabaza; jams podris entrar ah.

Cules son los otros seres que custodian el palacio? quiso saber Jared.

Dragones respondi Cerdonio. En su mayora dragones pequeos.

Dragones? repiti Jared, horrorizado.

En el cuaderno de campo de Arthur se mencionaba a estas criaturas, aunque el propio Arthur nunca los haba visto. Todo lo que saba de ellos lo haba odo de boca de otras personas. Aun as, las descripciones de los dragones eran escalofriantes: su mordedura venenosa, sus dientes afilados como puales, sus cuerpos giles y veloces como ltigos...

Y t formabas parte del ejrcito de trasgos de Mulgarath? pregunt Mallory, entornando los ojos.

No tena opcin! se justific Cerdonio. Todo el mundo estaba alistndose! Qu queras que hiciera yo, merolica?

Qu les contaste que les haba pasado a los otros trasgos con los que estabas antes? pregunt Jared.

Los otros trasgos? exclam Cerdonio. Por ltima vez, petimetre, soy un trasno! Es como si llamaras estornino a una vaca!

Jared suspir.

Bueno, qu les contaste?

Cerdonio puso los ojos en blanco.

Qu esperabas que les contara, mameluco? Les cont que un trol se los haba zampado, ni ms ni menos.

Si te desatamos, nos llevars al depsito de chatarra? le propuso Mallory.

Seguramente ya es demasiado tarde gru Cerdonio.

Cmo dices? Jared frunci el entrecejo.

S rectific Cerdonio. S! Os llevar. Estis contentos, chiquilicuatres? Todo con tal de no tener que volver a ver a ese grifo.

Pero, Jared terci Simon, esbozando una sonrisa, llegaramos mucho ms deprisa si furamos volando.

Eh, un momento! protest Cerdonio. Eso no formaba parte del trato!

Necesitamos un plan dijo Mallory, apartndose del trasgo y bajando la voz. Cmo vamos a derrotar a un ejrcito de trasgos, un dragn y un ogro que cambia de forma?

Tiene que haber algo... reflexion Jared, siguindola algn punto dbil...

Las pginas del cuaderno de campo de Arthur que haba memorizado empezaban a borrarse de su mente y cada vez tena ms lagunas. Intent concentrarse, rememorar cualquier detalle que pudiera serles til.

Lstima que ya no tenemos el cuaderno de campo. Simon se qued mirando las peceras rotas como tratando de buscar una respuesta entre los fragmentos de vidrio.

Pero sabemos dnde est Arthur intervino Jared pausadamente, trazando un plan en su cabeza. Podramos preguntrselo a l.

Y se puede saber cmo vamos a hacer eso? pregunt Mallory, con una mano en la cintura.

Les pedir a los elfos que me lleven hasta l contest Jared, como si fuera una propuesta de lo ms razonable.

Mallory abri mucho los ojos, sorprendida.

La ltima vez que vimos a los elfos, no estaban en un plan muy amistoso que digamos.

Es cierto, queran encerrarme bajo tierra para siempre seal Simon.

Tenis que confiar en m dijo Jared despacio. Puedo hacerlo. Me prometieron que nunca volveran a retenerme all contra mi voluntad.

Pero si yo confo plenamente en ti repuso Mallory; es de los elfos de quienes no me fo, y t tampoco deberas hacerlo. Te acompao.

Jared neg con la cabeza.

No hay tiempo. Sonscale a Cerdonio todo lo que sepa acerca de Mulgarath. Yo regresar tan pronto como pueda. Baj la vista hacia el duendecillo. Me llevar a Dedalete conmigo... si es que quiere venir.

Crea que tenas que ir t solo seal Simon.Tengo que ser el nico humano precis Jared, sin apartar la mirada de Dedalete. Tengo que ser el nico humano precis Jared, sin apartar la mirada de Dedalete.

Hace muchos aos que no salgo de casa. Dicho esto, Dedalete se acerc al borde de la silla y dej que Jared lo colocara en la capucha de su sudadera. Ya va siendo hora de que tenga agallas.

Se marcharon antes de que Simon o Mallory pudieran disuadirlos. Cruzaron la calle en direccin a la arboleda de los elfos. El cielo del medioda se haba teido de un azul brillante y despejado. Jared se dio prisa, ante el temor de que no les quedase mucho tiempo.

Era yo quien tena el cuaderno.

Captulo tresDonde Jared se entera de cosas que preferira no saber

E

l claro segua tal como Jared lo recordaba bordeado de rboles, con hongos en el medio, pero esta vez, cuando se plant en el centro, nada ocurri. Las ramas no se entrelazaron para atraparlo, las races no se enrollaron en torno a sus tobillos, y no apareci ni un solo elfo para reprenderlo.

Hola! llam Jared. Aguard un momento, pero no obtuvo ms respuesta que el canto lejano de unos pjaros. Frustrado, Jared se puso a caminar de un lado a otro. No hay nadie? Tengo un poco de prisa!

Nada. Transcurrieron varios minutos.

Al fijarse en el crculo de setas, le entraron unas ganas irresistibles de arremeter contra los elfos. Ojal nunca se hubieran llevado a Arthur.

Haba levantado el pie con la intencin de pegarle una patada a uno de los hongos cuando oy una voz suave procedente de la arboleda.

Muchacho insensato, qu haces en este lugar?

Era la elfa de ojos verdes, cuyo cabello haba adquirido ms tintes rojizos y marrones.

Ahora llevaba un vestido de color mbar intenso y dorado, que recordaba el paso del verano al otoo. Su voz sonaba ms triste que enfadada.

Por favor dijo Jared. Mulgarath ha raptado a mi madre. He de rescatarla. Tienes que dejarme hablar con Arthur.

Qu me importa a m el destino de una mortal? La elfa se volvi hacia los rboles. Tienes idea de a cuntos de los nuestros hemos perdido? Cuntos enanos, tan viejos como las piedras que se encuentran bajo nuestros pies, han dejado de existir?

Lo he visto respondi Jared. Estbamos ah. Por favor..., te dar lo que me pidas. Me quedar aqu si lo deseas.

Ella sacudi la cabeza.

Slo tenas una cosa que era de cierto valor para nosotros, y eso se ha perdido.

A Jared lo invadi una mezcla de alivio y terror. Necesitaba ver a Arthur, pero no le quedaba nada que ofrecer a cambio.

No tenamos el cuaderno de campo aleg. No podramos habroslo dado entonces, pero quizs ahora podamos recuperarlo.

La elfa de ojos verdes se volvi hacia l con el ceo fruncido.

Ya no me interesan tus historias.

Puedo... puedo demostrarlo. Jared se llev la mano a la capucha, sac a Dedalete y lo deposit en el suelo. Os dije que nuestro duende domstico tena el cuaderno. ste es Dedalete.

El duendecillo se quit el sombrero e hizo una profunda reverencia, temblando ligeramente.

Gran dama, os ser sincero: era yo quien tena el cuaderno.

Tus modales te honran.La elfa los mir a los dos por unos instantes y se qued callada.

Jared se revolvi con impaciencia mientras Dedalete trepaba por su pierna para volver a su escondite. El silencio de la elfa de ojos verdes lo estaba sacando de quicio, pero se oblig a estarse quieto. Quizs era su ltima oportunidad de convencerla.

Por fin, ella habl de nuevo:

El tiempo de infligir castigos y de ejercer nuestro dominio ha pasado. El momento que temamos ha llegado. Mulgarath ha reunido un ejrcito muy numeroso y est utilizando el cuaderno de campo para hacerlo an ms temible.

Jared asinti con la cabeza, aunque estaba confundido. No se le ocurra qu poda hacer Mulgarath con el cuaderno de campo para conseguir que su ejrcito fuese ms peligroso. No era ms que un cuaderno.

Joven mortal dijo la elfa de ojos verdes, quiero que me prometas que si la gua de campo de Arthur vuelve a caer en tus manos mientras buscas a tu madre, nos la entregars para que la destruyamos.

Jared asinti de nuevo con la cabeza, aturdido y ansioso por aceptar cualquier condicin con tal de poder hablar con Arthur.

Lo har. Os la traer...

No lo interrumpi la elfa. Cuando llegue el momento, nosotros acudiremos a ti. Apunt con el dedo hacia arriba y pronunci unas palabras en un idioma extrao. Una hoja solitaria se desprendi de una de las ramas altas de un viejo roble y comenz a descender lentamente, como si cayese a travs de agua y no a travs del aire. Tu audiencia con Arthur Spiderwick durar el tiempo que esta hoja tarde en llegar al suelo.

Jared mir hacia donde ella le sealaba. Por muy despacio que se moviera la hoja, a l le pareci muy deprisa.

Y si no me basta con ese tiempo?

La elfa le dirigi una sonrisa glacial.

El tiempo es un lujo que ninguno de nosotros puede permitirse ya, Jared Grace.

Pero Jared apenas se fij en lo que ella deca, porque de entre los rboles surgi un hombre con una chaqueta de tweed y mechones entrecanos a ambos lados de la calva. Las hojas secas se arremolinaban a su alrededor y formaban una alfombra que le permita avanzar sin tocar el suelo. Se ajust las gafas con nerviosismo y mir fijamente a Jared. Un hombre con una chaqueta de tweed.

Al chico se le escap una sonrisa. Arthur Spiderwick era idntico al retrato que colgaba en la biblioteca. Todo ira bien. Su to bisabuelo le explicara lo que deba hacer, y sus problemas se solucionaran.

To Arthur comenz, soy Jared.

Dudo que pueda ser tu to, muchacho replic Arthur con frialdad. Hasta donde yo s, mi hermana no tiene hijos.

Bueno, en realidad eres mi to bisabuelo dijo Jared, sintindose inseguro de repente. Pero eso no importa.

Eso es absurdo.

Las cosas no marchaban en absoluto como haban imaginado.

Has estado ausente mucho tiempo explic Jared eligiendo las palabras con cuidado.

Arthur frunci el ceo.

Unos meses, tal vez.

Dedalete sali de su escondrijo y subi al hombro de Jared.

Escucha al chico, dice la verdad; no podemos perder un segundo ms dijo en voz muy alta.

Arthur baj la vista hacia el duende y pestae.

Hola, viejo amigo! Te he echado de menos! Cmo est mi Lucy? Y mi esposa? Querrs darles un mensaje de mi parte?

Escucha! lo cort Jared. Mulgarath ha capturado a mi madre, y t eres el nico que sabe qu hay que hacer.

Yo? pregunt Arthur. Por qu iba a saberlo? Se subi las gafas. Supongo que mi consejo sera que... Un momento, cuntos aos tienes?

Nueve respondi Jared, temblando al imaginarse lo que vendra a continuacin.

Te dira que debes ponerte a salvo y dejar que tus mayores se ocupen de esas criaturas tan peligrosas.

Es que no me has odo? grit Jared. MULGARATH HA CAPTURADO A MI MADRE! NO PUEDO ACUDIR A MIS MAYORES!

Entiendo asinti Arthur. Sin embargo, debes...

No, no lo entiendes! Jared no poda contenerse. Senta un gran alivio al poder gritarle a alguien por fin. Ni siquiera sabes cunto tiempo has pasado aqu! Ahora Lucinda es mayor que t! No sabes nada.

Arthur abri la boca como para decir algo pero la cerr de inmediato. Aunque estaba plido y tembloroso, a Jared no le daba mucha pena. Las lgrimas de rabia que se esforzaba por reprimir le escocan en los ojos. Al otro lado del crculo de hongos, la hoja seca se acercaba cada vez ms al suelo.

Mulgarath es un ogro muy peligroso dijo Arthur en voz baja, sin mirar a Jared. Ni siquiera los elfos saben cmo detenerlo.

Adems, tiene un dragn aadi Jared.

Arthur levant la mirada con sbito inters.

Un dragn? En serio? Se encorv y sacudi la cabeza. No puedo decirte cmo debes enfrentarte a todo eso. Lo siento; sencillamente... no lo s.

Jared quera suplicarle, exigirle, pero no le salan las palabras.

Arthur se acerc un paso hacia l y le habl con mucha suavidad.

Muchacho, si yo siempre supiese qu hacer, crees que estara aqu, prisionero de los elfos, condenado a no volver a ver a mi familia?

Supongo que no respondi Jared con los ojos cerrados.

La hoja haba llegado a la altura de su cabeza. Faltaba poco para que el tiempo se agotase.

No est en mi mano darte una solucin murmur Arthur. Todo lo que puedo ofrecerte es informacin. Ojal pudiera hacer algo ms. Tras una pausa agreg: Los trasgos se mueven en manadas pequeas, normalmente de no ms de diez. Siguen a Mulgarath porque lo temen; de lo contrario nunca veras a tantos trasgos juntos. Si l no se impusiese, ellos enseguida empezaran a pelearse entre s. Pero incluso a pesar de su autoridad, lo ms seguro es que no estn muy bien organizados.

Por lo que respecta a los ogros, Mulgarath es un ejemplar tpico. Domina la tcnica de cambiar de forma, y es astuto, taimado y cruel. Los ogros suelen tener una debilidad que quiz te sea til: son vanidosos y muy dados a alardear.

Como en el cuento del Gato con Botas? pregunt Jared.

Exactamente. A Arthur le brillaron los ojos. Los ogros tienen un gran concepto de s mismos y quieren que los dems tambin lo tengan. Les encanta escucharse mientras hablan. Por otro lado, toda proteccin convencional, como esas prendas que llevas, resultan insuficientes para resistir su ataque. Son demasiado poderosos.

En cuanto a los dragones... bueno, debo confesar que todo lo que s de ellos procede de las observaciones de otros investigadores.

Otros investigadores? Significa eso que hay otras personas que se dedican a estudiar a los seres sobrenaturales?

Arthur asinti en silencio.

Por todo el mundo. Sabas que hay seres sobrenaturales en todos los continentes? Varan de un lugar a otro, por supuesto, tal como sucede con los animales. Pero me estoy yendo por las ramas.

El dragn es probablemente del subtipo clebre europeo, el ms comn en esta regin. Es extremadamente venenoso. Recuerdo haber ledo el caso de un dragn que se alimentaba de leche de vaca... Lleg a ser enorme, y su ponzoa lo envenenaba todo, abrasaba la hierba y contaminaba el agua.

Un momento! exclam Jared. El agua de nuestro pozo te abrasa en la boca cuando la bebes.

Mala seal.Mala seal. Arthur exhal un hondo suspiro y sacudi la cabeza. Los dragones son giles, pero es posible matarlos como a cualquier otra criatura. La dificultad, por supuesto, reside en el veneno. Su potencia aumenta conforme el dragn crece, por lo que hay muy pocos seres lo bastante rpidos y valientes para enfrentarse a un dragn tal como la mangosta ataca a la cobra.

Jared ech un vistazo a la hoja: estaba a punto de tocar el suelo. Arthur sigui su mirada.

El tiempo que nos queda para hablar casi ha terminado. Podras darle un recado a Lucinda de mi parte?

Claro. Lo que quieras asinti Jared.

Dile... Sin embargo, las palabras de Arthur quedaron ahogadas bajo el remolino de hojas que lo ocult a la vista. El torbellino se elev, y cuando se hubo alejado, ya no haba nadie. Jared busc a la elfa con la vista, pero ella tambin haba desaparecido.

Ahora te toca a ti fiarte de nosotrosCuando Jared sali de los lmites del claro, vio a Byron escarbando en la tierra. Simon, montado sobre su lomo, acariciaba al grifo para apaciguarlo. Detrs de l, Mallory empuaba en alto la espada lfica, que resplandeca al sol. Cerdonio, sentado sobre el cuello de la bestia, ofreca un aspecto de lo ms lastimoso.

Qu hacis aqu? pregunt Jared. Pensaba que habais dicho que confiabais en m.

Pero si confiamos en ti repuso Mallory. Por eso te hemos esperado aqu en lugar de irrumpir en el claro para sacarte a rastras.

Incluso hemos pensado un plan. Simon levant la cuerda que tena en la mano. Vmonos. Nos contars lo que te han dicho los elfos en el camino.

Bueno terci Mallory. Ahora te toca a ti fiarte de nosotros.

He capturado a los humanos.

Captulo cuatroDonde todo acaba en las llamas

M

ientras atravesaba la carretera, Jared se esforzaba por no deshacer el nudo deliberadamente flojo que le sujetaba las manos a la espalda. Avanzaba detrs de Mallory, que iba atada de forma parecida, y contena el impulso de alzar la vista hacia la lejana silueta de Byron y Simon, que volaban sobre su cabeza. Ellos dos seran su nico medio de escapar si las cosas salan mal y el medio ms rpido de marcharse si todo iba segn lo esperado.

Cerdonio le pic a Jared el hombro con la punta de la espada lfica.

Daos prisa, mocosuelos.

No hagas eso! advirti Jared, a punto de tropezar. Not a Dedalete acurrucado contra su nuca. Todava no estamos dentro, y esa cosa pincha.

De acuerdo ri el trasgo por lo bajo , mi travieso albondign.

Deja en paz a Jared o te ensear cmo se usa una espada sise Mallory, y de pronto se detuvo en seco.

Los rboles de ese lado de la carretera estaban prcticamente pelados, renegridos y secos. Las pocas hojas que les quedaban colgaban de las ramas como murcilagos. Parecan menos reales an que los rboles metlicos de los enanos. Jared alcanz a ver el vertedero que se extenda detrs.

La verja, oxidada, estaba abierta, y en el abandonado sendero de tierra haba varios hierbajos diseminados. Un letrero de PROHIBIDO EL PASO estaba clavado en el suelo en un ngulo un tanto extrao. Coches viejos, neumticos y basura de todo tipo se apilaba en montones irregulares que semejaban las dunas de una playa. Ms adelante, Jared distingui el palacio con toda claridad. El cristal y la hojalata de sus torres relumbraba al sol.

Divis a varios trasgos asomados a las ventanillas de un viejo coche herrumbroso. Dos de ellos olisquearon el aire y un tercero rompi a ladrar. Entonces todos empezaron a salir del vehculo. Cada uno de ellos irgui su cabeza de sapo, haciendo rechinar sus dientes de vidrio y hueso. Empuaban picas y espadas curvas forjadas por enanos.

Dices que t solo has capturado a los dos

Diles algo le susurr Jared a Cerdonio.

He capturado a los humanos anunci el trasgo. Y no gracias a vosotros, perros de estercolero!

Un trasgo grande se acerc cautelosamente. Sus dientes, de vidrio de botella de un marrn verdoso y transparentes, despedan destellos. Llevaba una chaqueta rada con botones deslustrados y un maltrecho tricornio. El sombrero llam especialmente la atencin a Jared, porque estaba teido de color marrn teja. Varias moscas revoloteaban alrededor del trasgo.

Dices que t solo has capturado a los dos?

Ha sido fcil, oh gran Ratacuco se jact Cerdonio. All estaban, la chica blandiendo esta espada..., se ve afilada, verdad? Pero yo he sido ms rpido que ellos! Yo... Al advertir la mirada de desconfianza de Ratacuco, las palabras del trasgo se apagaron gradualmente. Vale. Comenz de nuevo: Estaban durmiendo y yo...

Los trasgos prorrumpieron en fuertes ladridos. Jared no estaba seguro de si se trataba de carcajadas o de otra cosa.

Bueno, la cosa es que atrap a estos pillastres! Son mis prisioneros. Cerdonio levant la espada de Mallory. Pareca demasiado grande para sus manitas y se bamboleaba ligeramente.

Ratacuco ladr, y la punta de la espada se dobl. Jared ech una ojeada hacia arriba para ver si Simon y Byron se hallaban cerca, pero o estaban escondidos o se haban marchado. Jared dese por millonsima vez que Simon fuera capaz de controlar al grifo.

Aqu se hace lo que yo digo declar Ratacuco. Traedlos por aqu!

Mallory y Jared se vieron conducidos a empujones a travs del depsito de chatarra por un ruidoso grupo de trasgos. Tenan que andar con cuidado para no pisar piezas puntiagudas de metal que sobresalan de la tierra seca. Cada vez que Mallory o Jared reducan la marcha, los trasgos les propinaban un empelln y los pinchaban con sus armas. Los tejanos de Jared se mancharon de xido cuando pas entre dos coches muy juntos. Finalmente llegaron a un claro donde otra docena de trasgos holgazaneaba alrededor de una hoguera. Haba huesos pequeos desperdigados entre otros desechos.

Ratacuco solt un gruido y apunt con el dedo a un automvil azul situado cerca del fuego.

Atad a los prisioneros all.

Deberamos llevarlos al Palacio de la Basura dijo Cerdonio, aunque no sonaba muy convencido.

Silencio! bram el trasgo grande. Aqu las rdenes las doy yo.

Un trasgo sonriente utiliz un rollo de alambre oxidado para sujetar las sogas de Jared y Mallory al coche. Mientras enrollaba el cable en torno al retrovisor lateral, Jared oli su ftido aliento y observ su piel extraa y moteada, los mechones que le salan de las orejas, el blanco cadavrico de sus ojos y los bigotes largos y trmulos. Los otros trasgos aguardaban en crculo, mirndolos con avidez.

Volved a vuestros puestos, perros perezosos! rugi el trasgo grande y se dirigi con el ceo fruncido a los que ya se encontraban ah cuando l lleg: Y ms vale que cuando vuelva los prisioneros sigan donde yo los he dejado! Voy a avisar a Mulgarath!

Cuando se march, la mayora de sus trasgos se reincorporaron a sus patrullas, pero algunos permanecieron sentados junto al fuego.

Jared sacudi las manos. No le caba duda de que los nudos estaban lo bastante sueltos para librarse, pero s empezaba a dudar de que pudieran burlar a todos esos trasgos.

Jared y Mallory se quedaron sentados en el suelo fro y terroso durante lo que les pareci varias horas, contemplando a los trasgos que atrapaban lagartos pequeos y los arrojaban a la hoguera. Estaba oscureciendo, y los rayos dorados del sol que empezaba a ocultarse surcaron el cielo.

Tal vez el plan no fuera tan maravilloso, despus de todo musit Mallory. Seguimos sin saber dnde est mam, y ahora tambin hemos perdido a Simon.

Bueno, pronto nos llevarn a su lado susurr Jared. Tena las manos cerca de las de Mallory, de manera que pudo darle un suave apretn para consolarla.

A qu esperan? gru ella.

Tal vez a que regrese el grandote respondi Jared.

Al otro lado de la fogata, uno de los trasgos lanz una cosa negra que se retorci entre las llamas.

stos nunca arden se quej el trasgo. Ojal ardieran.

De todas formas no podras comrtelos coment otro.

Una vocecita que sali de la capucha de Jared le record que Dedalete segua a su lado.

Te has fijado? Anda! dijo en un susurro. Una salamandra.

Jared ech un vistazo a sus pies. Uno de aquellos lagartos se encontraba cerca de su zapatilla. Era de un negro opalescente y su cuerpo alargado se estrechaba hacia la cola. Estaba comindose algo que semejaba la cola de otra salamandra.

Jared dijo Mallory, qu son esos bichos que hay en el fuego?

El chico se inclin hacia delante hasta donde se lo permitieron sus ataduras. Entre las llamas vio todas las salamandras que los trasgos haban ido arrojando a la hoguera. Sin embargo, en lugar de achicharrarse, permanecan tranquilamente tendidas aunque todo arda alrededor. Mientras Jared las observaba, algunas de ellas se movieron ligeramente: una lade la cabeza, otra se adentr en las llamas. Saltaba a la vista que eran inmunes al fuego.

Intent recordar qu deca el cuaderno de campo de Arthur al respecto. Le pareca que haba algn artculo sobre salamandras, pero las imgenes se desdibujaban en su mente. Esos animalitos le recordaban a los que aparecan en otra ilustracin, pero no alcanzaba a identificarla. Estaba demasiado nervioso para concentrarse, demasiado preocupado por su madre, su hermano y los trasgos que los rodeaban.

Poco despus, uno de los trasgos se acerc y tante la barriga de Jared con su sucia garra.

Parecen muy sabrosos. Me dan ganas de pegarle un buen mordisco a una de esas mejillas sonrosadas. Seguro que es dulce como la miel. Un largo hilillo de baba form un charco junto a Jared.

El muchacho trag saliva y se volvi hacia Cerdonio. El trasgo estaba removiendo las brasas con la espada lfica. No levant la vista, lo cual puso an ms nervioso a Jared.

Otro trasgo sigui la direccin de su mirada.

Ratacuco creer que lo hizo l dijo, sealando a Cerdonio. A fin de cuentas, estaba armando mucho folln hace un rato.

Cerdonio se puso de pie.

Pero qu se habr credo este monigote cabeza de chafarrao...?

Un tercer trasgo se aproxim, relamindose y mostrando sus asquerosos dientes.

Tienen tanta carne...

Apartaos de l! grit Mallory, soltando la mano de Jared. Hasta entonces l no se haba dado cuenta de que haba estado apretndole la mano con tanta fuerza que le haba clavado las uas en la piel.

Acaso prefieres que te comamos a ti? pregunt el trasgo con dulzura. No son dulces y sabrosas todas las chicas? Suena apetitoso!

Cmete esto! espet Mallory, liberndose las manos y arrendole un puetazo en la cara.

La espada! le grit Jared a Cerdonio, forcejeando con la cuerda que le sujetaba las muecas.

El trasgo mir a Jared, dej caer la espada lfica y ech a correr hacia el borde del claro.

Cobarde! chill Jared, furioso.

Libre al fin de sus ataduras, el muchacho corri hacia el fuego, pero dos trasgos se agarraron a sus piernas y lo derribaron. l se arrastr hasta que alcanz la hoja de la espada con la mano, y acto seguido se la lanz a su hermana con la empuadura por delante. La mano le escoca, y con aturdida fascinacin, Jared descubri que se haba hecho un corte. Otros trasgos le saltaron sobre la espalda, inmovilizndolo sobre la tierra.

Apartaos de l!

Mallory avanz, blandiendo la espada, que destellaba al hendir el aire.

Los trasgos retrocedan a su paso. Ella lanzaba estocadas para ahuyentarlos. Los que retenan a Jared saltaron de su espalda y se dispersaron en busca de sus armas.

Vamos! Corre! grit ella.

Apartaos de l!Un trasgo trep a su espalda de un brinco y la mordi en el hombro.

Jared agarr al trasgo por el brazo y se lo arranc, mientras ella propinaba una patada a otro que se acercaba. Uno de aquellos seres recogi una pica forjada por enanos y embisti con ella a Mallory. Ella par el golpe y contraatac, hiriendo al trasgo con su espada. La criatura profiri un alarido y Mallory se qued paralizada, consciente de lo que acababa de hacer. La hoja plateada estaba manchada de sangre. El trasgo se desplom, pero otros ms acudieron en tropel. Sin embargo, Mallory segua sin reaccionar.

Un chillido que se oy sobre su cabeza la despert de su trance. Byron descendi en picado hacia el claro y los trasgos huyeron a la desbandada, intentando protegerse bajo la basura. El grifo bata las alas pesadamente, levantando una nube de polvo.

Vamos apremi Jared, tirando a su hermana del brazo. Juntos subieron al cap herrumbroso de una ranchera y saltaron a un estrecho sendero bordeado de una alambrada corroda. Pasaron corriendo junto a una baera volcada y una pila de neumticos. Haba una serie de puertas apoyadas contra una nevera y, cuando las dejaron atrs, Jared se detuvo de golpe. All, sobre una alfombra de fragmentos de metal, haba una vaca.

Era una construccin gigantesca.Captulo cincoDonde descubren el significado de Ms all hay dragonas

E

n un acto reflejo, Jared mir hacia atrs, pero los trasgos no los perseguan. El grifo aterriz sobre un coche, abollndolo con las garras, y acto seguido se puso a lamerse como un gato. Simon, montado sobre l, sonri de oreja a oreja.

Jared se volvi hacia Mallory, que tena la vista fija en la vaca. El animal estaba encadenado al suelo, mugiendo quedamente, con los ojos muy abiertos. Tena las ubres recubiertas de lo que pareca una multitud de serpientes negras que culebreaban y se disputaban unas a otras las ubres enrojecidas. Muchas de ellas oscurecan el suelo debajo de la vaca como una alfombra viviente. Al cabo de un momento Jared se percat de que los seres eran salamandras ms grandes.

Qu hacen esas cosas? pregunt Mallory. La espada manchada de sangre colgaba lnguidamente a su lado, y a Jared lo asalt el impulso de quitrsela y limpiarla antes de que se diera cuenta.

En cambio, se acerc a la vaca.

Estn mamando, creo.

Qu asco! exclam Simon, mirando con los ojos entornados desde el lomo de Byron. Y qu cosa tan rara.

Haba varias salamandras ms en la tierra, cubiertas de escamas sin brillo, serpenteando. Eran bastante ms grandes que las que Jared y Mallory haban visto en la hoguera.

Estn mudando la piel observ Simn. Qu son?

Jared neg con la cabeza.

Salamandras resistentes al fuego. Pero no deberan crecer tanto... stas ms bien parecen... No estaba seguro de a qu le recordaban. Algo lo inquietaba pero no saba qu.

En ese momento, Byron sali disparado hacia delante, atrap una de las criaturas negras con su pico, la arroj hacia arriba y se la trag. A continuacin, devor otra, y luego otra ms.

Llevado por la glotonera, se lanz a por otra, tan larga como el brazo de Jared, que se encontraba enroscada en el suelo. La criatura se revolvi, sise, y de pronto Jared comprendi de qu se trataba.

Son dragones dijo. Todos estos son dragones.

Con el rabillo del ojo, Jared vio que algo se mova en direccin a ellos, veloz como un ltigo. Se dio la vuelta, pero aquella cosa negra lo golpe con fuerza en el pecho. El muchacho se tambale hacia atrs y apenas tuvo tiempo de protegerse la cara con las manos antes de que el grueso cuerpo de un dragn tan grande como un sof se le echara encima. Jared se golpe la cabeza contra el suelo y por unos instantes se le nubl la vista.

Jared! aull Mallory.

El dragn abri la boca, dejando al descubierto cientos de dientes finos como agujas. Jared se qued petrificado. Estaba demasiado asustado para moverse. Notaba un ardiente escozor en los lugares que le haba tocado el resbaladizo cuerpo del dragn.

Mallory golpe repetidamente con la espada y alcanz al dragn en la cola. La sangre negra man a borbotones y la bestia se revolvi hacia ella.

Jared se puso de pie, mareado y estremecindose. Tena la piel enrojecida y senta unas fuertes punzadas en el corte que se haba hecho antes.

Ten cuidado! le advirti a su hermana. Es venenoso!

Byron! grit Simon, sealando la figura negra que se abalanzaba sobre Mallory. Byron! A por l!

El grifo remont el vuelo con un chillido. Jared, desesperado, sigui a Byron y Simon con la mirada. Cmo iba Mallory a escapar del dragn? Lanzaba mandobles y estocadas tan gilmente como poda, pero el dragn era demasiado rpido para ella. El animal se enrollaba y arremeta como una serpiente, intentando agarrarla con sus cortas patas delanteras, abriendo tanto la boca que daba la impresin de que se la tragara entera. Mallory no aguantara mucho ms tiempo. Jared tena que hacer algo.

Recogi el objeto ms cercano, un trozo de metal, y se lo arroj al dragn. La criatura dio media vuelta y embisti contra l, veloz como el rayo, con las mandbulas abiertas de par en par, siseando.

El grifo descendi a toda velocidad del cielo y le hundi las zarpas en el lomo mientras lo hera con el pico. El dragn se enrosc alrededor de Byron, intentando estrangularlo con la cola. Simon se aferraba desesperadamente al grifo mientras ste bata las alas para elevarse de nuevo. El dragn se retorci y clav los dientes en el cuerpo cubierto de pelo y plumas de Byron. Sus alas dejaron de moverse por unos momentos y, debido al brusco descenso, Simon se cay de su lomo. Jared corri hacia su hermano gemelo, que se precipitaba sobre el vertedero. Simon aterriz sobre un montn de mosquiteras de ventana, con el brazo torcido.

El dragn se enrosc alrededor de Byron.

Simon? Jared se arrodill a su lado.

Su hermano solt un leve quejido y se apoy en el otro brazo para incorporarse. Tena marcas rojas de veneno de dragn en la mejilla y en el cuello, pero el resto de su piel estaba muy plido.

Te encuentras bien? susurr Jared.

Mallory palp el brazo de Simon con cuidado. ste hizo una mueca de dolor y se puso en pie temblando. Por encima de ellos, el dragn y el grifo luchaban encarnizadamente en un torbellino de escamas y plumas. El dragn haba clavado hasta el fondo los dientes en el cuello de Byron, que volaba sin rumbo fijo.

Se va a morir.

Simon se dirigi hacia la vaca, que alimentaba a la masa de serpientes diminutas.

Qu haces? pregunt Jared a su espalda.

Cuando Simon se volvi hacia ellos, tena el rostro baado en lgrimas. Mientras Jared lo observaba, Simon (que nunca haba matado ni a una mosca, que siempre sacaba a las araas de casa para salvarlas) le aplast la cabeza de un pisotn a una de las cras de dragn, reducindola a un manchurrn bajo su zapato. La criatura solt un chillido. La sangre de dragn penetr en la tierra y fundi el borde de la suela de Simon.Mira! grit. Mira lo que hago con tus cras!

El dragn dio la vuelta en el aire y Byron aprovech la oportunidad. Hundi el pico en el cuello del ser y le abri una tremenda herida. El dragn qued inerte entre las garras del grifo.

Simon! Lo has conseguido! exclam Mallory.

Simon sigui con la vista a Byron mientras ste se posaba cerca de ellos. Tena las plumas empapadas en sangre, de manera que se sacudi para limpiarse. Luego, tras dejar caer el cuerpo del dragn grande, continu devorando a las cras.

Esto no est saliendo como habamos planeado dijo Simon.

Pero ahora estamos ms cerca del palacio seal Jared. Mam tiene que estar ah.

Crees que puedes seguir adelante, Simon? pregunt Mallory, que tampoco pareca estar en plena forma, ya que tena un corte en la mejilla y un siete enorme en el hombro de la chaqueta.

Simon asinti en silencio, con aire sombro.

Yo s, pero no s si Byron podr.

No nos queda ms remedio que dejarlo aqu decidi Jared. Creo que estar bien. Al parecer, el veneno no lo afecta.

Byron se trag otra salamandra negra que se retorca y fij sus ojos dorados y extraos en los hermanos Grace. Simon le acarici el pico con suavidad.

S. Por lo visto le gustan ms los dragones que todo lo que yo le daba de comer.

A ver si puedo hacer algo con tu brazo le dijo Mallory. Creo que est roto.

Utiliz su camiseta interior para atarle cuidadosamente el brazo al costado.

Ests segura de que sabes lo que haces? inquiri Simon, dolorido.

S, estoy segura respondi Mallory, haciendo un nudo apretado con la tela.

Echaron a andar en direccin al palacio. Era una construccin gigantesca hecha de algo que semejaba cemento o estuco mezclado con grava, trozos de vidrio y latas de aluminio. Daba la impresin de estar vaciado, ms que moldeado, y algunas partes parecan de lava solidificada. Las ventanas tenan formas extraas, como si el arquitecto hubiese ajustado la forma de la casa a todos los residuos que haba ido encontrando. En el interior titilaban unas luces. Varias torres rematadas en finas agujas sobresalan del tejado, negro de brea y cubierto de varias capas superpuestas de algo parecido a escamas de pescado. Al acercarse, Jared se percat de que la verja principal estaba hecha de viejas cabeceras de latn. Al otro lado haba una profunda fosa excavada en la tierra y tachonada de piezas puntiagudas de metal y vidrios rotos. El puente levadizo estaba tendido.

No debera haber unos trasgos vigilando la entrada o algo as? pregunt Mallory.

Jared mir en derredor. A lo lejos divis unas volutas de humo que se elevaban de lo que supuso eran campamentos de trasgos.

Pronto ser noche cerrada observ Simon.

Da la sensacin de que nos lo han puesto demasiado fcil dijo Jared. Como si nos hubiesen tendido una trampa.

Pues sea o no una trampa, tenemos que cruzar ese puente asegur Mallory.

Simon asinti con la cabeza. Jared todava pensaba que Simon estaba demasiado plido y se pregunt si el brazo le dolera mucho. Al menos tena la piel un poco menos irritada que antes.

Con cautela Jared apoy un pie sobre el puente, en guardia por si ocurra cualquier cosa. No cesaba de dirigir la mirada a los vidrios afilados que sobresalan del foso. Y entonces cruz a toda prisa hasta el otro lado. Mallory y Simon se quedaron sorprendidos por un momento, pero enseguida corrieron tras l.

El puente levadizo estaba tendido.

Al entrar en el palacio, se encontraron en un enorme vestbulo construido con material de desecho y algo semejante al cemento. Los arcos de la entrada estaban adornados con guardabarros de cromo curvados. Varios tapacubos que colgaban de cadenas sujetas al techo destellaban a la luz vacilante de docenas de velas amarillas de las que goteaba cera. En un hueco de la pared haba un hogar lo bastante grande para asar a Jared en l.

En aquel lugar reinaba un silencio inquietante. Sus pisadas resonaban en las salas mal iluminadas, y sus sombras se proyectaban alargadas en las paredes.

Se adentraron en el palacio, pasando junto a unos sofs que olan a moho tapados con cubrecamas rados.

Tenemos algo remotamente parecido a un plan? quiso saber Mallory.

No contest Jared.

No repiti Simon.

Silencio advirti Dedalete, id con cuidado. Creo que he odo algo por ese lado.

Se detuvieron un momento y aguzaron el odo. Percibieron un ruido muy leve que casi sonaba a msica.

Creo que proviene de ah seal Jared, abriendo una puerta decorada con ms de una docena de pomos.

En el interior de la estancia haba una mesa larga y elevada formada por una tabla de madera colocada sobre tres caballetes. Unas velas gruesas que apestaban a pelo quemado ocupaban casi toda la superficie. Regueros de cera derretida resbalaban por los costados. Sobre la mesa haba tambin fuentes de comida: bandejas alargadas y grasientas con ranas asadas, manzanas mordisqueadas, la cola y la raspa de un pescado grande. Las moscas revoloteaban vidamente alrededor de los restos. Desde algn lugar de la habitacin les llegaba una serie de notas muy agudas.

Qu es eso? pregunt Simon, pasando apretadamente junto a una silla de gran tamao. De repente se detuvo, con la vista clavada en algo que Jared y Mallory no alcanzaban a ver. Se acercaron a l en silencio.

Bajo una ventana abierta haba una urna voluminosa. All, a la luz trmula, Jared vislumbr unos espritus del bosque atrapados en miel, hundindose en ella como si fueran arenas movedizas. Los gritos apenas perceptibles de los espritus eran el sonido que haban odo antes.

Simon alarg la mano para liberar a los espritus, pero la miel, muy densa, se adhera a sus alas, desgarrndoselas. Los espritus chillaron cuando los deposit sobre la mesa amontonados en un revoltijo pegajoso. Uno de ellos yaca totalmente inmvil, como un mueco. Jared desvi la mirada hacia la ventana.

Crees que hay ms all dentro? susurr Mallory.

Me temo que s contest Simon, en el fondo.

Tenemos que seguir adelante. Jared se encamin a otra puerta. Al pensar en los diminutos seres ahogados sinti un profundo pesar.

En este palacio hay demasiado silencio coment Mallory, siguindolo.

Mulgarath no puede pasarse todo el da aqu aventur Jared. A lo mejor tenemos suerte. Tal vez encontremos a mam y podamos marcharnos sin ms.

Mallory asinti, aunque no pareca muy convencida.

Pasaron junto a un mapa colgado en una pared. Se pareca mucho al viejo mapa de Arthur, salvo porque haban tachado los nombres y los haban sustituido por otros. Jared advirti que haban escrito Palacio de Mulgarath encima del depsito de chatarra y que a todo lo largo del margen superior pona ahora: Los dominios de Mulgarath.Mirad! exclam Simon.

Delante de ellos se abra una sala espaciosa con un trono en el centro. Estaba rodeado de alfombras solapadas con diferentes dibujos, todas ellas apolilladas y desgastadas. El trono estaba formado por piezas de metal serradas y soldadas entre s.

La escalera pareca imposible de subir.

En un extremo de la estancia arrancaba una escalera de caracol cuyos peldaos eran tablas suspendidas de dos largas cadenas. El conjunto ofreca el aspecto de una telaraa que oscilaba con la brisa. En la penumbra la escalera pareca imposible de subir.

Mallory se aup hasta el primer escaln, que se balance de forma alarmante. Intent trepar al siguiente, pero estaba demasiado alto.Los peldaos estn demasiado separados! protest.

Son perfectos para un ogro dijo Simon.

Al fin, Mallory logr aferrarse al segundo escaln, izarse hasta apoyar el pecho sobre l y subir las piernas.

Simon no podr escalar esto objet.

Puedo... Estar bien insisti Simon, encaramndose torpemente al primer escaln.

Mallory neg con la cabeza.

Te vas a caer.

Agrrate fuerte le grit Dedalete desde la capucha de Jared. Lo conseguirs con un poco de suerte.

Entonces Jared, asombrado, vio que cada peldao se acercaba y permaneca firme para permitir que sus hermanos treparan a l. Con la ayuda de su brazo sano y de Mallory, Simon fue subiendo un escaln tras otro.

Ellos han subido primero. Ahora t mueve el trasero lo apremi Dedalete.

Vale, de acuerdo.

Jared escal trabajosamente los peldaos. Aun con la ayuda del duende, el corazn le lata ms deprisa conforme iba subiendo. La herida de la mano le escoca cuando se agarraba a las cadenas. Al mirar hacia la oscuridad de abajo sinti un fugaz mareo.

En lo alto de la escalera haba un pasillo con tres puertas disparejas.

Probemos la de en medio sugiri Simon.

Hemos hecho mucho ruido dijo Mallory. Dnde estn todos? Esto me pone la carne de gallina.

Tenemos que seguir adelante los anim Jared, pronunciando las mismas palabras que haca un rato.

Con un suspiro, Mallory empuj la puerta. Se abra a una habitacin muy amplia con un balcn construido con piedras que no casaban entre s y cadenas. Unas enormes vidrieras de catedral, compuestas de fragmentos de vidrio de colores, ocupaban la pared del fondo. Su madre se encontraba en un rincn, atada, amordazada e inconsciente. En el otro extremo de la estancia, colgando de unas cuerdas que pasaban por una polea, estaba su padre.

Qu haces aqu?Captulo seis

Donde los acontecimientos se precipitan

Q

u haces aqu? pregunt Jared.

A su espalda, oy que Simon y Mallory exclamaban pap! a coro. El cabello negro de su padre estaba un poco despeinado y llevaba uno de los faldones de la camisa por fuera del pantaln, pero no caba duda de que era l.

Su padre abri mucho los ojos.

Jared! Simon! Mallory! Gracias al cielo que estis bien.

Jared arrug el entrecejo. Algo de todo aquello le ola pero que muy mal. De nuevo ech un vistazo alrededor de la habitacin. Al otro lado del balcn divis a unos trasgos que se apiaban en la penumbra, sujetando antorchas. Qu estaba ocurriendo?

Deprisa urgi Mallory. Hay que poner manos a la obra cuanto antes. Jared, desata a mam. Yo me ocupo de pap.

Jared se agach y le toc la plida mejilla a mam. Estaba fra y sudorosa. No llevaba las gafas.

Mam est inconsciente dijo.

Respira? pregunt Mallory.

Jared acerc un dedo a los labios de su madre y not el leve soplo de su respiracin.

Est bien. Est viva.

Has visto a Mulgarath? le pregunt Simon a su padre, el ogro?

Fuera se arm un buen alboroto contest el seor Grace. Despus no vi nada ms.

Mallory se puso a manipular la polea y logr bajar las manos de su padre.

Cmo te atraparon, si estabas en California?

Pap sacudi la cabeza con gesto cansado.

Vuestra madre me llam porque estaba muy preocupada. Me dijo que los tres os habais estado comportando de forma extraa y que despus habais desaparecido. Vine lo antes posible, pero cuando llegu los monstruos ya haban irrumpido en la casa. Fue espantoso. Al principio no poda creer lo que estaba ocurriendo. No dejaban de hablar de un cuaderno de campo. De qu va todo esto?

To Arthur... empez a decir Jared.

Es el to abuelo de mam, o sea, nuestro to bisabuelo puntualiz Mallory mientras intentaba deshacer los nudos.

S, eso. El caso es que le interesaban los seres sobrenaturales prosigui Jared al tiempo que desataba a su madre, quien permaneca inconsciente. Jared le alis el cabello, deseando que abriese los ojos.

A su hermano se lo comi un trol intervino Simon.

Jared asinti con la cabeza y lanz una mirada inquieta alrededor. Cunto tardaran en descubrirlos? De verdad tenan tiempo para explicaciones? Ahora que haban encontrado a mam, deban poner pies en polvorosa enseguida.

De modo que escribi un libro sobre los seres sobrenaturales, un cuaderno que contena informacin que ni ellos mismos conocan.

Porque al parecer no estn muy interesados los unos en los otros agreg Mallory.

Cmo iban a bajar a su madre por las escaleras? Podra llevarla su padre en brazos? Jared intent concentrarse. Deban exponer la situacin a su padre y asegurarse de que la entendiera.

Pero los seres sobrenaturales no queran que una persona tuviera tanto poder sobre ellos, as que intentaron arrebatarle el libro. Como l se neg a drselo, se lo llevaron a l.

Se lo llevaron los elfos precis Simon.

Ah, s? pregunt pap con un extrao brillo en los ojos.

Jared exhal un suspiro.

Bueno, ya s que parece increble, pap, pero mira a tu alrededor. Crees que esto es un decorado, como los de tus pelculas?

Os creo afirm su padre en voz baja.

En resumidas cuentas continu Mallory, encontramos el cuaderno.

Pero lo hemos perdido de nuevo dijo Simon. El ogro se ha apoderado de l.

Adems, tiene un plan demencial para conquistar el mundo aadi Mallory.

Pap arque las cejas, pero se limit a decir:

Entonces ahora que habis perdido el cuaderno, la sabidura que contena se ha perdido tambin. No conservis una copia? Sera una pena que...

Jared memoriz buena parte del contenido explic Simon. Seguro que l podra escribir un libro por su cuenta.

Mallory asinti con un gesto.

Y en los ltimos tiempos hemos aprendido unas cuantas cosas, verdad, Jared?

Jared sonri y baj la vista.

Supongo dijo al fin. Pero deseara acordarme de ms cosas.

Pap flexion las muecas recin liberadas y estir las piernas.

Lamento no haber estado aqu antes. No deb abandonaros a vosotros ni a vuestra madre. Quiero compensaros por lo que hice. Quiero quedarme.

Nosotros tambin te hemos echado de menos, pap dijo Simon.

S reconoci Mallory, mirndose las botas.

Jared guard silencio. Lo que estaba ocurriendo le pareca demasiado bueno para ser cierto. Todo aquello era sospechoso.

Mam? murmur y la sacudi con suavidad.

Pap extendi los brazos.

Venid a darme un abrazo!

Simon y Mallory se acercaron a abrazarlo. Jared mir a su madre y, de mala gana, se dispuso a cruzar la habitacin, cuando su padre dijo:

Quiero que estemos todos juntos para siempre.

Jared se qued petrificado. Deseaba con toda su alma que eso sucediera, pero no acababa de crerselo.

Pap nunca dira eso replic.

Su padre lo agarr del brazo.

Es que no quieres que volvamos a ser una familia?

Claro que s! grit Jared, soltndose y retrocediendo un paso. Quiero que pap deje de portarse como un tonto y que mam ya no est triste. Quiero que pap deje de hablar de s mismo y de sus pelculas y de su vida todo el tiempo; que se acuerde de que soy el perdedor a quien por poco expulsan del col, que Simon es al que le gustan los animales y que Mallory es la que practica esgrima. Pero eso no va a ocurrir, porque t no eres l!

Jared not que los familiares ojos color avellana de pap empezaban a adquirir tintes amarillentos. Su cuerpo comenz a alargarse y ensancharse hasta convertirse en una figura descomunal vestida con los andrajosos restos de un traje que en otros tiempos fue elegante. Sus manos se transformaron en zarpas y sus cabellos oscuros se entretejieron para formar ramas.

Mulgarath dijo Jared.

El ogro agarr a Mallory por el cuello con un brazo y a Simon con el otro.

Ven aqu, Jared Grace! atron la voz de Mulgarath, mucho ms grave que la de su padre. Se dirigi al balcn a grandes zancadas, sin soltar a sus presas. Si no te rindes, tirar a tus hermanos al foso de vidrio y hierro.

Djalos en paz orden Jared con voz temblorosa. T tienes el cuaderno de campo.

No puedo dejaros ir repuso Mulgarath. Conoces el secreto para acelerar el crecimiento de los dragones y tambin para matarlos. Conoces los puntos dbiles de mis trasgos. No puedo permitir que escribas otro cuaderno.

Corre! grit Mallory. Llvate a mam y corre! Le peg un mordisco al ogro.

Mulgarath solt una siniestra carcajada y apret el brazo en torno a su cuello, levantndola en vilo.

Crees que tus miserables fuerzas bastan para detenerme, nia humana?

Simon patale, pero el monstruo gigantesco no se dio por enterado.

T no eres l

Se oy un quejido en el otro extremo de la habitacin, y Jared se volvi a medias. Mam se rebull y abri los prpados. De pronto mir alrededor con los ojos desorbitados.

Richard? Me ha parecido or... Oh, Dios mo!

Todo ir bien, mam le asegur Jared, esforzndose por mantener un tono firme.

El hecho de que ella viese lo que estaba ocurriendo haca que todo fuese an ms horrible.

Mam, dile que corra! insisti Mallory. Corred los dos! Rpido!

Silencio, nia, o te romper el cuello gru el ogro, aunque acto seguido se dirigi a Jared con una actitud ms serena. Es un trato justo, no crees? Tu vida a cambio de las de tus hermanos y tu madre.

Jared, qu pasa? pregunt mam.

El muchacho intent conservar la calma. No quera morir, pero sera mucho peor que hicieran dao a sus hermanos y a su madre delante de l. Pareca que el ogro empezaba a relajar la presin con que sujetaba a Simon y Mallory, como si se dispusiera a soltarlos de un momento a otro.

No nos dejars ir... aunque te prometa que no escribiremos un nuevo cuaderno de campo?

Mulgarath neg lentamente con la cabeza, con una oscura satisfaccin en la mirada.

Djalos! exigi su madre, presa del pnico. Suelta a mis hijos! Jared, qu ests haciendo?

Fue entonces cuando Jared repar en la espada de Mallory, que estaba en el suelo. Esto lo ayud a concentrarse. Deba trazar un plan. Record lo que Arthur haba dicho sobre los ogros: que les gustaba alardear. Esperaba que Mulgarath no fuera una excepcin.

Por qu haces todo esto?

Me rendir y me entregar a ti.

No, pedazo de idiota! bram Mallory.

Jared, no lo hagas! grit Simon.

Pero antes... Jared trag saliva y rez para que el ogro mordiera el anzuelo me gustara saber una cosa. Por qu haces todo esto? Por qu ahora?

Mulgarath sonri, mostrando los dientes.

Vosotros los humanos arramblis con todo y os quedis con lo mejor. Vivs en palacios, os dais grandes banquetes y os vests con seda y terciopelo finos como si fuerais reyes. En cambio, se supone que nosotros, que vivimos para siempre y tenemos poderes mgicos, debemos inclinarnos ante vosotros y permitir que nos pisoteis. Pues bien, eso se acab.

Llevo mucho tiempo planeando este golpe. Primero cre que tendra que esperar a que mis dragones crecieran. El tiempo est de mi parte. Pero el cuaderno de campo me permiti acelerar el proceso. Siempre y cuando se les proporcione suficiente leche, los dragones son bastante dciles, sabes? Y estoy seguro de que habrs notado con qu rapidez se desarrollan gracias a la leche y lo poderosos que se vuelven. Los elfos son demasiado dbiles para detenerme, y los humanos ni siquiera se imaginan lo que les espera. Se acerca una nueva era... la era de Mulgarath! La era de los trasgos! Esta tierra tendr un nuevo seor!

Jared lade la cabeza, confiando en que Mulgarath estuviera demasiado ocupado hablando para darse cuenta, y susurr a su capucha:

Dedalete, puedes conseguir que las cadenas de la baranda queden sujetas a las piernas de Mallory y de Simon?

El duende se agit.

Sin hacer ruido ponme en el suelo, y ya veremos entonces si puedo musit.

Seguir dndole palique susurr Jared y acto seguido alz la voz, dirigindose al ogro. Pero por qu tuviste que matar a los enanos? No lo entiendo. Ellos queran ayudarte.

Acariciaban su propio sueo de un mundo hecho de hierro y oro. Pero qu gracia tendra dominar un mundo como se? No, yo quiero un mundo de carne, sangre y hueso. El ogro sonri de nuevo, complacido por el sonido de sus propias palabras, y baj la vista hacia Jared. Ya hemos charlado bastante. Acrcate.

Y qu pasa con el cuaderno de campo? pregunt Jared . Al menos dime dnde est.

No tiene mucho sentido que te lo diga replic Mulgarath. No se encuentra a tu alcance.

Slo tengo curiosidad por saber si habra sido capaz de encontrarlo insisti Jared.

Una sonrisa cruel deform las facciones del ogro.

De hecho, si hubieras sido ms astuto, habras dado con l. Es una pena que no seas ms que un nio humano; no eres rival para m. El cuaderno ha estado debajo de mi trono durante todo este tiempo.

Sabes una cosa? dijo Jared. Hemos matado a tus dragones. Espero que eso no afecte demasiado a tu ingenioso plan.

La expresin de Mulgarath revelaba autntica sorpresa, aunque su rostro enseguida se crisp con furia.

Jared vio con el rabillo del ojo que unas cadenas se deseslabonaban y serpenteaban por el suelo como vboras. Una de ellas se enrosc en torno a la pierna de Mallory, otra rode la cintura de Simon. Cuando el metal le roz la piel, Mallory dio un respingo. Una tercera cadena rept hacia el tobillo de Mulgarath y Jared esper que el ogro no se percatara.

Por desgracia, la pausa que hizo Jared bast para llamar la atencin de Mulgarath. ste mir hacia abajo y descubri a Dedalete, que corra por el suelo. El ogro tom impulso con su gigantesco pie y propin al duende una patada que lo mand al otro extremo de la habitacin, donde cay como un guante arrugado junto a la seora Grace.

Qu es esto? rugi Mulgarath, quitndose de un pisotn los eslabones que le rodeaban el tobillo . Pretendas gastarme una mala jugada?

Jared se abalanz hacia delante y recogi la espada plateada de Mallory.

Con una carcajada, Mulgarath arroj a Simon y a Mallory por encima de la baranda del balcn. Ambos profirieron un grito que enseguida se apag, mientras el alarido de su madre se prolongaba indefinidamente. Jared no saba si las cadenas haban resistido. No saba nada.

Sinti nuseas. La rabia se apoder de l. Todo lo vea pequeo y lejano. Notaba el peso de la espada en la mano como si fuera lo nico real en el mundo. Levant el arma en alto. Alguien, a lo lejos, pronunciaba su nombre en voz alta, pero le daba igual. Ya nada le importaba.

Entonces, justo cuando se dispona a atacar, repar en la mirada de satisfaccin del ogro, como si estuviese haciendo precisamente lo que Mulgarath esperaba..., como si Jared le estuviese siguiendo el juego. Si le lanzaba un golpe con la espada, estara midiendo sus fuerzas con el ogro, que sin duda vencera.

De improviso, Jared desvi el golpe inclinando la espada hacia abajo, de tal manera que clav la punta en el pie a Mulgarath.

El ogro solt un berrido de sorpresa y dolor al tiempo que levantaba el pie herido. Jared dej caer la espada, agarr el extremo de la cadena que Mulgarath estaba pisando y tir de ella con todas sus fuerzas. El ogro se tambale hacia atrs, pugnando por recuperar el equilibrio, pero justo en el momento en que sus pantorrillas chocaban contra las cadenas que formaban la barandilla, Jared lo embisti de nuevo. El peso de Mulgarath arranc las cadenas de la pared, y el monstruo se precipit al vaco.

Jared corri hasta el balcn. Inmensamente aliviado, constat que Simon y Mallory colgaban de sus cadenas sobre el foso, Simon sujeto por la cintura, y Mallory por la pierna. Lo llamaron con voz dbil.

Jared empezaba a sonrer cuando Mulgarath empez a escalar hacia ellos valindose de otra cadena, mientras su cuerpo adquira la forma sinuosa de un dragn.

Cuidado! advirti Jared.

Simon, que se encontraba suspendido ms cerca del monstruo, intent darle una patada, pero slo consigui que las cadenas se balancearan de manera peligrosa.

Mallory y Simon chillaron cuando Jared se inclin lo ms que pudo, blandiendo la espada de nuevo. Esta vez la hoja golpe la cadena de la que penda el ogro, cortndola e incrustndose en la pared del palacio. Mulgarath empez a transformarse de nuevo. Mientras el ogro caa a toda velocidad hacia los afilados cristales del foso, su cuerpo se redujo hasta convertirse en el de una golondrina. El pjaro sali volando del foso haciendo un viraje y se dirigi hacia la muchedumbre de trasgos que se haba reunido. En unos segundos, Mulgarath conducira a ese ejrcito al palacio, y la familia Grace no tendra escapatoria.

Pero entonces, cuando el ave emprendi un giro para volar de regreso a donde se encontraban los chicos, un trasgo extendi el brazo y caz al pjaro al vuelo. Todo ocurri tan deprisa que Jared no tuvo tiempo de sorprenderse y el ogro no tuvo tiempo de cambiar de forma otra vez.

Cerdonio le arranc la cabeza a la golondrina de un mordisco y la mastic dos veces con evidente delectacin.

Avechucho chamagoso dijo tragando.

Jared no pudo evitarlo. Rompi a rer.

Todo este tiempo yo no saba nada.Eplogo

Donde concluye la historia de los hermanos Grace

J

ared se sent en el reluciente suelo de la biblioteca recin limpiada de Arthur y se apoy en la pierna de ta Lucinda. Mallory, arrodillada a su lado, apilaba viejas cartas escritas en idiomas que ninguno de ellos saba. Simon hojeaba un viejo libro con fotografas color sepia mientras mam les serva un t.

La escena habra resultado bastante corriente de no ser porque Cerdonio estaba sentado cerca en una banqueta para los pies, jugando a las damas con Dedalete, que iba vendado y tena un aspecto irritado.

Lucinda sostuvo en alto una de las pinturas de una niita que descansaban sobre el escritorio de Arthur.

No puedo creerlo. Durante todo este tiempo yo no saba nada.

Haban pasado tres semanas desde que derrotaron a Mulgarath, y por fin Jared empezaba a pensar que esta vez la tranquilidad iba a durar. Los trasgos se haban dividido en grupos que luego se enfrentaron entre s. Para cuando salieron del palacio, Byron ya se haba marchado, al parecer despus de zamparse hasta la ltima cra de dragn. Jared, Simon, Mallory y su madre haban regresado a casa a pie. Haba sido una larga caminata, y cuando llegaron a casa estaban tan cansados que se desplomaron sobre los montones de plumas y tela que antes eran sus camas, sin quejas ni comentarios. Ya haba oscurecido cuando Jared se despert. Dedalete estaba en una almohada a su lado, acurrucado junto al gatito anaranjado de Simon. Sonriendo, Jared respir hondo y casi se atragant con las plumas.

Al bajar las escaleras, top con su madre, que estaba limpiando la cocina. En cuanto l cruz la puerta, ella lo abraz.

Lo siento mucho dijo mam.Aunque en cierto modo esto le haca sentir como un nio pequeo, l le devolvi el abrazo y los dos permanecieron as durante largo rato.

Al cabo de unos das, esa misma semana, la seora Grace haba hecho una serie de trmites para sacar a Lucinda del hospital psiquitrico e instalarla en casa. Jared se qued asombrado cuando un da volvi del colegio y encontr a su ta abuela, con un peinado y un vestido nuevos, sentada en la sala de estar. Al morir Mulgarath, seguramente su magia se haba extinguido, y aunque Lucinda caminaba a menudo con un bastn, tena la espalda tan recta como cuando era joven.

La seora Grace no haba conseguido tan buenos resultados en relacin con los problemas escolares de Jared: lo haban expulsado. La madre los haba matriculado, a l y a Simon, en una escuela privada cercana. Les haba asegurado que ah impartan unos cursos excelentes de arte y de ciencias. Mallory decidi quedarse en el antiguo colegio. Al fin y al cabo, slo le faltaba un ao para entrar en el instituto y tena todava mucho por demostrar en el equipo de esgrima del J. Waterhouse.

Jared, por su parte, haba guardado el cuaderno de campo de Arthur bajo llave en su arcn de metal. Sin embargo, despus de todo lo ocurrido, no saba qu pensar. Seguiran acosndolos aquellos seres? Se habran terminado los problemas ahora que el ogro haba muerto, o lo peor estaba an por llegar?

En el despacho empez a soplar una brisa que desparram los papeles y sac a Jared de sus pensamientos. Simon se puso en pie de un salto para intentar atrapar las cartas arrastradas por la corriente de aire.

Te has dejado alguna ventana abierta? le pregunt mam a ta Lucinda.

No recuerdo haberlo hecho respondi sta.

Ya la cierro yo se ofreci Mallory, y se encamin hacia la ventana.

Entonces una hoja solitaria entr transportada por la brisa. Danz en el aire, girando, flotando, y fue a parar justo a los pies de Jared. Era de color marrn verdoso, y a Jared le pareci que era de arce. Su nombre apareca escrito en la hoja con una caligrafa esmerada. Le dio la vuelta y ley:

No dice dnde seal Mallory, que haba ledo el mensaje por encima de su hombro.

En el claro, supongo dedujo Jared.

No pensars ir, no? pregunt Simon.

Pues s contest Jared. Lo promet.

Debo entregarles el cuaderno de campo de Arthur. No quiero que nada de esto vuelva a pasar.

Entonces iremos contigo anunci Simon.

Yo tambin ir dijo mam.

Los tres nios se quedaron mirando a su madre, atnitos, y luego se miraron entre s.

Y no os olvidis de m, chachalacos salt Cerdonio.

No os olvidis de nosotros corrigi Dedalete.

Ta Lucy alarg el brazo para coger su bastn.

Espero que ese sitio no est muy lejos.

Esa noche salieron todos de la casa provistos de faroles, linternas y el cuaderno de campo. A los chicos les resultaba extrao salir en busca de seres sobrenaturales con mam a la zaga y ta Lucy del brazo de Simon. Caminaron colina arriba y descendieron cuidadosamente por la otra ladera.

A Jared le pareci or que alguien susurraba: Listo es el que hace listezas, pero quiz se trataba slo del viento o de su memoria.

El claro estaba iluminado por docenas y docenas de espritus del bosque que zumbaban en el aire, centelleando como lucirnagas gigantes, posndose en las ramas de los rboles o sobre la hierba. Varios elfos muchos ms que en la primera visita de los nios estaban sentados en el suelo, ataviados con los intensos colores del otoo, como para camuflarse en la floresta.

Los elfos guardaron silencio cuando el reducido grupo de humanos se dirigi al centro del claro. All, de pie entre todos los que estaban sentados, se hallaba la elfa de ojos verdes, con una expresin inescrutable. Junto a ella se encontraban el elfo con las hojas en la frente, con el semblante adusto, y el pelirrojo Lorengorm, que sonrea.

Al pensar en lo que habra hecho Dedalete, Jared se inclin en una torpe reverencia. Los otros siguieron su ejemplo.

Hemos trado el cuaderno anunci Jared, y se lo tendi a la elfa de ojos verdes.

Ella le dedic una sonrisa.

Has hecho bien. Todos debemos fidelidad a nuestras promesas, y si t hubieses quebrantado la tuya, Simon se habra visto obligado a permanecer con nosotros durante una larga temporada.

El aludido sinti un escalofro y se arrim a Mallory. Jared frunci el ceo.

Sin embargo, puesto que la has cumplido prosigui ella, deseamos entregaros el cuaderno para que lo custodiis celosamente.

Qu? exclam Mallory.

Jared tambin se qued boquiabierto.

Habis demostrado que los humanos sois capaces de utilizar las enseanzas que contiene para hacer el bien. As pues, os devolvemos el libro.

Lorengorm dio un paso al frente.

Deseamos asimismo daros una muestra de nuestra gratitud por haber restablecido la paz en estas tierras. Con este objeto hemos decidido haceros una ddiva.

Una ddiva? Cerdonio sac pecho. Y a m qu me dais? Cmo es que estos saltabancos van a recibir una recompensa cuando fui yo quien derrot a Mulgarath?

Varios elfos estallaron en carcajadas, y Dedalete dirigi a Cerdonio una mirada severa.

Ya me extraaba a m que viniera con nosotros para apoyarnos coment Mallory.

Qu es lo que quieres, pequeo trasno? pregunt la elfa de ojos verdes.

Bueno dijo Cerdonio, llevndose un dedo a la boca en actitud pensativa, quisiera... algn tipo de medalla, s, eso es. De oro, con una inscripcin: Intrpido mataogros. No, mejor: Aniquilador supremo de ogros. O qu tal...?

Eso es todo? pregunt Lorengorm.

La inscripcin debera decir Zoquete supremo le susurr Simon a Jared.

No, hay ms respondi el trasgo. Quiero que se celebre un banquete triunfal en mi honor. Con huevos de codorniz. Me encantan los huevos de codorniz. Y un pastel de pichn y gato asa...

Tendremos en cuenta tus peticiones lo interrumpi la elfa de ojos verdes, disimulando apenas una sonrisa bajo su delicada mano. Pero ahora debo pedir a los nios que expresen el deseo que alberga su corazn.

Jared se volvi hacia sus hermanos. Al principio parecan meditabundos, pero poco a poco se dibuj una sonrisa en sus labios. Jared mir a mam, que an pareca un poco confundida, y a su ta abuela, que irradiaba esperanza.

Queremos que nuestro to bisabuelo, Arthur Spiderwick, pueda decidir si desea quedarse en el reino de los seres sobrenaturales o no.

Sed conscientes los previno Lorengorm de que si opta por regresar al mundo de los mortales, se convertir en un montn de polvo y ceniza en cuanto ponga un pie en el suelo.

Jared asinti con la cabeza.

Somos conscientes de eso.

Habamos previsto vuestro deseo dijo la elfa de ojos verdes.

A un gesto de su mano, los rboles se separaron para franquear el paso a Byron. Sobre l iba montado Arthur Spiderwick.

Has hecho un magnfico trabajo

Jared oy que a sus espaldas los dems repriman un grito de sorpresa. Arthur dirigi una breve sonrisa a Jared, y esta vez el muchacho advirti que sus ojos eran como los de Lucinda; reflejaban inteligencia, pero tambin bondad. Arthur iba sentado sobre el grifo, claramente incmodo, pero lo acariciaba con reverente admiracin. Luego pos la vista en Mallory y Simon y se ajust las gafas.

Sois mis sobrinos bisnietos, verdad? pregunt en tono amable. Jared no mencion que tuviese hermanos.

Jared asinti en silencio. Intent pensar si habra algn modo de disculparse por las cosas que le haba dicho antes. Se pregunt qu opinin se haba formado Arthur de l.

Me llamo Simon se present ste. Y sta es Mallory, y sta, nuestra madre. Simon se volvi hacia Lucinda y titube.

Encantado de conoceros dijo Arthur. Salta a la vista que por las venas de vosotros tres corre la misma sangre inquisitiva que por las mas. Quizs hayis tenido ocasin de lamentarlo. Sacudi la cabeza con gesto irnico. Al parecer vuestra curiosidad os ha metido en muchos los. Por suerte, me da la impresin de que los tres sois mucho ms hbiles para salir de aprietos de lo que yo jams he sido.

Arthur sonri de nuevo, esta vez con toda franqueza. Era una sonrisa amplia que le confera un aspecto muy distinto del hombre del retrato.

Nosotros tambin nos alegramos de conocerte dijo Jared. Queremos devolverte tu libro.

Mi cuaderno! exclam Arthur. Lo tom de manos de Jared y se puso a hojearlo. Fijaos... Quin hizo estos bosquejos?

Yo reconoci Jared, con un hilo de voz . S que no son muy buenos...

Tonteras! repuso Arthur. Has hecho un magnfico trabajo. Estoy convencido de que algn da sers un gran artista.

En serio? pregunt Jared.

Arthur asinti con la cabeza.

En serio.

Dedalete se acerc hasta los zapatos de Arthur.

Me alegro de saludarte, mi viejo amigo, pero ha venido alguien ms conmigo. sta es Lucinda, para ti muy querida, aunque mucho la ha cambiado la vida.

Arthur se qued sin respiracin al reconocerla. Debe de chocarle lo vieja que est, pens Jared. Intent imaginar qu ocurrira si su madre, an joven, contemplara una versin envejecida de l, pero la idea le pareca demasiado dura, demasiado triste. Lucinda sonri y las lgrimas le resbalaron por las mejillas.

Pap! dijo. Ests igual que el da que te marchaste.

Arthur hizo ademn de descabalgar.

No! grit Lucinda. Quedars reducido a polvo. Apoyndose en el bastn, se aproxim a donde l estaba.Lamento mucho haberos causado tanta tristeza a ti y a tu madre dijo l. Siento haber intentado engaar a los elfos. Nunca deb correr ese riesgo. Siempre te he querido, Lucy. Siempre he deseado regresar a casa.

Ya ests en casa repuso Lucinda. Arthur neg con la cabeza.

La magia de los elfos me ha mantenido con vida durante demasiado tiempo. He sobrepasado con creces la edad que estaba destinado a alcanzar. Ha llegado el momento de que me vaya, pero despus de haberte visto, Lucy..., puedo irme sin pena.

Acabo de recuperarte se lament ella. No puedes morirte ahora.

Arthur se inclin para murmurarle al odo unas palabras que Jared no alcanz a or antes de apearse del grifo y abrazarla. En cuanto el pie de Arthur se pos en el suelo, su cuerpo se convirti en polvo y despus en una columna de humo que se arremolin en torno a la ta abuela de Jared y se elev hacia el cielo nocturno hasta desaparecer.

Jared se volvi hacia Lucinda, suponiendo que la vera llorar, pero estaba serena, contemplando las estrellas con una sonrisa en los labios. Jared desliz la mano entre las suyas.

Es hora de que nos vayamos a casa dijo ta Lucinda.

Jared asinti con la cabeza. Reflexion sobre todo lo ocurrido, todas las cosas que haba visto, y de pronto cay en la cuenta de que le quedaba mucho por dibujar. Despus de todo, apenas haba comenzado.

Sobre Tony DiTerlizzi

Autor de xito del New York Times, Tony DiTerlizzi es el creador de la obra ganadora del premio Zena Sutherland Ted, Jimmmy Zanwows Out-of-This-Word Moon Pie Adventure, as como de las ilustraciones por los libros de Tony Johnson destinados a lectores noveles. Ms recientemente, su cinematogrfica versin del clsico de Mary Howitt The Spider and the Fly recibi el Caldecott Honor. Por otra parte, los dibujos de Tony han decorado la obra de nombres tan conocidos de la literatura fantstica como J.R.R. Tolkien, Anne McCaffrey, Peter S. Beagle y Greg Bear. Reside con su mujer, Angela, y con su perro Goblin, en Amherst, Massachusetts. Visita a T