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Curso de Trinidad DIOS UNO Y TRINO Reportes de lectura desde el texto de: Lucas F. Mateo – Seco, Dios Uno y Trino Francisco Javier García Escorza INTITUTO TEOLÓGICO VERBUM DEI “SAN PABLO APOSTOL” ENERO 2014 ESPAÑA

Dios Uno y Trino: Reflexión bíblica y dogmática

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Reflexión sobre la Santísima Trinidad

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Curso de Trinidad

DIOS UNO Y TRINO Reportes de lectura desde el texto de:

Lucas F. Mateo – Seco, Dios Uno y Trino

Francisco Javier García Escorza INTITUTO TEOLÓGICO VERBUM DEI “SAN PABLO APOSTOL”

ENERO 2014 ESPAÑA

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1 MATEO – SECO, Lucas Francisco. Dios Uno y Trino. Ed. EUNSA, España, 1998

Francisco Javier García Escorza | INTITUTO TEOLÓGICO VERBUM DEI “SAN PABLO APOSTOL”

INDICE

1. Introducción al Texto de trabajo: Visión del autor sobre el tratado de Trinidad ............................... 3

a. Dios en la teología............................................................................................................................. 3

b. Tratado teológico sobre Dios y su relación con la Teología Natural ............................................... 3

c. Dios es Trinidad ................................................................................................................................. 3

d. Tratado sobre Dios en el conjunto de la teología sistemática ........................................................ 3

2. Las personas divinas en la Historia de Salvación ................................................................................. 4

a. La existencia de las misiones en Dios ............................................................................................... 4

b. La noción de misión y su comprensión analógica ............................................................................ 4

c. Procedencia eterna y misión temporal ............................................................................................ 4

d. Misión visible y misión invisible ....................................................................................................... 5

e. Trinidad económica y Trinidad inmanente ...................................................................................... 5

3. El Misterio de Dios en la Sagrada Escritura .......................................................................................... 7

a. Revelación en el Antiguo Testamento ............................................................................................. 7

b. Los Rasgos del Dios de la Alianza en Antiguo Testamento .............................................................. 9

c. Los rasgos del Dios de la Alianza en el Nuevo Testamento ........................................................... 10

4. La Revelación del Misterio Trinitario en las Sagradas Escrituras. ..................................................... 12

a. La Revelación de Dios Padre ........................................................................................................... 12

b. La Revelación de Dios Hijo .............................................................................................................. 12

c. La Revelación de Dios Espíritu Santo ............................................................................................. 14

d. Expresiones Trinitarias del Nuevo Testamento ............................................................................. 15

5. La época Prenicena ............................................................................................................................. 16

a. Los primeros testimonios ............................................................................................................... 16

b. Confesión de la fe, reflexión teológica y desarrollo dogmático .................................................... 17

c. Comienzo de la Reflexión Teológica ............................................................................................... 17

d. Los Padres Apostólicos ................................................................................................................... 18

e. Los Padres Apologetas .................................................................................................................... 19

6. Las herejías antitrinitarias, defensas trinitarias, Concilios de Nicea y Constantinopla .................... 21

MONARQUIANISMO ................................................................................................................................ 21

ARRIANISMO ............................................................................................................................................ 22

Eunomio y el anomeismo ........................................................................................................................ 23

MACEDONIANISMO ................................................................................................................................. 24

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2 MATEO – SECO, Lucas Francisco. Dios Uno y Trino. Ed. EUNSA, España, 1998

Francisco Javier García Escorza | INTITUTO TEOLÓGICO VERBUM DEI “SAN PABLO APOSTOL”

7. La Teología Trinitaria Latina ............................................................................................................... 25

a. Tertuliano ........................................................................................................................................ 25

b. San Hilario de Poitiers ..................................................................................................................... 25

c. San Agustín ...................................................................................................................................... 26

8. Algunas reflexiones sobre la Trinidad ................................................................................................ 27

a. Ricardo de San Víctor ...................................................................................................................... 27

b. Santo Tomás de Aquino .................................................................................................................. 27

Bibliografía ...................................................................................................................................................... 29

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3 INTRODUCCIÓN

Francisco Javier García Escorza | INTITUTO TEOLÓGICO VERBUM DEI “SAN PABLO APOSTOL”

El presente reporte nos hablará de la introducción del texto de trabajo, ésta nos dará una línea sobre el texto

a trabajar en las distintas partes y futuros reportes. Este texto de Trinidad nace por la intención del autor de

sistematizar y aunar material que utiliza en sus clases de teología en la Universidad de Navarra.

1. Introducción al Texto de trabajo: Visión del autor sobre el tratado de Trinidad

a. Dios en la teología La Teología es la ciencia sobre Dios tal cómo Él se ha revelado a los seres humanos a través de los tiempos,

de muchas maneras, a través de hechos y palabras; revelación que ha llegado a la plenitud en Cristo. Dios es

el sujeto de la teología, es decir, la Santísima Trinidad es centro de toda la experiencia teológica.

Dios es el centro de la teología, pero es también centro de nuestra existencia humana, es razón y fin de

nuestro existir; por lo tanto, tratar sobre Dios es algo que nos afecta decisiva y profundamente. La pregunta

sobre Dios está inscrita en el corazón del hombre, éste es capax Dei, Dios que atrae al hombre y lo realiza en

su plenitud (por eso la cuestión del hombre está implicada en la cuestión de Dios). Es necesario y posible

hablar sobre Dios precisamente por la llamada trascendente que todo hombre lleva inscrita en su corazón.

b. Tratado teológico sobre Dios y su relación con la Teología Natural Dios se revela a través de la creación y el espíritu humano, los profetas, su Hijo. El ser humano puede conocer

a Dios a través de la revelación de Dios, pero ¿puede llegar a Dios por medio de la razón natural?

La razón humana no alcanza a Dios en sí mismo, pero puede llegar a Él; en esto el camino teológico, de la

revelación, aventaja a la razón, pues Dios se da a conocer a sí mismo. Ahora bien, La Revelación de sí mismo

que Dios hace al hombre no desvela todo el misterio, es decir, la teología no agota el misterio sobre Dios,

porque Dios se revela ocultándose.

Para Karl Barth es incompatible la razón humana, la teología natural, con la teología de la revelación; pues la

primera no nos dice a Dios en sí mismo, sino un ídolo. Sin embargo, para doctrina cristiana Dios puede ser

conocido con certeza por medio de la luz natural de la razón. (Romanos 1,20).

Para el autor, la fe, el Dios de la revelación, supone y necesita de la razón.

c. Dios es Trinidad Dios, en el tiempo, se ha revelado al hombre, se ha dado conocer y el hombre ha ido conociendo a Dios. En

un principio se dio a conocer como un ser único; sin embargo, luego se dio a conocer como tripersonal, sin

quitar la unidad.

Dios es una unidad tripersonal, personas divinas distintas entre sí y relativas unas a otras (Símbolo

Quicumque). Dios se ha revelado en tres personas, pero no quiere decir que sean tres dioses, sino que,

además, en Dios hay una unicidad.

En la teología no podemos separar a la Trinidad inmanente (Dios en sí mismo) con la Trinidad económica

(que se ha ido revelando), aunque tampoco pueden identificarse.

d. Tratado sobre Dios en el conjunto de la teología sistemática El Dios viviente es la meta del caminar humano, su realización, y es, además, la meta de todo quehacer

teológico. Dios es el centro de toda reflexión teológica, aunque la reflexión teológica no agota a Dios. San

Agustín mostrará esta superioridad de Dios al conocimiento humano con la siguiente paradoja: queremos

buscarle para encontrarle; queremos buscarle porque ya le hemos encontrado.

La reflexión teológica va más allá de un conocimiento de Dios, quiere penetrar, por la fe, en el misterio de

intimidad, en el misterio trinitario: razón y fin de nuestra vida, centro de la teología.

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4 LAS PERSONAS DIVINAS EN LA HISTORIA DE SALVACIÓN

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2. Las personas divinas en la Historia de Salvación En este punto trataremos sobre la relación de la Trinidad inmanente y la Trinidad económica, teniendo en

consideración el axioma fundamental de Karl Rahner: “La Trinidad económica es la Trinidad inmanente, y

viceversa.” Nos llevará a reconocer la primera proposición del axioma y negar, por decirlo de una manera, la

segunda proposición: “La Trinidad inmanente es la Trinidad económica”, pues la Trinidad inmanente y

económica se relación, pero no se identifican.

Ahora bien, la Trinidad inmanente se ha revelado en la historia a través de la Trinidad económica que se ha

hecho, a través de ésta se revela y se comunica al hombre. La Trinidad se ha revelado como Trinidad

económica por medio de las misiones que veremos en los siguientes puntos de este apartado; pues Dios se

ha revelado como ser personal en el Antiguo Testamento y en Cristo por ser comunitario; lo veremos a

continuación, teniendo en cuenta siempre el axioma fundamental de Rahner.

a. La existencia de las misiones en Dios Las Sagradas Escrituras expresan claramente la misión del Hijo con los verbos dar o enviar, como lo podemos

ver en Juan 3, 16-17 cuando dice que Dios entregó a su Hijo y no lo envió para juzgar el mundo sino para que

se salve por medio de Él. Lo mismo sucede con el Espíritu Santo, en Juan 14,16 dice Jesús que el Padre dará

otro “abogado” y en Juan 14, 26 dice Jesús que el Padre enviará el Espíritu Santo en el nombre de Jesucristo.

A través de las misiones Dios se revela en la historia, es la presencia de Dios en la historia misma, en la historia

de salvación, en la que Dios “se hace Trinidad económica.” Las misiones nos habla del envío de una de las

personas divinas a una persona creada, implica un nuevo modo de presencia y un cambio en aquel a quien

es enviado (cambio en el destinatario de la misión, en el ser humano), por ejemplo el ser hijos en el Hijo, es

decir, el Hijo es enviado por el Padre al ser humano y hace de éste hijo por el Espíritu Santo (el actuar uno

de las tres personas divinas: pericoresis).

b. La noción de misión y su comprensión analógica Al hablar de las misiones trinitarias nuestra referencia son las Sagradas Escrituras, de ellas se desprende:

El Padre no es enviado, viene a los hombres (cf. Juan 14,23), pero no es enviado; en cambio, es el

que envía.

Se desprende que la Persona Divina enviada procede de otra Persona Divina (procedencia eterna).

La Persona Divina enviada se presente en la criatura racional de un modo nuevo, sin mutación en la

Persona divina, por su perfección, y un cambio en la persona creada a la que es enviada (misión en

la historia, una prolongación, un hacerse visible la procedencia eterna).

Igualdad de las Personas divinas y la pericoresis, circuminsessio¸ es decir, no hay superioridad de una

Persona sobre otra, en otras palabras, no hay subordinación.

Al hablar de misión en la Trinidad no lo podemos hablar de forma unívoca, pues no hay una superioridad de

una persona sobre otra, hay una igualdad; además, donde está una está la otra. Sin embargo, hay una

procedencia eterna y hay un envío temporal (visible e invisible); pero tampoco podemos hablar de misión de

forma equívoca: hablamos de misión de forma análoga.

Es importante aclarar que hay un don activo y un don pasivo en las misiones (M.J. Scheeben), es decir, la

Persona divina enviada se da a sí misma, pero a la vez es dada por Otro.

c. Procedencia eterna y misión temporal La misión es la revelación de una realidad interior de la Trinidad: las procedencias. Las misiones de las

personas de la Trinidad, el Hijo y el Espíritu, se dieron en el tiempo; sin embargo, la procedencia es eterna.

Con San Agustín en su escrito De Trinitate sabemos que el Hijo no ha sido creado sino engendrado desde

antes de los tiempos (cf. Juan 1,1ss); sin embargo, en el tiempo (Historia de salvación o economía de

salvación) se hizo carne y habitó entre nosotros. Del mismo modo, el Espíritu Santo no es creado, procede

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5 LAS PERSONAS DIVINAS EN LA HISTORIA DE SALVACIÓN

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del Padre, como el Hijo, pero al ser Espíritu del Padre y del Hijo (Espíritu de comunión, el amor), entonces

procede del Padre y del Hijo (Filioque). La procedencia eterna del Espíritu Santo se hace presente en el

tiempo, en varios momentos, principalmente en Pentecostés y el acompañar el actuar de la Iglesia

(prolongación de las misiones trinitarias: “Como el Padre me envió, así los envío a ustedes” (Juan 20, 21).

d. Misión visible y misión invisible Se trata sobre el actuar de la Persona divina en la historia, en el tiempo, en la economía de salvación. La

misión visible es aquélla que está acompañada de signos sensibles (en el Hijo la encarnación, en el Espíritu

pentecostés). Ahora bien, está presente la misión invisible, aquélla que no se ve (el ser hijos en el Hijo, la

inhabitación del Espíritu Santo en el ser humano).

La misión visible e invisible procuran la santificación del ser humano.

i. Misión del Hijo

La Misión del Hijo es la encarnación. El Hijo, la Palabra eterna de Dios, ha sido enviada a los hombres, y esta

Palabra que es Dios se hizo hombre (Juan 1,1ss).

El Hijo ha sido enviado por el Padre, sólo por el Padre en su relación hipostática, por el Padre es Hijo. El Hijo

tiene como misión revelar quién es el Padre (dice el mismo Jesús en Juan 14,9 “quien me ha visto a mí ha

visto al Padre). La misión del Hijo revela también al Espíritu Santo, por quien fue ungido (misión conjunta del

Hijo y del Espíritu), viene a hacer al hombre hijo de Dios, es decir, actúa en el hombre, en el ser humano,

realizando la filiación entre el Padre y el hombre, es decir, la vida en comunión con Dios.

El Hijo prolonga su actuar en la Eucaristía.

ii. Misión del Espíritu Santo

El Espíritu Santo es enviado por el Padre y el Hijo (cf. Juan 14,26.15, 26). Es una misión en conjunción con el

Hijo: Por obra del Espíritu Santo es engendrado Cristo en María (Lucas 1,35) , unge en el bautismo (Mateo

3,16), está presente en la Transfiguración (Mateo 17,5), glorifica al Hijo (cf. Juan 16,14). Ahora bien, hay una

conjunción con el Hijo, pero no hay confusión: El Espíritu Santo es una Persona Divina distinta al Hijo,

procede del Padre y del Hijo y recibe una misma adoración y gloria.

Vemos también la misión del Espíritu en Pentecostés (Hechos 2,3-4), el Espíritu enviado y la Trinidad es

revelada plenamente y se consuma la Pascua de Cristo (cf. CEC 731-732).

La misión del Espíritu Santo es ser nexo, ser unión, amor, don, es quien nos hace clamar Abba (cf. Gálatas

4,4-6), por medio de Él somos hijos en el Hijo. El amor ha sido derramado en nuestros corazones por el

Espíritu Santo (cf. Romanos 5,5), es decir, el Espíritu nos “mueve” en la realidad divina al inhabitar en

nosotros. Es unión con la Trinidad, es nexo con ella, es amor derramado, es don.

e. Trinidad económica y Trinidad inmanente Por medio de las misiones, del actuar de Dios en la historia, Él mismo se ha ido revelando, se ha ido dando a

conocer. Se ha dado conocer en su realidad ontológica, interior, la comunitariedad, distinción de personas

(tres), igualdad en divinidad (uno). De aquí que, el axioma de Karl Rahner en su primera proposición: “La

Trinidad económica es la Trinidad inmanente” es cierta: La Trinidad económica revela a Dios en sí mismo.

Empero, la segunda proposición del axioma fundamental no es aceptada: “La Trinidad inmanente es la

Trinidad económica”, es decir, entre la Trinidad inmanente y económica hay una relación, pero no una

identificación.

Sobre esto último es sostenido por Congar que manifiesta que la autocomunicación de la Trinidad será

plenamente en la visión beatífica en el final de los tiempos; en la economía de salvación hay una kenosis, una

humillación de la Trinidad, lo que produce una distancia entre la Trinidad económicamente revelada y la

Trinidad eterna, aunque es la misma (la económica a la inmanente) está de un modo no connatural al ser de

las divinas Personas; hay un límite, la encarnación es un límite.

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6 LAS PERSONAS DIVINAS EN LA HISTORIA DE SALVACIÓN

Francisco Javier García Escorza | INTITUTO TEOLÓGICO VERBUM DEI “SAN PABLO APOSTOL”

Kasper menciona que podemos caer en el peligro de disolver la Trinidad eterna en la Trinidad económica

como si la Trinidad se hiciera en el tiempo. Hay que reconocer el modo soteriológico de la autocomunicación

de Dios en que la Trinidad está en un nuevo modo de ser; es decir, el modo soteriológico nos habla de la

Trinidad inmanente, es la forma de autocomunicarse, pero no puede confundirse.

Para A. Aranda tampoco se puede confundir a la Trinidad inmanente con la económica, no se pueden

identificar. Hay que tener en cuenta, comenta Aranda, que la Trinidad a través de la encarnación ha querido

misteriosamente y por amor implicarse en la historia humana, en una historia de pecado y salvación, que

no hubiera sido así si el hombre no hubiera pecado, y si fuere así ¿quién puede asegurar que Cristo hubiera

muerto, y muerto en cruz, y resucitado? Es decir, podemos entender, que la revelación podría haber sido

distinta.

Con los argumentos de Congar, Kasper y Aranda, se manifiesta que la segunda proposición del axioma

fundamenta de Rahner no es aceptable; si bien la Trinidad económica es la Trinidad inmanente, la Trinidad

inmanente no se puede confundir en la económica (la revelada en las misiones divinas) porque hay una gran

distancia entre la Inmanente y la Económica, porque no se puede disolver la primera en la segunda, porque

la Trinidad al implicarse en la historia humana se implica en una historia de pecado y de salvación, pero que

pudo haber sido diferente.

La Trinidad inmanente y económica no se identifican, pero nos revela el misterio de alteridad y de unidad en

las personas divinas.

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7 EL MISTERIO DE DIOS EN LA SAGRADA ESCRITURA

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3. El Misterio de Dios en la Sagrada Escritura La doctrina cristiana sobre Dios tiene una larga historia, comienza por el Antiguo Testamento, continúa en el

Nuevo y se reflexiona en la Tradición.

Con respectos a las Escrituras, Jesús, en el Nuevo Testamento, al hablar de Dios o de su Padre hace referencia

al Dios de su pueblo, al mismo Dios que Israel cree y adora, al mismo Dios de los Patriarcas. Es el mismo Dios,

pero con novedades: Trinidad.

Las Sagradas Escrituras tienen un camino de encuentros entre Dios y los seres humanos, encuentros en que

Dios se ha ido revelando al ser humano y éste le ha ido acogiendo. Dios que llamó a los Patriarcas, que ha

pasado por la revelación del nombre a Moisés y la alianza, que habló por los profetas, y que en la plenitud

de los tiempos se autorrevela en Jesucristo (cf. Hb.1,1ss), que los primeros cristianos reflexionaron en esa fe

de Dios por medio de la gracia del Espíritu Santo.

a. Revelación en el Antiguo Testamento El tema central en el Antiguo Testamento, la centralidad del pueblo de Israel es la Alianza, Dios ha hecho una

alianza con el pueblo y lo ha salvado. Es un Dios que ha elegido al Pueblo y lo ha llamado, en las personas de

los Patriarcas, y que en tiempos de Moisés ha hecho una Alianza con el Pueblo. La centralidad del Antiguo

Testamento es la Alianza, desde ahí se desprende todo.

i. La Progresiva Revelación que Dios hace de Sí Mismo.

La Biblia narra las intervenciones de Dios en la historia y al ir haciendo esto va señalando atributos divinos,

teniendo como centralidad la actuación de Dios en la Alianza.

Reconstruir los hechos tal cual fueron, reconstruir el orden en que se escribieron los textos sagrados, es una

tarea difícil que corresponde a la disciplina de la historia del Pueblo de Israel. En la teología especulativa, se

busca señalar los principales y definitivos rasgos con que la imagen de Dios aparece destacada en el

Antiguo Testamento.

La Revelación de Dios tiene un carácter progresivo al igual que la historia de salvación, la podemos dividir en

cinco etapas:

Los Patriarcas, elección de Dios y llamada de éste a los patriarcas y formación del pueblo. No

podemos hablar de un monoteísmo teórico, pero sí práctico, el Dios de los Padres, del Pueblo, es

uno, sin quitar la posibilidad de otros dioses.

Moisés, revelación del nombre de Dios y la Alianza. Es el punto central del Pueblo de Israel, Dios

hace alianza con el Pueblo, se compromete con él y lo libera de la esclavitud. Le revela un nombre

misterioso, de esta manera se hace cercano al Pueblo, sin dejar su trascendencia, él es el Señor de

Israel.

Periodo de institucionalización del Pueblo: La monarquía. El Pueblo pide un rey como los demás

pueblos de la Tierra, perdiendo de alguna forma la conciencia de que Dios es su Rey. Aparece la

dinastía davídica y el futuro mesianismo, siempre en clave de la Alianza.

Los Profetas, se recalca cada vez más la fe en un Dios único, trascendente, todopoderoso y lleno de

misericordia.

Periodo postexílico. Se llega a la conclusión de Dios único y universal, la teología de la creación nace

de esta época. Es el periodo de una reflexión sapiencial sobre Yahvé, sobre su existencia y su

Providencia, la problemática del mal y del Reino de Dios.

ii. Revelación del Nombre de Yahvé

Dios trasciende todo conocimiento y, en consecuencia, trasciende toda palabra que pueda decirse de Él; sin

embargo, si no se le pudiese atribuir ningún nombre aparecería Dios como una fuerza anónima e

impersonal. La revelación del nombre de Dios es revelación de ser personal, una especie atenuada de

encarnación.

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8 EL MISTERIO DE DIOS EN LA SAGRADA ESCRITURA

Francisco Javier García Escorza | INTITUTO TEOLÓGICO VERBUM DEI “SAN PABLO APOSTOL”

El nombre de Dios es de suma importancia, su revelación en el Horeb (Ex. 3, 13-15), el no utilizar el nombre

de Dios en vano (Ex. 20, 7; Eclo 23,9; Mt 5,34), o como vemos en el Padre Nuestro donde la primera petición

es la santificación del nombre del Padre (Mt 6,9).

El nombre supone cualidades que acompañan ese nombre: Santo (Sal 111,9), grande y terrible (Mal 1,11.14),

incomunicable (Sab 14,21). Es en nombre de Dios en que hablan los profetas y los enviados de Dios (Deut

18,19; Jos 9,9; Mt 7,22; Lc 24,47). Incluso Jesús no habla más en que en nombre de su Padre (Jn 5,43; 10,25).

¿Qué nombres encontramos de Dios?

El Sadday, Dios omnipotente (Gén 17,1; 28,3; Ex 6,3).

El Olam, Dios Eterno (Gen 21,33).

El Elyon, Dios Altísimo (Gen 14, 18-22).

Addonai, Señor (Jdt 16,16)

El es el nombre genérico de cualquier dios, una palabra común de las lenguas semitas para designar la

divinidad. Otro nombre es el de Elohim, plural, pero queriendo designar al Dios único se traduce como “plural

en grandeza.”

YHWH es el nombre con que los israelitas conocen el nombre de Dios. Yahvé es el nombre que Dios mismo

revela de Él a Moisés en el pasaje de la zarza ardiendo (Ex 3, 13-15). En el pasaje de la zarza Dios se presenta

como el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob (Ex 3,6), destacando que es el mismo Dios de

los Patriarcas; pero a la vez hay un crecimiento: Dios revela su nombre a petición de Moisés, revelando un

nombre se revela como Persona; sin embargo, su nombre es misterioso por lo que además de revelar su

Ser Personal, revela la Trascendencia de Dios: “Yo soy el que soy”, “Yo soy el que estoy siendo”; “Yo seré el

que seré.”

Yahvé revela la cercanía de Dios y su Ser personal que entra en contacto con el ser humano, pero a la vez

revela la trascendencia a todo lo creado, a toda la naturaleza. A la vez, el nombre de Dios revela su eficacia

y su compañía. Podemos añadir la interpretación en la versión griega de los LXX, como el Ser fundamento.

iii. Dios como Ser Personal

Con el nombre Dios se revela como un Ser Personal, impidiendo que se le confunda con cualquier fuerza

anónima de la naturaleza; y al ser persona y distinto de la naturaleza, no es lícito caer en un panteísmo. La

manifestación de la personalidad de Dios es por medio de los antropomorfismos que contiene el Antiguo

Testamento; sin embargo, no son adecuados para hablar de Dios Personal, como tampoco el lenguaje

filosófico y teológico: Dios es más grande que las palabras que podamos usar.

El carácter personal de Dios es de cercanía: Dios habla (Gen 1,3), oye (Ex 16,12), ve (Gen 6,12), modela del

barro y sopa (Gen 2,7). Sin embargo, junto con la cercanía nos habla de una lejanía o trascendencia donde

sus acciones personales son superiores a la de los hombres.

Dios como ser personal está estrechamente ligado a la Alianza. Dios revela su nombre, se hace cercano al

pueblo, un ser concreto; pero a la vez un ser totalmente trascendente. Por esta cercanía y lejanía se puede

llevar a cabo la Alianza, una Alianza al servicio de la salvación.

iv. El Monoteísmo de Israel

Tenemos que distinguir:

Politeísmo nos habla de la creencia en muchos dioses, considerando, normalmente, a un dios

superior.

Monolatría es el culto a un solo dios, pero sin la negación de otros dioses.

Monoteísmo nos habla del culto a un Dios único, hay adoración a un solo Dios porque se tiene la

convicción que no hay otro.

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9 EL MISTERIO DE DIOS EN LA SAGRADA ESCRITURA

Francisco Javier García Escorza | INTITUTO TEOLÓGICO VERBUM DEI “SAN PABLO APOSTOL”

El paso del politeísmo al monoteísmo es un camino largo que hace el Pueblo de Israel en la medida que va

“comprendiendo” el misterio de Dios. El Politeísmo es la manera clásica de las religiones, llegando hasta una

monolatría; pero el monoteísmo es un hecho único que se da en el Pueblo de Israel en la historia de las

religiones, un Dios que exige para sí todo el culto (Deut 18,13; ex 20, 3-5).

El Pueblo de Israel es monoteísta, pero ha de pasar primero del monoteísmo práctico hasta llegar al teórico.

Para Israel Dios es uno, todo el culto es para Dios; sin embargo, hay mezcla con otros dioses u otras

manifestaciones presentes en los pueblos vecinos. Sólo se llega a la conciencia de Dios Único de forma

teórica (antes el Pueblo lo vivía), en el periodo postexílico (Is 44-45).

El monoteísmo teórico nos lleva a la noción de la Creación. Dios es Uno, Único, es el Creador del Cielo y de

la Tierra: de la nada (2 Mac 7,26-28; Is 41,4). Dios es único y anterior a todas las cosas, todo fue creado por

Dios (Sal 90,2; 102, 26; Prov 8,22; Is 41,4; 44,6; 48,2). Todo fue creado por su Palabra (Sal 33, 6-9), el universo

depende de Él y está sometido a Él (Is 46,10). ESTE ES EL DIOS DE LA ALIANZA.

v. Trascendencia de Dios

La Trascendencia de Dios queda clara al ser Dios un Ser Único y Creador, todo depende de él.

Podemos apreciar algunos signos de trascendencia de Dios:

La nube y la columna de fuego que acompaña al Pueblo en el desierto.

Dios totalmente otro y santo (Is 40, 25; Hab 3,3; Job 6,10; Is 1,4; 10,7)

Creador (Gén 1-2; Is 41, 20; 45, 11-12)

El que elige y libera al Pueblo (Ez 20, 41; 28, 22-25)

El temor ante Dios (Gen 15,12; 28,17; Job 40, 3-5)

Moisés y Elías se cubren el rostro ante la gloria de Yahvé (Ex 3, 6; 33,22; 1 Re 19, 15)

La gloria de Dios (Is 6, 1-5)

Dios es persona pero no como los hombres: no duerme (Sal 121,4); no se cansa (Is 40, 28); no tiene

ojos como los hombres (Job 10, 4), llena la tierra (Jer 23, 24).

El cielo es su trono y la tierra el estrado de sus pies (Is 66,1)

Ni el cielo ni la tierra lo contienen (1 Re 8, 27)

Imposibilidad de hacer imagen (Deut 4, 15-16)

Dios es totalmente Otro, es Persona, pero no como los seres humanos, es cercano y trascendente. Se le

conoce por la revelación que Dios hace de sí en la historia y la comprensión que el ser humano va haciendo,

no de manera de reflexión teológica, sino una comprensión en relación con el mismo Dios. Ahora bien, con

estas características ¿se puede conocer a Dios de forma natural? Aunque la manera en que el Pueblo ha

conocido a Dios es por medio de la revelación, se puede llegar al conocimiento natural por medio de la

creación y en inteligibilidad de Dios de esto nos habla el texto de Sabiduría 13,1-9 un escrito no para los

creyentes israelitas, sino más bien para los escépticos e idolatras de los helénicos, de la filosofía griega (en el

Nuevo Testamento vemos está razón natural de conocer a Dios en los pasajes de Rm 1,18 – 25 y Hch 17,22-

29.

En definitiva, en el Antiguo Testamento se nos habla del conocimiento de Dios por medio de la relación

que tiene Dios con su Pueblo, la elección y llamada, y todo el camino que hace con el Pueblo, que poco a

poco va reconociendo a Dios, siempre en clave de Alianza. Un paso del politeísmo al monoteísmo, a la

creencia en el Dios Uno, Dios Personal que revela su nombre, pero a la vez trascendente. Además, se puede

llegar al conocimiento de Dios, para los no creyentes especialmente, por medio de la razón en la lectura

del libro de la Creación.

b. Los Rasgos del Dios de la Alianza en Antiguo Testamento Si Dios es persona, entonces tiene rasgos que lo caracterizan. Toda persona tiene unos rasgos que lo hacen

propio; sin embargo, en Dios los rasgos no los tiene como las personas humanas, sino que sus rasgos son

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10 EL MISTERIO DE DIOS EN LA SAGRADA ESCRITURA

Francisco Javier García Escorza | INTITUTO TEOLÓGICO VERBUM DEI “SAN PABLO APOSTOL”

su esencia; es decir, el ser humano tiene amor, pero Dios es Amor; el ser humano tiene vida, pero Dios es la

Vida; el ser humano tiene verdad, pero Dios es la Verdad.

Al hablar de los rasgos de Dios lo hacemos de forma analógica (cf. Sab 13, 5), es decir, son rasgos que en Dios

están en sus perfecciones.

Presentamos algunos rasgos de Dios que se encuentran en la clave de Alianza del Antiguo Testamento:

RASGO DE DIOS BREVE DESCRIPCIÓN CITAS BÍBLICAS

OMNIPOTENCIA

La creación es manifestación del poder de Dios

La Omnipotencia se muestra en la manera que Dios elige y salva al Pueblo de Israel.

Nada se resiste a su poder.

Un poder lleno de sabiduría que gobierna todo.

Poder de Dios en: Palabra, el brazo de Dios, el hálito de Dios

Gen 1; Sal 19; 33,6; 104; Job 38,40

Ex 15, 1-3; Ex 16 -17; Jue 5, 4 -5

Job 26,5-14

Sab 8,1; Est 13, 9-11

Gen 1,1-2; Ex 15,6; Ex 15, 10

ETERNIDAD Y FIDELIDAD

Creador del cosmos, Dios no muere, es posesión total y simultanea de la vida (Boecio).

Dios viviente

Fiel porque no muere, que lo que dice lo cumple.

Inmutabilidad de la voluntad

Hab 1, 12

Deut 5,23; 2 Re 19, 4; Is 44; Sal 135

Is 41,4; 44,6; Jer 10,10; Job 7,20

Is 31,2; 40,8

OMNIPRESENCIA Y SABIDURIA DE

DIOS

La omnipresencia es trascendencia a todo lo creado y está presente en todos lados (por donde acompaña al pueblo)

Sion el monte de Dios (El Templo).

Dios sabe todo lo que pasa (sus ojos)

Conoce desde siempre los acontecimientos futuros.

Sabiduría a plenitud

Gen 11-12; Ex 6 -7; Ex 15,1-2

Sal 46,5; Is 66,1; 1 Re 8,27; Job 23,8-9

Prov 15,3

Sal 139, 15-16; Am 3,7; Is 45,21

Gen 17; 3,5; Is 40,28; 55,8-9

PERSONIFICACIÓN DE LA SABIDURÍA Y

LA PALABRA DE DIOS

Los libros sapienciales tienden a personificar la Sabiduría de Dios y su Palabra:

Sabiduría como señora.

Un espíritu dotado de cualidades

La Palabra como realidad operante y eficaz, como crea y se manifiesta

La Palabra que baja de Dios y asciende

Prov 8, 1-22

Sab 7, 21 -27

Gen 1,3; Is 9, 7; Sal 46, 7; 106,9

Is 66, 10-11

VERDAD Y FIDELIDAD

Dios es rico en verdad y fidelidad que se manifiesta en la Alianza

Ex 34,6

JUSTICIA

El Señor que hace justicia, justicia en la propia Alianza.

Ligado a la Alianza hace justicia a Israel y a los pueblos

Gen 28,25

Sam 12,7; Miq 6,5; Os 2,21; 10,12

MISERICORDIA Y AMOR

Dios clemente y misericordioso.

Dios no quiere la muerte del pecador.

Misericordia por los pobres.

Misericordia y amor= Padre del Pueblo

Entrañas maternas de Dios

Ex 34,6

Ez 33,11

Sal 69,17; 19,8

Ex 4,22; Deut 14,1; 32,5; Os 11, 1-9

Is 49,15

c. Los rasgos del Dios de la Alianza en el Nuevo Testamento De muchas maneras y formas habló Dios en el pasado; ahora, en la plenitud de los tiempos nos habla por

medio del Hijo (Cf. Hebr 1,1-2).

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11 EL MISTERIO DE DIOS EN LA SAGRADA ESCRITURA

Francisco Javier García Escorza | INTITUTO TEOLÓGICO VERBUM DEI “SAN PABLO APOSTOL”

La revelación de Dios en el Nuevo Testamento, más preciso la autorrevelación, es una continuidad del

Antiguo Testamento, es continuidad con la unicidad de Dios, es el mismo Dios del Antiguo Testamento; sin

embargo, hay también una novedad radical: la automanifestación de Dios en el Hijo y la Misión del Espíritu

Santo, la tripersonalidad.

i. La continuidad con el Antiguo Testamento

El Dios del que habla Jesús es el Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob (Mc 12,26-27). Los rasgos son

sustancialmente los mismos que los mencionados anteriormente. Hay continuidad en la unicidad de Dios

(Mc 12, 29), el monoteísmo no ha cambiado; pero a la vez hay una profundización del monoteísmo.

Los rasgos de unicidad, de bondad (misericordia y amor), sabiduría, justicia, poder están presentes en el

Nuevo Testamento. Dios creó el mundo (Hch 17,24-25), hizo al hombre y a la mujer (Mt 19,5-6), Dios sigue

cuidando al mundo (Mt 6,25-31), la trascendencia sigue presente.

Sin embargo, en medio de toda esta continuidad hay una novedad inmensa: La Encarnación del Hijo de Dios,

la Palabra de Dios personificada en el Antiguo Testamento se hizo hombre. Esta novedad no rompe con lo

anterior, ni con la trascendencia de Dios, que a la vez se hace cercano, sino que profundiza en ella de una

manera nueva.

ii. La Novedad en el Nuevo Testamento

El Hijo de Dios se ha encarnado, esto cambia todo, aunque continúe. Dios es Padre de nuestro Señor

Jesucristo (2 Co 1,3) y la Predicación de Jesús es una predicación del Padre y del Reino de Dios. Jesús llama a

Dios del Antiguo Testamento Abbá (Mt 14, 36; Mt 26,53; Lc 22, 42; 23, 34.46). Este Abbá nos habla de una

relación íntima entre Jesús y el Padre.

La palabra Abbá de boca de Jesús tiene una gran importancia teológica, es utilizada en el contexto de

Getsemaní y expresa una cercanía y confianza total en el Padre. Esta palabra es tomada por los primeros

cristianos (Rom 8, 15; Gal 4,6).

El Padre en Jesús es una forma exclusiva e intransferible: Todo me lo ha confiado mi Padre; nadie conoce al

Hijo sino el Padre y aquel a quien el Hijo quiera revelárselo (Lc 10, 22). Hay una forma única de ser Padre en

Hijo porque Cristo es el Unigénito (Jn 1, 14-18; 3,16; 1Jn 4,9); ahora bien, nosotros también somos hijos del

Padre, pero hijos en el Hijo (Mt 5,48; 6,4-8; 23,9). Jesús habla de “mi padre y vuestro Padre” (Mt 5,45; 6,1.7;

7,11; Jn 20,17): Dios es Padre del Hijo, hay una relación filial, esto es la gran novedad del Nuevo Testamento

con respecto al Antiguo.

La novedad de la paternidad de exclusividad en Cristo rompe todos los esquemas establecidos. Dios es Uno,

pero tiene una relación exclusiva y especial con el Hijo (siendo este Dios uno, Padre), pero este Hijo tiene

una distinción con respecto a nosotros: Él es el unigénito, el que Proviene del Padre; por lo tanto, comparte

con el Padre la misma naturaleza, entonces es Dios como el Padre, pero distinto a Él, no se trata de un

hombre divinizado, sino del Logos encarnado.

En la revelación del Padre hay una novedad a la Unidad de Dios: La tripersonalidad, sin perder el monoteísmo

que continúa Jesús (cf. Mt 5, 17-19).

En el Nuevo Testamento para referirse a Dios Padre o Dios Uno se utiliza la palabra griega con artículo: ho

Theós; en cambio para referirse al Hijo o al Espíritu Santo se utiliza la palabra sin artículo: Theós. Los tres son

Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo; pero sólo el Padre, o Dios tomando en su unidad de naturaleza, es llamado

ho Theós.

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12 LA EPOCA PRENICENA

Francisco Javier García Escorza | INTITUTO TEOLÓGICO VERBUM DEI “SAN PABLO APOSTOL”

4. La Revelación del Misterio Trinitario en las Sagradas Escrituras. Dios se revela en Jesucristo como Padre, Hijo y Espíritu Santo.

a. La Revelación de Dios Padre La expresión padre es utilizada en muchas religiones. Hay una expresión de Padre de todo.

i. Padre en el Antiguo Testamento

El Antiguo Testamento nos presenta una revelación de Dios como Padre, la forma de ternura es presentada

de forma Materna: “Como a quien su Madre consuela, así os consolaré yo” (Is 66,13). Dios es Padre y Madre

(porque no existe una distinción de sexo en Dios) en el Antiguo Testamento, hay una unión entre estas

expresiones (Os 11, 1-9; Jer 31,9.20; Is 49, 15; 66.13).

Israel es el primogénito de Yahvé (Ex 4,22; Deut 14, 1-2.7-8). Israel es el elegido y pueblo engendrado por

Dios. La paternidad de Dios sobre el Pueblo se basa en la elección y liberación (Alianza). Sin embargo, existe

una referencia mesiánica con respecto a la Paternidad de Dios: Hijo de Yahvé (Sal 2,7; 110, 3).

ii. El Padre Revelado por el Hijo

La predicación de Jesús es la presentación de Dios como Padre contenida en el Antiguo Testamento. Jesús

enseña el Padre Nuestro, habla sobre la Providencia de Dios sobre el ser humano y el mundo (cf. Mt 6,8.26-

30). Habla del Padre en el sermón del monte (Mt 5,45; 6,1.4.6.14-15.18.36; 7,11). Lo encontramos en la

parábola del hijo pródigo (Lc 15, 11-32).

La radical novedad que presenta Jesús con respecto al Antiguo Testamento es su relación filial con el Padre.

Esta es una perspectiva totalmente nueva: Dios es su Padre.:

Jesús tiene conciencia de ser el Hijo eterno del Padre (Jn 15,1-10); hay una conciencia de inmediatez

con el Padre (Lc 2,49; Mt 7,21).

Hay una unidad estrecha entre el Padre y el Hijo (Mt 11,27; Lc 10,21)

Intimidad entre el Padre y el Hijo, el Padre Abbá (Mc 14,36)

o Se muestra la intimidad entre el Padre y el Hijo en la oración que hace solo el Hijo (Mc 1, 35;

6,46; 14,32-42; Lc 3,21; 5,16; 6,12; 9,28; 11,1).

Es Padre de Jesús en propiedad: mi Padre y vuestro Padre (Jn 20,27)

Eternidad del Hijo en el Padre (Jn 1,1.18; Jn 6,24; 17,5)

Unidad operativa, vital y eterna (Jn 10,30; Jn 14,20; Jn 17,21)

El discurso de los primeros cristianos habla de esta paternidad de Dios en el Hijo. San Pedro lo manifiesta en

Hch 2,32-33, en San Pablo habla que el Padre en la plenitud de los tiempos envió al Hijo (Gál 4,4-5). Jesús es

Hijo no por haber sido enviado, sino porque es Hijo eterno (Rom 8,3.32).

Con la Revelación del Padre hay una autorrevelación del Hijo en relación a Dios Padre. Jesús es Hijo en el

sentido más amplio y profundo de la Palabra, es el Hijo eterno enviado por el Padre, es quien comparte una

misma gloria desde la eternidad. Hay una relación única y exclusiva entre Jesús y el Padre, una relación que

no la tiene ninguna otra persona. Jesús es Hijo verdaderamente del Padre, de la misma naturaleza del Padre:

Dios.

b. La Revelación de Dios Hijo La cuestión sobre Dios y la cuestión sobre Cristo son inseparable. Dios es Padre de Cristo en sentido estricto

y Cristo es Hijo en sentido estricto y con toda propiedad. La Cristología y la Theo-logía están íntimamente

unidas.

i. Los preludios en el Antiguo Testamento

En el Antiguo Testamento encontramos las mediaciones de Dios, algunos exégetas descubren en ellas

preludios de las enseñanzas del Nuevo Testamento. Se trata de unas personificaciones de la actuación de

Dios.

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13 LA EPOCA PRENICENA

Francisco Javier García Escorza | INTITUTO TEOLÓGICO VERBUM DEI “SAN PABLO APOSTOL”

MEDIACIÓN SIGNIFICADO CITAS BÍBLICAS

EL ÁNGEL DE YAHVÉ Es una forma individual y representa una acción salvífica y auxilia a Israel.

Ex 4,19; 23,20-23; 32,34; Nm 20,16 Gen 24,7.40; 1 Re 19,5-6

LA PALABRA DE DIOS

Es el medio en que Dios revela su voluntad, por su Palabra constituye al Pueblo, hace Alianza, habla en los profetas, crea y salva.

Ex 34, 28; Is 5, 9; Ez 10, 5; Jr 1,11; Is 55, 10-11; Gen 1, 3-25; Salmo 33, 4-12; Sab 9, 1-4; Is 9,7

LA SABIDURÍA DE DIOS La sabiduría es una imagen de la bondad de Dios, es eterna.

Sab 7,25 y Col 1,15 Pro 8, 22-23

ii. La Divinidad de Cristo

Jesús manifestó poco a poco, de forma gradual y progresiva, mediante una pedagogía adecuada al fuerte

sentido monoteísta. La manifestación de a Divinidad está íntimamente ligada a la conciencia filial. En el

evangelio podemos ver un elocuente testimonio de la Divinidad de Jesús en la profesión de San Pedro (Mt

16, 18). Veamos estas manifestaciones de la Divinidad en los evangelios sinópticos, las cartas paulinas y en

San Juan.

EVANGELIOS SINÓPTICOS CARTAS PAULINAS SAN JUAN

Atributos Citas Bíblicas Atributos Citas Bíblicas Atributos Citas Bíblicas

Perdonar los pecados

Mc 2, 5-12 Himno

Cristológico de Filipenses

Antes de lo creado.

Glorificación

Señor Universal

Kénosis

Fil 2, 5 - 11

Prólogo

Verbo de Dios

Con Dios y es Dios

Unigénito

Habitó entre nosotros

En el seno del Padre

Juan 1, 1-18

Superior al Templo

Mt 12, 6

Superior a los reyes y David

Lc 10,24; Mt 22, 43-45

Superior a los profetas, ley,

sábado

Mt 11,11; Mt 5,21; Mt 12,8

Hijo que salva Mt 16, 24-25 Colosenses

Imagen de Dios

Primogénito

Mediador

Consistencia de todo

Col 1,1-17

Preexistencia Jn 8,58; 17,5.24

Amarle más que a padres e hijos

Mt 10,37 Yo soy Jn 8,58

Sentado a la diestra y con

poder Mc 14,62

Luz del Mundo Jn 8,12

Vida Jn 14,6

Hijo de Dios Mt 5,9; Mc

3,11 Da vida Jn 5,21

Padre Mío Mt 6,9; 11, 25-26; Mc

14,36; Lc 11,2

Cristo y la plenitud divina

Col 2,9 Unigénito del

Padre Jn1,14

Bautismo y Testimonio del

Padre Mc 1,11

Theós y Jesús Tit 2,13

Una sola cosa con el Padre

Jn 10.30-38 La gracia Gal 1, 15-16

La Transfiguración

Mt 17,5; Mc 9,7

Hijo de Dios Hech 9,20

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14 LA EPOCA PRENICENA

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c. La Revelación de Dios Espíritu Santo El Espíritu Santo es llamado también Espíritu de Yahvé, Espíritu de Dios, Espíritu de Jesucristo. Es la Persona

de la Trinidad más misteriosa, es la intimidad de Dios, la invisibilidad, su profundo secreto e

incomprehensibilidad. Aun siendo verdad esto, el Espíritu Santo se encuentra constantemente presente en

todo el Nuevo Testamento. Cristo revela al Espíritu y el Espíritu nos da a conocer el Misterio de Cristo, y en

consecuencia el Misterio de Dios (cf. Jn 14,26).

En la intimidad del Cenáculo podemos decir que llega al culmen la revelación trinitaria. Cristo nos presenta

al Espíritu como el paráclito, el que cuida y que llevará a los discípulos a la verdad plena (Jn 14. 16-17). En los

sinópticos nos lo revela en el mandato misionero (Mt 28,19)

i. El Espíritu de Yahvé en el Antiguo Testamento

Es el Espíritu que estuvo presente en la Creación (Gen 1,2) el que nos presenta Jesús en la última cena. En el

Antiguo Testamento podemos ver preludios del Espíritu en el viento creador y conservador de la vida: el

Ruah, el aliento de vida que el mismo Dios infunde en el ser humano al crearlo (Gen 2,7), es el aliento de Dios

(cf. Job 27,3; sal 104,29).

La mediación del Espíritu de Yahvé es presentado como personificado, algo que Dios da a los mismos seres

humanos uniéndolos especialmente con Él. Por medio del Espíritu crea un corazón (Ez 36,26-27), el Espíritu

que santifica (Is 59,21; sab 1,4; 9,17). Además, algunos personajes reciben el Espíritu como un don

permanente: José, Moisés, Josué, David, Eliseo, en especial en el Mesías donde descansará el Espíritu y sus

dones (Is 11,2).

El pentecostés recuerda al profeta Joel que habló que el Espíritu descenderá sobre toda carne (Hch 2, 15 –

18: Joel 2, 28 – 32).

ii. Principales textos pneumatológicos en el Nuevo Testamento

Los podemos agrupar en: Espíritu de Dios como fuerza carismática, santificación y presentación como

Persona Divina.

ESPÍRITU COMO ACCIÓN O MOMENTOS CITAS BÍBLICAS

FUERZA CARISMÁTICA

Cubre a María con su sombra: La Encarnación Lc 1, 35

Desciende sobre Jesús en el Bautismo: lo posee y lo conduce

Mc 1,9-11; Lc 4,1; Mt 1,12; 4,1; Hch 10,38

Misión de Jesús por unción del Espíritu Lc 4, 18 -30; Mt 12, 18-21.28

Resurrección de Cristo por el Padre por medio del Espíritu

Rom 8,21

SANTIFICACIÓN

En personajes relacionados con Jesús: Juan el Bautista, Zacarías, Isabel, Simeón

Lc 1,15. 41. 46-54.67; 2, 25

Envío del Espíritu sobre los apóstoles Jn 20,22; Hch 2, 23

Los bautizos en el Espíritu 1 Cor 6,11

Para decir Abbá Rom 8,15

Derramado en el corazón para vivir según Él Rom 5,5; 8,9-11

PERSONA DIVINA

El Bautismo: desciende en forma de Paloma Mc 1,9-11

Mandato Misionero como distinto al Padre e Hijo Mt 28,19

En los Hechos de los Apóstoles: Pentecostés, insinúa a los apóstoles.

Hch 2,23; 8,29. 10,19-20

Verbos: habitar, distinguir, querer 1Co 3,16;6,11;17,19

Fórmulas ternarias 1 Co 12,4; Ef 1,3-14

Discursos sobre el Espíritu Santo en la última cena Jn 14-17

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15 LA EPOCA PRENICENA

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iii. El Espíritu Santo, enviado por el Padre y el Hijo

En varios pasajes podemos apreciar que el Espíritu Santo es enviado a los apóstoles y a la Iglesia, algunas

veces se atribuye el envío al Padre y otras veces al Hijo. La característica principal de la misión del Espíritu

es su ser personal.

El envío del Espíritu Santo, eterno, pero manifestado en la misión temporal, enviado por el Padre y el Hijo es

la plenitud del misterio de la Santa Trinidad.

En Jn 14,16 -17.26 se atribuye el envío al Padre, por medio del ruego del Hijo; pero en Jn 15, 26-27 es el Hijo

quien lo envía desde el Padre. En ambos pasajes el envío es atribuido al Padre y al Hijo. En el primero el

Padre envía al Espíritu por el Hijo, porque el Hijo es principio del envío; y, el Hijo, envía al Espíritu desde el

Padre, porque el origen de la misión del Espíritu es el Padre.

El Espíritu Santo es enviado por el Padre y el Hijo, Espíritu que es personal y distinto de ambos, pero enviado

en conjunto, esto nos habla de la comunión, una perfecta comunión entre el Padre y el Hijo en el envío del

Espíritu Santo.

iv. La misión conjunta del Hijo y del Espíritu

La salvación de los seres humanos se da en la incorporación en Cristo por el Espíritu Santo, de otra forma:

ser hijos del Padre en el Hijo por medio del Espíritu Santo.

La Misión del Hijo y la del Espíritu Santo están íntimamente unida (generar comunión), de esta manera la

Misión del Espíritu está ligada a la Encarnación. El Hijo se encarna por el Espíritu Santo que desciende en

María, es ungido en el bautismo para la misión, el Hijo muestra la imagen de Dios, pero el Espíritu lo revela.

El Padre y el Hijo al enviar al Espíritu Santo buscan la realización de la comunión, de la misma misión del Hijo

de salvación (ser hijos de Dios) por medio del Espíritu Santo. Juan Pablo II dice que hay una relación íntima

en la economía de la salvación entre Cristo y el Espíritu.

Hay una estrecha unión entre el Padre, el Hijo y Espíritu Santo, son tres personas distintas, se distinguen en

personalidad unas de otras; sin embargo, hay una íntima unión entre la tres personas divinas, una unión

en cuanto naturaleza, una unión eterna, un ser Uno, que se ha manifestado en la economía en el tiempo.

d. Expresiones Trinitarias del Nuevo Testamento

SINÓPTICOS

El Bautismo de Jesús

Tres manifestaciones se presentan: El Hijo, El Padre (voz que ratifica al Hijo) y el Espíritu (que desciende del Cielo abierto y Unge).

Mt 3,13-17; Mc 1,9-11; Lc 3,21; Jn 1,32-34

Mandato Misional

Ser bautizados en el nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo

Mt 28,19

La Transfiguración

La gloria del Hijo, la voz del Padre que ratifica al Hijo, la insinuación del Espíritu en la nube

Mt 17, 1-13; Mc 9, 1-12; Lc 9, 28-36

JOÁNICOS

En la última Cena

Se habla del envío del Espíritu por el Padre en el Hijo, por el Hijo desde el Padre…

Jn 14,26; 15, 26

La Oración Sacerdotal

Estrecha unión entre el Padre y el Hijo, intimidad que se produce por el Espíritu.

Jn 17, 3.21; Jn 1, 16-17

Fórmulas en las cartas

Guardar los mandamientos (del Padre) para permanecer en Él (Hijo) por el Espíritu que se nos ha dado.

1 Jn 3,23 -24; 4, 11-16

SAN PABLO Fórmulas Triádicas

Dar gracias a Dios que nos ha elgido (Padre), para ser salvados por la santificación de Espíritu, para alcanzar la gloria del Hijo.

2 Tes 2, 13-14

La gracia de Jesucristo, el amor de Dios, y la comunicación del Espíritu Santo

2 Cor 13, 13

Un Espíritu, un Señor, un Dios 1 Cor 12, 4-6

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16 LA EPOCA PRENICENA

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5. La época Prenicena La verdad del misterio de Dios estuvo presente explícitamente en la Iglesia desde su mismo nacimiento. Esta

verdad quedó plasmada especialmente en el acto del bautismo y estuvo universalmente presente en las

confesiones de la fe, en la liturgia y en las oraciones. Desde el principio se tuvo claro que la profesión de fe

en Jesucristo es inseparable de la profesión de fe en el misterio íntimo de Dios.

Las afirmaciones en torno a Dios se realizan en el contexto de la historia de la salvación. El kérigma cristiano

se resume en la afirmación de que en Jesús de Nazaret se ha revelado definitivamente Yahvé que salva, y que

en Cristo ha llegado a la plenitud de los tiempos.

La primera predicación en Pentecostés genera un cambio en la concepción: Dios ha resucitado a Jesús y lo ha

constituido Señor y Cristo.

La vida en la Iglesia es esencialmente trinitaria. En la Sagrada Escritura y en la primera predicación de la

Iglesia, la enseñanza sobre el Dios, Uno y Trino, y la afirmación de nuestra salvación en el Hijo hecho hombre

constituyen una unidad inseparable y aparecen claramente como el punto central de la vida cristiana. Por

esta razón, la doctrina trinitaria no surge primariamente de la reflexión teológica, sino de la vida de la

Iglesia.

a. Los primeros testimonios Veremos los primeros testimonios de la fe en la Trinidad desde: la liturgia bautismal, las profesiones de fe,

la liturgia eucarística y la oración cristiana.

Testimonios de Fe Desarrollo

La Liturgia Bautismal

Todo arranca del mandato misional (Mt28,19): Bautizar en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Los bautizados pueden tomar parte en la celebración eucarística, dando testimonio de la fe trinitaria en la Iglesia.

El bautismo es un nacimiento a una vida nueva, a la salvación por la obra santificadora del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

La didaché nos habla de bautizar luego de enseñar lo fundamental de la fe, y bautizar en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

San Irineo dirá sobre el papel distinto de cada persona de la Trinidad en la obra de salvación.

Las profesiones

de Fe

En el Nuevo testamento vemos una existencia de una explícita profesión de fe en el momento del bautismo (Hch 8,37; Rm 10,9; Ef 1,13; 1 Tim 6,12; Hebr 4,14).

A veces se realiza por medio de preguntas y respuestas.

La didaché nos hablará de los tres artículos: El bautismo da la gracia de un nacimiento nuevo en el Padre por medio del Hijo en el Espíritu Santo; el Espíritu conduce al Verbo y el Hijo presenta al Padre.

San Irineo nos habla de estos artículos de la fe:

Dios Padre increado, ilimitado, invisible, un solo Dios, creador de toda la realidad.

El Verbo de Dios, el Hijo de Dios, el Señor Nuestro Jesucristo… por cuya obra ha sido creado todo.

El Espíritu Santo, por virtud del cual han profetizado los profetas.

Tertuliano nos dice que el símbolo de la fe y el bautismo son dos elementos del mismo rito bautismal. La profesión de fe es:

¿A quién se le manifiesta la verdad sin Dios?

¿Quién conoce a Dios sin Cristo?

¿Quién vive de Cristo sin el Espíritu Santo?

¿A quién se le comunica el Espíritu Santo sin el sacramento de la fe?

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17 LA EPOCA PRENICENA

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La Regla de la Fe es un resumen normativo de la fe de la Iglesia en su conjunto, no son fórmulas concretas, en un principio, sino breves resúmenes de la fe transmitida por los apóstoles, teniendo gran importancia la fe transmitida desde el principio en la Trinidad.

El Símbolo de los Apóstoles será fuertemente testimoniado desde comienzos del siglo IV, pero los siglos precedentes van formando este símbolo.

Liturgia eucarística

San Justino nos manifiesta que la liturgia eucarística está ligada al misterio trinitario.

Los hermanos le traen pan y un cáliz de agua y vino al que preside.

Los recibe y dirige una plegaria de alabanza y gloria al Padre de todo el universo en el nombre del Hijo y del Espíritu Santo.

La Tradición Apostólica (Hipólito de Roma) compuesta en Roma a mediados del Siglo III presenta el mismo esquema de San Justino:

“Te damos gracias Señor, por Jesucristo tu Hijo muy amado, a quien has enviado en los últimos tiempos como salvador y redentor y mensajero de tu voluntad, que es tu Verbo inseparable por el cual has creado todas las cosas, al cual por benevolencia has enviado desde el cielo al seno de una Virgen, y siendo concebido por el Espíritu Santo y de la Virgen Santa… Te rogamos que hagas descender a tu Santo Espíritu sobre el sacrificio de la Santa Iglesia, que lleves a todos los comulgantes a la unidad y los llenes con el Santo Espíritu, para fortalecer su fe en la verdad. Así te alabamos y glorificamos por tu Hijo Jesucristo. Por Él te sea dada gloria y honor a ti, Padre e Hijo, con el Santo Espíritu, en la Iglesia santa, ahora y por los siglos de los siglos. Amén”

La oración cristiana

La oración cristiana desciende de la oración judía, pero se distingue porque se dirige al Padre por el la mediación de Jesucristo.

Cristo es el mediador y el sacerdote de la nueva alianza.

Las doxologías trinitarias se muestran en el Nuevo Testamento.

La Doxología de: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; se generaliza a mediados del siglo IV, y se rezaba al finalizar el rezo de los salmos.

La oración del Martirio de Policarpo nos habla de la oración trinitaria:

Señor todopoderoso, Padre de tu Hijo.

Dios de la creación… (Pantocrátor).

Yo te bendigo de haberme juzgado digno de tomar parte del cáliz de Cristo, para la resurrección de la vida eterna… en la incorruptibilidad del Espíritu

b. Confesión de la fe, reflexión teológica y desarrollo dogmático La primera Iglesia muestra una fe sencilla y coherente en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Es la vivencia de

la Trinidad, la vivencia carismática, que se irá profundizando por medio de la reflexión teológica hasta

formularse dogmáticamente.

Las fórmulas dogmáticas por las que la Iglesia llega a expresar y definir su fe en la Trinidad no son reveladas,

en cuanto fórmulas. Incluso el mismo término de Trinidad tampoco ha sido revelado. Lo que se encuentra

revelado es la existencia de uno y único Dios, y la afirmación que este Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo.

La reflexión teológica y las fórmulas dogmáticas están en función de servir a la Revelación de Dios y a la

fiel transmisión. El crecimiento en la reflexión teológica y de las formulaciones dogmáticas, no vienen a quitar

la anterior, sino a enriquecerla en su servicio a la Revelación.

c. Comienzo de la Reflexión Teológica Los escritos del Nuevo Testamento y los testimonios más antiguos de la vida de la Iglesia contienen unas

netas profesiones de fe y una clara enseñanza en torno al misterio trinitario. Esta enseñanza se expresa en

un lenguaje extraordinariamente concreto. Allí no se utilizan los términos de persona, relación, misiones,

sino que todo este rico contenido es expresado al tiempo que se narra la actuación salvadora de Dios.

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18 LA EPOCA PRENICENA

Francisco Javier García Escorza | INTITUTO TEOLÓGICO VERBUM DEI “SAN PABLO APOSTOL”

Casi desde el comienzo los Santos Padres vieron la necesidad de acometer la tarea de expresar esta fe y de

formular esta enseñanza utilizando una precisión terminológica y de conceptos que ayudasen a su mejor

intelección y que evitasen toda ambigüedad o mala intelección.

La forma de expresar la fe está muy ligada al trasfondo cultural que se vive en la época:

Trasfondo cultural Breve comentario

Judeo Cristiano

Jesús era judío, así como sus apóstoles y muchos miembros de la primera Iglesia.

El pensamiento cristiano está envuelto en la cultura judía, aunque rompen con ella, siguen sus categorías.

Es la teología apocalíptica: relación entre Trinidad y salvación

Encontramos malas concepciones en el mundo judeo cristiano heterodoxos: Ebionitas y elkasaítas.

La revelación Trinitaria se desarrolla en el marco de salvación: IMPORTANCIA DE LA REVELACIÓN TRINITARIA EN EL MISTERIO PASCUAL.

La teología de los ángeles en los judíos que ayuda a expresar el misterio trinitario.

La concepción lineal de la historia

El legado del pensamiento griego

Concepción filosófica de Dios:

Platón: el Bien y el demiurgo, un ordenador del mundo.

Aristóteles: El motor inmóvil: causa primera y final, nos habla de Dios también como un ordenador del mundo.

El panteísmo de Jenófanes y el alma del mundo de los estoicos.

Neoplatonismo: Las emanaciones

Helenización del cristianismo

Concepción cristiana:

Pantocrátor (Creador desde la nada).

Verdad, Bien y Belleza

Influencias aristotélicas sobre la sustancia

La razón capaz de Dios Toma los conceptos griegos y explica con ellos la verdad revelada, lo vemos en especial en los Padre apologetas.

d. Los Padres Apostólicos Comprenden los escritos entre los siglos I y II, se pueden considerar como un eco de la predicación apostólica.

Los escritos son de carácter pastoral en los que se intenta exponer sencillamente la doctrina cristiana a los

que ya son cristianos. Consideramos como Padres apostólicos a: San Clemente de Roma, San Ignacio de

Antioquía, San Policarpo de Esmirna, los escritos de Bernabé, el Pastor de Hermas, la Didaché, la Carta a

Diogneto.

Sus escritos no contienen especulación cristiana, simplemente sintetizan las enseñanzas bíblicas sobre Dios,

Creador y Padre de todas las cosas. Su talante primordial es el de testimonio, y sus escritos destilan una gran

nostalgia de la presencia física del Señor.

El trasfondo es el Padre creador, Dios uno (monoteísmo), que se manifiesta en el Antiguo y en Nuevo

Testamento (Contra Marción y la división de Dios en el Antiguo y Nuevo Testamento).

Page 20: Dios Uno y Trino: Reflexión bíblica y dogmática

19 LA EPOCA PRENICENA

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Padres o escritos apostólicos Doctrina - pensamiento

Pastor de Hermas “Creer que Dios es Uno, que Él ha creado y

establecido todas las cosas llevándolas a la existencia desde la no existencia.”

San Clemente

Belleza del mundo que proviene de la concordia del mundo, y ésta viene del mandato divino.

“Contemplémoslo… cuán benévolo se muestra con toda su creación.”

Dios Padre Creador.

El Hijo revela plenamente al Padre, es esplendor de su grandeza…

San Policarpo El mártir se dirige al Señor, al Dios Todopoderoso,

el Dios creador de todo

San Ignacio de Antioquía

La afirmación de la igual dignidad de las tres Personas enarcada en un contexto soteriológico.

Manifiesta la teología de San Juan entorno al Verbo.

No hay más que un Dios manifestado en Jesucristo, que es su Verbo, salido del silencio, que ha complacido en todo a Aquel que le ha enviado.

El Espíritu Santo es mencionado en su relación con la Iglesia.

e. Los Padres Apologetas Al entrar en los Padres apologetas se aprecia la influencia del pensamiento filosófico. Así vemos en Arístides,

San Justino, Atenágoras. La literatura apologética mira especialmente a estos tres campos: Los Paganos

(demostrarles que los cristianos no eran ateos), a los judíos (demostrando al Dios verdadero), a las sectas

gnósticas y docetas.

El trasfondo es el único Dios, Padre y Creador. Es la doctrina de la unicidad de Dios frente al politeísmo

pagano, frete al emanantismo gnóstico y el dualismo marcionita.

Tenemos por ejemplo a Taciano que para hablar de la unicidad de Dios y de la Trascendencia de Dios con

respecto a lo material, hablará de que en Dios no hay carne (ásarcos) ni cuerpo (asómatos). Todo esto para

decir que no existe pluralidad de dioses que se pelean unos con otros y que existe una trascendencia de Dios

con lo material, sin caer con ello en un ateísmo según los griegos.

Tomaremos algunos de los Padres apologetas y su doctrina trinitarias.

Padres Apologetas Doctrina

San Justino

Desprende un pensamiento teológico desde la filosofía.

Afirma a un Dios único, verdadero e inefable.

Deja que la Sagrada Escritura hable de Dios, toma el mandato misional para la divinidad del Hijo.

La doctrina sobre el Logos: Logos endiathetós (La Palabra como pensamiento en el interior del Padre) y Logos prophorikós (la Palabra proferida, salida a fuera).

La pregunta ¿cuál es el momento en que la Palabra sale del interior del Padre? ¿cuál es el momento de ser engendrada?

Deja al Hijo como un ser intermedio entre el mundo y el Padre, si bien lo considera Dios, tiene un cierto subordinacionismo.

Las triadas en San Justino: Dios – Palabra – Sabiduría, sin justificar con ello a la Trinidad, pero es un indicio.

Otros que mencionan la teoría del Logos son Taciano y Teófilo.

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20 LA EPOCA PRENICENA

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San Irineo

Hace una defensa contra el gnosticismo.

Afirma que no existe ninguna materia o principio de todo fuera de Dios.

Afirma la Unidad de Dios: Dios único, increado, por encima de todo, creador del Universo.

En Dios Único hay una distinción en Tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, distinción y diferencia que se da a conocer en la Economía.

Supera el Logos ingenito y el Logos proferido, hablando que la generación se da desde la eternidad, que las tres personas divinas se encuentran presente en la Creación: El Padre crea por medio de las manos del Hijo y el Espíritu Santo.

Afirma la Trinidad, desde la Economía de Salvación.

Clemente de Alejandría

Dios es cognoscible a la inteligencia humana, el hombre es un animal religioso; pero la naturaleza de Dios trasciende lo humano.

Defensa de la unidad de Dios contra Marción.

Defensa de la unidad de Dios contra los politeístas; Dios es único, infinito, indivisible, Bien, Inteligencia.

Los nombres que se le otorgan a Dios son denominaciones y no nombres propios.

El Espíritu Santo es dynamis.

Orígenes

Dios es Uno, no es corporal (los antropomorfismos de la Escritura son alegóricos), no se le puede conocer con los ojos del cuerpo, el alma se puede elevar a la contemplación de Dios por medio de la belleza (resplandor del Creador en las criaturas).

Dios es eterno, uno, inmutable, impasible, independiente, omnisciente, providente.

Dios es el creador de todo: Pantokrátor y pantodynamos.

Dios tiene imposibilidad metafísica de actuar el mal.

La Trinidad de Dios está en la Economía de Salvación: Padre es creador y principio, el Hijo es mediador, el Espíritu Santo es santificador.

En la Trinidad hay distinción de personas (contra el modalismo). El Hijo procede desde la eternidad (no hay un momento donde no existiera).

Hay claridad de la homousia en Orígenes, pero a veces habla del Logos como un segundo Dios (Logos como mediador).

El Logos es mediador, el Padre trasciende al Hijo y el Hijo trasciende al Mundo (subordinacionismo).

El Logos revela al Padre, es el único camino.

Con respecto al Espíritu Santo, afirma la sustancialidad y la divinidad (razón del bautismo que se da en nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo).

El nombre del Espíritu Santo está en relación con el Padre inengendrado y el Hijo único.

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21 LAS HEREJIAS ANTITRINITARIAS, DEFENSAS TRINITARIAS, CONCILIOS DE NICEA Y CONSTANTINOPLA

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6. Las herejías antitrinitarias, defensas trinitarias, Concilios de Nicea y Constantinopla El problema que se presentaba, y que dio lugar a las herejías trinitarias, era sobre la unidad divina y la trinidad

de personas. Las tentaciones racionalistas siempre tuvieron estos dos polos: sacrificar la Trinidad de Dios a

su Unidad o sacrificar la Unidad a la trinidad; lo más común es el primer sacrificio.

Veremos las herejías, su desarrollo y sus respuestas, poniendo énfasis en Nicea y en Constantinopla:

HEREJÍA TIPO DESARROLLO DEFENSA TRINITARIA

MONARQUIANISMO (En defensa de la unidad de Dios,

contra el diteísmo, el Padre es el Monarca. Con respecto al buen uso de monarquía en el cristianismo es en cuanto economía, no es de superioridad)

ADOPCIONISTA (DINÁMICO)

Ebionitas y Jesús un simple hombre.

Teodoto: Jesús un simple hombre

Cristo recibe la dinamys del Espíritu Santo

Pablo de Samosata, Jesús un simple hombre, reciben fuerza divina, y el Logos no es una hipóstasis – ousia distinta al Padre

San Irineo, Teruliano, Papa San Víctor.

Concilio de Nicea y la consubstancialidad no es igualdad de personas, sino de divinidad (Explicaciones que hace San Atanasio a los orientales y San Hilario de Poitiers a los de occidente)

MODALISMO

Sabelianismo: El padre y las distintas formas o modos (prosopon, formas en que se manifiesta) de actuar en la economía de salvación

Papa San Calixto

Gnosticismo Dualidad Emanación (eones)

San Irineo

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22 LAS HEREJIAS ANTITRINITARIAS, DEFENSAS TRINITARIAS, CONCILIOS DE NICEA Y CONSTANTINOPLA

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ARRIANISMO SUBORDINACION

Alejandría, Logos Sarx

Padre es ingenerado, el Único, por eso es Dios. Si el Hijo fuera desde siempre, entonces sería Dios (dos dioses), pero no es así. El Hijo es generado de la nada.

Sobre la generación del Verbo: de la nada, es criatura.

No es consubstancial, porque no hay división en Dios

Hijo no en sentido propio, el Padre no siempre fue Padre (en vez de ver la Trinidad ad intra se fija más en la Trinidad económica)

Concilio de Nicea

Obispo Alejandro de Alejandría

Concilio por Constantino (325)

La consubstancialidad del Padre y del Hijo (HOMOUSIOS= término griego)

El Hijo es engendrado, no creado, por eso participa de la misma substancia del Padre.

El Padre comunica su ser por generación, desde siempre (no de la nada)

El Padre entrega su propia substancia al Hijo (Ad Intra)

El Verbo es Dios

Símbolo de Nicea:

Sobre el Padre que es Creador.

Sobre el Hijo: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado no creado, de la misma naturaleza del Padre.

Padre es confesado como principio y fuente de unidad en la Trinidad

Hijo es Dios, filiación divina (unidad en relación desde siempre, ser Padre por el Hijo, ser Hijo por el Padre: Relación pericorética…)

Anatema a aquel que no confiese la divinidad del Hijo.

San Atanasio y la soteriología: El Hijo tiene que ser Dios.

Posterior al Concilio Arrio hace una profesión ambigua de fe, Atanasio es desterrado.

El Imperio es dividido y se suceden impulsos arrianos y antiarrianos.

Con Juliano el Apóstata vuelve la ortodoxia y se hacen derivaciones del arrianismo: Arrianismo puro y duro de Eunomio y anomeismo, Semiarrianismo y el homoiusios, y luego los homianos.

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23 LAS HEREJIAS ANTITRINITARIAS, DEFENSAS TRINITARIAS, CONCILIOS DE NICEA Y CONSTANTINOPLA

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Eunomio y el anomeismo

Arrianismo puro y duro

¿Cuál es el nombre propio de Dios? El ingenerado.

Los atributos de Dios no son nombres propios, no designan la esencia de Dios (justicia, amor, vida).

Si ser ingenerado es lo propio de la esencia divina, entonces el Hijo generado no pertenece a la esencia o naturaleza divina.

De lo anterior se seguirá la negación de la divinidad del Espíritu Santo.

San Basilio y “la teología de los nombres”

Lo que se dice de Dios, sus atributos, son perfectos, es decir: Dios tiene justicia = Dios es justo

Los atributos de Dios son su esencia (inteligibilidad de Dios)

Los nombres negativos no designan la esencia: ingnerado = no generado, nombre negativo, designa lo que no es Dios.

Los nombres absolutos y los nombres relativos (empezar hablar de las personas y no desde la unidad): Se dice del Padre y del Hijo (para ser verdadero Hijo debe ser de la misma naturaleza), son nombres relativos en cuanto relación de uno con el otro, no habla de la esencia, es decir, ser Hijo, generado, no dice de no ser Dios.

El nombre absoluto es el que designa la esencia, de lo que designa la esencia del Padre y del Hijo es la misma.

(nombres relativos designan las hipóstasis, sus propiedades, los nombres absolutos designan la unicidad de sustancia, ousia)

Nombres que hablan de la esencia de Dios es el Ser: “Yo soy el que soy”, presente en las personas divinas, la esencia no es es el no ser (contra el ingenerado).

San Gregorio Nisa dirá que ingenerado no se refiere a la no generación, sino a “no creado”, en este sentido es propio del Padre y del Hijo.

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24 LAS HEREJIAS ANTITRINITARIAS, DEFENSAS TRINITARIAS, CONCILIOS DE NICEA Y CONSTANTINOPLA

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MACEDONIANISMO Pneumatomacos

Niegan la divinidad del Espíritu Santo, siguen a Nicea en cuanto a la divinidad del Hijo.

Los Padres Capadocios, en especial San Basilio (que se recoge en Constantinopla I (381), aunque ya estaba muerto.

San Basilio reconoce divinidad del Espíritu Santo, pero con mesuras.

La connumeración de Mateo 28, 19, indica que el Espíritu Santo está en línea con el Padre y con el Hijo, no es un Espíritu inferior.

La doxología: Gloria al Padre, con el Hijo, con el Espíritu Santo, de la liturgia, indica HOMOTIMIA, es decir, una misma gloria para el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo.

San Gregorio Nisa hablando de la unión entre el Hijo y el Espíritu, el Hijo es conocido por medio del Espíritu, además, el Espíritu Santo es el Espíritu de Cristo, comparten la misma naturaleza o esencia.

Sím. Niceoconstantinopolitano. Concilio de Contantinopla I, indica sobre la divinidad del Espíritu Santo:

… Y en el Espíritu Santo, el Señor, el vivificante, el que procede del Padre, el coadorado y conglorificado con el Padre y el Hijo, el que habló por los profetas: en una santa, católica y apostólica Iglesia.

Santo, sólo Dios es Santo, nunca se habla de Dios, porque no está escrito así en la Biblia, pero decir Santo es hablar de su divinidad.

El Señor, indicado de la misma manera en que es aplicado a Jesucristo y al Padre.

Vivificante, el que da vida, poniendo de relieve que no es criatura que ha recibido la vida, sino que la da.

Procede del Padre, según lo dicho por Jesús en Jn 15, 26-27 (el Filioque será posterior en la época de Carlo Magno).

Homotimia del Espíritu Santo con el Padre y el Hijo, indica la divinidad del Espíritu.

Que habló por los profetas, indica su acción y la capacidad para inspirar.

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25 LA TEOLOGIA TRINITARIA LATINA

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7. La Teología Trinitaria Latina En este apartado veremos la teología trinitaria de algunos Padres de Iglesia Latina. Hasta ahora se ha

desarrollado la visión de oriente, culminando con los Concilios Ecuménicos de Nicea y de Constantinopla I,

además hemos visto un poco de la teología trinitaria que se desprende de los Padres Capadocios.

Veremos la teología trinitaria en occidente, que aceptan la teología trinitaria de oriente; sin embargo, hay

algunas variaciones, por ejemplo en la terminología.

Comenzaremos por Tertuliano, Hilario de Poitiers y terminaremos con San Agustín.

a. Tertuliano Tertuliano es el primer autor latino que se opone vigorosamente a las herejías trinitarias; quiere dejar clara

la unicidad de Dios y la trascendencia con todo lo creado, es el primero en utilizar la palabra latina Trinitas;

veamos un poco su teología trinitaria, principalmente en el escrito Contra Praxeas:

a) La Trinidad en Dios no son tres modos de ser del mismo Dios, sino que es una misma sustancia en

tres Personas, las cuales poseen igual dignidad

b) La diferencia de las personas no es que sean diversos, sino que son distintos en orden.

c) Las demás personas proceden del Padre.

d) La Segunda Persona en la palabra del Padre y la Tercera es el Espíritu Santo.

e) No hay más que un Dios, una sustancia divina, pues del Padre proceden las personas divinas. El

Padre es toda la sustancia, el Hijo una derivación y porción de ella.

f) Hay unidad en Dios, las distintas personas no dividen la sustancia divina (pero si una cierta gradación).

g) Sustancia se utiliza para hablar de la realidad del Hijo que tiene consistencia en el Padre, de quien

procede la sustancia divina.

h) Persona es utilizado para expresar la distinción existente en Dios entre los tres que forman la

Trinidad.

i) Hay distinción de personas, pero no de sustancia

b. San Hilario de Poitiers San Hilario se caracteriza por una total adhesión a la enseñanza del Nuevo Testamento, más en concreto a la

doctrina trinitaria contenida en los pasajes del Bautismo de Jesús y el mandato misional.

Se apoya en la distinción entre natura – persona, utilizada en Tertuliano, afirmando:

a) La divinidad de Hijo no implica dos dioses, la unidad de Dios no implica un Dios solitario, hay una

comunión de sustancia entre el Padre y el Hijo.

b) Utilización del concepto clave de generación para hablar de la procesión del Hijo, del Verbo.

c) El Hijo es consubstancial al Padre, procede de la nada y desde la eternidad.

d) Existe unidad de naturaleza y diversidad de personas, con una perfecta comunión de sustancia.

e) La generación en Dios es espiritual, de ahí que el Hijo esté en el Padre y el Padre en el Hijo, una

perfecta comunión sustancial, que no se da en las generaciones carnales.

f) Las personas son una subsistencia de la naturaleza divina en tres personas.

g) La circuminsessio nos refiere a la distinción entre las personas, pero que permanecen siempre la una

en la otra, sin confundirse y sin separarse.

h) La doctrina del Espíritu Santo está menos desarrollada; sin embargo, refiere que el Espíritu Santo

procede del Padre, aunque no sabemos cómo es esa procedencia.

i) El Espíritu Santo es don de Dios, en el orden de la santificación.

j) San Hilario denomina al Espíritu Santo no como persona sino como res, vinculando el nombre de

persona con la generación.

k) La pneumatología está insertada en una visión económica – salvífica.

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26 LA TEOLOGIA TRINITARIA LATINA

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c. San Agustín Con San Agustín llegamos al punto culminante del pensamiento patrístico latino.

Su doctrina trinitaria parte desde la concepción antropológica, argumentando que el ser humano ha sido

hecho a imagen y semejanza de Dios y que, en el ser humano, podemos apreciar formas tríadicas: memoria

– visión interna – voluntad o podemos apreciar memoria – notitia – amor y analógicamente referirnos a

memoria Dei – intelligentia Dei – amor in Deum.

Las formas tríadicas en el ser humano nos hablan, de alguna forma, de la Trinidad en Dios.

Su teología trinitaria está desarrollada en el tratado De Trinitate:

a) Existe un único Dios y distinción de tres Personas que son plenamente iguales e inseparables tanto

en el ser como en el obrar.

b) Primera parte del Tratado habla sobre la coincidencia entre la fe de la Iglesia y las Sagradas Escrituras.

c) Dios es Uno y Trino a la vez. Uno en sustancia y esencia, Tres en personas y relaciones mutuas.

d) Se hace una distinción entre: Sustancia, esencia y persona.

a. Sustancia: se entiende por aquellos que somos, así pues, Dios es y por esta razón es

sustancia.

b. Esencia: designa a aquello por lo que el ser es, que los griegos llaman ousia.

c. Persona: Lo que se dice de la sustancia (hypóstasis para los griegos), por eso los griegos

hablan de tres sustancias y una esencia; en cambio, s hablará de tres personas (prosopón),

una sustancia y una esencia.

d. Relación persona – sustancia:

i. Para Dios es lo mismo existir y subsistir (esencia y sustancia), por eso es mejor hablar

de tres personas que de tres sustancias.

ii. La sustancia es lo que es y la esencia por aquello que es, en este sentido, Padre, Hijo

y Espíritu Santo son Dios y de naturaleza divina; pero son tres personas distintas por

medio de las relaciones.

iii. Las relaciones hacen referencias de una Persona a la Otra: El Hijo dice relación al

Padre y el Padre al Hijo.

iv. Las relaciones en Dios no son accidentes, el ser Padre o Hijo es algo eterno e

inconmutable.

e. Relaciones de Origen:

i. El Hijo procede del Padre por medio de la generación, el Hijo es la inteligencia de

Dios.

ii. El Espíritu Santo no es engendrado por el Padre ni por el Hijo, sino que es entregado

como Don, Amor. Es propio del Amor no ser imagen, sino peso y comunión.

iii. El Espíritu Santo es un don común entre el Padre y el Hijo: Es el Amor.

f. Nombres propios de las personas:

i. Padre, Principio, Ingénito.

ii. Hijo, Verbo, Imagen.

iii. Espíritu Santo, Don, Amor.

g. Ser humano y Trinidad en Dios:

i. Ser Humano: Memoria – Notitia – Amor.

ii. Trinidad: Padre – Hijo – Espíritu Santo.

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27 ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA TRINIDAD

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8. Algunas reflexiones sobre la Trinidad

a. Ricardo de San Víctor Ricardo de San Víctor se encuentra en los comienzos de las escuelas catedralicias y florecimiento de nuevas

órdenes religiosas.

Ricardo de San Víctor es un autor místico, como toda la escuela de San Víctor, bajo la influencia de San

Agustín, también bajo la influencia de San Anselmo. Expondremos el pensamiento trinitario de San Víctor

desarrollado en el tratado De Trinitate.

- Prólogo: Debemos elevarnos desde la fe hasta la inteligencia de la fe, llegando a penetrar con el

pensamiento en la intimidad misma de Dios.

- Libro I: Existencia de una sustancia divina, única y absolutamente perfecta. Se prueba la existencia

de Dios desde la existencia de seres contingentes y con distintos grados de perfección, elevándose

hasta Dios.

- Libro II: Los atributos divinos. Dios es increado, inmenso, inmutable, infinito… Los atributos divinos

se identifican con su esencia.

- Libro III: Pluralidad y Trinidad en Dios. Trata de explicar la Trinidad con argumentos comprensibles:

La Caridad perfecta implica que el ser esté amando a uno igual a sí en perfección, no inferior, de

aquí se desprende la existencia de otra Persona en Dios. Ahora bien, esta caridad debe ser plena y

feliz, de aquí se desprende el amor mutuo entre las dos personas divinas. En este amor, Dios

comunica su gloria divina.

o Unidad e igualdad en la Pluralidad

o Trinidad de Personas: La caridad suprema y perfecta exige que se quiera comunicar la

felicidad que se experimenta en el amor, entonces estas dos personas tienen un objeto

común en el amor, y que ha de ser igual a los dos para que sea caridad perfecta.

- Libro IV: La Persona. Es una propiedad singular incomunicable. Existe una misma sustancia (qué es),

pero una pluralidad de personas (individuales, quién es) que se distinguen en su naturaleza y origen.

Son tres Personas, pero una sustancia o naturaleza divina (esto no se da en los seres creados en los

que se habla de una sustancia dotada de razón según Boecio, pero que en las personas divinas no es

aplicable).

- Libro V: Las procesiones. Una Persona debe tener la existencia de ella misma, pero exige otra igual

en el amor y una tercera que proceda del amor de las dos anteriores.

- Libro VI: Los nombres de las personas. Conviene hablar de Padre e Hijo, aunque exista una

desproporción entre la generación divina y la humana. Las procesiones del Hijo y del Espíritu Santo

son distintas. El Verbo es imagen y procede del Padre por generación; el Espíritu Santo no es imagen

ni verbo, es la Bondad, Don de Dios, Don de Amor.

b. Santo Tomás de Aquino Santo Tomas de Aquino escribe la Summa Theologiae como desarrollo de toda su teología, de esta

desprendemos su doctrina trinitaria.

a) Sobre la existencia de Dios. Santo Tomás aplicará las cinco vías para hablar sobre la existencia de

Dios: primer motor, causa primera, ser necesario, la perfección, causa final.

b) De Dios se puede decir lo que no es.

c) El pensamiento analógico. La Trinidad no se puede demostrar, pero encontramos vestigios de la

Trinidad en el hombre y en sus operaciones, desde esos vestigios nos elevamos analógicamente.

d) Visión de conjunto en su doctrina. Su doctrina se basa en el pasaje del mandato bautismal. Estudia

el texto del Prólogo del evangelio de San Juan, captando la importancia que el Hijo es el unigénito,

que procede del Padre como Verbo, es engendrado en un hoy eterno y es substancial al Padre.

e) Las procesiones. En Dios existen dos procesiones internas, espirituales, no materiales, reales, tener

en cuenta:

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28 ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA TRINIDAD

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i. El que procede

ii. De quién procede

iii. La relación u orden de procedencia.

En las procesiones divinas hay un origen puro, sin movimiento, sin prioridad ni posterioridad, ni

diversidad de naturaleza, ni composición de acto y potencia, ni transmutación de ningún género,

sucesión, ni tiempo, sin distinción de causa y efecto, ni mezcla alguna de imperfección.

Santo Tomás sigue a San Agustín en la procesión divina desde el alma humana como imagen de la

Trinidad.

La primera procesión corresponde al Verbo, la inteligencia, el Verbo sustancial no como el nuestro

que es accidental. Esta procesión del Verbo, procesión intelectual, merece el nombre de generación

pues el viviente nace del viviente y recibe una naturaleza semejante del que engendra.

La segunda procesión no es por medio de generación sino que por espiración, es el amor que tiende

a Dios, pues al Amor no le corresponde el entendimiento del amante, sino que tiende al amado.

f) Las relaciones divinas. Se nos habla de lo relativo entre las personas, una con respecto a la otra. Las

relaciones son accidentes que no cambian la sustancia, por eso podemos hablar con propiedad de

relaciones en Dios; además, los accidentes en Dios son su sustancia. Hablamos de cuatro relaciones:

Paternidad, filiación, espiración activa, espiración pasiva, son las relaciones entre las Personas

divinas: El Padre al Hijo, el Hijo al Padre, El Padre y el Hijo al Espíritu Santo y El Espíritu Santo al

Padre y al Hijo.

g) Las personas divinas. Nos referimos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. En cuanto a las relaciones

nos podemos acercar a lo relativo de una persona con otra y a lo que se refiere cada Persona, que

nos habla de la sustancia única.

Para Santo Tomás, la Persona es la substancia racional, según la definición de persona de Boecio,

distinta a la definición de persona de Ricardo de San Víctor. La Persona es aquella que hace inteligible

la sustancia única.

Se desprende lo siguiente, por medio de las relaciones trinitarias:

i. El Padre

No procede de otra persona y es de quien proceden las otras dos personas divinas. Es el Ingenerado,

le corresponde la relación de Paternidad con el Hijo y de espiración común con el Espíritu Santo.

ii. El Hijo

Procede del Padre, su procedencia de origen es ser engendrado por el Padre, es el Verbo, es la

Inteligencia de Dios, el Hijo. En cuanto procedente del Padre le corresponde la relación de Filiación,

en cuanto a que de él procede el Espíritu, le corresponde la espiración común.

iii. El Espíritu Santo

El Espíritu Santo recibe tanto este nombre como el de amor y don. En cuanto amor, que no le

corresponde la inteligibilidad, no podemos hablar de una segunda generación, sino de una procesión

distinta: la espiración. Es el amor que tiende al amado.

Santo Tomas refiere al Filioque, es decir, que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo porque

si sólo procediese del Padre no se podría distinguir del Hijo en cuanto a relacionarse con el Hijo.

Las relaciones son de orden relativo en cuanta procedencia.

Al Espíritu Santo le corresponde la espiración activa del Padre y del Hijo, el amor de ellos hacia el

Espíritu, y la espiración pasiva del Espíritu hacia el Padre y el Hijo, el amor de Espíritu a las otras dos

personas divinas de quien procede, sin hacer proceder otra persona.

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29 BIBLIOGRAFÍA

Bibliografía

MATEO – SECO, Lucas Francisco. Dios Uno y Trino. EUNSA, España, pp. 23 – 281. 309 – 332. 703 – 723;

1998.