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CENTRO DE CIENCIAS DE LA SALUD
DEPARTAMENTO DE OPTOMETRÍA
MAESTRIA EN REHABILITACIÓN VISUAL
Materia: NEURODESARROLLO VISUAL
Profesor:
MCB Héctor Esparza Leal
Tema: DESARROLLO DE LA EFICIENCIA VISUAL
Alumna: Rocío Ulaje Núñez
22 de Febrero del 2013.
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Contenidos
1. Introducción ………………………………………………. 3
2. Desarrollo de la Eficiencia Visual …………………….. 4
3. Movimientos Oculares …………………………………... 5
4. Acomodación y vergencias …………………………… 6
5. Visión Binocular …………………………………………… 7
6. Estereopsis …………………………………………………. 8
7. Conclusión… …………………………………………….…10
8. Referencias ………………………………………….……...11
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Introducción
El sistema visual es un sistema inmaduro al nacer, listo para funcionar, pero aún
hace falta madurar estructuras y procesos, integrar la estimulación que provee el
medio ambiente y aprender de la experiencia del día a día.
En el recién nacido la resolución espacial es baja y sus aptitudes visuales pobres. El
infante tendrá que aprender a dirigir su atención y sus ojos hacia el objeto que le
cause interés, manteniéndolo centrado y enfocado en la fóvea, apreciar sus
características, discriminar la distancia, la profundidad, la dirección y la velocidad
a la que se mueve para poder seguirlo, y además coordinar ambos ojos de
manera que la estereopsis se desarrolle. Para que esto suceda deberá
perfeccionar ciertas destrezas conocidas como habilidades visuales.
Las habilidades visuales a las que nos referiremos en este trabajo son: movimientos
oculares, convergencia, acomodación y estereopsis. El desarrollo de estas y su
puesta en acción de manera conjunta y eficaz es llamada eficiencia visual.
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DESARROLLO DE LA EFICIENCIA VISUAL
Se entiende por habilidad, la capacidad adquirida a través de la experiencia
para efectuar una acción específica con rapidez y eficacia. La habilidad visual
es entonces, la capacidad del individuo para realizar y sostener una actividad
visual rápida y eficazmente, sin que le suponga un esfuerzo mayor.
El desarrollo de la visión no es automático, requiere de estímulos que
desencadenen la respuesta adecuada para cada función y para cada habilidad
visual. A nacer, el neonato es capaz de responder a estímulos visuales, aunque
de manera más bien limitada.
Los pequeños comienzan a fijar en las primeras semanas de vida, pero solo por
periodos muy cortos; Los movimientos sacádicos surgen antes de los movimientos
de seguimiento, ya que el bebé es incapaz de ejecutar seguimientos suaves o
precisos, por eso desarrolla sacádicos rudimentarios cuya función es tratar de
mantener los objetos en movimiento dentro de la fóvea
En etapas tempranas los seguimientos suaves no han sido desarrollados porque se
requiere de la experiencia. El infante realiza entonces una serie de sacádicos
toscos que le permiten seguir al objeto de su atención.
Las primeras respuestas acomodativas emergen en la primera quincena de vida,
pero estas no son exactas, se requiere mejorar la resolución, así como la
alineación funcional de los ejes visuales; antes de esto la acomodación y las
vergencias no están coordinadas.
La visión binocular se desarrolla a la par de la acomodación y las vergencias, que
permiten el adecuado alineamiento ocular. Alrededor de los 3 meses, la
maduración de elementos foveales y la mejora de la resolución espacial permiten
una mejor coordinación entre ambos ojos para fijar un objeto en su campo visual.
A partir de este momento las células de la corteza visual comenzarán a
perfeccionar la capacidad de interpretar la disparidad de la imagen retiniana
para lograr la estereopsis, permitiendo a su vez que las vergencias y la
acomodación sigan mejorando.
Además de la percepción de la profundidad, la visión binocular tiene las ventajas
de aumentar el campo visual, aumenta la resolución y la calidad de la visión, y
nos da la estereopsis, la cual es el componente sensorial más importante del
sistema visual.
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MOTILIDAD OCULAR
Fijaciones
Sacádicos
Seguimientos
Los movimientos oculares son acciones motoras fundamentales para el
procesamiento de la información visual. La eficiencia de la motilidad está sujeta a
la práctica, por lo que mientras más activo sea el individuo, mejor será su
desempeño.
Las fijaciones están presentes desde el nacimiento y el mejor estímulo es la cara
de la madre, sin embargo, mantener la fijación es complicado para el bebé. Los
infantes tienen periodos cortos de atención sobre imágenes que les causen
interés; tienden más a perder la fijación en imágenes con mucho detalle y tienen
a realizar refijaciones para mantener la atención. Este proceso se hace más
sofisticado a medida que el reconocimiento y la memoria se desarrollan. El
desarrollo de la fijación va emparejado con la maduración de elementos
foveales y el aumento de la resolución, por lo que el bebé logrará mejores
fijaciones entre los 2 y los 3 meses de edad, aunque sus periodos de atención
sigan siendo cortos.
Los sacádicos son movimientos oculares que nos permiten dirigir la fóvea hacia el
objeto de interés. Ya que los movimientos de seguimiento están ausentes los
primeros dos meses de vida, en su lugar se ejecutan sacádicos rudimentarios que
buscan mantener centrados en la fóvea los objetos en movimiento. Los
sacádicos en niños pequeños pueden ser casi tan rápidos como los de un adulto,
400º /segundo, siempre y cuando el estímulo atrape la atención del infante. Para
estímulos que no son muy interesantes para los niños, estos pueden realizar una
serie de sacádicos cortos más que uno solo completo, es decir, son generalmente
hipométricos, ya que no son lo suficientemente amplios para "saltar" de un objeto
a otro de una sola vez. Los sacádicos en los pequeños pueden ser reflejos o
voluntarios. Al inicio de la vida, predominan los sacádicos reflejos y poco a poco
se realiza la transición a voluntarios alrededor de los 8 años de edad. Esto tarda
tanto porque se requiere la maduración de áreas corticales de la corteza
prefrontal, en el área motora.
Cuantitativamente, la precisión de los sacádicos en niños de 4 años es similar a la
de un adulto. El aspecto mecánico de los movimientos sacádicos madura muy
pronto, pero el control de los mismos, que incluye funciones cognitivas, no termina
su desarrollo y maduración hasta cerca de la adolescencia.
Los seguimientos son en esencia fijaciones sobre un objeto en movimiento, por lo
tanto, realizarlos requiere la habilidad de fijar y detectar movimiento. Se han
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observado seguimientos en infantes de 7 a 11 semanas de edad, sin embargo, se
requiere que la velocidad del estímulo sea baja; si el estímulo excede la
velocidad de rastreo, el bebé podrá ser capaz de mantenerlo combinando
seguimientos suaves y sacádicos.
La eficiencia en esta área está asociada a la experiencia. Al principio, el bebé
no es capaz de anticipar el cambio de dirección de un objeto dinámico, esto
requiere de un reajuste de la velocidad y dirección de sus movimientos oculares.
Entre el mes y los 3 meses de edad, los seguimientos suaves mejoran se hacen
más eficientes.
ACOMODACION Y VERGENCIAS
ACOMODACIÓN
La acomodación es el proceso por el cual el ojo mantiene una imagen nítida
sobre la retina a diferentes distancias a través de ajustes en el poder dióptrico del
cristalino por acción del músculo ciliar. Esta puede ser estimulada por borrosidad,
proximidad y convergencia. Los pequeños comienzan a enfocar objetos grandes
a distancias cortas y evolucionan hasta poder enfocar objetos pequeños a
distancias variables.
El sistema de acomodación comienza a funcionar a las 2 semanas de vida. Se
requiere primero obtener una resolución mucho mejor para poder discriminar
detalles finos de la imagen, así como la alineación funcional de los ejes visuales, lo
que ocurre entre el 3er y 4o mes de edad; antes de esto, el infante responderá al
estímulo visual, aunque no estén coordinados el enfoque y las vergencias.
Se ha podido observar acomodación incluso en neonatos de 5 semanas de
edad, aun cuando la manifestación de la misma no es del todo correspondiente
al estímulo. Esto se debe a que la cercanía del objeto induce miosis,
aumentando la profundidad de foco y modulando la respuesta acomodativa,
permitiendo llevar una imagen nítida a la retina.
Una vez incrementada la resolución espacial, a clave para regular la
acomodación es la percepción de borrosidad, esta se interpreta como
"enfocado" o "desenfocado", desatando la respuesta acomodativa.
La relación entre acomodación y vergencias se da alrededor del 3er mes, se
estabiliza alrededor de los 6 meses y es más como de adulto al año de edad,
mientras que las vergencias fusionales surgirán en cuanto el bebé sea capaz de
percibir la disparidad de imágenes entre un ojo y otro alrededor de los 5 meses.
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La deficiencia en el funcionamiento de la acomodación es suplida por la
profundidad de campo, pero a medida que la acomodación evoluciona, el
profundidad disminuye en consecuencia. En etapa escolar, alrededor de los 7
años, la amplitud acomodativa disminuye un poco, lo que genera o aumenta el
retraso acomodativo. Conforme avanza el desarrollo, se genera flexibilidad
acomodativa, si esta no se da, o es deficiente, puede causar síntomas
astenópicos y para evitarlos, el niño rechazará y abandonará las tareas de visión
cercana, lo que impactará negativamente en su desempeño escolar en una
etapa crítica de aprendizaje.
VERGENCIAS
Al nacer, el bebé tiene un alineamiento ocular aceptable, sin embargo, esto no
quiere decir que esté fijando con ambas fóveas. Como estas no están totalmente
desarrolladas, se piensa que en realidad tienen fijación extrafoveal durante la
fijación binocular, lo que en un adulto sería causa de diplopía. Se cree que el
infante no presenta visión doble porque probablemente el área de Panum sea
mayor que en el adulto, lo que permite la fusión de las imágenes.
En el primer mes, el infante puede convergir a estímulos colocados a 25 cm, pero
no más cerca. Entre los 2 y 3 meses de edad se observa una mejor
convergencia, y esto ocurre como respuesta a estímulos que se acercan o alejan
lentamente de la cara del niño. A los 3 meses puede convergir a 15 cm y a los 6
meses a la nariz. Este rápido desarrollo tiene que ver con el surgimiento de la
estereopsis. El desarrollo de las vergencias alcanza niveles de adulto alrededor de
los cuatro años y medio de edad, sin embargo, la persistencia aún tardará en
madurar, lo que ocurre alrededor de los 8 años.
VISION BINOCULAR
Los resultados obtenidos en las investigaciones realizadas demuestran que hay un
orden lógico en los eventos que ocurren durante el desarrollo de la visión
binocular.
Para el desarrollo de la visión binocular, se requiere además de imágenes
retinianas nítidas monoculares, una correcta fusión motora que proporcione una
precisa fusión bifoveal y desarrolle una correspondencia retiniana normal.
El desarrollo de la Visión binocular puede ser dividido en tres etapas o grados,
estos son:
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1. Percepción simultánea. Es la capacidad de ver dos imágenes al mismo
tiempo, producidas por ambos ojos.
2. Fusión. Capacidad de producir una imagen única a partir de las dos
formadas por cada ojo. La fusión sensorial se da cuando las células de la corteza
visual unen las imágenes provenientes de puntos correspondientes en la retina de
cada ojo. La fusión motora o vergencias fusionales son movimientos que
aseguran que los ejes visuales estén alineados de tal manera que no se rompa la
fusión sensorial.
3. Estereopsis. Es la sensación de profundidad obtenida por la visión binocular
en su grado máximo de desarrollo.
En resumen, en el nacimiento, la fóvea es inmadura y la resolución espacial
pobre, pero los ojos están alineados aproximadamente en la misma dirección. El
neonato probablemente no presenta diplopia, pero sus ojos no requieren la
precisión de la alineación que requiere un adulto. En etapas tempranas existe
algo de coordinación binocular y por consecuencia, algo de habilidad para
convergir. La función binocular madura al tiempo que se desarrolla la resolución
espacial y los movimientos de vergencia se hacen más precisos.
Alrededor de los 3 meses, ocurren cambios dramáticos en la corteza visual y en la
habilidad de ambos ojos para trabajar juntos. La estereopsis puede ser detectada
en ese periodo, y es seguida por un aumento rápido en la estereoagudeza. Los
ojos desarrollan la habilidad de realizar movimientos de convergencia completos.
La ortoforia ya está desarrollada y ocurre la sumación binocular.
Después de los 6 meses de edad continúa el desarrollo de algunas funciones
visuales, por ejemplo, la resolución espacial continua mejorando, sin embargo, los
más relevantes aspectos del desarrollo binocular completan su desarrollo cuando
la agudeza estereoscópica y todas las funciones que la gobiernan alcanzan 1
minuto de arco.
ESTEREOPSIS
Nigel W. Daw expresa que hacer que los dos ojos trabajen juntos es un proceso
complicado, ya que requiere, como todas las demás habilidades, de una buena
resolución en ambos ojos, un buen control de la motilidad ocular y la habilidad de
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juzgar si un objeto se encuentra lejos o cerca del punto de fijación, así como
buenas conexiones sensorio-motoras y algo de percepción de profundidad.
La estereopsis, como mencionamos anteriormente es el componente sensorial
más importante de la visión. Se han detectado indicios de percepción de
profundidad por análisis de disparidad en pequeños menores de 3 meses, y se
desarrolla rápidamente hacia los 6 meses de edad, aunque hasta el año y medio
solamente se alcanzan valores de 250 segundos arco, sigue evolucionando a 60"
arco hacia los 3 años, y alcanzando valores entre 30 y 40 " arco entre los 5 y los 8
años de edad.
Los valores dependen del estímulo y de la técnica usada, pero hay un acuerdo
general de que hay muy poco desarrollo en a estereopsis después de los 10 años.
(Birch et al, 1989).
Como se puede apreciar, el desarrollo de la estereopsis abarca un periodo largo
de tiempo en la vida del niño, hasta la edad escolar, por lo que para juzgar la
distancia y la profundidad, el infante se vale de juicios monoculares, lo que quiere
decir que se basa en la información que le da la experiencia de saber que si un
objeto se ve "grande" está cerca, y si se ve más pequeño, probablemente esté
lejos, así como que si se ve nítido, posiblemente esté más cerca que si se viera
poco nítido.
Al nacer, los neonatos no perciben profundidad. Se ha podido observar que la
estereopsis emerge alrededor de los 4 meses, más específicamente entre los tres y
medio y los seis meses. A partir del primer mes de vida y en lo que se desarrollan
las habilidades que se requieren, el sistema visual se vale de pistas para
apreciarla. Entre el 1er y el 3er mes, el infante responde a señales de movimiento.
Pistas monoculares tales como perspectiva, tamaño, superposición, paralaje de
movimiento, acomodación y borrosidad, entre los 5 y los 7 meses. Más adelante
entran en juego habilidades binoculares como la convergencia y la estereopsis.
La señal más precisa para la percepción de la profundidad es la disparidad. Esta
ocurre cuando las imágenes de cada ojo caen en puntos no correspondientes de
ambas retinas. Para objetos situados más cerca del punto de fijación, la
disparidad es cruzada, ya que las líneas de visión se cruzan entre los ojos y el
plano del objeto; al revés, la disparidad se considera no cruzada, ya que el objeto
se encuentra más allá del punto de fijación.
Cuando el infante logra discriminar la disparidad, la percepción de la
profundidad puede ser medida y aumenta rápidamente de más de 80 minutos
de arco a menos de 1 minuto de arco en unas pocas semanas.
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La disparidad cruzada se desarrolla antes que la no cruzada, y aunque la
estereopsis, al igual que la agudeza vernier son las dos ejemplos de hiperagudeza,
esta última no muestra esos cambios tan rápidos entre los 3 y medio y los 6 meses
de edad, lo que implica que deben tener mecanismo distintos (Brown. 1977). La
agudeza de disparidad en el adulto, es 10 veces mejor que la resolución espacial.
Después de un rápido inicio en la agudeza estereoscópica, hay un aumento más
lento hasta alcanzar niveles de adulto. Los valores dependen del estímulo y de la
técnica usada, pero hay un acuerdo general de que hay muy poco desarrollo en
la estereopsis después de los 10 años. (Birch et al, 1989).
CONCLUSIÓN
Durante el primer año de vida del ser humano, la visión, así como todo su sistema
sensoriomotor evoluciona de una manera vertiginosa. Estos cambios son mucho
más evidentes e importantes durante los primeros 6 meses y de ahí en adelante
se perfeccionarán y se harán más eficientes alcanzando niveles de adulto
alrededor de los 7 u 8 años, edad en que el infante se encuentra ya en la etapa
escolar. Esto sucederá siempre y cuando no existan factores restrictivos que
interfieran con el desarrollo y el niño obtenga del medio que le rodea la
estimulación suficiente para obtener e integrar la información y asociarla a otros
sistemas sensoriales.
La eficiencia visual se adquiere al poner en acción de manera conjunta las
distintas habilidades visuales, su desarrollo está íntimamente relacionada con la
maduración de los elementos que componen el sistema visual, la
retroalimentación que se obtiene del avance o mejora de cada habilidad, y claro
está, la información que se obtiene de los estímulos visuales que se suman a la
experiencia y al aprendizaje del infante.
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BIBLIOGRAFÍA
1. Material de estudio UAA, Maestría en Rehabilitación visual.
2. López A. Optometría Pediátrica. Ed. Ulleye, España, 2007.
3. Martín y Vecilla, Manual de Optometría. Ed. Médica Panamericana,
España, 2012.
4. Groffman S. Developmental & Perceptual Assessment of learning diabled
children, Theoretical concepts and diagnostic testing. OEP, USA, 1994.