Cuento de Un Cuento

Embed Size (px)

Citation preview

  • 7/31/2019 Cuento de Un Cuento

    1/3

    Danilo Vsquez | Edicin 1988

    CUENTO DE UN CUENTO

    ...De repente, ah est, anda volando, circundando mi cabeza como nudo de

    moscas en la inmundicia... Pienso en otra cosa, en mam, que necesita vitaminas para

    sus gastados ojos. Pobrecita mam, ya casi no mira. Decido ir a la farmacia de Rigo, a

    fiar la medicina para mam... l, no se aleja, ah est, pero no muestra su esplendor...

    Llego a la farmacia. Miro la gente como si fuera el gran ejrcito iran; no, no es el

    ejrcito iran, son hermanas de la Luz del mundo. Le digo a Rigo:

    -Tens de esta medicina?

    -S, tengo

    -Qu vale?

    -Ochenta y cinco colones.

    -Dmela y apuntala para fin de mes!

    -Um! Nunca vas a salir de jaranas; Profesores ms arruinados!

    Envuelve la medicina en papel peridico y extiende su brazo despectivamente.

    Cojo la medicina y me retiro en mi bicicleta de cuernos de cabra. El sol arrecia con

    ganas en este mi pueblo. Pienso a veces irme lejos, a Estados Unidos, a ganar dolores.

    Ms adelante, ya casi llegando a la recin vestida alcalda, pienso que es mejor dejar

    mi sangre aqu en mi patria y no en pases chupa sangre; es cierto que me sacan el

    agua de los ojos; pero algn da... Los vampiros dejarn de existir.

    Abandono la reciente fuga geogrfica... Ah est nuevamente l... Acelero mi

    bicicleta, y tanta es la prisa por llegar donde mam, que no me fijo en los pozos reales

    de la carretera. All en el horizonte veo interminable mi destino. Por fin, llego a casa.

  • 7/31/2019 Cuento de Un Cuento

    2/3

    Danilo Vsquez | Edicin 1988

    Saludo rutinariamente, abrazo a mam, ella platica cosas de su pueblito de origen, de

    cuando estaba joven y salan de paseo con su hermano mayor, montados a caballo. Yo

    le contesto s, s- agachando la cabeza, en seal de que la escucho... l, no permite

    que me concentre en la conversacin, cada vez se comporta mal, molesta hasta decir

    ya no; trato de desahogar el desasosiego que me ocasiona... Mam, sigue contando

    historias. Alcanzo a oir parte de la siguiente:

    Pues, fijate que al Miguel, lo invitan a casa de la novia y como era tan bandido

    el pcaro, ya te cuento con lo que sali: Le dan una taza de caf bien caliente, sin

    darse cuenta, se empina la taza y, de tan caliente que estaba se le zaf un pedito

    desesperado; pues, el lpero como era tan ocurrente dijo: Vaya! Slo vos te salvaste

    de ser quemado. Al ver reir a mam, yo tambin ro sin entender a cabalidad su

    historia...No se aleja, ah est... Adentro se oye una cancin de Perales; aunque no es

    lo suficiente para alejarlo... Persiste, no se retira... Trato de tararear la meloda y nada,

    es difcil. Mam percibe mi desasosiego:

    -Qu te pasa hijo?

    -Nada, nada!

    -Algo tens, te conozco lo suficiente para no darme cuenta que algo te sucede.

    Tens problemas con tu esposa?

    -Decmelo!

    -No, mam, no es eso!

    -Entonces?

  • 7/31/2019 Cuento de Un Cuento

    3/3

    Danilo Vsquez | Edicin 1988

    -Nada, no es nada, ya te lo dije!.

    Me pongo severo. Mis ojos recorren el panorama de enfrente: La carretera que

    viene de la frontera del Amatillo, cayendo como ltigo sobre las espaldas de mi

    pueblo... Comienza a golpear mi cabeza, desespera, quiere salir, esto si ya es grave,

    pues, siento la cabeza como si fuera fbrica de hacer bluyines, con el montn de

    mquinas haciendo, rrreeeeeeee... Me levanto de la silla, aturdido por el ruido

    ensordecedor de las supuestas mquinas; busco ansiosamente un lpiz y un papel, me

    siento y escribo... Un nuevo cuento...