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Conversar Texto: Juan A. Vázquez Música: El cascanueces

Conversar Texto: Juan A. Vázquez Música: El cascanueces

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Querer, amar Es hielo abrasador, es fuego helado, es herida que duele y no se siente Francisco de Quevedo

Conversar Texto: Juan A. Vzquez

Msica: El cascanueces

Hay palabras que tienen fuego de rayos y que incendian donde caen Vicente Huidobro

Ya no sabemos conversar. Hasta han ido desapareciendo los sitios y las ocasiones para hacerlo. Sabemos hablar, decir, expresar. Pero no sabemos conversar, que ms que decir es esperar que te digan, que ms que afirmar es descubrir, que ms que exponer es reflexionar. No paramos de hablar, pero no conversamos. No sabemos conversar porque nos falta con quien hacerlo. Llamamos conversaciones a encuentros de uno y otro que no llegan a ser de dos, a chcharas que no dicen nada, a cruces de monlogos desentendidos de lo ajeno. Pero eso no es conversar. Decimos que las conversaciones sirven para aproximar, para acercar, cuando la proximidad, la cercana, son las que estn en el origen de la propia conversacin. Hablamos sin entendernos porque hablamos para no entendernos, porque hablamos para defender y no para buscar la razn, para imponer y no para convenir. Nos sentimos propietarios y no partcipes de la conversacin. Preferimos convencer a conversar. Sobamos las palabras, cuando lo que hay es que acariciarlas. Tenemos prisa y por eso ms que conversar lo que queremos es resolver, sin darnos cuenta de que resolver requiere precisamente mucha conversacin.Nos comunicamos desarrollando sustitutos de la conversacin. Los chat, los mensajes, comprimen la palabra que requiere abundante, clida, cmplice, la conversacin. Nos contamos cosas que sirven ms para la informacin que para la reflexin. Por eso estamos informados de casi todo y, sin embargo, no nos enteramos de casi nada. Nos comunicamos sin descubrirnos, sin mostrarnos y la conversacin requiere complicidad, mirarse a la cara. Por eso en vez de decir aceptamos que nos digan. Por eso hay tanto monlogo y tanto runrn de palabras vacas, gastadas, que no dicen nada. En este mundo poblado de sonidos, de ruidos que acallan la palabra, tenemos que encontrar el momento, el ambiente, las personas propicias, los cmplices necesarios para ese raro, estimulante, enriquecedor, hbito de una verdadera conversacin. (Del libro Prosas sueltas de Juan A. Vzquez. Editorial Nobel)