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CONSTRUCCIÓN DE HÁBITATS SUSTENTABLES EN PAISAJES TRANSFORMADOS DE BORDE SECTOR QUIBA ARBORIZADORA ALTA EN BOGOTÁ D.C. MAYERLING SANABRIA BUITRAGO UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA FACULTAD DE ARTES MAESTRÍA EN HÁBITAT SEDE BOGOTÁ BOGOTÁ, COLOMBIA 2015

CONSTRUCCIÓN DE HÁBITATS SUSTENTABLES EN PAISAJES

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CONSTRUCCIÓN DE HÁBITATS SUSTENTABLES EN

PAISAJES TRANSFORMADOS DE BORDE

SECTOR QUIBA – ARBORIZADORA ALTA EN BOGOTÁ D.C.

MAYERLING SANABRIA BUITRAGO

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

FACULTAD DE ARTES

MAESTRÍA EN HÁBITAT

SEDE BOGOTÁ

BOGOTÁ, COLOMBIA

2015

CONSTRUCCIÓN DE HÁBITATS SUSTENTABLES EN PAISAJES TRANSFORMADOS DE BORDE

SECTOR QUIBA – ARBORIZADORA ALTA EN

BOGOTÁ D.C.

MAYERLING SANABRIA BUITRAGO

Tesis presentada como requisito parcial para optar al título de:

Magíster en Hábitat

Director: Jorge Enrique Sánchez Ruíz

Arquitecto y Magister en Historia y Teoría del Arte en la Arquitectura

Universidad Nacional de Colombia

Co- Directora: Edith González Afanador

Bióloga y Magister en Ecología Universidad Nacional de Colombia

PhD Ecología Regional Texas A&M Universitiy

Línea de Investigación:

Hábitat y Medio Ambiente

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

FACULTAD DE ARTES

MAESTRÍA EN HÁBITAT

SEDE BOGOTÁ

BOGOTÁ, COLOMBIA

2015

IV Construcción de hábitats sustentables en paisajes transformados de borde.

Sector Quiba – Arborizadora en Bogotá D.C.

Dedicado a

Mi familia y amigos, por su infinito amor y

paciencia…

“…Sera que existe algo así como una

“inteligencia social” en este planeta, capaz de

reorientar las acciones?...”

Jorge Mario Jáuregui

Agradecimientos

A los Profesores Edith González y Jorge Sánchez, por sus valiosos aportes y por haber

aceptado amablemente dirigir este proyecto de investigación.

A la Ing. Edda Lissete Beltrán, profesional especializado del Grupo Bordes Urbano –

Rurales de la Subdirección de Ecosistemas y Ruralidad de la Secretaria Distrital de

Ambiente por su gestión para adelantar el trabajo de campo y su apoyo en la

recopilación de la información documental utilizada como referencia en esta

investigación.

A la Ing. Nancy Obeira Castellanos y German Arévalo, profesionales especializados de la

Subdirección de Políticas y Planes Ambientales de la Secretaria Distrital de Ambiente,

por sus aportes y colaboración en la identificación de la problemática de ocupación en las

áreas de borde Sur en Bogotá.

A la Ing. Gladys Gómez Ariza por enriquecer la reflexión sobre las alternativas de gestión

social e institucional del Borde Sur

A Clara Lucia Matallana, por su amable invitación al foro de discusión: “Figuras de

Gestión Social del Territorio para Fortalecer el Modelo de Ocupación Campesino en el

Borde Urbano Rural Sur”, y su apoyo con el grupo de Bordes del Instituto Alexander von

Humboldt.

A Serio Gómez, D.I. por sus oportunas y acertadas observaciones al modelo dinámico

relacional bajo el Programa STELLA ®

Al Dr. Uriel Mora, Gerente de la Unidad Administrativa Especial Bosques de

Cundinamarca por permitirme culminar mis compromisos académicos bajo las licencias y

permisos concedidos durante este último año de maestría.

Resumen y Abstract VII

Resumen

Con esta investigación se desea abordar los modos de habitar en aquellas zonas

de borde sometidas a notables transformaciones del paisaje para reconocer la viabilidad

sistémica de un espacio de transición urbano - rural a partir de una herramienta

metodológica que permita identificar la complejidad de su situación; es decir, facilitar la

identificación de oportunidades alternas en la posterior construcción de un hábitat de

borde sustentable.

En este proceso se describirá entonces, un contexto particular de ocupación y uso del

territorio en el sector Quiba – Arborizadora Alta de la localidad de Ciudad Bolívar en

Bogotá, donde, bajo un modelo dinámico conceptual semi cuantificado se identificaran

aquellas relaciones que se perciben en este sector de borde, de manera que se pueda

establecer la tendencia de dicho paisaje complejo frente a cambios teóricos inducidos al

referido modelo y así, posteriormente señalar aquellas acciones que fomenten cambios

sustanciales hacia la sostenibilidad.

Palabras clave: Modos de Habitar, Sostenibilidad en los bordes, Paisaje

transformado habitado, alternativas emergentes.

VIII Construcción de hábitats sustentables en paisajes transformados de borde.

Sector Quiba – Arborizadora en Bogotá D.C.

Abstract

This research wants to know about the life in areas under edge of remarkable

transformations of the landscape, and recognize the systemic feasibility of such a

transitional space between urban and rural; to facilitate the identification of alternative

opportunities in building sustainable edge habitat.

This process is described a particular context of occupation and land use at Quiba

- Arborizadora Area’s of Ciudad Bolivar in Bogota, to identify systemically as it has been

building that now transformed landscape, and later notice those synergies under a

dynamic theoretical model to identify the trend of landscape transformed into highly

densified cities like Bogotá.

Keywords: Inhabiting modes, Sustainability at the edges, transformed landscape

inhabited, and emerging alternatives.

Contenido 9

Contenido

Resumen VII

Abstract VIII

Contenido ………………………………………………………………………………………9

Lista de figuras y tablas ............................................................................................ 11

Introducción............................................................................................................... 13

1. El paisaje de borde como hábitat emergente ..................................................... 18 1.1. Hábitat / habitar: evidencias de la evolución simultánea de lo natural y lo cultural......... 19 1.2 El paisaje bajo una visión sistémica de hábitat .................................................................. 23

1.2.1. La evolución de la percepción del paisaje ................................................................... 26 1.2.2 La estructura del paisaje desde lo sistémico............................................................... 29 1.2.3 Paisaje, sistema abierto hacia la autorregulación ........................................................ 31 1.2.4 El sistema paisaje transformado habitado: representación del hábitat / habitar ............ 33

1.3 Lo sostenible y lo sustentable en el desarrollo de las ciudades ......................................... 36

2. El paisaje transformado de borde Quiba - Arborizadora .................................... 41 2.1 Descripción del Área de Estudio (Los Lugares) ................................................................. 42 2.2 Descripción de los actores que transforman el área de Estudio.......................................... 58

2.2.1 Las comunidades de borde ....................................................................................... 59 2.2.2 Las instituciones comunitarias ................................................................................... 72 2.2.3 La Academia ............................................................................................................. 75 2.2.4 La institución Pública ................................................................................................ 77 2.2.5 La Industria Minera ................................................................................................... 79

2.3 Tejiendo las Tramas en el Paisaje de Borde (Los Modos de Habitar) ................................ 81 2.4 Proyectos de Sustentabilidad en los Bordes ..................................................................... 89

2.4.1 Gestión del Borde sur en Bogotá ............................................................................... 89 2.4.2 Red de reservas naturales de la sociedad civil en la laguna de la cocha .................... 91 2.4.3 Mesa de concertación del borde sur .......................................................................... 93 2.4.4 Cinturón verde metropolitano Medellín ...................................................................... 94 2.4.5 Experiencia interinstitucional, privada y comunitaria en la cuenca del Río Meléndez en el Municipio de Cali. ......................................................................................................... 96

2.5 El sector Quiba-Arborizadora frente a los proyectos exitosos de sustentabilidad en los bordes …………………………………………………………………………………………………….97

10

3. Hacia la construcción de hábitats sustentables y luego sostenibles .............. 102 3.1 Modelo Relacional sistémico de la Situación Actual del Área de Estudio ......................... 104 3.2 Aplicación del Modelo Sistémico de Análisis ................................................................... 108

3.2.1 Subsistema de transformación del paisaje por explotación de materiales para la construcción ...................................................................................................................... 110 3.2.2 Transformación del paisaje por ocupación campesina .............................................. 115 3.2.3 Transformación del Paisaje por Expansión Urbana ................................................... 120 3.2.4 Estabilidad Ecológica del Paisaje Natural .................................................................. 125 3.2.5. La Construcción social del espacio habitado............................................................. 128

3.3 Alternativas Emergentes para Contribuir a la Sustentabilidad de los Bordes ............... 136

4. Conclusiones ..................................................................................................... 147

5. Recomendaciones................................................................................................ 153

Anexo A: Archivos Digitales .................................................................................... 155

Anexo B. Documento soporte de diseño, configuración y fundamento del modelo de sistema dinámico implementado. ....................................................................... 156

Anexo C: Importancia de los ecosistemas secos andinos del distrito capital ........ 176

Bibliografía……………………………………………………………………………………..180

11

Lista de figuras y tablas

Figura 1 Fundamento teórico de los modos de habitar................................................................. 18

Figura 2 Ilustración de la relación entre los modos de habitar y el paisaje transformado habitado 22

Figura 3 Esquema conceptual genera de los modos de habitar ................................................... 28

Figura 4 Relación de estructura, proceso, organización o función y finalidad en un sistema........ 31

Figura 5 Esquema de la construcción conceptual de los modos de habitar ................................. 33

Figura 6 Localización general delo área de estudio Quiba Arborizadora ..................................... 42

Figura 7 Mapa de referencia para el área de estudio .................................................................. 43

Figura 8 Sectores diferenciados del área de estudio .................................................................... 44

Figura 9 Sector arborizadora alta del área de estudio .................................................................. 45

Figura 10 Referencia fotográfica de inestabilidad del terreno identificado en Arborizadora (Foto 1

mapa de referencia) .................................................................................................................... 46

Figura 11 Registro de la Ocupación expansiva actual hacia el cerro. (Foto 2 mapa de referencia)

................................................................................................................................................... 46

Figura 12 Registro Fotográfico de la condición del enclave subxerofitico de Arborizadora Alta (Foto

3 izq. Foto 4 der. Mapa de referencia) ........................................................................................ 48

Figura 13Localización del Plan Parcial proyectado Azoteas ......................................................... 49

Figura 14 Vista general del centro poblado de Quiba Bajo. (Foto 5 mapa de referencia) .............. 50

Figura 15 Sector Quiba Bajo del área de estudio y su relación con las áreas protegidas y el

parque minero del POT ............................................................................................................... 50

Figura 16 Registro General de las Viviendas Rurales de Quiba (Foto 6 mapa de referencia) ...... 51

Figura 17 Registro fotográfico área rural sector Quiba (Foto 7 mapa de referencia) ................... 52

Figura 18 Registro fotográfico del sector sur de la vereda Quba (Foto 8 mapa de referencia) ...... 53

Figura 19 Localización de los Parques Minero Industriales en Bogotá según POT 2004 ............. 55

Figura 20 Registro Espacial de los Títulos Mineros y las Zonas compatibles con minería en

Bogotá DC .................................................................................................................................. 56

Figura 21 Localización Geográfica de la Reserva Forestal Protectora Productora de la Cuenca

Alta del Rio Bogotá ..................................................................................................................... 57

Figura 22 construcción conceptual de los modos de Habitar para el Área de Estudio................... 58

Figura 23 Registro fotográfico de las actividades pecuarias e la zona (Foto 9 mapa de referencia)

................................................................................................................................................... 65

Figura 24 Registro fotográfico Iglesia San Martin de Quiba .......................................................... 66

Figura 25 Registro Fotográfico de la resistencia de la zonas rurales a la expansión urbana. Foto:

cortesía Asamblea Sur ................................................................................................................ 67

Figura 26 Registro fotográfico de la escazas áreas para el esparcimiento en los barrios sobre el

perímetro de borde del área de Estudio (Foto 10 mapa de referencia) ......................................... 68

12

Figura 27 Jornada de limpieza por parte del colegio Arborizadora Alta al cuerpo de agua del cerro.

Cortesía: SDA .............................................................................................................................69

Figura 28 Representación gráfica de los modos de habitar identificados i. ..................................83

Figura 29 Registro Fotográfico de expansión urbana en los bordes de Arborizadora ....................83

Figura 30 Representación gráfica de los modos de habitar identificados ii ..................................84

Figura 31 Representación gráfica de los modos de habitar identificados iii ..................................85

Figura 32 Representación gráfica de los modos de habitar identificados iv.................................89

Figura 33 Representación gráfica de los modos de habitar identificados v. ............................... 101

Figura 34 Esquema general de los modos de habitar identificados en la zona .......................... 103

Figura 35 Modelo Conceptual de los situaciones identificadas en Qiuiba _ Arborizadora .......... 105

Figura 36 estructura principal del modelo Stella ........................................................................ 106

Figura 37 perspectivas de Capra en el Área de Estudio ............................................................. 107

Figura 38 Equivalencias de los modos de habitar identificados bajo el modelo conceptual y el

programa Stella ......................................................................................................................... 108

Figura 39 Registro de variables identificadas para el primer proceso ........................................ 110

Figura 40 Modelo conceptual del proceso de extracción de materiales para la construcción. .... 111

Figura 41 Diagrama en Stella Diseñado para el primer proceso ................................................. 112

Figura 42 Registro Grafico de Tendencia del Primer Proceso .................................................... 114

Figura 43 Registro de Variables Identificadas para el segundo proceso ..................................... 115

Figura 44 Modelo conceptual del proceso transformación del paisaje por ocupación campesina

.................................................................................................................................................. 116

Figura 45 Diagrama en Stella Diseñado para el segundo proceso ............................................. 117

Figura 46 Registro Grafico de Tendencia del segundo Proceso ................................................ 118

Figura 47 Registro Grafico de Tendencia del segundo Proceso alterando los valores de una de

sus variables ............................................................................................................................. 119

Figura 48 Registro de Variables Identificadas para el tercer proceso........................................ 121

Figura 49 Mapa Conceptual del Sub sistema transformación del paisaje por expansión urbana

.................................................................................................................................................. 121

Figura 50 Diagrama en Stella Diseñado para el tercer proceso ................................................. 122

Figura 51 Registro Grafico de Tendencia del tercer Proceso ..................................................... 123

Figura 52 Registro Grafico de Tendencia del tercer Proceso modificando una de sus variables 124

Figura 53 Registro sobre el Programa de los valores alterados para reportar la tendencia de

cambio ...................................................................................................................................... 124

Figura 54 Registro de Variables Identificadas para el cuarto proceso ....................................... 125

Figura 55 Modelo conceptual del proceso estabilidad ecológica del paisaje natural................... 126

Figura 56 Diagrama en Stella Diseñado para el cuarto proceso ................................................. 127

Figura 57 Registro Grafico de Tendencia del cuarto Proceso .................................................... 128

Figura 58 Registro de Variables Identificadas para el quinto proceso ........................................ 129

Figura 59 Modelo conceptual del proceso construcción social del espacio habitado .................. 130

Figura 60 Diagrama en Stella Diseñado para el quinto proceso ................................................ 130

Figura 61 Registro Grafico de Tendencia del quinto Proceso .................................................... 131

Figura 62 Registro de la Condición Actual del Sistema ............................................................. 132

Figura 63 Registro Grafico de Tendencia del quinto Proceso incorporando valores de las

acciones emergentes identificadas ............................................................................................ 133

Figura 64 Registro del sistema al cuantificar acciones emergentes identificadas ....................... 134

Figura 65Gráfica de visualización a nivel macro del sistema de franja de borde. ........................ 135

Figura 66 Foto panorámica desde el cerro seco hacia la ciudad................................................ 141

13

Introducción

Abordar los fenómenos de transformación que presentan las grandes ciudades en

los bordes, es entrar a estudiar de manera categórica las relaciones entre las personas

y los lugares que habitan; pues es precisamente desde los territorios de borde donde se

percibe de manera más directa los modelos de intervención de los sistemas naturales y

la misma evolución urbana.

Actualmente las dinámicas que se presentan en las periferias son procesos tan

activos y poco sustentables que para la mayoría de las ciudades iberoamericanas el

crecimiento de los bordes se plantea como una de las problemáticas urbanas más

importantes en el desarrollo de las ciudades. Tal vez por esta razón, el estudio de las

periferias urbanas, ha evolucionado y ha dejado de enfocarse desde la planeación bajo

un concepto netamente geográfico de ordenación espacial para incorporar una

dimensión social y cultural donde se comienza a reconocer que las formas de

organización social y sus hábitos es lo que determinan finalmente la sustentabilidad de

dichos territorios.

Por tanto, al considerar los bordes como espacios donde se concentran dinámicas

particulares de ocupación, y que dependiendo de cómo se aborden podrían generar

logros importantes en el mejoramiento de la transición urbano - rural, su productividad y

la calidad de vida de sus habitantes; se propone con esta investigación el estudio

sistémico de los modos de habitar que presenta Quiba – Arborizadora en el borde sur-

occidental de Bogotá, de manera que se pueda identificar bajo un modelo dinámico

conceptual la tendencia del sistema en general al implementar teóricamente acciones

o estrategias emergentes que orienten su gestión hacia la sostenibilidad.

14

Para su cumplimiento, se desarrollaron como objetivos específicos: el análisis de

la situación particular de borde en Quiba - Arborizadora, donde inicialmente se

reconoció el contexto de paisaje a través de las diferentes caracterizaciones que se han

adelantado en el área de estudio y que fueron compiladas para esta investigación.

Posteriormente bajo este compendio, se identificaron las relaciones dinámicas

entre los actores que inciden en la ocupación de dicho territorio estableciendo su

influencia en los procesos de transformación que presenta el paisaje complejo actual.

Finalmente, se realizó un análisis del comportamiento del sistema bajo un modelo

dinámico semi - cuantificado1 diseñado en el programa STELLA ®2, en el cual, fue

posible explorar la influencia de cada una de las variables que a lo largo de la

investigación fueron emergentes y convergieron como elementos constituyentes del

referido modelo. De tal manera que al final bajo un ejercicio teórico de modelación de

una situación actual se puede identificar el cambio global del sistema frente al

fortalecimiento o mitigación de dichas variables que lo componen.

Esta iniciativa se abordó desde un concepto integral de paisaje; pues si bien el

paisaje es reconocido coloquialmente como aquel terreno valorado por su aspecto

escenográfico, esta definición no deja de ser una percepción simple y visual donde se

estima solo la parte estética del territorio; por el contrario, en esta investigación, se

perfila un concepto de paisaje en clave de hábitat, donde se abordan aquellas otras

dimensiones que contribuyen a su cambio y evolución.

Desde esta perspectiva, las adaptaciones humanas se consideran como

contribuciones contundentes y propias de la evolución de los mismos paisajes, pues la

configuración actual de cualquiera de ellos ha sido generada precisamente por las

prácticas sociales y culturales que en él se despliegan. Pese a que muchas veces en los

procesos de planificación el territorio se maneja como la estructura física de los espacios

habitados; son las significaciones propias de los que la habitan las que determinan su

desarrollo; es decir, sus procesos de construcción social, los modos de apropiación,

1 Para este ejercicio fue necesario cuantificar las relaciones identificadas durante la investigación para que puedan ser percibidos los cambios y la tendencia de estos, sobre el sistema en general 2 Structural Thinking Experimental Learning Laboratory with Animation

15

hábitos e intereses comunes van creando tejidos de significaciones tan propios que son

éstos los que van modelando los cambios y transformaciones en el paisaje.

Es por esta razón que el concepto de paisaje abordado en esta investigación, no

es posible plantearlo sin los habitantes y su influencia cultural como un componente

fundamental. Es necesario entonces ampliar la visión simple de paisaje visual hacia una

mirada sistémica, que integre, tanto la parte física donde se desarrolla, como a los

diferentes actores que intervienen e influyen en su evolución hacia un hábitat humano.

En esta labor, el sector de Quiba - Arborizadora en Bogotá ofrece todo una gama

de situaciones por explorar que contribuirán al interés planteado en esta investigación

respecto a: (i) evidenciar las relaciones entre el consumo de los recursos naturales, el

valor ecosistémico de la región y el sentido de territorialidad de sus habitantes; y (ii) el

reconocimiento de la influencia de las prácticas sociales y culturales en las

transformaciones físicas de estos territorios de borde, no solamente desde el punto de

vista de los impactos negativos por degradación de un espacio natural; sino a la

posibilidad de reconocer en esa relación, eventos alternos o situaciones poco evidentes

que puedan orientar una transición urbano rural más sustentable en este borde de

Bogotá.

Pero, si bien el análisis de las acciones antrópicas son determinantes en esta

investigación, es necesario no perder de vista el potencial natural y de servicios

ecosistémicos que zonas como estas aportan al equilibrio ecológico y urbano de la región

capital; pues la zona de Quiba – Arborizadora es uno de los pocos sectores en la sabana

de Bogotá, que por sus características climáticas y posición geográfica registra enclaves

secos (xerofíticos) que según estudios de Rivera (2014), son ecosistemas estratégicos ya

que tienen un alto potencial para la captura de CO2 y además poseen características

importantes para la restauración ecológica como especies facilitadoras en la dinámica

sucesional.

Pese a esta condición, esta zona ha sido reconocida más por el potencial de

materia prima para la construcción, que por su importancia en el equilibrio ecológico de la

región, pues la mayoría de los suelos del enclave xerofítico en Bogotá, cuenta con una

16

gran oferta de gravas, arena, limo y arcillas provenientes de la formación cono fluvio–

glaciar, que se extiende a lo largo del río Tunjuelo.

Esto promovió a que las actividades mineras generaran una fuerte presión sobre el

territorio circundante que aún conserva coberturas naturales y tierras agrícolas;

presentándose así, de manera paulatina, procesos alternos de aglomeraciones barriles

espontaneas y de segregación social que aún se perciben en esta zona de borde.

Ante un panorama tan dinámico de transformación de paisaje como este, se hace

necesario indagar sobre ¿cómo identificar acciones efectivas que contribuyan a

mejorar los modos de habitar en los bordes de ciudad sometidos a intensas

transformaciones de su paisaje inicial? Esta pregunta de investigación induce a

reconocer que bajo el enfoque de pensamiento sistémico es posible comprender una

realidad y descubrir aquellas acciones o conexiones contundentes que en dicho sistema

determinan su actual funcionamiento. Bajo este punto de vista entonces, es posible

explorar todas aquellas posibilidades que puedan inducir a la transformación de un

paisaje habitado, y es ahí donde los modelos relacionales dinámicos se reconocen como

una herramienta útil que permite registrar dichos cambios.

Al caracterizar sistémicamente este territorio, se hacen evidentes diferentes

dinámicas y relaciones que se manifiestan en el actual hábitat – habitar del área de

estudio, identificando estructuras y patrones de organización que teóricamente podrían

modificarse para contribuir a una sostenibilidad futura. Por tanto, el alcance de esta

investigación se establece con la interpretación de una situación actual de territorio de

borde bajo un modelo sistémico conceptual que evidencia las posibles trayectorias del

sistema desde una comprensión de la totalidad y no desde un análisis separado de sus

componentes.

En esta tarea, los patrones culturales construidos por el hombre, son considerados

como el gran componente adaptativo que requiere la mayor exploración; pues al igual

que las transformaciones biofísicas de un territorio, la cultura también evoluciona y se

diversifica, siendo esta condición la posibilidad de dimensionar alternativas para el

desarrollo de territorios sostenibles donde la construcción colectiva del hábitat se

consolida como el pilar más importante de los casos exitosos de hábitats sostenibles.

17

Este documento ha sido estructurado en 3 Capítulos; El primero, “El Paisaje de

Borde como Hábitat Emergente”, direcciona al lector hacia una comprensión más

holística del término tradicional de paisaje, desarrollándose así la fundamentación en

clave de hábitat abordada en esta investigación donde se resalta la cultura como

fenómeno fundamental en la transformación del paisaje.

Un segundo capítulo denominado “El Paisaje Transformado de Borde en Quiba

Arborizadora” está asociado al proceso de observación y análisis de las percepciones del

área de estudio. En este capítulo se identifica la problemática de ocupación desde los

diferentes actores a los que se tuvo acceso durante este periodo de investigación, las

cuales van tejiendo esas tramas particulares de los modos de habitar que se perciben

allí. Así mismo, en este capítulo se presentan algunos proyectos de referencia nacional

desarrollados en zonas de bordes considerados como experiencias exitosas en la gestión

colectiva del territorio que ratifican la importancia de la participación comunitaria en

procesos de transformación de hábitats.

Finalmente el Capítulo 3 “Hacia la Construcción de Hábitats Sustentables y

luego Sostenibles”, presenta el modelo conceptual implementado como técnica de

análisis para la comprensión de la realidad compleja de Quiba - Arborizadora en el

marco de un espacio/tiempo concreto que permite distinguir bajo unos diagramas de

tendencias no lineales la influencia de cada uno de sus componentes.

Con esta investigación finalmente se sugiere que la sustentabilidad de los bordes

está en el reconocimiento del paisaje como un sistemas adaptativo abierto donde se van

haciendo evidentes las huellas de todos sus actores, las que a su vez van y vienen

configurando las tramas de vida; es decir, los modos de habitar. Se hace evidente que

es allí donde emergen alternativas para la recuperación de aquellos territorios marginales

que actualmente se reconocen como zonas de tensión, donde se identifican tantos

conflictos sociales como intensas transformaciones antrópicas que han impactado en tal

grado su base natural, que los han proyectado hasta ahora como sistemas decadentes.

18

1. El paisaje de borde como hábitat emergente

Evaluar desde una perspectiva integral de hábitat, la condición de deterioro progresivo

que presenta actualmente el paisaje de las zonas de borde al sur de Bogotá; implica una

precisión de los razonamientos epistemológicos, teóricos y conceptuales planteados en

esta investigación.

Por esta razón, a continuación se presenta de una manera concreta aquellos

fundamentos acogidos a lo largo de esta investigación, y que se traducen bajo un

diagrama simple y genérico en la siguiente ilustración.

Figura 1 Fundamento teórico de los modos de habitar

19

1.1. Hábitat / habitar: evidencias de la evolución simultánea de lo natural y lo cultural

Si bien el concepto de hábitat fue acuñado inicialmente por las ciencias naturales

para definir aquel espacio geográfico donde se establece una especie (Odum, 1986) se

puede señalar entonces, que dicho lugar representa las condiciones más favorables

para que se desarrolle la vida; es decir, un territorio deseable. Y es bajo este precepto

que se desea abordar el hábitat humano.

Según Echeverría (2009), el hábitat es aquel contenedor que bajo campos

relacionales va construyendo dinámicamente escenarios de relaciones en donde cada

componente contribuye a la compleja trama del habitar. Al respecto, para Leff (1997), el

hábitat es la forma de inscripción de la cultura en un espacio geográfico, destacando, al

igual que Echeverría, el acto de habitar; y si bien el hábitat es un espacio físico, éste

está permeado por una serie de simbolizaciones y significaciones las cuales determinan

usos y ocupaciones particulares. Por tanto, no es posible conceptuar sobre el hábitat sin

prácticas de apropiación al territorio físico donde se desarrolla la acción de habitar.

Es evidente que en el devenir del habitar los territorios han sufrido alteraciones por

la intervención antrópica, inicialmente como única alternativa para sobrevivir, pero

actualmente se percibe que dichas alteraciones están en pro de un desarrollo y

crecimiento económico. Por eso, tal y como lo referencia Leff (1997), “habitar es el

proceso de renovación de la naturaleza desde identidades culturales diferenciadoras”, en

otras palabras, el medio donde los seres humanos complejizan su existir, perfilándose

así la cultura, como un componente fundamental a la hora de comprender los modos de

habitar.

Por otro lado, en la caracterización de hábitat abordada por Sánchez (2009) en su

artículo “El hábitat no es una cosa”, vale la pena destacar la relación que presenta entre

naturaleza, sociedad y habitante como componentes de un sistema dinámico, donde se

reconoce que el hábitat no podría describirse de manera completa sin identificar los

20

vínculos que relacionan cada uno de estos componentes; y hace la referencia también al

hábitat como expresión simbólica del comportamiento humano; es decir, un reflejo de la

expresión de las ideas, creencias y sentimientos tanto individuales como colectivas

donde se vinculan las acciones, las ideas y los sentimientos a las cosas mismas.

En este sentido se hace imprescindible ver el hábitat como un proceso en

permanente evolución, es decir, aquel tejido complejo de relaciones y procesos

dinámicos entre el ser humano con su entorno natural, los cuales son regulados bajo

una serie de conductas culturales intencionadas enfocadas en la búsqueda del bienestar.

Pues finalmente el hábitat humano no puede ser otro sino aquel que garantice una vida

satisfactoria para todos.

Teniendo en cuenta las referencias anteriores, sin duda los modos de habitar se

asocian con la manera como se articulan los diversos factores que contribuyen al

desarrollo de los territorios y su función transformadora (el territorio, y los que lo habitan);

por lo que la cultura, se vincula de manera directa, pues la misma historia del hombre, no

es posible comprenderla si no se considera como un proceso íntimamente vinculado a la

modificación de los ecosistemas. (Angel, 1996)

Al entender la cultura como aquel conjunto de elementos físicos, sociales y

simbólicos transmitidos por cada generación en la cual no es posible reconocerla de

manera aislada de la transformación del medio donde se desarrolla; se hace definitiva su

influencia en el estudio del hábitat humano, pues no solamente debe incluirse la

comprensión del espacio físico, sino también de los instrumentos de organización social

y de cohesión simbólica de los que en él habitan.

Por tanto, como una reflexión importante hacia la comprensión del habitar humano

está el reconocimiento del componente cultural en la transformación de los territorios.

Pues según Márquez (2002), la evolución cultural es un hecho tan natural como la

misma evolución biológica.

Desde donde se tiene referencia de los procesos evolutivos de la tierra, la

adaptación de la humanidad siempre ha estado haciendo frente a los cambios, por tal

razón, el papel del ser humano en las transformaciones de su medio son decisivas a la

21

hora de modelar el hábitat más apropiado para su desarrollo. El cambio de los hábitats

refiere entonces, tanto componentes de la naturaleza física de los territorios como las

tradiciones y enseñanzas recibidas a través del aprendizaje social que en ellos se

suscitan; siendo así el ser humano, además de la causa del cambio en un territorio,

también es el resultado de los procesos sociales y culturales que en esos ambientes

dinámicos se construyen.

La dicotomía del ser humano como ser biológico y como ser social, al cual se le ha

otorgado el poder consiente de la transformación, orienta a ubicar esta especie como un

elemento externo del medio donde se desarrolla, cuando finalmente viene siendo tanto

causa como resultado de la evolución en sí misma. Dicho proceso evolutivo ha reflejado

a través de la historia ciertos desequilibrios, lo que se ha promovido formas alternas de

adaptación al medio y por tanto formas distintas de relacionarse con él; es decir, la

supervivencia del hombre primitivo, vestido de pieles frente a la que ejerce el hombre

moderno con toda su tecnología representan un claro ejemplo de dichas adaptaciones y

formas distintas de relación con el medio. (Marquez, 2002)

Sin embargo, estas adaptaciones al medio que definen los modos de habitar son

diferenciables justamente por la conjunción cultural en los distintos territorios. Cada ser

humano ha sido dotado de manera desigual a procesos de acumulación cultural y resulta

ser muy distinto como percibe el territorio una persona de la ruralidad, a como lo hace

una persona que habita el centro de una ciudad; en este sentido, la percepción del

territorio estará dada por el capital cultural que cada individuo ha aprehendido a lo largo

de su trayectoria, en los cuales los procesos sociales y su relación con el territorio que

habita es definitivo.

Por tanto no es posible dividir el territorio físico de los que lo habitan y sus propios

procesos culturales y sociales para conceptualizar sobre las formas de habitar. El ser

humano es indivisiblemente un ser biológico y un ser social, pues es el resultado de los

cambios físicos que percibe de su territorio al igual que del aprendizaje social, y

herencias culturales, del cual hace parte y de los cuales también evoluciona y va

transformando su ambiente; en este sentido, los modos de habitar un territorio no se

limitan al estudio del ser humano y su medio, sino más bien, es el reconocimiento de

22

aquellos procesos dinámicos que presenta la trama de relaciones entre en ser humano y

su medio.

Entre dichos procesos dinámicos, es posible reconocer entonces que la cultura es

un elemento emergente de las tramas entre el medio natural y los procesos de

intervención de las sociedades a su medio, pues la ocupación y transformación de un

lugar va determinando finalmente las organizaciones sociales que en él se desarrollan y

son los tejidos de significaciones que las comunidades van elaborando en su habitar los

que determinan las características propias de los territorios.

Figura 2 Ilustración de la relación entre los modos de habitar y el paisaje transformado habitado

23

En este sentido, es posible reconocer entonces a la cultura como una estrategia

adaptativa, es decir, si el medio también determina las formaciones culturales y la cultura

a su vez también modifica y determina la estructura y el funcionamiento del medio, es

posible que a través de formas organizativas alternas de la cultura, se puedan mejorar

dichas adaptaciones hacia modelos más sustentables. Pues a través de la historia, se

reconoce que muchas sociedades han desaparecido al no haber establecido equilibrios

estables con el medio.

Sin embargo, complejizar los sistemas culturales puede que no sea la solución

directa, pues tal y como lo indica Odum (1986) el desconocimiento del hombre sobre la

manera de cómo están conformados los equilibrios en los sistemas naturales es todavía

de tal magnitud, que a pesar del desarrollo científico es el manejo inadecuado del

sistema natural la principal amenaza de la subsistencia de la vida misma.

Según Angel (1993), una cultura es un sistema complejo que se organiza

estrechamente según los limites del medio, pero tambien según los limites de la

tecnologia y de la organización social; entonces, la construccion de los habitat humanos

se consolidan sobre las posibilidades del medio, pero definitivamente es a traves del

desarrollo cultural, que los cambios y transformaciones se consolidan en el territorio. Sin

embargo, dichos cambios inducidos corren el riesgo de llegar a niveles de inestabilidad

tan altos, que pueden hacer inviable el sistema, a lo que las modificaciones culturales se

perfilan como la mejor alternativa para superar dicha crisis. “Una cultura que no

encuentre las formas tecnolóigicas y sociales para superar los límites que propone la

misma evolución del ambiente natural, no tiene futuro.” (Angel, 1996)

1.2 El paisaje bajo una visión sistémica de hábitat

Es indiscutible que para el estudio del paisaje y sus transformaciones es

necesario comprender la manera como los seres humanos se relacionan con su entorno,

y entre sí; pues finalmente todo obedece a sus propias necesidades y contextos

culturales.

24

Abordar dichas relaciones implica adoptar un enfoque sistémico en términos de

conectividades, relaciones y contextos; pues según Capra (1998) las propiedades

esenciales de un sistema son propiedades del todo que ninguna de las partes posee; es

decir, son propiedades emergentes precisamente de las relaciones y conexiones que se

manifiesten entre sus componentes en un espacio y un tiempo determinado.

Esta visión que se plantea bajo la teoría de los sistemas, es un

pensamiento contextual que marca la interdependencia de lo que compone un sistema

bajo un entretejido de eventos y fenómenos propios, promoviendo la aplicación de los

modelos de redes a todo nivel; por tanto, comprender el paisaje, es comprender las redes

que se generan en él.

Aparte del esquema relacional en redes propuesto por la teoría de los sistemas

para la profundización en el concepto de habitar, el proceso de conocimiento de una

realidad territorial se entiende como una acción subjetiva y no objetiva, pues es

precisamente el sujeto (y no el objeto), quien incorpora su propia interpretación como

observador de la realidad3. Es por esta razón, que abordar la transformación de los

paisajes habitados obedece a un fenómeno de descripción de la realidad a partir de la

visión del observador. “Lo que observamos no es la naturaleza en sí misma, sino la

naturaleza expuesta a nuestro método de observación” (Capra, 1998)

En este sentido, es importante indicar que no necesariamente la integración de

los componentes en redes, ni las propiedades o emergencias que puedan surgir de esas

interrelaciones son las únicas que caracterizan un sistema, sino que gran parte de ello

obedece al contexto mental y cultural que le da el observador a dichas relaciones.

Una clara orientación de esto es soportada por las analogías y diferencias

que presenta Echeverría (2009) entre espacio, vivienda, ambiente y territorio. El

espacio, entendido, no como un asunto de volúmenes o vacíos entre objetos, sino más

bien como aquella dimensión donde se crea el ser humano y expone que el espacio va

más allá de las dimensiones físicas (alto, largo, ancho, pequeño, grande), pues desde

Einstein y su teoría, se sabe que las dimensiones son relativas y de hecho, una

3 Este subjetivismo es idealismo o imposición de las ideas de un sujeto personal sobre la realidad. En sistémica, se habla de construcción del conocimiento como una relación sistémica de sujeto↔sujetos↔objetos, sujeto-cultura-realidad

25

percepción particular del sujeto, es decir, la determinación de un hábitat, depende del

punto de vista del observador. (Fals Borda, 1998).

Si bien el espacio, es considerado el sustrato de la estructura de un sistema, que

es en si mimo delimitable (por que sin duda la existencia misma del sistema es física),

solo es comprendido desde la experiencia perceptiva del obsevador, pues es observable

para todos, pero cada uno, desde su propio enfoque. Por tanto, tal y como lo menciona

Garciandía (2005), las fronteras de un sistema son un aspecto supeditado al observador

y a ciertas condiciones de la observación.

El espacio / tiempo toma forma a partir de las unidades concretas pero transitorias

de ocupación humana y toman vida en la medida en que son afectados por la actividad

del ser humano. Es así como se percibe entonces que en el hábitat, el espacio / tiempo

es una unidad flexible y variable producto de la construcción social de un territorio donde

se dan procesos de identidad y de sentido de pertenencia, pero donde también se

presentan conflictos por intereses políticos o económicos, pues no se puede desconocer

que un territorio se ordena sobre todo bajo unos lineamientos económicos donde la

finalidad última es favorecer procesos productivos y de consumo, es decir, garantizar que

el capital tenga fluidez. (Daza, 2006).

Cualquier evento se hace perceptible en un tiempo/espacio específico, cualquier

fenómeno presente en el hábitat humano está inscrito ahí, y si bien el efecto del tiempo

se relaciona directamente a la degradación de la estructura por la tendencia inevitable del

paso de los sucesos; también lo hace en cuanto a la evolución del sistema complejizando

su organización y así mismo su permanencia.

En tal sentido, se entiende la flexibilidad que le da a los espacios vivos en el hábitat

estos dos conceptos relacionados donde se desarrolla todo evento. De manera que, justo

desde el espacio/tiempo, se permite comprender un contexto y la evolución que

manifiesta a partir de sus construcciones sociales, donde se presentan

permanentemente tensiones y se ejercen poderes. Dichas transformaciones hacia la

evolución podrían ser nocivas cuando se supera la capacidad del sistema para regularse;

o favorables en la medida en que se supere la dualidad sujeto - objeto / naturaleza –

26

cultura / biológico – social, pues todo obedece a un mismo sistema y cada uno de ellos

cumple funciones únicas y complementarias dentro del mismo.

1.2.1. La evolución de la percepción del paisaje

Si bien en términos coloquiales se considera el paisaje como aquella extensión de

terreno reconocida por su aspecto escenográfico, esta definición no deja de ser una

percepción simple donde se valora meramente la parte estética o artística del territorio,

Sin embargo, sin desconocer la belleza escénica como una de las propiedades más

destacadas a la hora de definir un paisaje, es posible complementar el concepto de una

manera más holística como la expresada el Convenio Europeo del Paisaje, hecho en

Florencia el 20 de octubre de 2000, donde se describe como:

“(…) componente esencial del entorno donde viven las

poblaciones, el cual representa la expresión de diversidad de

su patrimonio común ya sea cultural, ecológico, social y

económico; que a la vez, fundamenta su identidad. (…)

Enfatizamos que el paisaje es un elemento esencial del bienestar

individual y social donde se reconocen aquellos factores que han

hecho posible las determinadas formas de territorio, pues son

finalmente las personas y sus acciones las que modelan

significativamente el paisaje”. (Europa, 2000)

En este sentido, se reconoce entonces al paisaje como aquella expresión

vinculante de las dimensiones sociales, culturales, geográficas y ecológicas de un

territorio del cual puede ser leída su propia evolución. El paisaje no solo representa la

escenografía de un tiempo presente, sino que a través de su estudio y observación es

posible reconocer su pasado, pues es allí donde queda registrada todas aquellas

acciones de habitar que reafirman la identidad de un territorio. En este mismo sentido,

desde 1968 Bertand citado por Ramos, (1979) sostenía que:

“El paisaje no se puede considerar como la simple suma de

elementos geográficos separados, sino que es el resultado de las

combinaciones dinámicas, a veces inestables, de elementos

físicos, biológicos y entrópicos que engarzados dialécticamente

27

hacen del paisaje un cuerpo único indisociable en perpetua

evolución”

Esta consideración de paisaje que se reconoce desde hace ya varias décadas,

apunta a un concepto más profundo y dado que el interés real es abordar aquellas

huellas de la actividad humana que han contribuido al cambio y evolución de los

territorios; la incorporación de los fundamentos del pensamiento sistémico resulta muy

pertinente.

Una adecuada evaluación del paisaje se debe construir sobre la base del análisis

de todos aquellos componentes que interactúan en un territorio sin perder de vista su

historia evolutiva y adaptativa; que en ultimas, son aquellas que les confieren ciertas

peculiaridades que permiten la diferenciación misma con respecto a otros lugares.

Bajo esta referencia, se podría afirmar que el paisaje en un sentido más profundo,

representa la relación entorno – acciones humanas, donde el entorno más que

representar todo aquello que rodea al ser humano, hace parte de él, por tanto, al

considerar el paisaje bajo este nuevo entendimiento donde el ser humano es un

componente y no un elemento externo que contamina y transforma sin miramientos; se

analiza el paisaje como aquel territorio donde el ser humano no se relaciona como la

especie dominante de la naturaleza, sino como un hilo más de la trama de la vida.

(Angel, 1996)

Desde esta perspectiva, el ser humano es una especie más, sin duda una muy

importante, pues su impacto ha sido muy grande sobre la naturaleza, más que el de

cualquier otra; pero dichos impactos y transformaciones finalmente representan un

producto en sí mismo de la evolución. Es por esto que abordar el concepto de paisaje

implica entender no solo las transformaciones de un territorio como una evolución

biológica, sino también bajo una evolución cultural que es la que influye directamente en

la magnitud e importancia de los cambios inducidos al paisaje.

28

Figura 3 Esquema conceptual genera de los modos de habitar

En este sentido, se entiende entonces, que la intervención humana en el paisaje

no supone siempre una brusca alteración, pues bajo una perspectiva natural el ser

humano es una especie más que cohabita este planeta y su evolución y desarrollo es

recíproco con el del ambiente, pues el tejido de relaciones mutuas entre los seres

vivíos y no vivos es dinámico y natural. Esto no quiere decir que la incidencia de las

alteraciones inducidas por ciertas especies tengan el mismo impacto; por el contrario, es

definitivo que las alteraciones inducidas por el hombre a su entorno representan el mayor

29

de los impactos por lo que es necesario identificar de manera clara y sistémica ese tipo

de intervenciones para no sobrepasar aquellos límites y hacer el sistema insostenible.

1.2.2 La estructura del paisaje desde lo sistémico

Tal y como lo describe Camargo (2005) podría ser abrumador enfrentarse al

estudio de cualquier situación desde el modelo sistémico, pues la diversidad de

elementos y complejidad de las interrelaciones que la constituyen puede ser infinitas; sin

embargo, ante tal desafío existe un método básico de análisis de los sistemas que no

está asociado a que tan simple o complejo sea; pues todo sistema puede ser analizado

en términos de estructura, organización, proceso y finalidad. (Capra, 2003)

En el estudio de la ecología del paisaje, donde el enfoque de trabajo es hacia los

mosaicos territoriales distinguibles en una imagen de satélite o fotografía aérea, se

involucra la estructura y función como componentes definitivos a la hora de inferir

patrones espaciales de una matriz de paisaje específica.

En esta ciencia natural, la estructura se refiere a las formas, tamaño, cantidad y

densidad de los elementos que componen el mosaico de usos y coberturas de la matriz

del paisaje, mientras que la función se refiere a aquellos flujos e intercambios de materia

y energía analizados bajo una escala particular y unos niveles de organización que

garantizan su funcionamiento. Por tanto, al ser una ciencia que se fundamenta en el

estudio de las relaciones entre las coberturas y usos existentes frente a los lujos de

energía o nutrientes se considera una definición análoga frente al pensamiento sistémico;

pues fue precisamente desde las ciencias naturales que se desarrolló la teoría de los

sistemas.

De la composición y los respectivos flujos e intercambios de materia y energía

que se presentan en un paisaje dado, se determinan procesos en el hábitat que inciden

en La Organización o Función de su estructura física; “el patrón de organización de

cualquier sistema vivo o no, es la configuración de las relaciones entre sus componentes,

las cuales determinan las características propias del sistema” (Capra, 1998); es decir,

para reconocer una condición especifica en el territorio, es necesario abordarlo desde

sus relaciones y conexiones funcionales. Mientras que La Estructura en sí misma,

30

representa la parte material de la organización, es decir, es la manifestación física de su

patrón de organización en términos de elementos, componentes y formas específicas.

Identificar la estructura de un paisaje desde el punto de vista sistémico significa

distinguir el conjunto de elementos vivos y no vivos que lo componen bajo sus patrones

de organización los cuales determinan las características esenciales del referido sistema.

En el capítulo las tres perspectivas de la vida del libro “Las conexiones ocultas”

Capra (2003) se involucra un tercer componente que viene a integrar la estructura con el

patron: El Proceso; el cual promueve de manera continua la materialización de la

organización en un sistema, es decir, tal y como lo define Garcialandía (2005) es “el

paso obligado que va desde la organización que se vuelve estructura y el paso de la

estructura a la organización”, todo esto al servicio de un mismo proposito, por lo que es

imperante incorporar un cuatro compomente en el estudio de todo paisaje que será La

Finalidad.

Existe una tendencia que enfoca la organización, la estrucutra y el proceso hacia

su integracion en un mismo proposito. Cualquier sistema posee varios procesos de

regulacion que van mas alla de las estructuras y que estan determinando un equilibrio en

el sistema4. Dicho equilibrio, producto de la confluencia entre la estructura, la

organización y el proceso esta enfocado en cierto modo a conlfuir hacia un fin

(Garcilandía, 2005). Por tanto bajo el concepto de paisaje desde un enfoque sistemico,

el mantenimiento de la vida misma (reconociendola como sistema abierto) obedece a

una compleja red de acontecimientos y tranformaciones que viene siendo la clave

integradora que lo mantiene dinámico y continuo.

4 El equilibrio es un concepto propio de la termodinámica clásica, de un sistema simple, estático, regular, cerrado y determinista. En sistémica o ecología se habla de equilibrio dinámico o inestable ya que las dinámicas y la incertidumbre propia de los sistemas complejos generan procesos no lineales alejados del equilibrio, y es esto lo que permite que aparezcan emergencias o procesos no previstos ni determinados a priori. El equilibrio significa que no hay movimiento, que no hay flujos de energía, materiales e información, y por lo tanto, es la muerte del sistema. Hay equilibrio físico interno en sistemas cerrados: homeostasis. Y no equilibrio externo en sistemas abiertos o estructuras disipativas irreversibles

31

Figura 4 Relación de estructura, proceso, organización o función y finalidad en un sistema

Puede que la gran diferencia entre el concepto de paisaje en las ciencias

naturales y el que se aborda en esta investigación en clave de hábitat se fundamente en

la inscripción del ser humano al sistema paisaje. Pues, en ecología, el estudio del paisaje

relaciona las acciones humanas como un factor de perturbación a analizar, es decir,

como un elemento externo al sistema; mientras que en este abordaje de paisaje en clave

de hábitat, se integra al ser humano y sus acciones como parte de él, un elemento más

que determina su desarrollo y evolución.

1.2.3 Paisaje, sistema abierto hacia la autorregulación

Indicar por qué el paisaje es un sistema que en sí mismo se autoregula, es

comenzar por entender la presencia permanente de los estados de equilibrio y no-

equilibrio de los sistemas, donde dicha relación antagónica se transforma en una relación

de complementos (Garcilandía, 2005).

32

La vida, se sustenta en cierta medida en procesos homeostáticos, en donde se

articulan procesos tanto de degradación, contaminación y desorganización, como de

producción promoción y reorganización. Tal vez por esta razón, se reconoce ese nexo

antagónico indisociable desde el pensamiento sistémico. En este sentido, para estudiar el

paisaje es necesario examinar ese conjunto de acciones reguladoras mediante las cuales

se desencadena simultáneamente la producción y la descomposición que genera

posteriormente una reorganización.

Ese conjunto de acciones reguladoras está asociado a la estructura y

composición de dicho sistema; todo sistema, al poseer una estructura física que está

sometida inevitablemente a la variabilidad de sus propios componentes a través del

tiempo, sufre procesos de síntesis y degradación permanentes, lo cual hace que exista

un flujo constante de materia y energía que afecta la estructura. (Garcilandía, 2005)

Cuando dicho flujo entra y sale del sistema se reconoce como sistemas abiertos:

_...Desde un planteamiento lógico resulta absurdo que si un

sistema atravesado permanentemente por un flujo de materia y

energía, toda su composición se modificara a cada instante.

Entonces, ¿Cómo puede ser reconocido como el mismo sistema

si su estructura o composición no es la misma?. El hecho de ser

organización cerrada hace que permanezca invariable el

esquema de las relaciones, el tipo de organización que lo

identifica como sistema determinado. ”… (Garcilandía, 2005)

Es así entonces, que el carácter cerrado de la organización se torna

complementario con la constante apertura de la estructura, de esta manera, la estructura,

al ser abierta, incorpora variabilidad en el sistema permitiendo su evolución y cambio; y

la organización al ser cerrada, incorpora una forma estable, autónoma e identificable, es

decir, garantiza la permanencia.

Desde la teoría de los sistemas entonces se señala con claridad la propiedad

evolutiva de un paisaje sustentable bajo los sistemas abiertos, pues la apertura es

necesaria para la renovación y en ese sentido para la supervivencia y permanencia de

dicho sistema.

33

1.2.4 El sistema paisaje transformado habitado: representación del hábitat / habitar

Bajo una contextualización sistémica, se puede indicar que el paisaje es pues, la

expresión de las interacciones complejas entre el ambiente, la sociedad, las

percepciones propias del individuo frente a su territorio y sus propios patrones de

comportamiento al habitar individual o en colectivo; es decir, lo que en esta investigación

se denota como los Modos de Habitar. Por tanto, el producto de dichos modos de

habitar será pues el paisaje trasformado habitado.

Figura 5 Esquema de la construcción conceptual de los modos de habitar

34

En el diagrama anterior se identifican entonces, aquellos elementos que serán

abordados para comprender las transformaciones del Paisaje Habitado presente en el

área de estudio el cual se aborda de manera sistémica en esta investigación.

Sociedad /Habitante: En cuanto al componente identificado como sociedad e

individuo, entendidos como “los otros” y el “ser”, son los actores que participan en

la transformación del espacio geográfico haca un hábitat humano de manera

individual o colectiva. Se entiende entonces en esta investigación este

componente como aquel grupo de personas que comparten lazos económicos,

ideológicos o políticos los cuales les permiten establecer características de

identidad que finalmente se ven reflejadas en procesos de pertenencia,

adaptación, participación o comportamiento diferenciado en el territorio.

Por lo que para el análisis de los espacios socio-naturales (paisajes) se debe

partir de la base de que dichas áreas son el resultado de las experiencias

humanas en tiempos determinados y que adquieren significado a través de la

intencionalidad de los grupos sociales que en ellos cohabitan o que intervienen

de manera indirecta en su ocupación; en este caso, las comunidades de borde en

la zona de estudio, la industria minera, la administración pública, la academia, las

comunidades locales etc.

Dentro de este componente se reconocen tanto las acciones colectivas como

también las acciones individuales, pues son las Percepciones e interpretaciones

propias de cada ser humano las que según Capra, (2003), determinan la vida

misma; es decir, al estar las percepciones individuales directamente asociadas

con la actividad mental y los procesos neuronales propios de cada uno donde la

mente es entonces el instrumento principal de interpretación de la realidad. Dicho

de otro modo, los procesos mentales complejos vinculan las percepciones

sensoriales, las emociones y la memoria en una experiencia de vida que, según el

nivel de conciencia, puede conducir al pensamiento reflexivo del actuar y por

tanto del habitar. Por tanto, las escalas y temporalidades en las que se manifieste

35

el fenómeno de habitar depende en gran medida de ése proceso cognitivo creado

en el espacio vivido5.

Ambiente Físico: Este componente obedece claramente a la definición de Leff

(2000), donde el ambiente actúa como el soporte donde que permite la

articulación de los procesos físicos, biológicos, políticos, económicos y culturales,

es decir, es aquel contenedor donde se desarrollan los modos de habitar. En este

sentido, el “ser” y “los otros”, entendidos como el individuo y la sociedad

respectivamente son los directos transformadores de ese soporte estructural

llamado ambiente.

Cultura: Finalmente, entre los que transforman y el ambiente físico , “la cultura”,

se ratifica como el componente “modelador” del paisaje, pues son las pautas de

conducta individual o de un grupo social las que influyen de manera definitiva en

la transformación de los territorios.

Al abordar la cultura como un componente importante del concepto de Paisaje

Transformado Habitado - PTH, es necesario tener en cuenta la influencia de los

patrones de comportamiento propios de la naturaleza del hombre y su relación

con los otros, los cuales construyen sinergias que particularizan la manera como

se modela y transforma el territorio.

En este sentido, Angel (1996) en su libro, “El Reto de la Vida, Ecosistema y

Cultura”, muestra como el Ecosistema y la Cultura emergen de la naturaleza, es

decir, la misma cultura ha sido la plataforma que el hombre ha construido para

poder adaptarse a la evolución natural que presentan los ecosistemas vivos. Por

lo que hay que considerar entonces a la cultura como una estrategia adaptativa

por las estructuras sociales a su medio.

La especie humana, es otro producto más de la evolución, pero la capacidad de

generar cultura sería entonces uno de los rasgos distintivos de la raza humana

frente a las demás especies vivas del planeta, y teniendo en cuenta que muchos

5 Una mirada sistémica implica que no se consideren las cosas por separado, por lo tanto las percepciones del sujeto individual son construidas conjuntamente con las percepciones de los demás sujetos construidos a través del lenguaje (Cultura), por lo tanto, no es solo un sujeto, sino sujeto-s o intersubjetividad)

36

de los patrones culturales han sido heredados, son susceptibles a cambios, es

decir, podrían ser dirigidos como ocurre en los hábitos y las costumbres,

adquiridas a formas más sustentables de relaciones con el medio.

Teniendo en cuenta lo anterior, y retomando la trama de fenómenos interdependientes

que se crean al relacionar los componentes del diagrama, surgirá entonces el concepto

de Paisaje Transformado Habitado - PTH; pues es el paisaje aquel territorio

heterogéneo transformado y adecuado, donde se aprecia la manifestación pura de

la evolución resultante entre la relación naturaleza- ser humano, es decir, los

modos de habitar que obedecen a un de espacio y tiempo específico. En otras

palabras, serán aquellas percepciones de la realidad formadas bajo un contexto

particular de relaciones y tejidos creados entre sus componentes que están en

permanente evolución.

1.3 Lo sostenible y lo sustentable en el desarrollo de las ciudades

Tras la historia de la evolución de la raza humana en este planeta, ha sido

definitiva y concluyente la rápida aceleración de la ciencia y la tecnología. El ser humano

ha adquirido y perfeccionado el poder de transformar, de innumerables maneras y en

una escala sin precedentes cuanto lo rodea; pero durante este proceso el consumo de

los recursos ha sido importante, tanto así que se ha adaptado el adjetivo sostenible para

denotar alguna acción en pro de la conservación del medio ambiente o en su defecto no

perjudicial (vivienda sostenible, agrología sostenible, desarrollo urbano sostenible etc).

La retórica sobre el desarrollo sostenible comenzó a tener trascendencia a nivel

global tal vez desde la primera cumbre mundial sobre medio ambiente y desarrollo

adelantada en Estocolmo en 1972, donde se comenzó a vislumbrar a futuro los posibles

impactos de la acción del hombre al medio; por lo que en su principio No. 2 enfatiza la

preservación de los recursos naturales en beneficio de las generaciones presentes y

futuras. Desde allí, se perfila la tan llamada ola verde, donde el compromiso

fundamental frente a toda acción o producción del hombre seria direccionada bajo el

37

respeto a la naturaleza de manera que se garantizaran así las condiciones futuras de

habitabilidad de la tierra.

De esta manera, el concepto de desarrollo sostenible comenzó a formar parte no

solo de los planes de gobierno de algunos estados sino que también de acciones civiles

donde población inconforme ha promovido la formación y mantenimiento de grupos y

sociedades en defensa del Medio Ambiente.

Sin embargo, es preciso diferenciar el significado entre el concepto de

sustentabilidad y sostenibilidad, pues las implicaciones del uso de uno u otro termino son

diferenciables.

La sostenibilidad tiene como antecedente el Informe Brundtland, el cual

consolida una visión crítica del modelo de desarrollo adoptado por los países

industrializados e imitado por las naciones en desarrollo, del cual se destaca la

incompatibilidad entre los modelos de producción – consumo, el uso racional de los

recursos naturales y la capacidad de soporte de los ecosistemas; y enfatiza la

consolidación de una mejor calidad de vida pero dentro de los límites de los ecosistemas.

Así concebido el desarrollo sostenible es mucho más que la protección al medio,

implica una preocupación por las generaciones futuras, por su calidad de vida y por el

medio ambiente a largo plazo.

Por otro lado, desde la definición básica, el adjetivo sostenible refiere a algo

que está en condiciones de conservarse o reproducirse por sus propias características,

sin necesidad de intervención o apoyo externo, es decir, en términos de hábitat, éste es

sostenible, en la medida en que posea elementos que permitan asegurar el “espacio

vital”; es decir, aquel territorio donde se admiten manifestaciones de cotidianeidad entre

los grupos humanos que conviven y que a través del tiempo van construyendo un

equilibrio dinámico el cual va modelando el espacio físico donde se desarrolla sin saturar

ni agotar los recursos disponibles que provee la naturaleza misma.

Esta condición conlleva entonces al compromiso de mantener a lo largo del

tiempo, la vitalidad del sistema. Es decir, que su propia dinámica garantice la posibilidad

de mantener la vida sobre la base de sistemas naturales aún y no de manera artificial.

38

Por otro lado, lo sustentable, entendido en el sentido estricto de su definición,

como aquello que se puede sostener en un momento especifico, induce a la reflexión en

torno a las ciudades de: ¿Qué es lo que la sostiene?, y ¿qué es lo que se quiere sostener

en realidad?. En este sentido, es importante tener en cuenta lo que actualmente se

reconoce de los sistemas de ciudad, donde existen unos servicios ambientales que

presta la naturaleza y por otro lado, la demanda que se mantiene desde los sistemas

socio-económicos inscritos en ella.

Para comprender esta relación y donde se fundamenta su desequilibrio es

necesario aceptar que el hombre es parte de la naturaleza y no algo que está por encima

de ella. Es decir, reconocer las necesidades humanas de manera sistémica pues como

ejemplo, el problema de la alimentacion no se puede resolver sin atender el problema del

empleo, y este a su vez sin resolver el tema de la recreación etc. Pues según Neff “la

unica manera de llegar a una sostenibilidad es conjugar el crecimiento economico con la

salubridad social, y con el crecimiento personal”

Independientemente de que el término sea sostenible o sustentable, lo

fundamental, es que el concepto sugiere una calidad del espacio vital de la gente; por

tanto, para esta investigación la sustentabilidad y la sostenibilidad son entonces una

consecuencia de la otra, pues es necesario inicialmente construir un equilibrio dinámico

entre los componentes de un sistema que le permitan su reconocimiento y visibilidad

(sustentabilidad) y así, posteriormente, adelantar acciones para su permanencia

(sostenibilidad).

Frecuentemente cuando se abordan los temas de crecimiento urbano, se asocia

con algo negativo en términos ambientales, por lo que es necesario hacer una reflexión

sobre la importancia del ambiente natural y su relación con las ciudades.

Desde la revolución industrial se tiene la percepción que la relación más directa

entre los ambientes naturales circundantes y las ciudades está específicamente en la

demanda de recursos para su crecimiento y mantenimiento, pues este depende

directamente del consumo de recursos y materias primas para la producción y desarrollo

urbano. Sin embargo, actualmente existen iniciativas a nivel institucional que reconocen

aquellos espacios naturales como elementos de bienestar no solo por la oferta de

materiales para la producción, sino también como elementos con los que se crean sanas

39

dependencias, en donde los espacios naturales contribuyen tanto a la salud mental como

física de sus habitantes.

En este sentido, es importante reconocer la estrategia de recuperación de los

espacios del agua adelantada por el programa Bogotá humana dentro de los ajustes

excepcionales al POT donde, mediante acciones que promueven la compactación del

desarrollo de la ciudad, la re naturalización de los cuerpos del agua y la re densificación

de las áreas forestales a través de programas de recuperación de la Estructura Ecológica

Principal; se reconoce a los espacios naturales circundantes en la ciudad como vitales

para restablecer progresivamente la calidad de vida de los ciudadanos y dirigir la ciudad

a la sustentabilidad.

Se puede considerar que esta es una época de urbanización sin precedentes;

pues las ciudades son el hogar de la mayoría de la humanidad; que si bien cubren el

menor porcentaje de territorio por país, son evidentemente las áreas que más consumen

recursos y las que mayor producción de residuos genera; así que pensar en estrategias

para mejorar la calidad de vida y la satisfacción plena de las necesidades básicas de sus

habitantes bajo los modelos que sobre desarrollo se conocen, resulta ser abrumador;

ante esto, Carrisoza (2002) expresa que una salida posible ante las tendencias

insostenibles de las ciudades sería aceptar la complejidad del caso:

“Aceptar la complejidad significa mirar con un poco de alejamiento los

modelos que se hicieron en el siglo XIX sobre desarrollo, mirar con un

poco de alejamiento los modelos que han tenido éxito en el corto plazo y

aceptar que la solución no está solamente de la economía, la filosofía, la

sociología, la ingeniería, la arquitectura ni el urbanismo, sino que

encuentra mirando ampliamente, porque solamente mirando

ampliamente se puede identificar y aceptar la complejidad”. (Carrisoza,

2002)

Se debe partir entonces reconociendo que los actuales problemas de la

sustentabilidad de las ciudades no están aislados de las dinámicas sociales, naturales y

hasta económicas propias de un territorio, y que una mirada amplia debería reconocer

asentamientos más eficientes, en términos de consumo y producción, donde se

reconozcan condiciones saludables y seguras para el desarrollo de todos sus habitantes

dentro de un marco de justicia social.

40

En este sentido se percibe que para Bogotá, se ha desarrollado un esquema

claramente inequitativo entre lo urbano. Según la Secretaria Distrital de Planeacion,

(2014) es una práctica común que las comunidades altamente vulnerables otorguen sus

derechos sobre los suelos rurales a derechos sobre suelos urbanos, sin ninguna

obligación de desarrollarlos en el tiempo ni bajo condiciones urbanísticas mínimas, o de

incrementar usos y densidades como otros beneficios a quienes han entregado sus

suelos, y quienes entonces tienen que trasladar sus actividades a la ciudad.

Esta es una dificultad identificada en el área de estudio, y puede que ésta se

presente posiblemente por la poca eficacia que traen los acuerdos a largo plazo

adelantados con las entidades públicas encargadas de dar el lineamiento para el

desarrollo de las ciudades y la ausencia de un modelo de ocupación en los bordes que

sea el correlato de un modelo de ciudad compacta.

“Ya es casi común reconocer en los bordes a los “ordenadores” del

territorio como los mismos urbanizadores ilegales, las empresas

mineras, algunos grupos armados, por lo cual los acuerdos a que se

llega entre la administración distrital y los grupos organizados urbanos y

rurales no alcanzan para (y realmente ni siquiera se lo proponen)

detener la dinámica de los demás actores porque se ha soslayado la

mirada compleja que el fenómeno requiere.” Gladys Gómez (IAvH,

SDA, & Universidad Piloto, Foro de Discusión, 2014) Archivo Digital de

Audio Anexo A.

41

2. El paisaje transformado de borde Quiba - Arborizadora

Este proyecto se desarrolla sobre el polígono indicado en la siguiente figura que

corresponde al borde urbano - rural de la localidad de Ciudad Bolívar en Bogotá. Dicha

zona que no está catalogada propiamente como de expansión urbana, presenta

procesos de urbanización hacia las áreas naturales que aún mantiene la ciudad en la

zona sur occidental, y que es necesario reconocer, pues este espacio articulador entre lo

urbano y lo rural requiere total atención para el desarrollo no solo de la ciudad, sino de la

región en general.

Esta fue pues la razón particular para delimitarla como área de estudio, sin que

esto determine un análisis de sistema cerrado, pues en el presente capitulo se intentará

plasmar de manera general no solo la situación actual que presenta dicho polígono, sino

también las presiones y relaciones que se manifiestan con su área de influencia.

En este sentido se reconoce entonces “el sector Quiba Arborizadora” como un

territorio difuso del borde sur de Bogotá (aunque cartográficamente este delimitado),

donde se producen interacciones entre sistemas rurales, naturales y urbanos, afectados

por una demanda de recursos importantes (ya sea en términos de suelos para urbanizar,

o materiales pétreos). Por tanto, en esta investigación dicho borde no se enfoca como un

límite ni una franja, sino que se constituye en un territorio en donde se generan diferentes

y complejas interacciones entre los actores que allí se reconocen y su espacio físico.

42

2.1 Descripción del Área de Estudio (Los Lugares)

El sector donde se desarrolla esta

propuesta se ha denominado “Quiba –

Arborizadora” y se encuentra localizado

justo en la transición urbano – rural de la

localidad de Ciudad Bolívar al sur

occidente de la Ciudad; Qiba, por ser la

vereda Quiba bajo la representación de la

zona rural del área de estudio, y

Arborizadora, por la denominación que se

le conoce al cerro que hace parte de la

zona urbana seleccionada.

Figura 6 Localización general delo área de estudio Quiba Arborizadora

Teniendo en cuenta las dinámicas propias del área de estudio (espacio/tiempo

concreto) a continuación se describirá de manera general sus condiciones físicas y el

estado actual de dicho territorio frente a las figuras de gestión y ordenación planificadas

por el estado para este sector de la ciudad. Para facilitar la caracterización de los

elementos descritos, a continuación se presenta un mapa de referencia diseñado para la

zona de estudio, de manera que facilite la identificación espacial de los lugares descritos

en el presente capitulo.

Así pues, se reconocen “los lugares” donde se desarrolla esta propuesta y que

hace parte de la estructura de soporte de los modos de habitar que serán descritos

posteriormente.

43

Figura 7 Mapa de referencia para el área de estudio

44

El sector de Quiba Arborizadora Alta,

es un espacio geográfico de transición

entre la zona urbana y rural de la

localidad de Ciudad Bolívar.

La parte sur, está definido por el limite

administrativo de la vereda Quiba Bajo;

mientras que al norte, en verde,

corresponde a polígono determinado

por el Distrito como “sector de

Arborizadora Alta”, el cual está

conformado por quince (15) predios de

propiedad privada y un (1) predio de

propiedad del Distrito,. Estos predios

definen El Parque Ecológico Distrital de

Montaña Cerro Seco, propuesto como

área protegida en los Ajustes

Excepcionales del POT de Bogotá

(Decreto 364 de 2013 actualmente

suspendido).

Figura 8 Sectores diferenciados del área de estudio

El área objeto de estudio, si bien presenta espacios abiertos de transición entre la

matriz urbana de Ciudad Bolívar y los territorios agrícolas circundantes a la ciudad, se

evidencia una distribución de población dispersa y campesina, donde se representan

importantes valores naturales para el equilibrio ecológico no solamente de la ciudad, sino

también de la región.

45

Arbolizadora Alta

El Parque Ecológico

Distrital de Montaña (PEDM)

Arborizadora Alta posee un área

total de 358 ha, y se localiza en

un punto estratégico a nivel

hídrico, debido a que esta área

es el punto de convergencia de

drenajes, en apariencia secos,

que alimentan la cuenca media

del río Tunjuelo, los cuales

atraviesan el cerro en dirección

sur – norte. Dentro de esta red

de drenajes se destacan la

Quebrada Trompetica, El Zanjón

del Ahorcado, la Quebrada Peña

Colorada y el Zanjón la Muralla

que actúa como límite entre

Soacha y Bogotá D.C.

Figura 9 Sector arborizadora alta del área de estudio

Según observaciones de campo, dentro del poligono determinado como área

protegida no se encuentra población asentada de forma directa, solo en la zona zur,

sobre la falda del cerro se identifica expansion urbana informal del barrio el Guaval casi

hasta los lìmites con el municipio de Soacha (Figura No. 11). Es posible que esta

situacion se presente por los fuertes vientos en la parte alta del cerro, y por la condicion

de inestabilidad de terreno que se manifiesta en algunos sectores (Figura No. 10).

46

Figura 10 Referencia fotográfica de inestabilidad del terreno identificado en Arborizadora (Foto 1 mapa de referencia)

Figura 11 Registro de la Ocupación expansiva actual hacia el cerro. (Foto 2 mapa de referencia)

47

La directa intención de declarar parque ecológico de montaña este cerro radica

principalmente por la presencia de vegetación subxerofitica6 y su importancia como

ecosistema único para el Distrito Capital en cuanto a: las características ambientales

propias de este tipo de ecosistemas secos andinos, su belleza escénica, e importancia

en la regulación hídrica y climática de la región.

Arborizadora Alta, ha sido clasificada como bioma azonal particular colombiano por

ser de los pocos ecosistemas secos, localizados por encima de los 2.500 msnm.,

identificándose así, como una zona frágil de vida no solo por estar en grave amenaza de

destrucción y de extinción de sus especies asociadas, sino porque este sector constituye

un importante potencial hidrogeológico para la recarga de acuíferos de la región ( Rivera

2014).

“El desconocimiento y falta de medidas restrictivas para la

protección del enclave subxerofítico del sur de la ciudad,

amenaza seriamente con su destrucción, y con ella, la

extinción de las especies y los bienes y servicios

ambientales propios de este ecosistema”. (Rivera 2014).

6 Según estudios realizados por el Jardín Botánico José Celestino Mutis, la Sabana de

Bogotá por sus características y posición orográfica registra sectores de enclaves secos

(xerofíticos) caracterizados principalmente por comunidades vegetales de matorrales y pastizales

sobre escarpes y suelos poco profundos que muestran, por un lado, gran resistencia al efecto

secante de los vientos y por otro, una gran adaptación a condiciones de alta evapotranspiración y

baja pluviosidad. Esta particularidad que presentan dichas especies vegetales, permite considerar

estos ecosistemas como estratégicos ya que tienen un alto potencial para la captura de CO2 y

adaptación al cambio climático. (Rivera 2014).

48

Figura 12 Registro Fotográfico de la condición del enclave subxerofitico de Arborizadora Alta (Foto 3 izq. Foto 4 der. Mapa de referencia)

En este sentido, cobra relevancia ambiental la conservación de este este tipo de

ecosistemas en el sur de la ciudad; ya que por un lado resulta ser el único relicto para la

región, y por el otro, se hace evidente la falta de investigación y caracterización de este

ecosistema en la zona andina pues la mayoría de los ecosistemas secos del país se

asocian con la costa Caribe, y sobre los enclaves semiáridos como en la Tatacoa,

Chicamocha, Patía y algunos en el altiplano cundiboyacense (Calvachi 2012)

El caso es que la mayoría de los suelos del enclave xerofítico de la cuenca del río

Tunjuelo, cuenta con una gran oferta de gravas, arena, limo y arcillas provenientes de la

formación cono fluvio–glaciar, que se extiende a lo largo del río Tunjuelo, por lo que esta

zona ha sido reconocida más por el potencial de materia prima para la construcción, que

por su importancia en el equilibrio ecológico de la región.

49

Junto a la minería, la zona afronta

también altas presiones por los procesos

de urbanización tanto legal como ilegal.

Actualmente está en revisión en la

secretaria de planeación el proyecto de

desarrollo del plan parcial denominado

Azoteas, pues al suspenderse el Decreto

364/2013 (ajustes excepcionales al POT

de Bogotá) se levantó la restricción de uso

por suelo de protección en el Cerro Seco

Arborizadora Alta, y fue así como se

reactivó la solicitud al Plan parcial Azoteas,

el cual plantea la construcción de 14000

viviendas en dicho cerro.

Figura 13Localización del Plan Parcial proyectado Azoteas

Pese a que la Secretaría de Planeación Distrital, en su momento negó dicha

solicitud a través de la resolución 1615 del 27 de diciembre del 2013. Su decisión estaba

fundamentada en la Incorporación del Parque distrital de Montaña propuesto para esta

zona en los ajustes al POT, y al estar suspendido, el interés de establecer un proyecto de

vivienda en esta zona se reanudó.

Quiba

Por otro lado, la Vereda Quiba-Bajo de Ciudad Bolívar, sector sur del área de

estudio, presenta un desarrollo urbanístico disperso alrededor de la vía de acceso

principal. Colinda al nororiente con Tierras Coloradas y Bella Flor al oriente y al sur con

la vereda Quiba Alto. En el centro poblado se encuentra una iglesia y una casa de tipo

Colonial en la que funciona la sede del CED Quiba con la educación primaria.

50

Figura 14 Vista general del centro poblado de Quiba Bajo. (Foto 5 mapa de referencia)

La vereda de Quiba bajo posee

una expansión aproximada de

1050 ha, de las cuales 79,17 ha

hacen parte del Área forestal

Distrital el Carraco; 576.07 ha

hacen parte del Parque Minero

Industrial Mochuelo. Pese a esta

superposición de figuras de

gestión de territorio, la población

de esta vereda se encuentra

dispersa en fincas con sus

viviendas campesinas, sin tener

un núcleo poblado de forma

densa.

Figura 15 Sector Quiba Bajo del área de estudio y su relación con las áreas protegidas y el parque minero del POT

51

La población de Quiba Bajo, es de alrededor de 250 familias, para un total de 750

personas aproximadamente7. La tendencia general de la composición de las familias que

allí habitan es que son mononucleares, en su mayoría son de escasos recursos, habitan

en pequeñas fincas, algunos en calidades de propietarios y otros como arrendatarios,

aquí es importante resaltar que se ha encontrado un número significativo de casas que

no están habitadas por que los dueños han fallecido y los herederos no se interesan por

ocuparlas, y otras que son simplemente espacios para el almacenamiento de insumos

agrícolas y ganaderos, cosechas y cocinas temporales, pues los dueños viven en el

núcleo poblado de la vereda; sus casas son modestas, generalmente de una sola planta.

Figura 16 Registro General de las Viviendas Rurales de Quiba (Foto 6 mapa de referencia)

La historia de ocupación por comunidades campesinas en lo que hoy es la zona

rural del sur de Bogotá, está ligada a los procesos de recuperación de tierras, que datan

de los años treinta; cuando es reconocida la propiedad de la tierra a los campesinos,

mediante la parcelación de las grandes haciendas (Castellanos, 2011).

7 Esta información fue obtenida en la oficina de la ULATA de Cuidad bolívar, según sus propios registro de asistencias técnicas en la zona.

52

De este proceso, se generó una

matriz de paisaje campesino, en la cual

predomina en la vereda de Quiba la

producción agropecuaria convencional

principalmente con el cultivo de arveja y

papa, con un porcentaje bastante

menor en algunas hortalizas y frutales,

se realiza en condiciones de secano, es

decir sin prácticas de riego, en

pequeñas parcelas donde predominan

los monocultivos (ibid). La producción

agrícola se realiza bajo sistemas

tradicionales que son comunes en

zonas de minifundio.

Figura 17 Registro fotográfico área rural sector Quiba (Foto 7 mapa de referencia)

Por otro lado, el pastoreo es otra de las actividades económicas que predominan

en la zona.recientemente y con motivo de la asistencia de la ULATA y CORPOICA, se ha

venido trabajando en la formación de una cooperativa que les permita comercializar la

leche que se produce.

Sobre la zona sur de la vereda, se registra un área importante de bosque de

encenillo y sobresale la Hacienda El Granero con la mayor extensión en bosque, que

abarca las veredas Quiba Baja y Quiba Alta, y aunque es un bosque intervenido, con

alta presencia de especies exóticas como Ulex europaeus (Retamo espinoso),

Eucalyptus globulus (Eucalipto), Pinus patula (Pino patula), Pinus radiata (Pino

candelabro) y Acacia decurrens (Acacia), presenta una alta importancia para esta región

por su alta capacidad de recarga acuífera y la conectividad entre el bosque alto andino,

el páramo y los cuerpos de agua que llevan al río Tunjuelo (ver mapa de referencia

localización de Cobertura vegetal).

53

Figura 18 Registro fotográfico del sector sur de la vereda Quba (Foto 8 mapa de referencia)

Pese a esta condición predominante de paisaje rural, en general la zona sur

occidental de Bogotá, se ha consolidado desde hace ya varias décadas como un nodo

importante para el suministro de materiales para la construcción.

La actividad minera en Bogotá, se presentó casi de manera simultánea y paralela

con los procesos de urbanización que tuvieron su origen hacia los inicios del siglo XX,

donde la minería de materiales de construcción aparece como producto indispensable

para la ejecución de obras de infraestructura para el desarrollo de la ciudad (Moreno &

Peña, 2010).

La construcción de grandes obras de infraestructura, como la antigua vía al Llano,

uno de los primeros focos de crecimiento al sur de la Sabana de Bogotá; se constituyó

como un eje de acceso y movilidad importante que posteriormente, dinamizó la

construcción de otras vías arteria del sur como las actuales Avenidas Caracas y Boyacá.

En este sentido, se podría afirmar que fueron las vías las que impulsaron el

desarrollo de los barrios sobre las haciendas y fincas del sector de la cuenca del

Tunjuelo. Pero estos procesos de ocupación se hacen tal vez más evidentes en la

década de los 40 donde la división progresiva de las grandes haciendas de la zona

54

produjeron asentamientos de barrios con una alta densidad de población y con pocos

espacios verdes, donde se apreciaba claramente que la actividad minera desplazaba la

agrícola (Leon & Sanchez, 2005).

La explotación de gravas y arcillas en el valle medio del río Tunjuelo fue promovido

dado el crecimiento de la población, lo cual conllevo a la creciente demanda de la

construcción de vivienda para todos los sectores sociales de la cuidad y esto al final

generó una fuerte presión sobre los terrenos del valle del rio Tunjuelo.

Bajo este panorama, se hace indiscutible la influencia de la minería en Bogotá en

los procesos de incorporación de zonas rurales a la matriz urbana; no solo por la

disponibilidad de materiales sino también por su influencia en la consolidación de

pequeños núcleos de colonización alrededor de la actividad minera.

Estos asentamientos que inician de manera informal, suelen localizarse cerca de

los mismos frentes de extracción minera, porque además de proveer sub-empleo dentro

de la economía informal local aportan a la degradación del suelo que a la larga hacen

barato y accesible estos terrenos.

Esta situación conduce a señalar que estos asentamientos han sido focos

substanciales de la expansión de las periferias por los procesos informales que ha

sufrido la Ciudad, donde finalmente dichas comunidades suelen entrar en conflicto con la

misma minería por los impactos ambientales y riesgos que son generados por la

naturaleza de su operación. De ahí la pertinencia de identificar aquellos procesos que se

suscitan entre estas sociedades que cohabitan un territorio tan altamente perturbado, y

que a su manera, rediseñan sus propios espacios geográficos.

55

Con el establecimiento y

crecimiento de este tipo de industria

en el Distrito Capital, y teniendo en

cuenta la necesidad de regular esta

actividad para lograr una mayor

racionalidad y coherencia en el

desarrollo de los frentes de

explotación minera, se incorpora en

el Decreto 190 del 2004 la figura de

Parque Minero Industrial como las

“zonas donde se permite desarrollar

de manera transitoria la actividad

minera, aprovechando al máximo sus

reservas bajo parámetros de

sostenibilidad ambiental”, legalizando

de alguna forma las prácticas de este

tipo de industria en suelo tanto

urbano como rural del Distrito.

Figura 19 Localización de los Parques Minero Industriales en Bogotá según POT 2004

Sin embargo, el artículo 61 de la Ley 99 de 1993, declaró a la Sabana de Bogotá,

sus páramos, aguas, valles aledaños, cerros circundantes y sistemas montañosos, como

de interés ecológico nacional, y estableció que la vocación prioritaria de la misma, sería

la agropecuaria y forestal.

56

Pese a esta condición, el

mismo Ministerio de Medio

Ambiente expidió el 3 de agosto

de 1994 la resolución 222 por la

cual se establecen las zonas

compatibles con la minería de

materiales de construcción en la

Sabana de Bogotá, donde,

posteriormente la ratifico con la

Resolución 1197 de 2004. De

esta manera se habilitó gran

parte de las zonas rurales e

inclusive urbanas del Distrito

Capital para el desarrollo de la

industria minería.

Figura 20 Registro Espacial de los Títulos Mineros y las Zonas compatibles con minería en Bogotá DC

No obstante, El Consejo de Estado - Sala de lo Contencioso Administrativo -

Sección Tercera, en sentencia de fecha veintitrés (23) de junio de dos mil diez (2010)

dejó sin efecto jurídico los polígonos compatibles con actividades mineras establecidos

en el artículo 1 de dicha Resolución; lo que representó para el distrito una razón más

para la redefinición de estas zonas habilitadas para el desarrollo de la industria minera

local.

Bajo este panorama, el 28 de agosto de 2012, en el marco de la concertación a la

modificación excepcional de normas urbanísticas del Plan de Ordenamiento Territorial de

Bogotá D.C., suscrita por los representantes de la Corporación Autónoma Regional de

Cundinamarca-CAR- y del Distrito, se acordó la prohibición total de nuevas actividades

mineras en todo el Distrito Capital, y establecer un régimen de transición para regular que

las actividades extractivas existentes tengan un cierre de forma ambientalmente

57

adecuada. Por lo que actualmente solo se mantendrán en operación aquellas zonas que:

(i) estén sobre territorios compatibles según la resolución 222, (ii) tengan el respectivo

permiso de aprovechamiento expedido por la autoridad competente y (iii) hayan

generado el correspondiente plan de manejo ambiental. Los permisos mineros que no

cumplan con estos lineamientos serán considerados ilegales; esta situación entraría a

modificar los usos del suelo en los parques minero industriales, abriendo la posibilidad

de usos alternos en estas zonas.

Por otro lado, sobre la misma revisión al POT, la secretaría Distrital de Ambiente

elevó consulta a la CAR para incorporar, dentro de la estructura ecológica principal de la

ciudad, la Reserva Forestal Protectora Productora de la Cuenca Alta del Rio Bogotá

declarada bajo la resolución 77 en el año 76 por el INDERENA y que aún permanece

vigente.

Dado que el mapa de delimitación de

dicha resolución no existía, la CAR

expresó al Ministerio del Medio Ambiente

la necesidad de definir cartográficamente

el polígono de dicha reserva. En este

proceso de realineación participó el

Instituto Humboldt, quien bajo la

elaboración de los respectivos estudios

técnicos, ambientales y económicos, re

alinderaron el área que se presumía

textualmente en la resolución 77 del 76

bajo un nuevo acto administrativo

(resolución 138 de 2014, incorporando

gran parte del área rural de las localidades

de Usme y Ciudad Bolívar a esta figura de

protección.

Figura 21 Localización Geográfica de la Reserva Forestal Protectora Productora de la Cuenca Alta del Rio Bogotá

58

Teniendo en cuenta la anterior documentación del área de estudio, se puede

concretar bajo un esquema la condición que presenta el sector Quiba Arborizadora, bajo

el desarrollo conceptual adelantado en el Capítulo 1 de la siguiente manera.

Figura 22 construcción conceptual de los modos de Habitar para el Área de Estudio

2.2 Descripción de los actores que transforman el área de Estudio

A partir de la descripción del numeral anterior (Los lugares), y bajo el

acompañamiento de algunos talleres sociales adelantador por la consultoría del Instituto

Humboldt sobre el área de estudio, fue posible identificar la intervención de los actores

que a continuación se categorizan como:

Las comunidades de Borde, diferenciándose claramente la población rural

campesina de los habitantes la zona urbana del sector.

59

La Academia, asociada a las instituciones del estado para diagnosticar y

proponer acciones frente al desarrollo territorial local de los bordes de ciudad

La Instituciones del estado, cuyo fin es planificar y gestionar el desarrollo

territorial de la ciudad

La industria minera, específicamente la referente a la extracción de materiales

para la construcción.

Las instituciones y saberes locales: Relacionadas con las asociaciones

comunitarias, y el conocimiento tradicional que se han venido consolidando como

iniciativas locales de participación en la ordenación de sus territorios.

2.2.1 Las comunidades de borde

En términos generales, Ciudad Bolívar es de las localidades que ha recibido

probablemente los mayores impactos, pues concentra una significativa acumulación de

pasivos ambientales de la ciudad (el relleno sanitario Doña Juana, canteras ilegales,

procesos de minería legales e ilegales) y esta situación puede que se haya presentado

por la perspectiva de atender las necesidades y las expectativas económicas de la

ciudad, pero no precisamente las necesidades de las comunidades que allí habitaban

desde siempre; y aunque con el tiempo y la proyección de desarrollo sobre la periferia se

iniciaron algunos procesos de participación comunitaria, en general han sido dispersos y

lentos.

Atendiendo la condición de transición entre lo urbano y lo rural, en la zona del

polígono de estudio, puede identificarse que prevalece la dicotomía entre dos mundos:

por un lado, la zona rural predominantemente dispersa, y por otro el sector urbano que

presenta una densa aglomeración en el borde.

Esta clara diferenciación de uno y otro modelo de ocupación tienen unos

antecedentes muy marcados respecto a su relación con el territorio y el reconocimiento

de su hábitat. Las raíces colectivas, económicas, culturales y sociales propias de las

comunidades rurales han regulado a través del tiempo el impacto de su desarrollo,

mientras que la consolidación del proceso de urbanización en las zonas periféricas de la

60

ciudad, se reconocen como áreas en permanente conflicto entre los grupos sociales que

allí se conforman. Por tanto, a continuación se documentara este tema desde estas dos

vertientes, pues del análisis desarrollado en las visitas a campo, el territorio es el medio

que podría potenciar el desarrollo colectivo de estos dos modelos de ocupación, sus

modos de pensar y por ende de habitar.

La zona urbana

Según los reportes que maneja la alcaldía de Ciudad Bolívar sobre el poblamiento

de esta zona, en los años 80 se realizó una de las ocupaciones masivas más importantes

de la localidad, con los primeros complejos urbanísticos por la Caja de Vivienda Popular

donde sobresalen las urbanizaciones de Candelaria La Nueva, habitada por afiliados al

Fondo del Ahorro y Vivienda Distrital Favidi, y los barrios Arborizadora Alta y Baja.

(Quimbay, 2011)

Estos programas tenían una vertiente especial para aquellas familias en su mayoría

desplazadas que estaban llegando a la ciudad huyendo de la violencia de sus regiones y

con la esperanza de construir un mejor futuro; pues representaba la posibilidad de

acceder a vivienda propia con muy bajos recursos pues ellos mismos participaban en la

construcción de sus viviendas:

…() Esas eran buenas épocas, la pasábamos muy chévere

y todos ayudamos. Sin saber cuál sería la casa que nos iban a entregar, todos construimos el barrio por igual, y nos conocimos y así los fundadores nos hicimos amigos hasta hoy en día. ()… (Callejas, 2014) Archivo Digital de Audio Anexo A.

Sin embargo la verdadera densidad urbana se reflejó posterior a la ocupación de

dichos barrios con la intervención de los urbanizadores piratas como Rafael Forero

Fetecua. Pues gran parte de las haciendas que existían fueron invadidas y otras loteadas

de manera indiscriminada, tanto así, que para los años 90 el panorama que predominaba

era la invasión de tierras, principalmente en zonas de alto riesgo geológico. (Castellanos,

2011).

61

Pronto se comenzaron a consolidar los proyectos de vivienda de interés social en

las zonas bajas de la localidad gracias a la construcción de infraestructura vial y al

prestación de servicio de transporte público; y más o menos para esta misma época se

inicia el proceso de urbanización la zona rural de Mochuelo Bajo. Estos nuevos

asentamientos poco a poco fueron colindando con zonas de extracción minera, pues está

se había desplazado a las áreas rurales por la demanda de material para la construcción;

entonces, las vías de acceso construidas para la extracción del material eran colonizadas

poco a poco por inmigrantes de otras regiones en su mayoría huyendo de la violencia y

buscando alternativas de vida en la capital.

A finales de la década de los ochenta, las Farc, en su intento por trasladar el

conflicto a los grandes centros urbanos del país, se estableció en la zona de Ciudad

Bolívar, construyendo un corredor estratégico en el denominado Eje del Páramo

Sumapaz (Usme-Soacha-Altos de Cazuca-Ciudad Bolívar), con el cual el grupo

insurgente conectaba el oriente y sur del país (Meta, Casanare, Tolima y Huila) con la

capital colombiana.

Una década después (entre 1999 y 2002), se registraron acciones de grupos

paramilitares, principalmente del Bloque Centauros que incrementaron los asesinatos

selectivos, las extorsiones, los desplazamientos intraurbanos y el reclutamiento forzado

de jóvenes. (Carabali, 2014 )

; …()el reclutamiento era en dos modalidades: de un lado, se utiliza a la familia como mecanismo de presión: “si no deja que el muchacho mayor trabaje, se muere”. La otra modalidad fue el sometimiento violento de pandillas y bandas organizadas”.()…ibíd. Archivo Digital de Audio Anexo A.

Actualmente la presión de los grupos al margen de la ley es menor, sin embargo el

tema de “la juventud del barrio” es una preocupación permanente pues las pandillas aún

operan sobre todo aquellas que bajo el fenómeno social de las “Barras Bravas” intimidan

a los demás habitantes del sector.

62

Pese a estos conflictos sociales, la zona sur de cuidad bolívar no dejo de crecer y

en su mayoría por familias desplazadas de las demás regiones del país, así que la

urbanización cada vez se hacía mayor en las zonas aledañas a la vereda Quiba Bajo; y

poco a poco se fue consolidando un nuevo barrio denominado por la comunidad como el

Guabal (ver mapa de referencia) donde, en su mayoría, se dedican al comercio informal.

A pesar de su situación económica es una comunidad muy unida que ha venido

trabajando en los últimos años con la Fundación Un Techo para mi País que les ha

apoyado con programas alternos de programas de educación y capacitación en oficios

para mejorar su calidad de vida.

En síntesis se puede concluir que la consolidación de matriz urbana en los bordes

se ha forjado bajo los procesos de inequidad y violencia que ha vivido el país en los

últimos 60 años, y pese a que los fundadores han creado u arraigo importante con su

territorio, pues ellos mismos levantaron sus casas y han participado en la construcción

permanente de sus tejidos sociales, eso no ocurre con los nuevos pobladores, donde se

identifica una desarticulación general con el territorio el cual solo lo perciben como el

único espacio disponible dentro de sus posibilidades para habitar. (Carabali, 2014 )

Este hecho tan diferenciador de percepción de los modos de habitar induce a

pensar que el arraigo a la tierra es fundamental para que se fortalezcan los procesos

colectivos de participación. Los habitantes que han permanecido en este territorio por

más de 20 años han creado toda una red de significados y sentidos propios de su tejido

social y su identidad cultural, lo que se traduce en liderazgos y formas de organización

comunitaria. Sin embargo, para aquellos pobladores que han llegado después de

haberse consolidado el sector, al manifestar orígenes tan heterogéneos y situaciones de

ocupación tan divergentes, no reconocen como propio dicho espacio. Estos neo

habitantes urbanos en el borde no se sienten ni parte de la ciudad ni parte del campo;

solo es el espacio que les toco habitar, e intentan día a día resistir, porque el otro no es

propiamente un aliado, sino otro más que intenta sobrevivir. No se siente un arraigo con

su entorno que les permita reaccionar como grupo o entidad consolidada y esto se vio

reflejado en la nula partición de los encuentros programados de manera conjunta con el

Instituto Humboldt en el marco de esta investigación.

63

Sin embargo, como manifiesta don Benjamín Carabali, las acciones colectivas de

los habitantes que no son fundadores, se han manifestado en los esfuerzos que de

manera individual desarrollan en su entorno para sentirse parte de la ciudad, es decir,

intentan copiar, en la medida de sus posibilidades, los modelos de consumo, diversión y

esparcimiento de las áreas centrales de la ciudad, es decir, montan un bar, una

miscelánea, un lavadero de carros o un restaurante, los cuales son adaptados a sus

propios desarrollos y es así como ratifican su relación con el territorio, es decir, bajo una

acción colonizadora donde, citando a (Noguera, 2012) no se siente que habitaran la

tierra, sino por el contrario que la tomaran, sin el mínimo interés en comprenderla ni

escucharla, es un recurso más disponible para aprovechar al máximo.

…”y escindidos de la tierra, des-terrados de nuestra casa,

absolutamente desolados, odiamos el mundo, despreciamos la tierra;

solo un odio y desprecio profundos por la tierra han potenciado el trato

ingrato y taimado que le hemos dado. La tierra se ha convertido en un

campo de concentración, donde todo es mercancía” …. (Noguera,

2012).

La zona rural

La zona rural en general de la localidad de Ciudad Bolívar se basa en la

Producción agropecuaria y alguna explotación minera, complementada con el comercio.

Los productos agrícolas de mayor importancia son papa, arveja, haba y cebolla, en la

región de Quiba sobresale la papa y la arveja. Respecto a la producción pecuaria se

centra en el pastoreo en forma extensiva de bovinos de doble propósito, siendo la raza

predominante la Normanda. (Arevalo, 2014)

Las familias de las veredas Quiba Alto y Quiba Bajo tienen dos tipos de

procedencia. La primera es la relacionada con los trabajadores de la gran hacienda EL

GRANERO de unas 3.000 fanegadas de extensión aproximadamente, que fuera

propiedad del señor José Manuel Guillen y luego del poeta Jorge Rojas, quien es

64

recordado por la comunidad como "una persona humanitaria que pensaba en la gente y

le gustaba el progreso de la comunidad", (Rodriguez, 2014)

La segunda se refiere a campesinos provenientes de las regiones aledañas como

Cabrera, Une y Silvania. Cuenta doña Graciela que sus abuelos se radicaron en la zona

desde el año 1920 cuando la finca era del señor Guillen, luego al ser comprada por el

poeta Rojas (el cual cedió varios terrenos posteriormente para construir allí una escuela y

una iglesia). Por la trocha a Soacha se realizaban intercambios de alimentos e insumos y

por el camino que lleva a la región del Sumapaz, hubo mucho tránsito de personas en la

época de la violencia y luego fue usado por grupos armados como corredor de

desplazamiento a diferentes regiones del país. Con el tiempo abrieron más terrenos,

decepando los árboles del bosque y sacaban la leña y el carbón de palo para Bogotá.

…()La gran hacienda El Granero era un terreno que

se usaba para la siembra de cebada, el señor Rojas tenía

convenio con Bavaria que le compraba la cosecha,

…todavía se ven las ruinas del centro de acopio en la

carretera de Quiba Bajo a Quiba Alto. Aquí se veían 4 y 5

combinadas trabajando al mismo tiempo, eso era mucho lo

que se sacaba de aquí en esa época ()…también se veían

muchas ovejas, usted las veía pastar ocupando mucha

tierra,” comenta doña Graciela Rodríguez. Archivo Digital de

Audio Anexo A.

Por otro lado, el tema del ganado está asociado a la producción de leche, muchos

habitantes de la vereda obtienen el sustento de la venta de leche en los barrios aledaños,

como Bella Flor y Los Alpes. Algunos finqueros tienen ovejas y en las casas son

comunes las gallinas, algunos pavos. El ganado que se mantiene es de raza Normando,

Holstein y recientemente han introducido exitosamente algunos ejemplares se de la raza

Cebú. (Arevalo, 2014)

65

Figura 23 Registro fotográfico de las actividades pecuarias e la zona (Foto 9 mapa de referencia)

El caserío central de la vereda cuenta con una iglesia, salón comunal bien dotado,

colegio y aproximadamente 30 casas (una minoría con relación al número de familias que

habitan en la vereda).

Las casas son pequeñas, con grandes patios, tienen baño y se cocina con gas, a

excepción de algunas casas en las que se utiliza estufa de leña para la preparación de

los alimentos. Sin embargo, no todas las viviendas tienen pozo séptico y aunque son

viviendas dignas en general presentan condiciones que ameritan programas de

mejoramiento de las mismas. Las aguas residuales se dejan bajar a los potreros o

cultivos, las basuras se queman o se entierran, los residuos orgánicos se les dan a los

animales o se votan en las huertas y cultivos.

En cuanto a la salud, la vereda no cuenta con un puesto de salud, los atienden en

el hospital de Vista hermosa y Meissen o en las IPS que prestan servicios a los afiliados.

Hay un programa del hospital de Vista hermosa que hace visitas esporádicas en el

colegio y allí. Las enfermedades más frecuentes son respiratorias y gastrointestinales.

(Arevalo, 2014)

Respecto a los centros educativos de Quiba, la educación formal se imparte en la

Institución Educativa Distrital Rural Quiba Alto que fue fundada hacia 1953 se dio inicio a

las actividades escolares en una casa de bareque rodeada de rosas y árboles en la

vereda Quiba Alto, con un aula de clase y una profesora para atender un grupo de

estudiantes campesinos vestidos con ruana y sombrero para protegerse del intenso frío.

66

Diez años después, el poeta Jorge Rojas, fundador del movimiento Piedra y Cielo y

fundador de Colcultura, construyó una casaquinta de estilo colonial donándola como

patrimonio educativo a la vereda Quiba Bajo, junto con una Iglesia de la misma

arquitectura que fue bautizada por la comunidad campesina como San Martín de Quiba.

Ibid.

Figura 24 Registro fotográfico Iglesia San Martin de Quiba

Cada una de estas escuelas funcionaron en forma independiente, pero

compartieron el mismo director rural, hasta que en el año 2002, se integran quedando

establecida una sola institución con dos sedes. Esta integración generó beneficios como:

contratación de servicios de aseo, celaduría, rutas escolares, refrigerios y ampliación de

planta docente y administrativa.

Hoy atiende a 1.399 niños y niñas Muchos de los niños y niñas que estudian allí

vienen de los barrios aledaños como Mochuelo, San Martín, Paraíso, el Guabal,

Vistahermosa, Bella Flor y Los Alpes, conformando el 70% de los estudiantes, el 30%

restante, es decir, 420 son habitantes de las dos veredas Quiba Bajo y Quiba Alto. (ver

mapa de referencia para la localización de los barrios aledaños) (Castellanos, 2014)

Estas comunidades campesinas, dada su proximidad a la zona urbana, mantienen

vínculos sobre todo comerciales con dicho borde, los cuales generan dinámicas en las

que se sustenta la vida rural. A pesar de dicha cercanía a la ciudad, se evidencia en los

67

campesinos de la vereda Quiba un sentimiento de arraigo y pertenencia que se expresa

en la idea de seguir siendo campesinos y pertenecer a la ruralidad de Bogotá como

grupo social específico. Esto se manifestó claramente en el foro figuras de gestion social

para fortalecer el modelo de ocupacion campesino en el borde urbano rural sur de

Bogota, oorganizado por la Universidad Piloto el mes de noviembre de 2014 en el marco

de la iniciativa rebordeando los bodes latinoamericanos.

.

Figura 25 Registro Fotográfico de la resistencia de la zonas rurales a la expansión urbana. Foto: cortesía Asamblea Sur

Esto lo que manifiesta es el reconocimiento colectivo de una trama de significados

y sentidos propios de su tejido social y su identidad cultural, lo que al final se traduce en

liderazgos y formas de organización comunitaria en torno a reconocerse como

campesinos.

Sin embargo su cercanía a la ciudad viene ejerciendo una fuerte influencia sobre

todo con fenomenos de segregación socio-espacial (asentamientos ilegales en zonas de

riesgo, minería legal e ilegal, ubicación del relleno sanitario, uso de las cuencas como

vertederos, entre otros), cuyo manejo exclusivamente sectorial ha invisibilizado estos

valores territoriales. (Castellanos, 2011).

Esta situacion sin embargo, puede verse como una oportunidad, es decir, una

potencialidad para la ciudad en términos de reconocer y fortalecer la integración de la

diversidad cultural con la diversidad biológica. El potencial mutuamente enriquecedor del

encuentro del campo con la ciudad.

68

En este sentido, se hacen evidentes algunos vínculos e interacciones urbano -

rurales, que generan dinámicas, sobre todo económicas, en las que se sustenta tanto la

vida rural como la urbana. Por ejemplo, algunas de las fincas de la vereda de Quiba han

adaptado sus terrenos para establecer canchas de futbol o tejo, las cuales se han

convertido en la alternativa recreativa y de esparcimiento para los habitantes de Sierra

Morena, los alpes, la estrella, el guabal, barrios de la zona urbana aledaña a la vereda

con déficit de zonas verdes y zonas abiertas de esparcimiento.

Figura 26 Registro fotográfico de la escazas áreas para el esparcimiento en los barrios sobre el perímetro de borde del área de Estudio (Foto 10 mapa de referencia)

Por otro lado sobre los alrededores del área objeto de estudio se presentan altos

valores culturales y espirituales, determinados por la existencia del Cerro De Las Tres

Cruces, lugar reconocido en toda la localidad, por constituirse en un sitio para la práctica

religiosa y de peregrinación, principalmente durante la temporada de semana santa.

También se encuentra El Palo Del Ahorcado, Las Cercas De Piedra, El Puente Del Indio

y dentro del cerro seco de arborizadora alta la Laguna Encantada (ver mapa de

referencia sitios de interés).

69

Estos representan símbolos culturales e históricos de la zona, cuya importancia

radica en que son lugares que albergan creencias y costumbres de las comunidades que

han habitado en el área. Por ejemplo en la zona de la laguna del cerro seco se

evidencian icopores y neumáticos de llantas que según el gestor de la localidad son

utilizados por los niños del sector en época de verano.

Figura 27 Jornada de limpieza por parte del colegio Arborizadora Alta al cuerpo de agua del cerro. Cortesía: SDA

Adicionalmente, existen vestigios de pintura rupestre en algunas rocas muy

cercanas al PEDM Arborizadora Alta, que generan un alto valor arqueológico para toda el

área de influencia.

Por otro lado, teniendo en cuenta la información disponible se puede identificar bajo

una percepción visual global el cambio de coberturas en el área de estudio bajo el

registro fotográfico multi temporal disponible en la infraestructura de datos espaciales de

Distrito Capital y en las imágenes de satélite dispuestas en Google Earth8.

8 Es importante indicar que este registro fotográfico ha sido incorporado como referente general del cambio en las coberturas más importantes registradas para el área de estudio en diferentes fuentes de sensores remotos , y no deben ser tomadas como mapas a escala, pues el acceso a la fuente original de los datos fue limitada.

70

Año Toma 1992 Cortesía Orthofoto Distrito Año Toma 2000 Cortesía Google Earth

Año Toma 2006 Cortesía Google Earth Año Toma 2014 Cortesía Google Earth

En el registro visual anterior, es evidente que las diferentes dinámicas de

habitabilidad adoptadas a través del tiempo se manifiestan directamente sobre los

cambios físicos del territorio, es decir, los cambios que se perciben en los usos del suelo

C

a

b

71

desde 1992 hasta hoy, obedecen a la relación que promueven los diferentes actores con

el entorno natural inicial. Por ejemplo, en la zona norte referente al polígono de

Alborozadora alta (a) las transformaciones físicas del territorio representan la relación

que se consolido entre la industria de gravas y material pétreo y el paisaje natural,

aprovechando las reservas que el suelo de esta región manifestaba para satisfacer la

demanda de materiales para la construcción en la región.

Por otro lado, en el sector marcado como zona (b), se percibe la expansión

urbana de la ciudad hacia áreas que pueden representar riesgos por deslizamientos de

tierra causados por la inestabilidad geomorfológica que ha dejado la actividad minera en

la zona. En este sentido, la relación entre el paisaje natural se consolida más con

poblaciones urbanas marginales que bajo limitadas oportunidades de habitación, se

establecen en áreas como estas, potenciando la sub urbanización de áreas rurales. Y

finalmente la zona (c), donde se percibe que durante los 22 años de registro fotográfico

aéreo la relación entre las comunidades de borde rural, y su entorno natural han

desarrollado una asociación que ha garantizado la permanencia de uno y del otro durante

este periodo de tiempo.

Solo con este registro visual general y esquemático se reconoce entonces que la

problemática asociada a este sector de borde de la ciudad se presenta como una

sucesión de fenómenos típicos: deterioro ambiental (agotamiento y contaminación del

suelo), uso intensivo en actividades mineras, crecimiento legal e ilegal de asentamientos

en zonas de riesgo, usos del territorio como vertederos de escombros o de residuos y

no se evidencia medida alguna para controlar los efectos que produce estas actividades

sobre los asentamientos humanos más próximos, ni respecto a las consecuencias de

largo plazo.

Frente a esta situación Gallo (2008) plantea:

“Las interfases urbanas enfrentan procesos acelerados de

deterioro por encontrarse entre la dicotomía de procesos de

cambio de uso sin las dotaciones de infraestructura urbana

y un alto consumo de recursos naturales y por otro

presiones de cambio que afectan los sistemas sociales,

económicos anclados en modos de vida rural, que por las

72

dinámicas no son incorporados sino por el contrario

desplazados”.

Por lo que induce a pensar que para reconocer posibilidades alternas de los

modos de habitar una opción clara es ajustar los procesos de organización que

presenta actualmente el sistema de borde. pues durante las actividades de campo, la

convocatoria adelantada en el sector de borde de la localidad de ciudad bolívar, siempre

fue baja . Esto pudo ser evidente especialmente en dos sentidos: el primero, por la

notoria resistencia de las personas y organizaciones a ser convocados por las entidades

públicas pues manifiestan estar cansados de ser objeto de estudio de múltiples proyectos

y diagnósticos diseñados en un escritorio que al final no representan ningún valor

agregado para ellos; y segundo por la cantidad de situaciones que se manifiestan en esta

zona en particular que relaciona diferentes temáticas, conflictos y actores (minera,

rellenos sanitario, expansión urbana, factores de riesgo, entre otros) lo que ha dilatado

aún más las organización y cohesión de los grupos y líderes que surgen en los

diferentes talleres o reuniones.

Sin embargo, tal y como se registra en los anexos digitales de audio (Anexo A) se

pudo contar con la presencia de algunos representantes de la comunidad para analizar

su percepción particular de los conflictos en el territorio, y sus propuestas de auto

organización que los orientara a mejorar su calidad de vida.

2.2.2 Las instituciones comunitarias

Sin embargo no se puede desconocer la movilización social que tiene cada grupo

conformado en el borde de manera separada frente a la convocatoria de las

organizaciones o movimientos comunales locales para afrontar los conflictos que desde

el interior de dichas comunidades se reconocen, lo cual resulta ser un gran avance de

organización social, pero finalmente disperso.

73

... “Muchas de estas organizaciones, algunas creadas desde la misma

gestación de los asentamientos, han venido construyendo historia y

ejerciendo una praxis ciudadana reivindicativa por atención e inclusión

en lo público experimentando distintas maneras para lograr

cumplimiento de leyes, servicios, posibilidades para superar la situación

calamitosa de supervivencia que les ha tocado afrontar. Acciones que

se han expresado en un sinnúmero de figuras organizativas legales e

informales actuando de manera atomizada, dispersa, sin una clara

relación de participación pública, actuando desde la vereda, el barrio o a

nivel de la localidad con alcances poco favorables y resultados

puntuales de favoritismo del clientelismo y oportunismo político e

influenciados por el modelo capital de planeación y gobernabilidad

quienes finalmente han determinado las relaciones de la sociedad y el

estado”… (Reyes, 2010) Archivo Digital de Audio Anexo A.

Desde las figuras de participación social identificadas en el área de estudio,

asamblea sur, consejo consultivo del sur, mesa de vida digna y territorio de vida y paz,

tienen un reconocimiento importante por parte de la comunidad, y aunque intentan

mantener continuidad en los procesos de participación que ellos mismos promocionan

independientemente de la administración distrital de turno, reconocen que el respaldo

institucional frente a sus propuestas de figuras de gestión comunitaria es la vía más

afectiva de participación para la promoción de su desarrollo.

Frente a las construcciones colectivas de las comunidades del borde se

manifiesta como común denominador la resistencia a la expansión de la matriz urbana y

se destaca la solicitud de autonomía que esperan tener frente a las decisiones de

manejo de su territorio, pues no sienten que tengan capacidad de intervención y

manifiestan que con el fortalecimiento de dichas iniciativas comunitarias se promovería el

mejoramiento integral del sector.

Entre las propuestas que más acogida ha tenido entre todos los grupos sociales

identificados está el establecimiento de un parque agropolitano en la franja borde sur de

Bogotá, la cual lo definen como aquel escenario que se construye de acuerdo a las

vocaciones agro-productivas de cada zona de borde para la recuperación y

fortalecimiento de la cultura campesina, sus formas de producción y la consolidación de

74

sus formas de organización. Estos espacios protegerán la ruralidad de las presiones

urbanas y ofrecerán a los habitantes de la ciudad, la región y la nación un entorno rural

al cual pueden acceder y compartir dentro de la lógica del esparcimiento, la recreación, la

cultura, el entretenimiento, la investigación y la producción (Alcaldia Mayor, 2008)

En síntesis, las propuestas9 que de manera conjunta han manifestado las

organizaciones comunitarias son:

o Reconocer las dinámicas poblacionales y establecer las capacidades de

carga del territorio

o Promover la gestión comunitaria de los servicios públicos

o Regulación de actividades productivas de alto impacto

o Promoción de la seguridad territorial

o Mejoramiento integral de los asentamientos

o Fortalecer la productividad territorial a través de la promoción de empresas

sociales

o Control en la compra y venta de tierras en el borde urbano y rural de la

ciudad.

Estas propuestas han sido presentadas por los representantes de asamblea sur al

gobierno local como alternativas internas dirigidas a contrarrestar fenómenos como la

violencia, la injusticia social, la desigualdad, la exclusión y la falta de oportunidades, y en

este sentido reconocen que para ello es necesario una nueva comprensión de la relación

articulada entre lo urbano y lo rural y proponen al borde, como un escenario fundamental

para la construcción de las apuestas de desarrollo humano que surgirán entre todos los

actores, y bajo dinámicas colectivas de restitución de dignidades, de oportunidades, de

reparación y de reconocimiento del aporte sustancial de cada uno, emerja una apuesta

9 Estas propuestas ha sido tomadas de los ejercicios adelantados por la Secretaria Distrital de Hábitat en el marco de la meta plan de desarrollo: Planificación Territorial para la Adaptación y la Mitigación frente al Cambio Climático, en la cual se estipulo formular un documento que pudiera indicar lineamientos de ocupación sostenible en las 4 franjas de transición urbano rural de Bogotá. El listado de propuestas corresponde a las indicadas en la presentación de la Secretaria e Hábitat desarrollada en el marco de las conferencias rebordeando la ciudad organizadas por la universidad piloto en pasado mes de noviembre de 2014.

75

integral, económica, cultural y productiva que garantice la continuidad sistémica de este

territorio de transición.

2.2.3 La Academia

En los bordes de ciudad se reconoce a la academia y las instituciones de

investigación como autores de las principales iniciativas del distrito en cuanto a los

diagnósticos y ejercicios de participación social, tal es el caso del POMCA del Tunjuelo

con la universidad Nacional (2007), la Universidad distrital con el diagnostico de las áreas

rurales de Bogotá (2007), la política de biodiversidad con la ONG Conservación

Internacional (2010) y recientemente el diseño de herramientas de paisaje con el Instituto

Humboldt (2014). En este sentido es necesario reconocer que la participación de la

academia ha sido fundamental para la construcción colectiva de conocimiento y el

manejo del mismo; sin embargo, algunos de estos avances no tienen la trascendencia

necesaria para fortalecer aquellos esfuerzos de organización social que se logran con la

gestión de las entidades académicas y de investigación, y muchos de ellos terminan

archivados solo como el registro físico de contratos ejecutados.

Sin embargo, la construcción colectiva de conocimiento y manejo del mismo, ha

sido una iniciativa de los sectores académicos puesta en marcha. Esto se percibe

precisamente en el fortalecimiento de la participación social en la planeación del territorio,

que encabezado por la academia y apoyado por las instituciones que las contratan como

consultores, promueven diferentes escenarios bajo dinámicas y procesos que posibilitan

la articulación e interacción del conocimiento ancestral y popular de las comunidades que

habitan en los bordes, de manera que la tendencia actual en la gestión de los bordes es

analizar, reflexionar y proponer de manera colectiva los intereses de la población para

llegar a acciones concretas de intervención. Los resultados (tanto para la academia

como para las comunidades), mayor apropiación y percepción integral de la realidad que

se vive.

Durante los procesos de acompañamiento generados con la Secretaria de

Ambiente y el Instituto Humboldt, se suscitaron espacios de discusión y aportes mutuos

lo cual logró crear un ambiente de confianza entre las partes. Pero es posible que este

76

esfuerzo no permanezca, pues estos espacios para el diálogo y el intercambio de

saberes se mantienen hasta la vigencia del contrato o convenio, esto ha sido “la mala

tradición” y al final, la comunidad se siente bajo un estudio temporal donde termina

rechazando estos procesos que no culminan en acciones concretas sobre el territorio.

Esta situación, que poco a poco ha venido creando resistencia ante las iniciativas

externas de convocatoria, fue la que generó la necesidad de asociar este trabajo de

investigación al desarrollo de proyectos vigentes en el área de estudio para abordar los

temas de percepción social frente a los modos de habitar, por lo que para documentar la

participación de los diferentes actores en el sector Quiba – Arborizadora Alta, se adoptó

como estrategia, la participación activa en aquellos espacios interinstitucionales donde

las entidades públicas adelantan actualmente proyectos en las zonas de borde. Tal es el

caso del Convenio 1275 de 1213 celebrado entre el instituto Humboldt y la Secretaria

Distrital de Ambiente, cuyo objeto es “Diseñar herramientas de manejo del paisaje en el

suelo rural del distrito capital y generar insumos técnicos que aporten a la consolidación

del modelo sur del borde urbano – rural”; por tanto, las actividades programadas con las

comunidades, en el marco del referido convenio fueron aprovechadas para el

relacionamiento directo con los diferentes actores para esta investigación.

Esto facilito la logística y de alguna manera garantizó la seguridad y la asistencia

de algunos líderes comunitarios y personas interesadas en dichos procesos estos

encuentros programados. Gracias a los insumos y aportes de dichas convocatorias fue

posible interpretar las percepciones aquí expuestas de cada uno de estos grupos y su

influencia en los procesos de construcción de modos de habitar.

De este trabajo conjunto entre la academia y la administración local, vale la pena

resaltar que bajo esta alcaldía se ha ido fortaleciendo la participación social bajo sus

modelos de política pública con el apoyo de la academia, pues en estos 3 años se hace

evidente la creación de espacios para que de manera colectiva, se articule y posibilite la

comunión con el conocimiento ancestral, popular, académico e interdisciplinario y

promover así, la construcción de propuestas complementarias frente a las políticas de

atención del Distrito.

77

Por otro lado, se destaca igualmente los esfuerzos de la academia en cabeza de

la Universidad piloto con el pasado Foro de discusión de las figuras de gestión social

para fortalecer el modelo de ocupación campesino desarrollado el 17 de octubre. En

este evento, se desarrollaron espacios para el diálogo, el intercambio de saberes y

experiencias de los diferentes procesos sociales que se desarrollan en la zona del borde

sur de Bogotá, generando así, mayor conocimiento integral de la realidad que se vive en

estos territorios de borde.

Sin embargo, no es suficiente que la academia diseñe y promueva estos

importantes espacios para el diálogo, e intercambio de experiencias, es necesario que la

construcción de propuestas complementarias al desarrollo integral del territorio sea una

tarea permanente ente la academia, las instituciones y la comunidad misma.

2.2.4 La institución Pública

Teniendo en cuenta la documentación que de la zona se ha adelantado en esta

investigación, se percibe que las acciones de las entidades púbicas respecto a la

integración de los espacios de borde no son planificadas de manera conjunta,

manifestándose en la comunidades de Quiba un Distrito poco cohesivo ante la gestión

que cada una de las entidades de manera sectorial desarrolla en el borde.

Este fenómeno se evidencia en el seguimiento a los programas de vivienda,

cultura, educación salud, servicios públicos ambiente etc., los cuales obedecen a

lineamientos e indicadores programados por la administración de turno que, en cierta

medida, fundamenta su plan de desarrollo según las estrategias de inversión del

gobierno nacional, así que la continuidad de procesos locales no es la prioridad. En este

sentido vale la pena abordar el tema del plan parcial azoteas diseñado para ser

implementado en arborizadora alta, pues para la anterior administración distrital este

representaba una solución de vivienda importante para los habitantes del sector, de

hecho una alternativa muy llamativa para el gobierno nacional respecto a sus indicadores

de vivienda de interés social en Bogotá; sin embargo, el gobierno local de turno, “la

Bogotá Humana” plantea formas alternas de planeación de ciudad, por lo que entre uno

78

de sus lineamientos esta evitar la expansión de ciudad en los bordes y establecer una

estrucutura ecológica de ciudad que tenga conectividad con la región, por lo que esta

zona fue proyectada como área protegida, sin embargo, la propuesta del ajustes al POT

fue suspendida, por lo que la discusión del plan parcial volvió a reactivarse y pese a los

conceptos técnicos de entidades como el FOPAE y la Secretaria de Ambiente frente al

riesgo que representa ubicar casas en ese sector, prima el interés nacional de cumplir las

metas de vivienda gratuita.

Y si a esta situación se le agrega el conflicto de competencias entre las mismas

instituciones del estado, que sobre estos territorios de borde comparten algunas

funciones; entonces la percepción de la comunidad frente a las entidades públicas es de

entes pasivos que no han figurado en los bordes como una autoridad técnica ni política

que los respalde. Tal es el caso del permiso otorgado en 1998 por la CAR al título minero

No. 15558 por 28 años de explotación de arenas y gravas sobre suelos del Distrito capital

en la zona de arborizadora alta, donde la autoridad ambiental es la Secretaria de

Ambiente, pero que al compartir algunas funciones respecto a la administración del

territorio rural de Bogotá y al ser tan difusos los limites administrativos en el áreas, se

presentan este tipo de conflictos entre instituciones.

Por tanto, al tener el distrito un esquema tan sectorizado, se hace demasiado

evidente las diferencias en el enfoque de las entidades que acompañaban los distintos

escenarios de participación ciudadana que en ocasiones no refleja la visión de quienes

habitaban el territorio.

Para algunas entidades, su gestión en los bordes representa llevar adelante las

intervenciones y labores operativas planificadas y diseñadas “desde escritorio” para

luego ser socializadas a la comunidad para que las acojan como soluciones definitivas a

situaciones que algunas veces ni siquiera habían sido diagnosticadas de manera integral.

Se podría afirmar que un problema que ha venido afectando el desarrollo y la

pronta solución a los problemas de ordenamiento de los territorios de borde es la

cantidad de instituciones de orden nacional, regional y distrital que intervienen en estas

áreas sumado a la infinidad de normas de orden ambiental, minero, agrícola, social y

cultural que en conjunto carecen de armonía, gradación normativa, subsidiaridad,

79

articulación y coordinación, por lo cual ha hecho más complicado la toma de decisiones

sobre estos territorios.

Sin embargo, este problema ya se ha venido identificando por las mismas

instituciones del estado y actualmente la administración distrital como primer paso para la

consolidación de acciones hacia estos territorios ha fortalecido el trabajo con dichas

comunidades tanto así que hoy por hoy se reconocen en la zona de estudio escenarios

institucionales con participación comunitaria tales como las mesas para la formulación de

la UPR en cabeza de la Secretaria de Planeación, la Comisión intersectorial de

operaciones estratégicas liderada por el IDU y Secretaria de Movilidad, las mesas de

gobierno zonal en cabeza de secretaria de gobierno, el trabajo en la franja de borde con

la secretaria de Hábitat entre otras.

Dichos procesos adelantados por las distintas instituciones de Distrito incorporan

en su mayoría un componente de participación social importante, sin embargo, la

fragmentación institucional se sigue haciendo evidente a la hora de definir acuerdos

mínimos entre ellas mismas, que muchas veces los alcances a la gestión territorial con la

comunidad se restringe y el trabajo conjunto no refleja una visión compartida de territorio

de manera efectiva. (Beltan, 2014)

2.2.5 La Industria Minera

Según el relato de German Arevalo, gestor local de Ciudad Bolívar quien lleva ya

varios años trabajando con estas comunidades, es posible identificar el desarrollo de esta

industria en el sector. Por un lado, los antiguos chircaleros progresaron al punto de

constituirse en medianos empresarios de la explotación minera; mientras que por otro,

empresas como Holcim y Cemex habían ingresado con fuerza no solo en la extracción y

producción de materiales para la construcción sino que también promovieron la

innovación tecnológica del gremio, participando posteriormente de manera muy activa en

los mercados nacionales.

80

En esta evolución la exigencia y modificación de la norma ambiental hace que la

Secretaria de Salud intensifique la presión sobre los pequeños mineros que mantenían

practicas artesanales en la producción generando mayores índices de contaminación en

el sector y en respuesta éstos ven la necesidad de crear consensos y organizarse como

agremiación (Arevalo, 2014).

Teniendo en cuenta que las reservas de arcillas se calculan aproximadamente en

98 millones de toneladas en este sector de la ciudad, con lo cual la preponderancia de

este tipo de actividad ha punteado en el desarrollo económico de las familias que habitan

en el sector de Quba, su vinculación en las canteras genera una oferta de trabajo por lo

menos permanente, lo que ha conllevado al desplazamiento de la agricultura y la

ganadería tradicionales en la parte rural en los últimos años. (Andean Geological

Services AGS, 2009).

Es importante indicar que los acercamientos que se intentaron con la industria

fueron en vano, pues no hubo nunca interés por parte de este gremio en discutir respecto

a las acciones y propuestas de aprovechamiento de los recursos pétreos en el borde,

pues actualmente concentran todos sus esfuerzos técnicos y jurídicos en mantener sus

actividades en el Distrito Capital con la suspensión provisional del decreto de

modificación excepcional del plan de ordenamiento de Bogotá (MEPOT)

Sin embargo, con este reconocimiento de los actores y del papel diferencial que

pueden jugar respecto al territorio, es la manera en que se puede avanzar del discurso

reiterativo de los impactos de las actividades humanas sobre los ecosistemas naturales

del borde, permitiendo la entrada de nuevos enfoques e interpretaciones que enriquecen

sustancialmente el proceso, haciendo visible que los modos de ocupación en los bordes

de ciudad se pueden convertir en factor tangible de amortiguamiento a la dinámica de

expansión urbana y los usos de alto impacto, si se asume como corresponsabilidad

comunidad-entidades-academia y gremios.

81

2.3 Tejiendo las Tramas en el Paisaje de Borde (Los Modos de Habitar)

Desde el punto de vista sistémico, el paisaje transformado y habitado que

describe la zona de Quiba – Arborizadora representa una dinámica de transformación del

paisaje muy alta; pues por un lado está:

i.) La explotación de material pétreo requerido por la ciudad y la región;

ii.) La presión de la expansión urbana tanto planificada como informal,

iii.) La prevención de las comunidades rurales frente a cualquier figura de

gestión del territorio (por temor a entrar en la matriz urbana)

iv.) Las instituciones públicas, unas de carácter ambiental queriendo

establecer una figura de protección para conservar los relictos de

ecosistemas naturales presentes aún y otras queriendo desarrollar

urbanísticamente lo que aún queda de suelo disponible en el borde.

Cada una de estas situaciones ejerce ciertas conectividades y relaciones entre

ellas mismas que proporcionan unas cualidades propias que finalmente son las que

caracterizan esta zona y que no pueden ser identificadas en otro lado, aunque fuera en

la misma franja del borde sur de Bogotá, pues dichas propiedades son producto de las

conexiones que se manifiestan entre las circunstancias descritas en este espacio/tiempo.

Por lo que los fenómenos estudiados en esta investigación son propios de su contexto y

de la forma en que los actores perciben su realidad.

Teniendo esto en cuenta y las descripciones del capítulo anterior logradas con

cada uno de los grupos de actores reconocidos en el área de estudio, se van

identificando aquellas relaciones y tejidos que consolidan los modos de habitar actuales

de la zona. Por ejemplo:

82

Entre la explotación minera: Evidentemente la extracción de materiales para la

construcción en el borde sur de Bogotá, se ha fortalecido a través de los años. No solo

por la oferta laboral de mano de obra no calificada en esta zona, sino porque las

condiciones geológicas y ambientales permiten que esta actividad tenga unos

rendimientos importantes y se consolide como una actividad rentable tanto para el

minero, como para el cliente comercial del material pétreo en la región.

Si bien podría ser una actividad admisible bajo una regulación de la tasa de

extracción frente a los precios del mercado, la autoridad ambiental en Quiba -

Arborizadora no ejerce una función de ente regulador y de control de este tipo de

actividades, que aunque es necesaria para el desarrollo humano es altamente

impactante a las condiciones naturales que presenta este ecosistema. En este sentido,

para la personería de Bogotá, de las de 108 empresas mineras que operan en Bogotá,

100 funcionan en la ilegalidad, 88 no tienen ningún papel soporte de su actividad y 12 los

tienen incompletos, es decir, cerca del 92% de la industria extractiva de no está dentro de

los términos de legalidad minera ni ambiental. (Fierro, 2012).

Siendo esta actividad en la zona sur de Bogotá tan poco regulada por el estado,

se hace muy evidente la alteración paisajística y la generación de escenarios de riesgo

para el establecimiento de vivienda. Cerca del 80% de los procesos activos de

deslizamientos corresponden a zonas que han sido afectadas por actividades extractivas,

lo cual la convierte en una amenaza de afectación sobre la estructura funcional de la

ciudad. (Beltan, 2014)

Eventos propios de la excavación, tales como la perdida de la cobertura vegetal y

de suelo, la inestabilidad de los terrenos aledaños por cambios en sus composición

geomorfológica; crean pasivos ambientales a la región, pues se genera un daño

ambiental casi irreversible al extraer gran cantidad de material natural sin ningún tipo de

compensación. Esta situación promueve las escombreras ilegales, pues al presentarse

un socavado en los terrenos, se crea la oportunidad de utilizarlos como escombreras sin

ningún tipo de técnica de relleno que contribuyen a los procesos de inestabilidad.

83

Figura 28 Representación gráfica de los modos de habitar identificados i.

La expansión urbana en los bordes: como se ha referido anteriormente, la

actividad minera ha contribuido a la consolidación urbana del borde en Arborizadora Alta,

sin embargo, la topografía del area de estudio cumple un papel fundamental al evitar la

expansión de la urbanización hacia el área de estudio; es decir, que el crecimiento

urbano de la ciudad en este borde obedece a una lógica de las condiciones biofísicas de

dicho espacio geográfico.

Figura 29 Registro Fotográfico de expansión urbana en los bordes de Arborizadora

Sin embargo, en esta periferia fragmentada de quiba arborizadora se evidencia

un alto grado de segregación socioespacial y un elevado impacto de la transformación

del paisaje principalmente por la expansión no planificada de la matriz urbana de la

ciudad en esta zona. Es decir, la expansión urbana en este borde obedece a decisivos

84

fenómenos de deterioro social en una ciudad que bajo la consideración de “foco de

oportunidades” alberga desplazados, o emprendedores de muy bajos recursos que ven

en esta ciudad razones para mejorar sus condiciones de vida.

La consolidación de matriz urbana en los bordes forjada bajo los procesos de

inequidad y violencia que ha vivido el país en los últimos 60 años, han generado en los

habitantes del borde una desarticulación general con el territorio el cual solo lo perciben

como el único espacio disponible dentro de sus posibilidades para habitar.

Figura 30 Representación gráfica de los modos de habitar identificados ii

La ocupación campesina: Esta situación se incorporó como hecho especifico de

estudio pues, aunque los impactos al paisaje por las actividades propias de la vida

campesina identificadas en Quiba no son las más extremas, si representan una

modificación a las condiciones originales del área.

Se estima que alrededor del 1% del consumo total de alimentos de la población

urbana de Bogotá es aportado por la zona rural de Ciudad Bolívar. Su producción

agrícola se desarrolla en 419 predios ubicados en el suelo rural, que representan el

19.26% del total de unidades prediales, 55 predios se ubican en suelo de protección

(13.08% de los predios con producción agrícola), 231 en suelo de producción (55.10%) y

133 en suelo minero (31.82%); el área destinada a la producción específicamente

agrícola es de 2011.90 Has, equivalentes al 20.94% del total del suelo rural. De la

superficie con actividad mixta (961.18 ha), 331.03 Has se dedican a la producción

85

agrícola, de la cual, la vereda de Quiba bajo contribuye alrededor de un 0,73% (Andean

Geological Services AGS, 2009). Esta situación se manifiesta especialmente porque sus

suelos no presentan una capa orgánica importante, al contrario al prevalecer en sus

alrededores la industria de gravas y arenas, la producción agropecuaria, aunque exista

es baja.

Por otro lado, la especulación permanente de los precios de la tierra en esta zona

desequilibran los modos de habitar campesinos tradicionales de esta vereda. Bajo los

diferentes acercamientos con la comunidad logrados durante este periodo de

investigación, fue posible identificar como factor predominante que la falta de regulación

del precio de la tierra ante la especulación de proyectos de vivienda o infraestructura

asociados a la expansión urbana de la ciudad, generan un gran desequilibrio social en

estas áreas rurales, por lo que algunas familias campesinas, sobre todos los más

próximos a la matriz urbana, solo esperan una oferta por la compra de sus tierras, pues

ya su cultura campesina ha sido permeada por las costumbres urbanas.

Entre otros vínculos de la zona rural con la zona urbana están: la prestación de

servicios de salud, pues el centro de atención más completo con el que pueden contar

las comunidades rurales de Ciudad Bolívar es el Hospital de Meisen, sin embargo, el

tema de la educación si predomina la vía contraria, pues las familias de la zona urbana

prefieren que sus hijos estudien en los colegios de la vereda de Quiba y mochuelo, pues

según Lucy Hernández, habitante de la comunidad de Quiba Bajo “representa un

ambiente más sano para los muchachos”.

Figura 31 Representación gráfica de los modos de habitar identificados iii

86

Las figuras de protección para garantizar la gestión sostenible de territorios

con objetos de conservación:

Para el Distrito, y en especial la Secretaria de Ambiente, el sostenimiento de la

estructura ecológica principal, la conectividad ecológica y la productividad de la zona

rural de la localidad de Ciudad Bolívar, es fundamental, por tanto es de su interés

particular gestionar la implementación de planes de recuperación y restauración y

conservación de las coberturas naturales que aún persisten en la zona, pues aunque, los

índices de biodiversidad de la localidad no son relevantes, la existencia de especies

endémicas calificadas como vulnerables a nivel internacional, así como la representación

de ecosistemas no existentes en otras zonas del distrito, hace para dicha entidad

altamente relevante la conservación del patrimonio biológico del sector de Arborizadora

Alta (ver Anexo C).

Sin embargo, la desarticulación e intermitencia del sector público en el área con

experiencias de declaratoria como “la RFD Encaníllales de Mochuelo” y la “RFD El

Carraco” en la vereda de Quiba, ha alimentado gran desconfianza de la acción protectora

de las entidades públicas en los habitantes de la zona. Esta desconfianza se nutre

actualmente, entre otras razones, de los conflictos generados por las decisiones tomadas

en el ordenamiento del territorio sin consulta previa a las comunidades. Este fue el caso

de la declaratoria de las Reservas Forestales Distritales El Carraco y Encenillales de

Mochuelo, lo que al final determino unos nuevos mojones en sus fincas y una limitación

al uso de su propia tierra.

Tradicionalmente el campesino ha generado unas formas cotidianas de

resistencia ante la planificación del sector público. Pues hasta ahora el ordenamiento de

su territorio se ha dirigido a la consolidación de las áreas protegidas lo que se traduce

para el campesino como una amenaza más de perder el derecho a la propiedad, al

trabajo y por tanto al territorio construido. (Beltan, 2014)

Una de las primeras expresiones de defensa que manifestó la comunidad de

Quiba al anunciar el ministerio la delimitación de la reserva forestal protectora productora

87

de la cuenca alta del rio Bogotá fue la negativa a que fueran restringidos sus usos del

suelo.

La declaratoria de áreas protegidas como ejercicio de planificación por parte del

estado, no tiene buena acogida entre la comunidad de Quiba, básicamente por los

antecedentes que tiene la zona; áreas forestales como el carraco, el mochuelo, que se

traslapan con el parque minero y que al final dichos polígonos restringidos y

contradictorios no han representado para ellos ninguna acción directa para el desarrollo

del territorio ni siquiera en la temática ambiental.

La anterior situación se ha reforzado dada la presencia irregular de las

instituciones. Particularmente la ULATA, en temas como el manejo apropiado de los

recursos, lo cual ha generado una pérdida de reconocimiento como extensión técnica

institucional. Por tanto, la declaratoria de áreas protegidas por parte de las instituciones

públicas se reconoce en la realidad como una limitación directa al uso y producción de su

propio territorio, donde el estado tampoco participa con acciones concretas para

conservar el agua o las coberturas vegetales del sector por ejemplo, pues hasta ahora

por parte de las comunidades se reconocen unos tomos de estudios técnicos de

diferentes instituciones, y algunos mojones con los cuales ejercen de manera esporádica

control y vigilancia en la ocupación de dichas áreas.

Por tanto, si para algunas instituciones públicas y la academia, la conservación de

estas áreas son vitales para el equilibrio ecológico de la región; por otro lado, existen

intereses contradictorios para la zona de Arborizadora alta desde el mismo Distrito, pues

mientras Secretaria Distrital de Ambiente quiere declarar el área como zona de

protección, Secretaria Distrital de Planeación quiere dar cumplimiento a las metas del

plan de desarrollo orientadas por las políticas nacionales en cuestión de viviendas de

interés social y llevar a cabo el Plan Parcial Azoteas10.

10 Pues como se describió en capítulos anteriores, al encontrarse en suspensión los Ajustes al POT, la declaratoria de Arborizadora alta como área protegida no se consolidó, por lo que desde la misma secretaria de planeación se adelantan los estudios para la viabilidad al plan parcial la azoteas

88

Frente a esta situación, el pasado 22 de mayo de 2014 en la sección de Bogotá

del periódico el tiempo se advierte de las presiones que sobre la Secretaria Distrital de

Ambiente se han manifestado por mantener una medida cautelar impuesta sobre el cerro

de arborizadora dentro de su jurisdicción (resolución 1197 del 2 de agosto del 2013) y

advienen en su artículo:

“… en caso de no quitar la prohibición para edificar legalmente en esas

tierras, “contratarían a los Tierreros para que promuevan la invasión y

loteo en la zona”, dijeron habitantes del sector. Eso podría llevar “a la

conurbación con Soacha y a crear un nuevo polvorín social en el sur, por

los graves problemas de conflictividad e inseguridad de la zona”, dijeron

las fuentes…” (El tiempo 2014).

Bajo este panorama, se hace evidente lo disfuncional de la gestión pública en las

zonas periféricas en las ciudades tan grandes como Bogotá.

“Una hipótesis preliminar que se plantea ante las dificultades de los

gobiernos locales para atender los déficits en los bordes de ciudad es el

patrón de crecimiento disperso y extendido que no contribuye al uso

eficiente de los recursos urbanos, limitando de esta manera las

posibilidades de los gobiernos locales de alcanzar condiciones

sostenibles en el tiempo”. (Marengo, 2002)

En este sentido, revisar los modelos de territorio planificados para la expansión de

las ciudades es definitivo, pues por que si se considera la urbanizacion como la clave de

la integracion regional, no se estan contemplando las posibilidades que tienen estas

areas como espacios articuladores alternos.

Por tanto, frente a este escenario de reconocimiento tecnico de objetos de

conservacion en el area y una poblacion prevenida frente a cualquier figura de proteccion

propuesta en sus terrenos, se identifica como situación a modelar, la “Estabilidad

Ecologica del Paisaje Natural”

89

Figura 32 Representación gráfica de los modos de habitar identificados iv

2.4 Proyectos de Sustentabilidad en los Bordes

Teniendo en cuenta el panorama anterior de las situaciones más dominantes que

presenta actualmente el paisaje complejo de Quiba - Arborizadora, es necesario

investigar aquellos otros escenarios de borde que pese a desarrollarse en circunstancias

muy diferentes se reconocen como experiencias exitosas gracias a la implementación de

figuras de gestión social sobre el territorio. Esto promoverá a incorporar un quinto

componente dentro de la trama de análisis sistémico abordado en esta investigación.

2.4.1 Gestión del Borde sur en Bogotá

A partir de la revisión de los archivos que reposan en los diferentes centros de

documentación de las entidades públicas frente a las acciones de desarrollo en los

bordes de la ciudad, se han encontrado experiencias importantes en la gestión social del

territorio.

Como uno de los ejemplos está el Agroparque Los Soches, localizado en el borde

sur oriental de la ciudad en la localidad de Usme, donde la gestión ha sido liderada por la

misma comunidad campesina que en su momento, frente a la decisión del distrito de

declarar esa vereda como área de expansión urbana, tomaron la decisión de manera

colectiva de constituirse como parte del borde rural de la ciudad limitando de esta manera

90

las posibilidades de compra y venta bajo un mercado de la tierra más favorable. Sin

embargo emprendieron toda una organización para abrir un nuevo mercado de turismo

rural comunitario, constituyéndose como un modelo de vida en los bordes.

Este proyecto tiene como fin contribuir con el desarrollo de la ciudad en los bordes

de una manera alterna, con una visión dirigida hacia la conservación del ambiente y la

cultura tradicional campesina. Actualmente se trabaja por la promoción de la

conservación ambiental y la sensibilización hacia el ambiente a través de caminatas

ecológicas y se promociona el agroturismo. (Nieto, 2009)

El Agroparque Los Soches es el resultado de la apropiación social del territorio

que se ha desarrollado en defensa del derecho a existir como comunidad campesina

en el borde de la ciudad y se evidencia claramente el nivel de organización comunitaria y

el aprovechamiento de sus recursos naturales de tal manera que han iniciado procesos

de transición desde la agricultura convencional hacia agriculturas alternativas para

garantizar la conservación de los ecosistemas presentes.

Por otro lado, comunidades urbanas de las localidades de san Cristóbal, Usme y

Rafael Uribe Uribe, han suscrito la corporación Parque Entrenubes reconocida

jurídicamente en la protección y conservación del Parque Distrital de Montaña

Entrenubes

El Parque Entrenubes como experiencia de gestión social del territorio, se

constituyó inicialmente para contrarrestar la urbanización ilegal en los cerros de

Guacamayas, Juan Rey y la cuchilla El Gavilán que según el acuerdo 06 del 90 habían

sido declarados zona de protección orográfica y que por la intervención oportuna des las

comunidades urbanas de los barrios circundantes a dichos cerros, lograron consolidar la

Corporación Parque Entrenebes y así de esta manera, contrarrestar dicho fenómeno

(Quimbayo, 2013)

En cualquiera de los casos, la identificación y promoción de los intereses

colectivos prima respecto a los particulares en cuanto al uso del territorio. Y se

evidencia de manera clara, que es posible bajo iniciativas comunales la defensa de lo

público.

Promover el desarrollo de los bordes representa entonces, vincular a sus

comunidades pues en estos claros ejemplos, las comunidades demuestran que son

91

capaces de contribuir con el desarrollo de la ciudad, asumiendo de manera

responsable proyectos de gestión de territorio. Es en ejemplos como estos donde se

resalta la función social y ecológica de la propiedad referida en la Ley 388 de 1997.

Otras experiencias de la gestión de conflictos socio ambientales de borde son la

Asamblea Permanente por el Cierre al Basurero Doña Juana, La Asamblea por el Cierre

a la Gran Minería Multinacional en el valle aluvial del río Tunjuelo, promovidas desde el

proceso social Asamblea Sur y las movilizaciones por los conflictos sociales en las

ciudadelas de Metrovivienda en Usme. Todas ellas han confrontado las políticas públicas

de ciudad de las últimas décadas, y su implementación no ha tenido una evolución

satisfactoria ni para los particulares ni para las comunidades. (IAvH & SDA, 2014)

Con estos ejemplos, se reconoce la existencia de una dinámica de comunidades

organizadas en torno a la Cuenca del Rio Tunjuelo, la cual ha permitido el surgimiento

de propuestas, reconocidas por la administración, sobre las opciones de manejo de los

principales conflictos de dicha cuenca en las que las comunidades urbanas y rurales

tienen un papel destacado.

Esos antecedentes han mostrado alternativas perfectamente posibles donde se

pueden identificar visiones compartidas del territorio, no solo entre lo urbano y lo

rural sino también entre comunidad y entidades que demuestran ser las bases de un

esfuerzo conjunto que logra superar la tendencia general de la administración publica en

“implantar” unilateralmente sus proyectos de desarrollo local. (IAvH & SDA, 2014).

Igualmente los aprendizajes que han surgido de manera emergente en cada una de

estas experiencias exitosas de construcción social de territorio en el borde, ha

beneficiado no solo la sostenibilidad de las áreas de transición, sino que han contribuido

para que la gestión pública en estos sectores sea más participativa e incluyente.

2.4.2 Red de reservas naturales de la sociedad civil en la laguna de la cocha

En 1991 se consolido esta iniciativa en el departamento de Nariño, como una

alternativa para satisfacer las necesidades fundamentales en esta zona del país, quienes

basaban su economía en la explotación de carbón vegetal y la extracción de madera. Las

promotoras fueron un grupo de mujeres que decidieron liderar algunos procesos de

92

organización que pusieron en marcha pequeños proyectos productivos que poco a poco

se constituyeron como una fuente importante de ingresos para la familia que inclusive

llegaban a superar los ingresos obtenidos por la explotación forestal, por lo que la

acogida de la comunidad en general de la laguna de la cocha fue positiva,; dando paso a

una red de reservas local donde la minga se estableció como sistema de organización sin

jerarquía alguna que tenía como unidad fundamental el núcleo familiar (IAvH, SDA, &

Universidad Piloto, Foro de Discusion, 2014).

Dentro de las principales áreas de trabajo de esta red de reservas esta:

La soberanía alimentaria: Con alternativas productivas que recuperen tradiciones

culturales, minimicen los daños ambientales y tengan en cuenta a cada miembro de la

familia potenciando así su crecimiento y dignificando su posición en la sociedad. En estos

procesos se considera cada predio como un sistema abierto en donde el ciclo de la

materia y energía se provecha al máximo evitándose al máximo materiales que no se

puedan re utilizar o reciclar.

La formación del relevo generacional: Desde los niños y jóvenes, de cada una de

las veredas que hacen parte de la red de reservas, se adelantan procesos de

dignificación de su cultura de manera que se formen criterio y actitudes propios q les

permitan ser protagonistas de sus propias vidas como base para la construcción social y

armónica con el entorno.

Gestión para el bienvivir local: a través de espacios de formación en gestión, se

buscan mayores niveles de auto dependencia, diseñando el futuro a través de su propia

cultura, el entorno natural, y el marco legal del país.

Esta red se ha convertido en una experiencia motivadora en procesos de

sostenibilidad y gestión social de los territorios, pues esta integración de los campesinos

de la región de la laguna de la cocha y su entorno natural ha permitido mejor los niveles

de calidad de vida de los campesinos y de todo ser vivo que convive con ellos.

“...los cambios han sido muy grandes, es que uno cuando

conserva uno como que siente una sensibilidad muy grande hacia

todas las cosas que le rodean...” (Concepción Matabanchoy

2014) Archivo digital de Audio Anexo A.

93

Iniciativas locales como estas hacen evidente la incidencia de los procesos de

organización comunitaria en los modos de habitar, pues tiene en cuenta no solo un

control social sobre el territorio, sino que la vinculación de saberes y aprendizajes que

fueron recuperados desde su propia cultura donde construir en colectivo y reconocer

en su medio natural la base fundamental de su desarrollo, garantizaría su

supervivencia. Pues desde el territorio es donde las acciones de recuperación,

versatilidad de lo productivo y la defensa de lo propio se revelan el concepto de

territorialidad.

Esta experiencia de organización campesina se presenta como ejemplo de cómo

existen interacciones alternas entre lo social y lo físico en donde la defensa del

patrimonio incide en la sustentabilidad de los procesos de habitar.

2.4.3 Mesa de concertación del borde sur

En el marco de la discusión de la expansión de la ciudad al sur bajo la Operación

Estratégica Nuevo Usme, se consolido la mesa de concertación campesina, como

respuesta a la expansión sobre áreas rurales que se proponía desde las organizaciones

de planeación de la ciudad.

Dentro de dicho trabajo participativo cobra gran relevancia los procesos

comunitarios realizados en las veredas de la Localidad de Usme, La mesa de

concertación campesina de Usme y la Mesa de patrimonio propone que la gestión del

territorio y el suelo debe basarse en una formulación conjunta comunidad organizada –

instituciones, estructurando una franja territorial que permita definir medidas de

planificación, gestión, control y ejecución orientadas al ordenamiento, aprovechamiento

del uso del suelo y que dé cuenta de la transición Urbano - Rural en la periferia

(Secretaria Distrital de Planeación, 2014)

Esta asociación que aún se mantiene vigente, tiene como objetivo contribuir la

construcción de un saber colectivo que haga de la participación un elemento

central en la solución de los conflictos socio ambientales de los territorios de

borde sur de la cuidad para el bienestar de sus pobladores. En este sentido, han

propuesto en el 2012 a la administración distrital una nueva figura de manejo y gestión de

94

borde denominada Parque Agropolitano, la cual la han definido como una asociación

dinámica del campo y la ciudad, y que se espera sea acogida por el Distrito como una

solución espacial-integral al problema de la degradación humana y ambiental que se ha

generado con el Parque Minero Industrial El Mochuelo en los ecosistemas de borde.

“La Agropolis hace consientes a los habitantes del valor de la vida campesina y

en general de las bondades del territorio para su conservación, poblamiento, uso y

aprovechamiento, la importancia de su función agraria y de la necesidad de integrar

orgánicamente la ciudad y la región con el entorno productivo primario que la sostiene.”

(Reyes, 2007)

2.4.4 Cinturón verde metropolitano Medellín

Esta experiencia fue presentada en el pasado 17 de octubre de 2014 en el foro

de discusión organizado entre la Universidad Piloto y el Instituto Humboldt respecto a las

figuras de gestión social en los bordes. Este proyecto conocido también como jardín

circunvalar de Medellín, es una estrategia no solo de la ciudad sino de los municipios que

componen el valle de aburra para controlar la presión expansiva de Medellín a través de

la consolidación de zonas de encuentro entre lo urbano y lo rural de tal manera que

se oriente y regule la ocupación y la expansión de la matriz urbana. Las acciones están

dirigidas a recuperar alternamente los elementos naturales del paisaje, mejorando la

accesibilidad y generando desarrollo económico de manera sostenible en un marco de

equidad.

Lo más interesante de este proyecto es que vincula a través de una estrategia

urbana pedagógica las acciones entre la ciudad y los municipios del valle de aburra,

donde se generan transformaciones en el territorio a través de la promoción de

competencias y capacidades para las personas que habitan construyendo de manera

conjunta con las autoridades municipales los siguientes ejes estructurales de desarrollo:

Vivienda digna, segura, sostenible y accesible: el cual incluye programas

de mejoramiento de vivienda, titulación y legalización e inversión en obras

de mitigación de riesgo y espacio público.

95

Sostenibilidad integral del territorio: en la cual se adelantan programas de

acompañamiento social para la formación de empleos ambientales y

colectivos como las huertas comunitarias.

El espacio público incluyente y estructurador de territorio: el cual emprende

el desarrollo de micro centralidades, parques barriales, plazoletas y

paseos urbanos que ofrecen espacios de encuentro comunitario.

Conectar el Territorio con calidad: donde la estrategia es el mejoramiento y

la construcción de las vías barriales y aquellas que conectan el eje de

movilidad de la ciudad.

Control de la Expansión con una visión integral de desarrollo: en la cual la

cultura y formación ciudadana es fundamental para fortalecer la

participación comunitaria que posibilite la apropiación social e institucional

de las estrategias de uso y ocupación territorial razonable y sostenible en

los ámbitos de gestión e intervención integral de estas zonas de transición,

tejiendo la equidad, la inclusión social, la gobernanza y gobernabilidad de

los que allí habitan.

En este proyecto de gestión de borde, se resalta la voluntad de la administración

local en trabajar estas estrategias con la comunidad, donde se adelanta un programa

alterno de pedagogía al ciudadano para que conozca, planifique y construya su

territorio; pues solo así se garantiza el desarrollo de dichas estrategias por apropiación

de sus comunidades. (IAvH, SDA, & Universidad Piloto, Foro de Discusion, 2014).

De esta manera, la acción de las entidades públicas se perfila como un

facilitador en la puesta en marcha de las propuestas construidas, es decir, el

respaldo institucional a las comunidades es el punto diferenciador que ha permitido q

actualmente se reconozcan 14 planes maestros producto de las diferentes

caracterizaciones adelantadas en la zona con las mismas comunidades y que la región le

apueste a la cultura ciudadana, pues la transformación de su entorno físico bajo

espacios de recreación y deporte han facilitado la integración comunitaria y el

fortalecimiento de la convivencia y apropiación del territorio para le mejoramiento de su

calidad de vida.

96

2.4.5 Experiencia interinstitucional, privada y comunitaria en la cuenca del Río Meléndez en el Municipio de Cali.

Este proyecto ha sido adelantado entre el corregimiento de Villa Carmelo, La

Buitrera y las comunas 18,19 y 20 de la ciudad de Cali para recuperar el emblemático río

Meléndez y alternamente las conectividades naturales con la Reserva Forestal de Cali y

con el Parque Nacional Natural Farallones de Cali, donde nace el río.

Inicialmente los esfuerzos de la alcaldía de Cali era poder declarar como área

protegida el área de la cuenca del rio Meléndez con acciones interinstitucionales; sin

embargo, una vez adelantadas las obras de reconocimiento del área donde la

intervención antrópica era tan elevada en la zona, se vio la necesidad de vincular en el

proyecto las zonas urbanas y rurales que hacían parte de la cuenca.

Entre los principales problemas identificados por estas comunidades estaban la

intensa e inadecuada actividad minera sobre el corregimiento la buitrera, la ocupación de

la llanura de inundación del río por asentamientos informales y las laderas deforestadas.

En este proyecto se resalta la integración de comunidades tan diferentes (urbanas y

rurales) frente a un objetivo común: la recuperación del río para retomar la tradición

del popular paseo de olla, que tanto los habitantes de la ciudad como los de las zonas

rurales añoraban.

Por tanto dentro de los objetos de conservación evaluados en esta zona para la

declaratoria del área protegida se destacó, no solo valor ecosistémico de la cuenca,

en cuento a la conectividad con otros sistemas de protección; sino también su

relevancia cultural frente a las actividades de esparcimiento y recreación producto

de las costumbres a la orilla del rio por parte de los habitantes locales.

Bajo esta iniciativa, se formularon planes de acción marco, que involucraban a la

comunidad en proyectos de reforestación, reconversión productiva, el control en el

vertimiento de aguas residuales al río, bajo programas como el de familias cuidadoras del

Agua, los planes de mejoramiento de vivienda , prohibición de las explotación minera, el

establecimiento de caminos ecológicos, entre otros. Hoy en día la declaratoria de la

reserva del Rio Meléndez es un Hecho en el POT de Cali y las acciones programadas

siguen estando en cabeza de las comunidades rivereñas. (Sierra , Caceres , & Hoyos ,

2014).

97

2.5 El sector Quiba-Arborizadora frente a los proyectos exitosos de sustentabilidad en los bordes

Teniendo en cuenta lo anterior, el panorama de las comunidades que se relacionan

con el polígono de estudio Quiba - Arborizadora indica que, mientras los campesinos

tienen una relación vigente con el territorio, que han construido durante décadas, los

habitantes urbanos en el borde, en su mayoría se encuentran dispersos ante los

procesos de participación comunitaria en torno a mejorar sus condiciones de

habitabilidad.

Por tanto, se hace evidente que en áreas tan dinámicas como estas, es

necesario construir puentes de comunicación, escenarios de interlocución que

conduzcan a fortalecer la capacidad auto organizativa local para invertir aquellas

divergencias entre una y otra comunidad tal y como se muestra en las experiencias en

los proyectos de sustentabilidad como el adelantado en la ciudad de Medellín en los

bordes, y en Cali con la recuperación de la quebrada Meléndez, que si bien

corresponden a periodos considerables de trabajo conjunto, confirman que la inclusión

de las comunidades en la gestión del territorio garantiza la continuidad de los

procesos y contribuyen a consolidar alternativas viables tanto para la sociedad

como para el ambiente.

La gestión en el borde sur de Bogotá presentadas anteriormente son producto del

reconocimiento del territorio como un elemento de identidad, por lo que se plantea como

alternativa para comunidades tan heterogéneas como estas, el cambio de visión de lo

que se considera marginal, es decir, adoptar una perspectiva basada en una

cohesión social entorno al reconocimiento de su patrimonio local para así

contribuir a desarrollar un modelo propio de territorio sustentable.

En este sentido, cada uno de los componentes descritos en la zona, al igual que la

incidencia de los actores identificados, deben dejar de analizarse como mundos aislados

y desarticulados, pues cada uno de ellos hace parte del sistema de borde de ciudad, y

como tal participa en su promoción y desarrollo (tal como en el ejercicio planteado por la

98

red de reservas en la laguna de la cocha); por lo que es necesario incentivar la

participación social dentro de los instrumentos de planificación y gestión de los bordes.

Pero dicha participación debe pensarse como una estrategia contundente e

integral, de manera que se promueva la generación de pactos sociales que permitan

mantener y respectar los acuerdos a los que se pueda llegar entre todos los actores que

inciden en la ordenación de Quiba- Arborizadora, pues el objetivo es común para todos:

i) contener la presión sobre las áreas rurales, ii) preservar los valores ambientales y

culturales y iii) no perder las relaciones de interdependencia y de intercambio de bienes y

servicios entre el sector rural y el urbano.

Al polígono de la zona de estudio, se le reconoce como como un área que ha

desarrollado unos cuantos procesos de ocupación, que si bien no son intensivos por la

geomorfología que presenta específicamente la zona, si obedecen a una condición

emergente, pues se percibe como un proceso que ha ido desarrollándose a través de los

sucesos de ocupación histórica de la región; es decir, no ha sido, un ordenamiento

prospectivo donde se marque un interés importante por ordenar los bordes en función de

sus valores ambientales y culturales.

Si bien la ocupación de los bordes en general, actualmente no representan una

curva de crecimiento considerable como tal vez si se presentó en la década de los 80s,

en este momento en Quiba – Arborizadora se demandan unas consideraciones distintas

dentro de las figuras de gestión y ordenación propuestas por la administración pública,

pues de alguna manera, ya la población que allí habita, ha consolidado unos vínculos con

su territorio que van más allá de las estrategias diseñadas desde un escritorio para

fortalecer las relaciones con el territorio.

En este sentido, aunque las actividades culturales en la zona son escasas, son

producto del interés de la misma comunidad por ejemplo, en octubre se organiza en

Quiba, el Festival de la cerveza, básicamente es un bazar donde se colectan fondos para

las necesidades de la vereda; el 16 de Julio se celebra el día de la Virgen del Carmen,

que incluye una misa con procesión; en Junio se celebra el día del campesino, el cual

es el único evento que se desarrolla en el área organizado por la ULATA y la Alcaldía

Local y finalmente en Diciembre, se organizan las novenas que se celebran en diversas

casas, pero en Agosto, aunque no se establezca de manera oficial, es el mes en el que

mas afluencia de población tanto urbana como rural se presenta en Arborizadora, pues

99

por los fuertes vientos que permanecen en la zona, es el espacio ideal para elevar

cometa.

Este tipo de actividades fortalece en las comunidades urbanas como rurales las

relaciones con este territorio, pues para los habitantes en la zona, si es importante

contener la expansión urbana, pero no bajo los argumentos de la administración

local (los cuales se enfatizan en un tema de inversión y administración), sino, por

que ellos mismos reconocen unos valores ambientales y culturales que desean

defender y mantener.

Ante este panorama, es fundamental generar estrategias de ordenación

concertada entre la población rural de Quiba y los barrios de borde consolidados en la

zona de arborizadora, de manera que se vincule a todos los actores que configuran este

territorio y así, poder orientar lineamientos de intervención pública y privada mucho más

efectivos.

Esto implica indiscutiblemente el control de usos de alto impacto como la minería

que actualmente se manifiesta en el área de manera legal e ilegal y que han contribuido

sustancialmente al deterioro físico del sistema de borde sur en general, pero no solo un

control de alto impacto en términos ambientales sino también sociales, pues la

sostenibilidad que se busca del territorio debería partir de la participación de todos los

actores es decir, promover unos usos concertados que darían viabilidad al sistema.

Frente a este este gran reto de eco construcción, se propone que las estrategias

estén orientadas a la protección y fortalecimiento de aquellos valores culturales y

ambientales que reconocen sus habitantes tanto del borde urbano como el rural; es decir,

adaptar mecanismos para la recuperación y fortalecimiento del arraigo de los que

habitan la zona de Quiba – Arborizadora. Esto implica entender que no es solo un área

de influencia del límite administrativo trazado para separar lo urbano y lo rural, ni

tampoco son suelos disponibles para que la ciudad se siga expandiendo y mucho menos

seguir considerándolo como un sinónimo de marginalidad. Es un área donde confluyen

distintas dinámicas que por su complejidad difícilmente se podrían categorizar o zonificar

estáticamente y que por ello los procesos que incentiven la participación de sus

comunidades (no solo en espacios de discusión o asambleas, sino también en

actividades lúdicas y culturales) deben ser permanentes.

100

Al hacer partícipes a todos los habitantes de la zona en diferentes

actividades, habrá una mejor comprensión de lo que los rodea, tal y como ocurrió en

los procesos que dieron paso a la red de reservas indicadas anteriormente en la laguna

de la cocha, el cinturón verde de Medellín, la recuperación del Rio Meléndez y la

creación del agro parque los soches. Todos estos proyectos tienen un común

denominador: la relación emergente creada entre naturaleza y la sociedad que

obedece a unos procesos y lógicas propias de los habitantes a su territorio vivido,

pues eso fortalece el sentimiento de corresponsabilidad en el bienestar de sus

territorios.

Y es ahí donde emergerán diferentes propuestas comunitarias las cuales serán

efectivas si las instituciones públicas, bajo unas agendas políticas concretas, las acogen.

De esta manera es posible contribuir a la re definición de los modos de habitar actuales,

es decir, a partir de las vocaciones que los mismos habitantes de Quiba – Arborizadora

identifican en su territorio, pueden llegar a acuerdos que permitan ser más sostenible

esta franja de transición.

El reto es entonces construir una visión compartida que involucre a todos los

actores y así mismo sean definidas unas responsabilidades, pero que sobre todo, logren

integrar a los habitantes de las zona rural de Quiba y de la urbana de arborizadora bajo

un objetivo común, y este puede ser el espacio natural y abierto que ofrece esta área

para el disfrute de todos sus habitantes.

Sin embargo, definir el objetivo común no es suficiente, la articulación de estas

visiones conjuntas debe ser una cuestión permanente, por lo que el acompañamiento a

estos procesos es una construcción a lo largo del tiempo, pues el verdadero desafío

será coexistir en medio de la diversidad. Y no solo de la diversidad biológica, sino

también la cultural y social, es decir, respetar al otro y reconocerlo como un

elemento fundamental para que el sistema en general sea viable y sostenible. No

se trata de buscar un modelo de ocupación o de gestión que garantice la sustentabilidad

en el borde, pues puede que la solución no sea propia un patrón o molde que pueda ser

implementado en otro lugar con condiciones similares, sino más bien la solución este

orientada a reconocer los espacios y comprender las dinámicas que en él se suscitan, de

manera que se incentive permanente la participación de sus habitantes para que la

constricción de su propio hábitat sea colectiva y propia, es decir, sostenible.

101

Este logro depende sustancialmente del acompañamiento tanto institucional como

de la academia, pues tal y como se refieren en las experiencias exitosas de borde

reseñadas anteriormente, estas iniciativas no son fortuitas sino que obedecen a unos

procesos de largo plazo, por lo que se requiere comenzar a derribar el paradigma de

encontrar una única y pronta solución de sustentabilidad en los bordes.

Tal vez la solución no sea enfocarse en buscar aquellos medios que garanticen su

permanencia en esta zona, es posible que lo que se requiera es fortalecer aquellos

espacios de encuentro, aquellas áreas naturales y despejadas (de los cuales son

carentes las comunidades de barrio en la zona urbana) y que de alguna manera

promueven un ejercicio democrático de derecho a la cuidad y sus espacios de

esparcimiento donde se da naturalmente la participación de todos; pero también

donde los compromete a todos a cuidar y mantener, pues si se logran estos acuerdos

es porque tanto las comunidades urbanas como las rurales están dispuestos a mejorar

su paisaje habitado.

Teniendo en cuenta este análisis del área de estudio frente a los proyectos

documentados en esta investigación, “la construcción social del espacio habitado” se

reconoce entonces, como un componente más que se requiere incorporar al modelo

conceptual de los modos de habitar en Quiba – Arborizadora en aras de contribuir a la

transición de hábitats decadentes a sustentables y en un futuro posterior sostenibles.

Figura 33 Representación gráfica de los modos de habitar identificados v.

102

3. Hacia la construcción de hábitats sustentables y luego sostenibles

Si bien la teoría de sistemas induce a entender que el conocimiento de cualquier

fenómeno corresponde a la comprensión de las interconexiones de sus componentes y si

todo está relacionado de múltiples maneras a su entorno, se podría mal interpretar que

para explicar cualquier situación es preciso comprender todo lo demás que ocurra en el

mundo, lo que resultaría ser una tarea infinita. Por esta razón es necesario siempre

delimitar la situación, es decir, establecer un espacio/tiempo concreto, el cual enmarca la

investigación bajo una situación inscrita en una época y lugar determinado para el

análisis que se desea abordar.

Teniendo en cuenta lo anterior, en análisis de la situación en Quiba –

Arborizadora se adelantara bajo los hechos dominantes descritos en el Capítulo 2 las

cuales serán conectados bajo un modelo conceptual de sistemas que permitirá identificar

tanto entradas como salidas; las cuales son las que han consolidado las condiciones

actuales que presenta en sistema Quiba- Arborizadora.

Sin embargo, es importante indicar que el modelo relacional conceptual diseñado

es el resultado de la aproximación de conocimiento que sobre las transformaciones de

borde se obtuvieron gracias a la documentación referida a lo largo de esta investigación

en el sector de Quiba - Arborizadora; lo cual no indica que lo aquí planteado obedece a

una verdad absoluta, pues bajo el pensamiento sistémico no importa cuántas conexiones

se consideren para describir una situación, siempre serán excluidas otras tantas que no

han sido percibidas, o de las que no fue posible tener acceso a información durante el

tiempo planificado para esta investigación.

103

Con el estudio de las redes y conexiones entre las situaciones aquí identificados

fue posible vislumbrar emergencias que podrían promover la sustentabilidad futura de

estos paisajes de borde altamente transformados, particularmente para este territorio se

puede entrever que los procesos ecológicos son tan fundamentales como los procesos

sociales que se suscitan; pues al analizar la situación bajo un pensamiento sistémico el

propósito final es identificar aquellos factores que determinan su resiliencia11, de manera

que con ello se contribuya a identificar acciones alternas de planeación y desarrollo para

estas zonas de transición urbano - rural.

De manera descriptiva el modelo relacional implementado para comprender

sistémicamente el área de estudio ha sido armado a lo largo de la investigación desde el

análisis conceptual del hábitat /habitar, hasta la identificación de los modos de habitar

más distintivos en el área de estudio, pues esta será la base para la estructuración del

modelo conceptual aplicado en el programa de simulación adoptado en esta

investigación.

Figura 34 Esquema general de los modos de habitar identificados en la zona

11 Entiéndase resiliencia como la representación de los límites dentro de los cuales es posible la conservación del equilibrio de cualquier sistema.

104

3.1 Modelo Relacional sistémico de la Situación Actual del Área de Estudio

Al considerar el sistema de Quiba - Arborozadora como un conjunto de

situaciones y relaciones que conforman una unidad global compleja, se pueden

establecer conexiones constantes y persistentes entre dichos hechos que al ser

analizadas bajo modelos dinámicos, permiten identificar el cambio del sistema a través

del tiempo, haciéndose evidentes aquellas correlaciones entre la estructura y su función

que permiten su comprensión integrada y viabilidad a través del tiempo.

La simulación de modelos dinámicos a través de programas de computador

permiten estudiar el comportamiento de cualquier sistema complejo pues aportan una

visión más integral de la situación lo cual contribuye finalmente a la toma de mejores

decisiones; es por esta razón que se incorporó como herramienta metodológica para la

comprensión sistémica de la situación de borde en Quiba- Arborizadora el programa

STELLA ® (Structural Thinking Experimental Learning Laboratory with Animation)

La comprensión de situaciones a través de sistemas dinámicos como este, han

sido metodologías que se han venido desarrollando desde los años sesenta, donde el

profesor de ingeniería Jay Forrester ha sido uno de los principales exponentes. Los

sistemas dinámicos suponen que cualquier comportamiento complejo del mundo real

puede describirse y explicarse mediante sistemas de propiedades que forman estructuras

de niveles y flujos articulados en bucles de realimentación; estos diagramas representan

gráficamente la estructura conceptual del modelo, pues es así como los conceptos y sus

relaciones vinculantes se ponen de manifiesto a través de un diagrama (Forrester, 1994)

Sin embargo aun reconociendo las limitaciones que tendría la aplicación de

cualquier programa de computador sobre aquellas representaciones de los fenómenos

que ocurren en el mundo real (pues nunca atenderán la totalidad), este método

representa una buena alternativa para acercarse a la comprensión global de los modos

de habitar actuales, pues la dinámica de sistemas que aplica, presenta la estructura de

cada modelo o subsistema como un patrón de relaciones entre los actores según sus

105

actividades y funciones, lo que le permite reconocer su organización, mantener su

complejidad y facilitar su comprensión.

Figura 35 Modelo Conceptual de los situaciones identificadas en Quiba _ Arborizadora

El programa implementado para la modelación, maneja analogías ente los

sistemas con la naturaleza, en donde todo son flujos, niveles o variables conectadas

entre sí. De esta manera el programa Stella posibilita un prototipo dinámico de una

situación compleja a través de subsistemas o modelos relacionados como los referidos

en la gráfica anterior (cada una de esas casillas representa finalmente “los procesos”); y

cada uno de ellos a su vez, están conformados por una serie de variables

interconectadas e integradas bajo ecuaciones de diferencia (“las Estructuras” y sus

“funciones”); es decir, se basan en modelos matemáticos que permiten evidenciar el

cambio de “un proceso” entre lo que genera su incremento y aquello que aporta a su

agotamiento.

106

Ev ento Dinamico a

Modelar

Regulacion de v ariables

que incrementan el ev ento

Regulacion de v ariables

que disminuy en el ev ento

Figura 36 estructura principal del modelo Stella

El programa Stella es considerado como uno de tantos métodos para el estudio

del comportamiento de una situación real bajo un enfoque sistémico mediante la

construcción de modelos de simulación informática que ponen de manifiesto las

relaciones entre la estructura del sistema y su organización; es decir, es la

representación formal de una realidad en un tiempo específico, bajo una estructura

sistémica diseñada para computador (Morlan, 2010).

Y es precisamente por estas propiedades que fue aplicado en esta investigación,

pues permitió explorar desde las diferentes relaciones que se identificaron de manera

conceptual en los capítulos anteriores, la tendencia de los cambios de ciertas situaciones

de manera que se constituye como una herramienta muy útil para identificar posibles

trayectorias emergentes del sistema. La aplicación de modelos formales como estos

ayuda a entender el mundo y los fenómenos que en él ocurren de manera integral al

considerar las interrelaciones que suceden y no solo a las diferentes partes que lo

conforman. (Murillo, 2007)

Es importante indicar que los acontecimientos identificados en esta investigación

fueron adecuados en el programa Stella como sub sistemas para ser individualmente

abordados; y para ello se mantuvo las 4 perspectivas de Capra: estructura,

función/organización, proceso y finalidad; las cuales diferencian de manera única cada

uno de dichos eventos, pues al final, constituyen características propias a cada

subsistema que también le dan identidad a la totalidad (transformaciones en el paisaje

de Quiba - Arborizadora). Esto se debe a que existe una relación de interdependencia

tal, que hace que los hechos se manifiesten como procesos activos.

107

Figura 37 perspectivas de Capra en el Área de Estudio

Se hace evidente que la organización que presenta el sistema Quiba-

Arborizadora es dinámico y complejo, por lo que una caracterización bajo análisis de

causalidad lineal sería insuficiente. Así pues, en este capítulo se indica la simulación

bajo computador de las variables reconocidas y sus interacciones, las cuales fueron

señaladas en cada uno de los subsistemas identificados como los modos de habitar de

Quiba - Arborizadora. Este ejercicio si bien representa un modelo conceptual de la

situación actual, ha sido semi-cuantificado en términos proporcionales para poder

identificar el comportamiento y el cambio del sistema global (bajo un periodo de tiempo

determinado) de manera que se pueda representar gráficamente a través del tiempo la

tendencia del sistema y la influencia en el cambio de magnitud de cualquier de las

108

variables que lo componen. (La explicación de la semi - cuantificación proporcional se

detalla en el Anexo B)

En este capítulo entonces, se podrán identificar aquellos esquemas que

orientaron las distintas relaciones modeladas, y que fueron definitivos para comprender la

situación bajo una visión sistémica; sin embargo, siendo un proceso que requiere toda

una fundamentación para el manejo apropiado del instrumento, en el anexo B. se

presentan los principios generales del programa acogidos para el desarrollo del modelo,

los algoritmos implementados bajo un par de ejemplos específicos y la descripción del

proceso de semi - cuantificación implementado para la simulación.

3.2 Aplicación del Modelo Sistémico de Análisis

Para definir los procesos o situaciones de análisis en cada subsistema fue

necesario retomar entonces, el diagrama general de estudio, el cual refiere a “los

actores”, “los lugares” y “el paisaje transformado” como las grandes unidades que

fundamentan la construcción teórica y conceptual de esta investigación (ver diagrama

No. 33) y que al final revelan en cinco hechos, es decir, los modos de habitar más

distintivos de la zona. Dichos modos de habitar ilustrados, han sido categorizados como

sub sistemas en el modelo conceptual diseñado así:

Figura 38 Equivalencias de los modos de habitar identificados bajo el modelo conceptual y el programa Stella

109

Cinco hechos o procesos identificados en los modos de Habitar (izq,) y cinco

acontecimientos o procesos identificados como subsistemas en el programa Stella que

confluyen “Los Modos de Habitar” (der.), esto indica que la situación número seis sea

el subsistema que integra cada una de los comportamientos y trayectorias identificadas

de manera detallada en cada uno de los cinco eventos a modelar (los cuales a su vez,

también están relacionados entre ellos).

De esta manera cada uno de los subsistemas será examinado reconociendo que

sus componentes no son exclusivos, es decir cualquier variable que los constituye, puede

interferir en otra situación o subsistema, o puede que también se presente que un

subsistema en su totalidad, infiera en otro.

Por tanto, la acción de los actores en cualquiera de las situaciones a modelar

determinará el comportamiento final del sistema y es así como se puede examinar de

manera esquemática (bajo el registro de graficas de tendencia en cada sub sistema) las

diversas formas adaptativas de cada situación analizada que viene a integrar este paisaje

habitado de borde. Es entonces en el sexto subsistema denominado “modos de habitar”,

donde se verá reflejado la condición de totalidad pues es la confluencia teórica de todos

los hechos analizados.

Cada uno de los seis subsistemas o procesos diferenciados en el esquema

anterior encierra gran complejidad por tanto, a continuación se indicarán los

componentes de cada uno de los subsistemas diseñados, con sus relaciones y variables

así como los valores apreciativos definidos proporcionalmente para la semi-

cuantificación12 del modelo según las descripciones adelantadas en el Capítulo 2 sobre

los modos de habitar en Quiba Arborizadora. Es importante aclarar que no fue posible

identificar un valor de referencia para todas las variables incluidas, pues de todas hay

algunas a las que oficialmente no se ha establecido un indicador; sin embargo, para

estas fue deducido un valor de referencia a partir de los procesos de observación

12 Teniendo en cuenta que el proceso de semi cuantificación de las variables en un procedimiento adelantado directamente sobre el Software Stella, en el Anexo C, se presenta de manera detallada la valoración de un sub sistema dado que los demás obedecen al mismo criterio de calificación.

110

adelantados durante este periodo de investigación. (ver anexo B para la documentación

de dicha asignación de valores).

3.2.1 Subsistema de transformación del paisaje por explotación de materiales para la construcción

Este hecho dinámico o proceso se incorpora dado el desarrollo que ha tenido esta

industria en el sector. De acuerdo a la descripción abordada en el capítulo anterior se

puede sintetizar en la siguiente tabla los variables o elementos que integraran este

subsistema, al igual que su función en dicho proceso.

PROCESO Extracción De Material Para La Construcción

FINALIDIAD Abastecimiento de la demanda de materiales para Bogotá y la región.

FACTORES QUE INFLUYEN EN EL

PROCESO PERSPECTIVA SEGÚN CAPRA

Industria minera Estructura: Componentes físicos del proceso

(materia, sustancia, elementos que constituyen

en proceso)

Habitantes de la Zona de borde

Autoridad ambiental

Recurso minero (gravas y arcillas)

Minería ilegal Organización : fenómeno que afecta el sistema

(vínculos, conexiones, configuración particular

entre los componentes) Minería legal

Excavación

Salidas del proceso

Inestabilidad de los terrenos

Áreas potenciales para la disposición de

escombros ilegalmente

Remoción de cobertura vegetal

Perdida de suelo

Pasivos Ambientales

Precio del mercado Factores externos al proceso evaluado

Demanda De materiales

Figura 39 Registro de variables identificadas para el primer proceso

111

Los elementos anteriormente referidos integran el siguiente modelo conceptual

construido para orientar el diseño del modelo formal construido en el programa Stella.

Figura 40 Modelo conceptual del proceso de extracción de materiales para la construcción.

A partir del diagrama anterior y demás variables identificados en la figura 39 se

incorpora al programa Stella los referidos elementos como se presenta en el siguiente a

continuación:

112

Figura 41 Diagrama en Stella Diseñado para el primer proceso

Como se aprecia en el modelo, la válvula simboliza una condición cambiante,

influida por una serie elementos (flechas de llegada), de proceso de extracción, se

esperan una serie de salidas que al final determinaran la condición general de este

subsistema

En el diagrama anterior no se identifica un flujo de entrada para el recurso de

arcillas y gravas, pues la extracción de material pétreo es sobre un recurso natural no

renovable el cual es consumido, pero no hay manera de reestablecerlo a su forma

original. Mientras que para los elementos de salida si se identifican como variables más

importantes aquellos productos del proceso de extracción que se relacionan con la

perdida de la cobertura vegetal y de suelo, la inestabilidad de los terrenos aledaños por

cambios en sus composición geomorfológica y del mismo modo, se crean pasivos

ambientales a la región, pues se genera un daño ambiental casi irreversible al extraer

gran cantidad de material natural sin ningún tipo de compensación. Esta situación

promueve las escombreras ilegales, pues al presentarse un socavado en los terrenos, se

crea la oportunidad de utilizarlos como escombreras ilegales que contribuyen a los

procesos de inestabilidad.

113

Dentro de los componentes identificados como “estructura” en la tabla anterior (es

decir aquellos elementos que integran el sistema) se reconocen entonces los actores que

participan de la actividad minera, ya sea como autoridad reguladora, industria o mano de

obra del proceso de extracción y las áreas con potencial de materiales para la

construcción, pues sin estos componentes el proceso de extracción no puede llevarse a

cabo.

Respecto a la “función” entendida como la forma en que se configuran las partes

para diferenciar uno u otro proceso, se identifica que la minería en el área de estudio

tiene una proporción mayor de ilegalidad frente a la actividad minera que está registrada

(ver sub capítulo 2.3). Independiente si la minería es legal o ilegal esta actividad afecta

considerablemente las condiciones físicas del entorno, pues en términos de paisaje

irrumpe en la panorámica natural de montaña.

Por otro lado, como factores que alteran la dinámica del proceso se identifican

como los más influyentes la demanda del material para la construcción y el precio del

mercado, pues de ellos se definen las tasas de extracción del material.

Una vez orientadas dichas variables en el diagrama, se procedió a asignar un

valor de referencia a cada una de ellas para reconocer bajo la simulación, la tendencia o

trayectoria de este proceso modelado. Dichos valores fueron calculados guardando las

respectivas proporciones según la información de referencia obtenida en el capítulo 2.

La explicación respecto al proceso de las calificaciones incorporadas, han sido

documentadas en el Anexo B bajo ejemplos específicos. Pues para mantener el balance

del sistema en general y de las ecuaciones que lo integran, fue necesario estabilizar las

proporciones de los valores para cada subsistema tal y como se explica en el referido

anexo.

Por otro lado, en el anexo digital del programa Stella (Anexo A), puede

identificarse claramente para cada una de las variables los valores apreciativos y

proporcionales indicados para cada una, según la información de referencia consignada

en el Capítulo 2 y el proceso de observación en campo.

114

Una vez semi cuantificado el subsistema, fue posible identificar la trayectoria de

este procesos bajo una función grafica donde se percibe la variación de la situación a lo

largo de un tiempo de referencia (para este caso se tomó como tiempo de referencia 100

años para todos los sub modelos). Esa variación puede ser tanto un incremento de la

extracción de material a través del tiempo, o como una disminución pues todo obedece a

los valores de referencia estimados para el modelo.

Para los valores asociados, si se estima que la demanda del material para la

construcción se mantiene como se ha documentado en el sub capítulo 2.3, la tendencia

de este subsistema en los próximos 100 años será la que se muestra a continuación:

Figura 42 Registro Grafico de Tendencia del Primer Proceso

La simulación fue realizada para un periodo de 100 años (eje X de la gráfica),

asumiendo como valor actual de la cantidad de material pétreo 100 unidades (eje Y de la

gráfica). Nótese que la trayectoria de la gráfica muestra entonces una tendencia al

decrecimiento y esto indica que si la actividad de extracción sigue bajo las mismas tasas

documentadas en esta investigación, es posible que en 25 años se presente un

agotamiento total de dicho recurso en la zona de Quiba – Arborizadora.

115

3.2.2 Transformación del paisaje por ocupación campesina

Esta situación ha sido incorporado al sistema, pues aunque los impactos iniciales

al paisaje por las actividades propias de la vida campesina identificadas en la zona de

estudio no son los más extremos, si representan modificaciones considerables en las

condiciones actuales debido a las presiones por las actividades minera, la expansión

urbana bajo planes parciales y ocupación informal, de hecho por la misma declaratoria de

sus territorios como zonas de protección lo que limitaría sus usos actuales . Por tanto, de

acuerdo a la descripción indicada de este fenómeno a lo largo de esta investigación se

puede sintetizar en la siguiente tabla las variables o elementos que integraran este

subsistema, al igual que su función en dicho proceso.

PROCESO Transformación del Paisaje por Ocupación Campesina

FINALIDIAD Desarrollo territorial bajo practicas agro sostenibles

FACTORES QUE INFLUYEN EN EL PROCESO PERSPECTIVA SEGÚN CAPRA

Comunidades Rural Estructura: Componentes físicos del

proceso (materia, sustancia, elementos que

constituyen en proceso)

Comunidad Urbana de borde

Entidades púbicas de planeación

Regulación en el precio de la tierra Organización : fenómeno que afecta el

sistema (vínculos, conexiones,

configuración particular entre los

componentes)

Actividades agropecuarias actuales

Establecimiento de áreas para la protección

Ocupación minera en áreas rurales

Influye en la disminución del evento Falta de oportunidades para el desarrollo rural

integral

Bienestar de las comunidades que cohabitan

Influye en el aumento del evento Promoción de la cultura campesina

equidad

Figura 43 Registro de Variables Identificadas para el segundo proceso

116

Figura 44 Modelo conceptual del proceso transformación del paisaje por ocupación campesina

El diagrama anterior es importante destacar las presiones a las cuales está

actualmente sometida las formas de vida campesina en la vereda Quiba, pues como se

indicó en capítulos anteriores, las actividades agropecuarias no representan una

actividades económica fuerte, pues la condición de sus suelos promueven a esta vereda

como áreas aptas para la minería. Esta condición ha hecho que la actividad minera

ejerza una gran presión sobre el paisaje rural campesino que aún permanece. Por otro

lado, es aún incierto la restricción de usos que puedan tener estos suelos rurales, pues

según el polígono declarado por el Ministerio de Medio Ambiente para la Reserva

Forestal Protectora Productora de la Cuenca Alta del Rio Bogotá, es posible que las

actividades propias de la cultura campesina en esta zona tiendan a verse disminuidas.

Por otro lado, la falta de regulación del precio de la tierra ante la especulación de

proyectos de vivienda o infraestructura asociados a la expansión urbana de la ciudad,

generan un gran desequilibrio social en estas áreas rurales. De hecho, es de los temas

que se perciben como de gran preocupación por parte de la comunidad.

117

A partir del referido diagrama conceptual, y el listado, a continuación se presenta

el subsistema diseñado para representar la condición actual de este hecho teniendo en

cuenta los fundamentos de los elementos de incremento o reducción del proceso en los

diagramas Stella:

Figura 45 Diagrama en Stella Diseñado para el segundo proceso

Para establecer valores de referencia para este hecho y así conocer la tendencia

actual de este sub sistema, fue fundamental atender la información de referencia

reportada en el capítulo 2.3 respecto a los modos de habitar en la zona rural de Quiba,

pues fue de allí que se definieron las proporcionalidades.

Para este subsistema en particular es de resaltar que las variables indicadas

como: “ocupación minera en áreas rurales”, “falta de regulación en el precio de la tierra”,

“establecimiento de áreas protegidas” son las situaciones que representaron mayor

incidencia al cuantificar el modelo y al correr la simulación se registró la siguiente

trayectoria en un tiempo hipotético de 100 años:

118

Figura 46 Registro Grafico de Tendencia del segundo Proceso

Nótese que al tener los mayores valores las referidas variables, se presenta una

tendencia a la disminución de la ocupación campesina pues la trayectoria de la gráfica

muestra que éste modo de ocupación en el borde tendería a desaparecer en los

próximos 12 años aproximadamente si se mantienen dichas presiones.

Por tanto, es posible que sea necesario incrementar en gran medida las acciones

que promuevan este modelo de ocupación, y en ese sentido la promoción de la cultura

campesina, la regularización de los usos del suelo y las estrategias dirigidas a garantizar

la equidad en la zona tenderían a revertir esa tendencia.

En la siguiente grafica se representa una nueva trayectoria (levemente al

incremento) si se fortalecen las anteriores acciones que hacen parte también del

modelo13.

13 Al ser este un modelo conceptual, la forma de identificar el cambio en la trayectoria de la gráfica es aumentando los valores de referencia que se establecieron inicialmente en las variables que influyen en el incremento de ocupación campesina (por ejemplo para este caso). Por tanto, este ejercicio no puede ser tomado como un modelo matemático estandarizado, pues al ser conceptual las variables indicadas no obedecen a índices normados sino a valoraciones de referencia propuestas. Es decir, actualmente no se tiene un índice oficial que indique “la promoción de la cultura campesina” por ejemplo; pero si se generan

119

Figura 47 Registro Grafico de Tendencia del segundo Proceso alterando los valores de una de sus variables

En el diagrama anterior se hace evidente que incrementando los valores de

referencia para “bienestar de las comunidades que cohabitan” por ejemplo, la tendencia

de la gráfica cambia sustancialmente. De ahí la utilidad de contar con la valoración

cuantitativa de todas aquellas variables que interfieren en un proceso, pues a partir de la

modificación de sus valores, el cambio podrá ser percibido bajo la tendencia que

presente la gráfica al correr la simulación, y si a esto se le agrega que todos los sub

sistemas están relacionados, es posible llegar al análisis de una situación real de una

manera más holística que bajo las formas tradicionales, porque con el apoyo de estas

herramientas de simulación es posible comprobar y comparar el cambio que tendría una

situación al fortalecer o minimizar ciertas acciones.

.

acciones que contribuyan a incrementar esta condición en una proporción mucho mayor a las que actualmente existen, el cambio será evidente, tal y como se presenta en la figura 47. Por tanto, vale la pena indicar que las variables incorporadas al modelo fueron construidas bajo el sentido estricto de simulación de un modelo conceptual que tiene como fin indicar tendencias.

120

3.2.3 Transformación del Paisaje por Expansión Urbana

De la descripción del de área de estudio y de la presentación en diferentes

temporalidades de las fotografías aéreas se puede establecer que la baja densidad

urbana en la ocupación del polígono seleccionado como área de estudio, corresponde a

su propia condición geo morfológica; pues la topografía cumple un papel fundamental al

evitar la expansión de la urbanización hacia el área de estudio; es decir, que el

crecimiento urbano de la ciudad en este borde obedece a una lógica de las condiciones

biofísicas de dicho espacio geográfico.

Sin embargo, en esta periferia fragmentada se evidencia un alto grado de

segregación socioespacial y un elevado impacto de la transformación del paisaje

principalmente por la expansión no planificada de la matriz urbana de Bogotá. En el

siguiente diagrama puede evidenciarse ciertos factores que tienen alguna influencia en el

fenómeno de transformacion del paisaje por expansión urbana.

PROCESO Expansión Urbana en los Bordes

FINALIDIAD Suplir el déficit de vivienda para población vulnerable

FACTORES QUE INFLUYEN EN EL

PROCESO PERSPECTIVA SEGÚN CAPRA

Barrios Informales

Estructura: Componentes físicos del proceso

(materia, sustancia, elementos que constituyen en

proceso)

Instituciones públicas que determinan la

planeación de la ciudad

Barrios Legalizados

Comunidades desplazadas

Desarrollos urbanos ilegales Organización : fenómeno que afecta el sistema

(vínculos, conexiones, configuración particular

entre los componentes)

Promoción de los planes parciales en la

zona

Re densificación de las centralidades

Influye en la disminución del evento Procesos de Reubicación

Regulación en el precio de la tierra

Déficit de tierra para proyectos de vivienda Influye en el aumento del evento

Violencia, exclusión, marginalidad

121

Inversión en espacios recreativos y

culturales Influye en la disminución del evento

Intereses particulares en los usos del suelo Influye en el aumento del evento

Inversión elevada en la legalización de

barrios Producto del desarrollo ilegal urbano

Desarticulación institucional para el

desarrollo urbano Influye en el aumento del evento

Déficit de habitacional

Figura 48 Registro de Variables Identificadas para el tercer proceso

Figura 49 Mapa Conceptual del Sub sistema transformación del paisaje por expansión urbana

Con la identificación anterior de las variables que afectan esta situacion ya sean

como estímulo para que se genere expansión urbana en los bordes o para que el

proceso decrezca, a continuación se presenta el subsistema diseñado para representar

la condición actual de este hecho:

122

Figura 50 Diagrama en Stella Diseñado para el tercer proceso

La expansión urbana en el borde como se reconoce en el sur de Bogotá obedece

a una débil planeación bajo el fundamento de la equidad, pues al considerarse la capital

“foco de oportunidades” alberga a todos los emprendedores y población desplazada que

ven en esta ciudad razones para buscar un nuevo modo de vida.

Dentro de los componentes identificados en la estructura se destacan las

comunidades del borde, los desplazados y las entidades públicas que de alguna manera

inciden en el desarrollo urbano de estas áreas. Como formas de organización se

identifican los desarrollos urbanos legales (orientados específicamente en la zona de

estudio a la promoción del plan parcial la azotea, actualmente en curso) o en su mayoría

ilegales.

Sin embargo, con el tiempo se han reconocido instrumentos alternos como la re

densificación de las centralidades o los procesos de reubicación como respuesta al

control de la expansión en los bordes. Pero factores externos como la presión

demográfica de comunidad despezada, la falta de regulación del precio del suelo, el

123

déficit que tiene la ciudad para el establecimiento de proyectos de vivienda, promueven

la expansión de los corredores urbanos en este borde de ciudad.

Una vez cuantificadas las variables que inciden en este proceso, las cuales

pueden ser verificadas en el anexo digital del programa Stella, se tiene la siguiente

tendencia para el proceso de expansión urbana en los bordes bajo la condición que

actualmente presenta el área de estudio.

Figura 51 Registro Grafico de Tendencia del tercer Proceso

Bajo el panorama descrito respecto a este tema en capítulos anteriores, se puede

identificar que la tendencia si se llegara a aprobar el plan parcial es densificar esta zona

promoviendo posiblemente la conurbación con el municipio de Soacha, y el crecimiento

de la expansión urbana casi hasta el borde de su límite de carga podría ser en 25 años

probablemente. Esta situación seria lamentable no solo para el equilibrio ambiental de la

región, sino para la misma administración pública de la ciudad; por tanto, como ejercicio

alterno se modificaron algunos valores indicado para este sub sistema de manera que

pudiera identificarse bajo que acción poder contrarrestar esta tendencia. A continuación

se presenta el ejemplo de simulación.

124

Figura 52 Registro Grafico de Tendencia del tercer Proceso modificando una de sus variables

La grafica anterior presenta tres diferentes tendencias del sub modelo bajo la

modificación de una de sus variables por ejemplo en este caso, la “re densificación de las

centralidades” la cual tenía un valor inicial de 0.1 tal y como se muestra a continuación:

Figura 53 Registro sobre el Programa de los valores alterados para reportar la tendencia de cambio

En el diagrama anterior se indica en qué proporciones fue modificada la variable

“re densificación de las centralidades” para contrarrestar el fenómeno de expansión que

se observa en la gráfica 54. Entre más se intensifique esta circunstancia (de value 0,02 a

0,08) la orientación de la gráfica tenderá a decrecer. Nótese que cada trayectoria está

definida con un color diferente y cado uno de ellos tiene un número de identificación que

125

corresponde al número que acompaña el valor modificado así: la línea azul marcada con

el No. 1 tiende a decrecer, mientras que la línea 3 marcada con rojo, la trayectoria va en

descenso. Esto indica que acciones desarrolladas en pro de re densificar las

centralidades de la ciudad, contribuirá a la reducción de los procesos de expansión en los

bordes.

3.2.4 Estabilidad Ecológica del Paisaje Natural

Los sub sistemas anteriores representan las circunstancias mas evidentes de la

transformacion del paisaje natural inicial, por lo que el siguiente diagrama representa la

influencia de de todas estas acciones directamente en el paisaje de Quiba Arborizadora,

puesto que es alli que se desarrollan dichas acciones, por tanto, algunos componentes

identificados en sub sistemas anteriores tambien haran parte de este tal y como se

registra en el siguiente cuadro:

PROCESO Estabilidad Ecológica del Paisaje Natural

FINALIDIAD Sostenibilidad del soporte natural de todo ser vivo

FACTORES QUE INFLUYEN EN EL PROCESO PERSPECTIVA SEGÚN CAPRA

Aumento en la expansión urbana

Influye en la disminución del evento

Tasas de extracción de material para la construcción

Disminución de los procesos de construcción social del

territorio

Disminución de la ocupación campesina

Conectividad de ecosistemas en la región

Influye en el aumento del evento

Procesos de construcción social del territorio

Bienestar de las comunidades que cohabitan el sector

Tasas de aumento de la ocupación campesina

Definición de políticas públicas para la protección de

estos territorios

Disminución y control de la expansión urbana

Figura 54 Registro de Variables Identificadas para el cuarto proceso

126

Figura 55 Modelo conceptual del proceso estabilidad ecológica del paisaje natural

El diagrama anterior indica la relación que guardan algunos componentes de otros

subsistemas en esta situación analizada, pues cada uno presenta un comportamiento

particular en su respectivo “sub sistema fuente”. La forma iconográfica en programa

Stella para representar esto es a partir de los círculos punteados tal y como se

esquematiza en el siguiente diagrama. Esto significa que se el comportamiento de las

variables incorporadas en otros subsistemas tienen efecto directo en este; pues es

finalmente, el espacio físico el contenedor de todas aquellas acciones e intenciones del

fenómeno mismo de habitar. En este sub sistema entonces, se está introduciendo el

comportamiento que manifiestan ciertas variables en otros subsistemas, reflejándose así

el enfoque sistémico propio de esta herramienta.

127

Figura 56 Diagrama en Stella Diseñado para el cuarto proceso

Teniendo en cuenta lo anterior, y la influencia de cada uno de los componentes

identificados en otros sub sistemas para simular este proceso, a continuación se

presenta la trayectoria que presentaría la estabilidad ecología del paisaje en el sector

Quiba - Arborizadora:

128

Figura 57 Registro Grafico de Tendencia del cuarto Proceso

Como puede reconocerse en la gráfica anterior, bajo los valores de referencia

incorporados en los otros sub sistemas, la condición del paisaje actual puede afectar en

tal medida el sistema natural de soporte, que si las condiciones de los demás hechos

aquí modelados se mantienen, muy probablemente en menos de 10 años desaparezca.

Es así que la necesidad de modificar la tendencia de la gráfica es el gran reto. Y en este

sentido, las acciones que involucran la participación conjunta de los actores (como se

pudo apreciar en los casos exitosos de gestión de bordes referenciados en esta

investigación), son las que permiten evidenciar un cambio importante, y mejor aún,

mantenerlo, por tanto a continuación se presenta un quinto proceso emergente producto

del análisis de dicha información en relación con el área de estudio.

3.2.5. La Construcción social del espacio habitado

Este sub sistema fue diseñado precisamente para identificar aquellas acciones

que desde la participacion ciudadana pueden ser potencializadas ademas de las que

alternamente fueron emerginedo como propuestas mientras se esquematizaba dicho

proceso.

129

A continuacion se presenta en la sigueinte tabla los componentes que promuebe este

sub sistema

PROCESO Construcción social del espacio Habitado

FINALIDIAD Promoción de los procesos colectivos para mejorar los modos de habitar

FACTORES QUE INFLUYEN EN EL

PROCESO PERSPECTIVA SEGÚN CAPRA

Falta de participación en la gestión delo

territorios e borde

Influye en la disminución del evento

Áreas potenciales para escombreras

ilegales

Desarticulación institucional para el

desarrollo urbano

Falta de regulación en el precio de la tierra

Promoción de la cultura campesina

Influye en el aumento del evento

Procesos de construcción social del

territorio

Conciencia colectiva del habitar

Construcción y dotación de equipamientos

Inversión en los espacios que propicien el

encuentro en los bordes

Inversión en espacios recreativos y

culturales

Figura 58 Registro de Variables Identificadas para el quinto proceso

130

Figura 59 Modelo conceptual del proceso construcción social del espacio habitado

La distribución de estas variables, algunas provenientes de otros sub sistemas y

otras identificadas de forma emergente durante la descripción del área de estudio son

propuestas en el siguiente diagrama

Figura 60 Diagrama en Stella Diseñado para el quinto proceso

131

Figura 61 Registro Grafico de Tendencia del quinto Proceso

La tendencia actual que representa este sub sistema creado, indica que si bien

existen procesos de participación ciudadana que han sido promovidos actualmente por

las instituciones del estado y la academia, las acciones se muestran insuficientes a

través del tiempo y la tendencia de este proceso indica que si se mantienen así, perdería

representatividad en los procesos de gestión de su propio territorio.

Hasta ahora se han representado independientemente las tendencias de los

hechos identificados como los más relevantes en la descripción sistémica del área de

estudio. Sin embargo fue posible integrar los cinco sub modelos anteriores, en un sexto,

denominado modos de habitar, el cual registra el siguiente comportamiento dada la

influencia de cada uno de los subsistemas simulados así:

132

Figura 62 Registro de la Condición Actual del Sistema

Nótese que cada línea de color representa las trayectorias simuladas para cada

sub sistema presentado y que en el anterior diagrama se integran para denotar la

condición actual del área de estudio bajo un enfoque sistémico.

Mientras la estabilidad ecológica, la ocupación campesina y el material disponible

para la explotación de gravas y arcillas decrecen en los próximos 15 años, la expansión

urbana tiende al crecimiento si se promueve el plan parcial azoteas que actualmente está

en curso en la secretaria distrital de planeación.

Y aunque actualmente se presenten fenómenos de participación, se hace evidente que

es necesario fortalecer esas iniciativas para promover un cambio en el sistema general

de manera contundente. Por tanto, en el caso hipotético de aumentar los valores en:

“inversión en espacios que propicien el encuentro en los bordes”, “la conciencia colectiva

al habitar”, “el fortalecimiento de las asociaciones comunitarias” y el “reconocimiento de

la belleza paisajística del paisaje habitado” (componentes del proceso de “construcción

social del espacio habitado”) se puede evidenciar tal y como se muestra en la siguiente

figura que se puede invertir la tendencia de dicho proceso.

133

Figura 63 Registro Grafico de Tendencia del quinto Proceso incorporando valores de las acciones emergentes identificadas

Con esta nueva trayectoria para la “construcción social del espacio habitado”, a

continuación se presenta una segunda simulación de los cinco subsistemas. Pero para

evidenciar mejor el cambio, se ha incluido también en esta nueva situación una

reducción en los valores que representan: las tasas de extracción de material pétreo, la

promoción de los modelos de ocupación campesina sustentables y la negación de la

licencia del plan parcial azoteas. El producto de dichos campos puede apreciarse en la

siguiente imagen:

134

Figura 64 Registro del sistema al cuantificar acciones emergentes identificadas

El cambio de tendencia del sistema en general es bastante notorio y puede considerarse

que las transformaciones serian percibidas en un corto plazo, pues se puede inferir de la

interpretación de la gráfica anterior que durante el primer año ya se podrían tener

evidencias del cambio en las trayectorias de los procesos modelados.

Asimismo se puede concluir que bajo el diseño de este modelo conceptual semi

cuantificado, cualquier alteración en los valores de referencia asociados a elementos que

componen: la ocupación campesina, la transformación del paisaje para la producción, la

transformación del paisaje por expansión urbana o la construcción social del espacio;

tanto positiva como negativamente, tiene un impacto directo en el aumento o disminución

de la estabilidad ecológica del paisaje y en el subsistema de los modos de habitar; pues

es sobre todo en estos dos subsistemas donde confluye la mayoría de los demás

componentes del modelo en general.

Esta situación se presenta debido a que todos los subsistemas se encuentran

relacionalmente conectados unos con otros y enmarcados en un sistema mayor que

135

permite visualizar y controlar mejor las variables, relaciones, comportamientos y

emergencias que puede presentar esta franja de borde.

Figura 65Gráfica de visualización a nivel macro del sistema de franja de borde.

Finalmente, es importante indicar que con el diseño y conceptualización de este

modelo en Stella se contribuyó notablemente a la comprensión de la situación del

sistema de borde en Quiba – Arborizadora, pues permitió plantear bajo un enfoque

sistémico el estado actual y las posibilidades de cambio de esta zona de borde en Bogotá

a partir de las relaciones establecidas ente los componentes más relevantes

identificados a lo largo de esta investigación.

Con el modelo construido puede identificarse claramente la tendencia de cambio

de todo el sistema con la variación cuantitativa de cualquiera uno de los componentes

indicados como variables relacionadas en cada uno de los sub sistemas. Es así que se

hace más eficiente identificar aquellas acciones que promuevan (de una manera

contundente) los cambios a un sistema de transición sostenible en los hábitats de borde

en Bogotá.

136

3.3 Alternativas Emergentes para Contribuir a la Sustentabilidad de los Bordes

De la simulación descrita en el capítulo anterior, es importante destacar que de

las acciones que contrarrestan de manera más contundente el estado poco sostenible del

sistema actual, es la participación ciudadana y el reconocimiento de su territorio en los

procesos de construcción y planificación del hábitat. Esto apunta a que las posibles

alternativas para la sostenibilidad en los bordes estén orientadas más que al cambio de

su “estructura,” es a la reforma en “la organización de los actores que allí intervienen”;

es decir, es necesario atender ese conjunto de relaciones creadas entre los componentes

que caracterizan el sistema de Quiba- Arborizadora, pues son ellas las que al final

determinan su condición actual.

Esto implica empezar a destacar aquellos vínculos entre las comunidades

ecológicas y las humanas que allí se desarrollan, pues ambos son sistemas vivos que

revelan los mismos principios básicos de la organización, es decir, redes abiertas a los

flujos con su exterior.

Al reconocer que son sistemas abiertos, se va constituyendo una

interdependencia que es importante resaltar en este sistema modelado, pues todos los

actores que hacen parte del área de estudio se hallan interconectados en una red de

relaciones tan compleja que es la que va constituyendo los modos de habitar.

Por tanto, el comportamiento de cada uno de ellos dentro del sistema depende del

comportamiento de los otros, así que el éxito y viabilidad en la transición sustentable de

los bordes dependerá solo de las acciones de sus actores de manera individual, y

colectiva frente a su territorio. Es decir de la comprensión de las partes y el todo. Esto

se evidencia claramente en el modelo, pues el cambio de los valores de referencia en

alguna de las variables incorporadas no tiene un único efecto, esto se debe a que las

relaciones no son lineales, al contrario, el modelo se compone de múltiples bucles de

retroalimentación por lo que las consecuencias de algún cambio en el estado original de

137

cualquier variable repercute en todo el sistema; de hecho, para alguno de sus

componentes el cambio mínimo puede ser para otro subsistema amplificado debido a las

múltiples conexiones que presente.

Teniendo en cuenta lo anterior y las diferentes alteraciones inducidas al modelo,

han surgido las siguientes acciones asociadas a la participación comunitaria y al

reconocimiento de su territorio como alternativas emergentes propuestas a la

construcción futura de hábitats sustentables en los paisajes transformados de borde.

Fortalecimiento de las Asociaciones Comunitarias

La cooperación siempre revitaliza los vínculos de una sociedad, por tanto

adelantar acciones que animen la consolidación de alianzas entre los actores que

intervienen en la planificación y construcción de este territorio de borde es consolidar la

importancia de las partes en el todo.

Pues cada uno de los actores que intervienen en el desarrollo de este borde de

ciudad cumple un papel que resulta ser vital, y al ratificar el poder que tiene cada uno de

ellos en la evolución colectiva de su hábitat, es contribuir a mejorar los modos de habitar

actuales. Para la zona de estudio no se desconoce el esfuerzo de la mayoría de los

líderes en consolidar una organización robusta, que sea reconocida en el ámbito distrital,

esta fue pues la mayor iniciativa de forjar el grupo “asamblea sur” que intenta que intenta

de alguna manera centralizar tantas iniciativas difusas de participación tanto en los

barrios como en las veredas. Pero tal vez el ejercicio deba ir más allá de la simple

reunión de los grupos, pues cada uno ellos ha sido creado bajo un interés particular

que a veces se torna hasta político y clientelista; el reto es poder ver en los otros puntos

de convergencia, respetando la diferencia, pero con el objetivo común de buscar el

bienestar de todos.

Cuando las comunidades se asocian, de manera casi imperceptible cada parte va

comprendiendo a través de tiempo mejor las necesidades de los demás y tal vez esta

mirada ahora no es muy consiente por parte de las asociaciones que participan en torno

a la asamblea sur, pero con ello van identificando de manera indirecta tal vez que el

138

bienestar propio dependerá siempre del colectivo, por lo que vale todo la pela continuar

en el proceso, todos aprenden y cambian, y ese cambio siempre será para mejorar.

Las organizaciones sociales descritas en el capítulo de actores, son pues, una

respuesta autónoma de los que allí habitan a las profundas transformaciones que se

hacen evidentes en el paisaje actual de este borde de Bogotá; por lo que cualquier

alternativa que se plantee a los modos de habitar actuales en Quiba – Arborizadora, debe

incorporar ante todo un cambio en la mentalidad, pues la falta de sostenibilidad de este

territorio en sí, no es solo un tema de explotación o destrucción de recursos, sino un

problema de la forma como se ha reconocido este lugar (actualmente como zonas de

exclusión y marginalidad) y que por ende ha promovido una forma de actuar entre sus

mismos habitantes.

El desafío entonces, es de-construir estructuras de pensamiento tan arraigadas

para luego reconstruirlas orientándolas a una relación ser humano y entorno natural

diferente, Sin embargo, no se está limitando las alternativas propuestas en esta

investigación exclusivamente al cambio del modo de pensar, pues si así fuese, la

transición resultaría relativamente fácil (pues hoy en día existen muchas personas

elocuentes y convincentes que podrían modificar la forma de pensar de toda una

comunidad en cuestión de unas pocas sesiones); El cambio propuesto va más allá, debe

implicar un mayor esfuerzo por comprender, necesidades, ilusiones, anhelos, es decir

aquellos fenómenos propios de esta zona tan particular, sin orientar la atención a un

componente en especificativo; en otras palabras, evitar el reduccionismo de establecer

soluciones parciales bajo el análisis separado de lo económico, lo social, lo ambiental, o

lo educativo, dirigiendo cualquier proceso de impacto exclusivamente a crear por

ejemplo, un centro de salud, o a construir un colegio con capacidad de mil estudiantes,

en fin, dejar de pensar que la solución a todos los problemas que plantea este borde, se

resuelve bajo una única solución pues se va dejando de lado así, todas aquellas

posibilidades de conexión y correlación entre lo uno con el todo, por lo que siempre

quedara alguien inconforme.

En las comunidades del sector Quiba – Arborizadora se percibe el desgaste que

ha producido la búsqueda de soluciones parcializadas por la intervención desarticulada

de las entidades del Distrito que han dejado en las comunidades un sin sabor entre tanto

estudio y diagnostico en la zona para mejorar su calidad de vida de los cuales ninguno ha

139

promovido progreso alguno y pese a tanto estudio diagnóstico, aún se registran

fenómenos como la segregación, la pérdida del patrimonio ecológico, los

desplazamientos forzados o ruptura de tejidos culturales entre las comunidades urbanas

y rurales de este borde.

Por tanto, la apuesta es intervenir con acciones que motiven la participación de

las comunidades en actividades culturales alternas que promuevan el interés de

mejorar su entorno común; es decir, que con el apoyo de las instituciones y la

academia se establezcan ciclos de programación cultual que involucren caminatas,

actividades lúdicas al aire libre que promuevan en los habitantes el reconocimiento de los

atractivos físicos que ofrece su territorio, por ejemplo, las bellísimas panorámicas que

ofrece de la ciudad (en los atardeceres por ejemplo), y que no existen en otro lugar de la

ciudad y de los cuales pueden disfrutar libremente y es para todos sin distinción alguna.

Todas estas actividades fortalecen la apropiación de las comunidades a los

territorios, pero solo si estos ejercicios asociados bajo el mundo de la cultura, las

percepciones, lo interno, los imaginarios creados van más allá de ejercicios verbales de

comunicación entre talleres y capacitaciones, sino más bien de actividades o procesos

que involucren a todos los participantes, sus costumbres e intereses particulares; es

decir, ver la diversidad cultural que ofrece este territorio para promover acciones de tipo

lúdico que puedan desarrollarse sobre el mismo polígono de área de estudio demarcado

en esta investigación, de manera que les permita reconocer sus fortalezas y

oportunidades de pertenecer a ese territorio de transición.

Promoción de espacios físicos de encuentro.

Pensando en robustecer los tejidos sociales a partir del fortalecimiento de las

actividades culturales en Quiba - Arborizadora, se propone recrear ambientes físicos

(equipamientos deportivos, culturales, comunitarios y/o recreativos), pero no cerrados ni

aislados; por el contrario, si se espera modificar hábitos y costumbres actuales es

140

necesario contar con espacios que se disfruten con los cinco sentidos, de manera que

promuevan la inclusión y que den lugar a la integración y la tolerancia. Estos espacios

deberán ser accesibles tanto para los barrios consolidados en este borde de Bogotá

como para las comunidades rurales de la vereda Quiba y sus alrededores. Pues la

finalidad es poder crear una identidad de las comunidades de borde tan fuerte que les

permita mantener en el tiempo los procesos de participación en la construcción de su

hábitat, y tal vez esto se logra cuando se reconoce en el territorio elementos propios y

oportunidades de desarrollo personal y por ende, colectivo.

En este sentido el sector de Quiba Arborizadora ofrece todas las condiciones, pues

al ser la zona no ocupada más extensa del sector, se reproducen la mayor cantidad de

actividades lúdicas al aire libre, por ejemplo, según los relatos de los habitantes de la

zona, el mes más bonito es agosto, porque el cielo se llena de cometas, y hacen

competencias, aprovechando los fuertes vientos que sobre el cerro seco se producen.

Este tipo de actividades que emergen espontaneas, van fortaleciendo los sentidos de

apropiación de las comunidades a su territorio, precisamente porque aquellas prácticas

son promovidas desde los mismos habitantes, y tienen su origen en las mismas

relaciones de cotidianeidad entre los diferentes grupos humanos y su entorno; lo que

permite ir modelando de maneras alternas el espacio físico, emergiendo así los nuevos

modos de habitar.

Pero para que esto se manifieste de manera gradual y progresiva, es necesario

definitivamente fortalecer las interrelaciones entre la las comunidades urbanas y rurales

entorno al polígono demarcado en esta investigación Quiba – Arboriadora, para que se

convierta en la zona predilecta de todos; por ejemplo, la promoción de bazares, donde

las comunidades urbanas y las rurales puedan ofrecer sus productos (ya sean culinarios

o artesanales) en torno a un evento público abierto donde también se promocionen actos

culturales propios de sus habitantes.

Con el tiempo y persistencia, estos tejidos sociales irán desarrollando ciertos

niveles de confianza que en últimas son los que determinan la calidad de vida en estas

zonas de borde, en otras palabras, esos vínculos o relaciones que se crean con los otros,

evidencian realidades espacio – temporales específicas que van creando identidad y

141

sentido de pertenencia, pues cuando se habita se vinculan lugares en momentos

específicos, que son los que finalmente van tejiendo la vida misma.

De Certeau (1986), desarrolla este concepto de la apropiación del espacio con el

Barrio, el cual lo identifica como ese territorio de transición entre lo público y lo privado

donde se establecen esas relaciones de confianza con los otros; es decir, esa

prolongación del “habitáculo”, donde el habitante siente que hace parte de un entorno

social, pues finalmente es el barrio esa parte familiar del espacio urbano en el que se

desarrolla el sujeto. En este sentido, la propuesta aquí es fortalecer ese sentimiento de

pertenencia y fraternidad justo en este espacio natural que ofrece el sector Quiba –

Arborizadora, pues en la zona no se encuentra otro lugar con tanta zona verde y que

permita la contemplación de espacios naturales con panorámicas hacia la ciudad tan

sorprendente.

Figura 66 Foto panorámica desde el cerro seco hacia la ciudad.

Promover zonas de encuentro, armonioso, apacible, natural y seguro, entre lo

urbano y lo rural fortalecerá la co - responsabilidad de desarrollo sostenible del territorio

ocupado, pues será necesario la participación de todos para su cuidado y mantenimiento.

Por tanto bajo el diseño de estrategias cívicas que contribuyan a la cohesión social se irá

creando identidad en esta franja de borde y sus espacios públicos se harán vitales para

el encuentro siendo un potenciador de nuevas oportunidades de inclusión y del

fortalecimiento del tejido social.

Por tanto, ese entorno creado con el otro determina un universo social que

garantiza familiaridad y por tanto seguridad al habitar, siendo este punto un elemento

fundamental para crear arraigo; de hecho, da sentido de pertenencia de las comunidades

142

de Quiba – Arborizadora haciendo que el sector donde se habita haga parte de su

historia.

Construcción de una visión compartida en el borde

Para pensar en la sostenibilidad del área, es necesario transformar el significado

que tiene el territorio actualmente, para dejar de verlo como una problemática, y más

bien, entenderlo como el espacio vital, es decir, profundizar en todo el sentido que

representa el territorio donde se habita y de lo que esto representa para una mejor

calidad de vida; es comprender que los sistemas naturales que aún persisten allí, son el

soporte vital, la base de cualquier sistema productivo o de vivienda que se quiera

mantener allí o incorporar como alternativa.

La zona de Quiba - Arborizadora, ha sido construida bajo un espacio geográfico

especial, con importantes connotaciones ambientales, lo cual puede ser utilizado para

fortalecer el sentimiento de apropiación a dicho territorio; pues finalmente son las

significaciones y prácticas sobre los espacios que se habitan los que permiten crear en la

población sentidos y sensibilidades que los alienten a participar y a cuidar su entorno.

Este simbolismo, de co - existir con otros (entendiendo al “otro” como cualquier ser

vivo del entorno) y tratar de manejar unas buenas relaciones de vecindad no solo con las

comunidades que habitan sino también con su medio; es aceptar la diversidad, es

reconocer que todos tienen el derecho a ocupar un espacio, es sembrar el respeto en las

comunidades humanas por la diferencia y esto a la larga va consolidando modos de

habitar favorables para todas las partes, pues poco a poco a la trama de relaciones se

van construyendo bajo el respeto por la vida misma y se van surgiendo también aquellas

reglas de comportamiento que son aceptadas en conjunto por la colectividad, intentando

así mantener el punto neutral social que da la conveniencia de sentir pertenencia a un

lugar. (De Certeau, 1986)

Y es por eso que es necesario reconocer el territorio habitado como el espacio vital,

…() el territorio habitado es cuando el sujeto adquiere su

verdadero ser, es decir, cuando se va manifestando una

143

asociación indisoluble de objetos y acciones humanas (que

pueden ser individuales o colectivas) vinculándose

culturalmente con el territorio bajo la expresión de las ideas,

pues con el tiempo se ha logrado ligar el sentir y el pensar

en las cosas mismas ().... (Sanchez, 2009)

Reconocimiento de la belleza del paisaje habitado

Teniendo en cuenta lo anterior es indisoluble la relación entre el espacio habitado y

la calidad de vida; de hecho, este concepto ha sido construido como un indicador

universal para medir el bienestar. Pero hablar de calidad de vida humana, depende así

mismo, de la calidad de vida de los demás seres que habitan la tierra; pues finalmente la

sensación de bienestar para los seres humanos depende de las condiciones propias del

entorno, es decir, si el entorno es armonioso y mantiene un equilibrio dinámico propio de

los estados naturales en conservación, el ser humano manifiesta estados de equilibrio

emocional y placidez.

Esta condición permite plantear, que la armonía estética de un paisaje habitado es

tan importante como aquellas otras demandas de mejora en las condiciones de la

infraestructura que puede exigir una comunidad en pro de mejorar su “calidad de vida”.

El derecho a un paisaje visual agradable no puede considerarse entonces como

una necesidad secundaria de los habitantes de Quiba - Arborizadora, pues si para estas

comunidades de borde es importante conservar esos espacios verdes y abiertos,

demuestra que existe un deseo genuino de ir más allá de lo meramente funcional,

expresa la necesidad de contar en su territorio con espacios agradables a los sentidos

que al final se traducen en áreas que ofrecen un sano esparcimiento. Por tanto, la

belleza de paisaje pasa a ser entonces una cuestión estructural para contribuir a calidad

de vida de los habitantes del sector.

Al ser el paisaje el elemento donde se cimientan las re significaciones de sus

propio habitar, reconocer un espacio estéticamente agradable reconfigurará sus

percepciones y sentidos de apropiación, inspirando así conductas llenas de orgullo a

144

pertenecer a un espacio de reconocida belleza que los impulsa día a día a mantenerse y

mejorar sus entornos.

En este sentido, no solo por los servicios ambientales y ecosistémicos que ofrece

la zona de Quiba - Arborizadora, las autoridades ambientales, deben promover el

establecimiento de figuras de gestión que contribuyan de manera conjunta a la

conservación y restauración de estos espacios naturales altamente presionados por los

procesos antrópicos, pues conservar la belleza estética de los bordes de ciudad es una

necesidad para impulsar el bienestar de la ciudad; y los ejemplos son muchos en la

periferia, pues la significación de las montañas escarpadas por procesos de minería es

muy diferente a la percepción que se tiene de aquellas que aun guardan su estructura

natural.

Por tanto, reconocer bajo el concepto de paisaje la connotación biológica y

funcional de un territorio no es suficiente para contribuir al cambio en los modos de

habitar actuales, pues es desde aquellos efectos emocionales que produce el

paisaje donde se habita que se consolidan los sentimientos de apropiación a un

espacio, porque es desde ahí que se establecen comportamientos, intereses y

propósitos humanos comunes que se van transformando en intencionalidades colectivas

inducidas de alguna manera por la relación que se tiene con su entorno.

Sin embargo, dichos patrones no dependen exclusivamente de la estética del

paisaje, son muy subjetivos pues cada quien tiene su propia idea de belleza según su

contexto e historia, pero son importes; pues entre todos los componentes aquí

propuestos, se va diseñando el espacio geográfico de una forma distinta, bajo sentidos

de apropiación profundos y consistentes con sus significaciones y prácticas, con sus

sentidos y sensibilidades, con sus gustos y goces. (Leff, 2004)

145

Cambio en la organización para el Buen Vivir

Las alternativas anteriormente propuestas apuntan a la reconversión de las formas

actuales de organización que presenta la zona de Quiba – Arborizadora; y en ese

sentido, resulta interesante cómo bajo los experimentos de Ilya Prigogine14 fue posible

entender que los sistemas en sí mismos se auto organizan y que la disipación es en sí

misma es una fuente de orden; es otros términos: un sistema puede alcanzar la

estabilidad lejos del equilibro y de hecho es así como tiende a la evolución.

…”A partir de la inestabilidad misma se generan nuevas estructuras que

incrementan su complejidad de manera que al tener más influencia un sistema

del exterior, las inestabilidades y saltos a nuevas formas de organización son

el resultado de fluctuaciones internas amplificadas por bucles de

retroalimentación positiva, la cual había sido tradicionalmente contemplada

como destructiva en cibernética pero que aparece como fuente de un nuevo

orden y complejidad en la teoría de las estructuras disipativas”. (Capra, 1998)

A esta teoría se llegó bajo los cuestionamientos de Prigogine respecto a cómo los

organismos vivos son capaces de mantener sus procesos vitales bajo condiciones de no-

equilibrio; descubriendo así, que cuando un sistema se somete a profundas y continuas

transformaciones de su estado inicial, se aleja del equilibrio y alcanza un punto crítico de

inestabilidad en el que surge un patrón de nueva organización que tiende a una nueva

estabilidad. Pues bien, puede que haya llegado ese momento de transformaciones

profundas en la zona de Quiba – Arborizadora, y sea el momento de identificar la nueva

organización de este borde como sistema.

Identificar ese nuevo patrón de organización es un proceso colectivo de

aprendizaje, pues como lo precisa Maturana & Varela, (1980) “los sistemas vivos son

sistemas cognitivos y el proceso de vivir es un proceso de cognición” es decir, implica

procesos de percepción, emoción y comportamiento que inducen a los cambios, y por

14 Físico, químico, sistémico y profesor universitario belga de origen ruso, galardonado con el Premio Nobel de Química en el año 1977 por sus investigaciones que lo llevaron a crear el concepto, en 1967, de estructuras disipativas.

146

ello a la evolución. Cualquier ser humano, inclusive cualquier organismo vivo, responde

al medio que percibe, bajo la manifestación de cambios estructurales que van

indirectamente alterando su comportamiento; y es así como las alternativas indicadas

anteriormente como propuesta para transformar los modos de habitar de la zona podrían

ser la respuesta a esos nuevos patrones de organización que den cabida a modos de

habitar más sostenibles en zonas de bordes de ciudad.

Del fundamento contextual e histórico descrito del sector Quiba Arborizadora es

posible afirmar que este sector de la ciudad es una estructura viva, pues su actual

condición es el registro de su propio desarrollo, el cual definitivamente influirá en su

comportamiento futuro. Pero tal vez la razón más sólida que promueva al cambio, son las

iniciativas que surjan desde su interior, pues si bien podrán existir estudios y propuestas

de ocupación y uso de estos territorios como las que se listaron en el sub capítulo 2.2.3

por parte de la academia y las mismas instituciones del estado; solo serán las mismas

propuestas de los que allí habitan las que promoverán el cambio hacia la sustentabilidad.

“Un organismo vivo está determinado no tanto por fuerzas

externas como por su propia estructura, la cual se ha ido

formando mediante una sucesión de cambios estructurales

autónomos, por consiguiente su comportamiento esta

dictado por su estructura” (Capra , 2003)

147

4. Conclusiones

Teniendo en cuenta los objetivos propuestos y la pregunta de investigación

planteada para el desarrollo de esta investigación, es posible concluir:

El estudio sistémico de los modos de habitar identificados en la zona de Quiba –

Arborizadora fue enriquecido sustancialmente bajo el apoyo de herramientas

tecnológicas como los modelos dinámicos relacionales pues fué a partir del diseño del

modelo conceptual en el Programa Stella que se pudo explorar las tendencias que

presentaba el sistema en general al manipular teóricamente cualquiera de los

componentes identificados durante el proceso de descripción de los modos de habitar en

área de estudio.

Bajo el proceso de análisis de la situación particular del borde de Quiba –

Arborizadora a través de sus modos de habitar, fue posible reconocer bajo el concepto

revisado de paisaje que promover el desarrollo de un hábitat más sostenible en zonas de

borde implica el reconocimiento no solo de las transformaciones físicas sufridas en el

territorio (paisaje bio - físico), sino de todas aquellas que están directamente ligadas a los

procesos de evolución cultural que alcanzan los que allí habitan, por lo que el concepto

paisaje transformado habitado es el más apropiado para denotar los productos de los

modos de habitar en cualquier contexto.

Con los ejercicios de simulación del modelo y las alternativas emergentes

propuestas para orientar una transformación sostenible de la zona de Quiba Arborizadora

es posible inferir que los procesos de participación social en la regulación de los usos y la

ocupación de estas zonas de transición son fundamentales, pero definitivamente no bajo

148

los esquemas de promoción de la participación convencionales, pues claramente los

esfuerzos de las asociaciones comunitarias actuales en la zona no han generado

resultados efectivos y permanentes en cuanto a mejorar la calidad de vida de sus

habitantes bajo los principios de equidad e igualdad. No con esto se desconoce el

esfuerzo, por el contrario se invita a re - orientarlo a través de estrategias diferentes que

permitan la libertad de desarrollo de ese mundo interno de la cultura, donde los anhelos,

percepciones, imaginarios sean la amalgama que consolida y reafirma los modos de

habitar hacia formas más sostenibles.

Al reconocer a cada actor como parte del grupo que propone cómo habitar los

bordes es como se va forjando la “construcción social del espacio habitado”.

convirtiéndose esta estrategia en una herramienta poderosa de ordenación territorial

pues involucra y acepta la complejidad de cada uno de los referidos autores, donde

coexisten diferentes puntos de vista pero que al final todos hacen parte del mismo

objetivo común: mejorar el hábitat/habitar de las zonas de borde.

Con esto se demuestra que la articulación y participación esperada entre los

diferentes actores va más allá de agendar reuniones y tratar de poner a todos de

acuerdo. Es, aceptar los diferentes puntos de vista y admitir la diferencia entre los

intereses de cada actor sin perder de vista que cualquier esfuerzo colectivo solo merece

su desarrollo si es para garantizar un bienestar común, pues en ese contexto también

puede funcionar la sustentabilidad del habitar. Por tanto, consolidar estrategias de

gestión social del territorio no es buscar una única visión de desarrollo en los bordes,

por el contrario, es aceptar que cada actor funciona con un modelo mental diferente y

que esto es parte fundamental para aproximarse a la realidad y partir hacia posibles

alternativas construidas desde la base del reconocimiento de la diferencia, pero con un

objetivo en común: un mejor habitar.

De las diferentes entrevistas documentadas en los archivos digitales es posible

concluir que tanto para los habitantes de la zona como para la misma administración

pública, contener la expansión urbana es el pilar fundamental de toda propuesta que se

desarrolle de manera colectiva. La consolidación de la zona bajo una vocación agro

ambiental fue la que más acogida tuvo pero se hace evidente la falta de reconocimiento

por parte de las comunidades que allí habitan de la estructura natural que poseen, pues

149

actualmente cada quien maneja sus propias estrategias para sobrevivir aunque esto

demande un gran consumo de recursos (por ejemplo con la industria minera).

Pero ante esta falta de sensibilización de su entorno, no se propone la promoción

de talleres de concientización de los espacios naturales si antes no se dirigen esfuerzos

para re evaluar la oferta y demanda de material pétreo por ejemplo, o la comercialización

de los productos agrícolas producidos en el área, pues en cada una de estas temáticas

se desconoce la influencia de lo natural haciéndose tan notorio la poca importancia que

le da la comunidad al soporte vital que ofrecen los espacios naturales de Quiba –

Arborizadora y bajo este panorama no es posible comprender la totalidad.

Es necesario superar entonces, las tendencias a simplificar las situaciones

buscando soluciones únicas y absolutas a problemas tan complejos como los modos de

habitar en los bordes, por lo que pensar en áreas de conservación exclusiva para esta

zona, o la adecuación de terrenos para el establecimiento de vivienda para suplir las

metas de plan de desarrollo del gobierno de turno, o la inversión en infraestructura como

el metro cable o la circunvalar del sur puede que no sean las únicas soluciones para

mejorar las condiciones de vida en esta zona.

Por tanto identificar una única alternativa para la sostenibilidad de los territorios de

borde no es el fin último de la participación integral de los actores. Es la construcción

colectiva de propuestas donde la que emerja debe estar orientada a encontrar primero,

el bien común, y segundo a descubrir aquellos nuevos límites del sistema donde se

integra al hombre como un componente más, y no como un elemento externo con

propiedades absolutas de transformación y consumo de recursos disponibles.

Para adelantar estas dinámicas, se requiere considerar entonces que el proceso

de convivir implica la aceptación de un alto grado de complejidad y diversidad (no solo

ecológica sino social también) y que por ello no es algo de antemano negativo, por el

contrario, es lo que garantiza la evolución de todo sistema vivo; sin embargo ese discurso

se menciona frecuentemente en los sistemas naturales sin que se haga un mayor

esfuerzo por asociarlo a los sistemas sociales construidos por el hombre; por lo que es

definitivo explorar nuevas relaciones entre sujeto y territorio. Para esta zona en particular,

es re encontrar el carácter colectivo del espacio; en otras palabras, cuál es ese vínculo

150

real de los habitantes a esta zona?, qué los impulsa de manera asociada a sentirlo

propio y a buscar un desarrollo territorial conjunto?.

Bajo el proceso de observación y análisis adelantado durante este periodo de

investigación se concluye entonces, que se requiere para el área de estudio, una re

significación de ocupación y uso de los recursos naturales disponibles en Quiba -

Arborizadora, de manera que se reconozcan conexiones nuevas entre los

comportamientos, percepciones e interpretaciones de los actores que participan en la

evolución de este territorio de borde Es decir, incentivar por parte de las entidades

públicas y la academia las posibilidades de uso de este territorio, no para unos pocos,

sino para todos; que se recreen visiones alternas de habitar entre los actores y para ello

se propone que se promueva el fortalecimiento de los tejidos culturales de sus

habitantes ya que esto indirectamente promoverá la cohesión social/territorial.

Pero estos procesos no pueden ser fortuitos e intermitentes, por el contrario representan

una construcción permanente y a largo plazo de territorialidad. El reto es entonces

involucrar a los actores en un proceso de articulación permanente donde cada uno

pueda contribuir con sus propuestas e involucrarse en la construcción democracia del

territorio donde se reconoce a cada uno como parte de su hábitat.

Estos procesos de articulación de algún modo legitiman socialmente sus propias

propuestas donde la gestión del territorio tendría como eje fundamental los derechos y

deberes no solo de sus habitantes sino de todos los actores que intervienen en procesos

de ocupación de estas áreas (las instituciones públicas, la academia, la industria). Lo

anterior implicaría una gestión del borde urbano rural con herramientas de participación

diferentes, de tal forma que éstas se vean reflejadas en la regulación apropiada de los

usos e intensidades de ocupación de dichos territorios.

Si bien como resultado de esta investigación no se generó un listado de acciones

o ideas para alcanzar modos de habitar sostenibles en esta zona, si fue posible identificar

con claridad que es lo que no se debe seguir haciendo en aras de promover un territorio

más sostenible, y cómo desde la exploración de otros aspectos de la cotidianidad es

posible promover cambios que a largo plazo reflejara unas mejores condiciones de vida

para los habitantes del sector. Cuando las iniciativas provienen directamente de la

151

comunidad que habita los bordes representan el conocimiento acumulado de su propio

vivir plasmados en sus propias visiones de contener la presión del crecimiento urbano y

el deterioro de sus recursos naturales, pero para llevarlas a la práctica, se requiere el

esfuerzo y compromiso de todos los actores.

Por otro lado, con la aplicación del modelo dinámico conceptual para reconocer las

conexiones del sistema, se pudo dar respuesta a la pregunta de investigación, pues

identificar acciones efectivas que contribuyan a mejorar los modos de habitar es posible

bajo la aplicación de modelos relacionales como este.

En este sentido, bajo su análisis es posible inferir también que el sub sistema de

“estabilidad ecológica del paisaje natural” tiene una importante influencia pues la

mayoría de los subsistemas se relacionan con él; así que la variación de algún

componente sobre este proceso se verá reflejado considerablemente en los demás, por

lo que el reconocimiento de este patrimonio natural en el sur de la ciudad contribuiría

sustancialmente a sentir como propio el lugar, promoviendo su cuidado y mantenimiento.

Finalmente desde el modelo conceptual del programa Stella, vale la pena resaltar

que si bien cada sub sistema se fundamenta bajo modelos matemáticos de ecuaciones

de diferencia, su lectura es comprensible para cualquier profesional que no sea un

experto matemático, pues no es necesario acudir a las ecuaciones para entender el

modelo, sino que puede ser comprendido directamente con la interpretación de los

diagramas donde se identifican directamente las conexiones entre uno y otro sub

sistema.

En este sentido, en el sub sistema de “modos de habitar” confluyen todos los

demás que fueron simulados; y es que con esa intención fue creado, pues su finalidad es

poder registrar en una sola unidad el comportamiento conjunto de las demás situaciones

identificadas en este ejercicio. De esta manera fue posible evidenciar gráficamente, a

partir de su semi cuantificación, cuál de ellos tiene la mayor influencia en el sistema

global.

152

Por tanto con este modelo se hace evidente la practicidad que ofrece este tipo de

herramientas respecto al estudio de fenómenos complejos con muchas variables

interdependientes, pues a partir de la construcción de un modelo mental simple se puede

transferir de una manera muy intuitiva, a un modelo más complejo que permita

simulaciones a partir de unos valores de referencia, donde no se establece un orden

particular de secuencia, pues el sistema puede ser abordado desde cualquiera de sus

componentes sin que con ello se obstruya la comprensión del mismo.

153

5. Recomendaciones

Los modelos dinámicos implementados permitieron la representación

gráfica de las tendencias de un sistema, resultando ser una buena técnica de

interpretación de una condición real de territorio bajo el enfoque de la totalidad

descartando así el análisis exclusivo de sus partes, por lo que se ratifica como una

recomendación metodológica para futuras investigaciones.

Sin embargo, al ser recomendado como método, el modelo no puede

considerarse como un estándar o patrón para replicar en otra zona; por el contrario, con

el desarrollo de esta investigación se pudo establecer que los modelos sistémicos

obedecen en cierta forma al modelo mental con que se construyen. Por lo que este

modelo, al ser construido tras las diferentes percepciones e interpretaciones que

paulatinamente se iban descubriendo de la zona de estudio, está fundamentado bajo un

punto de vista personal, con toda la carga de subjetividad que implica la mirada del

observador a un espacio y tiempo concreto.

Es importante aclarar que el establecimiento de la ventana de tiempo

estimada para este análisis (100 años) fue tomado para la simulación como referente

teórico, lo que permite recomendar periodos más cortos de análisis dado los resultados

obtenidos en el ejercicio de simulación (cambios esperados del sistema alrededor de los

primeros 17 años). Por lo que incorporar periodos de tiempo más cortos, reduciría el

grado de incertidumbre, pues en la medida en que el tiempo estimado para la modelación

sea mayor, la posibilidad de fluctuaciones en la tendencia del sistema será mayor dada la

diversidad de factores externos a los que está sometido cualquier sistema de manera

natural.

154

Teniendo en cuenta la cantidad de variables incorporadas, se recomienda

analizar la influencia de fenómenos externos frente a la estabilidad del sistema

planteado, pues finalmente los valores tomados han sido de referencia bajo la

interpretación de una condición real y puntual, pero son susceptibles a ser modificados

en cualquier momento, pues la estructura del modelo así lo permite.

Al modelo resultado de esta investigación se han integrado, tanto variables

que pueden ser cuantificables como otras que no son medibles en unidades concretas

pues representan aspectos socio culturales (en su mayoría) que nadie esperaría

cuantificar; sin embargo, teniendo en cuenta el objetivo de esta investigación fue

fundamental incluirlos en las redes de interacciones sistémicas para describir la realidad

que presentaba la zona de estudio; por tanto, se recomienda leer el modelo como una

estructura conceptual para comprender las condiciones actuales que presenta el área de

estudio y no como una herramienta directa para la cuantificación de una realidad.

Sin embargo, si bien el modelo construido obedece inicialmente al modelo

conceptual diseñado de la situación actual que presenta la zona de Quiba –

Arborizadora, es posible orientar el ejercicio a la cuantificación de la realidad a partir de

indicadores concretos de estado; por tanto se recomienda seguir depurando y ajustando

sus variables, si el caso es reconocer de manera directa el tiempo que tomaría la

transformación a hábitats más sustentables en esta zona de borde.

155

Anexo A: Archivos Digitales

156

Anexo B. Documento soporte de diseño, configuración y fundamento del modelo de sistema dinámico implementado.

Componentes básicos de un sistema en Stella

ELEMENTO SIMBOLO

Variable de Estado: Representa la situación de cambio a

analizar que acumula, y/o consume recursos. Está

influenciado por flujos de entrada y salida

El Flujo: Representa la tasa cambio de la variable de

estado, es decir, está en función del tiempo y están

presentes tanto en la entrada como en la salida de la

situación de análisis Noname 1

Convertidor o variable auxiliar: usados para ingresar

parámetros o constantes al sistema, también son útiles

para hacer operaciones aritméticas de conversión de

unidades, u otras necesidades matemáticas.

Conectores: transfieren los flujos de información entre

los convertidores, flujos y variables de estado a través de

una flecha

Este modelo trabaja internamente bajo ecuaciones de diferencia que permiten

calcular la relación entre las entradas y las salidas en unas graficas de distribución a

través del tiempo.

157

?

Proceso Dianmico

?

Flujo que regula

la entrada

?

Flujo que regula

la Salida

?

Variables o

Factores de Entrada

?

Variables o

factores de Salida

Figura: Esquema básico bajo el programa Stella ®

Diseño y configuración.

Para efectos explicativos del diseño de los sub modelos en el software STELLA ®,

y basados en el hecho que todos los subsistemas fueron configurados bajo la misma

metodología, se presentarán como ejemplos para este anexo únicamente dos de ellos,

el de Ocupación Campesina y el de Estabilidad ecológica del paisaje.

Perfil del Modelo Implementado

El modelo bajo el cual está diseñado el sistema es el modelo logístico,

caracterizado por un crecimiento o decrecimiento de los indicadores estudiados no de

manera exponencial infinita, sino de manera tal que el crecimiento está enmarcado en lo

que se denominará de aquí en adelante “capacidad de carga”, o un límite natural fijo en

el que el sistema va a crecer hasta establecer un equilibrio. Para esto hay que establecer

un valor límite a la capacidad de carga (200 unidades).

Con ese límite cuantitativo, y a medida que el hecho se acerca a esta capacidad

de carga, su comportamiento tanto en crecimiento como en decrecimiento tenderá a la

158

disminución para mantenerse dentro de los límites naturales (Cervantes, Chiappa, &

Simoes, 2000).

Este tipo de modelos logísticos15 son utilizados principalmente para analizar

comportamientos de crecimiento demográfico, donde en un principio se presenta una

tasa de crecimiento alta, pero a medida que el aumento en el evento se eleva, las tasas

de crecimiento o decrecimiento bajan para mantenerse dentro de unos límites naturales.

Esta relación matemática se define mediante la siguiente relación:

ΔN = R*N*(1 – N/K)

i. Establecimiento de los componentes y relaciones en un sub sistema. Ejemplo

Subsistema Dinámico de Ocupación Campesina.

Partiendo de la clasificación anterior se realizó el diseño de cada uno de los

subsistemas teniendo como eje principal la situación dinámica a analizar, en este caso, la

Ocupación Campesina, fenómeno que decrecerá o crecerá, según el comportamiento de

las variables que se asocien a él.

De la situación principal se desprenden dos flujos o reguladores: uno de entrada y

uno de salida, donde el primero regula los datos que aportan al crecimiento de la

ocupación campesina, y el segundo regula los datos que aportan al decrecimiento de la

misma.

15 Es importante aclarar que este algoritmo para de modelo logístico no es el único, existen más modelos como el exponencial, estimulo respuesta, Goal – Seting entre otros

159

Posteriormente se precede a realizar conexiones entre los flujos de entrada y

salida (crecimiento y decrecimiento de la población campesina) con las tasas de

crecimiento y decrecimiento enmarcadas dentro de una capacidad de carga del sistema,

de acuerdo a lo explicado anteriormente respecto al modelo logístico y el aumento de

tasas de crecimiento y decrecimiento.

El establecimiento de estas relaciones y conexiones en el programa Stella,

permite tener la estructura básica para realizar el modelo dinámico logístico del hecho y

de implementar la ecuación anteriormente mencionada, que para este caso en particular

se definiría de la siguiente manera:

tasa_de_aumento_ocup_campesina*(1-

ocupacion_campesina/capacidad_de__carga)*ocupacion_campesina

A partir de esta estructura y de esta ecuación, se agregaron las variables que

influyen en el comportamiento del sistema conectadas a sus tasas de crecimiento y

decrecimiento respectivamente, y que aplicándoles una relación de adición matemática

directa, dan como resultado el número de la tasa de crecimiento o decrecimiento de la

ocupación campesina:

(bienestar_de_las_comunidades_que_cohabitan+conocimiento_y__aporpiacion_del__ter

ritorio+promocion_de_la_cultura_campesina)= Tasa de aumento pob campesina)

160

(establecimiento_de_areas_para_la_proteccion+Extraccion_de_material_para_la_constr

uccion+falta_de_regulacion_en_el_precio_de_la_tierra2+inequidad)=tasa_de_disminució

n_ocupación_campesina

Variables relacionadas con la tasa de crecimiento de ocupación campesina:

1. Conocimiento y apropiación del territorio.

2. Promoción de la cultura campesina.

3. Fomento de la identidad territorial.

4. Bienestar de las comunidades que cohabitan

Variables relacionadas con la tasa de disminución de la ocupación campesina:

1. Falta de regulación en el precio de la tierra.

2. Establecimiento de áreas para la protección

3. Falta de oportunidades.

4. Violencia

5. Inequidad.

Teniendo en cuenta que las relaciones entre las dos tasas (la de crecimiento y

decrecimiento) están directamente conectadas al aumento y disminución de la situación

161

“ocupación campesina” en busca del equilibrio del sistema, la tasa que se encuentre

numéricamente más alta que la otra hace que el comportamiento del evento aumente o

disminuya. Por ejemplo, si la tasa de crecimiento de ocupación campesina es de 0.05 y la

tasa de disminución de ocupación campesina es de 0.03, la situación “ocupación

campesina” presenta un crecimiento positivo siempre de cara a la capacidad de carga

como límite del sistema que en este caso está establecida en 200 unidades.

Tasa de ocupación campesina (0.8) superior a la de decrecimiento (0.075).

Por otro lado, si el índice de decrecimiento es numéricamente superior al de

crecimiento, la gráfica va a tender hacia cero

162

De acuerdo a lo anterior, y teniendo en cuenta que el tiempo establecido para la

modelación de este subsistema es de 100 años, a mayor tasa de crecimiento, menor es

el tiempo en que la ocupación campesina busca su equilibrio con la capacidad de carga

del sistema, que en este caso está establecida en 200 unidades. Y teniendo en cuenta

también que la tasa depende directamente de las variables que conforman el sistema,

cuanta mayor sea la intervención para el crecimiento de los valores de estas variables,

mayor será la tasa de crecimiento y por consiguiente, mayor será el aumento en la

situación “ocupación campesina”.

A continuación se presenta un ejemplo con respecto al aumento de dos variables:

“Conocimiento y apropiación del territorio” y “violencia”:

La variable “conocimiento y apropiación del territorio” fue modificada en 3

unidades de manera ascendente (0.01, 0.015, y 0,2), mientras que la variable “violencia”

fue modificada 3 unidades de manera descendente (0.02, 0.012, 0.005). El resultado del

hecho “ocupación campesina” es el siguiente con estas 3 modificaciones:

Grafica resultante de la modificación de 2 variables en 3 cantidades diferentes.

163

Analizando la gráfica anterior y la tabla explicativa a continuación, podemos

concluir lo siguiente: partiendo de un escenario en que la tasa de decrecimiento de la

ocupación campesina es mayor a la de crecimiento, interviniendo las variables de

“violencia” para disminuirlas y las de “conocimiento y apropiación de territorio” para

aumentarlas, el hecho central “ocupación campesina” muestra un cambio importante, en

el que pasa de negativo a positivo. Y podemos concluir que una intervención directa en

las políticas públicas que disminuyan la violencia y aumenten el sentido de apropiación

del territorio, pueden influir de manera importante a una reocupación campesina en la

zona de borde.

Año Ocupación 1 Ocupación 2 Ocupación 3

0 100.00 100.00 100.00

10 90.03 96.25 102.50

20 80.24 92.51 105.00

30 70.83 88.79 107.49

40 61.94 85.11 109.97

50 53.69 81.46 112.44

60 46.17 77.86 114.89

70 39.42 74.32 117.33

80 33.43 70.85 119.74

90 28.19 67.46 122.13

100 23.66 64.14 124.50 Tabla comparativa de ocupación campesina.

Analizando la gráfica y la tabla anterior se puede concluir que:

Partiendo de un escenario en que la tasa de decrecimiento de la ocupación

campesina es mayor a la de crecimiento, interviniendo las variables de “violencia” para

disminuirlas y las de “conocimiento y apropiación de territorio” para aumentarlas, el hecho

central “ocupación campesina” muestra un cambio importante, en el que pasa de

negativo a positivo. Lo cual una intervención directa en las políticas públicas que

promueva la disminución de la violencia y aumente el sentido de apropiación del

territorio, pueden influir de manera importante a una reocupación campesina en la franja

de borde analizado.

164

Nota: este análisis sobre dos de las variables que compone este sub sistema es

esquemático para representar la influencia de ellas en el sub sistema en general, pero la

modificación es posible para cualquiera de las demás variables que lo componen.

ii. Establecimiento de los valores numéricos de referencia para correr la

simulación. Ejemplo Transformación del paisaje por explotación de materiales

para la construcción

A partir del listado de variables indicado para cada subsistema, y teniendo las

indicaciones del sub título i anterior, se obtiene el siguiente diagrama para el proceso de

explotación de materiales para la construcción:

Sub sistema modelado en el programa Stella para denotar la condición actual de todo el sistema

Como se aprecia en el modelo, la válvula simboliza una condición cambiante,

influido por una serie elementos (flechas de llegada), del cual se esperan una serie de

salidas que al final determinaran su condición general.

165

Del diagrama es evidente que no se identifica un flujo de entrada para el recurso

de arcillas y gravas, pues la extracción de material pétreo es sobre un recurso natural no

renovable.

Para la semi cuantificación es importante tener en cuenta los datos de referencia

obtenidos en el capítulo respectivo de documentación de este proceso. En el que

sobresalen datos como:

Minería legal e ilegal:

“…De más de 100 procesos de minería ilegal en proceso de revisión en

Bogotá, solo siete son legales, de acuerdo con la secretaria Distrital de

Ambiente…”

“….Para el personero de Bogotá, Ricardo Cañón, de 108 empresas

mineras que operan en Bogotá, 100 funcionan en la ilegalidad, 88 no tienen

ningún papel soporte de su actividad y 12 los tienen incompletos. (El 92,6 por

ciento de la minería en Bogotá es ilegal, según la Personería)….”

“….Cerca del 91.2% de la industria extractiva de Bogotá -que a la fecha

se encuentra inventariada- no está dentro de los términos de legalidad minera ni

ambiental. Esta última situación conlleva a que la actividad minera a cielo abierto

en Bogotá en su mayoría se desarrolle sin control alguno, de manera antitécnica

y desordenada….”

Demanda y consumo:

“… En los últimos cinco años el crecimiento promedio de la demanda de

materiales de construcción ha promediado el 1.4%. La proyección de la demanda

de materiales de construcción muestra que para el año 2023 de las principales

ciudades, alcanzarán las 45 millones 999 mil toneladas. Esto representa un

crecimiento del 48% con respecto al año 2013. Bajo este escenario el consumo

per cápita de materiales de construcción se aproximaría a los 2.56 toneladas.

La ciudad de Bogotá representa el 45% de la demanda de materiales de las

ciudades analizadas. En total, la capital consume 12 millones 402 mil toneladas

actualmente. Esta participación ha venido disminuyendo desde 2008 debido a la

caída promedio de -1.3% que ha tenido el mercado en los últimos 5 años. El

descenso obedece a la disminución recurrente que ha tenido la construcción de

obras civiles en la ciudad, que ha caído por encima del 20% en los últimos 3 años.

166

Para el año 2023 se espera que la ciudad de Bogotá demande 19 millones 955

mil toneladas, lo cual representa un consumo de 2.3 toneladas por persona en

ese año. La caída en el mercado se revertirá al totalizar un crecimiento de 4,9%

por año en la siguiente década. La construcción del Metro de Bogotá, la

complementación de la red de Transmilenio con las troncales de la Boyacá y la

Av. Calle 68 y el desarrollo del metro ligero dinamizarán las obras civiles que

registrarán una variación media anual de 11%. Se estima que la demanda de

materiales de construcción de los municipios de la Sabana de Bogotá es

equivalente a 18 millones 239 mil toneladas en 2013. Para el año 2023 el

consumo total de materiales de construcción se estima que será de 29 millones

346 mil toneladas anuales.16

Oferta de arcillas

En Bogotá las zonas de producción se localizan en Usme y Mochuelo,

equivalen al 41,8 % de la producción, de la que depende la ciudad. En el evento

de cierre de estas minas, deberían desplazarse a la zona norte, donde se

encuentran la mayoría de los títulos mineros como es Cogua y La Ruidosa.

Impactos

Uno de los impactos negativos que ha generado la actividad de

extracción de materiales de construcción y arcillas corresponde a la alteración

paisajística y a la generación de escenarios de riesgo. Cerca del 80% de los

procesos activos de deslizamientos corresponden con zonas que han sido

afectadas por actividades extractivas, los cuales como también se ha

documentado en diversos informes técnicos de FOPAE y en estudios llevados a

cabo por la SDA, lo cual la convierten en una amenaza de afectación sobre la

estructura funcional de la ciudad.

La pérdida de la cobertura vegetal y de suelo, la inestabilidad de los

terrenos aledaños por cambios en sus composición geomorfológica y del mismo

modo, se crean pasivos ambientales a la región, pues se genera un daño

ambiental casi irreversible al extraer gran cantidad de material natural sin ningún

tipo de compensación. Esta situación promueve las escombreras ilegales, pues al

presentarse un socavado en los terrenos, se crea la oportunidad de utilizarlos

como escombreras ilegales que contribuyen a los procesos de inestabilidad.

16 Tomado de :

http://www.simco.gov.co/portals/0/publicaciones/Documentos/INFORME_EJECUTIVO_MATERIALES_CONS

TRUCCION.pdf consultado en línea.

167

Por tanto, una vez obtenido un contexto general del acontecimiento a analizar

bajo proporcionalidades numéricas, se procedió a asignar un valor de referencia a cada

una de ellas para así poder reconocer la tendencia de este proceso modelado.

Dichos valores fueron calculados guardando una relación de equilibrio entre las

tasas de disminución o incremento definidas para este hecho que para este modelo se

estableció como la unidad (1). Eso quiere decir que los valores indicados para cada

variable que compone cada flujo deben distribuirse según la proporcionalidad e su

condición manteniendo como límite máximo sumado en las tasas ya sea de

decrecimiento o crecimiento de 1.

Por ejemplo, según la información reportada de la actividad minera, que “108

empresas mineras que operan en Bogotá, 100 funcionan en la ilegalidad, 88 no tienen

ningún papel soporte de su actividad y 12 los tienen incompletos, es decir, cerca del 92%

de la industria extractiva de no está dentro de los términos de legalidad minera ni

ambiental”, por tanto, bajo esta información el valor indicado para la variable minería

ilegal es proporcionalmente mucho mayor del valor indicado en la variable minería ilegal

Por otro lado, a la tasa de extracción también le afecta el índice de extracción de

materiales que depende a su vez de la demanda de materiales y del precio del mercado.

Parte del esquema que indica los elementos que componen la tasa de extraccion no renovable

168

Por tanto, el valor indicado para la tasa de extracción de recurso no renovable no

debe superar la unidad. Es así que según la información de referencia se establece que

minería tomaría los siguetees valores.

Referencia de los valores para esta variable en el sistema

Mientras que para el índice de extracción se repartiría el otro 0.5 como máximo

valor posible. Sin embargo, según la referencia documental, el valor podría considerarse

de la siente manera:

Referencia de los valores para esta variable en el sistema

De manera que a la tasa de extracción se acumula un valor de 0.73 el cual no

está superando el valor de la unidad definida como estándar de equilibrio.

0,1

0,48

5

0,585

0,225

0,0155

0,24

169

Referencia visual de los valores indicados en el programa para conocer la situación del estado inicial

Es importante aclarar que no de todas las variables del sistema modelado se

tenía alguna referencia numérica para poder aplicar estas proporciones dentro del

programa, por lo que para algunas de ellas el valor fue estimado a partir del proceso de

observación adelantado en las fases de campo. En el archivo generado para las

simulaciones en el programa Stella pueden identificarse de manera detallada todos los

valores apreciativos adelantados para correr el modelo.

iii. Comportamiento del sistema cuando las variables q lo componen son

dependientes de otros subsistemas. Ejemplo Estabilidad ecológica del

paisaje.

Continuando con la clasificación inicial del sistema en sus respectivos

subsistemas, se describirá el diseño y configuración de este subsistema que al igual que

el de ocupación campesina, tiene un acontecimiento principal analizada que es el de

“estabilidad ecológica del paisaje natural”, que cuenta con dos flujos reguladores: uno de

entrada y uno de salida, donde el primero controla la entrada de datos de aumento del

equilibrio ecológico, y el segundo controla los datos de entrada de disminución del

equilibrio ecológico del subsistema.

170

Posteriormente, y continuando con la metodología de modelo logístico aplicado a

este subsistema, se adiciona la tasa de aumento del equilibrio ecológico en relación

directa con el flujo regulador “aumento del equilibrio ecológico”, y la tasa de disminución

del equilibrio ecológico en relación directa con el regulador “disminución del equilibrio

ecológico”.

Como puede apreciarse, ambos reguladores, “aumento del equilibrio ecológico” y

“disminución del equilibrio ecológico” están conectados a su vez con una capacidad de

carga del sistema, que funciona como límite cuantitativo de alcance del la situación

dinámica “estabilidad ecológica del paisaje” establecido en este caso en 200 unidades.

La relación matemática de este subsistema, se representa por medio de la

siguiente ecuación que contiene la situación dinámica principal, la capacidad de carga del

sistema, y la tasa de aumento o disminución, según sea el caso:

En el caso del aumento de la estabilidad ecológica:

tasa_de_aumento_estabilidad_ecologica_2*(1-

estabilidad_ecologica_del_paisaje_natural_2/capacidad_de_carga_5)*estabilidad_ecologi

ca_del_paisaje_natural_2

En el caso de la disminución de la estabilidad ecológica:

tasa_de_disminucion_estabilidad_ecologica_2*(1-

estabilidad_ecologica_del_paisaje_natural_2/capacidad_de_carga_5)*estabilidad_ecologi

ca_del_paisaje_natural_2

171

Gráfica de inserción de tasas de aumento, disminución y capacidad de carga.

Inserción de variables dinámicas.

A diferencia del subsistema de ocupación campesina que contaba con variables

representadas por medio de cantidades fijas independientes, este subsistema cuenta con

variables representadas por cantidades dependientes de otros subsistemas, dado que el

subsistema de “estabilidad ecológica del paisaje” reúne los comportamientos

presentados en todos los subsistemas, y por esta razón, las variables que se incluyen

son las tasas de aumento y disminución de los siguientes subsistemas:

1. Ocupación Campesina

2. Transformación del paisaje para la producción.

3. Transformación del paisaje por expansión urbana.

4. Construcción social del espacio de Hábitat.

5.

La inclusión de las tasas de aumento y disminución de éstos subsistemas como

variables de “estabilidad ecológica del paisaje” en lugar de los hechos dinámicos o

variables de estado es debido a que si bien las variables de estado reflejan el

comportamiento general del subsistema, es en las tasas de aumento y disminución

donde se realizan los cambios que desencadenan las reacciones positivas o negativas

de cada subsistema, y se presentan en éste último como la columna vertebral que

172

conecta a todos los subsistemas y permite tener una visión general de las dinámicas

ecológicas en la zona de borde urbano analizado.

Este último subsistema a su vez también cuenta con algunas variables de tipo

independiente que influyen en los acontecimientos que afectan positiva o negantemente

la estabilidad ecológica del paisaje natural.

Gráfica del subsistema “estabilidad ecológica del paisaje natural” con variables dependientes e

independientes.

Continuando con la dinámica relacional del modelo logístico aplicado a todos los

subsistemas diseñados en esta oportunidad, el comportamiento de aumento o reducción

de la situación “estabilidad ecológica del paisaje está dada por la tasa que

numéricamente resulte más alta que su contraria, producto de la adición directa de las

variables con las que se relacionan.

173

Tasa de aumento (0.28) mayor a la tasa de decrecimiento (0.27).

Tasa de decrecimiento (0.27) mayor que tasa de aumento (0.26)

Análisis de comportamiento del sistema.

Teniendo en cuenta que la proyección de los comportamientos de los

subsistemas está establecida para una duración en el tiempo de 100 años, y que el

sistema tiene una capacidad límite de carga es de 200 unidades, a medida que las tasas

aumenten las tasas, menor es el tiempo en que el comportamiento de la situación

“estabilidad ecológica del paisaje” llega a equilibrarse con el límite de carga del sistema,

o por el contrario al nivel mínimo de carga, que en este caso está establecido en 0

unidades.

174

Pero a diferencia del subsistema de ocupación campesina, al tener como

variables las tasas de aumento y decrecimiento de los demás subsistemas que son

dependientes de éstos, un cambio en cualquier variable independiente en cualquier

subsistema, sea de impacto positivo o negativo, afecta las variables relacionadas al

subsistema de estabilidad ecológica del paisaje y a su vez, tiene una afectación en la

tasa correspondiente al aumento o disminución de la estabilidad ecológica del paisaje

como acontecimiento dinámico principal analizado.

Para explicar la aplicación de las relaciones sistémicas del subsistema de

ocupación campesina con el de estabilidad ecológica del paisaje, se retomará el ejemplo

con respecto al aumento de dos variables: “Conocimiento y apropiación del territorio” y

“violencia”, que aunque están presentes en el primer subsistema “ocupación campesina”,

no se encuentran directamente presentes en “estabilidad ecológica del paisaje”, pero

tienen una relación que se explicará a continuación:

La variable “conocimiento y apropiación del territorio” fue modificada en 3

unidades de manera ascendente (0.01, 0.015, y 0,2), mientras que la variable “violencia”

fue modificada 3 unidades de manera descendente (0.02, 0.012, 0.005). El resultado de

la condición “estabilidad ecológica del paisaje” es el siguiente con estas 3

modificaciones:

Gráfica de comportamiento de “estabilidad ecológica del paisaje” con modificaciones en variables

“conocimiento y apropiación del territorio” y “violencia” presentes en el submodelo de “ocupación campesina”.

175

Año Estabilidad 1 Estabilidad 2 Estabilidad 3

0 10.00 10.00 10.00

10 6.77 8.66 10.99 20 4.55 7.49 12.07 30 3.05 6.47 13.25

40 2.04 5.59 14.54 50 1.36 4.83 15.94

60 0.91 4.16 17.46

70 0.60 3.59 19.11

80 0.40 3.09 20.91 90 0.27 2.67 22.85

100 0.18 2.30 24.94 Tabla explicativa comparativa “estabilidad ecológica del paisaje”.

Podemos concluir posterior al análisis tanto de la gráfica como de la tabla

comparativa, que teniendo un primer escenario (estabilidad 1) donde la a tasa de

decrecimiento de la estabilidad ecológica es mayor que la de crecimiento de la misma, si

se realizan intervenciones directas sobre las variables de “conocimiento y apropiación de

territorio” para aumentarlas, y se interviene la variable “violencia” para disminuirlas y así

aumentar la ocupación campesina en la franja de borde urbano, estamos también

aportando a nivel macro al crecimiento de la estabilidad ecológica del paisaje del borde

en los otros dos escenarios (Estabilidad 2 y 3).

176

Anexo C: Importancia de los ecosistemas secos andinos del distrito capital17

En general, la cuenca del Tunjuelo y su parte media y baja, tiene una importancia ecosistemita intrínseca

por los bienes y servicios ambientales que las coberturas naturales y seminaturales presentan (regulación

hídrica y climática, protección de suelos, refugios de fauna y flora, etc.) sin embargo, se hace relevante la

importancia de la presencia de ecosistemas secos o subxerofítico, exclusivo de esta parte de la cuenca, y

único relicto para la región, como uno de los ecosistemas mas ignorados, menos conocido y por tanto

menos protegido del sistema Distrital y Regional de área protegidas, en general también en el contexto

nacional de la xerofitia andina no está representado en el sistema de áreas protegidas.

Parte de la razón de este desconocimiento se centra en el hecho, que este tipo de ecosistema seco

(xerofitico), o “desértico”, se asocia con la costa Caribe, presentando dunas costeras y desiertos, y hacia el

interior del país, conformados por matorrales xéricos, ocupando enclaves semiáridos como en la Tatacoa,

Chicamocha, Patía y algunos en el altiplano cundiboyacense18

Los enclaves secos en el sur de la ciudad19, actúan a manera de “isla biogegráfica”, se asocia a un fuerte

endemismo de sus componentes tanto de fauna como de flora20.

Clasificado como bioma azonal particular colombiano por ser el único ecosistema seco , localizado por

encima de los 2.500 msnm., se ha Identificado como una zona frágil de vida, por estar en grave amenaza de

destrucción y de extinción de sus especies asociadas, siendo un área obligada de conservación de la

biodiversidad regional, de trascendencia nacional.

17 Por la pertinencia y síntesis abordada en este tema, ha sido incorporado como anexo este capítulo del DOCUMENTO

TECNICO DE SOPORTE – IMPORTANCIA AMBIENTAL DE LA CUENCA MEDIA Y BAJA DEL RIO TUNJUELO Y

AFECTACIÓN POR LOS POLÍGONOS DE ACTIVIDAD MINERA desarrollado por el grupo de minería de la Secretaria Distrital de Medio Ambiente en Noviembre de 2013, el cual fue presentado por David Rivera como anexo No, 3 en el

CONTRATO DE PRESTACIÓN DE SERVICIOS No. 01323 DE 2013 el cual tenía como objeto: Prestar los servicios profesionales para apoyar el proceso de construcción y fundamentación de la funcionalidad ecosistémica del enclave seco,

en las microcuencas Limas, Trompeta y el área de interés ambiental de Arborizadora Alta. 18 Calvachi Zambrano, B. 2012. Los ecosistemas semisecos del altiplano cundiboyacense, bioma azonal singular de Colombia, en gran

riesgo de desaparición.

19 Rivera, O.D. et al. 2004. Pastizales xerófilos del municipio de Ubaque y norte del altiplano de Bogotá. 20 Hernández-Camacho, J.I. et al. 1995. Desiertos, zonas áridas y semi áridas de Colombia. Banco de Occidente.

177

El desconocimiento y falta de medida restrictivas para la protección del enclave subxerofítico del sur de la

ciudad, amenaza seriamente con su destrucción, y con ella, la extinción de las especies, los bienes y

servicios ambientales propios del ecosistema.

Algunos estudios científicos realizados, evidencian la importancia de este enclave único, y la urgencia en su

conservación:

IAvH. 2009. Bases técnicas para la consolidación del Sistema Regional de Áreas Protegidas.

Convenio 331 Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt

IAvH – Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca - CAR. Informe Final. Bogotá D.C.

La representatividad de la vegetación xerofítica andina, se encuentra en una situación crítica, debido a que

este ecosistema no se encuentra incluido las áreas protegidas declaradas del Sirap-CAR, por lo tanto, no

cuenta con una de representatividad, que permita su estudio, investigación, y el desarrollo de programas y

proyectos tendientes a la conservación de las especies de fauna y flora asociadas. Por lo anterior, está se,

constituye en la principal prioridad de conservación, para la región.

Pinzón, M. & Linares, E.L. 2006. Diversidad de líquenes y briofitos en la region subxerofitica

de la Herrera, Mosquera (Cundinamarca-Colombia). I. Riqueza y estructura. Caldasia

28(2):243-257.

El enclave seco de la región de La Herrera, es un referente ecosistémico para los fragmentos remanentes en

la localidad de Ciudad Bolívar. Se extiende desde el bajo valle del río Tunjuelo hasta cerca de Bojacá, en un

rango altitudinal comprendido entre 2550 y 2900 m de altitud, en jurisdicción de los municipios de Bogotá,

Bosa, Soacha, Bojacá, Madrid y Mosquera. Los enclaves xerofíticos, se constituyen como formaciones

vegetales únicas en su género, localizadas a más de 2500 m de altitud en Colombia, donde la combinación

de cuerpos de agua y zona seca aislada han permitido el desarrollo de su gran riqueza biológica. Como isla

biogeográfica es refugio de un importante número de especies animales y vegetales. Por su cercanía a la

capital y la naturaleza de su ambiente es un importante laboratorio de investigación de diferentes

universidades para estudiar y comprender los fenómenos relacionados con el avance de las zonas áridas de

alta montaña en escenarios como el cambio climático.

Cortés, S.P. 2008. Vegetación Potencial en la Cuenca media del Río Tunjuelo y Procesos de

Cambio en la Cobertura Vegetal, otro Enfoque Metodológico para un Análisis Temporal,

Jardín Botánico José Celestino Mutis.

Parte de la cuenca media del Tunjuelo, cuenta con proseos de degradación y desertificación, de las tierras

productivas, que inician con la reducción de la productividad y termina con la pérdida total del suelo y de los

recursos biológicos (CCD 2000), dando espacio a la llegada de plantas de tipo xerofítico, que causan la

asociación de los ecosistemas secos a este tipo de degradación de los suelos.

178

Los ecosistemas subxerofíticos, como tal, apenas son vestigios en la cuenca, y preocupa el avance de los

procesos de ampliación de las zonas con suelos degradados – desertificación-, lo cual se favorece por la

erosión geoquímica, eólica, el lavado de los suelos, la alta radiación solar y el aumento local de temperatura

por efectos de tipo micro y mesoclimáticos, por la cercanía de zonas duras tipo pavimento, ladrillo, metal,

plástico y otras que pueden estar extendiendo el límite normal del clima semiárido y semihúmedo de la

localidad de Ciudad Bolívar.

Rivera, D. & O. Rangel. 2004. CONGRESO LATINOAMERICANO Y II COLOMBIANO DE

BOTÁNICA. Simposio: Ecología, Biodiversidad y conservación de Zonas áridas de

Latinoamérica y Colombia. Septiembre 2004. Pastizales xerofilos del municipio de Ubaque y

norte del altiplano de Bogotá.

Los estudios florísticos de los pastizales propios de las zonas montañosas secas del país han tenido escaso

desarrollo, puesto que la atención se ha centrado en el análisis de la cobertura forestal y estos pastizales

pasan desapercibidos o se consideran vinculados a tierras erosionadas con poco valor.

Evidencias paleoecológicas y paleoclimáticas (Van der Hammen & Cleef 1986, van der Hammen 1992),

explicarían en parte, como hipótesis, el origen natural de los pastizales xerófilos actuales y no únicamente

como resultado del deterioro de los bosques andinos.

La parte más plana y baja de la cuenca media del río Tunjuelo coincide con la unidad geomorfológica del

valle de inundación del mismo, el cual provee sustratos arcillosos, lo cual, junto a un efecto secante de los

vientos, provoca la condición de subxerofitia,. Sin embargo, a pesar que estos ambientes presentan de por sí

unas condiciones que favorecen este ecosistema, otros factores, y ya de tipo antrópico, han propiciado que

estas zonas se extiendan un poco más y amplíen sus límites, lo cual se debe principalmente a la cercanía a

zonas duras de la ciudad y a la extracción minera extendida en la zona, la cual según el POT de Bogotá

hace parte del parque minero de la ciudad, con explotaciones licenciadas y proyectadas.

179

Cortés, P. 2008. Vegetación Potencial en la Cuenca media del Río Tunjuelo y Procesos de Cambio en la Cobertura Vegetal, otro Enfoque Metodológico para un Análisis Temporal, Jardín Botánico José Celestino Mutis.

La cuenca media del río Tunjuelo, por estar ubicada en el sector sur del Distrito Capital, y en la “sombra de

lluvias”, presenta al occidente y al suroccidente promedios anuales de precipitación inferiores a 600 mm, por

lo que es catalogado como un enclave seco con predominancia de ecosistemas subxerófiticos.

La alteración con la desertificación también se presenta cuando se encuentran matorrales subxerófitos en lo

que debieran ser bosques andinos de condición diferente a la subxerofítica; en el área de estudio

representan el 1,3 por ciento bajo esta condición.

Cobertura del ecosistema

subxerofitico de la cuenca media y

baja del rio Tunjuelo.

Cortés, S.P. 2008. Caracterización Fisionómica,

estructural y Florística de algunas comunidades

vegetales de la cuenca media del Tunjuelo. Pérez

Arbelaezia 19:84-111. Jardín Botánico José

Celestino Mutis

180

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