Comisión de Pastoral Profética - dsanjuan.orgdsanjuan.org/boletin/400s/Boletin_437.pdf · - Las comidas en cuaresma y la crisis. - El Vía Crucis. - Estudiemos el documento preparatorio

Centro Diocesano de Pastoral

Morelos 28. A. P. 21Tel. (395) 785-0020 Fax. (395) 785-0171

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47000 San Juan de los Lagos, Jal.

Responsable:

Comisión de Pastoral Profética

Diócesis de San Juan de los Lagos.

SUMARIO:Mensaje del Señor Obispo ................................................................................... 1

Introducción .......................................................................................................... 2

EJERCICIOS ESPIRITUALES:

Encuentro 1: Hemos sido creados para ser felices en el amor de Dios ........... 3

Encuentro 2: Vivimos en el corazón misericordioso de Dios ........................... 8

Encuentro 3: El pecado es un rechazo a la misericordia de Dios .................. 11

Encuentro 4: Vivimos según el corazón de Dios, en santidad ....................... 15

Encuentro 5. Decidir en conciencia y al estilo de María ................................ 19

RETIRO PARA AGENTES DE PASTORAL ............................................................ 23

SUBSIDIOS CELEBRATIVOS ............................................................................... 27

Celebración de Miércoles de Ceniza ................................................................ 27

Celebración penitencial ..................................................................................... 30

Hora Santa de Jueves Santo ............................................................................... 33

Via Crucis ............................................................................................................ 35

Rosario de pésame .............................................................................................. 45

Cantos .................................................................................................................. 48

ANEXOS .............................................................................................................. 52

1. Las comidas en cuaresma y la crisis ............................................................. 52

2. El Vía Crucis ................................................................................................... 54

3. Estudiemos el documento preparatorio al sínodosobre «los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional» ......................... 55

4. Signos y símbolos litúrgicos en la cuaresma................................................ 74

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CUARESMA - PASCUA 2017

Mensaje del Señor ObispoA TODA LA FAMILIA DIOCESANA

Asunto: Invitación a la vivencia en espírituy en verdad del tiempo de Cuaresma- Pascua.

Los saludo con afecto de hermano, padre ypastor de la Iglesia que peregrina en laDiócesis de San Juan de los Lagos. En

ocasiones avanzo delante de ustedes para indicar elcamino y cuidar la esperanza del pueblo, otras vecessimplemente estoy en medio de todos con una cerca-nía sencilla y misericordiosa, y en ocasiones, detrásde ustedes para alentarlos (Cf. EG 31) y de formaparticular en este tiempo especial de gracia como loes la Cuaresma como camino de preparación para laPascua, centro de nuestra fe, porque si Cristo nohubiera resucitado, vana sería nuestra fe (Cf. 1Cor 15,14), y nuestra fe está centrada en la vida, no en laCuaresma, aunque algunos cristianos la viven comosi no hubiera Pascua (Cf. EG 6).

Durante nuestro V Plan Diocesano de Pastoralhemos realizado un itinerario de inspiracióncatecumenal, en el que nos ha guiado e iluminado elCatecismo de la Iglesia Católica; durante el mismo,hemos fortalecido nuestra fe e identidad cristiana,conscientes de que vivimos en el mundo y no nosdistinguimos de él por los elementos exteriores, sinosabiendo que vivimos en él pero no somos delmundo, porque somos como el alma al cuerpo (Cf.Carta a Diogneto). Luego reavivamos la vivenciagozosa de nuestra fe, reafirmando que en los Sa-cramentos y sacramentales está presente el misteriode la acción salvadora de Dios para cada uno de sushijos. Reconocemos con dolor y tristeza, que hemosdescuidado el punto focal que supone el compromi-so social de nuestra fe, en la transformación denuestro entorno y de sus estructuras, desde losvalores esenciales del Evangelio que nos acentúa ladoctrina social de la Iglesia. Durante el año anterior,hemos impulsado a través de varias iniciativas yacciones, aquellos elementos y espacios que fomen-tan el Diálogo con el Dios vivo y Misericordioso,con los hermanos y la naturaleza.

En este año, y de forma especial, en este tiempo deCuaresma-Pascua, quisiera caminar junto con uste-des, según nuestro Curso de Acción Diocesano delAño del Testimonio y comportamiento Moral Cris-tiano. Deseo que en este tiempo litúrgico, cada uno denosotros reconozcamos nuestra realidad creatural (so-mos polvo y al polvo hemos de volver), sin olvidar queestamos amasados con el Espíritu Divino. No nosconformemos con llevar una vida secularizada, lejosde Dios y de su Reino, apartados de su amor miseri-cordioso, la cual nos inclina al pecado, a una vidaapartada de nuestro creador, de la fraternidad y delcuidado de la naturaleza. No olvidemos el camino deconversión permanente, para que todos tengamosvida en Él y Él Reine en todo y en todos.

Por ello, los exhorto, para que este tiempo de Cuares-ma, como camino espiritual de preparación para laPascua, sea verdaderamente un itinerario para cadauno, contemplando el misterio del amor misericordiosode Dios por nosotros, manifestado desde la Cruz, que seconvierte en el diálogo más elocuente del eterno Amantecon su amada, la Iglesia. A su vez, que la Campaña de laCaridad y nuestro compromiso con los más pobres ynecesitados, sea nuestra respuesta al diálogo que Diosha iniciado con nosotros, que nos lleve a opciones segúnel Espíritu de Cristo que nos anime en nuestro testimonioy comportamiento moral cristiano para llevar una vidadigna del Evangelio de Cristo (Cf. Flp 1, 27).

Imparto mi bendición, implorando la intercesión dela Santísima Virgen de San Juan de los Lagos, mujerde discernimiento, que conservaba todas las cosas ensu corazón (Cf. Lc 2, 19), para que realicemos opcio-nes, desde una conciencia creyente, conforme a losplanes y proyectos de Dios.

+ Jorge Alberto Cavazos ArizpeObispo de San Juan de los Lagos


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Introducción

Sólo el cristiano puede alcanzar ese nivel deconducta como resultado del poder del EspírituSanto obrando en su vida. «Porque los que vivensegún sus apetitos, a ellos subordinan sus crite-rios; pero los que viven según el Espíritu, tienen

criterios propios del Espí-ritu» (Rm 8, 5).

Por otra parte, en el iti-nerario pastoral para esteaño hemos reflexionado enlos fundamentos bíblicos dela moral cristiana (mes de la Biblia). Familia, llama-da a crecer en el amor (Mesde la familia). Sus cuerposson templos de Dios (mesde los jóvenes). Las virtu-des (en las posadas). El res-

peto a la vida (semana de la salud). Ahora en losejercicios espirituales profundizaremos

En este boletín encontrarás algunos subsidiosque pueden servirte de apoyo para la animaciónpastoral del tiempo de cuaresma:

1. Ejercicios espirituales2. Retiro para agentes de pastoral3. Celebración de miércoles de ceniza4. Celebración penitencial5. La Hora santa de jueves santo6. Viacrucis7. Rosario de pésame8. Sección de cantos9. Anexos:

- Las comidas en cuaresma y la crisis.- El Vía Crucis.- Estudiemos el documento preparatorio al sí-nodo sobre «los jóvenes, la fe y el discerni-miento vocacional».

- Signos y símbolos litúrgicos en la cuaresma

Vivimos este tiempo de Cuaresma como uncamino de preparación para la Pascua. Lo hace-mos orando, escuchando la Palabra, realizandolos ejercicios espirituales, en la campaña de lacaridad y participando de la Pasión, Muerte yResurrección de nuestro Se-ñor Jesucristo.

En los ejercicios espiri-tuales de Cuaresma 2017, si-guiendo el curso evangeliza-dor de nuestra Diócesis deSan Juan de los Lagos: Añodel Testimonio y Comporta-miento Moral Cristiano, senos invita a reflexionar sobrela dignidad de la persona, ins-pirado en el Catecismo de laIglesia Católica.

La cita bíblica, que acompañará transversal-mente los ejercicios espirituales es:

«Lleven una vida digna del Evangelio de Cris-to» (Flp 1, 27).

Para los bautizados se vuelve criterio de vida:«Si ustedes han resucitado con Cristo, busquenlas cosas de arriba, donde está Cristo sentado a ladiestra de Dios. Busquen las cosas de arriba, nolas de la tierra. Porque han muerto, y su vida estáescondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo,vida de ustedes, se manifieste, entonces ustedestambién se manifestarán con él en gloria. Haganmorir, pues, lo terrenal en ustedes: fornicación,impureza, pasiones desordenadas, malos deseosy avaricia, que es idolatría; cosas por las cuales laira de Dios viene» (Col 3,1-6). «Como hijos obedientes, no se conformen a los

deseos que antes tenían estando en su ignorancia;sino, como aquel que los llamó es santo, seantambién ustedes santos en toda su manera de vivir;porque escrito está: Sean santos, porque yo soysanto» (1Pe 1, 14-16). »El que dice que permane-ce en él debe andar como él anduvo» (1Jn 2,6).

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a) Cita generadora: «Felices los limpios decorazón porque ellos verán a Dios» (Mt 5,8).

b) Fruto: Profundizar y experimentar la verdade-ra felicidad que se encuentra sólo en el amor deDios, que nos ha creado a su imagen y seme-janza, para que renovados por su acción, viva-mos felices nuestra vida cristiana.

c) Pregunta generadora:¿Qué me hace realmentefeliz?

d) Notas pedagógicas· tener un letrero de bienvenida

y preparar un ambiente ale-gre, si es posible colocar fra-ses de alegría y felicidad dela Exhortación PastoralEvangelii Gaudium o de al-gún otro documento.

· Proponemos que quien exponga este encuentrolea del Catecismo de la Iglesia Católica de losnúmeros 1718 al 1729 y de la EvangeliiGaudium, al menos la introducción.

e) Materiales: periódico, tijeras, pegamento, car-tulinas, copias de los decálogos, copias de laletra del canto «felicidad» y lo necesario parareproducirlo.

f) Bienvenida y ubicación: sean todos bienve-nidos a este primer encuentro de ejerciciosespirituales, que nos prepararán a vivir elmisterio pascual: Pasión, Muerte y Resurrec-ción de nuestro Señor Jesucristo; reflexio-nando en la dignidad con la que Dios nos hacreado para ser felices en su presencia, en suamor, en su misericordia y lo compartamoscon nuestros hermanos, especialmente conlos más necesitados.

g) Entramos en oraciónInvocamos la presencia del Espíritu Santo

para que nos acompañe y nos ilumine duranteestos ejercicios espirituales y saquemos el mejorprovecho para nuestra vida, nuestra familia ycomunidad.

Canto:ESPÍRITU DE DIOS,

LLENA MI VIDA.Lector: «Creó

pues Dios al ser hu-mano a imagen suya,a imagen de Dios loscreó, macho y hem-bra los creó» (Gen 1,27).

Momento de si-lencio

Guía: Gracias Se-ñor por darnos la vida, por crearnos a tu imagen ysemejanza y por confiar en nosotros tu creación.Abre nuestro entendimiento, haz dócil nuestravoluntad, recrea nuestro corazón en tu amor,renueva nuestro interior, para que nos disponga-mos a profundizar en la verdadera felicidad, labelleza, la verdad y el bien que sólo en ti seencuentran, y que es para lo que nos creaste.Danos el don de tu Espíritu Santo que nos permitaahondar en este misterio de amor revelado en tuHijo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

María trono de la eterna sabiduría: Ruegapor nosotros.h) Experiencia previa

Donde sea oportuno se puede utilizar periódi-co, tijeras, cartulinas y pegamento para contestargráficamente a las siguientes preguntas. Donde

1. Ejercicios EspiritualesENCUENTRO 1:

HEMOS SIDO CREADOSPARA SER FELICES EN EL AMOR DE DIOS


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no sea posible, se pueden dialogar espontánea-mente. ¿Para qué fue creado el ser humano? ¿Qué hace feliz al hombre y a la mujer de hoy? ¿Qué ofertas hace el mundo para vivir la felici-

dad? ¿Esas propuestas realmente hacen feliz alser humano?

¿Qué otras cosas nos alejan de la felicidad? ¿Qué es aquello que en realidad nos conduce a

alcanzar la verdadera felicidad?Al terminar de compartir todo lo que percibi-

mos del mundo que nos rodea, nos preguntamospersonalmente: Yo ¿Cuándo y cómo me he

experimentado realmentefeliz?Dejamos un espacio para

que compartan de dos en dos,alguna experiencia breve.i) Conozco más

La Iglesia nos enseñaHemos sido creados por el

amor y para amar y sólo en-contraremos la plenitud denuestro ser y la verdadera fe-licidad en quien nos ama des-de antes que naciéramos.

La mayor traba para la felicidad es el egoísmoo la búsqueda de uno mismo. Nadie es una isla.Quien se cierra en sí mismo jamás podrá ser feliz,porque «no es bueno que el hombre esté solo»(Gn 2, 18).

En este tiempo de Cuaresma la Iglesia nosinvita a purificar nuestro corazón y a buscar elamor de Dios por encima de todo. Nos enseña quela verdadera dicha no reside ni en la riqueza o elbienestar, ni en la gloria humana o el poder, ni enninguna obra humana por útil que sea, como lasciencias, las técnicas y las artes, ni en ningunacreatura, sino sólo en Dios, fuente de todo bien yde todo amor (Cf. CEC 1723). Y nos lleva areconocer que las cosas creadas no tienen lacapacidad de satisfacer nuestra búsqueda de fe-

licidad y de infinito, que únicamente Dios puedecolmar.

La felicidad es un don de Dios que ha puesto enel corazón de todo ser humano para atraerlo haciaÉl, el único que lo puede satisfacer; ciertamentetodos nosotros queremos vivir felices. Dios nosllama personalmente a realizarnos plenamente enel amor y en la verdadera felicidad, que exclusi-vamente se encuentra en nuestro creador. Nos hadado a su Hijo que nos amó y se entregó pornosotros (Cf. Ga 2,20) para que tengamos vida yvida en abundancia.

La siguiente actividad sugerimos se realice enequipos pequeños para pro-piciar la reflexión.

¿Qué es la verdaderafelicidad? Según la Exhor-tación Apostólica Evan-gelii Gaudium nn. 1-8

«La alegría del Evange-lio llena el corazón y la vidaentera de los que se encuen-tran con Jesús. Quienes sedejan salvar por él son libe-rados del pecado, de la tris-teza, del vacío interior, delaislamiento. Con Jesucristosiempre nace y renace la ale-gría» (EG 1).

«El gran riesgo del mundo actual, con sumúltiple y abrumadora oferta de consumo, esuna tristeza individualista que brota del corazóncómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza deplaceres superficiales, de la conciencia aislada.Cuando la vida interior se clausura en los pro-pios intereses, ya no hay espacio para los demás,ya no entran los pobres, ya no se escucha la vozde Dios, ya no se goza la dulce alegría de suamor, ya no palpita el entusiasmo por hacer elbien. Los creyentes también corren ese riesgo,cierto y permanente. Muchos caen en él y seconvierten en seres resentidos, quejosos, sinvida. Ésa no es la opción de una vida digna yplena, ése no es el deseo de Dios para nosotros,ésa no es la vida en el espíritu que brota delcorazón de cristo resucitado» (EG 2).

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«Invito a cada cristiano, en cualquier lugar ysituación en que se encuentre, a renovar ahoramismo su encuentro personal con Jesucristo o, almenos, a tomar la decisión de dejarse encontrarpor Él, de intentarlo cada día sin descanso. No hayrazón para que alguien piense que esta invitaciónno es para él, porque «nadie queda excluido de laalegría reportada por el señor». Al que arriesga, elSeñor no lo defrauda, y cuando alguien da unpequeño paso hacia Jesús, descubre que Él yaesperaba su llegada con los brazos abiertos. Éstees el momento para decirle a Jesucristo: «Señor,me he dejado enga-ñar, de mil manerasescapé de tu amor,pero aquí estoy otravez para renovar mialianza contigo. Tenecesito. Rescátamede nuevo, Señor,acéptame una vezmás entre tus brazosredentores» (EG 3).

«Es la alegría quese vive en medio delas pequeñas cosasde la vida cotidiana,como respuesta a laafectuosa invitación de nuestro Padre Dios: «Hijo,en la medida de tus posibilidades trátate bien […]no te prives de pasar un buen día» (si 14,11.14).¡Cuánta ternura paterna se intuye detrás de estaspalabras! « (EG 4).

«El Evangelio, donde deslumbra gloriosa lacruz de Cristo, invita insistentemente a la ale-gría» (EG 5).

«Hay cristianos cuya opción parece ser la deuna cuaresma sin pascua. Pero reconozco que laalegría no se vive del mismo modo en todas lasetapas y circunstancias de la vida, a veces muyduras. Se adapta y se transforma, y siempre per-manece al menos como un brote de luz que nacede la certeza personal de ser infinitamente ama-do, más allá de todo. Comprendo a las personasque tienden a la tristeza por las graves dificulta-des que tienen que sufrir, pero poco a poco hay

que permitir que la alegría de la fe comience adespertarse, como una secreta pero firme con-fianza, aun en medio de las peores angustias: «meencuentro lejos de la paz, he olvidado la dicha[…] Pero algo traigo a la memoria, algo que mehace esperar. Que el amor del Señor no se haacabado, no se ha agotado su ternura. Mañana trasmañana se renuevan. ¡Grande es su fidelidad![…] Bueno es esperar en silencio la salvación delSeñor» (Lm 3,17.21-23.26)» (EG 6).

«La tentación aparece frecuentemente bajoforma de excusas y reclamos, como si debieran

darse innumerablescondiciones paraque sea posible laalegría. Esto suelesuceder porque «lasociedad tecnológi-ca ha logrado mul-tiplicar las ocasio-nes de placer, peroencuentra muy difí-cil engendrar la ale-gría»» (EG 7).

«Sólo gracias aese encuentro —oreencuentro— conel amor de Dios, que

se convierte en feliz amistad, somos rescatadosde nuestra conciencia aislada y de laautorreferencialidad. Llegamos a ser plenamentehumanos cuando somos más que humanos, cuan-do le permitimos a Dios que nos lleve más allá denosotros mismos para alcanzar nuestro ser másverdadero» (EG 8).

¿Qué me llama la atención? ¿Cómo podemosvivir la cuaresma desde esta invitación del Papaa vivir alegres y felices?

Comprendo másDios nos hablaLa alegría de Jesús, de sus discípulos y de

MaríaEn el Evangelio, la alegría y la felicidad coin-

ciden y son intercambiables. Jesús no solamentehabla de la alegría, sino que Él mismo se alegra.


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1. ¿De dónde procede la alegría de Jesús?

a) La alegría de Jesús se debe a que Él permaneceen el amor de su Padre y está siempre atentopara hacer su voluntad. Se trata de su gozomesiánico. De igual manera, la verdadera ale-gría de los discípulos, para que sea perfecta(Cf. Jn 15,11), deberá ser la consecuencia desu permanencia en el amor de Dios y delprójimo (Cf. Jn 15,12).

b) Otra fuente de la alegría de Jesús es la conver-sión de los pecadores, su reencuentro conellos. Esta alegría se refleja en el regocijo delpastor que encuentra la oveja perdida (Cf. Lc15,5-7); del gozo de una mujer cuando encuen-tra la moneda que se le había perdido (Cf. Lc.15, 8-9), de la gran alegría del papá cuando suhijo regresa a casa (Cf. Lc. 15,20-24). Todohabla de alegría y de fiesta. Estos personajesde las parábolas reflejan lo que hay en elcorazón de Cristo.

c) La alegría de Jesús también se debe a que lagente sencilla es la destinataria de la revela-ción de los secretos del Padre. Y de que preci-samente son los sencillos quienes están en lasmejores condiciones para escuchar y aceptar asu Hijo: «En aquel momento, el Espíritu Santollenó de alegría a Jesús, que dijo: Yo te alabo,Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque hasocultado estas cosas a los sabios y prudentes yse las has dado a conocer a los sencillos» (Lc10, 21).

2. ¿De qué se alegran los discípulos deJesús?

a) Los discípulos se alegran de que su recompen-sa será grande en los cielos (Cf. Mt 5,11).Lucas, por su parte, dice que los discípulos sealegran de que los demonios se les sometencuando anuncian a Jesús, pero él les advierteque su alegría deberá ser, más bien, porque susnombres están escritos en el cielo (Cf. Lc10,20).

b) Se alegran, de manera especial, cuando Jesu-cristo Resucitado se encuentra con ellos. Estehecho del encuentro con el Resucitado fue unaverdadera explosión de alegría. Así lo cuenta

San Lucas: «Pero como aún se resistían a creerpor la alegría y el asombro, les dijo ¿tienenalgo de comer?» (Lc 24, 41). A esa alegría serefería Jesús cuando les predijo que se alegra-rían al volverlo a ver (Cf. Jn 16, 22) después desu muerte.

c) Se alegran los discípulos de haber visto cuandoJesús se elevó al cielo (Cf. Lc 24, 51), y «Ellos,después de postrarse ante Él, regresaron aJerusalén con gran alegría» (Lc 24,52).

d) También, los discípulos se alegran de poderacudir al templo, de tener un mismo espírituque los mantenía unidos, de tomar y compartirel pan, de orar juntos… (Cf. Hch 2,46).

3. ¿De qué se alegra María?

Ella fue una discípula muy especial. Se llenóde alegría porque estaba llena de gracia, porqueel Señor estaba con ella, y porque Dios la eligiópara anunciarle el nacimiento del Mesías, y queella, precisamente, sería la Madre de Jesús:«Alégrate, llena de gracia, el Señor está conti-go» (Lc 1, 28). María es feliz porque ha creídoque se cumplirán las cosas que le anunció elÁngel del Señor (Cf. Lc 1,45). Se alegra porqueDios «ha mirado la humildad de su esclava» (Lc1,48). Se alegra porque Dios ha hecho maravi-llas en ella.

Jesús es la fuente de la verdadera alegríapara los discípulos. En la medida que uno viveen comunión con Dios a través de Jesús esconquistado por la verdadera alegría. Viva-mos, pues, según la invitación de san Pablo:«Estén siempre alegres. Oren en todo momen-to. Den gracias por todo, pues ésta es la volun-tad de Dios con respecto a ustedes como cristia-nos» (1Ts 5,16-18).

«Las bienaventuranzas descubren la meta dela existencia humana» (Cf. CEC 1719). Y respon-den al deseo de felicidad que Dios ha puesto en elcorazón del hombre (Cf. CEC 1725).

En busca del tesoro: Dios es el tesoro en quienencontramos saciada nuestra sed de infinito, deamor y felicidad plena.

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e) Transformo la realidad Lee personalmente el decálogo y subraya lo que

puede ayudarte a ser feliz.Decálogo (Papa Francisco)

1. Vive y deja vivir: es el primer paso de la paz yla felicidad.

2. Darse a los demás: Si uno se estanca, corre elriesgo de ser egoísta. Y el agua estancada es laprimera que se corrompe.

3. Moverse remansadamente: La capacidad demoverse con benevolencia y humildad, el re-manso de la vida.

4. Jugar: El consumis-mo nos llevó a esaansiedad de perder lasana cultura del ocio,leer, disfrutar del artey del deporte.

5. Compartir los domin-gos con la familia.El domingo es parala familia.

6. Ayudar a los jóvenesa conseguir empleo:Hay que ser creativoscon esta franja. Sifaltan oportunidades, caen en la droga. La dig-nidad te la da el llevar el pan a casa.

7. Cuidar la naturaleza: Hay que cuidar la crea-ción y no lo estamos haciendo. Es uno de losdesafíos más grandes que tenemos.

8. Olvidarse rápido de lo negativo: La necesidadde hablar mal del otro indica una bajaautoestima, es decir: yo me siento tan abajoque en vez de subir, bajo al otro. Olvidarserápido de lo negativo es sano.

9. Respetar al que piensa distinto: Podemos in-quietar al otro desde el testimonio, para queambos progresen en esa comunicación.

10. Buscar activamente la paz: La guerra destru-ye. Y el clamor por la paz hay que gritarlo. Lapaz a veces da la idea de quietud, pero nunca esquietud, es la conclusión de la justicia, siemprees una paz activa.

Con lo que reflexionamos en la EvangeliiGaudium y lo que subrayamos del decálogo,vamos a escribir nuestro propio decálogo y plas-mar cómo viviremos nuestra dignidad de perso-nas en la búsqueda de la verdadera felicidad, quesolo se encuentra en Dios (Puede ser personal-mente, por familias o por equipos).f) Celebro mi fe

Canto: Felicidad hoy te vuelvo a encontrar(Palito Ortega) o el canto de Dios es Alegre.

Espontáneamente vamos diciendo en quédescubrimos y sentimos que Dios nos hace

personas felices, y todos contestamos: Graciaspor llamarnos a ser personas dignas y plena-mente felices.g) Asimilo Frase síntesis: La felicidad verdadera sólo se

encuentra cuando vivimos la Voluntad de Dios. Actitud o valor: Aprender a vivir la alegría, el

gozo, el entusiasmo, el optimismo, el júbilo,el regocijo, el gusto y la dicha verdadera enDios.

Acción concreta: Me empeñaré en vivir feliz,alegre, poniendo toda mi confianza en Dios enmedio de las pruebas de la vida, como la enfer-medad, los problemas, los contratiempos o lasnecesidades y renunciaré a la falsa felicidad quesólo me deja vacío el corazón y me aleja delamor de Dios.


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a) Cita generadora: «Den gracias al Señor por-que es bueno, porque su misericordia es eter-na» (Sal 118,1).

b) Fruto: Asumir en nuestra vida el don de viviren el corazón misericordioso de Dios para queen nuestras actitudes y decisiones demos testi-monio de lo que el Señor ha hecho con noso-tros.

c) Pregunta generadora: ¿Realmente vivimosen el corazón misericordioso de Dios? ¿Tesientes en el corazón misericordioso de Dios?

d) Notas pedagógicas: Es importante crear unambiente de acogida y respeto para compartirla experiencia de este día.

e) Materiales: Copias de la oración de inicio Números para organizar los equipos de manera

equitativa para el momento de la ExperienciaPrevia

Un corazón para cada participante para el mo-mento de Transformo la Realidad.

Para la celebración: La imagen de Jesús Cruci-ficado, mantel y una vela.

f) Bienvenida y ubicaciónSeamos todos bienvenidos a este segundo en-

cuentro de nuestros ejercicios espirituales, dondenos reunimos como comunidad cristiana con Dios,rico en misericordia.

El día de ayer recordábamos uno de los másbellos regalos que Dios nos dio al pensar ennosotros ¡que hemos sido creados para ser feli-ces! Y el ser feliz nos lleva a reconocer la razónpor la cual Dios nos desea felices. El mismo Diosque nos crea nos coloca en el centro de su vida, ensu corazón lleno de amor y misericordia; ese es ellugar donde cada uno de nosotros habita, porqueahí es donde encontramos la única y verdaderafelicidad.

Hoy haremos nuestro de manera consciente,este regalo de vivir en su corazón misericordioso,para que con nuestras decisiones y acciones de-mos testimonio de este don.· ¿Cuál es tu motivo para asistir hoy a estos

Ejercicios Espirituales?j) Entramos en oraciónTODOS: Señor Jesucristo, tú nos has enseñado a

ser misericordiosos como el Padre del cielo, ynos has dicho que quien te ve, lo ve también aÉl. Muéstranos tu rostro y obtendremos la sal-vación.

HOMBRES: Tu mirada llena de amor liberó aZaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero; ala adúltera y a la Magdalena de buscar lafelicidad solamente en una creatura; hizo llo-rar a Pedro luego de la traición, y aseguró elParaíso al ladrón arrepentido. Haz que cadauno de nosotros escuche como propia la pala-bra que dijiste a la samaritana: ¡Si conocierasel don de Dios!

MUJERES: Tú eres el rostro visible del Padreinvisible, del Dios que manifiesta su omnipo-tencia sobre todo con el perdón y lamisericordia: haz que, en el mundo,la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor,resucitado y glorioso.

HOMBRES: Tú has querido que también tusministros fueran revestidos de debilidad paraque sientan sincera compasión por los que seencuentran en la ignorancia o en el error: hazque quien se acerque a uno de ellos se sientaesperado, amado y perdonado por Dios.

TODOS: Manda tu Espíritu y conságranos atodos con su unción, para que el Jubileo de laMisericordia sea un año de gracia del Señor ytu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo,llevar la Buena Nueva a los pobres, proclamarla libertad a los prisioneros y oprimidos y

VIVIMOS EN EL CORAZÓNMISERICORDIOSO DE DIOS

ENCUENTRO 2:

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restituir la vista a los ciegos. Te lo pedimos porintercesión de María, Madre de laMisericordia, a ti que vives y reinas con elPadre y el Espíritu Santo por los siglos de lossiglos. Amén.

k) Experiencia previaEn nuestra Diócesis, de diversas maneras ex-

presamos la alegría que nos causa vivir en elcorazón misericordioso de Dios nuestro Padre, lacual nos motiva para dar nuestro servicio pastoralen la parroquia.

Por equipos nos preguntamos: ¿Qué significa para nosotros la expresión: Vivo en

el corazón misericordioso de Dios? Actualmente, ¿Cómo manifestamos que vivimos en

Él? Tu vida, ¿Manifiesta la experiencia de vivir en el

corazón misericordioso de Dios? ¿Con qué signos se manifiesta?

Plenario y cierre de la experiencia previa.Hoy en día el ambiente de inestabilidad, vio-

lencia, sin sentido y faltade pertenencia que pre-domina en nuestras co-munidades y familias, noshan llevado a ser poco sen-sibles al don de habitar/vivir en un hogar y aún enel corazón misericordio-so de Dios.

Como cristianos,Agentes de Pastoral ymiembros de la comunidad cristiana, necesita-mos tener claridad de cuáles son los motivos quetenemos para dar testimonio, con nuestras deci-siones y opciones que vivimos en el corazónmisericordioso de Dios.l) Conozco más

Vivir en el corazón de Dios es un don gratuitopara la humanidad. Dios quiso darnos a conocery manifestarnos su amor y su misericordia. Parahacer nuestro este don, Dios nos ha dotado de lafacultad de poder elegir y vivir en Él.

Desde toda la eternidad Dios ha pensado encada uno de nosotros y nos tiene un lugar dentrode Él; Dios nos elige para ser su pertenencia, y alser su pertenencia vivimos en Él porque esa es suVoluntad. Dios quiso que participáramos de suAmor desde toda la eternidad, quiere que viva-mos en Él, no porque haya visto algo bueno ennosotros sino porque Él quiso que así fuera, noseligió para estar en Él, nos hizo sus hijos pormedio de su Hijo Jesucristo. Dios se deleitó enamarnos y darnos un lugar en Él para que ledemos alabanza y gloria. Ésta es la finalidad porla que vivimos en su corazón, para darle alabanzay gloria, reconocerlo por encima de cualquiercreatura o cosa. ¿Qué nos impide el decidir habitar en el corazón

misericordioso de Dios?

Buscar la felicidad sólo en los bienes materia-les (bienestar económico, laboral), no expresarcon nuestras actitudes la fe que profesamos, lasdecisiones tomadas en las familias con frecuen-cia van encaminadas a vivir según nuestros pro-pios intereses, etc.

El aceptar su misericordia, su salvación, noslleva a purificarnos de todo tipo de injusticiaporque Él es justo y fiel, nos perdona y nospurifica (Cf. CEC 1847); esto es la conversiónreafirmada por la acción del Espíritu Santo en laintimidad de cada hombre llegando así el don dela Gracia y del Amor misericordioso de Dios.

Reafirmamos que el vivir en el corazón mise-ricordioso de Dios es una gracia que nos esotorgada por la Salvación que el Señor Jesús nosda y cada uno de nosotros tiene la libertad de


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recibirla. En la medida en que somos dóciles aesta gracia, crece en nosotros la certeza de laverdad de Dios en las dificultades y las pruebasdel día a día (Cf. CEC 1742).m) Comprendo más

a) Dios es misericordioso. En sintonía con elSalmo 136, afirmamos que la misericordia deDios es eterna. Misericordia y amor, son térmi-nos intercambiables. Hablar de la misericordia deDios es referirnos a su amor. Y al hablar de suamor, es adentrarnos a su misma esencia, pues«Dios es amor» (1Jn 4,8). Por eso podemos decirque su misericordia es eterna. Por amor Dios creótodo cuanto existe. Él hizo sabiamente los cielos,la tierra, el agua, el sol, la luna y las estrellas:porque es eterna su misericordia (Cf. Sal 135, 5-9). San Pablo en Atenas dice que «ya que en Élvivimos, nos movemos y existimos» (Hch. 17,28). ¿Pensamos que Dios necesitaba de nosotrosy que por eso nos creó?, ¿Creemos que Dios noscreó para poder ser feliz? Nada de eso. Dios nonos creó porque necesitara de nosotros. Nos creópor amor, porque su misericordia es eterna.

El libro de la Sabiduría ha desarrollado el temade la misericordia divina de una manera bellísi-ma: «Tú tienes compasión de todos porque todolo puedes, y pasas por alto los pecados de loshombres que se arrepienten…» (Sb 11, 22-26).

A lo largo de la historia, Dios va mostrandoreiteradamente su misericordia, primero con supueblo elegido, liberándolo y protegiéndolo desus enemigos, y proveyéndolo de lo necesariopara seguir su marcha por el desierto hasta alcan-zar la tierra prometida; y ahora, Dios sigue mos-trando su misericordia con su Iglesia, concedién-dole todos los medios para alcanzar el «CieloNuevo y la Tierra Nueva» (Ap 21,1).

b) Jesús muestra el rostro misericordioso delPadre. Jesús revela la naturaleza de Dios como lade un gran Padre que nunca se da por vencidohasta no disolver el pecado con la compasión y lamisericordia.

En muchas parábolas (Cf. Lc 7,41-43; 10,29-37; 15,1-32; 16,19-31; 18,2-8; 18,9-14), Jesúspresenta la misericordia como la fuerza que todolo vence, que llena el corazón de amor y que

consuela con el perdón. Antes de hablar, Jesús yahizo sentir y ver la misericordia en Él. Sus en-cuentros con los enfermos y los pecadores estánllenos de misericordia.

c) La Iglesia muestra el rostro misericordio-so de Jesús. Lo primero que el Señor hace una vezresucitado, es conferir a sus Apóstoles el poder deperdonar los pecados. «A quienes les perdonenlos pecados, Dios los perdonará y a quienes se losretengan, Dios se los retendrá» (Jn 20, 23). Lesconfió el ministerio de la misericordia, para quehagan realidad el deseo de Jesús: «Seanmisericordiosos como su Padre es misericordio-so» (Lc 6,36). Es este servicio el que la Iglesiasigue viviendo y administrando, consciente deque los misericordiosos son dichosos «porqueDios tendrá misericordia de ellos» (Mt 5,7).n) Transformo la realidad

De acuerdo a la misión que Dios me ha enco-mendado ¿Cómo quiero dar testimonio de que vivo en el

corazón de Dios? ¿Cómo quiero compartir la Salvación que Dios nos

ha dado en el Señor Jesús?

Escribe el compromiso, en el corazón que seles entregó.o) Celebro mi fe

Jesús Crucificado es la expresión del Amor deDios por la humanidad, signo de rescate y Alianzaeterna para nuestra salvación. Ante su presenciaexpresamos de manera espontánea nuestra ac-ción de gracias por lo que Dios ha hecho connosotros en este segundo encuentro. Dar tiempo para que libremente se haga la

acción de gracias y colocar ante Jesús Crucifi-cado el compromiso realizado.

Al terminar colocamos nuestro compromiso alos pies de Jesús Crucificado y cantamos uncanto de acción de gracias.

p) Asimilo Frase síntesis: Vivimos en el corazón de Dios

para darle alabanza y gloria. Actitud o valor: Gratitud y Alabanza Acción concreta: Durante esta semana daré

testimonio de vivir en el Corazón Misericordio-so de Dios.

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a) Cita generadora: «Si reconocemos nuestrospecados, Dios, que es justo y fiel, perdonaránuestros pecados y nos purificará de toda mal-dad» (1Jn 1, 9).

b) Fruto: Reflexionando sobre el amor incondi-cional y misericordioso de Dios, reconocere-mos las consecuencias del pecado en nuestrarelación con Dios, con los demás, con nosotrosmismos y con la naturaleza y nos decidiremosa vivir orientados por su amor.

c) Pregunta generadora: ¿Realmente existe elpecado en el siglo XXI? ¿La realidad delpecado es cuestión de unaopinión individual o per-sonal?

d) Notas pedagógicas: Secrea un ambiente en el quetodos se sientan bienveni-dos.

e) Materiales: Se prepara ellugar adecuadamente conimágenes de situaciones depecado, de personas quecondenan, que son indife-rentes ante el dolor y otrasde injusticia social.

f) Bienvenida y ubicaciónSean todos bienvenidos a

nuestro tercer día de ejercicios espirituales. Enestos días hemos estado reflexionando el grandee inmenso amor de Dios hacia cada uno de noso-tros, recordando que nunca estamos fuera de sucorazón misericordioso, porque así como unamadre nunca se olvida del hijo de sus entrañas(Cf. Is 49, 15), así actúa Dios con la humanidadentera. Sin embargo cuántos de nosotros noscomportamos como el hijo pródigo, pretendiendohacer una vida lejos del corazón misericordiosodel Padre.

g) Entramos en oración: Salmo 50Nos ponemos en la presencia del Señor para

encomendarle este tercer día de ejercicios. Elsalmo 50 lo vamos a recitar a dos coros.Mujeres: Ten piedad de mí, oh Dios, por tu amor,

por tu inmensa compasión, borra mi culpa;lava del todo mi maldad, limpia mi pecado.

Hombres: Pues yo reconozco mi culpa, tengosiempre presente mi pecado; contra ti, contra tisolo pequé; hice lo que tú detestas.

Todos: Por eso eres justo cuando dictas sentenciae irreprochable cuando juz-gas. Yo soy culpable desdeque nací, pecador me con-cibió mi madre.Mujeres: Pero tú amas alde corazón sincero, en miinterior me enseñas la sa-biduría. Rocíame con aguapurificadora, y quedarélimpio, lávame, y quedarémás blanco que la nieve.Hombres: Hazme sentir elgozo y la alegría, y se ale-grarán los huesos quebran-tados. Aparta tu vista demis pecados, borra todasmis culpas.

Todos: Crea en mí, oh Dios, un corazón limpiorenueva dentro de mí un espíritu firme; no mearrojes de tu presencia, no retires de mí tu santoespíritu.

Mujeres: Devuélveme la alegría de tu salvación,fortaléceme con tu espíritu generoso; enseñaréa los malvados tus caminos, los pecadores seconvertirán a ti.

Hombres: Líbrame de la sangre, Dios, salvadormío, y mi lengua anunciará tu fidelidad. Abre,

EL PECADO ES UN RECHAZOA LA MISERICORDIA DE DIOS

ENCUENTRO 3:


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Señor, mis labios y mi boca proclamará tualabanza.

Todos: Pues no es el sacrificio lo que te compla-ce, y si ofrezco un holocausto no lo aceptarías.El sacrificio que Tú quieres es un espírituarrepentido. Un corazón arrepentido y humi-llado tú, Oh Dios, no lo desprecias. Favorece aSión por tu bondad, reconstruye las murallasde Jerusalén. Entonces te agradarán los sacri-ficios prescritos, holocausto y ofrenda perfec-ta; sobre tu altar se ofrecerán novillos.

h) Experiencia previaSe les pide que individualmente observen las

láminas o periódicos que hay en el lugar dereunión. Después se reúnen en grupos de 5 perso-nas. Ahí comparten lo que les impactó la realidadque observaron, ayudados con estas preguntas: ¿Cuáles son las causas que las provocan? ¿Qué consecuencias sufrimos a nivel personal,

social, en la relación con Dios, con la naturaleza? ¿En qué estamos contribuyendo cada uno de

nosotros?

i) Conozco más: doctrinaEl pecado es cualquier acción, sentimiento o

pensamiento que vaya en contra del amor de Dios(Cf.1 Jn 3,4; 5,17). La Biblia dice que pecar puedeser, hacer algo malo o injusto a los ojos de Dios,o no hacer lo que es correcto (Cf. Sant 4,17).

En la Biblia, las palabras que se traducen comopecado significan fallar el tiro, o no alcanzar elobjetivo. Por ejemplo, la Biblia habla de un grupode soldados del antiguo Israel que eran tan hábilescon la honda que eran capaces de acertar sin fallarel tiro al lanzar una piedra (Cf. Jue 20,16). Portanto, pecar es no alcanzar el objetivo de cumplirel amor perfecto de Dios.

Para Jesús, el pecado no era sólo la trasgresiónliteral de una ley, como era para los escribas yfariseos, que se quedaban en lo secundario yolvidaban lo principal (Cf. Mt 23, 23-24). ParaJesús el pecado nace del interior del hombre (Cf.Mt 15, 10-20); por eso, es necesaria la circunci-sión del corazón de la que habló Jeremías (Cf. Jer4, 4). Para Jesús el pecado es una esclavitud conla que el hombre cae en poder de Satanás (Cf. Lc

22, 3); sabe que el mismo Satanás busca a suselegidos para sacudirlos como el trigo (Cf. Lc 22,31). Para Jesús, bajo el pecado hay siempre unafalsa valoración de las cosas, pues el corazónhumano se deja arrastrar de lo inmediato y de lassatisfacciones sensibles. Así, pues, el pecadopara Jesús es un desamor a Dios y un desprecio alos demás.

La gravedad del pecadoEl pecado, por decirlo de una forma, tiene

niveles de gravedad. El pecado mortal destruye lacaridad en el corazón del hombre por una infrac-ción grave de la ley de Dios; aparta al hombre deDios, que es su fin último y su bienaventuranza,prefiriendo un bien inferior.

«El pecado venial deja subsistir la caridad,aunque la ofende y la hiere» (CEC 1855).

El pecado es un acto personal. Pero nosotrostenemos una responsabilidad en los pecados co-metidos por otros cuando cooperamos a ellos, alparticipar directa y voluntariamente, aconsejándo-los o aprobándolos, no rebelándonos o no impi-diéndolos cuando se tiene obligación de hacerlo;protegiendo a los que hacen el mal (Cf. CEC 1868).

La Iglesia, con sabiduría, atendiendo las ense-ñanzas de la Palabra de Dios, ha clasificado lospecados, llamándolos capitales, porque son aque-llos a los que la naturaleza humana caída estáprincipalmente inclinada, pero están las virtudesque nos fortalecen para vencerlas:Pecados Capitales virtudes para vencerlosSoberbia: Deseo de alto honor y gloria personal

Humildad: Reconocer que de nosotros mis-mos solo tenemos la nada y el pecado.

Avaricia: Deseo de acaparar riquezas Generosi-dad: Dar con gusto de lo propio a los pobres ylos que necesiten.

Lujuria: Apetito sexual desordenado Castidad:Logra el dominio de los apetitos sensuales

Ira: Reacción agresiva ante un daño o dificultadPaciencia: Sufrir con paz y serenidad todas lasadversidades

Gula: Exceso en las comida y las bebidas Tem-planza: Moderación en el comer y en el beber

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Envidia: Irritarse ante las cualidades, bienes ologros de otro porque reducen nuestraautoestima Caridad: Desear y hacer siempreel bien al prójimo

Pereza: Desgano por obrar en el trabajo o porresponder a los bienes espirituales Diligencia:Prontitud de ánimo para obrar el bien«El pecado mortal, que ataca en nosotros el

principio vital que es la caridad, necesita unanueva iniciativa de la misericordia de Dios y unaconversión del corazón que se realiza ordinaria-mente en el marco del sacramento de la Reconci-liación» (CEC 1856).

Pasos para vivir el sacramento de la Reconci-liación1. Examen de Conciencia: Ponernos ante Dios

que nos ama y quiere ayudarnos. Analizarnuestra vida y abrir nuestro corazón sin enga-ños. Puedes ayudarte de una guía para hacerlobien.

2. Dolor de los pecados: Sentir un dolor verdade-ro de haber pecado porque hemos lastimado alque más nos quiere: Dios.

3. Propósito de no volver a pecar: Si verdadera-mente amo, no puedoseguir lastimando alamado. De nada sirveconfesarnos si no que-remos mejorar. Pode-mos caer de nuevo pordebilidad, pero lo im-portante es la lucha,no la caída.

4. Decir los pecados alconfesor: El Sacerdo-te es un instrumentode Dios. Hagamos aun lado la vergüenza o el orgullo y abramosnuestro corazón, seguros de que es Dios quiennos escucha.

5. Recibir la absolución y cumplir la penitencia:Es el momento más hermoso, pues recibimosel perdón de Dios. La penitencia es un actosencillo que representa nuestra reparación porla falta que cometimos.

El sacramento de la Confesión repara ambascosas a la vez: vuelve a unir con Dios y reordenala mala inclinación en las apetencias, amando anuestros hermanos.

Pecados sociales que claman al cielo«A la luz de la Doctrina Social de la Iglesia se

aprecia más claramente, la gravedad de los peca-dos sociales que claman al cielo, porque generanviolencia, rompen la paz y armonía entre lascomunidades de una misma nación, entre lasnaciones y entre las diversas partes del continen-te. Entre estos pecados se deben recordar, elcomercio de drogas, la corrupción en cualquierambiente, el terror de la violencia, la discrimina-ción racial, las desigualdades entre los grupossociales, la irrazonable destrucción de la natura-leza. Estos pecados manifiestan una profundacrisis debido a la pérdida del sentido de Dios y ala ausencia de los principios morales que debenregir la vida de todo hombre» (EA 56).g) Comprendo más

El dolor de los pecados, no es otra cosa que elarrepentimiento verdadero por haber hecho, di-

cho o pensado algo queDios desaprueba. Esta ac-titud de pena profunda y ladecisión efectiva de apar-tarse del mal, la encontra-mos en varios pasajes bí-blicos, y es un requisitoesencial en la literaturaprofética. Por ejemplo,Isaías 55,7 dice: «Que elmalvado abandone su con-ducta, el hombre inicuo suspensamientos, y se vuelvaa Yahvé, el compasivo, a

nuestro Dios, generoso en perdón».El profeta Joel, por su parte, dice: «Conviér-

tanse a mí de todo corazón con ayuno, con llanto,con luto. Rasguen los corazones y no las vestidu-ras; conviértanse al Señor, su Dios, porque escompasivo y misericordioso, lento a la cólera,rico en piedad; y se arrepiente de las amenazas»(Jl 2, 12-13).


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Las acciones concretas y efectivas del ayuno,del llanto, del luto, entre otras cosas, son signosdel dolor de haber quebrantado la alianza conYahvé.

David cometió adulterio con Betsabé, la es-posa de Urías, uno de los soldados del rey, y paraquedarse con la mujer de Urías el hitita, lomandó matar. Dios reaccionó ante estos pecadosgravísimos y envió al profeta Natán para anun-ciarle el castigo al rey David. Ante este anuncio,el rey dijo a Natán: «He pecado contra el Señor»(2Sm 12,13). Como signos de su arrepentimien-to, «David suplicó a Dios por su hijo e hizo unayuno riguroso; entraba en casa y pasaba lanoche acostado en el suelo» (2Sm 12,16). Con suarrepentimiento, el rey David consigue el per-dón de Dios.

El salmo 50 es un verdadero acto de peniten-cia, que según una tradición brotó del corazón yde los labios de David, cuando Natán le repren-dió por su pecado con Betsabé. En este salmo,llamado Miserere, el salmista, consciente de suculpabilidad, apela a la benignidad divina, luegode que el culpable ha reconocido y se ha dolidode haber pecado.

Sin embargo, el dolor de los pecados se expre-sa con mayor fuerza en el Nuevo Testamento.Jesús cuenta, que un publicano fue a orar, yarrodillado decía: «Oh Dios, ten piedad de estepecador» (Lc 18,13). A Dios le agradó tanto estaoración de arrepentimiento que le perdonó. Eldolor de los pecados es reconocer el amor de Diosy nuestro pecado, que tanto dolor ha causado a sucorazón.

Más ilustrativo, tal vez, resulta el dolor quesiente el hijo menor de la parábola: «Recapaci-tando entonces, se dijo: Cuántos jornaleros de mipadre tienen abundancia de pan, mientras yo aquíme muero de hambre. Me pondré en camino adónde está mi padre, y le diré: Padre, he pecadocontra el cielo y contra ti; ya no merezco llamar-me hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornale-ros» (Lc 15, 17-19).

La lejanía de su padre y la necesidad a la quese ve sometido le hacen entender la maldad de susacciones y le impulsa a regresar y a pedir perdón.

Aquel discurso que había preparado es el fielreflejo de su corazón contrito y humillado, de sudolor por haber abandonado a su padre y malgas-tado sus bienes. Es un reconocimiento de supropia ingratitud: «Padre, he pecado contra elcielo y contra ti, ya no soy digno de ser llamadotu hijo» (Lc 15, 21).

h) Transformo la realidad Entregar una papeleta a cada uno de los partici-

pantes, en ella escribirán alguna situación depecado que estén viviendo a nivel personal,familiar, en el barrio o comunidad y qué mediosvamos a poner para buscar soluciones.

i) Celebro mi fe En el nombre del Padre… Enseguida se les invita a que pasen a depositar

sus papeletas en un recipiente y al hacerlo diránen voz alta: Padre Misericordioso perdona nues-tras faltas. Después quemaremos las papeletas.

Todos: Yo confieso…. Canto: Perdona a tu pueblo Señor,

Concluimos diciendo la siguiente oraciónPadre, me declaro culpable, pido clemencia,

perdón por mis pecados. Me acerco a ti conabsoluta confianza porque sé que tú no prefieresla muerte del pecador, sino que cambie de con-ducta y viva.

A ti no te gusta ni la venganza ni el rencor, tucorazón es compasivo y misericordioso, y sé quesólo estás esperando a que tenga la humildad dereconocer mi pecado, arrepentirme y pedir per-dón para desbordar la abundancia de tu miseri-cordia.

Cuando confesamos nuestros pecados, Dios,fiel y justo, nos los perdona. Miro al horizonte:veo tus brazos abiertos y un corazón de Padrequeriendo atraerme con lazos de un amor infinito.Padre, perdóname, quiero recibir tu abrazo eter-no.

Bibliografía:http://sacerdote-eterno.blogspot.mx/2012/07/

oraciones-contra-los-pecados.html

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a) Cita generadora: «Sean Santos porque yo soySanto» (1 Pe 1, 16).

b) Fruto: Comprender y vivir lo que significa sersanto, estimulando para avanzar en el caminode la santidad.

c) Pregunta generadora: Realmente, ¿podemosser santos? ¿Santo yo?

d) Materiales: Fotocopias de la oración inicial.Un Crucifijo, una Biblia, una vela, cerillos y unrecipiente con sal de grano.

e) Bienvenida y ubica-ción: Sean bienvenidosa nuestro cuarto día deEjercicios Espiritualesagradecemos a Dios es-tar reunidos en su nom-bre. Hacemos un mo-mento de silencio pararecordar lo que hemosvivido durante estosdías. ¿Qué gracias herecibido? ¿Qué me pideel Señor que mejore enmi vida?Hoy el Señor quiere re-

novar su alianza con noso-tros llamándonos a vivir en santidad, a ser santoscomo Él es santo. Ayudados por su amor y gracia.f) Entramos en oración: En el Nombre del

Padre…Canto: Al Espíritu Santo.En la presencia del Señor le encomendamos

nuestra vida, nuestro anhelo de ser santos comoÉl es santo. De manera pausada vamos a recitaresta oración haciéndola nuestra.Coro 1 ¡Señor mío y Dios mío! ¡Examíname en

cada paso que yo dé, en cada palabra quepronuncie, en cada pensamiento que tenga, en

cada gesto que realice, en cada acción quecometa!

Coro 2 ¡Pruébame, Señor, escudriña mi mente ymi corazón porque tu misericordia infinita estádelante de mis ojos! ¡Tú eres el médico de mivida y hoy te clamo para que diagnostiques loque hay en mi corazón!

Coro 1 ¡Prueba mi mente, mi alma, mi corazón,mis sentimientos y mi voluntad y elimina de suinterior todo aquello que no te agrada y límpia-

lo de toda maldad!Coro 2 ¡Toma, Padre,con la fuerza de tu SantoEspíritu, el control de micorazón y de mi alma,examíname siempre yguíame para que puedacaminar en el poder detu Espíritu para conver-tirme siempre en unapersona íntegra, digna deTi!Coro 1 ¡Líbrame, Pa-dre, de las acechanzasdel demonio cuando meenfrente a decisiones di-

fíciles y actitudes morales!Coro 2 ¡Ayúdame, Padre, a la luz del Espíritu

Santo a buscar siempre lo que es justo y buenoy discernir siempre Tu voluntad!

Coro 1 ¡No permitas, Padre, que haga el mal paraobtener un bien, que siempre mis acciones conlos demás estén presididas por la verdad, queactúe siempre en caridad, con respeto al próji-mo y sin herir su conciencia y su personaporque eso es pecar contra Ti!

Coro 2 Envía Tu Espíritu Señor, para que meayude a tener siempre una conciencia recta yveraz! ¡Ilumíname siempre, Señor, con Tu

VIVIMOS SEGÚN EL CORAZÓN DE DIOS,EN SANTIDAD

ENCUENTRO 4:


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Palabra para que sea luz que guíe mis pasos!¡Ayúdame, Señor, a asimilarla siempre a la luzde la fe y de la oración! ¡Señor, Tú conoceshasta el más recóndito rincón de mi corazón!¡Ayúdame a ser cada día mejor! Amén.

g) Experiencia previaCompartamos nuestra experiencia ayudados

con estas preguntas: ¿Qué experiencia tienes de santidad? ¿A quién conoces o has escuchado que dé

testimonio de santidad? ¿En qué se nota? ¿En qué consiste la santidad de Dios?

h) Conozco másLa santidad hay que desearla y ese deseo es su

primera gracia. Vea-mos lo que nos dice elmagisterio de la Igle-sia.

«Todos los fieles,de cualquier estado orégimen de vida, sonllamado a la plenitudde la vida cristiana ya la perfección de lacaridad» (LG 40).«Todos son llamadosa la santidad» (CEC2013)

«El camino de laperfección pasa porla Cruz. No hay santidad sin renuncia y sin com-bate espiritual. El progreso espiritual implica laascesis y la mortificación, que conducen gradual-mente a vivir en paz y en el gozo de las bienaven-turanzas» (CEC 2015).

Se les invita a que de manera personal reflexionen en lo siguien-te, subrayando las ideas esenciales, para luego compartir atodo el grupo:

¿Quién es una persona santa?Santo solo se dice de Dios, y cuando digo Dios,

pienso en Padre, Hijo y Espíritu Santo. Jesúsnunca dijo qué era la santidad, pero sí dijo que lasantidad crecía en relación al amor a Dios y alprójimo.

No busquemos la santidad donde no está. Nopretendamos encontrarla en nosotros mismos por-que no es un proyecto personal, como una carrerao una meta de realización o estímulo gratificante.Es precisamente lo más opuesto a cualquier for-ma de autoestima espiritual. El santo no es unvoluntarista que con su esfuerzo personal se pro-puso conquistar a Dios; alguien que continua-mente se pone el termómetro para constatar sunivel espiritual o logros. El cristiano ya madurosabe, después de muchos fracasos y decepcionesde sí mismo, que la santidad no es otra cosa queel proyecto de Dios sobre cada uno y no el de unosobre Dios; que Dios tiene la iniciativa y elprotagonismo en todas las etapas de la vida ycorresponde a cada uno la cooperación.

La santidad no con-siste en la mera supe-ración de defectos y enla acumulación de cua-lidades, en una perso-nalidad perfecta quehaya dejado atrás todadeficiencia y debili-dad. El santo no es elpsicológicamente per-fecto; aquél a quientodo le funciona bien(esto no quiere decirque lo dicho no tengaimportancia, pues elSeñor actúa mejor en

una naturaleza que se va liberando de sus defi-ciencias).

En este caso, la santidad consistirá en aceptar-se a sí mismo, reconociendo humildemente lapropia realidad personal y su contexto.

La primera condición de santidad es identifi-carse con el camino que Dios nos traza, segúnnuestra vocación y estado de vida, nuestras cir-cunstancias personales y en la misión que cadaquien realiza en la vida.

La santidad hay que buscarla en Jesucristo. EnJesucristo, significa: en su Palabra, en sus Sacra-mentos, en el entorno, de cara a quienes nosnecesitan y en el ámbito laboral donde cada quien

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se desenvuelve, en el propio estado de vida y conquien vivimos.

Podemos descubrir santos laicos que son ver-daderas joyas de santidad: en los barrios pobres,en los bien acomodados, entre los campesinos yprofesionistas, en las amas de casa, obreros, etc.i) Comprendo más

La santidad de DiosLa santidad es uno de los atributos esenciales

del Dios de Israel (Cf. Lv 11, 44-45; 19,2; 20,7.26;21,8). La primera idea de la santidad de Dios es lade separación, inaccesibilidad, trascendencia queinspira un cierto temor religioso (Cf. Ex 33, 20).Es tan grande el abis-mo entre la indignidaddel hombre y la santi-dad de Dios, que elhombre debería morircon sólo ver a Dios, ocon sólo oírle. Por esoMoisés (Cf. Ex 3,6),Elías (Cf. 1Re 19,13)y los mismos serafines(Cf. Is 6,2) se cubrenel rostro ante Yahvé.

El profeta Isaías, enel relato de su voca-ción, afirma la santi-dad de Dios en una vi-sión extraordinaria en el templo. Allí unosserafines se gritaban uno a otro: «Santo, santo,santo, el Señor todopoderoso, toda la tierra estállena de su gloria» (Is 6,3). De igual forma, elApocalipsis recoge la misma expresión en unahermosa escena celestial, en la que los cuatroseres Vivientes repiten sin descanso día y noche:«Santo, santo, santo, es el Señor, Dios Todopode-roso» (Ap 4,8).

En hebreo se utiliza la palabra qadosh; engriego, hagios y hosios. Estas palabras se refierena Dios, y a lo que se relaciona con Él. El signifi-cado básico de la palabra santo es separado. Estesentido lo encontramos explícito en Lv 20,26:«Sean santos para mí, porque yo, Yahvé, soysanto, y los he separado de los demás pueblos,

para que sean míos». El pueblo de Dios es santoporque ha sido separado de los demás pueblospara ser propiedad de Yahvé. En este sentido, lasantidad es como una consagración a Dios. Y siel pueblo pertenece a Yahvé, deberá vivir segúnlas normas de santidad que le dicte su Señor.

Hay quienes afirman que la expresión santo,santo, santo es una alusión a las tres personas dela Divinidad, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo,cada una igual en santidad y majestad.

Para decir que Dios es Santísimo, en gradosuperlativo, se hace repitiendo tres veces santo.Decir que Dios es santo, santo, santo, es afirmar

la separación de Dioscon respecto al hom-bre de manera absolu-ta. Significa afirmar laidentidad de Dios,quien trasciende infi-nitamente al hombre.Dios es totalmenteotro. Por eso el profetaIsaías afirma: «Mispensamientos no sonsus pensamientos…Como aventajan loscielos sobre la tierra,del mismo modo seelevan mis proyectossobre los de ustedes y

mis pensamientos sobre los de ustedes» (Is 55,8-9). También Jesús reprendió a Pedro diciéndole:«Quítate de mi vista, Satanás, porque tus pensa-mientos no son los de Dios, sino los de loshombres» (Mc 8, 33). La santidad es el atributoque guarda la distinción absoluta entre Dios y elhombre.

Si Dios es santo, significa que está separado delo profano. Es totalmente el Otro con respecto alhombre y al mundo. Y si Dios es totalmente Otro,¿cómo puede estar en comunión con el hombre, sino hay nada en común? Esta comunión es posiblegracias Jesucristo, «el cual siendo de condicióndivina, no hizo alarde de su categoría de Dios,sino que se despojó de sí mismo tomando condi-ción de esclavo, asumiendo nuestra condición


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humana» (Flp 2, 6-7). Esto quiere decir que locomún entre el Padre y nosotros es su Hijo, elEmmanuel, «Dios con nosotros» (Mt 1, 23), quienal tomar nuestra naturaleza hace posible nuestroacceso al Padre. De esta forma, Cristo es el únicocamino que conduce a Dios: «nadie va al Padre,sino por mí» (Jn 14,6). Los Hechos de los Após-toles lo afirman también con toda claridad: «Nohay bajo el cielo otro nombre dado a los hombrespor el que nosotros debamos salvarnos» (Hch.4,12).

La santidad de los creyentesEn la Biblia se insiste mucho en la santidad

para el pueblo, como ya se han indicado. Y Jesústambién dice a sus discípulos y a la multitud, enquienes nos vemos representados: «Sean perfec-tos como su Padre celestial es perfecto» (Mt5,48). Desde luego que no es exactamente lomismo la santidad que la perfección. La palabraperfección deriva del latín perfectio, que da laidea de dejar algo terminado. En este sentido, elEspíritu Santo que nos hace hijos en el Hijo por elBautismo, trabaja en nosotros la configuracióncon Cristo, es decir, la santidad y también la llevaa término, es decir, nos hace perfectos según elmodelo del Padre.

Seguir a Jesucristo, que es el camino al Padre,significa emprender el camino de santidad. Sipodemos alcanzar la santidad, es gracias a nues-tra unión y seguimiento de Cristo, quien nossepara del pecado, de lo profano y nos da la graciapara ser de las complacencias del Padre como lofue Él mismo (Cf. Mc1,11; Mt 17,5).

Así es que tú y yo, ytodos los santificadosen Cristo Jesús, esta-mos llamados a ser san-tos.j) Transformo la reali-

dadLos santos no na-

cen, se hacen por sutestimonio de fe y soli-daridad con su pueblo.

Para responder a la invitación de Dios a sersanto, escribe en una papeleta qué acciones con-cretas puedes hacer para mejorar tu entorno en tufamilia, barrio, trabajo, vida de oración etc. (Yescribe un compromiso).k) Celebro mi fe Colocar en un lugar visible el Crucifijo, la

Biblia, una vela encendida y sal.Guía: En nombre del Padre…Reunidos en torno a Jesús, a su Palabra y con

los signos de la luz y la sal. Nos disponemos aescuchar su Palabra y a compartir nuestro com-promiso de ser sal y luz en nuestra familia, traba-jo, sociedad.

Lector. Lectura del Santo Evangelio segúnSan Mateo 5, 13 – 16· Momento de silencio para dejar que la Palabra

de Dios resuene en nuestro interior.Guía: Los que aspiran a la santidad se convier-

ten en sal de la tierra y luz del mundo, es decir enfermento de una nueva humanidad.

Guía. Vamos a presentar el compromiso queescribimos en la papeleta, lo quemamos en elsigno de la luz, lo depositamos en un recipiente ytomamos un grano de sal. (Mientras se va pasan-do se canta)

Cantamos: Que sea mi vida la sal, que sea mivida la luz.l) Asimilo: Soy santo convirtiéndome en signo

visible del amor de Dios.

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a) Cita generadora: «María, conservaba todoslos recuerdos y los meditaba en su corazón»(Lc 2,19)

b) Fruto: Escuchando la conciencia, Sagrario enel que se dialoga con Dios, decidimos al estilode María.

c) Pregunta generadora ¿En qué criterios te apoyas para tomar decisiones

en tu vida? ¿Tienes dificultad para discernir el bien y mal?d) Notas pedagógicas: Leer previamente, del Catecismo de la Iglesia

Católica, los números del 1776 al 1794 quehablan de la conciencia.

Dar a conocer a María, como modelo a seguir enel arte de escuchar la conciencia y de optar enlibertad y fidelidad al proyecto de Dios.

e) Materiales Imágenes del Espíritu Santo, de Jesús, de la

Virgen María y del mundo Dos papeletas en blanco para cada participante Recipiente de barro, cerillos y bote de basuraf) Bienvenida y Ubicación

Dar la bienvenida al último encuentro. Pode-mos hacer un recuento de los temas que hemos yareflexionado anteriormente.

Hoy, nuestro tema se centra en la persona deMaría, conoceremos una característica muy es-pecial de ella que poco la hemos profundizado: sudiscernimiento a partir de su conciencia.g) Oración inicial: En torno a la imagen de María

compartimos: María es modelo para nosotros de: Después de compartir, le pedimos nos acompa-

ñe en nuestro encuentro de este día, cantandoMaría ven.

h) Experiencia previa. Dar un tiempo para con-testar a las preguntas:

¿Qué es decidir? ¿Qué decisiones han sido más difíciles en tu vida? ¿Qué parámetros o criterios tienes para tomar

decisiones? ¿Sueles consultar a alguien en la toma de tus

decisiones? ¿Tomas decisiones desde tu conciencia? O ¿a la

ligera?Hacer un plenarioDecidir es un acto que todo el mundo realiza-

mos. Desde los primeros años de nuestra vidahemos ido haciendo opciones. Conforme ha pa-sado el tiempo, las opciones se vuelven máscomplejas, no sólo por las implicaciones quetienen, sino, además porque hemos permitido quelos criterios del mundo empañen nuestra con-ciencia y nuestra libertad para elegir.i) Conozco más

Qué es discernir y cómo lograrloDiscernir es un arte, en el que poco nos forma-

mos, pues en realidad poco decidimos partiendode un verdadero discernimiento. Hoy muchaspersonas deciden conforme a lo que más lesgusta, lo que menos esfuerzo implique y otrosmuchos parámetros que no dan garantía de unabuena opción.

Recordemos que discernir significa tratar dedescubrir qué es lo que Dios quiere que hagamos.

Para discernir necesitamos: Silencio, reflexióny oración.

Un parámetro para un buen discernimiento,según San Ignacio de Loyola, es experimentar laconsolación (experiencia de gusto, fuerza y paz),como consecuencia duradera de nuestros actos.Lo contrario sería experimentar la desolación(privación de consuelos sensibles, que induce aldesaliento ante la oración y la virtud).

DECIDIR EN CONCIENCIAY AL ESTILO DE MARÍA

ENCUENTRO 5.


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La concienciaLa Constitución Pastoral Gaudium et Spes, nos

recuerda que:«En lo más profundo de su conciencia descu-

bre el hombre la existencia de una ley que él no sedicta a sí mismo, pero a la cual debe obedecer, ycuya voz resuena, cuando es necesario, en losoídos de su corazón, advirtiéndole que debe amary practicar el bien y que debe evitar el mal…»(GS 16). ¿Qué te llama la atención de este párrafo? (Dejar

tiempo para que respondan).En primer lugar nos habla de la conciencia del

hombre. Ésta es una Ley de nuestro espíritu, nosda órdenes. Esto significa para nosotros respon-sabilidad y deber, así como temor y esperanza.(Cf. CEC 1778)

La conciencia moral, le ordena, en el momentooportuno, practicar el bien y evitar el mal. «Elhombre prudente, cuando escucha la concienciamoral, puede oír a Dios que le habla» (CEC1777). Es por ello que muchas veces le llamamos,la voz de Dios, en nuestro interior.

Es típico de nuestro tiempo que la concienciadeja de ser algo importante, son muy pocos quie-nes la escuchan y la forman. Por eso decimos que«en la formación de la conciencia la Palabra deDios es la luz de nuestro caminar; es preciso quela asimilemos en la fe y la oración, y la pongamosen práctica» (CEC 1785).

La conciencia no es sólo particular, sino por elcontrario es y ha de ser colectiva. Por ejemplo,como Nación tenemos una conciencia de nuestrahistoria mexicana en ella vemos reflejado mu-chos desaciertos que han afectado el caminar delpaís. De igual manera tenemos la concienciaEclesial, que ha sido el camino realizado comoIglesia en la búsqueda de instaurar el Reino deDios en todo el mundo. Esta conciencia la forma-mos entre todos.

En la Encíclica Veritatis Splendor se nos re-cuerda que: «Cuando los hombres presentan a laIglesia los interrogantes de su conciencia, cuandolos fieles se dirigen a los obispos y a los pastores, ensu respuesta está la voz de Jesucristo, la voz de laverdad sobre el bien y el mal. En la palabrapronunciada por la Iglesia resuena, en lo íntimode las personas, la voz de Dios» (VS 117).

Es por eso que afirmamos que Dios escribe suvoluntad en la conciencia y en la historia ya seapersonal o comunitaria.

En la Biblia encontramos varios testimoniosde discernimiento. Entre ellos ha de sobresalir enespecial la persona de María, mujer de discerni-miento. Una de las características para llegar adiscernir indiscutiblemente, fue el conocer suconciencia; saberla siempre en comunión con elquerer de Dios.m) Comprendo más

El discernimiento de MaríaPartimos de la convicción de que María es una

mujer normal, plenamente consciente. Lo únicoque la hace diferente a las demás mujeres es quefue preservada de toda posibilidad de condescen-der con el mal; por eso el ángel Gabriel la llama,llena de gracia (Cf. Lc 1,28).

¿Qué discierne María?Presentamos algunos pasajes bíblicos donde

aparece María. En ellos podemos entrever surecta conciencia, su decisión para someterse li-bremente a la voluntad de Dios. Sin duda una de las experiencias que harán

reflexionar profundamente a María es la irrup-ción de Dios en su vida. Quizá se preguntabaqué quería Dios de ella. Tal vez nunca imaginóque sería elegida para ser la Madre del Mesías.Ella deberá ir tomando conciencia de ser llama-da para una misión muy especial.El saludo del ángel: «Alégrate, llena de gracia,

el Señor está contigo» (Lc 1,28) es, sin lugar adudas, un tema para su discernimiento. Por eso«ella se conturbó por estas palabras y se pregun-taba qué significaría aquel saludo» (Lc 1,29).

¿De qué debería alegrarse María? De que elSeñor estaba con ella, y la poseía totalmente, detal manera que no había lugar para algo diferentea lo que concierne a Dios. Es esto lo que expresaMaría en su cántico: «Mi espíritu se alegra enDios mi salvador» (Lc 1,47). Se ve que Maríapronto toma conciencia de esta realidad de versefavorecida por Dios, de que él «ha puesto sus ojosen la pequeñez de su esclava» (Lc 1,48). «¿Cómo será esto posible, si no conozco varón?»

(Lc 1,34). Es este otro punto que ocupa la re-flexión de María. Ella tiene preguntas. Debe

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entender cómo se realizará lo que el ángel le estáproponiendo. En un verdadero discernimientoconfronta su situación con lo que Dios le estápidiendo. Ella está desposada (Cf. Lc 1,27) y notiene relaciones conyugales, es el sentido semíticode conocer (Cf. Lc 1,34). Los desposorios judíossuponían un compromiso tan real que al prome-tido se le llamaba ya marido y no podía quedarlibre sino a través del repudio. El ángel de Diosexplica a María que en la concepción de Jesústodo viene del poder del Espíritu Santo.Y una vez que María obtiene las respuestas que

ha pedido, sólo le queda someterse a la voluntadde Dios: «He aquí la esclava del Señor; hágase enmí según tu palabra» (Lc 1,38). María se encontró encinta por obra del Espíritu

Santo (Cf. Mt 1,18). ¿Qué hacer para que Joséle dé nombre a un niño que no fue engendradopor él, y cuyo padre no conoce? ¿Cómo le dirálo que pasó? ¿Le creerá? Si no le cree, ¿larechazará y la entregará al riguroso procedi-miento de la lapidación que prescribía la Leypara esos casos? (Cf. Dt 22,20s). Sin duda queMaría tuvo que discernir esta grave situación.Menos mal que Dios se encargó de dar solucióna este problema, contando con que José era«hombre justo» (Mt 1,19) y le creyó.

Otro punto de discernimiento de María pudo serla profecía del anciano Simeón, que tiene rela-ción con el misterio de su Hijo. San Lucas nosdice que «los padres de Jesús estaban admira-dos de lo que se decía de él» (Lc 2,33). EntoncesSimeón dijo a María, su madre: «Éste estápuesto para caída y elevación de muchos enIsrael, y para ser señal de contradicción -¡y a timisma una espada te atravesará el alma!- a finde que queden al descubierto las intenciones demuchos corazones» (Lc 2,34-35). San Juan PabloII dice que este anuncio llevará a la Virgen a unentendimiento más profundo del misterio de suHijo (Cf. Redemptoris Mater 16). Simeón uneal sufrimiento de Cristo la visión del alma deMaría atravesada por la espada, asociando deese modo a la Madre al destino doloroso de suHijo. Ese sufrimiento materno llegará al culmenen la Pasión, cuando se unirá a su Hijo en elsacrificio redentor. María acoge en silencio, aligual que José, esas palabras misteriosas quehacen presagiar una prueba muy dolorosa y

expresan el significado más auténtico de lapresentación de Jesús en el templo. A partir dela profecía de Simeón, María une de modointenso y misterioso su vida a la misión doloro-sa de Cristo: ella se convertirá en la fiel coope-radora de su Hijo para la salvación del génerohumano.

¿No saben que yo debo ocuparme de las cosasde mi Padre? San Lucas nos cuenta que cuandoJosé y María vieron a Jesús en el templo, senta-do en medio de los maestros, escuchándoles yhaciéndoles preguntas (Cf. Lc 2,46), su madrele dijo: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tupadre y yo hemos estado muy angustiados mien-tras te buscábamos. Él les contestó: ¿Y por quéme buscaban? ¿No saben que yo debo estar enlas cosas de mi Padre? Pero ellos no compren-dieron esta respuesta» (Lc 2,48-50).Estas palabras enigmáticas de Jesús dirigidas

a sus padres, sin duda fueron tema de conversa-ción entre ellos. Sin embargo, a pesar de queMaría en su mente no entendía muchas cosas, ellaama, espera y cree. Y «conservaba cuidadosa-mente todas estas cosas en su corazón» (Lc 2,51).Esta actitud de María nos habla de su concienciade sentirse involucrada en el misterio de su Hijo,quien le cambia los planes desde su concepciónhasta su muerte.

María aparece en el Evangelio llena de unatotal confianza y obediencia a los planes divinos.El Dios de María es un Dios sorprendente, admi-rable, desconcertante. El silencio de María nosignifica que ella no se formule preguntas. Se lashace a Dios en lo más profundo de su corazón:discierne la voluntad de Dios. ¿Quién es mi madre y mis hermanos? (Cf. Mc

3,31-35). Imaginemos lo que pudo haber pen-sado y sentido María cuando le platicaron loque su Hijo dijo. Tal vez reflexionó sobre sucondición de madre. Quizá pensó que no habíasido una buena mamá, y que ahora Jesús pre-fería ampliar el sentido de parentesco a otraspersonas. ¿De qué familia estaba hablandoJesús?... En el mejor de los casos María pudohaberse incluido entre aquellos dichosos quedesde el principio aceptaron la voluntad deDios y la pusieron en práctica. De cualquierforma, este tema pudo haber sido parte de sudiscernimiento.


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¿Qué tengo yo contigo, mujer? (Cf. Jn 2,1-11).Aquí, Jesús presenta a su madre la dificultad deque todavía no ha llegado su hora, es decir, suhora de su glorificación, de su vuelta a la diestradel Padre.El hecho de que Jesús se dirija a María llamán-

dole mujer, en lugar de madre, es un trato extraño,que evoca al jardín del paraíso y al Nuevo Adáncon la Nueva Eva. Jesús vuelve a llamar mujer asu madre en Jn 19,26. Tal parece que María ya hapenetrado en el misterio de su Hijo y lo conocemucho mejor. Por eso no se siente ofendida; porel contrario, sabe que puede lograr lo que pide, yles dice a los sirvientes: «Hagan lo que él lesdiga» (Jn 2,5). «Mujer, ahí tienes a tu hijo» (Jn 19,26). El

contexto parece indicar que, al llamarle mujer aMaría, el evangelista ve aquí un acto que sobre-pasa la simple piedad filial: la proclamación dela maternidad espiritual de María, nueva Eva,con respecto a los creyentes representados porel discípulo amado. ¿Comprendería María enaquel momento su nueva misión que su Hijo leestaba encomendando? Todo esto tiene quediscernirlo a la luz del Espíritu Santo.

n) Transformo la realidadEn todo esto no podemos olvidar que el prota-

gonista, en la formación de la conciencia como enla realización de un buen discernimiento es y seráel Espíritu Santo quien nos guíe e ilumine ennuestro caminar. Es por ello que en nuestra ora-ción diaria, hay que invocarlo.

En el Catecismo de la Iglesia Católica, nosrecuerda que «El hombre se esfuerza por inter-pretar los datos de la experiencia y los signos delos tiempos gracias a la virtud de la prudencia, losconsejos de las personas entendidas y la ayuda delEspíritu Santo y de sus dones» (CEC 1788).

A partir de la riqueza de lo reflexionado hemosde optar por una transformación en nosotros mis-mos y cambiar la realidad que nos rodea. Por esoes necesario preguntarnos: El obrar en el amor procede de una conciencia

recta… Recuerda algún momento en el queobraste con una decisión tomada según loscriterios del mundo ¿Cómo te sentiste? ¿Cuálfue su resultado?

¿Cómo puedo lograr un buen discernimiento,consciente y libre?

¿Qué hacer para que nuestra conciencia seabuena y pura como la de María?

¿Cómo ayudar a otros en la formación - sanaciónde la conciencia?

o) Celebro mi fe Imágenes del Espíritu Santo, de Jesús, de la

Virgen María y del mundo. Dos papeletas en blanco para cada participante. Recipiente de barro, cerillos y bote de basura.

Se reparten las papeletas, en ellas escribiránalguna situación personal en que necesiten hacerun discernimiento importante en su vida y en laotra alguna decisión que hayan tomado sin hacerun buen discernimiento, es decir sin tomar loscriterios de Jesús a la luz de su Palabra. Frente a la imagen de Jesús, del Espíritu Santo

y de María se quema el discernimiento que sequiere hacer y se canta Cristo está conmigo.

Frente a la imagen del mundo se coloca el botede basura y se tiran las papeletas en las que se haescrito alguna decisión tomada según los crite-rios del mundo y se pide perdón a Dios. Se cantao se recita el Salmo 50

p) AsimiloFrases:

«Es preciso que cada uno preste mucha aten-ción a sí mismo para oír y seguir la voz de suconciencia. Esta exigencia de interioridad estanto más necesaria cuanto que la vida nosimpulsa con frecuencia a prescindir de todareflexión, examen o interiorización» (CEC1779).

«Retorna a tu conciencia, interrógala. [...]Retornad, hermanos, al interior, y en todo loque hagáis mirad al testigo, Dios» (SanAgustín, In epistulam Ioannis ad Parthostractatus 8, 9).

«La Palabra de Dios es una luz para nuestrospasos. Es preciso que la asimilemos en la fe yen la oración, y la pongamos en práctica. Así seforma la conciencia moral» (CEC 1802).

q) Acción: En mis decisiones he de consultar miinterior (mi conciencia) donde escucho la vozde Dios.

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Discernimos y damos testimonioNota: Se sugiere que para la realización del

Retiro, se busque un lugar adecuado que propicieel encuentro con Dios, donde se viva el silencio.Se puede iniciar juntos, teniendo el momento deoración personal, la meditación y respondiendo aunas preguntas sin presión. Y terminar de lamisma forma como iniciamos.

1. Qué es un retiro

Se trata de un espacio de oración personal,silencio y soledad. Tiempo de encuentro fuertecon Dios, para estar y hablar con Jesucristo comoamigo, dejándose guiar por el Espíritu Santo demodo especial, con la finalidad de revitalizarnosespiritualmente.

2. Disposición interior:

Se recomienda algún ejercicio de relajación. Res-piración profunda varias veces.

¿Con qué disposición vengo a este retiro? ¿Qué me roba la paz, que me impediría el encuentro

con Dios?

3. Invocación al Espíritu Santo

Iniciemos este día de encuentro conDios y entre nosotros. Invoquemos jun-tos la luz del Espíritu Santo, consagrán-dole nuestro día.

Consagración al Espíritu SantoRecibe, ¡oh Espíritu Santo!, la consa-

gración perfecta y absoluta de todo miser, que te hago en este día para que tedignes ser en adelante, en cada uno delos instantes de mi vida, en cada una demis acciones: mi Director, mi Luz, miGuía, mi Fuerza y todo el Amor de micorazón.

Yo me abandono sin reservas a tus divinasoperaciones y quiero ser siempre dócil a tussantas inspiraciones.

¡Oh Espíritu Santo!, dígnate formarme conMaría y en María según el modelo de tu HijoJesús.

Gloria al Padre Creador, gloria al Hijo Reden-tor, gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén

4. Mi realidad

Sabemos que un testimonio se refiere a laafirmación acerca de algo. Esta palabra provienedel latín testimonium, que significa demostracióno evidencia. Por lo tanto se refiere a lo que unapersona afirma y las evidencias que ofrece parademostrar la veracidad de un evento o de una cosaen particular. Los testimonios personales sonaquellos que da alguna persona o grupo de perso-nas para mostrar a otros algo importante acercade su historia de vida. Nuestra vida es ejemplopara otros y la vida de otros para nosotros.

Nos preguntamos: ¿Qué testimonio estoy dando a mi familia y a la

comunidad?

2. Retiropara Agentes de Pastoral


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¿Sirvo con generosidad y coherencia? ¿Lo hago desinteresadamente o por guardar una

imagen? ¿Qué le falta a mi vida para dar un verdadero

testimonio?

En el pasar de la vida hay personas que nos handejado una huella significativa, ya sea por sumanera de tratarnos, por prestarnos algún servicio,por acogernos cuando más lo necesitábamos, etc. ¿Recuerdas a alguien en concreto? ¿Quién y por

qué?

Los valores en la persona, su calidad humanay trato bondadoso, han de ser un testimonio quedeja huella. Un diálogo atento, la experiencia deun perdón, la acogida que dan, la escucha atentae interesada en tu persona, mi participación en laEucaristía, el rezo del Rosario, sólo por poneralgunos ejemplos, todos ellos son siempre testi-monios que llaman la atención. ¿Qué huella dejo con quienes me relaciono? ¿Qué característica me distingue? ¿Va de acuerdo

a mi servicio y ser cristiano?· ¿Por qué no todo lo que vivo manifiesta mi ser

cristiano? ¿Qué criterios rigen mi vida, mi convivencia, mi

pensar y actuar?

Para nuestra realidad actual sabemos que exis-ten muchas corrientes de pensamiento que nosvan dejando consecuencias o dudas en nuestraconciencia y manera de actuar. Eso debilita gran-demente nuestro testimonio cristiano. Hemos deestar atentos a lo que pasa a nuestro alrededor,pero siempre con un espíritu crítico y de discerni-miento. Profundicemos en esto:

Espíritu críticoEs la capacidad de juzgar y valorar a las

personas y acontecimientos. Conjunto de juiciosy de opiniones que decimos acerca de algo oalguien.

Para contribuir al cambio y transformaciónfamiliar, social, política y religiosa, necesita-mos desarrollar en nosotros una conciencia nue-va, comprometida, aprender a hacer análisis dela realidad a la luz de los valores humanos yevangélicos.

Es importante aprender a analizar no sólo loque acontece, sino también la información querecibimos. El espíritu crítico tiene varias vertien-tes que hemos de tomar en cuenta. Por mencionaralgunas: Hemos de tomar en cuenta lo social y lo político,

¿Qué tan justos somos? Por ejemplo: es testi-monial cuidar en el aspecto laboral un buentrato, la remuneración puntual y justa. En lasrelaciones, cuidarnos de cualquier tentación deabusar o sacar ganancia de otra persona, etc. En el lenguaje hablado o escrito, perdiendo

ortografía y palabras por novedades mal expre-sadas cambiando el verdadero sentido. Confrontar la manera de comprar, de divertir-

nos, de estar juntos, de expresar afecto, haymuchas cosas que debemos aprender a cuestio-nar y pasar por un filtro de valores.Para aprender a ser críticos es importante que

nos revisemos primeramente, a nosotros mismos. ¿Te experimentas con espíritu crítico? ¿Te es fácil confrontarte a ti mismo? ¿Juzgas y valoras los acontecimientos conforme a

tu conciencia o por otras corrientes de pensa-miento contrario a los valores del evangelio?

¿Defiendes tu punto de vista o te dejas convencerpor la novedad, olvidando tus valores?

Cómo ejercer el espíritu crítico en la relacióncon las personas y los acontecimientos1. Debemos hacerlo con ánimo fraternal y al

mismo tiempo con amor a la verdad.2. No de forma ofensiva, aplastante o destructiva.3. Debemos ser respetuosos, francos y sinceros,

no superficiales y justificadores.4. Debemos planear el análisis de los problemas

que necesitan ser superados, sin exagerarlos.5. Tiene que llevarnos a las causas del problema

y al mismo tiempo a los caminos de solución.6. Para que sea afectiva, no debe de quedarse sólo

en el reconocimiento de errores y debilidades,sino que además debemos descubrir logros, elpaso de Dios en todo esto.Discernimiento cristiano

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«El ser humano busca continuamente. Porquelo importante no es caminar, sino preguntarsehacia dónde y para qué se camina. Esta búsquedaque se llama discernimiento, es una gran aventurahacia el interior de nosotros mismos, especial-mente al enfocar nuestra atención en los senti-mientos. El hombre no es solamente inteligenciae ideas, es también vida, pasión, amor. Conocer lavoluntad de Dios no es tan difícil; pero conocer-nos a nosotros mismos y aceptarnos con amor,eso sí es un dilema… El discernimiento no escomplicado ni angustioso o exclusivo de las perso-nas muy espirituales… el discernimiento brota dela vida y la vida es sencilla y alegre. El Dios de lavida no es complicado; nosotros lo hemos hechocomplicado» (AMECHE G., Cómo escuchar alEspíritu. Buena Prensa, México, 2014, 1-2).

En todo nos urge un discernimiento cristiano,que es una oración en búsqueda del querer deDios. Es tomar conciencia de lo que convienehacer o la manera en que debemos hacerlo paraque nuestra vida esté bajo la luz del Espíritu Santoy hacer lo que Jesús dijo y lo que le agrada alPadre.

Se requiere de un ambiente de búsqueda en elEspíritu, tener la voluntad de hacer lo que Diosvaya revelando y manifestando, aunque sea algoque a nosotros no nos guste y opongamos resis-tencia.

Actitudes a seguir Amor a la verdad. Libertad. Rectitud de intención. Equilibrio emotivo. ¿Cómo iluminan estas actitudes al momento de

hacer tus discernimientos?

Pasos para discernir1. Precisar el asunto a discernir.2. Buscamos causas y caminos de solución.3. A las diferentes soluciones les buscamos las

razones en pro o en contra con amor a laverdad.

4. Se suprimen las razones en pro o en contra decada posible solución que no sean evangélicas.

5. Oramos, presentándole a Dios el trabajo reali-zado para que Él nos ilumine.

6. Tomamos la decisión. Cuando se hace undiscernimiento grupal, se hará en común acuer-do con la mayoría.Obstáculos

Intereses personales. Apego al propio punto de vista. Parcialidad (ver solo una parte).

5. Reflexión personal

En la Sagrada Escritura se nos invita a teneruna actitud continua de discernimiento. Jesúsmanifestó claramente su conciencia crítica anteacontecimientos o personas de su tiempo.

Dios ni es tentado por el mal ni tienta a nadie(Cf. Sant 1, 13) al contrario, quiere librarnos delmal por eso Jesús nos enseñó a orar así: «No nosdejes caer en la tentación» (Mt 6,13). Le pedimosque no nos deje tomar el camino que conduce alpecado, pues estamos empeñados en el combateentre la carne y el Espíritu.

El Espíritu Santo nos hace discernir entre laprueba, necesaria para el crecimiento del hombreinterior (Cf. 2Tm 3, 12) en orden a una virtudprobada (Cf. Rm 5, 3-5), y la tentación que con-duce al pecado y a la muerte (Cf. Sant 1, 14-15).También debemos distinguir entre ser tentado yconsentir en la tentación. Por último, el discerni-miento desenmascara la mentira de la tentación:aparentemente su objeto es bueno, seductor a lavista, deseable (Cf. Gn 3, 6), mientras que, enrealidad, su fruto es la muerte.

«Dios no quiere imponer el bien, quiere sereslibres [...] En algo la tentación es buena. Todos,menos Dios, ignoran lo que nuestra alma harecibido de Dios, incluso nosotros. Pero la tenta-ción lo manifiesta para enseñarnos a conocernos,y así, descubrirnos nuestra miseria, y obligarnosa dar gracias por los bienes que la tentación nos hamanifestado» (CEC 2847).

«No entrar en la tentación implica una decisióndel corazón: Porque donde esté tu tesoro, allítambién estará tu corazón [...] Nadie puede servir


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a dos señores. Si vivimos según el Espíritu, obre-mos también según el Espíritu. El Padre nos da lafuerza para este dejarnos conducir por el EspírituSanto» (CEC 2848).

Este combate y ésta victoria sólo son posiblescon la oración. Por medio de su oración, Jesús esvenció al Tentador, desde el principio (Cf. Mt 4,11) y en el último combate de su agonía (Cf.Mt 26, 36-44). La vigilancia es guarda del cora-zón y el Espíritu Santo trata de despertarnoscontinuamente a esta vigilancia (Cf. 1Cor 16,13; Col 4, 2; 1Tes 5, 6; 1Ped 5, 8).

El Señor nos habla a través delos acontecimientos ordinarios de la vida. Utili-zando nuestra razón y juicio humano, pero ilumi-nado por la fe y dirigido hacia el amor. Vamos ahacer un ejercicio de discernimiento. Nos ayuda-remos de las siguientes preguntas:1. ¿Mis acciones y decisiones me dirigen hacia la

meta de vida en Dios y de su voluntad para miestado de vida?

2. ¿Qué busco con cada acción que realizo?3. ¿Estoy llevando a cabo la misión que el Señor

me ha dado?4. ¿Qué está haciendo en mí el Señor en cada

situación?5. ¿Qué quiere Dios de mi vida y cómo lo voy a

vivir?

6. Mi compromiso ¿A qué me invita todo lo reflexionado? ¿Cómo lo puedo poner en práctica en la vida

cotidiana? ¿Al vivirlo, qué consecuencias traería para mí, para

mi familia y sociedad?

Dios da a manos llenas y cuando en nuestrointerior hace surgir un sentimiento de cambio esporque tenemos ya las herramientas necesariaspara llevarlo a cabo. Nuestra fe, esperanza ycaridad lo hagan vida en el día a día.

7. Celebro mi encuentro

Tenemos preparado un altar con la imagen deJesús

Unos signos de interrogación y varias flechasdirigidas a diferentes puntos

La frase: Mi testimonio hace la diferencia.Dedicarle a Dios un espacio en mi vida no

puede quedar sin recompensa, su Palabra hoy nosha transformado invitándonos a crecer. Es porello que le damos gracias y pedimos perdón.

Decimos las siguientes oraciones, uniéndonosen silencio a cada una de ellas.1. Gracias Señor, por el llamado que nos haces

para servir en tu Iglesia.2. Perdónanos por no valorar el don del discerni-

miento.3. Perdón por las muchas ocasiones en que no he

dado testimonio, sino por el contrario he es-candalizado a otros con mis palabras y accio-nes.

1. Gracias por el don de discernimiento, capaci-dad de diferenciar el bien y el mal.

2. Perdón por las ocasiones en que me dejo llevarpor mis intereses personales o por mis apegos.

3. Gracias por el espíritu crítico que nos das parano conformarnos con lo que vemos, escucha-mos, sentimos y nos proponen.

4. Perdón por las ocasiones en las que opaco miconciencia, no escuchándola y dejándome lle-var por lo que el mundo me ofrece y que escontrario a tu voluntad.

5. Gracias por el testimonio de tu Hijo Jesús, porsu conciencia crítica y discernimiento en todo,buscando siempre hacer tu voluntad.

6. Perdón por no formar mi conciencia con lareflexión de tu Palabra.

7. Gracias porque después de este encuentrocontigo, queremos transformar nuestra reali-dad personal, familiar, social, política y reli-giosa.

8. Señor no permitas que me frene, que me aco-barde, que olvide el impulso que me has dadoen este día de encuentro contigo.Terminamos cantando:

«EL TESTIGO».

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Canto:EL AUXILIO ME VIENE DEL SEÑOR

Monición inicial:

El miércoles de ceniza es el inicio de la Cua-resma, con este día iniciamos un camino conJesús. Camino de Vida, Pasión, Muerte y Resu-rrección. Con la imposición de la ceniza damostestimonio de que queremos vivir al estilo deJesús y seguirle no sólo en estos cuarenta días,sino siempre, para vivir con Él, este MisterioPascual. Ayudadospor su gracia podre-mos llegar al final,con el gozo de unavida transformada ycomprometida en laconstrucción de unmundo mejor.

Guía: En el nom-bre del Padre, y delHijo, y del EspírituSanto. Amén.

Al comenzar estacelebración, pidamos a Dios que nos conceda laconversión de nuestros corazones; así obtendre-mos la reconciliación y se acrecentará nuestracomunión con Dios y con nuestros hermanos.

Signo: Como signo del pecado que nos alejade Dios, nos ponemos de espalda al Sagrario o aun Crucifijo, reconociendo los pecados que noshan llevado a vivir de esta manera. Nos damoscuenta de cómo nos sentimos en esa postura.

Dejamos un momento de silencio.

Arrepentidos nos volvemos a Dios, ante elSagrario o ante Cristo Crucificado nos arrodilla-mos y le decimos:

Señor, ten misericordia de nosotros. Porquehemos pecado contra ti.

Muéstranos, Señor, tu misericordia. Y danos tusalvación.Dios todopoderoso tenga misericordia de no-

sotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a lavida eterna. Amén.

Oración

Guía: Padre del cielo, que no quieres la muertedel pecador sino que se convierta y viva, escucha

las súplicas de quie-nes hoy vamos a re-cibir la ceniza; y por-que sabemos que so-mos polvo y al polvohemos de volver,concédenos el per-dón de los pecados yla gracia de vivir conplenitud la cuaresma,para alcanzar la vidanueva y eterna de tuReino. Por Jesucris-

to nuestro Señor. Amén.

Liturgia de la Palabra:Joel 2,12-18.

«Esto dice el Señor: Todavía es tiempo.Vuélvanse a mí de todo corazón, con ayu-nos, con lágrimas y llanto; enluten sucorazón y no sus vestidos. Vuélvanse alSeñor Dios nuestro, porque es compasivoy misericordioso, lento a la cólera, rico enmisericordia, y se conmueve ante la des-gracia. Quizá se arrepienta, se compadez-ca de nosotros y nos deje una bendición,que haga posibles las ofrendas y libacionesdel Señor, Dios nuestro.

3. Subsidios Celebrativos

CELEBRACIÓN DE MIÉRCOLES DE CENIZA


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Toquen la trompeta en Sión, promul-guen un ayuno, convoquen la asamblea,reúnan al pueblo, santifiquen la reunión,junten a los ancianos, convoquen a losniños de pecho. Que el recién casadodeje su alcoba y su tálamo la reciéncasada.

Entre el vestíbulo y el altar lloren lossacerdotes, ministros del Señor, diciendo:Perdona, Señor a tu pueblo. No entreguestu heredad a la burla de las naciones. Queno digan los paganos: ¿Dónde está el Diosde Israel? Y el Señor se llenó de celo por sutierra y tuvo piedad de su pueblo».

Palabra de Dios.

Momento de silencio.

Salmo responsorial:

Salmo 50R. Misericordia, Señor, hemos pecado.

Por tu inmensa compasión y miseri-cordia, Señor, apiádate de mí y olvidamis ofensas. Lávame bien de todos misdelitos y purifícame de mis pecados. R/

Puesto que reconozco mis culpas,tengo siempre presente mis pecados.Contra ti solo pequé, Señor, haciendo loque a tus ojos era malo. R/.

Crea en mí, Señor, un corazón puro,un espíritu nuevo para cumplir tus man-damientos. No me arrojes, Señor, lejosde ti, ni retires de mí tu santo espíritu. R/

Devuélveme tu salvación, que rego-cija, y mantén en mí un alma generosa.Señor, abre mis labios y cantará mi bocatu alabanza. R/.

Aclamación antes del evangelio

R. Honor y gloria a ti Señor Jesús.No solo de pan vive el Hombre, sino

también de toda palabra que sale de laboca de Dios.

R. Honor y gloria a ti Señor Jesús.

Evangelio

Lectura del santo Evangelio según San Mateo6, 1-6.16-18.

«En aquel tiempo, Jesús dijo a susdiscípulos: tengan cuidado de no prac-ticar sus obras de piedad delante de loshombres para que los vean. De lo con-trario no tendrán recompensa con suPadre celestial. Por lo tanto, cuandodes limosna, no lo anuncies con trompe-ta como hacen los hipócritas en lassinagogas y por la calles, para que losalaben los hombres. Yo les aseguro queya recibieron su recompensa.

Tú en cambio, cuando des limosna,que no sepa tu mano izquierda lo quehace la derecha, para que tu limosnaquede en secreto, y tu Padre, que ve losecreto, te recompensará.

Cuando ustedes hagan oración, nosean como los hipócritas, a quienes lesgusta orar de pie en las sinagogas y enlas esquinas de las plazas, para quelos vea la gente. Yo les aseguro que yarecibieron su recompensa. Tú, en cam-bio cuando vayas a orar, entra en tucuarto, cierra la puerta y ora ante tuPadre, que está allí, en lo secreto; y tuPadre, que ve lo secreto, te recompen-sará.

Cuando ayunen, no pongan la caratriste, como esos hipócritas que descui-dan la apariencia de su rostro, para quela gente note que están ayunando. Yo lesaseguro que ya recibieron su recompen-sa. Tú, en cambio, cuando ayunes, per-fúmate la cabeza y lávate la cara, paraque no sepa la gente que estás ayunan-do, sino tu Padre, que está en lo secreto;y tu Padre que ve lo secreto, te recom-pensará». Palabra del Señor.

Breve reflexión

Iniciamos la Cuaresma, con el sacramental dela imposición de la ceniza y con una actitud

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sincera de conversión. Desde este Miércoles deCeniza hasta la Semana Santa, estamos llamadosa recorrer un camino de conversión en el querecuperaremos y reavivaremos la gracia de nues-tro Bautismo y nos reconciliaremos con Dios, connosotros mismos y con nuestros hermanos.

El Evangelio de este Miércoles de Ceniza, nosayuda a comprender cómo practicar las tres obrasde piedad: oración, limosna y ayuno, y cómollevarlo a la práctica. Compartir nuestros bienes con los pobres (li-

mosna). Ordenar nuestros impulsos y deseos (ayuno). Y orar a nuestro Padre Dios a ejemplo de Jesús

(oración).Las palabras de Jesús que meditamos nos

invitan a la creatividad, para vivir estas tres obrasde piedad, tan importantes de la vida cristiana,que nos dispongan a la conversión del corazón,que implica un sincero arrepentimiento y un cam-bio de vida que nos transforme en mejores testi-gos y seguidores de Jesús.

Tomar ceniza supone una actitud interior dearrepentimiento, un deseo verdadero y eficaz devolvernos a Dios, de convertirnos interiormente,de comenzar una vida nueva, de aprovechar eltiempo, este tiempo especial de gracia que paranosotros representa la Cuaresma.

Imposición de la ceniza

El celebrante impone la ceniza a todos lospresentes que se acercan y dice a cada uno:«Arrepiéntete y cree en el Evangelio». Contesta-mos: Amén.

Mientras el sacerdote o el ministro imponen la ceniza cantamos:

Cantos: Caminaré en presencia del Señor. Perdón, Señor perdón.

Terminada la imposición de la ceniza se leenlas siguientes peticiones.

Peticiones

Guía: Pidamos al Señor, que no nos tratesegún nuestros pecados sino que tenga misericor-dia de nosotros y escuche nuestras súplicas.

Todos:

Ten piedad y misericordiade nosotros Señor.

1. Por la Iglesia, para que el Señor la guíe porcaminos de santidad, y sea cada vez más signodel amor de Dios en el mundo. Oremos alSeñor.

2. Por todas las naciones de este mundo, para queencuentren la justicia, la fraternidad y la pazque todos anhelamos. Oremos al Señor.

3. Por todos los cristianos para que seamos verda-deros testigos de Cristo en el mundo y con suayuda comencemos una nueva vida. Oremosal Señor.

4. Por los enfermos y por quienes los cuidan, paraque este tiempo de gracia les anime y fortalez-ca. Oremos al Señor.

5. Por todas las familias, para que en este tiempode gracia puedan fortalecer su misión comoprincipal escuela de valores humanos y cristia-nos. Oremos al Señor.

6. Por los que formamos esta comunidad, paraque al acercarnos a recibir la ceniza, nos deci-damos a vivir las prácticas cuaresmales, quenos preparan a celebrar el Misterio Pascual.Oremos al Señor.

Guía: Terminemos nuestra celebración con laoración que nuestro Salvador nos ha enseñado:Padre nuestro.

Oración final

Guía: Padre de misericordia, concede a quie-nes hoy hemos celebrado con fe el inicio de lacuaresma, la fuerza de tu Espíritu para ser hom-bres y mujeres que se van renovando cada día. PorJesucristo nuestro Señor. Amén.

Mientras se santigua dice: El Señor nos bendi-ga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vidaeterna. Amén.

Canto:CAMINARÉ EN PRESENCIA DEL SEÑOR.


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Monición: Hermanos estamos en el caminocuaresmal para celebrar con Jesús los misteriosde nuestra salvación; es tiempo de gracia denuestro Padre Misericordioso para vivir en amistadcon Él y nuestros hermanos. Es oportuno hacer unalto para reconocer nuestro barro para dejarnoshacer por Él.

PRIMER MOMENTOCanto:

YO SOY EL AGUA VIVAhttps://youtu.be/YeY46paP3oA .

Guía: Seamosconscientes que a lolargo de nuestravida, hemos ido abeber en otros po-zos para saciar nues-tra sed; éstas aguasno han logrado qui-tar la sed que alber-ga en nuestra alma.Al igual que laSamaritana el SeñorJesús viene hoy anuestro encuentropara saciar nuestrased. Él nos da a be-ber del agua viva, la única que pude colmar la seddel corazón. Signo: Entregar a cada participante el dibujo o

el cántaro y leemos el Evangelio de San Juan 4,5-26, de manera personal. (Momento de silen-cio y música instrumental para favorecer lareflexión)

En el silencio, tomemos conciencia de aquellosmomentos en que hemos saciado nuestra sed enaguas que no son el Agua de la Vida y que noshan alejado del Dios misericordioso.ORACIÓN: Señor, Tú me sondeas y me

conoces. Sabes que mi corazón anda siempre

inquieto, ansioso, anhelante. Tengo muchas co-sas, no carezco de nada. Pero los dioses y seño-res de la tierra no me satisfacen. El cántaro quelleno con mis obras y mis ajetreos cotidianos seme antoja cada día más incapaz de saciar mi sedde vida plena. Recorro calles y plazas, con micántaro en las manos. No me bastan las aguasturbias y efímeras que soy capaz de retener en él.Como busca la cierva corrientes de agua, así tebusco, Dios mío. Como tierra reseca, agostada,sin agua, mi alma tiene sed de ti, y espera,resistente, que tu lluvia me empape y convierta

mi desierto en ver-gel, que tu torrenteme inunde y de miseno corran ríos deagua viva. Que tumisericordia no re-tarde tu Promesa,Señor, que mi an-helo la atraiga; quemi vida rendida a tuEspíritu consientaen mí la mismatransformación queobró en la samari-tana; que, dejandopor fin mi cántaro,me convierta en tu

discípulo y vaya a comunicar la buena noticia amis hermanos.

· Pasan a que les sirvan agua del cántaro y todos beben de esaagua.

http://www.anunciatasd.org/ArchivosColegiosCAnunciata/CAnunciata/Archivos/

documentospdf/Oraci%C3%B3n%20el%20c%C3%A1ntaro%20y%20la%20sed.pdf

SEGUNDO MOMENTO

Canto: El Señor es mi luz.https://youtu.be/aY4EJLcOf0g

CELEBRACIÓN PENITENCIAL

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Signo: Entregar una pañoleta o vendas parataparse los ojos o mantener los ojos cerradosdurante el momento de la lectura y reflexión.

Lectura del Evangelio de San Juan 9, 1-16«Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de

nacimiento. Y sus discípulos le preguntaron: Rabí(Maestro), ¿quién pecó, éste o sus padres, paraque naciera ciego? Jesús respondió: Ni éste pecó,ni sus padres; sino que está ciego para que lasobras de Dios se manifiesten en él. Nosotrosdebemos hacer las obras del que me envió mien-tras es de día; la noche viene cuando nadie puedetrabajar. Mientras estoy en el mundo, yo soy laLuz del mundo. Ha-biendo dicho esto, es-cupió en tierra, e hizobarro con la saliva yle untó el barro en losojos al ciego, y ledijo: Ve y lávate enel estanque de Siloé(que quiere decir en-viado). El ciego fue,pues, y se lavó y re-gresó viendo. Enton-ces los vecinos y losque antes lo habíanvisto que era mendi-go, decían: ¿No eséste el que se sentaba y mendigaba? Él es, decíanunos. No, pero se parece a él, decían otros. Éldecía: Yo soy. Entonces le decían: ¿Cómo tefueron abiertos los ojos? El respondió: El hombreque se llama Jesús hizo barro, lo untó sobre misojos y me dijo: Ve al estanque de Siloé y lávate.Así que fui, me lavé y recibí la vista. ¿Dónde estáÉl? le preguntaron. Y él les dijo: No lo sé. Llevaronante los Fariseos al que antes había sido ciego. Yera día de reposo el día en que Jesús hizo el barroy le abrió los ojos. Por eso los Fariseos volvierontambién a preguntarle cómo había recibido lavista. Y él les dijo: Me puso barro sobre los ojos,y me lavé y veo. Por eso algunos de los Fariseosdecían: Este hombre no viene de Dios, porque noguarda el día de reposo. Pero otros decían: ¿Cómopuede un hombre pecador hacer tales señales(milagros)?. Y había división entre ellos.

Guía: Hemos vivido situaciones que no noshan permitido ver la de Cristo, esa luz que iluminanuestra vida, nuestras decisiones y modo de rela-cionarnos.

En silencio revisémonos ante Jesús, Luz delmundo y seamos conscientes de lo que está oca-sionando el hecho de que caminemos en la oscu-ridad. Mira también qué te está ofreciendo Dios,para acercarte a Él, y permite que penetre en elfondo de tu corazón y disipe toda tiniebla. Todosse vendan los ojos, con lo que traigan.

ORACIÓN: Danos, Señor tu luz para mirar lavida con los ojos del Evangelio. Ayúdanos a

confiar en ti, contodo nuestro cora-zón, para aprender aponer en tus manostoda nuestra existen-cia. Necesitamoscambiar y volver aTi, queremos vivirla conversión y for-talecer nuestra fe.Quita la venda denuestros ojos quenos impide descu-brir a los demáscomo hermanos.Quita la venda de

nuestro corazón que nos impide sentir y vivirmovidos por tus enseñanzas. Aclara nuestra mi-rada, danos tu luz, cambia la ceguera de nuestrospecados, para creer y vivir como discípulos. Amén.

http://www.buenasnuevas.com/biblia/orar/orarconlapalabra-17.htm

· Se quitan la venda unos a otros

TERCER MOMENTOCanto: La resurrección de Lázaro https://

youtu.be/ep8EfY19_6USigno: Letrero: SAL FUERAGuía: Jesús dueño de la vida, nos invitas a

vivir en Ti, por este motivo las palabras dirigidasa Lázaro, son también un imperativo o mandato acada uno de nosotros a salir de todas aquellas


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situaciones, circunstancias, decisiones o actitu-des que nos quitan vida, que nos mantienen ata-dos y sumergidos en la oscuridad del pecado.Salir fuera de nuestros egoísmos, salir fuera denuestras seguridades,salir fuera de nuestrosvicios, salir fuera denuestras zonas de con-fort y que nos quitanvida. Salir fuera es tam-bién una invitación a iral encuentro de nues-tras familias, de nues-tros compañeros de tra-bajo, de nuestros veci-nos, de las personas quenos hemos alejado porpleitos, discusiones,malos entendidos, parareunirnos en torno a Jesús, Resurrección y Vida.

Entregar una papeleta con la frase: SAL FUE-RA y escribir la respuesta a éstas preguntas: ¿De qué necesito salir para tener la vida de Jesús? ¿Hacia qué personas en concreto necesito salir

para restablecer lazos de unidad?

CUARTO MOMENTOMonición: Somos parte de la familia de los hijos

de Dios, invitados a vivir la misericordia, elamor, el perdón y ser testigos de la vida enCristo. Como signo de reconciliación con nues-tros hermanos y nuestra comunidad, recitemosjuntos el salmo 50 que expresa el dolor dehaber fallado al amor misericordioso de Dios.

Coro 1: Ten piedad de mí, oh Dios, por tu amor,por tu inmensa compasión borra mi culpa, lavadel todo mi maldad, limpia mi pecado. Pues yoreconozco mi culpa, tengo siempre presentemi pecado: contra ti, contra ti sólo pequé, hicelo que tú detestas.

Coro 2: Por eso eres justo cuando dictas sentenciae irreprochable cuando juzgas. Yo soy culpa-ble, desde que nací, pecador desde que meconcibió mi madre. Pero tú amas el corazónsincero, en mi interior me enseñas la sabiduría,lávame y quedaré más blanco que la nieve.

Coro 1: Hazme sentir el gozo y la alegría y sealegrarán los huesos quebrantados. Aparta tuvista de mis pecados, borra todas mis culpas.Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, renue-

va dentro de mí un es-píritu firme; no mearrojes de tu presencia,no retires de mí tu san-to Espíritu.Coro 2: Devuélvemela alegría de tu salva-ción, fortaléceme contu espíritu generoso;enseñaré a los malva-dos tus caminos, los pe-cadores se convertirána ti. Líbrame de lamuerte, Dios salvador

mío y mi lengua anunciará tu fidelidad. Abre,Señor, mis labios y mi boca proclamará tualabanza.

Coro 1: Pues no es el sacrificio lo que te compla-ce, y si ofrezco un holocausto no lo aceptarías.El sacrificio que Dios quiere es un espírituarrepentido: un corazón arrepentido y humi-llado Tú, oh Dios, no lo desprecias.

Coro 2: Favorece a Sión por tu bondad, recons-truye las murallas de Jerusalén. Entonces teagradarán los sacrificios prescritos, holocaustosy ofrenda perfecta: sobre tu altar se ofreceránnovillos.

Todos: Gloria al Padre, y al Hijo y al EspírituSanto. Como era en el principio, ahora y siem-pre por los siglos de los siglos. Amén.

Guía: El símbolo de la paz, es el gesto que hadistinguido a la comunidad cristiana desde susorígenes, por esto como signo de que somoshermanos, demos un saludo de paz y fraterni-dad a quien está a nuestro lado.Vayamos con nuestras familias y nuestra co-

munidad a dar testimonio del amor y la misericor-dia de Dios, que aquí hemos reflexionado y com-partido.

Canto:TE DOY GRACIAS JESÚS.

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Monición: Uno de los ritos del Jueves Santo,dentro de la celebración de la Cena del Señor, esla reserva del Pan consagrado para la adoraciónde los fieles (altar donde se deposita el Cuerpo delSeñor). Nació como un gesto práctico de guardarla Eucaristía para la comunión del Viernes Santo,día litúrgico y de ahí se desarrolló en un gesto parafavorecer la adoración en la tarde-noche del Jue-ves Santo. Antes este monumento era una especiede sepulcro donde se guardaban las formas, in-cluso se enterraban, se colocaban guardias a loslados. Con esta tradición se hizo popular la horasanta, especialmente los jueves, recordando eldía en que el Señor Cena con sus discípulos. En elpresente la celebración del jueves Santo, consisteen una oración de contemplación, profunda,meditativa, de alabanza, de adoración; iniciandoasí, la Pascua del Señor.

En esta hora Santa acompañamos a Jesús queha vivido momentos intensos. Los discípulosquieren descansar, pero no le dejan solo. Estatarde nuestra iglesia, nuestros grupos serán elCenáculo, donde Jesús Cena con nosotros y nosparte el Pan. Jesús repite en cada Eucaristía susPalabras y sus signos. Fueron tantos y tan densosque queremos recordarlos, volver a meditarlos.

En esta hora santa, Cristo está aquí; nosotrostambién queremos estar con Él, para adorarlo,acompañarlo y agradecerle su gran Amor. Acep-tando con mucha gratitud el Pan y el Vino nuevosy para iniciar con Él, el Misterio Pascual de suMuerte y Resurrección.

Canto: Se quedó con nosotros el SeñorGuía: A cada frase respondemos: Jesús, que-

remos velar contigo.Guía: Después de acompañarte a cenar como

tus discípulosGuía: En tu noche de entrega, en tu noche de

soledad, en tu hora difícil, en tu lucha y agonía.Guía: Cuando todos te abandonan, cuando

Judas te traiciona, cuando el Sanedrín prepara tucondena

Guía: Cuando los discípulos duermenGuía: Cuando te entrega uno de tus amigosGuía: Cuando los soldados te prendenGuía: Cuando Pedro te niega tres vecesAmar como Jesús nos amaLector: «Mi mandamiento es éste: que se

amen unos a otros como yo los he amado. Nadietiene mayor amor que el que da la vida por susamigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo queles mando. Ya no los llamo siervos, pues el siervono sabe qué hace su señor; yo los he llamadoamigos porque les he dado a conocer todas lascosas que he oído a mi Padre. No me eligieronustedes a mí, sino yo a ustedes; y los designé paraque vayan y den fruto y su fruto permanezca, a finde que todo lo que pidan al Padre en mi nombre selos conceda. Esto les mando: ámense los unos alos otros» (Jn 15, 12-17).

Guía: Dejamos un espacio de silencio parameditar el texto bíblico que hemos escuchado.

Con un amor que sirve«¿Comprenden lo que acabo de hacer con

ustedes? Ustedes me llaman el Maestro y Señor;y tienen razón, porque efectivamente lo soy. Puesbien, si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado lospies, ustedes deben hacer lo mismo unos conotros. Les he dado ejemplo, para que hagan uste-des lo mismo que yo he hecho con ustedes» (Jn13,12-15).


Canto: Un mandamiento nuevoCon un amor que se entrega«Después tomó pan, dio gracias, lo partió y lo

dio diciendo: Esto es mi cuerpo, que se entregapor ustedes; hagan esto en memoria mía. Y des-pués de la cena, hizo lo mismo con el cáliz

LA HORA SANTADE JUEVES SANTO


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diciendo: Este es el cáliz de la nueva alianzasellada con mi sangre, que se derrama por uste-des» (Lc 22, 19-20).

Canto: Eucaristía milagro de amorCon un amor que es paciente y comprensivo«Después de cantar el salmo, salieron para el

Monte de los Olivos. Jesús les dijo: Todos meabandonarán, como está escrito: Heriré al pastory se dispersarán las ovejas. Pero cuando resucite,iré antes que ustedes a Galilea. Pedro replicó:Aunque todos caigan, yo no. Jesús le contestó: Teaseguro, que tú hoy, esta noche, antes que el gallocante dos veces, me habrás negado tres. Pero élinsistía: Aunque tenga que morir contigo, no tenegaré. Y los demás decían lo mismo. Fueron auna finca, que llaman Getsemaní, y dijo a susdiscípulos: Siéntense aquí mientras voy a orar. Sellevó a Pedro, a Santiago y a Juan, empezó a sentirterror y angustia, y les dijo: Me muero de tristeza:quédense aquí velando» (Mc 14, 26-34).


Canto: Entre tus manosCon un amor generoso«De nuevo se apartó y oraba repitiendo las

mismas palabras. Volvió, y los encontró otra vezdormidos, porque tenían los ojos cargados. Y nosabían qué contestarle. Volvió y les dijo: Ya pue-den dormir y descansar. ¡Basta! Ha llegado la hora;miren que el Hijo del Hombre va a ser entregado enmanos de los pecadores. ¡Levántense, vamos! Yaestá cerca el que me entrega» (Mc 14,39-42).


Oración: Señor te quedas solo; será un rato.Nosotros siempre estamos aquí contigo, esperan-do tu amor definitivo. Tú eres realmente, el Cris-to, el que ha de venir. Tú eres el amor de Dios. Unamor que ayuda, acoge, alienta, abraza; un amorde amigo, de hermano, de alguien que no nosabandona. Haznos ser más seguidores tuyos, quepodamos parecernos a ti, que acojamos a todoscon un corazón grande como el tuyo. En el triduoPascual que celebramos queremos ser como Tú,y estar más cerca de ti y de nuestros hermanosnecesitados.

Lector 1: Señor, gracias por entregarte pornosotros y por quedarte como alimento de vidaeterna, en el Pan y el Vino en cada Eucaristía.

Lector 2: No alcanzamos a comprender lagrandeza de tu presencia en la Eucaristía, en laEscritura y en la Iglesia, pero creemos en ti.

Lector 1: Señor Jesús, eres luz, fuerza, amor,perdón, entrega, libertad, vida, verdad y el cami-no por donde estamos invitados a llegar a Dios.

Lector 2: Es de noche, pero nos iluminas, tesientes débil ahora, pero sigues dando fuerza, nospides que amemos, pero tú nos amas primero.

Lector 1: Gracias por tu presencia en estaHostia Santa. En tu presencia, recordamos a to-dos los que se sienten solos y abandonados, queestán enfermos, que sufren, que son perseguidosa causa de la justicia, que no pueden dar de comera sus hijos, que sufren la guerra y los que vivencualquier tipo de sufrimiento.

Lector 2: Muchos viven un Getsemaní muyactual y muy vivo; pero ahí estás tú con ellos ycon cada uno de nosotros. Por esto queremosestar unidos a Ti, orar por todas esas personasy decirte que te amamos y queremos amar yentregarnos como Tú lo haces aunque tambiénsintamos en ocasiones la soledad, el abandonoy la confusión.

Monición: Hemos vivido una hora santa acom-pañando al Señor. Las prolongadas horas de laagonía de Jesús han transcurrido ya para dar lugara una jornada de tormentos, aflicciones y horas deagonía sobre la Cruz. Son acontecimientos en losque nuestra fe se fortalece, ya que mueve lo másprofundo de nuestra fe. Los misterios de la Pa-sión, Muerte y Resurrección del Señor, son unúnico Misterio Pascual, la Vida que se entrega poramor, pero que triunfa de la muerte. Celebremoseste Triduo Pascual, renovando y fortaleciendonuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor alSeñor de nuestra vida.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.Oración: Gracias Señor por concedernos

acompañarte en este momento, gracias por dejar-nos orar contigo y a ti. Gracias por enseñarnos ymandarnos a que amemos, a que sirvamos, a quevivamos el gran regalo de la Eucaristía. Amén.

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El ejercicio piadoso de rezar la vía crucisprovee de una fuerza espiritual a los fieles. Y asícontemplamos el misterio de Salvación.

El vía crucis es algo más que devoción, escontemplar la entrega de Jesús paso a paso. Loshechos que contemplamos en estas estacionessucedieron públicamente; la humanidad vivió losúltimos acontecimientos de la vida de Jesús.

El Espíritu Santo produce en cada uno de losque contemplamos la vía crucis, una conversióndel corazón, siempre orientada al amor, a mejorarnuestras relaciones interpersonales, a vivir losvalores del rei-no y fortalecerlos lazos de lavida comuni-taria.

El vía cru-cis nos lleva ala conversión.Todo cambiode vida no sólose realiza ennuestro inte-rior, sino tam-bién se traduce en acciones concretas, en lo quehacemos normalmente todos los días. Aunqueparezcan pequeñas e insignificantes acciones.

Jesús con su modo de vivir nos muestra uncompromiso por todos los hombres, entregandosu vida en la Cruz. No hay mayor amor y compro-miso más grande que dar la vida.

En la contemplación del camino de la Cruz,Jesús nos invita a comprometernos, siendo másjustos, pacíficos, auténticos y más amigos de Él ytratar a los demás como Él lo haría.

La vía crucis nos invita a salir del individualis-mo, del egoísmo, de la envidia e indiferencia, dela corrupción y del materialismo, para compro-meternos a cambiar la realidad que estamos vi-viendo.

Materiales e indicaciones:

· Tener periódico para cada persona.

· Colocar previamente en los lugares de cada estación surespetivo letrero e imagen.

· Contar con los lectores necesarios

· Después de leer la reflexión de cada estación, propiciar unmomento de silencio para meditar.

· Preparar hoja de cantos para los participantes o proponercantos conocidos para que participe la gente.

Oraciones iniciales

Por la Señal…Acto de Contrición: Señor

mío Jesucristo, Dios y Hombreverdadero, Creador, Padre y Re-dentor mío, por ser quien eres yporque te amo sobre todas lascosas, me pesa de todo corazónhaberte ofendido; propongo fir-memente nunca más pecar, apar-tarme de todas las ocasiones deofenderte, confesarme y cumplirla penitencia que me fuera im-puesta. Ofrezco, Señor mi vida,

obras y trabajos, en satisfacción de todos mispecados, y así como lo suplico, así confió en tubondad y misericordia infinita, que me perdona-rás, por los méritos de tu preciosísima sangre,pasión y muerte, y me darás la gracia para enmen-darme y perseverar en tu santo amor y servicio,hasta el final de mi vida. Amén.

Ofrecimiento

Señor mío Jesucristo que nos invitas a tomar laCruz y seguirte, caminando tú delante para dar-nos ejemplo: danos tu luz y tu gracia al meditar eneste Vía Crucis.

Madre Dolorosa, inspíranos los sentimientosde amor con que acompañaste en este camino dedolor y entrega a tu Divino Hijo. Amén.

VIACRUCIS


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PRIMERA ESTACIÓN

JESUS CONDENADOA MUERTE

Guía: Te adoramos, Cristo y te bendecimosTodos: Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.

«Pilato al oír esto, mandó que sacaran fuera aJesús y lo sentó en el tribunal, en el lugar conoci-do con el nombre de Enlosada (que en lengua delos judíos se llama Gábatta). Era la víspera de lafiesta de la pascua, hacia el mediodía. Pilato dijoa los judíos: ¡Aquí tienen a su rey! Ellos comen-zaron a gritar: ¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! «Pilatoinsistió: ¿Cómo voy a crucificar a su rey? Pero losjefes de los sacerdotes contestaron: Nuestro úni-co rey es el emperador romano. Entonces Pilatoles entregó a Jesús para que lo crucificaran» (Jn19,13-16).

Signo: Toma un periódico y ponlo sobre tuslabios.

Guía: Jesús es condenado a muerte por lacobardía de muchos y por el silencio de casitodos. Nadie se atreve a hablar. Saben que esinocente. Sólo hablan para ofenderle, para gri-tarle mentiras, todos saben, que es inocente. Elsilencio de sus amigos, quizá sea el que más leduela, nadie le defiende, es presentado comoun malhechor. No es posible, que nadie seanime a defenderle. Realmente Jesús es ino-cente. Pero ahora se escuchan gritos y acusa-ciones.

Un Joven: Es ese silencio el que hace tantodaño, cuantas veces yo me he callado ante situa-ciones de mi familia, porque tengo miedo y eso hahecho daño, he guardado silencio ante un maltra-to familiar, me he quedado callado ante un abusosexual de algún familiar o conocido, me he que-

dado mudo ante una amiga que ha decidido abor-tar. He callado hasta mi pecado, sólo por pena yvergüenza, me he callado ante la injusticia, losrobos, la venta de droga; por eso hoy que miro aCristo acusado y que nadie le defiende, me datanta pena mi situación. Soy consciente que misilencio y cobardía han hecho daño. Me escudo enuna supuesta prudencia, pero en realidad es co-bardía.

Todos: Señor, ayúdame a saber utilizar mivoz para lo que es, para anunciar, para hablarcuando tenga que hablar y saber callar cuandodebo callar. Que por mi silencio o mis palabrasnadie sea condenado o salga lastimado. Que entoda situación sepa dar testimonio de ser cris-tiano.· Señor pequé, ten misericordia de mí,· Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.· Padre nuestro, Ave María y Gloria.

SEGUNDA ESTACIÓN

JESÚS CARGACON LA CRUZ


«Se hicieron, pues, cargo de Jesús quien, lle-vando en hombros su propia cruz, salió de laciudad hacia un lugar llamado la Calavera (que enlengua de los judíos se dice Gólgota)» (Jn 19,16-17).

Signo: Coloca el periódico en tu espalda.Guía: Jesús toma una pesada cruz, un madero

para morir como un criminal. El camino que ha derecorrer es largo, pero Jesús, no le pone peros a su

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Cruz, no reniega de ella, se abraza a ella y empie-za un camino que será muy largo y difícil.

Una joven: Así quisiera ser yo como tu Jesússaber llevar mi cruz con amor, pero a mí mecuesta llevar mi cruz, le tengo miedo al sufri-miento, parece ser que sólo busco el placer, elmaterialismo, el individualismo o lo que mehaga sentir cómodo. Cualquier responsabilidaden mi familia no la quiero, no estoy feliz connada, juzgo a mis padres, hermanos, amigosporque me corrigen y creo, según yo, que mecargan una cruz. Pero no me doy cuenta que yosoy cruz para los demás tan solo por mi forma deser, de responder y de actuar. Se ha vuelto unaverdadera cruz para los que viven conmigo. Micruz no la quiero cargar, pero que sí quiero quelos demás la carguen.

Todos: Señor, no puedo seguir así, enséñame,ayúdame a entender que la vida es dolor, quemuchas veces el sufrimiento nos ayuda a apren-der, a valorar y afrontar con mayor fortalezacualquier situación que nos venga. Enséñame aentender y a poner en práctica que el camino de lagloria, está en saber cargar la Cruz.· Señor pequé, ten misericordia de mí,· Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.· Padre nuestro, Ave María y Gloria.

TERCERA ESTACIÓN

JESÚS CAEPOR PRIMERA VEZ


«Ofrecí la espalda a los que me golpeaban,mis mejillas a los que tiraban mi barba; no

oculté la cara ante los insultos y salivazos» (Is50, 6).

Signo: Coloca el periódico en el piso, híncatesobre él.

Guía: El peso de la Cruz es demasiado, es muydesproporcionado el tamaño y peso de la Cruz asu cuerpo, además, el camino es largo. Cae Jesús,porque es un ser humano que no puede con esaCruz, que ni siquiera le pertenece. Pero no sólo esla Cruz, es lo difícil del camino, es el sol abraza-dor, son los golpes y las burlas, todo se combinay Jesús se derrumba.

Padre de familia: Así también nos pasa anosotros, fácilmente nos caemos por el camino dela vida, el sol de la desesperación nos tumba,quizá las incomprensiones en la familia, el nosaber cómo educar a nuestros hijos, la insatisfac-ción interior que experimentamos, la falsedad enlas amistades, el vivir alejados de Dios siguiendoúnicamente nuestros criterios humanos y antetodo el experimentar que nada sacia nuestro cora-zón. Se convierten en puñaladas, que cuandomenos pienso me miro en el suelo. Pero soyconsciente de que muchas de mis caídas son pormi propia culpa, yo no he sabido caminar según loque Dios me enseña en su Palabra. Me equivoco,he preferido a mis amigos y diversiones que aestar en casa con mi familia. He andado buscandono sé qué tantas cosas, que ahora que volteo y meveo, me descubro caído. He hecho mi vida difícil,por mi forma de ser, por mis corajes, mi soberbia,mi individualismo, mi autosuficiencia, mis odiosy rencores, y así no se puede caminar. Por esocaigo. Y esos golpes duelen mucho, me he lasti-mado.

Todos: Señor ayúdame, no dejes que me ga-nen, la impotencia, la soledad, el individualismo,el sin sentido de la vida. No quiero estar tirado.Señor levántame.

· Señor pequé, ten misericordia de mí,

· Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

· Padre nuestro, Ave María y Gloria.


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CUARTA ESTACIÓN

JESÚS SE ENCUENTRACON SU SANTISIMA MADRE


«Simeón los bendijo y dijo a María, su madre:Mira, este niño hará que muchos caigan o selevanten en Israel. Será signo de contradicción,y a ti misma una espada te atravesará el corazón»(Lc 2,33-34).

Signo: Une tu periódico con la persona quetienes a tu lado.

Guía: Acompañado de una muchedumbre depersonas: niños, jóvenes, gente de buenos senti-mientos, allí también se encuentra María, queve, como su Hijo está sufriendo. Él la ve triste yafligida, pero la Madre, con su presencia leanima.

Adolescente: Jesús ama a su Madre, y a mí seme dificulta poder llevar una buena relación conmi mamá. En ocasiones la he maltratado, le hegritado, incluso hasta insultado, porque no tengopaciencia para poderla aceptar, porque me ima-gino que no me toma en cuenta, o me molestocuando me dice cómo debo comportarme y vivirmi vida.

Mamá: En ocasiones no he podido ser buenamadre para mis hijos, les grito, los insulto confrecuencia porque no me hacen caso, porque nome escuchan, ni me entienden. Se me olvida quese necesita el amor, el cuidado y la atención deunos padres responsables, que inculquen valo-res, que pongan el ejemplo, que sepan vivir, queenseñen pacientemente con el testimonio. Queaprendan a amar de verdad.

Todos: Señor, enséñame a ser más paciente yaceptar a mis padres tal como son, con sus virtu-des y defectos, a amarlos como tú los amas;apoyarlos y ser obedientes en todo, a comprenderque también ellos se cansan; quiero comprenderque sólo con el ejemplo y el testimonio tendré unamejor familia. Enséñame a orar por mis padres.· Señor pequé, ten misericordia de mí,· Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.· Padre nuestro, Ave María y Gloria.

QUINTA ESTACIÓN

EL CIRINEO AYUDA A JESÚSA CARGAR LA CRUZ


«Cuando lo llevaban para crucificarlo, detu-vieron a un tal Simón de Cirene, que venía delcampo, y le cargaron la cruz para que la llevaradetrás de Jesús» (Lc 23, 26).

Signo: Ayuda al de tu lado a cargar su perió-dico.

Guía: Simón de Cirene, un campesino que nosabía lo que ocurría, y los soldados lo agarraronpara que ayudara a Jesús a cargar la Cruz, pues, seencontraba agotado y sin fuerzas para seguir. ElCirineo movido por miedo y motivado por lagracia, también se abraza a la Cruz de Cristo.

Un joven: El Cirineo no se la pensó dos vecesen ayudar a Jesús, ni se dejó atemorizar, si no quelo apoyó y le dio ánimos para seguir. Yo, muchasveces le niego una moneda a la persona necesita-da, o en mi casa, me niego a apoyar con las laboresdel hogar, me canso de servir a mi familia y a las

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personas que me rodean, en mi trabajo no megusta ayudar a las personas con las que me tocacompartir el trabajo. El Cirineo nos invita a sersolidarios con los que sufren. Aprendamos atomar nuestra cruz y cargar con ella y al mismotiempo sepamos solidarizarnos con todos, espe-cialmente con nuestra propia familia y comuni-dad parroquial.

Todos: Señor ayúdame a seguir el ejemplo delCirineo, que sin reclamar o sin querer que mereconozcan todo el bien que puedo hacer, sepaayudar a las personas. También ayúdame a dejarde hacer esas cosas que dañan a los demás.· Señor pequé, ten misericordia de mí,· Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.· Padre nuestro, Ave María y Gloria.

SEXTA ESTACIÓN

LA VERÓNICA LIMPIAEL ROSTRO DE JESÚS


«Lo mismo que muchos se horrorizaban alverlo, porque estaba tan desfigurado que no pare-cía hombre ni tenia aspecto humano» (Is 52,14).

Signo: Con tu periódico cubre la cabeza delque está a tu lado.

Guía: La Verónica se abrió paso entre la mul-titud; tierna y valientemente limpió el rostro deJesús, empapado en sudor, sangre y sufrimiento.

Una joven: Conforme voy caminando me doycuenta lo mucho que he fallado, que en ocasionesle he dado la espalda a mis papás, hermanos, o amis hijos que necesitaban de mi apoyo. Perosiempre quiero que estén allí cuando yo los ne-

cesito, no me doy cuenta que con mi actitud losestoy lastimando. Siempre preocupándome máspor mí que por ellos. Me doy cuenta que no séapoyar a los que necesitan de mí, en mi comuni-dad. Siempre estoy pensando en mi propio bien,egoístamente. Con mi actitud individualista, nopienso en el sufrimiento de los demás.

Todos: Señor, aumenta en mí el valor de lasolidaridad, de la caridad y del servicio hacia losdemás. Ayúdame a ser mejor persona para losdemás y a entregarme con generosidad, cuandoalguien, especialmente de mi familia, amigos,barrio me necesiten.· Señor pequé, ten misericordia de mí,· Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.· Padre nuestro, Ave María y Gloria.

SÉPTIMA ESTACIÓN

JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ


«Él llevaba nuestros sufrimientos, soportabanuestros dolores. Nosotros lo creíamos castigado,herido por Dios y humillado, pero eran nuestrasrebeldías las que lo traspasaban, y nuestras culpaslas que lo trituraban. Sufrió el castigo para nuestrobien y con sus heridas nos sano» (Is 53, 4-5).

Signo: Coloca tu periódico en tu cuello ysiéntate en el suelo.

Guía: Si, por segunda vez, cae Jesús y es queparece que no va aguantar, es muy duro elcamino. El Maestro ha besado el suelo con suslabios, esos labios que antes bendijeron, dieronánimo, callaron al viento y al mar, ahora estánllenos de tierra y de sangre. Cristo ha caído y


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parece que no se puede levantar.Un papá: Cuando contemplo esta escena, me

queda más clara mi vida, y me pregunto ¿Cuántasveces tengo que caer para darme cuenta de mirealidad? ¿Hasta cuándo entenderé que no puedoseguir arrastrándome? ¿Quién me ha dicho queno puedo levantarme de dónde estoy caído? Lacaída de Jesús es lógica, lleva una Cruz que no esde Él; pero yo caigo por mi propio gusto, no eslógico lo que yo vivo, acaso ¿Estoy ciego? Algoestá pasando en mí. Por eso contemplo a Jesúscaído por tierra. Y quiero decirte Jesús que meayudes a levantarme, auxiliado con esa fortalezaque tú me comunicas a pesar de tu cansancio. Nopuedo quedarme ahí, tú eres mi fuerza para seguiradelante.

Todos: Señor, no permitas que yo permanezcatirado, sabes que yo soy tan frágil y tan débil, queme provoco mis propias caídas, por eso mismo,Señor ven en mi auxilio. No me dejes, solo nopuedo, ayúdame a levantarme.· Señor pequé, ten misericordia de mí,· Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.· Padre nuestro, Ave María y Gloria.

OCTAVA ESTACIÓN

JESÚS CONSUELA A LAS MUJERES


«Lo seguía una gran multitud del pueblo y demujeres, que se golpean el pecho y se lamentabanpor él. Jesús se dirigió a ellas y les dijo: Mujeresde Jerusalén, no lloren por mí; lloren más bien porustedes y por sus hijos» (Lc 23, 27-28).

Signo: Con tu periódico cubre la cabeza de unamujer.

Guía: Jesús apenas puede caminar, apenastiene aliento, pero tiene tiempo para consolar,para dar una palabra de aliento, Jesús es muysensible al sufrimiento humano. Anima y consue-la. Jesús no se queda encerrado en su dolor ysufrimiento.

Una mujer: Miro a Cristo y veo la enormediferencia que hay entre Él y yo. Y es que yo,siempre quiero ser comprendida, entendida; yo,siempre yo. Me doy cuenta que muchas de laspalabras que digo y pronuncio no son de aliento nide ánimo para los demás, más bien digo muchascosas que los desaniman, los hago sentir mal, mefijo siempre en sus defectos. Me da tristeza pen-sar en el mal trato que les damos a las personascon quienes convivimos: mujeres, jóvenes, ni-ños, pobres, enfermos, ancianos. Me da pena yme avergüenzo, no me parezco a Jesús. Yo hehumillado, pisoteado, abandonado y engañado alos demás.

Todos: Señor, perdóname, por ser una personatan insensible, por no tener palabras y actitudes decomprensión, de caridad y de ánimo.· Señor pequé, ten misericordia de mí,· Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.· Padre nuestro, Ave María y Gloria.

NOVENA ESTACIÓN

JESUS CAE POR TERCERA VEZ


«Vengan a mí todos los que están fatigados yagobiados, y yo los aliviaré. Carguen mi yugo yaprendan de mí, que soy sencillo y humilde decorazón, y encontraran descanso para sus vidas»(Mt 11, 28-29).

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Signo: Pon tu periódico en el suelo ysobre él arrodíllate.

Guía: Allí estás Jesús, el solo mi-rarte me aterra, porque a estas alturasya no tienes fuerzas, parece que nopodrás llegar a Tu destino. Tú quecaminaste sobre las aguas, ya no pue-des caminar.

Un Hombre: Señor Jesús, aquí es-toy hoy, postrado, mis ojos y mi mentehacen un repaso de mí propia historiay de mis caídas que he tenido. Todoesto me aterra y me pregunto ¿Cómoes posible que yo haya caído en esassituaciones pecaminosas y no tenga elvalor de levantarme? Me digo a mimismo ¿Cómo es posible que yo meanimara a tantas cosas? Y me doycuenta con dolor, que soy capaz de esoy más. He tocado fondo, y casi nadiesabe de esas miserias que me han he-cho arrastrarme y que me han llevadoal fracaso, a sentirme derrotado. Quizáhoy mismo me encuentro en esta situa-ción y no sé qué hacer. Pero te miroJesús y si tú pudiste levantarte, yotambién podré hacerlo con tu ayuda.Señor no quiero quedarme tirado oderrotado en el mal, ayúdame a levan-tarme y a seguir esforzándome en ca-minar unido a Ti, siguiendo tu proyec-to que tienes sobre mí.

Todos: Señor, dame tu fuerza,dame tu Espíritu Santo. No quierovivir en la angustia, la tristeza y elllanto. Por eso pido tu gracia para servaliente y seguir adelante con la espe-ranza y la alegría que le puedes dar atú, a mi vida.

· Señor pequé, ten misericordia de mí,

· Pecamos y nos pesa, ten misericordia denosotros.


DECIMA ESTACIÓN

JESÚS ES DESPOJADODE SUS VESTIDURAS


«Al llegar al lugar llamado Gólgota, es decir lugar de lacalavera, dieron a Jesús vino mezclado con hiel para quebebiera, pero después de probarlo, no quiso beberlo. Losque lo crucificaron se sortearon su ropa y se la repartieron»(Mt 27, 33-35).

Signo: Tira el periódico al suelo y písalo, mantenteparado ahí, hasta terminar la estación.

Guía: Jesús fue despojado de sus vestiduras frente a lamultitud que lo observaba para la crucifixión. Lo mirandesnudo, sin vestidura, ¡Que humillación! Nos ha mostradola grandeza de su amor. Su única vestidura fue su piel y susangre que amancillada por los golpes no se deja ver lafigura de hombre, pero que refleja la realidad del hombreque desfigura su imagen, aquella imagen y semejanza queDios le dio cuando lo creó. El hombre que cubre susmiserias con los vestidos de la apariencia, de la mentira, dela hipocresía y de los falsos juicios humanos.

Joven: ¡Qué pena la nuestra, creer que estamos vestidos,pero en realidad estamos envueltos en falsas vestiduras de loque creemos que es el hombre! ¡Qué lastimada se ve nuestrasociedad, humillada por la degradación de la familia! ¡Cuán-tas veces hemos destrozado el rostro de nuestros padres,hermanos, hijos o amigos, por hacer lo que nosotros creemosque nos hace sentirnos más hombres, más a la moda. Perdien-do nuestra dignidad en vicios, diversiones superficiales,infidelidad, divorcio, libertinaje y muchas otras formas deperdernos a nosotros mismos! Y con esto colaboramos a quecada día se desfigure el rostro de la familia y de la sociedadque Dios soñó para nuestra felicidad.

Todos: Señor danos humildad para reconocernos nece-sitado de ti, para quitar de nuestras vidas eso que daña


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nuestra dignidad, esa dignidad con la que Tú noscreaste. Señor ayúdanos a quitarnos esas vestidu-ras de pecado que nos impiden vivir tu proyectode amor y libertad verdadera.· Señor pequé, ten misericordia de mí,· Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.· Padre nuestro, Ave María y Gloria.

DÉCIMO PRIMERA ESTACIÓN

JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ


«Cuando llegaron al lugar llamado la Calave-ra, crucificaron allí a Jesús y también a los malhe-chores, uno a la derecha y otro a la izquierda» (Lc23, 33).

Signo: Coloca el periódico entre tus dedos.Guía: San Pablo nos habla de lo que fue capaz

Jesús al encarnarse: Se abajó hasta la muerte decruz. El sufrimiento es una constante en la vida deJesús. La Cruz es el signo de las incomprensionesdel hombre hacia Jesús, poco hemos entendido suvida. Es por eso que poco lo valoramos, por esoque lo clavamos en esa Cruz, porque al no com-prenderle no vivimos con Él sus sufrimientos, nisabemos darle sentido a nuestro propio dolor ysufrimiento.

Catequista: ¡Cuántos hombres pasan clava-dos en la Cruz de la incomprensión, y cada día sonmás! Y la indiferencia con aquellos que convivi-mos a diario es más grande. Cada día la distanciaentre las personas es más grande, las personasviven metidos en sí mismos y sus intereses, queolvidad a los demás. No saben escuchar los cla-mores de los demás, no nos duele el dolor o

sufrimiento de los otros. En las familias cada díase dialoga menos, no se ora, no hay comprensión,no hay amor.

Los amigos solo se buscan para la diversión,para pasarla bien en el momento.

El ser humano cada día se clava más en su Cruzde la soledad, o en los medios de comunicación,en los vicios, el materialismo, el individualismo,en las tranzas, las mentiras, la falsedad o losengaños.

Todos: Señor, ya no quiero vivir más buscan-do mis propios intereses; no quiero que los demássufran, no quiero ser un clavo de sufrimiento paralos que me rodean.· Ayúdame a ser una persona más responsable,

honesta, que viva como hijo de Dios en santi-dad, siendo coherente en mi vida de fe.

· Ayúdame Señor a ser bendición para mis ami-gos y mi familia.

· Ayúdame a saber vivir la Cruz de la enfermedad,de los contratiempos, de los momentos difíci-les, que siempre la abrace con amor.

· Ayúdame a ser verdadero hermano para aque-llos que necesiten de mi amor, de mi compren-sión, de mi escucha, de mi perdón.

· Señor pequé, ten misericordia de mí,· Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.· Padre nuestro, Ave María y Gloria.

DÉCIMO SEGUNDA ESTACIÓN

JESÚS MUERE EN LA CRUZ


«Hacia el mediodía las tinieblas cubrierontoda la región hasta las tres de la tarde. El sol se

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oscureció, y el velo del templo se rasgó por lamitad. Entonces Jesús lanzó un grito y dijo: Pa-dre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Ydicho esto expiro» (Lc 23,44-46).

Signo: Con tus manos tapa completamente tucara.

Guía: Cristo, la vida ha dejado de existir. Hamuerto la vida ¡Qué desgracia! Vienen a micabeza tus palabras: «Yo soy la resurrección y lavida». «El que cree en mi tiene vida eterna». «Yohe venido para que tengan vida y la tengan enabundancia». Estoy triste y confundido. Contem-plo en mi interior al crucificado y recuerdo queeran como las tres de la tarde. Hay silencio ytinieblas en el Gólgota, unos se asustan, otroscorren, hay confusión. Pregúntate: ¿Qué impactoproduce en mí, la muerte de Jesús?

Adolescente: Me pregunto, sobre el misteriodel ser humano, ¿Para qué vivir? Si al final todotermina en una Cruz. Señor Jesús, miro alrededory me doy cuenta que hoy, como en tu tiempo lavida no se valora, hay mucha confusión y muerteen nuestro mundo, unos corren, otros lloran.Muerte es la palabra que aparece en todos losnoticieros. Hay mucho dolor y muerte, comofruto de la violencia, de las injusticias, de lainseguridad, de la corrupción. Jesús, Tú expresasantes de morir: «Todo está consumado», quisié-ramos y anhelamos que en nuestro País y en todoel mundo ya termine todo lo que nos daña o nosmata. Quisiéramos oír que la violencia y la angus-tia han terminado.

Pero también reflexiono que necesito pensaren mi actitud personal. ¿No estaré colaborandocon la violencia y todo lo que daña desde mifamilia? Me quejo de tantas cosas. Pero, yo ¿Quéestoy haciendo para ser protagonista de paz, dejusticia, de vida y de alegría?

Contemplamos en un momento de silencio aJesús Crucificado.

Todos: Señor me niego a pensar que estásmuerto, que alguien me diga lo contrario, quealguien venga y proclame que en la Cruz no haterminado todo, que no estamos destinados amorir, porque si no, nuestra vida no tendría sen-tido. La muerte no es el final de todo. Tú triunfas

en la Cruz, venciendo todo el pecado que te llevóa estar ahí.· Señor pequé, ten misericordia de mí,· Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.· Padre nuestro, Ave María y Gloria.

DÉCIMO TERCERA ESTACIÓN

JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZY COLOCADO EN LOS BRAZOS

DE SU MADRE


«Había un hombre llamado José, que era bue-no y justo. Era miembro del Consejo de Ancia-nos, pero no había aprobado la decisión y elproceder de los judíos. Era natural de Arimatea,ciudad de Judea, y esperaba el reino de Dios. EsteJosé se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo deJesús» (Lc 23, 50-52).

Signo: Pon tu periódico extendido, en brazosde alguna mamá que tengas cerca de ti.

Guía: Muchas veces yo me he preguntado yme digo: que descaro entregar a María el cuerposin vida de Cristo, su hijo. María es madre, ella loabraza, lo recibe con amor. Es su hijo, lo ama ysufre al verlo así.

Una mamá: Y, sigo pensando en tantas ma-dres que siguen recibiendo con los brazos abier-tos a esos hijos muertos por la droga, por elalcohol, a ese hijo que tiene preferencia porpersonas de su mismo sexo o por tantos otrosvicios. Miro cómo las mamás siguen abrazando yperdonando a sus hijos que se han divorciado, oque se han separado de sus hijos, de su familia.Aún hay madres como María.


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Todos: Señor, gracias porque muchas mamássiguen acogiendo y amando a sus hijos a pesar detodo. Gracias que nos diste una mamá, nos senti-ríamos desprotegidos sino la tuviéramos a Ella.Gracias Señor, porque poquito antes de morir,nos diste a tu Madre como nuestra Madre. Perdo-na y ayuda a todas las mamás que no aman a sushijos, que los desconocen, los matan, los olvidano no los perdonan. Que por la intercesión deMaría, todas las mamás vivan su maternidad alestilo de la Virgen María y a las que ya murierondales el descanso eterno y el don de seguir inter-cediendo por sus hijos.· Señor pequé, ten misericordia de mí,· Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.


DÉCIMO CUARTA ESTACIÓN

JESUS ES COLOCADO EN EL SEPULCRO


«Después de bajarlo, lo envolvió en una sába-na y lo puso en un sepulcro excavado en la roca,donde nadie había sido sepultado» (Lc 23, 53).

Signo: dobla tu periódico y guárdalo en labolsa de tu pantalón o vestido.

Guía: Quisiera gritar que no es justo, pero esdemasiado tarde, cuando pude gritar, le tuvemiedo a la gente, a la autoridad, al que dirán. Hoyparece que es demasiado tarde. El cuerpo deCristo va a la tumba. Ha terminado todo. Fue tanrápido para las personas, pero para Jesús fueeterno. Como eterno es el amor que nos tiene, yfue capaz de darlo todo por amor. Aquí no haymás explicaciones. Se dejó clavar en esa cruzporque nos amó hasta el extremo.

Un papá: ¡Qué bueno que han sepultado aCristo en esa cueva, qué bueno que hasta hanpuesto guardias para cuidarlo! Qué contrariedad.Cuidar a un muerto. Sólo de este modo los incré-dulos llegarán a presenciar el triunfo del Señorsobre la muerte, sobre la Cruz. Allí en esa cuevayace el Señor de la vida y la esperanza. Y estoyconvencido que ese cuerpo que tanto amó flore-cerá.

Todos lo veremos levantarse y florecer esasemilla. Estamos esperando el momento en queesa semilla resucite para nunca más morir.

Todos: Señor, conozco muchos sepulcros, peroninguno como el tuyo. Porque en todos hay muer-te, más en el tuyo hay vida y esperanza. Permíte-me quedarme contigo en este sepulcro que teprestaron, porque quiero morir a mí mismo ydeseo resucitar contigo. Amén.· Señor pequé, ten misericordia de mí,· Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.· Padre nuestro, Ave María y Gloria.

DÉCIMO QUINTA ESTACIÓN:

JESÚS RESUCITA


¿»Por qué buscan entre los muertos al quevive? No está aquí, ha resucitado» (Lc 24, 5-6).

Sacerdote o Catequista: ¡Jesús vive para siem-pre! Esta vida gloriosa es el fruto del dolor acep-tado con amor. También nosotros resucitaremosa una vida nueva. Ésta es nuestra alegría, nuestraesperanza, porque si Jesús resucitó, nuestra espe-ranza no es vana, porque si Jesús resucitó, noso-tros también resucitaremos con Él.

Oración: Señor, al meditar la pasión de tuHijo, hemos recordado también la espada dedolor que traspasó el corazón de María, su madre.Te pedimos que nos ayudes a vivir siempre comoverdaderos cristianos mientras esperamos llegaral cielo. Amén· Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

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Esta oración es llamada tradicionalmente: «Ro-sario de Pésame», porque queremos acompañary consolar a nuestra Madre dolorosa, unirnos aldolor que sufrió la Santísima Virgen María, acausa de la Pasión y Muerte de su amadísimoHijo, nuestro Señor Jesucristo.

INTRODUCCIÓN

En el viernes Santo,como creyentes necesita-mos contemplar y tenernuestro corazón fijo enCristo Crucificado; lamuestra más grande delamor de Dios. Este díaacompañamos a la VirgenMaría, que al pie de la Cruz,ha sufrido junto a su Hijo laPasión y la Muerte. Acuda-mos a la intercesión de laSantísima Virgen Maríaque en medio del sufrimien-to nos ha sido entregadacomo nuestra piadosa y tier-na Madre. Con el rezo delRosario meditaremos en cada uno de los instru-mentos de la pasión. Oremos con María junto alcuerpo tendido de Jesús y acompañemos a mu-chos de nuestros hermanos que sufren por enfer-medades o por otras situaciones y los unimos aldolor de la Virgen María en su prolongada nochede soledad, junto a su Hijo.

Por la señal de la Santa Cruz…

Acto de Contrición.

PRIMER MISTERIO:

La Virgen María encuentra a Jesús, su Hijo,con la Cruz a cuestas camino al Calvario.

Lector: Meditemos en esos terribles momentosen que la Virgen María vive el dolor de ver a su

Hijo adolorido, herido, desfalleciendo de ago-tamiento. María siente la impotencia comoMadre al ver sufrir a su amado Hijo y no poderhacer nada por Él más que dirigirle en mediodel dolor, una mirada amorosa y compasiva desolidaridad y cercanía.

Reflexión: En este miste-rio tenemos presentes atodas las madres o padresde familia que sufren acausa de hijos encarcela-dos, enfermos, drogadic-tos o alcohólicos y que sesienten con la impotenciade no poder ayudarlos asuperar sus sufrimientos.Los acompañamos connuestra oración.

Una familia: Padre Nues-tro, diez Ave Marías yGloria al Padre. Se termi-na cada misterio con lajaculatoria.

Guía: Madre llena de do-lores, haz tú que cuando expiremos…

Todos: Nuestras almas entreguemos, por tus ma-nos al Señor.

Canto: María mírame.

SEGUNDO MISTERIO:

La Virgen María contempla a su Hijo Jesúsque inclina la cabeza y muere.

Lector: Meditemos en el dolor inmenso de unaMadre que ama tanto a su Hijo, la VirgenMaría; cuyo corazón es traspasado al ver a suHijo tan desfigurado y ya sin vida. Y al mismotiempo contempla con fe el misterio de quienha dado su vida con toda conciencia y libertadabandonándose completamente en la voluntad

ROSARIO DE PÉSAME


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de Dios.

Reflexión: En este misterio oremos por todos lospadres de familia que han perdido a un hijo; yasea porque ha muerto o porque anda extravia-do por la vida, sin sentido y sin dirección.También encomendamos a esas madres o pa-dres que viven el dolor por los silencios ydesprecios de los hijos.

Una familia: Padre Nuestro, diez Ave Marías yGloria al Padre. Se termina cada misterio conla jaculatoria.

Guía: Madre llena de dolores, haz tú que cuandoexpiremos…

Todos: Nuestras almas entreguemos, por tusmanos al Señor.

Canto: Madre de nuestro pueblo.

TERCER MISTERIO:

La Virgen María contempla cómo bajan aJesús de la Cruz y lo abraza ya sin vida.

Lector: Cuando en Belén lo contempló tierno,delicado, frágil; ahora con dolor de Madre locontempla sin vida, aniquilado y desfigurado.Belén ya solo es un recuerdo alegre, ahora tocavivir el Misterio Pascual.

Reflexión: Acompañemos con nuestra oración aesas madres y padres de familia que contem-plan y viven los problemas de sus hijos. Elrecuerdo de cuando son pequeños, frágiles ynecesitados de protección, y los problemasque ahora viven, son situaciones difíciles deentretejer. Pidamos que por intercesión de laVirgen María les alcance la gracia de vivir confe esta experiencia de Misterio Pascual, ypuedan pasar del dolor a la alegría de ver a sushijos libres de todo mal.




Canto: Algo de ti en Dios había.

CUARTO MISTERIO:

La Virgen María de camino, después dedepositar en la sepultura el Cuerpo sin vida deJesús.

Lector: María camina en soledad; ya no está suHijo amadísimo, ya no está Jesús, ni su voz, nisu presencia. Camina recordando las palabrasde Jesús al dejarla encargada con su discípuloamado Juan, pero nada ni nadie llena el vacíode su Hijo amado.

Reflexión: Oremos por todas las personas quecaminan por la vida sin ánimo, sin sentido,sintiéndose solas, con dolor y heridas profun-das que nada ni nadie las sana. Oremos portodas esas personas que sufren en silencio eldolor de una pérdida, el padecimiento de algu-na enfermedad, que están postradas sin podervalerse por sí mismas, que están abandonadosen asilos, orfanatos o reclusorios, para que porintercesión de la Santísima Virgen María pue-dan experimentarse acompañados, fortaleci-dos y les dé ánimo para sentir que no caminansolos.

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Canto: A ti madre de esperanza.

QUINTO MISTERIO:

La Virgen María vive el dolorde la noche del Viernes Santo.

Lector: Contemplamos a Maríaen silencio, sintiendo el dolorde estar en casa sin su Hijo,experimenta el silencio deDios que parece hacerse eter-no. En medio de la fe vive eldesconcierto y el asombro dela voluntad de Dios y de laobediencia hasta el extremode su Hijo. Sin embargo con-fía y se abandona en Dios.

Reflexión: Oremos en todosaquellos que se sienten aban-donados por Dios, que pien-san que Dios los está probando con experien-cias difíciles de llevar, para que por interce-sión de la Santísima Virgen María puedan

sentir la presencia fiel, misericordiosa yprovidente de Dios en su vida.

Una familia: Padre Nuestro, diez Ave Marías y elGloria al Padre. Se termina cada misterio conla jaculatoria.



Canto: Ven con nosotros a caminar.

ORACIÓN FINAL

(Oración del Beato Agustín Pro a la Virgen de los Dolores).

Déjame pasar la vida, Madre mía, acompañan-do tu soledad amarga y tu dolor profundo. Déja-me sentir en el alma el triste llanto de tus ojos y eldesamparo de tu corazón.

No quiero en el camino de mi vida saborear lasalegrías de Belén adorando en tus brazos virginalesal Niño Dios. No quiero gozar en la casita deNazaret de la amable presencia de Jesucristo. Noquiero acompañarte en tu Asunción gloriosa en-tre coros de ángeles. Quiero en mi vida las mofasy culpas del Calvario; quiero la agonía lenta de tu

Hijo; el desprecio, laignominia, la infamiade la Cruz, quiero es-tar a tu lado, Virgendolorosísima, fortale-ciendo mi espíritu contus lágrimas, consu-mando mi sacrificiocon tu martirio, soste-niendo mi corazón contu soledad, amando ami Dios y tu Dios conla inmolación de miser. Amén

Cf. http://www.mariologia.org/

devociones/devocionesrosario37.htm

Cf. DIEZ de Sollano, Alfonso, Semana Santaen familia, ESFL (Guadalajara), pp. 50-52.


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1. Espíritu de Dios llena mi vida

ESPÍRITU DE DIOS, LLENA MI VIDA,LLENA MI ALMA, LLENA MI SER (2)

Lléname, lléname, con tu presencia,lléname, lléname con tu poder,

lléname, lléname, con tu bondad

2. Perdona a tu pueblo, Señor

PERDONA A TU PUEBLO, SEÑOR,PERDONA A TU PUEBLO,

PERDÓNALE, SEÑOR.

No estés eternamente enojado,no estés eternamente enojado,

Perdónale, Señor.

Por tus profundas llagas crueles,por tus salivas y por tus hieles,

Perdónale, Señor.

Por las heridas de pies y manos,por los azotes tan inhumanos,

Perdónale, Señor.

Por los tres clavos que te clavaron,y las espinas que te punzaron,

Perdónale, Señor.

Por la abertura de tu costado,no estés eternamente enojado,

Perdónale, Señor.

Por las tres horas de tu agonía,en que por madre diste a María,

Perdónale, Señor.

3. Que sea mi vida la sal

El que me sigue en la vida sal de la tierra serámas si la sal se adultera los hombres la pisarán

QUE SEA MI VIDA LA SAL.QUE SEA MI VIDA LA LUZ

SAL QUE SALA, LUZ QUE BRILLASAL Y FUEGO ES JESUS

Sois como la luz del mundo que a la ciudad alumbraesta se pone en la cima donde el monte se encumbra

Que brille así vuestra vidaante los hombres del mundoque pasen las buenas obrasde lo externo a lo profundo

4. María ven

María ven, oh madre de la Iglesia,haz oración como en Pentecostés.

María ven, nos urge su presencia,tu intercesión, goza de gran poder.

Es tu oración, fuego vivo de amor,es tu oración, el gozo del Señor.

Es tu oración, poder que cambia el agua,es tu oración, el vino del Señor.

5. El testigo

POR TI, MI DIOS, CANTANDO VOY.LA ALEGRÍA DE SER TU TESTIGO, SEÑOR.

Me mandas que cante con toda mi voz:no sé cómo cantar tu mensaje de amor.

Los hombres me preguntan cuál es mi misión;les digo: Testigo soy.

Es fuego tu Palabra que mi boca quemó,mis labios ya son llamas y cenizas mi voz.Da miedo proclamarte, pero Tú me dices:

No temas, contigo estoy.

Tu Palabra es una carga que mi espalda dobló;es brasa tu mensaje que mi lengua secó.

Déjate quemar, si quieres alumbrar:no temas, contigo estoy.

CANTOS

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6. El auxilio me viene del Señor

EL AUXILIO ME VIENE DEL SEÑOR,QUE HIZO EL CIELO Y LA TIERRA (2)

Levanto mis ojos a los montes:¿de dónde me vendrá el auxilio?

El auxilio me viene del Señor,que hizo el cielo y la tierra.

No permitirá que resbale tu pie,tu guardián no duerme;

no duerme ni reposa el guardián de Israel.

El Señor te guarda a su sombra,el Señor está a tu derecha;

de día el sol no te hará daño, ni la luna de noche.

El Señor te guarda de todo mal,el Señor guarda tu alma;

El guarda tus entradas y salidas, ahora y por siempre.

7. Caminaré en presencia del Señor

CAMINARÉ EN PRESENCIA DEL SEÑOR,CAMINARÉ EN PRESENCIA DEL SEÑOR.

Amo al Señor porque escucha mi voz suplicante,porque inclina su oído hacia mí, el día que lo invoco.

Me envolvían en redes de la muerte,caí en tristeza y en angustia,

invoqué el Nombre del Señor: ¡Señor, Salva Mi Vida!

8. Perdón, Señor perdón

PERDÓN, SEÑOR, PERDÓN.PERDÓN, SEÑOR, PERDÓN.

Misericordia, Señor, por tu bondad.Por tu inmensa compasión, borra mi culpa.

Lava de todo mi delitoy limpia todo mi pecado.

Reconozco mi culpa, Señor,tengo siempre presente mi pecado.

Contra Ti, contra Ti sólo pequé,cometí la maldad que aborreces.

Hazme oír el gozo y la alegría,que se alegren los huesos quebrantados.

Enseñaré a los malvados tus caminos,volverán a Ti los pecadores.

Líbrame de la sangre, mi Dios,y cantará mi lengua tu justicia.

Abrirás mis labios, Señor,y mi boca cantará tus alabanzas.

9. Yo soy el agua viva

YO SOY EL AGUA VIVA, LA FUENTE CLARAQUE MANA SIEMPRE.

YO TE ESPERABA, VEN A BEBER,YO SOY EL AGUA PARA TU SED.

Yo tengo sed de vivir, sed de felicidad,sed de tu plenitud, sed de divinidad.

Samaritana sedienta, cántaro rojo y vacío,yo voy buscando una fuente,

un manantial escondido.

Dame, Señor, de tu agua, que calme toda mi sed.Si brota en mí el agua viva, a mis hermanos daré.

10. El Señor es mi luz

EL SEÑOR ES MI LUZ Y MI SALVACIÓN.EL SEÑOR ES LA DEFENSA DE MI VIDA.

SI EL SEÑOR ES MI LUZ, ¿A QUIÉN TEMERÉ?¿QUIÉN ME HARÁ TEMBLAR?

Una cosa pido al Señor:habitar por siempre en su casa;gozar de la dulzura del Señor,

contemplando su templo santo.

11. La resurrección de Lázaro

JESÚS NO HABÍA LLEGADO.TODOS ESTABAN LLORANDO.

Y cuando el maestro llegó,como siempre dio gracias a Dios.

Y cuando el maestro llegó,como siempre un milagro ocurrió.


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JESÚS NO HABÍA LLEGADO.TODOS ESTABAN LLORANDO.

Y cuando el maestro llegó,como siempre dio gracias a Dios.

Y cuando el maestro llegó,como siempre un milagro ocurrió.

12. Te doy gracias, Jesús

TE DOY GRACIAS JESÚS,POR HABERME ENCONTRADO

POR HABERME SALVADO,TE DOY GRACIAS JESÚS.

Hoy ya se el camino y hacia el me dirijoes la senda bendita, que representa el hijo.

Mi amor era pequeño, pero ya lo he encontradoy ese pequeño amor, hoy se ha agigantado.

Hoy Jesús es mi guía, Él controla mi viday no hay ser eterno, que mi cariño mida.

13. Se quedó con nosotros Señor

SE QUEDÓ CON NOSOTROS EL SEÑOR,ESCONDIDO EN EL VINO Y EN EL PAN,

SE QUEDÓ CON NOSOTROS EL SEÑOR Y JAMÁS,JAMÁS SE MARCHARÁ.

Jesús en la Hostia se ha quedado,y nos quiere siempre acompañar,

y cuando te sientas cansadoÉl la fuerza te dará, sí, sí.

Él quiere ser nuestro alimentopara el pecado derrotar y cuando llega

el sufrimiento, Él siempre nos ayudará, sí, sí.

Jesús es el Pan de Viday cuando vas a comulgar,

su misma Vida te comparte,la vida que nunca acabará, sí, sí.

Alegres y fuertes creceremos,Jesús nos quiere acompañar en la

Hostia, cuando comulgamos,con comparte su Vida y su amistad, sí, sí.

14. Un mandamiento nuevo

UN MANDAMIENTO NUEVO NOS DA EL SEÑORQUE NOS AMEMOS TODOS

COMO NOS AMA DIOS.

La señal de los cristianoses amarnos como hermanos.

Quien a sus hermanos no amamiente si a Dios dice que ama.

Cristo luz, verdad y vida,al perdón y amor invita.

Perdonemos al hermanocomo Cristo ha ordenado.

En Jesús somos hermanossi de veras perdonamos.

Somos de Cristo hermanossi de veras perdonamos.

En la vida y en la muerteDios nos ama para siempre.

En trabajos y fatigasCristo a todos nos anima

15. Eucaristía, milagro de amor

Pan transformado en el cuerpo de Cristo,vino transformado en la sangre del Señor,

EUCARISTÍA, MILAGRO DE AMOR.EUCARISTÍA, PRESENCIA DEL SEÑOR.

Cristo nos dice tomen y comaneste es mi cuerpo que ha sido entregado.

Cristo en persona nos viene a liberarde nuestro egoísmo y la división fatal.

¡Oh gran invento de Cristo sabio y buenopara alimentarnos con su Sangre y con su Cuerpo!

Con este Pan tenemos vida eternaCristo nos invita a la gran resurrección.

Este alimento renueva nuestras fuerzaspara caminar a la gran liberación.

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16. Entre tus manos

ENTRE TUS MANOS, ESTÁ MI VIDA, SEÑOR.ENTRE TUS MANOS, PONGO MI EXISTIR.

HAY QUE MORIR, PARA VIVIR.ENTRE TUS MANOS, CONFÍO MI SER

Si el grano de trigo no muere,si no muere solo quedará,

pero si muere en abundancia daráun fruto eterno que no morirá.

17. María, mírame

María mírame, María mírame.Si tú me miras, Él también me mirará

Madre mía mírame,de la mano llévame muy cerca de Él,

que ahí me quiero quedar.

María cúbreme con tu manto,que tengo miedo, no sé rezar

Que por tus ojos misericordiosos,tendré la fuerza, tendré la paz.

18. Madre de nuestro pueblo

MADRE DE NUESTRO PUEBLO,LOS HOMBRES ABREN EL CORAZÓN:

QUIEREN LLAMARTE MADRE,EN SUS PALABRAS Y EN SU CANCIÓN.

Madre te llaman los pobres,pobres sin pan ni calor,

pobres sin libros en las manos,pobres sin una ilusión.

Madre te llama el que sufrepenas de llanto y dolor,

penas de verse oprimido,penas que evoca el amor.

Madre te llama este pueblo,pueblo nacido en la cruz,

pueblo que marcha hacia el Reino,Madre del pueblo eres tú.

Madre te llama el que ríe,el que camina en la luz.

Madre de todos los hombres,Virgen María, eres Tú.

19. Algo de ti en Dios había

Dios tuvo un día carne de tu carne,y por sus venas tu sangre circuló.

Había en su mirada un algo de tus ojos,y con tu amor también amó su corazón.

ALGO DE TI EN DIOS HABÍA.TU MIRADA ÉL HEREDÓ.HEREDÓ TU SONRISA,

TU SEMBLANTE Y TUS GESTOS.DE TU PIEL TUVO EL MISMO COLOR.

Tú le enseñaste los primeros pasos,al que fue senda para la humanidad.

Las primeras palabras aprendió de tu boca,aquel que al mundo dio palabras de verdad.

20. A ti Madre de esperanza

A TI MADRE DE ESPERANZA,A TI MADRE DEL AMOR

A TI MADRE DE LOS HOMBRES,A TI CANTO MI CANCIÓN

Tú pones alegría en nuestras vidas,tú eres ternura y comprensiónsonríes, esperas y nos llamas,

cada día eres nueva ilusión

Si todo fracaso en nuestro camino,si olvidamos de dar a Dios el si

tú das nuevo valor a nuestras vidasy todo nos vuelve a sonreír.

21. Ven con nosotros a caminar

Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás,contigo por el camino, Santa María va.

VEN CON NOSOTROS A CAMINAR,SANTA MARÍA, VEN. (2)

Aunque te digan algunos, que nada puede cambiar,lucha por un mundo nuevo, lucha por la verdad.

Si por el mundo los hombres, sin conocerse van,no niegues nunca tu mano, al que contigo está.

Aunque parezcan tus pasos inútil caminar,tú vas haciendo camino, otros lo seguirán.


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Hemos iniciado un año lleno de retos y contra-riedades. Lo primero trastornó el entorno social yde paz en nuestra patria fue el gasolinazo, agrava-do con protestas de enojo y descontento de lasociedad por el consecuente incremento de pre-cios a muchos productos y servicios que depen-den de estos combustibles. Dejó ver la decaden-cia del sistema político mexicano, abrumado porla corrupción y la impunidad; la miopía y tenden-cias dictatoriales de los gobernantes, tan insensi-bles y lejanos a la vida del pueblo llano; y suincapacidad para orientar al país hacia un futurosaludable en lo económico, político y social.

Luego vinieron los ataques del presidente delos Estados Unidos de Norteamérica que se apro-vecha de nuestra debilidad con la voluntad decausar daño a la sociedad mexicana. Despertó entodos un sentimiento nacionalista, que se agota enponer banderas en las redes sociales y burlas aTrump, pues nos falta un proyecto para trabajarunidos y no hay liderazgo creíble que nos conso-lide.

Nos abruma el poder, cada vez más evidente,de la delincuencia organizada, que impunementeoprime a miles de mexicanos. Estos aconteci-mientos y otros muchos hacen temblar la estabi-lidad de las estructuras sociales y llenan el cora-zón de incertidumbre y miedo ante el futuro. Anteeste panorama, es necesario recordar que el futu-ro no se nos impone fatalísticamente; es sólo lacontinuidad del presente.

Ante el hartazgo de los ciudadanos y la posibi-lidad de que la situación precaria de millones demexicanos se agudice, hay que dejarnos interpe-lar por cada familia y persona que sufre, no solopor un aumento a combustibles, sino por lasdécadas en las que la pobreza crece, la corrupciónse mantiene y la dependencia de las decisiones enlos grandes mercados internacionales se perpe-túa. El cansancio de la gente no es por el nuevo

costo de la gasolina, sino por la imposibilidad deacceder al desarrollo humano, integral y solida-rio, de aspirar a que México sea un país cuya metaesté en función de que cada persona tenga accesoa un Techo, a una Tierra y a un Trabajo.

La percepción de la gente, es que los recursosde todos no se distribuyen de forma solidaria nicon el objetivo de romper con las asimetríasgeneradas por muchos años. En México se en-cuentran las fortunas más grandes frente a millo-nes de empobrecidos por un sistema que nos hacedesconfiados y nos invita permanentemente acompetir. En este sistema económico globalizado,mercancías y productos pasan fronteras, pero laspersonas son sistemáticamente rechazadas y ex-pulsadas.

¿Y esto qué tiene qué ver con las comidas decuaresma? Mucho. La historia de la humanidadno se puede desligar de la comida, necesidad quea fines del siglo XX se convirtió en arte. Pitágorase Hipócrates enseñaron que no alimentarse concarnes rojas durante un periodo del año servía alorganismo para depurarse. Las comidas típicasde la cuaresma nacieron de la austeridad y solida-ridad de gente pobre que buscó con creatividadpreparar y compartir alimentos con los elementosa su alcance.

En Cuaresma se ayunaba de alimentos quecontuvieran grasa, lácteos o huevo, y otras cos-tumbres al margen de la gastronomía ligadas a lareligión. Después de una larga estación de frío,había escasez de alimentos, pues no había méto-dos de conservación. La cocina mexicana resultómuy adecuada para la Cuaresma, pues en Méxicono existía la carne de res, cerdo y bovinos. Secocinaban sobras de panes con legumbres, ajo,cebolla, pescados (carne acuática) en especial elbacalao, flores manchegas, siguiendo reglas se-veras en cuanto a ingredientes y cantidades. Ydesarrollaron varios postres.

Anexos1. LAS COMIDAS EN CUARESMA Y LA CRISIS

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La comida única del ayuno era a la puesta delsol, y después a las tres de la tarde. La familiacompartía con los vecinos lo que había prepara-do. Y así cada familia, por pobre que fuera, podíacomer variedad de platillos cada viernes de cua-resma, no porque hubiera gastado mucho, sinoporque daba algo de lo que tenía y recibía tambiénde los demás. Así fue como se llegó a los «sieteplatillos» del viernes santo,

En México, los «romeritos» cocinan en moleesa planta regional, y acompañan con tortas depapa con atún o de camarón seco (molido), conarroz blanco o colorado. El agua de ensalada esuna mezcla de frutas pi-cadas (manzana, pláta-no, melón, sandía, fresa,papaya...) y lechuga enagua azucarada, colora-da con flor de jamaica ojugo de betabel. O chíaen agua de limón, hor-chata de arroz o almen-dra y de flor de Jamaica.

Se preparan chiles re-llenos de queso, atún, le-gumbres, en salsa de to-mate. Se consumen sopas de lentejas, habas,frijol, saboreadas por el frito de tomate y cebolla,y el cocimiento con cilantro. Se come muchonopal, preparado de diferentes maneras; calaba-zas en torta, rellenas, picadas, entomatadas, etc.;guarniciones de chícharos, ejotes; huevos reales;tamales; quelites: corundas con rajas; empanadascaseras de vigilia, con rellenos de bacalao, atún,salmón, cazón, camarón, espinaca, acelgas.

Y variedades de pescado local y frutos de mar,tanto en cocidos (sopa de mariscos, caldo miche,caldo de pescado, camarón, jaiba desmenuzada ocabezas de pescado), o tacos de pescado; charalescapeados; huachinango zarandeado, asado,empanizado, frito…; bacalao en varias formas;chilpachole (aguachile).

Como postres, el pastel azteca; torrejas; arrozcon leche; frutas en conserva; y la Capirotada:combinación de bolillo dorado y piloncillo concanela y clavo, o atole de fécula de maíz saborvainilla, cocido con canela, añadiendo elementos

de sabor como nueces, pasas, piñones, almen-dras, coco rallado y fruta cristalizada: higos,manzana, pera, durazno, fresas, biznagas en con-serva, etc., e ingredientes de acuerdo al lugar.

La comida de Cuaresma es sumamente reco-mendable, pues la mayoría de los platillos sonsumamente nutritivos. El pescado contiene mu-chos aceites buenos como el omega tres queayuda a prevenir la diabetes y el colesterol. Elnopal, las habas y las lentejas contienen proteínasy muchas otras propiedades que ayudan al orga-nismo. Preparados al vapor, a la plancha y sinexcesos de grasa, se convierten en platillos muy

adecuados.El Papa Francisco

nos invita a «decir noa una economía de laexclusión y la des-igualdad. Esa econo-mía mata. No puedeser que no sea noticiaque muere de frío unanciano en situaciónde calle y que sí lo seauna caída de dos pun-tos en la bolsa. Eso es

exclusión» (EG 53). El Creador dotó al hombrede todos los recursos suficientes como para defi-nir por si mismo su propio destino, de acuerdo asus necesidades. Es el hombre quien definirásiempre su suerte y su futuro. No puede temer alfuturo como si fuera fruto de alguien ajeno anosotros. Lo que ha de venir es porque de algunamanera nosotros queremos que venga, poniendosus semillas en el presente.

La fe en Jesús no puede ser vivida egoístamen-te, sin compromiso social, sin buscar el biencomún. Los cristianos debemos comprometernosa participar ciudadanamente, en diálogo con di-versos actores. Excluir todo acto que se ejerzacon violencia, pues la violencia como caminoensucia la libre expresión de quienes buscancambios eficaces y no sólo palabras. Recordemosque no sólo de pan vive el hombre, sino de todapalabra que sale de la boca de Dios. Compartiruna comida y vivir con austeridad nos sirve parael futuro.


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Hemos de evolucionar del asistencialismo a latransformación social, para que todos, sobre todolos más pobres, aprendan a organizarse solidaria-mente para necesitar menos programas socialesgubernamentales, que generan un apoyo mínimo,crean dependencias y bloquean proyectos de ver-dadero crecimiento. El desarrollo social no es darayudas intermitentes, sino promover y generarproyectos serios de desarrollo comunitario, enque los individuos sean sujetos de su propiodesarrollo.

Ante este tiempo de incertidumbres temero-sas, vivamos en el presente como queremos viviren el futuro. Quien vive irresponsablemente elpresente no tiene derecho a quejarse de lo queserá el futuro. Luchemos en el presente por elimi-nar la corrupción e impunidad de la barbarie denuestros gobernantes. Su cinismo y descaro ofen-

sivo para robar el dinero del pueblo nos dice quehemos sido cómplices con nuestro silencio irres-ponsable. La locura del nuevo Presidente norte-americano sólo podrá dañarnos si nosotros acep-tamos, temerosos y en silencio, sus arbitrarieda-des. La conciencia de nuestro propio valer ydignidad es lo que hará crecer nuestra responsa-bilidad y por eso mismo poner acciones queimpidan el que nuestro futuro sea algo que otrosnos imponen y no algo que nosotros decidimos.

La grandeza de nuestro país está en su gente.Como miembros de un mismo cuerpo (1Co12,12), cocinemos sobras de comida y lo quetenemos al alcance, y seamos solidarios invitan-do a los más pobres o compartiendo con losvecinos. Que María, Madre de Jesús y madrenuestra, nos enseñe a ser animadores de nuestropueblo, como ella lo es.

2. EL VIA CRUCIS

El «Via Crucis» es una devoción centrada enlos Misterios dolorosos de Cristo, que se meditany contemplan caminando y deteniéndose en lasestaciones que, del Pretorio al Calvario, repre-sentan los episodios más notables de la Pasión.

La costumbre comenzó en Jerusalén. Ciertoslugares de la Via Dolorosa (llamada así en el sigloXVI) fueron marcados desde los primeros siglos,meta de peregrinos desde la época del emperadorConstantino (siglo IV). Con el pasar del tiempo,el «camino de la cruz» fue adquiriendo número yforma. Se comenzó con siete estaciones que re-presentaban siete caídas (plenitud del sufrimien-to de Cristo y del cristiano: «El justo cae sieteveces, pero se levanta»: Pr 24,16). De Jerusalénpasó a Europa al alba del segundo milenio cristia-no.

A los Franciscanos se les concedió en 1342 lacustodia de los lugares de Tierra Santa. El BeatoÁlvaro de Córdoba (+ 1430), al regreso de TierraSanta, construyó una serie de pequeñas capillasen el convento dominico de Córdoba con escenasde la Pasión en forma de estaciones. La BeataEustoquia, clarisa, construyó estaciones simila-res en su convento en Mesina. El peregrino inglés

Guillermo Wey habla de catorce estaciones ensus visitas a la Tierra Santa (1458 y 1462), de lasque solo cinco corresponden a las actuales.

Por la dificultad de peregrinar a la TierraSanta, el papa Inocencio XI concedió en 1686 alos Franciscanos el derecho de erigir Estacionesen sus iglesias, ganando las indulgencias.Inocencio XII confirmó este privilegio en 1694 yBenedicto XIII lo extendió en 1726 a todos losfieles. En 1731 Clemente XII lo permitió en todaslas iglesias, si erigía las Estaciones un francisca-no con sanción del obispo local.

Benedicto XIV exhortó en 1742 a todos lossacerdotes a tener en sus iglesias las Estacionesde la Cruz. En 1773 Clemente XIV concedió lamisma indulgencia a los crucifijos bendecidospara ser sostenidos en mano durante el rezo de lasEstaciones por parte de los enfermos, los queestán en el mar, en prisión u otros impedidos dehacer las Estaciones en la iglesia; si se venden,prestan o regalan pierden las indulgencias. En1857 los obispos de Inglaterra recibieron faculta-des de la Santa Sede para erigir las Estaciones conindulgencias cuando no hubiese Franciscanos.En 1862 todos los obispos pueden erigir las Esta-

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ciones, ya sea personalmente o por delegación,dentro de su diócesis.

El Enchiridion Indulgentiarum Normae etConcessiones, de 1966 y de 1986 concede indul-gencia plenaria a los fieles cristianos que devota-mente hacen las Estaciones de la Cruz. «El ejer-cicio devoto de las Estaciones de la Cruz ayuda arenovar nuestro recuerdo de los sufrimientos deCristo en su camino desde el pretorio de Pilato,donde fue condenado a muerte, hasta el MonteCalvario, donde por nuestra salvación murió en laCruz».

En 1750, a petición del Papa Benedicto XIV,San Leonardo de Porto Maurizio lo erigió en elColiseo. Después de un período de interrupción acausa de las vicisitudes históricas, Pablo VIreinició ahí la práctica del vía crucis el Viernessanto de 1965. El Viernes Santo de 1991, bajoJuan Pablo II, en lugar de las tradicionales 14estaciones se hicieron nuevas 15 estaciones basa-das todas en momentos del Nuevo Testamento,ya que el anterior recogía muchos pasajes deEvangelios apócrifos y escenas tradicionales,como el encuentro de Jesús con María, su madrey el acto en que Verónica le enjuga el rostro aJesús. Comienza con la oración de Jesús en el

huerto de Getsemaní y finaliza con la Resurrec-ción de Cristo. Fue un intento de acercarecuménicamente a todas las confesiones cristia-nas, y se usa alternativamente al tradicional, no losustituye.

El vía crucis de Cristo es un camino quecontinúa en el vía crucis del cristiano. Donde hayun cristiano que sufre, allí está viviendo con elCrucificado una de las estaciones del vía crucis.Si es condenado a muerte injustamente, revivecon Cristo la primera estación. Si es traicionadopor un amigo, aprende a sentir lo que Cristo sintióal ser traicionado por Judas o por Pedro. Si su-cumbe bajo el peso del dolor, acompaña a Cristoen sus tres caídas camino del Calvario. Si en sutribulación y dolor alguien le ayuda y consuela,hace revivir las figuras de María, del Cirineo, dela Verónica, de las piadosas mujeres de Jerusalén,que con su presencia y amorosa solicitud alivia-ron el duro camino del Condenado hacia el Cal-vario. Si es despojado de su dignidad de modoinhumano y brutal, refleja en sí mismo eldespojamiento del Nazareno. Si muere por confe-sar su fe, está encarnando la muerte de Cristo, queconfiesa su obediencia plena a la voluntad delPadre.

3.- ESTUDIEMOS EL DOCUMENTO PREPARATORIOAL SÍNODO SOBRE «LOS JÓVENES, LA FEY EL DISCERNIMIENTO VOCACIONAL»

El 13 de enero se presentó el DocumentoPreparatorio de la XV Asamblea General Ordinariadel Sínodo de los Obispos a celebrarse en octubre de2018 con el tema: «Los jóvenes, la fe y eldiscernimiento vocacional».

Se divide en tres partes: la primera invita aponerse a la escucha de la realidad; la segundadestaca la importancia del discernimiento a la luzde la fe para tomar decisiones de vida que corres-pondan realmente a la voluntad de Dios y al biende la persona; la tercera se centra en la acciónpastoral de la comunidad eclesial. La imagenevangélica del «discípulo amado» introduce a las

tres partes como una breve presentación del ca-mino.

El Cuestionario anexo es parte integral, noapéndice; primero pide datos estadísticos; luegohace 15 preguntas generales propuestas a todos, yañade 3 preguntas específicas para cada áreageográfica; al final pide poner en común lasprácticas y experiencias. De sus respuestas saldráel Instrumentum laboris con que los padressinodales trabajarán en la Asamblea.

En este trabajo ofrecemos una guía para estu-diar el documento y responder el cuestionario encuatro sesiones de estudio. Cada sesión presenta


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el texto de una parte del documento, precedida deuna brevísima introducción, y añadimos al finalla parte del cuestionario correspondiente. Asíaseguramos que las respuestas surgieron de lareflexión y de la percepción de la realidad.

En primer lugar es importante involucrar a losjóvenes en la etapa de preparación de la Asam-blea sinodal porque el próximo Sínodo no quieresolamente interrogarse sobre como acompañar alos jóvenes en el discernimiento de su elección devida a la luz del Evangelio, sino que tambiénquiere escuchar los deseos ,los proyectos y lossueños de los jóvenes para sus vidas, así como lasdificultades que encuentran para realizar su pro-yecto al servicio de una sociedad en la que quie-ren ser protagonistas activos.

Se ha creado un sitio web para consultar a losjóvenes acerca de sus expectativas y de sus vidas,para las etapas de preparación del Sínodo, lasintervenciones del Papa sobre los jóvenes y com-partirán reflexiones y experiencias. Se puede verdesde la página diocesano de Misión Joven(#somosPAJ#).

SESIÓN 1: INTRODUCCIÓN

Texto del documento

«Les he dicho esto para que mi gozo esté enustedes y su gozo sea perfecto» (Jn 15,11): este esel proyecto de Dios para los hombres y mujeres detodos los tiempos y, por tanto, también para todoslos jóvenes y las jóvenes del tercer milenio, sinexcepción.

Anunciar la alegría del Evangelio es la misiónque el Señor ha confiado a su Iglesia. El Sínodosobre la nueva evangelización y la ExhortaciónApostólica Evangelii gaudium han afrontadocómo llevar a cabo esta misión en el mundo dehoy; en cambio, los dos Sínodos sobre la familiay la Exhortación Apostólica Post-sinodal Amorislaetitia se han dedicado al acompañamiento delas familias hacia esta alegría.

Como continuación de este camino, a través deun nuevo camino sinodal sobre el tema: «Losjóvenes, la fe y el discernimiento vocacional», laIglesia ha decidido interrogarse sobre cómo acom-pañar a los jóvenes para que reconozcan y acojan

la llamada al amor y a la vida en plenitud, ytambién pedir a los mismos jóvenes que la ayudena identificar las modalidades más eficaces de hoypara anunciar la Buena Noticia. A través de losjóvenes, la Iglesia podrá percibir la voz del Señorque resuena también hoy. Como en otro tiempoSamuel (cf. 1Sm 3,1-21) y Jeremías (cf. Jr 1,4-10), hay jóvenes que saben distinguir los signosde nuestro tiempo que el Espíritu señala. Escu-chando sus aspiraciones podemos entrever elmundo del mañana que se aproxima y las vías quela Iglesia está llamada a recorrer.

La vocación al amor asume para cada uno unaforma concreta en la vida cotidiana a través deuna serie de opciones que articulan estado de vida(matrimonio, ministerio ordenado, vida consa-grada, etc.), profesión, modalidad de compromi-so social y político, estilo de vida, gestión deltiempo y del dinero, etc. Asumidas o padecidas,conscientes o inconscientes, se trata de eleccio-nes de las que nadie puede eximirse. El propósitodel discernimiento vocacional es descubrir cómotransformarlas, a la luz de la fe, en pasos hacia laplenitud de la alegría a la que todos estamosllamados.

La Iglesia es consciente de poseer «lo que hacela fuerza y el encanto de la juventud: la facultadde alegrarse con lo que comienza, de darse sinrecompensa, de renovarse y de partir de nuevopara nuevas conquistas» (Mensaje del ConcilioVaticano II a los jóvenes, 8 dic. 1965); las rique-zas de su tradición espiritual ofrecen muchosinstrumentos con los que acompañar la madura-ción de la conciencia y de una auténtica libertad.

Desde esta perspectiva, con el presente Docu-mento Preparatorio, se da inicio a la fase deconsulta de todo el Pueblo de Dios. El Documen-to –dirigido a los Sínodos de Obispos y Consejosde Jerarcas de las Iglesias Orientales Católicas, alas Conferencias Episcopales, a los Dicasteriosde la Curia Romana y a la Unión de SuperioresGenerales– termina con un cuestionario. Ademásestá prevista una consulta de todos los jóvenes através de un sitio web, con un cuestionario sobresus expectativas y su vida. Las respuestas a losdos cuestionarios constituirán la base para laredacción del Instrumentum laboris, que será el

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punto de referencia para la discusión de los Pa-dres sinodales.

Este Documento Preparatorio propone unareflexión articulada en tres pasos. Se comienzadelineando brevemente algunas dinámicas socia-les y culturales del mundo en el que los jóvenescrecen y toman sus decisiones, para proponer unalectura de fe. Posteriormente se abordan los pasosfundamentales del proceso de discernimiento,que es el instrumento principal que la Iglesiadesea ofrecer a los jóvenes para que descubran, ala luz de la fe, la propia vocación. Por último, seponen de relieve los componentes fundamentalesde una pastoral juvenil vocacional. Por lo tanto,no se trata de un documento completo, sino de unaespecie de mapa que pretende fomentar una in-vestigación cuyos frutos sólo estarán disponiblesal término del camino sinodal.

Tras las huellas del discípulo amado

Ofrecemos como inspiración para el caminoque inicia un icono evangélico: Juan, el apóstol.En el Cuarto Evangelio él no sólo es la figuraejemplar del joven que elige seguir a Jesús sinotambién «el discípulo a quien Jesús amaba» (Jn13,23; 19,26; 21,7).

«Fijándose en Jesús que pasaba, [Juan el Bau-tista] dijo: «He ahí el Cordero de Dios». Los dosdiscípulos le oyeron hablar así y siguieron aJesús. Jesús se volvió y, al ver que le seguían, lesdice: «¿Qué buscan?». Ellos le respondieron:«Rabbí –que quiere decir ‘Maestro’–, ¿dóndevives?». Les respondió: «Vengan y lo verán».Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaroncon él aquel día. Era más o menos la hora décima»(Jn 1,36-39).

En búsqueda de un sentido que dar a la propiavida, dos discípulos del Bautista son interpela-dos por Jesús con la pregunta penetrante: «¿Québuscan?». A su contestación le sigue la respues-ta-invitación del Señor: «Vengan y lo verán»(vv. 38-39). Jesús los llama al mismo tiempo aun camino interior y a una disponibilidad deponerse concretamente en movimiento, sin sa-ber bien a dónde esto los llevará. Será un en-cuentro memorable, hasta el punto de recordarincluso la hora (v. 39).

Gracias a la valentía de ir y ver, los discípulosexperimentarán la amistad fiel de Cristo y podránvivir diariamente con Él, dejarse interrogar einspirar por sus palabras, dejarse impresionar yconmover por sus gestos.

Juan, en particular, será llamado a ser testigode la Pasión y Resurrección de su Maestro. En laúltima cena (cf. Jn 13,21-29), su intimidad conÉl lo llevará a reclinar la cabeza sobre el pechode Jesús y a confiar en Su palabra. Mientrasconduce a Simón Pedro a la casa del sumosacerdote, se enfrentará a la noche de la pruebay de la soledad (cf. Jn 18,13-27). Junto a la cruzacogerá el profundo dolor de la Madre, a quienes confiado, asumiendo la responsabilidad decuidar de ella (cf. Jn 19,25-27). En la mañana dePascua compartirá con Pedro la carrera agitaday llena de esperanza hacia el sepulcro vacío (cf.Jn 20,1-10). Por último, durante la extraordina-ria pesca en el lago de Tiberíades (cf. Jn 21,1-14), reconocerá al Resucitado y dará testimoniode Él a la comunidad.

La figura de Juan nos puede ayudar a com-prender la experiencia vocacional como un pro-ceso progresivo de discernimiento interior y demaduración de la fe, que conduce a descubrir laalegría del amor y la vida en plenitud en laentrega y en la participación en el anuncio de laBuena Noticia.

Carta del Papa a los jóvenes

Queridos jóvenes: Tengo el agrado de anun-ciarles que en el mes de octubre del 2018 secelebrará el Sínodo de los Obispos sobre el tema«Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacio-nal». He querido que ustedes ocupen el centro dela atención porque los llevo en el corazón. Preci-samente hoy se presenta el Documento Prepara-torio, que les ofrezco como una «guía» para estecamino.

Me vienen a la memoria las palabras que Diosdirigió a Abrahán: «Vete de tu tierra, de tu patriay de la casa de tu padre a la tierra que yo temostraré» (Gn 12,1). Estas palabras están dirigi-das hoy también a ustedes: son las palabras de unPadre que los invita a «salir» para lanzarse haciaun futuro no conocido pero prometedor de segu-


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ras realizaciones, a cuyo encuentro Él mismo losacompaña. Los invito a escuchar la voz de Diosque resuena en el corazón de cada uno a través delsoplo vital del Espíritu Santo.

Cuando Dios le dice a Abrahán «Vete», ¿quéquería decirle? Ciertamente no le pedía huir lossuyos o del mundo. Su invitación fue una fuerteprovocación para que dejase todo y se encamina-se hacia una tierra nueva. Dicha tierra, ¿no esacaso para ustedes aquella sociedad más justa yfraterna que desean profundamente y que quierenconstruir hasta las periferias del mundo?

Sin embargo, hoy, la expresión «Vete» asumeun significado diverso: el de la prevaricación, dela injusticia y de la guerra. Muchos jóvenes entreustedes están sometidos al chantaje de la violen-cia y se ven obligados a huir de la tierra natal. Elgrito de ellos sube a Dios, como el de Israelesclavo de la opresión del Faraón (cf. Ex 2, 23).

Deseo también recordarles las palabras queJesús dijo un día a los discípulos que le pregunta-ban: «Rabbí […] ¿dónde vives?». Él les respon-dió: «Venid y lo veréis» (Jn 1,38). También austedes Jesús dirige su mirada y los invita a irhacia Él. ¿Han encontrado esta mirada, queridosjóvenes? ¿Han escuchado esta voz? ¿Han sentidoeste impulso a ponerse en camino? Estoy seguroque, si bien el ruido y el aturdimiento parecenreinar en el mundo, esta llamada continua a reso-nar en el corazón da cada uno para abrirlo a laalegría plena. Esto será posible en la medida enque, a través del acompañamiento de guías exper-tos, sabrán emprender un itinerario de discerni-miento para descubrir el proyecto de Dios en lapropia vida. Incluso cuando el camino se encuen-tre marcado por la precariedad y la caída, Dios,que es rico en misericordia, tenderá su mano paralevantarlos.

En Cracovia, durante la apertura de la últimaJornada Mundial de la Juventud, les preguntévarias veces: «Las cosas, ¿se pueden cambiar?».Y ustedes exclamaron juntos a gran voz «¡sí»».Esa es una respuesta que nace de un corazónjoven que no soporta la injusticia y no puededoblegarse a la cultura del descarte, ni ceder antela globalización de la indiferencia. ¡Escuchen ese

grito que viene de lo más íntimo! También cuan-do adviertan, como el profeta Jeremías, la inexpe-riencia propia de la joven edad, Dios los estimulaa ir donde Él los envía: «No les tengas miedo, quecontigo estoy para salvarte» (Jer 1,8).

Un mundo mejor se construye también graciasa ustedes, que siempre desean cambiar y sergenerosos. No tengan miedo de escuchar al Espí-ritu que les sugiere opciones audaces, no pierdantiempo cuando la conciencia les pida arriesgarpara seguir al Maestro. También la Iglesia deseaponerse a la escucha de la voz, de la sensibilidad,de la fe de cada uno; así como también de lasdudas y las críticas. Hagan sentir a todos el gritode ustedes, déjenlo resonar en las comunidades yháganlo llegar a los pastores. San Benito reco-mendaba a los abades consultar también a losjóvenes antes de cada decisión importante, por-que «muchas veces el Señor revela al más jovenlo que es mejor» (Regla de San Benito III, 3).

Así, también a través del camino de este Sí-nodo, yo y mis hermanos Obispos queremoscontribuir cada vez más a vuestro gozo (cf. 2Co1,24). Los proteja María de Nazaret, una jovencomo ustedes a quien Dios ha dirigido su miradaamorosa, para que los tome de la mano y los guíea la alegría de un ¡heme aquí! pleno y generoso(cf. Lc 1,38).

Con paternal afecto,

Francisco

Cuestionario, RECOGER DATOS:

Por favor, indíquense, si es posible, las fuentes y los años dereferencia. Pueden anexarse otros datos sintéticos relevantespara comprender mejor la situación.

- Número de habitantes y la tasa de natalidad.- Número y porcentaje de jóvenes (16-29 años).- Número y porcentaje de católicos.- Edad promedio (en los últimos cinco años) para

contraer matrimonio (distinguiendo entre hom-bres y mujeres), para ingresar en el seminario ypara entrar en la vida consagrada (distinguiendoentre hombres y mujeres).

- En el grupo de edad de 16-29 años, el porcentajede: estudiantes, trabajadores (si es posibleespecificar los ámbitos), desempleados y Ninis(NEET: not in education, employment or training).

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SESIÓN II: PARTE I. LOS JÓVENES EN ELMUNDO DE HOY

Introducción:

El primer capítulo: «Los jóvenes en el mundode hoy», proporciona elementos útiles paracontextualizar la situación de los jóvenes en larealidad actual, teniendo en cuenta que el cuadropresentado requiere ser adaptado a las circuns-tancias específicas de cada región. Pide ponersea la escucha de los jóvenes, incluso de los queviven lejos del mundo eclesial pero desean aten-ción y respuestas que den sentido, con el objetivode construir juntos una Iglesia más «joven yfresca» abierta a la discusión y al encuentro. Instaa no cerrarse, sino acoja las oportunidades que laIglesia brinda con esa Asamblea sinodal. Que losmedios de comunicación y as instancias eclesialespongan de relieve los aspectos positivos y no sólolos elementos de debilidad y turbulencia, y loshaga protagonistas de un futuro aún por venir, yde un presente que los llama ya hoy a construir lacivilización del amor.

Texto del documento:

Este capítulo no ofrece un análisis completo dela sociedad y del mundo, sino que tiene presentealgunos resultados de la investigación en el ámbi-to social útiles para abordar el tema del discerni-miento vocacional, a fin de «dejarnos interpelarpor ella en profundidad y dar una base concreta alitinerario ético y espiritual» (Laudato sì, 15).

La descripción, elaborada a nivel mundial,exigirá ser adaptada a la realidad de las circuns-tancias específicas de cada región: a pesar de lapresencia de tendencias globales, las diferenciasentre las diversas áreas del planeta siguen siendorelevantes. En muchos aspectos es correcto afir-mar que existe una pluralidad de mundos juveni-les, no sólo uno. Entre las muchas diferencias,algunas resultan particularmente evidentes. Laprimera es el efecto de las dinámicas geográficasy separa a los países con alta natalidad, donde losjóvenes representan una proporción significativay creciente de la población, de aquellos cuyo pesodemográfico se va reduciendo. Una segunda dife-rencia deriva de la historia, que hace diferentes alos países y a los continentes de antigua tradición

cristiana cuya cultura es portadora de una memo-ria que no se debe disgregar, de los países ycontinentes cuya cultura en cambio está marcadapor otras tradiciones religiosas y en los que elcristianismo tiene una presencia minoritaria y amenudo reciente. Por último, no podemos olvidarla diferencia entre el género masculino y el feme-nino: por una parte ésta determina una sensibili-dad diferente, por otra es origen de formas dedominio, exclusión y discriminación de las quetodas las sociedades necesitan liberarse.

En las páginas que siguen el término «jóve-nes» se refiere a las personas de edad comprendi-da aproximadamente entre 16 y 29 años, siendoconscientes de que también este elemento exigeser adaptado a las circunstancias locales. En cual-quier caso, es bueno recordar que la juventud másque identificar a una categoría de personas, es unafase de la vida que cada generación reinterpretade un modo único e irrepetible.

1. Un mundo que cambia rápidamente

La rapidez de los procesos de cambio y detransformación es la nota principal que caracterizaa las sociedades y a las culturas contemporáneas(cfr. Laudato sì, 18). La combinación entre comple-jidad elevada y cambio rápido provoca que nosencontremos en un contexto de fluidez e incerti-dumbre nunca antes experimentado: es un hechoque debe asumirse sin juzgar a priori si se trata de unproblema o de una oportunidad. Esta situaciónexige adoptar una mirada integral y adquirir lacapacidad de programar a largo plazo, prestandoatención a la sostenibilidad y a las consecuencias delas opciones de hoy en tiempos y lugares remotos.

El crecimiento de la incertidumbre incide en lascondiciones de vulnerabilidad, es decir, la combi-nación de malestar social y dificultad económica,y en las experiencias de inseguridad de grandessectores de la población. En lo que se refiere almundo del trabajo, podemos pensar en los fenóme-nos de la desocupación, del aumento de la flexibi-lidad y de la explotación sobre todo infantil, o en elconjunto de causas políticas, económicas, socialese incluso ambientales que explican el aumentoexponencial del número de refugiados y migrantes.Frente a pocos privilegiados que pueden disfrutar


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de las oportunidades ofrecidas por los procesos deglobalización económica, muchos viven en situa-ciones de vulnerabilidad y de inseguridad, lo cualtiene un impacto sobre sus itinerarios de vida ysobre sus elecciones.

A nivel mundial el mundo contemporáneo secaracteriza por una cultura «cientificista», a me-nudo dominada por la técnica y por las infinitasposibilidades que ésta promete abrir, en cuyointerior no obstante «se multiplican las formas detristeza y soledad en las que caen las personas,entre ellas muchos jóvenes» (Misericordia etmisera, 3). Como enseña la encíclica Laudato si’,la íntima relación entre paradigma tecnocrático ybúsqueda frenética del beneficio a corto plazoestán en el origen de esa cultura del descarte queexcluye a millones de personas, entre ellas mu-chos jóvenes, y que conduce a la explotaciónindiscriminada de los recursos naturales y a ladegradación del ambiente, amenazando el futurode las próximas generaciones (cf. 20-22).

Asimismo, no hay que olvidar que muchassociedades son cada vez más multiculturales ymultirreligiosas. En particular, la coexistencia devarias tradiciones religiosas representa un desa-fío y una oportunidad: puede crecer la desorien-tación y la tentación del relativismo, pero conjun-tamente aumentan las posibilidades de debatefecundo y enriquecimiento recíproco. A los ojosde la fe esto se ve como un signo de nuestrotiempo que requiere un crecimiento en la culturade la escucha, del respeto y del diálogo.

2. Las nuevas generaciones

Quien es joven hoy vive la propia condición enun mundo diferente al de la generación de suspadres y de sus educadores. No sólo el sistema deobligaciones y oportunidades cambia con las trans-formaciones económicas y sociales, sino quemudan también, subyacentemente, deseos, nece-sidades, sensibilidades y el modo de relacionarsecon los demás. Por otra parte, si desde un ciertopunto de vista es verdad que con la globalizaciónlos jóvenes tienden a ser cada vez más homogé-neos en todas las partes del mundo, se mantienensin embargo, en los contextos locales, peculiari-dades culturales e institucionales que tienen re-

percusiones en el proceso de socialización y deconstrucción de la identidad.

El desafío de la multiculturalidad atraviesaparticularmente el mundo juvenil, por ejemplo,con las peculiaridades de las «segundas genera-ciones» (es decir, de aquellos jóvenes que crecenen una sociedad y en una cultura diferentes de lasde sus padres, como resultado de los fenómenosmigratorios) o de los hijos de parejas de algúnmodo «mixtas» (desde el punto de vista étnico,cultural y/o religioso).

En muchas partes del mundo los jóvenes expe-rimentan condiciones de particular dureza, en lasque se hace difícil abrir el espacio para auténticasopciones de vida, en ausencia de márgenes, aun-que sean mínimos, de ejercicio de la libertad.Pensemos en los jóvenes en situación de pobrezay exclusión; en los que crecen sin padres o fami-lia, o no tienen la posibilidad de ir a la escuela; enlos niños y chichos de la calle de tantas periferias;en los jóvenes desempleados, abandonados ymigrantes; en los que son víctimas de explota-ción, trata y esclavitud; en los niños y chicosreclutados a la fuerza en bandas criminales o enmilicias irregulares; en las niñas esposas o chicasobligadas a casarse contra su voluntad. Son de-masiados en el mundo los que pasan directamentede la infancia a la edad adulta y a una carga deresponsabilidad que no han podido elegir. A me-nudo, las niñas, las muchachas y las mujeresjóvenes deben hacer frente a dificultades aúnmayores en comparación con sus coetáneos.

Estudios conducidos a nivel internacional per-miten identificar algunos rasgos característicosde los jóvenes de nuestro tiempo.

Pertenencia y participaciónLos jóvenes no se perciben así mismos como

una categoría desfavorecida o un grupo socialque se debe proteger y, en consecuencia, comodestinatarios pasivos de programas pastorales ode opciones políticas. No pocos de ellos deseanser parte activa en los procesos de cambio delpresente, como confirman las experiencias deactivación e innovación desde abajo que tienen alos jóvenes como principales, aunque no únicos,protagonistas.

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La disponibilidad a la participación y a lamovilización en acciones concretas, en las queel aporte personal de cada uno es ocasión dereconocimiento de identidad, se articula con laintolerancia hacia ambientes en los que los jóve-nes sienten, con razón o sin ella, que no encuen-tran espacio y no reciben estímulos; esto puedellevar a la renuncia o al cansancio para desear,soñar y proyectar, como demuestra la difusióndel fenómeno de los NEET (not in education,employment or training: NINIs: jóvenes que nose dedican a una actividad de estudio ni detrabajo ni de formación profesional). La discre-pancia entre los jóvenes pasivos y desanimadosy los emprendedores y vitales es el fruto de lasoportunidades ofrecidas concretamente a cadauno en el contexto social y familiar en el quecrece, además de las experiencias de sentido,relación y valor adquiridas incluso antes delinicio de la juventud. La falta de confianza en símismos y en sus capacidades puede manifestar-se, además de en la pasividad, en una excesivapreocupación por la propia imagen y en un dócilconformismo a las modas del momento.

Puntos de referencia personales e institu-cionales

Varias investigaciones muestran que los jóve-nes sienten la necesidad de figuras de referenciacercanas, creíbles, coherentes y honestas, asícomo de lugares y ocasiones en los que poner aprueba la capacidad de relación con los demás(tanto adultos como coetáneos) y afrontar lasdinámicas afectivas. Buscan figuras capaces deexpresar sintonía y ofrecer apoyo, estímulo yayuda para reconocer los límites, sin hacer pesarel juicio.

Desde este punto de vista, el rol de padres yfamilias sigue siendo crucial y a veces problemá-tico. Las generaciones más maduras a menudotienden a subestimar las potencialidades, enfatizanlas fragilidades y tienen dificultad para entenderlas exigencias de los más jóvenes. Los padres ylos educadores adultos pueden tener presente suserrores y lo que no les gustaría que los jóveneshiciesen, pero a menudo no tienen igualmenteclaro cómo ayudarles a orientar su mirada haciael futuro. Las dos reacciones más comunes son la

renuncia a hacerse escuchar y la imposición desus propias elecciones. Padres ausentes ohiperprotectores hacen a los hijos más frágiles ytienden a subestimar los riesgos o a estar obsesio-nados con el miedo a equivocarse.

Los jóvenes sin embargo no buscan sólo figu-ras de referencia adultas: tienen un fuerte deseode diálogo abierto entre pares. En este sentido sonmuy necesarias las ocasiones de interacción li-bre, de expresión afectiva, de aprendizaje infor-mal, de experimentación de roles y habilidadessin tensión ni ansiedad.

Tendencialmente cautos respecto a quienesestán más allá del círculo de las relaciones perso-nales, los jóvenes a menudo nutren desconfianza,indiferencia o indignación hacia las institucio-nes. No se refiere sólo a la política, sino afectacada vez más a las instituciones formativas y a laIglesia, en su aspecto institucional. La querríanmás cercana a la gente, más atenta a los proble-mas sociales, pero no dan por sentado que estoocurra de inmediato.

Todo esto tiene lugar en un contexto donde lapertenencia confesional y la práctica religiosa sevuelven, cada vez más, rasgos de una minoría y losjóvenes no se ponen «contra», sino que estánaprendiendo a vivir «sin» el Dios presentado por elEvangelio y «sin» la Iglesia, apoyándose en for-mas de religiosidad y espiritualidad alternativas ypoco institucionalizadas o refugiándose en sectaso experiencias religiosas con una fuerte matriz deidentidad. En muchos lugares la presencia de laIglesia se va haciendo menos capilar y por tantoresulta más difícil encontrarla, mientras que lacultura dominante es portadora de instancias amenudo en contraste con los valores evangélicos,ya se trate de elementos de la propia tradición o dela declinación local de una globalización de mode-lo consumista e individualista.

Hacia una generación (híper)conectadaLas jóvenes generaciones se caracterizan hoy

por la relación con las tecnologías modernas de lacomunicación y con lo que normalmente se llama«mundo virtual», no obstante también tenga efec-tos muy reales. Todo esto ofrece posibilidades deacceso a una serie de oportunidades que las gene-


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raciones precedentes no tenían, y al mismo tiem-po presenta riesgos. Sin embargo, es de granimportancia poner de relieve cómo la experienciade relaciones a través de la tecnología estructurala concepción del mundo, de la realidad y de lasrelaciones personales. A esto debería responderla acción pastoral, que tiene necesidad de desa-rrollar una cultura adecuada.

3. Los jóvenes y las opciones

En el contexto de fluidez y precariedad quehemos esbozado, la transición a la vida adulta y laconstrucción de la identidad exigen cada vez másun itinerario «reflexivo». Las personas se venobligadas a readaptar sus trayectorias de vida y aretomar continuamente el control de sus opcio-nes. Además, junto con la cultura occidental sedifunde una concepción de la libertad entendidacomo posibilidad de acceder a nuevas oportuni-dades. Se niega que construir un itinerario perso-nal de vida signifique renunciar a recorrer en elfuturo caminos diferentes: «Hoy elijo esto, maña-na ya veremos». Tanto en las relaciones afectivascomo en el mundo del trabajo el horizonte secompone de opciones siempre reversibles másque de elecciones definitivas.

En este contexto los viejos enfoques ya nofuncionan y la experiencia transmitida por lasgeneraciones precedentes se vuelve obsoleta rá-pidamente. Valiosas oportunidades y riesgos in-sidiosos se entrelazan en una maraña que no esfácil de desenredar. Adecuados instrumentos cul-turales, sociales y espirituales se convierten enindispensables para que los mecanismos del pro-ceso decisional no se bloqueen y se termine, talvez por miedo a equivocarse, sufriendo el cambioen lugar de guiarlo. Lo ha dicho el Papa Francis-co: «»¿Cómo podemos despertar la grandeza y lavalentía de elecciones de gran calado, de impul-sos del corazón para afrontar desafíos educativosy afectivos?». La palabra la he dicho tantas veces:¡arriesga! Arriesga. Quien no arriesga no camina.«¿Y si me equivoco?».¡Bendito sea el Señor!Más te equivocarás si te quedas quieto» (Discur-so en Villa Nazaret, 18 junio 2016).

En la búsqueda de caminos capaces de desper-tar la valentía y los impulsos del corazón no se

puede dejar de tener en cuenta que la persona deJesús y la Buena Noticia por Él proclamadasiguen fascinando a muchos jóvenes.

Su capacidad de elegir se ve obstaculizada porlas dificultades relacionadas con la condición deprecariedad: la dificultad para encontrar trabajo osu dramática falta; los obstáculos en la construc-ción de una autonomía económica; la imposibili-dad de estabilizar la propia trayectoria profesio-nal. Para las mujeres jóvenes estos obstáculos sonnormalmente aún más difíciles de superar.

El malestar económico y social de las fami-lias, la forma en que los jóvenes asumen algunosrasgos de la cultura contemporánea y el impactode las nuevas tecnologías exigen una mayorcapacidad de respuesta al desafío educativo ensu acepción más amplia: esta es la emergenciaeducativa señalada por Benedicto XVI en elMensaje a la Ciudad y Diócesis de Roma sobrela urgencia de la educación (21 enero 2008). Anivel mundial también hay que tener en cuentalas desigualdades entre países y su efecto sobrelas oportunidades ofrecidas a los jóvenes en lasdiferentes sociedades en términos de inclusión.También factores culturales y religiosos puedengenerar exclusión, por ejemplo lo referente a lasdiferencias de género o a la discriminación delas minorías étnicas o religiosas, hasta empujara los jóvenes más emprendedores hacia la emi-gración.

En este contexto resulta particularmente ur-gente promover las capacidades personales po-niéndolas al servicio de un sólido proyecto decrecimiento común. Los jóvenes valoran la po-sibilidad de combinar la acción en proyectosconcretos en los que medir su capacidad deobtener resultados, el ejercicio de unprotagonismo dirigido a mejorar el contexto enel que viven, la oportunidad de adquirir y perfec-cionar sobre el terreno competencias útiles parala vida y el trabajo.

La innovación social expresa unprotagonismo positivo que invierte la condi-ción de las nuevas generaciones: de perdedoresque solicitan protección frente a los riesgos delcambio, a sujetos del cambio capaces de crear

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nuevas oportunidades. Es significativo que pre-cisamente los jóvenes –a menudo encasilladosen el estereotipo de la pasividad y de la inexpe-riencia– propongan y practiquen alternativasque muestran cómo el mundo o la Iglesia po-drían ser. Si queremos que en la sociedad o enla comunidad cristiana suceda algo nuevo, de-bemos dejar espacio para que nuevas personaspuedan actuar. En otras palabras, proyectar elcambio según los principios de la sostenibilidadexige que se consienta a las nuevas generacio-nes experimentar un nuevo modelo de desarro-llo. Esto resulta particularmente problemáticoen los países y contextos institucionales en losque la edad de quienes ocupan puestos de res-ponsabilidad es elevada y los ritmos de cambiogeneracional se hacen más lentos.

Cuestionario, LEER LA SITUACIÓN:

a) Jóvenes, Iglesia y sociedadEstas preguntas se refieren tanto a los jóvenes

que frecuentan los ambientes eclesiales, como alos que están más alejados o ajenos.46. ¿De qué modo escuchan la realidad de los

jóvenes?47. ¿Cuáles son hoy los principales desafíos y cuáles

son las oportunidades más significativas para losjóvenes de este lugar?

48. ¿Qué tipos y lugares de agregación juvenil,institucionales y no institucionales, tienen máséxito en ámbito eclesial, y por qué?

49. ¿Qué tipos y lugares de agregación juvenil,institucionales y no institucionales, tienen máséxito fuera del ámbito eclesial, y por qué?

50. ¿Qué piden concretamente hoy los jóvenes deeste lugar a la Iglesia?

51. En este lugar, ¿qué espacios de participacióntienen los jóvenes en la vida de la comunidadeclesial?

52. ¿Cómo y dónde pueden encontrar jóvenes que nofrecuentan los ambientes eclesiales?

SESIÓN III: PARTE II. FE,DISCERNIMIENTO, VOCACIÓN

Introducción

El segundo capítulo, centro del documento,se titula « Fe, discernimiento, vocación»… Esterecorrido se inspira en los tres verbos que ya se

utilizan en la Evangelii Gaudium 51: reconocer(lo que sucede en el mundo interior), interpre-tar (lo que se reconoce) y decidir (como unejercicio auténtico de la libertad humana y de laresponsabilidad personal). Entiende el término«vocación» en un sentido amplio, cubriendotoda la gama de posibilidades para la realizaciónconcreta de la propia vida en la alegría del amory la plenitud que se deriva del don de sí mismoa Dios y a los demás. Se trata de encontrar laforma concreta en que se puede cumplir estarealización plena.

Texto del documento

A través del camino de este Sínodo, la Iglesiaquiere reiterar su deseo de encontrar, acompañary cuidar de todos los jóvenes, sin excepción. Nopodemos ni queremos abandonarlos a las soleda-des y exclusiones a las que el mundo les expone.Que su vida sea experiencia buena, no se pierdanen los caminos de la violencia o de la muerte, ladesilusión no los aprisione en la alienación: todoesto no puede dejar de ser motivo de gran preocu-pación para quien ha sido generado a la vida y ala fe y sabe que ha recibido un gran don. Es envirtud de este don que sabemos que venir almundo significa encontrar la promesa de una vidabuena y que ser acogido y custodiado es la expe-riencia original que inscribe en cada uno la con-fianza de no ser abandonado a la falta de sentidoy a la oscuridad de la muerte y la esperanza depoder expresar la propia originalidad en un cami-no hacia la plenitud de vida.

La sabiduría de la Iglesia oriental nos ayudaa descubrir cómo esta confianza está arraigadaen la experiencia de «tres nacimientos»: el naci-miento natural como mujer o como hombre enun mundo capaz de acoger y sostener la vida; elnacimiento del bautismo «cuando alguien seconvierte en hijo de Dios por la gracia»; y luego,un tercer nacimiento, cuando tiene lugar el paso«del modo de vida corporal al espiritual», queabre al ejercicio maduro de la libertad (cf. Dis-cursos de Filoxeno de Mabbug, obispo sirio delsiglo V, n. 9).

Ofrecer a los demás el don que nosotros mis-mos hemos recibido significa acompañarlos a lo


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largo de este camino, ayudándoles a afrontar susdebilidades y las dificultades de la vida, perosobre todo sosteniendo las libertades que aún seestán constituyendo. Por todo ello la Iglesia,comenzando por sus Pastores, está llamada ainterrogarse y a redescubrir su vocación a lacustodia con el estilo que el Papa Francisco recor-dó al inicio de su pontificado: «el preocuparse, elcustodiar, requiere bondad, pide ser vivido conternura. En los Evangelios, san José aparececomo un hombre fuerte y valiente, trabajador,pero en su alma se percibe una gran ternura, queno es la virtud de los débiles, sino más bien todolo contrario: denota fortaleza de ánimo y capaci-dad de atención, de compasión, de verdaderaapertura al otro, de amor» (Homilía al inicio delministerio petrino, 19 marzo 2013).

En esta perspectiva se presentarán ahora algu-nas ideas con vistas a un acompañamiento de losjóvenes a partir de la fe, escuchando a la tradiciónde la Iglesia y con el claro objetivo de sostenerlosen su discernimiento vocacional y en la toma dedecisiones fundamentales de la vida, desde laconciencia del carácter irreversible de algunas deellas.

1. Fe y vocación

La fe, en cuanto participación en el modo dever de Jesús (cf. Lumen fidei, 18), es la fuente dediscernimiento vocacional, porque ofrece suscontenidos fundamentales, sus articulaciones es-pecíficas, el estilo singular y la pedagogía propia.Acoger con alegría y disponibilidad este don de lagracia exige hacerlo fecundo a través de eleccio-nes de vida concretas y coherentes.

«No me eligieron ustedes a mí; sino que yo loshe elegido a ustedes, y los he destinado para quevayan y den fruto, y que su fruto permanezca; demodo que todo lo que pidan al Padre en minombre se los conceda. Lo que les mando es quese amen unos a otros» (Jn 15,16-17). Si la voca-ción a la alegría del amor es el llamado funda-mental que Dios pone en el corazón de cada jovenpara que su existencia pueda dar fruto, la fe es almismo tiempo don que viene de lo alto y respues-ta al sentirse elegidos y amados.

La fe «no es un refugio para gente pusilánime,sino que ensancha la vida. Hace descubrir unagran llamada, la vocación al amor, y asegura queeste amor es digno de fe, que vale la pena ponerseen sus manos, porque está fundado en la fidelidadde Dios, más fuerte que todas nuestras debilida-des» (Lumen fidei, 53). Esta fe «ilumina todas lasrelaciones sociales», contribuyendo a «construirla fraternidad universal» entre los hombres ymujeres de todos los tiempos (ibíd., 54).

La Biblia presenta numerosos relatos de voca-ción y de respuesta de jóvenes. A la luz de la fe,estos gradualmente toman conciencia del pro-yecto de amor apasionado que Dios tiene paracada uno. Esta es la intención de toda acción deDios, desde la creación del mundo como lugar«bueno», capaz de acoger la vida, y ofrecidocomo un don como la urdimbre de relaciones enlas que confiar.

Creer significa ponerse a la escucha del Espí-ritu y en diálogo con la Palabra que es camino,verdad y vida (cf. Jn 14,6) con toda la propiainteligencia y afectividad, aprender a confiar enella «encarnándola» en lo concreto de la vidacotidiana, en los momentos en los que la cruz estácerca y en aquellos en los que se experimenta laalegría ante los signos de resurrección, tal y comohizo el «discípulo amado». Este es el desafío queinterpela a la comunidad cristiana y a cada cre-yente individual.

El espacio de este diálogo es la conciencia.Como enseña el Concilio, es «el núcleo mássecreto y el sagrario del hombre, en el que éste sesiente a solas con Dios, cuya voz resuena en elrecinto más íntimo de aquélla» (Gaudium et spes,16). Por lo tanto, la conciencia es un espacioinviolable en el que se manifiesta la invitación aacoger una promesa. Discernir la voz del Espíritude otras llamadas y decidir qué respuesta dar esuna tarea que corresponde a cada uno: los demáslo pueden acompañar y confirmar, pero nuncasustituir.

La vida y la historia nos enseñan que para el serhumano no siempre es fácil reconocer la formaconcreta de la alegría a la que Dios lo llama y a lacual tiende su deseo, y mucho menos ahora en un

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contexto de cambio e incertidumbre generaliza-da. Otras veces, la persona tiene que enfrentarseal desánimo o a la fuerza de otros apegos que ladetienen en su camino hacia la plenitud: es laexperiencia de muchos, por ejemplo la del jovenque tenía demasiadas riquezas para ser libre deacoger la llamada de Jesús y por esto se fue tristeen lugar de lleno de alegría (cf. Mc 10,17-22). Lalibertad humana, aun necesitando ser siemprepurificada y liberada, sin embargo, no pierdenunca del todo la capacidad radical de reconocerel bien y de hacerlo: «Los seres humanos, capacesde degradarse hasta el extremo, también puedensobreponerse, volver a optar por el bien y regene-rarse, más allá de todos los condicionamientosmentales y sociales que les impongan» (Laudatosi’, 205).

2. El don del discernimiento

Tomar decisiones y orientar las propias accio-nes en situaciones de incertidumbre y frente aimpulsos internos contradictorios es el ámbito delejercicio del discernimiento. Se trata de un térmi-no clásico de la tradición de la Iglesia, que seaplica a una pluralidad de situaciones. En efecto,existe un discernimiento de los signos de lostiempos, que apunta a reconocer la presencia y laacción del Espíritu en la historia; un discerni-miento moral, que distingue lo que es bueno de loque es malo; un discernimiento espiritual, quetiene como objetivo reconocer la tentación pararechazarla y, en su lugar, seguir el camino de laplenitud de vida. Las conexiones entre estas dife-rentes acepciones son evidentes y no se puedennunca separar completamente.

Teniendo presente esto, nos centramos aquí enel discernimiento vocacional, es decir, en el pro-ceso por el cual la persona llega a realizar, en eldiálogo con el Señor y escuchando la voz delEspíritu, las elecciones fundamentales, empe-zando por la del estado de vida. Si el interrogantede cómo no desperdiciar las oportunidades derealización de sí mismo afecta a todos los hom-bres y mujeres, para el creyente la pregunta sehace aún más intensa y profunda. ¿Cómo vivir labuena noticia del Evangelio y responder a lallamada que el Señor dirige a todos aquellos a

quienes les sale al encuentro: a través del matri-monio, del ministerio ordenado, de la vida consa-grada? Y cuál es el campo en el que se puedenutilizar los propios talentos: ¿la vida profesional,el voluntariado, el servicio a los últimos, la parti-cipación en la política?

El Espíritu habla y actúa a través de los acon-tecimientos de la vida de cada uno, pero loseventos en sí mismos son mudos o ambiguos, yaque se pueden dar diferentes interpretaciones.Iluminar el significado en lo concerniente a unadecisión requiere un camino de discernimiento.Los tres verbos con los que se describe en Evangeliigaudium, 51 – reconocer, interpretar y elegir –pueden ayudarnos a delinear un itinerario ade-cuado tanto para los individuos como para losgrupos y las comunidades, sabiendo que en lapráctica los límites entre las diferentes fases noson nunca tan claros.

ReconocerEl reconocimiento se refiere, en primer lugar,

a los efectos que los acontecimientos de mi vida,las personas que encuentro, las palabras que escu-cho o que leo producen en mi interioridad: unavariedad de «deseos, sentimientos, emociones»(Amoris laetitia, 143) de muy distinto signo:tristeza, oscuridad, plenitud, miedo, alegría, paz,sensación de vacío, ternura, rabia, esperanza,tibieza, etc. Me siento atraído o empujado haciauna pluralidad de direcciones, sin que ninguname parezca la que claramente se debe seguir; esel momento de los altos y bajos y en algunos casosde una auténtica lucha interior. Reconocer exigehacer aflorar esta riqueza emotiva y nombrarestas pasiones sin juzgarlas. Exige igualmentepercibir el «sabor» que dejan, es decir, la conso-nancia o disonancia entre lo que experimento y lomás profundo que hay en mí.

En esta fase, la Palabra de Dios reviste unagran importancia: meditarla, de hecho, pone enmovimiento las pasiones como todas las expe-riencias de contacto con la propia interioridad,pero al mismo tiempo ofrece una posibilidad dehacerlas emerger identificándose con los aconte-cimientos que ella narra. La fase del reconoci-miento sitúa en el centro la capacidad de escuchar


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y la afectividad de la persona, sin eludir por temorla fatiga de silencio. Se trata de un paso funda-mental en el camino de maduración personal, enparticular para los jóvenes que experimentan conmayor intensidad la fuerza de los deseos y puedentambién permanecer asustados, renunciando in-cluso a los grandes pasos a los que sin embargo sesienten impulsados.

InterpretarNo basta reconocer lo que se ha experimenta-

do: hay que «interpretarlo», o, en otras palabras,comprender a qué el Espíritu está llamando através de lo que suscita en cada uno. Muchasveces nos detenemos a contar una experiencia,subrayando que «me ha impresionado mucho».Más difícil es entender el origen y el sentido de losdeseos y de las emociones experimentadas yevaluar si nos están orientando en una direcciónconstructiva o si por el contrario nos están llevan-do a replegarnos sobre nosotros mismos.

Esta fase de interpretación es muy delicada: serequiere paciencia, vigilancia y también un ciertoaprendizaje. Hemos de ser capaces de darnoscuenta de los efectos de los condicionamientossociales y psicológicos. También exige poner enpráctica las propias facultades intelectuales, sincaer sin embargo en el peligro de construir teoríasabstractas sobre lo que sería bueno o bonitohacer: también en el discernimiento «la realidades superior a la idea» (Evangelii gaudium, 231).En la interpretación tampoco se puede dejar deenfrentarse con la realidad y de tomar en conside-ración las posibilidades que realmente se tienen adisposición.

Para interpretar los deseos y los movimientosinteriores es necesario confrontarse honestamen-te, a la luz de la Palabra de Dios, también con lasexigencias morales de la vida cristiana, siempretratando de ponerlas en la situación concreta quese está viviendo. Este esfuerzo obliga a quien lorealiza a no contentarse con la lógica legalista delmínimo indispensable, y en su lugar buscar elmodo de sacar el mayor provecho a los propiosdones y las propias posibilidades: por esto resultauna propuesta atractiva y estimulante para losjóvenes. Este trabajo de interpretación se desa-

rrolla en un diálogo interior con el Señor, con laactivación de todas las capacidades de la persona;la ayuda de una persona experta en la escucha delEspíritu es, sin embargo, un valioso apoyo que laIglesia ofrece, y del que sería poco sensato nohacer uso.

ElegirUna vez reconocido e interpretado el mundo

de los deseos y de las pasiones, el acto de decidirse convierte en ejercicio de auténtica libertadhumana y de responsabilidad personal, siempreclaramente situadas y por lo tanto limitadas. En-tonces, la elección escapa a la fuerza ciega de laspulsiones, a las que un cierto relativismo contem-poráneo termina por asignar el rol de criterioúltimo, aprisionando a la persona en la volubili-dad. Al mismo tiempo se libera de la sujeción ainstancias externas a la persona y, por tanto,heterónomas, exigiendo asimismo una coheren-cia de vida.

Durante mucho tiempo en la historia, las deci-siones fundamentales de la vida no fueron toma-das por los interesados directos; en algunas partesdel mundo todavía es así, tal como se ha apuntadotambién en el capítulo I. Promover eleccionesverdaderamente libres y responsables, despoján-dose de toda connivencia con legados de otrostiempos, sigue siendo el objetivo de toda pastoralvocacional seria. El discernimiento es en la pas-toral vocacional el instrumento fundamental, quepermite salvaguardar el espacio inviolable de laconciencia, sin pretender sustituirla (cfr. Amorislaetitia, 37).

La decisión debe ser sometida a la prueba delos hechos en vista de su confirmación. La elec-ción no puede quedar aprisionada en una interio-ridad que corre el riesgo de mantenerse virtual opoco realista – se trata de un peligro acentuadoen la cultura contemporánea –, sino que estállamada a traducirse en acción, a tomar cuerpo,a iniciar un camino, aceptando el riesgo deconfrontarse con la realidad que había puesto enmovimiento deseos y emociones. Otros movi-mientos interiores nacerán en esta fase: recono-cerlos e interpretarlos permitirá confirmar labondad de la decisión tomada o aconsejará revi-

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sarla. Por esto es importante «salir», incluso delmiedo de equivocarse que, como hemos visto,puede llegar a ser paralizante.

3. Caminos de vocación y misión

El discernimiento vocacional no se realiza enun acto puntual, aun cuando en la historia de cadavocación es posible identificar momentos o en-cuentros decisivos. Como todas las cosas impor-tantes de la vida, también el discernimiento vo-cacional es un proceso largo, que se desarrolla enel tiempo, durante el cual es necesario mantenerla atención a las indicaciones con las que el Señorprecisa y específica una vocación que es exclusi-vamente personal e irrepetible. El Señor les pidióa Abraham y a Sara que partieran, pero sólo en uncamino progresivo y no sin pasos en falso seaclaró cuál era la inicial-mente misteriosa «tierraque yo te mostraré» (Gn12,1). María misma pro-gresa en la conciencia desu vocación a través de lameditación de las palabrasque escucha y los eventosque le suceden, tambiénlos que no comprende (cf.Lc 2,50-51).

El tiempo es fundamen-tal para verificar la orien-tación efectiva de la deci-sión tomada. Como ense-ña cada página del texto bíblico, no hay vocaciónque no se ordene a una misión acogida con temoro con entusiasmo.

Acoger la misión implica la disponibilidad dearriesgar la propia vida y recorrer la vía de la cruz,siguiendo las huellas de Jesús, que con decisiónse puso en camino hacia Jerusalén (cf. Lc 9,51)para ofrecer su vida por la humanidad. Sólo si lapersona renuncia a ocupar el centro de la escenacon sus necesidades se abre el espacio para aco-ger el proyecto de Dios a la vida familiar, alministerio ordenado o a la vida consagrada, asícomo para llevar a cabo con rigor su profesión ybuscar sinceramente el bien común. En particularen los lugares donde la cultura está más profunda-

mente marcada por el individualismo, es necesa-rio verificar hasta qué punto las elecciones sondictadas por la búsqueda de la propiaautorrealización narcisista y en qué grado, por elcontrario, incluyen la disponibilidad a vivir lapropia existencia en la lógica de la generosaentrega. Por esto, el contacto con la pobreza, lavulnerabilidad y la necesidad revisten gran im-portancia en los caminos de discernimiento voca-cional. En lo que respecta a los futuros pastores,es oportuno examinar y promover el crecimientode la disponibilidad a dejarse impregnar del «olorde las ovejas».

4. El acompañamiento

En la base de discernimiento podemos iden-tificar tres convicciones, muy arraigadas en la

experiencia de cada serhumano releída a la luz dela fe y de la tradición cris-tiana. La primera es queel Espíritu de Dios actúaen el corazón de cadahombre y de cada mujer através de sentimientos ydeseos que se conectan aideas, imágenes y proyec-tos. Escuchando con aten-ción, el ser humano tienela posibilidad de interpre-tar estas señales. La se-gunda convicción es que

el corazón humano debido a su debilidad y alpecado, se presenta normalmente divido a causade la atracción de reclamos diferentes, o inclusoopuestos. La tercera convicción es que, en cual-quier caso, el camino de la vida impone decidir,porque no se puede permanecer indefinidamen-te en la indeterminación. Pero es necesario do-tarse de los instrumentos para reconocer la lla-mada del Señor a la alegría del amor y elegirresponder a ella.

Entre éstos, la tradición espiritual destaca laimportancia del acompañamiento personal. Paraacompañar a otra persona no basta estudiar lateoría del discernimiento; es necesario tener laexperiencia personal en interpretar los movi-


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mientos del corazón para reconocer la acción delEspíritu, cuya voz sabe hablar a la singularidad decada uno. El acompañamiento personal exigerefinar continuamente la propia sensibilidad a lavoz del Espíritu y conduce a descubrir en laspeculiaridades personales un recurso y una rique-za.

Se trata de favorecer la relación entre la perso-na y el Señor, colaborando a eliminar lo que laobstaculiza. He aquí la diferencia entre el acom-pañamiento al discernimiento y el apoyo psicoló-gico, que también, si está abierto a la trascenden-cia, se revela a menudo de fundamental impor-tancia. El psicólogo sostiene a una persona en lasdificultades y la ayuda a tomar conciencia de susfragilidades y su potencial; el guía espiritualremite la persona al Señor y prepara el terrenopara el encuentro con Él (cfr. Jn 3,29-30).

Los pasajes evangélicos que narran el encuen-tro de Jesús con las personas de su tiempo resaltanalgunos elementos que nos ayudan a trazar elperfil ideal de quien acompaña a un joven en eldiscernimiento vocacional: la mirada amorosa(vocación de los primeros discípulos, cf. Jn 1,35-51); la palabra con autoridad (enseñanza en lasinagoga de Cafarnaúm, cf. Lc 4,32); la capaci-dad de «hacerse prójimo» (parábola del buensamaritano, cf. Lc 10,25-37); la opción de «cami-nar al lado» (los discípulos de Emaús, cf. Lc24,13-35); el testimonio de autenticidad, sin mie-do a ir en contra de los prejuicios más generaliza-dos ; lavatorio de los pies en la última cena, cf. Jn13,1-20).

En el compromiso de acompañar a las nuevasgeneraciones la Iglesia acoge su llamada a cola-borar en la alegría de los jóvenes, más que inten-tar apoderarse de su fe (cfr. 2Cor 1,24). Dichoservicio se arraiga en última instancia en la ora-ción y en la petición del don del Espíritu que guíae ilumina a todos y a cada uno.

Cuestionario, LEER LA SITUACIÓN:

b) La pastoral juvenil vocacional53. ¿Cuál es la implicación de las familias y las

comunidades en el discernimiento vocacional delos jóvenes?

54. ¿Cuáles son las contribuciones a la formación en

el discernimiento vocacional por parte de escue-las y universidades o de otras institucionesformativas (civiles o eclesiales)?

55. ¿De qué modo tienen en cuenta el cambiocultural causado por el desarrollo del mundodigital?

56. ¿De qué modo las Jornadas Mundiales de laJuventud u otros eventos nacionales o interna-cionales pueden entrar en la práctica pastoralordinaria?

57. ¿De qué modo en sus comunidades se proyectanexperiencias y caminos de pastoral juvenil voca-cional?

c) Los acompañantes58. ¿Cuánto tiempo y espacio dedican los pastores

y los otros educadores al acompañamiento espi-ritual personal?

59. ¿Qué iniciativas y caminos de formación sonpuestos en marcha por los acompañantes voca-cionales?

60. ¿Qué acompañamiento personal se propone enlos seminarios?

d) Preguntas específicas para el área geográfi-ca de América

j. ¿De qué modo sus comunidades se hacen cargo delos jóvenes que experimentan situaciones deviolencia extrema (guerrillas, bandas, cárcel,drogodependencia, matrimonios forzados) y losacompañan a lo largo de trayectorias de vida?

k. ¿Qué formación ofrecen para sostener el com-promiso de los jóvenes en el ámbito sociopolíticocon vistas al bien común?

l. En contextos de fuerte secularización, ¿quéacciones pastorales resultan más eficaces paraproseguir un camino de fe tras el camino de lainiciación cristiana?

SESIÓN IV: PARTE III. LA ACCIÓN PAS-TORAL

Introducción:

El tercer capítulo, titulado «La acción pasto-ral», pone de relieve la importancia que tienepara la Iglesia acompañar a los jóvenes a acogerla alegría del Evangelio en un momento como elnuestro marcado por la incertidumbre, la preca-riedad, la inseguridad. El centro de atención sonlas personas, lugares e instrumentos de este acom-pañamiento. Los sujetos de la acción pastoral sonlos mismos jóvenes, como protagonistas y como

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receptores. La Iglesia les pide que la ayuden aidentificar las maneras más eficaces para anun-ciar la Buena Nueva. Los lugares de la acciónpastoral son la vida cotidiana, las actividades paralos jóvenes, las Jornadas Mundiales de la Juven-tud (JMJ), los eventos diocesanos, parroquias,oratorios, universidades, escuelas católicas,voluntariado, actividades sociales, los centros deespiritualidad, las experiencias misioneras, lasperegrinaciones, la piedad popular. El «mundodigital» abre nuevas oportunidades, pero tambiénnuevos peligros. Los instrumentos son los len-guajes (se privilegian los más significativos paralos jóvenes), la educación, la oración, el silencio,la contemplación.

Texto del documento

¿Qué significa para la Iglesia acompañar a losjóvenes a acoger la llamada a la alegría delEvangelio, sobre todo en un tiempo marcado porla incertidumbre, por la precariedad y por lainseguridad?

El propósito de este capítulo es concentrar laatención en lo que implica tomar en serio eldesafío del cuidado pastoral y del discernimientovocacional, teniendo en consideración cuáles sonlos sujetos, lugares e instrumentos a disposición.En este sentido, reconocemos una inclusión recí-proca entre pastoral juvenil y pastoral vocacio-nal, aun siendo conscientes de las diferencias. Nose tratará de una panorámica exhaustiva, sino deindicaciones que se deben completar sobre labase de las experiencias de cada Iglesia local.

1. Caminar con los jóvenes

Acompañar a los jóvenes exige salir de lospropios esquemas preconfeccionados, encontrán-dolos allí donde están, adecuándose a sus tiemposy a sus ritmos; significa también tomarlos en serioen su dificultad para descifrar la realidad en la queviven y para transformar un anuncio recibido engestos y palabras, en el esfuerzo cotidiano porconstruir la propia historia y en la búsqueda máso menos consciente de un sentido para sus vidas.

Cada domingo los cristianos mantienen viva lamemoria de Jesús muerto y resucitado, encon-trándolo en la celebración de la Eucaristía. Mu-chos niños son bautizados en la fe de la Iglesia y

continúan el camino de la iniciación cristiana.Esto, sin embargo, no equivale aún a una elecciónmadura de una vida de fe. Para ello es necesarioun camino, que a veces también pasa a través devías imprevisibles y alejadas de los lugares habi-tuales de las comunidades eclesiales. Por esto,como ha recordado el Papa Francisco, «la pasto-ral vocacional es aprender el estilo de Jesús, quepasa por los lugares de la vida cotidiana, sedetiene sin prisa y, mirando a los hermanos conmisericordia, les lleva a encontrarse con DiosPadre» (Discurso al Congreso de pastoral voca-cional, 21 octubre 2016). Caminando con losjóvenes se edifica la entera comunidad cristiana.

Precisamente porque se trata de interpelar lalibertad de los jóvenes, hay que valorizar la crea-tividad de cada comunidad para construir pro-puestas capaces de captar la originalidad de cadauno y secundar su desarrollo. En muchos casos setratará también de aprender a dar espacio real a lanovedad, sin sofocarla en el intento de encasillarlaen esquemas predefinidos: no puede haber unasiembra fructífera de vocaciones si nos queda-mos simplemente cerrados en el «cómodo crite-rio pastoral del «siempre se ha hecho así»», sin«ser audaces y creativos en esta tarea de repensarlos objetivos, las estructuras, el estilo y los méto-dos evangelizadores de las propias comunida-des» (Evangelii gaudium, 33). Tres verbos, queen los Evangelios connotan el modo en el queJesús encuentra a las personas de su tiempo, nosayudan a estructurar este estilo pastoral: salir, very llamar.

SalirPastoral vocacional en este sentido significa

acoger la invitación del Papa Francisco a salir, enprimer lugar, de esas rigideces que hacen que seamenos creíble el anuncio de la alegría del Evan-gelio, de los esquemas en los que las personas sesienten encasilladas y de un modo de ser Iglesiaque a veces resulta anacrónico. Salir es tambiénsigno de libertad interior respecto a las activida-des y a las preocupaciones habituales, a fin depermitir a los jóvenes ser protagonistas. Encon-trarán atractiva a la comunidad cristiana cuantomás la experimenten acogedora hacia la contri-bución concreta y original que pueden aportar.


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VerSalir hacia el mundo de los jóvenes requiere la

disponibilidad para pasar tiempo con ellos, escu-char sus historias, sus alegrías y esperanzas, sustristezas y angustias, compartiéndolas: esta es lavía para inculturar el Evangelio y evangelizartoda cultura, también la juvenil. Cuando los Evan-gelios narran los encuentros de Jesús con loshombres y las mujeres de su tiempo, destacanprecisamente su capacidad de detenerse con ellosy el atractivo que percibe quien cruza su mirada.Esta es la mirada de todo auténtico pastor, capazde ver en la profundidad del corazón sin resultarintruso o amenazador; es la verdadera mirada deldiscernimiento, que no quiere apoderarse de laconciencia ajena ni predeterminar el camino de lagracia de Dios a partir de los propios esquemas.

LlamarEn los relatos evangélicos la mirada de amor

de Jesús se transforma en una palabra, que es unallamada a una novedad que se debe acoger, explo-rar y construir. Llamar quiere decir, en primerlugar, despertar el deseo, mover a las personas delo que las tiene bloqueadas o de las comodidadesen las que descansan. Llamar quiere decir hacerpreguntas a las que no hay respuestaspreconfeccionadas. Es esto, y no la prescripciónde normas que se deben respetar, lo que estimulaa las personas a ponerse en camino y encontrar laalegría del Evangelio.

2. Sujetos

Todos los jóvenes, sin excepciónPara la pastoral los jóvenes son sujetos y no

objetos. A menudo, de hecho, son tratados por lasociedad como una presencia inútil o incómoda:la Iglesia no puede reproducir esta actitud, porquetodos ellos, sin excepción, tienen el derecho a seracompañados en su camino.

Además, cada comunidad está llamada a pres-tar atención especial sobre todo a los jóvenespobres, marginados y excluidos, y a convertirlosen protagonistas. Ser cercanos a los jóvenes queviven en condiciones de mayor pobreza y dificul-tad, violencia y guerra, enfermedad, discapacidady sufrimiento es un don especial del Espíritu,capaz de hacer resplandecer el estilo de una

Iglesia en salida. La misma Iglesia está llamada aaprender de los jóvenes: de ello dan un testimonioluminoso muchos jóvenes santos que continúansiendo fuente de inspiración para todos.

Una comunidad responsableToda la comunidad cristiana debe sentirse

responsable de la tarea de educar a las nuevasgeneraciones y debemos reconocer que son mu-chas las figuras de cristianos que la asumen,empezando por quienes se comprometen dentrode la vida eclesial. También deben apreciarse losesfuerzos de quien testimonia la vida buena delEvangelio y la alegría que de ella brota en loslugares de la vida cotidiana. Por último, debenvalorizarse las oportunidades de implicación delos jóvenes en los organismos de participación delas comunidades diocesanas y parroquiales, em-pezando por los consejos pastorales, invitándolesa contribuir con su creatividad y acogiendo susideas aunque parezcan provocadoras.

En todas las partes del mundo existen parro-quias, congregaciones religiosas, asociaciones,movimientos y realidades eclesiales capaces deproyectar y ofrecer a los jóvenes experiencias decrecimiento y de discernimiento realmente signi-ficativas. A veces esta dimensión proyectiva dejaespacio a la improvisación y a la incompetencia:es un riesgo del cual defenderse tomando cadavez más en serio la tarea de pensar, concretizar,coordinar y realizar la pastoral juvenil de modocorrecto, coherente y eficaz. Aquí también seimpone la necesidad de una preparación específi-ca y continua de los formadores.

Las figuras de referenciaEl rol de adultos dignos de confianza, con

quienes entrar en alianza positiva, es fundamen-tal en todo camino de maduración humana y dediscernimiento vocacional. Se necesitan creyen-tes con autoridad, con una clara identidad huma-na, una sólida pertenencia eclesial, una visiblecualidad espiritual, una vigorosa pasión educati-va y una profunda capacidad de discernimiento.A veces, por el contrario, adultos sin preparacióne inmaduros tienden a actuar de manera posesivay manipuladora, creando dependencias negati-vas, fuertes malestares y graves contratestimonios,que pueden llegar hasta el abuso.

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Para que haya figuras creíbles, debemos for-marlas y sostenerlas, proporcionándoles tam-bién mayores competencias pedagógicas. Estovale en particular para quienes tienen confiadala tarea de acompañantes del discernimientovocacional en vista del ministerio ordenado y dela vida consagrada.

Padres y familia: dentro de cada comunidadcristiana se debe reconocer el insustituible roleducativo desempeñado por los padres y por otrosfamiliares. Son en primer lugar los padres, dentrode la familia, quienes expresan cada día en elamor que los une entre sí y con sus hijos elcuidado de Dios por cada ser humano. En estesentido son valiosas las indicaciones ofrecidaspor el Papa Francisco en un específico capítulo deAmoris laetitia (cfr. 259-290).

Pastores: el encuentro con figuras ministeria-les, capaces de implicarse realmente en el mundojuvenil dedicándole tiempo y recursos, graciastambién al generoso testimonio de mujeres yhombres consagrados, es decisivo para el creci-miento de las nuevas generaciones. Lo recordótambién el Papa Francisco: «Se lo pido especial-mente a los pastores de la Iglesia, a los obispos ya los sacerdotes: sois los responsables principalesde la vocación sacerdotal y cristiana, y esta tareano puede ser relegada a una oficina burocrática.Vosotros también habéis experimentado un en-cuentro que cambió vuestra vida, cuando otrosacerdote… hizo sentir la belleza del amor deDios. Haced lo mismo vosotros, saliendo, escu-chando a los jóvenes – hace falta paciencia –podéis orientar sus pasos» (Discurso a los partici-pantes en el Congreso de pastoral vocacional, 21de octubre de 2016).

Docentes y otras figuras educativas: muchosdocentes católicos están comprometidos comotestigos en las universidades y en las escuelas detodo orden y grado; en el mundo del trabajomuchos están presentes con competencia y pa-sión; en la política muchos creyentes tratan de serfermento de una sociedad más justa; en elvoluntariado civil muchos se dedican a trabajarpor el bien común y por el cuidado de la creación;en la animación del tiempo libre y del deportemuchos están comprometidos con entusiasmo y

generosidad. Todos ellos dan testimonio de voca-ciones humanas y cristianas acogidas y vividascon fidelidad y compromiso, suscitando en quienlos ve el deseo de hacer lo mismo: responder congenerosidad a la propia vocación es el primermodo de hacer pastoral vocacional.

3. Lugares

La vida cotidiana y el compromiso socialConvertirse en adultos significa aprender a

gestionar con autonomía dimensiones de la vidaque son al mismo tiempo fundamentales y coti-dianas: la utilización del tiempo y del dinero, elestilo de vida y de consumo, el estudio y el tiempolibre, el vestido y la comida, y la vida afectiva yla sexualidad. Este aprendizaje, al que los jóvenesse enfrentan inevitablemente, es la ocasión paraponer orden en la propia vida y en las propiasprioridades, experimentando caminos de elec-ción que pueden convertirse en una escuela dediscernimiento y consolidar la propia orientacióncon vistas a las decisiones más importantes: la fe,cuanto más auténtica es, tanto más interpela a lavida cotidiana y se deja interpelar por ella. Mere-cen una mención particular las experiencias, amenudo difíciles o problemáticas, de la vidalaboral o a las de falta de trabajo: estas tambiénson ocasión para acoger o profundizar la propiavocación.

Los pobres gritan y junto con ellos la tierra: elcompromiso de escuchar puede ser una ocasiónconcreta de encuentro con el Señor y con laIglesia y de descubrimiento de la propia voca-ción. Como enseña el Papa Francisco, las accio-nes comunitarias con las que se cuida de la casacomún y de la calidad de vida de los pobres«cuando expresan un amor que se entrega, pue-den convertirse en intensas experiencias espiri-tuales» (Laudato si’, 232) y, por lo tanto, tambiénen ocasión de caminos y de discernimiento voca-cional.

Los ámbitos específicos de la pastoralLa Iglesia ofrece a los jóvenes lugares especí-

ficos de encuentro y de formación cultural, deeducación y de evangelización, de celebración yde servicio, colocándose en primera línea paradar una acogida abierta a todos y a cada uno. El


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desafío para estos lugares y quienes los animan esproceder cada vez más en la lógica de la construc-ción de una red integrada de propuestas, y asumiren el proprio modo de obrar el estilo de salir, very llamar.- A nivel mundial destacan las Jornadas Mundia-

les de la Juventud. También ConferenciasEpiscopales y Diócesis sienten cada vez más sudeber de ofrecer eventos y experiencias especí-ficas para los jóvenes.

- Las Parroquias ofrecen espacios, actividades,tiempo e itinerarios para las jóvenes generacio-nes. La vida sacramental ofrece ocasiones fun-damentales para crecer en la capacidad de aco-ger el don de Dios en la propia existencia einvita a la participación activa en la misióneclesial. Un signo de la atención al mundo de losjóvenes son los centros juveniles y los oratorios.

- Las universidades y las escuelas católicas, consu valioso servicio cultural y formativo, sonotro instrumento de presencia de la Iglesia entrelos jóvenes.

- Las actividades sociales y de voluntariado ofre-cen la oportunidad de implicarse en el serviciogeneroso; el encuentro con personas que expe-rimentan pobreza y exclusión puede ser unaocasión favorable de crecimiento espiritual y dediscernimiento vocacional: también desde estepunto de vista los pobres son maestros, mejordicho, portadores de la buena noticia de que lafragilidad es el lugar donde se vive la experien-cia de la salvación.

- Las asociaciones y los movimientos eclesiales,pero también muchos lugares de espiritualidad,ofrecen a los jóvenes serios itinerarios de dis-cernimiento; las experiencias misioneras seconvierten en momentos de servicio generoso yde intercambio fecundo; el redescubrimientode la peregrinación como forma y estilo decamino resulta válido y prometedor; en muchoscontextos la experiencia de la piedad popularsostiene y nutre la fe de los jóvenes.

- Ocupan un lugar de importancia estratégica losseminarios y las casas de formación, que tam-bién a través de una intensa vida comunitaria,deben permitir a los jóvenes que acogen vivir la

experiencia que les hará a su vez ser capaces deacompañar a otros.

El mundo digitalPor las razones ya recordadas, merece una

mención particular el mundo de los new media,que sobre todo para las jóvenes generaciones seha convertido realmente en un lugar de vida;ofrece muchas oportunidades inéditas, especial-mente en lo que se refiere al acceso a la informa-ción y a la construcción de relaciones a distancia,pero también presenta riesgos (por ejemplo elciberacoso, los juegos de azar, la pornografía, lasinsidias de los chat room, la manipulación ideo-lógica, etc.). Pese a las muchas diferencias entrelas distintas regiones, la comunidad cristiana con-tinúa construyendo su presencia en este nuevoareópago, donde los jóvenes tienen sin duda algoque enseñarle.

4. Instrumentos

Los lenguajes de la pastoral

A veces nos damos cuenta que entre el len-guaje eclesial y el de los jóvenes se abre unespacio difícil de colmar, aunque hay muchasexperiencias de encuentro fecundo entre las sen-sibilidades de los jóvenes y las propuestas de laIglesia en ámbito bíblico, litúrgico, artístico,catequético y mediático. Soñamos con una Igle-sia que sepa dejar espacios al mundo juvenil y asus lenguajes, apreciando y valorando la creati-vidad y los talentos.

En particular, reconocemos en el deporte unrecurso educativo con grandes oportunidades, yen la música y en las otras expresiones artísticasun lenguaje expresivo privilegiado que acompa-ña el camino de crecimiento de los jóvenes.

El cuidado educativo y los itinerarios deevangelización

En la acción pastoral con los jóvenes, donde esnecesario poner en marcha procesos más queocupar espacios, descubrimos, en primer lugar, laimportancia del servicio al crecimiento humanode cada uno y de los instrumentos pedagógicos yformativos que pueden sostenerlo. Entre evange-lización y educación se constata una fecundarelación genética que, en la realidad contemporá-

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nea, debe tener en cuenta la gradualidad de loscaminos de maduración de la libertad.

Respecto al pasado, debemos acostumbrarnosa itinerarios de acercamiento a la fe cada vezmenos estandarizados y más atentos a las carac-terísticas personales de cada uno: junto a los quecontinúan siguiendo las etapas tradicionales de lainiciación cristiana, muchos llegan al encuentrocon el Señor y con la comunidad de los creyentespor otra vía y en edad más avanzada, por ejemploa partir de la práctica de un compromiso con lajusticia, o del encuentro en ámbitos extraeclesialescon alguien capaz de ser testigo creíble. El desa-fío para las comunidades es resultar acogedoraspara todos, siguiendo a Jesús que sabía hablar conjudíos y samaritanos, con paganos de culturagriega y ocupantes romanos, comprendiendo eldeseo profundo de cada uno de ellos.

Silencio, contemplación y oraciónPor último, y sobre todo, no hay discernimien-

to sin cultivar la familiaridad con el Señor y eldiálogo con su Palabra. En particular, la LectioDivina es un método valioso que la tradición de laIglesia nos ofrece.

En una sociedad cada vez más ruidosa, quepropone una superabundancia de estímulos, unobjetivo fundamental de la pastoral juvenil voca-cional es ofrecer ocasiones para saborear el valordel silencio y de la contemplación y formar en larelectura de las propias experiencias y en laescucha de la conciencia.

5. María de Nazaret

Encomendemos a María este camino en el quela Iglesia se interroga sobre cómo acompañar alos jóvenes a acoger la llamada a la alegría delamor y a la vida en plenitud. Ella, joven mujer deNazaret, que en cada etapa de su existencia acogela Palabra y la conserva, meditándola en su cora-zón (cf. Lc 2,19), fue la primera en recorrer estecamino.

Cada joven puede descubrir en la vida deMaría el estilo de la escucha, la valentía de la fe,la profundidad del discernimiento y la dedica-ción al servicio (cf. Lc 1,39-45). En su «peque-ñez», la Virgen esposa prometida a José, expe-rimenta la debilidad y la dificultad para com-

prender la misteriosa voluntad de Dios (cf. Lc1,34). Ella también está llamada a vivir el éxodode sí misma y de sus proyectos, aprendiendo aentregarse y a confiar.

Haciendo memoria de las «cosas grandes» queel Todopoderoso ha realizado en Ella (cf. Lc1,49), la Virgen no se siente sola, sino plenamenteamada y sostenida por el «No temas» del ángel(cf. Lc 1,30). Consciente de que Dios está conella, María abre su corazón al «Heme aquí» y asíinaugura el camino del Evangelio (cf. Lc 1,38).Mujer de la intercesión (cf. Jn 2,3), frente a la cruzdel Hijo, unida al «discípulo amado», acoge nue-vamente la llamada a ser fecunda y a generar vidaen la historia de los hombres. En sus ojos cadajoven puede redescubrir la belleza del discerni-miento, en su corazón puede experimentar laternura de la intimidad y la valentía del testimo-nio y de la misión.

Cuestionario: COMPARTIR LAS PRÁC-TICAS

1. Enumeren los principales tipos de prácticaspastorales de acompañamiento y discernimien-to vocacional presentes en sus realidades.

2. Elijan tres prácticas que consideran más intere-santes y pertinentes para compartir con laIglesia universal, y preséntenlas según el si-guiente esquema (máximo página por expe-riencia).

j) Descripción: Describan en pocas líneas la ex-periencia. ¿Quiénes son los protagonistas?¿Cómo se desarrolla la actividad? ¿Dónde?etc.

k) Análisis: Evalúen, también en forma narrativa,la experiencia, para comprender mejor loselementos significativos: ¿cuáles son los obje-tivos? ¿Cuáles son las premisas teóricas? ¿Cuá-les son las intuiciones más interesantes? ¿Cómohan evolucionado? etc.

l) Evaluación: ¿Cuáles son los objetivos alcan-zados y los no alcanzados? ¿Los puntos fuer-tes y los débiles? ¿Cuáles son las consecuen-cias a nivel social, cultural y eclesial? ¿Porqué y en qué la experiencia es significativa /formativa? etc.


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El tiempo de Cuaresma nos ofrece una grancantidad de signos y símbolos litúrgicos, llenosde mensaje, que nos ayudan a vivir con mayoresfrutos la cuaresma.

1. CenizaImponiéndose la ceniza estamos reconocien-

do públicamente la condición frágil y pecadoradel ser humano. Quiere ser un toque de atencióna nuestro orgullo y autosuficiencia. Pero es, sobretodo, una llamada a poner el fundamento denuestra existencia, no en nosotros mismos, sinoen Cristo Salvador, el que puede librarnos de lacorrupción y la muerte.

Hay dos fórmulas de imponerlas. Una donde sedice: «Acuérdate de que eres polvo y al polvovolverás» (Gen 3,19); significando la brevedad dela vida, la muerte y el juicio. La otra fórmula es:Conviértete y cree en el evangelio (Cf. Mc 1, 15)significando el arrepentimiento y la conversión.

La ceniza simboliza la precariedad de la viday la resurrección, que se producirá a partir denuestras cenizas. Es inicio de nueva vida. Deján-donos marchar la frente, es un modo de reconocernuestros pecados, y de manifestar que deseamosemprender una vida nueva. Por eso, la cenizarecibida, es signo de conversión, petición deperdón y confianza en Dios.

La ceniza que Dios quiere

· Que no te engrandezcas a ti mismo. Tus talentoslos recibiste para servir.

· Que no te consideres dueño de nada, sólo humil-de administrador

· Que aprecies el valor de las cosas sencillas· Que vivas el momento presente· Que no temas la muerte.

Ayuno, oración y limosna.

Sirven para ayudar a conversión personal y a lareconciliación de cara al crecimiento del Reinode Dios. En su origen se entendieron como cari-

dad con Dios (oración) con el prójimo (limosna)y consigo mismo (ayuno), para contrarrestar lasoberbia, la codicia, la sensualidad.

2. AyunoConsiste en comer poco durante el día y abste-

nerse de ciertos manjares, que se hace el miérco-les de ceniza y el viernes santo, puede tenerdiversos significados:· Signo de caridad fraterna: nos privamos para

dar, compartir. Es la expresión de nuestra co-munión con el otro. La austeridad nos hace máslibres y más solidarios. No importaría comer unpoco más o un poco menos, importa el superarlos vicios y apegos y el ofrecer el fruto de tuayuno a los hambrientos del mundo.

· Es signo de conversión: Conversión (vuelta ogiro) En el fondo se trata de que el pecador searrepienta, decida abandonar su vida de pecado,para volver a Dios. Enderezar el camino haciaDios, de donde nos hemos desviado.

El ayuno que Dios quiere

· Que no seas esclavo del consumo, del placer, delpoder, del tener, de nada que quite tu libertad

· Que no pases tanto tiempo ante la TV o las redessociales y sepas discernir y ocupar tu tiemposirviendo a quienes más necesitan de ti.

· Que seas solidario y generoso con los demás.

3. CruzEl cristiano debe gloriarse en la Cruz de nues-

tro Señor Jesucristo. Por eso la Cruz presidesiempre nuestras celebraciones. No es sólo dolory humillación, es salvación y victoria, es el signodel amor más grande.

El signo de la cruz nos compromete a vivir unamor entregado hasta el fin, como el de Cristo.

La cruz que Dios quiere

· Que sepas llevar la cruz de cada día.· Que sepas aceptar tus dolores y fracasos.

4. SIGNOS Y SÍMBOLOS LITÚRGICOSEN LA CUARESMA

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· Que sepas compartir la cruz de los hermanos.· Que nunca pongas cruces a los demás.· Que unas siempre tu cruz a la de Cristo.

4. OraciónComo momento para estar con Dios, y des-

cubrir su amor hacia nosotros. Para ello, esnecesario sacar tiempos de silencio, leer laPalabra de Dios, mirar la vida con actitudcontemplativa (dejando que lo que vemos noscale, se meta dentro de nosotros, nos interpele)

Se nos ofrece el ejemplo de Cristo, que seretiraba al desierto y subía a la montaña paraorar.

La oración que Dios quiere

· Que sea íntima y auténtica, en espíritu yverdad.

· Que dejes al Espíritu que ore en ti siempre.· Que no dejes de repetir: Abba, Padre.· Que te unas a los hermanos en la

oración, que te unas a la Iglesiaorante.

· Que aprendas a escuchar aDios en tu vida ordinaria

· Que te hagas el tiempo paraescuchar a Dios

5. LimosnaUn hecho que expresa el

compartir con los demás. Enla Biblia, la limosna apareceunida a la misericordia, ya quees manifestación compasivade una persona ante a desgracia de otra.Cristiano es el que abre la mano paracompartir, el que tiende su mano paraayudar, el que ofrece su mano para servir.

La limosna que Dios quiere

· Que sea fruto del amor, un verdadero compar-tir, no sólo dar lo que te sobra o lo que no tegusta

· Que seas humilde, que pidas perdón al pobrepor el pan que le das

· Que ayudes al pobre para que no necesite tuayuda.

· Que veas en el pobre a Jesucristo.

SÍMBOLOS DE CUARESMAa) La cuaresma es DESIERTO. Es sequedad,

soledad, ayuno austeridad, rigor, esfuerzo, pe-nitencia, peligro, tentación.

b) La cuaresma es PERDÓN. Las historias bíbli-cas de Jonás y de Nínive y la parábola del hijopródigo, son ejemplos de ello.

c) La cuaresma es ENCUENTRO, es abrazo dereconciliación como en la parábola del hijopródigo o en la conversión de Zaqueo o en eldiálogo de Jesucristo con la mujer adúltera.

d) La cuaresma es LUZ, como se pone de eviden-cia, por ejemplo, en el evangelio del ciego denacimiento. Es el tránsito de las tinieblas a laluz. Jesucristo es la luz del mundo.

e) La cuaresma es SALUD, símbolo manifestadoen textos como la curación del paralítico o la

sanación del hijo del centurión.f) La cuaresma es AGUA. Es el tránsito

de la sed de nuestra insatisfacción alagua viva, el agua de Moisés al

pueblo de Israel en el desierto ode Jesús a la mujer samaritana.g) La cuaresma LIBERACIÓN,TRIUNFO, es superación victo-riosa de las pruebas y dificulta-des. Figuras bíblicas que sufrengraves peligros y vencen en laprueba, son José hijo de Jacob,la casta Susana, Ester, el profetaJeremías y, sobre todo, Jesús,tentado y transfigurado.

h) La cuaresma es CRUZ. Signo y presenciapermanente durante toda la cuaresma. Prefi-gurada en el Antiguo Testamento y patentiza-da con el ejemplo de Jesucristo y como sullamada a cargar con ella como condición parael seguimiento.

i) La cuaresma es TRANSFIGURACION. Es laluz definitiva del camino cuaresmal,preanunciada y pregustada en la escena de latransfiguración de Jesús. Por la cruz a la luz.

j) La cuaresma es el esfuerzo por retirar el fer-mento viejo e incorporar la LEVADURA NUE-


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VA DE LA PASCUA RESUCITADA YRESUCITADORA, ahora y para siempre.

DECÁLOGO DE LA CONVERSIÓNCUARESMAL

1) La conversión es recordar que el Señor noshizo para sí y que todos los anhelos, expecta-tivas, búsquedas y hasta arrebatos de nuestravida, sólo descansarán, sólo se planificarán,cuando volvamos a Él.

2) La conversión es la llamada insistente a queasumamos, reconozcamos y purifiquemosnuestras debilidades.

3) La conversión es ponernos en el camino, con laternura, la humildad y la sinceridad del hijopródigo, de rectificar los pequeños o grandeserrores y defectos de nuestra vida.

4) La conversión es entrar en uno mismo y discer-nir la propia existencia a la luz del Señor, de suPalabra y de su Iglesia y descubrir todo lo quehay en nosotros de vanidad innecesaria, delimitación y egoísmo.

5) La conversión es cambiar nuestra mentalidad,llena de ideas mundanas, lejana al Evangelio,y transformarla por una visión cristiana.

6) La conversión es cortar nuestros caminos depecado, de materialismo, paganismo, consu-mismo, sensualismo, secularismo einsolidaridad y emprender el verdadero cami-no de los hijos de Dios, ligeros de equipaje.

7) La conversión es examinar cuánto amamos yencontrar nuestro corazón y nuestras manosmás o menos vacías.

8) La conversión es renunciar a nuestro viejo eintachable egoísmo, que cierra las puertas aDios y al prójimo.

9) La conversión es mirar a Jesucristo y contem-plar su cuerpo desnudo, sus manos rotas, suspies atados, su corazón traspasado, sentir lanecesidad de responder con amor al Amor queno es amado.

10) Y, de este modo, la conversión, que es obra dela misericordia y de la gracia de Dios y delesfuerzo del hombre, será encuentro gozoso,sanador y transformador con Jesucristo.

VIVAMOS LA CUARESMA EN FAMILIADurante el tiempo de Cuaresma intensifique-

mos la oración en familia, ella es el arma máspoderosa para vencer cualquier enemigo que quie-ra destruir a nuestras familias. Les invitamos aque inicien con la oración siguiente este caminocuaresmal

Oración para vivir la Cuaresma en familia

Prepara una bandeja con tierra, asemejandoal desierto. Coloca sobre ella una fotografía delos miembros de tu familia, simbolizando que vana entrar al desierto. Y reunidos oren: Papá y mamá: Buen Jesús, que te retiraste cua-

renta días al desierto para preparar tu misiónentre nosotros, permítenos que tu ejemplo seanuestra guía durante esta Cuaresma para que,al igual que tú, nos retiremos de las distraccio-nes que nos alejan de ti, de nosotros mismos yde los demás; permítenos vivir esta Cuaresmaen familia, como un verdadero proceso deconversión a ti y tu mensaje.

Hijos: Envía tu Espíritu Santo sobre nosotrospara descubrir que debemos vivir con amor yalegría cada momento de nuestra vida. Aun-que los problemas hagan que desfallezcamos,enséñanos a sentirte presente junto a nosotrosy a tomar fuerzas de tu Evangelio para vivircomo tú nos has enseñado, en amor, en alegríay en paz.

Hijas: Deseamos vivir cada uno de estos días enpreparación para tu Pascua, que es signo delibertad. Te pedimos nos ayudes a vivir tuPascua de tal forma que nos liberemos de todoaquello que nos ata y podamos así vivir en lalibertad de buscar, aceptar y promover todo loque es bueno. Queremos morir junto a ti alpecado que nos esclaviza y resucitar contigo auna vida nueva.

Ahora todos se toman de las manos y hacen el siguientecompromiso cuaresmal:

Todos: Padre nuestro, que estás en el cielo, du-rante esta Cuaresma transforma nuestro egoís-mo en generosidad; por nuestra parte nos com-prometemos a transformar la oscuridad y eldolor en vida y alegría, ayudándonos a nosotros

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mismos reconociendo que hemos pecado, queno hemos actuado siempre de forma correcta,ayudando a quienes nos necesitan y regalandouna sonrisa y un abrazo a quienes sufren. PorJesucristo, nuestro Señor. Amén. Nota: Como recordatorio de este compromi-

so coloquen la bandeja en un lugar visible de lacasa. Y enseguida pónganse de acuerdo, cómoorarán en los siguientes 40 días y quiénes seríanlos responsables de cada día. Pueden orar por unaintención especial cada día: por ejemplo por lasnecesidades de sus familiares cercanos, por losenfermos, por la paz del mundo, por el cese de laviolencia, etc. Les recomendamos que hagan unitinerario en familia.

Propuesta catequética

Te presentamos una serie de iniciativas que tepueden ser útiles para vivir en familia el tiempode la cuaresma. Si vas haciendo vida cada uno deestos propósitos vas colocando una diagonal so-bre la línea correspondiente al día.

CAMINO DE CUARESMA EN FAMILIA1. Invitaré a los miembros de mi Familia a tomar

la ceniza, y a dar lo mejor en esta cuaresma_________

2. El día hoy cumpliré mi deber con muchaalegría y diré a mis hijos que hagan lo mis-mo__________

3. Estaré frente a un crucifijo y durante unosminutos le daré gracias al Señor por todo lo quele costaron mis pecados y pediré perdón porlos miembros de mi familia ________

4. Veré la manera de cómo acércame al Sacra-mento de la Reconciliación e invitare a mishijos hacer lo mismo_______

5. Participaremos y comulgaremos en la Misa conmucha devoción________

6. Hace una visita a una capilla o templo, y lepediré al Señor la gracia de mi conversión y lade mi familia__________

7. El día de hoy practicaré la amabilidad contodos___________

8. Rezaré el día de hoy por aquellos que no mecaen bien_________

9. Por amor al Señor ofreceré aquel sacrificio quemás me cuesta_________

10. Rezaremos tres Ave Marías a la Virgen paraque mantenga unida a mi familia._______

11. Rezaremos por la conversión de los pecado-res________

12. En la Misa le pediremos al Señor su gracia deser una buena familia y dar buen ejem-plo__________

13. Soportaremos con paciencia y mucha caridadlos defectos de los demás_________

14. El día de hoy haremos una obra de caridad aquien más lo necesite.__________

15. Meditaremos una estación del Viacrucis y lediremos a Jesús que lo amamos mu-cho_________

16. El día de hoy nos mortificaremos de aquellacomida, bebida, golosina, música, programaque más me gusta y la ofreceremos por losjóvenes______

17. Haremos una visita a Jesús Sacramentado y ledaré gracias por todo lo que hace por nuestrafamilia y trataremos de responder a eseamor______

18. En este día nos consagraremos a la Virgen yrezaremos el rosario.________

19. Durante la Elevación de la Hostia en la Misapediremos al Señor parecernos más aEl________

20. Tendremos paciencia con todos y no nosmolestaremos con nadie__________

21. Ayudaré en mi casa y prestaré un servicio ami familia_________

22. Perdonaremos a quienes nos hayan ofendidoy rezaremos por esa persona_________

23. Me contentaré con quien esté enojado paraparecerme más a Jesús________

24. Daré un buen consejo a mis hijos o a unmiembro de mi familia quien más lo necesi-te.__________

25. Visitaremos a un enfermo y lo animaremos aseguir adelante___________

26. Invitaré a otra persona a ir Misa_________


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27. Llevaremos una despensa a una persona po-bre, trataremos de ver en ella el rostro deCristo_________

28. El día de hoy haremos una lectura espiritualque nos ayude a ser mejor________

29. Pediremos a la Virgen María imitar una de susvirtudes, especialmente aquella que más faltame haga en la familia_______

30. Meditaremos un texto de la Sagrada Escritu-ra, en especial la Carta a los Corintios de SanPablo (1Cor 13, 4-6) y revisaremos cómo loestamos haciendo vida en la familia_______

31. Prestaremos un servicio con amabilidad ydulzura a quien lo solicite________

32. Trataré el día de hoy de estar con mi familiay rezar juntos ______

33. Platicaremos con alguien sobre Je-sús__________

34. En el Sagrario meditaremos como nos esta-mos preparando para la Semana San-ta_________

35. El día de hoy vamos a festejar en familia porla alegría de ser familia_________

36. Pediré en la Misa por mi familia______37. Pediré al Señor aceptar siempre su volun-

tad______38. Evitaremos todo lo que nos aparte de

Dios__________39. Haremos un momento de oración en el Sagra-

rio o frente a una Cruz y nos acercaremos enfamilia al Sacramento de la Reconcilia-ción_______

40. Participaremos en familia en las diversascelebraciones de los días Santos, dando unservicio en el templo donde participe-mos.__________

PLATILLO CUARESMALCatequista y evangelizador te invitamos a que

hagas un platillo cuaresmal, utilizando todos losingredientes con los que ya cuentas.1. Este platillo se realiza durante 40 días. No se

puede pretender tener listo, en cuestión dehoras y conseguir un guiso exquisito. La pa-ciencia y perseverancia es fundamental.

2. Hay que poner, a fuego lento, el corazón decada uno. En primer lugar es necesario lim-piar su interior con una buena confesión. Sineste paso previo, lo que queramos hacer coneste delicioso platillo se puede malograr oresultar con un mal gusto.

3. A continuación, después de encender el fue-go de la oración, hay que procurar que no seapague. Es importante que, al levantarnos porla mañana, demos un calentón, al mediodía unsegundo encendido y, por supuesto, el terceroantes de acostarnos.

4. Una vez que, a fuego lento, vaya suavizándoseel corazón con la Palabra de Dios, la Eucaris-tía u otros ejercicios de piedad, hay que aña-dir los siguientes elementos: amor, alegría yconversión.

5. Cuando los tres ingredientes, amor, alegría yconversión, estén bien mezclados, hay queespolvorear un poquito de ceniza. No siemprelas cosas salen como nosotros queremos. Y, laceniza, le dará al guiso un cierto sabor dehumildad.

6. Si el amor es grande y abundante, hay queprocurar servirlo, no solamente en el plato deuno mismo, sino también en el de los demás.Lo bueno hay que compartirlo con los másnecesitados.

7. Antes de que se evapore la alegría, hay quecubrir la cacerola del corazón con la tapa de lamisericordia. Cuando uno está contento hade procurar que su alegría sea duradera ycontagiosa. Que no se escape.

8. Si al servir el plato cuaresmal vemos que, loscomponentes, no han tomado el sabor quenosotros pretendíamos, no hay que preocu-parse. Es cuestión de convertirse. Intentar-lo de nuevo. Ser buena persona no es cuestiónde proponérselo sino de esforzarse muchasveces.

9. Es esencial para el cocido cuaresmal la limpie-za. Nuestros tenedores (las manos), nuestrofuego (el amor), nuestra cuchara (los labios),nuestra mesa (el alma), han de contar concierta higiene. No olvidar sazonar el platillo

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con las verduras de la esperanza, la fe o lacaridad.

10. Dependiendo de los comensales se puede o noañadir sal. Pero, siempre, ha de tener la justa ynecesaria. Un poco de humor o de perdón,dará al guiso cuaresmal su punto.

11. Cuando veamos que el platillo está hirviendohay que apartarlo un poco. Dejar que repose enla reflexión o en la meditación. A continua-ción servirlo en el plato de la fraternidad.Finalmente no olvidemos nunca dar las gra-

cias al Dueño de la huerta de la que hemosextraído todas las verduras: DIOS

LA CUARESMA, TIEMPOPARA MEDITAR EN NUESTRAVOCACIÓN CATEQUÍSTICA

Gratis lo han recibido, entréguenlo tambiéngratis (Mt 10, 8)

Como catequistas sabemos muy bien que elSeñor nos ha dado nuestra vocación en un gestoamoroso de entrega y elección totalmente gratui-ta. El llamado de Dios es puro don y afecto.Revelación de lo mejor que tenemos de nosotrosmismos y compromiso para compartirlo con losdemás.

Podemos dedicar un tiempo de nuestra oracióncuaresmal a reflexionar sobre lo que hemos reci-bido gratuitamente del Señor:

En primer lugar la vida. El regalo de laexistencia, la posibilidad de haber nacido, creci-do, de tener una familia, amigos, compañeros decamino, maestros de vida…

Piensa en tu vida, ¿qué puedes agradecer aDios por los dones que has recibido? ¿En qué hasido generoso el Señor contigo?

Dios nos ha dado talentos, capacidades, apti-tudes que nos hacen a cada uno una persona únicay original, ¿qué te regaló Dios que sea caracterís-tico tuyo, de tu manera de ser, de tus cualidades?Recordando la parábola de los talentos, ¿Cuáleshas recibido? ¿Cómo los estás utilizando?

Quienes hemos sido llamados por el Señorpara el servicio de la catequesis compartimos ungran regalo y un enorme desafío.

Recuerda ¿Cómo fue que te iniciaste comocatequista? ¿Quiénes te acompañaron? ¿Quié-nes te ayudaron a descubrir esta vocación? ¿Aquién has tenido como modelos?

Da gracias al Señor por todo lo que Él te hadado gratuitamente.

Pero este mandato de Jesús no termina enreconocer que Dios ha sido generoso sino quemás bien el reconocerlo es un primer paso quedesemboca en el servicio y la entrega a los demás,den gratuitamente.

Las palabras de Jesús están enmarcadas en eldiscurso de envío a los apóstoles, en el evangeliode Mateo, capítulo 10. Luego de la elección de losDoce (Mt 10, 1-4), el Señor los envía a proclamarel Reino.

Es muy significativo que Jesús pronuncie laspalabras: Gratis lo han recibido, entréguenlotambién gratis, precisamente antes de enviar a losapóstoles a difundir el Evangelio de la salvación,el primero y principal don que Él ha dado a lahumanidad. Él quiere que su Reino, ya cercano,se propague mediante gestos de amor gratuito porparte de sus discípulos. Así hicieron los apóstolesen el comienzo del cristianismo, y quienes losencontraban, los reconocían como portadores deun mensaje más grande que ellos mismos.

Como entonces, también hoy el bien realizadopor los creyentes se convierte en un signo y, confrecuencia, en una invitación a creer. Tambiéncuando el cristiano se hace cargo de las necesida-des del prójimo, como en el caso del buen sama-ritano, nunca se trata de una ayuda meramentematerial. Es también anuncio del Reino, quecomunica el pleno sentido de la vida, de la espe-ranza, del amor.

Al discípulo de Jesús se le reconoce por supráctica de vida, similar a la del Maestro. Élmismo enseñó a su grupo de seguidores con suejemplo cotidiano de gestos y actitudes de amory servicio a todos los que lo rodeaban. Su vida fueel gran signo que les permitió descubrir en Él alCristo esperado. Para acercar el Reino a la vida dela gente no basta con proclamarlo de palabra, hayque acercarlo con gestos de amor concreto ygratuito, como lo hizo Jesús.


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¡Qué desafío para nosotros, catequistas, elenseñar y transmitir la novedad de esta BuenaNoticia de Jesús!

El Señor quiere hombres y mujeres que seanimen a predicarlo con la gratuidad de su vidaentregada en el servicio a los demás.

La catequesis puede ser la escuela donde seaprende lo que Jesús quiere. Necesitamos paraello catequistas que seamos capaces de vivir conel ejemplo lo que el Señor nos manda.· ¿Qué gestos de amor concreto y gratuito pueden

acompañar tu servicio catequístico?· ¿Cómo anunciar el Reino de vida y esperanza a

través de gestos que se puedan realizar en lacatequesis de niños, de jóvenes, de adultos?

· ¿Qué gestos podemos y debemos hacer comoservicio a nuestro pueblo (en las duras condi-ciones en que vive hoy día) para que el bienrealizado se transforme en signo e invitación acreer?

· ¿Cómo ayudar a creer en Jesús a través de gestossolidarios desde la catequesis?La Cuaresma, como proceso personal y comu-

nitario, de encuentro con el Señor y cambio decorazón es un tiempo privilegiado para dar gra-tuitamente. La iglesia nos enseña que la ora-ción, el ayuno y la limosna (solidaridad efectiva)son camino de conversión en este tiempocuaresmal.1. ¿Cómo vivir y enseñar a vivir en nuestras

comunidades este dar con gratuidad lo que hemosrecibido?

2. ¿No será esta actitud de dar con gratuidad unode los gestos inéditos que se nos pedían hoy pararecrear las relaciones en nuestro pueblo yreconstruir la sociedad?

3. ¿Cómo llevarlo a la práctica en nuestras comu-nidades… qué podemos hacer en los cuarenta díasde preparación cuaresmal para dar gratuitamen-te y mejorar la vida de los que sufren tanto ennuestros días?Qué momento más oportuno que el tiempo de

Cuaresma para dar este testimonio de gratuidadque tanto necesita el mundo. El mismo amor queDios nos tiene lleva en sí mismo la llamada adarnos, por nuestra parte, gratuitamente a los otros.

Terminemos diciendo juntos esta reflexiónDar con gratuidad porque recibimos gratuita-

mente la vida, la existencia, nuestros dones, fami-lia, amigos, capacidades, talentos, la lista sigueporque todavía no hemos descubierto todo lo queel Señor nos ha regalado.

Porque hemos recibido tanto, nuestro compro-miso es dar con generosidad y alegría, comoJesús, hasta la vida, por amor a los demás y paraque todos vivan.

Que mi vida y tu vida y nuestra vida, sean paralos demás, porque dando la vida y sirviendo a losotros se aprende a vivir como Jesús.

15 sencillos actos de caridad propuestospor el Papa Francisco para practicar du-rante la Cuaresma:

1. Sonreír. Un cristiano siempre está alegre.2. Dar las gracias (aunque no tuvieses por qué

hacerlo).3. Recordarle a los demás cuánto los amas.4. Saludar con alegría a esas personas que ves a

diario.5. Escuchar la historia del otro, sin prejuicios, con

amor.6. Detenerte para ayudar. Estar atento a quien te

necesita.7. Levantarle el ánimo a alguien.8. Celebrar las cualidades o éxitos de otro.9. Seleccionar lo que no usas y regalarlo a quien

lo necesita.10. Ayudar cuando se necesite para que otro

descanse.11. Corregir con amor y no callar por miedo.12. Tener atenciones con los que están cerca de ti.13. Limpiar lo que uso en casa.14. Ayudar a los demás a superar obstáculos.15. Llamar por teléfono a tus padres o a un amigo

que está pasando mal momento.

ExplicaciónEste tiempo de Cuaresma es una oportunidad

para practicar actos sencillos de caridad quemuchas veces pasamos por alto pero que, en susencillez son manifestaciones concretas del amor

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de Dios. Un corazón que se ha encontrado conÉl no puede permanecer indiferente a los de-más. ¡No privemos a los demás de nuestrasonrisa, de nuestra alegría, de la esperanza quenos da Cristo! El mundo lo necesita.

1. Sonreír

¡Un cristiano siempre es alegre!No nos damos cuenta pero cuando sonreí-

mos aligeramos la carga a quienes nos rodean.Cuando vamos por la calle, en el trabajo, en lacasa, en la universidad. La felicidad del cristia-no es una bendición para los demás y para unomismo. ¡Quién tiene a Cristo en su vida nopuede estar triste!

2. Dar las gracias siempre (aunque no«debas» hacerlo)

Nunca te acostumbres a recibir porque lonecesitas o porque tienes «derecho a». Todo lorecibes como un regalo, nada te «lo deben»aunque hayas pagado por ello. Da siempre lasgracias. Es más feliz quien es agradecido.

3. Saludar con alegría a esas personasque ves a diario

Seguro es quien abre la puerta, quien lim-pia, quien contesta las llamadas. Lo ves adiario y al saludarlo le recuerdas que esimportantísimo lo que hace. Tanto tu trabajocomo el de él/ella se hace más a gusto si lehaces ver que es valioso para otros, que supresencia cambia las cosas.

4. Recordarle a los demás cuánto losamas

Tú sabes que los amas… ¿y ellos? Lascaricias, los abrazos y las palabras nunca so-bran. Si Jesús no se hubiera hecho carne,nosotros jamás habríamos entendido que Dioses Amor.

5. Escuchar la historia del otro, sin prejui-cios, con amor

¿Qué puede hacernos más humanos quesaber escuchar? Cada historia que te cuentan teune más con el otro: sus hijos, su pareja, la jefa,el profesor, sus preocupaciones y alegrías… túsabes que no sólo son palabras, son partes de suvida que necesitan ser compartidas.

6. Detenerte para ayudar.

Estar atento a quien te necesita¿Qué más podemos decir? No importa si es un

problema de matemáticas, una simple pregunta oalguien que tiene hambre ¡jamás sobra la ayuda!Todos necesitamos de los demás. Aunque suelasayudar, recuerda que tu también eres necesitado.

7. Levantarle los ánimos a alguien

Sabes que no anda bien o nada bien y no sabes quéhacer. Decides sacarle una sonrisa para hacerlesaber que no todo es malo. Siempre es bueno saberque hay alguien que te ama y que estará siempre apesar de las dificultades.

8. Celebrar las cualidades o éxitos de otro

Solemos callarnos lo que nos gusta y nos alegrade los demás: sus éxitos, sus cualidades, sus buenasactitudes. Simples frases como «¡Felicidades!», «Mealegro mucho por ti» o «Ese color te queda muybien» le han hecho el día a tu compañero y nosayudan a vernos entre nosotros como Dios nos ve.

9. Seleccionar lo que no usas y regalarlo aquien lo necesita

¿Te has imaginado alguna vez que tu playerafavorita de cuando tenías 17 años, ahora es la playerafavorita de una adolescente que no tiene mucho queponerse? Si eres hermano mayor, lo sabes. Por eso esbueno acostumbrarnos

Bibliografía de internet

· Oración para vivir la cuaresma en familia.http://www.lafamiliacristiana.com.mx/lfc/

index.php?option=com_k2&view=item&id=409:Rosa%20Mar%C3%ADa%20Aranda&Itemid=66

· Cuaresma, signos y símbolos de la...http://www.diocesisdecanarias.es/horariosyrecursos/

cuaresma-actividades/cuaresma-signos-y-simbolos-de-la.html

· Documento sobre la cuaresma.

catequesis.diocesismalaga.es/?.../La%20cuaresma%20documento%20%20para%20cat...

· Cuaresma tiempo para meditarhttp://www.buenasnuevas.com/recursos/

cuaresma/biblia-10.htm

Documents

Comisión de Pastoral Profética - dsanjuan.orgdsanjuan.org/boletin/400s/Boletin_437.pdf · - Las comidas en cuaresma y la crisis. - El Vía Crucis. - Estudiemos el documento preparatorio