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Clovis Dardentor - backend.educ.ar

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JulioVerne

ClovisDardentor

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sancionesestablecidasporlasleyes,lareproduccióntotaloparcialdeestaobraporcualquiermedioo

procedimiento,comprendidoslafotocopiayeltratamientoinformático.

ISBN978-987-34-0518-1

Publisher:Vi-DaGlobalS.A.

Copyright:Vi-DaGlobalS.A.

Domicilio:CostaRica5639(CABA)

CUIT:30-70827052-7

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I

ENELQUEELPRINCIPALPERSONAJEDEESTAOBRANOESPRESENTADOALLECTOR.

CuandolosdosseapearonenlaestacióndeCette,deltrendeParísalMediterráneo,MarcelLornans,dirigiéndoseaJuanTaconnat,ledijo:-¿Quévamosahacermientrasesperamoslapartidadelpaquebote?-Nada-respondióJuanTaconnat.-Sin embargo, según la Guía del viajero, Cette, aunque no antigua, es una ciudad

curiosa.Esposterioralacreacióndesupuerto,eltérminodelcanalLanguedoc,debidoaLuisXIV.-¡Y tal vez lo más útil que Luis XIV ha hecho durante su reinado!- respondió Juan

Taconnat.-SindudaelGranReypreveíaqueacudiríamosaembarcarnosaquíhoy27deAbrilde1895.-Ten formalidad, ynoolvidesqueelMediodíapuedeoírnos.Meparece lomás sabio

quevisitemosaCette,puestoqueenCetteestamos,suscanales,suestaciónmarítima,sus doce kilómetros de muelles, su paseo regado por las límpidas aguas de unacueducto…-¿Hasconcluido?…-Unaciudad-continuóMarcelLornans-quehubierapodidoserotraVenecia.-¡YquesehacontentadoconserunaMarsellaenpequeño!-respondióJuanTaconnat.-Comotúdices,miqueridoJuan,larivaldelasoberbiaciudadprovenzal;despuésde

ella, el primer puerto franco del Mediterráneo que exporta vinos, sal, aguardientes,aceites,productosquímicos…-Yqueimportapesadoscomotú-respondióJuanTaconnatvolviendolacabeza.-Ytambiénpieles,lanasdelaPlata,harinas,frutas,bacalao,maderas,metales…-¡Basta! ¡Basta!- exclamóel joven,deseosodeescaparaaquella cataratadedetalles

quecaíadeloslabiosdesuamigo.-Doscientassetentaytresmiltoneladasdeentradaydoscientastreintaycincomilde

salida- añadió el despiadadoMarcelLornans-, sinhablar de sus talleresde salazóndeanchoas y sardinas; de sus salinas, que producen anualmente, de doce a catorce miltoneladas;desufábricadetoneles,tanimportantequeocupaadosmilobrerosyfabricadoscientosmilbarriles.-En los que yo desearía fueses doscientasmil veces encerrado, amigo parlanchín. Y

hablandoenserio,Marcel,¿quépuedeinteresaresasuperioridadindustrialycomercialadosjóvenesquesedirigenaOránconlaintencióndeincorporarseal5°°decazadoresdeÁfrica?-Todoesinteresanteenviaje-afirmóMarcelLornans.-¿YhayenCettebastantealgodónparaquepuedaunotaparselasorejas?-Paseandolopreguntaremos.-ElArgeléspartedentrodedoshoras-dijoJuanTaconnat-,yenmiopiniónlomejores

irdirectamenteabordodelArgelés.Y talvez tenía razón.¿Cómovisitarconalgúnprovechoendoshorasaquellaciudad

siempreenauge?PrecisohubierasidoiralabalsadeThaujuntoalcanal,alfindelcualestáconstruida;subirporlamontañacalcárea,solitariaentrelabalsayelmar,esepilardeSantaClara,ese flancoenelque laciudadestádispuestaenformadeanfiteatro,yquelasplantacionesdepinoconvertiránenbosqueenunpróximoporvenir.¿Nomerecedetener al turista durante algunos días aquella capital marítima sud-occidental quecomunica con el Océano por el canal del Mediodía, con el interior por el canal deBeaucaire,yalaquedoslíneasférreas,launaporBurdeos,laotraporelcentro,unenalcorazóndeFrancia?MarcelLornans,sinembargo,noinsistiómás,ysiguiódócilmenteaJuanTaconnat,al

queprecedíaunmozoempujandolacarretilladelosequipajes.Tras corto trayecto llegaron al antiguo dique. Los viajeros del tren, que se dirigían

hacia el mismo sitio que los dos jóvenes, estaban ya reunidos. Gran número do loscuriosos,a losquesiempreatrae lamarchadeunbarco,esperabanenelmuelle,ynosería exagerado calcular el número en unos ciento para una población de 36.000habitantes.ÉstaposeeunservicioregulardepaquebotesparaArgel,Orán,Marsella,Niza,Génova

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yBarcelona.Lospasajerosnosparecenmuyavisadosdandolapreferenciaaunatravesíaque favorece el abrigo de la costa deEspaña y del archipiélago de las Baleares en elOeste delMediterráneo. Aquel día unos cincuenta iban a tomar pasaje en elArgelés,navíodedimensionesmodestas-deochocientasanovecientas toneladas-,que,dirigidoporelcapitánBugarach,ofrecíatodaslasgarantíasdeseables.ElArgelésconsusprimerosfuegosencendidos,ylanzandoporsuchimeneaunturbión

de humazo negro, estaba amarrado en el interior de la vieja dársena, a lo largo delmuelledeFrontignan.AlNortesedibuja,consuformatriangular,lanuevabalsa,enlaque termina el canal marítimo. En el opuesto está la batería circular que defiende elpuertoyembarcaderodeSanLuis.EntreésteylallavedeldiquedeFrontignan,unpasofácildaaccesoalaantiguadársena.Lospasajerosembarcabanporelmuelle,entantoqueelcapitánBugarachvigilabala

colocacióndelosfardosbajoelpuente.Lacala, llena,noofrecíaunlugarvacíoconsucargamento de aceite, de madera, de carbón, de salazones y de los vinos que Cettefabricaensusalmacenes,fuentedeunaexportaciónconsiderable.Algunos viejosmarinos, con los rostros curtidos por la brisa, los ojos brillantes bajo

espesas cejas, gruesas orejas orladas de rojo, balanceándose como si estuvieransacudidos por constante vaivén, hablaban y fumaban en elmuelle. Lo que decían eraagradableparalospasajeros,alosqueunatravesíadetreintaatreintayseishorasnodejadeemocionar.-Buentiempo-afirmabauno.-BrisadelNoroeste,quesemantendrásegúnparecedecíaotro.-DebedehacerbuenfrescoenlasBaleares-concluíauntercerosacudiendolaceniza

desupipa.-ConestevientoelArgelésandarásusoncenudosporhora-dijoelpiloto,queacababa

de tomar posesión de su puesto a bordo del paquebote.- Además, con el capitánBugarachnohaynadaquetemer.Elvientofavorableestáensusombrero,ynotienemásquedescubrirseparalograrle.Aquelloslobosdelmarmostrabanmuchaseguridad.Pero¿quiénnoconoceelrefránmarítimoquedice:Quienquieramentirquehabledeltiempo?Silosdosjóvenesnoprestabanmasquemedianaatenciónaestospronósticososiel

estado del mar no les causaba inquietud alguna, la mayor parte de los pasajeros semostrabamenosindiferenteomenosfilósofa.Algunossentíanperturbadoselestómagoyelcerebroaunantesdehaberpuestoelpieabordo.Entreestosúltimos,JuanTaconnathizofijarseaMarcelLornansenunafamiliaquesin

duda iba a debutar sobre la escena un poco movida del teatro mediterráneo, frasemetafórica delmás jovial de los dos amigos. Esta familia constaba de padre,madre ehijo.Elpadreeraunhombredecincuentaycincoaños,decarademagistrado,pormásque no pertenecía a la magistratura, patillas en forma de chuleta, la frente pocodesarrollada,baja laestatura,unoscincopiesydospulgadasgraciasa los zapatosdealto tacón; en una palabra, uno de esos hombres gruesos y pequeños, comúnmentedesignados con el nombre de “tapones de alcuza”. Vestía un terno de gruesa tela condiagonaldibujo,unagorraconorejerascubríasucabezacanosa,yenunadesusmanosllevaba un paraguas metido en su luciente funda, y en la otra la manta de viaje deatigradocolor,rodeadaporunadoblecorrea.Lamadre teníasobresumarido laventajadedominarleenalgunoscentímetros:era

unamujeralta,delgada,deamarillorostro,airealtivo,sindudaacansadesuelevadaestatura; loscabellospeinadosenbandas,deunnegrosospechosocuando lamujerseacerca a los cuarenta; la boca delgada, las mejillas manchadas de un ligero humorherpético,ytodasuimportantepersonaenvueltaenunacapadelanaobscuraforradadepetitgris.Unsacoconcerraduradeaceropendíadesubrazoderecho,yunmanguitodepielimitacióndemartadesubrazoizquierdo.Elhijoeraunjoveninsignificante,llegadoa la mayor edad hacía seis meses, rostro inexpresivo, cuello largo, lo que, junto a lodemás,es frecuentemente indiciodeestupideznativa;bigote rubioqueapuntaba;ojossinvida,conanteojosdegruesoscristalesdemiope;cuerpodescuajaringado,sinsaberquéhacer de susbrazos y piernas, pormásquehubiera recibido leccionesdebuenosmodales; en una palabra: uno de esos seres nulos o inútiles que, para emplear unalocuciónalgebraica,llevanensíelsigno«menos»Tal era aquella familia de vulgares burgueses. Vivían de una docena de miles de

francosderentaprovenientedeunadobleherencia,nohabiendo,por lodemás,hechonunca nada para aumentarla, ni tampoco para disminuirla. Naturales de Perpignan,habitabanunaantiguacasasobrelaPopinière,quealargalariberadeTet.Cuandoeran

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anunciadosenalgunodelossalonesdelaPrefecturaodelaTesoreríageneral,sehacíadeestemodo:«ElseñorylaseñoradeDesirandelle,yelseñorAgatoclesDesirandelle»LlegadaalmuelleanteelpuentecilloquedabaaccesoalArgelés,lafamiliasedetuvo.

¿Embarcaríaninmediatamente,oesperaríanpaseándoseelmomentodelapartida?Grancuestiónenverdad.-Hemos venido demasiado pronto, señor Desirandelledijo la señora con disgusto.-

Siempretepasalomismo.-Ytúnodejasnuncaderegañar,señoraDesirandelle-respondióelcaballero.Laparejasellamabasiempre«señoryseñora»,lomismoenpúblicoqueenprivado,lo

quesindudacreíaelcolmodeladistinción.-Vamosabordo-propusoelseñorDesirandelle.-¡Una horamás- exclamó la señora-, cuando tenemos que permanecer tantas en ese

barco,queyasebalanceacomouncolumpio!En efecto, aunque la mar estuviera, en calma, el Argelés experimentaba algún

balanceo,debidoaloleaje,delque laantiguabalsanoestácompletamente libreporelrompeolasdequinientosmetrosconstruidoaalgunasencabladurasdelpaso.-Si estando en el puerto sentimos elmareo- respondió el señor Desirandelle-,mejor

hubierasidonoemprenderesteviaje.-¿Cree, pues, el señor Desirandelle que, si no se tratase de Agatocles, hubiera yo

consentidoenél?-Entonces,puestoqueestádecidido…-Esonoesunarazónparaembarcarnosantesdetiempo.-Pero-observóel señorDesirandelle- sólo tenemosel suficienteparacolocarnuestro

equipaje,tomarposesióndenuestrocamaroteyelegirnuestrositioenelcomedor.-Bien; advierte- respondió ladamasecamente-queel señorDardentornoha llegado

aún.Yseenderezaba,afindeextendersucampovisualrecorriendoconlamiradaelmuelle

deFrontignan.PeroelpersonajedesignadoconelresplandecientenombredeDardentornoaparecía.-¡Eh!- exclamó el señor Desirandelle.- Ya sabes que Dardentor no hace lo que los

demás…Noleveremoshastaelúltimomomento…Siempreseexponequesepartasinél.-¡Ysiahoraocurriesetalcosa!-exclamólaseñoradeDesirandelle.-¡Noseríalaprimeravez!-¿Porquéhaabandonadolafondaantesquenosotros?-Iba,querida,avisitaraPigorin,unviejotoneleroamigosuyo,yhaprometidoquese

reuniríaconnosotrosenelbarco.Asíquelleguesubiráabordo,yestoyseguroquenotendrátiempoderesfriarseenelmuelle.-Peronohallegado.-Notardará-replicóelseñorDesirandelle,quesedirigióhaciaelpuentecillo.-¿Quépiensastú?-preguntólaseñoradeDesirandelleasuhijo.Agatoclesnopensabanada,porlasencillarazóndequenuncalohacía.¿Porquéhabía

de interesarse en aquel movimiento marítimo y comercial, transporte de mercancías,embarque de pasajeros, en la agitación de a bordo que precede a la marcha de unpaquebote?Emprenderunviajepormar,explorarunpaísnuevo,noprovocabaenélesaalegre curiosidad, esa instintiva emoción tan natural en los jóvenes de su edad.Indiferentea todo,extrañoatodo,apático,sin imaginaciónni talento,sedejabahacer.Supadrelehabíadicho:«VamosapartirparaOrán»,yélhabíarespondido:«¡Ah!»Sumadre le había dicho: «El señor Dardentor ha prometido acompañarnos», y él habíarespondido: «¡Ah!»Ambos lehabíandicho: «Vamosapermaneceralgunas semanasencasa de la señora Elissane y su hija, a las que tú has conocido en su último viaje aPerpignan», y él había respondido: «¡Ah!» Esta interjección sirve de ordinario paraindicar la alegría, el dolor, la admiración, la lástima, la impaciencia; pero en boca deAgatocleshubierasidodifícildecir loque indicaba,sino lanulidaden laestupidezy laestupidezenlanulidad.Peroenelmomentoenquesumadreacababadepreguntarleloquepensabasobrela

oportunidad de subir a bordo, o de permanecer en el muelle, viendo que el señorDesirandelleponíaelpieenelpuentecillo,Agatocleshabía seguidoa supadre, con loquelaseñoradeDesirandellesedecidióaembarcarse.Losdos jóvenessehabíanya instalado,en latoldillade laembarcación.Laagitación

queallíreinabalesdivertía.Laaparicióndetalocualcompañerodeviajehacíanacerensuespírituestaolaotrareflexión,segúneltipodelosindividuos.Lahoradelapartidase aproximaba. El silbido del vapor desgarraba el aire. El humo, más abundante, se

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aglomeraba en el final de la chimenea, muy cercana al palo mayor, que había sidocubiertoconsufundaamarillenta

La mayor parte de los pasajeros del Argelés eran de nacionalidad francesa, queregresaban a Argelia. Soldados que iban a unirse a su regimiento, algunos árabes yalgunosmarroquíescondestinoaOrán.Estosúltimos,desdequeponíanelpiesobreelpuente, sedirigíana laparte reservadaa losviajerosdesegundaclase.En lapopasereuníanlosdelaprimera,paralosqueestabandestinadosexclusivamentelatoldilla,elsalónyelcomedor,queocupabanelinterior,recibiendoluzporunaeleganteclaraboya.Los camarotes la recibían por medio de tragaluces de gruesos cristales lenticulares.Evidentemente, el Argelés no ofrecía ni el lujo, ni la comodidad de los navíos de laCompañía Transatlántica o de las Mensajerías marítimas. Los vapores que parten deMarsella para Argelia son de más toneladas, de marcha más rápida, de más propiadistribución. Pero cuando se trata de una travesía tan corta, no hay que mostrarseexigentes. Y en realidad, al servicio deCette aOrán, que funcionaba a preciosmenoselevados,nolefaltabanniviajerosnimercancías.Aqueldía,sibienhabíaunossesentapasajerosenlaproa,noparecíaquelosdepopa

debieran pasar de la cifra de treinta o cuarenta. Efectivamente; uno de losmarinerosacababadeseñalarlasdosymediaabordo.DentrodemediahoraelArgeléslargaríasusamarras,ylosretrasadosnosonnuncamuynumerososenlapartidadelospaquebotes.Desdequedesembarcó la familiaDesirandelle, sehabíadirigidohacia lapuertaque

dabaaccesoalcomedor.-¡Cómosemueveyaestebarco!-nopudomenosdedecirlamadredeAgatocles.El padrenohabía respondido.No sepreocupabamásquede elegir un camarotede

trescamasytrespuestosenelcomedorcercadelarepostería,sitioporelquellegabanlosplatos,conloquesepuedeelegirlosmejorestrozosynoestarreducidoaservirseloquelosdemásdejan.Elcamarotequeobtuvosupreferencia llevabaelnúmero9.Colocadoaestribor,era

uno de los más cercanos al centro, donde las cabezadas de los barcos son menossensibles.Encuantoalbalanceo,nohayquepensarenevitarle.Enlaproayenlapoparesultadesagradableparalospasajerosquenogustandelencantodeestasmecedorasoscilaciones.

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Escogido el camarote, colocado en él el equipaje de mano, el padre, dejando a laseñoradeDesirandellecolocarsusfardos,volvióalcomedorconAgatocles.Lareposteríaestabaababor,yaestesitiosedirigióafindeseñalarlostrespuestosquedeseabaalextremodelamesa.Unviajeroestabasentadoenunextremo,entantoqueeljefedelcomedorylosmozos

seocupabanendisponerloscubiertosparalacomidadelascinco.Elmencionadoviajerohabíaya tomadoposesióndeaquel sitio y colocado su tarjeta

entre los pliegues de la servilleta puesta sobre el plato, que llevaba el escudo delArgelés. Y sin duda, en el temor de que algún intruso quisiera escamotearle tan buensitio,permaneceríasentadoantesucubiertohastalapartidadelpaquebote.ElseñorDesirandelleledirigióunamiradaoblicua,alaqueelotrocontestóconuna

igual;alpasar,leyóestosdosnombresenlatarjeta:EustacheOriental;señalótressitiosfrente a aquel personaje, y seguido de su hijo abandonó, el comedor para subir a latoldilla.Faltabanunosdoceminutosparapartir,ylospasajerosretrasadossobreelmuellede

Frontignanoiríanlosúltimossilbidos.ElcapitánBugarachpaseabaporelpuente.Desdeelmástildeproa,elsegundodelArgelésvigilabalospreparativosparadesamarrar.El señor Desirandelle sentía que aumentaba su inquietud. Se le oía repetir con

impaciencia:-¿Peroquéhacequenoviene?¡Sinembargo,sabequelapartidaesalastresenpunto!

…Vaafaltar…¡Agatocles!-¿Qué?-respondióéste,alparecersinsaberlacausaporlaquesupadreseentregaba

aaquellaagitaciónextraordinaria.-¿NovesalseñorDardentor?-¡Cómo!…¿Nohallegado?-No…nohallegado!¿Quépiensasdeesto?Agatoclesnopensabanada.El señor Desirandelle iba y venía de un extremo a otro de la toldilla, paseando su

mirada, ya por el puente de Frontignan, ya sobre el malecón, al opuesto lado de laantiguabalsa.Elretrasadopodía,efectivamente,aparecerporestelado,yconalgunosgolpesderemo,unbotelehubieraconducidoabordodelpaquebote.¡Nadie!¡Nadie!-QuévaadecirlaseñoradeDesirandelle!-exclamósuesposo.-¡Ella,tancuidadosade

sus intereses!… ¡Y, sin embargo, es preciso que yo la prevenga! Si ese diablo deDardentornoestáaquídentrodecincominutos…¿quéhacer?LadesesperacióndeaquelhombredivertíaaMarcelLornansya JuanTaconnat.Era

evidentequeelArgeléssoltaríaprontosusamarras,ysinosepreveníaalcapitán,ysiéstenoconcedíael tradicional cuartodehoradecortesíaloqueno sehacecuandosetratadelapartidadeunpaquebote-separtiríasinelseñorDardentor.

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Además, la alta presión del vapor hacía ya mugir a las calderas, y el maquinistadisponíasumáquinayasegurabaelfuncionamientodelahélice.Enestemomento,laseñoradeDesirandelleapareciósobrelatoldilla.Mássecaquedeordinario,máspálidaquedecostumbre,hubierapermanecidoensu

camaroteparanosalirentodalatravesía,denosentirelaguijóndeunarealinquietud.Presintiendo que el señor Dardentor no estaba a bordo, a despecho de sus angustiasqueríapediralcapitánBugarachqueesperasealpasajeroretrasado.-¿Ybien?-dijoasumarido.-¡Nohallegado!-respondióéste.-NopodemospartirantesqueDardentor.-Sinembargo…-Veahablaralcapitán,señorDesirandelle.Yavesqueyonotengofuerzasparair…ElcapitánBugarach, inspeccionándolo todo,dandoórdenesaproayapopa,parecía

poco abordable. A su lado, en el puente, el timonel, con los puños sobre la rueda,esperabaunaordenparamovereltimón.Noeraestemomentopropiopara interpelarle,y,sinembargo,bajoelmandatode la

señora de Desirandelle, después de haberse izado penosamente por la escalerilla dehierro, el señor Desirandelle se agarró a los montantes del puente cubierto de telablanca.

-¿Capitán?-dijo.-¿Qué quiere usted?- respondió bruscamente, el amo después de Dios, con voz de

trueno.-¿Piensaustedpartir?-Alastresenpunto…Ynofaltamásqueunminuto.-Peroelcasoesqueuncompañeronuestrodeviajeseharetrasado.-Tantopeorparaél…-Pero¿nopodíaustedesperar?…-Niunsegundo.-¡PerosetratadelseñorDardentor!Yalpronunciarestenombre,elseñorDesirandellecreíaseguramentequeelcapitán

Bugarachibaadescubrirseprimero,ainclinarseenseguida.-¿QuiéneseseDardentor?…Noleconozco…-ElseñorClovisDardentor…dePerpignan…-Pues bien, si el señor Clovis Dardentor, de Perpignan, no está a bordo dentro de

cuarentasegundos,elArgeléspartirásinelseñorClovisDardentor…¡Arriadaproa!ElseñorDesirandellerodómásbienquebajólaescala,yfuealatoldilla.-¿Se parte?- exclamó la señora deDesirandelle,mientras susmejillas, ya pálidas, se

enrojecían.-¡Elcapitánesunganso!¡Noquiereoírnada!…¡Noquiereesperar!…-¡Desembarquemosalinstante!-SeñoradeDesirandelle,esoesimposible.Nuestroequipajeestáenelfondodelacala.

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-¡Digoquedesembarquemos!…-Nuestrosasientosestánpagados.Ante la idea de perder el importe de tres billetes de Cette a Orán, la señora de

Desirandellesepusolívida…-¡Labuenaseñoraamainasupabellón!-dijoJuanTaconnat.-¡Entoncessevaarendir!-añadióMarcelLornans.Rendíase,enefecto;peronosinlanzartremendasrecriminaciones.-¡Ah!EseDardentor…Esincorregible…Jamásestáenelsitioquedebe…¿Porquéha

idoacasadeesePigorin,envezdevenirdirectamentealbarco?…Yallá…enOrán,¿quéharemosnosotrossinél?…-LeesperaremosencasadelaseñoraElissane-respondióelseñorDesirandelle-,yse

reuniráconnosotrosenelpróximopaquebote,aunquetengaqueiratomarleaMarsella.-¡EseDardentor!…¡EseDardentor!…-repetía, laseñora,cuyapalidezaumentóa las

primerasoscilacionesdelArgelés.-¡Ah!…¡Sinosetratasedenuestrohijo!…¡DeladichaydelporvenirdeAgatocles!…¿Preocupabansudichaysuporveniraquelmozotannulo,aaquelminushabens?No

habíamotivoparasuponerloviéndoletanindiferentealaagitaciónfísicadesuspadres.En cuanto a la señoraDesirandelle, no tuvomás que la fuerza precisa para exhalar

estaspalabras,entrecortadasporlosgemidos:-¡Micamarote!…¡Micamarote!…Elpuentevolanteacababadeserretiradoalmuelleporlosmozos,yelpaquebotehizo

las evoluciones precisas para dirigirse al paso… La hélice se movió provocando unremolino blancuzco en la superficie de la antigua ensenada. El silbato lanzaba susagudasnotasafindeanunciarlasalida,enlaprevisióndeencontrarfueraalgúnnavío.PorúltimavezelseñorDesirandellepaseóunamiradadesesperadapor lagenteque

asistíaalamarchadelpaquebote,ydespuésporelextremodelmuelledePerpignanpordondepodíaaparecerelretrasado…ConunboteauntendríatiempodellegarabordodelArgelés.-¡Mi camarote!… ¡Mi camarote!…- murmuraba la señora de Desirandelle con voz

desfallecida.El señor Desirandelle, muy disgustado por aquel contratiempo y por el alboroto,

hubieraenviadoconmuchogustoatodoslosdiablosalseñorDardentoryalaseñoradeDesirandelle.Perolomásimportanteerallevarlaalcamarote,quenodebióabandonar.Procuró levantarla del banco en que se había dejado caer.Hecho esto la cogió por lacintura,yayudadoporunadelascamareraslahizobajardelatoldillaalpuente.Despuésdehaberlaarrastradoporelcomedorhastasucamarote,seladesnudó,sela

acostó,selaenvolvióenlamantaconelobjetodedarleelcalorvital,casiextinguido.Acabada esta operación penosa, el señor Desirandelle subió de nuevo a la toldilla,

desdelaquesusmiradasfuriosasyamenazadorasrecorrieronlosmuellesdelaantiguabalsa.Elretrasadonoestabaallí…Yaunquehubieseestado,¿quépodríahacersinoentonar

elmeaculpa,golpeándoseelpecho?Enefecto,despuésdesuevolución,elArgeléshabíasedirigidoporelcentrodelpaso,y

recibía los saludos de los curiosos apiñados, de una parte sobre elmuelle, de otra entornodelembarcaderodeSanLuis.Despuésmodificóligeramentesudirecciónsobrebaborafindeevitarunagoleta,cuya

última bordada se prolongaba al interior de la ensenada, y franqueando el paso, elcapitánBugarachmaniobródeformadedarvueltaalrompeolasporelNorteydoblarelcabodeCetteapequeñavelocidad.

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II

ENELQUEELPRINCIPALPERSONAJEDEESTAHISTORIAESDECIDIDAMENTEPRESENTADOALLECTOR.

-Yaestamosencamino-dijoMarcelLornans.-Encaminopara…-Lodesconocido- respondió JuanTaconnat-, lodesconocido,queespreciso investigar

parahallarlonuevo,comohadichoBaudelaire.-¿Lodesconocido,Juan?¿EsqueesperasencontrarloenunasimpletravesíadeFrancia

aÁfrica,enunviajedeCetteaOrán?-Noniegoquese tratadeunanavegaciónde treintaacuarentahoras,deun simple

viajedelqueOrándebeser laprimera,y talvez laúnicaetapa.Perocuandoseparte,¿sabeunodóndeva?-Seguramente, Juan, cuando un paquebote te lleva adonde debes ir…; y amenos de

algúnaccidente…-¡Bah!… ¿Quién te habla de eso, Marcel?- respondió Juan desdeñosamente- ¡Los

accidentes delmar, una colisión, un naufragio, una explosión de lamáquina, hacer elRobinsónquincedíasenunaisladesierta!¡Lindacosa!No…,lodesconocido,deloque,porotraparte,nomepreocupo,eslaXdelaexistencia,elsecretodeldestino,que,enlaantigüedad, los hombres grababan sobre la piel de la cabra Amaltea, es lo que estáescritoenelGranLibrodealláarriba,yqueesimposibleleer,eslaurnaenqueestándepositadosloslotesdelavidaquelamanodelazarsaca…-Ponundiqueaesetorrentedemetáforas,omevasamarear.-Eslamisteriosadecoraciónqueeltelónvaadescubrir…-¡Basta!¡Basta!Nocaracoleessobretusquimeras…Nocabalguesconlabridasuelta…-¡Ah!Meparece,quetútambiéntevuelvesmetafórico.-Tienes razón, Juan. Razonemos fríamente, y veamos las cosas como son. Lo que

pretendemoshaceresmuysencillo.Hemos tomadoenCettepasajeparaOránconmilpesetasenelbolsillocadauno,yvamosaunirnosal5°°decazadoresdeÁfrica.Nohaynadamás sabio, ni más sencillo, y en todo esto lo desconocido no aparecerá con susfantásticasperspectivas.-¿Quién sabe?- respondió Juan Taconnat, trazando con su dedo índice unmayúsculo

puntointerrogativo.Esta conversación, que marca con algunos rasgos distintivos el carácter de ambos

jóvenes,seefectuabaenlapopadelatoldilla.Desdeelbancoenqueestabansentados,sumirada,dirigidaaproa,noeradetenidamásqueporelpuentecilloquedominabaelpuente,entreelpalomayoryelpalodemesanadelpaquebote.Unos veinte pasajeros ocupaban los bancos laterales y las sillas de tijera que el

pabellón,suspendidodesudriza,abrigabacontralosrayosdelsol.EnelnúmerodeestospasajerosfigurabanelseñorDesirandelleysuhijo.Elprimero

recorría febrilmenteel puente con lasmanos tanprontoa la espalda como levantadashacia el cielo. Después poníase de codos en la barandilla y contemplaba la estela delArgelés, como si el señor Dardentor, transformado enmarsuino, estuviera a punto deaparecerentrelablancaespuma.Agatoclesseguíademostrandolamásabsolutaindiferenciaporeldesengañoquetanto

disgustoysorpresacausabaasuspadres.De los demás viajeros, los unos, los más insensibles al balanceo, que era débil, se

paseaban, hablando, fumando, pasándose unos a otros el anteojo marino a fin deobservar la costa quehuía, accidentada en la parteOeste por la soberbia cimade lasmontañas pirenaicas. Otros, menos seguros de soportar las oscilaciones del Argelés,estabansentadosensillonesdemimbreenelrincónquehabíaobtenidosupreferenciapara mientras durase la travesía. Algunas viajeras, envueltas en chales, con aire deresignacióny lacara triste,habíanbuscadoabrigoenel sitioenqueelmovimientoesmenosperceptible, o sea cerca del centro. Formabangrupos demadres con sus hijos,seguramentemuysimpáticos,peroquelamentabannotenertreintayseishorasmás.En torno de los pasajeros circulaban las camareras del paquebote; en torno de los

pasajeroslosgrumetes,espiandoungesto,unaseñalparaacudiraprestarsusserviciosindispensablesyfructuosos.De aquellos diversos viajeros, ¿cuántos irían a sentarse a lamesa cuando sonara la

campanatranscurridasunasdoshoras?Estaerala invariablepreguntaquesehacíaelmédicodelArgelés,ynoseengañabaalcalcularenuncincuentaosesentaporcientolos

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queordinariamentefaltanaaquellaprimeracomida.Eraeldoctorunhombrepequeñoygrueso,locuaz,deunbuenhumorinalterable;de

una actividad sorprendente a despecho de sus cincuenta años; gran comedor, granbebedor, y que poseía una inverosímil colección de fórmulas contra el mareo, a laeficacia de las cuales no prestaba fe alguna. Pero era tan pródigo en palabrasconsoladoras,persuadíatandelicadamenteasuclienteladeabordoquelasinfortunadasvíctimasdeNeptunolesonreíanentredosnáuseas.-Esonoseránada-repetíaél.-Tengaustedcuidadoderespirarcuandosesientausted

subirydeaspirarcuandosesientaustedbajar.Encuantopongaustedelpieentierrafirmeestodesaparecerá…Estosignificalasaludparaelporvenir,puesleevitaráaustedenfermedadesfuturas.¡UnatravesíavaletantocomounatemporadaenVichyoUriage!Losdos jóvenessehabían fijadoenaquelhombrepequeñoyvivo,quese llamabael

doctorBruno,yMarcelLornanshabíadichoaJuanTaconnat:-¡Heaquíunalegremédico,quenodebemerecerelcalificativodemortífero!-No-respondióJuan,-perosolamenteporquecuradeunaenfermedaddelaquenadie

semuere.¿QuéeradelseñorEustacheOriental,quenohabíaaparecidoporelpuente?¿Acasosuestómagoexperimentabarebelionesmortificantes,o,paraemplearunafrase

delargotdelosmarinos,seocupabaen«contarsuscamisas»?Haydesventuradosquellevandocenasdeellasensumaleta.¡No!Elportadordeaquelpoéticonombrenoestabaenfermo.Nolohabíaestadonunca

enlamar,yjamásloestaría.Penetrandoenelcomedorporelvestíbulodelatoldilla,sele hubiera visto al extremo de lamesa, sitio que había elegido y que no abandonaríaantesdecomer.¿Cómodisputarleaquelsitio?Porlodemás, lapresenciadeldoctorBrunohubierabastadoparadaranimaciónala

toldilla. Entablar relaciones con todos los pasajeros era a la vez su placer y su deber.Ávido de saber de dónde venían, dónde iban, curioso como una hija de Eva, habladorcomounaparejadeurracasomirlos,verdaderohurón introducidoenunamadriguera,iba del uno al otro, les felicitaba de haber tomado pasaje en el Argelés, el mejorpaquebotedelaslíneasargelinas,elmejordispuesto,elmáscómodo,unvapormandadoporelcapitánBugarach,yqueposeía-élnolodecía,peroseadivinabaunmédicocomoeldoctorBruno,etc.,etc.Después, dirigiéndose a los viajeros, les daba toda clase de seguridades sobre los

incidentesde la travesía.ElArgelés no sabía aún loqueerauna tempestad.Yofrecíapastillas a los niños… que tomasen cuantas quisieran los querubines…La cala estaballena,etc.,etc.Observandoaquello,MarcelLornansyJuanTaconnatsonreían;conocíanaqueltipode

médico,quenoesraroenelpersonaldelostransportespormar.Unaverdaderagacetamarítimaycolonial.-Ea, caballeros- les dijo después de sentarse a su lado.- Elmédico de a bordo tiene

obligacióndeentablarrelacionesconlospasajeros…Ustedes,pues,mepermitirán…-Conmuchogusto-respondióJuanTaconnat-Puestoqueestamosexpuestosapasarpor

manosdeusted-apasarynoatraspasar-,justoesquenoslasestrechemos.Ycambiaronuncalurosoapretóndemanos.-Sinomeengaño-dijoeldoctor,tengoelgustodehablarconparisienses.

-Sí, señor- respondióMarcelLornans-,parisienses…deParís…-DeParís…muybien-exclamóeldoctor;delmismoParís,nodeundistrito…¿Talvezdelcentro?

-DelbarriodelaBanca-respondióJuanTaconnat;-ysiquiereustedqueprecisemas,delacalleMontmartre,número13,pisocuartoizquierda.-Caballero-dijoeldoctor.-Posibleesquemispreguntassean indiscretas,peronacen

demicalidaddemédico.Unmédicotienenecesidaddesaberlotodo,hastaloquenoleinteresa…Ustedes,pues,medispensarán.-Estáusteddispensado-respondióMarcelLornans.Entonces el doctor Bruno desató su lengua como una taravilla. ¡Qué gestos! ¡Qué

frasesalcontarloqueyasabíadeunosydeotros,riéndosedelafamiliaDesirandelle;deaquelseñorDardentorquenohabíaaparecido;alabandoporadelantadolacomida,quesería excelente; asegurando que el Argelés estaría al día siguiente a la vista de lasBaleares, donde debía esperar algunas horas, escala encantadora para los turistas;dando, en fin, libre curso a su natural verbosidad, o, para emplear palabra que pintemejoraquelflujodefrases,asulogodiarreacrónica!-Y antes de embarcarse, ¿han tenido ustedes tiempo de ver a Cette?- preguntó

mientrasselevantaba.

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-No,doctor-respondióMarcelLornans.-¡Eslástima!¡Laciudadvalelapena!¿YhanvisitadoustedesyaaOrán?-¡Niporsoñación!-respondióJuanTaconnat.EnaquelinstanteungrumeteseacercóapreveniraldoctorqueelcapitánBugarachle

aguardaba. El doctor Bruno abandonó a los dos amigos, no sin nuevas protestas deamistadyprometiéndosereanudarunaconversaciónenlaquetantoquedabaporsaber.Loqueélnohabíasabidorespectoalpasadoypresentede losdos jóvenesconviene

resumirloenalgunaslíneas.Marcel Lornans y Juan Taconnat eran primos hermanos por parte de madre, dos

hermanas nacidas en París. Desde su más tierna edad, faltos de padre, habían sidoeducadosencondicionesdefortunaalgodifíciles.Externosenelmismoliceo,alterminarsusclasessiguieron,JuanTaconnatloscursosdelosestudiossuperioresdecomercio,yMarcel Lornans los de la Escuela de Derecho. Pertenecían a la burguesía del Paríscomerciante, y su ambición era modesta. Tan unidos como dos hermanos en la casacomún,sentíanelunoporelotroelmásprofundoafecto;unaamistadcuyoslazosnoseromperíanpornada,pormásqueentrelosdoshubieragrandiferenciadecarácter.MarcelLornans,reflexivo,atento,disciplinado,habíatomadolavidaporsuladoserio,

mientras Juan Taconnat, de una jovialidad continua, y tal vez algomás amante de losplaceres que del trabajo, era el movimiento, el ruido de la casa. Si sus vivacidadesintempestivas le atraían algunas veces reproches, tenía gran habilidad para hacerseperdonar. Por lo demás, lomismoque suprimo,mostraba cualidadesque obscurecíansusdefectos.Ambosposeíanuncorazónbueno,abierto,franco,honrado.Ambossentíanverdaderaadoraciónporsusmadres,ynoesdeextrañarqueellaslesamasenhastaladebilidad,puestoqueellosnoabusabandeestecariño.Cuando tuvieron veinte años llamóles el servicio militar en calidad de exentos, no

teniendo que pasar más que un año en el servicio, tiempo que cumplieron en elregimientodecazadoresdeunaguarnicióncercanaaParís.Labuenasuertehizoquenotuvieranquesepararseallítampoco,nideescuadrónnienelcuarto.Lavidadelcuartelno les disgustó. Cumplieron su oficio con celo y buen humor. Eran excelentes sujetos,consideradosporsusjefes,queridosporsuscompañeros,yalosqueeloficiomilitarnoleshubieradisgustadosidesdesuinfanciasehubierandirigidosusideasportalsenda.Aunquesufrieranalgunosarrestos-estámalvistoenunacompañíanosufrirlos-,salierondelregimientoconbuenanota.De regresoa la casamaterna,MarcelLornansy JuanTaconnat, de veintiúnañosde

edad, comprendieronquehabía llegado lahoradeponerseal trabajo.Deacuerdoconsusmadres,decidiósequeambosentraranenunacasadecomerciodetodaconfianza.Allíseiniciaríanenlaprácticadelosnegociosytendríanmástardeunaparticipaciónenaquellacasa.LasseñorasdeLornansydeTaconnatlesanimabanaquebuscasenlafortunaporeste

camino. Era el porvenir asegurado para sus dos hijos, a los que amabanentrañablemente.Alegrábaleselpensamientodequedentrodealgunosañosestaríanestablecidos;que

se casarían convenientemente, y de simples empleados se convertirían en sociosprimero,enamosdespués,siendoaunjóvenes;dequeelcomercioprosperaría;dequeelhonradonombrede losabueloscontinuaríaen losnietos,etc.,etc.En fin,esossueñosqueseforjantodaslasmadresyquelessalendelcorazón.Sueñosque,pordesgracia,nohabíande realizarse.Algunosmesesantesde la vueltadel regimiento, antesqueellosentrasenenlacasadondehabíandecomenzarsucarrera,unadobledesgraciahirióalosdosprimosensumásprofundoafecto.Una enfermedad epidémica que azotó los barrios del centro de París, se llevó a las

señorasdeLornansydeTaconnatconalgunassemanasdeintervalo.¡Quédolor para los jóvenes fue el encontrarse solos!Quedaron aterrados, sin poder

convencersedelarealidaddetaninmensadesventura.Sinembargo,eraprecisopensarenelporvenir.Laherenciadecadaunoconsistíaen

unascienmilpesetas,queconlabajadelaplatarepresentabaunarentalíquidadetresmila tresmilquinientaspesetas,mediano ingresoquenopermitepermanecerocioso,cosa que ellos tampoco hubieran hecho. Pero, ¿era conveniente aventurar su pequeñafortunaennegociostandifícilesenaquellaépoca,entregarlaalazardelaindustriaodelcomercio? En una palabra: ¿debían continuar los proyectos formados por sus madresfaltandoéstas?

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Unamigodelafamilia,unoficialretirado,antiguojefedelescuadróndecazadoresdeÁfrica, intervino en el asunto. El comandante Beauregard les expuso claramente sumaneradever lascosas;nodebíanexponersuherencia,sinocolocarlaenaccionesdeloscaminosdehierrofranceses,yalistarse,puestoquenoconservabanmalosrecuerdosde su vida militar. Pronto alcanzarían el grado de suboficiales. Mediante un examenentraríanen laEscueladeSaumur.Deellasaldríanconelgradodesubtenientes.Unanoble, hermosa e interesante carrera se abría ante ellos. Un oficial que sin contar susueldoposeíatresmillibrasderenta,estaba,enopinióndelcomandanteBeauregard,enlasituaciónmásenvidiabledelmundo.Yademás,losgrados,lacruz,lagloria…Enfin,todoloquepuededecirunviejosoldadodelÁfrica.¿QuedaronMarcelLornansyJuanTaconnatmuyconvencidosdequelacarreramilitar

bastaparasatisfacertodaslasaspiracionesdelcorazónydelcerebro?¿Lerespondieroncon tanta franqueza como el anciano había hablado? ¿Cuándo trataron de ello sepersuadieron de que era el único camino que debían seguir, y quemarchando por élhallaríanlafelicidad?-¿Quéarriesgamosconprobar,Marcel?-dijoTaconnat.-Talveztienerazón.Nosofrece

recomendarnosalcoroneldel5°°decazadoresenOrán.PartamosparaOrán.Tenemostiempodereflexionarduranteelviaje.Yunavezentierraargelina,nosalistaremosono,segúnsepresentenlascosas.-Con lo que habremos hecho una travesía y un gasto inútil- dijo el juicioso Marcel

Lornans.-Conformes; peropor algunos centenaresdepesetashabremospisado el suelo de la

otraFrancia…EstabellafrasevaleelgastoAdemás,¿quiénsabe?-¿Quéquierendeciresaspalabras?-Loquedicendeordinario,ynadamás.Rindióse Marcel no sin trabajo. Convínose que los dos primos partirían para Orán,

llevandolasrecomendacionesdelantiguojefedeescuadrónparasuamigoelcoroneldel5°° de cazadores. Una vez en Orán se decidirían con conocimiento de causa, y elcomandantenodudabaquedeacuerdoconsuopinión.En resumen: si en el momento de hacer el enganche su resolución se modificaba,

regresaríanaParís,dondebuscaríanotracarrera.También,aunqueenestecasoelviajeseríainútil,JuanTaconnatjuzgóqueelviajedebíasercircular.¿Quéentendíaporestapalabra,cuyasignificaciónnocomprendióalprincipioMarcelLornans?-Entiendo-dijoelotro-quedebemosaprovecharestaocasióndeverelpaís.-¿Ycómo?-Yendoporuncaminoyregresandoporotro.Estonoscostarámuchomáscaro,pero

será infinitamente más agradable. Por ejemplo, si embarcamos en Cette para Orán,despuésiríamosaArgelparatomarelbarcodeMarsella.-Esunaidea…-Excelente,Marcel. Pormi boca te hablan Tales, Pittacos, Bías, Cleóbulo, Periandro,

ChilónySolón.

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MarcelLornansnosepermitiódiscutirunaresolucióntanindudablementedictadaporlossietesabiosdeGrecia,yheaquíporquéel27deAbrillosdosprimosseencontrabanabordodelArgelés.Marcel Lornans tenía veintidós años, y Juan Taconnat algunos meses menos. El

primero,deestaturamásqueregular,eramásaltoqueelsegundo,diferenciadedosotrescentímetrossolamente.Suaspectoeraelegante,elrostrosimpático,losojosunpocovelados, impregnados de profunda dulzura, la barba rubia; pero él estaba dispuesto asacrificarlaparaconformarseconlaOrdenanza.Si Juan Taconnat no poseía las cualidades externas de su primo; si no representaba

como él, lo que en el mundo burgués se llama, “un buen mozo”, era en extremoagradable; unmorenogracioso, debigote retorcido, fisonomía astuta, ojosde singularviveza,actitudgraciosa…yelairedeunbuenmuchacho.Ya se les conoceen lo físico yen lomoral.Estánencaminoparaunviajeque tiene

pocodeextraordinario.NoposeenotracalidadqueladepasajerosdeprimeraclaseenaquelpaquebotedestinadoaOrán.¿Lacambiaríanasullegadaporladecaballerosdesegundaenel5°°decazadoresdeÁfrica?-¿Quién sabe?- había dicho Juan Taconnat como hombre convencido de que el azar

juegaunpapelimportantísimoeneldestinohumano.ElArgelésllevabaunosveinticincominutosdemarcha,ynoibaaunatodavelocidad.

El rompeolas quedaba atrás a distancia de una milla, y el barco se preparaba aevolucionarendirecciónSO.Enestemomento,eldoctorBruno,queseencontrabaenlatoldilla,tomóelanteojoyle

colocóendireccióndelpuertoaunobjetomovientecoronadoporvolutasdehumonegroyvaporesblancos.Mirar fijamente aquel objeto durante algunos segundos, lanzar una exclamación de

sorpresa,subiralpuentecillo,enelqueseencontrabaelcapitánBugarach,preguntarlecon voz apresurada, ponerle el anteojo entre lasmanos…Todo ello fue para el doctorBrunocosademediominuto.-Capitánmireusted-dijoindicándoleelobjetoqueseaproximaba.Despuésdehaberleobservadoelcapitándijo:-Meparecequeesunachalupadevapor.-Yeschalupavieneanuestroencuentro-añadióeldoctorBruno.-Noesdudoso,puesenlaproahacenseñalesconunpabellón.-Ybien…¿daráustedordendeparar?-Nosésidebo.¿Quépuedequerernosesachalupa?-Losabremoscuandoestéjuntoalbarco.-¡Phs!-dijoelcapitánBugarach,quenoparecíasentirdeseosdeinmovilizarsuhélice.EldoctorBrunonoabandonólapartida.-¡SifueraelviajeroretrasadoquecorretraselArgelés!…-¿EseseñorDardentor,quenohallegadoatiempo?-Yquesehabráarrojadoenesachalupaparavenirabordo.Explicaciónlógica,pueseraevidentequelachalupa,forzandosuvelocidad,procuraba

reunirsealpaqueboteantesdequeéste llegaseaaltamar.Yrealmentepodíaestoserpor cuenta del retrasado, cuya ausencia tan amargamente deploraba la familiaDesirandelle.NoeraelcapitánBugarachhombreparasacrificarelpreciodeunbilletedeprimeraal

disgustodedetenersedurantealgunossegundos.Lanzótresocuatrojuramentosdeunasonoridadmeridional,peroenvióalcamarotedelasmáquinaslaordendedetenerse.Lamarchadisminuyóprogresivamente;sedetuvo.Sinembargo,comoeloleajelecogía

decostado,subalanceoseacentuó,congrandisgustodelosviajerosyviajeras,víctimasyadelmareo.Entretantolachalupaseacercabaconvelocidadtal,queelbajodesubranquesalíadel

aguaespumosa.Secomenzabaadistinguiraunhombrequedesde laproaagitaba susombrero.EnestemomentoelseñorDesirandelleseatrevióasubiralpuentecillo,ydirigiéndose

aldoctorBruno,quenohabíaabandonadoalcapitán,ledijo:-¿Quéesperanustedes?-Esachalupa-respondióeldoctor.-¿Yquéquiere?-Dejarnosunpasajeromás…Sindudaelqueseharetrasado.-¡ElseñorDardentor!-ElseñorDardentor,siesésesunombre.ElseñorDesirandellecogióelanteojoquelepresentabaeldoctor,ydespuésdegran

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numero de infructuosas tentativas, consiguió encuadrar la chalupa en el objetivo delmovibleaparato.-¡Él!…¡Esél!-exclamó.YapresuróseairacomunicarlabuenanoticiaalamadredeAgatocles.Lachalupanoestabamásquea tresencabladurasdelArgelés, alquebalanceabael

oleaje,mientrasqueelvaporseescapabadelasválvulasconunruidodeensordecedoracarraca.Lachalupa llegó juntoalpaqueboteenelmomentoenqueelseñorDesirandelle,un

pocopálidoporlavisitahechaasumujer,reaparecíaenelpuente.Enseguidaunaescaladecuerdacontravesañosdemaderacayócontrael flancodel

paquebote.Elpasajeroseocupabaenpagaralpatróndelachalupa,yesdepresumirquelohizoa

lo príncipe, pues, fue saludado con uno de esos «Gracias, Excelencia», del que loslazaronesparecenposeerúnicamenteelsecreto.Algunos instantesdespués,eldichopersonaje,seguidodesucriado,que llevabauna

maleta,trepabaporlaescala,saltabasobreelpuente,yconelrostroalegre,sonriendoeinclinándosecongracia,saludabaatodos.Después,viendoalseñorDesirandellequeseacercabaparadirigirlereproches:-¡Eh!…¡Sí!…¡Aquíestoy!-exclamódándoleungolpeenelvientre.

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III

ENELQUEELSIMPÁTICOHÉROEDEESTAHISTORIAEMPIEZAACOLOCARSEENPRIMERLUGAR.

El señorDardentor,Clovis de nombre, había nacido cuarenta y cinco años antes delcomienzo de esta historia en la plaza de la Loge, número 4, en la antigua Ruscino,convertida en capital del Rosellón, hoy capital de los PirineosOrientales, la célebre ypatrióticaPerpignan.EltipodeClovisDardentornoerararoenaquellaexcelentecapitaldeprovincia.Era hombre de estatura más que mediana, anchos hombros, el sistema muscular

dominandoalnervioso,enperfectaeustenia,esdecir,paraaquellosquehanolvidadoelgriego,encompletoequilibriodesusfuerzas;lacabezaredonda,elpelocortadoalrape,la barba negra en forma de abanico, la mirada viva, la boca grande, la dentadurasoberbia, el pie seguro, la mano diestra, bien templado física y moralmente, buenmuchacho,aunquedenaturalezaimperiosa,debuenhumor,deinagotablefacundia,muyfrancote, en fin, todo lomásmeridionalquepuedeserloquiennoesoriginariodeesaProvenza,enlaqueseabsorbeyresumetodoelMediodíafrancés.Clovis Dardentor era soltero, y realmente no se le concebía sujeto a los lazos

conyugales,yniquejamáslunademielalgunasehubieralevantadoensuhorizonte.No quiere esto decir que fueramisógino, al contrario: la sociedad de lasmujeres le

agradaba;peroeramisógamoenaltogrado.Esteenemigodelmatrimonionoconcebíaqueunhombre sanode alma y de cuerpo, lanzado en los negocios, tuviera tiempodepensarenaquel.¡El matrimonio! Dardentor no le admitía de inclinación, ni de conveniencia, ni de

interés, ni de razón, ni bajo el régimen de la comunidad, ni bajo el régimen de laseparacióndebienes,nienningunadelasmanerasusadasenestebajomundo.Por lo demás, de que este hombre permanezca soltero no se deduce que haya

permanecidoenlaociosidad.EstonosepodíadecirdeClovisDardentor.Poseíauna fortunadedosmillones, quenohabía adquiridoni de suspadres, ni por

otraherencia.¡No!Lahabíaganadoconsutrabajo.Interesadoennumerosassociedadescomerciales o industriales, en las tonelerías, fábricas demármol, vinos de Rivesaltes,siempre había realizado beneficios considerables. Pero particularmente habíaconsagradolamayorpartedesuinteligenciaydesutiempoalaindustriatonelera,tanimportante en aquella región. Retirado de los negocios a los cuarenta años, una vezhechasufortuna,queleproducíapingüesrendimientos,noquisoserunodeesosavaroscuidadosos de economizar sus rentas. Desde que se retiró vivía bien, no desdeñandohacer viajes, a París principalmente, donde iba con frecuencia.Dotadodeuna salud aprueba de todo, poseía uno de esos estómagos que le hubiera envidiado el volátil tanrenombradoporestacualidad,colocadoentreloscorredoresdelÁfricameridional.Lafamiliadenuestrohéroesereducíaaélsolo.Lalargalíneadesusantepasadosse

extinguía en él.Ni un ascendiente, ni un descendiente, ni un colateral, a no ser en elgrado veintiséis o veintisiete, puesto que, según los estadistas, en tal grado soncolaterales todos los franceses, con sólo remontarse a la época de Francisco I. Pero,comosecomprende,estoscolateralesnodangravesmotivosdepreocupación.Yademás,todohombre, remontándose al principiode la era cristiana, ¿noposee treinta y nuevecuatrillonesdeabuelos,niunomásniunomenos?ClovisDardentornoestabaorgullosoporesto.Encontrábasesinfamilia,enloqueno

veía inconveniente alguno, puesto que no había pensado en creársela por losprocedimientosqueestánalalcancedetodoelmundo.HeleaquíembarcadoparaOrán,ytalvezdesembarcaríasanoysalvoenlacapitaldelagranprovinciaargelina.Una de las razones por las que convenía que el Argelés fuese favorecido por una

navegaciónsoberbia,eraporllevarabordoaDardentor.Hastaaqueldía,cuandoibaaArgel-unpaísquelegustabamucho-partíadeMarsella,yeraaquellalaprimeravezqueotorgabasupreferenciaalalíneadeCette.Habiendohechoaunodesuspaqueboteselhonor de confiarle el transporte de su persona, era importante que hiciera el viaje agusto,o,enotrostérminos,quefueraconducidoabuenpuertodespuésdeunatravesíatancortacomofeliz.Alponerelpieenelpuente,ClovisDardentorsevolvióasucriado.-Patricio…Veaasegurartedequeelcamarotenúmero13estádispuesto-ledijo.Patriciorespondió:

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-Elseñorsabequehasidopedidoportelegrama,ynodebetenerinquietudalgunaenestepunto.-Puesbien,bajamimaletayelígemeunlugarenlamesa,elmejorposible…,cercadel

capitán…Yatengoelestómagoenlaspatas.EstafrasepareciósindudaaPatriciopocodistinguida,ytalvezhubierapreferidoque

su amo dijera «en los talones», pues en sus labios dibujóse unamueca despreciativa.Fueraloquefuera,sedirigióhacialatoldilla.En este momento Clovis Dardentor notó la presencia del capitán, que acababa de

abandonarelpuentecillo,yleabordóenestostérminos:-¡Eh!… ¡Eh!… ¡Capitán! ¿Cómo no ha tenido usted paciencia para esperar a sus

pasajeros?¿Lepicabaelcuerpoalamáquinadelpaqueboteyletardabadargustoalahélice?Estametáforanoteníanadademarítima;peroClovisDardentornoeramarino,yensu

figuradolenguajedecíalascosastalcomoseleocurrían,enfrasesyaabominablementepomposas,yaterriblementevulgares.-Caballero-respondióelcapitánBugarach-,nuestraspartidasseefectúanahorafija,y

losreglamentosdelaCompañíanonospermitenesperar…-¡Oh…,nolereprochoaustedporeso!-respondióClovisDardentortendiendolamano

alcapitán.-Niyoausted-dijoéste,aunquemehayavistoenlanecesidaddemandarparar.-Muybien-exclamóClovis.Y sacudió lamanodel capitánBugarach con el vigor deun antiguo tonelero queha

manejadoelapretadoryladoladera.-Sepa usted- añadió- que si mi chalupa no hubiera podido atrapar al paquebote,

hubiese seguido hasta Argel…; que de no haber encontrado la chalupa me hubieraarrojadoalaguadesdeelmuelle,siguiendoaustedesanado…Asísoyyo,bravocapitánBugarach.Sí…AsíeraClovisDardentor,ylosdosjóvenes,queescuchabancongustoaaquelente

original,fueronhonradosconunsaludo,alquerespondieronsonriendo.-¡Buentipo!-murmuróJuanTaconnat.Enaquelmomento,elArgeléssepusoendireccióndelcaboAgde.-Apropósito,capitán,unapreguntadelamayorimportancia-dijoelseñorDardentor.-Hableusted.-¿Aquéhorasecome?-Alascinco.-Dentrodecuarentaycincominutosentonces…Nomáspronto…,peronomástarde.Y Dardentor hizo una pirueta después de haber consultado su magnífico reloj de

repetición,queunagruesacadenadeorosujetabaalojaldesuchalecodebuena teladiagonalcontresgruesosbotonesdemetal.Ciertamente, para emplear una locución justificada por toda su persona, Dardentor

teníamucho chic con su sombrero inclinado sobre la oreja izquierda, su chaquetón acuadros, su manta de viaje, cayendo de la espalda hasta la cintura, sus pantalonesbombachos,suspolainasconhebillasdecobreysusbotasdecazadedoblesuela.

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Denuevo,consufuertevoz,dijo:-Sihe faltadoa lapartida,no faltaréa lacomida,queridocapitán,yporpocoqueel

cocinerohayapensadosumenu,meveráustedmasticarcomoesdebido.Derepente,aquelflujodepalabras,cambiandodecurso,sedirigióaotrointerlocutor.ElseñorDesirandelle,quehabíaidoaadvertirasuseñoralallegadadelcompañerode

viaje,acababadeaparecer.-¡Eh!¡Queridoamigo!-exclamóClovisDardentor.-¿YlaseñoradeDesirandelle?¿Dónde

estáesaexcelenteseñora?¿YelmáshermosodelosAgatocles?-Notemausted,Dardentor-respondióelseñorDesirandelle-;nonoshemosretrasado,

yelArgelésnosehavistoenlanecesidaddepartirsinnosotros.-¿Reproches,eh?…-A fe mía que los merece usted. ¡Qué inquietud nos ha causado!… ¡Nos veíamos

desembarcandoenOrán,encasadelaseñoraElissanesinusted!-¡Nohasidomía laculpa,Desirandelle,sinodelanimaldePegorin! ¡Mehadetenido

con susmuestras de viejo Rivesaltes!…Ha sido preciso probarlas todas, y cuando heaparecidoenelextremodelmuelle,elArgelésdesembocabaelpaso…Perohemeaquí,ylasrecriminacionessoninútiles…,nihayqueponerojosdesalmónamediomorir…Estoacabaríaporaumentarelvaivéndelbarco…¿Ysuseñoradeusted?-Estáensulecho…unpoco…-¿Ya?-¡Ya!-suspiróDesirandelle,cuyospárpadostemblaban.-Yyomismo…-¡Querido,unconsejodeamigo!Noabraustedlabocacomolohace…Téngalausted

cerradacuantopueda…Otracosa,estentaraldiablo.-¡Caramba!-balbuceóelseñorDesirandelle…-¡Ustedhablecuantoquiera!…¡Ah!¡Esta

travesíahastaOrán!…Ni laseñoradeDesirandelleniyonoshubiéramosarriesgadoahacerla,anotratarsedelporvenirdeAgatocles…Tratábase, en efecto, del porvenir del único heredero de los Desirandelle. Todas las

noches, Clovis Dardentor, antiguo amigo de esta familia, iba a jugar una partida debézigueodepiquetalacasadelacalledelaPopinière.Habíavistonaceraaquelniño,lehabíavistocrecer,físicamentealmenos,pueslainteligenciahabíaleestacionadoenél.AgatocleshizoenelLiceoesosmalosestudiosquesonloteordinariodelosperezososyde los ineptosVocaciónparaalgo,no la tenía.Nohacernadaen la vida, leparecíaelidealdeunacriaturahumana.Conloqueheredaradesuspadresposeeríaundíaunasdiezmilpesetasderenta, loqueyaesalgo;peronohayqueextrañarque losseñoresDesirandellesoñasenunporvenirmejorparasuhijo.ConocíanalafamiliaElissane,queantes de vivir en Argel vivía en Perpignan. La señora Elissane, viuda de un antiguonegociante, de cincuenta años de edad entonces, disfrutaba de bienestar gracias a lafortunaquelehabíadejadosumarido,elque,despuésderetirarsedelosnegocios,fijósu residencia en Argel. La viuda no tenía más que una hija de veinte años… ¡LuisaElissane era un buen partido!, se decía hasta en el Sud-Oranais, y también en losPirineosoccidentales,opor lomenosen lacasade lacallede laPopinière.¿Quécosa

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mejor se hubiera podido imaginar que un matrimonio entre Agatocles Desirandelle yLuisaElissane?Peroantesdecasarseprecisoesconocerse;yaunqueAgatoclesyLuisasehabíanvisto

niños,noconservabanrecuerdoelunodelotro.Deformaque,puestoqueOránnoveníaaPerpignan,pueslaseñoraElissanenogustabadeviajes,PerpignanibaaOrán.Deaquíesteviaje,pormásquelaseñoraDesirandellesentíalossíntomasdelmareoconsóloverlas olas extenderse en la playa, y por más que el señor Desirandelle, a pesar de suspretensiones,notuvieraelestómagomássólido.EntoncessepensóenClovisDardentor.Ésteestabaacostumbradoaviajar.Norehusaríaacompañarasusamigos.Talveznosehacíailusionessobreelvalordelmozo,alquesequeríacasar;pero,ensuopinión,paramaridosvalentodoslohombres.SiAgatoclesgustabaalajovenheredera,lacosairíacomounaseda.VerdadqueLuisa

Elissaneeraencantadora…Cuando los Desirandelle desembarquen en Orán será oportuno momento para

presentarla al lector, y éste quedará libre para ponerse sobre la pista y desbancar aAgatocles.Yasesabe,pues,larazónquehabíaparaqueestegrupohubieratomadopasajeenel

Argelésyafrontaseunatravesíamediterránea.Esperando la hora de la comida, Clovis Dardentor subió a la toldilla, donde se

encontraban los viajeros de primera clase, los que el vaivén del barco no había aunenviadoa suscamarotes.El señorDesirandelle, cadavezmáspálido, le siguióy fueaecharseenunbanco.Agatoclesseaproximó.-¡Eh!…¡Tútienesmejorcanillaquepadre!-dijoDardentor.-Estoarrulla,¡eh!Agatoclesrespondióque«aquelloarrullaba»-Másvaleasí,yprocurallegaralfin:¡Novayasamostraralláabajounacaradepapel

mascadoodecalabazaenconserva!No.¡Nohabíaquetemeresto!Lamarnoproducíamalestaralgunoalmozo.Clovis Dardentor no había juzgado oportuno bajar al camarote de la señora de

Desirandelle.Labuenaseñorasabíaqueestabaabordo:conestobastaba.Losconsuelosde Dardentor no hubieran producido efecto alguno, y, además, el señor Dardentorpertenecíaaesa categoríadegentesabominables, siempre inclinadoaburlarsede lasvíctimasdelmareo.Bajopretextodequeellosnolesienten,noquierenadmitirquesepuedasentir.¡Sedebieracolgarlesalapuntadelpalomayor!Encontrábase el Argelés a la altura del cabo de Agde cuando la campana llamó a

comer. Hasta entonces el balanceo del paquebote no había sido muy fuerte. La ola,aunquecorta,noproducíamásqueunmovimientomuysoportablealamayorpartedelospasajeros;pueselArgelèsporrecibirlacasiporlapopa,semovíaconella;era,pues,deesperarque losviajerosno faltaríanalcomedor.Lospasajeros,yhastacincooseispasajeras, bajaron por la doble escalera de la toldilla ocuparon en la mesa los sitiosdesignadosdeantemano.El señor Eustache Oriental ocupaba el suyo, manifestando ya una viva impaciencia.

¡Hacía dos horas que estaba allí! Era de presumir que, terminada la comida, aquelacaparadordebuenossitiossubiríaalpuente,yquenoquedaríapegadoasusillahastalallegadaalpuerto.El capitán Bugarach y el doctor Bruno estaban en el fondo del comedor. Nunca

faltabanaldeberdehacerloshonoresalospasajeros.ClovisDardentor,ylosseñoresdeDesirandelle,padreehijo,sedirigieronalacabeceradelamesa.MarcelLornansyJuanTaconnat, conel deseodeestudiar aquellos tipos, se colocaron juntoaDardentor.Losdemás,queeranunosveinte,seinstalaronasugusto:algunoscercadelseñorOriental,próximosalsitiopordondeveníanlosplatosbajolasórdenesdeljefedelcomedor.El señor Clovis Dardentor entabló en seguida relaciones con el doctor Bruno, y se

puede tener la seguridad de que con aquellos dos habladores sempiternos laconversaciónnolanguideceríaentornodelcapitánBugarach,-Doctor- dijo Dardentor; - tengo a gran dicha poder estrechar su mano aunque

estuvierellenademicrobioscomolasdesuscolegas.-No tema usted, señor Dardentor- respondió el doctor en el mismo tono de buen

humor-,acabodelavarmeconaguaboricada.-¡Bah!Yomeríodelosmicrobios-exclamóDardentor.-Nuncaheestadoenfermo,niun

día,niunahora,miqueridoEsculapio.¡Niunmalconstipado!Jamáshetomadoniunatisana,niunapíldora.Yustedmepermitirácreerquenoempezaréamedicinarmepororden de usted. ¡Oh! ¡La compañía de médicos me es muy agradable! ¡Son buenaspersonas,sinmásqueundefecto:eldeecharaperderlasaludnadamásquecontomar

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elpulsoomirarlalengua!Dichoesto,estoyencantadodeestarasuladoenlamesa,ysilacomidaesbuena,laharéhonor.NosedioporvencidoeldoctorBrunoaunquehubiereencontradootromáshablador

que él. Replicó sin procurar defender el cuerpomédico contra un adversario tan bienarmado.Después,ycomosirvieranlasopa,nadiepensóenotracosaqueensatisfacerunapetitoaguijoneadoporelairevivodelamar.Al principio, las oscilaciones del paquebote no eran tan rudas quemolestaran a los

pasajeros, hecha excepción del señor Desirandelle, que se puso blanco como suservilleta. No se sentían ni esos movimientos de columpio que comprometen lahorizontalidad,niesaselevacionesydepresionesquedesarreglanlaposturavertical.Siesteestadodecosasnosemodificabadurante lacomida, losdiversosplatosseguiríansincontratiempohastalospostres.Pero de repente la vajilla empieza a repitar. Las arañas del comedor se balancean

sobrelacabezadelospasajeros,congrandisgustodeéstos.Conelmovimientocadavezmásacentuado, lassillassetambalean.Nohaymásseguridadenelmovimientode losbrazosydelasmanos.Losvasossonllevadosalabocacongrandesdificultades,ycongranfrecuencialostenedorespinchanenlasmejillasoenlabarbilla.Lamayorpartedeloscomensalesnopudoresistiraquello.ElseñorDesirandellefueel

primeroqueabandonó lamesa con significativaprecipitación, a finde respirar el airelibre… Siguiéronle muchos: una verdadera desbandada a pesar de que el capitánBugarachdecía:-Señores,estonoseránada…Estodurarápoco.ClovisDardentorgritaba:-¡Veaustedcómohuyen!…-¡Siempreesasí!-dijoelcapitánguiñandoelojo.-Nocomprendo-respondióClovisquenosetengamáscorazónenelestómago.Admitiendoqueestaexpresiónnoseacontrariaalasleyesdelorganismohumano,ysi

realmente el corazón puede cambiar de sitio como esta locución popular indica, el deaquellaspobresgentestendíamásbienasubiraloslabiosqueabajar.Enelmomentoenqueel jefedecomedorhizocircularelsegundoplato,enlamesanohabíamásqueunosdiezintrépidoscomensales.Entreestosfiguraban,sinhablardelcapitánBugarach,ni del doctorBruno, acostumbrados a estos casos,ClovisDardentor, fiel en supuesto;Agatocles,alquelahuídadesupadredejóindiferente;losdosprimosMarcelLornansyJuanTaconnat,sinexperimentarlamenorturbaciónensusfuncionesdigestivas;y,enfin,enelextremoopuestoelseñorEustacheOriental,preguntandoalosmozos,sinpensarenquejarsepor las sacudidasdelArgelés, puestoque tenía la elecciónde losmejorespedazos.Despuésdelahuídadelospasajeros,elcapitánBugaracharrojóunasingularmirada

al doctor Bruno, a la que respondió éste con extraña sonrisa. Mirada y sonrisa cuyosignificado debió de comprender el jefe del comedor, puesto que en su rostro sereflejaroncomoenfidelísimoespejo.JuanTaconnatdioasuprimoconelcodoydijo:-Esteesungolpepreparado.-Meesigual,Juan.-Y a mí- respondió éste, sirviéndose un sabroso trozo de salmón, del que el señor

Orientalnohabíapodidoaprovecharse.La cosa consiste en lo siguiente: hay capitanes, no todos, que con un objeto bien

comprensiblemodificanunpocoladireccióndelpaqueboteprecisamentealcomenzarlacomida. Un ligero cambio del timón, nada más. ¿Pudiera dirigírseles por esto algúnreproche? ¿Está prohibido durante unamedia hora escasa ponerse de acuerdo con elbalanceopararealizarunaeconomíaenlosplatosdelacomida?Seguramentequeno.Por lo demás, aquello no se prolongó; verdad que los pasajeros no sintieron la

tentación de volver a ocupar sus sitios en la mesa, aunque el paquebote tomase unamarchamáscalmosa.Lacomida,servidasóloparaalgunoscomensales, ibapuesacontinuarenexcelentes

condiciones, sin que nadie se inquietase por los desdichados arrojados del comedor, yagrupadosenelpuenteenactitudestanvariadascomolamentables.

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IV

ENQUECLOVISDARDENTORDICECOSASDELASQUEJUANTACONNATPIENSAAPROVECHARSE.

-¡Cuántos sitios vacíos en la mesa, mi querido capitán!-exclamó Clovis Dardentor,mientraseljefedelcomedorvigilabaelserviciosinperdersudignidaddecostumbre.

-Y tal vez es de temer que haya más sitios vacíos si la mar se pone mala- observóMarcelLornans.

-¿Mala?¡Siesunabalsadeaceite!-respondióelcapitánBugarach.-ElArgeléshacaídoenunacontracorrienteenqueeloleajeesmásduro.Algunasvecessucedeesto.

-Y muy frecuentemente a las horas del almuerzo y de la comida- respondió JuanTaconnatlomásseriodelmundo.

Efectivamente- añadió Clovis Dardentor con negligencia.- Lo he notado. Y si esassatánicascompañíasmarítimasseaprovechandeello…

-¿Puedeustedcreer?…-exclamóeldoctor-Nocreomásqueunacosa,yesque,en loqueamíserefiere, jamásheperdidoun

bocado,ysinoquedamásqueunpasajeroenlamesa…-¡Loseráusted!-dijoTaconnat.-Ustedlohadicho,señorTaconnat.Dardentorlellamabayaporsunombre,comosileconocieradedosdíasantes.-Sin embargo- dijo entonces Marcel Lornans.- Es posible que algunos de nuestros

compañerosvuelvanalamesa.Elbalanceohadisminuido.-Lorepito-afirmóelcapitán…-Estoeramomentáneo.Habastadounadistraccióndel

timonel. Y dirigiéndose al jefe del comedor, añadió: Vea usted, pues, si entre lospasajeros…

-Entreotrostupobrepadre,Agatocles-recomendóClovis.PeroeljovenDesirandellemoviólacabeza,puesteníalaseguridaddequeelautorde

susdíasnosedecidiríaavolveralcomedor,ynosemovió.Encuantoal jefedelcomedor,sedirigióa lapuertaconvencidode lo inútildelpaso

que daba. Cuando un pasajero ha abandonado la mesa, aunque las circunstancias semodifiquen,esraroqueconsientaenvolver.Losasientosvacíosnoseocuparon,porloqueeldignocapitányelexcelentedoctoraparentarongrandisgusto.

Unligerogolpedetimónhabíarectificadoladireccióndelpaquebote;laolanolecogíapor laproa,y latranquilidadestabaaseguradapara losdiezcomensalesquequedaronensuspuestos.

Por lo demás, vale más no ser muchos a la mesa, como decía Clovis Dardentor. Elservicioganaconello,laintimidadtambién,ylaconversaciónpuedegeneralizarse.

Asísucedió.Elpesodeellallevóle,congrangusto,elhéroedenuestrahistoria.PorparlanchínqueeldoctorBruno fuera, apenas si de tardeen tardepodía colocar

algunapalabra.LomismolesucedíaaJuanTaconnat,alquelaverbosidaddeDardentordivertíamucho.MarcelLornanssecontentabaconsonreír.Agatoclescomíasinoírnada.EustacheOrientalsaboreabalosmejorestrozos,regándolesconunabotelladepommardque el jefe del comedor le había llevado en una canastilla de una horizontalidadaseguradora.Delosdemáscomensalesnohayparaqueocuparse.

LasuperioridaddelMediodíasobreelNorte;losindiscutiblesméritosdelaciudaddePerpignan;elpuestoqueenellaocupabaunodesushijos,ClovisDardentorenpersona;laconsideraciónquelevalíasufortuna,honradamenteadquirida:losviajesqueyahabíahecho;losquepensabahacer;sudeseodevisitaraOrán,delquesincesarlehablabanlosDesirandelle;elproyectoquehabía formadoderecorreraquellahermosaprovinciaargelina…Enfin,élhabíapartidoynosepreocupabadelavuelta.

Sería error suponer que este flujo de palabras escapadas de los labios de ClovisDardentor le impedíacomer.No; laentradadelalimentoy lasalidade laspalabrasseejecutabasimultáneamenteconmaravillosafacilidad.

Aquelasombrosotipohablabaycomíaalavez,sinolvidarsedevaciarsucopaafindefacilitarladobleoperación.

-¡Quémáquinahumana!-pensaba JuanTaconnat.- ¡Cómo funciona!DardentoresunodelosmejoresejemplaresdelMediodíaqueheencontrado.

No le admiraba menos el doctor Bruno. ¡Qué admirable objeto de disección, y quéprovechosacaríalaFisiologíaescudriñandolosmisteriosdetalorganismo!Perocomolaproposicióndequesedejaraabrirelvientrehubierasidoinoportuna,eldoctorselimitó

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apreguntaraClovisDardentorsisiemprehabíagozadodebuenasalud..-¿Lasalud,miqueridodoctor?¿Quéentiendeustedporesto?-Entiendo lo que todo el mundo- respondió el doctor-, o sea, siguiendo la definición

admitida,elejerciciopermanente,yfácildetodaslasfuncionesdelaeconomía.-Y aceptando esa definición- hizo observar Marcel Lornans-, deseamos saber si en

ustedeseejercicioesfácil.-Ypermanente-añadióJuanTaconnat.-Permanente,puestoquejamásheestadoenfermo-declaróDardentor,golpeándoseel

pecho;-yfácil,puestoqueseefectúasinqueyolonote.-Puesbien,queridoamigo-preguntóelcapitánBugarach-,fijadoyaloqueseentiende

porlapalabrasalud,¿permitiráustedquebebamosporlasuya?-Enefecto,meparece llegada lahoradeembocarel champagne,y sinesperara los

postres.En el Mediodía, la expresión «embocar el champagne» es de uso corriente, y

pronunciadaporClovistomabaunamagníficaredundancia.Trajeron el champagne, llenaron las copas, coronándose de blanca espuma, y la

conversaciónnoseahogó…Alcontrario.EldoctorBrunofueelprimeroquehabló.-¡Eh! ¡SeñorDardentor!- dijo-Le suplicoaustedme respondaaestapregunta:para

conservareseestadodeimperturbablesalud,¿sehaabstenidousteddetodoexceso?-¿Quéentiendeustedporlapalabraexceso?-¡Ah!-preguntóMarcelLornanssonriendo.-¿EsdesconocidoenlosPirineosorientales

elsignificadodelapalabra«exceso»,comoeldelapalabra«salud»?-Desconocido…no,señorLornans;pero,parahablarconpropiedad,nosémuybienlo

quesignifica.-SeñorDardentor-respondióeldoctor-,cometerexcesosesabusardeunomismo;es

usar el cuerpo y el alma de modo inconsiderado, intemperante e incontinente…;abandonándose,sobretodoalosplaceresdelamesa;deplorablepasiónquenotardaendestruirelestómago.

-¿Quéeselestómago?-preguntóClovisDardentorentonoserio.-¿Quées?-exclamóeldoctorBruno.-¡Diablo!Unamáquinaquesirveparafabricarlas

gastralgias,lasgastritis,lasgastroenteritis,lasendogastritis,lasexogastritis.Yalpronunciarestemontóndepalabrasquetienenlaraízgasterporradical,parecía

muysatisfechodequeelestómagohubierahechonacertantasafeccionesespeciales.Puesto que Clovis Dardentor persistía en sostener que todo lo que indicaba un

deterioro en la salud le era desconocido; puesto que rehusaba admitir que aquellaspalabras tuvieran una significación, Juan Taconnat, muy divertido, empleando la únicalocuciónqueresumelaintemperanciahumana,dijo:

-Enfin…ydeotramanera…,¿nosehadivertidousted?…-No,puestoquenomehecasado.Y lanzó una carcajada tal, que los vasos titilaron en la mesa como si ésta fuera

sacudidaporunvaivénviolento.Se comprendió que sería imposible saber si aquel inverosímil Dardentor había o no

sidoelprototipodelasobriedad,ysidebíaasutemperanciahabituallaexcelentesaluddequegozaba,osieraestoefectodeunaconstitucióndehierro,queningúnabusohabíapodidoestropear.

-¡Vamos!…¡Vamos!-dijoelcapitánBugarach.-Veo,señorDardentor,quelaNaturalezalehahechoaustedparaserunodenuestrosfuturoscentenarios…

-¿Porquéno,queridocapitán?-Sí…,¿porquéno?-repitióMarcelLornans.-Cuando una máquina está sólidamente construida- añadió Clovis Dardentor,- bien

engrasada,bienalimentada,nohaymotivoparaquenoduresiempre.-Enefecto-concluyóJuanTaconnat;-ydesdeelmomentoenquenofaltecombustible.-¡No es combustible lo que faltará- exclamó Clovis Dardentor, dando golpes en su

chaleco, que devolvió un sonido metálico.- Y ahora, queridos señores- añadió riendo-,¿hanterminadoustedesdehacermepreguntas?

-NorespondióeldoctorBruno.YempeñándoseenponeraClovisentrelaespadaylapared,dijo:-¡Error, caballero, error! No hay máquina tan buena que no se desgaste; no hay tan

buenmecanismoquenoseestropeealgúndía.-Esodependedelmaquinista- respondióClovisDardentor llenando su copahasta los

bordes.-Pero,enfin-exclamóeldoctor-,supongoqueustedmorirá.

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-Y¿porquéquiereustedqueyomuerasijamásconsultoaunmédico?-¡Alasaluddeustedes,señores!

Yenmediodelageneralhilaridadlevantósucopa,ydespuésdechocarlaalegrementeconladesuscompañeros,lavaciódeuntrago.

Hasta los postres continuó la conversación, cada vez más animada, ensordecedorarealmente.Júzguesedelefectoqueaqueltumultocausaríaenlosdesdichadospasajeros,extendidosenel lechodeldolor,ycuyomareocrecía forzosamentecon lavecindaddetanalegreconversación.

ElseñorDesirandellehabíaalfinaparecidoenelumbraldelcomedor.Puestoquesucomidayladesumujerestabancomprendidasenelpreciodelbillete,¡quédisgustonopoderconsumir suparte!Peroapenasabrió lapuerta sintióse invadidoporvértigos, yapresuradamentevolvióalpuente.

Suúnicoconsueloconsistíaendecir:-Por fortuna, Agatocles está en disposición de comer por tres, y realmente el joven

trabajabaaconciencia,afindeindemnizarsedelosdesembolsospaternales.Entretanto, después de la última respuesta de Clovis Dardentor, la conversación se

dirigióaotropunto.¿Nosepodríaencontrarel flacodeaquelvividor,buenbebedorycomedor?Indiscutibleeraquesuconstitución-fueseexcelente,inalterablesusalud,ysuorganismodehierro.Mas¿noacabaríaporabandonarestebajomundocomotodos losmortales? (digamos casi todos para no desanimar a nadie). Y ¿a quién iría su granfortunacuandosonaralahorafatal?¿Quiéntomaríaposesióndelascasas,delosvaloresmobiliariosdelantiguotonelerodePerpignan,nohabiéndoleaéstedadolaNaturalezaherederodirectoniindirecto,niunsolocolateralconderechoaheredarle?

Selehizolapregunta,añadiendoMarcelLornans:-¿Cómonohapensadoustedenhacerseherederos?-Y¿cómo?-¡Diablo!ComosehacenestascosasexclamóJuanTaconnat:-casándoseconunamujer

joven,bonita,dignadeusted.-¿Yocasarme?-Sinduda.-Esideaquenuncahetenido.-Puesdebieraustedhaberlatenido,señorDardentordijoelcapitán,yaunestiempo…-¿Esustedcasado,miqueridocapitán?-No.-¿Yusted,doctor?-Tampoco.-¿Yustedes,señores?-No-respondióMarcelLornans-,yanuestraedadnadatienedeextraño.-Ybien,siustedesnosehancasado,¿porquéquierenqueyolohaga?-Portenerunafamilia-respondióJuanTaconnat.-¡Yloscuidadosquelafamiliatraeconsigo!-Paratenerhijos…-¡Yconloshijos,lostormentosquecausan!-Enfin,paratenerdescendientesnaturalesqueseaflijancuandoustedmuera…-¡Oquesealegrendeello!-¿Suponeusted-dijoMarcelLornans-queelEstadonosealegrarásileheredaausted?-¡ElEstado…herederodemifortuna,yqueselacomerácomoundisipadorquees!-Esonoesresponder,señorDardentor-dijoMarcelLornans-,yeldestinodelhombre

esformarunafamiliayperpetuarseensushijos.-Conformes;peroelhombrepuedetenerlossincasarse…-¿Cómoentiendeustedesto?-preguntóeldoctor.-Enelbuensentido…,yenloqueamíatañe,preferiríalosqueunobusca…

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-¿Hijosadoptivos?-preguntóJuan.-Seguramente.¿Noescienvecesmejor?…¿Noeslomássabio?¡Seleselige!…Seles

puedebuscarsanosdealmaycuerpo,cuandoyahanpasadodelaedaddelsarampiónyde la escarlatina. Se les elige rubios omorenos, bestias o inteligentes;mujer o varón,segúnelsexoquesedesee.¡Sepuedeteneruno,dos,tres,cuatroyhastaunadocena,segúnqueestámásomenosdesarrolladoelinstintodelapaternidadadoptiva!¡Enfin,setienelibertadparafabricarseunafamiliadeherederosencondicionesexcelentesdegarantía física y moral, sin esperar que Dios se digne bendecir vuestra unión! ¡Sebendiceunomismocuandoquiere-,yasugusto!

-¡Bravo, señor Dardentor, bravo!- exclamó Juan Taconnat.- ¡A la salud de sus hijosadoptivos!

Yunavezmáschocaronlosvasos.¡Imposible formarse idea de lo que los comensales sentados a la mesa del Argelés

hubieranperdidodenooíralexpansivoDardentorlanzarlaúltimafrasedesudiscurso!¡Habíaestadomagnífico!

-Sinembargo-añadióelcapitán-,aunqueelmétododeustedesexcelente, si todoelmundo se conformara con él, si no hubiera más que padres adoptivos, bien pronto nohabríaniñosqueadoptar…

-¡No tanto, capitán, no tanto! Nunca faltará brava gente que se case… ¡Millares demillones!

-Lo que es una fortuna- concluyó el doctor-, pues sin eso el mundo no tardaría enacabarse.

Por este camino siguió la conversación, que no logró distraer al señor EustacheOriental, que saboreaba su café en el otro extremo de la mesa; ni a AgatoclesDesirandelle,queseservíadelosdistintospostres.

Enelcursodeella,MarcelLornans,recordandoeltítuloVIIdelCódigocivil, llevólacuestiónalterrenojurídico.

-Señor Dardentor- dijo-, cuando se quiere adoptar a alguno es indispensable tenerciertascondiciones.

-Noloignoro,señorLornans,ymeparecequeyallenoalgunas.-Efectivamente-respondióMarcelLornans;-enprimerlugar,ustedesfrancésydeuno

uotrosexo.-Másparticularmentedelsexomasculinosiquierenustedescreerlo…-LecreemosaustedbajosupalabraafirmóJuanTaconnat-,ynonossorprende.-Además-añadióMarcelLornans-, la leyobligaa lapersonaquequieraadoptarano

tenerhijosnidescendienteslegítimos.-Que es precisamente mi caso, señor abogado- respondió Clovis Dardentor-, y añado

queniaunascendientestengo.-Elascendientenoestáinterdictoporlaley.-Enfin,yonolostengo.-Perohayalgoqueustednotiene,señorDardentor.

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-¿Elqué?-¡Cincuenta años de edad! Es preciso haberlos cumplido- para que la ley permita

adoptar.-LoscumplirédentrodecincoañossiDiosmedavida…Y¿porquénohadedármela?-Haríamalenlocontrario-dijoJuanTaconnat-,puesnoencontraríasitiomejordonde

colocarla.-Esaesmiopinión,señorTaconnat.Asíesqueesperaréacumplirmiscincuentaaños

parahacerelactodeadopción,casoquesepresenteunaocasión,unabuenaocasión,comosedicehablandodenegocios.

-Conlacondición-añadióMarcelLornans-dequeeladoptadonotengamásdetreintaycincoaños;pueslaleyexigequeeladoptantetengaporlomenosquinceañosmásqueeladoptado.

-¡Eh!…¿Creeusted-exclamóelseñorDardentor-quepiensoenregalarmeconunhijoviejo o una hija anciana? ¡No! Y no le elegiré de treinta y cinco, ni de treinta, sino alcomenzarsumayoredad,puestoqueelCódigoestablecequeseanmayores…

-Todo eso está muy bien, señor Dardentor- respondió Marcel Lornans- Es indudableque usted llena esas condiciones. Pero, y lo siento por sus proyectos de paternidadadoptiva,hayunaquelefaltaausted.

-¿Acasoesquenogozodebuenareputación?¿QuiénsepermitirásospechardelhonordeClovisDardentor,dePerpignan,PirineosOrientales,ensuvidapúblicaoensuvidaprivada?

-¡Oh!¡Nadie!…-exclamóelcapitánBugarach.-Nadie-añadióeldoctor.-No…-Nadie-proclamóJuanTaconnat.-Nadie,ciertamente-dijoMarcelLornans-,ynoeradeestodeloquequeríahablar…-¿Dequéentonces-preguntóClovisDardentor.-De cierta condición impuesta por el Código, condición que usted, sin duda, ha

descuidado.-¿Ycuáles?-Laqueexigequeeladoptantehayaprestadoaladoptado,enlamenoredaddeéste,

cuidadosnointerrumpidosduranteunperíododeseisaños.-¿Laleydiceeso?-Formalmente.-¿Yquiéneselanimalquehapuestoesoenlaley?-¡Pocoimportaelanimal!…-Y bien, señor Dardentor- preguntó el doctor Bruno insistiendo-, ¿ha prestado usted

esoscuidadosaalgúnmenor?-¡No,queyosepa!-Entonces-declaróJuanTaconnatnolequedaaustedotrorecursoqueeldeemplear

sufortunaenunestablecimientobenéfico,quellevaráelnombredeusted--¿Laleyloquiereasí?-preguntóClovisDardentor.-Loquiere-afirmóMarcelLornans.Clovis Dardentor no ocultó el descorazonamiento que esta exigencia del Código le

causaba. ¡Le hubiera sido tan fácil proveer a las necesidades de la educación de unmenor durante seis años! ¡No haber pensado en esto! Verdad que ¿cómo tener laseguridad de haber hecho una elección acertada, tratándose de adolescentes que noofrecen la menor garantía para el porvenir? Pero ¿era la cosa indispensable? ¿No seengañabaMarcelLornans?

-¿UstedmeaseguraqueelCódigocivil?…-preguntóporsegundavez.-Se lo aseguro- respondió Marcel Lornans.- Consulte usted el Código, título «De la

adopción»,artículo345.Hacedeestounacondiciónesencial…,amenosque…-A menos que…-repitió Clovis Dardentor, y al decirlo serenóse su rostro.- Vamos…

acabeusted-exclamó.–Medesesperaustedconsusexcepcionesysus«amenosque»…Anoser-continuó-MarcelLornans-,queeladoptadohayasalvadolavidaaladoptante,

yaenuncombate,yaarrojándoseparasalvarlealaguaoalfuego,conformealaley.-¡Peroyonihecaído,nicaeréjamásalagua!-respondióClovisDardentor.-Esolepuedeaustedsucedercomoacualquiera-dijoJuanTaconnat.-Esperoquenosemequemarámicasa…-Sucasadeustedcorreelriesgodequemarsecomocualquieraotra;ysinoensucasa,

puedeustedestarenunteatro…,enestemismopaquebote…Sisedeclaraseunincendioabordo…

-Sea,señores,elfuegooelagua.Encuantoauncombate,muchomeasombraríatenernecesidaddequemesocorriesen.¡Poseodosbuenosbrazosydosexcelentespiernasque

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noreclamanayudadenadie!-¿Quiénsabe?-respondióJuanTaconnat.Llagase lo que llegase, Marcel Lornans, en el curso de la conversación, había

establecido lasdisposicionesde la ley, talescomo laspresentael títuloVIIIdelCódigocivil.Deotrasprescripcionesnohabíahabladoporser inútil lacita.Porejemplo:nadahabíadichodelaobligacióndequeelcónyugedeladoptanteconsientaenlaadopción,puesto que Clovis Dardentor era soltero; ni nada tampoco del consentimiento de lospadresdeladoptadosiéstenohabíacumplidosumayoredad.

Por lo demás, parecía difícil que Clovis Dardentor llegase a realizar su sueño y secreaseunafamiliadehijosadoptivos.Sindudapodíaelegirunadolescenteyprodigarlesuscuidadosduranteseisañosconsecutivos,ydarleconsunombretodoslosderechosde un heredero legítimo. ¡Pero qué albur!… Y si no se decidía por esto, veríasecomprendidoeneltercercasoprescritoporelCódigo.Eramenesterquefuerasalvadodeuncombate,delasolasodelfuego.¿HabíaprobabilidadesdequeocurriesetalcosatratándosedeunhombrecomoClovisDardentor?Elnolocreíaninadielosospecharía.

Los comensales cambiaron algunas otras palabras, rociadas abundantemente conchampagne.Dirigiéronseanuestrohéroealgunasbromas,queélreíaelprimero.Sinoqueríamorirsinherederos,si renunciabaadaralEstadoelderechodetal, fuerzaeraseguir la opinión de Juan Taconnat, consagrando su fortuna a alguna fundación decaridad. Después de todo, libre era de dar su herencia al primero que se presentase.¡Pero no… él tenía sus ideas!… Terminada aquella memorable comida, los comensalessubieronalatoldilla.

Eran cerca de las siete, pues la comida había durado mucho. Hermosa tarde, queanunciabaunahermosanoche.Respirábaseelairepurodelmar.Latierra,hundidaporelcrepúsculo,noaparecíamásquecomoconfusamasaenelhorizontedelaparteOeste.

Mientras hablaban, Clovis Dardentor y sus compañeros se paseaban por la cubiertaentreelhumodeexquisitostabacos,delosqueDardentorhabíahechobuenaprovisiónyofrecíaconencantadoraliberalidad.

Alasnuevesesepararon,despidiéndosehastaeldíasiguiente.Clovis Dardentor, después de acompañar al señor Desirandelle al camarote de su

señora,sedirigióalsuyo,enelquenielruidonilaagitaciónpropiadeunbarcodebíanturbarsusueño.

EntoncesJuanTaconnatdijoasuprimo:-Tengounaidea…-¿Cuál?-¡Sinoshiciéramosadoptarporesebuenhombre!-¿Nosotros?-¡Túyyo…obien,túyyo!-¡Túestásloco,Juan!-La noche es buena consejera, Marcel, y yo te diré mañana el consejo que me haya

dado.

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V

ENELQUEPATRICIOSIGUEENCONTRANDOQUEALGUNASVECESSUAMOESPOCODISTINGUIDO.

Aldíasiguientealasocho,nohabíaaunnadiesobrecubierta.Elestadodelamarnoera,sinembargo,tanmaloqueobligasealospasajerosapermanecerensuscamarotes.Apenas si el suaveoleajedelMediterráneo imprimíaundébil balanceoalArgelésa laapacible noche iba a suceder un espléndido día. Si, pues, los pasajeros no habíanabandonadoellechoalamanecer,eraporquelaperezalesreteníaenél;losunosbajoelimperiodelsueño;losotros,yadespiertos,abandonándosealvaivén,comounniñoensucuna.

Claroesquenosreferimosaesosseresprivilegiadosquejamásestánenfermosenlamar, ni aun en mal tiempo, y no a los desventurados que lo están siempre, aun contiempoapacible.EntrelosúltimoshayquecolocaralosDesirandelleyagrannúmerodeotros que no recobrarán su aplomo moral y físico hasta que el paquebote ancle en elpuerto.

Laatmósferamuyclaraymuypura,ytempladaporlosrayossolaresquereverberabanenlasuperficiedelasaguas.ElArgeléscaminaba,conunavelocidaddediezmillasporhora, por el cabo SSE., en dirección al Archipiélago de las Baleares. Algunos barcospasaban al largo y a contrabordo, lanzando al viento el humo de sus chimeneas, oextendiendosublancovelamensobreelfondoalgobrumosodelhorizonte.

ElcapitánBugarachibayveníadeunextremodelpuenteaotroporlasnecesidadesdelservicio.

En este momento Marcel Lornans y Juan Taconnat aparecieron a la entrada de latoldilla.Elcapitánseacercóaellosylesestrechólasmanos.

-¿Hanpasadoustedesbienlanoche,señores?-Admirablemente, capitán- respondió Marcel Lornans-, y sería difícil imaginar otra

mejor.NoconozcocuartodefondaquevalgaloqueuncamarotedelArgelés.-Soy de la opinión de usted, señor Lornans- respondió el capitán Bugarach-, y no

comprendoquesepuedavivirmásqueabordodeunnavío.-VayaustedadeciresoalseñorDesirandelle-indicóeljoven-,yaversiparticipadel

placerdeusted.-Ni ese señor ni los que se le parecen son capaces de apreciar el encanto de una

travesía-exclamóelcapitán.-Soncomobaúlesen lacala.Esospasajerosconstituyen lavergüenzadelospaquebotes.Enfin…comopagansupasaje…

-¡Claro!-respondióMarcelLornans.Juan Taconnat, tan locuaz por costumbre, tan expansivo, se había contentado con

estrechar la mano del capitán, y no había tomado parte en la conversación. Parecíapreocupado.

MarcelLornanspreguntóalcapitán:-¿CuándoestaremosalavistadeMallorca?-Aesodelaunadelatarde.NotardaremosenverlasprimerasalturasdelasBaleares.-¿HaremosescalaenPalma?-Hasta las ocho de la noche; el tiempo preciso para embarcar las mercancías con

destinoaOrán.-¿Podremosvisitarlaisla?-Laisla,no;perosílaciudaddePalma,quevalelapenasegúnsedice.-¿Cómosegúndice?¿EsqueustednohaestadoenMallorca?-Treintaocuarentaveces.-¿Ynolahaexploradousted?-¿Yeltiempo,señorLornans,yeltiempo?¿Acasolehetenido?-Nitiempo…nigustotalvez.-Efectivamente,nigusto…Memareoentierra.YelcapitánBugarachabandonóasuinterlocutorparasubiralpuente.MarcelLornanssevolvióasuprimoyledijo:-Vamos,Juan;estamañanaestásmudocomounHarpócrates.-Esquereflexiono,Marcel.-¿Enqué?-Enloquetedijeayer.-¿Quémehasdicho?

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-Que teníamos una ocasión única para hacernos adoptar por ese ciudadano dePerpignan.

-¿Aunpiensaseneso?-Sí…ydespuésdehaberpensadotodalanoche.-¿Hablasenserio?-Muy en serio… Él desea hijos adoptivos… Que nos tome… ¡No encontrará otros

mejores!-¡Erestanmodestocomofantaseador,Juan!-Mira,Marcel;sersoldadoesmuyhermoso.AlistarseenloscazadoresdeÁfricaesmuy

honroso.Sinembargo,temoqueeloficiodelasarmasnosealoqueeraenotraépoca.Antes había una guerra cada tres o cuatro años. Significaba esto el ascenso seguro,grados, cruces… Pero la guerra, una guerra europea se entiende, se ha hecho casiimposible con el enorme contingente que representan millones de hombres a quienesarmar,conducir,alimentar,etc.Nuestrosoficialesnotienenmásporvenirqueretirarsecapitanes,lamayorpartealmenos.Lacarreramilitar,aunconsuerte,nodaráyaloquedaba hace treinta años. Las grandes guerras han sido reemplazadas con las grandesmaniobras.Desdeelpuntodevistasocialestoesunprogreso,pero…

-Juan-dijoMarcelLornans.-EraprecisohaberpensadoasíantesdeponerseencaminoparaArgel.

-Entendámonos, Marcel. Yo estoy siempre dispuesto, como tú, a alistarme. Sinembargo,silafortunasedecidieseaabrirsusmanosanuestropaso…

-¡Estásloco!-¡Diablo!-TúvesyaenelseñorDardentor…-¡Unpadre!-Olvidas,pues,queparaadoptarteseríaprecisoquetehubieraprestadosuscuidados

duranteseisañosdetumenoredad.¿Lohahecho?-No,queyosepa,o,entodocaso-,yonolehenotado.-Veoquerecobraseljuicio,queridoJuan,puestoquetelamentasdeello.-Melamentoynomelamento.-¿Acasohabrássalvadoaesehombredelasolas,delasllamasoenuncombate?-No…,perolesalvaré,o,mejordicho,lesalvaremos.-¿Cómo?-Nolosospecho.-¿Seráenlatierra,enlamaroenelespacio?-Segúncomosepresentelaocasión,ynoesimposiblequesepresente.-¿Cuandotúquierashacerlanacer?-¿Porquéno?EstamosabordodelArgelés,ysuponiendoqueelseñorDardentorcaiga

almar…-Notendráslaintencióndearrojarle…Al aproximarse a la baranda del barco vieron al criado de Clovis Dardentor inmóvil

junto a la chupeta de la máquina y vestido con su librea de viaje, de irreprochablecorrección.

¿Quéhacía allí y qué esperaba, sin demostrar impaciencia alguna?Esperaba que suamodespertase.ElcriadodelseñorDardentoreratanoriginalcomosuamo.Peroentreambos,¡quédiferenciadetemperamentoydecarácter!

Patricio-aunquenofuesedeorigenirlandés,sellamabaasí,ymerecíaelnombrequevienede lospatricios,de laantiguaRoma-eraunhombredeunoscuarentaaños.Susmaneras distinguidas contrastaban con las del de Perpignan, al que tenía a la vez labuenaymalasuertedeservir.Lasfaccionesdesurostro,siempreafeitado;sufrenteunpocoinclinadahaciaatrás;sumiradallenadeciertoorgullo;suboca,cuyoslabiosmediocerradosdejabanverhermososdientes;sucabellerarubia,cuidadosamentepeinada;sureposadavoz,sunobleaspecto,permitíancolocarleenesetipo,cuyacabeza,segúnlosfrenólogos,forma«uncircuitoalargado»TeníaelairedeunmiembrodelaAltaCámarade Inglaterra.Desdehacíaquinceañosocupabaaquellaplaza,quealgunasveces tuvodeseosdedejar.Alainversa,ClovisDardentorhabíatenido,nomenosfrecuentemente,la ideadeponerle en la calle; pero la verdaderaque, noobstante ladiferenciade sunaturaleza,ningunodeellospodíapasarsesinelotro.LoqueencadenabaaPatricioasuamonoeranlosgajes,conseréstosdeimportancia,sinolaseguridaddequeDardentorteníaenélunaconfianzaabsoluta,yenrealidadmerecida.Pero¡quéheridoensuamorpropio se sentía Patricio viendo la familiaridad, la locuacidad, la exuberancia delmeridional! A sus ojos, al señor Dardentor le faltaba distinción. No demostraba ladignidadquesusituaciónsocial le imponía.Elantiguotoneleroaparecíaensumanera

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desaludar,depresentarse,deexpresarse.Lefaltabanbuenasformas;y¿cómohubierapodidoadquirirlasfabricandoyrodandomillaresdetonelesporsusalmacenes?¡No!Nopodíaser,yPatricionoseocultabaparadecirlo.

Algunasveces,ClovisDardentor,que,comosehabránotado,teníalamaníade«hacerfrases»,aceptabadebuentalantelasobservacionesdesucriado.

Reíasedeellasyseburlabadeaquel«mentorconlibrea»,gozándoseenexcitarleconsusrespuestas.Algunasvecestambién,endíasdemalhumor,seincomodaba;enviabaapaseoalmalditoconsejero,y ledabacomotiempoparaquesemarchaselatradicionalsemana,cuyofinnollegabanunca.

En el fondo, si Patricio estaba disgustado por servir a un amo tan poco gentleman,ClovisDardentorestabaorgullosodetandistinguidocriado.

Eldíadequesehabla,Patricionoteníagrandesmotivosdesatisfacción.Sabíaporeljefedelcomedorquedurantelacomidadelavíspera,elseñorClovisDardentorsehabíaabandonado a censurables intemperancias de lenguaje, que había hablado sin juicio,produciendoenlosconvidadosunapobreideadeunnaturalde losPirineosorientales.No; Patricio no estaba contento, y no podía ocultarlo. Por esto desde muy temprano,antesdeserllamado,sehabíapermitidogolpearalapuertadelcamarotenúm.13.

Alprimergolpe,sinrespuesta,sucedióunsegundomásacentuado.-¿Quiénes?-gruñóunavozsomnolienta.-Patricio.-¡Votoaldiablo!Sin ir donde se le enviaba,Patricio se retiró en seguida,muymolestadopor aquella

respuestapocoparlamentaria,alaque,noobstante,debíadeestaracostumbrado.-¡Nadaharénuncadesemejantehombre!-murmuró,obedeciendo.Y siempre digno, siempre noble, siempre «lord inglés», volvió al puente, a fin de

esperarpacientementelaaparicióndesuamo.Durólaesperaunahoralarga,pueselseñorDardentornosentíaprisaporabandonar

el lecho. Al fin oyóse el ruido de la puerta del camarote, y después se abrió la de latoldillaparadarpasoalprincipalpersonajedeestahistoria.

En aquel momento, Juan Taconnat y Marcel Lornans, que estaban apoyados en labarandilla,levieron.

-¡Calle!…¡Nuestropadre!-dijoelprimero.Aloíresteprematurocalificativo,MarcelLornanssoltólacarcajada.Entretanto,conpasomesurado,aspectoseveroyrostroconexpresióndesaprobadora,

Patricio,bastantemaldispuestoarecibirlasórdenesdesuamo,avanzóhaciaéste.-¡Ah!..¿Erestú,Patricio?…¿Hassidotúelquehavenidoadespertarmeenlomejorde

misueño?-Elseñorconvendráquemideber…-Tudebereraesperaraqueyollamase.-ElseñorsecreesindudaenPerpignan,ensucasadelaplazadelaLoge.-Yomecreodondeestoy-replicóelseñorDardentor-;ysihubieratenidonecesidadde

ti,tehubieramandadoabuscar,especiededespertadormalmontado…ElrostrodePatriciosecontrajoligeramente,yrespondiócongravedad:-Prefiero no oír al señor cuando el señor expresa su pensamiento en tales términos.

Además, haré observar al señor que la gorra con que el señor se ha cubierto no meparecedelomáspropioparaunviajerodeprimera.

Enefecto,lagorraqueechadaatrásllevabaDardentorerapocoelegante.-¿Demodoquenotegustamigorra?-Nomásquelablusaqueelseñorsehapuesto,bajopretextodeserprecisotenerel

airemarinocuando,senavega.-¡Verdaderamente!-Si el señor me hubiera recibido, hubiera impedido al señor que se vistiera de ese

modo.-¿Lohubierasimpedido,Patricio?-Tengolacostumbredenoocultarmiopiniónalseñor,auncuandoestolecontraríe,y

esloquehagoenPerpignanencasadelseñor,yesnaturalquelohagaabordodeestepaquebote.

-¿Cuándoconcluiráusted,señorPatricio?-Aunqueestafórmulaseadeunaperfectacortesía,deboconfesarquenohedichotodo

lo que tengo que decir, y lo primero es que el señor debió ayer, durante la comida,observarsemásquelohizo.

-¿Observarme…sobrelacomida?-Y sobre las libaciones, que fueron más allá de lo justo. En fin, según lo que me ha

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referidoeljefedelcomedor,unhombremuycorrecto…-¿Yquélehacontadoaustedesehombretancorrecto?-preguntóClovisDardentor,que

yanotuteabaasucriado,indiciodequesumalhumorllegabaaloúltimo.-Queelseñorhabíahablado…,hablado,ydecosasquevalemáscallar,enmiopinión,

cuandonoseconocea laspersonasdelantede lasquesehabla.Estoesnosolamentecuestióndeprudencia,sinodedignidad…

-¡SeñorPatricio!…-¿Mellamaelseñor?…-¿Ha ido usted donde le he enviado esta mañana cuando llamó a la puerta de mi

camarotedemaneratanintempestiva?-Norecuerdo.embarcar en este abominable columpio ¡Ah! ¡Si no se tratase del porvenir de

Agatocles!-Claro es, Desirandelle, y eso merece esta ligera molestia. ¡Ah! Mi viejo amigo, me

pareceveralláabajoaquellaencantadorajoven,conlalámparaenlamano,comoHeroesperandoaLeandro,aAgatoclesquierodecir,enlariberaargelina.Yaunresultamalala comparación, porque, según dice la leyenda, el desdichado Leandro se ahogó en elcamino.¿Almorzaráustedhoyconnosotros?

-¡Oh,Dardentor!Enelestadoenquemeencuentro…-¡Eslástima,mucha!Lacomidadeayerhasidomuyalegre,yelmenudeprimera.¡Los

manjareserandignosdeloscomensales!¡EldoctorBrunoesunaexcelentepersona!…Yesosdosjóvenes,¡quésimpáticoscompañerosdeviaje!¡Ydequémanerasehaportadoese asombroso Agatocles! ¡Si no ha abierto la boca para hablar, por lo menos la haabiertoparacomer!…¡Sehallenadohastalabarba!

-¡Hahechobien!-Ciertamente.¡Ah!¿NoveremosestamañanaalaseñoradeDesirandelle?-Nolocreo…;niestamañana…nimástarde…-¿Cómo?¿NienPalma?-Laesimposiblelevantarse.-¡Querida señora! ¡Cómo la compadezco! ¡Y cómo la admiro! ¡Todo lo sufre por

Agatocles!¡Tieneverdaderamenteentrañasdemadre…yuncorazón!Peronohablemosahoradesucorazón…¿Subeustedalatoldilla?

-No.Nopodría, señorDardentor. ¡Prefiero permanecer en el salón! ¡Esmás seguro!¡Ah! ¡Cuándo se construirán barcos que no dancen, y por qué obstinarse en hacernavegarentalesmáquinas!

-Escierto,señorDesirandelle,queentierralosbarcosseburlaríandelbalanceo.Peroaunnoestamosenesaépoca.¡Yallegaremos,yallegaremos!

Enesperadelarealizacióndeesteprogreso,elseñorDesirandelletuvoqueresignarseatendersesobreunodeloscanapésdelsalón,quenodebíaabandonarhastalallegadaalasBaleares.

Clovis Dardentor le estrechó la mano, y subió por la escalera de la toldilla con elaplomo de un viejo lobo de mar, la gorra echada atrás, el rostro alegre, y la blusadesplegadaalvientocomounpabellón.

Losdosprimossereunieronaél.Cambiáronsesaludosdesimpatíaypreguntassobrelasaludrecíproca.¿HabíaClovisDardentordormidobiendespuésdelashoraspasadasalamesa?Perfectamente;consueñonointerrumpidoyreparador:¡loquesellamatapiarlosdosojos!

¡Oh!.¡SiPatriciohubieraoídotalespalabrasenbocadesuamo!Yaquellosseñores,¿habíandescansado-Comounpardeleños-respondióJuanTaconnat,quedeseabamantenersealdiapasón

deClovis.PorfortunaPatricionoestabaallí.Conversabaeneleganteformaconsunuevoamigo,

el jefe del comedor. Verdaderamente, no hubiera formado buena idea de aquel jovenparisiensequeseexpresabaentanvulgarestérminos.

Siguió la conversación en familiar abandono. El señor Clovis Dardentor se felicitabapor haber entablado relaciones con los dos jóvenes. Y para éstos, ¡qué fortuna haberconocidoauncompañerodeviajetansimpáticocomoClovisDardentor!¿SevolveríanaverenOrán¿Aquellosseñorespensabanprolongarsuestanciaenaquelpunto?

-Sinduda-respondióMarcelLornans-puesnuestraintenciónesincorporarnos…-¿Incorporarsealteatro?-No,señorDardentor,al7°°decazadoresdeÁfrica.-Hermoso regimiento, señores, y ustedes sabrán abrirse camino. De forma, ¿que es

cosaresuelta?

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-Amenos-continuóJuan-quesobrevenganciertascircunstancias.-Señores-respondióClovisDardentor.-Tengolaseguridaddequehonraránustedesla

carreraaquesedediquen,cualquieraqueestasea.¡Ah,sihubierallegadoestafraseaoídosdePatricio!Peroéste,encompañíadel jefe

del comedor,habíabajadoa la cocina,dondehumeabael café con lecheen las vastastazasdeabordo.

Enfin,lociertoeraquelosseñoresClovisDardentor,JuanTaconnatyMarcelLornanshabíantenidoungranplaceralencontrarse,yesperabanqueeldesembarcoenOránnosería causadeunabrusca separación, como frecuentemente sucedeentrecompañerosdeviaje.

-Y- dijo Clovis Dardentor- si no tienen ustedes inconveniente, nos alojaremos en elmismohotel.

-Ninguno- se apresuró a responder Juan Taconnat,- y eso presenta ventajasindiscutibles.

-Puesquedaconvenido.Nuevocambiodeapretonesdemanos,en losque JuanTaconnatencontrabaalgode

paternalyfilial.-Si por feliz casualidad- pensaba- se declarase un incendio en el hotel, ¡qué ocasión

parasalvardelasllamasaesteexcelentehombre!AlasoncefueronseñaladosloscontornoslejanosdelArchipiélagodelasBalearesenel

SE. Antes de las tres, el paquebote estaría a la vista de Mallorca. Sobre aquella marfavorablenosufriríaretrasoalguno,yllegaríaaPalmaconlaexactituddeunexpreso.

Lospasajerosquehabíanasistidoalacomidadelavísperabajaronalcomedor.LaprimerapersonaaquienvieronfuealseñorEustacheOriental,siempresentadoa

unextremodelamesa.¿Quién era aquel personaje tan obstinado, tan poco sociable, aquel cronómetro de

carneyhueso,cuyasagujasnoseñalabanmáshoraqueladelacomida?-¿Esquehapasadolanocheenestesitio?-preguntóMarcelLornans.-Probablemente-respondióJuanTaconnat.-Selehabráolvidadodestornillarsutuerca-añadióClovisDardentor.El capitán Bugarach, que esperaba a sus pasajeros, les saludó afectuosamente,

formulando la esperanza de que el almuerzo merecería todos sus elogios. Después eldoctorBrunosaludóatodos.Teníaunhambredelobo,delobomarino,seentiende,tresveces al día. Se informó particularmente de la extravagante salud del señor ClovisDardentor.

ClovisDardentorgozabademejorsaludquenunca,cosaquelamentabaporeldoctor,delquesindudanoutilizaríalosprimerospreciososservicios.

-Nada se puede asegurar en ese punto, señorDardentor-respondió el doctorBruno.-Muchoshombrestansólidoscomousted,despuésderesistirunatravesía,hancaídoalavistadelpuerto.

-Vamos, doctor. Eso es lo mismo que si aconsejara usted a un marsuino que tuvieracuidadoconelmareo.

-He visto marsuinos que le padecían- respondió el doctor- cuando se les sacaba delaguaalapuntadeunarpón.

Agatoclesocupósusitiodelavíspera.Tresocuatropasajerosnuevossesentaronalamesa.¿Hizo talvezungestodedesagradoelcapitánBugarach?Aquellosestómagosadietadesdeeldíaanteriordebíandetenerunhambrehorrible.¡Québrechaenelmenu,delalmuerzo!

-¿Dóndeva?¿Dedóndeviene?¿Cuálessuprofesión?-Creoquenolosabenadie.Patricioseacercabaparaofrecersusserviciossierannecesarios.Comooyeralaserie

depreguntashechasporsuamo,creyópoderpermitirsedecir:-Sielseñormeautorizaparaello,yopuedodarlealgunasnoticias.-¿Leconoces?-No;perohesabidoporeljefedelcomedorloqueéstehasabidoporelrecaderodel

hotelenCette.-Dientrespalabrasloquesepas.-PresidentedelaSociedadAstronómicadeMontelimar-respondióPatriciosecamente.ElseñorEustacheOrientalera,pues,unastrónomo.Estoexplicabaelanteojodelarga

vistaquellevabaenbanderola,ydelqueseservíaparainterrogarlosdiversospuntosdevistadelhorizonteocuandosedecidíaaaparecersobrecubierta.Parecíapocodispuestoaintimarconnadie.

-¡Suastronomíaleabsorbe!-secontentóconresponderClovisDardentor.

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A la una, Mallorca mostró las variadas ondulaciones de su litoral y las pintorescasalturasqueladominan.

ElArgelés modificó su dirección a fin de rodear la isla, y con el abrigo de la tierraencontrólamarmásencalma,loquehizoquegrannúmerodepasajerosabandonaransuscamarotes.

-El paquebote dobló en seguida el peligroso arrecife de la Dragonera, sobre que seyergue un faro, y entró en el estrecho paso de Friou, entre rocas abruptas. Después,dejandoababorelcaboCalanguera,elArgelésevolucionóa laentradade labahíadePalma,yfueaamarraralmuelle,dondeseagolpabaunamultituddecuriosos.

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VI

ENELQUELOSMÚLTIPLESINCIDENTESDEESTAHISTORIACONTINÚANENLACIUDADDEPALMA.

Sihayunsitioquesepuedaconocerafondosinhaberlevisitadojamás,eselmagníficoarchipiélagodelasBaleares.Seguramentemereceatraeralosturistas,quenosentiránhaberpasadodeuna islaa laotra,aunque lasazulesolasdelMediterráneoestuvieranblancasde furor.DespuésdeMallorca,Menorca;despuésdeMenorca,elsalvaje islotede Cabrera, el islote de las Cabras. Y después de las Baleares, que forman el grupoprincipal,Ibiza,Formentera,Conigliera,consusespesosbosquesdepinos.¡Sí! Si lo que se ha hecho para este oasis del Mediterráneo se hubiera hecho concualquieraotropaísdelosdoscontinentes,seríainútilqueunoabandonarasucasaysepusiera en viaje para ir a admirar con los propios ojos las maravillas naturalesrecomendadasa losviajeros.Bastaríaencerrarseenunabiblioteca,acondicióndequeesta biblioteca poseyera la obra de Su Alteza el Archiduque Luis Salvador de AustriasobrelasBaleares,yleeruntextotancompletoytanpreciso,mirandolosgrabadosencolores, las vistas, los dibujos, los croquis, los planos, los mapas, que hacen de estapublicaciónunaobrasinrival.Es, en efecto, un trabajo incomparable por la belleza de la ejecución, por su valorgeográfico,étnico,estadístico,artístico…Pordesgraciaesaobramaestradelibreríanoestáenelcomercio.Así esqueClovisDardentorno la conocía, niMarcelLornans, ni JuanTaconnat.Sinembargo, puesto que, gracias a la escala del Argelés, habían desembarcado en laprincipalisladelarchipiélago,porlomenosibanapresentarseensucapital,penetrandoen el corazón de aquella ciudad encantador, y fijar sus recuerdos en sus notas. Yprobablementedespuésde saludarenel fondodelpuertoel yateNixe delArchiduqueLuisSalvador,sentiríaneldeseodefijarsuresidenciaenlaadmirableisla.AsíqueelpaqueboteamarróenelpuertoartificialdePalma,grannúmerodepasajerosdesembarcó.Losunos,aúnconmovidosporlaagitacióndeaquellatravesía,tantranquilanoobstante-principalmentelasseñoras-,noveíanallímásquelasatisfaccióndesentirbajo sus pies la tierra firme durante algunas horas. Los otros contaban aprovechar laescalavisitandolacapitaldelaislaysusalrededores,sieltiempolopermitía,desdelasdoshastalasochodelanoche,pues,elArgelésdebíahacersealamaralcaerlanoche,yparacomodidaddelosexcursionistaslacomidasehabíaretrasadohastadespuésdelamarcha.Entre los últimos no extrañará que se contasen el señor Clovis Dardentor, MarcelLornansyJuanTaconnat.DesembarcaronigualmenteelseñorEustacheOrientalconsuanteojo,losseñoresDesirandelle,padreehijo,dejandoalaseñoradeDesirandelleensucamarote,dondedormíaunsueñoreparador.-¡Buena idea, mi excelente amigo! dijo Clovis Dardentor al señor Desirandelle.-¡Algunas horas en Palma sentarán bien a su máquina, algo estropeada! ¡Qué ocasiónpara desentumecernos, vagando por la ciudadpedibus cumjambis!… ¿Es usted de losnuestros?- Gracias, Dardentor- respondió el señor Desirandelle, cuyo semblante comenzaba arecobrarelcolor.-Meseríaimposibleseguiraustedes,yprefieroinstalarmeenuncafé,dondelesesperaré.Yestofueloquehizo,mientrasAgatoclesibaagandulearporlaizquierdayelseñorOrientalporladerecha.Noparecíaqueniunoniotroestuvieronposeídosdelamaníadelturismo.Patricio,quehabíaabandonadoelpaquebotesiguiendoasuamo,seacercóapedirleórdenesconvozgrave:-¿Acompañoalseñor?-Por de contado. ¡Es posible que encuentre algún objeto demi gusto, unbibelot delpaís,ynotengolaintencióndellevarleacuestas!Efectivamente;nohayturistaque,vagandoporlascallesdePalma,noencuentrealgún

bibelotdeorigenmallorquín,unodeesoscacharrosquesostienenlacomparaciónconlaporcelanadeChina,unadeesasmayólicas, llamadasasíporelnombrede la islamuyafamadaporestafabricación.-Siustedlopermite-dijoJuanTaconnat-pasearemosjuntos.-¡Cómo, señorTaconnat! Precisamente iba yo a suplicar a ustedesque aceptasenmi

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compañíaduranteestebrevetiempo.Patricioencontró la respuesta conveniente, y la aprobóconun ligeromovimientodecabeza.Nodudabaquesuamoganaríamuchoconeltratodelosdosparisienses,que,ensuopinión,debíandeperteneceralamásdistinguidasociedad.MientrasClovisDardentory JuanTaconnatcambiabanaquellaspalabrasdecortesía,MarcelLornanssonreía,adivinandoelobjetoqueteníanporpartedesuamigo.-Puesbien…¡sí!- ledecíaésteaparte.-¿Porquénohadepresentarse laocasiónquedeseo?-¡Sí…Sí!¡Laocasión,Juan!…LafamosaocasiónexigidaporelCódigo…,elcombate…,elfuego…,lasolas…-¿Quiénsabe?NohabíaquetemerqueduranteelpaseoporlascallesdelaciudadelseñorDardentorfuese arrastrado por las olas, ni envuelto por las llamas, ni atacado por nadie; pordesgraciaparaJuanTaconnat,nohabíanianimalesferoces,nimalhechoresdeningunaespecieenlasafortunadasislasBaleares.Y como no había tiempo que perder, preciso era aprovechar las horas de escala delpaquebote.AlentrarelArgelésen labahíadePalma, lospasajerospudieronnotar tresedificiosquedominanpintorescamentelascasasdelpuerto.Eranlacatedral,unpalacioqueestáal lado,yalaizquierda,cercadelmuelle,unaconstruccióndesoberbioaspecto,cuyastorrecillas se reflejan en el agua. Destacábanse sobre elmuro los campanarios de lasiglesiasygrandesaspasdemolinosmovidasporlabrisa.Lomejorcuandonoseconoceunpaísesconsultar laGuíadelosviajeros,ysinosetieneestelibrito,tomarunguía.Estoúltimo fue loquehicieronelseñorDardentorysuscompañeros.Erael talguíamozo de unos treinta años, de elevada estatura y rostro dulce. Una especie de capaobscurasujetaalaespalda,unpantalónbombachoyunsencillopañuelorojoalacabezaconstituíansutraje.PoralgunosdurosseconvinoentreDardentoryelmallorquínenquerecorreríanapielaciudad,yvisitaríanlosprincipalesedificios,completandolaexploraciónconunpaseoenCarruajeporlosalrededores.Lo que sedujo principalmente aDardentor fue que el guía hablaba el francés de unmodo inteligible, con el acento propio del Mediodía de Francia, que distingue a losnaturales de los alrededores de Montpellier. Y como se sabe, entre Montpellier yPerpignanladistancianoesgrande.Tenemos,pues,anuestrostresturistasencamino,escuchandolasindicacionesdeunguía-cicerone,queempleabafrasestanpomposascomodescriptivas.El archipiélago de las Baleares vale que se conozca su historia, tanmagistralmentecontadaporlavozdesusmonumentosydesusleyendas.Loqueseveahora,noindicanadadeloquefueenotraépoca.MuyflorecientehastaelsigloXVI,sinodesdeelpuntodevistaindustrial,alomenosdesdeelpuntodevistacomercial,suadmirablesituación, la facilidadde lascomunicacionesmarítimasconlostresgrandespaísesdeEuropa,Francia,ItaliayEspaña,ysuvecindadallitoralafricano,levalieronserunpuntodeescalaparatodalamarinamercante.BajoladominacióndelreyJaimeIelConquistador,detanveneradamemoria,llegóasuapogeo,mercedalgeniodesusaudacesarmadores,quecontabanentreelloslosmásdistinguidosmiembrosdelanoblezamallorquina.Hoy el comercio está reducido a la exportación de los productos del suelo: aceite,almendras,alcaparrones,limones,legumbres.Suindustriaselimitaalacríadepuercos,quesonexpedidosaBarcelona.Lacosechadelasnaranjas,menosabundantedeloquesecree,no justificaelnombrede«JardíndelasHespérides»queaúnseatribuyea lasislasBaleares.Peroloqueestearchipiélagonohaperdido, loquenopuedeperderMallorca, la islamásextensadelgrupo,deunasuperficiedetresmilcuatrocientoskilómetroscuadradosparaunapoblaciónquepasa dedoscientosmil habitantes, es su clima encantador, deinfinita dulzura; su atmósfera limpia, sana, vivificante; sus maravillas naturales; elesplendor de sus paisajes; el luminoso color de su cielo, que justifican otro de susnombresmitológicos:eldela«Isladelbuengenio»Rodeandoelpuertoparadirigirsealmonumentoqueatrajodesdeluegolaatencióndelosviajeros,elguíacumplióaconcienciasuoficiodecicerone,unverdaderofonógrafoderotacióncontinua,querepetíaporcentésimavez lasfrasesdesurepertorio.RefirióquelafundacióndePalma,unsigloantesdelaeracristiana,databadelaépocaenquelos romanos ocupaban la isla, después de habérsela disputado por largo tiempo a los

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habitantes,yacélebresporsuhabilidadenmanejarlahonda.ClovisDardentor admitióque el nombredeBaleares fuesedebido a ese ejercicio enquetantafamaadquirióDavid,yhastaqueelpandecadadíanosedabaalosniñossinodespuésdehaberhechoblancoconsuhonda.Perocuandoelguíaafirmóquelasbalaslanzadasporaquelprimitivoaparatodeproyecciónsefundíanalatravesarelairetantaerasuvelocidad-,dirigióunamiradasignificativaalosdosjóvenes.-¡Ah!…¿Esqueesteinsularseburladenosotros?-murmuró.-¡Oh!¡EnelMediodía!…–añadióMarcelLornans.Sin embargo, aceptaron como auténtico este pasaje de historia: que el cartaginésAmílcarhizoescalaenlaisladeMallorca,durantesutravesíadeÁfricaaCataluña,yqueallívinoalmundosuhijo,conocidogeneralmenteconelnombredeAníbal.En cuanto a dar por cierto que la familia Bonaparte fue originaria de la isla deMallorca, y que en ella residía desde el siglo XV, Clovis Dardentor lo rehusóobstinadamente.¡Córcega,sí!…LasBaleares,jamás!Palma fue el teatrodenumerosos combates; primero, cuando sedefendía contra lossoldados del rey D. Jaime; después, cuando los campesinos propietarios se levantaroncontralanobleza,quelesabrumabaconimpuestos,y,enfin,cuandotuvoqueresistiralos corsarios berberiscos. Pero aquellos tiempos habían pasado. La ciudad gozaba alpresentedeunacalmaquedebíadequitaraJuanTaconnattodaesperanzadeintervenirenunaagresióndirigidacontrasufuturopadreadoptante.Elguía,remontándoseaprincipiosdelsigloXV,refirióqueeltorrentedelaReina,enuna crecida extraordinaria, había causado lamuerte demil seiscientas treinta y ochopersonas.DeaquíestapreguntadeJuanTaconnat.-¿Dóndeestáesetorrente?-Atraviesalaciudad.-¿Leencontraremos?-Sinduda.-Y…,¿tienemuchaagua?-Nomásqueparaahogarunratón.-¡Esonomesirve!-dijoelpobrejovenaloídodesuprimo.Mientrashablaban,lostresturistastomabanunaideadelaciudadbajasiguiendolosmuelles,omásbienlasterrazasquesoportanlamurallaalolargodelamar.Algunascasaspresentabanlasfantásticasdisposicionesdelaarquitecturamorisca,loquedependedequelosárabeshanhabitadolaisladuranteunperíododecuatrocientosaños. Las entreabiertas puertas dejaban ver corredores centrales, patios rodeados deligerascolumnas,elpozotradicionalconsuelegantearmaduradehierro,laescaleradecaprichoso giro, el peristilo adornado de plantas trepadoras en plena floración, lasventanasconbastidoresdepiedradeunaesbeltezincomparable,algunasconmiradoresalaespañola.ClovisDardentorysuscompañerosllegaronanteunedificioflanqueadoportrestorresoctogonales, que aportaba la nota gótica en medio de los primeros ensayos delRenacimiento.-¿Quéconstrucciónesésta?-preguntóelseñorDardentor.SegúnPatricio,pudoemplearunapalabramásfina.Era «la Fonda», la antigua Bolsa; un magnífico monumento de soberbias ventanasalmenadas, cuya cornisa artísticamente cortada y finas molduras hacían honor a losadornistasdeaqueltiempo.-Entremos-dijoMarcelLornans,alqueleinteresabanlascuriosidadesarqueológicas.Entraronfranqueandounaarcadaqueunsólidopilarpartíapormedio.Enel interiorhabíaunespaciososalón,capazparacontenermilpersonas, labóvedadelcualestabasostenidaporcolumnasenespiral.Nofaltabaallímásqueelmovimientodelcomercio,eltumultodelosmercaderesquellenabanaquelsitioenépocasmásprósperas.Esto es lo que hizo observar Clovis Dardentor. Hubiera querido transportar aqueledificioasuciudadnatal,yélsólolehubieravueltosuanimacióndeotraépoca.NohayquedecirquePatricioadmirabaaquellashermosascosascon la flemadeunviajeroinglés,produciendoenelguíalaimpresióndeungentlemandiscretoyreservado.A Juan Taconnat, la charla del cicerone no producía más que mediano interés, noporque el joven fuera insensible a los encantos del gran arte de la arquitectura, sinoporqueestababajo laobsesióndeuna ideafija,yse lamentabade«notenernadaquehacerenaqueledificio».Después de una breve visita, el guía les encaminó por la calle de la Reina. Habíabastante gente. Los hombres tenían hermoso tipo, aspecto elegante. Vestían pantalónbombacho y chaqueta de piel de cabra sujeta a la cintura. Las mujeres eran muy

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hermosas, de subido color, ojos negros y profundos y rostro expansivo. Su traje secomponía de falda de vivos colores, talle corto, corsé escotado. Llevaban los brazosdesnudos; algunas jóvenes iban graciosamente cubiertas con el «rebocillo», el que, apesardeloquetienedemonacal,norobanadaalencantodelrostronialavivacidaddelamirada.Nohabíatiempoparaentretenerseencambiarcumplimientosysaludos,pormásqueseamuydulceyagradablehablarconlasjóvenesmallorquinas.Apresurandoelpaso,losturistaspasaronporlamuralladelPalacioReal,vecinaalacatedral,yque,vistadesdeciertaparte,desdelabahía,porejemplo,parececonfundirseconella.Esunvastoedificiocontorrescuadradas,precedidodeunpórtico,quetieneunángulode laépocagoda,pormásqueensuhíbridaconstrucciónmuestre lamezcladelestiloromanoydelmorisco.Aalgunoscentenaresdepasos,elgrupodelosexcursionistasllegóaunagranplazadeirregular dibujo, y en la que desembocan varias calles que conducen al interior de laciudad.-¿Quéplazaesésta?-preguntóMarcelLornans.-LaplazadeIsabelII-respondióelguía.-¿Yesaanchacallequetienecasasdetanhermosaapariencia?-ElpaseodelBorne.Era una calle de pintoresco aspecto, con casas de fachadas diversas, con ventanasllenasdeverde,espaciososbalconesymiradoresdevidrioscoloreados,colocadosjuntoalas murallas, y algunos árboles diseminados por todas partes. El paseo del BorneconducealaplazaoblongadelaConstitución,enlaquesealzaeledificiodelaHaciendapública.-¿SubimosporelpaseodelBorne?-preguntóClovisDardentor.-Bajaremosporélalavuelta-respondióelguía.-Espreferibleiralacatedral,queestácerca.-¡Vayapor lacatedral!-respondióDardentor-,ynomedisgustaríasubiraunadesustorres,afindeverdesdeallíelconjuntodelaciudad.-Mejorsería-dijoelguía-iravisitarelcastillodeBellver,fueradelaciudad,desdeelcualsedominanlosalrededores.-¿Tendremostiempo?-observóMarcelLornans.-ElArgeléspartealasocho.Juan Taconnat acababa de vislumbrar una esperanza. ¿Acaso una excursión por elcampoofreceríalaocasiónquebuscabaenvanoenlascallesdelaciudad?-Tendrán ustedes tiempo, señores- respondió el guía.- El castillo de Bellver no estálejos,yningúnviajeroseperdonaríaabandonaraPalmasinverle.-¿Ydequémodoiremos?-TomandouncocheenlapuertadeJesús.-Puesbien;a lacatedral-dijoMarcelLornans.-Volvióelguíaamanoderecha,entróporunaestrechacalle,lacalledelaSeo,sedirigióhacialaplazadelmismonombre,enlaqueseelevalacatedral,dominandoconsufachadaoccidentallamurallaporencimadelacalledelMirador.ElguíacondujoprimeroalosturistasantelaportadadelaMar.Estaportadaesdelaadmirableépocadelaarquitecturaojival,enlaqueladisposiciónresplandecientedelasventanasydelosfloronesdejapresentirlapróximafantasíadelRenacimiento.Algunasestatuas pueblan sus urnas laterales, y su tímpano reproduce, entre las guirnaldas depiedra,escenasbíblicasfinamentedibujadas,deinocenteysencillacomposición.Cuandoseencuentraunoantelapuertadeunedificio,loprimeroqueseocurreesquesepenetraeneledificioporaquellapuerta.ClovisDardentorsedisponía,pues,aempujarla,cuandoelguíaledetuvo.-Esapuertaestátapiada.-¿Yporquérazón?-Porqueelvientodelamarentrabacontalviolencia,quelosfielespodíancreerseyaenelvalledeJosafat,bajolosgolpesdelatempestaddeljuiciofinal.Frasequeelguíarepetíainvariablementeatodoslosextranjeros,delaqueestabamuyorgulloso,yqueagradóaPatricio.Rodeando elmonumento, terminado en 1601, se puede admirar el exterior, sus dosflechasmuyadornadasysusmúltiplespináculos.Estacatedral,ensuma,rivalizaconlasmásrenombradasdelaPenínsulaibérica.Entraron por la puerta mayor, colocada en la fachada principal. Como todas las deEspaña,estaiglesiaesmuysombría.Niunasillaenlanavenienloslados.Aquíyalláalgunos bancos de madera. Nada más que las frías losas sobre las que los fieles searrodillan,loquedauncarácterparticularalasceremoniasreligiosas.

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ClovisDardentory losdos jóvenessubieron lanaveentre sudoblehileradepilares,cuyasaristasprismáticasvanaunirsealacaídadelabóveda.Asíllegaronhastaelextremo.Detuviéronseantelacapillarealparaadmirarunretablomagnífico;penetraronenelcoro,colocadoenmitaddeledificio.Leshubierefaltadoeltiempoprecisoparaexaminardetalladamenteelricotesorodelacatedral,susmaravillasartísticas,sussagradasreliquias,veneradascongranfeenMallorca,particularmenteelesqueletodel reyD. JaimedeAragón, encerradodesde tres siglos enun sarcófagodemármolnegro.Talvezduranteaquellacortavisitanotuvierontiempoderezarunaoración.Entodocasoesseguroque,derezarJuanTaconnatporClovisDardentor,nohubierasidosinoacondicióndesalvarleenestemundo,esperandootro.-¿Dóndevamosahora?-preguntóMarcelLornans.-AlAyuntamiento-respondióelguía.-¿Porquécalle?-PorlacalledelPalacio.Desanduvoelgrupoloandadosubiendoporlacalledicha,deunostrescientosmetrosdelongitud,oseamilseiscientospalmos,paracontaralamallorquina.Lacallellevaaunaplazamenosespaciosaque lade Isabel II,ydenomenos irregulardibujo.NótesequeenlasBalearesnoseencuentranciudadestiradasacordelcomoenAmérica.¿Valía la pena visitar el Ayuntamiento, o, por otro nombre, la Casa Consistorial?Seguramente, y ningún extranjero se va de Palma sin admirar este monumento desoberbia fachada, con dos puertas abiertas entre dos ventanas, que dan acceso (laspuertas)alinterior,dondeestálatribuna.Elprimerpisoconstadesieteventanas;caensobreunbalcónqueocupatodoellargodeledificio;elsegundopisoestáprotegidoporuntejadodechalety,susflorones,quesoportancariátidesdepiedra.Enunapalabra,laCasaConsistorialesconsideradacomounaobramaestradelRenacimientoitaliano.Allíestáel salónadornadodepinturasquerepresentan lasnotabilidades locales, sinhablardeunnotableSanSebastiándeVanDyck;allílosmacerosderostrosecoylargahopalanda se pasean con aire grave y paso mesurado. Allí se toman las decisionesproclamadasenlaciudadporlossoberbiostamborilerosdelAyuntamiento,vestidoscontrajes tradicionales, bordados de pasamanerías rojas, pues el oro está reservado a sujefe,eltamborileromayor.Clovis Dardentor hubiera sacrificado algunos duros por poder admirar en todo suesplendoraestepersonaje,delquehablabaelguíaconvanidadrealmentepropiadelasBaleares;perodichopersonajenoestabavisible.Ya había transcurrido una hora de las seis que la escala había de durar, y eraconveniente apresurarse si se quería visitar el castillo de Bellver. Así, pues, por unlaberintodecallesycallejas,dondeelmismoDédalohubieraperdidoelhilodeAriadna,elguíasubiódelaplazadeCortaladelMercado,ycientocincuentametrosmásallálosturistasdesembocaronenlaplazadelTeatro.Clovis Dardentor pudo hacer entonces algunas compras, entre ellas una pareja demayólicasabuenprecio.Patriciorecibió laordendeconduciraquellosobjetosabordodelpaquebote,cuidandodeponerlosenbuenlugar,enelcamarotedesuamo,yvolvióabajarhaciaelpuerto.Másalládel teatro, losviajerostomaronporunaanchacalle,elpaseode laRambla,cuyalongitudesdetresmilmetros,yquevaaunirseconlaplazadeJesús.Elpaseoestábordeadode iglesias y de conventos, entre otros el de los religiososde laMagdalena,frentealcuarteldeInfantería.En el fondo de la plaza de Jesús está la puerta del mismo nombre, abierta en lamuralla,sobrelacualsetiendenloshilostelegráficos.Portodaspartesvensecasascoloreadasporlosvanosdelosbalconesoporlasverdespersianasdelasventanas.Alaizquierda,algunosárbolesalegranaquellucidorincóndeplazallenadelsoldelMediodía.Altravésde lagranpuertaaparecía laverdeplanicie,atravesadaporuncaminoquebajahaciaelTerrenoyconducealcastillodeBellver.

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VII

ENELQUECLOVISDARDENTORVUELVEDELCASTILLODEBELLVERMÁSDEPRISADELOQUEHAIDO.

Eranlascuatroymedia.Quedaba,pues,tiempobastanteparaprolongarlaexcursiónhastaaquelcastillo,cuyabuenasituaciónhabíaalabadoelguía,paravisitarsuinterior,parasubirasualtatorre,ytomarunavistadellitoralquerodealabahíadePalma.

En menos de cuarenta minutos, un carruaje con buenos caballos puede hacer eltrayecto. Esto no esmás que cuestión de duros, y será fácil resolverla a gusto de losexcursionistas, a los que el capitán Bugarach no esperará si se retrasan. ClovisDardentorsabealgodeesto.

Precisamente, en la puerta de Jesús había una media docena de galeras que nodeseabanmás que lanzarse al camino al galope de susmulas. Tal es la costumbre deestoscarruajesdeconstrucciónligera,queruedanbienyqueenterrenollanocomoenpendientes,noconocenmásmarchaqueelgalope.

Llamóelguíaaunodeloscocheros,cuyagaleraagradóaDardentor.ConfrecuenciaélibaencocheporlascallesdePerpignan,yatenerquedesempeñareloficiodecochero,no necesitaría de aprendizaje. Pero no era aquella ocasión para lucir sus talentos desportman,ydejóalcocheroelcuidadodeconducirles.

Eltrayecto,pues,seefectuaríasinpeligro,yJuanTaconnatveríahuirsusesperanzasde«adopcióntraumática»,comodecíaMarcelLornans.

-¿Demodoqueestagaleralesbasta?-preguntóelguía.-Sí-respondióMarcelLornans-,ysielseñorDardentorquieresubir…-Almomento,amigosmíos…Ustedprimero,señorMarcel.-No,usted…-Deningúnmodo…Deseandoponerfinaaquelcambiodecumplimientos,MarcelLornanssedecidió.-¿Y usted, señor Taconnat?- dijo Dardentor.- ¿Pero qué tiene usted? ¿Qué aire de

preocupación?¿Dóndeestásubuenhumorhabitual?-¡Yo,señorDardentor!…Notengonada;seloaseguro…-¿Creeustedquepuedeocurrirnosalgúnaccidenteenestecoche?-¡Unaccidente,señorDardentor!-respondióJuanTaconnatencogiéndosedehombros.-

¿Porquéhadeocurrir-nos?¡Yonocreoenaccidentes!-Niyotampoco,ylesaseguroaustedesquenuestragaleranonaufragaráenelcamino.-Además-añadióJuanTaconnat,-sinaufragaseconvendríaquelohicieseenunrío,en

unlago,enunestanque…enunacubeta.Onoentraríaencuenta.-¿Cómo?-exclamóDardentorllenodeasombro.-Quierodecir-añadióelotro-queeltextodelCódigoestábienclaro.Espreciso…En

fin,yomeentiendo.Marcel Lornans reía al oír las confusas explicaciones de su primo, que buscaba una

paternidadadoptiva.-¡No entraría en cuenta! ¡No entraría en cuenta!- repitió Clovis Dardentor.

Verdaderamente,noheoídonuncacosasemejante.Vamos…Andando…JuanTaconnattomóasientojuntoasuprimo.ElseñorDardentorsesentódelante,al

ladodelcochero,yelguía,invitadoairconellos,secolocóenelestribo.FranqueadalapuertadeJesús,losturistasdistinguieronelcastillodeBellversobresu

verdecolina.No, era campo raso lo que la galera tenía que atravesar; debía seguir primero el

Terreno,especiedearrabaldelacapitaldelasBaleares,queconrazónestáconsideradocomoestaciónbalnearia en las cercaníasdePalma, y cuyasquintas elegantes y lindasalquerías se extienden bajo la fresca sombra de los árboles, más particularmente deviejashigueras.

Este conjunto de casas blancas se halla colocado sobre una eminencia, cuya baserocosa está bordeada por las espumas de la resaca. Después de dejar atrás aquelgraciosoTerreno,ClovisDardentory losdosparisiensespudieron,al volverse,abrazarcon lamirada laciudaddePalma,subahíaazuladahastael límitede laaltamary loscaprichososdibujosdesulitoral.

Lagaleracaminóentoncesporunacalleascendente,perdidabajolaprofundidaddeunbosquedepinosdeAlepquerodealaciudadytapizalacolinacoronadaporlosmurosdelcastillodeBellver.

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Pero conforme se subía, el aspectodel sitio eramás alegre…Las casas se esparcenbajopalmeras,naranjos,granados,higuerasyolivos.

Clovis Dardentor, siempre expansivo, no economizaba sus frases de admiración, pormás que estuviere acostumbrado a paisajes semejantes en el Mediodía de Francia.Verdad que, en lo que concierne a los olivos, nunca los había visto más gibosos, másllenos de nudosidades ni más gigantescos. Después, aquellas cabañas de paja de loscampesinos,rodeadasdecamposdelegumbres,esparciéndosefueradeloschaparrosdemirtosydecitisos,llenasdeprofusióndeflores,entreotrasesas«lágrimas»denombrepoético y triste… ¡Cómo regocijan los ojos con sus tejados con aleros cubiertos deracimosderojospimientos!

Hasta entonces, el viaje se había efectuado con toda comodidad. La galera nomarchabaconayudaderemosporelpérfidoelemento.Enaquelcamponoeradetemerningunaagresióndebárbarospiratas.Habíaaquellanavegadofelizmenteporuncaminomenoscaprichosoquelamar,yeranlascincocuandollegóabuenpuerto,oseaanteelpuentedelcastillodeBellver.

Elcastillo fueconstruidoenaquelsitioparadefender labahíay laciudaddePalma.Consusfososprofundos,susespesasmurallasdepiedra,latorrequeledominaofreceelaspectomilitarcomúnalasfortalezasdelaEdadMedia.

Cuatrotorresflanqueansumurallacircular,dentrodelacualsevendospisosdeundobleestilo romanoygótico.Fuerade lamuralla seyergue la torredelHomenaje,defeudalaspecto.

Alaplataformadeéstaesdondeibanasubirlostresturistasafindetomarunavistageneraldelcampoydelaciudad,vistamáscompletaquelaquepudieranhabertomadodesdeunadelastorresdelacatedral.

Lagaleraquedóanteelpuentedepiedraechadosobreelfoso,yelcocherorecibiólaorden de aguardar a los excursionistas que, acompañados del guía, penetraron en elcastillo.

La visita no podía ser larga. En realidad, más que de escudriñar los rincones de laantiguafortaleza,tratábasedepasear,unamiradaporellejanohorizonte.

Asíesque,despuésdelanzarunaojeadaaloscuartosbajosalniveldelpatio,ClovisDardentordijo:

-Ybien;¿subimosaloalto,amigosmíos?-Cuando usted quiera- respondió Marcel Lornans-; pero no nos retrasemos. ¡Fuera

buenoqueelseñorDardentor,despuésdehaberfaltadounavezalapartidadelArgelés!…

-¿Faltaraotra?-interrumpióDardentor.-Estoseríamásimperdonable,porqueenPalmanoencontraríaunachalupadevaporquemellevaraabordodelpaquebote.¡YquéseríadeesepobreDesirandelle!

Dirigiéronse,pues,hacialatorredelHomenaje,queseelevafueradelamuralla,yquedospuentesunenalcastillo.

Latorre,redondaymaciza,deuntonocálidodepiedracocida,tieneporbaseelfondodeunfoso.EnsuparteSO.veseunapuertarojizaalaalturadeaquel.Encimaseabreuna ventana con arco de bóveda, dominada por dos estrechas troneras, y después larepisa,quesoportaelparapetodelaplataformasuperior.

Siguiendo al guía, ClovisDardentor y sus compañeros subieron por una escalera decaracollabradaenelinteriordelmuroydébilmenteiluminadaporlastroneras.

Despuésdeunapenosaascensión,llegaronalaplataforma.Adecirverdad,nopodíaacusarsealguíadehaberexagerado.Desdeaquelpunto la

vistaeramagnífica.Alpiedelcastillo, lacolinaverdeconsumantonegrodepinosdeAlepo.MásalláelencantadorbarriodeTerreno.Másabajolaazuladabahía,tachonadadepuntitosblancossemejantesapájarosdemar,yquesonlasvelasdelosbarcos.Máslejos, y en forma de anfiteatro, la ciudad, su catedral, sus palacios, sus iglesias,resplandecienteconjuntobañadoenaquellaatmósferaluminosa,queelsolhiereconsusdorados rayos al declinar hacia el horizonte. En fin, a lo largo resplandece la marinmensa,yaquíyallánavíosdesplegandosusblancasvelas,lossteamer,quebarrenelcieloconsulargacolafuliginosa.NadadeMenorcaalE.,nadadeIbizaalSO.;peroalSur el abrupto islote de Cabrera, donde tantos soldados franceses perecieronmiserablementedurantelasguerrasdelprimerImperio.

DesdelatorredelcastillodeBellver,laparteoccidentaldelaisladaunaideadeloqueesMallorca,laúnicadelarchipiélagoqueposeeverdaderassierrasplantadasdeencinasydelotos,sobrelasquesobresalenagujasporfiríticas,dioríticasocalcáreas.Lallanuraestá sembrada de tumescencias que llevan el nombre de «puys», lo mismo en lasBalearesqueenFrancia,ynoseencontraráunaquenoestécoronadaporuncastillo,

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por una iglesia o una ermita en ruinas. Añádase que por todas partes culebreantumultuosostorrentes,quealdecirdelguíapasandedoscientosenlaisla.

-¡DoscientasocasionesparaqueelseñorDardentorpudieracaeralagua!pensóJuanTaconnat-,¡peroseguramentenocaerá!

LoqueseveíademásmodernoeraelcaminodehierrodelapartecentraldeMallorca.VadesdePalmaaAlcudia,porlosdistritosdeSantaMaríaydeBinisalem,ysetratadeextenderlealtravésdelosvallesdelamontaña,queyerguesupicoamásdemilmetrosdealtura.

Siguiendo su costumbre, Clovis Dardentor se entusiasmaba al contemplar aquelmaravillosoespectáculo.MarcelLornansyJuanTaconnatparticipabandesujustificadaadmiración. Realmente era una lástima que la visita al castillo de Bellver no pudieraprolongarse,quenofueraposiblevolver,yquelaescaladelArgelésfueratanbreve.

-¡Sí!-dijoClovisDardentor.-Seríaprecisopermaneceraquísemanas,meses.-¡Ah!-respondióelguía,quesabíamuchasanécdotas-;esprecisamenteloquepasóa

uncompatriotadeustedes.-¿Cómosellamaba?-preguntóMarcelLornans.-FranciscoArago.-Arago…Arago…-exclamóClovisDardentor-;unadelasgloriasdeFrancia.Efectivamente, el ilustre astrónomo fue en 1808 a las Baleares con el objeto de

completar la medida de un arco del Meridiano entre Dunkerque y Formentera.Sospechoso a la población mallorquina, amenazado de muerte, fue encerrado en elcastillodeBellverdurantedosmeses,ynosesabeloquesuprisiónhubieraduradoanoconseguirescaparporunadelasventanasdelcastillo,yfletardespuésunbarcoquelecondujoaArgel.

-Arago-repetíaClovisDardentor.-¡Arago,elcélebrehijodeEstagel,elgloriosohijodemisPirineosOrientales!

Entretantoapremiabaeltiempo,yeraprecisoabandonarlaplataforma,desdelaquese dominaba aquel país incomparable como desde la barquilla de un aerostato. ClovisDardentornoacertabaa separarsedeallí. Iba y veníadeun ladoa otro, inclinándosesobreelparapetodelatorre.

-¡Cuidado!-legritóJuanTaconnat,sujetándoleporlachaqueta.-¿Cuidado?-Sinduda…,porpocosecaeusted…¿Aquécausarnosestesusto?Sustomuy legítimo, pues si el digno hombre hubiese dado la vuelta por encima del

parapeto,JuanTaconnatnohubierapodidomásqueasistir,sinpoderdarlesocorro,alacaídadesupadreadoptanteenlasprofundidadesdelfoso.

En suma; lo más lamentable era la falta de tiempo, que no permitía organizar lacompletaexploracióndelaadmirableMallorca.

No es bastante haber recorrido los diversos barrios de Palma, su capital; es precisovisitar las demás ciudades… ¿y cuáles más dignas de atraer a los turistas que Soller,Inca,Manacor,Valldemosa?¡YlasgrutasnaturalesdeArtáyDrach,consideradascomolas más bellas del mundo, con sus lagos legendarios, sus capillas de estalactitas, susbañosdeaguaslímpidasyfrescas,suteatro,suinfierno,denominacionesfantásticassisequiere,peroquemerecenlasmaravillasdeaquellasinmensidadessubterráneas!

¡YquediremosdeMiramar,elincomparabledominiodelarchiduqueLuisSalvador;delosbosquesmilenarios,cuyosárbolesharespetadoestepríncipesabioyartista;ydesucastillo, edificado sobre un alto quedomina el litoral; y de “hospedería”, cuyos gastospagaS.A.,abiertaatodoslosquepasan,quelesofrecelechoycomidadurantedosdíasgratuitamente,yhasta, losqueenello tienenempeño,procuran inútilmenteagradecerporunagratificaciónalasgentesdelArchiduquelaacogida!

¿Y no es digna también de ser visitada la Cartuja de Valldemosa, desierta ahora,silenciosa,abandonada,yenlaqueJorgeSandyChopinhanpasadounatemporada,loquenoshavalidobellísimasobrasdelgranartista,ydelgrannovelistalarelacióndeUninviernoenMallorcaylaextrañanovelaSpiridión?

Esto es lo que con su inagotable verbosidad decía el guía, empleando frasesestereotipadas desde mucho tiempo en su cerebro de cicerone. No hay, pues, queextrañarsequeClovisDardentormanifestaseelpesarque lecausabaabandonaraqueloasismediterráneo,prometiendovolvera lasBalearesencompañíadesusdos jóvenesamigos,porpocolugarqueellostuvieranparaello.

-Sonlasseis-advirtióJuanTaconnat.-Y no podemos dilatar nuestra partida- añadió Marcel Lornans-. Tenemos aun que

recorrerunbarriodePalmaantesdeirabordo.-Partamos,pues-respondióClovisDardentorsuspirando.

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Arrojóseunaúltimamiradaalosmúltiplespaisajesdelacostaoccidental,aaquelsolcuyodiscosebalanceabasobreelhorizonteydorabaconsusoblicuosrayoslasblancasquintasdeTerreno.

Clovis Dardentor, Marcel Lornans y Juan Taconnat descendieron por la escalera decaracol,franquearonelpuente,entraronenelpatioysalieronporlapoterna.

Lagaleraesperabaenelsitioqueladejaron.Elcocheroganduleabaalbordedelfoso.Llamadopor el guía, reunióse a los turistas conpaso tranquilo e igual; el paso de losmortales privilegiados que por nada se apresuran en ese país dichoso, en el que laexistencianoexigenuncaapresuramiento.

El señor Dardentor montó el primero en el vehículo, antes que el cochero tomaraasientoenelpescante.

PeroenelmomentoqueMarcelLornansyJuanTaconnatponíanelpieenelestribo,lagalera se conmovió bruscamente, y los dos jóvenes se vieron en la precisión deretrocederrápidamenteparaevitarelchoquedeleje.

Lanzóse el cochero a la cabeza del tronco para sujetarle. ¡Imposible! Las mulas seencabritanyderribanalhombre,queporunmilagronoesaplastadoporlasruedasdelcoche,quearrancacomounaflecha.

Gritos simultáneos del cochero y del guía. Ambos se precipitan por el camino deBellver, que la galera cruza a gran galope, con riesgo de hundirse en los precipicioslateralesodereventarsecontralosárbolesdelsombríobosque.

-¡SeñorDardentor! ¡SeñorDardentor!-exclamabaMarcelLornanscon toda la fuerzadesuspulmones-¡Sevaamatar!¡Corramos,Juan,corramos!

-Sí-respondióJuanTaconnat-;ysobretodo,siestaocasióndebedesercontada…Fuesecomofuese,enestaocasióneraprecisosujetarloscaballos;esdecir,lasmulas.

Pero,mulasocaballos,ibancontalrapidezquedejabanpocaesperanzadedetenerlos.El cochero, el guía, los dos jóvenes y algunos campesinos que se les reunieron, se

lanzarontraselcochecorriendolomásquepodían.Entretanto,ClovisDardentor,alquesusangrefríanoabandonabanunca,habíacogido

lasriendasconvigorosamano,yprocurabasujetaraltronco.Era lo mismo que querer detener un proyectil en el momento en que escapa de la

escopeta,ylomismoparalosquepasabanyloprocuraron.El camino fue descendido locamente, y atravesado el torrente en la misma forma.

ClovisDardentor, siempre en posesión de símismo, habiendo conseguidomantener lagaleraenlínearecta,pensabaqueaquelloacabaríaantelamuralla,queelvehículonofranquearíaporningunade suspuertas.Nopensóendejar las riendasyarrojarsedelcoche, por saber que en esto hay gran exposición y que vale más permanecer en elcoche,aunqueéstehayadevolcaroestrellarsecontraalgúnobstáculo.

¡Y aquellas malditas mulas sin cesar en su velocidad, con un arranque como no sehabíavistonuncaenMallorcanienningunadelasislasdelArchipiélago!

Después de pasar por Terreno, la galera siguió la muralla por su parte exterior,haciendo ziszás terribles, saltando como una cabra, pasando ante las puertas de lamurallayllegandoalapuertaPintada,enelánguloNE.delaciudad.

Preciso es admitir que las mulas conocían particularmente esta puerta, pues lafranquearonsinvacilar,ysepuedetenerporciertoquenoobedecíannialamanonialavoz de Clovis Dardentor. Ellas dirigían la galera a triple galope, sin cuidarse de lostranseúntesquehuían,arrojándosealaspuertasydispersándoseporlascallesvecinas.Lasmaliciosasbestiasparecíandecirsealaoreja:«Iremosasímientrasnosplazca,yamenosquenonaufrague…¡boguelagalera!»

Yporeldédalodeaquelrincóndelaciudad,unverdaderolaberinto,elalocadotroncoselanzóconardorterrible.

Desdeelinteriordelascasasytiendaslagentegritaba.Cabezasasustadasaparecíanen lasventanas.Elbarrioseagitabacomoenotraépoca,algunossiglosantes,cuandoescuchabaelgritode,«¡Losmoros,losmoros!»NoseexplicacómonoseprodujoningúnaccidenteenlascallesestrechasytortuosasqueterminanenladelosCapuchinos.

ClovisDardentorprocurabahaceralgo.Afindemoderaraquelgalopeinsensatotirabadelasriendasariesgoderomperlasodedislocarselosbrazos.Enrealidad,lasriendaseranlasquetirabandeél,amenazandosacarledelcocheencondicionesdifíciles.

-¡Ah!¡Quégalopedelinfierno!-sedecía.-Noveorazónparaquesedetenganmientrastengansuscuatropatascadauna.Yesto…,baja…

Bajaban, en efecto, y bajarían hasta el puerto, donde la galera tal vez se daría unchapuzónenlasaguasdelabahía;loqueseguramentecalmaríaelardordeltronco.

Tomóprimeroaladerecha,luegoalaizquierda,desembocóenlaplazadeOlivar,alaquediolavueltacomolosantiguoscarrosromanosenlapistadelColiseoaunqueahora

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nohabíanienemigosaquienvencer,nipremioqueganar.Envano,endichaplaza,tresocuatroagentesdepolicíasearrojaronsobrelasmulas,queriendoprevenirunacatástrofeimposibledeevitar.Suheroísmofueinútil.Elunofuederribadoyselevantóherido;losotrostuvieronquedejarescaparsupresa.Lagalerasiguiósuvertiginosacarrera,comosometidaalasleyesdelacaídadeloscuerpos.

Eradepresumirqueaquello terminaradedesastrosamaneracuandoentraronen lacalledeOlivar,puesenlamitaddeésta,muypendiente,hayunaescaleradeunosquinceescalones,yyasecomprendequetalsitionoesmuypropioparacarruajes.

Entoncesredoblaronlosclamores,alosqueseunieronlosladridosdelosperros.Bah!…¡Porviolentosqueéstosfuesenlasmulasnoseinquietabanporalgunosescalones!…Yheallíalacarrozabajandoporlaescaleraariesgoderomperseenmilpedazos.

Peronoserompió.Resistieron lacajay losejes,y lasmanosdeClovisDardentornoabandonaronlasriendasduranteaqueldescensoextraordinario.

Traslagaleraseamontonabaunamultitudcadavezmásnumerosa,delaqueMarcelLornans,JuanTaconnat,elciceroneyelcocheronoformabanpartetodavía.

Después de la plaza delOlivar, la calle de SanMiguel, a la que sucedió la plaza deAbastos,dondeunade lasmulas,despuésdecaer, se levantósanay salva;después lacalledelaPlatería,despuéslaplazadeSantaEulalia.

-Esevidente-sedijoClovisDardentor-quelagalerairáasíhastaquelefalteelterreno,ysinoesenlabahíadePalma,noveodondepuedesucederesto.

EnlaplazadeSantaEulaliaseelevabalaiglesiadestinadaaestasantamártir,queesparalosdelasBalearesobjetodeparticularveneración.Nomuchotiempoantesladichaiglesiaservíacomolugardeasilo,y losmalhechoresqueconseguíanrefugiarseenellaescapabanalasgarrasdelapolicía.

Esta vez no fue a un malhechor al que su buena suerte arrastró allí, sino a ClovisDardentor,fijoenlabanquetadelvehículo.

¡Sí!EnaquelmomentolamagníficapuertadeSantaEulaliaestabaabiertadeparenpar.Losfielesllenabanlaiglesia.Secelebrabanlosoficiosdesalud,quetocabanasufin,yeloficiante,vueltohacialapiadosareunión,levantabalasmanosparabendecirla.

¡Qué tumulto, qué agitación, que gritos de espanto cuando la galera botó y rebotósobrelaslosasdelanave!Pero,también¡quéprodigiosoefectocuandoeltroncocayóalfinantelasgradasdelaltar,enelinstanteenqueelsacerdotedecía:EtSpirituiSancto!-¡Amén!-respondióunavozsonora.EralavozdeClovisDardentor,queacababaderecibirunabendiciónbienganada.Quevieranunmilagroenesteinesperadodesenlace,noesdeextrañarenunpaístan

profundamentereligioso,ynoseriaasombrosoquetodoslosaños,eldía28deAbril,secelebraseenlaiglesiadeSantaEulalialafiestadeSantaGaleradiSalute.

Una hora después Marcel Lornans y Juan Taconnat se habían reunido con ClovisDardentor en una fonda de la calle de Miramar, donde el último fue a descansar detantas fatigasyemociones si sepuedehablardeemociones tratándosedeuncaráctertanbientemplado.

-¡SeñorDardentor!-exclamóJuanTaconnat.-¡Ah,amigosmíos!…-respondióelhéroedeldía.-¡Buenacarrera!-¿Estáustedsanoysalvo?-preguntóMarcelLornans.-¡Completamente!¡Yhastameparecequenuncameheencontradotanbien!…¡Asu

salud,señores!Y losdos jóvenes tuvieronquevaciaralgunosvasosdelexcelentevinodeBinisalem,

cuyafamaseextiendemásalládelarchipiélagodelasBaleares.CuandoJuanTaconnatpudohablaraparteconsuprimo,ledijo:-¡Unaocasiónperdida!-No,Juan,no…-Sí, Marcel, pues no me harás creer que si yo hubiese salvado al señor Dardentor

deteniendosugalera,aunquenolehubieselibradodelasolas,nidelasllamas,nienuncombate…

-¡Bravatesisparadefenderlaanteuntribunalcivil!-secontentóconresponderMarcelLornans.

Enfin,alasochodelanochetodoslospasajerosdelArgelésestabanabordo.Estavezno se retrasó ninguno, ni los señores Desirandelle, padre e hijo, ni el señor EustacheOriental.

En lo que se refiere al astrónomo, ¿había pasado el tiempo en observar el sol en elhorizontedelasBaleares?Nadielohubierapodidodecir.

Llevaba diversos paquetes encerrando productos comestibles propios de estas islas,

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«ensaimadas»,especiedepastelesdehojaldre,enlosquelamantecaestáreemplazadaporlagrasa;ymuysabrosa,yunamediadocenade«tourds»,pescadomuybuscadoporlospescadoresdelcaboFormentor,yqueeljefedelcomedorrecibióelencargodehacerprepararconparticularcuidadoparaelastrónomo.

Realmente,elpresidentedelaSociedadAstronómicadeMontelimarseservíamásdelabocaquedelosojos,porlomenosdesdequesaliódeFrancia.

A lasochoymedia largósusamarraselArgelés yabandonóelpuertodePalma, sinque el capitán Bugarach hubiese concedido a sus pasajeros la noche completa en laciudadmallorquina,razónporlaqueClovisDardentornooyólavozdelosserenos,niloscantos nocturnos, ni las habaneras y jotas nacionales, acompañadas de losmelodiosossonidosde laguitarra,quesuenanhastaelamaneceren lospatiosde lascasasde lasBaleares.

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VIII

ENELQUELAFAMILIADESIRANDELLESEREÚNEALAFAMILIAELISSANE.

- Hoy retrasaremos la hora de comer hasta las ocho- dijo la señora de Elissane,-Vendrán el señor Desirandelle con su señora y su hijo, y probablemente el señorDardentor.-Bien,señora-respondióladoncella.-Nuestrosamigostendránnecesidaddereposo,Manuela,ytemoquelapobreseñora

deDesirandellehayasufridomuchoentanpenosatravesía.Cuidedequesuhabitaciónestédispuesta,puesesposiblequeprefieraacostarseenseguidadellegar.-Comprendido,señora.-¿Dóndeestámihija?-Enlacocina,señora,preparandounplatodepostre.Manuela, al servicio de la señora de Elissane desde su instalación, era una de esas

españolasentrelasquesereclutaprincipalmenteelpersonaldomésticodelasfamiliasdeOrán.LaseñoradeElissanehabitabaunacasabastante lindaen lacalledelCastilloViejo,

donde las casas han conservado una fisonomía mitad española, mitad morisca. Unjardincitomostrabasusdoscanastillasdevolúbilis;sucésped,aunverdeenprincipiodelaestacióncálida,yalgunosárboles,entreotros,el“buenasombra”debuenaugurio,ydelosqueelpaseodelEstanqueposeetanhermososejemplares.La casa, compuesta de dos pisos, era suficiente para que la familia Desirandelle

encontraseenellacómodahospitalidad.NadalesfaltaríadurantesuestanciaenOrán.Estacapitaldelaprovinciaesunahermosaciudad.Estáagradablementesituadaentre

lostaludesdeunaquebrada,porcuyofondoelRehhipaseasusaguasvivasquecubreenparteelmalecóndelbulevarOudinot.CortadaporlasfortificacionesdelCastilloNuevo,aparece como todas las ciudades, antigua por un lado, nueva por otro. La antigua, lavieja ciudad española con su Kasbah, sus casas altas, su puerto situado al Oeste, haconservadoantiguasfortificaciones.Lanueva,alEste,concasasjudíasymoriscas,estádefendida por una muralla que se extiende desde el castillo hasta el fuerte de SanAndrés.Esta ciudad, laGouharande los árabesque construyeronenel sigloX losmorosde

Andalucía, estádominadaporunaaltamontaña, cuyo ladoabruptoocupael fuerteLaMoune.Cinco vecesmayor que en la época de su fundación, su superficie es de unassetenta y dos hectáreas, y varias calles, fuera de los muros, se prolongan en unadistanciadedoskilómetroshastalamar.Continuandosupaseomásalládelosfuertes,endirecciónNorteyEste,unturistallegaríaalosanexosdecreaciónreciente,comolosarrabalesdeGambettaydeNoiseux-Eckmülh.Difícilmente se encontraría una ciudad argelina donde la diversidad de tipos fuera

objetodemásinteresanteestudio.Entresuscuarentaysietemilhabitantes,haydiezysietemil franceses y judíos naturalizados, diez y ochomil extranjeros, lamayor parteespañoles, o italianos, ingleses y anglo- malteses. Añadid unos cuatro mil árabesaglomeradosenelSurdelaciudad,enelbarriodelosDjalis,llamadotambiénelpueblonegro, de donde salen los barrenderos de la calle y los mozos de cuerda del puerto;dividid esa mezcla de razas en veintisiete mil fieles a la religión católica, siete miladeptosalaisraelita,unmillardecreyentesdelareligiónmusulmana,ytendréisdesdeestepuntodevistalaclasificacióncasiexactadelahíbridapoblacióndeOrán.Elclimaesgeneralmenteduro,seco,abrasador.Elvientolevantaturbionesdepolvo.

Enloquealaciudadserefiere,elriegocotidiano,enmanosdelamunicipalidad,debíasermásregularymásabundantequeloqueesenmanosdelamoceleste.Tal es la ciudad a la que el señor Elissane se había retirado después de haber sido

comercianteenPerpignandurantequinceañosconbastantefortuna,puesadquirióunasdoce mil libras de renta, las que no habían disminuido nada bajo la prudenteadministracióndesuviuda.La señora de Elissane, de cuarenta y cuatro años de edad, no debió de haber sido

nunca tan bonita como su hija, ni tan graciosa, ni tan encantadora. Mujer positivistahastaelextremo,pesabasuspalabrascomosuazúcar,ypresentabaelconocidotipodelaadministradorafemenina,cifrandolossentimientosyllevandoenvida,comollevaba,suslibros,consudebeyhaber,comounacuentacorriente,conelperpetuocuidadode

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que resultara saldo a su favor. Conocidos son esos rostros de curvas duras, frontalprominente,agudamiradaybocasevera;conjuntoqueenelsexodébilindicacostumbrede concentración y de terquedad. La señora de Elissane había organizado su casacorrectísimamente,singastosinútiles.Hacíaeconomías,quecolocabaensitiossegurosyfructuosos.Sinembargo,noreparabaennadacuandosetratabadesuhija,porlaquesentíaafectosinceroyprofundo.Vestidacasidemaneramonacal,queríaqueLuisafueseelegante,ynadadescuidabaparaconseguirlo.Enelfondo,susdeseostendíanaladichadesuhija,ynodudabaqueestadichaseasegurase,graciasalaproyectadauniónconlafamilia Desirandelle. Las doce mil pesetas de renta que en su día tendría Agatocles,unidasa lafortunaqueLuisaheredaríadesumadre,esunabasequegrannúmerodepersonasencuentralobastantesólidaparafundarsobreellauntranquiloporvenir.LuisaapenasseacordabadecómoeraAgatocles.Sumadrelahabíaeducadoenlaidea

dequealgúndíaseríaesposadel joven;esto leparecíanatural,acondicióndequesufuturolaagradase…Y¿porquénohabíadetenerloquehacefaltaparaagradar?Despuésdedarsusúltimasórdenes,laseñoradeElissanepasóalasala,dondesuhija

sereunióaella.-¿Tupostreestápresto,hijamía?-preguntólaprimera.-Sí,madre.-Esunfastidioqueelpaquebotelleguealgotarde,casialcaerlanoche.Estatevestida

paralasseis.Ponteelvestidodecuadrosybajaremosalpuerto,dondetalvezsehabráseñaladoalAgatoclès.LaseñoradeElissane,equivocandoelnombre,añadióunacentogravea laèqueno

debíatenerle.-ElArgelésquerrásdecir- respondióLuisariendo.-Además,miprometidonose llama

Agatoclés,sinoAgato-cles.-Bien…Bien-respondiólamadre.-Argelés…Agatocles…Estonoimporta.Puedesestarseguraqueélnoequivocarátunombre.-¿Esseguro?-dijolajovenalgoburlonamente.-ElseñorAgatoclesnomeconoce…ya

mí,confiesoquemepasalomismo.-¡Oh!…Osdejaremostodoeltiemponecesarioparaqueosconozcáisantesdedecidir

nada…-¡Esmuyjusto!-Además, tengo la certeza de que tú le gustarás, y haymotivos para pensar que él

sabrá agradarte… ¡La señora Desirandelle le elogia tanto!… Y entonces fijaremos lascondicionesdelmatrimonio.-¿Ylacuentaquedaráliquidada?-Sí…Enprovechotuyo,burlona.¡Ah! No olvidemos que su amigo, el señor Clovis Dardentor, acompaña a los

Desirandelle…Yasabesquién.EsericodePerpignan,delqueellosestántanorgullosos,y que, a creerles, es el mejor hombre del mundo. Como los señores Desirandelle notienencostumbredeviajar,haqueridodirigirleshastaOrán…Esoestámuybiendesuparte,yleharemosbuenaacogida,Luisa.-Todolobuenaquesemerece,yhastasitienelaideadepedirmimano…Peronome

olvidodequeyodebo ser,que seré la señoradeAgatocles… ¡Bonitonombre,aunque,propiodelaantigüedadgriega!…-Vamos,Luisa…¡Tenformalidad!Formal loera,ydehumoralegreyencantador.Yestono lodecimosporquesiempre

hayadeserasítratándosedelaheroínadeunanovela.No:ellaloeraenrealidad,enelflorecimientodesusveinteaños;sunaturalezafranca,

sufisonomíavivaymovible,susojosbrillantesyazules,sucabellerarubiayabundante,sugraciosopaso,suavecomolaseda,paraemplearunepítetoquePedroLoti-antesdeseracadémico-notuvoreparoenaplicaralvuelodelagolondrina.Estos ligeros rasgos bastan para pintar a Luisa Elissane, y el lector verá que

presentaba gran contraste con el fardo que, unido a otros del Argelés, se le expedíadesdeCette.Llegada la hora, y después que la dueña de la casa dio el último vistazo a las

habitacionesdestinadasalafamiliaDesirandelle,laseñoradeElissanellamóasuhija,yambas se dirigieron al puerto, deteniéndose en el jardín en forma de anfiteatro quedomina la rada. Desde tal sitio, la vista se extiende hasta plena mar. El cielo estabamagnífico; el horizonte, de una pureza perfecta. Ya el sol declinaba hacia la punta deMers-el-Kebir,esePortusdivinusde losantiguos,enelque losacorazadosycrucerospuedenencontrarexcelenteabrigocontralasfrecuentesborrascasdelOeste.

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Hacia el Norte se destacaban algunas velas blancas, Lejanos penachos de humoindicaban la presencia de los steamers de las numerosas líneas delMediterráneo queanclanenlatierraafricana.DosotresdeestospaquebotesibansindudacondestinoaOrán,yelunodeellosseencontrabayaadistanciadetresmillas.¿EraelArgeléscontantaimpacienciaesperado,yaquenoporlahija,porlamadre?Porque,enfin,elcasoeraqueLuisanoconocíaaaqueljovenqueacadavueltadela

hélice se acercaba a ella… y tal vez lo mejor hubiera sido que el Argelés dieracontravapor…yvolvieraatrás.-Vanadarlasseisymedia-dijolaseñoradeElissane.-Bajemos.-Tesigo,madre-respondióLuisa.Ymadreehijadescendieronpor la larga callequedesembocaenelmuellehacia el

diqueenquelospaquebotesanclan.LaseñoradeElissanepreguntóaunodelosoficialesdelpuertosielArgeléshabíasido

señalado.-Sí,señora-respondióeloficial-,yentrarádentrodemediahora.La señora de Elissane y Luisa rodearon el puerto, cuyas alturas por la parte Norte

ocultabanahoralavistadelmar.Veinteminutosdespuésoyéronseprolongadossilbidos.Elpaquebotedoblabalamoledelextremodelmuelle,deunkilómetrodeextensión,queterminaalpiedelfuertedeLaMoune,ydespuésdealgunasevolucionesfueacolocarseensusitio,enlaparteatrásdelmuelle.Establecida la comunicación, la señora de Elissane y su hija subieron a bordo. Los

brazosde laprimera seabrieronparaestrechara la señoradeDesirandelle, repuestadesde su entrada en el puerto, y después al señor Desirandelle y Agatocles,mientrasLuisasemanteníaenunareservaquelasjóvenessolterascomprenderán.-Ybien…¿yyo,queridayexcelenteseñora?¿Esquenonoshemosvistoenotraépoca

enPerpignan?Yomeacuerdoperfectamentede laseñoradeElissane,y tambiénde laseñoritaLuisa…algomáscrecidaahora…;así…,¿nohabráunbeso,nihastados,paraestebuenhombredeDardentor?SiPatriciohabíaesperadoqueenlaprimeraentrevistasuamodemostraralareserva

de un hombre de mundo, ¡qué cruel decepción experimentaría ante aquella familiarentradaenescena!Retiróse,pues,severo,perojusto,enelmomentoenqueloslabiosdeClovisDardentorsonabansobrelassecasmejillasdelaseñoraElissanecomounpalillosobrelapieldeuntambor.ClaroesqueLuisanohabíaevitadoelabrazodelmatrimonioDesirandelle.Sin embargo, y por francote que fuera el señorDardentor, no llegó a gratificar a la

jovenconbesospaternales,queellasindudahubierarecibidograciosamente.RespectoaljovenAgatocles,despuésdeavanzarhaciaLuisa,lahabíahonradoconun

saludomecánico,enquesólotomópartesucabeza,graciasaljuegodelosmúsculosdelcuello,ydespuéshabíaretrocedidosinpronunciarunapalabra.La jovennopudo contenerunamuecabastantedesdeñosa, queClovisDardentor no

notó,peroquenoescapóniaMarcelLornansniaJuanTaconnat.-¡Ah!-dijoelprimero,-noesperabavertanlindapersona.-Muylinda,enefecto-añadióelsegundo.-¿Ysecasaráconesebobo?-dijoMarcelLornans.-¡Ella!…-exclamó JuanTaconnat.-Diosmeperdone,peropara impedirlomegustaría

faltaraljuramentoquemehehechodenocasarme.¡Sí!JuanTaconnathabíahechoestejuramento.Asílodecíaalmenos.Despuésdetodo,asuedadtaljuramentovaleloquetantosotrosquenosecumplen.

Además,MarcelLornansnohabíajuradonadasemejante.¿Quéimportaba?AmboshabíanidoaOránconla intencióndealistarseenel7.°°de

cazadoresÁfrica,ynoparacasarseconlaseñoritaLuisaElissane.Digamos,paranovolversobreello,quelatravesíadelArgelésentrePalmayOránse

habíaefectuadoenbuenascondiciones.Unamardeaceite,paraemplearlafrasevulgar,capazdehacerpensarquetodoslosaceitesdelaProvenzaestabanensusuperficie;unabrisaNE.quecogíaalpaqueboteporbabor,yhabíapermitidoquetuvieraelapoyodesutrinquete,susfoquesysumesana.De forma que desde la partida de Palma, la casi totalidad de los viajeros habíase

sentado a la mesa, y la compañía marítima hubiera hecho mal en quejarse de esteinusitadonúmerodecomensales.PorloquetocaalseñorOriental,nohayquedecirquelos«tourds»condimentadosala

modanapolitanalehabíanparecidodeliciosos,yquesehabíaregaladoconensaimadasconlasensualidaddeunaficionadoprofesional.Secomprenderá,pues,quetodoelmundollegaseconbuenasaludaOrán,inclusola

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señoradeDesirandelle,quetantohabíasufridohastaelarchipiélagodelasBaleares.Aunque hubiese recobrado su aplomo físico ymoral durante esta segunda parte del

viaje, el señor Desirandelle no había trabado amistad con los dos parisienses. Estosjóvenesleproducíanindiferencia.LesconsiderabamuyinferioresasuhijoAgatocles,noobstante su talento, que le parecía de mal gusto. Dardentor era libre de encontraragradablesutrato,distraídasuconversación.Ensuopinión,estoterminaríaalanclarelArgelés.SecomprendequeelseñorDesirandellenopensóenpresentaralosdosprimos,niala

señoradeElissaneniasuhija.PeroClovisDardentor,consufranquezaylacostumbredeseguirsuprimerimpulso,nodudóenhacerlo.-ElseñorMarcelLornans,yelseñorJuanTaconnat;deParís-dijo.-Dosjóvenesporlos

que siento vivísima simpatía, que ellosme pagan. Tengo la esperanza de que nuestraamistaddurarámásqueéstacortatravesía.¡Qué contraste había en nuestro héroe! He ahí sentimientos expresados en forma

correcta.Erade lamentarquePatricionoestuvieraallí para verle.Losdos jóvenes seinclinaronantelaseñoradeElissane,quelesdevolvióunsaludodiscreto.-Señora-dijoMarcelLornans-,nosllenadealegríalaatencióndelseñorDardentor.Le

hemospodidoapreciarenloquevale.Creemostambiénenladuracióndeunaamistad…-Paternaldesuparteyfilialdelanuestra-añadióJuanTaconnat.LaseñoradeDesirandelle,disgustadaporaquelloscumplimientos,mirabaasuhijo,el

que no había aún desplegado sus labios. La señora de Elissane, que hubiera podidomanifestara losdosparisiensesel placer conque los recibiríadurante suestanciaenOrán, no lo hizo, lo que in petto le agradeció lamadre de Agatocles. Con su instintomaternal, las dos señoras pensaban que lo mejor, respecto a los dos extranjeros, eraguardarunaprudentereserva.La señora de Elissane dijo al señor Dardentor que en su mesa estaba un cubierto

preparado para él, y que sería un placer para ella que la acompañara a comer desdeaquelprimerdíaconlafamiliaDesirandelle.-El tiempo preciso para ir al hotel dijo Dardentor-, arreglarme un poco, cambiarmi

blusaygorrademarinoportrajemáspropio,eiréacomerconustedes,queridaseñora.Convenidoesto,ClovisDardentor,JuanTaconnatyMarcelLornanssedespidierondel

capitán Bugarach y del doctor Bruno. Si volvían a embarcar en elArgelés, sería paraellosunasatisfacciónencontrarallíalamabledoctoryalatentocapitán.Respondieronéstosquepocasveceshabíanencontradopasajerosmásagradables,yseparáronsemuysatisfechosunosdeotros.ElseñorOrientalhabíayapuestoelpieenelsueloafricano,consuanteojo,encerrado

enunestuchedecuero,alaespalda,susacodeviajeenlamano,yseguíaaunmozoquele llevaba una pesada maleta. Como siempre, se había mantenido alejado de lospasajeros;nadiesemolestóensaludarleasupartida.Clovis Dardentor y los parisienses desembarcaron, dejando a la familia Desirandelle

ocupadaeneltransportedesuequipajealacalledelCastilloViejo.Después,subiendoenelmismocarruaje,cargadoconsusmaletas,sedirigieronhaciaunexcelentehoteldela plaza de la República, que el doctor Bruno les había recomendado. Se puso adisposición de Dardentor una sala en el primer piso, una alcoba y un gabinete paraPatricio.MarcelLornansyJuanTaconnatocuparondoscuartosenelpisosegundo,conventanasalaplaza.Se encontraron con que el señor Oriental había igualmente escogido aquel hotel.

Cuandosuscompañerosdeviajellegaronlevieroninstaladoenelcomedor,pensandoenelmenudelacomidaqueibaahacerseservir.-¡Singularastrónomo!-dijoJuanTaconnat.-Loquemeasombraesquenopidaparasu

comidaunatortillaalasestrellasounpatoalosplanetasmenores.Media, hora después Clovis Dardentor abandonaba su cuarto, con un tocado cuyos

menoresdetalleshabíansidovigiladosporPatricio.Cuandoalapuertaseencontróconlosdosprimos,lesdijo:-Ybien,misjóvenesamigos…YaestamosenOrán.-Yaestamos-respondióJuanTaconnat.-Espero-quenopensaránustedesenalistarsedesdehoyal7.°°decazadores.-SeñorDardentor,notardaremosmucho-respondióMarcelLornans.-¿Están ustedes, pues, dispuestos a ponerse la chaqueta azul, el pantalón rojo y el

casquetedeordenanza?-Cuandosehadecididounacosa.-¡Bien,bien!Esperenustedesalmenosaquehayamosvisitadojuntoslaciudadysus

alrededores…Hastamañana.

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-Hastamañana-dijoJuanTaconnat.YClovisDardentor sehizoconducirporel caminomáscortoacasade la señorade

Elissane.-¡Sí!…comodiceesesimpáticohombre.¡YaestamosenOrán!-repitióMarcelLornans.-Yloqueimportacuandosellegaaunsitio,essaberloquesevaahacer-añadióJuan

Taconnat.-Creoqueesacuestiónestáresueltadesdehacetiempo.Firmarnuestroalistamiento.-Sinduda,Marcel,pero…-¿Cómo?¿Acasopiensasaúnenelartículo345delCódigocivil?-¿Quéartículo?-Elquetratadelosrequisitosdelaadopción.-Si tratadeellaelartículo345,enélpienso.Laocasiónquenosehapresentadoen

Palma,puedepresentarseenOrán.-Conunaprobabilidadmenos- dijoMarcel riendo.-No tienes olas a tu disposición, y

quedas reducido a los combates o a las llamas, mi pobre Juan. Pero…si esta nochehubiera fuego en la fonda, te advierto que procuraría salvarte primero, y salvarme enseguida.-Asíseportaunamigoverdadero,Marcel.-RespectoalseñorDardentor,meparecehombrecapazdesalvarseporsísolo.Posee

unasangrefríadeprimera…Algodeesosabemos.-Conformes,Marcel,y lohaprobadocuandohaentradoenSantaEulaliaarecibir la

bendición. Sin embargo, si no sospechase el peligro, si fuera sorprendido por unincendio…,sinopudierasersocorrido…-¿Demodo que no abandonas, tu idea de queDardentor pueda llegar a ser nuestro

padreadoptante?-¡Perfectamente…nuestropadreadoptante!-¿Norenunciasaello?-¡Jamás!-Entonces no te dirigirémás burlas en lo que a ese punto se refiere; pero con una

condición.-¿Cuál?-Que vas a dejar tu aspecto sombrío y preocupado, y a recobrar tu buen humor de

siempre,tomandoarisaloquesucede.-Convenido, Marcel: a risa si consigo salvar al señor Dardentor de alguno de los

peligrosprevistosporelCódigo;a risaencasocontrario; a risa si obtengobuenéxitocomosinoloobtengo…,riendosiempreydetodo.-¡GraciasaDiosquerecobrastubuenhumor!Respectoanuestroalistamiento…-No corre prisa, Marcel, y antes de que nos presentemos en el despacho del

subintendentepidounaprórroga.-¿Cuál?-Quince días, ¡qué diablo! Cuando va uno a esclavizarse por toda la vida, bien se

puedenpedirquincedíasdelibertad.-Concedida la quincena; y si hasta entonces no te has procurado un padre en la

personadelseñorDardentor…-Yoótú,Marcel.-Oyo…;bueno,iremosacubrirnosconelcasquetedeformadebellota.-Convenido.-¿Peroestarásalegre,Juan?-¡Alegrecomounagaita!

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IX

ENELQUEELPLAZOTRANSCURRESINRESULTADONIPARAMARCELLORNANSNIPARAJUANTACONNAT.

NoestáungallomásalegrealasprimerashorasdelamañanaqueJuanTaconnatalsaltardesulecho,despertandoaMarcelLornansconsustrinosmatinales.Teníaantesíquincedíasparatransformarensupadreadoptanteaaquelhombrebimillonario.Clovis Dardentor no abandonaría a Orán antes de la celebración delmatrimonio de

AgatoclesDesirandelle conLuisaElissane. ¿Acasono serviría de testigo al hijo de susantiguosamigosdePerpignan?Porlomenostranscurriríancuatroocincosemanashastaquelaceremonianupcialseefectuase.Pero,adecirverdad,¿secelebraría?AquelsíyaquelperorevoloteabanenelcerebrodeMarcelLornans.Parecíaleaéste

inverosímilqueelinsípidomozuelollegaseasermaridodeaquellaadorablejoven,puespor poco tiempo que la hubiere visto a bordo del Argelés, creía que era faltar a susdeberesno adorarla. Se explicaque el señor y la señoradeDesirandelle viesen en suAgatoclesunesposoconvenienteparaLuisa.Unpadreyunamadreestándotadosdeun«golpedevistaespecial»,comodiríaelseñorDardentor,enloqueasushijosserefiere.Pero era inadmisible que el señor Dardentor no se diera cuenta, más tarde o mástemprano,delanulidaddeAgatocles,yquenoreconocieraquedosserestandiferentesnohabíannacidoelunoparaelotro.AlasochoymediaelseñorDardentorylosparisiensesseencontraronenelcomedor

para desayunarse. El primero estaba de buen humor. La víspera había comido bien ydormidoperfectamenteporlanoche.Conunmagníficoestómago,unexcelentesueñoyunaconciencia tranquila, sepuedeestarbien segurodeldíademañana…¿Cuándo, sino?-Jóvenes-dijoelseñorDardentormojandosubolloenunatazadeexcelentechocolate-,

desdeayerporlatardenonoshemosvisto,ylaseparaciónmehaparecidomuylarga.-Ustedsenoshaaparecidoensueños,señorDardentor,conlacabezarodeadadeun

nimbo-respondióJuanTaconnat.-¡Cómounsanto!¿Ycuál?-AlgocomoelpatróndelosPirineosOrientales.-Vamos,señordonJuan,¿harecobradoustedsualegríadecostumbre?-Comoustedlodice-afirmóMarcelLornans-;peroestáexpuestoavolverlaaperder.-¿Porquécausa?-Porquevaaserprecisoquenosseparemosdenuevo,señorDardentor.-¡Cómo! ¡Separarnos!- Sin duda, puesto que la familia Desirandelle le reclamará a

usted.-¡Pocoapoco!¡Yonoconsientoquesememonopolicedeesemodo!¡Quedecuandoen

cuandoacepteunratodeconversaciónencasadelaseñoradeElissane,sea!¡Peroquesemesujeteallíparasiempre,esono!Lamañanaylatardemelasreservo,yconfíoenquelasemplearemosrecorriendojuntoslaciudadysusalrededores.-Conmuchogusto, señorDardentor- exclamó JuanTaconnat.-Noquisiera separarme

deustedniunpaso.-¡Niunpaso!-respondióClovis-.Meagradalajuventud,ymeparecequemequitola

mitaddelosañosdeencimacuandoestoyconamigosquetienenlamitaddemiedad.Ybiencontado,yopodríaserpadredeustedes.-¡Ah,señorDardentor!-exclamóJuanTaconnatsinpodersecontener.-¡Permanezcamos, pues, juntos, jóvenes! Ya es bastante conque tengamos que

separarnoscuandoyosalgadeOránparair…afemíaquenosédónde.-¿Despuésdelcasamiento?-preguntóMarcelLornans-¿Quécasamiento?-EldeAgatocles.-Es verdad; ya no me acordaba. ¡Ah, qué joven más hermosa es la señorita Luisa

Elissane!-TallahemosencontradodesdequefueabordodelArgelés-añadióMarcelLornans.-También yo, amigos míos. Pero desde que la he visto en casa de su madre tan

graciosa, tan atenta, tan… en fin, ¡que ha ganado un ciento por ciento para mí!Verdaderamente,esementecatonotienemotivosparaquejarse.-SiélagradaalaseñoritaElissane-,insinuóMarcelLornans.-Sinduda…Ambossehanconocidodesdelainfancia.

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-¡Yaundesdeantes!-dijoJuanTaconnat.-Agatoclesesunbuenmuchacho,aunquealgo…algo…-Algomucho-dijoMarcelLornans.-Yhastamásdemucho-añadióJuanTaconnat.Ymurmuróaparte:-¡NoeselqueconvienealaseñoritaElissane!No creyó que era el momento oportuno para afirmar esta opinión ante el señor

Dardentor,quecontinuólafrasecomenzada.Si…, algo…, convengo en ello. Pero se despabilará como una marmota después del

invierno.-¡Ynoquedarámenosmarmota!-nopudomenosdedecirMarcelLornans.-¡Un poco de indulgencia, jóvenes, un poco de indulgencia!- exclamó el señor

Dardentor.- Si Agatocles viviese solamente con parisienses como ustedes, estaríadomesticadoantesdedosmeses;ustedesdebíandarlelecciones.-¡Leccionesde talento a cien sueldos!- exclamó JuanTaconnat.-Esto sería robarle el

dinero.ElseñorDardentornosedioporvencido.AunqueelherederodelosDesirandellefuese

máspesadoqueelplomo,añadió:-Basta, señores, basta.Olvidanustedesqueel amoreshuéspedde los espíritusmás

ineducados,yhastadelosanimales,yélllenaráeldejoven…-¡Gagatocles!-acabóJuanTaconnat.AloírestechisteelseñorDardentor,nopudomenosdesoltarlacarcajada.MarcelLornansvolvióahablardelaseñoritaElissane.Preguntólaclasedevida,que

llevabaenOrán.¿Quétal,habíaelseñorDardentorencontradosucasa?-Una lindísima casa alegrada por la presencia de un pájaro encantador. Ustedes lo

verán.-Sinoesunaindiscreción-observóMarcelLornans.-Siyolespresentoaustedes,no.Perohoynopuedeser.PrecisoesdejarqueAgatocles

tantee el terreno. Mañana veremos. Ahora no nos ocupemos más que de nuestrasexpediciones;laciudad,supuerto,susmonumentos.-¿Ynuestroalistamiento?-dijoMarcelLornans.-Nocorreprisa.Nohadeserhoy,nimañana,nipasado…Almenosesperenalaboda.-Estopodríatalvezsignificarqueesperáramoshastalaedaddelareserva.-¡No, no tanto! ¡Qué montón de frases que hubieran hecho torcer el gesto al

ceremoniosoPatricio!-Así,pues-exclamóClovisDardentor-,nosehablemásdealistamientoporahora.-Seguramente-dijoJuanTaconnat.-Noshemosdadounplazodequincedías.Sihasta

entoncesnohacambiadonuestrasituación,sinuevosintereses…

-¡Bien,amigosmíos,nodiscutamos!-exclamóClovisDardentor.-Sehandadoustedesun plazo de quince días. Yo los tomo y los doy por recibidos; durante este tiempomepertenecenustedes.Realmente,yonomeheembarcadoenelArgeléssinoporquesabía

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quehabíadeencontrarlesaustedesabordo.-¡Y a pesar de eso ha faltado usted en elmomento de la partida, señor Dardentor!-

respondióJuanTaconnat.Enelcolmodelbuenhumor,Dardentorse levantóde lamesaypasóal salóndonde

estabaPatricio.-¿Tieneelseñoralgoquemandarme?-¡Órdenes!…¡Órdenes!…Tedoylicenciadurantetodoeldía.¡Méteteestoenlacabeza

ynovuelvashastalasdiez!MohíndesdeñosodePatricio,quenoagradecióasuamolicenciadadaentanvulgares

términos.-¿Deformaqueelseñornodeseaqueleacompañe?-Loquedeseo,Patricio,esperdertedevista…¡Conquevuelvetustalones!-Elseñormepermitiráhacerleunaadvertencia.-Sí…Contaldequedesaparezcasencuantomelahagas.-Puesbien: el consejo se reduce a que el señorno suba aun coche antes deque el

cocheroestéenelpescante.Estopodríaacabar,noenunabendición,sinoenunvuelco.-¡Andaaldiablo!YClovisDardentorbajólaescaleradelafondaentrelosdosparisienses.-¡Tiene usted un buen tipo de criado!- dijo Marcel Lornans.- ¡Qué correcto! ¡Qué

distinguido!-Y¡quéafectadoensusmaneras!Peroesunmozohonrado,quesearrojaríaalfuego

porsalvarme.-¡No sería él solo, señor Dardentor! exclamó Juan Taconnat, que, llegado el caso,

hubieraprocuradodisputaraPatricioelpapeldesalvador.Aquella mañana, Clovis Dardentor y los dos primos vagaron por los muelles de la

ciudadbaja.ElpuertodeOránhasidoconstruidosobreelmar.Unlargomuellelecubre,y está dividido en ensenadas. El total comprende una superficie de veinticuatrohectáreas.SilosdosjóvenesnoseentusiasmaronconelmovimientocomercialquedaaOránel

primerpuestoentrelasciudadesargelinas,elantiguoindustrialdePerpignan,manifestóun vivísimo interés. El cargamento de las alfas, que son objeto de una explotaciónconsiderable, y que suministran en abundancia los vastos territorios del Sur de laprovincia; la expedición de las bestias, de los cereales, del azúcar; el embarco de losminerales extraídos de la región montañosa; todo esto era para agradar al señorDardentor.Aseguro a ustedes que pasaríamuchos días entre el tumulto de estos negocios.Me

encuentro aquí como me encontraba en otra época en mis almacenes repletos demercancías.NoesposiblequeOránpuedaofrecernadamáscurioso.-Sinoessusmonumentos,sucatedralsusmezquitas-respondióMarcelLornans.-¡Bah!- dijo Juan Taconnat, queriendo lisonjear los intereses de su padre en

perspectiva-,yonoestoylejosdepensarcomoelseñorDardentor.Estemovimientoesdelos más interesantes; esos navíos que entran y salen, esos camiones cargados demercancías,esaslegionesdemandaderosdetipoárabe…Ciertamentequeenelinteriordelaciudadhayedificiosquever,ynosotroslosveremos…Peroestepuerto,estemar,esaaguaazuladadondesereflejanlosmástiles…MarcelLornanslelanzóunamiradaburlona.-¡Bravo!-exclamóClovisDardentor…-¡Cuandonohayaguaenunpaisaje,meparece

que falta algo! Enmi casa de la plaza de la Loge tengo varios cuadros de excelentesfirmas,ysiempreestáelaguaenprimerlugar.Sinestonoloscompraría.-¡Loentiendeusted,señorDardentor!- respondióMarcelLornans-Asíesquevamosa

buscaresossitiosenquehayaagua.¿Prefiereustedqueseadulce?-Pocoimportaeso,puestoquenosetratadebeberla.-¿YatiJuan?-Tampoco… ¡Con tal que me sirviera para lo que deseo!- respondió Juan Taconnat,

mirandoasuamigo.-Puesbien-añadióMarcelLornans-encontraremosagua;ademásdequeenelpuerto,

y después del Joanne, hay el torrente de Rehhi, cubierto en parte por el boulevardOudinot.Aquella mañana fue empleada en recorrer los muelles del puerto, después de cuya

visitaelseñorDardentorylosdosparisiensesregresaronalafondaparaalmorzar.Trasdedoshorasdedicadasalasiestayalalecturadelosperiódicos,ClovisDardentorhizoelsiguienterazonamiento,quecomunicóasusjóvenesamigos:-Lomejorseríadejarparamañanaelpaseoporelinteriordelaciudad.

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-Y¿porqué?-preguntóMarcelLornans.-Porque talvez losDesirandellecensuraríanmi falta.Estanochecomoencasade la

señoradeElissane.Desdemañanaseráotracosa.Hastalavista,pues.YClovisDardentortomóelcaminodelacalledelCastilloViejo.-Cuandonoestoya su lado-dijo JuanTaconnat-, temosiempreque le sucedaalguna

desgracia.-¡Buencorazón!-respondióMarcelLornans.InútilseríainsistirenqueelseñorDardentorfuerecibidoconplacervivísimoencasa

delaseñoradeElissane,yqueLuisa,quesimpatizabainstintivamenteconelexcelentehombre,ledemostrógranamistad.EncuantoalhijodelosDesirandelle,noestabaallí,puespreferíavagarporfuera,ynoaparecíamásquealashorasdelascomidas.TomóasientoenlamesaaladerechadeLuisa,peroapenassiladirigiólapalabra.Realmente,el señor Dardentor, sentado junto a ella, no era hombre que dejase languidecer laconversación.Hablódetodo:desudepartamento,desuciudadnatal,desuviajeabordodel Argelés, de sus aventuras en Palma, de su galera arrastrada por los caballosdesbocados,desusoberbiaentradaenlaiglesiadeSantaEulalia,desusjóvenesamigosde veinte años, pormás que sólo los conociera de tres días, con lo que se veía en lanecesidad de fechar aquella amistad en el año siguiente al del nacimiento de los dosprimos.ElresultadofuequeLuisaElissanesintióunsecretodeseodequesumadreadmitiese

ensucasaalosdosparisienses,ynopudocontenerungestodeaprobacióncuandoelseñorDardentorpropusopresentarles.-Selospresentaréausted,señoradeElissane-dijo-,selospresentaréaustedmañana.

Sonjóvenesmuyaprecia-bles,ynosentiráustedhaberlosrecibido.Tal vez la señora de Desirandelle encontró aquella proposición, por lo menos

inoportuna.Noobstante,laseñoradeElissanecreyóseeneldeberdeaccederNoteníanadaquerehusaralseñorDardentor.-¡Nada que rehusarme!- exclamó éste.- Le cojo a usted la palabra, querida señora.

Apartedeesto,nuncapidomásquecosasrazonables.Lomismoamíquealosdemás…,y se me pueden conceder como yo me las concedo… Pregúnteselo usted al amigoDesirandelle.-Sinduda-respondiósinmuchaconvicciónelpadredeAgatocles.- Está convenido- añadió el señor Dardentor.- Los señores Marcel Lornans y Juan

Taconnat vendrán mañana a pasar la velada aquí… Y a propósito, Desirandelle, seráusteddelosnuestrosparavisitarlaciudaddesdelasnuevehastaelmediodía.-Usted me dispensará, Dardentor. Deseo no abandonar a estas señoras y hacer

compañíaanuestraqueridaLuisa.-Comoustedguste…comoustedguste.Locomprendo.¡Ah!,señoritaLuisa,¡cuántola

quiereaustedyaestaexcelentefamilia,enlaquevaustedaentrar!…Ybien,Agatocles,hijomío,¿nodicesnada?¿NoencuentrasencantadoraaLuisa?Agatoclescreyómuyespiritualresponderquenodecíaenvozalta loquepensaba,y

quepensabaquevalíamásdecirlobajo…Enfin,unafrasevulgarquenadasignificabayenlaquesehubieraembrolladodenoayudarleelseñorDardentor.YLuisa,quenoprocurabaocultareldesencantoqueaquelimbécillaproducía,miraba

alseñorDardentorconojosasombrados,mientraslaseñoradeDesirandelledecíaparaanimarasuhijo:-¡Esgentil!YelseñorDesirandelle:-¡Ycuántolaquiere!Evidentemente, Clovis Dardentor procuraba no ver nada. En su opinión, estando

decidido el matrimonio era como si se hubiera efectuado, y no concebía que no seefectuara.Al segundo día, siempre jovial, resplandeciente y dispuesto, Clovis Dardentor, en

compañíadelosdosparisienses,seencontrabaantesutazadechocolate.Yantesdenada lescomunicóquepasarían juntos laveladaencasade la señorade

Elissane.-Ha tenido usted una excelente idea- respondió Marcel Lornans.- Durante nuestra

estanciadeguarnición,tendremosalmenosunacasaagradablequevisitar.-¡Agradable!…¡Muyagradable!–respondióClovisDardentor.-Verdadquedespuésdel

matrimoniodeLuisa…-Esverdad-respondióMarcelLornans…-Hayelmatrimonio.-Alqueseránustedesinvitados.-Señor Dardentor- respondió Juan Taconnat-, usted nos confunde. No sé cómo

podremosagradecerle…Ustednostrata…

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-¡Cómoahijos!¿Acasomiedadnomepermitiríaserpadredeustedes?-¡Ah, señor Dardentor, señor Dardentor!- exclamó Juan Taconnat con acento que

indicabamuchascosas.Emplearontodoeldíaenrecorrerlaciudad.PasearonporelpaseodeTurín,plantado

dehermososárboles;porelbulevarOudinot,porlaplazadelaCarreraylasdelTeatro,deOrleans,deNemours.TuvieronocasióndeobservarlosdiversostiposdelapoblacióndeOrán,mezcladoscon

soldados y oficiales, de los que un regular número vestía el uniforme del 7.°° decazadoresdeÁfrica.-Es muy elegante ese uniforme- repetía Clovis Dardentor.- Les sentará a ustedes

admirablemente… Les veo a ustedes ya brillantes oficiales en camino de un buenmatrimonio.Decididamenteeloficiodesoldadoessoberbio…cuandosetienevocación…ypuesustedeslatienen…-¡Eso está en la sangre!- respondió Juan Taconnat.- ¡Heredamos esto de nuestros

abuelos,bravoscomerciantesdelacalledeSaint-Denis!Encontraronjudíoscontrajemarroquí,judíosvestidosdetelasbordadasenoro,moros

paseandosuindolenciaporlascallesllenasdesol;enfin,francesesyfrancesas.NohayquedecirqueClovisDardentorsemanifestabaentusiasmadoporcuantoveía;

perotalvezsentíaacrecentarsesuinteréscuandolosazaresdelaexcursiónlellevabanantealgúnestablecimientoindustrial,tonelería,fábricadefideosodetabaco.Enefecto:¿porquénoconfesarlo?Suadmiraciónsecontuvoenloslímitesmoderados

enpresenciadelosmonumentosdelaciudad;lacatedral,quefuereedificadaen1839,sustresnaves,laPrefectura,elBanco,elteatro,edificiosmodernosporlodemás.Respectoa losdos jóvenes,prestaron seriaatencióna la iglesiadeSanAndrés;una

antigua,mezquita rectangular, cuyas bóvedas reposan sobre los arcos de hierro de laarquitecturamorisca,yqueterminaenuneleganteminarete.Estaiglesia,sinembargo,lespareciómenoscuriosaquelamezquitadelBajá,cuyopórticoenformade“koubba”es muy admirado por los artistas. Tal vez se hubiesen detenido más tiempo ante lamezquita de Sidi- el Haouri y sus tres arcadas, si Clovis Dardentor no les hubieraadvertidoqueeltiempourgía.Alsalir,MarcelLornansvioenelbalcóndelminareteunpersonajeque,armadodeun

anteojodelargavista,recorríaelhorizonte.-¡Calla!-dijo.-¡ElseñorOriental!.-¿Cómo?¿Esedescubridordeestrellas?¿Eseregistradordeplanetas?-exclamóClovis

Dardentor.-Elmismo…ysuanteojo.-¡Elanteojopodráser,peroélno!afirmóJuanTaconnat.-Desdeelmomentoenqueno

comenoeselseñorOriental.SíqueeraelPresidentedelaSociedadAstronómicadeMontelimar,queseguíaalastro

radiosoensucarreradiurna.Enfin,losseñoresDardentor,MarcelLornansyJuanTaconnatteníangrannecesidad

dedescansocuandoentraronenlafondaalahoradelacomida.Patricio, aprovechándose, sin abusar, de la licencia de su amo, había vagado

metódicamente por las calles, no creyéndose obligado a verlo todo en un solo día, yenriqueciendosumemoriaconpreciososrecuerdos.Así es que se permitió censurar la conducta de su amo, que, en su opinión, no

demostraba la necesaria moderación en sus actos, arriesgando fatigarse. Obtuvo porrespuestaquelafatiganohacíapresaenunnaturaldelosPirineosOrientales,elqueleenvióalacama.Loquehizoelsirvienteaesodelasnueve,nometafóricamente,sinodeun modo material, después de encantar con sus perfectos modales a la gente de lacocina.A dicha hora el señorDardentor y los dos primos llegaban a la casa de la calle del

CastilloViejo.LasfamiliasDesandelleyElissaneseencontrabanenelsalón.Presentadospor Clovis, Dardentor, Marcel Lornans y Juan Taconnat fueron recibidos con granamabilidad.Lavelada fueunade tantasveladasburguesas:unaocasióndehablar,de tomaruna

tazadetéyhacerunpocodemúsica.LuisaElissanetocabaelpianoconexquisitogustoyconverdaderosentimientoartístico.Y¡loqueeslacasualidad!MarcelLornansposeía,paraemplear lapalabraaluso,unabuenavoz;de formaque losdos jóvenespudieronejecutaralgunostrozosdeunapartituranueva.ClovisDardentoradorabalamúsica,ylaescuchabaconesefervorinconscientedelas

personasquenolaentiendengrancosa.Bastaquelesentreporunoídoylessalgaporotro, y no está demostrado que su cerebro sufra impresión. No obstante, Clovis

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Dardentorcumplimentó,aplaudióconentusiasmomeridional.-¡Dostalentosquesecasan,lindamente!-,concluyó.Sonrisadelajovenpianista,ligeraconfusióndelcantante,fruncimientodeceñodelos

señoresDesirandelle. En verdad, su amigono eramuy acertado en la elección de susfrases,ylaúltimaestabafueradetonoenaquellascircunstancias.Enefecto:enAgatoclesnohabíanadaquecasar,nitalento,nigracia,nipersonaaun

tratándosedeunmatrimoniodeconveniencia,comoJuanTaconnatpensaba.Hablóse del paseo que el señor Dardentor y los dos parisienses habían dado por la

ciudad.LuisaElissane,muyinstruida,respondiósinpedanteríaaalgunaspreguntasquelahicieron:laocupacióndelosárabesdurantetressiglos,latomadeposesióndeOránporFranciahacíasesentaaños,sucomercio,queledaelprimerlugarentrelasciudadesargelinas.-Pero- añadió la joven- nuestra ciudad no ha sido siempre dichosa, y su historia es

fecundaencalamidades.Despuésde losataquesmusulmanes, los siniestrosnaturales.Tambiéneltemblordetierrade1790lahacasidestruido…JuanTaconnatprestóoído.-Y-continuólajoven-despuésdelosincendiosqueestesiniestroocasionó,fueentrada

asacoporlosturcosylosárabes.Sutranquilidadnodatamásquedesdeladominaciónfrancesa.JuanTaconnatpensó:-¡Tembloresdetierra,incendios,ataques!…Vamos…¡Llegoconcienañosdetardanza!

…Ydigausted,señorita,¿seexperimentanaúnesassacudidas?-No,señor-respondióLuisa.-¡Esunalástima!-¿Cómo… una lástima?- exclamó el señor Desirandelle.-¿Le son a usted precisos

tembloresdetierra,cataclismosdeesegénero,caballero?-No hablemosmás de eso- dijo secamente la señora Desirandelle, pues acabaré por

volverasentirelmareo.Estamosentierrafirme;¡bastaconlosbalanceosdelosbarcos,sinquelasciudadessemuevan!MarcelLornans,aloírlareflexióndelaseñora,nopudomenosdesonreír.-Sientohaberhabladodeesosrecuerdos-dijoLuisa-,puestoquelaseñoraDesirandelle

sehaimpresionado.-¡Oh,hijamía-respondióelseñorDesirandelle-,noselareprochaausted!-Yademás-exclamóelseñorDardentor-,sisobrevinieseuntemblor,detierrayosabría

destruir sus efectos… Un pie aquí, otro aquí, como el coloso de Rodas, y nada semenearía.YClovis,conlaspiernasseparadas,hacíatemblarelpisoconsusbotas,prestoaluchar

contra todaconmocióndelsueloafricano.Desubocaabiertasalióuna tanestrepitosacarcajadaquetodoelmundotomóparteensuhilaridad.Llegada la hora de retirarse, separáronse, no sin que las dos familias se diesen cita

paraeldíasiguiente,a findevisitar laKasbah.Alentraren la fonda,MarcelLornans,muypensativo,sedecíaqueunalistamientoenel7°°decazadoresnoeratalvezelidealdeladichaaquíabajo.Aldíasiguienteporlamañana,lasfamiliasElissaneyDesirandelle,elseñorDardentor

ylosdosparisiensesrecorríanlassinuosidadesdelaantiguaKasbahdeOrán,ahoraunvulgarcuartelquecomunicapordospuertasconlaciudad.Despuésprolongóseelpaseohastaelpueblode losDjalis, justamenteconsideradocomounade lascuriosidadesdeOrán.Duranteestaexcursión,lacasualidad,¡oh!,lacasualidadsolamentehizoqueLuisaconversara muy gustosa con Marcel Lornans, con vivo descontento de la señora deDesirandelle.Por la noche, Clovis Dardentor convidó a comer a «toda la compañía» Una comida

magníficadirigidaporPatricio,muyentendidoenesamateria.La señorita Elissane agradó extraordinariamente a aquel gentleman de librea, que

reconocióenellaunapersonaderaradistinción.Transcurrieron variosdías, y la situación respectivade loshuéspedesde la casadel

CastilloViejonotendíaamodificarse.VariasveceslaseñoradeElissanehabíahabladoasuhijarespectoaAgatocles.Como

mujerpositiva,hacíavaler lasventajaspresentadaspor lasdos familias;EvitabaLuisaresponderalasinsinuacionesdesumadre,laqueasuveznosabíaqueresponderalasdelaseñoradeDesirandelle.Yadviértasequeéstaespoleabadecontinuoasuhijo.-¡Sémásvivo!-lerepetíadiezvecespordía.-SeprocuradejartejuntoaLuisa,yestoy

segura que permaneces a su lado mirando al través de los cristales en lugar de

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cumplimentarla.-Perosiyohablo.-Sí,muevesyremueveslalengua,ynopronunciasdiezpalabrasendiezminutos.-¡Diezminutos!…esmucho.-¡Peropiensaentuporvenir,hijomío!-añadíalamadresacudiéndoleporunbrazo.-Se

trata de un matrimonio que debía marchar como sobre ruedas, puesto que las dosfamiliasestándeacuerdo,y,sinembargo,noestáarregladomásqueamedias.-Sí,puestoqueyohedadomiconsentimiento-respondíainocentementeAgatocles.-No,puestoqueLuisanohadadoelsuyo-replicabalaseñoradeDesirandelle.Y las cosasnoavanzaban; y aunqueel señorDardentor semezclabaenellas alguna

vez,noconseguíasacarchispadelmozo.-¡Es una piedramojada en vez de un pedernal presto a hacer fuego!- pensaba.- Sin

embargo,bastaríaunaocasión.Verdadqueenestacasatanapacible…Noes faltandoelpasocomosesubealasalto.Además, lasdistraccionescuotidianas

comenzabanafaltar.Laciudadhabíasidovisitadahastasusúltimosbarrios.Alpresenteel señor Dardentor sabía de ella tanto como el erudito Presidente de la SociedadGeográficadeOrán,lamásimportantedelaregiónargelina.Yalmismotiempoquesedesesperaban los Desirandelle, desesperábase no menos Juan Taconnat en aquellaciudadbiencimentada,cuyoinquebrantablesuelogozabadeunreposoabsolutoquenodejabahacernada.Por fortuna, ClovisDardentor tuvo una idea, una idea tal como se podía esperar de

semejantehombre.LaCompañíadelosCaminosdeHierroargelinosacababadeanunciarunviajecircular,

a precios reducidos, al Sur de la provincia de Orán. Había para tentar a los másperezosos.Separtíaporuna línea y se volvíaporotra.Entre lasdos, cien leguasqueatravesarporunpaíssoberbio,enunosquincedíasmuybienempleados.Sobre los carteles multicolores de la Compañía destacábase un mapa de la región

atravesadoporunagruesalíneaenziszás.PorcaminodehierroseibaaTlelat,aSaint-DenisdelSig,aPerregaux,aMascara,aSaida.Deaquí,encarruajeoencaravana,sevisitaba Daya, Magenta, Sebdou, Tlemcen, Lamoricière, Sidi- bel- Abbes. En fin, porcaminodehierrosevolvíadeSidi-bel-AbbesaOrán.Pues bien: la idea de este viaje produjo en Clovis Dardentor el entusiasmo que

caracterizaba los actos más insignificantes de este hombre extraordinario. LosDesirandelle aceptaron sin dificultad el proyecto. Los azares del camino, la vida encomún, los servicios que prestar; ¡qué de ocasiones que Agatocles aprovecharía paraagradaralaencantadoraLuisa!La señora deElissane se hizo rogar unpoco.El viaje la asustaba, y después, esto y

aquello.Pero¿quiéneracapazderesistiralSr.Dardentor?Laexcelenteseñoralehabíadichoquenopodíarehusarlenada,yélselorecordóenelmomentooportuno.Enfin,suargumentación fue decisiva.Durante aquella excursión, Agatocles se revelaría bajo unnuevoaspecto.LaseñoritaLuisaleapreciaríaensuvaloryelmatrimonioseefectuaríaalregreso.-Y- preguntó la señora de Elissane- ¿serán de la partida los señores Lornans y

Taconnat?-¡No, por desgracia!- respondió el señor Dardentor.-Dentro de algunos días deben

alistarse,yestolesretrasaríademasiado.LaseñoradeElissanepareciósatisfecha.Perodespuésdeldelamadre,precisoeraobtenerelconsentimientodelahija.Gran trabajo le costó al señorDardentor. La joven experimentaba gran repugnancia

por aquel viaje, durante el cual había de estar en contacto continuo con la familia deDesirandelle.AlmenosenOránlasausenciasdeAgatocleseranfrecuentes.Noseleveíamásquea

lashorasdelascomidas,lasúnicasdurantelasqueabríaseriamentelaboca…ynoparahablar. En el vagón, en el carruaje, en la caravana, estaría siempre allí. Siempre allí;perspectiva que no era para agradar a Luisa. Disgustábala elmozo, y tal vez hubieraobrado cuerdamente declarando a sumadre que jamás consentiría en casarse con él.Peroconocíaaaquellamujerresuelta,tenaz,pocodispuestaaabandonarsusproyectos.Realmente,lomejoreraesperaraquelabuenaseñorallegaseaconocerporsímismalanulidaddelpretendiente.El señor Dardentor desplegó una elocuencia irresistible. Procedía de buena fe,

imaginandoqueel viajedaríaocasiónenprovechodelherederode losDesirandelle, yesperabaqueeldeseodesusantiguosamigosacabaríaporrealizarse.¡Quédisgustomásgrande para ellos si no lo conseguían!… Aunque esto no fuera cosa que pudiera

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conmover a la joven, Clovis obtuvo al fin de ella la promesa de ocuparse en lospreparativosdelapartida.-¡Meloagradeceráustedmástarde!-lerepetía.-¡Meloagradeceráusted!Patricio, al corriente de lo que se trataba, no ocultó a su amo que aquel viaje no

merecía sucompletaaprobación.Habría, sinduda,otros turistas,no se sabíaquiénes;habríaquevivirencomún,ytalpromiscuidad,etc.,etc.Suamoleordenóquetuvieradispuestoslosequipajesparalanochedel10deMayo,

encuarentayochohoras.CuandoelseñorDardentorhizoconoceralosdosjóveneslaresolucióntomadaporlas

familiasElissaneyDesirandelle,así comoporélmismo,apresuróseamanifestarles sudisgusto¡oh!,muyvivo,muysincero,dequeellosnopudiesenacompañarles.Conellosse completaría el encantodeaquella «caravanaen común», tales fueron suspalabras,durantealgunassemanasaltravésdelaprovinciadeOrán.MarcelLornansy JuanTaconnatmostraron tambiénsudisgusto,nomenossinceroy

vivo;peroyahabíantranscurridodiezdíasdesdesu llegadaaOrán,yerahoradequeregularizaransusituación.No obstante, he aquí las preguntas y respuestas que los dos primos cambiaron al

siguientedía,vísperadelaproyectadapartida,despuésdehabersedespedidodelseñorClovisDardentor.-¿Quéhay,Juan?-¿Quéhay,Marcel?-Puesqueunretrasodedossemanas…-¿Duraríamásdequincedías?Creoqueno,niaunenArgelia.-SipartiésemosconelseñorDardentor…-¡Partir, Marcel! ¿ Eres tú el que me hace esa proposición? ¿Tú, que no me has

concedidomásquequincedíasparamispruebasdesalvamento?-Sí… Juan… La verdad es que tú… aquí… en esta población tan tranquila… nada

conseguirás…Mientrasqueeneseviajecircular…¿quiénsabe?Habráocasiones…-Sí,Marcel.Sepuedenencontrar.Elagua,elfuego,elcombatesobretodo.¿Yesaidea

hanacidoparabuscarmeocasionesnadamás?-¡Sóloporeso!-respondióMarcelLornans.-¡Farsante!-respondióJuanTaconnat.

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X

ENELQUESEOFRECEUNAPRIMERAYFORMALOCASIÓNENELCAMINODEHIERRODEORÁNASAIDA.

ElviajeorganizadoporlaCompañíadeferrocarrilesargelinoseraparaagradaralosturistasdeOrán.Asíesqueelpúblicoaceptócongustoaquel itinerariodeseiscientoscincuentakilómetrosal travésde laprovincia,oseatrescientosenvagónytrescientoscincuentaencarruajesuotrosmediosdetransporteentreSaida,Daya,Sebdou,TlemcenySidi-bel-Abbes.Comoseve,unsimplepaseoquelosaficionadospodíanefectuarasuelección desde Mayo a Octubre, es decir, durante los meses del año en que no sonsensibleslasvariacionesatmosféricas.Además,convieneinsistirenello,nosetratabadeningunodeesosviajeseconómicos

delasagenciasLubin,Cook,uotrasquesujetanalviajeroaunitinerarioimperiosoyleobliganavisitarenelmismodíaya lamismahora lasmismasciudadesy losmismosmonumentos, programa molesto que se había procurado evitar. No, y Patricio seengañaba en esto. Ninguna obligación, ninguna promiscuidad. Los billetes eranvalederosparatodalabuenaépoca.Separtíacuandosequería,ycadaunosedeteníaasugusto.Deestafacultadcomúnatodos,resultóquelaexpedicióndel10deMayonosecomponía más que de unos treinta excursionistas. El itinerario había sido elegidocuidadosamente. De las tres subprefecturas que posee Orán,Mostaganem, Tlemcen yMascara, dicho itinerario atravesaba las dos últimas, y de las subdivisiones militares,Mostaganem,Saida,Orán,Mascara,TlemcenySidi-bel-Abbes,secomprendíantres.Enestos límites, la provincia que limita al N. el Mediterráneo, al E. el departamento deArgel, alO. elMaroc, y el Sahara al S., presenta aspectos variados,montañas de unaalturasuperioramilmetros,bosquescuyasuperficietotalnoesinferioracuatrocientasmilhectáreas,lagos,ríos,elMacta,elHabra,elChelif,elMekenayelSig.Silacaravananorecorríatodalaprovincia,porlomenosvisitaríalosmáshermososterritorios.Aquel día Clovis Dardentor no faltó al tren, como había faltado a la salida del

paquebote.Antesqueningunoestabaenlaestación.Iniciadordelviaje,cumplíaconsudeberadelantándoseasuscompañeros,losqueestabandeacuerdoenverenélaljefedelaexpedición.Fríoysilencioso,Patricioestabajuntoasuamo,enesperadelosequipajesquedebía

facturar,equipajesnomuymolestos.Algunasmaletas;algunossacosymantas;nadamásquelopreciso.Eranyalasochoymedia,yeltrenpartíaalasnueveycinco.-Ybien-exclamóDardentor.-¿Enquépiensanuestrasmalaquenoasomalanariz?Porencontrarseenpaís árabe,Patricio aceptóaquellapalabra indígena, y respondió

queveíaungrupoqueseacercabaalaestación.EralafamiliadeDesirandelleconlaseñoraylaseñoritaElissane.Dardentorlessaludó

cordialmente. ¡Se consideraba tan feliz con que sus antiguos amigos de Francia y susnuevos amigos de África hubieran aceptado su proposición! A creerle, aquel viaje lesdejaría recuerdos imperecederos. La señora de Elissane parecíale que gozaba deexcelente salud aquella mañana. La señorita Luisa estaba deliciosa con su traje deturista.¡Quenadiesemolestaseenbuscarsitio!Estoeracosasuya.Éltomaríabilletesparatodos.Despuésarreglaríancuentas.Respectoalosequipajes,eraesteasuntodelaincumbenciadePatricio.Sepodíaconfiarenelminuciosocuidadoqueponíaensusactosmásinsignificantes.Enloqueserefiereaél,aDardentor,detodosuserbrotabacomounafuentedebuenhumor.Lasdosfamiliasentraronenlasaladeespera,abandonandoaPatricioalgunosbultos

que no deseaban llevar en el vagón. Lo mejor sería dejarles en consigna durante lasparadasenSaint-DenisdelSig,enMascara,hastalallegadaalaestacióndeSaida.DespuésdesuplicaralaseñoradeDesirandelleyaAgatoclesquepermaneciesencon

la señora de Elissane y Luisa, Clovis Dardentor, con paso ligero- un silfo-, y el señorDesirandelleconpasopesado-unpaquidermo-,secolocaronanteeldespachoenqueseexpendíanlosbilletescirculares.Unosveinte,viajerosimpacientesformabancola.Yentreellos,¿aquiénvioprimeroelseñorDesirandelle?AlseñorEustacheOrientalen

persona, al Presidente de la Sociedad Astronómica deMontelimar, con su inseparableanteojoenbanderola.¡Sí!Aqueloriginalsehabíadejadoseducirporelincentivodeunviajedequincedíasapreciosreducidos.-¡Cómo!-murmuróelseñorDardentor.- ¡Tambiénvaél!Seráprecisoprocurarqueno

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ocupeelmejorsitioenlamesa,nisesirvalosmejorestrozos.¡Quédiablo!¡Lasseñorasantetodo!No obstante, cuando el señor Oriental y el señor Dardentor se encontraron ante la

ventanilla del despacho, creyeron deber cambiar una inclinación de cabeza. El señorDardentor tomó seis billetes de primera clase para la familia Desirandelle, la familiaElissaneyél,yotrodesegundaparaPatricio,quénohubieseaceptadoviajarentercera.Casi en seguida sonó la campana, abriéronse las puertas de la sala de espera, y los

viajerosafluyerontodosalandénenqueesperabaeltrenLos pasajeros son bastante numerosos en este tren directo de Orán a Argelia, que,

comodeordinario,nosecomponíamásquedeunamediadocenadecarruajes.Por lodemás,losturistasdebíanabandonarleenPerregauxafindetomarlavíaférreaquebajahaciaelSur,endireccióndeSaida.Seis personas no encuentran fácilmente asiento en unmismo departamento cuando

hay afluencia de viajeros. Por fortuna, Clovis Dardentor, fácil para dar propinas,consiguió, gracias al celo de un empleado, acomodarse con sus compañeros en undepartamento cuyos dos sitios sobrantes estuvieron ocupados en seguida. Así, pues,quedó completo. Acomodáronse las señoras y caballeros.Conviene advertir queClovisDardentorestaba frenteaLuisaElissane, yqueambosocupaban losángulosdeaquelladodelvagón.AlSr.Orientalnoselehabíavueltoaver,niestoinquietabaanadie.Debíadehaber

subidoalprimervagón,yseguramenteseveríasuanteojosaliendoporlaventanilla.Aquellapartedeltrayectoesdeunossetentakilómetros,entreOránySaintDenisdel

Sig,sitioenqueelindicadormarcabalaprimeraparada.Alasnueveycincoenpunto,señaldeljefe,ruidodelasportezuelasalcerrarse,silbidoestridentedelalocomotoraytrepidacióndeltrenalpasarporlasplacasgiratorias.AlsalirdelacapitaldeOrán,loqueprimeramentellamalaatencióndelviajeroesun

cementerioyunhospitalsituadosaladerechadelavía;dosedificiosdelqueelunoescomplementodelotroycuyoaspectonotienenadaderecreativo;aladerechaunaseriedealmacenesmásalláaparecelaverdecampiña,demásalegreaspecto.EsteeraelpaisajequeseofrecíaalasmiradasdelseñorDardentorydesugraciosa

vecina. Seis kilómetros más allá y costeado el lago Morselli, detúvose el tren en laestacióndelaSenia.Adecirverdadapenassipuededistinguirseelpueblosituadoamildoscientos metros en el punto en que se bifurca el camino departamental de Orán aMascara.Cincokilómetrosmásallá,despuésdehaberdejadoaladerechaelantiguofuertede

Abd-el-Kader,hubounaparadaenlaestacióndeValmy,dondelalíneaférreacortaelcaminoindicado.AlaizquierdaseextiendeunanchosegmentodellagodeSebgha,cuyaalturallegaa

cercadenoventaydosmetrossobreelniveldelmar.Desde sus asientos, Clovis Dardentor y Luisa no vieron aquel lago más que

imperfectamente.Entodocaso,yporvastoquesea,nohubieraobtenidomásqueunadesdeñosamirada de Juan Taconnat, pues sus aguas se encontraban yamuy bajas enaquellaépoca,ynotardaríanensecarseporcompletoalosardoresdelaestacióncálida.HastaentoncesladireccióndelalíneahabíasidoSE.,perocambiósecercadelpueblo

deTlélat,dondeprontollegóeltren.ClovisDardentorsehabíaprovistodeunplanodetelaaplieguesrectangulares,que

comprendía el itinerario del viaje, cosa que no era para asombrar tratándose de unhombretanpráctico.Dirigiéndoseasuscompañerosdijo:-AquíseunelalíneadeSidi-bel-Abbes,quenosvolveráaOránalregresodenuestra

excursión.-Pero- preguntó el señor Desirandelle-, ¿acaso esta línea no se prolonga hasta

Tlemcen?-DebeprolongarsedespuésdebifurcarseenBoukhanefes,peronoestáaúnterminada.-Esfastidioso-dijolaseñoradeElissane.-Sihubiéramospodido…-¡Bondad divina, mi querida señora!- exclamó Clovis Dardentor.- Eso hubiera sido

suprimirnuestrocaminoencaravana.Desdeel interiordeunvagónpocoes loqueseve…¡AsíesqueestoydeseandollegaraSaida!¿Nopiensaustedasí,señoritaLuisa?¿CómonohabíadeserlajovendelaopinióndelseñorDardentor?ApartirdeTlélat,elcaminodehierrosedirigiódirectamentehaciaelE.,atravesando

losarroyossinuososymurmuradorestributariosdelSig.DescendióeltrenhaciaSaint-Denis,despuésde franquearel ríoMacta,quevaaarrojarseenunavastabahíaentreArzeuyMostaganem.

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Losviajeros llegaronaSaint-Denisa lasonceyalgunosminutos; lamayorparte seapeódelosvagones.Elprogramaparticulardel señorDardentor indicabaundíayunanochepasadosen

aquel pueblo, del que se partiría al día siguiente a las diez. Como sus compañerosdejaban a su cargo los detalles del viaje, estabadecidido a seguir punto por punto sudivisa:transirevidendo.Clovis fue el primero que abandonó el vagón, no dudando que sería seguido por

Agatocles,yqueésteseapresuraríaaofrecerlamanoaLuisa.PeroeldeplorablejovenfueadelantadoporLuisa,queconayudadeDardentordescendiórápidamente.-¡Ah!-dijoella,dejandoescaparundébilgritoalvolverse.-¿Sehahechousteddaño,señorita?-preguntóDardentor.-No…no…-respondióLuisa.-Muchasgracias…Perocreíque…-¿Qué?…-YocreíaquelosseñoresLornansyTaconnatnoformabanpartedelaexpedición.-¡Ellos!-exclamóDardentorconvozrecia.Ydandounavuelta,seencontróenpresenciadesusamigos,alosqueabriólosbrazos,

mientraslosjóvenessaludabanalaseñoradeElissaneyasuhija.-¡Ustedes!…¡Ustedes!…-repetía.-¡Nosotros!-respondióJuanTaconnat.-¿Yelalistamientoal7.°°decazadores?-Hemospensadoquedisponíamosdequincedías…yconobjetodeaprovecharlos…-

dijoMarcel.-Noshaparecidoqueunviajecircular…-añadióJuan.-¡Ah!¡Excelenteidea!-exclamóDardentor.-Y¡quéalegríanosproduceatodos!¿Atodos?Eramuchodecir…SinhablardeLuisa,¿quéefectoproducíaelincidenteala

señoradeElissaneyalosDesirandelle?Muymalo.Deformaquelossaludosqueconlosdosparisiensescambiaronfueronmuy

fríos.RespectoaClovis,nohabíadudaqueprocedíadebuenafecuandodijoalaseñoradeElissanequeniMarcelLornansniJuanTaconnatlesacompañarían…Perotalvezsemostrabasatisfechoendemasía.-¡Hasidounainspiración!-exclamó.-Cuando llegamos a la estación, el tren iba a partir- dijo Juan Taconnat. Me había

costadotrabajodecidiraMarcel…,amenosquenohayasidoélquienhayaluchadoparadecidirme.Ensuma,vacilacioneshastaúltimahora.En fin,ClovisDardentorysusmalaestabanenSaint-DenisdelSig, laprimeraetapa

delviaje,ylosdosjóvenesfueronadmitidosenlacaravana.Enelmomentoeraprecisobuscar una fonda donde almorzar, comer y dormir de modo conveniente… No sesepararían,nohabríadosgrupos:elgrupoDardentoryelgrupoLornans-Taconnat.No.Esta resolución alegró a unos y desagradó a otros; pero nadie manifestó sus

impresiones.-Decididamente-murmuró JuanTaconnat-, este hombre tienepara nosotros entrañas

depadre.De haber desembarcado los turistas en Saint- Denis del Sig cuatro días antes- el

domingo,envezdelmiércoles-,hubieranencontradoalgunosmillaresdeárabes,yporserdíademercado, lacuestiónde la fondasehabríaresueltoconmenos facilidad.Deordinario,lapoblacióndeaquelpuntosereduceaseismilhabitantes,cuyaquintaparteesdeorigenjudío,máscuatromilextranjeros.Enlafondasealmorzóalegremente,conalegríainmensa,delaqueDardentorhizoel

mayor gasto. Con la idea de llegar poco a poco a una franca intimidad con suscompañerosdeviaje,losdosparisiensessemantuvieronenunadiscretareserva.-Vamos…nolesconozcoaustedes-observóDardentor.-Elviajeleshatransformado…

Ustedes…tanalegres.-Esefectodelaedad-respondióJuan.-Nosomostanjóvenescomousted.-¡Ah!…Yahoraquerecuerdo…NohevistoalseñorOrientalenlaestación.-¿Esqueesepersonajeplanetarioibaeneltren?-preguntóMarcel.-Sí…,eindudablementehabrácontinuadohaciaSaida.-¡Diablo!…-dijoJuan.-Unhombredesuespecievaadevorarlotodoasupaso.Terminadoelalmuerzo,ycomonosedebíapartirhasta lamañanadelsiguientedía,

convinieronendedicareldíaavisitaraSaint-DenisdelSig.Estospueblosargelinosseparecenextremadamentea lascapitalesdecantónde lamadrepatria, ynada faltaenellos,nicomisariodepolicía,nijuezdepaz,ninotario,nirecaudadordecontribuciones,nigendarmes.Saint- Denis del Sig posee algunas calles bastantes bellas, plazas regularmente

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trazadas,excelentesplantaciones,plátanos sobre todo,unabonita iglesiadeeseestilogóticodelsigloXII.Enrealidad,susalrededoressonlosquemerecenlaatencióndelosturistas.Pasearon, pues, por los alrededores. El señor Dardentor hizo admirar a aquellas

señorasquepornadaseinteresaban,yalosdosprimos,cuyaimaginaciónestabaenotraparte-probablemente en el porvenir-, tierras de excepcional fertilidad, soberbias viñas,que tapizaban el macizo abandonado, sobre el que se apoya el pueblo, especie defortalezanatural fácildedefender.Nuestrohéroepertenecíaaesacategoríadegentesqueseadmiranúnicamenteporquenoestánensucasa,yalosquenosedebeconfiarlaredaccióndeunaGuíadeviajeros.Elpaseofuefavorecidoporunbuentiempo.SesubióporelríoSighastaelpuntoen

quelasaguasrefluyensobrecuatrokilómetros,ycuyacabidaesdecatorcemillonesdemetroscúbicos,destinadosalriegodeloscultivosindustriales.Algunavezhacedido,ycederá más; pero los ingenieros vigilan, y desde el momento en que vigilan losrepresentantesdeestedoctocuerpo…nadahayquetemer…segúnellos.Después de tal excursión, la excusa del cansancio era muy admisible. Así es que,

cuandoClovisDardentorhablódeunavisitaqueexigiríaunacaminatadealgunashoras,la señora de Elissane y la de Desirandelle, a la que creyó deber unirse su marido,pidieroncompasión.LuisalesdebíaacompañaralafondabajolaproteccióndeAgatocles.¡Qué ocasión para que el pretendiente ofreciera el brazo a su futura, de no estar

amputadodelosdos…enlomoral,seentiende!MarcelLornansyJuanTaconnathubierandeseadoregresarconlasseñoras,peroles

fueprecisoresignarseaseguiralseñorDardentor.Habíaseleaéstepuestoenlacabezairavisitar,aochokilómetrosdeallí,unagranja

dedosmilhectáreas, laUnióndelSig,cuyoorigenfalansterianoremontaalaño1844.Porfortuna,eltrayectopudoefectuarseenmulassingranretrasonifatiga.Alatravesaraquelcamporicoytranquilo,JuanTaconnatdijo:- ¡Esto es desesperante!Hace sesenta y cuatro años, cuando la gente se batía para

tomarposesióndelaprovinciadeOrán,talvezhubierayopodido…Enfin,ningunaocasióndesalvamentosehabíapresentadocuandolostresregresaron

alafondaparacomer…Laveladanoseprolongómuchotiempo.Alasnueve,cadaunosefueasucuarto.Agatocles,quenosoñabajamás,nosoñóconLuisa,yLuisa,queteníasueñosdeliciosos…nosoñóconAgatocles.Al día siguiente, a las ocho, Patricio llamó a todas las puertas con golpes discretos.

Obedecióse a la señal del puntual criado y se tomó un desayuno de café o chocolate,segúnelgustodecadacual.Pagóse la cuentade la fonda, y todos,pedestremente, sedirigieronalaestación.Esta vez el señor Dardentor y sus compañeros ocuparon un departamento para

efectuarelcortotrayectoentreSaintDenisdelSigylaestacióndelPerregaux.TrasunabreveparadaenMocta-Douz,aldeaeuropeasituadaadiezysietekilómetros

deSaintDenis,detúvoseeltrenochokilómetrosmásallá.Perregaux, simple aldea de tres mil habitantes, de los que mil doscientos son

indígenas, es regada por el Habra, en el centro de una planicie de treinta y seis milhectáreasdeunafecundidadmaravillosa.EnestepuntosecruzanelcaminodehierrodeOránaArgelyeldeArzeu,puertodela

costaseptentrionalquedesciendehastaSaida.TrazadodeNorteaSuraltravésdelaprovincia,ysirviendoalosinmensosterrenosen

queserecogeelalfa,seprolongaráhastaAin-Safra,casilafronteramarroquí.Losturistastuvieron,pues,quecambiardetrenenestaestación,yveintiúnkilómetros

másalládetuviéronseenCrève-Cæur.Enefecto:lalíneadeArzeuaSaidadejaaMascaraaladerecha.Quemar,comosedice

a esta capital, tal vez hubiera correspondido al estado de ánimo de Juan Taconnat enbuscadeincendios.PeroClovisDardentorhubieraprotestado,pueselprogramacircularcomprendía a Mascara. Para los veinte kilómetros que había que andar, los cochespreparadosporlaCompañíaesperabanantelaestaciónadisposicióndelosturistas.Elmismo ómnibus recibió a la sociedad Dardentor, y la casualidad hizo queMarcel

LornansocupaseelasientojuntoaldeLuisa.Jamásveintekilómetrosleparecierontancortos,noobstantelalentitudconquecaminóelómnibus,porlarazóndequeelcaminosubehastalacurvacientotreintaycincometrossobreelniveldelmar.En fin, corto o no, a las tres horas y media se terminó el viaje. Conforme al plan

adoptado,losviajerosdebíanpasarenMascaralanochedel11yeldía12,ypartirparaSaida.

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-¿Porquénotomamoseltrenestanoche?-preguntólaseñoradeElissane.-¡Oh,queridaseñora!-respondióDardentor…-Noloquerráusted,ysiloquiereyyo

tuvieraladebilidaddeobedecerla,meloreprocharíaustedtodalavida.-Madre- dijo Luisa riendo-, ¿podrías exponer al señor Dardentor a tan largos

reproches?-Y tan justificados- añadióMarcelLornans, cuya intervenciónpareció complacera la

señoritaElissane.-¡Sí, justificados!- respondió el señor Dardentor-, pues Mascara es una de las más

lindasciudadesdeArgel,ynoseráperdidoeltiempoquelaconsagremos.Yoquieroqueellobomecomadesdelanucaallomo…-¡Hum!-dijoPatricio.-¿Estásconstipado?-lepreguntósuamo.-No…Hequeridocazaratiempoellobodelseñor.-¡Animal!Enfin,lacaravanaseavinoalosdeseosdesujefe.Mascara es una ciudad fuerte. Acostada sobre la vertientemeridional de la primera

cordilleradelAtlas,alpiedeChareber-Rih,dominalaespaciosallanuradeEghris.Tresríos afluyen a ella: elOued- Toudman, el Ain- Beida y el Ben- Arrach.Conquistada en1835porelDuquedeOrleansyelmariscalClauset,yabandonadacasienseguida,nofuereconquistadahasta1.841porlosgeneralesBugeaudyLamoricière.Antesdecomer,losturistaspudieronreconocerqueelseñorClovisDardentornohabía

exagerado.Mascaraestáenunaposicióndeliciosa,entredoscolinas,porlasquecorreelOued-Toudman.Pasearonporsuscincobarrios,delosquecuatroestánrodeadosporunboulevardplantadodeárboles,yporladichamuralladeseispuertasdefendidapordieztorresyochobaluartes.AlcabolosviajerossedetuvieronenlaPlazadeArmas.-¡Quéfenómeno!-exclamóelseñorDardentor,plantándoseconlaspiernasseparadasy

losbrazosenaltoanteunárbolenormededoscientosotrescientosaños.-¡Elsoloformaunbosque!-respondióMarcelLornans.Era unmoral quemerecía tener su leyenda, y sobre el que sin abatirle han pasado

variossiglos.ClovisDardentorlearrancóunahoja.-¡ElprimertrajedeloselegantesdelParaísoterrenal!dijoJuanTaconnat.-¡Yqueseconfeccionasinmodistas!-añadióDardentor.En fin, una excelente y copiosa comida devolvió las fuerzas a los turistas. No se

escatimó ese vino deMascara, que ocupa un sitio privilegiado en las bodegas de losaficionadosverdaderos.Después,comolavíspera,lasseñorasseretirarontemprano.Noselesexigíaquepermaneciesenenpiehastaelalba.AlosseñoresDesirandelle,padreehijo,selespegabanlassábanas.Selesveríaalahoradelalmuerzo.Latardeseríadedicadaalosprincipalesedificiosdelaciudadenunavisitaencomún.Enconsecuenciadeesteplan,aldíasiguiente,alasocho,lostresinseparablesestaban

en el barrio del comercio. Los antiguos instintos de negociante o industrial habíanatraídoaltonelero,excitadoporelburlóndeTaconnat,congrandisgustodeMarcel,alque losmolinos de aceite y harina, y las fábricas indígenas no interesabangran cosa.¡Ah! ¡Si la señoritaElissanehubiera sido confiada a los paternales cuidadosdel señorDardentor!Peronoestabaallí,yaaquellahoraapenassiempezabanaabrirsesuslindospárpados.Durante el paseo por las calles de aquel barrio,, Clovis Dardentor hizo algunas

compras, entre ellas un par de zerdanis, con los que contaba vestirse en oportunaocasióncomolosárabesdelÁfricadeSur.Almediodía,reconstitucióndelasociedadyvisitaalastresmezquitasdelaciudad;la

primera, la de Ain- Beida, que data de 1761, y en la que Abd- el- Kader predicaba laguerrasanta;lasegundatransformadaeniglesiaparalafabricacióndelpandelalma;latercera en tahona para la fabricación del pan del cuerpo (textual de Juan Taconnat).Después de la plaza de Gambetta, adornada con elegante fuente de pilón de mármolblanco, visitaron sucesivamente el Beylik, que es un antiguo palacio de arquitecturaárabe;laoficinaárabe,deconstrucciónmorisca;eljardínpúblicoysusplantacionesdeolivos e higueras, con cuyas frutas hacen una especie de torta, de la que ClovisDardentor se hizo servir en la comida, declarándola excelente, y Juan Taconnat deexcelentísima.AlasochoelómnibusrecogiósusviajerosyabandonóaMascara.Estavezelvehículo,enlugardevolveraCrive-Cæur,subióhacialaestacióndeTizi,

atravesandolallanuradeEghris,cuyasviñasproducenunvinoblancodegranfama.El tren partía a las once. Aquella noche, aunque Clovis Dardentor sembrara las

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monedas de cuarenta sueldos al paso de los empleados, se produjo la división de sugente.En efecto: el tren, compuesto de cuatro coches, estaba casi lleno. De aquí que la

señoradeDesirandelle,ladeElissaneysuhijanopudieronencontrarsitiomásqueenelreservadodeseñoras,yaocupadopordosviejas.ElseñorDesirandelleintentóqueseleadmitieraenelmismodepartamento;perobajo lareclamaciónde lasdos irreductiblesviajeras,quesuedadhacíaferoces,tuvoquedesistir.ClovisDardentorlehizosubirconélaldepartamentodefumadores,refunfuñando:-¡Qué Compañías! ¡En África se es tan estúpido como en Europa! ¡Economía en los

coches,sinhablardelaseconomíasdeempleados!Comoenaqueldepartamentohabíayacincoviajeros,quedabasólounsitiovacante,

instaladoslosseñoresDesirandelleyDardentor.-¡Pormife!-dijoJuanTaconnatasuprimo.-Prefieroirconél.NoteníaMarcelLornansnecesidaddepreguntaraquiénseaplicabaaquelpronombre

personal,yriendorespondió:-Tienesrazón…Sube…Nosesabeloquepuedesuceder.Encuantoaél,noledisgustabairauncarruajemenosocupado,dondepodríasoñara

sugusto.Elúltimodeltrenconteníatresviajerossolamente,yocupóunsitioenél.Lanocheeraobscura,sinlunaniestrellas,elhorizontebrumoso.Porlodemás,elpaís

no ofrecía nada de curioso por aquella parte, que atraviesan los territorios decolonización.Sólogranjas,envueltasentrelabruma.MarcelLornans,reclinadoensurincón,seabandonóaesossueñosquesetienensin

dormir.PensabaenLuisaElissane,enelencantodesuconversación,enlasgraciasdesupersona.¡NoeraposiblequesecasaseconAgatocles!¡Eluniversoenteroprotestaría,yelseñorDardentoracabaríaporhacerseecodeluniverso!-¡Froha!…¡Froha!…Este nombre, que parece un grito de cuervo, fue arrojado por la voz estridente del

conductor.Ningúnviajerobajódesudepartamento,enelqueel jovensemecíaensuspensamientos… ¡Él la amaba!…¡Sí!…¡Amaba a aquella joven encantadora!Esto databadesdeeldíaenquelahabíavistoporvezprimerasobreelpuentedelArgelés.Fuecomoelrayoquedesgarralasnubescuandoelcieloestásereno…-¡Thiersville!…¡Thiersville!-gritaronveinteminutosdespués.Elnombredeestecélebreestadistaaplicadoaunaestacióndepocaimportancia-una

aldeadealgunascasasárabes-,nosacóaMarcelLornansdesusueño,yLuisaElissaneeclipsóporcompletoal«ilustrelibertadordelterritorio»Caminabael trenapocavelocidad,subiendohacia laestacióndeTraria,sobreelrío

delmismonombre,cuyaalturaesdecientoveintiséismetros.EndichaestaciónseapearonlostrescompañerosdeMarcelLornans,quequedósolo

eneldepartamento.De la posición vertical pasó a la horizontal,mientras el tren, después del pueblo de

Charrier, rodeaba la base de las montañas llenas de árboles hasta las cumbres. Suspárpados se entornaron, y aunque procuró resistir al influjo de un sueño que tal vezdesvaneciera la dulce imagen de su pensamiento, sucumbió al fin, y el nombre deFranchettifueelúltimoqueoyó.¿Cuántotiempodurmióyporqué,mediodespierto,sintióunprincipiodesofocación?

De supecho se escapabangemidosprecipitados…seahogaba; faltábale el aliento.Unhumoacre llenabaeldepartamento,alquesemezclaban llamasfuliginosasquesubíanactivadasporlamarchadeltren.MarcelLornansquisolevantarseafinderomperuncristal…Cayómedioasfixiado.Yunahoradespués,cuandoeljovenrecobróelsentidoenlaestacióndeSaida,gracias

a los cuidados que se le suministraron, cuando volvió a abrir los ojos, vio al señorDardentor,aJuanTaconnatytambiénaLuisaElissane.Elincendiosehabíadeclaradoensuvagón,ycuandoeltrensedetuvoaunaseñaldel

conductor,ClovisDardentornodudóenarrojarseenmediodelasllamas,arriesgandosuvidaporsalvarladeMarcelLornans.-¡Ah,señorDardentor!-murmuróésteconvozllenadeagradecimiento.-¡Vaya, vaya!- respondió éste.- ¿Cree usted que yo iba a dejar a usted que se asara

comounpollo?…SuamigoJuanousted,hubieranhecholomismopormí.-¡Ciertamente!-exclamóJuan.-Peroestavez…hasidousted…;loquenoeslomismo.YañadióenvozbajaaloídodeMarcel:-Decididamente,¡notengosuerte!

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XI

QUENOESMÁSQUEUNCAPÍTULOPREPARATORIOPARAELSIGUIENTE.

Erallegadoelmomentodeformarlacaravana.ParairdesdeSaidaaSidi-bel-Abbesnohaylíneaférrea;loscarrossustituiríanalferrocarril.Había que recorrer una extensión de trescientos cincuenta kilómetros, o sea cien

leguas,en lasmásagradablescondiciones, según repetíael señorDardentor.Se iríaacaballo,enmulo,encamello,encarruaje,al travésdeaquellos interminablesbosques,queenlosmapasaparecencomoverdescestasbañadasporlareddelosarroyosdelamontañosaregión.Desde lapartidadeOrán,yduranteel recorridodecientosetentayseiskilómetros,

eranotorioqueelherederodelosDesirandellenosehabíaacercadoalobjetoaqueleempujaba su familia. Por otra parte, ¿cómo la señora de Elissane no había de habernotadoqueMarcelLornansbuscabalasocasionesdeaproximarseasuhija,ydehacer,enunapalabra,todoloqueelimbécildeAgatoclesnohacía,aunquetuvieraelderechodehacerlo? ¿EraLuisa sensible a las atencionesdel joven?Sí, tal vez, perode ahí nopasaba,serespondíalaseñoradeElissane.Yalfindecuentas,ellanoeramujerqueseretractase.JamásLuisa,alaquesermonearíaencasonecesario,seatreveríaanegarsuconsentimientoalmatrimonioproyectado.RespectoaJuanTaconnat,¿podíaencontrarsesatisfecho?-Puesbien,¡no!-exclamóaquellamañana.MarcelLornansestabaaunenelcuartodelafondaalquehabíasidotransportadola

víspera, y extendido sobre el lecho, en plena posesión, es cierto, de sus facultadesrespiratorias.-¡No!-repitió-,yparecequetodas,lasdesventurasdelmundosecombinan.-¡Nocontramí!-dijosuprimo.-¡Tambiéncontrati,Marcel!-No,puesnuncatuvelaintencióndeconvertirmeenhijoadoptivodelseñorDardentor.-¡Diablo!¡Eselenamoradoelquehabla!-¿Cómo…elenamorado?-EsclarocomolaluzquetúamasalaseñoritaLuisaElissane.-¡Chist!,Juan.Siteoyeran…-Ycuandomeoyeran,¿quésesabríaqueyanosesepa?¿Esqueestonoesclarocomo

laluz?¿HacefaltaelanteojodelSr.Orientalparaverlo?¿AcasolaseñoradeElissanenocomienzaapreocuparse?¿EsquelosDesirandelle,padre,madreohijo,nodesearíanquetefuesesconmildiablos?-¡Exageras,Juan!-¡No!Sólounoloignora:elseñorDardentor…ytalveztambiénlaseñoraElissane.-¡Ella!¿Túcrees?-preguntónuevamenteMarcelLornans.-Vaya,cálmate,señorasfixiadodeayer.¿Esqueunajovenpuedeengañarserespectoa

ciertoslatidosdesucorazón?-¡Juan!-En cuanto al desdén que siente por esa obra maestra de los Desirandelle; que

respondealnombredeAgatocles…-Sabe,mipobreamigoJuan,quelaseñoritaElissanemehavueltoloco.-¡Loco!,ésaes lapalabra;porque¿dóndetellevaráesto?Evidenteesquelaseñorita

Elissaneesencantadora,ytambiényolahubieraadorado.Peroestácomprometida;ysien este matrimonio falta la inclinación, las conveniencias le exigen y el deseo de lospadres respectivos. Trátase de un edificio cuyos cimientos se han echado desde lainfanciadelosnovios;y¿tútefigurasquevasaderribarledeunsoplo?-Yonomefiguronada,ydejoirlascosas…-Puesbien;hascometidounatorpeza,Marcel.-¿Cuál?-Ladeabandonarnuestrosprimerosproyectos.-Prefierodejartelaplazalibre,Juan.-Y,sinembargo,reflexiona,Marcel.Sillegasahacerteadoptar…-¡Sí…tú!CalcúlatecortejandoalaseñoritaElissaneconunabuenabolsaenlamano,

envezdelosgalones,hundiendoaAgatoclescontusuperioridadpecuniaria,sinolvidarla influencia que tu padre adoptivo, que está encantado de Luisa, pondría a tu

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disposición.¡Ah!élnodudaríaenhacerlasuhijaadoptiva,silaProvidenciaquisieraquelesalvaseenuncombate,delasolasodelasllamas.-¡Cómodisparatas!-Disparatocontodoloseriodeunarazóntrascendente,ytedoyunbuenconsejo.-Vamos,Juan;confesarásquenohecomenzadobien.Sedeclaraunincendioeneltren,

ynosolamentenosoyyoquiennosalvaalseñorDardentor,sinoqueéstemesalvaamí.-¡Diablo! Marcel, ¡cuestión de suerte! Y ahora que lo pienso, puesto que estás en

condicionesdeadoptar,adoptaalseñorDardentor.¡Alfinyalcaboelresultadoseráelmismo!Adóptale,yéldotaráasupadre.-¡Imposible!-exclamóMarcelriendo.-¿Porqué?-Porqueesprecisoqueeladoptanteseademásedadqueeladoptado.-¡Ah,queridoMarcel!¡Todosalealrevés!…;y¡quédifícilesprocurarseunapaternidad

porlosmedioslegales!Enestemomentooyóseunavozsonoraenelpasillo.-¡Esél- dijo JuanTaconnat,-ClovisDardentor sepresentóalegre, expansivo, ydeun

saltollegódesdeelumbralallechodeMarcelLornans.-¡Cómo!-exclamó.-¿Aunenlacama?¿Estáusted,enfermo?¿Esquerespiraustedcon

dificultad?¿Esmenesterquese leecheaireen lospulmones?¡Puesyotengoelpechollenodeunoxígenosuperior,delqueposeoelsecreto!-¡SeñorDardentor…,salvadormío!-dijoMarcelirguiéndose.-¡No!…¡No!-Sí… sí- respondió Juan Taconnat- Sin usted ya estaría asfixiado; sin usted estaría

asado,quemado;sinusted,noquedaríadeMarcelmásqueunpuñadodecenizas,ymiúnicamisiónseríallevarlaenunaurna.-¡Pobrejoven!;¡pobrejoven!-repetíaelseñorDardentor,levantandolasmanoalcielo.Despuésañadió:-Ynoobstante,¡esverdadqueyolehesalvado!Ylemirabaconcariñososojos;yleabrazóenunverdaderoaccesodeemociónaguda,

quepasaríatalvezalestadocrónico.Hablaron de cómo se había declarado el incendio en el departamento ocupado por

Marcel Lornans… Probablemente por efecto de alguna chispa de la locomotora quepenetró por la ventanilla abierta. Después las colchonetas quemadas, el incendio enaumentoporlavelocidaddeltren…-¿Yesasseñoras?-preguntóMarcelLornans.-Estánbien,yhanvueltodesuespanto,miqueridoMarcel.-¡Ya,miqueridoMarcel!-pareciódecirJuanTaconnatmoviendolacabeza.-¡Pueslemiroaustedcomoaunhijo!-insistióDardentor.-¡Cómoasuhijo!-murmuróelprimo.-Y-continuó,elbuenhombre,-¡sihubiera,ustedvistoalaseñoritaElissane,cuandoel

trensedetuvo,precipitarsehaciaelvagónentrelasllamas!¡Sí!¡Tandeprisacomoyo!Ycuandoyoledepositéaustedsobrelavía,¡silahubieraustedvistotomarsupañueloyverteralgunasgotasdeun frascodesales…yhumedecerleausted los labios! ¡Ah!,elestadodeustedlacausómiedo,yhecreídoqueibaadesmayarse.MarcelLornans,másconmovidodeloquehubieradeseadoaparecer,cogiólasmanos

delseñorDardentory leagradeció todo loqueporélhabíahecho…suscuidados…,elpañuelodelaseñoritaLuisaElissane…Bien…Nuestrohéroeseenternecióysusojossehumedecieron.-¡Unagotadelluviaentredosrayosdesol!-sedijoJuanTaconnat,quecontemplabael

conmovedorcuadroconaireligeramenteburlón.-En fin,míqueridoMarcel, ¿esquenopuedeustedabandonar el lecho- preguntó el

señorDardentor.-Meibaalevantarcuandoustedhaentrado…-¡Sipuedoayudarleausted!y…-¡Gracias!…¡Gracias!…Juanestáaquí.-Esqueustedmeperteneceahora…Tengoelderechodeprodigarleaustedmiscuidados.-Paternales-murmuróJuan.-Todo lomáspaternales quepueden ser… ¡Y que el rabodel demoniome aprieta el

gaznate!…FelizmentePatricionoestabaallí.-Enfin,amigosmíos,despachemos.Lesesperamosaustedesenelcomedor;unataza

decafé,oiremosalaestación,dondedeseoverpormispropiosojossifaltaalgoparala

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organización de la caravana. Después recorreremos la ciudad… En seguida losalrededores,ymañana,entrenueveydiez,encaminoalamaneraárabe…¡Enrutalosturistas! ¡En ruta los excursionistas! Ya verán ustedes sime cae bienmi zerbani…micheik…,¡unverdaderocheikdeCheikardie!Alfin,despuésdehaberestrechadolamanodeMarcelLornans,queélletendiódesde

sulecho,saliócanturriandounabaladadesupaís.Cuandosealejó,JuanTaconnatdijoaMarcel:-¡Eh!¿Dóndeencontrarunhombreparecidoaélconsuzerbaniafricano,yunamujer

semejanteaellaconsuperfumadopañuelo?-Juan-dijoelotro…-Tujovialidadsemeantojaexcesiva.-¿No me has querido alegre? ¡Pues alegre me tienes!-respondió Juan, haciendo una

pirueta.Marcelcomenzóavestirse,aununpocopálido.-Y además- añadió su primo-, ¿acaso no estaremos expuestos a otras aventurasmuy

diferentescuandofiguremosenel7.°°decazadores?¡Puf!…Caídasdecaballos…cocesde ese noble animal; y durante la batalla, una pierna o un brazo demenos, el pechoagujereado,lanarizrota,lacabezaporlosairesylaimposibilidaddereclamarcontralabrutalidad de los proyectiles de doce centímetros y hasta de menos… ¡Hermosaperspectiva!MarcelLornanscreyóprudentenointerrumpirlaverbosidaddesuamigo,yesperóa

queconcluyeraparadecirle:-¡Búrlateloquequieras,Juan!Peronoolvidesqueyoherenunciado,atodatentativa

parahacermeadoptarpormisalvador,salvándoleamivez…Maniobra,combina,obraatugusto…Tedeseobuenasuerte.-Gracias,Marcel.-Nohaydequé,Juan…Dardentor.Media hora después, los dos jóvenes penetraban en el comedor, una habitación

pequeña pero limpia. Las familias Elissane y Desirandelle estaban agrupadas ante laventana.-¡Aquíestá!¡Aquíestá!-exclamóClovisDardentor.-¡Heleaquícompleto,contodassus

facultadesrespiratoriasyestomacales…escapadodelasparrillas!Patricio volvió la cabeza, pues la palabra «parrilla» le parecía propia para evocar

ciertascomparacionesquenoerandelmejorgusto.LaseñoradeElissanedirigióalgunas frasesamablesaMarcely le felicitóporhaber

escapadodeaquelpeligro.-GraciasalseñorDardentor-respondióMarcelLornans.-Sinsusacrificio…Patriciovioconsatisfacciónquesuamosecontentóconestrechar lamanodel joven

sinresponderlenada.EnloqueconciernealosDesirandelle,conloslabiosplegados,elrostrosecoylafaz

adusta,apenasseinclinaronalaentradadelosdosparisienses.Luisanopronuncióunapalabra,perosumiradasecruzóconladeMarcelLornans,y

talvezsusojosdijeronmásqueloquehubieranpodidodecirsuslabios.Después del desayuno, el señor Dardentor suplicó a las señoras que se preparasen

mientras volvían, y los dos jóvenes, él y los señores de Desirandelle, padre e hijo, sedirigieronalaestación.Comosehadicho,elcaminodehierrodeArzeuaSaidaseinterrumpeenestaúltima

ciudad. Más allá, al través de los terrenos de alfa de la Sociedad francoargelina, laCompañíadelSur-OránhallevadosulíneaporTafararouahastalaestacióndeKralfalla,de donde parten tres ramales: el uno, en explotación, desciende por el Kreider hastaMecheria y Ain-Safra; el segundo, en construcción, recorre la región del Este en ladireccióndeZraguet;eltercero,enproyecto,debeirporAin-Sfissifa,prolongarsehastaGéryville,cuyaalturallegaacercademilcuatrocientosmetrossobreelniveldelmar.PeroelviajecircularnocomprendíaunainternacióntanprofundahaciaelSur.Desde

Saida,losturistasibanaavanzaralOestehastaSebdou,ydespuésásubiralNortehastaSidi-bel-Abbes-,dondevolveríanatomarlalíneadeOrán.Así es que, si Clovis iba a la estación de Saida, era con el objeto de examinar los

mediosdetransportepuestosadisposicióndelosexcursionistas,yquedósatisfecho.Carros con bancos, cubiertos y tirados por mulas, caballos, asnos y camellos, no

esperabanmásque lasórdenesde los viajerosparaponerseencamino.Por lodemás,ninguno de los otros turistas salidos de Orán había abandonado aún a Saida, y erapreferible que el personal de la caravana fuese numeroso para aquella excursión altravésdelosterritoriosdelSur,pormásquenohubiesepeligroquetemerporpartedelastribusnómadas.

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Marcel Lornans y Juan Taconnat, hábiles jinetes, eligieron dos caballos que lesparecieronbuenos.ElseñorDesirandelle,despuésdereflexionarlomucho,sedecidióporunasientoenunodeloscarros,juntamenteconlastresseñoras.Agatocles,pocosegurodemontarbien,sedecidióporunmulo.Dardentor,excelente jinete,miró loscaballoscomoconocedor,meneó lacabezayno

pronuncióunapalabra.Nohayquedecirque ladirecciónde la caravanaestabaconfiadaaunagentede la

CompañíallamadoDerivas,yqueteníaasusórdenes,unguíallamadoMoktányvarioscriadosárabes.Lasprovisiones,encantidadsuficiente, seríanconducidasenuncarro;provisiones que podrían ser renovadas en Daya, Sebdou y Tlemcen. Por lo demás, nosería preciso acampar durante la noche. La caravana no andaría, conforme al planacordado,másqueunasdiezleguasduranteeldía,yalllegarlanochesedetendríaenlospueblosoaldeasdiseminadasporelcamino.-Perfectamente-declaróelseñorDardentor.-Laorganizaciónhonraaldirectorde los

CaminosdehierrodeArgel.Notenemosmásquefelicitarnosde lasmedidastomadas.Mañana a las nueve, cita en la estación; y puesto que tenemos un día de asueto… encamino,amigosmíos,yvisitemosSaidalaBella.EnelmomentoenquesalíanelseñorDardentorysuscompañeros,vieronuunoscien

pasosaunapersonaqueconocían.EraelseñorOriental,queibaalaestaciónporigualmotivoqueaellosleshabíallevado.-¡Heleaquíenpersona!…-dijoClovisentonodeclamatorio.NuevosaludodelPresidentedelaSociedadAstronómicadeMontelimar,peroninguna

palabracambiada.ElseñorOrientalparecíanoquererentablarrelaciones,lomismoquehabíahechoabordodelArgelés.-¿Deformaqueserádelosnuestros?-preguntóMarcelLornans.-Sí…-respondióClovisDardentor.-Supongo-añadióJuanTaconnat-quelaCompañíatendrávíveressuplementarios.-¡Exagera usted, señor Taconnat!- replicóClovis.- Y, sin embargo, ¡quién sabe si ese

astrónomonosseráútilenelviaje!Suponganustedesquelacaravanasepierde;pueséllapondríaencaminoconsóloconsultarlosastros.Enfin;severíadeaprovecharlapresenciadelsabiosilascircunstanciaslorequerían.ComolohabíapropuestoelseñorDardentor,lamañanaylatardefueronconsagradas

apaseosporelinterioryelexteriordelaciudad.LapoblacióndeSaidacuentaunostresmilhabitantes,poblaciónmixta,compuestaen

unasextapartedefranceses,deunadocenadejudíosyelrestodeindígenas.Elpueblo,originariodeuncírculodelasubdivisiónmilitardeMascara,fuefundadoen

1854.Perodiezañosantesnosubsistíanmásqueruinasdelaantiguaciudad,tomadaydestruidaporlosfranceses.Estecuadrilátero,cercadodemurallas,formabaunadelasplazas fuertes di Abd- el- Kader. Desde aquella época, la nueva ciudad ha sidoreconstituida a dos kilómetros al SE. Está regada por el Meniarin, que sale de unaprofunda garganta. Preciso es convenir en queSaida laBella no ofrecía a los turistasmásqueunacopiadeSaint-DenisdelSigydeMascara,consuorganizaciónmodernamezcladaalascostumbresindígenas.Siempreelinevitablejuezdepaz,elrecaudador,elguardabosque, el tradicional registro árabe.Nadade artístico que atraiga la atención,ningún resto de color local, lo que no es de extrañar, pues se trata de una ciudad defundaciónrelativamentereciente.El señor Dardentor no pensó en quejarse. Su curiosidad quedó satisfecha, y

experimentódenuevo sus instintosde industrial ante losmolinosy las serrerías, cuyotic-tacagudoyestridenteschirridosencantaronsusoídos.LoúnicoquepudodisgustarlefuenohaberllegadoaSaidaenmiércoles,díadegranmercadodelanas.Apartedeesto,sunaturaldisposiciónaadmirarlo todonodebíadesfallecerdurante laexcursión,y talcomoseleveíaalprincipioseleveríaaltérminodelviaje.Felizmente, los alrededores de Saida ofrecen más pintoresco aspecto, paisajes

dispuestosparaelencantodelosojos,puntosdevistaencantadorespropiosparatentarlapaletadeunpintor.Allí tambiénvenseopulentosviñedosyricosplanteles,dondeseadmirantodaslasvariedadesdelafloraargelina.Ensuma,comoenlastresprovinciasdelacoloniafrancesa,elcampodeSaidarevelasuscualidadesproductoras.Secuentanquinientasmilhectáreasdestinadasalcultivodelalfa;lastierrassondeprimerorden,yelOued-Meniarinlesdaelaguasuficiente;deformaquelosresultadossongrandesenaquelsuelosoberbio,quelaNaturalezahagratificado,porotraparte,dericascanterasdemármoldeamarillasvenas.DeaquílareflexióndelSr.Dardentor:-¿CómoArgeliaconsusrecursosnaturalesnopuedebastarseasímisma?

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-Tienedemasiadosfuncionariosypocoscolonos-respondióJuan.ProsiguióseelpaseohastadoskilómetrosalNO.deSaida.Allí,sobreuntaludencuya

basecorreelMeniarinatrescientospiesdeprofundidad,seelevabalaantiguaciudad.Nadamásqueruinasdelafortalezadelfamosoconquistadorárabe,quetuvolasuertefinaldetodoslosconquistadores.ElgrupoDardentorregresóalafondaalahoradecomer,ydespuéscadaunoseretiró

asucuartoaterminarsuspreparativosdeviaje.Si Juan Taconnat tuvo que apuntar aquel día como perdido, Marcel Lornans pudo

inscribirunfelizrenglónensuactivo.HabíatenidoocasióndehablarconLuisaydarlalasgraciasporsuscuidados.-¡Ah, caballero!- había respondido la joven.- Cuando le he visto a usted desmayado,

respirandoapenas,hecreídoque…¡No!…,¡jamásloolvidaré!Precisoesconvenirenqueaquellaspalabraseranmássignificativasqueelhermoso

temordequeelseñorDardentorhabíahablado.

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XII

ENELQUELACARAVANAABANDONAASAIDAYLLEGAADAYA.

Aldíasiguiente,unahoraantesdelapartida,elpersonalyelmaterialdelacaravanaesperabanen laestación la llegadade los turistas.ElagenteDerivasdabasusúltimasórdenes. El árabeMoktani acababa de ensillar su caballo. Tres carros y una carreta,colocadosenhileraenel fondodelpatio,consusconductoresenelpescante,estabandispuestos. Una docena de caballos y mulas piafaban, mientras que dos pacíficoscamellos,ricamenteenjaezados,estabantendidosalsol.Cincoindígenasreclutadosparael tiempoque la excursióndurase, agrupadosenun rincón, con losbrazos cruzadosoinmóviles,esperabanlaseñaldeljefe.ConelgrupoDardentor,compuestodenuevepersonas,lacaravanaseríadediezyseis

excursionistas. Siete viajeros venidos de Orán, el señor Oriental entre ellos, que seapearondel trendosdíasantesenSaida, ibanaefectuaraquelviajecircular tanbienorganizado. Viajera ninguna. Las señoras de Elissane y la de Desirandelle serían lasúnicasquerepresentaríanelelementofemenino.ClovisDardentorysuscompañeros,precedidosporPatricio,llegarondelosprimerosa

la estación. Poco después aparecieron los demás turistas, de Orán la mayor parte,algunosdelosqueconocíanalaseñoradeElissane.El señorOriental, con suanteojo a la espalda y su sacoen lamano, saludóa los ex

pasajerosdelArgelés,queledevolvieronelsaludo.Aquellavez,Clovisseacercóaélconlamanoextendidaylabocasonriente.-¿Ustedtambién?-preguntó.-Sí,también-respondióelPresidentedelaSociedadAstronómicadeMontelimar.-Veoquenohaolvidadoustedsuanteojodelargavista.Tantomejor,puessinuestros

guíasseequivocan,serácasodeabrirelojo.Patricio volvió el severo rostro, mientras Clovis y el señor Oriental se sacudían

fuertementelamano.EntretantoMarcel Lornansdesembarazaba a la señora y señorita deElissanede los

objetosqueenlasmanos llevaban,elseñorDesirandellevigilabaqueelequipajefueracuidadosamentecolocadoenlacarreta.Agatoclesacariciabaalmuloquehabíaelegido,cuyasorejasseenderezabannerviosamente.JuanTaconnat,pensativo,interrogabaaquelporvenirdequincedías,alqueselimitabaelviajealtravésdelosterritoriosdelSurdeOrán. Formóse rápidamente la caravana. El primer carro, dotado de blandosalmohadonesyabrigadoconcortinas, recibióa laseñoradeElissaneysuhija,a ladeDesirandelle y sumarido. En el segundo y tercero tomaron asiento cinco turistas quepreferíanlatranquilidaddeaquelmododetransportealaagitacióndelascaballerías.Losdosparisiensesmontarondeunsalto.Agatoclesseizópesadamentesobresumulo.-Mejorseríaquesubierasalcarrolegritósumadre.-Tupadretecederíaelsitio.Y el señor Desirandelle estaba dispuesto a favorecer esta combinación, que tenía la

ventajadeponerasuhijoalladodeLuisa;peroAgatoclesseobstinóenirensumulo,elque,nomenosobstinado,seprometía,sinduda,jugarlealgunamalapasada.ElagenteDerivasestabayaacaballoydosdelosturistastambién,cuandolasmiradas

detodossedirigieronaClovisDardentor.El asombroso personaje, con la ayuda de su criado, acababa de echarse sobre los

hombroselzerbaniafricano.Verdadqueelfezoelturbantefaltabanensufrente,ceñidapor el casquete blanco de los turistas, pero sus polainas tenían estilo árabe y estabamagníficoconaqueltrajeaprobadoporPatricio.Talvezésteesperabaqueyasuamonose expresaría mas que en términos escogidos y con una elegancia completamenteoriental.El señorDardentorcabalgósobre lagibadeunode losdoscamellosacostados, yel

guía Moktani en el otro. Los dos animales se levantaron majestuosamente, y Clovissaludóconungraciosoademánasuscompañerosdeviaje.-¡Nohacenuncaloquelosdemás!-dijolaseñoradeDesirandelle.-¡Contalquenolesucedanada!-murmurólajoven.-¡Quéhombre!-repetíaJuanTaconnatasuprimo.-¡Quéhonraserhijosuyo!-¡Al mismo tiempo que tenerle por padre!- replicó Lornans, cuyo pleonasmo fue

acogidoconunacarcajadadesuprimo.Patriciohabíamontadocongrandignidadensumulo,yelagenteDerivasdiolaseñal

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departida.Elordendelacaravanaeraelquesigue:alacabeza,acaballo,elagente;después,en

los dos camellos, Dardentor y el guía Moktani; Agatocles, procurando guardar elequilibrioensumulo;enseguidalostrescarros,enunodelosqueibaelseñorOriental,y, por último, la carreta que transportaba a los indígenas con las provisiones, armas,equipajes,menosdosdeaquellos,montadosaretaguardia.El trayecto de Saida a Daya no excede de cien kilómetros. El itinerario,

cuidadosamente estudiado, indicaba una aldea a mitad del camino, a la que se debíallegaralasochodelanoche,ydondesepasaríaésta,partiendoalsiguientedíaafindellegar a Daya por la noche. Una legua por hora permitiría transformar el viaje en unpaseoaltravésdeaquellosterritoriosdetanvariadoaspecto.AlsalirdeSaidalacaravana,abandonóinmediatamenteelterrenodecolonizaciónpor

elterritoriodeBeni-Meniarin.UnavíadegrancomunicaciónqueseprolongahastaDayaseabríaantelosturistasendirecciónOeste.Nohabíamásqueseguirporella.El cielo estaba sembrado de nubes que arrojaba rápidamente la brisa NE. La

temperaturaeramuyaceptablegraciasalfrescodelaatmósfera.Elsolnoenviabamásrayosquelosprecisosparaproducirelcontrastedelaluzylasombraydarvaloralosviajeros.La marcha se hacía al trotecillo de las cabalgaduras, pues el camino sube desde

novecientosamilcuatrocientosmetros.Aalgunoskilómetros,lacaravanadejólasruinasaladerechayfranqueólaextremidad

del bosque Doui-Thabet, dirigiéndose hacia las fuentes del Oued-Hounet. Se rodeóentonceselbosquedelosDjeffra-Cheraga,cuyasuperficienoesinferioraveintiúnmilhectáreas.AlNorte sedesarrollan las vastasplantacionesde alfa, con sus talleresprovistosde

prensashidráulicas,paracomprimirlastipatendrissima,elalfaenárabe.Estagramínea,queresistealasequedadyalcalor,sirvedealimentoaloscaballosybestias,ysushojasredondas son empleadas para la fabricación del esparto, sábanas, cordones, tapices,zapatosysólidopapel.-Además- dijo el agente al señor Dardentor-, inmensas planicies de alfa inmensos

bosques,montañasdelasqueseextraeelmineraldehierro,canterasquedanpiedraymármolsesucederánennuestrocamino.-Ynonosquejaremos-respondióDardentor.-Sobretodosilospuntosdevistasonpintorescos-añadióMarcelLornans,pensandoen

otracosa.-¿Abundanlosríosenestapartedelaprovincia?-preguntóJuanTaconnat.-¡Haymásquevenasenelcuerpohumano!-respondióelguíaMoktani.La región pertenece al Tell, nombre dado a aquella banda inclinada hacia el

Mediterráneo Es la más favorecida de la provincia de Orán, donde los calores sonexcesivosysuperioresalosdelaantiguaBerbería.Noobstante,latemperaturaessoportable,lomismoquesobrelosHauts-Plateauxde

lospastosylagossalados,puesmásalláenelSahara,elairesecargadeunpolvoqueciega,ylosreinosanimalyvegetalsondevoradosporlosardoresdelsolafricano.SielclimadelaprovinciaeselmáscálidodeArgelia,eselmássanoporefectodelas

frecuentesbrisasdelNE.TalveztambiénlaporcióndelTelldeOránqueibaarecorrerla caravana esmenosmontañosaque el Tell de las provincias deArgel yConstantina.Mejorregadassusllanuras,sonmássusceptiblesdevegetaciónysusueloesexcelente,prestándose a toda clase de cultivo, y con especialidad al del algodón, cuando estánimpregnadasdesal,habiendotrescientasmilhectáreasenestascondiciones.Por lo demás, bajo la cubierta de aquellos inmensos bosques, la caravana podía

caminarsintemoralgunodeloscaloresestivales,yasofocantesenelmesdeMayo.¡Yquévegetación, variada, poderosa, exuberante, se ofrecía ante los ojos! ¡Qué aire se

respiraba, impregnado de los perfumes de las odoríferas plantas! Por todas partesjuyubales, algarrobas, madroños, lentiscos, palmeras, mirtos, tomillos, espliego, yformando macizos toda la variedad de robles, de tan gran valor forestal, encinas,alcornoques, etc.; y además, tuyas, cedros, olmos, olivos salvajes, fresnos, pistachos,enebros,naranjos,eucaliptos,tanprósperosenArgelia,ymillaresdepinosdeAlepo,sinhablardelosárbolesdelaresina.Encantados, alegres, en este estado particular de los principios de un viaje, los

excursionistas hicieron con entusiasmo la primera etapa de su itinerario. A su pasocantaban los pájaros, y el señor Dardentor pretendía que la amable Compañía deferrocarriles Argelinos era quien había organizado aquel concierto. Su camello le

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conducíacon losmiramientosdebidosa tanaltopersonaje,yaunquealgunasvecesuntrotedemasiadorápidohicieraqueel jinetechocaracontra lasdosgibasdelrumiante,asegurabaquejamáshabíaencontradomonturadepasomássuaveyregular.-¡Essuperiorauncaballo!-decía.-¿Pero es verdad, señorDardentor, que ese animal no le parece a ustedmuy duro?-

preguntóLuisa.-No,queridaseñorita.Éleselquedebeencontrarmedeunadurezademármoldelos

Pirineos.Eneseinstante,loscaballerossehabíanacercadoaloscarrosysecambiaronalgunas

palabras.MarcelLornansyJuanTaconnatpudieronhablarconlaseñoradeElissaneysuhija,congrandisgustodelosDesirandelle,quenodejabandevigilaraAgatocles,algunavezenriñaconsumulo.-¡Ten cuidado con caerte!- le recomendaba su madre cuando el mulo daba alguna

huída.-¡Si cae se levantará!- respondió el señor Dardentor-. Vamos, Agatocles, procura no

hacertedisparar.-¡Hubierapreferidoquevinieraenelcoche!-repetíaelseñorDesirandelle.-¡Ah!… ¿Dónde va?- exclamó de repente Clovis Dardentor-, ¿Es que vuelve a Saida?

¡Eh,Agatocles,queequivocaselcamino,hijomío!Efectivamente, a pesar de los esfuerzos del jinete, elmulo, saltando, retrocedía, sin

quereroírnada.Fueprecisodetenersealgunosminutos,yDardentordioaPatricioelencargodetraer

labestia.-¿AquiénseaplicaesecalificativopreguntóJuanTaconnatenvozbaja-,alcaballeroo

alacabalgadura?-Alosdos-murmuróMarcelLornans.-Señores,señores,unpocodeindulgencia-respondióClovisDardentor,quereprimíasu

risacongrandificultad.PeroseguramenteLuisaoyóloquedecían,yunaligerasonrisasedibujóensuslabios.AlfincalmóselainquietuddelaseñoradeDesirandelle.Patriciosehabíareunidoen

seguidaconAgatoclesytraíaaldesobedienteanimal.-Noesculpamía-dijoelnecio-,yotirababien.-¡No tires más!- respondió Dardentor, cuya estentórea voz espantó a los alados

huéspedesdeunmacizodelentiscos.AlasdiezymedialacaravanahabíafranqueadoellímitequeseparaBeni-Meniarindel

Djafra-ben-Djafour. El paso del pequeño río tributario que alimenta los arroyos de laregiónseptentrionalseefectuósindificultad.LomismosucedióalgunoskilómetrosmásalláconelFenouan,cuyasaguascorrenenlomásespesodelbosqueCheraga.HacíaveinteminutosqueelsolhabíallegadoalMeridianocuandoMoktanidiolaseñal

deparada.Elsitioeraagradableparaalmorzar,bajo lasombrade lasencinas,quenopuedentraspasarlosmásfuertesrayosdelsol,yaorillasdelOued-Fenouan,delímpidasyfrescasaguas.Apeáronse los jinetes de los caballos y mulos, que no tienen la costumbre de

extenderse en el suelo; los dos camellos doblaron las rodillas, alargando sus cabezassobrelahierbaquetapizabaelcamino.ClovisDardentoryelguíaecharonpieatierra,ylasbestias fueronapacernomuy lejos,bajo lavigilanciade los indígenas;nofaltabanabundantesysustanciosospastos.ElcarrofuedescargadodelasprovisionestraídasdeSaida, conservas variadas, carne fría, pan, apetitosas frutas, bananos, higos, peras,dátiles,etc.¡Yquéapetitogeneral,tanvivamenteaguijoneadoporelairelibre!-¡Estavez-observó JuanTaconnat-nohabráuncapitánBugarachquemetasubarco

entrelasolasirritadasalahoradealmorzar!-¿Cómo?…¿SehabráatrevidoelcapitándelArgelés?…preguntóelseñorDesirandelle.-Sí…,queridoamigo…¡Sehaatrevido!-exclamóelseñorDardentor.-¡Yeninterésde

los accionistas de la Compañía! ¡Los dividendos ante todo! ¡Tantomejor para los quetienensólidoelestómago,yseburlandelmareocomounmarsuinodeungolpedemar!LanarizdePatriciosehabíalevantadotresveces.-¡Peroaquí-continuóelseñorDardentor-elpisonosemueve,ynotenemosnecesidad

deunamesaespecial!Efectivamente:elserviciosehabíacolocadosobrelahierba.Nofaltabanadaniplatos,

nivasos,nitenedores,nicuchillos…Todoestabamuylimpio.Nohayquedecirque los turistasalmorzaron juntos, loquehizomayor la intimidad.

Cadaunosesentóenelsitiodesuagrado.MarcelnomuycercadeLuisapordiscreción,pero tampoco muy lejos, junto a su salvador, que le adoraba desde que le había

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arrancado a las «¡llamas turbulentas de un vagón incendiado!», frase soberbia querepetíaelseñorDardentor.Aquella vez en la campestremesa no había sitio privilegiado, y el señorOriental no

tuvoquepensarenelegirlugar.Mantúvosealgoalejadodelaintimidadcomún,ygraciasa la finura de vista, escogió los mejores trozos, por más que algunos de ellos se losescatimóJuanTaconnatconladestrezadeunprestidigitador,loquedioorigenaalgúngestecillodedisgusto,queelseñorOrientalnotratódedisimular.Enresumen:aquellaprimeracomidafuemuyalegre.Nuestrohéroefueelquemáslo

demostró.Notardóengeneralizarselaconversación.Sehablódelviaje,delassorpresasquelesesperaban,deazaresdeunitinerarioporunacomarcataninteresante.Conestemotivo la señora de Elissane preguntó si no había nada que temer de los leones deaquellaregión.-¿Leones?-respondióClovisDardentor.-¡Bah!¿Esquesomostanpocos?¿Esqueenla

carretanohaycarabinas,pistolasymunicionesbastantes?¿EsquemisamigosMarcelLornansyJuanTaconnatnoestánacostumbradosalmanejodelasarmasdefuego?¿Esque entre nuestros compañeros no los hay que hayan ganado los premios del tiro?Respectoamí,sinalabarme,confiesoquemesientocapazdeagujerearacuatrocientosmetrosmicubreorejas.-¡Hum!-dijoPatricio,aquiennogustóestamaneradedesignarunsombrero.-Señoras-dijoentonceselagenteDrivas-,puedenustedesestartranquilasenloquese

refierea las fieras.Nohayataquequetemer,puestoquesóloduranteeldíaviajamos.Losleones,panteras,leopardosyhienasnoabandonansusescondrijosmásquedurantela noche, y al llegar ésta, nuestra caravana estará siempre refugiada en algún puebloeuropeooárabe.-¡Bah!-respondióClovisDardentor.-Meríoyodevuestraspanterascomodeungato

glotón;yencuantoavuestrosleones…-añadiótendiendoelbrazoaguisadecarabina,comosisehallaseanteunabestiaimaginaria-¡Pum!¡Pum!¡Enlacajadelossesos!Patricioseapresuróairenbuscadeunplatoquenadielehabíapedido.Porlodemás,elagentedecíalaverdad:duranteeldíanoeradetemerlaagresiónde

las bestias feroces. Respecto a los demás habitantes de aquellos bosques, chacales,zorros, gacelas, avestruces, verracos,monos, con o sin cola, era inútil preocuparsedeellos,comotampocodelosescorpionesyvíboras,muyrarosenelTell.Sería ocioso advertir que el almuerzo fue regado con buenos vinos de Argelia,

principalmenteelblancodeMascara,sinhablardelcaféydeloslicores.A la una ymedia lamarcha continuó en elmismo orden. El camino penetrabamás

profundamente a través del bosque de Tendfeld, perdiéndose de vista las extensasexploracionesdealfa.AladerechadibujábanselasalturasconocidasconelnombredeMontañasdeHierro,

delasqueseextraeesteexcelentemineral.Nolejosexistenpozosromanos,queseutilizanparalaextraccióndelmismo.Los senderos que cortan la zona forestal de la provincia eran frecuentados por los

obrerosempleadosen lasminasoen losdepósitosdealfa.Lamayorpartepresentabaesetipomoriscoenquesemezclalasangredelosantiguoslíbanos,berberiscos,árabes,turcosyorientales,tantolosquehabitanenlosvallescomolosquevivenenmediodelasmontañas,sobrelosHauts-Plateaux,enellímitedeldesierto.Pasabanengrupos,y,porsuparte,nohabíaporquétemerlosataquessoñadosporJuanTaconnat.A lassietede la tarde los turistas llegaronalpuntoenque lacarreteracruzaconel

caminovecinaldelosalfacieros,elcualseapartadelcaminodeSidi-bel-AbbesaDaya,yseprolongahastaelSurdelosterritoriosdelaCompañíafranco-argelina.Allí apareció una aldea, donde, conforme al itinerario, la caravana debía pasar la

noche.Trescasasbastantelimpiasestabandispuestaspararecibirla.Despuésdecomer,loslechosfueronrepartidos,yaquellaprimerajornadadedoceleguasdioalosviajerosdiezhorasdesosegadosueño.Alamañanasiguientelacaravanasepusonuevamenteenmarcha,ycaminódeforma

dehacerduranteeldíalasegundajornadahastaDaya.Peroantesdepartir,ClovisDardentor,llamandoapartealosseñoresDesirandelle,tuvo

conelloslaconversaciónsiguiente:-¡Ah,queridosamigos!¿Ysuhijo?…¿YlaseñoritaLuisa?Meparecequeelasuntono

marchabien.¡Quédiablo!¡Esprecisoqueaguceelingenio!-¡Quéquiereusted,señorDardentor!-respondióelseñorDesirandelle.-Esunmozotan

discreto…¡tanprevenido!-¡Prevenido!..-exclamóelotro.-¡Vamos!¿Acasonodeberíairdecontinuojuntoalcarro

que ustedes ocupan, y aprovechar las paradas para ocuparse de su novia…hablarla…

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cumplimentarlaporsubuenhumorysubuenacara…,enfin,sobretodo,esemontóndelisonjasquedebendirigirsealosjóvenes?¡SiesediablodeAgatoclesnoabreelpico!-SeñorDardentor-respondiólaseñoradeDesirandelle-,¿mepermiteustedquelediga

unacosaquememortifica?-Hableusted,señoramía.-Puesbien:hahechoustedmalentraerconustedaesosdosparisienses.-¿AJuanyaMarcel?Enprimerlugar,yonoleshetraído,sinoquehanvenidosolitos…

Nadiepodíaimpedirlo…-Tantopeor,puesestoesmuyenojoso.-¿Yporqué?-Porque uno de ellos fija su atención en Luisamás de lo que conviene, y esto lo ha

notadoyalaseñoradeElissane.-¿Ycuáldeellos?-EseseñorLornans…Esefatuo,alquenopuedosufrir.-¡Niyo!-añadióelseñorDesirandelle.-¿Cómo?-exclamóClovis.-¡MiamigoMarcel!…¡Elqueyohesalvadodelasturbulentas

llamas!…Noañadióelfindelafrase.-¡Vamos, amigos míos!- continuó. Eso no es cierto. Marcel no se ocupa de nuestra

queridaLuisamásqueunhipopótamodeunramodevioletas.Terminada laexcursión,JuanTaconnatyélvolveránaOrán,dondedebenalistarseel7.°°decazadores.¡Ustedeshansoñadotodoesto!Además,siMarcelnohubieravenido,yonohubieratenidoocasiónde…Ysufraseacabóenestasdospalabras:“¡Vagónincendiado!”Evidentementehablabadebuenafe,sinembargo,imposiblenegarsupredilecciónpor

Lornans.A lasnueve lacaravanapenetróenelvastobosquede la región,eldeZegla,que la

carretera atraviesa diagonalmente, bajando hacia Daya, y que tiene una extensión desesentayochomilhectáreas.Almediodíaterminóselasegundajornada,y,lomismoquelavíspera,sealmorzóala

frescasombradelosárboles,aorillasdelOued-Sefioum.Y tal era la disposición de ánimo del señor Dardentor, que no pensó en observar si

MarcelLornanssemostrabaonoatentoconLuisa.Duranteelalmuerzo,advirtióqueseñorOrientalsacabadesusacodiversasconfituras,

de las que a nadie ofreció, y que paladeó con la sensualidad de un gourmet. Comosiempre,habíaseservidolosmejorestrozos.-No tiene necesidad de su anteojo para descubrirlosdijo Juan Taconnat al señor

Dardentor.Por la tarde, a las tres, carruajes, caballos, camellos y mulos hicieron alto ante las

ruinasberberiscasdeTaourira,que interesaronadosde los turistas,másarqueólogosquelosdemás.SiguiendosucaminoalSO.,lacaravanapenetróenelterritoriodeDjafra-Thouamay

Mehamid,regadoporelOued-Taoulila.Nofueprecisodesengancharbestiasparapoderpasar.Elguíasemostrabamuyinteligenteconesainteligenciaqueprevélasbuenaspropinas

cuando el viaje se efectúa con general satisfacción. Al fin, el pueblo de Daya, en elextremodelbosquedelmismonombre,aparecióenlapenumbradelcrepúsculo,aesodelasocho.Unabuenaposadadiohospitalidadatodaaquellagente,algofatigada.Antesdemeterseenlacama,unolosparisiensesdijoalotro:-Enfin,Marcel,sifuéramosatacadosporlasfieras,ytuviéramoslasuertedesalvaral

señorDardentordelasgarrasunleónodeunapantera,¿noserviríaestodenada?-Sí- respondióMarcel Lornans,medio dormido.- Sin embargo, te advierto que en un

ataquedeesegéneronoseríaaélaquienyopensaríasalvar.-¡Diablo!-dijoJuanTaconnat.Yyaenlacama,oyendociertosaullidosqueentornodelaposadaresonaban,exclamó:-¡Callad,bestias,quepasáiséldíadurmiendo!Ydespués,antesdecerrarlosojos:-Vamos, está escrito que yo no llegaré a ser hijo… ni aun nieto, de ese excelente

hombre.

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XIII

ENELQUESEMEZCLANPORIGUALESDOSISLAGRATITUDYELDESCORAZONAMIENTODEJUAN

TACONNAT.

Daya, la antigua Sidi-bel-Kheradji de los árabes, ahora una ciudad amurallada yprotegidaporcuatrofuertes,defiendelaentradadelosHauts-PlateauxdeOrán.

A fin de que los turistas descansaran de las fatigas de los dos primeros días, elprograma indicaba veinticuatro horas de parada en la capital. La caravana, pues, nodebíavolveraponerseencaminohastaelsegundodía.

Ningún inconveniente hubiera habido en prolongar la estancia; pues aquel punto,colocadoaunosmilcuatrocientosmetrosdealtura,enelflancodemontañasllenasdeárbolesyenmediodeunbosquedepinosyencinasdecatorcemilhectáreas,gozadeunclima de una salubridad excepcional, siendo por este motivo muy solicitado por loseuropeos.

Enestaciudaddediezyseisadiezysietemilhabitantes,ensumayorparteindígenas,losfrancesessereducenalosoficialesysoldadosdelpuestomilitar.

No hay para que hablar de la parada que los excursionistas hicieron en Daya. Lasseñorasnopasearonfueradelaciudad.Loshombresseaventuraronunpocomáslejos,por las pendientes de las montañas y el interior de los frondosos bosques. Algunosbajaronporlallanura,hastalosbosquespantanososquellevanelmismonombrequeelpueblo,yenlosquesevenlospistachosylosjuyubalessalvajes.

Admirándolo siempre todoel señorDardentor, fue el quearrastró á sus compañerosdurantetodoaqueldía.TalvezMarcelLornans-hubierapreferidopermaneceralladodelaseñorayde laseñoritaElissane,aunquetuvieraquesufrir la insoportablepresenciade los Desirandelle. Pero el salvador no podía separarse del salvado. Respecto a JuanTaconnat,susitioestabajuntoaClovis,delquenoseapartabaunpaso.

Solamente Agatocles no tomó parte en esta excursión, gracias a la intervención delseñorDardentor,quesermoneósobreelcasoalosDesirandelle,padres.Eraprecisoquesuhijoquedase juntoaLuisa,puestoque lasseñorasno lesacompañaban.Unafrancaexplicación pondría en claro la situación de los novios. Había llegado el momento deprovocarestaexplicación,etc.YAgatoclessehabíaquedado.

¿Seefectuólaexplicación?Nosesabe.Noobstante,porlanoche,elseñorDardentor,llamando aparte a Luisa, la preguntó si se hallaba en disposición de partir al díasiguiente.

-Desde las primeras horas- respondió la joven, cuyo rostro expresaba un indefinibledisgusto.

-Agatocleslehaacompañadoaustedtodoeldía…,yesamíaquienusteddebe…-¡Ah!¿Austed,señorDardentor?-Sí,yohetenidoesaexcelenteidea,ynodudoqueestéustedsatisfecha.-¡Oh,señorDardentor!…Aquel¡ah!yaquel¡oh!decíanmuchomásdeloquesehubierapodidoexpresarenuna

conversacióndedoshoras.Sinembargo,nuestrohéroe insistióenelasunto,haciendoqueLuisaleconfesaraquenopodíasufriraAgatocles.

-¡Diablo!-murmuróalalejarse-¡Estovamal!¡Bah!Aunnosehapronunciadolaúltimapalabra.Elcorazóndeunajovenesunabismo…;y¡québienhehechoennohundirmicabezaenunodeellos!

Así razonaba Dardentor, sin que se le ocurriera que Marcel Lornans pudiera causarperjuicio al hijo de los Desirandelle. En su opinión, la notoria nulidad, la inconscientetonteríadesucandidato,bastabanparaexplicareldesdéndeLuisaElissane.

Al siguiente día, a las siete, abandonaron el pueblo de Daya. La gente y las bestiasestabandescansadas.Eltiempoerafavorable;elcielo,brumosoalamanecer,notardaríaen despejarse. Además, no era de presumir que lloviese. Las nubes se condensan tanraramenteenlasprovinciasdeOrán,queenveinteañoslaalturamediadelaslluviasnoha alcanzado un metro, mitad de lo que ha caído en las otras provincias de Argelia.Felizmente, si el agua no viene del cielo, brota del suelo gracias a las múltiplesramificacionesdelosríos.

LadistanciaentreDayaySebdouesdeunossetentaycuatrokilómetros,siguiendoelcaminoqueconducedesdeRas-el-MaaSebdouporEl-Gor;yespreferibleaceptareste

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rodeoaaventurarseenlínearectaaltravésdelasplantacionesdealfadelOesteydeloscultivos indígenas, pues este accidentado país no ofrece a los viajeros la saludablesombradelosbosqueslimítrofesdelSur.

Desde Daya, el camino desciende hacia Sebdou. Partiendo al amanecer; Y andandorápidamente,lacaravanaesperaballegaraEl-Gorporlanoche.Granjornada,sinduda,interrumpidaúnicamenteporelalmuerzoalmediodía,ydelaqueloscaballos,mulasycamelloshubierantenidorazónparaquejarse,peronolohicieron.

Elordendecostumbrefuemantenidoenaquellacomarca,dondeabundanlasfuentes,Ain-Sba, Ain-Bahiri, Ain-Sissa, afluyentes del Oued-Messoulen, y también las ruinasberberiscas, romanas y árabes. En las dos primeras horas, los turistas anduvieron losveinte kilómetros hasta Ras-el-Ma, una estación del camino de hierro en construcciónqueSidi-bel-AbbesdestacahacialaregióndelosHauts-Plateaux.EraelpuntomásalSurquedebíantocarduranteelviajecircular.

Nohabíamásqueseguir laextensacurvaqueuneaRas-el-MaconEl-Gor,yqueesprecisonoconfundirconunaestacióndeldichocaminodehierro.

Breveparadaenaquelsitio,dondeentoncestrabajabanlosobrerosdelavíaférrea,laquedesdelaestacióndeMagentaseextiendeporlariberaderechadelOued-Hacaiba,subiendo por la costa novecientos cincuenta y cinco metros a mil ciento catorce.Penetraron primeramente en un bosquecillo de cuatro mil hectáreas, el bosque deHacaiba, que el río de este nombre separa del bosque de Daya, y cuyas aguas estáncontenidasporunavalla.

Alasonceymediahubodescansoenlaorillaopuestadelbosque.-Señores-dijoelagenteDerivasdespuésdehaberconferenciadoconelguíaMoktani-:

propongoaustedesalmorzarenestesitio.-¡Proposiciónqueessiemprebienacogidacuandounosemueredehambre!-respondió

JuanTaconnat.-¡Ynosotrosmorimosdeella!-añadióDardentor.-Yotengoelbaúlvacío.-Aquíhayunríoquenosdaráaguaclarayfresca-dijoMarcelLornans,-ysielsitioes

delgustodeestasseñoras…-LaproposicióndeMoktani-dijoDerivas-debeseraceptadaporcuantohastaelbosque

deOurgla, esdecir, durantedoceoquincekilómetrosal travésde lasplantacionesdealfa,notendremossombra.

-Aceptado- respondió Dardentor.- Y que estas señoras no se asusten por un rato decaminoalsol.Dentrodelcarroiránbiendefendidas,yencuantoanosotros,bastaráquemiremosfrenteafrentealastrodeldíaparahacerlebajarlosojos.

Elalmuerzo,lomismoqueeldelavíspera,secompusodelasprovisionesqueconducíalacarreta,renovadasenDaya,yqueasegurabanelalimentohastaSebdou.

La más grande intimidad existía entre los diversos miembros de la caravana, aexcepcióndelseñorOriental,quesemanteníasiemprealejado.Nohabía,porlodemás,másquemotivodealegríaporelmodocomolaexcursiónseefectuaba,yparafelicitaralaCompañía,quelohabíaprevistotodoacompletasatisfaccióndelosexcursionistas.

Marcel Lornans se distinguió por su cortesía. Instintivamente, Dardentor se sentíaorgullosodeél,comounpadredesuhijo.Seleescapóestegrito:

-¡Eh,señoras…québienhehechoensalvaramiqueridoMarcelyarrancarle!…-Delasturbulentasllamasdeunvagónincendiado-nopudomenosdedecirJuan.-¡Perfectamente,perfectamente!-exclamóDardentor.-Esaesmi frase…compuestade

soberbiaspalabras.¿Teagrada,Patricio?Ésterespondiósonriendo:-Verdaderamentetieneunhermosocarácter,ycuándoelseñorseexpresaenesaforma

académica…-Vamos,señores-dijoClovis levantandosuvaso.-¡A lasaluddeestasseñoras,ya la

nuestra también! ¡No olvidemos, que estamos en el país de los… Siempre- bendita-Pompa!

-¡Estonopodíadurar!-murmuróPatriciobajandolacabeza.Inútil es decir que los señores de Desirandelle encontraban a Marcel cada vez más

insoportable, más fatuo, más bellaco, y que se prometían hacer cambiar al señorDardentor en este punto, cosa difícil en el estado en que este hombre expansivo seencontraba.

Almediodía,lavajilla,cestasybotellasfueroncolocadasdenuevoenlacarreta,ylosexcursionistassedispusieronacontinuarelviaje.

PeroenestemomentonotóselaausenciadelseñorOriental.-¡NoveoalseñorOriental!-dijoelagenteDerivas.Nadieleveía,pormásquehubieratomadoparteenlacomidaconlaexactituddesu

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apetitodecostumbre.¿Quélehabíasucedido?-¡SeñorOriental!-gritóClovisDardentorconpoderosavoz.- ¿Dóndesehabrámetido

esecococonsutelescopio?¡Eh,señorOriental!Nadierespondió.-Nopodemosabandonaraesecaballero-dijolaseñoradeElissane.Evidentemente,nopodíaser.Pusióéronseensubusca,ybienprontoenunángulodel

bosquelevieronconsuanteojodirigidohaciaelNO.-Nolemolestemos-aconsejóDardentor-,puestoqueestáendisposicióndeinterrogar

elhorizonte.Enesteparticularescapazdeprestarnosgrandesservicios.Sólocontomarlaalturadelsol,sinuestroguíasepierde,nospondráenbuencamino.

-Deladespensa-acabóJuanTaconnat.-Perfectamente.Unaextensaexplotacióndealfaocupaestapartedel territoriodeOuled-Balagh,que

losexcursionistasatravesabansubiendohaciaEl-Gor.Elcamino, llenodeinnumerablesgramíneas,desarrollándosehastaperdersedevista,apenassidabapasoaloscarruajes.Sóloenfilasepodíaavanzar.

El calor era intenso. Fue preciso cerrar los carros. Si alguna vez Marcel Lornansmaldijoalastroradiosofueaqueldía,puestoquelalindacaradeLuisadesapareciótrasde las cortinas. Clovis Dardentor, a caballo entre las dos jorobas del dromedario(beduinandocomounverdaderohijodeMahoma),nohabíaconseguidohacerbajar losojos al sol, y limpiándose la sudorosa frente, echaba tal vez de menos el «tabourka»árabe,quelehubieraprotegidocontralosrayossolares.

-¡Diablo!-exclamó-;quemahastaelrojoblancoesasarténquevadeunextremoaotrodelhorizonte.¡Abrasalasesera!…

-Lacabeza,señor-observóPatricio.Hacia el NO. se redondeaban las verdes alturas del bosque Ourgla, mientras al S.

aparecíaelenormemacizodelosHauts-Plateaux.Alastressellegóalbosqueenquelacaravanaibaaencontrar,bajolaimpenetrable

cubiertadelasencinas,unairesaturadodearomasfrescosyvivificantes.ElbosqueOurglaesunode losmásespaciososde laregión,puesnomidemenosde

setentaycincomilhectáreas.Elcaminoleatravesabaenunaextensióndeonceadocekilómetros. Amplio por los acarreos que el Gobierno efectúa en la época de las talas,permitealosturistasreunirseasugusto.Lascortinasdeloscarrosfuerondescorridas;los caballeros se acercaron. Alegres frases se cambiaron de uno a otro lado. El señorDardentor repetía, en solicitud de felicitaciones que nadie le rehusó, excepto losDesirandelle,depeorhumorquenunca:

-¡Eh,amigosmíos!¿Quiéneselhombrequeleshaaconsejadoaustedesestedeliciosoviaje? ¿Está usted contenta, señora de Elissane, y usted, mi querida señorita Luisa?¿Dudaustedaúnenabandonar su casade la calledelCastilloViejo?… ¡Vamos!No sepuede cambiar este magnífico bosque por las calles de Orán. ¿Acaso el boulevardOudinotoelpaseodeLetangpuedecompararseconél?

No;tantomáscuantoqueenaquelinstanteungrupodemonospequeñosescoltabalacaravana,balanceándoseenlosárboles,saltandoderamaenrama,gritandoyhaciendogestos.ElseñorDardentor,deseosodemostrarsudestreza,emitiólaideadetirarsobreuno de aquellos animales con su escopeta. Como todos, sin duda, hubieran queridoimitarle, la diversión hubiera producido el efecto de destruir toda la banda; perointervinieronlasseñoras,ynohabíamedioderesistiralaseñoritadeElissanepidiendograciaparaaquellasgraciosasmuestrasdelafaunadeArgel.

-Además- murmuró Taconnat al oído de Dardentor.- Al apuntar a un mono correríaustedelriesgodedispararsobreAgatocles.

-¡Oh,señorTaconnat!-murmuróClovis…¡Realmenteustedaplastaaesemozo…¡Esonoesgeneroso!

YcomoviesealhijodeDesirandelle,alqueelmulo,enunabruscahuída,acababadeenviarcuatropasosatrás,sincausarlegrandaño,añadió:

-Además,unmononohubieracaído.-Esverdad,ypidoaloscuadrumanosquemeperdonenlacomparación.Importaba,sisequeríallegaraEl-Gorantesdelanoche,apresurarelpasodurantelas

últimashorasdelatarde.Lascabalgaduraspusiéronse,pues,altrote,loqueprovocónumerosassacudidas,pues

elcamino,aunquebuenoparaloscarrosdeloscultivadores,dejabaalgoquedesearparauna caravana de turistas. Sin embargo, no obstante las sacudidas de los carros y losfalsospasosdelasbestias,noseoyóquejaalguna.

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Lasseñorasprincipalmenteteníanprisade llegaraEl-Gor,esdecir,aunsitiodondeestuviesenenseguridad.Laideadecaminarporelbosquedespuésdelapuestadelsolno les agradaba. Haber encontrado grupos de antílopes o gacelas o de monos, eraencantador;perodevezencuandooíansealolejosaullidosferoces…,ycuandolasfierasestánenmediodelastinieblas…

-Señoras- dijo Clovis Dardentor con la intención de tranquilizarlas-, no se asustenustedes,quenohaymotivo.Sisomossorprendidospor laobscuridadenplenobosque,lesorganizaréaustedesuncampamentoalabrigodeloscarruajesysedormiráalaluzdelaluna.¡Seguroestoyquenotendríaustedmiedo,Luisa!

-Conusted,no,señorDardentor…-¿Ven ustedes esto? ¡Con el señor Dardentor, no! ¡Eh, señoras! Esta joven tiene

confianzaenmí…yhacebien.-Por mucha confianza que se pueda tener en usted, señor Dardentor- respondió la

señoradeDesirandelle-,preferimosnovernosenelcasodehaceresaprueba.Y la madre de Agatocles pronunció en tono seco estas palabras, que merecieron la

aprobacióndesumarido.-No teman ustedes, señoras- dijo Marcel Lornans.- En caso de necesidad, el señor

Dardentorpodríacontarcontodosnosotrosysacrificaríamoslavidaantesde…-¡Degrancosaserviríasinosotrosperdíamosdespuéslanuestra!-respondióelseñor

Desirandelle.-¡Muy lógico, mi viejo amigo!- exclamó. Clovis-. Pero, en suma, no imagino qué

peligro…-El peligro de ser atacados por una banda de malhechores- respondió la señora de

Desirandelle.-Nocreoquehaynadaquetemerenesepunto-afirmóelagente.-¿Quésabeusted?-respondióladama,quenoqueríadarseapartido.-Además…,esas

fierasquesalendenoche…-¡Tampoco,haynadaquetemer!-exclamóDardentor-.Seguardaríaelcampamentocon

centinelasyconhoguerasmantenidashastaelalba.SeledaríaaAgatocleslacarabinadeCastibelza,yselecolocaría…

-SuplicoaustedquedejeaAgatoclesdondeestá-respondióagriamente laseñoradeDesirandelle.

-¡Sea!PeroMarcelyJuanharíanbuenoscentinelas.-Aunquenolodudamos,lomejoresllegaraEl-GorconcluyólaseñoradeElissane.-Entonces,¡adelantecaballos,mulos,ycamellos!-exclamóClovisDardentor.-Queabranelcompás…-Nuncapuedeestehombreconcluirdebuenamanera-pensóPatricio.Ydioasumulounlatigazo,quedebuenaganahubieradadoasuamo.Enfin,lacaravanamarchóatanbuenpaso,queaesodelasseisymediasedetuvoen

la orilla opuesta del bosque Ourgla. Cinco o seis kilómetros solamente quedaban parallegaraElGor,dondeseestaríaantesdelanoche.

Enestesitiopresentóseunpasoderíomenosfácilquelosanteriores.Unarroyobastanteanchocortabaelcamino.ElSar,tributariodelOued-Slissen,había

tenido una crecida, sin duda por efecto del rompimiento de una valla establecida aalgunoskilómetrosmásarriba.

LosarroyosquelacaravanahabíayafranqueadoentreSaidayDayaapenasmojabanlaspatasdelasbestias,esdecir,queestabancasisecos.

Esta vez había de ochenta a noventa centímetros de agua, lo que no era parapreocuparalguía,queconocíaelpaso.

Moktanieligió,pues,unsitioenqueeldeclivedelaarenapermitíaaloscarrospasar.Como el agua no pasaría del cubo de las ruedas, las cajas quedarían intactas y losviajeros tenían la seguridad de ser transportados sin deterioro a la ribera derecha,distanteunoscienmetros.

Elguíamarchóalacabeza,seguidoporelagenteDerivasyClovisDardentor.Desdeloaltodesugigantescamonturaelúltimodominaba lasuperficiedelrío,semejanteaunmonstruoacuáticodelaépocaantediluviana.

Aambos ladosdelcarroqueconducíaa lasseñorascabalgabanMarcelLornansa laderecha,yJuanTaconnatalaizquierda.

Seguían los demás carros que los turistas no habían abandonado. Los indígenas,montadosensucarro,cerrabanlacaravana.

Preciso es advertir que ante la voluntad de su madre, expresamente formulada,Agatocleshabíatenidoqueabandonarsumuloytomarasientoenelcarro.LaseñoradeDesirandellenoqueríaquesuhijosevieraexpuestoaldisgustodeunbañoforzadoenel

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Sar,enelcasoqueeldesobedienteanimalseentregaseaalgunafantásticacabriola,dequeeljineteseguramentehubierasidovíctima.

LascosasmarchabanbienbajoladireccióndeMoktani.Comoellechodelríoseprofundizabagradualmente,lasbestiassehundíanamedida

queadelantaban,aunqueelaguanolesllegóalvientreniauncuandoestuvieronenlamitaddelrío.Loscaballeroslevantabanlaspiernas,peroniDardentornielguía,enloaltodesuscamellos,seveíanobligadosaadoptartalprecaución.

Lamitaddeladistanciahabíasidofranqueadacuandoseoyóungrito.LedioLuisaalverdesapareceraJuanTaconnat,cuyocaballohabíacaído,porefecto

de una depresión de la derecha del paso, que el guía pudo evitar manteniéndose másalto.AlgritodeLuisadetúvoselacaravana.

JuanTaconnat,buennadador,nohubieracorridopeligroalgunodehabersoltado losestribos;pero,sorprendidoporlacaída,notuvotiempodehacerloycayósobreelijardesucaballo,queseagitabaviolentamente.

Marcel Lornans llevó vivamente su cabalgadura hacia la derecha en el momento enquesuprimodesaparecía.

-¡Juan!-gritó-¡Juan!Yaunqueno supiesenadar, ibaa intentarauxiliarle, a riesgodeahogarseélmismo,

cuandovioqueotrolehabíaprecedido.EsteotroeraClovisDardentor.Desde el lomo de su dromedario se había desembarazado de su zerbani, que le

envolvía,yacababadearrojarsealSar,nadandohaciaelsitioenqueelaguaseagitabaaún.

Inmóviles,sinaliento,espantados,todosmirabanalvalientesalvador.¿Noseengañabarespectoalpoderdesusfuerzas?¿Nohabríadosvíctimasenvezdeuna?

Alcabodealgunosinstantes,DardentorreaparecióarrastrandoaJuanTaconnatmediosofocado,yalquehabíaconseguidodesenredardelosestribos.Traíaleporelcuelloylelevantabalacabezafueradelagua,mientrasconsumanolibrelellevabahaciaelvado.

Algunosmomentosdespuéslacaravanallegabaalaopuestaorilla.Losexcursionistasseapearondeloscarruajesydeloscaballos,rodeandoaljoven,que

notardóenrecobrarelconocimiento,mientrasClovissesacudíacomounperro,caladohastaloshuesos.

Juan Taconnat comprendió entonces lo que había pasado, a quién debía la vida, ytendiendoladiestraasusalvador,envezdedarlelasgracias,dijo:

-¡Notengosuerte!RespuestaquenofuecomprendidamásqueporsuamigoMarcel.Después, trasungrupodeárboles,aalgunospasosde la ribera,Clovisy Juan,a los

quePatriciollevóalgunaropasacadadesusmaletas,semudabandepiesacabeza.Despuésdeunabreveparadalacaravanacontinuósucamino,yalasochoymediade

lanocheterminabasulargajornadaalaaldeadeEl-Gor.

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XIV

ENELQUETLEMCENNOESVISITADOCONELCUIDADOQUELAENCANTADORACIUDADMERECE.

Sebdou,capitaldelcírculo,poblaciónmixtademilseiscientoshabitantes,entrelosqueapenassecuentanalgunasdocenasde franceses,está situadaenmediodeunpaísdegranbelleza,climaexcelenteysano,ycampodeincomparablefertilidad.¡SedicehastaquefuelaTafraonadelosindígenas!Y,sinembargo,JuanTaconnat«seburlabadeellacomo un sollo de un mondadientes», como hubiera podido decir Clovis Dardentor, ariesgodeherirladelicadezadesufielcriado.

Enefecto:elpobreJuanestabamaldesdelallegadaaEl-Gor.Duranteelrestodeldíano fue posible hacerle salir de su cuarto. El mismo Marcel se vio en la precisión deabandonarleasímismo.Noqueríavernirecibiranadie.Sentíaseincapazdeexpresarelreconocimiento que debía a Clovis. Si hubiera saltado al cuello de su salvador, lehubierandadointencionesdeestrangularle.

Resultadodeesto: queúnicamenteDardentor yMarcel, sinhablardeotros turistas,fielesalprogramadesuviaje,visitaronaconcienciaaSebdou.

Las señoras, no recobradas aún de su emoción y de sus fatigas, habían tomado laresolución de consagrar aquel día al descanso, resolución muy lamentada por MarcelLornans,puesnovioaLuisamásquealashorasdealmorzarydecomer.

Porlodemás,Sebdounoofrecegrandescuriosidades,bastandounahorapararecorrerel pueblo. Sin embargo, Clovis Dardentor encontró en él el contingente habitual dehornos de cal, de tejares y molinos que funcionan en casi todas las ciudades de laprovinciadeOrán.Élysuscompañerosrodearonlamurallaqueciñelaaldea,yquefuedurantealgunosañosunpuntoavanzadodelacoloniafrancesa.Perocomoaqueldíaerajueves, había gran mercado árabe, y nuestro héroe mostró vivo interés en aquelmovimientocomercial.

Lacaravanapartióaldíasiguiente,19deMayo,muytemprano,afinderecorrer loscuarenta kilómetros que separan Sebdou de Tlemcen. Pasado el Oued-Merdja, unafluentedeTafna, internóseporunaanchaexplotacióndealfa,atravesandoarroyosdeagua límpida, y después de franquear algunos bosques hizo alto para almorzar en unparadorpúblicosituadoamilquinientosmetrosdealtura,ycontinuandoporelpueblodeTermiylasMontañasNegras,másalládelOued-Sakat,llegóaTlemcen.

Trasdejornadatanruda,unabuenafondarecibióatodos,quedebíanpermanecerenellatreintayseishoras.

Durante el camino, Juan Taconnat se mantuvo aparte, respondiendo apenas a lasdemostracionescasipaternalesdelseñorDardentor.

Asudescorazonamientomezclábaseciertadosisdevergüenza.¡Elsalvadoporelquequería salvar! Aquella mañana, después de haberse mostrado enfurruñado desde lavíspera,saltódesulechoydespertóaMarcel,apostrofándoledeestasuerte:

-Ybien…¿quédices?Nadapodíadecirelotro,puesdormíaaun.Su primo iba y venía por el cuarto, gesticulaba, cruzábase de brazos, lanzaba

recriminaciones…¡No!…¡Nopodíatomarlascosasalegremente,comohabíaprometido!Estabadecididoatomarlasporelladotrágico…

Alfin,interrogadodenuevo,seenderezóMarcel,ynoencontrónadaqueresponder.-Loquetedigo,Juan,esquetengascalma.Cuandosedeclaraladesgraciadeunmodo

tancategórico,lomejoressometerse…-¡Oabdicar!…-respondióJuan-.Conozcoesadivisa…,ynoeslamía…¡Esdemasiado

fuerte! ¡Cuando pienso que de las tres circunstancias que el Código exige se hanpresentado dos: las olas y las llamas! ¡Y que ese incalificable Dardentor, que hubierapodidoserenvueltoporlasllamasdeltrenodesaparecerbajoelaguadelSar,yalquetalveztúoyohubiéramossalvado,harepresentadoelpapeldesalvador!…¡Elincendiotehaescogidoati…yelnaufragioamí!

-¿Quieresmiopinión,Juan?-Venga,Marcel.-¡Queencuentroestochistoso!-¡Ah!¿Loencuentraschistoso?-¡Sí,ycreoquesieltercerincidenteseprodujera,uncombateenlaúltimapartedel

viaje,muchomeengañosinoeraelseñorDardentorelquenossalvaraaambos!

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JuanTaconnatdiounapatadaenelsuelo,derribólassillas,golpeósobreloscristalesde las ventanas a riesgo de romperlos, y…, lo que parecíamuy singular, ¡el furor erarealmenteserioenunfantaseadordesuespecie!

-Vamos, Juan- añadió Marcel.- Debías renunciar a hacerte adoptar por el señorDardentor…,comoyopormicuentaherenunciado…

-¡Nunca!-TantomáscuantoqueeseémuloinmortaldePerrichontehasalvado,ytevaaadorar

comoamímeadora…-Notengonecesidaddesuadoración,Marcel,sinodesuadopción,yqueMahomame

estrangulesinoencuentroelmediodeconseguirla.-¿Ycuálseráesemedio,puestoquelasuertesetepresentasiemprecontraria?-Leprepararéalgunatrampa.Learrojaréenelprimertorrentequenosencontremos.

Prenderé,siespreciso,fuegoasucuarto,asucasa.Reclutaréunabandadebeduinosodetouaregs,quenosataquenenelcamino.Enfin,letenderéalgúnlazo…

-Y¿sabestúloquesucederácontuslazos?-Sucederá…-Que caerás tú en ellos y de ellos te sacará Dardentor, el protegido de las buenas

hadas,elfavoritodelaProvidencia,elprototipodelhombredesuerte,alquetodolehasalidobienenlavida,yparaelqueladiosaFortunamuevesiempresuruedaenbuensentido.

-Yosabréenlaprimeraocasiónhacerquelamanivelasetuerza.-Además,Juan,yaestamosenTlemcen.-¿Ybien?…-Ybien;dentrodetresocuatrodíasestaremosenOrán,ylomásprudenteseráarrojar

alolvidotodaslasilusionesdelporvenir,oirafirmarnuestroalistamiento.Alpronunciarestaspalabras,lavozdeMarcelestabavisiblementealterada.-Vaya,mipobreamigo-respondióJuan.-¡YocreíaquelaseñoritaLuisa,Elissane!…-¡Sí,Juan,sí!Pero¿porquésoñar,sielsueñonosehadeconvertirjamásenrealidad?

Porlomenosguardarédeestajovenunimperecederorecuerdo.-¿Estás,pues,resignado?-Loestoy.-¡CasitantocomoyoloestoyanoserelhijoadoptivodeDardentor!-exclamóJuan.-Y

sihededecirteloquepienso,antójasemequetútienesmásprobabilidadesdeobtenertusdeseos.

-¡Estásloco!-No;pues,despuésdetodo,ladesgracianosehaencarnizadocontraticomoconmigo,

ycreomásfácilquelaseñoritaElissaneseconviertaenlaseñoradeLornans,queJuanTaconnatllegueaserJuanDardentor,aunquenosetratemásquedeunsencillocambiodenombre.

Mientraslosdosjóvenesseentregabanaestaconversación,queseprolongóhastalahoradelalmuerzo,ClovisDardentor,ayudadoporPatricio,seocupabadesutocado.LavisitaaTlemcenysusalrededoresnodebíaempezarhastalatarde.

-Ybien,Patricio-preguntóelamoalcriado-,¿quépiensasdeesosdosjóvenes?-¿LosseñoresTaconnatyMarcel?-Sí.-Puespiensoqueelunohubieraperecidoenlasllamasyenelaguaelotro,sielseñor

nohubieraexpuestosuvidaparaarrancarlesdeunaterriblemuerte.-¡Gran lástima hubiera sido, pues los dos jóvenes son dignos de una larga y feliz

existencia!Consuamabilidad,subuenhumor,suinteligenciaysugracia,haráncaminoenelmundo.¿Noesverdad,Patricio?

-Piensoexactamentelomismoqueelseñor.Pero¿mepermitiráelseñorunaobservacióninspiradapormisreflexionespersonales?-Telopermitosinosetevaelsantoalcieloyteextiendesmucho.-Esque…Talvezelseñorcomprenderálajusticiademiobservación.-Pues,anda,sinpreámbulos,ynodesvueltasduranteunahoraalrededordelpuchero.-¡Elpuchero!¡Elpuchero!-dijoPatricio…-¿Tesoltaráslarienda?-¿Consentirá el señor en formular su juicio sobre el hijo del señor y la señora

Desirandelle?-¿Agatocles?…Esunbravomozo…Unpoco…yunmucho…,……………..así…,vamos.Unadeesasnaturalezasquenosedespiertanhastadespuésdelmatrimonio…Talvez

estáenbruto…Dameelpeinedelosbigotes.-Aquíestá,señor.

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-¡Pero de la madera de los que se hacen los mejores maridos! Se le ha elegido unpartido,excelente,yestoyseguroqueesematrimoniotieneladichaasegurada.Peronoleveolapuntaatuobservación.

-Ya saldrá naturalmente cuando el señor tenga a bien responderme a la segundapreguntaquesucondescendenciameautorizaráadirigirle.

-Dirigeloquequieras.-¿QuépiensaelseñordelaseñoritaElissane?-¡Oh!¡Encantadora!…¡Deliciosa,buena,espiritual,inteligente,alavezjovialyseria!…

Laspalabrasmefaltan…lomismoqueelcepillodelpelo.¿Dóndeestáelcepillo?-Aquí,señor.-Siyomecasara,querríateneralgosemejante…-¿Uncepillo?-¡No!, tonto…Unamujer comoLuisa.Te lo repito.Agatoclespuedevanagloriarsede

habertenidolasuertedesacarunfamosonúmero.-¿Demodoqueelseñorcreepoderafirmarqueesematrimonioescosahecha?-Comosielalcaldeleshubieraunidoelunoalotro.Además,nohemosvenidoaOrána

otracosa.Sindudayoesperabaque losdos futuroshubieran intimadomásduranteelviaje. Pero la cosa se arreglará, Patricio. Acuérdate de lo que te digo. ¡Antes de tressemanasbailaremosenlaboda…yyoharéuncaballerosolocongranmeneodecaderas!

Lafrase,tanimpropiadeunaceremonianupcial,hizomalefectoaPatricio.-Vamos- añadió Dardentor.- Aún no sé nada de tu observación, inspirada por tus

reflexionespersonales…-Personales… y me asombra que esta observación haya podido escapar a la

perspicacia,delseñor.-Perodesembucha…¿Cuálestuobservación?-Tanjustaes,queelseñormismolahará…despuésdeunatercerapregunta.-¿Unatercera?-Sielseñornoquiere…-Algrano,animal…¡Cualquieradiríaquepretendesponermerabioso!-El señor sabe bien que soy incapaz de ninguna tentativa de ese género contra su

persona.-¿Quieresecharfueraonolatercerapregunta?-¿NohanotadoelseñorlaconductadelseñorLornansdesdelapartidadeOrán?-¿DemiqueridoMarcel?Efectivamente;mehaparecidodemostrargrangratitudporel

insignificante servicio que he tenido la dicha de prestarle, lomismoque a su primo…aunqueéstenolohademostradotanto.

-SetratadelseñorLornans,ynodelseñorTaconnatrespondióPatricio-.¿NohanotadoelseñorqueparecequelaseñoritaElissaneleagradamucho,yqueseocupadeellamásdeloconveniente,tratándosedeunajovencasienvísperasdecasarse,yqueelseñorylaseñoradeDesirandelleestánalgodisgustadosporesto,ynosinmotivo?

-¿Túhasvistoeso,Patricio?-Sialseñornoledisgusta…-Sí. Esa buena señora de Desirandelle me ha hablado algo de ello. ¡Bah! Pura

imaginación.-MeatrevoaafirmaralseñorquenohasidolaseñoradeDesirandellelaúnicapersona

quelohanotado.-¡Ni unos ni otros sabéis lo que decís!- exclamó Clovis Dardentor- Además, ¿en qué

terminaríatodo,dadocasoquefueracierto?No…HeprometidoconcertarelmatrimoniodeAgatoclesyLuisa…ysehará.

-Aunqueparamíseaundisgustonoestardeacuerdoconelseñor,debopersistirenmiidea.

-Persisteloquequieras…-¡Haygentesqueestánciegas!-dijosecamentePatricio.-¡Pero si esono tiene sentidocomún! ¡Marcel…unmozoalquehearrancadode las

llamasturbulentas,solicitaraLuisa!EscomosipretendierasqueeseglotóndeOrientalpensaraenpedirsumano.

-NohehabladodelseñorOriental,quenadatienequeverenesteasuntoparticulardelseñorLornans.

-¿Dóndeestámitubo?-¿Eltubodelseñor?-Sí…,misombrero.-Aquíestáelsombrerodelseñor,ynosu…-respondióPatricioindignado.-Yoye,Patricio.Nosabesloquedices,noentiendesjota,¡temeteseldedoenlapupila

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hastaelcodo!…Ytomandosusombrero,dejóaPatricio,quesesacaracomopudieraeldedoqueatal

profundidadsehabíametido.Noobstante,talveznuestrohéroesesentíafatigado.¡AquelimbécildeAgatocles,que

nohacíaprogresoalguno!LosDesirandelle,quesedisponíanadirigirlereprochesconél,haciéndoleresponsabledelasideasdeMarcelLornans,admitiendoqueéstasfueranlas que indicaban ciertos detalles que le vinieron a la memoria… En fin, se prometióobservarlotodo.

Aquella mañana, durante el almuerzo, Clovis Dardentor no notó nada sospechoso.Descuidando un poco a Marcel, dirigió todas sus frases a Juan Taconnat, su “últimosalvado”,querespondíaindolentemente.

Luisa mostróse con él muy afectuosa, y tal vez Clovis sospechó al fin que erademasiado encantadorapara aquel imbécil, al que se quería hacer sumarido…, y queparecíanarmonizarsecomoelazúcarylasal…

-¿SeñorDardentor?-dijolaseñoraDesirandellealospostres.-Queridaamiga…-¿NohaycaminodehierroentreTlemcenySidi-bel-Abbes?-Sí,peroestáenconstrucción.-¡Esunalástima!-¿Porqué?-PorquemimaridoyyohubiéramospreferidotomarlepararegresaraOrán.-¿Cómo- exclamó Clovis- hasta Sidi-bel-Abbes el camino es magnífico. No hay que

temernifatiganipeligro…paranadie…YsonrióaMarcel,quenoadvirtiósusonrisa,yaJuanTaconnat,queapretólosdientes

comosisintieradeseosdemorder.-Sí- añadióel señorDesirandelle-, estamosmuy fatigadosdel viaje, y esde lamentar

que no se le pueda abreviar. La señora de Elissane y Luisa, lo mismo que nosotros,hubieran…

Antesquelafraseestuvieraterminada,MarcelLornanshabíamiradoalajoven,quelemiróaéltambién.Dardentortuvoquedecirse:¡Calla!…yrecordandolafrasedelpoeta:“Dioshadadoalamujerlabocaparahablarylosojospararesponder”,sepreguntóquérespuestahabíandadolosojosdeLuisa.

-¡Mildiablos!-murmuró.-Enfin,¿quéquierenustedes,amigosmíos?-añadió.-Elcaminodehierronofunciona

aun,y,nohaymediodedividirlacaravana.-¿Nopodríamospartirhoymismo?-respondióelseñorDesirandelle.-¡Hoy!- exclamó Dardentor.- ¿ Marcharnos antes de haber visitado esta magnífica

Tlemcen, sus almacenes, su ciudadela, sus sinagogas, sus mezquitas, sus paseos, susalrededores,todaslasmaravillasquenuestroguíamehaindicado?¡Apenassibastarándosdías!

-Estas señoras están muy fatigadas para emprender esa excursión, Dardentor-respondió fríamenteel señorDesirandelle-, y yo lasharé compañía….Unpaseopor laciudadserá lomásqueharemos.Libresquedanustedesyesosseñores…a losquehasalvadodel turbiónde lasaguasyde las llamas,devisitaraconcienciaesamagníficaTlemcen.Perosealoquesea,estádecididoquemañanaaprimerahorapartiremos.

Estoeraformal,yClovisDardentor,algofastidiadodelaburladelseñorDesirandelle,viendoquelosrostrosdeMarcelyLuisaseobscurecían,ycomprendiendoademásquenohabíaparaquéinsistir,abandonóaaquellasseñoras,despuésdehaberlanzadounaúltimamiradaalaentristecidajoven.

-¿Vieneusted,Marcel?¿Vieneusted,Juan?-preguntó.-Leseguimosausted-respondióelprimero.-¡Acabaráportutearnos!-murmuróelotro,nosindesdén.En las condicionesenque seencontraban,no lesquedabamáspartidoque seguira

Dardentor.EncuantoalhijodelosDesirandelle,habíasalido,ydurantetodoeldíapudovérsele en compañía del señorOriental, frecuentando las tiendas de comestibles y lasconfiterías.

No había duda que el Presidente de la Sociedad Astronómica de Montelimar habíareconocidoeneljovendisposicionesnaturalesparaelempleodesuboca.

Dado el estado moral de los dos parisienses, no podían interesarse gran cosa enaquellacuriosaTlemcen,laBab-el-Gharbdelosárabes,situadaenmediodelIsser,enelsemicírculodelTafna.

Y,noobstante,estanlindaqueselaconoceconelnombredela«Granadaafricana»La antigua Pomaria de los romanos, reemplazada por el Tagrartn al Oeste, se ha

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convertidoenlamodernaTlemcen.ConsuJoanneenlamano,elseñorDardentortuvobuen cuidado de repetir que ya era floreciente en el siglo XV; industrial, comercial,artística, científica, bajo la influencia de las razas berberiscas; que contaba entoncesveinticinco mil familias; que era actualmente la quinta ciudad de Argelia con supoblación de veinticinco mil habitantes, de los que tres mil son franceses y tres miljudíos;quedespuésdehabersidotomadapor losturcosen1553,por los francesesen1836, y cedida después a Abel- el- Kader, fue definitivamente tomada en 1842; queconstituíaunacapitalestratégicadegranimportanciaenlafronteramarroquí…Pero,apesardetodoslosesfuerzosdeDardentor,apenassifueescuchado,ynoobtuvomásquevagasrespuestas.

Preguntábase el digno hombre si no hubiera sido mejor dejar a aquellos dosdesesperados en su rincón… Pero les quería mucho y procuraba no demostrar malhumor,aunquemásdeunavezsintiódeseosdepreguntaraMarcel,poniéndoleentrelaespadaylapared:

-¿Esesoverdad?¿Esserio?…Ábrameustedelcorazón,yqueyoleadentrodeél.No lo hizo… ¿Para qué? Era un joven sin fortuna, que jamás sería aceptado por la

prácticaointeresadaseñoraElissane.Yademás…,él…,elamigodelosDesirandelle…ResultódeestoqueDardentornosacó loqueesperabade laciudad,situadaenuna

posiciónverdaderamenteadmirable, sobreuna terrazaaochocientosmetrosdealtura,en los flancos a pico delmonte Termi, que sobresale de losmacizos delNadar, desdedondelavistaseextiendesobre lasplaniciesdel IsserydelTafna,zonadeverduradedoce kilómetros, verdadera selva de árboles seculares, y gran número de frutales yplantacionesdeolivopormillares.

Inútil es decir que todas las ruedas de la Administración francesa funcionan enTlemcen con regularidad de máquina. En lo que se refiere a establecimientosindustriales,Dardentorpudoescogerentrelosmolinosdeharina,fábricasdeaceiteydetelas.ElmismohizolaadquisicióndeundeliciosopardebabuchasenunatiendadelaplazaCavaignac.

-Meparecenunpocopequeñasparausted-observóburlonamenteJuanTaconnat.-¡Diablo!-Yunpococaras…-¡Haydinero!-¿Aquiénlasdestinausted?,-preguntóMarcelLornans.-Aunagentilpersona-respondióDardentorguiñandounojo.HeahíloquenohubierapodidopermitirseMarcel,que,noobstante,hubieradeseado

gastartodoeldinerodelviajeenunregaloparalajoven.Si en Tlemcen se encuentra todo el comercio del Oeste y de las tribusmarroquíes,

granos, bestias, pieles, tisús, plumas, la ciudad ofrece igualmente a los aficionados aantigüedadespreciososrecuerdos.

Aquí y allá, numerosos restos de la arquitectura árabe; las ruinas de sus tres viejasmurallas, reemplazadas por el moderno muro de cuatro kilómetros y nueve puertas;barriosmoriscosdeabovedadascallejas,restosdelassesentamezquitasqueposeíaenotra época. Preciso era que los dos jóvenes tuvieran una mirada para la venerableciudadela,elMechouar,antiguopalaciodelsigloXII,ytambiénparaKissaria,convertidaencuarteldespahis,dondesereuníanlosmercaderesgenoveses,pisanosyprovenzales.Además,¿quécosamásdignadecontemplarseque lasmezquitas,consuprofusióndeblancosminaretes,suscolumnasdemosaico,suspinturas,lamezquitadeDjema-Kebir,ladeAbdul-Hassim, cuyas tresbóvedas reposan sobrepilaresdeonix, y en laque loschicuelos árabes aprenden a leer, a escribir y la aritmética, en elmismo sitio en quemurióBoabdil,elúltimodelosreyesmorosdeGranada?

Los tres personajes atravesaron calles y franquearon plazas de regular dibujo; unbarriohíbridodondecontrastabanlascasasindígenasconlaseuropeas,yotrosbarriosmodernos.Por todasparteshabía fuentes, siendo lade laplazadeSanMiguel lamáslinda de todas. La explanada de Mechouar, sombreada por cuatro hileras de árboles,ofreció, al fin, a los turistas, hasta el momento de regresar a la fonda, una vistaincomparabledelcampodeloscontornos.

Respecto a los alrededores de Tlemcen, sus aldeas agrícolas, las koubbas de Sidi-DaoudiydeSidi-Abd-es-Salam,laresonantecascadadeEl-Ourit,porlaqueelSafSafseprecipitadesdeunaalturadeochentametros,yotrostantosatractivos,ClovisDardentorselimitóaadmirarleseneltextooficialdesuguía.

¡Sí! Precisos serían varios días para estudiar a Tlemcen y sus alrededores. Perohubierasidotrabajoinútilproponerprolongarlaestanciaagentesquenodeseabansinomarcharse lomásprontoposibleyporelmáscortocamino.Pormuchaautoridadque

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Dardentor tuviera sobre sus compañerosde viaje, autoridadademásdisminuida,no seatrevióahacerlaproposición.

-Ybien,miqueridoMarcelymiqueridoJuan-¿quépiensanustedesdeTlemcen?-Unahermosaciudad-secontentóconresponderdistraídamenteelprimero.-Hermosa…sí…-refunfuñóelsegundo.-Vaya… Bien hice en cogerle a usted, Marcel, por el cuello, y a usted, Juan, por el

pantalón.¡Quédecosassoberbiasnohubieranvistosino!-Ustedhaarriesgadosuvida,señorDardentor-dijoMarcelLornans-,ycreaustedque

nuestragratitud…-¡Ah,señorDardentor!-preguntóJuanTaconnat: -¿esquetieneustedporcostumbre

salvaralos…-¿Eh?Másdeunavezmeha sucedido, ypodría colgarmesobreelpechounabuena

coleccióndemedallas.Estohahechoque,apesardemideseodeserpadreadoptante…,jamáshepodidoadoptaranadie.

-Ustedmismoeselqueestáencondicionesparaseradoptado-dijoJuanTaconnat.-Comoustedlodice,niño-respondióClovis.-Perovamosandando.Regresaron a la fonda. La comida fue triste. Los comensales tenían el aspecto de

personasquehancerradosusequipajes,yalosqueeltrenespera.AlospostresClovissedecidióaofrecerlasbabuchasaLuisa.

-EnrecuerdodeTlemcen,queridaseñorita-dijo.LaseñoradeElissaneagradecióconunasonrisaelregaloqueasuhijahacíaClovis,

mientras la señora de Desirandelle se mordía los labios y su esposo se encogía dehombros.

RespectoaLuisa,surostroseserenó,unrayodealegríabrillóensusojos,ydijo:-Gracias,señorDardentor.¿Mepermiteustedqueledéunabrazo?-¡Diablo!Nolashecompradomásqueparaeso.¡Unabrazoporcadababucha!YlajovenabrazómuygustosaaClovisDardentor.

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XV

ENELQUEALFINSECUMPLEUNADELASTRESCONDICIONESIMPUESTASPORELARTICULO345DEL

CÓDIGOCIVIL.

Realmente, tal vezera tiempode terminarel viaje tan convenientementeorganizadopor laCompañíadeferrocarrilesdeArgel.Si loscomienzosfueronbuenos,amenazabaconcluirmal,sobretodoporloqueserefierealgrupoDesirandelle.AlabandonaraTlemcen,lacaravanaestabareducidaalamitad.Variosturistashabían

deseadoprolongaralgunosdías laescalaenunaciudaddignaderetenerlos.ElagenteDerivas quedó con ellos, y el señor Dardentor y los suyos, conducidos por el guíaMoktani,tomaronladirecciónhaciaSidi-bel-Abbesalamanecerdel21deMayo.Conviene mencionar la presencia del señor Oriental, que sin duda tenía prisa por

regresaraOrán.NodejaríadecausarasombroalseñorDardentoryalosdemásquelaintención del sabio fuera redactar una relación científica, pues solamente se habíaservido de su anteojo para observar posiciones, y los demás instrumentos habíanquedadoenelfondodesumaleta.La caravana no se componía, pues, más que de dos carros con bancos. El primero

conducía a las señoras y al señor Desirandelle. En el segundo iban el señor Oriental,Agatocles,cansadodelapocacomodidaddelmulo,dosindígenasencalidaddecriados,losequipajesylasprovisionesdereserva.NosetratabamásquedeunalmuerzoentreTlemcenylaaldeaLamoricière,dondeseharíaaltodurantelanoche,yalsiguientedía,deunalmuerzoentreLamoricièreySidi-bel-Abbes,dondeelguíacontaballegarhacialas ocho de la noche. Aquí se acabaría el viaje en caravana, y el camino de hierroconduciríaaOránalosexcursionistas.Advertiremos que el señor Dardentor y Moktani no se habían separado de sus

camellos,excelentesbestiasdelasquenohabíaporquéquejarse,nilosdosparisiensesdesuscaballos.UncaminonacionalatraviesalapartecomprendidaentreTlemcenySidi-bel-Abbes,y

se une al de Tlélat, el que pone en comunicación a Orán con Argel. La distancia deTlemcen a Sidi- bel- Abbes es de noventa y dos kilómetros, que pueden fácilmenterecorrerseendosdías.La caravana, pues, marchaba al través de un país más variado que la región

sudoranesadeSaidaaSebdou.Menosbosques,peromásvastasexploracionesagrícolas,terrenosdecolonizacióny lacaprichosaredde losafluentesdelChoulyydel Isser.EsésteunodelosgrandesríosdelaArgelia,lavivificantearteria,cuyocursodedoscientoskilómetrosprosiguehastaél,mar, siguiendounvalledondeprosperan losalgodonerosmercedalainclinacióndelosHauts-PlateauxydelTell.¡Pero qué cambio en el ánimo de estos turistas, tan unidos al salir de Orán por el

camino de hierro y a la partida de Saida en caravana! El hielo se había formado. LosDesirandelleylaseñoraElissanehablabanaparteensucarro,yLuisaoíacosasqueladisgustaban. Marcel Lornans y Juan Taconnat, abandonándose a sus tristespensamientos, caminaban tras Clovis Dardentor, respondiéndole apenas cuando sedeteníaparaesperarles.¡Infortunado Dardentor!… ¡Ahora parece recriminarle todo el mundo! Los

Desirandelle, porque no suplicaba a Luisa que agradase a Agatocles; la señora deElissane, porque no decidía a su hija a aquel matrimonio, desde antiguo concertado;MarcelLornans,porquehubieradebidointervenirenfavordelquehabíasalvado;JuanTaconnat, porque lo había salvado, en vez de haberle dado a él ocasión para que losalvase…Enfin,sólolequedabaelfielPatricio,queparecíadecirle:-Sí…¡Mireustedloquesonlascosas!¡Sucriadonoseengañaba!Pero no formulaba, este pensamiento, temeroso de obtener una contestación

dardentorianaquelehubieseheridoenlomáshondodesuser.Ybien…¡ClovisDardentoracabaríaporenviarlosatodosaldemonio!-¡Veamos,Clovis-sedecía.-¿Esquedebesalgoaestagente?¿Esqueesculpatuyaque

lascosasnovayanagustodetodos?¿TienestúlaculpadequeAgatoclesnoseamásqueun canario, aunque suspadres lemiren comoun fénix, y queLuisahaya acabadoporestimaraestepájaroensujustovalor,puesalcaboesprecisorendirsealaevidencia?ComienzoasospecharqueMarcelquieroalajoven;pero…¡votoalasdosgibasdemi

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camello,yonopuedogritarlesaambos:venid,hijosmíos,queyoosbendigo!¡Yporsialgofaltaba,ahíestáesealegreJuan,quehadejadotodosubuenhumorenlasaguasdelSar!… ¡Se diría que me recrimina por haberle sacado de allí! ¡Palabra de honor quetodosellossonagimotear!…Puesbien…Patricioacababadeapearsedelcarroconlaintencióndehablarasuamo,yledijo:-Temoquellueva,señor,ytalvezconvendría…-Másvaleunmaltiempoqueun«nada».-¿Quénada?-respondióPatriciopreocupadoporaquellaspalabras.-Sielseñor…-¡Quitadeahí!…Patriciovolvióalcarromásvelozmentequehabíabajado.Durante la mañana, entre una cálida lluvia que vertían las tormentosas nubes, se

anduvo la docena de kilómetros que separa a Tlemcen de Ain-Fezza. Cuando cesó lalluvia se almorzó junto aunagarganta llenade árboles, refrescadapor las numerosascascadas próximas, almuerzo sin intimidad, durante el que reinó visible disgusto. Sehubieradichoqueerantodoscomensalesalamesadeunafonda,quenosehabíanvistoantesdesentarseantesuplato,yquenohabíandevolverseaverdespuésdelacomida.BajolasfulgurantesmiradasdelosDesirandelle,MarcelLornansprocurabanomirara

Luisa.EncuantoaJuanTaconnat,comonopodíacontarparalarealizacióndesusplanesconlosaccidentesdelcamino-carreteraconsuspiedrasmiliarias,sugravaamontonadaen los lados y sus canteros trabajando-, maldecía de la administración que habíacivilizadoaquelpaís.Dardentor, no obstante, intentó reanudar los lazos rotos, y lanzó algunos fuegos de

artificioconlapalabra,peronoresultaron.-¡Decididamentemeembrutecen!-murmuró.Alasoncevolvieronaponerseencamino;franquearonporunpuenteelChouly,rápido

afluentedelIsser,rodearonunbosquecilloconpiedras,lasruinasdeHadjar-Roum,ysinincidentealguno,alasseisdelatardellegaronalanexodeLamoricière.Después de una estancia tan breve en Tlemcen no había que hablar de detenerse

muchotiempoenesteOuled-Mimoundedoscientoshabitantes,quellevaelnombredelilustregeneral.Esnotable,sobretodoporsufrescoyfértilvalle,peronoseencuentracomodidad de ningún género en la única posada de este sitio. Sirviéronse huevospasados por agua… ¡Por fortuna, el agente Derivas no estaba allí, lo que evitó justasreclamaciones!Endesquite,losturistasfueronobsequiadosconunaserenataindígena.Tal vez con gusto hubieran renunciado al concierto; pero las instancias del señorDardentor,cuyomalhumorhubierasidoimprudentesobrexcitar,leshizoresignarse.La serenata se efectuó en el salón de la posada, y valía la pena ser oída. Era una

nouba,reducidaatresinstrumentosárabes:eltebeul,grantamborquehacenresonarensudoblecaracondospalillosdemadera;larheita,flauta,enpartedemetalyelnouara,compuestodedosmedias calabazas, conunapiel secaextendida.Aunque lanouba vaacompañada generalmente de danzas graciosas, aquella noche no figuraron en elprograma.Alterminarlafiesta,Dardentorexclamóconvozagria:-¡Encantado!¡Estoyencantado!Ycomonadieseatrevieraaemitiropinióncontraria,hizoqueMoktanicumplimentase

alosmúsicosindígenas,gratificándolosconvenientemente.¿Habíaquedadonuestrohéroetansatisfechocomoaseguraba?Estaeralacuestión.Entodocasohubounodelosoyentescuyasatisfacciónsepuede

afirmarquefuecompleta.¡Sí!Duranteelconcierto,unodelosdosprimos-seadivinaquién-pudocolocarsejuntoala

señorita Elissane. ¿Y quién sabe si no la dirigió entonces esas palabras que salen delcorazón,ysihallaronecoeneldelajoven?Al siguiente día, muy de mañana, partida de los turistas, impacientes por llegar al

término del viaje. Desde Lamoricière hasta Ain-Tellout, se siguió en una extensión dediezkilómetroseltrazadodelcaminodehierroenproyecto.EnestepuntoelcaminoleabandonaysubedirectamentehaciaelNE.,dondecorta,aalgunoskilómetrosdeSidi-bel-Abbes,elcaminodehierroenconstrucción,quedesciendealSud-Oranais.Necesario fue, primeramente, atravesar extensas explotaciones de alfa y vastos

campos de cultivo que se desarrollaban hasta el horizonte. Gran número de pozos seencontrabanalo largodelcamino,bienquelasprimerasaguasdelMouzenyZeliennafuesenyaabundantes.Loscarrosycaballosibantandeprisacomoeraposible,afindeterminaraquellajornadadecuarentaycincokilómetrosenunsolodía.Noeracosadedetenerseenalegresconversaciones;aquellossitiosnoofrecennadacurioso,niaunlasruinasromanasoberberiscas.

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Latemperaturaeraalta.Felizmente lasnubesmoderabanlosardoresdelsol,quedeotro modo hubieran sido intolerables en aquella región sin árboles. Por todas partescampos y planicies sin sombra. Este camino siguióse hasta que la caravana se detuvoparaalmorzar.Fueestoa lasonce.Avanzandoalgunoskilómetroshacia laderecha, laorilladelbosquedelosOuled-Mimounleshubieraofrecidounsitiomásapropósito.Peronoconveníadaresterodeo.Lasprovisionesfueronsacadasdelascestas.Losturistassesentaron al borde del camino, formando diversos grupos. Uno le formaron losDesirandelleylosElissane;otroJuanyMarcel;éste,noacercándosealajoven,mostróunadiscreciónqueelladebiódeagradecerle.EsprobablequedesdeLamoricièreamboscaminaranmásquelacaravana,haciaunpuntoquenoeraprecisamenteSidi-bel-Abbes.Enfin;DardentorhubieraquedadosolodenoaceptarlacompañíadelseñorOriental.

Encontráronsejuntos…Hablaron.¿Dequé?Detodo.Delviajequeibaaterminarse,yenrealidad sin grandes obstáculos… Ningún retraso, accidentes sin gravedad, desde lapartida.Perfectasaluddelosturistas…,talvezalgodecansancio,enlasseñorassobretodo. Cinco o seis horas de camino aún hasta Sidi-bel-Abbes, y no quedaría más queencajonarseenunvagóndeprimeraclaseedestinoaOrán.-¿Yustedestásatisfecho,señorOriental?-preguntóClovis.-Muy satisfecho, señor Dardentor. El viaje estaba admirablemente organizado, y la

cuestióndealimentaciónhasidoresueltademodomuyaceptable,hastalospueblosmásinsignificantes.-Meparecequeparaustedesacuestiónesdelamayorimportancia.-Sí,señor…yheconseguidoprocurarmediversasmuestrasdeproductoscomestibles

cuyaexistenciaignoraba.-Puesenloqueamíserefiere,esaspreocupacionesdemanducatoria…-¡Hum!-dijoPatricio.-Medejancasiindiferente-continuóClovisDardentor.-Enmi opinión, deben, al contrario ocupar el primer puesto en la existencia- dijo el

señorOriental.-Puesbien,queridoamigo,permitaustedcreerque,sihubiéramosesperadoalgunos

serviciosdeusted,nohubieransidoserviciosculinarios,sinoastronómicos.-¿Astronómicos?-repitióelseñorOriental.-Sí;porejemplo:sinuestroguíahubieraextraviado…,sihubierasidoprecisorecurrira

observaciones para encontrar el camino…, gracias a usted, que tomando la altura delsol…-¡Tomaryolaalturadelsol!-Sinduda…,duranteeldía,oladelasestrellasdurantelanoche…Ustedsabebienlas

declinaciones.-¿Quédeclinación?Nominativo,larosa;genitivo,delarosa.-¡Ah!¡Encantador!-exclamóelseñorDardentor.Ylanzóunacarcajadaquenorepercutióenlosdemásgrupos.-Enfin-añadió-,quierodecirqueusted,pormediodesusinstrumentos…,delsextante,

comolosmarinos…,elsextantequedebeustedtenerensumaleta.-¡Younsextanteenmimaleta!-Es probable, pues el anteojo es buenopara los paisajes…, pero cuando se trata del

pasodelsolporelmeridiano…-Noleentiendoausted.-Pues¿noesustedPresidentedeSociedadAstronómicadeMontelimar?-¡Gastronómica,caballero!¡Sociedadgastronómica!-respondióorgullosamenteelseñor

Oriental. Y esta respuesta, que explicaba perfectamente cosas inexplicables hastaentonces,consiguiódesarrugarelceñodeJuanTaconnat,cuandoelseñorDardentorselahuborepetido.-¡PeroeseanimaldePatricio,quenoshadichoabordodelArgelés!…-exclamó.-¿Cómo?¿Elseñornoesastrónomo?-preguntóeldignocriado.-¡No!,¡gastrónomo!…,¿looyes?,¡gastrónomo!-Habré entendido mal al jefe del comedor- respondió Patricio.- Eso a cualquiera le

pasa…-¡Yyohecreído!…-exclamóDardentor.-¡YohetomadoalseñorOrientalpor!…Vamos…

¡Estoesparaacabarconlapacienciadecualquiera!…Calla.Veteapaseo…Patricio se alejó muy confundido por aquel desprecio, y más humillado aun por las

palabras vulgares que su amo le había dirigido, y que no le volvería a dirigir, puesPatricio abandonaría su servicio y buscaría acomodo en casa de algúnmiembro de laAcademia,encasadeZola,porejemplo,sialgunavez…JuanTaconnatseacercó.

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-Perdóneleusted,señorDardentor-dijo.-Y¿porqué?-Porque la cosa no vale la pena. Después de todo, un gastrónomo es un astrónomo

adornadoconlasplumasdelg.ClovisDardentor,aloírelchiste,lanzóunacarcajadatanfuerte,queestuvoapuntode

comprometersudigestión.-¡Ah!…,¡estosparisienses!-exclamó.-¡No!,jamásselehubieraocurridotalcosaauno

dePerpignan,y,sinembargo,losdePerpignannosonunoszotes…¡no!-Conformes-pensóTaconnat-,peronosedejansalvarfácilmente.Carrosycaballossepusieronencamino.A lasexplotacionesdealfahabíansucedido

terrenos de colonización. A las dos se llegó a la aldea de Lamtar, precisamente en elpunto donde hay un sendero que une el camino de gran comunicación de Ain-Temouchent y el camino nacional de Sidi- bel- Abbes. A las tres se llegó al puerto deMouzen,al sitioenqueconfluyeel ríodeestenombreconunodesusafluentes;a lascuatroalaencrucijada,dondeseunenlosdoscaminosdichosunpocomásalládeSidi-Kraled,aalgunoskilómetrosdeSidi-Lhassen,despuésde seguirel cursodelMekerra,nombrequetomaelSigenestaregión.Sidi-Lhassennoesmásqueunanexodeunosseiscientoshabitantes,ensumayorparte

alemaneseindígenas,ynohabíaporquédetenerseallí.De repente, eran las cuatro ymedia, el guía quemarchaba a la cabeza notó que su

camellosedeteníabruscamente.Envanoleexcitóconlavoz;elanimal,envezdeavanzar,retrocedió.Casienseguida,

los caballos que los dos jóvenesmontaban se encabritaron, estremeciéndosede terrorpesardelaespuelaylabridaretrocedíanhaciaelcarro,cuyotirodabaigualesmuestrasdeespanto.-¿Quéhay?-preguntóClovisDardentor.Sucamelloacababadereunirsealosotrosolfateandoalgunalejanaemanación.A lapreguntadeClovisrespondierondos formidablesrugidos,sobrecuyanaturaleza

nohabíadudaposible,yqueestallaronenelbosquedePinosauncentenardepasos.-¡Leones!-exclamóelguía.Secomprenderáel terrorque invadióa losviajeros. ¡Fierasen lavecindad,enpleno

día,fierasquesindudasedisponíanaatacarles!…LaseñoradeElissane,ladeDesirandelleyLuisa,espantadas,saltarondelcarro,cuyas

mulasprocurabanromperlasbridasparahuir.Laprimeraidea,puramenteinstintiva,queacometióalasseñoras,alosDesirandelle,

padreehijo,yalseñorOriental,fueladedesandarelcaminoyrefugiarseenlaúltimaaldea,avarioskilómetrosdeallí.-¡Quietos todos!- exclamó Clovis Dardentor, con tan imperiosa voz que obtuvo una

obedienciapasiva.Además,laseñoraDesirandelleacababadeperderelconocimiento.El guía, los indígenas y el conductor ataron los caballos a fin de que no pudiesen

escaparaltravésdelcampo.Marcel Lornans habíase precipitado hacia el segundo carro, y con ayudadePatricio

sacólasarmas,carabinasypistolas,queenseguidafueroncargadas.ElseñorDardentoryMarcelLornanscogieronlascarabinas.JuanTaconnatyMoktani

laspistolas.Todosestabanagrupadosalpiedeunmacizodeterebintos,sobreeltaluddeladerechadelcamino.Enaquelcampodesiertonohabíaauxilioqueesperar.Losrugidosestallarondenuevo,ycasialinstante,enlaorilladelbosque,aparecióuna

parejadefieras.Eran un león y una leona de talla colosal, cuya amarillenta piel destacábase

vigorosamentesobreelverdesombríodelospinosdeAlepo.¿Iban aquellos animales a arrojarse sobre la caravana, a la que miraban con

resplandecientesojos,oasustadosdelnúmeroretrocederíanalbosque,dejandoelpasolibre?Loprimeroquehicieronfuedaralgunospasos,sinapresurarseysinturbarelairemás

queconsordosgruñidos.-¡Quenadiesemueva!-repitióDardentor-yquesenosdejehacer.-Marcel Lornans arrojó unamirada a Luisa. La joven, pálido el rostro, las facciones

contraídas, pero dueña de sí, procuraba tranquilizar a su madre. Juan Taconnat y suprimosecolocaronjuntoaClovisDardentoryMoktani,aunosdocemetrosdelmacizodeterebintos.Unminutodespués,ycomolasfierassehubieranacercado,sonóuntiro.Clovishabía

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disparado sobre la leona; pero esta vez faltóle su habitual destreza, y la bestia, saltó,lanzando rabiosos rugidos, -¡Soy un torpe!- exclamó Dardentor después de su golpeinfructuoso.MarcelLornansnomereciótalreproche,pueselleónfuetocadoenelhombro;perosu

espesacrinamortiguóelbalazo,queno lehiriómortalmente,yredoblandosurabiaseprecipitósobreelcamino,sinquelostrespistoletazosqueledisparóJuanledetuvieran,Todoestohabíapasadoenalgunossegundos,y lasdoscarabinasnohabíanpodidosercargadasdenuevo,cuandolasfierascayeronjuntoalmacizo.Marcel y Juan fueron derribados por la leona, cuyas garras se alzaban sobre ellos,

cuandounabaladeMoktanihizovolverserepentinamentealanimal,que,tornandoalacarga,selanzócontralosdosjóvenescaídosentierra.LacarabinadeDardentorsonóunasegundavez.Labalaagujereóelpechodelaleona

sinatravesarleelcorazón,yanohabersepuestolosdosprimosfueradesualcance,nohubieransalidosanosysalvos.Noobstante,aunqueheridadegravedad,laleonaeraauntemible.Elleónqueacababa

de reunírsela, se precipitó con ella hacia el grupo, donde el espanto de los caballos ymulas,añadíaeldesordenalterror.Moktani,cogidoporel león, fuearrastradodiezpasos, todocubiertodesangre. Juan

Taconnat,conlapistolaenlamano,yMarcelLornans,quehabíacargadosucarabina,volvieron hacia el talud. Pero en aquelmomento, dos tiros disparados casi a boca dejarroacabaronconlaleona,quecayóinanimadadespuésdeunúltimosalto.El león, en el colmodel furor, dio un salto de veinte pies, y fue a caer sobreClovis

Dardentor,elque,nopudiendoservirsedesuarma,rodópor tierraariesgodeque lafieraleaplastara.Juancorrióhaciaél,atrespasosdelleón(estadsegurosqueentoncesnopensabaen

lascondicionesimpuestasporelCódigocivilparalaadopción),yapretóelgatillodesupistola,cuyoúltimotirofalló.En estemomento, los caballos ymulos, en el paroxismo del espanto, rompiendo los

lazosquelessujetaban,huyeronporelcampo.Moktani,enlaimposibilidaddeservirsedesuarma,sehabíaarrastradohastaeltalud,yelseñorDesirandelle,elseñorOrientalyAgatoclespermanecíandelantedelasseñoras.ClovisDardentornohabíapodidolevantarse,ylagarradelleónibaabajarsesobresu

pecho,cuandosonóuntiro.Laenormefiera,conelcráneoperforado,echóatráslacabezaycayómuertaalospies

deDardentor.Quienhabíadisparadocontrael animal eraLuisaElissane,quearrebató lapistola a

Moktani.¡Salvado,salvadoporella!-exclamóelseñorDardentor.-¡Yqueestosleonesnotenían

pieldecarnero,niruedasenlaspatas!Yselevantódeunsaltoquenohubieradesdeñadoelreydelosanimalestendidoenel

suelo.¡DeformaquelajovenhabíahecholoquefueimposibleparaJuanTaconnatyMarcel

Lornans!Verdadque,despuésdesuhazaña,abandonáronlalasfuerzas,yhubieracaídodenoestarallíMarcel,quelarecibióensusbrazosylacondujoalladodesumadre.Todopeligrohabíadesaparecido.¿QuéhubierapodidoDardentorañadiralasprimeras

palabrasquelebrotarondelcorazón?Ayudadoporlosindígenas,nuestrohéroeseocupóconPatricioderecogerlasmulasycaballos,cosaqueselogróalpocotiempo,pueslosanimales, calmados después de la muerte de las fieras, volvieron por sí mismas alcamino.Moktani,gravementeheridoenelcostadoyenelbrazo,fuedepositadoenunodelos

carros,yPatriciotuvoquemontarentrelasdosgibasdelcamellodeaquel,mostrándosesportmannomenosdistinguidoquesihubieracabalgadosobreunpotrodepurasangre.CuandoMarcelLornansyJuanTaconnatsubieronacaballo,elsegundodijoalprimero:-Ybien:eseterranovanoshasalvadodenuevo…Decididamente,conesehombrenada

sepuedehacer.-¡Nada!-respondióMarcel.Lacaravanasepusoenmarcha.MediahoradespuésllegóaSidi-Lhassen,yalassiete

seapeabaenlamejorfondadeSidi-bel-Abbes.Antetodo,avisóseaunmédicoparaqueauxiliaseaMoktani;elmédicomanifestóque

lasheridasdelguíanotraeríanmalasconsecuencias.A las ocho comieron juntos; comida silenciosa, durante la cual, como por tácito

acuerdo,nosehizoalusiónalgunaalataquedelasfieras.Pero a los postres, el señor Dardentor se levantó, y dirigiéndose a Luisa con una

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seriedadextrañaenél,ladijo:-Señorita…ustedmehasalvado.-¡Oh,señorDardentor!-respondiólajovenruborizándose.-¡Sí!¡Salvado!¡Salvadoenuncombateenelquehubieraperecidosinlaintervención

de usted! Así, con el permiso de su madre, y puesto que usted llena las condicionesestablecidasenelart.345delCódigocivil…,mimásvivodeseoseríaadoptarlaausted…-Caballero-respondiólaseñoradeElissanesorprendidadeaquellaproposición.-Noadmitoobjeciones,Puessiustednoconsiente…-¿Sinoconsiento?…-¡Mecasaréconusted,yLuisaseráhijamía!

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XVI

ENELQUETERMINAESTANOVELACONUNDESENLACEAGUSTODECLOVISDARDENTOR.

Al día siguiente, a las nueve de la mañana, el tren de Sidi- bel- Abbes llevaba lafracciónde lacaravanaque,despuésdeunviajedecatorcedías,volvíaasupuntodepartida.ComprendíaestafracciónalseñorDardentor,alaseñorayseñoritadeElissane,alos

espososDesirandelle,asuhijoAgatocles,aJuanTaconnatyaMarcelLornans,sincontaraPatricio,queaspirabaavolverasuvidatranquilayregularenlacasadelaplazadelaLoge,dePerpignan.QuedabanenSidi-bel-Abbes,porconvenienciaonecesidad,elguíaMoktani,queibaa

sercuidadoconesmerodespuésdehabersido recompensado largamenteporel señorDardentor,ylosindígenasalserviciodelaCompañíadeferrocarrilesargelinos.¿YelseñorOriental?ElPresidentedelaSociedadGastronómicadeMontelimarnoera

hombre que abandonase Sidi- bel- Abbes sin haber estudiado, desde el punto de vistacomestible,unaciudadalaquesehadadoelnombrede«Biscuitville»Es una ciudad importante, de diez y siete mil habitantes: cuatro mil franceses, mil

quinientosjudíos,yelrestoindígenas.Laciudad,queestuvoápuntodesercapitaldelaprovincia deOrán, es el antiguo dominio de los Beni-Amor, que tuvieron que pasar lafronterayrefugiarseenMarruecos.Respectoalaciudadmoderna,quedatade1843,esbonita y próspera, con sus fértiles contornos regados por elMekerra. Está construidasobreunescarpadodelTessala,ysehundeenlaverduraaunaalturadecuatrocientossetentaydosmetros.Pormuchosquesusatractivossean,elseñorDardentorfueaquellavezelquemostró

másprisaporpartir.-¡No!…¡JamássehabíamostradotandeseosoderegresaraOrán!En efecto. No es de extrañar que la demanda hecha a la señora de Elissane fuera

aceptadaporéstaenprincipio,ysinquelaexcelenteseñorasevieraenlaobligacióndecasarseconelseñorDardentor.Unpadreadoptivocondosmillonesdecapital,yresueltoapermanecersoltero,noserehusaenningunapartedelatierraLaseñoradeElissanehabía manifestado un poco de resistencia, pero por fórmula y discreción únicamente;masestonohabíadurado.Lajovencreyóoportunodecir:-Reflexioneusted,señorDardentor.-Todoestáreflexionado,hijamía.-Ustednopuedesacrificarseasí.-Puedoyquiero,hijita.-Ustedsearrepentirá.-¡Nunca!Y al fin la señora de Elissane, mujer práctica, comprendiendo las ventajas de la

combinación,cosabienfácil,agradeciócontodasualmalosproyectosdeDardentor.LosDesirandellenocabíanensídecontentos. ¡Quédote llevaríaLuisaasumarido!

¡Qué fortunamás inesperada! ¡Quéheredera!Y todoparaAgatocles,puesnodudabanahoraquesuamigo,sucompatriotaClovisDardentor,interpondríasupaternalinfluenciaenprovechodeljoven.Estedebíadesersupensamientosecreto,ysuhijoseríaelyernodelricoDardentor.Así,pues,todosestabanconformesenregresaraOránlomásprontoposible.Heaquí

loqueserefiereaJuanTaconnatyMarcelLornans.Elprimero,abandonadodefinitivamenteelpaísdelossueños,dondesuimaginaciónle

habíallevado,exclamóaquellamañana:-¡Quediablo! ¡VivaDardentor!Ypuestoqueningunodenosotrosha logradoserhijo

adoptivo,mealegroquelaencantadoraLuisaseasuhija.¿Ytú,Marcel?

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Éstenorespondió.-PeroañadióJuan-¿estoesválidodesdeelpuntodevistalegal?-¿Elqué?-Uncombatecontraleones…-Queseacontralasfierasocontraloshombres,uncombatesiempreesuncombate,y

esevidentequeLuisahasalvadoalseorDardentor.-¡Vaya!Puesmira,Marcel,creoqueesunasuertequenitúniyohayamoscontribuido

asalvaraesebravohombre,sinoLuisa.-¿Porqué?-Porquenoshubieraqueridoadoptaralostres,yentalcaso,ellasehubieraconvertido

enhermananuestra…,ytúnopodríaspensaren…-Efectivamente; la leyprohíbeelmatrimonio entre los…Pero ¡si yonopiensoen tal

cosa!-¡Pobreamigo!¡Pobreamigo!…¿Laquieres?Sí,Juan…¡contodaelalma!-¡Lástimaquenohayassalvadoaesebimillonario!Tehubieraadoptadocomohijo…,y

entonces…-¡Sí!¡Quedesgracia!Y los dos jóvenes sentían gran tristeza en el momento en que el tren, después de

rodear por la parte Norte el importante macizo de Tessala, tomó a todo vapor ladireccióndeOrán.Así,pues,elseorDardentornadahabíavistodeSidibel-Abbes,nisusmolinosdeagua

y de viento, ni sus yeserías, ni sus tonelerías, ni sus fábricas de ladrillos. No habíaexplorado ni su barrio civil, ni su barrio militar, ni vagado por sus calles de ángulosrectos,plantadasdesoberbiosplátanos,nibebidoensusnumerosasyfrescasfuentes,nifranqueadolascuatropuertasdesumuralla,nivisitadosumagníficoviverodelapuertadeDaya.DespuésdehaberseguidoelSigenunaextensióndeveintekilómetros,pasadoporla

aldeadeTremblesy ladeSanLuciano, tomadoenSantaBárbaradeTlelat la líneadeArgel a Orán, el tren, tras un recorrido de sesenta y ocho kilómetros, se detuvo almediodíaenlaestacióndelacapital.Se había terminado el viaje circular, adicionado con algunos incidentes que la

CompañíadeloscaminosdehierrodeArgelnohabíaprevistoensuprograma,yquelosturistasrecordaríansiempre.YmientraselseorDardentorylosdosparisiensessedirigíanalhoteldelaPlazadela

República,laseoradeElissane,suhijaylosDesirandelleregresabanalacasadelacalledelCastilloViejodespuésdecatorcedíasdeausencia.ConClovisDardentorlascosasnoiban“arastras”,sisenospermiteemplearunatan

vulgarlocución,aunquePatricioseescandalice.Llevóacabosindilacioneselnegociodelaadopción,cuyasformalidadesnodejandesercomplicadas.Sinoteníacincuentaaños,sinohabíaprestadoaLuisaservicioalgunodurantelamenoredaddeésta,eraevidente

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queLuisaElissanelehabíasalvadolavidaenuncombate,conformealoestablecidoenel art. 345 del Código civil. Así, pues, las condiciones impuestas al adoptante y aladoptadoestabancumplidas.Ycomoduranteesteperíodo,CloviserallamadosincesaralacalledelCastilloViejo,

encontrómuy práctico aceptar el ofrecimiento que de instalarse en su casa le hizo laseoradeElissane.Púdoseobservar, noobstante, quedurante el períodomencionado,ClovisDardentor,

tan comunicativo hasta entonces, tornóse reservado, casi taciturno. Inquietáronse losDesirandelle,aunquenadapudiesensospecharde lasbuenas intencionesdesuamigo.Además, excitado por sus padres, Agatocles mostrábase muy otro que antes con unajovenherederaquealgúndíahabíadeposeermáscentenaresdemilesdepesetasqueañoscontabaentonces,ynolaabandonabaunmomento.De todasestas circunstancias resultóque JuanTaconnat yMarcelLornans se vieron

separadosdesuantiguosalvador.Desdequeéstehabíaabandonado la fonda,sóloporcasualidadleveíancuandoseencontrabanenlacalle,siempreatareadoyconunlíodepapelesbajoelbrazo.¡Sí!Nuestrohéroenoparecíarecordarqueleshabíasalvadoalosdosdelasolastumultuosasydelasllamasturbulentas,yotravez,alosdosjuntos,enelcombatecontralasfieras.Deaquíqueunamañana,JuanTaconnatcreyódeberexpresarseenestostérminos:-Querido Marcel, ¡preciso es decidirse! ¡Puesto que hemos venido aquí para ser

soldados, seamos soldados! ¿Cuándo quieres que vayamos al despacho delsubintendente,ydespuésaldereclutamiento?-Mañana-respondióMarcelLornans.YaldíasiguientecuandoJuanTaconnatrenovósuproposición,obtuvoigualrespuesta.Loquemásentristecía aMarcelLornans era la faltade ocasiónpara volver a ver a

Luisa. La jovenno salía. Las reuniones en la casade la calle delCastilloViejo habíancesado.SeanunciabacomopróximoelmatrimoniodeAgatoclesDesirandelleconLuisaElissane.MarcelLornanssedesesperaba.Unamañana,ClovisDardentorsepresentóenlafondaparavisitaralosdosjóvenes.-Ybien,amigosmíos-preguntósinmáspreámbulos-,¿yesealistamiento?-Mañana-respondióMarcelLornans.-Sí,mañana-añadióJuanTaconnat;mañanasinfalta,queridoseñorDardentor.-¿Mañana?-repitióéste- ¡No,quédiablo!Tienenustedes tiempo…Esperenustedes…

Nadaapremia.Quieroqueasistanustedesaunafiestaquedaré…-¿Para celebrar el matrimonio del señor Desirandelle y de la señorita de Elissane?-

preguntóMarcelLornans,cuyorostrosealteróvisiblemente.-No…-respondióDardentor-.Setratadelafiestadeadopciónantesdelmatrimonio…

Cuentoconustedes…Buenosdías.Ysealejósinañadirmás:tanatareadoestaba.Efectivamente:nuestrohéroehabíatenidoquedomiciliarseenelcantóndeOrán,cuyo

juezdepazdebía levantarelactadeadopción.Anteeste juezsehabíanpresentado laseñorayseñoritadeElissanedeunaparte,ydelaotraClovisDardentor,consusactasdenacimientoylaspiezasrelatandoelcumplimientodelascondicionesexigidasparaeladoptanteyparaeladoptado.Eljuez,despuésderecibidoelconsentimiento,habíaredactadoelcontrato.Formóseel

expediente,uniéronseaéllasactasdenacimientoydeconsentimiento,yloscertificadosnecesarios, y, finalmente, el legajo llegó a manos del procurador de la República pormediodeunabogado.-¡Quéidasyvenidas!¡Québotesyrebotes!…repetíaDardentor-.¡Espararevolverlos

hígados!Después, en vista de las piezas, el Tribunal de primera instancia declaró que había

lugaralaadopción,falloquefuetransmitidoconlosautosalaAudienciadeArgel,cuyasentencia fue la misma… ¡Y entretanto pasaban semanas y semanas! ¡Y los dosparisiensespasabantodoslosdíasporlasoficinasmilitaressinentrarenellas!-¡Vamos!-serepetíaDardentor-.¡Lomásbreveparatenerunhijoescasarse!En fin, admitida la adopción, la sentencia fue publicada en los sitios designados al

efecto, y en el número de ejemplares que la sentencia indicaba por la parte másdiligente-Clovis-, que efectuó esta publicación por medio de copias impresas, con eltimbrefiscal.Después, expediciónde la sentenciaal oficialdel estadocivil de lamunicipalidadde

Orán, el cual la inscribe entre las actas denacimiento de la fechade la presentación,formalidad que debe ser cumplida en el plazo de tres meses, sin lo que la adopcióncareceríadevalidez.

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Noseesperótresmesesnitresdías.-¡Yaestá!-exclamóClovis.El total exigió un desembolso de unas trescientas pesetas, y Dardentor hubiera

sacrificadoeldobleoeltripleporquetodofueramásdeprisa.El día de la ceremonia llegó al fin, y la fiesta anunciada celebróse en el salón de la

fonda, pues el comedor de la señora de Elissane no hubiera sido suficiente para losinvitados.AllíseencontraronJuanTaconnat,MarcelLornans,losamigos,losconocidosyhastaelseñorOriental,deregresoaOrán,yalqueClovishabíadirigidounainvitación,acogidacomosemerecía.Peroconextremasorpresadeunosyextremasatisfaccióndeotros,losDesirandelleno

figurabanenelnúmerodelosinvitados.¡No! La víspera, disgustados, furiosos, maldiciendo a Dardentor hasta en las

generacionesmás lejanas que formaran los descendientes de su hija adoptiva, habíanpartidoabordodelArgelés,dondeelcapitánBugarachyeldoctorBrunonohabíandearruinarseporalimentarlos,pueshastaAgatocleshabíaperdidoelapetito.Noesprecisodecirquelacomidafuemagnífica,yenellareinaronelentusiasmoyel

buenhumor;queMarcelLornansencontróaLuisaen todoelesplendordesubelleza;queJuanTaconnathabíacompuestounacanciónsobrelapartidadelpequeñoAgatocles,peroqueselacallóporcreerloconveniente;queelseñorOrientalcomiódetodo,peroconmoderación,ybebiódetodo,perocondiscreción.Sí…LaalocucióndeClovisantesdelospostresfuenotabilísima.¡Cuánbienhicieron

losDesirandelleembarcándoselavíspera,yquécarahubieranpuestoenaquelsolemneinstante!-Señorasyseñores:Mucholesagradezcoquesehayanprestadoatomaparteenesta

ceremonia,quevieneacoronarelmayordemisdeseos…Por este principio, Patricio pudo esperar que el discurso acabara de un modo

conveniente.-Sepanustedes ademásque, si la comida les ha agradado, el postre será aunmejor,

graciasalaaparicióndeunplatonuevoquenofiguraenlalista…Patriciocomenzóasentiralgodeinquietud.-¡Ah!…¡Ah…¡Unplatonuevo!-dijoelseñorOrientalconalegría.-¡No tengoquepresentaraustedesnuestraencantadoraLuisa,aquiensuexcelente

madremehapermitidoadoptaryque,permaneciendo,hijasuya,hallegadoaserlomía.Unánimesaplausosyalgunaslágrimasenlosojosfemeninosdelauditorio.-Ahora bien: con el consentimiento de su madre es a Luisa a quien ofrezco a los

postres,comounmanjardelamesadelosdioses…DescorazonamientodelseñorOrientalqueescondiósulengua.-¿Y a quién, amigos míos? A uno de nuestros comensa-lesAl bravo mozo Marcel

Lornans,queporestehechoseconvertiráenhijomío.-¿Yyo?-nopudo-menosdegritarJuanTaconnat.-¡Túserásmisobrino!….Yahora,música…¡Pum,pam,pum!…¡Atodaorquesta!Patriciosehabíatapadoelrostroconlaservilleta.¿EsprecisoañadirqueMarcelLornanssecasólasiguientesemanaconLuisa,queniél

niJuanTaconnatfiguraronnuncaenlaslistasdel7°°decazadoresdeÁfrica?Pero se dirá: esto acaba como un vaudeville. Pero ¿qué es esta novela más que un

vaudevillesincanciones,yconeldesenlaceobligadodeunabodaenelmomentoenquecaeeltelón?

FIN