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Universidad de la RepúblicaLicenciatura en Ciencias de la ComunicaciónSeminario Taller de Análisis de la
Comunicación
CLEMENTE ESTABLEDETRÁS DEL PARLAMENTO Y LO QUE CLEMENTE ESTABLE DESCUBRIÓ ALLÍ
¿Cómo es que todas ustedes hablan tan bien?- preguntó Alicia, con la esperanza de ponerla de mejor humor con un cumplido -. Estuve en muchos jardines antes, pero ninguna flor sabía hablar.- Baja la mano y siente el suelo- dijo la Tigridia -. Entonces sabrás por qué.
Alicia lo hizo- Es muy duro – dijo -, pero no veo qué tiene que ver.- En la mayoría de los jardines - dijo la Tigridia - los jardineros hacen las camas demasiado blandas... de modo que las flores están siempre dormidas-.Lewis Carroll, Detrás del Espejo y lo que Alicia encontró allí, Edicomunicación S.A., Barcelona, 1996, pág. 36
Sandra Del RíoC.I. 2.550.734-4
N° de estudiante: 980665
1
INDICE
3 .................................................... INTRODUCCIÓN
4 ............................................. BIOGRAFÍA
8 ............................................. SOPORTE
11 .............................................CONTEXTO HISTÓRICO
14 .............................................ANÉCDOTA
16 ............................................ ANÁLISIS DEL TÍTULO
18 ............................................ ANÁLISIS
25 ............................................ REFLEXIÓN
27 ............................................ BIBLIOGRAFÍA
29 ............................................ ANEXOS
2
INTRODUCCIÓNINICIO DE LA PARTIDA
Mediante el presente trabajo se pretende resaltar el aporte de Clemente
Estable en la multiplicidad de ámbitos en las que desarrolló su labor a través de su
experiencia de vida. Consideraremos relevante su desempeño en el campo
educativo y de la psicología desde su circunstancia histórica precisa, manifestada
en su calidad de pensador, sin olvidar su destacada función en las tareas de
investigación y divulgación científica. En estos terrenos trazó su camino mediante
formación e inclinación natural, desarrollando su propia vocación, a la vez que
defendió esta propiedad como el derecho inalienable de la condición humana,
para el desarrollo saludable de los hombres y del país.
En particular, se destaca su presencia en un medio que le imprime su
condición de excepcional. A través del análisis del artículo, que fuera publicado en
la revista La cruz del sur, en el año 1926, puede observarse sintéticamente, tanto
su labor como educador, su postura humanista, su condición humana y su
exquisita capacidad expresiva, fruto de una formación disciplinada a partir de una
voluntad natural conducida sobre rieles.
Conducimos el análisis propiamente dicho, asumiendo al autor bajo su
concepción integral de la vida, a través de los ámbitos profesionales que fueron
pilar de su constitución. Podrá notarse la especial atención prestada, en este
contexto, a la presencia de la “norma” como instrumento de control en los
procesos educativos institucionalizados y la posición de Clemente Estable frente a
ella. Asimismo se observará un paralelismo entre su concepción y algunas
nociones marxistas, al igual que consideraciones freudianas expuestas desde las
vanguardias artísticas de entonces.
3
BIOGRAFÍA
UN HOMBRE SIN SOMBRA
Mucho hay escrito sobre Clemente Estable y su vasta trayectoria como uno
de los representantes más ilustres de nuestra historia nacional. A través del
exhaustivo aprovechamiento de su condición, de sus oportunidades y su tiempo, el
legado manifiesto de su obra, y de su ejemplo, denotan y promueven la acción
comprometida del hombre por su propia condición de tal.
Ante la imposibilidad de brindar aquí la totalidad de una biografía nos
hemos propuesto atender a los aspectos más importantes de su recorrido, en los
cuales se puede observar el sustento que da sentido a la conformación de nuestro
artículo. Desde su faceta de pensador, podemos observar que la coherencia con
que conducía su vida, como ser humano integral, hace que, el hombre se refleje
en cada escrito, y su expresión sea fiel reflejo de cada una de sus experiencias.
Por tanto procuraremos hacer espejo de esta circunstancia, atendiendo a los
compromisos más relevantes de su vida que hacen emergente este
acontecimiento. La armonía como modo de producción y camino de conducción, y
la costumbre de verter su expresión a manera de aforismos se manifiestan en la
frase “Simetría y ritmo en la naturaleza; simetría y ritmo en la expresión”1, en la
cual formula la ley que bajo su disposición deja huellas en todo su recorrido.
A partir de su condición de educador, formado en el Instituto Normal de
Maestros, la educación era vista por Clemente Estable como el medio necesario
para el buen desarrollo de la democracia. Más allá del régimen, desde su
concepción humanista, la educación del pueblo era fundamental para el avance de
la sociedad, si se tenía presente que la formación de todo ser humano contribuía
al dominio, no sólo de sí mismo, sino también al desarrollo social en la búsqueda
de un mejoramiento en las condiciones de vida. En este sentido, el proceso de
aprendizaje es una lección aprendida para la vida que no debe olvidarse, por eso,
a lo largo de toda su existencia la transformó en su leit motiv, en un proceso de
1 Constenla, Susana; Un Ser de Excepción y ... un Estilo Excepcional, El Día, Montevideo, 23 de mayo de 1969
4
retroalimentación en el que, cada fin se convirtiera nuevamente en un comienzo
del cual partir para una nueva producción de conocimiento, tornando así, el círculo
virtuoso en una constante.
La honestidad, el compromiso y la dedicación, constituyeron su proceder,
mas el conocimiento de sí mismo y de sus propios intereses fueron los pilares
fundamentales para su construcción permanentemente en obra. El sentido de su
vocación que subyace a la metodología, y que se expresa, como una consciente
condición epistemológica, hace a la circunstancia, de que muchos de sus estudios
fueran dictados por su permanente actitud inquieta, transformándolo en
autodidacta. De esta forma se inició, paralelamente a sus estudios formales en
educación, en sus investigaciones acerca de las ciencias naturales y la psicología.
En este último campo, fue uno de los fundadores de la sociedad de
psicología del Uruguay; muy vinculada a la UNESCO, y entre otras cosas,
participó en congresos científicos y pedagógicos internacionales representando a
nuestro país.
La fidelidad a sus intereses y convicciones hizo que trascendiera las
circunstancias materiales que pudieron haber delimitado su destino. No conformó
para él un obstáculo el hecho de haber nacido en una familia humilde y por demás
numerosa, su tenacidad y su inteligencia le hicieron merecedor de experiencias de
especial relevancia para el desarrollo de sus capacidades. A través de una beca
brindada por el gobierno español, se convirtió en el único latinoamericano que tuvo
la oportunidad de especializarse en histología y fisiología del sistema nervioso,
estudiando con Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de 1906, e incluso publicar
trabajos científicos en su revista. Este ambiente propicio que despertó, ya
plenamente su interés por la investigación, forjó los cimientos para posteriores
descubrimientos en el campo de la neurobiología que, además de haber obtenido
reconocimiento internacional, mantienen plena vigencia aún en nuestros días. A
pesar de sus logros, la humildad y la sencillez, consistieron siempre en los valores
constitutivos de su carta de presentación. Estable nunca tuvo casa propia,
tampoco tuvo automóvil y realizaba largas caminatas o viajaba en tranvía y en
5
ómnibus, de igual manera, su sentimiento altruista lo llevó a donar su sueldo de la
universidad destinándolo a becas para estudiantes del Instituto de Neurobiología.
De regreso de España, en 1925, pasó a trabajar honorariamente, como
asistente en el Laboratorio de Anatomía Patológica de la Facultad de Medicina y
posteriormente en el Laboratorio de Técnicas e Investigaciones Histológicas del
Instituto de Neurología. Asimismo, su trayectoria le valió la colaboración financiera
de la Fundación Rockeffeller con destino al Laboratorio de Ciencias Biológicas que
él mismo había fundado y dirigía, y que desde 1976 se designó en Instituto con el
nombre Clemente Estable, luego de obtener prestigio continental y mundial. Nada
hubiera resultado más pertinente a su condición que establecer su presencia
permanente desde el comienzo en este Instituto, obsesionado por su propio
trabajo y porque los jóvenes cumplieran su vocación, y así efectivamente lo hizo.
En 1928, creó y se constituyó en el primer presidente, de la Sociedad de
Biología de Montevideo, que editó la revista Archivos de la Sociedad de Biología.
Durante sus cuarenta años de trayectoria, esta revista expuso la casi totalidad de
la investigación en biología experimental efectuada en el país y su prestigio fue tal
que los resúmenes de estas publicaciones fueron divulgados en la Compte Rentas
de la Societé de Biologie de Paris.
En 1933, la facultad de medicina le confirió el Título de Profesor Ad
Honorem y en 1959, la Universidad de la República le nombró Doctor Honoris
Causa. En 1964 el Gobierno de Francia le designó Oficial de la Legión de Honor.
Puede considerarse en nuestro medio como el fundador de la profesión de
investigador, teniéndose en cuenta que “Para Estable los hombres y mujeres
debían de ganarse el sustento, trabajando de acuerdo a sus vocaciones. La
investigación científica, la creación artística o la reflexión filosófica debían de
brindar la posibilidad de vivir en forma decorosa.”2, y consideraba, por tanto, que
era responsabilidad del Estado reconocer este derecho y crear tanto las
condiciones propicias para la formación como para el trabajo de los
investigadores.
2 http://iibce.edu.uy/uas/cestable/estable.htm
6
Introdujo el método científico en la escuela y mantuvo siempre una
dedicación constante a la labor pedagógica y científica, desarrollando tanto
práctica como teoría. En éste sentido, su pensamiento fue plasmado en algunas
de sus obras como: “El reino de las vocaciones” en 1921 y “El Plan Estable” en
1946, consistiendo, este último, en un compendio de planes y métodos de
enseñanza que fueron aplicados luego en diversas escuelas.
El pensamiento y la obra establiana se han proyectado hasta nuestros días
a través de los programas escolares y Magisteriales, en la formación de varias
generaciones, particularmente de maestros y su pensamiento pedagógico tiene
aún hoy plena vigencia.
Un participante de sus conferencias cuenta que Estable “... tiene un modo
peculiar de analizar los hechos, a los que va descomponiendo, como disecando en
sus innumerable aspectos y cuando parece que no va a quedar nada, la síntesis
surge clara, concisa, luminosa”3
También Integró la Academia Nacional de Letras y el primer Consejo
directivo de la Facultad de Humanidades y Ciencias, en defensa de la cual se
manifiesta en el artículo que aquí se presenta, contribuyendo activamente al
desarrollo de la sociedad uruguaya, una vez más.
Clemente Estable, el hombre, fallece el 27 de octubre de 1976 a los 82
años, si bien su historia y los caminos que comenzara a trazar en vida continúan
expandiendo sus horizontes desde múltiples ámbitos, en beneficio del
conocimiento y de éste como formación para la vida.
3 Lasa, Julio; Clemente Estable. Original y vigente, Almanaque de BSE 1994, Impresora Gordon S.A. Dic. 1993, Pág. 71
7
SOPORTEEL ESPACIO DE LAS FLORES VIVIENTES
La revista La cruz del sur, dedicada a las artes e ideas fue publicada en
Montevideo en período de entre guerras. Su primer número data del 15 de mayo
de 1924 y su última publicación fue emitida en el año 1931. En un principio se
llevó adelante con la promesa de una edición quincenal, no obstante, a partir de
diciembre del año 1925 se convierte en una publicación de carácter mensual.
Asimismo, existía la posibilidad de suscribirse a la revista a través de diferentes
propuestas que se publicitaban en avisos destacados dentro de la sección
dedicada a los mismos.
Desde su primer número la figura de director fue encarnada por Alberto
Lasplaces (escritor, ensayista, periodista y profesor, Montevideo 1887-1950). Si
bien los cargos de secretario de redacción, administrador y dibujante fueron
variando sus ocupantes en los períodos siguientes, a partir de abril de 1927 y
hasta abril de 1930, la dirección estuvo a cargo de un comité artístico y literario
integrado por: Alberto Lasplaces, Julio J Casal, Alvaro y Gervasio Guillot Muñoz,
J.L. Morenza y M. Mendez Magariños. En adelante, y hasta su último número la
dirección estuvo a cargo de Alfredo Vila, reconocido como editor.
Su formato tradicional estaba constituido por papel de rústico y espeso
grosor en hoja. Mientras que la cantidad de sus páginas variaba de un número a
otro, se puede decir que mantenía un mismo patrón de conformación.
En primer lugar, la tapa o carátula - designación que se le daba en la propia
revista - en un principio, se constituyó por la ilustración muy simplificada a dos
tintas de la constelación La cruz del sur y el nombre de la revista, en letras, que
hacía referencia al propio dibujo. Con el tiempo fueron agregando color y desde el
Año II, 1926, con el número 12, las carátulas comienzan a contener fotografías de
obras artísticas o personalidades, alusión consecuente con la información
contenida en el número.
8
En adelante, las dos primeras hojas, al igual que las dos últimas de la
publicación, no numeradas estas, eran dedicadas a los avisos publicitarios que
sostenían económicamente el emprendimiento. Comercios y productos se
promovían en estas páginas en forma muy parca, donde el color negro de la única
tinta utilizada daba el trazo, tanto a las palabras como al recuadro siempre
presente que demarcaba el espacio pagado por el anunciante, exclusivos
componentes de aquel.
La Cruz del sur se posicionó como una revista de artes e ideas donde se
podían encontrar las manifestaciones de los propios artistas que la llevaban a
cabo. Así lo indicaba el lema autorreferencial que promulgaba el espíritu que los
identificaba “Nuestro programa es nuestra obra”. En tanto que en Francia Pierre
Narville y Benjamine Péret dirigían la revista La Révolution Suerréaliste, como
sucesora de la anteriormente dirigida por el surrealista André Bretón, la revista
Littérature; asimismo, Alberto Lasplaces hacía lo propio en nuestro país,
introduciendo también los movimientos emergentes de las vanguardias y sus
mayores exponentes, tanto franceses como uruguayos camuflados, que se
incorporaron en forma destacada a aquellos movimientos transgresores. Es el
caso de Isidoro Ducasse o Conde de Lautréamont, Jules Laforgue y Julio
Supervielle. La cruz del sur conformaba uno de los medios a través del cual se
imprimía el nuevo espíritu de “sinceridad”4 en la que se expresaban también
nuestras propias vanguardias.
Respecto al contenido específico de la revista, la misma incluía entrevistas
a los más destacados artistas del medio, notas sobre exposiciones artísticas,
novedades sobre arte y ciencia, así como filosofía e incluso psicología,
actualidades, críticas, reflexiones y discusiones; por supuesto, poemas,
fragmentos de obras literarias, cuentos, homenajes, también notas y comentarios.
Asimismo, era soporte de fotografías, muchas de las cuales eran adheridas con 4 Diaz, José Pedro; El Espectáculo Imaginario, Ed. Arca, Montevideo, 1986. Las Corrientes de Vanguardia y el Magisterio de Vaz Ferreira. Citado en: Curso Panorámico de literatura uruguaya de los orígenes del Centenario, Ficha 2, parte II, Roca, Pablo, Publicaciones Universitarias, 2000, pág.
9
pegamento al papel del número, ilustraciones, lineums, e incluso, hasta muy
discretas caricaturas. A partir del Año II, en diciembre de 1925, en el suplemento n
° 1 se incluye la “Section Francaise” escrita en francés y dedicada a las corrientes
artísticas y filosóficas emergentes entonces y provenientes de dicho país europeo,
así como a sus exponentes más prominentes, como Marcel Proust, Paul Valery,
etc., esta sección era conducida por “les Directeurs” Gervasio y Alvaro Guillot
Muñoz.
El ángulo visual de nuestra enseñanza es mucho más estrecho que el
ángulo vocacional de la vida, el artículo analizado a continuación, fue extraído, en
este marco, de las páginas 2 y 3 del n° 11 de la revista perteneciente al Año II
publicada en febrero de 1926.
10
CONTEXTO HISTÓRICO
LOS MOVIMIENTOS EN EL TABLERO
Es conveniente comprender las circunstancias precisas que motivaron la
emergencia de nuestro objeto de estudio a partir de una concepción propia de su
tiempo y los elementos que desde su pasado más cercano contribuyeron, también,
a su constitución de tal. Es por ello que haremos una breve reseña histórica tanto
a nivel nacional como internacional, presentando los aspectos fundamentales que
hacen a nuestro abordaje.
El siglo XX comenzaba en nuestro país con la presidencia de José Batlle y
Ordóñez, quien en dos períodos de gobierno, 1903 -1907 y 1911-1915, con sus
ideales progresistas, se constituyó en una personalidad de especial relevancia
para la transformación histórica del Uruguay. Favorables a la clase trabajadora
urbana y a la clase media baja, su legislación y su régimen de gobierno
contribuyeron en formar en el largo plazo, mediante ciertos privilegios, una clase
media apática y complaciente con el orden establecido, ya que este aseguraba,
además de una fuerte intervención estatal financiera e industrial, empleos
públicos, buenos sistemas de seguridad social, salud y educación.
De esta forma, bajo el imperativo democrático, en el período batllista, la
población se encauzó en ciudadanía, los nuevos sistemas modernos de partidos
políticos constituían un elemento de integración tendiente a “...establecer una
identificación de la nación con la comunidad política...”5. Si bien puede observarse
aquí un fuerte impulso positivo, este movimiento conlleva la consecución de una
inconveniente complacencia para el posterior desarrollo evolutivo de nuestra
nación, mediante un consenso integrador que, en el largo plazo implicaría un freno
a las capacidades de innovación. En 1917 se llevó a cabo una reforma
constitucional que establecía la división de la autoridad del poder ejecutivo entre el
presidente y el Consejo Administrativo Nacional, asimismo, promulgaba la
separación entre Iglesia y Estado.
5 Rama, Germán; La democracia en Uuruguay, una perspectiva de Interpretación; Buenos Aires; GEL; 1987; Pág. 29
11
Ya en 1926, año en que fuera concebido el escrito analizado aquí, el
gobierno de nuestro país contaba con la presidencia de José Serrato, miembro del
partido colorado. En esta coyuntura, la oposición que efectivamente se generó
respecto de la creación de la facultad de Ciencias, Filosofía y Letras, y que
extendió su debate hasta su fundación recién en el año 1945, quizás no hubiera
tenido lugar bajo un gobierno batllista con ideales progresistas.
A nivel Internacional debemos tener presente que nos posicionamos en un
período de entre guerras. Si bien la primera Guerra Mundial consiguió reflotar la
economía de Uruguay mediante el aumento de los precios de los productos que
exportaba nuestro país en apoyo a las fuerzas aliadas, este período dio
surgimiento tanto al desencanto respecto de la noción de progreso, que se
manifestó en diferentes aspectos revolucionarios de la vida social e intelectual;
como al nacimiento de utopías totalitarias en el mundo occidental. La ruptura de
horizontes impregnó una nueva cartografía donde el Imperio se trasladó de
Inglaterra a Estados Unidos, la crisis del capitalismo puso al descubierto sus
cuestionables atributos y surgieron las ideologías socialistas; la Revolución Rusa,
ya en 1917 había otorgado el poder a los bolcheviques. Muy pertinente en dicho
entorno resultaba la exposición de José Serrato, ya desde su cargo de ministro en
el año 1911, considerando necesario señalar que la ideología del gobierno
uruguayo no era socialista, “... ni se pronunciaba contra el capitalismo(...) sino que
se proponía el desarrollo del país en condiciones de autonomía y ‘la distribución
más racional de la riqueza’ el mejoramiento de las clases obreras y trabajadoras,
tendiendo a elevar su cultura, sus medios de existencia y su dignidad humana”6
Desde este contexto Clemente Estable es un emergente del idealismo,
también ecléctico, nacido a partir de la superación del positivismo en nuestro país,
que se ha dado en llamar “La generación del centenario”7 ubicada entre los años 6 Rama, Germán; La democracia en Uuruguay, una perspectiva de Interpretación; Buenos Aires; GEL; 1987; Pág. 31
7 Zum Felde, Alberto. Proceso intelectual del Uruguay Vol. III La generación del Centenario. Ediciones del nuevo Mundo, 1987, Pág. 22
12
1920 y 1940. Sus figuras internacionalmente más influyentes son: Ortega y
Gasset, William James, Alejandro Korn y sobre todo Henry Bergson. Aquí en
Uruguay, las propuestas instauradas por Carlos Vaz Ferreira en la filosofía de
entonces y trasladadas a la propia Universidad tenían el propósito de promover
una enseñanza más libre y liberadora en que se impartiera la simpatía por todas
las escuelas filosóficas, eliminando las intransigencias y dogmatismo que
espiritualismo, materialismo y positivismo representaban como sistemas cerrados
en pro de una filosofía más abarcadora. En sus lecciones predicaba esta actitud
constantemente, retomando nociones desde la concepción humanista, ya incluso
de Michel de Montaigne. Reflejada en sus obras, la exposición de su práctica
pedagógica se impartía con esa expresa claridad y conciencia. Lo que puede
notarse en extractos donde manifiesta, por ejemplo: “... todo mi esfuerzo en esta
clase, en que he puesto, por lo menos, tanto amor, ha tendido a mostrar que lo
importante no es llegar a una escuela, si no a un estado de espíritu. En general, la
tendencia a sistematizar demasiado en moral, falsea o entrena; todos los sistemas
han conducido y tienden a conducir a puntos de vista exclusivos.”8
Carlos Vaz Ferreira atiende a la crisis de la cultura universitaria que se
visualizaba ya entonces, a partir de un contexto socio económico que en particular
hacía confluir dos grandes causas que incidían en esta circunstancia, por un lado
un país nuevo en su constitución sin bases firmes por sus guerras civiles
constantes; y por otro, su conformación como “pueblo trasplantado”9, a partir de
inmigrantes, sobre todo españoles e italianos, que veían en la universidad la
posibilidad de que sus hijos superaran sus propios destinos laborales y se forjaran
una profesión de prestigio. La masificación y el denominado profesionalismo eran
causas de preocupación, que ya se perfilaban en la Universidad.
8 Vaz Ferreira, Carlos; Moral para Intelectuales, Ed. La Plata, República Argentina, 1957, Pág 2409 Categoría atribuída por Darcy Ribeiro a aquél país que en su conformación recibió una enorme corriente migratoria europea. Extraído de: Rama, Germán; La democracia en Uuruguay, una perspectiva de Interpretación; Buenos Aires; GEL; 1987; Pág. 17
13
ANÉCDOTA
LA COMUNIDAD DEL JARDÍN
Recomencemos la historia mientras que desde nuestra actual perspectiva
se ha llegado a concluir, incluso, el final de la historia, quizás hagamos
hermenéutica.
Dilucidemos la mística, la casualidad y la sabiduría cuando convienen en un
punto del tiempo, para que el instante, como manifestación de este, congregue la
mínima unidad de verdad absoluta que emerge como la dimensión buscada por
los propios sabios.
Sentémonos en un viejo banco de plaza a disfrutar del paisaje, el aire fresco
y ver como el mundo, manifestado en los seres, se mueve alrededor, mientras el
tiempo interior se detiene. Saboreemos el año 1924, sentados, en la Plaza Artola,
a la que hoy conocemos con el nombre de Plaza de los Treinta y Tres Orientales,
ubicada en 18 de julio, entre Minas y Magallanes. Instalémonos en la banca en
una circunstancia de absoluta invisibilidad y desvelemos la mística del
acontecimiento, la actualización de un hecho dentro del universo de posibilidades.
Allí mismo, un reconocido filósofo montevideano, Carlos Vaz Ferreira,
aguarda ansioso la llegada de un genio, que el día anterior le había inhibido por su
condición de tal, el encuentro con calidad de formal que tendría lugar en casa del
Señor Rosenblatt. La espera, y la ansiedad, parecen preceder al encuentro del
cambio, de la sabiduría o quizás de una revelación, en definitiva la incertidumbre.
Luego de un tiempo pasado, sin noción de su transcurso, el genio aparece
caminando apaciblemente, ante la estupefacción de nuestro coterráneo. El Genio,
Albert Einstein, se apersona con una bolsa en cuyo interior se destina alimento
para las palomas, rebrotando la naturaleza y la naturalidad con que se expresa la
sabiduría.
En ese mismo instante, y casi como por casualidad, suponiendo que esta
existiera, aparece en la escena el fotógrafo Juan Caruso, con la clara conciencia
14
de la transversalidad de su destino, de captar, de la única manera posible, el
instante de vida, de nacimiento de la imagen de tal encuentro y la muerte del
mismo, con el objetivo de que este trascendiera las épocas como documento de
una expresión modificadora del mundo, más precisamente relativista.
De ahora en más, instalemos la imaginación de la escena ya no como un
relato no vivido, sintámoslo como una reminiscencia, de forma tal que, el sentido
de la historia emane espontáneamente a partir de la fluidez con que transcurren
los encuentros.
15
ANÁLISIS DEL TÍTULO
SIN TEMOR A ATRAVESAR EL ESPEJO
Haciendo uso de la condición anafórica el título del artículo es referencial.
El ángulo visual de nuestra enseñanza es mucho más estrecho que el ángulo
vocacional de la vida, hace directa referencia al libro de Clemente Estable El
Reino de las Vocaciones, y es por tanto, necesario remitirse en todo momento a
esta obra, para comprender la concepción plasmada en el artículo.
Por un lado, Estable personifica a la enseñanza adjudicándole una
propiedad tan humana como es la capacidad de ver, la cual sólo se manifiesta en
condiciones de claridad por efecto de la luz, del mismo modo que el conocimiento
se manifiesta en condiciones de conciencia como sinónimo de luz. La visión, por
otra parte, es angular. Percibimos el mundo mediante los sentidos, el sentido de la
visión y más sutilmente mediante una observación, que influenciada por la propia
subjetividad se aprecia como una mirada, la misma confluye en un punto, el del
vértice del ángulo, en este caso del ojo como metáfora de la subjetividad y de la
conciencia de sí, extrapolada a la sociedad uruguaya en su conjunto.
Asimismo, la desigualdad manifiesta en la comparación entre enseñanza y
vida canaliza la idea de que no es suficiente con ver, sino que es necesario
reflexionar, conducir y asimilar. Esa es una característica diferencial de la
humanidad con respecto a otras especies y en la que consiste su verdadera
vocación. Transmitir es enseñar, para enseñar es necesario ser consciente de tal
vocación de interés por la emancipación y la transmisión de la evolución de este
conocimiento. La vida no sólo se ve, se experimenta, la enseñanza forma para la
vida y por tanto requiere de la propia luz que hace a la conciencia con que el ser
humano debe forjar su existencia. Por tanto, la enseñanza no es estática, se
investiga, se desarrolla, y mediante ella se trasmite el conocimiento adquirido para
que continúe su proceso natural de ampliación. Para ello el autor considera
necesaria la apertura del campo visual de la enseñanza, para que no ocurra lo que
16
ya el Dr. Vaz Ferreira consideraba análogamente a lo expresado por Estable, “un
estrechamiento de horizontes”10
Cabe acotar que Clemente Estable proviene del campo educativo y fue
formado en el Instituto Normal de Enseñanza. El espíritu de la denominación
“Normal” en este ámbito proviene de la noción de “norma”, procedente del latín, y
hace referencia a un instrumento de medición, “una escuadra usada por los
carpinteros para medir uniformemente los ángulos en sus trabajos”11 En este
sentido, se articula la idea de ajustar materiales en bruto y al mismo tiempo
normalizar al sujeto desde su más temprana edad a un estándar. Es la norma
como instrumento o escuadra, que se caracteriza por formar en ángulo, que en la
enseñanza arregla y ajusta, de acuerdo a los métodos expuestos. En este caso la
norma no posee un ángulo maleable, esta es quizás la intención revolucionaria de
Estable, al considerar que el ángulo de la enseñanza es más estrecho que el de la
vida, y por tanto, exhibir la necesidad de modificar los argumentos para esta
condición.
De esta manera Clemente Estable, comienza haciendo alusión al aporte
que en el campo de la psicopedagogía manifiesta en su libro, entonces
recientemente publicado, El Reino de las vocaciones. En este sentido afirmo que
el título es referencial, ya que, como expresa textualmente en las últimas páginas
de dicha obra “El ángulo visual no abarcará jamás el vasto panorama de la vida ni
desde las aulas, ni desde ningún punto de la Tierra”12. Sin embargo, su
contribución es desde y para el aula fundamentalmente, defendiendo la
concepción de Henry Bergson del “élan”, una “fuerza vital” hipotética, que sería la
causa de evolución y desarrollo del individuo.
10 Cámara de Senadores, Facultad de Humanidades y Ciencias, Ley, antecedentes y discusión parlamentaria, República Oriental del Uruguay, Imprenta Nacional, 1945, Pág. 2311 Palomeque, Agapo Luis. Juan Francisco Giró. Selección de Obras Pedagógicas, Cámara de Representantes, Montevideo, Uruguay. 1999. Pág. 3412 Estable, Clemente; El reino de las vocaciones, Editor Claudio García, 1923, pág. 92
17
ANÁLISISLA MARAVILLOSA PRÉDICA DEL NONSENSE
Es necesario en este punto, volver sobre la consideración de que la obra de
Clemente Estable es fiel a sus notables capacidades como educador, científico,
psicólogo, conferencista, y filósofo, de esta forma los expertos se congregan en
cada uno de sus escritos dando lugar a relatos expresivamente muy ricos, como
se podrá observar en la realización del artículo que estamos analizando.
Permanentemente hace uso de sus habilidades retóricas sumergiendo la
conciencia más allá del pensamiento práctico mediante la utilización incesante de
metáforas, personificaciones, analogías, ironía y citas que son firme expresión de
su vasto universo de conocimiento.
En éste artículo Clemente Estable parece dejarse conducir por los
ordenados pasos propios de un método científico para su estructura, consolidando
su perspectiva y su razón acerca del tema tratado.
Primeramente postula su hipótesis, en este caso, que es necesaria la
creación de nuevos ámbitos educativos para ampliar el círculo de formación de los
individuos.
Seguidamente manifiesta los argumentos que construyen el sentido de su
discurso. Desde su extensa práctica como educador y la experiencia que le
permitió desarrollarse en una multiplicidad de terrenos, Clemente Estable expresa
mediante sólidas sentencias, todos los puntos considerados de relevancia para
sostener su posición.
Luego expone la realidad de su contexto permitiendo una toma de
conciencia, como si fueran los elementos sobre los que se forja el método
experimental, incluso elaborando supuestos. La realidad de la enseñanza abre
escasos campos de formación, y esto, resumidamente, dice, contribuye a la
ignorancia de un pueblo servil.
Posteriormente, haciendo gala de un proceso dialéctico se cuestiona y
responde, dando lugar a las resoluciones que adopta como síntesis, en este acto
de conseguir, por medio de la oposición, sus resultados mediante procedimientos
consecuentes con la lógica. En última instancia contesta al “legislador”, incluso
18
valiéndose de casos hipotéticos, apoyado en la evidente conveniencia, tanto para
los individuos como para el sistema político y económico, de la creación de la
facultad de la que él mismo es defensor.
Acto seguido, elabora un procedimiento hipotético teórico para la resolución
del problema, establecido este como la inexistencia de la facultad ya antes
mencionada. Las justificaciones más racionales están ya pensadas para su
creación y para mayor transparencia, los ítems son, de esta forma, puntualizados.
Para demostrar sus argumentos, extrae de su posición, las conclusiones
mediante leyes implícitas, que para su verificación, extrapola, posteriormente a
casos ya resueltos, de personalidades universales que para conseguir sus
conquistas científicas debieron ser previamente formadas en un propicio ambiente
intelectual.
Finalmente sintetiza sus conclusiones en una cita muy pertinente
Como expusiéramos anteriormente, Vaz Ferreira ya había notado una crisis
universitaria configurada a partir de la necesidad de profesionalismo, que derivó
en el pasaje de la universidad como fin de cultura a ser la universidad un medio
para la obtención de un título profesional que permitirá su ejercicio como modus
vivendi. La masificación universitaria era un problema que comenzaba a
visualizarse, y en ese marco, el examen se constituye como el único régimen
posible de evaluación y al mismo tiempo como el enemigo fundamental del saber.
No se estudia para saber, sino para rendir un examen, salvar un curso y terminar
con la mayor velocidad posible una carrera. En el siguiente párrafo se puede
vislumbrar un problema de la sociedad postmoderna atravesada por una cultura
de la repetición, falta de creatividad y el desinterés, así como la ausencia de
proyecto, en oposición al ideal constitutivo de una vocación plena “... En lugar de
tender cada alumno a dar su máximo, tienden casi todos a realizar una especie de
promedio. Todos los estudiantes son iguales, todos repiten las mismas cosas,
todos ponen los mismos ejemplos, todos han leído los mismos autores”13 He aquí
13 Zum Felde, Alberto. Proceso intelectual del Uruguay Vol. III La generación del Centenario. Ediciones del nuevo Mundo, 1987.
19
el conflicto fundamental entre formación profesional y educación vocacional,
cuando esta última abarca la amplitud del sentido de la vida toda, en que la
profesión se constituye como uno de todos ellos.
Este es el contexto base de la formación de Clemente Estable, y es de
considerar que con Vaz Ferreira compartían tanto conocimiento como amistad.
Debemos tener presente que la atención prestada al reino de las
vocaciones, tiene un hondo perfil humanista. El mismo se sustenta en la
necesidad de detección, a partir de la institución escolar, de las diferencias de
espíritu que en cada sujeto, busca tanto la felicidad del hombre como la mejor
realización productiva, partiendo de las diferencias, ya no como desvío de la
norma, si no como un saber propio de cada individuo, que debe readaptarse a las
condiciones del sistema de producción.
“En el surco que se abre siguiendo las líneas de fuerza del espíritu, la
criatura humana obtiene el máximo rendimiento. Al cambiar de dirección toda
energía vital deja residuos – mecanismos que se abandonan- cuya perdida
repercute en el “coeficiente económico...”14 Puede notarse la toma de conciencia,
por parte del visionario educador de que las instituciones sólo propendían a
normalizar al sujeto en función de las necesidades del sistema imperante. Así, en
“El reino de las vocaciones” postula explícitamente el fin de la enseñanza,
poniendo en tela de juicio la finalidad, perseguida entonces por las instituciones
educativas, en tal contexto, la finalidad de la producción. Como ya antes lo habría
observado Vaz Ferreira, en lugar de forjar en el conjunto social un estado de
cultura que no solo sirviera a la preparación profesional, sino que también creara
un ambiente favorable al florecimiento de las ciencias humanas y las letras.
Podemos advertir entonces el punto clave de la discusión. La oposición se
quedaba sin argumentos en este caso. Tras el primer proyecto de ley presentado
para la creación de un denominado entonces Instituto de Cultura, con similares
características a las de la Facultad de Humanidades, el 25 de junio de 1925 por el
Ministro de Instrucción Pública Carlos María Prando, el hecho de que el
parlamento se manifestara, con la muletilla jurídica “no hay ambiente”, juzgándolo
14 Estable, Clemente. El reino de las vocaciones, Editor Claudio García, 1923, pág. 23
20
“inconveniente por razones de oportunidad”15, no era para Estable una postura
válida, desde el momento en que existían suficientes fundamentos y la necesidad
prioritaria de formación, estas solas causas puntualizadas en el artículo,
conformaban el ambiente adecuado.
Bajo su concepción “El fin de la enseñanza vocacional no radica en
desenvolver la personalidad en cualquier dirección: la aptitud dominante es su
norte”16. Y a partir de la siguiente cita a Amado Nervo se abre paso en su territorio
pedagógico “Aún para abrirte camino en la selva, aún para levantar un muro, aún
para tender un puente, has de buscar antes, en ti, el secreto. Dentro de ti hay
tendidos ya todos los puentes”
En función del precepto socrático de “Conócete a ti mismo” los objetivos
que promueve su pensamiento, en términos de “estudios desinteresados” y
enseñanza vocacional, se condicen con la noción que Karl Marx contrapone al
concepto de trabajo enajenado. “El hombre y la obra se dignifican cuando esta es
aquel mismo continuándose, cuando el hombre que hace retrata al hombre que
piensa y cuando el hombre que piensa ama al hombre que hace.”17 Marx define al
trabajo enajenado como aquel que en las condiciones propias de la clase
proletaria, el trabajador queda rebajado a mercancía y a la más miserable, en
cuanto es más pobre, cuanta mayor riqueza produce. “La desvalorización del
mundo humano crece en relación directa de la valorización del mundo de las
cosas.”18 Esto se traduce en realización del trabajo y desrealización del trabajador.
La relación del sujeto con el producto de su trabajo es de “extrañamiento”, el
objeto le es extraño y por lo tanto “...cuanto más se vuelca el trabajador en su
trabajo, tanto más poderoso es el mundo extraño, objetivo que crea frente a sí y
tanto más pobres son él mismo y su mundo interior, tanto menos dueño de si
mismo es.”19 Clemente Estable advierte, en este sentido, porque el producto de la
enseñanza no reproduzca este sistema de subjetivación. En tanto que el trabajo
enajenado se convierte en un medio para solamente satisfacer las necesidades 15 Cámara de Senadores, Facultad de Humanidades y Ciencias, Ley, antecedentes y discusión parlamentaria, República Oriental del Uruguay, Imprenta Nacional, 1945, Pág. 7216 Estable, Clemente; El reino de las vocaciones, Editor Claudio García, 1923, pág. 1817 Ibid, pág. 1918 Marx, Karl; Manuscritos: economía y filosofía. Ed. Altaya, Barcelona Pág. 10919 Marx, Karl; Manuscritos: economía y filosofía. Ed. Altaya, Barcelona Pág. 110
21
fuera del trabajo, su carácter de extraño hace que tan pronto como se puede “se
huye del trabajo como de la peste”20. La actividad del trabajador no le pertenece a
él si no a otro, y “... solo se siente libre en sus funciones animales, en el comer,
beber, engendrar, y todo lo más en aquello que toca a la habitación y al atavío, y
en cambio en sus funciones humanas se siente como animal. Lo animal se
convierte en humano y lo humano se convierte en animal”21. De esta manera, así
como la vida misma aparece como un medio de vida, la relación del hombre con el
otro se convierte en “la enajenación del hombre respecto del hombre”22, el otro
también es un medio para sus fines.
De acuerdo con Clemente Estable y tomando en consideración la vocación
como principio fundamental, la educación debe diversificarse para atender las
necesidades de desarrollo de cada hombre para, con este fin, generar un ser
indiviso y no diviso, un individuo. Vela, asimismo, por la formación para la
generación de un sujeto trascendente.
Bajo este enunciado es que justifica su postura a favor de la creación de
una Facultad de Ciencias, Filosofía y Letras, con el siguiente argumento, expuesto
en el artículo analizado “Misión muy importante de la Facultad de Ciencias sería la
formación del profesorado de Segunda Enseñanza, Institutos Normales y
Preparatorios.”
La lógica es clara desde su perspectiva, la formación en términos
vocacionales, debe impartirse siendo coherentes, desde la vocación formada, en
los profesores. Es así, que un nuevo argumento se manifiesta desde su
consideración:
“Sin cariño por lo que se enseña, sin profesores con vocación, toda
enseñanza está minada de defectos incorregibles y toda reforma no pasará de
pesadas confecciones de programas, de complicaciones inútiles a favor de una
práctica teórica: vista en escorzo de los hechos.” Debemos atender a la definición
de la palabra escorzo. Escorzo significa “representar, acortándo según las reglas
20 Ibid. Pág. 11321 Op. Cit. Pág. 11322 Op. Cit. Pág. 117
22
de la perspectiva, las cosas que se extienden en sentido oblicuo al plano del papel
o lienzo sobre el que se dibuja o pinta”.23 En esta última expresión contrapone la
idea de vista en escorzo, que se efectúa en un plano, espacio bidimensional, a la
actualización de los hechos, que se manifiestan como átomo de la vida,
remitiéndose como lo hiciera desde el título a la misma, fuera de estos límites
bidimensionales, en su amplitud tridimensional del espacio, y tiempo como la
cuarta dimensión relativa.
Confinado en un contexto intelectual mundial cuestionador de la noción de
progreso, Clemente Estable se hace eco de esta dura crítica a los modelos
imperantes mediante su sabia lucha humanista, predicando con su palabra y su
ejemplo. Si la propiedad privada, la adquisición de bienes y la formación de un
individuo aislado y enajenado, impedían el tránsito liviano por las sendas de la
reflexión, el sabio se sabía lo suficientemente partícipe de su indiviso mundo como
para compartir los ambientes y propiciar nuevos espacios de comunión.
Manifestaba, así, su preferencia por las largas caminatas o el transporte colectivo,
entregándose al cálido contacto con el bien común de la naturaleza y la propia
humanidad.
Las corrientes vanguardistas desde el ámbito artístico expresaban también su
disconformidad con la actitud racionalista inspirada en el positivismo. Así por
ejemplo en las primeras páginas del primer Manifiesto del Surrealismo, editado en
1924 se expresa: “Tanta fe se tiene en la vida, en la vida en su aspecto más
precario, en la vida real, naturalmente, que al fin esta fe acaba por desaparecer. El
hombre, soñador sin remedio, al sentirse de día en día más descontento de su
sino, examina con dolor los objetos que le han enseñado a utilizar, y que ha
obtenido al través de su indiferencia o de su interés, ya que ha consentido
someterse al trabajo, o, por lo menos no se ha negado a aprovechar las
oportunidades... ¡Lo que él llama oportunidades!”24 Al momento de esta toma de
conciencia el artista resalta la modestia del hombre ante su condición. El
23 Real Academia Española; Diccionario de la Lengua Española, Madrid, 1992, Pág. 879
24 Breton, André; Manifiestos del surrealismo, Editorial Labor, S.A. 1995 Pág. 17
23
mecanismo de defensa psicológica implícito, sustentado en el saber freudiano, le
conduce a conmoverse ante sí mismo, retrotrayéndose, volviendo al pasado que lo
constituyó en la infancia. Como sabemos, es en esta etapa de la vida que la
escuela juega un papel preponderante. De este modo, se resigna en su instancia
ante la ausencia de proyecto, el inconsciente aparece así, como el fracaso de la
moral, y la represión proporciona la posibilidad de poder cumplir con su instinto de
autoconservación “... sabe cómo fueron las risibles aventuras que ha emprendido,
la riqueza y la pobreza nada le importan, y en este aspecto el hombre vuelve a ser
como un niño recién nacido; y en cuanto se refiere a la aprobación de su
conciencia moral, reconozco que el hombre puede prescindir de ella sin grandes
dificultades. Si le queda un poco de lucidez, no tiene más remedio que dirigir la
vista hacia atrás, hacia su infancia que siempre le parecerá maravillosa, por
mucho que los cuidados de sus educadores la hayan destrozado. En la infancia, la
ausencia de toda norma conocida ofrece al hombre la perspectiva de múltiples
vidas vividas al mismo tiempo; el hombre hace suya esta ilusión; solo le interesa la
facilidad momentánea, extremada, que todas las cosas ofrecen”25
25 Breton, André; Manifiestos del surrealismo, Editorial Labor, S.A. 1995 Pág. 17
24
REFLEXIÓN
EL SACERDOTE Y EL PROFESOR: MOMENTO DE SACUDIR Y
DESPERTAR.En el camino de búsqueda que nos condujera a la elaboración de éste
análisis, el sacerdote de 85 años Felix Bruno nos atendió en el Colegio Juan XXIII
para echar luz sobre la cita a San Agustín, de la que Clemente Estable hace
expresión, concluyendo de forma compendiada su pensamiento, que no es nuevo,
pero sí renovador en su contexto.
El Padre Bruno, quien nos confesó- valga la inversión de roles- haber hecho
su tesis en educación sobre educación vocacional, nos reforzó la siguiente noción:
-“Siempre hay que recordar que la vocación va mucho más allá de la profesión, es
el sentido con que se construye la vida, la profesión puede formar parte de la
vocación, pero esta consiste en la construcción día a día de un sentido propio que
complementa familia, profesión, y todos los ámbitos de la existencia. Ahí está el
ejemplo de Einstein...”-.
La Historia cuenta que Albert Einstein no era un buen escolar. Fiel
representante de su propia concepción relativista, de acuerdo a la cual “... esta
realidad es la que el observador percibe desde el lugar que ocupa; por tanto, una
realidad relativa”26, Albert Einstein no se ajustó, en este sentido, precisamente a la
norma que en su realidad educativa se le imponía como regularizador de su
formación civilizatoria. Su sentido propio lo condujo a la construcción de su original
teoría y sin la cual quizás no se hubiera destacado.
He aquí una contradicción que se percibe como el mensaje comunicacional
que, por su propia condición genera la confusión, causa posible de los mayores
“defectos de calidad” del sujeto posmoderno. El mensaje paradójico es bien
conocido: eres único e irrepetible, pero naces igual a todos los hombres. Para ser
aceptado debes ajustarte a las normas, pero para demostrar que eres único e
irrepetible debes ser original.
26 Albert Einstein y otros, La teoría de la relatividad, Editorial Altaya, 1993, pág. 166 (de José Ortega y Gasset “El sentido histórico de la teoría de Einstein”, Obras Completas, Revista de occidente, Madrid, 1947, vol.III, pág. 231-242)
25
Desde una perspectiva psicológica esta clase de confusiones son el
fundamento del modus operandis de enfermedades como la esquizofrenia, la
depresión, el desamparo moral.27
La importancia de dar al “élan” su lugar, su firmeza y su espacio de
construcción, se convierte desde la perspectiva de Clemente Estable en la
condición indispensable para el desarrollo posterior del individuo, su formación
opera en función de éste. La vocación como desarrollo de la propia personalidad
siembra sentidos de la existencia, que si bien en un individuo, deben
complementarse, amalgamarse, para conducirse con un mismo proyecto de vida
sin permitir la disgregación de la persona, vocación y profesión no son sinónimos.
La vocación se construye haciendo uso de las herramientas, de las cuales la
profesión es una, con el objetivo de forjar un camino en el que confluyen
indeterminada cantidad de senderos. Poner luz y despejar esos senderos
brindando los espacios fértiles para esos potenciales naturales, es según el autor,
responsabilidad de la enseñanza.
Más allá de que, de acuerdo con la información recabada de múltiples
fuentes abordadas, la frase citada como conclusión, atribuida por Clemente
Estable a San Agustín, correspondería efectivamente a Santo Tomás, el contenido
expreso de “Circulus et calamus fecerunt me doctorem”, manifiesta el siguiente
legado: “círculo y pluma me hicieron doctor”.
Siguiendo la interpretación del Padre Bruno y de Juan Introini, profesor de
Latín de la Facultad de Humanidades de la Universidad de la República, el círculo
alude al ámbito de intercambio y de discusión que se constituye en el ambiente
formativo, y la pluma que permite la escritura, al instrumento proporcionado al
hombre, con el cual puede forjar su propia labor. Ambas conformarían, en
palabras de Clemente Estable, las condiciones para generar el mejor doctorado,
agregando el laboratorio como la fuente experimental verificadora de los atributos
científicos de un trabajo actualizado.
27 Según Watzlawick, Paul; ¿Es real la realidad? Confusión, desinformación, comunicación. Ed. Herder, Barcelona, 1994
26
BIBLIOGRAFÍA
• Albert Einstein y otros, La teoría de la relatividad, Editorial Altaya, 1993, pág. 166 (de José Ortega y Gasset “El sentido histórico de la teoría de Einstein”, Obras Completas, Revista de occidente, Madrid, 1947, vol. III, pág. 231-242)
• Breton, André; Manifiestos del surrealismo, Editorial Labor, S.A., 1995.
• Cámara de Senadores, Facultad de Humanidades y Ciencias, Ley, antecedentes y discusión parlamentaria, República Oriental del Uruguay, Imprenta Nacional, 1945
• Diaz, José Pedro; El Espectáculo Imaginario, Ed. Arca, Montevideo, 1986. Las Corrientes de Vanguardia y el Magisterio de Vaz Ferreira. Citado en: Curso Panorámico de literatura uruguaya de los orígenes del Centenario, Ficha 2, parte II, Roca, Pablo, Publicaciones Universitarias, 2000.
• Estable, Clemente; El reino de las vocaciones, Editor Claudio García, 1923.
• Marx, Karl; Manuscritos: economía y filosofía. Ed. Altaya, Barcelona, 1993
• Palomeque, Agapo Luis. Juan Francisco Giró Selección de Obras Pedagógicas, Cámara de Representantes, Montevideo, Uruguay. 1999.
• París de Oddone, M. Blanca; Medio siglo de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Dpto. de publicaciones de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, 1995
• Rama, Germán; La democracia en Uruguay, Una perspectiva de Interpretación; Buenos Aires; GEL; 1987.
• Real Academia Española; Diccionario de la Lengua Española, Madrid, 1992.
• Vaz Ferreira, Carlos; Moral para Intelectuales, Ed. La Plata, República Argentina, 1957
• Watzlawick, Paul; ¿Es real la realidad? Confusión, desinformación, comunicación. Ed. Herder, Barcelona, 1994
• Zum Felde, Alberto. Proceso intelectual del Uruguay Vol. III La generación del Centenario. Ediciones del nuevo Mundo, 1987
27
PRENSA
• Morey Otero, Sebastián; Clemente Estable, La cruz del Sur, Montevideo, Octubre 1925.
• Constenla, Susana; Un Ser de Excepción y ...un Estilo Excepcional, El Día, Montevideo, 23 de mayo de 1969
• Lasa, Julio; Clemente Estable. Original y vigente, Almanaque de BSE 1994, Impresora Gordon S.A., Dic. 1993.
• Rossani, Uruguay; El viaje al Sur (acerca del Diario de Montevideo 1925, de Albert Einstein) El País Cultural, N° 827, 9 de setiembre de 2005
• Russell, Dora Isella; Cuando el Hombre y el Sabio coinciden, Especial para el Diario El Día, Montevideo, 21 de julio de 1957
PAGINAS DE INTERNET
• http://www.histoemb.fmed.edu.uy/cestable.html
• http://www.fhuce.edu.uy/eventos/clemente/Libertati.htm
• http://iibce.edu.uy/uas/cestable/estable.htm
28
Quisiera dedicar este trabajo a mi abuelo Diego.
A medida que yo me acercaba al final de esta labor, y de mi trayectoria como estudiante de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación, mi abuelo se acercaba al final de sus días. Y si algo debo recordar de su persona son sus relatos de los días en que participó en la construcción de la represa de Rincón del Bonete. De esta manera se dedicó a construir, muy a pesar de no haber obtenido jamás un título.
Si asumo mi formación como parte de mi propia construcción, algo ronda en mi memoria en estos momentos, son las palabras de una profesora, cuya lucidez supo transmitirme más que conocimiento. Una vez en su clase mencionó que el azar tiene mucho que ver con los finales.
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EL ANGULO VISUAL DE NUESTRA ENSEÑANZA ES MUCHO MÁS ESTRECHO QUE EL ANGULO VOCACIONAL DE LA VIDA
NECESIDAD DE FACULTADES PARA ESTUDIOS DESINTERESADOS Y PARA LA FORMACIÓN DE PROFESORES
Cuando se descubre una cabeza bien dotada es cuando realmente se descubre un monumento nacional, no cuando se descubre un mármol.El descubrimiento de los hombres es el más grande descubrimiento de un país * hay que salvar para la prosperidad y enaltecimiento patrios, todos los ríos que se pierden en el mar y todos los talentos que se pierden en la ignorancia* según el noble decir del incomparable maestro hispano.
Cada vez más se va comprendiendo que la vocación constituye el mejor arado para roturar los campos del cerebro y que es fundamento de toda reforma substancial y duradera de la enseñanza. No de otro modo se llega al subsuelo de la cultura en la geología interior. Ciertamente que es mucha la maleza a desbrozar, pero esto tiene traducción unívoca en el lenguaje de los labriegos: hay trabajo.
La vocación es actualmente el norte del movimiento pedagógico de mayor trascendencia en países conscientes y celosos administradores de su capital físico y mental.La capacidad creadora de una nación llegaría al máximo cuando todos sus ciudadanos ejercitasen, con preferencia, sus aptitudes dominantes.
Fuera de peregrinas excepciones, la producción original es obra de los especialistas sobre la base de la vocación, que desgraciadamente no es lo mismo que sobre la base de la profesión, aunque debiera serlo.
Sin la porfiada labor de los polarizados, no hay más que diletantes (variedad humana similar a esos escarabajos sagrados de última hora, que simulando colaborar en el movimiento de la esfera asisten al banquete).
¿Y qué hacemos nosotros para favorecer la revelación de los cerebros y para evitar que los revelados por convulsa erupción del fuego central queden sepultados en la propia lava?
El ángulo abierto a las posibilidades vocacionales es estrechísimo en nuestra enseñanza universitaria. Quien quiera hacer ciencia por la ciencia misma - vaya en vía de ejemplo – tiene que hacerse primero profesional, pero cuando se es profesional ya no se quiere hacer ciencia por la ciencia misma. Esa es la regla. De manera que una Universidad destinada toda ella a formar profesionales no sólo está herméticamente cerrada a muchas vocaciones superiores, sino que suele descaminarlas.
Los intelectuales europeos no se explican que nosotros carezcamos de facultades de Ciencias, Filosofía y Letras. Al enterarse de esto, el concepto que de nuestra cultura se estaba forjando, va plano inclinado abajo: un país vive tanto más de la repetición servil y de la confusión mental cuanto menos especialistas tiene.
Todos invaden todo cuando nadie sabe nada. Y en la cerrazón, se exalta la audacia de los trasnochadores...
El torpe estribillo *no hay ambiente* para las facultades de Ciencias, Filosofía y Letras nos hace enorme daño, hiriendo nuestra dignidad de nación civilizada y emprendedora: es el índice de un atraso y la declaración plañidera de una voluntad puesta de hinojos.
Y ahora hablemos solamente de la Facultad de Ciencias.
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¡De veras en el Uruguay *no hay ambiente* para una Facultad de Ciencias? Nuestro país sería, entonces, uno de los países más retardados del mundo...
¿En qué nuestro medio es intelectualmente inferior al medio de la Argentina, de Chile, del Perú?
¿Es que Montevideo, capital de nación, está a un nivel cultural más lejos que Córdoba y Santa Fe, capitales de provincias aún adolescentes?
He ahí lo que en definitiva afirma el legislador que se opone a la creación de una Facultad de Ciencias en nuestro país, con el dogma *no hay ambiente*
¿Y cuál es el ambiente para una Facultad de Ciencias? He ahí una cuestión previa.Desde luego, notemos que todo organismo de cultura, por su poder modificador, lleva una potencialidad de ambiente, como fosforescencia de su propia sustancia, y que no debe encerrarse en un cuadro primitivo, porque su función es precisamente mejorar el medio.
Dos cosas cabe preguntarse al analizar el contenido del dogma *no hay ambiente*, tantas veces repetido por nuestros profetas de mal agüero y tan religiosamente respetado por quienes todo lo esperan de Alá; es la primera ¡una Facultad de Ciencias, en el Uruguay, tendría profesores y alumnos?; y es la segunda ¿ qué destino reservaría el porvenir a sus egresados?
Una de las rémoras del progreso es querer resolver todo a priori, con máxima comodidad, sin arquitecturar el pensamiento con los datos de la experiencia directa, como si nuestra cabeza fuese el único granero de la Naturaleza...Solo un alucinado repetiría hoy esta afirmación del filósofo de Priene: todo lo traigo conmigo.
Hay que ensayar y juzgar a posteriori. Es lo menos que debe hacerse si no queremos retardarnos, en el camino del progreso, con la muletilla *no hay ambiente*, como si fuéramos paralíticos.
¿Qué sabemos nosotros de las vocaciones por la Ciencia pura, si nuestros organismos universitarios aún carecen del órgano fotógeno para descubrirlas, del centro de gravitación para a traerlas y de la rosa de los vientos para orientarlas?
Nuestros investigadores de la Ciencia desinteresada, son escasísimos, entre otras razones, porque emigran o porque no resisten vegetar a duras penas... Son muy excepcionales las vocaciones acompañadas de la “vocación por la miseria”.
Hay hombres, lo que no hay son instituciones que permitan dedicarse a las investigaciones científicas.
Una pregunta muy humana nos sale al atajo: ¿para qué sirve? sólo es legítimo como acicate de la voluntad, nunca como inhibidor: son innumerables las veces que saltando por encima del ¿para qué sirve?
Ciertamente el hombre debe esforzarse por colmar las necesidades del hombre, pero él ¿para qué sirve? Es como mejor se responde al imperativo de las necesidades humanas.
Hanssen, inventor del microscopio; Hooke, descubridor de la célula y Leeuwenhoek y Malpighi y Spallanzani y Virehow... hubieran sido desterrados de una república en cuya constitución fuese ley primera, primer mandamiento, un ¿para qué sirve? Como único canalizador de las energías del hombre. Y hoy, qué valor humano, práctico, no tienen los estudios microscópicos en general, y microbiológicos en especial!
Según refiere Pasteur en uno de sus discursos cuando Morse hizo pública demostración de su célebre aparato, preguntó un espectador ocioso, con aspecto despectivo,¿ eso para qué sirve?,
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a la cual pregunta respondió Franklin con esta penetrante contrapregunta: ¡y para qué sirve un recién nacido?
¡Quién iba a imaginarse que aquel aparatito de Morse, que entonces era como un juguete de inventor, llegaría a significar tanto en el progreso humano!
Misión muy importante de la Facultad de Ciencias sería la formación del profesorado de Segunda Enseñanza, Institutos Normales y Preparatorios.
Sin cariño por lo que se enseña, sin profesores con vocación, toda enseñanza está minada de defectos incorregibles y toda reforma no pasará de pesadas confecciones de programas, de complicaciones inútiles a favor de una práctica teórica: vista en escorzo de los hechos.
En el Instituto Escuela de la Junta de Ampliación de Estudios, cuyo presidente es Cajal, el profesor de Segunda Enseñanza es un licenciado en la materia respectiva, que ha hecho práctica pedagógica con el profesor titular.
En muchos países (Alemania, Francia, Holanda, etc.) los profesores de Segunda Enseñanza obtienen su preparación en las facultades de Ciencias, Filosofía y Letras.
En Italia hay dos categorías de licenciados: 1°, los destinados a la investigación, los cuales tienen que realizar labor original para doctorarse; y 2°, los destinados a la enseñanza, que son los que completan sus cursos en la Escuela Superior del Magisterio, y solo se les exige tesis de erudición.
Hay otro camino: crear una Facultad para profesores. Es lo que se ha hecho, por ejemplo, en la Argentina y lo que han aconsejado, entre nosotros, Samonati, Schinca y Mezzera.
Plausible iniciativa la de los autores susomentados y serios sus fundamentos. Pero nosotros opinamos que los organismos de especialización de cuyo seno saldrían investigadores y profesores, responden mejor a nuestras necesidades de cultura y a los fines superiores de la enseñanza: una Facultad para profesores tendría que contener todas las facultades en una sola es llevar a la Facultad un enciclopedismo superficial. Dudamos mucho de que así pudieramos tener profesores verdaderamente encariñados con lo que enseñan (el amor por las ideas brota, como el agua, cuando se horada hondo)
En el supuesto de que alguna vez no hubiese alumnos en la Facultad de Ciencias, quedaría justificado su sostenimiento con la producción científica de los profesores.
El reglamento cabe en una línea: quien no publique trabajos con algún contenido original, queda cesante sin proceso ni apelación.
El mejor doctorado es el de San Agustín: “Circulus et calamos fecerunt me doctorem”, con la variante Laboratorium et calamus...
Clemente Estable
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