Charlaine Harris - La Rabia Oculta

Embed Size (px)

Citation preview

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    1/140

    Charlaine HarrisCharlaine Harris

    LA RABIA OCULTALA RABIA OCULTA

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    2/140

    Para Donna

    - 2 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    3/140

    Era como si la noche oscuras intencionestuviera

    y no slo la velada, sino para toda una era.Alguien debera prepararse

    para cuando la rabia se libera.ROBERT FROST

    - 3 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    4/140

    NDICE

    Captulo 1..........................................................5

    Captulo 2........................................................14Captulo 3........................................................23Captulo 4........................................................36Captulo 5........................................................44Captulo 6........................................................47Captulo 7........................................................50Captulo 8........................................................58Captulo 9........................................................71Captulo 10......................................................89Captulo 11....................................................101

    Captulo 12....................................................117Captulo 13....................................................121Captulo 14....................................................132

    RESEA BIBLIOGRFICA....................................140

    - 4 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    5/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    Captulo 1Pugnaba para avanzar entre los ruidos del trfico, el aire contaminado

    y las personas que chocaban conmigo. Formaba parte del fluir urbano,acorazada con aspecto resuelto, evitando cruzar miradas, de ese modoque haba aprendido y saba que me mantena a salvo.

    Dos manzanas hasta llegar a mi apartamento, dos manzanas hastapoder quitarme la mscara urbana. Me preguntaba si habra vino en lanevera cuando vi la multitud agolpada frente a mi edificio. Estabademasiado enfadada para rodearlo y entrar por la puerta trasera,

    demasiado ansiosa por llegar a casa y dejarme caer en la densidad de miautocompasin. Me abr paso entre el gento hasta llegar al despejadocentro, en un rincn donde se haban acumulado los desechos.

    Tena el pelo gris, como la cara. Su sangre an flua brillante por lasucia acera, sobre la que reposaba su cabeza. Nunca haba visto elcadver de una mujer.

    Seorita Callahan! dijo una voz a mi lado. Mi portero seestremeca de la emocin.

    Qu ha pasado, Jess? pregunt. Trat de no mirar, pero mesorprend lanzando miradas de soslayo hacia la muerta.

    Un cro le arranc el bolso, hizo que perdiera el equilibrio y se cay

    al suelo, zas! el ingls de Jess no era perfecto, pero al menos sgrfico.

    Has llamado a la polica?Claro. No tardarn en llegar. Tambin he llamado a una

    ambulancia. Lo vi todo. Soy un testigo! entonces, la expresin de Jesspas de una emocin desmesurada a la consternacin. De repente sehaba dado cuenta de la inconveniencia de estar relacionado.

    Puedes ayudarme a entrar en el edificio?Oh, por supuesto, seorita Callahan.Jess hizo honor a su aguinaldo. Se zambull entre la muchedumbre

    con los codos por delante, como un pequeo remolcador que llevara unaembarcacin ms pequea y ligera hasta el puerto. Meda al menos quincecentmetros ms que mi portero, pero mi espritu de lucha haba perdidofilo despus del da que acababa de pasar.

    Le di una buena propina a Jess cuando estuve a salvo en el vestbuloy cog las escaleras a buen paso. O la llegada de las sirenas mientras casime ahogaba en el voluble agradecimiento de Jess.

    Siempre suba por las escaleras en vez de por el ascensor paramantener el tono muscular de mis piernas; pero esa vez lo lament alllegar al apartamento. Hurgu en el bolso en busca de la llave y laintroduje en la cerradura con dedos torpes. Una vez dentro, despus de

    echar el pestillo, me quit el sombrero y sent cmo el pelo se mederramaba por la espalda. Me lo haba recogido de cualquier manera en el

    - 5 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    6/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    despacho de mi agente, demasiado irritada para hacerlo como es debido.Me quit las gafas de sol (el camuflaje ms eficaz) y me dirig hacia lanevera. Ni siquiera mi apartamento, en cuyo interior todo me parecaprecioso, escogido con amor, colocado con cuidado, me reconfortaba eseda.

    La tarde se haba nublado, as que el saln estaba en penumbra. Noencend ninguna luz. El tono encajaba con mi estado de nimo, y el vinocon mi tristeza.

    Pens que quiz me tomara una copa, me hara un ovillo y puedeque llorase un poco, pero mi lado ms oscuro me condujo hasta eldormitorio, hasta el espejo de cuerpo entero. Me sent en una banquetaante mi propia vanidad. Entonces s que encend las luces. Tom unsegundo trago de vino y me rend al espejo.

    Era la misma cara.A veces senta que ni siquiera era ma. Era como si me la hubieran

    injertado. Viva tras ella, y ella se ganaba la vida por m. Yo cuidaba de ellay ella de m.

    Mi agente me acababa de decir que ya no sera as. La gente se habacansado de ella. Haba caras nuevas, ms frescas.

    Pero la ma an era bonita. La toqu con respeto. Nariz recta,pmulos altos y anchos, ojos azules, una piel preciosa. Labioscuidadosamente perfilados. Barbilla afilada. Un bonito pelo rubio paraenmarcarlo todo.

    Y la gente se haba cansado de eso?S, segn mi agente.Mira que hay gente tiquismiquis me dije al espejo. Luego, le di la

    espalda y hund la cara entre las manos.A mis veintisiete aos estaba dada de vuelta y en cada libre. Y podaconsiderarme afortunada por haber durado los aos que tuve, segn mehaba dicho mi agente ese mismo da, agitando una elegante ua pintadade cobre bajo mis narices para darle ms nfasis.

    De no haber tenido cerebro, no habras durado tanto. Djalomientras an ests en la cima. Soy tu amiga s, claro, me deca yo entrelos dedos. De no ser as, habra dejado que fueras marchitndote y mehubiese llevado cada centavo del proceso. Te estoy haciendo un favor,Nickie.

    Volv a darme la vuelta y me qued mirando al espejo durante cinco

    minutos. Tena que admitir que s haba sido mi amiga y que me habahecho un favor.

    Me asqueaba mi propia vanidad y la facilidad con la que se le podaherir. Era el precio de vivir de mi cara.

    Tienes otras bazas, Nickie me repeta la voz de mi agente en lacabeza. Te has quemado en este negocio; lo sabes. Yo lo s. La cmaralo sabe. Y no puedes decir que ames a la cmara como antes.

    Antes de apartarme del espejo, me obligu a admitir que todo lo quehaba dicho era cierto.

    Y eso era todo.

    Encend una lmpara en el saln y me puse las gafas de lectura.Regres a mi rincn de paz en tiempos de gran afliccin: Jane Austen.

    - 6 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    7/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    Poda abrir cualquier libro y leer cualquier captulo de Jane y sentirme msapaciguada. Aquella noche, Jane funcion tan bien como de costumbre,con la diferencia de que tuve que poner una caja de pauelos en la mesa,junto a la lmpara. Me sorprend divagando, pensando con amargura queal menos la mujer de la acera lo haba pasado peor. Me azot la cara para

    reprenderme. Melodramtica estpida.Me enterr en los problemas de la seora Eleanor Dashwood hasta

    que, finalmente, pude conciliar el sueo.A la maana siguiente, mi sentido comn haba vuelto en s. Despert

    con una leve resaca fruto de la llantina, puse a calentar la cafetera e hicemis ejercicios mientras esperaba. Como ya no era modelo, me di el gustode untarme mantequilla en la tostada. Recorr ociosamente el peridico dela maana y encontr una referencia a la mujer de la acera. Le habandedicado un breve prrafo. No me sorprenda.

    Dado que en el ltimo ao haba disfrutado de ms das ociosos delos que me apeteca contar, estaba acostumbrada al tiempo libre. Peroahora que saba que esa parte de mi vida haba tocado a su fin, la rutiname chirriaba especialmente. La mujer de la limpieza haba cumplido consu obligacin semanal el da anterior, mientras estaba fuera, as que nisiquiera tena nada que colocar. Escrut los ttulos que nutran misestanteras en busca de algo que mereciera la pena leer; tena quereservar a Jane para las crisis. Nada pareca convencerme.

    Pens que quiz podra retomar alguna de mis propias novelas, perome senta demasiado exhausta como para sacar la creatividad necesaria.Pase los ojos por la habitacin, en busca de algo productivo. Lo nico queme llam la atencin fue el bloc de notas en blanco que haba junto al

    telfono.Me encanta hacer listas.Una lista de la compra? No era lo suficientemente emprendedora.

    Tras un instante de meditacin, decid que aquella maana era el mejormomento para recapitular las cosas por las que estar agradecida. Afil unlapicero y me puse manos a la obra.

    1. Bonito apartament, buena situacin, pero alquiler an pendientede renovacin.

    2. Dinero en el banco, dinero invertido y un orientador financiero listo(y razonablemente honesto).

    3. Dos brillantes novelas rechazadas por obtusos editores..4. Amigos. Mi agente, un par de modelos, uno o dos fotgrafos, y

    unas cuantas personas maravillosas de buena fe que no dudabapermaneceran en el bando de los buenos Y por supuesto Mimi.

    5. Muebles y libros.6. Joyas.7. Ropa.8. Cerebro, aunque indisciplinado.

    Dud. Quera hacer una lista tan larga como fuera posible, pero lo

    cierto era que no poda incluir a mi madre. Y la nica relacin hombre-mujer que mantena era casual hasta el punto de limitarse al dormitorio.

    - 7 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    8/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    Finalmente, apunt:

    9. Origen sureo.10. Buena, educacin, hasta donde dur.

    Estaba segura de que haba algo ms, pero tras un rato de cavilacinno di con ms posibilidades.

    Aun as, la lista no pintaba nada mal. Poda estar orgullosa de haberalcanzado la seguridad econmica a mi edad, no? Mi carrera de modelohaba sido muy buena.

    El telfono interrumpi la feliz contemplacin de mi cuenta bancaria.Lo cog ausente, el lapicero an golpeando rtmicamente el bloc, deseosode empezar a escribir el decimoprimer punto.

    Nickie? la voz estaba envuelta en las distorsiones tpicas de lasllamadas de larga distancia.

    Mimi? Eres Mimi! dije, encantada. Eh, estaba pensando en tiprecisamente.

    Y tanto que soy yo. Eh, cario, cmo ests?No sabes cmo me alegro de or tu voz. Habla un poco y djame

    escuchar ese acento a veces, tena la sensacin de vivir en una tierrallena de grajos chillones. El sonido de mi hogar me aliviaba el odo.

    Bueno, llamo para hablar, as que no me cuesta nada. Escucha,Richard me ha dejado y nos hemos divorciado.

    Ohhh emit un sonido como si alguien me hubiera dado unapatada en la boca del estmago, que era precisamente como me senta.Vale dije, al cabo de un momento, ya lo he asimilado.

    Bien dijo ella y empez a llorar. Yo no. Despus de uno de susviajes, volvi a casa por un da y me dijo (mientras cambiaba las sbanas,puedes creerlo?): Mimi, cario, lo nuestro no funciona, no crees? Puedeque no seas tan mezquina como para afrontarlo, pero yo s, y creo que ira Mxico o alguna parte para obtener un divorcio rpido.

    As, sin ms? dije dbilmente.Te lo aseguro, Nickie, como lo oyes.Ha vuelto a Knolls?Oh, no la temperatura de la voz de Mimi cay hasta el nivel de

    congelacin. Est en Albuquerque. Como necesita algunas de las cosasque dej, me ha escrito. Vive con una mujer fantstica que disea sus

    propias joyas. Nunca se ha cortado el pelo. Pues ya puede esperar sentadodijo Mimi con voz venenosa.

    Arrugu la nariz.Bien, bien, Mimi. Eso debera bastarte para saber cmo es Richard.

    Nunca se corta el pelo? Qu asco!Ganaste la apuesta dijo Mimi.Qu? Qu apuesta?No te acuerdas de la apuesta que hiciste con la abuela?Oh, vaya. Cmo lo supiste?Me lo dijo cuando estuvo en el hospital. Se encontraba dbil y

    asustada por lo que pudiera pasar, ya sabes, pero segua pensando quefue muy divertida. Me dijo que, incluso si me divorciaba inmediatamente,

    - 8 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    9/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    te debera cinco dlares porque Richard y yo estuvimos casados durantems de dos aos. Me pidi que me asegurara de darte tu dinero.

    Me entretuve con la agradable fantasa de colgar a Richard por losdedos de los pies. Si hubiese tenido algo ms de sensibilidad que unamesa, sabra que le estaba dando a Mimi en una herida que no haba

    acabado de curarse. Celeste, la abuela de Mimi, apenas haca cinco mesesque haba muerto. Me caa muy bien; haba sido tambin como mi abuela,ya que los mos haban muerto. Mimi tena una relacin especialmenteestrecha con Celeste.

    Bueno, supongo que me recuperar deca Mimi, poco convincente. Slo te llamaba para llorar en tu hombro. Creo que tampoco estaba tanenamorada de l. Era horriblemente egosta. Pero era guapo, verdad? Oh,Nick, me siento tan condenadamente vieja! Ya llevo dos matrimonios consus respectivos divorcios, y slo tengo veintisiete aos.

    Yo tambin me senta bastante mayor, por lo que fui incapaz deaunar las fuerzas para levantar el nimo de Mimi.

    Ya he lloriqueado bastante. Cmo ests t? pregunt Mimi.Dime que ests arrasando como modelo y que algn editor te haanticipado una gran suma por tu libro, o que ests saliendo con un tobueno, soltero, rico y bueno en la cama.

    Jo, jo, jo dije amargamente. Se me acab la carrera de modelo.Mi agente me dio boleto ayer. Estoy pasando el bloqueo del escritor, y mehan rechazado de tres grandes editoriales. El nico hombre que mepersigue con cierto entusiasmo es mi casero, porque quiere renovar elalquiler.

    Meditabundo silencio.

    Hummm. Hablabas en serio en tu carta sobre lo de terminar launiversidad?Lo he estado pensando admit, con cautela. Por qu?Entonces, por qu no te vienes a vivir conmigo y acabas los

    estudios en Houghton?Hice una pantomima de asombro, apartando y mirando el auricular.

    Luego, volv a ponrmelo a la oreja, encend un cigarrillo y dej de hacerel tonto.

    Lo dices en serio? Lo dices en serio.Claro que s dijo Mimi. Voy a vender la casa. Despus de dos

    matrimonios, fracasados no soporto vivir ms en ella. Me mudar a la casa

    de la abuela. Me la dej. Haba pensado en venderla, pero no he podidotasarla con una inmobiliaria. Entonces, ayer pens: Aja, pues me mudarall!. Estar mucho ms cerca del campus, y siempre me ha encantadoesa casa.

    A m tambin y los recuerdos empezaron a agolparse. Los techosaltos, las habitaciones amplias

    pero sabes que es muy grande. No nos estorbaramos, y tpodras ir a Houghton. Las dos tenemos muebles, y entre ambaspodramos llenar la casa.

    Qu ha pasado con los muebles de Celeste?

    Oh, reparti su legado entre varias personas: las tas abuelas, Cully,mam y pap. Despus de todo, yo me qued con la casa. Puedo

    - 9 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    10/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    quedarme con el piso de arriba? He vivido en una casa estilo ranchodurante demasiado tiempo. Me gustara estar cerca de las copas de losrboles y poder subir escaleras.

    Puedes quedarte con lo que quieras; es tu casa dije sin pensardemasiado.

    Genial!Qu haba hecho? No poda Abr la boca para retractarme, pero me

    obligu a cerrarla. Me pellizqu. Escuch la maravillosa voz surea deMimi parlotear.

    Estaba deseando verla. Me imaginaba rodeada nicamente de eseacento Se acabaron los grajos chillones. Me dio por pensar en la ancianamuerta en la acera. Me imagin andando por la calle sin miedo. Record laua de cobre de mi agente agitndose delante de mi cara. Record elprstino montn de folios en blanco que ocupaba el cajn superior de miescritorio y me pregunt si la disciplina del estudio y el estmulo de lalectura supondran para mi escritura una segunda oportunidad. Pens enel aire limpio, el espacio, los junquillos y las risas de Mimi.

    Knolls, Tennessee.Senta una profunda nostalgia por mi casa, y no me di cuenta hasta

    ese momento.Ests segura, de verdad? pregunt Mimi ansiosamente.Y por qu no? dije, al cabo de otro instante de duda.Oh, entonces, cundo? Cundo? pregunt alborozadamente.Deja que lo planifique arranqu la hoja en la que acababa de

    escribir la lista; haba perdido todo su inters. Empec una nueva: alquiler,mudanzas, telfono, luz, correos. El bloc se llenaba mientras hablaba.

    A tantos kilmetros de distancia, Mimi dijo acusadoramente:Nickie! Deja de hacer una de esas listas tuyas y dime cundopodras estar aqu! Yo tambin tengo que hacer una mudanza!

    Te llamar maana le promet. Puedo quedarme con lahabitacin que hay junto a las escaleras?

    Puedes quedarte con la habitacin que quieras.Cuando colgu, vibraba de emocin. Dejaba Nueva York. Un cambio

    completo. Me di un momento de paz antes de empezar con las prisas ypensar cmo acomodar mis cosas en mi futura habitacin, la grande quedaba al pasillo en el piso de abajo. Me costaba visualizarla vaca.

    Cuando Mimi y yo pasbamos la noche con la abuela Celeste, siempre

    dormamos en esa habitacin que daba al pasillo. Dormamos en unapreciosa cama de dosel. Cada noche que nos metamos en esa cama, nossentamos como princesas; seguras, preciosas y destinadas a vivir parasiempre. En verano, solamos encender el ventilador y contemplar cmogiraba en el techo. En invierno, haba una preciosa vieja colcha queCeleste haba confeccionado a mano Aunque pasaran los aos,seguamos sintiendo lo mismo en esa cama.

    Todos esos aos. Todas esas estaciones.Mimi y yo nos conocimos a los catorce aos, aterradas compaeras

    de habitacin de la Academia para Chicas de Miss Beacham, en Memphis.

    Yo era de un pueblecito del norte de Mississippi. Tal como pona ennuestro anuario, Mimi era oriunda de Knolls, Tennesse, al este de

    - 10 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    11/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    Memphis. Su nombre de bautizo era Miriam Celeste Houghton, que mepareci precioso y romntico. No me gustaba el mo, Nichola LynnCallahan; me daba la sensacin de que mis padres queran tener un chico.

    Mimi Houghton tena historia. En Knolls, haba una calle con elnombre de Houghton, una biblioteca y, por supuesto, una universidad.

    Afortunadamente, no supe nada de eso hasta que Mimi y yo compartimosma estrecha amistad.

    Mimi haba ido a la institucin de Miss Beacham porque su madre,Elaine, tambin lo haba hecho. En mi caso, fui para mantenerme apartadade mi madre, que se estaba convirtiendo en una alcohlica.

    No estaba segura de si mi padre tena razn o no al mandarme all.Los hbitos de bebida de mi madre empeoraron cuando dej la casa,como si mi presencia la hubiera estado conteniendo. Pero creo que elproceso podra haberse acelerado en cualquier momento. Procuro nocriticar a mi padre en retrospectiva. El slo quera protegerme de lo peor.Adems, las continuas peleas entre mi madre y yo pesaban ms que elplacer de mi presencia en casa. Era un hombre sencillo y directo. Noentenda que esas escenas amargas no se producan porque no quisiera ami madre, sino por todo lo contrario.

    Supongo que Mimi explic mi situacin a sus padres, Elaine y Don.Siempre me hicieron sentir como en casa.

    A medida que mi hogar se converta en un lugar temible, una casamaldita, empec a ver a mis padres nicamente un par de das en cadaperiodo vacacional, y puede que durante un par de semanas de las largasvacaciones estivales. Despus del tiempo de rigor que deba pasar encasa, mi padre me sola llevar a la de Mimi. Al principio, hablbamos

    mucho durante esos paseos, pero, con el paso del tiempo, un silencio seadue del espacio que haba entre ambos. No podamos hablar de lo quems nos preocupaba. Detestaba lo que pudiera encontrarse al volver acasa. Las horas que pasaba en su despacho de abogados cada vez sealargaban ms. Haca mucho dinero, pero estaba cada vez ms ocupado.Probablemente saba de su dolencia cardaca, pero nunca nos lo comenta mi madre o a m. Aparte de hacer testamento, no se prepar de ningunaotra manera para el final.

    Cuando cursaba el ltimo ao en la institucin de Miss Beacham, mipadre muri de un infarto en su despacho. Seis meses despus, mi madrevolvi a casarse. Las tragedias estaban demasiado cercanas. Me hicieron

    falta aos para asimilar ambas.Estuve una vez en casa despus del nuevo matrimonio de mi madre.

    Esperaba que me necesitara a pesar de su nuevo marido, Jay Chalmers. Elsegundo da de mi estancia, mi madre se fue para asistir a una funcin delclub de bridge. Gracias a Dios que el constructor puso gruesas puertas conrecias cerraduras. Tuve que pasar dos horas encerrada en el cuarto debao hasta que Jay se qued dormido (l tambin beba). No fueron msque palabras soeces y un torpe intento de besarme; pero bastaba en unhombre mayor para aterrorizar a una cra de diecisiete aos. Aunque nopudo ponerme un dedo encima, no pude evitar sentirme sucia y culpable;

    era muy joven. Esa misma noche, hice las maletas y le ped a mi madreque me llevara a la estacin de autobuses. Me invent una historia sobre

    - 11 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    12/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    el olvido de asistir a alguna reunin del comit escolar. Cuando Mimivolvi de su fin de semana en casa, le cont lo que me haba pasado.Luego, vomit.

    Siempre plane ir a la Universidad de Houghton con Mimi. Comohaba sido fundada por su bisabuelo, era natural que ella ya estuviese

    matriculada desde su nacimiento. Pero mi madre y Jay se estabangastando lo que mi padre haba dejado como si no fuera a haber unmaana; y como yo no heredara mi parte hasta cumplir los veintiuno, anno tena mi propio dinero. Cristalizadas su vergenza y culpa en purahostilidad, Jay se limit a decirme que no haba dinero para pagar las altastarifas universitarias. As que me matricul en una universidad mssombra y barata, viviendo con cuidado y ganando algo de dinerohaciendo de modelo para grandes almacenes y anuncios en revistasregionales, tal como haba hecho durante mi estancia en la institucin deMiss Beacham.

    Uno de los clientes del almacn coment casualmente que debera ira Nueva York y probar fortuna en el mundo de las modelos profesionales.Me qued con la idea. Necesitaba un cambio, y en ese momento launiversidad significaba muy poco para m. Estaba a punto de cumplir losveintiuno, y recibira un ingreso constante derivado de unas inversionesque haba hecho mi padre en mi nombre, adems de algo de la herencia.

    Recuerdo claramente el da que llam a la habitacin de Mimi enHoughton para comunicarle mi decisin. Qued asombrada ante mi coraje.Yo tambin. Era la tpica baladronada nacida de la pura ignorancia. Inclusoahora me parece mentira que la ciudad no me masticase y me escupiese.

    Durante los dos primeros meses no pude deshacer el nudo de la

    garganta. De donde yo vena, Nueva York era sinnimo de infierno. Perotambin tenia un glamur de mil demonios. Apenas armada con un poco dedinero y una corta lista de nombres, me lanc a las calles de la granmanzana.

    Afortunadamente para m, dos de los nombres de la lista dieron susfrutos. Un antiguo compaero de hermandad de mi padre me ayud aencontrar un sitio en el que vivir, me dio de comer, me carg con algunosconsejos valiosos y apart las manos cuando le dije que no. Uno de suscontactos me condujo a una agencia donde mi aspecto cay en gracia.

    Y as me lanc. Al cabo de un ao, pude salir del agujero que habacompartido con otras tres mujeres y me mud a mi propio apartamento.

    Poco a poco, fui comprando los muebles y las alfombras ms bonitas queme poda permitir: aquello era muy importante para m. Compr libros.Empec a escribir ocasionalmente. Supongo que trataba de echar portierra el tpico de la modelo mona, pero tonta.

    Aquel ao fue muy bueno. Me haba rendido de lleno al espejo.A finales del mismo, que tambin haba sido positivo para Mimi,

    regres a Knolls para asistir a su primera boda. El novio era un muchacholugareo que haba conocido en Houghton.

    En un momento de absoluta locura, escog un vestido de lo msirreverente para la cena de ensayo. Estaba empachada de m misma como

    modelo profesional. Aquel vestido fue el mayor error social que jamscomet.

    - 12 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    13/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    Me jactaba de todo ello, aunque casi grit la quinta vez que escuch ala madre de Mimi murmurar: Bueno, ya sabes, es que es modelo enNueva York. (Elaine estaba defendiendo a Mimi, no a m). Me di cuenta deque, durante aos, sera esa amiga de Mimi que se puso ese vestido enel ensayo de la cena de su boda. Conoca a los de mi pueblo.

    Aquella noche beb demasiado, extrao en m con el ejemplo de mimadre tan cerca. Me pas el viaje de vuelta a Nueva York enfurruada,reprochndome a m misma lo que haba hecho.

    En la segunda boda de Mimi (el mozo le haba durado ocho meses, lamadre de Mimi no se cansaba de hablar de ello), mi atuendo fue del todoadecuado, incluso severo. Incluso tras el paso de dos aos, no estabadispuesta a olvidar la leccin aprendida. Me ayud mucho; lo not en lassonrisas de aprobacin y las palmadas extra en la espalda, as como enesos leves asentimientos que se dedican las damas entre s. Pero miredencin tuvo menos repercusin que mi maldicin, ya que esta boda eramucho ms discreta. Fue solemnizada en el saln de la gran casa deCeleste.

    Como Mimi bajara las escaleras sola, tras vetar a todas laspretendientes a dama de honor, estuve sentada con Celeste.Manifestamos nuestros temores por Mimi (decidimos que Richard no noscaa bien despus de nuestra pequea conferencia) apostando sobre loque durara el matrimonio. Celeste apost a que Richard hara algoimperdonable dentro de los dos primeros aos. Apost mi dinero al orgullode Mimi y le di tres.

    El matrimonio dur casi cuatro aos; y cuando Richard sali huyendoa Albuquerque, Celeste contrajo conmigo una deuda pstuma de cinco

    dlares.

    * * ** * *

    - 13 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    14/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    Captulo 2De pequea, siempre pens que el aeropuerto de Memphis tena

    aspecto de copas de champn tiradas sobre el asfalto. No haba cambiadode opinin, a pesar de estar mucho ms familiarizada con las copas dechampn.

    Resultaba un placer volver a frecuentarlo; todo un deleite ver a Mimimientras esperaba a que saliese por la puerta. Nos abrazamosestrechamente con una alegra tan pura que casi me haba olvidado deella.

    En cuanto puse un pie fuera de la terminal, supe que estaba en casa.Nueva York ya vesta matices del otoo. En Memphis, haca un calorinfernal. Era pleno verano. Empec a sudar en cuanto empezamos acargar mis bultos en el maletero del Chevrolet de Mimi. El sudor seconvirti en la ratificacin de que haba vuelto a casa. Inspir unaprofunda bocanada del aire pesado y hmedo que se aferra a la piel comoun calcetn empapado.

    Al cabo de los primero gritos y abrazos, y las preguntas acerca decmo me haba ido el viaje, not que haba un velo de timidez entre Mimiy yo. Para facilitar el inevitable periodo de ajuste a la presencia fsicamutua, Mimi me inform acerca de los cambios que haba sufrido

    Memphis. Haban vuelto a abrir el hotel Peabody.La poblacin haba aumentado. La tasa de crmenes estaba en

    ascenso. La muerte de Elvis haba convertido a Whitehaven, que rodeabaGraceland, en una pesadilla para el trfico y una trampa para turistas.Pero la ciudad siempre nos sera grata por los tiempos que pasamos enMiss Beacham.

    Y Knolls? pregunt. Cuntos Seven-Eleven hay ahora?Uno de verdad y dos imitaciones. Quickie Snackie Pickies, o

    Stomp'n Grabs, o alguna abominacin por el estilo dijo Mimi con tristeza. Tambin hay un Burger King, un Hardee's y dos McDonald's, supongoque debido a la universidad. Pero no pueden establecerse cerca delcampus dijo, con un evidente aire triunfal. All todo son zonasresidenciales. Planificado, por Dios! Firmado, sellado y entregado!

    La planificacin urbana de Knolls haba sido la ltima batalla quehaba librado Mimi. Antes, nadie haba visto nunca la necesidad.

    Puede que sea un pequeo inconveniente para los estudiantes queno tengan coche suger, con cara de pquer.

    Mala suerte dijo Mimi, con dureza, tomando el acceso a laautopista con cuidado. Y no le faltaban razones: los conductores deMemphis suelen tener estilos muy propios.

    Sigui hablando de su batalla por la zonificacin cuando ya nos

    dirigamos con seguridad hacia el este. Se acabaron las tonteras (sintique le arrojaban el guante) cuando Mimi descubri que el propietario de

    - 14 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    15/140

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    16/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    Mi orgullosa satisfaccin se evapor.Cully? dije rgidamente. Casa? Dnde?En Knolls.No me lo dijiste.Bueno, tena tantas cosas mas que contarte que supongo que me

    olvid. Hace un mes que volvi, si mal no recuerdo su tono eraexcesivamente casual.

    Me esforc por mantener en la boca todas las preguntas que se meagolpaban. Ya tendra tiempo de saber ms cosas de Cully. Era del todoridculo que reaccionara de esa forma tan exagerada.

    Slo me apeteca perder la vista en los campos que se extendan antenosotras: algodonales y cultivos de soja. Tambin haba algunos arrozales,algo nuevo para m. Absorb las vistas como una esponja: los pollos sueltosen los corrales de las casas, las aceras jalonadas de botellas de Coca Colao medios neumticos, el horizonte, libre de cemento y ladrillos, la flaccidezde las hojas de los rboles, tpica de finales del verano.

    Pasamos junto a una arboleda de pacanos que lindaban con unabonita casa. Slo en su patio frontal hubiera cabido todo mi bloque deapartamentos.

    El paisaje se haca cada vez ms familiar. Me senta ms relajada concada kilmetro recorrido. Todas mis frases empezaban por un Oh, ahest!. La casa de John Deere, la tienda de cebos, el motelmaravillosamente bautizado como Maubob (Maureen y Bob Pitts eran losdueos), el sitio donde hacan los fabulosos filetes de la abuela, lafuneraria de Grace

    Cuando llegamos a Knolls, cualquier duda que hubiera albergado se

    desvaneci. Cuando entramos en el camino privado de la vieja casa deCeleste, me las ech a la espalda, junto con la ciudad de Nueva York.Aqu violaron a una chica este verano dijo Mimi de repente.Me qued mirndola. Estaba acariciando a los gatos sumida en una

    profunda paz. Ella estaba echando organo en una cazuela llena de unasalsa que burbujeaba sobre el fogn.

    Aqu? estaba sorprendida.S, aqu, en el campus.Dado que Mimi era una Houghton, no caba duda de que el lugar del

    ataque le parecera tan deplorable como el propio incidente.Por la noche? vi una imperfeccin en mi ua y hurgu en el

    bolso, en busca de una lima.S, por supuesto ahora le tocaba a Mimi mostrarse sorprendida.

    Deduje que Knolls poda soportar la vergenza de una violacin ocasional,pero no a plena luz del da.

    La chica era blanca? me pellizqu con fuerza. Haba vuelto acaer en los viejos hbitos. La primera pregunta, siempre la primera,cuando a alguien le pasaba algo, ya fuese un naufragio, un secuestro, unasalto, una muerte sbita o una ganancia a las apuestas era: Sonblancos? o Es negra?.

    S, una estudiante de primer ao llamada Heidi Edmonds. Quera

    apuntarse a una serie de asignaturas antes de que empezase el semestrede otoo tras probar la salsa, Mimi aadi una pizca de sal. No s por

    - 16 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    17/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    qu el crimen siempre parece ms depravado cuando la vctima esvirtuosa dijo, pensativa, pero es as, no? Heidi lo era todo en suinstituto, Nickie. Graduada, Sociedad de Honor, Premio Nacional al MritoEstudiantil. El tipo de estudiante que nos encanta tener. Como estoy en lajunta de admisiones, he visto su solicitud. Incluso llegu a conocerla en

    persona en una de esas recepciones donde sirven ponche y galletas.As que Mimi conoca a la chica. La pequea tragedia de Heidi

    Edmonds empezaba a cobrar sustancia. Me remov sobre el banco quehaca esquina para dejar ms sitio a los gatos; Atila y Mao premiaron miinteligencia con ronroneos. Mimi, al fin satisfecha con la salsa de carne, sevolvi y apoy una cadera en la cocina.

    No sabes cmo me alegro de verte aqu sentada dijo.No tanto como yo.Pero el momento de tibieza pas cuando el rostro de Mimi volvi a

    ponerse rgido. Estaba decidida a concluir su relato.Estaba en ese camino que serpentea por los jardines, el que va

    indirectamente de la biblioteca a la zona de los dormitorios femeninos, teacuerdas? Hace aos que no pasas por el campus; nunca lo tengopresente.

    Lo recordaba, vagamente. Asent.Entonces recordars tan bien lo altas que pueden llegar a estar las

    camelias. Son tan altas y viejas como las colinas, y crecen a ambos ladosdel camino. Llevaba un buen montn de libros, ya que se haba quedadoestudiando en la biblioteca hasta casi el cierre; cerca de las nueve. Nohaca tanto que haba anochecido, ya sabes lo que tarda en irse la luz enverano. Pero era de noche.

    Eran las siete y media y ya haba anochecido. Ya corran los ltimosdas de la estacin. La absoluta oscuridad de la noche que se extendams all de la ventana me puso nerviosa de repente. Me levant paraechar los tres conjuntos de persianas que cubran las secciones de laventana. No quera saber nada ms. Pero pens que Mimi creera que eraegosta e insensible si cortaba su relato.

    Siempre haba sido una buena narradora. Sus delgadas manos yoscuros ojos trabajaban en equipo para ilustrar su historia.

    escondido entre las camelias, o detrs. Sali de entre el follaje yla cogi por detrs. Solt todos los papeles y libros que llevaba,lgicamente. Eso fue lo que se encontr la pareja que buscaba un rincn

    donde retozar. Se preguntaron por qu habra libros esparcidos por elcamino.

    Estaba muerta? record la mujer de pelo blanco y su sangreextendindose por la sucia acera. No se me haba cruzado por la mentedesde la llamada de Mimi. Sent la piel de gallina extendindose por misbrazos.

    No, no. Estaba inconsciente. Obviamente, cuando la agarr, se cayy se dio en la cabeza. La arrastr hasta un rincn oscuro, y all la viol.Tambin la peg la voz de Mimi se haba vuelto cada vez ms tensa,como le pasa cada vez que habla de cosas difciles. Supongo que el tipo

    quera que volviera en s para que no se perdiera nada. Tena la carabastante magullada.

    - 17 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    18/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    Los msculos de la ma se tensaron. Golpeada en la cara. Quhubiese pasado si alguien me hubiese hecho lo mismo en Nueva Yorkcuando estaba empezando.

    Fui a verla al hospital, ya sabes, en representacin de launiversidad. El decano de la seccin femenina era de fuera. Jeff Simmons,

    no te acordars de l. Ahora preside la universidad. Me dijo que, como soymujer, quiz sera mejor que fuese a verla yo aparte de la lstima y laira, la boca de Mimi mostraba cierto asco. Tena que echarme encima eltrabajo sucio.

    Esboc una mueca para dar a entender que captaba la cobarda deJeff Simmons. Aun as, pensaba que no estaba del todo equivocado.

    Me dispuse a preguntar a Mimi qu fue de Heidi Edmonds despus deaquello; si la polica haba tenido tacto con ella, etctera. En fin, sentacuriosidad. Pero, alertada por el pitido del agua hirviendo, Mimi se volvihacia el fogn para romper los fideos.

    A decir verdad me dijo por encima del hombro, me qued laduda de si su gente denunciara a la universidad por negligencia.

    Lo hicieron?Mimi solt un puado de pasta.Jams lo mencionaron siquiera respondi, ausente. Su padre

    result ser un pastor. Le he dado mil vueltas al incidente, tratando deimaginar cmo Houghton hubiera podido evitarlo, pero juro que no se meocurre nada, Nick. El camino estaba bien iluminado. La distancia que lamuchacha tena que recorrer no era excesiva. Y poda haber pedido queuno de los guardas la acompaara hasta los dormitorios. Esa posibilidadest reflejada en el trptico que se reparte a las estudiantes de primer ao.

    No creo que ninguna lo haya pedido nunca; esta ciudad siempre ha sidomuy tranquila. Pero el caso es que es posible contar con una escolta si sedesea.

    Archiv eso mentalmente. Empezara a asistir a las clases deHoughton en unos das. Caba la posibilidad de que tuviese que quedarmeen la biblioteca hasta tarde alguna que otra noche.

    Me quedaba una ltima pregunta que formular:No pudo identificar al agresor?Nunca le vio la cara respondi Mimi concisamente.La piel de gallina se extendi hasta mi pecho. Celeste hubiera dicho

    que alguien estaba caminando sobre mi tumba. Cog en brazos al gato

    atigrado, Atila, y lo abrac, buscando la comodidad de su tibio pelaje.Indignado, se contone hasta librarse de mis brazos y se desliz hacia lapuerta de la cocina, pidiendo, maullido en boca, que Mimi lo dejara salir.

    Observ cmo Mimi echaba el doble pestillo de la puerta tras dejarsalir al gato.

    Aquel sencillo acto me revel la seriedad con la que Mimi se habatomado lo que ocurri en el campus de Houghton bajo la oscuridad definales de verano. En todos los aos que haba visitado a Mimi, era incapazde recordar una sola casa en Knolls que cerrase sus puertas con llave.

    Nos pasamos media noche hablando. Durante todos esos aos deseparacin nos habamos llamado y escrito fielmente, pero ni siquiera una

    - 18 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    19/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    comunicacin tan asidua como la nuestra le poda hacer sombra al cara acaa.

    Mimi reaviv el tema de la marcha de Richard. Decid que, si bienestaba sinceramente dolida, su orgullo era lo que ms haba sufrido. Ellasiempre haba sido quien dejaba, no quien era dejada, aunque tuviese que

    pelearse con uas y dientes para ser la primera en marcharse.Y, naturalmente, yo reaviv mi mortificacin por ser una cara vieja

    tras tantos aos bajo el foco de atencin. Aunque nunca fui lo que se diceuna top model, disfrut de mi porcin de portadas en las revistas.

    Al menos unas cuantas, vaya.La segunda novela que haba conseguido pergear con mano

    temblorosa haba recibido una larga carta de rechazo de una editorial.Mientras le explicaba a Mimi la buena seal que era eso y ella seemocionaba por tal rechazo, me di cuenta de cunto la haba necesitado.

    La noche era fresca, cortesa de una leve brisa que meta las cortinashacia dentro. La buena mano de Mimi haba dispuesto mis muebles portodo el amplio (para la escala neoyorquina) saln. Me haba cedido eldormitorio del piso bajo, tal como le haba pedido. Estaba junto al pasillo,discurriendo desde el saln hasta la cocina.

    La de Celeste no era tanto una mansin como una amplia casafamiliar. Todas las habitaciones eran grandes, con los tpicos techos altos.Cuando Mimi coment que dentro de pocas semanas sera necesarioencender la calefaccin, las dos pensamos en las respectivas facturas eintercambiamos muecas de abatimiento.

    Mimi bostez, arrug un paquete de tabaco vaco y lo lanz a lapapelera. Mao, la siamesa, intercept el paquete con una rapidsima pata

    y empez a juguetear con ella entre mis alfombras. Me di cuenta,satisfecha, que tenan un aspecto precioso en contraste con el suelo demadera.

    Quieres que te hable de Cully? pregunt Mimi.Supongo que no mantuve la mirada cuidadosamente fija en Mao

    . Rachel ha consentido vivir en la vieja y pequea Knolls?La mujer de Cully tena unas fuertes y extraas convicciones acerca

    del sur y las ciudades pequeas. Rachel es de Nueva York. Los vi un parde veces cuando fueron a visitar a la familia de ella.

    l y Rachel acaban de divorciarse tambin. La ltima generacin delos Houghton no parecen tener una buena media de bateado cuando se

    trata de conservar el matrimonio.As que Cully se haba divorciado. Me mord la lengua para evitar

    preguntar por qu no me lo haba dicho antes. Pero haba otras preguntasque no poda reprimir.

    Por qu ha vuelto Cully? No vivan en Memphis? Qu pas?S, viva en Memphis, pero ha vuelto para lamerse las heridas, igual

    que yo. La diferencia es que yo tengo tantas que no he podido salir deKnolls Mimi ri sin entusiasmo. No hay nada como vivir en una ciudadcon una universidad, una calle y una biblioteca con tu nombre. Cada vezque tengas una crisis de identidad, basta con volverte y ver tu nombre. Al

    menos el nombre genrico.Le lanc otro cigarrillo cuando mir alrededor en busca de otro

    - 19 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    20/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    paquete a su alcance. Lo cogi con la misma gracilidad que Mao. Mimisiempre ha sido hbil y rpida. Es de complexin menuda, tez oscura ycon un pelo negro que luce como la melena de un len. Aquella nochepareca frgil y lcida, envuelta en un caftn de brillantes estampados.Nunca le han asustado los colores fuertes.

    Y en cuanto a lo que pas, para responder a tu segunda pregunta(o era la tercera?), mi teora acerca de Rachel es que slo estabarealizando un estudio antropolgico sobre las costumbres tribales sureas.Cuando tuvo suficiente material, le dio a Cully el finiquito. De todasformas, nunca comprend ese matrimonio. Claro que tambin tengo unateora al respecto. Creo que Cully buscaba lo contrario que nuestra madreMimi entorn los ojos entre el humo del cigarrillo y pellizc el aire parapuntualizar su agudeza.

    Explcate.Oh, bueno. Madre sigue siendo guapa, resueltamente poco

    intelectual, comprometida con sus dotes sociales, y es todo loconvencional que se puede ser. Su religin consiste en ser corts. Rachelera corriente, por decirlo en una palabra. Se haba metido de lleno encosas como La dialctica del sexo. Y su idea de una elegante anfitrionaera echarle vino a la salsa de los espaguetis.

    Me re. No pude evitarlo. Esos aspavientos suyos eran marca denuestra intimidad. Siempre jur que nadie ms seguira siendo su amigadespus de escuchar lo desagradable que poda llegar a ser.

    Lo que Cully no lleg a ver dijo, arrastrada por el flujo de suspropias teoras es que ambas son unas zorras.

    Debera darte vergenza llamar eso a tu madre dije sin

    demasiada conviccin, aunque mi boca estaba crispada.Mimi trat de parecer avergonzada. En lo que respectaba a su madre,era como una veleta. Podan darse treguas, a veces duraban meses,durante las cuales ambas pensaban igual y se llevaban bastante bien;pero la potencial explosin era inevitable, siempre que la activista queanidaba en Mimi tomaba las riendas. La guerra nunca llegaba a serabierta, sino ms bien una emocionante variedad de guerrilla.

    Por cierto dijo ella, ms sobria, la universidad ha contratado aCully como orientador de los estudiantes, y se est preparando paraejercer por lo privado. No me llames nepotista, o al menos no lo hagasdemasiado alto, vale? Dos semanas largas antes de que Cully decidiera

    que quera dejar Memphis, nuestro ltimo orientador sufri unosrepentinos problemas de salud y nos comunic que tena que retirarse.

    Estaba inmersa en mis propios pensamientos.Quiz Cully piense que soy como tu madre, y por eso siempre me

    ha ignorado aventur.Cmo no se me habr ocurrido antes? Apuesto a que es eso.

    Puedo ver una semejanza estrictamente superficial. Mira a don psiclogo,incapaz de verlo por s mismo. Y henos aqu, dos analistas aficionadas,descubriendo todo el pastel en apenas unos segundos. Eres preciosa, ytodo el mundo tiene la idea de que las modelos son unas bobas. Y te

    criaron para tener dotes sociales, aunque es posible que las hayas perdidoen el norte, no lo s Mimi me lanz una mirada aviesa. Es muy posible

    - 20 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    21/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    que as sea cogi a Mao y la acarici detrs de las orejas. Atila, quehaba vuelto, mir con ojos incendiados esa muestra de favoritismo desdedetrs de unas macetas.

    Creo que has tenido esa idea de Cully durante todos estos aosporque se muestra diferente delante de ti.

    Es verdad, Mimi, amiga ma dije pesadamente, que tu hermanosiempre se ha mostrado diferente en mi presencia.

    Mientras otros chicos llegaban a extremos absurdos para toparseaccidentalmente conmigo, cuando otros hombres llamabansistemticamente a todos los dormitorios de Miss Beacham hastaencontrarme, cuando, por lo general, se comportaban como idiotasdelante de m, Cully permaneca resueltamente inmune a La Cara. Peoran (aunque menos sorprendente) era su consiguiente falta de inters enlo que yaciera bajo esa cara.

    As que tena una misin desde los catorce aos. Consista en queCully Houghton no me ignorara. Dado que por lo general soy una personasaludable, ese dolor derivado del filo de mi vanidad haba amainado en losltimos aos. Haba reconocido que era algo infantil. Pero el dolor no habadesaparecido del todo. Acababa de descubrir y empezaba a aprender amanejar mi poder cuando conoc a Cully Houghton. El haba sido mi primer(y durante mucho tiempo el nico) fracaso.

    Ms poder para ti, si sigues atrada dijo Mimi de repente.Necesita a alguien. Lo intent de veras con Rachel. Sencillamente, nofuncion.

    Recuerdas la expresin de Rachel cuando acud a la cena deensayo con ese vestido? pregunt.

    An le das vueltas a eso? salt Mimi, incrdula. Pero si hacesiglos de aquello.Eso lo puedes decir t. Nunca has estado en el extremo receptor de

    la glida cortesa.Han cambiado muchas cosas desde entonces dijo Mimi

    fastuosamente. Y ser mejor que nos vayamos a la cama. Tienes unacita con la orientadora de tu facultad a las once y media. Brbara. DoctoraBrbara Tucker para ti, mera estudiante.

    Orientadora de la facultad?Has perdido la prctica. Ella ser tu consejera. Te ayudar con los

    horarios, dar aprobacin a tus asignaturas, etctera. Te he colado en la

    admisin, pero tendrs que escoger tus asignaturas y tus horarios, y, paramaana, Brbara sabr cuntas horas de Elbridge te convalidan.

    Mimi, era necesario que me metieses en la universidad concalzador? saba que Mimi poda hacer que me admitieran a tiempo, perome preocupaba que su favoritismo provocara una antipata hacia m.

    No, tonta. Tenas buenas notas, muy buenas. Deja de preocupartetanto! Ha habido una cada en picado de las solicitudes de admisin, asque haba espacio de sobra para ti. Incluso a pesar de esa cada, noquedan dormitorios o espacios de aparcamiento libres (llevan aosocupados). Y como tampoco es que los necesites, prcticamente me

    rogaron. Brbara te caer bien. A m me gusta. Ya lleva unos aos aqu, yha encajado a las mil maravillas. Acaban de hacerla fija. Por cierto

    - 21 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    22/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    aadi Mimi delicadamente, cuando estaba a medio camino de mihabitacin, tendrs que pagar las tasas esta semana. Cmo vas dedinero?

    Soy una mujer de provecho le dije con firmeza. No creas quenado en dinero. Tengo presentes los gastos de la casa, por supuesto.

    Maana tendremos que sentarnos a planificarlo.Creo que tienes un ventilador coment secamente.Mir hacia abajo para ver a Atila sentado delante de m, sus enormes

    ojos verdes fijos en mi cara con una mirada tranquila. Cuando el gran gatoestuvo seguro de que miraba, se revolc sobre el suelo para mostrar suamplia panza color crema mientras ronroneaba.

    No te sorprendas si esta noche tienes compaa me advirti Mimi. Ha dormido en tu cama desde que la instal.

    Mir a Mao mientras se haca un ovillo en el regazo de Mimi. Era unagata elegante, de fina complexin, grcil y de pura raza. Mir de nuevo alenorme y leonado Atila, que reflejaba un brillo de burla en los ojos altiempo que una expresin general de autosatisfaccin. Como no meinclin a acariciar la extensin de su panza, se volvi a poner de pie yempez a frotarse contra mis piernas. Esperaba que no hubiese ningnsignificado poco halageo en la preferencia del gato.

    Pero, antes de meterme en la cama con el gato, le dije al espejo queDios los cra y ellos se juntan.

    Permanec tumbada y despierta durante un tiempo, reflexionandosobre mi buena suerte. Justo antes de zarpar en sueos, tuve un ltimopensamiento por la pobre Heidi Edmonds. Ni siquiera poda recordar lacara de la mujer muerta sobre la acera en Nueva York. Se me perda en la

    enorme ciudad. Pero en la pequea Knolls, no poda olvidar la tragedia deuna chica que nunca haba conocido.Lanc al ter un mudo deseo por su recuperacin y bienestar, acarici

    somnolientamente a Atila tras las orejas y me qued dormida con la manoan posada sobre el ancho lomo del gato.

    * * ** * *

    - 22 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    23/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    Captulo 3Siempre lament que la casa de Celeste no diera al campus, cuyos

    cuidados jardines conformaban un fabuloso paisaje; pero estaba a un parde manzanas de la esquina suroeste de la universidad.

    Para mi primer viaje al campus tom prestado el coche de Mimi. Noquera llegar a mi cita empapada de sudor. Deb figurarme que el pocofamiliar entorno me pondra ms nerviosa al volante de lo que ya estaba.Fui con el labio inferior mordido hasta que me adentr en la seguridad dela avenida principal de la universidad. El campus era tan impresionante

    como lo recordaba: verde y acogedor, si acaso algo desgastado a esasalturas de finales del verano.Ech una mirada para examinar el mapa del campus que llevaba

    extendido sobre el asiento del copiloto y verificar la ubicacin deldepartamento de Ingls. Las instalaciones universitarias estaban vacas yen silencio; la utpica calma que precede la tormenta de estudiantes deprimero acudiendo a sus citas de orientacin. Vi algn que otro cocheestacionado, as que algunos miembros del personal deban de estar enalguna parte. Sin embargo, las nicas almas visibles eran las de losempleados de las instalaciones.

    Dej el Chevrolet de cualquier manera en el primer hueco que

    encontr. Haba andado tres metros cuando, despus de una segundarevisin del mapa, me di cuenta de que poda haber aparcado mucho mscerca del edificio de Ingls. Dud por un momento, pero finalmente no mepareci que valiera la pena volver a coger el coche. Al menos, siempremereca la pena visitar los jardines. Me encog de hombros hacia mmisma y emprend la marcha por el camino de cemento.

    Los jardines de Houghton eran bastante famosos. Cuando elbisabuelo de Mimi fund la universidad, los plant como una combinacinde servicio pblico y atraccin turstica. Las rosas y las camelias en florsiempre eran material comn de la publicidad de Houghton. No costabacomprender por qu aquel lugar era tan popular para las bodas al airelibre. El camino que estaba recorriendo conduca al centro de los jardinesy desembocaba a un lado de la biblioteca, cruzndose con otros caminos.

    Las hojas estaban polvorientas, pero exuberantes, y el csped estabacortado para adquirir la textura de una alfombra. Los lirios estaban enplena floracin, sus tonos naranja en brillante contraste con el verdeoscuro. Era muy agradable contemplar tanta vida vegetal despus deNueva York. Me inclin para deslizar el dedo ligeramente sobre la curva deun ptalo. Sent una sensacin de agradecido relajo en lo ms profundo demi ser. Conoca el nombre de casi todas las plantas; mi madre haba sidouna vida jardinera antes de darse a la bebida.

    Me di cuenta de la cantidad de veces que Mimi y yo habamosrecorrido esos jardines cuando ramos adolescentes, fingiendo que

    - 23 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    24/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    ramos universitarias. Al menos esa parte del sueo de Mimi se habahecho realidad, a pesar de ser desafortunada en otros terrenos. Ahora metocaba a m. Una autntica alumna de Houghton. Qu jvenes me iban aparecer mis compaeras.

    Pensando en las jvenes caras que pronto me rodearan, record que

    nunca podra conocer a una de sus estudiantes: Heidi Edmonds,archivadora, cuya aventura haba terminado con una violacin y el regresoa casa, derrotada. Mientras coga la curva y acababa frente a frente con labiblioteca, ca en la cuenta de que estaba en el mismo camino donde lahaban asaltado. Me volv para contemplar las camelias, el camino, y bufante mi propia estupidez. Pero me pareci que tal agona debi dejar atrsalguna seal que la recordara. Slo poda ver el perezoso encanto de los jardines y apenas el zumbido de una abeja revoloteando cerca de loslirios. De alguna manera, aquello era ms inquietante de lo que hubierasido una placa conmemorativa.

    Para beneficio de la abeja, supongo, mir el reloj y aliger el paso.Las inmensas puertas de doble hoja, situadas en el centro del piso

    bajo, daban a un claustro central abovedado, fresco y muy oscuro encomparacin con la luminosidad del exterior. Mientras oteaba la penumbracon ojos entornados en busca de algn rastro de las escaleras queconducan a la planta superior, me pregunt si el arquitecto que diseHoughton haba recorrido algunos monasterios medievales antes derecibir el encargo.

    Unos pasillos llevaban a derecha e izquierda; estaban vacos. Al cabode un registro infructuoso, me puse absurdamente nerviosa. Dndedemonios se haban escondido las escaleras? No iba a lograr impresionar a

    la doctora Brbara Tucker si me presentaba tarde. Di unos pasos detanteo al frente, mirando de lado a lado. Mis tacones de maderaprovocaban golpeteos que resonaban sobre el suelo de piedra. Aparte deeso, el edificio estaba sumido en un absoluto silencio.

    Para mi sincera incredulidad, una de las enigmticas puertas delcorredor que se extenda a mi derecha se abri. Sali un hombre y seencamin en mi direccin (me haba dispuesto a pedirle ayuda si sehubiese dirigido en la direccin contraria). A medida que se acercaba, vique rondaba los treinta y ocho. Una incipiente barriga se anticipaba a suspies y tena la coronilla desnuda enmarcada por un pelo rubio rizado.

    Disculpe dije, con voz ms alta de lo que pretenda.

    l dio un respingo y yo me sent abochornada.Puedo ayudarla? pregunt educadamente, tras localizarme en la

    penumbra.Va a pensar que soy tonta, pero es que soy incapaz de encontrar

    las escaleras di un respingo. Sonrea tontamente. Haca aos que no medaba por ah.

    El se ri y se acerc ms. Pude ver una nariz patricia y la levesugerencia de un doble mentn. Me prescrib mentalmente dejar losdulces y la fcula durante unos meses.

    Creo que el arquitecto quera mantener oculto algo tan mundano

    como las escaleras dijo. Me llamo Theo Cochran, soy el gerente. No sesienta tonta. Suelo indicar dnde estn las escaleras a una media de

    - 24 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    25/140

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    26/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    pero supongo que podra haberlo deducido sin su ayuda.Tena que dejarle claro que no era ninguna diletante.Fui modelo dije cuidadosamente. Ahora espero ser una

    licenciada en Filologa Inglesa.Bien, pues hoy le pondremos en el camino que lleva al ttulo dijo

    Brbara Tucker enrgicamente. Extrajo mi expediente de una atestadabandeja metlica. Cul es su objetivo? Quiere ensear?

    Respir hondo y me lanc a la piscina.No, quiero ser escritora dije, incapaz de evitar poner una mueca

    de infravaloracin.Barbara se recompuso y adquiri un aire pensativo. No me pregunt

    cmo pensaba comer y pagar mis facturas con el errtico sueldo de unescritor; y no se mof. Volvi a esbozar una repentina sonrisa.

    Ser usted la Don Quijote del departamento de Ingls dijo.Empecemos.

    Durante cuarenta y cinco minutos repasamos las horas que habaacumulado en mi primera incursin universitaria e hicimos una lista de lasasignaturas que quera y las que eran necesarias para licenciarme (no separecan demasiado). Finalmente dimos con un horario que me pareciasequible.

    Pero mantuve presente que llevaba ms de seis aos alejada de larutina acadmica. Mientras Brbara firmaba los formularios, lanc unsuspiro de alivio y aprehensin.

    Sin duda ser usted una incorporacin de lo ms interesante a lacomunidad estudiantil coment alegremente.

    Hay ms estudiantes mayores en Houghton? pregunt.

    No demasiados, pero tendr compaa, descuide. Y los quetenemos, casi siempre se licencian antes que los ms jvenes. Parecentener ms claro por qu estn en la universidad.

    Aquello resultaba alentador. Volv a preguntarme cmo me sentirarodeada de tanta gente de diecinueve aos.

    Seguro que ser la madre de todos ellos dije tristemente.Brbara grit de alegra.Crame, Nickie jade. Nadie va a pensar que es usted la madre

    de nadie.Por qu tanta algaraba? pregunt una voz a mi espalda. Di un

    respingo y me gir sobre la silla para mirar.

    Un hombre asomaba la cabeza por el hueco que dejaba la puertamedio abierta. Pareca sentirse profundamente ridculo.

    Lo siento, Brbara, no saba que estuvieras acompaada sedisculp.

    Pasa, Stan. Te presento a la nueva incorporacin de segundo cursoy medio invit Brbara.

    El hombre sonri un poco avergonzado y entr en el despacho. Eraalgo mayor que ella, que rondaba los cuarenta y cinco. Su impoluta barbamarrn estaba sal-picada de interesantes canas y su cara estaba surcadade arrugas. Se las haba arreglado para parecer ms cmodo en su piel.

    Mientras Brbara haca las presentaciones (su nombre completo eradoctor Stanley Haskell), tuve la firme impresin de que los dos eran

    - 26 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    27/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    pareja. Compartan el desenfado derivado de la intimidad y el prolongadoconocimiento mutuo; y a ella no pareci molestarle lo ms mnimo que losojos de Stan se me pegaran como la cola.

    Era evidente que iban a almorzar juntos. Me apresur a agradecerle aBrbara su tiempo y recog mis papeles. Dado que el doctor Haskell iba a

    ser mi profesor sobre Chaucer(los lunes, mircoles y viernes a las ocho dela maana), me desped hasta el inicio de sus clases y emprend lamarcha, mis tacones resonando de nuevo sobre los peldaos.

    Mientras sacaba cuidadosamente el Chevrolet del aparcamiento, vi alos dos profesores de Ingls parados en un semforo en la periferia delcampus. Se estaban riendo. El sol brillaba. Sonre estpidamente. Ah, elamor!

    El estrecho camino privado de Mimi conduca a la parte trasera de lacasa, donde se ensanchaba, permitiendo dar la vuelta; pero ella me pidique dejara el coche delante, ya que tena intencin de usarlo. Aparqu alotro lado de la calle, frente a la casa. El jardn se extenda cuesta arribadesde la acera, as que tuve que ascender sus escaleras y luego las delamplio porche que cea tres de los lados de la casa.

    Jadeando levemente por la subida y el calor, sudando como unacerda, abr la puerta delantera con la estpida sonrisa an prendida a laboca Y all estaba Cully.

    Volv a tener catorce aos. Un chico alto, delgado, de pelo moreno, unaltivo veterano del instituto, se desliz en la silla frente a la ma, en elcomedor de Houghton. Unos ojos color avellana me escrutaron y medesestimaron.

    Este es Cully, el hermano de Mimi haba dicho Elaine Houghton,

    orgullosa. Mimi tuvo que darme una patada porque me haba quedadoboquiabierta como una idiota. Me sent repentinamente enferma, afligidapor el primer amor; y esos ojos marrn claro con pequeas motas verdesse mostraron profundamente fros cuando se posaron en m

    Mimi no estaba en el saln para darme una patada, as que lo hice yomisma (mentalmente, por supuesto). Los ojos de Cully eran igual de frosque entonces, aunque el resto haba cambiado un poco. An era muy altoy demasiado delgado, pero las canas ya haban hecho acto de presenciaen su pelo negro y luca un bigote. Algunas arrugas asomaban por elrabillo de los ojos. Sus pmulos y nariz arqueada sobresalan de formaalgo ms marcada; los parntesis de la nariz a la boca ms profundos.

    Hola, Nickie dijo esa boca tranquilamente.Hola dije, y dej caer mi cuaderno sobre el sof. Dnde est

    Mimi? todo encanto y gracia, sa soy yo.Est con Alicia Merritt en la cocina, planificando una fiesta.Alicia! Qu fiesta?La tuya dijo, y se relaj lo suficiente para esbozar una tenue

    sonrisa.Eso s que era interesante. Cully haba estado muy tenso.Mimi acaba de decidir que quiere celebrar tu llegada y dar una

    fiesta para inaugurar la casa al mismo tiempo prosigui.

    Permanecimos sumidos en un incmodo silencio durante un instante.Por cierto dud durante un torpe momento. Yo me qued

    - 27 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    28/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    mirndole. Cully siempre saba lo que quera decir. Estoy seguro de quevuelves aqu centrada en tus planes, pero me alegro de que ests devuelta en la ciudad y te hayas mudado con Mimi concluy.

    Y seguramente no para bien de mis ojos bellos.El bofetn y la pincelada, o la pincelada y el bofetn. Desde que nos

    conocimos, Cully nunca me haba dicho nada de forma directa. Estoyseguro de que has vuelto a Knolls por tus propias razones, indudables yegostas, pero tambin me alegra que es lo que mi hermana quera ynecesitaba.

    Lo que s poda decir de Cully es que siempre ador a Mimi, y elsentimiento era mutuo. Ahora, decid, Cully pareca derivar hacia algo.Pero no tena intencin de morder el anzuelo.

    Las cosas entre los dos jams fueron fciles.Yo tambin me alegro dije concisamente. Bueno, cundo y

    dnde se celebrar la fiesta?El viernes por la noche, aqu. Me encargar de las bebidas.Me alegro dije sinceramente. Mimi no haba mezclado una bebida

    decente en toda su vida. Entonces, mi mente se embal. Faltaban dos daspara el viernes. Algunas de las cajas de nuestra mudanza an estabanrepartidas por la casa. Empezaba a necesitar confeccionar una lista de lascosas pendientes de hacer, as que me dio por hurgar en el bolso en buscade un lpiz y un bloc.

    Escucha, mientras estamos solos empez a decir Cully,monopolizando toda mi atencin.

    S? fij mis ojos en los suyos. Eso suele asustar o encender a loshombres. Uno de mis fotgrafos, uno romntico, me dijo una vez que mis

    ojos eran como palos, un cumplido que me haba complacidosobremanera, por supuesto. Justo cuando una pequea voz en mi interior empez a protestar

    porque haba prometido no volver a emplear mi cara como cebo (voz queno dud en silenciar).

    Cully prosigui:Quiero que cuides de Mimi.Volv al mundo real de golpe.En confianza, te dir algo pero se interrumpi en cuanto Alicia

    Merritt y Mimi irrumpieron en el saln. Tuve que saltar, gritar de alegra y abrazar a Alicia tal como

    establecen los cnones. Si hubiera hecho menos, ella habra pensado queno me alegraba de verla. Resultaba refrescante comprobar que no habacambiado. Su acento era uno de los ms marcados que jams habaescuchado. Su voz rezumaba aromas de magnolia y melaza. Cuando dijocario mo, son a cualquier cosa menos a eso. Agarr de los brazos ami antigua compaera de escuela para escrutarla de arriba abajo.

    Ests estupenda, Alicia dije sinceramente.Su pelo corto luca ms dorado de lo que Dios lo haba hecho, y ms

    rizado; pero su figura segua siendo la misma, tentadora como unmelocotn maduro. Alicia tena la expresin feliz y los modales seguros de

    quien nunca se reprime un impulso; alguien llena de impulsos positivos,vamos.

    - 28 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    29/140

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    30/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    Llmame si necesitas alguna ayuda, Mimi, me oyes?De repente se haba marchado, dejndonos a todos atontados, como

    si acabase de pasar un tornado.No ha cambiado dijo Mimi, con una sonrisa a caballo entre la

    admiracin y el lamento.

    Asent.Qu es todo esto de una fiesta?Oh, slo vendrn algunas personas que conociste cuando estuvimos

    juntas, y algunas de la universidad dijo lisamente.Cmo toda la Facultad de Ingls? pregunt, suspicaz.No te preocupes! Slo aqullos que conozco y que me caen bien.

    No trato de hacerle la pelota a nadie por ti.Oh, vale dije, albergando an algunas dudas. Cundo va a ser

    eso? Qu tipo de fiesta?Empieza a las ocho, y a tenor de la lista del bar, va a ser un pulso

    de borrachos intervino Cully. Escucha, Mimi, ests segura de que estodo lo que necesitas de la tienda?

    Era una lista que no haba podido confeccionar yo. La oje contristeza. Entonces me di cuenta de que Cully iba a hacemos las compras, ysent una sacudida de asombro. No era capaz de imaginarme a CullyHoughton haciendo algo tan tedioso y universal como llevar un carro de lacompra por un supermercado. Pens que quiz haba estado idealizandoun poco en exceso a Cully durante todos esos aos.

    Segura dijo Mimi con firmeza. Escucha, seguro que tienes lalista del bar?

    Justo aqu extrajo el borde de otra lista del bolsillo del pantaln

    para demostrrselo.Bien. Gracias, Cully. Eso nos ahorrar tiempo. Tenemos queempezar a limpiar esta casa y hay un montn de cosas que necesitamosque lleves al depsito de basuras a partir de maana.

    Crees que ser necesario que le pida prestada la ranchera aCharlie?

    Buena idea. Psate por su oficina y pregntale si la va a necesitar.Normalmente, slo la usa los fines de semana.

    Haba algo en la forma en la que Mimi se atusaba el peloCharles? pregunt cuando Cully se hubo marchado.Lo conocers en la fiesta. Lo conozco de toda la vida dijo Mimi

    despreocupadamente.Ya, claro. Oh, oh. All vamos de nuevo.Pero me jur que no dira nada. Mimi siempre era espinosa en las

    primeras etapas de una relacin. Hay algunos lmites que ni siquiera (oespecialmente) una mejor amiga debera cruzar. En el pasado, habamolestado a Mimi con mis crticas acerca de los hombres que elega, antesde ganar algo de sabidura. Por esa razn Mimi se mostraba tan reservadaconmigo.

    Mantuve el suspiro en la recmara hasta llegar al cuarto de bao. Lolanc hacia el espejo, como si estuviese ensayando un gesto de

    exasperacin para pantomima. Ya veremos a ese Charles, me dijesombramente mientras me pona mis viejos pantalones cortos y la

    - 30 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    31/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    camiseta con las manchas de pintura. Resrvate las opiniones, Nickie.Mimi tena un gusto excelente para la ropa, los muebles, las joyas y

    (por supuesto) los amigos, pero estaba ms perdida que un esquimal en eldesierto en cuanto a gusto masculino se refera. El primer marido almenos haba sido inofensivo. Mimi se haba cansado sencillamente de

    rellenar neveras con hielo y cerveza para los viajes de pesca y de losgritos de exagerada alegra en las fiestas de la hermandad. Richard habasido ms peligroso; un supuesto pintor agotado que viva de la paga que ledaban sus padres, que supongo que se lo podran permitir. Pero ltampoco era de los que alguna vez se repriman un impulso, y los suyos, adiferencia de los de Alicia Merritt, eran bastante desagradables. Hubootros con los que no lleg a casarse, por supuesto. Los que mejorrecordaba eran el cadete que le haba dibujado el deslumbrante futuro dela esposa de un oficial del ejrcito y el capullo futura estrella del rock quequera tener un hijo (con Mimi) y llamarlo Acidstar.

    Al menos la aprehensin derivada de la ltima eleccin de Mimi habasofocado mi curiosidad acerca de lo que Cully haba estado a punto dedecirme antes de que Alicia y Mimi entraran en el saln. Estabaconvencida de que, fuese lo que fuese, sera algo desagradable.

    * * ** * *

    Durante el resto de ese da y el grueso de los dos siguientes, no tuvetiempo de pensar ms que en Comet, Future y Glass Plus.

    Despus de desmontar y volver a componer la cocina, volvimosnuestra atencin hacia el alargado saln, que se extenda a lo largo detoda la fachada de la casa, del mismo modo que lo haca la cocina pordetrs.

    Mimi haba dejado provisionalmente mi pesado escritorio y las cajasde libros en el comedor vaco que haba cruzando el pasillo desde mihabitacin, pero el saln estaba tan escasamente amueblado que tuvimosque volver a sacarlo todo para rellenar un rincn. Mis dos sofas y las sillas,que haban llenado prcticamente mi apartamento de Nueva York, seantojaban como un archipilago dispuesto junto a la chimenea, a laderecha del saln. Desesperadas, arrastramos desde arriba un par de

    sillas y una mesa de Mimi que conjuntaban bastante bien con mis cosas. Elresultado era pasable.

    Entonces Cully empez a llevar cajas y dems trastos de la mudanza,y nos pusimos a cocinar.

    Por supuesto, Atila y Mao se pusieron como locos en medio de tantaagitacin. Apenas haban tenido tiempo para aclimatarse a la mudanza deMimi. Los gatos pasaban a toda prisa entre nuestras piernas, saltaban delos rincones menos esperados y se quedaban encerrados en armariosdurante espacios de tiempo indeterminados. El jueves por la noche,cuando llam a ambos para cenar y slo apareci Atila, Mimi salt de lasilla como si hubiese recibido un calambre y subi las escaleras a todaprisa. Regres al cabo de un momento, la nariz roja con incipientes

    - 31 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    32/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    lgrimas, apretando a Mao contra su pecho.Recuerdo que la ltima vez que la vi, se haba quedado dormida en

    el cajn de mi ropa interior, y lo siguiente es que apart la colada y cerrel cajn sin siquiera pensarlo explic con voz temblorosa. Oh, Dios,podra haberse asfixiado!

    Para la inmensa indignacin de Atila, Mao recibi una chuchera extraesa noche. Mao acept su flirteo con la muerte de una forma bastanteplcida. De hecho, cuando le pregunt a Mimi si la gata se haba mostradonerviosa cuando abri el cajn, Mimi me dijo de forma bastante seca queMao an segua dormida.

    Cully fue de gran ayuda, lo cual, junto a las compras que hizo, mesorprendi en buena medida, hasta que me di cuenta de que l tampocome haba visto nunca levantar un dedo para hacer algo prctico. Cuandol y Rachel se dejaban caer por mi apartamento en las raras ocasiones enque visitaban a la familia de ella en Nueva York, siempre lo tena todoimpoluto con horas de antelacin.

    Me ofrec para ir hasta los contenedores de basura con Cully elviernes por la maana, ya que la carga era especialmente pesada. Memont en la ranchera que el misterioso Charles (cuyo apellido descubrque era Seward, de profesin abogado) haba prestado tanobsequiosamente. Haca aos que no me montaba en una. Me sent muyen casa.

    Deberamos tener unas cervezas en la mano y poner algo decountry en la radio le dije a Cully, mientras atravesbamos el camino sinpavimentar que llevaba hasta el vertedero del condado. Era agradablesalir de la trrida cocina.

    Es divertido admiti Cully cautelosamente. Cambiaba las marchascon cierto aire de macho que me haca cosquillas. Tena la sensacin deque, si hubiese estado solo, habra ido pegando acelerones, fingiendo serun cruce entre Mario Andretti y el vaquero de Marlboro.

    Cuando llegamos al vertedero y Cully baj el portn trasero, empeca transportar bolsas de basura con tremenda elegancia.

    sa es la que tiene toda la basura de los gatos y los cristales rotosprotest cuando agarr el nudo de la ltima bolsa.

    Le dediqu una mirada de desdn. Adems de ser Cully hombre, ysureo, le gustaba salir a correr, y no encajaba muy bien las exhibicionesde fuerza superior. Te fastidias, Cully! Soy alta y hago ejercicio todos los

    das (bueno, casi todos), y yo no tena la menor intencin de ejercer dejarrn.

    Mi entrenamiento en el control de los msculos faciales me vino deperlas. Consegu sacar la bolsa de la ranchera y dejarla sobre la pila debasura con exquisito gusto, pero me alegr de que Cully se encargara decerrar el portn. Eso me dio un momento para volver a saltar al interior dela ranchera y gozar de un maravilloso instante para aliviar mi angustia conalgunas imprecaciones tpicas de mi tierra.

    Lanc algunas perlas ms cuando descubr que estaba sangrando. Uncristal roto debi de atravesar la bolsa y mi piel. Pensaba que el corte era

    leve, pero, como toda herida en la mano, sangraba profusamente, y nohaba manera de estar segura. Cuando Cully se subi al vehculo, puede

    - 32 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    33/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    que tuviera una sombra de sonrisa en la cara, pero se esfum(afortunadamente para l) cuando vio la sangre.

    Charles tiene un botiqun en la guantera, ya que se lleva laranchera cuando sale de caza extendi el brazo por encima de m,rozndome la rodilla, y sac el botiqun.

    Estaba tan enfadada como avergonzada.No es ms que un rasguo dije entre dientes apretados.Cully ya estaba sacando la gasa del botiqun. Tir de mi brazo, como

    si no estuviese sujeto a un cuerpo. Limpi cuidadosamente la herida con lagasa hasta empaparla de sangre. Me mir de soslayo una vez, pero sumirada rebot en la ma y la devolvi inmediatamente a la herida.

    Result que Cully era un experto curando heridas. Era un rasgo idealpara un psiclogo, o un hermano, o un amigo del alma; pero resultabaterriblemente desalentador en un objeto del deseo. Si fui capaz desobrevivir a un feo accidente de coche, me conjur, quiz pudierareponerme a un beso.

    Qu empezaste a decirme el da que estaba Alicia en casa? lepregunt, aunque slo fuese para recordarle que estaba al otro extremodel brazo.

    Oh estaba absurdamente absorto en el pequeo corte. Sac unatirita y arranc esas irritantes cintas de papel que protegen la superficieadhesiva. Slo quera que te aseguraras de tener cuidado por lasnoches, y que cuidases en general de Mimi.

    Frunc el ceo.A lo mejor peco de torpe, pero por qu?Bueno, ha pasado por mucho ltimamente; lo de la abuela, Richard

    y todo eso.Mimi era tan frgil como un muelle. Aunque puede que Cully no loviese de esa manera; despus de todo, era su amado y nico hermano.Seguro que haba muchas cosas que se me escapaban, me dijesabiamente, y frunc los labios hasta que Cully se dio cuenta.

    Qu demonios haces?Hay algo que no me cuentas repliqu.Se envar y adquiri un aire pensativo. Me pregunt si podra

    recuperar mi brazo, ya que resultaba evidente que se no iba a ser uno deesos electrizantes momentos cinematogrficos en los que el hroe cederepentinamente a la pasin tras tocar a la chica, generalmente cuando

    sta est desmontando. No tena un caballo del que desmontar; lo mejorque pude hacer fue hacerme un corte en la mano.

    No decidi Cully en voz alta. Volvi a centrarse en mi corte, aplicmeticulosamente la tirita y me devolvi el brazo.

    No, qu? inquir. Me dolan los msculos a causa del peso de labolsa de basura, el corte empez a palpitar y tena como unas setenta ycinco cosas que hacer antes de echarme la necesaria siesta previa a lafiesta.

    No era importante, da igual dijo Cully, y arranc la ranchera.Estbamos a mitad de camino de casa cuando me volv a l y le dije

    con toda honestidad:Cully Houghton, eres una de las personas ms irritantes y

    - 33 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    34/140

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    35/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    necesitara el consejo, tras mi inolvidable torpeza esttica, aos atrs.Ahora buscaba en mi armario, nerviosa, deslizando percha tras

    percha a lo largo de la barra en busca de algo del todo apropiado.Entonces ca en lo ridculo de mi ansiedad. Record algunas de las fiestasa las que haba acudido en Nueva York. Algunas (no muchas, pero s

    algunas) provocaron que se escribiera y se hablara de ellas durante aos.Por desgracia, mis antiguos potenciadores del ego (famosos con los

    que haba bebido, fiestas clebres a las que haba asistido, hombresatractivos con los que haba salido) no parecan valer un centavo de vueltaen casa. Hubiesen tenido el mismo valor que una distincin social en laluna. Me di luz verde para ponerme nerviosa. Tena todas las razones,habidas y por haber, para estarlo.

    Finalmente me decid por un vestido que mezclaba tonos azules yverdes, y que me cubra el pecho suficientemente sin por ello hacermeparecer una monjita. Me lo puse y prepar todo lo dems. Luego, me girfrente al espejo para mirarlo por encima del hombro. Mi espalda,parcialmente desnuda, me revel que el bronceado an me aguantababastante bien.

    Genial! aplaudi Mimi desde el umbral. Vesta completamente derojo y estaba extremadamente elegante. Avanz, se puso a mi lado yempez a dar vueltas para ver nuestro reflejo en el espejo. A lo largo denuestra amistad, que ya duraba trece aos, habamos contempladomuchos espejos juntas. Ese reflejo me gustaba ms que cualquier otro quehubiera podido ver.

    Formbamos el mismo contraste de siempre Mimi bajita ymorena, yo alta y rubia. Faltaba algo de arrogancia en la forma de su

    pose y la postura de su cabeza; los divorcios la haban limado. Parte delpoder que me confera mi cara tambin se me haba desprendido. Mimi yano era tan alocada y voluntariosa. Tampoco era tan confiada. Yo estabamenos a la defensiva; y ya tena claro que nunca conquistara el mundo.

    No s qu pas por la cabeza de Mimi durante ese largo instante.Puede que sus pensamientos fuesen por los mismos derroteros que losmos. Pero, de alguna manera, estaba convencida de que nos vio tal comofuimos, no como ramos.

    Me rode la cintura con el brazo y se arrim a m. Luego, me soltpara recogerme el pelo sobre los hombros y arreglrmelo como ellaconsider mejor.

    Que empiece la fiesta dijo enrgicamente.Parpade, y el momento se haba desvanecido.

    - 35 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    36/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    Captulo 4Las fiestas en Knolls solan empezar (y acabar) antes de lo que yo

    estaba acostumbrada. A eso de las ocho y media, tuve la sensacin deque la mitad de la poblacin de la ciudad atestaba la casa de Mimi. Almenos toda la poblacin blanca; algunas cosas no haban cambiadodurante mis aos de ausencia.

    Aparte del color uniforme de la piel, nuestros invitados conformabanuna estrecha gama de la sociedad de Knolls. Haba amigas de Mimi con losmaridos a cuestas, mujeres a las que recordaba vagamente, la mayora de

    ellas alucinadas ante la expectativa de una noche sin los hijos. Habamucha gente de la universidad. Conoc al cobarde presidente, JeffSimmons, y lo hall encantador. Tena una preciosa melena del color deltrigo por la que no pocas mujeres hubieran sacrificado su microondas. Ytambin haba gente que no tena nada que ver con la universidad o elcrculo social inmediato, a las que Mimi simplemente conoca y le caanbien. Lugareas bien acicaladas e independientes.

    An no haba tenido ocasin de ver a los padres de Mimi, por lo queme alegr al verlos cruzar la puerta. La lustrosa y morena Elaine seguasiendo una de las mujeres ms atractivas que haba conocido. Me sostuvoen un cuidadoso abrazo y me dio un beso, mejilla con mejilla, mientras me

    bombardeaba con preguntas que me llevaran una semana responder. Ytampoco es que Elaine quisiera quedarse a escuchar si lo hiciera. Llevabaun precioso vestido que mostraba gran parte de su an joven escote. SiElaine suscriba el decreto de Mimi, sin duda la gente que acudi esanoche deba de conocerla bastante bien.

    Don, el marido de Elaine, no andaba lejos de ella, como decostumbre. Abrac al seor Houghton con bastante ms entusiasmo.Siempre me haba cado bien, una simpata compuesta, a partes iguales,de lstima y agradecimiento por su amabilidad. Estaba convencida de queestar casado con Elaine no era nada fcil, y a veces pensaba que tampocodeba de ser fcil ser el padre de Cully y Mimi. En situaciones sociales, Donsiempre estaba a la sombra de su familia. Pero aun as mantena su pesoespecfico: Don saba hacer dinero, y se mostraba tmidamente orgullosopor ello, como descubr aos atrs.

    Cmo est el hombre con un dedo en cada tarta? pregunt conpoca seriedad.

    El seor Houghton pareca divertido y azorado al mismo tiempo, comoun gran osito de peluche. Haba perdido algo de pelo y ganado algo depeso desde la ltima boda de Mimi, pero su rostro an se libraba de lopeor de las arrugas y segua dando brincos cuando caminaba.

    Bueno, no me puedo quejar admiti, con orgullo.

    Llev al seor Houghton hasta el bar, donde Cully prepar unaginebra con tnica a su padre. Se estrecharon la mano con una extraa

    - 36 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    37/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    formalidad, pero parecan alegrarse de verse.En qu ests metido ahora? le pregunt en un susurro.Bueno, Nickie empez Don, lentamente, tomando un sorbo de su

    copa, me he comprado un restaurante.Cul? seguro se trataba de un secreto. Adems, al ser dueo de

    una compaa aseguradora, Don tambin era socio de muchos negociosde Knolls.

    Don me susurr el nombre. Lo reconoc como uno de los pocosbuenos restaurantes de la ciudad.

    Sers diablo le dije con una sonrisa. No falta mucho para que teapropies de toda la ciudad.

    A Don le encantaban ese tipo de charlas; sonri como un cro de doceaos que llevase una rana en el bolsillo.

    Charlamos durante un buen rato, y al principio lo disfrutgenuinamente. Pero, como de costumbre, Don (bendito sea) empez aaburrirme al cabo de un momento. Me sorprend mirandomelanclicamente a invitados con los que no haba tenido la ocasin decharlar.

    Mimi acudi a mi rescate como un torbellino rojo.Pap! Deja que Nickie hable con los dems. Puedes invitarla a

    comer cuando quieras, y entonces podrs marearla con los viejos tiempos.Por all anda Jeff Simmons. Ser mejor que vayas a decirle que Houghtonnecesita ms seguridad, despus del horrible episodio de este verano!

    Su padre se dirigi, obediente, hacia Jeff Simmons, su rostro cada vezms resuelto ante las expectativas de negocio.

    Siempre has sido la favorita de mi padre me dijo Mimi mientras

    tiraba de m. Aquello me agradaba, por supuesto; el seor Houghtontambin haba sido siempre mi favorito. Pero esa noche, mientrashablbamos, capt cierto brillo en su mirada que no resultaba del todoacogedor.

    Me encog de hombros. En fin, a Don siempre le haban gustado lasmujeres. Siempre se jactaba del aspecto de Elaine, como si l fueraresponsable de su atractivo.

    Mimi me present a la canosa seora Harbison, nuestra vecina de allado, quien me asegur de inmediato que slo iba a estar un rato. Elrato de la seora Harbison se estir hasta los veinte minutos, mientras mepoma al da acerca de su viudedad. Su casa era tan grande como la

    nuestra. Me pregunt cmo se las arreglara esa mujer sola. Lo descubrmientras escuchaba. La seora Harbison tena poco tiempo libre. Seencargaba del jardn, mantena la casa en orden, confeccionabaconservas, bordaba, jugaba al mahjong y era miembro activo de la iglesia.Y se tom bastantes molestias para averiguar de qu iglesia era yo.

    Haba pasado tanto tiempo desde la ltima vez que alguien mepreguntara eso, que apenas supe qu decir. Haba olvidado que sa erauna de las primeras preguntas que siempre se hacen en el sur. Recordque una vez fui episcopalista. Suspir de alivio cuando la seora Harbisonresult ser baptista. No poda enrolarme en ninguna de sus organizaciones

    eclesisticas, y la verdad es que qued algo decepcionada por ello. Paradesazn ma, me dijo que se asegurara de decirle a una misteriosa seora

    - 37 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    38/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    Percy que estaba en la ciudad. Supuse que la seora Percy era elequivalente episcopalista de la seora Harbison, y me estremec de arribaabajo. Las seoras con la cabeza puesta en la iglesia son tanincontestables como la gravedad.

    Finalmente, la seora Harbison me liber. Me abr paso hasta el bar

    improvisado, que estaba a cargo de Cully. Habamos tomado prestadosdos caballetes, les habamos puesto unas tablas encima y lo habamoscubierto todo con un mantel, ahora tristemente manchado con cola ybourbon derramados.

    Te queda algo de Blue Nun? pregunt.Marchando dijo Cully, y me puso una copa. Me mir, algo

    dubitativo, y pens que estara acordndose de esa cena de ensayo, allpor la noche de los tiempos, cuando me pas con la bebida. Le mirdirectamente a los ojos y puse una sonrisa que antao cost una buenasuma por hora. Durante un gratificante instante pareci aturdido. Deciddejarlo cuando la situacin an pintaba as de bien.

    Hasta luego dije alegremente, y me contone entre la gente paraunirme a Brbara Tucker y Stan Haskell, que estaban junto a la repisa dela chimenea. Estaban de pie, muy juntos y solos. Tenan el aspecto de unpar de ovejas tmidas. Era obviamente mi deber, como coanfitriona,animar este rincn de la fiesta.

    Grit a Stan y a Brbara por encima del ruido reinante en la estanciay consegu reavivarlos. Pronto, otro profesor de Houghton se dej caer yempez a emitir una cuidada valoracin del director de su departamento.Mi mirada pareca estar atenta, pero mi mente no estaba all. Escuchaba lafiesta zumbar a m alrededor. Era mi primera fiesta surea en aos, y

    empec a notar una diferencia. Las voces eran tan bulliciosas como lasgargantas secas. Por supuesto, esas voces tenan una cadencia distinta ensu gran mayora; algunos de los empleados de Houghton, del norte y elmedio oeste, daban variedad a la mezcla. Pero muchos de los temas deconversacin que llegaban a mis odos eran los mismos (el presidente, laeconoma, los hijos, las personalidades).

    Pero haba una diferencia. Finalmente supe cul era. Muchas de laspersonas que conoc en Nueva York ya estaban all o iban de camino; unaciudad en la que destacar significaba hacerlo en todo el mundo.

    Por increble que pareciera, todas esas personas presentes en lapequea fiesta de Knolls, Tennessee, parecan ms seguras de s mismas.

    Tenan un lugar propio, y por Dios que lo conocan. Con la excepcin de laspersonas importadas va la universidad, la gente que llenaba el saln deMimi estaba interrelacionada, emparejada y era interdependiente. Y, conalguna rara excepcin, seran aceptados en el lugar donde nacieron,independientemente de lo que hicieran o dejaran de hacer.

    Eso tena ventajas y desventajas, como cualquier otra condicin dada.Pero esa noche, en medio del xito de la fiesta y la tibieza del regreso acasa, esa seguridad se me antojaba casi divina. En esa sociedad sentauna increble seguridad, incomparable a la de ningn otro sitio en el quehubiera estado. Volv a hundirme en ella, como si fuese un mullido sof.

    De vuelta al rebao. Ya no tena necesidad de demostrar lo que vala. Milucha en Nueva York pareca ridcula bajo esa luz.

    - 38 -

  • 8/6/2019 Charlaine Harris - La Rabia Oculta

    39/140

    CHARLAINE HARRIS LARABIAOCULTA

    En ese momento Brbara me grit algo al odo y di un respingo. Noera capaz de entender lo que me estaba diciendo, pero o lo suficientepara decirle que se le estaba pegando el acento del sur. Ella se ri tanostentosamente que no me cupo duda de que estada disfrutando del licor.Estaba sonrojada debido al calor de tantos cuerpos juntos y una buena

    dosis de bourbon. Stan, su amante chauceriano, pareca levementeabochornado por la ruidosa alegra de Brbara, pero pareca que estabarecuperando el terreno, copa a copa. Puede que ms tarde esa nochetuviera ocasin de ver cmo el tmido Stan Haskell se soltaba la melena.Menuda perspectiva.

    En ese momento, estaba gesticulando exageradamente hacia alguienque haba tras mi hombro izquierdo. Me volv para ver de quin se trataba.Mi salvador en el claustro del edificio de Ingls y Administracin avanzabahacia nuestro pequeo grupo.

    Nickie Callahan, Theo Cochran nos present Brbara. Nickie,Theo es nuestro gerente en Houghton.

    Le di la bienvenida con una sonrisa.Ya nos conocimos. En la oscuridad le dije a Brbara, quien volvi

    a estallar en risas descontroladas.Theo sonri y me salud con un gesto de la cabeza y luego estir el

    cuello hacia Brbara. Estaba bastante guapo esa noche, con ese estilosuyo de senador romano bien alimentado.

    Enhorabuena, Brbara, por el cargo! dijo. No te haba vistodesde que me enter.

    Gracias, lo estoy celebrando! Dnde est tu mujer?Theo apunt hacia el rincn ms alejado de la estancia. Su mujer

    pareca una persona de aspecto inteligente, con un vestido que hubieraprovocado el vmito de cualquier diseador.Cmo est Nell? pregunt Brbara. Deb de poner cara de no

    enterarme de nada. Stan se inclin hacia m y me dijo al odo que Nell erala hija de Theo. Asent. Una inflexin en la voz de Brbara indicaba que setrataba de un tema delicado, as que desembriagu mi expresinconforme a las exigencias del momento.

    Progresa bien, como esperbamos le dijo