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| Viernes 14 de septiembre de 2012 espectáculos | 3 Veinte años rockeando entre nosotros “Habíamos viajado muchas horas y sólo queríamos descansar –sigue con el recuerdo el líder de los Ho- sen–. Me fui a dormir la siesta y, al rato, escucho que me golpean la puerta. «Vamos, tienes que bajar para la conferencia». Como te ima- ginarás, esa conferencia nunca se hizo. A las 8 fuimos a la prueba de sonido y a las 10 el lugar aún estaba vacío. El promotor nos dijo que nos quedáramos tranquilos, que ya iba a caer la gente, pero a las 12 el lugar seguía vacío. «Fuck, hicimos un via- je larguísimo y no hay nadie», nos dijimos. Estábamos muy decep- cionados. Al rato la gente empezó a llegar y nosotros creo que salimos a tocar a eso de las 4 de la mañana. Cuando terminamos eran como las 6. Salimos a la calle a las 7, ya era de día y ahí entendimos que esta ciu- dad nunca duerme.” –Lo que se dice un gran debut. –Sí, y recuerdo muchos momentos memorables como ése. El show en River, con Ramones; el de la aveni- da Santa Fe, desde un balcón, y la noche que Iggy Pop vino a saludar- nos, en Dr Jeckyll. –¿Y el show en La Rosa? –¡Sí! La policía estaba como loca, afuera hubo unas peleas y mucha gente pasó la noche en la comisa- ría. Fue muy duro, a los 20 minutos de haber empezado a tocar, la poli- cía pretendía que paráramos. Con el show de mañana en Mal- vinas Argentinas serán 29 las pre- sentaciones de Die Toten Hosen en nuestro suelo. Eso los convierte en la banda extranjera que más tocó entre nosotros, desplazando a los Ramones al segundo lugar. “Estoy muy orgulloso. Además tuvimos la suerte de haber tocado con ellos en su despedida.” –¿Qué recordás del show en Ri- ver con Ramones? –Fue uno de los momentos más especiales de mi vida. The Ramo- nes eran unos héroes para mí y mis amigos. ¡Y también estaba Iggy Pop! Me impresionó el públi- co. No bien empezó el show, todo el estadio se puso a cantar «Ramo- oones», así, en castellano y eso me pareció fantástico. Fue extraño el contraste, la gente estaba excita- dísima y en el backstage a ellos se los veía un poco tristes porque era su despedida. –Solías treparte. Acá lo hiciste muchas veces y esa noche en Ri- ver no fue la excepción. ¿Cuán- do comenzó todo? –Es algo que surgió de manera espontánea, no estuvo planea- do. Se empezó a hacer costumbre que los fans subieran al escenario y, desde ahí, se tiraran al públi- co. Después se convirtió en una moda y las cosas se complica- ron en algunos shows. Tuvimos la desgracia de que una perso- na muriera frente al escenario, contra el vallado (en 1997, en su Düsseldorf natal y en el estadio de Fortuna, equipo de fútbol del cual son simpatizantes). Sufrimos una gran crisis y tomamos noción de la responsabilidad que teníamos frente a la audiencia. Los Hosen empezaron en 1982, sufrieron pocos cambios en su for- mación y editaron más de 20 discos. El último, Ballast Der Republik, es un buen ejemplo de la vigencia de esta banda que abrazó al punk más como actitud que como música. En la segunda mitad de la década pa- sada, DTH se tomó un par de años sabáticos y Campino aprovechó para dedicarse a la actuación. Es- tuvo bajo las órdenes de Klaus Ma- ria Brandauer en teatro y de Wim Wenders en cine. Suelen decir en broma que lo único que cambió en- tre sus comienzos y la actualidad es que antes eran estúpidos y lin- dos y que ahora son sólo estúpidos. Pero no es cierto. “Es todo acerca de la autenticidad. Ser honesto con uno mismo y con los demás es parte de nuestra esencia. Hoy soy un hombre de 50 años, no tengo 20 y no pretendo tenerlos. De jóvenes hicimos todo lo que teníamos que hacer, juntarnos con amigos, pasarla bien, expe- rimentar. Hicimos mucho ruido, alguno que otro escándalo, pero el tiempo pasó y me di cuenta de que éste no es un hobby, es mi pasión, es mi vida. Cuando es- cribo una letra, lo hago desde mi punto de vista actual. Ahora soy padre, mi vida cambió, y no voy a mantener esa postura de chico salvaje que a muchos les gusta- ría que mostrara. Ya pasó. Eso lo podés hacer uno, dos o tres años, pero si querés vivir una larga vi- da, no. Yo me tomo la vida como si estuviera los 7 días de la semana de vacaciones.ß Viene de tapa casi locales. La banda alemana Die Toten Hosen celebrará mañana sus dos décadas de shows en la Argentina Campino, el martes en el teatro Vorterix Mañana actuarán en el Malvinas, pero el verdadero festejo de los Te- ten Hosen, y sobre todo de los fans porteños, fue el del martes pasado, cuando tocaron, a exactos 20 años de su primer show en suelo argenti- no, en una fecha agregada a último momento, en el teatro Vorterix. Con casi treinta temas y todos sus particulares y rockeros rituales, la banda volvió a sellar este vínculo particular que tiene con los argenti- nos. Campino saltó y cantó; repartió cervezas y se zambulló varias veces entre la gente; roció con agua al pú- blico y a sí mismo e invitó a dos fans a que subieran al escenario para su- marse a la banda, primero en voz, luego en guitarra. Hubo cantito de cumpleaños, de- claraciones de amor y una versión punk de “Mi Buenos Aires querido”; volvieron a reverenciar a Los Viola- dores con “Uno, dos, ultraviolento” y sumaron “Días como estos”, el te- ma en español de su nuevo disco. Y estuvieron los clásicos de siempre –“Bonnie & Clyde”, “Hier kommt Alex”, “Wünsch Dir Was” o “Para- dies”– y los también clásicos covers de Clash o Ramones. Y volvieron a dejar en claro por qué dejó estela aquel show de 1992, cuando menos de quinientas perso- nas vimos, en el Halley que funcio- naba en Corrientes al 2000, a una banda que entregaba todo sobre el escenario; una banda que no se guar- daba nada para después, aunque no fuera tan tarde como recuerda Cam- pino.ßAdriana Franco Un festejo a la altura de su historia y su leyenda El martes, en Vorterix, la banda cumplió con todos sus rituales Foto: segismundo trivero/rolling stone Die Toten Hosen Ballast Der Republik Mañana, a las 19 Malvinas Argentinas, Gutenberg 350 Entradas, $ 120 (plateas de pie)

Campino - La Nacion 2/2

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20 años a pura actitud - 14/09/2012

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Page 1: Campino - La Nacion 2/2

| Viernes 14 de septiembre de 2012 espectáculos | 3

Veinte años rockeando entre nosotros

“Habíamos viajado muchas horas y sólo queríamos descansar –sigue con el recuerdo el líder de los Ho-sen–. Me fui a dormir la siesta y, al rato, escucho que me golpean la puerta. «Vamos, tienes que bajar para la conferencia». Como te ima-ginarás, esa conferencia nunca se hizo. A las 8 fuimos a la prueba de sonido y a las 10 el lugar aún estaba vacío. El promotor nos dijo que nos quedáramos tranquilos, que ya iba a caer la gente, pero a las 12 el lugar seguía vacío. «Fuck, hicimos un via-je larguísimo y no hay nadie», nos dijimos. Estábamos muy decep-cionados. Al rato la gente empezó a llegar y nosotros creo que salimos a tocar a eso de las 4 de la mañana. Cuando terminamos eran como las 6. Salimos a la calle a las 7, ya era de día y ahí entendimos que esta ciu-dad nunca duerme.”–Lo que se dice un gran debut.–Sí, y recuerdo muchos momentos memorables como ése. El show en River, con Ramones; el de la aveni-da Santa Fe, desde un balcón, y la noche que Iggy Pop vino a saludar-nos, en Dr Jeckyll.–¿Y el show en La Rosa?–¡Sí! La policía estaba como loca, afuera hubo unas peleas y mucha gente pasó la noche en la comisa-ría. Fue muy duro, a los 20 minutos de haber empezado a tocar, la poli-cía pretendía que paráramos.

Con el show de mañana en Mal-vinas Argentinas serán 29 las pre-sentaciones de Die Toten Hosen en nuestro suelo. Eso los convierte en la banda extranjera que más tocó entre nosotros, desplazando a los Ramones al segundo lugar. “Estoy muy orgulloso. Además tuvimos la suerte de haber tocado con ellos en su despedida.” –¿Qué recordás del show en Ri-ver con Ramones?–Fue uno de los momentos más especiales de mi vida. The Ramo-nes eran unos héroes para mí y mis amigos. ¡Y también estaba Iggy Pop! Me impresionó el públi-co. No bien empezó el show, todo el estadio se puso a cantar «Ramo-oones», así, en castellano y eso me pareció fantástico. Fue extraño el contraste, la gente estaba excita-

dísima y en el backstage a ellos se los veía un poco tristes porque era su despedida.–Solías treparte. Acá lo hiciste muchas veces y esa noche en Ri-ver no fue la excepción. ¿Cuán-do comenzó todo?–Es algo que surgió de manera espontánea, no estuvo planea-do. Se empezó a hacer costumbre que los fans subieran al escenario y, desde ahí, se tiraran al públi-co. Después se convirtió en una moda y las cosas se complica-ron en algunos shows. Tuvimos la desgracia de que una perso-na muriera frente al escenario, contra el vallado (en 1997, en su Düsseldorf natal y en el estadio de Fortuna, equipo de fútbol del cual son simpatizantes). Sufrimos una gran crisis y tomamos noción de la responsabilidad que teníamos frente a la audiencia.

Los Hosen empezaron en 1982, sufrieron pocos cambios en su for-mación y editaron más de 20 discos. El último, Ballast Der Republik, es un buen ejemplo de la vigencia de esta banda que abrazó al punk más como actitud que como música. En la segunda mitad de la década pa-sada, DTH se tomó un par de años sabáticos y Campino aprovechó para dedicarse a la actuación. Es-tuvo bajo las órdenes de Klaus Ma-ria Brandauer en teatro y de Wim Wenders en cine. Suelen decir en broma que lo único que cambió en-tre sus comienzos y la actualidad es que antes eran estúpidos y lin-dos y que ahora son sólo estúpidos. Pero no es cierto. “Es todo acerca de la autenticidad. Ser honesto con uno mismo y con los demás es parte de nuestra esencia. Hoy soy un hombre de 50 años, no tengo 20 y no pretendo tenerlos. De jóvenes hicimos todo lo que teníamos que hacer, juntarnos con amigos, pasarla bien, expe-rimentar. Hicimos mucho ruido, alguno que otro escándalo, pero el tiempo pasó y me di cuenta de que éste no es un hobby, es mi pasión, es mi vida. Cuando es-cribo una letra, lo hago desde mi punto de vista actual. Ahora soy padre, mi vida cambió, y no voy a mantener esa postura de chico salvaje que a muchos les gusta-ría que mostrara. Ya pasó. Eso lo podés hacer uno, dos o tres años, pero si querés vivir una larga vi-da, no. Yo me tomo la vida como si estuviera los 7 días de la semana de vacaciones.ß

Viene de tapa

casi locales. La banda alemana Die Toten Hosen celebrará mañana sus dos décadas de shows en la Argentina

Campino, el martes en el teatro Vorterix

Mañana actuarán en el Malvinas, pero el verdadero festejo de los Te-ten Hosen, y sobre todo de los fans porteños, fue el del martes pasado, cuando tocaron, a exactos 20 años de su primer show en suelo argenti-no, en una fecha agregada a último momento, en el teatro Vorterix.

Con casi treinta temas y todos sus particulares y rockeros rituales, la banda volvió a sellar este vínculo particular que tiene con los argenti-nos. Campino saltó y cantó; repartió cervezas y se zambulló varias veces entre la gente; roció con agua al pú-blico y a sí mismo e invitó a dos fans a que subieran al escenario para su-marse a la banda, primero en voz, luego en guitarra.

Hubo cantito de cumpleaños, de-claraciones de amor y una versión punk de “Mi Buenos Aires querido”; volvieron a reverenciar a Los Viola-dores con “Uno, dos, ultraviolento” y sumaron “Días como estos”, el te-ma en español de su nuevo disco. Y estuvieron los clásicos de siempre –“Bonnie & Clyde”, “Hier kommt Alex”, “Wünsch Dir Was” o “Para-dies”– y los también clásicos covers de Clash o Ramones.

Y volvieron a dejar en claro por qué dejó estela aquel show de 1992, cuando menos de quinientas perso-nas vimos, en el Halley que funcio-naba en Corrientes al 2000, a una banda que entregaba todo sobre el escenario; una banda que no se guar-daba nada para después, aunque no fuera tan tarde como recuerda Cam-pino.ßAdriana Franco

Un festejo a la altura de su historia y su leyendaEl martes, en Vorterix, la banda cumplió con todos sus rituales

Foto: segismundo trivero/rolling stone

Die Toten HosenBallast Der RepublikMañana, a las 19Malvinas Argentinas, Gutenberg 350Entradas, $ 120 (plateas de pie)