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Para reflexionar: El ilusionismo de las estadísticas del comercio internacional Tradicionalmente se venía considerando que un aumento del comercio internacional, por ejemplo en las cifras de exportación, era un síntoma de mejora de la economía y un posible aumento en la riqueza de un país. Hoy no es necesariamente así. Pueden tratarse de cifras de ilusionista que engañen al auditorio en la dirección deseada por algunos políticos. O simplemente, nos llevan a conclusiones completamente equivocadas La fragmentación internacional de la producción como corolario de la globalización económica, ya de por sí, hace difícil aplicar el criterio del origen de una mercancía si adicionamos, además, algunos elementos que están en profunda evolución, como pueden ser el comercio inter empresas (en diferentes países), el de la exportación e importación de productos intermedios, fruto de las técnicas de subcontratación y outsourcing internacional, no tendremos menos que comenzar a establecer un marco de precaución respecto a las estadísticas tradicionales haciéndonos dudar de su validez para tomar decisiones. Quizás la frase que mejor describa la situación actual en el orden de las estadísticas de comercio internacional es la que hace ya bastantes años decía Hubert Escaith 1 , “What you see is not what you get” 2 , dándonos reflexiones interesantes sobre la medición de exportaciones tanto en productos como servicios. El desarrollo de las cadenas de valor global, y su correspondiente fragmentación productiva ha desplazado buena parte de la producción de los países industrializados a las economías emergentes quienes, por tanto, producen así productos intermedios que se incorporan al producto acabado para ser de nuevo exportado. En definitiva, una doble contabilización. Todo ello nos lleva a entender que el sistema de valoración tradicional basado en los registros de aduanas puede distorsionar la relevancia de los flujos intermedios. La diferencia entre el valor agregado de exportación y 1 Hubert ESCAITH, es Jefe Estadístico, en la División de Investigación Económica y Estadísticas de la OMC. 2 Globalization and trade flows: what you see is not what you get! - Staff Working Paper ERSD-2010-12, World Trade Organization - Economic Research and Statistics Division, 2010 Nro. 19, Febrero de 2015 Las cifras del comercio exterior boliviano En los últimos años se ha verificado un importante crecimiento del comercio exterior boliviano. Las exportaciones se han multiplicado por más de ocho veces en en un período de 11 años (2002-2013) al pasar de 1.300 millones de dólares a 12.200, según el INE, con una tasa de crecimiento anual del 22%. Las importaciones por su parte también se han incrementado sustancialmente reduciendo en los últimos años el saldo de la balanza comercial general. Sin embargo, y tal como se previó hace varias gestiones, la calidad de las exportaciones es aún precaria en términos generales pues el porcentaje de las exportaciones tradicionales o si queremos llamarlas más apropiadamente extractivas se ha incrementado sustancialmente mientras que la participación relativa de las exportaciones manufactureras se ha reducido hasta alcanzar menos del 20% del total exportado. Si hablamos de valor agregado, inclusive las no tradicionales se verían mermadas, pero ese análisis no se ha efectuado aún en nuestro país. Recordemos que la industria nacional es altamente dependiente de insumos y materias primas importadas.

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Para reflexionar:

El ilusionismo de las estadísticas del

comercio internacional

Tradicionalmente se venía considerando que un aumento del

comercio internacional, por ejemplo en las cifras de exportación, era

un síntoma de mejora de la economía y un posible aumento en la riqueza

de un país. Hoy no es necesariamente así. Pueden tratarse de cifras de

ilusionista que engañen al auditorio en la dirección deseada por algunos

políticos. O simplemente, nos llevan a conclusiones completamente

equivocadas

La fragmentación internacional de la producción como corolario de la

globalización económica, ya de por sí, hace difícil aplicar el criterio del

origen de una mercancía si adicionamos, además, algunos elementos que

están en profunda evolución, como pueden ser el comercio inter

empresas (en diferentes países), el de la exportación e importación de

productos intermedios, fruto de las técnicas de subcontratación y

outsourcing internacional, no tendremos menos que comenzar a establecer

un marco de precaución respecto a las estadísticas tradicionales

haciéndonos dudar de su validez para tomar decisiones.

Quizás la frase que mejor describa la situación actual en el orden de las

estadísticas de comercio internacional es la que hace ya bastantes años

decía Hubert Escaith1, “What you see is not what you get”2, dándonos

reflexiones interesantes sobre la medición de exportaciones tanto en

productos como servicios.

El desarrollo de las cadenas de valor global, y su correspondiente

fragmentación productiva ha desplazado buena parte de la producción de

los países industrializados a las economías emergentes quienes, por tanto,

producen así productos intermedios que se incorporan al producto acabado

para ser de nuevo exportado. En definitiva, una doble contabilización.

Todo ello nos lleva a entender que el sistema de valoración tradicional

basado en los registros de aduanas puede distorsionar la relevancia de los

flujos intermedios. La diferencia entre el valor agregado de exportación y

1 Hubert ESCAITH, es Jefe Estadístico, en la División de Investigación Económica y Estadísticas de la OMC. 2 Globalization and trade flows: what you see is not what you get! - Staff Working Paper ERSD-2010-12,

World Trade Organization - Economic Research and Statistics Division, 2010

Nro. 19, Febrero de 2015

Las cifras del comercio exterior

boliviano

En los últimos años se ha verificado un

importante crecimiento del comercio

exterior boliviano.

Las exportaciones se han multiplicado

por más de ocho veces en en un período

de 11 años (2002-2013) al pasar de 1.300

millones de dólares a 12.200, según el

INE, con una tasa de crecimiento anual

del 22%. Las importaciones por su parte

también se han incrementado

sustancialmente reduciendo en los

últimos años el saldo de la balanza

comercial general.

Sin embargo, y tal como se previó hace

varias gestiones, la calidad de las

exportaciones es aún precaria en términos

generales pues el porcentaje de las

exportaciones tradicionales o si queremos

llamarlas más apropiadamente

extractivas se ha incrementado

sustancialmente mientras que la

participación relativa de las

exportaciones manufactureras se ha

reducido hasta alcanzar menos del 20%

del total exportado.

Si hablamos de valor agregado, inclusive

las no tradicionales se verían mermadas,

pero ese análisis no se ha efectuado aún

en nuestro país. Recordemos que la

industria nacional es altamente

dependiente de insumos y materias

primas importadas.

las cifras de exportación total, que se denomina ratio VAX3, ha disminuido en no menos de 10 puntos en el

período 1995 – 2010.

Si quisiéramos mencionar aquellos aspectos que influyen en crear esta “ilusión de realidad” podríamos

mencionar no menos de cuatro:

Operaciones de productos intermedios (fragmentación productiva). Esto incluye operaciones especiales

como las maquilas, o las operaciones hechas en zonas EPZ (Export Processing Zones).

Operaciones inter-firma típicas de las multinacionales (offshoring cautivo). La distribución de trabajo en

el marco de la empresa multinacional entre sus diferentes filiales puede hacer que fácilmente se aumente

el número de movimientos y el importe de las transacciones intermedias entre los países en los que las

filiales productivas estén situadas.

Precios de transferencia, especialmente en multinacionales, ya que, en función de consideraciones fiscales,

el valor de lo exportado puede fluctuar por razones e intereses financieros de las empresas participantes.

El fluctuante concepto del “origen del producto”, intentando entender cuál es el momento de partida de

un producto antes del cual se decide que se verifican los aportes en términos de subcontratación, y a partir

del cual ese aporte se define como un acabado o un complemento.

Si a ello añadimos el carácter elusivo de los servicios a la hora de ser contabilizados y medidos y que, sin

embargo, cada vez más suponen una aportación en la creación de valor de los bienes exportados, podemos

tener la seguridad de que tenemos un problema de no fácil resolución.

Todo ello nos lleva a reforzar la idea de que cualquier análisis económico que quiera obtenerse sobre el

comercio exterior no puede basarse en las cifras de negocio bruto de exportaciones, sino en la cifra de valor

añadido valor agregado de las exportaciones, es decir, deduciendo de la cifra de exportación los ingredientes

que hubieran sido necesarios para su producción.

Este problema es especialmente visible cuando en los análisis recientes sobre la cadena de valor global se

quiere establecer un análisis de los beneficios de cada uno de los países que intervienen en dicha cadena y ello

es labor imposible desde los sistemas tradicionales.

Es por ello que la teoría económica está trabajando cada vez más el potencial de las tablas input-output

elaboradas por la Organización Mundial de Comercio y la OCDE en la que se corrigen las estadísticas brutas

de Comercio Exterior y se sustituyen por el contenido de valor añadido de sus exportaciones midiendo así el

valor agregado doméstico que crea el comercio exterior.

En cualquier caso, la transición del sistema tradicional a un sistema nuevo no es sencilla ni universalmente

admitida. De momento lo que nos sirve es la prudencia a la hora de valorar y decidir.

3 La razón de valor agregado adicionado a las exportaciones brutas. Permite realizar el seguimiento del valor desde la fuente, país/ sector al país de destino, donde

se absorbe en la demanda final. Introducido y usado por Johnson y Noguera (2012) para indicar (inversamente) la “intensidad de la producción compartida”.