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BESTIARIOS DEL NUEVO MUNDO: MARAVILLAS DE DIOS O ENGENDROS DEL DEMONIO Maria Jos^ RODILLA LE6N Universidad Aur6noma Merropolitana-Izrapalapa. Mexico BIBLID [0213-2370 (2007) 23-1; 195-2051 Los bestiarios del Nuevo Mundo forman parte de lo maravilloso medieval que los conquistadores, cronistas, misionerosy viajeros aprendieron de las autoridades cldsicasy medievalesy nos legaron en sus crdnicas, relaciones, relatos de viajes y expediciones. Gonzalo Ferndndez de Oviedo, Pedro Cieza de Ledny Pedro Orddnez de Ceballos se presentan en este articulo con sus apreciaciones de los animaies de las nuevas tierras, que oscilan entre criaturas con cualidades maravillosas, poderes curativos..., y utiles como alimentosy vestimenta, pero tambiinpueden ser monstruos, idolosy engendros diabdlicos. New Worlds bestiaries belong to the Medieval category of the wonderful, which conquistadores, chroniclers, missionaries and travelers learnedfrom Classical and Medieval authorities. This cate- gory was then transmitted through their chronicles, relations, travel narratives and accounts of expeditions. Gonzalo Fernandez de Oviedo, Pedro Cieza de Ledn and Pedro Orddnez de Ceballos are presented in this article as well as their appreciations about the animals found in the new lands, some of which are creatures with wonderful qualities, healing powers, and a potential to be usedfor food or dress, just as others can be monsters, idols or diabolical misfts. EL ESPEJISMO DE AMERICA EMPIEZA en los Diarios de Col6n o en sus Cartas de Navegacidn, herederas ambas obras de los viajeros medievales. Col6n pens6 que en el delra del Orinoco estaba el parai'so terrenal y encontr6 una de las islas fabulosas de las que se hablaba en su dempo, la Antilla, prototipo del parai'so, que se haci'a invisible a los navegantes y apareci'a en cartas de marear medievales al oesre de las Canarias y de las Azores, y cuyo recuerdo se perpetu6 en el Caribe. Duranre los siglos siguientes, de acuerdo con Weck- mann, los espanoles buscaron en el Nuevo Mundo la "confirmaci6n de la existencia de lo maravilloso" (28) que habian aprendido y lei'do en las autori- dades antiguas y medievales. Queri'an encontrar seres imaginarios como ama- zonas y gigantes, sirenas y grifos; el padre Tello afirmaba que en Tlala habi'a veintisiete gigantes con tres mujeres que para su dieta requeri'an de cuatro ,ninos asados y una fanega de mai'z diariamente. Estas historias formaban parte de la mentaiidad de los conquistadores y misioneros que alguna vez leyeron, en Juan de Mandavila, sobre animaies monstruosos y hombres con cola o con cabeza de perro, los cinocefalos, que quedaron esculpidos en la fuente del convento franciscano de Tepeaca; en las seivas amaz6nicas busca- RILCE23.1 (2007) 195-205

BESTIARIOS DEL NUEVO MUNDO. DE DIOS O DEL DEMONIO. RILCE 2007. MARIA JOSE RODILLA..pdf

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BESTIARIOS DEL NUEVO MUNDO: MARAVILLAS DE DIOSO ENGENDROS DEL DEMONIO

Maria Jos^ RODILLA LE6N

Universidad Aur6noma Merropolitana-Izrapalapa. Mexico

BIBLID [0213-2370 (2007) 23-1; 195-2051

Los bestiarios del Nuevo Mundo forman parte de lo maravilloso medieval que los conquistadores,cronistas, misionerosy viajeros aprendieron de las autoridades cldsicasy medievalesy nos legaron ensus crdnicas, relaciones, relatos de viajes y expediciones. Gonzalo Ferndndez de Oviedo, PedroCieza de Ledny Pedro Orddnez de Ceballos se presentan en este articulo con sus apreciaciones de losanimaies de las nuevas tierras, que oscilan entre criaturas con cualidades maravillosas, poderescurativos..., y utiles como alimentosy vestimenta, pero tambiinpueden ser monstruos, idolosyengendros diabdlicos.

New Worlds bestiaries belong to the Medieval category of the wonderful, which conquistadores,chroniclers, missionaries and travelers learned from Classical and Medieval authorities. This cate-gory was then transmitted through their chronicles, relations, travel narratives and accounts ofexpeditions. Gonzalo Fernandez de Oviedo, Pedro Cieza de Ledn and Pedro Orddnez de Ceballosare presented in this article as well as their appreciations about the animals found in the newlands, some of which are creatures with wonderful qualities, healing powers, and a potential to beused for food or dress, just as others can be monsters, idols or diabolical misfts.

EL ESPEJISMO DE AMERICA EMPIEZA en los Diarios de Col6n o en sus Cartasde Navegacidn, herederas ambas obras de los viajeros medievales. Col6npens6 que en el delra del Orinoco estaba el parai'so terrenal y encontr6 unade las islas fabulosas de las que se hablaba en su dempo, la Antilla, prototipodel parai'so, que se haci'a invisible a los navegantes y apareci'a en cartas demarear medievales al oesre de las Canarias y de las Azores, y cuyo recuerdo seperpetu6 en el Caribe. Duranre los siglos siguientes, de acuerdo con Weck-mann, los espanoles buscaron en el Nuevo Mundo la "confirmaci6n de laexistencia de lo maravilloso" (28) que habian aprendido y lei'do en las autori-dades antiguas y medievales. Queri'an encontrar seres imaginarios como ama-zonas y gigantes, sirenas y grifos; el padre Tello afirmaba que en Tlala habi'aveintisiete gigantes con tres mujeres que para su dieta requeri'an de cuatro

,ninos asados y una fanega de mai'z diariamente. Estas historias formabanparte de la mentaiidad de los conquistadores y misioneros que alguna vezleyeron, en Juan de Mandavila, sobre animaies monstruosos y hombres concola o con cabeza de perro, los cinocefalos, que quedaron esculpidos en lafuente del convento franciscano de Tepeaca; en las seivas amaz6nicas busca-

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ban a los de un solo pie, tan grande que les servi'a de sombrilla, y fray Marcosde Niza creyo ver rebafios de unicornios en Nuevo Mexico. Los confines dela Nueva Espana, las peninsulas de Yucatan y Baja California albergaron tam-bien gigantes y sirenas, segun algunos testimonios, e incluso al hombre sal-vaje de la imagineria medieval, de quien se deci'a que era un guardian de unpalacio de Merida, y que quedo escuipido en los capiteles de la fachada de laCasa de los Montejo, construida antes de 1559 (Weckmann).

Todos estos ejemplos que conforman lo maravilloso medieval, que losconquistadores, cronistas y misioneros aprendieron de las autoridades clasicasy medievales, se encuentran dispersos en crdnicas, relaciones y relatos deexpediciones, de los cuales pretendo rescatar una minima parte, los bestiariosdel Nuevo Mundo.

Por otro lado, no debemos olvidar la Biblia como fuente primordial paradar una explicacion a la existencia de los animaies de las nuevas tierras y a suorigen. Es inevitable para nuestros cronistas acudir al Genesis, al diluvio y ala propagacion de los animaies por todos los confines segiin el episodio delarea de Noe. Para Fernandez de Oviedo no solo los animaies sino tambien loshabitantes de estas latitudes son descendientes de las ocho personas que sesalvaron en el area. De la misma opinion es Jos^ de Acosta, quien reflexionasobre el origen de ciertas fieras como leones, osos y tigres,

que no siendo verisi'mil que por mar pasasen en lndias, pues pasar a nado el Ocdano esimposible, y embarcarlos consigo hombres, es Iocura; siguese que por alguna partedonde el un orbe se continua y avecina al otro, hayan penetrado, y poco a pocopoblado aquel Mundo Nuevo. Pues conforme a la divina escritura, todos estos anima-ies se salvaron en el area de Nod, y de alli se han propagado en el mundo. (279)

Pero en muchos casos ni la Biblia, ni las obras zoologicas de Arist6teles, ni laHistoria natural de Plinio, ni los monstruos de Mandavila fueron suficientespara clasificar a las nuevas criaturas de las lndias; de hecho, Fernandez deOviedo ya no se interesa por las historias extraordinarias que difundi6 Man-davila, que el califica de fabulas:

Desde alli fueron los espanoles a Gilon, isla donde entendieron que habi'a hombrescon orejas luengas, en tanta manera que les liegaban a las espaldas. Y maravillados deoi'r tal cosa, supieron por relaci6n de indios que no muy lejos de alli habia otra isla,donde no solamente tenian grandes orejas, pero tan excesivas que cuando les era nece-sario, con una sola oreja se cobrian todo el cuerpo. Pero como nuestros espafioles bus-caban la espe9ieria y no estas fabulas, siguieron su camino derecho a los Malucos.(1944, 164)

El exotismo de las nuevas tierras descubiertas rebasaba cualquier modelotanto de autores sagrados como de gentiles, ademas de proporcionar curiosi-

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dades a un lector avido de noticias americanas. Todo lo nuevo era objeto deadmiraci6n; asi, el tucan fue considerado como un ejemplar monstruoso porser su pico mas grande que todo el resto del cuerpo. Se hablaba de un pezextrano, el hoga, de coiores variados y del tamano de un ternero con bigotes,como un barbo, que se criaba "en la gran extensi6n del lago dulce, sobre elque esta edificada sobre pilares, como Venecia, la gran ciudad de Themisti-tan, en el reino de Mejico" (Pard 106).

La novedad tambidn suponi'a espanto y temor ante lo desconocido, losanimaies de las lndias se clasificaron no solo por su fisico, su pelaje, sus pro-piedades alimenticias o terapeuticas. Se vio en ellos la grandeza de Dios y desu creaci6n, pero tambien el poder del demonio en las nuevas tierras. Loscronistas y viajeros debatian para dar una explicaci6n coherente, casi siempremaniquea, al tratar de interpretar el mundo animal como maravillas de lacreaci6n de Dios o como engendros del diablo. Fernandez de Oviedo tienecomo prop6sito de escritura, explicito en el proiogo del Libro xii de su Histo-ria generaly natural de las lndias, dedicado a los animaies, "dar muchas gra-cias a Dios, si el letor no fuere descuidado; pues que el leer no ha de ser parael gusto de leer o entender cosas nuevas, sino para alabar y mejor conos(;er alCriador e causa de todas ellas" (1944, 61).

Los animaies del Nuevo Mundo, tanto imaginarios como reales, enmuchas ocasiones fueron codificados moralmente a la manera de los bestia-rios medievales por fraiies y cronistas. De ese grandioso legado que hoy cono-cemos como las cr6nicas de America, tomare solo tres ejemplos que consti-tuiran mi corpus para analizar la visi6n de los animaies y de los monstruosamericanos.

1. Gonzalo Ferndndez de Oviedo

El ya nombrado Gonzalo Fernandez de Oviedo, eminente cronista de lndiasy autor tan caro a nuestro homenajeado profesor Avalle-Arce, tanto en elSumario de la natural historia de las lndias (1526) como en la Historia General(1535), se nos presenta como un gran naturalista y creador de un autenticobestiario, que legitima en el proiogo del Sumario acudiendo a la autoridad dePlinio, en cuya historia, dirigida al emperador Vespasiano, tiene cabida loque oyo, Iey6 y vio como testigo. En su Historia General tambien se refiere aArist6teles, a Alberto Magno y a las Etimologias de san Isidoro, pero sobretodo se propone estabiecer un dialogo con Plinio, a quien dice que ayudara aescribir lo que €\ no supo que se hallari'a en esta parte occidental de las lndias,y con el protonotario Pedro Martir, para acusarlo de falso en varias ocasiones,

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rebatirlo, corregirio y, asi, desenganar a los lectores de las opiniones de susDecadas, porque "no pudo desde tan lejos escrebir estas cosas tan al propiocomo son e la materia lo requiere; e los que le informaron, o no se lo supie-ron decir o el no lo supo entender" (1944, 72).

Con la superioridad que le da haber sido testigo de vista en algunos casos,en otros de oi'do y en otros dibujante de alguna especie e incluso habercomido o poseido algun ejemplar, Fernandez de Oviedo plantea que lasmaravillas del mundo y las criaturas dependen de las provincias y constela-ciones donde se cri'an; describe asi a los animaies americanos por semejanza ycomparacion con los europeos o con los consignados por autoridades anti-guas; se fija en ciertas caracterfsticas fisicas como el tamano, el pelaje, la velo-cidad de su carrera, la mansedumbre o la fiereza; cuando no tiene referenciasclaras para animaies exoticos como la iguana, el tlacuache o el armadillo,puede describirlos, como los hibridos de los bestiarios, a manera de uncollage, desarmando sus partes y cotejandolas con otras de animaies conoci-dos: el perico ligero, que es el perezoso, es de cara redonda como de lechuza,ojos pequenos y redondos y nariz como los de un mono, el pelaje como el deun tejon y su cualidad principal es que con su voz entona la escala musical(1950, 159). En la Historia general dice que el tuvo uno en su casa y comobuen naturalista lo estuvo observando durante un mes y nunca lo vio comer,asi es que deduce que se alimentaba de aire porque "no muerde ni puede, porser tan chica la boca, ni es ponzonoso, ni he visto hasta agora animal tan feoni que parezca ser tan imitil que aqueste" (1944, 104). Otras veces afilia a losanimaies que el ha visto con los del bestiario medieval, por ejemplo, el gatomonilio es como el grifo, del que se dice que tiene dos naturalezas, de aguilay de leon, y para ello acude a las Etimologias de San Isidoro, al Levitico y al Deproprietatibus rerum, asi puede garantizar que el animal que el describe no esmenos maravilloso que el grifo, pues una mitad del cuerpo estaba cubierta deplumas y la otra de pelo; teni'a dientes y cantaba como misenor o calandria.Su admiracion, sin embargo, no se queda ahi sino que trata de dar una expli-cacion: "Algunos quieren decir queste animal debi'a nascer de aduiterio oayuntamiento de alguna ave con algun gato. [...] E yo soy de contrario pares-cer; y tengo opini6n [...] que es especie sobre si e natural, como lo son por sflos grifos" (1944, 151-52).

Finalmente, como suelen hacer otros cronistas, acaba alabando la gran-deza de Dios por haber creado semejantes maravillas. El yo de Fernandez deOviedo, actor y testigo de los sucesos americanos, afiora tambien para contaralguna anecdota, tragica o graciosa, que a 1̂ le sucedi6, como cuando le mor-di6 un murcielago; o bien a conocidos suyos: a una india que trabajaba en sucasa le pico una serpiente y despues de tres dfas de echar agua amarilla por la

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herida muri6; al criado del gobernador Pedrarias Avila, a quien unos gatosmonillos o monos hirieron a pedradas y le rompieron los dientes, etc. Conestos cuentos logra el entretenimiento que ademas va de la mano de la ense-nanza, y en esto se asemeja a los bestiarios medievales, en las moralejas o lasparabolas que se pueden obtener de la comparacion de los animaies con loshumanos: por ejemplo, de las gaviotas que intentan comerse a los peces vola-dores, dice que "este mismo peligro tienen los hombres en las cosas de estavida mortal", por tanto, deben "quitar los pensamientos del mundo, en quetan aparejados estan los peligros, y los poner en la vida eterna, en que esta laperpetua seguridad" (1950, 263).

De sabor medievalizante y sermonfstico es tambien la alusi6n a los cojijos,los bichos como garrapatas y otros importunos animaies que la naturalezaproduce para molestar a los humanos y "darles a entender cuan pequenas yviles cosas son bastantes para los ofender e inquietar, y que no se descuidendel oficio principal para que el hombre fue formado, que es conocer a suhacedor y procurar c6mo se salven" (1950, 242). De los piojos nos da unanoticia mas curiosa, de gran divulgaci6n en la ^poca, a la que tampoco pudoresistirse Cervantes en la aventura de la barca encantada del Ebro, cuandodon Quijote le dice a Sancho que se tiente el muslo en busca de piojos paraver si han pasado la lfnea equinoccial; el mismo Oviedo confiesa haberloexperimentado varias veces y es que navegando por el mar Oc^ano, cuando"pasamos por la lfnea del diametro, donde las agujas hacen la diferencia delnordestear o noroestear" (1950, 243), o sea, por las islas Azores, los piojosdesaparecen de las cabezas y cuerpos de los cristianos, pero en el viaje devuelta, reaparece la plaga en el mismo paraje.

A veces los bestiarios medievales le proporcionan a Fernandez de Oviedoel elemento maravilloso, como cuando habla de la hiena, que tiene en losojos una piedra que quien se la pone bajo la lengua posee el don de adivinar;tambien, del mismo modo que en los bestiarios, resalta la utilidad medicinalde ciertas partes de animaies y alaba sus efectos a manera de un recetario: porejemplo la piedra o hueso que los manatfes tienen en la cabeza es muy litilpara el mal de la ijada, se extrae de entre los sesos y el meollo del animal, sequema y se muele y el polvo se toma con vino bianco durante tres o cuatromananas, en ayunas, hasta que cesa el dolor (1950, 260). Este manatf, elmamffero con pechos, que grita y pare como mujer y al que Fernindez deOviedo compara con un odre de vino de los de Medina del Campo, fue elanimal real americano en el que se transformaron las clasicas sirerias.

Espejismos de navegantes, reencarnaciones del deseo, la voluptuosidad, lalujuria y la muerte, ninfas diabdlicamente seductoras, demonios o monstruosIetales, las sirenas dejaron de ser en America la alucinaci6n de nautas fatiga-

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dos. Su lisonjero canto no sedujo a los descubridores con promesas y ofertasde un conocimiento ilimitado, pero su busqueda les permitio conocer la exis-tencia y utilidad de un nuevo animal, si no tan bello como ellas, al menosabundante en carnes y grasa, dotado de leche materna y con propiedadesterapeuticas: sus huesos molidos y bebidos con vino eran provechosos para elmal de orina, como recetaba Fernandez de Oviedo. El manatf, ese animalgordo como una yaca marina que pace la hierba en las riberas de los rfos, conpezufias de elefante, cuero en lugar de escamas y un sabor entre ternera yatiin, es el si'mbolo de la decadencia de un poderoso mito que se remonta a laantiguedad grecolatina y cuya difusion formo parte del discurso de evangeli-zacion colonial (Baez 144). Con el descubrimiento de este animal y la extin-cion de las sirenas se resquebrajo el mundo clasico y las autoridades antiguasse pusieron en duda.

2. Pedro Cieza de Leon

Del vasto espacio que recorrio por America del Sur durante los quince afiosque vivio en las lndias, Pedro Cieza de Leon -otro de nuestros cronistas- res-cata tambien un variado bestiario en su Cronica del Peru (1553). El peligro, lanecesidad, la curiosidad y la utilidad son las categorfas que nos permitirfanenglobar a los animaies que el conoce. Con frecuencia se refiere a animaiespeligrosos como los caimanes, que han comido a los espafioles al pasar losrfos; los tigres, que matan a Ios indios y al ganado, pero tambidn a los anima-tes de aspecto fiero que pueden tener sabor exquisito: la iguana que, como elmanatf, dio que pensar y discutir a los conquistadores, cronistas y evangeliza-dores, pues su sabor no podi'a determinarse si se semejaba a carne o pescado.Por las montafias de Antioquia, en la actual Colombia, dice que hay leones,tigres y osos "crescidos"; y entre los espesos cafiaverales, cerca de Cartago, uncurioso animal, la chucha, parecido a una zorra, que puede recoger con todarapidez a sus siete hijos, guardarlos en una bolsa de su barriga y huir de algiincazador. Tambien despierta su curiosidad la raposa, muy amiga de hurtarles alos espafioles "los latigos de las cinchas de los caballos o las riendas de los fre-nos" (263). La utilidad de la nueva naturaleza, siempre latente en las cr6nicasde America, la encuentra Cieza en las ovejas del Peru, las viscachas, de cuyospelos o lanas se aprovechan los naturales para hacer sus ropas y mantas, tanblandas y suaves que parecen de seda.

Su espectro, en cuanto al reino animal, es tan variado que puede describirdesde una cacerfa real del Inca de guanacos, raposas y vicufias, hasta la fabri-cacion de una hierba ponzofiosa de Ios indios de Cartagena y Santa Marta

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con animaies repelentes que nos recuerdan el caldero y los brebajes de lasbrujas: a unas rafces cortas de un arbol pesti'fero llamado manzanillo, le mez-cian hormigas negras y grandes como un escarabajo, arafias muy grandes,gusanos peludos, "las alas del morcielago y la cabeza y cola de un pescadopequefio que hay en el mar, que ha por nombre peje tamborino, de muy granponzofia, y con sapos y colas de culebras" (91).

En las zonas inh6spitas de las montafias inexpugnables de los Andescoloca toda suerte de animaies que 6\ no ha visto, pero dice que puede serverdad lo que se oye que hay en ellas: "osos, tigres, leones, dantas, puercos ygaticos pintados, con otras salvajinas muchas y que son de ver" (330). En losespacios lejanos e ignotos brota tambi^n la maravilla y la leyenda, hay cule-bras tan grandes como una viga y, sin embargo, son mansas porque una viejaencantadora subi6 a los Andes a adormecerlas para que no hiciesen mal. Porultimo, le admiran las auras, que son aves carrofieras y hediondas y otras desu linaje, para cuya descripci6n no podi'a faltar la referencia maravillosa: "Dellinaje de dstas hay unos c6ndores grandfsimos, que casi parecen grifos; algu-nos acometen a los corderos y guanacos pequefios de los campos" (368).

Pero sobre todo, los animaies son tambien representaciones del demonioen esas tierras en las que ha extendido su sefiorfo este antagonista de Dios. Eldiablo, que en su lengua se llama guaca, se les aparece en "figura de tigre,muy fiero" (99); a veces para representarlo escogen figuras de gatos, o semetamorfosea en auras hediondas para tentar al cacique Tamaracunga, aquien, cuando trataba de bautizarse cristiano, lo Uevaban por los aires paradespefiarlo dandole alaridos y silbidos "y en el rostro le echaban salivapodrida y hedionda" (380). Tambien se manifiesta antropomorficamente enforma de indio y copula con monas, de tal manera que engendraban y

pari'an monscruos que tenian las cabezas y miembros deshonestos como hombres y lasmanos y pies como mona; son, segun dicen, de pequefios cuerpos y de talle mons-truoso, y vellosos. En Hn, paresceran (si es verdad que los hay) al demonio, su padre.Dicen mds: que no tienen habla sino un aullido o gemido temeroso. (331)

Tambi^n son dignas de relatarse las mitoiogfas locales como la de losgigantes de Santa Elena, descritos como monstruos por su enorme cabeza ysu cabellera larga que llegaba hasta la espalda, los ojos como platos y los vesti-dos, como los de los hombres salvajes, eran de pieles de animaies. Por elpecado de la sodomfa, que tan reiteradamente acusa Cieza en su Cronica, aestos gigantes les sobreviene un castigo divino y un enviado celestial los matacon su espada de fuego, interpretaci6n de claras reminiscencias bfblicas.

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3. Pedro Orddnez de Ceballos

De estos portentos, que podrfamos calificar como humanidad monstruosa oen una etapa bestial de su desarrollo, nos habla tambien un viajero espafioldel siglo XVI, Pedro Ordofiez de Ceballos, en su obra Viaje del mundo(Madrid, 1614).' Una de sus vivencias maravillosas mas interesantes es sobreun monstruo humano, una mujer "salvaje": el cuerpo profusamente velludo,la piel como la de un oso o la de un lobo y Ia cabellera extremadamente larga.Aunque su tamafio era mas o menos semejante a la talk humana, se dice quesus miembros eran descomunales, con lo cual tambien coincide con los hom-bres salvajes, que aparecfan frecuentemente representados con aparienciagigantesca. Los salvajes medievales solfan ser biancos, barbados, de piel clara,labios delgados y nariz estrecha, es decir, eran inconfundiblemente europeos,como el que se esculpio en la Casa de los Montejo en Merida. En cambio,esta era india muy velluda y de nariz chata y grande, rasgo que segunOrdofiez es muy raro en los indios. Se supone que esta desnuda y que s6lo elvello cubre su cuerpo, pues nos da detalles de los pechos, los pezones, labarriga, los brazos y piernas y un apendice animal, la cola. Sus rasgos femeni-nos se hiperbolizan y se masculinizan en rasgos de hombres gordos, fieros, delos negros mas feos de Etiopfa o bien se comparan con animaies (los ojoscomo carneros de la tierra, o sea, las llamas) y con otros que a Ord6fiez leparecen descomunales y monstruosos: el aguila de Cochinchina o unaballena. La vellosidad, el color oscuro de la piel y Ia animalidad son entoncessi'mbolos del mal.

Este viajero protagonista y narrador ostenta una mirada colonizadora,"desde arriba" y el sujeto, el otro, la mujer salvaje, no es mas que un objeto deconocimiento (Pierini 163) del que hay que apropiarse, por eso trata de com-prarla para llevarla a Espafia como un fenomeno de mucha estima: "era piezapara rey", dice Ordofiez.

Es un rasgo peculiar de los viajeros que ante la vista de estos monstruos,como lo hace tambien Cieza de Leon, se piense inmediatamente en la divinaProvidencia, porque como habfa dicho san Agustfn: "Ios monstruos eran unmensaje, una prueba de la fuerza divina sobre los cuerpos naturales" (Bartra84). Volviendo al retrato de la prodigiosa mujer, Ord6fiez acaba asf su men-saje: "Sea alabada en todo la divina sabidurfa". Aunque muchos de ellos pien-san que no descienden de Adan y que no tienen alma, pero que tampoco sonanimaies -como cree Paracelso- sino que "pertenecen a un mundo maravi-lloso donde las cosas ocurren en una dimension distinta a la humana" (Bartra100). Ordofiez nos da una explicacion racionai de su monstruo alegando quees fama, o sea, se sabe de ofdas, que la pario una osa que habrfa copulado con

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algiin indio, por lo tanto, su naturaleza estarfa a caballo entre la humana y laanimal y no hay duda, para estos cronistas y viajeros en que en semejantesc6pulas siempre esta presente la tentaci6n o la intervencion del demonio.

Orddnez, que ha sido un viajero incansable durante 39 afios y Ileg6 a daruna vez la vuelta al mundo, sabe que las cosas extraordinarias que ha visto noseran fdcilmente crefdas, pues es opinion comiin que el viaje sea sin6nimo depatrafia: "suelen decir que de longas vfas se suelen decir grandes mentiras",pero 6[ insiste en contarlas para que ademas de servir de desengafio y entrete-nimiento, sean "para que se vean cuan grandes son las maravillas de Dios"(Ord6fiez 453). Recrea tambien un interesante bestiario de animaies ex6ti-cos: pdjaros, cuyos graznidos son voces que "parecen puramente de persona yque habian en castellano" y hacen que las personas pierdan el camino "y unosdar en pantanos, otros en los cimarrones y en otras desgracias en que hanperecido" (75); antas (tapires) que cuando estan en celo, hacen "ruido degente"; el pez espada al que llama "el aiguacil del mar" y fieras de toda fndolecomo una que vio en Cochinchina en las leoneras del emperador

que era la cabeza y cara, hasta los pechos, de mujer, y lo demas de escorpidn; tenfa tresbrazas de largo y llamabanlo marichas; dfcese que k trajeron de las montafias de losLaos, de la provincia>de Iangoma, y que hay muchas. Consider^ que el demonio,cuando engan6 a nuestra madre Eva, fue en esta forma, y tengo para mf que por allfcerca debe estar el parafso terrenal. (458-59)

Buen discfpuio de la patrfstica y la misoginia medieval, los dos linicos mons-truos que se detiene en describir Ordofiez son mujeres: la india caudada yeste monstruo llamado marichas, sin olvidarse de la presencia del diablo enambos discursos. Casi todos los monstruos considerados demonol6gicos sonseres mixtos de parte humana femenina y parte animal como las esfinges grie-gas, las harpfas, las furias clasicas, las gorgonas, las mujeres-serpientes -comoMelusina- y las sirenas, que ademas de si'mbolos maleficos son tambienencarnaciones de la lujuria en la Edad Media (Rodilla Le6n).

Los animaies del Mundo Nuevo pueden ser criaturas maravillosas dotadasde cualidades y poderes curativos, un alimento exquisito y aptas para fabricarvestimentas y utensilios. Su presencia en esas tierras provoca la aiabanza a laprovidencia divina, pero tambien pueden ser demonios o fdolos, monstruoso engendros diabdlicos; en suma, el sfmbolo del mal y del sefiorfo que el dia-blo tiene en las nuevas tierras.

Esta necesidad de los cronistas, fraiies, viajeros y exploradores por descri-bir plantas, animaies, climas y paisajes de las nuevas tierras tambien atrae ycontagia a los investigadores de nuestros dfas. Hay dos antologfas de animaiesimaginarios y reales, publicadas en Mexico, que no quiero dejar de mencio-

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nar aquf: el Bestiario mexicano de Roldan Peniche, bestiario de horrores yespantos que abarca no solo animaies sino tambien criaturas monstruosas,visiones y prodigios: seres bictfalos, un pajaro con un espejo en la cabeza, laabominable diosa Tlaltecutli, que teni'a mas ojos que Argos, Cihuacoatl, lamujer culebra, y otros seres fabulosos de rafces eminentemente indi'genas: elPopol Vuh y el Chilam Balam de Chumayel. El otro libro es el Bestiario delndias, de Marco Antonio Urdapilleta, quien elige el seudonimo de frayRodrigo de Macuspana para convertirse a sf mismo en un extasiado cronista,un alter-ego de Fernandez de Oviedo, como el mismo se considera, y estabie-cer un juego con el lector. Esta atracci6n por extraer y seleccionar esos pasajesde las criaturas de America que provocaron la admiracion de los cronistas lasintio afios antes tambien el peruano Jos^ Durand, cuya belli'sima y pioneraobra, Ocaso de sirenas, esplendor de manaties, nos deleita con la ultima aven-tura de las sirenas cuando a Felipe ii le Uevaron, procedentes de las lndias,tres satiros: dos machos, uno viejo, otro joven y una satiresa, una sirenamuerta y otras extrafias figuras de animaies. Las pemiltimas sirenas las habi'avisto Colon en su viaje de regreso en 1493 y decfa que se elevaban mucho enel agua y que no eran tan bellas, sino que mas bien tenfan caras de hombres.Se dijo mas tarde que lo que vio Col6n cerca de las costas de Santo Domingofueron tres manatfes; y la ultima sirena fue, tal vez, una manatina joven que"debio sobrevivir la travesfa del Atlantico, tortura interminable para ella, nohecha a encierros, ni a pacer yerbas extrafias, ni a tanto mirar el mar desde laborda" (Durand 105). Con la muerte de esta nueva Partenope, sirena indianao manatina, culmina la epoca dorada de los viajes y descubrimientos, pero lainvencion y el suefio prevaleceran siempre y otros seres imaginarios seguiranllenando paginas de nuevos bestiarios o manuales de zoologfa fantastica ypoblaran tambien los espacios virtuales.

NOTAS

1. Despuds de entregar este articulo, tuve conocimiento de dos trabajos de Zugasti(2003 y 2005) que no he podido consultar, a los cuales remito para recabar noticiasbio-bibliograficas sobre Ord6nez de Ceballos. Asimismo, en un trabajo mio dediqudun espacio a las formas de viaje que realiza el narrador viajero Orddnez: militar, espi-ritual, comerciai y maravilloso (99-114).

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OBRAS CITADAS

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Bdez-Jorge, Fdix. Las voces del agua. Xalapa: Universidad Veracruzana, 1992.Bartra, Roger. El salvaje en el espejo. Mexico: Era, 1992.Bestiario de lndias. Antologia de Marco Antonio Urdapilleta. Toluca: UAEM, 2002.Cieza de Ledn, Pedro. Ea cronica del Peru. 1553. Ed. Manuel Baliesteros. Crdnicas

de America, 5. Madrid: Dastin, 2000.Durand, Jos^. Ocaso de sirenas, esplendor de manaties. 2^ ed. Mexico: FCE, 1983.Ferndndez de Oviedo, Gonzalo. Sumario de la natural bistoria de las lndias. 1526.

Ed. Josd Miranda. Mexico: FCE,. 1950.—. Historia Ceneraly Natural de las lndias, islas y tierra firme del mar Odano. 1535.

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Madrid: Visor, 1984.Orddnez de Ceballos, Pedro. Viaje del mundo. 1614. Madrid: Miraguano-Polifemo,

1992.Pard, Ambroise. Monstruos y prodigios. Ed. Ignacio Malaxecheverria. Madrid:

Siruela, 1987.Peniche, Roldin. Bestiario mexicano. Mexico: Panorama Editorial, 1987.Pierini, Margarita. "La mirada y el discurso: la literatura de viajes". America Eatina:

palabra, literatura e cultura. Ed. Ana Pizarro. Sao Paulo: Memorial, Campi-nas, UNICAMP, 1994. 163-83.

Rodilla Ledn, Maria Josd. Escrito en los virreinatos. Mexico: UNAM, Estudios de Cul-tura Literaria Novohispana 21, 2004.

Weckmann, Luis. Ea berencia medieval de Mixico. 1 vols. Mexico: El Colegio deMexico, 1983.

Zugasti, Miguel. "El Viaje del mundo (I6l4) de Pedro Orddnez de Ceballos o cdmomodelar una autobiografia dpica". Iberoromania 58 (2003): 83-119.

—. "fipica, soldadesca y autobiografia en el Viaje del mundo (I6l4), de PedroOrddfiez de Ceballos". Actas del Congreso "El Siglo de Oro en el nuevo mile-nio". Ed. Carlos Mata y Miguel Zugasri. Vol. 2. Pamplona: Eunsa, 2005.1781-1812.

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