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NOT e AS BERTRAND LE GRANDE " AOERTOS y ERRORES DE LA EDICION NORTEAMERICANA Traducido del francés por Gonzalo Betancur Urhan de Le Monde, Selección semana~ 1990 El noble y antiguo oficio de editor de libros ha entrado también en el delirio en el que se han precipitado tántas cosas en este vertiginoso siglo. El afán de dinero -¡de hacer fortuna/- ha envilecido el trabajo editorial en el mundo entero. Esto hace volver la mirada hacia las pequeñas casas edi- toriales y las universidades como el refugio del Libro y de un trabajo des- tinado no a amasar capitales sino a continuar la Cultura. La vida moder- na ha puesto "la actividad vital al servicio de lapropiedad", cuando de- biera haber puesto "la propiedad al servicio de la actividad vital". Dos autores americanos de éxito. Stephen King y Jean Auel habrían re- cibido recientemente 30 millones de d61arescada uno. El primero, porcua- tro libros; el segundo, por tres sola- mente. La revista Publishers Weekly menciona esa cifra y otras igualmente extravagantes: que Tom Wolfe recibi6 siete millones de d61ares por su pr6- xima novela después del triunfo de Feria de las Vanidades, de la que han vendido en los Estados Unidos 732.862 ejemplares, en rústica. Llena de superlativos, la prensa norteamericana no habla actualmente de bestsellers sino de megasellers. De megacontratos firmados con la espe- ranza de megaventas. Es decir, para los editores, de megariesgos*. Alargo plazo esta política sería funesta si no existieran las editoriales universita- rias. Con moderados derechos de au- tor, con escogencias cuidadosas y con el control de la calidad más que del de la rentabilidad, las casas llamadas "universitarias" reman contra la co- rriente del publishing business. Los autores de obras buenas pero de tirajes medianos, rechazados por los grandes editores (los editores de grandes cantidades) quienes según al- gunos, no razonan sino en millones de d61ares(¡por libro!), escapan a la mar- ginaci6n gracias a las editoriales uni- versitarias. Los catálogos de éstas se han enri- quecido en los últimos años con obras que si bien no son para el "gran pú- blico", al menos son más accesibles que las eruditas que publicaban antes. Si bien tales editoriales conservan cierta especificidad, en particular la de editar a cuentagotas novelas y poe- sías, su política editorial es hoy com- parable a la de la casa comercial más exigente. Al lado de tesis universita- rias y de obras científicas, no dudan en publicar libros de arte, guías turís- ticas y hasta tiras c6micas, borrando -al mismo tiempo- las fronteras tra- dicionales entre editores comerciales y universitarios. Un año de malos augurios El centenar de "editoriales" que existen en los Estados Unidos edita- ron 6.%4 obras nuevas en 1988, esto es, alrededor del 12% de lo que los editores lanzaron ese año al mercado. Aunque modesto, el papel de las edi- toriales universitarias se afirma como un antídoto a los destinos del publis- hing business. Sin ellas la edici6n nor- teamericana estaría enferma. Enferma 59 de la competencia desenfrenada de los blockbusters, los pesados de la profe- si6n; enferma de la megalomanía del sector, en el que las concentraciones se han multiplicado en los últimos años; enferma de rentabilidad inme- diata, régimen que el libro soporta mal en todas las latitudes. Las concentraciones, recompras y fusiones obtenidas en ocasiones a pre- cio de oro, introdujeron el gusano en el fruto. Las casa independientes co- mo Farrar, Straus y Giroux, se cuentan con los dedos de las manos; a su lado están los nuevos gigantes: TIme War- ner, Bertelsmann (Doubleday, Ban- tam Books ...), Murdoch (Harper and Row, Viking Penquin ...), etc. Los reagrupamientos, por lo costo- sos, había que rentabilizarlos y rápi- do. Es decir, disputar a los competidores sus autores-estrella, en lugar de buscar talentos nuevos de in- cierto beneficio inmediato. En ese cli- ma de subasta, son escasos los gigantes editoriales que se ocupan de construir o desarrollar pacientemente un fondo literario que, sin embargo, a largo plazo sería su verdadera riqueza. Prefieren jugar duro, con autores re- putados, a la espera de desenganchar el jackpot, los agentes literarios, esos intermediarios obligados de la edici6n norteamericana, empujan la misma carreta: conocedores de los editores que demandan, reclaman para sus au- tores anticipos cada v~ más astron6- micos que los nuevos gigantes editoriales, enriquecidos por la idea de "reponerse" rápidamente, les con- ceden prácticamente a ojos cerrados. El futuro dirá si Stephen King vale los 30 millones de d61ares (por lo me- nos) que la New American Library y Viking le anticiparon. Para Random House, por el contrario, la rueda de la fortuna ha cambiado: parece que per- di6 mucho dinero con My Turn, de Nancy Reagan, a pesar de su éxito. El fracaso obedeci6 a los dos millones de d61ares que le entregaron a la es- posa del ex-presidente norteamerica- no. Víctima de idéntica suerte, Harper and Row tuvo que confesar una pér- dida de por lo menos 300.000 d61ares después del chasco de Triomphe de la Politique de David Stockman, antiguo

BERTRAND LE GRANDE AOERTOS ERRORES DE LA … · diana, 304.278 ejemplares) y La Galaxie Gutenberg, de Marshall Mc Luhan, de la cual la Universidad de. Toronto, afiliada a la Asociación

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N O T e A S

BERTRAND LE GRANDE

" AOERTOS y ERRORESDE LA EDICION NORTEAMERICANA

Traducido del francés porGonzalo Betancur Urhan

de Le Monde, Selección semana~ 1990

El noble y antiguo oficio de editor delibros ha entrado también en el delirioen el que se han precipitado tántascosas en este vertiginoso siglo. Elafán de dinero -¡de hacer fortuna/-ha envilecido el trabajo editorial enel mundo entero. Esto hace volver lamirada hacia las pequeñas casas edi-toriales y las universidades como elrefugio del Libro y de un trabajo des-tinado no a amasar capitales sino acontinuar la Cultura. La vida moder-na ha puesto "la actividad vital alservicio de lapropiedad", cuando de-biera haber puesto "la propiedad alservicio de la actividad vital".

Dos autores americanos de éxito.Stephen King y Jean Auel habrían re-cibido recientemente 30 millones ded61arescada uno. El primero, porcua-tro libros; el segundo, por tres sola-mente. La revista Publishers Weeklymenciona esa cifra y otras igualmenteextravagantes: que Tom Wolfe recibi6siete millones de d61ares por su pr6-xima novela después del triunfo deFeria de las Vanidades, de la que hanvendido en los Estados Unidos732.862 ejemplares, en rústica.

Llena de superlativos, la prensanorteamericana no habla actualmentede bestsellers sino de megasellers. Demegacontratos firmados con la espe-ranza de megaventas. Es decir, paralos editores, de megariesgos*. Alargoplazo esta política sería funesta si noexistieran las editoriales universita-rias. Con moderados derechos de au-tor, con escogencias cuidadosas y con

el control de la calidad más que delde la rentabilidad, las casas llamadas"universitarias" reman contra la co-rriente del publishing business.

Los autores de obras buenas perode tirajes medianos, rechazados porlos grandes editores (los editores degrandes cantidades) quienes según al-gunos, no razonan sino en millones ded61ares(¡por libro!), escapan a la mar-ginaci6n gracias a las editoriales uni-versitarias.

Los catálogos de éstas se han enri-quecido en los últimos años con obrasque si bien no son para el "gran pú-blico", al menos son más accesiblesque las eruditas que publicaban antes.

Si bien tales editoriales conservancierta especificidad, en particular lade editar a cuentagotas novelas y poe-sías, su política editorial es hoy com-parable a la de la casa comercial másexigente. Al lado de tesis universita-rias y de obras científicas, no dudanen publicar libros de arte, guías turís-ticas y hasta tiras c6micas, borrando-al mismo tiempo- las fronteras tra-dicionales entre editores comercialesy universitarios.

Un año de malos augurios

El centenar de "editoriales" queexisten en los Estados Unidos edita-ron 6.%4 obras nuevas en 1988, estoes, alrededor del 12% de lo que loseditores lanzaron ese año al mercado.Aunque modesto, el papel de las edi-toriales universitarias se afirma comoun antídoto a los destinos del publis-hing business. Sin ellas la edici6n nor-teamericana estaría enferma. Enferma

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de la competencia desenfrenada de losblockbusters, los pesados de la profe-si6n; enferma de la megalomanía delsector, en el que las concentracionesse han multiplicado en los últimosaños; enferma de rentabilidad inme-diata, régimen que el libro soporta malen todas las latitudes.

Las concentraciones, recompras yfusiones obtenidas en ocasiones a pre-cio de oro, introdujeron el gusano enel fruto. Las casa independientes co-mo Farrar, Straus y Giroux, se cuentancon los dedos de las manos; a su ladoestán los nuevos gigantes: TIme War-ner, Bertelsmann (Doubleday, Ban-tam Books ...), Murdoch (Harper andRow, Viking Penquin ...), etc.

Los reagrupamientos, por lo costo-sos, había que rentabilizarlos y rápi-do. Es decir, disputar a loscompetidores sus autores-estrella, enlugar de buscar talentos nuevos de in-cierto beneficio inmediato. En ese cli-ma de subasta, son escasos losgigantes editoriales que se ocupan deconstruir o desarrollar pacientementeun fondo literario que, sin embargo, alargo plazo sería su verdadera riqueza.Prefieren jugar duro, con autores re-putados, a la espera de desengancharel jackpot, los agentes literarios, esosintermediarios obligados de la edici6nnorteamericana, empujan la mismacarreta: conocedores de los editoresque demandan, reclaman para sus au-tores anticipos cada v~ más astron6-micos que los nuevos giganteseditoriales, enriquecidos por la ideade "reponerse" rápidamente, les con-ceden prácticamente a ojos cerrados.

El futuro dirá si Stephen King valelos 30 millones de d61ares (por lo me-nos) que la New American Library yViking le anticiparon. Para RandomHouse, por el contrario, la rueda de lafortuna ha cambiado: parece que per-di6 mucho dinero con My Turn, deNancy Reagan, a pesar de su éxito. Elfracaso obedeci6 a los dos millonesde d61ares que le entregaron a la es-posa del ex-presidente norteamerica-no.

Víctima de idéntica suerte, Harperand Row tuvo que confesar una pér-dida de por lo menos 300.000 d61aresdespués del chasco de Triomphe de laPolitique de David Stockman, antiguo

director de presupuesto de Ronald Re-agan. En su momento se creyó queera más seguro que la esposa de suex-patrón y obtuvo 2.4 millones dedólares de su editor quien no los pudorecuperar.

Esta compulsión tiende a volverseuna fiebre maligna, los vientos no fue-ron buenos en 1989, especialmente enlo relativo a novelas con cubierta durahardcover, cuyas ventas cayeron en16% en el verano de ese año, la esta-ci6n que en principio era la' más fa-vorable.

La situaci6n es tanto más malsanacuanto que los editores no pueden au-mentar más sus tarifas, como 10 hicie-ron hasta ahora. De 1978 a 1988, elprecio de un mass market paperback,digamos una novela para pasar el rato,pas6 de 2 d61ares a 4.5 d6lares; el deun libro en rústica, de 7 a 15 d6laresy una obra de tipo hardcover cuestahoy alrededor de 31 dólares, contra19 de hace 10 años.

Ese período ya pasó. Los clientesrechazan la idea de pagar por un libroel equivalente de 200 francos france-ses. Poco les importa si el editor dela obra se vio obligado a pagar 3 mi-llones de dólares a un agente literarioporque una casa competidora le ofre-cía al mismo 2.8 millones.

Después de haber alcanzado talescumbres, las transacciones podríanmuy pronto llegar a su nivel más ra-zonable. Es 10 que pronostica RogerStraus, presidente y fundador de Fa-rrar, Straus y Giroux en una entrevistareciente del magazine neuyorquino 7Days cuyo título es sintomático;

"¿Quién mató la edici6n?".Por evitar la agonía, ahora se pagan

las consecuencias de la inconsecuen-cia. La disputa de los autores estrellascomo si fueran de Hollywood y laaplicaci6n de las reglas más rudas delcapitalismo hacían prever que la má-quina dejarla de funcionar. Es 10 queocurre. Y ello es tanto más ciertocuanto que las librerías inde-pendientes y de dimensi6n humana, alas que entre otras cosas el libro lesdebe el haber mantenido su salud, su-cumbieron a la ofensiva de las gran-des cadenas de distribución;Waldenbooks (un millar de sucursa-les) y B. Dalton (alrededor de 800 al-

macenes). En 1989 el conjunto deesas cadenas le dio salida al 60% delos libros vendidos en los EstadosUnidos.

BOlT3dos del mapa

Incapaces de conceder los mismostérminos de aquellos mastodontes,muchas librerías de barrio fueron bo-rradas del mapa. En la región de losAngeles, por ejemplo, no existe prác-ticamente ningún establecimiento enel que el libro sea considerado comoun artículo distinto a uno de super-mercado.

El sometimiento a las reglas de lagran distribución ~tegoría alimen-tos perecéderos- hace que, por pocoque un libro tarde en "pegar" sea re-tirado de la venta y vendido como sal-do. Los stocks, he ahí la obsesión;cuesta mucho manejarlos. De golpe,la vida de un libro se volvió muy bre-ve y aunque todavía esté satisfecho deque un B. Dalton y otros Walden-books acepten pedirlo, 10 cierto es quesegún algunos la mitad de los títulosde cubierta dura, publicados cada añoen Norteamérica, no alcanzarán nun-ca los estantes de las librerías.

Al consultar la lista de libros quemejor se venden en los Estados Uni-dos, todo parece l6gico. Ningún sitioen el catálogo de "megasellers" delúltimo decenio para los libros diferen-tes, para aquellos que, según se dice,se venderán todavía dentro de mediosiglo.

En el transcurso del decenio de1980, 25 obras alcanzaron el mi1l6nde ejemplares, en la sola versi6n hard-cover, según una clasificaci6n recien-te de Publishers Weekly. El vencedoren todas las categorías de este hit-pa-rade es Lee Iacocca, el flamante pa-trón de Chrysler, cuyaautobiografía(lacocca) vendi62'572.000 ejemplares.

Por el lado de las novelas, el granbeneficiario de esta década prodigiosay pródiga es Tom Oancy con su Clearand Present Danger, un "polar'l en elque hay muchos asesinatos por ordende los barones de la droga, problemascon el embajador americano en Co-lombia .. Tom Oancy no sólo logró

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un libro bien construido sino que ven-dió, en el período, 1''li37.067 ejempla-res de su Cardinal du Kremlin. ConStephen King y Danielle Steel.Oancy es uno de los tres autores a losque se deben 10 de las 13 novelas quesobrepasaron el mi1l6n de ventas enel decenio pasado.

La aventura, el amor y el espionajesiguen siendo los ingredientes indis-pensables y, tal vez, suficientes paralograr tales ediciones. Pero aparte deesto, los gustos del público americanoestán en la non fiction. Una ciertaAmérica aparece obsesionada por eldinero y el éxito (Iacocca) y obnubi-lada por la salud; Votre cure anticho-lesterol en huit semaines y En formepour la vie se vendieron, cada una, enmás de dos millones de ejemplares endiez años.

Los libros que provoca leer, los quepermanecerán, hay que buscarlos enlos catálogos de las editoriales univer-sitarias. Con seguridad s610 quedanellas para publicar libros de calidad.Pantheon, Knopf y Farrar,Straus, parano citar sino algunos, también publi-can "verdaderos" libros, pero las ca-sas universitarias no hacen sino eso.

C. G. Junq, Superestrella

EINew York nmes public6 en 1987una clasificaci6n de los libros mejorvendidos por las editoriales universi-tarias en los últimos 25 años: la com-paraci6n es instructiva frente a la otralista, la de las obras comerciales degran tiraje. El autor "universitario",de más éxito en ese cuarto de siglo esCarl Gustav Junq, quien alguna vezfue considerado el delfín de Freud an-tes de romper con él. La editorial dePrinceton imprimió l' 126.000 librosde Junq, con la traducci6n de susobras en treinta y dos volúmenes.

Si nos atenemos a las obras másconocidas en Francia, se pueden men-cionar, entre los Best-sellers de laseditoriales universitarias La Foule so-litaire, de David Riesman (Yale,500.000 ejemplares), las Métamor-phoses, de Ovidio (Universidad de In-diana, 304.278 ejemplares) y LaGalaxie Gutenberg, de Marshall McLuhan, de la cual la Universidad de

Toronto, afiliada a la Asociación deEditoriales Universitarias norteameri-canas, vendió 65.000 ejemplares en25 años.

Los editores de los Tom Oaney,Iacocea y otros En forme pour la vieaprecian poco, en general, el desdende sus colegas. Observan que el juegonunca será igual con los universitariosporque éstos están exentos de impues-tos y frecuentemente obtienen sub-venciones: donantes ricos, universi-dades matrices, fondos federales oayudas locales contribuyen perma-nentemente al equilibrio (frágil) desus editoriales, lo que hace más fácilpara éstas, según los grandes editores,para jugar con la calidad más que conla cantidad.

En su oficina de Cambridge (Mm-sachusetts), Arthur J. Rosenthal-direc-tor de las prestigiosas editoriales dela Universidad de Harvard- finge norecordar con precisión las,cifras de lacasa (200 títulos nuevos o reedicionesprevistos para 1990) y prefiere artotarque es Harvard la que ha publicadoen los Estados Unidos la monumentalHistoire de la vie privée de PhilippeAries y Georges Duby, "uno de losmayores riesgos que hemos afronta-do", y del que no se arrepiente; elcuarto volumen acaba de ser lanzadocon 27.000 ejemplares.

Efectivamente es mediante las edi-toriales universitarias como los auto-res extranjeros de catidadpueden,frecuentemente, leerse en norteaméri-ca. Muchos libros de Roland Bartheshan salido bajo el sello de "Universityof California Press" y, para no citarsino otro ejemplo, la Universidad deColumbia (Nueva York) publicaráproximarlJente Femmes, de PhilippeSollers.

~ editoriales universitarias tienen,por lo tanto, el sentimiento de cumpliruna misión de servicio público, ésto es,de evitar que la edición norteamericanapierda la cabeza. Morris Philipson, di-rectorde laEditorialde Chicago, aflnna:

Imaginen la explosión de risa deRandom House o de McGraw- Hill ode Little o de Brown, al leer la cartadel joven profesor Untel proponiendoun manuscrito de 600 páginas sobrelas interrelaciones de las novelas deVirginia Woo~C...

La conservación de lutradiciones regionales

Dado que las casas comerciales re-husan tomar muchos riesgos, aún losmínimos, las editoriales universitariashan adquirido lo que James H. Oark,director de las Ediciones Universita-rias de California (Berkeley), denomi-na los academic trade booIcs. Por ello,se entiende el que las ediciones uni-versitarias, sin renunciar a su misiónprimordial, que es científica, se es- .fuerzan cada vez.más por llegar tam-bién, si no al gran público, al menosa los norteamericanos cultos.

Un buen ejemplo de tales libroscomerciales de calidad es Habits ofthe Heart, un título que se reCire aDe la démocratie en Amérique, deTocqueville y que, basado en una só-lida encuesta sociológica, analiza laorientación cada vez más fuerte delos ciudadanos norteamericanos ha-cia el individualismo. Publicado en1985, bajo la dirección de Robert N.Bellah, por la University of Califor-nia Press, este libro, muy instructivosobre los Estados Unidos de hoy,vendió ya 50.000 ejemplares.

Otra misión de servicio público dela que se enorgullecen las editorialesuniversitarias es' la de contribuir a laconservación de las tradiciones regio-nales. Muchas pequeñas editorialesuniversitarias, aquellas que no publi-can sino algunos títulos anuales, edi-tan sobre todo libros sobre la historiade su región y de sus gentes y, tam-bién, sobre la fauna y flora locales.En Albuquerque, Elizabeth C. Hadas,directora de la editorial de la Univer-sidad de Nuevo México, se enorgulle-ce de haber vendido 70.000ejemplares de The Education of LittleTree, de Forrest Carter, un emocio-nante testimonio sobre la infancia deun joven americano de origen chero-kee, en la perspectiva del Cheval d' orquei~ de Pierre Jakez Hélias.

Este tipo de obra,choca con el sen-timiento que frecuentemente se tiene,al recorrer los estantes de los kioscosde los aeropuertos, de una Américaque no se interesaría sino por sus ve-dettes, por el sexo y por la violencia.Existe otro tipo de libros editados' porlas universidades y, frecuentemente,

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dificiles de encontrar. A tal punto que,por reacción, dos librerías, una enManhattan y otra en Berkeley, sólovenden obras con el sello "EditorialesUniversitarias". Cada vez.más, se tie-ne la impresión de que existen dosmundos editoriales en los EstadosUnidos.

o

• [La editorial parislDa que compro los Derechosde Autor de La Feria de las Vaaldades para Fraa-da acaba de derrumbarse por el pago quehlzodeestos ml1loaarlos aatldpos.]

Este artículo nos fue suministradopor la Asociación de Editoriales Uni-versitarias de Colombia.

LA FUERZA MISTERIOSADEL MUERDAGO

El muérdago -o la liga, como tam-bién se denomina esta planta de la fa-milia Vzscum- ante todo en inviernollama la atención en lo alto de los ár-60les deshojados, donde vive parási-ta. Los expertos en medicina naturalemplean un extracto de este parásitovegetal para el fortalecimiento del sis-tema de defensa biológica del orga-nismo humano y para combatir lasdolencias cancerosas.

Investigadores del Instituto MaxPlanck de Medicina experimental enGottingen y del Laboratorio de Inmu-nología de Arlesheim (Suiza) han lo-grado ahora desentrañar, al menos enparte, el secreto del muérdago. Loscientíficos han podido aislar el agenteactivo del extracto y demostrar que encierto modo transmite un "impulso"al organismo para que se cure a símismo.

El muérdago contiene una mezclade diferentes albuminoides (proteí-nas) que son capaces de descubrir yfijar compuestos de glucosa. La glu-cosa y la lectina se acoplan entre sícomo las dos mitades de un botón au-tomático. Las estructuraS que contie-nen glucosa están asentadas en lasuperficie de lamayoría de las célulasdel cuerpo humano. Así, las lectinaspueden reconocer las células. Thm-bién las bacterias llevan estas proteí-nas en su superficie y con eilas"aterrizan" en los puntos adecuadosdonde hay glucosa. Con frecuencia eséste el primer paso para una infección.En otros casos, una célula del propioorganismo está provista de lectinas ycon ellas se apodera del agente pató-geno, con la correspondiente "etique-ta". También las células tumoralesportan lectinas, que hallan su corres-pondiente complemento en células se-leccionadas. Por ello, las metástasissuelen asentarse sólo en determinadosórganos.

Los investigadores de Gottingensólo han podido aislar en el extractode muérdago una lectina como com-ponente principal, a la· que dieron elnombre.de "Mistel-Lektin I (ML 1)"o Lectina de muérdago l. Esta proteí-na está integrada por dos unidades su-boldinadas: una de ellas reconoce elazúcar (la llamada beta-galactosa), laotra, de carácter tóxico, cohibe la sín-tesis de la albúmina celular. El cien-tífico del Instituto Max PlanckHans-Joachim Gagius trató por la víade ensayo a enfermos tumorales y apersonas que se ofrecieron voluntaria-mente como cobayas, con el fármacollamado Iscador. Y pudo comprobaren todos los casos que el preparado abase de muérdago estimulaba deter-minadas partes del sistema de defensadel organismo. Observó asimismouna actividad intensificada de un de-terminado tipo de leucocitos y de lasllamadas células asesinas, cuya proli-feración fomentan. Estas componen-tes del sistema de inmunidadbiológica matan a las células tumora-les en el organismo.

"La lectina desencadena una seri(de bioseñales que estimulan al orga-nismo a actuar en contra de las célulasintrusas", comenta Hans- JOélchimGabius. En un primer paso, según ha-llaron los investigadores de .Góttin-gen, la lectina se fija a los leucocitos."Hasta ahora sólo hemos observadoefectos secundarios no específicos,tales como aumento de la temperatu-ra, cefalalgia y vómitos", dice el in-vestigador. Para la misma activaciónde las propias defensas, las personassanas necesitan sólo una cuarta partede la dosis de lectina en comparacióncon la que precisan los pacientes contumores. Los enfermos cancerosos,presume Gabius, reaccionan peor aeste fármaco porque sus defensas pro-pias están debilitadas de manera ge-neral.

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En las mujeres con cáncer de ma-ma, el nivel de citoquina en sangresubi6 considerablemente después deuna a cuatro horas tras de una inyec-ci6n del preparado de muérdago. Unavez que se ha alcanzado el nivel óp- .timo, no es posible ya seguir estimu-lando la réplica de inmunidad. Trasde un intervalo de descanso de 72 ho-ras, hay que'suministrar nuevamenteel extracto. A este respecto es impor-tante dosificar exactamente la lectinade muérdago ML I. "Se alcanzan re-sultados óptimos con una dosis de unamillonésima ·de gramo (un nanogra-roo) por kilo de peso del paciente",declaro el investigador de Góttingen.Como en los productos naturales, co-mo es el Iscador, la composici6n os-cila entre una serie de producciónfarmacéutica y otra, es preciso cali-brar siempre de nuevo la cantidad ne-cesaria del preparado de muérdago.

Gabius recomienda la terapia a ba-se de muérdago como acompañantede la quimioterapia o la radioterapia.La primera impide la debilitación delsistema de defensas del organismoprovocada por estos otros dos méto-dos de tratamientos, tan agresivos.

lnge Hiebl-Hofmann/SüddeutscheZeitung ~

EL MAR NORTE,-AL BORDE DElA CATASTROFE

ECOWGICA

S610 una aplicación estricta delprincipio de previsión, según el cuallas materias nocivas deben ser evita-das o eliminadas ya en su misma fuen-te de origen, podría proteger al Mardel Norte de daños irreparables.

Junto a los productos nutrientes ta-les como los nitratos y los fosfatosprocedentes de los abonos agrícolas,principalmente los metales pesados

cadmio y mercurio, altamente t6xi-cos, acarrean la poluci6n del agua delmar, que ~ntre otros efectos ocasionadeformaciones cancerosas en los pe-ces. Añádese a ello un sinnúmero desustancias orgánicas por lo generaligualmente t6xicas, así como los hi-drocarburos aromáticos residuo de laproducci6n química.

1,7 millones de toneladas de detri-tus industriales líquidos -procedentesprincipalmente de la industria del di6-

, xido de titanio- fueron vertidos en elmar, así como dos millones de tone-ladas de desechos industriales s6lidos,

en su mayor parte procedentes de lasexplotaciones mineras. Se estima ade-más que en 1988 fueron descargadas2.800 toneladas de productos quími-cos altamente dañinos. No se sabe silas estimaciones, hechas en 1987, devertidos legales de aceites y petróleoen cantidades entre 1000 y 15.000 to-neladas y las 1.1()()a 60.000 toneladasde vertidos ilegales se han reducidohoyo no.

Revista Ku/tur Chronik, RepúblicaFederal Alemana, 1990.

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DE DOÑA TERESA ARANGO BUENOAL DEJAR LA DIRECCION

DEL JARDIN BOTANICO"JaSE CELESTINO MUTIS"

DE BOGOTA

(Fragmeato)

Hace 35 años que llegamos a estelote poblado de eucaliptos y acacias,el Alcalde Mayor Roberto SalazarG6mez, el fundador Enrique PérezArbeláez, su amigo y compañero R.P.Lorenzo Uribe, algunos amigos y yo,para la bendici6n de una pequeña pie-dra y la fundaci6n del futuro Jardín,en sencilla ceremonia.

Cuánta agua ha corrido bajo elpuente [...] desde esa mañana que antenosotros el eminente fundador desple-g6 su plan magistral preciosamentedibujado por él, donde había distribuí-do en sus rasgos más salientes nuestrafantástica flora; irradiaba su rostro dealegría cuando nos explicó cómo laespecialidad del Jardín sería la vege-taci6n de los Andes y sus bosques,"cumbre de la complejidad biol6gi-ca". Me atreví a preguntarle qué costotendría esta obra, y el doctor PérezArbeláez fue enfático al responderme

que el Concejo y el gobierno nacionaltendrían que aportar el presupuesto,porque se trataba del conocimiento dela flora de su patria, de una lecci6npermanente de ecología y conserva-cionismo, de la protecci6n de los re-cursos naturales y era obligaci6n quetodos teníamos de defender los bos-ques y los páramos amenazados, paraevitar la disminuci6n de las agua con-tinentales y la pérdida del suelo. Quélejos [...] estaba este ilurntnado Qui-jote de lo que sería la proyecci6n fu-tura de su obra, pero en ese momentosu felicidad sobrepasaba la realidad.Me vi en forma sorpresiva cargandoun Atlas, imagen que 35 años despuésme veo como el pescador de la Emul-si6n Scoth: Con el bacalao al hombro,vendiendo un paquete de ilusiones,para adquirir fondos, sin más respaldoque el capital intelectual de su funda-dor.

Fue una labor difícil porque no te-níamos tradici6n de Jardines Botáni-cos, ya que el primero, plantado por

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Mutis y Don Eloy Valenzuela en Ma-riquita, había sido enajenado en 1794y el pequeño, adyacente al Observa-torio Astron6mico, se apag6 con larevoluci6n de la Independencia y elarribo de las tropas libertadoras. Eran140 años de un vasto silencio parainiciar uno, promediando este siglo.Llamé a todas las puertas de institu-ciones y empresas que en honor a laverdad me fueron abiertas, y recibi-mos algunas donaciones., Pero fue el Instituto Geográfico laentidad que patrocin6 y sostuvo el Jar-dín. El "Agustín Codazzi" no s610nospagaba los honorarios de contrato, si-no que me asign6 en comisi6n; nosfacilit6 los mapas, el jeep del servicioGeodésico Interamericano, y así pudoel Director realizar las primeras ex-cursiones y traer las semillas y plán-tulas de la Palma de Cera del Quindíodesde Salento, porque la reina de losAndes, Arbol Nacional, debía ser laprimera plantaci6n de este Jardín yhoy forma el Palmetum.

Vinieron tropiezos sin cuento por-que el presupuesto del Jardín era de30 mil pesos anuales; surgieron ini-ciativas insensatas para cercenar partedel magnífico lote, o darle otra desti-naci6n; pero el doctor Pérez Arbeláezconstituía una fortaleza inexpugnable.Tuvimos en esa época gestos de au-téntica solidaridad, y aunque de prisa,debo recordar varios: el ExpresidenteEduardo Santos, que con el fundadorsostenían increíbles diálogos en loscuales brillaba la erudici6n y la cien-cia, mientras Lorencita dirigía amoro-samente la siembra de la rosaleda quehoy lleva su nombre; menciono de pa-so al doctor Manuel Archila Briceñoque a título personal abri6 las prime-ras vías; al doctor Luis Angel que ob-tuvo del Emisor el pago del alambrepara las cercas; el Expresidente Alber-to Ueras Ca margo, que lleg6 de Eu-ropa cargado de esquejes de rosas ysemillas; el expresidente Barco quecomo Alcalde dot6 el Jardín de la ma-lla actual y a Colcultura que aport6algunas sumas.

En 1965 los doctores Luis CarlosPérez y Gerardo Malina redactaron laLey 10 que sustent6 el doctor Luis APérez y que asign6 al Jardín $5.0 mi-llones para construir los invernaderos.

Fue emocionante el tercer debate ensesión plenaria en que se aprobó porunanimidad, por las intervencionesgenerosas de los doctores Lucio Pa-bón Núñez y Fernando Gómez Mar-tínez; sancionada la ley por elPresidente Valencia no pudimos obte-ner sino mill6n y medio y qued6 laobra a medio hacer; golpe éste queafectó anímicamente al fundador, yafatigado y de pulso vacilante. Vi conpena que el Jardín también languide-cía y que Bogotá y sus dirigentes noestaban maduros para un logro cultu-ral de esta envergadura, y así lo ex-presé en forma clara y concisa alAlcalde Emilio Urrea, quien calific6mi reclamo como un terrible "memo-rial de agravios". Dije entonces, queel Jardín no era propiedad del funda-dor ni mía, porque era un patrimoniode los bogotanos, y que el factor máspenoso era que la vida del doctor Pé-rez Arbeláez se aproximaba a su irre-mediable final, en un desperdicio desu ciencia, sin que nada pudiera hacerél para terminar los invernaderos, di-rigir las siembras del bosque, ni verlos niños gozando la lección que de-para la naturaleza, porque siempre de-cía que los veía en apartamentos ycuartos destartalados "como alevinesen acuario". La respuesta de Emiliofue precipitarse al Jardín con Berta suesposa, y su Secretario de O.P., Igna-cio Gómez Camacho, a darle fuerzasal abatido director y estímulo a milabor; como corolario llegó el Presi-dente Lleras Restrepo, se asombró an-te las perspectivas futuras porque lepareció el Jardín, son sus propias pa-labras, "un tesoro, una pepa de oro",hizo efectivos los tres millónes y me- 'dio para finalizar los invernaderos ycolmó de admiración, estima y soli-daridad al decaído fundador.

En 1972 -el aciago 22 de enero-falleció el sabio y el Jardín' quedóhuérfano, pero no expósito; estába-mos Francisco Sánchez y yo, cual ar-co toral para sostenerlo y defenderlo.Vino la Dirección del doctor Rafael

. Romero Castañeda que actuó un añoy falleció en la lucha por rescatar lasespecies nativas; lo dirigió luego eldoctor Luis Eduardo Mora, que nosdejó un excelente programas de tra-bajo y zonificación, y en 1974 el Al- .

calde. Mayor· Palacio Rudas decidi6nombrarme Directora para terminarlas infraestructuras. .

No debo referirme a este extensoperíodo porque actué demasiado, perocon apoyo del Distrito y la Junta dejoconsolidado el Jardín. Las incidenciasen una compleja, las colaboracionesque recibí de las cuales la que másaprecio, ha sido la sabiduría de VíctorManuel Patiño; las publicaciones quelogre, el apoyo de la FEN Colombia,y el Dr. Angel Guarnizo los visitantesilustres que me honraron, son ya partede la historia de la entidad. [...l.

Señor Alcade Mayor: le solicité enmi renuncia un sucesor no para mí,sino para el sabio, porque había con-cluído mi compromiso, y desbordaronusted, el doctor Núñez y la Junta migratitud, con el nombramiento -quesaludo alborozada- del doctor LuisEduardo Mora, que sigue la escuela'académica del doctor Pérez Arbelaez

y quien por su carrera y trayectorianos da la seguridad de que el Jardíninvestigará y dará luces en la soluciónde los enormes problemas ecológicosque afectan el país en estos alboresd~l siglo XXI.

Como en ésta mi última interven-ción pública una larga lista de agra-decimientos me abruma [...l.

En estas apretadas páginas habránvislumbrado ustedes algo de mi his-toria en este querido Jardín, donde hesido co-fundadora, testigo y archive-ra; y tal vez porque no desmayé unahora y lo defendí con energía, es queusted, señor Alcalde, me entrega hoyesta condecoración, que acepto emo-cionada, como premio a mi lucha, co-rona a mi fatiga y símbolo de la ciudadamada, a la que espero servir hastaque Dios y sólo El, me cierre la puertade la vida

Muchas gracias.

LA BIBLIOTECA NAOONALDE COLOMBIA

La Biblioteca Nacional de Colom-bia ha publicado dos nuevos catálogosde su Colección «Fondos Especia-les». El Tomo I1,Fascículo 2, de Ma-nuscritos, está dedicado a. ladescripción de la correspondencia ylos documentos botánicos del natura-lista colombiano José Jer6nimo Tria-na, elaborado con motivo decumplirse el primer centenario de sumuerte.

Son manuscritos apenas conocidosaislada y desarticuladamente por unospocos investigadores, pero su impor-tancia para la botánica y la diversifi-cación de disciplinas que predominanhoy en el mundo académico deman-dando el acceso a todas las fuentes delsaber, impulsan a la elaboración de unregistro descriptivo de toda esta rique-za documental.

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PREMIOA INVESTIGACION

SOBRE ARQUITECIURA

En la XII Bienal de Arquitecturade Colombia, inaugurada el pasarlo3 de noviembre en Cartagena, se in-cluy6 la modalidad de Investigaci6ndentro de las categorías ya existen-tes de Diseño Arquitect6nico y deRestauraci6n.

El premio de Investigaci6n recibi6el nombre de «Carlos Martínez Jimé-nez», uno de los principales historia-dores y arquitectos de la llamadageneraci6n del modernismo, autor devarios libros y director de la revistaProa.

El premio en investigaci6n de es-ta Bienal fue otorgado al trabajo"Arquitectura y Estado. El Ministe-rio de Obras Públicas de Colombia,1905-1960" del profesor Carlos Ni-ño Murcia.

Este trabajo se inici6 en 1980 co-mo iniciativa del Instituto de Investi-gaciones Estéticas de la Facultad deArtes de la Universidad Nacional yfue parte del trabajo profesoral deldoctor Niño Murcia durante diez añoscim ayuda de monitores y estudiantesde la facultad. Es pues motivo de ce-lebraci6n pata la Universidad el reco-nocimiento que se le hace a uno desus grupos de investigadores.

Este trabajo plantea un análisis "yano simplemente formal de las edifica-ciones sino además, y sobre todo, lamanera como se inserta un determi-nado lenguaje arquitect6nico en unproyecto social y político del Estado.Se hace una relaci6n con la coyunturacultural del medio y se considera laforma como el lugar para la reproduc-ci6n de determinado proyecto políti-co. "Es pues un nuevo camino, aún enpropuesta, que se quiere insinuar paralas reflexiones hist6ricas sobre la ar-quitectura del país".

El Centro Editorial de la Universi-dad Nacional está en proceso de pu-blicar este trabajo para difundir elpensamiento que en ella se realiza, ypropiciar su acercamiento y articula-ci6n con el país. Este trabajo, que hamerecido una de las más importantesdistinciones de Colombia relativas ala arquitectura, aparecerá durante el

mes de Mayo de 1991, dentro de lacolecci6n de Arquitectura del CentroEditorial, iniciada con la Historia de laArquitectura en Colombia de SilviaArango, el pasado 5 de mayo durantela Feria Internacional del Llbro.

CONDECORADOEL ANTROPÓLOGO

GERARDOREICHEL-DOLMATOFF

Procedente de Los Angeles acabade volver al país el antropólogo Ge-cardo Reichel-Dolmatoff quien, desdesu renuncia de la Universidad de losAndes, es profesor de la Universidadde California, pero residente en Bo-gotá. El profesor Reichel-Dolmatoffdict6 durante este semestre pasado uncurso de arqueología de Colombia,con especial énfasis en la Etapa For-mativa y en el modelo teórico socio-político del "Señorío" o Cacicazgo, Ysu aplicaci6n a las sociedades prehis-t6ricas del Macizo Andino y del Valledel Cauca. También dirigi6 un semi-nario de postgrado, analizando algu-nos sistemas simb6licos de los indiosde la Sierra Nevada de Santa Marta ylos del Vaupés.

A su regreso a Bogotá, el profesorReichel-Dolmatoffha recibido de ma-nos del Señor Embajador de Austria,la Cruz Litteris et Artis de PrimeraQase, que le otorg6 el Gobierno deAustria, como máximo honor del Mi-nisterio de Ciencia e Investigaci6n deaquella naci6n ..La condecoraci6n lefue impuesta durante la recepci6n dedespedida del Señor Embajador ArturSchuschnigg, acto donde estuvieronpresentes miembros del cuerpo diplo-mático, de la sociedad y de los círcu-los académicos de la capital.

Nacido en Austria en 1912 y edu-cado en Viena, Munich y la Universi-dad de París, lleg6 a Colombia en1939, por invitaci6n del entonces Pre-sidente, Dr. Eduardo Santos. Form6parte del grupo que, bajo la direcci6ndel Profesor PAUL RIVET, organizólas investigaciones etnol6gicas y ar-

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queol6gicas en el país. Fue miembrodel Instituto Colombiano de Antropo-logía y fundador y primer director delDepartamento de Antropología de laUniversidad de los Andes.

En investigaci6n se ha dedicadoprincipalmente a la Sierra Nevada deSanta Marta, a las tierras bajas de laCosta Caribe y a las tribus del Vaupés.Es autar de una docena de libros ymás de un centenar de artículos sobretemas antropol6gicos colombianos.

Es uno de los pocos miembros la-tinoamericanos de la National Aca-demy 01 Sciences; recipiente de lamedalla "Thomas Henry Huxley", deInglaterra, y, recientemente, MiembroFundador de laAcademia de Cienciasdel Teréer Mundo. Es Miembro deNúmero de la Academia Colombianade Ciencias y, en 1973, recibi6 el Pre-mio Nacional de Ciencias «FranciscoJosé de Caldas)~.

Desde 1974 es Profesor Adjunto dela Universidad de Califomia, Los An-geles, pero tiene su residencia perma-nente en Bogotá. Casado con laAntropóloga AUCIA DUSSAN, co-autora de muchas de sus publicaciones.

11LA UNIVERSIDAD

NACIONAL EN LA RADIO-DIFUSORA NACIONAL

PROGRAMAArte y Cultura en la UniversidadNacional.Realizaci6n y producci6n de Luz Ste-lla MillánSábados, 8 a.m., en sistema A.M.

PROGRAMACiencia y Tecnología en la Universi-dad NacionalRealizaci6n y producci6n de JuanFrancisco MillánDomingos, 8 a.m., en sistema P.M.

Los programas de «Arte y Cultu-1'3.» y «Ciencia y Tecnología» comen-zaron a emitirse el sábado y el

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domingo 6 Y 7 de Mayo y son produ-cidos en los Estudios de la Radio Uni-versidad Nacional, bajo la DirecciónGeneral del Profesor Héctor MartínezGarcía y la Edición Técnica del Inge-niero Carlos E. Raigoso.

Estos programas presentan entre-vistas y debates, reseñas sobre semi-narios, conferencias y congresos,comentarios bibliográficos sobre lasdiferentes publicaciones de la Univer-sidad y sus autores. Comentarios so-bre los eventos culturales quediariamente se presentan en los dife-rentes auditorios de la UniversidadNacional.

Estos programas son vehículo parainformar semanalmente sobre la ges-tión política, académiCa y administra-tiva del Alma Mater.

En estos programas se ha entrevis-tado a la pintora Marta Combariza, aSalomón Kalmanovitz, a Jaime Aro-cha sobre "Televisión y violencia", aFlorence Tbomas de la Universidadde París, a Totó La Momposina, aEduardo Pizarra, a Emilio Yunis, aPablo Leyva, etc., etc.

VUELVE A COLOMBIAUNA GRAN EDITORIAL

Después de varios años de ausen-cia vuelve a las librerías colombia-nas una de las mejores editoriales deSuramérica: Monte Avila Editores,fundada en Caracas hace 23 años.Con una producción anual de 100títulos y un grupo de escritores, edi-tores y traductores de primer orden,Monte Avila se ha convertido en unode los más cuidadosos, más estric-tos, más esenciales e indispensablesfondos editoriales, que junto al Fon-do de Cultura de México constituyelo más importante de nuestros países(es una lástima, y tal vez un graveerror, que el Fondo de Cultura haya

. duplicado sus precios al público,quedando al mismo nivel, y muchasveces más alto, que las editorialesespañolas: Siruela, Alianza, Tus-

quesls, Turner, Montesinos, Anaya, ...).La importanc:ia de volver a recibir untrabajo editorial tan exigente y de tanalta calidad intelectual es invaluable,sobre todo por tratarse de un intelecto"nuestro" .

HACE 100 AÑOS NAaOEN VENEZUElA JaSE ANTONIO

RAMOSSUCRE

JoSE BArZA Novelista, ensayistay profesor universitario, venezolano.(Autor de Monte Avila). Al azar leí en1958 el poema Entonces, de José An-tonio Ramos Sucre. Descubrir a losdieciocho años la solidaridad. mentalcon un gran poeta, saberse ya identi-ficado por la escritura desgarrada deese (para mí) desconocido, signó de-finitivamente mi visión de lo que ha-bría de ser un poema. ¿Quién detantos escribientes (quién entre todoslo que han escrito en nuestro país bas-ta.los años cincuenta) había sido ca-paz de mirar su vida como lainsuficiencia de un proyecto estético,como el fracaso de saberse envueltoen ese estupor de un mal infinito?Aún puedo repetir de memoria losfragmentos de aquel poema que re-verberan enriquecidos por su límitepredictivo para quien los leyó durantela adolescencia

¿Qué es lo que esconde el magní-fico lenguaje de Ramos Sucre, porqué su increíble claridad descriptivaes siempre apenas una oscura capaque sucesivamente nos engaña? Laproposición básica expuesta en cadapoema suyo parece clara si leemos só-lo una vez, pero cada nueva lecturadisloca todo hallazgo precedente.Leemos: "Yo visitaba la selva acústi-ca, asilo de la inocencia y me divert{acon la vislumbre fugitiva, con el des-var{o de la luZ' (Antífona). Leemos:y he allí un gesto de dolor a una ame-naza o una lección moral: podemostranquilizamos con cualquiera de esossentidos. Pero si se vuelve al poema,nuestra decisión vacilará: hay ahoramatices lingüísticos que crean ciertaambigüedad pasada antes por alto. Yese salto de un significado a otro en-cierra el secreto que Ramos Sucre su-giere: él mismo desconoce cuál esese secreto: él, como lector vacilará:

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cada poema constituye un sistema deverdades presentidas: cierta leve coin-cidencia entre percepciones e ideas, lainsalvable distancia de una imagen ysus refracciones (o sus resonancias aní-micas). Si Ramos Sucre hubiese estruc-turado sus poemas alrededor de unconcepto (definitivamente expresado odiluido en los párrafos) no habría anfi-bología: el poema sería su propia reali-dad. Pero el recurso clave del autor serála imagen, circundar ese concepto conuna imagen. Qué conciso y razonadoproceso lo lleva a redondear esas visio-nes, minuciosas en sus límites justos:c6mo fOlja la extensión visual alrede-dor de un vacío casi imposible de dis-cernir. Para él, allí quedará atrapada esasugerencia, ese designio que lo lanza areunir palabras: para él tal es el únicoacto que le permitirá obtener ciertoequilibrio momentáneo para él, la es-critura habrá atrapado un sentido, unaexpresión, un sentimiento. Para noso-tros los lectores, qué exhaustivo esfuer-zo (¡cuánta increíble e inesperadaforma mental adivinaremos en nuestropropio pensamiento!) conlleva el ha-llazgo del vacío det~ de la imagenporque ese poema está como un jardíno un beso «enriqueciendo más la diver-sidad del mundo» (La aristocracia delos humanistas).

La concreción material (palabras,signos de puntuación) de los poemaspueden damos indirectamente vis-lumbres sobre su propia formula-ción como tales. Aunque el poemano sea precisamente esas palabrasusadas en él ni su distribución o lossignos de puntuación que las sepa-ran, es necesario descubrir, como di-jimos al comienzo, sus elementosarquitectónicos, decisivos en ellas.La oración dinámicamente presididapor verbos, recta en su apertura, ja-más diluida por ramificaciones y/oexplicaciones colaterales; la oraciónconducida hacia un inusitado valordel adjetivo es el residuo concretodel poema.

Hipotéticamente señalábamos elvacío que justifica y realiza ese siste-ma de verdades presentidas: porquela plenitud de cada poema, la fijaciónde un sentimiento, de un gesto- estambién una última forma de la de-sesperación: la lucidez sobre la ausen-

cia escrita de los hechos. Estas sonsus palabras:

«La imagen es la manera concretay gráfica de expres.arse,y declara unaemotividad fina y emana de la agudaorganizaci6n de los sentidos corpora-les (...).

La imagen siempre está cerca delsímbolo o se confunde con é~y, fuerade ser gráfica, deja por estela ciertavaguedad y santidad que son propiosde la poesla excelente, cercana de lamúsica y lejana de la escultura. Laimagen, expresi6n de lo particular,conviene especialmente con la poesía,porque el arte es individuante» (Sobrela poesía elocuente)

De J.A Ramos Sucre (y sobre él),Monte Avila ha editado:

- J.A. Ramos Sucre. Antologla,1970.

- J.A. Ramos Sucre. Los A ires delPresagio, 1976.

- Ramos Sucre Ante la Cr{tica,1980.

CRONOLOGIA RAMOS SUCRE(1890-1930)

1890 El 9 de junio nace en Cu-maná, hijo de Jer6nimo Ramos Mar-tínez, historiador y escritor. Su madrees nieta del coronel José Ger6nimoSucre Alcalá, hennano del Mariscal.

1895 Asiste a la escuela en Cu-maná.

1898 Nace Lorenzo, el más que-rido de sus hennanos, con quien man-tuvo reveladora correspondencia.

1900 En agosto, el Padre Ramos(su tío, Doctor en Teología y DerechoCan6nico) lo lleva a Carúpano y lo ins-cribe en el Colegio Santa Rosa. José

Antonio vive durante tres años en casadel tío, a cuya biblioteca se aficiona.

1902 Nace otra hennana: Car-men (1902-1938). El 23 de marzomuere repentinamente el padre, de 55años. Las dificultades econ6micasobligan a trabajar a la madre, quientiene 32 años.

1906 Estudia, por estos años,francés, inglés, italiano y alemán (an-tes había sido introducido al latín porel padre R~os).

1910 Se gradúa de Bachiller enfilosofía. Entre sus compañeros depromoci6n se encuentra el poeta CruzSalmerón Acosta.

1911 Con la ayuda de Salmer6n, Acosta, se traslada a Caracas a estu-

diar. La Universidad pennanece ce-rrada debido a una epidemia. JoséAntonio vive en una pensi6n. Publicala traducci6n del prólogo latino deChauventon para <<Lahistoria delNuevo Mundo», de Benzoni. Dictaclases en el Colegio Sucre.

1912 Publica en diarios y revistasde Caracas algunos textos iniciales.Sólo uno de ellos «Defensa de la so-ledad» es incluido en sus libros. Co-mienza estudios de Decreto y deLiteratura en la Universidad Central.

1913 El dictador Gómez cierra laUniversidad. José Antonio estudia porsu cuenta Derecho, griego y danés.Dicta clases de latín y griego en elLiceo Caracas (hoy Andrés Bello), cu-yo director era R6mulo Gallegos. Ga-na por concurso las cátedras deHistoria y Geografía Universal y deVenezuela en la Escuela Nacional deMaestros. Es nombrado colaboradoren el Museo Bolivariano. El poetaSalmerón Acosta, amigo y condiscí-

pulo, atacado por la lepra, regresa aAraya, su tierra natal.

1914 Obtiene un cargo en la Can-cillería, donde se desempeña comotraductor e intérprete hasta 1929.

1917 Concluye con éxito susexámenes de Derecho. Comienza aestudiar sueco y holandés.

1921 Publica su primer libro,«Trizas de Papel», compilaci6n detextos aparecidos en diarios y revistas.Comienza a padecer de insomnio: ca-mina de noche, a solas, por la ciudad;lee y estudia hasta muy tarde.

1925 La UCV reinicia activida-des. José Antonio recibe el título deDoctor en Ciencias Políticas. Publica«La Torre de Tim6n», que incluye«Trizas de Papel», con modificaCio-nes, y más de 50 nuevos textos. Co-mienza a dar a conocer sus aforismos.

1928 En la revista «Válvula»,editorializada por A. Uslar Pietri, pu-blica «El cortesano».

1929 Días de depresi6n. Hacia fi-nes de año publica sus dos últimoslibros: «El cielo de esmalte» y <<Lasformas del fuego». El 26 de noviem-bre es designado cónsul en Ginebra.

1930 El 4 de enero se interna enel Instituto Tropical de Hamburgo,por un mes, para tratarse sus «des6r-denes nerviosos». En febrero ingresaal sanatorio Stephanie, en Merano,Italia En mano se ve obligado a asu-mir sus funciones en el consulado, enGinebra El día 18, primer intento desuicidio: Veronal. El 7 de junio escri-be: «No me resigno a pasar el restode mi vida ... en la decadencia men-tal». El 9, cumple 40 años: nueva ten-tativa de suicidio. No se recupera:muere el 13 de junio.

Mr. and Mrs. Waller Leislikow, 1902. Lilograffa.

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