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Bakunin, Mijaíl - Federalismo, socialismo y antiteologismo [escaneado].pdf

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FEDERAL! ~10 , "OCIALI \Ill Y XTl Et LoGI Mt

DEL MISMO AUTOR

Dios y el Estado.- Una peseta.

M. BAKOUNINE

FEDERALISMO, SOCIALISMO Y ANTITEOLOGISMO

CARTAS SOBRE EL PATR IOTISMO

T! ·rrclurf'ion de Ramon luri/ie:

F. SE!I!PERE Y CaMPANiA, EnrTORES

Isabel Ia catollca1 5 Salas1 ~ (Sncursal) VALENCIA MADRID

I Int. lnstituut Soc. Geechiedenls

Am lerdo m

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I mp. de la Caea Editorial .F. Sempere y Comp.'l-V ALENOIA

,,

Fe~eralismo, So~ialismo y A~titeolo~ i smo

PHOPOSICI(> I l\IOTIYAUA

al Co mit~ Ccn tral de Ia Liga de Ia Paz y de Ia Li bert ad

l'OU

M. BAKOUNINE

Ginf'l;'·" nJ

Sefiores: La obra que nos incumbe hoy ee Ia de organi­

zar y consolidar definitivamente la liga de la Paz y de la Libertad, tomando por base los principios que se han formulado por el co mite directi vo pre­cedente y votadas por el primer Congreso. Estos principios constituyen desde hoy nuestro titulo, base obligatoria de nuestros trabajos posteriores. No nos estll permitido omitir la menor parte, pero tenemos el derecho y hasta el debar de desarro­llarlos.

(1) Eete ee el lltulo definitivo adoptado en las pruel>ae corre­gidaa; Ia prueba contenfa otro titulo: Proposici6n tle lob rtiiOB, tniemln'os del Comifd Cwtral rlt la L. de laP. y de la L., y el ma­nuecri to de Bakounine (in 1, p. l) !leva pot Utulo: Propoaici6n motivada de loa ruaos, miembros chJ Comit~ per manente de Ia Liga de Ia Psz y de Ia Libertad, apovada por ~I. Aleundre N aquet, delegado frances, y pur M;\l. Yaleneo ~Iroczkow ki y Jean 7.agor Pki, delegadoa polacos.

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Y nos parece m~s urgente hoy llenar este deber, P?rque, c~mo todo el, mundo sabe, estos princi­pws han s1do formulactos de prisa, bajo la presi6n de Ia pesada hospitalidad ginebrina ... Los hemos bos.quejado, por asi decirlo, entre dos tempestades, obhgad?s como estAbamos A disminuir la expresi6n para ev1tar un gran escAndalo que hubiera podido terminar por la destrucci6n completa de nuestra obra.

Hoy q?e, gracia.s Ala hospitalidad mAs sincera y mAs ampha de la v1lla de Berna, estamos libres de toda presi6n local exterior, debemos restablecer estos princip}os en su integridad, dejando :1 un !ad? los eqm vocos, como impropio de nosotros, md1gnos de la gran obra que tenemos la misi6n de fun dar.

Las reticencias, las .mentiras, los pensamientos cer~enados, las c?mplacie.ntes atenuaciones y con­ceswnes de una mfame dtplomacia, no son los ele­mentos de que ee forman las grandes casas; ostas se ~acen con _corazones elevados, un espiritu jus to y f1rme, un fm claramen te determinado y un gran valor. Senores, hemos emprendido una gran obra, eleve~o!los A la altura da nuestra empresa: gran­de 6 ridiCula, n? hay nada mejor, y para que sea grande, e_s pre.ciso que por nuestra audacia y por nuestra smcer1dad seamos graudes tam bien.

Lo que os proponemos no es una discusi6n aca­demics de los principios. No ignoramos que nos hemos r.eunido aquf principalmente para concertar los J?edws y las medidas politicas necesarias para reahza_r.nuestra obra: pe~o tambien sabemos que B? pohtiCa n? hay. practl?a honrada y util posib]e sm una teona y sm un fm claramente determina­dos. ~dem~s, inspirado~ c?mo estamos por los mAs amphos y hberales sontimientos, podriamos llegar

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A una realidad diametralmente opuesta A estos sen­timientos: podriamos comenzar con convicciones republicanas democraticas, socialistas, y acabar como bismarckianos 6 como bonapartistas.

Debemos ocuparnos hoy de tres casas: 1. ~~ Establecer las condiciones y preparar los

elementos de un nuevo Congreso. 2.u Organizar nuestra Liga todo cuanto sea po­

sible en todos los paises de Europa, extenderla hasta America, cosa que nos parece esencial e insti­tuir en cada pais comites nacionales y subcomites provinciales, dejando a cada uno toda la autonomia legitima necesana y subordinAndolos todos por or­dan jerArquico al comite central de Berna. Dar a estos comites plenos poderes e instrucciones nece­sarias para la propaganda y para la recepci6n de nuevos miembros.

3.u En vista de esta propaganda fundar un pe-ri6dico.

Es e vi den te que para hacer estas tres casas de­bemos ante todo establecer los principios que de­terminando de una manera clara que no d~ lugar a dudas, la naturaleza y el fin de la Liga inspiren y dirijan, por un lado nuestra propaganda, tanto verbal como escrita y por otro sirvan de con­diciones y de base para admitir nuevas adhesiones. Este ultimo punto, seiiores, nos parece esencial­mente importante, porque todo el porvenir de nuestra Liga deJ>endera de las disposiciones de las ideas y de las tendencias tanto politicas como so­ciales, tanto econ6micas como morales de esta mul­titud de recien llegados a los cuales debemos abrir nuestras filaa.

Formando una instituci6n eminentemente de­mocratica no pretendemos gobernar nuestro pue­blo, es decir, la masa de loa adheridos, de de el

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m~s alto al m~s bajo, y desde el momento en que estemos bien constituidos no nos permitiremos nunca imponerles la autoridad de nuestras ideas. Por el contrario, queremos que los subcomit~s pro­vinciales, los comit~s nacionales y basta el comit~ central 6 internacional elegido, desde el m~s mo­desto al mas elevado por el sufragio de los adheri­dos de todos los paises, sean la fiel y obediente expresi6n de sus sentimientos, de sus ideas y de su voluntad. Pero hoy precisamente que estamos re ­sueltos a someternos en todo lo que se relacione ~ Ia obra comun de la Liga ~los votos de la mayoria, hoy que aun somos un pequefio numero, si quere · mos que nuestra Liga no se desvie nunca del pri­mer pensamiento y de la direcci6n que le han dado sus iniciadores, ~no debemos tomar medidas para que nadie pueda entrar con tendencias contrarias ~ este pensamiento y a esta direcci6n? Debemos organizarnos de manera que la gran mayoria de los que se han adherido sea siempre fiel ~los sen ­timientos que nos inspiran hoy y establecer las reglas de admisi6n de tal manera, que aunq ue cam­hie el personal de nuestros comites, el espiritu de Ia Liga no cambie jamas.

. No podremos llegar a este fin mas que estable­ciendo y determinando tan clara mente nuestros principios, que ningun individuo que nos sea hostil pueda colocarse nunca entre nosotros.

No hay duda que si evitamos p recisar nuestro caracter real, el numero de adhesiones podia ser mayor. En este caso podriamos, como nos lo ha propuesto el delegado de Bale, M. Schmidlin , aco­ger en nuestras filas asesinos eclesiasticos, y ~por que no gendarmes?, 6 como acaba de hacer la Liga de la Paz fundada en l-~'rancia bajo la alta protec ­ci6n imperial por M. M. ~1iguel Chevalier y Fede-

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rico Passy, suplicar a alg unas ilustres princesas de Prusia de Rusia 6 de Austria, que aceptaran el titulo de miembros honorarios de nuestra asocia­ci6n. Pero dice el proverbio q ue el q ue mucho abarca poco aprieta; y comprariamos estas magn~­fi cas adhesiones aJ precio de n uestra com plata am ­quilaci6n, y entre tantos equivocos y frases que emponzofi an hoy la opini6n publica de Europa, nosotros no serfamos mas q ue unos de tantos. Por otro lado es eviden te que si proclamamos al ­tamente nuestros principios, el numero de las ad · hesiones sera mucho manor; pero saran adhesiones mucho mas serias y con las cuales podremos con tar, y nuestra propagan da, sincera, inteligente y seria no envenenara, moralizara al publico.

Veamos, pues, icuales son los principios de uues­tra nueva asociaci6n? Se llama Liga cle la Paz y de la L ibPJ"tad. Ya es mucho; por esto nos d istingui ­mos de todos los que quieren buscar lapaz a cual­quier precio, hasta al precio de la libertad y de la bumana dignid ad . Tambien nos distinguimos de la sociedad inalesa de lapaz que, haciendo abstracci6n de toda polrtica, se imagina q ue con la organizaci6n actual de los Estados en Europa la paz es posible. En coutraposici6n a estas tendencias ultrapacificas de las sociedades parisien e inglesa, nuestra Li.r;rt proclama que no cree en Ia paz y que no la desea sino bajo Ia condici6n suprema do La libertad.

La libertad es una pal a bra sublime que design a una gran cosa q ue no dejara nunca de electrizar los coraz0nes de todos los hombres, pero quo, sin embargo , necesi ta estar bien determinada , sin lo cual no escaparfamos a t equi voco y podriamos ver bur6cratas partidarios de la liher tad civil , mo­narquicos CO"~Stituciona le:;, Bri.:t6cra tas y hurgue ses liberates, todos mas 6 menos partidarios del

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pri vilegio y enemigos natural~s de la de~oc.racia, venir ~ colocarse en nuestras fllas y constltutr una mayoria entre nosotros bajo el pretexto de que ellos tambien aman la libertad.

Para evitar las consecuencias de una fastidiosa y mala interpretaci6n, el Congreso de Ginebra ha proclamado que deseaba <fundar la paz sobrf' la df'mocracia y sobre la libertad,, de d~nde se ded~ce que para ser miembro de nuestra Ltga, es premso ser dem6crata.

Por consecuencia est~n excluidos todos los aris-t6cratas, todos los.partidarios de algu~ pri vil?~io, de algun monopoho 6 de alguna exclust6n pol_ttica, cualquiera que esta sea; la palabra democrama no quiere decir otra cosa que el gobierno del pueblo por el pueblo y para el pueblo, comprendien?o bajo esta ultima denominaci6n toda la masa de CIU· dada nos, y hoy seria preciso ai1adir, de los ciuda­danos que tambien forman una naci6u.

En este sentido, todos somos seguramente de­m6cratas.

Pero debemos reconocer al mismo tiempo que este termino democracia no basta para determinar el car~cter de nilestra Liga y que como el deLi­bertad considerado aparte puede pre~tarse ~ malas interpretaciones. ;.No hemos visto en los comienzos de este siulo, en A me. ica los plantadores, los es­cla vistas l,el Sur y todos sus partidarios de los Estados Unidos del Norte llamarse dem6cratas? ,,El cesarismo moderno, con sus repugnantes conse­cuencias suspendido como una horrible amsnaza aobre todo lo que se llama humanidad en Europa, no se llama igualmente dem6crata? ;.El mismo im­perialismo moscovita y de San Petersburgo, el Estado sin frases, ese ideal de todos los poderes militares y burocr~ticos centralizados, no han ani·

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quilado (tltimament~ ~ Polonia en nombre .de }a democracia? Y es evtdente que la democrama sm libertad no puede servirnos de bandera. ;.,Pero la democracia fundada en la libertad, que es m~s que la Republica?

La alianza de la libertad con el pri vilegio, crea el regimen mon~rquico constitucional, pero su alianza con la democracia no puede realizarse m~s que en la Rl'pftblica. Por medida de prudencia que nosotros no aprobamos, el Coogreso de Ginebra en sus acuerdos ha creido debar abstenerse de pro­nunciar la palabra Reptlblica, pero al proclamar su deseo de fundar la paz sobre la democracia y sobre la libertad , , se ha declarado implicitamente republicano. Por COI!SCC/lf'tWa. nur ~tm L~r;rr delu J r clrnwc, r£l1ca y rcJJitbllcruza al ousmo l1nnpo, y pensa­mos, senores, que aqui todos sonws republicanos en este sentido, que empujados por l ~:~.s consecuen­cias de una inexcueable 16gica, ad vertidos por las lecciones A la vez sanas y duras de la historia, por todas las experi~ncias del pasado y sabre to do il u­mioados por los sucesos que han entristecido a Europa desde lH-!8 como por los peligros que Ia amenazan hoy, hemos llegado todos igualmente a esta con vicci6n: qllt las 1 1/'d it llciom:::. monft rrpt im .,on 11lCOIJijJalth1r s CIJil r-1 n :i narlo de lfl pa: ,z, Ia justicia y dr• 1 a ldJfJ' I wl.

En cuanto a nosotros, como socialistas rusos y como slavos, creemos que es nuestro debar decla­rar fraucamente que para nosolros Ia palabra re­pttblica s6lo tiona este valor 111 !l"liw: el de er el derrumbamiento 6 la eliminuci6n do la monarquia y que no s6lo no es capaz de exaltarnos, sino que por el contrario, siempre que nos representan Ia reiJttblica como una soluci6n positi va y ori2 de todas las cuestiones del dia, como el fin supremo

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hacia el cual deben tender todos nuestros esfuer­zos, sentimos la necesidad de protestar.

Detestamosla monarqufa con todo nuestro cora­z6n, no pedimos nada major que verla derrumbar­se en toda Europa y en todo el mundo y estamos con vencidos de que su abolici6n es una condici6n sine qua non· de la emancipaci6n de la humanidad. Bajo este punto de vista, somes francamente repu­blicanos; perc no creemos que basta aniquilar la monarquia para emancipar los pueblos y darles Ia justicia y la paz; estamos firmemente persuadidos, por el contrario, de que una grande republica mi­litar, burocratica y polfticamente centralizada puede llegar, y necesariamente llegara, a un poder conquistador en el exterior, opresi vo en el interior e incapaz de asegurar a sus partidarios, aunque se ltamen a si mismos ciudadanos, el bienestar y la libertad. lNo hemos visto a la gran naci6n francesa constituirse dos veces en repl'tblica democratica y dos veces perder su libertad y dejarse arrastrar a guerras de conquista?

e,Atribuiremos nosotros como lo hacen muchos estas recaidas deplorables al temperamento hgero y a las costumbres disciplinarias, hist6ricss del pueblo frances, que segun pretendian sus detracto­res es muy capaz de conquistar la libertad por un impetu espontaneo y tempestuoso, perc no de go· zarla y practicarla?

Nos es imposible, senores, asociarnos a esta condenaci6n de un pueblo entero, de uno de los pueblos mas inteligentes de Europa. Estamos con­vencidos de que si en dos mementos diferentes, la Francia ha perdido su libertad y ha visto su repu­blica democratica transformarse en dictadura y en democracia militar, la falta no esta en el caracter de un pueblo, sino en su centralizacifm polttica que,

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preparada de antemano por sus reyes y sus hom· bres de Eslado, personificada mas tarde en aquello que Ia ret6rica complaciente de la corte llama el Gran Rey, despues empujada al abismo per los ':er­gonzosos des6rdenes de una monarquia decrep1ta, hubiera perecido ciertamente ~n el cieno si !a Re­voluci6n no la hubiera levantado con sus podero sas manes.

Cosa extrafia, esta gran Revoluci6n que por pri­mera vez en la historia habria IJroclamado no s6lo Ia libertad del ciudadano, sino la del hombre, ha­ciendose la heredera de la monarquia que mataba, habia resucitado al mismo tiempo esta negaci6n de toda libertad: la centralizacion y la onmipotencia rlf'l Estadu.

Reconstruida de nuevo por la Constituyente, combatid&, perc con poco exito; por los Girondin.os, esta centralizaci6n Eue acabada por la Convenm6n Nacional.

Robespierre y Saint Just fueron los verdaderos restauradores: nada falt6 ala nueva maquina gu­bernamental; ni el Ser Supremo, con el culto del Estado. No esperaba m~s que un hflbil maquinista para mostrar al mundo, estupefacto, toda la pede­rosa opresi6n de que habia side dotada por sus imprudentes constructores y Napole6n I io fu{;, Por consecuencia, esta Hevoluci6n, que habia sido en sus principios inspirada por el amor de la li­bertad y de la humanidad, por aquello que habia creido que podria conciliarlos con la centrallzaci6n del Estado, se suicidaba, los mataba, engen­drando en su Iugar la dictadura militar, el Ce ­sarismo.

lNo es evidente, sE:nores, que para salvar la li · berlad y la paz de Europa nos debemos opener f1 esta monstruosa y opresiva centralizaci6n de los

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Es~ados milita_res,_ burocr6ticos, desp6ticos, mon6r­qmcos, constttumonales y basta republicanos por el grande y saludable principia del Fede?·alisn~o principia cuyos ultimos sucesos en los Estado~ Unidos de la Am~rica del Norte nos lo ha demos­trado triunfalmente~

Desde hoy debe ser claro para todos los que quieran la emancipaci6n de Europa, que, conser­vando nuestras simpatias por las gran des ideas so­cialistas y humanitarias anunciadas por la Revolu­ci6n francesa, debemos rechazar au polftica de Esta· do y adoptar resueltamente la politics de la libertad de los americanos del Norte.

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El federalismo

Nos consideramos dichosos al poder declarar que aste principia ha sido aclamado un6nimemente por el Oongreso de Ginebra. La misma Suiza, que hoy lo practice con tanta fortuna, se ha adherido sin restricci6n alguns y lo ha aceptado con todas sus conaecuencias. Desgraciadamente, en las reso­luciones del Oongreso, este principia ha sido mal formulado y nose ha mencionado mls que indi­rectamente, primero con pretexto de la Liga que debemos establecer y ml1s abajo con relaci6n al pe­ri6dico que debemos redactar bajo el titulo de cEstados Unidos de Europa , siendo asi que debie­ra, segun nosotros, ocupar el primer Iugar en nues­tra declaraci6n de principios. Es esta una laguna enojosa que debemos apresurarnos 6 llenar. ...,on­forme al sentimiento un6nime del Congreso de Gi­nebra, debemos proclamar:

1. 0 Que para hacer triunfar la libertad, la jus­ticia y la paz en las relaciones internacionales de Europa, para hacer imposible la guerra civil entre los diferentes pueblos que componen la familia au­ropes, no hay m6s que un medio: el de constituir los l!.stados Umdos de E1uopa.

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2. 0 Que los Estados de Europa no podran ja­mas formarse con los Estados tal y como estan hoy constituidos vista la desigualdad monstruosa que existe entre sus fuerzas respectivas.

3. 0 Que el ejemplo de la muerta Confederaci6n germanica ha probado de una manera perentoria que una confederaci6n de monarquias es una irri · si6n y que es impotente para garantir la paz 6 la libertad de las multitudes.

4. o Que ningun Estado ceutralizado burocrati­co y por esto mismo militar, aunque se llama a si mismo republicano, podra entrar seria y sincera­mente en una confederaci6n intern acional. Por su constituci6n, que sera siempre una negaci6n franca 6 encubierta de Ia libertad interior, sera necesariamente una declaraci6n de g uerra per­manente y una amenaza contra la existencia de los paises vecinos. Fundada esencialmente sobre un acto ulterior de violencia, la conquista, 6lo que en la vida privada se llama robo con fractura; ­acto bendecido por la Iglesia de una religi6n ~ual ­quiera, consagrado por el tiempo y por lo mtsmo transformado en derecho hist6rico; - y apoyando­se sobre esta di vina consagraci6n de la violencia triunfante como sobre un derecho exclusive y su­premo, cada Estado cen tralizado se coloca por si mismo como una negaci6n absoluta del derecho de todos los demas Estados, no reconoci~ndolos jamas en los tratados que celebra con ellos mas que por interes politico 6 por impotencia .

5. o Que todos los que se adhieran a la Liga deberan, por consecuencia, dirigir sus esfuerzos a reconstituir sus pa trias respecti vas, para poder reemplazar Ia antigua organizaci6n fundada de alto abajo, sobre la violencia y sobre el principia de autoridad ; por una organizaci6n nueva, que no

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tenga otra base, quo los intereses, las nec.esidade~ y las atracciones naturales d~ las . poblacwne.s , ~1 otros principios que la federae16n hbre de los m.dl· viduos en los pueblos, los pueblo~ en las provm­cias (1), las provincias, en las nae1ones y estas en los Estados Unidos, y por fin, en el mundo entero.

G." Oonsecuencia: a ban dono absolute de todo Io que se llama derecho hist6rico de los Estados; todas las cuestion es relativas a las fronteras natu­rales, polfticas, estrategicas y comerciales deberan

(1) El iluatre patriots italiano !osc Mazzini cuy?.ideal rep~ blicano no era otro que Ia repubhca francesa de 17 ~;3, refund I ­

da en las tradiciones poelicas de Dante, y en l~s recuerdos ambicioaos de Horua soberana del mundo, correg1da despues bajo al punto de vista de una teologfa nueva~ .medio rac.ional y medio mfstica,-a~te patriots erninenle, ambicioso, apas10nado, y siempre exclnsivo a peaar de todos los eafuerzos que ba hecho para elevarse a Ia altura de Ia juaticia inl~rnacion~l y que ba preferido Ia grandeza y el poder de su patr!a a BU bl~nestar y a au libertad, ba sido aiempre el adversano encar01zado de Ia aulonomfa de las provincias, que natural mente turbarfa Ia seve-ra uniformidad de au gran Estado italiano. . •

Pretende que para contrabalancear Ia owmpotenc1a de Ia re­publica s6lidamente in~tituida, Ia autonoru1a de los pueblos ~a~· tarA. Se equivoca. ningtlD pueblo aislado, sera capaz de reslstlr al poder de esta formidable centrali:t.aci6n, sena tleetr.ozada. Porno eucumbir en eeta lu cha debena confederaree en \•tala de una reeistenda coruun con todos los puebloa vecinoP, es decir, que deberfa (ormar con ellos una provwcia aut6noma, ademli'i det!de el momento en que las provineias no sean aut6uorun~. sera preciso gobern'\rlas por funl'iooarios del Edtado. Entre el federalisruo rigorosamente, consecuente, y el regimeR burocr!\­tico, no bay termino medio, tle donde ret!ulta: que Ia republica de~eada por 1\Ianini aeria un Eetado burocralico y por conee­cuencia militar. fundado en vista del poder exterior y no de Ia jusLicil\ interuacional ni de la libertad interior. Eo li9:i, bajo el regimen del Terror, los pueblos de Francin foeron reconocidos aut6nornofl; lo que uo lea impidio ser destrufdo~ por ~1 dei!po­lil!mo reyoludonario de Ia 'onvenciliD, 6 mE>jor didto, del pue blo de Parle, despotit!mo que heretl6 n!ltnralruent~ .Xnpole6n.

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eer considerada~ desde hoy como pertenecientes a Ia historia antigua, y rechazadas con energia por todos los adheridos a la Liga.

7. 0 Reconocimiento del derecho absoluto de cada naci6n grande 6 pequena, de cada pueblo d~bil 6 fuerte, de cad~ pro.vincia, de cada pueblo, en completa autonom1a; s1empre que su constitu­ci6n interior no sea una amenaza y un peligro para la autonomia y la libertad de los paises vecinos.

8. c. Cuando un pais hay a forma do parte de un Estado auque se haya unido libremente, no tendra obligaci6n de permanecer siempre unido 11 el. Nin ­guna obligaci6n perpetua podria ser aceptada por la justicia humana, la unica que puede tener auto­ridad ontre nosotros, y no reconoceremos jamas otros derechos, ni otros deberes que los que se fundan en Ia libertad. El derecho de reunirse libremente es el primero, el mas importante de todos los derechos politicos; aquel sin el cual la confederaci6n no seria mds que una centralizaci6n encubierta.

9. 0 &sulta de todo lo que precede que la Liga debe fran camente prescribir toda alianza de tal 11 tal fracci6n nacional de la democracia europea con los Estados monarquicos, aun cuando esta alianza tu viese por objeto reconquistar la independencia 6 Ia libertad de un pais oprimido- una alianza se­mejante no podria aportar mas que decepciones, y seria al mismo tiempo una tra.ici6n contra la revo­luci6n.

10. • La Liga porq ue es prerisa mente de la paz y porque esta convencida de q11e lapaz no podia ser conquistada y fun dada mAt3 que sobre Ia mas intima y completa solidaridad de los pueblos den­tro de la justicia y la libertad, debe proclamar muy alto sus simpatias bacia cualquier insurrecci6n na-

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cional y cualquier opresi6n, sea ex tranjera, sea in­digena, con tal de que esta iosurrecci6n se haga en nombre de nuestros principios y un intere3 tanto politico como econ6mico de las masas populares, pero no con la intenci6n ambiciosa de fundar un poderoso Estado.

11. 0 La Liga hara una guerra a muerte 11 todo lo que se llama g loria, grandeza y poderio de los Estados. A todos esos falsos idolos, a los cu~ les se han inmolado millones de victimas humanas, opondremos las glorias de la humana inteligencia manifestandose en la ciencia yen una prosperidad universal funda da sobre el trabajo, sobre la justi ­cia y sobre la libertad.

12. o La Liga reconocera la nacionalidarl como un hecho natural, teniendo incontestable derecho a una existencia y a un desarrollo libra, pero no como un principio-todo principia debe tener ca ­racter de uni versalidad y de nacionalidad, no sian­do al contra rio mas que su hecho exclusi vo, scpa­rado . E\ llamado principio d,, JWCIOJudidrul. tal como ha sido implantado Eln nuestros dias por los go­biernos de Francia, Husia y do la misma Prusia y por muchos patriotas alemanes, polacos, italia ­nos y hungaros, no es m{,s que un derivativo opnesto por la reaccion al espiri tu de Ia revoluci6n: eminentemente aristocr:Hico en el fondo basta de-­pt·eciar los dialectos de las poblaciones poco ilns­tradas, negando implicitamonte Ia libertad do las pt·ovincias y la autonomia real de los pueblos y sostenida en todos los pais~s. no por las mas:as po­pulares, de las cuales sacrifican sistem~ticamente los intereses reales por un titulo pt'1hlico r1ue no os o.tr? que el de las clases pri vi legiadas-e te prin­mpto no expresa nada mas que los pretendidos de­rechos hist6ricos y la ambici6n de los Estados. A i

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es que el derecho de nacionalidad no podia ser ja­m~s considerado por la Liga mas que como una coosecuencia natural del principia supremo de Ia libertad, cesando de ser un derecho desde el mo­menta que se coloca, sea contra la libertad sea so-lamente dejando a un lado la libertad, I

13. o La unidad es elfin hacia el cual tiende irre­sistiblemente la humanidad, pero se torna fatal destructora de Ja in teligencia, de la dignidad, d~ 1~ prosperidad, de los individuos y de los pueblos s1empre que se forma dejando <1 un lado Ia libertad sea por la violencia 6 por la autoridad de una ide~ teol6gica, metafisica, politica y basta econ6mica.

El patriotismo que tiende ~ la unidad fuera de la libertad, es un patriotismo malo, siernpre funes­to a los intereses populares y reales del pais que pretende exaltar y servir, amigo con frecuencia, sin desearlo, de la reacci6n-enemigo de Ja revolu­ci6n, es. decir, de la emancipaci6n de las naciones y de los hombres. La Liga no podia reconocer mas que una sola unidad: la q ne se constituira libra­mente por la federaci6n de las partes aut6nomas en el todo, de suerte que es te, cesando de ser la neva­ci6n de los derechos y de los intereses particula;es, cesando de ser el cementerio donde van forzosa­mente ~ enterrarse todas las prosperidades locales, veudra ~ ser, por el contra rio, Ia confirmaci6n y el origen de torlas estas autonomlas y de todas estas p~osp~ridades. Por cons~cuencia, la Liga atacar~ vigoroEamente toda organizaci6n religiose polfti­ca, econ6mica y social que no este absolu'tamente penetrada de este gran principia de Ia 1ibertad: sin el no hay inteligencia, no hay justicia, no hay pros­peridad, no hay humanidad.

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FEDERALISMO, SOC!ALISMO Y ANTlTEOLOOISMO 21

Tales son, senores, segun nosotros y sin du_da segl'm vosotros, los dAsarr?ll?s .Y las conaecue~Cias necesarias de este gran prmCip10 del Federahsmo que el Oongreso de Ginebra ha proclamado tan alto. Tales son las condiciones absolutas de la paz y de la libertad.

· Absolutas, si, e,pero son solas? Nolo pensemos. Los Estados del Sur en la gran confederaci6n

republicana de la America del Norte han sido des­de el acto de independencia de los Estados repu­blicanos, dem6cratas por excelencia (1) y federa­listas hasta querer la separaci6n, y ultimamente se han atraido la reprobaci6n de todos los partidarios de la libertad y de Ia humanidad en el mundo y han estado ~ punto, por la guerra inicua y sacrflega que han fomentado contra los Estados republicanos del Norte, de derribar y deatruir la m~s bella organi­zaci6n polftica que ha existido jamas en Ia historia. tOudl puede ser la causa de un hecho tan extraiio'? iEra una causa polftica? No, era socutl. La organi­zaci6n polltica interior de los Estados del Sur ha sido bajo muchos aspectos mas perfecta, mas com­pletamente libra que la de los Estados del ~or te. En eata magnifica organizaci6n s6lo se encuentra un punto obsouro en las republicas de la antigti.e­dad; la libertad de los ciudadanos ha sido fundada sobre el trabajo forzado de los escla vos. Este pun­to obscuro basta para destruir toda la existencia politics. de estos Estados.

Oiudadanos y esclavos- tal ha sido el antago­nismo en el viejo mundo como en los Cstados hoy

(1) l:ie eabe que en Arucrica eon loB partidarios de los inte­reees del ur contra el Norte, ee decir, de Ia escltwilud coutra Ia emancipaci6n Je los esclavoe, los que t!e llaruau e:~..du~i \"altleute dem6crataE>.

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esclavos del nuevo mundo,- ciudadanos y escla­vos, es de?ir, trabajadores forzados, escla vos no de derecho smo de hecho . Tales el antagonismo del mundo moderno, y como los Estados antiguos han muerto por la escla vitud, los Estados modernos pereceran por el proletariado. Es en vano que se esfuerce~ en consolarse con la idea de q ue es un ant~gomsmo m~s ficticio que real 6 de que es im· pos1ble ~stablecer una linea di visoria entre las cla . ses p ud1entes y las indigentes, dos clases q ue se confunden una con otra por nubes impalpables .

En el ~undo natural esas Hneas di visorias tampo?o ex1~ten; en ra serie ascendente de los sa­res e~ 1mpostble sef1alar el punto donde termina el ramo vegetal y donde comienza el reino animal don~e cesa la bestialidad y donde comienza la hu~ mamdad, no existe una diferencia menos real entre planta y el a~imal, entre este y el hombre. Lo mis­~o em la _so~tedad humana apesar de las posiciones mtermed1anas que forman una transici6n insensi b!e de ';Ina existencia politica y sodal a otra, }a dtferenCla de clases es, Ein embargo, muy marcada Y to_d? e~ mundo sabra distinguir la aristocracia nob1llana de la aristocracia financiera, la alta hur­gues_ia do la _pequm1a ~ este de los proletarios y de f~bncas y v11l~s, lo m1smo que el propietario de tler~as, el r~nt1sta, e_l campesino propietario que cult! va ~~ m1smo la t1erra, el granjero del simple proletano del campo.

. Todas estas diferentes existencias pollticas y so­CI.ales se reducen hoy a dos principales categorias, dtametralmente opuestas Ia una ala otra y enemi­gas naturales la una de la otra; las dascspolilicas (1) compuestas de todos los privilegios tanto de la tie-

( 1) (l Leg. pitnlegiadal!')

FEOERALIBW01

SOCIALISMO Y ANTITEOLO OIBMO

rra como del capital 6 solamente de la educaci6n burguesa (1), y las clases obrera.s des~eredadas tanto del capital como de la tierra y pnvadas de toda educaci6n y de toda inatr ucci6n, seria preciso ser un sofista 6 un ciego para nagar la existencia del abismo que separa hoy estas dos clases. Como en el viejo mundo, nuestra civilizaci6n moderna que comprende una minoria comparativa es la m~s reducida de ciudadanos privilegiados, t iene por base el trabajo forzado (por el hambre) de la in­mensa mayoria de los pueblos, entregados fatal· mente ~ la ignorancia y a la brutalidad.

En vano es que se eaEuercen en pen.madirse de que este abismo puede llenarse con la instrucci6n de las masas populares. ~luy bien eata fundar es­cuelas para el pueblo, pero es preciso preguntarse, si el hombre del pueblo que vi veal dfa mantenien­do ~ su familia con el trabajo de sus brazos, pri va­do ~~ mismo de instrucci6n y de descanso y obli­gado ~ matarse y a embrutecerse con el trabajo para asegurar a los suyos el pan de mailana, ha p9nsado 6 ha tenido el deseo y hasta la posibilidad de en viar sus hijos a la escuela y manten~rlos du­rante to do el tiempo de su matrucci6n. t~o tendra neceaidad del concurso en sus d~biles brazos de su infantil trabajo para subvenir a todaslas necesida­de~:~ de su familia'? Bastante har:'i si lleva el sacrifi­cio hasta hacerlos eatudiar un a no 6 dos, dej~ndo­les apenas el tiempo necesario para aprender a leer y escribir, a con tar y ~ dejarse en venenar la inte-

(1) En uefec.lo d_e otro bien, o~ta ethll'aci6u burguesa l'OD Ia ayuda de Ia l'loh,lat Hlau que Ji~n toJo" lot! miembros dt'l mun,lo burguc~ asegnrn A qnien Lt haya redbii-lo nn pri\·il!:'gw enonne con Ia rcuumeri\ei6Tl de nu trabajo, el trabaJo mt\ medtauo tie loti burguet-et! e;~; pagt\ casi ~:~iempr~:~ tre~ o l'llalro \ece'4 tllt\9

qne el del obrero rua~ inteli~ente.

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li~en.cia y el cora~6n por el catecismo cristiano que dtstrtbuyen a sab1endas con profusi6n en las escue­las popula.res ofi~iales de todos los pafses. iEste poco de mstrucm6n, colocaria nunca las masas obreras al nivel de la inteligencia burguesa? lSe llenaria el abismo? . Es e~idente qPe la importante cuesti6n de Ia mstruc~16n y de la educaci6n popular depende de . la soluCI6n de esta otra cuesti6n, tambien diffcil, de una reforma radical en las condiciones econ6micas actuales de las clases obreras: elevad las condicio­n.e~ del trabajo, dad al trabajo to do lo que de jus ­tic1a merece, dad al pueblo con esto seauridad b. d ' b J tenestar, escanso, y entonces creedlo se ins-truira y creara una civilizaci6n 'mas amplia, mas sana, mas elevada que la vuestra.

~n vano es tambien que digamos con los eco­nomtstas que el mejoramiento de la situaci6n eco­n6mica de las clases obreras depende del proareso general de la industria y del comercio en cad; pais Y de su. completa emancipaci6n de la tutela y de Ia protecm6n de los Estados. La libertad de la indus­tria y del oomercio ea ciertamente una gran cosa y uno de los fundamentos esenciales de la futura alianza internacional de todos los pueblos del mun­do. Amigos de la libertad y de todas las libertades debemos Serlo de egtas igualmente. Pero, par otra parte, debemos reconocer que mientras existan los ~stados a~tuales y mientras el trabajo contin(te s~endo el ste~vo d~ la propiedad y del capital, eata hbertad, ennquemendo a una minima porci6n de la burgues_ia en detrimento ~e la inmensa mayoria de los habttantes, no productra mas que un bien: el, de enervar r ?es~oralizar mas completamente el numero de pr1 vtlegtados, au men tar Ia mise ria los agravios y la justa indignaci6n de las masas obre-

FEDERALTSMO, SOCJALISMO Y ANTITEOLOOlSMO

rae y po~ esto aproximan la hora de la destrucci6n de los Estados. .

Inglaterra, Belgica, Francia y Alemama sou B?-guramente los pafses de Europa do_nde el comerc10 y la industria disfrutan comparat1 vamente de la mas grande libertad y donde alcanza el may?r gra· do de desarrollo, y precisament~ son tambten los pafses en que el pauperismo se stente de ~a "?-anera mas cruel, donde el abismo entre los capttahstas y y los propietarios por un lado y las clases obreras par otro parecen haber llegado a.un punta des_co­nocido en otros pafses. En Husta, en los patses escandina vos, en Italia, en Espana don de el comer­cia y )a industria estan poco desarrollados a me­nos de alguna catastrofe extraordinaria se muere raramente de harnbre. En Inglaterra la muerte por hambre es un hecho diario y no ~on solamente in­dividuos aislados son millares, docenas de cente­nares de millares'los que mueren. l~o es evidente que en el estado econ6mico que prevalece actual­mente en todo el mundo civilizado, la libertad y el desarrollo del coruercio y de la indu tria, las apli­caciones mara villosas de la ciencia a la prod ucci6n, las maq uinas que tienen par misi6n emancipar al trabajador y hacer mas ligero el trabaJO humano, que todas estas in ven ciones, este progreso, del que sa enorgullece con justicia el hombre civilizado, lejos de mejorar la situaci6n de las clases obreras, no hacen mas que empeorarla y hacerla mt\s inso­portable?

S6lo la Arn~rica del Sur es una gt·ande excep· ci6n de esta regla. Pero lejos de destt·uirla, esta misma excepci6n la confirms. i los obreros estan mejor retribuldos que en Europa y .. i nadie se muere de hambre, sial mismo tiempo el antago ­nismo de las clases no existe apenas, si todo los

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trabajadores son ciudadanos y ai Ia masa de eatos ciudadanos constituye un solo cuerpo, y en fin, si una gran instituci6n primaria y hasta secundaria esta esparcida en las masas, es preciso atribuirlo en gran parte a ese espiritu tradicional de libertad que los primeros colonizadores importaron de In­glaterra: suacitado, experimentado y fortalecido en las grandes luchas religiosas, este principio de la independencia individual y de self government co­munal y provincial se encuentra fa voreoido por la rara circunstancia de que trasplantado a un desier­to, entregado, por decirlo asi, a las obsesionea del pasado, pudo crear un mundo nuevo, el mundo de la libertad, y la libertad es una gran maga, esta dotada de un instinto productive tan maravilloso, que, dejandose inspirar por si misma, en menos de un siglo la America del Norte ha podido llegar y adelantar a la civilizaci6n de Europa. Pero no hay que equivocarse, este p!·ogreso maravilloso y esta prosperidad tan envidiable son debidos en gran parte y sobre todo a un importante adelanto que la America tiene de comun con Ruaia: queremos hablar de la inmensa cantidad de tierras fertiles y que, faltas de brazos existen hoy sin oult\var.

Hasta el presente, eata gran riqueza territorial ha estado casi perdida en Rusia, porque no hemos tenido nunca libertad. Otra coaa ha sido la Ameri­ca del Norte, donde por una hbertad como no exis­te otra en ninguna parte, atrae todos loa alios cen­tenares de miles de colones energicos, industriosos e inteligentes, que, gracias a aquella riqueza puede admitirlos en su seno Aleja al mismo tiempo el pauperiamo y retarda el momento en que se im­ponga la cuesti6n social ; un obrero que no encuen­tre trabajo 6 que este descontento del salario que le ofrezca el capital, puede en rigor emigrar al far-

FEDERALISMO, SOCIAL18MO y ANTlTEOLOOISMO 27

"fVes t para labrar cualquier tierra aalvaje y dee­

ocu£:~f>Osibilidad esta siempre al alcance de los

b de America y mantiene, naturalmente, el

o reros d a cada uno una · ornal a una misma altura Y a ! d d . desconocidaa en Europa. Esta es 10 epen enma, · 1 b atura de la ventaja ; veamos la desventa)a, .a ar los productos de la industria, se obtiene, et; gran parte por la baratura del trabajo, lo~ fabncantes american as en Ia mayo ria de las ocB:swnes no .. ~s­tan en estado de luchar con los Ea~ncant?s de Lu­ro a, de donde resulta p~ra Ia wdustrt~. de los Es~ados del Norte la neces1dad de una ta11f~ pro­teccionista. Pero esto da por. result.a~~: prtmero, crear una multitud de ind~strtas arufw;ales y, so­bre to do, oprimir y arrumar a los Estados que no son manufactureros del Sur y hacerles desear la separaci6n; en fin, ag~omer~r en las pobla­ciones como New York, FtladeHta, Bostor:, masas obreras, proletarios, q~e p~co ~ poco comlenzan a encontrarse en una sttnaCI6n analoga a la de los obreros en los gran des Estados manuE.actut'er.os de Europa, y vemos prasentar5e la cuestt6n social en los Estados del Norte como se ha presentado antes entre nosotros.

Forzoso ea reconocer que por regia general, en nuestro mundo moderno sino de hecho, como en la antiaiiedad la civilizaci6n de un pequeflo n(unero esta

0tundada toda via sobre el trabajo forzado y so·

bre la barbarie rt;lati va de la mayo ria. Seria injns­to decir que la clase privilegiada es extrafla al tr~­bajo; por el contrario, en nuestros dins sa lrabaJa mucho y el n(unero de los completamente desocn­pados dismin uye de una man era ::;~nsibl , ues e empicza a tenor orgullo en trabaJRr, por ne lo mas dichosos comprenden hoy qua para evtar ~ la

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altura de la ci vilizaci6n actual, para saber aprove­charse de sus pri vilegios y para poder guardarlos es preciso trabajar mucho. Pero hay una diferen­cia entre el trabajo de las clases acomodadas y el de las clases obreras, yes que el primero, como est~ retribufdo en una proporci6n infinitamente mayor que el segundo, deja descansar a sus privilegiados condici6n suprema de todo humano desarrollo' tanto intelectual como moral, condici6n que n~ existe nunca entre los obreros. Ademas, el trabajo que hacen los privilegiados, es casi exclusivamente trabajo nervioso. es decir, de imaginaci6n, de me­moria y de pensamiento, mientras que el trabajo de millones de proletarios, es un trauajo muscular, y con frecuencia, como por ejemplo en todas las fabricas, un trabajo que no ejercita A la vez todo el sistema muscular del hombre, que s6lo desarrolla una parte en detrimento de las otras, haciendose, en general, en condiciones malsanas para la salud del cuerpo y contrarias a un desarrollo arm6nico. Bajo este punto de vista, el que trabaja la tierra es mucho mas feliz. Su naturaleza, no vioiada por la atm6sfera sofocante y con frecuencia en venenada de las maquinas y de las flibricas, ni contrahecha por el desarrollo anormal de uno de sus musculos 11 expensas de los otros, es mas vigorosa y mas completa, pero en compensaoi6n su inteligencia es mas pesada y menos desarrollada que la de los obreros de las fabrioas y de las poblaciones.

Sumado todo, trabajadores de oficio y de fabri­c~ y labradores, forman re~nidos una sola catego­r~a. que representan el traba;o de los mitsculos en opo­stm6.n a los representantes privilegiados del trabajo nen•toso. &Oual es la con6ecuencia de esta divisi6n no fioticia, sino real, que constituye el fondo de la situaci6n actual, tanto politica como social?

FEDERALIBMO, SOCIALIBMO y ANTITEOLOOIBMO 29

Para los representantes pri vilegia~os ~el lralJ(Lj~ nervioso 6 intelectual- que en la orgamzaCI6n actua de la sociedad estan llamados a represcntarla, no

or ue sean mas inteligentes, sino porque han na­~idJ entre la clase pri vilegiada,-para ellos s~n todos los bienes, pero tambien to~as las corrupmo­nes de la civilizaci6n actual, la nqueza, ell~~o, el

fort el bienestar las dulzuras de Ia farmha, la fi~~rtad politica, ex~lusi va con la facultad de ex . plotar el trabajo de millones de ?b~eros y de gober ­narlos a su antojo y en st_I propto mtere3, ~odas_ las creaciones, todos los refmamtentos de la tmagma­ci6n 6 del pensamiento ... y con el poder de hacer~e hombres completos, to do_ e~ ve.neno de Ia h umam­dad per vertida por el pn vtlegw ..

A los representantes del traba;o "!u.<:cular, a esos innumerables millones de proletarws Y hasta d~ pequefws propietado~ d~ t~erras, ~que les queda~ una miseria sin fin, m stqmera los goces de la fa· milia; porque la familia, p~ra el.p?bre, resulta pronto una pesada ca~g~, la tgnoranCla, una bar­barie y casi una besttahdad Eorzada, C?n .el ~on­suelo de que sirven de pedestal ala C1Vt\tzam6n, ~ la libertad y a la corrupci6u de un pequepo numero.

En cambio conservan sn pureza de espiritn y de caracter . .Oioralizados por el trabajo, auque sea forzado, han guardado su sentido de justicia, tan justa, como la justicia de los jurisconsultos y de los c6digos, siendo miserables; compadecen tlldas las miserias, y conservan su buen sentido, no con·om­pido por los sofismas de las ciBncias doctrinarias 6 por las mentiras de la politicli, y como no han abusado ni u&ado de la vida, tienen fe en la vida.

2,Pero se dir~: e te contraste, este abismo, entro el pequeflo n(tmero de privilegindos y el inmenoEI

30 M. BAKOUNINE

numero de desheredados, ha exiatido siempre y existe aun. ~Que es lo que h!l cambiado1

Consiste el cambio, en que antes este abismo estaba de tal suerte oculto por nubes de religi6n , que las masas populares no le veian ; pero desde que la gran Revoluci6n ha comenzado 11 disipar esas nubes empiezan ~ verlo y 11 pedir justicia, y este cambio es inmenso.

Desde que la Revoluci6n ha hecho caer sobre las masas su Evangelio, no mfstico, pero s\ racional; no celeste, pero si terrestre; no divino, pero si hu ­mano; desde que el Evangelio de los derechos del hombre ha proclamado que todos loa hombres son iguales y todos igualmente l1amados ~ la liber­tad y ~ la humanidad, las masas populares de toda Europa , y de todo el mundo civilizado, de pertan­do poco ~ poco del sueno que las tenia encadena ­das desde q ue el Cristianismo las aletarg6 con sus doctrinas, comienzan ~ preguntarse si no tienon d erecho ~ la igualdad, ~ Ia libertad y ~ Ia h uma­nidad.

Desde el momento en que fue sentada esta cues­ti6n , el p ueblo, dirigido por nn admirable buen sentido, tanto como por au instinto, h u co mprend i­do que la primera condici6n de su emAncipaci6n real, 6 si quer6is permitirme esta palabra, rlA su lw · mrrni-trrctfm, era, ante tocio, una reforma rndieal de sus condiciones econ6micas. La cuesti6n del pan es con justicia Ia primers, porque Arist6telea ya la se­flal6: el hombre, para pensar, para sentir Jihremen ­te, para ser hombre, debe Pstar libra do las preocu­pacwnes de la vida ma1erial. De ahi que los hur­guesP.s que gritan tan alto contra cl 1naterialismo del pueblo y que predican las abstinencias del idea· lisrPo, lo saben muy bien, porq ue predican en pa­labras, pero no con el ejemplo. La segunda cuesti6n

FEDERALISMO, SOCIALISMO y ANTITEOLOGISMO :H

ara el ueblo es la del descanso despue~ del tra­bajo c~ndici6n sine qua non de la humanlld~d, ~er~

~n el descanso no podr~n obtener o JB!D s ~lophayy una transformaci6n radical ?e la_ soCiedag, lo ue explica, porque ~~ Revolum6n , ~ ~npul~a -~ porquna consecuencia l6_gt?a de au proplO prmct pio, ha dado vida al socwhsmo.

II

El socialismo

La Revoluci6n francesa, habiendo proclamado el d9recho y el deber de todo individuo humano de ser un hombre, ha terminado por sus Ctltimas consecuenci~s en el babuvismo. Babeuf uno de los ultimos ciudadanos energicos y puros q'ue la Hevo· luci6n habia creado y despues mat6 en tan gran numero y q 1le tuvo la dicha de haber contado en­tre sus amigos hombres como Buonarotti habia reunido en una concepci6n sinO'ular las trad'iciones politicas de la patria an tigua c~n las ideas moder­nas de una revoluci6n social viendo ala nevolu­ci6J?- perec~r falta de un cambio radical y entonces cast 1mpos1ble en la organizaci6n econ6mica de Ia sociedad, fiel, por otra parte, al espiritu de esta H.e­volu?i6n que habia acabado por sustituir la acci6n ommpotente del Estado a toda iniciativa indivi­dual, habia concebido un sistema politico y social conforme al cual la republica, expresi6n de Ia vo­luntad c?lecti va de los ciudadanos, despu~s de ha­ber con f1scado todas las propiedades indi vid uales las adminis_traria_ en in teres de todos, repartiendo~ las en pormones 1guales a cada uno: la educaci6n Ia instrucci6n, los medios de existencia, los place~

FEDERALISMO' SOCIALlSMO y ANTITEOLOOISMO

res, y obligando a todos sin excepc~6n segun la medida de sus fuerzas y de la capamd~d de cada uno al trabajo tanto muscular como mtele9tua_l.

La conspiraci6n de Babenf se frustr6 y fue.gUl­llotinado con muchos de sus am igo_s. Pero su 1deal de una rep(tblica socialista n.o mur16 con el. Reco_­gido por au amigo Buonaroth el mas graJ?~e conspt­rador de este siglo, esta idea fue transm1 tlcla por_ el como un dep6si~o sagrado a las nuovas generat.10-nes y gracias a las sociedades secretas q~1e fund6 en Bela"ica y eu Francia, las ideas comumstas ger-minar~n en la imaginaci6n popular. . .

Desde 1830 hasta 1848 encontraron hab1les In·

terpretes en Cabet y M. Luis . B~anc, que e~tabl~­cieron defin!tivamente el socwl1smo rrtoluc1onru10. Otra rorri~ntP soci~lista parti<'i del miqmo curso re · volucionario con vergiendo al mismo [iu p01 o por medios absolutamente diEerentes, y que de buen grado llamariamos el social ismo doct n,tano y fue creada por do6 hombres eminent~s: Saint-Simony Fourier. El sansimonismo fue comentado, trans­formado y establecido como sistema casi prdctico, como iglesia, por el padre Enfantin, con muchos amigos, cuya mayoria han llegado ~ ser financie­ros y hombres de Estado singularmente afectos al Imperio. El furierismo encontr6 su comentador en Ia Democracia paclpca dirigida hasta el 2 de Diciem· bre por l\1. Victor Considerant.

El m~rito de estos dos sistemas sociali tas, dire · rentes bajo muchos conceptos, consiste pl'incipal­mente en Ia critica profunda, cientifica y severa que han hecho de la organizaci6n actual de la so ­ciedad, poniendo atrevidamente de relieve las monstruosas contradicciones, y adem~~ en el hecbo importante de haber atacado fuertemente y que­brantado el cristianismo en nombre de la 1 ehabili·

~

34 M. BAKOUNIN.I

taci6n de la materia y de las pasiones humanas ca­lumniadas y al mismo tiempo tan bien practicadas por los sacerdotes cristianos. En el cristianismo, los sansimonianos han querido sustituir una religi6n nueva basada sabre el culto mistico de la carne con una nueva jerarquia de sacerdotes, nuevas explotadores de la multitud por el privilegio del genio, de la habilidad y del talento.

Los furieristas, mucho m~s sinceramente dem6-cratas, peusaron gobernar y administrar sus hues· tes por jefes elegidos por sufragio universal, don­de cada uno encontraria su trabajo y su colocaci6n segun la naturaleza de sus pasiones. Las faltas de los sans!monianos son muy visibles para que sea necesar10 hablar de elias. La doble equivocaci6n de los furieristas consisti6 primero en que creye­ron sinceramente que por la sola fuerza de su per­suasi6n y de su propaganda pacifica lograrian con­mover el ooraz6n de los ricos hasta el punto de que estos irian ~ depositar los sobrantes de sus ri­quezas !1las puertas de sus falansterios, yen segun­do. lu.gar se imaginaron que podian te6ricamente, a prtort, construir un paraiso social que podria habi­tar la futura humanidad. No habfan comprendido que podemos enunciar los grandes principios de su desarrollo futuro, pero que debemos dejar !1las experiencias del porvenir la realizaoi6n pr~ctica de estos principios.

En generalla reglamentaci6n ha sido la pasi6n comun de todos los socialistas anteriores !1 1848 menos uno solo. Cabet, Luis Blanc, furieristas, lilansimonianos, todos tuvieron la pasi6n de adoc­trinar y organizar el porvenir, todos han sido mlis 6 menos at-ttoritm·ios.

Pero apareci6 Proudhon, hijo de un aldeano, y de hecho y de instinto cien veces m!1s revolu -

FEDERALIBMO, SOCIALISMO y ANTITEOL0018MO

cionario que todos esos socialistas doctrinarios Y burgueses, y se arm6 de una critica tan p:ofunda y penetrante como implacable para destrmr todos los sistemas. .

Oponiendo la libertad 6 la autondad co~tra esos socialistas de Estado, se proclam6 atre':lda­mente anarquista y !1la sombra de un paute1smo tu vo el valor de' lla marse sencilla moo te a teo, 6 major con Au()'usto Comte, posiliui~>ta .

su' socialis~o fundado sobre la libertad, tanto individual como 'colectiva y sobre la acci6n espoo­t~nea de las asociaciones libres, no obedeciendo :1 otras leyes que a las leyes generales ?e la eco_no­mia social descubiertas 6 por descubnr por la. Olen­cia aparte de toda reglamentaci6n gubernamontal y de toda protecci6n del Estado, subordinando ademas la politica a los intereses econ6micos inte­lectuales y morales deJa sociednd, dobia, mf1s tar· de, y por una consecueucia necesaria, terminar en el federalismo.

Tal fue el estado de la ciencia social ante. de 18±8. La polemica de los peri6dicos, las hojns suAl­tas y los folletos sociales, llevaron una masn de nuevas ideas al seno de las clases obroras y como ya estaban saturadas, cuando estall6 lu revolu­ci6n de 1H48, el socialismo se manifest6 como un poder.

IIemos dicho que el socialismo fuu el (lllimo hijo de la gran revoluci6n; pero antes de da1lo 6 luz habia dado la vida a un heredero mas directo el mayor, eln.ii1o .querido de Hobespierre y aint~ Just, el ti'JmMicml!smo puro sin mezcla de idea o· cialistas, inspir~ndose en las tradiciono. heroics de los grandee cindadanos de Gr cia y de I omn. Mucha menos humanitario que el ojalbmo, c t i negaba el hombre y no reconocfa m(J que el ciu.

M. BAKOUNINE

dadano, y mientras el socialismo trata de fundar una 1·epublica de homln·es, el no quiere m~s que una rcpbblica de ciudadanos; debieron estos ciudadanos como en las constituciones que sucedieron, como consecuencia natural y necesaria ~ la constituci6n de 1793 (desde el momenta en que esta dud6 un instante acab6 por ignorar a sab1'endas lu cuesti6u social), debieroo 1 a titulo de cindaclanos actiros sir­vieodonos de una expresi6n de la Constituy~nte, fnndar su privilegio cfvico en la explotaci6n del t;~ba.jo de los ciurlculanos pasivos. El republica no po­htteo esta censurado de no ser egofsta para si; pero debe serlo para la patria, que debe colocar en su coraz6n por encima de sf mismo, de todos los in dividuos, de todas las naciones del mundo y de la humanidad toda entera. Por consecuencia, igno­rara siempre la justici:l. internacional yen todos los debates en que su patria tenga raz.6n 6 no, else Ja dara por encima de todo, y querra que domina siempre y que humille a todas las naciones extran­jeras con su poder y su gloria.

Sera por raz6n natural conquic;tador, aunque Ia experiencia de los siglos le haya demostrado que los tiempos militares deben fata lmente termi­nar en el cesarisrno. El republioano socialista de ­tesLa la grandeza, el poder y la gloria mi litar del Estado, prefiere la libertad y el bienestar interior, quiere la confederaci6n internacional, primero, por el espiritu de justicia, segundo, porque est:i con­vencido de que la revoluci6n econ6mica y so-:ial, traspasando los limites artificiales y funestos del Estado, no podra realizarse, por lo menos en parte, mas que por la acci6n ~olidaria, sino de todas, por lo menos, de la mayor parte de las na<'iones que [email protected] el mundo civilizado y qnn tarde 6 tem­prano acat>aran por reunin e. El repuhlicauo ex-

··-.. , FEDERALISMO, SOCJALISMO y ANTITEOLOOISMO

clusivamento polftico, os estoico, no sa re~O!JOCe . , d rucho bOlamente tiene delJeres, 0 como

mnguu t:l " • d · :i ue un en la republica de Mazzini, no a mtle m s q solo derecho: el de sacrificarse siem~re por Ia. pa· tria no viviendo m:1s que para scrvirla y ~urten­do por ella con alegrla, como dice la canci.6n qt~e com uso 11. Alejandro Dumas p·lt a _los Gtrond~ · no~ : p Mori1· por la pairia es lo suertP m'rs bf'lla 1~ m:ls digna de cnvidia. El ~:;ocialista, pur. el cuntrttt 10, l:i6

apoya en hechoa poei\ivos de la vtda y A tod~s. los goces tanto intelectuales y morales como hEtcos de ella. Ama la vida y quiere gozarla plen.amon te; sus conviccionee forman parte. de. s1 mtsmo Y sus deberes con la Rociedad est~n md1solu blemen­te ligados a sus de:e?hos ~ara ~er ~i ~l :i los u~os y :i los otros sabrA v1 vu segun la ]UBticta como I rou · dhon y en' caso de necesidad ~1orir como Ba~euf; pero no diri1 nunca que la v1da de Ia bum~ntdad debe ser un sacrHicio ni que la mue te cs el (10 mAs bello. La libertad para el republicano polilico no es mAs que una vana palabra, es la libertad de ser escla vo voluntario, la victima propiciatur ia del Estado; siempre dispuesto ~ sacrificarlA au vida, le sacrificaria con gueto la de los de mas; por con e · cuencia, el republicanismo polftico termina necesa­riamente en el de!potismo. La libertad, unida al bienestar y prvduciendo la hurnanidad ci.e todos por la humanidad de cada uno, es para el republi· cano socialista todo, mientras que el E tado uo es ~sus ojos m:i! que un instrumen to~ un aervidor de bienesta r y de la libertad de cada uno.

El socialis\a se distingue del uurgu~a por la justic1a, no reclamando para si mils qu · el fruto real de su propio trabajo ; se diatinaue del repu blicano exclusivo por su franco y httilla,,o egof mo, viviElndo abiertamente y sin Erases para "'l rnismo

38 M. BAKOUNINE

y sabi?ndo que haciendolo $eg(m la justicia sirve ~ la so.me~ad entera y que sirviendola, sirve sus propws mtereses. El republicano, es rfgido y con fre?~encia, por patriotismo (como el eacerdote por rehg16n), cruel. El socialists es natural y moderada­mente patrio~a .Yes mlis h~mano. En una palabra: ant~~ el somahsta. repubhcano y el r epublicano poh.two! ~ay un ab1smo: el uno, como una c1·eacifm se11~/JTel1g1osa, pertenece al pasado; el otro, posit his­to. o ateo, pertenece al porvenir.

Este ant~gonismo Be vi6 claramente en 1848. Desde los pnmeros momentoB de la revoluci6n no se entendieron; Bus ideales y sus instintos los lle­var.on a sen tidos diametralmeute opueBtos . Todo el t1empo qu~ medi6 desd~ Febrero hasta Junio, pa· s~ronlo en t1roteos, que 1mplantando Ia guerra ci­VIl en el campo ?e los revolucionarios pare lizaron sua fuerzas, deb1eron naturalmente dar la victoria ala ~a usa de la coalici6n que ya se habra heoho formidable con todas las nebu losidades de la reac­ci6n, reu_nidas y conf~ndidas en un solo partido J?Or el m1edo. En Jumo los republicanoB se coali hg~ro_n li su vez con la reacci6n para destruir a los soclllhstas. Oreyeron alcanzar Ia victoria y hahian hundido en elcbismo A su muy amada republica. El general Oavaignac, el representante del honor de la bandera, con tra la revoluci6n, fue el precusor de Napole6n III.

Todo el mundo lo comprendi6 entonces sino en Francia, al me_nos J?Or muchas otras partes: porque esta funesta v1ctona de los republicanos contra los obreros de Paris, fue celebrada como un ()>ran t:iunfo por todas .las cortes de Europa, y losb ofi. Ciales de las guardtas prusianas con auB generales al _f~ent~, se apresuraron li enviar un mensaje de feltmtam6n fraternal al general Cavaignac.

FEDERALISM01

SOC!ALISMO Y ANTITEOLOOIBMO

Asustada por el rojo fantasma , la burguesia de Europa cay6 en un servilismo absoluto.

Descontentadiza y liberal por naturaleza, no quiso el r~gimen militar, pero opt6 por ~~ en pars­pectiva de los peligros amenazadores de una eman-cipaci6n popular. . . . .

Habiendo sacnflcado su dtgDJdad con to~as sus gloriosas conquistas del siglo XVIII, y de prm­cipios de este siglo crey6, por lo manoa, ~1aber com· prado la paz y la tranquilidad n~cesar1~s para. el exito de sua transacciones comerc1ales e mdustrJa· Ies. cNosotros os sacrificaremos nuestra libertad­parecian decir a los poderes militares, que se ela ­varon de nuevo sobre las ruina.s de esta tercera re­voluci6n, -dejadnos en cambio explotar tranquila­mente el trabajo de las masas populares y prote­gednos contra sus preteneiones que pueden par~cer legiLimas en teorfa, pero que hajo el punto de vista de nuestros interesea son detestables. Se les pro­meti6 todo y se las cumpli6 la palabra, l,entonces, por que la burgueafa, toda la burguec:fa de Euro­pa, esta generalmente descontenta hoy'<

No habian calculado quo el regimen militar cuesta caro, que ya por su sola organizaci6n inte­rior, paraliza, inquieta y arruina las naciones y que ademas obedeciendo 11 una l6gica que nose ha desmentido jamaa, tiene por consecnencia in[alible la guerro: guerras dinlisticas, guerras de honor, guerras de conquista 6 de frontoras naturales; gue­rras de equilibria, destrucci6n y absorci6n per­manente de los Eatados, por los Estados ~edien­tos de sangr~ humana, incendios de los campos, villas arruinadas, devastaciones de pro,·incias en­teras; y todo por satis[acer Ia ambici6u de to ~ prin ­cipes y de sus ravoritos, para enriquecerl , para disciplinar al populacho y para llenar In hi.,toria.

40 .M. B1KOUNJNE

Ahora lo comprende la burgue~f& y por eso esta descontenta del regimen que tanto ha contri­buido a formar. Ya esta cansada, pero ~que hara para reemplazarle'?

La monarquia constitucional hizo lo que pudo, y ademas no prosper6 nuncn mucho en el conti­nents de Europa. Vedlo en la misma lnglaterra, esa cuna hist6rica del constitucionalismo moderno; batida en la brecha por la democracia que se eleva, esta quebrantada, vacUa, y pronto sera impotents para contener la ola que crece al impulse de las pasiones y de las e.xigencias populares.

~La republica'? ~Pero que republica'? i,Politica s6lo 6 democratica y social'? l,Lo~ pueblos son aun socialists~? Si; mas que nunca.

Lo que ha sucumbido en Junio de 1848 no es el socialis mo en general, es sola mente el ~ocial i' mo de ~';tado, aquel que habia creido y esperado que el Est a do diera plena sa tisfacri6n A las legitim as aspiraciones de las clases obreras y 4ue armado de de su plenipotencia quisiera y pudiera inauuurar un nuevo orden social.

0

No fue el socialismo el que muri6 en Junio, fue. e! Estado que se declar6 en q uiebra ante el somahsmo y que, proclamandose incapaz de pagar­le la denda que habia contraido con el trat6 de matarle para libral'se del modo mas facil 'de aque­lla ?e~da . No l?gr6 £?atarle, pero mat6 la fe que el S?Ciahsmo habla temdo en el, y anLJuil6 ~·1 mismo t1empo todas las teorfas del socialiamo au tori tario 6 doctrinario, en que lo~ unos como la dcaria de Cabet,. y como L'l organizaci6n del trabajo , de M. Lms Blanc habian aconsejado al pueblo r1uo descansar~ sobre todas las cosas del Estado, y los otr?s halnan demostrado su insuficiencia pot· una serie d'3 experiencias ridiculas. El mismo Banco do

~'EOERALISMO, SOOIALIS~tO Y. ANTITEOLOO IBMO ll

Proudhon que en condicioue~ -nas dichos.as .h uhio­ra podido prosperar, despreCJado t10r ammadver­si6n y por la hostiUdad gt-neral de los burgueses, sucumbi6.

El socia:ismo perdi6 eata primor~ o~tolla por una raz6n muy sencilla; era rico en lil ' ~Intos Y en ideas te6rico-negati vas, que le dauan rml veces ,la raz6n contra el privilegio; pero le [altal~an aun ideas positi vas y praclicas que era~ nece.:arJa.s para que pnliera edificar sobre Iaa rumas ~ol ~t~tema burgues, un sistema nuevo; &l del:\ JllSllCla po-pular.

Los obreros que combatf.m en. Junio r~or. la emancipaci6n del pueblo, estahan umdoa por eluls­tinto, pero no tenfan ideas, y Ia~; que tenian oran tan confusas, que formaban una tor~~ de B.illol! un caos del cual no podfa ~alir nadn. Ial (uoln pnmor causa de su desuni6n. ~Pur esto es preciso dudar del porvenir y de Ia fuerza presento d~l sociali -mo? El cristianismo, que tenia vor ohjL·lo la fun­daci6n del reino de la justicia au ol cielo, neccsit6 muchos siglos para triunfar on Europa. Dcspu63 de esto, ~hay que extrai\arse de que ol socia\L mo, que se ha impnesto un problema mas diffcil, e\ del reino de la justicia en la tierra, no hayn triunfado en algunos anoa?

Seiiores, l,hay necesitlad de pro bar que el ::::ocia­lismo no ha muerto'? Para as~gurarso basln e'"'har una mirada sobre lo que pasa hoy en toda Europ . Tras todas las quejns diplomAticas y todo 1 us ruidos de guerra que lion an la Europa d s le 1 s:J2, ~que cuesti6n seria se ha plantado en nin rrt'tn pais como no sea Ia cuesti6n social'~ E~ lu gran~lo in c6gnita, que todo el mundo siente ac rl'nrsc., que hace temblar :i todos, y nadio sn n tra ve hn blar do ella ... Pero <.'lla habla por f rui mn y r.atla

.M. BAKOUNINE

dia m§s alto; las asociaciones cooperatives obreras, esos bancos de sooorros mutuos y de crodito para el trabajo, esos lazos de uni6o, esa liga internacio­nal de los obreros de todos los paises todo ese mo­vimiento ascendente de los trabajadores en Ingla­terra, Francia, Belgica, Alemania, Italia y Suiza, ~no prueba que no han renunciado !1 au objeto ni perdido su fe en cercana emancipaci6n y que al mismo tiempo que para aceroar Ia hora de su libertad, no deben con tar con los Estados ni con el concurso ca.da dia mlis 6 monos hip6orita de las clases privilegiadas, sino sobre ellos mismos y so· bre sus asociaciones independien tos y espont:1neas?

Eo la mayor parte de los paises de Europa este movimiento extraiio li Ia politica, por lo menos en Ia apariencia, guarda aun su cardcter exclusi va · mente econ6mico y, por deoirlo asi, privado. Pero Inglaterra ya se ha colocado sabre el terreno ar­diente de la politics y organizado en una liga for­midable la cLiga de la Reforma , ; llova ya una gran victoria contra el privilegio politicamento organi · zado de Ia aristocracia y de la alta burguesia. Con una paciencia y una consecuoncia prl1ctica pura mente inglesa, la ft, {lJJ"IJt Lca!Jur· se ha trazado un plan de campa.na; no se incomoda por nada y no se deja aswtar ni arredrar por ntngun obstliculo y dicen: cDentro de diez anos lo mlls tarde, presin ­tiendo gran des obstliculo"', tendremoa el eufragio universal y entonces... entonces harlin la re\'olu­ci6n social.

Eo Francia y en Alemania procediendo silen ciosamente por Ia via de las asooiacione!i econ6mi­cas, privadas, el socialismo ha lle-gado ll tan alto grado de poder en el seno de las cla,es obreras, que Napole6o III por un lado y el conde de Bismat ek por otro, comienzan li buscar u alianza ... Pronto

1 .EDERAL18M01

SOCIALISMO \ ANTITEOLOGISMO

en Italia yen Espaf\a, desp~es del ~iasco deplo_rab!e de todos los partidos politiCos y v1endo la mrsena horrible en que la una y la otra se encuentran huu­d idas todas las cuestiones des a parecer:1n an to la cuesti6n econ6mica y social. En Husia y en Polo­nia, ;,hay en el fonda alguna ?t~a cuesti 6n'~ Ella es la. que aenba de arr~ina.r las ~lltu~a eaperanzat:J de la vieja Polonia nobtlana e h1st6rr ca; ella es Ia que amenaza , arruinar J. la e'\.istencia ya fuertemente quebrantada de este afrentoso Imperio do todas las Rusiaa.

2.En Ia misma Ameri ·a, ol socialismo no se ha abierto camino porIa propoaici6n de un hombre eminente, jl. C'harles Sumner, senador d_e B ston, de distrihuir tierras :1 los negros emancrpados de los Eqtados dol Sur? Ya veis, sei'lores, qu el ocialis· mo est:1 en todas partes y que A pcl:iar de u derro· ta de Junia, mediante un trabajo encuhiorto que le ha hecho ponetrar lentamenle en IRs profundida des de la vida politica de todos lo pai o , hall ~a­do al pun to de hacerse aentir en toda partes como el poder latente del siglo .. \lgunos ano m6 , y e manifestarA como un poder activo, for·rnidabl .

Con pocas e.xcepciones todos lo pu bloa de I•.u­ropa, muchos sin conocer siquiora la pu labt. ocia­lismo, son aociali tns, no conociendo otra bandern quo a nella que les anuncia u emancipnci6n co­n6mir.a, ante todo, y renunciurfnn mil veces li tod otra cueati6n major que 6 ~ ta .. 6lo por m dio del socia!ismo ae les podr c1 llevnr 11 ue hogan buen poHtica.

(.~u es bastante decir, s noree, que no no c LA pennitido hacer nbstraccionL•s d l s riali mo n nuestro progrnmn y que no obriamos ab t nerno sin tachar· nue~tra obru de nd ble'? En on tro prograrna, y declar andonos ropublicouo f d roli

44 M. BAROUNI NE

. tas, nos hemos mostrado bastante revolucionarios rara separar de nosotros una buena parte de la burg uesia ; todo lo que especula con la miseria y eon las desg racias de los pueblos y que encuentra medios de ganar hasta en las g randes catastrofes qu~ hoy mas que nunca hier en a las naciones . Side­jamos a un Jado esta porci6n activa , intrigante, es peculativa, de la burguesia, aun nos quedara Ia ma­y_oria de los burg ueses , tranq uilos, industriosos, ha­mendo cia flo alguna vez mas por nE:'cesidad que por volunt~d y por g us to , y que no pi den nada mas que verse hbres de esta fatal necesidad que los pone en abierta y permanente hostilidad con los obreros Y. que los arruina a! m ismo tiempo. Es precise de­Clrlo, el peq_uei'i.o b~rgues •. el peq ueno comerc10 y la pequena mdustrla, CO ffi lenzan a sufrir hoy casi tanto como las clases obr eras, y si las cosas mar­chan por este camino, esta mayorfa b urgucsa, bas­tante ~e~petable, se. confundirA muy pronto por su pos1c16n econ6miCa en el proletari o. El gr an co­mercia , la gran industria y sobre todo Ja grande y deshonesta especulaci6n, la des trozan , Ja devoran Y la empujan al abismo. La situaci6n del peq ueno b_urg ues ~e hace cada dfa m~s y mas r evoluciona­~Ia y sus 1dea_s largo tiempo reaccion a1 ias , despe­Jandose, graCias a terribles leccionee deberan ne-

• I

cesartamente tomar una direcci6n opuesta. Los mas inteligentes comienzan a comprender que no que~a otro recurso para el burg ues honra do que ~a ahanza con el pueblo y qu e la cues ti6n socialle mteresa tan bien y de la misma mancta que al pueblo.

Este cambio progresivo en la opini6n de la pe­quena burguesfa en Europa, es un becho tan con­solador como incontestable. Pero no debemos ha cernos ilusione~ : la iniciativa del nuevo desarrollo

FEDER.ALIBM01 SOCIALISMO Y ANTITEOLOOISMO

no pertenecera a ella sino al pueblo, en el occiden ­te a los obreros de las fabricas y de los p ueblos; entre nosotros, en R usia , en Polonia y en la mayo­ria de los paises esla vos, A los campesinos. La pe­quei'ia b urg uesfa s~ ha hecho muy. pereao~a,_ J?Ur timida, muy esceptwa, par a toma r nmguna lDlClati­va; se dejara ar rastrar, pero no arras trar~ ~ nadie, porque al mismo tiempo que es pobre de idea~, le faltan Ia fe y las pasioues. Esa pasi6n que rompe los obsUcnlos y que crea mundos nue~os, seen­cuentra exclusivamante Antre el pno~)lo Ptlr con ­secuencia, al pueblo pertfmecer6, sin duda alguna, la iniciativa chl nuevo movimien to. iY nosotros hariamos ah~trR.ci6n del pneb'o! iY nn~otros uo hablariamos mas del sorialismo, que es la nue~a religi6n riel pueblo! Dicen que el socialismo se muestra inclinado <1 rontr~tor una alianz~ con el Cf>­

sar ismo, y esto Ps ann calumnia, puc", por el con­trario, el casarismo es el que, viendo de~puntar en el horizonte el poder amenazador dol socialismo, procura atraerse sus simpa tias pora E:'Xplotarlas t\ su modo. t.Y no es esto una rt~z6n mas para q ue nos ocupemos en impeclir csta aliauzn ruons­t ruosa que si se verificarn soria, sin duda. Ia dp~­gracia m:1s grande que puede amenazar la libortad del mundo~

Debomos ocuparnos inmediatamente de todas estas con&ideracion~s pr~cticas, porque el ~ocialis­mo e'l Ia ,Jusflclu.

No entenrlemos por Ju~ticia, cuandn hahlamos d_e ella, Ia que dictan loa c6digos y la jud-prud 'ln c1a romana, funcindos on gran parte obt·l' hechos vi0l.entos cumplidos por Ia fuel'za, consagrsrlo' por el t1(;mpo y por Iss bendiciones de una i<Yle_ia cual-

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qt•lera, rn Lwna 6 pagava, y como tal ~ ~.CC'ptado como princi~·ios ab~olu t ot-, cuya~ con~rcuenci~1s no-

4G .M. BAKOUNJNE

son m~s que deducciones muy 16g icas (1); hablamos de la justicia que se funda unicamente en la concien­cia de los hombres, que encontrar~is en la de cada uno y hasta en la conciencia de los ninos y que se traduce en sencilla ecuacion. Esta justicia universal y que, gracias~ los envanecirnientos de la fuerza y :1 las infl uencias religiosas, no ha prevalecido nun­ca ni en la esfera politica ni en la jurfdica, ni en la econ6mica, debe servir de base al nuevo mundo. jSin ella, nada de libertad, nada de republica, nada de propiedad, nada de paz! Todas nuestras resolu­ciones debe presidirlas para que podamos contri buir eficazmen te :1 establecer Ia paz.

Esta justicia nos obliga ~ tomar por nuestra cuenta la causa del pueblo hasta ahora tan terrible­mente maltratada y ~ reivindicar para ~1 , con la libertad politica, la emancipa0i6n econ6m1Ca y so­cial .

No os proponemos este 6 el otro sistemn so cia­lista. Lo que os pedimos es proclamar de nuevo este gran principia de la Revoluci6n francesa: que todo hombre debe tener los medios materiales y morales de desarrollar toda su humanidad, princi­P.io gue se traduce segun nosotros en el problema s1gmente:

Organi.:ar la sociedad de tal sur1 tc que todo iJHli•·i­d~to, hombn' o mujer. al Pmpe:o,· su nda. (IJlcuenlrr> ml'­dios cm::i iguales para el desarrollo tle 8118 ri!J;'H'Jlf,.,.,

(1) R~specto a esto Ia ciencia del derecho ofrto1 l twa {•erf~c­ta serueJanza con Ia teolog!a: estas dot! denciaA pl\rlen icual­rueote, Ia una de un hecbo real pero inicuo: Ia apropiRd6n por Ia fuerza, Ia c·onqui~ota Ia otra de un hed10 fi<'licio y nb1:1ttrdc.: Ia revelaci6n divioa, como de un principio abr>olnto, y ftuHIAn.!ot~e sobre e~te ebsurdo 6 sobre eBla ioiquidad, lat~ do!! J.an re~·urrido a Ia 16gH:a was riguroea para euificar aquf liD l'i~terna leol6gico y alia un 1:1istema jurfdico.

FEDERALISMO, SOOIALlSMO Y ANTrTEOLOGlSHO

facultades y pant utili.zar su trabajo; organiza.r . una sociedad que, hacienda imposibl'3 ~ cada m.d1v1duo que explote A otro, se3 quien sea, n.o le de]e goz~r de las riquezas soclales que ~n reahdad ha cont:1 bufdo directamente :1 produc1rlas con su trabBJO.

La realizaci6n completa de este. pro~lem a s~r~. sin duda, obra de siglos, pero la h1stona la ha Im­pulsado y no podriamos hacer abst racci6n de ella sin condenarnos ~ completa inanici6n.

No nos cansamos de a nadir que rechazamoe en~rgicamente toda tentati va de or~anizaci6n so­cial que, extraila ~ la m~s complet~ ll.bertad, t~J~ to de los indi vi duos como de las asoClacwnes, extgte­ra el establecimiento de una autoridad reg lamenta­ria, sea cualquiera su naturaleza, yen elt~o':nure de esta libertad, que reconocemos como el umco fun­damento y el unico creador legitimo de todn. orga­nizaci6n, tanto econ6mica como politica, protesta­riamos siempre contra to do lo que de cere a 6 de lejos se pareciese al comunism _ j' ul mcialismo del Estado.

Lo unico que, segl'm nosotros, podra y deber:i hacer el Estado, sera modificar poco :i poco el dere· cho de herencia, para llegar en seguida ~ u com­plata abolioi6n. Siendo el derecho de herencin nna creaci6n del Estado, una de las co ndiciones esen­ciales de la existencia del Estado au tori tario y di­vino, puede y debe eer abolido por la liuertad en el Estado, lo cual quiere decir que el mi mo E~tado debe disol verse en la sociedad organizada lihremen­te seguu la justicia. Este derecho de ben\ eer necesa­riamente abolido, segun no otros, porquo mientrus la he1·mci" E~xistn, habr:1 designaldad econ6mica hf'reditut"in. no deaigualdad natural de indivitluos, sino desigualdad artificial de clases, y 6sla ~e tra­ducird siempr·e necesariamente por la desigunldnd

48 M. UAKOUNJNE

hereditaria del desarrollo y de ln cultura de las inteligencias y continu::~ra siendo el manantial y la con.s:=~graci6~ de todas las desigualdades polfticas y soCiales. La 1gualdad desde el punta de partida en quo comienza la vida para cada uno, en tanto que esta igualdad depcncta de la organizaci6n econ6-mica y politica de la sociedad, l1 fin de que cada uno (teniendo en cuenta las diferentes naturalozas) sea hijo de sus propias obras; tal es el pl'oblem~ d e la justicia. Segun nosotros, el fonda publico de educaci6n y de instrucci6n de todos los uiflos de ambos sexos, comprendiendo su manutonci6n des­de su nacimiento hasta la mayor ed·,d, d~bera solo heredar ~ los quo se mueran, y aft::nlimos como esla vos y como rnsoa cp1e on nosctros la idea social fn ndada en el ins tin to general y tr·adicional d~ nuestrns poblaciones. es que la tierra, propiedad de todo el pueblo, no dubo poseorla mc1s que el quo la cultive con sus brazos. . . Esta~os convencidos, senores, do qu~ este prin­

ClpiO es JUSto, que es una coudici6n eser1dal e in evitable de. toda reforma social sori·1, J que, por consecuenCia, la Europa occidental, t\ sn vez, no podrli dejar de acepta~Ja y reconocerla A p<'sar de todas las dificultades que su realizaci6u podr~ cn­contrar en ciortos paises como Ia Francia donde 13: mayoria de .los labradores disf1utn ya de' la pro­pledad de la t tet ra, pero tam bien la mayo ria de estos labradores llegara pronto 6 no poseer nada ~ causa de Ia di visi6n, quo es la consecuoncia ina vi table del sistem~ po~itico econ6mico quo prevalece hoy en r~o pats. Nosotros no hacemos nintruna proposici6n r ... specto a este a sun to, como en g

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~ne­r~ l nos abstenemc.s de toda proposici6n con reL\­C}~n a ta~ 6 cual prob!ema do la cienda y de Ia po htiCa somal, convencidos de que todas esas cues-

FEDERALIS~I0 1 SOCIALISMO Y .AXTJTEOLOGISMO J ~J

tiones deben ser en nuestro ped6dico obj( to de una discusi6n seria y profunda. Hoy nos limi t amos a proponeros la declaraci6n siguiente:

cConrencirlos rle fjlff' la ,eolr;acdm suw dr lu l:lli'J'­tad, de la ju.~ticw y rlr la )HI.. r·n C'l 111 ·utdo 'rrrl im1 o i­ble mir•Jdrrts ln inmen~a mayoria rlr' las jJOblar wnr ro,l­tintle dr•sposcicla de todo bien. prh·rulu r/1 til f ntcuo11 y con.denada a Ia nuliclad politica y SOCi((l y ti /(i/{1 e~cla ­titud de h£>cho. si no de clen·cho. pur la m/Sl,la fa11lo corno por l a necesirlad. en l a cual :>e etwtcnt ,-a rlr I rrrll(.l.­jar sin re11oso ni placer. P' oducienrlo foda~ '"" ; lCJ'u•.:ao; de que cl mundo sr' Pnoryullr ce hoy, no ,.f t ;, uJHlo ntas que una pNJIWJia pattc quP apcnas le llrga jJa,·a a egll­rarlP el pan de maiiana:

, Gonrencit!o.c: df' que para toda.~ ~,.,fat: poblrlcio,,,s tan hon:iulr·meute maltralarlas lut.,fu aqui por lo~> ,,iylos: la cuesf1fm del pat' l'S la dr la f ltlflltCiliOt ion inlt..'lccftuzl de la 1ibc1'lacl y de la lwmanidad . .. ,Q_u~· la l1bcrtad sin f'l '(ocutlNJIU cs d JHiulryio, lrl 11lJUSt lcw. y que cl 8ociali:mw bl1L liheJ·iad, la esclmi­tud y la brutalidad.

La Liya j)JOdoma 1Jilcy ollo la 1/ fCt sitlarl de tl lltl

reforma .~oc1r~~ y £>C011rlmic~r nulical. ']fit li1,w po,· (lhj, to Ia emanclpacl~m del t ralm.Jo JlOpttlar tiel yuyo dtl capital Y, tle los.proplr'iru '?s· f;fJ~dado.en la mth £ {,·i~ta ju ti­cw, nO }Ill i/('(1, Ill ft OlogtCfl1 Ill JIU•/ufis/Ctl

1 ~1.110 M JlC;{fCI.

mr·nte hut~llfiUt o!Jrr' Ia cnm ia po.,itim y ~>ulHt la IIIUl!

a~~o1.nfa lllJt ,fad. y rh·cirlr ul nllsiiiO tic11I)JO 'JU t.,e Ji _ nod1co abrn. ampltamcntr· ~u~ colunmn~ (i ioda la~ rU _ cusrow·s :,w nos solJI'e l o · cu1 ·t /Olin! t coucim icm: y ocialrs ClUOl~O ('~{·II 8/JICI'Ifllllttlfr• IJiSJn!'uclrr }JOI' tl tle.UO d 7 a mas a lliJh.a e 11w nr ip11c i fm JIDprcl a,·. t •ttl to ]lor d pro_ durfo malenul. como UfiJO ,[ punio ill?. n· f,1 politico l mtr1ccluol.

• *

tlO M. BAKOUI\INii

Despu es de haber expuesto nues,ras ideaa subre el Fcderalismo y e\ Socialismo. creemos, senores, debar hablaros de una tercera cuesti6n que cree· mos indisolublemente ligada li las dos primeras, es d~cir sobre la cNestifm religiosa, y os pedimos permiso 'para reasumir todas nuestras ideas res ­pe (} tO ~ este asunto en una sola palabra que quid os parezca b~rbara.

II£

El Antiteologismo

Senores, rstamos convencidos de que ninguna grande transfo r:nac.: 16n politica y social se ha hP-cho en el mundo sin 4ue haya estado acompanada y li veces precerlirla por un movimiento anAlogo en las ideas filos6firss v religio~os quA dirigen Ia con­ciencia, tanto de los individuos como de Ia ~O· ciedad.

Todas las re\igiones con suA clioseA no han i<1o jamAs otra cosa yr .. o Ia creRc i6n de Ia f.mta~la ere yente) creduln del hombro qn~ no estii :1la altura de la reflexi6n pura y del l on. miento libtu opo ­yado sobre lu <·i~rwia, el citdo religio o no ha sido m~s que un espejo n dondA el homhre. exal tndo por la fe, ha, en con trado llirgo tiempo u pro pia ir~1agen, pero agl'nndada y de fignrada, e de<'ir, dwmtzada.

La h1storia de las religiones, Ia de ln grandeza y 19: de la decadencia de lo dio, es que se han u ced1do, noes m~s que li hisLorin del de nrrollo de la inteligencia y de Ia conciencia colecti va dt! lo hombres. A medida que descubren, ea ~n alto , sea ~uera de ello.s, una fuer1.a, una capacidad, una cu:1hdad cuo lqu:ero, la atribuyen 4 sua dioses, des-

M. BAKOUNI!\1:;

pues de haberla agrandado extraordinariamente, como hacen con frecuencia los niiios por un acto de fantasia religiosa. De suerte que, gracias :1 eata modestia y A esta generosidad d~ los hombreR, el cielo se ha enriquecido con los dn ... pojos de la tie ­rra, y por una oonsecuenria natura l, cuanto m~s rico se hacia el cielo, mAs miserable se tornnba Ia humanidad. Una vez instalada le di vinidad, fue, naturalmente, proclamada la duL·lla, la dispensa­dora de todas las cosas; el mundo reul no fu6 mAs que para ella, y el hombre, despu~s de hnberla creado sin saberlo, se arrodill6 nnte ella y se de­clar6 su hijo y su escla vo.

El cristianismo es precisamente Ia religi6n por excelencia, porque supone y manifie;:, ta la natura­leza misma y la esencia de toda religi6n que es: el empobrecimiento, El aniquilamiento 6 anulaci6n y el servilismo sistemAtico absoluto de la humani<iad en provecho de la divinidad, prin,·ip io supremo no solamente de toda religi6n, sino d(j ltida metafisica sea deista 6 pantefsta. Siendolo todo l>ios. el mundo real y el hombre no son nada. Sil~ndo Dim; la ver­dad, la j•Jt>ticia y Ia vida infinita, el hombre as la mentira, la iniquidad y la muerte Siendo Dios el senor, el hombre es el escla vo. locapaz de encon­trar por si mismo el camino de ln justicia y de la verdad, debe recibirlo de arriba como una revela­ci6n por el iotermedio de los env indos y de loY elegidos por Ja gracia di vina. l~uien dice revela­ci6n, dice reveladores, dice profetas, dice eacerdo· tee y estos, una vez reconocidos como los reprPsen· tantes de la divinidad sobre Ia tierra, como los instructores y los iniciadores de lu h umanidad en la vida eterna, reciben Ia misi6n de dirigirla, de gobernarla y de manjarla. 'l'odos los hombres les deben una f£', una obediencin absolu t ~L esclavos de

f EDERALIS~O, SOCIALIS)IQ \' \~TITE')J.r,oi3YO ;-,;)

mo~ , deb en se1ln tam bi(jn de Ia Iglesia~· del Estado siem pre que e-te f'ea bendecido porIa Ig e ia .

De t odas las religioncs <IUe exislen y han xi~­tido, el Cri-tianismo es el unico qua ha sido perfec· tamf nte comprendido, y entt e todas Ja - se<' l as <' I is­tianas, el ca tolicismo romano ha sido el unico que se hn proclamado y realizado con una consecuen ­cia rigurosa .

He aqui por q u6 el cristianismo as In rolig i6n absolnta, Ia ultima relig i6n, y por que Ia Igle ia apost6lica y romana es la sola consecuante, legi ­tima y di vina . No diPgusta, por lo tanto, :\ Jo. se· mifil6sofos y 11 todos los que se Haman pensadores religiosos: Lo ,. '' ~ f ,•n, in rl'· I J10s Wlplir., I u niHii . caci{m de la m:un y dr• /,, Jll.<~fltlfl h·1mana , e Ia n' pa c ion dl' la lwmrt,udad lilu l'lffdu !I ronrlllcido 1/l'f.f' mio­mf'nte a unn f, c/111 if Ill] 1/ll Milo {f'.orit:ff , ino p rl(CfiCil.

No queriendo la escla.vitud, no podemos ni de bemos hacer la menor concesi6n :1 la Teolo fa, porque en ese alfabeto mi tico y riguro amente consecuente que empieza por .\ deber~ fa tal men te llegar A Z, y el que quiera adorar 11 Dio. , deuer:l re­nunciar A su libertad y :1 su dignidad de homl>r·e.

i Existe Dios?, entonces el hombre es escln vo. li~~ hombr~ es inteligent~. justo y libra, enton ·

cas ~1os n~ ex1ste. Ahora, que eecojan, y de ·nfiamos B qmenqmera que sea :1 que salga de e to cfrcu lo.

Adem11s, la historia nos demue.~ tra que lo. a­c~rdotes ~e todas las . rel igiones 6 los monje .. han s1do los ahados de In t1ranfa, y ~ tos tiltimo ... c m ­b~tiendo y r:na~di?iendo los poderes que Io .. ' opri m1an, &no d~sciphnaban 1\ ns propio cr y eu t por estu m1smo hnn proparado los 1 men t una n~eva tiranfa? La escla viLud in tel ctunl de cualq~Ier naturRleza que c:eu, t~ndrA por •on cuenc1a natural la esclavitud polftica y ocial.

M. BAKOUNINE

Hoy e\ Cristianismo bajo todas sus formas y con ~l la metafisica doctrinaria y defsta nacida de aqu~l y que no as en el fondo mlis que una teo­login disfrazada, sin duda alguna constituye el m~s formidable obst~culo para la emancipaci6n de la sociedad y la prueba as que, los gobernantes, to­dos los hombres de Estado de la Europa que no son metafisicos, ni te6logos, ni deistafl, y que en el fondo de sus corazones no creen en Dios ni en el diablo, protegen con pasi6n y con e~carni 1.amiento Ia metaffsica, lo mismo qua la religt6n, . ea esta la que sea, con tal que ensene, como todos lo hacen, la paciencia, la resignaci6n y la sumisi6n.

El encarnizamiento que ponen en def~n derla, nos prueba lo necesario que ett para noso tros com­batirla y destruirla.

~Hay necesidaa, sefwres, d e r ecordaros basta que punto las influencias r&ligiosus de::-moralizan y corrompen los pueblos? :\Iatan en e llc s la raz6n, principal instrumento de la emancipaci6n humana, y los reduceD a Ia imbecilidad, fundamento prinr.i· pal de toda escla vitud, llenando u espiritu do di · vinos absurdos. i\htan en e llos Ia energi 1 d 1 tin· bajo, que es su g lona y su salud: ollralla jo , qua es el a cto por el cual el hombre so hnce crendor, for rna su mundo, las bases y laR conil iciones de su humans existencia y conqui ta nl rni mt' tiempo su libertad y su humanidad. La r ligi6u mata en alios este poder producti vo, h nci ' ndole despreciar la vida terrestre por una celeste heatitud ~· reprm:en ­Unuole el trabajo como una maldici6n 6 como un castigo merecido y la holgazane1 fa como un divino privilegio. l\Iata en ellos la justicia, esa g ua rdians sa vera de la fra ternidad y o ,a condici6n soherana de la paz, haciendo inclinar siempre ln lJ,tlanza, en favor de los mlis fuertes, objetos pl'ivil ec: iHlos de

FEDERALISMO , SOOIALISWO Y ANTITI::OLCvi8MO

Ia eolicitud de la gracia y de la bendici6n di vinac;. En fin mata en ellos la humanidad y la r eemplaza en sus' corazones por Ia divina crueldad.

Toda reli o-i6n estA (undada soLre e:an~re, por-b . 1

que todas, como ya se sabe,. ?~scansa.n ~senc1a -mente sobre la idea del sacflft cto, es (JeCi r , sobre Ia inmolaci6n perpetua de la humanidad Ala iu· exting uib le venganza de la divin_idad . En e l~ sangr1ento misteno, el h omhro €~ Jornpre Ia vfctl· ma, y el saoerdote, hombre tamhi~fl pero hombre pri vil~giado por la g racia, es el divino verdugo.

Esto nos cxplica 1 or c1ue loa sacerdotes de todas las religioneE, los mnjores, los rnA h um11 nos, los mas dulces, tieneu siempro n cl foudo de ·u- co­razones, y sino t:n el co •'H7.6n por lo meno en su espiritu y en su imaginaci6n-y ) a se sa be la in­fluencia que ejercon el uno y el utrn ohre el cora· z6n-algo de crurl y do sanguinat io; y porq uo cuando se plant 6 po1 todes partes la abolic•i6n de la pena de muerte, sacerdotes catolic romano , ortodoxos mosco vi •.as, griegos y prote tan t , t<' dos contribuycron unduimemonte A u o teni mien to.

La n~ligi6n cri:stiuna fu '\ obr todas, la que a fund6 sobre m:1s ~angn t'; hi t61'icamente bautiz da con F.angre. (~ue se c•u nten los millone d victi mas que a~ta rt!ligi6n do omor ) do 1 rd6n hn in­molarlo :1 Ia veugaJJZ:\ cruel de u 1 1 • )ue e recuerden Ins tortnras que ha inventado hn in­fli~ido. ~ e ha hecho hoy mAs dul y m6- humn­na·~ N~ !luebrantadn por In indifer~ ncia ' p01 1 escepticlsmo, se ha hecho irul ot nt , 6 mejo1· di cho, manoa porioi'O a, porque d "' nci d m nto d po?or del mal no )e ha fnltado aun. Y mirad D lo pAl _e~ don de, galvanizada porIa pa ior nanas, parece revivir : u pt i rn pnlabr

!. B!KOUI'\11\E

siempre la. vell:ganza y la sangre, su segunda pala. bra la abdiCact6n de la raz6n humana ) su ultima la escla vitud? '

Mientras el Cdstiani.smo y los t;acerdotes cris­tianos, mientras la religi6n di vinu con tin lien cjer. ciendo la manor influencia sobro las rnasas popu ­lares, la raz6n, la libertad, la humanidad y Ia justicia, no triunfar:1n en la tierra, pcrque mien ­tras las masas populares esten sumi las en la su­perstici6n religiosa, servirAn bi~mpre de instru· manto~ todos los despotismos coaligados contra la emancipaci6n de la humanidad .

Nos import~ mucho librar ~ las ma~as de la superstici6n religioaa, no sohmonte por amor ~ ellas sino tambien por amor :1 nosotros mismos, para salvar nuestra libertad y nuestra eguridad, pero no podemos alcanzar esto mAs que por dos ruedios: la cicncw racionol y la propo'}nllda del sucia ­ll.9mo.

En ten Jemos por cicncia ,·a cional la que, habieo · dose libra do de todos los fan tasmas de In metafisi­ca y de Ja religi6u, ~e distingue de las cienciaa puramente experimentales y crilicas, primero en que no lim ita sus in vostigacione 6 un objeto de· terminado, pero se esfuerza on nl-nLnr ol universo entero de lo conocido porque no tieno nada que hacer con lo de conocido, y ndem:1s on que no se sirve, como las ciencias arriba mencionadns, exclu ­siva y sola mente del metodo analitico, pero o per· mite recurrir :1 Ia sfntesis, procediondo con fre · cuencia por aualogfa y por deducci6n, teuiendo cuidado de no pr·estar nunca A estos sintesiA mAs q te un valor htpotetico hasta 4 ue no hay an sido confirmada enterarnente por el m:1s severo an~li · si experimental 6 crftico.

Las hip6te is de la ciencia racional se distinguan

• FEDERALISMO

1 SOCIALISMO Y ANTITEOLOOISMO !17

de las de la meta[isica en que esta ultima, dodu· ciendo las suyas como consecuoncias l6gicas, de un sistema absoluto, pretende [ormar la naturale · za, para aceptarlaa, miontras que las !tip6tesis de la ciencia racional, nacidas no de un Ht:;tema tras­cendental sino de una sintesis que noes m:1a quo el resumen 6 la expre~ion general de nna cantida de hechos demostrados con la experiencia, uo pndien­do tener nunca carftcter impel ati vo y obli~ntor io, sino, por el contrar io, present~ndolos de manc•ra que puedau retirarlos en bOg uida que se encuon trun desmentidas por nuevas expenencius.

La Cilosofia 1 acional 6 ciE-ncia uni vm sal no pro· cede aristocr~ti(amente ni autoritArinmente, como la recien muerta metafisica. Estd organiz~ndo..,e siempre do alto abajo, por via de deducci6n y de sintesis; pretendia reconocer tambien Ia sutono­mia y Ia libertad de las ciencias particularefl, pflr o en los hechos lea mol<:staba horriblement~ ha. tu el punto de imponerles leyes }' ha~ta hech s que (On frecuencia era imposible lDcontrar em Ia uatur al za e impedirles entregar e ~ experiencias cuyos 1 o­su\tados hubieran podido roducit· toda us €::ipe­culacionel) ~ Ia nada. Como seve, Ia metafisica obra· ba segun el metodo de los Estadoij ceutralizados.

La filosoffa racional, por el contrnrio, es uua ciencia democr!itica. ::>e organiza de abajo ~arriba libremente, y tiene por unico fundarmmto Ia expo ­riAncia. J.Yarltt qu no hoytt sidu realm ,zt cmalizado 1 con/11 JU(I(/0 porIa erjlt'l'tlldrlt~ porlo ma t T(l crittw }JIIf'dr w,· uCt'jJ{w/o por tlla. Por con-.ef'llt~ncia DiO::i e~ infinito, lo absoluto, todos ebo ohJ to t~n que: r1dos por la m tafisica t•s ll1n absolutnmont hmi­nado~ de au seno, y se vu I vo con indtr •nmoin mi­rAndolos como otros tnnto espeji mo u fanta 'mn ; pero como los e pejismos y lo • fantas rno forman

M. llAKOUNINE

una parte esencial del desarrollo del eF:pfritu hums­no, porque el hombre no llega ordinariamente al conocimiento de la simple verdad hasta despu~s de haber imaginado y agot11do todas las ilusioneg po­sibles, y como el desarrollo dei espiritu hnmano es un objeto real de Ia ciencia, Ia filo"'ofia naturalle BEigna su verdndero Iugar, no ocupilndose mAs que bajo el pun to de vista de Ia historia, y ae ea[uerza en enset1arnos nl mismo tiempo lag causa_, tanto Cit:~iol6~icns como hist6ricas que explican el naci mien to, el df)sarro\lo, la decadencia de Ins ideas re­ligio~aa y msta(isicas asf como su necesidnd relati­va y t rnnsitoria ~n las evoluciones del espiritu humano. Dd dbta manera le rinde to a la justicia A que tienen derecho, despu~s la ahandona para siempre. Su objeto es el mundo real y conocido. A lo. ojos d ·I IJ16sofo ta.cional, no e.xiste mt\s que un ser y una ciuncia en el mundo; por consecuencia, pretenrle ahr·P.znr y coordinor rodas la r.iencias particulare~ en un olo ... j tema . E ta coordinaci6n de todas las cienr.ias pnEithas £n un solo sab&r hn· rna no, con tituye Ia jtlo. ofirl 1'0 itir (( 6 Ia ciencin univor .. al. lleredera y al mismo tiempo ne,aci6n ahsoluta de In roligi6n y do Ia m tafi JCB, e:stH Cilo· flofia, pro:-tlltida y p1ep rada d .d1 Jaq;~u tiem1o por los m6s nobles espiriLUs, ful' l'l llCll11da la pri ­merR voz c,mo un i temn completo, por un grnn peneado · fronc(i .. , Au1•11 to Corn to, qne tra 6 el pli mer plano c.on mnno hO.Lil r · trovidn.

I..n coordinaci6n que estahl co ln filo ofiu po i tiva no e uua simple yu.·tapo i i6n, t s una c po­cie de ncadenumiPnto organi o por I cual, co­menzando por In cieucin m9 · nb tracts, a 1u lln qu tiene por objeto 1 ur i~n de lo hecho mdH enci ­llo , las mntomt\ticn , . 13 ele,·n de gradn en gr do 11 las cienciaH comp tativamento mt\9 concrt't s

FEDERAL18140, 8001ALIBMO Y ANTITEOLOGI8YO

que tienen por objeto hechos compuestos. Asr, de Jas matPm~tlcas puraa se eleva lila meclinica, 11 la astronomia, deApU~3 A Ia fisica, A la quimica, 11 Ia geologia y lila biologi~ (comp~e~die~do en esta cla· sificaci6n 11 la anatom1a y Ia fJsiologla comparadas de las plantas y del reino animal), y acabando por la sociulogiu, que auraza toda la historia humaua desde 91 de~:>arrolio del ser humano colectivo 6 in· d1vidual en la vida politics, econ6mica, 60cial, 1 t!­

ligioaa, artisticn y cientifica. No hay on tro todas las ctencias citadas desde las matem<.\ticas ha to Ia socioln~i1 in clusi vJ ninguna soluci6n de coutinui­dad. Un solo se1·, una sola sabiduria y en el flludo siempre el mi mo mo.odo, que se complicn Ut1 CA­

sariamente 11 medida que los hechm quA "0 pr en­tan a el Stl IJ:ll't:lll maS COmplicado,; cada ( ioucia que igu le a po) a a bsol uta mente o bre In dcncia precedenttj y n11entrus el actual ~:~tado dt nuA .. tros conocimientos reales lo pcrmita, EO pre en tard como su de~arrollo noc<·snrio.

E;; curio o ohsorvar que P-l ordP.n do Ia ciencia o_tah\et·ido pur Augu to om te CQ poco m~. t, me­nos el misnw que cl d ln l~uciclop din d I ler-- 1, el mayor mottlidico de los tiempos ptr. nt y po­sado~. y quo I! a touido Ia dicha yIn "l01 iu d, haher conduCid•J el dos rrullo de la fi .. iolo •fn p culati \3 a Sll }llllllO cuJminante, lo <JUO hizo que impul 8

da de do entoJH'l por au dial~ctica prupin de . truyera :\ t- i mi mu. P ro ha) entre \u •u to Y Ilegul UU,l t1 llOrmu difer 111Cia. ~lienlrn t ulti-~0: cot!IO vc1 dad 1 o rnetafi .. ico qu rn, h lin e pmluahzado la materia y Ia natur l za, hacH~n 'o­les proeedn1 do Ia It'• ir.a, d 1cu·, d I 1 [rilu, Augu.;to < omt , port 1 cuntrario hum t riah do e~ as~ir it u, f uud~ ndose i111ica mt\'n L ol)J e Ia mal -rta. Eu (sto t'Oil i te u ,loris inmen a.

60 II. B!KOVNINE

De modo que Ia psicologla, esta ciencia tan im­portante que constituye la misma base deJa meta­frsica y que Ia psicologla especulati va consideraba como un mundo casi absoluto, espont4neo ~ in­dependiente de toda influencia material, no tiene en el sistema de Augusto Comte otra base que la fisiologfa y no es otra cosa que el desarrollo de ~ata, de suerte que lo que nosotros llamamos inte· ligencia, imaginaci6n, memoria, sentimiento sen­soci6n y voluntad no son nada 4 nuestros ojo~ mAs que los diferentes facultades, funciones 6 activida · des del cuerpo humano.

Considerados bajo este pun to de vista el mundo humano, su desarrollo y su historia que habfamos considerado basta entonces como Ia manifestaci6n de una idea teol6gica, metafisica y jurfdico-polfti ­ca y cuyo estudio hoy tenemos que volver 4 reco­menzar, tomando por punto de parUda toda la natu· raleza y por hilo director Ia propia fisiologfa del hombre, nos aparecer4n bajo un aspeato nuevo, m~s natural, m4s ancho, mAs humano y mAs fecundo en enseflanzas para el porvenir.

En esta via se apr~sura 4 aparecer ya una cien­.cia nueva; Ia sociologla, es decir, Ia cienciJ~ de las le­yes generales que presiden 4 todos los de!&rrollos de Ia sociedad humans, y ser41a ultima palabra y el coronamiento de Ia filosoffa positive. La historia y Ia estadfstica nos prueban que el cuerpo social, como cualquier otro cuerpo natural, obedece en eua evoluciones y trana(ormaciones 41eyes genera· lea que parecen ser tan necesarias como las del mundo ff ico. Darivar estas leyes de los uce&os pasados y de Ia masa de los hechos presentes, tal debe ser el objeto de esta ciencia. Adem4s del in­menso inter~s que yQ presents alespiritu, nos pro­.mete para el porvenir una gran utilidad pr4ctica,

t'EOERALIS~W, SO 'IALISlilO \ ANTITIWLOviBl&O lil

porque lo mismo que no pod?mos dominar Ia _na turaleza y transformarla segun nuestr~s _ncce rda­des progresivas m:is que por el conocrmrento qu_e hemos adquirido de sus leyes, no podr~mo reah zar nuestra libertad y nuestra prosper1dad en el medio social sino contamo3 con las leyes naturale y permanentes que le gobiernan. .

Desde el mom«:'nto en que hemos reconocrdo que no existe el abismo que en Ia imaginacr6n de los te6logos y de los metaffsicos estaba pronto 4 _se­parar el espfritu de la naturaleza, debemos ~Olltilde· rar Ia sociedad humana como un cuerpo, m dudo, mucho m4s complejo que los otro pero natural y obediente a las mismas leyes y A Ia que le son ex­clusi vamente propias. Una vez admitido e to, es claro que el conocimiento y la estricta observaci6n de est&s leyes se hace indispensable para que las transformaciones sociales que emprendnmos sean viablea.

Pero, por otro lado, sabemos que Ia o rol.og • es una ciencia apenas nacida, que a(m est4 reuni ndo sus elementos, y si juzgamoa esta ciencia Ia m4s diffcil de todas sPgun el ejemplo de las otras, dobe mos reconocer que sarAn preciso siglos, lo menos uno, para constituirse definitivamente y llegar a ser una ciencia seria aunque po o uficiente y completa. &Qu~ hacer entonces? t~r4 preci o 1ue Ia humanidad dolien te que aufre por hbrar e de todas las miserias que Ia oprimen espere un siglo lo menos, hasta el momento en que Ia eociologr posit~va definitivamente constitufda, declare que por fm ~t4 en estado de dar las indicacione l laa mstrucc10nes que reclama su transformaci6n ra­cional'?

j~o, mil veces n~! Primero para esperar algu­nos s1glos serfs pre Ciao tener Ia paciencia . . dien

62 M. JlAKOUNINE

do a una ant1gua costumbre ibamos li decir Ia pa­ciencia de los alE:'manes, pero nos ha detenido esta reflexi6n, que en el ejercicio de esta virtud han ganado otros pueblos11los alemanes, yen seguida, suponiendo que tuviesemos Ja posibilidad y Ia pa­ciencia de espPrar, lque seria una sociedad que no nos presentara mlis que Ja traducci6n en prlictica 6 Ja aplicaci6n de una ciencia aun cuando esta ciencia fuera Ia mlis perfects y Ia mlis completa del mundo~ jUna miseria! Imaginaos un universo que no cont~nga mas que el espiritu humano hasta ahora reconocido y comprendido; ?.no ~?eria una miserable bi ·o,•a allado del universo exi tente?

Este.mo llenos de resreto por Ia ci~ncia y Ia consideramos t'<.;IDO uno de los m:'is preciof::os tecw­ros, como una de las glorirs mas puras de la huma­nidad.

Por ella se distiogue el homhre del animal , hoy su hermano mpnor, antes su ant cec;ot·, y Ia hace capaz de libertad, por tanto es necee~rio reconocer tambien los limites de la ciencia y do re<·ordarle que ella no lo as todo, <.JUS es solan.ente una p.1rto y que el to do es la vida, Ia vida uni versa I de los mundos 6, para no parderuos n lo desconocido y en lo indefinido, lade nuestro sist3ma olar 6 sola­mente de nuestro globo terr:iqueo, en fin, limitdn ­donos ml1s, el mundo humano, el movimiento, el desarrollo, la vida de Ia humanidad sobre h\ tierra. Todo esto es infinitamente m~s exteo~o, mds pro­fundo y mlis rico que Ia ciencia y no serA nunca por ella aniquilada.

La vida, tomada en este sentido universal noes la aplicaci6n do una teoria humane 6 divina, es una creaci6n huhieramos dicho, si no hubieramos temido <.lor lugur ~ una mala interpretaoi6n de esa palabra y compa:-ando los pueblos cresdores de su

FEDERALI.8M01 SOClALJS~O Y AlCTJU:OLOGI YO

propia historia con los artistas nos hubiera~oa preguntado: tlos gr_andes poe~s han e porado JB­mas ~ que la cienc1a descubr1era las leyes do la creaci6n poetics para crear sus obra m_aestra ? iEsquilo y S6focles no hicieron sus magniftca tra ­gedias muoho antes que Arist6teles hubiera calcado aobre sus obraa la primer a estetica? t ha k --peare se ha dejado nunca inspirar por ningunu teorln , y Beethoven no ua ensanchado las bo::.e del contra pun to para Ia creaci6n de sus siu[ouias?

tY quo seria una obra de arte producida cg1in los preceptos de la mAs bella est6\ica del rn undo'~ Uno vez m~s decimos que una co a mi rabl , jpero los puehlos que cr an su hi toria no on pro­bablemente ni m12nos ricos de in tin to ni rn no poderosos ct·eadore ni ma dependi nt d lo sabios que lo arti ta !

Si vacilo mas eu hacer u o de t pal bra, creaci6n, t!s porque temem qu Ia d6 t n do que nos e~ impo ibte admiLir. !Ui n di r a-ci6n, parf.lce d-ecir creador, y no otro r h zomo la existencia de un tinico cr ndor tonto p rn el mundo humano como pa1 n el mundo H i o, u ademds i1 nncstros ojos no fo1·mnn md qu uno solo y hahlando de los puehlo cr ador d u propia hiat~ria tenomos.J ·ouciencio d rupl r uua _expres16n metaf6r1ca, nno ompar 16n im-~ropta. C'~da p~eblo e n , (or col, ti qu po sm duda, prop1_edad ·~ tAnto iic:iol6oic t -p i J6 i' ca~, como pohtJCO·so '1&1 s particular qu , di tin gmendoles de los otr puohl , lo indi idu !i n ~n _parte_, p~r? _no es jam" un indh·iduo, un ~r unico e tndJ vt tole on el n ~ido ' old 1 I I br • Por desarrollada que e t6 su coucicuci ~1 ti Y por concentrada que pu~d 11 utr 0 1 momenta de uno gran crisi naoionol, I i6o 11

G-1 .M . BAKOUNINE

lo que sa llama la voluntad popul~r arra strada ba­cia u n solo objeto, csa concentract6n no alc9:nzaya la de un in.li viduo r eal. En una palabra, mngun pueblo , por unido que este, podrA decir nunca: iY_o quiero!; debera decir siem pre: Quer~mos. El t.ndt ­viduo s6lo ti ~ne la costumbre de deetr: jYo qutero! y cuando oigais decir en nombre de un pueb 'o en tero: jEl quiere!, estad seg~ro de que un usurpador cualquiera, hombre 6 partido, se oct~lt~ detr~s ..

Por creaci6n no entendemos aqm m la cream6n teol60'ica 6 metafisica, ni la creaci6n artistica, sabia, indu;trial, ni cualquier creaci6n tras la cual seen­cuentre un individuo creador.

Entendemos ~encillamente por esta palabra, el producto infinitamente complejo de una cantidad innumerable de causas muy d1ferentes, g randee y pequefias, unas conocidas y la inmenaa ma~oria desconocidas, que en un momento dado, combm:in· dose, no sin raz1n, pero sin plan trazado de ante­mano y sin premeditaci6n alguna, producen el hecho.

Pero entonces, direis, Ja historia y los destinos de la sociedad humana, l,DO presen tarfan ml1s que un ·caos y no serian mas que el jug uete de la ca­sualidad? Por el contrario, desde el momento en que la historia est:i libra de todo arbitraje divino y humano, entooces y solamente entonces se pre­santa :1 nuestros ojos en toda su imponente y al mismo tiempo racional graodeza de un desarrollo necesario, como la naturaleza org!1nica y fisica, de la cual es la cootinuaci6n inmediata . Esta ultima, ~ pesar de Ia ioagotable riqueza y variedad de los seres reales de que se compone, no nos presenta inntilmente el caos, por el contrario un mundo magnificamente organizn.do y en donde cada pa:te guarda, por decirlo asi, una relari6n necesarta-

FEDERALISM01 SOCIAL1SMO Y ANTlTEOLOOISMO u.i

mente 16gica coo todas las otras. Pero en tonces direis ~hay un ordenador? Nada de eso; un orde­nador aunque fuera un Dios no hubiera podido hacer mc1s que tratar ~ su arbitrio personal el orden natural y el desarrollo l6gico de las cosas y nos­otros hemos visto c1ue la propiedad princ·ipal de Ia divinidad en todas las religiones, es Ia de ser pro . cisamente superior, es decir, contraria a toda 16-gica y de no heber mc1s que una sola 16gica para ella, lade Ja imposibilidad natural~ absurda (1), porque ~que es lc.t 16gica sino la corricnte 6 ol des­arrollo oa tural de las cosas 6 bien el procedimien to natural par el cual muchas cauaas deterrninadas producen uo hecho? Por consecuencia podemos enunciar este axioms tan sencillo y nl misrno ti ;'\m. po tan decisivo: 'loclo lo 'Jif{ '"' uolur<d {' Uu,ico " todo lo lJIIe '~ loyi~o t'sir'i t'f'a/ieoclv rlond d 6 'l'trtlfzllt' ·e en elmumlo nol; rn Ia nrdurale:a p,·opimut llfP. drclw y en 1111 de.•mNollo po ·te1·ior f'1l lr1 hisloria naiturzl de lrt sociedml lmmruza.

6La cuesti6n es sa her lo que es 16gica en In nat u­raleza tan bien como en la historia? Esto no es tan Ucil de determinar, como parece <1 prim ern vi titS, porque para saberlo con perfecci6n d~ manAra para no equivocarse ounca, serfa preci ·o conocer todas las causas, influencias, acdones r reacciones que determinan In naturalezn de uno cosa y de un ke-

(I) D~eir que Diot1 no el! t'Ontrario A Ia 16sch a " nfirmftr qne e~ ee BbMJutau~enle id6ntico, que~~ miMUO uo PS ma~ qut 16-gtca, Q~le lo l'Orw>nto y t•l lle.,arrollo natn raJ de Ill~ cO"B rt> le ee dertr qu.., I >ioR no ~ i"lt!. La e.xif'tencia dt! lito" no pu d~ ~ener valor nu\ qu6 t·oruo Ia ne~a,·iGu rle Ia I~)~" u tnral liO ~ onde rt> ulta t>Rte dilt>ma irrt>futRllk I lay llioP l!ntoun"' no 18Y le~ e" uaturalt 8 y til Jtlllndo )'ttlt!e>nta uu t ~N . H mundo 00. ee nn rno" y e lit ordenaJo J>or .f uti~mo t>uton«:t>R Dio uo extete. ' ..

6

66 M. BAKOONINE

cho sin exceptuar ni una sola aunqu e fuer a la mds apartada y la mas debil. i y cual es la filosofia 6 la ciencia que podra lisonjearse de abrazarlas todas y aniquilarlas con su andlisis? Seria preciso ser muy pobre de espiritu y muy poco consciente de la infinita riqueza del mundo real para praten­derlo.

?.Hay que dudar por esto de la ciencia? ?.La he­moe de despreciar porque no nos de lo q ue no nos pueda dar? Esto seria una locura mas funesta q ue la primera . Perded la ciencia, y faltos de luz volve­r eis al estado de gorilas, nuestros antecesores, y fuerza os sera r ehacer duran te algunos miles de a flos todo el camino que Ia humanidad ha debido recorrer a traves de los fan tasmag6ricos r esplan­dor es de la r eligi6n y de la metatlsica para llegar de n uevo a la luz imper fects, es verda d, pero al menos segura, q ue ya poseemos hoy .

El mds grande y el mds decis ive triunfo obte­nido por ella en nuestros dfas, es ya , como hemos d icho, haber incorporado la psicologia ci la biolo· gia, haber es tablecido que todos los actos intelec­t uales y morales que distinguen al hombre de todas las otras especies de animales, como el pen­samiento, el acto de humana inteligencia y las ma­nifestacwnes de Ia voluntad refl exiva tienen au origen en la organizaci6n indudablemente muy cumplida, pero, sin embargo, material del hombre, sin la sombra de una intervenci6n espirit ual 6 ex­t ramaterial cualquiera, que son, en una palabra, productos nacidos de la combinaci6n de diversas funciones puramente fisiol6gicas del cerebra.

Este descubrimiento es inmenso con relaci6n A la ciencia y con relaci6n a la vida; gracias a ello la ciencia del mundo humane comprendiendo la an t r opologia, la psicologia, Ia 16gica, la moral, la

FEDERALJSMO, SOC'IAL/!:!)!0 Y ANTJTJ:;OLOOISMO (·~ I (

economfa sociu l! ~ a polfti ~a , 1~ crft ica, Ia teologfa y hasta Ja ~etafJ s Jca; Ia htstona , y en una pala bra, toda la SOCJO!ogfa, SO hace posibJe. f~ntre e l mundo humano ~· el m undo natural n o hay solu ciun d e continu i ~ad, pero lo mismo q ue el m undo o rg~n i­co, aun srendo el ~esarrol~o no inlerrumpido y d i­recto del mundo morg~mco, se dislingue de el en el f?ndo por la ~n lro~ucci6n de un nuevo elernen to acttvo: !o motroa o,·!Jumca. producida no porIa in t~rvenm6n de u~a c~usa ex tramu ndqna cualquiera, smo por co~bmacwnes de la rna teria inorgani­ca., des~ono01das h~sta el presontc pat·a no. otro'•, pt oduc1end~ ~IJa m1sma ~au vez ~;obra In Luso y en las condtCl()Des do tL te mundo iuoraanico d 1 cua~ ella es o! m~s nltu resul tndo, todas Ja~ rf quezas de la nda ~egeta l y auimal. Lo mismo el ~und? humane s1eudo tamhi(.n lu tontiuunci6n 1~med1ata dol mundo ol'gJ1nico, eo clit;tiugue 1 en­Cia l me~te por 1m n~1evo ol~mento; d p 11 01111 ntu produCido por Ju. ucti vi dad fi iol6o-ic d~~l c:er bt ~ Y que pro due~ ul misrno ti ~rn o ~n medi(i dt e t ~undo _matenal y Oil Ins condi<:ioues orgAnica (. I~orgl1mcas de las cunles e I)( t· decirlo n ~r 1 , I tJ mo resu 1 1 1 ' JS , e u -· men, o( 0 0 qu JJnmumos de nt ro!Jo ~n tle!ectu_nl .Y morn!, p ,Jrtico ) sot:>ial del hombre· 8 1 ~stor1a de 1ft humaui,lnd. . ·

16 _I ara los hombres que pien.::an renlm nt con "1('8 ,, CUj'3 • t I" .

1 o- "· 111 l~ lgl3llCHl l tl1 ~ Ia alturn nctual :I da c~euc1a, •sta unidad d I rnundo 6 del ;lr l

D eo (<hoy llll hecho ad Uil'ido. Poro illl} (;,ilJI d~n~ocouocer qu le heuho t n enciiJo Y tan vi.

absn~~1~,u~,!~deo l~o ~~11;~~ 6 ~· .9P0 1lO no ilat·ec • uu en flarrrant . 1? e unos, n n u ntr n versatde ln ~1~~~!~:~ 11 '1 1 ~n cun 1~ c.ouci nc1n uni. de la diferencia rl ~~ n< ~ quo .hnct ndo h ... trnc ·i6n

e ormn LnJo In cun iPs EO moni-

liK M. BAKOUNINE

fiesta en la historia, se ha declarado siempre una­nimemente a favor de la existencia de dos mundos distintos: el mundo espiritual y el mundo material, el mnndo divino y e\ mundo reaL

Dasde los groseros id6latras que a doraban en el mundo que los rodeaba, la acei6n de un poder sobrenatural, encarnado en cualquier objeto mate· rial, todos los pueb1os h 'ln creido y todos creen aun en la existencia de una di vinidad cualquiera.

K·ta unanimidad im ponen te, segt'm Ia opini6n de muchas p3rsonas, vale m~s que todas las de­mostraciones de la ciencia, y si Ia l6gica de un cor­to nurnero de pensadorea consecuentes pero aisla­do~, les es contraria, tan to poor, dicen ellos, para esta 16gica, porque el consentimien.to un<\~ime, Ia adopci6n universa l de nn a idea ha s1do rons1clerada en todo tiempo como h prueba rna victoriosa de su verdad, y esto con mucha r az6n, porqne el sen ti­miento ... de todo el mundo) de todob los tiempos no sabria engaflarse, y debe tener su origPn en una necesidad esencialmente inherente a Ia misma na­turaleza de toda Ia hnmanidad, pero si es verdad que ateniendo a esta neccsid< d, el hombre tiene absoluta precisi6n de creer en la exi tencia de un Dios, el que no cree, cualqniera que sea la 16gica que le lleve a ese escepticismu, cse es una oxcep­ci6n anormal, un monstruo.

lie af1ui Ia argumentaci6n [avorita de muchos de los te61ogos y metaff-.icos de nuestros dias. Yoa­se al ilustre ~hzzini, qu e no pueJe pa arse sin un Dios para fundar su ascetira r ep(Iblica y hacerla aceptar ~las ma. as populare~. de manora que sa criEica si tern~ ticamen te l<1 libertad y el biencsta r § la grandeza de un E6tado ideal.

Asi pues Ia nnticrua y universal creencia en , , ~ . Dios seria contl'a todu dPtl<'ia y ·ontt a toda logtea

r£DmALISM0 1 80( IALlSMO Y .\NTil i:;OLOOIBMO ti!l

Ia prueha inecusahle de Ia existerwia do Uio . (,Y por q uc·~ Iln ta el siglo d~ { 'u jH~rll ico y do !: tl i ­leo, todo el mundo, meuos Jog pitag6ricos , aca o haufan crrido que cl sol rlaha vueltas aJr,~cledor de la tierra: testa creenria era una pruoba du la verdad de esta supustci6n~ Desde ol or igen de la sociedad hit~t6ricn hasta nueslru!3 dfa~ lia hnl11do y hay por todas partes explotaci6n dol trnlwjo furzu­do de las masas obrera:-l, esela va i) a..,alari~d por alguna minoria conqui.;;t dora . ;, e deduce que Ia explotaci6n dellrnhajo df\ otro por para itos no ea una iniquidad, una expo litH 16n 6 tlll r obo!' lle aqui dos ejemplos que pruohan que la argum ntnciun de nuestros dei tnA modernoa no val' nnda.

Nada es, n efecto, ni tan uni\'er al uitou anti­guo como el absurdo, y por el r.ontrario la verdad, que es m~s modcrna, hn dado it m pt·o por re ul tad~ el producto peru nunt·a el princ•ipiu d Ia hi tone, porque ol hombre por u ol'ig1n primitivo i no es descendi nt directo del goriln h a lido de Ia noche profur~d!t dol in tinto ~nirnal pnt·a II gar 11 la luz dele p1ntu, lo que r xphca muy uaturalrn u­te toda t!R divngociorws pa ada ): no con .. u 1 en parLe de su rror pre onte . 'l'odn la hi tori dell~omhr no es otr n cOER q Ut' al alujamion to pro gres tv~ do Ia pura animnlidud pur la •r· aci6n de u ~uman t~ad, y e deduce 'lue 1 nntigli dnd d uu Idea, leJO de pro bar· aluo n fn \'Or dt , II d b por ol. contra do, hac do o p cho n. l£n ' unn t~ A Ia untversa_lidad_ de un error, no pru ba mt1 quu una co a: la tdentHiad do Ia humona natur l 1.0 n todos Ia, liumpu y en todu, lo paf e . )" lll t l

qu~ todo lu pueblos ~n toda In pol~ han c~e1d~ en Hit) , in d jaruo un ai'lar por ... l h c o lD duda inconte tabl , pt ro qu n, pu dt prevalecer en nue tt·o piritu ui t''On trn In 16 le t

I

70 M. BAKOUNJNE

ni contra la ciencia, debemos sacar Ia conc:usi6n sencillisima de que la idea divina, indudahlemente nacida de nosotros mismos, es un error necesario en el desarrollo de la humanidad, y preguntamos c6mo y por que ha nacido, y por que para Ia in­mensa mayoria de la especie humana es aun nece­saria.

1\lientras no sepamos darnos cuen ta de c6mo se h~ producido y ha debido necesariamente produ. ctrse en el desarrollo natural dol ePpiritu h umano y en la humana sociedad para la tlistoria, la idea de un mundo sobranatut'al 6 divino, nosotros cs­taremos cientHicamente convencidos dolo ob~<curo de esta idea y no podremos n lmca d.estruirla en Ia opini6n del mundo, porque am este coPocimiento . ' no fiOdremos atacarle en las mismas profundidades del ser hum"no donde tiene su origPn, y condena­dos ~ una lucha esteril o interminable, d8heremos contentarnod con combatirla superficialmente en sus mil manifestamones, y cuyo a bsurdo apenas quebran~ado por el buon sentido, renacera pronto en_ una forma _nueva y no meuos insansata, porque m1entras Ia ra1z de la c·reencia en Dios r 1 uedr~ in­tacta, producira siE>m' ro nuovos retoflos· asi es . , que en c1ertas regioneH de la sociedad ci vilizada actual, el espiritismo tiende a instalarse sobro las ruinas del C'ristianismo.

Es necesario que nos demos cuenta ~ nosotros m!smos, porque haran bien en 1Jnmarnos ateos; mtentras no ha~·amos comprendido Ia o-enesis hts­t6rica y natural de la idea de DioP en la socieclad humans, nos dejaremos dominar m:1s 6 menos por los cia mores de esa conciencia universal de Ia cual no habremos soq~rendido el secreto, e~ decir, Ia raz6n natural; y vista la debilidad del indi vid uo contra el modio social que le rodea, corr·emos el

FEDERALISMO, SOClALISMO Y ANTITEOLOOISMO 'it

riesgo de caer tarde 6 temprano en la escla vitud_ y en el absurdo religiose . Los ejemplos de esta~ tns­tes con versiones, son frecuentes en Ia somedad actu al.

Estamos mas que nunca con vencidos de la ur-gencia que hay. de resolver hoy completamente Ia siguiente cuest16n:

..Fomuuulo r•l homhre COil lorlfl ln naluralr•zn ll1l olv Sei !J 110 SiPJidO J//(lS que r•f jJI'Vd11rf0 n/((ff'l'i(l/ t/r• l(ll((

cantidad mdr• nido dr cousas t 'rl 11s1t ""lf'JI/P. mrdc,,,J, ·como r·st" dualul"t! dr 1 a ·upo ir.it.n clr• rl Of! Jii!Wrl us ~pllestos, "' llllO rspu 1fuol1J r·l oll'o mote, iol, ,/ 1010 rli ­tino y rl olro Hf4lut"al, ho pudido nru·e,, ~ to/ilae1, y arrmgnr trm profnllflrwlf'JI{c en lo f.OJICif'llflrl luwmna:

Estamos tan per,uadidos de que de IR soluci(,n de esta importanto cue ti6n depende nuestra riefi­nitiva y completa emancipaci6n <le las cadenas de tocta Ia rt>ligi6n, que o pNlimog nos ciejei ex­poneros nuestras ideas sobre esto.

Podra parecer extrai1o ~ muchas persona;; que en un escl'lto politico y socialista, tratemo. de asuntos de metafi ica ~· de teologia, pero es que segun nue~tra mas intima convtcci6n aetas cuestio­nes no se pueden separar de las del Hociali.-mo y la politica.

El mundo reaccionario, impnl .1do por una 16 · gica in vencible, es cada vcz mas y mAs religiose. Sostieue el Papa en Rom a, persigue las cioncias naturales en Prusia, pone en toda partes sus ini­quidades militares, civiles, polfticat:J y socialeq h;1jo la protecci6n de Dios t\ q uien protege A su voz, en las igle~;ias y en las e~;cur laB, con yuda de una c~encia hip6critamente reli"iosa, ervil, compla· men!~• penosamente doclrina1 ia y pur todus los m.edtos cie que dispone el E~tado. El reinat o de Dtos en et cielo, traducido por el roinado de .. cu-

72 M. BAKOUNINE

bierto 6 encubiert.o dellatigo, y por Ia explotaci6n en regla del traba]O de las masas asalariadas en la tierra, tal es hoy el ideal religioso, social, politico y absolutamente 16gico, del partido de la reacci6n en Europa.

Por raz6n inversa, la revoluci6n debe ser atea la experiencia hist6rica y Ia 16gica al mismo tiem~ po han probado que basta un solo amo en el cielo para crear millares sobre la tierra.

En fin, el socialismo, por su objeto, que es Ia realizaci6n del bienestar de todos los destinos hu­ma~lOs, aqui abajo, apart11ndose de toda compen­sact6n. celeste, no as el cumplimiento y por conse­cuenCia la negaci6n de toda religi6n qu~ desde el momento en que sus aspiraciones se encuentran realizadas, no tendra ninguna raz6n de ser.

Al exponer nuestr as ideas sobre el oril.Ten de la religi6n, seremos todo lo breves que

0

nos sea posible.

Sin querer profundizar las especulaciones filo­s6ficas sobre Ia naturaleza del S~r, creemos poder est~blecer como un axioma la propoeici6n si­gutente: . Todo lu lf'U gmz lo~ Sl'l'f'S que consllfuyrn t•l conjunto mde.1nwlo drl Umverso. tot/as los rosa8 qur> e ristrrn rn el mundo. cualquif'rn qur ~>e" Sit naturo7r.za, tanto rlr• Ia ca!ularl como dr la contidad, grmult!s, met!lanrts" mti· mtame1~te pr•quf'Jios, cr•, cmws o !t•janos; t}e1·crn sm que· rt•r Y sm )!Oder pen~>orlo. los tnws :.oln·( los ul1 o.:; y cnda U~lO sou1 e todo8. sea inmecliatamr nlt sea )lOr trrrmt· CIOn, lOW flCClim y J raCClOtl jJI'I')H'liWS que sr• COIIIflllzm~ e~lun.solo movwllf'nfo. constituyrnrlo lo qt({•/7omrnnos so· lld{IJ'Ii/(li/, VIda y C(I!ISof irlnr/ 111lil'f'J'Salr•.•',

L\amad ~ esa solidaridad Dios lo absoluto si ~s~o os di vi~rte, poco nos im'porta: con tal que 'no

eta A ese Dws otro sentido que el que acabamos

FEDERALISMO, f:O CIALISYO Y ANTITJ:;OLOGIS~IO

de precisar, el de Ia coml!inaci6n universal natu-1 necesaria pero de umguna man era prt3d~ter-

ra ' , . c· "d d d . . y minada ui pro vista de una 1ll 1n1 . !l . e acct_ono~ reacciones particulares. Esta solldandad btempre acti va, esta vida universal puede sor p.\ra nos­otros racionalmente per_o m~nca real met~ te a_eopta da ni por nuestra imagmact6n reconoetda Jarn:is, porque nosotros no podemos reconoc"r. mlis 4ue lo que oxperirnentamos por nue tros sentulos y c ~~B no podran uunca aharcar mAa ~1ue una pequei\tst­ma parte del Universo, E:lltendt6ndoso qul~ aC'epta mos esta solidaridad, no como una causa au::oluta y primera, bino lodo lo ~ontrario, cornl>. un ,.ei)ul­i(mfe (1), siempre produmdo y reproduc1d~ por la acci6n simultc1nea de todas Ins causae partwulares, ac~i6n que constituye precisamente el modo de ser universal. Ilabiendolo n~i d~t(lrminado, podemoa decir sin temor de pro voc.lr una eq ui vocnci6n cua l· quiera que Ia vida univer al crea los mundos. Ella es Ia qua ha determinacio la :;ignificaci6n geo\6gica, climatol6trica v geo~rrafica de nue~tra tiel'l'a '-' la

0 • <:> ·' que, despues de haber· cubierto ~u ~uporficie con todos los e:-plendores de la vida 01 g6nica, Cl)ntinua crr(lmlo aun el mundo humano, Ja twciedod con todos sus desarrolloa pa~ado , pretienlet:i y futuros.

Se comprende ahora que Ia creaci6n n r enten­dida no pueda ser cuesti6n n i de ideas an ter iores ni de leyes precoucebidas. bn el mundo ronl, todos l~s hechoo prorlucido por uu concur u de iufluen ­ctas y de condiciones iunurnerables vienen prime­r?; despues, con el hombro pensante, la concien eta de estos hechos y el convcimiento mA:s 6 menos

(I) I utlo individno lautllRIIO 110 ,, .. Ill&. qu~ ul ,_, ult Ill de todaA Ia" l 'Bll•lt:! ljlh! hau pr.,,.hh lo .~u uactauh:nlo , c o tu i.Hu Ja

con toJa~ l~t,. ~'Ondicio 1• dt~ un de•arrollo po terior.

M. BAKOUNlNE

detallado y perfecto de la manem que han sido pro­ducidos, y cuando en un orden de hechos cualquie­ra observamos que la misma manera 6 el mismo procedimiento se repiten con frecuencia 6 casi diariamente, le llamamos ley de la naturaleza.

Par nnlur(rlf'.:n entendemos no una idea mistica panteista 6 substancial cualquiera, sino sencilla­mente Ia suma de seres, de hechos y de procedi­mientos reales que producen estos ultimos, yes ~vi­dante que en la naturaleza asi definida, gracias al concurso de las mismas condiciones~ influencias y quiza 6. las tendencias formadas par la ola de la perpel ua reacci6n, tendencias que fi fuerza d~ repe­tirso frecnentemente son constantes, es ev1dente, decimos, que en ciertos 6rdenes determioados de hechos, las mismas leyeR se reproducen siempre y a causa de e~ta constancia de procedimientos en la natnraleza, el espiritu humano ha podido recono· cer lo que llamRnos leyes rnecc1nicas, fisicas, qui­micas y fisiol6gicas; por ello SP. explica tambien la casi constante repetici6n de generos de especies} de variedades, tanto vegetales como animales, en las cuales se ha desairollado hasta aquila vida org~ni­ca sobre la tierra. Esta constancia y e~ta repetici6n no son absolutas, dejan siempre ancho campo a lo que llamamos irnpropiamente las anomallas y las excepciones, manera de hablar impropia, porque los hechos con los cuales se relaciona prueban sola­mente que estas reglas generales, reconocidas par nosotros como leyes naturales, no siendo mas que abstracciones arrancadas par nuestro esviritn del desarrollo real de las casas, no estan en estado de abrazar y explicar toda Ia indefinida riqueza de este dlsarrollo.

Ademas, como lo ha demoqtrado muy bien Darwin, estas pretendidas anomalias, combinAndo-

FEOERALIS~I0 1 SOCIALISMO Y ANTITEOLOG ISMO 7;)

se mas ~ menudo e~t~e elias, c~eando, por decirlo asi nuevas procedtmtentos habituates, nuevc1s ma­ne;3s de reproducirse y rle ser en la ~atm alez~, !-:On

pt'ecisamente la vi~ par Ia cual Ia ~1da or~.lmcn cla vida a nuevas vanedades y espe01e~; a&I £'!:i que, despues de haber COffifDZadO por una simple CGIUla, apenas organizada Y. haberlo hecho 1~a a!' porto­das las transformacJonPs de la orgamzac16n vege­tal primeru y animal despue3, hizo un ltomhrt .

~El hom!Jro serA siempre el ultimo y m~s cum­plato prorlucto org:1nico sobre la tierra·~

&(~uien podria asegurar que dentro de algunos centeoares dH si,rlos, no puecle desprender e de la

0 •

mejor varie,iad de la especie humana, otra '1"l'ec1e de seres superiores al h'~mbre y que se par cerAn a el como else pnreco hoy al gorila?

En todo caso tranquilieese nue lrn vanidad. Los prucedimi~ntos do la naturaleza son muy len­tos y naua deuotn un ~l estado actual de In huma­nidad la prohabilidarl do <lor vida a uua p cie superior, y artemas, ;no vemus que Ia nnturaleza contin(ta siempt•e una rni rna ohra do creaciun par· petua AD los de•arrollo. hi t6ricoE del mundo hu­mano·~ ~o es falta suya si herno eeparado en nu• · tro cspidtu ese mundo, la '-OCi<Hlad humana, de lo que llarnarnos exclu i,·amente el mundo natura!.

La razon de esta separaci6n eta en I nnturn­leza mi made nue tro e. piritu, <1 ue ~epara e nci \­mente al hombt't3 de lo animale de toda .... las de­mAs e~pecies; dehem<J!::, por tanto, reconocer qu 1 h.omLre ~1o es el olo animal inteligetlt• ol rc l tierra; leJo~ do e~o. ln p icologia omparada no de~lUe ~ra q~e no hay nin •tm aninHll de 1 rovi lo de mt~lig?ncta y que rnA:-; do una e pecie, p t' u org nw1c1<~n y oure todo pot· el d 'anollo de u cerebra, tiene mucho contncto con la F ... P cio hu-

7G M. BAKOONINE:

mana segun se desarrolla y se eleva su inteli­gencia.

En_ el hombre ~obresale la facultad de pensar, es dec1r, de corubmar las representaciones de los obje tos tanto exteriores como in teri01·es que nos indican nuestros sentidos, la de formar grupos la d~ comparar y combinar de nue vo estos grupos d1ferentes, que no son seres reales sino objetos de nuestros sentidos, cuyas nociones se forman por el primer ejercicio de la facultad que llamamos j~icio! retenido~ por nuestra memoria y cuya com­bmact6~ po :3terwr constituye la facultad q ue lla ­ma:nos 1dea! para deducir las consecuencias 6 apli­cacwne~ l6gwamente necesarias. Encontramos, par desgrama con harta frecuencia, hombres que aun no han llegado al plena ejercicio de esta fa cultad, pero nunca hemos vista ni oido hablar de ninaun ~ndividuo de especie inferior que Ia haya ejercldo Jam as, a menos que se quiera citar como ejemplo la burra de Balaam 6 alg unos otros animales, re­comen~a~os a nuestra fe y a nuestro r espeto por una rehgt6n cualquiera . Podemos decir sin temor de que n_os desmientan, que de todos los animales de esta trerra el hombre es el unico que piensa.

~~lo el esta dotado de este poder de abs tracci6n fortrfrcad? y desarrollado, sin duda, en Ia especie por dos stglos, y que elevandole por encima de to­dos los objetos que le rodean, y de todo lo que se llama _mu~~o ex terior y por encima de si miamo como mdt v~duo, le permite con cebir y crear la idea ~e _la totahdad de los seres, d el universo, del in­ftmt? 6 de. lo absoluto- idea abstracts y vacia de senttdo, sr se quiere, pero poderosa y causa de todas las conquistas posteriores d el hombre, par ­que s6lo ella le arranca de las pretendidas beati ­tudes Y de la estupida inocencia del paraiso ani -

FEDERALTSMO, SOClALTSMO Y ANTlTEOLOGTSMO 17

1 para echarlo en los triunfos y en los tormen tas Fn~i~itos de su desarr ollo sin limites ....

Gracias a esta facultad de ab3trac~r6~, el h~m ­bre al elevarse por encima de la pr est6n mmedtata qu~ todos los objetos exteriores no de jan n unca d e ejercer sabre cad a indi viduo, puede c_omparar I a~ unos con los otros, observar su rel_act6n. lie aqu1

.el principia del anftlis!'s y de la ci,•nc1a c· tJif!IIIWJilrtl:

Gracias a esta m1sma faoultad, se se~ara de ~t mismo, se eleva por encima de su~ prop toe mov~­mientos, de sus intintos y de sus dtferen tes ap~t~ ­tos pasa jeros y particulares, lo q ue le d a Ia posiln ­lidad de compararlos en tre sf, como compara los objetos y los mo vim ion tos exteriores, y de dec!~ rn r­ae partidario de los unos contra los o;ros segu~ el ideal (social), que se ha forma do en el. lie aq Ul el despertar de la concinzcia y de' lo que llamamos Ia toluntad.

~Posee el hombre realmente una voluntad liLre? Si y no, seg(m la manera como se en t ienda. Si por voluntad libre se quiere deci r libre albedrio, es decir, la facultad del indi vi duo humano de doter ­minarse espontaneamen te, por si misrno, indepen­dientementa de toda ajena influencia , si, como hn­cen todas las religiones y todos los metafisit.:os, por esta pretendida volun tad libra se quiere at ra n r.a r· al hombre ala corriente del modo de ser univer a l que determina la existencia de todas las co as y que hace li cada una deprndiente de las ot ras, no podremos hacer mas que rechazarl a como un con-

.trasentido, porque no p uede exis tir nada fue t a de esta manera de ser.

La acci6n yIn reacci6n incesante del todo sohre c~da punta y de cada pu nta sabre el todo, hemos d1eho que conslituyen la vida , la l uz gen ~rica y suprema y la totalidad de los mundos, que son

'18 M. B.!KOUNINE

siempre productor y producto; eternamente activa y poderosa 1 esta uni versa! solidaridad

1 este modo

de ser mutuo que llamaremos naturale.za, ha creado entre una cantidad innumerable de otros mundos, nuestra tierra, con toda la escala de sus seres desde el mineral hasta el hombre. Los reproduce, los desarrolla, los nutre, los conserva, y cuando llega a su termino1 y con fl' ecuencia antes de que llegue, los destruye, 6 major dicho, los transforma en seres n uevos. Es el poder 1 contra el cual no ·hay independencia ni autonomfa posible1 el ser supra· mo, que abarca y p€netra con su acci6n inevitable toda la existencia de los seres 1 y en tre los ser es vi · vientes no hay uno que no lleve en si m~s 6 menos desarrollado el sentimiento 6 sensaci6n de esta influencia suprema y de esta dependencia absolu­t a; pues bien; esta sensaci6n constituye el fondo de toda religi6n.

La religi6n 1 como todas las cosas humanas, tiene su origen en la vida animal. Es imposible decir que ningun animal, excepto el hombre, tenga una religi6n, porque la religi6n mas g rosera im­pone un grade de reflexi6n, al cual, ningun ani­mal, exceptuando al hombre, se ha elevado nunca; pero es imposible nagar que en la existencia de todos los animales, sin exceptnar ninguno, sa Pn­cuentran todos los elementos materinles constituti­vos de la rtlligi6n, pero sin el lado idtlal, prer.isa mente el que debe destruirla, tarde 6 temprano, el pensamiento. En efecto, ~cual es la esencia real de toda religi6n? Es, precisamente, ese sentimien­to de absoluta dependencia del indi viduo, frente a frente de la eterna y omnipotente naturaleza.

Es diflcil observar ese sentimiezJtO v Allalizar t?das. las t;naniEestaciones en los ani males de espe­Cies mfenores ; per tanto podemos decir que el

FEDERALISMO, SOCIALISMO y ANTlTEOLOOISMO

. . de conservaci6n, que se encuentra l~a s ta en ~nst~~~~nizacionr:s relativamente v_obres, sm du~a 88

os rado que en las s upenores, no es m s e~em:~a e!pecie de costumbre qu? s_e forma cada qno ba·o la influencia de ese sentlmiento q_uc_, co u h 1 dt'cho no es m~s que el senlumen to mo amos ' rr . reli ioso. En los animates dotados de una. ?ream-zaci~n mas parecida ~1 hombre, se m&mftesta de una manera m:is senstbl e para nosotros, por el

·edo instintivo y el p:1nico que se apodera de ~:os cuando se aproxima alguna. ~ran c~t~ Lrofe, como un temblor de tierra, un mcendw cu los campos 6 una gt"an tempestad, yen gener~l, puede decirse que el miedo es uno. do los set.tnuJen t~s predominantes en la vida antmal. Todo;-; los am­males que vivcn eu liberta~ son. fe~or~'"'' 1~ que prueba que viven con ,m tn1odo msllntn·o, J_nct3· sante, y que siempre ti ne_n el instinh? ~elt:e:Jgro. Este temor, el temor do D1ns, comu d1r1on H)~ t 6-logos, es el pJincipio de lu. al.idurfa , e dec.tr! lle la religi6n. Pero on los auuuales ~o cs relt~_16n, porque las falta ese poder dl~. retlex16n quo fiJB ol sentimiento, deternuna el objeto y lo traneforma en conciencia y pensamiento. Ilay I'l:iZ6n para pro tender que el hombre es religiose pur ~lB}Uraleza, y lo es como todos los a~irn~les, pero u~lJ:amonta sabre la tierra tiene conc1enma de sn r ~hgH~n.

La religi6n hemos dicho que os el primer des pertar de la raz6n, pero bajo Ia forma un d~spro ­p6sito.

IIemos obserYado que la religi6n comienza por el temor. En efecto, el hombt·e, al despertnr con los primeros resplandores de ese ol interiol' que llamamos conciencia de i mismo ~ saliendo len · tamente de e .. a penumbra mognt'Hica, de sa ilxi tencia todo instinto que llevabn •uando se encon-

80 M. BAKOONINE

tra ba en estado de pura inocencia, es decir ani­mal, habiendo nacido adem~s, como tocio an'imal temiendo ~ este mundo exterior que le produce y le nutre, pero que al mismo tiempo le oprime y le amenaza con trag~rselo a toda hora, el hombre debe tener necesariamente por primer objeto de su naciente reflexi6n este mismo temor.

En el hombre primiti~o. al despertar su inteli­gencia, este terror ins tin ti vo deb fa ser mas fuerte que en los animales de las dem~s especies, primero por9ue n~ce menos armado que los otros y porque su mfan01a dura mucho mas y porquo esta misma reflexi6n apenas bosqu~jada y sin llf>c:ra r at1n a un grado sufi?i~nte de m~durez y de fuer~a para reco ­no~er y uhhzar los Ob]etos exteriores, ha debido arrancar al hombre a la uni6n a la entereza a la .. . . . , ' armoma mstmttva en las cuales como primo del gorila, ha debido mostrarse con ~1 res to de la na tu­raleza a~tes de gue se despertara su pensamiento; la reflex16n le a1slaba en medio de esta naturaleza que, pareciend.ole extr ana, ha debido aparecersel~ a traves del pr1sma de una imaginaci6n excitada p~r el .efecto de esta reflexi6n, como un sombrio y IDISteriOSO poder infinitamente mas hostil y mas amenazador que lo es en realidad.

Es excesivamente diffcil6 casi imposible darnos cuen ta exacta de las prim eras sensaciones religio ­sas del hombre sal vaje.

En sus detalles, han debido ser tan di versas como las .na turalezas de los pueblos pri miti vos que las expenmentaron, como los climas, la naturaleza ~e los lugares Y todas las circunstancias en medio

e las cuales se han desarrollado . Pero como des ­puesh de to do esto eran sensaciones e ima c:rinacio­nes . umanas, han debido, a pesar de esta gran di ­versldad de detalles, resumirse en algunos puntos

FEDERALISM01 SOC!ALISMO Y ANT!TEOLOOISMO

identicos de car~cter general que vamos a tratar de demostrar.

Aunque provengan de los diferentes grupos humanos y de la separaci6n de las razas humanas en el globo, aunque todos los hombres no hayan tenido mas que un solo Ad~n - gorila 6 pruno de gorila par antecesor 6 que hayan nacido de mu ­chos que ln naturaleza hubiera formado sohre di ferente3 puntos y en diferen tes epocas indepen­dientes las unas de las otras, la facultad que cons tituye y que crea la humanidad de todos los hom­bres, la reflexi6n, el poder de abstracci6n, la raz6n, el pensamiento, en una palabra, la facultad de formar ideas, quedan lo mismo que las leyes quo determinan la manifestaci6n de esta facultad en todo tiempo y en todo lugar identiras, de suer­te que no podrfa llevG\ne a cabo niug(m desarro­llo humano contrario a estas leyee. Esto nos da el derecho de pensar que las fases principa!es obser ­vadas en el primer desarrollo religioso de un solo pueblo, debia r eproducirse en t0das las poblacio­nes de la tierra.

A juzgar por los datos unanimes de los viajeros que desde el siglo pasado han visitado Ia Oceanfa, como de los que en nuestros dfas han penetrado en el interior del Africa, elfrtichismo debi6 ser la primera relig i6n de todos los pueblos salvajes que se han alejado menos del estado de la naturaleza.

Pero el fetichismo noes otra cosa que la rdiylfn1. del miPrlo: es la primers expresi6n humana de esa sensaci6n de dependencia absoluta mezclada de terror instintivo que encontramos en el fondo de toda vida animal y que, como ya hemos dicho, constituye Ja conexi6n religio a de los individuos inferiores de la especie humans con ~1 poder de la naturaleza. (Juien no conoce la influencia que ejer-

u

8:! M. BAKOUNINE

cen y la impresi6n que prod..Icen sobre loa seres vivientes sin exceptuar las plantas, los grandee fe n6menos de la naturaleza como la salida y puesta del sol, la claridad de la luna, el cambio de esta­ciones Ia acci6n particular y con stante del oceano, de las 'montaflas del desierto 6 bien las catl1strofes naturales como tempestades, eclipses, temblores de tierra, todo esto constituye para cada animal un conjunto de condiciones de existencia, un car~cter y una naturaleza, y casi podriamos de~ir! un culto particular, porque en todos los seres v1v1entes en· contrareis una especie de adoraci6n de la natura­leza mezclada de temor y de alegrfa, de esperanla y de inquietud que se parece mucho ~ la religi6n humana. La invocaci6n y la plegaria no faltan; imaginad al perro prisionero, implorando una ca­ricia, una mirada de su amo; t-.no es esta la imagen del hombre arrodillado ante su Dios?

~.Ese perro no comprende por un principia de reflexi6n que Ia experiencia ha desarrollado en 61, el poder de su amo como el hombre creyente lo comprende en su Dios? ;,Cu~l es ~:~ntonces la dife­rencia entre el sentimiento religioso del hombre y el del perro? No es la misma reflexi6n, pero es un grado de ella, el perro la concibe pensandola, el hombre la generaliza nombrandola.

La palabra humana tiene esto de particular; incapaz de nombrar las casas reales que obran in­mediatamente sabre nuestros sentidos, no expresa mas que la genoralidad abstracta, y como la pala­bra y el pensamiento son las dos formas distintas pero inseparables de un solo acto do la reflexi6n humana, esta ultima fija ol objeto del terror y de la adoraci6n animal 6 d~l primer culto nat,lral del homhre, la universalidad, le transforms en ser abs­tracto y procura designarle por un nombre.

l EDI::lHLlS'>lO, 80<JIALIS}IQ Y A~TilEOLOGIS~iO u •> n,J

El objeto real mente adora?o por tal 6 ('ual in · di vi duo es siempre este: esta p1edra este pedazo de madera, nunca otro, pcro desde el momenta em que Ia valahr a le uomhra, es un objeto abst1 acl~ w1 p6dazo do madera 6 ''"o piedra en genera~, a~1 es quo con el primer despertar. del pensamtento manifestado por la palabra, empteza el ~undo ex clusi vamente humano, el de las abstracc10nes.

Gracias a esta facultad de abt:itracri6n, el hom­bre nacido en Ia naturaleza, producido por eila, _so crea en media de esta naturaleza una segund~ ex1s· tencia con forme :1 su ideal y como ol progr·os1 va.

To do lo que vi ve tieude a roalizarse en Ia ]Jlo nitud de au s<'r, el hombre, ser vivi~nte y P?nsador, debe primero conocerse para reahz~r~e b.:ta es la causa del inm(\nso retardo quo obter~amos en su de!larroll0 y quo hace que para llega~ ~~l.estndo ac· tual de la socieciad en los paises ml1s c1 Ylhzado;,, h~­yan sido preciso emple ... r muchos epntenares de l:il

glos, por estar poco ('On[ormes con el ideal quo per segnimos )' parece q l1 e a tra \ C.S UO t;US peregt'l!la · ci6nes fisiol6gicas 6 hist6rka~, el hombre ha debt_do agoter todas laR nececludes y todas las de~grac1as posibles antes d~ haber p dido -vor reahzada Ia poca raz6n y juslic:ia qu~ rr~inan hoy on el mun,do.

El tlltimo tMmino, el fin supl'emo de todo ae -arrollo humano, es la li4crlad . . J. .T. Housseau Y sus discipulos comotieron el error de husrarlo en l<~B comienzos de la historia, cuendo el hombre, prl ­vado aun de toda concionci11 de . ..i mismo Y por consecuoncia inca paz de formar niogun _contra to, ab orhia vlenameute ol jugo rle esta fata.hdad de la vida natural a la cual se encuentran SUJetoa t_odos los animales,_y de la cu~l no _ha po.-:dido omanCJpn~­se el hombre en ciurlo sent1do m.,s que por el u~o com:ccutivo de su raz6n, c1ue, dlBHroll~ndose con

SJ

mucha lentitnd 8. tra ves de la historia, reconocia poco~ poco las leyes que _rigen el mundo exterior lo mismo que las que son mherentes a nuestra pro­pia naturaleza, ap_ropi~ndo~elns y t~ansformando­las en ideas creacwnes cas1 espontuneas de nues­tro propio c'erebro, y hace qup, crl continuru· o7Jedccierz­do a CSOS leyP.<:, e( hom~re ?10 olJulr>:::ra mr{s (jiiC U SUS

propios ])('nsamientos. . La sola dignidad y toda la libertad postble para

el hombre, estan frente a frente de la naturaleza. Nuncn tendra otra, porque las leyes naturales son inmutal>les, fatales; son la base de toda existeucia y constituyen nuestro set', de man era que nada p0drfa volvet·se contra ellas sin llegar inmediatamente al absurdo y sin suicidarse con mano segnra, pero reconociendolas y apropiandoselas por el espiritu, el hombre sa eleva por en01ma de la ol>sesi6n in­mediata del mundo exterior, despues es creador a su vez, obedeciendo a sus propias ideas, se trans· forma mas 6 menos segun sus necesidades progre· sivas, y le inspira la imagen de su h'1manidad.

Asi, lo que llamamos munrlo lurmru1o no tiene otro creador inmediato que el hombre qne le produce, conquistando paso a paso sohre el mundo exterior y sabre su propia bestialidad, su libertad y su hu­mana dignidad. Los ·onqnista, impulc:::ado por una fuerza independeento de el, y que es i~ualmente inherente a todos los €eres animauos. E::.ta fuerza es la corriente universal de Ia vidi:l, l1 misma que hemos llamado causalici?d universal, naturaleza, Y qub se traduce en todos los serrs animados, p,an tas 6 animales, por su tendencia <\ realJzar C3da uno las condiciones vi tales de su especic 6 satisfa­cer ~us necesidades.

Ti>ta tenrlencia, maniffstaci6n esenci2l y supre­ma de In vida, conFtituye la ha!--e dP lo que llama

FEDERALISMO, SOOlALISMO Y ANTlTEOLOO!SMO K.)

mos /'Olu,!larl. fatal B irrPsislib}e en _to_d_JS loR ~llil~a­}es, sin exeeptu~r al homuro mas ct v1l~zad_o, Hlstm­tiva y hasta mecanica en. las or_gat~Jzamones, no llega a una plena couc~p~t6n,de E~ mJ~_ma, ~as que enol hombre, que, t:;raCias a su IDte~JgeocJa, es el unico que entre los anirnalas d_e e~ta tierra posee una determinact6n reEleJa de s1 m1smo, unn rol urt-

tad libre. Entiendase que esl::l. libertad de la volunLad

humana en presencia de la corriente uni versa! de la vida no tiene otro sentido que el quo le da la reflexi6n, mientras se opone a Ia ejecuci6n meca nica 6 al instinto. El hombre comp1 en de las nece­sidades naturale qu6 se reflejan en su cerebra v ran ace por uo procedimiento psicol6gic<? reac_ti ~o, pero conocido toda via, como una sucf'SJ6n _log1ca de pensarnientos propios, y esta c_ompren::t6~1 en medio de ~u absoluta dependene1a, nunca mle­rrumpida, le da el sentimiento d_o la propia deter­minacion de la vo\untad reflextva, espont~nea Y de Ia libertad. A no ser suicida parctal 6 total, nin­gun I ombre sa librara nunca de sus apelitos na­turales, pero podra reglamentarlos y modifirarlos, ajustarlos a lo que, en las diEerentos cpo?as de au desarrollo moral e intelectual, llama lo l usto y lo bell'J

En el fonda, los puntas cardinales de 1~ exis_ten­cia humana mas refinada y do Ia e"\.i tenc1a ammal m~s torpe, son y seran siempre identico-s; nace:, crecer, trabajar para comer y beber.' par~l ~br~­garse y defenderse, mantener su ~xtst~nCla Indt­vidua I en el eq uilibrio social de au pro pta especte, a mar, reproducirse y despues morir ... A es.os pun­tas se anade solamente uno nuevo para el hombre: pensar y conocer , Eacultad y necestdad que a en· cuentran sin duda en grado inferior, pero bestnn-

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t(i M. BAKOUNJ:"E

te notable, en las especies de animales que por su organizaci6n son los m~s cercanos al hombre, por­qncl parece que en Ia naturaleza no hay diferen­cias de calidad absolutas, y todas las diferencias de ca\idad se reducen en los (lltimos an~lisis ~ diferl)ncias d~ cantidad, pero en el hombre llegan ~ un poder tan imperati vo y predominante que transforman toda su vida. Como ha ohservado mny hien uno de los gran des pensad()res, de nues­tros dias, Ludwig Feuerbach, e\ hombre har.~ ll)do lo quo har.en los animales, solo que lo hace rn~s It 11m wum.r n t t'.

Egta es toda Ia diferencia, pero cs e. normc (1). ('ontiene toda Ia civilizaci6n cun todas las marnvi· liaR de Ia industria de Ia ciencia y tie Ins nrtes con todos los adelantos r~ligiosos, esteticos, filos6ficos, politicos, econ6micos y socialPs de In hnmanidad.

El hombre crea ese modo hist6rico con el pnder de una actividad que eucontrareis en t1Hlo los sa­res animadoe que constituyen el fondo de totla vida organica. y que tiende a asimilar y d trnnsfOI mar

(I) No t=t• t~ahrfa r~pet1r IJa~;tiwt a mnt ho~ partidoria8 del uatnralit!u1o 6 dd '"'1teriah 1110 rnotlerrto por qu(\ •·I hombre ha mot~traclo -111 pareniPPt·o pleno y euter•l l'oll tnda las otrn!! e~pe· det! d!l auimnleR y Mil de~;,·et~•h•uc·in iurue•]lata y diff•,ta •ie Ia til'rra, y por qut• hn rt-llnndailo 8 !o1-1 alumnlo!! y \'fltii1B o tellta­l'ioneto de nn e~piritn&hsuao que ltajo el pretexto de •r llticarle l'Oll 1101\ liherll\tl 8bHOinta ltj I'OOUCIIIIha Q 11118 t•lt:lTJIR f'tdll\ lllltl, irna..,inando~e qne esto le 1lalra , I •lert!\'ho do renum·1ar 8 todo rel!peto humano. 'e porlria l'Omparar e .. ta gt~ult> l\ lacn) 0" que al cle"etlliTir el onl.!en I•lebe) <1 de un ho1ulHe qne e haufa un­pnt~to p•a !!II dil>!ulllau ualnral, c•een podt r tratade, omo d no il!nal, I•Orque uo r•orupreuden otrn dh:11i.lad qtle ht crenda 8 u 'JO" !•Or nn naeirnhlllto arif\tf l'rati,·o. \Jetual' nn tan II ·ho o po• hal•flr encoutrado f"l JltHeuteFt o del h01ul r~ t'OII AI J!Orlla, lJ\16 quenan lllltl't-rvarle E>ierupr1J I'II t!l'tado dl' 1wimal, y ll'hllt'Ril l'ou•l_"elfllet que. tm tui .. i6u bi!''6rH a, "'n •hgu1ded y Hl huerta I l'rmt-l~t••n en al• JIHP<t',

FEDERALIS~IO, SOCIALI:sMO Y A~TITEOLOOISMO

el mundo exterior aegt·ln las noceRidades de cada uno acti vi dad por "Onsecuencia instinti va y fatal, ant~rior :1 todo pensamiento, pero que iluminado por la raz6n del hombre y determinado por eu vo · lunlad 81' tram;forma un el y por el en lrflllujo ,,zte-ligrnft' !J l1lm. .

l'nicarnente pol' el pensamtento lle ... a el hombre a Ia conciencia de .;;u libortad en el rnedio natural de quo 61 es (:jl producto, poro E6lo por ~1 f,·,/;ujo lo realize. Ilornos obsorvado que 1 actJvtda l que comtituyu ol lrabajo, QS dccir , Ia obm It nfr{ df' 1(1 t,unsfoollrtri(m rlt• la SIIJif'J .tr.lr d ll!t?!. (,·o !Jlulo poi la jiiNZfl ji ica r/f' rllflft sf. , Wtllllodo C011}01"niC U {aS 1l CC .~idrtcl"~ ,J, r({(la tuw. se ~; ucuen tra m(is o monos des­arrollado en todos lo ... rrrado.:; de Ia 'ida org~uica,

l? • { pero no empieza a con. tituir e\b'til"'lo P' np1a!ncn '-lwmnno, m(ts f}Ue dil'igi•lo po~ Ja ir_ltcli~encla ~el homh e, y por volnntad reflext ,.a 1rve a la at:s­facci<'in de lu... n•)Ce idade fijas y fatalmente ctr­cunscrltae tle la \'id 1 exclu i' a menlo animal, sino tamhilin clo nque\los de N ·,. Jiell odor, qu conq111 tu su lllmlllnidad 11 ( rmwulo 11 u;uli::mulo . 1 lrbe1 ltlfi l'n l mtu1rlo •

El cumpli nionto do e~ta tarea in mensa noes s6lo h ohra del desal'rollo inteloctual ·moral, es al mismo tiempo una ohra de enHliH.:ipaci<~n materi~l. El hombre, no es realmente hombre, y no conqms­ta l~l. po ihilidad do u desarrollo y de su_p_erfec cionnmiento intorior m{it:: quo cun la condlCJon de haher roto on cierta medida por lo monos la ca­dena do Ia e.clavitud ,1uo la naturaleza h pue.Jo soLre todos sus hijos. . .

E tas cadona:, on el hnrnbre, las pn vac1on,~s de toda Aspecio, el dolor, Ia influ~ncio It. lo..: cl~­mn , de ln~ oQtnciones, y en general _las mil ~ond1 ciones de Jn vida animal que mant1ene al ~ •r hu-

se M. DAKOUNINE

mano en una independencia casi absoluta, frente a frente del medio que le rodea , los peligros parma­nantes que en forma de fen6menos naturales le amenazan y le oprimen por todas partes, ese temor perpetuo que constituye el fondo de toda existen cia animal y que domina al indi vi duo natural y salva je hasta ol punto de que no encuentra resis­tencia en si mismo que pueda resistir y combatirlo, en una palabra, no falta ninguno de los elementos de la esclavitud mas absoluta. El primer paso que ha dado el hombre para emanciparse de esta escla­vitud, consiste en un act) abstractivo de la mteli­gencia, que, elevandose por encima de lo que le ro­dea, le permite es tudiar las leyes, pero el segundo paso es un acto necesariamente material, determi nado por la voluutad y dirigido por el conocimien ­to mas 6 menos profunda del mundo exterior es la aplicaci6n de Ia fuerza muscular del hombre' se· gun sus necesidades progresivas. Esta lucha del hombre inteligente, trabajador, contra Ia ma dre na­turaleza, noes una protc.sta contra nincruna de sus leye_s .. Se sirve del conocimiento adq~it ido para fortl fwarse y pre venirse contra las in vasiones bru tales y contra las catastrofes acmdentales y contra l?s. fen6menos peri6di~os y regulares del mundo hstco, y no es el conocimiento y Ia observaci6n mas respetuosa de las leyes de la naturaleza la que le hacen capaz de dominar a su vez de hacerle serv_ir_ a sus designios y podf<r transfo'r nar Ja su­pediCle del globo en un medio mas fa voral>le al desarrollo de la humauiuad.

Esta facultad d~ abstracci6n oriO'en de torlos nuestroa conocimientos y de tod'as n~estras irl e11s es, ~omo so ve, la (ttli ca causa de todas las emanci~ pac10neq h umanas, pero el primer des~ertar de esta fa cultad, que no es otro que la raz6n, no produ-

FEDt.:RALIS~IO, SOCIAL!S)IO Y A. TlTJ:::OLOUIS~O

ce inmediatamente la libGrtad. Ouan lo comienza a agitarse en ol homb~e, 1~0. ~><1 j o la form·1 do. una reflexi6n ruonada smo uhJO la f,)rma de una 1 e­ft 1 11j 11 iltltfiJIIIflliro 6 si11raz6n, .s•'Jio libra gr::d ual mente al hombre de \a est:.luvttud nat11ral · i llO le domina desd€3 la cuua para imp'-'lerJa a Olra u'iCla­viLud mil \"OCes mas riura y tna9 terrible toda vfn: la escla vitud clo la religi6n.

L:l reflexi6n im'lgi.lati ,.a del ltoml>re os la q ue trar sforma el culto natu1 ~ 1 euyos el(:'mentoE~ ho­mos oncont1 ado, en culto bacia los auimales, uajo la form .. elemental del feltchibrnO.

Jlemos Yisto A los nnimalfs ud01 an do itl:::.tin­tivc.lmente los gr andes fou6n enos de Ia naturalna , que realmentA ej(lrcen ( n su exietencia una i_nfluen­cia inmediata y poderosu; p<:ro no hcmos 01rlo ha ­blar uunca de animalos que adu1 .m un padal•l de madera, un pru1o, un hueso 6 uua p~o~ra m_im~t~as que encontramos' ese culto on Ia .r~ltgt6u P,rtnuttva de los salva jA., 5 hasta end cetoltctsu1o. lConw ex­plwar es ta anomalfa en apt~.rienciu , vor lo _menos , extrai\a y que con ol ontimieu to do la rea!Jd~:~.d de la~ cosas nos presents nl hombre como muy tnfe­rior ~ los m~s modeslos animales?

E::;te absur<lo es el prod ucto de la r.oflE:xi6u ima­ginati va del homhrt"' sal vaje. No s61? stante~~ puder de la naturaleza co mo los demas anunale , stno QUd

la hace ol>jeto d~ su con!ltanto reflexi6u, la gen~ra li­za, rl~ndole un nomhro r ualqU1era, y Ia convter te en el cen tro al .. ededor del cual se agrupan todas sus imagina~·iones infantih s. Inc tpaz de ~br~zar con su ptJbro pon::,amiento e! "Cm~·erso, r~t &I4utera el estrecho r eciuto en c1ue ha nactdo y Vl ve, busca por todas partt3s d6n du re;:ide es~ poder cuyo s~n­timiento fijo 1~ obsesi(lna y por un: o?s_N_"\'Uct6~ do su ignortm t~ fantasia, que nos c:~r1a dtftetl exph·

~)0 M. BAKOUNII\E

car, lo une a ese pedazo de madera, de trapo, de piedra ... es el puro fetichismo, la mas religiosa, es decir, Ia ml1s absurda de todas las religiones.

Con el fetichismo viene el C'1dto de los JuclucPros. Es un culto sino mas racional, por lo menos mas natural, que nos sorprende menos que el fetich ismo porque esta mos acostumbrados a est ar rodeados de hechiceros Los espiritistas, los mediums, la sonam­bulas, los mit-mos sacerdotes de la iglesia ca t6lica ro· mana y de Ia oriental griega, que pretenden tener el poder de obligar a Dios a ayudarles en algunas f6rmulas misteriosas, a descender sabre el agua y a transformarse en pan y en vino , ltodos estos no son otros tantos hechiceros? Es verdad que su di­vinidad, nacida en el transcurso de muchos miles de a nos, es mas complicada que Ia de Ia hechiceria primitiva, que no tiene otro objeto que la idea fija, P?ro ,aun indete_rminada, del Todopod'3roso, sin nmgun otro atr1buto, sea intelectual 6 moral. La ?istinci6n del bien y del mal, de lo justo 6 de loin­JUsta, es a tin desconocida; no sa be lo que quiere, lo que detesta, noes ni buena ni mala, es solamente el TodopoderoEo. Por tanto el caracter di ,·ino co­mienza ya a dibujarse, es ~goista y vanidoso, le gust~n l?s cumpli.mientos, las genuflexiones, la hum1llact6n y la mmolaci6n de los hombres s u adoraci6n y sus sacriiicios, persiguc y cas'tiga cruelmente a los que no quieren sometersele: A los rebel des, a l.os. orgullosos, a los i mpios. Este es el fonda prmc1pal de la naturaleza divina en todos los dioses antic: uos y presantes, cre~dos por la humana sinraz6n. lila habido jamas en el mundo un ser mas atrozmente en vidioso vanido­~o, ,egoist~ y sanguinaria que el Jehov'a de los JUdiOs 6 D10s, el padre de los cris ti nr os?

En el culto de Ia hechicerfa primitiva, la divi-

I £0£RALISMO, sor IALISMO Y Al'iTITEOLOGISMO

nidad 6 es te ser todopoderoso indeterminado, 13 pa­rece como inseparable d~l h echicero; el mismo es Dios como ol fetiche. Pero ~ Ia larga, el papel de hombre sobrenatural, de hombre·I>ios, para un hombre real, sabre to do para un sal vaje que note­mendo mngtin medio de ocullarse :i la curiosidad indiscreta de sus creyen tes, es ta dec::de Ia mailana :i Ia noche, expuesto a sus in ve ttgnciones, se hace impo,., lh'e. El bnen senti :io, el ec;;piritu prActico de un pueblo salva je, que contint1a desarroll6ndoee paralela monte A EHI inu~ginaci6n religiosa, acaba por domostrarle Ia imposibilidad de que un hom­bre accesible a torlac: Ia~ flar1uezas y enfermedade humanas sA.a un I>ws.

El hechicoro es para ella 110 ser sobrenatnral pero s6lo por un nwmento, mien tra '3 o~ti poseido. &Pero poseido por q 1ien~ Por la omnipotencia, por Dio . ... Entonces la divinidad se encuentra or­dinariarnento fuera del hechicero. ~D6nde huscar­l o~ I~l fetiche, rl I>ioA·cosn pas6, ol hechiccro, el Dios-homhre, tambion. 'l'odas ,:.:,las lransformacio­nes en los tiernpns primitivos hnn ocupado ... iglos. El hom re sal vuje ya da arrollado y rico con Ia ex­periencia y lu tr·adici6n de muchos iglos, bn:;ca la di vinidad lejos de 61, pero ntin en los !'ares que r ealmcntu cxisten, on el sol, Ia luna, los astro . El pen!)amientn religiose comienza d ocnpnr al uni­ver.so.

HemO!-! dicuo q 110 el hombre no puade llegar a e-:te pun to, basta despu6s de una larga ser ie de si­gloR ~~~ raz6n se ha desen vuelto fortificada por el conocitr,JOnto pnktico de las cot~as qu~ lo rodean, mientras que la vuelta regula•· de ciertos fen6me­nos, le hn clado la primera ncci6n de alguna- IPyes natul'a le~; comi nza ~ inquietarc:;e por· l"l conjunto d~ los fen6menos y sus causas y las bu!-ca. Al ruiEmo

92 M. BAKOL'~INE

tiempo comienza c1 rono?erse ~ si mismo, y gracias ~ este poder de abstrace16n que le permite eleva rae por el p~nsamiento por ~ncima de e.i mismo, y ha­c~r~e obJe.to d13 ~u reflex16n, comien7.~ 6 separar su ser m~tel'la.l y vivo de su ser pensador, su exterior de su mterwr, su cuerpo de su alma. Pero una vez hecha esta distinci6n, Ia transports naturalmente ~ su Dios y empieza ~ buscar el alma in visibl£:1 de es:e apare.n~e uni verso .. Asi ha debido nacet· el pan­teismo rehgwso en los mdios.

~abemos d~t?nernos en este pun to porque aqui emp1eza la re1Ig16n en la plena acepci6n do esta pa­labra y con ella Ia teologia y Ia metafisica. Ilasta alii la imaginaci6n religiosa del hombre ohsesiona­do porIa representaci6n fija de la omnipotencia ha.procedido natur~lment~ buscando Ia causa y ei or1g.en ~e esta ommpotenc1a, por ln via de la in­vel:lttgaCJ6n experim~ntal, primero en los objetos m~s cercanos, en los 1dolos, de5pues en los hechice­ros, m~s tarde en los gran des fen6menos de Ia na ­turaleza, p~r fin, en los astros, p'3ro uniendola siam­pre a un objeLo real y visible por lejano que estu vie­sa. A bora supone.la ~x.istencia de un Dios ospiritual, extra~undano, ID~Istble. llasta aqui sus dioses han s1do seres partJCulares y limilados entre mu­chos seres no divinos y no dotados de tocto poder pero real~ente no menos existentes. Ahara astable~ ce por· pr1mera vez una divinidad universal: el ser de los .sere3, creador tie todos esos seres limitados Y partJCulares, el alma universal cio to do el uni ver. so, ~I Gran Torlo. He aqui el verdadero Dios que empteza y con el la verdadera religi6n.

D~bernos examinar el procedirniento por el cual el hombre ha llegado ~ ese rO::,U tado '~ (tn de reconoccr en su origen hist6rico la verdadera na turaleza de la di vinidad.

FED£RALIS~I0 1 SOr-JALISl!O Y ANTI1EOLOGI ~lO ~J;)

Toda la cuesti6n se reduce a esto: Gc6,no nace en el hombre la rep res en taci6n del um verso y Ia idea de su unidad~ Empecemos por decir que la representaci6n del universo p~ra el animal no p~e­de existir porque no os un obJeto que penetra m­mediatamente por los sentidos como todos los ob­jetos reales grandes 6 pequei1os que de carca 6 de lejos le rodean; os un Eer abdtraclo y q t'O por con­secuencia no puede existir rn:is 4 uo por la facttl­tad abstracta, es decir, s6lo por ol hombre. Exa­minemoA, pues, la manera de formarse ~n este. El hombre se ve rodeado de objotos exter iore,. ; to­dos eRtos objetos que aprende lentnmcn teA conocer se encuentran en relaciones mutunF; que conoce mae 6 meno~, y sin em bar go, cstas reluciones que los aproximuu Ain nnirlos ni confundil'los en uno olo, esos ohjetol:i 4 U(·dan separados unos de otro'"'. El mundu exterior no pr ~santa al hombre mas que uua diversiclad innumerable de objelos y de acciones separada'3 J distintas sin la ruenor apariencia de unidad: eq una. yuxtapobici6n indefinida, noes un conjunto. ;,De d6nde ,·iene el coojunto? E triba en el pen amiento del homhre. La inteligencia de 1-hte esta dotada de esta facultnd abstracta que le permi­te despues de haber examinado lentamente una cantidad do ohjetos uno por uno, unirlos < n un solo pensamiento.

Por consecuencia, el pon -amiento d61 hombre es ol q no cren Ia unidad .r !n trans porta a la rli ver­siciari dAI mundo exterior.

Se deduce que esta unidad uo es un t;t'>r onere­toy real, sino abstracto, producirlo unicament(• por la f·,C',tltad ahstractiva del hombre. Decimos fncnl tad rd,~tnl(~tim porque pnra unir tanto- objetos dife­rentes fin una sola represontaci6n, nu stro p(lusa­mien to debe ht~cerabstracci6n de todo lo quecon.,ti-

:\l. BAKOONINI::

tuye su dtferer:.da, es deci~, su existancia soparada y real y no retener lo que t1enen de comt1n; de don­de resulta que t~na unidad IJensada por ltosotr< s cuantos. m~s objetos ~braza, m~s se eleva; y mas to que ~ett~ne en ~o.mun y lo que constituye su cle­termmact6n postttva, su contenido se dilata ha ­ci_endose mas abstracta y desnuda de realidad. La vida! con todas sus .exuberancias y magntficencias pasaJeras, esti1 abaJo en la dh·e1 idad; la muer ­te, con su monotonla eterna y sublime esta en las alturas, en la unidad_. t:11bid siempre' mas alto y mas alto por este mtsmo podor de a bstJ acci6n pas~Ad e~ mundo terrestre, aharcad en un rnism~ pensa~1ento el mundo solar, imaginad esta subli­me un:dad, 6CJUe os quedara por llenar ~ El Fnl ,aje se vena muy apurado para contcstar a f:sta prc­gm?ta, pero responderemos por ol, querltn~ lama­terta co~ lo q~e llamamos fuerza de abstracci6n, Ia matena movtda con sus diversos fen6menos t:omo Ja luz, el calor, la olec~ricidad y ~~ magneti~mo que son. como ~a hemos dtcho las dtferentes manifes­tactOnes de una sola y misma cosa. Pero ~i por el poder de e&ta r.acu~tad_ d.e abstr_acci6n que no l!e arredra ante. nmgun hmtte, sub1s aun rn:1s arriba de ':uestru Sistema solar y reunis en \ ucstro pen­samtento .no solarnente esos millnnEs ce f:'O I(ls que vem.os bnllar en el firmamento, ~ino una infinidad ?e Sistemas sola res que no vemos y que no veremos 1am~s, pero cu;·a oxistencia uponemos porque nuestro pensam1ento rehu a creet que el universo pu~gadtener un ll~ite, si trat~is de represenlaros la U~I a de es.e umverso infinito, 6QUt'i os quednr~ p ra ?et~rmmarl.u? Una ~ola palabra; una sola abs· ~aJci6n, L! S r ltUlcfr:rmuzarln, es decir, Ia inmovili-

a . el vamo, la nada absolutu: Dios. D,o C' '" alJsfracclfJ,, nh8olut({} es el propio pro-

FEDERAL18M01 SOCIALISMO Y ANTITEOLOOISMO !I.-,

ducto d"'l pen'!lamiento humano que, como potencia abstractiva, hahiendo tra~pasado todos los seres oonocidos, todos loa mundos ex is ten tes, y hall an· dose libre por lo mismo de toclo contenido real, llega a no ser m:is que el muntlo absoluto, y se c·o Ioca antt:l ella sin reconocerse en e:::ta sublime dEls­nudez como el S'-r tnu o y ·'"fJdmn.

Podr~n objetarnos que despues do haher a fir mado auteriormente In t~nulwl ,-rol "'" "'1in ,·so y despues de haberlo ddintdo como Ia solidaridad del universo y como la \inica omnipotencia que riga todas las casas sentidas m:is 6 m~no por todos los sereo:: vivientes, queromos ahara negarlo. prro no la negarnos del todo, pretendemos solamento que entre osta unidad real y universal y Ia unidad ideal buEcada y ere ada por vias de abstracr.i6n, por la metafisiua tanto religiosa como filo.:;6fica no hay nada d~ connin.

IIemos dofinido In primera c(Jmo la nma do transformaciones 1neosantos de tod 1 lu se1 es r~a . les que combim\ndose en uu solo movimit:mto cons· tituye lo que se llama solidariuud universal; y he­mas aiiadido que entendemos eeta solidaridad no como causa ahsoluta, ino todo lo contrario, como un 1·esultrwte siempre producido y reproducido por Ia acci6n simult~nea de todas las causas porticulu­res, ac~i6n que constituye preci amente d modu de .ver wli!fwsal, siernpre creador y ~iempre rn:ado. Despuos ue ha borlo determinado a~ I podemos decir que este modo de ser uni\'er3nl crea los mundos sin que pueda haber por su parte ningtin pem;a­~iento antArior, ningtin plan, ninguna pn3~edi.ta­CI6n posible, no toniendo fuera de su reahl~CJ6n incesante ninguna existencia antorior y no stencio mas que una resultante absoluta. Heconocemos que esta expresi6n no es ni buena ni exacts y que~ pe·

9G Jll. B,\KOUNll'iE

sar de todas las explicaciones afiadidas, puedo dar Iugar a equi vocaciones, estando tan acostumbra­dos a afiadir a la palabra creacibn la idea de un creador consciente d13 si mismo y separado de su obra. Ilubieramos debido decir que cada mundo, cada ser inconsciente se produce, nace, ~e desarro­lla, vive y muere, transformandose en un ser nue­vo bajo ta influen cia poderosa y absoluta de Ia so­lidaridad universal y anadiremos para precisar me· jor nuestro pen5amien to que la uniilrul re"l del uni­ve?·so noes m~s que Ia solidaridarl y el inJinilo nbsoluto de sus t1·ansjormaciones 1·ettlr>s. potqtu• la t 1 nnsformacion incesante de carla sr;r Jlarticllllu· constiluy,. la rudarii'J'rt 'rMlidad de coda uno: torlo f'l I(Jliten;:u uo r•, mcls IJIIf! una historia sin Umites, sin 1n·incipio y sin 1in.

Los detalles son infinitos , nunca d homb re po­dra conocer mas que una infima parte. Nuestro cielo estrallado no forma m :1s quo tul punto imper· ceptible en la inmensidad del espacio y a unque lo abarquomos con la mirada no sabremos nun ca casi nada. Forzoso noses contenturnos con conocer un poco nuestro sistema solar cuya perfecta armonfa cone! resto del mundo dehomos figurarnos, per ­que s1 esta armonfa no existibra , nuestro mundo solar pereceria. Oonocemos muy bien esto con re ­laci6n ~ la mec~nica y empezamos a conoccrlo por l~ ff. ica Y.<lu!mica y hastala geologia. ~uestra cien· Cia 1r~ dtfimlmente m 1s alla. Si quPromos un co · nacimiento m~s concreto, deberemo~ a tenc·rnos a nu~stro globo terrestre. Sabemos que ha na cido en el tlempo, pero no sabomos cu~ntos siglos hace, y est~ con_denado ~ perecer, como nace y rnuere 6, meJor diCho, se transforrna todo lo que es.

~06mo nnestro globo terrPstre, primero materia a:drente y gaseosa, infinitamente mas ligera que el atre, se ha condensado, se ha enfriado y se ha

F EDEHALIS.M0 1 SOCIALIS~10 1 ANTITEOLOGJSMO ~7

formaJo? 2.Por que inmensa serie de evoladones geologic..:s ha debido pasar ~nL~s. de poder prorlu ­cir P.n su s uperflcie toc.la esa IDflmdad . dQ rtcp:ezas de la vida o1·g~rtica desde la mrtt:~ srmple celula hJsta el hombrt~'? ;,C6nw sa l1a transfc~.rrne.~lo y continua desarrolHiudose en ol mundo l11st6r1l!O y socml dol hombre'1 ;,Ou~l es el fin bacia el cual va · rnos impulsados por esa ley snpl'ema y fatal de tratlAformuci6n inceannto'?

lie aquf lu9 (wicas cuPstiones que no son acce­Blbles y t1ue debbu tter esttldiadas c1e~alladamente Y r e n!:!ltBs por el hombre. ~o forman~lo como h9mos dicho m6.s que un punta 1mpArce~t1Lle en !a cues­ti6n ilimitada e indefinible del um verso, otrecen a nuestro ei!!pidtu un mundo realmente infiJ?-ito, no en el sflntido divino, ec; dociJ', Pn t>l Bf'n Hb abs­tracto de osta p . .tlab~u, no ?~mo ~I ~~: S tpremo creado par la abs tracc16n rehgrosa; mfm tto,. 1 con­trsrio, por la riqueza d_e s~1s detalles que nmguna ciencia podrli jam~s amqmlar. . ·.

Y para eonocer rse mnndo, llllc:~tro mundo mf1 ni~o la sola ttbstrncci6n uo basta. Ella nos condn­cirlt; de nuevo d Dios, al Se .. Supremo, a la uada · Es precise que nuestro espir~tu s~ hundn con res­pete y amo enol estudio mt?umoso de los data­lies iHfinitumente pequenos sm los (males no con­cebiremos jam~s la realidarl ,·iviente do los ser.cs. Uniendo estas dos facultudes, ostas dos ten_denetas en apariencia tan contraries, la abstracct6n Y el an~li~is atouto y escrupuloao de todos los detalles , poclreuws elevarnos ~ la concepci6n real r!~ tw.estro 11Wnrlo

1 ,w f:.L t~t'iormr/ll£', sino inte.riormenf~ '.n. ullfo. Y

forma t'LlOS una idea auncp1e por.o snfiCtent~, de fllrt'siJ"o u11iruso. de n~estre g loho terrestre 6, ~~que­r~it! tnmbion do nuestro sistema nolar._Es eytde~ te

· ' ' · n-tra lU13"1IlaCI6n que s1 nuestro scntm11ento Y nu~b o

98 11. BAKOUNINE

pueden darnos una imagen m§s 6 ~enos fa~s~ de ese mundo, si pueden por una ~specie de adt vma­ci6n intuitiva hacernos presentlr una sombra, una apariencia lejana de la verdad, s6lo la ciencia po­dra darnos la verdad pura y entera.

2,Cual es entonces esta curiosidad imperiosa, que impulsa al hombre a reconocer el mundo que le rodea y a perseguir con infatigable pasi6n los secretos de esta naturaleza, de la cual es el ultimo y mas completo r esultado? e,Esta curiosidad es un simple lujo, un agradable pasatiempo 6 una de las principales necesida_des inherentes a nuestr.o ser? No vacilamos en demr que de todas las necestdades que constituyen su propia naturaleza, la mas hu­mana y la que hace que se distinga de todos los animales, es su inextinguible necesidad de saber. Para estar en la plenitud de su ser, debe recono­cerse y nose conocera nunca completamente mien­tras no reconozca la naturaleza que le en vuel ve y que le ha producido. No renunciando ~ su huma­nidad, el hombre debe sabeT, debe penetrar por el pensamiento todo el mundo visible, y sin esperanza de poder llegar nunca al fondo, profundizar la co­ordinaci6n y las leyes. Le as preciso r econocer to­das las regiones inferiores, anteriores y contempo­dneas a el, todaslas evoluciones mecanicas, ffsicas, quimicas, geol6gicas, organicas, en todos los grados de desarrollo de la vida vegetal y animal, a fin de que pueda comprender su propia naturaleza y su misi6n sobre la tierra, su patria y su teatro (tnicos, a fin de que en este mundo de ciega fatalidad, pue­da inaugurar el reinado de la libertad.

Tal es la tarea del hombre. Es infinita y sufi­ciente para satisfacer los espiritus y los corazones mas ambiciosos. Ser instantaneo e imperceptible en medio del Oceano sin Hmites de la transfor -

FEDEKALISM01 SOCiiAI..ISMO Y ANTITEOLOGISM0 !-1~1

maci6n univerl:lal, con Uil B eternidad ignorada d e­tr~s de el y una eternidad desconocidu delante, el hombre pensador, el hombre activo, el hombre consCJente de su humana misi6n , permanece f1ero y calmado ante el sontirniento de au Jibertad, 4ue conquista emancipando ol mundo a s u alrededor. He aquf su consuelo , su recomponsa y su unico paraiso Si despues de ~stole pregunt~issu intima pensamiento y su ultima palabra sobre la unidad real del universo , os dira que es la et,,.,w y umu nwl trrnu:jormaci!Jn, sin movimiento, s in principia sin limites y sin fin. Es lo contrario absolulo de tocla Pro videncia: la negaci6n de Dios .

Entre todas las rehgiones que so d i vi den el mundo y que poseen una teologfa poco d~sarrolla da, excopto el hndhismo, cnya doctrina, extrafnl Y petfectame lte incomprensible para sus adeptos, es1ablece una 1 eligi6n ~in Dios, en todos los siste­maA de metafisica, Dios so nos apareco ante todo c?mo un Ser Supremo ete1 namento preexistente, &tendo. el mismo nl pensamitmto y la \·oluntad ge ner·ttnccs de toda exi8tencia v anteriores a ella

• w '

or1gen y causa eterna do tc.,da C'reaci6n, inmu-ta~lo Y siempre i';ual c1 sf mismo en el movimbnto umversal de los cnundos creados. Este Dios va he­moe vis to que no se encul~n tra en ol uni ,·erso real, al menos en la val'te que el hombre puede apreciar, Y no ha bien do podido en con trarle fuera de sf mis­mo el hombre debe encon trarle en bl. ~C6mo le ha buscado~ Hacienda abstracci6u dot( das las cosas vivas y reales de todos los mundos visibles cono­cidos. Hemos visto que al fin de este e-,teril viaje la facultad 6 la acci6n abslracta del hombre no en· c~entra mas que un solo objeto: nosotl'os le llam~l­n.amos en a bsolu to la :Nada, pero la tau tasla r~h ­g10sa dice : ElSer dupreruo, Dios.

100 M. BAKOU.NlNE

A.demas, como hemos hecho ya observar, esta inducida a hacerlo tomando ejemplo de la diferen · cia que h reflexi6n, ya desarrollada en bste punto, empieza 11 estahlecer entre el hombre f'Xterior, su cuer!Jo, y su mundo interior, comprendiendo su pensa·nicnto y au voluntad, el alma hunwHa. fgno· rando, naturalmente, que esta ultima no es mas qu& el prod.ucto y la u ltimB expresi6n ::;iempre Je­SOl'VUda dd organi~mo humano, viendo, por <:1l contrario, que en la vida diariu el cuorpo pa roce obedecer siempre a las sugestiolles del ponsa­miento y deJa voluntad , impouiljndv por conse­cuencia que <-1 alma es, ~ino lu cr~adora, por lo meno.:J, Ia dnt'iHl del cuHpo. al cual 110 quedn otra misi6n q•lG la rle servirla , el hombre religioso, rlee de el momeuto en_quosu facultadu'Jstractiva llega de I a maner a oue ac3 bamos de descr1bir a la i''Oll cepci6n dC:ll E.6r ·universal y supromo, que noes otro que oste podut' absi;racto, imponiendvoel~ como oh· jeto, hace naturalmonte de ella el nlma de todo el universo, D10s.

Asi es como el verdadero Dio3, el sGr uni orsal, eterno, inmuta blEI, creado pur la dohl{) aec:i6n rle Ia imaginaci6n rr)Jigiosn y de la fa·~nltad abstractiva del ho111b"r, fuo colocudo por prime1 a v z en la historia, pero daad!J al memento HI qlle Cue cnno­cido y colncado, el bomhre olvidan lu, 6 1uejor di­cho. ignorando u propia acci6u intelectu;ll que lo h abfa creado y no reconocientio fill propia crea ci6n, el abstracto wrh·crsal, comenz6 a adorado. Los papeles cam~ iaron en seguida, el creado ru~ crea­dor presunto y el verdadero creador, el hombre, se coloc6 entre otros muchos sere5t miseraldes como una pobre ciiatura un poco mas pdvilegiada.

Una vez colocado Dio~, el desarrollo suefsi vo y progresivo de las diferentes tPologias se ('Xplica,

FEDE:RALY'nfO, AOriALI8l10 Y AXTTTEOLOOISMO 1()1

naturalmentA, como el reflejo del d(~san ollo d!J Ja humanidad en la lll . ..,toria, porque dfjsde el mon en­to en que la idea de un eel' extraordmario se ha apoderndo de la imaginaci6n del hombre y AP. ha esta blrci rlo en su con vicci6n religiosa basta el pun· to de que la realirlad de ese ser le parezcn mds verdadera quo las de las coRas realcs que ve) trwa con sus manos, es natural y necesari0 que esta idea sua Bl fondo princip·1l de toda humana oxts­tencia, que la modifique y la domine exclusivc.men· te de una manera ahsoluta.

ElSer Supremo a par ... ce como el dueflo absoltito, como el pet.Jsamiento, como la voluntad, como el origen, como d ct eador de torlas las cr"'as, nada podria rivalJzqr con Gl y todo debe desapar~;ocer on su presencw; la verdad de todas las cosas no se encuentra m~s que s6lo eo ~~. cado Eer particular, por poderoso que parezca, incluyendo a l hombre, no puede exiEl tir mAs que por concesi6n di vina y esto es 16gico, porque de otra manera, Dios nose rfa el Ser Supremo, todopoderoso, abEOluto y no existirfa.

Adem~s. por cor.secuencia natural, el hombre atribuye u Dios todas las virtudes qu~ descubre, sea en el 6 en las dem~s cosas. H emos v1sto que presentado como Ser Supremo y no siendo on reali-. dad mlis que el abstracto absoluto, Dios es ta abso­lutamen te vacio de torlo contenido, desnudo y nulo como la nada y como tal se llena y se enr1 quece con todas las realidades que existen en el mundo, del cual no es m~s que la abstracci6n, pero apare­ce ~ la fantasia re licriosa como e l Senor y duei'lo, de donde re ulta qt7e Dioa es el expoliador absolu toy que el antropomorfismo era la ese~cia de toda religi6n; '1 cielo mansi6n de los dioses m mortRlea, no es t'11s qne un mal espejo que devuelve al hom -

102 M. BAKOUNINE

bre creyente su propia imagen d~l . reves y a u m_en­tada, porqua la acci6n de la. rehg16n ~o oons1ste sola men te en que tome a la tierra sus n ry uezas y a l hombre sus facultades y vir.tude~ a medtda q~e las descubre en su desarrollo h1st6nco para ~a?er fo r ­mario en el cielo en otros tantos ~eras d!vu10s; a l efectuar esta transfor maci6n cambia radlCa_lmente la naturaleza de estas fuerzas y de estas cua_ltda~es , Jas falsea y las corrompe, d~nd.olas _una ct:re?~I6n d iametralmente opuesta a SU dlrOCC16n pnmlttva. · Asi la raz6n humana, el solo 6rgano quP pose~., mos para reconocer la verdad, al hacerse raz6n dl­vina se haro incompr~m:ible para nosotros, y se imp~ns a los creyentes com? la revelacion de lo absurdo. Asi el respeto del Cielo F1e. traduce e~ ~e~­precio hacia la tierra y la adora_CI6n do la ch vmt· dad en denigraci6n de la hurnamdad; el am.or hu­mano, esa inmensa solidaridad nutural que l!gando a todos los individuos y a todos los pueblos y ha· ciendo Ia dicha de cada uno, depondiente de la libertad y de la dicha de los otros debe, a pesar de todas las di!eroncias de rnas unirlas t~Jrde 6 tern· prano en comun fraternidad; ef'to am or, transfor­mado en amor divino y en religiosa caridact, e~ l& antorcha de la humanidad; toda In sanare verttda en nombre de la reJigi6n desde el prine1pio de la historia los millones de victimas inmoladas para ' . . mayor gloria de Uios, dan fe de ello. En fin, la JUStl· cia, esa madre futura de la igualdad, una vez tra~s­portada por la fantasia religiosa a las celestes regw · nes y transformada en justicia divina cayendo sobre la tierra bajo la forma teol6gica deJa gracia y a.hra­zando siempre el partido dol mas fut~rte, no 61~~­b ra entre los hombres, mas que violencias .. prJv~ ­legios monopolios y todas las monstrnnsas Ilegall · dades consagradas por el derecho historico.

FEDERALISMO, SOCIALISMO Y ANTITEOLOGISMO 103

No pretendemos n egar la n ecesidad hist6rica de la r elig i6n, ni afirmar q ue haya sido un mal absoluto en la his toria Silo hnbo, fue desgraciada· mente , y Rig ue siendolo para la mayoria de la hu­m amdf-\d ignorante, un mal inevitablr- como lo son en el dcParr ollo de toda humana facultad los des­fallecimientos y los errorcs.

La religi6n hemos dicho que es el primer des­pertar de la raz6n humana bajo la forma de Ia ra· z6n clivin~ e.~ el pl'imer resplandor de Ia verdad humana <\ tr~ves del velo divino do la mentira, la primera manifestaci6n de la moral humana, dP Ia justicia y dol derecho, a tra ves de las iniqmdades hi?t6ricaR de la gracia divina, es, en fin, el apren­dizaje de la lihertad , bajo el yugo hnmil ante de la divinidad, yugo que sera preciso ~cabar por rom­per, a [in de conquistar la razon, Ia Y'Crdadera ver· dad, Ia plana jnsticia y la lirertad real.

Por la religi6n, el hombre animal, al salir de la besrialidad, di6 ol pl'imer paso bacia Ia humani­dad pero mientras sea reli(rioso no alcanzara su l ~

objeto, porque toda roligi6n le condena al absurdo, y L1lsea ndo Ia dirClcci6n de sus pasos le hace buq­car lo divino en lucrar de lo humann. Por la reli · gt6n los pueblo::; a penns librados de Ia escla vitud natural, en )a cual est~n 6nmergidos las demas es­p ecies de animates, caen en soguida en la es~l~ ~tt~1d de los hombres fuertes y de las castns pnv!legia­das por la di vina elecci6n.

"' * * Uno de los principales atributos de los ~ioses

inmortales, es l:J. ~e :er legi~ladores (18 la sor1edad humana, los fundadorcs del Estado .

El homhre, dicen poro mas 6 menos todas las

102 M. BAKOUNINE

bre creyente su propia imagen d~l . reves y a u m_en­tada, porqua la acci6n de la. rehg16n ~o oons1ste sola men te en que tome a la tierra sus n ry uezas y a l hombre sus facultades y vir.tude~ a medtda q~e las descubre en su desarrollo h1st6nco para ~a?er fo r ­mario en el cielo en otros tantos ~eras d!vu10s; a l efectuar esta transfor maci6n cambia radlCa_lmente la naturaleza de estas fuerzas y de estas cua_ltda~es , Jas falsea y las corrompe, d~nd.olas _una ct:re?~I6n d iametralmente opuesta a SU dlrOCC16n pnmlttva. · Asi la raz6n humana, el solo 6rgano quP pose~., mos para reconocer la verdad, al hacerse raz6n dl­vina se haro incompr~m:ible para nosotros, y se imp~ns a los creyentes com? la revelacion de lo absurdo. Asi el respeto del Cielo F1e. traduce e~ ~e~­precio hacia la tierra y la adora_CI6n do la ch vmt· dad en denigraci6n de la hurnamdad; el am.or hu­mano, esa inmensa solidaridad nutural que l!gando a todos los individuos y a todos los pueblos y ha· ciendo Ia dicha de cada uno, depondiente de la libertad y de la dicha de los otros debe, a pesar de todas las di!eroncias de rnas unirlas t~Jrde 6 tern· prano en comun fraternidad; ef'to am or, transfor­mado en amor divino y en religiosa caridact, e~ l& antorcha de la humanidad; toda In sanare verttda en nombre de la reJigi6n desde el prine1pio de la historia los millones de victimas inmoladas para ' . . mayor gloria de Uios, dan fe de ello. En fin, la JUStl· cia, esa madre futura de la igualdad, una vez tra~s­portada por la fantasia religiosa a las celestes regw · nes y transformada en justicia divina cayendo sobre la tierra bajo la forma teol6gica deJa gracia y a.hra­zando siempre el partido dol mas fut~rte, no 61~~­b ra entre los hombres, mas que violencias .. prJv~ ­legios monopolios y todas las monstrnnsas Ilegall · dades consagradas por el derecho historico.

FEDERALISMO, SOCIALISMO Y ANTITEOLOGISMO 103

No pretendemos n egar la n ecesidad hist6rica de la r elig i6n, ni afirmar q ue haya sido un mal absoluto en la his toria Silo hnbo, fue desgraciada· mente , y Rig ue siendolo para la mayoria de la hu­m amdf-\d ignorante, un mal inevitablr- como lo son en el dcParr ollo de toda humana facultad los des­fallecimientos y los errorcs.

La religi6n hemos dicho que es el primer des­pertar de la raz6n humana bajo la forma de Ia ra· z6n clivin~ e.~ el pl'imer resplandor de Ia verdad humana <\ tr~ves del velo divino do la mentira, la primera manifestaci6n de la moral humana, dP Ia justicia y dol derecho, a tra ves de las iniqmdades hi?t6ricaR de la gracia divina, es, en fin, el apren­dizaje de la lihertad , bajo el yugo hnmil ante de la divinidad, yugo que sera preciso ~cabar por rom­per, a [in de conquistar la razon, Ia Y'Crdadera ver· dad, Ia plana jnsticia y la lirertad real.

Por la religi6n, el hombre animal, al salir de la besrialidad, di6 ol pl'imer paso bacia Ia humani­dad pero mientras sea reli(rioso no alcanzara su l ~

objeto, porque toda roligi6n le condena al absurdo, y L1lsea ndo Ia dirClcci6n de sus pasos le hace buq­car lo divino en lucrar de lo humann. Por la reli · gt6n los pueblo::; a penns librados de Ia escla vitud natural, en )a cual est~n 6nmergidos las demas es­p ecies de animates, caen en soguida en la es~l~ ~tt~1d de los hombres fuertes y de las castns pnv!legia­das por la di vina elecci6n.

"' * * Uno de los principales atributos de los ~ioses

inmortales, es l:J. ~e :er legi~ladores (18 la sor1edad humana, los fundadorcs del Estado .

El homhre, dicen poro mas 6 menos todas las

10! M. RAKOUNINE

religiones, sera inca paz de. r~conocer lo. que es ~~ bien y el mal, lo jneto y lo InJUSto y ha s~do prem­so que la misma divinidad haya dnscend1do sabre la tierra para ensenarle y para establecer en la so· ciedad humana el ol'den polHico y civil, de don de resulta esta conclusi6n: que todas los leyes y todos los porler ,...s establecidos y consagrados par· el cielo, deben ser s.iempre ciegamente obedecidoa.

Es muy c6modo para los gobernantes, muy in­c6modo para los gobernados, y como nosotros so­mas de ese numero, tenemos interGe en examinar de cerca la validez de esa antigua aserci6n que nos ha heche esclavos, <1 fin de encontrar el medio de librarnos de su yugo.

La cuesti6n esta ahora simplificada para nos­otros.

No existiendo Dies 6 no siendo m~a que una creaci6n de nue~tra facnltad ahstractlva: no siendo Dio3 mas que una abstracci6n uni vereal inca paz de movimiento y de acci6n propia, siendo la Nada absoluta imaginada como S~r Supremo y puesta en movimianto par la fantasia religiosa, absolutamen­te varia y enriq uecida con las realidades de \a tie · rra, no devol viendo al hombre bajo una forma deanaturalizada, corrompida y divina mas que lo que le ha quitado primero, Dios no puede ser ni buena ni malo, ni justa ni injusto, no puede que­rer nada n\ establecer nada, porque en r ealidad no es nada y lo es todo par credulided re';giC'sa; por consecuencia, si esta ultima ha encontrndo en el ideas de justicia y de bien, ella es la que ha debido prestarselas ~ su vez. Creyendo recibir, daba. i Perc para prestarselas aDios el hombre ha debido toner­las! t D6nde las ha encontrado? Necesariamente en sf mismo, pero todo lo que tiene lo tieno de su pri­mera brutalidad, su ~spfritu noes mb que la ex-

FEDERALISHO, SOCIALIS}fO Y ANTITEOLOGJSMO 10:J

plicaci6n de su natural<'za animal esf es que ]as ideas de lo justo y del bien deben ten~r como todas las casas bumanas, su origen en la epo~n anima! del h(}mbt·o Y en efo"to, los elemr>ntos de esc que lla­mamo~ Ia moml se encufntran ya en e! mundo ani­mal. En todas las espE<ci1)8 dA animal8s sin ex('ep­ci6n, s6lo con grandP diferencia de desarrollo ve­mos dc ~ i1•stintos opues toP: el inrtinto de r.o~ser­vaci6n dd indi vi duo y e-1 de la con sen aci6n de Ia esprc1 .' 6 ~1ablan~o hun anamente, el in:::finto f!Jois­ta v f'l t~ts!tnto socwl. Baja el puuto de vista de la ciencia como del do Ia naturaleza, estos des instin­tos son igualmente uatura1es, y per consecuencia. legftimos, m~s atlu, ig nalmente necesarios en la economi1i natural de lo serea, siendo ol iustinto in­divi dual u11a condici6n fundamental de la conser­vaci6n dt~ Ia oep0cie, porque si los indi vi duos nose defendier2n con energfa contra las priv;-.ciones y contra las presi~mos ext~r iores que amen ' .. zan su existencia sin cesar, la especie mtsma, qut"~ no vi ve mlis que ~or eUos y pnra elias, no f'xistirfa; }Jt.ro si se qUiere Juzgar de estus doq movimiontoR no to­ma ndo por punta de vista absolute mc1s que el in­teres exclusive dtla especie, lie diria que e1 inEtinto social os el bueno y el inetinto individual el malo . En las hormigas y entre las abejas es la vir·tud qua predomina, porque el instinto social parece aplas ­tar enter·amente al inatinto individual Todo lo contrario pasa t\ntt·e las bestias ferocPs, y en gene­ral es el QgofRmo el que tl'iunfa en el rnundo ani­mal. El inetmto de lu f>speciA, por el contrario, no se dQ .... pi(lrta m~s que u cortes intervalos y no dura mh quA ol tiempo necesario para la procreaci6n y educaciun de una familia

En el hom brP eq otro cnc::'l PArf'ce, y P<: una de laq pruehaq de su g ran uperioridad soure todos

lOG M. BAKOUNINE

los animales de otras especies, que los dos instintos opuestos el ecroismo y la sociahilidad, son en el

I 0 ,

m~s poderosos y mas inseparables que en los de-mAs animates de especies inEeriores. Es m;ls feroz en su egoismo que las bestias mas feroces, y mas socialista que las abejas y las hormigas.

La manifestaci6n de uu gran egoismo 6 indivi­dualismo en un animal cualquiera es una prueba indndable de una gran perfecei6n de su organismo, el signo de una inteligencia superior. Cada especie de animales esta constituida como tnl por una ley espPcial, es decir, por un procedimiento de forma­ci6n y de conservaci6n que le es prdpia y le dis­tingue de todas las dem~s especies de animales. Esta ley no tiene Pxistencia propia fuera de los in· dividuos reales a que pertenece la especie que go­bierna de una manera absoluta y de la cual aon esclavos. En las especies inforiores se manifiesta mlls como un procedimiento de la vida vegetal que de la vi(la animal; todo lees extrai10, apareciendo casi como una ley exterior a la cual los indi ,•iduos apenas detorminados r.omo tales uhedP.cen, por de­cirlo asi, mecanicamente. Pero cuanto mli se des­arrollanlas especieA, ascendientlo progresivamente hacia ol hombre, y la loy genMica y especial que los gobior11a se individualiza mus, y m:1s completa­mente se realiza en cada individuo, que ad,luiere por eso mismo nn carActer m~s determinado , una fisonornfa mas distinta, de suerte que obedeciendo a PS 1 ley tan fa talmente como :1 las otras des de el memento en que se manifiesta en ol como impul­si6n individual propia, ol individuo so siente mas libra y mas autonombta, mas dotado rle movi­!lli.Pn~o espont~neo que los individuos de especios mferiOrC'<:l, empi6za a tenAr el sentimiento de su libertad y podemos decir que la na tur·a leza con sus

FEDERALIBMO, SOC'IALIS.MO y ANT!TEOLOO!SMO 107

t rat:sformaciones progresivas tiendo A Ia emanci _ p~c.I6n y que ya. on st~ seno una gran libertad in­di vJdual ea un s!gno Indubitable de superioridad. El.ser comparati v~mente_ mrrs iwlir·irlual!J nlft.· li/)f·e, haJO el punto de VIsta ammal, es sin contradirci6n el hornbro.

• I~ern~s. dicho que. el hombre no es solo el ser ~as l~ld,'vtclual do Ia tierra, es tambien el m~s .(·o­ual. l~tw un orror pot· parte de J. J . J:oussean In­her pou~ado quo la sociednd primitiva haya silo est.ablomdu por un coutrato libra formado por sal­V~J eS, P~'·o .J. J .. Houss a~ ~o as solo el r1ue lo a.f1rma. La mUJ or1a de los JUnslns y de Io~ puhli 01st s modarnos, sen de In escuela de Kant sea de to.da otT"~ e~:cuel~ individualista y lihoral,' no ~J­n~I t~n m Ia socwdad fundada sobre el derecho rl1 vmo de los te6logo · ni Ia -odedad determmada por la e cuela hegeliana como Ja realizaci6n mas 6 m~n~s. mf tica do Ia ~Ioral ohjeti vn, ni la sociedad pnmttl amente animal de los naturaJi~tas taman­do, B fa,Ita do ?ti'O funrlamento, l CVJ frato futlf() pOr pun to ae J:>art1da. i Un contra to U'icito! Eo; deeir, uu con ~ra to ~1n pa labt P y por consecueneia sin pen­sam1ento y sm voluntad, una ficci6u ausoluta, v lo que ee peor, una mala ficci6n una indiana s~I~

} • I 0

perc Jellt, por·que t>l snpone que en tone s yo, que no estaba en estado do qu rer ni de pensar, ni de hablar .. porcp!EI m~ ho dejado hundir sin protest:H·, he pod1do conBentir para mi y mi descendencia una e:-.cla vitud oterna.

L s consecuenrias de este runtrato. ocird son, en efect.o, f~mestas p~ra los que persiguen la ab~oluta donunaCJ6n del I<. tado, y por tanto el principia tomado 11 su puntu de partida parc:ce excesi\·a mente lih. rnl.

Los indh·iduo , antes de formar e:,te contrato,

108 :hi. BAKOUNINE

3e supone que gozaban de absolnta li~ertad , p~rque segun esta teoria, el hombre salvaJe es el umco completamente libra. Hemos dicho lo quo pensa­mos de esta libertad natural, que no es mas que la absoluta dependencia del hombro gorila frente a frente de la obsesi6n permanente del mundo exte­rior, pero suponiendo que sea realmen_te libra ?n su punta de partida, iPOr que se for mana en soc1e· dad? Par3 asegurar au eeguridad, dicen, contra to­das las in vasiones posibles de ese mundo exter ior, que comprende otros hombres, asociadas 6 no, pero que no pertenecerian a esa n ueva sociedad que se forme .

H~ aqui hombres primitives, absolutamente li-b res y que no gozarlin de esa liber tad il imitada mientr as eaten unidos en un aislamiento individual absoluto. La libertad del uno no tiene necesidad de la lihertad del otro; par el con~rario, cada u na de estas libertades individuates se bastan a sf mis­ma y esas libertades al encontrarse deben limitarse a d isminuir m utuamente 11 contra c~ecirse y a des-truirse ...

Par a no destr uirse hasta el fin forman entre ellas un co11trato explicito 6 tacito, por el cual abandonan una parte de si mismas para asegura r el res to.

Este contrato es el fundamen to de la sociedad , 6 mejor dicho, del E stado, porque es preciso notar que en es ta teoda no hay lugar par a la sociedad, no existe m~s q ue el Estado, 6 m~s bien, la socie­dad , y la absorbe toda el Estado.

La socit>dad es el modo natural de existen cia de la colectividad humana independientemente de to do contra to. Se gobierna por lae- costumbres tra­dicionales, pero nunca por leyeR. Progresa leota­mente por el impulso que le dan las iniciativas in­dividua tes y no por el pensamiento ni por la vo-

FEDERALlSMO, SOCIALlSMO Y .A.N'l'lTEOLOGISMO 10\J

lunt_ad del legislador. Hay muchas leyes que le gobwrnan a au gusto pero son leyes na~uralos in. ~erentes al ,cuerpo social, como las leyes fisicas son wherontes a los cuerpos materiales. La mayor par­te tie estas leyes son hasta ahara descouocidas y por tanto, han gobernado a la sociedad human~ des~e su nncimianto independientemente del pen­sanuento y de la volnntal de lod hombres que la h e.n compn:sto . V d donde resulta que os preci.so no cou(uudir_las con las l~yas yoiiticas y juridicas que en el s1stem~ que exammamoo, pt octamadas por un pode.r leg1slat1 vo cualquiera, se reputan como deduccwnes 16gicas del primer coutratu be· cho a ~mbiGaJ.as por los hombres.

El Estado no e.., un 1jroduc\o iomediato do la naturaleza. No precede cotno la sociedad al dea­penar d~l pensamieuto en los hombri:lS, y ya de· mo:-;ttaremos cumo lo crra Ia conci••ncirt rdu,io.' a •'n medio rle !rt sociedarl ,wl •unl. Sagun los vubl1ci~tas liber atfl~, el primer ~st do fue creado po1' la ·:o­luntad ~1brt:J y reflext VIL ae los hombres, seg(m los absolutistat'l, es una cr~nci6n Ji vina. En uno y otro caso dominn la sociedad y tiende a absorb rJa por complelo.

En el segu ndf1 ca3o e ta a bsorci6n de ella mi~­ma ~e comprentlo Una iustitucion divina deuo ne­ces ... l'iumonte devorar toda organizaci6n natural. Lo m!1s cur io8o es yue la ebcuela iodividualieta, C'On su c H1trato lihl'e, contrib11ye al rr1ismo restutn lo. Y en efecto, E ta e auela comienza por nega1· la existeucia do una ociedad naturnl anterior a\ con­t~·ato, puesto que una ~:.ocic~dad asi supond1 Ia rela­OJOilf'S na tural~s de indi vidUl1S y p r consecuenr!a una lhllllttCllm ru iproca d w lrbertadt~, que o::m fu contrari l1 la libot·tad nbsoluto de qllo cada uno, coufotmo a esta teol'is, debo di8frutur antes de la

110 111. BAKOt;NINE

conclusi6n del contrato, y segun este sistema la sociedad humana no empieza mas que con Ia c~n­clusi6n del contra to. ;i,Que es_ ent.onces esta soc1e dad? Es la pura y l6gica reahza016n del .contra.to «1on todas sus disposiciones y consecuenmas legls-lati vas y pn1cticas; es el Estado. .

Examinemoslo desde mas cerca . . (.Que rep:e­senta? La suma de negaciones de las h~ertades m­di viduales de todos sus miembros, 6 bwn la de los sacrificios que todos sus miemlJros hacen, renun ciando a una parte de su libertad ?n pr ove?h? d?l bien comun. Hemos visto que segun la te?n.a mdl­vidualista Ia libertad de cada uno es el hmtte 6 la neO'aci6n ~atural de Ia libertad de todos los otr.os. Pu~s bien esta limitaci6n absoluta, esta ne~nCI6n de la libe~tad de todos 6 del derecho comt'uJ es ol Estado; por consec~en~ia_, don de c~mienze el Esta· do cesa la libertad mdlvldual, y viCeversa.

'se contestara que el Estarlo representante del bien publico 6 del interea comun de todos, no mer­rna una porte de la libel'tad de cada uno ma~ quo para ~>segurarle todo el resto, y este rest? cs, st que· reis, la seguridad, pero no es nunca ln hbertad. La libertad es indivisible, no se puede separar una parte sin destruirla . Esa poquena parte quo sepa­rais es la esencia de mi libartad, es el todo. Por un movlmiento natural, necesano 6 inesi::,lible, toda mi libertad se concentra en esa pe1uena par te que separais. Es la historia del pecado do AdAn y Eva. La prohibici6n de probar el fruto del arbol de la ciencia, sin otra raz6n que la de ser la vo­luntad del Senor, era por parte de Dios un acto de feroz despotismo, y si nuestros pl'imeros pndr~s hubieran obedecido, toda la raza humana estana en la m~s humillante esclavitud. Su desobediencia nos ha emancipado y salvado. Este fue, mistica-

FEDERALISMO, SOCIALJS~!O Y ANTITEOLOOI.3MO 111

mente hablando, el primer acto de libertad hu­mana.

Pero dir~n: eEl Estado democratico basado en ellibre sufragio de todos los ciudadanos no podrfa ser Ia negaci6n de~~ libertad? Y &por q~e no? Esto dependera de la m1s16n y del poder que los ciuda. danos concediesen al E~tado .. Un Estado republica­no basado en el sufrag10 umversal podia ser muy desp6tico, mas desp6tico que el Estado mon~rqui­co, porque, bajo el pretexto de que representa Ia voluntad de todo el mundo, pesar~ sobre Ia volun­tad y sabre el movimiento libre de cada uno de sus miembros toda Ia fuerza de su poder colecti vo.

Pero el Estado, direis, no limita Ia libertad de sus miembros hasta que los ve inclinarse .1la in­justicia y a l mal. Les impide ofenderse mutuamente y en general hacerse daiio, drj~ndoles, por el con­trario, libertad plena pata al bien. Es siernpre la misma historia Jel fruto prohibido: ci.cu:il es el mal? c.culd es f'l bien?

Bajo el punta de Vitita del sistema qul:j oxami names, la distinci6n del bien y del mal no existia antes de Ia conclusi6n del contrato, entonces 4ue cada individuo estaLa sumergido en el aislam!ento de au liber!ad 6 de su derecho absolute, no tenien­do ninguna consiuoraci6n que guard~u· fr·ente a frente de todos los dem~s. que las que le aconseja­ban su debilidad 6 su fuerza relativa, eti decir, su prudencia y su interos propio (1).

(1' Eslat:t relndones quu 110 !Jan podi lo exit:tir entre los horubrea vriwitivoa, porque Ia ,.ida social ha siJo anterior al despertar de Ia ''oluutsul reth1xi vi\ en los hombre~. y porque fnera ue Ia RO('ieJaJ ningun iulliYiduo bumauo hll po lhlo tener nnnta libertnd abeolllta ui relati,·a, esta~ rehtcionet>, derimos, son precitlalllente Ia .. wi~uta .. que realwente existen ltoy entre los EetaJoe moderno,.), l'On:!iderlindot'e l'ada uno invet<tiJos de

112

Entonces el egoismo, siempre segun esta mis~a , . la lev sunrema, el ::,6lo derecho. El bten

teorta, era v I" l /.. . 1 r 1 IJOl' el fra estn.ba deterrninado por e ~xtto, e J?a -caso Y la justicia por la consag:a~t6n del hecho

·r d or horrible, cr·uel 6 mfame que fuese, ~~~pe~~cf en la moral politica que prevalece hoy

en Europa. · L d . t'nci6n del bieTI y del ru1l comtenza, se-a ts 1 . .6 d 1 • 1

, t 1·8 temn con la termtnn.ct n e con~ra~o gun es e s u, '6 sociaL Entonces todo lo qt:_e se r·econ( Cl quo c,o?s· lituia el interes corn~n, fu? proclamndo como oteu

1 que no constitma el wtcres [UA ol mal.. Los y ·

0 b 08 c"n•rat"nteG que sB habin.n hc_c~cho ciUda· m1em r ~ • "' · '6 ' 6

d Y estaban }io-ndos por u,1a obl1g<1C1 n mas

anos o • d b . ei de os solemne asumierot) en 81 un e er '. :U~nordinar los i11 tercses al bien com(tn, almteres infoparahie rle tnd JEl y a BUS d erechos seya.rudOS del cterecho publico cuyo r epresentante umco, .~1 Estado, fue in vN;tido por &llos df)~ [ od 1_r d~ :epn: mir todas las aigs.rnd .... :lei cgm~;;mo mdlvidual, pero con el debor clo p'"otegcr {t mula uno de. sus miembros en el ejercicio d{ us ~f::recho~. 810~1· pre que estos no fuer:m contrartos al c ... recno

con·un. 1 t.." t d Vamos a exa -ninar lo quo daho er e 1:.~ a o

asi constituido fr<'nte a frente, t~1!1t~ a otros E~ta­dos parecidos como a las pob!actones que go· bierna. .

Este examen nos parece Hll\t\) mus tnteresa!lt.e Y util cuanto quu el E'3tado, tal t:omo esta deftmdo a qui, es, precis<.. mente, el Estado m.odernu sopara-

uua libertad y de nn d~>re.<·hn ::tl·~·llnto c·nn ~'X<'lnt!ion •It•. totloe los otro~ y no guarc\anflo a lew 1\em:\"' l<: .. t;l•lo" Ia~ con»Jtlera-

' · . t 1. lOT e~>lO e~-cionell que let~ eon rlebi•las por ~>U prt1 plo 111 ert<P, Y I . 0

_ tan ront~titn!dos neC'el'lll iamente ~n l:!<'t~11lo dtJ \!Uerra pe1 ml\ne te y laleu te.

FEDERALISMO, SOCJ.\LIS~O Y ANTITEOLOOIS~O 113

do de la idea religiose: El Eqtarlo laico 6 atPo pro­clamado por los publicistas modernos. Vea~os en que consiste su moral. Es el Estado moderno he­mas dicho~ en el momenta en que sa libra del yugo de la Iglesia y en qu~, por consecuencia, sacude el yugo do la moral um versal 6 cosmopolita de la re­ligi6n cristiana; y aiiadiromos el mom en to en que aun no sa ha penetrado de la m01 al ni de la idea humanitaria, lo que no sabria hacer sin destruirse porq ue eu existencia separada y su concan traci6~ aislada serfa mas estrecha para contener los inte­r eses y por consecuencia, la moral de la humani­dad entera.

Los Estados modernos han llegado precisamen­te a este punta. El cristianismo no le sirve mas que de pretexto y de frase 6 de media para enga­fiar a los hobos, porque persiguen fines que no tie­nen nada que ver con los sentimientos religiosos, y los gr:,ndes hombres de Estado de nuestros dias, como los Palmers ton, ~Jura vieff, Cavour, Bismark y Napole6n se reirfan bastante si se tomaran sus demostraciones en s~rio, y aun sa reirfan mas si les atnbuyeran consideraciones e intenciones humani· tarias . t.Que queda entonces para constituir una moral? Unicamente el interes del Estado.

Para los hombres de Estado, todo lo que con­tribnye a su g randeza y a su poder, aunque sea un sacrilegio bajo el pun to de vista religioso, es elbien. y to do lo que las es con trario, aunque sea la cosa mas santa y mas justa, es d mnl. Tal es la moral y la practica secular de todos los Estados.

Este es tambien el del ~stado fundado Eobre la teoria del contrato social. Segun este sistema, el bien y lo justa no comienznn mas que con el con· trato, es decir, ,./ inleres rvmfu1 y cl cl r rho fJ dhco de todos los indi viduos, que b han forma do entre

8

114 M. B 1KOONINE

ellos con exclusion r/P torlos aqw'Uos qu" han querlado juer~ del contrcdo .. por ~-onsecuencia , nada m<\~ que la m~ts grande sotls.facc/On dada cil f'golsmo colectno de una asociacilm particula1· y limitarl((, que h abiendose fun dado sobro el sacrificio parcia 1 y el egoismo in­di vidual de cada uno de sus mie.ubrns rechaztt de su seno como extrailos y como enenugos naturales a la inmensa mayoria de la especie h umana, forma­da 6 no en asociaciones anAlogas.

L-:1 existencia de un solo Estado limitado se im­pone necesariamente la existencia 6 provoca Ia formaci6n de muchos Estados, siendo natural que los individuos que se encuen~ran fuera de el, ame­nazados por el en su vida y en su libertad se aso­cien a su vez contra el.

He a qui ala humanidad di vidida en un numero indefinido de Estados extranjeros, hos\iles y ame ­nazadores los unos a los otros. No exit~te derecho comun de contrato social entre ellos, porque si existiera alguno cesarian de ser E·:,~ados indepen­dientes y serian miembros federados de un solo y gran E,tado. Pero &i este gran Estado no abra~a la humanidad entera, tendra contra el en la misma actitud hostil u los otros graudes Estados interior­mente federados y sjerupre oxistiria la guerra como ley suprema y como una neco;,idad inheren­te ala existencia de la humanidad.

Interiormente (ederudo 6 no, cadn Estado debe procurar ser el mas poderoso, l>ajo pena de morir.

Dabe devorar para no sor devorauo, conquistar para no ser conquistado, a \':lsallar para no Rer a vasallado, porque dos poderes similares y extra­nos el uno en el otro, no podian coexistir sin des · truirse. . . n Estaclo PS.Jntes. la nf'ynciull nu(s jla9rrmtr. la n1cis

Ctn1ca y la mas COlli)'! {n r/ ' ln lurmauirl(((l, ll Jmpe Ia

FEDERALISMO, BOCIALlBMO y ANTITEOLOGIBMO 115

solida rida d universal de todos los homb b r . res so re la !erra y n? asoma un a parte m~s que para des _ trUir, con qu1star y a vasallar el res to.

No cubre con su p ro tecci6n m~s que a pios ci udadanos; no reconoce el derecho ~us pro· ni Ia civilizaci6n mas que en el interior de u mano . r •t sus pro-p_I03. 1m1 e~; nobreconoc~ ningun derecho fuera de s1 m1s.mo y ~e a roga l6g10a mente el de la ferocidad m~s. mhumana contra todas las poblaciones ex· t11ran~eras q uet pu8e~e saquear, exterminar 6 avasa-

ar Cl su gus o. 1 se muestra genercso y humano con ellos, no es nunca por deber, porque el no tie ­ne deberes m~~ que para sf en primer Iugar y des­pues con los m1embros que le han formado lib . mente y que c~nlintian con'stituyendole de lam~:­m~ manora Como el derecho internacional no extste y como uo porltla '1 t8ii l' tlr• ll!l a m 011 , 1.0 ~ . ·

1 . - l . ' .(1 /n y rra S/JI JJ/111111 r· Jll'lii " IJ!W rio nf,~oiMf(( soht'tania rl" los l'..~tarlo~. el Estado n.o puede toner deberes con las poblac10nes ~xtranJerns, de modo que si t 1 ata hu _ mana~ 'nte a un pt!eblo conquistado, sino Io sa­quea J no _lo .extermma m~s que a medias y no lo r_e?uce nl u ttmo g,.a?o de esclavitud, sera por po­huca Y por prudenc1a 6 por pura maananimidad pero nunca por deber, porque tenia etderecho ab~ sol uto de disponer cte el a su antojo.

~:ta negaci6n f~agrante dA la humanidad que constltu~ e Ia esenc10. del Estado, f'S para este el su­; remo deber.y la m6, .... gran virtud. s~ llatUa]l(lfn'o · lsmo Y constttuye todu Ia moral !11 , t7, t del Es-

tado. La lla~a~os moral trascendente, porgue :~a.spa~a. ordmnriamente el nin,J de Ia moral} de m_Justlcia humana, comuoes 6 privadas, y por esto

ts mo ost11 con mas frecuencin en contradicci6n con ella~ .

Asi, ofen der , oprimir, expoliar , sag uear , asesi -

116 M. BAKOUNINB

nar 6 avasallar al que est!1 ceroo! segt1n la mor~f ordinaria de los hombres, est!1 m1rado c~mo un en­men. En la vida publica, por el contrano, cuando se hace para mayor gloria del Estad?, todo eso e.s deber y virtud, y este debary est9: vtrtud son obh· gatorios para cad a ci•Jdadano patrwta, todos estan obligados a ejercerlas no s?lamente con.tra los ex­tranjeros sino contra sus mudadanos, s1empre que Io reclamen las necesidades del Estado. . . .

Esto nos explica por qu~ desde el prmmp1o de la historia y desde el nacimiento del Estado, el mun­do de la polftica ha si_do y es el. t~atro de l.a ~lta desvergiienza y del sublime latrocmw , latrommo y desvergiienza altamet?-te. honrosos porque estcin amparados por el patrwtlsmo, por la mo ral trascen­d ental y por el inter~s supre~o ?el Estado. Esto nos explica por qu~ toda la htstona de los Est.ados antiguos y modernos no es mas que ~n~ ser1e de crimenes asquer osos, por qu~ reyes y mm1stros pre· sentes y pasados de todos l?s tiempos y de. todos los pafses, si se les juzga ba]O el pun to de vista de la simple moral y de la justicia humana , han mere· cido mil veces el grillete y las g~ ler~s; por q~c ~o causa horror la crueldad, el sacrllegw, el perJUriO, la impostura Ja infame transaci6n , el cinico r obo, el saqueo v~rgonzoso y Ia sucia traici6n, que se lle van a cabo diariamente por los representant~s del Estado sin otra excusa que es ta palabra e~~stJ ­ca, tan c6moda y sencilla !1 Ia vez: lrt m;on d, E.c::tad.o.

Palabra verdaderamE>nte terrible, porque ha co­rrompido y deshonrado en las regiones oficia les Y en las clases gobernantes de la sociedad m~s ge~te que el mismo cristianismo. jEn cuanto se pronunma, todo desaparece, honradez, honor, ju ~ticia, de:e­cho, basta· la piedad enmudece y en ella Ja l6gwa

FEOERALISM01 BOCIALISMO t ANTITEOLOOISMO 11 i

y el buen aentido; las mas baj 1s felonfas y los cri­menes mas atroced son aetas meritorios!

El gran fil6sofo politico italiano ~laquiavelo fue el primero que pronunci6 esa palabra y el que la di6 esa in mensa popularidad de que aun goza entre nuestros gobernantes. Pensador realista y positi­vo, comprendi6 desde el primer momenta que los O'randes y poderosos Estados no podfan fundarse ~i mantenerse mas que por ol crimen y por su des· precio total hacia todo lo que se llama honradez.

Lo ha escri to y explicado ton terrible franque· za, y como la idea de la humanidad ha sido per­fEicLamente ignorada en su tiempE>, como la de Ja fraternidad, no humaua, sino religiosa, predicada por la iglesia cat6lka, era entonces, como ahora y siempre, nna ''ergonzosa i tonfa desmentida a cada momflnto por los pt·opios aelos de la igltsia, como en su tiempo nadia dudaba de quo hubiera algo asi eorno un derecho populat• y los pueblos no habian sido considerados mas que como una masa inerte, como carne del E tado, rnanejable a su an­tojo y obodiente en todo y li todo, y como entonces uo habia ni en Italia, ni fuera de ella, uada que es· tuvie,e por encima del Estndo, ~laquiavolo sac6 en conclu i6n, con has tan te 16~h.:a, lfUe siendo el Es · tado elfin supremo de toda humana existencia, a qu ien se debia servir ~ todo trance, y que prevale­ciendo su intores sabre todas las cosas, un buen patriota no dehia retrocedor ante uingiin crimen para servirle . .Acon"eja el crimen, le manda como condici6n sine 'Jitrt 'wn de la in teligencia politica y del verdad~ro pa triotismo .

Que el Estado se llam a monarqufa 6 rept"tblica, aiempre neceRitara el crimen para su conservaci6n Y su triunfo. 8in duda carnbiara de direcc16n y de <lbjeto, pero su natur~leza serA siempre la misma;

118 M. BAKOUNINE

sera siempre Ia violaci6n ener g ica , per manente d& Ia justicia, de Ia piedad y de Ia honr adez par~ el bien del Estado.

:Maquia velo tenia raz6n y no podemos dudar de ello despues de una experiencia de tres iglos y me- , dio anadida a la suya. Toda la historia lo dice· mien tras los peq uenos Estados no son virtuoso~ mas que por debilidad, los Estados poderosos DO

se sostienen mas que por el crimen. Solamente nuestra couclusi6n sera absolutamente distinta de Ia suya por una sencilla raz6n; nosotros somos los hijos de la Revoluci6n y hemos heredado de ella Ia Religi6n de la humanidad que debemos fundar so· bre las ruinas de Ia Hc:!ligi6n de la di vinidad; cree­mos en los derechos del hombre, en la dignidad y en la emancipaci6n necesaria de la especie huma ­ns ; creemos en Ia libartad humana yen la hnmana fraternidad, fundadas en la justicia humana, en una palabra, creemos en el triunfo de la humani­dad sobre la tierra, pero esta triunfo que quere­mos a lcanzar con todas nuestras fuerzas, oiendo por su naturaleza la n~g·wi6n del cr imen, que noes otra cos~ ,1ue la negaci6n de la hnmanidad, no po· dra reahza.rse hasta que el cri mon dt)je dA •er lo que es hoy en toda9 parte~: la 1}(1 rlr Ire r u f, nria )JOlitica rlr Ius nn.r:ionc-1 clominarlo ;wrla irhr1 rh1 hta· do~ Ade'?a.s es~a probado que ningun E tado po­d_na ex~stlr sm cometer crimenes 6 por lo menos BI_D medttarl?s, aun cuando su impotencia le impi­d~era cumphrlos; hoy deducimos [,, ab:.;ol"lrt ilf'CC·

slllrul clc ltt rle:.;lrnccibn ric [o.'l E~tados 6, si se quie· re, ~on su radical y complota trans[ormaci6n, en el senttd? que, dejando tie ser poderes centralizados y orgamzados ~e alto aba jo, sea por la violencia, sea por la ~utondad de un principio cualquiera, se reorgamzan con abeoluta libortad, por todas las

FEDERALISMO, SOCIALISMO Y ANTITEOLOGISMO 11 !)

partes , de unirse 6 d~sunirse, y conservando cada una Ja facn~tad ~e sallr de nna uni6n mucbas ve­ces conse_nttda hbremente , de aba jo arriba, segun las necestdades r~a l es y las tendencia s naturales de las partes ~or_la hbre federa_ci6~ de los individuos, d_e las asoetaCion_es, de los dtstntos, de las provin­Cias v de las namones en la humanidad.

Tc1le~ son las conclusiones a las cuales nos lleva necesar1a_mente el exam en do las relacioncs exterio· r es del m1smo Estado, que se llama libra, con los de­mas Estados .. :Mas tarde ver~n:os que el Estado q ue se funda sobr eel derecho dtvmo 6 ln sanci6n reli­gi?sa da preci,amente los mbmos resultados. Exa­mmemos ahora las r elaciones del Estado fundado sobra ol.lil>r? contra to con sus propios ci~dadanos.

IIemos VI!:! to que exduyendo a Ia in mensa ma­yoria de la ec::prcie humnna rle su seno y ech~ndo la fuera de los deheres reciprocos de la mora l de la justicia ~· del dN echo, niega Ia humanidad y con esta gran palshra: Patriotismo, impone la injusticia y la crneldad a todos como un supremo debar, trunca y mata en cllos la humanidad, porque ce· sando_do s~r homl~res no son m~s que ciud9.danos, y la lustona no~ dtce que el ci udadano no se eleva nunca a la altura de un hombre, porque el Estado deha, bajo pena de E~xtinguirtie, procurar hacerse poderoso, y una veL. siendolo debe con uistar; qu i n dice conqui ta, dice pueblos conquiatados, a v~ all a do y 1 ed u ~ido li Ia escla \'i tu ua jo cual­qmer forma ue so . Luego Ia e eta viturl es una consecuoneia uece aria do la exi tencia del Estado.

La escln vitud p.ledo c:~mb.ar de forma v de nomlwe, p ro Ell fondo es siempre el mismc.' Esto fondo lo lXpre.an P-~tas l'alabra-=· 1· la•oc.se tar I I' ~· o' rqtlo i tr tbojat para olro. como . amo cs r1rrr del

fr, tf/(fjo d otro. En Jn nntigiied ... d como ahora en I I

120 hl. BAKOUNINE

Asia, en Africa y aun en una parte de America se llama ban simplemente esclavos a los e~cla vos , en la Edad Media tomaron el nombre de s1ervos, hoy se las llama a.~(flariarlos. La posici6n de estos ulti­mos es mucho mas dig na y menos dura que la de los esclavos, pero no por eso estan menos obligados por el hambre y por las instituciones politicas y sociales a sostener con un t rabajo duro la holgaza­neria absoluta 6 relativa de otros; por consecuen­cia, son esclavos, yen general ning(tn Estado ni an­ti(J'uo ni moderno, ha p odido ni podra jam as pa ­sa~se sin el trabajo forzoso de las masas, sean asa ­lariadas, sean escla vas, como fundamento pnncipal y necesario del placer, de Ia libertH.d y de Ia civili­zaci6n de la clase politica: Cuulurluuos. En este sen· tido no debe exeeptuacS<e a lo~ EsLados Uuidus de la America del Norte. Tales son las condiciones in­terioreJ que fluyen nece~ariameute para el Es tado de su posici6n exterior, es decir, do qu ho~tilidad natural permanente con los otros I~stados. Veamos abora las conrliciones que flu yen dil'ectamente 1 ara los ciudadanos del libra contrato por el cual se han constituidu en Estado.

El Estado no tiene sola mente lu misi6n de ga­rantir la seguridad d~ sus miembros co~tra todoa los ataques de fuera, debe interi01·mente dPfender­los a los unos de los otros y ll coda 11 110 {'01/fl'll sl Jllis­

mo, porque el Estado, y esto constituye no rasgo caracteristico y fundamen tal , como toda teologia, supone al hombre esencialmente perverse y malo. ?,Par que es malo'? La teologfa debe explic1rlo. El hecho es que el Estado a l nacer le encontr6 ma lo y se encarg6 de hacerle bueno, es decir, de trans­formar al hombre en ciudadano.

A esto podr~n observar que puesto que el Ebtado es el producto de un contrato libremente ultimado

FEDeRALISMO, flOCIALISMO Y .ANTITEOLOOISMO 121

por los hombres Y el bien es el producto del Esta­do, se deduce que este es el de Ia libertad. Esta conclusi6n no serA justa del todo. El Estado no es el prod_u?t.o de la liber.lad, sino, par el contrario, del sacrlhCIO y Ia negaCI6n voluntaria de Ia liber·tad. Los h ombres natu:ales absolutamenttJ fibres rle de­rPcho, per0 r!e J1f'C/J0 eXpU9St~S a tOdOS lOS peligrOS que li cada m stante de s u v1da amenazan su se~Y u­ridad, para asegurar y salvar esta (tltima , sactifi ­can una parte mas 6 menos grande de s u libertad J mien tras le han inmolado a SU beD"Uridad y s~ ban hecho ciudadanos con los c.sclaro~ rl~ll!.starlo. Te­n.emos, pu es, r ,lz6.n al afirmar rJUC Lojo d punfJ de usia rlr:! E<~trulo r·l l11e11 Jwcc. no de I" 1 iu .,·tad. su10 rle Ia n qaci&n rle lo liuerfiH7.

~.Noes una cosa no table esta simi!itud entre Ia teologftt, ciencia de la Igle ia, y la pohtica, teoria del !~stado·~ Est a r euni6n de dos 6rd nfls de pen­sam1entos y de ht:chos eu apariencia tan con­ttarios en una mis111a couvicci6n, la de {(( lltLC-

8idwl rlr lu im11oltu i!m dt fa l11J 1·fod 111/IIIOI/1( J out 1111n·a l1~at ltlo.· hut~th,·e y jJil}'(t fJ w :jur111a ·1,~. sr:ytn r1 tuo. ro (.'m to 1 Ml!fliu rl otru, , n 'l i,·fuo os t iu la lano . En cuauto a no:::oLros, no nos mara villarernos, porque estamos con venci os, y t~·ataromos de probal'lo, que la politica y Ia t eologin sou dos hermanr.s que pro­vienen del misrno origen y per iguen &! mismo fin con diferentes nombres y de que cada Estado es una Iglesia t errestre, como toda lJlesia {t ou vel con ~u cielo, munsi6n de bienaventurados y de Dioses mm ortales, no es mas que un E9tado celes te.

El Estado como la I ~lesia parte de esta imposi­ci6n fundamental de que los hombres son profun­damente malos y que eutregados a su libertad na­tural se destrolarAn entre si y ofrecer~n el espec­tll.culo de Ia mlis vergonzosa anarq uia don de los

1~2 M. BAKOt:NINE

mds fuertes explotar6n 6los m~s debiles. ~No es esto lo contrario de lo que pa.sa hoy en nuestros Esta­dos modelos? Da como principia que pa~a eatable· cer el orden publico hace falta una autortd~d ~upe­rior, que para guiar a los homb~es y repnmtr s~s malas pasione3 hace falta un gma y un freno, peto que esta autoridad debe .ser la de un hombre de car~cter virtuoso (1), legtslador de s~ pueblo como Moises, Licurgo, Solon, y que este gma y este fr~no sean la sabiduria, el talento y el poder repres1vo del Estado.

En nombre de la 16crica podriamos burlar-nos dellegislador, porque

0

en el sistem~ que aho­ra examinamos no se trata de un c6d1~0 de !e­yes impueato por una autori .iad cualquiera, sino de un compromiso mutuo, libremente contraido por los libres fundadores del Estado. y como estos fun ­dadores, seguo el sistema en cuesti6n ~ no fuer?~ ni mas ni menos que salvajes que hab1endo vtvtdo hasta alii en lamas cornpleta libertad nntura\ de · bian icrnorar la diferencia del bien y del mal, po­driam~s preguntur: tPOT que medio han llegad? a distinguirtos y a separarlos'( Es verdad C]Ue po.dnan, contestarnos qne puesto que no formaron pnmero un contrato mutuo mas que en vista de~ comun seguridad, lo qne ellos llamaron bien no fue _mlis que algunos puntos poco numerosos que se esttpu­laron en el contrato, como por ejemplo: no matar­se entre sf, no saqnearse y sostenerse mutua.nente contra todos los ataques que vinieran de fuera ; pero que mas tarde un legislador, hombre ~e ~a­deter virtuoso, nacido en medio de una asoctaCI6n asi formada y por consecuencia educado en ese es-

(I) El ideal •le ~!Azzioi. Y~aseDot•(ritldl'uoulo(Stlpoli 1 tlO), p. b3 y a / 'lo IX Papa, p. 27.

FEDERALIBMO, SOClALISMO Y ANTlTEOLOOISMO 123

pi'rilu, pudo profundizar las condiciones y las ba­ses y crear el primer ~6digo de moral y de !eyes.

Pero surge en segUlda otra cuesti6o: suponien­do que un hombre extraordinario pudiera crear y creara un c6digo de moral, ~c6mo pudo hacerselo aceptar :1 su pueblo? ~Por la fuerza de la 16crica'? Imposible. La l6gica acaba por triunfar sie~pre por sf sola, pero se necesita m~s tiempo del que d:1ra la vida de un hombre para que esto suceda y con in teligencias poco desarrolladas hacen falt~ muchos siglos. ?.Por la fuerza? &Por la violencia'? E'ltonceq no ser Lt nna sociedad fundada sobre un contrato libre, sino por conquista, por vasallajd, lo que nos He varia rectamente a las sociedades tHdes, hist6rica~, en las cuales toda3 la'3 cosas se ex­plic.m mucho m1s naturalmente que las teorias de nuestros publicistas liberales, y el examen y el e tudio, lejos de servir, como desean esos senores, para glorificaci6o del Estado, nos llevan, co'llo ve­remos rna~ tardl:', a desear su completa y radical destrucci6n.

S6lo queda un tercer medio para que un gran legislador de un pueblo sal vaje hay a podido im · poner su c6digo a Ia masa de sus conciudadanos; este es la autoridad divina. En efecto, vemos que los grandes legisladores conocidos desde 1\loiEes hasta ~lahoma inclusive, han recurrido ~ ese me­dio, por<tue es muy eficaz en las naciones en que Ins creencin8 y el sentimiento religioso ejercen una gran influenc..i entre un pueblo salvaje, \mica­mente que In sociedad que se haya fundado no halJr·ll sido Cundada por el contrato libra. Oons­tituida por ln inLerveuci6u directa de la voluntad divina, '6ra nece ariameme uu Estado teocratico, monarquico 6 nristocratico, pero nunca democra­tico, y como no a pnede comerciar con los dioaes

12-:1: M. HAKOUNINE

porque son tan poderosos como de.ipo tas , y como se ve uno obligado a aceptar ciegamen te todas sus imposiciones y a sufrir su vol untad, resulta que en u na leaislaciOn dictada por D10s no puede haber lugar para la libertad. Abandon~mos la ?Onst~t~ · .ci6n hist6rica del E~tado por la mterven016n d1 Vl· nay volvamos al exam3n del E~tado libre, fu~lda­d o sabre el libra contra to y procuremos expltcar · nos c6mo el c6digo de moral y las leye8, una vez aceptadas, unanimemente pasa a ln pnictica en la vida. ~Quien vela por su ejecuci6n?

l,Puede admitiree que, despues de ncepta1lo la mayoria de los salvajes que campanian una socic· dad primitiva y que antes de qt e se proclamara la nueva legislaci6n efi'taban hundidoR en la m~s com· pleta anarqufa, se transformaran de pronto por el solo hecho de l?sta proclamaci6n y sin tto estimu­lo que sus pro pins con vicciones, y observo1 an cou­cienz udamente las pr !;Cripcion s y Jas le) e que les impouia una moral husta entonces desconocida?

Admitir la posibilidad de tal milagro, seria re· conocer la inutilidad del ~stado, la capacidad tlol hombre na tut al de conc(.lbir y de no <Illet er hacer nada mas que po1· el impulso de su propia libel·tad, lo que seria tan contrario a la teorfa dol Estado que se llama libre como el Estado religioso 6 di vi­no; los dos tienen par base la iucapacidad preoen te de los hombres de elevarse al bi&n y de hacerlo par impulso prop10, pues este impulso, seg(tn sus mismas teorias, los conduce irresistil>wmeute hacia e l mal. Par consecuencia , los dos nos dem nestran que para hacer obser var las leyes ha de ha ber al frente d el E~:~tado alg uien q ue las h aga respetar. Falta saber quien debera y quien podt·A eje l'cerlo.

Para el Eatado fun dado sabre el der echo divino y par intervenci6n de un dios cualquiera, lacon-

FEDERALIS~IO, SOCIALISMO y ANTITEOLOGISMO H.J

testaci6n es sen cillisima. Lo ejerceran primero los sacerdotes, despues las autoridades temporales co?sagl'Rdas por los sacerdotes. Mas difiCil sera la respuesh ~ara el Eqtado E.undado sobre el libre contrato. En una democrac1a donde re1·na 1 • 1 d ci · e ct • a I au a . a , lqut n ~o na ser el guarclador de las ]~yes'? (,f'(lllen llen.ana la~ fnnciones del Estado~ ·

Los 018JOres Cllldadanos, dir~n. los mas inteli­gen~es, los que comprAnden mejor que los otros los I~tMeses comunes de la sociedad. En efecto es prec1so. que estos hombres sean tan intelige~tes como VIrtuosos, J?Orque si son inteligentes sin vir­tud.' po~ran se~v1rse de los asuntos publicos para su m.terl's particular, y si on virtuosos sin inteli ­gencla, los arruinarAn infaliblemente a pesar de su buena fe. Es preciso, para que una ~epliblica no P.Eirezra, que posea en toda epoca un numero con­siderable .d.e .hombres in t~ligentes y buenos, y esto es _muy dificll de coosegUJr. En Ia historia de cada pa1s, las ~pocas qu~ ofrecen un conjnnto considera· ble de hombres emmentes, son consideradas como ' CpOC~S C\.traor.dinarias que EObresalen a traves de lo~ stglos. Ordmnriom_e~te en las esferas del poder trumf~n ~odos, los_ victos y todas las violencias s~ngumar1a_s. 1 odrtamos sacar, en conclusi6n, que st est a teo ria es ver dad, de todas las sociedades qu~ e:xist.nn actualmente, ni una sola debia existir, Y SI ai'ladtmos :1la dificultnd de encontrar hombres de esas cnalidades, Ia desmoralizaci6n que va uni· da al podel', las tentacionea extraordinarias que asaltan neche y dia A I ~altos rlignalarios y contra las cuales no 1 s gatantizan ni la inteligencia ni con f:ecuencia Ia virtud, porquo Ia virtud del h~m­bre a1slado es frl\gil, poch iarnos gritar: jmilagro! a l ver tantas ·ociedades como existen; pero pa~e­mos a otra CO!!a.

126 M. BAKOGNJNE

s onCYamos que en una socieda d ideal .se en­cuen~fa u~ num~ro suficiente de ho.mbres, Ig ual­mente sabios y buenos, para llenar d_tgnarnente las funciones del Estado; l,quien los des1gnara y pon­dra en sus manos las riendas del. Estado~ l,Se.apo­d eraran de elias, con la concienma de su. t~tellgen­cia y de su virtud ellos mismcs, como lo h10:eron dos sabios de Grecia llamadoa Cle6bulo y ~erw_ndro, a los cuales, a pesar de ~u supuostn s \b1duna, apo-daron los griegos los tlranos? .

~C6mo tornaron el poder? l,~Or Ia _P~r.suasi6n 6 por !a fuerza? Si por la pors_uas16n, d1f1c1\ nos pa­rece, porque no persuade bt.en €'1 que no esta per­suadido de lo que vale, y el hombre de -verdndero valer nunra reconoce su merito. Pero supongaruos que el deseo de servir a Ja_ patria ha) ~ hecho rallar en los hombres esta excenva modcst1a, prc_sent~n­dose ellos mismos al t;ufragio de sus conclU?ada­nos ·serhm aceptados por el pueblo con prelei·en­cia ~ 6intrigantes ambiciosos y elocuentes? Bi, po~ ol contrario, se lla impuesto por Ia fnt..rza, es pi ecu:.o que hayan tenido a su di_sposi~i6n una fuer~a suh­ciente para veneer 1::~ resu~tPnma de un patlldo_€~­tero; llegBl ian al poder mediante _una guerra C'l_v.Il, al cabo de !a cual hobria un prrt1do no reconctha· do, sino vencido y siempre hostil, y para contener­lo tendrian que segnit· usando deJa fuerza. Enton­ces no seria una sociedad lihrt:', sino un Estado desp6tico fundado en la viclencia, y en el cual pudieran encontrarse muchas cmas que os parece ­rian admirables, pero la libertad jamas.

Para continuar en la ficci6n del Estado libra nacido de un contrato social, es preciso supo~er que la mayoria de los ciudadauos habra te~1do siempre la prudencia y el discern imieuto de la JUS ·

ticia, necesarios para elegir y colocar a la cabeza

FEDER.ALISMO, SOCIALISMO Y ANT LTEOLOGISMO 127

del g obierno loa hombres mas dignos y m as capa­cas; p~ro para que un pueblo demuestre en todas las elecciones que haga, este discernimie~to y esta justicia, es preciso que haya alcanzado un alto gra­do de moralidad y de cultura tal, que no tenga ne­cesidad do gobierno ni de Estado. Uo pueblo no puede tener necesidad de vi vir solarnonte, dej"ndo libre curso a sus in:tintos; la justioia y el orden publico surgiran de ollos mismos, y naturalmente de su vida, y cesando el E-.~tado de ser Ia providen­cia y el regulador de la sociedad, renunciando al poder r~presi vo y cay en do en ol papel subalterno qu e le a~ignu Proudhon, no Eera mas que una t:en­cilla oticina d~ negocios, una e~pecie del eEciitc r io central a l servicio de la sociedad.

Una organizaci6n politica, 6 mejor dicho, una reducci6n de la acci6n polftica en favor de Ia li­bertad de la v1da social, setia un gran bie1 para Ia fOCiedad; pero no 'COntentnria a los pal tid..rios del Estado; le. hace fo.lta un Estado-providencia, un Estado- direc tor do la "idn social diE~pemador de la justicia y regnlador dt..l urdeu ~ (Lblico. E5 dflcir, coufie.5on!o o no, llamonse republicanos, demccra­l3s 6 sociali:-:tas, neeeEitan un putblo m~s 6 menos ign01 aute a quien gobo nar, 3 fm, f:in duda, de que violent1ndo·u en su dt1sinteres v en su modeslia p ttldan con:son·ar sil3m pre los · pt•imaros puestos para tener siempre ocasi6n de ,faol'ificarse por a causa }llthlicn, y fuel'tes en su desinteres yen su virLud, guar<.li&nts SJI i \' ilt1g iados de la human: ro pa, hacien iolo por l:IU bien, puedan ellos tamtJien quedur~e algo.

'l'oda teo ria consec u n te y f:incet a del Estado, esU esencialmente fnndad:J :-obre el principia de la wlio1·iclad, 03 decir, sobre cpta idea eminente­men te teoi6Jicu, metaffsica y politica, que l3s

128 M. BAKOUNINE

masas sirmpre incapaces de gobernarse deberc\n sufrir en todo tiempo el yugo bienhechor de una sabidllria y de una justicia que de un mo.do 6 de otro le seran impuestos desde lo ~lto. Pero liD.J?UfS­

tos en nombre de quien y por qmen. La autondad, reconocida y representada com? tal por las masas, no puede tener mas que tre.s Orl~ene~: la fue~za, la religi6n 6 la acci6n de una m tehgenCia superior.

~las tarde hablaremos de los Estados fundados en la doble autoridnd de la religi6n y de la fuerza, porque en tanto que disertamos la teoria del Esta· do fundado en el libra contrato, debemos hacer abstracci6n del uno y del otro. No nos queda, por el mumento, mas que la autoridad de la inteligencia superior, representada siernpre, como se sabe, por las minorias.

En efecto, e,que vemos en todos los Estados pasa-dos y presentee hasta en los rnismos 9ue estan do­tados de instituciones mas democrahcas como los Es\ados Unidos de la America del Norte y Suiza? En realidad, son las minoriaa las que gobiernan. En los Estados Unido9, hasta Ia t'tltima guerra de emancipaci6n y en parte hast::t el presente, ii pesar del partido del actu'll presidente Johnson, eran y son los llamados dem6cr~tas los partidarios de la esclavitud y de la feroz oligal'qufa de los planta­dores, demagogos sin fe ni conciencia, capaces de inmolarlo todo a su concupiscencia, a su malsana ambici6n, ejercida casi sin obstaculos durante ~in­cuentll afios, que han contribuido a desmor~hzar a los habitantes politicos en la America del :t\orte. Hoy, el partido de los republicanos, minoria. re~l­mente inteligente y generosa, pero siempre mnw1 tn, combate con exito su perniciosn politica. Espera­mos que su triunfo sera completo, lo esperamos por el bien de la humanidad entera; pero por mu·

FEDERALlSMO, SOCIAL!SMO y ANTITEO~.OG!Sl!O 12£1

cha quo sea 1a sinceridad de e:e partido dela li-bertaJ; por grande~; y generosos que sean 1 _. .. f OSpdn· m1pwsd que pro ~se, no espc~a~08 que una vez en

e .Po ~r ronunme A esa posim6n exclusiva de la mmona g?bernante para confundirse con la masa de la nam6n Y para que el gobie1·no pop 1 ·d d p· u ar sea una ver a . ara esto es preciso una rev 1 -6 mAs grande que t?das las que hasta ah~r~~a~ quebragt~do al an ttguo y al nuevo mundo.

En ~uiza, ~ pesar de. todas las revoluciones de­m~cr<HICas que ha habldo, gobierna aun la clase adtnerada, la burguesfa es decir la m1nor~1 • · 1 · d 1 f ' ' a pn v1-.eg1a a _POr a ortuna, por el descanso y por la mstrucm6n. La soberanfa del pueblo, palabra que

.a?orrecemos, porque para nosotros, toda sobera m~ es detestablE~' ~~ gobierno de las masas por si m1smas es una tcc16n . El pueblo es soberano por derecho, nod~ he~h?, porq no absorto forzosamen teen su ~rab~JO dtarw, que no Ie deja ningun des­~ans~ y smo 1~norante del todo, por lo menos muy IDfeilOr a la CIBSe burguesa, seve obligado a dejar en . manos ~e esta .su pretendida soberania. La umca ventaJa que ttene es que en .vuiza, como en lo~ E-s~ados U~ll.dos y en la America del Norte, las mmor1as ambiciosas, las clases pohticas no pueden llegar al poder mas que haciendole 'ln. corte y adulando sus~ pa6iones p<tsajeras, algunas veces mal~s, y engan~ndole con rrecuencia. . No pense.is por esto que quaremos hacer la cri­

t1Ca del gyl.Herno democratico an provecho de la monarqma, no.; estamos firmemente convencidos de que la m§s 1mperCecta republica -rule mil veces m4s que la mejot· monarquia; p · rque en la republi· ca, aunqu~ coutinuamente explotado, el pueblo no est~ opn_n.lldo, y ?'1 Ia monarqufa, lo ~sta ~icmpt .:, Y Qdemall, el r6g1men domoctatico eleva poco ;~

\1

h!. BAKOUN JN}!; 130 •

1 'da publica, y la monarquta pOCO a las r.n asas a a Vl • •

n o lo hace JamAs .d 1 preferencia ~ la r epublica, Poro a un dan ° a ue sea cualq uiera la for·

n " de)·amos de reconocer q . la de?si<Y ua ldad lu•redi· '.J b' nos ,,a pot t::> '6

rn 'l U.e los go tar E' • t uas 6 por Ia instrucc1 n, Porlas oru 1· 'd'da en terri,£ como tara stempre l 1v1 1

la socie.dad huma~laa;:a siempre gobierno _oxclu­clases dtferente~ y . 'table de las mayonas por sivo y ex(>lot~Cl6n mevt

por las nunor tas. t cosa m~s que esta explo-El Estado no es o :~sterna tizada. y ..1 mos il t~a.

t aci6n reglamentada y . tldo hs consecuenCias .1 t arlo examma ·

tar de uemo:s r • . 0 ulan•s por una nuno-d Hl uol,ierno de las rna as pe ~luiera en uu ERtado

• o · n te li <Yen te como s n a tan t o l libre contrato. ideal fundado sobr: o las conrliciones d(\1 contrato,

Una vez acepta as n rActica. Supongamos que se trata de ponerlas e ~to ara reconoct•r tiU pro· un puehlo bastante sene ·n )a necClsnria pOI spica­pia insufi~iencia! tenf!:~erno mas que ~ l o~ me­cia para no conflar e o . d' iduos pri\•Jlegtados, jores ciudadano~. Esto~ m ;:monte de hecho; han nolo son de derecho, su~o so r< ue !-!Oil lo mds in­&ido elegidos por e\ ~~el )lo {~~ r~<1s sa bios, los m§s teligentes, los mas 1 1 es,

valeroso ·. 1 de los ciudadanos que Escogidos en a masa f ln a(tn una cluse

· Yllales no orm: . · d se supo~en lb ' d holllhres pri vtlogta. os aparto, smo un gru P0

. . 8

. l s por la olt1CCt6n por la naturaleza Y U. tstmgUic 0

popular. . t muy pequei\o, Su numero es. necesart~~e~o~os loa p~~~~es, la

porque ,en todo tH mpo y de cuali dades nota ­cantida~l de hombres do ta?os. os al ro~pe1 o un:\­bles quos., inq:,onen por.t= l nl lbJU oco c0~siderable ; nime de uua nact6n, es St:mpre p

FEOERALJSMO, SOIJIALJS.\10 Y ANTI TEOLOO ISMO l:H

por con secuencia, exponiendose a hacer malas elec­dones , el pueblo se ver~ siempre obligado a esco­ger sus go~ernan~es_ en tre e llos .

lie aq UI la soCieaad partida en dos categorfas por no decir aun ~n dos clases, de las cuales Ia una; compuesta de Ia mmensa mayoria de los ciurlada­nos,} &OmE'tida l ibremente al gob1erno de sus elehi do<:; Ia otr u, formada por un pequeno numero de naLur alE~zas privilegiadas reconocidas y aceptadas como ta es por el pueblo y onct.rgadns por el de gobarnnrle. Dependiend11 cte Ia elecci6n popular no se difecencian desde lu~go de Ia masa de los ciuda­dano m~s que por las cualidades miflmas quo los han distinguido para Eu elecei6n, y son natu1 al. mente, entt·e todos los ciudadanos ml1s U.tiles y mas desmtero~ado8 A iin nose les reconoce ningun pri­vilegio, ningun der ChO particular, ClX elJlO el de {jjerc• 1', mientras el [Hl blo quiera, las funr.ion€" es pecialeA de <Jlle los han encargado, y ni su manera de vi vir, ni su condiciones de existencia, los sepa­ran du los dem~~. y uua perfecta igualdad contintla reioando entre ello .

;.PLio do man tencrso esta igualdad largo tiempo? Pretendemos quo no, y nada mc1s ft\cil que do­

mostrarlo.

Narla es nH1; peliciroso pat a Ia moral pri-vnda del hombre que 1.1 Ct1t~tumbre de ruandar. El mejor, el m6s inteligentA, e pen·ertird aiernpre en ese oficio. Los sentimiRnto- inherentes al poder, no de­jan nunca de pr·utlucir e. ta desmot nlizaci6n: el drs­prc,•io dl' la, ma rt~ populure. yIn J.agaarifm de su propio 111 • ri to.

L s masas r conociendo au incapacidad, me han elegido su jefe. Han prochunado su iufcnondwl y mt .~upt.,·,·ontl,ll. Entre e. ta multitud dP homl r~s, entr e loa cuale y o mismo apenas r econozco algu-

M. BAIWUNINE

no qne valga, yo soy s6lo el qu~ tiene ca1!acidad par dirigir et pai . E tyua.l}o tl en~ ?eces1~ad de mi no pue le pasarse sm m1s serviCIO~, m1entras qu~ yo me basto :.\ mi mis111?, debe obodecellne por su propio bien, y si me d1gno mandarle, labro 8 1 Jicha. ?.No es verdad quH hay para p~rdor la ca· bt:-za y el coraz6n y vol verse loco de orgnllo? Ad es que la costumbre del mando es para los hom­bres, hasta pa1 a los mejores, un ma11an tial de abe­rraci6n li la vtz in tel actual y mOt al.

Toda mora\ humana, toda moral colecti va e in dividual, descansa osenmalmente en el i'r'SJJ{'ln Jw mrrno. ~Qtte entendemos por respeto humano'? El reconoCJ mien to de la humanidad, del dare ·ho hu­mane y de la dignidad humana de lodo hombre, sea la que quiera su raza, su color, el grado de desarrollo de su inteli!!encia y su mot alidad, pero si este hombre es estUpido, mnlo y despreciable, ipuerto l'espetar!A? No; esas cualidaries me di!?gus­tan y me indignan; por el contrario, tomar~ contra elias las medidas mt\s energicas, hm::tta matarle, si no tango otro m£dio de defender contra el mi vida, mi derecho y todo lo que me sen mAs caro. P ro aun en el combate mlis energico y 11as encorniza­do contra 61, debo respetar su cnr:1cter humauo. Mi propia dignidad de hombre lo exige. ;, 'in em bargo, si el no reconoce esta dignidad en los de­m:h pued*3 reconocerla en si'~ Si os una bestia feroz 6, comv sucede algunas veces, peor que una fiura, reconocf\rle caracte1· humano, ;,no seria caer en la ficCJ6n? ~o~ J orque cualquiera r1ue sea en Actual dcgradau6n intelectual y moral, 1-li noes org:\nica­mante ni idiota, ni loco, en cuyo caso no hay que tr~'~tarle como criminal sino como enfermo, si esta e!l plena poseRi6n de su9 sentidos y do su intoligen· Cl~, au cardcter hnruano, en modio de sus ma~

F EDERALISMO I SOCIALIS:UO y .\N 1 JrEOLOGIS~!O 1:33

mon6truosns t' ·t_r ~r a, con ir u 1ra exi 'ltiendo en cH COffiO f((Clfltt~r/1 111/Citf ra 1'/m, 1J .)c clr·m l'llll/(( COJ1f'lf'riCla

de .w Jumunur 1rul, por poro '1"'' sc ,, 'ect1;, 1, 11 r 1. 1 1 l 1

. . J'· 1 nmu10 ra-~ tNt en a' Colli ICIOn '.~ ·urwlns rpu! 1, lwn hecho tal COIJIO c . .

Torn::td el mono m fr-; inteligente y el mej0r dis­puesw en htuunnas condicioneF: no ha.tei::. do el n~nca un hombre; tomsd ol criminal m:1s empeder­mdo ~ el hornb:o m~s p0bre de espfritu, siempre q~e 01 el uno m el ott·o tengan alO'una lesi6n 0 r .. a­mcn, que deterf!lioe el idiottsmo 6 la locura, y ~e­conocerele 9ue s1 el uno es criminal y ol otro no tie· ne desarrollada la courienci1 rle sua deheres huron­nos. lr1 fo!la uo r ~ de cllos 1ll r1 •w nntumlna, sino t/,l tlll't/zo SO'Clal, rn d Cllnl ha nacirlo y se 1/(/ rle~arrollatlo.

* * * . Lleg~mos ol punto mas irnportante de la CUPS·

tl6n soCial y de la ciencia del hombre en general. Ya hemos d1cho repatidaa veces, qw' nrqamos rle una manPra absolula f'/ film alb .z,,o en el sentido que da ~ e~t~ palabra 1~ toologin, la meta[isica y Ia ciencia JUri hca, es dec1r, en el de Ia dc.termioaci6n egpon­tlinea. de la voluntad individual del hombre inde­pend;entemente de toda influencia natural6 social.

&\f'qa 11108 Ia t ' r.i ,feu cia dr• 1111 al mn I rle 1m su mornl iepormlo y M'paraUc d,/ Clterpo . .:Yu.,otro~ atirmamo.-:. por d rontmrio. 'JliC lo mtsmu r;ue el cu 'PO del iwli1 i­rluo con todus .Stt.il facultad .~ y p,·adi<?)J081flOII' ~ in~linti­vn.r; nor' mr(, '1~'' Ia rcmltwu ia de todas la~ rausas !I~'Ue­r?lr•s y prtrlt~ttlarNI que han r/df'nni,ItJdo ,,u orqrmi::a ­ctfm indit.:frlmll, To que llanum impropiomenle s1~ alliin, il~' CfiJmctdor/, illfelccfuul y mo,·a/f',,. on lo . .; ptodttclu.~ rl~rr•cfu . v, pot 111Cjor chcir, fat '')JJC.,ifm notuml inmc ibalt, tie f'.:la O!'!Jtt,d ::nciim, riel grado de tle.~arrollu Ol'-

134 M. BAKOUNINE

ganico, al cual, por el concurso de todas estas caHsas­imlependientes de st• volnntarl, ha llegado su ce1·ebro.

To do indi vi duo, basta el m~s modesto, es el producto de los siglos; Ia historia de las causas que h~n c~ncurrido ~ su formac_i6n, no tiene principio. St tuvtMamos eldon, que mnguno posee ni posee­r~, de conocer y abarcar la infinita di versidad de las transformaciones de la materia 6 del ser, que se han sucedido fatalmente desde e l nacimiento de n_uestro globo terr~queo hasta el suyo, podriamos, sm haberlo conocido, decir con precisi6n matem~ ­tica, cual es su· naturaleza org~nica, determiner basta los menores detalles, Ia medida y el caracter de sus facultades intelectuales y mora les , en una palabra, su almn. en los primeros momentos de su existencia. En la imposibilidad de analiza r todas estas transformaciones, diremos, sin temor de eq ui­voca rnos, que todo iudividuo Juwuwo. clr':ule cl momen­ta en quf' nace, es r'nferameute t>l ptotllfcto rlf'l desarrollo histon'co,,es decir. psiologico y .r;ocial rlr' su raza, rlf! su puebl~ y de su casta (si rn ,,·It prris r'.t i.-den cmdas). rle su famdw , de sus a1tfecesores y de la uaturale-:a indiriduul de su padre y su madre. qlfe :e la ha fran .'>mifldo dirrc­tamentc por 1/lct de hercncia risioloqica-todrts lm:; co1w· cuencius fcdal f's dr> Sit JII'Opi~t r 1 is.tr'JICin mdrrior, tanto morn} como material. tanto i;Jd~t• id/((d cvmo :-ocial.-com­prr>mlir'_mlo s1o~ pU!samientos y los rltjc !'r>nlr>s ricisifurles de su I'Ula y lo,q SltCr>sos graudf's OJJ .. ,1uriios en los cuales lvm foma~o parte y los dtl'r r~os acculrnfr•s u que han es~ado su;etos (1), con torlo lo que han hrreclarlo de la 1msma mane, rt de sus pad1 f's .

(1) LoR accidentee a lo~ cnales el emuri6n e~-~tti I'Ujeto cln­rente sn des~rrollo ~n el viPnlre de t!ll ma.he, p ·plicnn pMfec­tame~te Ia d1ferenl'll:l qnl" existe frel'u~ntemente ~ntre hijn!l de lo~ WIBWOB paJres )' t!e comprende t6wo hijoH ll., pldre-t de gran talento, pueJeo ser algunaa ~ ~cet- i,liottls. E-<to uo l't! wli~

. ~

FEDERALJSMO , SOC'IALISMO Y ANTITEOLOOIBMO

As1, todo indi viduo humano, en ~1 momen.to de su nacimiento, es el nsultado mntenal orgatHCO de toda esa diversidad infinita de causas que s.e han combinado al producirle. Su a lma, es d 6Clr, s.u predisposici6n org~nica al desarrollo de los sentl­rnientos, de las ideas y de la voluntad, no e~ m~s que un producto, e.st~ c?mplet.a~eiJte dete .. ~mada porIa cuahdad fisiol6g1ca md1 v1dual de su ststema cerebral y nervioso que, como todo el r esto de su cuerpo, depende absol ulam ente de Ia m~s 6 ~enos dichosa combinaci6n de las caueas. Con tltuye priocipalmeote lo qu e lla mamos la na t uraleza pat ticlflar y 1nimtfim clel inrlll·lfluo. . ..

Ilay tantas n aturalelas diferentes como -~~dtvl· duos. l~~tas diferencias individuales se n_1amhestan cuanto mOs se ce arrollan, 6 mejor d iCho, no_se ma nifiestan se lwc~'n t ('o/ 111 nte mas gt·antlrs a mcrltda qur los intlu·irJ,,os se drsrcrrvllan, porqur las C?sasJ las ch·ci/JI,.;fancws r.tll'riorr"'. ru uuo polabn t. la~ nul causa.s

II l I l . · 1 0 • ~o e ' t t£' · qttc 111{fuy II f! l/ d dNrt/"J'O 0 ( C 0~ ltlC lrlf II ~, < 1

'

madam, ,tie c/ifPn ,,its. . . E~to es 1 ~ que hace que mas de ~n .in.dl vtduo

a vance en la vida y su n a tura leza mdtvJdual se dibuje y se dislinc.Ya tanto pur sus cualidades como por suR d efectos ~1e' los demas indi viduos. 1 ;,Hasta q\JS p'unto It\ r.atura leza pu_rticul~r 6 e alma dol iudividuo , es dt.cir, las parttculandades

.6 1 1- 1 ' ,I 11118 c·an -n fortuita,

qne HI~II08 dnlclTOI'a HI ·e•I n • e ll 1\ a b I! 1 • 1 ·I 0 el cnr-'O • e t>us porqn"' l.t ufltllr<~lt'za no t'IHnlua por oqn' 1

• ••

I I •1 , ·t6o ,l)j 1~ e .. ~ecH>~ obtllt< ll~ ~;uerlt! que 111 rn! a eu a rep1 ou Icl f .1. ' , titll\'1\ll UUA ,\I I 19, hn roana !•Or ~ou ·csll'Hl cit~ nulolll't! qne l llll" • . ~ • 1 • . . I . l htrOiflll f/\'10 II!JICil debe Aer ••~>lA ' ( '"e ~~ ,.,,ria part'Jtl mlrH e a 11 l

• c t t ·I frt 1t 'I 111(,1'11 11 r~ao de .\118 1mdrrto 101 dnan ollu car puHI , ''' t cr . ,• , If, II ll t 1 fttC1t)JIOlllltn· (fo lo jJ(/'ft'CC/Otllllilll1!f0 11/('l/ tl> /II!Ct':SCltlll•l/r'l t J I . •

I . ...1 'lu 1 7111t ra cu(t a str , to maltnul ,z,~zlo alttrt'b,·u, C.llt a P"!J" 1

'1

ba o tu:ioJi cOli•:• plos, H'P~'' it)l ci ·"'·' pa f,·, ·

.M. B!KOUNlt\E

inuividuales del nparato c~ rebral y non·io~n e5:to\n desarrollada3 en \ln nino red~n nacido~ He attui una cuesti6a cuya soluci6n perteneco a lo~ fil:;i6-logos.

Solamente sabemos qne todzs esas particulari­dades deben ser necesarinmoute herodital'ias en el sentido que hemos tratado de demostrar, Oti decir, detarminadas por una infinidad de causa~ a cual mas di versas y m~s diapar:lLadas; materia les y mo· ralea, rnecanicas y fisicas, org~nicus y espiritualss, hist6ricas, geogrAficas, econ6micas y sociales , grandes y pequenas, constantes y fortuit1ls, inme­diatas y distantes en cl espacio y en el tiempo y cuya suma nose combiua l'll 1111 solo S ·r ririr•nte y nose individuahza por primcm y Ill lima rc: l'JI la, cornc,zle de laR tran.~;formarion"s ll1Ul'Prso1es 1/ltf.~ quf' en ""lr• nttlo que, en 1a aCC[ICifill inrliridual de csla jmlubra, 110 ha le­nido mmca ni fpnr/ di igual.

Resta saber hasta que punto y en que sentido esta naturaleza individual se encuentra realmente det~rminadu en el memento en que el nino sale del vientre de su madL'e. l,Esta determinaci6o es sola­mente mat~rial, 6 bien, aiendo al mismo tiempo es­piritual y moral fue tendt:ncia y capacidad natural 6 predisposici6n instinti va? ~ ~l nino nace intt>li­gente 6 hruto, bueno 6 malo, dotado 6 pri vado de voluntad, dispuesto ~ desarrollarse en un sentido 6 on otro? l,Puede hero dar el caracter, las costum­bra'", los defectos 6 las cualidades intelectuales y morales de sus padres 6 sus antecesores~

He a qui preguntas excesi vamen to dificilos de contestar y no Ct'demos que la fisiologia y ln psico­logia experimentales hayan adelantado tanto que puedan contestar con conocimiento de causa. Nues· tro ilustre compatriota, M. Setchenoff, en su nota­ble trabajo sobre Ia actividad dul cerebra, dice que

F'EDEI\.ALlS~tO, !OClALIS'!O Y ANTITEOLOG!S\IO 1:17

e.n.Ia muyo.ria .(1~ los casos las m;,,,.,., del caracter fiSlCO del mdt YI~tll) pertenocen a la educa,i6n y una sola al nacnmento y aquellas se van hacienda sin duda, mas (i rut! nos sensible., fin tl hombre has'­ta su n~ ~erte. c No pr<•tendo-aflade-que por Ia educar>wn ss pueda transformar un rH cio (,11 10 ho1~hr~ ch l_n l P~1i~ ... Tum bJ_en P.~ imposible devol\'er el o11lo a un 1_nd1 v1duu namdo SID el nervio ac(tstico. Solamente fHOnso que tomando en Stt iufancia a un ne~ro 6 nn lap6n naturalme~te inteliJente Qe po­dna. h..lCE-lt' con. nna educac16n europea, dada en med1o do Ia :we1e~ad europca, ho•nbres qne consi­derados p'ltcol6gtcamente se distinouieran poco de un E:lllr'::>peo c:i \'ilizado. , o

E'3tabLciendo estrt relaci6n ante las ml~.~. partes de caracter psicol6gico que seguo el, perteoeceo a la educaci6n y el solo millar que atribuye al naci­miento, l\1 'etchenoff sin durla no ha oido hablar de excepcione:-: hombres de genio 6 de talento ex­traordinario, ni do idiotas y necios; no ha habludo mas que de Ia ia:nen a mayoria de ho uhres dota­dos de facultades rrdinarias 6 medianas.

Bajo el pun to df\ vi'ita de Ia organizari6n social, estos son los m:1s intereEantl's, 6 mejor dicho, los unicos interesantes, porque la sociedad esta hecha por ellos y pa rn olios, no para las excepciones ni para los hombres de talon ~o. por inmenso que su poder le parezca.

L) que sobrt to do nos in teresa conocer en esta cuesti6n tan profundament~ como Ia · facul­tades indi \"idu:lles, son las cualidade,, momlc : y saber si la hondnd u Ia pt!rfidia, el valor 6 la ro­bardia' ln fuerzn 6 Ia debilidad de car acter I la ge nerosidad 6 Ia a varicia, el Agoi mo 6 el am or al pr6jimo, pueden ser fi~io16gicamente herodadas de los padres 6 de los an tecesores, 6 si io dependien-

M. 13:\ROUNINE

tement9 d9 toda herencia, pueden formarse por efecto de una causa fortuita cualquiera, conocida 6 desconocida, mientras el nino esta en el vientre de su madre. En una palabra: si el nino al nacer pue ­de sacar pred1'sposiciones momles de cualq1tier indole que sean.

Para mejor plantear la cuesti6n reconocemos, desde luego, que si la existencia de cualidades mo­ral.es innatas as admisible, no podria ser mas que a condici6n de que las posea el recien nacido por cualquier particularidad fisiol6gica, material, de su organism a.

El nino, al salir de las entrafias de au madre, no tiene aun ni alma, ni espiritu, ni sentimientos, ni instintos, nace a todo esto; no as mas que un ser fisico, y sus facultades y sus cualidades, si las tiene, no pu~den fer mas que anal6micas y fisio!6-gicas, de moJo, que para que un nii1o pueda nacer buena, generoso, avaro 6 egoista, valiente 6 cobar­de, etc., seria preciso que cada una de estas cuali­dades 6 defectos correspondieran a otras tantas particularidades materiales 6 locales de su orga nismo y especialmente de un cerebra, lo que nos recordarfa el sistema de Gall, que creia haber e.u­contrado por cada cualidad y por cada defecto, protuberancias y cavidades en el cr!lneo, corres­pondientes a aquellos, sistema, como se saba, re ­chazado por todos los fisi6logos modernos.

~Pero si tenia raz6n, que result1:1ria? Siendo in natos los vicios y las buenas cualidade3, 6'39 podrfan veneer 6 no por la educaci6n? En el pr1mer caso, la falta de todos los crimenes recaeria en la socie dad, que no hnbia sabido darla nna educaci6n con ­v.eniente, y no sabre ellos, que no podrian ser con­Slderados mas que como victimas de esta imprevi si6n social.

FEDBRALISMO, BOCIALISMO Y ANTlTEO!.OOISMO 139

~n el segundo c~so, estando las predisposicio-· nes mnatas reconoCidas como incorregibles Ia so­ciedad no tiene m~s remedio que deshacerse' de to­dos los individuos que tengan vicios naturales 8-innatos, y para no caer en el vicio de Ia hipocresia, debe confesar que lo hace por su propio interes y no por el de la justicia.

Hay otra consideraci6n que puede contribuir ~ dilucidar est~ cuesti6n. En el I?~ndo intelectual y moral, lo m1srno que en el flsico, s6lo existe lo positive; lo nega tivo no exis te, no constituye un ser aparte, no as m~s que una disminuci6n m~s 6 menos considerable de lo positivo. Asi, el frio, que es una propiedad diferente del calor, no ea mas que una ausenma relativa, una disminuci6n muy gran­de d~l c:dot·1 como la ob3curidad no es m~s que Ia luz dtsrntn1uda con exceso . La obscuridad v el frio absoluw no exbten. En el rnundo intelectual la bestialidad no ~s m is que una debilidad de espfri­tu, y en lo moral, la concuspicencia, Ja robardia, no son m~s que la generosidad, el valor reducido no a cera, sino a nna pequefia cantidad, que por pequena que sea es siempre una cantidad positiva que puede desarroJlarse, aumentada en sentido positive por la educari6n, lo que no sucederia si los victos y las cnalidanes negativas formaran una propied~1.d aparte; entonces seria preciso matarlaa en Iu~ar de fomeutu las, porque su desarrollo no podria tener lugar mas que en sentido negativo.

En fin, sin permitirnos prejuzgar aetas graves cuestiones fisiol6gicas, en las cuales confesamos nuestra completa ignornncia, anadiremos, apoyan­donos en Ia autoridad, un~nime en este punto, de todos los fisi6logos modernos, una ultima conside raci6n; pareco probado que en el organismo huma­no no llay 6rganos separados por las facultades

140 M. BaiCOUNlNE

instiotivas, moralPs e int~lectuales, y que to~os se elaboran en ln mi8Jn:a }JartP del cerebra, en med10 del tnismo sistema 11enio~:~o (1), de ~onde rest~l.ta. cl.a~a­mente que no puede ser c~e!:!~I6n de preOisposwio­ues morales 6 inmorales d1fe1 e~tes, fatalmcx:!e de­terminadas por el mismo o:g.amemo d~ u~ nmo .de cualidades particu1ares 6. VICIOS heredltarJ?S. e 10-natOS, y aunque la innativul~tlm~r.aZ no .se dtr;;tm~ue bajo ninguna parte de la uwa.tmdarl mtelect11ril. se reducen la una y la otra al mayor 6 menor grado de perfecci6n obtenido en general por el desarro­llo del cerebro.

( 1) Yease el notable arti~u lo ~e l\1. ~Ji..ttre •_Del ~etodo eu fi~iologfa>> en Ia revista La Fttoso(ta Po~rtlwa; Ull'e ~I ilustre po· sitivista, que el ce~·ebro no crea n~da, rcctbe: s.u funct6? es OI\Cer (coo lo qne le transroiten los senltdol:l) senttrolentoa e tdeal:l, pet·o no entra pam nada en. lo que constituyc el substractum ~e estas ideas y de esfos sentimientos. A decir veruad, todo le vtene de fuera porque 1st' disposiciones orgaoicu 1:1in las cualee no bay ni vi :a colecLiva ni villa i od ividual y t>in las tuales no hnbrla sentimiento son de talmatll'ra e.rteriores en el hombre que Ia naturaleza l~s realiza independieotemente de lodo termioo ce­rebral 6 f£toico en los vegetales y sobre todo en lo1:1 mas infer~o­res animates. Resulta que es preciso modificar un poco el eeottdo de Ia palahra subjetiro. Subjeti vo no puede si~nificar nada que sea preexistente al desarrollo del ser humano como un ,110, una idea nn sentimiento, UO ideal, DO puecle signlfiear mas que la (acultad de elaboracion rep«rtirla en las celdas net·uiosa,,; excep.to en este seutido, al subjettvo esU. siewpre mezclado co~'~~. obJe jeti vo (num III, p. 302) y (p 34.3. 44), y dice auu: • El J tllclo uo es una facultad sosteuida sobre Ia~;~ impret<iou s que I~ ~:~ou mas gratae; au uuico ofieio (actividad fieiol6gica), es comparar para. sa-::ar en couclusi6n, pero no tieue nin~una jnriRdicc16n eobre ella~. La a./w:inaci6r& Jo pruebn; eJJ la Jn·odu.ccioll de• iolpt·esumcs, .si11 que ninqttlt objeti1·o las provoque; por el juugo m~rbORO .de las celdas uen·iosas eucargadas rlela transwh.i6n, Ia~ ttnrresto­nes ilusorias llegan al centro intelectual ~_Ia t~ub .. tancia gris de las circunvolueiones de esta parte del eerebro, que ocupa toua la parte su pe1 ior y aolerior de Ia ca vi dad del t·rAneo 6 del re­.rebro propiamente dicho), coruo e.i fueran reales.

1-'EDERALISMO, SOClaLISMO Y ANTITEOLOOISMO 14t

Las disposicionllA anat6micas y fisid6aicafl de Ia int"3ligetlcia, una voz rcconocidas, dice 11. LiHre, (p~g. :355) fe pued"' penetrar muy lejos en su his­toria. Mientras no ha sido enriquecida por la civi liza ct6n, no poseyeudo rnfts fJIW irlPas sim11les (1) pro­ducidas por 1 S impresiOnf's, tal'tO internas como extarnas (2) estaba en decadencia y para elevarse a la aJtUI a 110 tiene !nUS que la retP,.r·ifm y lil a.~O­ciacioll (:3); p9ro esto La<Jta Poco a poco se f,Jrman combinacioneg completas que aumentan la fuerza y e\ carnpo d9 la acti vi dad cerebral (4:) y de pe rfodo en poriodo se comprendan los maa aran leg trabajos in t~lectuales. ;:::)

La prodsifm mr·ntal crece y se perfecciona, y sin pro vision as no se hace nada considerable, ni en el dominio de la inteligencia ni en el de la industria.

Apouerlinuoee del juicio, lrauaja nece!'ariameote £>obre estas ro&terias ficticias y latl ronc(lpciones imaginaria~ opareceo. A.ie· mAt>, 8Bivo Ia Jesi6n pato16gica, 11e t!Uruinistr6 una pru~ba pare cida para el de~arrollo lti~t6ri<'O de las roncepcionel! homanat~; las obsen·acionrs, c WI sr parando las mas se,tciJ/m, ~on errci teas y el jtticio )101' tonsecuencra es fa111btw erruneo Se \ '8 al sol ~alir por el EAte y !JOUt:lr:.~ pur el o~~te, y A prop6~ito cle e~<to el juicio crea una C<.nt·epci6n (lrr6oea que no reclifi..:a rua':l que coo ayu­da de ot ras olii'-Mvacionfls ru(ljores. Si el juicio huhieee sido primordial. y 110 t~rd.Jt.iguierlf", Ia lti8torta humana lwbitra siclo dt(tt'etdf, Ia hUI11a,li lad 110 ltul~trr·a !tnirlo por anffC(IJ"Y rm prir1w del qr,rila Ia~ graodet1 lnmurerlltl exh.tirlau de!lcle RO origt~n, de doode prO\'endtf~tn Ia,• luml>reras r:.ecundaria~; tales, eo efecto, Ia hip6te~it1 te{ 1 6~-!iC'u .. ;\[ Littre hubiera podido ai'ieJir. y me­tafi,.ica y inrf iit'a fa tlb 'tit

I I) Nototrnfl ltabriacllos rlirlto laa uocinoPs priruordislt:::: o fa111bi.'11 Ins .. t<nl'ill ~tl r(lpre~ent!ldones do los objeto~ .

(1) LaH impresiouet4 .It:~ ~ntido corutin '1ue el ind1vi iuo por meJio de ~ufl ner\'io~ recibt1 du lot- olljetO!l tm:;'o cxteriotu como iutl•riort'"~

(3) La r(ltenl'it\u tle eimple .. idea<~ por Ia memoda r 811 il"•1-

nal'i6n por Ia u i~nH\ adividad tk!l l.'t:re!Jru . (.J I'or In a dnd6n de •imple" ideas.

~[. BAKOUN INE

cA medida que esta elaboraci6n so efectUa 1lama en sn ayuda una importante propiedad de 1~ vida, quiero decir, lo hf'JNlorlo. que tiPnde A CODtiO· lidarlo en lo prespnto y a facilitarJo ulteriormente. 5u.~ 1/llf'I'OS aptiturlr•s mrnlalr·.,·. uno rr•; adqt.n'rt'das, sr tran-;mifen, es un hecho experirnenial, rt los chscru ­rlienff's br~jo la forma mnatn; innatos secundarios y terciarios que en el dominio mental, m·ean ebpecies de razas humanas perfeccionadas.

Se ve esto cuando se encuentran puoblos que no han s~guido loa mismos bPIJdfli'Os; el hderior desaparece y s61o despue:; de lar~o tiempo puede ponor o al nivol dol superior. J.\1 i"' IPjns, dlspues de hq ber citado las palabrns dd ~I. Luys :

cLa Asfera cerebral donde reinan las pasiones afectas y nquolla en don de flxislen las munifr.stacio­nes pnramente intelectnalPs, est~n tmidas po1· liga­duras de un a estricta e intima solidarirlod., :\1. • it­tre aflade: cEsta .~imiliturl Jlf'.Jjr·clrt r•t~t,·e d iutclrctu 11 ,,, .~1 ntimil'ilfo, a saber, un fondo donde tienen 011-

gen los nf:\rvios {1), un fondo de dondo toman lo que est.~ elahorado (2), uuido a Ia identidad de los

(1) El fnr.olo cle doUtte lo~ nen·io~ f'a,·nn laR imprelliout>a tan­to cle llentido rornu•t como int-tiuth·a ... el sodirlo Cnttllill, t'tl tle­~un ~~ L!ttrP Y \1 Lup, el trilamo ripfi<'o, doude ,.1\11 !\ pRrnr toda~ IK~ Jutprt-,.J••tH~H tit~n~<its\'<t~ tanto l't<LPrtlaH l'~>JJJO intetllll" et! clecir, t't'au pr•JtltHHia~ por loto~ ohjelut'l E>xleriort>P., ,.. .... ernnun: tl~tt! de I~ I rt~nll\ .J,, dt:!c·ers>~ 6 de lo~< 6rl(annll iut .. rion•a qne, c pnr un ~Ito! em a cio tihrRR y rontuniral'iOJ t!R, loR tnusr<nsite :\ Ia l!l.lbetanl'IS JtrtB clt>t In~< l'in·nnvolul'iouE'R u.-1 rerebro prnplt\lllellte dtcho, como de Ia~:~ facultadt~R tao to afel'tllt< c·ouul intt1lectnr le•u. (p. p. :J 10-41).

:2. La ~ulHstanl'ia )o!ri<~ del c·erehro l'OillJlllPl'IIO tie d'•lulaM nerno~aFI; ~l"tnhlt>t·e qnt>, Ia!' c~lnla~ ner\'i0 .. 8 ._ qtw ro, .. pn1t>o Ia ""h"IAn<'JR liP! •·erehro, Pit'lndQ Anat6 ·nil'Rillente Ill l'urpora­~16o Ulllm.a de lOti U6r~inR, y pur eliot! J~:~ tOJSA latl impre~:<iones an te rn as ht r.en el t fil'IO Je Ita cur de t~tae i m presion~~. icit•t~a,

FED£RALJ&M01 SOCIALISl!O Y H TITEOLCOI8MO 11:3

d~s centros, todo indica que la Jisiolo9ia del senti_ mwnto, no pllNle ser rh.fr•rf'n(f' rlf' la intr•lf'cll(o/. ~

En consecuencia, ha sirlu prr•ciso Tf'nWlCior a bus­ct.rr en r.f ccre!Jro ~rgrwos J~a~·a las ajeccionf's 0 las pa -;tones Y no rrr ma.· yue acf1nrlarles r1jectas, 'flU' se tmta de rlf'/rriii/Jift,..

Siondo e! manan~ia l de estaa ideas las impresio­ne_s del seut1do cornt~n, cl manantio l de los senti­":llentos, est{l en las 1mpresiones iuslintim.s. El ofi­CIO _de. las Celu~as llf\J'Viosas CS tran~:~fnrmar en sentumen~os las 1 npresiones instintivas. El proble­ma del ongon de _lo3 sentimientos, os exactamonte para! lo al dol OJigon de ideas.

Este genet o de acti vi dad cerebral se £>jNco !"O­

bre dos 6r<lenes ~~e i~presioues di:.-tinti"H'l, las que pertenecen ~\ los ln~t/Jifo~-: ric con:-rrmcilm de lrt n Ia im/i1 idl(nl }' }as CJIIO f>OI'tenecen a Jos in tinfos t/ f'MI­

'ermcifm rl Ia ritlu de ln t'-"J•ecif'. L1 categot iu prime­ra, se_ transfOJ~ma en rwwr p,-oJ~io y Ia segunda, en om or a ol ro. hs JO Ia forma primordial del am or de un sexo por e1 utro, de la madre por el hijo y del hijo p_or la_madro. 8n e::.le pun to una ojeada subre Ia fi­swlogia comparada, no esta de mas. En los peceR, que son, cerebralmo11te comparadns, los que estan ml\s baj?s en Ia escalu tie los vertehrados y no co nocen nt A Ia fandlia ni a los pequm1os, el instinto e~ puramento s xual, p~ro el senti mien to nl ct.:al da vida, comienza a maniCestar~e entre murhos mami­feros y pl jtuos: so estableco una ver·dadera econo mia, s6lo que Ia mllJOI' parte de lsa \OCes noes m~s

Ia~ ifltlll:! una HZ I ec hRP, juwg r por diferetll'i8!l) pnr psreci.lo, ret Pllt•r.hur .., 11 In mnnorra y rrnni r I R w por Sl'rll'iOl'tlln lVatla de nws, nr dr. ',,, • •'l'odo f'l<lt'~Rrro'lo wtelel'lnsl del hornl>rA, tume "'" ptwto tie parti.ttl uu tHlllR uwdtcioue~ auat6uliea .. y fi~iologka c.-, (p. 3~ :! .

144 M. BAKoJUNLNE

que temporal. En varia~, .enlre ellos el ho:nbre, sg establecen entre las fam1has. lazos de Ia 1ms~a ~~~ ­naturaleza que entre los m1embros; y la soCiab.th­dad nace aqui y alli sabre algunos puntas del remo animal. «l~btahleciendo asi el .fu?damen.to, 11~ es aventurado con~ebir que, de sr>ntunten~os pnmonll{(lc.~· a medida que la existencia se ~Otnt>hca, tanto para el indi vi duo como para Ia ~oc1~dad, se form.m~ sen­timientos sec;nniim·ios y combtrwczon.es de sentnn1entos que son tan inclisolub7es como lo son mtelectt,almfmte las ideas asocindas. l) •

Parece a veriguado quo no ex~sten en el cerebro organos especiales1 sea por las. d1 rorsas Eac~ltades in telectnales, sea por las d1ferentes cuahdades, afecciones y pasionos morales buenas 6 mnlas. Por consecuencia las cualidades 6 los defectos ~o pueden ser ni' beredados, n i inna tos; esta h~renma, hemos dicho, no puede seL' en el r ecien namdo ~~s q uo fisiol6gica, T?aterial. i~n q ue pu.ede .consistlr el perfeccionnmiento p rogres1vo . hls t6rJCamente transmisible del cerebro, tanto ba]O el punta de vista intelectual como moral? Unicamente en el desarrollo a L·m6nico de todo el sis tema c~reb~al Y nervioso, es decir , tan to de la finura y v1vac~dad de las impresiones ner viosas como de la capae1dad del cerebro, para trans for mar ?stas i m presiones en sentimientos, en ideas, y combm ar, abra.za~ Y rete­ner siempre vas tas asociaciones de sent1m1entos Y deideas. .

Es prouable que si en una raza, una n_a016u, unaclase, una familia, por su naturaleza partwula~, . siempre determinada por su historia, por su posl­ci6n geogrcifica, econ6mica, por la naturaleza ~e sus ocupaciones, por la cantidad y por la cal~­dad de Btl alimentaci6n, por su orgauizac:6n poll t ica y social, por toda au vida, on una pa!eura, Y

FEDERALISMO, SOO!ALISMO Y ANT1TEOLOOI.3MO 145

por el caracter 6 p~r el grado de su desarrollo in­telec~ual .Y moral; s~ por efecto de todas estas de­t~rmtnacwnes partwulares un.o 6 algunos de Ios en.stemas orgamcos, cuyo conJunto constituye la v1da de yn cuerpo, se encuentran desarrollados con detnme~to de los d~mas, en los padres, es probable, cas1 seguro, de01mos, que el hijo here­dara en un grado 6 en otro esta enfadosa falta de armonia, excepto reparandola en Ia que sea posible por su propio trabajo posterior sabre si mismo y algunas veces por revoluciones sociales sin las cuales el establecimiento de una perfecta 'armonia en el desarrollo fisiol6gico de los indi vi duos puede ser, con frecuencia, imposible. '

En todos los casos, decimos, Ia armonfa abso . luta en el desarrollo del cuerpo humano y por consecuencia tambien en el de las facultades hu­manas, mus~ulares, instintiyas,_ intelectuales y mo­ral~s, es ul?- 1deal, cuya reahzact6n no sera jamas poatble, pr1mero porque Ia historia pesa fisiol6gi camente mas 6 menos (y vendra epoca en que di­gamos de menos en menos), sobre todoslos pueblos como sob_r~ todos los indi viduos, y adem as porq ue cada fa m1ha y cada pueblo se encuentra siempre rodeada de circunstancins y de condiciones diEe­rentes, entre las cuales, algunos, por lo manoa sa­rAn contrarios a su desarrollo completo y nor~al. . Asf, lo que se transmite por herencia de genera­

ct6n e~ generaci6n y lo que puede ser psiolvgica. mr•tdr• mnato en los indiv1duos que nacen ala vida, ~o son .ni las cunlidades, ni los vicios, m ninguna I_de.a, n1 asociaci6n de sentimientos y de ideas, sino umcameute los medios musculares y nerviosos: los 6rgatLOs me(:; u mc,ws pe,jcccio,l'l<lo:; y armo,ltco~. por los c~ales respirn, se siente, recibe las impre~iones extenores y retione, imagina, juzga, combina, aso-

lll

M. BAKOUNINE

cia y reline los eontimientos y las ideas, que no son otra cosa que las mismas impreoiones, tanto externas como int~rnas, agrupadas y transforms das primero en repr·esentaciones concretas, despu~s en nociones abstractas por la acti vi dad fisiol6gica y an adamos, in voluntar ia del cere bro. '

Las asociaciones de sentimientos y de ideas cu ­yo desarrollo y transformaciones sucesivas consti­tuyen toda la parte intelectual y moral de la his toria de la humanidad, no determinan en el cerebra humano la formaci6n de nuevos 6rga nos y no pueden ear transmitidas ~los individuos por via de harencis fisio16gica .

Lo que sa hereda fisiol6gicamente es la a ptitud cada vez m~a fortificada y perf~ccionada para con­cebirlas y crear otras nuevas. Pero las mismas aso­ciaciones y las ideas complejaa que las rept esent&n, como la idea de Dioa y de la pa tria, de la moral, etc., no pudiendo ja,n:1s ser innatas, no son trans· mitidas ~ los individ uos m~s que por la Yia de 1a tradiciim .c:ocinl y de 1o educacion, porque cogan al nmo desde el primer diu que nace y como est~n encarnadas en la vida que le rodea, en todos los detalles, t1nto materiales como morales del mundo social en media del cual In nacido, penetran de mil maneras en au concieucia, primero infantil, des­pu~s adolei cente y juvenil, que nace, crece y se forma bajo su poderosa influencia.

Tomando la educaci6n en elsentido mas exten­so de la palabra y comprendiendo no s6lo la ins­trucci6n y las lecciones de moral, sino sobre todo los ejemplos que dan al nino todas las personas que le rodean, la influ~ncia de todo lo que oye, de lo q.ue ve, y no solamente la cultura de au espiritu, smo el deE~nrrollo de sn cuerpo por el alimento Y per la higiene, por e\ ejercicio de sus miembros Y

FEDEKALISllH', SOCIALISMO y ANTITEOLOOISMO 14 7

~e su fuerza fisica direm poder ser seriame~te d os co~ plena certeza de no todo nino, todo adulto e~~en~tdos por nadia que maduro es el producto' 0 13ven Y todo hombre alimentndo y que lo ha ea~~~ el mundo que lo ha ducto fa ttil, involuntario y do en su seno; un pro­ponsable. par consecuencia irres _

Entra en !.t vida sin alma . . sombra do u oa idea 6 cie un ~:~~. co_n cten cia, sin Ia ra, pero cou un or·•anismo h tmtento cualquie­!ez~ i.ndi vidual 60 : ncuentra ~~ana .cuya natura­mfmtda tl d~ circnns tan cias d termi~a?a por una rwrufl al O?C'irnionto de su yl e con dtcJones an te ­detormina Ia m yo .. 6 m vo untad Y. qu~ A su vez q.uil'ir y a proptBrso senti~~~~t~~D~l' I dad para ~d­cwnes de et"'n timieutos y d .d • Ideas y a~octa ­Jos siglol' } t ronsmi tidas a e di eas elaboradas par n nriu sorwl, .•Jr Ia ed ursci~~ ~ uno ~omo ww he mala, e!=l ta t•du caci6n ee le im {Ue rectbe. Buena 6 ponsahlA de olin que le f pone Y ~~ Y no Cl3 res

. • orma en tad 1 naturalozn In dividua l lo ·i o o q ue su modo que pienf:a si >nte perm.t e, A su imagen, de pienRan y s ient~u t~d~s l os~~~~~~~~ 1~ que1quieren,

Enton ces, pregunta ~ · . n • s~ a rededor. misma educaci6n r IB, Gc6mo expltcar que Ia arrollo del c·arAc te;~oe1~zc~,. con relaci6n al des­sultados ta n difet ent~ ? s.ptritu y del coraz6n, re­no nacen d iforen tf's? Es· t <·p~·~s qu~. l a s naturalezas nata por e - a 1 erenc1a natural e in­rencia de fer~UE JJ!l qua sea, es positi ve y real ; dife-dominio de taf~~~~~~t~sd~e t:~ergia vital , de p~e -nes org~nieas sobre otro grupo ?e ~uncw-capa r•irlad nutu 1 H grupo, de Vl \ Bctdad y los vicios lo mi~am eos . elmos tra~ado de probar que

h ' que as cuahdadeR mo 1 1

c os d~ conciencia . d. 'd 1 . ..., ra es, la-ser fisicament~ heret3aJ Vl us y s~cial , no pueden

os Y que mnguna determi-

148 M. BAKOUNlNE

naci6n fisiol6gica puede conden_ar ol hombr~ a~ \ Y hacerle irrevocablemente mcapaz del b1en, rna, 1 t

pero no hemos pensado nagar q?e 1aya na ura-lezus tan dHerentes, que unas, meJor dotadas, sean capaces de mas amplio desarro llo humano que las otras. .

Creemos que se exageran mucho. la~ ~hferen­cias naturales que separan a los md1 VI dUOS J que es preciso atribuir la mayor parte de las que existen entre ellos, no tanto a l1 naturaleza como Ala diferenta educaci6~ que ~a toca~o A cada uno . Para decidir esta cuest16n sena pre~Iso q~e l~s. dos ciencias llamadas a resol verlo, la pslColo~Ia flswl6· gica 6 la ciencia del cerebro y la Pf'dagogta, qu~ es la d ~ la educaci6n 6 desarrollo del cerebro sahen do del estado infantil en quo se halla, se encontra­ran las dos, pero Ia dHerencia Eisiol6gira de los in· dividuos en cualquier grado que sea, u~a vez ad­mitida, resulta evidentemente que un ststema ex­celente de educaci6n puede ser bueno para unos y malo para otros.

Para ser perfecta la educaci6:1 de~eria .ser mas individualizada que lo es hoy, md1v1d_1~ahzada en ol sentido de la libertad, hasta en l o:~ nmos.

Deberia tener por objeto no la ,,, l(raci~~~~ del ca­racter, del espiritu y del coraz6n, sino en despertar.a una activirlad independiente y libra y no persegmr otro fin que la creaci6n de la libertad, motro culto 6, mejor dicho, otra moral, ni otro ol~Jet? 9 ue la libertad de cada uno y de todos, que la JUSttCla sen· cilia, no jurfdica sino humana; la sencilla raz6n ~o teol6gica, ni metaffsica, sino cieotifica, y el tr_abBJO tanto muscular como nervioso. como base pnmera y obligatoria para todos, de toda dignidad, ?e tod~a libertad y de todo derecho. Una educac16n as1, replrtida ampliamente entre todos, tanto entre las

f. EDERALISMO, SOCIA.{..IHIO Y ANTITEOLOGISMO 149

mujeres. como e~tre los hombres, en condiciones ~COJ?6.m1Cas J soc1ales, fundadas sobre Ia estricta JUsticia, hana desvanecer muchas diferencias natu­rales.

Por imperfecta que haya sid~ la educaci6n, po­drall: respondernos, no nos podr1a explicar este he­cho mcontes table en el seno de las familias mas des pro vistas de senti do moral ; much as veces en­contramos indi v~du?s que nos asombran por la nobleza de su~ mstmtos r.de sus sentimientos, y por el contrarw, en fam1has moral e intelectua l­mente mejor desarrolladas, se encuentran con fre­cuencia indi vid uos pobres de espiritu y de mal coraz6n; este hecho parece contradecir de una ma ­nera absoluta la opini6n de que de Ia educaci6n que recibe el hombre resultan mayor cantidad de .cualidades morales e in telectuales, pero esto no es mas que una contradicci6n aparente; en efecto 11.unque hayamos afirmado que en Ia inmensa ma~ yoria de los casos el hombre es casi el producto de las condiciones sociales, en medio de las cuales se forma, y hay amos atribuido ala herencia fisiol6gi ­cay d las cualidades naturales que aporta al nacer, una parte de acci6o muy debil, no hemos negado esta ultima, y hasta hemos reconocido que en cier­tos casos excepcionales en los hombres de genio y de gran talento, lo mismo que en los idiotas 6 en las naturalezas perversas, esta parte de acci6n 6 determinaci6n natural sobre el desarrollo del in· dividuo, determinaci6n tan fatal como la influen­cia de la educttci6n y de Ia sociedad, puede ser muy grande. La ultima palabra sobre aetas cues­tiones pertenece a la fisiologia cerebral y e'ta no ha llegado aun d un pun to que la perm ita re · sol verla ni aproxi madamente. Lo unico que pode ­mos afirmar con certidumbre es que todas estas

150 M. BAKOUNl.NE

cuestiones se debaten entre dos fatalismos: el fata­lis:no natural, org~nico, fisiol6g!ca_men te ~eredita­rio y el de la herencia y _la t~a.dtc~I6~ somal, de_ la educaci6n y de la orgamzam6n publica econ6mtca y social de cada pais. No hay Iugar para ellibre al­bedrio. Pero aparte de la determinaci6n natural positiva 6 negativa del individuo que m~s 6 menos puede ponerle en cont~a~iicci6n con ~~ ~spiritu que reina en toda su famtha, puede extstlr por cada caso particular otras causas ocultas que la mayor parte del tiempo permanecen ignorad_as, pe~o que, sin embargo, debemos tomar en constderaCJ6n. Un concurso de circunstancias particulares, un suceso imprevisto, un accidente cualquiera A veces insig nificante, el encuentro fortuito de una persona, A veces un libro que se cae de las manoa de un indi · viduo en un momento propicio, todo esto, en un nino, en un adolescente 6 en un joven, cuanclo au imaginaci6n est~ &bierta a las impre~iones de la vida, bas tan para producir una re voluci6n radical hacia el bien 6 bacia el rna 1. Ana did la elasticidad propia de las na turalez11S J6 venes , sohra todo en los que estan dotados de ctarta en( 1 '5ia na turiil que los hace revolverse contra las iuf llt Ill'i s imperio · sas y desp6ticamentf\ per:si toot(•s y grn ·ia .... 'tIn cual el mismo exceso del mal pu~ la prod uci r ol bien.

El exceso de lo q ue se llama gener'll mente el bien, ~puede ~au vez pruducir ol m 1? St; cuando se impone como ley d~sp6uca y absuluta, 6ea r eli · giosa, sea doctrinari ., filos6fica, politics, jur idica, social 6 eo uo le.v patriarL'al de la familia, en una palabra, cuando todo el bien que parezca 6 lo sea real mente, se impon aa al indi vi duo como negaci6n de la libertad y no

0

sea ese mittmo Fil prociucto. Entonces la rebeli6n contra el bien asi impuesto, no a6lo natural , sino legfti mll, y lAjos de ser un

FEDERALISllO, SOCIALISMO y .ANTITEOLOOIBAIO 151

mal, eq un b ien, po.rqrte no hay bien sin libertad y esta ~s el mananttal y Ia condici6n absoluta de todo bten qu.e sea verdaderamente digno de este nombre; el b1en 1w es otra cosa que la libutad.

Desarrol~ar y probar esta verdad que nos pare· ce tan senctlla, es el (tnico objeto de este escrito· volvamos, _PU~s, ~ nuestra cuesti6n. El ejemplo d~ Ia co.ntradtcCI6n 6 a~omalia aparente se nos ha ofremdo ?On f_recuenma, en _una esfera m~s amplia, por 1~ h1stor1a de las nacwnes. tC6mo explicar por eJemplo, que en la naci6n judia la m~s exclu~ s!va que ha habid? y hay en el mu~do, tan exclu . s1~a que reconoct~n?o el privilegio, por decirlo a~t, absoluto y la dt vma elecci6n como base prin . c~pal d

1e to~a su exis tencia nacional, se ha estable­

mdo el.a m1sma como pueblo fa vorecido entre to . d?s, basta el pun to de creorse que su Dios Jehova Dws padre de los cristianos, llevando ~u solici~ tud por el hasta Ia mAs sal vaje crueldad con todas l~s deau1s naciones, le habfa or dena do la extirpa . c16n por m~dio del fuego y del hierro de todos los pueblos que h1bian ocupado antes que el la T1erra prome~ida; c6mo exp!icnrse !jUe un per~onaje como J esucnsto, ~1 fundador de Ia religi6n cosmopolita Y por eso m1smo de tructor de la existoncia de la naci_6 n judfa como cuerpo politico y social, haya P.Odtdo nacBr en su seno? ~C6mo e'e mundo exclu. 81 ramente nacional ha logr·ado producir un refor­mactor, un revolucionat io relicrioso como el ap6s-tol (1). o

I Ln t'Onlinu:tciuu d ~:!tl! escrito •e In per•h lo, t!i ha t~i lo alguux \ 1!1. hu lw.

CARTAS SOBRE EL PATRlOTlSMO

CARTAS SOBRE EL PATRIOTISMO

A LOS COMP ANERO::;

0!<. L \ SOCIEDAO lNTERNACIONAL DE LOS TRABA.JATJORES

DE LOCLI': Y DE LA I'll AU:\- DE-FO~DS

Amigos y hermanos (1):

Autes de dejar vuestras montaflas, siento la nece idad de expresaros una vez mas por escrito mi gratitud profunda por el recibimiento fraternal que me habeis hecho. jNo ea maravilloso que un hombre, un ruso, que hasta ahora os era desco­nocido, _ponga el pie en vuestro pais por vez pri ­mara y se encuen tre rodeado de centenares de hermnnos! E-3te milagro no podria realizarse hoy mAs que por In JLociaci!m intf.,llaciontd de fn,baja lo re.q, por la sola raz6n de que ella s6lo represen ta la vida hibt6rica, la poderosa creador~ del porvenir

(1) Giuobro, :!:J Je Ft~bruro 186!1.-El l'ro,qnlu, u (1.0 ~Iar%0 ll.'oSI), pjgP. t ,J.

15G M. BAKOUNINE

politico y social. Los que es tl1n unidos por un pen­samiento viviente, por una voluntad y por una gran pasi6n comun son r ealmente hermanos, aun cuando no se conozcan.

Hubo un tiempo en que la burg uesia, dotada de poderosa vida y constituyendo exclusi vamente la clase hist6rica, ofrecfa el mismo espectaculo de fraternidad y de uni6n, tanto en los aotos como en los pensamientos; ese fu e el buen tiempo de esa clase, siempre respetable sin duda, pero desde ahora, impotente, estupida y esteril, Ia epoca de su energico desarrollo ; lo fue antes de la g ran re­voluci6n de 1793, lo fue tam bien, aunque en manor grado, antes de las revoluciones de 1830 y de 1848. Entonces, la burguesfa tenia un mundo que con ­quistar, un Iugar que ocupar en la sociedad, y or­ganizada para el combate, inteligente, audaz, sin­tiendose fuerte con el derecho de todo el mundo, estaba dotada de un poder irresistible: ella sola.ha hecho contra Ia monarquia, la nobleza y el clero reunidos las tres revoluciones. En esta ~poca la burguesfa tambien habia creado una asooiaci6n internacional, universal, formidable , la francmatJo ­neria .

Mucho se equivooarian si se juzgara la franc · masoneria del siglo pasado 6 de la de prinoipios del siglo presente, segun lo que es hoy. Instituoi6n por excelencia burg uesa en su desarrollo, por su poder creciente primero y en decadencia mds tar­de, la Erancmasoneria ha representado en cierto

CARTAS SOBRE EL PATRIOTfSMO 157

modo el desarro llo, el poder y Ia decadencia inte­lectual y morl:l l de la burguesfa. Hoy habiend descendido al papal de una vieja intrig~nte y ca~ duca, es nula, inutil, algunas veces malay siempre inutil, mientras que antes de 1830 y antes de 1793 sobre todo, habiendo reunido en su seno con poca' . , s exJepc10nes, todos los espiritus mas escoaidos los corazones mas ardientes, las voluntades :as fi~ras los caracteres mas audaces, habfa constituido un~ organizaci6n activa , poderosa y realmente bienhe­chorz. Era Ia encarnaci6n energica y puesta en practira de la idea humanitaria del siglo XVlll. Todos estos gran des princi pios de libertad de i~uald1d, de fraternidad, de la raz6n y de la j~sti. Cia humuna, t~labor~dos primero te6ricamente por la filosoffa de ese sJglo, se transformaban en el seno de fra ncmasonerfa en dogmas pr~cticos y en bases de una moral y de una polftica nueva, el alma de una empresa gigantesca de demolici6n y de reconstltuci6n. La francmasoneria fue en esa ~poca la conspiraci6n universal de la burguesfa revolucionaria contt·a la monar.]ltfa feudal, mo narquica J divina.

Esto fue Ia In ternacional dd Ia burguesia. Ya se sabe que todos los actores principales de

la priutera revoluci6n, han sido francmasones Y que cuando estall6 esa revoluci6n, encon tr6, g acias ~ Ia francmasoneda, amigos y cooperado­res dispuestos y poderosos en todos lo demas paiQes, Jo que seguramente contribuy6 a un triun-

158 M. BAKOGNJNE

fo; pero tam bien es evidente que el triuufo de la revoluci6n mat6 la francmasonerfa, porque la re­voluci6n habia colmado los votos de la burguesia, dandola un sitio fiD la aristocracia nobiliaria ; la hurguesia , decimos, despues de haber sido lar go tiempo una clase explotada y opr imida, ha llegado a ser, naturalmente, la clase privlleg iada , explota­dora, opresi va, conser vadora y reaccionaria, la amiga y sosteo m§s firme del Estado de Napole6n ; primero la francmasoneria lleg6 a ser, en una gran parte del con tinente europeo, una instituci6n

imperial. La Restauraci6n Ia resucit6 un poco, y viendo -

se amenazada por ln vuelta del antiguo regimen, obligada a ceder 6. Ia Iglesia y a la noblezc ~oaliga­das la plaza q ue habia conquista do en la primer revoluci6n , se hizo forzosamen te r evolucionaria.

i Pero que difer encia entre este re vol ucion arismo recalentado y el revolucionarismo ardiente y pode­roso que Ia ha bia inspirado al fin del siglo ultimo!

Entonces la burguesia habia ido de buena fe, habia creido Feriamente y sencillamente en los derechos del hombre, habia ido impulsada e inspi­rada por el genio de la demolici6n y de la recons­trucci6n, y se encontraba en plena posesi6n de su inteligencia yen el plena desarrollo de su fuerzai no dudaba aun de que la aeparaba del pueblo un abismo, se creia, se sentla, y lo era realmente, la representsci6n del pueblo . La reacci6n thermido­riana y la conspiraci6n de Babeuf la han quitado

CARTAS SOBRE EL PATR!OTISMO 1!59

esa ilusi6n. El abismo que separa al pueblo traba ·a dor de la burguesfa explotadora y d . d J -se ha ensanchado y lo menos q omi~a ora, Jl

1 ' ue se neces1ta para

enar e es todo el cuerpo toda 1 . . . 1 · d d ' a extstenCia prl vi egta. a e los burgueaes, en una palabra la b -

g ues1a enters . ' ur-

No fue toda la burguesfa, sino solamente un par.te de ella la que. conspir6 despues de la Restau~ ram6n contra el r6gunen clerical no hila . loa reyes legitimos. ' r iO y contra

E~ . mi ~r~xima carta os desarrollare, si me lo pe~mlhS , fi lS Ideas sobre es ta ultim~ faae dellibe ­rahsmo constitucional y el cat bona risno burguos.

CARTA SEGUNDA ~I )

.- 1 dende que las ten-He uioho en un artlCU 0 prece l l . 1 uitimietas feuda es y c 8 ·

tati vas reaoclOnartas, ec:' . 1 •i 'tu revolucio-h b' hecho revtvlr e esp ri

ricales a tan .. ero ue entre ese espiritu nario de la burguesta, P q d 1793 ha-nuevo y el que le babia anima do antes e .

bia una diferencia eno~me. d eran gigantos, Los burgueses del stglo pasa o 1 ados de Jn

en comparaci6n de _los cuale:~!~9 c~r:oo;igmeos . buro-uesia de este BJg\o apar arnr sus pro·

o hay que comp Para asegurarse . r la gran . Gna\ ha sido el de la [Jloso ta Y

gramas. t.. • • l Vlll'" Ni mas ni menos que revoluci6n del BJg o ~ . ~ h manidad entera; la emancipaci6n integral de 1~ ~~ liberlad r eal y la realizaci6n del derecho y r ~n iaualdad pomica compleln para cada ~~o, to d 1; humano sobre y social de todos ; el tJ ~u~ 0 e . de la ju · ticia los res toe del m ll n do dl Vl no; o l remo

(l } u inebre, 2 pt\ga. 2- :1.

, , 7 8 1\bnl 186~'1 l\lan o I l•'..• - El I ,.ngrc ~o.

CARTAS 803RE EL PATRfOTf<:!MO ltjl

y de Ia fraternidad sobre la tierrA. La equivoca­ci6n de est&. filosofia y de esta revoluci6n fue no comprender que la realizaci6n de Ja fraternidad humana era imposible mientras existieran Estados y que la abolici6n real de las clases, la igualdad politics y social de los individuos no serla posible mas que porIa igtnldad de los ruedios econ6mico!! de educaci6n, de instrucci6n, del trabajo y de la vida para todos. Sin embargo, no se pucde repro­char alsiglo XVIII, que no haya comprendido esto. cLa ciencw. social no se crea ni sa estudia sola men­te en los libros, necesita las grandes ensenanzas de la historia, y fuo preciso hacer la re-roluci6n de 178~ y de 17!l:~, ha sido preci~o pas-ar por lc s e.xpe­riencias de 1130 y de 1 4 , para llegar a esta con ­clusi6n irretutable, que toda re\'oluci6n polltica que no tiene por objeto i,zu-.etliato y directo la igualdad econ6mica no es, bajo el punto de \'istn de los in­tare es y derechoa populares, m~s qu una reac ­ci6n hip6crita y disfraznda.

Esta verdad tan e\'idente y tan sencilla era aun desconocida 11. fines del aiglo X\ Ill, y cuando Babeuf plante6 la cu~sti6n econ6mica y '"'Ocial, eJ poder de Ia revoluci6n estaba ya quebrantado. Pero no por eso deja de pertenecer d oste ultimo el honor in ­mortal de haber implantado el mb grande proble ­ma que se ha plantuado on la hi8toria, el do Ja emancipaci6n de la humanidad entera.

En comparaci6n de este inmen o programa, veamos que fin peraeguia (.ll pro~ramn d llil era-

11

\istnO revo\uciouario en \a epoca de \a Restaura

ci6n y de la monarquia de Julio. L'l Hamada libertad, ssbia, modesta, reglamen~

tada, hecba para el te~npersmento apocado de una burguesia medio harta, y que, can•arla de comba­tes 6 impaciente por gozar, se sentht ya amenazada no de arriba, sino de abajo, y vela con inq uistud pintarse en el hOrizonte, como una masa negra, esos innunterables mi\lones de proletarios ex plot•. dos, cansados de ,ufrir, preparOndose a rechmar su derecho- Desde principios del sigl•> presente, ese esvectro naciente, que m~s tarde se bautiz6 con e\ nombre de espectro rojo. ese htntasma terrible del derecho de todo el munrlo opuesto a los yrivilegios de una close de dichosos, esa ju, ticia y esa tSt6n popu\nres que desa• ro\l~ndose dema>iado, de ben reducir en volvo los sofismas de Ia ecou01nia, de Ia jurisprudencia, de Ia politica y de ht meta[l.ica burguo.,., son, en medio de los triun!os modornos de Ia \>uquesia, sus agua!iesta• inc•santes y \o' apocadores de •u coofiauzn y de su es1'h itu.

Sill embargo, baju In H• tum·aci6n, IU eue•ti6n socia I era casi desconooidn 6, por m• jor decir, e ta· ba ol vi dada . Ilabiu gran des sot\ do roo aUsdoa, ta· los como Sa in t -Si m6n, Roberto Owen, l'o urisr, cul o geoio y gran coraz1n bahian adivioado Ia necesi dad de una trans!ormaci6D rallies\ Ue \a org•niz•­ci6n ecoo6mica de \a sociedad. Alrededor de cada uno de e\IM, •• agrupaba un peqneM nU.mero de tdeptos con!iados y ardieotes, que forma ban otraa

CA RTAS SOBR E BL PATRIOTISMO

tanlas . !DI peq ueiias Iglesias tan . amo~, y que no ejercian ~in lgn~radas como los Habta tarnbien el test guna mfluencia fuera lraosmitido por on a~ento comuoista de B•heuf. Buon · 1 ustre cornpai'l ' arottJ, ~los prolet . ero y amicro dio d ar10s m~ < • ~ e una organizaci6n s en~rgtcos en me-

Pero esto no era popular y secreta. entonces ~

secreta, cuyss maoifeslacion m s que un trabajo tuhasta m:!e tarde ba'o Ia es nose dejaron soo-baJO la H~stauraci6n J f monarquia de Julio burguesa. Ei pueblo ~o u6 aparcibido porIa cl~sy permaneci6 tranquiia aymasa d~ .loa trabajadore:

· n nada para ella no re1 vmdic6 au'

Claro esta que . l 1 81 e espe t d .ar no ern en aq~u~ll.., -< c ro e Ia jnsticia popu b!a :1 ·• upoca lo q d , · d Ia lllnla co uciencia de I U ue ebla ser' •• de-

e pro veoiu e,ta mala c os urgueses. <De d6o­que vt \'ian bn. I ) onctencla·1 tLos b viduo JO a J.-.tauraci6o urguoeea

h

s, m~s malos que s ' eran, como indi-c o la He 1 • us padres qu h . vo,ucuSu de 17 q d - e abtan he -

Eran poco m~ 6 . y e 1 r93? X ada de pero colocad a menos los mi~mos h E-so. r . oo eo otro med ' ombres po lUcas, enl'inu ,·d to, en otras condic· ' y ., eel os coo u lODes p~ consecuencia con otr oa nueva experieocia

. s burgueses d~l ·v a conclencia. ::ceramoute que, em~~~~ ~oterior, habfan creido a trqdut 0, clerical y feudat ndose. del yugo mo ~

o o el 1

. " ' emanctpab fu~ 1 >Ueulo. Esta sencilla . an con elloa a fuAn te de y smcera ere .

maravilloao S su beroica audacia y de . eocta, . e sentian unidos A su poder todcs y marcha-

1G4 M. BAKOUNINE

ban al asalto llevando con ellos la fuerza y el de ­recho de todo el mundo; gracias 6 Fste derecho Y' A este poder popular que se habia encarnado en su clase, los burgueses del siglo ultimo, pudieron es­calar y tomar la fortaleza del poder publico que sus padres hatian codiciado durante tantos siglos, pero en el momento en que plantaban su bandera, se hizo una nueva loy en su e~piritu; AD cuanto conquistaron el poder, comenzaron A comprender que entre sus intereses burguee~s y los intereses de las ma~as populares, no habia nnda de comun y que, por el contrario, habfa una oposici6n radical, y que el poder y Ia pros peri dad ex~lusi vas de la clase pudiente no podria apoyarse mc1s que en Ia miseria y on la dependencia polilica y social del

proletariado. Deilde lnego, las relacionos de la burguesia y el

pueblo se transformaron de una mnnera radical, y antes de que los trabajadores comprendiAran C]UO

los bur!,!ueses eran sua enemigos naturales, m~ por necesidad que por mala voluntnd, los burgue­ses habinn llegado al conocimiento de esa ontago ­nismo fatal. Esto es lo <tUe yo llamo mala c·oncien cia de los hurgueses.

CARTA TERCERA 11

He dicho que Ia mala con . . ses ha paralizado dead . c.le~cta de los burgue· movimiento intelectua~ prtnctpiOs de siglo todo el

b. y moral de Ia burgue"·

pues Jen, reemplazo la palabra . z· . ta; c , ' . _, · . pm a t ~acton por Ulc.ll lf«1 acton porq U6 • • •

habido paraliza~i6n 6 sert~ lDJUSto decir que ha un e fritu ausencia de mo~imiento en '6 p . que, paean do de Ia teo ria A Ja a 1'

CI n de Clencias . . p tca-laooroa de la i d po .Itt vas, ha creado todos los mi -

o n ustrla moderna. como los los ferrocarrilos y el tel~ f' vapores, por t . gra o, por una parte y

o ra, una Clencia nueva, la e tadi tica ~. ' sando Ja economia l't' . . , Impul­de~arrollo de 1 . po 1 Jca y la h ~torla critics del pueblo h tt rr~u~za y de Ia ci vilizaci6n de los bases d: uan~ataf,~lrols ufl.t•mos resultados, ha pue to las

~o 1u nue~a 1 · 1· es otra c b . ' e oOCla lsmo, que no osa, aJO el pun to de vista de lo intere es

----(1) li1nebra 1 b

page. 2-n. • I A ril 1 tl'J. - El PYogrt '0, (li Abril 1 6 '

166 M. B!KOU.NIN.E

exclusives de la burguesia, m~s que un sublim& suicidio, la negaoi6n del mundo burgues.

La paralizaci6n no vino hasta despues de 1848r que, asustadd del resultado de sus primeros tra­bajos, la burguesfa se ech6 ciegamente atr~s. y para conservar sus bienes, renunci6 ~ todo pensa­miento y A toda voluntad, se someti6 al protecto­rado militar y se entreg6 en cuerpo y alma ~ la m~s co mpleta reacci6n . Desde esa 6poca no ha in­ventado nada y ha perdido, con el valor, hasta el poder creador. No tiene ni el poder ni el espiritu de la conservaoi6n, porque to do lo que ha heche y lo que hace por su bien, lo e mpuJa Catalmente al abismo .

Hasta 18-!8 estuvo R(to llena de vigor. Sin duda, su espiritu no tenia esa sa via vigoro:Sa que en el siglo XVI y en el siglo :\. VUI la hauiau hecho croar un mundo nuevo; no era et espiritu heroico de una clase que habia tenido todus hl3 anducins. porque tenia nace. i ad de conquistar; t~ra cl pitit1.1 sa­bio y reflex i vo de ttn uu.:wo prupictar io q 1e, ties puu3 de nauer ndquirido uu bien aL"dlenLcmeu L~ d est\ndo, le hace p r(l6p era r y vnler. Lo que carac­tel'iza sobre todo t;,} (JSpiritu burgu6g en In prirnera miLad de uste oiglo, o: uua tendencia ca i oxclusi­varnente utalital'ia.

SJ le ht1 reproch.Hi(l, r sa ha hecho mal; yo piellSO, pOl' ol l'Ollh'ariu, que ha {ll'SSlB ]o llD \lltiruo y gra n servicio \a humauhlad, 1 racticando, m~~ con el eje.nplo que con t o!ia~. el cnlto, 6 ffi(ljor di

CARTAS SOERE EL PATRIOTlSMO 1G7

cho, el r Gspe to de loa intereses material{)s. En el fondo, estos intereses han prevalecido siempre en el mun do. pero .sa han manifestado siempre bajo la forma de un 1dealismo hip6cr ita 6 malsano que los ha transformado en intereses malos e inicuos.

. Cu_alquiera q ue se haya ocupado un poco de h1stor~a, se habr~ apercibido de que en el fondo de las lucha~ retigiosas y teol6gicas m~s abstractas, m l1s ~ubhmes y m~s ide~ les, hay siempre algun gran mteres material. Todas las guerras de razas ?e naciones, de Estados y de clases, no han tenid~ Jaml1s ?tro objeto que la dominaci6n, condici6n y g~ran!1a necesarias del goce y de la posesi6n. La histona humen'l, h1jo este punto de vista , no es ~3'3 que la contmuau6n del gran rombate por Ja VIda r1ue, segii n Darwin, constitu.) e la fe funda­mental de Ia na tura leza urg3nica.

. En el mundo animal, e£to combate se hace siu Ideas Y sin fra e y tambion ,in soluci!)n· mien ­tras exist a Ja Liorra, el m undo animal so d~ vorara entre si; (I ta es la l'ondicillu nntural do "ll vida. Loa hombre , anim 1~::~ carnfvoro,:, por •xceleucia, ~an emp·zado su hibtori por Ia antropologia y t~eod(lu hoy c1 la a~ociaci6n uui ver· a , 11 a produc­Cio I Y 1:tl 6 ce coleclh·o P ro entre c:stos d :ls ter-mmos · JUo 1 d · . 1 • lg 1 P.~ l::~te tun nnari nta \' ho-1 11 OJ ! Y ti '1 no h mo aca bndo con : tn tra;odia. Daspu~ d In antropofagi 'ioo Ja r c avitud d pu • ~ 1 · • '

• 1

Ff 1 v1 1 rno, d pue ol sen· iii mo a~:n ·a ria Jo, &t c 181 debe suet er pti mero el dfa t n ibis

1G8 M. IUKOUNlNE

de la justicia, y mas tarde, mucho mAs tarde, la era de la fraternidad.

He aqui las fases por las cuales el combate ani-mal por la vida se transforms gradualmonte,_ en la historia, en la organizaci6n humana de la v1da. Y en media de e~ta lucha fatricida de los hombres contra los hombres, en este en<:.arnizamiento mu­tuo, en este servilismo y en estR explotaci6n de loa unos por los otros, que cambiando de nombre y de forma, se han mantenido A tra ves de todos los siglos hasta los nuestros, tquo papal ha desem ·

penado la religi6n '" . . Ha santificado siempre la vtolencul y la ha

transformado en derecho. Ila tru.nsportado a un cielo ficticio la humani<lad, la justicia y la [t·ater­nidad, para dejar sabre la tierra el roinado de la iniquidad y de la brutalidad; be_ndijo i lo~ mal va­dos, y para htlcerlos aun mc1s feltces, prcdiC6 la ~e­si£Ynaci6n y la obediencia a SUS innumerables VIC­

ti~as, los pueblos. Y cuanto mas suhlime _apnrecia el ideal que adoraba en el cielo, mas hornble apa­recia la realidad de la tierra, porq ue est a es el caracter propto de todo idealismo, tanto religio­so como metafisico: deRpreciar cl muntlo real, Y desprecilindolo, explotarle, de doude resulta _que todo idealismo engendra nece arinmento ln lupo-

cresia. El hombre e materia, y no puede impunemente

despt eciar la materia. Es un animal, Y no pne~e destruir su be Lialidad, pero puede Y debe trun:,-

C.&ltTAS SOBRE EL PATIUOTISWO 169

formarla y humanizarla por medio de la libertad, es decir, por la acci6n combinada de la justicia y de la raz6n, pero siempre que el hombre ha queri­do hacer abstracci6n de su beQtialidad, se ha con­vertido en el juguete, el escla vo y con frecuencia en el servidor lup6crita; testigo de esto los sacer­dotes de lu religi6n m~a ideal y ma ubaurda del mundo: el catoliciamo.

Cornparad su conocida obscenidad con el jura­manto de castidad; compararl su codicia ineaoiable con su doctrina de renunciar ~ los bienes de este

• ~undo, yconf~sadquenoexi ten sere,:, tun materia­hatas como eaoa predicadores del ideali mo cristia­no .• \. esta hora, lcu:11 as la cue.,ti6n que noita ml1s :1 toda la lJlesia? Es Ia conservaci6n de au o biene que amenaza confi~car en todas partes e ta otr~ fgle~ia_, ex~reai6n del idealit;mo politico, el E:,tado.

hltdeah mo politico no e ni menos ab urdo ni . - '

~enos permctoso, ni meno~ hip6crita quo 1 idea . ltsmo d~ 1 religi6n, del cual no e rn~ que una forma d1forente, la expre i6n 6 Ia apli~aci6n mun­dana 6 terre tre. El E tado es el hermano menor de Ia Iglesia, y el patriotismo, e a virtud y ee culto d?l h-<tarlo, no es m:1s que un reflejo del culto di ­nno.

El hombre virtuo~o, , egtin Io precepto de 1 ~~cuela_ ideal, l'elioio. a y pohtica ~ Ia vez, debe er­vtr i Dws Y ser devoto del E tado, y el utrlfta11 , 11•

bur?u~~ ~e o~ta dootrina e. el qu comenz6 A h . "er JUattcta desde ot principia de e to ~:~iglo.

CARTA CUARTA <ll

randee servicios prestados por nno cie los mt1s g l dicho que [ue matar

1 utilitarismo burg ues, ya le. . e E d el patrlOttsmo. la r eligi6n de\ s ta o, \ ue es una virtud an·

El pa triutismo Sa ee_ ~~·)e; griegas y romanas, ticrua nacldn en las repu lCa \" ·6n real clue la del

b · {l otra ro 11.11

don de no hubo )<lt~ s d cu\too que el Estado. E'ltado, ni otro oh)et~ .~ contestsn los meta·

t<~•le e el Etltado? 1 ~.~, duos \ o la co a p(tblica, d ctorf3s en orec 1 ,

Hsicos y los o . co\ocli vo y el derecll<l de to_do los inten3Sf s. e\ bten "6n diso\vonte de los ul-

tc 3 (i \n acCl E ol mundo opue , . croi ln de cada uno. s tqres s y de \as paslOH~ ol la moral y do la vi:--la justiria y It~ r allz ct6ti c e .

tud sol ro to lt rru.. to m6s sublime m Por consocuencln no ha~ :\~- .· luos que sacrW­

m6s grande de her paru los UH 1 nc.:

" 2 Autil 1 G~. ( l) (~incurR,

l•llg • 2 ~·-

CA RTAS SOBRE EL PATRIOTISMO 171

carse yen caso necesario morir por el triunfo y ei poder del Estado.

He aqui en pocas palabras toda la teologia del Estado; veamos ahora si esta teologia politica, lo mismo q ue la t~ologfa religiosa, no oculta bajo sus bellas y po6ticaa aparencias realidades vulgares y sucias.

Analicemos primero la idea del Estado tal como nos la r epresentan sus panegiristas. Es el sacrifirio de la libertad natura l y de los intereo::es de cada indi vid uo como de las unidades colec ti vas, cora pa­rativamente pequ~nas; asociaciones comunes los intereses y ~ la liberlad de todo el mundo ) ~ la prosperidad del coujunto; pero e te mundo y cste conjunto, 6 1ue c:>s en rea lidad'? Ei Ia aglomPra­ci6n d tod JS lu indi vi duos y de todas las co lee. ti vida de human !) m~a reducidas c1 ue le compo non; p ro desde ul momento que psra cmup ner le y para coordanarlo deben ser sacrificado ... to· do los iute1 asP. mdt vicluales y locales, el to do, que tiene q re repro entarlo , (, 1u6 es en efecto~ i\o o.., el conjunto iviente que deja r spirnr 6 c d uno a Sll gusto, y siendo 111~8 fecundo, n1 pO e· rosu y nui hbre, rna ampliameute e de,.arr Ua eu tU sen ) Ja ih rta•l y la prosperidad do cada uno; uo es Ia so i fad humona natural quien con­firma y ~ ume ld l nda de cad uno porI vida de todos, e~, por el cor trario, Ia in mol ci6n de c a indi' iduo •omo d toda la asociacion local a, la abstt acci6n de .ructora de 1 sociednd vi ,.i nte r

172 M. BaKOONlNE

la limitaci6n, 6 por mejor decir, la completa nega· ci6n de la vida y del derecho de todas las partes que componen todo el mundo por elllamado bien de todo el mundo; es el Estado, es el altJ\r de la religi6n politica sabre el cual se in mola la s?c~edad natural; una uuiversa\idad devoradora v1v1eudo de los sacriEicios humanos como la Iglesia. Repito que el Estado es el hermano menor de l_a Iglesia.

Para probar la identidad de la Iglesia y del E9-tado ruego allector tenga en cuenta el hecho de que la una y la otra estlin fundad~s esencialmente sabre la idea del sacrificio de la v1da y del derecho natural y que parten igualmente del mismo prin· cipio: el de la maldad natural de lo~ hombres, que no puede ser vencida, segun la Igles1a, mas que por la gracia di vina y por la muerte del ho~bre na_tu ral en Dios, y segun el Estado, por la mmolae16n del individuo sabre el altar del Estado. La una Y la otra tienden fi transformor al hombre, la una en un 6anto el otro en un ciudadano; pero el hombre natural debe morir, porque su condenaci6n estli unllnimemente pronunciada por la religt6n de la Iglesia y por la del Estado. Td~ es en su ~ureza idealla teoria identica de la Iglesta y del Estado. Es una pura abstracci6n; pero toda abstracci6n hist6rica supone b ochos hist6ricos; estos hechos, como ya be dicho en mi articulo precedente, son de una naturaleza real y brutal; es la violencia, la expoliaci6n, el servilismo, la conquista. El hombre

· nece as! formado no se contents con obrar, tlene ·

CARTA! SOBRE EL PATRIOTISMO 173

sidad de explicarse y de legitimar ante su propia conciencia y A los ojos de todo el mundo lo que ha hecho.

L~ religi6n llega 11 punta para bendecir los ho· chos consurnados, y gracias 11 esta bendici6n el he­cho inicuo y brutal se transforrna en derecho. La ciencia j.urfdica y ol derecho politico, como se qabe, han nar.1do de la teologfa y m!is tarde de la meta· fisica, que no es otra cosa que una teoloafa di fra­zada, que tiene Ia ridfcula pretensi6n de ~0 querer ser absurda y se esfuet'za vanamento en darle el caractrr de ciencia.

Veamos abora e_sta abstracci6n del Estado, pa­r~lela ~ la abstracct6n htst6rica que se llama Io·Je­Bia, que papel juega y continua juO'ando en la ~da real yen la so iedad humana. n: dicho, qne el Estado, I~Or su mismo principia,-es un inrnenso cementerto, donde vienen <\ sacrificar e, 11 morir v ~ e~t~rrar e todos las msuife--tacion~s de Ia vjd~ IDdtvtdu~l y local, t?dos los intereses de las partes cuyo con Junto constttuye precisamente la sociedad · ~s el altar donde Ia Jihertad real y el biene:,tar d~ os pueblos se inmolan A la grande,a politica. y

cuanto m3s completa ee esta inmolaci6n, m~ fJ8r­fecto es el E tado. He deducido y estoy convenci­do de _que ol imperio dtJ Husia es el E~tado por ex­celencta, el E .. tado sin ret6rica ni fr'3St' , el mas perfecto de Europa.

Por el contrario, todos lo E-.tndos en lo~ cua­les los pueblos puodan a(ttl r£-soi!'ar, son, bajo el

17-1 M. BAKOONINE

punto de vista del ideal , Estados incompletos como todas las Iglesias en comparaci6n de la Iglesia Ca­t6lica Romana son Iglesias incomtJletas.

El Estado es una abstracci6n d~voradora de la vida popular; pero para que una abstracci6n pue­da nacer, desarrollarse y continuar, Pxistiendo en ~l mundo real, es preciso que haya un cuel'po co lectivo real que este interesado en su ex1stencia. Esto no puode serlo Ia maem populur, poque es precisamente Ia vlctima. El cuerpo b'lCArdotal del E'3tado debe ser un cuerpo pri v1lo...{iado, porque lo3 que gobiernan el Estado son como \o~:~ ~;acerdo­tes de Ia religi6n en Ia I gle:sia .

En efect0. tque vemos en la historia? Que el E~:tado ha stdo siempre el pst.rimo11io de una clase priv1legiada, como la clase sact)rdotnl , Ia clase no­bili 1ria, la c'ase burgue a; cia ,e hurocraticn al fin, por 1ue cuando todas las clases se han aniquilado, e\ Estado cae 6 se eleva como una mAquina; pE>ro para el bi •n del E~:!tado es preciso q Lto hay a una ~la e pri vilegiada cualq uiera quo se interese por su existenrta, y es, precisament~, e\ interos solidR­rio de estl\ clase privJlPgiada lo qne se llaroapo-

trwtl."'w.

• CARTA QUINTA 'lJ

.El patriotismo, en el sentido compl~jo que se atnbuye ordinariamente ~ esta palabra ·ha ,-d nun - , ?. ~~ o

ca una p3st6n 6 una virtud popular? Con Ia his to ria en la rna no no du do en

d ..: respon-

er i.l esta preaunta con un ' To d · . .::~ .... , acJst vo, y para pr~bar ~~ lector que no me equivoco al contestar asi, le pido permi~o para analizar los principales elemento~, que, combinadas de nna manera mlls 6 m?n~,s diferen te, constituyen lo que se llama pa· tnol1smo.

Estos e~emen tos on cua tro: 1. o el elemen to ~a}'lrid 6 ftsiol6gico; ~.'' el elem( nto econ6mico· .!. el elemeuto politico, y 4. 0 el elemento r . ' 6 fanatica. re tgwso

tod El eler:oe~to fioiol6~ico ~s el fonda principal de u o pa~r10t1smo, senclllo, mstint.i vo y brutal. Es

na past6n natural que precisamente por ser muy

(1) Gineora, 25 ~Layo 18G9.-.b'l/'rogruo 11 ' 29 \{ . p~ge . 2-3. • ' • ") o 1 t;9),

176 M. BAKOUNINE

natural es ta en contradicci6n con toda politics, y lo que es peor, dificulta el desarrollo econ6mico, cientifico y humano de la sociedad.

El patrwtismo naturales un hecho pnramente bestial que se encuentra en tocios los grados de la vida animal y h.-sta cierto punto en )a vida vege­t al; el patriotismo, tornado en este sentido, es una guerra de destrucci6n, es la primera expresi6n humana de ese grande y fat:ll combate por la vida que constituye todo el desarrollo, toda la v1da del mundo natural 6 real; combate incesante, devora· dor, universal, que nntre !i cada individuo y ~ cada especie con la carno y la san gre de los indi­viduas extranjeros, que renov11ndose fatalmente ~ cada instante, bacen vi vir y prosperar y desarro-1\arse las especies m~s completas, m~s inteligentes y m~s fuertes ~ expensas de todas las otras.

Los que se ocupan de agricu\tura 6 de jMdine · ria, saben lo que les cnesta preser ver sus plantas de ln invasi6n de esos grandee p'lrlisitos que les disputRn la luz y los elementos qnimicos de la tierra indispensablee ~ au nutrici6n; la planta m~s porlHosa, \a que Ae ada pta major 8. las condiciones particulares del clima y del sue\o, como se desarro­lla siempre con un vigor relati vamente grande, tienri.e a matar las otras; es una lucha silenciosa pero sin tregua, y precisa toda la enMgica inter­venci6n del hombre para proteger contra esta in · vasi6n li las plantas que prefiere.

En el mundo animal se reproduce la misroa lu-

CARTAS S~BRE .EL PA 'TRIOT!SMO 177

cha, pero m~s ruidosa y dram~ticamen te· no es 1 I l ·1 · ' a u~ 1a

1sdl encwsa y tiin ruido; la sangre corre, y el

am-na estrozado, devorado y torturado ll 1 . , ena e aJre con ~us gemidos. Por fin, el hombrP, animal parlante, mtroduce la primera frase en esta lucha Y esa frase se llama el patriotisrno. '

El cornbate por la vida en el mundo animal vegetal, no es s6lo una lucha individual es y lu I d . d ' una c la e espemes, e g rupos y de familiae, unas contra otras. En cada ser vi viente hay dos ins tin . tos, dos grandes intereses principales : el del ali. ~en to y el de. l~ reproducci6n, bajo el punto de vtsta de la nutrwt6n; cada individuo es el enemigo natnral de todos los otros sin consideraci6n d 1 • ?.os d_e familia, de grupos, ni de especies; el ~r~­verbw de que los lobes unos <1 otros no se muer­den, no es verdad mientras los lobos encuentran otros animates diferentes para saciar su apetito pero cuando estos faltan, se devoran tranquils: mente e~tre sL Los gatos y las truchas y muchos o~ros ~?tmales, se comen con frecuencia sus pro plos htJOS, y no hay animal que nolo haga siempre que se encnentre acosado por el hambre.

l,Las sociedades humanas no han empezado la antropofagia? lQuien no ba oido esas lnm~~r tables historias de nAuftagos que, perdidos en el oceano sobre una debil embarcaci6n v acosados ~or .. el hambre, han echado suertes s~bre quien

abta ~e ser devorado por los otros? y durante esa ternble hambre que acaba de diezmar 11 Argel,

1'.!

178 M. BAKOUNINE

-lno hemos vieto madres devorar 6 sue propios

hijos? Es que el hambre es un rudo e invencible des-

pota, y la neoesidad de nutrirse, necesidad indi­vidual, es la primera ley y la condici6n suprema de la vida; es la base de toda vida humana y so­<lial como lo es tambien de la vida animal y de la vegetal; rebelarse contra esta es aniquilar todo lo dem6s, es condenarse 6 la nada.

Pero allado de esta ley fundamental de la na­turaleza viviente hay otra tambien muy esencial: la de la reproducci6n. La primera tiende 6 la con­servaci6n de los individuos, la segunda ~ la cons­

tituci6n de las familiae. Los individuos, para reproducirse, impulsados

por una necesidad natural, buscan para unirse los individuos que por su organizaci6n se les parecen m~s. Hay diferencias de organizaci6n que hacen la uni6n esteril y 6 veces imposible. Esta imposibili · dad es evidente entre el mundo vegetal y el mun­do animal; pero en este ultimo, la uni6n de los cuadrupedos, por ejemplo, con los p6jaros y los pe· ces, los reptiles 6 los insectos, es igualmente impo­sible; si nos limitamos ~ los cuadrupedos, encon· tramos la misma imposibilidad entre dos grupos diferentes y llegamos 6 la conclusi6n de que la ca­pacidad de la uni6n y el poder de la reproducc\6n noes real para cada individuo m~s que en una esfera muy limitada de individuos que est~n dota· dos de una organizaci6n identica 6 aproximada ~

CART.1S SOBRE EL PATRIOTIS.\10 119

la suya, constituyendo con el el mismo grupo 6 la misma familia. ·

El instinto de reproducci6n establece el solo lazo de solidaridad que puede existir entre los in­dividuos del mundo animal, yen donde cesa Ia ca­pacidad de uni6n, cesa tambien la solidaridad animaL Todo lo que queda fuera de esta posibili­dad de reproducci6n para los individuos, consti­tuye una especie diferente, un mundo absoluta­meute extrano, hostil y condenado 6 la destruc­ci6n; to do lo que aq ui se encierra constituye la gran patria de la especie; como por ejemplo la hu-manidad para los hombres. '

Pero esta destrncci6n mutua de los indi vi. duos vivientes no sA encuentra solamente en los limites de ese mundo limi ado que llamamos Ia gran patria; los encontramos tan feroces y algunas ve~es mas en medio de ese mundo, i1 c~usa de Ia reststencia y de la cornpetencia que encuentran porque las luchas crueles del amor se rnezclan con las del hambre.

Ademas cada especie de animales se subdivide e~1 grupos Yen familiae diferentes bajo la influen ­cta de las. condiciones ge1gr~ficas y climatol6gicas de los dtferentes paises que habita; la diferencia m~s 6 ~tenos grande de las condiciones de la vida deterr~un~ una diferencia correspondiente en I~ or.gaDlZBC16n de los indi vi duos que pertenecen ~ Ia mtsma eepecie.

Ya se sa be que to do animal busca na turalmente

la uni6n co n el ser que mAsse le parezca, de donde rasulta el dtsarrollo de una gran cantidad de va . r iec.lade d en tro de lu. misma especie; y como las d ifer ncias que sepctran todae ee tse variaciones se fun don principalmentA en Ia reproducci6n, y la re produ ·ci6n e Ia tlflica base de toda solidaridad • niru I, e:-~ evidente que la gran solidaridad de Ia · p ci d be suhdividirse en olrse tantes solidari­dnd • m limitflda 6 que la gran patria debe di­vidi en una multiL•1d de pequenas patrias anima-

' hos ti l s y de t ructoras las uuns de las otras.

EL PATRIOTISMO FISIOLOGICO 0 NATURAL Ot

Ya he demostrado en mi carta precedente que el patriotismo como cualidad 6 pasi6n natural pro­cede de una ley fisiol6gicn, de la que det&rmina precisamente la separaci6n de los eeres vivientes en especies, en familiae y en grupos.

La pasi6n patri6tica es evidentemente una pa si6n solidaria. Para encontrarla m§s explicita y m§s clarnmente determinada en el mundo animal, es precise buscarla, sobre todo, entre las especies de animales que como el hombre estan dotados de una naturaleza eminentemente sociable; por ejem plo, entre las hormigas, las abejas, los castores y muohos otros que tienen habitaciones comunes, lo mismo que entre las especies que vagan en mana das; los ani males con domicilio colectivo y fijo re­presentan siempre, bajo el punto de vista natural, el patriotismo de los pueblos agricultores, y los

( tJ El Pro.Qrtlio , 12 (12 Jonio 1869~ pa~a . 2 -3.

1 ~ M. HAKOUNINE

animates vagabundos en manadas, el de los pue­blos n6madas.

Es evidente que el primero es ml1s completo que el ultimo, puesto que ~ate no implica mAs que la solidaridad de los individuo~ en manada y el primero a11ade ~ la de los indi vi duos la del suelo y el domicilio que habitan.

La costumbr e, para los ani males lo mism<> que para los hombres, constitu~ e una segunda natura­leza, y ciHtas man eras de vi vir est:1n major deter­minadas, m~s fijas entre los animales colectiva mente sedenturios que entre las manadas vaga­bundas; y las dHerentes co. tumbres y las maneras pnrticulares de existencia constituyen un elemento esencinl de patriotisrno.

Se podria definir el patriotismo natural asi: es una adhesi6n instinlivn, maquinal y completamen· te desnudn de Cl'itica por las costumbres de exis tencia colectivamente tomadas y hereditarias 6 tra dicionaln.q, y una hoslilidad tambien instintiva y mnquinal contt·a toda otra manera de vi vir. Es el amor de los suyos y de lo suyo y el odio 11 todo lo que tiona un cnrdcler extranjero. El patriottsmo es un egofamo colecti vo por una parte y por otra Ia guenu.

No es uua solidaridad l>astante podero6a para que los miem bt·oe de una colecti vi dad animal no se de~oren entre ~{ en caso de nece idad, pero es bastante fuerto pnra quo todos sus indiv1duos, ol vidando sus discordias ch·ile ·, se unan contra

CARTAS SOBRE EL PATRIOTISMO 183

cada intruso que llegue de una colectividad ex­trans.

Ved los perros de un pueblo, por ejemplo. Los perros no forman por regla general republica co ­lectiva; abandonados a sus propios instintos, vi van errantes como los lobos y s6lo bajo la influencia del hombre se hacen animates sedentarios, pero una vez domesticados constituyen en cada pueblo una especie de republica fun dada en la libertad in­dividual, segun la f6rmula tan querida de los eco­nomistas burgueses: cada uno para si y el diablo para el ultimo. Cuando un perro de un pueblo ve cino, pasa solamente por la calla de otro pueblo, todos sus semejantes en discordias se ~an en masa contra. el des dicha do forastero.

Yo pregunto, tDO es esto Ia copia fiel 6 major dicho el originaL de las copias que se repiten todos

. los dias en la sociectad humana~ G~o es una mani­festaci6n perfects de e~e patriotismo natural del qu~ yo he dicho y repito que no es m~s que una pas16n brutal? Bestial, lo es sin duda , porque los perros incontestablemente son bestias, y el hombre, animal como el perro y como todos los ani males en Ia tierra, pero animal dotado de la facultad fisiol6-gica .d~ pensar y ha blar, cornienza su his to ria por la bestJa~tdad para llegar a tra v6s de lo;:; iglos ~ la conq u1sta y :i Ia consti tuci6n ma ~ perfects de au humanidad.

Una vez conocido el origen del hombre no hRy que extranarse de u be tialidacl, q U"' es un hecho

184. M. UAKOUNJNE

natural, entre otros hechos naturales, ni indig­uarse -<lOntra ella, pues no es preciso cornbatirla con energia, porque toda la vida humana del hom­bre no es mlis que un combate incesante contra su bestialidad natural en provecho de su huma­

nidad. Yo he querido hacer constar solamente que el

patriotismo que nos cantan los poetas, los politi­cos de todas las escuelas, los gobernantes y todas las clases pri vilegiadas como una virtud ideal y sublime, tieue sus raices no en la humanidad del hombre, sino en su bestialidad.

En efecto, en el origen de la historia, y ac­tualmente en las partes menos civilizadas de Ia sociedad humana, vemos reinar al patriotismo na ­tural. Constituye en las colectividades humanas un sentimiento mucho mas complicado que en las otras colecti vida des animales, por la sola raz6n de que la vida del hombt•e abraza incomparablemen­te m~s objetos que la de los ani males; ~ las cos tumbres y ~ las tradiciones fisicas se unen en ~~ las tradicciones m~s 6 menos abstractas, intelec tuales y morales y una multitud de ideas y de re­presentaciones falsas 6 verdaderas con diferentes costumbres religiosas, econ6micas, politicas y so ciales; todo esto constituido en tantos elementos do patriotismo natural del hombre, mientras todas es­tas casas, combimindose de una manera 6 de otra, forman, con una colectividad cualquiora, uo modo particular de existencia, una man ora tradicional

CARTAB ~O.BUB l..L I'..>1RlOTJSlfO 185

do vi vir, de pensar y de obrar distinto de las otras.

Pero aunqne. haya alguna rlifl3rencia entre el patriotismo natural de las colecti vida des ani male~. con r elaci6n a la cantidact y ~ la calidad de los oujetos que abraza, tienen de comun que son igual· mente pat~iones instintivas, tradicionales, habitua­le~ y colecti vas y que la intensidad del uno como la del otro no dapende en modo alguno de lana ­tura leza de su contenido; por el contrario, se pue­de decir que cuanto menos s~ complica el conteni do, mas sencillo, m~s intenso y mAs energicamen­te oxclusivo es el sentimiento patri6tico que le maniftosta y le expresa.

Cl animal est~ evidentemente rnucho mlis ligado que el hombre ~ las costumbres tradicionales de la colacti vi dad de que forma partt: ; en el esa ad he si6n patri6tica es fa tal, ~ inca paz de defenderse por si mismo, no ee libra algunas veces mAs que por la inf luencia del hombre; lo mis;no pasa en las colectividades humanas; cuanto manor es la ci vilizaci6n, menos complicado y nuis sencillo es el fonda de la vida social y mh natural el patrio tismo, es deci r, Ja adhe"i6n iustinLi a de los iudi­viduos p or todas las costumbre.s naturales, inteloo tnales y morales que con ~tituyen la vida tradicional de una colecti vi dad particular, usi como es mAs intenso cl odio por to o lo que sa diferencia y t:s

extranjero . 03 aqui re ulta qu e l patrioti rno na . tural est§ en raz6n in Yersa de la ci vilizaci6n, es de-

M. BAKOUNINE

cir, del triun(o de la humanidad en las sociedades humanas.

Nadia disputar~ que el patriotismo instinti vo 6 natural de las miserables poblaciones de las zonas h eladas, que la civilizaci6n humana apenas hades­florado y donde la vida material es tan pobre, no sea iufinitamente mds fuerle 6 m~s exclusivo que el patriotismo de un franc~s. de un ingl (os 6 de un alem!1n, por ejemplo. tEl alem~n. el ingles, el fran­ces, pued~n vivir y aclimatarse en todas partes, mientras el habitante de las regiones polares mo­riria pronto de nostalgia si lo separaran de su pais y sin embargo, hay algo m~s miserable y manoa humano que su existeucia? l~sto prueha una vez m4s que la intensidad del patriotis:no natural no es una prueba do humanidad, sino de brutalidad.

Al lado de este elemento positivo ue patriotis­mo, que con iste en Ia adhesi6n instinliva de los indi vi duos al modo particular de In existencia co­lecti va de In rual son miembros, e t~ el elemento negativo, tan eaencial como el primero y dol cual es inseparable; es el horror igualmente instintivo por todo lo extranjero, in~tintivo y por consecuen­cin be:~tinl ; si, real mente be:~tial, porque este horror es tanto mds en6rgico y mds inveucible qno el que siente cuando manoa piensa y comprende, Y por consiguient~. en este ca o es monos hombre_.

Iloy esto horror pntri6tico para el extrnnJero no se encuen trn m6s quo en lo pueblos sal \'ajes, s6~o algunas veces se oncuentra en los pueblos medw

CARTA S BOBRE EL PATRIOTIBMO HS7

salvajee de Europa~ quien la civilizaci6n burgue· sa nose ha dignado civllizar, pero en ca mbia nose olvida nunca de explotar. Hay en las grandes capi­tales de Europa, en el mismo Paris y en Londres sobre todo, callas abandonadas ~ una mul titud mi­serable ~ quien nadia ha sacado de au obscuridad; basta que se presente un extrano para que una multitud de seres humanos miserables, hombres, mujeres y nii,os casi desnudos, llevando impress en su rostra y en toda su persona las sefl.ales de la misel'ia m~s espantosa y de la m~s profunda abyec­ci6n, le rodeen, le insulten y algunas veces le mal traten, s6lo porq ne es extranjero. (.Este patriotismo brutal y sal vaje, no es Ia negaci6n absoluta de todo lo qu~ se llama humanidad?

Y sio embargo, hay peri6dicos burgueses muy bien escritos, como el .fouowl It (~in. bra. por ejem­p lo, que no sieoten vergitenza alguna explotando este prejuicio tan poco humano y esta pasi6n bes­tial. (~uiero, sin embargo, hacerles Ia justicia de roconocer que los explota n sin participar de sus opiniones y s6lo porque encuentrau inter~s en ex­plotarlos, lo mismo que sucede con los sacerdotes de todas las religiones, que predican las necedades religiosas, sin creer en ellas, s61o porque el inter~s de las clases pri vilegiadas, esta en que las masas populares cootim'ten crey~ndolas. 'uando el .!u '1'­

nal rf, n ;,ltln a se encuen tra falto de argument s y dA pruebas, dice: esto es una cosa, una idea, un hom­bre 1 ,, ,-,,.1' ' tJ , y tiene rormada tan mezquina idea

188 M. BAKOUNINE

de sus compatriotas, que espera que le bastara pro­nunoiar la terrible palabra e.rt?·anjero

1 para que ol

vidando sentido comun, humanidad y justicia se pongan todos § su lado.

No soy ginebrino, pero respeto mucho §los ha­bitantes de Ginebra, para no creer que el Jounwl se equivoca; pues, sin duda, no querrAn sacrificar la humanidad a la bestialidad, explotada par Ia astucia.

EL PATRIOTISMO 111

(Contitwacuin)

Ya he dicbo que el patriotismo, mientras ee instintivo 6 natural y tenga sus raices en La vida animal, no es m~s que una combinaci6n particular de costumbres colectivas, materiales, intelectuales y morales, econ6micas, politicas y sociales, des ­arrolladas por la tradici6n 6 la historia en una so ­ciedad humana muy limitada.

Estas costumbres, he anadido, pu2den ser bue­nas 6 ma!as ; el contenido 6 ol objeto de este senti ­mien to instintivo no tiene ninguna influencia sobre el grado de su intensidad y si se admitiera con re laci6n A esto ultimo una diferencia cualquiera, e incline ria mAs en favor de las malas costumbres que de las buenas, porque, A causa del origen ani­mal de toda sociedad huruana y por efecto de esta gran inercia que ejerce una acci6n tan poderosa E>n

( 1) El PtQqr(IQ, 14 ( 10 Julio 1 6i, pt gl'. ~-3 .

HlO M. SAKOUNINE

el mundo in telectual y moral, como en el mundo material, en cada sociedad aun no degenerada que progress y marcha adelanto, las malas costumbres estan mas profundamente arraigadas que las bue nas. Esto nos explica por qu~ en la suma total de las costumbres colectivas actuales y en los pais(:\s mas civilizados, las nueva decimas partes por lo menos no valen nada.

No os imagineis que q uiero declarar la guerra ala costumbre que tienen general mente la sociedad y los hombres de dejarse gobernar por Ia coslwn­lwe. En esto, como ~n muchas cosas, no hacon mas que obedecer fatalmente a una ley natural y seria absurdo rebelarse contra las leyes naturales. La acci6n de la costumbre en la vida inteleotual y moral de los individnos, lo mismo que en las so · ciedades, eA la misma que la de las fuerzas vegeta­tivas en la vida animal; la una y la otra son con dioiones de existencia y de realidad; el bien, lo mismo que el mal, para ser una cosa real debe convertirse en costumbre, sea individualmente on el hombre, sea en la sociedad; todos los ejercicios y todos los estudios 6 que se entregan los hom ­bres, no tienen otro objeto, y las majores cosas no se arraigan en el hombre basta el pun to de con ver­tirse en segunda naturaleza mAs que por la fuerza de la costnmbre. No se trata, pues, de rebelarse locamente puesto que es un poder fntal que nin­guna inteligencia ni voluntad humans podran ex­tinguir; pero si iluminados por la raz6o del siglo y

CARTAS BOBRE EL PATRIOTISMO l!ll

por la idfa que nos formamos de la verdadera justicia, queremos seriamente ser hombres, no te­nemos mas que una cosa que hacer: emplear cons­tantemente Ia fuerza de voluntad, es decir, la cos tum bre de querer extirpar las malas costumbres, que circunstancias independientes de nosotros mis­mos han desarrollado en nosotros, y reemplazarlas por buenas; para humanizar una sociedad entera, es preoiso destruir sin piedad todas las causae, todas las condiciones econ6micas pollticas y socia­lee que producen en los indi vi duos la tradici6n del mal y reemplazarlas por condiciones que ten­gao por consecuencia necesaria engendrar en esos mismos individuos la practica y la costumbre del bien .

Bajo el punto de visla de la conciencin moder­na , de Ia humanidad y de Ia justicia que, gracias al desarrollo pasado de la historia, hemos logrado comprender, el patriotismo es una mala y funesta costumbre porque es la negaci6n de la iguald~d y de la solidaridad humanas.

La cuesti6n social planteada pr~cticamente por el mundo obrero de Europa y de America y cuya situaci6n no es posible ml que por la abolici6n de las frontera.s de los Estados, tiende necesariamente 8 destruir esta costumbre tradicional en la con­ciencia de los trabajadores de todos los paises. Yo demostrare mas tarde, c6mo, desde comienzos de este siglo, fue muy q uebrantada en la conciencia de la alta burguesfa comercial e industrial, por el

192 M. I:IAKOUNINE

desarrollo prodigioso e internacional do sus rique ­zas y de sus intereses econ6micos; pero es preoiso que demuestre primero c6mo, mucho antes de esta revoluci6n burguesa, el patriotismo natural ins tintivo, que p0r su naturaleza no puede ser ml1s que un senti mien to muy limitado y una costumbre coleotiva local ha sido desde el principio de la his toria profundamente modificado, desnaturalizado y disminuido para Ia formaci6n sucesiva de los Estados politicos.

En efecto, el patriolismo mientr:H; <'S un senti­miento natural, es decir, producido por Ia vida realmente solidaria d s una coleclividad y poco dehilitado por la reflexi6n 6 por efecto de los inte­resos econ6micos y politicos, como por el de los abstracciones religiosas, este patrioti mo, sino to· do, en gran parte animal, no puede abrazar ml1s que un mundo muy 1 imitado, C'Omo una tribu, etc. Al principio de la hi~ to ria, como hoy en los pueblos sal\'ajes, no habia naci6n, ni 1engua nacional, ni culto nacional, no habia rods que patria on f\l son­tido politico de la palabra. Cada pequei)a localidad, cada pueblo, tenia su idioma particular, su Dios, su sacerdote, y no era mas que unn familia multi plicada y exlen£1a qu se a[irmahn vivienclo y qtte en guerra con todas las demds tribu"~, negaba ol resto de la humanidad. Tal es el patriotismo na· tural en su en6rgica y sencilla crudPza.

Aun encontramos retitos dA e te patrintiflntO en al~unos de los paises m~s civili?adt1 do Europa,

OA RTAS SOBRE EL PATRIOTISMO l!J:j

en Italia, por ejemplo, sobre todo ·en las provincias meridionales de la peninsula itahana, en donde la config uraci6n del suelo, las montanas y el mar crean barreras entre los valles y los pueblos, que los separa, los a isla y los hace caai extranos los unos ~los otros. Proudhon, en au folleto sobre Ia unidad italiana, ha observado, con mucha raz6n, que esta unidad no era m~s que una idea, una pas16n bur­guess y de ninguna man era popular, que las gen. tes del campo, por lo menos, sen basta ahora, en gran parte extranos, y anadir~ que basta hostiles porque esta unidad est§. en contradicci6n por u~ lado con su patl'iotismo local, y pot otro no la ha aportado nada m~s que una explotaci6n implaca­ble, Ja opresi6n y la ruina.

En Suiza, sobrs todo en los can tones primitivos, dno vemos con frecuencia el patriotismo locallu­char contra el patriot ismo cantonal y A este con­tra el patriotismo poliLico, nacional de la confede­raci6n republicans?

. P_ara reasumir, saco la conclusi6n de que el pa­trlOtlsmo como sentimiento natural , siendo en su esencia yen realidad un sentimiento e encialmen­te local, es un impedimenta serio para Ia formaci6n de lo &tados, y por consecuencia estos tihimos y con olios lc ci ~ilizaci6n no puedon e ta blecerse m~ que destruyendo, sino del todo por lo menos en grado con idorable, esta pa~i6n nimal.

EL PATRIOTISMO !I•

de haber considerado el patriotismo DespuoR d . ta natural y haber demostr ado

baio el pnnto e vts7, . f por un lado os un senti-qu e bnJO r•ste lHmto 1 1

' 11

/j a, • 6 tollas 6 . al porque es comun

miento be:~tia\ amm ' n ·ial . de auilllo\es, y por el otro es ese c

las espemes do abarcnr m~s quo el mente local, porque no plut bre prh··Hlo de civi· espacio limitado eu quo e 10m • l~ora el ;\na· . . u vida voy ~ ompezat u

hzam6n pasa ~ . ' .,..l . ·ameute hull1ano, del 1. · del putrtottsmo ex'"' ust \ .

lBlS . {'f' !/ ·fltrJIU~O P

atriotismo cconbouco, 110 l ICII 1 ' • , • l' tas t." "a l bado pot loe nat•lrB 1:, J •

Es un hM lO pro ~ o de csda d 1 .·om a quo el tJUm 1

pasado al Esta o ( e axt I • e a lu can ti-. ·mal ·orr sponde stemprt

poblacton ~~~ de s~l>sistoncia que en~uentrun en dad de me lOS . umenta siompre el puis que habitau. l./l poblact6a cautidad. que los medias so uneueutr:ln en gt au

--- ~ . 1 • "lo }Sii't t·6~e. :2 I. (1) Ell'ftl!)t't'BO, 1 I \· ..:,~," • I

C~RTAS SOBRE EL PATRIOTlSMO 1!1 ,)

Cuando una poblaci6n animal ha devorado todas las existencias del pais. emigra, pero est a emigra · ci6n que le~ hace romper sus antiguas costumbres, sus maneras diarias y rutinarias de vivir y les hace hnscar ~in conocimiento, sin pensamiento al­guno, instintivamente y :1 Ia ventura los medias de suhsisteucia en paic;es por completo desconoci­dos. va l:'linmpre acnmpai'ladn de privaciones y su · frimiento3 inmen5os. L~ parte m~s grande de Ia pohlacilitl animal emigrante muerc de hamhre, sirvionuo con frecuencia de alimento ~ los super­vi vientes y la parte mas pequena es la que suele aclimatarse y encontrar nue os elementos de vida en un nuevo pais. De~ptu~s viene Ia l!llerra ontre las especirs que c:e nutren con lo9 mismos alimen­tos, Ia ~uerr a entre los que para viYir tienen que devorarFe lo unos A los otros. Con~iderado a i, el mundo nnturnl no e~ mAs que una hecatombe san­griental una trngerli.1 horrorosa y luguhre escrita por el hamhre.

Los que admiten Ia e.-i~tencia de un Dios crea­dor no du Inn de que le halagan reprec:Pnttindole como el creador de e"tr mrmrlo. ; 6mo! un Dios todo podPr, todo intelit"'encia, todo hondad, no h~ber podido ct ear m11 que nn mundo como e~te, un horrot'.

1!.~ v~rdncl ue lo teologos tienen un excelen­te a1 ·gum n to p ra oxplit'ar e~ta con&radicci6n.

El mnndo hn ia si o creado perf ct.o, diceo , y reini'S primero una democraeia ahsoluta, hastn que

19G M. JUKOUNJNE

pec6 el hombre, y ontoncea Dios, furioso contra el, maldijo al hombre Y al mundo. . .

Esta explicaci6n es tanto m6e ed1flcante cuanto que est6 llena de absurdos, y ya se sabe que en el absurdo consiste toda Ia fu erza de los te6logos.

Para ellos, cuanto m~s absurda y m.~s imposible es una cosa, m6s verdad es. Toda reljgi6n no es otra cosa que la deiEicaci6n del absurdo.

Asf, Dios, que es perfecto, ba creado no mundo perfecto, pero es~a perfecci6n puede atraer sabre ella la maldici6n de su creador, y rieP!)ues de haber sido una perfecci6n absoluta, se convierte ~n una absoluta imperfecci6n. ~C6mo la per[ecci6n ha po­dido llegar 6 imperfecci6n? A esto responder6n que precisamente porque el mundo, aunque pe~­fecto en el momenta de la creaci6n, no era, sm embargo, una perfocci6n absoluta. S6lo Dios, sieo do absoluto, es ml1s que perfecto. El mundo no era perf~cto mas que de una rnanera rela\i va y en comparaci6n de lo que es ahora.

Pero entoooes, 6POr que emplear esa pn\abra de perfecci6n que no lle~n nada de relati;o? ,L~ per · fecci6n noes necesartamente absoluta? Ductd en · ton ces quA Dioa habria creedo un mundo imper . fecto , pero mejor que el que vemoe ahora; pero ~~ no era mAs que major, si era ya impedecto al salH' de las manoa del creador, no pr<:sentaba esn ar · monia y esa paz absolula de Ia quo lo!i softor~s te6logos no dejan d~ hablar, y entonces pregunta­remos: 6Todo creador, seg(tn vuestro propio dicho,

CARTAS 80BRE EL PATRIOTISMO 197

no debe ser j UZ,.;{ado segun su creaci6n, como el obrero seguu su obra? El creador de una coea im­p_erfecta es necP~ariamento un creador imperfecto; stenno el mundo imperfecto, Dws, su creador, es neceaariamente imperfecto, porque el h echo de haber creado un mundo imperfecto no puede ex­ph~arse mas que por su falta de ioteligencia, 6 por su 1mpotencia, 6 por eu maldad. Pero din1n: el mundo era perfecto, s6Jo que era menos perfecto que Dios; a Psto respondere que cuando se trata de la perfecei6n no se puede l•ablar de mas 6 de menos; .Ia per fecci6n es completa, entera, absoluta, 6 no extste. Dd modo, que si el mundo era menos perfecto que Dios, el rnundo era imperfecto, de donde resulta que Dios, creador de un mundo im · perfecto, era el mislllo imperfecto que sigue im. pe:fecto, que nunca ha sido Dios, y que Dios no extste.

Para p robar la existencia de Dios, los senores te6logos sa vercin obligados a concederme que el mundo creado por el era perfecto en su ori"'en ·

0 I

pe:o enton?es yo las haria pequeflas preguotas; prtmer~, 6SI el mundo ha sido perfecto, c6mo dos perfeccwnes podian existir eeparadas una de Ia otra? La. perfecci6n no puede ser m~ que unica, no permJto que ::;ean dos, porque siendo dos la una limita ala otra y la hace neceaariamente fm­perfecta, de modo que si el mundo ha ::;ido perfec­to, no ha habido Dios ni den tro ni fuera de el, el mundo mismo era Dios; otra pregunta: {.Si el

19H ~1. BAKO UNJ~B

mundo ha sido perfecto, c6mo ha hecho para de­caer'? i Linda perfecoi6n I a que puede a lterarse y perderse! iY si se admite que la parfecci6n puede decaer , Dios puede decaer tambien! Lo que quiere decir que Dios ha existido en la imagin ac i6n cre­yente de los hombres, pero la raz6u human 11 , que triunfa cada vez m~s en la histor ia, lo <.les tr·uye.

En fin, jes muy singular es te Dtos de los cris ­tianos! Crea al hombre de manera q ue pueda y deba pecar y caer. T eniendo Dios entre todos sus atr ibutos la o mnisciencia, no podia ignorar , nl crear al hombre, que caeria; y puesto qub D tufi lo sabfa, el hombre duh1a caer; de otra manern hnhiAra dado un solemn e m entis a toda Ia omni~eiencin di \'ina. ~Que nos luhlan de la liber tad hnmana~ jllabfl fa­talidad ! 0 Jedeciendo a esta penliiunto (a tal (lo que­cualq utet 8encillo padre de familia, hubie• a pre­vis to en ellugar de Dios), ul hombre.cniJ, y h a qui a In divino p~rfecci6n ll~na de tenible Ct•' r·a, una c6lera tan ridh;ulu como O!liu n. I) s 11 ldijo solnmente :llo infractores dH u I ~, 1 , ..t todn 1 descendenda ltumana quo 1.Hin no exi tl , y, por consecuencia, erL1 ahsolutamentu iDtJf'tmle del pe· cado de nue3tros primeros padre , y, no coutento con esta injusticia, maldi jo ose mundo armonioso que no tenia nada que vor y lo transformo on un r ecoptacnlo de crimoues y do 11orrort3s, on uun per­petua curnicarfa . Despu63, oscla vo de su pr opia c6· lera y de Ia maldici6n p1 onuuciada por t:i mismo contra los hombr es y el mundo, contra su propia

CART.AS BOBRE EL PATRIOTIBMO 1 !)!J

creaci6n, y acordandose un poco tarde de que era un Dios de amor , i rl ue hizo? ~o era baotante haber ensa ng rentado el mundo por su c6lera, y PSe Dios sang uinaria verti6 Ia sang re de su mbmo Hi jo, le inmol6 haj•) e l p retexto de r econcilia r a l mundo con su di v1 na ~la j estad . jToda via ~ i !o huhi era lo ­grado! , p ero no; el mun lo natural y hum::mo que­d6 tan destrozac!o y e nsan0 r8nta do , co mo antes de esa monstruos~ reden 0i6n. Da donde r esulta clara ­m ente que el Dios de los cr is tianos , como todos los d ioses q uo le han p t oceclido, es un Dios ta n im . po tente como cruel y tan ahsurdo como mal vado.

jY absmdos parecidos ·~on los quo quieren im ­p oner a nuest ru libertad y a nne5tra raz6n! jCon sernejnntes mon,truosidades pretenden moralizar Y hum llJZar a lOS hombre ! Qne !OS te6logos ten­gao el \·alor de renunciar francamente § Ia huma­nidad y li l raz6n. ::\o os ba:: tante docir con Tertu· linno: Urcdo IJitia ahsmdw,, (Creo en lo que e- ab ­Sll!'do), que tr tan-ut.iu, si pueden, de imponernos un cri tiani 1110 po1 medio del ltHigo como bace e l ~ l' de toda la llusias, por ln hoguera, como Calvi· no, por la auta loqslisici6n, como los buenos cat6-lico , por Ja violencia, la tortura J In mnerte, como querr n h carlo lo sacerdot de todas Ia 1 eligio -1ws po~ibles; que enE"ayen todos e~os lindos medios, pe1·o no esperen nunca triunfar de otra manera. En cuantn d noso ros, dejerno do nna vez para siempre tod s c tos ab nrd•J y •o bori ores d i­vino cou los q ue cre(ln loc~nner. te po er explotar

200 M. BAKOUNINE

largo tiempo :1la plebe y §las masas obreras an su nombre, y volviendo 6 nuestro razonamien~o hu­mano, recordamos siempre que Ia luz humana, la sola que puede iluminarnos, emanciparnos y hacer­nos dignos y dichosos, no est:1 al principio, sino, relativamente al tiempo que vivimos, al fin de Ia historia, y que el hombre, en su desarrollo hist6ri-co, ha partido de Ia brutalidad para llegar m:1s y m~s :1la humanidad.

No miremos nunca atr:1s, siempre adelante, porque adelante ea nuestro sol y nuestro bien, y si nos est:1 permitido y si es u til mirar alguna vez

..

atr~s, noes m:1s que para justificar lo que hemos •' sido y lo que no debemos ser, lo que hemos hecho y lo que no debemos hacer jamas.

El mundo naturales el teatro constante de una lucha interminable, de la lucha por la vida. No te­nemos por que preguntarnos por que es a i; nos ­otros no lo hemos hecho, lo homos encontrado asi al nacer, es nuestro punto de partida natural, y no somos responsables. (~ue nos bnste saber que esto es, ha sido y sera probablemente siempre asi. La armonia se establece por el combate, por el triun ­fo de los unos y con frecuencia por la muerte de los otros.

El creci rniento y el desarrollo de las especies, estlin limitados por su propia harnbre y por ~I ape ­tito de las otras especies, es decir, por el sufri ­miento y porIa muerte. Nosotros no decirnos como loa cristianos, que esta tierra es un valle de ldgri -

OARTAB SOBRE EL PATRIOTISMO 201

mas, pero debemos con venir en que no es madre tan tierna como dicen y que los seres vivientes ne­cesitan mucha mas energia para vivir. En el man­rio natural, los Cuertes viven y loa debiles sucum­ben y los primeros no viven mas que porque los otros mueren.

~ Es posible que esta ley fatal de la vida natural ~ea tambien la del mundo humano y sociAl'" '

EL PATRIOTISMO t11

~.Los hombres eo;tdn condonado3 por su natura­leza 1 devorarse entre si para vivir como lo hnceu los animales de otras ospecies?

jAy! jnos encontramos en lacuna de la civiliza­ci6n humana In antropofagia, al mismo tiempo yen seguicia las guerra a de extermiunci6n, Ia guer I'B de las razas y de los pueblos, guerras do ~on q uista, guerrns de equilihrio, guerras politicns, y guerras religiosas, guerrns por las grandee ideas como las que hace Francia, dirigida por su emperador ac­tual, y guerras patri6licas pnra la gr·an uniun na­cional, como las que medi tan por su lado el minis­tro pangermanista de Be1lin, y por otro 61 Zur de San Petersburgo'

Y en el Condo de todo es to, a tra vcs de todas las frases hip6critas de que so sirven pnra darse

CA RTAS 808RE £1.. PA TK!OTISMO :10:;

una apariencia de humanidad y de derecho, ~que encontramos? Siempre la misrna cuesti6n econ6mi­oa' I((, tenrlenl'ia de 1(Jt0 a ?·ivit y prospPrar ft eJ)!en.~as de los olro&. Los ignorantes, los simples y los tontos se dojan eager, pero los hombres fuertes que diri ­gen los destinos de los Estados sa ben muy bien que eu el Condo de todas las guerras no hay m~s que un solo intere:!: jel saqueo , Ia conquieta de la3 ri­quezas de otros y el ser vilismo del trabajo!

fn l es la realidad ~ Ia vez cruel y brutal que los Diosos de todns la~ religiones, los Dio es de Ia ba­talla~ no h tn dejado nunca de bendeci1·, emp z n ­do por Jijhov~, . 1 D10s de los judios, el I dre de ~UeStro ' ilor ,Jesucristo, que mandu a "U (JUO·

blo ele6ido extet lllinar a todos los habitantes de la Tierra J>' ometida y ac bnndo por el Dio oat61ico repre ·t:nltado pot· los papa , qu&, enaecompen~a del exte~rn 1111 de Jo paganos, de los mahometanos y de los herejAS, die ron la, tierras de estos des o-ra. cia do :1 us dicho O'"' cxterruinad res quo cbo;;.ea ban sangre .. \ las victimas, el infieruo, 6 l'Js ver­dugo , f:'U de pojos, los lJieues de la tie! ra, tal E:S

el f.n de Ia guerra;:, mds ~so ta , de les guerras re­ligio a .

Es evidente que ha La ahoa a ]a humanidad no ha hecho ninuuna excepci6n para sa ley gen rnl deb stialid ld que con dena ti todo los seres vi vi n­tes A devorar e entre bi para vh·ir; 6lo ei .. ocia1is­mo, como demobtra1 e con Ia continuaci6n de e..,tos srticulos, 1 oniendo <.'n el Iugar de I ju::ticia politi-

2C4 M. BAKOUNINE

(}a, juridica y di vina, la justicia humana, reempla­zando el patriotismo por la solidaridad universal de los hombres y la competE:lncia econ6mica por la organizaci6n internacional de una sociedad funda­du sobre el trabajo, podn1 poner fin a esas mani­festaciones brutales de la bestialidad humann: ala guerra.

Pero hasta que triunfe en la tierra, los Congre­sos burgueses para Ia paz y para Ia libertad protes­taran en vano, y todos los Victor Hugo del m undo en vano los presidiran, porque los hombres conti­nuaran devorandose como las bestias feroces.

Esta probado que la historia humana, como la de todas las dem~s especies de ani males, ha comen­zado por la guerra. E'3a guerra, que no ha tenidc ni tiene otro fin que conquistar los medias de Ia vida, ha tenido diferentes fases de desarrollo paralelas a las diferentes fafi!es de la civilizaci6n, es decir, del desarrollo de las neoesidades del hombre y de los medias de satisfacerlas. El hombre ha vi vi do pri ­mero, como todos los animates, de frutos y de plan· tas, de caza y de pesca. Sin duda, durante muchos siglos, el hombre caz6 y pesc6 como lo hacen las bestias aun, sin ayuda de mas instrumentos que los que la naturaleza le habfa dado.

La primers vez que se sirvi6 de un arma grase· ra, de un sencillo bast6n 6 de una piedra, hi:w un acto de reflexi6n y se revel6 sin soapo"harlo como un animal pensador, com0 hombre; porq ue el .arma mas primitiva debi6 neCebariamente adap-

CARTAS SOBRE EL PATRIOTJSMO 20..-,

tarse al fin que el hombre se proponia obtener, y eato supone cierto calculo, que distingue esencial­mente al hombre animal, de los dem~s ani males de la tierra. Gracias a esta facultad de refl~xionar, de pensar, de inventar, el hombre perfecciona sus ar­mas, muy lentamente es verdad, ~ traves de mu chos siglos y se tr&n~forma en caz:tdor 6 ~n bostia feroz armada.

Llegados ~ este primr;r grado de ci vilizaci6n, los peCJuefios grupos lllimanos encontraron mb fa ­cilidad para nutrirea matando a los seres vivientes

• I

sm exceptuar los hombres, que debian s~rvirles de alimento, que las bec;tias privadas de aquellos ins­trumentos de caza 6 de guerra; y romo lo .,,,,zti1bctz­don tl, todrt" lo~ l p£Cif·g rle a,limales esta siempre en proporci6n rlin•ctn de lo 111erlios d ub ; tcnciu es evidenta que el numero de hombres debia aumen­tar en una proporci6n mayor que la de los anima. les de otras especie. y que debia Jlegar un memen­to en que Ia inculta naturaleza no podria ha tar para alimentar A todo e1 mnndo.

· i (1) la raz6n humana no era progre iva, si apoy~ndoee par un lado eobre la tradici6n que conserva en provecho de las creneracione. f1Jturas lo conocimientos ndquiridos por la" g~neracione pasadas y propagandose por otro lsdo, gra ias A ese don de Ia pal a bra que e in epara ble del del pen amiento, no e rle ... arrollarA coda vez mAs: i

(I) ntioueri61 ) lllP~'g•eo,20 2

20G M. BAKOUNlN&

no estu viera dotado de la facultad ilimitada de inventar nuevos procedimientos para defender Ia existencia hnmana contra todu.s lss fuerzas natura­les que ]e son contra rias , esta insu(iciencia deal naLnraleza, h·\bria sido net~esariamento ol hmite de Ia mnltiplicaci6n de la especie humana .

Paro gracias a esta pre ·iosa facullad que leper­mite eab£1r, renexionar y comprendet·, el hombre puede franquear eBe limite natnral quo dotieuo el desarrollo de todas las dem~s especies cle aP.imalc:-s. Quando los manantiales naturales se agota,·on, cre6 artificialel:i; aprovechando no su fuerza fi icH, siuo la superiorid~d de su inteligencia, AP- concreto en cillamento no 6 rna tar para devoral'las in rnectiata­menle, sino ,'i someter y a dorno~ticnr hal'ta ciorto pnnto :1 las bPstias sal vajes parn qu e sin·ieran li sus fine I y doe le modo, a tra ved de loR si~los. gru pos de c·az 1dores ~e transforma ron en g1·upo de pastorPS.

E ta nueva corrienta de exilstencia mnhiplic6 natut•almente mas la especio humnnn y huh<1 nece· sidad do crenr· nuevos medios de sub i tencia. La explotaci6n de Ia besti \, no bu ttl 1 los gn1pos humanos se pusioron :i explotnr la tie ·ra; lo pue blOB llOillados y lo pa tores se tronsformuroll d£-B· puos de much us m~ siglo on pueulos t•ulli va· do res.

En o to periotlo de la hi tor iu so lab! ci6 Ja esrln vii ud.

Los hombr·es, oi'la salva jes, Ptnp~za ron primcr·o

•'

CARTAS SOBBE EL P1TRl0TlSMO

por devorar a sua enemigos muortos 6 prisioneros, pero cuando comenzaron a comprender Ia ventaja que ten.ra para ellos.servirae de las bestias 6 E>xplo­tarlas sm matarlas. mmediaiamonte y sin duda de­bieron comprender Ia ventaja que podrfan ohtener de los servicios del hombre, animal el m~s inteli inteligante de la tier& a; por cons8cuoncia, el enemi­go vencido no fua davorado, pero fue hec}, 0 e-cla­vo, obligado a trahaja1· prtra la subsi3tencia nece­caria de un amo.

El trab~jo de lo.:~ pueblo::~ dedicados al pastoreo os tau senclllo que no oxige a penn~ ol trabajo de los escla vos. Asi vernos que en los pueblos n6madns 6 pastores el ntlmero de cscla vo~ e .. muy limitado par no decir. n.nlo . Otra cosa sucecie c~a lo pue~ blos ed~ntar~o y agricola ; Ia agricultura xige un trabaJo astduo y penoso. El bombro liLre cie los bo~ques y d I~s llanos, el cazador, lo mi mo qut3 el past 1 ·, se BUJ~t3n :1 el con ropugnancia; y a~f vemos en loa pueblo sal \'ejes de America, que sob_re el ~6r comparathamento mas d'bi l, que es fa muJAr, recaen los trnbain mas duro y asquerosos. Lo: hombre!) Ill ,,ono"en otro oficio ma;, que Ja caz'l Y Ia guerra, •JUe am1 en nue tra civiliz ci6 s?n cousiderndos romo lo mr\ nobl , y de pre eta n~o todn .. In dumas ocn pnciones, permanecan tend1do perczo artlt me fumando .,us pi !'IS, mien trn.., sus d rrraciada mujer ~. as esclava natu­rale, dol homhre I ~\r n:o, sucumben bajo 1 ptts -dn cargn cle u trabnjo <.lia rio.

208 H. BAKOONINE

Un paso m:is en la ci vilizaci6n y el escla vo tom a. el sitio de la mujer; bestia de suma inteligencia , obligado a lle var la carga del trabajo corporal, crea el descanso y el desarrollo intelectual y moral

de su amo.

MIGORL BAKOUNINE.

• FIN

( I) La continuaci6n no ha pareddo.

f

r

INDICE

FBDBBALISMO, SOCU.LISMO y .A.NTlTEOLOt•Il'MO

Federalismo. .

"iocialiemo.. .

Antiteologiamo.

oaRT.\8 80BB& .£L PATBIOTISl!O

A Joe compaf!.eroa de Ia Sociedad Ioternacional de lofl

Trabajadorea de Lode Y de Ia Chaux-de-Fond~! Carta seguoda ·

Carta tercera ..

Carta coarta .

Carta quinta ..

El patrioti~tmo 1it>iOI6gi~o ~ n~tu.ral El patriotlsmo (continuaci6n

El patrioti~mo (continuacioo)~ El patnott mo conunuad6o .

1-&

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160

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17 .::,

1 1

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CASA EDITORIAL F. SEMPERE Y COMP .A

Isabel Ia Cat6lica, 5.- VA LEN CIA

~

UNA PESETA EL TOMO

TO MOB

El Horla, por Guy da Manpassaot. . . . . . La m.uerte de los Dioses, por Dimitri de .Me-

rejk,,w .. kt. . . . . . . . . . . . La Mance bia (La MaiHon Tellier), por Goy de

Maupast~ant.. . . . . . . . . . . La conqulsta del pan, por P. K ropolkioe.. . Sebastian Roch (La educacioo jesuftica), por Oc-

tavlo Mtrbeau. . . . . . . . . . . Palabras de un rebelde, por P Kropotkine .. Evoluclon y Revoluclon, por t<~lf .. .,.o Reclos. La Corte sana de Alejandria (Tail!'), por

Anatollo 1• ra1..1ce. . . . . . . . . El Dolor Universal, por Seba»tiao Faun~.. . Novelas y Pensam.lentos (.M6sico.s, fif6toofot~

y fl'l61~,...) por Rtt:ll rdu \V .c~eut1r. . . . . . El Mandato de la Muerta, por En1ilio Zula. Episcopo y Com.paiiia, por G d'Aaounz10. La verdadera vida, por Le6o Tolstoy .. Flor de Mayo, por Vtceate Bla,.co Ihl\fiez. . . Cuentos am.orosos y patrlottoos, por Al-

funt!o D.1•tdat. . . . . . . . . Las crueldades del am.or, par J. Gautier . tCentinela .•• alertaf por .\laul.te .'erao . .

· Cuentos del Jucart nor Jot~e ~aria de Ia Torre. Dlccionar lo Filosotlco, por \'olt.tire.. . . Campos, Fabrlcas y Talleres, f.>Or P . Kro-

potkJue.. . . . . . . . . . La ramera Ellsa, porE. de Goncourt. . . Arroz y Tartana, por \ 'icente Blul'o Ibafiez. . La resurreccion de los dloses, p->r Dimi-

tri I~ \ lt<r .. ]kO\\,.kl . Las cblcas del amigo Lefebre, por Pl!ul

Alexis. .

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L os ex-ho m bras, por Mt\xiruo G01 ki. . Como se m u ere ... , por Elllilio 7-ola . . El hijo de los boers , por H.itler Ilttl(l(arli . . Est udios R eligioso s, por !.;rrHll'lto Rt<van.. . A si hablaba Z orrapa stro, por ~;I ('Ontandan-

te ,. *•· . . . . . . Noli m e tange r e, por Jose H11.al. La Montafi.a, por JWseo Reclu~. Singoala, pnr Vfdor Rydher){. . . . . El c a mino d e los gato s, por H. Suuermunn. El D eseo , pur I lt-rwaoo • udermaon. . . La Aurora b oreal, por Henry Ho<'hefort. . Cuentos e Historias, por G P~rez Arroyo. La m ujer gris, por IIermunu 1-:indermaun. . . Emilio Z ola: Su dda y en~ olll nt~, por Paul AlexiA,

Ln1tt llonafou '· v \'ice .te Blal"l'u ll11\ilez. El s u efto d e l P apa, por \"fetor Hugo. . Los Hugonotes, pnr Pr6~pero ~Ierim~e. . . Filosofia del anarquis mo, por C . .Malato. A ras de tierra, por Manuel Hneno .. El S a t i ricon, por Petronio. . . . . . Las bodas de Yolanda, por H. :-in.lennnnn La s ocie dad futura, por Ju11 n linH ._.. . . El amor, las Muj e r es y l a. M uerte , por

~dwpeu haner. . . . . . . . . . . El origen d el hom bre, por Oarlo" l>ur" tu. . Un viaj e p or Esp aiia , por Tto6tiln t1.wticr. . Cue n t os Valencianos, pot\" llitt~<•·o IhAi'li z .. Los enigmas d e l Univer3 o, por Ernt!·llo

liael·kAI . . . . . . . . . . Mi viaj e alrededor del mundo, por Carlos

Darwtn. . . . . . . . . . . . El Colectivis mo, por Ewiho \'~tllllt•rv~ldt> .. El m olino sllencioso, por I I :--utlerruano. Di?s y e l Esta do, por \liguel llakouuint~. . Or1ge n de las especies, por l urlo~ llM\\ in .. Mis e xploraciones en Ame rica, por Ell.-.eo

Heclus. . . . . . . . . . . Lo~ e fljp e ctros.--Hedda Gabler, por l<:n-

nqnA }h•PO.. . . . . . , L as Prisiones, por Pedro Krop(otkiue. . . • La expulsion de los j e suitas, por d Goude

lahraqutjr . . . . . . . . . . . Conflictos entre Ia Religion y la Cien­

cia, por Juan li Draper. .

TOM OS

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TOM OS

El arroyo, por El!~eo Recl us. . . . Emperador y Galileo.- Juliano, Em-

perador, por Enriqne I b>~en. . El porvenir de la Ciencla, po r E. Renao. ;.Que es la propie dad? por P J P ro'Jdhoo. Fuerza y Materia, por Luis Hllcuoer. El Rey, por Bjc.erostjerne Bjrernaon. . La libertad, por Artu ro 'chopenuauer . . Drama de familia, por Jacinto 0. Pic6o. . Moises, Jesus y Mahoma, por el Bar6n d Hol·

bach. . . . . . . . . . Origen de las profesiones, po r H . Spencer . El mal del Siglo, po r ~l ax: No rdau. . . . . Literatos extranj eros, por Angel Guerra. El Capital, por Carlo<~ )larx. Luz y vida, p1H Lui~:~ Buchn~r. La co media del am or.- Los guerreros

en Helgeland, por Enrique lb.ieu Los Satiricos Iatinos, por Gerwao alinas. El tesoro de los humlldes, por l f11!terlinck. Junto a las maquinas, por Lmq-L6pE'Z Balles-

t ero~. . . . . . . . . La escuela d e Yasnaia Pollana~ por Lt:6o

1\.l~toy . . . . • . . Los cacblv aches de antaiio, pot Rooetto

Hob~->rt . . . . Los problemas de la naturaleza, por .\u-

"'ntH•> l..aul(el. . Vanka, por Ant6n T~ht-khO\·. . . El Antlcristo, por l:..rlot- .. tu Rt:uliu . • . . • La Monarquia Jesuita, por )!~Ichor IochoftH

(.J e!>ulta ). . . . . • . El individuo contra e l Estado, por II.,rbert

Sptmcer . . . . . . • . Los p r oble mas del alma, por A L ugd. . La guerra. pnr \' .. e, oln I Gan.!hiiJ~. • • . . Vlslones de Espaft.a, p"r 'Lnoel ~arta Origen de la familia, de la propledad

privada y del Estado. p· r F~dl:'rt• . Eo..tel P e quefla guarniclon, ,1 r t-1 tenieuto l>u ~e. Los proble mas de la vida, por .\ Lao ~el Cre acion y Evoluclon, par Herbert :::pen r .• Pasados por agua. por Lui ~I r lit>

Determiniamo y Responsabilldad, pa r A lbuuou ..

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TOM OS

Por los campos y l as playas, por (~ut~ta\·o FlllUht-~t t . . . . . . •

La lnferiorl dad m ental de la mujer, po r JJ J . ) l o .. lt•n~ • , .

Los e v angelios y la s egunda genera-cion cristiana, por I rm·,.•·• !{ .. " ''.. • . 2

Psicologfa del M ilitar profeslonal, por A II IIIIOII . • • • • • • • • • •

La Guerra Ruso-Japonesa, pnr L Tnl-.tny . La expresion de las emociones en el

hombre y en los a nimales, I" r Cnr lus R u .. n \lu . . . . . . . . 2

La socledad mor ibunda y la anarqufa, pn r ,)nan li rn\'t' . . . . . . . . . . 1

Progreso y miscrla, pu r Enliqne Ueorgo. . 2 Pag!nas rojas, por :--t•\t>rint~ . . . . . La simulacion en la lucha por la vida,

por .I lollf'llflltllllt! • • • 1 Matrimonios morganat i cos, por Mu ~or

ll tul . . . • . . • • . 2 El tablado de A r lequfn, por Ptu Han•jrl. Cosas de Espa fi a , P"' t•,., .. P,.,,, :\I.•nuH'\o . • Cuadros b istorico s de Ia Revolucl6n

Francesa, Jl"' r C • ~tmf• .rt . . . . La Anarqufa y e l C olectlvismo, 1' r .AI-

f r l'do :-i«qlll' l • • •

La ant igua y Ia nueva F e , p" D . r . rtw~eo El A r te y Ia Democi•acia, p r \l unul'l t ' n. La comedia del sent lmlento, p•r :.1

d tw . Rebaf'lo de al~a~, p.l'l r 1: ni8 · :\ l n~n t tl. . . La Iglesia C r lstla na, p ,, Err l l'lll HArtnn. La dicha de la v i d a , p •r J •,ll n Lulo t<' '' k . Problemas soci3l cs, J.l"r Eu ri pte <•eurl(e.

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