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TEMA 17: LA PRIMERA FASE DE LA CRISIS ARRIANA (AÑOS 325 A 362) a) Entre el Concilio de Nicea (a. 325) y el Sínodo de Alejandría (a. 362) A pesar de Nicea, el arrianismo se extendió con un auge inusitado. Se decía que el "homoousius" era una concesión al sabelianismo (resaltar demasiado la unidad de Dios, confundiendo las Personas). Los arrianos deponen a Eustasio de Antioquía, Marcelo de Ancira y Atanasio de Alejandría (obispo desde 328). Constancio apoya la herejía. Se introducen fórmulas nuevas rechazando la nicena: cuatro antioquenas, cuatro en el Sínodo de Sirmio (351-359). Se intenta restablecer la unidad en los Sínodos de Sárdica (343) y Rimini-Seleucia (359-360), sin lograrlo. En 361 Valente se convierte en un Emperador arriano fanático. El arrianismo sucumbe en la Iglesia oriental, en la segunda mitad del s. IV por las divisiones internas entre los arrianos, por la teología altísima de los Capadocios, por la intervención de Teodosio el Grande (379-395). El Concilio I de Constantinopla (381) confirma la victoria de la ortodoxia.

Atanasio - Hilario

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Entre el Concilio de Nicea (a. 325) y el Sínodo de Alejandría (a. 362) A pesar de Nicea, el arrianismo se extendió con un auge inusitado. Se decía que el "homoousius" era una concesión al sabelianismo (resaltar demasiado la unidad de Dios, confundiendo las Personas). Los arrianos deponen a Eustasio de Antioquía, Marcelo de Ancira y Atanasio de Alejandría (obispo desde 328).

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TEMA 17: LA PRIMERA FASE DE LA CRISIS ARRIANA (AOS 325 A 362)

a) Entre el Concilio de Nicea (a. 325) y el Snodo de Alejandra (a. 362)

A pesar de Nicea, el arrianismo se extendi con un auge inusitado. Se deca que el "homoousius" era una concesin al sabelianismo (resaltar demasiado la unidad de Dios, confundiendo las Personas). Los arrianos deponen a Eustasio de Antioqua, Marcelo de Ancira y Atanasio de Alejandra (obispo desde 328). Constancio apoya la hereja. Se introducen frmulas nuevas rechazando la nicena: cuatro antioquenas, cuatro en el Snodo de Sirmio (351-359).

Se intenta restablecer la unidad en los Snodos de Srdica (343) y Rimini-Seleucia (359-360), sin lograrlo. En 361 Valente se convierte en un Emperador arriano fantico.

El arrianismo sucumbe en la Iglesia oriental, en la segunda mitad del s. IV por las divisiones internas entre los arrianos, por la teologa altsima de los Capadocios, por la intervencin de Teodosio el Grande (379-395). El Concilio I de Constantinopla (381) confirma la victoria de la ortodoxia.

Despus de Nicea, Constantino defendi el homoousios, hasta que, al final de su vida, Eusebio de Nicomedia es nombrado Patriarca de Constantinopla y lo convence, bautizndolo antes de morir en el arrianismo (337). Un poco antes haban sido depuestos Eustasio de Antioqua y Atanasio de Alejandra (y exilado a Trveris), por defender la fe nicena. Constancio, hijo de Constantino (337-361) tena convicciones arrianas y trata de imponerlas a la Iglesia. Muchos obispos y sacerdotes se pliegan a su voluntad, aunque en el fondo no estaban del todo convencidos. El pueblo sigue creyendo en la divinidad de Jess, a pesar de todo ("los odos de los fieles son ms santos que los corazones de los sacerdotes").

Sin embargo, unos pocos obispos fieles, a pesar de la persecucin, defienden la fe Nicena (S. Hilario de Poitiers, S. Eusebio de Vercelli, S. Atanasio). Constante gobernaba el occidente. En 350 muere y Constancio persigue a los cristianos nicenos tambin en occidente. Los que todava permanecen en la Iglesia (llamados semiarrianos) decan que el homoousios tena sabor sabelianos, y proponan diversas frmulas (homoiois = semejante al Padre), sin acabar de reconocer la plena igualdad de naturaleza del Hijo con el Padre. Los obispos nicenos (que vuelven a sus sedes en 361, con Juliano; a partir de entonces en occidente hay paz) consiguen cuidar que no se introduzcan frmulas ambiguas en la liturgia (p. ej., la antigua doxologa "Gloria Patri, per Filium in Spiritu Sancto" es cambiada por la actual, con el "et"). A Juliano le sucede Valente, arriano fantico (+375). Graciano (375-383) nombra coregente a Teodosio (379-395), que estaba completamente a favor de la fe nicena. El problema del semiarrianismo

Bajo este vocablo se hace referencia no a una nueva doctrina o hereja concreta, sino ms bien a una actitud difusa mantenida por personas o grupos disidentes en el conjunto de las discusiones trinitarias del s. IV, es decir, a quienes, sin ser propiamente arrianos, no se manifestaron, sin embargo, abierta y plenamente catlicos. Si el arrianismo consiste en la negacin de la consustancialidad de las Tres Personas divinas, se puede designar a los semiarrianos como a aquellos que ofrecen algunas dudas acerca de esta verdad del dogma catlico, diciendo que el Hijo no es consustancial sino solamente semejante al Padre o expresiones parecidas Antecedentes. Concluido el Conc. de Nicea (a. 325), en el que se haba condenado tanto a Arrio como a sus doctrinas, bastantes obispos quedaron insatisfechos del modo como se haba procedido. Todos ellos estaban en contra de Arrio y de su negacin de la divinidad de Cristo, pero a no pocos les disgustaba la expresin homousios (consustancial), aprobada por el Concilio e incluida en el smbolo de fe, temiendo que pudiera ser interpretada en un sentido sabeliano, para el que tanto el Padre como el Hijo eran una misma cosa, sin distincin alguna de persona.

De este modo, sobre todo a la muerte de Constantino (a. 337), se levanta una fuerte reaccin antinicena contra los hombres que ms decididamente haban propugnado su credo y la doctrina del homousios, como los papas Julio I y Liberio, Osio de Crdoba, S. Atanasio de Alejandra, Marcelo de Ancira, Eustacio de Antioqua, etc. Al hacerse dueo absoluto del poder imperial Constancio, despus de las revueltas familiares (350-361), el arrianismo cobr, gracias a su ayuda, un nuevo momento de esplendor, con peligro de convertirse en la religin del Estado. No pocos obispos, aunque sin querer ir en el fondo contra la fe de Nicea, se plegaron a los deseos del Emperador y celebraron diversos snodos con el afn de buscar una frmula conciliatoria, evitando cuidadosamente la palabra decisiva: homousios. En esta guerra de nervios, S. Atanasio (328-373), obispo de Alejandra, era considerado como el mximo exponente de la fe nicena. Cinco veces tuvo que salir para el destierro y no pocas veces el tema de discusin de los snodos y concilios particulares era ms bien S. Atanasio que la teologa trinitaria. El ao 341 se celebr en Antioqua, y bajo la presidencia de Constancio, un snodo (in Encaenis) donde se fijaron cuatro frmulas de fe conciliatorias. Si bien los padres all reunidos, ortodoxos en su mayora, repudiaban decididamente la doctrina arriana, su condenacin arriana no era tan limpia ni tan explcita como la que lanzaron, all mismo, contra Marcelo de Ancira, que, aun sosteniendo una doctrina confusa, haba apoyado decididamente la fe de Nicea. Poco tiempo despus mora Eusebio de Nicomedia, alma de las maquinaciones contra S. Atanasio y de la reaccin antinicena. El hecho contribuy a mitigar el ardor de sus secuaces. En la cuarta frmula de Antioqua, que fue presentada a la Corte imperial de Trveris, ellos mismos repudian las tesis principales de Arrio, pero dejando aparte la palabra homousios. Era el primer paso que constituira ms tarde el fondo del s. Las frmulas antioquenas pecan de imprecisin y ambigedad, aunque alguna admita una interpretacin ortodoxa. Concretamente, la segunda ser utilizada ms tarde por S. Atanasio y por S. Hilario de Poitiers con el fin de atraer a los semiarrianos

Un nuevo concilio celebrado en Srdica (hoy Sofa) (342-343) acentu an ms la divisin. Los obispos occidentales admitieron en seguida su comunin con S. Atanasio y con Marcelo, pero los orientales se reunieron despus por su cuenta, excomulgando no ya slo a los citados defensores de la fe, sino tambin al papa Julio 1 (337-352; v.), a Osio (m. 357) y a otros obispos, bajo la acusacin de favorecer la hereja, y fijando un nuevo smbolo de fe semejante a la cuarta frmula antioquena. Los ortodoxos, bajo el venerable obispo de Crdoba, Osio, excomulgaron, a su vez, a los cabecillas contrarios, reafirmndose otra vez en el smbolo de Nicea. Siguieron luego otros snodos y concilios: Miln, 345; Sirmio, 351; Arls, 353; Miln, 355. Se da a conocer la primera frmula de Sirmio, parecida a la cuarta de Antioqua y en cierta manera ortodoxa; mientras tanto, un nuevo pontfice, el tan discutido papa Liberio (352-366), ocupa la sede de S. Pedro. Sigue creciendo la reaccin antinicena y los mximos exponentes de la ortodoxia han de salir camino del destierro. Este triunfo de los antinicenos se deba al apoyo imperial y a la tctica usada por ellos de limitarse en las discusiones a combatir la palabra homousios como sabeliana, con lo que daban la sensacin de querer salvar la unidad.

Pronto, sin embargo, se empezaron a fraccionar en diversos partidos, alrededor de una cuestin clave de si el Hijo era semejante (homoios) o no semejante (anhomoios) al Padre. Los primeros, homeos, estaban a su vez divididos, manteniendo unos que la semejanza entre el Padre y el Hijo quedaba limitada al solo querer y a la sola accin, mientras que los otros reconocan que el Hijo era semejante al Padre aun en la misma sustancia, o sea, en todo (homoios cata pantha); tanto a unos como a otros se les conoca con el nombre de homeousianos (homoios) o, menos exactamente, de semiarrianos, segn expresin de S. Epifanio. Los segundos (anhomoos), o arrianos rgidos, estaban dirigidos por un tal Aezio (Ezio) de Antioqua, calderero primero, luego platero, ms tarde mdico y finalmente dicono de Antioqua. Buen dialctico, rido y seco en sus silogismos, identificaba la esencia divina con la nocin de no engendrado, evidentemente propia del Padre, resultando de ello que el Hijo, lejos de ser consustancial o al menos semejante al mismo, vena a ser totalmente diferente (anhomoios).

Desarrollo del semiarrianismo. En el periodo agitado de los ltimos aos del Emperador Constancio, se van multiplicando de nuevo los concilios: una frmula sigue a otra y las tendencias continan encontradas no solamente por sus diferencias teolgicas, sino, sobre todo, por el deseo de agradar al Emperador, indeciso l mismo. En Sirmio se da a conocer una nueva frmula, la segunda (357), que repudia como no bblicas y como aptas para sembrar discordias las expresiones homousios y homoiousios, subordinando sin ms el Hijo al Padre. Dos obispos occidentales, Ursacio y Valente, que ya en Srdica se haban declarado semiarrianos, se valen de mil argucias para hacer claudicar a Osio, desterrado bajo vigilancia imperial, y hacerle aceptar esta frmula. Segn los testimonios del mismo S. Atanasio, de S. Hilario de Poitiers, de Sozomeno, entre otros, parece que lo hubieran logrado; dice S. Atanasio: cedi a los arrianos un instante, no porque nos creyera a nosotros reos, sino por no haber podido soportar los golpes, debilitado por la vejez. Modernamente, el P. Maceda (Hosius vere Hosius, Bolonia 1790) y otros ponen en duda el hecho y explican la declaracin de S. Atanasio por su dependencia de fuentes semiarrianas, empeadas en extender por todas partes sus pequeos triunfos.

Lo fraguado en Sirmio conoce pronto una viva reaccin.

Basilio de Ancira, perteneciente a los semiarrianos mitigados, rene un concilio en Ancira (358), que condena la segunda frmula de Sirmio y declara que el Padre y el Hijo son semejantes en la sustancia. El Emperador apoya la nueva medida y bajo su mandato hace celebrar una nueva asamblea en Sirmio el mismo ao, donde se anatematiza la segunda frmula del mismo nombre y se propugna una nueva, la tercera, que, por desgracia, es todava ms compleja, y que, aunque no sea claramente heterodoxa, no recoge la palabra homousios.

A esta tercera frmula va unida la clebre controversia acerca del papa Liberio. Varias fuentes declaran que al igual que Osio, tambin el Papa tuvo su momento de debilidad, con la excusa, quiz, de que el emperador le dejara volver a Roma. De hecho volvi, y all sigui hasta su muerte, ocurrida el 22 nov. 365. El historiador griego Sozomeno cuenta que en el verano del 358, Constancio haba hecho venir a Liberio desde Berea a Sirmio, donde se encuentra el Papa con Basilio de Ancira, Eustacio y Eleusio, quienes argumentaron diciendo que la palabra homousios serva para mantener la desunin, inducindole de ese modo a aceptar la frmula tercera de Sirmio manipulada poco antes por ellos. En esos mismos das el Papa consignaba a Basilio la declaracin de que quien niega que el Hijo sea semejante al Padre en la sustancia y en todo, sea anatema (Hist. Eccls., IV,15: Enchirid. Font. Hist. Antiq., 2 ed., Friburgo de Br. 1923, n. 924). La ortodoxia, por tanto, quedaba a salvo, y ciertamente que el Papa, al suscribir la frmula, no pensaba que pudiera traicionarse con ella la fe de Nicea, pues claramente afirmaba la absoluta semejanza del Hijo con el Padre; lo que resulta discutible es la firmeza y prudencia pastoral de esa actuacin.

Con estos xitos, hasta los arrianos rgidos se envalentonaron, llegando a intentar preparar un golpe que fuera decisivo contra la ortodoxia. Constancio se propuso, en 359, convocar un concilio general que diera la paz a la Iglesia a base de la citada tercera frmula de Sirmio, y ellos se las arreglaron para que los obispos occidentales fueran convocados a Rmini y los orientales a Seleucia, en Isauria. As queran prevenirse contra una eventual unin de los occidentales ortodoxos con los orientales mitigados. Y como programa de las futuras reuniones, componen, ayudados de Valente y Ursacio, una cuarta frmula de Sirmio, llamada Credo Dotato por sus primeras palabras del prembulo (21 mayo 359). Toda ella es la expresin del homesmo ms vago e inconsistente. De nuevo se proscribe la palabra ousia, desconocida, dicen, en la Sagrada Escritura, y causa de escndalo, si bien se asegura que el Hijo es semejante al Padre en todo segn la Escritura. Como expresin rotunda de lo que venimos llamando semiarrianismo, all se excluyen todas las dems frmulas: el homousios de S. Atanasio, el homoiousios de Basilio de Ancira, y hasta el mismo anhomoios de Aezio; solamente queda el homoios.

El Emperador se entusiasma con la nueva frmula y pretende imponerla en las dos asambleas que se estaban celebrando. Pero la gran mayora de los que estaban en Rmini la rechazan valientemente; slo una minora de s. se dirige a Constantinopla para presentar sus quejas al Emperador; los ortodoxos mandan a su vez propios legados, quienes, al llegar a la pequea ciudad de Nike, cerca de Andrianpolis, en Tracia, se dejan ganar inesperadamente por la legacin semiarriana y suscriben con ella una nueva frmula semejante a la cuarta de Sirmio, suprimiendo tan slo la apostilla en todo y afirmando solamente una semejanza del Padre y el Hijo segn la Escritura. Las dos legaciones vuelven en seguida a Rmini, donde los restantes Padres, que haban estado esperando su vuelta durante largos meses, se vieron obligados asimismo a aceptar la declaracin de Nike. La mayora la firmaron sin reservas, pero algunos, para mayor tranquilidad de sus conciencias, repitieron en ella los anatemas contra Arrio y su doctrina, declarando que el Hijo es igual al Padre, existe desde la eternidad y en modo alguno se le puede considerar como una criatura.

Algo parecido ocurre en Seleucia, slo que all la lucha fue ms bien entre los arrianos rgidos y los semiarrianos. Unos y otros acuden tambin al Emperador y todos vienen a suscribir al fin la citada frmula. S. Hilario de Poitiers, residente entonces en la capital, no puede menos de dolerse de aquella escena en la que hasta los mismos obispos occidentales, a quienes l alabara tan ardientemente, dejaban ahora el smbolo niceno para acogerse a una frmula amaada en circunstancias tan sospechosas. En el a. 360 un nuevo snodo de Constantinopla vuelve a sancionarla, mandndose a todos los obispos del Imperio que so pena de destierro la suscriban. Slo unos pocos osaron resistir a la orden, entre ellos el papa Liberio, S. Atanasio, S. Hilario de Poitiers, S. Cirilo de Jerusaln. En la Iglesia reina la desorientacin, como lo atestigua S. Jernimo: todo el orbe gime y da la sensacin de haberse vuelto arriano (Dial. adv. Luci/. 19). En rigor, los vencedores fueron los semiarrianos u homestas. Precisamente por entonces, y bajo esta forma mitigada, empez a predicarse el arrianismo entre las tribus germanas de orillas del Danubio, principalmente entre los visigodos. El obispo Ulfilas, su predicador, haba estado presente, formando grupo con los semiarrianos, en el snodo de Constantinopla.

Decadencia y desaparicin del semiarrianismo. Con la muerte de Constancio (361) el triunfo obtenido por los semiarrianos se fue amortiguando poco a poco. Su sucesor, Juliano el Apstata (361-363), precisamente por odio al cristianismo y con el propsito de sembrar nuevas confusiones, levanta el destierro y hace reponer en sus sedes a todos los obispos. S. Atanasio, vuelto a Alejandra, rene un nuevo snodo en el que condena a arrianos y apolinaristas, pero usando de clemencia contra los semiarrianos que se convertan. Esta medida iba a disgustar tremendamente a algunos obispos occidentales, entre ellos el famoso Lucifero de Cagliari (m. 371). La misma conducta se haba seguido dos aos antes en otro concilio de Pars, presidido por S. Hilario (360), en el que se aprob la siguiente resolucin: Los que hayan sido obligados a suscribir frmulas ms o menos favorables a la hereja, basta que anatematicen a Arrio y que acepten el smbolo de Nicea para ser rehabilitados, conservando sus anteriores oficios; sin embargo, los cabecillas y los mantenedores de la hereja, aunque pueden obtener el perdn haciendo penitencia, han de ser reducidos al estado laical. Paralelamente, tanto en Pars como en Alejandra se vino a eliminar el malentendido, que se haba ocasionado hasta entonces por la significante oscilacin de la palabra hipstasis. En adelante, su sentido sera ms bien el de persona, evitando toda confusin con sustancia.

El retroceso de las corrientes arrianizantes contina. En Occidente, el Emperador Valentiniano I (364-375) deja de lado cuestiones religiosas y con ello los semiarrianos recibieron apoyo de su hermano Valente (364-378) en las regiones orientales. En ellas se dieron de nuevo las persecuciones, pero tales medidas indujeron a muchos semiarrianos a aceptar la autntica doctrina ortodoxa, unindose al papa Liberio. Su sucesor en el pontificado,el dinmico S. Dmaso (366-384), trabaj lo indecible por atraerse a los todava recalcitrantes orientales y para restablecer de una vez la concordia entre las dos iglesias principales del Imperio. En el mismo sentido trabajaron el nuevo emperador Graciano (375-383) y S. Ambrosio de Miln. Al morir, triunfa el Smbolo Niceno en Oriente, gracias, sobre todo, a los tres grandes capadocios: S. Basilio de Cesarea (v.), S. Gregorio de Nacianzo (v.) y S. Gregorio de Nisa. Adoptando para la doctrina de la Trinidad la frmula de una naturaleza y tres personas, aadieron una mejor clarificacin de los conceptos. Finalmente, con el emperador Teodosio el triunfo de la verdadera fe fue ya rotundo, al imponer a todos los sbditos del Imperio que profesaran la fe de Dmaso en Roma y la de Pedro en Alejandra (380).

El II Concilio ecumnico celebrado en Constantinopla el ao 381 seala la desaparicin del semiarrianismo, que slo contina perviviendo entre las tribus germanas que acabaran convirtindose en la ortodoxia despus de invadir el Imperio y de asentarse en su territorio.

Para completar el panorama del semiarrianismo conviene hacer referencia a una lnea especial, la de los llamados pneumatomaqui (guerreadores contra el Espritu Santo, es decir, negadores de su divinidad), que fue condenada tambin en el snodo de Alejandra. Guiados por Macedonio, obispo de Alejandra (m. 362), negaban que el Esprito Santo, tercera persona de la Trinidad, fuera consustancial al Padre y al Hijo. Desde el principio formaron un grupo compacto, resistiendo vivamente a las condenaciones y anatemas que les fueron aplicando, primero S. Dmaso en sus Anatematismos (a. 380) y luego, de modo solemne y universal, el II Conc. de Constantinopla del ao 381

BIBL.: B. LLORCA, R. GARCA VILLOSLADA, F. J. MONTALBN, Historia de la Iglesia Catlica, I, 4 ed. Madrid 1964, 384-420; P. DE LABRIOLLE, Christianisme et paganisme au milieu du IV, sicle, en Fliche-Martin, 111,177-204; 1. GAUDEMET, L'glise dans l'Empire romain IV-V scles, Pars 1958; E. AMANN, Semi-areens en DTC XIV,1790-96; K. J. HEFELE-J. LECLERQ, Histoire des Conciles, 1, Pars 1907; P. BATTIFOL, La paix constantienne et le catholicisme (303-359), Pars 1914; BOUGIER, Les sens des termes ousia, hypostasis et prosopon dans les controverses trinitaires postnicennes, Rev. de 1'Histoire des Religions 73 (1916) 48-63; 74 (1917) 133-189.

F. MARTN HERNNDEZb) La respuesta de los Padres: San Atanasio de Alejandra, en Oriente; San Hilario de Poitiers, en Occidente

SAN ATANASIO DE ALEJANDRA

VidaAtanasio de Alejandra (en griego, [Athansios Alexandras]) fue obispo de Alejandra, nacido alrededor del ao 296 y fallecido el 2 de mayo del ao 373. Se considera santo en la Iglesia copta, en la Iglesia catlica, en la Iglesia ortodoxa y en la Iglesia anglicana, adems de doctor de la Iglesia catlica y padre de la Iglesia Oriental.Biografa de Atanacio en J Quasten:

A Alejandro le sucedi el ao 328 una de las figuras ms importantes de toda la historia de la Iglesia y el ms eminente de todos los obispos de Alejandra, San Atanasio. De indomable valor, firme ante el peligro o la adversidad, a quien ningn hombre era capaz de intimidar, fue el denodado campen y gran defensor de la fe de Nicea, "la columna de la Iglesia," como le llama San Gregorio Nacianceno (Or. 21,26). Los arrianos vean en l a su principal enemigo e hicieron cuanto pudieron para destruirlo. Para reducirlo al silencio, se procuraron el favor del poder civil y corrompieron a la autoridad eclesistica. Por cinco veces fue expulsado de su sede episcopal y pas ms de diecisiete aos en el destierro. Pero todos estos sufrimientos no consiguieron romper su resistencia. Estaba convencido de que luchaba por la verdad y emple todos los medios a su alcance para combatir a sus poderosos enemigos. A pesar de su irreconciliable hostilidad para con el error y no obstante el ardor con que le haca frente, posea la cualidad, rara en semejante carcter, de ser capaz, aun en lo ms arduo del combate, de usar de tolerancia y moderacin con los que se haban descarriado de buena fe. Muchos obispos orientales haban rechazado el homoousios por no comprenderlo, y Atanasio da pruebas de gran comprensin y paciencia para ganarlos nuevamente a la verdad. La Iglesia griega le llam ms tarde "Padre de la Ortodoxia," y la Iglesia romana le cuenta entre los cuatro grandes Padres del Oriente.

Para la historia de su vida, las fuentes ms importantes son sus propios escritos y la introduccin siraca a sus Cartas Festales. Existen, adems, una Historia Athanasii, conservada en latn, que se conoce generalmente con el nombre de Historia acephala por estar mutilada; el Discurso 21 de Gregorio Nacianceno y unos fragmentos de un panegrico copto.

Atanasio naci, hacia el ao 295, en Alejandra, donde recibi la formacin clsica y teolgica. De la introduccin a su Vida de San Antonio se desprende que en su juventud se relacion con los monjes de la Tebaida. El ao 319 fue ordenado dicono por su obispo Alejandro, a cuyo servicio entr poco despus como secretario. En calidad de tal acompa a su obispo al concilio de Nicea (325), donde llamaron la atencin sus discusiones con los arrianos (ATANASIO, Ap. c. Arian. 6; SCR., Hist. Eccl. 1,8). Tres aos ms tarde suceda a Alejandro.

Su nueva misin no era fcil. Aunque condenada en Nicea, la doctrina arriana estaba en condiciones de encontrar considerable apoyo en Alejandra. Para colmo de dificultades, el nuevo obispo no era del agrado de los melesianos.(Melesio, Obispo de Licpolis en Tebas, aprovechndose del encarcelamiento de Alejandro de Alejandra y de otros Obispos ms, en tiempos del Emperador Diocleciano, promovi la ordenacin de Ministros fuera de su Dicesis) Bien pronto estos crculos lanzaron toda clase de falsas acusaciones contra l; estas calumnias crecieron en nmero cuando, habindole ordenado Constantino que admitiera de nuevo a Arrio a la comunin, Atanasio rehus. Sus enemigos se reunieron en snodo el ao 335 en la ciudad de Tiro y lo depusieron. Poco ms tarde, el emperador lo desterr a Trveris. Su contacto con el Oeste haba de ejercer una influencia grande y duradera. Constantino muri el ao 337 y Atanasio pudo volver a su dicesis el 23 de noviembre del mismo ao.Mas sus contrarios no cejaron. Por instigacin de Eusebio, obispo de Nicomedia, depusieron nuevamente a Atanasio en un snodo de Antioqua (339) y eligieron para obispo de Alejandra a Pisto, un sacerdote excomulgado. Cuando se vio que era incapaz, instalaron a Gregorio de Capadocia a la fuerza. Atanasio se refugi en Roma. Un snodo, convocado all por el papa Julio I el ao 341, lo exoner completamente, y en el gran snodo de Srdica del ao 343 fue reconocido como el nico obispo legtimo de Alejandra. Sin embargo, no le fue posible volver a Egipto antes de la muerte de Gregorio de Capadocia (345). Lleg a la ciudad el 21 de octubre del 346. Pronto empezaron de nuevo las intrigas. Constante, el protector de Atanasio, mora el ao 350. Constancio, nico emperador ahora de Oriente y Occidente, deseoso de actuar en contra de Atanasio, convoc en Arls un snodo el ao 353 y otro en Miln el 355 para condenar a Atanasio e introdujo en la sede de Alejandra a otro usurpador, Georgio de Capadocia. Atanasio se vio obligado a abandonar su dicesis por tercera vez. Esta vez se refugi entre los monjes del desierto egipcio. Permaneci con ellos seis aos, dedicndose a escribir la Apologa a Constancio, la Apologa por su fuga, la Carta a los monjes y la Historia de los arrianos. A la muerte de Constancio, ocurrida en el ao 361, la situacin cambi rpidamente. El usurpador Georgio de Capadocia fue asesinado el 23 de diciembre de ese mismo ao. El nuevo emperador, Juliano, llam a los obispos exilados. As el 22 de febrero del 362, Atanasio poda entrar en la capital de Egipto.

Se puso a trabajar sin demora en la reconciliacin de los semiarrianos con el partido ortodoxo. Celebr un snodo en Alejandra el ao 362 para disipar las diferencias. Pero nada de esto era del agrado de Juliano, quien no quera entre los cristianos la paz, sino la discordia y la disensin. As, pues, Atanasio fue desterrado por orden imperial como "perturbador de la paz y enemigo de los dioses." Pero Juliano muri al ao siguiente (363) y Atanasio pudo volver. Fue desterrado por quinta vez el ao 365, cuando Valente empez a reinar en la parte oriental del imperio (364-378). Se estableci durante cuatro meses en una casa de campo fuera de la ciudad. Cuando Valente vio que la gente de Alejandra amenazaba con rebelarse contra esta orden, temi las consecuencias que pudieran seguirse e hizo volver al primado. Atanasio fue rehabilitado en su oficio el 1 de febrero de 366. Pas en paz el resto de sus das y muri el 2 de mayo del ao 373Resumen de Fechas: Es el obispo ms importante de Alejandra, gran defensor de la fe de Nicea, "columna de la Iglesia" (S. Gregorio Nacianceno), "Padre de la Ortodoxia. Es el gran enemigo del arrianismo. Su nombre significa: Inmortal De carcter firme para defender la verdad, pero tolerante y dulce, sufri 5 veces la deposicin de su Sede Episcopal y 17 aos de destierro. En concreto, sus destierros fueron: 335-337, a Trveris, bajo Constantino I;

339-345, a Trveris, bajo Constancio II;

356-361, al desierto egipcio, bajo Constancio II;

362-363, bajo Juliano el Apstata;

365, bajo Valente. Fuentes de su vida: sus mismas obras, la "Historia acephala" (Historia Athanasii, en latn, est mutilada), la introduccin siriaca a las Cartas Festales, el Discurso 21 de San Gregorio Nacianceno, etc.

295: Nace en Alejandra, de padres cristianos; contacto con San Antonio y los monjes de la Tebaida. Formacin clsica y cristiana.

319: Atanasio es ordenado dicono y nombrado secretario del obispo Alejandro.

325: Acompaa a Alejandro (sucesor de Pedro el Mrtir), su obispo, al Concilio de Nicea; en un Snodo de Alejandra, Melecio vuelve a la comunin eclesistica.

328: Es nombrado Obispo de Alejandra (lo ser por 45 aos), al morir Alejandro; vuelven a sus sedes, llamados por Constantino -que buscaba la paz-, los jefes del arrianismo: Eusebio de Nicomedia y Teognide de Nicea, que tachan de sabelianismo (que resalta demasiado la unidad de Dios) a los autores de Nicea; San Eustacio de Antioqua se queja de las maniobras de los semiarrianos.

330: Un Snodo de Antioqua depone a Eustacio y Constantino lo destierra a la Tracia, donde muri poco despus; en esa poca son depuestos varios obispos ms, como Marcelo de Ancira.

332: Los melecianos (que se haban pasado al bando arriano) originan disturbios en Alejandra; Atanasio tiene que justificarse ante Constantino.

333: Instrucciones muy severas de Constantino contra los arrianos.

334: Los melecianos vuelven a calumniar, pero son descubiertos.

335: El Snodo de Tiro es convocado por Constantino a peticin de Arrio, que le haba visitado en Nicomedia; los obispos participantes eran partidarios de Eusebio de Nicomedia; a Atanasio se le acus de destrozar el cliz de Isquira y por interferir en el transporte de trigo de Alejandra a Constantinopla; fue depuesto por Constantino y desterrado a Trveris (1 deposicin), a pesar de los ruegos de San Antonio, pueblo, clero y vrgenes de Alejandra; Arrio fue absuelto, durante el Concilio de Jerusaln (335) pero muri en Constantinopla al poco tiempo, la vspera del da que estaba previsto ser admitido a la comunin (336).

337: Muerte de Constantino el 22 de mayo pocos das despus de haber recibido el bautismo de Eusebio de Nicomedia; Atanasio vuelve a Alejandra el 23 de noviembre por orden de Constantino II (Bretaa, Galia, Hispania); Constancio se qued con Asia Menor, Egipto y Siria, y Constante con Italia, frica y el Iliricum.

338: Los eusebianos apelaron al Obispo de Roma, Julio (primer reconocimiento suyo al Primado Romano) contra Atanasio, pero los Obispos fieles a la fe se reunieron en un Concilio de Egipto apoyando a Atanasio, e informaron a Julio y a los tres Emperadores.

339: Los eusebianos consagran ilegtimamente a Gregorio de Capadocio, en el Snodo de Antioqua, para sustituir a Atanasio que, despus de protestar contra la injusticia y exhortar a los fieles, se aleja de Alejandra "pro bono pacis" (2 deposicin); Atanasio se refugia en Roma invitado por el Obispo de Roma que intenta conciliar; los orientales amenazan romper la unin con el Obispo de Roma si este se declara a favor de Atanasio,

340: Se renen 50 obispos en el Snodo Romano; los padres, entre los cuales estaban Vicente y Vito, delegados del Obispo de Roma en Nicea, exoneran a Marcelo de Ancira acusado de sabelianismo y le piden que suscriba una profesin de fe; los orientales se niegan a reintegrarlo en su dicesis; tambin Julio exonera a Atanasio despus de un estudio cuidadoso de todo su caso; el Obispo de Roma escribe una maravillosa carta a los orientales para comunicar la decisin romana, haciendo valer la autoridad del primado: "ignoris que es costumbre escribirnos primero a Nos y as se hace justicia desde aqu?"; en ese ao disputan Constantino II y Constante; muere el primero y queda como dueo de todo occidente el segundo,

341: Un centenar de obispos asisten, con motivo de la dedicacin de la "Iglesia Aurea" a un Snodo en Antioqua (Snodo de la "Dedicacin"); se redactan dos smbolos; el segundo afirma claramente la divinidad del Hijo, pero no menciona claramente su "consubstancialidad" con el Padre; se condena a Marcelo de Ancira (pareca negar la preexistencia eterna de Cristo), Sabelio y Pablo de Samosata (que negaba la eterna divinidad de Cristo).

342: Varios obispos orientales (Mari de Calcedonia, Narciso de Neroniade, Teodoro de Heraclea...) visitan en Trveris a Constante, llevando un Smbolo llamado la cuarta frmula de Antioqua, pues el Emperador quera conocer el estado de la Iglesia Oriental; Julio pide a Constante que aproveche este acercamiento para convocar un Concilio en el que se llegue a la paz religiosa; se decide tener el Concilio en Srdica, ltima ciudad tracia del imperio occidental, presididos por el viejo obispos espaol, Osio.

343: Snodo de Srdica: en resumen, se puede decir que fue un fracaso; los orientales (unos 80) rehusaron participar y lo abandonaron antes incluso de encontrarse con los occidentales (unos 90); hubo excomuniones lanzadas por una y otra parte; el proyecto de Smbolo fue rechazado; los cnones se revelaron inaplicables; se provoc el cisma que desde haca algunos aos lata entre las dos mitades del mundo cristiano.

344: Constancio desata una persecucin contra los obispos y clrigos partidarios de los occidentales; dos obispos occidentales (de Capua y Colonia) lo visitan en Antioqua para pedir paz y que Atanasio pueda regresar a Alejandra; consiguen slo lo primero; al llegar fueron maltratados por Esteban de Antioqua, pero este obispo es destituido y remplazado por Leoncio que era ms conciliador. A su vez, cuatro obispos orientales van a ver a Constante en Miln; ah, en un primer concilio, se condena a Fotino de Sirmio, discpulo de Marcelo de Ancira; a cambio se pidi a los cuatro obispos que firmaran una condena a Arrio; ellos se negaron y se fueron.

345: Muere Gregorio de Capadocia en Alejandra.

346: Atanasio vuelve a Alejandra a peticin de Constancio, Constante y Julio; la mayora de los obispos orientales no lo reconocen,

347: Se rene un segundo Concilio en Miln para condenar a Fotino de Sirmio; los obispos Valente y Ursacio (antes arrianos) se retractan de sus errores y el Obispo de Roma los restituye en sus obispados; se renen los orientales en un Concilio en Sirmio para condenar a Fotino y advertir que sus doctrinas proceden de Marcelo de Ancira.

350: Muere Constante a causa de una rebelin y queda el Conde Magnencio como jefe de occidente durante tres aos hasta que Constancio lo derrote en 353 y se restablezca la unidad del imperio.

353: Se calumnia a Atanasio de haber excomulgado al Emperador y Constancio, de acuerdo con el Obispo de Roma, Liberio (352-360), convoca un Concilio en Arls. Se corre la voz de que Liberio se ha vuelto arriano bajo la presin de los agentes imperiales.

355: Ms tarde convoca otro Concilio en Miln; en ambos Concilios se obliga a los obispos a condenar a Atanasio o ir al destierro; slo unos pocos se resisten.

356: Mediante actos violentos el arriano Jorge usurpa la sede alejandrina; Atanasio se ve obligado a huir al desierto egipcio durante 6 aos (3 deposicin); ah escribe: Apologa a Constancio, Apologa por su fuga, Carta a los monjes, Historia de los arrianos.

361: Muerte de Constancio; es asesinado Jorge, el usurpador,

362: Juliano el Apstata (361-363) llama a los obispos exilados y hace volver a Atanasio a Alejandra; Snodo en Alejandra convocado por Atanasio: como consecuencia es desterrado (4 deposicin) por Juliano.

363: Muerte de Juliano; vuelve Atanasio a su sede episcopal.

364: Valente (364-378) comienza a reinar en la parte oriental del Imperio. En la parte occidental se suceden Valentiniano I (364-375), Graciano (375-383) y Valentiniano II (383-392).

365: Valente, furibundo perseguidor de los nicenos y semiarrianos, destierra a Atanasio (5 deposicin): vive durante cuatro meses en una casa de campo fuera de la ciudad. Algunos afirman que vive escondido en la tumba de su padre.

366: Rehabilitado en su oficio por Valente. En Roma esta Dmaso (366-384).

373: Muere el 2 de mayo en Alejandra.

Escritos

Escribe motivado por las circunstancias de su lucha contra los arrianos. Estilo libre, sencillo, un tanto prolijo y con repeticiones, pero serio y profundo, con argumentos eficaces.

Escritos apologticos y dogmticos

Adversum Gentes duo libri (probablemente escritos hacia 318)

De incarnatione Verbi seu Oratio de incarnatione Verbi (318): expone la doctrina clsica de la Redencin (rplica patristica del "Cur Deus homo?" de S. Anselmo). Manifiesta su profundo amor a Jesucristo: "Quieres comprender a Cristo? Haz pura tu alma e imita las virtudes de Cristo, porque slo as puedes comprender algo del Verbo de Dios" (De incarnatione Verbi, 57). Con respecto a las Apologas Contra el paganismo (Contra Gentes) y en defensa de la doctrina de la encarnacin del Hijo de Dios (De Incarnatione Verbi) podemos afirmar: En las dos partes de su obra apologtica, Atanasio habla primero de la creacin del hombre y de la intencin perseguida por Dios. Despus habla del pecado, para llegar en el Contra Gentes a una llamada al reconocimiento de la existencia de Dios, y en el De Incarnatione a la exposicin de la obra salvadora de Cristo.

As, pues, tambin en otro tiempo los demonios y los hombres engaaban, atribuyndose a s mismos honor divino; pero cuando se manifest el Logos de Dios en un cuerpo, dndonos a conocer a su Padre, se desvanece y cesa el engao de los demonios. Los hombres se vuelven al verdadero Dios Logos del Padre, abandonan los dolos y en adelante reconocen al verdadero Dios. Esto es una prueba de que Cristo es el Logos Dios y el Poder de Dios. Porque al cesar las cosas humanas y permanecer la palabra de Cristo, queda claro para todos que lo que cesa es transitorio y lo que permanece es Dios y el verdadero Hijo de Dios, el Logos Unignito (DI 55,5-6).

El pensamiento del "Hijo de Dios-hecho-hombre" ocupar siempre un puesto preponderante en sus escritos. Lo que dominaba todo su pensamiento era no tanto el modo de la encarnacin (dadas las insuficiencias de su cristologa Lgos-Srx, preludio del apolinarismo) como el hecho de la encarnacin, considerada como el acto de la salvacin de Dios hacia el hombre. Cristo es el autor de la salvacin gracias a su divinidad, y su humanidad no ocupa sino un papel de instrumento.Oratio contra gentes: contra las mitologas, la idolatra, el paganismo, el pantesmo filosfico (el culto a la naturaleza).

Orationes contra arrianos (compuestos hacia el 358). Es la obra dogmtica ms importante. En la primera oratio: expone la doctrina de Arrio y de Nicea; en las otras dos expone los textos de la Sagrada Escritura que tratan de la generacin del Hijo, relaciones del Hijo con el Padre y de la Encarnacin. Son la protesta de un cristiano que ha sufrido por su fe en las tradiciones ms sagradas. Abominando especulaciones filosficas como las de los arrianos, sigue ms bien el mtodo del pastor cuidadoso de la fe de la gente sencilla con afirmaciones tajantes de la divinidad del Verbo. Sin embargo cuida de discurrir, para uso de los sabios, sobre la creacin de la Sabidura segn Prov. 8,22. Sobre la base del dogma tradicional de la creacin divina, deja perfilarse en su discurso la afirmacin de la unidad substancial del Padre y del Hijo en la distincin de su ser propio. Luego recoge su enseanza sobre la eternidad del Hijo: "el engendrado propio de la esencia del Padre." Las nociones sobre Dios, de "teolgicas" en sentido estricto, pasan a ser "econmicas," por quedar fundadas ante todo sobre una consideracin de las realidades vividas de la obra salvfca del Hijo. Fundndose sobre la Escritura, est convencido de que lo esencial de la salvacin consiste en ser adoptados como hijos de Dios y en participar en su naturaleza. A partir de la realidad de la redencin, Atanasio da la prueba de la homousa por la obra de salvacin. Se da de lleno, tal como l mismo se entiende en su foro ms ntimo de creyente, como un cristiano guiado por la revelacin central de la encarnacin divinaDe incarnatione et contra arrianos. Prueba la divinidad de Cristo y del Espritu Santo con argumentos de la Sagrada Escritura. Habla de tres "hypostasis" con el sentido de "personas" (ya lo haba hecho en el Snodo de Alejandra del 362), aunque habitualmente d a este trmino el sentido de "esencia".

Escritos dogmticos espurios:Symbolum Athanasianum o Smbolo Quicumque: es una profesin de fe que tambin se ha denominado Smbolo Atanasiano por haber sido atribuido durante toda la Edad Media al obispo de Alejandra san Atanasio. A pesar de no haber sido redactado por ningn concilio ecumnico, de hecho, este smbolo alcanz tanta autoridad en la Iglesia, tanto occidental como oriental, que entr en el uso litrgico y ha de tenerse por verdadera definicin de fe (Denz. 39). Recibe el nombre de Quicumque por la palabra con la que comienza.

La atribucin a san Atanasio parece que data del siglo VII y se mantuvo sin discusin hasta el XVII; hoy da esta atribucin est abandonada. De las dos versiones que poseemos, la latina, conservada en un manuscrito del siglo VIII es la original, mientras la griega es una traduccin; sobre este punto la unanimidad de la crtica es absoluta. En cambio hay dudas sobre el lugar, fecha y autor. La zona de ms temprana influencia de este smbolo fue la Galia meridional, y ms concretamente los alrededores de Arls; J. Madoz se inclina por el monasterio de Lrins como ms probable cuna de este escrito. De aqu se extendi su influjo por Espaa y por todo el imperio carolingio (se conserva un documento de Autun, del ao 670, obligando a los clrigos a aprenderlo de memoria). La fecha de composicin ha de encontrarse entre el 434-440, fecha de composicin de los Excerpta Vincentii Lirinensis (descubiertos en 1940 y que contienen frmulas que pueden tenerse como fuente inmediata del Quicumque), y el 542, fecha de la muerte de San Cesreo de Arls, quien nos testimonia su existencia. En cuanto al autor los crticos siguen sin decidirse claramente por ninguno; cuentan con ms partidarios san Vicente de Lrins y san Ambrosio de Miln; pero tambin ha sido atribuido a san Cesreo de Arls, Fulgencio de Ruspe, Nicetas de Ramesiana ( 416), san Hilario de Poitiers, Honorato de Arls ( 429), san Hilario de Arls ( 449), san Martn de Braga, san Eusebio de Vercelli y otros.

Contiene dos ciclos bien diferenciados: el trinitario y el cristolgico. Refleja el desarrollo teolgico que corresponde al Concilio de Calcedonia. La naturaleza divina se expresa por el trmino substancia y se emplea persona para designar a las de la Trinidad; no se usa el trmino hypostasis. La procesin del Espritu Santo se predica del Padre y del Hijo (a Patre et Filio). La fe en la Encarnacin se expresa por medio de proposiciones claras que resaltan tanto la divinidad como la humanidad de Cristo (perfectus Deus, perfectus homo; ex anima rationalis et humana carne subsistens). En una proposicin tpicamente occidental se llama a Cristo igual al Padre segn la divinidad y menor que el Padre segn la humanidad. Se excluye el monofisismo, condenando toda conversin o confusin de naturalezas en Cristo y afirmando la asuncin de la humanidad por la divinidad y la unidad de la persona. El smbolo concluye confesando los misteria carnis Christi (pasin y muerte, descenso a los infiernos, resurreccin, ascensin, entronizacin a la diestra del Padre), la segunda venida de Jess (parusa), la resurreccin final de los hombres cum corporibus suis y la sancin, segn sus obras, con la vida eterna o el fuego eterno.

Entr en el uso litrgico muy pronto. Consta que en el siglo IX se usaba en Alemania en la liturgia eucarstica recitndose despus de la homila. Ms tarde se introdujo en el oficio de prima. En la liturgia romana ha formado parte del oficio comn de prima de las dominicas despus de Epifana y despus de Pentecosts. Desde 1955 se ha limitado su uso al domingo de la Santsima Trinidad.

Los telogos orientales aceptaron el Quicumque rechazando nicamente su valor de testimonio en apoyo del Filioque, que consideraban una interpolacin posterior. Se ha usado en la liturgia rusa desde el siglo XVIII y se adopt en la griega en 1780.De incarnatione contra Apolinarem;

Sermo maior de fide;

Expositio fidei;

Interpretatio in symbolum;

Dialogi de sancta Trinitate quinque; Dialogi contra Macedonianos duo;

Pseudo-Athanasii De Trinitate libri XII.

Escritos histrico-polmicos

La Apologa contra los arrianos ( 'v) la escribi hacia el ao 357, despus de haber vuelto de su segundo destierro. Cuando el partido de Eusebio renov sus viejos ataques contra l, prepar una coleccin de documentos en defensa propia. Contiene las actas y decisiones de snodos anteriores e importantes cartas de personajes de rango que se refieren a Atanasio; constituye por ello una fuente histrica de fundamental importancia para la historia de la controversia arriana. En defensa propia, Atanasio da primeramente una serie de documentos que van de la vspera de su partida para Roma hasta su retorno a Alejandra (339-347). As, en los captulos 3-19 ofrece la carta encclica del concilio de Egipto celebrado a fines del ao 338, donde los obispos egipcios refieren la eleccin de Atanasio, las calumnias lanzadas contra l y el testimonio disponible en su descargo, e invitan a todos los obispos a reparar una injusticia tan grande. En los captulos 20-35 sigue la carta que el papa Julio escribi, a requerimientos del snodo romano (341), a los obispos del partido de Eusebio en Antioqua, defendiendo a Atanasio y echndoles en cara su falta de respeto hacia el concilio de Nicea y hacia la Sede de Roma. Respecto a esto ltimo, el obispo de Roma pregunta:No sabis que la costumbre ha sido que se nos escriba primeramente a nosotros y que la decisin justa salga luego de este lugar? Si recaa alguna sospecha de este gnero sobre el obispo de esta ciudad [Alejandra], se deba haber notificado a la Iglesia de aqu. Ahora bien, no obstante no haber cumplido con nosotros y despus de haber actuado por propia autoridad, como les place, quieren ahora obtener nuestro apoyo en sus decisiones, a pesar de que nosotros nunca le hayamos condenado [a Atanasio]. No es esto lo que ordenan las constituciones de Pablo ni las tradiciones de los Padres; sta es una nueva forma de proceder, una prctica nueva. Os pido que seis indulgentes conmigo: lo que os escribo es para el bien de todos. Porque os comunico lo que hemos recibido del bienaventurado apstol Pedro (35).

Los captulos 36-50 contienen tres cartas del concilio de Srdica (343-344), una de ellas exhortando a la Iglesia de Alejandra a la paciencia y confirmando la decisin del papa Julio; la segunda, casi idntica a la primera, a los obispos de Egipto y Libia, y la tercera es una carta encclica del concilio anunciando sus decisiones, la rehabilitacin de Atanasio, de Marcelo y de Asclepas y la deposicin y excomunin de los jefes arrianos. En los captulos 51-58 se aducen cartas del emperador Constancio, del papa Julio, de los obispos de Palestina, de Valente y Ursacio; todas ellas, efecto del concilio de Srdica.

En la segunda parte de la Apologa, Atanasio aporta testimonios anteriores a los aducidos en la primera parte, pues trata de ofrecer las pruebas en que se basaba su absolucin. As, pues, remonta al ao 331 y cita las cartas de Constantino anteriores al snodo de Tiro (331; c.59-63), las actas de este snodo (c.71-83) y otros documentos posteriores (c.84-88). En los dos ltimos captulos (89-90), Atanasio alude a los sufrimientos de los obispos de Italia, Galia y Espaa - menciona en especial al papa Liberio y al gran obispo Osio - como prueba de que crean en su inocencia, ya que prefirieron padecer destierro antes que abandonar su causaApologia ad Constantium imperatorem (357) Vctima de la poltica religiosa de Constancio, responde a las acusaciones polticas y cannicas que levantan contra l en la primera parte de su Apologa ad Constantium imperatorem. En la segunda, describe las vejaciones sufridas por iniciativa de autoridades que pretendan remitirse al emperador. Apologia pro fuga sua (357) Escribe tambin a propsito de quienes reprochan su fuga en la persecucin. Le acusan de haber escapado de sus manos criminales quienes han asesinado o exiliado a grandes obispos por no ser partidarios del arrianismo. Protesta de la imposicin de un usurpador en su sede de Alejandra entre toda clase de violencias. Recuerda a los personajes bblicos que huyeron de perseguidores, la huida a Egipto y otros retiros de Jess. Es obligatorio huir cuando se nos persigue y esperar la hora sin tentar al Seor.Historia Arrianorum (358) Ya hemos mencionado ms arriba la Historia Arrianorum ad monachos, que Atanasio compuso el ao 358 a invitacin de los monjes entre quienes se haba refugiado. Mientras en la Apologa al emperador Constancio Atanasio trataba de ganarse el favor de ste, ahora, en cambio, le ataca como a un enemigo de Cristo, patrocinador de la hereja y precursor del Anticristo. El fragmento que se conserva de esta Historia arriana empieza con la admisin de Arrio a la comunin en el snodo de Jerusaln y recoge los hechos ocurridos en los aos 335-357. En los manuscritos y en las ediciones impresas le precede la Carta a los monjes, en que les dedica la obra, y le sigue la Carta al obispo Serapin sobre la muerte de Arrio.Escritos exegticosDe las obras exegticas de Atanasio, solamente unos fragmentos han llegado hasta nosotros en las catenae. Por esta razn es difcil determinar la fecha de su composicin.1. A Marcelino sobre la interpretacin de los salmos

La Epistula ad Marcellinum de interpretatione Psalmorum trata del contenido, carcter mesinico y uso piadoso de los salmos. Inspirndose en un discurso de un anciano venerable, el autor ensalza la belleza del Salterio, en especial su universalidad a todas las almas, a todas las condiciones y a todas las necesidades espirituales. Alude al canto de los salmos, sealando que esta costumbre litrgica no se introdujo por su efecto musical, sino para proporcionar a los fieles ms tiempo para meditar en su significado.2. Comentario sobre los salmos

Slo quedan unos fragmentos de un comentario a los salmos; la mayora de estos fragmentos se han salvado gracias a las catenae de los salmos compuestas por Nicetas de Heraclea, metropolitano culto del siglo XI. Los editores benedictinos publicaron una coleccin de estos fragmentos bajo el ttulo Expositiones psalmorum; el card. Pitra agrego algunas adiciones ms. Aun cuando algunos de estos fragmentos ofrecen dudas, la mayora pueden considerarse como genuinos. San Jernimo (De vir. ill. 87) menciona una obra de San Atanasio, De psalmorum titulis. Sin embargo, el tratado De titulis Psalmorum, que consiste en breves notas sobre el Salterio versculo por versculo y que fue publicado por vez primera en 1746, no es de Atanasio, sino de Hesiquio de Jerusaln, segn lo han demostrado las investigaciones de M. Faulhaber y G. Mercati. R. Devreesse descubri otros fragmentos de un comentario autntico. J. David, por su parte, edit unos fragmentos coptos de una explicacin de los salmos escrita por San Atanasio. A juzgar por todos estos restos, es evidente que Atanasio senta predileccin por la interpretacin alegrica y tipolgica del Salterio, en contraste con la exgesis ms sobria que predomina en sus escritos dogmtico-polmicos, especialmente en sus Discursos contra los arrianos.3. Comentarios sobre el Eclesiasts y sobre el Cantar de los Cantares

Segn Focio (Bibl. cod. 139), San Atanasio compuso un comentario al Eclesiasts y al Cantar de los Cantares. Afirma que "el estilo es claro, como en todos sus escritos; pero ni ste ni ningn otro escrito suyo que yo conozco se acerca en gracia y belleza a las cartas que contienen una apologa por su huida y una descripcin de su destierro." A excepcin de unos pocos fragmentos que se encuentran en las catenae y fueron publicados en la edicin benedictina, este comentario se ha perdido.4. Comentario sobre el Gnesis

El Cod. Barb. 569 contiene siete fragmentos de un comentario de Atanasio sobre el Gnesis, y las catenae de Nicforo aaden uno ms. Tratan de Gnesis 1,1; 1,6; 2,17; 3,10; 3,21: 3,23; 5,31ss; 48,18-20. Gracias al mismo Nicforo ha llegado tambin a nosotros otro fragmento de un comentario a xodo 28,4.En algunas catenae se encuentran tambin fragmentos sobre Job, San Mateo, San Lucas y 1 Corintios; pero no parece que se trate de restos de comentarios sobre dichos libros que se hayan perdido, sino que proceden de otras obras de San Atanasio, quizs de sermones que ya no existen. Ningn escritor antiguo mencion jams que Atanasio haya escrito comentarios sobre ninguna parte del Nuevo Testamento.

Finalmente, la Synopsis Scripturae Sacrae (PG 28,283-438), que es una compilacin, especie de introduccin a la Sagrada Escritura que describe el contenido y origen de todos los libros bblicos, no es obra de Atanasio.Escritos ascticos

Vita S. Antonii : Atanasio inaugura un nuevo gnero literario, la hagiografa monstica, con su Vita Antonii, escrita entre el 356 y el 362, que significa tanto la decidida integracin del movimiento monstico por parte de la eclesialidad catlica como un manifiesto propagandstico de ese ideal, que tuvo pronta y amplsima difusin. La Vita Antonii haca vlido en Egipto y fuera su reclamo de ser piadoso asceta y genuino obispo. Su finalidad es dirigir el movimiento en las vas eclesisticas.

Est claro que le importaba la direccin pastoral de los ascetas, aun prescindiendo del hecho de que le interesaba este movimiento como un refuerzo de la ortodoxia. Atanasio es ante todo un pastor ecclesiae que sabe guardar a los perfectos cerca de la comunidad y la comunidad cerca de la aspiracin a la perfeccin.

De virginitate a) San Jernimo atestigua (De vir. ill. 87} que Atanasio trat este tema en varias ocasiones. Entre sus obras existe un tratado Sobre la virginidad ( ), que ha sido objeto de una larga y animada controversia. Los editores benedictinos y P. Batiffol lo declararon dudoso a causa de unos pasajes que parecan incompatibles con el estilo de Atanasio. E. von der Goltz defendi enrgicamente su autenticidad. Sin embargo, M. Aubineau, que recientemente ha examinado a conciencia todos los escritos de Atanasio sobre la virginidad, ha probado que por sus tendencias, su estilo y su vocabulario no se le puede considerar autntico. Ha encontrado 121 palabras que Atanasio nunca emple.

A pesar de ello, este exiguo libro tuvo una importancia considerable en la historia del ascetismo. Es una especie de manual de la virgen cristiana, con instrucciones detalladas sobre la conducta y deberes religiosos de la esposa de Cristo y con hermosas oraciones. No hay indicacin alguna de la fecha de su composicin. La nueva edicin de E. von der Goltz examina detalladamente las diferentes variantes. Han introducido nuevas mejoras en el texto K. Lake y R. P. Casey, que conocan mejor el manuscrito de Palmos (P) y se valieron de dos cdices ms los manuscritos Vatopedi A y K.

b) Lefort ha publicado algunos fragmentos de una Epstola a las vrgenes, con un total de 65 pginas. Parece estar relacionada con la obra precedente; la utilizaron San Ambrosio y Shenute de Atripe. El primero la utiliza en su De virginibus sin mencionar la fuente. El segundo cita un pasaje extenso, diciendo expresamente que lo toma de "las cartas" del arzobispo Atanasio. Desgraciadamente, el texto copto de Lefort est mutilado al comienzo y faltan el nombre del autor y el ttulo de la obra. Sin embargo, Efrn de Antioqua (muerto hacia el ao 544) menciona una Epstola a las vrgenes de San Atanasio (Focio: PC 103,993). Por esta razn, Lefort opina que su verdadero autor es Atanasio. La Epstola contiene una excelente exposicin de la doctrina cristolgica de la unin hiposttica.c) Existe otro tratado Sobre la virginidad que cuenta con probabilidades de ser reconocido como autntico. Lebon ha publicado un extenso fragmento siraco, y el texto completo se conserva en una versin armenia publicada por Casey. Lebon y Casey estn de acuerdo en que el original era griego. Su ttulo. Discurso sobre la virginidad, refleja bien el contenido, el autor no se dirige a una virgen particular, sino a todas las que deseen vivir en estado de virginidad. No trata de la vida monstica, sino de vrgenes que viven en sus casas con sus familiares. Las considera como esposas de Cristo que han hecho con El un contrato que durar hasta su muerte. Llama "anglica" a su vida y les advierte que se abstengan de los baos y de las diversiones profanas; les exhorta a practicar el silencio, a leer las Escrituras, a cantar salmos, a trabajar para sustentarse a s mismas, pero permaneciendo pobres. El autor da una larga lista de ejemplos de virginidad tomados del Antiguo Testamento, segn el texto griego de los Setenta; cita tambin un extenso pasaje de las Acta Pauli et Theclae. El manuscrito siraco (addit. 14.607 del British Museum), del siglo VI o VII, atribuye la obra a San Atanasio; la versin armenia, hecha sobre el griego en el siglo VI, fue descubierta en una coleccin de escritos del mismo Atanasio. El contenido no nos fuerza a negar esta atribucin.

d) El mismo manuscrito siraco addit. 14.607 del British Museum contiene una Carta a las vrgenes que fueron a Jerusaln a orar y volvieron, por San Atanasio, arzobispo de los alejandrinos. El autor empieza recordando en la primera parte la peregrinacin a Beln y Jerusaln, de la cual tuvo que volverse un grupo de vrgenes. Les compadece por haber tenido que dejar aquellos santos lugares, pero les asegura que pueden permanecer con Cristo para siempre por medio de una vida santa. La segunda parte es un tratado sobre la virginidad, con reglas detalladas para este estado. El autor recomienda en primer lugar la vigilancia frente al demonio y discute la conducta de la virgen en la iglesia, sus nobles modales, su dignidad, caridad en el hablar. Le previene contra la sensualidad y condena la vida en comn de ascetas de ambos sexos bajo un mismo techo. El texto, probablemente, es copia de una versin siraca mucho ms antigua. El texto original debi de ser el griego. El estilo tiene todas las caractersticas del estilo de San Atanasio: claridad, precisin y simplicidad.e) A. van Lantschoot public en 1927 una carta en copto, desconocida hasta entonces, debida evidentemente a la pluma de Atanasio, que trata del Amor y dominio de s mismo. La encontr en el manuscrito Or. 8802 del British Museum, que es del siglo XI o XII. Lleva por ttulo: Carta de nuestro santo Padre, venerable bajo todos los conceptos, Apa (padre) Atanasio, arzobispo de Alejandra, sobre el tema del amor () y del dominio de s mismo (). Lefort ha demostrado sin lugar a dudas que esta carta est relacionada con una larga exhortacin en copto, titulada Catequesis pronunciada por nuestro venerabilsimo santo Padre Apa Pacomio, santo archimandrita, con ocasin del resentimiento de un hermano monje contra otro. La semejanza en palabras y frases es tan grande, que uno ha tenido necesariamente que copiar al otro, a no ser que ambos hayan utilizado una misma fuente. Lefort dispuso ambos textos en columnas paralelas, demostrando que Pacomio copi a Atanasio y que ste ltimo es probablemente el verdadero autor. Parece que la compuso en copto.

f) Es an ms importante el descubrimiento hecho por Lefort en un manuscrito procedente del Monasterio Blanco (ahora Cod. Paris. B. N.131). Hall casi las dos terceras partes de la llamada Primera Epstola pseudoclementina dirigida a las vrgenes, en una versin copta que la atribuye a Atanasio. Lefort se siente inclinado a atribursela a Atanasio, mientras que Wagenmann rechaza esta posibilidad. De todos modos, la versin copta es mucho ms antigua y ms segura que el texto siraco. Siendo el manuscrito del Monasterio Blanco del siglo IV o V, se sigue que los crculos monsticos de Egipto conocieron esta carta. Efectivamente, Shenute y su sucesor Besa citan el texto copto.g) En 1949, Lefort public unos fragmentos coptos de otro tratado sobre la virginidad desconocidos hasta entonces, del Cod. 1302 de la Bibliothque Nationale de Pars, que provienen del Monasterio de Shenute. El ttulo de la obra entera se encuentra en el fol.85 verso: "Aqu estn las instrucciones y preceptos referentes a las vrgenes, dados por Apa Atanasio arzobispo." El fragmento llama a la virginidad "una virtud divina," "la riqueza de la Iglesia" y "don sacrificial reservado a Dios." Por naturaleza, la virgen es una mujer, pero por libre eleccin y firme resolucin sobrepasa a la naturaleza y vive una vida inmortal en carne mortal. Siguen reglas sobre el vestido de las vrgenes. Sus manos y sus pies deben estar cubiertos, y su vestido debe ser modesto. Estas ideas generales sobre la virginidad y estas instrucciones precisas estn de perfecto acuerdo con las ideas e instrucciones de San Atanasio. Encontramos las mismas expresiones e idnticos preceptos en sus dems tratados.

En 1951, Lefort edit otro fragmento de un tratado atanasiano sobre la virginidad, del Cod. Paris. B.N. 1315 del siglo XI. Es posible que este fragmento y las Instrucciones y preceptos referentes a las vrgenes pertenezcan a la misma obra. El nuevo fragmento no lleva ttulo; faltan el comienzo y la terminacin. El autor da una larga lista de personajes del Antiguo Testamento que fueron bendecidos por Dios, como Enoc, No, Abrahn, Jacob, Jos, Moiss, Aarn, etc. Ensalza la virginidad en forma parecida al autor de las Instrucciones y preceptosSermones Los editores benedictinos declararon espurios o de autenticidad dudosa todos los sermones atribuidos a San Atanasio. Probablemente habr que modificar esta apreciacin despus que se haya examinado cuidadosamente el crecido nmero de sermones catalogados por A. Ehrhard, cosa que no se ha hecho todava. Es posible que este examen pruebe que algunos de ellos son autnticos. Hoss opinaba que las homilas De sabbatis et circumcisione ex libro Exodi y De passione et cruce Domini son obra de Atanasio y no deben considerarse entre las dudosas. De hecho, en muchos pasajes, la segunda homila tiene mucho parecido con las obras autnticas.

Los sermones De patientia e In ramos palmarum (PG 26, 1297-1315) y la homila In canticum canticorum (PG 27,1349-1362) no pertenecen a Atanasio. Budge public tres sermones que se han conservado en una versin copta. Sobre la caridad y la discordia, Sobre Mateo 20,1-16 y Sobre el alma y el cuerpo.

La versin siraca de varios fragmentos de esta ltima homila Sobre el alma y el cuerpo, en el manuscrito siraco add. 7192 del British Museum, la atribuye a Alejandro, predecesor de Atanasio en la sede de Alejandra.

Casey ha publicado una Homila sobre el demonio, atribuida a Atanasio, que descubri en un nico manuscrito del siglo XV en la Ambrosiana (Cod. Gr. 235, D. 51 sup.) de Miln. Aquellos a quienes va dirigida esta homila siguen manteniendo sus asociaciones paganas a pesar de que se presume su devocin hacia la religin cristiana. Siguen practicndose regularmente los sacrificios a los antiguos dioses. Apoyndose en el estilo y en la composicin literaria, Casey consideraba improbable la paternidad de Atanasio. Recientes investigaciones llevadas a cabo por Tetz y Scheidweiler han demostrado decididamente que este sermn lo debi de componer un arriano de Alejandra o de las cercanas.

Burmester descubri tres homilas coptas atribuidas a Atanasio, en un leccionario de Semana Santa. Tomndolo de un manuscrito copto (M 595), que pertenece a la Pierpont Morgan Library de Nueva York (100v-108r), Bernardin public otro "Sermn de San Atanasio, arzobispo de Alejandra, Sobre la Pasin de Jesucristo y sobre el temor del lugar del juicio." Parece propio del Viernes Santo o del Sbado Santo. Las alusiones a la igualdad entre el Padre y el Hijo suponen la controversia arriana, y la mencin de los maniqueos apunta hacia el siglo IV. El mismo manuscrito contiene Un discurso acerca de Lzaro, a quien Cristo resucit de entre los muertos, atribuido tambin a Atanasio y publicado por J. B. Bernardin en 1940. La homila es una de las diez que se encontraron en un sinaxario usado antiguamente durante los tiempos de Pascua y de Pentecosts en el Monasterio de San Miguel Arcngel de Hamouli, en la frontera meridional de la provincia de Fayum. Todava no ha salido a la luz pblica otro sermn atribuido tambin a Atanasio en el mismo manuscrito, Catechesis in festum Pentecostes. Queda an por investigar la autenticidad de estas y otras homilas coptas que los manuscritos atribuyen a San Atanasio.

De un manuscrito copto de la Biblioteca Nacional de Npoles, Lantschoot public una alocucin dirigida a los monjes que vinieron a ver y a presentar sus respetos a Atanasio. No hay fundamento para poner en duda su autenticidad. Trata de la vocacin a la vida monstica.

Otros tres sermones, tambin atribudos a Atanasio, parece que son de un tal Timoteo de Jerusaln, difcil de identificar. Debi de vivir entre los siglos VI y VIII. El primero de los tres (PG 28,905-914) trata del anuncio de los nacimientos de Juan Bautista y de Cristo: el segundo (PG 28,943-958), del viaje de Mara y Jos a Beln y del nacimiento del Seor; el tercero (PC 28,1001-1024), de la curacin del ciego de nacimiento (Io 9,1 s). Jugie ha probado que la Homila sobre la Anunciacin (PG 28,917-943) no es obra de Atanasio, sino de un autor de fines del siglo VII o principios del VIII. L. Th. Lefort, recientemente, ha llamado nuestra atencin sobre los fragmentos coptos de un manuscrito del ao 600, poco ms o menos, que se halla en el Museo Egipcio de Turn y contiene "Discursos pronunciados por el santo apa Atanasio, arzobispo de Alejandra, cuando volvi de su segundo destierro: Sobre la Virgen y Theotokos Mara que dio a luz a Dios, Sobre Isabel, la madre de Juan, donde refuta a Arrio, y Sobre el nacimiento de nuestro Seor Jesucristo."CartasCartas Festales ( ) Durante el siglo III, los obispos de Alejandra adoptaron la costumbre de anunciar todos los aos a las sedes sufragneas el comienzo de la cuaresma y la fecha exacta de Pascua mediante una carta, que normalmente se despachaba poco despus de Epifana. Esta pastoral abordaba, adems, la discusin de asuntos eclesisticos de actualidad o problemas de vida cristiana y contena exhortaciones a observar el ayuno, a practicar la limosna y recibir los sacramentos. El primero de quien se sabe que envi esta clase de cartas pascuales es Dionisio de Alejandra. Atanasio se mantuvo fiel a esta tradicin aun en el tiempo que pas en el exilio. Poco despus de su muerte, uno de sus amigos reuni estas cartas, y la coleccin alcanz una gran difusin. Del texto original griego slo quedan unos fragmentos; en cambio, en siraco se han salvado ntegramente trece, que fueron escritas entre los aos 329 y 348. Recientemente, Lefort ha publicado el texto copto de 17 cartas, de las cuales hasta ahora slo tenamos breves citas griegas. Este nuevo descubrimiento demuestra que no cabe aceptar la cronologa de Schwartz.Advertimos en ellas la misma simplicidad de estilo, el mismo vigor y calor, que distinguen sus dems escritos. Naturalmente, el cercano tiempo pascual ocupa en ellas un lugar prominente y predomina un tono de alegra. Las instrucciones para cuaresma indican que la costumbre de ayunar los cuarenta das que preceden a Pascua haba entrado tambin en Egipto. La primera carta festal, del ao 329, habla slo de un ayuno de seis das (10); pero a partir del ao 330 Atanasio recalca una y otra vez que la observancia deba comenzar el lunes de la sexta semana antes de Pascua. En la carta festal del ao 332, por ejemplo, dice as:

El comienzo del ayuno de cuarenta das es el da quinto de Phamenoth [1 de marzo], y, como he dicho, slo cuando nos hayamos purificado y preparado bien con esos das daremos comienzo a la santa semana de la gran Pascua el da dcimo de Pharmuthi [1 de abril]. Durante este tiempo, mis queridos hermanos, deberamos ejercitarnos en oraciones, ayunos y vigilias ms prolongados, a fin de poder untar nuestros dinteles con la preciosa sangre y escapar al exterminador. Daremos fin a los ayunos el da decimoquinto del mes de Pharmuthi [10 de abril]. Por la tarde de aquel sbado escucharemos el mensaje de los ngeles: "Por qu buscis entre los muertos al que vive? Ha resucitado." Inmediatamente despus nos alumbrar aquel gran domingo, me refiero al da 16 del mismo mes de Pharmuthi [11 de abril], en el que resucit nuestro Seor y nos dio la paz con nuestros prjimos (3,6).

Entre estas cartas festales, ninguna ha despertado ms inters, lo mismo antiguamente que en nuestro tiempo, que la 39, que corresponde al ao 367. En ella se condena el intento de los herejes de introducir obras apcrifas como Escritura divinamente inspirada, y se enumeran los libros del Antiguo y Nuevo Testamento incluidos en el Canon y transmitidos y aceptados por la Iglesia. Se ha podido restaurar casi totalmente su texto de fragmentos griegos, siracos y coptos. Es aqu donde por vez primera se declaran como los nicos autnticos los veintisiete libros de nuestro Nuevo Testamento. A juicio de Atanasio, los libros deuterocannicos del Antiguo Testamento no pertenecen al Canon: "Existen otros libros, adems de stos, no incluidos por cierto en el Canon, pero que han sido seleccionados por los Padres para que los lean quienes acaban de incorporarse a nosotros: la Sabidura de Salomn, y la Sabidura de Sirac, y Ester, y Judit, y Tobas, y el libro que lleva por nombre la Doctrina de los doce Apstoles, y el Pastor" (7). Se les cataloga, pues, con la Didach y el Pastor de Hermas, como libros de segundo orden, buenos slo para edificacin de los nefitos. Esta lista de Atanasio, en cuanto al contenido y al orden de los libros bblicos, coincide enteramente con el Canon del ms valioso de todos los manuscritos de la Biblia griega, el Codex Vaticanus, de principios del siglo IV. Ambos omiten los libros de los Macabeos. As se explica en cierta manera que falten tambin en la versin etipica de la Biblia. Es posible que el Codex Vaticanus sea el ejemplar que los escribas alejandrinos prepararon en Roma, el ao 340, para el Emperador Constante, mientras viva all Atanasio.

2. Tres cartas sinodales

a) El Tomo a los antioquenos

El Tomus ad Antiochenos lo escribi en nombre del snodo alejandrino del 362. Trata del estado de la Iglesia de Antioqua y recomienda el procedimiento mejor para restablecer la paz y la concordia. Se establecen los trminos en que ha de concederse la comunin a los arrianos que deseen reunirse. Fuera de una condenacin explcita de la doctrina de Arrio, no haba que pedirles nada ms que el credo niceno. Se defienden contra la cristologa arriana la integridad de la naturaleza humana de Cristo y su unin perfecta con el Verbo. Ya que esto envolva una cuestin importante de terminologa teolgica, se discute el uso de la palabra hypostasis y se admiten los dos significados distintos de subsistencia y persona. Se recomienda a ambas partes no urgir la cuestin de una o tres hypostasis, ya que no se debe permitir que disputas de meras palabras dividan a quienes piensan de la misma manera.

b) Carta al Emperador Joviano acerca de la fe

La Epistula ad Iovianum imperatorem hace una exposicin de la fe verdadera, tal como la haba pedido el emperador. La compuso Atanasio obedeciendo rdenes del gran snodo alejandrino del ao 363.

c) Carta a los obispos africanos

La Epistula ad Afros episcopos, escrita en nombre de los noventa obispos de Egipto y Libia reunidos en snodo en Alejandra el ao 369, previene a la jerarqua del frica occidental contra los esfuerzos de los arrianos por presentar el snodo de Rmini como la expresin ltima de la fe en detrimento de las definiciones del concilio de Nicea. A este fin se compara este ltimo con los snodos locales celebrados posteriormente. Se demuestra que la frmula de Nicea est de acuerdo con la Escritura y se dan los argumentos a favor de la adopcin de la palabra homoousios. Se demuestra que la postura de los arrianos al afirmar que el Hijo es una criatura no tiene consistencia y no puede sostenerse, y que la relacin del Hijo con el Padre no es solamente moral, sino que es esencial. La carta insiste en que el Smbolo(Credo) Niceno implica la divinidad del Espritu Santo. En la conclusin se previene contra Auxencio, obispo arriano de Miln.

3. Dos Cartas Encclicas.

a) Carta encclica a todos los obispos del mundo

La Epistula ad episcopos encyclica, escrita a mediados del ao 339, es una urgente apelacin a todos los obispos de la Iglesia catlica a considerar como propia la causa de Atanasio y a unirse contra Gregorio, el obispo arriano intruso en la iglesia de Alejandra. Se dan detalles en la carta sobre los ultrajes cometidos a la llegada de Gregorio el 15 de abril del ao 339 y de los actos de violencia del gobernador, quien se apoder de las iglesias y las entreg a los arrianos. La carta es el tratado polmico ms antiguo de Atanasio.

b) Circular a los obispos de Egipto

La Epistula encyclica ad episcopos Aegypti et Libiae la escribi Atanasio despus de su expulsin de Alejandra el 9 de febrero de 356 y antes de la llegada de Gregorio, el nuevo obispo arriano, el 24 de febrero del 357. Su principal propsito es prevenir a la jerarqua contra el intento de los herejes por sustituir el Smbolo de Nicea con otro credo. Por eso, en la segunda parte se contrasta la falsa doctrina con pasajes de la Escritura. Al final se hace una descripcin de la muerte de Arrio y se denuncia la extraa coalicin de "srdidos melecianos con arrianos dementes."

4. Cartas Dogmtico-Polmicas.

a) Las cartas acerca del Espritu Santo

Las Epistulae IV ad Serapionem episcopum Thnatanum las escribi Atanasio el ao 359 o a principios del 360, cuando se refugi con los monjes en el desierto de Egipto. Forman una obra homognea, no solamente porque van dirigidas a la misma persona, sino porque todas tratan del mismo tema, la doctrina del Parclito o del Espritu Santo. El problema de su divinidad estaba ntimamente ligado a la cuestin de la divinidad del Hijo y a la controversia arriana, aun cuando no se debatiera en su primera fase. Serapin haba escrito a San Atanasio acerca de ciertas personas que, aun separndose de los arrianos a causa de su blasfemia contra el Hijo de Dios, sin embargo, discurren erradamente acerca del Espritu Santo, diciendo no solamente que no es ms que una criatura, sino que adems, en realidad, es uno de los espritus que hacen oficio de servidores, y que slo difiere de los ngeles en grado (1,1). En su primera carta, Atanasio refuta a estos herejes. Los llama tropicistas (), porque explicaban en sentido trpico, es decir, metafrico, los pasajes de la Escritura que se oponan a su doctrina. La carta pone de manifiesto el vigor y la profundidad con que dominaba su tema; basta verle insistir en que nuestro conocimiento del Espritu tiene que derivar de nuestro conocimiento del Hijo. Su teologa es la del Nuevo Testamento cuando recalca que el Espritu Santo es el Espritu del Hijo, no slo en cuanto que es el Hijo quien lo da y lo enva, sino porque el Espritu es el principio de la vida de Cristo en nosotros. Las cartas segunda y tercera las escribi para responder a un nuevo ruego de Serapin, que le peda un resumen del arduo contenido de la primera. Como Atanasio promete ese resumen al principio de la segunda carta, pero no cumple lo prometido hasta el principio de la tercera, es evidente que originariamente las dos cartas constituan una sola. A esta misma conclusin llevan el final imprevisto y la ausencia de doxologa en la segunda carta. La ltima se ocupa de un argumento de los tropicistas que Atanasio ya haba insinuado y contestado en la primera (1,15-21), pero que haba pasado por alto en la tercera: Si el Espritu no es una criatura, objetaban ellos, ni un ngel, sino que procede del Padre, entonces El mismo es tambin hijo, y El y el Verbo son hermanos; y si El es hermano, cmo puede ser el Verbo unignito? Cmo entonces no son iguales, sino el uno toma su nombre del Padre y el otro del Hijo? Si procede del Padre, cmo no es engendrado o por qu no se le llama Hijo, sino simplemente Espritu Santo? Pero, si el Espritu es del Hijo, entonces el Padre es abuelo del Espritu (1,15).

Esta idea, Atanasio la refuta en la carta 4,1-7 de un modo que hace de esta carta algo ms que un resumen del pasaje correspondiente de la primera epstola. Es un tratado nuevo e independiente, que termina en la doxologa de 4,7 y que no guarda relacin con lo que sigue inmediatamente, 4,8-23, una explicacin de Mateo 12,32. Se trata, pues, de una obra aparte o quizs del resto de otra carta dirigida a Serapin. Su contenido da a entender que pertenece a un perodo anterior de la vida de Atanasio.

Adems de las cartas referentes al Espritu Santo, existen otras dos dirigidas a Serapin. Una de ellas, ms bien breve, que data del ao 339, se agreg a la coleccin de cartas festales. La otra, escrita entre los aos 356-358, narra la muerte de Arrio.

b) Carta a Epicteto.

La Epistula ad Epictetum episcopum Corinthi versa sobre la relacin entre el Cristo histrico y el Hijo eterno. El obispo de Corinto haba expuesto a Atanasio un memorndum acerca de algunas cuestiones que se estaban ventilando en su dicesis. La naturaleza de estas cuestiones cabe deducirla de la respuesta de Atanasio:

Qu infierno ha vomitado la afirmacin de que el cuerpo nacido de Mara es consubstancial a la divinidad del Verbo? O que el Verbo se transform en carne, huesos, cabello y cuerpo entero, y que cambi de su propia naturaleza? Quin oy jams en la Iglesia o de boca de ningn cristiano que el Seor llevara un cuerpo slo en apariencia y no en realidad? Quin fue tan lejos en el camino de la impiedad hasta el punto de decir y pensar que la misma divinidad, que es consubstancial con el Padre, fue circuncidada, y de perfecta que era se hizo imperfecta, y que lo que estuvo clavado en el rbol no fue el cuerpo, sino la misma esencia creadora de la Sabidura? Y quin que haya escuchado que el Verbo se form para s un cuerpo pasible, no de Mara, sino de su propia esencia, llamara cristiano a quien dijera tal cosa? Quin invent esta abominable impiedad, hasta el punto de imaginar y decir que el afirmar que el cuerpo del Seor est (tomado) de Mara equivale a pensar que, en Dios, en un lugar de una trada hay una ttrada? Como si dijeran los que as piensan que el cuerpo que el Salvador asumi de Mara es de la esencia de la Trinidad. De dnde han vomitado una impiedad tan grande como la de aquellos ya mencionados ms arriba, hasta el punto de afirmar que el cuerpo no es ms reciente que la divinidad del Verbo, sino que fue siempre coeterno con El, ya que fue compuesto de la esencia y de la Sabidura? Y cmo es posible que hombres que se llaman cristianos se atrevan aun a dudar que el Seor, que procedi de Mara, siendo Hijo de Dios por esencia y naturaleza, sea de la semilla de David segn la carne, y de la carne de Santa Mara? (2).

Todas estas cuestiones dejan entrever que las dificultades provenan de grupos arrianos y apolinaristas que profesaban doctrinas docetistas. La Carta a Epicteto obtuvo casi una reputacin cannica y fue muy citada en las controversias cristolgicas. Epifanio (Haer. 77,3-13) se vali de ella en su refutacin de la hereja de Apolinar de Laodicea. El concilio de Calcedonia la adopt como la mejor expresin de sus propias convicciones (MANSI, Conc. 7,464). Cuando los nestorianos trataron de falsificar el texto para sus propios fines. Cirilo de Alejandra (Ep. 40) desenmascar sus alteraciones.

Existen dos versiones distintas de esta carta en armenio. Una fue publicada por Tajezi (S. Attianasii Sermones [Venecia 1899] 324-343) y se cita ntegramente en El sello de la fe, catena dogmtica del siglo VII, editada por Karape Ter-Mekerttschian, Etchmiadzin 1914 (cf. J. Lebon, Les citations patristiques grecques du "Sceau de la foi": RHE 25 [1929] 8). La otra, publicada por R. P. Casey, se encontr en dos manuscritos de los mequitaristas de Viena y pertenece a un corpus armenio de escritos de Atanasio compilado a principios del siglo VIII. Tenemos, adems, una traduccin siraca que presenta ya las alteraciones de los apolinaristas, como lo prob J. Lebon en su edicin.

c) Carta a Adelfio

La Epistula ad Adelphium episcopum et confessorem la escribi San Atanasio el ao 370 371 en contestacin a un informe que le haba enviado Adelfio sobre la acusacin que hacan a la cristologa de Nicea los arrianos de adorar a una criatura. Atanasio hace remontar su error a los valentinianos, marcionitas y maniqueos, y seala que los catlicos no adoran la naturaleza humana de Cristo en cuanto tal, sino al Verbo encarnado:

Nosotros no adoramos a una criatura. Lejos de nosotros tal pensamiento. Semejante error es propio de paganos y de arrianos. Nosotros, en cambio, adoramos al Seor de la creacin hecho hombre, al Verbo de Dios. Porque, aun cuando la carne, en s, sea tambin una parte de la creacin, sin embargo, se ha convertido en cuerpo de Dios. Y nosotros no separamos el cuerpo, como tal, del Verbo, y lo adoramos por separado, ni tampoco, cuando queremos adorar al Verbo, lo apartamos lejos de la carne, sino que, sabiendo, como he dicho ms arriba, que "el Verbo se hizo carne," le reconocemos tambin como Dios aun cuando est en la carne (3).

d) Carta al filsofo Mximo

La Epistula ad Mximum philosophum felicita al destinatario por su acertada refutacin de los herejes que pensaban, como los arrianos, que Cristo fue solamente Hijo adoptivo de Dios, mientras que otros abogaban por la doctrina de Pablo de Samosata, que afirmaba que la humanidad de Cristo era distinta del Verbo Dios en cuanto persona. Atanasio se muestra convencido de que, al fin, ha de prevalecer lo que proclamaron los padres de Nicea: "Porque es exacto y porque basta por s solo para derribar todas las herejas, por impas que sean, y en especial la de los arrianos, que habla contra el Verbo de Dios y, lgicamente, profana tambin a su Santo Espritu" (5).

e) Carta referente a los decretos del concilio de Nicea

La Epistula de decretis Nicaenae synodi es una defensa de la definicin de Nicea, especialmente de las expresiones no escritursticas os y , contra las cuales objetaban los arrianos. La escribi hacia el ao 350-351 para un amigo a quien las pretensiones arrianas haban llenado de contusin. Atanasio prueba que esas expresiones no difieren, en cuanto al sentido, de lo que se lee en la Escritura y que estaban en uso en la Iglesia desde los tiempos de Orgenes, Dionisio de Roma, Dionisio de Alejandra y Teognosto. Cita prrafos de estos autores. La carta tiene un inters especial por la descripcin que hace de las sesiones de Nicea. Para mostrar que los eusebianos firmaron entonces lo que ahora lamentan, Atanasio aduce, a manera de apndice, la carta de Eusebio de Cesarea a su grey, nico documento que ha sobrevivido fechado en el mismo ao del concilio. Tiene una importancia especial por contener la regla de fe que present al concilio el mismo Eusebio y la forma revisada que fue adoptada finalmente (cf. infra, p.359s). Existen razones para creer que originariamente a ste seguan otros documentos nicenos. En cambio, la Epistula de sententia Dionysii episcopi Alexandrini parece ser una adicin posterior. Las citas que trae Atanasio de Dionisio en apoyo de la expresin nicena homoousios hicieron mella en los arrianos, que pretendan tener a Dionisio a su favor. Esta carta refuta la interpretacin que el partido hertico daba a ciertos pasajes de Dionisio como favorables a ellos. Atanasio prueba que todas estas citas son ortodoxas, aunque sean una presentacin incompleta de sus creencias.

f) Carta referente a los snodos de Rmini y de Seleucia

La Epistula de synodis Arimini in Italia el Seleuciae in Isauria celebratis la escribi en otoo del ao 359, ao en que se celebraron los snodos gemelos de Rmini y Seleucia. Es un amplio informe que va ms all de las dimensiones ordinarias de una carta. La primera parte (1-14) trata de la historia de los dos snodos. Atanasio demuestra que no haba razn para celebrar ningn nuevo concilio, ya que las decisiones de Nicea lo hacan innecesario. Los herejes siguen siendo los mismos. Siguen las actas de Rmini, la carta del snodo al emperador Constancio y su decreto, las actas de Seleucia, la deposicin de Acacio, el informe al emperador y unas reflexiones sobre la conducta de los arrianos. La secunda parte (15-32) da una historia de los smbolos arrianos, empezando por las creencias de Arrio tal como las expresara en su Thalia y en su carta a Alejandro de Alejandra. La tercera parle (33-40) contiene una refutacin de los omeanos (de omios=parecido) y una llamada a los semiarrianos, mostrndoles que los trminos que objetan no los entienden rectamente. Con el fin de preparar el camino para una reunin con los omoiusianos, tales como Basilio de Ancira y otros, les exhorta a fijarse en el sentido y no en las palabras. Aun cuando existen fuertes razones para afirmar que el trmino coesencial () es mejor que parecido en esencia (), confiesa que esta ltima expresin admite una interpretacin correcta. Despus que Atanasio haba escrito su relato acerca de los dos snodos, le informaron que el emperador Constancio haba enviado una carta al snodo de Rmini. Aadi una copia de la misma, junto con la contestacin de los obispos, en una postdata, que forma el ltimo captulo (55). Se ve tambin que los captulos 30-31 de la segunda parte son igualmente una insercin posterior.

g) Carta a Rufiano.

La Epistula ad Rufianum episcopum, escrita despus del ao 362, trata de la admisin de los arrianos que vuelven a la Iglesia. Rufiano le haba pedido consejo en esta difcil cuestin. Atanasio alude a las decisiones de los concilios en esta materia: "Aqu y en todas partes se lleg a la misma decisin, a saber: a los que haban cado y haban sido cabecillas de impiedad, perdonarles si se arrepienten, pero no darles el rango del clero; pero en el caso de hombres que no han cado deliberadamente en la impiedad, sino que han sido arrastrados por la necesidad o la violencia, que no slo deben recibir el perdn, sino que deben ocupar el rango del clero." La carta adquiri tal reputacin, que fue incorporada a la coleccin cannica de la Iglesia griega.

h) Carta a los monjes

En su Epistula ad monachos. Atanasio se siente obligado a escribir a los monjes solitarios, "porque hay personas que sienten con Arrio y van de monasterio en monasterio sin ms objeto que solo visitaros y volver de estar con nosotros, engaar a los simples." Pide a sus lectores que no den ocasin de escndalo a los hermanos y rehyan la compaa de quienes comparten los puntos de vista de Arrio, as como la de aquellos otros que, aun pretendiendo no comulgar con las ideas de Arrio, acuden, sin embargo, a los actos culturales de los herejes. Se conserva una versin latina de esta carta en el Codex Vatic. lat. 133 del siglo IX-X. Con todo, esta traduccin, que bajo otros aspectos es servil, contiene interpolaciones que muestran la influencia de la obra De non conveniendo cum haereticis, de Lucfero de Cagliari.

5. Cartas Ascticas.

a) Carta a Amn

La Epistula ad Amunem monachum la escribi antes del ao 356 con objeto de calmar la conciencia escrupulosa en extremo de ciertos monjes que estaban preocupados por pensamientos involuntarios y por poluciones nocturnas. "Si creemos con las Escrituras que el ser humano es una obra de las manos de Dios, cmo puede haber nacido una obra contaminada de un Poder puro? Y si nosotros, segn los divinos Hechos de los Apstoles (17,28), "somos linaje de Dios," no tenemos nada impuro en nosotros. No incurrimos en contaminacin ms que cuando cometemos pecado, que es la cosa ms sucia. Mas cuando independientemente de nuestra voluntad tiene lugar una cualquiera excrecin del cuerpo, esto lo experimentamos, como otras cosas, por una necesidad de la naturaleza." Luego trata la carta de los "dos gneros de vida": el uno, moderado y ordinario, el matrimonio; el otro, angelical e insuperado, esto es, la virginidad.

b) Carta a Draconcio

La Epistula ad Dracontium la escribi el ao 354 355 para instar a un abad a que no rehusara el episcopado. Atanasio alude a la sorprendente unanimidad de su eleccin y al peligro de que personas ineptas vayan a usurpar el oficio si es que Draconcio no lo acepta. "Si te desagrada el organizar las iglesias y piensas que el ministerio del episcopado no tiene sus recompensas, ah, entonces te has decidido a despreciar al Salvador, que orden estas cosas... Si todos hubieran pensado como tus consejeros de hoy, cmo hubieras llegado a ser cristiano, al no haber obispos?" (3-4). Para probar que Draconcio no es el nico que ha sido elegido de entre los monjes, menciona una lista de superiores monsticos que llegaron a ser obispos. Parece que la carta surti efecto, pues Draconcio particip en el snodo de Alejandra del ao 362 en calidad de obispo de Hermpolis Parva.

6. Cartas Dudosas.

El ao 1738, Escipin Maffei public, tomndolas de un manuscrito latino de la Biblioteca Capitular de Verona, dos cartas que Hefele considera de autenticidad dudosa, mientras que Schwartz y otros piensan que realmente son de Atanasio. Ambas las habra escrito Atanasio mientras asista al snodo de Srdica del ao 343. La una est dirigida "a los presbteros, diconos y pueblo de la Iglesia catlica de Mareotis"; la otra, "a todos los presbteros y diconos de la santa Iglesia catlica de Alejandra y de Parembola." La primera contiene una larga lista de firmas. Las dos informan a las iglesias sobre las alabanzas prodigadas por el concilio a su valiente actitud frente a los arrianos y sobre la excomunin de los jefes de la hereja, Teodoro, Valente, Ursacio y otros. El latn es pobre y parece una traduccin del griego.

Se conservan tambin solamente en latn otras dos cartas atribuidas a Atanasio. Van dirigidas al obispo Lucfero de Cagliari, en Cerdea. En la primera le pide una copia de sus cartas al emperador Constancio y en la segunda le agradece por habrselas enviado. En las dos le dedica grandes elogios por la firmeza de su fe y el valor con que defiende a la Iglesia contra los arrianos. Sin embargo, Saltet ha demostrado que arribas misivas son falsificaciones de un luciferiano.La teologa de San AtanasioAtanasio no fue un telogo terico. No hizo casi ninguna contribucin a la especulacin, ni desarroll ningn sistema, ni invent terminologas nuevas. Sin embargo, la historia del dogma en el siglo IV se identifica con la historia de su vida. Su mayor mrito consiste en haber defendido el cristianismo tradicional contra el peligro de helenizacin oculto en la hereja de Arrio y de sus seguidores. Como buen conocedor de Orgenes, usa formas y conceptos del pensamiento griego, pero los llena de un contenido sacado de la revelacin. Todos sus esfuerzos tienden a establecer, "desde los orgenes, la autntica tradicin, doctrina y fe de la Iglesia catlica, que el Seor dio, los Apstoles predicaron y los Padres conservaron" (Ep. ad Serap. 1,28). Contra las tendencias racionalistas de sus adversarios, prueba la primaca de la fe sobre la razn. Esta ltima no puede ser juez en asuntos metafsicos. Por la sola razn, el hombre es incapaz de investigar s