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ASPECTOS SOCIOLÓGICOS DEL

PUEBLO GITANO

Antonio Torres Fernández

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INTRODUCCION Hemos de partir de la base, o por lo menos es nuestra creencia, que la cultura gitana rebasa, no sólo, los límites de lo regional, rural y urbano, sino también, de lo nacional. Esto lo decimos porque somos testigos de la estructura familiar de los gitanos, en más de diez naciones diferentes; en la naturaleza de los lazos de parentesco existentes entre ellos; en la calidad de relaciones entre los miembros de la familia; en la ocupación del tiempo, tanto laboral como de ocio; en los patrones de consumo; en los sistemas de valores, diferentes a la de la sociedad mayoritaria con la que convive; y, principalmente, en el sentido de pueblo que posee toda comunidad gitana, sea cual fuere su situación económica, principal exponente diferenciador de los status sociales. Por tanto, las familias gitanas, aún viviendo en una gran ciudad no se diferencian de otras de convivencia rural, en cuanto a lo que se refiere a cultura gitana, existiendo entre ellas las diferencias propias del entorno y su influencia. No obstante el entorno siempre es asimilado en lo que le conviene a cada familia. Tanto es así, que si es muy hostil desaparecen de él, buscando otro más propicio. El conocimiento que se tiene de los gitanos, como pueblo, es muy escaso, sólo se tiene una conciencia de su existencia muy superficial, en muchas ocasiones folklóricas, y en el mejor de los casos, de forma puntual, por necesidades de la convivencia social, a la que algunas familias gitanas se aferran, a pesar de tener a gran parte de la sociedad "gadyi” en contra. Nuestra intención es hacer una exposición lo más exhaustiva posible sobre gran parte de las diferentes relaciones que podemos encontrar en el pueblo gitano. Lo que nos hará discurrir sobre las relaciones internas, externas y evolutivas, en cuanto a lo que hemos llamado, de forma global, Relaciones Sociales. Además de un capítulo, aparte, sobre lo que consideramos Relaciones Laborales, donde trataremos el trabajo asalariado, las ocupaciones más usuales, los medios de ventas, el "empleo" como fundamento de la venta, su preparación y ejecución, y finalizaremos con la división del trabajo, donde haremos un análisis de la intervención de los grupos de sexo y edad.

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1. - RELACIONES SOCIALES. El mundo evoluciona a través de sus diferentes relaciones, y una de sus metas es mantener la libertad de las personas. El mejor indicador para saber si una ciudad, región o país es libre, sería el aplicar el viejo refrán: donde veas gitanos hay libertad. Allí donde no los veas, no existe libertad. El grupo poblacional gitano conforma una sociedad con una alta densidad de interacción entre sus individuos, y en su seno se manifiestan todos los aspectos propios de su patrón universal. Que en su caso sería, según Tomás Calvo Bueza, el conjunto de categorías lo suficientemente comprensivo como para permitir una organización lógica y clasificatoria de la variedad de artefactos, rasgos, estilos e instituciones observados en el propio sistema cultural. Dentro de este patrón veremos como las relaciones, en general, entre los gitanos no son lucrativas, porque su organización no se basa en los intereses particulares, sino en unas relaciones que tienen como finalidad la comunidad. No obstante, los gitanos, en la actualidad, claramente separados de los "gadye", necesitan relacionarse con éstos para apoyar su devenir evolutivo. Así como, no nos puede extrañar que el grupo poblacional gitano sea considerado como una etnia heterogénea, además por la forma en como se relaciona con la sociedad mayoritaria. La relación principal con dicha cultura dominante es la económica, porque ella condiciona el resto de las relaciones posibles con los "gadye". 1.1.- Relaciones endógenas Estas relaciones son las que los gitanos consideran más importantes para poder mantener la comunidad, ellos lo tienen tan claro que en ocasiones ciertas pautas de actuación parecen contradictorias, y lo cierto es que pertenecen a status sociales diferentes, por tanto se ha de tener en cuenta el grado evolutivo y tipo de evolución en cada caso. La importancia de estas relaciones está reconocida no sólo por los miembros de la propia etnia, sino también por los "gadye" que han puesto mayor atención por este grupo poblacional, y no de ahora, sino desde que se despertó interés por él. Dentro de estas relaciones hemos de hacer dos grandes grupos, por una parte lo que podríamos llamar connotaciones estructurales, y por otra las connotaciones coyunturales. Además es de interés observar la familia como base y partida de las relaciones internas.

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1.1.1. - Connotaciones estructurales Se trata de aquellas relaciones cotidianas que conforman la estructura de la cultura gitana. Son las que consideramos imprescindibles para conservar ciertas costumbres vivas, con las que mantener la solidaridad del grupo y la justicia dentro de él.

a) Identidad En el pueblo gitano se observa como sus miembros tienen latente su identidad, conocen al resto de los miembros del clan, linaje, y unidad local por su personalidad, y cualquier actitud de éstos, les produce un significado profundo. A diferencia con la sociedad general, no existen en sus relaciones intereses lucrativos, ni se pierden en el anonimato de la máquina social. Independientemente, de que sepan, o no, explicarlo, lo cierto es que los gitanos tienen su forma peculiar de ser y proceder que los identifica claramente, a pesar de las variables propias que supone el lugar donde se vive, el status social, económico, laboral, la instrucción pública adquirida, el grado de racismo de la sociedad general, etc. b) Cooperación Ciertamente la colaboración dentro de la etnia gitana, puede dirigirse desde cualquier grupo de sexo y edad, hacia otro u otros con toda agilidad normativa. Podríamos enumerar muchos autores que coincidirían en la importancia de la gitana casada y con descendencia como cooperación, por sus connotaciones estructurales, a la unidad familiar, en primera instancia, y al pueblo gitano, en última. Por otra parte, otro de los autores nos habla de la cooperación cotidiana entre los miembros de la familia o el linaje gitano, y ponen de relieve que la cooperación es una de las obligaciones propias en el desarrollo de las relaciones entre los miembros de la población gitana. Desde otra perspectiva, la nacionalista, aunque con el reconocimiento de existir como minoría étnica dentro de una sociedad mayoritaria y a veces adversa, hemos de entender que la cooperación en lo económico nos lleva, en el caso de los gitanos, a que el poder económico de un miembro puede pasar, por razones concretas a otro.

Por último, veamos la cooperación interna dirigida hacia el exterior. El pueblo gitano ya sea desde una perspectiva étnica, y más aún, desde una perspectiva nacionalista, necesita de la cooperación de sus miembros para mantener la

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libertad de seguir siendo gitanos, y conseguirlo ante los acontecimientos de aculturación que rige la sociedad general, en relación a las minorías coexistentes. 1.1.2.- Connotaciones coyunturales. En este caso son relaciones más puntuales que las anteriores, pero que igualmente son necesarias para conservar la cultura gitana, y sobre todo, en mayor manera, son fruto de la solidaridad y ejecutoras de la justicia dentro del pueblo gitano. a) Solidaridad. Nos referimos, no a la adhesión a la causa de otro, sino al modo en común de derecho, obligación, ley, etc. Puesto que nos estamos refiriendo a las relaciones entre los miembros del pueblo gitano, la adhesión, lógicamente, ha de ser ese modo de norma o deber en común, ya que la causa es idéntica en cada uno, y por tanto no existe la necesidad de adherirse a la de nadie.

La solidaridad, lo podríamos fundamentar en esa fidelidad que tienen los gitanos a sus costumbres, que con ellas afianzan, por el propio proceso de enculturación, la subsistencia del clan, en definitiva de la totalidad de la población gitana. Esta forma de proceder de los gitanos en general, no es más que uno de los rasgos propios de su idiosincrasia, o si lo preferimos una filosofía de vida.

Digamos que es un orden cósmico que está dispuesto de tal manera que se convierte en una solidaridad con forma de protección correlacionada, y que comprende tanto el ámbito de lo físico como el de lo psicológico, y también el económico. Lo que origina una seguridad en el grupo que se manifiesta, principalmente, en aquellos individuos con mayores carencias al respecto. Dándose ésta, llamémosle seguridad social, esencialmente en los grupos de edad dependientes, pero que se puede dar, por cualquier circunstancia, en otro grupo de edad. Recordemos que ya decíamos, al iniciar el capítulo de las Relaciones Sociales con referencia a los gitanos, que su organización no se basa en los intereses particulares, sino en unas relaciones que tienen como finalidad la comunidad.

Para finalizar este punto, digamos que en lo que nos sentimos más de acuerdo con éste y algún que otro autor de nuestra bibliografía, es en que tanto las evidentes diferencias de actuación de algunos grupos gitanos, como sus notables desigualdades socio-económicas, no impiden que exista la solidaridad en el pueblo gitano en general.

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b) Autoridad En cada una de las segmentaciones parentales del pueblo gitano existe una autoridad máxima, el “shero rom”, que ejerce el gobierno en su grupo, dirigiendo, juzgando y proporcionando soluciones a la comunidad, por lo que no puede evadirse de los problemas del grupo. La autoridad, por otra parte, está salvaguardada por el poder. Este poder, cuanto más respete la ley gitana, más realza la autoridad de su segmento. De aquí que los gitanos, tanto más responsabilidades tengan dentro de su grupo parental, más intentan estar cerca de la ley, porque mayor es la exigencia, y mayor será el prestigio de su autoridad. Lo cierto es que los gitanos, y es el sentir general entre ellos, son fieles al sentimiento de fidelidad a la autoridad que tienen sus progenitores, con la particularidad de que actuando así, se sienten felices.

1.1.3.- La familia como base y partida de las relaciones endógenas. La unidad familiar, juntamente con la unidad local, son los núcleos principales de donde parten las relaciones endógenas del pueblo gitano. Igualmente es importante el resto del grupo poblacional gitano, pero en un segundo término. Puede darse el caso que miembros de una misma familia extensa o macro familia, o de un mismo linaje, o de un mismo clan, no tengan unas relaciones estrechas, en el tiempo o en la forma, como las que puedan tener miembros de una misma unidad local, principalmente si pertenecen a la misma parentela, o sobre todo, como las que pueden tener los miembros de la unidad familiar. Lo importante es saber, como hemos visto, que existen unas relaciones internas, y que se dirigen a la conservación del grupo poblacional en general. Ahora veremos de donde parten dichas relaciones, y por tanto, encontraremos su principal apoyo. En la bibliografía gitana, se encuentran innumerables pasajes escritos por la práctica totalidad de los autores que la componen, con referencia a las relaciones internas del pueblo gitano. En estas obras se deja muy claro la importancia de la familia en la vida gitana, considerándola como eje indiscutible de las relaciones de los gitanos. La familia es el soporte de la seguridad y protección del gitano, dirigida por el "shero rom” Situación alcanzada por la ofuscación de los "gadye” ante el devenir del grupo gitano. Lo que provoca un punto base para las relaciones internas.

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1.2.- Relaciones exógenas. Con una historia tan desafortunada como la de los gitanos, es muy difícil que se pueda desarrollar unas relaciones sociales externas, han de transcurrir muchas generaciones para que éstas puedan iniciarse. Pensemos, que los gitanos desde su salida del Punjab, hasta ahora, han sufrido innumerables persecuciones en los diferentes países por donde han pasado, o han intentado asentarse. Veamos el caso de España, por ser el más conocido por nosotros: Antes de que se iniciaran oficialmente las persecuciones al pueblo gitano, y posiblemente movido por el celo religioso, a los gitanos se les tenía como extranjeros, y como tales empezaron a recibir las acusaciones más insólitas a causa de unas relaciones no menos absurdas, entre otros motivos, porque era prácticamente imposible que se diera tanta fechoría en tan poco tiempo y en tanta gente a la vez. De todas las acusaciones recibidas podemos destacar las de espías, ladrones, caníbales, hechiceros, incendiarios, envenenadores, traficantes de niños, hijos del diablo, etc. En definitiva todo lo negativo que acaeció en la Edad Media recayó sobre los gitanos, lo que provocó una situación de persecución contra los gitanos. Sobre esta persecución tanto española, como de las practicadas en los diferentes países donde hizo su aparición el pueblo gitano, hemos de decir que no potenció las relaciones sociales exógenas, sino todo lo contrario. Estas actuaciones, y otras derivadas de éstas, han servido para que el gitano no sólo no se relacionara con los "gadye", sino que, además, se recluía con los suyos, forzando el aislamiento del resto de la sociedad general. No obstante, ningún grupo poblacional, que forme parte de una sociedad, puede prescindir de ella, ha de relacionarse con ésta aunque sólo sea desde una perspectiva de necesidades vitales. El transcurso de los años y la puesta en marcha de la consecución de dichas necesidades vitales, en el grupo minoritario, ha supuesto ciertas relaciones que ha ido acercando, lentamente, a ambos grupos. Provocando el inicio de unas relaciones sociales entre ellos. En la actualidad, podemos decir que estas relaciones se dan en mayor medida en el ámbito laboral, que estudiamos en capítulo aparte. Normalmente, en la mayoría de las familias gitanas, estas relaciones no tienen base estructural, sino más bien de coyuntura. Existen varias formas de relaciones exógenas, unas de ellas, más que relaciones, habría que llamarla obstáculos exógenos. No podemos pasar por alto que el hecho de que no haya más relaciones entre "gadye" y gitanos, es debido a múltiples causas, entre las que los propios gitanos tendrían algo que remediar, pero sin lugar a duda, la de mayor relieve es la que hace que la población mayoritaria rechace a la minoritaria. Este rechazo se convierte, como podemos comprobar en la historia de los gitanos, en una persecución constante, bien por la

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totalidad de la población "gadyi", bien por algún sector concreto. Desconocemos, si es que ha existido un solo momento en la historia de la humanidad, donde los gitanos no hayan sido rechazados, perseguidos, maltratados, expulsados, procesados y culpados con mayor o menor vehemencia.

Al margen de lo que puedan hacer los ciudadanos para evitar estas actitudes, las diferentes administraciones, tienen la obligación de oponerse a todo tipo de rechazo que exista sobre cualquier grupo poblacional que legalmente tenga carta de ciudadanía. Es cierto, también, que no todos los organismos gubernamentales rechazan a los gitanos, o por lo menos directamente, hay casos, los menos, que hacen una defensa directa; otros, que no actúan ni en pro ni en contra, salvo cuando programas sociales o de otras áreas, se imponen por instancias superiores, o la gran mayoría de la población general, a través de peticiones constantes, obliga a la administración a intervenir en favor, rara vez, o en contra de la población gitana; y otro gran grupo, estaría formado por las administraciones que fundándose en el deseo y bienestar del pueblo, aunque éste no lo manifieste, rechazan a los gitanos. El rechazo hacia el pueblo gitano se puede presentar de múltiples formas y maneras, entre ellas podemos destacar: el mero rechazo, el rechazo vehemente y el rechazo solapado. El primero es propio de los gobiernos inestables, donde las diferentes administraciones actúan en contra de las minorías para favorecer, aunque no lo pidan, a la mayoría poblacional, con lo que intentan apoderarse del asentimiento y apoyo general para mantenerse y/o aumentar el prestigio de gobierno, aunque por ello se atropelle a las minorías. Pero eso sí, siempre con el disfraz de la conservación del orden público, la mejora de la salud e higiene o la simple tranquilidad o estética pública. El segundo es un rechazo directo, más propio de los gobiernos déspotas, donde la máquina burocrática actúa discriminatoriamente, la población mayoritaria, apoyada en dicho despotismo, ejerce una marginación integral, y las fuerzas de seguridad, operan de forma violenta e inhumana. Este rechazo sistemático produce una actitud, en las etnias minoritarias, de repudio a la propia cultura, o bien, como es el caso de los gitanos, de huida, con toda la carga emocional que conlleva, y que antes o después puede manifestarse negativamente, sin que ello beneficie a nadie en particular, sino más bien aumenten las distancias entre los grupos poblacionales. Y el tercero es propio de los tiempos actuales, porque predomina en aquellos gobiernos que se dicen democráticos. Es una forma de oprimir a las minorías indirectamente, sin una violencia directa, que sería mal vista, pero con los mismos resultados. Además algunas organizaciones gubernamentales, principalmente locales, ante brotes declaradamente racistas, no actúan de forma socializadora, y no tarda en aparecer, en muchos casos, actos violentos por parte de la población mayoritaria, sobre todo, por aquella que coexiste con la población gitana.

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Además de estas tres formas de rechazo, se está desarrollando de manera alarmante, a causa de la ignorancia notable que tienen los responsables sociales sobre la cultura gitana, un desaire hacia la población gitana. Esta desconsideración, no sólo podría terminar en un rechazo claro, sino que podría fenecer la cultura gitana. Se trata de esos esfuerzos propios de los gobiernos democráticos que al traducirse en programas sociales, algunas administraciones locales no saben interpretar debidamente la finalidad y actúan regresivamente. Esto ocurre siempre que se quiere poner en marcha un programa, de cualquier índole, con una población minoritaria que no se le tiene en cuenta y además no se le conoce realmente. La sociedad en general, siempre ha necesitado seleccionar un grupo, cuanto más desconocido mejor, para imputarle sus propios defectos. En esa selección, siempre han predominado las etnias minoritarias, quienes han tenido que soportar unas relaciones externas, que al grupo le convertía en centro productor de maleficios de todo tipo, tantos como realmente existan en la sociedad general. Quien no ha dicho u oído decir: ¡¡Cuidado que son gitanos!! Ejemplos como éste se pueden sacar a miles. Estas situaciones, han creado una actitud en el gitano en general y más particularmente en el nómada, de no aceptación de todo lo externo, principalmente porque le perjudica tanto a nivel personal, estar relegado a un segundo término, como a nivel general, con sus constantes intentos de integración, con el más puro deseo de que desaparezca el grupo. No obstante, el desarrollo de esa insistencia de los "gadye" hacia una integración de los gitanos, en algunos aspectos, ha dado sus frutos. Nos referimos principalmente a la necesidad imperiosa, sobre todo en el caso de los gitanos sedentarios, de tener que participar en la sociedad de consumo, lo que les ha traído un devenir más cercano a los "gadye" y por tanto con unas relaciones exógenas más abundantes y satisfactorias. Veamos ahora, después de haber expuesto lo que hemos llamado "obstáculos exógenos", algunas de las situaciones de relaciones exógenas que se dan en el pueblo gitano. En estas relaciones hemos de hacer tres grandes grupos, por una parte tenemos lo que podríamos llamar dependencias vitales, por otra las dependencias sociales, y, por último, las dependencias político-evolutivas. 1.2.1.- Dependencias vitales Como ya aludimos al comenzar este capítulo, los gitanos necesitan relacionarse con los "gadye", entre otros motivos, para poder apoyar su propia existencia, ya que aún no se han planteado un despegue social, económico, político y territorial, que provocase la ruptura de todo tipo de dependencias.

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En realidad las familias gitanas tienen muchas dependencias que le son comunes, lo que ocurre, es que la diferencia de status sociales entre las diferentes familias, a veces, les hace parecer que difieren en sus dependencias. Estas, hoy dependen, con algunos matices, de los "gadye" para todas las necesidades vitales. Son los “gadye” los que tienen las empresas de servicios, y al mismo tiempo son a los que se dirigen los gitanos para comerciar tanto en la compra como en la venta, ya sea desde una empresa, o de forma autónoma. De todo ello hablaremos más extensamente en el capítulo de las relaciones laborales. En términos generales, hoy por hoy, se mantiene una actitud, de la sociedad general, hacia las minorías étnicas de desconfianza, rechazo, etc., y en el caso de los gitanos no es menos, como tantas veces hemos dicho en este trabajo, y hemos de seguir diciendo en lo que nos resta de él. Es este rechazo, en sus distintas formas, el que hace que los gitanos al relacionarse con los "gadye", exista un recelo que en muchos de los casos está fundamentado. Nos consta que los gitanos no acuden a según que sitios, pero tampoco les gusta relacionarse fuera del grupo étnico porque se sienten muy solos en ambientes de mayoría "gadyi", consideran que se les trata como ajenos al lugar, aunque hayan nacido en él. Además, podemos observar como existen grupos gitanos, que al relacionarse con los "gadye" por necesidad, se resisten a considerar las connotaciones que competen a la vida en la comunidad general, lo que les atrasa en la convivencia con el mundo "gadyo", sobre todo porque no lo entienden, ni entienden sus mecanismos de actuación.

Los gitanos consideran oportuno ponerse en contacto con los gobernantes de las diferentes administraciones, para dialogar de los diversos temas que les preocupan, con lo que se pueden evitar situaciones no deseadas para las relaciones futuras, si por ambas partes se consigue un entendimiento. Así pues, se entiende que el movimiento gitano, dentro de cada una de sus organizaciones, actividades, iniciativas, etc., se plantea la necesidad de relacionarse con los "gadye": para que vaya en aumento el conocimiento de cada uno con respecto al otro; mentalizar a la sociedad en general, para extirparle la repulsión que aún existe hacia las minorías étnicas, en general, y, muy particularmente, hacia los gitanos; una constante actitud de diálogo con los responsables políticos para poder hallar conjuntamente las diferentes soluciones al desarrollo gitano. Las consecuencias lógicas, para los gitanos, del no entendimiento entre sus organizaciones y los políticos, esta en un inclinarse por la voluntad del propio pueblo, porque éste les asegura un apoyo que no se ha desarrollado en las relaciones exógenas.

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1.2.2.- Dependencias sociales. Además de las dependencias que sirven de soporte a la existencia de los gitanos, y que no pueden eludirlas ninguno de ellos independientemente del status social al que pertenezcan, existen las dependencias sociales. Estas no son puramente vitales, porque puedes, o no, poner en práctica esa actitud, pero es conveniente hacerlo para no perjudicar las dependencias vitales. Si los gitanos no se esfuerzan en relacionarse con los "gadye" en actos sociales tan simples como: conversar en el bar u otro lugar de ocio; participar en juegos y deportes; convivir con el resto de los vecinos; saludar oportunamente a los que de una u otra manera se relacionan; estar siempre dispuesto a ofrecer los servicios propios, de forma desinteresada, ante una eventualidad; respetar las diferencias; etc., difícilmente podrán tener, con los "gadye", unas relaciones sociales óptimas para evitar que la sociedad mayoritaria mantenga una actitud discriminatoria. En la actualidad, ciertamente, los gitanos son conscientes de ésta necesidad, y por ello la ponen en práctica. Podríamos hacer referencia a los últimos siglos de la historia de los gitanos, principalmente desde finales del siglo XVII hasta mediados del XIX, los gitanos ya hacían sus esfuerzos por entablar relaciones con los "gadye", con las que, posiblemente, se quisiera conseguir, sobre todo, un adentrarse en la sociedad general para asegurar la subsistencia. En dicho periodo de la historia de los gitanos, podemos observar como los gitanos acogen en su compañía a toda persona que lo pida, sea cual fuere los motivos que lo inducen a ello. Los gitanos jamás preguntan las circunstancias que mueven la necesidad o curiosidad a unirse a ellos, por tanto la aceptación, a priori, es buena, pero cualquier tipo de menosprecio de los "gadye", aceptados en un clan o linaje gitano, es valorado como una traición que provoca la expulsión de la ralea donde convivían. Los gitanos al iniciar una actitud de dependencia social, sus relaciones con los "gadye" son más numerosas con personas delincuentes, desertores, proscritos y grupos de malhechores, más o menos organizados, que huyen de las fuerzas represoras de la sociedad. Estos no les sirvieron a los gitanos para realizar sus pretendidas relaciones, sino más bien, que esa clase de "gadye" encontraron refugio en los gitanos. No obstante, los gitanos también aprendieron, al tratar a éstos, la influencia de las desigualdades, clases sociales, de la sociedad general. También, toman contacto con otros tipos de personas, que no presuponía que fueran pertenecientes a clases sociales peligrosas como las anteriores, pero que las aportaciones mutuas fueran similares a aquellas. Como era el caso de los bohemios, vagabundos, mendigos, etc. La mayor diferencia de éstos, quizás estuvo en que gran número de ellos se adaptaron a la forma de vida de los gitanos, y se quedaron de por vida con ellos.

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Pero de donde los gitanos consiguen mayor provecho de sus relaciones, dirigidas hacia una dependencia social, es de sus contactos con "gadye" que son viajeros corrientes. Estos descubren en el gitano una gran desconfianza, pero ante la hospitalidad se someten sin condiciones. Después de esta referencia histórica, nos dirigimos a lo que han sido las relaciones de los gitanos con los "gadye", dentro de la contemporaneidad. Empezamos por decir, que un cierto número de autores, no sin razón, han reconocido que en las relaciones de los gitanos con los "gadye" existen fundamentos de interés, pero que al desaparecer dichos fundamentos, las relaciones van dirigidas claramente hacia la perspectiva de dependencia social.

Por otra parte podemos ver como existen "instituciones benéficas" que en un buen porcentaje, han intervenido de forma paternalista o utilizando la gestión, con la población gitana, como plataforma para que se le reconozca a la entidad una acción especializada. La contrapartida ha sido que los gitanos se aprovechan de algunos elementos, de dichas instituciones, que se les ha llamado "amigos payos", que sólo se les ha "usado" para resolver aquellas situaciones donde los gitanos no han sabido llegar, o no han querido. A parte de estas manipulaciones mutuas, existe una actitud de coexistencia vecinal que tanto los responsables políticos, como la sociedad en general, como los propios gitanos han de tener en cuenta. La realidad es que cada entidad, grupo, organismo o persona lo advierte según su prisma. Entre lo que eran los gitanos hasta mediados del siglo pasado, y, en algunos países hasta mediados de éste, y lo que son desde entonces hasta ahora, su nueva forma de vida, principalmente por sus asentamientos permanentes, origina unas situaciones que los gitanos solos no pueden resolver, lo que los lleva a una vida social con el resto de la sociedad general. Esta realidad no sólo se puede comprobar en grupos gitanos con mayor grado de convivencia con el "gadyo", sino también en grupos de escasa convivencia exógena, a consecuencia de su situación socio-económica-urbanística. No obstante, podemos comprobar como los gitanos avanzan hacia las diferentes formas de relaciones externas. Pero también hemos de reconocer que, aparte de lo que en muchas ocasiones hemos leído en la prensa de desprecio, zaherimiento y hasta vituperio sobre los gitanos, existen "gadye", aunque parezca paradójico, que se manifiestan en favor de una convivencia con esta minoría étnica, e incluso luchan para que, ante el acercamiento de los gitanos a través de sus relaciones exógenas, la sociedad general la acepte. Antes de hablar sobre lo que podríamos calificar como dependencias sociales sectorizadas, hemos de fijar, dentro de las dependencias sociales en general, que una situación básica la componen aquellos gitanos que sirven de referencia a los

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"gadye" para formarse una idea positiva desde su criterio de grupo poblacional mayoritario. Este conjunto de gitanos está formado por profesionales liberales, técnicos, especialistas, políticos, etc., y son los que sin ser la moda, sociológicamente hablando, constituyen ese incentivo para mover a relacionarse tanto a los gitanos como a los "gadye". Los gitanos que componen ese grupo de referencia de promoción, son los que animan, a esos otros grupos de "gadye", a trabajar en favor de las relaciones interétnicas, que no son más eficaces en el caso de los gitanos, por partir de programas supraestructurados, sino de aquellos que son tan sencillos en su explicación, y tan profundos en su contenido. Después de esta exposición de dependencias sociales en general, entraremos en tres de los sectores poblacionales más importantes con los que, el pueblo gitano, ha sostenido una dependencia social. En primer lugar nos referimos a la testimoniada con los nobles. Estos y los gitanos llegan a mantener relaciones muy notorias, hasta el punto, que por ser los gitanos pueblo perseguido, los nobles son acusados de cómplices de los actos de los gitanos. Lo cierto es que durante varios siglos, tanto nobles como gitanos, mantienen un trato que se manifiesta, principalmente, en actitudes de ocio y de negocio. Los nobles que presumen de ser caritativos, practican la beneficencia con los gitanos, y éstos les proporcionan distracción; apoyo logístico por sus conocimientos de la naturaleza y animales en general, y particularmente de los caballos; su fuerza de trabajo, por su afición a las armas, para formar parte de las huestes, en ocasiones con tanto acierto que elevan sus status social en gran manera; etc. Por otra parte, haremos un repaso a las dependencias sociales que se han mantenido con referencia a las leyes. Obviamente, éstas no son un sector poblacional, pero al que queríamos hacer alusión es el que componen los legisladores. Mencionaremos tres momentos históricos, a partir de que las leyes empiezan a utilizar términos como "ciudadanos", al dirigirse a los gitanos. En primer lugar, se puede ver como en las leyes anteriores a la pragmática de Carlos III, en septiembre de 1.783, se están preparando para su llegada, con acciones como el mismo rechazo del monarca a que las Cortes de Navarra expulsen de sus terrenos a los gitanos o que éstos sean encarcelados en los presidios de África. Llegado el momento del "Despotismo ilustrado", las leyes ponen fin a las persecuciones de los gitanos, pero se paga un precio muy elevado, la asimilación forzosa. Esta estrategia es adoptada por los gobernantes de la época, como es el caso de Carlos III en España. Nadie pone en duda el progreso sufrido por las leyes, pero a pesar de él, los gitanos decían: “A liri es ye crayi micobó a liri es calé”, que quiere decir: La ley de los reyes ha destruido la ley de los gitanos.

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Ya en nuestro siglo, las leyes siguen evolucionando, y eso crea, cada vez, mayor dependencia social, porque los Estados modernos que las promulgan fuerzan a una vida social conjunta con los diferentes grupos poblacionales.

Y por último, veamos lo que serían las dependencias sociales sostenidas con los políticos. Estas dependencias las exponemos desde tres ópticas diferenciadas. En primer lugar, nos referimos a ese contacto con el político como persona, artista, escritor, humanista, amante del folklore, de la libertad, etc., que a partir de la segunda mitad del siglo XIX, empiezan a tomar el relevo de las dependencias sociales relacionadas con los nobles. En estas relaciones exógenas de los gitanos, a veces, se ha observado una pasión del receptor, nunca exagerada, según quien sea la persona, el lugar y el motivo inicial de la relación. Con los políticos que realizan dicho relevo, los motivos principales de las relaciones siguen siendo las derivadas del arte en general, y muy particularmente del cante y el baile. La diferencia con los anteriores está en que estos tratan a los gitanos con más dignidad. Otra visión sería, las relaciones externas de los gitanos, como dependencias sociales mantenidas con los políticos desde una situación social y/o amistosa. Esta es propia de mediados del este siglo, y como ya ha pasado uno desde la situación anterior, nos encontramos que ha cambiado todo, los gobiernos, las grandes ideas políticas, las leyes, los sistemas económicos, la sociedad en su conjunto. En este caso nada nos puede extrañar, los progresistas militando ideas conservadoras, los profesionales liberales e intelectuales se entregan a la política activista, etc. La tercera y última situación, consiste en la participación de los gitanos desde dentro de la propia estructura política, bien como político, bien como simpatizante, bien como colaborador, pero siempre cerca de donde se trazan las normas que estarán vigentes para el desarrollo de la sociedad. Lo peor que tiene esta situación actual, es que el gitano que experimenta esta actividad puede perder la perspectiva de su propio pueblo. Antes de finalizar este punto hemos de dejar claro que los gitanos en cualquier época, gobierno, país, estructura económica, etc., sabe como ha de relacionarse con los políticos y/o autoridades, es mucha la experiencia que han acumulado, y han aprendido a adaptarse a la circunstancias para no perder su status de ciudadanía, aunque éste esté seudo consensuado por la sociedad general. 1.2.3.- Dependencias consecutivas. Siguiendo con las relaciones exógenas de los gitanos, hemos creído conveniente incluir en ellas, además de las dependencias vitales y sociales, los

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que consideramos como dependencias consecutivas. Estas son el resultado trascendental de haber mantenido durante muchos años tanto las dependencias vitales, como las sociales, sobre todo si éstas empiezan a estar apoyadas por organismos propios o ajenos con una finalidad clara de ayuda para el desarrollo promocional. Este desarrollo, en ocasiones, no se puede llevar a término con garantía, por la intervención, poco profesional de los trabajadores sociales, que institucionalizan la marginación, dilatando los servicios sociales y, consecuentemente, demorando el auto despegue socio-económico de muchas familias gitanas. Cuando en realidad, el pueblo gitano ha sido capaz, durante siglos, de sobrevivir dosificando eficazmente sus relaciones sociales exógenas.

Por otra parte, a este estado de dependencia hay que reconocerle situaciones nuevas, como son: el matrimonio mixto; amistades "gadya"; hablar en la lengua del país o de los "gadye" contertulios, evitando la lengua gitana; relaciones con entidades influyentes en la sociedad; crear organizaciones propias, para llamar la atención de los "gadye" hacia los problemas de los gitanos; encuentros internacionales de gitanos para conseguir mayor representación ante la sociedad mundial; lucha por la identidad nacional; forzar, al máximo, la enculturación, para que con ello no se acreciente la pérdida de la identidad cultural; más estrecha relación con la sociedad general; aceptación de la aculturación controlada por el propio sistema de creencias, valores y comunicación; folklore nacido de la fusión del género gitano y del "gadyo"; escolarización normalizada; degradación de individuos y familias gitanas por el consumo de drogas; reducción de los grupos parentales en el sistema gitano de parentesco; etc. Existe un reconocimiento, más o menos aceptado, de que los gitanos son parte de la sociedad general. Existen países donde los gitanos, por lo menos en teoría, son considerados como ciudadanos legítimos, porque se les dota de la misma documentación que al resto de la sociedad general y están amparados por la Constitución del Estado, como es el caso de España. En cambio otros países proporcionan, a los gitanos, una documentación diferente a las del resto de los componentes de la sociedad general, con lo que se mantiene una situación discriminatoria, a pesar de que existe un cierto reconocimiento de que los gitanos forman parte de dicha sociedad, este caso se ha constatado en Italia. Los gitanos, si han de seguir o perseguir una situación sedentaria han de considerar que forman parte de esa sociedad donde un porcentaje notable niega ese derecho, y lucharán para que los gitanos no se mantengan o se incorporen en la sociedad general con los mismos derechos que ellos. Estar en dicha sociedad, significa que tiene la posibilidad de ser oído y de participar en el desarrollo del Estado en cuestión. Lo importante es que, además, no se pierda la cultura propia ante un proceso integrador, que por todos los medios disponibles hay que rechazar. Interesa pues, formar parte de la sociedad general, pero sin que haya que pagar el precio que acostumbran a exigir, la integración. Y sobre todo, los gitanos lo que tienen que hacer es aumentar su grado de conocimientos para

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poder alcanzar la misma posición que tienen los "gadye". Si no se consigue, éstos siempre intentarán someter a aquellos. Pensando en esta necesidad, es en lo que organizaciones gitanas y los propios gitanos se están apoyando para elevar el nivel cultural del propio pueblo, con lo que se podría mejorar las relaciones con el resto de la sociedad general.

Pero a pesar de estas dependencias consecutivas, que ciertamente van en aumento, se aprecian dificultades tanto por parte de los propios gitanos, como por los "gadye". Los problemas internos podríamos centrarlos en que los gitanos, principalmente por razones históricas, se temen acciones discriminatorias constantemente, lo que les lleva a una situación de desconfianza hacia el "gadyo". Pero no valoran igual a todos los "no gitanos", dependerá del grado de relaciones sociales y laborales que se haya mantenido con cada uno. Normalmente, cuanto mayor son estas relaciones, menos problemas existen para que haya fluidas dependencias consecutivas. En cuanto a los problemas externos, podríamos verlos, principalmente, en esa actitud de los “gadye" a integrar a los gitanos de forma totalitaria, sin respeto a las diferencias propias de ese pueblo. Con ello pueden conseguir hacer desaparecer la etnia gitana, o como mínimo, con esa postura, no reconocen una igualdad cultural. Este intento constante, por parte de la sociedad general, de no reconocer la cultura gitana como una más de su conjunto, lleva a los gitanos a adoptar una postura de enfrentamiento justificado que puede llegar, para los sedentarios, a un planteamiento de volver al nomadismo. Ya decíamos en nuestra introducción que las familias gitanas asimilaban el entorno, pero que si éste era muy hostil, desaparecen de él y buscan otro. Este planteamiento no es común en los sedentarios, pero se empieza a darle importancia y a valorar la alternativa. Quizás lo frene el hecho de que existen organizaciones que luchan por la igualdad cultural en la sociedad en general, sobre todo ahora que empieza a tenerse en cuenta el movimiento de interculturalismo. Estas organizaciones intentan agrupar a toda la comunidad gitana que están en su ámbito de acción, y poner en marcha iniciativas que provoquen conciencia de participación y puedan adoptar una actitud cada vez más crítica. Lo cierto es que las dependencias consecutivas han originado situaciones nuevas en el pueblo gitano, una de estas situaciones alarma mucho a propios y prácticamente nada a extraños, se trata del hecho de ocultar la procedencia étnica por temor a perder el status social conseguido en la sociedad general, a ser rechazado por los "gadye" con los que se convive, a ser etiquetado con un nombre apelativo de por vida, a tener que estar demostrando, cada vez, que aún siendo gitano uno puede ser y proceder, en el bien y en mal social, como cualquier otra persona de la sociedad general.

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La situación anterior crea inquietudes tanto en los gitanos como en algunos "gadye", lo que hace que se planteen conjuntamente una nueva situación, más bien actitud, que consiste en reconocer la existencia de la cultura gitana, su influencia en los miembros integrantes del pueblo gitano y su repercusión hacia el mundo exterior. Por ello, desde una perspectiva intercultural, se ha de analizar los valores compatibles de ambos grupos poblacionales y fomentar su desarrollo. Por otra parte el folklore no se ha librado de la evolución. Las dependencias sociales, vitales, y, principalmente, las consecutivas, han provocado una situación altamente diferenciada en el folklore gitano. Si nos paramos a analizar uno de sus elementos, por ejemplo el cante, veremos que su situación es completamente nueva: El cante gitano nació en el hogar de los propios ejecutantes, de éste paso a la taberna, sin que por ello perdiera su pureza originaria, y más tarde entra en el café cantante, donde deja de ser puro y genuino y se convierte en, lo que se ha dado llamar, cante flamenco, que es la mezcla de elementos gitanos y "gadye" de la región andaluza. De todas las situaciones originadas por las dependencias consecutivas, los matrimonios mixtos, han sido los más polémicos desde una visión endógena. Aún peor ha sido la aceptación de un gitano como miembro de una familia no gitana, esta actitud no puede extrañarnos porque se trata de acoger a un miembro de una minoría no deseada en el seno familiar, aunque gracias al desarrollo de las dependencias consecutivas, y todavía como claras excepciones, se dan algunos casos.

De todas las situaciones originadas por las dependencias consecutivas, los matrimonios mixtos, han sido los más polémicos desde una visión endógena. Aúin peor ha sido la aceptación de un gitano como miembro de una familia no gitana, esta actitud no puede extrañarnos porque se trata de acoger a un miembro de una minoría no deseada en el seno familiar, aunque gracias al desarrollo de las dependencias consecutivas, y todavía como claras excepciones, se dan algunos casos.

De todas formas esta situación no ha de preocupar en gran manera al pueblo gitano, porque nunca será causa para que desaparezcan sus tradiciones y valores culturales. Pero, no obstante, los gitanos se han de plantear, con urgencia, como está influyendo en el parentesco y su organización la evolución propia de las relaciones exógenas en general y cada una de las dependencias que hemos examinado. Estas han aumentado el sedentarismo; la mezcla de los clanes y linajes a consecuencia de programas de realojamiento en las grandes ciudades; los cambios en los tipos de ocupación y las condiciones de trabajo; el desencanto de la religión tradicional; el inicio de una posible desarticulación de los clanes y linajes; los cambios de comportamiento social propios de la aculturación exigida por el nuevo medio; etc.

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Para finalizar este abanico de situaciones, veamos una que es fruto del esfuerzo de un pequeño porcentaje de gitanos que empezó a emerger de su pueblo por los años sesenta. Durante estos años se sucedieron numerosos actos de carácter religioso y social; pero en los setenta, no sólo, aumenta la participación de gitanos en las diferentes organizaciones, sino que también, los distintos actos empiezan a tomar un cariz político. Hasta el punto que en el año 1979, los gitanos consiguen entrar en la ONU. Lo que festeja parte del pueblo gitano; lo sufre otra parte, por miedo a entrar en política, pero repercute en todo el mundo. Y en la década de los ochenta algunos gitanos, muy pocos todavía, empiezan a desarrollar la idea de nacionalidad en el pueblo gitano frente a la creencia fatalista de gran parte del grupo. 1.3.- Relaciones evolutivas Las relaciones sociales, en general, han puesto en marcha el desarrollo del conocimiento de la existencia de las diferentes culturas, y de su tendencia al interculturalismo. Pero no siempre se consigue, lo que lleva a las diferentes culturas a desarrollar su originalidad, experimentando un vacío en relación con las otras culturas, y un fundamento de seguridad propio. Sea cual fuere las situaciones interculturales, no impide, y ésta es la idea constatada en el pueblo gitano, el empirismo dirigido al otro grupo poblacional, con lo que penetraría mejor en sus tratos cotidianos y de interés comercial.

Pero más concretamente, las relaciones exógenas y sus diferentes dependencias: vitales, sociales y consecutivas, han causado, como ya hemos visto, situaciones nuevas en el pueblo gitano, hasta el punto que una parte de los componentes de dicho grupo poblacional, tal como hemos podido analizar, emerge de su entorno con nuevas ideas e intentan arrastrar al resto de los miembros de su pueblo. Esta evolución constante del pueblo gitano, fruto de sus relaciones con el mundo exterior, ha hecho que algunas costumbres se hayan perdido, y, por otra parte, otras se hayan afianzado más, como respuesta a una necesidad de defensa de la propia cultura. La evolución hoy es inevitable. Son siglos, los que los gitanos llevan fuera de su país de origen, y cada vez existen más indicios, y más claros, de esa evolución inequívoca e imparable. Los gitanos se sienten, al menos un buen porcentaje, motivados o, mejor dicho, impulsados socialmente hacia el crecimiento. Lo cual, según nos enseñan las ciencias sociales, es un factor nada desdeñable de cara a un efectivo progreso. No obstante hay que reconocer que otra parte del pueblo gitano más "tradicional" o conformista, diríamos nosotros, consideran que esta evolución causa la pérdida de las buenas costumbres gitanas.

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Estas relaciones evolutivas no se pueden analizar por un igual desde todos los grupos gitanos que existen en el mundo. Después de esta exposición general de las relaciones evolutivas del pueblo gitano, veamos cual sería su trayectoria en lo que ya hemos apuntado como una doble actuación. En primer lugar tenemos el hecho de la pérdida de costumbres propias de la cultura gitana, que no es más ni menos que la aculturación; y, por otra parte, tenemos ese esfuerzo del pueblo gitano para evitar que se malogre su cultura propia, y a esto se le denomina enculturación. 1.3.1.- Aculturación. Entremos pues, en esa actuación donde se manifiesta un proceso evolutivo, en el que se pierden algunas costumbres propias de la cultura gitana, y donde, inevitablemente, algunas de ellas son irrecuperables. La aculturación se dará en mayor o menor grado, dependiendo directamente de la mayor o menor proporción en que se mantengan las relaciones exógenas. No obstante, la presión constante de la sociedad general hace que las familias gitanas se vean obligadas a aceptar el juego de ésta, lo que supone una persistente pérdida de hábitos y costumbres que no se adecuan a la moda sociológica de la mayoría poblacional, adquiriendo otros en su lugar, gracias a las relaciones mantenidas con el mundo "gadyo". Existen múltiples situaciones de aculturación, y en un análisis sobre éstas, vemos como la aculturación tienen un origen concreto, que nos llevará a unas consecuencias, pero que inevitablemente acaba en un desasimiento. a) Origen. La aculturación parte del mundo exterior al gitano, de sus relaciones exógenas, será el grupo poblacional mayoritario y dominante, el que con su actitud marca las pautas a través de su estructura y provoca los cambios en el grupo minoritario, los gitanos.

Estos cambios no son exclusivos de los gitanos españoles, que son a los que se refería dicho antropólogo, sino que es común en el resto de los países por dónde los gitanos han ido pasando. En cada uno de estos países el gitano se ha tenido que adecuar para poder seguir su curso social. Así pues, cualquier país al planificar su educación al margen de las comunidades minoritarias, lo que está haciendo es, no sólo adoptar una actitud de aculturación ante los escolares de dichas minorías, sino que, también influyen en el resto de los miembros de la familia a través de sus hijos.

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b) Consecuencias. Las consecuencias propias de la aculturación son múltiples, hablaremos de aquellas que en mayor medida parecen preocupar más al pueblo gitano. En primer lugar hagamos un análisis de la aculturación realizada en cada uno de los espacios geográficos donde se encuentran los gitanos. Esto quiere decir, que según el lugar donde se efectúa esa aculturación, así serán los elementos culturales adquiridos por los gitanos, porque en cada sitio, dichos elementos culturales, varían. Por tanto, al margen de las normas y forma de vida de los gitanos, que son comunes para todos, estén donde estén, existen otras actitudes fruto de la aculturación que hacen del pueblo gitano un grupo heterogéneo. Existen lugares donde para declararse como gitano, ha de llevar una vida igual a la que la mayoría considera que es la propia para los gitanos, salirse de ese enfoque no es posible, salvo que experimente una doble personalidad: ser gitanos ante los gitanos y "gadyo" ante los "gadyé". Esta es una situación difícil que con el tiempo ha de decidirse por ser una u otra cosa, pues no es fácil mantener una dicotomía existencial. Y no es menos cierto, que los gitanos con menor poder adquisitivo, en general, al aumentar sus relaciones sociales con los payos, y tomarlos, en cierta manera, como referentes, se introducen en un sistema de consumo que perjudica la economía doméstica, porque el proceso no es ordenado y progresivo, sino de impacto inmediato y de necesidad de consumo lo más próximo a la sociedad general. Lo que en algún caso, como es el de la droga, perjudica las relaciones sociales internas del pueblo gitano, en general, y muy particularmente las de la parentela. Una de las consecuencias que aún no se ha experimentado, salvo algún caso muy aislado, y en una proporción nada relevante, pero que está en la mente de un cierto sector de la población "gadyi", nos referimos a los integradores radicalistas, que pretenden hacer desaparecer el pueblo gitano. Esta forma de pensar, podría entenderse incluso como una modalidad de racismo solapado, porque se ha de ser o muy inconsciente, o muy perspicaz, en los planteamientos, para disimular cautelosamente la verdadera intención. Sea de una u otra manera, ideas como ésta, unida a ciertas consecuencias propias de la aculturación provocan en la etnia gitana un desconcierto, en algunos casos irreversible, y en otros desalentador, porque el grupo se está dividiendo: por una parte, los líderes gitanos con actuaciones más o menos afortunadas; y por otra, el resto del pueblo con cierta actitud de inmovilidad.

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c) Desasimiento. Vistas las consecuencias que estarán relacionadas con el país, el medio social, el hábitat, el trabajo, la educación, la sanidad, etc., y sobre todo con el grado de aculturación efectuado en el grupo gitano. Veamos ahora esa liberación que ejerce el gitano cuando se ve oprimido por las reglas o normas de la mayoría dominante. Esta vejación, los gitanos, la combaten de todas las formas que tienen a su alcance, y posiblemente la más importante es la de practicar la endogamía, propiamente dicha, o en su defecto, lo que podríamos llamar la endogamía étnica, entendiendo como tal un campo más amplio de referencia, la totalidad del pueblo gitano. También ocupa un puesto prioritario, en esta lucha, la lengua, porque es parte integrante de los fundamentos del pueblo gitano, y colabora en gran manera a la unión de los gitanos, al mismo tiempo que, cuando es necesario, sirve como arma de defensa ante las agresiones externas. El gitano se identifica, en mayor medida, con los miembros de su grupo lingüístico que con los habitantes del país donde esté residiendo. Incluso, aunque en menor medida, también es superior su hermandad con los diferentes grupos lingüísticos gitanos, a los que no pertenece, que con los paisanos "gadyé”. Otro tanto ocurre con la ley propia, que ha salvaguardado los hábitos adecuados, y los ha colocado en el mismo frente para conservar la libertad peculiar, evitando, en lo posible, las acometidas características del grupo poblacional mayoritario. Y del resto de formas utilizadas por los miembros del pueblo gitano, habría que destacar la evolución, aún en primeras fases, del asociacionismo gitano, que comienza a ganar condición social. Juntamente con el esfuerzo de escolarización, este sí en etapas más avanzadas, que a pesar de las dificultades impuestas por la mayoría no gitana, está facultando a los gitanos a utilizar los medios sociales, de toda índole, propios de la sociedad general, para forzar una participación real y conveniente en ella, que pueda liberar al grupo de todo tipo de menosprecio. Pero una vez más, entrará en juego el espacio vital donde se desarrolle la aculturación, pero según el lugar así será el grado de aculturación y la rapidez de que aparezca el desasimiento. Un ejemplo claro podríamos verlo en Andalucía, donde a pesar de la evolución lógica de los gitanos, siempre ha estado claro que unos son gitanos y otros son "gadye". Donde la frase: "que gitano eres", no es más que un piropo, según los propios andaluces. Y donde los estudiosos de las costumbres andaluzas, han llegado a dudar si los gitanos estaban andaluzados o los andaluces agitanados.

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1.3.2.- Enculturación. El pueblo gitano existe gracias a esa actitud constante de sus miembros hacia la enculturación. La cultura gitana base fundamental de dicha existencia, se mantiene, a pesar de todos los intentos externos y colaboraciones internas para su absorción en la cultura mayoritaria, de las persecuciones históricas sostenidas, de las acciones de marginación sufridas, etc. La enculturación se da en la historia del pueblo gitano, tanto más cuanto mayor sea su grado de evolución en sus relaciones externas. Es decir, la familia gitana que mayor contacto externo tenga, más actuaciones encaminadas a la enculturación necesitará, para así compensar y mantener la existencia propia, la cultura gitana. Ante esta realidad de actuación del pueblo gitano, sigamos viendo la enculturación. Que como comprobaremos tiene unas causas básicas, que hace mover a los miembros de la etnia, para utilizar unos medios, que sirvan para que dicha enculturación llegue a un principal grupo receptor. a) Causas básicas. La causa principal, lógicamente, de que el pueblo gitano ejerza la enculturación está en que sus miembros se reconocen como grupo étnico, y todo grupo étnico, que además es minoritario, ha de activar mecanismos de conservación para evitar la absorción por el grupo mayoritario.

Además, los gitanos, no sólo tienen conciencia de pertenecer a un grupo étnico diferenciado de los "gadye", sino que consideran que su minoría cultural posee valores tan importantes como los de la sociedad "gadyi", y en algunas circunstancias superiores a ellos. También, como origen para provocar la enculturación, tenemos esa actitud de muchos gitanos a no aceptar la integración en la sociedad "gadyi". Este rechazo puede ser por múltiples causas, como múltiples son los grupos gitanos y la intencionalidad de cada uno de ellos al no querer aceptar la influencia externa. No obstante, los gitanos ven la necesidad de adentrarse en la sociedad general, como puede ser la escolarización de los niños gitanos, pero el problema está en que ese proceso de evolución, sea más completo, para lo que sería necesaria la incorporación, en los programas educativos, de elementos de la cultura gitana. Por otra parte, existe una gran proporción, como hemos podido comprobar en nuestra observación internacional, que van limitando los procesos evolutivos, y analizan la conveniencia de cada una de sus fases, con lo que evitan actuaciones regresivas que no sólo perjudican a un individuo, sino, por lo general y como mínimo, a toda una unidad familiar.

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Así pues, hemos de decir, siguiendo el criterio de estos gitanos, que existe un porcentaje considerable de ellos que no pretenden volver a los campamentos situados en los arrabales de las grandes ciudades, ni andar pernoctando bajo los puentes, ni tener que esconderse de las fuerzas de seguridad de los estados para poder acampar junto a un río o en un campo concreto. La idea de actuaciones regresivas o de inmovilismo, son esgrimidas, en gran medida y con mayor intensidad, por los "gadye", sobre todo por aquellos que tienen un interés "profesional" para que sigan existiendo grupos de gitanos en estado marginal, lo que les supone seguir realizando su trabajo en el grupo, desde el grupo o gracia al grupo..., pero, desde luego, nunca para el grupo. Por eso, actualmente, comienzan a surgir, en mayor medida, declaraciones de los propios gitanos que se oponen a discursos que, pudiendo tener sentido en otra época, distorsionan toda posibilidad de evolucionar. b) Medios. En cuanto a los medios de que dispone el pueblo gitano para ejercer la enculturación son múltiples, de los que destacaremos los más significativos. Empezaremos por decir, que siendo la ley uno de los elementos constitutivos de la organización social del pueblo gitano, se ha de considerar, a dichas normas, como el medio más enérgico para conservar la cultura, porque ellas están dirigidas hacia los miembros del pueblo, y son la consecuencia de la historia gitana, por lo que, gracias a la actuación de los gitanos según sus leyes, el pueblo gitano perdura. Así pues, los gitanos, apoyados en sus leyes, ejercen la enculturación en sus descendientes, lo que vigilan sus ancianos para su mayor eficacia, al igual que otros agentes influyentes del pueblo gitano, poseen la autoridad, a ésta se le debe obediencia, una obediencia que, según los miembros del grupo, se acepta como método de conducta ordinaria. Y, por último hemos decidido hablar del folklore como medio de enculturación, porque ha de tenerse muy en cuenta que esta ciencia al desarrollarse, sus facetas en general y el cante en particular, actúa como instrumento enculturizador.

c) Principal grupo receptor. Por toda la observación mantenida en vista a este trabajo, además de la experiencia que hemos alegado en nuestra introducción y, no menos, por lo que hemos podido deducir de los textos citados, de los diferentes autores, está bien

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claro que el principal grupo de edad que recibe la enculturación es el grupo compuesto por los “shave”, quienes, por lo general, sus relaciones endógenas son las más usuales. Pero el argumento de mayor peso que podemos esgrimir, para asegurar que, dicho grupo de edad, es el principal receptor de la enculturación, está en ese reconocido atributo que tiene la cultura gitana, que consiste en un elevado sentimiento, en general, de los gitanos hacia sus mayores.

2.- RELACIONES LABORALES Como ya dijimos, en el momento de introducir las relaciones sociales, a las relaciones laborales le dedicamos un capítulo, entre otros motivos porque gran parte de nuestra observación ha sido dedicada a las ocupaciones de los gitanos. Y sobre todo, porque consideramos que en estas relaciones está la clave de la evolución del pueblo gitano. En la sociedad general, siempre se ha considerado que la situación de actividad o inactividad de los individuos de un grupo poblacional, es una de las características más transcendentales. De la misma manera, si es el caso, ocurre con el tipo de ocupación. Esta idea, utilizada asiduamente por las ciencias sociales, corrobora la necesidad de mantener un capítulo específico sobre las relaciones laborales del pueblo gitano, con lo que nos acercará, en mayor medida, a su realidad integral. Una nación, un pueblo, una etnia, un grupo poblacional cualquiera que pretenda autogobernarse, necesita poner en marcha, o más bien tener, unas relaciones de producción, pero aquí empieza la adversidad de los gitanos. Porque ellos no pueden basar sus relaciones en intereses particulares, y la comunidad aún no se ha planteado en serio el enfrentarse con los medios de producción, y decidir cómo, quién y en que intensidad se han de poseer, para poner en marcha un sistema económico paralelo al de los "gadye". Mientras tanto seguirán, o siendo parte de la fuerza de trabajo en el mundo “gadyo", o acomodándose con ocupaciones que se les permita, porque difícilmente se puede conseguir un porcentaje importante de los medios de producción de la sociedad en general, en el que se pudiera apoyar el pueblo gitano para su evolución socio-económica-laboral. La realidad del pueblo gitano, en general, está en que sufre una discriminación integral con relación al "gadyo", y en ella cuenta también la situación laboral y económica, y mientras no desaparezca tal situación, los gitanos seguirán siendo lo que han sido hasta ahora. Pero existen todavía costumbres, en el ámbito laboral, que en un buen porcentaje del pueblo gitano es difícil que desaparezcan. Una de las más

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significativas ante los "gadye" es el hecho de que los gitanos se esfuerzan trabajando en la época veraniega, mientras que en los meses más fríos del año, si pueden, no trabajan. Manteniéndose así del beneficio conseguido en los meses estivales, o según los casos se adeudan durante el invierno y saldan su deuda en verano. Otra de estas costumbres, es el hecho de los constantes cambios que realizan, un buen porcentaje de gitanos, en el campo de las ocupaciones. Habrá más cambios de ocupación cuanto menor sea el grado de satisfacción que se tenga al trabajo que se esté realizando. Influye en gran manera la edad del individuo, cuanto más joven, mayor deseo de cambio. Siendo lo más importante para no querer realizar cambio de ocupación: la libertad, el no depender de un jefe, de un horario, de unos compromisos de ejecución, de todo aquello que pueda limitar su vida en familia y su responsabilidad en el grupo. A esto hemos de añadir que habrá menos deseo de cambio en las ocupaciones más cualificadas; y por el contrario, habrá más en las marginales. En los diferentes escritos, bien sean descriptivos o analíticos, donde se le da respuesta a dicha incógnita, coinciden todos en que el gitano sólo trabaja para poder mantenerse; que el trabajo como tal es un acto que tiene sentido porque se dirige hacia la supervivencia del grupo y muy particularmente hacia la unidad familiar; y que, sobre todo, existe una escala de valores que se aplica al trabajo, para considerarlo mejor o peor desde la propia perspectiva del grupo, entre otros motivos porque en esa escala está la mayor o menor satisfacción, en cuanto en ella está la mayor o menor aceptación en el grupo, y por tanto el mayor o menor prestigio en él.

También, nos parece de gran interés el tener en cuenta el paralelismo que hemos encontrado entre algunos grupos gitanos y la idea que presenta Jackson en su obra: Análisis económico de la pobreza. Los gitanos, más bien algunos sectores del pueblo gitano, al evolucionar, sobre todo, en su situación económica-laboral, si el resto de las situaciones vivenciales no siguen el mismo proceso de evolución, pueden convertirse en un retroceso en relación al resto de la sociedad. Por tanto, hemos de deducir que en los individuos menos favorecidos, aunque crezcan económicamente, con respecto a sus progenitores, no consiguen el mismo ritmo que la media social con la que conviven o coexisten, Con lo que, en el mejor de los casos, mantienen su situación de pobreza, pero siendo más conscientes de ella y, lógicamente, más insatisfechos. Por último, nos gustaría dejar claro que estas relaciones laborales, no se manifestarán de la misma manera en los diferentes status sociales, existiendo grandes diferencias entre ellos. Quizás el ejemplo más claro sería el hecho de que en los grupos menos afortunados económicamente, los individuos inician la actividad laboral más temprano.

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Después de esta introducción al tema general de las relaciones laborales en el pueblo gitano, sólo nos cabe decir que dentro de estas relaciones hemos hecho una primera división: por una parte lo que sería las relaciones externas, en las que incluiremos aquellas que se realizan prácticamente fuera del grupo; y por otra, las relaciones internas, en las que incluiremos todas las que en nuestra observación destacaban de forma general dentro del grupo gitano. 2.1.- Relaciones externas. Estas relaciones laborales son prácticamente impuestas, en su totalidad, por la sociedad general al grupo minoritario gitano. Con ello queremos decir que son unas relaciones de subordinación, donde su causa principal está en la diseminación característica de los propios gitanos. Esta dispersión es la que han tenido que ejercer los gitanos para poder entrar en un proceso de sedentarización, en el caso de los grupos que lo han puesto en práctica. No se refiere a los nómadas que, no obstante, también se encuentran diseminados por los diferentes caminos. Así pues, los gitanos que sus ocupaciones tradicionales dejan de ser rentables, han de buscar otros medios de vida para su supervivencia, y de la misma manera que los agricultores, para los que trabajaban muchos gitanos, emigran a las grandes ciudades, los gitanos hacen lo propio para encontrar el sustento de la familia. Esta situación laboral, que insistimos en su realidad, se puede observar en la mayoría del pueblo gitano, y los ha llevado a un estado de marginalidad, provocado por la dependencia del sistema productivo de los "gadye", ya que no existe uno propio que evite la desviación hacia los espacios económicos menos organizados y más desfavorecidos de la sociedad general. Este estado marginal, no es privativo de España u otro país, sino de todos en general. Los gitanos, que en el primer tercio de este siglo vivían de sus ocupaciones, principalmente como artesanos, chalanes y corredores, han tenido que dejarlas y emplearse como obreros sin cualificación. La realidad es que la mayoría de los gitanos no son los dueños de los medios de producción, ni están formados para desarrollar un despegue económico, ni, tampoco lo están, para ejercer trabajos cualificados. Esta situación de los gitanos se agrava más en épocas de crisis, pero independientemente de que éstas sean coyunturales o estructurales, lo cierto es que, después de hacer un análisis histórico-sociológico, un porcentaje considerable de gitanos, especialmente los grupos de edad comprendidos entre los 16 y 25 años, empiezan a sentir un cierto nivel de adaptación laboral, cuando menos, en el deseo, que gran parte de éstos manifiestan por conseguir un trabajo asalariado estable. Después de este recorrido general sobre las diferentes relaciones laborales externas, pasaremos a tratar las dos divisiones que hemos considerado necesarias

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a tenor de la historia de los gitanos, la bibliografía seleccionada y la experiencia adquirida en dicho campo. Estas divisiones son: el trabajo por cuenta ajena, o asalariado, y el "empleo", base de la venta. 2.1.1.- Trabajo por cuenta ajena

Quizás la propia división entre relaciones externas e internas, que hemos adoptado para exponer las relaciones laborales del pueblo gitano, no nos parezca la más usual en un análisis sobre el tema laboral. Y aún menos, nos lo parecerá, la subdivisión de las relaciones externas en trabajo asalariado y en la compra de bienes para su posterior venta.

Lo cierto es que desde el ámbito laboral en cuestión, los dos únicos

momentos de verdadera relación laboral externa que se dan en mayor grado son éstos; pues normalmente, los gitanos cuando trabajan por cuenta ajena, el patrón es un "gadyo", y cuando el gitano emplea, lo hace en establecimientos donde sus dueños son "gadye". Existen algunas excepciones sobre todo en el caso del "empleo". Desde hace varios años, algunas familias gitanas, han montado locales de "empleo", donde la clientela mayoritaria es gitana.

Si a estas divisiones, que pueden ser poco usuales, para otros estudiosos

del tema laboral en la sociedad general, le añadimos la dificultad propia que conlleva la población gitana al recurrir a múltiples ocupaciones en diferentes momentos de su historia, nos encontraremos con graves dificultades para hacer un estudio sistemático de la situación laboral de este grupo poblacional.

Reconocemos pues, que la situación laboral de los gitanos es algo

compleja para los "gadye" en general, sobre todo si éstos intentan compren-derla desde sus perspectivas habituales de análisis.

En primer lugar, sería de gran interés recordar que hace algo más de dos

siglos, y, sobre todo, a partir de la pragmática de 1783, se intentó asalariar a todos los gitanos por la fuerza de la ley, sin tener en cuenta el respeto a la libertad individual. Situación propia del despotismo ilustrado de Carlos III.

Desde un principio se utilizó palabras tan majestuosas como falsas, pues,

la justicia era coacción y la caridad aprovechamiento de la fuerza de trabajo de los gitanos contra su voluntad.

Y curiosamente la historia ha intentado demostrar que desde esa época

los gitanos fueron libres. Curiosa forma de entender la libertad de los pueblos. Lo preocupante estaba y sigue estando en cómo se puede conseguir cambiar de unas ocupaciones tradicionales a un trabajo asalariado cualificado.

Para empezar hemos de tener en cuenta que para conseguir trabajo

asalariado hay que tener un curriculum, no sólo, con la demostración de unas aptitudes y conocimientos del trabajo que se solicita, sino también, con la

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evidente demostración que desde el primer trabajo, hasta la demanda del trabajo en cuestión, no haya ningún vacío de tiempo sin ocupación demostrable, porque de lo contrario, la empresa que tiene la vacante no se fiará del solicitante.

A parte de la fama, que preocupa mucho a los empresarios, la actitud de los gitanos de estar dispuestos a cambiar de trabajo ante una mejora, hace que los patronos eviten su contratación. Recordemos la valoración que hace el gitano sobre el trabajo: ganar más, en el menor tiempo, con un esfuerzo mínimo, de forma libre y sin imposiciones.

Por esta concepción que tiene el gitano sobre el trabajo, se mantiene una influencia negativa a aceptar a los gitanos como asalariados, lo que comporta una discriminación del grupo poblacional. A ello hay que aumentar que los que consiguen asalariarse, también padecen, en un buen porcentaje, discriminación en sus relaciones laborales. De hecho son muchos los estudiosos del tema, que aseguran, acertadamente, que esta acusación está fundada.

Por otra parte, hemos de dejar bien claro que son pocos, los miembros

del pueblo gitano, los que deciden trabajar por cuenta ajena, lo que no impide que podamos encontrar, después de un análisis exhaustivo, un 30% de la población laboral gitana que se acoge a este sistema de trabajo, pero teniendo en cuenta que este porcentaje difícilmente puede superarse, y con mucha frecuencia puede disminuir, todo dependerá de la época del año, las ofertas producidas por las relaciones endógenas, etc. Queremos decir con esto que en cualquier momento y situación laboral, dos tercios de la población laboral gitana, como mínimo, estará ocupada en trabajos tradicionales o modernos, pero liberales. Hemos de añadir que en los trabajos asalariados es más frecuente encontrar los grupos de edades más jóvenes, sobre todo si se tiene como trabajo base o principal; siendo más habitual como trabajo complementario en los grupos de edad superiores.

De entre los asalariados, existen múltiples combinaciones de

ocupaciones, que se desarrollan con relación a la época del año y a la situación económica del grupo familiar, principalmente de la unidad familiar.

La marginalidad también lleva a los gitanos, en el á ámbito de lo laboral,

a un encasillarse en ocupaciones asalariadas de más bajo nivel intelectual y de más alto nivel de desgaste físico. Hasta el punto que han sido elogiados por su rendimiento. En realidad los gitanos no hacen mayor esfuerzo para que lo elogien, que también, sino más bien para mantener los ingresos, y desde luego hasta que le oferten otros mejores.

Independientemente de estas situaciones, en las que existe un dueño de los medios de producción, y por tanto se crea una subordinación en la relación laboral, hemos podido comprobar que existen algunos casos, principalmente en gitanos catalanes que los patronos son gitanos, y como no puede darse una relación de subordinación entre gitanos, los empleados gitanos, en estos casos

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encuentran un filtro depurador de las posibles actuaciones de subordinación que vengan del patrón. En la mayoría de los casos los encargados son "gadye". Esta posibilidad la hemos podido comprobar en el trabajo de observación en los barrios donde viven los gitanos catalanes, principalmente en Barcelona.

Además, hemos de tener en cuenta que entre los gitanos asalariados, la minoría son los que forman el grupo de los cualificados, pero casi la totalidad de este grupo son los que dicen que su trabajo les gusta. En los diferentes sitios donde hemos podido comprobarlo, las respuestas eran las mismas: hago algo que me gusta y me gano bien la vida. De todas formas nos consta que si encontraran un trabajo liberal igual o mejor pagado, muchos reconocían que cambiarían de ocupación.

De este grupo de asalariados cualificados, hemos de decir que el mayor porcentaje lo componen el grupo de sexo masculino, y gran parte del grupo está formado por trabajadores manufactureros, siendo la minoría creativos, artistas, administrativos, etc.

También hemos de tener en cuenta que es la sociedad "gadyi" quien

marca las directrices y normas para el proceso laboral general, mientras que la sociedad gitana está obligada a seguirlas, ocupando un rol en el mercado laboral. En ocasiones, bastante frecuentes, los gitanos no comparten las normas, y se les hace cada vez más difícil los conocimientos teóricos necesarios para especializarse en una ocupación, por lo que siguen cuestionando el asalariarse como ocupación principal o única.

Por último, diremos que la parte del grupo poblacional gitano que

necesita de los trabajos asalariados, está considerada en la sociedad general, como huestes de prevención. Forzaremos la necesidad de que los gitanos, u otras minorías, se enrolen en ocupaciones asalariadas, cuando la oferta es superior a la demanda, pero en el caso contrario las minorías pasan al estadio de reserva. Los gitanos en general, cuando haya más oferta, es precisamente cuando mejor se ganan la vida en ocupaciones liberales, pues la economía está más boyante y aumenta el nivel de consumo. No obstante, los gitanos que tienen la ocupación asalariada como principal, en épocas de prosperidad económica ocupan buenos puestos de trabajo, pero cuando la situación es de crisis económica, un gran porcentaje llega a perder su trabajo y queda a la espera de lo que salga de forma coyuntural. 2.1.2. El "empleo", base de la venta. Como ya hemos dicho en el punto anterior, cuando introducíamos el tema del trabajo asalariado, el gitano cuando "emplea", en la mayoría de los casos, lo hace en almacenes cuyos dueños y empleados son "gadye", y por esta razón hemos considerado conveniente incluir esta actividad dentro de las relaciones laborales externas.

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Existe una idea que es común en la sociedad gitana: Las ganancias están en el "empleo, las cosas se venden solas. Esta locución la hemos oído infinidad de veces y hemos participado en el desarrollo de esta idea, y siempre se ha concluido que el sentido que tiene para los gitanos es el de que hay que saber comprar artículos vendibles a un buen precio, conseguido esto, la venta es fácil y rentable. Sobre todo, hay que entender que para los gitanos que se dedican a la compra-venta, una buena inversión es aquella en la que el artículo adquirido conlleva una ágil salida. De lo contrario la mercancía se entretiene, disminuyendo el efecto multiplicador del capital de inversión. Y si esto ocurre durante un largo espacio de tiempo, dicho capital desaparece porque se consume en los gastos generales, propios de la actividad, y en los domésticos.

En éste y en todos los casos de "empleo", de lo que se trata es de una

actitud negociadora que permita pagar el mínimo por cualquier cosa, para venderla, posteriormente, al máximo precio posible. No hay normas porcentuales que se apliquen a la inversión, e incluso un mismo artículo puede variar su precio dependiendo del comprador, el lugar donde se realiza la venta y el tiempo que haya pasado desde su "empleo".

2.2.- Relaciones internas. En contraposición a las relaciones externas, las internas son unas relaciones que no son impuestas, aunque sí son de obligado cumplimiento para los miembros de la unidad familiar, en el caso de que ésta desarrolle unas relaciones laborales que sean rentables, sólo se verán exentos de esta obligatoriedad aquellos miembros que hayan iniciado otras relaciones laborales extra familiares, sobre todo los que han conseguido su status de "rom".

La diferencia entre las internas y las externas está en que éstas imponen la dependencia al grupo y al individuo gitano, mientras que aquellas hacen que los gitanos acepten la dependencia de su grupo familiar. Todo ello tiene su explicación en la concepción que tiene el grupo poblacional gitano del trabajo, su prestigio, la satisfacción inherente a éste, etc.

Lo cierto es, que la etnia gitana tiene una opinión, sobre el trabajo,

distinta en algunas actitudes de lo que sería la moda social en la población general, y estas diferencias concluyen en que el pueblo gitano entiende el hecho de trabajar en tanto le proporciona la subsistencia. Los miembros de este pueblo, en su gran mayoría, no se plantean su existencia en dirección al trabajo, sino que éste es un medio, prácticamente ineludible, para poder vivir.

Siguiendo con el tema, podemos comprobar, cómo, en última instancia, si miembros del pueblo gitano no pueden mantener unas relaciones laborales internas desde la cooperación parental, y, por otra parte, quieren evitar el asalariarse, no tendrán más remedio que optar por una fórmula independiente,

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no asalariada, e individual, no en cooperación. Esta forma no dependiente, pero que empieza y termina en el individuo, no deja de ser parte de las relaciones laborales endógenas, por su divorcio con todo tipo de dependencia externa, y por la predisposición consecuente con colaboraciones coyunturales dentro del ámbito parental, o simplemente étnico.

En estas relaciones laborales, también hemos de tener en cuenta que el

individuo se debe al grupo, y por tanto sus funciones están supeditadas a lo que disponga su grupo parental, lo que le libra de gran parte de la responsabilidad, que asume dicho grupo. Así pues, la responsabilidad está compartida entre cada individuo y el grupo. Queda claro que no existe competividad entre los miembros del grupo, ya que están subordinados a éste. Tal como se entiende la profesionalización en la sociedad general, no se dan en el individuo gitano, cada uno por necesidad del grupo puede realizar múltiples intervenciones laborales, en las que podrá especializarse pero no profesionalizarse. Además, en un momento dado, puede ser que todos los miembros de la parentela tengan que ejercer una actividad concreta, sin tener en cuenta la edad o la cantidad de horas necesarias, ni como se dedican esas horas.

Posiblemente lo más importante en las relaciones laborales internas está

en la provocación constante, de los miembros del pueblo gitano, a mantener los trabajos más tradicionales, lo que es fácil de conseguir cuando son rentables, pero no tanto cuando no lo son y se ha de acudir a un trabajo asalariado, o defender el trabajo tradicional con el perjuicio económico que comporta, porque con los ingresos que se genera, no se sostiene la familia suficientemente. Pero la permanencia de esta situación de privación está compensada por la posibilidad de considerarse más predispuesto a conservar la cultura de la propia etnia.

Y por último, no podemos dejar de hablar de algo tan importante como

es la cooperación entre los miembros del pueblo gitano. Como ya hemos expuesto en más de una ocasión, la sociedad gitana está encuadrada en el sistema de parentesco, y no iba a ser menos en las relaciones laborales, sobre todo en las que comportan prestigio por defender y/o mantener la cultura propia. Tanto es así que dicha cooperación es una causa cultural de gran importancia para mantener la etnia.

2.2.1. - Actividades laborales: oficios y ocupaciones

Ante la revolución industrial de la sociedad general, los gitanos, en un porcentaje considerable, han perdido su organización laboral, y se han dirigido hacia nuevos horizontes laborales, cambiando la disposición ocupacional.

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Empezaremos por decir que los gitanos, como cualquier otro grupo poblacional, tienen una actitud ante la vida, y consecuentemente la reflejan en su trayectoria laboral. Así pues, si el don más preciado de la vida, para los gitanos, es la libertad, por la que tanto han sido odiados y amados durante su devenir errante, ésta ha de estar presente en el trabajo, por tanto las ocupaciones u oficios han de estar en consonancia con el desarrollo de la libertad, pues ésta es el principal indicador para poder correlacionar el tipo de trabajo con los individuos del pueblo gitano. También hay que tener en cuenta que los miembros de dicho pueblo necesitan oficios y ocupaciones que no les impidan el desarrollo de su cultura, de ahí la libertad necesaria en su tipo de trabajo para poder acudir a los ritos de pasos de obligado o necesario cumplimiento, los desplazamientos por éste u otro motivo cultural, etc.

Es posible que las ocupaciones más relevantes, tradicionalmente, son

aquellas que conciernen al caballo, pues éste está estrechamente relacionado con el pueblo gitano. Todos los que se han acercado a las vivencias gitanas, han podido comprobar que los gitanos, a pesar de no ser aceptados socialmente, son consultados por los campesinos sobre la situación del mercado equino, y dado el conocimiento que siempre se les ha reconocido a este grupo poblacional, sobre estos animales, no sólo se les compra animales de este tipo, sino que también, ante enfermedades de éstos, se confía la cura a los gitanos, porque se les considera más doctos que los propios titulados en el tema.

Con relación al caballo, tenemos también el oficio de herrero, que en los gitanos siempre ha sido una ocupación principal en su caminar constante, los animales de tiro han sido herrados por los gitanos para mayor satisfacción de sus dueños, siempre han sido unos excelentes herreros, porque nadie les ha superado en combinar densidad, forma y dimensión de las herraduras en relación a cada animal. En la mayoría de éstos se da el conocimiento curativo anteriormente dicho.

Quizás, de entre estos oficios, el más importante sea el de chalán,

nosotros lo consideramos como la ocupación más aristocrática del pueblo gitano. Este compra y vende todo tipo de ganado caballar, y tendrá mayor prestigio cuanto más compre, venda o sea consultado sobre caballos, el resto de los animales de este grupo (mulos y asnos) proporcionan buenos dividendos porque en la compra-venta, al ser más constante, el efecto multiplicador del capital es superior, pero siguen dando menor prestigio que el comercio del caballo.

También existen, todavía, dos ocupaciones concernientes a dichos

animales. Una de ellas es más rentable, pero se necesita un fuerte capital de maniobra y una infraestructura considerable. Se trata de la cría, principalmente de caballos y, en menor proporción de mulos, utilizándose el burro sólo para el cruce necesario para la cría de los mulos.

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La otra ocupación consiste en la doma, exclusivamente de caballos. Los gitanos, por lo general, tienen los conocimientos hereditarios necesarios para ejercer esta ocupación, pero normalmente, no es una ocupación principal, sino secundaria, y como tal se da, en mayor proporción, en los que tienen como principal la de corredor, pues éstos adquieren compromisos con compradores de mejorar la mercadería adquirida, al mismo tiempo que fuerzan a mediar en la venta.

Por otra parte, tenemos las ocupaciones relacionadas con los arreglos de

los utensilios domésticos. Esta experiencia fué adquirida por los gitanos, principalmente, a causa de su nomadismo, que les forzaba a tener a punto los utensilios propios, y posteriormente estos conocimientos los pusieron en práctica por donde pasaban, con lo que se ganaban bien la vida.

Otras ocupaciones a tener en cuenta son las artesanales, existen múltiples oficios que se desprenden de estas ocupaciones. Dependerá su incidencia en una u otra, del lugar donde se viva, en el caso de los sedentarios, y de los caminos que se frecuenten, en el de los nómadas, y también se ha de tener en cuenta, en ambos casos, los elementos más demandados y, por otra parte, las materias primas más asequibles. Combinando unas y otras alternativas, aparecerá en cada lugar o recorrido unos tipos concretos de actividades artesanales.

Estos artesanos, durante cientos de años, llegaron a ser insustituibles, hasta que llegó la revolución industrial movida por la clase media. Dando paso a la estabilización de algunos de estos artesanos en puntos geográficamente claves para su trabajo, y la emigración a lugares menos industrializados para otros, e incluso la asimilación en el grupo de proletarios de algunos que quedaron a merced de la alteración laboral de la burguesía, que convirtió a este grupo de artesanos consagrados en víctimas de la sociedad industrial.

Otra actividad laboral la encontramos en el cante flamenco que, llega a

ser una ocupación causada por las dependencias vitales. Dichas dependencias hacen que el cante y el baile gitano traspasen la intimidad de la etnia y se convierta en espectáculo para un público "gadyo". El más refinado sentimiento folklórico cede importancia a la profesionalización.

A todo lo dicho, habría que añadir que en las diferentes manifestaciones artísticas de los gitanos se muestra un sello especial. ¿Quién puede poner en duda la peculiaridad del folklore gitano? ¿O el arte de los gitanos toreros? ¿O el de la forja realizada por los miembros de este pueblo? Incluso en los pintores, que es un colectivo que no ha destacado como los anteriormente nombrados, se les nota una fuerza especial en los trazos, cuando no están imitando a los maestros de la pintura, que son inconfundibles.

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2.2.2. - Los medios

En las relaciones laborales internas del pueblo gitano, por lo general, los medios que posee un gitano está a disposición de cualquier miembro de la parentela. Esta disposición obliga más, cuanto más cerca se está de la unidad familiar; y obligará menos si el solicitante no pertenece a la parentela; y muy poco, si no pertenece al mismo clan; en este caso las excepciones se dan por pertenecer ambos, poseedor y solicitante, a la misma unidad local.

Por lo regular, este pueblo, con referencia a la posesión de medios

propios de las relaciones laborales, está muy lejos de alcanzar la media que posee la sociedad general. No obstante, el porcentaje que domina produce mayor efectividad por su disponibilidad constante. El pueblo gitano no sigue las directrices de ahorro que marca la sociedad "gadyi", los gitanos invierten directamente, o bien, a través de otros miembros de la comunidad económica interna.

Nosotros vamos a tener en cuenta, en este trabajo, los medios de

producción, por ser un tema poco tratado en la literatura sobre el pueblo gitano; y los de venta, por ser posiblemente los más importantes en las relaciones internas de dicho pueblo.

a) de producción.

Los gitanos forman una minoría poblacional que está diseminada por los diferentes países del mundo, esto hace que en la mayoría de los países los gitanos no llegan ni al 2% de la población total, lo que claramente se encuentran en grave situación de participar en las macro decisiones políticas, si además le añadimos una media muy baja de poder adquisitivo del grupo, nos encontramos con una población que su única posibilidad actual es adecuarse a la producción de la sociedad "gadyi". Mientras exista esta situación no habrá despegue económico del grupo, lo cual hace difícil, también, el desarrollo de su nacionalidad, independientemente que existan conatos de despegue, sobre todo en casos de individualidades.

El propio pueblo gitano es consciente de que ha de defender a ultranza la

posibilidad de poner en marcha un despegue económico, de lo contrario seguirán inmerso en una lucha donde los "gadye" forman un ejército con equipos altamente sofisticados, mientras que los gitanos parecen un grupo de serranos sobre corceles y con trabucos.

Esta situación es suicida para el pueblo gitano, éste ha de mantener la

búsqueda de unas relaciones de producción cada vez más rentables para el grupo, y sobre todo ha de apoyarse en las unidades familiares, convirtiéndolas en unidades productoras y de consumo, sabiendo que hay que retirarse, cada vez más del sometimiento de la producción externa, y del consumo a que te obliga ésta.

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A excepción de algunos, muy pocos, dueños de los medios de producción, existen un grupo algo más numeroso de gitanos que también poseen dichos medios pero no tienen personal asalariado, son miembros de la unidad familiar y, normalmente, de la parentela de la unidad local, donde el gitano más viejo de dicha unidad familiar es el responsable de la empresa, en la que rigen las relaciones familiares propias de la etnia.

b) de venta. Estos medios, según nuestro análisis, son los más importantes del pueblo gitano, dentro de lo que hemos considerado como relaciones laborales internas. Ello es debido a que la ocupación de venta, en los gitanos, es la más adecuada por sus condiciones útiles a su idiosincrasia. Los medios para esta ocupación, como ya dijimos, son en algunos casos excesivos, pero nunca por debajo de lo necesario para obtener el máximo posible de beneficios a la inversión realizada. Con ello queremos decir, que cada artículo tiene que venderse con los medios justos, porque si se invierte en ellos más de lo necesario, será en detrimento de los beneficios. En un mercado, por ejemplo, para vender retales, con un buen paño en el suelo es suficiente; mientras que para vender pantalones y chaquetas, es necesario un puesto con mesa, colgadores, toldo para el sol y plástico para la lluvia.

Ante todo definamos lo que estamos considerando como medios de venta dentro del pueblo gitano. Toda mercadería necesita un espacio para almacenar el género después de comprarlo, y a la espera de su venta. Entendamos desde el saco de ajos o el atillo de ropa guardado en la alacena, en el lavadero, u otro rincón de la casa, hasta las grandes cajas que contienen chaquetas y abrigos de piel o mobiliario isabelino que se han de guardar en un habitáculo de la casa o en un almacén con condiciones para la mercadería destinada.

También se ha de tener en cuenta el medio de transporte para comprar

el género y, después, para venderlo. Este puede ser desde los transportes públicos, para los que llevan consigo uno o dos paquetes, hasta los que tienen vehículo propio adecuado al tipo de venta que realiza. Hoy día, ya se ve un número considerable de gitanos con furgonetas propias para la mercadería que venden; pero aún queda del 30 al 40% de gitanos que su vehículo es de una categoría media-alta o gran turismo, que no es necesario para el tipo de venta que realizan, aunque da prestigio endógeno; Algunos, muy pocos, alquilan transportes privados, la mayoría son anticuarios y otras ocupaciones que de forma puntual necesitan de dicho servicio.

Por último, hemos de hablar del medio que se utiliza para la venta al

público, propiamente dicha, que será diferente como lo son los diferentes tipos de ventas. En el caso del vendedor a domicilio, dicho medio es prácticamente inexistente; en el caso de los vendedores ambulantes en mercados semanales, además de ser concesionarios, de forma puntual o fija, han de tener algún tipo de elemento para exponer la mercadería, paño, mesa baja, puesto con mesa y

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colgadores, vehículo-tienda, percheros, etc.; si se trata de venta en el caso urbano, mediante la concesión de un puesto fijo de flores, por ejemplo, se tendrá que proceder a la normativa vigente del municipio o, en su defecto, a la tolerancia de los vigilantes urbanos; en el caso de venta normalizada en comercio, habrá que tener en propiedad o en régimen de alquiler un establecimiento adecuado a la mercadería con todos los permisos pertinentes.

2.2.3.- La venta. Siendo la venta una de las actividades más usuales en el pueblo gitano, no existe un amplio trato de esta ocupación en la literatura sobre dicho pueblo con relación a su importancia. No obstante, los estudiosos, los medios de difusión y las propias asociaciones gitanas: reconocen, divulgan y programan dicha actividad del grupo poblacional gitano.

En primer lugar, hemos de decir que la venta de artículos en general es

una ocupación que se manifiesta en el pueblo gitano, en mayor medida en tanto comienzan a desaparecer, fruto de la ya mencionada revolución industrial, algunas de las ocupaciones habituales: herreros, caldereros, chalanes, etc.

Incluso podemos decir que la actividad gitana de la venta conjuntamente

con la compra, tiene su génesis en el chalaneo. A pesar de las diferencias ocupacionales que se han dado, y pueden darse entre los gitanos que viven en el medio rural o urbano, siempre ha habido una en común para ambos ambientes. Se trata de la compra-venta, en cualquier lugar donde habiten gitanos, se ha podido observar que parte de éstos se dedican a esta actividad.

Con independencia de las consecuencias en el análisis económico de un

país, realizado, normalmente, desde una perspectiva economicista y no social, un porcentaje considerable de gitanos se dedica a la venta, entre otros motivos porque no tienen posibilidades de ejercer otra ocupación que les produzca los mismos o más beneficios, y al mismo tiempo que pueda participar, en su ejecución, el resto de la unidad familiar. En las investigaciones que se han llevado a cabo con los diferentes grupos poblacionales gitanos, en la práctica totalidad se ha podido observar esta situación, en mayor o menor porcentaje.

La situación actual de la venta, como actividad en el pueblo gitano, está

en que a pesar de sus dificultades (permisos, inversión, espacios varios, etc.), los gitanos la han convertido en arte. La creatividad se desarrolla fácilmente vendiendo cualquier mercancía, desde las ofertas de los diferentes artículos puestos a la venta callejera en las primeras décadas de este siglo, en los diferentes países donde se practicaba, hasta la venta, en la actualidad, de un coche de lujo. Los vendedores gitanos en este momento, de uno y otro sexo, componen un porcentaje muy considerable y el artículo a vender puede ser cualquier cosa que se pueda comprar y vender, y deje beneficios proporcionados al esfuerzo de la inversión y a la prontitud lógica de venta.

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a) Proceso de preparación. La venta tiene un proceso de preparación que es tan variado como lo es la propia actividad, cada tipo de venta tiene su evolución, y lo que se considera más importante, dentro del mundo gitano, es la preparación. En ésta está incluida la compra, principal causa de la venta, que es la acción clave para obtener los mejores beneficios en esta actividad. Siempre hemos oído decir a los gitanos que las ganancias están en la compra, los artículos, cuando están bien comprados, se venden solos. b) Proceso de ejecución. En este proceso podemos encontrar las más variadas actitudes en su desarrollo. Desde una cierta despreocupación, porque la mercadería está bien comprada y es fácil de vender; hasta la más activa ejecución artística, donde el comprador paga no tanto la mercancía adquirida, como las palabras utilizadas en el proceso de la venta.

En realidad, y desde nuestra observación y análisis, coincidimos con otros autores, al tiempo que reconocemos lo difícil que es poder decir, a nivel mundial, cual es el tipo de venta más usual en el pueblo gitano, y los objetos más utilizados para ella. Lo cierto, sin lugar a duda, es que el gitano que se dedica a la venta, utiliza aquella mercancía que mayor beneficio puede darle, y procura que esta posibilidad vaya articulada al reconocimiento o aumento de prestigio ante su pueblo.

2.2.4.- La división del trabajo. Una vez más nos encontramos ante una idea poco usada, como tal, en la literatura sobre la población gitana. No obstante en una lectura detenida de algunos escritos, se puede encontrar la existencia de la división del trabajo dentro del mundo laboral gitano.

En general, y como punto de partida, por nuestra observación y experiencia, podemos decir que los gitanos, miembros masculinos del pueblo, hacen principalmente los trabajos externos al hogar, y en muchos de éstos (compra-venta, chatarrero, artista folklórico, artesano, etc.), existe una colaboración de las mujeres tan intensa que provoca una división del trabajo. En cambio, todo el trabajo propiamente del hogar, lo llevan a cabo las mujeres, y en este caso la colaboración es tan escasa y puntual que no se manifiesta una división del trabajo entre ambos grupos de sexo, sino sólo dentro de los grupos de edad que comprende el grupo de sexo femenino.

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Así pues, existen ocupaciones masculinas (jinetes especialistas, caldereros, chalanes, forjadores, etc.), en las que tradicionalmente la mujer no ha intervenido, en cambio hay otras, entre las que destaca la compra-venta, en las que las mujeres no sólo intervienen, sino que fomentan en la actividad una división de trabajo clara por sexos. Como ejemplo, en la actividad de compra, hay artículos que los ajusta el grupo de sexo masculino, como son las prendas de vestir externas (pantalones, cazadoras, abrigos, camisas, etc.), los animales de tiro, los vehículos, las antigüedades, etc., pero en algunos de estos casos es la mujer quién efectuó la venta, el caso más claro está en la venta de géneros confeccionados. Por el contrario hay otros artículos que son mercados por el grupo de sexo femenino, como son la compra de artículos confeccionados más internos (calcetines, bragas, pañuelos, medias, etc.), la bisutería, cosméticos, ropa del hogar, flores, ajos y limones, etc., en cuya venta los hombres no participan, o participan muy poco, sólo colaboran, en su caso, a la preparación, almacenaje y transporte.

Por lo general, en la familia gitana, y dentro de lo que consideramos

como división del trabajo, la más reconocida por todos los grupos, sin lugar a duda, y, al mismo tiempo, la más aceptada por los propios gitanos, es la que se le observa al cabeza de familia, o persona de mayor edad que está al frente de un grupo familiar, o extrafamiliar, más amplio, quien es responsable de todos los actos laborales y sociales que realice el grupo, al mismo tiempo que lo representa en todo tipo de negociaciones y acuerdos (acelerar un trabajo, cobrar los salarios, ajustar las jornadas, etc.).

2.2.5.- La cooperación. Hemos de dejar bien claro que la cooperación en los diversos segmentos es obligatoria, que no impuesta. Cada miembro de los diferentes grupos (clan, linaje, familia extensa, unidad local o unidad familiar) se sienten obligados a la cooperación con el resto de los miembros de su propia segmentación, pero no se le impone, es el propio sujeto quien lo pone en práctica, en un acto de autoimposición, o se aleja de las obligaciones propias del grupo, lo que le supondrá un estar en él pero sin ser reconocido como tal.

Lo cierto es que cuanto más cercano es el parentesco mayor es la

obligación de cooperar. La mayor cooperación se recibe de los miembros de la unidad familiar, porque son los más cercanos a nivel parental, y en su defecto, a nivel ubicacional. El trato socio-laboral entre los miembros de la unidad familiar es continuo e intenso, lo que conlleva un devenir conjunto de los diferentes miembros que componen dicha unidad.

De todas formas, y desde un punto de vista general, hemos de decir que

se trata de un sistema de cooperación, en el que, si es necesario o conveniente, todos los componentes de la unidad familiar, o grupo superior, que pueden trabajar, se incorporan a la ocupación del grupo. Al mismo tiempo, de los beneficios de éste, se cubre las necesidades primarias de todos sus miembros.

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Pero lo que consideramos de mayor interés es que los gitanos cuando

trabajan bajo un sistema de cooperación y sujetos a las directrices jerárquicas, se sienten libres, porque libre, en la ejecución laboral, es el grupo ejecutor. Así pues si el grupo es libre, el individuo se nota libre, porque cada individuo se advierte como grupo.

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CUESTIONARIO TEMA 3: INTRODUCCIÓN A LA CULTURA GITANA

• DIFERENCIAS EXISTENTES ENTRE LOS CONCEPTOS DE ENCULTURACIÓN Y

ACULTURACIÓN. • ¿CONOCIAS PREVIAMENTE CARACTERÍSTICAS DE LA CULTURA GITANA?

ENUMERA ALGUNAS. COMPARA TU CONOCIMIENTO PREVIO CON LA NUEVA DOCUMENTACIÓN.

• REFLEXIONA DESDE TU PRACTICA DIARIA ACERCA DE LOS ESTEREOTIPOS

QUE SUELEN ATRIBUIRSE A LA CULTURA GITANA. • ¿CREES QUE LA DIVISIÓN DEL TRABAJO DENTRO DE LA FAMILIA GITANA HA

CAMBIADO O EVOLUCIONADO?. EXPÓN ALGUNA EXPERIENCIA CONCRETA O LA IDEA QUE TIENES SOBRE ESTA CUESTIÓN.

• ENUMERA LOS PILARES BÁSICOS DE LA CULTURA GITANA DESDE TU

PERSPÉCTIVA.