ASÍ SOMOS Nº7 Libertarios y Cimarrones_ Afrodescendientes en Venezuela

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MAY JUN 2011

NMERO

07A O

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA CULTURA CENTRO NACIONAL DE HISTORIA MUSEO NACIONAL DE LAS CULTURAS

A favor de la diversidad y en contra de las desigualdades

4 Soy afrodescendiente La devocin por el texto y la memoria Curiepe siempre Curiepe El Callao, esencia, brillo y color

Libertarios y cimarrones: afrodescendientes en Venezuela

Revista as somos, ao 4, N 07 M AYO J U N I O 2011D i re c to r Co la b o ra n e n e st e n m e ro

Luis Adrin Galindo C. [email protected] n s e j o Ed i to ri a l

Luis Galindo Casimira Monasterios Alejandro Calzadilla Nelly Ramos Aldemaro BarriosCo o rd i n a c i n Ed i to ri a l

Akaida Libertad Orozco [email protected] s i st e nt e e d i to ri a l

Harold Palacios [email protected] i s e o g r f i c o

Argenis Valdez Alejandro Csar Solrzano Infgrafo Jorge Luis Galofre [email protected] to g ra f a s p o r t a d aSUPERIOR

Aixa Antnez Neris Barboza Mara Cristina Bassalo Mailyng Bermdez Nirva Camacho Berta Cova Gerri Chvez Alexis Felipito Laya Luis Laya Carlos London Luisa Madriz Cheyla Masn Casimira Monasterios Akaida Orozco Jos Marcial Ramos Nelly Ramos Juan Pablo Sojo (+) Arianne Velis Ernesto YevaraI SSN 1856-8483 D e p s ito Le g a l PP200702CS2757 Ed i c i n 60.000 ejemplares

Co r re c c i n

Natalia, recolectora de cacao. Chuao, estado Aragua, 2002. Foto: Jose Carlos Gomez INFERIOR

Csar RussianFo to g ra f a s

Ninos de la comunidad La Arenita. Barlovento, estado Miranda, 2008. Foto: Jose Carlos Gomez

Fo to g ra f a s c o nt ra p o r t a d aSUPERIOR

Los nios del Santo Negro. Comunidad de San Benito, estado Mrida, 2010. Foto: Luz Marina ParraINFERIOR

Diablitos del futuro. Chuao, estado Aragua, 2007. Foto: Susana Arwas/Edgar Moreno

Rubn Alfaro Susana Arwas Filippo Bilotti Ivn Calzadilla Jos Mara Cruxent Mara Teresa Garca Jose Carlos Gomez lvaro Gonzlez Juan Jos Gonzlez Ral Gonzlez Rosley Labrador Nury Lrez Alexis Felipito Laya Reinaldo Len Edgar Moreno Isidro Nez Harold Palacios Gonzalo Plaza Mnica Piscitelli Manuel Reina Leal Freddy Romn Rafael Salcedo Vctor Sojo Luis Trujillo Archivo Centro de la Diversidad Cultural

as somos es una publicacin del Gobierno Bolivariano de Venezuela, Ministerio del Poder Popular para la CulturaAv. Panten, Foro Libertador, edicio Archivo General de la Nacin, 2do. piso, Caracas, Venezuela. Telfono: (58-212) 509.55.38 [email protected] Impreso por la Fundacin Imprenta de la Cultura Repblica Bolivariana de VenezuelaV I C E M I N I ST E R I O PA R A E L FO M E N TO D E L A E CO N O M A C U LT U R A L Co o rd i n a c i n d e l S i st e m a M a s iv o d e R e v i st a s d e la C u l t u ra

Jonathan MontillaS u p e r v i s i n G e n e ra l d e D i s e o G r f i c o

Dileny Jimnez El Sistema Masivo de Revistas del Ministerio del Poder Popular para la Cultura est integrado por ocho revistas: A Plena Voz, Arte de Leer, As Somos, Memorias de Venezuela, Poder Vivir, La Revuelta, La Roca de Crear y Se Mueve.

as somos N 7 Libertarios y cimarrones: afrodescendientes

en VenezuelaFoto: R A F A E L S A L C E D O

2011 AO INTERNACIONAL DE LA AFRODESCENDENCIA

E d i t o r i a lAs somos desde la afrovenezolanidad

A partir de la entusiasta aprobacin de la nueva Constitucin de 1999 por la gran mayora de la nacin venezolana, junto a la alegra de un nuevo proyecto poltico, social y cultural de indiscutible defensa y respeto por los derechos de nuestros pueblos, queda la deuda del reconocimiento constitucional expreso de las especificidades socioculturales de los pueblos de descendencia africana en la conformacin de un pas multitnico y pluricultural. Este reconocimiento y autorreconocimiento por parte de la poblacin venezolana, garantizara una va hacia la eliminacin del racismo y otras formas de exclusin social, a la vez que la plena incorporacin de los pueblos afrodescendientes y de su diversidad sociocultural en los distintos mbitos de nuestra vida social. El ao 2011 ha sido declarado por la Asamblea de la Organizacin de las Naciones Unidas como el Ao Internacional de la Afrodescendencia, de all la importancia de estimular la reflexin colectiva sobre esta realidad en Venezuela, razn por la cual nos aproximamos en este sptimo nmero de la revista As Somos a los saberes y vivencias de estos pueblos. Para ello, hemos credo necesario alejarnos de una visin folklorstica sobre los aportes culturales de la presencia africana en nuestro pas, continuamente presentada nicamente como herencia musical y danzaria. Sin duda alguna, parte importante de nuestra riqueza sonora y capacidades de expresin a travs del cuerpo se 01 la debemos a los ancestros africanos, pero estas creaciones no son de ninguna manera ni simples, ni ingenuas, ni azarosas, como tampoco son los nicos aportes de los pueblos afrodescendientes a la diversidad sociocultural del pas. Junto a la msica y la danza de estos pueblos hay una cosmovisin o visin integradora que da sentido y pertenencia a nuestra existencia humana en este territorio. Para esta aproximacin a los pueblos afrodescendientes en Venezuela hemos invitado a escribir los artculos desde una mirada endgena, desde el tejido de la vida diaria, como quien desea contar su familia, su calle, su plaza y su tierra. Presentamos narrativas de la vida cotidiana, del da a da, de las formas cmo se gana el pan del hogar, las manera de celebrar el nacimiento de los hijos, el matrimonio del vecino, la buena cosecha, la cultura en el barrio, la llegada del Nio Jess o la salida de San Juan de la iglesia con el grito de las campanas y el solazo en la cabeza. Encontraremos tambin una mirada muy ntima, de quien se mira al espejo y describe su cuerpo, del cmo se ensea a hablar al infante, de las formas de gesticular con las manos, de las maneras de referirse a los abuelos, las abuelas, a los primos y a los vecinos. Hablamos de los saberes para cultivar la tierra, cocinar e ingerir los alimentos, identificar y domesticar las plantas medicinales, curar enfermedades, junto a oraciones y terapias. Pero no olvidemos que para una parte importante de la poblacin, existen pueblos descendientes africanos tan slo por su color de piel y no por la complejidad de sus culturas. Razn por la cual es importante reflexionar sobre el cmo percibe el resto de los venezolanos a los pueblos afrosdescendientes y tambin como se perciben stos a s mismos, incluidos all los medios de comunicacin, la publicidad, la moda, el cine, las telenovelas y el chiste callejero. Sin duda, este nmero de As Somos, es apenas un esbozo del amplio trabajo de investigacin que an nos queda por delante en la tarea de conocer con profundidad y hacer visibles las caractersticas socioculturales de los pueblos afrodescendientes, camino necesario para el reconocimiento y autorreconocimiento de estas culturas en el pas. Deseamos agradecer a quienes escribieron para este nmero, la mayora, mujeres luchadoras que hacen vida en las distintas organizaciones y movimientos sociales de Venezuela, entregadas al estudio, fortalecimiento y luchas por la dignificacin del ser afrodescendiente; sea esta edicin un sencillo homenaje a su dedicacin y esfuerzo.Luis Adrin Galindo C.DIRECTORDEL

MUSEO NACIONAL

DE LAS

C U LT U R A S

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as somos

Recreando el mundo desde La Sabana A l e x i s L a y a / M a i l y n g B e r m d e z

El autorreconocimiento afro en Chuao G e r r i C h v e z / C h e y l a M a s n

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Uno de los grandes logros de la revolucin bolivariana es saldar la deuda histrica con la poblacin afrodescendiente, cuya materializacin se evidenciar con la incorporacin de una pregunta referida a la autodefinicin de los afro en el XIV Censo Nacional de Poblacin y Vivienda a realizarse en 2012.

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Saberse negra, sentirse negra, pensar y actuar como negra, no es nada fcil, sobre todo si se pertenece a una sociedad donde el racismo y la discriminacin son el Elegua que acompaa a un negro, ms si es para cerrar que para abrir los caminos. Por favor contine leyendo...

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Veroes, tierra de tradiciones, cimarronajes y luchas constantes en la que hombres y mujeres participan por igual desde la casa, el conuco o desde el lugar donde haya que hacer frente a lo que se presente, bien sea las tierras, la autonoma, revalorizar y transmitir tradiciones o el reconocimiento tnico, econmico, poltico y social.

Sonoro, hermoso, mgico, irreal, en la cotidianidad, espacio libre, herencia de los ancestros, tierra buena y frtil, madre que fecunda orgullosa prole de hombres y mujeres que no se igualan a nadie por su autenticidad, as es el pueblo de Curiepe.

27El proceso histrico de las y los esclavizadas/os africanas/os en las Amricas y el Caribe tuvo consecuencias que an estn presentes en nuestras sociedades y repercuten en hombres y mujeres que enfrentan hoy diferentes formas de discriminacin racial y conviven al mismo tiempo con el endorracismo. se ha sido el motor fundamental para la conformacin de movimientos sociales que luchan contra la discriminacin racial, por la igualdad de condiciones y oportunidades.

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Campoma... desde la mirada de Berta Cova E q u i p o A s S o m o s

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San Jos de Heras, pueblo de la cordialidad A i x a A n t n e z

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La devocin por el texto y la memoria L u i s L a y a

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Curiepe siempre Curiepe L u i s a P r e z M a d r i z

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Cimarrona afrovenezolana N i r v a C a m a c h o

Ideas Para Dialogar C a s i m i r a M o n a s t e r i o s

Afrocrnica de un pueblo N e r i s B a r b o z a

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De Barlovento a Caracas N e l l y R a m o s

As Vamos M a r a C r i s t i n a B a s s a l o

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Esquema geogrfico y espiritual de Barlovento J u a n P a b l o S o j o

H o m e n a j eOtras Voces. Entrevista a Aristbulo Istriz A k a i d a O r o z c o

El Callao, esencia, brillo y color C a r l o s L o n d o n T o r r e s

Sabores y Saberes J o s M a r c i a l R a m o s G u d e z

La Ruta de la Tradicin A r i a n n e V e l i s

JUAN PABLO SOJO Juan Pablo Sojo Rengifo nace en Curiepe, estado Miranda, el 23 de diciembre de 1907. Hijo de Juan Pablo Sojo y de Brgida de Sojo, fue autodidacta, boticario, novelista, cuentista, poeta, investigador y periodista. Escribi para diversos diarios y revistas de corte cultural como Fantoches, Revista Venezolana de Folklore, Boletn del Instituto de Folklore, Archivos Venezolanos de Folklore, Cultura Universitaria, Acta Venezolana, lite y El Farol. En 1942, comienza investigaciones relacionadas con el rescate y difusin de la identidad del negro venezolano. Posteriormente, en 1946, Sojo es designado jefe de Folklore Literario del Servicio de Investigaciones Folklricas Nacionales (SIFN), dirigido en ese entonces por el poeta Juan Liscano. En febrero del ao 1948, a peticin del presidente Rmulo Gallegos, se realiza el evento Cantos y Danzas de Venezuela en el Nuevo Circo de Caracas, el cual organiza Sojo junto a otros compaeros del mbito cultural. Fue Sojo quien por primera vez utiliz el trmino afrovenezolano para referirse a los componentes tnico-culturales procedentes del continente africano, instaurados en Venezuela. Juan Pablo Sojo, prolijo investigador, novelista y poeta produjo una nutrida obra intelectual fundamentada en textos como Tierras del estado Miranda. Sobre la ruta de los cacahuales (1938), Nochebuena negra (1943), Temas y apuntes afrovenezolanos (1943), Estudiosdelfolklorevenezolano(1986).Tambin fue coautor de libros como Antologa de cuentistas y pintores venezolanos (1976) y La fiesta de la tradicin: 1948. Cantos y danzas de Venezuela (1998). Este valioso venezolano, estudioso y defensor de los grupos tnicos y la cultura afrovenezolanos, muri en Caracas el 8 de octubre de 1948. Su legado testimonial, espiritual y crtico ser para generaciones de generaciones un aporte de significacin histrica.

Qu Leemos E r n e s t o Y e v a r a

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Los negros antillanos con corazn africano llegaron a las riberas del Yuruari, con sus grandes cargamentos de sabores y saberes, as contribuyeron a la conformacin y consolidacin de un pueblo que guardaba en sus entraas la soada espiga dorada.

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En la seccin Otras Voces, el primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, Aristbulo Istriz, hablar sobre la afrovenezolanidad, sus bemoles, paradigmas y herencias. Istriz naci en Curiepe, Barlovento, es maestro normalista, profesor de educacin fsica y de historia contempornea de Venezuela. Fue diputado entre 1989-1994, asumi la alcalda de Caracas por la Causa R y es fundador del PPT y el PSUV.

53 62Si quiere matricular para el prximo ao, como se dice en algunas regiones de Venezuela cuando se quiere seguir con vida, no se olvide de tocar, el 29 de junio, las llaves de San Pedro que lleva el santo en su cintura, pues es una de las formas de asegurar que no se lo/la lleve la pelona.

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As Vamos

Soy afrodescendiente y t, cmo te reconoces?Uno de los grandes logros de la revolucin bolivariana es saldar la deuda histrica con la poblacin afrodescendiente, cuya materializacin se evidenciar con la incorporacin de una pregunta referida a la autodefinicin de los afro en el XIV Censo Nacional de Poblacin y Vivienda a realizarse en 2012M a r a C r i s t i n a B a s s a l oDir. Oficina de Enlace con las Comunidades Afrodescendientes (MPPPC)

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Asumir la afrodescendencia requiere de un proceso de concientizacin de nuestra historia poltica y social, as como de la valoracin y orgullo de nuestra herencia cultural y ancestral, no obstante, el reconocimiento del otro u otra (como individuo) permitir la visibilizacin y el respeto que merecemos como parte de la venezolanidad y la diversidad. La necesidad de que polticamente seamos visibles todas aquellas personas que por nuestro color de piel, fenotipo, cultura o hasta ascendencia, hemos sido ignorados y cobijados bajo el manto del mestizaje, ha impulsado a diversas organizaciones sociales, tanto nacionales como internacionales, a revisar exhaustivamente el trmino histricamente utilizado para identificarnos, en este caso nos referimos a la expresin negro, cuya crtica ms usual es la fuerte carga discriminatoria que posee, adems de constituir una expresin impuesta por el dominador para calificar a las vctimas de secuestro y esclavitud durante la poca colonial. Es por ello que aunque muchos analistas, acadmicos, cultores y pare usted de contar, disertan sobre el vocablo afrodescendiente, argu-

mentando que no somos africanos, que lo afro se perdi durante el proceso de transformacin cultural que ha tenido nuestra historia, etc., no debemos perder de vista que la expresin afrodescendiente implica reconocimiento poltico, y aunque en algunos casos est vinculada a lo ancestral, sta no es una condicin estrictamente necesaria para autoidentificarse como afrodescendiente. Este trmino no pretende destacar la pureza tnica de un individuo, ya que como es bien sabido los africanos y africanas secuestrados y esclavizados en nuestro pas provenan de distintas etnias y fueron mezclados entre ellos con la intencin de diluirlos e incomunicarlos, lo que trajo como consecuencia las mltiples mezclas de costumbres y la prdida de sus lenguas originarias, entre muchos otros aspectos, pero adems de lo ocurrido entre los propios africanos y africanas, nuestra historia est sumergida en una mezcla entre indgenas, blancos criollos y blancos europeos, entre otros. Este meztizaje no slo es biolgico sino tambin cultural. En este sentido, discutir sobre el origen de cada persona o de cada venezolano

no es tarea fcil; por el contrario, pudiera entorpecer el cumplimiento de una gran deuda histrica exigida durante dcadas por parte de colectivos, agrupaciones y organizaciones sociales al Estado venezolano: la identificacin de la poblacin afrodescendiente en Venezuela, cuya materializacin se evidenciar con la incorporacin de una pregunta referida a la autoidentificacin de la poblacin afrodescendiente en el XIV Censo Nacional de Poblacin y Vivienda liderado por el Instituto Nacional de Estadstica (INE), organismo adscrito al Ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia. Es importante destacar que adems de saldar la deuda con la poblacin venezolana tambin se dar cumplimiento a lo establecido en la Declaracin de Durban y su Programa de Accin (Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminacin Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia) respecto a la necesidad de que los Estados firmantes generen cifras estadsticas que den cuenta de la poblacin afrodescendiente en sus respectivos pases y, en consecuencia, se elaboren polticas pbli-

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POR QU ES NECESARIO CONTAR A LA POBLACIN AFROVENEZOLANA? Esta informacin es una poderosa herramienta para la demanda poltica de las y los afrodescendientes, pues permitir un mejor diagnstico sociodemogrfico y socioeconmico de pueblos histricamente discriminados, adems de fortalecer la lucha contra la discriminacin racial como una forma de exclusin. Cul ser la pregunta del Censo? Usted se reconoce como: Moreno/a Negro/a Afrodescendiente Son diversas las maneras de identificarnos como afrovenezolanos y afrovenezolanas, sea por la cultura, territorio, color de piel o antepasados familiares. Sea como negro, moreno, afrodescendiente o afrovenezolano, es importante reconocer y reafirmar nuestra raz y cultura. Siento que soy una mezcla de sangres, incluyendo la afro, cmo me incluyo? Si sientes que es esencial para tu identidad reconocerte como afrodescendiente, negro/a o moreno/a, reconcete en el Censo. Sentirse afrodescendiente no se limita al color de la piel, significa todo lo que forma parte de nuestra historia, cultura y cotidianidad vinculadas a lo afrovenezolano o cultura negra en nuestro pas.

cas en reas como la educacin, la salud y la economa que contribuyan a sufragar parte de los graves daos ocasionados a los descendientes directos o indirectos de los africanos y africanas esclavizados durante la poca colonial. La invitacin es a no entramparnos en el trmino y en la definicin, aunque ciertamente resulta un paso importante unificar criterios, pero la realidad es ms profunda y est representada por el penoso hecho de que algunos individuos presuntamente superiores creen tener el derecho de dominar, eliminar y/o subestimar a otros supuestamente inferiores por poseer ciertas caractersticas fsicas, culturales o de ascendencia (es importante destacar que tambin los indgenas han sido considerados inferiores); en fin, el racismo as como la discriminacin han promovido la exclusin y la ausencia de polticas pblicas dirigidas hacia una parte de la poblacin: los afrodescendientes. De esta manera, el XIV Censo Nacional de Poblacin y Vivienda constituye un instrumento valiossimo para agrupar a esa parte de la pobla-

cin que antes no era considerada, y a partir de las cifras que se obtengan emprender la indagacin social y evidenciar que los afrodescendientes ocupan la mayora de las zonas deprimidas econmicamente, tanto rurales como urbanas, y que histricamente les ha sido negado el derecho de poseer tierras para vivir o producir. Es importante precisar que el Censo slo generar cifras, pero igualmente no perdamos de vista que este insumo es fundamental para promover diversos estudios que den cuenta de una realidad sentida pero no evidenciada. Vamos pues a emprender y promover ese proceso concientizador sobre la valoracin y reivindicacin de nuestras races, de nuestros valores y de la herencia que humildemente nos dejaron nuestros ancestros y ancestras, registremos en el Censo con orgullo Soy afrodescendiente.

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Para seguir leyendoACOSTA SAIGNES, M. Vida de los esclavos

negros en Venezuela. Caracas, Universidad Central de Venezuela, 1967.AMAIZ, M. G. Del mestizaje infeliz a la

libertad de las culturas, A Plena Voz, n 33, 2007, p. 9.BANCO INTERAMERICANO DE DESARROLLO.

Comunidades de ancestra africana en Costa Rica, Honduras, Nicaragua, Argentina, Colombia, Ecuador, Per, Uruguay y Venezuela. Washington, D.C: Author, 1999. Declaracin Sobre la Raza y los Prejuicios Raciales, disponible en http://www2.ohchr.org/spanish/law/raza.htm

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Ideas Para Dialogar

Hijas e hijos de frica y la Constitucin de 1999C a s i m i r a M o n a s t e r i o sInvestigadora del Museo Nacional de las Culturas

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En nuestra Carta Magna aprobada en 1999 no aparecen los afrodescendientes, legalmente no existen, usted busca en la Constitucin las palabras negro, afrovenezolano, afrodescendiente o el eufemismo moreno libre y no los encontrar. Es bueno preguntarse por qu no aparecen en la que en su momento fue proclamada como la Constitucin ms avanzada del mundo, pero no, una vez ms quedaron invisibilizados. Por qu sera que el excelso poeta que escribi el prembulo constitucional los borr del mapa, accin confirmada por el constituyentista al aprobarla sin el ms mnimo reparo. No obstante la peticin de los y las afrodescendientes. Ser que nunca han visto un negro o una negra en este pas, ser que nunca han odo hablar de los tambores, de San Juan Congo? Ni tan siquiera oyeron la cancin Barlovento. O ser que los descendientes de aquellos y aquellas secuestrados y trados para ser esclavizados no son venezolanos? Despus de cinco siglos regando con su sangre, su sudor y sus lgrimas estas tierras, de luchar por la libertad propia y ajena, de su determinante participacin en la produccin de riquezas y de su enorme contribucin a la conformacin del legado libertario. Podemos cavilar sobre el asunto, como lo hemos hecho, en solitario y en colectivo, plantearnos infinidades de interrogantes sobre el por-

qu de este olvido, por decir lo menos, y especular sobre un sinfn de respuestas acerca de esta exclusin y sus consecuencias. Y es precisamente esa situacin de exclusin, contraria al espritu bolivariano, democrtico y humanista que alienta nuestro proceso de refundacin republicana, la que debemos combatir en todos los rdenes, formas y maneras. De todos y todas es sabido que en la bicha lograron meternos gazapos, gazapitos y gazapotes que debemos enmendar, materia pendiente al no ser aprobada la reforma constitucional. Tampoco es que sea de extraar esta invisibilizacin por olvido u omisin, pues ella est en la base del imaginario instaurado por la oligarqua nacional en las clases populares, y quienes por voz de uno de sus ms conspicuos intelectuales a su servicio, en la cuarta repblica, expresaba en un micro transmitido por VTV, cuando llegaron los africanos, los venezolanos ramos. Indudablemente los africanos no vinieron, los trajeron a la fuerza, tampoco los venezolanos ramos tal cosa. La trata en el territorio colonial que a partir del 5 de julio de 1811 sera llamado Repblica de Venezuela, se inici en 1526, culminando en 1810. Otro de esos connotados intelectuales afirmaba que el nico aporte de los africanos y su descendencia a la cultura venezolana fueron la msica y la danza de

tambores. Conceptos que se repiten y perpetan a travs del sistema educativo y los medios de confusin masiva. Entonces, no nos debe sorprender que nuestros intelectuales, polticos y, por supuesto, el comn asuman, bajo el falso manto de la raza mestiza, esos conceptos que invisibilizan a buena parte de la poblacin. Ahora bien, la invisibilizacin comporta la exclusin del otro/a, en concreto, la negacin de sus derechos, si no existes no hay deberes que cumplir y sobre todo no hay derechos que ejercer, o lo que es lo mismo, reducidos a menos que una cosa. Bajo el manto del mestizaje pocos se detienen a mirar las diferencias tnicas no slo existentes entre indgenas y criollos (sta ha sido la nica diferencia aceptada), agrupando a los afrodescendientes dentro del mundo criollo mestizo; quedando as invisibilizada su historia y su cultura (material, intelectual y espiritual), sus aportes al proceso de conformacin de la patria bolivariana, cuando no descalificados y estigmatizados sus lenguajes, sus costumbres, sus saberes, sus valores, formas y maneras para relacionarse social y ecolgicamente; sus instituciones econmicas y socioculturales; su religiosidad, su esttica y su arte; su manera de ver y entender el mundo. Ergo, entonces, dnde queda lo multitnico y lo pluricultural, dnde la equidad y la justicia, cmo hacer realidad lo democrtico, parti-

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cipativo y protagnico, cundo la justicia social y la igualdad sin discriminacin ni subordinacin alguna; todos principios fundamentales consagrados en el prembulo constitucional. No es una gran contradiccin con esos valores y principios la ausencia de los afrodescendientes en el texto constitucional? Indudablemente que en estos aos de proceso bolivariano los y las afrodescendientes han obtenido logros, luchas de siglos que en este proceso revolucionario han visto coronados sus esfuerzos en materia de inclusin y lucha contra el racismo y la discriminacin, entre otras, la Comisin Presidencial para la Prevencin y Eliminacin de Todas las Formas de Discriminacin Racial y Otras Distinciones en el Sistema Educativo Venezolano, la creacin por el MPP de Educacin de la Direccin Nacional de Educacin Intercultural con el objetivo de desarrollar el currculum nacional con visin intercultural para los programas educativos en educacin inicial, bsica y media, pero para esto ha sido necesario hacer lo que han venido haciendo desde hace cinco siglos: CIMARRONEAR, cimarronear la Constitucin y asirse al articulado y entrar por especies de rendijas como el artculo 100 que reza que Las culturas populares constitutivas de la venezolanidad gozan de atencin especial, reconocindose y respetndose la interculturalidad

bajo el principio de igualdad de las culturas, y como de todos es aceptado que la cultura venezolana est conformada por las etnias madres originaria, espaola y africana, entonces la herencia africana debe gozar de tratamiento especial, aun cuando no es reconocida en el texto constitucional. Del mismo modo el artculo 99 contempla que los valores de la cultura son un bien

dnde queda lo multitnico y lo pluricultural, dnde la equidad y la justicia, cmo hacer realidad lo democrtico, participativo y protagnico, cundo la justicia social y la igualdad sin discriminacin ni subordinacin alguna; todos principios fundamentales consagrados en el prembulo constitucional. No es una gran contradiccin con esos valores y principios la ausencia de los afrodescendientes en el texto constitucional?

irrenunciable del pueblo venezolano y un derecho fundamental que el Estado fomentar y garantizar, procurando las condiciones, instrumentos legales, medios y presupuestos necesarios () El Estado garantizar la proteccin y preservacin, enriquecimiento, conservacin y restauracin del patrimonio cultural, tangible e intangible, y la memoria histrica de la Nacin. Los bienes que constituyen el patrimonio cultural de la Nacin son inalienables, imprescriptibles e inembargables. El 101 que obliga a los medios de comunicacin a coadyuvar a la difusin de los valores de la tradicin popular y la obra de los artistas, escritores. Porque al no estar reconocidos no puede existir una comisin para asuntos afrodescendientes, lo cual impide legislar en esa materia en la Asamblea Nacional, para atender la especificidad de sus problemas se cre la Subcomisin para Asuntos Afro en la Comisin para Asuntos Indgenas, donde se redact una propuesta de Ley Orgnica contra la Discriminacin Racial. Este ao 2011, declarado por la Asamblea General Internacional de la ONU como el Ao de la Afrodescendencia, confiamos en que ya no diremos los afrodescendientes y la Constitucin sino los afrodescendientes en la Constitucin de la Repblica Bolivariana de Venezuela. Mientras, sigamos cimarroneando.

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En nuestra sptima edicin deseamos ofrecerle a los lectores de Venezuela Plural una serie de once textos que exponen, desde una mirada ntima y amena, los valiosos aportes histricos, sociales y culturales que heredamos del mgico universo africano. El legado de los diversos grupos tnicos trados a esta tierra de gracia como esclavizados, hoy da conforma un patrimonio incuestionable y sumamente rico, convirtiendo al territorio venezolano en una nacin bendecida, nutrida de procesos histricos complejos, saberes ancestrales fascinantes, diversos lenguajes, mltiples maneras de asumir y entender la sacralidad, con costumbres transmitidas degeneracin engeneracin arraigadas profundamente enelsentir colectivo, una esttica vibrante y una espiritualidad, una manera especial de observar y comprender el mundo; elementos todos que constituyen una identidad venezolana multidimensional describindonos claramente como un pueblo afrodescendiente y amerindio

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DE BARLOVENTO A CARACAStestimonio sobre el proceso de autorreconocimientoSaberse negra, sentirse negra, pensar y actuar como negra, no es nada fcil, sobre todo si se pertenece a una sociedad donde el racismo y la discriminacin son el Elegua que acompaa a un negro, ms si es para cerrar que para abrir los caminos. Por favor contine leyendoas somos

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Psicloga escolar / productora cultural / investigadora social

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Conjunto de aguinaldo Los Juveniles de Marn. Bodega La Juventud, 1a. Calle de Marn, Caracas, finales de los aos 60

sta es una valiosa oportunidad para contar cmo fue el recorrido atravesado para definir una identidad a partir de un cmulo de variados mensajes sociales que en cualquier comunidad caraquea fluyen en su cotidianidad. Se trata de considerar la forma cmo tales mensajes moldean la conducta y el pensamiento de la gente a travs de mecanismos, unas veces inconscientes pero muchas otras conscientes, cuyos resultados pueden dividirse en dos vertientes determinantes: el endorracismo o el autorreconocimiento como persona negra. Haber nacido en la regin de Barlovento, estado Miranda, de unos padres con todo su asentamiento familiar en esa regin, quienes en su juventud, por aquello de mejorar sus condiciones econmicas, escogieron como lugar de vida a esa populosa zona de Caracas llamada San Agustn, es el hecho que marca el comienzo de este relato. Durante los primeros aos de vida todo, en apariencia, se desarrolla de una manera normal. Durante la infancia: jugar, ir a la escuela unitaria a aprender las primeras letras, recoger mariposas y en diciembre esperar al Nio Jess. Avanzada en el crecimiento la cosa se tornaba ms exigente: ya tocaba hacer los mandados, buscar agua en la pila ms cercana y hasta ir de madrugada al molino con la lata de maz sancochado que deba molerse para preparar las hallacas todas las navidades. Evolucionar hacia la adultez signific comenzar a notar diferencias. Poseer un color de piel distinto a las muchachas del barrio o al de las compaeras de escuela era ms sutil que las diferencias que se establecan en el tipo de cabello. Ellas, con piel blanca y cabello liso, tendan a practicar un enrollado en el pelo muy usado para ese entonces llamado rollete, cuyo resultado era un acondicionamiento ms lacio. Imposible tratar de imitar esta forma en un tipo de cabello rebeldemente amasijado, que algunos en forma natural llamaban chicharrn, y en forma ms descriptiva pelo malo. Agradecer la labor de la abuela cuando tocaba pasar las vacaciones en Barlovento era el mayor signo de esperanza, ella destinaba parte de su tiempo para armarse de una

paciencia que le permitiera escarmenar o desenredar el cabello suavizndolo con un producto de fabricacin endgena muy popular en la regin, tal era el aceite de corozo o en su defecto de coco. Culminando el proceso era norma para ella tejer la cantidad de crinejas o luangos que su creatividad le inspirara. Ser aceptada en el medio donde creca significaba sentirse igual a las muchachas blancas del barrio. Saber que estaba a la venta en el mercado un peine de hierro que se calentaba para alisar el cabello y, adems, una crema que no por ser de fuerte olor y abrasiva para el cuero cabelludo no dejara de satisfacer esas necesidades estticas fue descubrir una va hacia la inclusin, independientemente de las caractersticas fenotpicas que tambin inquietaban. Como es obvio, todo esto muestra parte de una respuesta social donde no existe ninguna forma de identidad o conocimiento de origen tnico, aun cuando la presencia de gente negra en la parroquia era predominante, la abstraccin histrica era nula. Racionalizar que lo negro era una voz, una cadencia, un atuendo, una forma de pensar, una actitud ante la vida y ante los prejuicios del otro, pero adems la sensacin interior de algo que se goza y se disfruta no haba sido visibilizado. Mientras tanto, la vida en la comunidad era tpica en su transcurrir: la lucha diaria por la sobrevivencia, el intercambio con los vecinos y el disfrute colectivo a partir de manifestaciones espontneas. Encontrar los referentes histricos para desechar unas formas y aceptar otras no apareca como algo palpable. En la familia, el tema de ser negro no era objeto de conversacin. La escuela, como fuente alterna, presentaba y reforzaba elementos ilustrativos en los textos con la figura de una mujer negra con un bulto en la cabeza o un hombre negro encadenado. En la televisin la gente negra no desempeaba papeles protagnicos, ni sala en comerciales, ni era duea de las mansiones que aparecan en las novelas. Valorar la difusin comunicacional de los fenmenos sociales desarrollados en Venezuela durante la dcada de los setenta, en la que se comenz a dar a conocer el liderazgo y la lucha encaminada por una mujer norteamericana

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En la familia, el tema de ser negro no era objeto de conversacin. La escuela, como fuente alterna, presentaba y reforzaba elementos ilustrativos en los textos con la figura de una mujer negra con un bulto en la cabeza o un hombre negro encadenado. En la televisin la gente negra no desempeaba papeles protagnicos, ni sala en comerciales, ni era duea de las mansiones que aparecan en las novelas.

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CARACAS

en San Agustn, especficamente en el barrio Marn, surgi, en el ao 1977, el Grupo Madera, un proyecto que incorpor en su seno a todo aquel que se autorreconoca en la voz de su conciencia, en su ideologa y en su forma de entenderse en la sociedad. Se trataba de un intento por conjugar la amalgama de cosas que mova a sus habitantes en una vorgine urbana envuelta en una maraa de acontecimientos por un lado sociales, acentuadamente polticos por otro, pero con una actividad cultural efervescente.llamada ngela Davis, caracterizada por un llamativo y voluminoso peinado llamado afro, tuvo dos efectos: uno fue la captacin del mensaje y el otro la reproduccin del modelo esttico. Para ella usar el pelo afro constitua un acto de rebelda ante la situacin de minusvala impuesta por la sociedad y a travs del cual manifestaba: soy negra y qu. Paralelamente marchaba tambin la existencia de un movimiento de gran arraigo entre los negros norteamericanos llamado Poder Negro o Black Power. A esto se suman quienes durante los aos 60 libraron luchas por los derechos civiles de los negros norteamericanos: Martin Luther King y Malcolm X. Hubo igualmente lecturas que se hicieron obligatorias como, por ejemplo, The Black Panters; Los condenados de la tierra; Piel negra, mscara blanca o Escucha blanco. Todos esto fue constituyendo las referencias para acceder a un conocimiento de la gente negra como sujeto de importancia histrica. El detalle principal es que todos esos mensajes podan ser percibidos ms all del color de piel, lo que importa es lo que est y se construye en la mente, aunque la piel sea blanca. A finales de los aos 60 y principios de los 70, en Venezuela se inician procesos de marcada influencia en la juventud, surge el Poder Negro como movimiento social. Por un lado el twist impone una moda de bailar; por su parte, Miriam Makeba contagia al mundo con su Pata Pata, el rock y el pop como cultura importada compiten en igualdad de condiciones con la salsa, gnero en ciernes que comienza a cobrar pertinencia en el medio como excusa para el encuentro, el disfrute y la conformacin orquestal. La moda yey-gogo, los pantalones santrope, tubitos y acampanados, el pelo afro como moda, los zapatos machotes, las minifaldas, los trajes de bao bikini, las fiestas psicodlicas, todo era manejado como valor en el sentido de pertenencia. En la parroquia San Agustn, orientales, barloventeos, portugueses, trinitarios, italianos y espaoles marcaban procedencias, usos y costumbres que se entremezclaban para originar en el barrio un marco de convivencia armnica y sin conflictos. Cultores de la Cruz de Mayo, de San Juan Bautista o del joropo tuyero cumplan con ofrecer a la comunidad sus celebraciones. El sonido de la msica latina amplificado para la gente del barrio, la fiesta callejera, los encuentros en el cine Alameda constituan toda esa maraa de cosas cotidianas. Fue de ese natural conglomerado existente en San Agustn, especficamente en el barrio Marn, de donde surgi en el ao 1977, el Grupo Madera, un proyecto que incorpor en su seno a todo aquel que se autorreconoca en la voz de su conciencia, en su ideologa y en su forma de entenderse en la sociedad. Se trataba de un intento por conjugar la amalgama de cosas que mova a sus habitantes en una vorgine urbana envuelta en una maraa

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Grupo Madera original en el barrio Marn, Caracas, 1978. Foto: R A L

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Nelly Ramos, fundadora del grupo Madera original. Caracas, 1978. Foto: J U A N J O S G O N Z L E Z

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de acontecimientos por un lado sociales, acentuadamente polticos por otro, pero con una actividad cultural efervescente. El Grupo Madera se decide, se compromete y asume las riendas para construir con todo eso una propuesta. Valoriza la procedencia geogrfica de la gente, hace resaltar sus modos y expresiones idiosincrticas. El tambor y sus variantes: culo e puya, tamboritas de fula, tumbadora, bong, tambora de gaita, acompaaban los cantos y daban vida a composiciones que salan del alma, pero tambin eco de ritmos cadenciosos para bailar un tambor barloventeo, una rumba cubana, una bomba, una plena o una cumbia. Como bien lo dijo Alejandrina Ramos, No se trataba del baile por el baile ni de la msica por s misma. Todo deba ser traducido en un mensaje de solidaridad que interpretara el sentimiento colectivo para hacerlo llegar al corazn de la gente. Revolucionarios de conciencia, apegados al color de la transparencia y negros, fueron el estigma que los convertira en un foco perturbador en una sociedad que no admita otro mensaje que no fuera el de la dependencia. Se acallaron sus voces a tres aos de su surgimiento. La complicidad y la indiferencia se aliaron para ignorar su tragedia, nadie vio nada, nadie supo nada, la impunidad fue la nica respuesta. El Grupo Madera fue el vehculo para transmitir, construir un pensamiento y, sobre todo, para tomar el camino hacia una identidad que, como cualquier otra, comenz desprotegida. Importante es tener en cuenta que ello no es un producto acabado. Autorreconocerse facilita el desenvolvimiento y la posicin ante la vida, sin embargo, son apropiadas las afirmaciones de Bartomeu Meli al expresar que ...la identidad no es slo la bsqueda de las raices () hay una identidad en movimiento en la cual nadie pierde su rostro () est siempre en trnsito en un continuo hacerse y deshacerse, en una construccin y descontruccin incesante. Insatisfechos de nosotros mismos, de lo que somos y de lo que nos espera estamos en trnsito hacia otra cosa. La condicin de los seres humanos y sus sociedades sera la del ya no somos y todava no somos () Slo se llega a la identidad mediante la diferencia con los otros, slo hay identidad con la alteridad. Es esta relacin la que imprime movimiento y crea historia () Yo y el pueblo del que soy parte slo existimos cuando somos capaces de encontrarnos con otros, de hablarles, de invocarles y de renunciar a someterlos a nuestro poder.

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Alfredo Sanoja y Jess Quintero, integrantes del Grupo Madera original.Foto: M A N U E L R E I N A L E A L

Eva Francia Martnez, integrante del Grupo Madera original.Foto: M A N U E L R E I N A L E A L

Para seguir leyendoMELI, BARTOLOM. Identidad paraguaya en movimiento, disponible en http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S07165811200100 1300022&script=sci_arxt

DIJO BIEN!L u i s L a y aPeriodista / I La riqueza cultural que la humanidad cultiva est bien distribuida y nada hay que rescatar slo debemos cuidar en su entorno la presencia los aportes a la ciencia que han dado al mundo entero por eso digo primero viva la afrodescendencia. II Escuchar un culo e puya en la noche de San Juan sangueos vienen y van con meloda que arrulla mondongo, cafunga y bulla palabras que estn presentes y unen al continente ms all de su color y digo con gran honor viva el afrodescendiente. III Con aj, Benito aj con tambora y tamborito con onoto y con sofrito con caja y con guarare con rumba, tambor caf el sol sale sonriente en todo mi continente de Mxico hasta Argentina en Amrica Latina somos afrodescendientes. IV No es por el color de piel tampoco el pelo pegao y menos alborotado que difieren en tropel es simple razon de ser de sentirse tan presentes dioses onmnipotentes seres retardatarios si no eres originario eres afrodescendiente.Decimista: Wilfredo Mendoza

LA DEVOCIN PORIndependientemente de lo tcnico, y como ya ha apuntado Luis Felipe Ramn y Rivera, en el pas lo que se conoce como dcima ...puede coincidir o no con un texto de dcima espinela () hay casos en que el texto no es una dcima sino un romance, una octava o hasta una composicin potica libre que nada tiene que ver con el nombre de la especie. Al respecto Efran Subero, en su libro La dcima popular en Venezuela (1977), brinda un estudio muy completo de la expresin como estrofa potica, el cual conserva buena parte de su vigencia. Por tener bordes tan expansivos, en la dcima venezolana, como relata Nora, particularmente lo que aflora como rasgo es la idiosincracia. Un algo muy nuestro

EL TEXTO Y LA MEMORIAFotografas: MNICA PISCITELLI

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Dice Charles Nora, uno de los patrimoniosvivientes que tenemos en el centro del pas, que si algo ya se evidencia en la dcima confeccionada por afrodescendientes es su musicalidad. El ambiente te dice lo que debe ser la dcima () por ejemplo, en Margarita comenta el docente y cultor Wilfredo Mendoza los pescadores siguen hablando de la pesca, aun cuando lo que ocupe la visual entre ellos y el mar sea una mole de concreto, un centro comercial.

Celebracin XXI del velorio de Cruz de Mayo. Terrazas de Caricuao, UD2, Caracas, 2011

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DEVOCIN POR EL TEXTO Y LA MEMORIA

EN LA CIUDAD CAPITAL LA DCIMA HA SIDO EN SUS VARIANTES, TANTOPROFANAS COMO DEVOTAS, UNA TRADICIN MAYORMENTE TRADA DESDE

BARLOVENTO POR LOS POBLADORES AFRO ASENTADOS EN LOS BARRIOSPOPULARES, DESDE LOS TIEMPOS INICIALES DE LOS XODOS CAMPESINOS DEL SIGLO

XX, CUANDO DEL ESTADO MIRANDA SE LA TRAJERON EN SUS MALETAS

JUNTO CON LA SAZN DULZONA Y LA EXUBERANTE FORMA DE SER.

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ya que los cubanos, por ejemplo, suelen ser muy cuadrados en cuanto a la rima, lo cual les dificulta entender cuando se le presentan casos poco rigurosos. Al ser una manifestacin asociada fuertemente con el legado afroindgena, ms all de que desembarcara en Tierra Firme desde los galeones hispanos, sus caractersticas estn signadas por lo raigal. En el estado Zulia, ms all de lo florido, es grito rabioso, la denuncia de los A ante el despojo secular; en Barlovento representa la alegra y el cacao, la picarda amorosa conduce todo; en Falcn se tiende mucho a exagerar los hechos y en Altagracia de Orituco se le canta al sitio, al terruo, incluso a la luminosidad del aire. Con la dcima sucede algo nico. En todo el pas el trmino se recoge ms que nada para denotar una forma musical cuya parte literaria se escribe en forma de dcima, ya sea espinela o con otras estructuras versadas como, por ejemplo, la que establece para la dcima oriental, Fernndez de Heredia. Y de acuerdo con su forma recibe la denominacin de dcima encadenada, enlazada, de leccin o eleccin, dcima en poesa, glosa, rimada o trovo, dcima plana, argumento o aletrillada simple o doble, dcima en triloga y dcima libre o suelto. E incluso se usa el vocablo para identificar formas musicales que no tienen nada que ver con el texto en verso as conocido, como sucede con la dcima serrana y otras. En la ciudad capital la dcima ha sido en sus variantes, tanto profanas como devotas, una tradicin mayormente trada desde Barlovento por los pobladores afro asentados en los barrios populares, desde los tiempos iniciales de los xodos campesinos del siglo XX, cuando del estado Miranda se la trajeron en sus maletas junto con la sazn dulzona y la exuberante forma de ser. Pero, por estar muy vinculada con la manifestacin de la Cruz de Mayo, la dcima permaneci incrustada en el alma de los velorios. Sin embargo, como advierte Ramn y Rivera, y ya se puede observar en lo cotidiano, ...la dcima se entona en cualquier reunin familiar, o tambin de amigos, fuera del hogar () Ha sido siempre motivo de gran atraccin popular no slo

escuchar a un buen cantor o decidor de dcimas en cualquier parte incluso en un bar sino todava algo ms excitante, como presenciar la justa competitiva entre dos decimistas. El cantar en competencia entre dos hombres o mujeres es costumbre generalizada que permiti el lucimiento de la memoria, la inteligencia y, especialmente, la facultad de improvisar que poseen algunos cultores populares. Sin embargo, entre no pocos decimistas centrales de la actualidad, la capacidad de improvisacin es ms bien una afrenta a la norma, la cual obliga al respeto y al apego por memorizar las composiciones, sobre todo las propias. Lo que sostenemos incluye por supuesto el uso de la dcima para referirse a lo humano como si de una crnica de la vida se tratara en oriente, Zulia y otras regiones. Ella puede ser amatoria, festiva, irnica, poltica, satrica o sentenciosa. Los personajes notables de la historia venezolana, como los prceres de la Independencia, figuran a menudo en las dcimas, y hasta asuntos de la mitologa griega pueden hallarse entre las nociones manejadas por los cultores, como anot Jos Clemente Laya sobre una dcima 160, en la cual observamos, ha quedado flotando a retazos en la mente del cantor () el episodio de Ulises con el cclope en la cueva del Etna. Para los afrodescendientes transplantados de los verdes conucos a la Caracas del sancocho, la invitacin por escrito y la etlica seora que reza, aunque los velorios han sido el huerto de la dcima, sta se ha ido expandiendo hacia el mimetismo con su esencia nacional, constituyndose en el modo artstico por excelencia de decir bien cada tema que conmueve la fibra. Aqu los velorios de la Cruz de Mayo siempre se hicieron, al decir de los cultores viejos, de puertas para adentro, y por ello para algunas personas, incluyendo decimistas, era difcil creer que en Caracas se obsequiaran tales ofrendas a la fecundidad de la Madre Tierra. Era un asunto casi hermtico, la comunidad en pleno se abra pero slo hasta cierto punto, sin la euforia devota del iniciado. Es hacia 1983, con el concurso de grupos musicales de proyeccin, estudiosos del tema y cultores preocupados por dinamizar el legado, que empieza en Caracas desde focos como

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la urbanizacin Alberto Ravell en Coche y otros a generalizarse la costumbre de hacer velorios en distintos lugares y acudir a ellos durante todo el mes de mayo, en suerte de ronda, con sus responsables al mando del ritual garantizando el rigor de las pautas que formalizan el sentir popular. En una ocasin Wilfredo Mendoza nos relat cmo, en una oportunidad, se dio un suceso de disparos con su consecuente herido y un decimista inoportuno quiso quedar bien con una glosa a la carta, coloreando de tremendismo el hecho fatal. De inmediato varios cultores, con indignacin y desconcierto abandonaron el jolgorio que sigui. Ese velorio, al decir de los iniciados, debi haber sido reencaminado con sabidura y autoridad por su organizador, quien slo debi permitir que se dijeran versos acordes y en honor a la Santa Cruz. En la dcima de Caracas, ms all de los antecedentes hallados en el humorismo en verso de los peridicos de los Nazoa, La Zaparapanda y El Gallo Peln, o de Graterolacho, el ltimo glosero, ha quedado plasmada la impronta del decimista mirandino. Nicolasa Gmez, residente de Petare desde muy jovencita, recientemente fallecida y llorada por todos los rincones, o el nativo de Soapire, Julio Ramrez establecieron, por un lado lo vivencial y, por otra parte, una forma de dcima preciosista, ms estructurada, que por supuesto no excluy lo anecdtico, es decir, la realidad como origen de la inspiracin. El estilo de Ramrez qued patentado en el libro Por el sendero de ayer, donde figuran sus joyas ms acabadas. Y seran necesarios dos o tres tomos ms, pues este cultor memorioso lleg a componer unas dos mil dcimas, aunque slo se saba al pelo unas setecientas. Pero al decir de muchos cultores, Caracas tiene tambin su pertenencia y sentido. La gente de Guatire y de poblaciones de decimistas como Mendoza se negaban a creer que en la capital se dijeran dcimas o se celebraran velorios de la Cruz, pero cultores como Juan Echenique, Jos Morao, Plcido Huizi y, ms recientemente, Arnoldo

Decimista y cantador de fula. Caracas, 2011

Barroso, Jos Granado, Neguel Machado y Soraya Padrn se han venido encargando de demostrar lo contrario. La dcima ha salido del mbito exclusivo del velorio de la Cruz, aunque a ste se sigue debiendo en gran parte. De alguna manera ha conquistado un espacio que antes era terreno slo de la fula y ya ni siquiera permanece circunscrito a l de manera excluyente. De aquellos contados velorios en La Pastora y San Agustn, o la Cortada de Catia, hoy Gramovn, la dcima ha venido cubriendo como una cobija toda el rea metropolitana, desde Petare hasta El Junquito, llegando a Caricuao y, por supuesto, El Valle y toda la zona suroeste, gozando hoy de un auge sobresaliente en los barrios de la parroquia Sucre. En la actualidad prevalece entre los decimistas el compartir espontneo. Los mbitos cerrados como las casas Gurico o Monagas han pasado a la historia, aunque existen hoy ms que nunca las muestras culturales donde se proyectan las manifestaciones con un carcter acadmico, por medio de talleres y exhibiciones. Sin embargo, lo que hace la diferencia hoy da, la nueva circunstancia, es el elemento de unin, un sentimiento de cohesin entre los habitantes de las comunidades en torno a la dcima y a los propios velorios de la Cruz. Una circunstancia que crece a partir de los aos 80 y que llega incluso a pacificar los sectores ms candela mientras dura el velorio, la Cruz est engalanada y los decimistas se hallan prendidos en su trance, asistidos por el duende de la memoria.

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ES HACIA 1983, CON EL CONCURSO DE GRUPOS MUSICALES DE PROYECCIN,ESTUDIOSOS DEL TEMA Y CULTORES PREOCUPADOS POR DINAMIZAR EL LEGADO, QUE EMPIEZA EN

CARACAS () A GENERALIZARSE LA COSTUMBRE DE

HACER VELORIOS EN DISTINTOS LUGARES Y ACUDIR A ELLOS DURANTE TODO EL MES DE MAYO, EN SUERTE DE RONDA, CON SUS RESPONSABLES AL MANDO DEL RITUAL GARANTIZANDO EL RIGOR DE LAS PAUTAS QUE FORMALIZAN EL SENTIR POPULAR.

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recreando el mundodesde

LA SABANA

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La Sabana, tierra valerosa y afrodescendiente, cuna de creadores y creadoras, deportistas, hacedores y hacedoras de sueos y libertad, orgullosos y consecuentes con su acervo cultural y herencia de ancestros y ancestras libres, quienes desde el mar y el conuco construyeron y construyen comunidad en este rincn a orillas de los azules del Caribe venezolano, donde se escucha la guarura, el tambor, se come sabroso y se respira solidaridadA l e x i s F e l i p i t o L a y a Cultor M a i l y n g B e r m d e z Antroploga

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Vista desde el mirador de La Sabana, parroquia Caruao, estado Vargas. Foto: A L E X I S

FELIPITO LAYA

De Alexis Jos a Felipito el sabanero

El pueblo de La Sabana rinde honores a San Juan Bautista cada 24 de junio. Otilia Bolvar y Felipito Laya. Foto: A L E X I S F E L I P I T O L A Y A

Coordenadas geohistricas de La Sabana

As es mi puebloCoro As es mi pueblo, as es mi pueblo, as es mi pueblo, se llama La Sabana, ay Dios! Estrofa I Se llama La Sabana se llama de verdad y todos los aos yo la quiero ms. Estrofa II La Sabana es pueblo de alegra antes se llam Soledad de Mara. Estrofa III De La Concepcin hasta playa Juana qu bello lugar tiene La Sabana. Estrofa IV Si vas al mirador voltea hacia los lados y veras a Chuspa y al pueblo de Caruao.

Gastronoma sabanera

Autor: Felipito Laya

En la preparacin de alimentos los seres humanos combinamos colores y sabores del lugar al que pertenecemos, razn por la cual creamos vnculos con nuestro entorno y por ello se van construyendo lazos identitarios. Felipito, a travs de sus recuerdos y vivencias nos comenta sobre las particularidades de la comida de su cuna natal sabanera: La comida de La Sabana es muy sabrosa. Se cocina de todo un poquito. Como afrodescendientes nos

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La Sabana es un pueblo afrodescendiente de la costa central de Venezuela que junto con Caruao, Todasana, Osma, Oritapo y Chuspa integran la parroquia Caruao, situada en el extremo oriental del estado Vargas. Para Alexis Felipito Laya, La Sabana es el mejor pueblo del mundo, de hecho aqu puede llover todo lo que sea y el pueblo est paradito ah, los que pusieron la mirada en La Sabana hicieron una bendicin. Se dice que en La Sabana tambin haba indgenas. Nuestra comunidad nace como un pueblo de negros libres que huyeron y agarraron hacia ac y Curiepe. Felipito, a travs de sus versos, nos envuelve en esta cancin, letra y msica de su autora, sobre su pueblo natal:

Alexis Jos Felipe Laya, llamado en La Sabana, Felipito, se describe as: Yo nac en La Guaira, capital del estado Vargas, un 7 de marzo de 1962. Mis padres fueron Mercedes Leticia Blanco y Felipe Laya. Mi mam estaba en un desorden de carnaval, tratando de baar a una persona, se cay con su barrign y fuimos a parar al piso los dos, de all a una lancha que nos traslad al Seguro Social de La Guaira donde le hicieron cesrea, y all nac yo por eso ser que soy tan bochinchero Estuvimos un mes en casa de mi ta Altagracia y luego regres en los brazos de mi madre para quedarme en La Sabana, mi pueblo, y sabanero me qued Desde siempre me han dicho Felipito por mi pap. Mis hermanos son menores que yo, Tibisay, Felipe Jos y Vctor Vivamos en la calle del Medio, frente a la plaza Bolvar.La Sabana y su gente vista a travs de los ojos de Felipitoas somos

Cultor y soador, Felipito describe a la gente de La Sabana como muy servicial, al que va a La Sabana se le trata bien, hay gente que dice que en La Sabana recogemos a todo el mundo, no importa que sea un recogelatas, somos hospitalarios, los nios son vivaces, les gusta imitar las tradiciones. Las muchachas de La Sabana son muy alegres, bonchonas, les gusta estudiar, tambin son serviciales. El sabanero[a] es una persona inteligente, humilde, trabajadora, honesta, deportista, servicial, con cultura. La gente de La Sabana es muy enamorada, enamoramos compartiendo, bailando, tratando a las mujeres bien, cantndoles. Teniendo como motivo el amor y en homenaje a su pueblo y a las bellezas de las mujeres de La Sabana, Felipito compuso la letra y msica de una cancin titulada La Negra. Por su parte los jvenes, nios y nias tambin se distinguen porque viven felices, el sabanero se dedica a la pesca, trabaja en la jefatura, en la escuela, en el liceo, se vive con mucha armona, a veces hay celo como en todo pueblo, pero estamos unidos.

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RECREANDO

EL MUNDO DESDE

LA SABANA

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identifica la comida tradicional: pltanos, topochos, arroz, pescado, cochino criado de pueblo, la gallina picatierra, el huevo criollo. Lo tradicional se mantiene: la dulcera, el coco, el agua de coco, el fresco de cadillo de perro, la limonada con papeln. El sabanero disfruta la comida de su pueblo: el carite, el pargo, el ojn que es un pescadito tradicional de aqu. Mi bisabuela se llamaba Josefa Laya, ella fue otra cultora ms. En la parte de dulces era una especialista, hacia mazamorra de maz en concha, el carato (que le decan chicha con arroz), jalea de mango (la cruda y la cocida), cortados, tizanas, la mestiza (que en Barlovento la llaman cafunga) que se prepara con cambur maduro y clavos, la barriga de vieja que se elabora con yuca y papeln, los besitos de coco con papeln y clavos, el dulce de lechosa, el majarete que hay gente que lo hace con harina de maz precocida (de la que venden en la bodega), la ta ma y yo lo hacemos de maz pilado, lleva coco, canela, clavos, la hoja jojota de la naranja cajera y la concha de limn. La naturaleza, aparte de alimentos tambin le suministra al sabanero y la sabanera una despensa natural de elementos a travs de los cuales aliviar los malestares y las dolencias: el cadillo de perro, la malva, el mango, el mamn, la lombricera, el cacato, la boquera, la mora. El cacato y el cadillo de perro sirven para desinflamar el hgado, la boquera para la tensin y la mora para la diabetes. ltimamente trajeron de Barquisimeto el nin que es amargo y sirve para la diabetes. La cebolla se usa para las lombrices. El ajo, la bretnica, el malojillo y la yerbaluisa para la gripe. El malojillo y la hoja de la guanbana para dormir y relajarse. La guanbana jojota para la tensin. Son muchas las plantas medicinales, la fruta de montaa, la pira para el cerebro, la pira blanca para hacer tortilla, el clavo de pozo para la escabiosis, la sarna y la espadilla.

Mientras concluye la misa los tambores se prensan con el sol. La Sabana, estado Vargas, 2010. Foto: R A F A E L S A L C E D O

La NegraEstrofa I Qu negra tan linda la que estoy mirando qu negra tan linda la que estoy mirando parece un clavel cuando est floreando parece un clavel cuando est floreando. Negra que yo a ti te quiero negra que yo a ti te adoro negra que yo a ti te quiero negra que yo a ti te adoro. Estrofa II Negra y eres mi estrellita negra y eres mi lucero bonita y sincera me la mand Dios mientras ms la beso ms la quiero yo. Estrofa III Negra color de esperanza ay negra, ay la quiero yo negra no la cambiar, ay negra como ella no hay dos son las de mi pueblo, lindas y elegantes son las de mi pueblo, lindas y elegantes son las sabaneras y no hay quin me aguante. Estrofa IV Negra, negrita, negrita, negrita negra, negrita, negrita, negrita negra que yo a ti te quiero negra, negrita, negrita, negrita negra y eres mi estrellita negra que cay del cielo.

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Cada 8 de septiembre, Da de la Virgen del Valle, los feligreses rezan rosarios. La Sabana, estado Vargas. Foto: A L E X I S F E L I P I T O L A Y A

Autor: Felipito Laya

Festividades de La Sabana

En cuanto a los ciclos festivos y las tradiciones de La Sabana, Felipito inicia su relato con el carnaval, a propsito del cual explica que tenemos una tradicin que se ha perdido un poco, la de los colos, los disfraces de macoya que eran la hoja de pltano de topocho, la gente se disfrazaba de eso con unos mandadores y el que deca el nombre lo pelaban. Todas las calles hacen su reina, la gente saca su samba, las viejas se disfrazan. El mircoles de ceniza se juega la sardina, pero ya no es como antes, porque la juventud inventa demasiado. >>En La Sabana, despus de carnaval, vienen las fiestas patronales de San Jos. El sabanero por su santo llena la iglesia porque le tiene mucha fe a San Jos, es su santo patrn; de hecho, durante la tragedia de Vargas no muri ningn sabanero en La Guaira, porque San Jos meti su mano por su gente, por su pueblo. >>En la Semana Santa la gente es muy creyente, va a la iglesia, la misa, la procesin, al encuentro del Nazareno que es muy bonito y se ha hecho muy famoso, a la procesin del santo sepulcro, la bendicin del mar, la quema de Judas, a escuchar el testamento de Judas,

tengo el testamento tambin, por lo menos yo soy el pap de Judas. >>En mayo se dan los velorios de la Cruz, a la gente y a los nios les gusta. Tengo un grupo y los nios estn participando, ya cantan, eso era lo que queramos, que los nios se fueran por ese lado. En San Juan, la gente se aboca al tambor y van a la misa. Despus viene la Virgen del Carmen que tiene muchos devotos, y luego los juegos de la liga deportiva vacacional que tiene ms de treinta aos, se hacen competencias de bsquetbol, atletismo, beisbol, etc., vienen todos los pueblos vecinos a jugar: desde Caracas a La Guaira. Tambin est la fiesta de la Virgen del Valle que cuenta con la sociedad ms vieja, aunque San Jos es el patrn. A la Virgen del Valle se le saca por el mar hacia Chuspa, Caruao y Guayabal y es una fiesta muy popular. Ahora estamos rescatando los velorios del Nio Jess de Curiepe en La Sabana. De acuerdo con el acervo histrico trasmitido de padres a hijos(as) a travs de la tradicin oral, el Nio Jess de Curiepe es de La Sabana y lo fueron a vender en Curiepe y por eso hay esa hermandad entre los pueblos, Curiepe ha sido como un pueblo hermano de La Sabana.

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Ro El Panecillo, La Sabana, estado Vargas, 2010. Foto: R A F A E L

SALCEDO

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EL AUTORRECONOCIMIENTO

AFROEN

El reconocimiento conlleva a una aspiracin libertaria que abarca mltiples significados: lo religioso, lo cultural, la faena diaria y la relacin con el medio ambiente, entre otros aspectos ineludibles de lo vital, son asumidos por los pobladores de Chuao; pueblo ubicado en la costa aragea, para reunir las voces de una tradicin ancestral renovadas en el ejercicio de la afirmacin de la afrodescendencia y la ferviente vocacin comunitariaas somos

CHUAO

G e r r i C h v e z Cultor / investigador Red Afroaragea C h e y l a M a s n Mdica / docente-investigadora UC, Red Afroaragea

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Cuando me nombran a Chuao el corazn me palpita el orgullo de ser chuaeo eso nadie me lo quita C ANTO DEL CACAO

La compleja historia que deriva del colonialismo, conquista e inmigracin constante en el continente logr construir dos grandes grupos tnicos: indgenas o pueblos originarios y afrodescendientes, quienes sufren grandes privaciones econmicas y sociales que se manifiestan en la falta de oportunidades. Por tanto, la dinmica sociopoltica impuls la construccin de una identidad nica homognea, segregando a estos grupos tnicos minoritarios. Se desarroll una poltica de aculturacin y prdida de identidad donde algunos de estos pobladores se sumergieron, pero aquellos que dieron valor a su ancestra, a su cosmovisin, quedaron excluidos del desarrollo econmico y social de la regin. Hablar de la afrodescendencia en el pueblo costero de Chuao es hablar de cacao, hablar de su gente, porque sta expresa con orgullo su gentilicio, la gente de Chuao hace

CHUAO SE PERFILA COMO EL MEJOR EJEMPLO DE PRESERVACIN DE LA CULTURA AFROVENEZOLANA. GRACIAS AL AISLAMIENTO Y LA TRADICIN ORAL, AS COMO A LA IMPORTANCIA HISTRICA Y ECONMICA DEL CACAO Y LA HACIENDA, LOS POBLADORES RECREAN DA A DA SUS PRCTICAS SOCIALES, ECONMICAS, RELIGIOSAS Y FESTIVAS COMO LO HACAN SUS ANTEPASADOS ESCLAVIZADOS.Secado del cacao. Chuao, estado Aragua, 2009. Foto: N U R YLREZ

a Chuao, es su esencia, su humildad, su sencillez, el amor que sienten por la naturaleza, por sus fraternos, por sus visitantes, por sus tradiciones, lo que hace a este pueblo nico y merecedor de asombro ante las miradas del mundo. El pueblo costero de Chuao, declarado patrimonio cultural y natural del estado Aragua y Venezuela, es conocido mundialmente por su cultura, permeada desde la poca colonial de aportes hechos por sus antepasados africanos, que permanece intacta en la forma de cultivar el cacao (considerado el mejor del mundo) y por manifestaciones mgico-religiosas, producto de la cosmovisin construida; hechos estos que lo hacen candidato a ser proclamado patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco. La africanidad se siente en el da a da del pueblo, replicando la forma en que los esclavizados cultivaban el cacao, iban a la pesca, interactuaban con la naturaleza, en la expresin de sus ritos, sus costumbres, su estilo de vida y sus creencias. Este pueblo ha sido privilegiado por la naturaleza, igualmente por el Estado que lo ha convertido en diana de proyectos endgenos y lo ha reconocido como ciudad patrimonial de Aragua. Axiolgicamente la vida en comunidad que caracteriza al pueblo de Chuao necesit aprehenderse de valores dentro de los cuales podemos citar el respeto por el conocimiento ancestral y por su historia; la solidaridad con sus fraternos, vecinos y turistas; la convivencia armnica; la responsabilidad en el rol social que a cada uno le toca ejercer; la cooperacin y la sencillez para afrontar la vida, su cotidianidad; la fe catlica que permea su hacienda, su pesca, sus manifestaciones culturales, sus devociones, sus promesas y sus ofrendas; la paz que les permite disfrutar del tiempo y la naturaleza; la independencia con una historia que acerca a cinco nios esclavizados de Chuao a Bolvar y su campaa independentista y la libertad que en Chuao se llama El Paraso y La Esperanza, cumbes fundadas por los cimarrones y cimarronas donde sembraban clandestinamente cacao y caf para vender y as poder comprar sus cuerpos y soar que algn da seran libres. Cuando se averigua sobre la afrodescendencia de los chuaeos, sobre cmo interpretan su afrovenezolanidad,Secado del cacao, 1980. Foto: I S I D R O

Cultura afrovenezolana

Chuao se perfila como el mejor ejemplo de preservacin de la cultura afrovenezolana. Gracias al aislamiento y la tradicin oral, as como a la importancia histrica y econmica del cacao y la hacienda, los pobladores recrean da a da sus prcticas sociales, econmicas, religiosas y festivas como lo hacan sus antepasados esclavizados. Suele verse con frecuencia, en un da cualquiera, a los nios del pueblo reproducir en sus juegos las manifestaciones culturales ms coloridas y concurridas del pueblo, como el sangueo de San Juan Bautista y los Diablos Danzantes del Santsimo Sacramento del Altar. Ver en la iglesia y el patio de secado de cacao, centro social del pueblo, a los noveles devotos que no llegan a diez aos practicar e imaginar haciendo smiles de lo que realizan los lderes comunitarios y religiosos del pueblo, mientras que los mayores van corrigiendo en ellos hasta convertirlos en expertos que reproducen los rituales ancestrales y as perpetuar su cultura y su historia: ese legado que nos dejaron los espaoles de una u otra forma violenta, nosotros lo adaptamos, lo amoldamos a nuestras costumbres, a nuestra identidad como tal. De las tradiciones la ms representativa para m es San Juan, la otra es el Santsimo Sacramento. Sobre la cultura afrovenezolana Jess Chucho Garca expresa lo siguiente: es aquel segmento de la diversidad cultural venezolana formada por las distintas expresiones musicales, culinarias, bailes, tcnicas de trabajo, arquitectura tradicional, conocimientos tecnolgicos, religiosos, valores

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NEZ. ARCHIVO CENTRO DE LA DIVERSIDAD CULTURAL

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se debe indagar en primer lugar su pertenencia a este grupo tnico. Se aprecian huellas que lo relacionan con lo mstico, lo religioso, lo cultural, la pesca, la agricultura, su estilo de vida, el reconocimiento de su ancestra. Su condicin de pueblo costero aislado desde lo topogrfico aunado a la influencia de sus tradiciones donde se evidencian las huellas ancestrales e histricas del paralelismo entre lo heredado y lo vivido, marcan el ritmo de vida en esta poblacin que se recoge en las expresiones de sus pobladores desde su gentilicio y rutinas histricas que se mantienen intactas en la actualidad.

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sociales, elementos lingsticos, trados por los esclavizados y esclavizadas durante la poca colonial venezolana. La creacin cultural expresada en la construccin de expresiones culturales al mezclarse voluntaria e involuntariamente con las culturas hispanorabes o aborgenes. As tenemos las fiestas religiosas afrocatlicas como San Juan, San Benito, San Pedro, Diablos Danzantes de Venezuela, donde se mezclaron cantos, bailes e instrumentos musicales de las culturas aborgenes, hispanorabes y africanas.Herencia ancestral

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Se perciben en la vida diaria de Chuao, rutinas propias de este pueblo, muchas de ellas en extincin en otros pueblos y comunidades. Rutinas heredadas de generacin en generacin que hacen percibir la sensacin de viajar en el tiempo y volver a prcticas ancestrales de cultivo, de pesca, de vida en comunidad: Bueno, de ellos aprendimos algunas cosas que hacemos, por ejemplo, ya se lo haban enseado a los antepasados de uno, y de all a los mayores de uno y entonces as. En Presencia africana en Venezuela, Jorge Guerrero afirma: La transferencia de conocimiento de frica a Amrica se materializa en las actividades productivas conocidas como haciendas, donde en el caso de Chuao, se debe a las tcnicas y conocimientos sobre la naturaleza de los cuales eran portadores los africanos.Creencia en el gentilicio

Promesero, 1984. Foto: V C T O R

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Chuao que es de ellos y de la patria grande. Gozoso, festivo, bregador, fraternal, gratuito. Este hecho se recoge en el sentir de la gente de Chuao: Chuao para m es parte de este corazn que tengo yo ac, Chuao es parte de mi vida. Bueno, ser chuaeo es grande, dichosos aquellos que nacimos en Chuao y que lo queremos y que no nos cansamos de conservar. Chuao es mi paraso. Chuao es lo mejor que Dios me ha podido dar, haber nacido en Chuao para m es un orgullo, me siento satisfecha y agradecida de haber nacido en este terruo, aqu nac y aqu estoy hasta que Dios quieraHistorias y vivencias

El orgullo de los chuaeos por su pueblo y por su historia se percibe da a da, la importancia desde aos ancestrales que ha tenido este pequeo pueblo por ser productor del mejor cacao del mundo, su historia de comunidad esclavizada, la belleza de la naturaleza, el apego a la familia, la amabilidad de su gente y su propia visin de la vida hacen de esta magia una realidad. Los chuaeos creen en su paraso terrenal, en su espiritualidad mstica y bajo estas premisas cran a sus hijos inculcndoles el respeto a la naturaleza, el orgullo por su historia y por su gente. As lo expresa Castillo citado por Carmen Alemn: a lo largo de la historia y ayudados por el relativo aislamiento, la gente de Chuao ha sabido mantener su modo de hacer, reproducir y significar la vida, su especificidad cultural afrovenezolana, en dilogo vigilante y por momentos conflictivos, ad intra y ad extra, con respecto a las formas culturales invasivas de la modernidad criolla. Hay un modo de vivir y de ser en

El aislamiento geogrfico, las condiciones ambientales y las tradiciones en Chuao estructuran da a da el convivir y el devenir del tiempo en armona. La solidaridad, la fraternidad, la alegra, la paciencia, el trabajo duro y en equipo son parte de las actividades que conforman un estilo de vida necesario para llevar las vicisitudes propias del aislamiento, el clima, la ruralidad y su condicin de pueblo pequeo. Es comn encontrarse en Chuao manifestaciones de estilos de vida tan particulares que nos crean asombro en pleno siglo XXI. La existencia de comadronas en la comunidad, los yerbateros y rezanderos que plasman su conocimiento ancestral de botnica y oraciones en las dolencias de los habitantes.

Foto: S U S A N A A R W A S / E D G A R M O R E N O

GASTRONOMA CHUAEA El pueblo de Chuao es tierra privilegiada por sus condiciones climticas y la riqueza de sus suelos y mar. El cacao da sentido a esta poblacin, el cual se ofrece a los pobladores, visitantes y turistas, en las fiestas tradicionales se preparan inmensas ollas de chocolate que se reparten gratuitamente a todo el que lo desee. Igualmente la cercana al mar y a la selva nublada ofrece una variedad de frutos y fauna que han sabido combinar con recetas de su ancestra africana y se ofrecen como delicias propias de la zona. Los sancochos de pescado y ame e palo, las albndigas de macabi (pescado espinoso que maceran y sacan la pulpa), pescados asados a lea, fungas hechas de cambur, coco y canela, envueltas en hojas de pltanos, son parte de la herencia culinaria. Los pobladores de Chuao lo expresan as: en Chuao no se ha perdido la costumbre de comer el pltano sancochao con el pescao asado, con el pescado seco y la cosa. todo se compenetra con el cacao, por lo menos en el velorio de la Cruz se reparte el chocolate con galletas, en la procesiones de la Semana Santa, en los velorios de San Juan, en el Velorio de la Cruz del Perdn todo tiene que ver con el cacao y al que venga se le hace el ponche de cacao tambin. En este sentido, Jorge Guerrero comenta: Es bueno sealar que los alimentos o comidas guardan estrecha relacin con frica Central que a su vez sufrieron reinterpretaciones por espacios geogrficos. El lungulungo con friquifriqui es una creacin afrodescendiente culinaria de esta zona que contiene pescado seco desmechado con pltano verde, original de Ocumare de la Costa del estado Aragua. El sakusu: pescado envuelto en hojas de pltano con nombre de origen loango. La funga de fungi como se conoce en Angola la encontramos en las comunidades afro de Aragua, preparada a partir de cambur y especias envueltos en hojas de pltano.

en Chuao cuando se hace un sancocho, uno nunca monta para los que estn nada ms, siempre se monta ms para que el que llegue coma. porque se vive tranquilo, despreocupado. Con ciertas incomodidades pero despreocupado. me cuenta mi mam que nac sin partera, cuando yo nac fue que fueron a buscar a la partera. la mam de mi pap tambin era casi igual, era partera y rezandera y entonces eso se lo inculcan a uno, lo influencian a uno. cuando tenamos vacaciones nos llevaban pa La Esperanza a coger el caf, caraotas, el jojoto, para sembrar, la gente de la agricultura, nos bamos pa La Esperanza. cuando llamaron a Juana Liendo, que era la partera de aquel entonces, yo haba nacido, lo nico fue que ella hizo el caldo de gallina negra, que decan, y lleg y se tom su caldito. s, bueno, es que todava el pueblo conserva sus tradiciones ancestrales, como es la brujera, la yerbatera y la creencia en santos ancestrales, y su religin, porque ellos todava tienen su religin primitiva.

Autorreconocimiento

La historia de vida y la importancia del legado ancestral africano a travs de la siembra y cultivo del cacao ha creado en los chuaeos ese autorreconocimiento de sus races africanas, as como tambin del mestizaje, en la presencia de apellidos como Bacalao y Tagliaferro de familias tradicionales de Chuao. Rasgos fsicos como el color de piel y el tipo de pelo son parte de su sentir, en algunos en positivo, en otros en negativo, cuando a los nios se les expresa que tienen pelo malo y que su piel negra no puede quemarse al sol. En Autorreconocimiento y comunidades afrovenezolanas en afrovenezolanidad, racismo e interculturalidad, Camacho expresa: el autorreconocimiento es el proceso mediante el cual hacemos conscientes los valores y contravalores que orientan nuestra conducta, la aceptacin de los rasgos fsicos y psicolgicos que nos definen como persona, valorando las

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La forma de sentir la religin con alegra, improvisando versos cantados en unas tesituras y registros agudsimos a primeras horas de la maana, todo esto manejado por las cofradas y sus cfrades en una amplia organizacin social. Los hbitos de siembra y cosecha en aislamiento y respetando la naturaleza. La tierra, la religin y los conocimientos heredados son elementos fundamentales para sobrevivir ante la adversidad. En relacin con el binomio salud-enfermedad en las etnias, Becerra expresa lo siguiente: La cosmovisin de la salud y la etiologa de la enfermedad forman parte de las creencias y ellas varan para cada grupo tnico. Para algunos de esos grupos las enfermedades pueden ser causadas por seres humanos con fuertes poderes, por fuerzas sobrenaturales, por accidentes, excesos o deficiencias. Estas creencias pueden crear reticencia para acudir a los servicios basados en la medicina cientfica. Sobre la existencia de cofradas en comunidades afro, Guerrero puntualiza: Desde el punto de vista organizativo las cofradas eran instrumento fundamental para la realizacin del control social. Las actividades que realizaban las cofradas eran de ayuda mutua, socorrer al enfermo, bautizos, comuniones, entierros y todas las actividades religiosas. Estas expresiones de estilos de vida se reflejan en el quehacer de los chuaeos:

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fortalezas histricas y culturales de ser afrodescendiente. Los pobladores de Chuao se autorreconocen de la siguiente manera: me siento sumamente orgulloso de ser afrodescendiente, de ser descendiente de esos negros esclavizados, de esos negros africanos. yo creo que s, por lo negro y lo que a uno le gustan los tambores. estaban los pabellones del Congo de frica y Angola y fui a los dos, y vi pues la similitud que tiene la cultura de all y la cultura de nosotros. el ritmo de la msica, los instrumentos musicales, son africanos.Color de piel

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Los colores de frica se recrean en la piel de los habitantes de Chuao como muestra de ese legado de los trabajadores del cacao, curtidos de sol y baados de melanina que ha pasado de generacin en generacin y hoy se representan en una gama de marrones a negro. Color que los hace fuertes, bonachones, msticos, trabajadores y festivos. Color de piel negra de la cual estn orgullosos y les da ese sabor a cacao y tambor, como ellos lo expresan. Recuerdan en la intensidad del negro de su piel a sus antepasados y el blanqueamiento al cual la gran mayora se ha sometido prevaleciendo la tonalidad oscura en sus cuerpos. Para Garca: la clasificacin del color de piel que existi en la colonia, y se prolong hasta el siglo XIX: negro retinto, moreno, negrocolorao (bachaco), negro bozal, zambo oscuro, zambo claro, quintern, salto atrs (cuando el color de piel era ms oscuro que el de la madre). En este sentido los chuaeos se ven as: yo creo que s, porque por el color mi mam era negra. mi mam sali negra, los pelos se le enchirraron. el ms blanco que vive aqu es hijo de negro, el ms blanco que haya, amarillo se es negro. la gente de Chuao es negra. Es negra! el abuelo de Jess Franco que yo conoc tena sus rasgos, se era negro, negro africano, oy!Rasgos de la afrodescendencia

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Playa de Chuao, estado Aragua. La llegada del dorado, 2009.Foto: S U S ANA AR WAS / ED GA R MO R ENO

el vello corporal, la tipologa longilnia son rasgos angoleses al igual que la cara alargada, las mandbulas fuertes, la nariz grande pero algo perfilada, los relacionan con la regin africana de origen. Los pobladores de Chuao lo refieren as: los rasgos fsicos y el color de piel de Angola y del Congo son idnticos a la fisonoma de nosotros los negros afrodescendientes de Chuao. todo!, mi nariz, la fisonoma de mi cara, mi color de piel, mi pelo, todo es afrodescendiente.Para seguir leyendoALEMN, CARMEN. Corpus Christi y San Juan Bautista, dos

manifestaciones rituales en la comunidad afrovenezolana de Chuao. Caracas, Fundacin Bigott, 1997.BECERRA-GRUPO TNICO Y SALUD. Informe presentado en la 132

sesin del Comit Ejecutivo, Washington D.C., 2006.CAMACHO, N. Autorreconocimiento y comunidades afrovenezolanas en afrovenezolanidad, racismo e interculturalidad. Caracas, Fondo de Canad para las Iniciativas Locales (FICL), 2005. GARCA, JESS CHUCHO. Afrovenezolanidad e inclusin en el proceso bolivariano venezolano. Caracas, Ministerio de Comunicacin e Informacin, 2005. GUERRERO, JORGE. Presencia africana en Venezuela. Aragua, Conac,

Los chuaeos logran descifrar en su cuerpo caractersticas peculiares que los acompaan a hacer una revisin de las herencias ancestrales de los afro y, por qu no decir, de lo indgena: el tipo de cabello y la presencia de canas,

Sistema Nacional de Imprentas, 2009.

afrocrnica de un puebloN e r i s B a r b o z aPromotora sociocultural / docente / cronistaREVISTA

Juego infantil, 1947. Foto: J O S

MARA CRUXENT. ARCHIVO CENTRO DE LA DIVERSIDAD CULTURAL

Veroes, tierra de tradiciones, cimarronajes y luchas constantes en la que hombres y mujeres participan por igual desde la casa, el conuco o desde el lugar donde haya que hacer frente a lo que se presente, bien sea las tierras, la autonoma, revalorizar y transmitir tradiciones o el reconocimiento tnico, econmico, poltico y social

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AFROCRNICA

DE UN PUEBLO

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as somosBautizo de los siete sanjuanes en la maana del 24 de junio. Tara, estado Yaracuy, 2010. Foto: R E I N A L D O

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LEN CORTESA: CTEDRA DE MSICA Y DISEO UNEY

La historia

Veroes, tierras de cumbes, espacios de los esclavizados que escapaban de los dueos de hacienda buscando la libertad para hacer una vida digna lejos del palo implacable del mayoral. Geografa de refugio para Andrs Lpez del Rosario, Andresote, donde fragu sus luchas, arm ejrcitos, recorri ro arriba, ro abajo, bregando para que sus hermanos consiguieran salir del sometimiento al que eran forzados sin derecho a la vida y al amor.La herencia

Con Andresote no cesaron los procesos de negacin de derechos ni la exclusin, la lucha continu, el veroeo debi seguir dando vueltas y tumbos para alcanzar poco a poco espacios de liberacin, as se pelearon la tierra de los Caizos donde hombres, mujeres y nios, despus de ser sometidos a la ferocidad de las fuerzas policiales, a sus maltratos y vejaciones, labraron la organizacin del pueblo para que la tierra fuera para la gente. En la lucha por la autonoma municipal nuevamente hombres y mujeres emprendieron la defensa de sus derechos para que Veroes dejara de ser un apndice del municipio capital.

Con la autonoma municipal y los cambios surgidos con el proceso de revolucin se inicia la lucha por las tierras comuneras, sus herederos ancestrales pudieron demostrar legalmente que stas haban pertenecido a sus abuelos, a sus padres y que sobre ellas no tenan ningn derecho los cubanos batisteros, ni los isleos, ni los italianos que invadieron Veroes y bajo engao compraban unas hectreas de tierra para luego hacerse dueos de todo lo que haba alrededor, plantando la caa que acababa con el pltano, cultivo que no slo realimentaba la tierra y generaba bienestar econmico, sino que tambin era el nutritivo alimento para criar a los hijos con el dulce y sabroso atol o funche de harina de pltano que junto con las caraotas y las verduras constituan la dieta de los habitantes de Veroes.Lo cultural

De nuestros antepasados africanos e indgenas proviene la valiosa cultura que enriquece el gentilicio veroeo, pues en Veroes se condensa lo ancestral de nuestra raz afro junto con el culto, de origen indgena, a Mara Lionza, para formar los rasgos preponderantes en la cultura del estado Yaracuy. De la manifestacin de San Juan Bautista heredada de los aportes que trajeron nuestros padres ancestrales a Am-

la escuela veroea se ha dedicado a recoger testimonios en las comunidades, a leer su realidad, para darle al currculo escolar el conocimiento y el saber de nuestros libros vivientes, fortalecer la identidad, comprender y hacer consciente la interculturalidad que vivimos cotidianamente en las prcticas culturales de cada comunidad y cada familia y transmitirlas a travs de la oralidad y el quehacer en los diversos espaciosrica y la religin impuesta en la que tuvieron que solapar su msica, sus ritmos, sus ritos, nos quedan los cantos luango golpeao, luango corro y las zangas o zangueos con los que danzamos al santo por las calles para anunciar que comenz la fiesta. Tambin estn presentes los cantos de sirena y todos aquellos que nos trasmitieron los viejos cultores que a punta de decisin, empeo y parrandeo, de pueblo en pueblo, da tras da sembraron en quienes hoy le sucedemos la necesidad de continuar y preservar lo que se pueda de nuestra tradicin. Honor a los viejos cultores: a Provanco y Ramonita, quienes sin ms ni ms en cualquier tarde de agua negra agarraban su tambor, su garganta, su litro y su bandera y se les vea venir calle arriba en ese hacer particular. A rsula Lpez y a la gran Georgina Graterol, quien an en la vspera de su muerte cant para las mujeres de Farriar. A Tavo, quien se pasea con su alzheimer por las calles de su Farriar natal. A Eloy Sevilla, Juana Landnez y Sebastin, conos vivos de gran valor. A Prudencio Barboza y sus cantos a los angelitos que se quedaban dormidos y en sus cajitas blancas se iban al cielo a visitar a Dios.La gastronoma

ste es otro elemento donde hemos puesto empeo a pesar de la industrializacin de la alimentacin, asunto en el que el gobierno crea polticas y busca solucin. En la gastronoma encontramos el pescado asado envuelto en hojas de pltano o cambur, sacuso. En la infancia la espera se volva infinita, las mujeres iban a pescar y sabamos que al volver traeran los pescados chiquitos y las hojas de casupo listas, slo restaba picar los alios y hacer las brasas en el fogn para la degustacin del delicioso manjar. Las guabinas, los bagres, as como otros pescados grandes los frean frescos, pero lo que ms gustaba a los adultos eran los salpresos o secos que ponan al sol sobre los techos de palma o zinc. La hayaca de Angu que pervive en Taria, conocida en los pueblos de Barlovento como cafunga o funga, mezcla de harina de pltano, pltano maduro y coco, tambin es parte de lo preservado desde la nfunga de los pueblos africanos. Inevitable resulta la presencia del coco en la dul-

cera veroea y los dulces envueltos asados o cocidos en hojas de pltano, cambur casupo y hojas de naranja. As mismo, la artesana derivada de fibras vegetales: hojas, bejucos, madera, arcilla, en la que sobresale la elaborada en cepa de pltano, extendida en Yaracuy desde Taria hasta Palmareo, dos pueblos de alto raigambre en la cultura de tradiciones donde nios, jvenes y adultos por igual se dedican a vivir lo heredado y abrir espacios para entregrselos a todo aquel que desee aprender. El cultivo y uso de plantas para remedios sigue vivo como componente de la cultura de Veroes, son muchos los patios con malojillo, pasote, sbila para el guarapo a tiempo. Hacete lo que te mand el doctor, pero bebete este guarapito, hacete esta cataplasma de tua-tua mora y sal pa que te saquei el golpe. En la bsqueda de que nuestra cultura mantenga los elementos de tradicin han contribuido jvenes de nuestros pueblos que se ocupan de recoger de los viejos los legados para preservarlos a travs de creaciones literarias, musicales y gastronmicas. En los ltimos aos la escuela veroea se ha dedicado a recoger testimonios en las comunidades, a leer su realidad, para darle al currculo escolar el conocimiento y el saber de nuestros libros vivientes, fortalecer la identidad, comprender y hacer consciente la interculturalidad que vivimos cotidianamente en las prcticas culturales de cada comunidad y cada familia y transmitirlas a travs de la oralidad y el quehacer en los diversos espacios: la casa, el patio, el conuco, la calle, el ro. Ros ya con poca vida porque la industria encontr en ellos el mejor lugar para contaminar aguas, peces y plantas. Los ros para los veroeos fueron de gran vala, en ellos se resolva gran parte de la vida familiar, se lavaba la ropa, se fregaban los corotos, se baaba la familia, se creaban los cantos, se peleaba el puesto de la batea, se cocinaba, se consegua el pescado. Cerca del ro o los caos se ubicaban los conucos para tener el bastimento familiar; en el ro se divertan los nios, los jvenes, las mujeres tenan la tradicin de tocar tambor en el agua. Todava alguna gente cree