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Apocalipsisinterpretacion.pdf Samuel Pagan

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una exegesis de apocalipsis

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  • Apocalipsis ,QWHUSUHWDFLyQHFD]KR\

    Samuel Pagn

  • EDITORIAL CLIEC/ Ferrocarril, 8

    08232 VILADECAVALLS (Barcelona) ESPAAE-mail: [email protected] http://www.clie.es

    Samuel Pagn

    Cualquier forma de reproduccin, distribucin, comunicacin pblica o transformacin de esta obra solo puede ser realizada con la autorizacin de sus titulares, salvo excepcin prevista por la ley. Dirjase a CEDRO (Centro Espaol de Derechos Reprogr!cos, www.cedro.org ) si necesita fotocopiar o escanear algn fragmento de esta obra.

    2012 Editorial CLIE

    Samuel Pagn APOCALIPSIS, interpretacin eficaz hoy

    ISBN: 978-84-8267-925-9Depsito Legal: B-21863-2012

    Clasifquese: 0283 - Comentarios del NT- Apocalipsis CTC: 01-02-0283-20 Referencia: 224807

    Impreso en USA / Printed in USA

  • Dedicatoria

    A mis estudiantes del Colegio Universitario Dar al-Kalima en Beln, con quienes compart estos temas en repetidas ocasiones, mientras viajbamos a los diversos lugares santos en Israel y Palestina.

    Y a mis nietos, Samuel Andrs, Ian Gabriel, Mateo Alejandro y Natallie Isabelle, con la esperanza de que con el tiempo comprendan y disfruten los temas que expongo en esta obra sobre el libro del Apocalipsis.

  • Contenido

    Prlogo ..................................................................................... 9

    Un prlogo adicional .............................................................. 13

    Introduccin ............................................................................ 17

    Captulo 1:

    Bienaventurado el que lee y los que oyen .......................... 33

    Captulo 2:

    El que es, el que era y que ha de venir ............................... 49

    Captulo 3:

    Al que est sentado en el trono ........................................... 69

    Captulo 4:

    Ciertamente, vengo en breve .............................................. 89

    Captulo 5:

    Las siete copas de la ira de Dios ......................................... 107

    Captulo 6:

    La gran batalla del Armagedn ........................................... 121

    Captulo 7:

    Al que oye estas palabras .................................................... 135

    Apndices:

    Estructuras literarias del libro ............................................. 149

    Mapa: Las siete iglesias del Apocalipsis ............................ 155

    Bibliografa selecta ................................................................. 157

  • Prlogo

    El nuevo milenio

    El nuevo milenio despierta en muchos sectores de la cristiandad temores y esperanzas tradicionalmente relacionados con uno de los libros ms enigmticos de la Biblia: el Apocalipsis. El terror de algunas personas as como el deseo de otras, se animan y vigorizan en el umbral del ao dos mil de nuestra era. Se revive XQDGREOHOHFWXUDODGHODVVHxDOHVGHOQGHORVWLHPSRV\ODGHlos smbolos e imgenes de ese texto postrero de las escrituras sagradas.

    Este es el trasfondo en el que se distingue este nuevo libro del GRFWRU6DPXHO3DJiQ$SRFDOLSVLVLQWHUSUHWDFLyQHFD]KR\(OApocalipsis de Juan se inserta en una lista abultada y distinguida de escritos en los que Pagn aborda unos textos bblicos desde las preguntas existenciales urgentes que proceden de nuestra poca. Es una doble mirada a la comunidad de la fe: aquella que PDQLHVWDVXVDQJXVWLDV\DVSLUDFLRQHVHQOD%LEOLD\ODTXHVXIUHy espera hoy. Se funden horizontes de ambas comunidades y pocas sin quebrarse la integridad de ninguna.

    Este libro conjuga las investigaciones eruditas del Nuevo Testamento con las inquietudes cotidianas del pueblo de fe. Se vincula el lenguaje preciso, de un profesor de teologa, con

  • 10 $SRFDOLSVLVLQWHUSUHWDFLyQHFD]KR\

    OD SDODEUD HGLFDGRUD GHO SDVWRU D TXLHQ OH LQWHUHVD OD VDOXGespiritual de los creyentes.

    Contexto del Apocalipsis

    Solo con el objetivo de estimular el deseo por la lectura atenta de esta obra de Samuel Pagn, permtaseme mencionar, sin nimo de agotar su contenido, algunos aspectos de ella que me parecen particularmente valiosos. El autor ubica al Apocalipsis en el contexto histrico de la naciente iglesia cristiana, frente, por un lado, a la terrible crisis de la nacin israelita, y, por el otro, DODVDUPDFLRQHVLQDFHSWDEOHVGHOGLYLQL]DGRLPSHULRURPDQRMenospreciadas por los israelitas y perseguidas por los romanos, las comunidades cristianas ponen su esperanza en la gracia de Dios que se ha revelado en Jesucristo.

    Adems, Pagn ilumina los vnculos del Apocalipsis con el resto de la llamada literatura apocalptica, la bblica, la deuterocannica y la apcrifa. De esta manera, se aclaran los SRVLEOHV VLJQLFDGRV GH VtPERORV H LPiJHQHV \ VH HYLWDQ ODVinterpretaciones arbitrarias y desaforadas. Luego, se observan los mltiples engarces de esta literatura apocalptica con la proftica, la sapiencial y los himnos litrgicos del Antiguo y Nuevo Testamento. Se suscitan as miradas novedosas e inditas a textos antiguos. La memoria se transforma en promesa. Es la seal primordial de toda lectura autntica de las Escrituras.

    La esperanza como tema fundamental

    Por ltimo, el acento se pone donde corresponde: en la esperanza. La esperanza es el tema perenne en los libros de Pagn, porque es el asunto perdurable de la Biblia a cuyo estudio y exposicin ha dedicado l su vida. Este libro, por tanto, no

    0HQRVSUHFLDGDVSRUORVLVUDHOLWDV\SHUVHJXLGDVSRUORVURPDQRVODVFRPXQLGDGHVFULVWLDQDVSRQHQVXHVSHUDQ]DHQODJUDFLD

    GH'LRVTXHVHKDUHYHODGRHQ-HVXFULVWR

  • Prlogo 11

    prosigue el camino trillado de los agoreros de la catstrofe que se regocijan al sealar las atrocidades de nuestra poca. Apunta ms bien a la consolacin de las gentes cautivas, las oprimidas y las apesadumbradas. Anuncia la aurora de la esperanza en medio de las penumbras tenebrosas del dolor y la angustia.(QHO FDStWXORQDOGH ODREUD VH H[SORUDXQD UHIRUPXODFLyQ

    sugestiva del ser y el hacer de la iglesia, desde la perspectiva de las promesas ltimas de Dios. Ms all de nuestros proyectos, con sus aciertos y desaciertos, se abre un mbito trascendente de misterio y gracia que responde al clamor continuo de la Iglesia: Ven, Seor Jess!.

    No puedo concluir sin sealar una caracterstica que me parece especialmente atractiva en los escritos de Samuel Pagn: su gusto por la poesa. En este caso, me agrad sobre todo, la referencia a mi poemario preferido de Rubn Daro: Cantos de YLGD\HVSHUDQ]D. Son versos plenos de alusiones al Apocalipsis y que logran, en su poesa y en su tiempo, lo que logra Pagn en su prosa y en su tiempo: vincular lo ms profundo de la esperanza cristiana con los clamores ms hondos de los pueblos latinoamericanos.Enhorabuena!

    Dr. Luis N. Rivera PagnProfesor emrito de teologa ecumnica

    Seminario Teolgico de Princeton

    Este libro, por tanto, no prosigue el camino trillado de los agoreros de la catstrofe que se regocijan al sealar ODVDWURFLGDGHVGHQXHVWUDpSRFD$SXQWDPiVELHQDODFRQVRODFLyQGHODVJHQWHVFDXWLYDVODVRSULPLGDV

    \ODVDSHVDGXPEUDGDV$QXQFLDODDXURUDGHODHVSHUDQ]DHQPHGLRGHODVSHQXPEUDVWHQHEURVDVGHOGRORU\ODDQJXVWLD

  • Un prlogo adicional:La revelacin de Jesucristo

    La revelacin de Jesucristo, que Dios le dio para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. La declar envindola por medio de su ngel a su siervo Juan, el cual ha dado testimonio de la palabra de Dios, del testimonio de

    Jesucristo y de todas las cosas que ha visto. Apocalipsis 1.1-2

    El Apocalipsis de Juan

    Me acerco de nuevo a la literatura apocalptica en general, y al libro del Apocalipsis de Juan en particular, con entusiasmo y dedicacin. Una vez ms la teologa escatolgica constituye un tema importante de conversacin entre los creyentes, y forma parte del temario homiltico y educativo en las congregaciones. /D VLQJXODU SUHRFXSDFLyQ SRU ORV WHPDV GHO Q GHO PXQGRvuelve a tener un lugar privilegiado en la lista de asuntos que ocupan y preocupan a la gente de fe y las iglesias del mundo, particularmente las latinoamericanas.

    Quiz este inters se debe a que pasamos ya la primera dcada del siglo veintiuno, y algunas personas piensan que en el 2012 OOHJDUiHOQDODSRFDOtSWLFRVHJ~QODVDQWLJXDVSURIHFtDVPD\DVOtras, que observan con cautela, preocupacin e inters las diversas catstrofes mundiales (p. ej., terremotos, tsunamis y

  • 14 $SRFDOLSVLVLQWHUSUHWDFLyQHFD]KR\

    JXHUUDVHQWLHQGHQTXHORVVLJQRVGHODOOHJDGDGHOQGHOPXQGRy la historia se han cumplido.

    Algunas comunidades de fe, inclusive, ms expuestas e LQWHUHVDGDV HQ ORV FRQLFWRV FDODPLGDGHV \ GLFXOWDGHVnacionales, regionales y mundiales, especialmente preocupadas SRUODVGLQiPLFDVTXHVHPDQLHVWDQHQHO2ULHQWH0HGLRSLHQVDQque lo que sucede en esa regin del mundo, es un tipo de anuncio inequvoco de la llegada de la parusa, la nueva manifestacin plena del Mesas, el retorno de Cristo a la Tierra.

    En efecto, independientemente de la razn que ha vuelto a traer el tema escatolgico a las conversaciones diarias, a las conferencias DFDGpPLFDV\DORVS~OSLWRVODUHDOLGDGHVTXHHVWHVLJQLFDWLYRhistrico e importante tema cristiano ha cobrado importancia capital en la sociedad que nos ha tocado vivir. En este mundo postmoderno, lleno de sospechas e intrigas, llega nuevamente la teologa apocalptica y la imaginacin escatolgica a convertirse en asunto de vital importancia no solo teolgica sino poltica, social, emocional, espiritual, econmica y existencial.

    Apetitos espirituales

    Esas preocupaciones bsicas y apetitos continuos, que posiblemente tienen su origen en algunas necesidades espirituales \ SUHRFXSDFLRQHV SROtWLFDV VH PDQLHVWDQ FRQ IXHU]D ODVimgenes que se revelan en la literatura, el cine y la televisin, y ODVGLFXOWDGHVTXHVHYLYHQHQHOPXQGRGHODSROtWLFDQDFLRQDOe internacional. En este contexto escatolgico, la gran batalla del Armagedn deja de ser un tema hipottico, bblico, teolgico

    Algunas comunidades de fe, inclusive, ms expuestas HLQWHUHVDGDVHQORVFRQLFWRVFDODPLGDGHV\GLFXOWDGHVQDFLRQDOHV

    regionales y mundiales, especialmente preocupadas SRUODVGLQiPLFDVTXHVHPDQLHVWDQHQHO2ULHQWH0HGLR

    piensan que lo que sucede en esa regin del mundo, es un tipo de anuncio inequvoco de la llegada de la parusa,

    la nueva manifestacin plena del Mesas, el retorno de Cristo a la Tierra.

  • y espiritual, para convertirse en una posibilidad real y una alternativa blica concreta, para quienes desean avanzar la causa del regreso de Cristo a la Tierra.

    Los temas que expongo en este libro, Apocalipsis, LQWHUSUHWDFLyQHFD]KR\ los he tratado en otras ocasiones (p. ej., en Biblias de estudio, artculos acadmicos y pastorales as como en otros libros). En esta oportunidad, sin embargo, me allego a ellos no solo con la madurez que brindan la ponderacin VREULDORVDxRVGHHVWXGLR\ODUHH[LyQFUtWLFDGHORVDVXQWRVanalizados y los temas expuestos, as como a las experiencias vividas cuando llegamos al siglo veintiuno, sino que se articulan PLHQWUDVYLYR\HQVHxRHQHO2ULHQWH0HGLRHVSHFtFDPHQWHHQJerusaln y Beln.

    (VWRVOXJDUHVGHWDQWRVLJQLFDGRHVSLULWXDOKLVWyULFDWHROyJLFDy bblica, han servido de contexto vital para escribir esta nueva obra en torno a las famosas visiones de Juan. Adems, mientras se escriben estas lneas, se experimenta una serie interesante de cambios y revoluciones, que prometen implantar un nuevo orden poltico y social en la regin.

    El objetivo de esta obra

    El objetivo fundamental de este libro es llegar a los creyentes de habla castellana con una serie de enseanzas, que les ayudarn a comprender mejor y actualizar el mensaje esperanzador y transformador del vidente Juan en sus sermones y estudios. $GHPiVHVPLGHVHRTXHHVWDV UHH[LRQHV WHROyJLFDVHQ WRUQRal mensaje del famoso profeta, lleguen no solo a los seminarios y las universidades sino a los hombres y las mujeres de fe, a las comunidades eclesiales, que desean hacer pertinente su fe

    En este contexto escatolgico, la gran batalla del Armagedn deja de ser un tema hipottico, bblico, teolgico y espiritual,

    para convertirse en una posibilidad real y una DOWHUQDWLYDEpOLFDFRQFUHWDSDUDTXLHQHVGHVHDQDYDQ]DU

    la causa del regreso de Cristo a la Tierra.

    Un prlogo adicional 15

  • 16 $SRFDOLSVLVLQWHUSUHWDFLyQHFD]KR\

    y desean vivir con sentido de futuro, esperanza y seguridad, en medio de la sociedad en que vivimos: cambiante, agresiva, injusta y violenta.

    Agradecimientos

    Agradezco, en primer lugar, a la Editorial CLIE, y a su director editorial, Alfonso Ropero, por la invitacin a regresar a la literatura apocalptica y escribir este libro.

    Mi gratitud tambin va a la comunidad acadmica del Instituto Ecumnico de Tantur, en Jerusaln, por permitirme utilizar sus PDJQtFDVLQVWDODFLRQHVSDUDHOHVWXGLRODUHGDFFLyQHODQiOLVLV\ODUHH[LyQFUtWLFDTXHSUHFHGLHURQODHGLFLyQGHHVWDREUD

    Mil gracias van a mis estudiantes en el Colegio Universitario Dar al-Kalima (Colegio de la Palabra), por servir de marco pedaggico y fraternal al incentivar el dilogo en torno a los temas expuestos.

    Este agradecimiento debe llegar a mi esposa, Nohem, quien siempre lee con criticidad mis escritos, convirtindose no solo en editora ejecutiva sino en coautora de muchas de las ideas que se PDQLHVWDQHQHVWHOLEUR

    Samuel PagnDa de Pentecosts 2011

    Jerusaln, Tierra Santa

  • Introduccin

  • 18 $SRFDOLSVLVLQWHUSUHWDFLyQHFD]KR\

    han incentivado la produccin y creatividad literaria. Los artistas se han inspirado en los ngeles, las batallas, los ancianos, los sellos, el Cordero, el trono y, en efecto, en la Parusa, entre otros LPSRUWDQWHVWHPDVSDUDHODERUDUREUDVGHDUWHTXHPDQLHVWDQno solo belleza y creatividad artstica, sino las percepciones teolgicas de los autores.

    Las dinmicas y realidades sociales, econmicas, polticas y espirituales del mundo incentivan el inters por lo escatolgico y lo apocalptico. Cuando los grupos o individuos pierden la esperanza en las instituciones humanas, desarrollan creencias, expectativas y teologas con respecto al ms all. Esas SHUVSHFWLYDVWHROyJLFDVSRQHQGHPDQLHVWRXQGHVHRUPHSRUHOestablecimiento y la implantacin de la justicia. El deseo bsico es transformar la realidad presente para que surja un nuevo mundo con ms sentido de justicia, equidad, libertad y paz. Ese buen GHVHRVHPDQLHVWDHQHOOLEURGH$SRFDOLSVLVHQHOFRQFHSWRGHOMXLFLRQDOGRQGHODKXPDQLGDGUHFLELUiODVHQWHQFLD\GHFLVLyQdivina, de acuerdo con sus obras y creencias.

    Los acontecimientos mundiales tambin inspiran e incentivan HOHVWXGLRGHOOLEURGH$SRFDOLSVLVSDUWLFXODUPHQWHORVFRQLFWRVy las polticas en el Mediano Oriente. Los problemas polticos, VRFLDOHV LGHROyJLFRV\GHGHUHFKRVKXPDQRVTXHVHPDQLHVWDQalrededor de las tierras bblicas, hacen pensar a algunos creyentes TXHHOQGHOPXQGR\GH ORV WLHPSRV\D HVWiQFHUFD$GHPiVXQD SHUFHSFLyQ VXSHUFLDO H LGHDOL]DGD GHO PRGHUQR HVWDGR GH,VUDHO MXQWR D DOJ~Q WLSR GH SUHMXLFLR \ UHFKD]R KDFLD SHUVRQDVy comunidades de descendencia rabe, hacen pensar a algunas personas de fe que la Parusa est cerca y que el Seor vendr, en un futuro cercano, a establecer su Reino en la Tierra. Esta temtica es muy popular entre algunos sectores cristianos en Hispanoamrica.

    El libro que el lector o lectora tiene en sus manos, Apocalipsis, LQWHUSUHWDFLyQHFD]KR\es una forma de comprender algunos GH ORV WHPDV TXH VH SUHVHQWDQ \ VH DUPDQ HQ HO$SRFDOLSVLVde Juan. Nuestro objetivo no es presentar un estudio exegtico, VLVWHPiWLFRRSRUFDStWXORVGHOOLEURVLQRLGHQWLFDUH[SRQHU\explicar algunos de sus temas de inters para los creyentes de habla castellana.

  • Entre los temas seleccionados que expongo en el libro estn los siguientes: la importancia del libro de Juan para las iglesias FRQWHPSRUiQHDV OD 6HJXQGD9HQLGD GH &ULVWR HO MXLFLR QDOlas bestias; y el famoso 666. En nuestro estudio, se evaluarn sosegadamente las races bblicas y algunas extra-bblicas, de varios temas y asuntos apocalpticos; adems, se analizarn con sobriedad las implicaciones de estas enseanzas para los creyentes el da de hoy.

    Nuestra lectura del Apocalipsis no estudiar el libro como la descripcin o anuncio de la historia de la iglesia cristiana o de la humanidad. Nuestro objetivo fundamental es evaluar y ponderar el texto bblico desde sus perspectivas teolgicas e histricas, SDUDGHVFXEULUDUPDU\GLVIUXWDUHOPHQVDMHGHFRQVRODFLyQ\esperanza para los creyentes de todas las edades y generaciones.

    La presente obra toma en consideracin e intenta llegar a personas QRLQLFLDGDVHQHOHVWXGLRULJXURVRVLVWHPiWLFR\FLHQWtFRGHODBiblia. Por esa razn pedaggica, el idioma usado en la exposicin y redaccin de este libro evita la fraseologa y los trminos tcnicos de la erudicin bblica contempornea y los estudios teolgicos profesionales, aunque expone e interpreta los temas de importancia y utiliza los resultados de los estudios bblicos crticos.

    Pastores, pastoras y personas laicas pueden encontrar en este libro explicaciones de textos complicados y temas complejos. La interpretacin de esas porciones bblicas puede ser de ayuda para la predicacin contextual y la educacin cristiana transformadora. Los estudiantes de teologa, y tambin los creyentes que deseen disfrutar un nivel superior o alterno a los temas expuestos, encontrarn en las notas al pie de pgina y en la bibliografa una

    Nuestra lectura del Apocalipsis no estudiar el libro como la descripcin o anuncio de la historia de la iglesia cristiana

    o de la humanidad. Nuestro objetivo fundamental es evaluar y ponderar el texto bblico desde sus perspectivas teolgicas HKLVWyULFDVSDUDGHVFXEULUDUPDU\GLVIUXWDUHOPHQVDMH

    GHFRQVRODFLyQ\HVSHUDQ]DSDUDORVFUH\HQWHVde todas las edades y generaciones.

    Introduccin 19

  • 20 $SRFDOLSVLVLQWHUSUHWDFLyQHFD]KR\

    EXHQDVHULHGH UHIHUHQFLDVDGLFLRQDOHVTXHSXHGHQ LOXVWUDUD~Qms los asuntos ponderados y los temas discutidos.

    No es fcil, en el da de hoy, encontrar libros sobre el Apocalipsis que puedan ser utilizados en la elaboracin de una predicacin HGLFDQWH\XQDHGXFDFLyQFULVWLDQDUHQRYDGRUD(OSUREOHPDQRes tanto la falta de personas interesadas en expresar sus ideas en torno a los temas escatolgicos y apocalpticos, sino la forma en que estos temas son tratados y expuestos.

    En torno a estos temas, existen libros y varios ensayos (inclusive algunos hasta errados o herticos) sobre estos im-portantes temas cristianos. Hay personas; algunas nobles y muy bien intencionadas, que tratan de comprender y explicar las complejidades teolgicas, literarias y exegticas del libro de Apocalipsis sin la adecuada preparacin teolgica, la experiencia literaria requerida o las herramientas hermenuticas necesarias. Se producen, de esta forma, libros dogmticos e irrelevantes sobre las visiones de Juan, con muy poca calidad teolgica, menos virtud literaria y escaso valor homiltico y pastoral.

    Metodologa de estudio

    $QXHVWURPRGRGHYHUKD\FXDWURFDUDFWHUtVWLFDVTXHGHQHQy distinguen una obra seria en torno al Apocalipsis de Juan. En SULPHUOXJDUHOULJRUDFDGpPLFR\FLHQWtFRDOWUDWDUORVWHPDVHVdecir, la metodologa de estudio. Para llegar a resultados vlidos y pertinentes, es necesario elaborar un anlisis a fondo de los SUREOHPDVSODQWHDGRV\ODVGLFXOWDGHVHVWXGLDGDV/RVWHPDV\DVXQWRVDSRFDOtSWLFRVQRSXHGHQVHUWUDWDGRVGHIRUPDVXSHUFLDOdeben explorarse con profundidad los fundamentos, el desarrollo y las implicaciones de los textos ponderados. Los grandes temas

    Los temas y asuntos apocalpticos no pueden ser tratados GHIRUPDVXSHUFLDOGHEHQH[SORUDUVHFRQSURIXQGLGDGORVIXQGDPHQWRV

    el desarrollo y las implicaciones de los textos ponderados. Los grandes temas de la fe que se elaboran en las visiones de Juan

    deben evaluarse desde una sobria perspectiva histrica y teolgica.

  • de la fe que se elaboran en las visiones de Juan deben evaluarse desde una sobria perspectiva histrica y teolgica.

    La segunda caracterstica fundamental en este tipo de estudio, es saber discernir entre lo esencial y lo perifrico; se requiere separar lo fundamental de la consecuencia. Un requisito indispensable en el estudio sosegado de la obra de Juan el vidente HVWHQHUODFDSDFLGDGGHLGHQWLFDUHLUGLUHFWDPHQWHDOQ~FOHRGHlos problemas que se revelan en la obra. El simbolismo continuo de la obra puede llevar a un lector no atento a divagaciones VXSHUXDVUHVXOWDGRVLQFRKHUHQWHVFRQFOXVLRQHVLQDGHFXDGDVRdecisiones herticas.

    En tercer lugar, es necesario tambin que los temas sean estudiados en el marco general de la teologa e historia bblicas. (O OLEURGH$SRFDOLSVLVQRHVXQDSpQGLFHPLQ~VFXOR\DLVODGRen las Sagradas Escrituras; es una obra espiritual importante que tiene identidad literaria y teolgica, al mismo tiempo que pone GHPDQLHVWRPXFKDVSDUWLFXODULGDGHV\VHPHMDQ]DVFRQHOUHVWRdel canon bblico.

    (VPHQHVWHU LGHQWLFDU \ H[SOLFDU OD IRUPD HQTXH ORV WHPDVantiguos han cobrado nueva vida y simbolismo en la obra de Juan. Se requiere analizar y exponer las relaciones, implicaciones y consecuencias de los temas estudiados, con el conjunto del pensamiento bblico y teolgico pasado y actual. Es muy importante estudiar la forma en que los temas apocalpticos nacen y se interpretan repetidamente en diversos entornos histricos y en reaccin a las ms variadas percepciones teolgicas y las ms complejas experiencias de vida.

    Adems, en cuarto lugar, el estudio del libro de Apocalipsis GHEHVHUXQDDSRUWDFLyQDODIHODHVSHUDQ]D\ODHGLFDFLyQGHORVcreyentes. El anlisis de la obra debe servir para responder a las preocupaciones de los creyentes y a las dinmicas que afectan a

    Es muy importante estudiar la forma en que los temas apocalpticos nacen y se interpretan repetidamente

    en diversos entornos histricos y en reaccin a las ms variadas percepciones teolgicas y las ms complejas experiencias de vida.

    Introduccin 21

  • 22 $SRFDOLSVLVLQWHUSUHWDFLyQHFD]KR\

    ODVRFLHGDGDFWXDO(OSURSyVLWR~OWLPRGHOHVWXGLRGHODOLWHUDWXUDDSRFDOtSWLFDGHOD%LEOLDQRHVVDWLVIDFHU~QLFDPHQWHODFXULRVLGDGintelectual de los eruditos, ni responder a las preguntas de sectores eclesisticos aislados, sino contribuir al entendimiento de la fe cristiana, aportar a las convicciones religiosas de los creyentes, incentivar la creatividad en los estudios bblicos, y apoyar la PLVLyQ~OWLPDGHODLJOHVLDFULVWLDQDVHUYLUDGHFXDGDPHQWHDODVpersonas en necesidad.

    Sin embargo, al iniciar el estudio del libro de Apocalipsis el lector o la lectora actual se encuentra con tres problemas bsicos. En primer lugar, el libro no se escribi en castellano o espaol, sino en un tipo peculiar de griego que se hablaba en la Palestina del primer siglo de la era cristiana. Ese idioma tiene su identidad y peculiaridad lingstica. Como todas las lenguas, el griego koin,HVGHFLUFRP~QRSRSXODUH[SUHVDODVLGHDVHQXQDIRUPDgramatical distintiva y utiliza conceptos, palabras e imgenes caractersticas de su poca y lugar de origen. Es necesario tener un conocimiento de esas peculiaridades semnticas y lingsticas en los procesos de estudio e interpretacin, pues ellas contribuyen al descubrimiento del sentido bsico y fundamental de la obra.

    El segundo problema bsico, en el proceso de comprensin del libro de Apocalipsis, es que la obra se escribi hace cerca de veinte siglos. Las visiones de Juan no se redactaron de acuerdo con los modernos criterios estilsticos de narracin u organizacin literaria. Las imgenes y la forma de presentar los temas que se encuentran en el libro de Apocalipsis son propias de un tipo de literatura popular durante los primeros siglos antes y despus de Cristo (300 a.C.200 d.C.), conocida como la literatura apocalptica. Ese tipo de literatura comunicaba sus mensajes a travs de visiones, sueos, ngeles intrpretes, viajes al cielo, Q~PHURVVLPEyOLFRVWURQRV\EHVWLDVHQWUHRWUDVIRUPDV

    El tercer problema al leer el libro de las revelaciones de Juan es la cultura. El texto de Apocalipsis surge en medio de XQDFXOWXUDHVSHFtFDTXHFLHUWDPHQWHQRHVODTXHYLYLPRVHQhispanoamrica. Esa cultura del Nuevo Testamento tiene su identidad propia y sus caractersticas, entre las cuales podemos mencionar la importancia y el valor de los smbolos.

  • En el libro del Apocalipsis de Juan los smbolos tienen una funcin singular y destacada, y necesitan ser comprendidos desde la perspectiva de su valor cultural original. En efecto, para poder interpretar adecuadamente el valor de la simbologa de las visiones de Juan, es necesario comprender su funcin en la cultura en que surgen: Por ejemplo, los cuernos son seal de poder y autoridad (Ap 12.3; 17.12); las alas de guila representan la proteccin con que Dios conduce a su pueblo (Ap 12.14; cf. Dt 32.11; Ex 19.4); y Babilonia simboliza al poderossimo y siempre temido imperio romano (Ap 14.8; 18.2).

    La metodologa utilizada en nuestro estudio, toma seriamente en consideracin, no solo el texto del libro de Juan, sino sus antecedentes en la literatura bblica y extrabblica. Es de suma LPSRUWDQFLDLGHQWLFDU\DQDOL]DUODVIRUPDVHQTXHORVFRQFHSWRVque se exponen en las visiones de Juan han sido inspirados por el Antiguo Testamento, y desarrollados en el Nuevo. El descubrimiento, la comprensin y el estudio del desarrollo de los temas a travs de la historia bblica y cannica, pueden contribuir a un mejor entendimiento de las ideas apocalpticas; adems, pueden brindar pistas para la aplicacin pertinente y la adecuada exposicin teolgica y pastoral de los temas el da de hoy.

    Como el libro de Apocalipsis est saturado de imgenes y simbolismos, el lector actual debe establecer un mtodo que les ayude a descubrir el sentido de la obra. El acercamiento a este tipo de literatura simblica deber ser sistemtico, ponderado y sobrio, con el objetivo de recibir el mejor de los resultados exegticos y teolgicos.

    Recomendaciones adicionales

    Algunas sugerencias adicionales para entender adecuadamente las visiones y revelaciones de Juan, son las siguientes:

    En el libro del Apocalipsis de Juan los smbolos tienen una funcin singular y destacada, y necesitan ser comprendidos

    desde la perspectiva de su valor cultural original.

    Introduccin 23

  • 24 $SRFDOLSVLVLQWHUSUHWDFLyQHFD]KR\

    En primer lugar, las visiones deben ser analizadas y entendidas como un todo. El conjunto de imgenes es decir, la visin en pleno de la obra es ms importante que la descripcin y la suma de sus detalles. Las particularidades y los detalles simblicos SXHGHQ FRPSUHQGHUVH ~QLFDPHQWH D OD OX] \ HQ HO HQWRUQR GHuna percepcin global de la imagen y revelacin apocalptica. El objetivo de la imagen en pleno le da razn de ser a sus detalles.

    Como en la apreciacin de un buen cuadro o una obra de arte extraordinaria, para estudiar el Apocalipsis no basta una PLUDGD UiSLGD \ VXSHUFLDO (V QHFHVDULR SDUD FRPSUHQGHUadecuadamente la obra, contemplar el libro varias veces desde diversos ngulos, puntos de vista, distancias y perspectivas. Ese DQiOLVLVP~OWLSOHFRQWULEX\HDXQDPHMRUFRPSUHQVLyQGHODREUDpor ejemplo, los detalles lingsticos iluminan los componentes teolgicos, y el estudio sobrio de la simbologa contribuye al aprecio y contextualizacin del mensaje.

    Tambin se requiere, para entender el libro del Apocalipsis, LGHQWLFDU \ HYDOXDU ODV LGHDV ORV WHPDV ODV LPiJHQHV \ ORVconceptos que provienen del Antiguo Testamento y de la literatura extra-bblica. Este proceso es muy importante para evaluar el poder y la fuerza que tena el simbolismo en los creyentes primitivos. Adems, nos permite comprender algunas alusiones a otros temas bblicos destacados, a la vez que nos ayuda a entender las referencias a imgenes que tienen poco valor simblico en la actualidad.

    Un anlisis profundo del libro de Apocalipsis requiere, ciertamente, una comprensin de la historia y las fuerzas sociales, econmicas, polticas y religiosas, que afectaron la vida de los creyentes a los que Juan escribe su obra. El estudio de las realidades que enmarcaron la vida del vidente y las iglesias de Asia, nos permite analizar la teologa que Juan elabor para HGLFDU\FRQVRODUDORVFULVWLDQRVDQWLJXRV

    Las particularidades y los detalles simblicos SXHGHQFRPSUHQGHUVH~QLFDPHQWHDODOX]\HQHOHQWRUQR

    de una percepcin global de la imagen y revelacin apocalptica. (OREMHWLYRGHODLPDJHQHQSOHQROHGDUD]yQGHVHUDVXVGHWDOOHV

  • La comprensin efectiva de la literatura apocalptica requiere, adems, el uso y estudio detallado de comentarios bblicos, libros de exgesis y otras ayudas acadmicas y pastorales (ver la Bibliografa selecta).

    En la evaluacin ponderada del libro de Apocalipsis se descubren varios consejos que el mismo Juan comunic a las iglesias de Asia. Esas recomendaciones y sugerencias pueden ser PX\~WLOHVSDUDORVFUH\HQWHVHOGtDGHKR\

    Al comenzar su obra, Juan exclama: Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profeca (1.3). De acuerdo con el vidente, su mensaje debe leerse y estudiarse en presencia de otros creyentes. Son dichosos los que estudian el mensaje apocalptico de Juan en dilogo con otros cristianos.

    Las interpretaciones individuales, secretas y personalistas del OLEUR SXHGHQ WUDHU GLFXOWDG FRQIXVLyQ \ VHSDUDFLyQ 3RU HVDrazn, se recomienda el estudio en grupo, para que la inteligencia de la comunidad de creyentes en pleno contribuya a una mejor comprensin de la obra.

    Esa lectura en grupo del texto apocalptico debe hacerse con VXPRFXLGDGR\UHVSHWR6HJ~QHOSURSLRYLGHQWH6LDOJXQRDxDGHa estas cosas, Dios traer sobre l las plagas que estn escritas en este libro. Y si alguno quita de las palabras del libro de esta profeca, Dios quitar su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que estn escritas en este libro (22.18-19). Es decir, que el anlisis de la obra requiere diligencia, sabidura \SUXGHQFLD(O REMHWLYRQR HV LQWHUSUHWDU HO OLEURSDUD MXVWLFDUpresupuestos teolgicos o doctrinales, sino permitir que las visiones y revelaciones mismas de Juan hablen a la sociedad actual.

    Juan escribi a un grupo de creyentes en Asia que no posean un nivel educativo muy alto. En esa poca, los cristianos pertenecan, en su gran mayora, a las clases sociales ms bajas

    Un anlisis profundo del libro de Apocalipsis requiere, FLHUWDPHQWH XQD FRPSUHQVLyQ GH OD KLVWRULD \ ODV IXHU]DV VRFLDOHV

    econmicas, polticas y religiosas, que afectaron la vida de los creyentes a los que Juan escribe su obra.

    Introduccin 25

  • 26 $SRFDOLSVLVLQWHUSUHWDFLyQHFD]KR\

    y tenan muy poco acceso a la educacin formal. Sin embargo, en dos ocasiones, en la presentacin de sus visiones, apela a la sabidura de los creyentes (13.18; 17.9).

    La interpretacin del mensaje apocalptico requiere el esfuerzo decidido de los creyentes. Ese esfuerzo no est fundamentado en el nivel acadmico de las congregaciones ni en la capacidad intelectual de sus lderes, sino en el deseo y poder de discernir, evaluar, estudiar y analizar los temas bblicos de forma sobria, sabia y correcta.

    La sabidura es la capacidad que nos permite interpretar los asuntos planteados de forma adecuada; y, adems, nos capacita SDUDDFWXDOL]DUORVGHIRUPDHFLHQWH

    La comprensin del mensaje requiere disposicin y deseo. La revelacin de Juan no puede entenderse sin un inters por descubrir los valores y las enseanzas que encierra. La recomendacin a los creyentes es: Y el que tiene sed, venga. El que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida (22.17).

    Quien desee entender el libro de Apocalipsis no puede estar JXLDGR SRU ORV LQWHUHVHV GH QDGLH HO ~QLFR UHTXLVLWR HV WHQHUsed, desear aprender. La interpretacin pertinente de la obra requiere la participacin activa de todos los cristianos.(QHODQiOLVLVGHOOLEURHVPX\LPSRUWDQWHDUPDUODFRQWULEXFLyQ

    del Espritu Santo en el proceso educativo. Las visiones de Juan no son palabras desordenadas sin sentido de direccin teolgica, HVSLULWXDOROLWHUDULD6HJ~QHOYLGHQWHHOPHQVDMHGH$SRFDOLSVLVes una profeca inspirada por el Espritu Santo (1.3; 22.6, 10). Los creyentes deben tener odo para or lo que el Espritu dice a las iglesias (2.7, 11, 29; 3.6, 13, 22).

    La sabidura de los creyentes es requerida, necesaria e importante, pero no basta para penetrar con efectividad los insondables y extraordinarios misterios de la literatura apocalptica, de acuerdo con las recomendaciones del famoso

    (OREMHWLYRQRHVLQWHUSUHWDUHOOLEURSDUDMXVWLFDUpresupuestos teolgicos o doctrinales, sino permitir que las visiones

    y revelaciones mismas de Juan hablen a la sociedad actual.

  • vidente de Patmos. La revelacin y orientacin del Espritu nos ayuda a comprender el mensaje original y nos permite, adems, LGHQWLFDUSUHVHQWDU\DUPDUODVLPSOLFDFLRQHVGHODUHYHODFLyQdivina para los creyentes y para la sociedad moderna.

    En la dinmica educativa e interpretativa del libro, la oracin juega un papel preponderante. El Espritu Santo reclama la atencin diligente de parte del creyente, y se une a las iglesias para clamar y exclamar en oracin: Y el Espritu y la Esposa dicen: Ven.

    El mensaje fundamental del Apocalipsis se descubre en oracin. A la medida que los creyentes en Cristo van escuchando y FRPSUHQGLHQGRODUHYHODFLyQDSRFDOtSWLFDDUPDQODLPSRUWDQFLDde la oracin e intimidad con Dios. El Espritu y la iglesia claman para que Cristo intervenga y haga realidad el mensaje de esperanza y consolacin del vidente.

    Sin embargo, la verdadera educacin requiere actividad y prctica. El mensaje de Apocalipsis no se descubre totalmente con una actitud de contemplacin pasiva. El vidente destaca ese importante componente pedaggico cuando exclama: Bienaventurado el que guarda las palabras de la profeca de este libro (22.7).

    No basta, en efecto, conocer los temas teolgicos que se exponen en el libro; es menester guardar, osea actuar y vivir de acuerdo con los valores desarrollados por Juan en su libro. El mensaje de Dios no debe quedarse guardado en la conciencia pasiva de los creyentes, sino que debe motivarlos a actuar con valenta para demostrar que se han asimilado los valores del Reino.

    Importancia para Hispanoamrica

    La importancia del libro de Apocalipsis para Hispanoamrica no puede ser subestimada. La obra se escribi para consolar y orientar a los creyentes que vivan bajo el poder inmisericorde

    Quien desee entender el libro de Apocalipsis no puede HVWDUJXLDGRSRUORVLQWHUHVHVGHQDGLHHO~QLFRUHTXLVLWRHVWHQHUVHGGHVHDUDSUHQGHU/DLQWHUSUHWDFLyQSHUWLQHQWH

    de la obra requiere la participacin activa de todos los cristianos.

    Introduccin 27

  • 28 $SRFDOLSVLVLQWHUSUHWDFLyQHFD]KR\

    del imperio romano. Durante ese perodo, los cristianos se vieron afectados por un sistema poltico que los marginaba, explotaba y persegua. Ese sistema controlador produca grandes ganancias econmicas para los emperadores, para unas pocas familias nobles y para los altos militares; al mismo tiempo, saqueaba y oprima grandes sectores del Imperio.

    El culto al emperador afectaba directamente la fe de los cristianos. Mientras el emperador presentaba ttulos de privilegio y honores GLYLQRVORVFUH\HQWHVDUPDEDQTXHVROR-HVXFULVWRHUDHO6HxRUAnte el brazo religioso y poltico de un imperio dspota y cruel, la ,JOHVLDVHPDQWXYRUPHHVSHUDQGRODLQWHUYHQFLyQH[WUDRUGLQDULDGH&ULVWR (O YLGHQWH UHFODPy SHUVHYHUDQFLD UPH]D \ YDOHQWtDante un sistema de gobierno y un tipo de religin que serva a los intereses de Roma, en contra del bienestar de los creyentes.

    El continente americano ha experimentado y vivido situaciones similares a las del vidente de Patmos. Desaparecidos, torturados y asesinados por cuestiones ideolgicas, polticas y religiosas; desplazamiento de grandes sectores indgenas del Continente, con su respectiva destruccin de culturas, valores y medios para vivir; guerras fratricidas (declaradas y no declaradas) y guerras sucias, terrorismo y violacion a los derechos humanos, marginalizacin, persecucin y opresin de sectores de oposicin poltica, social, econmica y religiosa; y el aumento desmedido de los grandes sectores de miseria en el Continente, son solo DOJXQRVHMHPSORVGHODVGLFXOWDGHVDODVTXHORVFULVWLDQRV\ODViglesias del da de hoy deben enfrentarse. En el medio de toda esa dinmica demonaca, que se levanta como una bestia apocalptica para herir al pueblo de Dios, se organizan gobiernos y sistemas WRWDOLWDULRV TXH GHVHDQ XWLOL]DU OD UHOLJLyQ SDUD MXVWLFDU VXVactuaciones y polticas dictatoriales y hostiles.

    &XDQWRPiVSRGHUVHDOFDQ]DODVLWXDFLyQSXHGHFRQYHUWLUVHen desptica, pues se requiere ms autoridad y vigilancia

    para mantener lo que se ha obtenido. En el proceso de VXSHUYLYHQFLDHOSRGHUDEVROXWRLQWHQWDXWLOL]DUODUHOLJLyQ

    como un instrumento ms para lograr su objetivo de dominacin.

  • El libro de Apocalipsis invita a los creyentes a resistir ante el ataque despiadado del imperio romano. Adems, denuncia el peligro del poder totalitario de Roma. El poder se alimenta y nutre de ms poder. Las instituciones y los individuos con sed de poder intentan lograr su objetivo con decisiones y acciones que disminuyen y eliminan la capacidad de rechazo o negacin GHORVV~EGLWRV&XDQWRPiVSRGHUVHDOFDQ]DODVLWXDFLyQSXHGHconvertirse en desptica, pues se requiere ms autoridad y vigilancia para mantener lo que se ha obtenido. En el proceso de supervivencia, el poder absoluto intenta utilizar la religin como un instrumento ms para lograr su objetivo de dominacin.

    El libro de Apocalipsis rechaza dramticamente el poder de la bestia y las acciones del falso profeta, pues provienen de Satans. El poder absoluto solo le pertenece a Dios, que est al servicio de ODMXVWLFLD\ODSD](VHSRGHUVHPDQLHVWDHQODFDSDFLGDGGHGDUvida. El poder absoluto en instituciones e individuos conduce a la muerte, genera violencia y produce destruccin.

    Apocalipticismo en la poesa

    Rubn Daro, el famoso poeta nicaragense, al tratar de HQWHQGHU H LQWHUSUHWDU D OD VRFLHGDG \ HOPXQGR GH QDOHV GHOsiglo diecinueve y principios del veinte, utiliza varias imgenes apocalpticas para describir lo que vive, percibe y contempla. Peste, asesinatos, dolor, angustia, verdugos, odio, guerra, locura y tristeza son solamente algunos adjetivos que utiliza el poeta para describir la vida y el mundo. El poema de Rubn Daro todava tiene vigencia:

    8QJUDQYXHORGHFXHUYRVPDQFKDHOD]XOFHOHVWHUn soplo milenario trae amagos de peste. 6HDVHVLQDQORVKRPEUHVHQHOH[WUHPRHVWH

    Ha nacido el apocalptico Anticristo?6HKDQVDELGRSUHVDJLRV\SURGLJLRVVHKDQYLVWRy parece inminente el retorno de Cristo.

    Introduccin 29

  • 30 $SRFDOLSVLVLQWHUSUHWDFLyQHFD]KR\

    /DWLHUUDHVWiSUHxDGDGHGRORUWDQSURIXQGRTXHHOVRxDGRULPSHULDOPHGLWDEXQGRVXIUHFRQODVDQJXVWLDVGHOFRUD]yQGHOPXQGR

    9HUGXJRVGHLGHDOHVDLJLHURQODWLHUUDHQXQSR]RGHVRPEUDODKXPDQLGDGVHHQFLHUUDFRQORVUXGRVmolosos del odio y de la guerra.

    2K6HxRU-HVXFULVWR3RUTXpWDUGDVTXpHVSHUDVSDUDWHQGHUWXPDQRGHOX]VREUHODVHUDVy hacer brillar al sol tus divinas banderas?

    6XUJHGHSURQWR\YLHUWHODHVHQFLDGHODYLGDsobre tanta alma loca, triste o empedernida que, amante de tinieblas, tu dulce aurora olvida.

    9HQ6HxRUSDUDKDFHUODJORULDGHWLPLVPRven con temblor de estrellas y horror de cataclismo,YHQDWUDHUDPRU\SD]VREUHHODELVPR

    Y tu caballo blanco, que mir el visionario, pase. Y suene el divino clarn extraordinario. 0LFRUD]yQVHUiEUDVDGHWXLQFHQVDULR1.

    La sociedad estaba inmersa, de acuerdo con el poema de Rubn Daro, en una carrera desenfrenada que presagiaba no solo catstrofes y dolores apocalpticos, sino el retorno inminente de Cristo. La crisis mundial, que posteriormente desemboc en dos JUDQGHV JXHUUDV HYRFDED OD LPDJHQ PDOpFD GHO$QWLFULVWR (Oambiente produca una profunda sensacin escatolgica, un sentido hondo de pesimismo, una preocupacin seria en torno al porvenir.

    Para el poeta, la angustia no era terica, remota ni abstracta, sino UHDOFHUFDQDFRQFUHWD/DVGLFXOWDGHVVRFLDOHVODVSUHRFXSDFLRQHVSROtWLFDV ORV FRQLFWRV QDFLRQDOHV H LQWHUQDFLRQDOHV OD IDOWD GHvalores, la esterilidad espiritual, y la desesperanza individual y colectiva, entre otros problemas, fueron la base de sus preocu-paciones apocalpticas.

    1 Rubn Daro, Cantos de esperanza, Cantos de vida y HVSHUDQ]D 17ma edicin, Espasa-Calpe Mexicana, Mxico, 1985, pp. 53-54.

  • Sociologa de la desesperanza y teologa de la esperanza

    La relacin ntima entre la crisis profunda de la sociedad y las SUHRFXSDFLRQHV WHROyJLFDV HQ WRUQR DO Q QR QDFHQ FRQ 5XEpQDaro. Tanto el libro de Daniel como el Apocalipsis de Juan surgen en perodos de persecucin, crisis, muerte y desesperanza. El libro de Daniel se produce en un momento de persecucin tal que el SXHEOR GH 'LRV KDEtD SHUGLGR OD FRQDQ]D HQ ODV LQVWLWXFLRQHVnacionales; y el Apocalipsis se presenta a los cristianos y las iglesias FRPR XQD HStVWROD GH FRQVRODFLyQ \ DUPDFLyQ HQ PRPHQWRVde luto, deportaciones, persecuciones y matanzas. Es decir, existe una relacin estrecha entre la situacin social, econmica, poltica y espiritual de individuos, comunidades y naciones, y las preocupaciones teolgicas y sociolgicas de sabor apocalptico.

    El temor al cataclismo suele producir un tipo de teologa SUHRFXSDGDSRUHOQGHOPXQGR/DDPHQD]DGHXQKRORFDXVWRmundial puede incentivar corrientes religiosas que tratan de explicar la realidad como el encuentro csmico de las fuerzas del bien contra los poderes del mal; la lucha entre los hijos de la luz FRQWUD ORVGH ODV WLQLHEODV ODEDWDOODQDO\GHQLWLYDHQWUH ORVngeles de Dios y los demonios de Satn.

    Esa es posiblemente una razn por la cual la sociedad contempornea est muy interesada en la literatura apocalptica. La preocupacin de que estalle una guerra mundial o regional donde se utilicen armas atmicas, nucleares y qumicas; la desesperanza social y econmica de grandes sectores de miseria en el mundo, particularmente en Amrica Latina; los desastres e irresponsabilidades ambientales; y la impotencia poltica de

    Es decir, existe una relacin estrecha entre la situacin social, econmica, poltica y espiritual de individuos,

    comunidades y naciones, y las preocupaciones teolgicas y sociolgicas de sabor apocalptico.

    Introduccin 31

  • 32 $SRFDOLSVLVLQWHUSUHWDFLyQHFD]KR\

    grupos marginados, explotados y desposedos, son solo algunas realidades inmediatas que llegan al individuo y a la familia a travs de la radio y la televisin, y que afectan considerablemente el consciente y el subconsciente de la sociedad.

    A esa informacin debemos aadir la gran imaginacin DSRFDOtSWLFDTXHVHPDQLHVWDHQDOJXQDVREUDVOLWHUDULDVHQVHULHVtelevisivas y en varias pelculas. Como si todo esto fuera poco, debemos reconocer la importante contribucin de la retrica y los discursos polticos de lderes mundiales, particularmente en UHODFLyQD ORV WHPDVGHO0HGLDQR2ULHQWH FRPR ORV FRQLFWRVen Israel y Palestina. La gente est interesada en los temas apocalpticos y escatolgicos, pues desea saber cun cerca estn GHOQGHOPXQGR

    Esta obra, $SRFDOLSVLVLQWHUSUHWDFLyQHFD]KR\desea poner en justa perspectiva los grandes temas apocalpticos y escatolgicos del Apocalipsis de Juan, para contribuir, aunque sea de forma modesta, al uso de esta importante literatura pastoral en la tarea homiltica, educativa y consoladora de ministros y laicos, hombres y mujeres, adultos y jvenes que deseen escuchar nuevamente las palabras del vidente que nos dice: El que tiene odo, oiga lo que el Espritu dice a las iglesias (2.7).

    La gente est interesada en los temas apocalpticos y escatolgicos, pues desea saber cun cerca

    HVWiQGHOQGHOPXQGR

  • Bienaventurado el que lee y los que oyen...

    Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de esta profeca,

    y guardan las cosas en ella escritas, porque el tiempo est cerca.

    Apocalipsis 1.3

    1

  • Literatura apocalptica en la Biblia

    Antes de estudiar los grandes temas del libro apocalptico por excelencia, debemos ubicar ese tipo de literatura bblica en el marco general de las Sagradas Escrituras1. Adems del libro GH 'DQLHO HQ OD %LEOLD VH SXHGHQ LGHQWLFDU YDULDV SRUFLRQHVLPSRUWDQWHV TXH PDQLHVWDQ FODUDV FDUDFWHUtVWLFDV WHROyJLFDVtemticas y literarias similares a las del Apocalipsis de Juan. Entre esos textos, generalmente conocidos como proto-apocalpticos, pueden mencionarse los siguientes: Isaas 2427 y 3435; Zacaras 16 y 914; Daniel 712; y Ezequiel 37392.

    1 En su libro American Apocalypses 7KH-RKQ +RSNLQV8QLYHUVLW\3UHVV%DOWLPRUH \ /RQGRQ 'RXJODV 5RELQVRQ KDFH XQ PDJQtFR DQiOL-VLV GH ODV LPiJHQHV GHO Q GHOPXQGR HQ OD OLWHUDWXUD HVWDGRXQLGHQVH 'HDFXHUGR FRQ 5RELQVRQ HVDV LPiJHQHV KDQ EULQGDGR D GLYHUVRV DXWRUHV ODoportunidad de explorar temas de importancia poltica y social para el mundo. El tema de los apocalipsis extrabblicos puede estudiarse con detenimiento en la siguiente literatura: John J. Collins, !e Apocalyptic Imagination, Crossroad, New York, 1984; H.W. Attridge, Greek and Latin Apocalypses, Semeia 14, 1979, 159-86; F.T. Falln, !e Gnostic Apocalypses, Semeia 14,1979,123-158; M. Delcor, Mito y tradicin en la literatura apocalptica, Cristiandad, Ma-drid, 1977; Andr Paul, Intertestamento, Verbo Divino, Estella, Navarra, 1983.2 8QDPDJQtFD\PRGHUQDLQWURGXFFLyQDODOLWHUDWXUDDSRFDOtSWLFDVHHQFXHQWUDHQ)UHGHULFN -0XUSK\ ,QWURGXFFLyQ WR$SRFDO\SWLF/LWHUDWXUH (The New Interpreters Bible, pp.1-16). Este artculo presenta no solo el gnero literario, sino que pondera los orgenes y el discurso de este tipo de literatura, junto a la LGHQWLFDFLyQGHORVDSRFDOLSVLVFDQyQLFRV\H[WUDFDQyQLFRV

  • 36

    (VWDVSRUFLRQHVEtEOLFDVTXHSURYLHQHQGHGLIHUHQWHVFRQWH[WRVKLVWyULFRV \ KDQ VLGR HVFULWDV SRU GLIHUHQWHV DXWRUHV HQ pSRFDVYDULDGDV UHYHODQ XQPDUFDGR LQWHUpV SRU HO GHVHQODFH QDO GHODKLVWRULD(VDLQPLQHQWHSUHRFXSDFLyQWHROyJLFD\VRFLROyJLFDVHFRPXQLFDFRQXQ OHQJXDMHGHDOWRFRQWHQLGRVLPEyOLFR/RVDXWRUHV\ UHGDFWRUHVGH HVRV HVFULWRV DVHJXUDQTXH ORV HYHQWRV\ODVH[SHULHQFLDVGHVFULWDVKDQOOHJDGRDHOORVDWUDYpVGHXQDUHYHODFLyQ HVSHFLDO GH 'LRV (VWD UHYHODFLyQ SXHGH OOHJDU HQIRUPDGHVXHxRVRYLVLRQHV

    /D SDODEUD DSRFDOLSVLV VH GHULYD GH XQ YHUER JULHJR TXHVLJQLFDGHVFXEULUROHYDQWDUHOYHORTXHFXEUHDOJRRFXOWREl trmino se usa en el libro de Apocalipsis para describir el PHQVDMH TXH VH LQFOX\H HQ ODV UHYHODFLRQHV GH -XDQ YHU$SGHVLJQDHQODDFWXDOLGDGXQDSHUFHSFLyQGHOPXQGR\XQDFRQFHSFLyQ GH OD KLVWRULD \ DGHPiV LGHQWLFD XQ SDUWLFXODUgnero literario./D KLVWRULD VHJ~Q HVWD VLQJXODU FRUULHQWH WHROyJLFD VXHOH

    GLYLGLUVH HQ GRV JUDQGHV HUDV OD DFWXDO OOHQD GH FRQLFWRVSUREOHPDV GHVDItRV \ SHFDGRV \ OD YHQLGHUD GHVFULWD FRPRun gran perodo de paz, bonanza y prosperidad. Como gnero OLWHUDULRWDPELpQPDQLHVWDFDUDFWHUtVWLFDVGHQLGDV3.

    Entre los temas ms importantes que se incluyen en esta literatura estn los siguientes4: /D XUJHQWH H[SHFWDWLYD GH TXH ODV FRQGLFLRQHV SUHVHQWHV

    GHO PXQGR YDQ D VHU UDGLFDOPHQWH WUDQVIRUPDGDV HQ HO IXWXURinmediato.

    3 J.J. Collins, ed., Apocalypse: The Morphology of a Genre, Semeia 14, Scholars 3UHVV0LVVRXOD0749HU63DJiQFrom crisis to hope: A study of the origins of Apocalyptic lit-erature, DHL Dissertation, The Jewish Theological Seminary, N.Y. 1989, pp. 13-14.

    Los autores y redactores de esos escritos aseguran que los eventos y las experiencias descritas han llegado a ellos a travs

    de una revelacin especial de Dios. Esta revelacin puede llegar en forma de sueos o visiones.

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    (OQOOHJDUiDFRPSDxDGRGHXQDFDWiVWURIHFyVPLFDPDJQDTXHDIHFWDUiVXVWDQFLDOPHQWHDWRGRORFUHDGR

    3. /DUHODFLyQtQWLPDHQWUHHOQGHOWLHPSR\ODKLVWRULD\ODGLYLVLyQde esa historia mundial en perodos o segmentos; esos segmentos KLVWyULFRVDGHPiVHVWiQSUHMDGRVGHVGHODFUHDFLyQ

    4. /DLQWHUYHQFLyQGHHMpUFLWRVGHPRQtDFRV\DQJpOLFRVHQODVrealidades humanas.

    5. /DVDOYDFLyQOOHJDUiD,VUDHODXQTXHQRVRORD,VUDHOOXHJRGHODFDWiVWURIHQDO /D WUDQVLFLyQ GHO GHVDVWUH D OD VDOYDFLyQ FRPR UHVXOWDGR

    GLUHFWRGHXQDFWRGLULJLGRGHVGHHOPLVPRWURQRGHO6HxRUHVHDFWRSURGXFH\PDQLHVWDHO5HLQRGH'LRVHQODWLHUUD /D GLVWLQFLyQ HQWUH HO PXQGR SUHVHQWH \ WHPSRUDO \ HO

    SRUYHQLU /D SUHVHQFLD IUHFXHQWH GH XQ PHGLDGRU SDUD H[SOLFDU HO

    VLPEROLVPRGHODVUHYHODFLRQHV(OXVRGHODSDODEUDJORULDSDUDGHVFULELUODHUDYHQLGHUD

    3DUD OD FRPSUHQVLyQ DGHFXDGD GH OD OLWHUDWXUD DSRFDOtSWLFDQHFHVLWDPRVGHQLUFRQSUHFLVLyQDOJXQDVSDODEUDV\FRQFHSWRVLPSRUWDQWHV$SRFDOLSVLVFRPRVXVWDQWLYRGHVFULEHXQJpQHUROLWHUDULR\ODHVFDWRORJtDDSRFDOtSWLFDHVXQDSHUVSHFWLYDUHOLJLRVD \ WHROyJLFD TXH DQDOL]D \ FRPSUHQGH OD KLVWRULD KXPDQDde acuerdo con los planes establecidos de antemano por Dios. )LQDOPHQWHDSRFDOLSWLFLVPRHVXQPRYLPLHQWRVRFLRUHOLJLRVRun sistema de pensamiento, una ideologa que surge en grupos FX\DHVWUXFWXUDVRFLDOHVWiEDVDGDHQODDOLHQDFLyQ\GHVHVSHUDQ]D5.

    El gnero apocalptico es un tipo muy particular de literatura en ODFXDOVHLQFOX\HXQDUHYHODFLyQGLYLQDHVSHFLDOHQPDUFDGDHQXQDHVWUXFWXUDQDUUDWLYDDXQTXHVHSXHGHQLQFOXLUDOJXQRVpoemas FRUWRVHQ ODFXDO ODPDQLIHVWDFLyQGH'LRVD ODKXPDQLGDGHV

    5 Ibid., pp. 14-15.

    La palabra apocalipsis se deriva de un verbo griego TXHVLJQLFDGHVFXEULUROHYDQWDU

    el velo que cubre algo oculto.

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    mediada por un personaje angelical que comunica un mensaje, TXHDODYH]HVWHPSRUDO\DTXHSUHVHQWDODVDOYDFLyQDOQGHlos tiempos, y tambin es eterno pues incluye la creencia en otro mundo extraordinario y mejor6. Este gnero literario presupone XQDVLWXDFLyQGHJUDQFULVLVSROtWLFDVRFLDO\UHOLJLRVDHLQWHQWDRIUHFHU FRQVXHOR \ HVSHUDQ]D GH VDOYDFLyQ D ODV SHUVRQDValienadas de las estructuras de poder del mundo y la sociedad presente. Al sentirse impotentes ante las presentes realidades SROtWLFDV VRFLDOHV \ UHOLJLRVDV LPDJLQDQ \ FRQVWUX\HQ XQDmejor sociedad o mundo en el cual se les haga justicia.

    (OOLEURGH$SRFDOLSVLVLQFOX\HHQVXVSULPHURVGRVYHUVtFXORVXQEXHQPRGHORGHODHVWUXFWXUDQDUUDWLYDGHHVWHJpQHURVHSUHVHQWDFODUDPHQWHXQDUHYHODFLyQGLYLQDD-XDQVREUHODVFRVDVTXHKDQGHYHQLUDWUDYpVGHXQPHGLDGRURDJHQWHDQJHOLFDO3RVWHULRUPHQWHVHLQFOX\HQDGYHUWHQFLDV\VHSUHVHQWDFRQFODULGDGSHURHQVtPERORVORIXQGDPHQWDOGHOPHQVDMHDQWHODSHUVHFXFLyQGHORVFUH\HQWHV\ODGHVHVSHUDQ]DODJHQWHGH'LRVFRQItDHQODVSURPHVDVGLYLQDV\SHUVHYHUDKDVWDHOQ/DQDUUDFLyQGH ODVYLVLRQHVGH-XDQWDPELpQLQFOX\HYDULRVJpQHURVOLWHUDULRVPHQRUHVFRPRHStVWRODGR[RORJtDFiQWLFRGHYLFWRULD\EHQGLFLRQHV

    Apocalptica y profetismo

    $XQTXH OD OLWHUDWXUD DSRFDOtSWLFD LQFRUSRUD YDULRV HOHPHQWRVdestacados de los sapienciales7HVHOJpQHURSURIpWLFRHOTXHPiVODKDLQXHQFLDGR(QHIHFWR-XDQHOYLGHQWH\DXWRUGHOOLEUR

    63DXO+DQVRQ$SRFDO\SVLVDQG$SRFDO\SWLFLVPADB, I, 279; J.J. Collins, Apocalypse: The Morphology of a Genre: Semeia 14 .7 El libro clsico que describe las relaciones entre la literatura apocalptica y la VDSLHQFLDOHV*YRQ5DGLa sabidura en Israel Fax, Madrid, 1973; y del mismo autor, Teologa del Antiguo Testamento, Sgueme, Salamanca, 1973, pp. 381-390.

    Este gnero literario presupone una situacin de gran crisis poltica, social y religiosa, e intenta ofrecer consuelo

    y esperanza de salvacin a las personas alienadas de las estructuras de poder del mundo y la sociedad presente.

  • 39

    GH$SRFDOLSVLVVHSUHVHQWDDVtPLVPRFRPRSURIHWDYHU6XIXHQWHGHDXWRULGDGSULPDULDHV'LRV\VXFUHGHQFLDOIXQGDPHQWDOHVGHSURIHWD(O SURIHWD HQ HO $QWLJXR 7HVWDPHQWR HUD HVHQFLDOPHQWH XQ

    mensajero e intrprete de la palabra de Dios al pueblo; era el HQYLDGR GHO 6HxRU HQFDUJDGR GH UHFRUGDU FRQVWDQWHPHQWH Dla comunidad las obligaciones y exigencias de la Alianza o 3DFWR8/RVSURIHWDVHUDQSUHJRQHURVGHODMXVWLFLD\PHQVDMHURVGH OD SD] \ HQ HO GHVHPSHxR GH VXV ODERUHV DPRQHVWDEDQ DOSXHEOR\ OR OODPDEDQDYLYLUXQDYLGDVDQWDDJUDGDEOHD'LRV$GHPiVGHVDDEDQDODFRPXQLGDGDYLYLUHQVROLGDULGDGFRQORVnecesitados y desposedos de la tierra.

    3DUD FXPSOLU FRQ HVD LPSRUWDQWH PLVLyQ WHROyJLFD \ VRFLDOORV SURIHWDV DVHJXUDEDQ TXH HUDQ IDYRUHFLGRV SRU 'LRV FRQUHYHODFLRQHVHVSHFLDOHV(VWDVWHRIDQtDVRDXWRPDQLIHVWDFLRQHVH[WUDRUGLQDULDVGHO6HxRUHUDQODEDVHIXQGDPHQWDOGHOPHQVDMHSURIpWLFR /D IyUPXOD GHO PHQVDMHUR HV GHFLU OD IUDVH TXHLQWURGXFH \ SUHVHQWD ORV RUiFXORV GHVWDFD HVH IXQGDPHQWDOFRPSRQHQWH$VtKDGLFKRHO6HxRU9. /DDXWRULGDGLQGLVFXWLEOHGHOSURIHWDQRUHVLGHHQVXFDSDFLGDG

    LQWHOHFWXDOR LQWHOLJHQFLDQLHQVXVGHVWUH]DVPHWRGROyJLFDVGHDQiOLVLV GH ODV GLQiPLFDV TXH DIHFWDQ D OD FRPXQLGDG VH EDVDHYLGHQWHPHQWHHQTXH'LRVOHKDOODPDGR\OHKDHQFRPHQGDGRuna responsabilidad y un mensaje.$QWHODUHYHODFLyQGLYLQDGHDFXHUGRFRQODV(VFULWXUDV,VDtDV

    GHFtD+HPHDTXtHQYtDPHDPt ,V$PyV UHVSRQGtDD8 3DUDHVWXGLDUFRQSURIXQGLGDGODYLGD\PLQLVWHULRGHORVSURIHWDVGH,VUDHOODVsiguientes obras pueden ser de ayuda: J. Blenkinsopp, A History of Prophecy in Israel, )RUWUHVV3UHVV3KLODGHOSKLD-/LQGEORPProphecy in Ancient Israel, 2[IRUG8QLYHUVLW\ 3UHVV1HZ

  • 40

    VXVFUtWLFRVGLFLHQGR1RVR\SURIHWDQLVR\KLMRGHSURIHWD\-HKRYiPHWRPyGHGHWUiVGHOJDQDGR\PHGLMR9H\SURIHWL]DDPL SXHEOR ,VUDHO $P $QWH OD GXGD GH -HUHPtDVsegn el texto bblico, Dios mismo le dice: No digas: Soy un PXFKDFKRSRUTXHDWRGRORTXHWHHQYtHLUiV\GLUiVWRGRORTXHte mande. No temas delante de ellos, porque contigo estoy para OLEUDUWH-HU&RQ ODDXWRULGDGGLYLQDHOSURIHWDSUHYpGHVFULEH\DQXQFLD

    DQWLFLSDGDPHQWHORVFDVWLJRVTXHKDQGHVREUHYHQLUVLHOSXHEORSHUVLVWHHQVXDFWLWXGREVWLQDGDGHLQGHOLGDGDOD$OLDQ]DR3DFWR'HLJXDOIRUPDDXJXUDEDVDOYDFLyQ\SD]HQPRPHQWRVGHFULVLVSUHJRQDEDODHVSHUDQ]D\OLEHUDFLyQHQWLHPSRVGHFDXWLYHULR\SURPHWtDHOUHWRUQR\XQQXHYRp[RGRHQpSRFDGHOGHVWLHUUR8QR GH ORV JUDQGHV SURIHWDV GH OD %LEOLD FX\R PHQVDMH

    extraordinario y pertinente se encuentra en Isaas 4055, GHVWDFDFRQJUDQFDSDFLGDGOLWHUDULD\SURIXQGLGDGHVSLULWXDOHOFRPSRQHQWHGHODHVSHUDQ]DODGLPHQVLyQVDOYDGRUDHOLQWHUpVliberador de Dios10(QXQRGHVXVPiVIDPRVRVRUiFXORVGHFtD

    Ahora, as dice Jehov, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redim; te puse nombre, mo eres t.

    Cuando pases por las aguas, yo estar contigo; y si por los ros, no te anegarn. Cuando pases por el fuego, no te quemars, ni la llama arder en ti.

    Isaas 43.1-2 (RVR-1960)

    (QPHGLRGHOFDXWLYHULRFXDQGRHOSXHEORVXIUtDODVSHQXULDVGHKDEHU VLGRGHUURWDGRSRU ORV HMpUFLWRVEDELOyQLFRV \ FRQHOUHFXHUGRGHKDEHUYLVWRHO WHPSORGH -HUXVDOpQGHVWUXLGR\ ODVLQVWLWXFLRQHVQDFLRQDOHVGHVPDQWHODGDVHOSURIHWDOHYDQWyVXYR]GHWULXQIRSDUDGHFLU

    10 5HIHUHQWH D HVWD LPSRUWDQWH VHFFLyQ GHO OLEUR GH ,VDtDV FRQRFLGD WDPELpQFRPR'HXWHURLVDtDVODELEOLRJUDItDHVH[WHQVD9HUHQWUHRWURVORVVLJXLHQWHVOL-EURVGHQXHVWUDDXWRUtD3DJiQLa visin de Isaas, Caribe, Miami, 1997. Isaas. Comentario Bblico Latinoamericano9HUER'LYLQR(VSDxDIntroduc-cin al libro del profeta Isaas,$XJVEXUJ)RUWUHVV3UHVV

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    l da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ninguna. /RVPXFKDFKRVVHIDWLJDQ\VHFDQVDQORVMyYHQHVDTXHDQ

    y caen; pero los que esperan a Jehov tendrn nuevas fuerzas; levantarn alas como las guilas; corrern, y no se cansarn; caminarn, y no se fatigarn.

    Isaas 40.29-31 (RVR-1960)

    /RV SURIHWDV HQ HVRV PRPHQWRV GH GLFXOWDG QDFLRQDO HLQWHUQDFLRQDO UHFRUGDEDQ DO SXHEOR OD FDSDFLGDG GLYLQD GHLQWHUYHQFLyQ HQ PHGLR GH OD KLVWRULD KXPDQD $QXQFLDEDQ ODUHVWDXUDFLyQIXWXUD\HOQGHORVGRORUHV\ODVFDXVDVGHOVXIULPLHQWRpues recordaban que Dios haba liberado a Israel de Egipto y ni aun HOIDUDyQFRQVXVSRGHURVRVHMpUFLWRV\DUPDPHQWRVSXGRGHWHQHUHOSDVRWULXQIDQWHGHXQSXHEORTXHPDUFKDEDDOIXWXURDOD7LHUUD3URPHWLGDHQHOQRPEUHGHO6HxRU11.

    El Apocalipsis de Juan y la literatura proftica

    /DLQXHQFLDGHO$QWLJXR7HVWDPHQWRHQHO$SRFDOLSVLVGH-XDQes extensa e intensa12. El importante tema del xodo, por ejemplo, se utiliza como prototipo de las grandes liberaciones del pueblo de 'LRV6HLQFOX\HHQWUHRWURVODUHYHODFLyQGHOQRPEUHGH'LRV([FI$SODVSODJDVGH(JLSWR([FI$SHOFUXFHGHO0DU5RMR([FI$S\HO$UFDGHO3DFWR([FI$S(OYLGHQWHFRQRFtDPX\ELHQ

    11 (QHO1XHYR7HVWDPHQWRHOSURIHWLVPRFRQVHUYyVXLPSRUWDQFLD/RVSURIHWDVKDEODEDQHQHOQRPEUHGHO6HxRUSDUDHGLFDFLyQH[KRUWDFLyQ\FRQVRODFLyQGHORVHOHV&RSDUDDQXQFLDUHOSRUYHQLU+FK\WDP-ELpQSDUDH[SOLFDUSURIHFtDVSUHYLDVGHOD(VFULWXUD3YpDVHDiccio-nario teolgico del Nuevo Testamento, op.cit., pp. 413-420.12 0(%RLVPDUG(O$SRFDOLSVLVIntroduccin a la Biblia II, en A. Robert y A. Feiullet, eds., Herder, Barcelona, 1965, pp. 639-641.

    /RVSURIHWDVHQHVRVPRPHQWRVGHGLFXOWDGQDFLRQDOHLQWHUQDFLRQDOrecordaban al pueblo la capacidad divina de intervencin

    en medio de la historia humana.

  • 42

    ODLPSRUWDQFLDKLVWyULFDWHROyJLFDOLW~UJLFDVRFLDO\SROtWLFDGHODLQWHUYHQFLyQGLYLQDSDUDGHVWUXLUGHIRUPDGHQLWLYDODVFDXVDVTXHRIHQGtDQDQJXVWLDEDQ\RSULPtDQDOSXHEORGH'LRV3DUD LOXVWUDU OD QDWXUDOH]D \ H[WHQVLyQ GH ORV FRQLFWRV

    \ SUREOHPDV TXH VXIUtD OD LJOHVLD FULVWLDQD -XDQ XWLOL]yFUHDGRUDPHQWH ODV YLVLRQHV GHO OLEUR GH'DQLHO (VWD OLWHUDWXUDOH EULQGy DO YLGHQWH GH3DWPRV ORV WHPDV HO VLPEROLVPR\ ODVimgenes necesarias para describir y explicar las grandes SHUVHFXFLRQHV\FRQLFWRVTXHVXIUtDQORVFUH\HQWHV'Q\$S13.1-8; 12.14; 17.12; 20.4; Dn 3.5-7,15; y Ap 13.15; Dn 8.10 \$S $GHPiV HO OLEUR GH'DQLHO SURYHH HO IXQGDPHQWRSDUDODHVFHQDGHO+LMRGHO+RPEUHTXHYLHQHVREUHODVQXEHVDSDUWLFLSDUHQHOJUDQMXLFLRHVFDWROyJLFR'QFI$S6LQHPEDUJRODFRQWULEXFLyQPD\RU\SRVLEOHPHQWHPiVLPSRUWDQWH

    DOOLEURGH$SRFDOLSVLVSURYLHQHGH(]HTXLHO(VWHH[WUDRUGLQDULR\YLVLRQDULRSURIHWDGHOFDXWLYHULR13TXHVHFDUDFWHUL]ySRUHOXVRH[WHQVRGHLPiJHQHV\VLPEROLVPRVLQFHQWLYySURSLFLy\JHQHUyODFUHDWLYLGDGGHOYLGHQWHQHRWHVWDPHQWDULR

    Las siguientes imgenes son solo algunas de las contribuciones GH(]HTXLHOD -XDQ/DYLVLyQ LQDXJXUDOGHO WURQRGH'LRV (] FI$S HOSHTXHxR OLEUR VHOODGR (] FI$S (] FI$S ORV VLHUYRV GH'LRV VHOODGRV HQ ODIUHQWH SDUD VHU SUHVHUYDGRV GH ODV SODJDV (] FI$S ODUHVXUUHFFLyQGHORVPXHUWRV(]FI$SHODVDOWRGH*RJ\0DJRJ(]FI$S\ODGHVFULSFLyQGHODQXHYD-HUXVDOpQ(]FI$S14.

    Antes de continuar con este estudio es menester hacer una DUPDFLyQ PX\ LPSRUWDQWH VREUH HO OLEUR GH $SRFDOLSVLV \

    13 8QD GH ODVPHMRUHV REUDV UHIHUHQWH D (]HTXLHO SURYLHQH GHO HUXGLWR MXGtRMosh Greenberg, Ezequiel, 1-20, Doubleday and Company, Garden City, 1

  • 43

    particularmente, en torno a su autor. Si bien es cierto que Juan conoce muy bien la literatura bblica y, adems, se ubica en OD WUDGLFLyQGH ORVSURIHWDVGHO$QWLJXR\1XHYR7HVWDPHQWRTXHHVWXGLDQHLQWHUSUHWDQORVRUiFXORVGHORVSURIHWDVGH,VUDHOQRGHEHPRVSHQVDUROOHJDUD ODHUUyQHDFRQFOXVLyQGHTXHHOYLGHQWH GH 3DWPRV FDUHFtD GH FUHDWLYLGDG WHROyJLFD \ YLUWXGliteraria.

    0X\OHMRVGHVHUOLWHUDULDPHQWHHVWpULOQXHVWURSURIHWDOHLPSDUWHe imprime originalidad, gracia, sobriedad, poesa y esplendor a imgenes y temas antiguos. Como muchos de sus contemporneos MXGtRV -XDQ SUHVHQWD VXV LGHDV WHROyJLFDV \ H[SUHVD VXVsentimientos religiosos con las imgenes y los simbolismos que el SXHEORGH'LRVSRGtDHQWHQGHU(OYLGHQWHGH3DWPRVEHELyGHODIXHQWHYHWHURWHVWDPHQWDULDQRSRUIDOWDGHLPDJLQDFLyQOLWHUDULDQLSRUFDUHQFLDGHLGHDVQRYHOHV\GHVDDQWHVVLQRSDUDFRPXQLFDUVXPHQVDMHGHIRUPDDGHFXDGD\HQWHQGLEOH(ODXWRUGHOOLEURGH$SRFDOLSVLVHVHVHQFLDOPHQWHXQYLGHQWHLOXPLQDGRHVGHFLUXQDSHUVRQDWRPDGDSRUHO(VStULWXGH'LRVTXHWUDQVPLWLyFRPRORVDQWLJXRVSURIHWDVGH,VUDHOXQPHQVDMHGHVDOYDFLyQHQXQSHUtRGRGHFULVLVXQDSDODEUDGHYLGDHQXQDPELHQWHGHPXHUWHXQRUiFXORGHOLEHUDFLyQHQXQPXQGRFDXWLYR

    /HQJXDMHJXUDGR

    8Q FRPSRQHQWH PHWRGROyJLFR IXQGDPHQWDO SDUD OOHJDU DOD FRPSUHQVLyQ DGHFXDGD GHO$SRFDOLSVLV VH UHODFLRQD FRQ HODQiOLVLVFRUUHFWRGHOHVWLOROLWHUDULRGHOOLEURHVSHFtFDPHQWHFRQel uso e implicaciones de las imgenes literarias y los smbolos UHOLJLRVRV (O OHQJXDMH JXUDGR SRSXODU DUWLFLR OLWHUDULR

    El autor del libro de Apocalipsis es esencialmente un vidente iluminado; es decir, una persona tomada por el Espritu de Dios (1.10; 22.6)

    que transmiti, como los antiguos profetas de Israel, un mensaje de salvacin en un perodo de crisis, una palabra de vida en un ambiente de muerte, un orculo de liberacin en un mundo cautivo.

  • 44

    SDUWLFXODUPHQWH~WLOSDUDORVHVFULWRUHV\YLGHQWHVDSRFDOtSWLFRV15, UHWD OD LPDJLQDFLyQ VXJLHUH LGHDV LQVLQ~D FRQFHSWRV \ HYRFDWUDGLFLRQHVTXHFRQWULEX\HQQRWDEOHPHQWHDODFRPXQLFDFLyQGHOPHQVDMHGHVDOYDFLyQFRQVRODFLyQ\HVSHUDQ]D8Q EXHQ HMHPSOR GH OHQJXDMH JXUDGR FDUJDGR GH FRQWHQLGR

    WHROyJLFRVDOYDGRUVHSXHGHLGHQWLFDUHQ$SRFDOLSVLV(OYLGHQWHFRQWHPSODXQDJUDQPXOWLWXGGHWRGDVODVQDFLRQHVUD]DVOHQJXDV\SXHEORV(VWDEDQGHODQWHGH'LRV\GHO&RUGHURYHVWLGRVGHEODQFR\OOHYDEDQUDPDVGHSDOPDVHQODVPDQRV$S(QPHGLRGHODDODEDQ]D\ODDGRUDFLyQHOYLGHQWHSUHJXQWDDVX

    LQWHUORFXWRUDQJHOLFDO4XLpQHVVRQpVWRVTXHHVWiQYHVWLGRVGHEODQFR\GHGyQGHKDQYHQLGR"6HJ~QODYR]TXHLQWHUSUHWDODYLVLyQHUDQORVTXHKDEtDQSDVDGRSRUODWULEXODFLyQ\KDEtDQVLGRODYDGRV\EODQTXHDGRVHQODVDQJUHGHO&RUGHUR(OWH[WRGLFH

    Por eso estn delante del trono de Dios,y da y noche le sirven en su templo; El que est sentado en el tronolos proteger con su presencia.Ya no sufrirn hambre ni sed,ni los quemar el sol, ni el calor los molestar; porque el Cordero, que est en medio del trono, ser su pastor y los guiar a manantiales de aguas de vida, y Dios secar toda lgrima de sus ojos.

    Apocalipsis 7.15-17(DHH)

    +DFLHQGRXVRGHXQH[WUDRUGLQDULROHQJXDMHVLPEyOLFRHOYLGHQWHDUPDFRQFODULGDGTXHXQDYH]ORVFUH\HQWHVSDVHQ\VXSHUHQODKRUDGHFULVLV\WULEXODFLyQ'LRVPLVPRGHVWDFDQGRVXFDSDFLGDGGHSDVWRUUH\\VDFHUGRWHORVOOHYDUiDPDQDQWLDOHVGHDJXDVHVGHFLUDOXJDUHVGHSD](O6HxRUDGHPiVHUUDGLFDUiODVFDXVDVque producen lgrimas y dolor en el pueblo. El contenido del

    15 5HIHUHQWHDHVWHWHPDGHOOHQJXDMHJXUDGRHQHO Apocalipsis, YHU%RLVPDUGop.cit., -HDQ/RXLV'$UDJyQ$SRFDOLSVLVComentario Bblico San Jernimo, Tomo IV, Ediciones Cristiandad, Madrid, 1972, p. 532.

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    PHQVDMHHVGHHVSHUDQ]DVDOYDFLyQ\OLEHUDFLyQODIRUPDOLWHUDULDHVSRpWLFDJXUDGD\VLPEyOLFD

    Esta importante caracterstica literaria es un componente bsico en el estudio de la literatura apocalptica en general, y del Apocalipsis GH -XDQ HQ SDUWLFXODU HO URSDMH HV VLPEyOLFR \ OD HVHQFLDVDOYDGRUD HO HVWLOR HVSRpWLFR\HO FRQWHQLGR HVSHUDQ]DGRU ODYHVWLPHQWDHVJXUDGD\HOPHQVDMHOLEHUDGRU7HQHUHQFXHQWDHVDSHFXOLDULGDGOLWHUDULD\WHROyJLFDHVXQIDFWRUGHWHUPLQDQWHHQHOHVWXGLR\FRPSUHQVLyQGHODOLWHUDWXUDDSRFDOtSWLFD

    /DPD\RUSDUWHGH ORV VtPERORVXWLOL]DGRVSRU HO YLGHQWHGH3DWPRV HVWiQ WRPDGRV GH OD OLWHUDWXUD SURIpWLFD (QWUH HOORVSRGHPRV LGHQWLFDU ORV VLJXLHQWHV16 XQD PXMHU SXHGHrepresentar a un pueblo (12.1-17) o a una ciudad (17.1-18); los FXHUQRVLQGLFDQSRGHUSDUWLFXODUPHQWHDXWRULGDG\ SRGHU UHDO ODV DODV DOXGHQ DO PRYLPLHQWRGLQDPLVPR PRYLOLGDG ORV RMRV FRQRFLPLHQWR \ ODV SDOPDV WULXQIR /DVWURPSHWDV VLPEROL]DQ XQD YR] VREUHKXPDQD GLYLQD ODHVSDGDDJXGDODSDODEUDGH'LRVTXHMX]JD\FDVWLJDODVYHVWLGXUDVEODQFDVHOPXQGRJORULRVR\HOPDUIXHQWHGHLQVHJXULGDGy muerte (13.1; 21.1).

    En la simbologa apocalptica, los colores y los nmeros juegan XQ SDSHO SUHSRQGHUDQWH (O EODQFR VLPEROL]D HO JR]R GHOWULXQIRHOS~USXUD\HVFDUODWDOXMRPDJQLFHQFLDHODPDULOORVH UHHUHD ODGHVFRPSRVLFLyQ \HOQHJURD ODPXHUWH(OQ~PHURVLHWHXVDGRYHFHVHQHOOLEURVLJQLFD

    16 '$UDJyQop.cit.

    Haciendo uso de un extraordinario lenguaje simblico, HOYLGHQWHDUPDFRQFODULGDGTXHXQDYH]ORVFUH\HQWHVSDVHQ

    y superen la hora de crisis y tribulacin, Dios mismo destacando su capacidad de pastor, rey y sacerdote los llevar

    a manantiales de aguas; es decir, a lugares de paz.

  • 46

    WRWDOLGDG SOHQLWXG \ SHUIHFFLyQ HO GRFH YHFHV DOXGH DODV WULEXV GH ,VUDHO R D ORV GLVFtSXORV GH&ULVWR \ HO FXDWURYHFHVUHSUHVHQWDORFUHDGRODXQLYHUVDOLGDG2WURVQ~PHURVTXHVHUHSLWHQFRQFLHUWDIUHFXHQFLDVRQHOWUHVYHFHVHOGLH]YHFHV\HOPLO\VXVP~OWLSORVFDS(OREMHWLYRGHODVLPERORJtDHVGHVWDFDUHOLQHIDEOHPLVWHULRDO

    FXDOVHDOXGH(OYLGHQWHWRPDGRSRUHO(VStULWXGH'LRVRHQGLiORJRFRQXQLQWHUORFXWRUGLYLQRFRPXQLFDDORVFUH\HQWHVORVPLVWHULRVQHFHVDULRVSDUDODHGLFDFLyQFRQVRODFLyQ\VDOYDFLyQ/DQDOLGDGGHOVLPEROLVPRQRHVUHSURGXFLUGHIRUPDFRKHUHQWH\OyJLFDDOJXQDUHDOLGDGVLQRHYRFDUODLPDJLQDFLyQSDUDLQVSLUDUODIH\ODVHJXULGDGGHORVHOHV

    /DSUHJXQWDIXQGDPHQWDODOHVWXGLDU$SRFDOLSVLVSRUHMHPSOR QR GHEH VHU FyPR SXHGHQ UHSDUWLUVH R GLYLGLUVH GLH]FXHUQRVHQVLHWHFDEH]DV$OHYDOXDUHVWHWH[WRGHVFXEULPRVTXHHO&RUGHURTXHVLPEROL]DDO&ULVWRWULXQIDQWHSRVHHODSOHQLWXGGHOSRGHU\GHOFRQRFLPLHQWRODEHVWLDFRQVXIRUPDJURWHVFD\amenazante, alude al dspota imperio romano, las cabezas son VXVHPSHUDGRUHV\ORVFXHUQRVUHSUHVHQWDQDVXVUH\HVYDVDOORV

    Los habitantes de la tierra cuyos nombres no estn escritos HQHOOLEURGHODYLGDDGRUDUiQDODEHVWLDTXHHTXLYDOHDGHFLUque cedern y caern derrotados ante el poder del Imperio. Sin HPEDUJR OD JHQWHHO ORV FUH\HQWHV TXH QR VXFXPELHURQ DQWHODSUHVLyQ\SHUVHFXFLyQGH ODEHVWLD WDPELpQFRQRFLGDFRQHOQ~PHURGLFHQ

    Aleluya!Porque ha comenzado a gobernar el Seor, nuestro Dios todopoderoso. Alegrmonos, llenmonos de gozo y dmosle gloria,

    El objetivo de la simbologa es destacar el inefable misterio al cual se alude. El vidente, tomado por el Espritu de Dios, o en dilogo

    con un interlocutor divino, comunica a los creyentes ORVPLVWHULRVQHFHVDULRVSDUDODHGLFDFLyQFRQVRODFLyQ\VDOYDFLyQ

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    porque ha llegado el momentode las bodas del Cordero.Su esposa se ha preparado:se le ha permitido vestirse GHOLQRQROLPSLR\EULOODQWHporque ese lino es la recta conducta del pueblo santo.

    Apocalipsis 19.6-8 (DHH)

    Pertinencia y contextualizacin

    La literatura apocalptica, de la cual el Apocalipsis de Juan es uno GHORVPHMRUHVUHSUHVHQWDQWHVRUHFHGXUDQWHPRPHQWRV\SHUtRGRVGHFULVLV(OREMHWLYRWHROyJLFR\SDVWRUDOQRHVDPHGUHQWDULQWLPLGDUGHVRULHQWDUQLFRQIXQGLUDORVFUH\HQWHV(VWDOLWHUDWXUDTXHHQWLHUUDVXV UDtFHV PX\ KRQGDV HQ ORV SURIHWDV GHO $QWLJXR 7HVWDPHQWRGHVWDFDODFDSDFLGDGGLYLQDGHLQWHUYHQLUHQPRPHQWRVGHGLFXOWDGH[WUHPDSRUODVTXHDWUDYLH]DHOSXHEORGH'LRV(QODWUDGLFLyQGHORVDQWLJXRVSURIHWDVGH,VUDHOHVWRVDQXQFLDQ

    HO WULXQIRGHQLWLYRGH'LRV\VXSXHEORDQWH ODV IXHU]DVGHOPDOSatn y sus demonios. Mediante un lenguaje saturado de imgenes, VLPEROLVPR\SRHVtDVHDUPDODYLFWRULDWRWDOGHORVKLMRVGHODOX]DQWHel ataque de los hijos de las tinieblas. Estos temas, que preocuparon al YLGHQWHHQ3DWPRVVHYLVWHQGHDFWXDOLGDGDQWHODFULVLVPRUDOVRFLDOpoltica y espiritual de la sociedad contempornea.

    $ODFULVLVWUDGLFLRQDOTXHVHPDQLHVWDHQLQMXVWLFLDVJXHUUDVUHJLRQDOHV RSUHVLyQ UHSUHVLyQ PDWDQ]DV KDPEUH SREUH]D\PLVHULD GHEHPRV DxDGLU ODV FULVLV \ ODV GLFXOWDGHV HQ HO0HGLDQR 2ULHQWH SDUWLFXODUPHQWH HQ 3DOHVWLQD H ,VUDHO $QWHXQDQXHYDDPHQD]DGHXQKRORFDXVWRQXFOHDUGHUHSHUFXVLRQHVLQGHVFULSWLEOHVVHHVFXFKDQXHYDPHQWHHOPHQVDMHDSRFDOtSWLFR

    En la tradicin de los antiguos profetas de Israel, estos DQXQFLDQHOWULXQIRGHQLWLYRGH'LRV\VXSXHEORDQWHODVIXHU]DV

    del mal, Satn y sus demonios.

  • 48

    Y o una fuerte voz que vena del trono, y que deca: Aqu est el lugar donde Dios vive ahora con los hombres. Vivir con ellos, y ellos sern sus pueblos, y Dios mismo estar con ellos como su Dios. Secar todas las lgrimas de ellos, y ya no habr muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor; porque todo lo que antes exista, ha dejado de existir.

    El que estaba sentado en el trono dijo: Yo hago nuevas todas las cosas.

    Apocalipsis 21.3-5a (DHH)