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American Association of Teachers of Spanish and Portuguese is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Hispania. http://www.jstor.org (Anti)platonismo en La destrucción o el amor Author(s): Gustavo V. García Source: Hispania, Vol. 82, No. 4 (Dec., 1999), pp. 733-739 Published by: American Association of Teachers of Spanish and Portuguese Stable URL: http://www.jstor.org/stable/346338 Accessed: 29-09-2015 21:50 UTC Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at http://www.jstor.org/page/ info/about/policies/terms.jsp JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact [email protected]. This content downloaded from 200.16.5.202 on Tue, 29 Sep 2015 21:50:51 UTC All use subject to JSTOR Terms and Conditions

Antiplatonismo en Vicente Aleixandre

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Sobre V Aleixandre

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(Anti)platonismo en La destrucción o el amor Author(s): Gustavo V. García Source: Hispania, Vol. 82, No. 4 (Dec., 1999), pp. 733-739Published by: American Association of Teachers of Spanish and PortugueseStable URL: http://www.jstor.org/stable/346338Accessed: 29-09-2015 21:50 UTC

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(Anti)platonismo en La destrucci6n o el amor Gustavo V. Garcia

University of North Carolina-Greensboro

Abstract: La destruccidn o el amor de Vicente Aleixandre comparte la idea del origen divino de la poesia desarrollada por Plat6n en el Ion. Sin embargo, al contrario de las opiniones vertidas por el fil6sofo ateniense en La rep zblica, el sujeto po6tico aleixandrino considera que la poesia no estai hecha de "mentiras" y que el rol del poeta no se restringe a divertir. En efecto, su prop6sito es revelar la "verdad" y la forma de acceder a ella. Esta visi6n postula que el universo es un todo indivisible donde, por encima de los seres animados e inanima- dos, hay una fuerza cohesiva y predeterminada (destrucci6n = amor) que los unifica por medio del aniquilamiento total.

Key Words: Aleixandre (Vicente), La destruccidn o el amor, Generaci6n del 27, poesia, est6tica, filosofia, platonismo

M ds que una voluntad de negar o hacer abstracci6n de catego- rias reales, la poesia es un acto

de fe que afirma su propia realidad. Una rea- lidad subjetiva y, por lo tanto, objeto de una critica racional. Plat6n, el primer critico de la funci6n y validez de la poesia, es contra- dictorio y duro con ella. Para 6ste, a pesar de ser intermediarios entre la divinidad y los hombres, los poetas mienten y son ene- migos de la filosofia. Tan graves acusacio- nes han generado una diversidad de res- puestas literarias. La destruccidn o el amor de Vicente Aleixandre es una de ellas.1 En este texto, el poeta espafiol postula que la poesia, ademds de tener un origen sobrena- tural, es un vehiculo para revelar y acceder a la "verdad."

El prop6sito de este ensayo es desarro- lilar esa hip6tesis contrastando La destruc- cidn o el amor con la teoria propuesta por Plat6n en el Ion y en La repziblica (libros II, III y X). En estos dialogos, el rol del poeta es ambiguo y presenta no pocas contradic- ciones que, a manera de un espejo, se refle- jan y resuelven en el texto de Aleixandre.

El Ion, uno de los dialogos mas pol6mi- cos e influyentes, presenta la teoria del ori- gen divino de la poesia:

...la musa inspira a los poetas.... No es mediante el arte, sino por el entusiasmo y la inspiraci6n, que los buenos poetas 6picos componen sus bellos poemas. Lo mismo sucede con los poetas liricos. (98)

Tal declaraci6n, atribuida a S6crates, niega la autonomia creativa del artista y lo supe- dita a la voluntad de un ser sobrenatural. En el libro de Aleixandre no hay referencia concreta a musa alguna. Ese papel esta re- servado a una fuerza extraordinaria mas compleja, moderna y terrible que la inofen- siva deidad griega: la destrucci6n identifi- cada con la muerte y el amor.2 A pesar de este cambio referencial del nombre, forma y atributos de la "divinidad," permanece, en esencia, la idea de una poderosa fuerza ex- terior al poeta. Para el Ion, por otro lado, el aedo es alguien que no sabe lo que dice, un ser inconsciente e incluso loco; pero tam- bi6n, por ser el intermediario entre dioses y hombres, es un ente privilegiado y divino:

En esto dices la verdad, porque el poeta es un ser ala- do, ligero y sagrado, incapaz de producir mientras el entusiasmo no le arrastra y le hace salir de si mismo. Hasta el momento de la inspiraci6n todo hombre es impotente para hacer versos y producir ordculos. (Ion 98, enfasis mio)

El poeta, ademais de escribir versos, produ- ce oriculos, es decir, comunica en forma velada e implicita la "verdad" transmitida por los dioses.

En La destruccidn o el amor Aleixandre comparte la idea del origen divino de la poe- sia e incluso implica que esta tiene el pro- p6sito de revelar la "verdad": el universo es un todo indivisible en continuo proceso de transformaci6n en el que, por encima de los

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seres animados e inanimados, hay una fuer- za cohesiva y predeterminada-destruc- ci6n = amor-que los unifica sin distinguir jerarquias.3 La poesia aleixandrina estai re- ferida a exaltar y profetizar el poder destruc- tivo de esa "musa" tan singular:

Quiero amor o la muerte, quiero morir del todo, quiero ser tWi, tu sangre, esa lava rugiente, que regando encerrada bellos miembros extremos siente asi los hermosos limites de la vida. ("Unidad en ella" 126)

iVen, ven, muerte, amor; ven pronto, te destruyo; ven, que quiero matar o amar o morir o darte

[todo...! ("Ven siempre, ven" 135)

Con este tipo de exclamaciones, el sujeto po6tico invoca a una divinidad circular: muerte = amor = destrucci6n = vida, para que 6sta lo restituya a su seno por medio del aniquilamiento total. Tal concepci6n, que tiene raices en la mistica espafiola,4 puede tipificarse, siguiendo los principios de Plat6n, como la de alguien que estA "arras- trado" por el "entusiasmo" y no sabe lo que dice porque:

los poetas no estAn con la sangre fria cuando compo- nen sus preciosas odas, sino que desde el momento en que toman el tono de la armonia y el ritmo, entran en furor y se ven arrastrados por un entusiasmo igual al de las bacantes. (Ion 98)

En efecto, no se puede concluir otra cosa de estas expresiones:

Soy el sol que bajo la tierra pugna por quebrantarla como un brazo solisimo que al fin entreabre su

[cArcel y se eleva clamando mientras las aves huyen.

Soy esa amenaza a los cielos con el pufio cerrado.... ("Mina" 132)

Salir de si mismo es una frase certera para definir la complejidad e "irrealidad" del su- jeto po6tico de Aleixandre,5 quien al estar "fuera de si," arrastrado por el "entusias- mo"; o si se quiere, "poseido por la divini- dad," hace referencia, de manera implicita, a un mundo mis alli del fenomenol6gico, una realidad ideal a la que afiora y evoca con frecuencia porque Asta vendria a ser el

mundo verdadero en oposici6n a la ilusorie- dad del que habitamos.6 El platonismo aleixandrino, en este respecto, es muy or- todoxo:

8.- La filosofia de Plat6n representa la expresi6n del idealismo objetivo. El mundo "visible," que percibi- mos con nuestros sentidos, segfin 61, no constituye la realidad aut6ntica. S61o las ideas, los conceptos genbricos generales, tie- nen, a su juicio, realidad aut6ntica. Ademais, tienen vida propia, independientemente de la conciencia humana, e incluso por encima de las cosas aisladas, en las que ellas solamente "estain presentes." Perma- necen en cierto lugar "concebido por la mente" y for- man un mundo aparte, el de las ideas, que existe separado del de las cosas. (Pokrovski 60)

La separaci6n de las ideas y de las cosas (in- cluidos los seres vivos) permite desarrollar al poeta una especie de idealismo ffinebre.7 La voz po6tica predica la destrucci6n o el amor convencida de que s61o a trav6s de la muerte se puede alcanzar el mundo de las ideas. Es por eso que prefiere asumir la identidad de cosas y animales porque 6stos contienen y demuestran una mayor capaci- dad de destrucci6n o, en otras palabras, de realizar sin cuestionamientos el anhelo del amor infinito y total: la fusi6n con el univer- so. El dios destrucci6n = amor lo absorbe todo y Aleixandre es el profeta que por medio de la poesia revela (y destruye) este mundo transitorio; y, asimismo, predica la suprarrealidad de otro que puede ser iden- tificado con el "ser," el to hon parm6nico y plat6nico.

En La rep zblica, Plat6n es muy duro con la poesia. Para 61, los poetas "no tienen otro oficio que el de divertir con sus fibulas al

g6nero humano" (II: 468). El fil6sofo, en su

afin de construir una sociedad ideal, quie- re restringir el papel de la poesia porque esti hecha de "mentiras corruptoras" res- pecto a los dioses: "Quiero decir que nos presentan a los dioses y h6roes de otra manera que como ellos son, como cuando un pintor pinta retratos que no se parecen a sus originales" (II 468). Esta 16gica esti por encima incluso de la verdad:

Afin cuando todo ello fuese cierto, no son cosas que puedan decirse ante un nifio desprovisto de raz6n; hay que sepultarlas en el silencio, o si es preciso hablar

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de ellas, debe hacerse exclusivamente en secreto y ante escasisimo ni'mero de oyentes, con expresa pro- hibici6n de revelar nada de ello...con el fin de restrin- gir todavia mais el n6mero de iniciados. (II 468-69)

La "verdad," seg6in el fil6sofo, debe ser inalcanzable para la mayoria de la gente. El secreto del funcionamiento del Estado, ele- vado al rango de una excluyente categoria politica, garantiza y protege la instituci6n y las funciones de la reptiblica ideal: s61o unos cuantos elegidos tienen acceso al conoci- miento. El que habla en La destruccidn o el amor no comparte esos criterios. Es mts, los infringe a cada momento puesto que no tiene la intenci6n de "divertir" ni de ocultar nada a los demas. Su misi6n es revelar y establecer una terrible y acaso incompren- sible "verdad" que mata. En este sentido su poesia es una religi6n suicida porque pre- dica la fusi6n amorosa (destructiva) con el cosmos: "'Todo es uno y lo mismo,' procla- ma," en palabras de Bousofio (71), el poe- ta-profeta. Por otro lado, su "divinidad" con- tradictoriamente circular (destrucci6n = amor = muerte = vida) es presentada con sus ambigiiedades y defectos. Ello salvaria a Aleixandre de decir "mentiras" acerca de las deidades, pero a pesar de esto, conce- diendo que los dioses est6n representados con fidelidad, Plat6n no aceptaria que ese conocimiento fuese propagado en forma tan abierta, tal cual lo hace el sujeto po6tico aleixandrino. En efecto, el griego condena la violencia, la discordia, los crimenes y los combates que los poetas, en especial Hesiodo y Homero, atribuyen a los dioses. Su objetivo, praictico e inmediato, reside en resguardar la armonia y la virtud de los j6- venes guardianes para reproducir una so- ciedad de valores muy selectos:

Si es nuestro prop6sito convencerles de que jamAs rein6 la discordia entre los ciudadanos de una misma repi'blica, y que no puede reinar entre ellos sin cri- men, obliguemos a los poetas a que no compongan nada, y a los ancianos de entrambos sexos, a que no cuenten a los nifios nada que tienda a ese fin. (1469)

Para Plat6n, la libertad artistica, en aras del bien comiin, estA supeditada alas razones de Estado. Los poetas, de acuerdo a este razonamiento, estarian obligados a callar o

a componer versos "politicamente correc- tos." La voz po6tica construida por Aleixandre no acepta estos puntos de vista. Los atributos de su divinidad son muy vio- lentos y su pr6dica gira en torno a la glorificaci6n de la destrucci6n y la muerte, Ilevadas a cabo por las mais diversas criatu- ras e instrumentos materiales: El tigre, el le6n cazador, el elefante que en sus

[colmillos lleva alg'in suave collar, la cobra que se parece al amor mais ardiente, el aguila que acaricia a la roca como a los sesos

[duros, el pequefio escorpi6n que con sus pinzas s61lo aspira a oprimir un instante la vida.... ("La selva y el mar" 118)

esa levisima serpiente que te incrusta su amor como dos letras sobre la piel odiada. ("Sobre la misma tierra" 184)

un rumor de clamores asesinos mientras cuchillos aman corazones. ("Verbena" 194)

Los versos anteriores contrastan con las ideas de Plat6n que estaria harto preocupa- do si en su armoniosa y pacifica reptiblica los hombres decidiesen "amarse" con cu- chillos, espadas, lanzas y otros instrumen- tos de destrucci6n. Ademds de este reparo, el discipulo de S6crates tiene una idea bas- tante positiva de Dios, para 61 6ste es:

esencialmente bueno, no es causa de todas las cosas como suele decirse comuinmente. Y si los bienes y los males estain repartidos entre los hombres de tal suer- te que el mal es lo que predomina, Dios s6lo es causa de una pequefia parte de cuanto acontece a los hom- bres, y no lo es de todo lo demais. Solamente los bie- nes deben atribuirsele; en cuanto a los males, hay que buscarles otra causa que no sea Dios. (II 1469-70)

En la poesia de Aleixandre, el bien y el mal no tienen ningfin significado en sentido moral debido a que carecen de valoraciones socialmente aceptadas por una comunidad especifica. El dios destrucci6n = amor lo abarca todo sin excepci6n alguna. No se puede hablar entonces, en tanto categorias opuestas, de bien o mal, nociones que desfigurarian la poesia aleixandrina. Es mis, para 6sta, el amor (la destrucci6n) es la energia primaria fisica y espiritual que re- integra a todos los seres a la unidad armo-

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niosa del cosmos y, al ser energia que unifica, posee el atributo destructivo de ani- quilar la individualidad de las criaturas para uniformarlas en un 'Todo" objetivo e ideal, es decir, el mundo de las ideas de Plat6n. El amor, de esta manera, Ilega a ser la divi- nidad ordenadora, centrifuga y centripeta al mismo tiempo; y cuya funci6n, por interme- dio de su capacidad destructiva, es reinte- grar a los seres al seno tinico e indivisible del universo, o si se quiere, del "paraiso original." Sin embargo, la visi6n del univer- so de Aleixandre no es religiosa, en el sen- tido que Plat6n confiere al termino "dios" o "dioses," sino mds bien ontol6gica, pero una ontologia moderna, muy compleja y hecha de equivalencias subjetivas que ademais de poseer diversos sentidos, conforma el ele- mento primigenio de la inspiraci6n "divina" de una poesia "racional," "objetiva" y mili- tante: el sujeto po6tico tiene la misi6n de predicar el regreso, via la destrucci6n o el amor, a la unidad c6smica.

En otro pasaje del libro II de La repzibli- ca, Plat6n se indigna contra aqu6llos que presentan a dios (o a los dioses) como a un ser que asume numerosas formas. Despue6s de una pregunta ret6rica,8 a la que sigue un razonamiento dial6ctico, concluye que: "Im- posible es, por tanto, que Dios quiera cam- biarse. Y cada uno de los dioses, bellisimo y buenisimo por su naturaleza misma, con- serva siempre aquella forma que le es pro- pia" (471). Este es un punto conflictivo e incompatible con la poesia de Aleixandre que prioriza la multiplicidad de la divinidad. En efecto, la destrucci6n o el amor puede asumir formas animadas e inanimadas para lograr su objetivo: cuchillo, garra, pez, le6n o astro. En rigor, "dios" es la naturaleza entera, lo "tinico" que se manifiesta por medio de la multiplicidad de "todo." En esto radica el panteismo que muchos criticos han visto en la poesia del espafiol:9 "el mun- do todo es uno..." ("Quiero saber" 153).

Apesar de los reparos de Plat6n al carfc- ter poco prictico de la poesia, 6sta puede ser un instrumento valioso para forjar el valor de los guardianes de la repfiblica in- fundi~ndoles desprecio por la muerte. Para lograr tal efecto, los poetas no deben pre-

sentar al "Cocyto, Estix, Manes, Infiernos" como lugares aborrecibles y espantosos. El guardian en la reptiblica plat6nica no debe temer ofrendar su vida ni estar "persuadi- do de que el otro mundo es un lugar lleno de horror" (II111473). Es por esto que Plat6n, una vez mds, delimita los alcances de la poesia: ...deber nuestro serai tambi6n tener cuidado con las frases que acerca de esto se digan, y encarecer a los poetas que truequen en elogios todo el mal que de ordinario dicen de los infiernos, tanto mis cuanto que lo que cuentan, ni es verdad, ni es como para inspirar confianza a los guerreros. (II 473)

El fil6sofo monopoliza el conocimiento de la verdad y aconseja su distorsi6n postulan- do el "deber" de censurar la representaci6n po6tica del mundo subterraneo e infernal.

En la concepci6n aleixandrina, la muer- te representa la puerta de entrada a la uni- dad c6smica,10 y es algo tan natural y nece- sario que la vida misma careceria de senti- do sin el acto destructivo. En el poema "A la muerta" se afirma que la necesidad de amar (morir) estA presente en todo hombre: "Amar, amar, ?qui6n no ama si ha nacido?" (160). Esta pregunta liga, por medio del amor, la vida con la muerte. Muerte que no es nada mas que una apariencia y una eta- pa de la fuerza destructora y unificadora del amor.11 En "El desnudo," Aleixandre escri- be que "La muerte es el vestido" (226); y, en "Canci6n a una muchacha muerta" (165), insintia que la aniquilaci6n fisica hace posi- ble la continuaci6n de una vida mas comple- ta. Tal cual se puede apreciar, el poeta re- coge la aspiraci6n del fil6sofo de represen- tar a la muerte de manera elogiosa y que no infunda terror. E incluso va mas lejos, pues- to que la muerte significa volver y perma- necer en la unidad c6smica:

Muero porque me arrojo, porque quiero morir, porque quiero vivir en el fuego....

Quiero amor o la muerte, quiero morir del todo.... ("Unidad en ella" 126)

La muerte, en realidad la destrucci6n o el amor, es, por otra parte, el estado ideal al que tienden los seres porque proporciona la "verdadera" vida de "vivir en el fuego."

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Cuando Plat6n pasa a tratar el tema de la dicci6n, de la materia y forma del discur- so, postula que "si el poeta no se ocultase nunca bajo la persona de otro, todo su poe- ma y su narraci6n serian simples y sin imi- taci6n" (II 478). Para esta 6ptica imitar es ocultarse "bajo la persona de otro." Aleixandre favorece esta t6cnica. En La des- truccidn o el amor, el "yo" po6tico asume varios atributos y se identifica con el sol, los animales, el mar, el destino, la mina y diver- sas aves. Este tipo de imitaci6n, por el he- cho de ser multiple, es rechazado por Plat6n, quien considera que un hombre no puede imitar diversas cosas tan bien como una sola, como tampoco debe imitar cual- quier cosa:

....y el relincho de los caballos, el mugido de los to- ros, el ruido de los rios, del mar, del trueno, y asi su- cesivamente; conviene que imiten todo eso? -No, puesto que no queremos que sean locos ni que imi- ten a los que lo son. (III 480)

Hay que notar, empero, que seguin Plat6n hay dos maneras de "hablar y contar." El hombre de bien se sirve del relato simple donde la imitaci6n es tolerada cuando re- presenta "muestras de cordura y de firme- za" (III 480). En todo lo demais, en especial cuando se emula a una persona inferior, la imitaci6n es rechazada. De ahi que un hom- bre "mal nacido o mal educado":

...cuanto peor sea, mayor inclinaci6n mostrarai a imi- tarlo todo; nada tendrA por inferior a 61; asi tendrA por estudio el remedar en puiblico todas las cosas que hemos enumerado: el ruido del trueno, de los vientos, del granizo, de los ejes, de las ruedas, el son de las trompetas, de las flautas, de los caramillos y de todos los instrumentos; los gritos de los perros, de los car- neros, de los pdijaros. Todo su discurso se irai en imi- tar el tono y las expresiones de otro; apenas si entrara' en 61 para nada el relato simple. (III 480)

Aleixandre, al contrario, no pone ninguin reparo en que su poesia imite a cuanto se le ocurra; e incluso, por medio de la magia y el privilegio del uso de la palabra, es posi- ble que el sujeto po6tico asuma una diver- sidad de identidades:

Soy el calor que sin nombre avanza sobre las [piedras frias....

Soy el brillo de los peces que sobre el agua finge

[una red de deseos, un espejo donde la luna se contempla temblando, el brillo de unos ojos que pueden deshacerse cuando la noche o nube se cierran como mano. ("Mina" 132)

Viento negro secreto que sopla entre los huesos, sangre del mar que tengo entre mis venas cerradas, oc6ano absoluto que soy cuando, dormido, irradio verde o fria una ardiente pregunta....

Soy tu sombra, camino que me Ileva a ese limite, a ese abismo sobre el que el pie osaria, sobre el que acaso quisiera volar como cabeza, como s61lo una idea o una gota de sangre. ("El frio" 187)

A este tipo de imitador, "diestro en todo," Plat6n aconseja que se le despida despues de haber derramado perfume sobre su ca- beza. En el sistema ontol6gico aleixandrino, sin embargo, arrogarse la identidad de va- rias cosas y diversos seres constituye una estrategia que demuestra la unidad del "ser" en la multiplicidad de sus manifesta- ciones que en este mundo, tal cual se verd enseguida, no son "verdaderas."

En el libro X de La repzblica, el maestro de Arist6teles desarrolla, en sentido relati- vo, una teoria simple de la imitaci6n. Seguin 61, el artista hace una "imagen" del mundo externo considerado ilusorio. El producto artistico, por lo tanto, es una copia degrada- da en tres grados del original (la idea crea- da por dios). Este resultado es andlogo a la imagen formada en un espejo, y aunque dura mais, al no ser eterna, la diferencia no es significante.12 Tal concepci6n considera al mundo material--el de los sentidos-, un reflejo del de las ideas. Las obras de arte, a su vez, son remedos de cosas materiales, es decir, copias de copias. Debido a este razo- namiento, para Plat6n el arte es una activi- dad inferior porque copia en vez de crear objetos materiales. El artista, dice, imita al mundo material y s61o necesita conocer la apariencia de las cosas y no su naturaleza real: "el imitador, no conoce mis que la apa- riencia de las cosas, y en modo alguno lo que ellas tienen de real" (X 606). La poesia de Vicente Aleixandre concuerda con estos pensamientos plat6nicos. La naturaleza, en La destruccidn o el amor, es una especie de negativo poblado de sombras (copias de las

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ideas) donde nada es verdadero:

Eras la sombra torpe que cuaja entre los dedos cuando en tierra

[dormimos solitarios.... ("No busques, no" 120)

El mar bate solo como un espejo, como una ilusi6n de aire.... ("El mar ligero" 128)

Sombra feliz que escapas como el aire.... ("A la muerta" 159)

Duele la tierra o ufia, espejo en que estas letras se reflejan. ("Humana voz" 164)

Matar la limpia superficie sobre la cual golpeamos, brufiido aliento que empafian los besos, no los

[pdjaros, superficie que copia un cielo estremecido, como ese duro estanque donde no calan piedras. ("El frio" 188)

Los versos citados hablan por si mismos: este mundo es un remedo del original. N6- tese, por ejemplo, la recurrencia del espejo en esos y otros versos del libro. Aleixandre, siguiendo a Plat6n, reconoce la limitaci6n de su arte imitativo. Todo lo que el poeta describe es un mero reflejo de una realidad m~s allk del mundo fenomenol6gico. Sin embargo, la palabra supera a un espejo, ya que si 6ste captura la realidad engafiosa de la naturaleza, aqulla predica y permite co- nocer lo "real," es decir, lo "verdadero." La importancia de esta postura consiste en re- chazar la mimesis y presentar un espacio ili- mitado, preestablecido, inmutable y pobla- do por ideas; en resumen, el mundo verda- dero de la unidad c6smica.

Al reconocer la "irrealidad" del mundo, la conciencia po6tica de Aleixandre estd subordinada a lo artistico que, a su vez, de- pende de la inspiraci6n "divina." Si bien es cierto que esta noci6n coincide con la de Plat6n, se aparta de 6sta en cuanto a la ve- racidad y utilidad de la poesia. Para el fil6sofo la "poesia imitativa, que tiene por objeto el placer ...no debe considerarse ...como cosa seria ni que tenga nada que ver con laverdad" (X 611). Tal artefacto s61o podrif ser admitido en la repiblica ideal si demuestra su utilidad. Ahora bien, el poeta

espafiol llega a la "verdad" del retorno c6s- mico a trav6s de la poesia. S61o por medio de ella es capaz de describir, contrastar y predicar la excelencia del mundo ideal so- bre el natural. En efecto, para Aleixandre, la palabra po6tica, ademas de ser verdade- ra, es iitil. Asi, con una elegancia y 16gica impecables, el poeta demuestra al fil6sofo que en la poesia se "une lo titil a lo agrada- ble" (X 611).

ara concluir el andlisis de este ensayo es necesario mencionar que en la introducci6n a la segunda

edici6n de La destruccidn o el amor, Aleixandre desliza la siguiente confesi6n: "...para mi el poeta, el decisivo poeta, es siempre un revelador...es el vate, el profe- ta... una fuerza incognoscible, un espiritu habla por su boca.. ." (citado por Volek 21). De esta declaraci6n se infiere que, a pesar de m~s de dos mil afios de distancia hist6- rica, el poeta espafiol establece un proceso dial6gico con algunos postulados del fil6sofo ateniense. Pero la interacci6n no es siempre armoniosa: genera puntos de conflicto que se (con)funden en un remiten- te-receptor que predica la aniquilaci6n de la vida terrena para volver a la unidad c6smi- ca, inmutable y verdadera. En esto radica el (anti)platonismo de La destruccidn o el amor, desarrollado por Vicente Aleixandre con singular subjetividad y excelente cali- dad literaria.

0 NOTAS

1Las citas de La destruccidn o el amor provienen de la edici6n de Jose Luis Cano.

2La identificaci6n de la destrucci6n con el amor es muy reconocida por la critica: "Asi afirma el poeta la equivalencia de dos nociones, que se dan para muchos como opuestas y contrarias, y que 61, en ese titulo, tie- ne por la misma cosa" (Salinas 215). Por su parte, Maya Schirer-Nussberger considera que la destruc- ci6n, el amor y la muerte significan lo mismo: "...el poeta mismo preside este abrazo universal demandan- do la abolici6n de toda distinci6n e identidad, invitan- do a esta destrucci6n donde el amor y la muerte son sin6nimos porque ambos anuncian la ruptura de limi- tes individuales" (32; traducci6n mia).

3De acuerdo a Rafael Benitez Claros, el tema de La destruccidn o el amor es el "mundo todo y sus criaturas...en trance de descomposici6n" (268).

4Cano (1972) explica que: "Ya Damaso Alonso ad-

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Page 8: Antiplatonismo en Vicente Aleixandre

(ANTI)PLATONISMO EN LA DESTRUCCION 0 EL AMOR 739

virti6, al comentar el libro, que esa actitud de la poe- sia de Aleixandre frente al amor no se hallaba muy lejos de la de nuestros grandes poetas misticos. Ese deseo, expresado invocatoriamente, de morir en el amor, destruy6ndose en el 6xtasis amoroso, no pare- ce diferenciarse mucho del que muestran los poemas de amor divino de San Juan de la Cruz o de Santa Te- resa de Jesus" (29).

5Las imdgenes, los temas y el tono de sus versos determinan que La destrucci6n o el amor, segu6n An- gel del Rio, sea uno de los textos mis surrealistas de la Generaci6n del 27.

6Algunos criticos, en especial Philip Silver, creen que Aleixandre deriva su fuerza po6tica de sus lazos con la tierra. Otros, tal el caso de Jonathan Mayhew, consideran restringido este enfoque.

7Antonio Gonzilez de Lama sostiene que La des- truccidn o el amor es un libro "romdntico represado" (63).

8La pregunta de Plat6n es la siguiente: "?Debemos considerar a Dios como a un encantador que se corn- place en adoptar mil diferentes formas, y que tan pron- to se aparece bajo una figura extrafia, como nos produce la ilusi6n, afectando a nuestros sentidos, de hallarse realmente presente? ?No es mas bien un ser simple, y el menos capaz de cambiar de forma de to- dos los seres?" (II 1470).

9Damaso Alonso fue el primero en observar que el texto de Aleixandre muestra signos de un panteismo mistico (333).

0oMuchas otras interpretaciones podrian hacerse de la visi6n amorosa en La destrucci6n o el amor, sin embargo, la mayoria de ellas podria coincidir en se- fialar al poeta como al reivindicador de la muerte al concederle la categoria del acto mis grande del amor: el retorno a la divinidad, o mis propiamente, a la uni- dad eterna del universo.

11Scharer-Nussberger sostiene que: "Morir se vuelve, entonces, la experiencia de una plenitud tan consumadora como amar, una fiesta suntuosa del universo en fusi6n .. ." (34; traducci6n mia).

12Plat6n resume este proceso de la siguiente ma- nera: "Toma un espejo; pres6ntalo por todas sus ca- ras: en menos de nada hards el sol y todos los astros

del cielo, la tierra, a ti mismo, los demds animales, las plantas, las obras de arte y todo lo que hemos dicho. -Si, har6 todo eso aparentemente; pero en todo ello no habrd nada real y existente" (X 603).

OBRAS CITADAS

Aleixandre, Vicente. Obras completas. Madrid: Aguilar, 1968.

-. Espadas como labios. La destruccidn o el amor. Ed. Jose Luis Cano. Madrid: Castalia, 1972.

Alonso, Damaso. "Vicente Aleixandre: La destruccidn o el amor." Revista de Occidente 48 (1935): 331-40.

Benitez Claros, Rafael. "Vicente Aleixandre y Sombra del paraiso." Cuadernos de literatura contempord- nea 15 (1944): 261-73.

Bousofio, Carlos. La poesia de Vicente Aleixandre. Madrid: Gredos, 1977.

Cano, Jos6 Luis. Vicente Aleixandre. Madrid: Taurus Ediciones, 1977.

-, ed. Espadas como labios. La destruccidn o el amor. Madrid: Castalia, 1972.

Gonzdlez de Lama, Antonio. "Sombra del paraiso." Espadafia 3 (1944): 63-65.

Mayhew, Jonathan. "'Limites y espejo': Linguistic Self- consciousness in the Poetry of Vicente Aleixandre." MLN 105.2 (1990): 303-15.

Plat6n. "Ion." Didlogos. Mexico, D.F.: Porruia, 1989. -. "La repuiblica." Didlogos. Mexico, D.F.: Porruia,

1989. Pokrovski, V.S. y otros. Historia de las ideas politicas.

Trad. Carlos Marin Sanchez. M6xico, D.F.: Edito- rial Grijalbo, 1966.

Rio, Angel del. "La poesia surrealista de Aleixandre." Revista Hispdnica Moderna 1 (1935): 21-3.

Salinas, Pedro. "Vicente Aleixandre entre la destruc- ci6n o el amor." Vicente Aleixandre. Ed. Jose Luis Cano. Madrid: Taurus Ediciones, 1977.

Scharer-Nussberger, Maya. Vicente Aleixandre: crea- tion etpoetique. Neuchftel: Ala Baconniere, 1992.

Silver, Philip. La casa deAnteo. Madrid: Taurus, 1985. Volek, Emil. Cuatro claves para la modernidad. Ma-

drid: Gredos, 1984.

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