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Pediátrica Anestesia Accesos Vasculares Manejo de la Vía Aérea Bloqueos Pediátrica Anestesia Comité de Pediatría Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación

Anestesia Pediátrica SCARE

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Manejo de la Vía Aérea en Pediatría

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Creditos

Anestesia PediátricaManejo de la Vía AéreaAccesos VascularesBloqueosComite de PediatríaSociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación

Editor(es): Dra. Piedad Cecilia Echeverry MarinDr. German Alberto Díaz PalacioDr. Jaime Jaramillo MejíaDr. Gustavo Reyes Duque

Diseño y DiagramaciónJesús Alberto Galindo [email protected]

Derechos ReservadosProhibida la reproducción total o parcial de este libro, sin permiso

previo del autor y editor.

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Manejo de la Vía Aérea en Pediatría

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Anestesia Pediátrica

Contenido

Módulo 1

Vía Aérea en Pediatría 5

Módulo 2

Accesos Vasculares en Pediatría 37Accesos Intraóseos 39

Accesos Venoso Centrales 45

Línea Arterial 57

Venas Periféricas 65

Módulo 3

Anestesia Regional 71Bloqueo Caudal 73

Bloqueo Epidural 83

Bloqueo Interdigital 95

BLOQUEOS DEL TRONCO 101

Bloqueo de la Vaina de los Rectos y Periumbilical 103Bloqueos del Pene 115

Bloqueo de los Nervios Ilioinguinal, Iliohipogástrico y Genitofemoral 129

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Manejo de la Vía Aérea en Pediatría

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Manejo de la Vía Aérea en Pediatría

Vía Aérea en Pediatría Módulo 1

Manejo de la Vía Aérea en Pediatría

Piedad Cecilia Echeverry Marin*

*Especialista en Anestesiología y

Reanimación. Universidad de Antioquia

Fundación Hospital de La Misericor-

dia, Bogotá. Coordinador de Comité de

Anestesia Pediátrica. Sociedad Colom-

biana de Anestesiología y Reanimación.

Bogotá DC.

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Manejo de la Vía Aérea en Pediatría

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Manejo de la Vía Aérea en Pediatría

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Anestesia Pediátrica

Vía Aérea en Pediatría

Piedad Cecilia Echeverry Marín

IntroducciónEn los lactantes y en los niños en gene-

ral, los problemas respiratorios son co-

munes y una causa importante de paro

cardiorrespiratorio hospitalario y ex-

trahospitalario. Se pueden originar por

una obstrucción de las vías aéreas supe-

riores o de las vías aéreas inferiores, una

alteración severa en la difusión gaseosa

alveolo – capilar, un flujo sanguíneo pul-

monar anormal, o una alteración neu-

rológica que comprometa los nervios o

músculos que controlan la respiración.

Con frecuencia, uno o más de estos

factores comprometen el estado res-

piratorio, y para evitar que progrese

a una insuficiencia y falla ventilatoria

con posterior paro cardiaco, la evalua-

ción y las intervenciones terapéuticas

deben ser ágiles y muy efectivas.

Si se trata rápidamente la insufi-

ciencia respiratoria o el paro respira-

torio, es probable que el niño sobreviva

sin secuelas neurológicas, pero si por

el contrario éste estado avanza hacia

el paro cardiaco y circulatorio, el pro-

nóstico del niño cambia y aumenta las

probabilidades de muerte y daño neu-

rológico irreversible.

La aplicación oportuna de todas las

técnicas y dispositivos disponible para

permeabilizar la vía aérea y asistir la

ventilación son cruciales para la sobre-

vida de los niños en estado crítico y en

situaciones de emergencia.

Evaluación de la vía aérea en pediatríaEn pediatría ha sido difícil crear una

escala única de evaluación de la vía aé-

rea con el fin de predecir el grado de

dificultad en la intubación o en la ven-

tilación con máscara, por esta razón,

la historia clínica sigue siendo el pilar

fundamental de la evaluación e identi-

ficación de problemas de la vía aérea.

Así mismo, los antecedentes anestési-

cos son particularmente importantes

debido a que son un parámetro fiel del

grado de dificultad en la ventilación o

en la intubación del niño, además, pue-

den predecir algunas complicaciones.

Principios generales de la evaluación de la vía aérea en el paciente pediátricoHistoria clínica y examen físicoUna historia clínica completa es el

primer paso en la evaluación de la vía

aérea del niño y el examen físico se

debe enfocar principalmente en la eva-

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luación de la vía aérea pero a su vez,

se debe examinar cada sistema del or-

ganismo (digestivo, cardiaco, pulmonar,

renal y osteomuscular) porque muchas

enfermedades congénitas se relacionan

con problemas en la vía aérea.

Las técnicas de evaluación de la vía

aérea utilizadas en el adulto como el

mallampati, la subluxación mandibular,

la apertura oral, la estructura dental,

la capacidad de mordida del labio su-

perior, entre otras, son mas difíciles de

evaluar en los niños, pero son útiles en

los pacientes mayores de 7 a 8 años,

quienes ya colaboran con el examen fí-

sico y tienen las estructuras de la vía

aérea similares a la del adulto. Figura

1.

Figura 1. Evaluación de mallampati. Tipo 1: Se visualizan los pilares de la boca en toda su extensión,

las amígdalas palatinas, el paladar blando y la úvula en toda su totalidad. Tipo 2: Se visualizan la parte

superior de los pilares de la boca, el paladar blando, parte de las amígdalas y parte de la úvula. Tipo 3: se

visualiza el paladar blando, la base de la úvula y sólo la parte superior de los pilares de la boca. Tipo 4:

sólo se visualiza el paladar blando únicamente.

La condición dental del niño es

fundamental ya que los niños en edad

escolar pierden piezas dentarias o se

encuentran flojas dentro de la cavidad

oral y fácilmente se pueden desprender

durante la laringoscopia o la intuba-

ción. Debe evaluarse también la colum-

na cervical, el grado de flexión y exten-

sión que permite además describir la

presencia de lesiones asociadas como

masas, tumores o abscesos localiza-

dos a nivel del cuello. También se de-

ben buscar otros tipos de alteraciones

como desviación de la tráquea, signos

de obstrucción de la vía aérea, anoma-

lías en la estructura ósea del tórax y

deformidades en la parrilla costal. Fi-

gura 2.

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Anestesia Pediátrica

Figura 2. Evaluación de la vía aérea en los niños.

La sola inspección y la apariencia

general del paciente pueden sugerir

problemas para la intubación o para

la ventilación; de esta manera se deben

describir las fascies del niño, el tama-

ño de la mandíbula y su relación con

el rostro (micrognatia, hipoplasia de

una rama mandibular o prognatismo),

la apertura de la boca, el tamaño de

la lengua, la permeabilidad de las fosas

nasales, el tipo de respiración (nasal u

oral) y medir la distancia entre el men-

tón y el hueso hioides, o del mentón al

cartílago tiroides. Tabla 1.

Antecedentes patológicosLa segunda parte de la evaluación de la

vía aérea en los niños consiste en ave-

riguar en forma exhaustiva y detallada

los antecedentes patológicos en busca

de síndromes congénitos o enfermeda-

des sistémicas que estén relacionadas

con alteraciones de la vía aérea este

es el caso de pacientes con mucopoli-

sacaridosis, labio y paladar hendido,

secuencia de Pierre Robin o síndromes

genéticos como el síndrome de Down,

el síndrome de Klippel – Fiel, o el sín-

drome de Beckwith Wiedemann, entre

otros; los cuales se asocian con vías

aéreas difíciles e intubación a veces

imposible por la ruta normal. Adicio-

nalmente, siempre se deben preguntar

por antecedentes quirúrgicos y anesté-

sicos previos, y si es posible, revisar los

registros anestésicos para confirmar el

tipo de vía aérea si fue fácil o difícil, y

en este último caso, registrar como fue

manejado el paciente y si se utilizaron

Distancia tiromentatoria y hiodomentatoniana en el adulto y el recién nacido

Distancia Adulto Neonato

Mentón–Tiroides 6,5 cm 3,25 cm

Mentón–Hioides 3 cm 1,5 cm

Tabla 1. Distancia normal entre el mentón y el cartílago tiroides en neonatos y en los adultos.

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dispositivos o técnicas especiales para

manejar la vía aérea en el intraopera-

torio.

Algoritmo de manejo de la vía aérea en niños

La vía aérea tiene los mismos prin-

cipios de manejo en los niños que en

los adultos. El primer paso en la eva-

luación es definir si es una vía aérea

difícil anticipada o no, pues esta carac-

terística permite tener una preparación

adecuada y diferentes planes alternati-

vos de manejo para lograr la adecuada

oxigenación y/o ventilación del paciente

mientras so logra asegurar la vía aérea

por alguna de las diferentes técnicas

de intubación, o se logra la ventilación

transitorio por medio de otros disposi-

tivos o por medio de un acceso quirúr-

gico sobre la tráquea en los casos mas

complejos y extremos. Figura 3.

Figura 3. Algoritmo de manejo de la vía aérea difícil.

En los niños no siempre es fácil

identificar una vía aérea difícil anti-

cipada, pues generalmente no se ob-

servan alteraciones mayores evidentes

sobre las estructuras de la vía aérea,

y la apertura oral, y las estructuras la-

ríngeas no son fáciles de examinar en

niños muy pequeños. Adicionalmente,

siempre debemos tener en cuenta que

la manipulación de la vía aérea con el

niño despierto es casi imposible e in-

cluso deletérea en muchos casos, pues

Anticipada No anticipada

Precaución adecuada

Inducción anes-tesia general

Intubación despierto Intubación imposible

Fallida Pedir ayudaLograda

Vía aérea quirurgica

Vía aérea quirurgica

Intentar intubar

Ventilación Jet traqueal

VÍA AÉREA DIFÍCIL

DefinirVentilación con

máscara

NoSí

Confirmar intubación LogradaMáscara laringea

combitubo

Despertar

Despertar

Exitosa

Fallida

Fallida

Intentar intubar

Cricotiroidolomgia

Anticipada

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Anestesia Pediátrica

puede llevar a situaciones de laringoes-

pasmo o hiperreactividad bronquial, lo

cual empeora la situación. Por esta ra-

zón, cuando nos enfrentamos a un niño

con vía aérea difícil anticipada o con

sospecha de ésta siempre debe conside-

rarse un plan anestésico o una sedación

adecuada que nos permita mantener la

vía aérea permeable, mientras, a su vez,

tenemos al niño en un plano anestésico

óptimo para realizar las diferentes ma-

niobras de permeabilización o colocar

los dispositivos necesarios en la vía aé-

rea y garantizar la ventilación.

Por otro lado, cuando se deciden

utilizar dispositivos supraglóticos como

el combitubo y la máscara laríngea, los

cuales se encuentran al mismo nivel e

manejo en el algoritmo, debemos re-

cordar que el primero No está disponi-

ble en tamaños pediátricos, por lo cual

no se puede utilizar en pacientes con

estatura menor de 1,40m o menores

de 12 años de edad. Y en referencia a

la vía aérea quirúrgica, también es fun-

damental recordar que la cricotoriodo-

tomía No se realiza en niños menores

de 8 años de edad pues No se disponen

de tamaños de cánulas tan pequeños y

pueden lesionar severamente la tráquea

del niño, con pérdida total de la vía aé-

rea y todas las consecuencias graves

que esto conlleva; en estos casos, se

prefiere ganar tiempo por medio de la

ventilación Jet transtraqueal, mientras

se prepara todo el equipo necesario

para realizar una traqueostomía rápi-

da y de emergencia.

Dispositivos Supraglóticos Los dispositivos supraglóticos corres-

ponden al manejo básico primario de

la vía aérea de un niño que se encuen-

tra en estado crítico y en falla venti-

latoria o riesgo inminente de ella. Las

principales técnicas de manejo de la vía

aérea no invasiva son la ventilación con

máscara facial y el uso de la cánula

orofaríngea o nasofaríngea.

Máscara facialLa ventilación con máscara permite la

ventilación y oxigenación del pacien-

te, puede utilizarse sola o con cánula

nasofaríngea u orofaríngea; y con la

respiración espontánea, asistida o con-

trolada. Existen diferentes tamaños de

la máscara facial, el tamaño ideal para

cada paciente se escoge con una más-

cara que cubra desde el puente nasal

hasta el mentón, pero sin comprimir los

ojos, y que permita un sello adecuado

y hermético con la piel del rostro del

paciente, para garantizar una alta frac-

ción inspirada de oxígeno y permita la

aplicación de presión positiva sobre la

vía aérea. Además debe escogerse una

material suave y acolchado para evitar

puntos de sobrepresión en la piel evitar

lesiones sobre la cara del niño.

La ventilación con máscara facial

requiere una posición adecuada del pa-

ciente, con un muy leve hiperextensión

o posición de olfateo, por lo tanto debe

colocarse el paciente sobre una superfi-

cie firme y plana, en los niños menores

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de 2 años, se recomienda colocar una

almohada o rollo pequeño debajo de las

escápulas para compensar el occipucio

prominente, y en los mayores de 2 años,

se coloca una almohada o rosca debajo

del occipucio. Ésta maniobra alinea los

tres ejes de la vía aérea: el eje oral, el

eje laríngeo y el eje traqueal, lo cual

permeabiliza la vía aérea. Se coloca la

máscara facial sobre el dorso de la na-

riz y el mentón del paciente y se sujeta

la máscara con tres dedos de la mano

colocados debajo de la mandíbula del

paciente mientras se realiza tracción

sostenida hacia arriba y hacia delante;

esta maniobra separa la lengua de la

pared posterior de la faringe y facilita

la ventilación.

Se forman las letras E y C con las

manos de quien realiza la ventilación.

Así, los dedos 3,4 y 5 de la mano for-

man la letra E cuando están apoyados

sobre la rama y el cuerpo de la man-

díbula, y el dedo índice y pulgar de la

misma mano, forman la letra C, los cua-

les hacen presión con la máscara facial

sobre el rostro del niño. Figura 4.

Cánulas Orofaríngeas

Figura 4. Técnica de colocación de la máscara facial.

Son dispositivos diseñados para co-

rregir la obstrucción que produce la

lengua cuando se desplaza hacia la

pared posterior de la faringe (a nivel

supraglótico). Facilitan la ventilación

con máscara facial ya sea de forma

espontánea o controlada manual, y co-

rrigen el ronquido respiratorio que se

produce por la obstrucción parcial de

la lengua.

Las principales indicaciones para el

uso de cánulas orofaríngeas son:

Para facilitar la ventilación con 1.

máscara facial en paciente con

obstrucción de la vía aérea su-

perior por la lengua u otros te-

jidos blandos de la hipofaringe

cuando las maniobras externas

para permeabilizar la vía aérea

(subluxación de la mandíbula y

leve hiperextensión del cuello)

no son suficientes.

Para facilitar la ventilación 2.

espontánea en paciente con

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sedación o en la fase de la

recuperación de la anestesia

cuando ocurre desplazamiento

posterior de la lengua.

Para evitar la mordedura de la 3.

lengua en pacientes neurológi-

cos, en crisis epilépticas o con

otras alteraciones del estado

de la conciencia.

Para facilitar las secreciones 4.

orofaríngeas en pacientes No

colaboradores.

Para mantener permeable la 5.

vía aérea superior en pacientes

con hipotonía muscular, dete-

rioro neurológico o con falla

de coordinación orofaríngea.

Técnica de inserción:Los tamaños de las cánulas orofarín-

geas varían entre 3 a 10cm de longi-

tud y se pueden colocar en todas las

edades. El tamaño ideal se calcula al

colocar la cánula orofaríngea al lado

de la cara, con el extremo distal en el

ángulo de la mandíbula, y el extremo

proximal debe coincidir exactamente

con la comisura labial. Figura 5.

Figura 5. Posición correcta de la cánula orofaríngea.

Si la cánula es muy grande, puede

lesionar las estructuras de la boca o de

la faringe, puede producir mayor obs-

trucción, y hace más difícil la acomoda-

ción externa de la máscara facial; por

el contrario, si la cánula es muy peque-

ña, desplaza la lengua hacia la parte

posterior y produce mayor obstrucción

de la vía aérea.

La cánula orofaríngea puede colo-

carse de dos formas: la primera, con un

baja lenguas con el cual se deprime la

lengua contra el piso de la boca, mien-

tras se introduce la cánula desde la

parte frontal del paciente, en el mismo

sentido del paladar duro; la segunda es

forma es insertando la cánula desde la

cabecera del paciente con su concavi-

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dad dirigida hacia la nariz del paciente

y dirigirla hacia el paladar duro has-

ta chocar con él, en este momento se

gira la cánula 180 grados, de manera

que la concavidad estés dirigida hacia

la lengua del paciente, hasta insertarla

por completo y quede su extremo distal

justo en la arcada de los dientes pero

con el borde mas externo por fuera de

estos.

Cánula nasofaríngeaLas cánulas nasofaríngeas vienen en ta-

maños que varían entre 12 – 36F. Debe

evaluarse muy bien el calibre externo de

la cánula, pues si este es muy grande

puede producir trauma, isquemia e in-

cluso necrosis del ala nasal del niño.

El tamaño ideal se escoge al medir

la cánula en la parte lateral de la cara

donde debe coincidir su parte externa,

con el ala nasal, y su extremo distal o

parte interna con el trago del pabellón

auricular.

Se inserta con una óptima lubrica-

ción a través de una de loas dos fosas

nasales, en dirección posterior y per-

pendicular al plano de la cara, desli-

zándola suavemente sobre el piso de la

nasofaringe. Si hay resistencia al paso,

no debe forzarse su inserción ya que se

aumente el riesgo de trauma y lesión de

la mucosa nasal, lo cual puede produ-

cir sangrado profuso y obstrucción de

la vía aérea.

Las cánulas de calibre pequeño

generalmente se obstruyen fácilmente

con secreciones, moco, tejidos blandos

o sangre, por lo cual deben aspirarse y

limpiarse constantemente. Por el con-

trario, las cánulas muy grandes o muy

largas pueden desencadenar reflejos

vagales durante su inserción y produ-

cir bradicardia, además pueden lesio-

nar las cuerdas vocales, la epiglotis y

estimular reflejos como las náuseas, el

vómito, la tos e incluso el laringoespas-

mo. Figura 6.

Figura 6. Posición correcta de la cánula nasofaríngea.

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Las indicaciones de colocar una cá-

nula nasofaríngea son las mismas que

las de la cánula orofaríngea, con la

ventaja que la primera, generalmente

es mejor tolerada por el paciente cuan-

do recupera su nivel de conciencia por

lo cual puede permanecer más tiempo

insertada en la vía aérea.

Máscara LaríngeaLa máscara laríngea es un dispositivo

diseñado para permeabilizar la vía aé-

rea de manera menos invasiva que la

intubación traqueal, pero más que la

máscara facial. Tiene la ventaja de ser

muy fácil de usar y logra la ventilación

de un paciente en cuestión de segundos.

Fue diseñada en 1981 por el Dr. Brain

en Inglaterra y consta de un tubo cur-

vo que en su extremo externo tiene un

conector universal para cualquier cir-

cuito respiratorio o de anestesia, y su

parte interna termina en una mango de

silicona en forma elíptica con un borde

inflable el cual se moldea de acuerdo

con la estructura de la hipofaringe de

cada paciente, de esta forma sella la

faringe y permite la ventilación a través

de la luz del tubo el cual a su vez tiene

dos barras verticales que evitan que la

epiglotis caiga sobre la luz del tubo y lo

obstruya. Figura 7.

Figura 7. Partes de la máscara laríngea.

En la actualidad existen diferentes

tipos de máscaras laríngeas:

Máscara Laríngea Clásica•

Máscara Laríngea Anillada•

Máscara Laríngea de Intubación •

o Fast-track (disponibles sólo a

partir del número 3)

Máscara Gastrolaríngea o Pro-•

Seal (con tubo de drenaje gástri-

co)

Las principales indicaciones para

utilizar la máscara laríngea son:

En pacientes que requieren ma-1.

nejo de la vía aérea para el con-

trol de la ventilación pero por

su condición clínica y su estado

cardiovascular debe evitarse todo

reflejo o respuesta adrenérgica

desencadenada por la intubación

endotraqueal.

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En pacientes con aumento de la 2.

presión ocular que también re-

quieran manejo de la vía aérea.

para evitar el trauma o lesión de 3.

las cuerdas vocales por la intuba-

ción.

En pacientes con síntomas de in-4.

fección respiratoria alta en quie-

nes la manipulación de la vía aé-

rea y la intubación endotraqueal

aumenta el riesgo de complicacio-

nes como el laringoespasmo o el

broncoespasmo.

En pacientes con vía aérea difícil 5.

en quienes no es posible la ventila-

ción con máscara facial ni la intu-

bación endotraqueal por medios

convencionales.

En pacientes obesos, para lograr 6.

la ventilación y/o la oxigenación

mientras se logra asegurar la vía

aérea con un tubo endotraqueal.

Para realización de fibrobroncos-7.

copia flexible y evaluación del ár-

bol traqueo bronquial.

Adicionalmente, la máscara larín-

gea puede ser útil en paciente con trau-

ma facial o anatomía anormal de la

vía aérea superior, y se le ha empleado

con éxito para el control de la vía aérea

de emergencia en adultos tanto dentro

como fuera del hospital, mientras se

gana tiempo para iniciar las maniobras

básicas de reanimación. Se les puede

colocar de manera segura y fiable en

niños menores y lactantes, pero re-

quiere un mínimo de entrenamiento y

supervisión para lograr una adecuada

técnica de inserción. La experiencia ac-

tual en reanimación ha mostrado que

puede ser más fácil colocar una másca-

ra laríngea que conseguir una intuba-

ción endotraqueal rápida y eficaz.

Contraindicaciones para utilizar

una máscara laríngea:

Pacientes con riesgo de broncoas-1.

piración (tabla 2.)

Distensibilidad pulmonar baja2.

Ventilación con altas presiones en 3.

la vía aérea y altos requerimientos

para la ventilación mecánica.

Edema, fibrosis o hipoplasia pul-4.

monar.

Trauma de tórax.5.

Obstrucción de la glotis o por de-6.

bajo de ella, de cualquier origen.

Vía aérea con alto riesgo de co-7.

lapso (Traqueomalacia)

Apertura oral limitada (menor de 8.

3cm)

Lesiones en faringe que puedan 9.

contaminar la tráquea como he-

matomas, abscesos, tumores o

edema de la vía aérea.

Ventilación de un solo pulmón.10.

La selección del tamaño adecuado

de la máscara laríngea depende del

peso del paciente y el volumen de aire

máximo recomendado para insuflar la

máscara depende del tamaño del dis-

positivo. El tamaño adecuado es muy

importante, pues si la máscara es muy

pequeña es muy probable que se pre-

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Anestesia Pediátrica

senten fugas durante la ventilación,

ocurre desplazamiento de la misma

con obstrucción a la ventilación y gene-

ralmente produce un sobre inflado de

la máscara que puede producir trauma

por sitios de presión y edema de la mu-

cosa de la vía aérea; por el contrario,

si el tamaño es muy grande para el

paciente se puede producir lesión de la

orofaringe, disfonía por lesión en cuer-

das vocales, isquemia en la región cer-

vical posterior e incluso luxación de los

cartílagos aritenoides. Figura 8.

Pacientes con alto riesgo de presentar broncoaspiraciónHernia Hiatal Defectos congénitos del abdomen

Obesidad mórbida Abdomen agudo

Obstrucción intestinal Retardo del vaciamiento gástrico

Intoxicación Gastroparesia diabética/urémica

Tabla 2. Pacientes con factores de riesgo de broncoaspiración.

Figura 8. Tamaños de la máscara laríngea en la población pediátrica.

La tabla 3 describe la selección del

tamaño adecuado de las máscaras de

acuerdo con el peso del paciente. El

volumen de insuflación máximo se cal-

cula con la siguiente fórmula:

Volumen de aire (cc) = (Tamaño de

la máscara – 1) x 10

Igualmente, se aconseja medir la

presión del borde inflable de la más-

cara a través de un manómetro conec-

tado en el balón piloto de la máscara

laríngea, la cual no debe exceder los

60cm de agua, para evitar isquemia de

los tejidos alrededor.

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Recomendaciones para la selección de la máscara laríngea y sus equivalencias de acuerdo al tamaño

del tubo endotraqueal que pasa a través de la ML y del fibroscopio. DI= diámetro interno en mm

Tamaño ML Peso (Kg) Volumen de aire (ml) Tubo traqueal (Dl) Fibroscopio (mm)

1 < 5 2 - 4 3,5 2,7

1,5 5 - 10 4 - 7 4 3

2 10 - 20 7 - 10 4,5 3,5

2,5 20 - 30 10 - 14 5 - 5,5 4

3 30 - 55 15 - 20 6 5

4 55 - 90 25 - 30 6 5

5 > 90 35 - 40 7 6,5

Tabla 3. Selección del tamaño adecuado de la máscara laríngea.

Las principales ventajas de la másca-

ra laríngea son: ofrece acceso directo a

la glotis del paciente, mejor ventilación

y manipulación de la vía aérea que la

máscara facial, permite una adecuada

ventilación y oxigenación del paciente

con las manos libres del médico, es útil

en casos de malformaciones craneofa-

ciales en quienes no se debe movilizar el

cuello, requiere menor entrenamiento y

experiencia que la intubación endotra-

queal, produce menos estímulos sobre

la vía aérea, lo cual desencadena menor

cantidad de reflejos y no requiere el uso

de laringoscopia ni cánulas orofarín-

geas o nasofaíngeas. Figura 9.

Figura 9. Posición correcta de la máscara laríngea.

Otros DispositivosTubo LaríngeoEl tubo laríngeo es un dispositivo simi-

lar al combitubo, posee una luz única y

dos manguitos inflables: uno proximal,

mas grande que se localiza en la región

supraglótica y ocluye la orofaringe

con el fin de permitir a ventilación del

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paciente sin fugas de aire; y un man-

guito distal más pequeño, que ocluye

la entrada esofágica (funciona como

un obturador esofágico). Entre los dos

balones o manguitos, se encuentra el

orificio de ventilación por donde pasa

el aire hacia la tráquea. En su extre-

mo externo tiene un conector universal

de 15mm, el cual se adapta a todos

los sistemas de ventilación y circuitos

de anestesia, y posee unas marcas que

indican el sitio donde debe coincidir la

arcada dental del paciente, con bordes

reforzados para evitar su colapso en

caso de mordida o cierre reflejo de la

boca. Figura 10

Las indicaciones y contraindicacio-

nes para utilizar el tubo laríngeo son las

mismas que para la máscara laríngea. Y

las ventajas de utilizar éste dispositivo

son: no requiere el uso de laringoscopio

lo cual evita la respuesta adrenérgica al

manipular la vía aérea durante su colo-

cación o retiro, se puede colocar a cie-

gas y requiere poco entrenamiento para

realizar una buena técnica de inserción.

Es bien tolerado por los pacientes sin

requerir un plano profundo en la seda-

ción o en la anestesia, evita el trauma

de las cuerdas vocales y a diferencia del

combitubo, éste dispositivo está dispo-

nible en varios tamaños para utilizarlo

el la población pediátrica.

Figura 10. Partes del tubo laríngeo.

El tubo laríngeo está disponible en

varios tamaños desde 0 – 5 y el tamaño

ideal para cada paciente se determina

según el peso. Tabla 4

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Elección del tamaño del tubo laríngeo de acuerdo al peso del paciente

Tamaño tubo laríngeo Peso (kg)

0 < 6

1 6 - 15

2 15 - 30

3 30 - 55

4 55 - 80

5 > 80

CombituboEl combitubo o tubo esofágico – tra-

queal se utilizó por primera vez en

1986. Combina las funciones de un

tubo endotraqueal con un obturador

esofágico y está conformado por dos

luces, tiene un diámetro externo de

13mm y una longitud de 24cm. Tiene

en su porción faríngea un balón que se

insufla con 100ml de aire (fabricado

en látex), el cual forma un sello en la

hipofarínge, por debajo de la base de

la lengua y el paladar blando y aísla la

Tabla 4. Selección del tamaño adecuado del tubo laríngeo.

cavidad nasal de la cavidad oral. En la

porción interna el combitubo presenta

vario orificios laterales por los cuales

sale el aire para permitir la ventilación

del paciente. En su extremo distal o

parte más interna, se encuentra otro

balón inflable de aproximadamente

15 mL que funciona igual que un neu-

motaponador de un tubo endotraqueal

(cuando el extremo distal queda en la

tráquea) o como un obturador esofá-

gico, cuando éste queda en el esófago.

Figura 11.

Figura 11. Partes del combitubo.

Antes de su inserción, el combitubo

debe lubricarse con gel y se inserta a

ciegas con una tracción leve pero sos-

tenida de la lengua y la mandíbula del

paciente, mientras se introduce el dis-

positivo con los dos balones desinfla-

dos. Debe introducirse en su totalidad

hasta las marcas que indican donde

debe coincidir la arcada dental del pa-

ciente. En la mayoría de los casos el

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extremo distal azul se localiza en el

esófago, en este caso, después de inflar

los dos balones, se ventila al paciente

por la luz de color azul ya que los orifi-

cio de ventilación quedan en la entrada

de la glotis permitiendo el paso del aire

hacia la tráquea. Si por el contrario, el

extremo distal o punta del combitubo

se inserta en la tráquea del paciente, se

ventila al paciente por la luz de color

blanco y funcionaría igual que un tubo

endotraqueal. Figura 12.

Figura 12. Posición del combitubo en la tráquea o en el esófago del paciente.

El combitubo se utiliza en situa-

ciones de emergencia y reanimación

cardiopulmonar, cuando es imperativo

asegurar la vía aérea sin perder tiempo

con las maniobras de laringoscopia e

intubación; y también existen algunos

reportes de casos de su uso en anes-

tesia. Actualmente está disponible sólo

en dos tamaños, no aptos para utilizar

en la población pediátrica, por lo cual

no se utiliza en memores de 12 años de

edad o en pacientes con estatura me-

nor de 1,40m.

Las complicaciones relacionadas

con el combitubo son raras pero se han

descrito: perforación esofágica, enfise-

ma subcutáneo, edema de la lengua,

lesión isquémica de la mucosa oral y

obstrucción de la vía aérea por mala

posición.

Dispositivos InfraglóticosLos dispositivos infraglóticos corres-

ponden al manejo avanzado de la vía

aérea y representa la forma más efi-

caz y segura de mantener la vía aérea

permeable en situaciones críticas, de

emergencia o en procedimientos qui-

rúrgicos mayores. El estándar de ma-

nejo de éstos dispositivos lo constitu-

ye la intubación endotraqueal, o tubo

traqueal como se le denomina ahora,

término que se cambió con el fin de ho-

mogenizar los términos con la literatu-

ra internacional.

Laringoscopia directaEl laringoscopio consiste en un mango

metálico o plástico en algunos casos,

con baterías al cual se le adaptan una

serie de valvas u hojas que poseen una

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fuente de luz en su extremo distal. La

hoja se emplea para exponer la glotis

desplazando la lengua en sentido la-

teral, colocando el extremo de la hoja

en la vallécula y se tracciona la base

de la lengua hacia el piso de la boca.

Esta maniobra debe exponer la epíglo-

tis y posteriormente, se avanza la hoja

en sentido anterior (hacia delante) y

superior (hacia arriba) de manera que

levante directamente la epiglotis hasta

visualizar la glotis, las cuerdas vocales

y la entrada de la tráquea.

Para la intubación traqueal el niño

debe estar en un correcto plano anes-

tésico o de sedación profunda que nos

permita manipular libremente la vía

aérea. El paciente se coloca en decú-

bito supino con la cabeza inicialmente

en posición neutra, pero para lograr la

alineación de los ejes oral, faríngeo y

traqueal, se recomienda colocar un

rollo debajo de las escápulas en los

niños menores de 2 años, o debajo del

occipucio en los niños mayores de esta

edad; y se realiza una maniobra suave

de extensión hasta lograr la posición de

olfateo. Figura 13.

Figura 13. Posición de olfateo para alinear los tres ejes de la vía aérea.

Tipos de ValvasAntes de realizar la técnica de intu-

bación por laringoscopia directa se

debe revisar el equipo disponible y

seleccionar el tipo de valva adecua-

do para el tamaño del paciente. En

pediatría se pueden utilizar tanto las

valvas rectas de Miller o las valvas

curvas de Macintosh las cuales están

disponibles en diferentes tamaños.

En general se recomienda utilizar las

valvas rectas en los niños menores de

6 años porque facilitan una mejor vi-

sión de las cuerdas vocales al pinzar

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directamente la epiglotis y deslizar el

tubo traqueal por el canal que traen

las valvas rectas, el cual finaliza di-

rectamente en la apertura glótica,

dirigiendo la punta del tubo a la trá-

quea del paciente.

La selección adecuada del tamaño

de la valva depende de la edad del niño,

de la experiencia del operador, de las

características anatómicas de cada

paciente y del tipo de valva disponible.

Figura 14.

Figura 14. Tipos de valvas de laringoscopio y su correcta posición en la laringe del niño.

Una vez colocado el paciente en po-

sición de olfateo, se introduce la valva

del laringoscopio por el lado derecho

de la comisura labial (en personas

diestras), rechazando la lengua hacia

el lado izquierdo y dirigiéndose hacia

la laringe hasta visualizar la epiglotis;

si se emplea la valva recta se recomien-

da pinzar la epiglotis con la punta de

la valva para visualizar completamente

la apertura glótica y se desliza el tubo

traqueal por dentro del canal que tie-

ne la valva recta; si por el contrario se

utiliza una valva curva (de Macintosh)

se recomienda colocar la punta de la

valva en la vallécula, a nivel de la base

de la epíglotis pero sin pinzarla y reali-

zar una tracción suave pero sostenida,

hacia arriba y hacia delante (no en pa-

lanca debido al riesgo de lesionar los

dientes incisivos superiores o la encía).

Figura 15.

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Una vez introducido el tubo traqueal

se debe confirmar su posición con la

evaluación clínica y con los monitores,

de esta manera, se debe observar una

adecuada expansión torácica, la colum-

na de vapor que sale con la espiración

por dentro del tubo, la auscultación del

murmullo vesicular bilateral por debajo

de las axilas y en los vértices pulmona-

res, la adecuada saturación de oxígeno

y la presencia de una adecuada curva

de capnografía; la presencia de todos

estos signos confirman la posición del

tubo en la tráquea.

Tubo OrotraquealEs la ruta mas utilizada, con menos

complicaciones y es la técnica más fácil

para la intubación, sin embargo requie-

re experiencia y habilidad.

La intubación en los niños requiere

la selección adecuada del tamaño y la

longitud del tubo que se va a insertar

dentro de la tráquea.

Los tubos que tienen neumotapona-

dor deben revisarse antes de su inser-

ción para verificar su integridad; estos

usualmente se utilizan en niños mayo-

res de 8 años de edad, debido a que la

porción mas estrecha de la vía aérea

corresponde a la glotis. Sin embargo,

en la actualidad se disponen de tubos

traqueales con neumotaponadores que

se insuflan con altos volúmenes pero

con baja presión, lo cual ha extendi-

do el uso de los tubos con neumota-

ponador en todos los grupos de edad,

incluso en los neonatos, pues ofrecen

la ventaja de producir un mejor sello

en la vía aérea lo cual previene los ca-

sos de broncoaspiración y mejora los

parámetros ventilatorios en pacientes

con altos requerimientos para la ven-

tilación mecánica, lo que disminuye la

Figura 15. Laringoscopia directa. Observe la anatomía completa de la laringe.

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fuga de aire a través de la vía aérea.

De todas formas, para prevenir las le-

siones isquémicas ocasionadas por el

neumotaponador, se recomienda dejar

un escape de aire que sea audible cuan-

do se alcanza una presión inspiratoria

mayor de 20 cmH2O y medir la presión

directamente en el neumotaponador, la

cual se debe mantener por debajo de

25 mmHg. Figura 16.

Figura 16. Tipos de tubos traqueales.

El tubo traqueal debe ser estéril,

desechable y de polivinilcloruro trans-

parente con un marcador radiopaco

para su visualización con los rayos X.

El extremo distal del tubo traqueal

puede tener un agujero lateral (u ori-

ficio de Murphy) diseñado para evitar

el riesgo de atelectasia del lóbulo supe-

rior derecho cuando la punta del tubo

se encuentra en la carina o en el bron-

quio fuente derecho. Este orifico tam-

bién disminuye el riego de obstrucción

completa en caso de oclusión del orifi-

cio terminal con secreciones, sangre o

con la mucosa oral. Generalmente los

tubos tienen una serie de marcas en

centímetros para determinara la dis-

tancia a la cual se va a fijar, y en su

extremo interno o distal, tiene una serie

de barras o puntos de referencia para

las cuerdas vocales.

Es muy importante calcular la

longitud y el tamaño adecuado a la

cual se debe fijar el tubo traqueal en

la comisura labial, pues fácilmente se

puede desplazar con los movimientos

de flexión o extensión de la cabeza del

niño y avanzar 0,5 a 1cm hacia aden-

tro produciendo una intubación mono-

bronquial, o hacia fuera produciendo

una extubación accidental. La longitud

adecuada depende de la edad del pa-

ciente, la talla, el peso, la anatomía

de la vía aérea y la vía por la cual se

insertó (oral o nasal), y se aplican las

siguientes formulas:

Longitud (cm) = edad / 2 + 12 A

partir de los 2 años de edad.

Con esta fórmula el tubo traqueal

generalmente se localiza a 1cm por en-

cima de la carina. Otra alternativa es

estimar la distancia de la introducción

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del tubo hasta el labio, multiplicando el

diámetro del tubo traqueal por 3:

Profundidad del tubo (cm) = diá-

metro interno del tubo (mm) x 3

Para calcular el diámetro interno del

tubo traqueal se puede utilizar como re-

ferencia el dedo meñique del niño, pero

es un método dificil y poco fiable. Un

método alternativo se basa en la talla

del paciente que permite una estimación

mejor que la edad del niño y se pueden

aplicar otras fórmulas para estimar el

tamaño correcto del diámetro interno

del tubo traqueal sin neumotaponador:

Tamaño del tubo (mm) = edad

(años)/4 + 4

Si se emplea un tubo con manguito

o neumotaponador se puede usar la si-

guiente fórmula modificada:

Tamaño del tubo (mm) = edad

(años)/4 + 3

La técnica de intubación orotra-

queal es la misma que la descrita para

la realización de la laringoscopia di-

recta.

Las principales indicaciones para

colocar un tubo traqueal se describen

en la tabla 5.

Indicaciones para la intubación traquealFalla ventilatoria:PaO2 < 60 mmHg con FIO2 > 60% y ausencia de cardiopatía congénitaPaCO2 > 60 mmHg de aparición aguda y persistente a pesar del manejoPaso cardiorespiratorio

Obstrucción renal o potencial de la vía aérea

Limpieza de las secreciones del árbol traqueobronquial

Ausencia de reflejos protectores de la vía aérea

Hiperventilación terapéutica

Ventilación mecánica con presión positiva

Administración de medicamentos en situaciones de emergenciaDebilidad neuromuscular(Presión inspiratoria > - 20 cmH20 o capacidad vital < 12 - 15 mL/kg)Inestabilidad hemodinámica persistente

Sospecha de hernia diafragmática

Trauma encefalocraneano (Glasgow < 9)

Trauma torácico con tórax inestable

Quemaduras con compromiso de la vía aérea o lesión por inhalación

Tabla 5. Indicaciones para colocar un tubo traqueal.

Tubos NasotraquealesLa intubación nasotraqueal en niños es

técnicamente más difícil y con más ries-

go de complicaciones por el sangrado o

la lesión de las estructuras nasales.

Las principales indicaciones para

realizar una intubación nasotraqueal

son:

Cirugía de estructuras de la boca,

cerclaje mandibular, procedimientos

odontológicos, lesiones que limiten los

movimientos del cuello e intubaciones

prolongadas en la unidad de cuidado

intensivo debido a que permite una me-

jor fijación del tubo y facilitan la higie-

ne bucal.

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El tamaño del tubo endotraqueal

debe ser un tamaño menor al que co-

rresponde por vía oral, pues las fosas

nasales son de menor calibre.

Descripción de la técnica:Se coloca el paciente en la misma po-

sición que la descrita para la ruta oro-

traqueal. Se recomienda preparar las

fosas nasales del niño aplicando 2 – 3

gotas de vasoconstrictor local (oxime-

tazolina o adrenalina) para disminuir

el riesgo de sangrado y lubricar muy

bien las fosa nasales y el tubo traqueal

con lidocaína en gel lo cual facilita el

desplazamiento del tubo a través de

la nasofaringe. La inserción del tubo

endotraqueal se realiza a través de la

fosa nasal con el bisel dirigido hacia el

septo nasal, se avanza el tubo en sen-

tido perpendicular y ligeramente hacia

abajo con una maniobra muy suave

hasta alcanzar la orofaringe. Una vez

pasado el tubo hasta la orofaringe, se

extiende el cuello hasta lograr la po-

sición de olfateo y se realiza una la-

ringoscopia directa para visualizar la

punta del tubo; con una pinza de Magill

se dirige el tubo hacia la apertura glóti-

ca mientras un segundo ayudante pre-

siona suavemente el tubo empujándolo

desde su extremo distal hasta observar

la entrada de la punta del tubo en la

glotis y comprobar que se encuentra

en la posición correcta en la tráquea.

Figura 17.

Figura 17. Intubación nasotraqueal.

La distancia a la cual se fija el tubo

traqueal desde el ala nasal hasta 1cm

por encima de la carina difiere del cál-

culo realizado para la vía oral y se uti-

liza la siguiente fórmula:

Profundidad de fijación (cm) = edad

(años)/2 + 15

Contraindicaciones para la intubación nasotraqueal: Esta técnica está contraindicada en

pacientes con trauma craneoencefálico,

fracturas del piso del cráneo o de los

huesos de la cara, pólipos, tumores en

nasofaringe, coagulopatía o distorsión

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de la anatomía nasofaríngea.

Las principales complicaciones de

la intubación nasotraqueal incluyen la

intubación esofágica - sobretodo cuan-

do se emplea la técnica a ciegas -, el

sangrado por lesión directa de la mu-

cosa nasal, daño de los cornetes, per-

foración del septo nasal, perforación

de los huesos de la base del cráneo con

lesión cerebral, meningitis, sinusitis y

necrosis del ala nasal (principalmente

en intubaciones prolongadas).

FibrolaringoscopiaA principios de 1970 se desarrolló el fi-

broscopio flexible para uso en pediatría

pero con limitaciones para el paso de

tubos endotraqueales con diámetros in-

ternos menores de 4,5mm, por lo cual

no se podía utilizar en lactantes meno-

res o neonatos, pero después de 1984,

se diseñaron fibroscopios de calibres

más pequeños, ultradelgados y con un

extremo distal autodirigible que per-

miten el paso de tubos endotraqueales

tan pequeños como de 2,5mm de diá-

metro interno. Éste avance tecnológico

ha permitido utilizar la intubación con

fibroscopio flexible en pacientes cada

vez mas pequeños y de mayor comple-

jidad en la manipulación de la vía aérea

y a su vez, ha facilitado el entrenamien-

to de los anestesiólogos y los pediátras

en este tipo de intubación. Figura 18.

Figura 18. Fibrobroncoscopio flexible.

En los niños es casi imposible lograr

que colaboren con el procedimiento si

se encuentran despiertos, además, la

cantidad de secreciones es mayor que

en los adultos, y por esta razón requie-

ren una valoración previa al procedi-

miento y planear cautelosamente los

pasos a seguir para administrar seda-

ción o incluso anestesia antes de reali-

zar la fibrobroncoscopia. En el paciente

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pediátrico se prefiere la anestesia inha-

latoria con el fin de mantener la venti-

lación espontánea y el mantenimiento

con el halogenado escogido (preferi-

blemente sevofluorane) administrado

por medio de una máscara facial con

entrada para el fibrobroncoscopio y lo-

grar un adecuado plano anestésico que

permita la intubación del paciente sin

desencadenar náuseas o reflejo tusíge-

no pero sin que produzca apnea; en este

caso se puede facilitar la intubación

aplicando anestésico local en spray so-

bre las fosas nasales, la hipofaringe, la

epiglotis y la glotis. Adicionalmente se

deben prepararse las fosas nasales con

un vasoconstrictor tipo oximetazolina o

fenilefrina, con el objetivo de disminuir

el riesgo de sangrado, trauma o lesión

del tejido linfoide nasal.

La intubación por vía oral es más fá-

cil de realizar cuando se hace a través

de una máscara laríngea, esta técnica es

quizá las mas fácil y práctica, se realiza

a través de un conector en Y que per-

mite el paso del fibrobroncoscopio y si-

multáneamente se conecta al circuito de

anestesia lo que permite la ventilación

del paciente, y al mismo tiempo admi-

nistrar anestesia inhalatoria; el tubo en-

dotraqueal puede deslizarse igualmente

sobre el fibroscopio - si el calibre lo per-

mite - o en caso de tubos muy grandes

o muy pequeños, puede dejarse una guía

traqueal y luego pasar el tubo endotra-

queal a través de ésta. Figura 19.

Figura 19. Intubación por fibrobroncoscopio, por vía nasal y a través de la máscara laríngea.

Las principales indicaciones para

realizar una intubación con fibros-

copio flexible se describen en la ta-

bla 6.

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Indicaciones para la intubación con fibroscopio flexible

1. enfermedades congénitasSíndrome Pierre Robin, síndrome de Down, etc.Anomalias congénitas de la vía aérea

2. Enfermedades adquiridasInfecciones (epiglotítis, abcesos de vía aérea)Trauma y quemadurasTumores, obesidad

3. Intubación difícilConocida o anticipadaIntubación fallida no anticipada

Tabla 6. Indicaciones para la intubación con fibrobroncoscopio flexible.

Intubación retrógrada en niñosLa intubación retrógrada representa

una buena alternativa de manejo en ca-

sos de vía aérea difícil en pacientes pe-

diátricos que requieren intubación. El

equipo necesario para realizarla no es

complejo, las maniobras generalmente

son rápidas, sencillas y tiene una alta

incidencia de éxito en la intubación.

La técnica retrógrada consiste en

una intubación guiada por una vía

translaríngea mediante un catéter o

guía metálica que se inserta desde la

tráquea en forma retrógrada. Está indi-

cada en casos en los que la laringosco-

pia directa es difícil de realizar, cuando

hay sangrado o secreciones abundantes

en la laringe que hacen difícil la técnica

por fibrobroncoscopia flexible, o cuan-

do hay lesiones cervicales que limitan

la movilización del cuello.

Descripción de la técnicaEl niño se coloca con el cuello exten-

dido y con un rollo debajo de los hom-

bros. La tráquea se fija con la mano no

dominante mientras con el dedo índice

y pulgar se punciona la membrana cri-

coidea con un catéter número 20 o 22G

en forma perpendicular hasta entrar a

la tráquea, se observan las burbujas de

aire al aspirar a través del catéter con

una jeringa de 3mL. Luego se realiza

una inclinación cefálica del catéter (ha-

cia las cuerdas vocales) y se introduce

sólo la parte plástica del catéter reti-

rando la aguja metálica o mandril.

Se introduce una guía metálica con

punta atraumática o en J la cual se

dirige hacia la cabeza del paciente. La

guía se avanza hasta ser recuperada

por la boca o por la nariz del pacien-

te. Se retira el catéter de la tráquea

y se fija la guía metálica sobre la piel

del cuello con una pinza para que no

se movilice mientras se desliza el tubo

endotraqueal. El tubo se introduce por

el extremo distal de la guía y se des-

liza suavemente mientras se tensiona

la guía para facilitar su paso por las

estructuras laríngeas, cuando se choca

con la membrana cricotiroidea; en este

momento se introduce una segunda

guía por dentro de la luz del tubo la

cual se avanza hasta alcanzar la luz

traqueal y se deja como medida de se-

guridad para no perder la localización

del tubo después de retirar la guía per-

cutánea. Figura 20.

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Anestesia Pediátrica

Estilete luminosoEs una guía metálica con un potente

sistema de iluminación en el extremo

distal, de tal forma que la entrada de la

guía en la tráquea es observada desde

el exterior mediante la iluminación que

aparece en la cara anterior del cuello

formando un triángulo de base supe-

rior; la efectividad de éste método para

identificar la tráquea en menos de 5 se-

gundos varía entre el 91 a 98%. Esta

técnica tiene como inconveniente que

necesita mover el cuello para colocarlo

en posición de olfateo para facilitar el

paso del estilete o guía, por esta razón

no se recomienda en pacientes con sos-

pecha de trauma cervical.

Se introduce el estilete en la boca

hasta pasar la base de la lengua en don-

de se observa la transiluminación que

aparece en la zona superior del cartí-

lago tiroides y se introduce lentamente

hasta alcanzar la tráquea; en este sitio

la luz se observa brillante y localizada,

si por el contrario, se encuentre tenue y

difusa, indica que el estilete se encuen-

tra en el esófago o en la entrada de la

laringe. Una vez localizado el estilete

en la tráquea, se desliza el tubo endo-

traqueal sobre él y se confirma su co-

rrecta posición por evaluación clínica y

capnografía. Figura 21.

Figura 20. Técnica y equipo para la realización de una intubación retrógrada

Figura 21. Estilete luminoso.

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Intubación digital a ciegasAunque no es una técnica que se realice

con frecuencia, es más fácil practicarla

en niños que en adultos y las personas

experimentadas logran una intubación

exitosa en pocos segundos. La técnica

consiste en intubar el paciente por me-

dio de la palpación de la epiglotis, para

esto se debe situar el operador a los

pies del paciente, se introduce el dedo

índice de la mano no dominante en la

boca del paciente, buscando la base

de la lengua hasta palpar la epiglotis

y más allá se identifican los repliegues

aritenoideos o la apertura glótica; en

este momento se aplica una ligera pre-

sión externa sobre el cartílago tiroides,

con el dedo pulgar de la misma mano

para mantener fija la posición de la

epiglotis. Con la mano dominante se

introduce el tubo orotraqueal mientras

se usa la mano No dominante como

guía hasta sentir el paso del tubo den-

tro de la apertura glótica y se confirma

su posición por parámetros clínicos y

capnografía.

Las ventajas de ésta técnica consis-

ten en que es una técnica relativamente

sencilla, rápida, no utiliza instrumentos

metálicos, puede utilizarse en situacio-

nes de emergencia o durante el trans-

porte de pacientes, no requiere de ilu-

minación externa ni produce movimien-

tos del cuello del paciente. Figura 22.

Figura 22. Intubación digital a ciegas.

VÍA AÉREA QUIRÚRGICACricotoroidotomíaLa cricotiroidotomía es una técnica

empleada para abordar la vía aérea a

través de la membrana cricotiroidea en

condiciones de emergencia y cuando

han fallado otras técnicas de intuba-

ción.

Las indicaciones de la cricotiroido-

tomía son:

Manejo inmediato de la vía aérea 1.

en pacientes con trauma contuso

Se introduce el dedo índice hacia

la epíglotis y se dirige el tubo hacia

la punta del dedo

Paso 1 Paso 2

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Anestesia Pediátrica

en quienes no es posible la intuba-

ción nasal u oral.

Pacientes en quienes han fallado 2.

las otras técnicas de intubación.

Obstrucción aguda de la vía aérea 3.

superior

Manejo urgente de la vía aérea en 4.

pacientes con trauma facial seve-

ro que hace imposible la intuba-

ción por otras técnicas.

Esta técnica esta contraindicada en

pacientes con alteraciones anatómicas

del cuello, pacientes con intubaciones

por mas de 3 días pues aumenta el

riesgo de estenosis subglótica, enfer-

medad laringotraqueal preexistente,

coagulopatías y en niños menores de 6

años porque la incidencia de complica-

ciones es mas alta en este tipo de pa-

cientes (estenosis subglótica, hemato-

mas, ruptura esofágica, lesión traqueal

y obstrucción total de la vía aérea por

sangrado o secreciones).

Existen varios tipos de cricotiroido-

tomía:

Cricotiroidotomía planeada1.

Cricotiroidotomía urgente, ésta a 2.

su vez puede dividirse en: venti-

lación con catéter transtraqueal,

cricotiroidotomía percutánea por

dilatación y cricotiroidotomía qui-

rúrgica.

A este último sistema se le puede

adaptar un sistema se suministro de

oxígeno de alta presión con el fin de

proveer oxígeno al paciente (Ventila-

ción jet transtraqueal). Figura 23.

Figura 23. Referencias anatómicas y pasos para realizar un cricotiroidotomia.

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TraqueostomíaLa traqueostomía consiste en per-

meabilizar la vía aérea por medio de

una incisión sobre la tráquea en donde

se inserta una cánula por la cual se ven-

tila y se oxigena al paciente. La vía clá-

sica de abordaje incluye la sección de la

membrana localizada entre el primero y

el segundo anillo traqueal utilizando la

técnica quirúrgica, sin embargo existen

en la actualidad, varias modificaciones

de la técnica con el fin de poder reali-

zarla en situaciones de emergencia o en

pacientes críticos en la unidad de cuida-

do intensivo.

La técnica es compleja por el tama-

ño de la tráquea y es usual que se pre-

fiera la membrana cricotiroidea para

realizarla.

Existen varios tipo de cánulas de

traqueosotomías: con neumotaponador,

sin neumotaponar, plásticas o metálicas,

transitorias o permanentes. Además se

debe especificar el tamaño de acuerdo

con el paciente, si es neonatal, pediá-

trico o adulto, pues difieren notable-

mente en la longitud total de la cánula,

así su diámetro interno sea el mismo.

La selección del tamaño es igual que

el tubo traqueal y vienen con el mismo

diámetro que éstos, sin embargo es im-

portante resaltar que en pacientes con

gran edema de la vía aérea o estenosis

subglótica severa, generalmente se re-

comienda insertar un tamaño menor al

que corresponde a la edad y peso del

paciente. Figura 24.

Figura 24. Tipos de cánulas de traqueostomía.

Las complicaciones de la traqueos-

tomía son más frecuentes en la po-

blación pediátrica que en los adultos

y conllevan una mayor mortalidad la

cual está relacionada directamente con

la edad (entre más pequeño el niño, ma-

yor número de complicaciones y muer-

te). En conclusión, no deben realizarse

traqueostomías de forma rutinaria en

el paciente pediátrico debido al mayor

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Anestesia Pediátrica

número de complicaciones que produ-

ce este tipo de procedimientos en este

grupo de edad; por lo tanto, la decisión

de realizar o no un traqueostomía en

un niño debe ser tomada por un gru-

po multidisciplinario de acuerdo con

la relación riesgo / beneficio que se le

ofrezca a cada paciente en particular.

Aspectos ImportantesTodo médico que participe en el ma-

nejo de los pacientes pediátricos debe

tener un adecuado conocimiento de las

características anatómicas y fisiológi-

cas propias de la población pediátrica

y diseñar un plan de manejo de la vía

aérea de acuerdo a los dispositivos dis-

ponibles y al algoritmo recomendado.

LECTURAS RECOMENDADASAMERICA HEART ASSOCIATION. AVAP

Manual para proveedores. 2003; 4: 88 –

113.

ECHEVERRY PC. Multimedia de proce-

dimientos en Anestesia pediátrica. So-

ciedad Colombiana de Anestesiología y

Reanimación, Bogota. 2005.

JARAMILLO J, REYES G y colaborado-

res. Anestesia Pediátrica. Sociedad co-

lombiana de Anestesiología y Reanima-

ción. Primera edición. Bogotá.

Page 37: Anestesia Pediátrica SCARE

36

Page 38: Anestesia Pediátrica SCARE

Accesos Vasculares en Pediatría Módulo 2

Accesos Intraóseos

Piedad Cecilia Echeverry Marin*

*Especialista en Anestesiología y

Reanimación. Universidad de Antioquia

Fundación Hospital de La Misericor-

dia, Bogotá. Coordinador de Comité de

Anestesia Pediátrica. Sociedad Colom-

biana de Anestesiología y Reanimación.

Bogotá DC.

Page 39: Anestesia Pediátrica SCARE

Accesos Vasculares en Pediatría

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Accesos Vasculares en Pediatría

39

Anestesia Pediátrica

Accesos Intraóseos

Piedad Cecilia Echeverry Marín

IntroducciónEl acceso intraóseo se utiliza general-

mente en situaciones de emergencia

donde se requiere urgentemente un

acceso vascular para infusión de líqui-

dos, medicamentos o hemoderivados,

en un paciente en quien ha sido impo-

sible canalizar una vena periférica o no

se tienen los equipos ni la experiencia

para colocar un catéter venoso central.

Es una técnica fácil de realizar, senci-

lla y eficaz para administrar medica-

mentos en situaciones de emergencia

y reanimación cardiopulmonar. Y ge-

neralmente ofrece el inicio de terapias

con líquidos, iniciar medicamentos de

reanimación e incluso transfundir he-

moderivados mientras se logra la ve-

nodisección o la canalización de otro

acceso vascular de emergencia.

El acceso intraóseo permite llegar a

un plexo venoso medular no colapsable,

que sirve como vía rápida, segura y fia-

ble para la administración de fármacos,

cristaloides, coloides y sangre durante la

reanimación. A menudo es posible lograr

un acceso intraóseo en 30 a 60 segun-

dos, esta técnica utiliza una aguja rígida,

preferiblemente una aguja de punción

intraósea especialmente diseñada o una

aguja de médula ósea de Jamshidi; se

prefiere una aguja con estilete o mandril

metálico para evitar la obstrucción de la

aguja con obstrucción de hueso cortical

durante su inserción, pero también se

puede emplear una aguja de tipo mari-

posa o hipodérmica convencional. Esta

técnica puede utilizarse en pacientes de

todas las edades, desde neonatos pre-

maturos hasta adultos. Figura 1.

Figura 1. Aguja de punción intraósea.

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La vía intrósea es segura para admi-

nistrar fármacos de reanimación, líqui-

dos y hemoderivados. También se puede

administrar una infusión continua de

catecolaminas durante la reanimación

cardiopulmonar; el comienzo de acción

y los niveles de los fármacos adminis-

trados por esta vía, son comparable

con los niveles obtenidos cuando se ad-

ministra por una vena central. Algunos

expertos recomiendan lavar todos los

medicamentos por vía intraósea con 5

a 10mL de solución salina para facili-

tar la llegada del medicamento hasta

la circulación central. Sin embargo, los

líquidos que deben administrarse en

grandes volúmenes deben administrar-

se con bombas de infusión o infusores

de presión.

El acceso intraóseo también permi-

te obtener muestras de sangre venosa

mixta para análisis químico, gases ar-

teriales y hemoclasificación.

FundamentosAnatomíaSitios de punción intraósea:

Los principales sitios de inserción

de un catéter intraóseo son la cara an-

terior de la tibia, el segmento distal del

fémur, el maléolo interno o la espina

ilíaca antero superior. En los pacientes

adultos también se puede utilizar el

acceso intraóseo esternal. Figura 2.

Figura 2. Sitios de punción intraósea.

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TécnicaEquipo y materialesEquipo necesario para un acceso in-

traóseo:

Desinfección de la piel (alcohol, •

clorhexidina, yodo)

Guantes estériles•

Elementos de protección personal•

Aguja rígida para inserción intraó-•

sea o aguja para médula ósea tipo

Jamshidi con estilete

Cinta adhesiva para fijación•

Equipo de venoclísis para infusión •

de líquidos

Descripción de la técnica:Se identifica la tuberosidad tibial, el

sitio de punción se localiza entre 1 a 3

cm por debajo, en el medio de la super-

ficie tibial anterior e interna. Figura 3.

Figura 3. Referencias anatómicas y posición ideal para realizar la punción intraósea.

Antes de realizar la punción, se revi-

sa la aguja y el estilete; se debe apoyar

la pierna sobre una superficie firme, se

sujeta la pierna con la mano no domi-

nante sin que pase por detrás del lu-

gar de la introducción de la aguja por

el riesgo de punción en caso de que se

atraviese la piel de lado a lado.

Se sostiene fijamente la aguja con

la mano dominante y se introduce per-

pendicular al eje longitudinal del hueso,

con un movimiento de rotación suave

pero firme; se recomienda dirigir la

aguja en sentido caudal para evitar le-

sionar la placa epifisiaria del hueso.

Cuando se sienta una pérdida sú-

bita de la resistencia, retire el estilete

de la aguja y compruebe que ya pasó

la cortical del hueso y que se encuentra

en el espacio intramedular, para ello se

conecta una jeringa de 3 o 5 mL, se as-

pira sangre y se prueba la resistencia a

la infusión de líquidos con 10 mL de so-

lución salina; esta debe pasar suave, sin

resistencia y sin producir infiltración en

los tejidos blandos alrededor. Figura 4.

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Figura 4. Secuencia de pasos para la colocación de una acceso intraóseo.

ClínicaIndicacionesLas principales indicaciones para colo-

car un catéter intraóseo en niños son:

Para administrar medicamentos, •

líquidos o transfusiones en reani-

mación cardiopulmonar cuando

es difícil canalizar una vena peri-

férica.

Cuando se requiere un acceso •

vascular de emergencia, rápido y

efectivo en pacientes con estados

de choque o en estado de paro

cardiaco.

ContraindicacionesAbsolutas

Signos de infección o necrosis de •

la piel en el sitio de la punción

Trombosis venosa de la extremi-•

dad escogida para la punción.

Trastornos de la coagulación no •

corregidos.

Isquemia severa de la extremidad •

o riesgo de síndrome comparti-

mental.

Fractura del hueso donde se va a •

realizar la punción.

RelativasAlteraciones anatómicas que difi-•

cultan o hacen imposible la técni-

ca.

Inexperiencia de los médicos o del •

operador que realiza la punción.

ComplicacionesLas complicaciones del acceso vascular

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Anestesia Pediátrica

intraóseo ocurren en menos del 1 % de

los casos y las principales son: fractura

del hueso, síndrome compartimental,

extravasación grave de líquidos o me-

dicamentos, isquemia secundaria de la

extremidad, osteomielitis y embolismo

graso o gaseoso.

Aspectos ImportantesEl lugar y las prioridades del acceso in-

traóseo dependen del estado clínico del

paciente. Para el tratamiento del paro

cardíaco y el choque descompensado,

la rápida disponibilidad de un acceso

vascular es más importante que el lu-

gar del acceso. El mejor lugar depende

de la experiencia e idoneidad del pro-

veedor, y de las circunstancias clínicas.

Por lo general, intente el acceso intraó-

seo durante la reanimación cardiopul-

monar o el tratamiento del choque des-

compensado si no se logra rápidamente

un acceso intravenoso efectivo.

LECTURAS RECOMENDADASECHEVERRY PC. Multimedia de proce-

dimientos en Anestesia pediátrica. So-

ciedad Colombiana de Anestesiología y

Reanimación, Bogota. 2005.

FISER DH. Intraosseous Infussion. New

England Journal of Medicine. 1990; 322:

1579 – 81.

American Hearth Association. AVAP. Man-

ual Para Proveedores. 2003; 6: 155 –

159.

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Anestesia Pediátrica

Accesos Venoso Centrales

Piedad Cecilia Echeverry Marin

IntroducciónLos accesos vasculares centrales tie-

ne indicaciones muy específicas en la

población pediátrica, generalmente es

una técnica mas exigente que requiere

entrenamiento y destrezas debido a que

las variaciones anatómicas de los niños

y el calibre de los catéteres, hacen que

sea más difícil su técnica al igual que

es mayor la incidencia de algunas

complicaciones como el neumotórax, el

hemotórax, el sangrado y la trombosis

o el embolismo aéreo. Sin embargo en

situaciones críticas y frente a pacientes

muy complejos es la única opción que

tenemos para lograr tener un acceso

vascular, debido a la dificultad de man-

tener permeable una vena periférica.

Los dispositivos y catéteres disponi-

bles ahora han mejorado notablemen-

te las opciones y la seguridad para los

pacientes pediátricos, pero las técnicas

de inserción, las complicaciones y el

entrenamiento del personal en general

difieren notablemente de los procedi-

mientos realizados en los adultos.

FundamentosAnatomíaLos accesos vasculares centrales en los

niños son los mismos que en los adultos,

pero las referencias anatómicas varían

entre los grupos de edad, debido a que

las estructuras óseas y musculares no

siempre son fáciles de identificar en ni-

ños, sobretodo en lactantes y neonatos,

por lo cual existen alguna variaciones

importantes en la técnica y en la posi-

ción del paciente, con el fin de mejorar

el éxito en la colocación de un catéter

venoso central.

En los niños se pueden colocar caté-

teres centrales en: la vena yugular ex-

terna, la vena yugular interna, la vena

subclavia y en la vena femoral.

El lugar ideal para canalizar un ac-

ceso venoso central depende de la ex-

periencia del médico, de las condiciones

del paciente (edad, peso y enfermeda-

des de base), del tiempo que necesite

el paciente el catéter, la posibilidad de

contaminación, el tipo de procedimien-

to quirúrgico y de los cuidados necesa-

rios que deba recibir el paciente.

Por facilidad en la técnica y por me-

nor incidencia de complicaciones, gene-

ralmente se prefiere los accesos centra-

les más periféricos y en su orden están:

la vena yugular externa, la vena yugu-

lar interna y la vena femoral. Sin em-

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bargo, por comodidad para el paciente,

por mejor permanencia en el tiempo y

menos probabilidad de contaminación

o colonización del catéter, se prefiere

la vena subclavia, sin embargo esta

última requiere mayor experiencia en

la técnica y tiene una mayor incidencia

de complicaciones como neumotórax

y sangrado. Por todas estás razones,

es muy importante individualizar cada

paciente y definir cual es el acceso cen-

tral mas conveniente con mayor benefi-

cio y menor riegos para cada paciente

en particular.

Vena yugular externaLas referencias anatómicas de la

vena yugular externa son muy fáciles

de identificar pues esta es una vena

superficial, por lo cual con una ade-

cuada posición se puede observar en

la mayoría de los niños todo el reco-

rrido subcutáneo en el cuello. Se re-

comienda colocar el paciente en de-

cúbito supino, en posición de trendel-

emburg y con el cuello extendido, con

un rollo debajo de la espalda. En los

lactantes menores que tienen mayor

número de pliegues en el cuello esta

maniobra puede ser más complicada

pero adicionalmente se puede ejercer

una presión leve supraclavicular en

el cuello para lograr una mayor in-

gurgitación de la vena y hacerla más

evidente, aunque no siempre es fácil.

Figura 1.

Figura 1. Anatomía y referencias anatómicas de la vena yugular externa.

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Anestesia Pediátrica

Vena yugular internaLa vena yugular interna acompaña a

la arteria carótida en su recorrido en

el cuello, en los adultos generalmen-

te se localiza entre el haz esternal y

el haz clavicular del músculo ester-

nocleidomastoideo, en el ángulo que

forman estos dos haces se puede en-

contrar la vena yugular interna a una

distancia aproximada entre 0,5 – 2cm

de acuerdo con la edad y el peso del

paciente. En los lactantes y niños me-

nores, se recomienda las referencias

de la vía anterior, pues no es fácil

identificar el músculo esternocleido-

mastoideo con sus dos haces; en es-

tos pacientes se recomienda extender

el cuello pero en posición neutra, sin

lateralidad, y se identifica la tráquea,

el cartílago cricoides y a esta altura

se palpa la arteria carótida la cual se

repara siempre con los tres dedos de

la mano no dominante del operador.

Inmediatamente externa a la arteria

carótida, se encuentra la vena yugular

interna la cual la acompaña en todo

su recorrido y se dirige hacia la hor-

quilla esternal. Figura 2.

Vena subclaviaLa vena subclavia se encuentra en el

espacio infraclavicular por lo tanto

éste es el abordaje vascular más uti-

lizado, sin embargo también es el que

Figura 2. Anatomía y referencias anatómicas de la vena yugular interna.

mas complicaciones presenta debido a

la cercanía que tiene con estructuras

vasculares, pleura y pulmón, por lo cual

solo se prefiere utilizar esta vía en ni-

ños mayores de 3 años (en lo posible).

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Las principales referencias anatómicas

para localizar la vena subclavia son:

los dos tercios distales de la clavícula

con el tercio proximal del borde infe-

rior de la misma y la horquilla esternal.

Figura 3.

Figura 3. Anatomía y referencias anatómicas de la vena subclavia.

Vena femoralLa vena femoral es el acceso preferido en

los niños debido a que es relativamente

fácil de colocar, es rápido, con una alta

tasa de éxito y con una baja incidencia

de complicaciones durante su inserción;

sin embargo por la localización con la

región perineal presenta un riesgo alto

de contaminación e infección. Las re-

ferencias anatómicas para localizar la

vena femoral son: el ligamento ingui-

nal o el pliegue inguinal en los niños, la

sínfisis del pubis, la espina iliaca antero

superior, el ombligo y la arteria femoral.

La vena femoral se encuentra siempre

medial a la arteria, por lo cual es útil

aplicar la nemotecnia de VAN que signi-

fica Vena, Arteria y Nervio femoral que

conforman el paquete vásculo-nervioso

femoral el cual se encuentra aproxima-

damente 0,5 – 1cm por debajo de la ar-

cada inguinal. Figura 4.

Figura 4. Anatomía y referencias anatómicas de la vena femoral. VAN: Vena, Arteria y Nervio. Ini-

ciando en la parte medial.

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Anestesia Pediátrica

TécnicaEquipo y materialesEl equipo necesario para canalizar un

acceso venoso central consiste en:

Equipo para desinfección local de •

la piel (alcohol, yodo o clorhexi-

dina)

Guantes y bata estéril•

Gasas estériles•

Campos estériles •

Recipiente estéril con solución •

salina

Jeringas de 3 mL•

Yelco del mismo calibre que el ca-•

téter (22, 20, 18)

Aguja de punción del mismo cali-•

bre que el catéter

Guía metálica con punta recta •

atraumática o en U

Hoja de bisturí número 11•

Dilatador plástico•

Catéter central de diámetro y lon-•

gitud adecuada para el paciente,

puede ser monolumen, bilumen o

trilumen.

Sutura para piel (seda 3/0)•

Tegaderm•

Cinta adhesiva para fijación en •

piel (Figura 5)

Figura 5. Equipo necesario para colocar un catéter venoso central.

TécnicaVena Yugular ExternaLa vena yugular externa tiene la ven-

taja de ser visible y palpable en la

mayoría de los pacientes, sin embargo

por su localización hace que su trayec-

to sea tortuoso y que su unión con la

vena yugular interna tenga un ángulo

muy estrecho por lo cual es difícil el

paso de guías a través de ella. A pesar

de éstas dificultades, la vena yugular

externa posee un adecuado calibre que

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permite la infusión rápida de líquidos,

es de fácil acceso, su cateterización

tiene una baja incidencia de complica-

ciones y permite el paso de catéteres

hasta la aurícula derecha para mo-

nitoreo de la presión venosa central

(PVC).

Esta vena se puede canalizar con

yelco o venocath montado sobre aguja

o con un catéter venoso central a tra-

vés de guía metálica.

Posición del pacienteCon el paciente en decúbito supino, se

gira la cabeza hacia el lado opuesto

donde se va a realizar la punción, gene-

ralmente se gira hacia el lado izquierdo.

Se coloca la camilla en trendelemburg

para favorecer la ingurgitación venosa

del cuello y en los niños menores de 3

años es útil colocar una almohadilla

debajo de los hombros para mejorar la

extensión del cuello. Figura 6

Figura 6. Anatomía y referencias anatómicas de la yugular externa.

Vena Yugular InternaEl tamaño del catéter y la longitud a la

cual se debe fijar el catéter se descri-

ben en la tabla. 1

Tamaño del catéter para canalizar vena periférica

EdadPeso (Kg)

Catéter Venoso Introductores

Tamaño (French)

Longitud (cm)

Diámetro guía (mm)

Aguja (Gauge)

Tamaño (French)

Longitud (cm)

Rn 4 - 8 3 F 5 - 12 0,46 21 - 22 4 - 4,5 6

< 1 año 5 - 15 3 - 4 F 5 - 12 0,46 - 0,53 21, 20, 18 4 - 5 13

1-8 años 10 - 30 4 - 5 F 5 - 25 0,53 - 0,89 20, 18 5 - 6 13

> 8 años > 30 5 - 8 F 5 - 30 0,89 18, 16 6 - 8,5 13

Tabla 1. Guía para seleccionar el calibre del catéter venoso central según la edad y el peso del

paciente.

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Accesos Vasculares en Pediatría

51

Anestesia Pediátrica

Existen algunas fórmulas para la

longitud de inserción del catéter.

La punta debe quedar en la unión de

la vena cava superior con la aurícula

derecha; si se inserta mas allá, quedará

dentro de la aurícula y puede desenca-

denar arritmias cardiacas.

Por fórmula: Longitud del catéter =

10% de la talla del paciente

Por medición directa: Se mide

la longitud desde el sitio de punción

hasta el manubrio esternal, esa es la

longitud que se debe introducir el ca-

téter.

Abordaje de la vena yugular interna por vía anteriorPosición del paciente: Se deja el pacien-

te en decúbito supino, con un rollo o al-

mohadilla debajo de las escápulas para

extender mejor el cuello y la cabeza en

posición neutra. Se prefiere colocar la

camilla en trendelemburg para aumentar

la ingurgitación de las venas del cuello.

Referencias anatómicas: Se identifi-

can la horquilla esternal, la clavícula, el

músculo esternocleidomastoideo con sus

dos haces: esternal y clavicular, la arteria

carótida y el cartílago cricoides. Figura 7.

Figura 7. Referencias anatómicas de la vena yugular interna por vía anterior

Abordaje de la vena yugular por vía mediaPosición del paciente: en decúbito supi-

no, con la camilla en trendelemburg, se

coloca una almohadilla debajo de las

escápulas del paciente y se gira leve-

mente la cabeza hacia el lado opues-

to de la punción (generalmente hacia

el lado izquierdo). Si se gira mucho la

cabeza hacia el lado, se interpone la ar-

teria carótida sobre la vena y es mayor

el riesgo de punción arterial.

Referencias anatómicas: se identi-

fica la clavícula, la horquilla esternal,

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la vena yugular externa y el músculo

esternocleiodomastoideo en el punto

donde se unen los dos haces: clavicular

y esternal. Figura 8.

Figura 8. Referencias anatómicas de la vena yugular interna por vía media

Abordaje de la vena yugular interna por vía posteriorLa posición del paciente y las referen-

cias anatómicas son las mismas que las

descritas para la vía media.

Descripción de la técnica: se intro-

duce la aguja bien profundo sobre la

porción esternal del músculo ester-

nocleidomastoideo, en la unión de los

tercios medio e inferior del borde pos-

terior, inmediatamente por arriba del

punto donde la vena yugular externa

cruza este músculo. La aguja se dirige

hacia la horquilla supraesternal aspi-

rando permanentemente hasta obtener

retorno de sangre. Si no se encuentra

la vena en el primer intento, se retira

la aguja hasta el plano subcutáneo y se

reorienta en sentido caudal y anterior.

Figura 9.

Figura 9. Anatomía y referencias anatómicas de la vena yugular interna

Page 54: Anestesia Pediátrica SCARE

Accesos Vasculares en Pediatría

53

Anestesia Pediátrica

Vena SubclaviaLa cateterización de la vena subclavia

por vía infraclavicular es el abordaje

vascular que mas complicaciones pre-

senta debido a la cercanía que tiene

con estructuras vasculares, pleura y

pulmón, por lo cual solo se prefiere

esta vía en niños mayores de 3 años.

Posición del paciente: con el pacien-

te en decúbito supino y la camilla en

trendelemburg (30 grados), se coloca

una almohada debajo de las escápulas

del paciente y se realiza una hiperex-

tensión de la cabeza en posición neutra

o ligeramente rotada hacia el lado con-

trario a la punción.

Referencias anatómicas: Se identifi-

can los dos tercios distales con el tercio

proximal del borde inferior de la claví-

cula y la horquilla esternal. Figura 10.

Figura 10. Referencias anatómicas de la vena subclavia

Vena FemoralLa vena femoral es el acceso preferido

en los niños debido a que es relativa-

mente fácil de colocar, es rápido, con

una alta tasa de éxito y con una baja

incidencia de complicaciones durante

su inserción; sin embargo por la loca-

lización con la región perineal presenta

un riesgo alto de contaminación e in-

fección.

Posición del paciente: en decúbito

supino, se coloca una almohadilla por

debajo de la cadera del lado que se va a

puncionar con el fin de lograr una me-

jor extensión y rotación de la pierna.

Referencias anatómicas: se identifi-

ca el ligamento inguinal o pliegue ingui-

nal en los niños, la sínfisis del pubis, la

espina iliaca antero superior, el ombligo

y la arteria femoral. Figura 10.

Page 55: Anestesia Pediátrica SCARE

Accesos Vasculares en Pediatría

54

ClínicaIndicacionesLas principales indicaciones para colo-

car un catéter venoso central en niños

son:

En paciente que requiera un acce-•

so vascular y no se pueda canali-

zar una vena periférica después de

varios intentos.

Para monitoreo de la presión ve-•

nosa central.

Para administrar nutrición paren-•

teral total.

Para toma regular de muestras •

sanguíneas.

En pacientes crónicos o críticos •

que requieren un acceso vascular

por tiempo prolongado.

Para administrar electrolitos, ino-•

trópicos y otros medicamentos o

sustancias que produzcan alta

irritación vascular.

Para administrar simultáneamen-•

te medicamentos, líquidos y vaso-

activos.

Para aspiración de embolismos •

aéreos.

Para colocar marcapasos trasve-•

noso o catéter de arteria pulmo-

nar.

ContraindicacionesAbsolutas

Signos de infección o necrosis de •

la piel en el sitio de la punción

Trombosis venosa de las venas •

proximales.

Trastornos de la coagulación no •

corregidos.

Inexperiencia del personal respon-•

sable de colocar el catéter.

RelativasAlteraciones anatómicas que difi-•

cultan o hacen imposible la técni-

ca.

Venas previamente puncionadas y •

con hematomas alrededor.

Trastornos de la coagulación co-•

rregidos.

ComplicacionesLas complicaciones del acceso vascular

central dependen del sitio de punción,

Figura 11. Referencias anatómicas de la vena femoral

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Anestesia Pediátrica

en manos expertas no son frecuentes

pero generalmente requieren trata-

mientos adicionales e incluso interven-

ciones quirúrgicas de urgencia.

Las complicaciones derivadas de

un catéter venoso central son: punción

arterial, infiltración local de los teji-

dos y extravasación de medicamentos,

líquidos o nutrición parenteral, hema-

tomas, trombosis venosa, neumotórax,

hemotórax, quilotorax por lesión del

conducto torácico, lesión vascular y

embolismo gaseoso.

Aspectos ImportantesEl acceso vascular central en los niños

es un procedimiento relativamente fre-

cuente y necesario en los servicios de

urgencia, cuidado intensivo pediátrico

y cirugía. Requiere de personal entre-

nado y con experiencia para garantizar

una técnica más efectiva y disminuir al

máximo la incidencia de compleciones

que son frecuentes en este tipo de pro-

cedimientos y dependen tanto de la vía

de abordaje como de las condiciones

clínicas del paciente. Por esta razón es

conveniente seleccionar muy bien cada

paciente y determinar cual es el tama-

ño adecuado de catéter y la mejor vía

de inserción buscando la mejor relación

riesgo/ beneficio.

LECTURAS RECOMENDADASECHEVERRY PC. Multimedia de proce-

dimientos en Anestesia pediátrica. So-

ciedad Colombiana de Anestesiología y

Reanimación, Bogota. 2005.

JARAMILLO J, REYES G y colaborado-

res. Anestesia Pediátrica. Sociedad co-

lombiana de Anestesiología y Reanima-

ción. Primera edición. Bogotá.

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Accesos Vasculares en Pediatría

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Anestesia Pediátrica

Línea Arterial

Piedad Cecilia Echeverry Marín

IntroducciónLa colocación de un catéter arterial

permite controlar continuamente la

presión arterial y brinda una vía para la

toma constante de muestras de sangre

del paciente. En los niños, esta técnica

requiere mayor entrenamiento debido

al pequeño calibre de las arterias que

hace más difícil la canulación y tiene

una mayor incidencia de complicacio-

nes y obstrucción.

FundamentosAnatomíaLa principal fuente de flujo sanguí-

neo a los dedos de la mano se da por

el arco palmar superficial. En la ma-

yoría de las personas este arco recibe

la sangre principalmente de la arteria

cubital, pero alrededor del 12% de las

personas sanas tienen una irrigación

dominante por la arteria radial y en el

1,6% de los casos un flujo dependiente

exclusivamente de la arteria radial sin

otro flujo colateral. Éste último gru-

po de pacientes tienen un alto riesgo

de isquemia de la mano después de la

cateterización de la arteria radial, en

particular si se obstruye completamen-

te la arteria.

Por esta razón se recomienda eva-

luar el estado de la circulación cola-

teral de la mano realizando la prueba

de Allen o a través de una valoración

con doppler de las arterias de la mano;

pero aún con estas pruebas siempre es

recomendable vigilar la perfusión dis-

tal de la mano después de introducir el

catéter arterial y en caso de observar

cualquier signo de isquemia se debe

retirar inmediatamente el catéter. En

los adultos y niños mayores (escolares

o adolescente) se recomienda colocar

una infusión continua de solución salina

con heparina (relación de 1 Unidad de

heparina /mL de solución salina) para

mantener permeable y libre de obstruc-

ción por trombos la arteria canalizada;

sin embargo en niños menores o en pa-

cientes con alteraciones de la coagula-

ción ésta solución se convierte en una

factor de riesgo adicional para aumen-

tar el sangrado y incluso empeora los

estados de coagulopatía sistémica.

Sitios de PunciónEn teoría se puede canalizar cualquier

arteria del organismo, sin embargo por

su localización y por el flujo lateral que

tienen alguna arterias del cuerpo huma-

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no, se prefieren las arterias periféricas

que producen menos complicaciones de

tipo isquémico o tromboembólico; por

esta razón, se prefiere canalizar en los

niños la arteria radial, la arteria cubi-

tal (en menor medida), la arteria pedia,

la arteria tibial posterior, la arteria fe-

moral y sólo en caso extremos la ar-

teria braquial. Ésta última localización

se recomienda sólo para monitoreo in-

traoperatorio y debe retirarse en el me-

nor tiempo posible por el alto riesgo de

isquemia y compromiso circulatorio de

toda la mano y el antebrazo. Figura 1.

Figura 1. Sitios de punción arterial.

TécnicaEquipo y materiales

Equipo necesario para una línea •

arterial:

Guantes estériles•

Equipo de desinfección local de •

la piel

Campos estériles•

Gasas estériles•

Agujas hipodérmicas de diferen-•

tes calibres: 23, 21

Yelcos de diferentes tamaños: 24, •

22, 20

Guía metálica del mismo calibre •

del yelco

Cinta adhesiva para fijación del •

catéter

Extensión de anestesia purgada •

con solución heparinizada y co-

nectada a un transductor de pre-

sión arterial para monitoreo in-

vasivo de la presión debidamente

purgado y calibrado.

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Anestesia Pediátrica

Descripción de la técnicaUna vez seleccionada la vía de inser-

ción del catéter arterial y su calibre, se

procede a preparar el campo, hacemos

asepsia y antisepsia preferiblemente

con clorhexidina y alcohol.

Técnica de Punción DirectaSe palpa el pulso arterial con el dedo

índice de la mano no dominante del

operador, se practica una incisión con

la aguja hipodérmica con el fin de no

dañar el catéter al puncionar la piel, se

dirige el catéter en dirección al máximo

pulso con un ángulo de aproximada-

mente 20 - 30 grados, una vez pasamos

la pared anterior de la arteria y obtene-

mos retorno de sangre, se disminuye el

ángulo y se intenta introducir el catéter

rotándolo muy suavemente.

Técnica de Punción por TransfixiónSeguimos los mismos pasos anteriores

pero al obtener el flujo pulsátil de san-

gre y si no podemos avanzar el catéter,

atravesamos la arteria completamente

de lado a lado, retiramos el mandril y

lentamente retiramos el catéter hasta

obtener flujo sanguíneo libre e intenta-

mos avanzamos nuevamente el catéter.

Técnica de SeldingerSe realiza la punción por cualquiera de

las 2 técnicas anteriores pero al obte-

ner flujo sanguíneo libre se pasa una

guía metálica del tamaño apropiado

para el catéter, el cual debe pasar sin

ninguna resistencia a través de la luz

de la arteria y posteriormente se avan-

za el catéter deslizándolo sobre la guía

que se encuentra intravascular.

Preferimos la técnica de punción di-

recta en lo posible para evitar lesionar

la pared de la arteria en dos puntos, por

el riesgo de hematoma y trombosis.

Cuando usamos la técnica de Sel-

dinger no utilizamos dilatador porque

los catéteres generalmente no son de

un calibre mucho mayor que la aguja

de punción, con el fin de evitar hema-

tomas.

Una vez tenemos el catéter en su

posición se conecta a la línea de moni-

toría, teniendo precaución de no inyec-

tar burbujas. Los catéteres arteriales

periféricos generalmente los inmovili-

zamos con esparadrapo, los centrales

los inmovilizamos con puntos de seda

o prolene y se cubren con un apósito

transparente.

Arteria radialPosición de la mano: Se extiende la

muñeca y se coloca un rollo pequeño

debajo del dorso, se inmovilizan los de-

dos con una cinta adhesiva y se deja el

pulgar suelto; si se extiende mucho la

muñeca se puede colapsar la arteria y

perderse el pulso.

Se prefiere canalizar la arteria ra-

dial de la mano no dominante del pa-

ciente, aunque en los niños más peque-

ños este factor es difícil de determinar,

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por lo que generalmente se punciona la

mano izquierda. Una vez seleccionada

la vía de inserción y el calibre del caté-

ter, se procede a realizar asepsia y an-

tisepsia de la piel, preferiblemente con

clorhexidina más alcohol o soluciones

con yodo y se inicia el procedimiento.

Se puede canalizar la arterial radial

por una de estas dos técnicas:

Técnica con punción directa con yel-

co. Figura 2

Figura 2. Técnica de punción directa con yelmo para canalizar la arteria radial.

Técnica transfixiante y paso del

catéter a través de guía metálica

(técnica de Seldinger modificada)

Figura 3.

Figura 3. Técnica de seldinger con venocath para canalizar la arteria radial.

Page 62: Anestesia Pediátrica SCARE

Accesos Vasculares en Pediatría

61

Anestesia Pediátrica

Arteria FemoralLa arteria femoral es otro de los ac-

cesos arteriales preferido en los niños

debido a que es relativamente fácil de

colocar, es rápido, con una alta tasa

de éxito y con una baja incidencia de

complicaciones durante su inserción;

sin embargo por la localización con la

región perineal presenta un riesgo alto

de contaminación e infección y por el

mayor calibre de la arteria, puede ser

más frecuente la aparición de hemato-

mas y sangrado abundante.

Posición del paciente: en decúbito

supino, se coloca una almohadilla por

debajo de la cadera del lado que se va a

puncionar con el fin de lograr una me-

jor extensión y rotación de la pierna.

Las referencias anatómicas de la

arteria femoral, son las mismas que las

de la vena: se identifica el ligamento

inguinal o pliegue inguinal en los niños,

la sínfisis del pubis, la espina iliaca

antero superior, el ombligo y la arteria

la cual se palpa en todo momento y se

repara con los dedos índices y medio

de la mano No dominante del operador.

Figura 3.

Figura 3. Referencias anatómicas de la arteria femoral

Descripción de la técnica:Previa asepsia y desinfección local de

la región inguinal, se identifica el liga-

mento inguinal, el pliegue inguinal, la

espina ilíaca antero superior y se palpa

la arteria femoral con los dedos índice,

medio y anular de la mano no domi-

nante del operador, los cuales identifi-

can el trayecto de la arteria.

Se realiza la punción 1cm por de-

bajo del pliegue inguinal con la aguja

inclinada en un ángulo de 45 grados

sobre la piel y se dirige la punción

hacia el sitio de máxima pulsación

de la arteria; se avanza lentamente

hasta obtener flujo pulsátil de sangre

a través de la aguja, en este se mo-

mento se pasa la guía metálica por

su extremo recto y se introduce en la

luz de la arteria. La guía debe pasar

libremente sin encontrar resistencia.,

en caso contrario, debe retirarse la

aguja y reubicar la aguja en el sitio

donde el flujo sanguíneo sea pulsátil,

y se intenta nuevamente el paso de

la guía.

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Una vez insertada la guía, se reti-

ra la aguja y se pasa directamente el

catéter, sin dilatar la arteria porque se

aumenta el riesgo de sangrado y hema-

toma, en caso de encontrar resistencia

al paso de catéter se puede aumentar

el orificio sobre la piel con un bisturí

número 11 pero sin profundizar más

allá de la piel.

ClínicaIndicacionesLas principales indicaciones para colo-

car una línea arterial en un niño son:

Monitoreo continuo de la presión •

arterial.

Para toma repetida de gases ar-•

teriales.

En cirugía intermedia o mayor con •

alto riesgo de sangrado masivo y

cambios hemodinámicos súbitos.

Para monitoreo de pacientes que •

reciben infusión continua de ino-

trópicos o vasopresores.

Para monitoreo de la presión de •

perfusión cerebral en neurociru-

gía.

Para cirugía cardiovascular con •

circulación extracorpórea y paro

circulatorio.

En cirugías donde se utiliza hipo-•

termia o hipotensión deliberada.

En paciente crítico con falla car-•

diaca o falla ventilatoria.

ContraindicacionesAbsolutas

Signos de infección o necrosis de •

la piel en el sitio de la punción

Lesión arterial o isquémica distal •

de la extremidad escogida para la

punción.

Trastornos de la coagulación no •

corregidos.

Inexperiencia del personal respon-•

sable de colocar el catéter.

RelativasAlteraciones anatómicas que difi-•

cultan o hacen imposible la técni-

ca.

Arterias previamente puncionadas •

o con hematomas alrededor.

Trastornos de la coagulación co-•

rregidos

Alteraciones simpáticas reflejas •

de la mano como vasoplejia reac-

tiva por frío o estrés.

Enfermedades del colágeno o es-•

tados protrombóticos.

ComplicacionesLos factores asociados con un riesgo

mayor de complicaciones de oclusión

de las arterias son los niños menores

de 5 años de edad, la permanencia del

catéter arterial por mas de 4 días, las

punciones traumáticas de la arteria y

los estados que favorecen la formación

de trombos sistémicos como el déficit

de antitrombina, las enfermedades del

colágeno y la coagulación intravascu-

lar diseminada, entre otros. Las prin-

cipales complicaciones derivadas de la

cateterización de una línea arterial son:

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Anestesia Pediátrica

lesiones cutáneas menores, necrosis lo-

calizada, oclusión distal de la arteria,

isquemia severa de la parte distal de la

extremidad la cual puede ser tan severa

que produce amputación de los dedos

de la extremidad (generalmente del

pulgar), sepsis relacionada por catéter

y trombosis sistémica arterial.

Aspectos ImportantesLos accesos arteriales son procedi-

mientos indispensables en anestesia

pediátrica y en la unidad de cuidado

intensivo pediátrico y neonatal. La

decisión de colocar un catéter intra-

arterial depende del estado clínico del

niño, del riesgo quirúrgico al que vaya

a ser sometido, de la necesidad de mo-

nitoreo invasivo y de la experiencia del

grupo tratante, estas condiciones deter-

minan que tipo de acceso vascular se

debe colocar y la vía ideal para cada

paciente y el tiempo máximo ideal de

permanencia de las catéteres. Sin em-

bargo, en cada una de las situaciones

se requiere un entrenamiento especial

que garantice una alta tasa de éxi-

to en el procedimiento y disminuya al

máximo el número de complicaciones

asociadas, además se debe garantizar

una vigilancia estricta y permanente de

la circulación arterial distal con el fin

de identificar de una forma oportuna

y temprana la presencia de isquemia o

de otras complicaciones que obligan a

retirar inmediatamente el catéter ante

cualquier duda.

LECTURAS RECOMENDADASECHEVERRY PC. Multimedia de proce-

dimientos en Anestesia pediátrica. So-

ciedad Colombiana de Anestesiología y

Reanimación, Bogota. 2005.

SELLDEN H, NILSON K, LARSSON LE

et al. Radial arterial catheters in children

and neonates: a prospective study. Criti-

cal Care Medicine. 1987; 15: 230 – 232.

American Hearth Association. AVAP. Man-

ual Para Proveedores. 2003; 6: 160 –

168.

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Anestesia Pediátrica

Venas Periféricas

Piedad Cecilia Echeverry Marín

IntroducciónLos accesos vasculares pueden ser tan

sencillos como la simple canalización

de una vena periférica o pueden ser

tan sofisticados como en el caso de

los catéteres de arteria pulmonar y se

determinan de acuerdo al tipo de pa-

ciente, al tipo de procedimiento y a la

experiencia del grupo de médicos que

maneja al paciente.

Las indicaciones para canalizar un

acceso vascular en un niño son muy pa-

recidas a las indicaciones en los adultos,

exceptuando la canalización de vena

periférica en anestesia pediátrica, en

la cual existen algunas consideraciones

especiales; Sin embargo, los equipos

disponibles, las técnicas de inserción,

las complicaciones y el entrenamiento

del personal en general difieren nota-

blemente de los procedimientos reali-

zados en adultos.

FundamentosAnatomíaLos accesos vasculares en los niños son

mas difíciles debido a las diferencias

anatómicas y a su menor calibre, estás

características hacen que las complica-

ciones se presenten con mayor frecuen-

cia y exigen un entrenamiento mayor

para lograr buenos resultados con la

canulación vascular en la población pe-

diátrica.

El lugar ideal para canalizar una

vena periférica es aquel que resulte

más fácil y en el cual se pueda insertar

un catéter de tamaño adecuado para

administrar líquidos y fármacos sin

obstrucciones. Se pueden utilizar las

venas del brazo, del antebrazo, del dor-

so de la mano, de la pierna y del dorso

del pie.

Generalmente se prefiere canalizar

las venas en los miembros superiores

por facilidad, accesibilidad y sobretodo

por comodidad del paciente; en caso de

cirugías o procedimientos ambulatorios

corto, se puede canalizar en cualquier

parte de la mano o antebrazo, pero si el

paciente esta hospitalizado o permane-

cerá por más tiempo en el hospital, se

prefiere colocar el acceso venos en si-

tios que no comprometan los pliegues,

porque con el movimiento del niño y la

flexión de la extremidad, se obstruye el

flujo de los líquidos o medicamentos

administrados.Figura 1.

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Figura 1. Anatomía de las principales venas localizadas en la mano. Izquierda: cara dorsal de la

mano. Derecha: cara palmar de la mano.

Las venas de los pies también pue-

den canalizarse, tienen la ventaja de

poseer un mayor calibre, por lo cual

son ideales en cirugías en los que se

requiera un alto recambio de líquidos

o transfusiones de hemoderivados, en

este último caso, la vena safena a nivel

del tobillo es una excelente opción para

canalizar. Sin embargo tienen el incon-

veniente que son muy dolorosas cuando

se canalizan con el paciente despierto y

representan un factor de incomodidad

para el paciente que camina, pues le di-

ficulta en forma importante la marcha.

La anatomía de las venas de miembros

inferiores mas frecuentemente canali-

zadas se observan en la figura 2.

Figura 2. Anatomía de las principales venas localizadas en el pie. Izquierda: cara dorsal del pie.

Derecha: cara lateral del pie, observe el recorrido de la vena safena.

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Anestesia Pediátrica

Cualquier vena periférica se pue-

de canalizar en las extremidades, de

acuerdo con las necesidades del proce-

dimiento y de las condiciones del pacien-

te, se prefieren las venas que presentan

un mayor calibre y un trayecto recto,

pues estas condiciones garantizan me-

jor permeabilidad del catéter y su uso

por más tiempo. Es muy importante

mencionar la importancia de realizar

una adecuad fijación del catéter, pues

los niños son pacientes habitualmente

inquietos y es muy frecuente el retiro

accidental de los accesos vasculares.

Antes de la inyección o la administra-

ción de cualquier medicamento, siem-

pre debe revisarse la permeabilidad de

la vena y estar atentos a la presencia

de signos de flebitis (calor, rubor, ede-

ma y dolor a la inyección) o signos de

infiltración local, lo cual obliga a reti-

rar el acceso venoso.

TécnicaEquipo y materiales

Solución de antiséptico, gasas o •

algodón y guantes de manejo.

Un torniquete ajustable•

Catéteres endovenosos de diferen-•

tes calibre: 24, 22, 20 y 18G.

Cita adhesiva para la fijación del •

catéter.

Equipo de venoclisis para infusión •

de líquidos y extensión de aneste-

sia

Tapón conector del catéter para •

inyección multidosis (en caso de

no administrar líquidos endove-

nosos).

Para canalizar la vena periférica en

un niño se requiere que éste en un plano

anestésico adecuado, por lo cual casi

siempre se canaliza la vena después de

la inducción inhalatoria cuando el niño

ya ha perdido la conciencia, sin embar-

go en este periodo todavía responde a

estímulos dolorosos con reflejos de re-

tirada, lo cual hace indispensable la in-

movilización de la extremidad donde se

encuentra la vena que se va a canalizar.

En caso de niños más grandes, estos

pueden colaborar mientras están des-

piertos, cuando se les coloca un parche

anestésico sobre el sitio de la venopun-

ción (parche de EMLA) y se les explica

adecuadamente el procedimiento.

Descripción de la técnica Prepare el equipo: seleccione el 1.

catéter adecuado de acuerdo con

la edad del paciente, el calibre de

las venas y las necesidades parti-

culares de cada paciente relacio-

nadas con el tipo de cirugía y las

condiciones clínicas.

En los niños es habitual canalizar 2.

las venas bajo anestesia general

o sedación profunda, pues mejora

las condiciones de colaboración

del paciente, y por el efecto va-

sodilatador de los anestésicos, se

logra una mejor visualización del

sistema venos periférico del niño.

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Realice una desinfección local con 3.

solución de yodo o alcohol en el

sitio de la punción.

Identifique la vena que se va a 4.

puncionar y realice una tracción

suave de la piel para evitar que se

movilice durante la punción.

Introduzca el catéter en dirección 5.

de la vena hasta lograr flujo de

sangre dentro de él y llenar la cá-

mara de catéter.

Espere unos segundo y avance el 6.

catéter 1 – 2 mm más y retire par-

cialmente el mandril del yelmo o

guía metálica. En este momento

compruebe que sigue retornando

la sangre a través del catéter.

Deslice muy suavemente el catéter 7.

sobre el mandril hasta introducir-

lo en su totalidad. No debe haber

resistencia en ningún momento.

Retire el mandril o guía metálica 8.

y conecte la extensión de aneste-

sia o el tapón multidosis.

Realice una inyección de prueba 9.

con solución salida para compro-

bar la adecuada permeabilidad

del catéter y observe que no haya

signos de infiltración local en el

tejido celular subcutáneo.

Fije adecuadamente el catéter so-10.

bre la piel del paciente con cinta

adhesiva, asegurando y revisando

las conexiones antes de cubrirlo.

Coloque un rótulo externo que 11.

informa el calibre del catéter, la

fecha, hora y el nombre de la per-

sona que insertó el catéter.

En la historia clínica debe escribir-

se una descripción breve del procedi-

miento, el catéter utilizado, el sitio de

punción, el número de intentos, la per-

meabilidad final del catéter y describir

si ocurrió algún tipo de complicación.

ClínicaIndicacionesLas principales indicaciones para colo-

car una vena periférica en un niño son:

Para administrar medicamentos.•

Para administrar líquidos endove-•

nosos.

Para administrar transfusiones •

sanguíneas o hemoderivados.

Como medida de seguridad en •

pacientes pediátricos que reciben

anestesia general y que son some-

tidos a cirugías con una alta in-

cidencia de bradicardia o reflejos

vagales de cualquier origen.

Para manejo del dolor y náuseas •

postoperatorias.

Es una vía necesaria en casos de •

reanimación cardiopulmonar.

ContraindicacionesAbsolutas

Signos de infección, necrosis o is-•

quemia en el sitio de la punción

Trombosis venosa de las venas •

proximales.

Compromiso circulatorio severo •

de la extremidad

RelativasEstados edematosos severos que •

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Anestesia Pediátrica

dificultan la visualización de las

venas.

Venas previamente puncionadas y •

con hematomas alrededor.

Trastornos de la coagulación•

ComplicacionesLas complicaciones del acceso vascular

periférico son frecuentes pero general-

mente sin secuelas y se relacionan prin-

cipalmente con el compromiso circula-

torio secundario, a la extravasación de

líquidos y medicamentos o por flebitis

e infección secundaria. Las complica-

ciones pueden varias desde una infil-

tración local del tejido celular subcu-

táneo, trombosis y embolismo gaseoso,

isquemia local que puede ser leve y

transitoria, pero en algunos casos pue-

de avanzar hasta la necrosis y en casos

severos desarrollar un síndrome com-

partimental de la extremidad.

Aspectos ImportantesEl acceso vascular periférico en los ni-

ños es un procedimiento relativamente

frecuente que se realiza en los servicios

de urgencia, consultorios médicos, ciru-

gía y cualquier servicio de hospitaliza-

ción. Generalmente es fácil de realizar,

sin embargo exige entrenamiento debi-

do a que la anatomía y las condiciones

de los niños hacen que a veces sea un

procedimiento difícil y en algunas situa-

ciones como en el paciente en choque,

quemado o con estados edematosos se

convierta en un reto, poder canalizar

un acceso venoso periférico.

LECTURAS RECOMENDADASECHEVERRY PC. Multimedia de proce-

dimientos en Anestesia pediátrica. So-

ciedad Colombiana de Anestesiología y

Reanimación, Bogota. 2005.

JARAMILLO J, REYES G y colaborado-

res. Anestesia Pediátrica. Sociedad co-

lombiana de Anestesiología y Reanima-

ción. Primera edición. Bogotá.

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Anestesia Regional Módulo 3

Bloqueo Caudal

Piedad Cecilia Echeverry Marin*

*Especialista en Anestesiología y

Reanimación. Universidad de Antioquia

Fundación Hospital de La Misericor-

dia, Bogotá. Coordinador de Comité de

Anestesia Pediátrica. Sociedad Colom-

biana de Anestesiología y Reanimación.

Bogotá DC.

Page 73: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

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Bloqueo Caudal

73

Anestesia Pediátrica

BLOQUEO CAUDAL

Piedad Cecilia Echeverry Marín

IntroducciónEl bloqueo caudal en niños es una téc-

nica anestésica antigua, descrita hace

más de 70 años por el Dr. Campbell

(1.933). Es la técnica regional más

usada en el paciente pediátrico, inclu-

so en prematuros extremos que tienen

que ser intervenidos quirúrgicamente.

Debido a sus múltiples ventajas, a la

facilidad de la técnica y a la seguridad

frente a los riesgos que ofrece la anes-

tesia general en este grupo de edad, si-

gue vigente y es ampliamente usada en

nuestro medio.

Las principales ventajas del bloqueo

caudal en niños son:

Provee un adecuado nivel de anal-1.

gesia y anestesia (predecible en

tiempo y nivel)

Es titulable y de fácil administra-2.

ción intraoperatoria.

Es segura para el paciente pe-3.

diátrico y ofrece menos riesgos

perioperatorios que la anestesia

general.

Disminuye los requerimientos de 4.

opioides u otros analgésicos ve-

nosos.

Facilita el manejo del paciente 5.

pediátrico en la unidad de cuida-

do intensivo (UCI) pediátrico o

neonatal.

Permite realizar procedimientos 6.

menores en la UCI (como cura-

ciones o lavados quirúrgicos me-

nores).

Permite una extubación mas rá-7.

pida del paciente por lo cual dis-

minuye la estadía del paciente en

cuidado crítico.

Atenúa la respuesta al estrés.8.

FundamentosAnatomíaSe identifica el hiato sacro que se en-

cuentra localizado en la parte inferior

de la columna lumbosacra. Es un ori-

ficio triangular que se encuentra justo

por encima de la unión sacrococcigea.

Su existencia se debe a la falta de fu-

sión dorsal de la cuarta vçertebra sa-

cra con la quinta vértebra del mismo

hueso. El hiato presenta forma de U o

V invertida, cuyos bordes están consti-

tuidos por los cuernos del sacro; esta

cubierto por los ligamentos sacrococ-

cígeos superficial y profundo que a su

vez forman la membrana sacrococígea,

la cual se une en la parte superior con

el ligamento amarillo y se inserta en la

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parte externa sobre los bordes de los

cuernos sacros. El hiato sacro presenta

multiples variaciones individuales de

tamaño y forma. Figura 1.

Figura 1. Anatomía del hiato sacro.

El tamaño, la forma y la orienta-

ción del hiato sacro varían durante el

curso del crecimiento. Las estructuras

generalmente son cartilaginosas en los

lactantes y en los niños; y su osificación

completa puede ocurrir hasta los 25 a

30 años de edad. Sin embargo, mor-

fológicamente es un espacio muy fácil

de palpar sobretodo en los neonatos y

prematuros que poseen poca grasa sa-

cra o en los pacientes con poco tejido

celular subcutáneo. Con el crecimiento

el ángulo que forma el hueso coxis con

el sacro se atenúa y el hiato tiende a

cerrarse, lo que complica la palpación e

identificación de los cuernos sacros, lo

cual hace la técnica más difícil después

de los 7 años de edad.

El hiato sacro se abre sobre el con-

ducto sacro que representa el extremo

caudal del canal espinal, el cual con-

tiene las últimas ramas espinales que

forman una cola de caballo, que se fija

al canal ependimario que une la termi-

nación medular al ligamento sacrococ-

cígeo y el coxis. El hiato sacro está en

relación con el espacio epidural, pero

no está en contacto con el saco dural,

el cual desciende del disco S3 – S4 al

nacer y asciende hasta el disco verte-

bral de S2 en el adulto, a partir de los

2 años de edad.

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Anestesia Pediátrica

El espacio epidural caudal del lac-

tante está ocupado por un tejido de

sostén celuloso graso, semilíquido y

pobre en fibras conjuntivas, por lo cual

la difusión de los anestésicos es más

rápida y uniforme. Por el contrario a

los 7 años de edad la grasa epidural

se vuelve más densa y se enriquece en

tejido fibroso lo cual reduce la efecti-

vidad del bloqueo. El espacio caudal

tiene además, una comunicación libre

con los espacios perineurales, donde se

fuga importante cantidad del anestési-

co a lo largo de los nervios espinales,

en particular a nivel lumbosacro; esta

fuga contribuye a la excelente eficacia

de los bloqueos nerviosos en los niños

dado que puede obtenerse una aneste-

sia de calidad con soluciones mas dilui-

das; esto sumado al mayor volumen de

distribución que tienen los niños, expli-

ca porque es necesario administrar un

volumen mayor de la solución anestési-

ca para obtener un nivel adecuado de

anestesia, el cual es proporcionalmente

mayor al utilizado en los adultos.

Puntos de ReferenciaCon el paciente en posición de decúbito

lateral y con la cadera y las rodillas

flexionadas se identifican las espinas

iliacas postero- inferiores y la punta del

coxis, formando un triángulo equiláte-

ro. En la parte inferior del triángulo se

palpan los cuernos sacros y se identi-

fica el espacio que hay en la mitad de

ambos, el cual corresponde al hiato sa-

cro. Figura 2.

Figura 2. Localización del Hiato sacro.

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Sitios de punciónLa anestesia se puede realizar con el

paciente en decúbito prono pero con un

rollo o almohada debajo de las espinas

iliacas antero-superiores para elevar el

sacro, o en posición lateral genupec-

toral, o sea con la cadera flexionada y

las rodillas hacia el pecho. Se localiza

el espacio caudal con las referencias

anatómicas citadas y se procede a rea-

lizar la desinfección de la piel con so-

luciones de yodo o clorhexidina y por

medio de una técnica estéril se colocan

los campos para aislar el sito de pun-

ción de la región perineal del paciente.

Figura 3.

Dirección de la agujaUna vez identificado el hiato sacro,

se realiza la punción preferiblemente

con una aguja hipodérmica con alma o

con un venocath con el fin de evitar el

transplante epitelial que se puede ha-

cer en el espacio perimedular y evitar la

formación de granulomas posteriores.

Se atraviesa inicialmente la piel y la

mejor forma de atravesar la membra-

na sacrococcígea es en un ángulo que

varía entre 60 a 90 grados para sentir

un primer plop o paso de la membrana

sacrococcígea (similar a la sensación

de perforación del ligamento amarillo

Figura 3. Sitio de Punción para el bloqueo caudal.

cuando se coloca un bloqueo peridu-

ral); posteriormente, se debe inclinar la

aguja en un ángulo de 20 a 30 grados

de base caudal y en dirección cefálica

al paciente y se introduce 2 o 3 mm

más en el espacio caudal y se avanza

sólo la parte atraumática del venocath

con el fin de evitar la perforación de la

duramadre con el bisel de la aguja. La

distancia mínima que separa el reves-

timiento cutáneo del espacio epidural

caudal depende del espesor del tejido

celular subcutáneo y varía con la edad

del paciente. Figura 4.

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Anestesia Pediátrica

tiempo en el cual no debe aumentar la

frecuencia cardiaca mas de 10 latidos

por minutos, no debe cambiar el seg-

mento ST ni aumentar la presión arte-

rial del paciente. Posteriormente se in-

yecta la dosis calculada de acuerdo con

el nivel anestésico deseado y el peso del

paciente, y se debe comprobar que loa

inyección del anestésico es suave y sin

resistencia, mientras se palpan los te-

jidos externos en busca de deformidad

o infiltración subcutáneo, lo cual indica

una inyección diferente del espacio cau-

dal. Figura 5.

Una vez se ha realizado la pun-

ción y se localiza la punta del catéter

dentro del espacio caudal, se retiro

el alma de la aguja y se esperan unos

segundos con el fin de evaluar que no

haya salida de sangre ni de líquido ce-

falorraquídeo. Adicionalmente se debe

comprobar que la aguja quede en una

posición firme y no se mueva una vez

se retira el alma o guía metálica de la

aguja; posteriormente se debe realizar

una dosis de prueba con lidocaína con

epinefrina 1: 200.000 (5 mcg de epin-

efrina/mL) para descartar la inyección

intravascular y se esperan 2 minutos,

Figura 4. Línea A: Distancia según la edad del paciente. Línea B: Distancia según el peso del pa-

ciente

Figura 5. Bloqueo caudal, posición del catéter e inyección del anestésico.

Finalmente se retira en bloque la je-

ringa con el venocath o aguja, se hace

presión en el sitio de la punción para

evitar sangrado y se remueve el exceso

de antiséptico de la piel con una com-

presa estéril.

Distancia(mm) 2 4 6 8 10 12 Edad(años)

10 20 30 40 50 Peso (kg)

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10

5

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TécnicaEquipo

Solución de antiséptico, gasas y •

guantes estériles.

Agujas tipo venocath número 24, •

22 o 20 G.

Una aguja # 21 o 20G para enva-•

sar el anestésico.

Una jeringa de 3, 5, 10 o 20 mL. •

Gasas estériles.•

Compresas estériles o campo de •

ojo estéril para aislar el sitio de

punción.

Solución de anestésico local. •

Pasos del bloqueoPrepare el equipo: seleccione la 1.

aguja y los medicamentos para

sedación (si va a utilizar) y para

el bloqueo.

Coloque al paciente en posición de 2.

decúbito lateral en posición de ge-

nuflexión (con las rodillas en con-

tacto con el pecho del paciente) e

identifique el hiato sacro.

Identifique las referencias ana-3.

tómicas: espinas iliacas postero

inferiores, la punta del coxis, los

cuernos laterales del sacro y el

hiato sacro.

Identifique el sitio de punción: 4.

Hiato sacro en un ángulo de 60

grados aproximadamente.

Realice la punción: Inserte el caté-5.

ter o la aguja con una inclinación

de 600 al plano de la piel, en direc-

ción cefálica, sobre la línea media.

Una vez sienta el plop del paso de 6.

la membrana sacrococcígea, redi-

rija la aguja en un plano paralelo

al sacro disminuyendo el ángulo

de 60 a 15 grados.

Avance la punta de la aguja sólo 7.

unos 2 – 3 mm y deslice la parte

no metálica del venocath.

Retire el alma o guía metálica de 8.

la aguja o del catéter.

Espere unos segundos para com-9.

probar que no haya salida de san-

gre ni de líquido cefalorraquídeo.

Realice una primera parte de la 10.

inyección con anestésico que con-

tenga epinefrina para descartar la

inyección intravascular y espere 2

minutos.

Aspire nuevamente y pruebe la re-11.

sistencia a la inyección del resto

de la dosis.

Inyecte la totalidad de la dosis 12.

anestésica calculada y palpe el te-

jido celular subcutáneo en busca

de infiltración local de la piel.

Retire en bloque la aguja con la 13.

jeringa puesta.

Realice presión sobre el sitio de 14.

punción por unos segundos y re-

tire el exceso de solución antisép-

tica que quedo sobre la piel del

paciente.

Compruebe el efecto clínico del 15.

bloqueo: perdida de la sensibi-

lidad en miembros inferiores y

parte del abdomen inferior. NOTA:

El bloqueo motor de miembros

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Anestesia Pediátrica

inferiores generalmente se tarda

unos minutos más que el bloqueo

sensitivo, y es el primero en recu-

perarse.

DosisSegún la Dra. Merman, en los niños se

recomiendan las siguientes dosis, de

acuerdo con el nivel de bloqueo desea-

do:

Dosis única (Volumen máximo total)

Miembros inferiores: 0,5 – 1 cc/kg

Abdomen inferior: 1 – 1,5 cc/Kg

Tórax o Abdomen superior: 1, 5 -

1,6 cc/kg

Dosis máxima: Bupivacaína 0,5%

con epinefrina 2,5 – 3,5 mg/kg

Lidocaína 1% con epinefrina 6 – 7

mg/ kg

Infusión continua por catéter cau-

dal

Bupivacaína 0,125% ó 0,1% a una

infusión de 0,1 – 0,5 mL/kg/hora

RegistroEn la historia clínica debe escribirse

una descripción completa de la seda-

ción o de la técnica de anestesia ge-

neral administrada, del equipo utiliza-

do, de la técnica seleccionada para el

bloqueo, de las precauciones tomadas

durante el bloqueo, de la dosis de anes-

tésico local inyectada (tipo, volumen y

concentración), del efecto clínico y de

las complicaciones.

ClínicaIndicacionesQuirúrgicas: el bloqueo caudal está in-

dicado para cirugías de miembros infe-

riores, cirugía genital y urológica, ciru-

gía de abdomen inferior bilateral, ciru-

gía de abdomen superior y como téc-

nica analgésica para cirugía de tórax

como en el caso del cierre del ductus

arterioso persistente por toracotomía.

Además, se recomienda como técnica

anestésica única en cirugía para el pa-

ciente prematuro que requiere ser in-

tervenido de herniorrafia inguinal, para

evitar la administración de anestesia

general.

ContraindicacionesAbsolutas

Deformidades congénitas de la •

columna lumbosacra y mielome-

ningocele.

Sepsis o infección en el sitio de la •

inyección (meningitis).

Alergia o hipersensibilidad cono-•

cida a los fármacos que se van a

emplear.

RelativasRechazo del cirujano al procedi-•

miento.

Otras anomalías anatómicas en el •

sitio de la inyección (espina bífida

oculta, osteosíntesis vertebral, hi-

drocefalia o convulsiones)

Trastornos de la coagulación o el •

uso de anticoagulantes.

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ComplicacionesLas complicaciones del bloqueo caudal

son menos frecuentes y menos graves

que las complicaciones del bloqueo epi-

dural o espinal, sin embargo se pueden

dividir en:

De la punciónPunción subcutánea: • es el error

mas frecuente en el bloqueo cau-

dal y esta directamente ligado a la

experiencia y habilidad del opera-

dor. Generalmente produce tume-

facción e infiltración del tejido ce-

lular subcutáneo, pero en muchos

casos, pasa inadvertido.

Por punción vascular: • la per-

foración de una vena epidural

es relativamente frecuente pero

afortunadamente no representa

consecuencias graves si es reco-

nocida antes de la inyección del

anestésico. En caso de observar

salida de sangre se debe retirar la

aguja y reposicionar la aguja; esta

complicación ocurre entre el 10 –

15% de los casos.

Por punción de la duramadre: • Se

presenta por anomalía anatómi-

ca o porque se introduce la aguja

metálica mas allá del canal sacro.

Ocurre en aproximadamente el

2,5 % de los casos y generalmen-

te se evidencia porque hay salida

de líquido cefalorraquídeo.

Punción de un agujero Sacro: • Ge-

neralmente ocurre por una mala

identificación del hiato sacro o

por mala colocación de la aguja,

en este caso solo se produce un

bloqueo parcial de loa raíz que

recibe el anestésico pero general-

mente da un bloqueo analgésico y

anestésico insuficiente.

Otras complicaciones: • Otras com-

plicaciones menos frecuentes son

la anestesia caudal total, la inyec-

ción subaracnoidea, punción de

la médula ósea y complicaciones

neurológicas como retención uri-

naria, pérdida de la conciencia,

lesión nerviosa y meningitis.

De la inyecciónPor toxicidad local• , que puede

ser debida a una inyección intra-

neural, que ocasiona la necrosis

isquémica del tejido nervioso. Es

muy poco frecuente.

Por toxicidad sistémica• , que pue-

de deberse a una inyección in-

travascular accidental, la cual se

manifiesta a los pocos segundos

después de haber realizado la in-

yección, o por absorción sistémica

desde el sitio de inyección, la cual

se manifiesta entre 10 y 60 minu-

tos después de haber realizado la

inyección. Aunque esta complica-

ción es poco frecuente, puede su-

ceder porque el bloqueo requiere

el uso de grandes volúmenes y

porque en la zona próxima se en-

cuentra un gran número de vasos

sanguíneos.

Page 82: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

81

Anestesia Pediátrica

Por reacciones alérgicas• , que

pueden ser atribuibles al anestési-

co local, a las soluciones de lava-

do ó al látex de los guantes.

Aspectos ImportantesLa anestesia caudal es una técnica se-

gura, fácil y fiable aun para el princi-

piante. Tiene un porcentaje considera-

ble de fracasos, aun en manos expertas

y no está totalmente desprovista de

complicaciones. Sin embargo, tiene una

excelente relación riesgo / beneficio y

su campo de aplicación clínica es muy

amplio.

LECTURAS RECOMENDADASTechniques in Regional Anesthesia and Pain

Management, 2002; 6 (3) July: 99-107

DALENS B. Anestesia locoregional en ni-

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14: 398 – 402

OSCAR
Resaltado
Page 83: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

82

Page 84: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

83

Anestesia Pediátrica

Bloqueo Epidural

Piedad Cecilia Echeverry Marín*

Bloqueo Epidural

Piedad Cecilia Echeverry

Marín

IntroducciónEl bloqueo epidural o peridural es otra

técnica anestésica y analgésica utilizada

en niños mayores para proveer analge-

sia postoperatoria y para el manejo del

dolor crónico oncológico en situaciones

donde se requiere cirugía radical de

miembros inferiores, cirugía abdominal

mayor y genitourinaria. Tiene la ventaja

de poder colocar un catéter en el espa-

cio epidural el cual se puede ascender

hasta segmentos superiores y lograr un

bloque anestésico mayor y lograra au-

mentar los niveles de analgesia incluso

en cirugía de tórax y abdomen superior,

aunque la punción se realice a nivel lum-

bar. A diferencia de la técnica caudal,

el bloqueo epidural requiere de mayor

habilidad, agujas especiales para reali-

zar la punción y ofrece riesgos y com-

plicaciones mas frecuentes cuando se

compara con el bloqueo caudal, lo cual

hace que el bloqueo epidural se realice

preferiblemente en niños mayores de 7

años o con mas de 30 kg de peso, en ins-

tituciones donde se dispone de un servi-

cio de dolor postoperatorio con personal

medico y de enfermería entrenado en el

manejo del catéter epidural.

Las ventajas del bloqueo epidural

en los niños son:

Provee un adecuado nivel de anal-1.

gesia y anestesia (predecible en

tiempo y nivel) de acuerdo con

el nivel sensitivo deseado y por

mayor tiempo que otras técnicas

analgésicas centrales.

Es titulable y de fácil administra-2.

ción intraoperatoria.

Disminuye los requerimientos de 3.

opioides u otros analgésicos ve-

nosos.

Facilita el manejo del paciente pe-4.

diátrico en la unidad de cuidado

intensivo (UCI) pediátrico.

Permite realizar procedimientos 5.

menores en la UCI (como cura-

ciones, lavados quirúrgicos meno-

res, fisioterapia y movilizaciones

postoperatorias tempranas).

Permite una extubación mas rá-6.

pida del paciente por lo cual dis-

minuye la estadía del paciente en

cuidado crítico.

Atenúa la respuesta al estrés.7.

Page 85: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

84

FundamentosAnatomíaEl espacio epidural se describe habi-

tualmente como una estructura cilíndri-

ca que rodea el espacio subaracnoideo

semejante a un tubo. Está delimitado

por estructuras osteoligamentosas

complejas y muy resistentes. Esta li-

mitado hacia delante por el ligamento

longitudinal posterior que se adhiere

fuertemente a la cara posterior de los

cuerpos vertebrales y los discos inter-

vertebrales; en sus lados está bordeado

por los pedículos intervertebrales y se

abre en los espacios paravertebrales,

así como en los espacios perineurales

de los nervios espinales por los agujeros

intervertebrales (agujeros de conjun-

ción). Por detrás, termina en contacto

con los ligamentos amarillos y con el

periostio, revistiendo la cara central

de las láminas vertebrales. Medialmen-

te, está en contacto con la duramadre

que lo rodea a manera de un manguito

hasta el nivel del cuerpo vertebral de

L3 (al nacimiento) y de L1 (después de

1 año de edad).

Normalmente, este espacio se consi-

dera libre, y de hecho, cuando se inyecta

una solución anestésica, la distribución

de la analgesia es homogénea y simé-

trica en la gran mayoría de los casos;

sin embargo, en algunos casos ocurre

una lateralización explicable por las

divisiones medial en el canal vertebral

(plica mediana dorsalis), pero además

algunos autores describen otras divi-

siones laterales del canal que puedan

explicar estas variaciones individuales.

El espacio epidural está lleno de un

tejido areolar poco denso, formado por

grasa, fibras conjuntivas y numerosos

vasos sanguíneos y linfáticos. La canti-

dad de grasa parece ser proporcional a

la del resto del organismo, siendo ma-

yor en el sujeto obeso. Es muy escasa

en el niño pequeño, y la grasa epidural

es más densa después de los 7 años de

edad, lo que tiene una gran incidencia

sobre la difusión de las soluciones in-

yectadas.

Las venas epidurales muy numero-

sas y organizadas en plexos se comuni-

can con la vena cava inferior, a través

de las venas acigos y las venas epidu-

rales cervicales. Están desprovistas de

sistema valvular y no ofrecen obstá-

culo a la difusión de las soluciones o

gases accidentalmente administrados

en este espacio. La existencia de una

presión negativa en el espacio epidu-

ral fue descrita en 1926 por Janzen; a

nivel torácico se ha especulado que se

debe a la transmisión de las presiones

respiratorias negativas por medio de

los espacios paravertebrales, mientras

que a nivel lumbar parece estar ligada

Page 86: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

85

Anestesia Pediátrica

al rechazo de la duramadre por la pun-

ta de la aguja epidural, lo cual defiende

la teoría en la cual se asegura que el

espacio epidural es un espacio virtual

en el sujeto vivo. Figura 1.

Puntos de ReferenciaEl espacio epidural se aborda por vía

posterior, a nivel lumbar, las referen-

cias anatómicas más importantes son

los bordes superiores de las dos cres-

tas iliacas: la línea que las une pasa

habitualmente por encima del cuerpo

vertebral de L5. Por palpación de la

longitud de la línea que une las apófisis

espinosas es fácil identificar el espacio

intervertebral deseado. Es preferible

el abordaje justo sobre la línea media,

porque en este punto el espacio es más

amplio y contiene menos vasos, la agu-

ja se va a encontrar con las siguientes

estructuras:

La piel y el tejido celular subcutáneoEl ligamento supraespinoso dispues-

to longitudinalmente por detrás de la

apófisis espinosa a la cual está adheri-

do fuertemente.

El ligamento interespinoso que une

el borde superior de una apófisis espi-

Figura 1: Anatomía del espacio epidural.

Page 87: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

86

nosa con el borde inferior de la apófisis

espinosa subyacente a lo largo de toda

la columna.

Los ligamentos amarillos que unen

a cada lado las láminas subyacentes y

están constituidos por fibras elásticas

longitudinales.

La distancia que separa la piel del

espacio epidural varía con la edad y

el peso; y la morfología de las verte-

bral determina a su vez, el ángulo de

entrada de la aguja, así, en la columna

lumbar media las apófisis espinosas

son prácticamente horizontales y los

ligamentos interespinosos, anchos y

gruesos. A nivel torácico, las apófisis

espinosas son muy oblicuas hacia abajo

y se superponen parcialmente, lo cual

obliga a introducir la aguja con una

gran inclinación cefálica, lo cual hacer

más difícil la técnica.

La posición del paciente también

modifican la amplitud del espacio epi-

dural. La posición sentada favorece el

desplazamiento posterior de la médu-

la y tiende a reducir e margen de se-

guridad del abordaje epidural; por el

contrario el decúbito lateral, favorece

el desplazamiento anterior de la mé-

dula y aumenta el margen de seguri-

dad cuando se realiza la punción. Las

malformaciones del raquis (escoliosis,

cifosis) pueden afectar sensiblemente

las relaciones anatómicas y hacer muy

difícil el abordaje epidural. Figura 2.

Figura 2. Posición del paciente y referencias anatómicas.

Sitios de punciónEn el niño, la anestesia epidural lumbar

se efectúa entre L4 – L5 o L5 – S1

para evitar todo riesgo de lesión me-

dular directa, porque la médula espinal

desciende mas abajo en el niño que en

el adulto: Después de los 10 años de

edad cabe considerar una punción a ni-

vel de los espacios situados más altos

(L3 – L4 o L2 – L3).

Las referencias habituales son la

línea media de las apófisis espinosas y

las crestas iliacas la cual corresponde

generalmente a la apófisis espinosa de

L4, pero varía con la edad, así, en el

recién nacido puede corresponder al

cuerpo vertebral de L5.

Una vez identificado el espacio, es

importante marcar el punto de pun-

ción sobre la línea media en un punto

Page 88: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

87

Anestesia Pediátrica

equidistante a las apófisis espinosas

superior e inferior de los dos cuerpos

vertebrales escogidos.

Dirección de la agujaUna vez preparada la piel con so-

luciones antisépticas y con una técnica

estéril, se comprueba la flexión correcta

de la columna lumbar (en decúbito la-

teral en posición genupectoral, con las

rodillas del paciente en contacto con el

pecho) y se realiza la punción con una

aguja de punta atraumática o redonda

tipo touhy, provista de guía metálica.

El bisel de la aguja es un elemento

esencial, independiente de la edad o

peso; y debe cumplir con los siguientes

requisitos: 1. Deber poder penetrar có-

modamente a través de las estructuras

densas como los ligamentos interespi-

nosos y ligamento amarillo, 2. Deben

ser atraumáticas para permitir la

percepción del paso del plano de los li-

gamentos, localizar el espacio epidural

y No romper la duramadre, las agujas

de bisel corto permiten garantizar esta

condición. 3: Las agujas epidurales no

deben introducir material extraño en

el espacio epidural, por lo cual es im-

perativo el uso de agujas con mandril

obturador para evitar el transplante de

células epiteliales desde la dermis has-

ta el espacio epidural. Existen 3 tipos

de agujas: Agujas de crawford (de bi-

sel recto y corto), aguja de Touhy (con

bisel curvado, el cual permite el paso

dirigido de un catéter en el espacio epi-

dural. Son las más utilizadas) y aguja

de Whitacre (con el extremo en punta

de lápiz y orificio de inyección lateral

en el extremo cilíndrico de la aguja.).

Figura 3.

Las longitudes y tamaños óptimos

de las agujas según la edad son:

30mm para los menores de 1 año

de calibre 22G; 50mm para los niños

entre 1 y 8 años de edad con calibre

20G; y 90mm en los niños mayores de

Figura 3. Aguja epidural de touhy.

8 años con calibre 18G.

Se introduce la aguja perpendicular

a la piel hasta alcanzar el plano subcu-

táneo. Se avanza la aguja hasta el liga-

mento interespinoso, lo que se traduce

por un aumento en la resistencia y paso

Page 89: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

88

de los tejidos, además que ofrece ma-

yor estabilidad a la aguja insertada, se

avanza lentamente milímetro a milíme-

tro hasta atravesar el ligamento ama-

rillo el cual se siente como un ^plop^

y posteriormente esta seguido por una

perdida súbita de la resistencia cuando

se ejerce una presión sobre el émbolo

de la jeringa (de baja resistencia) uni-

da a la aguja de bloqueo. Idealmente la

perdida de la resistencia se debe hacer

con solución salina fisiológica entre a

1 – 3 mL y en algunos casos con gas

tipo CO2 absorbible, para evitar el ries-

go de neumoencéfalo, en caso de per-

forar accidentalmente la duramadre.,

sin embargo cabe recordar que deben

utilizarse volúmenes pequeños en los

niño, con el fin de evitar la confusión

del reflujo de cierto grado del liquido

inyectado, sin confundirlo con la salida

de LCR (líquido cefaloraquídeo) que

generalmente se presenta en un mayor

volumen y presión.

Una vez comprobada la localiza-

ción correcta de la aguja y luego de

descartar el reflujo de LCR o sangre

a través de la aguja, se puede inyectar

la solución anestésica para el bloqueo

(en caso de dosis única a través de

aguja) o se puede insertar un catéter

en el espacio epidural, el cual se pue-

de ascender hasta lograr el nivel de

bloqueo deseado, con previa confirma-

ción radiológica de la localización de

la punta del catéter e inyectar la so-

lución anestésica calculada para cada

paciente. Los catéter epidurales deben

ser flexibles para facilitar su manipu-

lación, pero sin permitir el acodamien-

to u obstrucción del mismo, debe tener

marcas legibles para saber la longitud

exacta que se introduce en el espacio

epidural y debe ser radio opaco para

comprobar su localización por radio-

grafía. Su luz debe ser amplia para

permitir el paso fácil de las soluciones

y que refluya sangre o LCR en caso de

perforación de la duramadre o de un

vaso epidural. Figura 4.

Figura 4. Punción epidural y paso del catéter a través de la aguja de touhy.

Page 90: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

89

Anestesia Pediátrica

Una vez se ha realizado la punción

y localizado el catéter, se debe fija a

la piel con apósitos estériles e ideal-

mente transparentes para visualizar

en todo momento la entrada del ca-

téter en la piel y detectar la presencia

de sangrado, infiltración o cualquier

signo de infección o contaminación del

mismo. Se recomienda, al igual que

la técnica caudal, realizar la dosis de

prueba con anestésico local con epin-

efrina 1: 200.000, para descartar una

inyección intravascular inadvertida.

Figura 5.

TécnicaEquipo

Solución de antiséptico, gasas y •

guantes estériles.

Agujas tipo touhy número 22, 20 •

o 18 G.

Una aguja # 21 para envasar el •

anestésico.

Una jeringa de 3, 5, 10 o 20 mL. •

Jeringa desechable de baja resis-•

tencia

Gasas estériles.•

Compresas estériles o campo de •

ojo estéril para aislar el sitio de

punción.

Solución de anestésico local. •

Pasos del bloqueoPrepare el equipo: seleccione la 1.

aguja y los medicamentos para

Figura 5. Fijación del catéter epidural a la piel

sedación (si va a utilizar) y para

el bloqueo.

Coloque al paciente en posición 2.

de decúbito lateral en posición de

genuflexión (con las rodillas en

contacto con el pecho del pacien-

te) e identifique las crestas iliacas

y trace una línea imaginaria que

corresponde al espacio entre L4

– L5.

Identifique las apófisis espinosas 3.

de L3, L4 y L5 y los espacios in-

tervertebrales entre cada apófisis

sobre la línea media de la colum-

na lumbar.

Identifique el sitio de punción4.

Realice la punción con la aguja 5.

de touhy perpendicular hasta lo-

calizarse en el tejido subcutáneo

y palpe nuevamente en espacio

Page 91: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

90

intervertebral, sin perder la refe-

rencia de la línea media.

Avance la guja milímetro a milí-6.

metro hasta sentir el paso del los

ligamentos, supraespinoso e inte-

respinoso.

Retire el mandril obturador de 7.

la aguja y conecte directamente

la jeringa de baja resistencia con

1 – 3 mL de solución salina fisio-

lógica.

Realice presión continua sobre el 8.

émbolo mientras avanza milime-

tro a milimetro el agua a través de

los ligamentos y perforar el liga-

mento amarillo.

Sienta el Plop del paso del liga-9.

mento amarillo y compruebe si-

multáneamente la pérdida en la

resistencia del émbolo de la jerin-

ga la cual se moverá e inyectara la

solución envasada.

Retire con cuidado la jeringa de 10.

la aguja y espere unos segundos

para observar si hay salida de san-

gre o de LCR a través de la aguja

de touhy; es normal encontrar un

reflujo en gotas de la solución in-

yectada, la cual debe parar por sí

sola luego de unas gotas.

Aspire nuevamente y pruebe la 11.

resistencia a la inyección con la

dosis de prueba, con una fracción

del anestésico que contenga epin-

efrina para descartar la inyección

intravascular (espere aproxima-

damente 2 minutos).

Aspire nuevamente e inyecte la 12.

totalidad de la dosis anestésica

calculada y palpe el tejido celu-

lar subcutáneo en busca de infil-

tración local de la piel. (Técnica

de dosis única). Para la técnica

con catéter pase el catéter epidu-

ral a través de la aguja de touhy,

observe la distancia a la cual se

encuentra el espacio epidural y

avance sólo la longitud necesaria

del catéter hasta lograr el nivel

del bloqueo deseado, el cual pue-

de medirse externamente sobre la

espalda del paciente y contando

las apófisis espinosas, y siempre

realizar comprobación radiológi-

ca posterior. Se recomienda reali-

zar la dosis de prueba a través del

catéter para descartar la posición

intravascular inadvertida de éste

último.

Retire la aguja de touhy sin movi-13.

lizar el catéter epidural.

Fije el catéter sobre la piel con un 14.

apósito transparente para visuali-

zar el punto de entrada, y asegú-

relo sobre la espalda del paciente

con cinta adhesiva para evitar su

movilización o tracción con otras

estructuras.

Compruebe el efecto clínico del 15.

bloqueo: perdida de la sensibilidad

en miembros inferiores y parte del

abdomen inferior.

DosisLa fórmula empleada para el cálculo

de la dosis aproximada depende del ni-

Page 92: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

91

Anestesia Pediátrica

vel del bloqueo y del número de derma-

tomas que se desean bloquear:

Volumen mL/segmento = 1/10 x

edad (años)

Pero también es práctico basar-

se en el peso del niño e inyectar entre

0,5m - 1 mL/kg sin exceder de un volu-

men total de 20 mL. Las dosis de man-

tenimiento para la analgesia postope-

ratoria se realiza con una bomba de

infusión de una solución de bupivacaina

al 0,1% a una velocidad de 1 mL/año

de edad/ hora, comenzando la infusión

2 horas después del último bolo admi-

nistrado en el intraoperatorio.

Las dosis máximas son iguales al

bloqueo caudal: bupivacaina 0,5% con

epinefrina 2,5 – 3,5 mg/kg o Lidocaina

1% con epinefrina 6 – 7 mg/ kg

RegistroEn la historia clínica debe escribirse

una descripción completa de la seda-

ción o de la técnica de anestesia ge-

neral administrada, del equipo utiliza-

do, de la técnica seleccionada para el

bloqueo, de las precauciones tomadas

durante el bloqueo, de la dosis de anes-

tésico local inyectada (tipo, volumen y

concentración), del efecto clínico y de

las complicaciones.

ClínicaIndicacionesQuirúrgicas: el bloqueo epidural está

indicado para cirugías de miembros

inferiores, cirugía genital y urológica,

cirugía de abdomen inferior bilateral,

cirugía de abdomen superior y como

técnica analgésica para cirugía de tó-

rax. Habitualmente se recomiendo la

técnica epidural sobre la caudal en pa-

cientes mayores de 30 kg o de 8 años

de edad, pues los volúmenes anestési-

cos necesarios son muy altos.

ContraindicacionesAbsolutas

Deformidades congénitas de la •

columna lumbosacra y mielome-

ningocele.

Tumor medular compresivo•

Sepsis o infección en el sitio de la •

inyección (meningitis).

Alergia o hipersensibilidad cono-•

cida a los fármacos que se van a

emplear.

RelativasRechazo del cirujano al procedi-•

miento.

Inestabilidad hemodinámica del •

paciente.

Otras anomalías anatómicas en el •

sitio de la inyección (espina bífida

oculta, osteosíntesis vertebral, hi-

drocefalia, hemivértebras o con-

vulsiones)

Trastornos de la coagulación o el •

uso de anticoagulantes.

Neuropatías degenerativas•

ComplicacionesLas complicaciones del bloqueo epidu-

ral se pueden dividir en:

Page 93: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

92

De la punciónPunción subcutánea e intramus-•

cular: es el error mas frecuente

y produce un fracaso total en el

bloqueo. Algunas veces se produ-

ce tumefacción e infiltración del

tejido celular subcutáneo, pero en

muchos casos, pasa inadvertido.

Inyección en un espacio para-•

vertebral: La anestesia paraver-

tebral da la misma sensación de

pérdida de la resistencia, pero un

fracaso en la distribución del blo-

queo, el cual queda segmentario y

circunscrito sólo a una parte del

nervio espinal comprometido.

Lesión de los discos y de los li-•

gamentos intervertebrales: Ha-

bitualmente desencadenan lum-

balgias después de la punción que

son atribuibles a un traumatismo

osteoligamentoso, en caso de pun-

ciones muy traumáticas.

Lesión vascular: • Con formación

de hematomas epidurales, los

cuales son una verdadera urgen-

cia quirúrgica con el fin de evitar

isquemia medular por compresión

y daño neurológico irreparable.

Su frecuencia está alrededor del

10% de los casos.

Punción de la duramadre: • Se

presenta por anomalía anatómi-

ca o porque se introduce la agu-

ja metálica mas allá del espacio

epidural, ocurre en el 2,5% de los

casos. y generalmente se evidencia

porque hay salida de líquido cefa-

lorraquídeo. Afortunadamente en

los niños menores de 10 años, re-

presenta un problema menor debi-

do a la baja incidencia de cefalea

pos-punción que desarrollan.

Lesión directa de la médula ósea •

o de las raíces espinales: Puede

producir alteraciones neurológicas

transitorias, sensitivas o motoras,

y menos frecuente pueden progre-

sar hasta un síndrome de cola de

caballo o paraplejías, las cuales

son mas frecuentes en el adulto.

Otras complicaciones: • Relaciona-

das con la colocación o mal posi-

ción del catéter epidural, con aco-

damientos, obstrucción, infiltración

y salidas parciales. Se han descrito

casos de ruptura, los riesgos de con-

taminación bacteriana y reacciones

inflamatorias locales en el espacio

epidural, por lo cual se recomienda

retirar los catéter luego de 48 ho-

ras después de su inserción.

De la inyecciónPor toxicidad local• , que puede

ser debida a una inyección intra-

neural, que ocasiona la necrosis

isquémica del tejido nervioso. Es

muy poco frecuente.

Por toxicidad sistémica• , que puede

deberse a una inyección intravascu-

lar accidental, la cual se manifies-

ta a los pocos segundos después de

haber realizado la inyección, o por

absorción sistémica desde el sitio

de inyección, la cual se manifies-

Page 94: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

93

Anestesia Pediátrica

ta entre 10 y 60 minutos después

de haber realizado la inyección.

Aunque esta complicación es poco

frecuente, puede suceder porque el

bloqueo requiere el uso de grandes

volúmenes y porque en la zona

próxima se encuentra un gran nú-

mero de vasos sanguíneos.

Por reacciones alérgicas• , que

pueden ser atribuibles al anestési-

co local, a las soluciones de lava-

do ó al látex de los guantes.

Aspectos ImportantesLa anestesia epidural es una técnica que

se realiza frecuentemente en la práctica

de la anestesia pediátrica, su eficacia es

superior en el niño, con una técnica que

es confiable en manos expertas y baja

morbilidad; sin embargo no está exenta

de riesgos y complicaciones, por lo cual

conviene seleccionar la técnica adecua-

da en el paciente adecuado para dismi-

nuir el número de incidentes adversos

relacionados con esta técnica.

De todas formas es bueno recordar

que la anestesia epidural ha revolucio-

nado el tratamiento del dolor en el niño,

permitiendo lograr un bienestar post

operatorio luego de un procedimiento

quirúrgico mayor que compromete el ab-

domen o los miembros inferiores. Afor-

tunadamente la morbilidad y mortalidad

han disminuido gracias al desarrollo de

nuevos catéteres y agujas de punción

epidural, además de un avance frente al

conocimiento farmacológico de los anes-

tésicos disponibles en el momento.

LECTURAS RECOMENDADASBerde et al. Regional Anaesthesia in pediat-

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care medicine 1989; 15 : 40 - 3

DALENS B. Anestesia locoregional en niños

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Page 95: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

94

Page 96: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

95

Anestesia Pediátrica

Bloqueo Interdigital

Piedad Cecilia Echeverry Marín

IntroducciónEl bloqueo interdigital es un proce-

dimiento sencillo, rápido y muy efi-

caz para lograr adecuada anestesia y

analgesia en cualquier procedimiento

quirúrgico que se realice en los dedos,

desde la articulación metacarpofa-

lángica o metatarsofalángica hasta el

extremo distal de cada dedo de cada

extremidad. No requiere de equipos ni

de agujas especiales y se puede reali-

zar incluso en los mismos servicios

de urgencia, con gran efectividad. Sin

embargo, hay que recordar que como

la inervación y la circulación de los de-

dos es Terminal, debe tenerse siempre

la precaución de no utilizar soluciones

vasoconstrictoras como la epinefrina

para evitar comprometer la circulación

del mismo y producir isquemia y daño

tisular irreversible.

FundamentosAnatomíaCada dedo esta inervado por cuatro

ramas nerviosas terminales: dos son

posteriores y dos son anteriores. . En

el miembro superior, las ramas pos-

teriores provienen del nervio radial o

cubital e inervan la cara dorsal de los

dedos: las ramas anteriores proceden

del nervio mediano o cubital e inervan

las caras palmares. Todos estos nervios

están acompañados por las venas y las

arterias digitales, que son los vasos ter-

minales. Figura 1.

Figura 1: Anatomía de los nervio de los dedo. Corte transversal.

Page 97: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

96

Puntos de referenciaSe identifica el dedo que se va a blo-

quear y se palpa bien la articulación

metacarpofalángica, la cual se extiende

completamente. Las referencias son los

bordes externo e interno de la base de

la falange proximal. Las ramas interna

y externa de los nervios digitales palma-

res (propios de los dedos) progresan a

lo largo de los bordes posteriores (supe-

riores) y anteriores (inferiores) de cada

lado (interno o externo) de la falange.

Sitios de punciónEl bloqueo puede realizarse con una

aguja que se introduce perpendicular

a la piel y se avanza en forma tangen-

cial a la cara externa o interna de la

falange.

Dirección de la agujaLa anestesia comienza por una inyec-

ción subcutánea dorsal; a continuación,

la aguja es introducida en dirección

ventral y se realiza una nueva inyección

subcutánea en anillo alrededor de la

base de la falange proximal. La técnica

permite obtener un buen bloqueo sen-

sitivo por debajo del lugar de la inyec-

ción. Figura 2.

Figura 2: Bloqueo interdigital.

TécnicaEquipo

Solución de antiséptico, gasas y •

guantes estériles.

Una aguja hipodérmica # 27, 25 •

o 23 G

Una aguja # 21 o 20 G para en-•

vasar el anestésico.

Una jeringa de 5 mL. •

Solución de anestésico local sin •

epinefrina.

Pasos del bloqueoPrepare el equipo: seleccione la 1.

aguja y los medicamentos para la

sedación y para el bloqueo.

Page 98: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

97

Anestesia Pediátrica

Coloque al paciente en posición 2.

de decúbito supino e identifique el

dedo que se va a bloquear.

Realice una desinfección local con 3.

solución de yodo o clorhexidina en

el sitio de la punción.

Identifique las referencias anató-4.

micas: la articulación metacarpo-

falángica del dedo.

Identifique los sitios de punción: 5.

uno a cada lado; en la cara exter-

na y en la cara interna del borde

proximal del dedo.

Realice la punción: iinserte la agu-6.

ja perpendicular a la piel y realice

un primer habón subcutáneo del

anestésico

Dirija la punta de la aguja hacia el 7.

borde dorsal o ventral de la mano

en forma tangencial, sin salirse de

la piel del otro lado.

Aspire e inyecte otra porción del 8.

anestésico y retire lentamente la

aguja mientras simultáneamente

deja un rodete de anestésico sub-

cutáneo.

Retire la aguja de la piel y realice 9.

una nueva punción a lado contra-

rio del dedo para completa 2 pun-

ciones: una interna y otra externa

y repita el mismo procedimiento.

Realice la punción perpendicular, 10.

con un habón subcutáneo y avan-

ce la aguja en forma tangencial

hasta llegar a la cara dorsal o

ventral, sin atravesar ni perforar

la piel.

Retire la aguja gradualmente 11.

dejando un rodete de anestésico

subcutáneo.

Aspire nuevamente y completa la 12.

inyección con una infiltración sub-

cutánea en anillo para lograr un

mejora bloqueo.

Inyecte 1 - 2 mL del anestésico 13.

local seleccionado, a cada lado y

lado del dedo que va a ser bloquea-

do. No utilice vasoconstrictor.

Retire la aguja y realice presión 14.

por unos minutos sobre el sitio de

la punción.

Espere unos minutos para com-15.

probar la efectividad del bloqueo.

DosisEn los adultos, se recomienda utilizar

un volumen total que varía entre 2 - 5

mL de una solución anestésica sin va-

soconstrictor: bupivacaina 0,5% o li-

docaina 1 – 2 %.

RegistroEn la historia clínica debe escribirse

una descripción completa de la se-

dación o de la técnica de anestesia

general administrada, del equipo

utilizado, de la técnica seleccionada

para el bloqueo, de las precauciones

tomadas durante el bloqueo, de la

dosis de anestésico local inyectada

(tipo, volumen y concentración), del

efecto clínico y de las complicacio-

nes.

Page 99: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

98

ClínicaIndicacionesQuirúrgicas: el bloqueo interdigital se

realiza para procedimientos quirúr-

gicos que involucran la punta de los

dedos, los lechos ungueales o remode-

lación de un dedo en caso de semiam-

putación, siempre y cuando no exista

riesgo alguno de comprometer la circu-

lación arterial o venosa del dedo.

No Quirúrgicas: este bloqueo se usa en

para lograr vasodilatación de la cir-

culación del dedo y lograr una mejor

medición de la pulsoximetría distal, o

en situaciones donde predomina el blo-

queo simpático del dedo.

ContraindicacionesAbsolutas

Rechazo del paciente al procedi-•

miento.

Sepsis o infección en el sitio de la •

inyección.

Compromiso circulatorio severo •

del dedo que pueda empeorar con

el bloqueo.

RelativasRechazo del cirujano al procedi-•

miento.

Anomalías anatómicas en el sitio •

de la inyección

Trastornos de la coagulación o el •

uso de anticoagulantes.

Este bloqueo es difícil de realizar •

en pacientes menores de 10 años

de edad, por lo cual requiere seda-

ción profunda, pues la técnica en

sí es muy dolorosa y pocos pacien-

tes pediátricos colaboran.

ComplicacionesLas complicaciones del bloqueo inter-

digital son poco frecuentes y se relacio-

nan principalmente con el compromiso

circulatorio secundario a la inyección

del anestésico. Las complicaciones

pueden ser: isquemia local que puede

ser leve y transitoria, pero en algunos

casos puede avanzar hasta la necrosis

y amputación del dedo, debido al com-

promiso circulatorio por el uso de vaso-

constrictores o cuando se utilizan volú-

menes altos (mas de 2 mL) se puede

producir un síndrome compartimental

en la base del dedo.

De la inyecciónPor toxicidad sistémica, que pue-•

de deberse a una inyección in-

travascular accidental, la cual se

manifiesta a los pocos segundos

después de haber realizado la in-

yección, o por absorción sistémica

desde el sitio de inyección. Esta

complicación es muy rara en este

tipo de bloqueo.

Por reacciones alérgicas, que pue-•

den ser atribuibles al anestésico

local, a las soluciones de lavado ó

al látex de los guantes.

Page 100: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

99

Anestesia Pediátrica

Aspectos ImportantesEste bloqueo No se recomienda en ni-

ños menores de 8 años, con compromi-

so circulatorio severo y requiere seda-

ción profunda o analgesia endovenosa

para disminuir el dolor que produce

la inyección. Siempre debe hacerse un

monitoreo constante del llenado capi-

lar y de la circulación distal del dedo

después de realizado el bloqueo.

LECTURAS RECOMENDADASDALENS B. Anestesia locoregional en ni-

ños y adolescentes. Wlliam y Wilkins, Es-

paña S.A. Barcelona, 1988.

MOORE DC. Digital Nerve Block. In: Moore

DC, ed. Regional Block – A handbook

for use in clinical practice of medicine

and surgery (4th edition, 10th printing).

Springfield: CC Thomas 1981; 304 - 6.

Page 101: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

100

Page 102: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

101

Anestesia Pediátrica

BLOQUEOS DEL TRONCO

Bloqueo de la Vaina

de los Rectos y Periumbilical

German Alberto Díaz Palacio*

*Especialista en Anestesiología y Reani-

mación. Pontificia Universidad Javeriana

– Hospital La Samaritana, Bogotá. Coordi-

nador de Anestesia del Servicio de Cirugía

Ambulatoria de la Unidad de Servicios el

Salitre, Compensar. Bogotá DC.

Page 103: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

102

Page 104: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

103

Anestesia Pediátrica

Bloqueo de la Vaina

de los Rectos y Periumbilical

Germán Alberto Díaz Palacios

IntroducciónAunque el bloqueo de la vaina de los

rectos, más conocido como la “Técnica

de Dalens”, es una técnica vieja, recien-

temente ha suscitado un interés consi-

derable. Se ha convertido en la técnica

ideal para la cirugía de la corrección

de la hernia umbilical porque propor-

ciona una anestesia intraoperatoria y

una analgesia postoperatoria excelen-

tes, sin deformar el campo operatorio.

Existe otra técnica para anestesiar el

ombligo, que en este artículo se deno-

mina “técnica periumbilical” porque es

un clásico bloqueo de campo alrede-

dor del ombligo. Las dos técnicas son

igualmente seguras y eficaces, y ambas

son fáciles de aprender y sencillas de

realizar. De tal forma que la elección

de la técnica depende de la preferencia

del anestesiólogo y de su relación con

el cirujano, pues la inyección perium-

bilical puede ocasionar algún conflic-

to con él dado que deforma el campo

operatorio.

El bloqueo de la vaina de los rec-

tos también está indicado en la cirugía

de corrección de la hernia epigástrica,

en todos los procedimientos que com-

prometen el área periumbilical y en el

tratamiento de las eventraciones que se

localizan sobre la línea alba, tanto en

los pacientes adultos como en los ni-

ños.

FundamentosAnatomíaLos dos músculos rectos abdomina-

les se extienden verticalmente desde

el reborde torácico hasta el pubis, y

cada uno de ellos se ubica al lado de

la línea media. Sus fibras musculares

son interrumpidas por una serie de in-

tersecciones tendinosas, que tienen un

número y una situación variable (3 ó 4

en promedio). Un poco por debajo del

ombligo, el cuerpo muscular se estre-

cha bruscamente para volcarse sobre

un tendón terminal que finaliza en el

borde superior del pubis. Cada tendón

es cubierto por otro músculo más pe-

queño de forma triangular, que se deno-

mina músculo piramidal del abdomen.

Figura 1.

Page 105: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

104

Cada músculo recto anterior y cada

músculo piramidal del abdomen están

contenidos dentro de una envoltura fi-

brosa, que recibe el nombre de la vaina

de los rectos. Esta vaina también se

extiende desde el tórax hasta el pubis.

Está compuesta por dos láminas: una

anterior, que esta formada por la termi-

nación de las aponeurosis anteriores de

los músculos oblicuos, mayor y menor, y

del músculo transverso del abdomen; y

otra posterior, que esta formada por las

aponeurosis posteriores de los mismo

Figura 1. Anatomía de los músculos del abdomen.

músculos. Las dos láminas se unen en

la mitad del abdomen para dar origen

a una banda fibrosa en la línea media,

que se denomina línea blanca o línea

alba. Figura 2.

El ombligo se encuentra situado

en la parte media de la cara anterior

del abdomen, sobre la línea media. Es

una cicatriz con forma de cúpula, que

se configura después del nacimiento,

una vez que se obstruye el orificio por

donde pasan los elementos del cordón

umbilical durante la vida fetal.

Figura 2. Fascia que envuelve a los músculos del abdomen, también conocida como vaina de los

rectos.

Page 106: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

105

Anestesia Pediátrica

El ombligo, desde la superficie hacia

la profundidad, está constituido por los

siguientes elementos:

La piel.•

El tejido celular subcutáneo.•

La fascia superficial del abdo-•

men.

El surco umbilical.•

El tubérculo umbilical.•

La hoja anterior de la vaina de los •

rectos.

Las fibras del músculo recto ma-•

yor.

La hoja posterior de la vaina del •

recto.

La fascia transversalis. Figura 3.•

Figura 3. Elementos que componen la pared abdominal.

La inervación del músculo recto

está dada por las ramas terminales de

los últimos 6 nervios intercostales (T6-

T11

), las cuales penetran la vaina del

músculo recto por su borde posterior

y lateral. Las intersecciones tendinosas

tienden a crear una distribución seg-

mentaria de los nervios intercostales,

pero en realidad ellos se superponen y

se comunican con las fibras adyacen-

tes. La inervación sensorial del ombligo

proviene del décimo nervio intercostal

(T10

). Figura 4.

Figura 4. Inervación sensitiva de la región periumbilical.

Page 107: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

106

Puntos de referenciaTécnica de Dalens El ombligo.

Los bordes laterales de los múscu-

los rectos abdominales a cada lado.

Se traza una línea horizontal a la

altura del centro del ombligo. Figura

5.

Técnica periumbilicalEl ombligo.

Los bordes laterales de los múscu-

los rectos abdominales a cada lado.

Los pliegues cutáneos abdominales

que se localizan sobre las interseccio-

nes tendinosas de los músculos rectos

abdominales. En algunas personas es-

tos pliegues no son visibles.

Las líneas de los ejes horizontal y

vertical. La primera pasa por el centro

del ombligo y llega hasta los primeros

pliegues cutáneos abdominales que se

ubican en los límites superior e infe-

rior del ombligo. La segunda pasa por

el centro del ombligo y llega hasta el

borde lateral de los músculos rectos

abdominales.

Figura 5. Puntos de referencia para realizar el bloqueo de Dalens.

Se trazan cuatro líneas para unir

los dos ejes formando un rombo alrede-

dor del ombligo. Los vértices superior e

inferior de este rombo deben coincidir

con los respectivos pliegues cutáneos

abdominales. Los vértices laterales de-

ben coincidir con los bordes laterales

de ambos músculos rectos abdomina-

les y deben estar localizados a la altura

del punto medio del ombligo.

Sitios de punciónTécnica de Dalens: se identifican dos

sitios de punción, uno a cada lado, de-

recho e izquierdo, en la intersección de

la línea horizontal con el borde lateral

del músculo recto anterior del abdo-

men.

Page 108: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

107

Anestesia Pediátrica

Técnica periumbilical: se identifican

dos sitios de punción, uno en el vértice

superior y el otro en el vértice inferior

del rombo, sobre la línea alba.

Dirección de la agujaSe acomoda el paciente en decúbito

supino y se identifica el sitio de la ciru-

gía. Se puede utilizar una aguja hipo-

dérmica # 23 de una y media pulgada

o una aguja espinal # 22 de cuatro pul-

gadas, según el tamaño del paciente.

Técnica de DalensEste es un típico bloqueo de campo

que requiere una infiltración en profun-

didad, debajo de la vaina del músculo

recto abdominal, y otra en superficie,

por encima de la misma, en el tejido

celular subcutáneo.

Para realizar el bloqueo de campo

profundo, se inserta la aguja con una

inclinación de 600 al plano de la piel,

en dirección medial y cefálica, se diri-

ge la punta hacia el borde superior del

ombligo y se avanza hasta atravesar la

vaina del músculo recto anterior, hecho

que se evidencia por un “plop” carac-

terístico. Luego de atravesar la vaina,

se cambia el ángulo de inclinación a un

plano casi paralelo a la piel, y se dirige

la punta hacia un punto medial y cefá-

lico; se avanza por debajo de la vaina

del músculo recto abdominal, hasta

introducir completamente la aguja; se

aspira, para asegurar que la aguja no

esté dentro de un vaso sanguíneo, y se

prueba la resistencia a la inyección; si

la prueba es negativa y la resistencia a

la inyección es baja, se infiltran 5 mL

de anestésico local, mientras se retira

la aguja hasta el tejido celular subcu-

táneo. Figura 6.

Figura 6. Bloqueo de la vaina de los rectos; bloqueo en profundidad.

Se cambia la dirección de la aguja

hacia un punto medial y caudal, se avan-

za hasta atravesar nuevamente la vaina

del músculo recto anterior, se avanza

dirigiendo la punta de la aguja hacia el

borde inferior del ombligo, se aspira y se

Page 109: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

108

infiltran otros 5 mL de anestésico local,

mientras se retira nuevamente la aguja

hasta el tejido celular subcutáneo.

Para realizar el bloqueo de campo

superficial, se cambia la inclinación de

la aguja, colocándola paralela a la piel.

Se avanza por el tejido celular subcutá-

neo hacia el borde superior del ombligo,

y se infiltran 5 ml de anestésico local

en la parte cefálica, mientras se retira

la aguja hasta llegar al sitio de punción.

Se cambia nuevamente la dirección de

la aguja, pero ahora la punta de la agu-

ja se dirige hacia el borde inferior del

ombligo, y se avanza nuevamente por el

tejido celular subcutáneo, trazando un

semi-rombo, y se infiltran 5 ml de anes-

tésico local en la parte caudal, mien-

tras se retira la aguja hasta retirarla

completamente. Figura 7.

Figura 7. Bloqueo de la vaina de los rectos; bloqueo en superficie.

Se repite el procedimiento al otro

lado de la línea media. Luego de ter-

minar todas las infiltraciones, se hace

presión sobre la zona infiltrada.

Técnica periumbilicalEste es un típico bloqueo de campo que

requiere una infiltración en superficie,

por encima de la vaina del músculo

recto abdominal, en el tejido celular

subcutáneo, y otra en profundidad, de-

bajo del tubérculo umbilical.

La aguja se introduce en el vértice

superior del rombo, y la punta se dirige

en el plano del tejido celular subcu-

táneo hacia abajo y hacia la derecha,

hasta introducir la aguja en toda su

longitud. Mientras se retira lentamente

la aguja, se va infiltrando el anestésico

local hasta llegar de nuevo al sitio de

punción. Posteriormente, se repite la

misma maniobra hacia el lado izquier-

do y en la parte inferior del ombligo a

ambos lados, para formar un rombo

subcutáneo. Por último, antes de reti-

rar la aguja definitivamente, se dirige

hacia la base del ombligo y se infiltra

por debajo del tubérculo umbilical, en

el plano de la hoja posterior de la vaina

del músculo recto mayor. Luego de ter-

minar las infiltraciones, se hace presión

sobre la zona infiltrada.

Page 110: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

109

Anestesia Pediátrica

TécnicaEquipo

Solución de antiséptico, gasas y •

guantes estériles.

Una aguja espinal # 22 de cuatro •

pulgadas o una aguja hipodérmica

# 23 de 1½ pulgadas.

Una aguja # 18 para envasar el •

anestésico.

Una jeringa de 20 mL. •

Medicamentos para la sedación. •

Solución de anestésico local. •

Pasos del bloqueoPrepare el equipo: seleccione la 1.

aguja y los medicamentos para

sedación y para el bloqueo.

Coloque al paciente en posición 2.

de decúbito supino e identifique el

ombligo.

Identifique las referencias ana-3.

tómicas: el ombligo, la región pe-

riumbilical, lo pliegues cutáneos

abdominales y los bordes laterales

de los rectos del abdomen.

Identifique los sitios de punción: 4.

dos, uno a cada lado, sobre la lí-

nea horizontal que se traza a la

altura del centro del ombligo, en

el borde lateral del músculo recto

abdominal.

Realice la punción: inserte la agu-5.

ja con una inclinación de 600 al

plano de la piel, en dirección me-

dial y cefálica.

Dirija la punta hacia el borde su-6.

perior del ombligo.

Avance la punta de la aguja hasta sen-

tir el “plop” que identifica el paso de la

vaina del músculo recto anterior.

Cambie el ángulo de inclinación a 7.

un plano casi paralelo a la piel.

Dirija la punta hacia un punto me-8.

dial y cefálico.

Avance la punta de la aguja por 9.

debajo de la vaina del músculo

recto abdominal, hasta introducir

completamente la aguja.

Aspire y pruebe la resistencia a la 10.

inyección.

Inyecte 5 mL del anestésico local 11.

seleccionado, mientras retira la

aguja hasta el tejido celular sub-

cutáneo.

Dirija la punta hacia un punto me-12.

dial y caudal.

Avance nuevamente la punta de la agu-

ja, hasta sentir el “plop” que identifica

el paso de la vaina del músculo recto

anterior. Figura 8.

Figura 8. Pasos del bloqueo de la vaina de los rectos. Bloqueo en profundidad.

Page 111: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

110

Cambie el ángulo de inclinación a 13.

un plano casi paralelo a la piel.

Avance la punta de la aguja por 14.

debajo de la vaina del músculo

recto abdominal, hasta introducir

completamente la aguja.

Aspire y pruebe la resistencia a la 15.

inyección.

Inyecte 5 mL del anestésico local 16.

seleccionado, mientras retira la

aguja hasta el tejido celular sub-

cutáneo.

Cambie la inclinación de la aguja 17.

en un plano paralelo a la piel.

Avance por el tejido celular subcu-18.

táneo, hacia el borde superior del

ombligo.

Inyecte 5 mL del anestésico local 19.

seleccionado, mientras retira la

aguja hasta el sitio de punción.

Cambie nuevamente la dirección 20.

de la aguja, pero ahora dirija la

punta de la aguja hacia el borde

inferior del ombligo.

Avance nuevamente por el tejido 21.

celular subcutáneo, trazando un

semi-rombo.

Inyecte 5 mL del anestésico local 22.

seleccionado, mientras retira la

aguja hasta salir de la piel.

Repita el procedimiento al otro 23.

lado de la línea media.

Realice presión firme y sostenida 24.

durante 3 minutos sobre la región

umbilical, para facilitar la difusión

del anestésico en el tejido celular

subcutáneo y dentro de la vaina de

los rectos. De paso, está presión

ayuda a prevenir la formación de

un hematoma, en caso de haber

puncionado algún vaso sanguíneo

durante las maniobras.

Espere 10 minutos.25.

Compruebe el efecto clínico del 26.

bloqueo: perdida de la sensibilidad

en la piel de la región periumbi-

lical.

DosisEn los adultos, se recomienda utilizar

un volumen total que varía entre 30 y

50 mL de una amino-amida de larga

acción. Como este volumen es alto, se

debe utilizar una concentración baja,

que puede ser Ropivacaína al 0,375 %,

o Levobupicaína al 0,375%. Cuando se

quiere reducir el tiempo de latencia o la

dosis total de la amino-amida de larga

acción, se puede utilizar una solución

1:1 que contenga Lidocaína al 1 %

con epinefrina y un anestésico de larga

acción a las concentraciones menciona-

das. En todo caso, es muy importante

calcular una dosis total que no exceda

las dosis máximas recomendadas, que

se muestran en la siguiente tabla.

Page 112: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

111

Anestesia Pediátrica

AnestésicoLatencia(minutos)

Dosis máxima recomendada

(mg/Kg)

Duración de la anestesia

(Horas)

Duración de la analgesia

(Horas)

Lidocaína sin epinefrina 2 – 4 6 1 - 2 2 -3

Lidocaína con epinefrina 3 – 5 10 2 - 3 3 – 4

Ropivacaína 5 - 10 3,5 3 - 4 6 – 8

Levobupivacaína 5 -10 3,5 4 - 5 8 – 12

Bupivacaína 5 -10 3 4 - 5 8 – 12

RegistroEn la historia clínica debe escribirse

una descripción completa de la seda-

ción o de la técnica de anestesia ge-

neral administrada, del equipo utiliza-

do, de la técnica seleccionada para el

bloqueo, de las precauciones tomadas

durante el bloqueo, de la dosis de anes-

tésico local inyectada (tipo, volumen y

concentración), del efecto clínico y de

las complicaciones. Por ejemplo:

“Se administró sedación por la vía in-

travenosa con 2 m. de Midazolam, 100

mcg de Fentanil y un bolo de Propofol

de 1mg/kg, seguido por una infusión

de propofol a 5 mg/kg. Previa asepsia

de la piel con yodopovidona, se realizó

un bloqueo de la vaina de los rectos

a la altura del ombligo con la técnica

de Dalens, utilizando una aguja espi-

nal # 22 de 4 pulgadas y una jeringa

de 20 ml. Punción sin complicaciones.

Se inyectó un volumen total 40 mL de

una solución con 150 mg de Ropiva-

caína al 0,375%. Procedimiento bien

tolerado por el paciente. La anestesia

intraoperatoria y la analgesia postope-

ratoria fueron adecuadas”.

ClínicaIndicacionesQuirúrgicas: el bloqueo de la vaina de

los rectos es usado para el tratamien-

to del dolor quirúrgico ocasionado por

una incisión de la línea media, como

una herniorrafia umbilical, supraum-

bilical o epigástrica, la corrección de

eventraciones y la cirugía laparoscópi-

ca en la cual se introduce el trocar por

el ombligo.

No Quirúrgicas: este bloqueo se usa en

el diagnóstico de un síndrome de atra-

pamiento de los nervio intercostales, o

para localizar problemas miofasciales.

ContraindicacionesAbsolutas

Rechazo del paciente al procedi-•

miento.

Sepsis o infección en el sitio de la •

inyección.

Alergia o hipersensibilidad cono-•

cida a los fármacos que se van a

emplear.

RelativasRechazo del cirujano al procedi-•

miento.

Page 113: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

112

Anomalías anatómicas en el sitio •

de la inyección

Trastornos de la coagulación o el •

uso de anticoagulantes.

Este bloqueo es difícil de realizar •

en pacientes con distensión abdo-

minal, en obesos, en caquécticos

o en pacientes viejos con poco

tono muscular, porque en ellos es

más factible penetrar a la cavidad

abdominal y ocasionar complica-

ciones.

ComplicacionesLas complicaciones del bloqueo de la

vaina de los rectos y del bloqueo pe-

riumbilical son similares en frecuencia

y gravedad. En cambio las complicacio-

nes de estos bloqueos de campo en la

región umbilical son menos frecuentes

y menos graves que las complicaciones

del bloqueo paravertebral torácico y de

los bloqueos centrales del neuroeje.

De la punciónPor vecindad con la cavidad ab-•

dominal: punción de las vísce-

ras intraabdominales, que puede

ocasionar hematoma en la pared

del intestino, hemoperitoneo, neu-

moperitoneo o peritonitis. Estas

complicaciones son muy poco

frecuentes, pero se pueden presen-

tar en los pacientes que tienen la

pared abdominal muy flácida, por-

que es posible que el anestesiólogo

no sienta el paso de las fascias y

penetre al abdomen.

Por punción vascular: • de las ve-

nas superficiales de la piel en la

pared abdominal y de los vasos

del músculo recto abdominal, que

pueden ocasionar un hematoma

en el tejido celular subcutáneo, en

la pared abdominal o dentro de la

vaina de los rectos.

Por punción de los nervios: • se

manifiesta por dolor y parestesia;

puede ocasionar desmielinización

en las raíces de los nervios. Es

muy poco frecuente.

De la inyecciónPor toxicidad local• , que puede

ser debida a una inyección intra-

neural, que ocasiona la necrosis

isquémica del tejido nervioso. Es

muy poco frecuente.

Por toxicidad sistémica• , que

puede deberse a una inyección

intravascular accidental, la cual

se manifiesta a los pocos segun-

dos después de haber realizado la

inyección, o por absorción sisté-

mica desde el sitio de inyección,

la cual se manifiesta entre 10 y

60 minutos después de haber rea-

lizado la inyección. Aunque esta

complicación es poco frecuente,

puede suceder porque el bloqueo

requiere el uso de grandes volú-

menes y porque en la zona próxi-

ma se encuentra un gran número

de vasos sanguíneos. Por este mo-

Page 114: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

113

Anestesia Pediátrica

tivo, se debe realizar permanente-

mente una aspiración cuidadosa

y se debe monitorizar el estado

neurológico y hemodinámico del

paciente durante la primera hora

después del bloqueo.

Por reacciones alérgicas• , que

pueden ser atribuibles al anestési-

co local, a las soluciones de lava-

do ó al látex de los guantes.

Aspectos ImportantesCerca del apéndice xifoides y del pubis

es difícil identificar la hoja posterior de

la vaina recto, y esto facilita la posibili-

dad de penetrar a la cavidad peritoneal

y a los órganos subyacentes, como el

intestino, la vejiga o el útero. A la altura

del ombligo, este bloqueo está virtual-

mente libre de complicaciones puesto

que la vaina de los rectos es gruesa, lo

cual hace poco probable que se pueda

penetrar accidentalmente en la cavidad

abdominal, pues la sensación táctil del

paso de esta fascia sirve de límite para

la introducción de la aguja.

Este bloqueo se puede usar como

técnica única, asociado con una seda-

ción superficial mientras se realizan

las infiltraciones, como parte de una

técnica de Cuidado Anestésico Moni-

torizado, asociado con una sedación

profunda durante una cirugía y como

parte de una técnica combinada con

anestesia general.

LECTURAS RECOMENDADASBOLANDARD F, MISSION JP, DUBAND P.

Bloc periumbilical & bloc de la gaine des

grands droits. http://www.alrf.asso.fr/

DALENS B. Regional Anesthetic Techni-

ques En: Pediatric Anestesia. Principles

and Prectice. Bruno Bissonnete- Bernard

Dalens. McGraw-Hill. New Cork 2002.

P:5rk 2002 . Páginas: 528-575.

DALENS B. Anestesia locoregional en niños

y adolescentes. Wlliam y Wilkins, España

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THOMPSON GE. Celic Plexos, Intercostal,

and Minor Peripheral Blockade En: Neu-

ral Blockade In Clinical Anestesia & Ma-

nagement of Pain. Michael J. Cousins-

Phillip O. Bridebaugh. J.B. Lippincott

Company. Philadelphia- Toronto. 1980.

P: 384-405

COURREGES P, PODDEVIN F. Rectus

sheath block in infants: what suitabili-

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Bloqueo Caudal

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Page 116: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

115

Anestesia Pediátrica

Bloqueos del Pene

GERMAN ALBERTO DÍAZ PALACIO

IntroducciónEn el paciente adulto el bloqueo del

nervio dorsal del pene se utiliza para

realizar todos los procedimientos qui-

rúrgicos sobre el pene. El bloqueo se

puede realizar bajo sedación o es-

tando el paciente despierto. Se han

descrito varias técnicas, todas con un

alto porcentaje de éxito. Se describirá

en detalle la técnica de Dalens y en la

parte final se hará mención de las otras

técnicas.

FundamentosAnatomíaLa inervación sensorial del pene está

dada principalmente por las ramas

terminales del nervio pudendo, que

a su vez son ramas del plexo sacro:

los nervio dorsales del pene, derecho

e izquierdo. Ellos emergen por deba-

jo de la sínfisis del pubis, sobre la

superficie dorsal de los cuerpos ca-

vernosos. Figura 1.

Figura 1. Inervación del pene por los nervios dorsal del pene, ramas terminales del nervio pudendo,

rama del plexo sacro.

Si se mira desde el plano sagital, los

nervios se encuentran en un compar-

timiento triangular, que está limitado

hacia arriba por la sínfisis del pubis,

hacia abajo por los cuerpos cavernosos

y hacia el frente por la capa membra-

nosa de la fascia superficial. Una rama

ventral del nervio dorsal del pene se

desprende inmediatamente después

de que éste pasa a través del espacio

triangular, mientras que el nervio dor-

sal del pene, pasa al plano dorsal de los

cuerpos cavernosos, sobre el dorso del

pene. Figura 2.

Page 117: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

116

Si se mira desde el plano frontal, el

espacio subpúbico está dividido por el

ligamento suspensorio del pene en dos

mitades, que también son triangula-

res. El ligamento suspensorio se deriva

de la superficie profunda de la fascia,

que luego se divide en dos hojas o lá-

minas, que rodean el pene. Los nervios

se encuentran en un plano profundo, en

cada uno de los espacios triangulares

que forma el ligamento suspensorio, y

están acompañados por una arteria y

una vena. Entonces, existen dos espa-

cios potenciales en forma de pera; es

dentro de estos espacios que el anesté-

sico local debe ser colocado.

Los estudios radiológicos han mos-

trado que si la aguja se coloca en la

línea media, usualmente el líquido que

se inyecta entra a un lado del comparti-

miento del ligamento suspensorio, ya que

sólo en ocasiones los dos lados se co-

munican. Los nervios dorsales del pene

llevan la inervación sensorial al glande y

a la piel que cubre el pene, excepto en su

base. Otra inervación sensitiva adicional

está dada por los nervios ilioinguinal y

genitofemoral (base del pene) así como

por las ramas del nervio perineal (la

otra rama terminal del pudendo), que

corren alrededor de la uretra, hacia la

superficie ventral del frenillo. Figura 3.

Figura 2. Anatomía del área subpúbica. Sitio en el cual se bloquean los nervios dorsales del pene.

Figura 3. Inervación sensitiva del pene por otros nervios.

Page 118: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

117

Anestesia Pediátrica

Puntos de referenciaLos reparos anatómicos son:

El borde inferior de la sínfisis del pu-

bis.

La base del pene.

La línea media del área subpúbica.

Sitio de punciónEl sitio de punción se localiza entre la

base del pene y el borde inferior de la

sínfisis del pubis, en la línea media. Fi-

gura 4.

Figura 4. Sitio de punción para realizar el bloqueo del nervio dorsal del pene

Dirección de la agujaEl bloqueo se realiza con el paciente

en decúbito supino. Se usa una aguja

hipodérmica de pequeño calibre: # 23

ó # 25.

Se realiza una tracción suave del

pene hacia abajo. La aguja se introdu-

ce perpendicular a la piel, y se avanza

en profundidad con ligera dirección

caudal, atravesando la piel y el tejido

celular subcutáneo; luego de llegar a

este sitio, se redirige la aguja 300 ha-

cia un lado de la línea media, hacia las

10 (imagine la base del pene como un

reloj) y se avanza lentamente en pro-

fundidad hasta sentir un “plop”, que

corresponde al paso de la fascia de

Buck. Figura 5.

Figura 5. Dirección de la aguja para realizar el bloqueo del nervio dorsal del pene

Page 119: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

118

Luego de asegurar la posición de

la aguja con la mano no dominante, se

aspira para comprobar la ausencia de

sangre y se prueba la resistencia a la

inyección. Si la resistencia a la inyec-

ción es alta, lo más probable es que la

punta de la aguja este localizada en el

interior del periostio del pubis; en este

caso se debe retirar la guja y redirigirla

en sentido caudal. Si la resistencia a la

inyección es baja, se aplica la mitad de

la dosis calculada del anestésico selec-

cionado, porque lo más probable es que

la aguja esté localizada en el espacio

subpúbico. Para asegurar el bloqueo

del frenillo, se puede poner un peque-

ño habón subcutáneo con 1 ó 2 mL de

anestésico local en el sitio donde se une

la base del pene con el escroto. (Figura

6) Enseguida, se retira la aguja hasta

el tejido celular subcutáneo, se dirige la

punta de la aguja hacia el otro lado de

la línea media, hacia las 2, en un reloj

imaginario, y se realiza nuevamente la

maniobra descrita. Posteriormente, se

retira la aguja y se hace una presión

leve sobre la base del pene, con el fin de

facilitar la difusión del anestésico local

en el espacio subpúbico y para prevenir

la formación de un hematoma en el si-

tio de punción debido a la punción inad-

vertida de un vaso sanguíneo; además,

es útil para diseminar el edema que se

forma por la aplicación del anestésico

en la base del pene. Figura 7.

Figura 6. Técnica de infiltración del frenillo sobre la línea media.

Figura 7. Técnica de bloqueo del nervio dorsal del pene.

Page 120: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

119

Anestesia Pediátrica

TécnicaEquipo

Solución de antiséptico, gasas y •

guantes estériles.

Una aguja hipodérmica # 23 ó # •

25 de 1½ pulgadas.

Una aguja # 18 para envasar el •

anestésico.

Una jeringa de 20 mL. •

Medicamentos para la sedación. •

Solución de anestésico local (sin •

adrenalina).

Pasos del bloqueoPrepare el equipo: seleccione la 1.

aguja y los medicamentos para la

sedación y para el bloqueo.

Coloque al paciente en posición de 2.

decúbito supino.

Identifique las referencias anató-3.

micas: El borde inferior de la sín-

fisis del pubis, la base del pene y la

línea media del área subpúbica.

Identifique el sitio de punción: éste 4.

se localiza entre el borde inferior

de la sínfisis del pubis y la base del

pene, en la línea media.

Desinfecte la piel.5.

Realice la punción: inserte la agu-6.

ja perpendicular a la piel, con lige-

ra desviación caudal.

Avance la punta de la aguja has-7.

ta pasar la piel y el tejido celular

subcutáneo.

Cambie el ángulo de inclinación 8.

de la aguja 300 hacia un lado, con

dirección a las 10.

Avance la punta de la aguja hasta 9.

sentir el “plop” que identifica el

paso de la fascia de Buck.

Fije la aguja en posición con la 10.

mano no dominante.

Aspire y pruebe la resistencia a la 11.

inyección.

Inyecte la mitad de la dosis del 12.

anestésico local seleccionado.

Retire la punta de la aguja hasta 13.

el tejido celular subcutáneo.

Cambie el ángulo de inclinación 14.

de la aguja 300 hacia el lado con-

trario, con dirección a las 2 (del

reloj).

Avance nuevamente la punta de la 15.

aguja hasta sentir el “plop” que

identifica el paso de la fascia de

Buck.

Fije la aguja en posición con la 16.

mano no dominante.

Aspire y pruebe la resistencia a la 17.

inyección.

Inyecte la mitad restante de la 18.

dosis del anestésico local selec-

cionado.

Retire la punta de la aguja hasta 19.

el tejido celular subcutáneo.

Cambie el ángulo de inclinación a 20.

un plano casi paralelo a la piel.

Dirija la punta de la aguja hacia 21.

el sitio donde se une la piel del

escroto con la piel de la base del

pene.

Avance la punta de la aguja por 22.

un lado del cuerpo cavernoso, a

través del tejido celular subcutá-

Page 121: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

120

neo, hasta colocarla por debajo de

la piel en el sitio donde se unen el

escroto y la base del pene.

Aspire y pruebe la resistencia a la 23.

inyección.

Inyecte 1 ó 2 mL del anestésico 24.

local seleccionado, mientras retira

la aguja hasta el sitio de punción.

Cambie la dirección de la punta 25.

de la aguja hacia el otro lado.

Avance la punta de la aguja por el 26.

lado del otro cuerpo cavernoso, a

través del tejido celular subcutá-

neo, hasta colocarla por debajo de

la piel en el sitio donde se unen el

escroto y la base del pene.

Avance por el tejido celular subcu-27.

táneo, hasta colocarla por debajo

de la piel en el sitio donde se unen

el escroto y la base del pene.

Inyecte 1 ó 2 mL del anestésico 28.

local seleccionado, mientras retira

la aguja hasta el sitio de punción.

Retire completamente la aguja.29.

Realice presión firme y sostenida 30.

durante 3 minutos sobre la región

suprapúbica, para facilitar la di-

fusión del anestésico en el tejido

celular subcutáneo y en el espacio

subpúbico. De paso, está presión

ayuda a prevenir la formación de

un hematoma, en caso de haber

puncionado algún vaso sanguíneo

durante el bloqueo.

Espere 10 minutos.31.

Compruebe el efecto clínico del 32.

bloqueo, el cual se manifiesta por

perdida de la sensibilidad en la

piel del pene y en el glande. Figu-

ra 8.

Figura 8. Efecto clínico del bloqueo del nervio dorsal del pene.

DosisEn los pacientes adultos el volumen re-

comendado es de 7 mL por cada lado

a bloquear. La solución anestésica NO

debe contener vasoconstrictor (epin-

efrina).

Como el volumen toral no es alto,

se puede utilizar una amino-amida de

Page 122: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

121

Anestesia Pediátrica

larga acción a alta concentración, que

puede ser Levobupivacaina al 0.75%,

o Bupivacaína al 0.5%, sin epinefrina.

No se recomienda el uso de Ropiva-

caína para este bloqueo debido a que

posee un efecto vasoconstrictor.

Cuando se quiere reducir el tiempo

de latencia o la dosis total de la amino-

amida de larga acción, se puede utilizar

una solución 1:1 que contenga Lidocaí-

na al 2 % sin epinefrina y un anestési-

co de larga acción a las concentracio-

nes mencionadas. En todo caso, es muy

importante calcular una dosis total que

no exceda las dosis máximas recomen-

dadas, que se muestran en la siguiente

tabla.

AnestésicoLatencia(minutos)

Dosis máxima recomendada

(mg/Kg)

Duración de la anestesia (Horas)

Duración de la analgesia(Horas)

Lidocaína sin epinefrina 2 – 4 6 2 - 3 5 -6

Levobupivacaína 0,75% sin epinefrina

5 -10 3,5 6 - 8 12 – 18

Bupivacaína 0,5% sin epinefrina

5 -10 3 4 - 5 8 – 12

RegistroEn la historia clínica debe escribirse

una descripción completa de la seda-

ción o de la técnica de anestesia ge-

neral administrada, del equipo utiliza-

do, de la técnica seleccionada para el

bloqueo, de las precauciones tomadas

durante el bloqueo, de la dosis de anes-

tésico local inyectada (tipo, volumen y

concentración), del efecto clínico y de

las complicaciones. Por ejemplo:

“Se administró sedación por la vía in-

travenosa con 2 mg de Midazolam, 100

mcg de Fentanil y un bolo de Propofol

de 1mg/kg, seguido por una infusión de

propofol a 5 mg/kg. Previa asepsia de

la piel con yodopovidona, se realizó un

bloqueo del pene en el espacio subpúbi-

co con la técnica de Dalens, utilizando

una aguja hipodérmica # 23 de una y

media pulgadas y una jeringa de 20 ml.

Punción sin complicaciones. Se inyec-

tó un volumen total de 20 mL de una

solución con 150 mg de Levobupiva-

caína al 0,75%. Se practicó una cir-

cuncisión. Procedimiento bien tolerado

por el paciente. La anestesia intraope-

ratoria y la analgesia postoperatoria

fueron adecuadas”.

ClínicaIndicaciones

Como anestesia en cualquier in-•

tervención quirúrgica sobre la su-

perficie del pene:

Circuncisión.

Corrección de hipospadias leves.

Corrección de epispadias glandu-

Page 123: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

122

lares.

Reducción de fimosis y parafimo-

sis.

Tratamiento del priapismo.

Sutura de laceraciones en la su-

perficie del pene.

Corrección de la curvatura del

pene (Chordde).

Como analgesia postoperatoria •

en las cirugías del pene.

Como tratamiento del priapismo •

que se presenta durante la cirugía

endoscópica urológica.

ContraindicacionesAbsolutas

Rechazo del paciente al procedi-•

miento.

Sepsis o infección en el sitio de la •

inyección.

Alergia o hipersensibilidad cono-•

cida a los fármacos que se van a

emplear

RelativasEnfermedades mentales o psi-•

quiátricas.

Alteraciones en la piel del pene. •

Alteraciones de la coagulación o •

anticoagulación.

ComplicacionesLas complicaciones del bloqueo del

pene son escasas y generalmente no

revisten mayor gravedad. En todo caso,

son menos frecuentes y menos graves

que las complicaciones del bloqueo

caudal y de los otros bloqueos centra-

les del neuroeje.

De la punciónPor vecindad con la cavidad ab-•

dominal: punción de las vísceras

intraabdominales, que puede oca-

sionar hematoma en la pared de

la vejiga o del recto, hematuria,

neumoperitoneo o peritonitis. Es-

tas complicaciones son muy poco

frecuentes, y generalmente se de-

ben a errores en la técnica.

Por punción vascular: • de las ve-

nas superficiales de la piel en la

pared abdominal y de las venas

dorsales del pene o de los cuerpos

cavernosos, que pueden ocasionar

un hematoma en el tejido celular

subcutáneo de la piel subpúbica,

en la piel del pene o alrededor de

los cuerpos cavernosos del pene.

Por punción de los nervios: • se

manifiesta por dolor y parestesia;

puede ocasionar desmielinización

en las raíces de los nervios. Es

muy poco frecuente.

De la inyecciónPor toxicidad local• , que puede

ser debida a una inyección intra-

neural, que ocasiona la necrosis

isquémica del tejido nervioso. Es

muy poco frecuente.

Por compresión de los vasos •

sanguíneos, que puede ocasionar

isquemia del pene. Esta compli-

Page 124: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

123

Anestesia Pediátrica

cación está descrita en los niños

cuando se inyecta un volumen

alto en el espacio subpúbico, y se

debe a que la inyección de un gran

volumen eleva la presión en este

sitio por encima de la presión de

perfusión del pene. Es muy poco

frecuente.

Por vasoconstricción• , que puede

ocasionar isquemia del pene. Esta

complicación está descrita cuando

se inyecta una solución de anes-

tésico local con vasoconstrictor

y en algunos casos en los cuales

se ha inyectado Ropivacaína, por-

que este agente disminuye el flujo

sanguíneo local. Es muy poco fre-

cuente, pero se han descrito casos

de necrosis de la piel y gangrena

del glande.

Por toxicidad sistémica• , que pue-

de deberse a una inyección in-

travascular accidental, la cual se

manifiesta a los pocos segundos

después de haber realizado la in-

yección, o por absorción sistémica

desde el sitio de inyección, la cual

se manifiesta entre 10 y 60 minu-

tos después de haber realizado la

inyección. Esta complicación es

poco frecuente, porque el bloqueo

no requiere el uso de grandes vo-

lúmenes.

Por reacciones alérgicas• , que

pueden ser atribuibles al anestési-

co local, a las soluciones de lava-

do ó al látex de los guantes.

Aspectos importantesSe han descrito varias técnicas para

producir la anestesia y la analgesia

del pene. Todas ellas tienen un buen

porcentaje de éxito. Las técnicas más

usadas son:

La analgesia tópica con spray de •

Lidocaína. Tiene la ventaja de ser

una técnica muy simple, que no

requiere gran destreza para su

aplicación como puede suceder

con los otros bloqueos. Además,

se puede repetir en el postopera-

torio y de esta manera se prolonga

el tiempo de analgesia.

La técnica de Bacon. • Este autor

describió una técnica por la línea

media. Se realiza limpieza del

área comprendida entre la base

del pene y la sínfisis púbica; se

hace tracción suave hacia abajo

del pene y se inserta una aguja

# 23 en la línea media, perpendi-

cular a la piel; se avanza hasta

chocar con el borde caudal de la

sínfisis del pubis; una vez que se

ha encontrado el borde del pubis,

se retira la aguja hasta el tejido

celular subcutáneo y se redirige la

punta hacia un punto que se loca-

liza por debajo del borde caudal

del pubis. Este “ caminar sobre el

pubis” es similar a la técnica usa-

da para el bloqueo del nervio in-

tercostal; la aguja debe quedar a

medio camino entre la sínfisis y la

base del pene, puesto que si queda

Page 125: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

124

más profunda, puede penetrar el

espacio profundo del ligamento

suspensorio que contiene los vasos

y nervios; después de confirmar la

aspiración negativa para sangre, y

sin movilizar la aguja, se inyecta

toda la dosis del anestésico en un

sólo sitio.

Bloqueo en anillo del pene. • Fue

descrito por Broadman y colabo-

radores; este se realiza inyectando

el anestésico alrededor de la base

del pene, hasta formar un anillo

subcutáneo. Esta técnica no re-

quiere un nivel de destreza elevado

puesto que no intenta hacer una

inyección por debajo de la fascia

de Buck, y por ello evita los daños

potenciales a los vasos sanguíneos

y a los cuerpos cavernosos. Es un

poco menos efectiva que la técni-

ca de Dalens y puede deformar la

anatomía del pene, especialmente

si este es pequeño.

Técnica de Dalens. • Este autor se

refiere al área donde se bloquean

los nervios dorsales, como el área

subpúbica, que ya fue descrita

previamente en este capitulo.

Como la fascia de Scarpa está en

continuidad con el ligamento sus-

pensorio del pene y con la fascia

de Buck, que rodea los cuerpos

cavernosos a los cuales se adhiere

estrechamente, no existe una co-

municación directa entre los dos

lados del espacio subpúbico, moti-

vo por el cual Dalens recomienda

inyectar el volumen del anestésico

mediante dos inyecciones a cada

lado de la línea media. Aunque

esta técnica es exigente desde el

punto de vista técnico, es muy

efectiva y segura.

Page 126: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

125

Anestesia Pediátrica

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126

Page 128: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

127

Anestesia Pediátrica

BLOQUEOS DEL TRONCO

Bloqueo de los Nervios Ilioinguinal,

Iliohipogástrico y Genitofemoral

GERMAN ALBERTO DÍAZ PALACIO*

JAIME JARAMILLO MEJÍA**

*Especialista en Anestesiología y Reani-

mación. Pontificia Universidad Javeriana

– Hospital La Samaritana, Bogotá. Aneste-

siólogo del servicio de Cirugía Ambulatoria

de la Unidad de Servicios el Salitre, Com-

pensar. Bogotá DC.

**Especialista en Anestesiología y Re-

animación. Universidad El Bosque – Fun-

dación Santa Fe de Bogotá, Bogotá DC.

Especialista en Anestesiología Pediátrica,

Universidad Autónoma de México, Hospital

Infantil Federico Gómez, México DF. Coor-

dinador Nacional del Comité de Anestesio-

logía Pediátrica de la Sociedad Colombiana

de Anestesiología y Reanimación, SCARE.

Anestesiólogo de la Unidad de Cirugía Am-

bulatoria de la Clínica Palermo. Anestesió-

logo del Servicio de Cirugía Ambulatoria de

la Unidad de Servicios el Salitre, Compen-

sar. Bogotá DC.

Page 129: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

128

Page 130: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

129

Anestesia Pediátrica

Bloqueo de los Nervios Ilioinguinal,

Iliohipogástrico y Genitofemoral

Germán Alberto Díaz Palacios

Jaime Jaramillo Mejía

IntroducciónA finales del siglo XIX y a principios

del siglo XX, los cirujanos realizaban

las cirugías de la región inguinal con

bloqueos de campo sobre la zona qui-

rúrgica, porque deseaban a toda costa

evitar las complicaciones de la anes-

tesia general, las cuales eran muchas

y muy graves. Posteriormente, a me-

diados del siglo XX, en virtud de los

progresos que se habían logrado en la

anestesia, los cirujanos dejaron de in-

filtrar la región inguinal y empezaron

a operar con anestesia general o con

anestesia regional central, y por este

motivo los bloqueos de campo cayeron

en desuso.

Durante los últimos 30 años del si-

glo XX, los anestesiólogos pediátricos

redescubrieron estos bloqueos y les

encontraron muchas virtudes. Muchos

autores demostraron que el simple

bloqueo por infiltración de los nervios

ilioinguinal e iliohipogástrico propor-

cionaba un significativo alivio del dolor

postoperatorio en los pacientes (adul-

tos y niños) que habían sido operados

de herniorrafia inguinal, orquidopexia

e hidrocelectomía. También se demos-

tró que disminuyen los requerimientos

de analgésicos sistémicos en el posto-

peratorio y que la analgesia que ellos

proveen es similar en calidad, pero de

mayor duración, que la analgesia que

se obtiene con un bloqueo peridural o

caudal.

A pesar de reconocer estas venta-

jas, los bloqueos de campo en la región

inguinal continuaban siendo poco utili-

zados para la analgesia intraoperato-

ria y postoperatoria, porque los ciruja-

nos se oponían a que el anestesiólogo

infiltrara el área de la cirugía, con el

argumento de que este procedimiento

les dificultaba la disección quirúrgica.

Sin embargo, con el tiempo la mayoría

de los cirujanos terminaron aceptando

estos bloqueos, porque la experiencia

clínica y la multitud de estudios reali-

zados demostraron que estas técnicas

de anestesia regional reducen la in-

cidencia de complicaciones postope-

ratorias, proporcionan una analgesia

postoperatoria eficaz, permiten la au-

tonomía rápida y completa del pacien-

te, facilitan que el paciente reinicie la

vía oral de una manera precoz, acortan

la estancia de los pacientes en la sala

de recuperación y reducen los costos

de la atención. Otra prevención de los

Page 131: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

130

cirujanos en contra de estos bloqueos,

era que la infiltración del campo opera-

torio podría aumentar la incidencia de

hematomas postoperatorios y de infec-

ción en la herida quirúrgica, pero varios

estudios multicéntricos desvirtuaron

este argumento, pues no se demostra-

ron diferencias significativas en la inci-

dencia de estas complicaciones con las

diferentes técnicas de anestesia. Por el

contrario, se demostró que las técnicas

de anestesia local se relacionaban con

una reducción significativa en las com-

plicaciones infecciosas pulmonares du-

rante el postoperatorio.

En los últimos cinco años, se ha

registrado un incremento notable en

el uso del bloqueo de los nervios ilioin-

guinal, iliohipogástrico y genitocrural,

gracias a los progresos en las técnicas

de sedación, a los avances recientes en

los equipos, en los medicamentos y en

las técnicas de la anestesia regional

periférica y al auge de la cirugía am-

bulatoria. Pero, estos bloqueos ya no se

indican únicamente para ofrecer anal-

gesia postoperatoria, sino que se indi-

can principalmente como parte cons-

tituyente de las técnicas de Cuidado

Anestésico Monitorizado (Monitored

Anesthesia Care - M.A.C.). Esta técni-

ca de anestesia ha demostrado ser muy

útil, tanto que muchos la recomienda

como la mejor opción para casi todas

las cirugías ambulatorias de la región

inguinal.

El Cuidado Anestésico Monitoriza-

do consiste en suministrar la analgesia

intraoperatoria mediante cualquiera

de las técnicas de anestesia local o

regional, y proporcionar la amnesia y

la hipnosis que el paciente necesite me-

diante técnicas de sedación intraveno-

sa, tratando de mantener la ventilación

espontánea y sin utilizar elementos

que invadan la vía aérea. Naturalmen-

te requiere tener disponible el equipo

completo de anestesia y de monitoria,

y la presencia del anestesiólogo. El

principal argumento en favor del cui-

dado anestésico monitorizado es que

muchos estudios han demostrado que

la recuperación de la anestesia y la

aceptación de los pacientes son mejo-

res cuando se usan los bloqueos de los

nervios periféricos en asocio con seda-

ción que cuando se usan las técnicas de

anestesia regional central o la aneste-

sia general inhalada.

La evidencia que se ha acumulado

durante los últimos años ha sido tan

contundente que personalidades de la

anestesia mundialmente reconocidas

se atrevieron a afirmar que hoy en día

estos bloqueos deben ser considerados

como una parte integral de la atención

que todo paciente debe recibir duran-

te una cirugía de la región inguinal,

pues son tan sencillos de realizar y tan

costo-efectivos que no existe ninguna

justificación válida para no aplicarlos.

Por tanto, el bloqueo de los nervios ilio-

inguinal, iliohipogástrico y genitocrural

es una técnica básica de anestesia re-

gional periférica, que todo anestesiólo-

go debería dominar.

Page 132: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

131

Anestesia Pediátrica

FundamentosAnatomíaEl área inguinal está inervada por tres

nervios: el ilioinguinal, el iliohipogástri-

co y en algún grado por la rama ge-

nital del nervio genito-femoral. Estos

nervios proveen la inervación sensorial

a la raíz del pene, al escroto y al área

inguinal que se localiza por encima del

ligamento inguinal. Figura 1.

Figura 1. Anatomía de los nervios Iilioinguinal e iliohipogástrico.

Los tres nervios son ramas del plexo

lumbar:

El nervio ilioinguinal • esta com-

puesto por fibras sensoriales y es

la continuación de la rama ante-

rior del primer nervio espinal lum-

bar (L1).

El nervio iliohipogástrico • esta

compuesto por fibras sensoriales

que se derivan de las ramas an-

teriores de los nervios espinales

T12 y L1.

El nervio genitofemoral • esta

compuesto principalmente por

fibras sensoriales y unas pocas

fibras motoras para el cremaster

que se derivan de las ramas ante-

riores del primero y segundo ner-

vios lumbares (L1-L2).

El nervio ilioinguinal se desprende

de la porción cefálica del plexo lumbar,

sale del músculo psoas por su borde

lateral, recorre la región lumbar entre

Page 133: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

132

los músculos cuadrado lumbar e ilíaco

y se hace más superficial cerca de la

cresta ilíaca, a uno o dos centímetros

hacia adentro y hacia abajo de la espi-

na ilíaca anterior y superior. A partir de

este sitio, recorre la pared abdominal

anterior entre los músculos transverso

y oblicuo interno (menor). Posterior-

mente, cuando se aproxima al anillo

inguinal superficial, se vuelve todavía

más superficial para alcanzar el cor-

dón espermático en el hombre, o el li-

gamento redondo en la mujer. El nervio

ilioinguinal inerva la piel del escroto y

de la base del pene en el hombre, y del

labio mayor y el monte de Venus en la

mujer. Generalmente, el nervio ilioingui-

nal puede ser identificado por el ciruja-

no durante la disección de una hernia

inguinal, pues se localiza justo por de-

bajo de la fascia anterior del conducto

inguinal.

Las fibras T12 y L

1 que conforman el

nervio iliohipogástrico se unen en el in-

terior del músculo psoas para integrarse

a la porción cefálica del plexo lumbar, e

inmediatamente después abandonan el

plexo y salen del músculo psoas por su

borde lateral, un poco más caudal que

el nervio ilioinguinal. Recorre la región

lumbar por detrás del riñón, a lo largo

del músculo cuadrado lumbar, al cual

atraviesa de manera oblicua. Cerca de

la cresta ilíaca, el nervio se hace más

superficial, atraviesa el músculo trans-

verso del abdomen y se acerca al ner-

vio ilioinguinal. En este punto se divide

en dos ramas: la cutánea lateral, que

inerva la piel de la nalga; y la cutánea

medial, que se hace más superficial y

se localiza entre los músculos oblicuos

mayor y menor. El nervio iliohipogás-

trico inerva la piel por encima del liga-

mento inguinal.

Las fibras de L1 y L

2 que forman el

nervio genitocrural también se unen

en el interior del músculo psoas para

integrarse a la porción cefálica del

plexo lumbar. El nervio genitocrural

desciende entre la superficie anterior

del músculo psoas y la cara posterior

del uréter. Por encima del ligamento

inguinal, a una distancia variable de su

origen, se divide en dos ramas:

La rama genital, que entra al canal

inguinal a través del anillo inguinal pro-

fundo y se ubica en el interior del canal

inguinal, unida al cordón espermático

en el hombre o al ligamento redondo

en la mujer. Esta rama del nervio ge-

nitofemoral aporta las fibras motoras

para el músculo cremaster y las fibras

sensoriales para la piel del escroto en

el hombre o del pubis y del labio mayor

en la mujer.

La rama femoral, que acompaña

a la arteria ilíaca externa. Por debajo

del ligamento inguinal, esta rama per-

manece envuelta por la vaina vascular

femoral, y se sitúa al lado externo de

la arteria femoral. Esta rama inerva la

piel sobre el triángulo femoral.

Puntos de referenciaEl paciente se coloca en posición de

decúbito supino y se identifica el lado

Page 134: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

133

Anestesia Pediátrica

de la cirugía.

1. Nervios ilioinguinal e iliohipogástrico: La espina iliaca anterior y superior.

La espina del pubis.

El ligamento inguinal.

El anillo inguinal superficial.

2. Nervio genitocrural : La espina del pubis.

El ligamento inguinal.

El anillo inguinal superficial.

El pliegue inguinal.

La arteria femoral.

Sitios de punción1.Nervios ilioinguinal e iliohipogástri-

co: el sitio de punción de los dos ner-

vios se localiza 2 centímetros medial y

2 centímetros caudal a la espina iliaca

anterior y superior. Figura 2.

Figura 2. Referencias anatómicas para realizar el bloqueo de los nervios Iilioinguinal e iliohipogás-

trico.

2. Nervio genitocrural: El sitio de pun-

ción de la rama femoral se localiza en

el borde lateral de la arteria femoral,

a la altura del pliegue inguinal. El sitio

de punción de la rama genital se locali-

za lateral a la espina del pubis.

Dirección de la agujaPara obtener una anestesia completa

de la región inguinal, se debe aneste-

siar la piel, los tejidos profundos, el

saco herniario y el cordón espermático.

Si esto se logra, la cirugía puede ser

Page 135: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

134

realizada con el paciente despierto, con

sedación o bajo anestesia general su-

perficial. Entonces, es necesario practi-

car 3 infiltraciones diferentes:

Un bloqueo de campo profundo, •

entre los músculos de la pared ab-

dominal, para bloquear los nervios

ilioinguinal e iliohipogástrico.

Un bloqueo de campo superficial, •

en el tejido celular subcutáneo, en

el sitio de la incisión quirúrgica,

para bloquear las ramas sensitivas

cutáneas que no provienen de los

nervios ilioinguinal e iliohipogás-

trico, sino del nervio intercostal

T11, del nervio subcostal (T12)

y del nervio femoral cutáneo la-

teral.

Una infiltración del saco herniario •

y del cordón espermático, porque

el saco herniario y los elementos

que conforman el cordón están

inervados por fibras viscerales que

provienen del nervio vago. Hay dos

métodos para infiltrar el saco her-

niario y el cordón espermático con

anestésico local:

Infiltrándolos bajo visión directa, •

lo cual puede hacerlo el cirujano

cuando va a empezar a disecar-

los.

Infiltrando el canal inguinal “a •

ciegas”, con la guía de un dedo

que se introduce por el anillo in-

guinal superficial.

Sin embargo, este bloqueo resulta

insuficiente para la exploración y la

manipulación del testículo y del escro-

to. Por tanto, cuando la cirugías de la

región inguinal incluye una exploración

escrotal, es útil adicionar un bloqueo

de la rama genital del nervio genito-

femoral.

Se recomienda usar una aguja espi-

nal # 22 de 4 pulgadas en los adultos,

y en los niños una aguja hipodérmica #

23 de una pulgada y media. Esta agu-

ja, que es mucho más barata, también

se puede usar en los adultos, pero es

necesario realizar una segunda punción

encima del anillo inguinal superficial,

para poder realizar adecuadamente el

bloqueo de campo superficial, el blo-

queo del nervio genito-femoral y la in-

yección en el canal inguinal.

Bloqueo de los nervios ilioinguinal e iliohipogástrico: Es un típico bloqueo de campo en

profundidad, entre los músculos de la

pared abdominal. La aguja se introdu-

ce perpendicular a la piel y se avanza

hasta la aponeurosis del oblicuo mayor,

pasando por el tejido celular subcutá-

neo y la fascia de escarpa. El paso de

la fascia externa del oblicuo mayor se

reconoce por un “plop”; se avanza la

aguja hasta sentir un segundo “plop”,

que identifica el paso de la fascia del

oblicuo menor. El sitio de inyección se

localiza por debajo de esta fascia; se

inyectan 5 mL de anestésico local. Para

asegurar el bloqueo de los dos nervios

es necesario hacer una infiltración “en

abanico”; entonces, se retira la aguja

Page 136: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

135

Anestesia Pediátrica

hasta el tejido celular subcutáneo, se

redirige en sentido lateral, con 30 o de

inclinación, y se profundiza nuevamen-

te hasta sentir el paso de las fascias o

hacer contacto con el hueso iliaco; se

inyectan otros 5 mL. Se repite la ma-

niobra en sentido medial.

Bloqueo de campo superficial: des-

de los tejidos profundos, se retira la

aguja nuevamente hasta el tejido ce-

lular subcutáneo y se cambia la direc-

ción de la aguja a un plano paralelo a

la piel; se avanza por el tejido celular

subcutáneo hacia la línea media, hacia

el pliegue abdominal inferior y hacia el

ligamento inguinal, para hacer varias

infiltraciones subcutáneas “en abani-

co” en el sitio donde se va a practicar

la incisión quirúrgica.

Infiltración del canal: para inyectar

el anestésico dentro del canal inguinal,

se localiza el anillo inguinal superfi-

cial, lo cual es realiza fácilmente en

los hombres introduciendo un dedo

por el escroto; desde el mismo sitio de

punción se dirige la aguja en sentido

caudal, medial y profundo, buscando

el dedo que esta en el anillo; se verifica

que la punta de la aguja este por de-

bajo de la fascia del oblicuo mayor, en

el interior del conducto inguinal, y se

inyectan 5 mL de anestésico local. Ha-

bitualmente, esta infiltración también

anestesia el cordón espermático.

Bloqueo de la rama genital del

nervio genito-femoral: la punción se

realiza justo al lado externo de la es-

pina del pubis, por debajo del ligamento

inguinal, a la salida del cordón esper-

mático. Se toma el cordón espermático

entre los dedos, y se infiltra el anestési-

co mediante un inyección “en abanico”

en tres direcciones: para la primera in-

yección, la aguja se introduce perpendi-

cular a la piel hasta el cordón; para la

segunda, se retira la aguja hasta el te-

jido celular subcutáneo, se redirige con

450 de inclinación medial, y se avanza

nuevamente hasta el borde medial del

cordón; y para la última, se retira la

aguja hasta el tejido celular subcutá-

neo, se redirige con 450 de inclinación

lateral, y se avanza nuevamente hasta

el borde lateral del cordón.

TécnicaEquipo

Solución de antiséptico, gasas y •

guantes estériles.

Una aguja espinal # 22 de cua-•

tro pulgadas o una aguja hipodér-

mica # 23 de uno y medio

pulgadas.

Una aguja # 18 para envasar el •

anestésico.

Una jeringa de 20 mL. •

Medicamentos para la sedación. •

Solución de anestésico local. •

Pasos del bloqueoPrepare el equipo: seleccione una 1.

aguja espinal # 22 de cuatro pul-

gadas o una aguja hipodérmica #

23 de 1½ pulgadas, una Jeringa de

20 mL y los medicamentos para

la sedación y para el bloqueo.

Page 137: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

136

Coloque el paciente en posición 2.

de decúbito supino e identifique

la zona inguinal que va a ser blo-

queada.

Administre los medicamentos 3.

para la sedación o para inducir la

anestesia general.

Realice el bloqueo de los nervios 4.

ilioinguinal e iliohipogástrico.

A. Identifique las referencias ana-

tómicas, palpando la espina iliaca

anterior y superior, la espina del

pubis, el ligamento inguinal y el

anillo inguinal superficial.

B. Identifique el sitio de punción,

que se localiza 2 centímetros me-

dial y 2 centímetros caudal a la

espina iliaca anterior y superior.

C. Desinfecte la piel.

D. Realice la punción, perpendicu-

lar a la piel.

E. Avance la punta de la aguja

hasta pasar la aponeurosis del

oblicuo mayor, que se reconoce

por un “plop”.

F. Avance la punta de la aguja has-

ta pasar la aponeurosis del oblicuo

menor, que se reconoce por un se-

gundo “plop”.

G. Pruebe la resistencia a la in-

yección.

H. Inyecte entre 3 y 5 mL del

anestésico local seleccionado.

I. Retire la aguja hasta el tejido

celular subcutáneo.

J. Cambie la dirección de la aguja:

300 en sentido lateral.

K. Avance la punta de la aguja has-

ta pasar la aponeurosis del mús-

culo oblicuo menor o hasta hacer

contacto con el hueso iliaco.

L. Pruebe la resistencia a la inyec-

ción.

M. Inyecte entre 3 ó 5 mL del

anestésico local seleccionado.

N. Repita la maniobra en sentido

medial.

Realice el bloqueo de campo su-5.

perficial

A. Retire la aguja hasta el tejido

celular subcutáneo.

B. Cambie la dirección de la aguja

y diríjala en sentido paralelo a la

piel hacia la línea media.

C. Realice una infiltración subcu-

tánea con 3 ó 5 mL de anestési-

co, mientras retira la punta de la

aguja hasta el sitio de punción, sin

salirse de la piel.

D. Cambie la dirección de la aguja:

300 en sentido caudal, y diríjala

hacia el pubis.

E. Realice una infiltración subcu-

tánea con 3 ó 5 mL de anestési-

co, mientras retira la punta de la

aguja hasta el sitio de punción, sin

salirse de la piel.

F. Cambie la dirección de la aguja

a unos 300 en sentido más caudal,

y diríjala hacia el muslo.

G. Realice una infiltración subcu-

tánea con 3 ó 5 mL de anestési-

co, mientras retira la punta de la

Page 138: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

137

Anestesia Pediátrica

aguja hasta el sitio de punción, sin

salirse de la piel.

Realice la infiltración del saco her-6.

niario y del cordón espermático

A. Identifique el anillo inguinal

superficial, lo cual se realiza fácil-

mente en los hombres introducien-

do un dedo por el escroto.

B. Cambie la dirección de la aguja

en sentido caudal, medial y pro-

fundo, buscando el dedo que está

dentro del anillo inguinal.

C. Verifique que la punta de la

aguja este por debajo de la fascia

del oblicuo mayor, en el interior del

conducto inguinal.

D. Realice una infiltración con 3

ó 5 mL de anestésico dentro del

canal inguinal y mientras retira la

punta de la aguja hasta el sitio de

punción.

Retire la aguja completamente. 7.

Haga presión firme y sostenida 8.

durante 3 minutos sobre la región

inguinal, para facilitar la difusión

del anestésico en el tejido celular

subcutáneo, entre los músculos y

dentro del canal inguinal. De paso,

está presión ayuda a prevenir la

formación de un hematoma, en

caso de haber puncionado algún

vaso sanguíneo durante las ma-

niobras.

Espere 10 minutos.9.

Compruebe el efecto clínico del 10.

bloqueo: perdida de la sensibilidad

en la piel de la región inguinal.

Si la cirugía incluye un procedi-11.

miento en el escroto o en el tes-

tículo, adicione un bloqueo de la

rama genital del nervio genito-

femoral.

A. Identifique las referencias ana-

tómicas, palpando la espina del

pubis, el ligamento inguinal y el

anillo inguinal superficial.

B. Identifique el sitio de punción,

que se localiza lateral a la espina

del pubis, sobre el anillo inguinal

superficial.

C. Tome el cordón espermático en-

tre los dedos índice y pulgar de la

mano no dominante.

D. Realice la punción, perpendicu-

lar a la piel.

E. Avance la punta de la aguja

hasta sentir el paso de la apo-

neurosis del oblicuo mayor, que se

reconoce por un “plop”.

F. Pruebe la resistencia a la inyec-

ción.

G. Inyecte entre 1 y 2 mL del

anestésico local seleccionado.

H. Retire la aguja hasta el tejido

celular subcutáneo.

I. Cambie la dirección de la aguja:

450 en sentido lateral.

J. Avance la punta de la aguja has-

ta pasar nuevamente la aponeuro-

sis del oblicuo mayor.

K. Pruebe la resistencia a la in-

yección.

L. Inyecte entre 1 y 2 mL del anes-

tésico local seleccionado.

Page 139: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

138

M. Repita la maniobra en sentido

medial.

N. Retire la aguja completamente.

O. Haga presión firme y sostenida

durante 3 minutos sobre el sitio de

punción para facilitar la difusión

del anestésico en el tejido celular

subcutáneo y dentro del canal

inguinal. De paso, está presión

ayuda a prevenir la formación de

un hematoma, en caso de haber

puncionado algún vaso sanguíneo

durante las maniobras.

P. Espere 10 minutos.

Q. Compruebe el efecto clínico del

bloqueo: perdida de la sensibilidad

en la piel del escroto.

DosisEn los adultos, se recomienda utilizar

un volumen total que varía entre 30 y

50 mL de una amino-amida de larga

acción. Como este volumen es alto, se

debe utilizar una concentración baja,

que puede ser Ropivacaína al 0,375 %,

o Levobupicaína al 0,375%. Cuando

se quiere reducir el tiempo de laten-

cia o la dosis total de la amino-amida

de larga acción, se puede utilizar una

solución 1:1 que contenga Lidocaína

al 1 % con epinefrina y un anestésico

de larga acción a las concentraciones

mencionadas.

En los procedimientos bilaterales,

se debe ajustar el volumen y la con-

centración. En todos los casos, es muy

importante calcular una dosis total que

no exceda las dosis máximas recomen-

dadas, que se muestran en la siguiente

tabla.

AnestésicoLatencia(minutos)

Dosis máxima recomendada

(mg/Kg)

Duración de la anestesia

(Horas)

Duración de la analgesia(Horas)

Lidocaína sin epinefrina 2 – 4 6 1 - 2 2 -3

Lidocaína con epinefrina 3 – 5 10 2 - 3 3 – 4

Ropivacaína 5 - 10 3,5 3 - 4 6 – 8

Levobupivacaína 5 -10 3,5 4 - 5 8 – 12

Bupivacaína 5 -10 3 4 - 5 8 – 12

RegistroEn la historia clínica debe escribirse

una descripción completa de la seda-

ción o de la técnica de anestesia ge-

neral administrada, del equipo utiliza-

do, de la técnica seleccionada para el

bloqueo, de las precauciones tomadas

durante el bloqueo, de la dosis de anes-

tésico local inyectada (tipo, volumen y

concentración), del efecto clínico y de

las complicaciones. Por ejemplo:

“Se administró sedación por la vía

intravenosa con 2 m. de Midazolam,

100 mcg de Fentanil y un bolo de

Propofol de 1mg/kg, seguido por una

infusión de propofol a 5 mg/kg. Previa

asepsia de la piel con yodopovidona,

se realizó un bloqueo de los nervios

ilioinguinal e iliohipogástrico derechos,

una infiltración subcutánea del área

Page 140: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

139

Anestesia Pediátrica

quirúrgica y una infiltración del canal

inguinal, utilizando una aguja espinal

# 25 y jeringa de 20 ml. Punción sin

complicaciones; se inyecto un volumen

total de 30 mL de una solución con

150 mg de Ropivacaína al 0,375%.

Procedimiento bien tolerado por el

paciente. La anestesia intraoperatoria

y la analgesia postoperatoria fueron

adecuadas”.

ClínicaIndicaciones para el bloqueo de los nervios ilioinguinal e iliohipogástrico

Anestesia y analgesia intraoper-•

toria y postoperatoria durante la

corrección quirúrgica de la pato-

logía de la región inguinal:

Hernia inguinal

Varicocele

Hidrocele

Quiste del cordón

Prevención del dolor parietal •

postoperatorio después de una ci-

rugía en el abdomen inferior, como

apendicetomía, cesárea, histerec-

tomía y ligadura de trompas.

Diagnóstico y tratamiento de las •

patologías dolorosas crónicas de

la región inguinal, especialmente

la neuralgia que ocasiona la lesión

de estos nervios durante la cirugía

o el atrapamiento de los mismos

durante el periodo de cicatrización

de las heridas. El atrapamiento de

estos nervios, que se manifiesta

por el dolor crónico en la región

inguinal o genital después de una

cirugía en la región inguinal, es

un problema muy frecuente en la

práctica clínica.

Indicaciones para el Bloqueo del nervio genito-femoral

En unión con el bloqueo de los •

nervios ilioinguinal e iliohipogás-

trico, el bloqueo de la rama geni-

tal es útil para proveer analgesia y

anestesia en cirugías que compro-

metan la región inguinal, el escro-

to y los testículos:

Orquidopexia

Hidrocelectomía

Orquidectomía

Corrección de torsión testicular

Exploración escrotal

Espermatocelectomía

Resección de quiste de epidídimo

Resección de masas en el testícu-

lo

En unión con el bloqueo del ner-•

vio femoral, el bloqueo de la rama

femoral del nervio genito-femoral

es útil para la cirugía en la cara

anterior del muslo, especialmente

para la ligadura de la vena safena

interna.

Diagnóstico y tratamiento de las •

patologías dolorosas crónicas de

la región inguinal y femoral, es-

pecialmente la neuralgia que oca-

siona la lesión de este nervio o de

sus ramas durante la cirugía o el

atrapamiento de los mismos du-

rante el periodo de cicatrización

Page 141: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

140

de las heridas. Este problema es

menos frecuente en la práctica

clínica que la neuralgia del nervio

ilioinguinal.

ContraindicacionesAbsolutas

Rechazo del paciente al procedi-•

miento.

Infección en el sitio de la punción. •

Sepsis local (por ejemplo perito-•

nitis).

Ocupación del canal inguinal por •

una masa irreducible.

RelativasRechazo del cirujano al procedi-•

miento.

Anomalías anatómicas en el sitio •

de la inyección.

Adenopatías en la zona inguinal, •

bien sea por infección o maligni-

dad.

Trastornos de la coagulación o el •

uso de anticoagulantes.

ComplicacionesLas complicaciones del bloqueo de los

nervios ilioinguinal e iliohipogástrico y

del bloqueo de campo en la región in-

guinal son menos frecuentes y menos

graves que las complicaciones del blo-

queo paravertebral toracolumbar y de

los bloqueos centrales del neuroeje.

De la punciónPor vecindad con la cavidad ab-•

dominal: punción de las vísceras

intraabdominales, que puede oca-

sionar hematoma en la pared del

intestino, hemoperitoneo, neumo-

peritoneo, hematuria o peritonitis.

Estas complicaciones son muy

poco frecuentes, pero se pueden

presentar en los pacientes que

tienen la pared abdominal muy

flácida, porque es posible que el

anestesiólogo no sienta el paso de

las fascias y penetre a la cavidad

abdominal.

Por punción vascular: de las ve-•

nas superficiales de la piel en la

pared abdominal y de los vasos

epigástricos, iliacos o femorales,

que pueden ocasionar un hema-

toma en el tejido celular subcutá-

neo, en la pared abdominal, dentro

del canal inguinal o en el espacio

retroperitoneal. Los tres primeros

son relativamente frecuentes (1 a

3 % de los casos), pero el último

es muy poco frecuente (reporte

aislado de algunos casos).

Por punción de los nervios: se •

manifiesta por dolor y parestesia;

puede ocasionar desmielinización

en las raíces de los nervios. Es

muy poco frecuente.

De la inyecciónPor toxicidad local• , que puede ser

debida a:

Una inyección intraneural, que

ocasiona la necrosis isquémica

del tejido nervioso. Es muy poco

frecuente.

Page 142: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

141

Anestesia Pediátrica

Un bloqueo no intencional del

nervio femoral, lo cual produce

paresia transitoria del músculo

cuadriceps e insensibilidad sobre

la distribución cutánea del nervio

femoral. Esta complicación, que

se debe a la difusión del anestésico

a través de las fascias hasta alcan-

zar las fibras del nervio femoral.

Cuando el bloqueo es unilateral,

no ocasiona mayores problemas, y

solo amerita la observación clínica

y la advertencia al paciente y a su

familia para prevenir las caídas;

pero cuando el bloqueo es bilateral,

retrasa la salida del paciente de la

unidad de cuidados postanestési-

cos o incluso puede ser una causa

de hospitalización, porque impide

la marcha y la bipedestación. Se

puede disminuir la frecuencia de

esta complicación utilizando me-

nos volumen de anestésico y una

concentración del mismo, que en

el caso de la Ropivacaína puede

ser de 0,375 %.

Por toxicidad sistémica• , que pue-

de deberse a una inyección in-

travascular accidental, la cual se

manifiesta a los pocos segundos

después de haber realizado la in-

yección, o por absorción sistémi-

ca desde el sitio de la inyección,

la cual se manifiesta entre 10 y

60 minutos después de haber rea-

lizado la inyección. Aunque esta

complicación es poco frecuente,

puede suceder porque el bloqueo

requiere el uso de grandes volú-

menes y porque en la zona próxi-

ma se encuentra un gran número

de vasos sanguíneos. Por este mo-

tivo, se debe realizar permanente-

mente una aspiración cuidadosa

y se debe monitorizar el estado

neurológico y hemodinámico del

paciente durante la primera hora

después del bloqueo.

Por reacciones alérgicas• , que

pueden ser atribuibles al anestési-

co local, a las soluciones de lava-

do ó al látex de los guantes.

Aspectos ImportantesEl bloqueo de los nervios ilioinguinal

e iliohipogástrico puede ser utilizado

como técnica única o en asocio con se-

dación, para la analgesia intraoperato-

ria. También se puede usar combinado

con anestesia general, para disminuir el

consumo de anestésicos y para brindar

analgesia postoperatoria.

El bloqueo de los nervios ilioingui-

nal e iliohipogástrico permite realizar

cualquier cirugía de la pared abdomi-

nal en la región inguinal, pero como

técnica anestésica única es inadecuado

para la exploración y la manipulación

del cordón espermático y para la ciru-

gía del testículo y del escroto. En estos

casos, se debe adicionar el bloqueo

del nervio genito-femoral. En los pro-

cedimientos bilaterales y en aquellos

que comprometen la línea media en

la pared abdominal inferior, como las

cirugías ginecológicas y obstétricas, se

Page 143: Anestesia Pediátrica SCARE

Bloqueo Caudal

142

puede realizar el bloqueo de forma bi-

lateral.

Como ya se mencionó en la intro-

ducción, la evidencia clínica demuestra

de manera contundente que el uso de

los bloqueos de campo en la región

inguinal, como parte de una técnica

de Cuidado Anestésico Monitorizado

(M.A.C.), se relaciona con un incre-

mento en la satisfacción de los pacien-

tes y al mismo tiempo se asocia con

una reducción muy significativa de la

morbilidad postoperatoria y de los

costos. Por estos motivos, los autores

recomiendan elegir la técnica del Cui-

dado Anestésico Monitorizado como

la primera opción para casi todas las

cirugías ambulatorias de la región in-

guinal.

Aunque estos bloqueos son fáciles

de aprender y de realizar, se ha des-

crito un porcentaje de falla del 10%

en los niños, y una cifra ligeramente

mayor en los adultos. A medida que el

anestesiólogo adquiere mayor práctica

el índice de fracasos disminuye, pero de

todas forma se sigue presentando, aún

en manos expertas.

Cuando existen anormalidades en

la anatomía de la región inguinal o

anestesiólogo prevé que puede haber

dificultades con este bloqueo porque el

cirujano es conflictivo, se puede optar

por un bloqueo paravertebral toraco-

lumbar, que es una excelente alternati-

va de anestesia regional periférica para

la cirugía en la región inguinal.

En lo casos en los cuales se planea

realizar un bloqueo bilateral, se debe

reducir el volumen y la concentración

del anestésico local que se va a utili-

zar en cada uno de los bloqueos y se

puede omitir la inyección dentro del

canal inguinal. Estas modificaciones

tienen dos propósitos: reducir el ries-

go de toxicidad sistémica; y evitar el

bloqueo no intencional del nervio fe-

moral. Naturalmente, esto implica que

los bloqueos deben estar asociados con

una técnica de sedación profunda o de

anestesia general. En estos casos, los

bloqueos del neuroeje (espinal, peridu-

ral o caudal) son una buena alternativa

a la anestesia general y a los bloqueos

de los nervios periféricos, porque la do-

sis que se requiere de anestésico local

generalmente es menor y porque ellos

suelen ser muy eficaces. La principal

desventaja de los bloqueos del neuroeje

en los pacientes ambulatorios es que

ellos ocasionan retención urinaria con

mucha frecuencia, un problema muy

molesto para el paciente, además de

costoso porque generalmente exige

su hospitalización. En cambio, con los

bloqueos de campo, este problema des-

aparece.

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