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EL GENERAL DEL PUEBLO N 0 201 ENIGMA MIAJA, EL GENERAL DEL PUEBLO DOSS ER: GRAN CAP TÁN, GEN O ESTRATEGA LA ODISEA DE LA ARMADA INVENCIBLE 1945 CITA EN POTSDAM EMPIEZA LA GUERRA FRÍA LA ODISEA DE LA ARMADA INVENCIBLE NÁUFRAGOS ESPAÑOLES EN ESCOCIA E IRLANDA TUMBAS REALES DE UR SACRIFICIOS HUMANOS EN MESOPOTAMIA LA AVENTURA DE LA HIST ORIA LA AVENTURA DE LA HISTORIA ENIGMA MIAJA AÑO 17 Nº 201 3,90 CON DVD 8,95 [DOSSIER] GRAN CAPITÁN, GENIO ESTRATEGA CÓMO SE CONSTRUYÓ LA LEYENDA DEL DEFENSOR DE MADRID ¿ESTABA AL TANTO DE LA CONJURA DE MARZO DE 1939? HABLA SU SOBRINO Y SECRETARIO PERSONAL: “CASADO QUERÍA QUEDAR COMO UN HÉROE SALVANDO A ESPAÑA” V CENTE NARIO EL GENERAL MIAJA Y EL CORONEL CASADO. .

Ahistoria 201(07 2015)

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EL GENERAL DEL PUEBLO

N0 2

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1945 CITA EN POTSDAM EMPIEZA LA GUERRA FRÍA LA ODISEA DE LA ARMADA INVENCIBLE NÁUFRAGOS ESPAÑOLES EN ESCOCIA E IRLANDA TUMBAS REALES DE UR SACRIFICIOS HUMANOS EN MESOPOTAMIA

LA AVENTURA DE LA

HISTORIA LA

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ENIGMA MIAJA

AÑO 17 Nº 201 3,90 € CON DVD 8,95 €

[DOSSIER] GRAN CAPITÁN, GENIO ESTRATEGA

CÓMO SE CONSTRUYÓ LA LEYENDA DEL

DEFENSOR DE MADRID ¿ESTABA AL TANTO DE LA

CONJURA DE MARZO DE 1939? HABLA SU SOBRINO

Y SECRETARIO PERSONAL: “CASADO QUERÍA

QUEDAR COMO UN HÉROE SALVANDO A ESPAÑA”

V CENTE

NARIO

EL GENERAL MIAJA Y EL

CORONEL CASADO.

.

Desde las independencias hasta el siglo xxi

Un recorrido cronológico por la historia de cada país

Una seriecomplementariaformada porvolúmenes temáticos

www.fundacionmapfrehistoria.org

La historia a travésde la fotografía

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

Grupo Unidad Editorial, Revistas S.L.U.

DIRECTOR Javier Redondo SUBDIRECTOR Arturo Arnalte JEFE DE CONTENIDOS Y COORDINACIÓN Óscar Medel REDACCIÓN Y WEB Julio Martín Alarcón, Clara Felis y Es-tefanía Sánchez-Vasconcellos SECRETARIAS DE REDAC CIÓN Julia Sandoval y Mari Luz Padilla (cola boraciones) MAQUETACIÓN Miryam Veros.

DIRECTOR DE ARTE DE REVISTAS

Rodrigo Sánchez COLABORAN EN ESTE NÚMERO Michael Al-pert (historiador), Jesús Ávila Granados (escritor), Ángel Bahamonde (historiador), José Calvo Poya-to (historiador), José Luis Corral (historiador), Ra-fael Dobado (economista), Manuel Florentín (pe-riodista), Eugenio García Gascón (periodista), Ramón García Pelegrín (periodista), Sergio Gon-zález (fotógrafo), Chufo Llorens (escritor), Losada (viñeta), Álvaro Lozano (historiador), Fernando Martínez Laínez (escritor), Javier Memba (escri-tor), Andreu Navarra (historiador), Miguel Ángel Novillo (historiador), José Miguel Parra (arqueólo-go), José María Presas (ilustraciones), Sara Puer-to (periodista), Francisco Javier Ruiz (politólogo), Juan Ignacio Samperio Iturralde (historiador), Di-na Sánchez (infógrafa), Ángela Sanz (filóloga), Víctor Úcar (periodista), Ángel Vivas (escritor). CONSEJO ASESOR David Solar (presidente), Asunción Doménech (vicepresidenta), Lorenzo Abad, Soha Abboud, Carmen Aranegui, Ángel Ba-hamonde, Albert Balcells, Manuel Bendala, Fer-nando Bouza, Concepción Bravo, Jaime Contre-ras, Manuel Chust, Carlos Dardé, Roberto Fernández, Pedro Fraile, Juan Pablo Fusi, María Jesús Fuente, Ricardo García Cárcel, Pedro Gar-cía Martín, Julio Gil Pecharromán, Elena Hernán-dez, Federico Lara, M.ª Victoria López-Cordón, Manuel Lucena Salmoral, Julio Mangas, Carlos Martínez Shaw, Alfonso Moure, José Manuel Rol-dán, Nicasio Salvador Miguel, Rafael Sánchez Mantero, Juan Santos Yanguas, Jacobo Storch de Gracia, Rosario de la Torre y María Jesús Viguera.

PRESIDENTE Antonio Fernández-Galiano VI-CEPRESIDENTE Giampaolo Zambeletti DIREC-TOR GENERAL Javier Cabrerizo DIRECTOR DE COORDINACIÓN EDITORIAL Y DE COMU-NICACIÓN Aurelio Fernández DIRECTORA GERENTE Marta Aramendía DIRECTORA DE MARKETING Samary Fernández JEFA DE MARKETING Ainhoa Berges DIRECCIÓN DE PRODUCCIÓN Pedro Antonio Iglesias. DIRECTOR GENERAL DE PUBLICIDAD Jesús Zaballa. Directora de Área: Sandra Santero. Di-rector de Publicidad: Unai Bilbao. Jefes de publi-cidad: Jose Daniel Luri, Laura Martínez, Marta Sánchez. Coordinación: Emilio García. SUS-CRIPCIONES Félix Carpintero.

INFORMACIÓN AL CLIENTE 902 158 997

[email protected] EDITA Unidad Editorial Sociedad de Revistas S. L. U. Avenida de San Luis, 25. 28033 Madrid. Redacción, tel.: 91

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O DEBE HABER NADA más estimulante para un lector que los de-bates historiográficos de altura con pie firme sobre el rigor. Les aseguro que a la redacción le resulta igualmente excitante este tipo de planteamientos. Acaba de aparecer, publicado por la prestigiosa editorial Marcial Pons, un libro que trata de des-montar algunas visiones muy poco amables del general del

pueblo. Se titula El final de la Guerra Civil. Al lado del general Miaja. Lo escribe su secretario personal desde 1936, a la sazón, su sobrino, Fernando Rodríguez Miaja. La tesis que constituye el esqueleto del trabajo la extrae con bisturí el autor de la reseña que incluimos: Miaja no estaba enterado del gol-pe, le pilló durmiendo. Por tal motivo Rodríguez Miaja se dedi-ca en buena medida a refutar el relato del coronel Casado en Así cayó Madrid. La entrevista no tie-ne desperdicio. Sin embargo, el profesor Ángel Bahamonde, sin duda la voz más autorizada sobre el final de la contienda, plantea nuevos ele-mentos y enfoques: Miaja estaba al tanto de que algo se cocía. Aun-que Franco escogió finalmente a Casado como títere. Las razo-nes las pueden leer en el interior. El general que había liderado la defensa de Madrid en 1937 no tenía en 1939 el mismo peso, influencia y claridad de ideas –no se pierdan la interpretación psicológica del per-sonaje ni el papel que le otorgó el PCE–. Finalmente “ocupó la presidencia nominal del Consejo Nacional de Defensa”. Les mostramos los hechos, in-terpretados por expertos y protagonistas. JAVIER REDONDO ES PROFESOR DE CIENCIA POLÍTICA EN LA UNIVERSIDAD CARLOS III DE MADRID.

[email protected] @javi redondo14

I N C Ó G N I TA S E N T O R N O A

MIAJA

El GENERAL, hablando por teléfono, en 1936.

[JAVIER REDONDO DIRECTOR]

N

PRESENTACIÓN

En estos años en que se cumple el centenario de la I Guerra Mundial, que devastó el Viejo Continente, y cuando algunos dudan de la validez y los éxitos del proceso de integración europea, conviene recordar esta elocuente expresión contenida en el

“Manifiesto de los Amigos de la Unidad Moral de Europa”, publicado en 1915 en la revista España, que advierte del riesgo permanente de que los nacionalismos

irredentos vuelvan a enfrentar a los pueblos y a encender la llama de la confrontación. Solo la voluntad de entendimiento puede disipar la sombra de la beligerancia.

“LA TERRIBLE GUERRA QUE HOY DESGARRA EL CUERPO DE NUESTRA EUROPA CONSTITUYE, POR DEFINICIÓN, UNA GUERRA CIVIL”,

Eugenio D’Ors (1881-1954)

MI FRASE / RICARDO MARTÍN DE LA GUARDIA CATEDRÁTICO DE HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE LA UNIVERSIDAD DE VALLADOLID

SU ÚLTIMO LIBRO ES EL EUROPEÍSMO, UN RETO PERMANENTE PARA ESPAÑA (CÁTEDRA, 2015)

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

CONFERENCIA DE POTSDAM: EL GRAN DESENCUENTRO En julio de 1945, los ven-cedores de la II Guerra Mundial se reunieron para dilucidar el futuro de Ale-mania y del continente. ÁLVARO LOZANO cuenta los detalles de aquella cita, la tercera que mantuvieron Gran Bretaña, Estados Unidos y la URSS tras los encuentros de Teherán y Yalta. PÁGINA 24

EN EL NOMBRE DEL HURLING El nacionalismo y la Iglesia irlandesa unieron fuerzas a finales del XIX para fomen-tar entre los jóvenes disci-plinas deportivas de pre-sunto origen celta. FRAN-CISCO JAVIER RUIZ explica este peculiar instrumento de socialización, utilizado

JOSÉ MIAJA, EL GENERAL DEL PUEBLO

Su defensa de Madrid le convirtió en un héroe de la propaganda republicana, aunque su visión del conflicto se fue ale-jando poco a poco de la realidad. ÁNGEL BAHAMONDE revisa algunas incógnitas del general (¿quiso pactar con los sublevados

en marzo de 1939?) y ÁNGEL VIVAS entre-vista al hombre que le acompañó al final de la guerra, durante el golpe de Casado y en su camino hacia el exilio, su sobrino Fernando Rodríguez Miaja, que acaba de publicar sus memorias. PÁGINA 16

EL NUEVO ARTE DE LA GUERRA

Almudena Blasco cuenta cómo reorganizó su ejército. PÁGINA 63

S U M A R I O

EL GENERAL DEL PUEBLO

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ENIGMA MIAJA

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[DOSSIER] GRAN CAPITÁN, GEN O ESTRATEGA

CÓMO SE CONSTRUYÓ LA LEYENDA DEL

DEFENSOR DE MADR D ESTABA AL TANTO DE LA

CONJURA DE MARZO DE 1939? HABLA SU SOBRINO

Y SECRETAR O PERSONAL CASADO QUERÍA

QUEDAR COMO UN HÉROE SALVANDO A ESPAÑA

V CENTE

NARIO

EL E E AL AJA EL

C R N L C S DO

Nº 201. JULIO 2015

EL GENERAL MIAJA Y EL CORONEL CASADO, EN 1938.

ARCHIVO EFE.

V CENTENARIO DEL GRAN CAPITÁN 53

GENIO Y ESTRATEGA

José Calvo Poyato describe sus campañas.

PÁGINA 59

LA GLORIA DE UN SEGUNDÓN

José Luis Corral revela su origen y

formación. PÁGINA 54DOS

SIER

por el Sinn Féin como ele-mento de presión contra la ocupación británica. PÁGINA 30

ROMANCE REAL DANÉS, EL GRAN ESCÁNDALO

Mientras el inestable y ca-prichoso rey Christian VII disfrutaba de una vida ociosa, su esposa y su médico personal tuvieron un sonado idilio del que nació una niña. Su amor,

recuerda MICHAEL ALPERT, acabó con la muerte pre-matura de ambos. PÁGINA 36

CHINA, EL IMPERIO AUTOSUFICIENTE Aunque reunía todas las condiciones necesarias pa-ra vivir la revolución indus-trial antes que Occidente, la potencia asiática no lle-gó a hacerlo. RAFAEL DOBA-DO analiza su fracaso eco-nómico durante la Edad Moderna y la posibilidad de que recupere su posi-ción de dominio gracias a su crecimiento actual. PÁGINA 40

EL FIN DE LA ARMADA INVENCIBLE: “TODO LLENO DE SANGRE”

Más de 20 naves españo-las fueron arrojadas por el

temporal contra la costa ir-landesa tras el fracaso de la misión. Murieron miles de soldados y muchos de los que alcanzaron la orilla fueron masacrados. FER-NANDO MARTÍNEZ LAÍNEZ rela-ta la peripecia del capitán Cuéllar, que llegó a Flan-des tras meses de huida. PÁGINA 46

LA ARMADA INVENCIBLE.

ARQUEOLOGÍA TUMBAS REALES DE UR 70 I ARTE LA CARGA DE LA GUARDIA CIVIL 74 I INST ITUC IONES L A R E P Ú B L I C A D E L O S A M I G O S 76 I V IAJES T I E R M E S , L A P O M P E Y A

SORIANA 78 I CIENCIA CELULOIDE, EL SOPORTE DE LOS SUEÑOS 80 I LITERATURA DOS

PASSOS, DESENGAÑO ESPAÑOL 82 I L IBROS ”FELIPE IV NO FUE UNA MARIONETA DE OLIVARES” 84 I EXPOSICIONES ZURBARÁN

DESCONOCIDO 92 I MULTIMEDIA 93 I CITAS 95 I CONCURSO 96 I PRÓXIMO NÚMERO 97 I M I HÉROE QUINTÍN BANDERA 98

C O R R E O 6 I N O T I C I A S C O N H I S T O R I A 8 I N O T I C I A S E N C O N T E X T O 1 0 I E F E M É R I D E S 1 2 I F O T O G R A F Í A 1 4

CaLEIDOSCoPIO

EL CAMPESINO, MIAJA Y MANUEL

MATALLANA, EN 1937.

LA DESDICHA DEL FIEL VASALLO

Andreu Navarra explica su enemistad con

el rey. PÁGINA 68

LA REINA CAROLINA MATILDA Y SU AMANTE.

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Varadero

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Cayo Coco

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Siente la magia de la diversidad y los contrastesen una isla que lo tiene todo. Ciudades, playas,paisajes, cultura y diversión. Combina tu viaje y...descúbrenos.

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LA HABANA I Meliá Cohiba I Meliá Habana I Tryp Habana Libre I VARADERO I Paradisus Varadero I Paradisus Princesa del Mar I Meliá Las Américas I Meliá Varadero I Meliá Las Antillas I Meliá Penísula Varadero I Meliá Marina Varadero ISol Palmeras I Sol Sirenas Coral I CAYO LARGO DEL SUR I Sol Cayo Largo I Sol Pelícano I CAYO SANTA MARÍA I Meliá Buenavista I Meliá Cayo Santa María I Meliá Las Dunas I Sol Cayo Santa María I CAYO COCO I Meliá Cayo Coco I MeliáJardines del Rey I Tryp Cayo Coco I Sol Cayo Coco I CAYO GUILLERMO I Meliá Cayo Guillermo I Sol Cayo Guillermo I HOLGUÍN I Paradisus Río de Oro I Sol Río de Luna y Mares I SANTIAGO DE CUBA I Meliá Santiago de Cuba

MELIACUBA.COMPARADISUS | MELIÁ | TRYP | SOL HOTELS

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

GUERRA QUÍMICA

EN EL RIF

A raíz de la lectura del NÚM. 199 sobre la guerra química en Marruecos quiero compartir algunos materiales con ustedes. Trabajo en el Archivo

General de Andalucía (AGA) y entre los fondos de la Fábrica de Artillería de Sevilla tenemos una memoria sobre bombas de aeroplano de 1922, cuyo autor, el capitán Roberto de Sangrán, hace en ella una explicación minuciosa del tipo de armamento y su aplicación a la guerra de África. Aporta la opinión de los oficiales de aviación que preferían “bombas exclusivamente incendiarias, pues estas de alto explosivo son más apropiadas para emplearlas contra centros de población y en general objetivos de gran resistencia”. Como apuntaba el artículo, no era

el caso de África “donde solo suele haber casas y chozas aisladas (...) donde no se aprovecha debidamente la gran potencia de estas bombas”. En junio de 1922, en pleno recrudecimiento de la guerra en Marruecos, la Fábrica de Artillería de Sevilla vio necesaria la producción de bombas de aeroplano en gran cantidad (fueron entregadas 16.000 bombas solo en 1919). Finalmente, la Comisión de Experiencias tuvo en estudio una bomba incendiaria de pequeñas dimensiones, y de poco peso, que tenía la ventaja de poder producir incendios en los sembrados

por diferentes puntos. Ya en esta Fábrica se construyeron bombas incendiarias. Eran de fundición y estaban cargadas de “pólvora negra, esencia de trementina, sulfuro de antimonio, colofonia salitre y cebo que toma fuego al incendiarse la pólvora”. Adjunto foto del plano de la bomba para gases asfixiantes producido en la FAS, la portada del informe del capitán Sangrán y un panel explicativo de la exposición sobre la Gran Guerra que celebramos en el Archivo General de Andalucía el año pasado. CARLOS FONT GAVIRA

(SEVILLA).

C A R T A S

LOS LECTORESLÉENOS EN ORBYT: QUIOSCO.HISTORIA.ORBYT.ES

Y PARTICIPA EN FACEBOOK: AVENTURADELAHISTORIA EN TWITTER: TWITTER.COM/AVENTURHISTORIA

EL GOLPE DE CASADO La Revolución Francesa ha sido el momento más decisivo de la Historia de la Humanidad para el 33% de los lectores que han participado en la encuesta mensual de la web de La Aventura de la Historia, seguida del Imperio romano. Este

mes le preguntamos: ¿Cree usted que Mia-ja no participó en la preparación u orga-nización del golpe de Casado?

32% IMPERIO ROMANO

4% LLEGADA A

LA LUNA

[LA ENCUESTA DEL MES EN LA RED]

30% DESCUBRI-MIENTO DE AMÉRICA

33% REVOLUCIÓN FRANCESA

DE INTERÉS. LAS CARTAS PUEDEN SER ENVIADAS A [email protected] O AVENIDA DE SAN LUIS, 25, 28033, MADRID.

LAS CARTAS QUE SUPEREN UN TOTAL DE 300 PALABRAS NO SERÁN PUBLICADAS ÍNTEGRAS, POR NECESIDADES DE REPARTO EQUILIBRADO DE LOS ESPACIOS DE ESTA SECCIÓN.

Portada del INFORME del capitán Sangrán; PANEL explicativo de la exposición sobre la Gran Guerra celebrada en el Archivo General de Andalucía el pasado año, y PLANO DE LA BOMBA PARA GASES ASFIXIANTES producida en la FAS.

MIAJA, DURANTE UN INTERROGATORIO A PRISIONEROS ITALIANOS, EN 1937.

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

PUNTUALIZACIÓN LIBIA

En el NÚM. 198 de la revista La Aventura de la Historia, en mi artículo titulado “El final del Duce. Un caso abierto” (pp. 15-19), se deslizó un error que desearía corregir. Hacia el final del texto se dice: “Sus guerras y su política colonial [de Mussolini] acabaron con la vida de más de un millón de libios –casi un tercio de la pobla-ción–, a los que habría que sumar las miles de vícti-mas que produjeron en Etiopía, Eritrea, Somalia, España, Albania, Grecia, Yugoslavia, la URSS y en la propia Italia”. En realidad, debería decir: “acabaron con la vida de más de un millón de per-sonas: en Libia –casi un tercio de la población–, Etiopía, Eritrea, Somalia, España, Albania, Grecia, Yugoslavia, la URSS, y en la propia Italia”. Libia, en los años veinte y treinta, no superaba los 800.000 habitantes. CARLO A. CARANCI (MADRID).

C A R T A SLOS LECTORES

LA VIÑETA DE LOSADA

TOMA DE MONTEFRÍO POR EL GRAN CAPITÁN, PROTAGONISTA DEL DOSSIER QUE PUBLICAMOS ESTE MES.

LAAVENTURADELAHISTORIA.ES

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@NURFUENTES

Guau, una de esas múltiples cosas de las que no tenía ni idea. Corpus Christi, la fiesta que nació por una risa. (web)

@AALMARCEGUI

Magnífico número. 200 momentos que transformaron el mun-do. NÚM. 200

@GARCIAVALERA

Muy bueno. Me voy a hacer con otro ejemplar; el que tengo lo estoy lle-nando de subraya-dos y señales. 200 momentos que trans-

formaron el mundo. NÚM. 200

@VITIKE Recibido hoy el nú-mero de @Aven-turHistoria) y ese paseo por la historia de inicio a fin tiene muy buena pinta. 200 momentos que transformaron el mun-do. NÚM. 200

@MASCARADELHEROE Gracias por el hueco en el caleidoscopio a Héroes que miran a los ojos de los dioses @EditorialEdaf. 200 momentos que transfor-maron el mundo. NÚM.

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FACEBOOK JUAN CUÉLLAR

ORTIZ Empece a amar la Historia hace mu-cho tiempo, con la serie de anima-ción Érase una vez el hombre. El dossier de la re-vista de este mes, donde se conmemo-ra los 200 números, me ha traído a la memoria esta es-pléndida serie. Enhorabuena por lo bien que os ha quedado. Vuestra revista de divulgación históri-ca es la mejor que podemos en-

contrar en los quios-cos. A por 200 nú-meros más. 200 mo-mentos que transfor-maron el mundo. NÚM. 200.

JULIO VIDAURRE

Desde luego la Re-sistencia Francesa distó mucho de ser un azote para el Eje. Solo en junio de 1944 empezó a realizar actividades militares de cierta envergadura. Como medio de in-formación y espiona-je bien, pero como resistentes... Partisa-nos, el azote del Eje. NÚM. 200

LA AVENTURA DE LAS REDES

GANADORES DEL SORTEO Lectores premiados en el sorteo del número 200, junio, de LA AVENTURA DE LA HISTORIA Barbarus. La conquista de Roma, de Santiago Castellanos, Barcelona, Ediciones B, 2015: JESÚS BORREGO GÓMEZ, JORGE ESPAÑA LARA, MATEO MARCO AMORÓS, PIEDAD NAVARRO DOMÍNGUEZ, JOSÉ MARÍA VALLECILLO RODRÍGUEZ.

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

Dánae gira los brazos para pal-par la lluvia de oro en la que se transforma Zeus; Europa desnuda se sube al dorso de un Zeus convertido en toro; el padre de los dioses con forma de cisne seduce a Leda... y así hasta doce escenas mitológi-cas que se pueden ver intactas –hay otras dos que se han per-dido– en el mosaico que un grupo de investigadores ha en-contrado en el municipio sevi-llano de Écija.

La obra, que ocupa un es-pacio de 40 metros cuadra-dos, reproduce episodios amorosos de la vida de Zeus, las cuatro estaciones y una larga imagen vinculada a

Baco, dios del vino. Los res-ponsables del hallazgo, da-tado hace casi dos mil años, destacan la riqueza cromáti-ca y el tamaño del conjunto, que podría pertenecer a una de las casas principales de la rica Écija romana.

La ciudad, capital de la Bé-tica en aquella época, fue uno de los principales centros de exportación de aceite de oliva, lo que atrajo hasta sus tierras a militares de las tres legiones del ejército romano. Aunque debido a su ubicación, los ar-queólogos señalan que lo me-jor de la Écija romana está to-davía por descubrir, puesto que solo se ha trabajado en

un cinco por ciento de una superficie que ocupa más de 5.000 metros cuadrados.

Un espacio que podría tra-tarse de un antiguo lugar pú-blico, ya que cerca del mosai-co se ha excavado una habi-tación de gran tamaño con el suelo y las paredes cubier-tos por imágenes geométricas complejas, como círculos dentro de cuadrados, escul-pidas en ricos mármoles de distintos colores.

ZEUS EN LA ÉCIJA ROMANA

DOS CAPITELES SE

CAEN AL SUELO EN

EL MAN Las piezas románicas, ubicadas en la sala de-dicada al Mundo Me-dieval del Museo Ar-queológico Nacional, no han sufrido grandes daños ni han afectado a los visitantes que en ese momento se encon-traban en el lugar del accidente. Mientras se investiga lo sucedido la sala permanecerá ce-rrada al público.

[BREVES]

N . O . T . I . C . I . A . S

V I V I RL A H I S T O R I A

Más noticias, reportajes y entrevistas, cada día en:

www.laaventuradelahistoria.es

UN GRUPO DE ARQUEÓLOGOS HALLA UN MOSAICO DE CUARENTA METROS

CUADRADOS EN BUEN ESTADO DE CONSERVACIÓN QUE REVELA EL ESPLENDOR

ECONÓMICO Y SOCIAL DE LAS CIUDADES BÉTICAS EN EL SIGLO III D.C.“HELADOS HITLER”,

¿MARKETING O

DESCONOCIMIENTO? Aunque parezca mentira, el producto es real. Los envoltorios y cajas en los que se reparte este he-lado de cucurucho están causando furor en la In-dia, pero han molestado en el exterior. Que la ima-gen y el nombre del lí-der nazi aparezca en ellos se percibe como una tri-vialización peligrosa.

EL RAPTO DE EUROPA, representado en el mosaico sobre el dorso de un Zeus convertido en toro.

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¿QUIÉNES ERAN LASLAS HERMANAS ROMANOV?

La historia, tan cautivadora comotrágica, de Olga, Tatiana, Maríay Anastasia, hijas del último zar

y las cuatro princesas másglamourosas de Europa

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

V I V I RL A H I S T O R I A

N . O . T . I . C . I . A . S

La dirección de Antigüedades de Egip-to ha aprobado un proyecto para le-

vantar el Faro de Alejandría a pocos me-tros de su emplazamiento original, una de-cisión que ha confirmado el director del organismo, Mostafá Amín, y que solo está pendiente de otras aprobaciones adminis-trativas. El presupuesto de la obra se es-tima en 40 millones de dólares (36,6 mi-llones de euros) y los egipcios cuentan con obtener gran parte de la financiación de varios países europeos.

El faraónico plan cuenta con el respal-do del presidente de Egipto, Abdel Fat-tah al-Sisi, quien lo ha impulsado justo en un momento en el que numerosas obras arqueológicas de Oriente Próximo, espe-cialmente de Irak, están sufriendo da-ños irreparables a manos de los yihadis-tas del Estado Islámico. Una de las úl-timas conquistas de esta organización ha sido la fabulosa ciudad de Palmira, en el centro de Siria, que en su momen-to constituyó la frontera oriental del Impe-rio romano.

Según Fathy Jurshid, profesor de ar-queología grecorromana, “el edificio ori-ginal del Faro de Alejandría constaba de tres partes diferenciadas: una base cuadrada, una sección octogonal inter-media y el remate de una sección circular en lo más alto del edificio”. Numero-sos expertos están con-vencidos de que una anti-gua tumba muy bien con-servada que está situada en la localidad de Abusir, a unos 50 kilómetros de Alejandría, reproduce fiel-mente en miniatura el his-tórico Faro. La tumba en cuestión es contemporá-nea del edificio.

El Faro se levantó entre los años 285 y 247 antes de Cristo, poco después de la muerte de Alejandro Magno. Lo erigie-ron los primeros reyes de la dinastía de los Ptolomeos en la pequeña isla de Faro, situada frente a Alejandría, y sirvió de mo-delo para todos los faros que posterior-mente se construyeron en el Mediterráneo y más allá del Mare Nostrum.

Según las descripciones transmitidas por los historiadores y viajeros de la Anti-güedad, el Faro llegó a medir hasta 150 metros de altura y durante siglos fue el edi-ficio más alto construido por las manos del hombre. En su extremo superior se encen-día por la noche una hoguera que se man-tenía viva hasta el amanecer, con el fin de guiar y orientar a los marineros que sur-caban aquellos mares. Incluso durante las horas del día servía de orientación merced a una placa metálica que reflejaba los rayos del sol.

La autoría del Faro, considerado como una de las Siete Maravillas del Mundo An-tiguo por Antípatro de Sidón en primer lugar, se atribuye al arquitecto Sóstrato de Cnido, aunque numerosos historiadores posteriores han puesto en duda esta atri-

bución, que durante siglos figuró al pie del monumento. Ya desde la más remota an-tigüedad la estructura sufrió los devasta-dores efectos de incontables seísmos, que fueron más violentos en la Edad Media, cuando el edificio resultó muy dañado y ya no volvió a repararse.

Tras varios terremotos casi seguidos, el gran viajero árabe Ibn Battuta cuenta que no fue capaz de entrar en el edifi-cio, y poco después un sultán mamelu-co utilizó sus piedras para construir una fortaleza a finales del siglo XIV, con lo que desaparecieron definitivamente los úl-timos vestigios del Faro. Varias expedicio-nes arqueológicas recientes trataron de identificar sin éxito su ubicación hasta que la expedición dirigida por el francés Jean-Yves Empereur descubrió una parte de sus cimientos en el año 1994.

TESOROS PERDIDOS. Se sabe que la construcción original costó la fabulosa cantidad de 800 talentos. Las autoridades egipcias creen que la réplica no podrá construirse exactamente en el mismo em-plazamiento y que deberá desplazarse unos metros, aunque no hay duda de que

su construcción atraerá a nu-merosos turistas de todo el mundo en un país que a me-nudo se ve sacudido por la violencia y que tiene en el tu-rismo una de sus principales fuentes de ingreso de divisas.

Todavía no se sabe a qué arquitecto se le encargará el proyecto ni qué modelo se-guirá. El Faro de Alejandría ha sido recreado artística-mente por un gran número de dibujantes y pintores, de maneras a veces muy distin-tas entre sí, si bien ha per-durado hasta nuestros días, y

¿UN NUEVO FARO DE ALEJANDRÍA?LA TORRE FUE ERIGIDA EN EL SIGLO III A.C. Y PERMANECIÓ EN PIE HASTA LA EDAD MEDIA.

EGIPTO PRETENDE CONSTRUIR UNA RÉPLICA DEL EDIFICIO, UNA DE LAS SIETE MARAVILLAS

DEL MUNDO ANTIGUO, MIENTRAS LOS YIHADISTAS DEL AUTOPROCLAMADO ESTADO ISLÁMICO

ACABAN CON LAS JOYAS ARQUEOLÓGICAS DE IRAK Y SIRIA

Un miembro del IS

destroza MURALES DE NIMRUD con una maza.

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

E . N C . O . N . T . E . X . T . O

en muy buen estado, la tumba contem-poránea de Abusir, que podría servir como patrón de la misma manera que la tumba se construyó imitando al Faro, según una creencia muy extendida.

El anuncio del faraónico proyecto coin-cide en el tiempo con la enorme destruc-ción que están sufriendo algunos de los mayores yacimientos arqueológicos de Oriente Próximo. Irak ha sido el país que más ha sufrido las depredaciones de los yihadistas del Estado Islámico, quienes tienen una visión del islam que repudia las imágenes, especialmente las repre-sentaciones humanas. Los yihadistas no solo se han dedicado a destruirlas, sino que no han tenido ningún reparo en filmar sus destrozos a golpes de mar-

tillo con el fin de difundirlos en vídeos por todo el mundo.

Conforme los yihadistas han ido exten-diendo su influencia y conforme han ido ocupando yacimientos y museos arqueo-

lógicos, la destrucción ha ido crecien-do. A menudo las piezas hechas añicos eran únicas y será imposible recuperar-las. Como mucho, existen fotografías y ví-deos que permitirán que se hagan répli-cas, pero los originales han desapareci-do para siempre.

El anuncio de la próxima reconstruc-ción del Faro de Alejandría es una buena noticia para todos los amantes del arte antiguo. Naturalmente, no es una obra original, pero sin duda tendrá un gran eco entre los miles de turistas que cada año viajan hasta Egipto para visitar su singu-lar patrimonio cultural. Por supuesto, el presidente Al-Sisi tratará de capitalizar esa inusitada capacidad de atracción.

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

EL ANUNCIO DEL PROYECTO COINCIDE CON EL ATAQUE DEL

ESTADO ISLÁMICO A LAS RUINAS DE LA ANTIGUA PALMIRA

(SIRIA, SS. I-III), PATRIMONIO DE LA

HUMANIDAD

REPRESENTACIÓN IDEALIZADA DEL FARO DE ALEJANDRÍA (1572). El arquitecto Sóstrato de Cnido muestra el edificio al rey Ptolomeo II. A la derecha, dibujo del Faro en el manuscrito árabe Kitab al-Bulhan, del siglo XV. Debajo, la tumba de Abusir.

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

V I V I RL A H I S T O R I A

E . F . E . M . É

[Día 2] 455. Genserico, rey de los vándalos y los alanos, entra en Roma, que es saqueada durante dos semanas. De re-greso a Cartago, su capital, se llevó como rehenes a la viuda del emperador Valenti-niano y a sus dos hijas, Pla-cidia y Eudoxia. Esta última se casaría con su hijo y su-cesor, Hunerico. 1855. José Sol y Padris, pre-sidente del Instituto Indus-trial de Cataluña, es asesina-do en el transcurso de un debate con una comisión de obreros en los locales de la empresa Güell, Ramis y Compañía, en el barrio bar-celonés de Sants.

[Día 4] 1790. Nace en Gwernvale Manor (Gales, Reino Unido) el geógrafo y topógrafo Geor-ge Everest, responsable ge-neral de la topografía de la In-dia desde 1830 hasta 1843. En 1862 fue nombrado vice-presidente de la Royal Geo-graphical Society, y, en 1865, un año antes de su muerte, a iniciativa de Andrew Waugh, se puso su nombre a la mon-taña más alta del planeta.

[Día 5] 1515. Mediante una bula dic-tada por el papa Julio II se otorga a los suizos el título de Amparadores de la Libertad de la Iglesia, como recom-pensa por su ayuda en la guerra contra los franceses. 1950. El parlamento israelí, la Knesset, aprueba la Ley del Retorno, que concede resi-dencia y ciudadanía a todas las personas judías o descen-dientes de hebreos hasta la tercera generación.

[Día 7] 1115. Fallece Pierre de Amiens o Pedro el Ermitaño.

Predicó sobre la obligación de conquistar los Santos Lu-gares, y tras la conquista de Jerusalén volvió a Europa para fundar el monasterio de Neufmoutier en Francia.

[Día 8]

[Día 9] 1625. Para festejar el cum-pleaños de la reina Isabel de Borbón, esposa de Felipe IV, se representa en el Real Al-cázar la primera comedia de Quevedo, escrita en colabo-ración con Antonio de Men-doza y Mateo Montero.

[Día 10] 1985. Los servicios secretos franceses hunden el Rain-bow Warrior en la bahía de Auckland (Nueva Zelanda). El buque de Greenpeace se encontraba efectuando una campaña contra los ensayos nucleares que Francia esta-ba realizando en el atolón de Mururoa. En el atentado mu-rió un fotógrafo holandés.

[Día 12] 1975. Tras un periodo de go-

bierno de transición, Santo Tomé y Príncipe, país africa-no formado por varias islas situadas en el golfo de Gui-nea, se independiza de Por-tugal. Se elige como primer presidente a Manuel Pinto da Costa, secretario general del MLSTP (Movimiento para la Liberación de Santo Tomé y Príncipe).

[Día 14] 1535. En el transcurso de la expedición organizada por el emperador Carlos V para re-cuperar su influencia en el norte de África frente a la creciente amenaza berberis-ca, tropas españolas con-quistan el fuerte de La Gole-ta, paso previo imprescindi-ble para la toma de Túnez, que fue ocupada el día 21 del mismo mes. 1880. Noventa y un años después de la toma de la Bastilla, el Gobierno de la Tercera República france-sa declara el 14 de Julio fiesta nacional y, asimismo, convierte la marcha conoci-da como La Marsellesa en el himno nacional.

14·VII·1865. ALPINISTAS

FRANCOBRITÁNICOS CORONAN

POR PRIMERA VEZ EL MONTE

CERVINO (4.478 M), LA ÚLTIMA

GRAN CUMBRE DE LOS ALPES

EN SER ESCALADA.

[Día 15]

1965. La sonda espacial no tripulada Mariner 4, lanzada por la NASA el 28 de no-viembre del año anterior, so-brevuela Marte y se aproxi-ma a 9.850 km de su super-ficie enviando imágenes que demuestran que no hay ca-nales en el planeta rojo.

[Día 17] 1790. Fallece en Edimburgo el economista y filósofo esco-cés Adam Smith. Por su libro La riqueza de las naciones, editado en 1776, en el que desarrolló la tesis de que la clave para el crecimiento económico está en la divi-sión del trabajo y en la libre competencia, está conside-rado como el padre de la economía moderna.

[Día 18] 1290. El rey Eduardo I de In-glaterra emite el Edicto de Ex-pulsión de los judíos. Un total de 16.000 hebreos tendrán que abandonar el país antes del 2 de noviembre. 1610. Fallece en Porto Ercole (Italia) el pintor Michelangelo Merisi da Caravaggio. Su obra, marcada por un acen-

8·VII·1545. NACE EN

VALLADOLID CARLOS DE AUS-

TRIA, HIJO DE FELIPE II Y MARÍA

DE PORTUGAL. FUE NOMBRADO

PRÍNCIPE DE ASTURIAS EN 1560.

15·VII·1885. MUERE EN

PADRÓN LA POETISA Y NOVE-

LISTA GALLEGA ROSALÍA DE

CASTRO.

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

. R . I . D . E . S J U L I O

Á N G E L A S A N Z

19-VII-1195. Tras unos años de relativa calma en la fron-tera entre al-Ándalus y el reino de Castilla, una se-rie de incursiones castella-nas llevaron al califa almo-hade Yusuf II a organizar un ejército para, como represa-lia, atacar Toledo. En res-puesta, Alfonso VIII convo-có a todas sus tropas para marchar a su encuentro, que tuvo lugar en Alarcos, cerca de Ciudad Real. Sin esperar a los refuerzos leo-neses y navarros en camino, la caballería castellana car-gó contra la infantería mu-

sulmana, causándole gran-des pérdidas, pero, con un movimiento de tenaza, fue cercada por la caballería y

los arqueros almohades, que prácticamente la ani-quilaron. Alfonso VIII tuvo que huir precipitadamente para no ser capturado. Fue una vic-toria total que marcó el ce-nit del poder almohade en la Península y supuso una brusca y prolongada deten-ción de la expansión cristia-na hacia el sur.

[EL PERSONAJE]OCHENTA Y CINCO AÑOS DEL FALLECIMIENTO DEL CREADOR DEL DETECTIVE SHERLOCK HOLMES

EL CIRUJANO Y ESCRITOR

ARTHUR CONAN DOYLE7-VII-1930. Descendiente de una familia católica irlande-sa, nació en Edimburgo en 1859. Estudió medicina en la universidad de su ciu-dad natal, licenciándose en 1881, y ejerció como mé-dico en un barco ba-llenero y en el SS Mayumba, antes de es-tablecerse, en 1882, en Portsmouth, don-de abrió una consul-ta médica y empezó a dedicarse a la crea-ción literaria. En 1887 publicó Estudio en es-carlata, la primera no-vela de su personaje Sherlock Holmes,

que, como las siguientes, consiguió un gran éxito. No obstante, Doyle prefería es-cribir otros géneros litera-rios, como el ensayo y la no-vela histórica, por lo que, en 1893, puso fin a la serie

con la muerte de Holmes en El problema final. Sin em-bargo, ante la presión de los editores y los lectores, diez años después volvió a dar vida al personaje, cuyas aventuras siguió escri -

biendo hasta 1927, cuando apareció su última entrega, el libro de relatos El archivo de Sherlock Holmes. Tuvo una distinguida partici-pación como médi-co en la guerra de los Bóers, por la que, en 1902, reci-bió el título de ca-ballero.

FRENO A LA RECONQUISTA EN LA

BATALLA DE ALARCOS

[EL ACONTECIMIENTO]

OCHOCIENTOS VEINTE AÑOS DEL ENFRENTAMIENTO ENTRE CRISTIANOS Y ALMOHADES

CONAN DOYLE TAMBIÉN ESCRIBIÓ CIENCIA FICCIÓN, NOVELA HISTÓRICA, TEATRO Y POESÍA.

MINIATURA DE TROPAS CRISTIANAS Y MUSULMANAS,

CANTIGAS DE ALFONSO X (S. XIII).

Más efemérides cada día en:

www.laaventuradelahistoria.es

tuado realismo y por la utili-zación de intensos claroscu-ros, es uno de los mayores exponentes de la pintura ba-rroca en toda Europa.

[Día 19] 1865. Fallece en Londres Ja-mes Barry, cirujano e inspec-tor general del Cuerpo de Sa-nidad Militar, ya retirado del servicio activo. Después de su muerte se descubrió que era una mujer llamada Mar-garet Ann Bulkley.

[Día 20]

[Día 23] 1230. En el monasterio de Montecasino (Italia) se firma la Paz de San Germano, que pone fin a las guerras entre el papa Gregorio IX y el empera-dor Federico II. El dominico Guala, artífice de las negocia-ciones, fue nombrado obispo de Brescia.

[Día 24] 1525. Sale de La Coruña con rumbo a las Molucas la expe-dición de García Jofre de Loayza y Sebastián Elcano. Los dos murieron en el viaje.

20·VII·1960. SIRIMAVO

BANDARANAIKE, LÍDER DEL

PARTIDO DE LA LIBERTAD DE

CEILÁN, SE CONVIERTE EN LA

PRIMERA MUJER ELEGIDA JEFE

DE GOBIERNO EN EL MUNDO.

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LA AVENTURA DE LA

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TRANQUILIDAD EN EL FRENTE. Dos años después del final de la Guerra Civil, en la que había combatido, Luis Hernán-dez González se alistó el 1 de julio de 1941 en la llamada oficialmente División Espa-ñola de Voluntarios, más conocida como la División Azul. Fue encuadrado en la Terce-ra Compañía Antitanque. El día 13 de ese mes partió hacia Alemania, formando par-te del primer contingente español que co-gió un tren con destino a la Unión Sovié-tica para “luchar contra el comunismo”. El primer punto de destino fue el campamen-to de Grafenwöhr, donde vivió un breve pe-riodo de aclimatación e instrucción. Allí se tomó esta fotografía de confraternización hispanogermana (imagen inferior), que nos remite su hijo, JAIME HERNÁNDEZ RUA-

NO. “El ambiente es tan distendido –escri-be nuestro lector– que cuesta creer que estemos en plena II Guerra Mundial. Mi padre es el tercero por la izquierda”. El viaje hasta el frente se prolongó cerca de dos meses. Luis permaneció en él hasta el 13 de agosto del año siguiente, prin-cipalmente en la ciudad de Novgorov y en las orillas del río Voljov. Pero lo peor fue el regreso: “Tuvieron que hacerlo práctica-mente por sus propios medios. Atrave-sar el infierno sin ayuda, al grito de ‘sálve-se quien pueda’. Y muchos no pudieron”, recuerda Jaime. La imagen superior está tomada en marzo de 1939, en las postri-merías de la contienda española. La Uni-dad de Luis (primero por la derecha) ocu-paba sin resistencia militar las localida-des de Miraflores de la Sierra, Manzana-res El Real y Colmenar Viejo (donde está localizada la fotografía).

V I V I RL A H I S T O R I A

DE COLMENAR A ALEMANIALA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA ACABÓ EN 1939. PERO MUCHOS CONTENDIENTES CONTINUARON LA LUCHA

EN LOS CAMPOS DE BATALLA EUROPEOS, COMBATIENDO CONTRA EL NAZISMO O EL COMUNISMO

L A S . F O T O S D E . L A . A V E N T U R A

1. CADA MES, LA SECCIÓN PUBLICARÁ UNA SELECCIÓN DE LAS FOTOGRAFÍAS RECIBIDAS. 2. LAS ELEGIDAS

SERÁN PREMIADAS CON UNA SUSCRIPCIÓN ANUAL A LA REVISTA. 3. PARA PARTICIPAR, ENVÍENOS LAS

IMÁGENES POR CORREO ELECTRÓNICO A LA DIRECCIÓN [email protected], O POR CORREO

POSTAL A: LA AVENTURA DE LA HISTORIA, AVENIDA DE SAN LUIS, 25, 28033 MADRID, A LA

ATENCIÓN DE FOTOS AVENTURA. 4. CADA IMAGEN DEBE IR ACOMPAÑADA DE UN TEXTO EXPLICATIVO,

EN EL QUE SE DESCRIBA LA ESCENA, SE IDENTIFIQUE A LOS RETRATADOS Y SE FECHE CON EXACTITUD.

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

A FIGURA DEL GENERAL

JOSÉ MIAJA MENANT no posee todavía un es-tudio biográfico so-metido a los cánones de la moderna histo-

riografía, aunque sea objeto de referen-cias continuadas en cualquier aproxi-mación a la Guerra Civil. Las biografías elaboradas sobre el personaje ofrecen un contenido hagiográfico y epopé-yico que subrayan la condición heroi-ca de su trayectoria durante el con-flicto, exagerando el papel desarrolla-do en la defensa de Madrid, entre no-viembre de 1936 y marzo de 1937. Este es el tono del último libro, publicado por el sobrino del general, Fernando Rodríguez Miaja.

En líneas generales, las valoracio-nes sobre Miaja suelen ocupar lugares extremos, muy alejados de un análisis centrado y realista: bien militar exce-lente y legendario, bien protagonista de una carrera mediocre a quien, por motivos e imperativos políticos, se le atribuyen méritos impropios de sus limitadas capacidades. Como cualquier personaje público, Miaja revela luces, sombras y contradicciones en su de-venir militar.

EN LA CUMBRE CON 55 AÑOS. Origina-rio de Asturias (1878), Miaja ingresó en la Academia de Infantería en ju-nio de 1896. Su promoción a los di-ferentes empleos configura una tra-yectoria no exenta de brillantez. Ob-tuvo el grado de comandante por mé-ritos de guerra en septiembre de 1911; es coronel en octubre de 1925,

L

DEFENSA Y CAÍDA DE MADRID

¿QUISO PACTAR CON LOS SUBLEVADOS EN JULIO DE 1936? ¿FUE SU LEYENDA UNA

CREACIÓN DE LA PROPAGANDA, NECESITADA DE UN SÍMBOLO? ¿ESTABA AL TANTO DEL

GOLPE DE CASADO EN 1939? COINCIDIENDO CON LA APARICIÓN EN ESPAÑA DE LAS

MEMORIAS DE SU SOBRINO FERNANDO RODRÍGUEZ MIAJA, ÁNGEL BAHAMONDE

RESPONDE A ESTOS INTERROGANTES. ÁNGEL VIVAS ENTREVISTA AL HOMBRE QUE

LE ACOMPAÑÓ EN LOS MOMENTOS CRUCIALES DEL FIN DE LA GUERRA Y LA MARCHA

HACIA EL EXILIO. OFRECEMOS ALGUNOS EXTRACTOS DE SUS RECUERDOS

EL GENERAL DEL PUEBLO

LUCES Y SOMBRAS DE JOSÉ MIAJA

CARTEL REPUBLICANO que alaba el papel de José Miaja en la defensa de Madrid.

ÁNGEL BAHAMONDE. CATEDRÁTICO DE HISTORIA CONTEMPORÁNEA, UNIV. CARLOS III.

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

Miaja dirige unas palabras durante el acto

de ENTREGA DE UNA BANDERA ESPAÑOLA a la 39ª Brigada del ejército republicano en el Retiro

de Madrid, el 1 de noviembre de 1937.

LAS CLAVES

EL FAVOR DE AZAÑA. Poco

politizado, estaba bien conside-

rado por Azaña, que recelaba de

los militares muy izquierdistas.

DEFENSA DE MADRID. Los

comunistas ayudaron a conver-

tirle en el icono que personali-

zaba la batalla por la capital.

PÉRDIDA DE CONTROL. Ro-

deado de una corte que no le

contradecía, su visión de la evo-

lución del conflicto se fue ale-

jando de la realidad.

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

DEFENSA Y CAÍDA DE MADRID

y alcanza la cúspide del generala-to por decreto de 30 de junio de 1932, esto es, con 55 años recién cumpli-dos. La situación deseable para el no-venta por ciento del conjunto militar.

Dos características informan el re-corrido de Miaja. Desarrolló la mitad de su vida militar en África; sin la guerra de Marruecos no habría sobrepasado el grado de coronel. Sin embargo, no cabe calificarlo de africanista, por men-talidad o por opción política. Además, Miaja no aparece en la nómina de cons-piradores contra la dictadura de Primo de Rivera, ni está presente en los ámbi-tos prorrepublicanos de 1930. La con-clusión sobre el apoliticismo del per-sonaje parece evidente, un perfil bien

considerado por Azaña, muy crítico con los militares excesivamente politizados por la izquierda. Probablemente así em-pezó a germinar una aproximación, de corte emocional, de Miaja hacia el ré-gimen republicano. Ello explicaría la desconfianza del ministro de la Guerra, Gil Robles, cuando en 1935 lo trasladó de Madrid a Lérida, en lo que fue una especie de destierro encubierto.

PROTAGONISMO. Con el triunfo del Frente Popular se agiganta el protago-nismo de Miaja. Fue ministro interino de la Guerra entre el 20 y el 24 de febre-ro, hasta la llegada a Madrid del titu-lar, general Masquelet. El 28 de febrero obtiene el mando de la Brigada de In-

fantería de Madrid. Parecía confirmar-se la vinculación de Miaja con el régi-men republicano, aunque, desde luego, no formó parte de los círculos de la Unión Militar Republicana Antifascista (UMRA), ni tampoco de su antagonis-ta, la Unión Militar Española (UME).

El 18 de julio de 1936 fue destitui-do el general Virgilio Cabanellas como jefe de la 1ª División Orgánica, pues-to clave que ocupó Miaja en momentos críticos e inciertos. Los militares gol-pistas habían elaborado un plan para la sublevación en la capital. Los efec-tivos destinados en Madrid se divi-dían en tres tendencias. Una mayoría se inclinaba por la sublevación, pero ca-recían de proyecto y de liderazgo de-

Cuando Casado dio el golpe con-tra Negrín, Miaja estaba dur-miendo en Valencia. Se enteró por la radio. Un teniente de su escolta despertó al general con la noticia de la sublevación en Madrid. Era el 5 de marzo de 1939. El sobrino de Miaja re-lata los últimos días en España y el exilio del jefe del ejército. Y rebate los datos publicados por el coronel Casado en el libro Así cayó Madrid, y otros autores, sobre el final de la Guerra Ci-vil. Miaja no estaba en la tra-ma golpista. Se preocupa el tes-tigo directo de narrar con pre-cisión los detalles que guarda en su memoria y en sus apuntes,

dedicando buena parte del libro a las aclaraciones. Miaja aban-dona Madrid rumbo a Valencia y Alicante en coche y no en avión. Ocurre el 26 de marzo. El tras-lado hasta la base área de Raba-sa es descrito por el entonces jo-ven oficial Rodríguez Miaja como dantesco, debido a la hui-da de miles de personas hacia el Mediterráneo, única salida exte-rior de la derrotada España re-publicana. Tres días después, a las 10:35 minutos, un peque-ño avión con dos tripulantes y cuatro pasajeros, Miaja, el autor y los dos ayudantes de campo del general, despega camino de Orán. Le interesa mucho al

entonces asistente personal pre-cisar otra vez a Casado, que se refiere a la madrugada del 29 como el momento escogido para huir. Miaja y su grupo se van a plena luz del día. Una hora y diez minutos después de aban-donar España tocan tierra en la base argelina, donde en la pis-ta le rinden honores los pilotos y soldados de la aviación de la Re-pública que ya habían iniciado el amargo sendero del exilio, donde Miaja ya permaneció para siempre. Su sobrino y futuro yer-no lo vivió todo junto a él y aho-ra ha escrito el acta de aque-llos hechos. JUAN PABLO

COLMENAREJO

F. RODRÍGUEZ MIAJA, Testimonios y remembranzas. Mis recuerdos de los últimos meses de la guerra de España (1936-1939), Marcial Pons, Madrid, 2015, 363 págs., 23,75 euros.

TESTIGO DIRECTO

Miaja, a la derecha de AZAÑA, en un acto el 4 de julio de 1936. Nombramiento de Miaja como HIJO DE HONOR DEL PUEBLO de Madrid en

Los lectores pueden participar en el

sorteo de 5 ejemplares de Testimonios... enviando sus datos a [email protected] o a la revista antes del 10 de julio. Los ganadores se darán a conocer en el número de agosto.

SOR TEO

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LA AVENTURA DE LA

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finido. Otro grupo, minoritario, se opu-so radicalmente a la sublevación y creó las condiciones para el fracaso de la mis-ma en Madrid. Sus protagonistas fue-ron los oficiales de la UMRA, desde el Ministerio de la Guerra, y el general Se-bastián Pozas, inspector de la Guardia Civil, quien logró con habilidad anu-lar los impulsos golpistas del Cuerpo. La tercera tendencia, de la que par-ticipa el general Miaja, era la que se de-nominó de los pactistas: llegar a un acuerdo con los rebeldes, acorde con la frustrada formación de un gobierno presidido por Martínez Barrio. Duran-te la noche del 18 al 19 de julio de 1936, Miaja fue ministro de la Guerra y rea-lizó, sin éxito alguno, una aproximación conciliadora con el general Mola.

CLIMA DE DESCONFIANZA. El fracaso de la operación Martínez Barrio implicó el alejamiento de Miaja en un clima de desconfianza hacia su persona. Fue destinado a la 3ª División Orgánica, con centro en Valencia, y, posterior-mente, al frente de Córdoba, sin con-seguir entrar en la ciudad.

El momento decisivo en la vida mi-litar de Miaja llegó en octubre de 1936. El día 22, un decreto lo nombró jefe de la 1ª División Orgánica, sucediendo en el cargo al general Pozas, el cual ob-tuvo el mando, ese mismo día, del Ejér-cito de Operaciones del Centro. El 7 de noviembre, Miaja se convirtió en presidente de la Junta de Defensa de Madrid, recién constituida por el Go-bierno de Largo Caballero.

Es preciso realizar una primera consi-deración: Miaja no desertó en la dramá-tica noche del 6 al 7 de noviembre de 1936, cuando muchos militares aban-donaron su puesto y poblaron las emba-jadas y consulados en demanda de asi-lo. El mérito sustancial de Miaja consis-tió en amalgamar, por primera vez a lo largo de la guerra, a los militares leales a la República, a los partidos políticos, limando las tensiones entre ellos, y a la ciudadanía republicana. A ello se aña-de la creación de un excelente Estado Mayor, a cuyo frente se situó el coman-

dante Vicente Rojo Lluch, capaz de ela-borar un eficaz plan defensivo, en el que todos los recursos se subordinaban a la consecución del éxito militar. Singular transformación que contrastaba con la caótica ambientación miliciana de los primeros días de la guerra.

PODER PERSONAL. En febrero de 1937, el general Miaja consolidó su poder per-sonal a la par que racionalizaba el teatro de operaciones militares del centro de España, hasta entonces aquejado de dis-funciones debidas a la dicotomía tácti-ca y logística que suponía la división, prácticamente en el mismo espacio bé-lico, entre el Cuerpo de Ejército de Ma-drid, al mando de Miaja, y el Ejército del Centro, bajo las órdenes del general Po-zas. Esta unificación resultó esencial para frenar las acometidas rebeldes en el Jarama (febrero de 1937) y Guada-lajara (marzo de 1937).

Fue imposible que el ya creado fenó-meno Miaja no entrara de lleno en la dis-puta por la hegemonía entre las organi-zaciones políticas y sindicales republica-nas. Fue el PCE quien sacó mayor ren-tabilidad política de la situación. Ge-neró un discurso a base de sucesivas sus-tituciones que acabaron mutando el he-cho colectivo de la defensa en una rea-lización del Partido Comunista, prime-ro, para centrarlo después en la figura de Miaja, encarnación personal de una épi-ca colectiva. En suma, los comunistas desarrollaron, a veces con trasfondo me-siánico, el culto a la personalidad del ge-neral Miaja: el general del pueblo,

1937. En el CUARTEL GENERAL DEL EJÉRCITO DEL CENTRO, en la Alameda de Osuna de Madrid, y con el líder laborista británico CLEMENT ATTLEE.

Julio de 1936: “Mi tío (...), ante la situación al principio del verano, que era cada día más tensa, había enviado a su fa-milia a Melilla (...). [Así] estarían ale-jados de Madrid (...) el ojo del huracán, además de que él quedaría con mayor li-bertad de acción para enfrentarse a la situación que todo el mundo veía venir, aunque sin saber cómo ni cuándo ni con qué alcances”. [El día 19 supo que su fa-milia estaba retenida en la ciudad del nor-te de África], pág. 49. Marzo de 1939: “Sólo tres personas estuvimos permanentemente al lado del general Miaja (...) hasta el final de la gue-rra: sus ayudantes de campo, el teniente coronel Pérez Martínez y el mayor Pá-ramo Roldán y yo [encargado de la logís-tica de la salida de España], pág. 75. Concluida la guerra, Miaja se entrevis-tó en París con Negrín, que pagó a toda la familia el viaje a Cuba. En una entre-vista posterior, Negrín exculpó a Miaja de participar en la conjura, pág. 77.

CITA CON NEGRÍN

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LA AVENTURA DE LA

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que por su origen humilde entien-de, comparte y defiende la causa po-pular e ingresa en el partido frente al fas-cismo de los poderosos. Un lenguaje simple pero eficiente, a cuya expansión colaboró el general y su Estado Mayor, a excepción de Vicente Rojo. Miaja in-gresó en el PCE no por convicción ideo-lógica, sino más bien por la intuición de que el discurso comunista del orden y la disciplina era el más adecuado. El partido utilizó la figura de Miaja en su enfrentamiento con Largo Caballero, donde también subyacía el secular sen-timiento de rechazo al poder civil ge-neralizado entre los militares profesio-nales. La oposición de Miaja a la pues-ta en práctica del Plan P de ofensiva en Extremadura es una de las variables ex-plicativas de la caída del Gobierno de Largo Caballero, en mayo de 1937.

DISTINCIÓN PLEBISCITARIA. El 12 de ju-nio de aquel mismo año, el Gobierno re-cién constituido bajo la presidencia de Juan Negrín otorgó al general Mia-ja la Placa Laureada de Madrid. En el preámbulo del decreto se hablaba de “distinción plebiscitaria”, dado que Miaja “era el símbolo de Madrid. Per-sonifica la heroica defensa de la Villa”.

Este culto a la personalidad generó en Miaja un sentido patrimonialista del ejército que mandaba. El Ejército del Centro devino su propiedad pri-vada. Después de la batalla de Brune-te, en el verano de 1937, este ejército permaneció prácticamente inactivo has-ta el final de la guerra, al tiempo que en su Estado Mayor se agolpaban jefes y oficiales de dudosa lealtad republica-na, cuando no quintacolumnistas y es-pías de Franco, partidarios de la pasivi-dad. Las tensiones entre Vicente Rojo, como jefe del Estado Mayor Central, y el cuartel general de Miaja fueron cons-tantes en este sentido. A partir de abril de 1938, el coronel Casado, nuevo jefe del Ejército del Centro, mantuvo la mis-ma política de inactividad, en una es-pecie de desafección encubierta.

Con la llegada de los franquistas al Mediterráneo en abril de 1938, la Repú-blica quedó rota en dos territorios. En la que se denominó Zona Centro-Sur, el general Miaja obtuvo el mando supre-mo del Grupo de Ejércitos, compues-to por los ejércitos del Centro, Levan-te, Extremadura y Andalucía.

“El Campesino, hombre tosco y rudo, hacía alarde de estas características de su personalidad, que le habían creado una aureola muy es-pecial en la guerra. Más que un jefe militar (...) era un guerrillero (...). Su fama de cruel y desalmado lo habían hecho un hombre temible, que no reparaba en medios para mantener la disciplina entre la gente bajo su man-do. (...) Cuando terminó la batalla de Teruel [lo] encon-tré en Madrid, le pregunté por su ayudante y, con una indiferencia no exenta de

cierto desprecio, me dijo que no era un hombre fuerte y no había logrado cruzar el río a nado” [Su ayudante, Mo-desto, había tenido una aca-lorada discusión con El Campesino en los días pre-vios], págs. 52-53. “En los primeros días de febrero de 1939 me visitó en Valencia José Antonio Uribes (...), del Comité Polí-tico del Partido Comunista (...). Quería sondearme acer-ca de si yo estaba enterado [de si se fraguaba un golpe para destituir a Negrín]. (...) Pocos días antes (...) había

comido con nosotros (...) en Valencia [10 ó 12 personas, entre ellas, además de Mia-ja, los generales Matallana y Leopoldo Menéndez] el co-ronel Casado. Se puso de manifiesto durante la comi-da el profundo descontento de Casado con Negrín, con-tra el que se desató en im-properios mientras tomaba leche y nada más (...). Ob-viamente (...) no externó nin-guna intención de dar un golpe contra el gobierno (...). Sin embargo (...) parece ló-gico pensar que en esa épo-ca ya [lo] estaba planeando y, quizás [organizando]”, págs. 62-63.

PLANES DE GOLPE

CARTEL REPUBLICANO ALUSIVO A LA DEFENSA DE MADRID, en noviembre de 1938.

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DEFENSA Y CAÍDA DE MADRID.

21

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

SOBRINO DE JOSÉ MIAJA Y PARTICIPANTE ÉL MISMO EN LA GUERRA CIVIL, VIVIÓ JUNTO AL GENERAL LAS ÚLTIMAS SEMANAS DEL CONFLICTO. POSEEDOR DE DOCUMENTOS INÉDITOS, RELATA A

ÁNGEL VIVAS CÓMO FUERON AQUELLOS DÍAS, MARCADOS POR EL GOLPE DEL CORONEL CASADO

RODRÍGUEZ MIAJA: “CASADO QUERÍA QUEDAR COMO UN HÉROE SALVANDO A ESPAÑA”

ENTREVISTA

PREGUNTA. En su libro sostie-ne que el general Miaja no par-ticipó en la preparación u organi-zación del golpe de Casado. RESPUESTA. Así es. De que no participó tengo la certeza por-que ya nos habíamos ido a la cama cuando llegó un oficial para darnos la noticia. Es absurdo que él estuviera en Valencia si fuera a ser el presidente del Consejo de Defensa. Casado miente intencio-nadamente porque no se podía imaginar que alguien tuviera los teletipos que se intercambiaron esos días y que yo conservé. P. Pero Miaja aceptó después el cargo y jugó un papel que podemos definir como de intermediario. R. Sí. Ya no había autoridad. Ne-grín quiso pactar con Casado y este se negó. Casado era un hom-bre muy ambicioso y ególatra que quería pasar a la historia. Lo con-siguió, pero no como él quería P. ¿Se sentían los rusos en aquel momento más seguros en Espa-ña que en Moscú? R. En España estaban expues-tos a otra clase de peligro, pero la atmósfera, la situación política… No eran unas vacaciones, pero el peligro de resultar afectado por el terror era mayor en la URSS que en España. P. ¿Dónde acaba la solidaridad antifascista de la URSS y dón-de empieza el provecho propio? R. Digamos que todo fue provecho propio, pero ese provecho propio va unido de manera muy fuerte a la causa de la República. Los in-tereses son congruentes. P. Casado, por supuesto, se equivocó con respecto a las intenciones de Franco. R. Creo que Casado no era un fascista como muchos de los que sirvieron en nuestro bando. Lo que pasó, y de esto me di cuen-ta después, es que Casado y otros militares pensaron que, por razo-

nes de amistad o de otro tipo, Franco les iba a perdonar y a mantener el grado, idea en la que nunca estuvo Miaja. Pero se lle-varon la sorpresa terrible de que Franco fue inmisericorde. Y, des-de luego, Casado pensó que que-daría como un héroe salvando a España. P. Y terminó quedando, dice usted en el libro, como el chivo expiatorio, liberando a Negrín del problema de cerrar la gue-rra.

R. Negrín fue un hombre de mag-níficas intenciones, y decidido a resistir. Pero no era tonto y se dio cuenta, como el 99 por cien-to de los españoles, de que la guerra la teníamos perdida des-de la caída de Cataluña. Busca-ba una salida que ya no era po-sible, sobre todo desde que Fran-cia e Inglaterra estaban deci-didas a reconocer a Franco. De modo que Casado, sin querer, sal-vó a Negrín de esa responsabili-dad. Esta es mi opinión personal.

P. Aparte de otros aspectos, hay un elemento terrible en el golpe de Casado, que fue dejar en la cárcel a un grupo de comunistas que luego fusiló Franco. R. Eso fue una cosa… Como el que apoyó militarmente a Casa-do fue el anarquista Cipriano Mera, un hombre muy inteligen-te que supo ver la necesidad de la disciplina en el ejército por en-cima de sus ideas ácratas, se de-jaron llevar de su pasión anti-comunista, tanto Casado como los anarquistas. Fue un final ver-gonzoso. P. Otras cosas que han llegado a decirse de Miaja y que usted desmiente en el libro es que hubiera pertenecido a la UME, la organización derechista, incluso que hubiera podido apoyar la sublevación del 18 de julio, esto lo dice Ricardo de la Cierva en algún momento. R. Eso piensa La Cierva, las co-sas de La Cierva… Si Miaja y Rojo, al que también incluye Ri-cardo de la Cierva, hubieran querido, entregan Madrid y pun-to. ¿Qué les hubiera costado a los dos dejar pasar a los fran-quistas? Y si Miaja hubiera per-tenecido a la UME, los franquis-tas hubieran sido los primeros en decirlo para desprestigiarlo. Tampoco era masón, que no me parece ni bueno ni malo, pero sencillamente no lo era. Al gene-ral Miaja le oí decir muchas ve-ces, antes de febrero del 36, que si ganaban las derechas, él se retiraba del ejército. El gobierno del Frente Popular lo trae a Madrid nada más ganar las elecciones, y a su familia la encarcelan en Melilla nada más producirse le sublevación de ju-lio. Todo esto son indicios cla-rísimos.

FERNANDO RODRÍGUEZ MIAJA antes de la entrevista que mantuvo con La Aventura de la Historia. Foto: Sergio González.

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

El último episodio de la trayec-toria de Miaja durante la Guerra Civil forma parte del dramático relato liqui-dador de la España republicana, en el primer trimestre de 1939. El 5 de mar-zo, el coronel Segismundo Casado lide-ró una sublevación contra el Gobierno presidido por el doctor Juan Negrín. En-tre el 5 y el 12 de marzo las calles de Ma-drid fueron escenario de la confronta-ción, en el seno del Ejército del Centro, entre las unidades con mandos comu-nistas y las fuerzas de obediencia casa-dista. La victoria de los sublevados sus-tituyó la política de resistencia a ultran-za de Negrín por la rendición incondi-cional, tamizada por el discurso fran-quista de la clemencia para quienes no tuvieran las manos manchadas de san-gre, clemencia nunca ejercida después del 1 de abril de 1939.

En la conspiración casadista confluye-ron una variada gama de factores que, entendidos en el largo lapso de tiem-po, desvelaban las contrapuestas con-cepciones, dentro del mundo republica-

no, sobre la naturaleza y objetivos de la guerra. A medio y corto plazo, la conju-ra ponía de manifiesto la ruptura de la

moral de retaguardia, la secuela de de-rrotas continuadas, la práctica impo-sibilidad de la provisión de recursos bé-licos, la quiebra de la ilusión pacifista ba-sada en los acuerdos de Múnich de sep-tiembre de 1938, el incremento de las tensiones en la Europa central y, como consecuencia de esto último, la urgen-cia de Franco por terminar la guerra y el temor a una resistencia numantina que alterase el mito en construcción del caudillo invicto. Todo ello diseñó una es-tructura conspirativa en la que las va-riables explicativas procedentes del in-terior republicano fueron hábilmente gestionadas por el espionaje franquista y la quinta columna al servicio de los futuros vencedores de la guerra.

PAPEL CONFUSO. ¿Cuál fue el papel de-sarrollado por Miaja en este intrincado panorama? Aunque la bauticemos como casadista, la conspiración contra Negrín tuvo dos focos principales de produc-ción y difusión: el coronel Casado con su entorno del Ejército del Centro, y

5 de marzo de 1939: “El general Mia-ja, ignorante de lo que ocurría, llamó inme-diatamente a Casado, que había instala-do sus oficinas en los sótanos del Minis-terio de Hacienda. (...) Casado puso a Mia-ja al corriente de la situación y le ofreció la presidencia del Consejo que se acababa de formar (...). Puedo afirmar, sin ninguna duda, que Miaja no tuvo participación al-guna en la preparación del golpe de Ca-sado”, págs 69-70. “El viaje de Valencia a Alicante fue dan-tesco. La carretera estaba abarrotada de coches llenos de gente que trataba de huir hacia el sur, sin saber exactamente hacia dónde (...). La mayor parte de las gaso-lineras ya habían agotado combustible. (...) Muchos vehículos en la carretera, descom-puestos o sin gasolina, hacían más compli-cado aquel infierno de camino”, pág. 87. “Los Miaja llegaron a principios de abril a Orán con 10.000 pesetas cambiadas a última hora”, pág. 100.

HUIDA A ALICANTE

Valentín González, el Campesino, junto al general Miaja en

un acto político celebrado en el

CAMPO DE FÚTBOL DE CHAMARTÍN,

Madrid, en 1937.

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DEFENSA Y CAÍDA DE MADRID.

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

el Estado Mayor del Grupo de Ejér-citos de la Zona Centro-Sur; es decir, el cuartel general de Miaja o, en otras pa-labras, el conjunto de jefes y oficiales que el general había ido seleccionando desde principios de 1937 para compo-ner su Estado Mayor en el Ejército del Centro hasta abril de 1938, y del Grupo de Ejércitos a partir de esta fecha. En enero y febrero de 1939, Franco se plan-teó a cuál de estos dos conjuntos apoyar de forma prioritaria. Las ventajas opera-tivas de Casado resultaban evidentes, porque el Ejército del Centro componía la unidad militar más poderosa de la Re-pública. Por el contrario, el Grupo de Ejércitos no disponía de tropas propias, salvo algunas unidades de reserva, lo que limitaba su capacidad de acción. Así, Franco se decantó por la seguridad que le proporcionaba Casado, y con él empezó a negociar, sin que ello implica-ra marginar a los hombres de Miaja.

El general Miaja estuvo en todo mo-mento al tanto de la conspiración, pero sin tomar iniciativa alguna. No quiso comprometerse directamente en la conspiración, y en esta etapa final de la guerra sus vacilaciones fueron cons-tantes. El veterano símbolo de la defen-

sa de Madrid acabó por perder la pers-pectiva global de la guerra. Ya no era el hombre de 1936. Su horizonte men-tal había quedado limitado al reduci-do círculo de su Estado Mayor, en el que regían relaciones de tipo cortesa-no, con centro en su persona.

SUPERVIVENCIA. Desde abril de 1938, Miaja había perdido el mando directo de las tropas y, en enero de 1939, su teó-rico ascenso a jefe supremo de las fuer-zas republicanas en la Zona Centro-Sur estaba vacío de contenido, porque el po-der militar real recaía sobre los jefes de los distintos ejércitos. Colmó su vanidad, y poco más. Enviaba mensajes contradic-torios a los grupos que se acercaban a él, como si tratara de componer un dis-curso de supervivencia, siempre celoso por mantener el capital simbólico adqui-rido dos años antes. Miaja comenzó a ser un hombre del pasado que provocaba re-

celos por sus cambiantes opiniones. Al-ternaba enfoques favorables a la polí-tica de resistencia de Negrín con ac-titudes opuestas. En enero de 1939, Miaja no poseía las condiciones psico-lógicas, logísticas ni ambientales adecua-

das para liderar un golpe de Estado con-tra el Gobierno de Negrín. Lo eviden-te es que el servicio de información fran-quista desechó aproximarse a él para intensificar la estrategia de descompo-sición de la zona republicana. En Burgos consideraban que era demasiado sensi-ble a la influencia comunista. El mun-do anarquista le valoraba en la misma línea. Los comunistas, en cambio, des-confiaban de él y denunciaban a quienes le rodeaban en su Estado Mayor. En fe-brero de 1939, Miaja dio su conformidad al golpe de Casado, y pocos días después, en la célebre reunión de Los Llanos entre Negrín y la cúpula militar, fue el único jefe que secundó el discurso del presidente del Gobierno. Finalmente ocupó la presidencia nominal del Con-sejo Nacional de Defensa, cuyo poder real residía en el coronel Casado y el sim-bólico, en el veterano socialista Julián Besteiro. Durante la semana de la pe-

queña guerra civil abandonó los riesgos de Madrid, con el pretexto de una po-sible acción mediadora en Tarancón para frenar el conflicto.

Miaja marchó al exilio el 29 de marzo de 1939 en el avión tripulado por su fiel

piloto José Corro-chano. Primero reca-ló en tierras argeli-nas, para inmediata-mente trasladarse a México. Allí formó

parte de la élite del exilio. Protegido por el general Lázaro Cárdenas, el gran amigo de los republicanos españoles, se vio colmado de honores y favores que re-producían continuamente su papel de símbolo en la defensa de Madrid con-tra el fascismo. Murió en la ciudad de México el 14 de enero de 1958.

Á. BAHAMONDE, Madrid, 1939. La conjura del coronel Casado, Cátedra, Madrid, 2014.

Á. BAHAMONDE y J. CERVERA GIL, Así terminó la guerra de España, Madrid, Marcial Pons, 2000. J. GARCÍA HERNÁNDEZ (coord.), 25 militares de la República, Madrid, Mto. de Defensa, 2011. Á. LÓPEZ FERNÁNDEZ, General Miaja, defensor de Madrid, Madrid, G. del Toro Editor, 1975. R. MIRALLES, Juan Negrín. La República en guerra, Temas de Hoy, Madrid, 2003. L. SOMOZA SILVA, El general Miaja. Biografía de un héroe, México, Ediciones Turis, 1944. Á. VIÑAS, La República en guerra, Barcelona, Crítica, 2012.

EN ENERO DE 1939, MIAJA NO POSEÍA LAS CONDICIONES PSICOLÓGICAS, LOGÍSTICAS NI AMBIENTALES ADECUADAS PARA LIDERAR UN GOLPE CONTRA EL GOBIERNO DE NEGRÍN

Miaja, en el centro, participa en un acto de EXILIADOS EN MÉXICO. A su derecha, el líder anarquista Juan López Sánchez (hacia 1957). López regresó a España en los años 60.

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

FIN DE LA I I GUERRA MUNDIAL

¿QUÉ HACER CON EUROPA? Y, SOBRE TODO, ¿QUÉ HACER CON ALEMANIA TRAS EL FIN

DE LA GUERRA? ÁLVARO LOZANO EXPLICA LOS PLANES DE LOS VENCEDORES

EL GRAN DESENCUENTRO

CONFERENCIA DE POTSDAM

Berlín

ALEMANIA

POLONIAHOL

BEL

AUSTRIA

SUIZA

REP. CHECA

FRANCIA

DINAMARCA

Mardel Norte

MarBáltico

200 km

Potsdam

LAS CLAVES

TERCERA CITA. Tras la de Tehe-

rán (1943) y Yalta (1945).

DÓNDE. En el palacio de Ceci-

lienhof, antigua residencia del

príncipe heredero alemán, a 25

kilómetros de Berlín.

CUÁNDO. Del 17 de julio al 2 de

agosto de 1945.

QUIÉN. Los Tres Grandes, los lí -

deres de la URSS, Estados Uni-

dos y Reino Unido. Entretanto,

Churchill perdió las elecciones

y fue sustituido por Attlee.

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

N EL PALACIO NEOTU-

DOR DE CECILIENHOF,

antigua residencia del príncipe heredero ale-mán ubicado en la lo-calidad de Potsdam a

25 kilómetros de Berlín, se celebró la tercera y última gran conferencia, que mantuvieron los jefes de gobierno del denominado grupo de los Tres Grandes –la URSS, EE UU y Reino Unido– para reorganizar el mundo tras la II Guerra

Mundial. Stalin odiaba volar y tan solo lo había hecho para asistir en 1943 a la Conferencia de Teherán. Su paranoia le hizo exigir que se celebrase en la zona controlada por los soviéticos a la que po-día llegar en tren. La conferencia, bau-tizada con el premonitorio nombre de Terminal, tuvo lugar del 17 de julio al 2 de agosto de 1945. Europa era, como afirmó Winston Churchill, “un mon-tón de escombros, un osario, un semille-ro de pestilencia y odio”.

Tras la reunión de Teherán, los Tres Grandes se volvieron a reunir en fe-brero de 1945 en Yalta (Crimea), para sentar las bases de Europa tras el con-flicto mundial. El encuentro transcurrió en una cordialidad oficial que enmasca-raba las sospechas mutuas. Ambas par-tes se encontraban separadas por la des-confianza tal y como lo habían estado desde la Revolución bolchevique de 1917 y los compromisos alcanzados fueron temporales. Se llegó al acuerdo de dividir a Alemania en cuatro zonas administradas por EE UU, la URSS, Francia y Gran Bretaña –ver La Aven-tura de la Historia, núm. 195– pero no se alcanzó ningún arreglo definitivo sobre su sistema de gobierno, ni sobre las re-paraciones que debían exigir a Alema-nia. Uno de los puntos más discutidos fue Polonia, sobre la que se acordó que su frontera sería desplazada hacia el oeste, aunque se postergó a Potsdam la decisión definitiva. Las desavenen-cias sobre el futuro político de Polonia y de Europa del este debilitaron los acuerdos alcanzados en Yalta y aumen-taron las sospechas entre la URSS y las potencias occidentales. Se aprobó también la denominada Declaración so-bre la Europa liberada, en la que los Tres Grandes se comprometían a que la reconstrucción europea se realizara me-diante gobiernos democráticos amplia-mente representativos.

Antes de iniciarse la conferencia de Potsdam, Harry Truman sustituyó al presidente Franklin D. Roosevelt, que había fallecido el 12 de abril. Aunque solo era dos años más joven, Truman proyectaba una imagen de juventud y vitalidad. Era consciente de que de-bía reemplazar a alguien a quien consi-deraba “imposible de sustituir”.

“¿Quién demonios es Truman?”, ha-bía preguntado Roosevelt cuando se enteró en 1944 de que había sido pro-puesto para ser vicepresidente. Duran-te su mandato, Roosevelt lo mantuvo apartado de las principales cuestio-nes de la política bélica y le pidió que limitara las comunicaciones entre ellos a las “estrictamente urgentes”, dejan-do claro que no tenía intención de pre-pararle para tomar las riendas del go-bierno. Ni siquiera se le informó del proyecto de la bomba atómica.

EL AISLAMIENTO DE TRUMAN. A la vis-ta del deterioro de la salud de Roose-velt, el aislamiento del vicepresiden-te resulta sorprendente. Truman no ha-bía salido de EE UU desde su regreso del campo de batalla en Francia en 1919 y no había tenido que reflexio-nar sobre los imperativos de la posgue-rra. No comprendía la doble política de Roosevelt que combinaba la retórica pública sobre los principios que debían regir el mundo, con su discurso priva-do con Stalin en el que reconocía las preocupaciones de seguridad soviéti-cas. La lamentable ausencia de las mi-nutas oficiales de Teherán y Yalta hizo que Truman dependiera de los recuer-dos contradictorios de los asesores del expresidente. Deseaba continuar la po-lítica de Roosevelt pero esta no esta-ba clara: ¿se había reconocido en Yalta una esfera de influencia soviética en Europa del este? ¿Se había acordado que la democracia y la soberanía serían los principios rectores de los gobiernos de la Europa de posguerra? No obstan-te, Truman llegó a Potsdam con un nuevo Secretario de Estado, James Byr-nes que no era un neófito en temas internacionales.

En su primer encuentro con el minis-tro de Exteriores soviético, Vyacheslav Molotov, en abril de 1945, Truman de-fendió que en el futuro los soviéticos tendrían que mantener sus acuerdos. Las relaciones no podían ser “unila-terales”. Molotov respondió: “Nunca me habían hablado así en toda mi vida”, a lo que Truman replicó: “Cumplan sus compromisos y no habrá necesidad de hablarles así”. Churchill, anticipando su célebre discurso en Fulton,

E

ÁLVARO LOZANO. HISTORIADOR, AUTOR DE STALIN, EL TIRANO ROJO (2012) .

Sentados, de izquierda a derecha, los

líderes de Gran Bretaña, ATTLEE; Estados Unidos,

TRUMAN, y la URSS, STALIN, en la Conferencia de Potsdam, 1945.

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

FIN DE LA I I GUERRA MUNDIAL

había escrito a Truman: “Ha caído un telón de acero tras el frente. No sabe-mos qué se esconde detrás”. Truman pronto adoptó una aproximación rea-lista a las relaciones internacionales y de-fendió la idea de que la URSS necesi-taba más a EE UU que viceversa. No esperaba conseguir todo lo que desea-ba pero consideraba que en “asuntos relevantes” debían “ser capaces de obte-ner el 85 por ciento”. Necesitaba tener a Stalin de su lado para derrotar a Japón y hacer realidad el sueño de Roosevelt de una paz permanente basada en la alian-za forjada durante la guerra. Creía que contaba con el apoyo del pueblo ruso: “Llevémonos bien”, apuntó en su diario.

Al principio, Stalin consideró que Truman era “vulgar” y que “no estaba preparado ni era listo”, pero pensó que conocerle personalmente podía ayudar a limar asperezas. Ante la insistencia so-viética se decidió convocar la cumbre en Berlín, lo que subrayaría la derrota alemana y destacaría el esfuerzo de guerra soviético. No habría posibili-dad de que los líderes alemanes le dije-ran a sus soldados que “volvían invictos del campo de batalla”, como había su-cedido tras la Gran Guerra y que ha-bía dado lugar a la funesta leyenda de la “puñalada en la espalda” que esgrimió Hitler durante el ascenso del partido nazi en el periodo de entreguerras.

CONFLICTO IMPOSIBLE. En Potsdam, los participantes eran al tiempo amigos y enemigos, ya que una unión en tiem-pos de paz requería de la buena volun-tad de los principales líderes, algo que evidentemente no existía. Las agen-cias de seguridad soviéticas describían ya a EE UU en sus informes como el “principal adversario”. Sin embargo, Sta-lin era consciente de que la enorme des-trucción de su país hacía imposible que librase una guerra en al menos veinte años –según las proyecciones que mane-jaba junto a Molotov– y era ese periodo de paz el que deseaba obtener en Pots-dam. Stalin era el más veterano de los tres líderes y realizó una preparación concienzuda para la conferencia solici-tando incluso perfiles psicológicos de los otros líderes. Durante la conferencia apenas cometió errores, respondiendo con frases breves y sin revelar nunca más de lo que debía. Molotov lo hizo de for-ma vaga. En las discusiones, este jugó

EE

UU

UR

SS

GR

AN

BR

ET

A

AMIGOS Y ENEMIGOS A LA VEZ

Truman no había salido de EE UU desde 1919 y Roosevelt le había

mantenido apartado de los principales asuntos de la política bélica. En Potsdam trató de agradar a Stalin y llegó incluso a negarse a hablar con Churchill de temas importantes si el líder soviético no estaba presente. En la cena del tercer día, insistió en que sonara música de Chopin porque le agradaba a Stalin a pesar de que a Churchill le disgustara. No obstante, deseaba seguir la política de Roosevelt y llegó acompañado de James Byrnes, su secretario de Estado, que era experto en temas internacionales.

Stalin desdeñaba a Truman, pero pensó que conocerle personalmente ayudaría a

gestionar mejor la posguerra. Era el más veterano de los tres líderes y siempre se mostró cauto, reservado y parco en sus palabras. Se reservó para sí un papel de “blando” dejando que fuera su titular de Exteriores, Molotov, quien representara el rol de “duro”. Ambos creían que la devastación que había sufrido la Unión Soviética durante el conflicto la incapacitaba para participar en otra guerra en al menos las dos décadas siguientes y acudieron a la conferencia de Potsdam tratando de ganar ese tiempo.

Attlee sustituyó a Churchill al ganar las elecciones generales mientras se

desarrollaba la conferencia. Churchill le despreciaba y lo había calificado de “cordero con piel de cordero”. El nuevo premier británico tenía menos experiencia internacional, pues había hecho su carrera política como defensor de los trabajadores, y pidió a Churchili que se quedara con él en Potsdam, a lo que el conservador se negó. A Stalin tampoco le gustaba su nuevo interlocutor y despreciaba a los laboristas. No obstante, Attlee, que se llevó a su nuevo titular de Exteriores, Ernest Bevin, no introdujo ningún cambio en la política exterior que había seguido su antecesor.

LOS TRES GRANDES, Y SUS TITULARES DE EXTERIORES, TENÍAN

PERSONALIDADES E INTERESES POLÍTICOS MUY DISTINTOS

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

El jefe del Estado Mayor alemán, general Krebs, se presentó con bandera blanca a las 4 de la madrugada del 1 de mayo, doce horas después del suicidio de Hitler. Llevaba una carta de Goebbels y Bormann pidiendo alto el fuego que informaba: “El 30 de abril a las 15.50 hora de Berlín, el Führer ha puesto fin a sus días”. Stalin fue informado inmedia-tamente. El líder soviético era un paranoico, pero esta vez era ra-zonable que se mostrase escép-tico y exigiera el cadáver de Hitler. Veinticuatro horas des-pués, los rusos se apoderaron de la cancillería y encontraron los cadáveres del matrimonio Goebbels y sus seis niños. Pero de Hitler, nada... Bajo absoluto secreto, la búsque-da se encomendó a tres agen-tes del SMERSH (espionaje mi-litar): el coronel Gorbushin, el mayor Bystrov y la teniente Rzhevsa kaya, aunque fue un sol-dado raso, Iván Churakov, quien el 4 de mayo encontró casual-mente el cadáver del Führer. Sin embargo, el Ejército Rojo ya te-nía “un cadáver de Hitler” y lo había mostrado a la prensa. Era

un sosias, pero en el estalinismo nadie se pasaba de listo y el jefe de Churakov decidió no hacer ni decir nada. El coronel Gorbushin se enteró y recuperó los cuerpos carboni-zados de un hombre, una mujer y, pista importante, dos perros. En secreto los llevó a una impro-

visada morgue en Berlin-Buch, donde un forense del SMERSH encontró veneno, aunque la úni-ca forma segura de establecer la identidad era a través de la dentadura. Gorbushin confió las mandíbulas en una caja a la te-niente Rzhevsakaya, que habla-ba alemán y había establecido

días antes que Hitler estaba en la cancillería tras interrogar a un niño soldado que lo había visto. Convertida en escritora de éxi-to, en 1960 sería autorizada a publicar su experiencia. Localizaron al doctor Aikhen, oto-rrino del Führer, que los enca-minó a la consulta del profesor Blachk, un dentista de lujo de Kurfürstendamm. No encontra-ron radiografías, pero la ayudan-te de Blachk, Käthe Khoizerman, que conocía de memoria la den-tadura de Hitler, pintó un croquis. Coincidía con la que llevaban. ¡Tenían el cadáver de Hitler! Pero Stalin ordenó silencio. La prensa soviética inició una cam-paña de desinformación –Hitler había escapado a España o Argen-tina–, y se montó una falsa opera-ción de caza y captura del Führer. Quien lo encontrase sería Héroe de la Unión Soviética, lo que pro-vocaría un colofón sangriento. Eu-geni Khaldei, el famoso fotógra-fo de la toma del Reichstag, con-taba: “Los alemanes eran ton-tos, aun después de la derrota conservaban bigote y peinado a lo Führer. Cada día deteníamos y fu-silábamos a unos 12 o 15 fal-sos Hitler”. LURRRES

EN BUSCA DEL CADÁVER DE HITLER

el papel de duro dejando a Stalin el rol del moderado que reprendía a su minis-tro. Ambos formaban un dúo formidable. Stalin ni siquiera comentó que sus tro-pas habían identificado el cadáver de Hitler para jugar con el temor de que la amenaza alemana seguía siendo real y exigir así fuertes medidas punitivas. Para contrarrestar las pér-didas de la guerra Stalin podía presen-tar la enorme expan-sión de la influencia soviética. A través de la red de espionaje conocida como los Cinco de Cambridge estaba al tanto de las crecientes de-savenencias entre los occidentales en te-mas coloniales y financieros.

DEBILIDAD BRITÁNICA. Gran Bretaña emergía de la guerra débil y, lo que era más preocupante para sus líderes, más dependiente de su aliado norteameri-

cano. Churchill, muy afligido por la muerte de Roosevelt, intentó forjar en Potsdam una amistad con el nuevo presidente norteamericano. Sus inten-tos de aparecer unido a Truman bordea-ron lo patético cuando insistió en sen-tarse a la derecha de Truman para la fo-tografía oficial en vez de en el centro

como sugería el fotógrafo, y comenzó a mover su silla para acercarse a la del presidente norteamericano, mientras este la desplazaba hacia la de Stalin que se reía de todo aquello.

En otro detalle ilustrativo, durante la cena del tercer día, Truman insistió en que sonara música de Chopin, que sabía que le gustaba a Stalin pero que

desagradaba a Churchill. Tanto Truman como Stalin se mostraron aburridos por los largos discursos del inglés. Según es-cribió su ministro de Exteriores, Antho-ny Eden, “Churchill estuvo mal. No se había leído ningún informe y se mos-traba confuso y con verborrea”. Fraca-só en cimentar una relación especial con

EE UU y Truman se negó a discutir cues-tiones relevantes con él a menos que Stalin estuviera presente para no ofrecer la imagen de que Occi-

dente se enfrentaba a la URSS. Durante la conferencia, por sorpresa,

Churchill y Eden fueron derrotados en las elecciones y sustituidos por el líder británico laborista, Clement Attlee y Er-nest Bevin. “Un [solo] partido es mejor” le dijo cínicamente Stalin a Churchill. Este despreciaba a Attlee, al que descri-bía como “un cordero en piel de

“CHURCHILL ESTUVO MAL”, ESCRIBIÓ EDEN. “NO SE HABÍA LEÍDO NINGÚN INFORME Y SE

MOSTRABA CONFUSO Y CON VERBORREA”. TANTO TRUMAN COMO STALIN SE ABURRÍAN

Croquis con la DENTADURA DE HITLER, la teniente RZHEVSAKAYA y un fragmento del CRÁNEO DEL FÜHRER.

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LA AVENTURA DE LA

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FIN DE LA I I GUERRA MUNDIAL

cordero”. Había llegado a decir que durante la guerra había tenido dos enemigos: “Hitler y Attlee”. Sin embar-go, dado que pensaba vencer en los comicios, no tuvo re-paros en que Attlee le acom-pañara a Potsdam.

Attlee tenía menos expe-riencia en asuntos internacio-nales que su ilustre prede-cesor habiendo destacado como defensor de las clases trabajadoras y, tras las eleccio-nes, pidió infructuosamente a Churchill que regresara a Potsdam. Attlee eligió a Er-nest Bevin para dirigir el Fo-reign Office, por lo que am-bas delegaciones occidenta-les experimentaron cambios completos en sus equipos de política exterior para una con-ferencia vital. Attlee era nue-ve años más joven que Churchill, pero sin la energía de este y las voces más crí-ticas comenzaron a hablar de “los Dos Grandes y Medio”. Sin embargo, ni Attlee ni Truman introdujeron cambios radicales en la política exterior de sus países y pronto entablaron una relación fluida. A Stalin no le gustaban ni Attlee ni el partido laborista, al que no con-sideraba un “compañero de viaje”.

La conferencia fue larga y compleja. Pese a la victoria sobre Alemania, el am-biente en Potsdam no fue el de los an-teriores encuentros y resultaba eviden-te que la coalición aliada había surgi-do de la desesperación y no de la con-fianza. Para el secretario de Guerra nor-teamericano, Henry Stimson, no exis-tía base alguna para “unas relaciones permanentes” entre “dos sistemas tan fundamentalmente diferentes”. Ya no existía un enemigo común pues téc-nicamente la URSS no estaba todavía en guerra con Japón.

CARTAS GANADORAS. Los norteameri-canos intentaron presionar a los sovié-ticos para que realizasen concesiones jugando dos cartas supuestamente ga-nadoras: su superioridad económica y el monopolio de armas nucleares. Tru-man deseaba destacar la dependencia soviética del poder económico nortea -mericano. Así, las entregas de mate-riales del Programa de Préstamo y

Arriendo, excepto aquellos destina-dos a la guerra contra Japón, fueron interrumpidos. Las protestas de Sta-lin hicieron que se reiniciaran algunos suministros.

Los soviéticos recibían información puntual de sus espías sobre las investi-gaciones nucleares occidentales. Tru-man relató el famoso momento en que comunicó a Stalin la noticia en Potsdam: “Le señalé de pasada que poseíamos una nueva arma cuya potencia de destruc-ción era excepcional, pero no pareció in-teresarse demasiado por la noticia”. El dato no impresionó a Stalin que ya había practicado su reacción: “No movió un solo músculo de la cara”, según el in-térprete. La URSS contaba con millones de soldados en Europa mientras los oc-cidentales se enfrentaban a la presión para desmovilizar a los suyos.

Sin embargo, EE UU podía infligir un daño devastador contra la URSS sin

que esta pudiera responder contra la población norteame-ricana y Byrnes señaló que la bomba haría a Rusia “más ma-nejable en Europa”.

En realidad, la bomba hizo que Stalin se mostrase más in-transigente en su determina-ción de controlar la Europa oriental. Los norteamericanos comprendieron que no servía contar con un arma superior si el otro bando no creía que fue-ra a ser utilizada contra ellos. Después de todo, ¿usaría EE UU la bomba atómica para garantizar elecciones libres en Europa oriental? Resultaba im-posible traducir el poder nu-clear en ventajas tangibles en Europa. Se trataba de la “impo-tencia de la omnipotencia”, en la expresión del historiador Lewis Gaddis.

El diplomático norteamericano Geor-ge Kennan, que conocía a los soviéticos, observó la conferencia con “escepti-cismo y desazón”. El principal tema fue Alemania. Era la segunda vez que los líderes de una coalición tenían que in-tentar solucionar el problema alemán en lo que iba de siglo y sabían lo mal que se había gestionado anteriormente. Los más duros exigían el desmantelamien-to de Alemania y su conversión en un país agrícola, mientras los moderados consideraban que sin una Alemania fuerte el continente no se recuperaría, aunque debían evitar que volviese a amenazar la paz. Sin embargo, las con-diciones no eran las de 1919.

“ODIO A LOS ALEMANES”. Alemania ha-bía sido totalmente derrotada y sus crí-menes habían excedido en mucho los de la Gran Guerra. Bevin confesó: “Inten-to ser justo pero en realidad los odio”. Se acordó establecer una autoridad supre-ma interaliada en la que el poder resi-diría en un Consejo Supremo de Con-trol, formado por los comandantes mi-litares de las cuatro zonas de ocupación. Se definió el llamado Plan de las Cua-tro D: desnazificación, desmilitariza-ción, descartelización y democratiza-ción. Las organizaciones nazis debían ser disueltas, la Administración depurada y los criminales de guerra, castigados en un tribunal. La democratización pa-

TRUMAN COMUNICÓ A STALIN QUE POSEÍA LA

BOMBA ATÓMICA. EL DATO NO IMPRESIONÓ AL SOVIÉTICO, QUE YA HABÍA PRACTICADO SU REACCIÓN: NO MOVIÓ

UN SOLO MÚSCULO

“En las siguientes dos millas usted estará en la ZONA SOVIÉTICA”. Cartel de demarcación en la ciudad de Berlín.

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29

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

saría por la vuelta a la legalidad de los partidos y sindicatos, por elecciones lo-cales y el restablecimiento de las liber-tades. Se trataron las fronteras de la pos-guerra de Polonia, la ocupación de Aus-tria, el lugar político de la URSS en Eu-ropa del este, y en la Declaración de Potsdam se advirtió a Japón que debía rendirse o afrontar una “total destruc-ción”. Los japoneses, que desconocían la existencia de la bomba, la rechazaron.

No hubo acuerdo sobre la frontera ger-mano-polaca, pero la URSS impuso una política de hechos consumados anexio-nando a Polonia importantes territorios germanos, fijando la línea Oder-Neisse como frontera definitiva. Este cambio fue acompañado por la expulsión de diez millones de alemanes de territorios orientales, posibilidad que había avanza-do Churchill en Yalta empujando ce-rillas sobre una mesa. En 1918 se habían movido las fronteras, en 1945 se des-plazó a la gente. Sobre las reparaciones de guerra, se acordó que serían entre-gadas a cada potencia en su área de ocu-pación, aunque a la URSS se le permitió obtener del 10 al 15 por ciento del equi-

pamiento industrial de las zonas occi-dentales a cambio de ciertos productos en su zona de ocupación. Se evitaron te-mas espinosos como el futuro de los ju-díos y no se hizo mención al Holocausto. Los ministros de Exteriores quedaron encargados de preparar un tratado de paz definitivo con Alemania. También se tra-tó la situación de España. Stalin desea-ba la ruptura con el gobierno de Fran-co, pero se llegó al acuerdo que EE UU, la URSS e Inglaterra se opusieran a la en-trada de España en la ONU.

MÁS YALTA. Los tres líderes ya no vol-vieron a verse. Como Yalta, la conferen-cia dejó un legado contradictorio. Los Tres Grandes se mostraron de acuerdo en gobernar Alemania como una unidad, pero insistieron en que cada potencia ocupante mantendría el control sobre su propio territorio. Para los soviéticos, Potsdam fue una continuación de Yal-ta: confirmaba la idea de que Europa del este y Alemania oriental se encontraban bajo su esfera y que su transformación social y política se llevaría a cabo confor-me con los intereses soviéticos.

A partir de Potsdam los analistas nor-teamericanos debatieron qué deseaba realmente Stalin. La respuesta llegó de Kennan en un telegrama enviado en febrero de 1946. El “telegrama largo” se convirtió en la base de la estrategia de EE UU con la URSS. Kennan advertía de que la hostilidad soviética con respec-to al mundo capitalista era inevitable, pues se había producido una fusión de la tradicional inseguridad rusa con el dog-ma marxista-leninista. En vez de com-placer al régimen soviético, era necesa-rio que EE UU se dedicara a contener la expansión soviética hasta conseguir que en la URSS se estableciese una forma de gobierno más moderada. Concluía que la política soviética era una mezcla de celo ideológico comunista y del tradicio-nal expansionismo zarista. La Guerra Fría estaba servida.

ZONASOVIÉTICA

Fronteradel III Reich

en 1937

100 km

ZONABRITÁNICA

Bremen(EE UU)

ZONAAMERICANA

ZONAFRANCESA

Sarre

POLONIA

UNIÓNSOVIÉTICA

DINAMARCA

CHECOSLOVAQUIA

HOLANDA

AUSTRIA

FRANCIA

SUIZA

Berlín

Baden-Baden

Fráncfort

EL REPARTO DE ALEMANIA

Refugiados y desplazados alemanes en un tren que abandona Berlín en 1945.

Foto: Margaret Bourke-White.

Dresde

Potsdam

Hamburgo

Kiel

Praga

Múnich

Berna

Varsovia

Leipzig

Breslau

BadOeynhausen

Konigsberg

Las nuevas fronteras de Polonia, que ganaron terrenoal antiguo Reich, provocaron 10 millones de desplazados alemanes.

Stalin no quiso incluira Francia en el reparto.Se dividió entre la URSS, Gran Bretaña y EE UU.Los dos últimos cedieron una porción de su territorio a Francia.

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Berlín

ADMINISTRACIÓNPOLACA

ADMINISTRACIÓNSOVIÉTICA

ADMINISTRACIÓNPOLACA

Sede del Consejo deControl Aliado

Cuartel general enlas zonas de ocupación

Pérdidas territoriales porel Tratado de Potsdam

Desplazamiento dela frontera de Polonia

Karlshorst

Se decidió crearuna comisión interaliada para la administración de los territorios ocupados, aunque en apenas tres años la colaboración cesó.

Oder

Neisse

Oder

J. LEWIS GADDIS, Nueva historia de la Guerra Fría, Madrid, FCE, 2012. A. LOZANO, Stalin, el Tirano Rojo,

Madrid, Nowtilus, 2012. M. S. NIEBERG, Potsdam: The End of World War II and the Remaking of Europe, Londres, Chartwell Books, 2014.

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30

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

NACIONALISMO EN EL EIRE

LAS CLAVES

DEPORTE. La Gaelic Athletic

Association promovió discipli-

nas “gaélicas” nacidas de la

oposición a todo lo inglés.

RELIGIÓN. La dirección de las

asociaciones se otorgó a sacer-

dotes católicos, que hacían uso

de los clubes para adoctrinar.

Y POLÍTICA. El sistema se

convirtió en un elemento de pre-

sión contra la ocupación británi-

ca y en el canal para demostrar

los deseos de independencia.

El CAPITÁN de un equipo besa el anillo de un

OBISPO antes del comienzo de la final

senior de hurling de 1962.

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31

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

L PODER QUE LA IGLESIA

CATÓLICA fue amasan-do en Irlanda desde el inicio del siglo XIX, gracias a que se con-virtió en el bastión in-

quebrantable de la lucha contra la pre-sencia británica, tuvo su continuidad en el siglo XX con la alianza interesada entre curas y patriotas, entre el nacio-nalismo irlandés y el catolicismo triun-fante. Interesada porque los nacionalis-tas habían desarrollado actitudes cla-ramente anticlericales. Interesada por-que la Iglesia católica había manteni-do posturas ambiguas en relación con la democracia y evidentemente opuestas al liberalismo político y económico. Era el resultado de un largo proceso his-tórico en el cual la Iglesia había jugado el papel de centro y motor de la vida irlandesa y de preservador de la cultu-ra gaélica antes de la independencia.

Tanto para la una como para los otros, el control del proceso de socialización

de las nuevas generaciones de irlande-ses se convirtió en un objetivo irrenun-ciable, clave para su futura continui-dad. De esa alianza iba a surgir a fina-les del siglo XIX uno de los instrumen-tos de socialización con mayor trascen-dencia histórica y sin apenas preceden-tes en la Europa de la época. La Gaelic Athletic Association (GAA), fundada a finales de la centuria, reunía a nivel na-

cional a distintas agrupaciones depor-tivas de índole local y comarcal.

Durante muchas décadas se cons-tituyó en el principal centro de so-cialización en los valores del naciona-lismo étnico y republicano y del ca-tolicismo, amparándose ante las au-toridades británicas en el disfraz de la promoción de actividades deporti-vas entre la juventud, sobre todo, en las zonas rurales. Sus dirigentes, en todo momento, pusieron gran empe-ño en situarla como una simple asocia-ción deportiva, pero la realidad es que sus instalaciones albergaban continua-mente reuniones de patriotas irlande-ses que se amparaban en el rechazo a la práctica de los deportes “ingleses” para reunirse al abrigo de miradas y oí-dos indiscretos, al mismo tiempo que se otorgaba la dirección a nivel local a sacerdotes católicos, que hacían uso de los clubes deportivos para adoc-trinar a los más jóvenes en la fe de su Iglesia, incluso aunque estos fueran protestantes.

En la primera mitad del siglo XIX la única oportunidad de recibir una

E

FRANCISCO JAVIER RUIZ MARTÍNEZ. UNIVERSIDAD CARLOS I I I DE MADRID.

EL NACIONALISMO Y LA IGLESIA IRLANDESA UNIERON SUS FUERZAS A FINALES DEL XIX

PARA IMPULSAR ENTRE LOS JÓVENES DISCIPLINAS DEPORTIVAS DE PRESUNTO ORIGEN

CELTA. FRANCISCO JAVIER RUIZ EXPLICA LA ORGANIZACIÓN DE ESTE EFICAZ

INSTRUMENTO DE SOCIALIZACIÓN, SIN PARANGÓN EN EUROPA, QUE FUE UTILIZADO

POR EL SINN FÉIN COMO ELEMENTO DE PRESIÓN CONTRA LA OCUPACIÓN BRITÁNICA

Sin un pasado reconocidamente nacionalista, MICHAEL CUSACK fundó la

Gaelic Athletic Association sin levantar demasiadas sospechas en Londres.

IRLANDÉS, CATÓLICO Y DEPORTISTA

EN EL NOMBRE DEL

HURLING

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32

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

NACIONALISMO EN EL EIRE

mínima instrucción para la mayo-ría de los católicos la ofrecía la Iglesia ca-tólica, o más exactamente la parroquia de la localidad y el propio párroco.

ADOCTRINAMIENTO. La exclusión de los católicos irlandeses del sistema edu-cativo los volcó hacia el adoctrinamien-to intelectual dentro del mundo cató-lico. En las primeras décadas del si-glo XIX los católicos irlandeses eran ex-cluidos del sistema educativo e incluso multados (con 10 libras, una fortuna de la época) si acudían a las escuelas clan-destinas de la Iglesia católica. Dado que esto acabó por suponer un grave proble-ma de orden público, el gobierno britá-nico se decidió a imponer un sistema educativo de carácter público cuya ges-tión quedaba en manos de la Iglesia ca-tólica que pasaba a convertirse en un in-teresado aliado del Reino Unido. La la-bor de la Iglesia en esa situación fue in-gente y dio como fruto la alfabetización prácticamente de la mayoría de los ir-landeses a principios del siglo XX.

En consecuencia, la gran mayoría de los jóvenes irlandeses se sintió rápida-mente atraída por la práctica de los nue-vos deportes “gaélicos” nacidos de la oposición a todo lo inglés, pero que solo resultaban ser la mezcla de los depor-tes que los británicos (y los irlandeses) seguían practicando en la isla. Desmond O’Malley, exministro de Fianna Fáil y fundador de los Progressive Democrats, contaba que un inglés le inquirió a un ir-landés sobre la naturaleza política de la isla y este último le dijo que “en el nor-te aman a Inglaterra y odian al inglés; en el sur odian a Inglaterra y aman al in-

glés”. En ese sentido, la GAA también ha contribuido a mostrar la cara más con-fusa del nacionalismo irlandés.

La asociación se lanzó a promocionar distintos deportes a los que se les reves-tía con la trascendencia y la leyenda de lo céltico. En realidad, se trataba de re-cuperar tradiciones ligadas al mundo agrícola y a competiciones relacionadas con prácticas vinculadas a ese mundo, aunque acabaron siendo dos deportes de equipo los que consiguieron levan-tar más pasiones y toda una legión de seguidores, el hurling (camogie en su ver-sión jugada por mujeres) y el fútbol gaé-lico. Estos deportes son simples re-medos de la mezcla de los más practi-cados por los ingleses: el hurling es una combinación del hockey sobre hierba y del rugby, y el fútbol gaélico una mez-cla del fútbol y del rugby.

El nuevo movimiento nacionalista surgía como respuesta de esa generación de hombres totalmente radicalizados por los acontecimientos vividos. Flo-rece a mediados del siglo XIX guiado

LA ASOCIACIÓN PROMOCIONÓ

DEPORTES DE ORIGEN PRESUNTAMENTE

CÉLTICO. EN REALIDAD ERAN TRADICIONES LIGADAS AL MUNDO

AGRÍCOLA

La Gran Hambruna (The Great Famine) que sufrió la isla de Ir-landa entre 1846 y 1852, y con menor intensidad hasta 1856, tuvo su origen en la fuerte dismi-nución de las cosechas de pata-tas durante ese periodo de tiem-

po, debido a una plaga de esca-rabajos. Este tubérculo era el principal alimento de los aparce-ros, que era el trabajo de la ma-yoría de los católicos. Estos vie-ron cómo descendía su parte pro-porcional de la cosecha, redu-

ciéndose a unas cantidades con las cuales se les hacía imposi-ble alimentar a sus familias. La situación se reveló dramática cuando mucha población comen-zó a morir de hambre, obligan-do a centenares de miles de irlan-

deses a emigrar, buscando mejor suerte en otros países. A conse-cuencia de la hambruna la isla perdió casi la mitad de sus ha-bitantes, pasando de los ocho mi-llones de 1845 a los cuatro y me-dio de 1856. F. J. R. M.

LA GRAN HAMBRUNA QUE ACABÓ CON LA MITAD DE LA POBLACIÓN

Cartel de un club irlandés animando a los jóvenes a la PRÁCTICA DEL HURLING. THOMAS ASHE, destacado miembro de la GAA, cuya muerte en

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33

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

por los fenianos, sin que la religión cons-tituyese un elemento de caracterización de la ideología nacionalista irlandesa. El IRB (al principio denominado por unos Irish Revolutionary Brotherhood y por otros Irish Republican Brotherhood, con cuyo nombre acabó por ser asociado) se fundó en 1858. Se le bautizó popu-larmente como el movimiento fenia-no, pues sus fundadores utilizaban la re-membranza de los legendarios caballe-ros de una mitológica época precristia-na, los Fennians. La mayoría de sus in-tegrantes procedía de orígenes socia-les pobres y católicos y acababan de con-templar el tremendo impacto que el hambre y la pobreza había causado en-tre sus allegados al principio de esa dé-cada, durante la Gran Hambruna.

ENTUSIASMO. No obstante, los fenianos constituían una auténtica fuerza mo-dernizadora, aunque hubieran surgido en el caldo de cultivo de la reacción contra las consecuencias del cambio so-cial, sin que la religión constituyese un elemento de caracterización de esa ideología nacionalista. El fenómeno del nacionalismo era oportunista intelec-tualmente y, por tanto, revisionista en muchos sentidos. La facilidad para la adaptación y la redefinición ideológi-ca de los acontecimientos históricos ha resultado esencial para la superviven-cia de los nacionalistas en Irlanda.

La Gaelic Athletic Association (GAA) nació en el año 1884 como un movimien-to de defensa de lo irlandés en materia deportiva frente a la invasión de lo inglés, que se extendía por la mayor parte de la cultura irlandesa. El IRB fue pronto consciente de esa misma amenaza de culturización anglosajona y decidió usar el deporte para incentivar el naciona-lismo y canalizar la destreza de sus ha-bitantes hacia la fuerza física.

La organización de la GAA no dis-tinguía entre Estados y tenía una única demarcación territorial que incluía los 32 condados de Irlanda. En la actuali-dad todavía se excusa en el hecho de que su nacimiento y organización insti-tucional eran anteriores a la indepen-dencia y partición de la isla y, por con-siguiente, no existía ninguna razón para adaptarlos a la nueva realidad política.

Las acciones de infiltración en es-tas organizaciones de tipo cultural per-mitieron a los fenianos recuperar cier-ta presencia social tras los fracasos de sublevación de la década anterior y el ascenso de la figura de Parnell, poco partidario de la violencia política. La clave para conseguir sacar adelante la operación sin levantar grandes sospe-chas entre las autoridades británicas consistió en encargar la creación de la GAA a una figura sin un pasado recono-cidamente nacionalista, Michael Cu-sack. Además se buscó el respaldo de la jerarquía católica, encontrándolo en la figura del arzobispo de Cashel, monseñor Croke. El abierto apoyo de la Iglesia católica no escondía el de-seo de la jerarquía por mantenerse cer-ca de un poderoso instrumento de so-cialización, las asociaciones deportivas de toda Irlanda, tan ligadas al manifies-tamente ansiado futuro nacionalista y católico. La reacción de la sociedad irlandesa fue de total entusiasmo

En 1913 los protestantes unionistas de-cidieron organizarse de manera paramilitar en respuesta a la posible aprobación de la Home Rule (Autonomía) para Irlanda y al re-clutamiento de civiles por el Irish Revolu-tionary Brotherhood (IRB) que habían pro-movido los católicos irlandeses a través de la GAA y de la Gaelic League. Ese grupo de unionistas pasó a ser conocido como los Uls-ter Volunteers, una fuerza paramilitar dis-puesta a defender lo británico mediante las armas. Pronto encontraron parangón en los Irish Volunteers, aparecidos como pala-dines de la causa católica en los mismos con-dados del Ulster. Además, la llegada de la Primera Guerra Mundial dejó el IRB bajo el control de un núcleo duro de quizás cinco mil voluntarios, esencialmente separatistas y contrarios a participar en la guerra del lado británico. Estos acabarían convirtiéndose en el IRA. F. J. R. M.

PARAMILITARES BRITÁNICOS E IRLANDESES

1917 sacó a las calles de Dublín a MILES DE MANIFESTANTES. Y bendición del FITZGERALD STADIUM por las autoridades religiosas en 1936.

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34

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

y ya en el periodo que va de su fundación en 1884 a 1990, una media anual de alrededor de 600 clubes toma-ron parte en las competiciones orga-nizadas por la asociación.

TRES REGLAS. La estrategia feniana, ligada a la idea de forzar a la sociedad irlandesa a alinearse con el pensamien-to nacionalista, condujo a la GAA a establecer tres reglas que ponían de manifiesto la inspiración ideológica de la Asociación. Mediante la primera de ellas no se permitía a ningún miem-bro de la policía irlandesa, del Royal Irish Constabulary (RIC), el ingreso en ningún club de la GAA. Esta regla solo se mantuvo hasta el inicio del si-glo XX, cuando las circunstancias po-líticas se habían tornado favorables a la aprobación de una Autonomía (Home Rule) para Irlanda.

La segunda se conoció como la regla del boicot y obligaba a los clubes gaé-licos a no permitir la entrada de na-die que perteneciera a un club some-tido a la disciplina de la Amateur Athle-tic Association inglesa. Esta regla anun-ciaba el enfrentamiento que habría de surgir entre republicanos y unionis-tas en Irlanda del Norte al llegar el mo-mento de la independencia irlande-sa. Por ello, fue abrogada en 1885,

cuando el propio Cusack, fundador de la GAA, entendió que no era nece-sario llevar hasta tal punto el enfren-tamiento.

La tercera se conoció popularmente como la Rule 27 (Regla 27). La GAA mantuvo la prohibición dictada por la Rule 27 hasta su Congreso de Pascua de 1971, celebrado en Belfast. Esa nor-ma prohibía a los miembros de la GAA “jugar, asistir o promover los partidos de rugby, fútbol, jockey o críquet”. El propósito auténtico de los naciona-listas era impedir la utilización de equipamientos e instalaciones desti-nados a la práctica de deportes gaéli-cos en eventos deportivos “ingleses” y así aislar la influencia de lo anglosa-jón del deporte gaélico y con ello de la sociedad y la cultura irlandesas.

80.000 ESPECTADORES. Se incluyeron otras reglas destinadas a evitar la posi-bilidad de que las autoridades británi-cas pudieran incorporarse a la organi-zación o a las actividades de la GAA. De este modo, hasta 2001 pervivió la Regla 21, que impedía pertenecer a la GAA a los miembros de la policía de Irlanda del Norte y del ejército británico.

Asimismo, se mantuvo vigente hasta noviembre de 2006 una norma, la núme-ro 42, que no permitía la práctica de deportes “ingleses” (fútbol, rugby y hoc-key sobre hierba) en los terrenos de su propiedad. Este asunto ha desatado una agria polémica durante los últimos años, pues la remodelación de los principa-les estadios de la GAA, sobre todo el Cro-ke Park de Dublín, con una capacidad para 80.000 espectadores, ha sido su-fragada con fondos públicos y, dado que son los de mayor capacidad de espec-tadores y los más modernos, el gobier-no aspiraba a que las selecciones irlan-

Una diminuta ración de patatas fri-tas envuelta en un periódico, devo-rada con ansia en un hogar pau-pérrimo. Lo más visceral no es el de-sasosiego, el hambre, es el niño que espera escondido a que termine, para lanzarse después a lamer con mayor desesperación el papel vacío: los últimos restos de grasa para en-gañar al estómago mezclados con la tinta de ese periódico que no es de ayer y no envuelve pescado. El

cineasta Alan Parker adaptó el éxito literario Las cenizas de Ánge-la, el drama de un niño en la Ir-landa de la se-gunda hambruna, principios del XX, después de haber brillado con las excepcionales El expreso de media-noche (1978), Arde Missisipi (1988) o Los Com mitments

(1991), una come-dia sobre un gru-po ama teur de soul a principios de los noventa que retra-ta las aristas del fracaso y las estre-

checes de una deprimida Irlanda. El británico retomó con Las ce-nizas de Ángela los orígenes de esa brecha y frustración de una socie-dad que siempre pareció vivir aho-

gada por la opulencia de los enemi-gos ingleses: una clase de inmigran-tes, de ida y vuelta. Parker hurgó en la herida de los “perdedores” ca-tólicos frente a los “ganadores” pro-testantes arropado por el gran Ro-bert Carlyle y acertó con una pelí-cula sobria cuyo potente texto no necesitaba de artificios. Un conmo-vedor y duro retrato humano cuyo valor hoy reside en su triste vigen-cia. JULIO MARTÍN ALARCÓN

LAS CENIZAS DE ÁNGELA

HASTA 2006 ESTUVO VIGENTE UNA NORMA

QUE NO PERMITÍA LA PRÁCTICA DE

DEPORTES “INGLESES” (FÚTBOL, RUGBY Y

HOCKEY) EN TERRENOS DE LA GAA

La Iglesia no solo utilizó los clubes para difundir

la fe. También bajó al terreno de juego.

Numerosos religiosos se convirtieron en

entrenadores, como esta MONJA de un club de camogie, la versión

del hurling femenino.

NACIONALISMO EN EL EIRE.

35

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

desas de rugby y fútbol jugaran allí sus partidos internacionales, a lo que se han opuesto las autoridades de la GAA hasta fechas recientes.

ELEMENTO DE PRESIÓN. La relación entre estos actores pasó por diferentes fases. Hacia 1890 la jerarquía católi-ca decidió abandonar la GAA ante la fuerte infiltración en sus estructuras institucionales de miembros proce-dentes del IRB. En aquella época, la

Iglesia se sentía más cómoda con los planteamientos suaves en defensa de la Home Rule que la National League de Parnell planteaba, sobre todo, por-que era este partido el que controla-ban y no el IRB feniano, eminente-mente republicano.

No obstante, el clero católico no se podía permitir el mantenerse total-mente al margen de un instrumento de socialización tan poderoso, ya fuera por tenerlo a favor o en contra, como el que acababa de crearse. A principios del siglo XX, con la esperanza puesta en la Autonomía que había defendido Par-nell, la Iglesia decidió prestar menos

atención a las actividades de la GAA. La situación cambió poco después, con el nacimiento y la consolidación del movimiento nacionalista liderado por el Sinn Féin y la irrupción en la agen-da política de la posibilidad de alcanzar la independencia. En respuesta a ta-les acontecimientos, los párrocos co-menzaron a administrar y dirigir mu-chos de los clubes a nivel local, sobre todo en las zonas rurales.

Muchos de los jóvenes integrantes

de la GAA ocupaban puestos funciona-riales de rango medio en la Administra-ción pública británica en tierras irlan-desas durante las dos primeras décadas del siglo XX. Las energías políticas de los jóvenes funcionarios se canalizaron hacia organizaciones deportivas y cul-turales teóricamente no políticas pero de hecho muy politizadas.

Sin duda, resulta de gran relevancia que uno de los miembros de la GAA más significados de esa época fuera el pre-sidente del IRB, Thomas Ashe, muerto tras la huelga de hambre iniciada con posterioridad a su encarcelamiento en 1917, y cuyo funeral sacó a las ca-

lles de Dublín a miles de manifestantes portando hurleys (el palo con que se jue-ga al hurling), que acabaría convirtiéndo-se en unos de los objetos míticos en-tre los independentistas irlandeses. La GAA pasaba a convertirse en un ele-mento de presión contra la ocupación británica y en el canal para demostrar los deseos de independencia del pueblo ir-landés. Lógicamente todo esto fue uti-lizado por el Sinn Féin para promover sus fines y maximizar los efectos de

sus actividades. De este modo, acabarían siendo muchas las fi-guras políticas recor-dadas como miem-bros notables de la

Asociación a lo largo de su historia. En-tre ellos destacó por ejemplo Jack Lynch, futuro Taoiseach (Primer Minis-tro) entre 1966-73 y 1977-79, quien fue una prominente figura deportiva en los años cuarenta, consiguiendo ser campeón de Irlanda varias temporadas con su equipo del condado de Cork tan-to en hurling como en fútbol gaélico.

EL SINN FÉIN APROVECHÓ SU ESTRUCTURA PARA MAXIMIZAR LOS EFECTOS DE SUS ACTIVIDADES. MUCHAS DE SUS FIGURAS FUERON MIEMBROS NOTABLES DE LA ASOCIACIÓN

M. DE BURCA, The GAA: a History, DUBLÍN, Gill and Macmillan, 1999. P. PUIRSEAL, The GAA in its Time,

Dublín, The Purcell Family, 1982. F. J. RUIZ MARTÍNEZ, Irlanda: modernización y cambio político, Madrid, Tirant lo Blanch, 2012.

Izquierda, JACK LYNCH, Taoiseach (primer ministro) entre 1966-1973 y 1977-1979 y destacado jugador en los años cuarenta, muestra un stick de hurling al rey BALDUINO de Bélgica. Derecha, OBAMA recibe otro recientemente de manos del primer ministro ENDA KENNY.

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36

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

ROMANCE REAL DANÉS

DINAMARCA EN EL SIGLO XVII I

EL GRAN

ESCÁNDALO

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37

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

N 1767, LA PRINCESA IN-

GLESA CAROLINA MA -

TILDA MARCHÓ CON 15

AÑOS A DINAMARCA PARA

casarse con su primo hermano, el también

adolescente Christian VII. Carolina era la hija póstuma de Federico, príncipe de Gales. Era rubia y con ojos azules, boni-ta pero con poca preparación intelectual y experiencia del mundo. Sin embargo, no podía haber ignorado las protestas callejeras contra su madre, Augusta de Sajonia-Gota, que mantuvo una rela-ción ilícita con el conde de Bute. El am-biente de inmoralidad y de falsa piedad que rodearía a Carolina en Dinamarca unos años después no le era, por tanto, total-mente desconocido.

Los jóvenes esposos ni siquiera se habían visto, ya que se trataba de un enlace puramen-te político para asegurar la alianza entre Inglate-rra y Dinamarca, dos países protestantes. Los estadistas no hicie-ron caso del evidente desequilibrio mental del monarca danés ni de sus correrías noctur-nas. Tales excursiones solían terminar con peleas, de una de las cuales volvió el rey tan maltrecho que tuvo que guardar cama una semana. Christian era incapaz de mantener una relación duradera, sobre todo con una esposa inocente. Tardó poco en aburrir-se de Carolina y siguió con su compor-tamiento de soltero. Las pocas veces

que se acercaba amorosamente a ella, Carolina, quizá mal aconsejada por ma-dame de Plessen, la dama de honor que se le había asignado, se negaba a re-cibir a Christian. El matrimonio dege-neró en una relación puramente formal.

A pesar de lo poco que Christian fre-cuentaba la cama de su esposa, Caro-lina quedó embarazada, dando a luz a un niño en mayo de 1768. El rey, conside-rando cumplidas sus obligaciones dinás-ticas, continuó armando jaleo por bur-deles y tabernas, acompañado de jóve-nes nobles de costumbres violentas e in-controlables. Entre ellos, un militar in-glés llamado Osborn; el embajador de Rusia, el conde Holck, organizador de

banquetes, fiestas y bailes en la Corte, y Enevold Brand, aboga-do brillante que se abría camino en la Cor-te y rivalizaba con Holck para introducir al rey en los placeres de la capital danesa.

El tutor de Chris-tian, desesperado, le recomendó que visita-se durante un tiempo las provincias fronte-rizas. Fue allí, en la ciu-dad de Altona, cerca de

Hamburgo, donde el médico alemán Johann Struensee im-presionó tanto al séquito real que se le invitó a volver con ellos a la capital. Se esperaba que el doctor, cuyos conoci-mientos sobre la psicosis eran pione-ros, ejerciera una saludable influencia sobre el rey. Struensee no tardó en ser nombrado su médico principal.

Lector de Voltaire y Rousseau, libre-pensador en un país dominado por un austero luteranismo, era elegante, gra-cioso y de una hermosura física

E

MICHAEL ALPERT. CATEDRÁTICO EMÉRITO DE HISTORIA DE ESPAÑA,

UNIVERSIDAD DE WESTMINSTER.

ESCENA DE LA CORTE DE CHRISTIAN VII, de Kristian Zahrtmann,

1873, The Hirschsprung

Collection. La reina y Struensee juegan al ajedrez mientras el rey se entretiene con un loro, símbolo

de frivolidad.

LAS CLAVES

CHRISTIAN VII. El joven rey da-

nés (1749-1808) frecuentaba

tabernas y prostíbulos, se abu-

rrió pronto de su esposa y se de-

sentendió de sus funciones.

REFORMAS. En paralelo a su

affaire, el médico acumuló po-

der político y promulgó más de

mil leyes, algunas polémicas.

DESENLACE. La madrastra del

rey y un grupo de militares cons-

piraron para ejecutar a Struensee.

Carolina falleció poco después.

MIENTRAS EL INESTABLE CHRISTIAN VII

DISFRUTABA DE UNA VIDA OCIOSA, SU ESPOSA Y

SU MÉDICO PERSONAL TUVIERON UN SONADO

IDILIO, CUENTA MICHAEL ALPERT. SU AMOR

TERMINÓ CON LA MUERTE PREMATURA DE AMBOS

.

38

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

DINAMARCA EN EL SIGLO XVII I

que atraía a las mujeres. Sus ene-migos sospechaban que Struensee am-bicionaba dirigir la política del país, lo cual, dada la forma de ser de la Cor-te –donde el monarca absoluto esta-ba sujeto al consejero que más le do-minara en un momento dado–, consti-tuía un verdadero problema. Además, al recibir el título de consejero de Es-tado, el médico de Altona obtuvo el es-tatus social que le permitía alternar con la nobleza.

El comportamiento de Christian hacia su mujer lle-gaba ya a límites de verdade-ra crueldad. El rey había lle-vado a palacio a una prostitu-ta, exbailarina de ópera y amante del secretario de la lega-ción inglesa, conocida como Stølyet o Polainas Catherine –el mote se debía a que su madre fabricaba polainas para soldados–, a la que cu-brió de rutilantes piedras pre-ciosas y le concedió el título de baronesa. Mientras tanto, los ciudadanos de Copenha-gue veían a su rey volver cada mañana bo rracho a pa-lacio. Temiendo un levanta-miento popular, Bernstorff, jefe del Gobierno, persuadió al rey para que firmara una or-den de exilio para Polainas, que terminó en Hamburgo, donde acabó con sus huesos en un correccional.

El comportamiento incon-trolable del rey, su sentido ino-

portuno del humor y las bromas que se permitía –entrañables quizá cuan-do había sido niño, pero intolerables ahora–, le enemistaban con obispos, no-bles y hasta embajadores de otros países que frecuentaban la Corte. Sus conse-jeros decidieron enviarle a una larga gira por Europa. En el verano de 1768 viajó con Struensee y un amplio séquito a Hamburgo, Fráncfort, Bruselas y Lon-dres. Aquí, el muy chismoso e inve-

terado escritor de cartas Horace Walpole comentó a un corres-

ponsal que el rey danés era muy mujeriego, pero que se llevaría una decepción al pre-guntar por el serrallo en el pa-

lacio de Buckingham, ya que allí encontraría solo a unas viejas

señoras alemanas. En Inglate-rra, Christian se presentó como un joven elegante y ge-neroso, que regalaba mone-

das de oro a troche y moche. Sus acompañantes, incluso el distinguido Bernstorff, se hu-

millaban ante el “pobre mu-chacho”, en palabras de Wal-pole, con “sumisión orien-tal”, mientras Holck y Brand

seguían manipulando a Chris-tian a su gusto.

De regreso a Dinamarca, tras una ausencia de ocho meses, Christian sufrió un colapso psi-cológico. Se recurrió a Struen-see, quien aplicó con éxito cier-tos remedios, que algunos sos-pechaban incluían drogas exóti-cas. Al principio, Carolina mi-

raba a Struensee con recelo, ya que el médico había sido introducido en la Corte por los compañeros de correrías nocturnas de Christian. No obstante, en octubre de 1769, presa de una enfer-medad probablemente vinculada a las circunstancias de su vida íntima, la rei-na se rindió a la insistencia de Christian y aceptó consultar al doctor Struensee, con el resultado de que mejoró su salud y empezó a recibir al médico con re-gularidad. La influencia de Struensee quedó reforzada por el éxito de la vacu-nación que el médico alemán practicó al hijo de los reyes durante una epide-mia de viruela. Se empezó a sospechar en la Corte que Struensee, que dis-frutaba ya de una vivienda amplia y de un sueldo elevado, buscaba fortalecer su propia influencia sobre los reyes y so-bre Carolina en particular, que empe-zaba a ganar confianza y a reinar por sí misma, sin consultar a su marido.

REFORMAS POLÍTICAS. Era un secreto a voces que Christian no era capaz de cumplir con sus obligaciones conyu-gales. Entonces, la relación entre la rei-na y Struensee comenzó a levantar sos-pechas. ¿Eran amantes? En una Corte como la danesa, moralmente intoleran-te y a la vez corrupta, el trato cordial entre Carolina y Struensee ya era su-ficiente para sospechar que mantenían relaciones íntimas. Algunas damas de la Corte incluso dejaban harina por la no-che en el pasillo que conducía al dormi-torio de la reina, examinándola a la ma-ñana siguiente para cerciorarse de si la había pisado un zapato de hombre.

De izquierda a derecha, CHRISTIAN VII (1749-1808), CAROLINA MATILDA (1751-1775) Y JOHANN FRIEDRICH STRUENSEE (1737-1772).

MONEDA MANIPULADA. La creencia

popular es que se acuñó para

humillar a la reina, pero la fecha es falsa y hay dudas

sobre su origen. Nationalmuseet,

Dinamarca.

.

39

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

La influencia de Struensee llagaba incluso a los asuntos exteriores. Bernstorff estaba a favor de una alianza dane-sa con Rusia e Inglaterra con-tra Francia, pero Struensee, a quien el embajador ruso ha-bía humillado groseramente tratándole en público de arri-bista plebeyo, abogaba por la política contraria. Cuando Bernstorff consiguió una reu-nión entre Carolina y su ma-dre para tratar de influir en la reina, Carolina, ahora mucho más segura de sí misma que antes, se negó a aceptar los consejos maternales. Por su parte, Struensee consiguió manipular al rey hasta el pun-to de que Bernstorff fue des-tituido de la jefatura del Go-bierno en otoño de 1770. Da la impresión que Struensee ambicionaba hacerse con el poder, manteniendo al rey incapaz en su trono, mientras Carolina, que había pasado de ser una muchacha inocen-te a una mujer triunfante, ofrecía una pantalla detrás de la cual Struensee pensaba que podría llevar a cabo una serie de reformas generales, a decir verdad, muy necesarias.

Al día siguiente a la caída de Bernstorff, Struensee suprimió la cen-sura de prensa, por lo que recibió una carta de felicitación de Voltaire. Su-primió el Consejo Real y fue nombrado por el rey su ministro confidencial. En poco más de un año promulgó más de mil leyes, que no pudieron ser refren-dadas por una asamblea, porque no la había, y originaron un caos terrible, ya que Dinamarca carecía de un funciona-riado capaz de administrar el torrente de nueva legislación. Struensee, ade-más, no hablaba danés. Por otra parte, el médico firmó algunos de los decre-tos, redactados en alemán, “Por Or-den de Su Majestad”, dado que el en-simismamiento del rey lo apartaba to-talmente de los asuntos de Estado.

CONSPIRACIÓN Y MUERTE. En realidad, las ideas reformistas de Struensee po-seían una extraña modernidad. Los no-bles se vieron casi completamente ex-

cluidos del poder. Struensee suprimió la inferioridad legal de los niños na-cidos ilegítimamente. Los adúlteros ya no serían puestos en la picota. Alumbró las calles de la capital. Permitió bailes en los jardines reales, incluso los do-mingos, algo abiertamente contradic-torio con el severo luteranismo del país.

A principios de 1771 era evidente que Carolina estaba embarazada. En julio na-ció una niña, bautizada Luisa. Pero ¿quién era el padre? ¿El rey, que ni si-quiera visitaba el dormitorio de su mu-jer, o el médico alemán Struensee cuya relación con la reina era la comidilla de Palacio? Durante el invierno de 1771

a 1772, entre Juliana, ma-drastra del rey, que ambicio-naba el trono para su propio hijo, y algunos militares hu-millados por la disolución, adoptada por Struensee, del regimiento de Guardias Rea-les, se fraguó una conspira-ción contra el médico y la rei-na. El 17 de enero de 1772 detuvieron a Struensee, a su compañero Brand y a la rei-na. Brand y Struensee com-parecieron ante un tribunal. El médico admitió lo que todo el mundo sospechaba: que él, y no el rey, era el pa-dre de la hija de la reina Ca-rolina.

Si Struensee fue torturado o si confesó porque sus acu-sadores le mintieron dicien-do que Carolina había confe-sado su adulterio, no se sabe. Carolina estaba ya encarce-lada en la fortaleza de Elsino-re, la misma donde Shakes-peare escenificó su Hamlet. Otro proceso, iniciado el 14 de marzo de 1772, decretó el divorcio formal entre los re-yes. El 28 de abril de 1772,

Brandt y Struensee, condenados por lesa majestad, fueron ajusticiados en públi-co con crueldad medieval. Primero se les seccionó la mano derecha, luego se les decapitó, y terminaron descuartizando los cadáveres. Carolina, separada de sus dos hijos y víctima de un río de panfle-tos pornográficos que pretendían descri-bir sus amores con Struensee, fue, con el acuerdo de su hermano, Jorge III de Inglaterra, exiliada a Celle, en Hano-ver, donde falleció el 11 de mayo de 1775, a los 23 años.

Tal fue el trágico resultado de un ma-trimonio hecho sin considerar el ca-rácter ni la edad de los novios reales, en un ambiente corrupto donde un foras-tero presumido actuó sin prever las con-secuencias de su imprudencia.

C. HESTER CHAPMAN, Caroline Matilda, Queen of Denmark, 1751-75, Londres, Jonathan Cape Ltd., 1971.

K. JESPERSEN, A History of Denmark, Basingstoke, Palgrave Macmillan, 2004. P. LAURING, A History of Denmark, Copenhague, Host & Son, 1999. N. LOFTS, The Lost Ones, Hutchinson, Londres, 1969 (novela).

EN JULIO DE 1771 NACIÓ LUISA, LA HIJA

DE CAROLINA Y STRUENSEE; MESES

DESPUÉS, EL MÉDICO FUE CONDENADO Y

EJECUTADO POR AGRAVIAR AL REY

Los cuerpos de STRUENSEE

Y BRANDT, seccionados y expuestos en público (1772).

.

40

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

ESDE HACE ALGÚN TIEM-

PO, los logros econó-micos de la República Popular China son ad-mirados en Occiden-te y en otras partes

del mundo: su crecimiento ha sido más rápido que el experimentado nunca durante un periodo tan dilatado por ninguna economía. El ritmo de la ex-pansión económica china desde el ini-cio de las reformas en 1978 casi quin-tuplica al de la occidental durante la probablemente irrepetible Edad de Oro que siguió a la II Guerra Mundial.

También excede al crecimiento japo-nés anterior a la “crisis de los noventa” y al de los Tigres Asiáticos (Hong-Hong, Singapur, Corea del Sur y Tai-wán) desde comienzos de los sesenta hasta finales de la pasada década. El “milagro español” (1961-74), que transformó profundamente la econo-mía de nuestro país, tiene algún pare-cido con lo ocurrido en China, pero una duración mucho menor: algo más de una década frente a casi cuatro.

Además, el crecimiento chino de los últimos años –el Producto Interior Bru-to per cápita se ha multiplicado por ocho en poco más de tres décadas– contrasta con la prolongada atonía de las economías desarrolladas europeas, norteamericana y, especialmente, japo-nesa, que no parecen ser capaces de reen contrar las claves de éxitos ante-riores y solo logran crecer a tasas mo-destas en los últimos tiempos.

LA GRAN CONVERGENCIA. China está protagonizando lo que podría denomi-narse la Gran Convergencia, un pro-ceso de importancia histórica capital sin precedentes en semejante magnitud. Gracias a la Gran Convergencia más de un sexto de la humanidad está acor-tando distancias económicas respecto de los países más ricos del siglo XX a una velocidad hasta ahora desconocida. En 1979, el PIB per cápita de los casi 1.000 millones de chinos era bastante menor que un décimo del de los 225 mi-llones de norteamericanos o de los poco más de 300 millones de europeos occi-

EL DESPERTAR DEL GIGANTE ASIÁTICO

RAFAEL DOBADO. CATEDRÁTICO DE HISTORIA ECONÓMICA, UCM.

D

E L I M P E R I O

CHINA

CHINA TENÍA TODAS LAS

CONDICIONES PARA

HACER LA REVOLUCIÓN

INDUSTRIAL ANTES QUE

OCCIDENTE. ¿POR QUÉ NO

TUVO LUGAR? RAFAEL DOBADO ANALIZA EL

FRACASO ECONÓMICO DEL

GRAN IMPERIO ASIÁTICO

DURANTE LA EDAD

MODERNA, PERO CREE

QUE EL CRECIMIENTO

ESPECTACULAR ACTUAL

PUEDE DEVOLVERLO A SU

LUGAR PREDOMINANTE

HACE UN MILENIO

.

41

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

dentales. En 2010, 1.300 millones de chinos disfrutaban de más de la cuarta parte del PIB per capita de los más de 300 millones de habitantes de los Es-tados Unidos y del tercio de los menos de 350 millones de la Europa Occiden-tal. Las diferencias de PIB per capita se han reducido hasta casi cuatro veces en menos de 40 años para grupos huma-nos de dimensiones considerables y si-tuados a ambos extremos del abanico de rentas mundiales antes de la Gran Con-vergencia. Mientras que Occidente sigue a la cabeza, aunque ya no en exclusiva, China ha salido de la cola.

En 2014, el Informe sobre Desarrollo Hu-mano –que incluye da-tos de salud y educa-ción– de Naciones Uni-das situaba a China en la posición 91 de un to-tal de casi 200 países; esto es entre los de De-sarrollo Humano alto.

Las imágenes de la empobrecida China de la Revolución Cultural, con sus millones de ciclistas uniformados, han sido sustituidas por las de los esta-blecimientos de lujo de Beijing o Shanghái, pero también por las de una creciente clase media urbana de la que ya forman parte varios cientos de millo-nes de personas. Tampoco convendría pasar por alto que el PIB per capita chi-no –menos de 12.000 dólares en 2013, según el Fondo Monetario Interna-

cional– sigue lejos del nivel propio de países desarrollados –España ronda los 32.000 dóla-res– y que casi el 20 por ciento de la pobla-ción –más de 200 mi-llones de personas– subsiste con dos o me-nos dólares diarios. Por tanto, es mucho el camino andado, pero no queda poco por re-correr para que la Gran Convergencia se

complete. Entre las sombras del “mila-gro chino” cabe destacar los altos ni-veles de desigualdad alcanzados en muy poco tiempo y partiendo de una sociedad muy pobre, pero bastante igualitaria. La desigualdad presenta va-rias caras. Fijaremos nuestra atención en dos de ellas. La primera consiste en las diferencias económicas interpro-vinciales

LA GEOGRAFÍA DEL MILAGRO. Shanghái tiene un PIB per cápita semejante al de Arabia Saudita. En cambio, Guizhou, la provincia más pobre, no pasa de aseme-jarse en ingreso por persona a la mucho menos afluente India. La diferencia entre Shanghái y Guizhou es, por tan-to, de unas diez veces. El desarrollo económico chino, emulando un patrón que tiene siglos de antigüedad, ha sido protagonizado por las zonas costeras, mientras que la mayor parte del terri-torio del interior ha quedado al margen de él. En buena medida, la geografía del “milagro chino” se identifica prin-cipalmente con el corredor de

FECHAS CLAVE

1271-1295. Marco Polo queda

fascinado por la China Yuan.

SIGLO XVII. El holandés Nieu-

hof muestra su asombro por los

logros materiales chinos.

1850. El PIB per cápita britá-

nico ya quintuplica al chino.

1958-1962. Última de una se-

rie de devastadoras hambrunas.

2013. El PIB chino per cápita

es menos de 12.000 dólares.

2050. La economía china será

un 50% mayor que la de EE UU.

DAMAS DE LA CORTE PREPARANDO SEDA,

durante el reinado del emperador Huizong,

a comienzos del siglo XII, Boston, Museo de Bellas

Artes.

AUTOSUFICIENTE

.

42

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

más de 2.000 kilómetros que une Pequín con Nanquín, Shanghái, Can-tón y Hong-Kong.

La segunda cara de la desigualdad en China es la de carácter socioeconómi-co. De una sociedad comunista –pobre, pero, aunque no exactamente iguali-taria, tampoco desigual en términos comparativos internacionales– se ha pa-sado a una difícilmente calificable que se ha situado en poco tiempo en posi-ciones altas dentro de la clasificación in-ternacional de la desigualdad: el valor de un indicador fiable, como es el Índi-ce de Gini, ha pasado, aproximadamen-te, de 0,30, en 1980, a 0,55, en 2010.

Ello convierte a China en un caso ex-cepcional también a este respecto. El éxito económico ha beneficiado a cien-tos de millones de chinos, pero no a

todos ellos por igual. Es probable que, en estos momentos, no haya algo así como un ansia de igualdad suficiente-mente fuerte en la población como para provocar una respuesta decidida por parte de las autoridades ante esta nove-dad socioeconómica en China. Está por ver si la habrá, y cuánta, en el futuro: la tolerancia ante la desigualdad se dis-tribuye heterogéneamente entre paí-ses, como prueba la comparación en-tre EE UU, donde es alta, y algunos paí-ses europeos continentales, en los que ocurre lo contrario.

Con todas las matizaciones que se quiera, la China contemporánea tiene algo de abrumadora. Algunas magni-tudes de la economía china son gigan-tescas. Sirvan unos ejemplos. Su Pro-ducto Interior Bruto acaba de superar

al de EE UU, el mayor del mundo des-de hace casi siglo y medio. La provincia de Guangdong vende al exterior tanto como Corea del Sur, mientras que las exportaciones de Jiangsu son seme-jantes a las de Taiwán. El tamaño de la economía de Guandong, cuya ca-pital es Cantón, es semejante al de In-donesia. Algunas previsiones estiman que, hacia 2050, la economía china se-ría casi un 50 por ciento mayor que la norteamericana. Quizá. También está por comprobarse si el escepticismo de economistas tan prestigiosos como Ace-moglu y Robinson, para los que el cre-cimiento económico sostenido a largo plazo en China sería imposible sin la creación de instituciones políticas de-mocráticas, se revela acertado.

LA GRAN DIVERGENCIA. Aun represen-tando un caso particularmente inte-resante de crecimiento económico, ex-plicar las causas de la Gran Convergen-cia de China con Occidente no plantea grandes retos intelectuales. La sus-titución de la planificación económi-ca por el mercado, la consolidación de la propiedad privada frente a la colec-tiva y la estatal y la apertura exterior ex-plican buena parte de la Gran Con-vergencia. Mucho más difícil resulta explicar el declive histórico de China respecto a Occidente, conocido como Gran Divergencia, que convirtió al in-discutible líder económico medieval del mundo en la “tierra de las hambru-nas” de los siglos XIX y XX. La últi-ma de ellas fue devastadora, evitable y reciente (1958-62).

La fascinación de Marco Polo por la China Yuan, que visitó entre 1271 y 1295, y el reconocimiento de los lo-gros materiales que, a mediados del si-glo XVII, aún merecía el Imperio del Centro para el holandés Johan Nieu-hof, habían desaparecido a finales del siglo XVIII, cuando el británico lord Macartney (1737-1806), el embaja-dor del rey Jorge III (1738-1820), se exasperaba por la indiferencia ante las novedades británicas del momento y el chauvinismo del emperador reinante y sus súbditos.

En uno de los edictos del último gran dirigente de la dinastía Qing, Qianlong

EL DESPERTAR DEL GIGANTE ASIÁTICO

Vista nocturna del distrito de

Luohu, en la ciudad de

SHENZHEN, en una

fotografías de 2013.

EN EL SIGLO XVIII, EL EMBAJADOR DEL REY JORGE III SE EXASPERABA POR LA INDIFERENCIA GENERAL ANTE LAS NOVEDADES BRITÁNICAS

8

7

6

5

4

3

2

1

0EUROPA

OCCIDENTAL (1950-75)

ESTADOS UNIDOS (1950-75)

JAPÓN (1951-75)

TAIWÁN (1963-2007)

COREA DEL SUR (1963-2007)

CHINA (1970-2010)

ESPAÑA (1961-74)

[CRECIMIENTO ECONÓMICO EN EUROPA OCCIDENTAL, EE UU, CHINA Y ESPAÑA]

[TA

SA

DE

CR

EC

ME

NT

O M

ED

A P

OR

CE

NT

UA

L]

.

43

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

(1711-99) expresaba elocuen-temente su convicción en la superioridad de la cultura ma-terial china: “Nuestro Imperio Celestial posee todas las cosas en abundancia prolífica y nin-gún producto falta dentro de sus fronteras. Por esta razón, no había [ni hay] necesidad de importar las manufacturas de los bárbaros extranjeros a cam-bio de nuestros propios pro-ductos.”

Que las palabras de Qian-long fueran alguna vez bási-camente acordes con la reali-dad no es improbable. Ahora bien, de ello hacía por enton-ces ya mucho tiempo. A fines del siglo XVIII, el Reino Uni-do estaba siendo transformado económicamente a un ritmo nunca antes conocido por la Humanidad a causa de la Re-volución Industrial. Nada se-mejante ocurría en China. Pero ello tampoco debe enten-derse en el sentido de que su economía careciese de dina-mismo y estuviese bloqueada por un gobierno despótico. Simplemente, no era capaz de generar autónomamente las novedades (económicas, técnicas e ins-titucionales) que acabarían convirtien-do al Reino Unido en la primera nación industrial de la historia y en la poten-cia internacionalmente dominante del siglo XIX.

OPORTUNIDAD PERDIDA. La pregunta realmente interesante para el historia-dor actual es por qué no fue China quien protagonizó la Revolución Indus-trial en vez del Reino Unido. Algunos historiadores sitúan en la Edad Me-dia temprana el inicio de la Gran Diver-gencia de destinos económicos de la Edad Contemporánea entre China y Occidente. Mi opinión, por el contra-rio, es que un observador cualificado de la Edad Media habría más bien aposta-do antes por el “Imperio del Centro” que por el extremo occidental de Eu-rasia y menos por Inglaterra que por Italia. Y no sin buenas razones.

Durante la dinastía Song, China con-taba con una población y una economía mayores que las de una Europa frag-

mentada en numerosas entidades po-líticas. Todo indica que las activida-des económicas prosperaron: el Es-tado aplicaba medidas promercado; una burocracia relativamente ilustrada recaudaba impuestos y mantenía la ley y el orden; la tecnología avanzó en nu-merosos sectores (agricultura, minería, manufacturas, transporte, edición...); la vida urbana muestra una gran sofis-ticación y vitalidad; el papel moneda no era desconocido; el comercio inte-rior y exterior se expandieron e inten-sificaron. Tras la invasión mongola, que dio origen a la dinastía Yuan, la eco-

nomía china perdió parte de la brillantez anterior. No obstan-te, siguió siendo capaz de im-presionar a europeos como Marco Polo, que procedía del área más desarrollada de Occi-dente por entonces. Pocos años antes, el relato del viaje (en 1253-55) a Oriente del francis-cano flamenco Willem van Ru-ysbroeck (h. 1210-h. 1270) también mostró su sorpresa ante el uso del papel moneda y la calidad de la seda y otras manufacturas.

SUPREMACIA. La impresión de liderazgo económico respecto a Europa que se desprende de múltiples fuentes ha sido re-cientemente confirmada por vías cuantitativas. El Índice de Desarrollo Social de Morris, construido con variables men-surables como la energía, la vida urbana, la tecnología de la infor-mación y la capacidad bélica, muestra que, entre el siglo VI y la segunda mitad del XVIII, el “Este” fue por delante del “Oeste”. A ello contribuyó de-cisivamente el peso del desa-rrollo chino dentro del “Este”,

que Morris identifica con la banda que, centrada originalmente entre los ríos Amarillo y Yangtze, acabó abarcando desde Japón hasta Indochina. Una vi-sión algo distinta, pero no contradicto-ria, es la que ofrece Broadberry. Su ex-plicación de la Gran Divergencia entre lo que en realidad no son sino los dos extremos de Eurasia comparte el reco-nocimiento de la inferioridad económi-ca medieval europea: el PIB per cá-pita chino del siglo XI (dinastía Song) solo fue alcanzado en nuestra parte del mundo –más precisamente en Italia– en el siglo XIV. El Reino Unido no al-canzaría un nivel semejante has-ta 1700. Holanda, algo más precoz, pero menos persistente, lo logró un poco antes, en la segunda mitad del si-glo XV. España no lo había consegui-do todavía en 1850, lo que, por otra par-te, cuesta creer. Ahora bien, a comien-zos de la Edad Moderna, mientras que China no solo no progresaba, sino que retrocedía respecto a la “dorada épo-ca Song”, Europa, particular-

Retrato del emperador

QIANLONG en su juventud,

en una representación del siglo XIX.

“NUESTRO IMPERIO POSEE TODAS LAS

COSAS EN ABUNDANCIA. NO HAY NECESIDAD DE IMPORTAR LAS

MANUFACTURAS DE LOS BÁRBAROS EXTRANJEROS”

.

44

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

mente la noroccidental, iniciaba el proceso de crecimiento que acabaría conduciendo a la Gran Divergencia perceptible en toda su plenitud ha-cia 1850: por entonces, el PIB per cá-pita británico quintuplicaba al chino, mientras que el holandés y el español casi lo cuadriplicaba y duplicaba, res-pectivamente

DECLIVE CRECIENTE. El llamativo de-clive chino –probablemente no hay un caso semejante en la historia del úl-timo milenio– desde fines de la Edad Media es aún más evidente desde me-diados del siglo XIX. Si después el bie-nestar de las poblaciones occidenta-les no ha hecho sino aumentar –el PIB per cápita español se ha multiplicado casi por veinte desde entonces hasta nuestros días–, China continuó profun-dizando en la Gran Divergencia. Las úl-timas estimaciones muestran que los chinos de comienzos del siglo XX no solo eran más pobres que los occidenta-les sino que sus antepasados de la pri-mera mitad del XIX.

Explicar la transición del liderazgo económico medieval chino a la pobre-za relativa y absoluta de la Edad Con-temporánea constituye un reto inte-lectual. Propuestas no faltan. Para Po-meranz, a la vista de las semejanzas que encuentra entre Inglaterra y la

desembocadura del Yangtze ha-cia 1750, la Gran Divergencia dataría del siglo XIX y no de antes. Además, no se debería a ninguna ventaja eu-ropea inicial de carácter religioso, cul-tural, técnico o científico. Lo que cho-ca con la importancia que algunos au-tores atribuyen al contexto social e in-telectual en el que surgen la revolu-ción científica y la Ilustración euro-peas. Así, las causas por la que Gran Bretaña protagonizó la primera Re-volución Industrial serían: el carbón (grandes depósitos bien localizados) y la explotación de América. El prime-ro permitió superar un cuello de bote-lla de la humanidad: la escasa oferta de energía disponible. La segunda su-ministró a bajo precio recursos inexis-tentes en Europa. Esta visión casa mal con la información numérica reciente-mente disponible mostrada más arri-ba. Y se olvida de una interesante

cuestión: fueron los europeos los que llegaron a América y Extremo Orien-te y no al revés.

La respuesta de Allen al preguntar-se por qué fue británica la Revolución Industrial enfatiza la capacidad de adap-tación a las oportunidades ofrecidas por la globalización iniciada en 1500. Gran Bretaña logró liderar la producción tex-til lanera en el creciente mercado eu-ropeo de fines del siglo XVI y comien-zos del XVII. Más tarde, creó una red mercantil intercontinental, que incluía también parte de América y de Asia.

ENERGÍA MÁS BARATA. Ni el colonialis-mo, ni las restricciones comerciales a los competidores o la construcción de una poderosa marina, estuvieron ausentes de este proceso de expansión econó-mico previo a la Revolución Industrial que convirtió a Londres en la mayor eco-nomía urbana de Europa. Ello implicó una escasez de madera y un temprano, intenso y creciente uso del carbón, gra-cias al cual la energía en Gran Bretaña era más barata que en el continente y, especialmente, en China. El dinamis-mo económico se tradujo en altos sala-rios, que, unido al crecimiento urbano, estimuló la expansión del sector agrario. Energía barata y altos salarios consti-tuían incentivos al cambio técnico que sustituyera trabajo por capital (por

LA CIUDAD CHINA DE NANKIN, recreada en un grabado japonés de Utagawa Yoshitora, de 1862, Nueva York, Metropolitan Museum.

LA LÍNEA DEL PODER

AÑOS DINASTÍA

960-1279 Song

1279-1368 Yuan

1368-1644 Ming

1644-1912 Qing

1912-1949 Periodo republicano

DESDE 1949 República Popular China

EL DESPERTAR DEL GIGANTE ASIÁTICO.

45

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

ejemplo, la bomba de vapor), con el con-siguiente aumento de la productividad, la base de la Revolución Industrial y del crecimiento económico.

Una explicación más reciente señala cuatro diferencias fundamentales entre las economías europeas norocciden-tales y la china desde fines de la Edad Media: el mayor peso de la ganadería en el sector agrario (mayor valor añadido y energía animal); menor presión demo-gráfica debida a un matrimonio más tar-dío y menos generalizado; flexibilidad de la oferta de trabajo, a la que con-tribuyó el deseo de acceder a productos exóticos (textiles de algodón y seda, por-celana, azúcar, té y tabaco, por ejemplo); la combinación entre capacidad esta-tal (eficacia en la recaudación de im-puestos para construir una marina pode-rosa, por ejemplo) y parlamentarismo. Estas diferencias responderían a dos po-derosos fenómenos históricos: la Peste Negra; la aparición de nuevas rutas co-merciales a larga distancia a comien-zos de la Edad Moderna. La Peste Ne-gra incrementó el PIB per cápita de la Europa noroccidental. La apertura occi-dental iniciada en 1492 contrasta con el “cierre” oriental de las dinastías Ming y Qing y del Japón Tokugawa.

PÉRDIDA DE LIDERAZGO. Este último elemento explicativo de la pérdida por China del liderazgo económico medie-val merece atención por varias razones. Está presente en hipótesis interpre-tativas de diverso signo; esto es, tan-to en las que critican el imperialismo de Occidente como en las que no van más allá de atribuirlo a su superiori-dad técnico-económica. Resalta el pa-pel histórico desempeñado por Es-paña y Portugal en la interconexión de las diversas partes del mundo que inaugura la Edad Moderna. Adam Smith afirmó que el primer viaje de Colón a América (1492) y la lle-gada de Vasco de Gama a la India (1498) fueron los dos hechos más importantes de la historia de la Humanidad. Los logros ibéricos en materia de nave-gación y de fomento de con-tactos intercontinentales (acceso a la América conti-nental y al Pacífico oriental, circunvalación del mundo, con-tactos marítimos permanentes

con China y Japón, el Galeón Manila-Acapulco, por citar algunos) carecen de antecedentes históricos y contrastan con lo ocurrido en Extremo Oriente.

Mientras que Occidente “se echa al mar” y genera el amplio conjunto de co-nocimientos técnicos y científicos y valores (curiosidad, emprendimiento, reflexión, etc.) que ello requiere y favo-rece, Oriente “se pliega sobre sí mis-mo”. Antes o después, China, Corea y Japón adoptaron medidas restrictivas a la interacción económica y cultural con Occidente por temor al efecto deses-tabilizador que el contacto con los “bárbaros occidentales” pu-diera tener. Sus consecuen-cias fueron negativas y duraderas, pues el “ple-gamiento” contribuyó a que China pasase del liderazgo econó-mico medieval a la Gran Divergencia.

Ese comportamiento diferencial de la Edad Moderna contrasta con la ac-titud que revela un episodio histó-rico ocurrido a comienzos del siglo XIV: el almirante, eunuco y musul-mán, Zheng He (1371-1433) realizó siete expediciones con fines económi-cos y, diplomáticos, que llevaron enor-mes flotas chinas hasta la costa orien-tal de África. Al menos dos circunstan-cias –cambio de la relación de fuer-zas a favor de los burócratas confu-cianos “tradicionalistas” y frente al lobby marítimo-comercial “aperturis-ta”; “inversión” político-militar deri-vada de la creciente presión mongola– pusieron fin a la expansión ultrama-rina de la dinastía Ming. En 1500, la construcción de barcos con más de dos mástiles era prohibida. La prohibición no fue mantenida ilimitadamente, pero ilustra bien ese comportamiento diferencial que se registra a ambos ex-tremos de Eurasia durante la Edad Moderna.

Hoy, si se prolonga en el tiempo, la Gran Convergencia podría acabar reponiendo a la economía china en la posición de cabeza que ya tenía

hace un milenio.

R. C. ALLEN, Historia económica mundial: una breve introducción, Madrid, Alianza, 2013.

P. BUCKLEY, Historia de China, Madrid, La Esfera de los Libros, 2009. R. DOBADO, A. GARCÍA-HIERNAUX y D. GUERRERO, “West versus Far East:

Early Globalization and the Great Divergence”, en Cliometrica, 9, 2, 2015. R. TAMAMES, China, tercer milenio, Barcelona, Planeta, 2013.

UNO DE LOS VIAJES DE ZHENG HE a África (ss. XIV-XV) quedó reflejado en un libro con el itinerario de la expedición. En 1500 se prohibió construir barcos con más de dos mástiles.

JIRAFA REGALO DEL SHAH DE BENGALA a un emperador de la dinastía Ming, siglo XV.

.

46

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

ESÁREO FERNÁNDEZ

DURO fue un persona-je singular. Capitán de navío de la Armada e historiador, nacido en Zamora (1830),

participó en la expedición de Prim a México y en la fundación de Sidi Ifni, y es autor de una historia de la mari-na de guerra española en nueve volú-menes. Casi por casualidad descubrió en 1884, en los archivos de la Real Aca-demia de la Historia, una olvidada carta fechada en Amberes el 4 de octubre de 1589 y dirigida al rey Felipe II.

La escribía un capitán es-pañol llamado Francisco de Cuéllar, super-viviente de la mal llamada Armada Inven-cible, y en ella relataba con sencillez su naufragio en la costa de Irlanda y los muchos tor-mentos y fatigas que allí padeció al escapar de los soldados ingleses que querían matarlo. Para salvarse, cami-nó herido y hambriento por despobla-dos, hasta que –amparado por irlan-deses amigos– pudo regresar al

C

DESASTRE DE LA ARMADA INVENCIBLE

LA PRODIGIOSA MARCHA

FERNANDO MARTÍNEZ LAÍNEZ. ESCRITOR Y PERIODISTA. ACABA DE PUBLICAR EL

NÁUFRAGO DE LA GRAN ARMADA (EDICIONES B).

“TODO LLENO

LAS CLAVES

HALLAZGO. En 1884 el capi-

tán de navío Fernández Duro des-

cubrió una carta olvidada de

Francisco de Cuéllar de 1589.

HUIDA. En la misiva, Cuéllar

relataba con sencillez el tormen-

to que padeció para escapar de

los soldados ingleses.

SALVACIÓN. Caminó herido

por despoblados parajes, hasta

que –amparado por irlandeses

amigos– pudo regresar al territo-

rio español en Flandes.

LOS QUE ALCANZARON LA ORILLA FUERON MASACRADOS. FERNANDO MARTÍNEZ LAÍNEZ

MÁS DE VEINTE NAVES ESPAÑOLAS FUERON ARROJADAS POR EL TEMPORAL CONTRA LA COSTA

.

47

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

LA ARMADA ESPAÑOLA, por

Philip James de Loutherbourg,

1796, Greenwich, National Maritime

Museum.

DEL CAPITÁN CUÉLLAR

DERELATA LA PERIPECIA DE UNO DE ELLOS, QUE LOGRÓ, TRAS MESES DE FUGA, LLEGAR A FLANDES

IRLANDESA TRAS EL FRACASO DE LA MISIÓN. MURIERON MILES DE SOLDADOS Y MUCHOS DE

SANGRE ”

.

48

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

DESASTRE DE LA ARMADA INVENCIBLE

territorio español en Flandes y presentarse al gobernador Alejandro Farnesio, duque de Par-ma. Cuéllar pasó más de siete meses caminando al raso, aterido de frío, ham-briento y perseguido. Su odisea es una de las ma-yores aventuras de fuga de la historia.

El documento de Cué-llar podría servir de moti-vo para un libro de caba-llerías y reveló pronto su importancia. No solo describía el terrible tem-poral que estrelló a más de 20 naves españolas contra la costa irlande-sa, y la desdichada suer-te que esperaba a los mi-les de náufragos, en su mayoría masacrados al tomar tierra, sino que también proporcionaba un auténtico cuadro de la Irlanda del siglo XVI de gran valor histórico y antropológico, al situar lugares y personas y describir el modo de vida de los habitantes de la isla. No en vano, la modesta carta, con repetidas ediciones en inglés, es con-siderada por los propios irlandeses un testimonio fundamental de la histo-ria de su país, y hoy existe en Irlanda un “Camino de Cuéllar” (Cuellar’s Trail) que marca a los turistas los lu-

gares que recorrió el capitán en su aza-rosa marcha.

De la vida de Cuéllar antes de lle-gar a Irlanda no sabemos mucho, aun-que sí lo suficiente para afirmar que, probablemente, nació en la villa sego-viana que lleva el nombre de su ape-llido, en fecha incierta y que algunos si-túan alrededor de 1563. Fue un típico soldado español de la época. Participó en la campaña de Portugal, en 1581, y en la expedición de Diego Flores Val-dés al estrecho de Magallanes, antes de pasar en 1584 al fuerte de Paraiba, en Brasil, para desalojar a los franceses que pretendían establecerse en esa zona.

Luego regresó a España y tomó parte como capitán de infantería en la con-quista de las islas Azores bajo el mando de Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz, que llevó a cabo los preparati-vos de la Gran Armada hasta su muerte en Lisboa en febrero de 1588.

Cuando la Gran Armada zarpó de La Coruña a finales de mayo de ese mismo año, Cuéllar era capitán del galeón San Pedro, de la escuadra de Castilla que mandaba Diego Flores de Valdés, un

barco que desplazaba 530 tm y lleva-ba 24 cañones con 90 marineros y una compañía de infantería.

MALHERIDO. A partir de finales de agos-to, cuando el grueso de la Armada ha-bía salido del mar del Norte y navega-ba de vuelta por el Atlántico, dio comien-zo la serie de descalabros y desventu-ras en la costa irlandesa que provoca-ron la ruina de Cuéllar y sus compañe-ros. La Armada no llevaba ningún mapa detallado de esa costa, por lo cual se per-dieron algunos barcos, y otros no pu-dieron ser rescatados al no conocerse su posición exacta.

Las naves Gran Grifón, capitana de la escuadra de abastecimiento, la urca Cas-tillo Negro, la nao San Juan de Sicilia y la ga-leaza Trinidad Valancera, fueron las prime-ras en sufrir las temibles consecuen-cias de un temporal que superaba en in-tensidad a cualquiera de los que se tenía memoria desde hacía muchos años.

La Valancera se hundió el 16 de sep-tiembre al abrirse contra una roca su-mergida en la costa de Kinnagoe Bay (Donegal), y el Gran Grifón, con mu-

chos soldados a bordo, se hundió en Fair Isle. Otro barco, la nao Anun-ciada, quedó maltrecho en la desembocadura del río Shannon, aunque

finalmente consiguió regresar a San-tander, y el San Juan de Sicilia logró re-fugiarse en la isla de Mull. El Gran Grin, donde iba el almirante vizcaíno Recalde, encalló en la isla de Clare, y otros tres barcos: Juliana, Santa María del Visón y la nao Lavia, avistaron la bahía de Streedagh tras quedar atrapa-dos en los arrecifes de Donegal. En la Lavia, de 730 tm y 25 cañones, iba el capitán Cuéllar, que había sido des-poseído del mando del San Pedro. Po-cos días antes estuvo a punto de ser ahorcado por quebrantar involuntaria-mente una orden del duque de Me-dina Sidonia que prohibía a cual-

Tras muchos meses, Cuéllar consiguió hacer llegar una carta a ALEJANDRO FARNESIO en demanda de ayuda, quien envió cuatro barcos a Escocia para trasladar a los españoles a Flandes. Derecha, ÁLVARO DE BAZÁN, que llevó a cabo los preparativos de la Gran Armada hasta su muerte poco antes de la expedición.

CUÉLLAR DETALLÓ EL TEMPORAL QUE AZOTÓ A LA FLOTA, LA DESDICHA DE SUS NÁUFRAGOS, Y EXPUSO UN FRISO DE GRAN VALOR ANTROPOLÓGICO SOBRE LA IRLANDA DEL XVI

.

.

50

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

quier barco romper la formación del grueso de la Armada.

Cuéllar narra con precisión el mo-mento de su naufragio: “(...) fuimos a embestir con todas tres naos a una pla-ya de arena bien chica, cercada de gran-dísimos peñascos de una parte y de otra, cosa jamás vista, porque en es-pacio de una hora se hicieron todas tres naves pedazos, de las cuales no se es-caparon trescientos hombres y se aho-

garon más de mil...”. El capitán no sa-bía nadar y en esos momentos, aterra-do, vio ahogarse a muchos dentro de los barcos, unos “echándose al agua irse al fondo sin tornar arriba; otros sobre balsas y barriles y caballeros sobre ma-deros; otros daban grandes voces en las naos llamando a Dios; echan a la mar los capitanes sus cadenas y escudos; a otros arrebataban los mares y dentro de las naos los llevaban”.

Tuvo suerte y consiguió agarrarse a un resto de nave y pisar tierra “todo lle-no de sangre y muy maltratado”, con una pierna desgarrada. De milagro se salvó de la matanza que los ingleses y algunos “salvajes” llevaban a cabo en la playa, repleta de cadáveres: “más de seiscientos cuerpos que echó la mar fuera, y se los comían cuervos y lobos sin que hubiese quien diese sepultu-ra a ninguno”. Cuéllar anduvo hasta un monasterio próximo que había sido in-cendiado, donde encontró a doce espa-ñoles ahorcados dentro de la iglesia.

Casi como un sonámbulo, salió de allí y caminó hacia unos montes que divi-só en la lejanía. En su andar encontró en un bosque a una pobre vieja que se com-padeció de su desdicha y le advirtió, por señas, que los soldados ingleses habían ocupado la cercana aldea de Grange, situada a dos millas y media tierra aden-tro desde la playa de Streedagh. La an-ciana se dio cuenta de que el capitán era uno de los náufragos españoles y su ayu-da fue providencial, al informarle de que su vida corría peligro y debía alejarse de allí cuanto antes.

HAMBRIENTO. Por entonces, Cuéllar no había comido nada desde hacía dos días y el hambre le torturaba el estó-mago. Lo mejor parecía ser seguir ade-lante, pero decidió volver a la playa para buscar algún resto de bizcocho o comida de los barcos hundidos para no morir desfallecido.

En el camino se encontró con dos soldados españoles, uno de ellos con una profunda herida en la cabeza, des-nudos y desvalijados por los irlandeses. Habían pasado tres días desde los nau-fragios y los ingleses habían abandona-

Los recursos humanos embarcados en la Gran Armada, entre marinería, remeros y tropa, fueron alrededor de 30.000, y según in-dican los estudiosos británicos Colin Martin y Geoffrey Parker nunca se conocerá la lista completa de víctimas mortales, aunque pue-den calcularse alre-dedor de 13.000: unos 3.000 marine-ros y 10.000 solda-dos, entre ellos almi-rantes prestigiosos como Oquendo y Martínez de Recalte, y jefes altamente ca-lificados como Martí-nez de Leyva. Otras fuentes poco fiables elevan esta ci-fra a 20.000, de los cuales solo 1.500 murieron en combate, y el resto ahogados, por enfermedad o ase-sinados en Irlanda y Escocia. En España continuaron aparecien-do supervivientes hasta 1597, y unos 2.000 soldados que habían participado en la em-presa se incorporaron al ejército de Flandes y allí combatieron en distintas unidades. Otros se integraron en Irlanda, bien peleando contra los ingleses a las órdenes de jefes locales como

Hugh 0’Neill, conde de Tyrone, o porque se quedaron a vivir con familias irlandesas que les acogieron. Solo unos pocos eligieron per-manecer en Escocia. En cuanto a los barcos, de acuerdo a las fuen-tes aportadas por José Luis Casado Soto en

su obra Los barcos españoles del siglo XVI y la Gran Arma-da, las pérdidas por accidente fueron 2 naos y 1 galeaza; en acciones en combate se perdieron otras 3 (2 galeones y 1 nao); y por causa de los temporales un total de 28 (1 galeón, 12 naos, 11 urcas, 1 galeaza y 3 naves auxiliares de peque-ño tonelaje). Eso arroja un global de 34 naves de las 127 que entraron en

el Canal de La Mancha, lo que supone un 27 por ciento aproximado de barcos destrui-dos, y corresponde a un 39 por ciento del ar-queo alistado. A esto habría que añadir que algunos de los barcos que llegaron a Espa-ña venían en tan mal estado que tuvieron que ser desguazados. F. M. L.

LAS PÉRDIDAS DE LA CAMPAÑA

Vista aérea de la bahía irlandesa conocida

como SPANISH POINT, frente a cuya costa se hundieron numerosas

embarcaciones españolas.

DESASTRE DE LA ARMADA INVENCIBLE

MIGUEL DE OQUENDO, fallecido

durante la campaña.

.

51

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

do Streedagh para retornar a sus cuar-teles en Sligo tras dejar la playa cubier-ta de cadáveres. Cuéllar encontró más de 400 tirados en la arena, y entre ellos el de Diego Enríquez, comandante del San Juan de Sicilia. La mayor parte de la población local estaba husmeando en la orilla, buscando cualquier cosa valiosa que pudieran encontrar entre los restos del naufragio y los cadáveres.

Cuatro irlandeses se acercaron a Cuéllar y trataron de quitarle la ropa, pero entonces, antes de que pudie-ran hacerle daño a él y a sus dos com-pañeros, un personaje con autoridad sobre aquella gente lo impidió. Aquel hombre fue su salvación y les orientó hacia un camino que llevaba hacia la al-dea donde vivía. Les dijo que fueran allí y le esperaran, y él les indicaría cómo ponerse a salvo.

PERSEGUIDO. El camino a la aldea era áspero y pedregoso, y fue un verda-dero calvario para Cuéllar que, des-calzo y con la pierna herida, apenas po-día caminar. Tuvo que pararse a descan-sar y pidió a sus compañeros que si-guieran adelante, mientras él quedaba detrás solo y deprimido. Poco a poco consiguió volver a caminar muy despa-cio hasta llegar a un valle con un es-peso bosque. Allí se topó con un extra-ño grupo formado por un viejo irlandés, una bella joven y dos hombres armados. Uno de ellos francés, y el otro un inglés desertor, que le atacó y a punto estu-vo de matarlo de no ser porque el an-ciano y la muchacha se lo impidieron.

A duras penas, el capitán logró juntar-se con otros compatriotas en la aldea de un señor llamado O’Rourke, que más tarde pagaría con su vida el socorro prestado a los españoles. En ese lugar permaneció tres meses y se ganó la vida soltando disparates y echando la bue-naventura a los lugareños. Un tanto repuesto, el capitán se dirigió hacia el norte, bordeando el lago Melvin, y de ahí pasó al castillo de Rosclogher, situa-do sobre un islote y propiedad de otro caudillo local irlandés apellidado MacClancy, enemigo de la reina de In-glaterra. Allí disfrutó de unas semanas de calma, pero la tranquilidad se rom-pió cuando el virrey inglés envió dos mil soldados desde Dublín para arrasar el territorio. MacClancy escapó a las mon-tañas con su gente, pero Cuéllar y otros

ocho españoles decidieron quedarse para defender el castillo. Contra todo pronóstico, su resistencia desanimó a los ingleses, que abandonaron el sitio, y cuando O’Rourke regresó, impresio-

nado por la hazaña, ofreció una de sus hijas al capitán en matrimonio. Al ver que si aceptaba peligraba su regreso a España, Cuéllar rechazó la oferta y abandonó secretamente el castillo.

De nuevo reemprendió la marcha. Casi arrastrándose, fue a parar a las tie-rras de otro señor llamado O’Cahan que contaba con algunas embarcaciones lis-tas para zarpar en Castleroe, pero el capitán apenas podía andar con su pier-na herida y no pudo llegar a tiempo a los barcos, que se habían marchado dos días antes de su llegada. Maldiciendo su suerte, estuvo vagando por los dominios de O’Cahan hasta que algunas

CANAL DE LA MANCHA

Cork

GlasgowEdimburgo

Cardiff

LiverpoolDublín

Belfast

Londres

DE L

A C

ORU

ÑA

HA

CIA

SA

NT

AN

DE

R

IRLANDA

REINOUNIDO

INGLATERRAGALES

FRANCIA

IslasOrcadas

IslasHébridas

ESCOCIA

Dunkerque

MAR DEIRLANDA

MAR DELNORTE

MAR CÉLTICO

OCÉANOATLÁNTICO

LA RUTA DE CUÉLLAR

8

Naufragio

La Lavia

Juliana

La TrinidadValencera

Ruta de la Armada Invencible

Itinerario de Cuéllar

BatallaStreedaghStrand

Aldea deO’Rourke

RossclogherCastle

Castleroe

Foyle

IRLANDA

LagoMelvin

1

2

4

5

3

GranGrifón

SantaMaría de

Visón

Gran Grin

Dina Sánchez / LA AVENTURA DE LA HISTORIA

Islas Shetland

6

100 km

7

LOGRÓ REUNIRSE CON OTROS ESPAÑOLES Y

JUNTOS DEFENDIERON EL CASTILLO DE SU

PROTECTOR, OBLIGANDO A LOS

INGLESES A LEVANTAR EL SITIO

.

52

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

DESASTRE DE LA ARMADA INVENCIBLE

mujeres irlandesas lo hospedaron en sus cabañas. Ellas le cuidaron la he-rida durante mes y medio y en ese tiem-po se curó. Entonces Cuéllar suplicó a O’Cahan que lo llevara a Esco-cia, pero el jefe irlandés no quiso ayudarle, alegando que había prometido al virrey no dar refugio a su-pervivientes españoles en su territorio.

Y CAÑONEADO. Una noche, cuando estaba con dos mu-chachas, aparecieron soldados in-gleses que quisieron llevarlo prisionero a Dublín. Pero mientras los soldados se solazaban con las mozas, Cuéllar escapó y em-prendió una fuga deses-perada y errática hasta que pudo encontrar al obispo de Derry, Red-mond O’Gallagher, que vi-vía retirado en las costas de Foyle, en Irlanda del Norte. Con el obispo había otros doce espa-ñoles fugitivos y todos tuvieron que esperar seis días hasta que el prelado les proporcionó una pequeña embarcación con pro-visiones para ir a Escocia.

En abril de 1589, el capitán y sus compañeros dejaron la costa de Foyle, y tras superar una tormenta que los

arrastró hasta las islas Shetland lle-garon a tierra firme escocesa. El país es-taba dominado por los calvinistas y re-cibieron escasa ayuda, pero al menos

pudieron reunirse con otros su-pervivientes de la Armada

que también esperaban la ocasión de ponerse a sal-vo. Cuéllar estuvo en Escocia unos seis meses, abandonado a su suerte,

como el resto de los espa-ñoles, hasta que consiguió

enviar una carta al goberna-dor de Flandes, Alejandro Far-

nesio, en demanda de ayu-da para regresar a España.

Farnesio respondió y en-cargó a un mercader es-cocés recoger a los espa-ñoles en cuatro barcos y llevarlos al territorio flamenco.

No acabaron ahí las cuitas del capitán. Cuan-

do los barcos de rescate al-canzaron la costa de Dunker-que, las naves de guerra ho-landesas estaban esperándo-les y sus cañones hicieron es-tragos. La mayoría de los es-pañoles perecieron durante el

ataque, pero el capitán consiguió lle-gar a tierra flotando sobre un made-ro. Luego lo recogieron algunos sol-dados y entró en Dunkerque tan po-

bre como cuando naufragó en Irlan-da, vestido solo con una camisa.

Después de escribir la carta al rey, que tituló Carta de uno que fue en la Armada de Inglaterra y cuenta la jornada, Cuéllar reanudó su vida militar. Tras su prodi-giosa marcha sirvió en Flandes, Fran-cia y Saboya bajo el mando de Alejandro Farnesio y el conde Fuentes. Luego pasó a Nápoles, y en 1601 estuvo en un ga-león destinado a las islas de Barlovento, en el Caribe, y en la armada de los galeo-nes de Luis Fernández de Córdova, pro-tegiendo a los convoyes que iban y vol-vían de las Indias. Más tarde hay do-cumentación que lo sitúa en Madrid en los años 1603 y 1604, y el resto es si-lencio. Es posible que la necesidad lo empujara a regresar a América y no se sabe dónde ni cuándo acabaron sus días. Es probable que muriese olvidado y po-bre, como tantos otros combatientes ve-teranos anónimos de aquella esforzada España que le tocó vivir.

Una vez decidida la creación de la “Grande y Felicísima Armada” para apoyar el desembarco en In-glaterra del ejército de Alejandro Farnesio desde Flandes, se ha-cía imprescindible mantener el secreto que asegurase el éxito de la operación, algo que, en reali-dad, no se consiguió nunca. Re-sultaba casi imposible ocultar los preparativos, teniendo en cuen-ta la magnitud de la empresa y la variada procedencia de los me-dios empleados, que iban desde la concentración de soldados, naves y armas, al acopio masi-vo de alimentos y material lo-gístico. Inglaterra, además, dis-ponía ya de un eficiente servi-cio secreto que dirigía con mano férrea el consejero real Francis

Walsingham, respa ldado por los lutera-nos y otros enemigos de Felipe II en toda Europa. Walsingham obtuvo infor-mación secre-ta muy valiosa a través de personas que viajaron a las costas españolas y organizó re-des de agentes en Bruselas, Ho-landa, Génova, Dinamarca, el Va-ticano y los seminarios católicos en Francia. Frente al espionaje inglés, Espa-ña también contaba entonces

con un pode-roso entrama-do de inteli-gencia bien organizado y pagado, bajo la dirección de personajes a v e z a d o s como el con-sejero de gue-rra y secreta-rio real Juan de Idiáquez

(encargado de las Relaciones Ex-teriores y verdadero maestro de espías) y el militar y diplomá-tico Bernardino de Mendoza, que manejó con habilidad una vas-ta red de informadores desde su puesto de embajador en Lon-

dres (de donde fue expulsado) y luego en París. La guerra secreta que se desarro-lló entre España e Inglaterra alre-dedor de la Armada permanece todavía en buena parte ignorada, y tuvo consecuencias cruciales en el resultado final de la con-tienda. Lo cierto es que los ingle-ses siempre estuvieron avisados de los preparativos, recursos y de-rrotero de la Gran Armada, y dis-pusieron de información de pri-mera mano sobre sus movimien-tos, lo que hace suponer que de-bieron de infiltrar algún espía o agente doble en la corte espa-ñola o en el entorno personal del propio duque de Medina Sidonia, jefe supremo de la flota enviada contra Inglaterra. F. M. L.

LA GUERRA DE ESPÍAS QUE DEFINIÓ LA CONTIENDA

Medalla de ISABEL I alusiva al fracaso de la

Armada. Y camafeo de

FELIPE II.

WALSINGHAM, director del servicio secreto inglés.

Los lectores interesados en este artículo pueden participar en el sorteo de cinco ejemplares de El náufrago de

la Gran Armada (Fernando Martínez Laínez, Barcelona, Ediciones B, 2015), enviando un correo electrónico con el título de la obra y todos sus datos de contacto a [email protected] o por correo postal a la dirección de la revista antes del 12 de julio. Los ganadores se darán a conocer en el número de agosto.

SOR TEO

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53

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

54 LA GLORIA DE UN

SEGUNDÓN

José Luis Corral

V C E N T E N A R I O D E L

Hace quinientos años falleció Gonzalo Fer-nández de Córdoba, el último gran héroe caballeresco. Su maestría en el uso de las armas, su valor y osadía en el combate y su experiencia en la lucha cuerpo a cuer-po le hicieron brillar como soldado. Y su ha-bilidad negociadora, como mediador. Hom-bre de confianza de los Reyes Católicos en las campañas de Granada e Italia, la muerte de Isabel le abocó al ostracismo

DOD

OSSIER

59 GENIO

Y ESTRATEGA

José Calvo Poyato

63 EL NUEVO ARTE DE

LA GUERRA

Almudena Blasco

68 LA DESDICHA DEL

FIEL VASALLO

Andreu Navarra

GRAN CAPITÁN

SSIER.

54

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

DOS

SIER

ESTABA DESTINADO A LA MILICIA O LA IGLESIA. PERO SEIS AÑOS DE

FORMACIÓN EN LA CORTE DE LOS REYES CATÓLICOS CAMBIARON SU

SUERTE. JOSÉ LUIS CORRAL DESTACA SU ARROJO CON LAS ARMAS

Y SU HABILIDAD NEGOCIADORA, CRUCIALES EN LA DERROTA NAZARÍ

l 1 de septiembre de 1453 nace en Montilla (Córdoba) el segundo hijo varón de don Pedro de Aguilar y doña Elvira de Herrera, señores de Aguilar, al que llaman Gonzalo. Años después, a Gonzalo Fernández de Córdoba sus

soldados lo aclamarán como el Gran Capitán.

Tres meses antes de su naci-miento los turcos han conquis-tado Constantinopla (actual Es-tambul) y han liquidado los res-tos del Imperio bizantino, que había sobrevivido un milenio al Imperio romano. La amenaza del islam vuelve a pender sobre los reinos cristianos europeos.

Gonzalo es descendiente del rey Alfonso XI de Castilla y

León y de su amante Leonor de Guzmán. Su tatarabuelo, Fadrique Alonso, fue hijo de Alfon-so XI y hermano gemelo de Enrique II, pri-mer monarca de la dinastía Trastámara. Está, además, emparentado con el rey Fernando el Católico, pues su abuela Blanca Enríquez de Mendoza es hermana de Juana Enríquez, la madre del rey de Aragón.

Pero es un segundón –los títu-los y propiedades de la casa de Aguilar los hereda su hermano Alonso, el primogénito–, de modo que al niño Gonzalo solo le quedan dos opciones: la mi-licia o la Iglesia.

En junio de 1465, poco an-tes de que cumpla los doce años, su padre se alza contra el rey Enrique IV de Castilla, y, con otros miembros de la alta nobleza castellana, se alinea con el infante Alonso. El reino estalla en una guerra civil, y el jovencito Gonzalo es envia-do a la Corte de Ávila,

E

LA GLORIA DE UN

SEGUNDÓN

JOSÉ LUIS CORRAL. UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA.

Grabado xilográfico con las ARMAS del Gran Capitán, duque

de Sessa y Terranova.

V C E N T E N A R I O D E L G R A N C A P I T Á N

GUERRA DE GRANADA

.

55

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

DOSSIER

Apenas se conocen datos sobre su

ASPECTO FÍSICO y no existe ningún retrato coetáneo suyo. Pese a

ello, los pintores y escultores

historicistas del XIX lo representaron en

numerosas obras, como esta de Eduardo Carrió.

V C E N T E N A R I O D E L G R A N C A P I T Á N

.

56

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

donde convive con formidables guerreros e intelectuales como Jorge Manrique. Se convierte en paje de Alonso, y allí pasa tres años funda-mentales para su formación; pero el

30 de junio de 1468 muere Alonso, y el ya adolescente Gonzalo tiene que regresar a Montilla.

Castilla sigue en guerra civil, con la nobleza divida en dos grandes faccio-nes, que en la región de Córdoba li-

deran dos parientes enfrentados: el señor de Aguilar de un lado y el con-de de Cabra de otro. Los bandos son un mal endémico en los reinos cris-tianos peninsulares en la Baja Edad

Media, y Andalucía no queda ajena a ellos. Gonzalo, ya en edad de mane-jar un arma, patrulla por las calles de su Montilla natal en defensa de los intereses familiares, entre los años 1468 y 1469.

Ser noble es un privilegio extraor-dinario, pero el ejercicio de la aris-tocracia conlleva la idea y el oficio de la guerra. En el enfrentamiento entre el conde de Cabra y el señor de Aguilar, Gonzalo es capturado en una escara-muza en la villa de Santaella. Diego Fernández de Córdoba, I conde de Ca-bra, su pariente, lo captura y lo mantie-ne preso durante dos años en su cas-tillo de Cabra. En 1476, los Reyes Ca-tólicos, soberanos ya de Castilla y León, exigen a la nobleza que cesen los enfrentamientos y, por su mediación, Gonzalo es liberado de su encierro. Por entonces se casa con su primera es-posa, Isabel de Montemayor, que mue-re en el parto tal vez al dar a luz a un niño, que también falleció.

BAUTISMO DE FUEGO. En septiembre de 1476, Isabel I requiere la presen-cia de Gonzalo en su corte. Su estancia junto a los reyes será decisiva para su formación política. Durante seis años, Gonzalo convive junto a Fernando el Católico, del cual aprende las artes de la alta política, pero también me-jora sus técnicas de combate indivi-dual, donde destaca de manera nota-ble en el manejo de las armas, como practicara en el cuerpo a cuerpo en sus días de patrullero en las calles de Mon-tilla, y aprende tácticas militares. Su bautismo de fuego lo recibe a los vein-tiséis años de edad en la batalla de la Albuera, contra los portugueses, don-de destaca por su arrojo. La corte de Fernando e Isabel es una escuela para los jóvenes guerreros que deben ejecu-tar su ambicioso proyecto.

En 1482, el monarca Fernando el Católico cree llegado el momento de ocupar el reino musulmán de Grana-da y poner fin a la presencia islámica en la Península. Gonzalo tiene casi

treinta años, es un hombre formado, con experiencia y lleno de arro-jo. Para él, la

guerra de Granada se convierte en una oportunidad extraordinaria para lograr fama, títulos y fortuna. Es la oportu-nidad que está esperando para en-cumbrarse por encima de su rango de segundón.

DOS

SIER

V C E N T E N A R I O D E L G R A N C A P I T Á N

ENVIADO A LA CORTE EN ÁVILA, ALLÍ SE CONVIRTIÓ EN PAJE DE ALONSO Y CONVIVIÓ CON FORMIDABLES GUERREROS E INTELECTUALES, COMO EL POETA JORGE MANRIQUE

Su figura se hizo formidable cuando en la TOMA DE MONTEFRÍO fue el primero en encaramarse en lo alto de la muralla, a la vista de compañeros de armas y enemigos.

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LA AVENTURA DE LA

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Fernando el Católico confía en Gonzalo y le concede responsabilida-des en la guerra. En 1483, el rey Boab-dil de Granada es apresado en la ba-talla de Lucena. Gonzalo se entrevis-ta con Boabdil y entre ambos se asien-ta una sincera amistad. Liberado Boabdil, regresa a Granada, donde se enfrenta con su tío el Zagal en una contienda civil suicida de la que se aprovecha Fernando el Católico.

SU AMIGO BOABDIL. En junio de 1486, Gonzalo destaca en el asalto a los mu-ros de la fortaleza de Íllora, en cuya campaña Ramiro, artillero mayor, le enseña la utilidad de la artillería; esos conocimientos los aplicará años más tarde en sus campañas en Italia. En el otoño de ese mismo año acude a Granada en apoyo de su amigo Boab-dil; durante su estancia en esta ciudad, aconseja al rey granadino, arenga a sus pobladores y media en las disputas que los soliviantan. Además de un ex-perto soldado, se gana fama de convin-cente mediador y hábil político. El cro-nista Pérez del Pulgar dirá más tarde de él que “alcanzó la gloria tanto por su hablar como por su pelear”. Pro-bablemente, el rey Fernando le encar-ga que haga cuanto sea posible para in-crementar las discordias entre los gra-nadinos.

Su maestría en el uso de las armas individuales, su valor y osadía en el combate (está incluso a punto de mo-rir en una escaramuza cerca de Gra-nada) y su experiencia en la lucha cuerpo a cuerpo lo hacen brillar como soldado, y su fama se ex-tiende entre las tropas que par-ticipan en la guerra. Vuelve a destacar en el asalto a la ciudad de Antequera y en el sitio de Tájara, donde incluso diseña una extraña máquina uniendo va-rias puertas de casas a modo de enorme es-cudo para proteger el avance de los atacantes. Su figura se hace formidable cuando en la toma de Montefrío es el primero en encaramarse a lo alto de la muralla, donde alza su figura a la vista de com-

pañeros de armas y de enemigos. Su fama es tal que los Reyes Cató-licos le encargan negociar con Boabdil la rendición de Granada en el otoño de 1491, porque a su

prestigio militar suma una con-trastada capa cidad diplo-

mática y, además, es ami-go del rey granadino.

Tras la conquista del reino nazarí de Gra-

nada, Gonzalo, como tan-tos otros nobles, se enrique-ce. Bien sea por donaciones

recibidas de los Reyes Ca-tólicos, bien por comprar haciendas de derrotados musulmanes a precio de saldo, se apropia de varias

alquerías en diversas aldeas de las ve-gas del Genil y del Órgiva.

Pasa casi tres años administrando sus nuevas propiedades y organizan-do sus señoríos, pero, probablemen-te, se aburre. Gonzalo no ha nacido para dejar pasar el tiempo controlan-do cómo trabajan sus tierras sus sier-vos; es un hombre de acción.

La oportunidad de volver a la vida que tanto anhela se presenta el 28 de noviembre de 1494. Fernando el Ca-tólico lo reclama para que interven-ga en los asuntos de Italia, que se han complicado mucho.

Gonzalo Fernández de Córdoba to-davía no es el Gran Capitán; para ello habrá que esperar a sus triunfos en Italia.

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V C E N T E N A R I O D E L G R A N C A P I T Á N

Los postreros años de la Edad Media son los de los

últimos grandes héroes. La literatura épica y las novelas del siglo XII re-viven el ideal heroico de la Antigüedad, pero el Aquiles de la Ilíada de Homero o el Eneas de la Eneida de Virgilio no son los modelos de los hé-roes legendarios de la Tabla Redonda (Arturo, Lanzarote o Galahad) o de los históricos de la Alta Edad Media (Carlo-magno, Roldán o El Cid); los primeros viven en un mundo a medio camino entre la mitolo-gía y el mito, y los segun-dos entre la leyenda y la historia. El Gran Capitán es el úl-timo gran héroe vivo de los tiempos de la caballe-ría. Su mito comienza a construirse en la guerra de Granada, donde eje-cuta acciones propias de caballeros andantes, como pocos años des-pués lo hará en la ficción

Amadís de Gaula. Es el postrero representante de una saga de guerreros que ganan fama y fortuna en la guerra de frontera con el islam, como en su día El Cid o El Victorial. Luego se convierte en un gobernante de prestigio en las guerras de Italia, en las que, además de soldado valeroso, actúa como político prudente, sabio, clemente y eficaz, cual requería Diego de Valera en su libro Doctri-nal de príncipes, de 1476. Escritores como Lope de Vega, Quevedo o Gracián lo ejemplarizarán como el héroe perfecto, y en la pintura y escultura his-

toricistas del siglo XIX, Casado del Alisal, Fede-rico Madrazo o Bellver lo idealizarán representán-dolo con todo esplendor, pese a que apenas se co-nocen datos sobre su as-pecto físico y no existe ningún retrato contem-poráneo (en Roma se ha querido identificar uno muy dudoso). El texto de una lápida colocada en 1876 por la Diputación de Grana-da en el convento de Carmelitas Descalzas de esa ciudad asienta el mito: “Héroe cristiano, glorioso vencedor de moros, franceses y tur-cos”. J. L. C.

EL ÚLTIMO HÉROE

BUSTO del Gran Capitán, de Mateo Inurria.

Monumento al GRAN

CAPITÁN en la plaza de

las Tendillas de Córdoba.

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LA AVENTURA DE LA

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V C E N T E N A R I O D E L G R A N C A P I T Á N

EL ARROLLADOR AVANCE DE LAS TROPAS FRANCESAS POR ITALIA DECIDIÓ A LOS

REYES CATÓLICOS A ENVIAR UN CONTINGENTE MILITAR EN DEFENSA DEL REINO

DE SICILIA. ALLÍ, AL MANDO DE 8.000 HOMBRES, GONZALO FERNÁNDEZ DE

CÓRDOBA COSECHÓ LA PRIMERA Y ÚNICA DERROTA DE SU VIDA. PERO LOGRÓ

REPONERSE, EXPLICA JOSÉ CALVO POYATO, Y AL FRENTE DE SUS HUESTES

DOBLEGÓ AL CONSIDERADO MEJOR EJÉRCITO DE LA ÉPOCA

GENIO Y ESTRATEGA

LAS CAMPAÑAS DE ITALIA Y LOJA

TROPAS

FRANCESAS entran

triunfantes en Florencia,

en noviembre de 1494.

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LA AVENTURA DE LA

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V C E N T E N A R I O D E L G R A N C A P I T Á N

n 1495, los Reyes Católicos enco-miendan a Gon-zalo Fernández de Córdoba una eventual defen-sa de Sicilia –po-sesión de la Co-rona de Aragón–,

ante el arrollador avance del ejérci-to de Carlos VIII de Francia, que cru-za Italia para adueñarse de Nápo-les, reclamando dicho reino en virtud de unos supuestos derechos de la casa de Anjou sobre el mismo. Tam-bién le encomiendan ayudar a don Fadrique, el joven monarca napo-litano que ha subido al trono tras la muerte de Ferrante I.

La misión es una oportunidad para un hombre como Gonzalo, segundón del poderoso linaje de los Aguilar. Po-nerlo al frente de un ejército de 8.000 hombres no deja de levantar suspi-cacias entre los grandes, que se consideran con mejores derechos y títulos para mandar dichas tropas. Gonzalo, sin embargo, ya ha revelado sus dotes en la guerra de Granada.

Su primera batalla en tierras italia-nas, librada a finales de junio de 1495 en Seminara, se salda con una derrota para Gonzalo. Será la única de su vida. En los meses siguientes se mostrará como un genial estratega capaz de en-frentarse con éxito al ejército francés, considerado el mejor de la época. En Atella, tras una gran victoria, sus pro-pios soldados lo aclaman con el nom-bre de Gran Capitán, con el que Gon-zalo pasará a la historia. Tras una cade-na de triunfos, entra en Nápoles y repone en el trono a don Fadrique, pero apenas disfruta las mieles de la victoria. Ha de acudir a la llamada del Papa. Los franceses controlan el puerto de Ostia, por el que llegan a Roma buena parte de los víveres con

que se abastece. Su fortaleza, con-trolada por Menaldo Guerri, un corsa-rio vizcaíno al servicio de Francia, re-siste los ataques de las tropas pon-tificias, y la situación en Roma es cada vez más complicada.

REBELIÓN DE LAS ALPUJARRAS. El Gran Capitán necesitará solo unos días para apoderarse de la fortaleza y salvar la difícil situación. Su entrada en Roma es apoteósica. Alejandro VI le con-cede la Rosa de Oro, la mayor de las dis-tinciones pontificias. Ese reconoci-miento no es obstáculo para que afee al pontífice su conducta, marcada por la inmoralidad que preside su vida. En 1498 regresa a España como ge-neral victorioso y con el título de du-que de Santángelo, que le ha sido otor-gado por el rey don Fadrique.

En España, la situación en el rei-no de Granada, donde están sus po-

sesiones –es se-ñor de Órgiva–, no le permite un respiro. Los mu-déjares granadi-nos muestran su d e s c o n t e n t o ante el incumpli-miento de lo pactado en las capitulaciones mediante las

cuales se entregó la ciudad, y cuando son obligados a bautizarse, a finales de 1499, estalla un motín en barrio del Albaicín. Aunque fue controla-do en pocos días, en las semanas si-guientes la protesta se extiende por amplias comarcas de las Alpujarras y Gonzalo intervendrá en algunas ac-ciones militares. Antes de que la su-blevación esté controlada, marcha a Sevilla acudiendo a la llamada de los reyes. Isabel y Fernando le entre-gan el mando de un nuevo ejército, cuya misión será frenar el avance oto-mano por el Mediterráneo oriental. Los turcos avanzan por la costa del Adriático y Venecia, que ante la ame-naza, pide ayuda al Papa y a los prín-cipes cristianos. La caída de la isla de Cefalonia en manos de la Sublime Puerta lleva esa amenaza a las puer-tas del reino de Nápoles y hace que muchos recuerden la presencia oto-

mana en Otranto (1480). En la cris-tiandad el peligro se percibe muy próximo.

EL TRIUNFO DE LA INFANTERÍA. La pri-mera misión de Gonzalo, a quien los reyes entregan el mando supremo tanto sobre la armada como sobre el ejército, será expulsarlos de Cefa-lonia. Tras una navegación llena de di-ficultades, sus tropas desembarcan en Cefalonia, y en pocas semanas expul-sa a los turcos y conjura la amenaza. Cumplido el objetivo, no regresa a Es-paña al encomendársele una nueva

JOSÉ CALVO POYATO. HISTORIADOR. AUTOR DE EL GRAN CAPITÁN (PLAZA&JANÉS, 2015).

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EN ATELLA, TRAS UNA GRAN VICTORIA, SUS

SOLDADOS LO ACLAMAN CON EL NOMBRE DE GRAN

CAPITÁN, CON EL QUE GONZALO PASARÁ A LA

HISTORIA

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

misión que se convertirá en su segun-da campaña en Italia.

Los Reyes Católicos han firmado con Luis XII, el sucesor de Carlos VII en el trono de Francia, un tratado –co-nocido como Chambord-Granada– en virtud del cual ambas monarquías se reparten el reino de Nápoles, despo-jando a don Fadrique de sus derechos. La misión de Gonzalo será tomar po-sesión de las comarcas que han corres-pondido a España; sin embargo, al es-tablecer los límites surgen diferencias. Españoles y franceses se disputan co-marcas como la Capitanata o la Basi-

licata, cuya asignación no quedaba cla-ra en el reparto. No hubo acuerdo y se desencadenó la guerra entre ambos.

En esta campaña (1501-1504) será donde Gonzalo ponga de manifiesto,

definitivamente, la gran importancia del uso estratégico de la infantería y su superioridad sobre la caballería. Tras un prolongado encierro en Bar-letta, obligado por su inferioridad nu-mérica, hasta la llegada de refuerzos, presenta batalla en Ceriñola (1503). Allí su infantería acaba con la caba-llería pesada francesa, considerada la mejor de la época, mandada por el joven duque de Nemours. A finales de dicho año, el paso del Garellano es un ejemplo de astucia militar, sorpren-diendo a los franceses e infligiéndoles otra severa derrota y, tras la

DOSSIER

V C E N T E N A R I O D E L G R A N C A P I T Á N

El Gran Capitán contemplando el

CADÁVER DEL DUQUE DE

NEMOURS, por José Casado del Alisal,

1866, Madrid, Museo del Prado.

SU ENTRADA EN ROMA ES APOTEÓSICA.

ALEJANDRO VI LE CONCEDE LA ROSA DE ORO, LA MAYOR DE LAS

DISTINCIONES PONTIFICIAS

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

toma de Gaeta, los fuerza a pe-dir la paz y abandonar Nápoles, que quedará como posesión de la monar-quía hispánica hasta principios del si-glo XVIII en que será cedido al Impe-rio en virtud de los acuerdos de Utrecht. Más tarde ocupará el trono napolitano una rama menor de los bor-bones españoles.

VIGILADO HASTA SU MUERTE. Finali-zada la campaña, Gonzalo ejerce de virrey en Nápoles. Algunas de sus de-cisiones, como la de negarse a cum-plir la orden real de expulsar a los ju-díos de aquel reino por considerar la medida muy perjudicial, y la propia muerte de la reina Isabel –su princi-pal valedora–, tensan sus relaciones con don Fernando.

En la corte del Rey Católico corre la especie de que el Gran Capitán planea convertirse en rey de Nápo-les. Son rumores que esparcen en-vidiosos y mediocres. La lealtad de Gonzalo hacia el rey nunca estuvo en duda. Pese a ello, en 1507, don Fer-nando, que ya ha contraído nupcias con Germana de Foix, viaja a Nápo-les y lo releva de su cargo de virrey, prometiéndole el maestrazgo de la Orden de Santiago.

Una vez en España, el rey incum-plirá su promesa y se mostrará cada vez más distante del soldado que ha conquistado un reino para su corona. Le humillará nombrándole alcaide de Loja, vieja plaza fronteriza del reino de Granada, y lo alejará de la Corte. Entre Loja y Granada pasará Gon-zalo los últimos años de su vida, des-pués de peregrinar a Santiago. En 1512, tras la derrota del ejército de la Liga Santa –la coalición forma-da por España, Venecia y el Papado– ante los franceses, el Papa y los vene-

cianos reclaman la presencia del Gran Capitán en Italia. Don Fernan-do le ordena levantar un ejército –12.000 infantes y 2.000 jinetes– para marchar a Italia, pero antes de su embarque firma un acuerdo con los franceses que significa desmovi-lizar las tropas, y Gonzalo ha de re-tirarse a Loja.

Las suspicacias y recelos del rey lo llevan a mantenerlo vigilado has-ta el momento de su muerte, acae-cida en Granada el 2 de diciembre de 1515, hace ahora quinientos años. Los restos mortales de Gonzalo Fer-nández de Córdoba, a quien sus con-temporáneos ya aclamaron como el Gran Capitán, reposan en el monas-terio de los Jerónimos de esta ciudad andaluza.

DOS

SIER

V C E N T E N A R I O D E L G R A N C A P I T Á N

Fernández de Córdoba conoció el desenlace de la batalla de Rávena

entre Francia y la Liga Santa durante su destierro en Loja como alcaide. La vic-toria francesa sobre España, el Papa-do y Venecia motivó que los aliados reclamasen de nuevo la presencia del Gran Capitán en Italia. José Calvo Po-yato, autor de este artículo, novela en la última gran campaña del soldado.

LA ÚLTIMA MISIÓN

MARADRIÁTICO

MARTIRRENO

MARJÓNICO

Génova

Trento

VeneciaMilán

Parma

Florencia

Siena

Pisa

Roma

Nápoles

Brindisi

MessinaPalermo

Cagliari

PavíaTurín

100 km

ESTADOSPONTIFICIOSFLORENCIA

SIENA

GÉNOVA

REINO DENÁPOLES

REPÚBLICA DE VENECIA

DUCADODE SABOYA

DUCADODE MILÁN

REINO DEFRANCIA

IMPERIOOTOMANO

SACROIMPERIO

CANTONESSUIZOS

CERDEÑA

SICILIA

CÓRCEGA

División porel tratado deGranada (1500)

Carlos VIII (1494-1495)

Dominios de la casa francesa de Orleans

Territorios ocupados por Francia (1499-1512)

Reparto de Milán (1500): anexión a Francia

Anexiones venecianas (1484-1512)

Reparto de Milán (1500): anexión a Venecia

Luis XII (1499-1504)

Atella

Ceriñola

Garellano

Gaeta

Ostia

Seminara

LAS BATALLAS EN ITALIA

Dominios de la Corona de Aragón

Territorio ocupado por Francia yconquistado por el Gran Capitán

Gran Capitán (1495-1497)

Gran Capitán (1503-1504)

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Gonzalo Fernándezde Córdoba (1453-1515),

litografía: G. Engelmann

Las GUERRAS EN ITALIA de los Reyes Católicos entre 1494 y 1504.

UNA VEZ EN ESPAÑA, EL REY FERNANDO

LE HUMILLARÁ NOMBRÁNDOLE

ALCAIDE DE LOJA, PLAZA FRONTERIZA, ALEJÁNDOLO DE LA

CORTE

Participe en el sorteo de cinco ejemplares de El Gran Capitán, de

José Calvo Poyato, Madrid, Plaza&Janés, 2015, enviando un correo electrónico con sus datos a redaccion.arlanza@el mundo.es o por correo postal antes del 10 de julio. Los ganadores se publicarán en agosto.

SOR TEO

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63

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

DOS

SIER

V C E N T E N A R I O D E L G R A N C A P I T Á N

ras los éxitos militares alcan-zados por Gon-zalo Fernández de Córdoba en la guerra de Granada, su ca-pacidad e inge-

nio en la organización de los ejérci-tos y de las campañas militares se de-sarrollarán enteramente en las guerras de Italia. Un suceso inesperado acae-cido en 1495, la cabalgada triunfal del rey Carlos VIII desde Milán a Nápo-les, obligó a reaccionar a los Reyes Ca-tólicos, principalmente a Fernando, por el peligro que suponía la presen-cia de tropas francesas en Calabria, a escasas millas del estrecho de Me-sina y, por tanto, amenazando Sici-lia, un reino clave en la política me-diterránea de la Corona de Aragón desde finales del siglo XIII. Había que reaccionar y hacerlo con celeridad, ya que el hundimiento de la casa real de Nápoles, toda ella emparentada con el propio rey Fernando –no hay que olvidar que la reina viuda Juana era su hermana–, presagiaba una si-tuación crítica.

En la Corte se discutió el tipo de misión a realizar para contener el más que posible ataque francés. Las pos-turas, como de costumbre, se dividie-ron en dos grupos: los que propusie-ron el traslado de un importante con-tingente al mando de algún noble de alcurnia, cercano a la política de Isa-

bel, y los que propusieron una acción más prudente, que consistía en tras-ladar un contingente de veteranos curtidos en la reciente guerra grana-dina a la vanguardia del cual podría si-tuarse alguno de los brillantes capi-tanes que habían participado en ella. Finalmente, se optó por esta última y se eligió poner al frente de este re-ducido contingente de veteranos a Gonzalo Fernández de Córdoba, qui-zás como pago a los excelentes servi-cios que había realizado a la Corona en las capitulaciones de rendición del rei-no de Granada.

Las órdenes recibidas por Fernán-dez de Córdoba eran muy estrictas: defender lo que los documentos de la época llamaban el Faro, es decir, la franja marítima que separa Mesina, en Sicilia, de Regio, en Calabria. No estaban, de todos modos, muy claros los procedimientos que debía em-plear Fernández de Córdoba en la de-fensa del Faro. Quedó a su libre elec-ción si lo debía de hacer en la orilla insular o en la continental. Es aquí donde encontramos uno de los pun-tos más conflictivos de la misión y que más controversias suscitó en la Corte. Controversias reflejadas en las numerosas cartas que, desde ALMUDENA BLASCO VALLÉS.

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BARCELONA.

TEN ITALIA, EL GRAN

CAPITÁN TRANSFORMÓ

LAS FORTALEZAS Y

CONSTRUYÓ INGENIOSOS

TORREONES. PERO, SOBRE

TODO, RESALTA

ALMUDENA BLASCO,

REVOLUCIONÓ EL

EJÉRCITO, IDEANDO

NUEVAS UNIDADES QUE

SIRVIERON DE BASE PARA

LOS FUTUROS TERCIOS

INNOVACIONES TÉCNICAS Y ORGANIZATIVAS

DE LAEL NUEVO ARTE

G U E R R A

ESPADA del Gran Capitán, Castillo

de Calahorra, Granada.

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

Roma, enviaba el embajador de España, Garcilaso de la Vega, padre del futuro gran poeta.

TORREONES EN FORMA DE TIJERA. La llegada de Fernández de Córdoba a Mesina ajustó sin embargo esos pla-nes. Las conversaciones que man-tuvo con los miembros de la casa real que se habían refugiado en esta ciu-dad tras huir de Nápoles, especial-mente con la reina viuda Juana, per-mitieron a Fernández de Córdoba ha-cerse una idea más clara del verda-dero alcance de la ocupación fran-cesa del reino de Nápoles. Fuera como fuese, pues los ecos de esas conver-saciones han llegado diluidas hasta no-sotros, Fernández de Córdoba optó por la solución de defender el reino de Sicilia desde suelo calabrés.

Por ese motivo llevó a cabo un de-sembarco al norte de Regio, cerca de la ciudad de Seminara. Nada más desem-barcar, se dio cuenta de dos realida-des alarmantes: el contingente de ve-teranos con los que había acudido no estaba lo suficientemente preparado para enfrentarse a un ejército como el francés, y, junto a eso, en segundo lu-gar, el estado calamitoso en el que se encontraban las fortalezas que prote-gían el territorio. Todo ello sin olvidar el habitual conflicto entre la nobleza territorial de la región, eso que los cro-nistas napolitanos de la época llamaban el pandemonium nobiliario. La inquie-tud aumentó tras el primer encuen-tro que tuvo Fernández de Córdoba con las tropas francesas de Stuart, lo que con el tiempo se convirtió en la ba-talla de Seminara, que fue la primera, aunque también la última, derrota de Fernández de Córdoba en Italia.

El fracaso de Seminara hizo reaccio-nar a Fernández de Córdoba, en me-

dio de una creciente presión de la Corte, que le sugería regresar con sus veteranos al otro lado del estrecho y optar por defenderlo desde la propia isla. En lugar de eso llevó a cabo dos decisivas acciones en un tiempo ré-

cord. Por un lado, transformó las for-talezas para adaptarlas al fuego de la artillería de campaña que las tropas francesas habían llevado consigo en su cabalgada de campaña, incrementan-do el papel del cuerpo de artilleros y el de ingenieros, imprescindibles a

partir de entonces, así como lo fueron las gestiones de administración y lo-gística. Esos cambios en la arquitec-tura militar fueron decisivos debido a la necesidad de construir los nuevos torreones defensivos en forma de ti-

jera. La segunda acción fue más ca-tegórica: transformó la estructura bá-sica del ejército, la compañía, una uni-dad que había dado un resultado ex-celente en la guerra de Granada y en todas las demás guerras llevadas a cabo por la Corona de Castilla duran-

te el siglo XV, pero que se manifestó extrema-damente débil ante un ejército bien pertre-chado, a la moderna, como era el ejército

francés de Carlos VIII. Fernández de Córdoba ideó una

nueva unidad de combate, a la que se llamó coronelia, al frente de la cual situó a un coronel, un coronello, dicho al modo italiano. Esta unidad reunía

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V C E N T E N A R I O D E L G R A N C A P I T Á N

EL GRAN CAPITÁN RECORRIENDO EL CAMPO DE BATALLA DE CERIÑOLA, por Madrazo. Un jinete con armadura y un grupo de lanceros cierra la composición por la izquierda.

ADOPTÓ NUEVOS MATERIALES EN LAS ARMAS BLANCAS, EN ESPECIAL LAS ESPADAS, Y JUNTO A LAS DE MILÁN, INTRODUJO LAS DE TOLEDO. LAS FAMOSAS “TOLEDANAS”

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LA AVENTURA DE LA

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como mínimo tres compañías, cuando no cuatro en situaciones de urgencia o de peligro, y sería la base de los fu-turos tercios y, más tarde, de los regi-mientos. En todo caso, la unidad tác-tica más utilizada fue la capitanía, lla-mada también batalla, de unos 250 hombres al mando de un capitán. En su interior, el cabo de batalla manda-ba unos 100 soldados y un cabo de escuadra 10 o 12. Dos o tres batallas constituían una bandera. Además, si-tuó a una élite como el equipo fun-damental de la capitanía, arcabuceros, escopeteros o espingarderos, que lle-vaban a cabo una labor de alto riesgo y muy delicada.

BALLESTAS Y ARCABUCES. El Gran Capitán también adoptó nuevos ma-teriales en las armas blancas, en espe-cial las espadas, y, junto a las de Milán, introdujo las de Toledo, las famosas to-ledanas, herederas de las fabricadas por los herreros árabes, forjadas con el magnífico hierro y cobre extraí-do de las minas de la penínsu-la ibérica. Su fama fue tal que a comienzos del siglo XVI se consideraron una pieza cla-ve, precisamente cuando la infantería española irrumpió en Europa. Las toledanas eran de diversos ti-pos: espadas normales y ligeras, de ar-zón, largas para poder golpear desde el caballo, o la bastarda, con cana-laduras en las hojas que servían para aligerar el peso, así como los pesados mandobles de dos a tres kilos, que, asidos con las dos manos, servían para abrirse camino entre las apretadas for-maciones de picas. Fueron también ar-mas esenciales las ballestas y los arca-buces, ya que su disparo era capaz de alcanzar los ochenta metros, pese a que generalmente se esperaba a que el enemigo estuviera a treinta para disparar.

La reforma de la tropa y la adopción de nuevas armas fue acompañada de una transformación táctica consisten-te en establecer un mejor equilibrio entre la unidad de infantería para la defensa de las filas, los piqueros, las unidades de infantería para la defen-sa de los ataques frontales de la ca-ballería pesada, los arcabuceros, y una

mejor disposición de la caballería lige-ra, en los flancos, y de la caballería pe-sada. Así se creó un espacio interme-dio donde se podía colocar la artillería de campaña al modo francés. Lo que Francia había realizado en dos genera-ciones, desde mediados de la década de 1440 en las campañas que termi-naron con la guerra de los Cien Años, hasta la década de 1480, en la guerra con el ducado de Borgoña, Fernández de Córdoba lo hizo en apenas unos meses. Esta nueva táctica no solo se demostró muy adecuada para que las tropas pudieran desplazarse con ma-yor agilidad por las difíciles tierras ca-

labresas, que obligaban a que en cada fortaleza tuviera que dejar una guar-nición, sino que también resultó enor-memente eficaz, pues consiguió ex-pulsar a los franceses tanto del terri-

torio de Calabria como de la ciu-dad de Nápoles, lo que permi-

tió el regreso de la casa real en pleno a sus palacios y la reactivación de la vida de la Corte napolitana.

EL PAPA PIDE SU AYUDA. Técnicamente, la campaña parecía haber acabado allí, al menos eso parece des-prenderse del cruce de in-formación en esos meses entre el embajador de Es-paña en Roma, Fernando el Católico y el propio Gonzalo Fernández de Córdoba. Su resistencia a regresar la justificaba afir-

mando que existían nobles rebeldes partidarios de los franceses que entorpecían el funcionamien-to de la economía del reino, lo cual era verdad, y también por el deber de mediar en el conflicto dinástico que se había desencadenado en la casa real napolitana entre los descendien-tes de las dos esposas del difunto rey Ferrante. Ambas ideas no logra-

ban convencer al embajador de España en Roma y comenza-ron a suscitar sospechas de

que Fernando el Católico tenía otros intereses sobre Nápoles, que de momento no confesaba, pro-bablemente porque era difícil ha-cerlos públicos habida cuenta de

que su propia hermana Juana podía ser la principal damnificada.

Un suceso inesperado, uno más en la vida de Fernández de Córdoba, agudizó la tensión política entre él y la Corona. El papa Borja, Alejan-dro VI, solicitó su ayuda para solucio-nar un grave problema que tenía en la fortaleza y el puerto de Ostia, por aquel entonces en manos de un capi-tán vasco al servicio del rey de Fran-cia. Los continuos fracasos de sus tro-pas llevaron al papa a pensar que el exitoso capitán andaluz podría resol-ver el problema. Y así fue como suce-dió. En cuestión de días, Fer-

DOSSIER

V C E N T E N A R I O D E L G R A N C A P I T Á N

ARMADURA de placas de acero

de los caballeros del

siglo XV y BALLESTA con un alcance de 300 metros.

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LA AVENTURA DE LA

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nández de Córdoba asedió el castillo, lo tomó y apresó a sus defen-sores, con lo que demostró un perfec-to conocimiento del asedio de las for-talezas. La entrada triunfal en Roma, donde recibió de manos del papa la Rosa de Oro, máxima distinción pon-tificia, colocó a Fernández de Córdo-ba en una situación difícil ante los ojos del embajador de España, según se desprende de sus propios infor-mes al rey. Las órdenes de que regre-sara a la Corte para dar explicaciones sobre su actividad se incrementaron, pero antes de que tomara la decisión de partir, ocurrió un hecho también inesperado que marcaría para siem-pre la historia de esta campaña y de su protagonista. En un breve en-cuentro con las tropas francesas en retirada, de la que salió una vez más victorioso, los soldados de ambos bandos empezaron a aclamarle lla-mándole el Gran Capitán.

Con este reconocimiento, regresó a la Corte para rendir cuentas ante los

funcionarios de la Hacienda caste-llanas sobre el coste de la campaña. Esas son en sentido histórico las ver-daderas “cuentas” del Gran Capi-tán, conservadas en un grueso volu-men del Archivo de Simancas don-

de anotó, punto por punto, lo que fue, efectivamente, el elevado coste de la campaña italiana. A pesar del clamo-roso éxito de su misión, el Gran Capi-tán regresó a Granada prácticamente convencido de que su carrera mili-tar había concluido. Sin embargo, un

nuevo conflicto surgido en el mar Adriático en el año 1500 cuando los trucos otomanos, tras conquistar la isla de Cefalonia amenazaron con lle-gar hasta Venecia, condujo a la crea-ción de una Santa Alianza entre el Pa-pado, la república de Venecia y los Re-yes Católicos.

DONDE ANÍBAL DERROTÓ A ROMA. El problema era quién iba a estar al man-do de las tropas mancomunadas. Ve-necianos, y el propio papa propusie-ron al Gran Capitán, y los Reyes Cató-licos, a pesar de algunas reticencias iniciales, terminaron por aceptarlo. Este nuevo regreso de Fernández de Córdoba a Sicilia fue muy diferente del anterior. Ahora, con el título de Capitán General y Almirante de la Ar-mada, dirigía un poderoso ejército. La rápida y triunfal campaña de Cefalo-nia, con la conquista de la fortaleza de San Jorge, defendida por los jenízaros, las tropas de élite de los otomanos, probó ante el ejército más poderoso

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AL VER ESTALLAR LA SANTABÁRBARA, ANTE

EL ESTUPOR Y EL CONATO DE HUIDA DE

SUS SOLDADOS, EXCLAMÓ: “¡NO HUYÁIS,

SON LAS LUMINARIAS DE LA VICTORIA!”

ARTILLEROS franceses entrando en Nápoles, 1495. El Gran Capitán adaptó en un tiempo récord las fortalezas para resistir su fuego.

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LA AVENTURA DE LA

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del momento la eficacia de las refor-mas militares ideadas por el Gran Ca-pitán. Una vez más la misión se ha-bía cumplido a la perfección, pero también una vez más Fernández de Córdoba no acudió a la Corte como se le solicitaba, sino que permaneció en Nápoles para organizar la defensa del reino sospechando un futuro ataque de los franceses. Eso significaba que el acuerdo firmado por Fernando el Católico y el nuevo rey de Francia, Luis XI, iba a ser papel mojado, lo que le creó un nuevo distanciamiento con el rey. Pero al final la Historia le dio la razón, dado que el rey de Francia envió un poderoso ejército a Nápo-les al mando del cual situó al joven e intrépido duque de Nemours. Por esas fechas, Fernández de Córdoba consolidaba las plazas marítimas del Adriático, desde Otranto a Barleta, como si quisiera invitar a los fran-ceses a una batalla campal en un terri-torio históricamente significativo, pues en esos parajes tuvo lugar la fa-mosa batalla de Cannas, donde Aníbal venció y derrotó al ejército romano. La cultura del Renacimiento tenía esas cosas, el recurso a un referente clási-co para dirimir un conflicto.

EL ERROR DEL DUQUE DE NEMOURS. El Gran Capitán preparó la batalla en los campos de Ceriñola, un terreno on-dulado con quebradas y barranqui-llas, con vides y arbustos, que recorda-ba la subética, la tierra natal de Gon-zalo. Allí organizó un plan táctico que fue la máxima expresión de la reforma del ejército basada en las coronelias. Situó tras unas empalizadas asegura-das con estacas unas filas de pi-queros y arcabuceros en el cen-tro. Detrás de ellas, también en el centro, la artillería y la santa-bárbara, con el propio Fernández de Córdoba de pie mirando la llegada del ejército adversario, y, en los flancos, la caballería li-gera y la caballería pesada. Con esa disposición táctica esperó la decisión de su adversario, el duque de Nemours, pero ni en sus mejores sueños imaginó que este atacara nada más llegar al campo, aprovechando la caída de la tarde. La decisión de rea-

lizar una carga de caballería pesada contra las empalizadas donde esta-ban los piqueros y arcabuceros, fue la máxima demostración de coraje ca-balleresco pero la peor decisión tác-tica y la más deplorable opción estra-tégica. La flamante caballería pesada que el duque de Nemours había lleva-do a Ceriñola acabó destrozada entre los hierros, la madera y los fosos que le había preparado el Gran Capitán; de nada valdría que una descarga de la ar-tillería francesa volara la santabárbara del ejército español, pues solo sirvió para probar una vez más el carácter de Fernández de Córdoba, que al ver estallar la pólvora, ante el estupor y

el conato de huida de sus soldados, ex-clamó en voz alta: ¡No huyáis, son las luminarias de la victoria!

La derrota de Ceriñola, sin embar-go, no amedrentó al rey de Francia, que envió a la zona un nuevo y po-deroso ejército, al que esta vez el Gran Capitán decidió frenar en lo que pro-bablemente es la campaña en sen-tido táctico más importante del Rena-cimiento y que se conoce como la ba-talla de río Garellano. En pleno invier-no, durante los días de Navidad, fin-gió una retirada pretextando que iba a esperar a las tropas de reserva que llegaban de Nápoles, atravesando el Garellano en barcazas, en una osa-

dísima operación que condujo di-rectamente a la destrucción del ejército francés y a la toma de la poderosa fortaleza de Gaeta, des-de donde se amenazaba todo el movimiento de naves de la cos-ta napolitana. Esa campaña durí-sima que le hizo enfermar de fie-bres palúdicas, precisamente las que le acabarían conduciendo a la muerte, significó la prueba fehaciente de que las reformas que el Gran Capitán había rea-lizado en el ejército iban a ser el soporte y el fundamento del Im-perio español.

DOSSIER

V C E N T E N A R I O D E L G R A N C A P I T Á N

Las CUENTAS del Gran Capitán reflejan, punto por punto, el elevado coste de la campaña italiana.

El CASTEL NUOVO se convirtió en la residencia del Gran Capitán en Nápoles.

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LA AVENTURA DE LA

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V C E N T E N A R I O D E L G R A N C A P I T Á N

n los mismos ci-mientos míticos de la nacionali-dad encontra-mos la leyenda del fiel vasallo que osa desafiar a su monarca, para luego partir

a la búsqueda del favor perdido. No es otra la historia narrada en el Poema de Mío Cid. Sin embargo, en la his-toria de España se han sucedido lla-mativos casos de destacados defen-sores de la monarquía que han caí-do estrepitosamente en desgracia de los titulares de la corona, algu-nos tan llamativos como los del Gran Capitán, Hernán Cortés, el duque de Alba o el preilustrado Melchor de Macanaz.

Entre 1495 y 1498, Gonzalo Fer-nández de Córdoba, señor de Ór-giba, había combatido en Italia con-tra los franceses para defender los in-tereses españoles en Nápoles. En 1498 regresó triunfalmente con los títulos de Gran Capitán y duque

de Santángelo. Dos años después se firmó el Tratado de Chambord-Gra-nada, que designaba cómo debía rea-lizarse el reparto del reino de las Dos Sicilias. Sin embargo, el Gran Capi-tán tuvo que regresar pronto a Ita-lia porque surgieron de nuevo dispu-tas y se reanudaron las hostilidades. Fer-nández de Córdoba comprendió que, ante la superioridad militar francesa, su única opción era evi-tar las batallas a cam-po abierto y perma-necer encerrado en las plazas a la espera de tropas de refuerzo españolas, que final-mente llegaron en otoño de 1502.

El Gran Capitán venció de nuevo en Ceriñola y Garellano, logrando que el reino de las Dos Sicilias se integrara defini-tivamente a la monarquía hispánica.

Con la desaparición de Isabel la Católica (1504) empezaron los pro-blemas para el Gran Capitán, quien

hasta entonces había sido paje y ser-vidor de confianza de la reina. Según Quevedo, Fernando el Católico em-pezó a pensar que su vasallo pen-saba erigirse en monarca de Nápoles. Lo cierto es que, en 1506, viajó a Ita-lia para coronarse rey, acompañado de

su nueva esposa, Germana de Foix.

En 1508 culminó el desencuentro en-tre Fernández de Córdoba y el rey. Le fue retirado al Gran Capitán el mando de las fuerzas afinca-das en Nápoles y, una vez en España, Fer-nando le retiró la pro-mesa de otorgarle el maestrazgo de la Or-den de Santiago. Dos años antes, en Córdo-ba, unos disturbios

provocados por la crueldad del inquisi-

dor Lucero terminaron con el asalto de la cárcel inquisitorial y la libera-ción de los presos. Dos años después, el rey Fernando envió a la ciudad un pesquisidor para que averiguara qué

E

ANDREU NAVARRA ORDOÑO. HISTORIADOR.

Según QUEVEDO, Fernando creyó que su vasallo pensaba

erigirse en rey de Nápoles.

LA DESDICHA DEL

FIEL VASALLO

SU ENEMISTAD CON EL REY

PAJE Y SERVIDOR DE CONFIANZA DE ISABEL LA CATÓLICA, LA MUERTE DE LA REINA

SUPUSO LA CAÍDA EN DESGRACIA DEL INVICTO MILITAR. ANDREU NAVARRA

RASTREA LAS POSIBLES CAUSAS DE SU DISTANCIAMIENTO CON EL SOBERANO,

TEMEROSO DE SU PODER E INFLUENCIA EN EL EJÉRCITO Y LAS CORTES EXTRANJERAS

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69

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

V C E N T E N A R I O D E L G R A N C A P I T Á N

había ocurrido. El rey ordenó a Pedro de Aguilar, marqués de Priego, que abandonara la ciudad para castigar su desacato. El marqués, sobrino del Gran Capitán, no solo desobedeció sino que encarceló al enviado del rey en el castillo de Montilla. El monar-ca ordenó derruir el castillo, cuna del Gran Capitán, y ejecutar y demoler las casas de los partidarios del marqués.

“DISIMULAR LO QUE TEMÍA”. Francisco de Quevedo escribió sobre Fernando el Católico y el Gran Capitán en las Cuestiones políticas que seguían a su Marco Bruto (1644). Quiso advertir a los grandes nobles del peligro que co-rrían si, no retirándose a tiempo a un segundo lugar, concitaban la envidia de los monarcas. Para desespera-ción de los historiadores, Quevedo es-cribió que Fernando “sabía disimu-lar lo que temía, y temer lo que disi-mulaba”, y que “dijéronle que el Gran Capitán quería levantarse con el rei-no de Nápoles; esto con todas las le-galidades de la calunia y de la invidia”.

Actualmente no se da crédito a la hipótesis de que el Gran Capitán qui-siera proclamarse rey de Nápoles, o que se entregara a la causa sucesoria de los Austrias apoyando a Felipe el Hermoso contra el gobierno de Fer-nando de Aragón. De hecho, Gonza-lo rechazó ofertas en este sentido del emperador Maximiliano.

Guillermo García Valdecasas sugie-re una tercera hipótesis, según la cual, merced a su inmenso prestigio, el Gran Capitán podría haber pensado en una acción político-militar encami-nada a impedir la entronización de una dinastía extranjera en Castilla, lo que explicaría que, perdida la con-fianza del rey, continuara mostrán-dole lealtad a todo trance en su corres-pondencia. Como fuera, tras la ene-mistad entre el rey Fernando y Gon-zalo Fernández de Córdoba, los ce-los y el temor de que un militar invic-to influyera demasiado sobre el poder parecen tener un papel primordial.

Quevedo, que disponía de la docu-mentación original del alcaide Francis-co Pérez de Barradas, que fue comisio-nado por el monarca para impedir que el Gran Capitán lograra embarcarse al final de su vida para volver a Italia,

sugirió también que el rey de Francia pudo alentar la animadversión de Fer-nando exagerando sus elogios milita-res, con la intención secreta de contri-buir a la ruina de su líder militar.

A propósito de la caída en desgra-cia del duque de Alba, Manuel Fer-nández Álvarez ha escrito: “Felipe II, que había mandado al duque de Alba a Flandes con la orden expresa de ac-tuar con mano dura, ahora le repro-cha su rigor”. Era el año 1571. Y aun-que el recuerdo de la desgracia del Gran Capitán pudiera aún estar fresca en la memoria de todos, faltaban se-tenta años para que Quevedo advirtie-

ra a los grandes capitostes militares de los peligros que entrañaba morir de éxito tras un encargo regio.

FERNANDO EL CATÓLICO, según un retrato de 1859 de Joaquín Domínguez Bécquer.

J. E. RUIZ-DOMÈNEC, “Ceriñola, la consagración del Gran Capitán”, en La Aventura de la Historia, nº 54,

abril de 2003, pág. 32-39. G. GARCÍA VALDECASAS, Fernando el Católico y el Gran Capitán, Granada, Comares, 1988. A. LÓPEZ RUIZ, “Una misión confidencial del alcaide de la Peza: impedir la huida a Italia del Gran Capitán”, en Revista de Humanidades y Ciencias Sociales del IEA, núm. 19, 2004. J. E. RUIZ DOMÉNEC, El Gran Capitán. Retrato de una época, Barcelona, Península, 2002. VV AA, El Gran Capitán. De Córdoba a Italia al servicio del rey, Córdoba, CajaSur, 2003.

DOSSIER

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70

LA AVENTURA DE LA

HISTOR IA

Por el pasaje descendente viene unaprocesión de gente, los miembros de

la corte, soldados, sirvientes y mujeres, es-tas con todos sus delicados y de brillantecolorido trajes y tocados de lapislázuli,plata y oro. Con ellos vienen músicos conarpas o liras, címbalos y sis-tros. Luego se bajan por lapendiente los carros arras-trados por bueyes o asnos,con los conductores en loscarros, los mozos de cuadrasujetando la cabeza de losanimales. Cada hombre ymujer traía una pequeñacopa de arcilla, piedra o me-tal, el único equipo necesa-rio para el rito que iba a seguir.Algún tipo de servicio tuvo lu-gar al fondo del pozo, pues esevidente que los músicos toca-ron hasta el final. Entonces to-dos bebieron de su copa, obien trajeron la poción con elloso la encontraron preparada allí–en el pozo de una de las tum-bas había un gran caldero decobre en el que podían haber-la sumergido– y se compusie-ron para la muerte. Entonces lle-gó alguien y mató a los anima-les y quizá dispuso los cuerposdrogados, y cuando esto estuvo hecho selanzó arena sobre ellos y se completó el re-lleno del pozo de la tumba. Los huesosde los animales se encontraron sobre los delos mozos de cuadra y, por tanto, deben dehaber muerto después. Del mismo modo,

en una tumba las liras fueron colocadascontra el muro, sobre el cuerpo de las mu-jeres y solo pudieron ser colocadas allí des-pués de que estas murieran”.

Así describe sir Leonard Woolley cómotuvieron lugar los sacrificios humanos que

resultan la más aterradora yseductora de las particularida-des de los enterramientos delos reyes de Ur, una de las mu-chas ciudades-estado sume-rias que poblaron Mesopota-mia. Nada mal como descubri-miento para alguien a quiencuando estaba terminando susestudios en Oxford, el rector lla-mó a su despacho y le dijo: “Hedecidido que vas a ser arqueó-logo”. Así de sencillo fue comoun completo desconocedor delmundo arqueológico llegaría aconvertirse en uno de los me-jores en este campo.

Como él mismo reconoce, noera una idea que le hiciera de-masiado feliz, pero nadie dis-cutía las decisiones del rector.Además, excepto un curso de

escultura griega, haber leído aSchliemann y tener unas vagasnociones de que Petrie excavabacosas importantes en Egipto y

Evans había encontrado el palacio de Mi-nos en Creta, poco más sabía de una ca-rrera que imaginaba iba a transcurrir den-tro de un museo. De hecho, sus prime-ros pasos los dio en el Ashmolean Museuma las órdenes de Arthur Evans; pero lue-

go vino el trabajo de campo, al aire libre,que es lo que le gustaba a Woolley, y pasóa excavar en el muro de Adriano, cemen-terios meroíticos en Sudán y, por fin, la ciu-dad de Carquemish, donde acabaría de-sarrollando los innovadores métodos de ex-cavación que lo convertirían en uno delos referentes de la arqueología mundial.

ELMISMOAÑOQUETUT-ANJ-AMÓN.Trasel paréntesis de la I Guerra Mundial, don-de se pasó dos años prisionero de los turcos,que lo capturaron cuando ejercía comooficial de inteligencia del ejército inglés, re-gresó a Carquemish hasta que, debido a losriesgos de la política del país, se clausuróla excavación. Sería entonces cuando el Mu-seo Británico y el Museo de la Universidad

CaLEIDOARQUEÓLOGO POR CASUALIDAD, DURANTE DOCE CAMPAÑAS SIR LEONARD

WOOLLEY EXCAVÓ EL CEMENTERIO REAL SUMERIO, DESCUBRIENDO

TESOROS INIMAGINABLES Y CENTENARES DE SERVIDORES SACRIFICADOS

Tumbas reales de Ur

Detalle delpanel frontal dela GRAN ARPA

localizada en elyacimiento.

ARABIASAUDÍ

SIRIAIRÁN

KUWAIT

Ur

200 km

Éufrates

Tigris

IRAK

Bagdad

GolfoPérsico

ARQUEOLOG ÍA ARTE INSTITUCIONES VIAJES CIENCIA L ITERATURA

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71

LA AVENTURA DE LA

HISTOR IA

S C o P I OUr fue una CIUDAD

COSTERA, próxima a ladesembocadura delÉufrates. Su interior

estaba dominado por eltemplo, un zigurat dondese custodiaba la estatuadel dios de la misma.

de Pensilvania le propusieron excavar Ur delos caldeos, una propuesta que recibió elapoyo de Gertrude Bell, por entonces direc-tora de antigüedades de Iraq. Una labor a laque dedicó doce campañas (desde 1922hasta 1934) y en la cual demostró de in-mediato su buen hacer como arqueólogo,pues el lugar donde aparecerían las ce-lebérrimas tumbas reales fue descubierto yaen la primera campaña. Sin embargo, elmismo año en el cual se descubrió la tum-ba de Tut-anj-Aamón, Woolley decidió de-jarlo en barbecho varios años –a pesar de loprometedor que era– hasta que sus traba-jadores hubieran conseguido la suficientedestreza como excavadores.

A pesar de que hoy se encuentre tierraadentro, Tell al-Muqayyar, el yacimiento al

que Woolley iba a dedicar una docena deaños de su vida, fue en su momento unaciudad costera situada próxima a la desem-bocadura del Éufrates. El primer monarcaconocido de esta ciudad-estado meso-potámica está fechado hacia 2500 a.C.;

pero la ciudad ya llevaba existiendo más demil años antes, pues los primeros restos ar-queológicos encontrados en ella datande 3800 a.C. (durante el periodo Ubaid).Cuando se realizaron las famosas inhu-maciones reales, Ur era una de las 20 o30 ciudades-estado que se repartían portoda la Mesopotamia sumeria. A veces pa-cíficas, a veces enfrentadas entre sí, setrataba de ciudades amurallas que con-trolaban un amplio territorio donde habíaotros asentamientos más pequeños. El in-terior de la ciudad principal estaba do-minado por el templo –en el caso de Ur,en la cima de un zigurat– donde se guarda-ba la estatua del dios de la misma. En rea-lidad, los mesopotámicosveían a la Humanidad como ➳

WOOLLEY, con una figura del dios Endursaga.

LIBROS EXPOSICIONES MULTIMEDIA CONCURSO PRÓXIMO NÚMERO MI HÉROE

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72

LA AVENTURA DE LA

HISTOR IA

los sirvientes de los dioses, de modoque las ciudades-estado eran consideradaspropiedad de su dios. Nanna, la deidadde la Luna, era quien residía en Ur.

Fue en la campaña de 1926-27 cuandoWoolley comenzó a excavar el cemente-rio real, para hacerse una idea de la ta-rea que tenía por delante. Las tumbas te-nían una amplia distribución cronológica yparecían agruparse por periodos. Le espe-raba un arduo trabajo. En las trescampañas siguientes desenterró300 tumbas, seguidas de 454y 350 en la última. Las más famo-sas de todas ellas fueron excava-das entre 1927 y 1929, se tra-taba de laPG (Private Grave) 789,la PG 800 –perteneciente a unamujer de la realeza llamada Pua-bi, nombre que antes se leíaShub-ad– y la PG 1237. Todasellas constaban de una cáma-ra funeraria de piedra situada alfondo de un pozo, restos de unelaborado ritual de inhumación delque formaban parte sacrificios humanosy en ellas aparecieron preciosos objetos depiedras semipreciosas, oro y plata.

COPAS Y DAGAS. Las riquezas del hallaz-go eran tantas, que Wolley prefirió causarextrañeza en quien lo leyera antes que des-pertar su curiosidad y codicia, de modo queredactó en latín el telegrama donde infor-maba del descubrimiento a sus jefes: “Hedescubierto la tumba intacta, construida enpiedra y abovedada por encima con ladri-llos, de la reina Shubad, adornada con unvestido en el cual hay cosido gemas, coro-nas de flores y figuras de animales, algunasmagníficas joyas y copas de oro”. En sus úl-timas campañas, Woolley descubriría tam-bién los mausoleos de los reyes de la III di-nastía de Ur, situados en el borde nororien-tal del cementerio real. Al final, en este seexcavaron 1.850 tumbas intactas, entre lamitad y un tercio de las que Woolley cal-culaba que había contenido, todo ello en unterreno de unos 70 por 55 metros.

Según su excavador, el cementerio realdel dinástico temprano (h. 2500 a.C.) cons-taba de 660 tumbas, de las cuales había 16que destacaban de las demás. Las primeraseran enterramientos sencillos, al fondo deuna excavación rectangular, donde el muer-to era depositado con las piernas ligeramen-te flexionadas y las manos a la altura de laboca sujetando una copa; estaba vestido yacompañado de algunas pertenencias (unsello cilíndrico, una daga) y algunos cuen-cos o jarras con comida. Las segundas erancaso a parte por sus estructuras y los res-tos de un ritual de enterramiento, ademásde formar el núcleo a partir del cual habríacrecido el cementerio. Además de su rique-za, un sello cilíndrico donde se leía:Meska-lamdug, rey de Ur y otro con el texto: Aka-lamdug, rey de Ur, Ashusikildingir es su

esposa convencieron a Woolley del carácterregio de su hallazgo.

Las tumbas reales consistían en una ha-bitación de piedra, que podía tener la cu-bierta abovedada o en forma de cúpula, si-tuada al fondo de un pozo profundo alque se accedía por una rampa. El cuerpodel personaje de la realeza descansabaen la cámara de piedra, con importanteajuar funerario y, en ocasiones, un trineoo carro tirado por bueyes o équidos. El per-sonal de palacio lo acompañaba tanto den-tro de la cámara funeraria como en lo queWoolley bautizó el “pozo de la muerte” quela precedía. Un nombre sin duda adecua-do, porque el número de servidores sa-crificado es notable en algunas tumbas:la PG 789 contenía los cuerpos de 63 per-sonas, la mayoría mujeres y todas en el

ARQUEOLOGÍA

CaLEIDOS C o P I O

Tumba s r e a l e sde Ur

De izquierda a derecha, tocado y abalorios de PUABI; vista lateral del CARNERO EN LAESPESURA; una de las CORONAS DE ORO DE Puabi; el ESTANDARTE DE UR (probablemente,

una caja de resonancia de algún instrumento), realizado con conchas, cornalina,lapislázuli y betún; y estatuilla del REY SHULGI DE UR, portando una cesta.

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73

LA AVENTURA DE LA

HISTOR IA

pozo; en laPG1237 la cifra es todavía ma-yor, pues había 73 personas, de las cuales5 eran hombres; la PG 150 contaba con40 servidores enterrados en un pozo enel suelo de la cámara funeraria; en la PG800 la cifra era menor, 3 sacrificios en lacámara y 21 en el pozo; en cambio, enla PG 1618 y la PG 1648 había menosde 5 servidores muertos.

POZODELAMUERTE.Por desgracia, no to-das las tumbas estaban intactas y laPG789había sido saqueada en la Antigüedad, pro-bablemente en el momento de construir-se la PG 800. Lo curioso es que el pozode la muerte de esta misma tumba estabaintacto y al pie de la rampa de acceso apa-recieron los cuerpos de seis soldados consus cascos de cobre formando una pe-queña falange. Delante de ellos, ya en elpozo, estaban los restos de dos carros.Arrastrado cada uno por tres bueyes, fue-ron introducidos en el pozo marcha atrás,pues los animales miraban hacia la salida.Junto a la cabeza de los bueyes había uncuerpo, identificado como el mozo de cua-dra, mientras que detrás y al lado de los ca-rros se encontraban sus conductores. Másallá 54 cuerpos en total. La mayoría de lossacrificados eran mujeres, una fila de lascuales medio reposaba contra el muro su-roeste del pozo, las mejor vestidas del gru-po. En cambio, el camino hacia la cámarafuneraria estaba sembrado de hombres.Al estar los cadáveres muy mal conserva-dos, Woolley identificó los sexos sobre todoa partir de los objetos encontrados con ellos.Los muertos están dispuestos como si estu-vieran listos para salir al mundo a travésde la rampa, precedidos por la falange desoldados, seguidos por los carros, las da-mas de compañía, los mayordomos de pa-lacio y, por último, la reina.

La atención de Woolley por el detalle ysu cuidadoso sistema de excavación que-dan reflejados en el modo en el que se re-cuperó una de las piezas emblemáticas delarte sumerio, el Estandarte de Ur, apareci-do en una de las estancias de laPG779. Setrataba de una estructura de madera deco-rada con diversas escenas realizadas confragmentos de lapislázuli y concha. La ma-dera se había perdido con las condicionesambientales, de modo que las piezas apa-recieron simplemente incrustadas en el ba-rro en varias capas en principio incone-xas. Una vez los fragmentos quedaron lim-pios e in situ, sobre ellos se derramó cera,encima de la cual se apretó una tela. Cuan-do la cera se secó, las piezas embebidas enella salían pegadas a la tela manteniendo su

orden relativo y perdiéndose un mínimode información. Una técnica aplicada aotros objetos similares como arpas y colla-res en otras tumbas.

Desgraciadamente, los límites de la téc-nica arqueológica de entonces –esa queWoolley estaba ayudando a crear y me-jorar– y la enrevesada estratigrafía del ce-menterio real le impidieron comprender co-rrectamente la relación entre algunas de lastumbas reales que había encontrado. Porejemplo, el suelo del pozo de la muerte dela PG 800 (la tumba de Puabi) se encuen-tra 1,70 m por encima del suelo de la cáma-ra funeraria dePG800, mientras que el sue-lo de esta misma estancia se encuentra40 cm por debajo del de la cámara fune-raria y el pozo de la muerte de PG 789. Nosolo esto, sino que tampoco logró identi-ficar la puerta de la PG 800, a la que pen-saba se accedía por el techo. Concienzu-do hasta el final, él mismo reconoce sus

dificultades de interpretación en la memo-ria de excavación. En realidad, con ojos mo-dernos, la lectura de los restos sería quela puerta de la PG 800 daría a su pozo dela muerte, aún sin excavar y situado a la mis-ma altura, mientras que el pozo de la muer-te que le asignó Woolley en realidad perte-necería a una tumba real que sigue espe-rando a los arqueólogos. Ahora solo que-da que se conjuren los astros y se norma-lice la situación política lo suficiente comopara poder organizar una expedición. Unatumba real y pozo de la muerte intactosexcavados con técnicas modernas son unamina de información que bien lo valdrían.■ JOSÉ MIGUEL PARRA

G. ALGACE, La antigua Mesopotamiaen los albores de la civilización,Barcelona, Bellaterrra, 2008.

J. SANMARTÍN y J. M. SERRANO, Historiaantigua del Próximo Oriente. Mesopotamia yEgipto, Tres Cantos, AKAL, 1998.

Panorámica delYACIMIENTO,

donde se aprecianlos trabajos yprofundidad de

las excavaciones.

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74

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

Aprincipios del siglo XX cambió radical-mente el contenido de la pintura es-

pañola de Historia, que se olvidó de los mitos medievales y clásicos para sustituir-los por contenidos de fuerte carga social, propios de los radicales cambios que se pro-dujeron entonces. Dentro de esta tenden-cia debe encuadrarse Barcelona, 1902, obra maestra de Ramón Casas, cuyo títu-lo original fue La carga. En ella se muestra la represión llevada a cabo por la Guardia Civil en una manifestación de obreros durante la huelga general que paralizó Barcelona el 17 de febrero de 1902. El cuadro está fechado en 1903 y fue premiado con una primera medalla en la Exposición Nacional de 1904. Hoy sabemos que en realidad Casas lo pin-tó en 1899 con el nom-bre de La carga para mos-trarlo en la Exposición Universal de París, lo que no ocurrió porque el jurado español en-cargado de la selección lo rechazó.

El cuadro muestra un escenario ficticio, con fábricas humeantes y la simbólica silue-ta de un templo al fondo, que no es otro que la basílica de Santa María del Mar, de Bar-celona. Pero los verdaderos protagonistas son el guardia civil a caballo; el trabajador que cae derribado a los pies del animal, situados en un plano vertical a la derecha del cuadro, de una forma asimétrica, como en los grabados japoneses; las masas, una de las especialidades de Casas como de-mostró en otras obras como El garrote vil, que se mueven aterrorizadas al fondo y a la derecha del cuadro; y, sobre todo, el in-menso vacío que ocupa el centro del cua-dro y que potencia el apelotonamiento de la muchedumbre al fondo. Estamos ante una obra concebida como un gigantesco car-tel modernista, por su ritmo y elegancia

decorativa, y al mismo tiempo propagandís-tico, donde los planos horizontales de la masa, el paisaje del fondo y el espacio va-cío se equilibran sutilmente con el vertical del guardia derribando al manifestante, este último trazado bajo la influencia de De-gas. El hombre que cae en un atrevido es-corzo era un personaje popular de la época conocido como el Noi de Torna. Conocemos un dibujo original de Casas de ese escor-zo que demuestra que repitió una compo-sición que ideó para la revista Pèl & Plo-ma en la que representaba a un viandan-te cuando era atropellado por un tranvía.

REPRESIÓN. La mayor parte de los bo-cetos y dibujos preparatorios de esta obra que circulan por el mercado son falsos, aun-que hay un cuadro original que muestra un primer plano del guardia civil a caballo con el cuello alzado y tapándole la cara. Y es que repitiendo la fórmula goyesca del 3 de Mayo,

los guardias civiles se muestran como anó-nimas máquinas de represión.

La escena está dibujada con largos to-ques de pincel que siluetean las figuras de-mostrando lo buen dibujante que era Ca-sas. Otro de los grandes aciertos es el den-so color grisáceo, negruzco y parduzco, que refleja perfectamente la época invernal en que ocurren los hechos y la atmósfera dra-mática de los acontecimientos.

El cuadro fue adquirido inmediatamen-te por el Estado, pero su carga política lo hizo incómodo hasta el punto de que esta obra imprescindible de nuestra pintura, que per-teneció al Prado y luego fue transferida al Museo Reina Sofía, a día de hoy se exhibe desterrada en un modesto museo local, el de Olot en Gerona, demostrando una vez más que en España cuesta asumir determi-nados hechos de nuestra Historia, incluso cuando ya solo son meras obras de arte representativas de un pasado lejano. JUAN

IGNACIO SAMPERIO ITURRALDE

CaLEIDO S C o P I O

A R T E

L a c a r g a d e l a G u a rd i a C i v i lLA OBRA MAESTRA DE RAMÓN CASAS SE PINTÓ EN 1899 PARA LA EXPOSICIÓN UNIVERSAL DE PARÍS, PERO NO

PASÓ LA CRIBA DEL JURADO ESPAÑOL. EN 1904, EN CAMBIO, OBTUVO MEDALLA EN LA EXPOSICIÓN NACIONAL

La iglesia silueteada al fondo es SANTA MARÍA DEL MAR. El hombre caído es el NOI DE TORNA, al que Casas ya había dibujado como si hubiera sido atropellado por un tranvía.

FICHA TÉCNICA: óleo sobre lienzo, 2,97 x 4,72 m. Firmado “R. Casas 903” (ang. inf. izdo.). Museo Reina Sofía.

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76

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

La amicitia y la clientela, interpreta-das como relaciones interpersonales

de apoyo y de colaboración, así como re-laciones de dependencia personal entre individuos de la misma o de distinta con-dición social que buscaban un bien recí-proco, fueron fenómenos muy extendi-dos desde el siglo I a.C. y presidieron el funcionamiento de la vida pública y polí-tica de Roma.

¿Es la amistad un mecanismo de cohe-sión social? En la antigua Roma la amici-tia representó para la sociedad romana amistad, amor, benevolencia, familiaridad, afinidad o confianza recíproca. La amici-tia no traía consigo sino una relación so-cial de apoyo, colaboración y dependencia. Por tanto, fue un término empleado para designar la alianza y la concordia entre dos o más miembros o colectivos, o dicho en otras palabras, fue el término utilizado para designar la amistad propiamente política –en realidad, si un hombre llamaba a otro amicus, esto traía consigo una fuerte con-notación de gran contenido político y social durante la tardía República romana.

FRECUENTE EN LA LITERATURA. En el maremágnum de las relaciones interperso-nales, la amicitia representa uno de los ele-mentos más frecuentes de la literatura ro-mana, incluidas las fuentes jurídicas y la documentación epigráfica –los términos fa-miliaritas, necessitudo y consuetudo son los que más frecuentemente aparecen vincu lados a las relaciones de amicitia. Es-tas aparecen referidas y comentadas en

numerosas obras de carácter poético y filosófico, interpreta-das como un elemento superior que enaltece a los hombres ilustres, boni uiri, y que final-mente podría referirse a lo que en la actualidad identificamos como amistad –el mejor y más completo exponente de esta perspectiva viene representa-do por el Laelius de Cicerón.

De forma paralela, los térmi-nos amicus y amicitia fueron utilizados para referirse a las re-laciones de subordinación o de dependencia que se parecían, o incluso podían identificarse en numerosas ocasiones, a las re-laciones de clientela. Este fenó-meno se manifestó de modo particularmente evidente en el periodo de la tardía República romana, en un momento en el que la amicitia surgió como un elemento de primer orden en la convulsión socioeconómica que favoreció la agonía y el co-lapso del sistema.

En realidad, los términos ami-cus-amicitia presentan varias acepciones; por un lado, se re-fieren a una mera relación afec-tiva pero, por otro, se aplican sin duda al-guna a relaciones más formalmente esta-blecidas, con obligaciones y contrapar-tidas mutuas que recuerdan en ocasio-nes al establecimiento de un pacto o foe-

dus, y que englobando a gentes de diferente rango es válido identificarlas con la clientela, o más correctamente con una re-lación de dependencia. La pre-ferencia de amicus en lugar de cliens o patronus deriva de la connotación negativa, clara-mente jerarquizada de estos tér-minos, que fueron evitados in-cluso por los patronos como sig-no de consideración hacia sus dependientes.

Realmente, la amicitia era una institución conocida y prac-ticada en todos los sectores y ni-veles de la sociedad romana. En este sentido, la relación con per-sonajes poderosos o de la aris-tocracia fue una de las vías por las que se podían cancelar o re-ducir las cargas heredadas del pasado servil. El patronus podía ver con agrado e incluso ayudar a su liberto a establecer nue-vos lazos de amicitia; de esta manera, reforzaba su propia po-sición sociopolítica, o se benefi-ciaba en los negocios; además, los deberes del cliente los podía cumplimentar un individuo por medio de sus libertos, integrán-

dose así en este tipo de relaciones. ¿Cómo se llegaba a establecer el víncu -

lo de la amicitia y qué ámbitos o contex-tos sociopolíticos favorecían su surgimien-to? La documentación literaria presenta va-

CaLEIDO S C o P I O

I N S T I T U C I O N E S

L a r e p ú b l i c a d e l o s a m i g o s

JULIO CÉSAR (1), CRASO (2) y POMPEYO (3)

firmaron un pacto de amistad para

controlar al Senado.

Probablemente, el ejemplo de amicitia más célebre que tuvo lugar en la tardía República ro-mana sea el sellado en el año 60 a.C. por Pompeyo, Craso y César, comúnmente conocido

como Primer Triunvirato, una junta ilegal al margen del Esta-do y sin límite de tiempo que, a instancias de César, estaba más próxima a una conspiración de personajes de muy diferente

peso financiero y militar contra el orden establecido. En reali-dad, no se trataba sino de la manifestación de un pacto de amicitia, en el que las tres par-tes implicadas se comprome-

tían a actuar solidariamente y de mutuo acuerdo con una po-lítica popular, dirigida a dejar políticamente aislados a los se-nadores más conservadores.

M.Á.N.

EL PRIMER TRIUNVIRATO

LAS GRANDES FAMILIAS DE ROMA MANTENÍAN SU PODER A TRAVÉS DE LAS RELACIONES DE AMISTAD Y DE

CLIENTELISMO. DOS INSTITUCIONES, CON DERECHOS Y DEBERES, DISTINTAS A SU ACEPCIÓN ACTUAL

1

2

3

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77

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

rios pasajes en los que un individuo pe-día para sí o para un tercero entrar en la amicitia de un notable –muy probablemen-te existiría algún tipo de acto o de rito que sancionaría u oficializaría de alguna mane-ra la integración dentro del círculo de de-pendientes de un poderoso–. De este modo, el poeta Marcial aparece imploran-do a un tal Fuscus que lo acoja formalmen-te entre sus amici (Epigr., I, LIV); incluso, encontramos en el Digesto una práctica que evidencia la existencia de media-dores profesionales que facilitaban el es-tablecimiento de relaciones de ami-citia –es muy frecuente el vínculo como amici de un delegado im-perial o agente del gobierno provincial con gentes o con colectivos de la circuns-cripción que controlan. La amicitia traía consi-go unas obligaciones no solo de cara al amicus, sino tam-bién respecto a sus allegados más pró-ximos.

Por otro lado, la clientela englobaba cualquier tipo de protección o gracia que una persona po-derosa daba a otra, de igual o de menor con-dición social, a cambio de fidelidad. La relación ejercida por la clientela su-ponía la existencia de una par-te dominante y una parte depen-diente, destinada esta última a obe-decer en paz y en guerra con la obli-gación de la recíproca buena fe.

SUBORDINACIÓN. Debemos reconocer toda distinción entre amicus y cliens. Aun-que en principio ambos términos se apli-caron en situaciones muy diferentes, en la práctica fueron intercambiables a merced de las necesidades y circunstancias del momento. No hay que confundir tam-poco la relación clientelar con la insti-tución del hospitium, ni esta última con la amicitia por presentar unas particulari-dades más precisas, pues mientras que el hospitium es un pacto vinculante que ga-rantizaba a quienes lo contraían protección recíproca, la relación clientelar traía consi-go una relación de subordinación median-te la cual la parte más débil se confiaba a otra más fuerte mediante una relación de beneficia-officia.

Fue Fustel de Coulanges quien puso de relieve la importancia de la amicitia y de la clientela, pues a través de las relaciones de amistad y de clientela las grandes fa-milias de Roma mantenían su poder. En este sentido, en la tardía República roma-na la concesión de la ciudadanía roma-na no obedeció a un programa oficial de-liberado, sino a la acción política pun-tual de determinados generales al am-paro de la legislación ordinaria y de sus poderes extraordinarios.

Así pues, el Senado se mostró mucho más avaro en la concesión de la ciuda-danía romana en las provincias que en Ita-lia, sobre todo para evitar que los dife-rentes patrones pudieran otorgar el de-recho de civitas a sus clientes.

Por lo que respecta a las clientelas pri-vadas, existen tres momentos en su trans-formación. En primer lugar, los clientes del patriciado en los inicios de la Historia de Roma. En segundo lugar, las guerras civi-les del periodo tardorrepublicano tra-jeron consigo lazos de todo tipo, proce-diendo al abandono del compromiso de carácter jurídico para acordar otro de ca-rácter moral, ya que lo realmente impor-tante era el mantenimiento del necesa-rio acuerdo social. En ese momento, in-

cluso los libertos podían ser clientes y, a su vez, podían ser clientes de

varios patronos. A cambio de demostrar su fides, el cliente

recibía de su patrono pro-tección, favores y congra-

tulaciones varias. No obstante, el afianza-miento de las medi-das valedoras a la plebe a cargo del Estado contribuyó decisivamente a la disminución nu-mérica de la clien-tela privada y al re-lajamiento de los antiguos vínculos.

En tercer y último lugar, la naturaleza

de institución regre-siva de la clientela pri-

vada se fijó primordial-mente en época imperial. El carácter regresivo de

la clientela privada en los pri-meros años del Imperio romano

y el debilitamiento de los compro-misos que implicaba abrió paso al de-

sarrollo de las relaciones interpersona-les de amicitia, observándose que el fe-nómeno de la clientela privada en épo-ca imperial fue mayor que en época re-publicana y existieron quienes aprove-charon el ejercicio de sus magistraturas y sus amistades para poder forjar auténti-cas redes clientelares, con objeto de po-der confirmar su poder e influencia, ha-ciendo de estas un sólido soporte o apo-yo de su poder personal. MIGUEL ÁN-

GEL NOVILLO

LA LITERATURA LATINA PRESENTA PASAJES

EN LOS QUE UN INDIVIDUO PEDÍA PARA SÍ, O PARA UN TERCERO,

SER ACOGIDO ENTRE LOS AMICI DE UN

PERSONAJE NOTABLE

DOS ROMANOS ANÓNIMOS, cuya relación entre sí

se desconoce, aparecen juntos

en su retrato funerario

de El Fayum.

G. BRAVO CASTAÑEDA y R. GONZÁLEZ SALINERO (coord.), Formas de integración en el mundo romano, Madrid, Signifer

Libros, 2009. CICERÓN, Sobre la amistad, Madrid, Alianza, 2009. M. A. NOVILLO LÓPEZ, César y Pompeyo en Hispania, Madrid, Sílex, 2012.

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78

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

T ras el inicio de la Edad del Hierro, hace tres mil años, la mayor parte de las

tribus celtas que alcanzaron la Península, atravesando los Pirineos, se desplazaron ha-cia poniente, es decir, en busca de Finis-terre, en la costa gallega, el final del mundo conocido. Sin embar-go, otros grupos prefirieron asentarse en el valle del Ebro, coincidiendo con el Sistema Ibérico.

En medio de esta zona, ocupando una superficie aproxima-da de 40.000 km2, y habitada por unas 340.000 personas, se-gún los geógrafos latinos, se extiende lo que se ha dado en llamar la Celtiberia Nuclear. Un territorio de elevadas cumbres, pro-fundos barrancos y altas mesetas, en don-de se asentaron en la antigüedad cinco tribus celtas (arévacos, belos, lusones, pe-lendones y titos), cuyas gentes fueron capa-ces de adaptarse a un medio geográfico y a

los rigores de un clima hostil. Estas cinco cul-turas formaron la gran confederación celtí-bera, que se gobernaba por medio de una serie de instituciones políticas en cuyas asambleas populares se discutían y toma-

ban las decisiones sobre la colectividad, siendo las voces de los ancia-

nos del pueblo las más respe-tadas. Mientras, los drui-

das, que habitaban en las áreas más elevadas (acrópolis), velaban por la calidad de vida, la salud y el conocimien-to de las gentes de los

castros. Los romanos consideraron a la Celtibe-

ria como un territorio de cli-ma muy duro, de largos invier-

nos y escasos recursos naturales. Los arévacos ocuparon la alta cuenca del

río Duero, entre las sierras de la Deman-da, Urbión y Cebollera, coincidiendo con las Parameras sorianas; además de otras am-plias zonas de Castilla y León y parte del nor-te de la actual Comunidad de Madrid. Se-

gún el naturalista latino Plinio, este pueblo recibió su nombre por el río Areva, que podría tratarse del Araviana. Las principa-les ciudades arévacas fueron: Clunia, Aré-valo, Segontia, Medinaceli, Almazán, Ter-mantia, Cauca, Carabia, Sepúlveda, Ayllón, Veluca, San Martín de Valdeiglesias y Uxa-ma. Tras absorber a los pelendones, los aré-vacos alternaron su tradición agraria con la industria del hierro, manteniendo una flo-reciente explotación minera en las laderas del Moncayo, cuyas armas elaboraban con este mineral; eran las características es-padas y cuchillos de antenas que, tras la de-finición en las fraguas, templaban en las frescas y cristalinas aguas del Queiles.

Numancia, Uxama y Termantia fueron las tres grandes ciudades arévacas de la Cel-tiberia Nuclear, enclavadas en la actual pro-vincia de Soria. La primera, sobre el cerro de La Muela, en el municipio de Garray; la segunda, sobre el curso del Ucero, a las afueras de la actual ciudad de El Burgo de Osma, y la tercera, sobre la ladera nor-te de la sierra de Pela, dentro del muni-cipio de Montejo de Tiermes.

CaLEIDO S C o P I O

V I A J E S

Ti e r m e s , l a Po m p e y a s o r i a n aFUERON NECESARIOS 65.000 LEGIONARIOS PARA DOBLEGAR LA RESISTENCIA DE LA ÚLTIMA PLAZA ARÉVACA

DE CELTIBERIA. HOY, SUS RUINAS TESTIMONIAN LA VIDA EN EL CASTRO Y SU POSTERIOR ESPLENDOR ROMANO

Restos de las TERMAS, cuyas

estancias conservan el

mosaico original.

El Burgode Osma

Duero

Soria

Garray

Almazán

SORIA

Montejode Tiermes

Tiermes

Uxama

Numancia

GUADALAJARA

20 km

Busto del emperador TIBERIO encontrado en sus ruinas.

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79

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

Debido a su monumentalidad y a su im-portancia histórica, a Tiermes se la cono-ce como “la Pompeya española”; la ciu-dadela superior, que corona el cerro y se ex-tiende sobre tres terrazas naturales, fue el primitivo asentamiento arévaco (s. VI a.C.), aunque fue en el V a.C. cuando este cas-tro celtíbero conoció su momento de mayor esplendor.

AZOTE DE CIMBRIOS Y ROMANOS. Las pri-meras referencias históricas que citan a Ter-mantia se remontan a las campañas mili-tares de las legiones romanas contra los pueblos celtíberos y las conquistas del Alto Duero de los años 143 y 141 a.C. Numan-tia y Termantia, a 9 leguas de distancia en-tre sí, mantuvieron estrechas y cordiales re-laciones. La base económica de estos pue-blos, según Apiano y Floro, eran la gana-dería –lanar y vacuno– produciendo carne en abundancia, y, en segundo lugar, la agri-cultura, basada principalmente en el culti-vo cerealista (del trigo, además de elabo-rar un pan ácimo con su harina, obtenían una excelente cerveza, que los romanos lla-maban caelia); se conocen instrumentos de labranza y de cultivo, consecuencia de un gran desarrollo de la metalurgia, gracias a los arados y las azadas de hierro hallados en las excavaciones.

Con la caída de Numancia, en el 133 a.C., tras una heroica defensa que ha pasado a los anales de la resistencia hispana contra los invasores, Tiermes, sin embargo, no bajó su moral. Gracias a los cronistas sabemos que en el año 104 a.C., sus guerreros, ar-mados con hachas de doble filo, lan-zas y espadas de antenas, vencie-ron a los cimbrios, después de que estas tribus germánicas, tras atrave-sar los Pirineos, causaran el pá-nico en todos los pueblos del valle del Ebro. Los habitantes de Tiermes vencieron también a las legiones romanas del pre-tor Fulvio, y un lustro después, también al ejército del pretor C. Celio Caldo. Humillaciones, to-das ellas, que sacudieron el or-gullo de la capital imperial. Y este humilde castro, perdido en las Parameras sorianas, no tardaría en ponerse en el punto de mira del Senado romano.

Para defenderse mejor de los ata-ques de las legiones, los habitan-tes de Tiermes se vieron obligados a hacerse fuertes en el baluarte su-perior de roca de caliza rojiza, desde donde salían de vez en cuando para

sorprender a los campamentos de los roma-nos, cuando no protagonizaban heroicas gestas en sus propios muros. Algunas cró-nicas ponen de manifiesto la admiración de los generales romanos ante la valentía de los termantinos, profundamente extrañados al ver la capacidad de estos en las luchas, con sus cuerpos semidesnudos desafiando las extremas temperaturas.

INFLUENCIA ASTRAL. Así fue transcurrien-do el sitio de la última plaza arévaca de la Celtiberia, hasta que, en el año 98 a.C., fue designado el cónsul Tito Didio, quien, al frente de un ejército de 65.000 soldados, lo-gró asfixiar a esta ciudadela. Desde el ba-luarte superior –protegido en su lado nor-te, el más vulnerable, por una muralla de 220 metros de longitud y 4 de anchura, además de cuatro torres cuadradas–, los defensores lanzaban una nube de flechas

y piedras contra los atacantes; pero las catapultas romanas lograban alcan-zar la zona más alta del castro, al tiem-po que grandes bolas de fuego con-vertían en cenizas sus viviendas. Des-

pués de un largo asedio, los aré-vacos abrieron las puertas y en-tregaron sus armas. Pero Roma no quería presos; por ello, la

mayoría fue pasada a cuchillo, y el resto vendido como esclavos.

Ya como municipio de la Hispa-nia Ulterior, la Termantia romana creció en esplendor. De entonces son algunos de los muchos monu-mentos que hoy nos sorprenden: la Puerta del Sol, por estar orien-

tada a levante, un corredor en-tre bloques macizos de roca

caliza; la Puerta Occidental, al lado opues-to, con un difícil acceso por estar en una acusada pendiente; las termas, cuyas es-tancias conservan el mosaico original; la ín-sula (casa de vecindad), edificio que alcan-zaba los 25 metros de altura, tallado en la roca; el acueducto, una de las más im-presionantes obras de la ingeniería hidráu-lica romana en España, que aseguraba el abastecimiento de agua potable de la ciu-dad; la Casa del Acueducto (Castellum Aquae), en cuyo centro se hallaba la zona noble con impluvium y peristilum, con ha-bitaciones decoradas con pinturas mura-les (animales, vegetales y figuras huma-nas); el templo, coronando la colina su-perior, sobre los restos de la anterior acró-polis arévaca; el mercado, que disponía de 19 tiendas (tabernae), de 3 por 4 metros cada una, y la Imperial, donde se han en-contrado restos escultóricos (Comitium), entre ellos, un busto del emperador Ti-berio (14-37 d.C.), una estatua dedicada a Apolo y una escultura ecuestre.

Gracias a las últimas excavaciones, diri-gidas por Arturo Ignacio Aldecoa, conoce-mos la singular forma de enterramiento de sus difuntos; las 645 tumbas estudiadas hasta el momento de la necrópolis celta, es-tán orientadas al norte polar, así como sus ajuares (espadas, puntas de lanza, rega-tones, soliferrea y otros objetos de hierro) en dirección a las constelaciones Helice y Ci-nosura (Osa Mayor y Osa Menor), respec-tivamente. JESÚS ÁVILA GRANADOS

Ruinas del ACUEDUCTO, una de las obras de ingeniería más impresionantes de la Hispania romana. Abajo, estatua dedicada a APOLO.

J. ÁVILA GRANADOS, Mitología céltica, el mundo de los druidas, Barcelona, Dédalo, 2014.

www.museodetiermes.es

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80

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

Ya es historia, pero el ce-luloide fue el mayor sopor-

te de la imagen del siglo XX. Desplazado, como tantos pro-cedimientos de antaño, por los modernos archivos digitales, apenas ha conseguido sobre-vivir catorce años en el siglo XXI. Cuanto aún se conserva en celuloide tiende a digitali-zarse inexorablemente. Bien es cierto que, de forma casi testimonial, aún se fabrican carretes fotográficos a la an-tigua usanza para los conta-dos fotógrafos que, por ro-manticismo, aún se resisten a los nuevos procedimientos. Pero las proyecciones en ce-luloide se han suspendido hasta en las filmotecas.

Aún como nitrocelu-losa, sus orígenes se re-montan al 16 de no-viembre de 1885, hace ahora ciento treinta años. Ese fue el día en que George Eastman lan-zó al mercado estadouni-dense la película East-man American. A diferencia del papel negativo o de las placas de cristal, utilizados hasta en-tonces por los fotógrafos para la impresión de sus vistas, la East-man American se valía del pa-pel únicamente como soporte provisional para los rollos de emulsión. Surgido en plena carrera, a am-bos lados del Atlántico, por fotografiar el movimiento, aquel primer rollo de fotos fue el origen tanto del cine como de los ca-rretes fotográficos.

Siempre deseoso de acercar la fotografía al gran público, Eastman era un emplea-do de banca que dedicaba su tiempo li-

bre a experimentar con la aplicación de ge-latina sensible a la luz en placas de cristal cuando, en 1878, revolucionó la toma de vistas al introducir las placas secas, también de gelatina. Fue notable el avance que su-

puso frente a las placas hú-medas, utilizadas entonces, que debían ser emulsiona-das por el propio fotógrafo, expuestas y reveladas an-tes de secarse. Los trabajos de campo eran tan compli-cados que requerían hasta una pequeña tienda de cam-paña opaca donde poder realizar todo el proceso.

PRODUCIR EN MASA. Tras este primer paso en su afán de poner al alcance de todos la fotografía, el futuro funda-dor de la Kodak, ya en 1879, patentó en Inglaterra un in-genio de su invención que aplicaba el gelatinobromuro de las emulsiones de forma homogénea por toda la pla-ca. Al año siguiente, hizo otro tanto en Estados Uni-dos. Las patentes le permi-tieron convertirse en un pio-nero en la producción masi-va de placas fotográficas cuando la casa Antony co-menzó a distribuirlas de for-ma masiva. Esto propició que se vendieran más cáma-ras y acabó contribuyendo a que su precio disminuye-ra sen siblemente.

Eastman abandonó defini-tivamente la banca en 1881. Cuando, al año siguiente, los fotógrafos comenzaron a

quejarse de que las placas Eastman per-dían su sensibilidad, ordenó retirarlas para someterlas a un exhaustivo control de ca-lidad. De ello concluyó que el paso del tiempo mermaba su sensibilidad a la luz. En 1882, descubierto el carácter efímero de los materiales sensibles y con una ho-

CaLEIDO S C o P I O

C I E N C I A

Celuloide, el soporte de los sueñosHACE CIENTO TREINTA AÑOS, GEORGE EASTMAN TRANSFORMÓ RADICALMENTE EL MUNDO DE LA FOTOGRAFÍA

AL CREAR EL ROLLO QUE SUSTITUIRÍA AL PAPEL NEGATIVO Y LAS PLACAS DE CRISTAL PARA CREAR IMÁGENES

GEORGE EASTMAN dejó la banca en 1881 para dedicarse a la experimentación

fotográfica. ANUNCIOS de las primeras cámaras y pel ículas KODAK.

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81

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

nestidad profesional encomiable, cerró la fábrica para dedicarse a hacer pruebas. Después de 450 tests sin resultados sa-tisfactorios, embarcó junto a su socio, Henry A. Strong, rumbo a Europa. Com-parando sus procedimientos con los uti-lizados en el Viejo Continente, decidie-ron que debían aplicar una mayor can-tidad de gelatina. Todas las placas de-fectuosas fueron retiradas y sustituidas por otras nuevas.

EL PRECEDENTE DE KODAK. Dos años más tarde, en 1884, entre 14 accionistas reunieron un capital de 200.000 dóla-res para fundar la Eastman Dry Plate and Film Co. El propio Strong fue el presi-dente de la nueva firma, en la que East-man fue tesorero. Pero lo que en verdad habría de contar para la memoria del si-glo XX era que la nueva empresa puso a la venta el negativo Eastman, un prece-dente de la película Kodak. Esta nueva emulsión, tras su revelado, alcanzaba tal transparencia que permitía la obten-ción de copias mediante un tratamiento de aceite de ricino caliente.

William H. Walker, otro de los socios, ingenió junto al propio Eastman un cha-sis para papeles negativos que admitía rollos y posibilitaba su uso en las cáma-ras de placas estándar. Fue otro gran paso hacia esos rollos de celuloide –fil-me de seguridad no inflamable desde 1954– que se convirtió en el soporte de la imagen del siglo XX. A diferencia del papel negativo, aquella película se co-locaba sobre un cristal o gelatina es-pesa para su positivado. Todo apunta-ba a los procedimientos que habrían de fotografiar el siglo XX.

Tras abrir una oficina en Londres para la distribución internacional, en 1888 puso a la venta la primera cámara Ko-dak 100 vistas, que utilizaba rollo. La palabra “Kodak” fue el resultado de la unión de dos sílabas que podían pronun-ciarse sin problema alguno en cualquier idioma. El negativo del centenar de vistas, que podían obtenerse con aquel apara-to precursor de los que democratizarían la fotografía en pocos años, era circular y de cinco centímetros de diámetro. “La máquina se entregaba cargada y, una vez impresionadas las cien vistas, se manda-ba la cámara a la fábrica, donde se pro-cesaba el rollo y se devolvía al cliente la cámara nuevamente cargada”, escribe Marie-Loup Sougez. También el Ko-dachrome, la película de diapositivas (re-versible ) que proporcionó algunos de

los colores más brillantes del siglo XX –como los del famoso retrato de Shar-bat Gula, La niña afgana (1984), de Ste-ve McCurry, por ejemplo– tuvo que ser re-mitida a la Kodak para su revelado duran-te los setenta y cuatro años que se comer-cializó (1935-2009). Se decía entonces que su proceso (el K 14) era un secreto de la Kodak.

“USTED APRIETE EL BOTÓN”. Con el lema You press the bottom, we do the rest (“Usted apriete el botón, nosotros hace-mos el resto”), la fotografía se puso al alcance de todos por 25 dólares. En 1889, Eastman lanzó la primera pelícu-la comercial de celuloide propiamente di-cha para su cámara. Dos años antes, la casa había tenido un conflicto con Han-nibal Williston Goodwin, un clérigo que aseguraba haber descubierto el celu-loide mientras la Kodak ya trabajaba con

él. Tras diez años de pleitos, la patente del celuloide le fue concedida a Goodwin.

Volviendo a la película de 1889, aún debía cargase en la oscuridad. Pero en 1895 se adaptó un invento de Samuel N. Turner que la sujetaba a una tira de pa-pel durante la carga y la descarga, per-mitiendo realizar ambas operaciones a la luz. Asimismo se podían ver los números de los fotogramas según se iban impre-sionando. Las cámaras para estos ro-llos acercaron la fotografía a nuevos afi-cionados, a la vez que acabaron conven-ciendo a los fotógrafos profesionales de las ventajas de su ligereza. Fue el co-mienzo del maor soporte de la imagen del siglo XX. JAVIER MEMBA

M-L. SOUGEZ, Historia de la fotografía, Madrid, Cátedra, 1981. VV AA, Técnicas de los grandes

fotógrafos, Madrid, Herman Blume, 1982.

SHARBAT GULA, LA NIÑA AFGANA fue fotografiada por Steve McCurry

en 1984 con película Kodachrome, que aún tenía que ser remitida a Kodak para su revelado.

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82

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

Narrador vanguardista, crítico de la so-ciedad de EE UU, amigo de He-

mingway y Scott Fitzgerald, periodista com-prometido, fue uno de los escritores más destacados de la “generación perdida”. Enamorado de España, fue en nuestro país donde la violencia y arbitrariedades de la Guerra Civil, le llevaron a plantearse sus sim-patías por el comunismo. Un giro que le cos-tó la amistad de Hemingway y su repu-tación entre la gauche divine.

Nacido en Chicago en 1896, era hijo ilegítimo de un abogado de ascendencia portuguesa. Desde pequeño viajó por Amé-rica, Europa y Oriente Próximo, bien con su padre o por formación. Tras graduarse en Arte en Harvard, se alistó voluntario como conductor de ambulancias en la I Guerra Mundial al igual que Hemingway. Testigo de la matanza de Verdún, volcó sus vi-vencias en Iniciación de un hombre: 1917 y en su primer éxito literario, Tres soldados.

Tras la guerra se embarcó en el Orient Ex-press e hizo en camello la travesía entre Bagdad y Damasco. Fue testigo de la devas-tación: pueblos griegos arrasados en Ana-tolia y sus poblaciones huyendo de los tur-cos, ciudades árabes liberadas del yugo oto-mano pero abocadas al poder colonial fran-

cés y británico, milicias comunistas impo-niendo el terror en el sur soviético, hambre, destrucción...

Se implicó en la campaña contra la pena de muerte a los anarquistas italianos Sacco y Vanzetti, viajó al México posrevolucio-nario y se fue a vivir medio año a la Unión Soviética. Visita Moscú, Leningrado, el Cáu-caso, conoce al cineasta Eisenstein y de-vora la obra de Gorki. En Años inolvida-bles recuerda que cuando logró que le de-

volvieran el pasaporte para dejar el país y cruzó en tren la frontera con Polonia se sin-tió “como si saliera de la cárcel”.

En París frecuentó tertulias de café jun-to a Hemingway, Fernand Léger, Blaise Cen-drars, Drieu La Rochelle, Aragon, Tristan Tzara y sus dadaístas, que no le causaron

buena impresión. Tampoco Picasso, a quien consideró un buen pintor al que le “faltaba humanidad”. De Dos Passos siem-pre se habla como escritor, pero cultivó la pintura con un estilo propio influido por el impresionismo, el expresionismo y el cubis-mo. En los años veinte hizo un par de expo-siciones en Nueva York y solía diseñar las cubiertas de sus libros.

Las experiencias de estos viajes forman parte de libros como Orient Express. En

todos los países y, dedicado a España, Ro-cinante vuelve al camino. En 1925 publi-có una de sus obras más emblemáticas, Manhattan Transfer, un fenómeno por sus innovadoras técnicas narrativas vinculadas a las vanguardias literarias y cinematográ-ficas. Novelista con vocación periodística,

Dos Passos se apoya en titulares de prensa, canciones y monólo-gos interiores para re-latar la vida cotidiana de distintos persona-

jes durante treinta años; dando una visión panorámica del Nueva York real, alejado de los lujos que Scott Fitzgerald refleja en El gran Gatsby.

TRILOGÍA U.S.A. Su consagración se pro-dujo con la trilogía U.S.A., formada por Pa-ralelo 42, 1919 y El gran dinero. Cronista de la vida estadounidense urbana e indus-trial, esboza un fresco de la misma en el pri-mer tercio del siglo XX. Critica el Ameri-

CaLEIDO S C o P I O

L I T E R A T U R A

D o s Pa s s o s , d e s e n g a ñ o e s p a ñ o l HACE CUARENTA Y CINCO AÑOS FALLECÍA UNO DE LOS MEJORES ESCRITORES ESTADOUNIDENSES DEL SIGLO XX, AL

QUE SU EXPERIENCIA COMO CORRESPONSAL EN LA GUERRA CIVIL LE HIZO ABANDONAR SUS IDEAS IZQUIERDISTAS

John Dos Passos. Su

éxito se consolidó con

la trilogía U.S.A.

CUANDO SU TRADUCTOR JOSÉ ROBLES FUE EJECUTADO POR ORDEN DE LOS ASESORES RUSOS ROMPIÓ CON HEMINGWAY Y DEJÓ ESPAÑA. LA GAUCHE DIVINE NUNCA SE LO PERDONÓ

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83

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

can way of life: el consumismo, el indi-vidualismo, la indiferencia social urbana, la división entre muy ricos y muy pobres... Igual que Manhattan Transfer, levantó una enorme expectación por su estructura in-novadora en forma de collages, como se-cuencias cinematográficas donde mezcla ficción y realidad. Intercala los distintos relatos con las opiniones del narrador, su “ojo de cámara”, y los sitúa en el tiempo acompañados de historias reales y de newsreel: recortes de prensa, titulares, can-ciones, eslóganes...

A Borges no le gustó por su pesimismo; en cambio, Norman Mailer dijo que era la “gran novela americana” y Jean Paul Sar-tre le definió en 1936 como “el escritor más grande de nuestro tiempo”. Su estilo tam-bién influyó en Truman Capote y Gore Vidal.

Al año siguiente vino a cubrir la Guerra Ci-vil española, a defender la “República de los hombres honestos”. Desde niño había vi-sitado España varias veces enamorándo-se de sus gentes y su cultura. Tiene a Pío Baroja como uno de sus referentes lite-rarios junto a Ungaretti, Rimbaud, Joyce y Stephen Crane. En Años inolvidables cuen-ta cómo le impresionó el desprecio de la cla-se pudiente de Santander hacia unos obre-ros que vuelven de un mitin de Fernando de los Ríos. Le recuerdan a “un rebaño de ove-jas en un país de lobos”.

HOTEL FLORIDA. En Madrid se alojó en el hotel de la plaza de Callao, que alberga-ba a los corresponsales extranjeros (He-mingway, Saint-Exupéry, Capa...) cuya vida retrató en su artículo del “Enquire”, Ha-bitación con baño en el hotel Florida. Visi-ta Cataluña y Valencia, retrata a Arturo Ba-rea en su labor de censor de prensa como “un español cadavérico” falto de sueño y comida, describe la España republicana con vivas imágenes e interpretaciones agudas, pero es pesimista.

La guerra española supondrá la ruptura de su amistad con Hemingway y su giro po-lítico. Dos Passos era la antítesis de Hem, a quien recriminaba excentricidades como el episodio en el que pudieron perder la vida en el parque del Oeste cuando en un alto el fuego Hemingway desató una andanada ar-tillera franquista tras ocurrírsele disparar con una ametralladora aprovechando un des-piste de los soldados republicanos.

La ruptura tuvo lugar mientras traba-jaban como guionistas del documental Tie-rra Española, de Joris Ivens: Hemingway quería resaltar los éxitos de la República y Dos Passos, los sufrimientos de los civiles. Pero la verdadera razón fue la ejecución de

José Robles, amigo y traductor de Dos Passos, por orden de los asesores soviéticos de la Re-pública, acusado falsamente de “espía”. Dos Passos amenazó con denunciar al mundo los mé-todos comunistas. Hemingway le dijo que no podía dañar la imagen de la causa republicana “por la vida de un hombre”. Dos Passos contestó que para qué “luchar en una guerra para de-fender los derechos civiles si en la misma los destruyes”. Dejó España y su nombre fue borra-do del documental. La experien-cia le llevó a cuestionarse sus ideas izquierdistas.

Su cambio político no fue bien visto por la gauche divine. Sus siguientes obras fueron re-cibidas con frialdad por la crítica, empe-zando por su trilogía Distrito Columbia que forman las novelas Hombre joven a la aventura, El número uno y El gran proyec-to, donde recoge sus desilusiones políti-cas. Otro tanto ocurrió con Mediados de siglo, en 1961, una visión panorámica de los efectos de la II Guerra Mundial que cubrió para Life. Dijeron que su calidad había decaído. Desde entonces solo se habló de tres grandes de su generación –Hemingway, Fitzgerald y Faulkner–, no de cuatro.

Atrás quedaron los años en que coque-teaba con el Partido Demócrata, apoyaba a la presidencia al comunista William Z. Foster, simpatizaba con Trotski e inter-

venía en congresos de escritores izquierdistas; ahora hace cam-paña por los republicanos Ba-rry Goldwater y Richard Nixon.

Murió en 1970, a los 74 años. Dejó 400 pinturas y 42 libros. En su obra póstuma, Century’s Ebb, habla del caso Robles y menciona a Hemingway. Le ha-bía dolido que dijera de él que era un escritor de segunda, sin oído y esnob, y que en París era una fiesta le definiera como un “pez piloto” de los ricos con un “latente amor al dinero” y que “cada dólar que gana le despla-za un poco más a la derecha”. Pese a todo, Dos Passos siem-pre echó de menos su amistad.

Poco antes de morir, dijo que había cambiado sus ideas polí-

ticas “pero desde un punto de vista huma-no no creo que haya sido muy diferen-te”. Seguía sintiéndose un “partisano del individuo” corriente, como le gustaba de-finirse, que buscaba “el punto de vista del hombre común, de la mujer común, lu-chando por mantener algo de dignidad y una vida decente” frente al sistema. MANUEL FLORENTÍN

H. C. BAGGIO, John Dos Passos, Madrid, Altalena, 1978. V. S. CARR, Dos Passos. A life,

Evanston, North-western University Press, 2004. J. DOS PASSOS, Años inolvidables, Madrid, Alianza Editorial, 1974. Viajes de entreguerras, Barcelona, Península, 2005.

Dos Passos junto al director alemán JORIS

IVENS y el escritor ERNEST HEMINGWAY durante el

rodaje de Tierra española, un documental sobre la

Guerra Civil.

Arriba, portada de THREE

SOLDIERS. Abajo, una edición de MANHATTAN TRANSFER.

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

E l desdén o ninguneo con el que se ha tratado a me-

nudo la figura de Felipe IV fue el motivo que llevó a Alain Hugon, hispanista y profesor de la Uni-versidad de Caen (Francia), a perfilar una apasionante biogra-fía: Felipe IV, la España de su tiempo. El siglo de Velázquez.

“Ascendió al trono muy jo-ven, con solo 16 años. Se apo-yaba en sus validos igual que pasaba en otros países. Duran-te las dos primeras décadas de reinado se dejó mandar por el conde-duque de Olivares, pero Felipe IV daba audiencias, ano-taba las consultas y ejercía el poder. Era un rey muy prepara-do y hablaba varios idiomas, un rey culto que se ocupaba de reinar aunque no de gober-nar”, explica el profesor.

Con esta obra, Hugon ha querido desterrar varios tópi-cos. Entre ellos, que el monar-ca fue una marioneta en ma-nos de Olivares: “En absolu-to. Felipe IV tenía una concep-ción del poder como un orden natural dado por Dios –sub-raya el hispanista–. Tanto el rey como Olivares pensaban que debían respetar el orden reci-bido en herencia. Los dos es-taban convencidos de eso. Las guerras de Portugal o Flandes duraron mucho más que el pe-riodo de Olivares. Fue decisión

Alain Hugon: “ Fe l i p e I V no fue una marioneta de O l i v a r e s ”

EL HISPANISTA FRANCÉS COMBATE EN SU ÚLTIMO LIBRO LOS TÓPICOS QUE AÚN PERVIVEN SOBRE EL “REY

PLANETA” Y REEXAMINA SU RELACIÓN CON GASPAR DE GUZMÁN Y DIEGO VELÁZQUEZ, SU PINTOR DE CORTE

C a L E I D O S C o P I O

L I B R O S

RETRATO DE FELIPE IV, obra de Velázquez, 1626-28, Madrid, Museo del Prado. El joven rey lleva armadura y una

banda carmesí de general le cruza el pecho, acentuando su responsabilidad

militar.

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85

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

de Felipe IV prolongar esos conflictos”.

El autor duda de que se pue-da hacer responsable al sobera-no de la decadencia de Espa-ña en su largo reinado de cua-renta y cuatro años. “No sé si se le puede culpar totalmente. Sí tiene alguna responsabilidad a veces. Pienso en la guerra de Flandes. Felipe IV habría po-dido firmar la paz veinte años antes. Pero tampoco es respon-sable de la dependencia espa-ñola del oro y la plata de Amé-rica”, señala. “La guerra de se-cesión de Portugal y de Catalu-ña en 1640 es una guerra civil para muchos historiadores. Una situación realmente difícil. Cas-tilla está en su etapa final de cre-cimiento demográfico. Los terri-torios periféricos como Catalu-ña, País Vasco o Galicia fueron más dinámicos que Castilla, donde se concentraba el poder.” EL SIGLO DE LAS ARTES. La re-lación entre Felipe IV y Ve-lázquez también interesa al his-panista, que sostiene que, sin el favor del rey, “Velázquez no ha-bría sido Velázquez” en el siglo XVII. “Fue el rey quien apoyó al creador de Las Meninas como pintor de la Corte en 1623 y como aposentador mayor de palacio. Sin Felipe IV, Velázquez habría existido como pintor, pero no sé cuál habría sido su carrera”, plantea. Por otra par-te, “visto con la perspectiva del

siglo XXI, está claro que el rey se lo deb e todo a Velázquez. Cono-cemos la imagen de su reina-do a través de sus retratos. Fe-lipe IV era consciente de que Velázquez transmitiría una ima-gen muy potente de su monar-quía”, añade Hugon.

Más allá del éxito del pintor, la influencia del monarca fue crucial para el florecimiento de la cultura del Siglo de Oro, sos-tiene el hispanista: “Felipe IV apoyaba decididamente el me-cenazgo cultural. Gastaba mu-cho dinero en la adquisición de

cuadros y obras de arte. Fue clave para la explosión del Siglo de Oro, aunque varias obras maestras, como el Quijote, sur-gieron antes de Felipe IV.”

El profesor también detalla los aspectos personales de un rey no demasiado casto –llegó a tener más de treinta hijos na-turales–, pero sí muy religioso. “Era un católico en el sentido antiguo. Para él, lo hecho no se puede cambiar. Era un con-servador convencido para quien la tradición es sagrada e inamo-vible. Se veía a sí mismo como rey, ese orden no se debía cam-biar. Además, creía que Dios ha-bía castigado a Castilla con sus derrotas. Ese aspecto del mo-narca me fascina: es muy inte-ligente y culto, pero tiene una vi-sión pesimista. La segunda par-te de su reinado está marcada por la muerte”, revela Hugon.

Felipe IV comulgó el 16 de septiembre de 1665 y llamó al nuncio para que le diese la ab-solución. En la madrugada del día 17, su vida se apagó. Los médicos embalsamaron su cuerpo y descubrieron la causa del fallecimiento: una piedra en el riñón derecho. La única pie-dra que Felipe IV no supo es-quivar. RAMÓN GARCÍA PELEGRÍN

Retrato de un rey culto y en absoluto abúlico

UNA BIOGRAFÍA QUE REIVINDICA SU LABOR AL FRENTE

DE LA CORONA, AL MARGEN DE SU INFLUYENTE VALIDO

Dice en el prólogo el his-toriador francés Jo-

seph Pérez que Felipe IV no fue un simple mece-nas ni un rey holga-zán. Siguiendo ese surco de pensa-miento, el profesor Hugon compone un retrato del Rey Planeta alejado de lugares comunes. Felipe IV no fue un juguete en manos del con-de-duque de Olivares, ase-gura Hugon. Trabajaba a conciencia, leía y anotaba todos los documentos de Estado. Daba audiencias y marcaba las directrices del

reinado. Felipe IV vivió se-senta años, cuarenta y cua-tro de ellos ejerciendo el po-der, desde su nacimiento en Valladolid en abril de 1605.

Uno de los aciertos de este interesante libro es si-tuar en dos planos de la misma realidad la vida de

dos hombres que convivieron en la corte de Madrid más de treinta años: Felipe IV y Diego Velázquez. El rey y su pintor. Hugon no niega los fracasos milita-

res, diplomáticos y po-líticos del monarca, pero ayuda a entender cómo los últimos destellos del Siglo de Oro culminaron bajo la batuta de Felipe IV. Un rey intelectual, culto y prepa-rado. R. G. PELEGRÍN

FELIPE IV Y LA ESPAÑA DE SU TIEMPO

ALAIN HUGON,

BARCELONA, CRÍTICA, 2015,

464 PÁGS., 26,90 €

Lea más reseñas de libros en:

www.laaventuradelahistoria.es

El hispanista ALAIN HUGON fotografiado en su casa. A la derecha, retrato del CONDE-DUQUE DE OLIVARES, obra de Velázquez, 1634.

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86

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

Sobre la trata atlántica de ne-gros existe una visión amplia-

mente aceptada que la presenta como el expolio por parte eu ropea del capital humano de África para alimentar las economías de plan-tación en América, en un comer-cio triangular que nacía y termi-naba en Europa. La nueva sín-tesis que han escrito dos especia-listas franceses –Catherine Co-query-Vidrovitch y Éric Mesnard– sobre este comercio que se pro-longó cuatro siglos y se tradujo en la deportación de entre 12 y 13 millones de personas y la muer-te de otras tantas durante su cap-tura, cautiverio en la costa y trave-sía del Atlántico, tiene la intención de dinamitar en varios puntos la simplicidad de esa lectura, con

nuevas investigaciones en archi-vos portugueses y holandeses.

Los autores sostienen que Áfri-ca no era un territorio aislado en el que pueblos sencillos fueron arrancados a la fuerza por los ne-greros, sino un continente donde la esclavitud estaba ya amplia-mente asentada y que por eso la deportación de seres humanos se desarrolló con facilidad desde el primer mo-mento. Ello implica, asi-mismo, que los esclavos exportados ya eran en ge-neral mano de obra servil antes y tenían conciencia e información de lo que les esperaba al otro lado de un océano que se cruzaba en am-bas direcciones con más facili-dad de lo que se pensaba hasta ahora. Desmienten la imagen maniquea de que la situación del esclavo en África fuera “benigna” y, por tanto, menos dramática para sus víctimas. Lo que ocurrió es que la demanda internacional

aceleró el sistema has-ta convertirlo en una industria

masiva con redes que cruzaban el continente y que, cuando la de-manda cesó en el último término del XIX, los Estados africanos uti-lizaron el excedente para ampliar sus sistemas esclavistas de pro-ducción, sobre todo para el culti-vo de la nueva demanda euro-pea, de aceite de palma y caca-

huetes, y africana de nuez de cola. Cuando se produjo la colo-nización europea, quizás más de la mitad de la población africa-na era esclava. Una estratifica-ción, afirman, que todavía tiene huella en muchos países y esta-ría por estudiar para comprender mejor la vida social y política de África en la actualidad.

La obra se detiene mucho en

Biografía personal del país-continente, en este libro se

entremezclan sabiamente re-cuerdos del autor, experiencias individuales y hechos sociales y políticos, nacionales e internacio-nales, con una narración divulga-tiva y al mismo tiempo acadé-mica. La obra abarca desde los

inicios de Botany Bay a finales del siglo XVIII hasta hoy. Presencia-mos la consolidación colonial del siglo XIX, la independencia como federación a comienzos del XX, la participación en la Gran Guerra, la crisis de 1929, las luchas sociales, el te-mor al comunismo, el apartheid contra la Aus-tralia negra, la II Guerra Mundial, la Guerra Fría, el temor al comunismo y la supe-ditación a EE UU, el periodo del laborista Whitlam y el distancia-

miento respecto de la “Madre pa-tria” –y el dilema entre monarquía británica y república–, la evolu-

ción de una Australia “blanca” e “isla inglesa en el fin del mun-do” y su autorreubicación en los

CaLEIDO S C o P I O L I B R O S

AUSTRALIA. BIOGRAFÍA DE UNA NACIÓN

PHILLIP KNIGHTLEY,

GRANADA, ALMED, 2014,

550 PÁGS., 29 €

Australia, vida y aventuras de la isla-continenteSABIA MEZCLA DE RECUERDOS, HECHOS SOCIALES Y ANÁLISIS DE LOS RETOS DE UN PAÍS QUE ALCANZA SU MAYORÍA DE EDAD

El LÍDER LABORISTA australiano

con un aborigen, en la campaña

electoral de 1998.

UNA BRILLANTE SÍNTESIS SOBRE LA TRATA DE NEGROS INCIDE

EN EL PAPEL DE LOS ESTADOS AFRICANOS EN ESTE COMERCIO

SER ESCLAVO EN ÁFRICA Y AMÉRICA, ENTRE

LOS SIGLOS XV Y XIX

C. COQUERY-VIDROVITCH Y É. MESNARD,

MADRID, LA CATARATA, 2015,

304 PÁGS., 19 €

Esclavos del mundo atlántico

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87

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

la creación de una cultura crio-lla, visible en la arquitectura, la alimentación, la música y las creen cias a ambos lados del Atlántico. Escrito con precisión, agilidad y una abrumadora can-tidad de fuentes, Ser esclavo... se lee con fluidez, a lo que con-tribuye la cuidada traducción de Adolfo Fernández Marugán. AR-

TURO ARNALTE

Nicolás II (1868-1918), el último zar de Rusia, tie-

ne un tradicional perfil histo-riográfico que podría formu-larse así: “Un autócrata con un poder ilimitado, que go-bernó sin pasión y sin proyec-to. Indiferente a la miseria de su país y a la evolución de su tiempo, incapaz de formular un proyecto político coheren-te y adaptado a las exigencias del Estado, dejó las cuestio-nes políticas en manos del Dios en el que creía y se refu-gió en el espacio privado”.

Pues bien, aunque algunos historiadores hayan revisado en profundidad ese estereoti-po, hay algo que no ha cam-biado en la historiografía más reciente: la constatación de la profundidad con la que el zar se refugió en un “espacio pri-

vado” al que solo tenían acce-so su esposa, Alix de Hesse-Darmstadt (1872-1918), sus cuatro hijas: Olga (1895-1918), Tatiana (1897-1918), María (1899-1918) y Anasta-sia (1901-18), y su heredero varón, Alexei (1904-18), así como algunos ayudantes de campo, damas de com-pañía, niñeras, precep-tores, médicos, donce-llas y oficiales de la Guardia Real.

Un mundo privado muy reducido y al margen no solo de una Corte cuyo pa-pel ha sido bien estu-diado, sino también de la mu-cho más amplia familia real formada también por la ma-dre y los hermanos del zar. Pero ni las biografías políticas del último zar ni los estudios sobre el papel desempeña-do por la Corte profundizan en el estudio del “espacio pri-vado” de Nicolás II tan bien como lo hace el libro que He-len Rappaport acaba de pu-

blicar reconstruyendo la vida de sus cuatro hijas.

Y es que, aunque en el re-lato de las cuatro vidas que nos ofrece Helen Rappaport, el contexto político de la Ru-sia de entresiglos aparezca como el “telón de fondo”, esas vidas fueron tan cortas y

tan alejadas de todo lo que no fuera su pe-queña familia, que el interés del libro no se encuentra en lo que comúnmente nos ofrecen las bio-grafías políticas, sino en algo más cercano a la nueva historia so-

ciocultural que la autora vie-ne cultivando en sus notables trabajos sobre la sociedad vic-toriana: la reconstrucción, so-bre la base de una amplísima documentación explotada a fondo, de un impresionante retrato familiar en el que la personalidad de cada una de las cuatro hermanas se abre paso a través de la imagen co-lectiva. ROSARIO DE LA TORRE

LAS HERMANAS ROMANOV. VIDA DE LAS HIJAS DEL ÚLTIMO ZAR

HELEN RAPPAPORT,

MADRID, TAURUS, 2015,

576 PÁGS., 25,90 €

A PARTIR DE LA BIOGRAFÍA DE LAS CUATRO HIJAS DEL ÚLTIMO ZAR, RAPPAPORT OFRECE

OTRO BUEN EJEMPLO DE LA NUEVA HISTORIA SOCIOCULTURAL QUE DOMINA

Los Romanov, retrato de familia con final trágico

últimos decenios en Oceanía, o, en el peor de los casos, en eso que se llama Asia-Pacífico. El au-tor desbarata algunos mitos na-cionales: el de la Australia “deshabitada” y apropiable por los británicos, el “complejo de convicto” y el del “extravío en las antípodas”, el pánico a Asia y a la inmigración no blanca, el racismo criminal contra los abo-rígenes, el zafio conservaduris-mo, la supeditación psicológica a la Madre Patria y político-militar a EE UU... Aunque mucho de esto está perdiendo peso en los últi-mos decenios. Australia está al-canzando su mayoría de edad. CARLO A. CARANCI

SÁTIRA británica del

siglo XVIII sobre el trato dado a los esclavos a bordo de los

buques negreros.

E l zar NICOLÁS I I con su fami l ia y un grupo de cosacos .

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

Como piedra imán “porque todo se lo llevaba tras de

sí” definían a Teresa de Jesús al poco de que fuera elevada a los altares. Este magnetismo sigue activo en el quinto centenario de su nacimiento. La compleja per-sonalidad y la obra de Teresa (Ávila, 1515-Alba de Tormes, 1582) mantienen el poder de atracción que experimentaron sus contemporáneos, que im-pulsó su canonización por la Iglesia Católica en tiempo récord (1622) y que no ha dejado de suscitar innumerables estudios, amén de apropiaciones polí-

ticas interesadas. De ello trata este libro, excelente muestra de abordaje del fenómeno reli-gioso desde la historia cultural y que anali-za el difícil itinera-rio hacia la santi-dad femenina en la España moderna. Pues si la monja Te-resa lo consiguió, mu-chas otras quedaron en el camino. Al referir sus trayectorias, a partir de lo descrito en biogra-fías y/o autografías, donde abundan penitencias, visiones y experiencias “místicas”, inter-vención de confesores y teólo-gos, sospechas de herejía y ac-tuaciones inquisitoriales, se abre una ventana a esos reductos de afirmación femenina que supu-sieron los monasterios y con-ventos, se muestra la atormen-

tada piedad barroca y se apun-tan los motivos del fracaso de al-gunos procesos de pretendida

santidad. Y ahí, en la com-paración, emerge con fuerza la reformadora del Carmelo, moviéndo-se con habilidad en el difícil contexto del rei-nado de Felipe II, en las tensiones sus-citadas por la refor-ma protestante,

entre la competencia de jesuitas y dominicos, entre no-bles y burgueses... Pero, so-bre todo, capaz de conjugar re-cogimiento espiritual y acción emprendedora en la búsqueda de un “camino de perfección” que supo transmitir en sus es-critos de reconocida calidad literaria y honda repercusión en la religiosidad católica. ASUN-

CIÓN DOMÉNECH

Teresa de Jesús, como piedra imánALABRÚS Y GARCÍA CÁRCEL ABORDAN CON BRILLANTEZ EL PROCESO DE CANONIZACIÓN DE LA CARMELITA DESDE

LA HISTORIA CULTURAL, ANALIZANDO EL DIFÍCIL CAMINO HACIA LA SANTIDAD FEMENINA EN LA ESPAÑA MODERNA

CaLEIDO S C o P I O L I B R O S

TERESA DE JESÚS. LA CONSTRUCCIÓN DE LA SANTIDAD FEMENINA

ROSA MARÍA ALABRÚS

Y RICARDO GARCÍA CÁRCEL,

MADRID, CÁTEDRA, 2015,

271 PÁGS., 15 €

ÉXTASIS DE SANTA TERESA, S. Ricci,

1727.

La selección de noticias y anuncios que componen

Celtiberia Show empezó a pu-blicarse en 1968 en el semanario Triun-fo. Un “museíllo” de perlas “pinto-rescas o bárbaras” de la vida cotidiana en España –en pa-

labras de su autor, fallecido en 2002– que incluía avisos como “Prohibido atropellar ni-ños bajo la multa de 50 pese-tas” y reclamos como este del diario Pueblo: “Estudiante de 18 años desea ponerse en contacto con chica capaz de

entregarse a amar (...). Que su edad osci-le entre 12 y 40 años”. Luis Ca-randell, corres-ponsal en Japón, la URSS e Israel, cronista parla-

mentario durante la Transición y tertuliano habitual en radio y televisión (RTVE, Antena 3, Ca-dena Ser), añadía a menudo un comentario humorístico junto a cada recorte celtibéri-co, chispazos de una España que se debatía entre la moder-

nidad y una visión represiva del sexo, la política y la religión. En 1970, sus píldoras semana-les se convirtieron en un libro que, coincidiendo con su 45 aniversario, regresa a las libre-rías con un prólogo de Pablo Motos. E. VASCONCELLOS

CELTIBERIA SHOW EDICIÓN 45 ANIVERSARIO,

LUIS CARANDELL,

MADRID, MAEVA, 2015,

254 PÁGS., 9,90 €

Con sabor a caspaREEDICIÓN DE LAS “PERLAS CELTIBÉRICAS” REUNIDAS POR

LUIS CARANDELL, REFLEJO DE UN PAÍS ENTRE DOS TIEMPOS

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89

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

Juegos de tronoMANUEL MARTORELL ANALIZA LA OPCIÓN A LA CORONA

ESPAÑOLA QUE ENCARNABA EL PRETENDIENTE CARLISTA,

AUNQUE CREE QUE EL DICTADOR NO LA TOMÓ EN SERIO

Coincidiendo con la entro-nización de Felipe VI, el

periodista e historiador Ma-nuel Martorell ha publicado un libro dedicado a contra-poner la opción que podía ha-ber representado Carlos Hugo de Borbón Parma si Franco no se hu-biera decidi-do, en 1969, por don Juan Carlos para sucederle a título de rey. El autor ya publicó, en 2010, Re-torno a la lealtad. El desafío car-lista al fran-q u i s m o , que, estu-diando so-bre todo el carlismo de los años 1936 a 1953, pue-de considerarse un largo pre-facio del volumen que ahora ve la luz. En ambos casos se trata de trabajos que derivan parcialmente de su tesis doc-toral, La continuidad ideológica del carlis-mo tras la Guerra Civil.

Martorell anali-za los esfuerzos para renovar la ideología carlista, el proceso de creación de un pretendiente, las

dificultades para su acepta-ción por parte de la cúpula del régimen dictatorial y los enfrentamientos entre fran-quismo y carlismo –se pasa por encima, en cambio, so-bre colaboraciones e iden-tificaciones– que condujeron, en la década de 1960, a la ra-dicalización de este último movimiento. A pesar de que, por razones estratégicas, mantuviera vías y esperanzas abiertas, Franco nunca pen-só seriamente en Carlos Hugo como alternativa.

La documentación utiliza-da es muy a m p l i a . Ante ella, quizás la bibliogra-fía se que-da algo corta. Los t e s t i m o -nios, en buena par-te fruto de entrevistas realizadas por el au-tor entre las perso-nas que vi-vieron e in-tervinieron en aque-llos he-chos, re-

sultan de gran interés. En concreto, destacan en las pá-ginas del libro las palabras de Ramón Massó Tarruella, uno de los personajes clave de los

acontecimientos estudia-dos. Martorell vuelve a dar voz, en esta obra, a aquellos carlistas para los cuales la etapa que se abrió en 1939 iba a ser una “amarga victoria”. JORDI

CANAL

CARLOS HUGO FRENTE A JUAN CARLOS.

LA SOLUCIÓN FEDERAL PARA ESPAÑA

QUE FRANCO RECHAZÓ

MANUEL MARTORELL,

PAMPLONA, EUNATE, 2014,

315 PÁGS., 24 €

CARLOS HUGO DE BORBÓN PARMA. Para el carlismo, el fin de la

guerra fue una “amarga victoria”.

Jesús Hernández, historia-dor y periodista, que tiene

ya una dilata trayectoria como autor de obras sobre la II Gue-rra Mundial –con una incur-sión en la Gran Guerra–, retor-na a los escaparates de las librerías con otra miscelánea sobre el cataclismo de-sencadenado por Hitler, un género en el que luce una bien probada maestría desde sus primeras obras, que lograron una notable difusión.

En este caso, sus 250 episodios pueden consi-derarse, en general, poco co-nocidos, mostrando que figu-ran ahí tras haber superado una reconocible criba y, tam-bién, que el autor está al día de las nuevas investigaciones, como las referidas a la fatiga

de combate o a las incontrola-bles reacciones psicológicas y fisiológicas que desencade-na el peligro, el riesgo, el mie-do (capítulo VII). Por tanto, un libro de entretenida lectura para quienes conocen al me-nos a grandes rasgos las ca-racterísticas del conflicto.

Confía el autor en su prólo-go que esta obra animará a conocer más sobre el asunto a los que apenas saben la his-toria de la II Guerra Mundial

y me gustaría que tu-viese razón, pero desconfío que tal vaya a ser el resulta-do. La anécdota for-ma parte de la His-toria, pero no es la Historia. Creo que esta colección de anécdotas las dis-frutará mucho

mejor –sobre todo, consumi-das en pequeñas dosis– aquel que puede encuadrarlas y connotarlas adecuadamente en cada momento y escena-rio, que quien difícilmente puede hacerlo y que corre el riesgo de confundir anécdota con categoría. DAVID SOLAR

PEQUEÑAS GRANDES HISTORIAS DE LA

SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

JESÚS HERNÁNDEZ,

BARCELONA, PLANETA, 2015,

262 PÁGS., 19,90 €

UNA DIVERTIDA COLECCIÓN DE AVENTURAS MUESTRA LA

ORIGINALIDAD DE LOS SERES HUMANOS FRENTE A LAS

SITUACIONES LÍMITE QUE IMPONEN LOS CONFLICTOS

EVACUACIÓN de niños del East End, Londres, al inicio de la IIGM.

La anécdota y la historia en la II Guerra Mundial

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90

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

Un miliciano convertido en policía soviético ve cómo

cambia el mundo mientras huye hacia adelante. Miquel o Mijaíl Bonet deja el ocaso de Es-paña por el alba de Rusia mien-tras amartilla su Nagant. El pa-sado quiere cobrarse su deuda. ¿Conseguirá escapar? El cate-drático de Historia Moderna Pe-dro García Martín recorre en este thriller el siglo XX hasta la desintegración de la URSS. PREGUNTA. Los primeros com-pases de la novela transcurren en España, justo antes de la Guerra Civil, una época asocia-da a una alta ideologización. Pero Miquel Bonet es todo lo contrario, ¿por qué? RESPUESTA. Es hijo de un ra-basaire que huye de la miseria y la primera vía de escape que encuentra es la Iglesia. Meses después de entrar en el semi-nario, estalla la guerra y le dan la opción de salvar la vida a cambio de unirse a un partido que desconoce. Poco a poco adquiere cultura política, prime -ro de ese partido, luego de los servicios secretos de la URSS. Su máxima en la vida es estar siempre del lado vencedor. P. ¿Su destino es paradigmá-tico del de los exiliados? R. Encarna a muchos perso-najes que tuvieron que cam-biar de bando. P. Más adelante volvemos a encontrar españoles, en Le-ningrado, ¿cuál es su papel?

R. El sitio de Leningrado reú-ne a españoles de distinta ideo-logía en el mismo frente. El ge-neral Zhúkov llama a los exi-liados republicanos en el mo-mento álgido de la presión hitleriana. En el otro lado, la Wehrmacht utiliza a la División Azul como carne de ca-ñón. Cuando el cerco se es-tabiliza, tiene lugar la tre-menda batalla de Krasny Bor, en la que se enfrentan es-tas puntas de lanza de ambos bandos. Al ter-minar la guerra se les interna en campos y gulags. P. ¿Cree bien estudiada la par-ticipación de los españoles en la II Guerra Mundial? R. Así como de la División Azul hay bastantes monografías, so-bre los republicanos en la

URSS hay pocos trabajos. Ha-bía miedo a la represión sovié-tica y franquista, y la documen-tación oficial no se desclasi-fica hasta 1991. No se cono-ce su experiencia porque impli-ca reconocer que no fueron muy bien tratados en la URSS, donde quienes no aceptaron la nacionalidad o enrolarse en el ejército acabaron en gulags. P. El protagonista se ve envuel-to en el asesinato de Durruti. R. En la medida en que nun-ca sabremos cómo murió Du-rruti, era factible que pasara por el asesino apócrifo, pues

hubo una guerra de propaganda, la politización de un asesinato con repercusiones enormes. Des-moralizó a los anarquistas y esa tensión en-tre las fuerzas de izquierda de-

semboca en los Sucesos del 37. P. ¿Hasta qué punto la inter-vención soviética determinó los acontecimientos en España? R. Igual que los totalitarismos fascista y nazi apoyaron al ban-do nacional, la URSS vio la po-sibilidad de apoyar al otro ban-

do. Consiguió infiltrar a militan-tes en la dirección del Ejército Popular y algunos ministerios y trató de condicionar a los pre-sidentes de la República. Ma-nipularon cuanto pudieron y fa-vorecieron el crecimiento del Partido Comunista para contro-lar esos resortes del poder, lo que se exacerbó tras los Su-cesos del 37. P. En la novela es importante el culto al arcipreste Ávvakum. R. En el siglo XVII, el patriar-ca Nikon quiere reformar la iglesia, pero los sectores más tradicionales encabezados por el arcipreste Ávvakum se opo-nen. Triunfa Nikon, con una enorme represión para los vie-jos creyentes, la mayoría se re-fugia en Siberia. A finales del zarato de Nicolás II, eran 60 millones. El régimen soviéti-co vuelve a perseguirles. Los seguidores de Ávvakum espe-ran la venida de un zar blanco que restablezca el orden tradi-cional. Al protagonista le que-da la duda de si preparan un ejército para derrocar al comu-nismo, porque algunos lucha-ron con los carlistas en el ban-do nacional, así que prosigue su purga como agente del NKVD en Leningrado. P. Habla del peligro del fanatis-mo, ¿corremos el riesgo de re-petir errores? R. Parece que los motores que asaltaron a las sociedades en el siglo XX no han sido justipre-ciados respecto a dónde lleva-ron, entonces sigue habiendo gente que cree en los distin-tos totalitarismos. Lo que des-miente la concepción de la Historia como maestra de vida. Creo que cada generación re-piensa la Historia de acuerdo a sus ilusiones, sus miedos..., de ahí que quien sea muy par-cial seguirá cayendo en la sim-plificación y los fanatismos. SARA PUERTO

FOTO: SERGIO ENRÍQUEZ-NISTAL

L I B R O SCaLEIDO S C o P I O N O V E L A H I S T Ó R I C A / E N T R E V I S T A

“LENINGRADO REÚNE A

ESPAÑOLES DE DISTINTA

IDEOLOGÍA EN EL MISMO FRENTE”

“Los soviéticos manipularon la República y favorecieron

el crecimiento del PCE” EL HISTORIADOR PEDRO GARCÍA MARTÍN EVOCA LAS TENSIONES

POR EL AUGE DE LOS TOTALITARISMOS EN EL SIGLO XX A TRAVÉS

DE LA PERIPECIA DE UN EXILIADO ESPAÑOL, AGENTE DEL NKVD

EL LOBO DE ÁVVAKUM

PEDRO GARCÍA MARTÍN,

MADRID, CLICK EDICIONES, 2015,

160 PÁGS., 3,99 €

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91

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

N O V E L A H I S T Ó R I C A

LIBRERÍAS CONSULTADAS: NACIONAL EL CORTE INGLÉS, LA CASA DEL LIBRO, LA CENTRAL. BARCELONA ALIBRI, DOCUMENTA, LAIE. BILBAO CÁMARA. MADRID ALBERTI, ANTONIO MACHADO, MARCIAL PONS, UNED. SALAMANCA CERVANTES. SEVILLA BETA. VALENCIA PARÍS VALENCIA. VIGO CARTABÓN.

E N S A Y OLAS VENAS ABIERTAS DE AMÉRICA LATINA EDUARDO GALEANO SIGLO XXI1

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MUJERES EDUARDO GALEANO SIGLO XXI

VIVOS EN EL AVERNO NAZI MONTSERRAT LLOR CRÍTICA

LA ESPADA Y LA PALABRA. VIDA DE VALLE-INCLÁN MANUEL ALBERCA TUSQUETS

LA SEGUNDA REPÚBLICA ESPAÑOLA VV AA PASADO&PRESENTE

TERESA DE JESÚS. LA CONSTRUCCIÓN DE LA SANTIDAD FEMENINA R. GARCÍA CÁRCEL / R. ALABRÚS EDIC. CÁTEDRA

CARTAS DE LA WEHRMACHT. LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL CONTADA POR LOS SOLDADOS MARIE MOUTIER CRÍTICA

PEREGRINOS DE LA BELLEZA. VIAJEROS POR ITALIA Y GRECIA MARÍA BELMONTE EL ACANTILADO

IMPOSTORES ANTONIO CALVO MATURANA EDICIONES CÁTEDRA

LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL CONTADA PARA ESCÉPTICOS JUAN ESLAVA GALÁN PLANETA10

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HOMBRES BUENOS ARTURO PÉREZ REVERTE ALFAGUARA1

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¡QUEMAD BARCELONA! GUILLEM MARTÍ DESTINO

LA TEMPLANZA MARÍA DUEÑAS PLANETA

MISTERIOSO ASESINATO EN CASA DE CERVANTES JUAN ESLAVA GALÁN ESPASA CALPE

VOLVER A CANFRANC ROSARIO RARO PLANETA

LA LEY DE LOS JUSTOS CHUFO LLORENS GRIJALBO

EL GRAN CAPITÁN JOSÉ CALVO POYATO PLAZA&JANÉS

Y DE REPENTE TERESA JESÚS SÁNCHEZ ADALID EDICIONES B

EL ENEMIGO EN CASA (II) DAVID LINDSEY EDHASA

EL TESTAMENTO DE SANTA TERESA ANTONIO PUENTE MAYOR ALGAIDA10

NOVEDAD

NOVEDAD

Los lectores empedernidos de Pérez Reverte se van a

reencontrar con las dos pasio-nes del autor: la literatura y el mar. No es casua-lidad que uno de los protagonistas sea bibliotecario y el otro marino. Am-bos son los envia-dos especiales de la Real Academia española a París para comprar los 28 tomos de la En-ciclopedia francesa con permiso de Carlos III y a pe-sar de la España que se resis-tía a abrir las ventanas para que no entrara la luz de la razón. El lector es el pasajero de una aventura con el regalo añadido de conocer la investigación rea-lizada por el autor. Reverte inter-cala en el relato principal otro en el que cuenta lo que hizo para trabajarse la historia. Es imposi-ble no pensar en Alatriste cuan-

do se nos presenta a un vete-rano soldado de caballería lla-mado Raposo. Resulta inevita-ble recordar al maestro de esgri-ma Astarloa durante la narración de un duelo que rinde homena-je a todos los combates conta-dos en anteriores novelas. Pérez

Reverte descubre al lector su clase de esgrima para vestirse de nuevo con la piel de los duelis-tas. Hay en la novela cierta melancolía por la España que pudo ser ya a finales del si-glo XVIII. Uno de los hombres buenos, académico y marino retirado, simboliza a quienes ya entonces

sabían de las dificultades que la libertad iba a tener en España. El viaje a por los libros de la En-ciclopedia enseña el París deca-dente antes de la Revolución, también el nacimiento de una amistad entre dos hombres muy distintos entre sí y muestra que el exilio español en el país ve-cino daba ya sus primeros pa-sos. Una novela muy bonita. JUAN PABLO COLMENAREJO

HOMBRES BUENOS

ARTURO PÉREZ REVERTE,

MADRID, ALFAGUARA, 2015,

592 PÁGS., 22,90 €

Viaje a la luz de los l ibrosEN LA ÚLTIMA NOVELA DE PÉREZ REVERTE HAY MELANCOLÍA

POR LA ESPAÑA QUE PUDO SER A FINALES DEL SIGLO XVIII

N O V E L A

PROCESO DE FABRICACIÓN DE VIDRIO, según una ilustración de la Enciclopedia francesa.

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

HASTA EL 13 DE SEPTIEMBRE

MUSEO THYSSEN-BORNEMISZA

PASEO DEL PRADO, 8

MADRID La Orden de la Merced se fundó para liberar a los cristianos cautivos por los musulmanes. Los monjes debían procurar la redención, aunque peligrara su propia vida. Es lo que le ocurrió a Peter Serapion, cruzado inglés curtido en la Reconquista española, que siendo mercenario en 1240 quedó como prenda en un rescate con los sarracenos en Argelia. El dinero no llegó a tiempo y estos lo mataron, tras un terrible martirio. Zurbarán retrata a san Serapio en su último aliento, la cabeza caída sobre un costado, aunque aún resiste colgado de sus brazos. No hay sangre, tan habitual en la imaginería barroca, ni gestos desencajados. No hay malvados sarracenos, tampoco vemos el lugar en que es torturado. Serapio está solo, el blanco de su hábito incorrupto llena la escena. El pintor no hace ni una concesión al morbo, pero la obra resulta profundamente conmovedora. Es la magia de Zurbarán, cuya trayectoria revisa esta antológica, que toma el testigo de la organizada por el Museo del Prado en 1988. La muestra presenta los últimos descubrimientos en torno a Zurbarán desde entonces, con pinturas inéditas y restauradas para la

ocasión. San Serapio (1628), propiedad del Wadsworth Atheneum de Hartford (EE UU), que no se exhibía en España desde hace cincuenta años, es una de las piezas estrella. Condensa muchas de las claves de la pintura de Zurbarán, ese tenebrismo que debe pero no imita a Caravaggio o la sutil síntesis entre misticismo y realismo. Además ilustra el que fue el eje de su trabajo: los conjuntos para las numerosas comunidades monacales que florecían en el siglo XVII. Instalado en Sevilla, Zurbarán vivió sobre todo de estos

encargos. La adoración de los Magos (1638-39), del Museo de Grenoble, o el Martirio de Santiago, del Prado, representan en la exposición esos ciclos que marcan el apogeo de su carrera. Contaba con la ayuda de un taller, aspecto que merece su propio apartado en la sala, igual que su menos estudiada producción de bodegones. Estos permiten comprobar el excepcional colorista que era Zurbarán. También sus “santas andantes”, vestidas con suntuosos trajes. En su etapa de madurez, desde 1650, su pintura se dulcifica y se vuelve más luminosa. Siempre se ha dicho que por influencia de Murillo, pero es Zurbarán quien le antecede en la templanza que demandan la Reforma católica y el nuevo gusto. Esta sección presenta recientes atribuciones, como Virgen Niña dormida (1655) o los Desposorios místicos de Santa Catalina de Alejandría (1660-62), de colecciones privadas. La exposición suma 63 cuadros, siendo la reunión de las naturalezas muertas que pintó Zurbarán con las de su hijo Juan, que acaban de ponerse en valor, otra de las notas más emotivas. Y eso, en Zurbarán, es mucho decir.

E X P O S I C I O N E S

Zurbarán desconocido

CaLEIDO S C o P I O J U L I O

UNA ANTOLÓGICA PRESENTA LOS ÚLTIMOS DESCUBRIMIENTOS EN TORNO AL MAESTRO DEL SIGLO DE ORO,

DONDE SE MUESTRAN POR PRIMERA VEZ SUS COLORIDOS BODEGONES, DESCONOCIDOS HASTA EL MOMENTO

Descubra nuevas exposiciones y citas en:

www.laaventuradelahistoria.es

SARA PUERTO EXPOSICIONES Y CITAS

De arriba abajo, SAN SERAPIO y SANTA CASILDA, de Zurbarán.

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

Paul Strand: fotografía y documento

HASTA EL 23 DE AGOSTO

FUNDACIÓN MAPFRE

C/ BÁRBARA DE BRAGANZA, 13

MADRID De Nueva York al suroeste de Estados Unidos, México, Ghana, Egipto, Marruecos, Italia, Rumania, Francia... El fotógrafo Paul Strand (Nueva York, 1890-Orgeval, Francia, 1976) llevó la fotografía por medio mundo, haciendo de lo que solo era técnica, un arte y también un documento. A través de su peripecia se puede reconstruir la historia de la fotografía moderna, y es lo que hace esta exposición, a partir de los fondos del Museo de Arte de Philadephia y la Fundación Mapfre. Strand, que aprendió de Lewis Hine y Alfred Stieglitz, fue un

fotógrafo comprometido políticamente. Hine le enseñó a ver la cámara como un arma de denuncia. Stieglitz le puso en contacto, desde su galería neoyorquina, con corrientes como la Nueva Objetividad, que rechaza toda manipulación del fotógrafo. Algo con lo que Strand estaba familiarizado: en sus primeras series se las ingeniaba para retratar a la gente sin ser visto. Esta retrospectiva despliega 200 imágenes, desde 1910 a 1960, e ilustra la faceta como cineasta –se proyecta su primer filme Manhatta (1921)– y la producción de libros de fotografía de quien además de ser padre de su vertiente documental es uno de los más grandes y completos fotógrafos del siglo XX, desde el disparo al laboratorio.

M U L T I M E D I A

La figura y pintura de Goya vista y recreada por los niños y para los niños. Esa es la idea de la que parte Goya vis-to por los niños. El libro, es-crito por Javier Gallego y edi-tado por Círculo Rojo, expli-ca la vida del pintor median-te los dibujos que alumnos de 2º, 3º y 4º de Primaria del Eurocolegio Casvi de Villavi-ciosa de Odón. La iniciativa surge después de que el hijo del escritor reprodujera uno de los retratos más represen-tativos del pintor. Fue justo en ese momento cuando el

autor decide crear el univer-so goyesco desde los ojos de los mismos niños. “Es un proyecto pionero en Espa-ña y también un proyecto so-lidario. Los beneficios de la venta del mismo serán des-tinados a comprar ropa, cal-zado y medicinas para pro-yectos de niños discapaci-tados en Iberoamérica”, ex-plica el escritor. C. F

JAVIER GALLEGO

PUBLICA GOYA VISTO

POR LOS NIÑOS, DONDE

NARRA LA VIDA DEL

PINTOR A TRAVÉS DE

DIBUJOS INFANTILES

PINTURAS DE LA EDAD JOVEN

UN PASEO VIRTUAL POR LA PREHISTORIA

EL MUSEO DE LA EVOLUCIÓN HUMANA LANZA UNA

APLICACIÓN MÓVIL PARA CONOCER SUS ESPACIOS

Pasear por los yacimientos de Atapuerca y remontarse a los orígenes de los primeros pobla-dores de la Península, como el Homo antecessor o el Homo sapiens, recorrer cada una de las zonas del Centro de Arqueo-logía Experimental de Arqueo-logía de Atapuerca (CAREX), así como el Museo de la Evo-lución Humana, se podrá hacer

a través del móvil con la aplica-ción Museo de la Evolución Hu-mana, que facilitará al usuario imágenes, vídeos e información sobre sus espacios. C. F.

6 de agosto de 1945, Harry S. Truman, presidente de EE UU, man-da a Little Boy, la primera bomba nuclear, a Hiroshima. Se desata la tragedia. Con motivo del 70 aniversario de este acontecimiento, Ca-nal Historia emitirá el próximo 6 de agosto un programa donde el historiador Martin Morgan y un equipo de reporteros contarán aquel suceso a través del relato de los supervivientes. C. F.

EN MEMORIA DE HIROSHIMA

[ARTE ] [APP ]

[TV ]

MUJER CIEGA, NUEVA YORK, 1916, Aperture Foundation INC.

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94

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

Así pensó Leonardo

HASTA EL 19 DE JULIO

PALAZZO REALE

PIAZZA DEL DUOMO, 12

MILÁN Leonardo da Vinci soñaba con descifrar el mundo y lo estudió sin atender a categorizaciones. Tampoco su mente entendía de límites. Esta exposición, la mayor que Italia dedica al genio renacentista, destaca la universalidad de sus intereses y su capacidad para combinar talento artístico con pensamiento científico y tecnológico. El dibujo era su medio para aprender. Así se desprende del centenar de bocetos que se exhiben, entre ellos el Hombre de Vitrubio o los más de 30 del Códice Atlántico, que indagan en los misterios de la anatomía, la naturaleza y el funcionamiento de las cosas. La muestra identifica una serie de temas en la poliédrica creación de Leonardo: el diálogo de las artes y con la Antigüedad, la belleza manifiesta en la fisionomía pero también las emociones o la persecución de un ideal utópico, que se tratan en 12 ámbitos, con 200 piezas en total. Pinturas

como el Retrato de una dama, procedente del Louvre; el San Jerónimo, de los Museos Vaticanos, o la Madona Dreyfus, de la National Gallery de Washington, junto a modelos de sus inventos, desde un ca-rro motorizado a una máquina batidora, que inundan las salas de Palacio Real de Milán, en cuyo entorno vivió y trabajó Leonardo durante más de veinte años.

La Prehistoria a la vera del río Turia

HASTA EL 27 DE SEPTIEMBRE

MUSEU DE PREHISTÒRIA

C/ CORONA, 36

VALENCIA “Cualquier parecido con la realidad es pura evidencia”. Con esta máxima, la exposición Vivir junto al Turia hace cuatro mil años presenta los resultados de la excavación del yacimiento de la Edad de Bronce conocido como la Lloma de Betxí, en la localidad valenciana de Paterna, a lo largo de 27 campañas, desde 1984. Se presentan al público por primera vez las 200 piezas arqueológicas halladas, entre las que destacan las procedentes de dos enterramientos, especialmente, los conjuntos de metales, dado que es en esta época (entre el 1800 y el 1300 a.C.) cuando se consolidada la metalurgia en torno al Turia, y las cerámicas, profusamente decoradas. También hay objetos curiosos, como botones hechos de marfil. En un primer ámbito, el recorrido plantea cómo se vivía en este territorio, situando los restos

arqueológicos en el espacio y el tiempo. Plantea quiénes fueron los habitantes de este poblado y cuáles sus tareas cotidianas hasta la desaparición del asentamiento a causa de un incendio. Los vestigios carbonizados permiten conocer aspectos concretos como la alimentación o las actividades artesanales que desarrollaban. A continuación, en un segundo ámbito, se interpretan estos objetos y se describe, asimismo, cómo es el trabajo arqueológico, cómo se obtienen los datos y se realiza su interpretación.

Aborígenes de Australia

HASTA EL 2 DE AGOSTO

BRITISH MUSEUM

GREAT RUSSELL STREET

LONDRES La de los aborígenes australianos es una historia de resistencia: de desvanecerse en la tierra que ocupan desde hace más sesenta mil años, a olvidar sus saberes heredados durante generaciones, a vivir de espaldas a la naturaleza, a perder su identidad. Cuando el capitán Cook desembarcó

en la costa este en 1770, cientos de grupos aborígenes, con sus propias lenguas, leyes y tradiciones, habitaban este continente del tamaño de Europa, que en 1788 pasó a ser colonia del Imperio británico y, en 1901, nación. Esta exposición es la primera de envergadura en Inglaterra sobre los indígenas de Australia, incluyendo a los isleños del estrecho de Torres. Se muestran objetos recogidos por Cook y sus hombres en Botany Bay, fruto de los primeros acercamientos, y de la época colonial en adelante, algunos nunca expuestos. Desde herramientas como el boomerang hasta creaciones artísticas que explican sus creencias (destacan las máscaras rituales de caparazón de tortuga de los isleños, anteriores a las misiones) y su modo de vida en comunión con el entorno natural, hoy tan amenazado. El recorrido estudia cómo se han adaptado a las cambiantes circunstancias históricas, las distintas políticas que les han afectado y su lucha por el reconocimiento de sus derechos civiles hasta la actualidad.

EXPOSICIONES

CaLEIDO S C o P I O

MÁSCARA DE KUDUMA, Murala (Australia), anterior a 1888.

LA BELLE FERRONIÈRE, de Leonardo da Vinci.

PIEZAS CERÁMICAS de

la Lloma de Betxí.

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

Animales sagrados en el Antiguo Egipto

HASTA EL 23 DE AGOSTO

CAIXAFORUM

PASEO DEL PRADO, 36

MADRID Entra en su recta final la exposición Animales y faraones, que reseñamos en su inauguración en el Louvre de Lens. Una muestra que a aquí se amplía con piezas de los museos de Ciencias Naturales de Madrid y de Barcelona, además del de Montserrat y el Egipci de la capital catalana. Las 430 obras repasan la importancia de los animales en el Egipto faraónico, más allá de su

consideración como alimento, medio transporte o fuerza de trabajo. Los antiguos egipcios representaban a sus dioses con rasgos animales por sus cualidades simbólicas. Les

servían para expresar ideas complejas y su figura se convirtió en un elemento para la comunicación. Algo para lo que resulta básica la minuciosa observación de la naturaleza de esta

civilización, a la que por encima de cualquier otra en la Antigüedad caracteriza su querencia por los animales. Su imagen aparece de forma constante en la vida cotidiana y en los ritos funerarios, religiosos y civiles, como se comprueba en la exposición, a partir de esculturas, estatuas –algunas de grandes dimensiones, como el grupo de babuinos del Templo de Luxor–, estelas, re-lieves, papiros, pinturas, amuletos, joyas y 14 ejemplos de la momificación de diversas especies, señal indiscutible de la reverencia que el Egipto eterno concedía al reino animal.

C I T A S

La mujer protagoniza la 61 edición del Fes-tival de Teatro Clásico de Mérida, la más ambiciosa tanto en número de espec-táculos –19 en total– como en sedes. Tras presentarse en marzo en Madrid, se am-plía a los teatros romanos de Medellín y Re-gina, aunque el emeritense, que cumple dos mil años, siga siendo el principal, con nueve producciones entre el 1 de julio y el 27 de agosto. El festival arranca con Me-

dea, una dramatización de Vicente Mo-lina Foix, con la actriz Ana Belén en el

papel principal. Otros títulos son Sócra-tes. Juicio y muerte de un ciudadano, Edi-po Rey, Antígona, La asamblea de las mu-jeres o César & Cleopatra. Además, in-cluye el ciclo de conferencias Encuentro con los clásicos, que propone la revisión y el análisis de los textos grecolatinos inclui-dos en la programación como referente para entender nuestro tiempo. Del 9 al 18 de julio, a las 19 horas, en el Museo Na-cional de Arte Romano de Mérida. WWW.FESTIVALDEMERIDA.ES

[FESTIVAL ]

MUJERES AL PODER

ESCENA DE LA OBRA CORIOLANO, DE WILLIAM SHAKESPEARE, EN EL TEATRO DE MÉRIDA.

Cientos de luchadores se darán cita el próximo mes de octu-bre (días 10, 11 y 12) en el I Torneo Desafío de Belmonte, una competición inspirada en los combates medievales que se celebrará a los pies de un castillo del siglo XV. La fortale-za, situada a las afueras del pueblo (al suroeste de Cuen-ca), fue construida por orden de Juan Pacheco (1419-1474) después de ser nombrado mar-qués de Villena. El complejo se levantó en menos de 20

años, a tiempo para presenciar la guerra de Sucesión castella-na (1475-79). La recreación histórica de aquel conflicto –en el que Pacheco defendió a Juana de Trastámara frente a la futura reina Isabel de Cas-tilla– es otra de las activida-des que el castillo organiza du-rante el año. Belmonte aco-gió en 2014 el I Campeonato Mundial de Combate Medieval (IMCF). Este otoño, el Desafío contará también con artesa-nos, cetreros y un campamen-to de época. WWW.CASTILLODE-

BELMONTE.COM

[VISITA ]

¡A LAS ARMAS!TALLER

CUATRO ENFOQUES SOBRE EL ALCÁZAR. Introducción a la fotografía y al cortometra-je. Para jóvenes de 14 a 19 años. Museo del Ejército, Toledo. WWW.CUATROENFO-

QUESENELALCAZAR.ES

ACTIVIDAD

ACELERADOR DE HISTORIAS. La comunicación huma-na a través de los fondos del museo, a fin de pu-blicar una web o un ebook. Edades: 5-8 y 9-13 años. Biblioteca Na-cional. WWW.BNE.ES

CARTEL DEL I TORNEO DESAFÍO DE BELMONTE (CUENCA).

ESTATUA DE UN LEÓN TUMBADO, época de Nectanebo I.

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LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

Julio caliente, quema al más valiente

1 ¿CON CUÁNTOS HOMBRES CONTA

BA TITO EN NOVIEMBRE DE 1943?

A 11.000

B 25.000

C 250.000

2 ¿EN QUÉ SE LICENCIA DONOSO

CORTÉS EN 1828?

A DERECHO

B LEYES

C LITERATURA

3 ¿DÓNDE CONDENARON A DOGU

PERIÇEK?

A SUIZA

B ITALIA

C INGLATERRA

4 ¿DE QUIÉN DESCENDÍA EL HOMO

ERGASTER?

A HOMO RUDOFENSIS

B HOMO HABILIS

C HOMO FLORESIENSIS

5 ¿QUÉ ES EL RONGORONGO?

A UN BARCO

B UN LENGUAJE

C UNA ESCRITURA

6 ¿CUÁNDO MARCHA EADWEARD MU

YBRIDGE A EE UU?

A 1851

B 1855

C 1860

7 ¿A QUIÉN APODABAN VATE?

A BÁRBARA LEONI

B GABRIELE D’ANNUNZIO

C BENITO MUSSOLINI

8 ¿EN QUÉ SIGLO SE TRADUJO EL MI

LIONE AL ARAGONÉS?

A XI

B XIII

C XV

9 ¿CUÁNTOS AÑOS DURÓ LA RES

TAURACIÓN DE EL CALVARIO DE VAN

DER WEYDEN?

A 3

B 4

C 6

10 ¿CUÁNDO SE PRODUCE LA VICTO

RIA DE MUSTAFÁ KEMAL EN LA GUE

RRA GRECO TURCA?

A 1915

B 1922

C 1932

RESPUESTAS DEL MES ANTERIOR.

1-B (Nº 199, PÁG. 24). 2-C (Nº 197, PÁG. 38).

3-A (Nº 198, PÁG. 58). 4-C (Nº 196, PÁG. 62).

5-A (Nº 199, PÁG. 63). 6-B (Nº 197, PÁG. 69).

7-C (Nº 198, PÁG. 61). 8-A (Nº 196, PÁG. 92).

9-B(Nº 199, PÁG. 84). 10-C (Nº 197, PÁG. 77).

GANADORES. JAVIER HERNÁNDEZ HE-

RRÁNZ (ARROYO, VALLADOLID), FRANCIS-

CO ROMÁN BALLESTEROS (VALENCIA), ANA

ARIAS PARIA (MADRID).

BASES DEL CONCURSO DE ENTRE TODOS LOS ACERTANTES, SE ELEGIRÁN TRES POR SORTEO CADA

MES. LOS PREMIADOS RECIBIRÁN UNA SUSCRIPCIÓN GRATUITA POR UN AÑO A LA AVENTURA DE LA

HISTORIA. SOLAMENTE ENTRARÁ EN EL SORTEO UN CUPÓN POR PERSONA. LAS PREGUNTAS

PLANTEADAS PROCEDEN DE LOS CUATRO NÚMEROS ANTERIORES DE LA REVISTA.

RELLENE TODOS LOS DATOS

NOMBRE................... APELLIDOS............................................

DNI....................... DOMICILIO...................................................

.....................................................................................................

CÓDIGO POSTAL.................. POBLACIÓN..............................

PROVINCIA.................................. TELÉFONO..........................

FIRMA

...................................................

CaLEIDO S C o P I O C O N C U R S O

Los participantes pueden remitir las res-puestas a [email protected]. También pueden recortar o fotocopiar la página para su envío postal. En am-bos casos deberán indicar la palabra CONCURSO (en el asunto del e-mail o en el sobre). La fecha límite de re-cepción de respuestas es el día 10 del mes correspondiente.

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P R Ó X I M O N Ú M E R OCaLEIDO S C o P I O A G O S T O

CRÉDITOS FOTOGRÁFICOS: PORTADA: EFE. AAE: PÁGS. 10-11, 16, 20, 23, 26, 27, 28, 30 A 35, 42, 43, 44, 46-47, 48, 52, 54-55, 56, 57, 58, 59, 60-61, 63 A 69, 70-71, 73, 76-77, 80-81, 82-83, 98. EFE: PÁGS. 17, 18-19, 22. SERGIO GONZÁLEZ: FOTO DE LA PÁG. 21. MUSEO DEL PRADO: PÁGS. 84, 85. INFOGRAFÍA DE DINA SÁNCHEZ: PÁGS. 24, 29, 51, 62, 70, 78. LOSADA: PÁG. 7. MET: PÁG. 44. THE HIRSCHSPRUNG COLLECTION: PÁGS. 36-37. MUSEO NACIONAL DE DINAMARCA: PÁG. 38. BIBLIOTECA REAL DE DINAMARCA: PÁG. 39. MUSEO DE BB AA DE BOSTON: PÁGS. 40-41. LIBRARY OF CONGRESS: PÁG. 45 (SUP.). MUSEO DE ARTE DE FILADELFIA: PÁG. 45 (INF.). TURISMO DE IRLANDA: PÁG. 50 (INF.). DE LAS OBRAS PLÁSTICAS REPRODUCIDAS POR LICENCIA GENERAL © VEGAP.

Y TAMBIÉN HICIERON HISTORIA...

DOBLE BODA ENTRE AUSTRIAS Y BORBONES MARCO AURELIO Y CÓMODO, RELEVO FALLIDO

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LA AVENTURA DE LA HISTORIA EN LAS REDES SOCIALES

Hace 70 años, en agosto de 1945, las bombas atómicas sobre Hiroshima y

Nagasaki devastaban Japón poniendo fin a la

II Guerra Mundial. MANUEL FLORENTÍN,

CARLO CARANCI, DAVID SOLAR Y JULIO

MARTÍN ALARCÓN analizan las claves.

DOSSIER: FIN DE LA GUERRA EN EL PACÍFICO

Firma de la rendición japonesa en el

MISSOURI, el 2 de septiembre de 1945.

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98

LA AVENTURA DE LA

H I S T O R I A

Quintín Bandera

Alo largo y ancho del trayecto que re-corres al escribir una novela salen

al paso mil circunstancias que pueden llegar a cambiar tu primera intención, obligándote a modificar tus parámetros e inclusive a cargarte un personaje o al-terar completamente su carácter y, por tanto, su actuación durante de la tra-ma.

“Cada maestrillo tiene su librillo” dice el refrán y lo que algo sirve para uno no sirve para otro, pero por lo que a mí respecta tengo un par de normas funda-mentales; una de ellas es que procuro que la acción ocupe unas tres cuartas partes de la novela y la otra es que inten-to prescindir de todo aquello que no con-duzca al buen fin del relato.

Como novelista me dejo llevar por mis personajes, ya que son ellos los in-dudables protagonistas, sin embargo, en el trabajo de investigación, cuando buceas en las fuentes hallas perlas que te obligan a replantearte situaciones y es entonces cuando surge la duda. Cuan-do esto ocurre es difícil evitar que la va-nidad me impulse a incluir algo que pue-da apartarse del foco en aras de mi luci-miento personal o de lo peculiar del hallaz-go; me explico, si la novela me lleva a Va-lladolid nombraré el Pisuerga pero jamás iré expresamente allí para citarlo.

Escribiendo La ley de los justos me topé con un personaje que me tentó a desviar la ruta y darle mucho más cuartel del que fi-nalmente tiene en la novela. Su nombre es Quintín Banderas Betancourt y sale úni-camente en el capítulo de “La emboscada”.

La historia de la independencia de Cuba está ligada a tres figuras indiscutibles: el ideólogo José Martí, el generalísimo Má-ximo Gómez y Antonio Maceo El titán de Bronce. Pero existen muchos más que contribuyeron de manera significativa al

proceso. De entre ellos, sobresale El negro Banderas.

Quintín nació en Santiago de Cuba en 1837 y con el tiempo pasó a la lucha ar-mada, llegando de soldado raso a general. Preso y desterrado a España, volvió a Cuba en 1895 y se reincorporó a la guerra chi-quita. Por su carácter agreste e indepen-diente fue degradado dos veces, sin em-bargo, volvió a recuperar su rango merced a su va-lor desmedido.

Destacó por liderar el escuadrón de caballería más temido de Cuba. In-tegrado por aguerridos ji-netes morenos que sobre sus monturas negras ata-caban a torso desnudo. Sus ataques nocturnos

a machete causaron terror en los campamentos españoles y sus incur-siones eran temidas por toda la tropa. Cuando finalmente Quintín depuso las armas, se le intentó compensar económicamente pero él rechazó la propuesta con altivez, diciendo “he venido a entregarme no a venderme”.

Se casó con Virginia Zuaznábar, con la que tuvo cinco hijos y pasó grandes penurias en tiempos de paz, ya que no se adaptó bien a la vida civil. El presidente Tomás Estrada Pal-ma intentó rescatarlo de la pobreza pero él no aceptó la oferta, ya que no compartía sus opiniones. Finalmente encontró trabajo como vendedor am-bulante de jabones. Vendía “puerta a puerta” vestido con su raído uni-forme y portando todas sus conde-coraciones en la pechera.

Participó en la revolución de agosto y finalmente fue asesinado a mache-tazos por la guardia rural en la finca de

El Garro, cerca de Arroyo Arenas. El día de su muerte, una vez anocheció sacaron su cadáver de la funeraria municipal dentro de una vulgar caja de madera de pino. Lo trasladaron al cementerio Colón en un ca-rromato de transporte de carbón, sin ban-dera y sin la escolta que le correspondía a una persona de su rango. Solo le acom-pañaron su viuda y una amiga. Una vez que

se retiró la guardia el cape-llán del cementerio colocó una pequeña cruz sobre la tumba y a sus pies una ta-bla con un nombre falso, “Felipe Augusto Caballe-ro”, para evitar que se vio-lara su sepultura. Quintín fue el personaje que a punto estuvo de hacerme cambiar mis normas.

PRECOZ LUCHADOR POR LA INDEPENDENCIA DE CUBA, SU ASCENSO EN EL EJÉRCITO FUE FULGURANTE, PERO

EN LA PAZ PREFIRIÓ SER UN POBRE VENDEDOR AMBULANTE A ACEPTAR COMPONENDAS CON EL PODER

CHUFO LLORENS ESCRITORAUTOR DE LA SAGA DE LOS MALDITOS Y TE DARÉ LA TIERRA, ENTRE OTROS TÍTULOS,

ACABA DE PUBLICAR LA LEY DE LOS JUSTOS (GRIJALBO)

CaLEIDO S C o P I O

CUANDO DEPUSO LAS ARMAS,

RECHAZÓ UNA COMPENSACIÓN:

“HE VENIDO A ENTREGARME, NO

A VENDERME”

Quintín Banderas Betancourt, DE UNIFORME.

M I H É R O E.

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