Aguayo, Sergio - 1968 Los Archivos de La Violecia

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    SERGIO AGUAYO QUEZADA

    Los ARCHIVOS... E luL\VIOLENCIA

    grijalbo

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    1968Los ARCHIVOS DE LA V!LENCL-I,.1998, Sergo Aguayo Quezada 1998 por Consorcio Interamericano de Comunicacin. SAo de c.v.Avenida Mxico Coyoacn nm. 40

    Col. Santa Cruz AtoyacBenito Jurez. Mxico. D.F.D.R. 1998 por Editorial Gdjalbo, SA de c.v.Calzo San Bartola Naucalpan nm. 282

    Argentina Poniente, 11230Miguel Hidalgo. Mxico, D.F.Este libro no puede ser reproducido.total o parcialmente.sin autorizacin esaila del editor.ISBN 970-05-}026-3IMPRESO EN tI/lXICO

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    A Cristina y AndTs.PaTa ayudarles a entender

    a supas y a su padre.

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    S.JlOlO AnlJAYO QrP.7.ADAJ:dlltlif UIIS .:tiRIQm: ll'l2I)IN .... JAIMHOlIRt:A

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    ..-Indicel. Los ARCHfVOS DE LA VIOLENClA 11

    Par te 1El esti lo mexicano de reprimir y resistir11. POR LA RAzN o POR LA FuERZA 27III. EL CONTROL DE Lr\ IJ'llFOR!v(ACIN .45IV. \TIOLENClA, LEYES y MAAS 59V. PROTESTAR, RESISTIR y SOAR 75VI. NACIONALISMO EXCLUYENTE 91

    Par te 2Las violencias de 1968VII. CON EL ENEMIGO A CUESTAS 111VIII. LASDosVIOLENClAS 123IX. VEINTINUEVEHORAS DE AGOSTO 139X. EN EL SENDERO DE TLATELOLCO 157Xl. LAS LTIMAS BATALLAS 171

    Par te 3Intriga Y caos enTlatelolcoXlI. Los EXTRANJEROSyLA OLIMPIADA 189XlII. TLATELOLCO POTOSINO 205XJV. IDQUINA SIN CON'fROL 217XV.1iRADORES E ~ f B O S C A O O S 235

    Par te 4Slnfonla autoritaria y democrat1zact6nXVI. CEREMONIA DEL OLVIDO 261XVU. CUANDO EL SILENCIO ES IMPOSlBLE 283XVIII. '!'RM1PAS y RESPONSABLES 297Bibliog'l'afa citada 311Archivos y bibliotecas consultados 317Medios de comunicacinmexicanos y extranjeros consultados 319Videocasetes arwlizados 326ndice onomstico 327

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    l . Losarchivosde la violenciaOpiniones de Gustavo Daz Ordaz sobre los estudiantes:Hijos de La chingada, parsitos chupasangre,pedigeos, cnicos, carroaJ. ..Opiniones de los estudiantes sobre Gustavo Daz Ordaz:Santurrn, buey, coba'l'de, chango hocicn,asesino ...C uando terminaba septiembre de 1968, el ambiente era propiciopara la violencia.El gobierno federal ya haba decidido terminar con un movi-

    miento estudiantil que llevaba dos meses y que haba sido descalificadopblicamente por funcionarios, polticos y militares: "Ingenuos, muy in-genuos", declar Luis Echeverra; el comandante de la zona militar de Oa-xaca aseguraba que eran manejados por "polticos fracasados" y "agentesexternos", yen Sonora una organizacin fantasma los acusaba de ser "mr-tires de los vam pi ros internacionales". IEn privado se exacerbaban las condenas. Desde el anonimato de co-

    lumnas redactadas en Gobernacin condenaban a los estudiantes por"reaccionarios", "antinacionaJes" y "saboteadores" de los Juegos Olmpi-cos. 2 En sus memorias, el presidente de la Repblica, Gustavo Daz Ordaz,ib(l. ms all y los llamaba "hijos de la chingada", "parsitos chupasan-gre", "pedigeos", "cnicos", "carroa!" ... 3'Las referencias provienen respectivamente de Luis Echevcrrfa. NOl/edades, JuliO 30 de 1968. en Cano. 1993. p. 17;del general J. de Jess Mircles Daz. comandanle de la XXvll1 Zona Militar de Oa.xaca. IPS. septiembre 22 de 1968.,Archivo General de la Nacin (a parlir de ahora ,IGN). Fondo Gobernacin. Seccin Diree in Genera.l d2 Investiga-ciones Poli\icilS y Sociales (a partir de ahora 1'('.11'5\' caja 467: y del informe de la IPS de Hermosillo. oclubre 2 de1

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    1968 Los ARCHNOS DE LA VIOLENCIALos estudiantes tambin eran buenos para la ofensa. Al rgimen ya sus

    principales funcionarios los tacharon una y otra y otra vez de "fascistas","asesinos" y "bandidos". ADaz Ordaz le tupan con todo: "Nieto de Porfi-fio Daz", "santurrn", "buey", "cobarde", "chango hocicn", "gusano","bestia" y con el adjetivo tal vez ms repetido: "Asesino". A su esposa labautizaron como "la changa Lupe". La violencia verbal era tanta que enalgwlOs billetes de 10 pesos haban escrito a mquina: "Compaero, si tupadre es granadero, mtalo; primero es Mxico".'lLa violencia lingstica tena una expresin fsica en enfrentamientos,

    ocupaciones de escuelas, muertos, golpeados y detenidos. Para protestarpor eso y por mucho ms, el Consejo Nacional de Huelga convoc a otromitin a las 17 :00 horas del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas.A las 18:00 horas ya estaban reunidas 8 000 personas aproximadamen-te, entre las que se mezclaban tanto estudiantes y vecinos como policasy militares vestidos de civil. Casi todos los accesos a la plaza estaban ro-deados por cuerpos de seguridad.

    A las 18:15, mientras dos helicpteros sobrevolaban la plaza, caen lu-ces de bengala. Empiezan los disparos y la multitud corre despavorida. Seinicia un feroz tiroteo entre francotiradores, soldados, policas y algunos

    . ~ j v i l e s , mientras miles de aterrorizados manifestaQ,tes y vecinos se quedanatrapados en Tlatelolco. A las 19:45 empieza W1a calma relativa, rota pordisparos ocasionales. A las 23:00 horas se reinicia el enfrentamiento, quedura hasta pasada la medianoche. Durante esas horas llueve de maneraintermitente mientras el fuego consume partes del edificio Chihuahua, ydentro de l fluyen arroyos artificiales que nacen en las tuberas destroza-das por las balas. En medio de la noche llegan las brigadas de limpia delDepartamento del Distrito Federal, que lavan, cepillan ymedio ordenan laPlaza de las Tres Culturas. Policas y soldados detienen a 2 360 personas.En la madrugada del da 3 de octubre, el vocero de la Presidencia de la

    Repblica, Fernando Garza, se rene en Los Pinos con la prensa extranjera'Las reCerencias provienen de lrs, OlLXaca. septiembre 21 de 1968; IPS. Sinaloa. septiembre 23 de \968: IPS, Oaxaca.septiembre 22 de 1968 Todos en \eN. Fondo Gobernacin. SCccin DGlPS. caja 467; y Krauze. 1997. p. 327.

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    y culpa a francotiradores y agentes externos de agred.ir al ejrcito. Agregaque hubo 20 muertos y 76 heridos. Desde ese momento, la historia oficial esrecibida con escepticismo. Los medios de comunicacin internacionales y elConsejo Nacional de Huelga estudiantil hablan de centenares de muertos enWla masacre perpetrada contra pacilicos manifestantes. Han pasado tres d-cadas y todava no se sabe con exactitud lo que sucedi en Tlatelolco.

    En 1968 era estudiante de la Preparatoria 2 de la Universidad de Guada-lajara, y de manera accidental estuve en la capital durante las dos prime-ras semanas del movimiento. La ebuJlicin juvenil me sacudi profunda-mente, lo cual, combinado con las dinmicas de violencia polticadesatadasen Guadalajara despus de 1968, me llevaron a tomar la dificil decisin dedejar mi estado natal y empezar de nuevo en la capital del pas. El 68 cam-bi mi vida y siempre tuve el deseo, en ocasiones la necesidad, de enten-der lo que sucedi aquella tarde de octubre (las ganas de saber son un la-zo de unin entre los que ramos adolescentes o jvenes en 1968).

    Veinticinco aos despus, en 1993, me invitaron a formar parte de una"Comisin de la Verdad" independiente que deseaba averiguar lo aconte-cido ese da. Acept, aunque result ser lll1 ejercicio difcil y frustrante.por-que no tenamos los recursos, el tiempo o la autoridad para llegar al fon-do de un asunto que segua dividiendo a sectores del gobierno y de la so-ciedad. La carencia de lUla buena explicacin histrica mantena abiertaslas heridas polticas y psfquicas. Eran tambin evidentes los huecos en lainformacin y la facilidad con que se hacan afirmaciones no verificadas.

    Las impresiones que me dejaron la incursin en el tema se fortalecie-ron con lo expuesto en 1993 por W1 lder estudiantil y un militar. En 00agudo artculo publicado en 1993, Luis GonzJez de Alba coment que elsistema de creencia.s sobre el 68 era el resultado de "supuestos de celdaociosa... sin datos, sin investigacin, sin entrevistas a los contrarios. sinel trabajo detectivesco e histrico que los hechos merecan",s Ese mismo'GonzjJP7.u' Alba. 1991 p_ 24

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    1968 Los A.R HTV . DE LA. VrOLE 'lArUlO, tUl Oricial del j ' rci to se quej en privado de una historia en 1a queellos resuJtaban ser los princlpales villanos de Tlatelol o cuando, en suopinin. los haban hecho caer en una trampa.El debate que provoc aquella "Comisin de la Verdad" se diluy con lainsurreccin iniciada en Chiapas en enero de 1994. Qu paradoja! Cuan-do intentbamos enfrentar y resolver el trauma del 2 de octubre, la vio-lencia amenazaba con volver a convertirse en el mtodo para resolver di-ferencias. En 1996 empec a rew1r informacin sobre 1968. Para enton-ces, ya no slo quera entender W1 hecho histrico; explicndolo esperabacontribuir a evitar lU1 aconte miento simiJar.

    La investigacin se orient desde un primer momento a Jos aspectosque haban sido menos estudiados: la lgica de la violencia y la importan-cia del factor externo. Despu 15 de todo. si se quiere contener y erradicarla violencia poltica. hay qu . conocer su anatoma y sistema nervioso.En esas dos vertientes est el mayor nmero de hueros. Aunque abun-daron las hiptt'sis, faltaba orroborar a qu dependencia. oficial pertenecan los helicpteros. cul ra el significado de las luces de b e n ~ _ { a J a y elpapel que desempeaba el :dilicio ms alto y estratgico de la zuna (el dela Secretara de Relaciones Exteriores). Tampoco se haba precisado lo quehicieron o dejaron de hacer la CIA, Cuba y la ex HSS o el peso real de losJuegos Olmpicos, programados para inaugtrrarse el 12 de octubre. La in-suficiencia de herhos veriJicados impeda precisar mejor la responsabili-dad del presidenlf" de los distintos funcionarios, del Consejo acianal deHuelga y del ejrcito. Cay en una trampa este ltimo o fue el verdugobien dispuesto a masacrar inocentes?bCuando me puse l estudiar lo escrito por otros, hubo varios aspectosque me llamaron la aten in, por ejemplo: ninguno de los militares concargos de rele aneia en la Secretara de la O f nsa Nacional y que han es-crito o declarado sobre el tema responsabilizaron. jams, a los estudian-tes d r qui n ,.,s. e Ola francotirador s. empezaron a disparar contra el"En la llVI 'tigndn ilpli una melOloll)Jil n l r d i ~ ( ' i p l i n l l l ' l probadlllJn indagacionc: pr v i ~ ' sobro sCJ:;uridadnacional. lId Cl\11, df'JnfWracia. den'eh 1$ humano y mlarlont'J l ' lOEs d ~ Unido

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    ejrcito ill1iformado. Tanto los secretarios de la Defensa, generales M a r ~celino Garca Barragn yAntonio Riviello (este ltimo en 1993), como losgenerales que estuvieron en Tlatelolco (entre otros, Crisforo Mazn Pineda y Jos Hernndez Toledo) hablan de "tiradores emboscados", de "francotiradores", de "provocadores", de "individuos" o de "personas civiles".7Haca los estudiantes no tenan simpata, pero nunca los culparon de haber comenzado la agresin.Curiosamente, la mayora de los testimonios de las vctimas (es decir,

    de los asistentes al mitin) coincide en que el comporta.miento de los soldados fue muy desigual: algunos fueron brutales, pero otros protegieron,y en lo gen eral se mostraron sorprendidoo de encontrarse en una si tua-.cin de ese tipo. En otras palabras. Tlatelolco est ; : ; ~ ! " g C l . d O de aspectospoco cIaras y las verdades establecidas se modifican cuando se verificansus elementos. En sntesis, el 2 de octubre no se ha olvidado, pero tampoco se ha explicado.

    Esta investigacin recae en .I1formacin testimonial ydocumentaL Dediqumucho esfuerzo a buscar testimonios de protagonistas, sobre todo de los quenunca haban sido entrevistados: funcionarios mexicanos de nivel medio ydiplomticos acreditados en Mxico en aquel ao. AlgW10s de esos dilogosresultaron fundamentales, especialmente los sostenidos con docena.s de militares y miembros de las fuerzas de seguridad, quienes preftrieron mantener el anonimato.Una actitud bastante com(m entre los entrevjstados fue la del silencio

    selectivo. La mayora haba ideado illla explicacin sobre los hechos queles haba permitido vivir con los recuerdos. No mentan al entrevistador,decan la realidad que haban ido construyendo y de la cual eran generalmente omitidos los aspectos o detalles incmodos. Ante la imposibilidad(por falta de tiempo) de verificar muchas de las explicaciones y pistas re-'Las citas provienen de Urrula. 1970. pp. 1725 Y203212. La corresponrlienle al secretario de la Defensa Nacional. general Amonio Riviello Bazn. apareci en La Jornada, diciembre 24 de 1993. Militares de menor rango hanaflfmado que los francotiradores eran estudiantes.

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    cogidas en esas conversaciones, opt por tomar una gran parte de las en-trevistas como gua para ordenar la informacin aparecida en los milesde docwnentos, videos, fotografas, artculos periodsticos y trabajos aca-dmicos recuperados de archivos, bibliotecas, hemerotecas y filmotecas deMxico, Estados Unidos, Canad y Europa. La mayora de estos archivosnunca haba sido revisada sistemticamente (en W1 apndice aparece unalista completa).En Mxico solicit permiso por escrito a cuatro dependencias para re-visar los fondos documentales sobre los acontecimientos de ese ao. A laSecretaria de Gobernacin para consultar el Archivo General de la Nacin(AGN), a la Secretara de Relaciones Exteriores, al Departamento del Dis-trito Federal y a la Secretara de la Defensa Nacional. Las tres primerasdieron autorizacin por escrito y la cuarta no respondi.En 10 relativo al movimiento estudiantil, todos los archivos mexicanosfueron mutilados deliberadamente, aunque de manera desigual; abundaronlos censores, pero no tuvieron un criterio unificado. En trminos compara-tivos, la coleccin ms completa -por lo cual adquiri Wl valor inaprecia-ble- es el Archivo de la Secretara de Relaciones Exteriores. En el ArchivoDiplomtico tambin estn los recortes de prensa que enviaron las embaja-das de Mxico, yeso result particularmente til en el caso de Cuba, Am-rica Latina, pases de Europa Central, frica yAsia.El archivo ms agredido es el del Departamento del Distrito Federal:est hecho un desastre. La docwnentacin generada por el Departamen-to del Distrito Federal (antes Departamento Central) no ha sido clasifica-da entre 1929 y 1970. Otra parte fue destruida durante el temblor de 1985;existen indicios de que mucha la destruyeron deliberadamente y de queotra se la llevaron a su casa diversos funcionarios.El Archivo General de la Nacin es el depositario de la docillIlentacingenerada por diversas dependencias oficiales. De aquellas que se revisa-ron, la ms importante fue la Secretara de Gobernacin, cuya base docu-mental es la ms desigual. Sobrevivi una cantidad razonable de materia-les del Fondo Gobernacin, Seccin Direccin General de Investigaciones

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    Polticas y SociaJes (DGJPS). En ese fondo estn los informes de los agentesde dicha direccin y algunas copias de los reportes que la Direccin Federal de Seguridad enviaba al presidente. En el AGN tambin est un i m ~portantsimo fondo grfico, una parte del cual acompaa este texto.

    De los tres archivos se seleccionaron unos 10 000 documentos. pequeas partes de un crucigrama al cual le faltan piezas. Entre otras, estnpendientes de conocerse los archivos de la Direccin Federal de Seguridad, de la Secretara de la Defensa Nacional y de la Presidencia de la Repblica. Tambin falta seguir trabajando en los archivos del DDF conformese localicen y cataloguen expedientes.Algunas carencias fueron cbiertas en el extranjero. Los archivos deFrancia, Alemania e Inglaterra no pudieron consultarse porque se abrenhasta 1999, y los canadienses todava no desclasifican sus informes de inteligencia. De los trabajados. los que estaban abiertos y resultaron ser losms importantes fueron los archivos nacionales de Washington, la Biblioteca Lyndon Baines Johnson de Austin, los archivos del Comit OlmpicoInternacional (COI) en Lausana. Suiza, y los "Papeles de Avery Brundage"(presidente del COI) en la Universidad de Champaigne-Urbana, lllinois.Otras lagunas se cubrieron con la enorme cantidad de informacin publicada en 43 medios impresos de la ciudad de Mxico y de varios estados del interior, as como en 183 peridicos y revstas de 40 pases. Adems, estn los libros, ensayos y testimonios publicados en Jos 30 aos quehan pasado desde entonces. Los acervos consultados ms importantes fueron los de la biblioteca de El Colegio de Mxico y la biblioteca y la hemeroteca nacionales. Adems de ellos, la fllmoteca de la UNAM proporcionuna copia de su acervo flmco relacionado con el movimiento. Los archivos no hablan solos. Se equivoca quien busca en ellos una narracin coherente y fluida. Corresponde al historiador llegar con W1 marco explicativo general y con algunas preguntas que orienten la recuperacin y procesamiento de la documentacin. Cuando se establecen los pa-

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    trones y asociaciones. adquieren sentido los informes, memorndurns, telegramas y cartas. En esos momentos puede establecerse una conversacin intelectual con el pasado, salen explicaciones y tambin se justificanlas soledades del investigador.A los archivos, bibliotecas y entrevistas llegu con varias preguntas y

    una hebra conductora: por qu y cmo sucedi la tragedia del 2 de octubre?, qu hicieron el gobierno, los estudiantes y la comunidad i n t e r ~nacional para que sucediera?, cmo deberan distribuirse las responsa-bilidades?, por qu no se olvid? cmo pueden evitarse acontecimien-tos similares? El hilo que relaciona las preguntas es la violencia y susmltiples manifestaciones.En una conversacin con un veterano de los servicios de inteligencia,ste mencion de pasada que "en Tlatelolco las fuerzas de segw'idad hicieron lo hecho en otros lados". En otras palabras. para entender Tlateloleo se debe verlo como parte de Wla historia. como otro eslabn en lalarga, y poco conocida, evolucin de la violencia poltica mexicana.

    Por lo anterior, en los captulos de la primera parte ("El estilo mexicano de reprimir y resistir") se describen los componentes de la mquinacoercitiva del gobierno mexicano, la forma como se utiliz en la dcadade los sesenta y las estrategias de los opositores. Estos antecedentes sonindispensables para saber cmo llegaron el gobierno y las organizacionesestudiantiles al ao de 1968. En los meses del movimiento estudiantil, cada lila sac a relucir lo que traa del pasado.

    El trabajo se apeg a Jos mtodos que establece la investigacin en ciencias sociales. Se parti de una hiptesis de trabajo muy flexible que tuvoun solo criterio rgido: rechazar las explicaciones fciles de las "teorasconspiratorias" y de los rwnores sw'gidos sobre los acontecimientos deaquel ao. Lo que aqu se escribe est basado en pruebas documentales otestimonios verificados.Esta investigacin tuvo, desde W1 principio, W1a fecha lmite: su apari-cin deba coincidir con el 30 aniversario del 2 de octubre. Aunque la informacin recuperada super las expectativas iniciales y es posible res-

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    ponder a las preguntas inicialmente planteadas, quedan varias lagunaspor cubrir y pistas por seguir. Por ahora, esos huecos se llenan con explicaciones de lo que debi haber pasado a la luz de la secuencia lgica deeventos (en esos casos se hace un sealamiento expreso). Ser necesariams investigacin para considerar plenamente explicados los acontecimientos del 2 de octubre.

    Precisiones adicionales: ste es un libro que gira en torno a los acontecimientos del 2 de octubre, para lo cual se incluyen antecedentes. Se m e n ~cionan muchas personas, alglillas de las cuales siguen activas. mientrasque otras ya fallecieron o se retiraron de la vida pblica. Su inclusin sehizo porque era necesaria para apuntalar el relato y sin nimo de alabaro condenar. En cualquier juicio que se haga sobre ellos se debe tener encuenta que la cultura, ]os valores sociales y las prcticas polticas de losaos sesenta eran muy distintos de los existentes a final de siglo.

    La investigacin presente es costosa por la cantidad de archivos traba-jados, por el tamao de algunas colecciones y porque el lmite de tiempooblig a buscar el respaldo de un equipo de colaboradores cuyas accionesse describen ms adelante. Como es al mismo tiempo un trabajo polticamente delicado. resulta conveniente aclarar de dnde provino el financiamiento. En W1 primer momento haba la posibilidad de que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologa concediera un apoyo econmico solicitadocon el respaldo de El Colegio de Mxico. La peticin fue desechada.

    Si la investigacin se reaJz fue. en primer lugar, por el respaldo delCentro de Estudios Internacionales de El Colegio de Mxico. de donde soyprofesor-investigador. Su directora. Celia Toro, adems de alentarme, meapoy con recursos para W1 asistente de investigacn y autoriz viticospara indagar durante 10 das en ElITopa. La mayor parte del trabajo enarchivos o las entrevistas en el extranjero la realic aprovechando viajesacadmicos realizados con otro propsito.

    En Ja primavera de 1998 fui profesor tinker en el Centro de Estudios la-tinoamericanos de la Universidad de Chicago, que me autoriz 9 000 pe-sos para costos asociados con la investigacin. Aese mismo propsito de

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    diqu los generosos honorarios que pagaron Reforma yEl Norte por seis re-portajes exclusivos sobre este tema publicados en los primeros meses de1998. El resto - y con mucho la parte ms considerable- provino de "Ideasy Palabras", empresa de representacin de escritores. Su directora, Euge-nia Mazzucato, decidi financiar el proyecto ya su generosidad yentusiasmo se debe, en gran medida, que esta obra se terminara en 1998.

    eEn estos aos recib el respaldo de muchas personas e instituciones. Elequipo principal -a l que estoy profillldamente agradecido- estuvo integrado por Miriam Estrada, Carolina Prez y Fernando Ramrez, quienestrabajaron con seriedad, disciplina y entusiasmo en diversas bibliotecas,hemerotecas y archivos de la ciudad de Mxico. Por su parte, Doris Arnezcorrigi algunas de las mltiples versiones que tuvieron los captuJos.ngeles Magdaleno coordin el trabajo en e\ Archivo General de \a Na-cin, combinando su conocimiento de archivos con la pasin de la universitaria que deseaba entender qu haba pasado en la dcada de los sesenta. Tuvo adems la paciencia y el nimo para perseverar -yen ocasio-nes pelear- con el fin de encontrar documentos fundamentales yfotografas pertinentes. Sin su determinacin y responsabilidad, esta obrano hubiera tenido tan buen sustento docwnental.

    Despus tuve apoyos en tareas muy pWltuales. Miguel Acosta y Nohe-m Vargas hicieron el anlisis de contenido de 1 034 artculos mexicanossobre el 2 de octubre. Andrs Aguayo Mazzucato revis videos y sistematiz otros documentos. Martha Rivera, de El Colegio de San Luis Potos,realiz entrevistas con testigos presenciales de la represin del movimiento navista de 1961. Steve Wager me orient en diversos aspectos de la terminologa militar. Helena Hofbauer, por su parte, sistematiz materialesy aport ideas sobre la lgica de la violencia poltica. Miguel Andrade hi-zo la diseccin tcnica de un video clave y los doctores Mario Bronfman,Carlos Fernndez Caos, Dana Rublin y Jos Luis SaUnas me guiaron porlos laberintos y las miasmas del psicoanlisis.

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    1.. os laviolenc

    Estara despus la inapreciable ayuda de quienes colaboraron en diferentes pases como voluntarios o con una compensacin en verdad mnima. EnvVashington, Eric Gibbs trabaj algunas colecciones de los Archivos Nacio-nales y Jacqueline Mazza localiz a diplomticos a los que entrevist. Nor-berto Terrazas encontr un material muy rico en y desde Nueva York.En Canad, Sofa Trevio hizo W1a bsqueda sistemtica en bibliotecasy archivos de Ottawa. En Francia, Jacques Bonavente localiz materialesescritos y grficos. En Inglaterra, Eduardo Bohrquez rastre a diplomticos y organiz entrevistas. En Austin, Eugenia Mazzucato trabaj a milado -con excelente humor- en las colecciones que guarda la Biblioteca Johnson. Carolina Prez estuvo una semana en el Instituto Hoover deCalifornia y Kate Doyie, de los Archivos de Seguridad Nacional de Was-hington, me entreg algunos materiales recuperados de la Ley de Libertadde Informacin.

    Un respaldo fundamental provino de los bibliotecarios y archivistas deMxico, quienes trabajan con enormes carencias y penurias para preservar la base docwnental de que se alimenta la reconstruccin de la historia. En el Archivo General de la Nacin, Patricia Galeana tuvo una enorme simpata hacia el proyecto e hizo todo lo que estuvo a su alcancefa lograr que llegara a buen fin. Lo mismo hizo todo el personal del AGN,en especial don Roberto Beristin y Andrs Murphy. Sin los conocimientos que don Roberto tiene de las entraas del AGN hubiera sido imposiblellegar a algunos expedientes.

    En el Archivo Diplomtico de la Secretara de Relaciones Exteriores tu-ve la fortW1a de recibir la asesora y el respaldo de Jorge lvarez, de ladirectora de Archivos, Olivia Vzquez Vera y de la subdirectora del Archivo de Concentraciones, Aurora Contreras (esta ltima iluminando con susonrisa el Archivo de Concentraciones). En ese lugar tambin colaboraronCarlos Contreras y Octavio Vallejo. En la biblioteca y hemerotecas nacionales, Jos G. Moreno de Alba yAurora Cano Andaluz facilitaron el rastreo y localizacin de algunos materiales. Finalmente, y como siempre, elprofesional, eficiente y amable personal de la biblioteca "Daniel Cosa Vi-

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    1968 Los ARCHIVOS DE LA VIOLENCIAllegas" de El Colegio de Mxico permiti localizar muchos de los materia-les aqu citados.

    La revisin de los archivos fue posible por la autorizacin concedida pordiversos funcionarios, en particular los titulares del Departamento del D i s ~trito Federal, ingeniero Cuauhtmoe Crdenas; de la Secretara de Gobernacin, licenciado Francisco Labastida; y de la Secretara de RelacionesExteriores. doctora Rosario Green, quienes autorizaron la consulta de losarchivos bajo su responsabilidad. Adems de ellos, intervinieron la embajadora OIga Pellicer, de la SRE; Jess Salazar Toledano, de la SG; as comoAdolfo Gilly, Armando Lpez y Mario Snchez Lpez, del DDF.

    ARamn Alberto Garza y Rassana Fuentes-Berain. del peridico Refor-ma, les guardo un especial reconocimiento porque desde un primer momento entendieron la trascendencia potencial de la investigacin y. confiando en el autor, la apoyaron de diferentes maneras. La rapidez con quese produjo el libro se debi al trabajo de un esplndido equipo de Reformacoordinado por Luis Enrique Lpez: Jaime Correa, Gerardo Garca y Marco Antonio Romn. La prontitud con que don Luis Soriano hizo la correccin de estilo permiti una impresin tan rpida.

    Consuelo Sizar fue la tejedora del acuerdo entre Reforma y Grijalbo yquien sobrellev las angustias y dudas de las ltimas semanas de redaccin. La seora Antonia Fierro me resolvi la cotidianidad durante los meses de encierro en Yautepec, Morelos, y mi familia inmediata (Eugenia,Cristina y Andrs) me arrop, como siempre, con cario, comprensin ybuen hwnor ante mi mal genio.Por supuesto, ninguno de ellos tiene la responsabilidad de la interpre-tacin. Quien firma esta obra prepar el diseo general de la investigacin, realiz la mayor parte de las entrevistas, trabaj en los archivos, revis los materiales, los interpret y les dio la forma que tienen (desde elprimero hasta el ltimo borrador). Por tanto, es el responsable de lo quea continuacin se explica.

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    l . Los archivos de la violencia

    .. En la grficaS'llp(:>1ior se muestrauno de los billetesen los (u.esimpatizantesdel movi17d nlostudiantil

    .Jnp1'rn'rl'ny dihm.da.n susconsig'1UlS polticas .

    Durante 1968, enlos muros de PalacioNac'ional (izq.)fueronplasmadosaudaces m 1 ajes,porp1imera vezen la historiaconlempor/mea.

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    __ estilomexicanode reprimiry resistirPARTE 1

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    D.Por la raznopor la fuerzaMe encuent1'o aqupara resguardar el orden.Para resolver el problema, tenemos un hombreen 'II,tico que dirige el destino de la patria(Gustavo DiazOrdaz).General brigad.ier Jos Hernndez Toledo al dirigirse aestudiantes de Tabasco movilizados. 3 de abril de 1968,Archivo General de la Nacin, Fondo Gobernacin, DGIPS.caja 2 000.S i el ideal de los gobernantes es ejercer el poder sin obstculos ointerferencias. el Mxico de los aos sesenta era el paraso. Lamayora de los mexicanos aprobaba a los gobiernos de la Revo-

    lucin Mexicana que tenan los recursos fInancieros y humanos para im-plementar polticas. La relacin con el mW1do era ideal y. finalmente. dis-ponan de una poderosa mquina para castigar inconformes. Tenan yejercan el poder. I

    Para funcionar, todas las sociedades tienen reglas y los gobiernos son losencargados de hacer que se respeten por medio de mtodos que puedenagruparse en los conceptos de hegemona y coercin. La hegemonfa (o legi-timidad) significa que los miembros de la sociedad aceptan (con entusias-mo o sin l) las reglas sancionadas en leyes o en arraigadas costumbres.En el Mxico de los aos sesenta, el gobierno tena una gran legitimi-

    dad por los logros obtenidos en W1as cuantas dcadas. De la destruccin'En este libro lomo una definicin muy operallva de poder poltico: la capacidad pata producir re

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    1968 Los ARCHIVOS DE u.. VIOLENCIAy el caos de la etapa revolucionaria se habfa pasado a una economa conbases slidas y crecimiento constante, que distribLa beneficios medianteun sistema de propiedad y produccin mixto regulado por un Estado fuerte. Haba un justificado orgullo por el gasto en educacin y seguridad so-cial que llegaba a sectores cada vez ms amplios de la poblacin. Uno delos sllbolos de ese progreso era el conjunto habitacional Nonoalco-Tlateloleo, construido por el gobierno de Adolfo Lpez Mateos para la favore-cida clase media capitalina.La tranquilidad poltica era otro motivo de orgullo en un continente sa-cudido por la violencia, las guerras, los motines y las instituciones dbiles.Mxico no tena un rgimen democrtico, pero su autoritarismo presidencialista incorporaba a la mayora de grupos organizados que coexistlandentro del Partido Revolucionario Institucional (PRI), capaz de concUiar loslenguajes e intereses de profesionales y campesinos, obreros e intelectuales. El poder se trasmita peridicamente y las feroces luchas por alcanzarlo se libraban en privado y con la venia del seor presidente. Por todo es-to, se crea autnticamente que Mxico estaba inventando una alternativade desarrollo que presuma por el mundo corno un modelo a seguir.

    Sabemos lo que pensaba la mayora de los mexicanos porque en juniode 1959 se aplic W1a encuesta de opinin nacional que mostr la satisfaccin mezclada con tensiones y ambivalencias. Es cierto que haba "con-fianza y esperanza" de que, en el futuro, Mxico sera democrtico y semodernizara econmica y socialmente; sin embargo, tambin haba ci-nismo y alejamiento de la poltica y la burocracia, a la vez que se reconoca la corrupcin y la falta de democracia. En cuanto al presidencialismo,se le vea con "orgullo" porque se le consideraba "benigno". Visto de otramanera, el presidente era un padre enrgico, pero bien intencionado e in-capaz de lastimar a sus hijos (estas ideas permitirn entender la incredulidad y sorpresa que provoc la extrema violencia desatada en Tlatelolco).En Mxico haba minoras insatisfechas con el rgimen poltico existente que buscaban de forma activa transformarlo con mtodos pac[ficos o'Almond y Yerba, 1963. p. 40,

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    n ~ Por la razn o por la fuerza

    violentos. Si los inconformes no se incorporaban a las reglas, el gobiernoles aplicaba diversas formas de coercin. Bajo los genricos nombres decoercin, fuerza o violencia se engloban los mecanismos utilizados por elgobierno para disciplinar y/o castigar a quienes quebrantan las leyes ocostwnbres (o para prevenir que se infrinjan). Por este razonamiento seha hecho tan clebre una frase de Max vVeber, el famoso socilogo ale-mn: "El Estado es W1a asociacin que reclama para s el monopolio legtimo de la violencia". 3

    El gobierno tiene el derecho y la obligacin de usar la fuerza para hacer cumplir las reglas que rigen a W1a sociedad. El riesgo, siempre presente, es que el gobierno abuse de ese p r i ~ e g i o y utilice la violencia para castigar a ciudadanos que no violan ningLU1a ley. AbW1dan los g o b i e r ~nos que han empleado la fuerza de manera ilegal e ilegtima.

    Los rostros que ha adquirido la violencia estatal se han modificado a lolargo del tiempo y el espacio. No hace mucho, la tortilla era legtima y legal y haba leyes que describan con lujo de detalles la forma diferencia-da en que deba destrozarse el cuerpo de hombres, mujeres y nios. A finales del siglo xx, la tortura es ilegal en la mayor parte del planeta, loque, por supuesto, no quiere decir que est totalmente erradicada.

    Otra caracterstica de la violencia es que tiene estilos diversos. Cadabierno (en realidad cada gobernante) la utiliza de modo diferente. 4 Uno delos propsitos de este libro es describir el estilo mexicano de usar la violencia entre 1958 y 1970 (para facilitar la lectura se aludir a los dos sexeruoscomo los sesenta). Tambin se analizarn los mtodos de las protestas sociales (algunas de cuyas expresiones tambin eran violentas) y el papel quedesempea la cOffiLUlidad internacional.Como se trata de un tema de investigacin muy amplio, el nfasis prin-cipal recae en el gobierno federal y slo de pasada se mencionan los'Weber. ]946. p. 334-.Uno de Jos ejemplos ms elldentes aparece en los -estados de Y:guridad nacional" creados por los mlitares que (Ornaron el poder en larios paSes de Amrica del Sur durante los aos setenla. Cuando se habla de ellos. generalmen.te se piensa en la macabra praclica de la desaparicin [orzada de oposilOres. Sin embargo. no lodos los gobiernos lapracl caron de la misma manera. Los mJjwe5 a r g ~ n l i n o s fueron los ms sanguinarios y desaparecieron entre10 000 Y30 000 personas. mienU"as que los brasileos lo hicieron con 127,

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    196B Los ARCHIVOS DE LA VIOLENCIAtilos de estados y municipios (entre los que puede haber enormes diferencias), Por razones que se explican a continuacin, el acento est en Gustavo Daz Ordaz, quien tuvo una influencia decisiva en la forma como seutiliz la violencia poltica entre 1958 y 1970.

    Lamaquinaria que tena el gobierno federal en los aos sesenta para aplas-tar opositores era poderosa y eficaz. Su propsito no era servir a los cudadanos, sino combatir, controlar y eliminar a quien dudara, criticara oactuara en contra del gobierno.

    Era una mquina tan slida que los regmenes de la Revolucin pudieron haber creado W1 Estado policiaco. En lugar de ello, optaron por priorizar el convencimiento y la incorporacin de los inconformes. Cuando laseduccin fallaba. no les temblaba la mano para usar la violencia, quegraduaban con notable pericia para reducir su visibilidad y legitimar suutilizacin. El periodo que se va a analizar se distingue por la facilidadcon que recurran a la fuerza.

    Para entender la magnitud del aparato, hay que enumerar brevemente los activos de que poda echar mano el gobierno, En el centro estabanlos especialistas de la Secretara de Gobernacin, quienes, de acuerdo conla organizacin administrativa federal, tenan la atribucin de coordinarlo relacionado con la seguridad interior. En Bucareli estaba el sistema nervioso que tena dos piezas clave: la Direccin Federal de Seguridad (OFS) yla Direccin de Investigaciones Polticas y Sociales (IPs).

    La DPS fue creada en 1947 por el presidente Miguel Alemn y, hasta quefue desbandada en 1985, estuvo ubicada dentro del organigrama de la Secretara de Gobernacin. Su flll1cin era "vigilar e infonnar sobre los hechos relacionados con la seguridad de la nacin" y realizar las "demsfunciones que las disposiciones legales y reglamentarias le atribuyan, ascomo aquellas que le confiera el titular del ramo". s,-Reglamento Interior de la Secretara de Gobernacin'. Diario Oficial. junio \4 de 1984. p. 10. Las funciones son lasmismas en los reglamentos publicados en.1973 y 1977.

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    D. Por la razn o por la fuerza

    Pese a depender administrativamente de Gobernacin, la DFS fue crea-da para servir directamente al presidente de la Repblica. Al titular delEjecutivo daban sus lealtades, era su razn de ser y al seor de Los Pinosentregaban la informacin que recogan diariamente por todo el pas (algunos de estos informes tambin se enviaban al secretario de Goberna-cin y son los que estn depositados en el AGN). Adiferencia de otros ser-vicios de inteligencia en el mundo, la Federal de Seguridad tambin eraoperativa; se encargaba de perseguir, castigar y eliminar a los enemigosdel Estado. Era un cuerpo de lite orgulloso de su eficiencia y dureza, ydespiadado cuando as se lo ordenaban.6Durante el sexenio de Daz Ordaz, los centenares de informes tenan la.caracterstica de que, con unas cuantas excepciones, eran fmnados por eldirector de la Federal de Segwidad, el capitn Fernando Gutirrez Barrios.En otras palabras, no se cuenta con la informacin en bruto que les llega-ba de los agentes en el campo, sino con la sntesis que haca su director.

    Por su parte, la PS realizaba las "investigaciones y anlisis de los pro-blemas de ndole poltica y social del pas que le encomiende el titular delramo", la realizacin de "encuestas de opinin pblica" y las funcionesque le "confiera el titular del ramo".7 Aderencia de la DPS, la IPS s610 in-formaba al secretario de Gobernacin. Entre 1966 y 1970, su director fueManuel Ibarra Herrera.

    Los informes de la PS son totalmente diversos de los de la DFS: no haysntesis del director, slo se cuenta con los reportes en bruto que envia-ban los agentes desde todo el pas. Son como las cpsulas informativas delas agencias noticiosas que llegan a las salas de redaccin de forma cons-tante (a veces con diferencia de minutos).

    La DFS y la IPS captaban ros de informacin que se utilizaba para lo si-guiente: a) que el presidente tomara decisiones; b) escribir libelos atacandoa opositores que luego apareceran en los medios de comunicacin, y"Una descripcin ms detallada de la evolucin y causas de la desaparicin de la DFS esl en Aguayo. 1997.'"Reglamento 1nlcriar de la SecretarIa de Gobernacin". Diario Oficial. junio 14 de 1984. p. 10. Las funciones son lasmismas en los reglamentos publicados en ]973 y 1977.

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    1968 Los ARCHIVOS DE LA VIOLENCIAe) decidir cmo, cundo y contra quin deba usarse la fuerza. Revisar esosmateriales es como nadar por los nervios del sistema.

    Tanto la DFS como la IPS adolecan de una falla estructural: ninguna delas dos dependencias haca un trabajo profesional de "inteligencia", a sa-ber: en su apartado de seguridad, todos los gobiernos tienen dependen-cias que se encargan de capturar y procesar informacin, funciones queson diferentes. Se habla de informes de "inteligencia" cuando la informa-cin en bruto ya fue digerida y valorada. Entonces el gobernante la incor-pora para tomar decisiones. 8 La falta de "inteligencia" en la informacincapturada por la DFS y la IPS significa que en esos ros de datos se mezcla-ban los rumores y los chismes con los hechos relevantes. El peso de se-parar la paja del trigo caa en los gobernantes.

    El aparato de seguridad tena otras partes que dependan directamentedel Ejecutivo federal.

    El presidente contaba con un grupo de agentes confidenciales, ademsde la Polica Judicial Federal (Procuradura General de la Repblica), elServicio Secreto. el Cuerpo de Granaderos, la Polica Judicial y la PolicaPreventiva en eJ Departamento del Distrito Federal. En asuntos de segu-ridad nacional, todos ellos eran coordinados, en principio al menos. porel secretario de Gobernacin.

    Las fuerzas armadas acordaban directamente con el presidente y noeran coordinadas por Gobernacin. En su interior haba varios niveles. Enla Secretara de la Defensa Nacional estaba la mayor parte de los 71 000efectivos que tena el ejrcito en 1970.'1 En parte por la peculiar situacingeopoltica mexicana (en el norte potencia mundial, en el sur pases pe-queos), el ejrcito se orient al mantenimiento del orden interior.

    Pese a una idea en lo contrario, en los aos sesenta el ejrcito estuvoconstantemente involucrado en el manejo y control de opositores. Como;Para W1 estudio ms detallado vase Aguaj'o. 1997, pp. 184202."l.oZCJj'a, 1970, p. 104.

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    quedar documentado con amplitud en los prximos captulos, los milita-res aparecen constantementemediando en conflictos, intimidando, espian-do y, en algunos casos, reprimiendo.Desde Manuel viJa Camacho existe una estructura militar paralela ycomplementaria: el Estado Mayor Presidencial, del cual dependen los Guar-dias PresidenciaJes, un grupo de lite que a su vez depende del presidente. 10Por su parte. la Marina rara vez apareci en el manejo de opositores, perola Fuerza Area prest labores de apoyo durante el movimiento del 68.De la Defensa Nacional dependan los Guardias Rurales, con unos120 000 efectivos que cumplan funciones de inteligencia y control en elmedio rural. El rgimen tambin tena a su servicio grupos paramilitares(como la Ola Verde en Sonora) que controlaban polticos de diverso nively que operaban con relativa autonoma. En la categora de fuerzas irregulares deben encuadrarse las peculiares "madrinas" o "aspirinas" (per-sonas que actan alIado de los judiciales sin tener nombramiento oficial).En caso de necesidad, otras secretaras de Estado colaboraban en susespecialidades coordinadas, generalmente, por Gobernacin. La Adminis-tracin de Correos interceptaba cartas o informaba de los destinatarios depublicaciones opositoras; Comunicaciones yTransportes controlaba las co-municaciones, lo que incluia una pequea pero bien entrenada Polica Fe-deral de Caminos; el Departamento de Asuntos Agrarios y Colonizacinespiaba a organizaciones campesinas independientes (y, de hecho, a todoel que se le pusiera enfrente), etc. 11 Las policas de estados y municipiosse hallaban siempre bien dispuestas a colaborar con el centro.

    Las organizaciones obreras y campesinas eran capaces de movilizar amillones de personas a favor del rgimen o en contra de los opositores.Aunque el gobierno no las requera con frecuencia, stas salieron a las ca-lles y plazas, al igual que pequeos sindicatos, para expresar su apoyo alpresidente yal rgimen. En el cerco que tendieron a W1 poltico disidente,Carlos A Madraza, algunos taxistas se convirtieron en fuente de infonna-"'Wager. 1992. pp. 21l30."En la caja 1 466 de la AeN (Fondo Gobernacin, SCCdD DGIPS) est una buena seleccin de los frecuentes informesque el OMC enviaba a Gobernacin.

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    196B Los ARCHIVOS DE LA VIOLENCIAcin sobre los traslados de s i m p a t z a n t e s . ' ~ Para todo lo que se ofrecieraestaban a la orden partidos domesticados, como el Popular Socialista deVicente Lombardo Toledano.Por si faltara algo. haba una red de apoyo informal y difuso. Es notablela cantidad de informacin que enviaban amigos, conocidos o annimos ciu-dadanos a Gobernacin ya la Presidencia por medio de cartas o comunica-ciones verbales. Era un flujo constante de apoyos y denuncias sobre cons-piraciones de los enemigos de la Revolucin hecha gobierno. Algllllas eranciertas, pero otras eran exageraciones de quienes buscaban quedar bien conel poderoso. No es un exceso decir que donde hubiera un funcionario o unprista ah estaban potencialmente los ojos y odos del rgimen.Los reCillSOs financieros y humanos que empleaban en esta gigantescamquina eran e n o r m e s ~ pero difciles de cuantificar. Virtualmente todo elpresupuesto de Gobernacin y Defensa se dedicaba a estos fines, pero,cuando se requera, las otras dependencias oficiales canalizaban los apo-yos que fueran necesarios.En ese listado de activos gubernamentales faltaba un aliado estratgi-co: la comunidad internacional. La mayora de los gobiernos y organis-mos internacionales colaboraba de manera pasiva: ignoraban deliberada-mente la forma en que el gobierno manejaba a los opositores. Por el con-trario, el gobierno de Estados Unidos contribLa activamente a la operacindel aparato de seguridad mexicano. La dimensin externa es tan comple-ja y a la vez tan relevante que se analiza en el captulo 6.

    Esa mquina corpulenta, disciplinada y eficaz se moVa y actuaba por r-denes verbales o escritas del presidente o de quien l designara. Esta cen-tralizacin no implica coordinacin que, de hecho, no exista, por ejem-plo: la DFS y la IPS no compartan informacin y ello servir para entenderel desastre operativo que fue Tlatelolco.':Informf' al dlItJclor [mera) de S e ~ u n d a d . ,\SWllO Partido Patria Nueva", 25 de nO\'iembre de 1968. \C:N, FondoGobernacin. Seccin '>(,II'S. caja 2 966 A.

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    I I . Por la razn o por la fuerza

    Mxico es un pas presidencialista ysiempre ha creado mecanismos pa-ra proteger el mito de la infalibilidad y benevolencia del presidente. Unode estos mecanismos tiene que ver con la informacin. Pese a que en oca-siones se exalta lo bien enterado que est el presidente. al mismo tiempose le exculpa de cualquier error o acto de brutalidad y se responsabilizaa sus subordinados de informarlo mal. En el transcurso de esta investiga-cin fue obvio que los presidentes mexicanos reciban lUla enorme can tidad de informacin.La Federal de Seguridad informaba a diario al presidente y lo mismohacan flUlcionarios y polticos de todos los niveles. El presidente, por suparte, iba preguntando de acue'rdo con su inters. El secretario de Gober-nacin tenia a su disposicin lo que le enviaba la IPS, algunos informes dela DfS y lo que le hacan llegar otras partes del sistema.El problema principal no estaba en la cantidad, sino en la calidad dela informacin. Como no era procesada, detalles evidentemente importan-tes se acompaaban de rumores absurdos. La relativa pobreza de estosinformes se deba a la baja preparacin que tenan los agentes de la DFS

    y de la JPS. En una serie de pruebas psicolgicas aplicadas a 72 miembrosde la Federal de Seguridad se concluy que "la media general de inteli-gencia es baja", al igual que su "comprensin y fluidez verbal". Tambinse les califica de "derrochadores e imprudentes".'3

    Entre 1958 Y1970, las mismas personas estuvieron en la cabina de man-do de la mquina de coercin.Durante el sexenio de Adolfo Lpez Mateas, Gustavo Daz Ordaz fue unpoderossimo secretario de Gobernacin. Entre sus operadores estabanLuis Echeverra lvarez (subsecretario) yFernando Gutirrez Barrios (sub-director de la Federal de Seguridad). Ya en el periodo presidencial de DiazOrdaz, Echeverra y Gutirrez Barrios subieron de nivel.

    "Grupo Dando. S. A. "Resultados obtenidos mediante la aplicacin de una Oaterla de pruebas psicolgicas para lauFS". sin fecha. aunque por algunos delalles se infiere que se hizo en los aos setenla.

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    196B Los ARCHNOS DE LA VIOLENCIADicen quienes conocieron en privado a Daz Ordaz que era simptico y

    cordial, aunque reservado. H Como funcionario fue duro, conservador, irri-table, anticomunista, inflexible, terco y responsable. ls Para Krauze, d u r a n ~te el gobierno de Adolfo Lpez Mateas, Daz Ordaz "fue el protagonista dela represin sindical, estudiantil, electoral y campesina". 1(, No delegaba elpoder, sino que lo utilizaba a plenitud. Con frecuencia repeta a sus colabo-radores que "W1 presidente no pide, ordena". 17

    Era, adems, W1 obsesivo de la organizacin, tanto que en el mensaje po-ltico de su primer informe (el texto de las grandes defmiciones) incluy suintencin de "eliminar al mximo la imprevisin, el azar, la improvisacin".'sSu jefe de Estado Mayor Presidencial (el entonces coronel y luego general),Luis Gutirrez Oropeza, confirma que era "enemigo de las improvisacionesy reaccionaba enrgicamente con los colaboradores que dejaban las cosasal azar".19 Finalmente, Daz Ordaz "crea ver en todo acto de inquietud so-cial acciones s u b v e r s i v a s " . ~ o Vea conspiraciones por todas partes.

    Si el presidente era el sol del wverso poltico del Mxico de los sesen-ta, qu papel desempeaban los operadores que lo rodeaban? Los testi-monios coinciden: el Luis Echeverra de aquellos aos cumpla fielmentecon el perfIl del trabajador y de leal y sumiso subordinado. Julio Scherercuenta que Daz Ordaz le confi que si Echeverra "no tiene qu hacer, al-go inventa. Le obsesiona el trabajo por el trabajo mismo". Daz Ordaz tam-bin se burlaba de su excesivo celo: "Lo invit a jugar golf, temprano. lle-g al amanecer"." DW'ante dos sexenios, Echeverra acat "rdenes conuna fidelidad irreprochable".22 Quin hubiera imaginado que Echeverra"Vase Farias. 1992."En eso coinciden Scherer. 1986. Krauzc. 1997. Martnez Assad. 1992.Surez Gaona. 1987. Osario Marbn, 1989 YSerrano, 1978-"Krauze.op dI., p. 290."Gutirrez Oropeza. 1986. p. 89."Daz DrdllZ. 1965. p. 94.'"Gutirrez Oropeza. 19S6, p. 16."Ca.brera Parra. 1982. p. !41"Scherer. },986 , p. 20. Con tcxlas las cautelas que deben tenerse con la folclrica vedette (y ahora senadora)lfTWl Serrano. esta tambin lo asegura en su aUloblografa. Serrano. 1978. p 142."Loret de Mola. \978. [J 22

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    n. Por la razn o por la fuerza

    llegara a ser W1 torbellino que azot a Mxico y el mW1do buscando entuertos que resolver! Ms adelante se analizar la hiptesis de que E c h e ~verra "desinform" a Daz Ordaz sobre los acontecimientos de 1968.Una advertencia: la relacin de trabajo entre Echeverra y Daz Ordazfue deliberada yminuciosamente extrada de los archivos de Gobernacin.No estn las comW1icaciones que el secretario de Gobernacin diriga alpresidente, ni las instrucciones que ste enviaba a Bucareli. En la revisindocwnental de miles de folios de la Secretara de Gobernacin slo haypia de dos cartas fIrmadas por EcheveITa (una de ellas felicitando al poeta Len Felipe). Pese a ello, sobrevivieron evidencias que penniten reconstruir la forma de operar del secretario de Gobernacin Luis Echevrra.Ello se complementa con el relativamente intacto archivo de Relaciones Exteriores, que, por eso mismo., adquiri una importancia extraordinaria.Donde el misterio se hace insondable es en el tipo de relacin que tenan el director de la Federal de Seguridad, Fernando Gutirrez Barrios,y sus dos jefes: el real, Gustavo Daz Ordaz, y el nominal, Luis EcheverIa.La recuperacin de centenares de tarjetas ymemorndums enviados porGutirrez Barrios al presidente (con copia a Echeverra) muestran a lli1fW1cionario muy cuidadoso en las formas. Sus informes son precisos, claros y sin adjetivos. No recomendaba la poltica que deba adoptarse, sinoslo reW1a informacin y la entregaba (sin discriminar ni analizar) a quie-nes deban tomar decisiones. Seguramente por esa disciplina y discrecinpermaneci en el centro de los servicos de inteligencia desde 1958 hasta1982 (despus de una pausa, regres en 1988 como secretario de Gobernacin de Carlos Salinas).23Gutirrez Barrios era el insustitLble y enigmtico veracruzano capazde espiar todo el tiempo a diplomticos cubanos, sin que eso afectara suestrecha amistad con el comandante Fidel Castro. Profesional de la violencia, Gutirrez Barrios fue capaz de supervisar la eliminacin de los enemigos del Estado manteniendo un bajo perfil. Un personaje digno de bio-"De 1958 a 1964 fue sulxlirector de la Federal de segwidad. director de sta entre 1964 y 1970, Ysubsecre\.aIiode Gobernacin desde 1970 hasta 1982.

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    196B Los ARCHIVOS DE LA VIOLENCIAgrafa que debe tejerse jWlto a la historia no escrita de la evolucin quetuvieran los servicios de inteligencia.

    En suma, en la cabina de control de la mquina de coercin estaba elgran timonel, Gustavo Daz Ordaz, quien ejerca el poder, no lo delegaba.Asu derecha, Echeverrfa, el eficaz y servil subordinado pendiente de adi-vinar los ms mnimos deseos de su jefe. Ala izquierda, Gutirrez Barrios,el profesional de la inteligencia y la violencia. Si algn da se hace untudio comparativo sobre la intensidad con que diferentes personajes y re-gmenes usaron el aparato coercitivo, no habr duda de que Daz Ordazcompetiria por los primeros lugares.

    Para los intereses de la nacin result nefasta la mezcla de una personali-dad como la de Daz Ordaz y la falta de contrapesos a su enorme poder.

    Dfaz Ordaz y el rgimen que presidi padecieron lo que estudios recien-tes califican de paranoia poltica. "La sospecha es la caracterstica princi-pal del paranoico. las cosas no son lo que parecen: el paranoico ya sabecul es la verdad y acwnula evidencia para conlirmarla (no para c o n t r a s ~tarla). Nada pasa por casualidad, sino que todo ha sido causado por al-guien. La coincidencia no existe". El paranoico es "profundamente lgico;sus premisas son falsas. Es un gran coleccionista de hechos. pero slo co-lecciona aquellos que encajan en el sistema lgico que ha diseado".

    Lo particular de la visin paranoica de la historia es su creencia de quelas conspiraciones son la fuerza motriz de la historia y el principio orga-nizativo bsico de la poltica. Para ellos. la conspiracin existe, avanza r-pidamente y es malvola por delinicin. La victoria de los conspiradoresest siempre cerca y, por ende. el paranoico personilica el bien y es el en-cargado de enfrentarse a e l l o s . ~ r .

    "Robins y Post. 1997. p. 9 El movimi nlodel 68 ha producido una gran canlidad de materiales inspirarlosen leorlas conspiradoras. Entre otros, Carranza, 19 5 Yalgunas parles de Cabrera Parra. 1)82 YSilva Herzog, 1973.pp. 243253.'1bid" p, 37,

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    D. Por la razn o por la fuerzaLos polticos con esa lgica paranoica ignoran la informacin que no

    embona con su marco mental, la consideran incmoda y no le dan valor,Tampoco tienen adversarios, rivales ti oposicin, sino enemigos. Ya losenemigos no se les derrota ni se intentan formas de conciliacin. sino quese les destruye. Daz Ordaz, alentado por su equipo cercano, se dedic a.ver conspiraciones ya construir enemigos en un mundo de su propia creacin. En los momentos de mayor tensin de 1968, de los informes de Gobernacin slo tomaba aquellas afirmaciones (en ocasiones no verificadas)que confirmaban lo que crea.

    Este tipo de mentalidades atribuye ms fuerza al enemigo de la que realmente tiene. Lo hace porque la magnitud de Ja amenaza justifica la utilizacin de la fuerza. En su rgimen, los opositores adquiran una peligrosidad que no tenan, de modo que la vctima terminaba siendo el agresor.

    La transformacin de la vctima en agresor es ms frecuente de lo queparece. Una de las formas corno los nazis justificaron el asesinato en masa de judos fue con la imagen de W1a Alemania rodeada por enemigosdispuestos a destruirla (la conspiracin). u, A finales del siglo xx, los serbios masacraron a musulmanes y croatas, en parte por la idea muy difundida de que "estaban planeando otro genocidio".n Por tanto, se tratade asesinatos preventivos que se integran en la mente del paranoico.

    Como se dijo en lneas anteriores, el Estado tiene el monopolio legtimoen el uso de la violencia y se comprende que, en aras de la seguridad nacional, vigile y, de haber necesidad, castigue a los enemigos de la nacin.Sin embargo, la violencia es un ingrediente tan preciado y peligroso que, enasuntos de seguridad nacional, es fundamen1al precisar quin define la amenaza, cunta fuerza se va a emplear para enfrentarla, quin la manejar yquines supervisarn todos los pasos en representacin de la sociedad.

    En este aSW1to, las precauciones no estorban, porque las consecuenciaspara la nacin y para su seguridad pueden ser terribles. En el Mxico delos aos sesenta, Daz Ordaz y su fiel aliado, Echevena. procesaron la in-"'Sobre este lema vase el inquietante libro de Browning. 1993_ En especial el captulo 18, "Ordinat)' Men"."Hosenberg. 1998.

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    1968 Los ARCHIVOS DE LA V [ O L E ~ C l Aformacin que les llegaba con la lgica de un rgimen paranoico. Usaronla violencia sin contrapesos o controles de consideracin y causaron undao enorme al desarrollo poltico del pas. Estos rasgos se haran muyevidentes durante el movimiento estudiantil de 1968, aunque ya estabanpresentes desde antes.

    Otra manera de acercarse a la mquina de coercin es mediante los cri-terios con que se utilizaba.

    Haba una regla de oro: la fuerza es para usarse con inteligencia yme-sura. Por tanto, la graduaban de acuerdo con la magnitud de la amenaza percibida y siempre buscando descabezar al movimiento a travs de lacooptacin o destruccin de sus lderes. Slo e!1 aquellos casos excepcio-nales en que el objetivo consista en aterrorizar por creer que la amena-za era especialmente grave, como en Tlatelolco, utilizaban la violenciairrestrie tao

    El dao lo aplicaban de muchas maneras. Una que emplearon constan-temente era distorsionando la informacin, mntiendo de fonna delibera-da sobre los orgenes y propsitos de la oposicin. Tambin recurran a losdespidos, al hostigamiento y, en casos extremos, al asesnato. Generalmente buscaban que se conociera lo que pasaba, porque la violencia se usa pa-ra educar a opositores potenciales. Los operadores saban que tenan a sufavor las leyes que se utilizaban con un doble sentido: golpear a los enemigas y dar impunidad a los miembros del aparato de seguridad. Para quela lealtad sea ciega, tiene que haber una impunidad igualmente ciega.

    En las docenas de conversaciones que el autor sostuvo con veteranosdel aparato de seglU"idad, fue notable la poca importancia que stos le concedan a las leyes y a la vida hwnanas. Con W1 par de excepciones, sereferan a la eliminacin de los adversarios del rgimen de W1a maneradistante y desapasionada. S610 mostraban emocin al narrar la muerte olas tribulaciones de colegas suyos. La legalidad era concebida de una ma-nera igualmente distante, instrumental yajena. Una y otra vez daban por

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    D . Por la razn o por la fuerza

    sentado que las leyes y el poder judicial eran un instrwnento ms en elejercicio del poder. No haba leyes para contenerlos, pues ellos eran la ley.Un da antes de tomar posesin, Gustavo Daz Ordaz se reuni con quieniba a ser su jefe de Estado Mayor Presidencial, coronel Luis Gutirrez Oro-peza. Entre las cosas que le dijo est un prrafo muy revelador:

    Coronel, si en el desempeo de sus funciones tiene usted que violar laConstitucin no me lo consulte porque yo, el presidente. nunca le au-torizar que la viole; pero si se trata de la seguridad de MxiaJ o de lavida de mis familiares. coronel. viJela; pero donde yo me entere, yoel presidente lo corro y lo proceso. pero su amigo Gustavo Diaz Ordazle vivir a g r a d e c i d o . ? ~

    La orden presidencial es clara: todo se vale en la defensa de la seguri-dad nacionaL pero si para hacerlo tenan que violar la ley, sera mejor queno se lo dijeran. Este mecanismo de evasin fue utilizado por otros presi Mdentes (de acuerdo con W1 veterano de las fuerzas que combatieron la gue-rrilla, Jos Lpez Portillo prefera no enterarse de la eliminacin fsica delos alzados contra el rgimen). Por otro lado, la advertencia hecha porDaz Ordaz de que procedera por la va jurdica si se enteraba de que ha-ban violado la ley, difcilmente puede tomarse en serio. DlITante su sexe-nio no se castig a ningn ftmcionario que violara los derechos humanosde quien difera.

    Bosquejada la mquina e identillcados sus conductores, falta ilustrarcon ms detalle la forma en que funcionaba con historias mexicanas de1958 a julio de 1968. Entre los movimientos que se estudiaron para ha-cer la caracterizacin estn la huelga ferrocarrilera (1958-1959), las insu-rrecciones cvicas en Chitpancingo (1960) YSan Luis Potos (196]), el mo-vimiento de los mdicos (1964-1965), la disidencia de Carlos A. Madrazay docenas de movimientos estudiantiles.

    "Gullrre'l Dropeza. 1986. p. 25. El subrayado es mo.41

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    196B Los ARCHrvOS DE LA VIOLENCIA

    Dos p1'esidentes de Mxico, GustavoDazOrdaz, y de Estados Unidos, LyndonB.Jol1:nson, durante la 'visita de este ltno aMxico en ahril de 1.966.

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    u. Por la razn o por la fuerza

    La Unidad Nmwalco-Tlalelolco, dise'adapor el arquitectoMario Pani, era unode los smbolos del pro{J1"eso; ah se instal la favO'reeida clasemedia capitalina.

    GuslavoDazOrdaz (a la derecha)se cond:ujo conauto1"ta7ismo noslo e'll el mbitopblico, swtambin en su vidaprivada. En amboscasos fue el "padre"enrgico.

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    111.Elcontrolde la ormaci6n.. para completar el espectculo, las autoridadessin poder ocultarU1W prisamedrosa por conva-lidar el atraco. Hasta ahora sigue la impunidadde los lderes deliru:u.entes, mientrasmaanaposiblemente les concedan comopremio algnpuesto en el PRl o-en alguna secretaria.Carta del doctor Ignacio Chvez a Octavio Paz, intercep-tada por Gobernacin. En ella, Chvez expresa sus sentimientos despus de la huelga que lo sac de la Rectorade la UNAM. 9 de mayo de 1966. AGN. Fondo Gobernacin,Seccin DGIPS, c/2 958.

    L a informacin es poder, y los gobernantes mexicanos lo saban.Por tanto, dedicaban tiempo y recursos a controlarla: la recuperaban, la modulaban en medios de comunicacin y editoriales,y la utilizaban como instrumento para castigar a opositores.En la dcada de los sesenta, los organismos de seguridad gubernamen-tales recuperaban enormes cantidades de informacin. La obtenan de losmedios de comunicacin, mediante la interceptacin de telfonos y de correspondencia, con la infLltraCn a organismos opositores, vigilando personas, manifestaciones, conferencias y presentaciones de libros, etctera.Cuando era necesario, tambin buscaban infonnacin en el exterior. Enel caso de los dos movimientos opositores ms importantes de su sexenio

    Oa rebelin mdica y el movimiento estudiantil), Daz rdaz orden a Relaciones Ex1eriores que averiguara la manera en que otros gobiernos habfan enfrentado protestas similares. En el caso de los mdicos, la respuesta empez a llegar en junio de 1965 cuando Relaciones envi al presiden-

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    1968 Los ARCHrvOS DE LA VIOLENCIAte "cuatro memorndurns que contienen la informacin preliminar que hemos recibido de nuestras embajadas acerca de las experiencias recogidasen diversos pases sobre conflictos entre el Estado y los mdicos al servicio del mismo" ,1 Lo mismo hizo en 1968 y por sus discursos se sabe queutiliz esas experiencias para legitimar pblicamente el uso de la fuerzaen Mxico,2

    En los aos sesenta, los organismos de seguridad vigilaron a LzaroCrdenas yCarlos Madraza; a los movimientos de ferrocarrileros ymdicos; a la izquierda (el PCM sobre todo) ya los intelectuales y periodistas in wdependientes; fmalmente, a los extranjeros, en especial a los diplomticoscubanos, de la ex URSS y los asilados latinoamericanos (no hay evidenciade que espiaran a los de la embajada estadounidense).Unas cuantas personas (entre las que destacaban el presidente y el secretario de Gobernacin) reciban la informacin y la procesaban para,con esa base, tomar decisiones sobre aliados, adversarios o enemigos. Elpoder que eso les daba era enorme y los errores que cometieron son tambin muy grandes, porque es notable la facilidad con la que Gustavo DazOrdaz y su equipo aumentaban la peligrosidad de los adversarios para colocarlos en la categora de enemigos. Un ejemplo acabado fue el movmiento de los mdicos (1964 y 1965).

    El movimiento de los mdicos fue moderado y mesurado (en palabrasdel doctor Juan Ramn de la Fuente, se inici con una "demanda razonable de mejores ingresos y seguridad laboral").3 Esa moderacin se reflejaba en algunos informes de la IPS y la DFS. Pese a ello, fueron catalogadoscomo peligrosos enemigos por el presidente y su equipo cercano,

    El jefe de Estado Mayor de Gustavo Daz Ordaz, el general Luis Gutifrez Oropeza, escribi que la manifestacin de mdicos y enfermeras alZcalo en diciembre de 1964 (1 500 personas) buscaba "exhibir al nuevojefe de Estado como incompetente!"; que ese movimiento fue "creado por'AGN, Fondo Gobernacin, Seccin llGIPS, caja 2858, junio 8 de 1965.'Surez Gaona. 1987. p. 115.'Juan Ramn de la Fuente. -Prlogo' del libro de POlaS, 1993. p. 13.

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    m. El control de la informacin

    polticos resentidos, amargados ... y desleales"; y que entre sus lderes haba "elementos de nacionalidad centroamericana ysudamericana".4 Un informe de Gobernacin incluye una "relacin de mdicos que se han significado por haber propuesto tcticas dr5ticas (manifestaciones ymtinespblicos)".:) Es decir, manifestarse pblicamente era drstico!

    La facuidad con que aumentaban la peligrosidad es notable. E) 2 de septiembre, la Federal de Seguridad hizo un perfIl del doctor Roberto Pedraza Montes de Oca Uere de residentes del Hospital 20 de Noviembre): "Ciertamente no existen antecedentes suyos, tangibles, de su militancia en elPCM o en algn otro grupo radical"; dos das despus (el 4 de septiembre)se le calific de "principal instigador del movimiento ... cabeza visible delparo", y ellO ya apareci en una lista de los consignados penalmente.('

    Los que participaban en poltica en los aos sesenta crean que el gobierno tena una enorme capacidad para espiarlos; formaba parte de la cultura popular.

    Los cuerpos de seguridad de cuaJqwer pas dedican mucho tiempo y recursos a capturar lo que dicen la prensa, la radio y la televisin. Los mexicanos no eran la excepcin; por tanto, la FederaJ de Seguridad arm suinforme sobre un viaje que hicieron Lzaro Crdenas y Gustavo Daz Ordaz por la cuenca del ro Balsas el 26 de noviembre de 1968, con base enla nota leda por "Guillermo Vela. durante el noticiero de la XEW a las 23:30horas, yms tarde en el correspondiente al Canal 4 de la TV". 7

    La legendaria intervencin de los telfonos tena algo de verdad, perotambin se ha exagerado acerca de ella. La Federal de Seguridad era la encargada de interceptar llamadas; sin embargo, su capacidad era bastantelimitada. Amediados de los sesenta interceptaba simultneamente hasta100 lneas telefnicas en la ciudad de Mxico. Eso era suficiente para las'Gonz

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    1968 Los ARCHIVOS DE LA VIOLENClAdebilitadas oposiciones y para una familia revolucionaria unida en tomo asu presidente.En 1965, el centenar de telfonos intervenidos inclta polticos del PRlyoficinas de secretarios de Estado (entre otros, Lzaro Crdenas, Ral Sa-

    linas Lozano, Emilio Portes Gil, Jess Reyes Heroles, etc.), embajadas depases socialistas yde sus agencias noticiosas (en especial, la cubana Pren-sa Latina), partidos opositores, dos revistas crticas (Polllica yLa Nacindel PAN) y los principales actores en el movimiento mdico, al que dedica-ron 24 lneas.La haca informes diarios que incluan el texto completo de la con-

    versacin o resmenes y la hora en que se realiz la llamada. Veamos loque pas el 31 de agosto de 1965: ese da, varias conversaciones tocaronel movimiento de los mdicos. En una de ellas. los doctores Gustavo A.Uruchurtu (padre de Ernesto, el que fuera regente capitalino) y GuillermoSolrzano platicaron sobre el despido del 50 por ciento de los mdicos quetrabajaban en el Departamento del Distrito Federal. Esto no les preocu-paba demasiado, porque "sobran mdicos y tenamos algunos que traba-jaban aqu y en el Seguro Social, pero ya los van a correr all tambin".Sobre el mismo tema, Eugenio Ortiz W., de la revista panista La Nan,critic la cobertura de la prensa escrita: "No ha habido un peridico quehaya dicho la verdad (sobre el movimiento mdico), ni dicen que les pe-garon a cerca de 50 mdicos, ni que los sacaron a base de bayonetazos".Ala misma hora se negociaban diputaciones en otros telfonos. DesdePuebla habl el licenciado Francisco landero a Amador Hemndez Gon-zlez, quien acababa de ser nombrado secretario general de la Central Na-cional Campesina (eNe). El fragmento de dilogo reproducido debe versetambin como una perla del barroquismo poltico mexicano.Landero, emocionado, desgrana elogios: "No te imaginas la felicidad queme dio tu designacin, quiero rendir tributo a tu vieja calidad de luchador ... "Hemndez lo interrumpe para recordarle que todo vale de una perso-

    na: "Tienes un amigo aqu... y hemos de seguir pidiendo la colaboracinde ustedes para que demos el mejor rendimiento y se sienta satisfecho el

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    m.m control de la tnformaci6n

    seor presidente de la Repblica, porque en esta cruzada patritica va-mos a responder todos".Agotadas las formalidades propias de los revolucionarios, Landero sa-ca a relucir sus intenciones: "Amador, t conoces muy bien a don FaustoLpez Bautista, que es viejo luchador como t, amigo del seor presidente de la Repblica desde hace muchos aos y tambin del seor gobernador; nada ms que ya ves que nuestro amigo es muy modesto". Por la ti-midez del amigo comn, Landero peda al lder campesino "ver si es po-sible que pudieras ayudar a don Fausto a entrar al Congreso Jacal".

    Mientras declinaban oascendan las carreras de Jos representantes cam-pesinos, en la Secretaria Particular de Hacienda yCrdito Pblico se resol-van, tambin entre amigos, engorrosos problemas fiscales. Segn el r e s u ~men hecho por el agente de la Drs, "el licenciado Carlos Novoa manifiestaal seor Enrique Sosa que el empleado de la oficina de (Hacienda en) Tlal-pan le tiene cierta mala voluntad; present mi declaracin del mes de agos-to y me la devolvi ... podra usted ayudanne?" Sosa le respondi que "conmucho gusto se la mando a recoger a su casa de Coyoacn y nosotros laarreglamos".Otra forma de captar informacin era infiltrando organizaciones opo-sitoras. Es sorprendente la capacidad que tena Gobernacin para pIan-tar agentes en el centro mismo de los movimientos. En agosto de 1968, laDFS contaba con un informe sobre una "sesin secreta... del Comit Cen-tral del Partido Comunista M e x i c a n o " . ~

    El 25 de noviembre de 1968, un inmtrado envi su reporte al director dela Federal de Seguridad, Fernando Gutirrez Barrios: "El licenciado CarlosA. Madrazo -e l importante disidente del PRI que quiso crear el Partido Pa-tria Nueva- recibi a las delegaciones de varios l ? ~ t a d o s en sus oficinas". Yainstala.dos, Madrazo les coment que se suspenderian las asambleas porque"saba que haba cuatro Ocinco personas enviadas por el gobierno" para. es-piar. Discutan el peligro de espionaje frente a un agente g u b e m a m e n t a l ! ~'Sin ttulo, ,..,GII. Fondo Gobernacin. Soccin OCIl'''i. caja 2 966 D. agosto 19 de 196R.'Infanne al C. direclor federal de Seguridad. "Asunlo: Partido Palria NueV'd', noviembre 25 dc 1968. ""GN,Fondo Gobernacin. Seccin IlGU'S. caja 2 966 A.

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    1968 Los ARCHIVOS DE LA VIOLENClATambin haba marcajes personales, Entre las vigiladas estaba la es

    critora y periodista Elena Poniatowska. Un informe de Gobernacin venaacompaado de una fotografa de su casa en Morena 426. Les nteresa-ban las caractersticas del inmueble porque Poniatowska "prometi proporcionar local para la Editorial Siglo XXI. Es posible que, dadas las dimensiones de su casa, sea en este lugar donde planea establecer sus oficinas dicha editorial, provisionalmente". 10 Cuando el presidente Daz Ordazcorri a Arnaldo OrrIJa del Fondo de Cultura Econmica por publicar ellibro de Osear Lewis, Los hijos de Snchez, Orma cre (con el apoyo de muchos intelectuales) la Editoral Siglo XXI. La vigilancia que les hacan muestra que la produccin y difusin independiente de ideas bastaba para serincluido en las mas de los enemigos del rgimen.

    En ocasiones, la viglancia se exceda en detalles:El domingo 5 de septiembre de 1965, el doctor Jos ngel CadenaCadena (dirigente del movimiento de los mdicos) sali a las 3:30 horas de la antigua Escuela de Medicina, con un grupo de mdicos,abordaron el carro Flat, modelo 1964, placas 10-85-63, propiedad deClara Castella de Lombera, y se dirigieron al restaurante denominadouCaldos Zeoo", ubicado en San Juan de Letrn y Meave, lugar dondetomaron unos caldos de pollo, despus de lo cual el vigilado se despidi de sus acompaantes. Al da siguiente, el doctor Cadena sali alas 16:30 horas de Jalapa nmero 291 ...abordando un camin de pasajeros y bajndose en la esquina de Repblica de El Salvador y Bolvar, [rente al nmero 24, donde permaneci unos minutos guarecin-dose de la lluvia, despus de lo cual abord olro camin y se dirigial restaurante Sanborn's de las calles de Madero, donde habl por telfono al doctor Oseas Camarilla Lpez, a quien cit en los bajos deledificio de la Torre Latinoamericana.1i

    El seguimiento de opositores tambin lo realizaban otras dependenciasoficiales. El cnsul de Mxico en Chicago envi a Mxico informacin muydetallada sobre la visita de Carlos Madraza a Chicago. El paquete inclLa"IIGN, Fondo Gobernacin. Seecin llGlI'S. caja 2888. no\iembre 19 de 1965."AGN, Fondo Gobernacin. Seccin l.lCII'S. caja 2858.

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    DI. El control de la informaci

    la "cinta magntica que contiene slo los discursos que el seor licenciado Madrazo pronunci el 5 de mayo de 1968".12

    En 1966, el gobierno alent a un grupo de estudiantes para que s a c a ~ran al rector de la UNAM, el doctor Ignacio Chvez. Cuando dej el puesto,Gobernacin mantuvo la vigilancia, lo que inclua abrir su correspondencia. Por ello, en los archivos de Gobernacin est una carta de Chvez aOctavio Paz en la cual le agradece sus palabras de apoyo y le comenta que"la agresin se haba dado en medo de la pasividad general ... Hasta ahora sigue la impunidad de los lderes delincuentes, mientras maana posiblemente les concedan como premio algn puesto en el PRI o en algunasecretara".13 Generalmente tomaban muchas fotografas con las que ibanenriqueciendo su banco de imgenes. Esas fotos de desigual calidad estnmuy bien organizadas y en el reverso incluyen una explicacin de q u i ~nes aparecan y lo que hacan.

    En suma, Gustavo Daz Ordaz y su equipo ms cercano contaban coninformacin abundante ydetallada sobre sus opositores. En la soledad desus oficinas decidan quines eran enemigos del rgimen, qu tan seriaera la amenaza que planeaban y cmo deban ser manejados. Por aquellos aos, cualquiera que se saliera un poco de la ortodoxia o que "presionara" enfrentaba el riesgo de sentir la pesadsima mano del Estado, queapretaba de muchas maneras. Mxico no era un Estado policiaco." paralos que no se involucraban en la oposicin.

    El rgimen dazordacista tambin dedicaba tiempo a controlar el flujo deideas porque entenda la importancia estratgica de moldear el pensamiento y la visin de la gente.

    La produccin del conocimiento tambin les inquietaba ya veces tenanreacciones que a finales de siglo se considerarfan excesivas. En 1964, Pablo Gonzlez Casanova termin de escribir lID libro que sera clsico: La"rcio Confidencial nmerO 1 555. mayo 11 de 1968. Embamex IOU ... A8134 y A814-1.Archivo de Concentraciones de la SRE."Cana de Ignacio Chave-lll O c l a \ ~ O Paz. maj'O 9 de \966. hGN. Fondo Gobf:rnacin. Sec n UCIPS. caja 2 958.

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    1968 Los ARCHIVOS DE LA VIOLENCIAdemocracia en Mxico. En l haca una crtica documentada, seria y mesurada de la falta de democracia en Mxico. El Consejo del Fondo de Cultura Econmica (entonces dirigido por Arnaldo orfila) aprob su publicacin, pero cuando Antonio Ortiz Mena (secretario de Hacienda en el sexe-.nio de Daz Ordaz) se enter hizo que el Fondo revirtiera la decisin. 14

    Los medios de cOffiW1icacin tienen un papel estratgico en el funcionamiento de una sociedad. Adems de vigilar a los gobernantes, debendar espacio a la pluralidad de voces que coexisten en una sociedad. Paralos opositores resulta fundamental verse reflejados en los medios, porquees W1a forma de legitimarse y de ir adquiriendo cohesin como grupo. Esanecesidad no era cubierta porque en los aos sesenta el rgimen c o n t r o ~laba a la mayora de los medios.

    Los medios no teman la homogeneidad de los Estados policiacos. Existanrevistas como Siempre!, Politro, Por Qu? y diarios como El Dia, El Imparcialde Hermosillo, El Diario de Yucatn, El Norte deMOlltelTey yEl Siglo de TOlTenque ejercan diversos grados de independencia y donde aparecan columnaso notas que simpatizaban con los opositores (a esta breve lista habra queagregar publicaciones partidistas como La Nacin del Partido Accin Nacional). De ellos, los ms hostigados y vigilados eran Poltica (dirigida por Manuel Marcu Pardias ydesaparecida en diciembre de 1967) yPor Qu? (dirigida por Mario Menndez ycuyo nmero 1 apareci el 28 de febrero de 1968).

    Esas dos revistas eran vigiladas y hostigadas. APoltica le tenan intervenidos los telfonos, le violaban la correspondencia y obstaculizaban lacrculacin de la revista. Cierta vez, el subdirector general de Correos inform a Gobernacin haber detenido mil ejemplares de Polilica enviadospor esa va a Michoacn. La razn: contena "textos (que) resultan ofensivos para el rgimen".I:'En otra, Gobernacin se encarg de repartir por todos lados un "artculo de la revista Sucesos, en el que se ataca severamente a Manuel MarcuPardias". Lo enviaron a peridicos de todo el pais, a partidos y organiza-"Con ve rsacin con Pablo Gonzlez Casanova, agosLo 15 de 1998."Direccin General de Correos. memorndum. noviembre 8 de 1966. M;N. Fondo Gobernacin. Seccin 1 l ( ; I I ~ .caja 2961.

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    m. El control de la lnformac16n

    ciones polticas, a diferentes planteles educativos ya los mismos colaboradores de Politica, 11> las tribuJaciones de Por Qu? se incluirn en la partecorrespondiente al movimiento del 68.

    La mayora de los medios de comunicacin segLa los lineamientos oficiales porque convena a sus intereses, por miedo o por estar convencidos~ e la legitimidad del rgimen y de que los opositores no tenan derecho aexpresar sus ideas. Sera una pretensin absurda bosquejar siquiera lamaraa de colaboracin entre medios y gobierno en aquellos aos; harafalta un volumen independiente. En estas pginas slo se incluyen algunos ejemplos de la forma en que operaba la comunidad de visiones e intereses entre gobierno ymedios,En abril de 1967, el director general de Sucesos para Todos, Gustavo Alatriste, dirigi W1a carta a Luis Echeverrfa: "Le acompao unos comenta

    rios que creo pueden serIe de inters (criticaban a Echeverrfa). Desde luego, he ordenado que no se publiquen en nuestra revista", 17 He aqu unamuestra clara de la autocensura.En mayo de 1967, el presidente de la Repblica escribi una carta alprincipal accionista de Televisa, Emilio Azcrraga Mlmo. Daz Ordaz leagradeca algunos consejos que Azcrraga le haba dado sobre la utiliza

    cin de la radio y la televisin y le anunciaba que por esos "servicios tanestimables, me he permitido nombrarlo mi consejero en materia de radioy televisin. Le ruego acepte serlo, aunque los honorarios no son importantes, pues nicamente consistirn en una moneda de oro al ao. Poradelantado le estoy remitiendo dos aos de salario" .IR Se dilua la sana distancia que debe haber entre medios y gobierno.Apenas iniciado el movimiento estudiantil, el 30 de julio de 1968, uno

    de los directivos de El Universal, Francisco Lanz Duret, le escribi a Echeverra para decirle que "desde el principio estuve de acuerdo con las autoridades cuando pens que eran agitadores profesionales, vndalos y ra-"'Memorndwn sin recha, "'GN. Fondo Gobernacin, Seccin OCtl'S. Clijll. 2 96 \."IIGN, fondo Gobernacin, seccin UGII'S, caja 2 966."Carta de Gustavo Dlaz Ordaz a Emilio Azcrraga Milmo, mayo 17 de 1967, "'GN, Fondo Gobernacin, Seccin OGIPS,caja 2 966_

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    196B Los ARCHNOS DE LA VIOLENCIAteros los que, mezclndose con verdaderos estudiantes, condujeron a stos a actos completamente indebidos". 1'1 Hay li la coincidencia de puntosde vista que se reflejan en la lnea editorial.El gobierno era generoso con los periodistas que colaboraban con l. Enlos archivos de Gobernacin quedaron algunas evidencias de subsidios queentregaban (en papel o en efectivo) a las revistas Tiempo. Impacto. Maana oEl Legionario,20 Tambin se localiz una lista de conocidos periodistas segui-dos de una cantidad en efectivo. aunque no queda claro que eran subsidios.En el archivo de Relaciones Exteriores aparecen evidencias de subsidiosa periodistas. En octubre de 1967. Gustavo Daz Ordaz visit vVashington y.como siempre. llevaba una cauda de periodistas mexicanos que. como sehaca frecuentemente. se fueron del hotel sin pagar una cuenta de telfonopor 1 600 dlares. Un ao despus y en la misma ciudad, el reputado periodista Carlos Denegri tambin se fue sin pagar 2 200 dlares al Hotel Statler Hilton. En ambos casos y previos intercambios de cables cifrados entrela embajada y la cancillera. el embajador Hugo B. Margin recibi de laPresidencia de la Repblica -por medio de su secretario Emilio MartnezManautou- los cheques para pagar las cuentas de los periodistas. 21

    La informacin tambin se utilizaba para agredir a opositores, Pese a lamoderacin de los mdicos. el rgimen los catalog como enemigos y acabaron siendo regaados por el presidente en uno de sus informes. En septiembre de 1965, Gustavo Daz Ordaz los calific de "pequeos grupos"que se haban olvidado del "deber moral de salvaguardar y proteger el sis-""GN. Fondo Gobemacin. dn 1JC1I'S, cajas 2 874 Y2 930."LisllUlo d revistas. oficinas e iOSliluci nes a las cuales se h; ha asignado l l i l sub dio", sin fecha. Documenlos'arios de enlrega de papel couch y recibos finnados r cantidades entregadas al direclor de la revista El Legiona

    rio. general de brigada Artw'O Jimncz Lara.. entre septiemhre de 1968 y mano de 1969. tiC " Fondo Gobernacin.Seccin D G I I ' ~ , caja 2 874,"Carta de liugo B. Margin a Antonio Carrillo Flores. rebn'ro li de 196 : carta de Hugo B. Margin a Frunc co Calindo Ochoa. rebrero 2 (jp 196 ; t legrama cifrado de Margin a Carrillo Flores. diciembre 6 de 1968: telegrama cifrado de Relad o a Margam. diciem1Jre 10 de 1968; cark'l de Margin a Carrillo Flores. dici mbr 26 de 196 :carta d.e Carrillo Floras a gajo, diciembre 18 de 1968. [n Embam6x EU,\. \8134 y A814-1. Archivo d Concentraciones do la SAl'.

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    w.m control de la informacl6n

    tema", de separarse de las "normas legales". Con ello. conclua, fortalecan a los "enemigos de nuestro progreso".aCuando el dedo presidencial sealaba acusatoriamente a alguien, atrsiban turbas de lenguas flamgeras que competan en la descalificacin. ElPrimer Informe fue respondido por el diputado Augusto Gmez Vi1lan ueva, quien se lanz contra los doctores: "La salud de los mexicanos es patrimonio nacional. Nada, absolutamente nada puede justificar a quienesteniendo la sagrada misin de cuidarla abandonan esta responsabilidaden aras de intereses e g o s t a s " . ~ 3

    Para entonces, la campaa de desprestigio contra los mdicos ya tenameses. En su obra, Ricardo Pozas Horcasitas enumera a los polticos yfuncionarios, a los columnistas, caricaturistas y a las agrupaciones fantasmas que participaron en esa campaa de satanizacin y condena delos doctores. Los argumentos que usaron fue acusar a los doctores de buscar beneficios indebidos y de ser una casta privilegiada (este argumentoclasista -tambin usado con los estudiantes en el 68- buscaba d e s p r e s ~tigiar a los doctores ante los sectores de menos ingresos); de no atendera los enfermos, algunos de los cuales moran por falta de atencin; de obedecer a intereses polticos extraos, pese a la comprensin del presidentede la Repblica; y de haber ignorado a las instituciones sindicales. Por todo ello, eran enemigos del progreso de Mxico. eran antimexicanos.A la Secretara de Gobernacin le gustaba difundir sus puntos de vistao difamar opositores annimamente. Apartir de 1967 utiliz lIDa columna politica dominical que publicaba el peridico La Prensa. Funcionaba dela siguiente manera: en el interior de Gobernacin se instrUa a funcionarios como el subsecretario Mario Moya Palencia o al secretario particular

    Melchor Snchez Jirnnez para que escribieran sobre tal o cual tema. El"Dfaz Ordaz. 1965. p. 99."/bid, p. J08"'pozas l-lorcasitas reswni de esta manera el conlenido de una ca.rnpaa de prensa reaJizada en abril y mayo.Pozas. 1993. pp. 194 -195

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    1968 Los ARCHrvOS DE LA VIOLENClAresultado eran textos ofensivos contra la oposicin, a la cual se difamabasin p i e d a d . ' ~ ' Echeverra aprobaba estos textos.

    La "Marcha de la Libertad" de febrero de 1968 fue organizada por laquierdista Central Nacional de Estudiantes Democrticos (CNED). SU propsitoera ir de Dolores Hidalgo a Morelia. A Bucareli llegaron infannes muy detallados de la IPS y de la Dr-5 que mostraban lo poco amenazante de la "Marcha":sin embargo, los textos que salieron de Gobernacin estaban lle:1os de odio yxenofobia. Se ensaaban con intelectuaJes como Enrique Serna por tener a p e ~llidos extranjeros y a los que marchaban por Guanajuato los trataban de"seudoestudiantes comUIstoides", "adolescentes despistados" ode "malos mexicanos".u, la deteccin de esta columna, y el nivel tan alto de sus escritores,permitir tomarla como barmetro de lo que pensaba Gobernacin.

    En suma, el gobierno controlaba los flujos de informacin, espiaba alos opositores y los zarandeaba con campaas de desprestigio. No importaba su grado de moderacin o radicalismo, pues todos eran acusados deser instrumentos del extranjero, de estar manipulados por agitadores profesionales, de tener intereses ajenos y de ser malos mexicanos. Bastabasalirse un poco de la ortodoxia prista para transformarse en malos mexicanos. El efecto de esas campaas de medios poda ser devastador so-bre quienes incursionaban por primera vez en la poltica.Muchos huan con los primeros adjetivos y hostigamientos, slo los msconsistentes o tercos persistan en la lucha y, en la medida en que el grupo se iba achicando. al rgimen le resultaba ms fcil vigilar, manejar ydestruir. Miles de vidas se frustraron de