acional N.º 37 - F - M Homenajes Escalera del Éxito · Volta, 2 28906 Getafe (Madrid ... un aliciente más para el aficionado. José Méndez Santamaría, ... una gran fiesta taurina

Escalera del Éxito ©

Círc

ulo

Cultu

ral Taurino Internacional 52 Páginas de Cultura 52 Páginas de Cultura TTaur inaaur ina

Año IX - N.º 37 • 3 € • 10.000 ejemplares. Distribución Personalizada ENERO - FEBRERO - MARZO 2005

Homenajes Escalera del ÉxitoHomenajes Escalera del Éxito17 de Noviembre de 2004

15 de Diciembre de 2004

17 de Noviembre de 2004

15 de Diciembre de 2004

D. Eduardo Miura MartínezD. José Julio García Sánchez

D. Elías Rodríguez Varela

Acto Homenaje a

Don Rafael Sánchez «Pipo»Un Romántico del Toreo

(en páginas 46, 47)

Feliz 2005

D. Juan Lamarca López

Feliz 2005

Personalidades galardonadas con la Escalera del Éxito y su significado... 2Secciones y Equipo de Redacción 3Frases que nos hacen seguir 4-5«El Cortijo Pino Montano» - DÑA. CARMEN NUEVO GARCÍA 6-7«Toros en Valladolid 1881» BERROCAL LIBROS ANTIGUOS 8«Dialogo Socrático» - D. JOSÉ MIGUEL MORENO MORENO 9«Cirugía Taurina» - D. SATURNINO NAPAL LECUMBERRI 10«Cabrera-Miura» - D. JUAN CARLOS NAVAS GÓMEZ 11«San Sebastian y sus plazas de toros» - D. JUAN SILVA BERDÚS 12-13«Fermín Muñoz “Corchaito”» - D. RAFAEL CARVAJAL RAMOS 14-15«Curro Romero, un misterio sin descifrar» - D. BENJAMÍN BENTURA REMACHA 16-17«El toro Jubilo de Medinaceli» - D. ALBERTO DE JESÚS 18-19«El Tributo de la Gloria ...» - D. DIEGO ALFONSO LEDESMA 20«El aficionado y sus distintas vertientes» - D. HIGINIO SEVERINO DE VEGA 21¿Sabe usted esto, aquello y lo otro? - K´ALAMARES 22«La Gracia de Dios» - D. LORENZO GALLEGO CASTUERA 23«Nuper Siquidem» - DOÑA ADELA H. HERRANZ 24-25Crónica de los Homenajes Círculo Cultural Taurino Internacional 26-31«La Plaza de Toros del Real Sitio “El Alcalde y Yo”» - D. H.-L. SEVERINO 32-33«Ignacio Zuloaga» - D. JOSÉ MIGUEL PALACIO 34-35«La mujer en los toros» - DOÑA LUISA MORENO F. 36-37«Museo Taurino Mexicano» - D. CÉSAR PALACIOS ROMERA 38-39«Vacas de pelea en la pacífica Suiza» - DÑA. FRANCISCA DE CEBALLOS 40-41«La Torería Gitana» - D. JOSÉ JULIO GARCÍA SÁNCHEZ 42-43«La Suerte de Varas» - EL DUENDE DE EMBAJADORES 44-45«a partir de aquí... “El Toreo®” páginas del ayer y hoy» 46-52

Fundador Director EditorSalvador Sánchez-Marruedo

Coordinador GeneralPoul Christiansen de Querol

Asesor BibliográficoBerrocal Libros Antiguos

Asesor ArtísticoJosé Miguel Palacio

Asesor JurídicoMiguel Ángel Hernández H.

Asesores Taurinos y LiterariosDaniel Daudet

Juan Silva Berdús

Asesores MaquetaciónSalvador Sánchez VegaAlfredo Casado Manso

Asesor Página webMiguel Ángel Cárdenas

Amigos ColaboradoresCírculo Cultural Taurino Int.

Adela H. HerranzAlberto de Jesús

Alberto Lopera “Loperita”Benjamín Bentura Remacha

Carmen Nuevo GarcíaCésar Palacios RomeraDiego Alfonso Ledesma

El Duende de EmbajadoresFrancisca de Ceballos

Higinio-Luis Severino CañizalHiginio Severino de VegaJosé Julio García Sánchez

José Luis CarabiasJosé Miguel Moreno MorenoJuan Carlos Navas Gómez

Julio Martín FraileK-Alamares

Lorenzo Gallego CastueraLuisa Moreno FernándezManuel de la Fuente Orte

Miguel Cid CebriánPablo Ramos Colorado

Pierre ArnouilRafael Carvajal Ramos

Rafael Ruiz-BoffaSaturnino Napal Lecumberri

LogísticaÁngel Díaz Arroyo

David Moreno García

FotografíaJesús Carrera Aparicio

Rubén Vega BaenaPaolo Tagliolini

FotomecánicaMONOCOMP, S.A.Cartagena, 43, 1.°

28028 Madrid

ImprimeEDIGRAFOS

Volta, 228906 Getafe (Madrid) C/ Cartagena 47

28028 Madrid

☎: 91 355 90 64Fax: 91 725 80 45

e-mail: [email protected]

NOTA DE REDACCIÓNLas opiniones y datos reflejados en

esta revista de información cultural-taurina, es responsabilidad de sus autores.

Depósito legal:M-28.446-1998

EN PORTADA

SECCIONES

SUMARIO

S u s c r i p c i ó n TELETROFEO, S.L.☎ 91 725 80 26

Enero - Febrero - Marzo 200517 de noviembre y 15 de diciembre de 2004

Círculo Cultural Taurino InternacionalEscribe en su «Libro de Oro» las entregas de su Escalera del Éxito

Núm. 102 - D. Eduardo y D. Antonio Miura MartínezNúm. 103 - D. José Julio García SánchezNúm. 104 - D. Elías Rodríguez VarelaNúm. 105 - D. Juan Lamarca López

¡ENHORABUENA!Cualquier texto y fotografía de esta publicación, puede ser

reproducido siempre que se cite: nombre del Autor y de La Revista.

Una vez más te felicito por tu im-portante labor con la Revista Los Sa-bios del Toreo a la vez que te envió migratitud por distinguirme en ella...Santiago de Santiago, escultor.

...mi más sincero agradecimientopor mantenernos informados de todolo que ocurre en el mundo del toreodesde ese maravilloso punto de en-cuentro que forman ustedes, con suRevista. Doña Olga Fernández Fer-nández, alcaldesa de Serranillos delValle.

Feliz Navidad, con mis mejores de-seos, como todos los años, Felicitartepor tu fenomenal revista y el eco queestá teniendo tanto en la Prensa comoen TV. De corazón, mi más cordialenhorabuena. Te lo mereces. PedroCarpio Menjibar, CyO, Asesores.

...Agradezco de todo corazón, el fan-tástico e inolvidable homenaje que re-cibí de Escalera del Éxito, así como LaRevista que con mucho cariño la con-servaré en mi biblioteca. La Duquesa de Alba.

Salvador, puntualmente recibo tuexcelente publicación. Cada día supe-rada... ¡Enhorabuena! Un abrazo.Pepe Toscano, Director «Toreros de Córdoba».

Por intermedio del matador José Po-rras he conocido su fabulosa Revista,desearía saber como poder conseguir-la en Colombia. Carlos FernandoBolívar Ordóñez, Fiesta Brava.

Sigo recibiendo las Revistas LosSabios del Toreo, que cada día vienemejor, y ahora encima, con ese sobretan bien cuidado y estudiado que esun aliciente más para el aficionado.José Méndez Santamaría, ProfesorMercantil.

...gracias por tu formidable Revista,y las fotos para mi álbum de recuer-dos. Emilio Morales, presidente PeñaTaurina «El 7».

Amigo Salvador: después de salu-darte con cariño, te pido si puedes en-viarme las revistas Los Sabios delToreo. Un abrazo. Rafael Sánchez Saco, Córdoba.

... agradecerte la amabilidad de en-viarme la Revista de contenido cultu-ral taurino que editas. Creo que me-diante Los Sabios del Toreo ofrecesuna información que necesariamentetiene que satisfacer a los buenos afi-cionados e interesados por el mundodel toro. José María López Geta, licenciado en derecho-inspector deFinanzas del Estado.

...gracias por la generosidad de en-viarme la revista, Los Sabios del To-reo, como fundador, director y editor,has logrado, una publicación de grancalidad en todos los aspectos. Decuantas revistas taurinas he conocido,no recuerdo otra que pudiera ser com-parada, ni en presentación, calidad depapel, impresión del color, ni en laconfección un tanto compleja, al com-prender tantas fotografías de grupo,aspecto muy bien resuelto, como elresto del contenido. Estos juicios míoslos corrobora el hecho de que has lo-grado publicar, hasta ahora, nada me-nos que 36 números. Marino Gó-mez-Santos, escritor-periodista.

Hoy veo tu Revista y amistad comouna gran fiesta taurina donde el solpenetra a raudales dando claridad yalegría, produciendo ilusión sinfín detriunfos a compartir. Fernando Gayo, escultor.

...en nombre de María José y mío,nuestro agradecimiento más sinceropor la atención que has tenido al pu-blicar en tu magnifica he irrepetibleRevista la noticia con la foto de la inauguración de nuestro estableci-miento «La Masía de José Luis», mu-chas gracias. José Luis Ruiz Solagu-ren, empresario de hostelería.

Gracias por remitirme la revista LosSabios del Toreo la cual encuentrocada día con temas muy interesantes.José Peña Martínez, Hospital Uni-versitario «Reina Sofía».

Frases qque nnos«La ccultura ttaurina...

...de vuestra magnifica Revista, re-petirte lo que ya sabes, cuando reedi-téis los números atrasados no olvidesa este pesado, un afectuoso saludo. Ignacio Almarza García, Correosde Ávila.

Querido Higinio en nombre de todala familia Arruza quiero agradecerte lagentileza de mantenernos al día al en-viarnos la Revista Los Sabios del To-reo la encontramos muy amena y contemas muy interesantes al mismo tiem-po que nos informan de los que ocu-rre por aquellas tierras. Mil gracias yte mando muchísimos recuerdos. Mary Carmen Vázquez de Arruza.

Nuevamente está llegando Navidad,y con la ilusión de seguir recibiendoesa estupenda Revista para ponerla unavez más en mi Taurino Árbol de Na-vidad. Pepita Romero, aficionada.

Una vez más agradecerle el poder re-cibir su Revista. Deseándole a usted,a todos sus colaboradores y a sus fa-milias Feliz Navidad, salud, paz, pros-peridad. María Teresa Álvarez-PireMenéndez, Pravia (Asturias).

Embajada de México. El embajadorGabriel Jiménez Remus agradece alCírculo Cultural Taurino Internacio-nal la revista Los Sabios del Toreo.

...felicitarles por la revista Los Sa-bios del Toreo, estoy encantado, es unapreciosidad. Manuel Gracia Fuen-tes, maestro compositor y pianista.

Aprovechamos estas líneas en nues-tro periódico para acusar recibo a labonita y excelentemente editada re-vista Los Sabios del Toreo. Vivir-Sociedad-EL DÍA.

Me gustaría que me invitarais a al-gún acto de los muchos que organi-záis y vienen recogidos en la Revistamagnifica Los Sabios del Toreo. Diego Rojano Ortega, Abogado.

Vemos con satisfacción el reconoci-miento que en su prestigiosa Revistahacen de las Jornadas «Universidad yToros». José Antonio Cabañeros Po-sado, Director General EL MUN-DO, La Crónica de León.

...le agradezco el envío de la revistaLos Sabios del Toreo, que pasará aformar parte de los fondos bibliográ-ficos de la Hemeroteca del Servicio deArchivo, Hemeroteca y Publicaciones,Ayuntamiento de Sevilla. Marcos Fernández Gómez, El Jefedel Servicio de Archivo.

Se publicó en nuestro periódico re-gional, Vida y Ocio Cultural-La Rio-ja, la importancia de vuestra RevistaLos Sabios del Toreo: Los Sabios delToreo, Revista Cultural Taurina concontenido. Javier Caballero.

He recibido la Revista, revista queconsidero como modelo de las publi-caciones taurinas. Doctor Jesús Martínez-Falero.

Mi querido amigo Salvador: Acabode recibir el último número de la es-tupenda revista Los Sabios del To-reo. Cada vez se supera en calidad dematerial de lectura y de diagramacióne impresión. Has llegado al centenarde reconocimientos del esfuerzo hu-mano. ¡Enhorabuena! La Escalera delÉxito es el fiel reflejo de su creador.Tú –más que nadie– la mereces. Y losque hemos tenido el honor de reci-birla, sabemos perfectamente que lossacrificios de Don Rafael Sánchez«Pipo» y de su hijo, no han sido enbalde, pues han alcanzado lo más im-portantes peldaños de la Escalera delÉxito: ¡el cariño y el respeto de susamigos! Alberto Lopera «Loperita»,matador de toros, periodista taurino.

s hacen sseguira... ppatrimonio dde ttodos»

Miguel Ángel «Pipo V»

Doña Carmen Nuevo García

El Cortijo Pino Montano

El Cortijo que hoy se llama Doña María,se llamaba Pino Montano cuando Ra-fael «El Gallo» lo compró. Entonces como

ahora, el plato fuerte era «solomillo al ajo».Está ubicado dentro del término municipal

de Sevilla capital. El Tamarguillo, afluente delGuadalquivir, separa la finca de la vorágine dela ciudad.

Rafael Gómez Ortega «El Gallo» compra elCortijo en el año 1905, y se traslada a vivir allícon su madre Gabriela y con sus hermanos. Ladinastía de los «Gallos» fue una de las más glo-riosas de la institución de la tauromaquia. Fer-nando Gómez, fue el primero de la saga y pa-dre de Rafael y Joselito. Completan la familiaFernando y las tres hermanas «Gallo». Dolo-res, la menor de las hermanas, se unió en san-to matrimonio con Ignacio Sánchez Mejías, yse trasladan a vivir al Cortijo.

Rafael Gómez Ortega «El Gallo» nació enMadrid en 1882. Fue punto y aparte como ar-tista y un caso insólito como persona. Acertóa imprimir a sus grandes faenas, gracia, suavi-dad, ritmo, iniciativa, inspiración, con tantasemociones estéticas como ningún otro ha sa-bido reproducir. Repentizaba con la capa y lamuleta suertes nuevas del mejor gusto.

Tomó la alternativa el 28 de Septiembre de1902, en la plaza de Sevilla de manos del cé-lebre «Lagartito» con «Bombita» de padrino,los toros pertenecían a la ganadería de Ota-laolarruchi.

Durante años le echaban al corral tres o cua-tro toros por temporada, por contraste, creabalas tres o cuatro faenas más grandiosas y ge-niales del año taurino.

Queda para la historia la faena realizada eldía 20 de Abril de 1915, en La Real Maestranzade Sevilla a un toro de Salas y cuyos primerospases fueron dados sentado en una silla, (verfoto)

Al «Gallo» se le adjudican abundantes frasesgraciosas, como aquello de que «negocio quehay que hacer antes de las doce del mediodíano merece la pena»

Rafael «El Gallo», así como torero fue ex-cepcional, en la administración del dinero, fueun desastre. Contrae cuantiosas deudas con laHacienda Pública, por lo que en el año 1912se anuncia la pública subasta del Cortijo, sien-do adquirido por el hermano de Rafael, el gran-dioso torero Joselito «El Gallo», quien lo ponea nombre de su cuñado el también torero Ig-nacio Sánchez Mejías, con la única condiciónde que su hermano Rafael pudiera vivir en éltodo el tiempo que quisiera.

José Gómez «Gallito» o «Joselito» tomó laalternativa a los dieciséis años el 28 de Sep-tiembre de 1912, en Sevilla, de manos de suhermano Rafael con toros de Santamaría.

Incluimos la foto del cartel original de aque-lla alternativa que actualmente se encuentra enel cortijo.

La madre de los dos, Doña Gabriela era tangenial cocinera como toreros sus hijos, y diri-gía las comidas y agasajos que en la finca se ha-cían sin parar, pasando a sus hijas algunas re-cetas como el solomillo al ajo.

El Cortijo, fue sede de magníficas fiestas di-rigidas a grandes artistas e intelectuales de laépoca, como la foto que se acompaña en la queaparece Margarita Xirgu bailando con Joselito.

El día 16 de mayo de 1920, muere Joselitoen la plaza de Talavera de la Reina, por lo queel Cortijo queda en manos de Ignacio SánchezMejías, y posteriormente de sus hijos José Ig-nacio y María Teresa.

La Macarena se vistió de luto por la muertede Joselito.

6 • sabiosdeltoreo.com

La Real Maestranzade Sevilla, 29 de abril de 1915.

Cartel original que actualmente se encuentra en El Cortijo.

La dinastía de «Los Gallos», nació, creció yse fue consolidando en este Cortijo, desde Ra-fael hasta Marcos Sánchez Mejías. Tertuliastaurinas y literarias, programas de radio, re-presentaciones teatrales, cualquier forma de re-presentación social y cultural ha tenido cabidaen el mismo.

El Cortijo de Pino Montano se convirtió enla primera mitad del siglo XX en centro de reu-nión de muchos miembros de la generacióndel 27, en la que su propietario en esa época Ig-nacio Sánchez Mejías fue impulsor y anfitriónen numerosas ocasiones.

En «La Arboleda Perdida» de la autobiogra-fía de Rafael Alberti, éste describe con todolujo de detalles el recibimiento y las fiestas queIgnacio Sánchez Mejías organizaba en honora los poetas del Ateneo de Sevilla.

Se hacían interpretaciones teatrales y expe-rimentos hipnóticos, en los que colaborabantodos, como por ejemplo García Lorca, Fer-nando Villalón, Rafael Alberti y Dámaso Alon-so.

Rafael Alberti y Federico García Lorca te-nían habitación propia, al igual que otros tan-tos compañeros, como Gerardo Diego, JuanChabas, Jorge Guillén, José Bergamín y Mel-chor Fernández Almagro.

En el año 1983, la familia Rodríguez deMoya-Velasco, adquiere la totalidad de la fin-ca, excepto la casa palacio que es lo único quesigue perteneciendo a la familia Sánchez Me-jías. A partir de ese momento, la familia Ro-dríguez de Moya-Velasco reforma completa-mente la finca, conservando la esencia de sutradición e historia, y se rebautiza con el nom-bre de «Cortijo Doña María».

De todos los que han visitado «El Cortijo»es conocido que la receta más exitosa es el «so-lomillo de cerdo al ajo»:

INGREDIENTES (para cuatro personas):

– Solomillo de cerdo: 2.– Ajos: una cabeza.

Mantequilla: una cucharada con copete.– Caldo de ave, un vaso de vino o un Avecrem.– Coñac: media copa.– Zumo de medio limón.– Sal y pimienta molida en el mismo momen-

to.

PREPARACIÓN:

Se doran los solomillos con pimienta y se re-servan. En la misma cazuela se doran los ajosy cuando están dorados se incorporan los so-lomillos ya fritos, el caldo de ave, o en su de-fecto un avecrem y un vasito de agua, el coñacy se dejan cocer 20 o 25 minutos. Tienen quequedar tiernos pero hechos pues la carne decerdo es muy peligrosa a medio hacer.

sabiosdeltoreo.com • 7

Margarita Xirgu y Joselito.

Grupo de amigos.


Estampas de otros tiemposBERROCAL

LIBROS ANTIGUOSEscalera del Éxito 70

C/ Cervantes, 22Tel.: 91 429 84 23Fax 91 420 18 16

28014 Madrid


Don José Miguel Moreno MorenoEconomista

…¡oh Sócrates!, la que yo más admiro.

–También a mí me parece másmeritorio quien de esta mane-ra lucha, por ser más arriesgada.

Mas imagino que este guerrero que se bate apie y en solitario va, por fuerza, armado hastalos dientes con lanza y cuchillo y protegido porcoraza y escudo, ¿o cómo hace si no?

–No Sócrates, ¡Por Zeus!, no es la fuerza físicalo que distingue al guerrero, –replicó Esquelio–y es por esto por lo que tanto admiro este juego.Lo que lo distingue es la habilidad y destreza paraburlar al fiero animal. Contrariamente a lo quepudiera parecer, no siempre el más fuerte y cor-pulento es el que mejor se bate con la fiera, sinoel más hábil, aunque sea de endeble apariencia.

–Valiente es eso que dices, y certera tu obser-vación, pues también yo he advertido que nosiempre el que parece más fuerte y belicoso lo esluego en el campo de batalla, donde además deferocidad se precisa de astucia. Y eso es lo queentendí yo cuando me hablabas de habilidadpara burlar al toro. ¿O acaso no llamamos astu-tos a quienes, con su obrar o palabra, son hábi-les para engañar sin que su enemigo lo advierta?

–Astutos les llamamos –respondió.–¿Y acaso no llamaríamos igual a quien en-

frentándose a un animal más fuer-te que él y sabiendo que un com-bate violento significaría su muerte,recurre a hábiles tretas y artimañasque acaban por derrotar al fiero ani-mal sin haber apelado antes a la vio-lencia?

–Del mismo modo serían llama-dos, ¡Oh Sócrates!, pues incluso loshay quienes utilizan su manto amodo de treta y el toro, persuadido,en vez de atacarlo a él, acude a la tela.

–Pero tú mismo decías que no to-dos se baten igual, sino que unos lohacen con más habilidad o astuciaque otros.

–Así lo afirmé y estos otros, losmenos astutos, ¿cómo se baten?

–De manera más imprudente ytemeraria, arrojándose a veces so-bre la fiera y utilizando más la fuer-za y el arrebato que la persuasión.

–¿Y a quienes admiras tú mas? –Oh, Sócrates los dos son admirables, pues

ambos son valientes! –Sí, pero tú mismo aseveraste que, al con-

trario de lo que pudiera parecer, no siempre elmás fornido es el que mejor se bate con la fie-ra, sino el más hábil, aunque endeble en apa-riencia.

–Así es, y todavía lo asevero. –Y dime, tú que eres general, a quien pre-

fieres para ganar una guerra, ¿al astuto estra-tega o al general que se lanza al campo de ba-talla de manera osada, pero ciega e imprudente?

–Al astuto estratega. –¿Pues acaso crees que el temerario e im-

prudente muestra verdadero valor o sólo apa-rente?

–No entiendo –dijo–. Pongámoslo de estamanera. ¿Te parece a ti que el imprudente ge-neral que se lanza al campo de batalla sin ha-ber estudiado antes al enemigo y el terreno,pudiendo precipitar al Hades el alma de susmuchos hoplitas y poniendo en riesgo la vic-toria en la batalla y de este modo la seguridadde la polis, actúa de manera acertada en su de-terminación?

–¿Cómo me lo iba a parecer? ¡Lo haría demanera atolondrada e insensata!

–¿Pues qué? –dije– ¿no te parece que el acier-to está determinado por el conocimiento, pueses por éste por el que se acierta y no por la ig-norancia?

–Sin la menor duda lo creo. –¿Y no crees que el que se mueve por la ig-

norancia es porque no tuvo acceso a ningunaclase de enseñanzas o investigación, quizás por-que desdeñó y descuidó una parte de su edu-cación, aquella de la música destinada a tem-plar la fogosidad del alma y acercarla a lasabiduría, y sólo se entregó a la gimnástica yla buena vida dejando aumentar más de lo ne-cesario su fogosidad hasta que derivó en bru-talidad e ignorancia?

–Así me lo parece –dijo.–¿Y no te parece que al moverse por la bruta-

lidad y el arrebato y mostrarse incapaz de utili-zar la persuasión o astucia, se mueve por unamotivación instintiva, semejante a la del animal?

–En efecto –respondió.–¿Y acaso esa motivación dirigida por el ins-

tinto merece ser considerado como verdaderovalor o como algo distinto?

–Ciertamente que no será verdadero valor,sino algo distinto.

–Y ahora dime, ¿aquél que se acerca de ma-nera temeraria al toro, como fuera de sí, no se

parece en su actitud al general im-prudente?

–Así me lo parece.–Por tanto, habrá que concluir

que al batirse así, más bien se de-grada el guerrero al nivel del toro, alde las fieras, y que no es ésa la ver-dadera valentía.

–No lo creo –respondió. –Pues intentará, como las alima-

ñas, conseguirlo todo por la fuerzay brutalidad y vivirá, en fin, sumi-do en la más torpe ignorancia.

–Verdad pura es lo que dices.–Por lo que entiendo que prefie-

res al astuto que al temerario, tan-to en la guerra como en el juego delque me hablas, pues es aquél el úni-co realmente valiente.

–Creo que así he de reconocerlo.

Continuará.

Busto en mármol de Sócrates.Museo Capitolino (Roma).

Diálogo SocráticoDiálogo Socrático

La doncella y el unicornio. (Detalle del púlpito del refertorio de la catedral de Pamplona.)

La doncella y el unicornio. (Detalle del púlpito del refertorio de la catedral de Pamplona.)


Cirugía Cirugía TaurinaTaurina

Don Saturnino Napal LecumberriMédico Urólogo - Autor y Editor de:

Navarra tierra de toros y Heridas Urológicas por asta de toro

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Como todo lo relacionado con la tauro-maquia, la cirugía taurina tiene una au-reola y una mitología propia. También

un lenguaje característico y de sabor antiguocomo más adelante nos desarrollará el doctorIgnacio Pérez Cabañas.

Lo mismo que denominamos a los toros bra-vos y según su capa con un castellano hermo-so y con ecos de dehesas y marismas: cárdenos,burracos, berrendos o ensabanados; seguimosdenominando a las heridas por asta de torocomo: varetazos, puntazos, palotazos, corna-das envainadas, etc. Y es que así son los torosy su mundo. Un mundo arcaico y de fuertepersonalidad. Un cirujano puede pasarse trein-ta años haciendo intervenciones quirúrgicas degran envergadura y es posible que su fama notrascienda del Hospital donde trabaje... bue-no y en estos tiempos posiblemente ni ésto.Pero es suficiente con suturar una herida es-crotal mínima en un torero famoso para que sunombre salga en la prensa y en los televisoresde todo el país.

Ya no hablemos si de la herida taurina se pro-duce alguna lesión que incapacite de formapermanente o produzca la muerte del torero.Su actuación será valorada desde todos los án-gulos posibles, enjuiciada por activa y por pa-siva. Comentada por todo tipo de personas, lamayoría sin ningún tipo de conocimiento mé-dico, pero con perfecto derecho a opinar. Noson fáciles de olvidar los malos ratos que danlos toreros a los cirujanos que les han opera-do, sobre todo cuando se tratan de heridas graves y de diestros famosos. Con facilidad sedeslizan en periódicos, radios y televisores opi-niones y comentarios, que incluso se ponen enboca del cirujano, cuando es seguro que él nodijo nada.

Ya comentaba el doctor Zúmel que el ciru-jano que opera a un torero grave tiene que ocu-parse de su curación y además saber que el co-mentario público –algunas veces irresponsable–juzga y juega con el prestigio logrado con granesfuerzo durante muchos años de trabajo. Aquívemos la «cara y la cruz» de este tipo de ciru-gía y como el médico puede pasar de ser un«fenómeno» a la crítica mas acerada.

De siempre se dio importancia a que el ci-rujano que atiendea los toreros heri-dos presenciase lacogida para valorarantes de empezarsu actuación la gra-vedad de la lesión,sus posibles trayec-torias. Se reco-mienda que presteespecial atención aldesarrollo de la li-dia, con objeto deobtener la máximacantidad de datosposibles en relacióncon las circunstan-cias en que se des-arrolla el incidente,puesto que una in-formación detalla-

da de los mecanismos de la lesión aporta unagran cantidad de conocimiento en relación conlos patrones de las lesiones, particularmente enlos traumatismos cerrados, para tratar de iden-tificar qué tipo de lesión es más probable quese haya presentado o que pueda presentarse enun segundo tiempo. Así lo reconoce el doctorGuzmán Piñero, cirujano de la Real Maes-tranza de Sevilla: Los cirujanos taurinos, la ma-yoría de las veces, tenemos la oportunidad de pre-senciar el mecanismo de producción de la lesióndesde nuestro burladero. Es una gran ventaja, nonecesitamos hacer una Anamnesis ni saber en queposición se encontraba el lesionado cuando tuvoel traumatismo. Esto nos será de gran importan-cia y unido a una buena y completa exploraciónclínica que nos aportará datos sobre la situaciónde la herida, la existencia de evisceración, he-morragia o peritonismo y defensa muscular, nosdirigirá a un diagnóstico y empezar el tratamientoadecuado.

Parece y así se irá comentando que las heri-das por asta de ganado bravo si tienen unas ca-racterísticas propias y muy diferentes a otrotipo de lesiones. Con frecuencia las heridasproducidas por ganado bravo desorientan res-pecto a las lesiones orgánicas que producen. Através de una pequeña herida de puerta de en-trada puede producirse una cornada grave, pro-funda y con grandes destrozos.

El doctor Vila publicó un trabajo sobre lascaracterísticas de las heridas por asta de toro,y refiere la frecuencia con que las cornadas sondesconcertantes; que un aparente «puntazo»en el muslo o en la región glútea puede llegara la cavidad abdominal y puede ser mortal, des-cribiendo algunos casos vistos por él que nohacían sospechar la profundidad de la corna-da.

Son muy curiosas las teorías sobre la dife-rencia de las heridas según las característicasde las astas de los toros: según su cornamentasea veleta, acapachada o de acuerdo como seael pitón –romo o astifino–. Aunque al ser eltoro y el torero dos cuerpos en movimiento nopueden ser nunca las trayectorias expresión fielde la forma del pitón.

Aureola y Mitología de la Cirugía taurina


Si en la actualidad existe alguna ganaderíalegendaria, donde se mantiene un tipo detoro antiguo, o por lo menos un prototi-

po diferente, es en la de Miura, ganadería fun-dada en 1842, por don Juan Miura, con ma-chos y hembras de la que formara en 1758 elcura de Rota, don Marcelino Bernaldo de Qui-rós, con sementales navarros y vacas proce-dentes de los frailes Dominicos de San Jacin-to de Sevilla, frailes que con los de losDominicos de la Cartuja de Jerez que criaríanlos famosos caballos cartujanos, los de la Com-pañía de Jesús de Sevilla, los del Real Conventode Santo Domingo de Jerez, los de los Agusti-nos de la Santísima Trinidad de Carmona o losdel Monasterio de San Jerónimo de Sevilla, sededicaron a criar toros de lidia que eran más lu-crativos que para el matadero.

De los sementales navarros que intervendríanen su inicio se ignora el propietario, aunque sepiensa pudieran pertenecer a Antonio Lecum-berri, reses navarras que anteriormente perte-necieron al capellán del Sr. Marqués de Santa-cara, dado que don Marcelino era navarro. Enel año 1790 adquirió la ganadería de FranciscoGallardo, tras pasar por diferentes propietarios,el lote de Antonio Gil Herrera, le adquiere en1842 don Juan Miura. El lote de los sres. Eche-virregaray y Alvareda quedó en poder de esteúltimo, que vende un lote a Antonio SánchezBravo, para vender siete años después a Miurapor lo que toda la vacada de Francisco Gallar-do llegó a manos de la familia Miura.

En los años 1851 y 1852, don Juan Miuraadquirió a doña Jerónima Núñez de Prado,hermana de la que fuera tercera esposa de donJosé Rafael Cabrera, y heredada de ésta por ha-ber fallecido el matrimonio sin descendencia,habiendo sido fundada la ganadería de Cabre-ra, por el padre de su primera esposa don LuisAntonio Cabrera, ganadería que parece ser pro-cedía de los frailes agustinos de la SantísimaTrinidad de Carmona, siendo en la actualidaddonde se conserva el legendario encaste de Ca-brera.

Se podría decir que el toro de Cabrera es des-cendiente directo del primigenio Uro, de tes-tuz recto, frente plana, cara alargada, de granalzada, largos y agalgados.

Don Juan Miura cruzaría parte de la ganade-ría con dos sementales de José Arias Saavedra,puros Vistahermosa en 1854, a su fallecimientoen 1860 pasó la ganadería a su viuda doña Jose-fa Fernández, de quien hereda en 1861 su hijoAntonio Miura, el cual la había llevado siempreen vida del padre. En 1879 intercambió un se-mental colorao ojinegro del Duque de Vedra-gua. En este mismo año Rafael Molina Lagarti-jo indultó el toro de casta navarra Murciélago,colorao, ojo de perdiz, de la ganadería de PérezLaborda en la Plaza de Toros de Córdoba, rega-lándosele a la casa Miura. Don Antonio puso eltoro con un lote de vacas, comenzando a selec-cionar de esa forma, dado que hasta entonces lossementales y las vacas permanecían juntos, rea-lizándose las cubriciones indiscriminadamente.

En 1893 la vacada pasa, al fallecer éste, a suhermano Eduardo que llegó a tener mil vacasde vientre. A su fallecimiento en 1917, la va-cada pasa a manos de sus hijos don José y donAntonio Miura, los cuales echan el sementalBanderillo, marcado con el número 11 de Ta-marón a un grupo de vacas; dicho semental erade Tamarón y no del Conde de la Corte comose ha dicho, pues el Conde compró la ganade-ría en 1920, vacada en moda de la época paraevitar comportamientos de, por ejemplo, que-rencias a tablas.

En 1940 se hace cargo de los miuras donEduardo, tras cedérsela su padre Antonio y sutío José, suavizando el comportamiento de di-chos toros.

Desde 1996 tras el fallecimiento de donEduardo se hacen cargo de la misma sus hijosEduardo y Antonio.

Don Juan Carlos Navas GómezPresidente Plaza de Toros de Avila

Cabrera-Miura

Toro d e l idiaToro de Miura, muy en el tipo de la legendaria

ganadería fundada por don Juan Miura en 1842.

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Continuará.


San Sebastián

ESPAÑADon Juan Silva Berdús

MusicólogoEscalera del Éxito 80

sus plazas de toros

Hablar de San Sebastián y su tradicióntaurina es recordar a una de las plazasde toros más bellas y mejor construi-

das , la conocida, tradicionalmente, como «El

Chofre», que un día del ya lejano año de 1974comenzó a ser derribada por mor de la espe-culación y la plusvalía de unos terrenos codi-ciados por quienes vieron en ello un rentablenegocio, sin importarles lo más mínimo lo quetan bello coso había significado en la Historiade la Tauromaquia.

San Sebastián ha contado a lo largo de suparticular historia taurina con la existencia devarias plazas de toros. Veamos como fueron su-cediéndose.

El primer coso del que se tiene constanciafue el que en 1722 se alzaba en la llamada Pla-za Vieja, situada en lo que hoy en día es la Ala-meda del Boulevar. A este coso le seguiría laprimitiva Plaza de la Constitución, habitual-

mente utilizada como ruedo, haciendo las ve-ces de palcos sus numerosos balcones. Fue des-truida a consecuencia de un aparatoso incen-dio acaecido el 31 de agosto de 1813.

En tanto se reconstruía la ciudad, fue utili-zada como plaza de toros la plazoleta existen-te en la calle Esterlines, coso taurino de ma-dera, de forma rectangular. Pasado un tiempovolvería a utilizarse como coso taurino, la yacitada Plaza de la Constitución, siendo de re-saltar el festejo celebrado en ella 1845, en ho-nor de la Reina Isabel.

El quinto coso con el que contó San Sebas-tián fue construido a base de madera, y era deforma cuadrada y de escaso aforo. Parecidas ca-racterísticas tuvo el siguiente coso levantado

en la calle Urbieta, cercana al solar hoy ocu-pado por el Mercado de San Martín.

Sería en este mismo lugar donde se alzase laprimera plaza de toros completamente redon-da con que ha contado la ciudad a lo largo desu historia. Con capacidad para 6.000 espec-tadores, fue derribada en el año 1867.

Serían los barrios de Egía y Gros los que aco-modasen los dos cosos siguientes: el primerode madera y pequeño, fue inaugurado por «La-gartijo» y «Frascuelo». Un incendio lo destru-yó por completo. El segundo conocido comoPlaza de la Magdalena, fue levantado por elempresario José Arana en 1876, y pasa por serel coso en el que se diera el 31 de agosto de1886 la primera corrida nocturna de la que setiene noticia.

San Sebastiány sus plazas de toros

San Sebastiány sus plazas de toros

Acusada nostalgia se desprende de esta vista parcial de «El Chofre» el año de su inauguración (1903).

Este aspecto ofrecía el coso de «El Chofre» en las tardes de toros de la Semana Grande

de San Sebastián.

Este aspecto ofrecía el coso de «El Chofre» en las tardes de toros de la Semana Grande

de San Sebastián.


Sería el 9 de agosto de 1903 cuando se inau-gurase el coso de «El Chofre», de construcciónde estilo arabizante, sillería y adornado conazulejos; su ruedo medía 54 metros de diáme-tro. El entorno de su enclave hizo de tan pre-ciada y bella plaza una joya arquitectónica quejamás debiera haber desaparecido.

En tan señalada fecha, cruzaron por vez pri-mera su arena los espadas, Luis Mazzantini,Emilio Torres, «Bombita», Antonio Montes–que sustituía a «Reverte»– y Rafael Molina,«Lagartijo Chico». Las reses lidiadas pertene-cieron a la vacada de Ibarra.

Tras treinta años de actividad taurina, el úl-timo festejo en él celebrado tuvo lugar el 2 deseptiembre de 1973 con la lidia de reses deCarlos Núñez por los espadas: Antonio Or-dóñez, Ireneo Baz, «El Charro», Julio Apari-cio y Miguel Báez, «Litri».

En su dilatada vida, «El Chofre» compartiófestejos taurinos con el coso de Martutene,inaugurado el 7 de julio de 1908, con una no-villada en la que intervinieron el vallisoletano

Pacomio Peribáñez y el mejicano Rodolfo Ro-darte. Funcionó hasta 1923 y fue la primeraplaza de toros cubierta de España, con un te-cho de cristal de 80 metros de diámetro.

Tras veinticinco años sin celebrarse festejostaurinos en San Sebastián; tras veinticinco añosde espera sin celebrarse las tradicionales corri-das de la Semana Grande donostiarra, se inau-gura el 11 de agosto de 1998 el coso de Illum-be, ubicado en la vaguada existente entre elcomplejo deportivo de Anoeta y la zona deHospitales. Illumbe es algo más que un cosotaurino, es un centro de actividades culturalesdiversas. Con un aforo de 10.500 localidadesy dotado de una espectacular cubierta móvil,abrió sus puertas al público en la señalada fe-cha del 11 de agosto con una corrida de To-rrestrella a lidiar por José María Manzanares,Enrique Ponce y Francisco Rivera Ordóñez,nieto de Antonio Ordóñez, diestro que dejaraen la plaza de «El Chofre» el regusto de la úl-tima faena en ella realizada, dando muerte aHerrero, de la vacada de Carlos Núñez.

Panorámica de Illumbe, con el coso taurino multiuso en primer término. Al fondo el complejo deportivo de Anoeta.


Pocas vidas tanintensas e inte-resantes ha da-

do el planeta del torocomo la de FermínMuñoz-CorchadoGonzález. Diestro deuna valentía desme-dida, es caso atípicoentre los coletudos detodas las épocas. So-lamente se concibentres tipos de condi-ciones o circunstan-cias por las que unhombre se dedica a

la difícil y arriesgada vida de torero: Los quenada tienen que perder, pues nada tienen enla vida, y ven en el manejo de los trebejos laúnica puerta de salida por donde escapar a lamiseria. Afortunadamente, cada vez son losmenos, aunque no era así en tiempos pretéri-tos. Después están los de tradición familiar:hijos de toreros, de ganaderos, o con antece-dentes que ascienden aunque sea a una aficióndesmedida de algún pariente; si repasamos elescalafón, vemos que hoy está más que me-diado de apellidos que han sonado más o me-nos en el círculo taurino: son, efectivamente,la mayoría. Y por último, están los toreros devocación, los que sin antecedentes familiaresque los empujen, sin mayores posibilidades desalir adelante si no es con voluntad, con sinsa-bores, y siempre con muchos obstáculos, peroque se sienten impelidos a los mayores sacrifi-cios y esfuerzos para auparse alto en el mundode oropel, venciendo todo desaliento, y te-niendo como único punto de mira el toro.

En Córdoba, o se era del Campo de la Mer-ced, del Matadero o de Santa Marina, se teníadinero suficiente para tentar, o se veía uno abo-cado a permanecer de simple aficionado. Nohabía término medio. Torero se nacía, o se ha-cia en alguno de estos típicos barrios. Fuera deahí, no existía la vocación, no había posibilidad,no se aspiraba más que a ir a la plaza a ver unabuena corrida.

Sin embargo, Fermín empezó por revelarsea esta inercia, pues no solamente no era de nin-guno de los mencionados lugares, sino que nisiquiera era de la capital. Nacido en El Viso el11 de octubre de 1882, a la edad de diez añosse trasladó con sus padres (Alfonso Muñoz Cor-chado y Asunción González Pontes) a la fincaSuerte Alta, del Marqués de Valdeflores, don-de su padre entró con funciones de guarda. Alos diez y seis, lo encontramos de aprendiz enuna camisería cordobesa, y tan alejado del mun-dillo de aficionados, que sin saber cómo ni porqué, comienza a asistir a cuantas capeas, encie-rros y tentaderos se le ponen al alcance, y se es-trena ante un becerro en Almodóvar del Río.Viste el traje de luces por primera vez en Cór-doba el 2 de julio de 1901, a las órdenes de Ma-nuel Jiménez Vera (Chicuelo padre); pero noes a lo que Fermín aspira, y se presenta por sucuenta, de novillero, en Palma del Río en 1902,con reses de José González, y después en Cór-doba, alternando con Manolete en la lidia de re-ses del Marqués de Tamarón. Y parece que acer-tó con la llave (la espada) que le abrió con éxitomuchas plazas del cinturón cordobés, y ese mis-mo año se presenta con picadores en Écija, al-ternando con Rafael Gómez «El Gallo».

A partir de 1903, comienza una escalada deéxitos sin precedente, y sus triunfos se cuentanpor corridas, pues a su buen hacer con la tela ylos palos, emplea el estoque con mucha fortu-na. Y así, el 5 de abril le tenemos en Madrid,junto a Cocherito de Bilbao y Mazzantinito, en-tendiéndoselas con reses de Víctor Biencinto,Fermín, que ya había adoptado el apodo de «Cor-chaito» (diminutivo del apellido paterno) triun-fó y convenció, pues lidió con arte y estoqueópor derecho, sacando la pechera de la camisa rotaen el embroque. Sevilla, Barcelona, Cádiz y otrasplazas importantes, contratan rápidamente susservicios. Hasta 1907, es de los novilleros másnombrados y solicitados, habiendo atesorado va-rias cornadas graves, tesoro del que no se desha-rá a lo largo de su vida taurina. Zaragoza, Va-lencia, Sanlúcar de Barrameda, Barcelona, sabenbien del color de la sangre de Fermín, de su tem-ple y su fortaleza física. Heridas que, como me-

dallas al valor, disparan aún más su fama de va-lentía y desprecio del riesgo, sin que ello vaya va-cío de prudencia, que lo diferencia en mucho dela temeridad inconsciente.

Ese valor quedó bien demostrado en Sanlú-car el 18 de agosto de 1907; mano a mano en-tre «Corchaito» y Faustino Posadas en la lidiade reses de Miura. El primer novillo (para losamantes de la estadística, se llamaba Agujeto)infirió a Posadas tal cornada, que el novillerofalleció a las pocas horas. Toma la responsabi-lidad de la lidia «Corchaito», y el mismo no-villo también lo hiere, pasando a la enfermería.Curado, y contra la recomendación de los doc-tores, vuelve al ruedo y da cuenta de toda lacorrida, con un éxito considerable.

El 8 de septiembre, en Madrid, vicente Pas-tor «El Chico de la Blusa» le concede la alter-nativa en presencia de Rafael Gómez «El Ga-llo» y reses de Muruve y Carvajal, siendoMediabanda el toro que le abrió el doctorado.

ESCUELA CORDOBESAFERMÍN MUÑOZ «CORCHAITO»

EL «DUENDE TORERO»

Don Rafael Carvajal RamosIngeniero Técnico Naval

Bibliófilo TaurinoPresidente de la «Tertulia Manolete»

y del «Rincón de los Artistas Cordobeses»


Hace campaña en México y Montevideo(aquí incorpora a su cuadrilla a Ignacio SánchezMejías, que se hallaba sin dinero para volver aEspaña). Vuelve a la Patria, y Madrid, Vallado-lid y Segovia son ahora los testigos de nuevascogidas graves, que le afectan el pulmón, y de lasque sale a fuerza de transfusiones.

Vuelve a América, y es cogido en Lima y Ca-racas. No decae por ello ni su voluntad ni sufama, y vuelto a España, los públicos le recla-man insistentemente. Pero algo mermadas susfacultades por tantas graves cogidas, los em-presarios le dan de lado injustamente, pues nisu valor, ni su arte ni entrega han mermado unápice. Tanto es así, que bien caro pagó su de-seo de agradar al público.

El 9 de agosto de 1914 alterna en Cartage-na con «Lagartijo Chico» y «Celita» en la lidiade reses de Félix Gómez. El segundo toro, denombre «Distinguido», mansurrón y corto deembestida, recibe toda clase de pases del deCórdoba, muy aplaudido y jaleado, y lo des-pacha de una estocada delantera y atravesada;el toro se echa junto a las tablas, a la queren-cia de un caballo muerto. «Corchaito» mandólevantarlo y volvió a intentar la estocada, vol-viendo el toro a echarse. Insiste el torero en le-vantarlo para entrar de nuevo a matar, y a cam-bio de tanto pundonor, recibe una cornada quele ocasionaría el deceso en la enfermería de laplaza. Aún no había cumplido 31 años de vida.

El hecho produjo honda conmoción en todaEspaña. Su cuerpo, embalsamado, fue trasla-dado a Córdoba, donde lo recibió una enfer-vorecida manifestación popular, y sus restosdescansan en el nicho 135 del (taurino) ce-menterio de San Rafael.

Como persona, fue un hombre excelente,amante de los suyos, cabal y honrado. Comotorero, buen lanceador y rehiletero, excelentematador, leal con los compañeros y simpáticoy agradable al público, al que ofreció todocuanto dio de si, y mucho más: su propia vida,que quedó envuelta en un halo de populari-dad y de profesionalidad tal, que nos lleva in-exorablemente a preguntarnos: El torero ¿naceo se hace? Fermín nos respondió con su entre-ga: El toreo se lleva dentro.

Alejándome de truculencias, no me resistoa transcribir el parte facultativo: «...una heridaen la región inguinal derecha, adentrando elcuerno en la región abdominal, y otra heridaen la región precordial, que entra por el cuar-to espacio intercostal, con rotura de la cuartacostilla, y alcanzando el corazón».

Aquel corazón grande que cumplía con to-dos sus compromisos.

Fermín Muñoz «Corchaito», recogido por la cámara de Nogueras en el momento en que le peinan y atusan la coleta en una peluquería cordobesa.

España del sur de hambre atravesada, de hombres recios de mirar cansado y ansias de escapar de la amasada

miseria que les deparó el destino: Fermín Muñoz-Corchado «Corchaito», construye con tesón nuevo camino.

El Viso, entonces un erial de nada, un puñado de casitas por la cal vestidas, un latido sin razón de la tierra requemada.

Casi un niño, con afán forjado, emprende el caminar en pos del sueño que, sin cómo ni por qué, se ha señalado.

Y allá va, raudo el andar, siempre animado, tras de la suerte con valor y arte, en la lucha que su mente le ha marcado.

Una y otra vez, cita; y en vela, arremete, ensaya, y sin dudar, una y otra vez, firme, a la parca encela.

Y va brotando el diapasón, la sinfonía, la gracia alada que le da sabor y estilo, la belleza, la pasión y la armonía

que pone en cada pase, en cada lance, en cada movimiento eterno de la tela, en cada aplauso, en cada flor, en cada trance.

De norte a sur, Córdoba o Ronda, Madrid, Sevilla, el mundo entero, el universo de Tauro a la redonda,

no han visto vocación tan desatada, toreo más castizo y postinero, certeza más segura con la espada.

Todo el orbe es coso, el arte historia, y en torno a su figura, que ahora llena del toreo otra era, todo es gloria,

todo aplausos, vivas por doquier a un solo coro, todo es majestad, todo es un himno, un canto todo de fervor y toros.

Pero la fortuna veleidosa hoy te acaricia, y mañana te ha olvidado, te abandona;«Corchaito» es apartado con malicia,

mas aún queda en el toreo la simiente que plantó con tesón y con esmero. Y su fruto está ahí, vivo y vigente.

«Corchaito»


Yo comulgué fervorosamente con la doc-trina romerista. Es tan cierto como quetodavía algunos amigos me lo recuer-

dan. Pero planteo con mi afirmación que cuan-to más panteista eres en esta religión torera me-jor aficionado puedes llegar a ser. El buenaficionado es al que le caben más toreros en lacabeza. No fueron buenos aficionados ni loslagartijistas o los frascuelistas, los joselitistas obelmontistas, los manoletistas o pepeluisistas,los luismiguelistas o los ordoñistas, los cami-nistas o cordobesista; por separado, ninguno.Ni siquiera los curristas son los mismos quelos romeristas. Currito es como despectiva-mente se llama a los del sur y currantes a losque no tienen más remedio que trabajar paraganarse el sustento. ¿Qué tiene que ver todoesto con la figura de Curro Romero? Quizá so-lamente que Francisco Romero nació en Ca-mas, Sevilla, y tuvo el acierto de dedicarse alarte del toreo. No podía ser de otra forma. Ysi no hubiera sido así nos habríamos perdidoun capítulo importante de la Tauromaquia delsiglo XX, casi mi Tauromaquia porque sesentaaños de ese siglo coinciden con mi vida activadentro del mundo de los toros.

A Curro Romero lo conocí en los años cin-cuenta, cuando iba a la «Cafetería California»de la calle Marqués de Valdeiglesias de Madridy le acompañaba su primer mozo de espadas,Portabella. Hablaba poco y no opinaba nunca.Vestido de luces lo vi en Alicante, en una no-villada en la que actuó con Victoriano Valen-cia. Me han dicho alguna vez que Curro Ro-mero solo se rompe de madrugada, cuando losdedos del guitarrista enrojecen las cuerdas de«la bajañi» y la voz del cantaor se pierde entrelas cuerdas bucales templadas por el calor delesfuerzo, el humo de los cigarros y el alivio delbuen vino. Solo una vez le escuché su propiocante. No le gustaba prodigarse. Encerrado en

sí mismo, ni cuando los insultos y los gritoscensuraban una de sus actuaciones desafortu-nadas se volvía a devolver el insulto o a justi-ficar el desastre. Seguía su solemne paseo en-tre la lluvia de almohadillas que recortabanmilagrosamente su siempre solemne y serenafigura. Solo una vez, en Madrid, le vi perdersu apostura. Pero se levantó y continuó su via-je por unos cuantos años más. Ese creo que hasido el gran secreto de un hombre que nuncaha descubierto lo que su corazón sentía. La pa-sión según Curro Romero, con su amigo locodel Sur. Creo que entonces lo dijo todo, peroentre brumas, nubes y cortinas de transparen-te seda, como encerrado en la almena de su pa-lacio faraónico, con el sonido de la «soleá» deCaracol o el fandango de Camarón.

Misterioso en todo, resulta que en realidadsolo tuvo dos mozos de espadas, el citado Por-tabella y Gonzalito, porque su amigo AntonioTorres únicamente le vistió en alguna ocasiónesporádica. Y sin embargo, hasta que se en-contró con el aragonés Manolo Cisneros, co-noció una decena de apoderados, desde los pri-meros como José Brageli y Miguel Moreno aAntonio Chaves, Diego Martínez, ManoloCano, José Flores «Camará», los Lozano, Do-mingo Dominguín y alguno más. No parecíaencontrar su acomodo en su dirección admi-nistrativa y, sin embargo, quería a Gonzalitoen la hora difícil de meterse dentro del traje deluces y cuando se acercaba a la barrera para de-jar el capote y coger la muleta y la espada. Tam-bién es cierto que Gonzalo Sánchez Conde sa-bía perfectamente como hablarle a su matador.No le decía lo mismo que a Víctor Méndez.«A Romero solo le digo ¡olé!».

No creo que Gonzalito sea capaz de definira Curro Romero. Para él también es un miste-rio. ¿Se conocerá a si mismo el propio Curro?No lo creo. Y me parece que su actual situa-ción ante su vida de relación es para él una sor-presa, cosa que entendió perfectamente Salva-dor Sánchez Marruedo y logró componer laterna del centenario de su escalera con la Du-quesa de Alba y Curro Romero. El gran rela-ciones humanas que es Salvador se dio cuentade que la Duquesa por un lado y el torero porotra le podían poner alguna disculpa, pero jun-tos no se podía negar ninguno de los dos. Elhombre que durante su vida activa huía de todohomenaje, recibía con una sonrisa el honor deesa escalera que el subió a saltos y con algúnque otro coscorrón. El año 1962 sufrió trescornadas graves (Algeciras, La Línea y Zafra) yhubo temporadas que no pasó de los cinco fes-tejos. Pero solo una vez estuvo a punto de aban-donar y montar una gasolinera. Siguió para sa-tisfacción de los romeristas y alborozo de loscurristas. Los curristas eran capaces de llevar alas plazas orinales y rollos de papel. Los rome-ristas, una ramita en la solapa. Y se sufría has-

Don Benjamín Bentura RemachaPeriodista… y Fundador de la revista

«Fiesta Española», Escalera del Éxito 85

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Escalera del Éxito 101.


ta que un día el torero «veía» su toro y la gua-sa se transformaba en locura colectiva.

De esta clase de toreros yo solo he visto auna media docena, tres gitanos y dos payos. Yme falta uno que en este momento no puedolocalizar. El primero Rafael Gómez Ortega «ElGallo», el hermano del payo «Joselito», Joa-quín Rodríguez «Cagancho» y Rafael de Pau-la entre los calés. Los otros dos, Pepe Luis yCurro Romero, más largo Pepe Luis con ca-pote y muleta, más habilidoso con la espada,la media lagartijera después de las enseñanzasde Marcial; más corto y profundo Romero, laverónica, la media, el natural y el derechazo,la trinchera, el kikiriqui o los pellizcos de los re-mates. Y con la espada, un dolor.

Para los dos payos una virtud importante ycomún: conocen el toro desde que sale del to-ril. De Pepe Luis podrán ponerse muchos ejem-plos y hasta recordar que era el único toreroque franqueaba la cancela de Zaheriche. Allísolo tentaba el de San Bernardo. Como con-traste, lo que le dijo Romero a Domingo Do-minguín: «De Miura, ni resién nasidos». Nocreo que se haya puesto delante de un miura ensu larga carrera taurina. De Pepe Luis recordarcuando cogía la muleta en la mano izquierda,la plegaba y citaba al toro para iniciar la faenapor naturales. Ver al toro. De Romero recuer-do un día en Madrid, un toro de Bohórquez,zancudo y zambombo, al que estaban pican-do y ya Curro tenía muleta y espada en sus ma-nos. La impaciencia por saborear aquella go-losina.

Son muchos los recuerdos de Pepe Luis y deCurro Romero. De ambos han dicho muchascosas los malos aficionados porque a ningunode los dos los han comprendido. De «El Gallo»también se hablaron muchas cosas, pero se jus-tificaban con la peculiaridad que se les presu-pone a los gitanos. También estoy seguro deque era un gran conocedor del toro y de lassuertes más diversas. A «Cagancho» lo ponencomo modelo, estatua, de instantes sublimescon los engaños y con la espada. Por Rafael dePaula me resbalan las lágrimas del desconsue-lo. Lo que sucede es que todos tienen su ex-plicación, su argumento, menos Curro Ro-mero. Curro Romero, después de casi mediosiglo en los ruedos, se marchó a su casa sin des-velarnos su secreto, sin levantar el capote que,cogido con la punta de los dedos, ahueca supanza para acunar los cuernos del toro o el quese abrocha juntando las manos en el remate dela media, el compás abierto, el ritmo sonoro,el suspiro alborotado en el grito de la gente, lainquietud de la mano izquierda acompañan-do el redondo de la derecha y el jipío del bro-che a tanta belleza. ¿Cómo se crea todo eso?¿Hay alguien que lo sepa?

El embrujo sevillano hecho realidad en el capote de Curro Romero en su Maestranza.

La famosa trincherilla, plena de sabiduría torera.


Alberto de Jesús es uno de los recortadores quecon más pasión ha vivido durante más de vein-te años el «Bous al Carrer». Con raíces en laprovincia de Castellón, retirado ya de esta in-tensa tradición del recorte se dedica profesio-nalmente al mundo taurino en el ámbito de lainformación al frente de la prestigiosa revista«Bous al Carrer», que dirige con suma maestríadesde Burriana.

«Amigo Alberto, es para nosotros un honor po-der contar próximamente con tu valiosa colabo-ración en la sección “Los Toros en la calle”, quecon absoluta confianza y orgullo te entrega aho-ra nuestro colaborador Daniel Daudet, mientrasél se dedicará en pleno a nuevos retos que nos he-mos propuesto en un futuro próximo para ma-yor desarrollo y prestigio de Los Sabios del To-reo y la Escalera del Éxito.»

Entre las reliquias que guarda la Villa deMedinaceli encontramos un festejo sin-gular que nos traslada a las ceremonias de

hace milenios en las que se unían rito y magia.Mirando hacia atrás, el antecedente más cerca-no entre las leyendas históricas que circulan,fundamenta su origen en la primera batalla quelos Celtíberos ganaron a los Cartagineses, y quetuvo lugar en las proximidades de una ciudadamurallada llamada Ilicia o Hélice, probable-mente la actual Elche (Alicante). Un caudilloCeltíbero, Orisón, lanzó contra los Cartagine-ses de Amílcar y Asdrúbal carretas llenas de teasy azufre, a las que prendió fuego, y tiradas porbueyes que portaban en sus astas haces de pajaembreada ardiendo. Los animales enfurecidosse lanzaron contra el campamento sembrandoel desconcierto entre las tropas, que empren-dieron la huida siendo perseguidos por los cel-tíberos. Según los historiadores, las diversas ma-nifestaciones del fuego en España pueden seractos de purificación, ritos totémicos de pri-mitivas religiones o mantener cierta relacióncon las estaciones del año, especialmente conel equinoccio de la primavera. Sea lo que fue-re, parece que en esta Villa la celebración delJubilo procede de reminiscencias iniciáticas he-redadas de los Celtiberos de la tribu de los Tit-tos que habitaban Ocilis, asentamiento situado

en lo que hoy llamamos la Villa Vieja, en uncerro contiguo al de Medinaceli. La manera co-rrecta de llamarlo no es júbilo sino jubilo, porlo tanto no se le otorga connotaciones de ale-gría o gozo, sino más bien de Ofrenda Jubilar.

Entre todos los pueblos celtibéricos que ini-cian su avance en las invasiones germánicas sintener ninguna clase de problemas lingüísticosni étnicos, están los Belos que ocupan todo elvalle de Jalón. Se intuye que son pueblos con elToro como símbolo de fuerza, fecundidad y fie-reza. Pero nadie ha podido corroborar si existeuna verdadera relación con la advocación al diosque representa, o al que acompaña, aunque síentre las figuras de animales venerados encon-tramos toros, y entre ellos el Tricéfalo o toro contres cuernos. Unos opinan que ha podido tra-tarse de una tradición religiosa y simbólica delequinoccio de otoño, creencia que por otra par-te puede estar derivada de la época en la cual secelebra actualmente. Aunque antiguamente nose establecía fecha determinada, y hasta finalesdel siglo XVIII o principios del XIX no se celebrójunto con las fiestas patronales de los CuerposSantos. Otros, como Don Julio Caro Baroja, loven como un rito en las luchas con toros entrelos pueblos o tribus vecinas en sus litigios.

Los datos más antiguos que se conservan seencuentran en dos documentos de finales del si-glo XVI del Archivo de la Casa Ducal de Medi-naceli, y resaltan por ejemplo que con fecha 3de agosto de 1569 el Dr. Novalón indicó que nose podía obligar a los vecinos de la Villa a queen lugar del toro, que tenían que ofrecer volun-tariamente, lo cumpliesen con otra cosa. El 29

de mayo de 1598 el Ayuntamiento de la Villapidió a D. Juan de la Cerda, Duque de Medi-naceli, que le permitiese correr el toro según te-nían por costumbre el 30 de mayo. Así mismose conoce que existía el hábito de correr el Jubi-lo en honor a los visitantes ilustres que llegarana la Villa. Concretamente el 29 de septiembrede 1599 se verificó para agasajar a S. S. M. M.los reyes Felipe III y su esposa, que visitaron Me-dinaceli al regreso de su viaje de novios.

Don Alberto de JesúsDirector Bous al Carrer

Los toros en la calle

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(Primera parte)

EL TORO JUBILO de MEDINACELI


El Toro Jubilo, como se deduce, se ha veni-do celebrando desde siempre, aunque deberí-amos exceptuar oficialmente los catorce añosque duró la prohibición impuesta por el Go-bierno central de 1962 a 1976, aunque se si-guiera celebrando de tapadillo. Esta interdic-ción había sido instaurada a raíz de las quejasformuladas por la Sociedad Protectora de Ani-males y Plantas, tras la visita de un grupo de in-gleses que no entendieron la razón ni el ser dela fiesta. Hoy, afortunadamente desde esta lo-calidad soriana recuerdan que la legislación lesampara, dado que en el año 2002 la Conseje-

ría de Presidencia y Administración Territorialde la Junta declaró el Toro Jubilo EspectáculoTaurino Tradicional.

Actualmente se corre en la noche del sába-do más próximo al 13 de noviembre, festivi-dad de los patronos de la Villa. Las fiestas pa-tronales en honor de los Cuerpos Santos datandel 13 de noviembre de 1610, y anteriormen-te ya se «corría» el Jubilo, e iban las dos cele-braciones, Cuerpos Santos–Toro Jubilo, total-mente separadas y sin conexión una con la otra,una religiosa, otra pagana. Creemos que al exis-tir la celebración del Toro Jubilo, para en-grandecer los festejos patronales se decidió unir-la a éstos. También pudo ser para permutar lafiesta pagana en cristiana y aparte con este mo-tivo atraer un mayor número de visitantes. Seacual fuera la razón, a partir de finales del sigloXVIII o principios del XIX ambas celebracionesquedaron unidas.

Ya desde la semana anterior a la fiesta losmedinenses inician los preparativos. En el es-cenario privilegiado de la Plaza Mayor se co-locan las barreras y el poste, que con doscien-tos años de antigüedad, servirá para atar al toro.La ubicación de las barreras no ha sido siem-pre igual, variando de unos años a otros segúnlas necesidades del momento.

Los encargados de elaborar las bolas que fi-nalmente se ubicarán sobre las astas de hierroque lucirá el toro se han afanado en la recogi-da del material, (azufre, aguarrás, pez y esto-

pa). El apelativo de bolas no es el más ade-cuado puesto que no terminan de ser redon-das, sino alargadas e inclinadas hacia adelan-te. Antiguamente se hacían el primer domingode mayo a fin de que estuvieran totalmentesecas para el lejano noviembre, y cada una deellas debía pesar una arroba. También es ver-dad que en épocas anteriores, y debido a quepodrían acontecer más celebraciones, se hacíanal día siguiente del festejo, motivo por el cualla bola adquiría su secado más perfecto. Losencargados de esta fabricación no cobrabansueldo alguno, pero una vez acabadas las bo-

las, recibían una recompensa por parte delAyuntamiento en forma de merienda. En laactualidad, se preparan además otras dos más

pequeñas, que a modo de teas permitirán en-cender el dúo de esferas que coronan la en-cornadura de la res.


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Los Cuerpos Santos, Patrones de la Villa.


Don Diego Alfonso LedesmaMatador de Toros

Desde el 26 de febrero de 1888 al 16 deagosto del siguiente año 1889, la His-toria de la Tauromaquia se enluta con

la muerte de diez toreros. Veamos como ocu-rrieron los hechos.

Año 1888 Lejos de su ciudad natal de Játiva habría de

encontrar la muerte Joaquín Sanz Almenar,en el mundo del toro conocido por «Punte-ret». Sería actuando en Montevideo (Uruguay)el 26 de febrero, al ser corneado en el musloderecho por un toro de la vacada de Felipe Vic-toria, que le causaría la muerte al siguiente día.

El varilarguero Matías Uceta, «Colita», dejóde existir el 10 de junio a consecuencia de laslesiones que le produjo en la plaza de Madridun toro de la divisa del duque de Veragua.

El también varilarguero José Román Caro,que figuró en la cuadrilla de Manuel García,«El Espartero», falleció en Sevilla el 1 de di-ciembre a consecuencia de la cornada que leinfirió en el vientre el becerro Dudoso del mar-qués de Saltillo, cuando era tentado en una fin-ca de Isla Menor (Sevilla).

El banderillero sevillano Juan Romero Fer-nández, «Saleri», que figuró en las cuadrillas deFernando Gómez, «El Gallo» y Diego Prieto,«Cuatrodedos», toreando en la plaza mejicanade Puebla de los Ángeles el 15 de enero, al prac-ticar la suerte del salto de la garrocha, fue heri-do de suma gravedad en la ingle derecha por untoro de la vacada de San Cristóbal de Tampa,sobreviniéndole la muerte en forma instantá-nea, por cuyo motivo se suspendió el festejo.

Asimismo era sevillano el banderillero Fran-cisco Torres, «Curro», que habría de encon-trar la muerte en la plaza de Méjico, donde fuecorneado el 27 de mayo, produciéndole aqué-lla el siguiente día 30.

El banderillero cordobés Manuel MartínezDisterlet, «Manene», que fuera novillero ensus primeros años de torero y que más tardefigurase en la cuadrilla de Rafael Molina, «La-gartijo», encontraría la muerte en un festejocelebrado en su Córdoba natal el 26 de di-ciembre, al ser herido en el vientre por el no-villo corrido en cuarto lugar, Aguardentero denombre, precisamente de la ganadería de «La-

gartijo», que a la postre le causaría la muerteal siguiente día 28.

El famoso banderillero Manuel Rodríguez,«Manene», muerto por un toro de la ganaderíade su maestro «Lagartijo» el 26 de diciembre de

1888 en la plaza de Córdoba.

Año 1889 Tras participar en la corrida de Beneficencia

de Madrid el 16 de junio, el diestro ManuelFuentes, «Bocanegra», presencia el 20 de di-cho mes un festejo en la plaza de Baeza (Jaén).Cuando aparece en el ruedo el novillo Hor-migón de la vacada de Agustín Hernández,cunde el pánico y el desconcierto entre los to-rerillos encargados de su lidia, por lo que «Bo-canegra», solicita y obtiene permiso del Usíapara lidiarlo, con tan mala fortuna que, al pre-tender entrar en un burladero, la res le infirióuna cornada en el vientre, tan grave, que al si-guiente día dejó de existir.

El modesto novillero Florencio González,«Perita», sería cogido de mucha gravedad el15 de agosto en la plaza de toros de la locali-dad guipuzcoana de Fuenterrabía, dejando deexistir al día siguiente.

El picador Francisco Caro Nueva, «PájaroVerde», fue corneado en el corazón el 25 de ene-ro, tentando reses de Nicolás González en elCortijo de la Rivera, en la provincia de Huelva.

Y por último, el banderillero zamorano, Car-los Reinado López, «Caliche», dejó de existirel 16 de agosto a consecuencia de las heridas re-cibidas el día anterior en La Granja de San Il-defonso (Segovia).

El TTributo dde lla GGloria...


A mi gran amigo PacoCañamero, crítico taurinocharro de raza y futuro.

Existe en el mundo de la fiesta algo de loque pocas veces se habla, algo que apenassi ocupa unas breves líneas entre las miles

que se escriben al año sobre los toros. Una par-te del todo sin la cual no existiría el resto: El afi-cionado. Verdadero causante de que la tradicióntaurina perviva y persista frente a las muchas crí-ticas que suscita hoy la fiesta por parte del pseu-doecologismo verde, cuya mayor inquietud siem-pre ha sido llenarse de «verdes» el bolsillo. Unaficionado que llena las plazas, que acude a las Fe-rias y que se planta frente a la televisión para sa-borear un pedazo del arte y de la emoción quedestilan las faenas de los buenos diestros.

Es sobre el aficionado sobre el que voy a es-cribir.

El primero del que voy a hablar, es el turis-ta, entendido no como extranjero o guiri, sinocomo «aficionado turista» o «turista español».

Porque aunque a muchos les cueste creerlo,gran parte de los aficionados para mí modo dever una corrida, son «Turistas», que desgracia-damente ignoran los pormenores de una co-rrida, y apenas saben siquiera valorar lo que es-tán viendo con su a veces supuesta cara deverdaderos sabios de la fiesta.

¿Cuántas veces hemos visto toros bravísimosy de gran calidad que apenas han arrancadouna docena de tímidos aplausos en el arrastre?

¿Cuántas veces hemos visto a toreros burdos omediocres salir triunfadores de plazas con supuesta«solera» y que se auto consideran el «no va más»?

Es ahí donde comienza la desorientación deun público entregado, pero fácil de perderse enlos falsos pero deslumbrantes pases de esos dies-tros que se proyectan a nivel mundial como gran-des figuras bajo el refrendo de esos triunfos y sa-lidas por la puerta grande en plazas de renombre.

Es por esto, por lo que conviene orientar, omejor dicho, reorientar a estos aficionados «tu-ristas», para que como mínimo sepan afrontaruna corrida con las nociones básicas de saberdiferenciar entre lo bueno y lo malo, y lo quees arte o no. ¿Cómo?

Gran parte de culpa de que esto no sea así latienen todos aquellos que realizan las críticas,porque desde su «magisterio» deben hacer crí-ticas constructivas y que plasmen la realidad,sin medias tintas ni oscuras mediatizaciones.

En definitiva, el «turista» es aquel que acudeen masa a los cosos (por ejemplo en San Isidro,o Sevilla), más por imperati-vo social y mera distracción,que por el arte que exudan lascorridas, con una ignoranciabastante prominente.

Otro tipo de aficionado esel que mi padre, creo queacertadamente, llama el «to-rerista». También surgido dela ignorancia, y similar al tu-rista, este aficionado está sen-siblemente influido por el de-porte rey, el fútbol. Amantede ídolos, exaltador de figu-ras, peregrina por las plazassiguiendo a su diestro ídolo,defendiéndolo a capa y espa-da, sea buen torero o no, estésometido a manipulaciones ono, y solo ansía en su aficiónque corte orejas y sea aclamado. Para este afi-cionado torerista, no cuentan los compañerosde su torero, no cuenta nada salvo el éxito de suvenerado ídolo. Contra viento y marea.

Un claro ejemplo de este «torerista» se havisto hace poco al querer elevar a la máximacategoría del arte taurino a un matador de lasierra madrileña, imitador del «Monstruo deLinares», cuyo único atributo (nada desdeña-ble por cierto en los tiempos que corren) hasido su enorme valentía. Un torero valiente, sí,pero sin la clase ni los recursos que las masas to-reristas le atribuían fielmente. Un torero va-liente, sí, pero un torero que nunca habría sidofigura en la que llaman época dorada de losaños 50 y 60, cuando los ruedos tenían el ho-nor de contar con diestros de la talla de Anto-nio Ordóñez o Pepe Luis Vázquez, por ejem-plo.

Enlazando con esto, hemos visto muchas ve-ces en una plaza del Sur de España de rancioabolengo taurino como se aplaudía y se vene-raba a diestros de su zona a poco que hiciesen,

mientras que a otros de «Despeñaperros paraarriba» se les exigía mucho más y se les dabamucho menos.

El torerista no es aficionado a la tauroma-quia, no nos engañemos, es un idólatra a quiensu parcial fanatismo no le permite ver ni apre-ciar la realidad de la Fiesta.

Frente a estos dos tipos está el verdadero afi-cionado, aquel que sabe conjugar la eternaunión entre torero y toro, comunión que rea-lizada a la perfección es la que lleva a que unafaena común o vulgar sea una obra de arte.

No me gusta hablar de aficionados con nom-bres propios, pero esta vez, y como cierre de laprimera parte de mi artículo, hablaré de cua-tro grandes aficionados, los dos primeros pordesgracia ya no pueden impartir lecciones so-bre el Arte de Cúchares: SAR la Condesa deBarcelona, y el romántico empresario de la RealMaestranza de Sevilla, el toledano Diodoro Ca-norea Arquero, y los otros dos, que siguen hoydía demostrando su arte de buenos aficiona-dos: Paco Cañamero y mi tía Tity Severino Ca-ñizal, mecenas creadora de la «T» de Triunfador,que ha entregado a destacadas personalidadesdel toro y de la sociedad.

Vaya un brindis desde aquí a estas personasy a los muchos otros que para mí son comodecía al principio el alma de La Fiesta: los bue-nos aficionados. Los verdaderos aficionados.

El aficionado y susdistintas vertientes

Don Higinio Severino de Vega Abogado

Homenaje a SAR la Condesa de Barcelona en El Rastrillo, con suhija, la Infanta Dña. Pilar, Tity Severino y el autor de este artículo.

(Primera parte)

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Siguiendo con el interesante libro de Fer-nando Vinyes: «México: diez veces llanto»,tantas veces consultado.

Sabías que... hay un trasfondo lejano enel «mal fario» del color amarillo, basadopopularmente en que eran de ese color losignominiosos «sanbenitos», y que también elmundo del Teatro siente adversión al amarillopor aquello de que Jean Baptiste Poquelín, elinimitable Moliere murió sobre el escenariovestido completamente de amarillo cuandorepresentaba «El enfermo imaginario».

En lo taurino el arraigo supersticioso del co-lor amarillo es relativamente moderno. El ves-tido torero de dicho color tiene unporcentaje mínimo de «mal fario», noporque se utilice poco, que en Méxi-co es usual, sino porque como diceVinyes, suerte y destino no dependende una trivialidad cromática, sino dedesignios más altos.

Veamos la curiosa relación vesti-do/víctima que nos ofrece Vinyes.

De grana, el color de los valientespara unos y de la «guasa» para los del«mal fario», vestían el día de su muer-te, José Gómez, «Joselito»; ManuelBáez, «Litri»; el mexicano Eduardo Li-ceaga; Mariano Montes y los herma-nos «Fabrilo», Julio y Paco, con la trá-gica coincidencia, en este caso, que erael mismo vestido en ambas ocasiones.

De blanco iba Curro Guillén, eigualmente de blanco y oro, el novi-llero Ricardo López y de blanco conazabache, Ángel Soria cuando le matóen Valencia (Venezuela), el novillo Po-llopelón.

Bordados en pasamanería azabachellevaban los vestidos toreros de Ber-nardo Gaviño, sobre azul; Carniceri-to de México, sobre malva; Ernesto

Pastor, sobre perla, e Isidoro Martí Flores, so-bre seda color obispo.

Azul noche y oro era el vestido del infortu-nado Manuel Granero, y azul oscuro bordadoen oro, los de José Falcón, Francisco Rivera,«Paquirri» y José Cubero, «Yiyo».

Azul cobalto y oro lo llevaba Ignacio Sán-chez Mejías la tarde de Manzanares y FermínMúñoz, «Corchaíto» en Cartagena; celeste yoro, Antonio Montes; crema y plata, en untono amarillo que en México llaman canario,vestía Alberto Balderas en México e igual co-lor de vestido vestía Antonio del Castillo enMazueco (Salamanca).

De plata vestían el día de su muerte; «Fran-cisco Vega de los Reyes, «Curro Puya», plomo y

plata; Pepe Cáceres, rosa y plata; Miguel Mori-lla, «Atarfeño», azul y plata, y José Delgado,«Pepe-Hillo», también azul con galón de plata.

De rosa pálido y oro vestía Manuel Rodrí-guez, «Manolete» la trágica tarde de Linares;igualmente, de rosa salmón y oro, José Mata,y de rosa coral y oro, el tío abuelo de «Mano-lete», José Dámaso Rodríguez, «Pepete».

Morado y oro vestía Rafael Martín, «El Zo-rro» en Barcelona; Enrique Cano «Gavira» enMadrid y Antonio Carpio en Astorga; de ver-de y oro, Manolito Cortés en Algemesí; ÁngelCeldrán Carratalá en Inca y Manuel García,«El Espartero» cuando lo mató el miureño «Per-digón».

De plomo y oro vestía Domingo del Cam-po, «Dominguín» cuando «Receptor»acabó con su vida en las Arenas de Bar-celona; grosella y oro, Manuel Varé,«Varelito» en Sevilla; negro y oro, Au-relio Puchol, «Morenito de Valencia»en Guayaquil y corinto y oro el infor-tunado Florentino Ballesteros, en Ma-drid.

Los más recientes matadores falleci-dos por cogidas sufridas en plazas detoros mantienen la coincidencia en dostonos de color: el rosa y el azul oscu-ro. «Manolete» en Linares; José Mataen Villanueva de los Infantes y PepeCáceres en Sogamoso, vestían de rosa,en tanto lo hacían de azul oscuro, elportugués José Falcón en Barcelona;«Paquirri» en Pozoblanco y José Cu-bero «Yiyo» en Colmenar Viejo.

Más lejano en el tiempo, de azul os-curo vestía el valenciano Manuel Gra-nero cuando «Pocapena» acabó con suvida en Madrid, y en México lo hacíade rosa «Joselillo», y de rosa vestía JoséOrtega Cano la tarde que casi pasó aengrosar la lista de las víctimas del to-reo en Zaragoza.

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Mis queridos lectores y seguidores dela música del pasodoble torero:

Creo recordar que el segundo de mis co-mentarios acerca del pasodoble torero apare-cido en esta mi acostumbrada página, hacíareferencia al que, con el título de «La Giral-da»; compusiera el insigne músico madrileño,Eduardo López Juarránz.

Hoy en esta ocasión, voy a comentaros elprecioso pasodoble, que con el título de «LaGracia de Dios», llevara al pentagrama otro nomenos insigne músico, el ilerdense Ramón

Roig, y del que cabría decir que es conse-cuencia del primero de los pasodobles citados.

Veamos como surgió tan inmortal partiturade «La Gracia de Dios».

Al maestro Eduardo López Juarránz, autorde «La Giralda», y al maestro Ramón Roig lesunía una entrañable y sincera amistad. Músi-cos militares ambos y dominadores de cuan-tos secretos encierra la siempre difícil técnicade la armonía y composición, existía entre ellos,no obstante, una leal rivalidad que les obliga-ba a intentar superarse mutuamente, sin quefaltasen, por supuesto, cordiales controversias

surgidas de la diversidad de criterios manteni-dos por uno y otro en cuanto a su labor crea-dora, pese a lo cual su sincera y profunda amis-tad se mantenía inquebrantable.

Al maestro Juarránz, tras su éxito alcanza-do por su pasodoble de «La Giralda»; no se leocurrió otra cosa que remitir a su amigo y co-lega la partitura de su pasodoble, con la si-guiente dedicatoria: «Para Ramón Roig, con lacompleta seguridad de que se dará perfecta cuen-ta de cómo se escribe un pasodoble».

El maestro Ramón Roig acusó de inmedia-to lo que podríamos llamar «provocadora de-

dicatoria» y recogiendo el «guante» de tan des-afiador reto, se puso a trabajar y a los pocosdías de recibir la misiva de su colega, le hizollegar a aquél la partitura del pasodoble de «LaGracia de Dios» con la siguiente dedicatoria:«A Eduardito López Juarránz, para que com-pruebe al leer la presente partitura de “La Gra-cia de Dios” que se trata de un auténtico paso-doble. Desde luego, mucho mejor que el suyo».

A mí personalmente, solo me resta decir quelos dos son dos auténticas reliquias musicalesdel repertorio taurino, y como dejara dicho elprofesor Mariano Sanz de Pedre: «¡Dios ben-

diga esta clase de competencias y enfados entrehombres devotos de su arte, al que se entregan encuerpo y alma para deleite propio y de cuantosles rodean!».

Yo, cuando escucho tan torero pasodoble,de inmediato me acuerdo de un íntimo ami-go mío, pepeluisista hasta el tuétano, quien,hasta que le saqué de su error, siempre creyóque por aquello del «duende y la «gracia» queinfundía a su toreo el diestro del sevillano ba-rrio de San Bernardo, tan torera partitura ha-bía sido dedicada a su admirado torero. Y esque, como el decía:

–¡Lorenzo, en mi vida he visto un torerocon más «duende» y más «gracia» que PepeLuis. Viéndolo torear, no sabría decirte, si PepeLuis era torero «por la gracia de Dios»; o, porel contrario, un torero «con más gracia queDios».

Posiblemente las dos cosas, mi querido ami-go –le contestaba yo–; pero que sepas que elque sí estuvo «tocado por la Gracia de Dios»,fue el maestro Ramón Roig, a la hora de com-poner su célebre y universal pasodoble.

Hasta mi próximo comentario, como siem-pre, os envío un cordial saludo.

� � � � � � � � � � � � � � � � � �La Música en los Torosy la Música de los Toros

Don Lorenzo Gallego Castuera (Director de la Banda de Música de Las Ventas de Madrid)Escalera del Éxito 87

Pepe Luis en La Maestranza, óleo de Saavedra en el que el buen pintor toledano recoge toda la «gracia» de Pepe Luis ala hora de interpretar su célebre cite con la muleta plegada, al que los sevillanos dieron en llamar: «El cartucho de pescao».


Doña Adela H. HerranzLicenciada en Historia

El acertado fray Gaspar de Villarroel ha-bía sentenciado: «El católico rey de Espa-ña, juzgando que, en la forma que en sus

reinos se corren los toros, eran de poco peligro, yque se ejercitaban con esos entretenimientos susvasallos y se hacían valientes para los ejerciciosmilitares, suplicó al papa Gregorio XIII que mo-derase la constitución de Pío V. Inclinóse Su San-tidad a tan poderoso ruego, y el año de 1575 des-pachó la bula «Exponi Nobis» que dio licenciapara que se corriesen los toros». La tauromaquiaha instituido su arraigo pluricultural en Espa-ña con un imparable proceso gradual que evi-dencian infinidades de acontecimientos. Porejemplo, en 1387 Carlos II de Navarra hizopagar cincuenta libras a dos toreros, ¡uno moroy otro cristiano! por matar dos toros en Pam-plona. Nicolás Fernández de Moratín ratificóen su momento que los musulmanes asenta-dos en Toledo, Córdoba y Sevilla eran pro-pensos a lidiar astados en público, no sin aña-dir que esta práctica exaltaba el valor de loscombatientes. Por eso, de siempre, el genera-lizado fervor taurino anclado en la penínsulafascinó a los viajantes foráneos. Jacques Carelde Sainte-Garde en sus «Mémoires curieuses»,escritas en París en 1670 confesaba: «es asom-broso que no haya ciudad ni pueblo en Españaque no celebre una o varias fiestas de toros o va-cas todos los años». Los percances y las víctimasmortales eran asiduas efemérides supeditadas ala celebración de festejos taurinos. A esta lar-ga lista de desgracias habría que incluir a dosde los más ilustres fallecidos, Don Diego deToledo, hijo del duque de Alba y el Marquésde Pozoblanco. La verdad es que las recomen-daciones papales nunca encontraron eco en Es-paña, y la mismísima Isabel la Católica no pudolograr que saltasen emboladas o con los pito-nes cortados las reses a la plaza. Había consig-nado tales medidas preventivas después de pre-senciar la muerte de varias personas en unmismo festejo en Ávila.

El radical Sixto V, sucesor de Gregorio XIII,refuta estas insubordinadas conductas españo-las respeto a las corridas de toros y, el 14 deabril de 1586, remite al obispo de Salamancala resolución disciplinaria «Nuper Siquidem»,concediéndole... «libre facultad y autoridad,

tanto para que impidas las dichas enseñanzas,las que los clérigos impartían falazmente sobrela derogación de la bula de Pío V, cuanto para queprohíbas a los clérigos de tu jurisdicción la asis-tencia a los citados espectáculos. Así mismo te au-torizamos para que castigues a los inobedientes,

de cualquier clase y condición que fueren, con lascensuras eclesiásticas y hasta con multas pecu-niarias recabando en su caso el auxilio del bra-zo secular para que lo que tus ordenes sean eje-cutadas sin derecho de reclamación ante Nos yante nadie. No servirá de obstáculo para el cum-plimiento de esta Nuestra disposición, ninguna

ordenación ni constitución apostólica, ni los Es-tatutos de la Universidad, ni la costumbre in-memorial, aunque estuviera vigorizada por eljuramento y la confirmación apostólica».

El Breve que a continuación reproducimosfue en su momento trasladado a los fieles porel prelado salmantino mediante una extensaCarta Pastoral más consecuente si cabe que lapropia ordenanza apostólica:

«...Hacemos saber, y bien saber, la prohibicióny las penas previstas por la Constitución de Pío V,contra las personas eclesiásticas susodichas que es-tuvieran presentes en las corridas de toros... bajopena de excomunión apostólica. Y así mismo man-damos a todos..., que de aquí en adelante no seanosados de decir, ni enseñar, ni aconsejar, que lasdichas personas eclesiásticas pueden asistir a dichosespectáculos sin incurrir en pecado... so pena deexcomunión mayor Apostólica trina Canónica».

Papa Sixto V: Breve Nuper Siquidem (1586).Traducida del texto latino en: Ioannis Maria-

nae e Societate Iesu. Tractatus VII. Pp. 182-183.

Papa Sixto V.

Al venerable hermano, el Obispo de Salamanca.Papa Sixto V. Venerable hermano: Salud y bendi-ción Apostólica. Nuestro predecesor, de feliz re-cuerdo, el Papa Pío V mediante su Constitución va-ledera perpetuamente, prohibió los espectáculostaurinos y prohibió, también, tanto a los laicos comoa los clérigos seculares y regulares de cualquier Or-den, que tomasen parte en dichos espectáculos y jue-gos públicos, bajo determinadas penas contenidasen la mencionada Constitución. Más tarde, el PapaGregorio XIII de piadosa memoria, así mismo pre-decesor nuestro, declaró, por medio de Letras Apos-tólicas redactadas por él, que la citada Constitucióny las penas contenidas en ella eran aplicables a losclérigos tanto seculares como regulares, pero no alos laicos y a los militares, cualquiera que fuese laOrden militar a la que pertenecieran, siempre que nohubiesen recibido alguna de las Sagradas Órdenes,tal como se establece más plenamente en la Consti-tución y Letras mencionadas. Ahora ha llegado anuestro conocimiento que algunos Preceptores delestudio General de la Universidad de Salamanca,Profesores de Sagrada Teología o de Derecho civil,no solamente no se recatan de hacerse ver en las co-rridas de toros y en los espectáculos a que nos hemosreferido, sino que afirman y enseñan públicamente

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en sus clases, que los clérigosque han recibido las SagradasÓrdenes no cometen ningunafalta cuando toman parte, encontra de la prohibición men-cionada, en las corridas y es-pectáculos citados, sino quepueden asistir a ellos lícita-mente. Como consecuencia deello, muchos clérigos de tuDiócesis no dejan de tomarparte en esos juegos públicoscontraviniendo la Constitucióny las Letras citadas, aunque ha-yan sido requeridos y conmi-nados por ti, incluso medianteEdictos, a que las cumplan.Nos, queriendo tomar medidasa fin de que se cumplan invio-lablemente, como se merecen,los preceptos de los RomanosPontífices, concedemos a tuFraternidad en calidad de De-legado nuestro y de la SedeApostólica, libre facultad y au-toridad para, en virtud de la au-toridad Apostólica, advertir, or-denar y mandar tanto a loscitados preceptores que no en-señen o afirmen nada en contrade la Constitución y Letras ci-tadas, como a todos los clérigoscomprendidos en las Letras denuestro predecesor Gregorio,que no osen ni se atrevan a to-mar parte, de cualquier modoque sea, en las corridas y espectáculos mencionados.Así mismo, te autorizamos, a fin de que obedezcan,

a que procedas con todas las medidas que te parez-can necesarias y oportunas, contra los desobedien-tes, cualquiera que fuese su rango, citándolos antes

incluso Edicto público si constase sumaria y extra-judicialmente que no hay seguridad de que se hayallegado hasta ellos, bajo condenas y censuras ecle-siásticas exigidas incluso con penas pecuniarias, de-clarándolos incursos en dichas censuras y penas yejecutando lo declarado. Te autorizamos, también,a que ejecutes lo que hayas decretado y mandado, yexijas su total ejecución hasta su pleno cumpli-miento, dejando de lado toda apelación, recurso oreclamación, pidiendo, si fuese necesario, el auxiliodel brazo secular. Sin que obsten Constituciones yDecretos Apostólicos ni los Estatutos de la Univer-sidad de Salamanca, ni la costumbre, aunque hayasido observada pacíficamente desde tiempo inme-morial y corroborada por juramento, confirmaciónApostólica o cualquier otro medio confirmatorio,ni los privilegios, indultos y Letras Apostólicas otor-gadas, aprobadas y renovadas que sean contrarias alo que más arriba hemos establecido.

Dado en Roma, junto a San Pedro, bajo el ani-llo del Pescador, el 14 de abril de 1586, primer añode nuestro Pontificado.

Fiesta de toros en la plaza Mayor de Madrid, con motivo del matrimonio de Carlos III y Margarita de Austria, el 4 de mayo de 1690.

Gayumbo o toro enmaromado. Sillería del coro del monasterio de Yuste, Cáceres.

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Cuatro triunfadUna vez más las últimas Escaleras del Éxito muesdores. Las máximas atribuidas a Rafael «El Gallo»,nen más miga y realidad de lo que puedan pareceRodríguez y Juan Lamarca, son cuatro muestras d

MiurasLa familia Miura es una saga taurina de doscientobios y modernidades. La actual generación respoEduardo y Antonio, distan en lo físico y en lo síquderna de una casa muy antigua. Eduardo, más socnio, caballista, más íntimo y campero. Su padre inrror, con una selección que comenzó a considerar ruta impensable en épocas anteriores. Sus astados naderos, singulares en lo físico y únicos en su comdistintos, únicos, han sabido mantener su divisa epetencia.

DiógenesJosé Julio es un periodista, critico taurino, de gustosCamino, al Atlético de Madrid y al Ayuntamiento y del mundo, como demuestran su actitud y su últiel mas tranquilo, el que va a dar mas fruto. Al igual qlas historias de cada cual, porqué sabe muchas que hbre... lo encuentra. Las cuenta y las contará, para de

La VozElías Rodríguez pertenece al grupo de grandes locmosos por su timbre de voz, por cómo dicen, performa y con fondo. Un gallego triunfador en la propaña en las situaciones menos esperadas, desde el dcio cotidiano del metro o el tren. Tan lejos y tan cete, y actualmente Fundador-Presidente de EstVicepresidente del Centro Gallego en Madrid, Vic

Mariscal de NapoleónJuan Lamarca, encarna la seriedad y la decisión. Elhombres que resuelven. De los que asumen deberenar un asunto se lo encargo a una persona y cuandmisión». Una de esas personas, con capacidad respoleónico. Tiene valor para asumir lo adecuado, para no ceder. No busca el consenso ni el voto popfíciles de encontrar hoy, que ha mostrado en la prde Madrid, a lo largo de mas de 20 años. Juan tamla cultura del toro, del torero y del aficionado, a nívde Amigos de la Familia Bienvenida

Círculo Cultural Círculo Cultural 17 noviembre y17 noviembre y

Por José Luis Carabias

D. Rafael Berrocal, D. Pedro Fernandez-Gaytan,D. Benjamin Bentura Remacha y D. Francisco

García Cabello.

D. Fernando López de Olmedo, Señora de García,Uceda Leal, D. José Julio García, D. José I. Martínez

Manrique y El Marqués de Villar de Ladron.

D. Julian Castillo García, D. Luis GarciaBarrio y D. Antonio Gonzalo Hernández.

Varios amigos con los homenajeados.

D.Benardino Maillo, D. Eduardo Miura, D.ª Eulalia Ballesteros, D. José I. Uceda Leal,D.ª Dolores Navarro y D. José Julio García.

D. Jose Julio Garcia, D. Salvador Sanchez-Marruedo y D. Eduardo Miura.

1991

D. Mario Galbache, D. Javier Zaballa, D.ª Adela H. Herranz y D. Miguel Ángel Ávila.

D. Ángel Fernández, D. Jaime Sánchez, D. Miguel Moreno, D. Antonio González

y D Javier Garcia-Malo, con el homenajeado.

D. Luis García, D. José Luis Moreno, D. IsidroVarela, D. Jaime Bosqued, D. Salvador S. Marruedo,

D. Sigfrido Herraez y D. Antonio Gonzalo.

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Taurino Taurino InternacionalInternacional15 diciembre de 200415 diciembre de 2004

D. Julián López Ruiz Moyano, D. José Mª SerraBenítez y D. José Luis Santa María.

D. Julio Aparicio, D. Francisco MembrillaBlázquez y D. Fernando Martínez Arroyo.

D. José Carril, Francisco Pérez, D. José Luis García de Angela, D.ª Eliana Vargas y D.Crescencio Lozano.

D. José Julio García y D. Severiano Nevado, con los homenajeados.

El homenajeado Sr. Lamarca y su hija Susanacon D. Felipe Díaz Murillo.

D. Vidal Pérez, D. Elías Rodríguez, D. Salvador S. Marruedo, D. Juan Lamarca y D. Miguel Flores.

D. Elias Rodriguez Varela, D. Salvador Sanchez-Marruedo y D. Juan Lamarca López.

D. Federico Sánchez Aguilar, D. Vicente Pérez y D Evaristo Pérez.

D. Luis Perals Polo, D. Jaime González «El Puno»,y D. Agustín Marañón, con los galardonados.

nfadores distintosmuestran la variopinta condición de los triunfa-

Gallo», «hay gente pá tó» o «cá uno es cá uno» tie-parecer por su simpleza. Miura, José Julio, Elíastras de éxito, totalmente distintas.

cientos años de antigüedad. Poco amiga de cam-responsable de la crianza del toro, los hermanoso síquico, pero son Miuras. Versión algo más mo-ás sociable, preside la Unión de Criadores; Anto-dre inició el cambio, ofreciendo alternativa al te-derar el toro con nobleza y calidad para el torero,ados son muy distintos de los que crían otros ga-u comportamiento. También ellos son especiales,ivisa en primera línea en tiempos de fuerte com-

gustos bien definidos, aficionado a los toros, a Pacoiento de la Villa y Corte. Un espectador de la vidasu último libro. Ahora está en su mejor momento,gual que Diógenes, mira... peró ve. Aprecia la vida,que ha protagonizado él mismo. No busca al hom-ara deleite de todos, con su ágil pluma.

es locutores profesionales con nombre bíblico, fa-n, pero también porqué saben lo que dicen. Conla profesión y en los negocios, cuya voz nos acom-de el doblaje de una película o una serie, al anun-tan cerca. Compañero de camino de mucha gen-e Estudios Abaira, Presidente de DRAFFEM,d, Vicepresidente de Bosques Naturales...

ón. El liderazgo callado, sin aspamientos. Es de losdeberes. Decía Napoleón «cuando quiero solucio-cuando quiero que no se arregle, nombro una co-ad resolutoria. Hubiera sido un gran mariscal na-ado, con el convencimiento y temple necesarios

o popular. Rectitud y firmeza. Cualidades muy di-n la presidencia de la plaza de toros Monumentaln también ha realizado una gran labor a favor de, a nível local, nacional e internacional, en su club

1991

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28 • sabiosdeltoreo.com28 • sabiosdeltoreo.com

D. Antonio López Fuentes, D. Luis Perals Polo y D. Jaime González «El Puno».

D. Antonio González Valencia, D. Javier García Malo y D. Francisco García Cabello.

D. Domingo Estringana y

D. José Ignacio Martínez Manrique, D. Luis CasadoMorante y D. José Luis Rodríguez Reyero.

Dominico Miguel Gonzalo Liquete, Marques de Villar deLadrón y D. Fernando López de Olmedo y Gómez.

D. Luis Casado Morante y D. J

D. Fabriciano Martín Barrera y D. Jesús Santos Hernando.

D. Diego AlfonsoLedesma

D. José Luis Galicia Gonzalo y D

D. Fernando García Bravo, D. Jose Luis Galicia Gonzalo y D. Gumersindo Galván Hernández.

D. Emilio Morales Jimenez y D. Juan Saez de Retamar. D. Rafael Serrano García y D. Ca

D. Miguel Cid Cebrian, D. Laurentino Perez Montejo y D. Higinio Luis Severino Cañizal.

D. Higinio Severino de Vega, D. Carlos Munilla y D. Agustín Marañón Richi.

D.ª Carmen Aznares de BentuBentura Rem

D. José María Garrido Garrido, D. Rafael Campos de España, D. Marino Gómez Santos y D. Juan Lamarca.

D.ª Dolores Navarro y D. Raúl Antequera Jarela.

D. Carlos Sainz de Baranda de la Torre, D. SeverianoNevado García-Minguillan y D. José Ignacio Agudo.

AsistenAsisten

a los homa los hom

1991

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Marques de Villar de Ladrón, Marques de Casa López y El Duque de Gor.

D. Julián Agulla López, D.Gumesindo Galván y D. Miguel Moreno Ardura.

D.ª Pilar Gracia, D. Felipe Díaz Murillo y D. Cesar Palacios.

D. Benito Junoy, D. Antonio Iglesias y D. Manuel Nevado. D. José M.ª Minguela, D. Miguel Ángel Cárdenas y D. Daniel Daudet.

D. Atanasio Candelas Moreno, D. Dionisio Recio y otro buen aficionado.

D. Ignacio Bentura y Ana Ferranz.

D.ª Manolita Segura, D.ª Eulalia Ballesteros y D. AnastasioSánchez Izquierdo.

gana y D. José Gallego. D. Jesús Santa María, D. Pedro Blázquez y D. Emilio Antelo. D. Emilio Morales, y D. Luis García Barrio.

y D. Jaime Bosqued Biedma. D. Diego Alfonso Ledesma, D. Jaime González «El Puno», D. Luis Perals Polo y D.Miguel Flores.

A la derecha D. Miguel Gonzalo Liquete, D. PedroFernández-Gaitán, con un buen amigo y aficionado.

lo y D. Fernando García Bravo.

D. Carlos Jesús Díaz Porgueres.

Bentura y D.ª Maria Luisa a Remacha.

stentesstentes

homenajeshomenajes

1991

D. Fabriciano Martín Barrera, D. Enrique DelgadoContreras y D. Evaristo Pérez.

D. Federico Sánchez Aguilar, con el homenajeado. D. Juan Sáez de Retana RoSánchez Pas

D. Julián Agulla López, con los homenajeados. Nuestro Presidente D. Salvador Sánchez, con «EL Puno». D. Poul Chritiansen y D. Jes

D. Anastasio Sánchez y D. Leopoldo de la Torre. D. Elías Rodríguez Varela, y D

D. Rafael Campos De España, la Srta. Susana Lamarca,junto a su padre D. Juan Lamarca.

D. Agustín Marañón Richi y D. Miguel Flores. D. Rafael Campos de España y D

D. José Ignacio Uceda Leal y D. Andrés Ortega Martín-Pajares.

D. Félix Herranz Rodríguez y D. Sigfrido Herráez. D. Elías Rodríguez y D. H

D.ª Isabel López de Briones, D.ª Rebeca Rodríguez Gonzálezy D.ª Fernanda González Esteban.

D. Marino Gómez Escobar, D. Julián Chamorro Gay y Sta. Susana Lamarca.

D. José Julio García, D. Ignacio Martínez Manrique y D. Benjamín Bentura Remacha.

AsistenAsisten

a los homa los hom

1991

Dos buenos amigos, D. Mario Galvache y D. Jesús Santa María.

D. Julián Caudra Ruano y D. Félix Herranz Rodríguez.

Asistentes a los homenajes.

D. Ángel Briones Nieto, y D, Julian López Ruiz-Moyano. D. Víctor Romero Abanades, D. Benardino Maillo Jiménez.

D. Vidal Pérez Herrero y D. José Maria Garrido Garrido.

na Rodríguez y D. Jaime ez Pascual.

D. Higinio Severino de Vega, D. Pedro Fernández-Gaytan y D. Julian Agulla López.

D. Claudio García Jiménez, y D. Luis Blasco Melgares.

D. Jesús Santos Hernando. D. José M.ª Moreno Bermejo y D. Vidal Pérez Herrero. D. Juan Silva Berdús, Dña. Ángela Asín de Álvarez y D. César Álvarez Pura.

ela, y D. José Luis Carabias.

aña y D. Juan Lamarca López.

D. Higinio Luis Severino.

stentesstentes

homenajeshomenajes

1991

Los autores de los primeros libros editados por Los Sabios del Toreo, D. José Julio García y D. Benjamín Bentura, se felicitan en unión de D. Salvador Sánchez-Marruedo

por el éxito obtenido


A la memoria de mi padre,Higinio Severino Barrueco,auténtico artífice de esta plaza.

Me estremece pensar que han transcu-rrido mas de 50 años, desde el 7 deEnero de 1953, en que don Juan

Abello, que era gran amigo de mi padre nosinvitó a un almuerzo en el Hotel Felipe II deSan Lorenzo de El Escorial, ya que le dijo te-lefónicamente que tenía gran interés en pro-ponernos un negocio sobre la plaza de toros,cuya construcción estaba parada y solo esta-ban hechos los cimientos.

Además del anfitrión, asistieron a dicha co-mida: el alcalde de la localidad don SalvadorAlmela, el dueño de la plaza en ciernes; el gu-rriato Fermín Mayoral, el ganadero escuria-lense Jesús Arribas Sancho, mi padre y yo.

Ese mismo día quedó concertada la opera-ción, mediante la cual mi padre financiaría laconstrucción del coso, sin alterar la titularidadregistral, quedando el que suscribe como titu-lar para la explotación de la plaza y acordando

las condiciones posteriores por si interesara laventa, que oficialmente haría el titular regis-tral, bajo las estipulaciones que acordamos pre-viamente.

Se realizó la obracon gran rapidez ypreparamos la inau-guración extraoficialpara el día 18 de julio,a la que invité a ungrupo selecto de amis-tades y al final del fes-tejo se sirvió un cock-tail por el Hotel FelipeII en el precioso palcoacristalado que hici-mos, y entre los asis-tentes recuerdo, ade-más del presidente dehonor, el entonces Mi-nistro de la Goberna-ción, don Blas PérezGonzález, a mi granamiga Ava Gardner, elactor Walter Chiari, elpresidente de la Di-putación Marqués dela Valdavia, los mata-

dores de toros Parrita y Paquito Muñoz y un sinfin de personalidades.

El cartel de ese día tenía unas connotacio-nes especiales por los actuantes y en él se anun-ciaron 7 novillos míos: uno para el rejoneadorJosechu Pérez de Mendoza, y los otros seis paraCurro y Rafael Girón y el local Lorenzo Gar-cía Castilla.

La inclusión de Josechu, devenía de la granrelación que teníamos con su padre, el sego-viano Petronilo Pérez Escorial, y la de Curroy Rafael, recién llegados de su Venezuela na-tal, por la fraternal amistad con su apoderadoFernando Gago Suárez.

Dicho festejo fue un éxito inenarrable artís-tica y económicamente.

Como dicha novillada se celebró sin estartotalmente concluidas las obras, y a propues-ta del que fue gran colaborador y amigo, el al-calde del Real Sitio, don Salvador Almela, tu-

vimos que anunciar la inauguración oficial parael día 10 agosto (San Lorenzo, Patrón de la Vi-lla) y para tal solemnidad anunciamos seis no-villos de mi propiedad para Carlos y Paco Cor-pas y Manuel Jiménez «Chicuelo II» y fue talla expectación creada que el día anterior se pusoel cartel de «No hay billetes», y ese mismo día,toreando en Francia, sufrió Paco Corpas unacogida, por lo que su padre Ramón Corpas yel apoderado de Chicuelo II Enrique CallejasAuñón se pusieron de acuerdo y me propusie-

Salamanca, tierra mía La PlazaDon Higinio-Luis Severino Cañizal

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ron que quedara el festejo en un «mano amano», y querían por ello una cantidad des-orbitada, y que si no era así no toreaban.

Le contesté que no se preocuparan, que sustoreros matarían únicamente los dos novillosque tenían contratados cada uno. Se quedaronatónitos ante mi aseveración. Y al contarle al al-calde lo ocurrido, tuvo la gentileza de ponerlea los diestros en la puerta del Hotel MirandaSuizo una pareja de la Guardia Civil, para cui-dar de ellos hasta la hora de la corrida. Y asíevitar que los pudieran raptar.

El mismo día 10 por la mañana, muy tem-prano, salgo para Madrid, donde estoy pre-viamente citado con mi colaborador e íntimoamigo, el picador Alfonso Rodríguez «ElMoro», que me estaba esperando en la cafete-

ría Cubasol con el novillero de Ta-lavera de la Reina, Alfonso Gale-ra a quien le expongo el tema ycaballerosamente me dice que éltorea la novillada en las condicio-nes que yo diga, lo que así hizo.Se entretuvo en obtener un grantriunfo y lo atendí generosamen-te en sus honorarios, siendo el quemas cobró en el festejo por suhombría de bien. Parece ser quePaco Corpas se curó milagrosa-

mente de inmediato y los apoderados RamónCorpas y Enrique Callejas quedaron conten-tísimos (¡¡¡Con mi solución y con la compañíaafectuosísima de la benemérita Guardia Ci-vil¡¡¡)

Tengo que reconocer que ese llenazo fue algoexcepcional, pues pude comprobar en los cin-co años que exploté la plaza que el público soloacudía el día de San Lorenzo y si yo programébastantes festejos fue gracias a los sufridos po-nedores que querían tener un escaparate parasus apadrinados cerca de Madrid.

za de Toros del Real Sitio (el alcalde y yo)

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7 - X - 1970

(Primera parte)

Autorización para la celebración de la

corrida de 10 de agostode 1955, expedida

por el Sindicato del Espectáculo.

Saluda con elque Higinio LuisSeverino invitó a personalidadesy amigos a lainauguración dela plaza de toros.


En el apartado de retratos que plasma desus coletudos contemporáneos, gruesode su legado taurino, destacan los de

Juan Belmonte, y Rafael García Escudero,«Albaicín», dos personajes carismáticos a des-tacar de entre todos los diestros quemantuvieron lazos de amistad conél. Más que Zuloaga y los toros con-vendría hablar de Zuloaga y los to-reros, como declaró con aciertonuestro querido José Luis Carabias,tanto la notable vinculación con losespadas se palpa con vivencias yanécdotas que jalonan sin cesar lavida del pintor. A estos dos, los lle-vó en repetidas ocasiones a torear asu querida Zumaia, con tal mala for-tuna para el trianero que resultó co-gido cada una de las tardes en las queactuó en la localidad guipuzcoana,que sumaron tres, y todas benéficas.«Belmonte en Plata» se titula el cua-dro ambientado en un tormentosoy característico cielo de Zuloaga queenvuelve esta representación del pas-mo sevillano fechada de 1924, y delque el pintor hubiese querido recibirla alternativa en la plaza mayor dePedraza. «Albaicín», de melancóli-ca y oriental figura, fue modelo fa-vorito del pintor y ahijado suyo, yse le vinculó tanto al eibarrés quehasta se rumoreó que era hijo suyo.Domingo Ortega fue igualmenteotra de las figuras inmortalizadas porel artista con una evidente preocu-pación por una silueta cartelística,compartiendo eso sí aquel privilegiocon diestros de condición más hu-milde como «Pepillo», «El Corcito»,«El Buñolero» o la grotesca aparien-cia de «El Chepa de Quismondo».

Antonio Sánchez, el tabernero to-rero y pintor, aquel que inspiró a Díaz Caña-bate hasta publicar en 1947 su famoso libro«Historia de una Taberna», fue también retra-tado en 1944 por Zuloaga en un óleo de gran-des dimensiones. Para la anécdota, recordare-

mos que el primer propietario conocido de estalegendaria taberna fue hacia el 1870 el pica-dor «Colita» quien se la vendió en 1884 almanchego Antonio Sánchez Ruiz, desafortu-nado piquero que a la postre triunfó combi-

nando chatos de buenos tintos de su Valdepe-ñas de las conocidas Bodegas Brotons, servidosen los clásicos vasos anchos y que eran el com-plemento idóneo de sus inconmensurables to-rrijas caseras. Su hijo, Antonio Sánchez Ugar-

te, siguió la trayectoria paterna alcanzando in-cluso por lo que al paso por los ruedos intere-sa el doctorado en Linares en agosto de 1922,de manos de Sánchez Mejías. Era un torero decorte valiente al que los morlacos castigaronhasta dejarle marcado con más de veinte cor-nadas. Pocos locales pueden presumir de se-mejante historial en la capital, tan sólo Lhardy

y el Café Gijón pudiendo rivalizarcon tan impresionante pasado. Lovaticinó Valle Inclán que argumen-taba convencido: «Han ejercido másinfluencia en la Literatura y en elArte contemporáneo que varias Uni-versidades y Academias». En seme-jante ambiente el pintor vasco acu-día con asiduo entusiasmo a lastertulias que compartía alrededor delas bien pulidas mesas de nogal conJosé María del Cossío, Díaz Caña-bate, este último con quien iba a lostoros cuando era abonado de LasVentas, el escultor Sebastián Mi-randa, y el conde de Garci Grande.El eibarrés exhibió su obra taurinaen el legendario establecimiento dela calle Mesón de Paredes n.º 13 en1943 en una de sus últimas exposi-ciones, y en este asolerado rincóntaurino retrató al «Chepa de Quis-mondo». Nos consta que dispensóclases de pintura al polifacético to-rero-tabernero que logró notablescuotas en esta faceta artística, que-dando expuestos para la posteridadvarios lienzos suyos en las paredesdel negocio familiar junto a la cabe-za del toro de alternativa, «Fogone-ro», de Murube.

Además Zuloaga asistió con regu-laridad a las faenas camperas prota-gonizadas en el inconfundible mar-co de Zahariche, también acudióinvitado a la finca zamorana del mar-qués de Villagodio, y, ya con avan-zada edad, hacía lo propio en la fin-

ca toledana del Diamante de Borox. En algunaocasión se fue de tentaderos mientras se inau-guraba una exposición suya en EE.UU.

En abril de 2004 se ha celebrado la X edi-ción del Festival Taurino Homenaje a Zuloa-

Don José Miguel PalacioPintor-Escultor

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Boceto del retrato de Manolete.

Carbón sobre lienzo,221�153 cm.

Museos Zuloaga,Zumaia (Guipúzcua)

y Pedraza (Segovia).

ga en la centenaria plaza de Eibar, su localidadnatal que le inspiró su famoso cuadro «Corri-da de Toros en un Pueblo». En la actualidadesta obra forma parte de la colección de Car-

men Cervera, que tuvo en su momento quepujar por ella para evitar que este joya de lapintura española se trasladara fuera de nues-tras fronteras.

El despacho de José María del Cossío alber-ga un retrato a lápiz de 1945 del insigne eiba-rrés. El pintor impulsó junto a Mariano Ben-lliure, Joaquín Turina, Antonio Pérez Tabernero

y el propio Juan Bel-monte la creación delMuseo Taurino de LasVentas de Madrid que seinauguró el día de SanIsidro de 1951.

Las féminas han sidotambién incluidas en lostrabajos taurinos comolo refleja «Mujer en lostoros con anteojo», pin-tado en 1910 y, esceni-ficado en la segovianaAyllón, «El Palco de lasPresidentas», con tres so-berbias manolas tocadascon mantones, obra pos-trera que el longevo ar-tista realizó en 1945. Lamuerte le sorprendeaquel año, dejando sinacabar un gran lienzo deotros de sus amigos to-reros, Manolete. La es-peró con serenidad, fiela sus palabras: «Es unasuerte irse de aquí sinsentirlo, a mi no me aco-barda el sufrimiento». Lahuella del mundo deltoro le acompañó hastasu última demora, cuan-do su féretro fue llevadoa hombros por Domin-go Ortega, Rafael Albai-cín, Antonio Sánchez yJosé María del Cossío.Para la eternidad, Igna-cio Zuloaga había logra-do situarse en Europacomo en América entre

los ilustres del arte de la pintura de la primeramitad del siglo XX, y fue el de mayor elenco delos pintores vascos de su tiempo junto a PabloUranga, Manuel Losada , Francisco Iturrino, y

Juan Echevarría, esos dos últimos ya apostan-do por el color y el Fauvismo. Junto al madri-leño José Gutiérrez Solana dejó de manifiestoZuloaga un amor incondicional por España,

con su peculiar visión del pasado anclada enel presente que perdura con el tiempo, y queevidenció en numerosos cuadros de su amadoambiente taurino.


(Segunda parte)y última

de Ignacio Zuloagade Ignacio Zuloaga


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Domingo Ortega, 1945. Óleo sobre lienzo.

Colección particular, Madrid.

Belmonte.Óleo sobre lienzo, 193�120 cm. Museos Zuloaga, Zumaia (Guipúzcua) y Pedraza (Segovia).


Doña Luisa Moreno FernándezBibliófila

Vicepresidenta del Club «Rincón de los Artistas Cordobeses»

Me confieso enamorada de un vicioirrefrenable: el releer revistas anti-guas, por las que siento una morbo-

sa debilidad; a ello debo añadir que me encantagarabatear los (a mi modesto entender) des-propósitos que voy descubriendo en ellas. Con-fieso que ya tengo un abultado número de ho-jas y cuadernos con tales «joyas literarias».Nunca antes había pensado que se pudiera ha-cer profesión del decir majaderías, más o me-nos adornadas con aires de próceres plumífe-ros. Pero, ¡ya ven!, nunca (o casi nunca) aciertoen mis suposiciones, lo que me sitúa en un pla-no ventajoso a la hora de descubrir «maravi-llas impresas», que son, a la postre, las que per-duran en el tiempo.

Y uno de los periodistas antiguos que másme gusta, e interesa su lectura, tal vez porquees genial, o tal vez por afinidad, es precisamente

una mujer ¡mira por donde!, queescribía sobre toros. Se trata de Pi-lar Yvart, que allá por los años 50-60, hacía sus pinitos periodísticosen las hojas de El Ruedo, entrevis-tando a famosos, famosillos y todoaquél que quisiera asomarse a laventana de la letra impresa, para ha-blar de su afición. y una de las pre-guntas que siempre y a todos hacía,era... ¿Qué opina de la mujer en lostoros? Tocado. El entrevistado, o sehacía un ovillo, o salía por petene-ras (que es como decimos en mipueblo cuando se sale por no sesabe dónde), o respondía una pa-tochada. Ahora tengo ante mí (parapasar a mi cuaderno de notas). Al-gún día me gustaría publicarlas paragozo y disfrute de los aficionados,dos respuestas que no tienen des-perdicio, y si no juzguen.

P.Y.– Entonces ¿Vd. no cree queel toreo está en decadencia, ni queha atravesado alguna etapa mala?

F.O.– Los años de la guerra, la cons-trucción de las plazas monumentales, elir la mujer a los toros, y al ir ellas abarrotandolas plazas, han traído unos años de confucio-nismo, de hablarse de grandes cantidades, y deun público heterogéneo y despistado.

Y este señor se queda tan feliz. Este señor esFederico del Oro, gran aficionado, que fue apo-derado de toreros grandes, como Domingo Or-tega, Antonio Posada, El Soldado... Pues ahíestá eso, amigos aficionados. Para este señor,el hecho de que las mujeres fueran más a lostoros, habría propiciado el encarecimiento delas entradas, y que los espectadores aficiona-dos fueran cada vez más de atar y estuviesenen la plaza como obnubilados. Pero él siguióyendo a los toros (aunque sin pagar la cada vezmás cara entrada), fumándose un buen haba-no para que el humo de los ricos le protegierade la nueva epidemia de locura, y seguro queregodeándose por haber salido tan favorecidoen las páginas de tan prestigioso semanario.

La otra entrevista se la hizo mi admirada Pi-lar al conocido periodista y pintor taurino San-tiago Córdoba:

S.C.– ...Tampoco me gusta la influencia queha llegado a ejercer la mujer en los toros.

P.Y.– ¡Cómo! Pero ¿vd. es de los que creenque la presencia de la mujer en los tendidosdebilita la fiesta?

S.C.– Pues, en parte, sí. No es que el torerotoree de distinta manera porque haya mujeres;pero es poco viril que el torero reciba con lasovaciones bolsos de señora, zapatitos de plexi-glás y ramos de flores. Al torero hay que tirar-le puros, botas de vino y hasta sandías si sequiere; pero flores... Ver a un señor saludandocon un ramito de flores en la mano...

Si será Vd. bruto, señor Santiago. Tirarle unasandía a un torero puede significar, si le acier-ta, que lo saquen a hombros... camino de la

Corrida: la muerte de la mujer torera, Pablo Picasso, 6 de septMuseo Picasso,

María Salomé,«La Reverte».

En defensa de la fiesEn defensa de la fies


enfermería. ¡Pero hombre! Modérese, al me-nos en sus expresiones de admiración. ¡Y pu-ros! Con lo caras que están las entradas, comopara tirar puros. Al máximo, alguna cajetillade Ideales o de Celtas cortos. ¿Las flores? ¡Si selas entregan hasta a los deportistas triunfado-res de medallas! y no creo que nadie ponga poreso en entredicho su virilidad. ¿Fue acaso Vd.menos viril cuando en el día de su boda ador-naron la Iglesia con ingentes manojos de flo-res? Basta de histrionismos desfasados. Que lasflores son símbolo de belleza, no de femini-dad, y por eso se le entregan al triunfador, almejor.

Mire Vd. En esas tardes en que, animadospor una buena faena, el ruedo se convierte enun bazar, prefiero ver ramos de flores, aunquesolo sea por estética, que no esa barahunda desombreros, boinas, prendas de vestir, muletade lisiados y hasta gallinas; afortunadamentenunca he visto volar al ruedo una sandía, aun-

que sí panes, salchichones y otra«delicadezas» por el estilo. Anti-guamente se tiraban al diestro piti-lleras de oro, joyas y otras peque-ñeces. Pero eso hoy es un despilfarro¿o no se merecen tanto dispendiolos toreros actuales?

En cierta ocasión, uno de los to-reros del cartel (y no doy aquí nom-bres para no hacer publicidad) tuvouna tarde triunfal. Al dar la vueltaal ruedo con los trofeos consegui-dos, se convirtió (el ruedo), en unauténtico desván, tanto que el dies-tro iba saludando veinte metros pordelante de los subalternos, que nodaban de sí devolviendo prendas altendido. A un cierto punto, cayóun ramo de flores a los pies del to-rero, quien con delicadeza, lo reco-gió y terminó de dar la vuelta alruedo con las flores en sus manos,demostrando no solo gentileza yeducación, sino también que le eramás grato aquel presente que lasboinas sudadas, las botas de vinopeleón y las chaquetas y un largoetcétera que sus subalternos fatiga-ban en desalojar del anillo.

Además, que eso de arrojar flo-res al torero triunfante no es modernoprecisamente. Dice el Duque de Rivas,

refiriéndose a la labor realizada por el condede Villamediana: «Ondean pañuelos blancos,llueven rosas y claveles...», y si se molesta enleer el «Romance morisco» de Juan Arolas, re-ferente a una fiesta de toros en Granada: Lasdoncellas granadinas sobre el vencedor derra-man, con bendiciones de amor, frescas rosas yguirnaldas.

No es, ni mucho menos, o yo así lo consi-dero, heterodoxia taurina, un ramo de flores.¿O es acaso la envidia de su anonimato al hom-bre joven que se juega la vida para nuestro di-vertimento? Seamos justos y elegantes. ¿Quie-re más caldo en su taza? Me refiero a su«impensada falta de virilidad»: en los circos ro-manos (en donde también se luchaba con to-ros) no eran precisamente chaquetas o botasde vino lo que se arrojaba a los gladiadores,sino ¡flores!, señor Santiago: igualito que hoy.y si a comparar vamos a toreros y gladiadores,lea en el Cossío, refiriéndose al retorno a los

ruedos de «Paquiro», en 1849, en donde dice:...en La Coruña, días después de su triunfal re-aparición en Madrid, fue también extraordi-nario su éxito. Tras de aplaudirle con entu-siasmo toda la tarde, le arrojaron una corona derosas y siemprevivas, la que se obstinó el pú-blico en que se la ciñera el lidiador en mediode la plaza... ¡Como se hacía con los gladiado-res, y hoy con los vencedores de los JuegosOlímpicos. ¡Roma y Grecia, los creadores delos Juegos de Toros! ¿Le suena a Vd. algo eso,señor... espectador que piense como el entre-vistado por Pilar Yvart?

Algún energúmeno ha habido que ha arro-jado botellas al ruedo y no digamos las almo-hadillas (cosas ambas que está severamente pro-hibida en el reglamento). ¿Es eso más viril quelas flores? ¡Cómase Vd. sus sandías, y deje quelos ruedos se sigan adornando con preciososramos!

Francisca Pagés.

de septiembre de 1933. Óleo sobre crayon sur bois, 21,7�27. icasso, París.

iesta. La mujer en los torosiesta. La mujer en los toros


La cartelera de este museo es de gran en-vergadura, supera los 1.200 ejemplaresarrancando entorno al año 1800 y brin-

da un recorrido por publicaciones del sigloXVIII de seda y papel, en formatos poco usua-les y curiosos, unos elaborados a una sola tin-ta y otros a color, entre ellos inauguracionesde plazas de toros, alternativas (de Fermín Es-pinosa «Armillita», Alberto Balderas, ManoloMartínez, Eloy Cavazos...), presentaciones enla República (de Manolete, Belmonte, Gue-rrita, Cuatro Dedos, El Gallo, Bombita...) des-pedidas, corridas benéficas, y un sin fin de mo-tivos que respaldaron festejos especiales.Carteles de verdadero tronío que iluminan las

paredes de cada exposición, atrayendo aque-llos que desean hablar de toros y de toreros so-bre el párrafo infinito de la tertulia, historia-dores que no precisan de un título a tantabelleza, y que traicionados por la curiosidadrondan por los pasillos con recuerdos a gran-des faenas como la de Manolete a «Manzani-to», Silverio a «Tanguito», con la imagen deMazzantini o la maestría de Antonio Bienve-nida, que rememorados cobran de nuevo vidaen el recuerdo de los visitantes. El arte de laescultura no se margina y el museo alberga cer-ca de ochenta piezas de autores de la talla de Pe-raza, Fuentes, Cobo, Juárez y Estévez.

El campo bravo es a su vez evocado viéndo-se otorgado el lugar que le corresponde y mer-ced a todo tipo de atuendo y herramientas di-rectamente vinculadas a la crianza del toro de

lidia. Un conjunto de cincuenta cencerros, hie-rros ganaderos, espuelas, frenos de caballo, si-llas de montar, cabezas de reses disecadas, pu-yas antiguas, trajes de charros, sombreros decharrería actuales y antiguos de copa alta... etc,todo traslada el aficionado al universo más ín-timo y celosamente guardado del toro bravo.

Fotos históricas, complementan esta colec-ción como la de los monstruos Manolete yCantinflas quien ese día comentó: «Manolo ati te dicen “El Monstruo” porque toreas en te-rrenos muy cortos y yendo siempre para ade-lante. Yo también soy “El Monstruo” pero alrevés, porque lo hago en terrenos muy largosy para atrás». Testimonios gráficos que hacen

recordar otros tiempos de Juan Belmonte, JoséGómez «El Gallo», Gaona, «Armillita Chico»e incluso de «Lagartijo», «Machaquito», y delmismo «Bombita», Montes o Fuentes.

Capotes de paseo, cargados de sentimientoy belleza bordados con exquisito cuidado conlas imágenes de las toreras vírgenes de Guada-lupe, la Macarena o del Cristo del Gran Poder.Y percales de brega al instar del que pertenecióa Manuel Jiménez «Chicuelo», autografiadopor la parte trasera en México en 1938 y queostenta una originalidad inigualable. Trastosde torear en su día en manos de Joaquín Ro-dríguez «Cagancho», Rodolfo Gaona, Luis Pro-cuna, Silverio Pérez, Luis Castro «El Soldado»,Fermín Espinosa, «El Cordobés», Lorenzo Gar-za, Fermín Rivera y Carlos Arruza entre otrospor señalar. Estoques templados con el tiempo

Don César Palacios RomeraPintor Taurino

Escalera del Éxito 88

Museos Taurinos... M


como el que fuera de Luis Mazzantini, hechoen Valencia por V. Ferrándiz, el de José Gó-mez « El Gallo» o aquel otro de Rodolfo Gao-na.

Un centenar de pinturas firmadas por con-sagrados artistas como Roberto Domingo, Car-los Ruano Llopis, José Puente, López Canito,Diego Ramos y Francisco Flores, por citar al-gunos, trofeos conquistados por reconocidostoreros, documentos importantes tales comolos contratos de Sánchez Mejías y José Gómez«Gallito» para matar una corrida el día 2 deoctubre de 1917 en la Plaza de Toros de Úbeda,

una biblioteca con joyas de la categoría de «MiTauromaquia» de Ruano Llopis y trajes de to-reros de todas las épocas entre ellos los que fue-ron de Rodolfo Gaona, Carlos Arruza, FermínEspinosa «Armillita Chico», José Tomás, Pe-dro Gutiérrez Moya «El Capea», Paco Camino,Manuel Martínez, Manuel Benítez «El Cor-dobés», Manuel Rodríguez «Manolete» este úl-timo correspondientes a su gira en México amediados de los años cuarenta, y un sin fin detrajes de figuras de toreo de talla internacionaly de todos los tiempos. Trajes de terciopelo confrentes lisos y hombreras pronunciadas conbordados en metal pertenecientes a los prime-ros coletudos nacionales y extranjeros del si-

glo XIX, sin olvidar unos singulares trajes cor-tos españoles de pasamanería y trajes deconfección local con bordados muy a la mexi-cana y el complemento de diversos añadidosde la primera cuadrilla azteca de Rodolfo Gao-na.

Por su esplendor, esta colección privada esdigna de aparecer en los mejores recintos paraexhibir su grandeza, y es por ello que don Die-go Carmona sigue conservándola y enrique-ciéndola para difundir la cultura por la fiestabrava, para que otras generaciones puedan dis-frutar de este acervo histórico mundial.

En una próxima entrega dedicaremos esteapartado a otro museo taurino mexicano, eldel doctor Marco Antonio Ramírez, poseedorde la Escalera del Éxito n.º 57 y propietario dela plaza de toros de Morelia. Pero no podemosresistirnos desde nuestras páginas en recordarhoy el bonito detalle que tuvo el empresariomexicano al hacer entrega en el año 2004 alMuseo taurino de Córdoba del primer raboque cortara Manolete en América. Máximotrofeo que cortara el Monstruo al toro «Gita-no» del ganadero de «Torrecilla» Julián Llagu-no. Aconteció el 9 de diciembre de 1945 en lapresentación de Manuel Rodríguez en la pla-za «El Toreo» donde hizo el paseíllo flanquea-

do del Faraón de Texcoco Silverio Pérez, y deEduardo Solórzano. La efemérides no se res-cataría por completo si no hiciéramos men-ción de la grave cornada que infligió al Califacordobés el segundo de su lote, de nombre «Ca-chorro». Éste y más recuerdos serán evocadosen un próximo recorrido por la Historia de laTauromaquia merced al testimonio de nues-tros Museos Taurinos.

Barcelona: Maestro Nicolau, 17 • Tel. 932 098 148

Valencia: Poeta Querol, 7 • Tel. 963 527 692

San Sebastian: Avda. de la Libertad, 34 • Tel. 943 426 162

Marbella (Málaga): Ramón y Cajal, 5 • Tel. 952 773 235

Fuengirola (Málaga): Avda. Condes de San Isidro, 33 • Tel. 952 461 719

Torremolinos (Málaga): San Miguel, 1 y 3 • Tel. 952 380 767

Las Palmas de G. Canaria: Av. José Mesa y López, 38 • Tel. 928 274 814

Santa Cruz de tenerife: Bethencourt Alfonso, 33 • Tel. 922 243 506

Palma de Mallorca: Unión, 7 • Tel. 971 718 803Madrid Gran Vía, 68 • Tel. 915 411 211

Serrano, 42 • Tel. 914 352 729/4 930

Avda. General Perón, 26 • Tel. 915 551 391

Goya, 43 • Tel. 915 760 217

A los lectores de esta revista atenciónespecial en nuestras zapaterías

(Segunda parte)y última

. Museo Taurino Mexicano


Doña Francisca de CeballosPeriodista Suiza

Suiza está dividida en veintiséis cantones.Uno de ello, el Valais, un estrecho valleentre dos cordilleras, a veces es conside-

rado por las otras regiones como una reservade indios, porque sus habitantes tienen cos-tumbres especiales, que no han cambiado apesar de la modernización. Además son tanbelicosos y testarudos como hospitalarios. «Micantón, comenta la periodista valaisanne Vé-ronique Ribordy, ¡no es una reserva de indios!pero tiene sus cow-boys…» El Valais se enor-gullece de sus «vaqueros», tan míticos en Sui-za como los del Far-West americano.

En un círculo rodeado por miles de personasentran catorce vacas conducidas cada una porsu dueño. Se nota que no son vacas «normales»porque tienen el porte altivo y sus acompa-ñantes les hablan con cariño. Se oye por el al-tavoz: «¡Suelten el ganado!». Los propietarios sa-len del «ruedo» y empiezan los combates. Dosreses más agresivas ya se están peleando, enre-dando los cuernos. La más decidida empuja a

la otra que va hacia atrás. «¡Vicky!», grita elpropietario de la perdedora. Vicky oye su due-ño y su sangre se revuelve. Se ve como se cris-pan sus músculos debajo de su pelo negro bri-llante y de repente es la otra la que retrocede.Se paran, se alejan una de otra medio metro,se miran y ya se abalanzan otra vez una contra

otra. El movimientoha sido tan rápidoque no se ha visto dequien fue la iniciati-va. Otra vez se sepa-ran y se contemplanun instante. En susojos no hay furia, lamirada más bienatenta analiza los fa-llos del adversarioantes de cruzar loscuernos.

Alrededor ya otrasparejas de vacas lu-chan entre sí, ani-madas por los gritosdel público. Algunas,menos atrevidas sequedan inactivas.Los dos árbitros,personajes clavespara la buena mar-cha de las «lidias»,

no se pierden ni un movimiento delos catorce animales. Con osadía,circulan entre ellas, con un bastónguían las tímidas hacia otra vacapara que decidan enfrentarse, im-piden que otras molesten a las queestán combatiendo, apartan a unaganadora después de una vigorosalucha (en general entre diez y trein-ta minutos), para que pueda recu-perarse.

Luchan preñadasPero es el jurado –de cinco miem-bros– quien tiene el poder de de-terminar las que ganan y conse-guirán el título de reina. La vacaque huye tres veces de sus adversa-rias está eliminada. Las ganadorasreciben premios como «La GranCampana» decorada con flores,aunque su mejor premio es lafama… y el valor añadido al ani-mal. En cuanto a las apuestasestán prohibidas.

La pasión de los Valaisanspor los combates de vacasbravas de la raza de Herensse remonta al siglo XIX.

Para todos los animalesque viven en rebaño, la orga-nización social resulta pri-mordial. Las reses, cuando salende los establos para llegar a lospastos de altura, se juzgan mu-tuamente: las más tímidas se ale-jan, las más valientes se atacan en-tre sí, en enfrentamientos querequieren fuerza e inte-ligencia. Según el ga-nadero de vacas Jean-Pascal Gaillant,también aficionadoa la esgrima, la tác-tica de las vacas lu-chando con sus cuernos

DÉBUT DES CO9H00

Vacas de pelea en la pacífica Suiza

Desarrollo y reglamentos de los combates entre «reinas»

Una táctica parecida a la de la esgrima: ataque, parada, respuesta, rapidez,vistazo, dominio de sí mismo. Foto Jeannot Fournier.

Vuelta del pasto de altura ya bajo la nieve. Foto Guillermín.

El «antepasado» de la vaca brava fuedivinizado en toro tricornio (siglo I,

Fundación Pierre Gianadda,Martigny).


es la misma que en su deporte favori-to: ataque, parada, respuesta, rapi-dez, vistazo, dominio de sí mismo.

La vencedora será la jefa de la vaca-da y encargada de su seguridad. Ella

tendrá derecho a comerse la mejor hierba…La primera confrontación entre vacas que

tuvo lugar en un «ruedo» y no en el pasto,se realizó en 1920. A lo largo de los años

se perfeccionaron las reglas. Después de lasprevias eliminatorias en los sitios donde pas-

ta el ganado, se organizan lasfinales en varias ciudades. Esteaño fueron once finales, en-tre el 21 de marzo y el 3 deoctubre. Raramente se hie-ren entre sí. Pero si es el caso,el animal lastimado tieneprohibida la lucha duranteun tiempo: un año cuandose ha roto un cuerno.

Una regla importante esque sólo se enfrentan las quehan parido pocos meses an-tes o están preñadas. En elcaso contrario serían dema-siado fuertes frente a las de-más que no han procreado.

La balanza eselectrónica, las reses noLas vacas están repartidas encinco categorías. Hasta 1985,eran clasificadas en funcióndel perímetro torácico, perodesde esta fecha hasta 2001

se han dividido según pe-sos predeterminados; alas categorías de las másvoluminosas pertene-cían las que superabanlos 585 kilos. Pero elproblema era que se-gún las temporadas ha-

bía ocasionalmente me-nos de quince animales

en tercera categoría y cin-cuenta en primera o vice-versa. Este inconveniente se

ha corregido: ahora se repar-ten según el peso en tres tercios

–cada una de las tresprimeras categorías lle-

va el mismo númerode vacas–, la cuarta

está reservada alas reses pri-merizas que

hayan cumplido los cuatro años y la quinta alas becerras de 3 años.

La balanza es ya electrónica, pero los ani-males siguen siendo animales y a veces son ne-cesarios varios intentos para conseguir pesar auna participante de mucho temperamento.

Mimar a la vaca y torear a losclientesEl público es numeroso: entre 3000 y 12000personas, según si el combate se desarrolla enun pueblo o es unafinal del cantón. ElFendant, vino blan-co típico del Valais,y premiado mun-dialmente, corre araudales en los chi-ringuitos. El espec-táculo, que dura ge-neralmente desde lasnueve de la mañanahasta las seis de latarde, le seca a cual-quiera el gaznate.Las reinas de cada ca-tegoría que se hanenfrentado por lamañana siguen la «li-dia» por la tarde has-ta que se proclamecual es la reina de lasreinas. Las vencedo-

ras de cada pueblo pueden presentarse a la fi-nal del cantón que reunirá más de 150 reses.

Las reinas adoran ser protagonistas y puedenresultar terriblemente cariñosas con sus due-ños. «Trabajo en el sector inmobiliario, nos co-menta un aficionado, Jeannot Fournier, y ten-go a un compañero muy serio, siempre concorbata, que cada mañana se despierta dos ho-ras antes para ir a ver a su reina. Dice que, des-pués, ya no le cuesta nada torear a los clien-tes…».

La vencedora de la final de Aproz, donde llegan a combatir más de 150 reses es la «Reina Cantonal».Foto Guillermín.

En este momento culmina la tensión: el ánimo de la vaca pesa tanto en labalanza como su fuerza física. Foto «Le Confédéré».

ES COMBATSH00


José Ulloa «Tragabuches»

Los malos mengues malograron un matrimo-nio y un torero. José Ulloa sentía desordenaday febril pasión por «La Nena», la choní calémás hermosa, garrida y atrayente de toda la gi-tanería rondeña. Desde que se unió a ella de-dicaba más tiempo y atención al contrabandoque a los toros. Los lotes de maqué y seda queconseguía introducir fraudulentamente ve-nían de Gibraltar. «La Nena» los vendía clan-destinamente a la aristocracia. La vida de la pa-reja cañí transcurría con felicidad y enardecidocamelo.

Al regreso de Francia, el año 1814, del ine-fable Fernando VII, para ocupar de nuevo eltrono que pérfida y astutamente había entre-gado a Napoleón, se despertó con ceguera po-lítica un exacerbado fanatismo. El aconteci-miento del retorno regio se celebró en casi todaslas capitales de España, con fausto y regoci-jante alegría general. En Málaga, las autorida-des proyectaron festejos extraordinarios y trescorridas de toros que encargaron organizar alespada cordobés Francisco González, alias «Pa-chón», entonces muy en boga. Además le die-ron facultad de elegir matador que habría de al-ternar con él. Buscó de segundo espada a suamigo José Ulloa «Tragabuches».Ambos ha-bían pertenecido a la cuadrilla de José Rome-ro, y le invitó para que le acompañase.

«Tragabuches» acepta, e inmediatamente en-vía su equipaje a Málaga con unos arrieros, ydos días después, jinete en un magnífico ca-ballo que acababa de adquirir, al caer la tardeemprende la marcha desde Ronda, siendo des-pedido por «La Nena» con los mayores extre-mos de cariño.

Entrada la noche, y cuando había camina-do unas tres leguas, la cabalgadura tropezó enun árbol con tanta violencia que al brotar learrojó al suelo, produciéndose en la caída unafuerte lesión en el brazo izquierdo y magulla-miento general en todo el cuerpo. ¡Maldita sea!,exclamó el calorró, pues en aquel estado no ha-bía ya que pensar en cumplir su compromiso.Sobreponiéndose a los agudos dolores que sen-tía, que no lograron abatir su atlética resisten-

cia, volvió a montar el corcel emprendiendo elregreso a Ronda.

Aproximadamente a las dos de la madruga-da llegó a su quer. Llamó repetidas veces en lapuerta y como no contestara nadie se dispusoa forzar el postigo del corral. En aquel mo-mento, se escuchó el gorló de «La Nena» queaparecía alumbrando con un candil, sorpren-dida de la llegada de su romeo, que creía iba ca-mino de Málaga. La impresión de terror que re-velaba su semblante no pudo disimular ydespertó, súbitamente, en el ánimo del mari-do una sospecha terrible. Por primera vez sen-tía la mordedura de los celos, que en aquel ca-rácter salvaje, enamorado hasta la locura,tomaron proporciones trágicas.

Registró la casa, mientras la infortunada romílloraba amargamente. Como no encontrara anadie, comenzó a sentir el remordimiento dehaber dudado de la fidelidad de la que tanto ca-melaba, y hasta casi se ve inclinado a pedirleperdón.

Las fatigas físicas y los sufrimientos moralesque experimentó aquella dolorosa jornada leprodujeron sed. Para aplacarla dirigióse a unatinaja que había en la cocina y al destaparlapara coger agua con la caldereta surgió la cabeza

de Pepe «El Listillo», acólito de la parroquiainmediata, que allí se había guarecido, te-miendo con razón las iras del esposo burlado;entonces lo escuchó todo. Exasperado y furio-so Ulloa saco una gran navaja y, abriéndola conlos dientes, la hundió en la garganta del des-dichado que la diñó en el acto. Seguidamentebuscó a la romí que se había refugiado en lasala y cogiéndola por la cintura, en un deses-perado esfuerzo de su único brazo útil, la arro-jó a la calle; el golpe contra el pavimento leprodujo instantáneamente la muerte.

Aterrado por la suerte que le esperaba, puesen aquellos tiempos para el parricida no habíacircunstancias eximentes –la horca era inevi-table–, montó en el caballo y salió huyendocon el fin de ganar la sierra y eludir la acciónde la justicia.

El escándalo en la ciudad fue tremendo.Hubo testigos que le dicaron al entrar en la po-blación, otros que le encontraron cuando pre-cipitadamente se lanzaba al campo; por últi-mo, uno que vivía enfrente de la quer presencióel momento de lanzar a «La Nena» por el bal-cón. Estas pruebas, unidas a la cheira, tinta ensangre, que había quedado en la cocina, fue-ron bastantes testificales para condenarle enrebeldía, a la última pena.

El corazón humano nos muestra fenómenosque no tienen explicación razonable. Aquellachoní calí, idolatrada hasta el delirio por uncalorró guapo, valiente y aplaudido, con quienle unían vínculos sagrados, se entregaba amo-rosamente a un chavea de quince años, mona-guillo, casi imberbe y sin atractivo que atenuaratan gravísima falta.

Ya no se volvió a saber nada de «Tragabu-ches», hasta que pasado algún tiempo fue ru-mor público en toda la baja Andalucía queuno de los terribles bandoleros conocidos por«los Siete Niños de Écija» era un gitano que sedistinguía, entre todos, por ser el más sangui-nario y más cruel. Se sospechó que aquel sal-teador fuera José Ulloa, pero no llegó a com-probarse.

El literato sevillano de la segunda mitad delsiglo XIX, José Velázquez y Sánchez, autor dellibro Anales del Toreo y archivero del Ayunta-

Don José Julio García SánchezEscritor - Periodista

La TTorería GGitanaLa TTorería GGitana«Yo nno ssoy uun ttorero dde cclase, ssoy uuna cclase dde ttorero»

miento de Sevilla, revolvió los documentos ju-diciales de la ciudad y puso en claro que JoséUlloa perteneció a la célebre cuadrilla de ban-didos, que a última hora no fueron siete, sinomuchos más. Por sus investigaciones, supo quelos compañeros de «Tragabuches» capturadosdieron pormenores precisos del mismo.

José Escalera, que fue ejecutado el 15 de sep-tiembre de 1817,contaba crueldades espeluz-nantes y horrorosas realizadas por el gitano enla orgía de su desesperación. Luis López y An-tonio Fernández, ajusticiados el 18 de agostode 1817, y Fray Antonio de la Gama y JoséAlonso Rojo, el 27 de septiembre del mismoaño, hablaban en igual forma.

Juan Antonio Gutiérrez, alias «el Cojo», eje-cutado en Sevilla el 7 de febrero de 1818, de-cía que Ulloa había matado hombres bastan-tes para llenar un cementerio. Por últimoAntonio de La Fuente, alias «Miños», que tam-bién sufrió la pena de la horca el 13 de no-viembre de 1818, cantaba en la cárcel:

Una mujer fue la causa de mi perdición primera, no hay perdición de hombre que de mujeres no venga.

Significaba que esa copla que entonaban ensus correrías era llamada la de «Tragabuches»,porque de éste la habían aprendido. Aquellabanda de forajidos, mermada por los que fue-ron presos y condenados, perdió importanciay desapareció por completo a causa de haberindultado el rey a los que se presentaron a lasautoridades. De la gracia estaba exceptuadoUlloa, y como no pudo acogerse a ella des-apareció, perdiéndose como una gota de aguaen el mar. Probablemente emigraría a Portu-gal, que era entonces la salida más fácil paralos prófugos de Andalucía.

En el último tercio del siglo XIX, apareció enun pueblo de la Andalucía baja un gitano vie-jo con nombre y apellidos que no concorda-ban con los de «Tragabuches»; a nadie dijo suorigen, ni su procedencia.

Colocado de guarda de campo por un la-brador acomodado, vivía solo en una choza sinrelacionarse con nadie, tenía una arqueta cuyocontenido no podía inspirar sospechas, dadala pobreza de su dueño.

Al morir el gitano, y por confidencias –enlos pueblos pequeños no hay secretos posibles–,se supo que, en los últimos momentos, le con-fesó al hacendado a cuyas órdenes servía que laarqueta contenía una cantidad respetable demonedas de oro y se la legaba en agradeci-miento por lo bien que le había tratado. Tam-

bién hubo quien averiguó que había declaradoque perteneció a la cuadrilla de los «Siete Ni-ños de Écija», y que el dinero procedía de unrobo famoso llevado a cabo en La Lusiana. ¿Se-ría «Tragabuches», con nombre y apellidos su-puestos? Alguien lo sospechó y llegó a creerlo.

Para completar la biografía de José Ulloa«Tragabuches», que los amores traicioneros deuna gitana rompieron su vida de torero, queno había podido malograr ningún toro, vol-vamos a sus comienzos.

Cuentan las crónicas, que el célebre PedroRomero deseoso de que se fomentara y exten-diera la manera de lidiar iniciada por su abue-lo, Francisco Romero, y notablemente perfec-cionada por él, procuraba aleccionar en elMatadero de Ronda a aquellos muchachos enlos cuales descubría condiciones y aptitudespara practicar con ventaja la técnica del toreo,tan arriesgado y difícil.

Descollaba, entre la muchedumbre de jó-venes aprendices, que esperaban que el maes-tro les diera el codiciado espaldarazo, JoséUlloa, mozalbete gitano, fornido, valeroso ysereno, que en el conjunto de su persona eraun ejemplar típico y selecto de su raza, co-nocido con el apodo de «Tragabuches». Suapellido Ulloa, de ilustre prosapia, obedecía aque el padre de su progenitor, al acogerse a lapragmática de Carlos III que autorizaba a loszíngaros para elegir el que quisieran, siempreque se naturalizaran en España, tuvo el ca-pricho de escogerlo así, sin que se conozcacuál fuera el motivo que le impulsara a ello.Lo de «Tragabuches» era mote heredado desu abuelo, porque, según versión de quienesconocían a sus antecesores, el viejo Ulloa ha-bíase comido un feto de asna aderezado enadobo.

Aprendía tan rápidamente y revelaba sin-gulares cualidades para el toreo que PedroRomero aseguraba que, de él, se podría hacerun buen lidiador. A pesar de ello, el maestrono le consideraba demasiado por su condi-ción de gitano. Aunque Romero tampoco te-nía orígenes nobles, pues se había criado enuna carpintería y toda su ascendencia proce-día de humilde cuna. Sería porque las ense-ñanzas que Pedro Romero dirigía estabanprotegidas por la Real Maestranza de Ron-da, integrada por los más linajudos varonesde la aristocrática población. Las figuras con-sagradas de la tauromaquia, en aquellos tiem-pos, se sentían inclinadas con irresistibleatracción a las clases encumbradas y codicia-ban con avidez el trato de las gentes de másesclarecida estirpe.

El despego de trato del calé por parte de sumaestro y las profundas diferencias que les se-paraban, las observó José Romero, quien de-cidió protegerlo. El nuevo mentor del jovenUlloa le recibió con el mayor interés para ins-truirle, aprovechando las grandes condicionesque poseía. Próximamente, a la edad de vein-te años, José Ulloa actúa de banderillero en lascuadrillas de José y Gaspar Romero. Transcu-rridas dos temporadas le dieron el puesto desobresaliente en algunas corridas.

Toma la alternativa en Salamanca, el año1802, de mano de Gaspar Romero, precisa-mente en la tarde que éste tuvo el infortuniode ser víctima por asta de toro, en cornadamortal. Después de la desgracia ocurrida a sumaestro, «Tragabuches», haciendo gala de sugran conocimiento del arte y desplegando unvalor inaudito, despachó los toros que resta-ban por matar. Cumplió muy bien y la em-presa le hizo un valioso regalo. Apoyado enaquel triunfo, en el cual no había interveni-do la casualidad, más que para el hecho la-mentable de morir Gaspar Romero en plenofestejo, dándole ocasión y motivo a sustituir-le para mostrar su denuedo, su destreza y pe-ricia; de modo que pudo adueñarse de las em-presas que le hubieran solicitado con empeño.Pero su rudeza en el trato social y su invenci-ble afición al contrabando le restaron amis-tades y simpatías hasta malograr un porvenirbrillante. De suerte se había apropiado del es-tilo clásico del toreo rondeño, apoyado en unavalentía extraordinaria y tranquila en todaslas suertes, consumando, de modo perfecto,la de matar recibiendo. Hubo cronista queaseguró que de ser otra su conducta y su ca-rácter, habría sido un gran competidor de Je-rónimo José Cándido. También fue poco cau-to al tratar con los empresarios. Bien pornegligencia, que no se explica, o porque nofuera muy inteligente, casi siempre resultabaengañado. Contribuyó mucho a crear ese es-tado en su ánimo el acendrado amor por «LaNena», que tan trágicamente terminó y leobligó a cambiar el rumbo de su existencia.El suceso lo aprovechó el novelista ManuelGonzález y Fernández para escribir un folle-tín exuberante.

«Por culpa de una mujer tuve un momento loco y esa mi ruina fue...»

Mala bají, la de este calorró que abelo tan-tas ducas y terminó en una rufia birlesca, dechorós y de comendadores de bola, aunquepudo burlar la atoripen.



... «Currito» lo descabelló al cuarto intento y alser arrastrado, el público en su totalidad le tributóuna clamorosa y emocionada ovación.

Sus recursosEntre la conducta del toro de bandera ante elpicador y la conducta del toro manso, que yaqueda descrita anteriormente, existen bravu-ras en grados diversos para juzgar esa diversi-dad de acometida que cada res ostenta. Apre-ciar o descubrir el grado de bravura de cadaastado que sale a la plaza, es como queda de-mostrado, uno de los motivos que por sí solojustifica la suerte de varas.

La suerte de varas, es una parte fundamen-tal de la lidia, como ya queda anotado, picarbien es otra cuestión, al menos como prescri-ben los cánones. Muy airosa y gallarda es laejecución establecida como norma. FranciscoMontes «Paquiro» dispone en su tauromaquia,a la realidad de todos los tiempos, existe unadistancia enorme, aunque a veces se ejecute lasuerte con relativa perfección. Lo peor son lastransgresiones reglamentarias, con bravura, has-ta en tiempos de la arandela, con la cuerda yano es tan posible, reincidir en el puyazo bus-cando el agujero del anterior, picar estando eltoro parado, pinchar con la puya en la cabezadel toro, taparle la salida, da lugar a lo que sellama «carioca».

No hay que confundir «la carioca» que esenredar al toro en el peto abusando de la pocafuerza y la poca bravura del toro, con la suer-te hecha cruzándose un poco, desviándose dela recta, como hace el torero con la muleta enlos toros mansos o tardos, poco codiciosos. Elbuen uso de los recursos, no debe confundir-se con el abuso de un torpe concepto ventajis-ta de la lidia. La lidia no es ventaja. La lidia esrecurso de buen torero, a pié o a caballo, queambos son toreros. Es evidente que las infrac-ciones en la suerte de varas, la mayor parte, sonmás imputables al matador de turno, que alpicador de tanda, que recibe órdenes. Tampo-co se debe tapar al toro manso, buscar la ma-nera de que el toro manso no se vaya sin pi-car, si es aceptable, la infracción. No hay quetaparle para hacerle bravo. De ahí el empleode los recursos admitidos, entre los que está elllevar el toro a su querencia natural, a la puer-ta de toriles, y facilitarle la entrada al caballo.Esto demuestra tanto conocimiento de las re-ses, de los terrenos y de las querencias, que sedeben aprovechar.

Una vez visto el toro y sus condiciones porel matador en los primeros lances, empieza a

entramarse la lidia y el toreo. Significa no to-rear a ciegas, sino «tanteándole» para evitarequivocaciones. Entre tanto han salido los pi-cadores, que deben hacerla rápidamente paraahorrar capotazos, ahorro conveniente. Pues sien el año 1928, cuando entró en uso el peto,se dictó que los picadores no permanecieranen el ruedo a la salida del toro, como era cos-tumbre, con el fin de evitar que corrido y sinestar en suerte, se fuera a los caballos.

Una vez el toro en el ruedo, deben los pica-dores salir sin tardanza, que ya está cada tore-ro en su sitio y el toreo en acción. Colocado elvarilarguero, el toro debe quedar frente al ca-ballo, fuera de la más pequeña de las rayas cir-culares concéntricas, y la plaza montada entrela circunferencia grande y la barrera, de ma-nera que se pueda graduar su codicia. No im-porta excederse en dejarlo lejos, en dejarlo«abierto», como se decía en término castizo delargot taurino. Si no va desde allí al caballo,tiempo hay de cerrarle, avanzar al picador,siempre respetando las rayas entre el toro y elcaballo, guardando las distancias preceptivas, sedeben de considerar fundamental para la eje-cución de suerte de varas. Interesa saber desdedónde se arranca el toro, para empezar a tasarsu bravura. Concepto que interesa al torero apié y a caballo, al ganadero y al público. Todo

esto, sin ningún torero a la derecha del picador,ningún monosabio que enrede y con la cua-drilla replegada hacia la barrera y el matadorde turno un poco avanzado y dispuesto al qui-te, que no ordene al peón de brega que saqueal toro del caballo. El picador encela al toromoviendo el caballo, viniendo de la barrera porderecho y llamando al toro, haciendo se fije enél, y en aquel momento no vea a nadie más.Exactamente igual que lo que hace un toreroa pié cuando se presenta delante de un toro.

Se arranca el toro. El picador, en vez de in-movilizar al caballo, y cuando haya lanzado elpalo y agarrado al toro con la puya, le tirará delas riendas, para que dé el paso a atrás, y tratarde evitar que el toro enganche, lo que le per-mite hacer la suerte con más holgura. Si el toroes bravo y duro, tiene poder, no le evitará, peroevitará el choque, el encontronazo con el peto,que lastima, desengaña y resabia a los toros.Ha de picar como si el caballo no tuviera de-fensa del peto, y tuviera que salvar al caballo.

El picador clavará la puya bien o mal, perono es rectificable. No es lícito clavar más deuna vez en un puyazo. Para corregir el mal pu-yazo, para evitar que entre más de lo conve-niente, o que el picador haga la suerte del me-tisaca, está el quite del matador, para sacar eltoro y sobre todo si el picador está casualmenteen trance de peligro. No es lícito barrenar, niel metisaca de la puya, tan mal como estos ca-sos, es menos lícito la complacencia del mata-dor, que está al quite y no lo hace con opor-tunidad, por que está de espectador pasivo.

Es conveniente insistir en la reunión del toroy la plaza montada: El toro acude al caballo,rabo tieso, levantado, humillando al llegar alpeto, queriendo quitarse de delante un obje-to que le excita. Puede haber quien exclamerápidamente ¡que bravo es el toro!. No pode-mos precipitarnos en la predicción, hay queesperar, para ver lo que hace. Y no nos referi-mos al primer puyazo, que debiera ser corto,sino a los siguientes. Porque si el toro sale suel-to del caballo, se va por las buenas al notar elhierro, poco ha hecho de bravo, sino de man-so y blando.

Si el toro da dos coces al notarse herido, sevuelve y se va hacia toriles, poca gloria le da asu ganadero Y eso es de bulto. Porque tambiénes de manso o de «menos bravo», o de tenta-

A nuestra redacciónha llegado un estudiosobre: La Suerte de Varas, que en su día fue presentado al XV Premio Literario Taurino«Doctor Zumel».

La Suerte de VarasEl Duende de Embajadores

Autor (Cuarta parte)

El Rejoneador en la arena de Sevilla, de José Gutiérrez de la Vega. Óleo sobre tabla.

Museo de arte taurino, Lima. Colección Berckmeyer-Pazos.

do antes de llegar al peto, sentir el hierro yechar enseguida la cara arriba, para quitarse elpalo tirando cornadas de un lado para otro.Porque también es negativo recular algo, de-jar de empujar, echar la cara arriba, hasta quesalga la puya de la herida, para volver a em-bestir al caballo, o irse herido.

Puede conjugarse genio con bravura cuan-do llega el toro al peto y no empuja, detalle de«bravo» sino que tira cornadas violentísimas atodas partes, lo que se llama «sonar los estri-bos», más por dolor y rabia que por bravura,defensivamente, que atacando, reculando, re-puchándose, que empujando, sin emplearse deverdad. Hay quien al ver la violencia de estetipo de toros, los cree bravísimos, cuando lonormal es todo lo contrario. Suelen tener másde manso que de bravo. Los hay en ese tipo detoros violentos que tiran las cornadas arriba,para desmontar al picador, quitarse el palo, he-rir el cuello o la cabeza del caballo, demos-trando la mayor parte de las veces manse-dumbre, en vez de bravura. Aunque a veceseste tipo de toro pueda crear equívocos.

Dentro de lo argumentado, se debía aclarar,que hay toros bravos que tienen tendencia, vi-

cios de peleas, o por constitución para tirar ca-bezadas arriba. Un ejemplo lo tenemos en lostoros veletos, y contra esto hay un recurso quese utiliza en pocas ocasiones, picar delantero,quebrantando lo máximo posible el morrillode los astados, en vez de hacerla picar trasero,como es más cómodo para el varilarguero.

Eso corresponde realizarlo con los toros queechan la cara abajo. Picar atrás significa menosriesgo de marrar, o no acertar a herir, porqueel sitio de clavar la puya es más grande. Picaratrás es menos arriesgado, porque picar delan-tero implica sentir en el brazo las cabezadas deltoro, que transmite la vara, al estar clavada enuna parte que mueve este tipo de toro con mu-cha violencia. Picar delantero es difícil porquehay que estar sereno para acertar en un tramobreve de piel del toro, aguantar las tarascadasy ser un picador avezado. Picar trasero no esdemasiado difícil para un profesional, porquehay sitio donde señalar, y posibilidad de recti-ficar cuando la puntería y la pericia son malaso nulas. Lo peor de estos conceptos es referentea que la mayoría de los matadores no mandanpicar trasero o delantero, según las condicionesdel toro. Lo más que dicen es: «pégale», o «no

le pegues». Nunca se pro-nuncian dónde deben cas-tigarlo, quizá muchos des-conocen el efecto delpuyazo, según donde seponga. El toro le pueden«arreglar» los puyazos, secoloquen hacia la izquierdao la derecha de la anatomíadel toro. Se debe picar de-lante, si el astado cabecea,detrás si el toro echa la caraabajo o tiene poca fuerza.A la derecha, si el toro sevence por ese lado, y a la iz-quierda, si es al contrario,y en ninguna parte, si eltoro fuese manso, que de-berían mandarlos al mata-dero. A los mansos hay quepicarles bien, en más oca-siones, que a los bravos,porque estos se rompen conel caballo, el manso no lohace generalmente.

En definitiva el manso sedefiende de una u otra for-ma, y el bravo ataca sin do-lerse al castigo. Un toro bra-vo puede derribar o no.Esto depende de ciertos fac-tores, desde la habilidad delpicador hasta del peso deltoro, pasando por el lugar

donde sea el encontronazo entre toro y caba-llo. Si el picador sujeta bien cuando el encon-tronazo del toro sucede en las inmediaciones delas «manos» del caballo, es fácil que no hayacaída. Si ocurre en el centro del peto, por aba-jo, es fácil derribar para un toro con fuerza. Siel toro «busca» y coge el caballo de delante paraatrás, es muy fácil derribar también. No todaslas caídas son iguales. Toro, caballo y picadorinfluyen para esto, sobre todo influyen la bra-vura y el poder del toro. Una de las situacionesque más impresiona al aficionado es ver «ro-manear» al caballo por el toro. Acontece cuan-do un toro bravo se emplea de verdad en unpuyazo y no puede por la razón que fuera.Como el peso de la cabalgadura con el peto nolo deja derribar en el punto donde hace el es-fuerzo, es su mismo cuerpo el que demuestraque se ha empleado en todo su poder, al hacerpalanca con un punto de apoyo, las manos,aplicando la fuerza del cuello de morrillo sobreel caballo, ofreciendo una estampa de bravuraemocionante. Esto se debe a que las patas que-dan levantadas en el aire, sin apoyo en la are-na, queriendo empujar y correr hacia delantesin encontrar una base de sustentación


PISTA DE KARTING, CAFETERÍA-RESTAURANTE,SALÓN DE ACTOS, SALA RECREARIVA INFANTILY ADULTOS, LASERDROMO.FIESTAS, INCENTIVOS, REUNIONES,PRESENTACIONES, CONVENCIONES…

Óleo sobre lienzo, González Marcos. Colección particular.

Puede parecer ampuloso el titulo, y para algu-nos hasta irreverente. Ni una cosa ni la otra;nada más lejos de mi intención. Pero si hoy díaestamos acostumbrados a las simplonas faenasde los homenajes, tan monótonas como a ve-ces sin ton ni son, la que hoy he tenido el gus-to y el honor de asistir ha resultado tan mere-cida como bien instrumentada. El resultadoha sido una de las mejores faenas que se hancelebrado en el planeta de los toros, y eso queson ya centenares las que han pasado por miparticular filtro crítico.

El 18 de noviembre, coincidiendo con el díade su nacimiento en 1912, con permiso de laautoridad, y sin que el tiempo lo impidiera, selidió en El Círculo de la Amistad de Córdobaun Homenaje a la memoria del que fue un

«Romántico del Toreo», el más grande descu-bridor de toreros y uno de los mayores y me-jores lidiadores del toro de la vida, D. RafaelSánchez «El Pipo», bajo la presidencia de laTertulia Taurina «El Castoreño», de la ciudadde los Califas, con una de las cuadrillas másoportunas y completas para cualquier cartel detronío, como fueron los señores D. SalvadorSánchez-Marruedo (hijo del homenajeado) ylos espadas D. Rafael Salinas González, D. JoséM. Montilla (matador de toros y poderdante de«El Pipo»), D. Higinio Luis Severino (ganade-ro, empresario y apoderado taurino) y D. RafaelBerrocal Rodríguez (bibliógrafo).

En una plaza repleta del sol taurino anda-luz, a los sones de una charla abultada de anéc-dotas y remembranzas de una vida dedicadapor entero, y de qué forma, al mundo de los to-ros, los ponentes fueron desgranando los másvariados pases de un repertorio que por lo acer-tados, bien instrumentados y ejecutados contanto arte como elegancia y salero, hicieron lasdelicias de los numerosos asistentes al acto, en-tre los que no faltaron una nutrida concu-


D. Rafael Carvajal Ramos

Un bbuen ttoro ppara uuna bbuena ffaena

Salvador Sánchez-Marruedo agradece a laorganización y asistentes el homenaje a su padre.

D. Rafael Salinas González, D. Rafael Sánchez González, D. Rafael Berrocal Rodríguez, D. Salvador Sánchez-Marruedo, D. Miguel Molina Castillejo, D. Higinio Luis Severino Cañizal

y D. José María Montilla Álvarez

rrencia de hombres del toro, como por ejem-plo, y que me perdonen aquellos cuyo nom-bre se me ha pasado al tendido del olvido, Ma-nolín de la Haba «Zurito», Agustín Castellano«El Puri», Pepín Fernández, Antonio Perea «Pe-reita», Andrés Luis Dorado o Ramón Arranz,quienes pusieron un toque de emoción con susintervenciones espontáneas, y un numerosopúblico que interrumpía con sus aplausos sin-ceros la lucida interpretación de todos ellos.

El acto se prolongó en una larga mesa re-donda en donde el respetable, curioso por co-nocer más sobre la personalidad del persona-je, pues las localidades estaban a rebosar nosolo de los que por edad habían convivido con«El Pipo», sino de muchos espectadores jóve-nes que tan sólo lo conocían de relatos anta-ñones, hacían quites con preguntas de todotipo. Y por si esto no fuera suficiente, una alar-gada hasta alta hora degustación de los vinos dela tierra con su nutrida secuencia de tapas, es-

tiró el acto de la forma más placentera que pen-sarse pudiera.

Solamente una nubecilla oscureció el esce-nario del magno acontecimiento: la ausencia,desconcertante por inesperada, de Manuel Be-nítez «El Cordobés», quien tanto tiene que agra-decer a «El Pipo», ya que fue su descubridor ymentor, y que con su excelente dirección loelevó a las más altas cotas de la popularidad yla fama. No solamente de bien nacidos es seragradecido, sino que el ser V Califa del toreono solo se demuestra en la plaza frente al toro,sino también en la calle frente al publico. Asípues, un diez a la magistral faena de los orga-nizadores, actuantes y aficionados, y un cerocon tirón de orejas al comportamiento inade-cuado de quien tanto debe a Rafael Sánchez«El Pipo». Y para terminar la crónica de estamagistral tarde de grandes faenas, quiero ter-minarla, como es mi costumbre, con mi per-sonal homenaje poético.


«El Pipo» frente al toro de la vida

¡Qué presuntuosa eres! ¡Si serás poquita cosa! ¿Qué tú me vas a enseñar, porque entre los cuernos tengas dos muertes sin estrenar? ¿No sabes que cada hombre tiene su algo especial? Tú serás la vida misma, a mi eso me da igual.

«El Pipo» tiene por madre la Córdoba califal; por padre, esa chulería flamenca, brava y cabal de la altiva Andalucía, la de la gracia sin fin, y siendo, como soy, de España, contra la burla y pelea de tu cornada mortal, tengo la suerte ideal, síntesis de quiebro y maña, de los hombres de postín.

Asistentes al homenaje en el «Salón Taurino de los Califas».


Dr. JJesús MMartínez-FaleroEl Doctor Jesús Martínez-Falero, nació en Saelices (Cuenca). Estudió en la Facultad de Medi-cina de Madrid, finalizó la licenciatura en 1948. Realizó su tesis doctoral «Estudio clínico y ra-diológico de la insuficiencia de cardias y hernias de hiato esofágico», en 1954 con la califica-ción de sobresaliente Cum laude. Profesor de la cátedra de patalogía general, durante veinticincoaños jefe del servicio de aparato digestivo. Especialista de aparato digestivo con título del Mi-nisterio de Educación y Ciencia, año 1963. Servicio de aparato digestivo en el Hospital de Ma-drid. Director de cursos Diálogos clínicos, en el INSALUD, desde el año 1978 hasta 1991.

Es autor de los siguientes libros: Insuficiencia de cardias y hernias de hiato esofágico, La ciencia de la nutrición,alimentación y dietética, Perfil histórico y psicológico de las reinas Isabel y María Estuardo, Historia sicoemocional deLucrecia Borgia, La medicina en América antes y después del descubrimiento, El Nuevo Mundo y su relación con lamedicina. En prensa ha publicado numerosos ensayos sobre arte, historia y literatura, pronunciando muchas con-ferencias sobre patología digestiva, temas de humanidades y de tauromaquia. Colabora normalmente en revis-tas, radio y televisión.

Nuestro aagradecimiento ppor eenriquecer la bbiblioteca ««Los SSabios ddel TToreo» aa:

D. AArturo PPérez-Reverte(Cartagena, 1951) fue reportero de guerra durante veintiún años y es autor, entre otras nove-las, de El húsar, El maestro de esgrima, La tabla de Flandes, El club Dumas, Territorio Coman-che, La sombra del águila, La piel del tambor, La carta esférica y La Reina del Sur; y de la seriehistórica Las aventuras del capitán Alatriste. Es miembro de la Real Academia Española.

En vísperas del bicentenario de la batalla de Trafalgar (21 de octubre de 1805), Alfaguara pi-dió a Arturo Pérez-Reverte un relato sobre su particular visión del combate naval más famosoen la historia, que enfrentó a la escuadra combinada hispano-francesa con la británica, mandanda por el almiranteNelson, en las aguas españolas del cabo de Trafalgar.

La combinación de rigor histórico y acción espectacular, unida a la habilidad narrativa del autor, convierten es-tas páginas en un clásico moderno de la literatura naval. Una apasionante pieza clave para comprender la trágicajornada que cambió la historia de Europa y del mundo.

D. MMarino GGómez-SantosMarino Gómez-Santos, ovetense, escritor, periodista, cultivador de la historia comtemporáneaa través del género bibliográfico, Vida de Gregorio Marañón (Premio nacional de Literatura), hamostrado singular interés por la divulgación científica, Severo Ochoa: la emoción de descubrir, Fran-cisco Grande Covián, Cinco grandes de la ciencia española, Médicos que dejan huella, así como lacrítica y el ensayismo del arte, La medicina en la Pintura y Pintores Asturianos, El tiempo de Se-bastián Miranda, Una España insólita.

En su bibliografía hay títulos que constituyen aportaciones de gran singularidad, como Baraja y su máscara,Mundo aparte, Españoles sin fronteras, donde hace el seguimiento de la vida en París, de un grupo de intelectua-les de primer orden, con apoyo documental de las cartas enviadas al doctor Marañón por Azorín, Baroja, SánchezAlbornoz, Ortega y Gasset, Menéndez Pidal y Pérez de Ayala.

Su vocación de investigador, compatible con el ensayo, la crónica y la entrevista literaria, que aborda con rigory limpia escritura, le ha llevado a publicar libros tan divertisos como Leopoldo Alas, «Clarín». Ensayo bibliográfico,Diálogos españoles, Fígaro o la vida deprisa, Mundo aparte, Crónica del Café Gijón (Biblioteca Nueva, 1955), Once españoles universales, Doce hom-bres de Letras, La Reina Victoria Eugenia, de cerca, Correspondencia epistolar de la Princesa de Battenberg al Rey Alfonso XIII (1905-1906), Pensan-do en Baroja, Mi ruedo Ibérico, Marañón y Toledo, Carta a Severo Ochoa, entre otros.

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D. IIgancio dde CCossio PPérez dde MMendozaEl Maestro Cañabate rescata del olvido a uno de los grandes escritores costumbristas y críticostaurinos del siglo XX. De la mano del escritor y periodista Ignacio de Cossio, Antonio Diaz-Ca-ñabate, creador de la leyenda El Planeta de los toros, crítico taurino de ABC y coautor de El Cos-sio se presenta como uno de los primeros paladines de la integridad, la gallardía y el garbo lite-rario en una profesión en donde todo parecía estar en manos de intereses ajenos al arte, como eldinero y el poder.

Cañabate vive en un momento muy duro de la crónica taurina. Muchos compañeros cronistas, tienen que pagarsu espacio taurino en los medios de comunicación, y para ello recurren a todo. Es la llamada época del sobre. En esalínea luchó, en la soledad de su tribuna, con independencia y rigor, contra muchos males que acechaban a la Fies-ta en aquellos años sesenta y setenta, mostrando cómo es posible mantener la dignidad en lo más alto en unas con-diciones difíciles con el sólo aliciente de sentirse uno mismo.

D.a Muriel FFeinerVino a España para terminar los estudios y es en la actualidad, sin duda, más española que neoyorquina. Pe-riodista y fotógrafa, es colaboradora de diversas publicaciones en España y en el extranjero, con especial pre-dilección por el tema taurino. Casada con un torero y madre de dos hijos. Feiner ha publicado tres libros conAlianza Editorial: La mujer en el mundo del toro (1995), Los protagonistas de la Fiesta I: El toro, el torero y su en-torno (2000) y Los protagonistas de la Fiesta II: La plaza, el ruedo y los tendidos (2000). La mujer en el mundodel toro fue merecedor del Premio Antonio Díaz Cañabate por el mejor libro de toros publicado en 1995/96.La autora también publicó en inglés Women and the bullring (2003), en los Estados Unidos. Ha traducido ypublicado diversos libros, entre ellos, Introducción a la tauromaquia, de Walter Johnton (Alianza Editorial,2001). Ha sido galardonada con diversos premios, entre ellos: Medalla al Mérito Taurino de la Real Federa-ción Nacional taurina y George B. Smith Taurine Arts and Letters Award, otorgado por la NATC (AsociaciónNacional de Clubs Taurinos de los Estados Unidos).

D.a María DDolores PPalacios LLópezA lo largo de la historia han sido muchos los artistas que han recogido en sus obras los distintos aspectos de

la lidia, por lo que el controvertido tema de los toros ocupa un lugar destacado en la historia del arte. Sin em-bargo, era necesario un estudio detallado del grabado que, especialmente desde finales del siglo XVIII, consti-tuye un medio fundamental en el que se configura la iconografía taurina. El desarrollo del arte del grabado seda en e l mismo momento en el que el espectáculo taurino vive la transformación que llevará al nacimiento delos que es la actual corrida de toros. El grabado como difusor fundamental de imágenes recogerá esas trans-formaciones e irá acompañando a los primeros tratados taurinos para sentar las bases de la iconografía de lacorrida de toros. María Dolores Palacios López, en este libro: Arte y Toros, estampa e ilustración taurina, reco-ge colecciones conocidas unas, inéditas otras, que servirán para hacer un revisión de la historia de la corrida yuna nueva valoración de la iconografía de ésta dentro del arte taurino.

Colección Los Sabios del Toreo

Algunos amigos de la cultura (por orden alfabético) colaboran en la publicación de estas ediciones:

BOSQUES NATURALES; CARLOS ARAUJO TRIGO; CASA SANTA CRUZ;CASINO GRAN MADRID; COMPUNIVER GROUP, S. L.; DKW-SEGUROS;

EVARISTO PÉREZ HERNÁNDEZ; GV ASESORES, S. A.; GUILLERMO SÁNCHEZ - LA CARPETANA; GRUPO CASTILLO Y CIA, S. A.;

GRUPO F. TOMÉ; IMAGEN BETA; INVERSIONES ÁREA CUZCO; JOSÉ A. GARCÍA Q.; JOSÉ MARÍA MORENO BERMEJO;

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E D I C I O N E S A G O T A D A S

En preparación el tercer libro de esta colección: La tauromaquia de nuestro amigo y Escalera del Éxito 88, César Palacios, comentada por D. José María Moreno Bermejo.


Círculo ttaurino AAmigos dde lla DDinastía ««Bienvenida»I Premio «Antonio Bienvenida» a los Valores HumanosMartes, 23 de noviembre de 2004, Teatro «Muñoz Seca», Madrid.

Concedido a: Excmo. Sr. D. Juan Antonio Ruiz «Espartaco» y Excma. Sra. Dña. PatriciaRato de Ruiz por su encomiable e ingente labor humanitaria en el seno de la «Fundación Pa-dre Arrupe-Activa» en pro del proyecto de El Salvador.

Bajo la Presidencia de Honor de la Excma. Sra. Dña. Esperanza Aguirre Gil de Biedma, Pre-sidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, D. Juan Lamarca López, Escalera del Éxito104, organizó brillantemente y como siempre, estos primeros Premios a los Valores Humanos.

Intervinieron: Excmo. Sr. Don José María Álvarez del Manzano y López del HierroExcmo. Sr. D. Ángel Luis Mejías «Bienvenida»Excmo. Sr. D. Santiago de SantiagoExcmo. Sr. D. Enrique CornejoIltmo. Sr. D. Felipe Díaz Murillo

Vicente AArnás en lla GGalería dde AArte AALFAMA

Enhorabuena al gran aficionado, y mejor amigo, VicenteArnás por el éxito de su última exposición en la Galería deArte Alfama, de Madrid, durante el pasado mes de no-viembre.

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Precio por unidad para 25 ejemplares:17,80 euros IVA incluido.

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Tertulia «Amigos del Conde de Colombí»Rindió homenaje a D. Benjamín Bentura Remacha

En el restaurante «Casa Ciriaco», que regentan los her-manos Godofredo y Ángel, como preludio a la amistadque debemos hacer y tener presente en estas fiestas na-videñas, el pasado 14 de diciembre, la «Tertulia de Co-lombí» ofreció su homenaje a D. Benjamín Bentura Re-macha, imponiéndole su emblema «Madroño de Albero»,D. Rafael Campos de España, Presidente de la Tertulia.

D. Justo Portolés, por motivos familiares, no le pudodedicar su habitual poema que hace a los homenajeados.Pero sí D. José Gallego nuestro entrañable amigo y se-

cretario de la Tertulia, leyó el acta del homenaje anterior que estuvo dedicado, a la memo-ria de D. Matías Prats, Escalera del Éxito n.º 12. Como siempre intervinieron varios de losasistentes, cerrando el acto con unas entrañables palabras a los ausentes y presentes, el ho-menajeado, en esta ocasión acompañado por su esposa, hijo, hermana y otros familiares.

Don Benjamín Bentura Remacha

Amigos de la tertulia.

Mari-Bárbola y los toreros. Óleo 146�114

La debutante. Óleo 100�81


VIII SSemana CCultural TTaurina dde TTrujilloEn la ciudad de Trujillo se celebró la VIII semana Cultural Taurina organizada por el Club Tau-rino Trujillano, en el Teatro Gabriel y Galán, con gran éxito y asistencia de público.

El día 21 intervino el médico cirujano de la plaza de toros de Badajoz D. Luis Carlos Francosobre el tema: «La cirugía taurina».

El día 22, nuestro colaborador D. Higinio Luis Severino Cañizal dio una conferencia titula-da: «Los encierros, los ponedores y la crítica taurina» con coloquio abierto posterior, recibien-do las aclamaciones de los asistentes al finalizar el acto.

El día 23 le tocó el turno al periodista sevillano D. Ignacio de Cossío en su ponencia: El Cos-sío y los Toros.

Y a continuación cerró la semana cultural un homenaje al pasodoble en los toros, cuyos co-mentarios corrieron a cargo de nuestro colaborador, historiador castúo y gran musicólogo tau-rino D. Juan Silva Berdús, con aprobación unánime de los espectadores ante su gran diserta-ción.

Al finalizar se celebró una cena de gala y entrega de credenciales en el Hotel «Las Cigüeñas».

El Restaurante Madrileño Castellana 179, entregó el pasado 25 de octubre sus trofeos taurinos a lostriunfadores de las Ferias de San Isidro y Otoño. Don Ramón Sánchez Aguilar Escalera del Éxito 29,presento y condujo con su habitual maestría está gala. Premio Triunfador de la Feria San Isidro 2004, Je-sús Manuel «El Cid»; Premio Muletazo de Cartel, Curro Díaz; Premio «Torería» Ángel Luis Bienveni-da, Enrique Ponce; Premio a la Ganadería mejor Presentada, Hijos de D. Celestino Cuadri. Feria deOtoño 2004, Premio al triunfador de La Feria, Jesús Manuel «El Cid»; Premio al mejor Toro, este pre-mio queda desierto. Premios Especiales del Jurado, D. Ricardo Gallardo, Ganadería «Fuente Ymbro»; D. Tomas Entero, Empresario Taurino

Castellana 1179 y ssus III Premios TTaurinos 22004

El presidente del Club Taurino Trujillano, D. Luis Pino Parrón, Dña. Gloria Vega

de Severino, el conferenciante D. Higinio LuisSeverino Cañizal, los presentadores del acto Sra. y Sr. Bance, de Radio Cáceres, y el ex-matadorde toros y colaborador de los Sabios del Toreo:

D. Diego Alfonso Ledesma.

La AAsociación TTaurino-Cultural ««Los CCortes»Medina ddel CCampo ((Valladolid), vviernes 229 dde ooctubre dde 22004.

Rindió HHomenaje aal MMundo dde llos TToros yy lla CCulturaExcelentísimo Sr. D. Crescencio Martín Pascual, Alcalde de Medina del Campo -D. Salvador Sánchez Marruedo, Pre-sidente del Círculo Cultural Taurino Internacional; D. Oscar Campillo, Director del Mundo, Diario de Valladolid; D. Javier Cuevas, Director de la Voz de Medina; D. Fidel Lambás, Teniente Alcalde del Ayuntamiento de Medina delCampo; D. Cesar Mata, Crítico Taurino del Mundo, Diario de Valladolid; D. José Escolar Gil, Ganadero de Reses deLidia; D. Antonio de Jesús, Matador de Toros; D. Lázaro Carmona, Matador de Toros; D. José Pacheco «El Califa», Ma-tador de Toros; D. José Ignacio Uceda Leal, Matador de Toros; D. Roberto Pérez Pérez, Cortador de Toros; D. CurroBedoya, Rejoneador; D. Álvaro Justo, Matador de Novillos.

La Asociación «Los Cortes», ha sabido distinguir siempre a quien lo merece. En este caso a D. Salvador Sánchez-Marruedo editor de la revista taurina Los Sabios del Toreo con su crea-ción y divulgación de la Escalera del Éxito que D. Salvador la define así: «Escalera del Éxitoes el reconocimiento del esfuerzo humano... Es, el símbolo del triunfo en cualquiera de los as-pectos nobles de la vida. Pero en la base de este trofeo, y esto es lo importante, hay unas perso-nas que recuerdan ese trabajo y ese triunfo... Unas personas que reconocen que nuestro sacrifi-cio no fue baldío... Unas personas que aplauden el esfuerzo que supone siempre subir con éxitolos peldaños de la Escalera de nuestra vida».

Ya han llegado a subir estos peldaños 101 personajes de todas las escalas sociales, como tore-ros, ganaderos, empresarios, pintores, escultores, políticos, escritores, embajadores, periodistas,etc. El primer peldaño lo subió S.A.R. Doña María de las Mercedes de Borbón y de Orleans,Condesa de Barcelona.

Se llegó a los dos peldaños últimos que lo subieron con el numero 100 la Duquesa de Alba ycon el 101 Curro Romero.

Su afición a las buenas obras, seguro estoy que las heredó de su Padre, Don Rafael Sánchez«El Pipo» famoso apoderado que lanzó de forma brillante a Manuel Benítez «El Cordobés» a laescalera de la fama y de los millones.

Hoy la Asociación Taurina Cultural «Los Cortes» te reconocen tu generosidad y sacrificio paralos demás y por esta razón desde esta histórica y noble ciudad de Medina del Campo te hemoshecho venir para que recibas el reconocimiento y el afecto sincero de todos los que aquí estamosjunto a ti, hoy y siempre.

Carlos de la Fuente Presidente Asociación «Los Cortes»

Menciones especiales: D. Javier Margüello, Cortador de Toros; D. Ramón Viñas, Caballista; D. Javier Ribón, Popular Medinense; D. Víctor Marco, Aficionado; Foto Esperanza, Decanode la fotografía Medinense; A.R.M.E.C., Asociación de Alcohólicos Rehabilitados de Medinadel Campo.

Premio al cortador ejemplar y la afición: A todos los participantes del Memorial José María dela Fuente «Pinturas» 2004.

Premio a la torería: D. Eduardo Sánchez del la Fuente. Iscar (Valladolid).

Premio V centenario: D. Juan Manuel Lázaro. Medina del Campo (Valladolid).

Premio al detalle más espectacular: D. Tomás Gómez. Arroyo del Ojanco (Jaén).

Premio al cortador de toros castellano leonés, más notable en festejos populares como: capeas,probadillas de la Comunidad: D. Jesús Sanz. La Parrilla (Valladolid).

Mención extrardinaria: D. Manolito Sánchez, Matador de Toro.

Triunfador del Memorial José María de la Fuente «Pinturas» 2004: Luis Manuel Sánchez. Car-pio del Campo (Valladolid).

Socios de Honor: D. Iván Lozano Campos; D. Javier Solana Sedeño; D. David Shohet Elías; D. Rafael Campos de España

D. Emilio Morales, Pte. «Peña el 7» se fotografíajunto a los premiados.

El homenajeado con sus amigos los Sres. Severinoy Berrocal que le acompañaron.

D. Salvador S. Marruedo recibe su galardón.

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acional N.º 37 - F - M Homenajes Escalera del Éxito · Volta, 2 28906 Getafe (Madrid ... un aliciente más para el aficionado. José Méndez Santamaría, ... una gran fiesta taurina