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Praxis Filosófica Nueva serie, No. 28, Enero-Junio 2009: 7-22 ISSN: 0120-4688 LA EDUCACIÓN MORAL SEGÚN LAWRENCE KOHLBERG: UNA UTOPÍA REALIZABLE * The moral education according to Lawrence Kohlberg: an attainable utopía Antonio Linde Navas Universidad de Málaga RESUMEN Este trabajo se estructura en dos partes. En la primera, el objetivo es ofrecer una síntesis de la teoría del desarrollo moral de Kohlberg y de su aplicación al ámbito educativo. En la segunda se hace una revisión crítica de aspectos de la teoría moral con proyección educativa. Para acabar, se defiende la actualidad y utilidad de algunos planteamientos de Kohlberg, especialmente la experiencia de democracia participativa en la institución educativa (just communities). Ello se fundamentará a partir de la descripción de algunos cambios acontecidos en la sociedad y en el contexto más próximo en que tiene lugar la educación en las sociedades avanzadas. Palabras clave: Lawrence Kohlberg, filosofía del desarrollo moral, edu- cación moral, just communities, dilemas morales. ABSTRACT This work is structured in two parts. Firstly, the objective is to offer a syn- thesis of the theory of moral development by Kohlberg and its application to the educative scope. The second part is a critical revision of certain aspects of the moral theory with an educative projection. To conclude, it defends the relevance and utility of some expositions of Kohlberg, especially the expe- rience of participating democracy within the educative institution (just com- munities). This will be based on the description of some changes that have occurred in society, more specifically, in the way education takes place within modern society. Keywords: Lawrence Kohlberg, philosophy of moral development, moral education, just communities, moral dilemmas. * Recibido Enero de 2009; aprobado Febrero de 2009.

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  • Praxis Filosfica

    Nueva serie, No. 28, Enero-Junio 2009: 7-22 ISSN: 0120-4688

    LA EDUCACIN MORAL SEGN LAWRENCE KOHLBERG:UNA UTOPA REALIZABLE

    The moral education according to Lawrence Kohlberg: an attainable utopa

    Antonio Linde Navas

    Universidad de Mlaga

    RESUMEN

    Este trabajo se estructura en dos partes. En la primera, el objetivo es ofreceruna sntesis de la teora del desarrollo moral de Kohlberg y de su aplicacinal mbito educativo. En la segunda se hace una revisin crtica de aspectosde la teora moral con proyeccin educativa. Para acabar, se defiende laactualidad y utilidad de algunos planteamientos de Kohlberg, especialmentela experiencia de democracia participativa en la institucin educativa (justcommunities). Ello se fundamentar a partir de la descripcin de algunoscambios acontecidos en la sociedad y en el contexto ms prximo en quetiene lugar la educacin en las sociedades avanzadas.Palabras clave: Lawrence Kohlberg, filosofa del desarrollo moral, edu-cacin moral, just communities, dilemas morales.

    ABSTRACT

    This work is structured in two parts. Firstly, the objective is to offer a syn-thesis of the theory of moral development by Kohlberg and its application tothe educative scope. The second part is a critical revision of certain aspectsof the moral theory with an educative projection. To conclude, it defends therelevance and utility of some expositions of Kohlberg, especially the expe-rience of participating democracy within the educative institution (just com-munities). This will be based on the description of some changes that haveoccurred in society, more specifically, in the way education takes place withinmodern society.Keywords: Lawrence Kohlberg, philosophy of moral development, moraleducation, just communities, moral dilemmas.

    * Recibido Enero de 2009; aprobado Febrero de 2009.

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    Comenzaremos este trabajo con una exposicin brevsima, y forzosa-mente simplificada, de la teora del desarrollo moral de Lawrence Kohl-berg, sin la cual difcilmente podra entenderse el tema objeto de nuestrointers, que analizaremos con ms profundidad: la intervencin educativapara desarrollar la moralidad, la concepcin de los centros educativos comocomunidades justas, as como la crtica y vigencia del enfoque kohlbergia-no de educacin moral.

    1. La teora del desarrollo moralEn 1955 Lawrence Kohlberg comenz una investigacin sobre el razo-

    namiento moral. Exploraba la capacidad de emitir juicios morales a travsde la presentacin de una serie de dilemas ante los cuales procuraba hacerrazonar a los sujetos entrevistados individualmente. Los dilemas moralesson relatos de situaciones, generalmente hipotticas, que presentan un con-flicto de valores y la necesidad de tomar una decisin ante l. El instrumen-to con que Kohlberg trabajaba era la entrevista semiestructurada (abre-viadamente MJI, iniciales de Moral Judgement Interview), que consiste enuna serie de entrevistas sobre dilemas morales, con muchas cuestiones so-bre los mismos que el sujeto debe responder. Se trata de cuestionarios cua-litativos y de produccin, pues el entrevistado debe crear sus juicios y argu-mentos. Otros cuestionarios de discpulos de Kohlberg son de reconoci-miento pues el sujeto se limita a comprender y ordenar una serie de temscon juicios y argumentos que se presentan ya redactados. De este tipo es elDIT (Defining Issues Test) de James Rest, que es el que ms se ha extendi-do (ms que el propio cuestionario de Kohlberg)1 . Con una muestra de 50muchachos varones de clase social media y baja pudo sacar algunas con-clusiones generales, que defendi en su tesis doctoral (1958). Describiuna serie de etapas del desarrollo moral que sufri diversas reformulacio-nes y reinterpretaciones a medida que crecan las crticas y los materialesexperimentados por sus colaboradores cognitivistas en casi todo el mundo(Gran Bretaa, Mjico, Taiwan, Belice, Bahamas, Kenia, Turqua, etc.).

    Fruto de sus estudios, Kohlberg concluy que el desarrollo del juicio ydel razonamiento moral del ser humano atraviesa tres niveles, a los quellam preconvencional, convencional y postconvencional. Convencionalsignifica aqu someterse a reglas, expectativas y convenciones de la socie-dad y de la autoridad, y defenderlas precisamente porque son reglas, expec-tativas o convenciones de la sociedad. En el nivel preconvencional los indi-viduos no han llegado todava a entender las normas sociales convenciona-

    1 Los dilemas ficticios con los cuestionarios respectivos pueden encontrarse en Kohlberg,1992: 499-509.A

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    les. Si se respetan las normas es por evitar el castigo de la autoridad. Elnivel convencional est caracterizado por la conformidad y el mantenimientode las normas y acuerdos de los grupos ms prximos y de la sociedad,porque esto preserva nuestra propia imagen y el buen funcionamiento de lacolectividad. En el postconvencional, los individuos entienden y aceptanen general las normas de la sociedad en la medida en que stas se basan enprincipios morales generales (como el respeto a la vida, o a la dignidad delas personas). Si estos principios entran en conflicto con las normas de lasociedad, el individuo postconvencional juzgar y actuar por principiosms que por convenciones sociales.

    Cada uno de esos niveles contiene dos estadios. Los estadios son estruc-turas cognitivas que determinan las maneras de reunir y procesar informa-cin por parte del sujeto. En el paso de un estadio o de un nivel a otroresultan fundamentales, por un lado, el progreso de la inteligencia y de lasoperaciones lgicas y, por otro, la perspectiva social desde la que percibi-mos lo que est bien y las razones para actuar correctamente. Podemosdecir que la inteligencia funciona como un factor limitador del desarrollomoral: a bajo nivel intelectual, bajo nivel de razonamiento moral; pero unalto nivel intelectual no implica un nivel moral necesariamente alto. Dichode otra forma, la inteligencia es un factor necesario pero no suficiente parael desarrollo moral. Tambin el desarrollo de la habilidad de adoptar roles,perspectivas o puntos de vista de otras personas es otra condicin necesariapero no suficiente.

    Kohlberg pens que todas las etapas que l descubri constituan unasucesin nica por la que han de pasar todas las personas. Por su carcterestructural, los estadios son universales. Ahora bien, esto no implica quetodas las personas lleguen a los estadios superiores. Ms an, son muypocos los individuos que, segn Kohlberg, alcanzan el nivel postconven-cional, y menos an los que llegan al estadio 6, lo que ser fuente de fre-cuentes crticas al supuesto carcter natural y universal de sus estadios.

    Las etapas y estadios estn ordenados jerrquicamente, de manera quepodemos decir que el nivel postconvencional es superior a los otros dos.Kohlberg postul la existencia de una creciente reversibilidad, prescriptivi-dad y universalidad en los juicios morales a medida que se asciende en lasecuencia de estadios. Se entiende por reversibilidad la exigencia de que elagente moral est dispuesto a aceptar su juicio o decisin cuando permutasu posicin con cualquier otro sujeto que intervenga o est afectado por lasituacin. La prescriptividad es el requisito de que una persona acte deacuerdo con los principios morales que acepta. Finalmente, la universali-dad consiste en hacer coherentemente juicios morales similares sobre aque-llas acciones que no difieran en aspectos moralmente relevantes. LA E

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    Segn Kohlberg las personas construimos los principios morales evolu-tivamente, en una especie de proceso en espiral en el que los principios oprocedimientos para juzgar son tentativamente aplicados a los problemasmorales. Cuando existe una discrepancia entre el principio y nuestras intui-ciones, podemos reformular el principio o nuestra intuicin moral, si es quepensamos que sta ltima era errnea, hasta que alcanzamos un equilibrioreflexivo (Rawls) entre nuestros principios y nuestras intuiciones moralessobre casos concretos (Kohlberg, 1992, 297).

    De lo dicho ms arriba se deduce que Kohlberg consideraba que es msprobable que los sujetos de estadios ms altos acten en consecuencia por-que su juicio de responsabilidad tiende a ser consistente con su eleccin dedeber. En cambio, los de los estadios ms bajos tienden a atribuir la respon-sabilidad de la accin a la autoridad. Esta hiptesis, segn Kohlberg, en-contraba apoyo emprico en casos reales que l pudo estudiar, bien de labo-ratorio, como los clsicos experimentos de Milgram, bien de acontecimien-tos de su tiempo, como el de la matanza de My-Lai. En los experimentos deMilgram sobre obediencia a la autoridad, un experimentador peda a unaserie de sujetos que infligiera descargas elctricas de intensidad crecientesa otras personas que haban fallado en determinadas tareas de aprendizaje.Los aprendices estaban de acuerdo con el experimentador para cometererrores y para gritar y convulsionarse como si recibiesen descargas cadavez ms fuertes, aunque en realidad no reciban ninguna descarga. Bajo lapresin del experimentador, bastantes sujetos llegaron a administrar des-cargas muy fuertes, e incluso mortales, a los supuestos aprendices (Mil-gram, 2003). El caso My-Lai se refiere al asesinato por militares norteame-ricanos de al menos 109 civiles vietnamitas, durante una misin de bsque-da y destruccin en una aldea del Vietcong, en My-Lai. Pues bien, en losexperimentos de Milgram, los sujetos de estadio bajo atribuan la responsa-bilidad al experimentador y en el de la matanza de Vietnam a los jefesmilitares (obediencia debida).

    La posterior investigacin emprica no ha arrojado resultados inequvo-cos acerca de la relacin entre razonamiento y accin. Podramos decir quehay cierto influjo del razonamiento sobre la accin pero no lo podemosprecisar exactamente.

    2. La aplicacin del enfoque de Kohlberg a la educacin moral

    2.1. El efecto BlattUn estudiante de doctorado, llamado Moshe Blatt, comenz en 1965 a

    interesarse por la aplicacin a la educacin de las ideas de Kohlberg sobreel desarrollo del razonamiento moral. La educacin no ocupaba un lugarA

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    importante en las inquietudes tericas de Kohlberg, seguramente porqueal considerar el razonamiento moral como una dimensin evolutiva, Ko-hlberg era muy escptico acerca de la posibilidad de que pudiera modificar-se mediante la intervencin educativa (Adell, 1990, 379).

    Blatt le propuso a Kohlberg la realizacin de una tesis doctoral sobreeducacin moral. Quera probar en la prctica una hiptesis que sustenta-ban Elliot Turiel y James Rest: Si a los nios se les presentaba de manerasistemtica un razonamiento moral correspondiente a una etapa inmediata-mente superior a la propia, seran atrados por ese razonamiento y, al tratarde apropiarse de l, se estimulara el desarrollo hacia la siguiente etapa dejuicio moral (Kohlberg y Reimer, 1997, 25).

    Los alumnos comprenderan y asimilaran el razonamiento de sus com-paeros situado un estadio por encima del propio estadio y comprenderan,pero rechazaran por inadecuado, cualquier juicio de algn estadio por de-bajo del propio. A esta hiptesis se la conoce de forma abreviada con elnombre de Hiptesis +1. El medio que eligi fue llevar a cabo sistemtica-mente una serie de discusiones sobre dilemas morales hipotticos en unaclase de una escuela dominical juda. La forma de llevar a cabo las discusio-nes se inspiraba en el mtodo socrtico: crear controversias entre los sujetos,estimulando el contraste de pareceres sobre las razones que justifican lasdecisiones de distintos sujetos acerca del curso de accin ms adecuado encada dilema (Adell, 1990, 379). Kohlberg reconoci que con esta iniciati-va de Blatt se pusieron en marcha los estudios y las intervenciones en edu-cacin moral desde la perspectiva cognitiva-evolutiva (Scharf, 1978, 4).

    Despus de un semestre de discusiones dominicales, Blatt compar elnivel alcanzado con el nivel de desarrollo moral inicial de sus sujetos en-contrando que entre un cuarto y la mitad de los estudiantes avanz total oparcialmente un estadio en dicho perodo. Mientras tanto, los grupos decontrol permanecieron sin cambios significativos (Blatt y Kohlberg, 1975).El progreso de los alumnos de Blatt demostraba que poda estimularse eldesarrollo de las estructuras de razonamiento moral, dando lugar a una in-vestigacin intensa sobre intervencin educativa2 . Al tipo de estimulacinque Blatt puso en prctica y a los resultados conseguidos con la misma selos conoce desde entonces en la literatura especializada como Efecto Blatt.Los tres elementos fundamentales sobre los que se sustenta el llamado EfectoBlatt son:

    2 Ante el desacuerdo de los investigadores, que sealaban grados diferentes de disparidadideal para el desarrollo moral, la hiptesis +1 ha quedado en entredicho. Creemos que loms razonable es sencillamente poner a los estudiantes en contacto con razonamientos msavanzados. L

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    - Dilemas morales que creen conflictos cognitivos entre los estudiantes.- Mezcla en el grupo-clase de sujetos de diferentes estadios (con una

    disparidad razonable), lo que hace posible la exposicin a razona-mientos ms sofisticados que el propio a la mayor cantidad de estu-diantes.

    - Actitud socrtica del profesor, que propicia debates abiertos e inte-lectualmente estimulantes. El profesor procuraba que se discutieranlos argumentos de ms alto nivel que aparecan en el debate; mode-raba de modo que los nios intervinieran la mayor parte del tiempo;intervena para resumir la discusin, aclarar puntos, enriquecer eldebate y, en ocasiones, presentar su propio punto de vista (Blatt yKohlberg, 1975).

    Las aportaciones de Blatt complementan muy bien el punto de vista deKohlberg. En efecto, para ste la nica forma ticamente aceptable de edu-cacin moral es la estimulacin del desarrollo moral a travs del progresoen los estadios del juicio moral pues le pareca que el desarrollo es el nicofin justificable de la educacin y que era el nico modo de evitar tanto elrelativismo como el adoctrinamiento.

    2.2. Las comunidades justasLa investigacin de P. Scharf (1973) sobre la creacin de una comuni-

    dad justa en una crcel femenina fue el primer intento de estudiar la atms-fera moral de una institucin desde la perspectiva de la teora del desarrollomoral de Kohlberg. Se estableci una constitucin y reglas de conductasegn un modelo de sistema democrtico participativo. Los problemas deconvivencia y conducta se trataban en reuniones en las que cada persona,guardia o interna, tena un voto3 .

    En la dcada de los 70 del siglo XX exista cierta sensibilidad en lasociedad norteamericana respecto a la necesidad de crear estructuras esco-lares nuevas que fomentaran la toma de decisiones por parte de los adoles-centes. Puede que ello explique que en junio de 1974, Kohlberg y el Centropara la Educacin Moral de la Universidad de Harvard recibieran unabeca de dos aos para establecer una Comunidad Justa basada en la teoradel desarrollo moral de Kohlberg en el seno de una High School pblica. Laexperiencia tuvo lugar en la escuela Cluster de Cambridge, Massachussets,a lo largo de cinco aos. El plan se aplic en tres aulas, con un turno demedio da e implic a ocho profesores de secundaria y unos asesores. Elplan experimental se extendi a otros lugares.

    El enfoque de la comunidad justa representa el intento de Kohlberg porintroducir lo colectivo y al mismo tiempo proteger los derechos individua-

    3 Scharf, P. (1973), Moral atmosphere and intervention in the prison, Tesis doctoral.AN

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    les de cada estudiante y promover su crecimiento moral. Un entramadocompuesto por su propia teora (que ya conocemos) y por una serie de in-fluencias que veremos resumidamente, nos permitir entender cmo lo lo-gr (otra cosa es que tal experimento no se generalizara).

    En su concepto de comunidad justa Kohlberg fue influido en primertrmino por la experiencia personal de una visita que hizo a un kibbutzisrael en el verano de 1969. En los kibbutz el sistema de vida y de educa-cin es igualitario, orientado ms al logro colectivo que al logro individual.Los deseos del yo ocupan un segundo lugar respecto de las necesidadescolectivas. Lo que a Kohlberg le interes ms era la coexistencia en elkibbutz de un doble compromiso de hacer lo necesario para preservar ladisciplina colectiva, pero hacerlo democrticamente y respetando las dife-rencias individuales. La visita al kibbutz le llev a comprender que el mo-delo para la educacin moral que buscaba no poda derivar enteramente desu propia teora evolutiva. Deba combinar los principios de la discusinmoral con algunos de los principios de la educacin colectiva.

    Ahora bien, una educacin moral centrada en el grupo pareca adecuar-se ms a una sociedad de tipo comunista que a una sociedad capitalista eindividualista como la norteamericana. En este punto Kohlberg retom eltrabajo de Durkheim para adaptar el modelo que haba visto en el kibbutz ala realidad social de las escuelas norteamericanas.

    Impresionado por los escritos de Durkheim sobre educacin moral, Ko-hlberg aprovech para su concepto de comunidad justa varias ideas muycoincidentes por cierto con lo que haba visto en el kibbutz: lo colectivoprevalece sobre lo individual; la experiencia de pertenencia a la comunidadinduce sentimientos y acciones morales en el individuo; la importancia delrespeto por las reglas; el sentido de la vinculacin con el grupo y de laresponsabilidad colectiva por las acciones de cada miembro del grupo. Cree-mos que todo esto se podra resumir en una breve sentencia de Kohlberg:La unidad de eficacia de la educacin no es el individuo, sino el grupo(Kohlberg y Reimer, 1997, 64).

    Naturalmente, las ideas de Durkheim fueron reelaboradas por Kohlberg,quien rechaz el talante autoritario del grupo y del profesor como sacer-dote de ese espritu colectivo, as como la subordinacin de las minoras.El compromiso filosfico de Kohlberg con los principios morales universa-les lo alejaba del modelo de Durkheim en lo concerniente a la cuestin de laautoridad, pues el fundamento de sta no poda ser el inters del estadomoderno, sino unos principios de justicia universales: en nuestra socie-dad, la autoridad proviene de la justicia, y en nuestra sociedad aprender avivir con la autoridad implica aprender a entender y a sentir la justicia(Overley, 1970, 122). LA E

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    El enfoque de la escuela como comunidad justa llev a Kohlberg a re-plantear sus primeras tesis sobre la importancia de los contenidos en laeducacin moral. Desde el enfoque cognitivo evolutivo, el estudio del de-sarrollo moral se haba centrado exclusivamente en las estructuras de razo-namiento y se haban rechazado sistemticamente los contenidos por consi-derarlos culturalmente relativos. Sin embargo, el profesor se ve confronta-do constantemente con cuestiones de contenido. Los actos de los alumnosno pueden ser considerados slo desde la perspectiva de la estructura quesubyace a su razonamiento. Tras aos de criticar la escuela tradicional, y susaco de virtudes, Kohlberg se vio obligado a admitir la necesidad de darcabida a los contenidos de la moralidad. Los principios de justicia repre-sentan el contenido sobre el que es posible alcanzar cierto consenso racio-nal. Dicho contenido est expresado en las declaraciones internacionalesde derechos y en las constituciones de los pases democrticos.

    El peligro de este nuevo enfoque era caer en el adoctrinamiento. Paraprevenir el adoctrinamiento era fundamental el establecimiento de demo-cracia participativa en la institucin educativa. En este punto su referentefue John Dewey, de quien tom la nocin de la comunidad democrticacomo medio de la educacin moral. Como han sealado algunos de susdiscpulos, la democracia en la escuela era una solucin a los problemasplanteados por el currculo oculto, es decir, una respuesta a las contradic-ciones habituales entre lo que se pretende ensear y lo que en verdad seensea a travs del ejemplo, de las normas realmente operantes.

    El objetivo del experimento era comprobar cmo influye en el desarro-llo moral de los alumnos y profesores la transformacin del centro educati-vo, hacindolo ms democrtico y participativo. Esto ltimo sera posiblecomprometiendo activamente a los estudiantes en el gobierno de la escue-la. Para ello era preciso transformar la atmsfera moral de la escuela afin de construir una comunidad moral. Segn Kohlberg, las siguientes con-diciones son aspectos esenciales de la atmsfera moral de una escuela ytienen la mayor influencia sobre el juicio y la conducta morales:

    - Discusin abierta centrada en la justicia y la moral.- Conflicto cognitivo estimulado por el contacto con puntos de vista

    diferentes y razonamiento de etapa superior.- Participacin en la creacin de reglas y en el ejercicio del poder y la

    responsabilidad.- Desarrollo de la comunidad hacia una etapa superior (Kohlberg, Power

    y Higgins, 1997, 120-128).

    Kohlberg y sus colaboradores llevaron a cabo una aplicacin generali-zada de discusiones de dilemas hipotticos y entrenaron a una serie de pro-A

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    fesores para dirigir los debates, exponer a los alumnos al pensamiento delestadio siguiente y crear conflictos cognitivos.

    Aunque la experiencia pareci prometedora en los primeros aos, final-mente no prosper. El mismo Kohlberg coment con buen humor que laoperacin fue un xito de investigacin, pero el paciente muri (Kohl-berg, Power y Higgins, 1997, 51). Por otro lado, la ideologa educativa defondo dej de ser favorable para este tipo de experimentos: si en la dcadade los setenta los defensores de la enseanza democrtica cabalgaban lacresta de la ola de la reforma pedaggica, con su nfasis en la justicia socialy en la autonoma estudiantil, en la de los ochenta hubo una nueva ola dereformas, que haca hincapi en la disciplina y la preparacin para el mer-cado laboral (Kohlberg, Power y Higgins, 1997, 331).

    Las discusiones para desarrollar el juicio moral segn el modelo deKohlberg se siguieron utilizando algn tiempo ms en Europa pese a que enEstados Unidos perdieron gran parte de su antiguo prestigio y fueron aban-donadas total o parcialmente.

    3. Reflexin crtica y actualidad

    3.1. CrticaHay aspectos en los que la teora de Kohlberg ha envejecido ms que en

    otros y quiz todo lo relativo a la evaluacin de la entrevista de juicio moralha sido una de esas partes que ms ha estado sometida directa o indirecta-mente a los embates de la crtica. Si algunas de esas crticas son acertadas(y creemos que, en efecto, lo son) resultara muy arriesgado otorgar unafiabilidad cientficamente probada a los resultados de la entrevista de jui-cio moral; pero incluso prescindiendo de esta importante consideracin nosdeberamos plantear si su uso en contextos educativos es posible, tal comoplanteaba el asunto Kohlberg, dadas las exigencias de trabajo, especializa-cin, dedicacin y recursos que requiere la interpretacin y correccin deltrabajo con dilemas morales. Nos parece que hoy da esto no es posible nideseable, habida cuenta de la intensificacin y diversificacin de las tareasque ya deben realizar los docentes. Pero eso no significa que el trabajo condilemas morales no sea relevante en los procesos de enseanza y aprendi-zaje. Como hemos intentado demostrar en trabajos de corte ms prctico,estamos convencidos, porque lo hemos trabajado en aulas con diferentesgrupos de edad, desde la enseanza secundaria hasta la universitaria, deque el razonamiento moral se puede cultivar y de que un magnfico mtodopara hacerlo es discutir en grupo dilemas reales adaptados a las necesida-des del currculo, lo que no slo es importante acadmicamente, sino parael ejercicio de la ciudadana en una sociedad plural. Hemos dejado cons- LA E

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    tancia de los resultados de nuestras investigaciones en artculos como LaTV como medio de educacin moral de la ciudadana democrtica (Linde,2008) y Construir dilemas morales a partir de los medios audiovisuales(Linde, 2003) en los que mostramos la utilidad de trabajar con adolescentesutilizando dilemas morales preparados a partir de contenidos televisivos yaudiovisuales en general. En la monografa El periodista moral. Dilemasde la informacin y la comunicacin, as como en el artculo Utilidad delutilitarismo en la discusin de dilemas de la informacin, hemos funda-mentado e implementado los dilemas morales en el mbito universitario(Linde, 2007 y 2006).

    Ahora bien, no podemos trabajar con los clsicos dilemas de Kohlbergporque hoy la sensibilidad moral de nuestros alumnos y de la sociedad engeneral es diferente y porque los problemas que nos acucian son otros. Losviejos dilemas de Kohlberg eran culturalmente relativos, tuvieron su mo-mento, pero hoy, como esperamos demostrar en un trabajo futuro, no gene-ran apenas controversia. Tampoco somos partidarios de trabajar con dile-mas hipotticos sino con dilemas reales y ms cercanos al horizonte vitalde los jvenes de hoy. Y naturalmente, no pretendemos los ambiciosos ob-jetivos de Kohlberg y sus seguidores, expuestos a la crtica que seguida-mente sealaremos, sino algo mucho ms humilde: promover el desarrollo deciertos hbitos deliberativos virtuosos en los estudiantes. En resumen, el tra-bajo con dilemas es extraordinariamente valioso en educacin moral ya queel razonamiento moral se pone en marcha ante situaciones problemticas; ladiscusin entre iguales y en un clima de participacin puede favorecer eldesarrollo del juicio moral y la comprensin del punto de vista del otro y,finalmente, nos permiten trabajar la dimensin comunicativa. Las crticas aKohlberg no deberan hacernos olvidar que hay muchos elementos valiososen su concepcin de la educacin moral, en su trabajo con dilemas y en sufracasado intento de instaurar comunidades justas en la escuela.

    Hechas las consideraciones anteriores podemos repasar algunas crticas:- Las caractersticas del material que se somete a las entrevistas de jui-

    cio moral provocan inconsistencias en las respuestas de los sujetos: el con-tenido de algunos dilemas en concreto induce respuestas de determinadosestadios ms que de otros; pequeos cambios en la redaccin del dilema, oen la de las cuestiones, provocan cambios sustanciales en las respuestas.

    - La Entrevista de Juicio Moral (MJI) de Kohlberg ha sido objeto decrticas (por ejemplo, Kurtines y Crief, 1974) por su escaso rigor psicom-trico si se siguen los estndares al uso en ciencias sociales. Aun cuandoKohlberg hiciera lo posible por objetivar el proceso de correccin ofrecien-do innumerables indicadores de estadio en sus manuales de correccin, elpropio carcter de la entrevista hace insoslayable la actividad hermenuti-ca, de interpretacin, del entrevistador o del corrector.A

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    - Por otro lado, la entrevista de Kohlberg es larga, requiere mucha dedi-cacin de tiempo y, como ya se ha dicho, es difcil de calificar. Estas difi-cultades para pasar y evaluar dicha entrevista hicieron que algunos discpu-los propusieran otras pruebas, siendo el DIT (Defining Issues Test) de Ja-mes Rest la que ms se ha extendido (ms que el propio cuestionario deKohlberg). El DIT es un test sobre comprensin y preferencia de juiciosmorales prototpicos de cada estadio. Es decir, el sujeto no tiene que expre-sar o que redactar los argumentos en defensa de su decisin sobre los dile-mas sino slo comprenderlos y elegirlos de unas listas que se le presentan.Asimismo el sujeto debe ordenar jerrquicamente las cuestiones de acuer-do con sus valores y preferencias. Una de las ventajas del DIT sobre el MJIde Kohlberg es que es menos interpretativo y ms susceptible de objetiva-cin, con lo que se puede pasar ms fcilmente de manera colectiva y escri-ta. De esta manera sera tambin ms factible en su aplicacin a la ensean-za y a la tica profesional.

    - Algunos experimentadores, como K. Rubin y H. Trotter (1977), en-contraron baja fiabilidad test-retest (diferencias significativas entre resul-tados de los mismos sujetos ante dilemas y cuestiones similares en un pe-rodo de varias semanas) y baja consistencia interna.

    - Kohlberg sostena que, segn avanza el desarrollo evolutivo de lossujetos, aumenta la probabilidad de acuerdo ante dilemas concretos. Perono puede afirmarse algo as cuando en el estadio 6 se describen varias es-tructuras o principios que podran conducir, y que de hecho conducen, adecisiones contrarias.

    - Es dudosa la preferencia de los sujetos por el estadio ms alto alcanza-do tal como pretendan haber establecido cognitivistas como E. Turiel, L.Kohlberg, M. Blatt, y otros. Ciertos ambientes pueden invitar a usar estruc-turas ms bajas evolutivamente hablando que las que una persona dada yaha alcanzado en otro ambiente. Jorge Adell (1990, 167-171) ha resumidolos estudios de A. Cortese (1987) y de Ch. Levine (1979) sobre compren-sin y preferencia de argumentos morales. El primero encontr que el jui-cio moral es ms complejo y multidimensional de lo que Kohlberg afirma-ba. Las circunstancias pueden influir en los sujetos haciendo descender elnivel de sus juicios en funcin de sus deseos, necesidades, condicionamien-tos, consecuencias previstas, relaciones especiales con los implicados, etc.Levine mantiene la hiptesis de que las estructuras morales estn en lamente de las personas de modo compartimentalizado. Esta compartimenta-cin es una estrategia cognitiva pero motivada por factores emocionalespara permitir la existencia simultnea de creencias lgicamente contradic-torias. Las variables que inducen la compartimentalizacin son variadas:hedonismo, culpa, temor al ridculo. Si un sujeto, por ejemplo, anticipa que LA E

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    sus juicios pueden ser objeto de condena por otras personas significativaspara l, modular dicho juicio, prescindiendo si es necesario de sus convic-ciones morales.

    - Es discutible la tesis de que las respuestas de los sujetos tienden aconcentrarse alrededor de un estadio. Rest constata que no son infrecuenteslos sujetos que fluctan entre diversos estadios. La hiptesis de la compar-timentalizacin encaja bien con esta observacin.

    - De una estructura determinada de razonamiento moral no se puedeninferir los juicios morales concretos que un sujeto producir en una situa-cin dada, ni tampoco puede inferirse partiendo de stos la conducta quemanifestar (la cognicin no asegura la accin). Esto tiene su importanciaporque la justificacin ltima de la aplicacin de este enfoque a la educa-cin moral no es convertir a los sujetos en polemistas sino convertirlos enagentes morales racionales, en personas que, adems de poseer un razona-miento sofisticado sobre la moralidad, muestren en sus acciones la adop-cin de dicho punto de vista moral y se comporten de acuerdo con unaconcepcin adecuada de la justicia. Escribe Puig Rovira que hay dos cami-nos para tratar esta anomala: completar el modelo cognitivo con nuevosfactores que pronostiquen mejor la conducta o bien romper con el modelo ydirigirse en otra direccin, como la formacin de hbitos y virtudes (PuigRovira, 2003, 31). Nosotros defendemos que es posible una tercera va puesla adquisicin de hbitos virtuosos no nos parece incompatible con la acep-tacin de parte de la teora de Kohlberg.

    - Kohlberg no ha tenido apenas en cuenta los contextos especficos comoinfluyentes en el desarrollo y razonamiento morales (Corts, 2000). Tantosu punto de vista universalista y formalista como la modalidad de dilemashipotticos con que trabajaba parecen abonar esta crtica, que no sera tanajustada si consideramos la etapa de las escuelas como comunidades jus-tas. Actualmente, la postura para entender e investigar los aspectos deldesarrollo es cada vez ms integradora y eclctica. El contexto ha pasadoa ser una categora fundamental de estudio para comprender el comporta-miento y el desarrollo. No slo el contexto real, sino tambin el percibidopor la persona.

    - Puede que, como consecuencia de la discusin de dilemas morales, seforme una capacidad para argumentar moralmente sobre personas, situa-ciones y posibilidades de actuacin ficticias, sin que despus se haga usode la capacidad de juicio moral en situaciones de conflictos reales (Straug-han, 1986). Para soslayar, o al menos atenuar este defecto, proponemosconstruir los dilemas a partir de casos reales y prximos, que impliquenverdaderamente a los educandos, incluso trabajar con problemas que afec-ten a los intereses de los propios alumnos.A

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    - La aplicacin de las ideas iniciales de Kohlberg a la enseanza regladatrajo consigo una estril oposicin entre forma y contenidos. Dichas ideastuvieron mucha difusin entre profesores y pedagogos que no tuvieron co-nocimiento o no tomaron en consideracin el hecho de que el propio Kohl-berg rectific sus planteamientos iniciales para dar cabida a los contenidosen la educacin moral. El caso es que muchos pedagogos opusieron edu-car en contenidos y educar para el desarrollo, conocimientos y procedi-mientos, rechazndose los contenidos o el conocimiento como base delcurrculo. Esta absurda polmica ha tenido efectos negativos para la ense-anza en Espaa.

    3.2. VigenciaPese a todo lo anterior, la teora de Kohlberg mantiene su vigencia y su

    utilidad en numerosos aspectos, que queremos pasar a enunciar. Permite alalumnado vislumbrar la complejidad de la moralidad y de la formacin dela personalidad moral, que incluye muchos factores y competencias sinpoderse reducir a ninguno de ellos. Complejidad ms admirable si conside-ramos que adems de los aspectos ms tenidos en cuenta por el enfoquecognitivo evolutivo hay otros emocionales, afectivos y biogrficos de lossujetos, que tambin se han revelado fundamentales en la configuracin deesa personalidad moral.

    La teora evolutiva de Kohlberg suministra una compleja descripcin dela ontognesis de la moralidad y una descripcin general aceptable de dife-rentes estadios morales que encajan bien con la observacin de ciertas acti-tudes y juicios morales (dicho esto con todas las reservas de las que hemosdejado constancia en la parte crtica de este trabajo).

    Es fructfero el ejercicio del equilibrio reflexivo en la discusin de dile-mas morales en el aula, es decir, la prctica de procesos en los que losprincipios o procedimientos para juzgar son tentativamente aplicados a losproblemas.

    Merece la pena trabajar mediante casos prcticos que pongan en juegoconocimientos, principios morales y deontolgicos, juicios denticos y jui-cios de responsabilidad, aun cuando no podamos precisar hasta qu puntoel razonamiento impele a la accin o hasta qu punto los sujetos de losestadios ms altos actan coherentemente con su eleccin de deber.

    El mtodo de Kohlberg y seguidores, complementado con otras aporta-ciones tericas y prcticas, es apropiado para intervenir en educacin mo-ral sin adoctrinar y para estimular el pensamiento moral. La aplicacin deeste mtodo conlleva respeto por las personas, compromiso activo de losestudiantes y construccin de las decisiones entre todos; algo que se nosantoja fundamental para la formacin de una verdadera ciudadana demo-crtica. LA E

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    Hemos dejado para el final el comentario sobre el experimento llevadoa cabo por Kohlberg y sus discpulos en las just communities. Si considera-mos que ellos mismos reconocieron que fue bonito mientras dur pero queel enfermo muri, parecera que no hay nada ms que decir. Es fcilenunciar unas cuantas crticas que podran explicar el fracaso: haba, y hay,muchos obstculos para la generalizacin de un modelo de democracia par-ticipativa en la institucin educativa; exige esfuerzo por parte de todos,dinero, flexibilidad en la organizacin de los centros, preparacin ardua delos docentes, etc. Si, como afirma Peters (1984), al palacio de la autonomase accede por la antesala de la heteronoma, es probable que la instauracinde comunidades justas fuera ingenuamente idealista a propsito de la pro-pia naturaleza humana. Kohlberg habra pecado, de esa manera, de excesi-vo optimismo antropolgico.

    Ahora bien, y si el problema consisti en que Kohlberg se anticip a sutiempo? Y si existiera ahora un contexto ms apropiado para dicho experi-mento? No decimos que el contexto sea mejor (quin mantendra eso com-parando la sociedad aparentemente ms crtica, rebelde y reflexiva de lapoca de Kohlberg con la actual, ms acomodada, banal e indiferente?),decimos que quiz sea ms apropiado para una implementacin de prcti-cas de educacin moral en contextos ms dialogantes, horizontales y parti-cipativos. Tradicionalmente, la escuela tena como objetivo socializar a losnios en unos valores bien asentados mediante instruccin y disciplina.Pero la modernidad ha ido socavando la tradicin y, por otro lado, algunosvalores necesarios para compactar la sociedad han dejado tambin de tenervigencia. Entre ellos, la disciplina y la autoridad. Las posibilidades de vidason ms complejas y estn cada vez ms abiertas, y la autoridad ya no valecomo criterio para educar. Este proceso no ha hecho ms que acelerarse yplantea actualmente serias dificultades a educadores que se hallan ante pro-blemas que no tenan las anteriores generaciones de educadores.

    Adems, nuestros estudiantes han cambiado radicalmente. Los estudian-tes de hoy son la primera generacin que ha crecido con la nueva tecnolo-ga digital. Los nativos digitales estn acostumbrados a trabajar con sobre-carga de informacin y procesarla rpidamente. Han desarrollado destrezasescaneadoras y de lectura de iconos. Son hbiles gestionando procesos enparalelo y multitareas. Prefieren aprender haciendo. Les gusta ms los re-cursos audiovisuales (grficos, imgenes, etc.) que los textos; el accesoaleatorio (como el hipertexto) que el lineal. Trabajan mejor en red. Tienenpoca paciencia para la lectura, para la lgica secuencial y para las pruebasclsicas de evaluacin. Les gusta aprender jugando y no es fcil motivarlossin recompensas inmediatas y frecuentes. La televisin e Internet estn ero-sionando la autoridad cognitiva del profesor. Vemoslo en esta respuestaA

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    que da un joven a una pregunta que se le plantea en el contexto de unaencuesta para el Instituto de la Juventud de Espaa: ahora t entras a Go-ogle y ahora nadie es un erudito que te puede dejar en evidencia, sabesdnde est, esto es as qu ms? te bajas el disco y en dos das sabestambin (Gordo, 2006, 76). Todo el mundo puede saber de todo, ser unexperto en cualquier tema. De este modo los criterios de distincin culturalquedan redefinidos. La educacin est instalada en una crisis que, desdenuestro punto de vista se har crnica por una sencilla razn: la estructuraeconmica y laboral pone las cosas difciles a los padres y la aceleracin ycomplejidad de los cambios, con los tecnolgicos en vanguardia, se lascomplica a padres y profesores. La paradoja, es que, aun cuando todos ellosse ocupen de la educacin, a menudo su esfuerzo sea insuficiente pues lasexigencias de formacin sern mayores.

    La institucin escolar no puede (o no debe) seguir muchos aos dandolo que ahora da y como lo da en un mundo digital. Los nuevos entornostecnolgicos plantean a los gobiernos y a los profesores la oportunidad y laresponsabilidad de hacer lo que no se ha podido o querido hacer hasta elmomento presente. Si no se afronta esta responsabilidad ya podemos olvi-darnos de educar o lo haremos en el ambiente de malestar e ineficienciaactuales.

    La solucin pasa por una reforma en profundidad de la enseanza. Es-cuelas y profesores seguirn siendo imprescindibles, pero otro tipo de es-cuelas y de profesores. Los autores de la plataforma Moodle hablan de unnuevo modelo pedaggico: el constructivismo social, basado en las nuevastecnologas interactivas. Hay que incorporar nuevas formas de aprender yde comunicar. Entre las primeras, incorporar mtodos ms constructivistasen que se aprenda haciendo y que tengan como fin que los alumnos apren-dan a aprender, ir ms rpido, menos paso a paso, con multitareas en para-lelo. Entre las segundas, hay que aprovechar las nuevas oportunidades quesuministran las tecnologas digitales de comunicar (software social); de in-teraccin y colaboracin (foros, blogs, wikis, favoritos, etc.). Es en estenuevo contexto en el que, quiz, el modelo constructivista de aprendizaje,junto a la nocin de la comunidad democrtica como medio de la educa-cin moral y la idea de comunidades justas, pueden tener una segunda opor-tunidad. Por ello, la utopa de Kohlberg, adaptada y mejorada, nos pareceuna utopa posible.

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