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Hay que poner fin a especulación con títulos mineros E n los años que lleva en el país ha hecho inversiones por US$350 mil- lones, y en el 2011 alrededor de US$100 millones en trabajos de ex- ploración. La empresa efectúa labores de exploración geológica en la mina La Colosa en Cajamarca, Tolima, en un área de 6,5 hectáreas, y adelanta los trámites ante las autoridades nacionales y regionales para recibir las au- torizaciones respectivas. Se estima que la etapa de prefactibilidad dura dos años y la de factibilidad un año. Su presidente en Colombia es Ra- fael Herz. M.M. Hay nuevas instituciones en la minería. ¿Eso garantiza reglas de juego estables? RH. Creo que desde el punto de vista institucional, no hay reparo algu- no. Una Agencia Nacional de Minerales (ANM) con funciones específicas y como entidad fortalecida es un paso adelante de mucha significación, lo mismo que el Servicio Geológico Colombiano, que sustituirá al Ingeomi- nas. Hay que reconocer que se gana mucho en institucionalidad. Nadie pone en duda que llegará a esas entidades un equipo técnico y profesion- al de primera línea. Las tareas de promoción, contratación y fiscalización también están definidas; adicionalmente, el Viceministerio de Minas, con dos direcciones, una de minería de gran escala y otra de pequeña y medi- ana, también constituye un acierto. M.M. ¿Y entonces los reparos? RH. Hay dos temas que preocupan: uno es el referente al funciona- miento del catastro minero, que es muy importante, en el cual no he vis- to un gran compromiso del Gobierno y no hay claridad. Y el otro es la fi- losofía y concepción de reservar unas áreas llamadas estratégicas para entregarlas por la vía de licitaciones, proceso sobre el cual no hay clari- dad. Si el criterio es que no se otorgan a personas indeseables, tiene to- da la validez. Sin embargo, el criterio no debería ser solo ese, sino que se pueda demostrar capacidad en todo sentido, incluyendo el conocimiento técnico y la capacidad financiera. M.M. ¿Y quién garantiza el cumplimiento y la protección de los recursos? RH. Hay que acabar con la especulación que se da con los títulos mineros. Llegar primero a solicitarlos no debe dar ningún derecho a ten- erlos. Los bonos de garantía para recuperar las zonas por la fase de ex- ploración son unos instrumentos para que sea efectiva la protección. La explotación se decide con la información y el conocimiento obtenidos en la exploración. Y el mismo sector financiero se convierte en una especie de veedor al garantizar los bonos, que solo serían otorgados a empresas creíbles y con capacidad de responder financiera y técnicamente. M.M. ¿Y en lo referente al medio ambiente? RH. Nuevamente, la institucionalidad aparece clara. La agencia ANM va a contar con los recursos y la capacidad técnica y, seguramente, se ganará en agilidad y credibilidad. Pero el asunto importante no está ahí. Los criterios, fiscalización y altos estándares deben fijarse en la etapa de producción, no en la de exploración, en la que debería haber pautas más automáticas con exigencias de mecanismos, co- mo los bonos de cumplimiento. La fase de exploración está ligada al conocimiento integral y, en esos términos, tendrían que ponerse por encima esos criterios, lo cual beneficia a todos, incluyendo al país, porque permite la acumulación de información, fundamental para un desarrollo ordenado y transparente del sector. M.M. Uno de los problemas mayores de la minería en Colombia es la informalidad y la ilegalidad. ¿Cómo deben tratarse? RH. Es claro, informalidad e ilegalidad son dos temas distintos. En el caso de la minería informal, debe buscarse que los formales de cualquier tamaño vinculen a los informales para que tengan prácticas responsables en temas como el trabajo infantil y las mujeres en actividades riesgosas y de fuerza. La idea también es que se permita a los pequeños mineros ser proveedores. No es otra cosa que hacer una alianza entre la minería for- mal y la informal para que esta última progrese y entre al sistema. Creo que es un trabajo de responsabilidad social que debe estimularse para bi- en del país. M.M. Pero otra cosa es la minería ilegal. ¿Cuál debe ser su tratamiento? RH. La minería ilegal a gran escala es nueva en Colombia. Nació con el propósito de lavar dinero, pero hoy es un negocio en sí mismo; se limita a zonas delimitadas del país y produce mucha plata. La política debe ser la represión y el tratamiento policivo. Pero de nuevo hay que tener claridad: si se le suben los costos a la minería ilegal, deben estimularse y bajarse los costos a la minería formal. La estrategia debe buscar el fomento de la min- ería responsable para quitarle espacio a la ilegalidad. M.M. En este momento se discute la reforma del sistema de regalías, y viene la reglamentación de los cambios constitucionales. ¿Cómo están viendo el proceso? RH. El Gobierno ha hablado de repartir mejor la mermelada en la to- stada, y en eso nadie puede estar en desacuerdo, pues introduce elemen- tos de equidad en la distribución de los beneficios de un recurso que es del país, pero hay que tener cuidado de que Colombia se quede sin el pan y sin mermelada por la vía de aumentar las regalías en una forma que afecte los proyectos nuevos. En ese sentido es que digo que podemos quedarnos sin mermelada porque no haya proyectos. M.M. ¿Los proyectos nuevos deben tener un tratamiento especial o diferencial? RH. Los proyectos nuevos no deben ser tratados de la misma manera que los que están en plena producción, sino que se deben tener consid- eraciones distintas. A manera de discusión, se puede dejar el porcentaje de regalías y proponer una contribución sobre las utilidades, dependien- do de la situación particular, y no sobre los ingresos brutos. Esos recursos adicionales podrían ir directamente a proyectos comunitarios regionales y no entrar a la bolsa general de las regalías. “¡Dejen terminar los estudios!” ¿Cómo va La Colosa? La Colosa es un proyecto muy importante para el país y para la región, y el encadenamiento productivo es determinante para el de- sarrollo regional. En el momento se están realizando los estudios: el uso del agua es inferior al estimado y solo impacta el 1,5% del caudal del río Coello. Y estamos hablando de más de 4.000 personas que se ocuparán en forma directa e indirecta. ¿Pero hay una controversia sobre el agua? Se ha anticipado una controversia sobre el recurso hídrico sin con- ocer todavía los estudios. Se debe permitir que la empresa termine la fase exploratoria para demostrar que no genera el impacto que se ha dicho y especulado. En esto, somos radicales y poseemos una gran responsabilidad: no vamos a afectar el medio y no se perjudica- rá la calidad del agua. Las inversiones que hará la empresa en mate- ria de medio ambiente tendrán un impacto previo y son adicionales al favorable efecto fiscal. AngloGold Ashanti, el tercer productor de oro en el mundo, con 4,5 millones de onzas en el 2010, con operación en una decena de países y que hace exploraciones en siete más, llegó a Colombia en el 2003 y realiza trabajos en seis departamentos. RAFAEL HERZ, PRESIDENTE EN COLOMBIA DE ANGLOGOLD ASHANTI.

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Anglogold 003 Mas información; www.anglogoldashanti.com.co

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Hay que poner fin a especulación con

títulos mineros

En los años que lleva en el país ha hecho inversiones por US$350 mil-lones, y en el 2011 alrededor de US$100 millones en trabajos de ex-ploración.

La empresa efectúa labores de exploración geológica en la mina La Colosa en Cajamarca, Tolima, en un área de 6,5 hectáreas, y adelanta los trámites ante las autoridades nacionales y regionales para recibir las au-torizaciones respectivas. Se estima que la etapa de prefactibilidad dura dos años y la de factibilidad un año. Su presidente en Colombia es Ra-fael Herz.

M.M. Hay nuevas instituciones en la minería. ¿Eso garantiza reglas de juego estables?

RH. Creo que desde el punto de vista institucional, no hay reparo algu-no. Una Agencia Nacional de Minerales (ANM) con funciones específicas y como entidad fortalecida es un paso adelante de mucha significación, lo mismo que el Servicio Geológico Colombiano, que sustituirá al Ingeomi-nas. Hay que reconocer que se gana mucho en institucionalidad. Nadie pone en duda que llegará a esas entidades un equipo técnico y profesion-al de primera línea. Las tareas de promoción, contratación y fiscalización también están definidas; adicionalmente, el Viceministerio de Minas, con dos direcciones, una de minería de gran escala y otra de pequeña y medi-ana, también constituye un acierto.

M.M. ¿Y entonces los reparos?RH. Hay dos temas que preocupan: uno es el referente al funciona-

miento del catastro minero, que es muy importante, en el cual no he vis-to un gran compromiso del Gobierno y no hay claridad. Y el otro es la fi-losofía y concepción de reservar unas áreas llamadas estratégicas para entregarlas por la vía de licitaciones, proceso sobre el cual no hay clari-dad. Si el criterio es que no se otorgan a personas indeseables, tiene to-da la validez. Sin embargo, el criterio no debería ser solo ese, sino que se pueda demostrar capacidad en todo sentido, incluyendo el conocimiento técnico y la capacidad financiera.

M.M. ¿Y quién garantiza el cumplimiento y la protección de los recursos?

RH. Hay que acabar con la especulación que se da con los títulos mineros. Llegar primero a solicitarlos no debe dar ningún derecho a ten-erlos. Los bonos de garantía para recuperar las zonas por la fase de ex-ploración son unos instrumentos para que sea efectiva la protección. La explotación se decide con la información y el conocimiento obtenidos en la exploración. Y el mismo sector financiero se convierte en una especie de veedor al garantizar los bonos, que solo serían otorgados a empresas creíbles y con capacidad de responder financiera y técnicamente.

M.M. ¿Y en lo referente al medio ambiente?RH. Nuevamente, la institucionalidad aparece clara. La agencia ANM

va a contar con los recursos y la capacidad técnica y, seguramente, se ganará en agilidad y credibilidad. Pero el asunto importante no está ahí. Los criterios, fiscalización y altos estándares deben fijarse en la etapa de producción, no en la de exploración, en la que debería haber pautas más automáticas con exigencias de mecanismos, co-mo los bonos de cumplimiento. La fase de exploración está ligada al conocimiento integral y, en esos términos, tendrían que ponerse por encima esos criterios, lo cual beneficia a todos, incluyendo al

país, porque permite la acumulación de información, fundamental para un desarrollo ordenado y transparente del sector.

M.M. Uno de los problemas mayores de la minería en Colombia es la informalidad y la ilegalidad. ¿Cómo deben tratarse?

RH. Es claro, informalidad e ilegalidad son dos temas distintos. En el caso de la minería informal, debe buscarse que los formales de cualquier tamaño vinculen a los informales para que tengan prácticas responsables en temas como el trabajo infantil y las mujeres en actividades riesgosas y de fuerza. La idea también es que se permita a los pequeños mineros ser proveedores. No es otra cosa que hacer una alianza entre la minería for-mal y la informal para que esta última progrese y entre al sistema. Creo que es un trabajo de responsabilidad social que debe estimularse para bi-en del país.

M.M. Pero otra cosa es la minería ilegal. ¿Cuál debe ser su tratamiento?RH. La minería ilegal a gran escala es nueva en Colombia. Nació con el

propósito de lavar dinero, pero hoy es un negocio en sí mismo; se limita a zonas delimitadas del país y produce mucha plata. La política debe ser la represión y el tratamiento policivo. Pero de nuevo hay que tener claridad: si se le suben los costos a la minería ilegal, deben estimularse y bajarse los costos a la minería formal. La estrategia debe buscar el fomento de la min-ería responsable para quitarle espacio a la ilegalidad.

M.M. En este momento se discute la reforma del sistema de regalías, y viene la reglamentación de los cambios constitucionales. ¿Cómo están viendo el proceso?

RH. El Gobierno ha hablado de repartir mejor la mermelada en la to-stada, y en eso nadie puede estar en desacuerdo, pues introduce elemen-tos de equidad en la distribución de los beneficios de un recurso que es del país, pero hay que tener cuidado de que Colombia se quede sin el pan y sin mermelada por la vía de aumentar las regalías en una forma que afecte los proyectos nuevos. En ese sentido es que digo que podemos quedarnos sin mermelada porque no haya proyectos.

M.M. ¿Los proyectos nuevos deben tener un tratamiento especial o diferencial?

RH. Los proyectos nuevos no deben ser tratados de la misma manera que los que están en plena producción, sino que se deben tener consid-eraciones distintas. A manera de discusión, se puede dejar el porcentaje de regalías y proponer una contribución sobre las utilidades, dependien-do de la situación particular, y no sobre los ingresos brutos. Esos recursos adicionales podrían ir directamente a proyectos comunitarios regionales y no entrar a la bolsa general de las regalías.

“¡Dejen terminar los estudios!”¿Cómo va La Colosa?

La Colosa es un proyecto muy importante para el país y para la región, y el encadenamiento productivo es determinante para el de-sarrollo regional. En el momento se están realizando los estudios: el uso del agua es inferior al estimado y solo impacta el 1,5% del caudal del río Coello. Y estamos hablando de más de 4.000 personas que se ocuparán en forma directa e indirecta.

¿Pero hay una controversia sobre el agua?Se ha anticipado una controversia sobre el recurso hídrico sin con-

ocer todavía los estudios. Se debe permitir que la empresa termine la fase exploratoria para demostrar que no genera el impacto que se ha dicho y especulado. En esto, somos radicales y poseemos una gran responsabilidad: no vamos a afectar el medio y no se perjudica-rá la calidad del agua. Las inversiones que hará la empresa en mate-ria de medio ambiente tendrán un impacto previo y son adicionales al favorable efecto fiscal.AngloGold Ashanti, el tercer

productor de oro en el mundo, con 4,5 millones de onzas en el 2010, con operación en una decena de países

y que hace exploraciones en siete más, llegó a

Colombia en el 2003 y realiza trabajos en seis

departamentos.

RAFAEL HERZ, PRESIDENTE EN COLOMBIA DE ANGLOGOLD ASHANTI.